unión internacional para la conservación de la

Transcripción

unión internacional para la conservación de la
UNIÓN INTERNACIONAL PARA LA CONSERVACIÓN DE LA NATURALEZA – REGIONAL
PARA AMÉRICA DEL SUR (UICN SUR)
PROYECTO
“EL CLIMA CAMBIA, CAMBIA TÚ TAMBIÉN”
CAMBIO CLIMÁTICO, ADAPTACIÓN, CONOCIMIENTO Y TÉCNICAS ANCESTRALES DE
ADAPTACIÓN: ESTUDIO DE CASO EN LA COMUNIDAD “EL CHINO”
Investigador: Giussepe Gagliardi
Febrero de 2012
RESUMEN EJECUTIVO
Con el apoyo del proyecto El Clima Cambia, Cambia tú también –coordinado por la Unión
Internacional para la Conservación de la Naturaleza – regional para América del Sur (UICN
SUR), en la comunidad campesina ribereña El Chino –localizada en la zona de
amortiguamiento del Área de Conservación Regional Comunal Tamshiyacu Tahuayo (ACR
CTT) en el río Tahuayo (Loreto, Amazonía peruana)- se recopilaron testimonios de
asentamientos humanos que estuvieran desarrollando prácticas de adaptación al cambio
climático con base a los conocimientos, tecnologías y acciones locales. Investigaciones
recientes respecto al fenómeno climático en la cuenca amazónica, afirman que los bosques
zonales tienen una resistencia moderada a sequías anuales; sin embargo, la deforestación, los
incendios y la sequía pueden conducir a pérdidas de carbono, así como a cambios en los
patrones de precipitaciones regionales y descarga de los ríos, poniendo en peligro la capacidad
de resiliencia de la Amazonía.
El departamento de Loreto presenta una temperatura promedio de 26°C y precipitación anual
que varía entre los 2 800 – 3 200mm. Presenta dos temporadas climáticas bien definidas
(inundación y sequía) que están relacionadas con la vaciante –de junio a octubre- y la creciente
–de noviembre a mayo- de los ríos, y por ende, con la abundancia y escasez de lluvias.
Igualmente, existe una relación entre las variaciones de temperatura y precipitación, ya que
regularmente cuando llueve más mensual o anualmente, se incrementa la temperatura; y
cuando llueve menos, decrece la temperatura. Por otra parte, la ACR CTT –situada en las
cuencas de los ríos Amazonas, Ucayali, Yavarí, Tamshiyacu y Tahuayo- contiene diversas
unidades de paisaje: (i) bosques de llanura aluvial; (ii) terrazas bajas, medias y altas; y (iii)
bosques de colinas –abarcando la mayor superficie del área-; particularmente, los bosques de
El Chino se encuentran en una llanura inundable con ‘aguas ‘negras’ –que poseen gran
cantidad de materia orgánica e insuficientes minerales-. Su estado general de conservación es
bueno, comparado con otras zonas reconocidas (por ejemplo, el Parque Nacional del Manu),
aunque la presión exógena que influye negativamente en éste es la alteración de la frecuencia
e intensidad de los fenómenos meteorológicos drásticos, que deriva en procesos de: (a)
inundaciones extremas y fuera de los meses tradicionales y, (b) inestabilidad de las
precipitaciones. La diversidad biológica es elevada y es representada por flora y fauna de tierra
firme.
En los años ochenta (80’s), algunos científicos sugirieron erigir un área de conservación –
según las propuestas de Bartecki et al. (1986) y Bodmer & Moya (1987). En 1991, se estableció
la Reserva Comunal Tamshiyacu – Tahuayo (RCTT) que un año después fue derogada. Tras
muchos años de incertidumbre legal, el 15 de mayo de 2009 se creó la ACR CTT –primera en
su género en Loreto y cuarta a nivel nacional). Dentro de ésta no existen comunidades
asentadas pero sus recursos naturales son aprovechados tradicionalmente por las poblaciones
de la zona de amortiguamiento. En 1962 se fundó ‘El Chino’ que a la fecha, cuenta con 213
habitantes aproximadamente –agrupados en 44 familias-; su sistema educativo cuenta con los
niveles inicial, primario y secundario, aunque las clases no se desarrollen con normalidad,
puesto que en muchas ocasiones inician las clases tardíamente, se presentan ausencias
injustificadas (por días o semanas) de algunos profesores y en la época inundable, el agua
afecta las instalaciones de los centros educativos. El ingreso de personas a la comunidad es
permanente, las cuales se movilizan mediante botes colectivos fluviales de transporte público.
En términos socio políticos, la comunidad cuenta con la representación de un Presidente
Comunal, Teniente Gobernador, Agente Municipal, entre otras autoridades para el desarrollo
de sus actividades y gestiones orientadas a generar bienestar en la población.
Las actividades económicas de subsistencia están consecuentemente orientadas a los pulsos
de inundación. En este periodo, se incrementan los trabajos comunales tanto para la cosecha
de la yuca como para su procesamiento a “fariña”; también se intensifica la pesca y la colecta
de frutos como el ‘camu camu’ (Myrciaria dubia). La agricultura se lleva a cabo en parcelas
denominadas “chacras” donde se cultiva yuca (Manihot sculenta), maíz (Zea maiz), plátano
(Musa paradisiaca), frejol (Phaseolus vulgaris), sandia (Citrullus sp.), melón (Cucumis melo),
palta (Persea americana), cocona (Solanum sessiliflorum), entre otros. En las “restingas
(terrazas) altas” se cultivan algunos productos como umarí (Poraqueiba sericea), piña (Anana
sp.) y chambira (Astrocaryum chambira). La pesca es la principal fuente de proteínas para los
pobladores, alcanzando a tener un consumo promedio de 3kg/día/familia; además de ser una
de las principales fuentes de ingreso económicos. La cacería de subsistencia le permite a la
comunidad obtener ciertas ganancias monetarias para suplir necesidades básicas, ya que parte
de su producción se destina a la comercialización local y en las ciudades de Tamshiyacu o
Iquitos. Entre los principales recursos forestales no maderables aprovechados, se hallan las
hojas de irapay (Lepidocaryum sp.) que son usadas para fines domésticos y artesanales;
también se encuentra el fruto del aguaje (Mauritia flexuosa), cuya época de fructificación y
cosecha típica es durante los meses de junio y julio. En el aspecto turístico, algunas personas
de la comunidad brindan este servicio en la modalidad vivencial; asimismo, existe un flujo
shamánico o místico –en busca de la toma de ayahuasca (Banisteriopsis caapi) hacia la
comunidad. Por último, se incentiva la crianza de animales menores.
Ubicada en el distrito de Fernando Lores, esta población ribereña de origen mestizo, utiliza la
minga como mecanismo tradicional de obtención de mano de obra y trabajo recíproco en la
comunidad. El uso y ocupación del territorio se da a nivel comunitario, para lo cual las
autoridades competentes han iniciado el proceso de titulación; además, las decisiones están
dadas por acuerdos comunales que se toman en asambleas comunales. En el año 2007, se
conformó el Comité de Artesanos El Chino –con el acompañamiento técnico del Programa de
Conservación, Gestión y Uso Sostenible de la Diversidad Biológica de Loreto (PROCREL),
Wildlife Conservancy Society (WCS), Naturaleza y Cultura Internacional (NCI) y Amazonia
Expeditions Tours (A&E Tours)- que generó un gran potencial productivo y económico con la
confección de artesanías decorativas y utilitarias de fibras vegetales. Durante este proceso se
creó la empresa comunal “Mi Esperanza” –integrada por las artesanas de las comunidades El
Chino, Buena Vista, Esperanza y Santa Cruz-, cuyo principal objetivo es la exportación de
cestos de ‘chambira’. Dentro de su reglamento interno se implementaron acuerdos de manejo
de la especie, así como las sanciones al incumplimiento de los mismos; estos son: (1) cada
artesana debe tener como mínimo una parcela reforestada de 0,5ha; (2) se prohíbe la tala de la
‘chambira’; (3) cada integrante debe velar por el cumplimento de los acuerdos por parte de las
demás artesanas y; (4) la reforestación con ‘chambira’ sólo debe realizarse en chacras y
purmas existentes.
La comunidad de El Chino ha desarrollado un sistema de regulación comunal que les
permite implementar planes de manejo de los recursos naturales obtenidos tradicionalmente
(de pesca, caza, extracción forestal no maderable y parcelas agrícolas) y que puedan ser
aprovechados de manera sostenible. En este sentido, sus pobladores realizan una serie de
acciones para enfrentar los cambios socio-ambientales; estas son:
 Organización comunal. Esta comunidad tiene una larga historia de organización colectiva que
ha pasado por diversos problemas, los cuales han sido resueltos internamente y de manera
satisfactoria. Hoy en día, esta fortaleza social se mantiene y obtienen resultados positivos en
el manejo de los recursos naturales que alberga.
 Control y vigilancia. Estos mecanismos buscan aminorar la presión sobre los recursos de flora
y fauna silvestre, principalmente de los recursos forestales maderables –que son los que
tienen mayor presión de extracción en la zona-.
 Flexibilidad y adaptabilidad en el uso de recursos naturales, pues las condiciones históricas
de cambios cíclicos en el ambiente forjaron en el poblador amazónico un carácter flexible y
versátil innato a la región; esta situación se ejemplifica con el uso del ‘huito’ (Genipa
americana), el consumo de peces o de carne de monte, la migración temporal de cultivos a
zonas no inundables, y la obtención y almacenamiento de semillas para uso posterior.
 Manejo de cochas. Estos cuerpos de agua tienen una importancia ecológica y económica por
albergar especies de peces de gran interés, como el tucunaré (Cichla monoculus), el
acarahuazú (Astronatus ocellatus), la gamitana (Colossoma macropomum), entre otros. Para
esto, se han clasificado las cochas de la siguiente forma: (i) de uso múltiple, caracterizadas
por presentar una productividad pesquera óptima y donde está permitido la pesca de
subsistencia, comercial, deportiva y otras relacionadas con el turismo, así como la captura de
taricaya (Podocnemis unifilis); (ii) para pesca de subsistencia, capaces únicamente de
proveer peces para el sustento diario familiar (entre 3 – 4Kg/día); aquí también se incluyen las
que en las últimas décadas han sufrido reducciones del espejo de agua por eutrofización; (iii)
de uso comercial, con superficies mayores a 40ha. que sustentan una importante pesquería y
generalmente se encuentran alejadas de la comunidad y; (iv) en descanso, por periodos
comprendidos entre 2 a 5 años y las cuales tienen limitada su productividad pesquera.
 Manejo comunal de fauna silvestre. En el año 1990, la comunidad con el apoyo técnico de la
WCS iniciaron el manejo comunal de fauna silvestre mediante el establecimiento de
lineamientos comunales para realizar la caza en el río Tahuayo. Para determinar la
sostenibilidad de la caza, los investigadores instruyeron a los pobladores en llevar un
cuaderno de registro de caza que es monitoreado periódicamente. Los resultados obtenidos a
la fecha arrojan que esta actividad es sostenible mientras se respeten los acuerdos
comunales establecidos en las zonas de amortiguamiento de ACR CTT.
Las anteriores estrategias permiten que exista la disponibilidad de diversos recursos que
reemplazan unos a otros cuando son afectados por los cambios climáticos; si no existiera este
mecanismo de manejo y los bosques de la cuenca del río Tahuayo estuvieran mal
conservados, el impacto negativo sería enorme. Por esta razón, en la actualidad tienen
abundancia de pescado, pueden cazar los animales predilectos (sajino, venado, etc.) y tienen
rodales naturales para aprovechar.
Autores como Newing & Bodmer (2003) y Altieri & Nicholls (2008) reconocen que los sistemas
agrícolas locales –como el de la comunidad El Chino- permiten generar una producción
continua y necesaria de subsistencia, a pesar de dotaciones marginales de tierra, variabilidad
climática y el bajo uso de insumos externos. Bajo el enfoque de los mecanismos de adaptación
recomendados por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático
(IPCC), se considera que la comunidad cumple con las estrategias sugeridas por este
organismo. Finalmente, se plantearon algunas recomendaciones por parte de los técnicos
involucrados en el tema a fin de optimizar mejor la estrategia de adaptación, entre las cuales se
destacan: (a) promover alianzas estratégicas con instituciones de investigación –p. e. las
universidades- para que los conocimientos puedan estar al servicio de la población de las otras
comunidades, (b) revalorizar los conocimientos ancestrales y tradicionales para el manejo
sostenible de los recursos naturales y, (c) incorporar en el entendimiento de las instituciones
públicas y privadas la gestión del territorio.
Elaborado por:
Leidy M. Reyes P.
Magíster en Estudios Socioambientales
Ecóloga

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