El papel de Sierra Bermeja a lo largo de la historia y sus

Transcripción

El papel de Sierra Bermeja a lo largo de la historia y sus
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El papel de Sierra Bermeja a lo largo de la historia
y sus conflictos de uso
José Gómez Zotano
El fin de una dinastía: los Domínguez de Marbella
I. LLaa herencia de Antonio Domínguez Alburquerque
(1806-1866)
José Luis Casado Bellagarza
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Perdiguero y Marbella: cuatro imágenes de una ciudad
José Manuel Sanjuán López
Entre la utopía y la falta de continuidad:
iniciativas cinematográficas por parte de las instituciones
locales en Marbella durante la TTransición
ransición PPolítica
olítica
Inmaculada Sánchez Alarcón y Mercedes Fernández Paradas
4ª ÉPOCA. AÑO IV • Nº 15. 2002
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83
La torre medieval de LLaa RRomera
omera (Benahavís)
Carlos Gozalbes Cravioto
Nueva apro
ximación a la bibliografía sobre Marbella
aproximación
y la Costa del Sol Occidental
Lucía Prieto Borrego
Catálogo de documentos sobre Marbella del Archivo
de la Diputación PProvincial
rovincial de Málaga
Luis Felipe Pajares Ladrero
Nuestra Naturaleza: fauna de Sierra Blanca
Juan Caracuel y Miguel Navarrete
CILNIANA
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El papel de SIERRA BERMEJA a lo largo de la
Historia y sus CONFLICTOS de USO
José Gómez Zotano
En este artículo analizaremos la utilización y conflictos de uso de Sierra Bermeja, una montaña mediterránea con una desorganización potencial de sus sistemas naturales debida a la incompatibilidad de las
actividades socioeconómicas de la población, tanto en las interacciones con el medio, como entre ellas
mismas, ejemplificando el desplome de la montaña como entidad emblemática del complejo territorial
andaluz.
1. INTRODUCCIÓN
T
anto su situación estratégica entre dos continentes, Europa y África, donde confluyen
las aguas del mar Mediterráneo con las del océano Atlántico, como su singular naturaleza al ser
Sierra Bermeja uno de los afloramientos
peridotíticos más grande del mundo, han propiciado que sus formaciones vegetales, especialmente vulnerables a la alteración y explotación
de los recursos, como sucede en general con el
monte Mediterráneo, contengan a su vez una serie de particularidades resultado de prolongados
procesos de adaptación a los factores ambientales, que le confieren un alto valor ecológico. Entre dichas formaciones cabe destacar los bosques
de frondosas que se extienden sobre la orla
esquistosa de la Sierra, resto de la prolongación
oriental de la masa forestal de Los Alcornocales,
así como los característicos pinares sobre
peridotitas que son sustituidos en altitud por el
único pinsapar serpentinícola del mundo.
Su localización geográfica ha implicado por
otra parte un devenir histórico de civilizaciones
diversas, propiciando una dialéctica poblaciónmonte que ha venido otorgando a este anfiteatro
natural sucesivos papeles a lo largo de la historia
(de refugio, forestal, agrícola, urbanístico, etc.).
Es por ello que a través de un estudio retrospectivo, analizaremos los usos del monte y los conflictos que se han derivado de dicho uso, intentando
descifrar en último término por qué continúa el
deterioro ambiental de este espacio. Dicho espacio, definido en ultima instancia por una determinada forma de gestión, detenta en la actualidad una doble funcionalidad al continuar como
sustento de varias poblaciones rurales del Valle
del Genal y, a su vez, alzarse como telón de fondo
de la dinámica Costa del Sol Occidental (fig. 1).
Pinsapar sobre peridotitas en la umbría del Cerro Abanto.
Este desconocido bosque es el más alto de Sierra Bermeja, alcanzando una altura superior a los 1.500 metros.
2. BREVE EVOLUCIÓN HISTÓRICA DEL USO
Y PAPEL DE SIERRA BERMEJA
Como ya hemos adelantado, con esta perspectiva genética pretendemos transcender los aspectos actuales y formales que presenta esta montaña media para buscar las claves que, sin duda,
la han configurado con el tiempo respecto a las
actividades económicas que ha albergado. Por
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SIERRA BERMEJA Y SUS CONFLICTOS DE USO
ello, analizaremos la utilización que durante
milenios se ha venido
haciendo de este monte
y los conflictos de uso
generados a raíz de las
relaciones mantenidas
entre los distintos pueblos que han utilizado
los recursos que les brindaba Sierra Bermeja para
su sustento y progreso
con el bosque. Este proceso secular ha originado la degradación de
buena parte de la cubierta vegetal original, si
bien ha posibilitado de
alguna forma el mantenimiento de un considerable porcentaje de terreno de elevada calidad
ambiental por medio de
un aprovechamiento racional de sus recursos.
En la actualidad, sin embargo, se ha apostado por
una expansión urbanística de carácter indiscriminado.
2.1. Primeros usos del monte durante la fase
“preurbana”.
En estos preludios, el subsistema natural
jugará un papel determinante, ya que la masividad
peridotítica del macizo bermejo dificultó su ocupación, siendo las estribaciones calizas adyacentes (Sierra Crestellina y Sierra de La Utrera), el
refugio de los primeros pobladores de la zona,
en cuyo entorno el hombre desarrollará sus actividades cazadoras-recolectoras sin provocar sus-
Figura Nº 1 – Presentación del área de estudio
tanciales alteraciones al medio (Gómez Zotano,
2001).
No obstante, hace 40.000-50.000 años,
tras la revolución neolítica, el dominio y uso del
fuego así como el comienzo de la agricultura y la
ganadería propiciaron ya un incipiente manejo del
medio que conllevó una primera distinción entre
terrenos cultivados y bosque. De igual modo, hacia el 2.500 a. C. se inició la metalurgia, apareciendo poblados mineros esparcidos por el litoral
en relación con la llegada de los fenicios. La actividad principal se basaba entonces en el comercio de metales como el cobre o la plata a los que
se deben los vestigios de la explotación minera
de Los Morteretes, en Genalguacil
(Suárez Padilla, 1996 y Navarro Cerillo, 1998). En aquellos momentos,
el monte empezará a ser considerado también como proveedor de
materias primas.
2.2. El aprovechamiento del
monte durante la romanización.
Desde el inicio de los tiempos, el macizo de Sierra Bermeja ha provisto de materias
primas a los pobladores del llano.
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Cuenta Estrabón en su relato del año 11, que las sierras que
desde Calpe (Gibraltar) hacia el Este
separaban la zona costera estaban
“cubiertas de densos bosques y de árboles corpulentos”. Pero la dominación romana supondrá para el espacio bermejo una primera organización del territorio a partir del
control de una unidad superior de
SIERRA BERMEJA Y SUS CONFLICTOS DE USO
orden político-administrativo: Roma. La nueva organización territorial tratará de asegurar la dominación de los territorios conquistados y, al mismo tiempo, la explotación económica de los mismos. Esto trae consigo un auge importante de
las ciudades situadas en torno a la costa, a la vez
que el equilibrio ecológico del monte comienza
a verse amenazado por las sucesivas olas de
poblamiento que aumentaron tanto el número
de colonias y villas diseminadas, como la intensidad de la actividad económica (Navarro
Luengo,1996). Los vinos de Málaga ya eran contados entre “los mejores de la Tierra” y había
extensos cultivos emparrados. El aceite también
constituyó una mercancía importante y numerosa, situándose los olivares en buena parte del antiguo acebuchar en torno a Lacipo, a la vez que
se hacía una intensa explotación agropecuaria de
las vegas interiores de determinados ríos como
el Guadalmansa, Guadalmina o Guadaiza. Por otro
lado, la tala de árboles, tanto para la construcción naval como para las necesidades bélicas y
de calefacción, contribuyó necesariamente a la
reducción de los bosques, al igual que ciertas explotaciones mineras como la del mármol de la
Sierra de la Utrera, (MAPA, 1993 y Navarro
Luengo,1996), aún hoy en funcionamiento. Igualmente la presencia de filones de mineral de cobre y hierro en las faldas de Sierra Bermeja debieron de abastecer las necesidades locales de
una forma satisfactoria. De hecho, se efectuaron
sucesivas incursiones a la cuenca de Río Verde,
que en este sentido actuó como centro de interés económico, realizándose no sólo prospecciones de minerales, sino estableciéndose también
efímeros núcleos de población, muchos de ellos
en relación directa con el lavado de pepitas de
oro (Urbaneja Ortíz, 1992). Simultáneamente,
gran parte de Sierra Bermeja, como traspaís del
ajetreado litoral estaba caracterizada, al igual que
el resto de la Serranía de Ronda, por ser una “región fronteriza y de refugio de poblaciones diversas”
(Rodríguez Martínez, 1977), que seguirán aprovechando el monte de forma subsistencial.
a las del que provenían. Por ello concentraron
sus actividades en torno a las numerosas alquerías que ubicaron en los angostos valles del
piedemonte esquistoso que rodea al afloramiento ultrabásico, confiriendo de este modo al espacio montañés un papel estratégico en la defensa y control del territorio.
Por otra parte, estos asentamientos estaban mayoritariamente dedicados a la agricultura
de regadío, lo cual reforzaba la primacía de la
montaña frente al llano dada la particular abundancia de recursos como el agua, que caracterizaban a la misma. Gómez Moreno (1989) nos recuerda la estrecha dependencia entre agua y
hábitat en época nazarí, ya que esta etapa se caracterizará por un importante desarrollo de la
agricultura de montaña basada en la puesta en
marcha de un original sistema de riego, fundamentado en el aterrazamiento de las laderas y la
construcción de una complicada red de acequias.
Este sistema de explotación permite la supervivencia de amplios espacios forestales que conviven con los campos de cultivo, siendo así el monte
un espacio plurifuncional o agroforestal, en donde se simultanean diversos tipos de aprovechamientos. Por otra parte, era habitual que el propio terrazgo agrícola se ocupase con especies forestales tales como el castaño.
2.3. El modelo de aprovechamiento
durante la ocupación musulmana.
Tras la invasión bárbara que puso fin a la
dinámica actividad romana, y de la que no tenemos datos, la mayor parte de las características y
rasgos definitorios de este monte estarán marcados por la llegada del Islam y el establecimiento de nuevos modelos de organización y distribución que afectaron a la morfología paisajística.
Los nuevos pobladores, tras cruzar el Estrecho, vieron la impresionante mole rojiza como
el bastión donde refugiarse ante la inquietud de
lo desconocido y un lugar de similares aptitudes
El paisaje aterrazado y el cultivo de árboles frutales
han supuesto la herencia más patente en el paisaje de
esta montaña. En lo foto aparecen los naranjos y castos
del terrazgo de Igualeja, en río Seco (Valle del Genal).
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SIERRA BERMEJA Y SUS CONFLICTOS DE USO
Este pr ogresivo despoblamiento tiene su
punto álgido en
1572 con la expulsión definitiva de
los moriscos. Será
a partir de entonces cuando éstos
abandonen, saqueen e incluso
autodestruyan sus
pueblos y terrenos
agrícolas, encontrándose esta situación los nuevos
pobladores cristianos sujetos a los
repartimientos. La
exégesis de lo
acontecido tendrá
Tanto el puerto del Robledal, como el peñón del mismo nombre que aparece en la
una importancia
foto, fueron testigos de las más cruentas batallas entre moros y cristianos. El desolado
vital en el futuro
aspecto que muestra en la actualidad tras el incendio de 1991 no debe diferir mucho del
del monte meditepaisaje que dejaron los largos períodos de contienda bélica.
rráneo tan cuidado
anteriormente por
los árabes, máxime en los lugares donde la repoSe trata, en fin, de una etapa caracterizablación fue un fracaso y consecuentemente se
da por un sustantivo avance de la humanización
dejaron de labrar las tierras circundantes como
del monte debido a que el espacio agrícola se exocurriera en buena parte de Sierra Bermeja, que
tendía ampliamente por los principales valles, tal
pasará de 18 poblados a únicamente 4, abandoes el caso de las grandes plantaciones de castanándose de esta manera 12 lugares (Gómez
ños de la ladera norte de Sierra Bermeja. Esta imZotano, 2001). Claras consecuencias del
portante extensión superficial que alcanzó la agridespoblamiento, así como del cambio de poblacultura se justifica en tanto que la misma se pracdores, serán el abandono y deterioro de bancaticaba “en el contexto de una economía agraria mixles y acequias, al igual que la reutilización de los
ta al ser su funcionalidad doble: el autoabastecimiento
lugares con fines no poblacionales (lagares, cuay la comercialización” (Gómez Moreno, 1989). Al
dras, cortijos...), con manifiestas repercusiones
mismo tiempo, el proceso de antropización se suspaisajísticas, transformando la zona de un vergel
tentaba en un particular equilibrio entre los recultivado a una maraña de jarales y monte bajo
cursos forestales y los agrícolas.
(Díaz Morant, 1994).
2.4. Repercusiones de la
Tras la inadaptación de los cristianos viedespoblación/repoblación cristiana.
jos al medio montañoso, en donde no podían
poner en práctica un tipo de explotación típicaLa irrupción del cristianismo en 1456 en la
mente castellana basada en el cereal, llegó el frasosegada vida de los valles de Sierra Bermeja supondrá una serie de profundas transformaciones
caso de la repoblación. También la peor y restringida calidad de las tierras (recordemos que
vinculadas en primer lugar al largo período de
un amplio porcentaje de las mismas pertenece a
enfrentamientos entre cristianos y árabes. Ello significó grandes contiendas y rebeliones como la
suelos de origen peridotíticos o no roturables) y
la situación en la umbría, y exposición a los vienbatalla de Río Verde en la que en sucesivas ocasiones se prendió fuego al monte, de tal forma que
tos fríos del norte, eran factores físicos lo sufilos cristianos viejos llegaron a identificar a Sierra
cientemente adversos (lo que denominaremos
“efecto repulsivo de Sierra Bermeja”) como para
Bermeja como una zona de inseguridad (Acién
Almansa, 1979). Por otra parte, la inadaptación de
convertirlo en un espacio escasamente poblado
la agricultura y forma de vida castellana a la mon(Gómez Zotano, 2001).
taña, trajo consigo el despoblamiento de numeroSe generó así una disparidad en la consisos núcleos de población y consiguientemente el
abandono del uso tradicional que hasta entonces
deración de Sierra Bermeja como área atractiva
se venía haciendo del monte.
o repulsiva para la población que produjo un
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SIERRA BERMEJA Y SUS CONFLICTOS DE USO
importante proceso de reajuste demográfico resultado del cual los mudéjares serán relegados a
la Serranía. Aquí radica la importancia de este
proceso medieval para la consolidación de un modelo de explotación del monte, que supuso una
profunda reestructuración que perdurará en sus
componentes básicas hasta el siglo pasado. El sistema, que se inició con el abandono del monte,
paulatinamente irá reincorporando, en función
de los acontecimientos posteriores, una nueva
integración de éste en las actividades económicas, incluyendo diversas adiciones de carácter
puntual y algunos cambios sustanciales propiciados por impulsos externos al sistema.
2.5. El Siglo XVIII.
cartografiar las masas más homogéneas de usos
y aprovechamientos, y presuponemos que el vacío informativo que registra el resto del territorio se dedicaba a un uso mixto de arboricultura
con intercalaciones de cultivos y frondosas (alcornoques, quejigos y encinas) si nos informamos en las fuentes antecedentes y subsiguientes. Esta ordenación de usos es extrapolable a la
fachada meridional, aunque a la altura de
Estepona, sin embargo, “están vestidas las faldas
de esta Sierra de pinos bravíos” (Tomás López, 1780,
respuestas de Manilva), mientras que buena parte de los bosques de alcornoques ya habían sucumbido ante la vid. Igualmente, todos los arroyos que bajaban de la Sierra tenían grandes riberas de huertas y se continuaba con las actividades mineras de la Sierra de la Utrera. De forma
particular cabe destacar la Real Fábrica de Hoja
de Lata de San Miguel, que supuso una temprana
implantación industrial y tuvo una gran repercusión en el monte a raíz de la explotación sistemática de sus recursos tradicionales: agua del Río
Genal y leña, afectando gravemente a los castaños de P ujerra, que se talaron indiscriminadamente (Alcalá Zamora, 1974 y Rodríguez
Martínez, 1977).
A través de un sosegado discurrir de acontecimientos llega a conformarse un modelo de usos
y aprovechamientos del monte bien reflejado tanto en el Catastro del Marqués de la Ensenada de
1752 como en el Diccionario de Andalucía de Tomás López (1780). Éste, al igual que en otras montañas malagueñas, estará basado en la agricultura
de cultivos leñosos, así como en el aumento de las
roturaciones clandestinas que permitieron la expansión de la tierra cultivada, aunque hubo tres activiFigura Nº2 – Plano de Tomás López en que aparece Sierra Bermeja
dades, tal y como analiza
Gómez Moreno (1989), que
complementarán la utilización del monte: la recolección, la ganadería y la industria.
Destacaremos la inusual perspectiva de Sierra
Bermeja que nos ofrece el
Diccionario de Tomás
López (plano de Benalauría)
(fig.2), que diferencia claramente entre la masa de pinares sobre peridotitas,
dedicada al aprovechamiento forestal, y el resto
de monte de litología
gnéisica y esquistosa con
frondosas y otros usos
agrosilvopastorales entre
los que sobresalen el cultivo de la vid en torno a
Jubrique y los castañares de
Pujerra. Además, si hacemos un análisis en detalle,
existe una representación
insólita de lo que podría ser
un pinsapo, coincidente en
este caso con el pinsapar de
Los Reales de Genalguacil.
Este documento se limita a
(Fuente: Diccionario de Andalucía, Plano de Benalauría Mss.7.303. Biblioteca Nacional).
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SIERRA BERMEJA Y SUS CONFLICTOS DE USO
2.6. El Siglo XIX.
A grandes rasgos, el panorama productivo apenas cambia desde el Catastro de Ensenada, ya que en este período se acusará un cambio
más cuantitativo que cualitativo, pues tras un
deterioro de la zona en los últimos dos milenios,
los bosques de Sierra Bermeja sufrirían una decadencia aún mayor a raíz de la Guerra de la Independencia y el subsiguiente auge demográfico, que trajo consigo la necesaria expansión de
los cultivos hasta entonces conocidos (esencialmente la vid) y del pastoreo, así como una mayor extracción de leñas y carbones. El aumento
de la población rural afectó sobre todo al
piedemonte poblado de alcornoques como consecuencia de la puesta en cultivo de nuevos terrenos esquistosos para la vid, una sobreexplotación que transformó inadecuadamente tierras
marginales desde el punto de vista agrícola y de
gran calidad ambiental.
Por otra parte, el proceso desamortizador
agudizó esta sobreexplotación al “legalizar” las
roturaciones clandestinas y realizar algunos repartos de tierras tanto por las necesidades de
los vecinos como para el mantenimiento de los
soldados de la Guerra de la Independencia
afincados en la zona. Esto supuso el descuaje de
los montes arbolados y el aprovechamiento agotador de los matorrales sucedáneos. Sin embargo, la mayor sobreexplotación de Sierra Bermeja
vino como consecuencia de la enajenación de los
montes de Propios de Marbella, tan protegidos
anteriormente de las roturaciones clandestinas.
En ellos se instalaron las voraces ferrerías de El
Angel y La Concepción, aprovechando la corriente hidráulica de Río Verde, el grafito de los abundantes yacimientos de la vecina Sierra Blanca y la
madera de los espesos bosques de Sierra Bermeja. En tan sólo los primeros cinco años de actividad de la empresa La Concepción se cortaron casi
600.000 pinos de la Sierra del Real (García
Montoro, 1979), aunque actualmente los resultados de la deforestación son más evidentes en
la Sierra de las Apretaderas. Pero sus efectos llegaron aún más lejos, ya que como apunta Madoz,
se generalizó tanto la práctica del carboneo que
hasta todos los vecinos de Benahavís se dedicaban a la arriería, transportando carbón a las fundiciones de Río Verde, a las que hay que añadir
otra pequeña fábrica de hierro en Genalguacil,
denominada San José.
Aquellos montes que quedaron libres de
la tala tuvieron dos tipos de tratamiento: por una
parte, los montes silíceos, con bosques de alcornoques y castaños, se conservaron para mantener los aprovechamientos de madera y corcho,
mientras que en los más escasos enclaves cali-
10 CILNIANA
zos, se practicó el aclareo y adehesamiento para
montanera en Monte Mayor y alrededores, aunque en Sierra Crestellina, en razón de una mayor
pendiente, se hizo un primer descuaje para
carboneo que preparó el terreno para la explotación de un intenso pastoreo por parte del ganado caprino. Ello significó la extensión, al igual
que en otras muchas sierras andaluzas del paisaje de blancos roquedos desnudos donde anteriormente existían zonas boscosas (Ruiz de la
Torre y otros, 1993). En las peridotitas se mantuvo el monte alto en función de un aprovechamiento maderero de los pinos, utilizados tanto
para la construcción de edificios, como para carena de los buques y leña para los hornos.
Son numerosas las voces que aluden a la
explotación de esta sierra en el Diccionario de
Madoz (1845-1850). Se plantaron numerosas viñas y frutales en lugar de los alcornoques, hubo
numerosas explotaciones mineras entre las que
estaba la del cerro de Natias, considerada la más
importante mina de lápiz plomo de España, varias fábricas de tejas y ladrillos y casi 100 de
aguardiente con más de 500 casas bodega donde se recogía el vino y el aguardiente de la cosecha, aunque sólo Jubrique poseía 400 de ellos.
En este sentido hemos extraído un párrafo bien
ilustrativo respecto al uso de terreno de este último pueblo: “es también pedregoso y de secano en
lo general; pero muy fructífero para viñedo de que
está plantado sin esceptuar las porcioncitas de tierra
que hay entre las rocas. En los riachuelos y arroyos se
encuentran bastantes huertas pequeñas muy bien cultivadas, así como lo está todo su término escepto los
bosques de chaparros y pinos; uno de aquellos que se
cortó hace pocos años llamado Estercal, se halla ya
casi todo puesto de viñas que prosperan bastante y
sigue roturándose el resto. Todo el pinar de Sierra
Bermeja se utiliza en sacar madera, leña y carbón;
siendo tan abundante, que aunque continuamente se
le estraen estos artículos, apenas se conoce la falta de
los que se cortan: su administración está a cargo del
ayuntamiento, sin que haya empleado alguno para
su custodia”. Esta abundancia de recursos resalta
entre el resto de los montes públicos provinciales, destacando el 1.003.015 arboles (pinos, alcornoques, encinas y quejigos) de Jubrique, los
200.000 pinos de Estepona, los 45.120 de
Genalguacil (pinos, alcornoques y quejigos), etc.,
un total de 1.251.135 árboles de Sierra Bermeja
frente al 1.840.491 del total provincial, lo cual
supone casi el 70% de la masa forestal de todos
los montes comunales y de propios malagueños,
que evidencia la importante disminución de los
mismos a raíz de su enajenación.
En conjunto, durante el S.XIX predominará una economía agraria fundamentalmente
vitivinícola apoyada en una pequeña y mediana
SIERRA BERMEJA Y SUS CONFLICTOS DE USO
Actualmente la degradación del monte se produce al urbanizar sobre los escasos restos de alcornocales o en las cumbres de empinados
cerros de alto valor paisajístico, para lo cual se procede bien a la quema de numerosas hectáreas de bosque o bien al desmantelamiento de
montañas, caso este último del Cerro Artola y su urbanización sobre el rebautizado Monte Halcones. Anteriormente eran los aprovechamientos
los que se adaptaban al monte, hoy el monte es discordante con los usos.
propiedad y orientada hacia la comercialización
de sus producciones, por lo que hay una cierta
prosperidad del campesinado en función de un
activo comercio de productos agrícolas y sus derivados (vinos y aguardiente). Este aumento de
la superficie cultivada produjo una fuerte expansión del hábitat rural disgregado unido a la explotación agrícola. El extenso Nomenclátor de
1860 constata la gran presión que esas explotaciones, encabezadas por 1385 casas y edificios,
supusieron para Sierra Bermeja (Gómez Zotano,
2001), así como la importancia que la vid tenía
como base económica de este monte.
Pero el último tercio del siglo traerá consigo una regresión y profunda crisis económica,
social y demográfica, debido al desmantelamiento
de las ferrerías y la entrada de la filoxera que desmoronan el débil mercado comarcal, propiciando el abandono del campo y la sucesiva concentración del hábitat en los núcleos principales,
mientras que los montes desarbolados se aprovecharán para recoger esparto, así como para la
caza menor y la ganadería extensiva.
2.7. El Siglo XX.
A pesar de todo, Sierra Bermeja mantendrá hasta el S.XX un alto porcentaje de masa forestal, generalmente ligada a grandes propiedades privadas y monte público. Esto se vio reforzado a principios de siglo por una política de
reforestaciones llevadas a cabo con diferentes finalidades. Entre ellas, destacan por su extensión
las repoblaciones de pinus pinaster y las menos
adecuadas ecológicamente hablando, plantaciones posteriores de pinus radiata, que han alcanzado un notable desarrollo en función de un excelente rendimiento forestal en Anicola, una antigua zona de quemas itinerantes para aprovechamiento ganadero. Aunque históricamente, la
explotación forestal más significativa superficialmente ha sido “La Resinera”, empresa dedicada
a la extracción de resina y madera del pino negral.
Sin embargo, los aprovechamientos forestales, ante la falta de precios y mercados para
sus productos, tendieron a ser abandonados excepto en Anicola, lo que se tradujo en un factor
de riesgo ambiental al generar una excesiva
densificación de los vuelos del monte y una abundante acumulación de materiales muertos de fácil combustión y reserva de enfermedades y plagas. Este abandono de las explotaciones ha repercutido negativamente sobre la frecuencia, extensión e intensidad de los incendios forestales,
produciéndose un aumento alarmante de los mismos que han arrasado Sierra Bermeja con una
recurrencia media, según Vega Hidalgo (1999),
de 14,5 años.
El abandono del monte se fue acelerando
con el declive continuado de la agricultura y el
inicio de una nueva actividad, el turismo, que a
CILNIANA
11
SIERRA BERMEJA Y SUS CONFLICTOS DE USO
mediados de siglo dará el definitivo golpe de gracia al tradicional uso del monte. Se iniciará un
proceso de matorralización testigo de una agricultura que nunca más llegaría a rehacerse en la
fachada litoral de la Sierra. Sin embargo, la vertiente interior sufrirá las consecuencias indirectas de este fenómeno con un fuerte retroceso
poblacional de los núcleos rurales y un abandono de los usos y aprovechamientos tradicionales. Esta dislocación hará que de nuevo la sombra invada la cara norte de Sierra Bermeja y no
sea la suya propia, sino la de un fenómeno ya
bien conocido por todos: el despoblamiento, un
deslizamiento demográfico hacia la costa, que
actuará como área de influencia del conjunto del
macizo, reordenando con intereses externos, individuales o especulativos la antigua organización tradicional.
Por el contrario, a finales de los 80, coincidiendo con el colapso urbanístico de la franja
litoral, surgirá en la cara sur otro fenómeno que
prosigue con más fuerza que nunca en el siglo
XXI y que cambiará el concepto de uso del monte, pasando éste de ser un espacio marginal y
olvidado, a convertirse en un espacio codiciado
de primer orden en la organización territorial impuesta por el turismo; el modelo actual del
poblamiento litoral mantiene una clara tendencia expansionista que afecta a cualquier rincón
remoto del piedemonte de Sierra Bermeja.
Los mecanismos monetarios que engranan esta urbanización del monte se basarán en
la búsqueda de rápidas rentas de situación relacionadas con los precios del suelo, lo cual ha ace-
to en el piedemonte forestal como en los poblados tradicionales, difiere por zonas, ya que en el
caso de Estepona o Casares, su población invierte los capitales generados por la actividad turística en la autoconstrucción de la segunda residencia en los montes circundantes, mientras que
las grandes fincas de alcornoques o pinos ubicadas en torno a Benahavís se transformarán en
exclusivas urbanizaciones de lujo anejas a estratégicos campos de golf que revalorizan el suelo
(La Zagaleta o Monte Mayor), o bien serán
abandonadas a la espera de una suerte similar
(La Máquina o La Resinera).
Esta situación se ha visto favorecida
coyunturalmente por el hecho de que a pesar de
existir una dinámica socioterritorial homogénea,
los distintos municipios no han desarrollado una
legislación uniforme y definida al respecto, amparándose en la existencia de unas figuras de protección supramunicipales permisivas que se
desvinculan de proteger parajes del piedemonte
meridional de Sierra Bermeja de gran interés ambiental (véase el Plan Especial de Protección del
Medio Físico de la Provincia de Málaga), y que a
posteriori han sido urbanizados en función de un
planeamiento municipal depredador dirigido por
la misma administración provincial que ejecutó el
mencionado PEPMF. Por otra parte, los municipios
rurales del monte, de acuerdo con Rodríguez
Martínez (2000), mantendrán una marginalidad
derivada de los grandes planes estratégicos estatales y regionales de Obras Públicas e infraestructuras, que a su vez, planifican la montaña en
función de las necesidades urbanas del litoral al
suministrar gratuitamente una serie de recursos
sin reparar en la conservación del patrimonio natural. En este marco se han construido, por citar
algunos ejemplos, la Autopista del Sol o el Embalse de La Concepción, del que se prevé una próxima ampliación y la polémica presa de Gaucín, que
inundará buena parte del Valle del Genal.
En la otra cara de la moneda, Sierra Bermeja se acogerá a algunas iniciativas comunitarias que intentan promover el desarrollo rural
de las zonas de montaña más desfavorecidas
(Leader I y II; Serranía de Ronda), así como mejorar la protección ambiental con la declaración de
Lugares de Interés Comunitario (LIC de Los Reales de Sierra Bermeja, Sierra Bermeja y Real y Sierra Crestellina).
Torre Padrón.
lerado el depredador proceso de urbanización difusa caracterizado por la dispersión de un caserío no vinculado al medio rural. Este aumento de
la especulación urbanística sobre el medio rural,
que soporta una fuerte presión edificatoria tan-
12 CILNIANA
Entre otros aspectos positivos de la coyuntura actual destacamos el abandono progresivo de la agricultura marginal, el control de unos
aprovechamientos ganaderos agotadores, el cambio de las fuentes energéticas que han suprimido la práctica del carboneo y, por último, la creación de parques integrados de la naturaleza para
SIERRA BERMEJA Y SUS CONFLICTOS DE USO
uso recreativo, siendo SELWO el caso más significativo con una inversión que asciende a 10.000
millones de pesetas.
3. CONCLUSIONES
El papel desempeñado por Sierra Bermeja
a lo largo de la historia pone de manifiesto el
comportamiento dinámico, cambiante y acomodaticio del modelo de aprovechamiento de este
monte mediterráneo a las más dispares coyunturas geohistóricas. Como se ha podido comprobar, las distintas sociedades confieren un valor
diferente a los recursos dependiendo de la civilización en la que nos encontremos. Todas tienen
como factor común un móvil económico, que
aunque diferente en cada caso, ha estado la más
de las veces vinculado menos al valor de uso que
al valor de cambio. Ya las primeras economías
imperiales pusieron las bases de una filosofía
sobre la ordenación del territorio que convertía
a este monte en un espacio subsidiario de otras
economías externas.
En segundo lugar y en relación con lo anterior, es significativo el vínculo que Sierra Bermeja siempre ha mantenido con el mar; de él llegaron los habitantes que la supieron cuidar, y
junto a él se instalaron aquellos que, explotando
el monte, volcarán su vida en la llanura litoral. En
consecuencia, de la “campiña” siempre han surgido las iniciativas que de una u otra manera han
determinado el devenir de esta montaña.
La breve exégesis histórico-evolutiva del
uso de Sierra Bermeja permite observar igualmente cómo el hombre, desde antiguo, ha actuado
de forma selectiva en el manejo de la cubierta
arbórea y actualmente hay numerosas transformaciones relícticas de tiempos pasados. Se han
ido explotando los recursos del monte adaptándolos a la capacidad técnica y las propias necesidades de desarrollo y bienestar de cada civilización que ha pasado por estas tierras. El resultado final es un paisaje mediterráneo sumamente
complejo que ha compatibilizado numerosos
usos agrosilvopastorales a partir de la transformación del bosque primitivo, fomentando la expansión de las especies más rentables en detrimento de otras y adecuando cada una de ellas a
los substratos que generalmente son más idóneos para su aprovechamiento (alcornoques sobre gneises y micaesquistos, pinos resineros sobre peridotitas, acebuches sobre margas y algarrobos sobre calizas).
Todo este proceso ha dado lugar a una
importante degradación del monte, que ya en
el S.XIX se concreta en su destrucción masiva
en relación con la incipiente revolución indus-
trial de la zona. En cualquier caso, durante siglos, estos recursos se consideraron inagotables, siendo explotados sin más limitaciones que
las inherentes al grado de desarrollo de cada
civilización, algo que ha ido incrementándose
hasta la actualidad, en la que parece que no hay
límites para el hombre en la manipulación de la
naturaleza.
Además, históricamente, los cambios coyunturales de la economía han provocado sucesivos fenómenos de desorganización y
desvertebración de los sistemas precedentes.
Hoy día destaca la organización territorial impuesta por un contexto nuevo, en el que una
vez más, el litoral ejercerá el liderazgo
vertebrador. De esta manera, la gran capacidad
regeneradora de la que hasta entonces había
hecho gala este monte se muestra incapaz, por
primera vez en la historia, de combatir los estragos producidos por el hombre, que lo está
destruyendo todo a su paso y se ampara para
ello en una política justificada en una población
creciente ante la que deben movilizarse todos
los recursos disponibles, sin dar a entender a
esa población que dicha movilización provoca
su destrucción o degradación irreversible. La urbanización está ganando la batalla y el agotamiento al que se ha visto sometida Sierra Bermeja debido a la antigüedad de su poblamiento
no parece remitir, como cabría esperar en relación con la nueva conciencia de desarrollo sostenible emergente.
Históricamente no se han contemplado
en las políticas locales y estrategias forestales
las peculiaridades de este monte, negándole el
peso específico que merece dentro de las políticas medioambientales, como elemento esencial
de estructuración y cohesión territorial con el
resto de la cuenca mediterránea. Esto resulta injustificable hoy día al situarnos en un contexto
europeo, e incluso mundial, de defensa de los
bosques, amparado bajo declaraciones como la
Cumbre de la Tierra de 1992, en Río de Janeiro,
las Conferencias Ministeriales sobre la protección de los bosques europeos de Helsinki (1993)
y Lisboa (1998), o la más reciente Conferencia
Internacional sobre la Conservación y el Uso sostenible del Monte Mediterráneo celebrada en
Benalmádena (1998), paradójicamente, en la Costa del Sol Occidental, donde se puso de manifiesto que “la solución eficaz de los problemas
expuestos requiere la adopción de políticas de
conservación, restauración, educación, participación de la sociedad y de desarrollo armónico,
racional y sostenible”.
Si realmente se asiste a una nueva conceptualización del Monte Mediterráneo por parCILNIANA
13
SIERRA BERMEJA Y SUS CONFLICTOS DE USO
te de nuestra cultura, Sierra Bermeja escapa intencionadamente de ello, ya que los objetivos
de rentabilidad económica que aquí subyacen en
el “manejo” del monte difieren de los de equidad en la distribución de la riqueza y conservación del patrimonio natural y ambiental de los
pueblos que como Benahavís, Marbella,
Estepona, Casares o Manilva están hipotecando
su futuro.
Llama la atención, por otra parte, que en
un contexto científico e institucional en el que
se presta particular atención a la conservación y
el conocimiento de las zonas áridas de la cuenca
mediterránea, se minusvalore la destrucción de
áreas boscosas como ésta, manifestando la primacía de políticas forestales correctivas antes
que preventivas (un buen ejemplo serían los programas de lucha contra la erosión en el sureste
de Andalucía, en el marco de un Plan Forestal
Andaluz que pretende la regeneración de frondosas, frente a la permisividad mostrada ante la
destrucción de la cubierta arbórea de montes
subhúmedos como Sierra Bermeja). La clave de
este desajuste está en que se ha pasado de una
relación de subsistencia mediante el aprovechamiento directo de las materias primas, a una situación en la que el monte se convierte en generador de pingües beneficios relacionados con la
especulación urbanística. De hecho, ante esta situación, y fundamentalmente durante las tres
últimas décadas, nunca se ha alzado una sola voz
en defensa de la conservación de estos recursos
naturales y de su preservación para las generaciones venideras, de modo que éstos escapan a
cualquier tipo de catalogación, mientras que en
otros ámbitos, incluso con la mitad de los
ecosistemas forestales que aquí aparecen, habrían alcanzado un mínimo grado de protección.
No quisiéramos concluir la comunicación, por
tanto, sin que sirviera de reflexión en cuanto al
desinterés mostrado por el colectivo científico
ante unas circunstancias que dan por hecho
como irremediables. Desde nuestro punto de
vista, se trata de afrontar un grave problema que
acucia al monte Mediterráneo en cuanto a su
celeridad e irreversibilidad. De acuerdo con otros
autores (Natera Rivas, 1996 y Galacho Jiménez,
2000), el consumo de suelo derivado de la especulación urbanística presume de ser el motor del
turismo litoral nacional, y en realidad no hace
más que hipotecar un territorio que, además,
constituye como tal el principal recurso del turismo como actividad económica.
Notas
1
Libro tercero de la Geografía de Estrabón que comprende un tratado de la España Antigua.
14 CILNIANA
Fuentes Históricas
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Ensenada (Respuestas Generales correspondientes a Casares
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Parauta, Pujerra, Benahavís e Istán), Archivo General de
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El fin de una dinastía:
LOS DOMÍNGUEZ DE MARBELLA
I. LA HERENCIA DE ANTONIO DOMÍNGUEZ ALBURQUERQUE (1806-1866)
José Luis Casado Bellagarza
Se estudian las propiedades de la familia Domínguez, una de las más poderosas de Marbella durante
varios siglos, pero que a fines del XIX dejará de serlo. En este primer artículo se analizan los bienes
acumulados por Antonio Domínguez Alburquerque y la distribución de ellos a su muerte, acaecida en
1866, prestándose especial atención a las fincas rústicas, tanto en el municipio de Marbella como fuera
de él. En el segundo artículo, que aparecerá en el próximo número de la revista, se describirá la paulatina
pérdida del patrimonio familiar durante la vida del principal heredero, Tomás Domínguez Artola.
Para este trabajo hemos empleado una fuente documental poco utilizada en la historiografía de la Marbella
del Ochocientos, los protocolos notariales, que ofrecen muchas posibilidades para conocer la riqueza,
eminentemente agraria, de la élite local.
FUENTES Y METODOLOGÍA
E
l 19 de marzo de 1870 en la notaría de Francisco de Acosta y Granados se ultimaba el
protocolo número 49 de ese año, un legajo que
comprendía desde el folio 220 hasta el 345, recto y vuelto, lo cual hacía de esta escritura la
más voluminosa de las que hemos encontrado
de este escribano de Marbella. Y no era para
menos, se trataba del reparto de la herencia de
Antonio Domínguez Alburquerque, que había
dejado a su muerte, acaecida cuatro años antes, probablemente la mayor fortuna de
la ciudad. Antonio Domínguez llevaba uno de los apellidos más rancios de la oligarquía local y sus
antecesores durante cuatrocientos años habían ido escalando
los lugares claves del orden social, político y económico de
Marbella1.
Esta información, procedente de la documentación notarial, nos permite enriquecer y
comparar los datos de los bienes de las élites
locales extraídos de las fuentes municipales, especialmente contribuciones o catastros, que se
circunscriben al espacio físico dependiente del
ayuntamiento marbellí. Y no sólo se amplía el
inventario, en este caso de la familia Domínguez,
a las propiedades que tenían fuera de Marbella,
sino que permite valorar de una forma más exacta los que poseían en su lugar de residencia, ya
que las cantidades recogidas por los documentos municipales, tanto en unidades superficiales como monetarias, están
claramente infravaloradas, debido
su carácter fiscal.
Queremos insistir en la
potencialidad como fuente de los
protocolos notariales para conocer la historia local del Diecinueve, y que para otras épocas ha
dado espléndidos resultados,
como la obra de Nicolás Cabrillana
sobre la Marbella del siglo XVI3.
El protocolo citado se titula “Partición de los bienes así vinculados como libres relictos por faTimbre del año 1855 en un
llecimiento de D. Antonio
folio
de escritura pública.
Domínguez y Alburquerque, que fue
Las escrituras públicas permide esta vecindad, entre sus hijos y
ten conocer “desde los aspectos más
herederos D. Tomás, Dª. Manuela, Dª. Francisca
cotidianos de la vida doméstica y de la familia,
y D. José Domínguez Artola”2. Proporciona amhasta el conocimiento de las élites, de su compoplia información sobre las características de la
sición y mentalidades”4. Sus posibilidades fueron
riqueza acumulada por la familia Domínguez,
puesta de manifiesto por la geohistoria rural, priconstituida sobre todo por inmuebles rústicos
mero en Francia durantes los años sesenta y sey urbanos, de los cuales se describe su extententa del siglo XX, y a continuación en España.
sión, en qué lugares de Marbella u otros municipios radicaban esos inmuebles, su precio y las
Y alcanzan un gran valor en las escrituras
cargas que soportaban.
de testamentarías, donde el inventario detallado
CILNIANA
15
LOS DOMÍNGUEZ DE MARBELLA
ahondar en el patrimonio de la burguesía
decimonónica. Precisamente, una escritura de
dote la hemos empleado en la segunda parte del
artículo, al ocuparnos de Tomas Domínguez
Artola.
Por último, debemos hacer una aclaración
en cuanto a las unidades empleadas en este artículo. Las monetarias están en el documento original en escudos pero las hemos convertido en
reales; un escudo equivale a diez reales, ya que
el real es la moneda más usual en esta época, y
permitirá comparaciones más cómodas con otras
referencias. En cuanto a la superficie, el documento recoge la medida tradicional, en fanegas
y celemines, y también la correspondiente al sistema métrico decimal, hectáreas y submúltiplos,
y ha sido la hectárea la unidad que hemos preferido utilizar6.
LOS PROTAGONISTAS:
DE CUBA A MARBELLA
Tomás Domínguez Artola con su madre, Manuela Artola Villalobos.
Archivo Antonio Romero Domínguez
y exhaustivo configura un auténtico balance con
la descripción y tasación minuciosa de los bienes familiares, lo que permite apreciar aspectos
de su evolución, por lo que es una de las fuentes
documentales más adecuadas para el estudio diacrónico de la propiedad. Por todo esto, suponen
La familia Domínguez poseía el 38% de su
patrimonio inmobiliario fuera del municipio
de Marbella.
una fuente indispensable para el estudio social y
económico, tal como han puesto de manifiesto
diversos estudios de historia rural o industrial5.
Precisamente la escritura más utilizada en este
artículo será la de un inventario “post-morten”,
la del citado Antonio Domínguez
Alburquerque.
Otras escrituras,
como las de contrato
matrimonial, al detallar
los bienes de los contrayentes, y de compraventa, también permiten
16 CILNIANA
Antes de pasar al análisis y comentario de los
bienes inventariados vamos a hacer una breve
reseña de las personas que aparecen en el documento de partición de bienes. El principal protagonista es Antonio María Domínguez y
Alburquerque, nacido en La Habana en el año
1806. Como primogénito heredó los privilegios
familiares en 1831, a la muerte de su padre Antonio María Domínguez y Vargas, que había accedido al mayorazgo en unas azarosas circunstancias7, lo que provocó que el patrimonio de
los Domínguez, resentido ya por las pérdidas ocasionadas a causa de la Guerra de la Independencia, se agravara durante esa peculiar transmisión
de la herencia a Domínguez y Vargas8.
Antonio Domínguez y Alburquerque, integrado
plenamente en la vida social y política de la ciudad marbellera, fue alcalde en tres periodos diferentes, en 1836, entre 1840 y 1841 y entre 1846
y 18479. Defendió las tesis del partido progresista, según se desprende de sus actuaciones en
1836 como comandante de la Milicia Nacional o
formando parte de las Juntas Municipales en momentos claves de enfrentamiento con los moderados10.
En el año 1850 Antonio Domínguez, sólo por sus
propiedades en Marbella, declaró unos
ingresos de 15.930 reales que percibía de 34 fincas rústicas
que tiene arrendadas,
más 3.635 reales por fincas que labra él mismo,
de las cuales 2.135 correspondían al Cortijo de
Firma de Antonio Domínguez Alburquerque.
Miraflores que lo tenía
LOS DOMÍNGUEZ DE MARBELLA
en medianería con Francisco Fernández Soto, ya
que Domínguez sólo se ocupaba directamente de
200 olivos en el Cortijo de Miraflores, 280 en el
Cortijo de Guadaiza y 20 en un lugar sin especificar. Las fincas urbanas tenían un líquido imponible
de 3.739 reales, de los cuales 1.369 correspondían a su vivienda de la plaza de San Bernabé, en
el interior del castillo de la ciudad11.
Unos años más tarde, en 1865, Antonio
Domínguez aparece en tercer lugar entre los mayores contribuyentes del municipio de Marbella,
tras Pedro Artola Villalobos12 y Lucio Chapestro
Jiménez, con una contribución anual de 4.277
reales. Completan la lista hasta el número quince las personas siguientes13:
Francisca Domínguez Artola estaba casada con
el marbellero de origen Joaquín Chinchilla y Díez
de Oñate, también abogado y dedicado a la política14. Una hermana de Joaquín, Pilar Chinchilla y
Díez de Oñate, se casó con José, el menor de los
hermanos Domínguez Artola. Estos matrimonios
son una muestra de la endogamia en una pequeña ciudad como era la Marbella del Diecinueve,
matrimonios previstos y efectuados para mantener el estatus social y económico.
Otro personaje que aparece en el documento es Pedro Artola Villalobos, hermano de
Manuela Artola. Fue alcalde de Marbella durante
muchos años15, y su fortuna estaba entre las mayores de la ciudad. A través de vínculos familiares los Domínguez estaban entrelazados con las
personas detentadoras del poder local y contaban también con lazos personales y políticos a
nivel provincial y nacional.
CUATRO AÑOS PARA RESOLVER
EL TESTAMENTO: 1866-1870
Antonio Domínguez Alburquerque falleció
el 4 de septiembre de 1866. El 29 de octubre acudieron al juzgado de Marbella Joaquín Chinchilla e
Ignacio Fernández como esposos de Francisca y
Manuela Domínguez Artola, acompañando partida del sepelio y copia del testamento del finado,
que lo había otorgado el 16 de julio de 185516,
para solicitar juicio voluntario de testamentaría.
En representación de los menores de edad, Tomás
y José, acudió su tío Pedro Artola Villalobos, que
aceptó el cargo de “curador” de ellos17.
De su matrimonio con Manuela Artola
Villalobos, perteneciente a otra familia de la oligarquía local, celebrado el 14 de mayo de 1834,
tuvo seis hijos: Antonia, Manuela, Francisca, Tomás, José y Rafael, de los cuales habían fallecido
en el momento del reparto de la herencia, en
1870, Rafael, a los 3 años de edad, y Antonia,
que murió sin descendencia a los 29 años, dejando como viudo a Joaquín Gómez y Rodríguez,
capitán de carabineros.
Se establecieron una serie de acuerdos,
entre ellos que los menores Tomás y José
Domínguez Artola vivirían en la casa familiar, administrada por su cuñado Joaquín Gómez (viudo
de Antonia), posteriormente se le sustituyó por
Antonio Fernández Matoso; se nombraron dos
peritos por parte de Tomás, uno para fincas urbanas y otro para rústicas, y otros dos por parte
de los demás herederos para evaluar las propiedades; y se acordó una pensión alimenticia mensual para Tomás de 1.000 reales, y otra para José
de 320 reales.
De los cuatro hijos vivos, en el citado año
de 1870, el mayor era Tomás Domínguez Artola,
nacido en Marbella en 1843, había contraído
En octubre de 1868, durante otro trámite
matrimonio el 23 de abril de 1866 con Rosalía
del juicio de testamentaría, los herederos declaSalcedo Roldán, natural de Cártama, cuando él
raron que no había a la muerte del testador dinecontaba 23 años y
ro en metálico, alella 17. Manuela
hajas, frutos,
Domínguez ArtoAntonio Domínguez invirtió, en 1847, en reedificar semovientes ni
la, casada con el
efectos públicos,
la vivienda familiar de la plaza de San Bernabé,
abogado Ignacio
y se nombró un
en el interior del castillo de Marbella, la suma
abogado para la
Fernández de la
liquidación y reSomera, vivía en
de 175.030 reales.
parto de los bieMálaga en 1870.
CILNIANA
17
LOS DOMÍNGUEZ DE MARBELLA
nes. Como en el archivo familiar no se encontraban títulos de las propiedades, se tuvieron en
cuenta el testamento y las anotaciones de los registros de propiedad de los lugares donde se encontraban las fincas, las notas de los libros del
archivo y los datos que aportaron los interesados. También se acordó capitalizar los censos al
seis por ciento.
censos impagados se unieron los plazos
devengados por los préstamos, por lo tuvo que
vender una parte del patrimonio familiar, que intenta justificar dada la obligación conservacionista que debía guardar el titular de un mayorazgo, así en su testamento explica que fue
debido “a ciertas urgencias que me ocurrieron
en varias ocasiones”18.
LA GESTIÓN DEL MAYORAZGO POR PARTE
DE ANTONIO DOMÍNGUEZ ALBURQUERQUE
El valor total de los inmuebles enajenados
fue de 352.947 reales19, de los cuales 100.000 reales a fincas en Vélez-Málaga20, otros 100.000 a un
cortijo en Badolatosa (Sevilla)21, 115.000 a un cortijo de Belmonte (Cuenca), 5.200 a una casa en
Málaga, y el resto, 32.747 reales a varias fincas de
Marbella22, como una cerca en Río Verde que vendió a Simón González por
19.000 reales y el cortijo de
“La Dehesilla”, en Río Real,
que cedió a Francisco Rosado
por 5.000 reales 23. Antonio
Domínguez optó por enajenar, sobre todo, propiedades
que poseía fuera de Marbella,
aunque desprenderse de ellas
supusiera perder vínculos tan
antiguos como los que su familia poseía desde generaciones en Belmonte24.
Antonio Domínguez Alburquerque tuvo
que solventar las dificultades económicas heredadas, dadas las circunstancias en las que su padre llegó a la titularidad del mayorazgo. A los
A pesar de haber adquirido diversas propiedades
a lo largo de su vida, 6 fincas
rústicas25 por 84.910 reales
y 4 urbanas26 por 86.098 reales, la diferencia entre compras y ventas resulta negativa en 181.939 reales.
Los censos adquiridos por Domínguez suponían 71.760 reales a favor,
siendo el mayor uno de
50.000 reales correspondiente a la finca que vendió
en Vélez-Málaga, mientras
que los nuevos censos en
contra ascendían a 15.024
reales. En este apartado el resultado es positivo por
56.376 reales.
Manuela Domínguez Artola. Archivo Antonio Romero Domínguez
18 CILNIANA
Comparando ambos
resultados la pérdida patrimonial supone 125.203 reales, pero si contabilizamos
los 175.030 reales que gastó en la reconstrucción de la
casa solariega del castillo de
Marbella, en el año 1847, re-
LOS DOMÍNGUEZ DE MARBELLA
sulta un saldo favorable de
49.827 reales.
una nobleza secundaria que claudica ante el empuje de los nuevos tiempos29. Un ejemplo puede ser ilustrativo, el único cultivo que ejercía directamente Antonio Domínguez era el del olivar, prueba de su rentabilidad30,
y gozaba del monopolio del proceso de molienda: el único molino de aceite del término municipal estaba en su Cortijo de
Miraflores. Pues bien, en el año
económico de 1864 a 1865 Tomás Heredia comienza a moler en
un nuevo molino de aceite en Las
Chapas 31. Los tentáculos de la pujante burguesía malagueña llegaban a todos los sectores económicos.
Este balance, a pesar de
su provisionalidad y simplicidad,
se puede considerar poco satisfactorio después de 35 años al
frente del mayorazgo, y más negativo aún si lo comparamos con
la gestión de sus antepasados27.
Se puede entender por las obligaciones dinerarias heredadas de
su padre, y que habría que ponderar a la luz de un conocimiento más exacto de esas obligaciones y de otros datos procedentes de la actividad de Antonio
Domínguez, pero también hay
Timbre del año 1870 en un folio
que tener en cuenta una serie de
de escritura pública.
factores externos, como el cambio socioeconómico experimentado en el muniDISTRIBUCIÓN Y REPARTO
cipio marbellí en el segundo tercio del OchoDE LA HERENCIA
cientos.
La fortuna de Antonio Domínguez ascenQuisiéramos reflexionar, aunque sea ligedía en el momento de su muerte a 2.442.675 rearamente, sobre esos factores, pues la mercanles Las fincas rústicas y urbanas se valoraron en
tilización económica que se producía en Andalu2.404.437 reales, el 95% de la fortuna familiar, el
cía durante el afianzamiento del Régimen Liberal
otro 5% estaba constituido por muebles, 24.690
tuvo una gran repercusión en la actividad socioreales, y censos a favor por valor de 103.044 reaeconómica de la Marbella de mediados del XIX.
les, capitalizados al 6%. En el pasivo los censos
No estamos hablando únicamente de medidas gesuponían 84.496 reales.
nerales, como la desvinculación o la desamortización, de las que sabemos muy poco sobre su
aplicación concreta en el municipio, sino sobre
lo que podríamos calificar como una irrupción
brutal del capitalismo en las estructuras económicas de Marbella. Desde comienzos del siglo la
minería irrumpe con fuerza, sobre todo en los
pueblos limítrofes de Ojén y Benahavís28. La creación de las ferrerías de Río Verde, El Ángel y La
Concepción, desequilibró no sólo la ecología de
toda la comarca, con una deforestación brutal de
De esas cantidades, 2.089.683 reales colas sierras colindantes, sino el aprovechamiento
rrespondían a bienes vinculados al mayorazgo de
silvoforestal y el propio mercado de trabajo con
los Domínguez, y 442.488 reales a bienes consiel empleo de gran número de jornaleros y arriederados de libre disposición. Del total de la heros. El capital invertido para aplicar las nuevas
rencia la mitad correspondió al primogénito, Totecnologías al proceso siderúrgico fue elevado y
más, y la otra mitad se repartió a su vez entre los
arriesgado, aportado por forasteros que no encuatro hijos. Como Tomás tuvo también aquí su
contraron resistencia entre la oligarquía local,
parte, cinco octavas partes de la herencia fueron
como antaño había encontrado el belga Enrique
para Tomás y una octava parte para cada uno de
sus tres hermanos. A falta de que los hermanos
Grivegnée en sus negocios del azúcar. Los hacense compensaran las cantidades, la distribución
dados locales, en este caso Antonio Domínguez,
tuvo el siguiente resultado32:
no participaron en estas empresas, –¿falta de liquidez?, ¿miedo al riesgo?–, y la nueva economía de Marbella pasa a control de manos extrañas, que cuenta con el apoyo interesado de un
nuevo grupo social, formado por apoderados, administradores, transportistas, que van ocupando puestos en la administración local, nuevos
apellidos de burgueses que sustituyen a los de
CILNIANA
19
LOS DOMÍNGUEZ DE MARBELLA
El valor de
nº. 6 de la plaza de
los inmuebles era La finca de más valor era el Olivar de Guadaiza, la Constitución,
de 2.404.437 reales,
aunque el precio
tasada en 124.750 reales, mientras que el
véase cuadro nº. 1.
medio oscilaba encercano cortijo de La Campana ocupaba el
De esta cantidad cot re
15.000
y
rrespondían a pro- tercer puesto con 74.840 reales. Entre ambos el 20.000
reales.
piedades en el mu- segundo puesto, con 120.000 reales, era para el Además de casas,
nicipio de Marbella
poseían un solar
cortijo de Miraflores.
1.489.322 reales,
en la calle Solano,
un 61,9%. A pesar de
760 reales, y un allas ventas efectuamacén en la playa,
das los Domínguez poseían un número conside20.240 reales.
rable de fincas, rústicas y urbanas, fuera del término municipal de Marbella, por un valor de
Mención aparte merece la vivienda fami915.115 reales, un 38,1 % de la totalidad, corresliar del castillo que, con algo más de 1.500 mepondiendo un 10,1% a casas en la ciudad de Mátros cuadrados, ocupaba el nº. 1 de la plaza de
laga, y el resto repartidos entre fincas rústicas de
San Bernabé, en la cual Antonio Domínguez inIstán, Ojén, Ronda, Casarabonela y Puente Genil,
virtió en reedificarla, en el año 1847, la nada desaunque sobre todo estaban concentradas en Istán
preciable suma de 175.030 reales, lo que le dio
y Puente Genil, con un 10,1 % y 11,7 % respectiun valor total de 200.080 reales34. La cantidad
33
vamente .
gastada en la casa solariega está justificada no
sólo por su aspecto puramente material, sino por
FINCAS URBANAS
la representación del poder secular de los
Domínguez. No en vano Melchor Domínguez InEn Málaga poseían quince viviendas, doce
fante Wasconcelo, fundador del mayorazgo, hade ellas correlativas en una misma calle, la del
bía acogido en ella al rey Felipe IV durante su
Arco, otras dos en la calle Angosta y una en la
visita a Marbella en 162435.
calle Montalbán. El precio, muy regular, oscilaba
entre 15.000 y 18.000 reales por casa. En total
FINCAS RÚSTICAS
sumaban algo más de 240.000 reales, un 10% de
la fortuna inmobiliaria familiar.
De las fincas de Puente Genil no conocemos su extensión, pero dos de ellas, a juzEl otro grupo de propiedades urbanas lo
gar por su precio, debieron de tener un tamatenían en la propia ciudad de Marbella y doblaba
ño importante. El cortijo Pastrana, con 1.224
en valor a las casas de Málaga, con un 20,8% del
encinas, se valoró en 133.160 reales, y el
patrimonio, casi medio millón de reales invertiNaviecillo, con 2.914 encinas, en 142.460 reados en 14 inmuebles de muy desigual precio, que
les. Otras tres propiedades de mucho menos
van desde los 5.421 reales de una casa en la calle
valor completaban las fincas de los Domínguez
del Mar hasta los 61.770 en que se tasó la casa
en el municipio cordobés.
CUADRO Nº 1
Fuente: véase nota nº. 33. Elaboración propia.
20 CILNIANA
LOS DOMÍNGUEZ DE MARBELLA
Tomás Domínguez con su esposa, Rosalía Salcedo, a los pocos días de su boda. 1866.
Archivo Antonio Romero Domínguez.
CILNIANA
21
LOS DOMÍNGUEZ DE MARBELLA
En Ronda, los Domínguez poseían un solo
cortijo, Tello el Chico, en el entorno de Ronda la
Vieja (Acinipo), de 95 hectáreas y valorado en
66.253 reales. En Casarabonela la huerta de
Hinestrosa, apellido de antecedentes familiares,
valía 23.230 reales, que unido a dos hazas pequeñas suponían un total de 35.660 reales y
11.537 metros cuadrados.
En Ojén, el montante alcanzaba 49.550
reales y 3,9601 ha, que se repartía entre 7 pequeñas propiedades cercanas a Río Real. La mayor de las fincas ojenetas ocupaba una superficie de 11.800 metros cuadrados y valía 14.310
reales, mientras que la menor, de 2.147 metros
cuadrados, era la más barata con un precio de
2.400 reales.
En Istán radicaba una parte considerable
del patrimonio de los Domínguez, un 10,1 % equivalente a 242.090 reales. La peculiaridad de las
fincas panochas residía en su gran número, nada
menos que 60, y en su reducido tamaño36. La
superficie media del predio era de 3.790 metros
cuadrados, siendo el de menor superficie uno
cercano cortijo de La Campana ocupaba el tercer
puesto con 74.840 reales y casi 38 hectáreas. Entre ambos, el segundo puesto, con 120.000 reales, era para el cortijo de Miraflores que, cercano a las 16 hectáreas, tenía el lugar número catorce por su tamaño.
Pero es que, como ya dijimos, el precio
no se corresponde únicamente con la extensión
de la finca. El cortijo de Miraflores es un buen
ejemplo de esas otras características que originan el precio final de una propiedad, pues hay
que tener en cuenta la calidad de la tierra, si es
de secano o de regadío, el tipo de cultivo, si posee o no árboles, lo abrupto del terreno, la facilidad de transporte, la cercanía a la ciudad de
Marbella, y otros elementos que concurrían en
Miraflores, como una buena casa, instalaciones
auxiliares de establos, almacenes, y complementos industriales como el molino de aceite.
El cortijo de Miraflores se fue convirtiendo paulatinamente en residencia habitual de los
Domínguez37. Ubicado en un lugar más sano que
la antigua casa solariega del castillo, ofrecía amplias posibilidades de recreo
para los miembros de la familia, con un espacioso jardín en
En Istán radicaba una parte considerable del patrimonio de los
su lado sur38. Además, la ciuDomínguez, un 10,1 % equivalente a 242.090 reales.
dad de Marbella había crecido
La peculiaridad de las fincas panochas residía en su gran número,
y la calle Ancha, eje de expannada menos que 60, y en su reducido tamaño.
sión sur-norte, conducía directamente a la Fuente del Prado,
lugar desde donde el cortijo se
de 536 y el mayor de 11.806 metros cuadrados.
convirtió en una atalaya, simbólica, de dominaEn cuanto a su valor, hemos obtenido una media
ción sobre la ciudad, sustituyendo a la antigua
de 4.034 reales por finca, siendo la más barata
del castillo, reflejo del cambio de poderes opeuna de 750 reales, y la más cara una de 9.700
rado, donde el valor del dinero representado por
reales, pero no debemos asociar como regla gela burguesía decimonónica, y su consiguiente inneral tamaño con precio, pues otras caracterísfluencia económica y política, iba sustituyendo
ticas de la finca, en primer lugar si poseía riego
a los valores de la antigua nobleza de sangre.
o no, influían en su valoración. Hay que considerar, que la explotación de estas pequeñas finObservamos una distribución espacial de
cas supondría una mayor complejidad por exislas fincas que a grandes rasgos se repite en otros
tir un numeroso grupo de colonos.
grandes propietarios del municipio, algunas
huertas cerca de la ciudad, y fincas de mayor exObviamente, las fincas rústicas enclavatensión repartidas por el resto del territorio mudas en Marbella, por su elevado valor, 990.378
nicipal.
reales equivalente a un 41,2 % del inventario, y
por su extensión, algo más de 437 ha, constiEl caso de Domínguez se caracteriza por
tuían la base de la riqueza agrícola del mayorazla posesión del cortijo de Miraflores, elemento
go de los Domínguez, por lo que nos detendredestacado muy próximo al núcleo urbano, y los
mos algo más en su comentario, con la ayuda
grandes cortijos de La Campana y Olivar de
del cuadro siguiente, en el que se recoge el tipo,
Guadaiza en la zona más fértil de las tierras de
el nombre, la situación, la superficie y el precio
Poniente. Otras propiedades se reparten entre
de cada una de ellas.
Benabolá, Guadalpín, Valdeolletas y Las Chapas.
En esta última zona los predios son de gran exLa finca de más valor era el Olivar de
tensión pero de menor valor, ya que su aproveGuadaiza, tasada en 124.750 reales por algo más
chamiento son tierras de secano y de aprovede 36 hectáreas de extensión, mientras que el
chamiento silvoforestal.
22 CILNIANA
LOS DOMÍNGUEZ DE MARBELLA
CUADRO Nº 2
Fuente: nota nº. 33. Elaboración propia. La superficie en ha, el precio en reales.
*Fincas adquiridas por Antonio Domínguez Alburquerque.
Notas
Los Domínguez, procedentes de Vejer de la Frontera, llegaron a Marbella con las tropas castellanas que ocuparon la
ciudad en 1487. Melchor Domínguez, fundador del mayorazgo
1
de su apellido, compró el cargo de regidor en 1607. Sus sucesores ocuparon oficios en el ayuntamiento, en la milicia, en la recaudación de impuestos, que les permitió incrementar su poder
y riqueza. El relato de los hechos lo podemos conocer por Antonio Romero Domínguez (1996), descendiente y estudioso de
CILNIANA
23
LOS DOMÍNGUEZ DE MARBELLA
la historia familiar.
2
Archivo Histórico Provincial de Málaga (A.H.P.Ma.), Fondos
Notariales, (F.N.), leg. P-4971, fols. 220-345. Los datos proceden
de este documento cuando no se cite lo contrario. Agradezco a
Antonio Romero Domínguez el haberme facilitado una fotocopia del documento.
3
Cabrillana (1989).
4
Mata Olmo y Romero González, pág. 265.
5
Por citar sólo dos ejemplos, tenemos para el campo sevillano la obra de María Parias (1989) y para el textil antequerano
la de Antonio Parejo (1987). Este último propuso una metodología sobre los protocolos notariales en Parejo (1984).
6
La equivalencia más usual del documento es de 6440 metros cuadrados por fanega.
7
Antonio Domínguez y Vargas, dedicado a la profesión militar por su categoría de segundón, residía en Cuba. No tuvo
noticias de la muerte de su padre hasta 1813, dos años después
de haberse producido y, correspondiéndole la herencia, ya que
sus hermanos mayores también habían muerto, se dispuso a regresar a la Península, pero no logró permiso para volver hasta
doce años después, en 1825. Romero (inédito).
8
Obligado a pactar con su prima Nicolasa Domínguez, que
había ocupado el mayorazgo durante sus años de ausencia, no
tuvo más remedio que acudir a los préstamos para salvar la situación financiera. Sólo seis años pudo Antonio Domínguez y
Vargas disponer, acaso disfrutar, del legado de sus antepasados
antes de su muerte. Romero (inédito).
9
Sobre Antonio Domínguez puede verse una reseña biográfica en Fernando Alcalá (1980), pág. 124, y sobre los
Domínguez en general el mismo autor en las págs. 174-175.
10
Como en 1840, 1843 y 1854. Antonio Rodríguez Feijóo
(1986), págs. 37-43.
11
Archivo Municipal de Marbella. (A.M.Mb.) Amillaramiento
de 1850. Caja (C.) 3293. Pieza (P) 1.
12
La herencia dejada por Pedro Artola era en 1894, en su
reparto de bienes, de 436.860 reales. A.H.P.Ma., F.N., leg. P-5442,
fols. 45-57.
13
Boletín Oficial de la Provincia de Málaga, 14 de noviembre
de 1865.
14
Al amparo del general López Domínguez, primo hermano de su esposa, representó durante muchos años al distrito
Marbella-Coín en el Congreso de Diputados.
15
En 1839, entre 1868 y 1873 (con intervalos que desconocemos), y entre 1874 y 1875.
16
A.H.P.Ma., F.N., leg. P-4948, fols. 276-283.
17
A.H.P.Ma., F.N., leg. P-4971, fols. 222-226v.
18
A.H.P.Ma., F.N., leg. P-4948, fols. 279-279v.
19
A.H.P.Ma., F.N., leg. P-4971, fols. 275-275v.
20
El nuevo propietario fue Juan Poey, que podría estar relacionado con la persona del mismo nombre y apellido “amigo
del marqués del Duero, hombre de negocios, residente en Cuba,
que tiene como actividad importante el préstamo de dinero”.
Gutiérrez Álvarez (1992), pág. 13.
21
Aunque el documento cita Badalatosa de Córdoba, corregimos el nombre y la provincia a la que pertenece. El error de
localización puede deberse a que el citado municipio está en el
límite entre Córdoba y Sevilla.
22
Una de las últimas ventas sería la de dos casas en el castillo de Marbella, cuyo contrato de compraventa se protocolizó el
10 de marzo de 1865, a Josefa Sánchez Romero por 4.000 reales. A.H.P.Ma., F.N., leg. P-4960, fols. 415-418v.
23
A.H.P.Ma., F.N., leg. P-4948, fol. 280.
24
Después de largos pleitos Antonio Domínguez
Alburquerque logró hacerse con el patronazgo de la Capilla de
San Pedro y San Pablo que habían tenido sus antepasados desde
el siglo XV. Romero (2000), págs. 77-85.
25
En 1836 adquiere fincas municipales en Las Chapas, según acuerdo del Ayuntamiento para enajenar fincas que ya labraban particulares. A.H.P.Ma., F.N., leg. P-4939, fols. 154-191.
26
Una de las compras que no fructificó fue la de un solar del
convento de San Francisco. Adquirido a su hermana María del
Rosario, madre de José López Domínguez, en 1848 por 12.000
reales tuvo que devolverlo en 1851, ya que el contrato se efec-
24 CILNIANA
tuó a retroventa y ella le reintegró su importe. A.H.P.Ma., F.N.,
leg. P-4944, fols. 408-410.
27
Para una visión de las actividades agrarias, comerciales y
fabriles de los Domínguez a mediados del siglo XVIII véase el
estudio de Francisco López y Lucía Prieto (2001) sobre el Catastro de Ensenada en Marbella.
28
En lo que el profesor Jordi Nadal bautizó para el caso
andaluz como desamortización del subsuelo.
29
En Andalucía hay un variado panorama regional, pues
mientras una nobleza secundaria y local cede ante las nuevas
oligarquías, otra logra su continuidad. González de Molina y
Gómez Oliver (2000), pág. 134.
30
A.M.Mb. Amillaramiento de 1850. C. 3293, p. 1.
31
A.M.Mb. Contribución Industrial y de Comercio. Año de 18641865. C. 3299, p. 9.
32
A.H.P.Ma., F.N., leg. P-4971, fol 319v.
33
La relación de fincas ocupa los fols. 141-275. A.H.P.Ma.,
F.N., leg. P-4971.
34
A.H.P.Ma., F.N., leg. P-4971, fols. 274-275.
35
La placa conmemorativa de la visita del Rey se guarda en
el Hospital de Santo Tomás de Málaga. Romero (1996), pág. 45.
Actualmente es oficina de la compañía eléctrica “Sevillana-Endesa”.
36
La mayoría de estas fincas, gravadas a favor del mayorazgo, fueron engrosando el patrimonio de los
Domínguez durante el siglo XVII, pues los vecinos de Istán se
vieron obligados a enajenarlas «unas por necesidad, y otras por
atrasos del censo». Archivo Municipal de Istán. Executoria de los
autos seguidos entre la ciudad de Marvella, la Real Hacienda, concejo
y pobladores de este lugar de Ystán. Año de 1788, fols. 62-63v. Esta
información me ha sido facilitada por Lina Urbaneja.
37
Para el estudio de los elementos artísticos del cortijo puede consultarse Francisco López González (1997).
38
Las características del jardín han sido estudiadas por Blanca
Lasso de la Vega (1997).
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ROMERO DOMÍNGUEZ, A. (inédito). “El cortijo de Miraflores,
sus moradores, su historia”.
PERDIGUERO
Y MARBELL A :
CUATRO IMÁGENES DE UNA CIUDAD
José Manuel Sanjuán López
Conocida es la atracción que Marbella y su entorno han ejercido sobre numerosos artistas plásticos desde
la segunda mitad del siglo XX a nuestros días. En algunos casos, la estancia fue fugaz y superficial; en
otros, permanente y fructífera. En este trabajo hablaremos del pintor Perdiguero, de su llegada hace tres
décadas, y de su visión de la ciudad mediante cuatro obras singulares, que trascienden la mera función
reproductora y se internan en una trama donde confluyen objeto y sujeto, historia y sentimiento.
1. El pintor Perdiguero, en su estudio.
"A Inmaculada, por su apoyo y comprensión"
E
n su libro sobre la evolución del turismo en
Marbella y su repercusión en diferentes
medios ciudadanos, Fernando Alcalá Marín,
cronista oficial de la villa, resalta el favorable
entorno socio-geográfico para el asentamiento de artistas plásticos de acreditada fama así
como para los jóvenes creadores locales 1. De
este variado grupo –integrado básicamente
por pintores, escultores y grabadores– en este
trabajo nos ocuparemos de un pintor llegado
a la ciudad a finales de los años sesenta y cuyo
currículo anunciaba una extraordinaria proyección en el ámbito regional e incluso nacional.
En efecto, Perdiguero se estableció en
Marbella en enero de 1969, y una estela de galardones y premios ya atestiguaban su valía. Hasta
esa fecha, y como mera referencia, recordemos
los siguientes: Tercer Premio en la XX Exposición
Provincial de Arte, Málaga, 1960; Segundo Premio en Nerja, Concurso al Aire Libre, 1966; Medalla de Plata II Certamen Peninsular “La Buena
Sombra”, Málaga, 1967; Primera Medalla en el
Concurso al Aire Libre, Málaga, 1967; Medalla de
Plata en el Concurso Nacional de Educación y
Descanso, Madrid, 1968; Medalla de Oro en Valladolid, II Certamen Nacional “Ansiba”, 1969; etcétera. La crítica del momento también advirtió
la progresión de este joven artista hasta calificarlo como “uno de los pinceles más finos de la MáCILNIANA
25
PERDIGUERO Y MARBELLA
2. “Marbella, años 70”. 97 x 130 cm. O/L. 1972. Col. particular, Amberes (Bélgica).
laga actual”2, comentario que coincidía con la visión optimista y confiada del reputado cronista
de arte Francisco López Martín: “Hay un gran pintor para el porvenir; porque ya ahora, lo es.”3
rencia estilística y temática, muy grata a crítica y
público4. Hasta la fecha nuestro autor ha realizado treinta y cinco exposiciones individuales y ha
participado en más de sesenta certámenes provinciales y nacionales, cuyo balance positivo se
resume en treinta y dos distinciones, entre medallas y premios. Ha efectuado viajes de estudio
por Francia y Países Bajos (1976), Italia (1980) y
Austria (1986), y hay obra suya en colecciones
particulares de Estados Unidos, España, Alemania, Inglaterra, Bélgica, etcétera.
No corresponde aquí el estudio y la evolución de su obra pictórica, mas sí podemos relatar, a modo de aproximación, un esbozo biográfico y artístico. José Sanjuán Perdiguero nace
en Archidona (Málaga) en 1933. De talante precoz y decidido, concurrió a su primera exposición en 1949 y, dos años más tarde, perfeccionó
dibujo y colorido con el profesor Wladimiro
Desde su llegada a Marbella ha compagiFernández, que le inculcó el aprendizaje del nanado una ingente labor creativa con participatural. En 1960 se traslada a Málaga, contrae mación en actividades paralelas e incluso ha ejercitrimonio, y asiste durante dos años a la Escuela
do la docencia5, todo lo cual avala su constante
de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos. En ese
compromiso con el arte. De sus colaboraciones
mismo ambiente, y en torno a los concursos al
en diferentes citas locales, destaquemos su aporaire libre promovidos por Educación y Descanso
tación mural en el homenaje colectivo a Pablo
y los organizados por “La Buena Sombra”, conoPicasso, en 1981, con motivo del centenario de
ce a diversos artistas locales como López Palosu nacimiento; su inclusión en la relación de armo, Torres Narváez, Rodrigo Vivar, Ángel Giró,
tistas de la muestra “168 horas de arte”, patrociJosé Guevara o De la Fuente Grima y fundan el
nada por el complejo comercial de Puerto Banús
grupo “Nueve Pinto(febrero 1988); elegires”, formación básido para realizar la
camente paisajista y Desde su llegada a Marbella ha compaginado nueva imagen del esque pese a su prolonuna ingente labor creativa con participación tandarte de Nuestra
gada
existencia
Señora del Mayor
(1973-1993) y a la al- en actividades paralelas e incluso ha ejercido Dolor, de la cofradía
la docencia, todo lo cual avala su constante
ternancia de sus comde Nuestro Padre Jeponentes, mantuvo
sús Nazareno (1997),
compromiso con el arte.
una estimable cohey, en los años 1999 y
26 CILNIANA
PERDIGUERO Y MARBELLA
2000, designado miembro del jurado calificador
de los concursos de pintura infantil y juvenil organizados por la Delegación de Servicios Sociales del Ayuntamiento.
En el capítulo artístico, sus primeras telas
ya denotaban una inclinación realista y un marcado sentido del color que aplicó con prontitud
en su género predilecto, el paisaje, bien en sus
versiones rural o urbana. Un paisaje que, en los
años sesenta, evoluciona y adquiere evidentes
rasgos del mal llamado “impresionismo malagueño”, término que en la práctica acogía un
luminismo de clara raíz sorollesca pero más sosegado y sereno, sin llegar a las exaltaciones
cromáticas del valenciano y más interesado en la
reflexión contenida de un hábitat nativo y concreto. Aún así, Perdiguero no se limita a una mera
función ilustrativa de la realidad y pronto convierte sus óleos en campos de pruebas donde,
sin alejarse de una figuración más o menos ortodoxa, concibe, entre otras alternativas, apuntes
de pequeño formato liminares a la abstracción,
uso indistinto de pincel y espátula, panorámicas
vaporosas y fluidas, ejercicios neocubistas, etc.
En definitiva, su obra se caracteriza por una amplia variedad estilística y una constante renovación cromática.
Sin desdeñar otros temas, es comprensible que el grueso de la producción de un autor
eminentemente paisajista trate sobre la localidad
donde reside; así pues son innumerables las veces que ha plasmado calles, plazas, esquinas, rincones, marinas, motivos todos ellos válidos para
expresar una emoción, un sentimiento de completa afinidad con el municipio que habita. No
obstante, no conforme con la fisonomía urbana
que contempla, indaga en imágenes pretéritas de
la ciudad y las actualiza con un decidido ánimo
vivificador: vestigios del ayer y de hoy que
reinterpreta sin un falso sentimentalismo unos,
ni como una gloriosa propuesta de futuro los
otros. En el plano pictórico, para un pintor que
utiliza el lienzo como superficie especulativa, es
decir, que todo motivo queda supeditado a su
tratamiento plástico, la representación visual
queda desligada de la realidad artística –no en
vano, es uno de los logros del arte contemporáneo6–, y para Perdiguero supone un apetecible
devaneo con la heterodoxia más moderada, con
unos resultados altamente convincentes.
Entre toda esta sugerente y variada temática marbellí, hemos seleccionado cuatro ejemplos que, a nuestro juicio, rechazan, por una parte, el estereotipo habitual y consabido de cualquier localidad turística costera (avenidas amplias
y ajardinadas, torres de apartamentos, cielos azules y playas cristalinas)7 y por otra, resalta el sin-
gular planteamiento estético utilizado. Dos de
ellos están realizados en los años setenta,
“Marbella, años 70” y “Dos vistas de Marbella”,
los otros, en los noventa, “Marbella, vieja y bella” y “Marbella”. En líneas generales –aunque
luego procederemos a su estudio individualizado– contienen rasgos comunes: gran formato, firme propósito de romper tópicos localistas
y geográficos, ausencia de personajes, decidida
intención pictórica, uso de diferentes técnicas y
texturas y, finalmente, la voluntad de no rebuscar motivos de la ciudad. Este punto nos interesa particularmente porque es decisivo para determinar la pericia del pintor frente a una indudable paradoja: ¿Cómo huir del consabido tipismo utilizando, a la vez, sus elementos más
emblemáticos?
Para ello se sirve de los iconos más
reconocibles por los marbellíes (la iglesia de la
Encarnación y la plaza de los Naranjos) y los dispone pictóricamente en un escenario real pero a
Su obra se caracteriza por una amplia
variedad estilística y una constante
renovación cromática.
la vez atemporal, ambiguo y sugeridor, que exige del espectador una lectura más detenida que
la proporcionada por la mera visualización aparente. Apreciamos claramente una subversión de
intenciones: Perdiguero inserta una realidad física y tangible en una atmósfera irreal o, cuando
menos, no exenta de ciertos indicios que traspasan el tradicional concepto de paisaje naturalista. Como resultado, cuatro óleos que no son fruto del azar ni de una percepción plenairista, sino
de la cosa mentale, propugnada por Leonardo e
imprescindible para las vanguardias, y que junto
a su “sorprendente y personalísima inspiración creadora”8 nos descubre una Marbella insólita, afable
y a la vez lejana, una Marbella cuyas raíces históricas reviven gracias al lenguaje del arte actual.
Pasado y presente al unísono, sin anacronismos
trasnochados ni visiones utópicas, una realidad
viva interpretada por los pinceles de la sensibilidad.
La pintura española, aunque pueda abundar en cierto paisajismo urbano, se ha preocupado más por una suerte de vitalismo costumbrista, romántico y evocador. Así pues, las obras que
presentamos de Perdiguero entroncan con una
poética de la ciudad, en su versión muda y silente, nacida en París a finales del XIX y con Maurice
Utrillo como mejor valedor, pero que en nuestro
país ha tenido excelentes cultivadores con magCILNIANA
27
PERDIGUERO Y MARBELLA
níficas realizaciones. Baste recordar algunas: la
Como ya dijimos anteriormente, rehúsa el pinmás antigua, quizá, esa ingrávida y espectral Vistor la imagen típica de lugar soleado y amable
ta de Toledo, de El Greco (h. 1605); la siniestra
(recurso que, por otra parte, ha sido muy utilizaermita de San Antonio que Goya sitúa como fondo en la pintura malagueña desde finales del sido a Los Fusilamientos del 3 de mayo (1814); los
glo XIX)13 y envuelve la escena en un ambiente
nocturnos secos y escuetos de Regoyos; las ciutenue y mortecino, fruto de una luz matutina
dades levíticas que Zuloaga dispone tras sus más
suave, sin grandes contrastes, que homogeneiza
conspicuos retratados; Solana y sus cosificados
la composición y diluye contornos. El colorido,
escenarios rurales; los fantasmales pueblos casuna hábil monocromía de ocres y marrones, y la
tellanos de Vaquero
pincelada, fluida y liPalacios; el intenciogera, imprimen una
nado temblor urbano
vaga melancolía que
Nos descubre una Marbella insólita, afable
de Agustín Redondeevidencia más una
y a la vez lejana, una Marbella cuyas raíces
la; la impalpable mepercepción subjetiva
históricas reviven gracias al lenguaje del
lancolía surreal de
que una estación
Asunción Molina; el
arte actual.
climática, circunstanamortiguado silencio
cia que la crítica del
bilbaíno de Juan Ramomento atribuyó,
món Luzuriaga y, para concluir esta breve relametafóricamente, a su paleta “nutrida de secas
ción, las yermas panorámicas madrileñas de Anhojas muertas”.14
tonio López.
Ocre otoñal, bella poesía, cautivador lirisEl cuadro más antiguo que vamos a analimo... Definiciones todas ellas aplicables a este
zar se titula “Marbella, años 70”, y está fechado
estilo atrayente y sugeridor que practica hasta
en 1972 (Foto 2). Aun cuando pertenece a una
finales de los setenta en su ánimo de domeñar
época en que las corrientes de vanguardia fluyen
los fulgores del luminismo tradicional y
y se diversifican con una extraordinaria rapidez9,
reconducirlo hasta cauces más íntimos, más
la escena, a primera vista, despide cierto sabor
introspectivos. Tal así, que en 1976, en su indiviañejo y conservador, aunque una apreciación más
dual en Antequera, la crítica destacaba que “saldetallada nos invalide tal consideración. En un
vo dos cuadros [...] que Perdiguero ha visto bajo esformato apaisado, la escena se sitúa en la entrapecie geométrica, todo el resto de la exposición está
da a la ciudad, donde la carretera ocupa la mitad
difuminado por una cierta vaguedad de estirpe roinferior del lienzo; la orientación sur-norte permántica...”15, filiación asignada por la presencia
mite la visualización de la hilera de casas y su
de distintivos formales propios del Romanticisiglesia parroquial en segundo plano, precedidas
mo, pero que, a nuestro juicio, obedece a un
por un coche de caballos y tres personas, dos de
deseo por manifestar una interpretación persoellas parecen dialogar, la tercera mira en direcnal de una ciudad, un sentimiento telúrico. Para
ción opuesta. Para concluir, la formación montaello recurre al silencio y a la soledad, dos atribuñosa de Sierra Blanca, cuya inquietante aparientos de gran trascendencia en el devenir de nuescia bien podría coincidir con la descripción dada
tro arte desde Zurbarán hasta Chillida, pues han
por Jerez Perchet : “Ofrece en sus variados aspectos
configurado el llamado “gusto español” o la “traparajes de enmarañada vejetación (sic) ásperas cimas,
dición española”. En fin, intuimos la búsqueda
pintorescos accidentes y cañadas sombrías y adusde una esencia, depurada y ascética, mediante la
tas”10, y un cielo, plomizo y “nebuloso”, como ya
soledad sonora que tanto ansiaba San Juan de la
sugirió Vázquez Clavel11, cierra el conjunto.
Cruz.
Sorprende la superficie dedicada a la carretera, la misma que años más tarde José Manuel Vallés diría que “más que eso, es hermosa calle”12. No obstante, su importancia radica en su
función de organizadora espacial, pues las jardineras situadas en ambos extremos dirigen la mirada hacia el pueblo, cuyas prolongaciones convergen no en la torre de la iglesia –que está ligeramente escorada hacia la izquierda– sino en la
cabecera, construcción reforzada arquitectónica
y visualmente con un doble tejado, que define
con nitidez la dirección triangular de los ejes. Aun
así, el secreto formal de esta obra reside en el
tratamiento de la luz y su adecuación cromática.
28 CILNIANA
Para el estudio de la siguiente obra, “Dos
vistas de Marbella” (Foto 3), recordemos, momentáneamente, el primer término de la reseña antes citada, “bajo especie geométrica”. Estamos
ante un nuevo y sorprendente cambio de estilo
en un pintor “que gusta de plantearse temas difíciles”16 y que ratifica su versatilidad como prueba
de superación personal17, muy a tono con la década en cuestión (el cuadro está fechado en 1976),
donde las propuestas artísticas más punteras –
neo-figurativa, conceptualismo, minimalismo y
neo-abstracción– aúnan sus esfuerzos para desmontar las estructuras sintácticas e
institucionales de los sesenta y pugnan denoda-
PERDIGUERO Y MARBELLA
damente por afirmar su carácter abierto y cosmopolita.18
Perdiguero organiza la composición de una
forma peculiar con la división del espacio pintado en dos cuadrados asimétricos respecto al eje
central del tablero. Cada mitad, a su vez, se bordea con una banda de color azul de distinto grosor, salvo en su zona interna, donde los motivos
representados están claramente aislados mediante referencias objetuales y contrapuntos
cromáticos. La zona izquierda acapara una vista
parcial de la céntrica Plaza de los Naranjos: el rincón que comprende la ermita de Santiago y la
fuente aneja. La ermita, obra del siglo XV, asume
un doble protagonismo, plástico, por su marcado punto de fuga, e histórico por su singular
orientación arquitectónica, probable ubicación de
una antigua mezquita19. La fuente, estilizada y
en tonalidad ocre, destaca entre los árboles circundantes, y proclama con orgullo su antigüedad (1504); no en vano, Alcalá Marín la considera
el más bello recuerdo de la Marbella posterior a
la conquista20. En la zona derecha, donde el motivo abarca mayor superficie, está la iglesia de la
Encarnación (s. XVIII) 21 rodeada de casas y prote-
gida, al fondo, por la suave ondulación de Sierra
Blanca. El encuadre elegido, oblicuo y en perspectiva elevada, permite la visión de la torre y de
la parte superior de la portada principal cuya piedra labrada contrasta con la pared blanquísima
de la fachada.
En esta ocasión, Perdiguero recurre a un
calculado equilibrio de líneas horizontales y verticales, sólo alterado por los necesarios puntos
de inflexión para aliviar la posible rigidez
ortogonal: los árboles, en la sección izquierda,
asientan la composición y delimitan las distancias; en la zona derecha, una hábil diagonal inferior (tejado-portada-torre-cabecera) aligera la
masiva presencia de ángulos rectos. El colorido,
plano y carente de gradientes, se reduce prácticamente a una bicromía, blanco y marrón, con la
justa inclusión del verde (árboles) y celeste (cielo
y montaña). Una luz clara y límpida separa con
diafanidad los campos cromáticos; esta luminosidad, pese a la abundante presencia de zonas
blancas no es refulgente, por lo que impide marcados contrastes luz/sombra, particularidad que
aporta al resultado final un lejano parentesco con
una ciudad colonial22.
3. “Dos vistas de Marbella”. 114 x 146 cm. O/táblex, 1976. Col. particular, Marbella.
CILNIANA
29
PERDIGUERO Y MARBELLA
Todas estas características nos llevan a
pensar que Perdiguero ha ideado esta obra como
un cartel –aunque haya sido ejecutada al óleo–
cuya interpretación requiere una doble lectura.
El cuadro encarna un digno homenaje a la
Marbella histórica al entreverar, a modo de
friso, un sereno simbolismo cristiano y una
pujante vocación turística.
Por un lado, el plano narrativo, con dos enclaves
urbanos muy próximos –tanto en el lienzo como
en los años setenta y ochenta23. En definitiva, el
cuadro encarna un digno homenaje a la Marbella
histórica al entreverar, a modo de friso, un sereno simbolismo cristiano y una pujante vocación
turística; una ponderada dualidad que demuestra la confianza de su autor al tratar nuevos lenguajes plásticos con sobrados recursos para
ello24.
Debemos avanzar hasta 1994 para localizar el tercer lienzo de Perdiguero, y con él, la
peculiar visión de su ciudad adoptiva. Antes, sin
embargo, una breve semblanza artística de los
noventa nos proporcionará las coordenadas adecuadas para enfocar el posmodernismo imperante
4. “Marbella, vieja y bella”. 89 x 116 cm. O/L. 1994. Col. particular, Marbella.
geográficamente–; y por otro, el plano
morfológico, donde acopla otra doble consigna,
luminismo sosegado y esquematización
geométrica. En pocas palabras, combina tradición
y modernidad, algo que no debe extrañarnos en
un artista inquieto y emprendedor, perfecto conocedor de cualquier floración pictórica en el territorio nacional, como la suscitada años antes
(1967) con motivo de las dos exposiciones de
Nueva Generación en Madrid, cuyos postulados
geométricos y neoconstructivistas propiciaron
sendas interesantes –algunas esporádicas, como
el caso que nos ocupa– en numerosos pintores
30 CILNIANA
y su posible influencia en la producción de nuestro autor.
En la escena internacional, diversos procesos político-sociales abocaron en una necesaria reubicación del arte de las culturas colonizadas, de etnias aisladas o el de las áreas periféricas,
en lo que se ha llamado “nuevo internacionalismo”. A su vez, este reconocimiento de una
pluralidad lingüística y de una multiplicidad cultural conllevó la difusión de grupos específicos –
minorías sexuales, religiosas o estéticas– que de
estar acalladas y reprimidas han pasado a estar
PERDIGUERO Y MARBELLA
reconocidas25. En Málaga –y la citamos por su
capitalidad y como obligada referencia como centro generador de arte– la evolución desde los
ochenta (cuya posición se debatía entre la desidia de galerías y organismos oficiales y la
institucionalización de los vanguardistas de los
60 y 70)26 discurre por dos cauces paralelos: las
corrientes modernas, difundidas con inquebrantable tesón por galerías concretas (Cortijo
Bacardí, Marín Galy, Alfredo Viñas), y, sobre todo,
por la Diputación27; la pintura tradicional, siempre auspiciada por numerosas salas (Nova,
Porticus, Benedito, La Económica, etc.), cuenta
con la promoción añadida de determinados gremios cercanos o no al mundo del arte, como la
Asociación de la Prensa de Málaga y su “Salón de
Otoño”28, quizá pálido remedo de aquel Salón de
los Once d’orsiano.
Pero volvamos a 1994 y al comentario del
lienzo en cuestión: “Marbella, vieja y bella” (Foto
4). A decir verdad, el motivo es bastante trivial:
una sucesión de casas agrupadas en torno a la
vista dorsal de una iglesia, en este caso la Encarnación, nuevamente. Sin embargo, el pintor no
acude a la visión contemporánea del templo, sino
que retrocede hasta imágenes de los años treinta o cuarenta. Hecha esta salvedad, ¿qué hay de
novedoso en esta pintura? pues no consideramos que esta memoria del pasado funcione como
una motivación inconsciente29. La pregunta correcta sería ¿qué es lo que atrae de este insondable lienzo a pesar de su aparente simplicidad formal?30. Observemos la obra. En primer lugar, debemos convenir con Francis Carter que su aspecto es el de una ciudad árabe31, acaso la Marbilia
de los siglos XI y XII, un conglomerado de casas
carente de simetría u ordenación alguna, sólo
estratificada en virtud del amplio potencial de visualización del entorno, debido al carácter de ensenada de la costa marbellí32. A pesar de esta disposición urbana, el conjunto no presenta descalabros compositivos. La ubicación privilegiada de
la iglesia podría implicar el punto de fuga en su
vértice superior, y así conformar una disposición
triangular de los ejes; muy al contrario, el ritmo
interno se articula mediante la sucesión de espacios derivados de los saltos y conexiones
ortogonales. Esta masiva presencia de triángulos y cubos –característicos de la arquitectura
hispanomusulmana– elude la pesadez volumétrica pues, como precisa Chueca Goitia, “tal es su
pura e ingrávida geometría, limpiamente aristada,
[...] sin que se perciba nunca una sensación de materia, evitada merced a la planitud de las superficies sin
relieves fuertes.” 33
Empero, el verdadero arcano reside en su
colorido. Una sutilísima compenetración de grises “renovadores y alertadores de un progreso”, dirá
un crítico34 , con la terna rojos-marrones-ocres,
en capas muy finas y superpuestas, y las
veladuras y pátinas zonales, establecen una armonía cromática que supera el límite de lo puramente pictórico y se introduce en el escabroso terreno de las cábalas y suposiciones,
algunas tangentes a la irrealidad. Y el tiempo
suspendido, como aniquilado contribuye a
ello. Esas casas, tan cerradas y comprimidas
en sí mismas, sin apenas vanos, irradian una
vida interna difícilmente constreñible, mudez
a duras penas reprimida, todo ello a resultas,
como sagazmente ha descifrado José Mayorga,
“de una expresividad que está hecha tanto de la
materia que reproduce como del halo que esta misma materia desprende” 35.
Aún nos quedarían muchos asuntos a tratar, como ese cielo que no es tal, sólo una franja
azulada monocroma, refugio de brumas y neblinas, “que envuelven las formas y hacen surgir imprecisas las ásperas montañas”36, o esas mismas montañas cuya doble silueta refuerza el concepto de
barrera tanto geográfica como simbólica, bastión
irreductible de la naturaleza que, junto al Mare
Nostrum, constituyen, a juicio de Maíz Viñals,
“los dos secretos del maravilloso clima de Marbella”37.
En fin, una obra de variadas lecturas semánticas
que exceden el espacio aquí destinado. Una obra
enigmática que, sin duda, su creador pergeñó con
frialdad calculada, con plena conciencia del poder evocativo objetual y sus múltiples posibilidades reflexivas.
Afirma José Ramón Danvila –en su texto
sobre crítica de arte– que Andalucía es un pueblo que vive de sus tradiciones. Sostiene el autor
que el andaluz con demasiada frecuencia retrocede en la teoría, pero la analiza tan a fondo que
es capaz de sacar de ella otra nueva38. Esta premisa parece la seguida por Perdiguero en su cuarta y última representación de la ciudad. Con
“Marbella” (Foto 5), fechada en 1996, el pintor
Toda una trama de significantes colaboran en
la cristalización de una imagen global y
unitaria de la idea preconcebida: Marbella,
pasado y presente.
retoma elementos conocidos, pretéritos y actuales, y los yuxtapone a modo de collage pictórico
con una dicción resueltamente moderna. Por otra
parte, recurre a atributos relacionados más con
la estética de los ochenta que de los noventa: la
visión retrospectiva de la historia social, política
y artística, la explosión masiva de neo-lecturas y,
sobre todo, la comprensión del mundo medianCILNIANA
31
PERDIGUERO Y MARBELLA
te la fragmentación, basada en las teorías
deconstructivas propugnadas por Jacques
Derrida39. Esta posición “des-estructuradora” permite ofrecer al espectador una plataforma idónea donde selección e imaginación confluyen en
una compacta simbiosis. Toda una trama de
significantes colaboran en la cristalización de una
imagen global y unitaria de la idea preconcebida:
Marbella, pasado y presente.
Trasladado al soporte, reaparece la torre
de la iglesia de la Encarnación, símbolo totémico
de la ciudad; en justo correlato figura una construcción esbelta y cónica, conocida vulgarmente
como “el pirulí” que, indefectiblemente, nos sugiere las vigilantes torres almenaras40; también
de nueva creación es el puente del Arroyo de la
Represa, cuya arista obtusa delata su paternidad
sevillana, y, vagamente, sintetiza la osamenta moderna del otrora patrimonio industrial de la ciudad 41 ; una balaustrada renacentista, que se complementa con las casas –blancas y recias, de
tipología casi militar– para otear y conjurar el
peligro marítimo entre los siglos XVI y XVIII42;
Sierra Blanca, cómo no, expone su faz amiga y
entrañable en el horizonte, y, por fin, en la zona
izquierda, realzada mediante campos de color y
contrastes zonales, reclamando para sí el prestigio que el turismo le arrebató a partir de los años
cincuenta, la agricultura. Campos feraces, huertas ubérrimas..., alabadas desde la Antigüedad por
historiadores y viajeros, condicionaron en la retina de estos ávidos visitantes –junto al clima y
el mar–, estampas indelebles de bonanza y prodigalidad natural sin parangón. Citemos, a modo
de epílogo, a Guillén Robles: “...bajo el hermoso
cielo de Marbella, ante los deliciosos horizontes que
desde ella se descubren, entre una naturaleza cuasi
tropical donde parece que el sol aumenta la intensidad de sus rayos y donde se contempla una constante
exuberancia de vida...” 43
El historiador austriaco Aloïs Riegl publicó, originalmente en 1903, un conocido estudio
sobre los monumentos y las diversas opciones
posibles para su conservación. Nos interesa destacar un párrafo donde, tomando como sujeto la
vieja torre de una iglesia, hemos de distinguir
«entre los recuerdos históricos de distinto tipo, más o
menos localizados, que su imagen despierta en nosotros, y la idea general, no localizada, del tiempo que
la torre ha “vivido” y que se pone de manifiesto en las
huellas, claramente perceptibles, de su vetustez»44. El
ejemplo se acomoda a la perfección al caso que
nos ocupa, pues si sustituimos esa torre desconocida por la de la iglesia de la Encarnación –
testigo silencioso aunque omnipresente en los
cuatro lienzos–, vislumbraremos un nuevo enfoque, eminentemente globalizador, no considerado en los análisis individuales.
32 CILNIANA
Hemos de admitir que este renovado
protagonismo de la torre en las cuatro obras ha
sido puramente casual; nuestra pretensión ha discurrido por la valoración del conjunto, supeditando los pormenores a su mera contribución
compositiva. Con todo, es indiscutible la importancia de la torre como referente iconográfico
de la ciudad, más aún cuando los planteamientos iniciales –del pintor, en este caso– buscaban
una imagen consecuente y universal del motivo
plasmado. Y esa consecuencia –o, más bien, habríamos de llamarla intención primigenia–
deviene de la voluntad del artista de narrar la realidad física de un entorno del que es estrictamente
coetáneo (incluso en “Marbella, vieja y bella”, fisonomía que no pudo conocer por la imposibilidad cronológica, la escena proporciona una sensación acogedora, familiar, más cercana a recuerdos próximos que a imágenes desvaídas del pasado).
Hemos hablado de “realidad física y cotidiana” de una ciudad y, sin embargo, no figuran
ciertos componentes básicos que la definen
elocuentemente: no hay presencia humana (salvo en el primer lienzo, y escasa); no hay playas,
factor decisivo en su devenir más reciente, y, si
me apuran, ni siquiera el clima se ajusta al estimado por los promedios anuales. Perdiguero se
centra en dos objetivos, el casco antiguo y Sierra
Blanca, y solamente en “Marbella “, el lienzo más
cercano en el tiempo, introduce dos elementos
“modernos” –el puente y el “pirulí”–, que, por
ende, son estrictamente coetáneos con el desarrollo urbano del municipio. Es aquí cuando interviene la variable subjetiva de su visión pictórica y configura una nueva realidad, que me atrevería a llamar metafísica, cuyos atributos –silencio, vida latente, rigor geométrico, etc.– engendran un aura de inmortalidad vernácula, un deseo insoslayable de vindicación histórica, que
trasciende la mera función descriptiva de la pintura.
En definitiva, Perdiguero ha configurado
dos realidades: una objetiva, que describe con
virtud fidedigna el marco físico de un entorno
concreto –casco antiguo y Sierra Blanca–; y otra
subjetiva, que afecta a la evolución plástica del
pintor y depara diferentes estilos y significados.
El nexo entre ambas realidades, la torre de la iglesia, que, ciertamente, y como afirmaba el historiador austriaco, ha vivido episodios y avatares,
encuentros y tránsitos; protagonista privilegiada
del diapasón de la historia en su perenne discurrir. Y éste ha sido el verdadero acicate de Perdiguero en sus cuadros: transformar una vivencia
individual en testimonio colectivo, sin trabas ni
limitaciones; torre y pintor desde sus respectivas atalayas: aquélla, en permanente vigilia de sus
PERDIGUERO Y MARBELLA
5. “Marbella”. 122 x 122 cm. O/madera, 1996. Col. particular, Marbella.
más acendradas raíces; éste, plasmándolas con
toda la rotundidad que su bagaje artístico es capaz de imaginar y concebir.
Notas
1
ALCALÁ MARÍN, Fernando: Marbella, antes y ahora. (II)
Los años del turismo. Málaga, Centro de Ediciones de la Diputación de Málaga, 2000, p.203.
2
Sur, de Málaga, 12-marzo-1969.
3
Hoja del Lunes, de Málaga, 17-marzo -1969.
4
Para más información sobre este grupo véase SANJUÁN
LÓPEZ, José Manuel: “Un homenaje y un recuerdo”, Sur de
Málaga, 30-diciembre-1998.
5
En efecto, desde 1976 y por un período de veinte años,
mantuvo abierta su escuela de pintura, llamada “Estudio de
Arte, Nueva Marbella”. Es más, en mayo de ese año, y con
motivo de la apertura del establecimiento, ofreció al M. I.
Ayuntamiento cinco becas gratuitas a favor de aquellos niños
“que a juicio de la Delegación de Cultura sean merecedores de ella
por contar con aptitudes para tales estudios y encontrarse en
deficitaria situación económica”. Escrito asunto “Agradecimiento concesión de becas”. Ayuntamiento de Marbella, Secretaría/A. Generales, 13-mayo-1976. Documento propiedad del
pintor.
6
MORENO GALVÁN, José María: Introducción a la pintura
española actual. Madrid, Publicaciones Españolas, 1960, p. 6.
7
Requisitos que ya figuraban, en su mayoría, y salvando
el matiz temporal, en una portada del programa de la Feria y
Fiestas de San Bernabé del año 1940: “Marbella-Ciudad IdealClima delicioso-Hermosas playas-Aires puros-Situada en Costabella”.
Reproducida en ALCALÁ MARÍN, Fernando: “Ayer y hoy de las
fiestas del señor San Bernabé” en AA.VV. Marbella en el recuerdo. V centenario de San Bernabé (1485-1985). Hermandad de
los Romeros de San Bernabé. Córdoba, Publicaciones del Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Córdoba, 1985, p. 95.
8
Comentario recogido en Catálogo de la exposición “Perdiguero”. Antequera, Sala de Exposiciones de la Caja de Ahorros de Antequera, 28 de enero-12 de febrero 1976.
9
En Málaga, los principales movimientos renovadores
eran: informalismo, abstracción-geométrica, surrealismo,
neodadaísmo y neorrealismo. DE LA BANDA Y VARGAS, Antonio: De la ilustración a nuestros días. Col. Historia del arte en
Andalucía. Vol. VIII, Sevilla, Ed. Gever, 1991, p. 477. Cfr. PALOMO DÍAZ, Francisco J.: “En torno al Magicismo. La pintura de
vanguardia en Málaga” en PUERTAS TRICAS, Rafael (coord.):
Estudios picasianos, Vol. III, Centenario-Málaga-Picasso, Madrid,
Ministerio de Cultura, 1981, pp. 51-56.
10
JEREZ PERCHET, Augusto: Málaga contemporánea. Estudios y paisajes de la capital y la provincia. Málaga, Universidad,
1999, p. 168 (ed. faccs. 1884, Biblioteca Andaluza, Málaga).
11
VÁZQUEZ CLAVEL, Pedro: Conjeturas de Marbella. Córdoba, 1781, p. 34, introd. (ed. faccs. Málaga, Editorial Miramar,
1996).
CILNIANA
33
PERDIGUERO Y MARBELLA
12
VALLÉS FERNÁNDEZ, José Manuel: Marbella en color.
León, Editorial Everest, 1985 (4ª ed.), p. 3.
13
Con excepción de algunos grandes nombres de la pintura malagueña como Simonet, Nogales, Capulino Jáuregui,
Bermúdez Gil y Muñoz Degraín, lo usual en el paisaje local ha
sido captar la luminosidad del mediodía en cielos despejados y el sol reflejado con fuerza en los elementos de la Naturaleza. SAURET GUERRERO, María Teresa: El siglo XIX en la
pintura malagueña. Málaga, Universidad, 1987, p. 547. Aún hoy,
ese luminismo directo y cegador persiste –y tiene gran aceptación- en autores como Ángel Giró, Torres Narváez y Sánchez
Gallardo, en el paisaje, y Rando Soto y Torres Matas, en la
figura humana.
14
Comentario de Francisco López Martín recogido en el
Catálogo de la exposición “Perdiguero”. Marbella, Sala de las Naciones del Hotel Meliá Don Pepe, 22 al 31 octubre 1973. El
mismo autor se expresaría en términos similares en la Hoja
del Lunes, de Málaga, 25-octubre-1973. Semejante argumento estético esgrime Sylvia North: “He especially enjoys the use
of autumnal colors which bring a rich beauty to his work”. Iberian
Daily Sun, Fuengirola, 2-november-1973.
15
Recogido en Sol de Antequera, 8-febrero-1976. Catálogo
de la exposición “Perdiguero”. Antequera, Sala de Exposiciones
de la Caja de Ahorros de Antequera, 28 de enero-12 de febrero 1976.
16
Comentario de José Mayorga recogido en Catálogo de
la exposición “Nueve pintores”. Málaga, Casa del Consulado, 26
de marzo -8 de abril 1975.
17
En una entrevista de Jose Luis Yagüe, el pintor confirma su deseo de cambiar “con respecto a lo que venía haciendo
[...] Ir más por la pintura de planos, conforme a color y dejarme de
detalles y cosas de esas”. Sol de España, Málaga, 30-septiembre1979.
18
A juicio de Vicente Aguilera Cerní no es positiva esta
reacción pues “las tendencias de este 1970 se abren hacia direcciones que inequívocamente comparten la negación de la
“artisticidad” del arte”. Aunque denomina esta etapa como intermedia, de paréntesis, Calvo Serraller se muestra más optimista y subraya, en España, además de las figuras punteras
de Luis Gordillo y Juan Antonio Aguirre, la producción de la
“Joven figuración madrileña” (Pérez Villalta, Pérez-Mínguez,
Carlos Alcolea, etc.), que no duda en calificar como lo más
destacable de esos años. AGUILERA CERNÍ, Vicente: Posibilidad e imposibilidad del arte. Valencia, Fernando Torres Editor,
1973, p.199. CALVO SERRALLER, Francisco: Del futuro al pasado. Vanguardia y tradición en el arte español contemporáneo. Madrid, Alianza Editorial, 1988, pp. 138-139.
19
PÉREZ-MALUMBRES LANDA, Alejandro: “Reflexiones
sobre el Patrimonio Arqueológico de Marbella”, en AA.VV. I
Jornadas de Patrimonio Histórico Local de Marbella. (28 septiembre-1 octubre 1999). Marbella, Asociación Cilniana, 2000, p.
48.
20
ALCALÁ MARÍN, Fernando: Marbella, esa desconocida (Inventario y defensa del patrimonio histórico de la ciudad). Marbella,
Ayuntamiento, 1978, p. 23. (ed. faccs. 1995, Diputación Provincial de Málaga)
21
Aunque la parroquia actual se construyó a mediados
del siglo XVIII, el primitivo edificio fue erigido en 1505 por el
arzobispo de Sevilla, Diego Deza, y en 1510 fueron confirmados sus privilegios por el obispo de Málaga, Diego Ramírez
Villaescusa de Haro. AGUILAR GARCÍA, Mª. Dolores; CAMACHO
MARTÍNEZ, Rosario y MORALES FOLGUERA, José Miguel: Guía
artística de Marbella. Marbella, Ayuntamiento/Delegación de
Cultura, 1982, p. 46.
22
Tal y como fue definida en AA.VV. Marbella 71-72. Comisión de Fiestas del Muy Ilustre Ayuntamiento. Málaga, Gráficas
Anfe, junio 1972, p. 39.
23
BOZAL FERNÁNDEZ, Valeriano: Pintura y escultura españolas del siglo XX (1939-1990). Col.Summa Artis, vol. XXXVII,
Madrid, 1992, pp. 515-517.
24
En los catálogos que he consultado de estos años, las
obras de este estilo las solía reunir bajo el epígrafe de “Estu-
34 CILNIANA
dios”, y que, además de la citada, que nunca llegó a exponerse, aparecían, entre otras, las siguientes: Autopista I,
Autopista II, El túnel, Casas del Perchel, Tejados, Chimeneas y Calle de Ojén. Catálogo de la exposición “Perdiguero”.
Marbella, Sala Municipal de Exposiciones, 15 al 30 noviembre 1976.
25
GUASCH, Anna María: El arte último del siglo XX. Del
posminimalismo a lo multicultural. Madrid, Alianza Editorial,
2000, pp. 557-559.
26
GAMONAL TORRES, Miguel Ángel: “Pintura contemporánea”, en Medio siglo de vanguardias. Col. Historia del Arte en
Andalucía, Sevilla, Ed. Gever, 1994, p. 452.
27
V. Catálogo de la exposición “Veinticinco años de la Sala de
Exposiciones de la Diputación de Málaga 1971/1996”. 3, Málaga, 23 de mayo - 21 de junio 1996.
28
Catálogo de la exposición “Salón de Otoño. X aniversario.
Pintores malagueños”. Málaga, Asociación de la Prensa de Málaga, Sala de la Caja Rural de Málaga, del 9 al 31 de diciembre
1997.
29
ARGAN, Giulio Carlo: “El revival”, en El pasado en el presente. El revival en las artes plásticas, la arquitectura, el cine y el
teatro. Barcelona, Ed. Gustavo Gili, 1977, p. 7.
30
Rasgo mucho más apreciable al natural que en fotografía. Por suerte, la obra se halla en un establecimiento muy
conocido de Marbella, bien visible al público, y es objeto de
todo tipo de conjeturas y especulaciones, desde meramente
pictóricas, geográficas hasta incluso horarias.
31
CARTER, Francis: Viaje de Gibraltar a Málaga. Málaga,
Diputación Provincial, 1981, p. 154.
32
OLIVA ESPALLARDO, Juan: Guía geográfica de Marbella.
Marbella, Ayuntamiento, 1983, p. 81.
33
CHUECA GOITIA, Fernando: Invariantes castizos de la arquitectura española. Invariantes en la arquitectura hispanoamericana. Manifiesto de la Alambra. Madrid, Editorial Dossat, 1981,
p. 74.
34
Comentario recogido en Catálogo de la exposición “Perdiguero”. Málaga, Galería de Arte Pórticus, febrero 1991.
35
Sur, de Málaga, 9-octubre-1984.
36
CHAURIT, Pablo: “Perdiguero: Mirando un catálogo” en
AA.VV. Pintura, base 7. Málaga, Ed. de los autores, 1987, p.
108.
37
MAÍZ VIÑALS, Antonio: Guía histórico turística de la Ciudad de Marbella. Málaga, Gráficas San Andrés, 1966, p. 14.
38
Catálogo de la exposición “Andalucía. Arte de una década”.
Sevilla, Museo de Arte Contemporáneo, 2 de diciembre 198810 de enero 1989; Granada, Hospital Real, 20 de enero - 28
de febrero 1989, p. 5.
39
Vid POWER, Kevin: “Los ochenta: inventario personal”
en Catálogo de la exposición “Los 80 en la Colección de la Fundación La Caixa”. Sevilla, Estación Plaza de Armas, 11 de abril-20
de junio 1992, p. 46.
40
Sobre este tema remito al texto, ya clásico, de
TEMBOURY ÁLVAREZ, Juan: Torres almenaras. Costa occidental.
Málaga, Diputación Provincial, 1975; y a los más recientes,
por citar algunos, de OLANO GURRIARÁN, C.: “La Torre del
Duque de Marbella (costa occidental de Málaga)”. I Congreso
de Arqueología Medieval Española. Tomo III, 1985, pp. 427-440;
y GIL SANJUÁN, Joaquín: “El sistema defensivo de la Costa del
Sol occidental durante el Antiguo Régimen”. Cilniana, n.º 12,
Marbella, pp. 28-37.
41
Véase CASADO BELLAGARZA, José Luis: ”El patrimonio
histórico industrial en el municipio de Marbella” en AA.VV. I
Jornadas de Patrimonio Histórico Local de Marbella. Op. Cit. p.
185.
42
MORENO FERNÁNDEZ, Francisco Javier: “Datos para
una historia urbana de Marbella”. Cilniana, n.º 12, Marbella,
1999, pp. 14-15.
43
GUILLÉN ROBLES, Francisco: Historia de Málaga y su provincia. Tomo I, Málaga, Ed. Arguval, 1985, p. 216 (ed. faccs.
Imprenta de Rubio y Cano, Málaga, 1874).
44
RIEGL, Aloïs: El culto moderno a los monumentos. Madrid,
Ed. Visor, 1987, p. 30.
ENTRE LA UTOPÍA Y LA FALTA DE CONTINUIDAD:
INICIATIVAS CINEMATOGRÁFICAS
por parte de las Instituciones Locales
en Marbella durante la Transición Política
Inmaculada Sánchez Alarcón y Mercedes Fernández Paradas
Cine Imperial, San Pedro Alcántara, 1982 (Foto: José L. Casado).
Introducción
E
l análisis contextualizado del uso que se hace
del cine en Marbella entre 1975 y 1982 requiere empezar diciendo que el periodo en el que
se inicia la transición política en España no es,
precisamente, el mejor que vive el cine español.
La situación caótica de la industria cinematográfica nacional en este periodo es resultado, en gran
parte, de las deficiencias de la política estatal
desde la década anterior y durante los primeros
años setenta1. A partir de 1975, se intentará una
transformación de la cinematografía inserta en
el marco de la reforma política, que suscita nuevos problemas y, sin embargo, no supone un cambio sustancial en relación a las estructuras vigen-
tes durante el periodo franquista. Además, a todas estas deficiencias se unen la censura estatal,
que no se llega a abolir oficialmente del cuerpo
legislativo español hasta la publicación del Real
Decreto Ley 3.071 del 11 noviembre de 19772, y
la censura de mercado, que excluye todo producto que pudiera apartarse de las preferencias del
público.
El contexto en el que se desarrolla la cinematografía española de mediados de los años
setenta no era, pues, demasiado positivo ni proclive a las innovaciones. Y no es que en la España
del tardofranquismo y de la Transición no hubiera propuestas cinematográficas novedosas, de
hecho, en la Escuela Oficial de Cine (EOC) había
CILNIANA
35
INICIATIVAS CINEMATOGRÁFICAS EN MARBELLA
ido formándose toda una generación de realizadores cuyos planteamientos propiciaron lo que
se dio en denominar “Nuevo Cine Español”. Sin
embargo, mucho más que la labor de estos jóvenes directores, que siempre resultó minoritaria,
la producción cinematográfica de más éxito comercial durante los últimos años del régimen de
Franco y los primeros de la transición se caracterizó por ajustarse a géneros y subgéneros. Y, por
supuesto, el más significativo de todos ellos fue
la comedia. Así lo indican fenómenos como el
del “landismo”, cuya definición no cabe aquí, pero
que, como ya se ha estudiado, caracteriza a una
buena parte de la producción de la época, identificable por la reiterada aparición de actores como
Alfredo Landa y por la repetición de esquemas
en los que, a pesar de una cierta transgresión, se
intentan reafirmar los valores sociales vigentes
durante el régimen franquista.
Pero, independientemente de sus manifestaciones genéricas, parece claro que la producción del cine español del tardofranquismo y de la
transición no atraviesa una etapa especialmente
brillante. La situación en otros sectores de la cinematografía de este periodo en el que se inicia
la transición política en España no es mucho mejor. La distribución está casi absolutamente monopolizada por las empresas norteamericanas
que, bien de manera directa, bien a través de contratos con entidades autóctonas, determinan el
funcionamiento del sector. En lo que se refiere a
la exhibición, este ámbito está lastrado por una
infraestructura obsoleta. Además, a finales del
franquismo y comienzos de la democracia, se produce el abandono de las salas por parte del público, provocado por la reducción del número de
cines y de la oferta de películas, a las que se suma
el aumento del precio de las entradas. La televisión y la posterior consolidación de nuevas formas de ocio, como el vídeo desde 1980, también
tuvieron una incidencia básica en este proceso3.
Pero en el ámbito más inmediato a la
Marbella de mediados de los años setenta, la situación del medio cinematográfico es aún más
complicada. Encuadrable en el movimiento denominado cine autonómico o de las nacionalidades, el cine autóctono que se quiere desarrollar
en la Andalucía de los primeros años de la transición tiene que ver con intentos aislados, lo mismo que en otras comunidades «no históricas».
De cualquier forma, este intento de buscar formas de expresión propias de la cultura andaluza
a través del cine se fue agotando inevitablemente desde el comienzo de los años ochenta. No se
trata, sin embargo, de una circunstancia inexplicable.
Uno de los factores que lastra el cine
surgido en la Andalucía de los años setenta es el
36 CILNIANA
hecho de que, por su menor coste, los
cortometrajes documentales se constituyeran en
el instrumento prioritario a través del cual se intentó crear un corpus cinematográfico que fuera
expresión de la idiosincrasia regional4. Y es que
tanto la censura de mercado como el resto de las
circunstancias que definen la industria cinematográfica española de la época condicionan de
manera especialmente negativa la producción y
la difusión de los cortometrajes: ni en los foros
teóricamente más progresistas de la época, como
la Semana Internacional de Cine de Autor de
Benalmádena, ni tampoco en las salas comerciales habrá un reflejo aproximado de la producción
cinematográfica realizada en Andalucía.
Por supuesto que las dificultades de distribución que padecían las películas españolas en
general se agudizaban en el caso del material proveniente de pequeñas productoras radicadas en
territorios periférico como la comunidad andaluza. Pero, además, los espectadores andaluces
nunca llegaron a mostrar un especial interés por
el cine realizado en su comunidad autónoma, ni
siquiera cuando era concebido con fines puramente comerciales. Y, una muestra de ello es que,
según datos recogidos por Manuel Trenzado,
hasta el 29 de febrero de 2000, sólo habían superado escasamente el millón de espectadores
dos largometrajes rodados en territorio andaluz
por productoras que tenían sede social en Andalucía durante estos años, Manuela (Gonzalo García
Pelayo, 1975) y La Espuela (Roberto Fandiño,
1976)5. Con tan escaso eco en los circuitos de
exhibición, este cine que quiere ser específico
de la idiosincrasia andaluza acabará agotándose
por falta de recursos.
Uno de los factores que más favorece este
agotamiento es la política que la Junta de Andalucía mantiene en relación al cine. Al contrario
que en los casos catalán y vasco, en los que la
planificación económica aplicada al cine tiene
continuidad y coherencia, la inversión del organismo autonómico andaluz en proyectos cinematográficos es esporádica e irregular, tanto en estos años de la transición política como posteriormente. Y esta escasa ayuda oficial lastra enormemente todos los intentos de desarrollar un cine
autóctono en Andalucía al inicio de la democracia: mucho menos desarrolladas que en el País
Vasco o en Cataluña, donde existe mayor disponibilidad de capital y, sobre todo en el último
caso, una mayor tradición cinematográfica. Las
productoras andaluzas que realizan este cine son
empresas pequeñas con poco capital que se constituyen como resultado de iniciativas individuales y de equipo. Inevitablemente, la política del
organismo autonómico deja a estas empresas cinematográficas que desarrollan su actividad en
INICIATIVAS CINEMATOGRÁFICAS EN MARBELLA
Andalucía en una situación de desventaja que llega a resultar insuperable.
Sea como fuere, y a pesar de todas estas
dificultades que lastran sus iniciativas, entre los
profesionales del medio radicados en Andalucía,
se concibe el cine como instrumento preferente
para fomentar el desarrollo de la cultura regional. La mayoría de ellos piensa que la producción cinematográfica podía ser uno de los mejores remedios para solucionar la carencia endémica de una identidad clara en Andalucía, cuya idiosincrasia se había confundido tradicionalmente
con “lo español”. Y es con este propósito como,
durante la transición política, muchos de ellos
acuden a los organismos públicos con la certeza
de que las empresas convencionales no iban a
tener en cuenta un cine que no fuera a depararles la máxima rentabilidad. Esto también ocurre,
por supuesto, en la provincia de Málaga.
En teoría, durante estos años de la transición política, parecen darse las circunstancias más
propicias para que se potencie la actividad cinematográfica desde los diferentes niveles de la administración provincial. Sobre todo a partir de la
creación del Ministerio de Cultura, en el verano
de 1977, se habían eliminado los principios de
control que habían definido la política cinematográfica durante el franquismo. El paradigma adoptado había sido el de la democracia cultural, muy
extendido por toda Europa a mediados de los
años setenta. Un modelo que apuntaba a la participación más que al mero consumo, porque
consideraba la cultura como un espacio social
privilegiado para el ejercicio de la democracia.
Pero es que, además, con la democracia,
lo mismo que en el resto de la comunidad autónoma, gran parte de las organizaciones políticas
que ocupan el poder en los diferentes niveles de
la administración provincial y local malagueñas
adoptan propuestas andalucistas en sus programas Por supuesto, una parte esencial de estas
propuestas es la convicción de que es preciso emprender una tarea de recuperación y reconstrucción de la identidad de Andalucía. Una tarea que
los políticos de aquella etapa inicial de la democracia definen como un recurso fundamental para
que los andaluces, tan determinados por relaciones de dominio y dependencia ancestrales y, por
supuesto, muy evidentes durante el franquismo,
fueran capaces de asumir su propio destino y las
condiciones materiales de su existencia. En este
propósito, tiene una función muy importante la
cultura. “Una cultura popular, crítica y
transformadora de la realidad andaluza en donde estamos inmersos”, tal y cómo se plantea en
el borrador del Programa de la Delegación de
Cultura del Ayuntamiento de Marbella de diciem-
bre de 19796. El cine se constituye en un perfecto instrumento para emprender esta transformación de la Andalucía que sale de los cuarenta años
del franquismo.
En principio, pues, parecían cumplirse las
circunstancias más propicias para que, desde las
diferentes instancias del nuevo régimen político
instaurado en España, se potenciara un cine alternativo a la producción específicamente concebida para obtener rentabilidad económica. Sin
embargo, aunque el contexto ideológico y legislativo fuera aparentemente tan propicio, las estructuras administrativas de la España democrática no favorecieron, ni mucho menos, la producción cinematográfica nacional en la misma
medida. La libertad y el pluralismo inherentes en
el concepto de democracia cultural fueron entendidos como inhibición estatal, y una buena
parte de la producción cinematográfica española
quedó en función de las iniciativas del mercado7.
Tampoco en el ámbito malagueño se cumplió todo el potencial de difusión cultural que
los distintos grupos políticos y el sector público
reconocían teóricamente en el cine. En principio, con la democracia, en la Diputación Provincial, se plantea un importante cambio de orientación en la política cultural: la intención es llevar a cabo un plan propio de carácter global y
abandonar, así, la práctica que determinaba la
concesión de subvenciones a proyectos puntuales relacionados con la cultura. Por supuesto que
la institución malagueña adopta ciertas iniciativas relacionadas con el cine. Sin embargo, media
mucha distancia entre los propósitos planteados
y una realidad en la que las actividades cinematográficas de la Diputación de Málaga no tienen
continuidad y las subvenciones que concede el
organismo a proyectos ajenos relacionados con
este mismo medio son pocas y no responden a
ninguna política clara.
1. La participación del Ayuntamiento de
Marbella en la producción y difusión de
contenidos cinematográficos durante el
periodo de la transición política
Tampoco se puede afirmar que otros organismos públicos malagueños adoptaran una
política clara en este mismo sentido. Sin embargo, queda constancia de cómo la corporación municipal de Marbella se implica en la realización
de documentales sobre tema turístico durante la
etapa de la transición política. De hecho, con fecha de 15 de enero de 1980, la Comisión Municipal Permanente del municipio acuerda que se
emprendan todas las gestiones necesarias para
la realización de un documental a color que ayude a relanzar la imagen nacional e internacional
CILNIANA
37
INICIATIVAS CINEMATOGRÁFICAS EN MARBELLA
de la Costa del Sol. Con este fin, el ayuntamiento
marbellí se propone establecer contactos con el
Patronato Provincial de Turismo y otras instituciones públicas de la zona para conseguir fuentes de financiación que permitieran llevar a cabo
la producción de dicho documental. El tiempo
de aparición en la película de los distintos municipios de la Mancomunidad de la Costa del Sol
Occidental sería proporcional a la aportación realizada por cada uno de ellos a la financiación del
proyecto planteado. En este mismo acuerdo, se
sugiere que las labores necesarias para la realización del documental se dejaran a cargo de profesionales y productoras de la zona como la de
Miguel Alcobendas8. Sin embargo, sería Luis Calvo, responsable de TK Producciones, una empresa
domiciliada en Estepona, quien asumiría la dirección del proyecto. El resultado final, del que
no se ha conseguido encontrar una copia, fue un
cortometraje de 20 minutos para el que el Ayuntamiento de Marbella y el resto de entidades participantes debieron aportar 3.500.000 pesetas.
También sería Luis Calvo el realizador encargado de Marbella en invierno, un cortometraje
exclusivamente concebido para la promoción turística de todo el término municipal marbellí, incluido San Pedro de Alcántara. Según un acuerdo
adoptado por su Comisión Permanente el 23 de
junio de 1980, la Corporación municipal consignó una cantidad de 500.000 pesetas para la pro-
ducción de este documental9. Sin embargo, el
consistorio marbellí desestimó la propuesta remitida al año siguiente por los responsables de
TK Producciones, en cuyo presupuesto se incluía
la realización de otro cortometraje, Marbella en
verano, además de un nuevo montaje del documental anteriormente realizado y la elaboración
de otra película sobre la vida del municipio, aunque con un planteamiento más general que en
los dos ejemplos anteriores. No se trataba, sin
embargo, de falta de interés: la misma Comisión
Permanente que se muestra contraria a la propuesta de TK acuerda encomendar a la Comisión
de Cultura la redacción de las bases para un concurso. Ése sería el medio utilizado para otorgar
la realización de una nueva película que sirviera
para la promoción turística de Marbella10. No se
han encontrado más datos sobre la participación
de las instituciones de la localidad en la producción cinematográfica realizada en la provincia de
Málaga durante la transición. Pero, parece claro,
que, igual que en el caso de la Diputación Provincial, las iniciativas de la corporación local marbellí
en relación a la producción cinematográfica que
se realiza durante los años de la transición carecen de unas pautas claras y se producen de manera esporádica. El único eje vertebrador apreciable de estos esfuerzos del Ayuntamiento de
Marbella en la producción audiovisual es el interés por que las películas realizadas con su apoyo
sirvieran para la promoción turística de la zona.
Cine de verano junto a la Villa de San Luis, San Pedro Alcántara, 1982 (Foto: José L. Casado).
38 CILNIANA
INICIATIVAS CINEMATOGRÁFICAS EN MARBELLA
También en lo que se refiere a la difusión
cinematográfica, pueden reseñarse iniciativas
adoptadas por los organismos públicos en
Marbella durante el periodo comprendido entre
1975 y 1982. Lo mismo que en el resto de Málaga, esta intervención de la corporación marbellí
en la exhibición cinematográfica se canaliza a través de circuitos no convencionales, los festivales
cinematográficos y la participación en agrupaciones
constituidas para la difusión
y enseñanza del medio cinematográfico.
tivas para celebrar festivales cinematográficos
que, aunque fallidas, redundan aún más en la importancia que se da al cine como recurso publicitario para difundir las posibilidades turísticas de
la Costa del Sol. Es el caso de dos proyectos que
se intentan llevar a cabo en 1980 y 1981. El planteamiento del Festival de Cine de Marbella de la
Condición Humana, que es presentado a la cor-
El caso es que, aunque pueda considerarse que
sólo la Semana Internacional de Cine de Autor de
Benalmádena contó con todos los ingredientes precisos para ser considerado un
auténtico festival cinematográfico, en Málaga también
pueden reseñarse diversos
certámenes dedicados al
cine durante los años setenta. Muchos de ellos nacen
con el objetivo de facilitar la
promoción turística de sus
localidades, como fue el
caso de la Semana de
Asociación de Vecinos "Julio Romero de Torres" y Colegio "La Azucarera", San Pedro
Benalmádena en sus inicios.
Alcántara, 1982 (Foto: José L. Casado).
Sin embargo, hay otros
eventos que son puestos en
marcha con la finalidad de exhibir contenidos ciporación municipal junto con la solicitud de una
nematográficos distintos a los que se programasubvención o préstamo de 3.500.000 pesetas, forban en los circuitos convencionales.
ma parte, incluso, de una propuesta más amplia:
la puesta en marcha en la localidad de un InstituCon una continuidad limitada, casi siemto Español de Estudios Cinematográficos. Este
pre, a un par de ocasiones, tanto la Semana InInstituto, para cuya sede se elige Marbella “por
ternacional de Cine Didáctico de Estepona, el
las condiciones óptimas de las que goza la Costa
Certamen Internacional de Cine Campesino de
del Sol (...), su infraestructura hotelera de máxiÁlora o los festivales que se celebran en Torre
mo nivel, (...) y sobre todo por el clima suave”12,
del Mar o Fuengirola resultan muy indicativos del
pretendía ser una estructura estable que propiinterés que existe en la provincia de Málaga duciara al cine español la difusión internacional que
rante la transición política por el potencial del
necesitaba. Entre sus fines, además de la promocine para la difusión cultural. Ya fuera del perioción de la producción realizada en España y de la
do considerado, tanto en Marbella como en San
Costa del Sol como la nueva meca para el cine
Pedro de Alcántara también se cristaliza este ineuropeo, el Instituto tenía la creación de una esterés en la capacidad del cine como instrumento
cuela de cine y de un premio literario para novepedagógico con la celebración de certámenes cilas que pudieran ser adaptadas al cine y, por sunematográficos con planteamientos similares a
puesto, la celebración del ya mencionado festilos mencionados, como los ciclos de cine infanval.
til que tuvieron lugar en ambas localidades en el
año 1983 y que fueron dirigidos por un cineasta
A pesar de la inclusión en el Comité de
sumamente significativo en la Málaga de la tranpersonalidades como Luis Buñuel o Néstor Alsición política, Miguel Alcobendas 11.
mendros, el certamen, para el que se proponen
las fechas del 1 al 10 de abril de 1981, tiene una
Sin embargo, entre 1975 y 1982, en
vocación más turística que cinematográfica. Así
Marbella, también pueden reseñarse otras iniciaparecen indicarlo la propuesta para la presidenCILNIANA
39
INICIATIVAS CINEMATOGRÁFICAS EN MARBELLA
cia de honor de uno de los artífices del esplendor turístico de Marbella, el príncipe Alfonso de
Hohenlohe. Otra muestra de ello es que se pretendiera realizar la selección de películas siguiendo un criterio tan ambiguo como que éstas debían “contener un mensaje acorde con la condición humana”, cuando los actos paralelos al festival son tantos como una corrida de toros en
Ronda, una fiesta campera, una competición de
golf dirigida por Severiano Ballesteros o una exhibición de tenistas como Björn Borg o John
McEnroe. Pero, además, en la carta fechada el 11
de noviembre de 1980 en la que solicita la subvención municipal, el representante de quienes
pretenden la creación del Instituto y la celebración del festival, Alexis de Vilar, argumenta que,
a partir de ambas iniciativas, “es previsible que
el interés para realizar películas en la Costa del
Sol y en la creación de estudios cinematográficos o de televisión, aumente paulatinamente llevando consigo la creación de puestos de trabajo
y aumento del poder adquisitivo”.
Lo mismo que en el caso del Festival de
Cine de Marbella de la Condición Humana, el
ayuntamiento de la localidad también desestima
la solicitud de una subvención de 6.000.000 de
pesetas para celebrar en marzo de 1981 una
Muestra Cinematográfica de Habla Hispana. Aunque se trata de un certamen con criterios mucho
más definidos, que determinan la selección de
películas producidas en España o en Hispanoamérica, este nuevo intento de celebrar un certamen
cinematográfico en Marbella también es concebido por sus artífices como una ocasión para difundir la imagen de la localidad. Según la petición de la subvención para el festival que se dirige al consistorio con fecha del 17 de diciembre
de 1980, “la presencia de TVE, así como la de
Televisa y TV Venezolana garantizan una promoción de Marbella a nivel internacional como consecuencia de un hecho eminentemente cultural”.
2. El cine y su virtualidad educativa en la
Marbella de comienzos de la democracia
Pero, además de la proliferación de festivales cinematográficos, en la Málaga de los inicios de la transición política, la difusión cinematográfica alternativa a las salas comerciales se canaliza, sobre todo, a través de cineclubs e instituciones que optan por utilizar el cine como parte importante de su tarea cultural. Durante este
periodo, sin embargo, la actividad “cineclubística”
no se circunscribió a la capital malagueña, sino
que también se desarrolló en otras localidades
de la provincia.
Es especialmente destacable el caso de
Marbella, un municipio de tamaño medio, que,
40 CILNIANA
en el año 1975, contaba con una población de
50.408 habitantes13 . Durante los años de la Transición, la localidad experimentó una notoria evolución social y económica y, definitivamente, dejó
de ser un municipio cuya estructura económica
se basaba en el sector primario. Así, en estos
años, Marbella se convirtió en uno de los puntales del turismo de la Costa del Sol, que optó por
una oferta de ocio de mayor calidad que otros
municipios colindantes.
En este contexto, la experiencia
“cineclubística” que se desarrolla en la Marbella
de la transición presenta unos rasgos
diferenciadores, marcados por su origen público: fue gracias al ayuntamiento marbellí, controlado por los munícipes del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), como el proyecto de creación
de un cineclub municipal planteado a finales de
1979 se hizo realidad a principios de 1981.
En efecto, en noviembre de 1979, el secretario de la Corporación municipal de Marbella
certificó que los ediles habían acordado la creación de un cineclub municipal. Sin embargo, en
la misma reunión se había decidido someter al
informe de la Comisión de Cultura la moción del
concejal Núñez Peralta, representante del PSOE,
que había propuesto también la creación de un
cineclub en la barriada del Pilar, “Teniendo en
cuenta la labor fundamental que ha de llevar a
cabo un ayuntamiento democrático en pro de la
cultura y la necesidad de llevarla a los barrios en
sus distintas vertientes, labor aún no iniciada en
esta corporación (...)”14.
Partiendo de esta premisa, el grupo socialista consideraba que el Ayuntamiento debía consignar en su presupuesto una partida destinada
a sufragar los gastos generados por el cineclub
propuesto, que incluiría el desembolso ocasionado por el alquiler de una sala de proyección
con una superficie, al menos, de 75 metros cuadrados para un total de 75 butacas15; la compra
de un proyector; el abono de sueldos al personal
encargado de su funcionamiento y la programación y adquisición de películas.
La corporación marbellí aprobó la constitución de un cineclub municipal a finales de 1979.
La iniciativa no debió de prosperar, porque el
tema volvió a reabrirse a principios de 1981, con
una moción de la Concejalía de Cultura que planteaba de nuevo la creación de un organismo dedicado a la difusión cinematográfica con las mismas características que el anterior. La propuesta,
aprobada en enero de ese mismo año, también
incluía una serie de medidas destinadas a poner
en funcionamiento en breve plazo el cineclub. Se
planteaba, así, la creación de un grupo de traba-
INICIATIVAS CINEMATOGRÁFICAS EN MARBELLA
jo constituido por personas que ya estaban trabajando en pro de la difusión del cine en la localidad. Los integrantes de este grupo de trabajo
de cine serían Francisco Orgaz, Esteban Casado,
Joaquín Martínez y Miguel Pérez. Todos ellos prestarían su colaboración desinteresada en la labor
de difusión cinematográfica sin intereses “partidistas o exclusivistas”.
Con el mismo interés de poner en marcha el cineclub en el menor plazo posible, en
esta misma propuesta se plantea también el nombramiento del comité gestor del cineclub y la
posibilidad de proceder al alquiler del cine Alameda entre los meses de febrero a junio. El alquiler de este local supondría un desembolso
mensual de 20.000 pesetas, que incluiría el derecho a realizar una proyección semanal. A cargo de la empresa correrían los gastos correspondientes al sueldo del operador y el mantenimiento del proyector.
Por último, en esta misma propuesta también se aprueba un presupuesto para el alquiler
de películas. El coste del alquiler del material se
estimaba en 40.000 pesetas mensuales, una cifra que podría ser menor en caso de acudir a la
Federación Española de Cineclubs, que cedía el
material a un precio sensiblemente inferior al
de las distribuidoras comerciales16. Además, se
preveía también una reducción de los gastos, derivada de los ingresos obtenidos por el pago de
la cuota de los asociados, fijada en 75 pesetas al
mes.
La corporación municipal no sólo aprobó
la moción sino que la materializó en breve plazo. De tal manera que en marzo de 1981 el
cineclub Marbella contaba con 600 socios. Con
el objetivo de mejorar y ampliar la labor de difusión cinematográfica desarrollada por el Ayuntamiento, la concejalía de cultura planteó diversas medidas destinada a reducir costes y aumentar los ingresos de la asociación cinematográfica. Además, con este mismo fin, también se quiso propiciar la creación de un cineclub en San
Pedro de Alcántara.
La constitución de una nueva agrupación
cinematográfica en San Pedro de Alcántara, un
núcleo de población dependiente de Marbella,
se justificó en base a que la distancia existente
entre ambos lugares dificultaba el desplazamiento del público potencial hasta el local del cineclub
instalado en el municipio marbellí. En lo que se
refiere a la administración económica de la nueva entidad cinematográfica, la concejalía propuso instalar el lugar de las proyecciones en el cine
Imperial, lo que supondría un gasto mensual de
15.000 pesetas por la exhibición de un título por
semana, cantidad que no incluía los gastos de
mantenimiento del local. Además, en esta misma moción, se solicitó una ayuda complementaría de 30.000 pesetas destinada al pago del sueldo del operador de la sala del cineclub instalado
en San Pedro y para compensar el incremento
del gasto en alquiler de películas y la publicidad
que se daría a la difusión de las mismas. Se estimaba que los ingresos del cineclub podrían ser
importantes, sobre todo gracias al pago por parte
de los socios de una cuota de 300 pesetas “en
concepto de ayuda a la adquisición del carnet”.
La moción de la Concejalía de Cultura fue aprobada en todos sus extremos el 2 de abril de
198117.
El hecho de que no se volviera a saber
nada más del proyecto de un cineclub municipal
no implica que, durante este periodo, no siguiera existiendo preocupación por la difusión cinematográfica en el gobierno local marbellí. A este
respecto, es destacable el elevado número de socios que llega a alcanzar el cineclub municipal
en 1981, poco después de que el Ayuntamiento
de Marbella aprobara su puesta en marcha por
segunda vez. Pero hay que reseñar que los miembros de la corporación municipal también conceden su apoyo a otra agrupación cinematográfica constituida en 1980 y que aún hoy sigue
desarrollando una actividad regular, el Cineclub
Luis Buñuel.
De cualquier manera, aunque no se hayan encontrado más datos al respecto, parece
clara la continuidad que alcanza esta agrupación
durante los primeros dos años de su funcionamiento. Así se afirma, por lo menos, en el documento fechado el 26 de agosto de 1982 que presenta al municipio el representante del Cineclub
Luis Buñuel, Antonio Alcalá Duarte, para demandar la concesión de una ayuda de 150.000 pesetas18.
En esta misma solicitud, el representante
del cineclub marbellí justifica la necesidad de que
el consistorio volviera a apoyar a la agrupación,
que sólo en sus comienzos estuvo bajo la protección de la Delegación de Cultura del Ayuntamiento pero que luego pasó a autofinanciarse:
en 1982, la situación económica del cineclub es
bastante delicada por causa de los incrementos
que habían experimentado el precio del alquiler
y el transporte de las películas durante la temporada anterior. Inscrito aquel mismo año en la
Federación Nacional de Cineclubs, y con más posibilidades, por tanto, de alquilar material a más
bajo precio, si se le concediera la ayuda solicitada al municipio, el cineclub marbellí podría mantener su cuota de inscripción accesible a todas
las clases sociales y, a la vez, paliar su déficit sin
CILNIANA
41
INICIATIVAS CINEMATOGRÁFICAS EN MARBELLA
verse obligado a disminuir la calidad de la programación ofrecida a sus socios. El 7 de septiembre de 1982, la Comisión Municipal Permanente
del Ayuntamiento de Marbella acuerda conceder
una subvención a esta agrupación cinematográfica por la cantidad solicitada.
Pero, aunque el cineclub Luis Buñuel se
independizara de su tutela, además de la ayuda
económica que se le concede por parte del
Ayuntamiento de Marbella en 1982, una prueba tangible del permanente interés municipal
en el cine durante este periodo es el acuerdo
tomado por la Comisión Permanente, el 4 de
diciembre de 1979, con el objetivo de crear una
filmoteca, una fonoteca y una cinemateca municipal 19. El impulsor de este acuerdo fue Raúl
Vázquez García, miembro del PSOE local y concejal delegado de Enseñanza, quien presentó
una moción en la que defendía la necesidad de
difundir la educación y la cultura en el municipio de Marbella. El edil hacía especial hincapié
en la importancia que podía llegar a tener el
uso del cine para esta finalidad, y criticaba duramente el producto que ofertaban las salas comerciales en los siguientes términos: “Si tenemos en cuenta la ola de cine de mal gusto (...) y
el acceso a los locales comerciales donde se exhiben los citados films, por parte de todo público en general y que en nada ayuda a la formación mental ni moral (...) de la juventud y
ciudadanos en general, nos podemos dar cuenta de la importancia y trascendencia que este
aspecto de la cultura tiene para nuestro pueblo” 20.
La creación de una fototeca, una videoteca
y una cinemateca municipal permitiría que los
alumnos de los centros de enseñanza y el público en general pudiesen acceder a un cine educativo. Así, los establecimientos de enseñanza tendrían la posibilidad de exhibir rotativamente películas con todo tipo de contenidos formativos,
de acuerdo con las directrices del entonces Ministerio de Educación y Ciencia.
Para desarrollar esta labor cultural, el
mencionado concejal Vázquez proponía, además
de los propios centros educativos, dos lugares
de exhibición. Por un lado, la sala de proyección
situada en el centro de Formación Profesional,
que, con capacidad para 200 asistentes, contaba con un proyector propiedad del Ayuntamiento. Además, también se podría utilizar el
minicine del barrio del Pilar, cuyo alquiler conllevaría un gasto mensual de 20.000 pesetas por
todas las películas programadas. En cuanto al
personal encargado del funcionamiento de ambas salas, para la situada en el centro de formación profesional se contaba con la colaboración
42 CILNIANA
altruista de dos profesores expertos en materia
cinematográfica, uno de ellos era productor21.
El minicine, por supuesto, contaba con todo el
personal necesario. Para hacer viable este proyecto, en opinión del concejal, además de las
salas, era imprescindible disponer de dos o tres
proyectores fijos, uno de ellos el situado en el
mencionado establecimiento de formación profesional. Igualmente, sería preciso adquirir un
proyector sonoro de formato super 8, destinado a funcionar en régimen rotativo por los centros docentes.
Las películas que constituirían los fondos
de estas instituciones municipales se podrían
obtener mediante cuatro vías: la primera, su compra en casas comerciales especializadas. También
se podría acceder a otros títulos a través de su
alquiler temporal. Y, además, era previsible que
se pudiera contar con las donaciones de diversas organizaciones públicas como el Ministerio
de Cultura y el NO-DO, y privadas, como fundaciones o Cajas de Ahorro. Además, entre los títulos difundidos por la filmoteca y la cinemateca
marbellíes, también se podrían incluir las películas que realizase el propio ayuntamiento.
El concejal delegado de Enseñanza consideraba que, al tratarse de un servicio público
destinado a promover la enseñanza y la cultura,
correspondía a la corporación municipal abonar
la mayoría de los gastos originados por la
filmoteca, la fonoteca y la cinemateca. Por su
parte, los centros educativos contribuirían pagando una cantidad módica por el uso de los
proyectores y de las películas. El público en general accedería a las proyecciones por la cantidad simbólica de 10 pesetas por sesión.
Además, Vázquez afirmaba contar con el
apoyo de varios productores y organizaciones
dedicados a la difusión cinematográfica, que colaborarían en la celebración de semanas de cine
juvenil e infantil que pudieran ser programadas
por su concejalía. Por último, el texto de la moción finalizaba con una referencia al núcleo de
población de San Pedro de Alcántara, que se beneficiaría del proyector destinado a los centros
educativos en régimen rotativo.
Pese a que la moción fuera aprobada, la
puesta en práctica de este proyecto no estuvo
exenta de dificultades, derivadas en gran medida de las reticencias planteadas por diversos
miembros de la corporación municipal. El caso
es que, con fecha del 9 de abril de 1980, la Comisión informativa de Cultura y Enseñanza del
Ayuntamiento celebró una reunión en la que se
acordó informar favorablemente acerca de dos
mociones presentadas por el delegado de Edu-
INICIATIVAS CINEMATOGRÁFICAS EN MARBELLA
cación y Cultura. En ambas propuestas, el concejal Vázquez planteaba la adquisición de películas para el fondo de la filmoteca municipal y
de los medios tecnológicos necesarios para su
proyección. Además, el edil marbellí también
sugería la organización de cursos cinematográficos para escolares22. Igualmente, a ambas proposiciones se adjuntaba un pormenorizado dossier en el que se detallaba el presupuesto para
el funcionamiento de la filmoteca; una lista de
posibles títulos que podrían ser incluidos entre
sus fondos; las condiciones para el préstamo de
estas películas a los centros de enseñanza y un
listado de los institutos que se habían comprometido a colaborar en pro de la difusión cinematográfica en el municipio.
El dossier elaborado por el concejal
Vázquez también comprendía un informe acerca de las condiciones que debían cumplir los establecimientos educativos para acceder a las películas de la filmoteca marbellí. Así, se consideraba como únicos destinatarios de este servicio
a centros u organismos de otro tipo reconocidos legalmente que cumpliesen las normas establecidas por la entidad cinematográfica municipal. Para asegurar la rapidez y la continuidad
de esta labor cultural, por cada día con el contara con uno de los títulos de la filmoteca, cada
entidad abonaría la cantidad de 15 pesetas. El
plazo máximo de prestación se estipulaba en 6
días. En lo que se refiere a las condiciones de
En cuanto a la partida destinada al funcionamiento de la filmoteca municipal, la delegación de enseñanza la cuantificaba en
poco más de 500.000 pesetas. De ellas, 350.000 pesetas se emplearían en la compra de aparatos de proyección. Según el criterio de la
concejalía, deberían adquirirse tres proyectores sonoros: uno de 16mm., necesario porque la mayoría de las
películas donadas estarían
en ese formato, y los otros
dos de 8mm., que eran imprescindibles por el elevado
número de centros escolares
y alumnos existentes en el
municipio 23. La cantidad resColegio "La Azucarera", San Pedro Alcántara, 1982 (Foto: José L. Casado).
tante presupuestada para la
filmoteca se dedicaría a la
adquisición de películas, destinada a constituir
préstamo de los proyectores, cada centro edusu fondo inicial24. En concreto, se seleccionaron
cativo debía contar, al menos, con un operador
para su compra cinco colecciones sobre Andaluque, habiendo asistido a una sesión para el aprencía, arte, cultura y naturaleza. Para completar este
dizaje del manejo de estos aparatos, fuese la perfondo inicial de películas, se recurriría también a
sona encargada y responsable del material. Los
las donaciones efectuadas por diversas instituciocentros podrían contar con las máquinas de prones públicas y privadas: varias embajadas, el Insyección por un plazo máximo de tres días25.
tituto Italiano de Cultura, la Diputación provincial y una Caja de Ahorros cuya filiación concreta
El informe favorable de la Comisión Inno se especificaba.
formativa de Cultura y Enseñanza fue rechazado
por la Comisión Permanente. En opinión de los
Además de las donaciones, también se
miembros de esta Comisión Permanente, la depodría contar con la ayuda de diversas institulegación de Enseñanza no había realizado una
ciones y personas que habían expresado su decorrecta valoración económica de los gastos que
seo de colaborar en cursillos para educadores y
ocasionaría la materialización de los proyectos
alumnos. En concreto, prestarían su apoyo el Mique había planteado: en las mociones, por ejemnisterio de Cultura; asociaciones destinadas a la
plo, no contemplaba la partida destinada a abodifusión cinematográfica, como la de Promoción
nar el coste de estancia del monitor durante los
de Cine Juvenil e Infantil; y los productores Jordi
días del curso destinado a formar a los profesoLintes, Ana Ingras, Ricardo Teresa y Jordi Artigas.
res y alumnos. Además, se tenía conocimiento
CILNIANA
43
INICIATIVAS CINEMATOGRÁFICAS EN MARBELLA
de que algunos centros educativos de la zona de
Marbella ya contaban con proyector. Por último,
en líneas generales, se argumentaba que el Ayuntamiento no contaba con el presupuesto necesario para desarrollar todas aquellas actividades
propuestas.
de recursos y la falta de una estrategia clara, el
cine es un recurso destacable en la política cultural llevada a cabo por el consistorio marbellí
durante los años de la transición política española.
Como respuesta a estas acusaciones, en
un escrito presentado por él, el concejal Vázquez
lamentaba “profundamente el tratamiento dado
por mis compañeros a las mociones”. En este
mismo escrito, el edil también respondía a todas aquellas cuestiones o aseveraciones, centradas mayoritariamente en el tema económico, que
habían servido para justificar el hecho de que se
desestimaran sus propuestas. Además, el promotor de la filmoteca y la cinemateca marbellíes
también consideraba que, al contrario de lo que
se había dicho por parte de otros ediles, en los
distintos informes elaborados por su delegación
quedaba reseñado cuáles serían las formas de
financiación del proyecto. En cuanto al sueldo
del monitor, el concejal argumentaba que el mencionado cursillo formaba parte de un programa
de su Delegación ya aprobado. Y, para finalizar,
en sus alegaciones, Vázquez presentaba un listado de los establecimientos docentes del municipio que contaban con un proyector. De un
total de 14 centros, únicamente 3 poseían un
aparato de proyección.
Notas
Una vez realizadas las pertinentes aclaraciones, el concejal delegado de Cultura y Enseñanza presentó de nuevo su propuesta para la
creación de una filmoteca y la celebración de curso cinematográfico para escolares, en otra nueva sesión ordinaria de la Comisión Permanente
Municipal, celebrada el 3 de junio de 1980. En
esta ocasión, la proposición sí fue aceptada26.
Otra demostración más de que el consistorio
marbellí tuvo un gran interés por la utilización
de las posibilidades del cine en su municipio durante los años de la transición política española.
Esta primera aproximación a la importancia que se da al cine en Marbella y San Pedro de
Alcántara en los inicios de la democracia española, un periodo de especial importancia, como
todos sabemos, en nuestra historia más reciente, podría todavía ser completada. Ayudaría a ello
un análisis exhaustivo de la prensa provincial de
aquellos años, que no solía incluir iniciativas cinematográficas alternativas a los circuitos convencionales, pero que podría ofrecer nuevos datos. Y, por supuesto, también serían fundamentales para este fin las consultas a los protagonistas de las actividades culturales desarrolladas en
el municipio en esta época. De cualquier manera, los datos aquí ofrecidos sirven para aclarar
de manera meridiana que, a pesar de la carencia
44 CILNIANA
1
Cfr. MONTERDE, J.E.: Veinte años de cine español, (19731992), Barcelona: Ediciones Paidós, 1993, p. 29.
2
Si bien se promovieron nuevas formas restrictivas
con la creación de la categoría especial de películas “S” y
con la difusión de la práctica del secuestro judicial. Cfr.
AMITRANO, A.: El cortometraje en España. Una larga historia
de ficciones breves. Valencia: Ediciones de la Filmoteca de
la Generalitat Valenciana, 1998, p. 70.
3
Cfr. FERNÁNDEZ BLANCO, V.: El cine y su público en
España. Madrid: Fundación Autor, 1998, pp. 49 y 159-160.
4
Cfr. UTRERA, Rafael, “Andalucía”, en CAPARRÓS LERA,
J. M. (Dir.): Cine español. Una historia por autonomías. Vol. I,
FilmHistoria Libros, Barcelona 1996, pp. 27 y 33-36.
5
Cfr. TRENZADO ROMERO, M.: “La construcción de la
identidad andaluza y la cultura de masas: el caso del cine
andaluz”, en Revista de Estudios Regionales, n.º 58, 2000, pp.
203-204.
6
Archivo Municipal de Marbella (A. M. Mar), Signatura
5.289-28.
7
Sobre el cambio en el sistema de ayudas oficiales que
supone la legislación democrática para el sector cinematográfico español y la crisis subsiguiente, puede verse, por
su carácter específico al respecto, LOSILLA, C.: “Legislación, industria y escritura” en VV.AA: Escritos sobre el cine
español 1973-1987. Valencia, Filmoteca de la Generalitat
Valenciana, 1989.
8
A.M.Mar, Signatura 340-5.
9
A.M.Mar, signatura 482-36.
10
A.M.Mar, signatura 5.293-8.
11
Sobre este cineasta, véase, SÁNCHEZ ALARCÓN, I.
(coord.); FERNÁNDEZ PARADAS, M.; MELIVEO NOGUÉS, P.;
MONTESINOS SOUDRY, P.; POZA PÉREZ, A.; RUIZ MUÑOZ,
M. J.; TERUEL RODRÍGUEZ, L.: “El cine de Miguel
Alcobendas: La producción documental en Andalucía durante los años setenta”, en GARCÍA GALINDO, J. A.;
GUTIÉRREZ LOZANO, J. F. y SÁNCHEZ AL ARCÓN, I. (eds.):
La comunicación social durante el franquismo. CEDMA /
Cajamar / Asociación de Historiadores de la Comunicación,
Málaga, 2002.
12
A. M. Mar, Signatura 5.282-3.
13
INSTITUTO DE ESTADÍSTICA DE ANDALUCÍA (I.E.A.): Evolución de la población Andalucía 1900-1991. Sevilla, 1992, pp.
112-114.
14
A. M. Mar, Signatura 339-27.
15
A. M. Mar, Signatura 339-27.
16
A. M. Mar, Signatura 5.283-26.
17
A. M. Mar, Signatura 5.284-41.
18
A. M. Mar, Signatura 5.293-12.
19
A. M. Mar, Signatura 340-36.
20
A. M. Mar, Signatura 340-36.
21
La documentación consultada no especifica la identidad de estas personas.
22
A. M. Mar, Signatura 340-36.
23
Hay constancia de que el Ayuntamiento adquirió varios proyectores entre los años 1979 y 1981, aunque no
conocemos el formato de los aparatos.
24
La propuesta descartaba la consecución de películas mediante el alquiler, pues normalmente las
distribuidoras comerciales no contaban con títulos educativos.
25
A.M.Mar, signatura 340-36.
26
A.M.Mar, signatura 240-36.
La torre medieval de
La Romera (Benahavís)
*
Carlos Gozalbes Cravioto
Montemayor desde el sur. En la zona más boscosa, bajo una suave cañada, está la Torre de la Romera.
L
a zona de Benahavís se sitúa entre
Marbella y Estepona, siendo su término
municipal uno de los más extensos de la provincia malagueña con sus 146 kilómetros cuadrados. Su situación entre montañas, constituye un paso importante entre la costa malagueña occidental y las tierras del interior, formando parte del camino tradicional e histórico entre Marbella y Ronda.
Esta situación estratégica, propició una
densa ocupación del suelo en época medieval.
En toda la costa malagueña, la franja estrictamente costera era muy peligrosa por los continuos
ataques piratas norteafricanos incontrolados. Este
inconveniente era subsanado apenas a un kilómetro hacia el interior, zona que ofrece la suficiente protección, además de una comunicación
fácil, tanto hacia el Norte (meseta de Ronda),
como al Sur. Ello determinó el práctico abandono de la zona costera –muy densamente poblada
en la Edad Antigua– y una compacta ocupación
en la zona interior, sobre todo a lo largo de las
vías de comunicación1.
Se forma en toda la región una densísima
red de alquerías, todas ellas protegidas directamente por una torre, cuyos restos son los que mejor
han perdurado a lo largo del tiempo y que han
sido repetidamente estudiados por todos aquellos que han tratado la historia medieval de la zona2.
Muchas de estas torres-alquerías, se encuentran inmersas en el desastre espacial de la
Costa del Sol, tales como la Torre de Esteril, hoy
día en el interior de un campo de golf y visible al
Oeste de la carretera de Ronda a San Pedro3. Otra
es la torre Campanillas, que hoy forma parte de
los jardines de una finca privada, cuyo propietario no permite el acceso para su contemplación
o estudio4.
Otras torres en el curso del Guadalmedina,
son la torre Leonera, la de Tramores y la torre de
Benamorís, también llamada de la Leche o la Torrecilla.
A estas torres, cuyos restos todavía se
pueden observar casi en su totalidad de altura,
CILNIANA
45
TORRE MEDIEVAL DE LA ROMERA
tendríamos que añadir la torre de “La Alquería”,
visible aún hace unos 50 años según nos indican
los mayores del lugar. En esta situación debió de
estar el poblado de Cortes, ya que los restos que
se aprecian esparcidos por una colina situada a
poco más de un kilómetro del actual cortijo de
Cortes, corresponden sin duda a una alquería medieval. Se cita el lugar de Cortes como una de las
alquerías que se rindieron a los Reyes Católicos5.
También se cita en los Anales de Granada de
Henríquez de la Jorquera (siglo XVII). En este último caso, se indica que la villa de Cortes tenía
150 vecinos 6, lo cual sabemos que no es cierto.
Al parecer Jorquera, o bien se inventó los datos
que da, o bien reflejaba noticias de antes de la
conquista. No creemos probable esto último ya
que nos da algunas noticias con seguridad inventadas, tales como la existencia en estos lugares –ya despoblados– de sacerdotes y ermitas. El
lugar se nombra en los documentos notariales
de 1599 sin indicación de que se trate de un poblado o despoblado7. En los alrededores del actual cortijo de Cortes, solo hemos podido comprobar la existencia de cerámica moderna8, por
lo que suponemos que el nombre primitivo se
desplazó al cortijo construido en sus tierras.
A unos 3'5 kilómetros al Oeste del cortijo
Cortes y en las colinas que limitan al N.E. el embalse de la Cancelada, existió otra alquería medieval inédita hasta el presente. Esta alquería (de
grandes proporciones), tiene restos cerámicos
desde el siglo X al XIII por lo menos. Se sitúa en
una de las colinas que dominan el embalse por
su zona N.E. y se encuentra muy afectada por las
remociones de tierras previas a la instalación de
una urbanización (en el día de hoy, ha desaparecido el yacimiento).
Estas torres-alquerías se defendían, en
base además de su propia torre y del castillo de
medievales en otros lugares como en la Loma de
los Villares y en el Cerro de los Mozos11.
El castillo de Montemayor
La fortaleza de Montemayor, núcleo neurálgico de la defensa de toda la región, se elevaba sobre un cerro situado a unos 6 Km. de la
costa y que con sus 570 metros de altura, se destaca de toda la zona costera que la rodea. Su control visual es inmejorable, pudiéndose apreciar
incluso las costas africanas y dominando una gran
zona del litoral malagueño. El Derrotero de las
costas del Mediterráneo, lo describe diciendo
que: “En el interior de esta costa que es baja,
sobresale a 4 millas al 324º de la punta de Baños,
este monte que es un cerro piramidal de 570 metros de altura, el cual constituye una buena referencia”12.
Constituye una de las más extensas fortalezas de la provincia malagueña, con una gran
acumulación de elementos defensivos. Hoy día
se aprecian en toda su extensión dos recintos
defensivos con una amplia distancia entre uno y
otro, lo cual concuerda con la cita de este castillo como “alcazaba”. Debió tener seguramente
otro tercer recinto, como parecen indicar algunos restos muy escasos13.
Su inmejorable situación estratégica, hizo
que ya fuera utilizado el lugar como atalaya desde los primeros momentos de nuestra Era. Al
menos eso parecen indicar las monedas hispano-romanas de las cecas de Gades y Carteia halladas en el castillo y que nos ha sido posible estudiar en una colección particular. Tampoco se
puede descartar la posibilidad de que se hubiera
poblado en los últimos momentos de la Edad del
Bronce, dadas sus características defensivas. Las
coordenadas de su situación, son: 3.16.000/
40.43.000.
Este castillo, tiene un doble
y a veces hasta triple recinto amurallado, con pequeñas torres cuadradas de unos tres metros de
lado, con una torre semicircular y
otra trapezoidal. En su interior
cuenta también con una serie de
aljibes, algunos de ellos comunicados entre sí.
Las fuentes medievales
Montemayor, por una serie de torres-atalayas de
vigilancia visual, como las de las alturas del Castillejo de los Negros9 y la del Cerro de Meliche10.
También se han hallado algunos restos cerámicos
46 CILNIANA
La primera cita del castillo
de Montemayor de la cora de Rayya, procede de
Moqadisi. Geógrafo oriental del siglo X, el cual
lo cita entre una lista de castillos14. Posteriormente la Crónica Anónima nos dice que el califa
TORRE MEDIEVAL DE LA ROMERA
Abderrahmán: “pasó el ejército a la fortaleza de
Montemayor, vecina de Fuengirola (Suhayl) e inmediaciones, fortaleza donde el malvado Ibn Hafsun tenía pertrechos y almacenes repletos, todo lo cual destruyó y asoló el ejército pasando en seguida a la fortaleza de Turrus” 15.
En la campaña de Jete del año 311 (923/
924), el califa logra arrebatar a Suleymán, hijo de
Omar Ibn Hafsun, la “fortaleza de Montemayor y
otras a poniente de Morón...Este año fueron tomadas
la alcazaba de la fortaleza de Morón, Suhayl16 y Munt
Nis”17. En este texto, se nos
habla de Morón como cercano a Montemayor, pero
diferenciándolo de ese
castillo y del de Suhayl, lo
cual elimina la posibilidad
de identificarlos.
término de Mawur (según Vallvé Bermejo, Morón
cerca de Coín)”20.
El problema se complica al decirnos que
el castillo de Montemayor se llamaba antes como
Castillo de la Rosa (Hisn Al Ward), dado que existía otro Hisn Al Ward en el iqlim o región de
Magila, de la cora de Siduna (Medina Sidonia)21.
Sin embargo otro autor, Ibn Jatib nos dice
que el célebre autor y visir de los r eyes
hammudíes de Málaga. Ahmad Ibn Ayyub, fue en-
El topónimo Montemayor, ha perdurado
hasta hoy día, por lo cual
no hay duda de su identificación. No ocurre lo
mismo con el topónimo
Morón que se presta a
mucha confusión, pues
las fuentes medievales, a
veces hacen referencia a
Morón de Sevilla, pero
otras veces, indican inCitas de Montemayor-Mawror e Hisn al Ward en las fuentes medievales.
discutiblemente (como
en este caso), un castillo de la zona situada
terrado el año 465 (1072-1073) en “Hisn Al Ward
entre el Valle de Guadalhorce y la costa malaque está junto a Hisn Munt Mayor, pues él lo hagueña, en las proximidades de Suhayl (zona
bía fortificado”22.
de Fuengirola).
Tal como indica Vallvé, se deduce que eran
En la llamada “Crónica del Moro Rasis” o
dos fortalezas distintas aunque muy próximas,
de Ahmad al Razi, hablando de los castillos de Mátanto como para identificarlas23.
laga, se dice: “E otro que llaman Montemayor, e mas
fuerte castillo e mas alto que todos los otros del térmiIbn Al Jatib en el siglo XIV, insiste en esa
no de Rayya, e del començaron a guerrerar España”18.
idea cuando nos cita en el distrito de Sohail, el
castillo de Mauror, de “ donde era natural
En la traducción o recopilación que hizo
Abderramán Abderramán Ben Abdallah el Sohaili, auLevi Provençal, simplemente nos cita el castillo
tor del libro titulado el Huerto Nuevo que es un comende Montemayor entre los que dependían de la
tario del poema de la vida del Profeta por Ibn Hixem”24.
19
cora de Rayya .
También nos dice que el hayib Ridwan –
Al Nubahi en el siglo XIV, hablándonos de
muerto en el 760/1369– llevó el agua corriente
los límites de la cora de Rayya, nos dice: “antial Yabal Mawrur25. Este personaje se dedicó a
guamente tenía su límite oriental en Al Hamma
construir y a reconstruir más de 40 torres de
(Alhama de Granada seguramente), donde están las
defensa desde Vera (Almería) hasta el extremo
maravillosas termas. Por el Oeste limitaba con Hisn
occidental del Reino de Granada26.
Al Ward, llamado ahora Munt Mayor (Montemayor),
cerca de Marbella. Al Norte limitaba con el Wadi Sanil
Abulfeda en el siglo XIV, parece identifi(río Genil), por Hisn Banu Basir (Benamejí) y Al Ransul
car Morón con Montemayor, cuando nos dice que
(castillo de Anzur). Después sigue la divisoria por tieentre las dependencias de Málaga estaba “Morón
rra llamada Al-Junús (Aljonós de Estepa), por Qaryat
que se encuentra al Oeste de Málaga en el cantón de
Yilyana (Gilena) cerca de Istabba (Estepa), hasta el
Sohayl”27.
CILNIANA
47
TORRE MEDIEVAL DE LA ROMERA
La dependencia del castillo de Morón y el
de Montemayor del distrito de Suhayl, ha hecho
a algunos autores identificar el castillo de
Fuengirola con el de Morón28, a pesar de que Ibn
Hayyan nos habla de dos castillos distintos, el de
Suhayl y el de Morón.
Otros autores del siglo XIII como Ibn
Galib29 y Al Dimisqi30, solo nos citan Hisn Munt
Mayur de Rayya, señalando la existencia de jacinto o rubí de buena calidad en sus alrededores. Lo
mismo indica otra crónica anónima del siglo XIV
que utiliza datos del siglo XI31.
Ibn Said nos cita simplemente el lugar fortificado de Mawrur 32 sin más datos para su identificación.
Ibn Askar nos da más noticias del castillo
de Montemayor en el siglo XI. Nos cuenta como:
“un centinela llamado Mamad Ben Jalaef fue aprehendido en Málaga y encarcelado con sus partida-
someter los castillos vecinos, entre ellos Alcalá de los
Gazules y Gaucín...después de la muerte de Ibn Jalab
enviaron su sumisión algunos notables de Algeciras y
le reconoció Arcos, donde entró el año 488 (1095)”34.
Como podemos ver a través del texto anterior, Montemayor, llegó a convertirse en un pequeño reino de taifas, aunque por muy poco tiempo.
Un poblado o castillo llamado Morón, también formó parte de la tierra de Málaga, según
aparece en algunos documentos, tales como la
determinación de las tierras pertenecientes a
Málaga: “e le damos por tierra e términos, la jurisdicción de las villas de Alora e Casarbonela, alhotayna,
Yunquera, Tolox, Moro, Monda, Guaro, Cohim e los
términos de Casapalma, Fudala, Labian, Mijas,
Osuna, La Fuengirola, Cártama, Xuriana, Laulín,
Pupiana, Campanillas, Almoxia, Sobrereyta e la villa
de Comares e su tierra con toda la Axerquia ecebto
los logares que son de la tierra de Velez Malaga” (6
de junio de 1488)35.
El castillo de Montemayor.
rios. Se pusieron de acuerdo con otros presos, perforaron los muros de la cárcel y se dirigieron a Montemayor,
castillo de Málaga. Entraron en él y se dirigieron a la
residencia de su alcaide...En estos momentos apareció
Abd-Al Yabbar hijo de Al Mutamid. Lo nombraron su
jefe, pero la gente opinaba que se trataba de Al Rad
B. Abad que gobernaba aquellas zonas. Después de
tomar Abd Al Yabbar posesión de la fortaleza se acercó un barco grande procedente de poniente, llamado
Ibn Al Zarqa (El Hijo del Mar Azul) y se estrelló en
Marsa al Sayra 33 cerca del castillo. Se dirigieron a él y
cogieron sus atabales, banderas, armas y todo el cargamento. Con ello se hicieron más fuertes y pudieron
48 CILNIANA
Este Moro, no es probable que coincida
con el topónimo que estudiamos, porque toda la
zona de Montemayor, no pertenecía a la tierra
de Málaga, sino a la de Marbella36. Antes de la
conquista cristiana, Fuengirola pertenecía a
Marbella, tal como nos lo indica la crónica de
Enrique IV: “El valle de Çuer que es en termino de la
villa de Marbella...junto a la Fuengirola y les pereciese que la fortaleza se podia tomar”37.
Inluso en el siglo XIV, la “capitalidad” de
la zona se situaba en Marbella, donde residía el
cadí38.
TORRE MEDIEVAL DE LA ROMERA
La torre de La Romera sobre la roca.
Para complicar aún más los datos, algún
autor ha identificado también el castillo de Al
Hasan con el de Montemayor 39. Yaqut nos cita
el castillo de Al Hasan como perteneciente a
la cora de Rayya (Málaga). Estaba muy fortificado y “situado junto al mar” 40. Sin embargo
no hay nada concreto que nos conduzca a esa
identificación.
CILNIANA
49
TORRE MEDIEVAL DE LA ROMERA
La duplicación de nombres para un mismo lugar o la repetición de topónimos no es extraña en el mundo hispano-musulmán. Tenemos
en la provincia de Málaga, los nombre de Rayya y
Málaga o de Dos Amantes y Archidona para una
misma ciudad. También tenemos los casos de los
abundantes Torrox y Alcalá o del de Priego de
Córdoba, el de Cañete y el de Murcia. Por tanto
no es extraña la existencia de dos Hisn Al Ward o
de dos o tres Mawror o Morón.
Este castillo de Morón o de la Rosa, debió
localizarse alrededor de la inédita torre medieval
que hemos localizado en perfecto estado de conservación al pié del monte en el que se sitúa el
castillo de Montemayor.
Con posterioridad a la conquista, la villa
de Montemayor se cita en la relación que hace
Pulgar de las que se entregan a los Reyes Católicos después de la rendición de Marbella42. También se conoce la “Capitulación para la entrega
de la ciudad de Marbella y villas de Montemayor
y Cortes”43. Henriquez de la Jorquera nos hace
una extensa descripción totalmente inventada
que indica entre otras cosas que tenía 200 vecinos44. Sabemos que tuvo que abandonarse o
como efecto de la conquista o muy poco tiempo
después, ya que no aparece en el Nomenclátor
Detalle de la puerta de acceso de la torre de La Romera.
El historiador local (cronista oficial de
Fuengirola) Matías Sáenz de Tejada identifica
el castillo de Morón con Fuengirola41, hipótesis que continúa vigente en la historiografía
local, aunque ello no es probable.
Tenemos por tanto tres topónimos muy
cercanos entre sí, Montemayor, Ward y Mawrur
que a veces se confunden en las fuentes como
uno solo, dada su proximidad, pero que en
otras fuentes se distinguen entre Montemayor
e Hisn al Ward y en otras entre Montemayor y
Mawror. Sin embargo no hay distinción clara
entre Hisn Ward e Hisn Mawror en los autores
medievales. Los datos de Ibn Al Jatib, podrían
hacer referencia a un solo castillo.
Por ello pensamos que el castillo de
Montemayor, tenía en la base de su montaña una alquería fortificada que se denominaba Hisn Ward o Mawror. Su proximidad,
fue la que provocó la confusión entre los
tres topónimos, llegándose a denominar la
alquería como de Montemayor en algunos
autores posteriores como pudo ser
Henriquez de la Jorquera. Evidentemente el
nombre de Morón se perdió al no haber
continuidad en su poblamiento.
50 CILNIANA
La torre de la Romera (J.C. Ayala Ruiz).
TORRE MEDIEVAL DE LA ROMERA
de 1505 45 ni en el de 1514 46, ni aparece en las listas de las primeras
parroquias ni de sus anexos47.
Para Alcalá Marín, respecto
a la villa de Montemayor, “se ignora cual fue su emplazamiento de este
lugar citado por Pulgar en su Crónica. Se supone estaba al pie del castillo del mismo nombre, próximo a
Benahavís” 48.
La torre medieval de la Romera
Se sitúa al pie de
Montemayor hacia el Sur, es decir
hacia el mar. Las coordenadas de
su situación son : 3.15.900/
40.42.500 49. Su acceso es relativamente fácil por el camino del campo de golf de Montemayor, retirándose de él hasta el cortijo de Lole.
Dejando allí el coche es necesario
andar unos 20 minutos para llegar
a la torre. Hoy día está muy oculta
entre higueras y otro tipo de vegetación que hace que no se aprecia
hasta que estemos junto a ella.
A su alrededor, están las ruinas de varias casas que formarían una pequeña
cortijada abandonada a principios de este siglo.
Esto y la modificación del terreno por bancales,
ha producido una acumulación de escombros y
deshechos que nos impide apreciar apenas elementos medievales. Sin embargo, algo más al
Este, en medio de unos bancales hemos podido
ver cerámica medieval de torno lento –posiblemente anterior al siglo XI– y cerámica nazarí.
La aldea se organizaba por una calle, en
cuya parte Norte, dando a la montaña se situaban
las casas. Aprovechando algunas de ellas, el desnivel del principio del monte como pared.
Al Sur de la calle, hay una fuente, en la
cual a pesar de la sequía50, daba un agua inmejorable. Quizás fuera esta fuente la que construyó
el hayib Ridwan en el siglo XIV51. Originariamente parece ser que la fuente nacía al pie de la roca
en donde se apoya la torre.
La visibilidad de toda la región circundante es bastante buena, aunque el barranco de Briján
impide que se vea la costa en una gran zona. Su
defensa está hacia el Sur, ya que por el Norte, el
que dominara el monte, dominaba perfectamente la alquería. Por ello, su relación defensiva está
relacionada con la del castillo de Montemayor.
La alquería-castillo, podría defenderse de los ata-
Plantas y alzado de la torre de La Romera (J.C. Ayala Ruiz).
ques, pero siempre que el castillo de Montemayor
estuviera bajo el mismo dominio.
Es un fenómeno muy repetido en la Edad
Media, la existencia de torres fuertes o castillos
en lo alto y las villas y poblados en la parta baja.
En principio, casi siempre se les refiere con el
mismo topónimo. En el caso que nos ocupa, creemos que su fortificación hizo cambiar el nombre, aunque en ocasiones se identifique.
Es probable que constituyera una protección para el aprovisionamiento de agua al castillo.
Debió ocupar una zona no muy extensa.
Hemos visto también a lo largo de la provincia
malagueña, que a veces las fuentes hablan de un
castillo refiriéndose a una torre y un pequeñísimo recinto52.
La torre que se conserva, se encuentra
sobre una gran roca adosada a la montaña, de tal
forma que hoy día podemos acceder a la plataforma superior desde la montaña. Es probable
que hubiera un pequeño foso que dificultara este
acceso y que se halla cegado por la erosión del
monte, o bien que hubiera una muralla que, continuando la pared Norte, impidiera el paso desde
la montaña. Nos inclinamos a pensar en la existencia de un foso, pues éste serviría también para
CILNIANA
51
TORRE MEDIEVAL DE LA ROMERA
el drenaje del agua de lluvia que caía de la montaña. En caso contrario hubiera sido inevitable la
inundación interna de la torre ante la mas pequeña precipitación. También sería posible la existencia de una segunda planta, hoy desaparecida.
hecho por una higuera que la envuelve y amenaza su pervivencia, formando una grieta en la cara
Sur. Al parecer muy recientemente, este agujero
se ha ampliado artificialmente para que sirviera
de ventana.
El acceso a la puerta que se abre en la pared Este, se hace algo dificultosa, al tener que
superar primero la gran roca sobre la que se apoya
la torre.
La altura máxima de la torre en su zona
Sur es de unos 5'5 metros a lo que hay que añadir casi otro tanto de altura de la roca.
En los cuatro laterales solo se aprecia el
vano de la puerta Este, pues un agujero que se
asemeja a una ventana en la pared Sur, ha sido
Los muros son de algo más de un metro
de ancho (1'1) y encierran una superficie exterior de 7'8 metros en el lado Sur por 6'5 al Este y
Oeste. La superficie interna es muy inferior en el
piso bajo, pues la torre está apoyada y
adosada en parte de la
roca. La superficie de
la planta baja, se estructura en dos pequeñas habitaciones.
La mayor de 4'2 X 2'5
metros y otra muy estrecha de 3 X 1 metros, ambas separadas
por un muro y unidas
por una puerta bastante ancha de unos
dos metros, rematada
por un arco escarzano
hecho de lajas de piedra trabajadas como si
fuera ladrillo. Las dos
habitaciones tienen
un cerramiento de
bóveda de cañón que
arranca a 2'2 metros
del suelo en la mayor
y 2'4 en la menor.
En el ángulo
N.O. quedan los restos
de la escalera de acceso al piso superior,
constituido por una
simple plataforma con
un pretil de baja altura , que quizás sean
los restos de un antiguo piso. La altura del
lado Este y Oeste va
descendiendo por el
desnivel del monte en
que se apoya. La bóveda mayor está parcialmente rota por la
clave.
Zona de los yacimientos reseñados en el trabajo.
A: Castillo de Montemayor; B: Torre-alquería (¿Hisn Al Ward?); C: Alqueria.
52 CILNIANA
La
técnica
constructiva es de
TORRE MEDIEVAL DE LA ROMERA
mampuesto y sillarejo, con un mayor cuidado y
reforzamiento en las esquinas. Se intenta (sin
conseguirlo totalmente) seguir el orden de las
hiladas. El sillarejo es de la misma piedra que
abunda por los alrededores.
La puerta de entrada es de 1'2 metros de
ancho por unos 2'7 metros de altura. El arco está
hecho de ladrillo. No se aprecian restos de goznes en la puerta, aunque si huellas de la colocación de unas vigas de cerramiento , ya en época
muy reciente.
Unos mampuestos que sobresalen del
vano de la puerta para poder fijarla, nos muestran que la puerta se cerraba por dentro y no por
fuera, l que nos parece demostrar que su función
principal era la defensa. Posteriormente le han
hecho unos agujeros para colocar vigas que cerrasen la puerta (también desde el interior), pero
están hechos en cemento, diferenciándose notablemente del resto de la construcción.
Para acceder a la puerta es necesario primero subir a la roca sobre la que se asienta la
torre, al igual que ocurre con otras torres medievales.
Al Este de la torre y hasta unos 200 metros, se aprecian restos de muros y de construcciones, mezclados con muros de bancales modernos.
Esta torre-alquería que posiblemente fuera el castillo de Ward o de Morón, completaba su
defensa con otra alquería que se situaba apenas
a unos 700 metros al Sur, en una colina sobre el
cortijo Lole. Este yacimiento se encuentra partido por la construcción de un carril. Los restos
cerámicos que hemos localizado pertenecen al
siglo XII y XIV.
Tanto esta primera alquería, como la segunda y su torre, vemos que se situaba en el camino natural de acceso desde la costa hasta el
castillo de Montemayor.
El hecho de que fuera en Montemayor
donde Omar Ibn Hafsun almacenaba sus pertrechos, nos parece indicar una buena comunicación, existiendo posiblemente un camino apto
para carros.
Hemos presentado en este trabajo, la existencia de varios yacimientos arqueológicos inéditos en la zona de Benahavís, esperando que el
necesario desarrollo del estudio de la arqueología espacial de la zona, podrá en el futuro, confirmar o desechar nuestras hipótesis de identificación de las fuentes con la arqueología.
No cabe duda de que la riqueza del término municipal de Benahavís en yacimientos arqueológicos, podría dar lugar a importantes conclusiones, no ya para la historia meramente local, sino para llenar muchas lagunas en el conocimiento de aspectos tales como la estructura defensiva, de poblamiento, de comercio, etc.
La evolución en progresión geométrica de
la especulación del suelo en todo el pie de monte de la Costa del Sol, hace que sea urgente la
excavación y –a ser posible– la protección de
todos los lugares arqueológicos, antes de su definitiva desaparición.
Es una responsabilidad que tenemos ante
posteriores generaciones.
Notas
* El presente trabajo fue publicado con el título de “Una
torre medieval inédita en el término municipal de Benahavís y
su posible identificación con Hisn Al Ward o castillo de Mawror”
en los Cuadernos del Archivo Municipal de Ceuta. Nº. 10. Ceuta
1996, págs. 53-74. Por su interés respecto a la zona de la Costa
del Sol, hemos creído conveniente su publicación en esta revista. También dimos noticias de un posible ataque a esta torrealquería en las páginas de esta misma revista “Un ataque de
corsarios portugueses a una aldea nazarí de Marbella en el siglo XV”. Cilniana 11. Marbella 1988, págs. 23-30. Hemos conservado íntegro el texto original, puesto que sigue siendo totalmente válido y únicamente tendríamos que añadir algunas
notas bibliográficas, que en nada alteran el contenido.
1
GOZALBES CRAVIOTO, Carlos. “Los puentes históricos de
la Serranía de Ronda”. Actas del II Congreso Internacional de
Caminería Hispánica. T.I. Madrid 1986, págs. 363-367 e “Inventario de puentes históricos de la Serranía de Ronda. Prospección arqueológica superficial”. Anuario Arqueológico de Andalucía. Actividades Sistemáticas. T. II. Sevilla 1992, págs. 313-321.
2
TEMBOURY ÁLVAREZ, J. Torres Almenaras. Málaga 1975.
MAIZ VIÑALS, Antonio. Historia de Benahavís. Madrid 1960.
ALCALA MARIN, Fernando. Marbella, esa desconocida. Marbella
1978 y Marbella Musulmana. Marbella 1981.
3
A la altura del kilómetros 47 (a 5 km. de Marbella. Sus
coordenadas son: 3.20.170/ 40.43.200.
4
Sus coordenadas son: 3.19.100/ 40.43.700.
5
HERNANDO DEL PULGAR. Crónica de los Reyes Católicos. Ed. MATA CARRIAZO. Madrid 1949, pág. 184.
6
HENRIQUEZ DE LA JORQUERA. Anales de Granada. Ed.
Granada 1987, pág.121.
7
CABRILLANA CIEZAR, Nicolás. Documentos notariales de
Marbella 1536-1573. Málaga 1990, pág.76.
8
En el Archivo Temboury de la Diputación de Málaga, se
cita la aparición de un sólido de oro del Bajo Imperio en tierras
de este cortijo.
9
Según hemos podido comprobar, existió en su cúspide
una simple torre atalaya con una pequeña casa adosada y no
un castillo como indican algunos autores.
10
Sin restos constructivos. Solo aparecen muy pocos restos de cerámica en un cerro con unas características excepcionales de control visual.
11
Citados por MARTÍN LUQUE, Antonio. “Informe arqueológico del término municipal de Benahavís”. Monografía inédita 1991. No hemos podido apreciar algo más que la segura
localización de una casa medieval. El despoblado medieval del
Cerro de la Mora, citado por el autor anteriormente nombrado, no nos ha sido posible localizar, a pesar de haber rastreado
CILNIANA
53
TORRE MEDIEVAL DE LA ROMERA
intensamente la zona. Posiblemente el topónimo ha hecho
suponer la existencia de un despoblado.
12
Derrotero de las costas del Mediterráneo. Nº.3. T.I.
Cádiz. Pág.96.
13
Una buena descripción de este castillo puede verse
en FERNÁNDEZ LOPEZ, Sebastián. Catalogación y estudio
de las fortalezas medievales de Málaga y su territorio. Universidad de Málaga 1987. Tesis doctoral inédita.
14
AL MOQADISI. Kitab al Buldan. Ed. M.J. DE GOEJE.
Biblioteca Geographorum Arabicorum 3-2º. Ed. Leidem
1906.
15
Una crónica anónima de Abderrahmán III Al Nasí. Ed.
LEVI PROVENÇAL. Madrid-Granada 1950, pág.76.
16
Alrededores de Fuengirola. Sobre Fuengirola-Sohayl,
véanse nuestras hipótesis de localización en “La costa del
occidente malagueño en los documentos geográficos medievales”. En prensa en las actas del V Congreso Internacional sobre la Frontera.
17
Para algunos autores, se trata de Mijas, aunque también existe la posibilidad de que se trate del importante
castillo del Nicio en Estepona. Una crónica anónima del
Califa Abderrahmán III entre los años 912 y 942. Al
Muqtabis V de Ibn Hayyan. Trad. VIGUERA,M.J y
CORRIENTES,F. Zaragoza 1981, pág. 144. El castillo de
Munt-Nis, se le denomina “Santis” en la Crónica anónima
de Abderramán III Al Nasir.. Trad. LEVI PROVENÇAL y
GARCIA GOMEZ. Madrid 1950, pág. 142, quizás haciendo
referencia al de Santi Petri en Almogía.
18
Crónica del Moro Rasis.Ed. Madrid 1975, págs. 107108.
19
LEVI PROVENÇAL. “La description de L´Espagne
d´Ahmad Al Razi”. Al Andalus. Madrid 1953, pág. 99.
20
AL NUBAHI. Kitab al Marqaba al-Uqla. Ed. LEVI
PROVENÇAL. El Cairo 1948, pág. 82. Reproducido en castellano por Vallvé Bermejo, J. “De nuevo sobre Bobastro”.
Al Andalus. XXX. Madrid 1965. págs. 140-141. Según este
último autor, en el Nomenclátor de España . Málaga del Instituto Geográfico Catastral, edición de 1904, página 28,
viene señalado un caserío de Coín llamado Morón, a unos
5 kilómetros del pueblo. Hoy día no existe ese caserío ni
nadie conoce un lugar con ese topónimo en los alrededores de Coín. NOTA ACLARATORIA. Recientemente hemos
dado con un pequeño cortijo de ese nombre en el término
de Coín, pero a una distancia mayor. En sus tierras, existen
los restos de una pequeña alquería agrícola medieval, pero
por su disposición -que no tiene nada de defensiva- no es
probable que coincida con el castillo de Mawror, aunque
posiblemente si coincida con el Morón que se otorga como
parte de la tierra de Málaga a finales del siglo XV. Véase la
nota 35.
21
Cf. AL UDRI. Tarsi Al Ajbar. Fragmentos geográficos
históricos. Ed. Al Ahwani. Madrid 1965, pág. 113; IBN
SAID. Kitab al Mogrib. Ed. SAWQI DAYT. El Cairo 1953.
T.I. pág.313 y YAQUT. Bayan al Buldan. Beirut 1955. T. V.
pág.163.
22
IBN AL JATB. Al Ihata. Ed. INAM. T.I. 1955, pág.243.
23
VALLVE BERMEJO;J. O.c.pág. 141 n.6.
24
SIMONET, J. De. Descripción del Reino de Granada. Granada 1872, pág. 122.
25
IBN AL JATIB. O.c.T.I. pág. 517.
26
VALLVE BERMEJO, J. O.c.pág. 141.
27
ABOULFEDA. Géographie. Trad. REINAUD. París 1848,
pág.250.
28
Entre otreos ROMAN RIECHMANN, Carmen. “El castillo de Fuengirola .II. El castillo árabe”. Castillos de España
22 Madrid 1984, págs. 39-54. Más r ecientemente:
FRESNADILLO, Rosario. La fortaleza de Fuengirola y su territorio. Una aproximación histórica. Cádiz 1998.
29
IBN GALIB. Farhat al Andalus. Págs. 308-309. Sin embargo esta parte del texto no la traduce VALLVE BERMEJO,
J en “Una descripción de España de Ibn Galib”. Anuario de
Filología. T.I. Barcelona 1975, págs. 369-384.
54 CILNIANA
30
AL DIMISQI. Cosmographia. Ed. FRAEHIM-MEHREM.
San Petersburgo 1866, pág.244.
31
MOLINA, Luis. Una descripción anónima de Al Andalus.
Madrid 1983. pág. 20.
32
ALEMANY BOLUFER, José. “La geografía de la Península Ibérica en los escritores árabes”. Revista del Centro de
Estudios Históricos de Granada y su Reino. 3-4. Granada 1920,
pág. 168.
33
En EDRISSI. Description de L´Afrique et de l´Espagne.
Trad. DOZY-GOEJE. Leidem 1968, pág.213, se cita cerca de
Gibraltar el Puerto de Marsa Ach-Chadjara (Puerto del Árbol). Para VALLVE (O.c.pág. 256), se corresponde con Wadi
Al Marsa, más cerca de la Punta de Chullera.
34
VALLVE BERMEJO, J. “Una fuente importante de la
Historia de Al Andalus: la historia de Ibn Askar”. Al Andalus
Madrid 1966, pág. 257.
35
Archivo Municipal de Málaga (A.M.M.). Col. Originales. Vol. 2. fol. 226v-228v. Reproducido por MORALES GARCIA GOYENA, L. Documentos Históricos de Málaga. Granada 1906, T.II. págs. 123-125 y L ARA GARCIA,,
Mari Pepa. Franquezas y privilegios concedidos a la ciudad
de Málaga y Granada y a otras ciudades, villas y lugares de
su Reino. Málaga 1991, pág. 34. Esta orden real fue confirmada el 25 de junio de 1501. Cf. MORALES GARCIA
GOYENA. O.c.págs. 152-155. En un manuscrito del Archivo Díaz Escovar de Málaga (legajo 72), fechado en
1839, se nos dice que estas reales cédulas son de 1500
y 1504.
36
Puede verse la delimitación de los términos entre Málaga y Marbella en el Archivo de la Catedral de
Málaga (A.C.M.).leg. 56.c.69. P ublicado por LOPEZ DE
COCA CASTAÑER, J.E. La tierra de Málaga a fines del siglo
XV. Granada 1977, pág. 622. También puede verse otra
delimitación distinta en un documento inédito de fecha 1839 que se conser va en el Archivo Municipal de
Ojén.
37
TORRES FONTES, Juan. Estudio sobre la Crónica de
enrique IV del Dr. Galíndez de Carvajal. Murcia 1946, pág.
115.
38
CALERO SECALL, Maria Isabel. “Sedes particulares
malagueñas en época nazarí”. Baetica 7 Málaga 1984, págs.
355-365.
39
ALEMANY BOLUFER, José. O.c.pág. 147.
40
GAMAL ABD AL KARIM. “La España musulmana en la
obra de Yaqut (siglo XII-XIII)”. Cuadernos de Historia del Islam 6 Granada 1974, pág. 158.
41
Expediente incoado para la petición del escudo heráldico. Ayuntamiento de Fuengirola 5-8-1957.
42
HERNANDO DEL PULGAR. O.c.pág. 184.
43
GARRIDO ATIENZA, Manuel. Las capitulaciones para la
entrega de Granada. Granada 1992, pág. XXIII-XXIV.
44
HENRIQUEZ DE LA JORQUERA. O.c.pág. 121.
45
SIMONET, J. O.c.págs. 293-295.
46
SIMONET, J. O.c.págs. 305-310.
47
Cf. GUEDE FERNÁNDEZ, L y GÓMEZ MARÍN, R. Historia de Málaga. Vicarias, seminarios, sínodos. Málaga 1983.
48
ALCALÁ MARÍN, Fernando Marbella Musulmana.
Marbella 1981, pág.36.
49
Queremos agradecer la colaboración a nuestros amigos: Fermín Bañán quién nos condujo a la localización de
la torre, a José Antonio Ayala Ruiz y Ángel López Tirado
quienes nos acompañaron en nuestras prospecciones de
la zona y a Juan Carlos Ayala Ruiz que nos hizo los planos
de planta y perfiles de la torre.
50
Una de las veces que visitamos el lugar, fue en el
verano de 1995.
51
IBN AL JATIB. O.c. pág. 517.
52
Por ejemplo el castillo de Aznalmara, muy citado en
las fuentes, localizado en el Cortijo del Castillo, cerca del
Valle de Abdalajís. Está construido en un pico rocoso con
un perímetro muy pequeño y limitado por la exigua meseta superior.
Nueva Aproximación a la
BIBLIOGRAFÍA sobre Marbella
y la Costa del Sol Occidental
Lucía Prieto Borrego
L
a inclusión de un apartado en nuestra revista dedicado a presentar la bibliografía de la
que el conjunto de los historiadores vamos teniendo noticia, obedece al objetivo ya reiteradamente formulado desde nuestra asociación de
apoyar la investigación y la docencia de las ciencias sociales. En esta entrega presentaremos las
publicaciones en forma de libro y los artículos
contenidos en actas de congresos –no incluidas
en nuestro anterior trabajo, Aproximación Bibliográfica: Marbella y la Costa del Sol Occidental–, dejando para sucesivas ediciones los artículos de
revistas y boletines.
pertos modernistas como son la doctora M.ª Isabel Pérez de Colosía y el doctor Joaquín Gil
Sanjuán.
Si consideramos los ejes temáticos presentados, es amplia la representación de lo que
se podría categorizar como historia política, recientemente recuperada del desprestigio en que
quedó sumida tras el cuestionamiento experi-
Una de las limitaciones que encuentran los
investigadores de la comarca occidental de la provincia de Málaga es la ausencia de obras de referencia y trabajos de síntesis relacionados con
aspectos históricos, patrimoniales, demográficos,
geográficos, sociológicos... Una carencia que ha
de ser resuelta sobre la base de la consulta de
cuantas obras generales o monográficas contengan referencias directas o indirectas al espacio
que nos ocupa o abarquen el análisis de procesos que le afecten y permitan la comparación con
las conclusiones que surgen de la investigación
empírica que se realiza en los archivos locales.
La producción historiográfica que presentamos si la consideramos por etapas parece concentrarse en la etapa contemporánea; la menor
cantidad de obras de las épocas moderna y medieval queda suficientemente compensada por la
calidad y rigor de Historia del Reino de Granada,
una obra de conjunto estructurada en tres tomos que, precedida de un estudio geográfico de
la mayor parte del territorio que hoy ocupan las
provincias de Granada, Almería y Málaga, abarca
desde la antigüedad hasta 1833. La obra contiene amplia información sobre la zona occidental
del antiguo reino nazarí en lo referido a la conquista y repoblación del territorio, estructuras
defensivas, instituciones o demografía. De igual
calidad que el anterior a lo que hay que sumar
una cuidadosa edición es Las Imágenes del poder,
una obra apoyada en material gráfico de los siglos XVI y XVII que recupera mapas, planos y pinturas del Reino de Granada, conservados en el
Trinity College de Dublín, analizados por dos ex-
mentado por el historicismo y el positivismo. Sin
entrar en la definición de este renovado paradigma historiográfico, las monografías de historia
política se concentran en la época de la Restauración. Una etapa de nuestra historia que en los
últimos tiempos ha generado una amplísima bibliografía en torno al fenómeno del caciquismo
CILNIANA
55
NUEVA APROXIMACIÓN A LA BIBLIOGRAFÍA
y del clientelismo político en Andalucía, estimulado sin duda por las nuevas evidencias de una
fenomenología, considerada en la actualidad, no
específica de Andalucía o España, sino extensible a las fases previas a la democracia en países
como Inglaterra o Francia, y por la valoración del
papel de los poderes locales y provinciales frente
al centralismo, una valoración que en la consideración de fenómenos no exclusivamente políticos o administrativos da lugar a la vinculación
del fenómeno con cuestiones socioeconómicas,
y a lo que Salvador Cruz Artacho ha considerado
una visión ascendente del poder. Investigaciones
de esta índole exigen un estudio de la práctica
política en el ámbito local y de la actuación de
las élites de las que de momento nuestra zona
carece. Sobre esta etapa contamos con estudios
en la línea de los que, en su momento, sobre el
caciquismo inició Tusell: Oligarquía y Caciquismo
en Andalucía (1890-1923). La dinámica electoral
es el eje que vertebra el estudio de Francisco
Crespillo, Elecciones
y partidos políticos
en Málaga: 18901901, imprescindible para seguir la
evolución en la representación del
distrito
CoínMarbella, en manos
casi sin interrupción
primero del general
López Domínguez y
su círculo y después
de sus herederos
políticos a través del
Partido Liberal. La
implantación de las
distintas familias
políticas en el ámbito regional puede
seguirse en la obra
de M.ª José Ramos
Rovi, Andalucía en el
Parlamento Español
(1876-1902), que
ofrece la posibilidad
de analizar el reparto de poder en cada
una de las provincias andaluzas, la actividad de los diputados y a partir de
su identificación la caracterización de la clase política.
El análisis del republicanismo en la provincia de Málaga es abordado por los profesores
Arcas y Morales. El Republicanismo Malagueño durante la Restauración (1875-1923) constituye un
56 CILNIANA
exhaustivo estudio de la composición, actuación
y estrategias de las formaciones republicanas de
la provincia, analizadas fundamentalmente a partir de fuentes hemerográficas. Si bien las referencias a Marbella son más escasas, debido sin duda
a la debilidad del republicanismo hasta la primera década del siglo XX, que las del resto de la
provincia. Los datos aportados en esta obra y su
comparación con la documentación del Registro
de Asociaciones del Archivo de la Subdelegación
del Gobierno en Málaga –hoy transferido al Archivo Histórico Provincial– han permitido relacionar algunas experiencias societarias de la ciudad,
surgidas entre 1900 y 1930 con las formaciones
más amplias, estudiadas por Arcas, quien por otra
parte se hace eco por primera vez del motín acaecido en la ciudad con motivo de las elecciones de
1909 y cuya naturaleza estamos hoy en condiciones de determinar a partir del conocimiento
de la organización política que lo inspira, la sociedad Junta de Defensa Administrativa de Marbella.
Son los fondos de la Subdelegación del Gobierno, la
base documental del
libro de Manuel Morales, quien ha estudiado el republicanismo malagueño
desde una perspectiva sociocultural. El
republicanismo malagueño en el siglo XIX.
Propaganda doctrinal, prácticas política
y formas de sociabilidad refleja la existencia en Marbella de
formaciones republicanas en la década
de 1900-1910, que,
como el Círculo Republicano Instructivo
Obrero de Marbella,
creado en 1912, presidido por Fernando
María Marín, demuestran la continuidad del republicanismo en Marbella
desde el Sexenio hasta la Segunda República. De especial interés para las formulaciones
teóricas del republicanismo resulta el apéndice documental que reproduce, además de algunos textos, entre los que se incluye el Reglamento del Círculo Republicano Instructivo Obrero de Marbella, una
relación de los centros republicanos de la provincia entre 1881 y 1920.
NUEVA APROXIMACIÓN A LA BIBLIOGRAFÍA
Es conocido cómo en los últimos tiempos
se ha venido perfilando en la historiografía andaluza un nuevo campo de investigación referido a los estudios biográficos, de tan fructífero
resultado para el estudio del sistema caciquil
como el de José Antonio Ayala Pérez, Un político
de la Restauración: Romero Robledo; el de Joaquín
María Piñeiro, Ramón de Carranza: Un oligarca
gaditano en la crisis de la restauración; o los centrados en personajes tan conscientemente olvidados en el largo desierto que para la historia social fue el franquismo, como el caso de Rafael
Salinas, fundador de la agrupación socialista malagueña, cuyo papel en la organización y difusión del socialismo andaluz ha sido estudiado
también por el profesor Morales en la introducción a la edición facsímil de su obra, Obligado por
la Burguesía. Refutación de sofismas burgueses. El
estudio de determinadas personalidades se ha impuesto como campo historiográfico, sin que en
nuestra comarca existan sino las aproximaciones
realizadas en su día por el desaparecido doctor
Cantos Moyano sobre Joaquín Chinchilla, las conocidas referencias de Alcalá Marín a personalidades locales y las publicadas por Antonio Romero sobre la familia Domínguez.
Sería imprescindible un riguroso estudio
sobre uno de los personajes claves de la ciudad
en el Antiguo Régimen, Don Tomás Domínguez
y Vargas, un poderoso oligarca paradigmático,
según la sugerente hipótesis propuesta por
Rodríguez Feijóo en su libro Enseñanza Liberal en
Marbella (1833-1936), del compromiso de la vieja
nobleza estamental con las estrategias económicas de la burguesía en la sociedad liberal. Queda
por establecer el grado de incidencia de los efectos del liberalismo en la nobleza local, sobre la
institución del mayorazgo o la reacción de estos
grupos ante la liberalización del mercado de la
tierra. Nuestro estudio sobre Marbella 1752: Según las Respuestas Generales del Catrasto de Ensenada nos permitió identificar a las élites pero no
sus patrimonios territoriales, ¿son estos coincidentes con la propiedad rústica del siglo XIX?
El control de los resortes del poder local
por nuevos apellidos junto a los antiguos sugiere la formación de un grupo oligárquico surgido
del proceso desamortizador que participa de las
mismas características que la burguesía andaluza en lo que al monopolio de los recursos productivos se refiere, fuertemente endogámico y
que en la segunda mitad del siglo XIX se conecta
a través de la familia Domínguez con las más altas instancias del poder político.
Si bien las aproximaciones ya citadas dan
una idea de lo que la más reciente historiografía
andaluza denomina “dimensión familista del po-
der”, sigue siendo necesario el acercamiento a la
actuación de determinados miembros de las oligarquías de la zona para establecer el organigrama de las redes parentales y clientelares en el
ámbito local, toda vez que aún desconocemos,
si exceptuamos algunos de los vínculos locales
de Heredia o la servil relación de los Belón Salgado
con la compañía The Marbella Iron Ore Company
Limited, o la representación de la misma en la persona de Miguel Calzado, el grado de implicación
de la burguesía nativa con la burguesía malagueña o con los empresarios que se hacen con el
control de la Colonia de San Pedro Alcántara a finales del siglo XIX.
L os trabajos sobre el general López
Domínguez, centrados en su proyección militar
y política, no atienden a las relaciones de este
personaje, pieza clave del reformismo
decimonónico, con los niveles de la administración municipal del distrito al que tan dilatadamente representó. Tenemos que acudir a las memorias de Antonio Guerola, gobernador civil de
Málaga, para, a través de la correspondencia que
la máxima autoridad política de la provincia mantuvo con Cánovas del Castillo y con el propio
López Domínguez, entre 1858 y 1860, penetrar
en los entresijos del mecanismo del favor en el
distrito electoral de Coín-Marbella, pero no contamos con nada semejante para la Restauración.
La existencia de dos excelentes estudios
biográficos, uno realizado por Ana Boned Colera,
sobre López Domínguez y el periódico El Resumen y, otro de Sánchez Illán, sobre Rafael Gasset
Chinchilla y el que fue uno de los más influyentes medios de comunicación en la España de la
Restauración, el periódico El Imparcial –Prensa y
política en la España de la Restauración. Rafael
Gasset y El Imparcial– lo debemos a la historia de
la prensa. Una biografía anterior escrita en 1946
por Mariano del Alcázar –Los Presidentes del Consejo de la Monarquía, 1874-1931: López
Domínguez– transmite una visión idealizada del
General en la que no faltan poéticas evocaciones
a su ciudad natal. Más interesante, por novedoso, es el ensayo de Ana Boned, José López
Domínguez. Radiografía de un militar reformista
en el periódico “El Resumen”. Causa extrañeza a la
autora que hasta el momento ni la personalidad
ni la obra política y militar de López Domínguez
haya merecido la atención de los historiadores,
desde la consideración sobre todo de su intervención en la revolución de 1868 y en la represión del cantón de Cartagena. Su interés se deriva de la relación que establece entre el periódico
y el general en el marco de una investigación sobre prensa y ejército. El Resumen nace en 1885
como órgano de prensa de la Izquierda Dinástica, el grupo político creado por el futuro general
CILNIANA
57
NUEVA APROXIMACIÓN A LA BIBLIOGRAFÍA
Serrano y sus parientes, sobre la base
programática de la Constitución de 1869 y que
lideró López Domínguez a partir de 1885. La presencia en la dirección y redacción de El Resumen
de los hermanos Suárez de Figueroa entre otros
ponen de manifiesto la vinculación de prensa,
Ejército y política. Son varios los hombres de la
Izquierda Dinástica, como Segismundo Moret o
Gasset Artime, que mantienen con el municipio
de Marbella algún tipo de vínculo familiar o económico, y no deja de ser significativo que la excepcional victoria electoral –en 1896, bajo el
gobierno conservador de Cánovas– de un candidato ministerial, Adolfo Suárez de Figueroa y
Ortega, redactor de El Resumen, se produzca después de la ruptura de éste con López Domínguez,
desbancando a Francisco Serrano Domínguez del
distrito Coín-Marbella. Pero la presencia de los
conservadores en el distrito será efímera, en tanto
en cuanto que la incorporación de Rafael Gasset
Chinchilla a las filas liberales a partir de su entendimiento con Moret en 1905 garantizará la
representatividad del distrito a sus parientes los
Chinchilla.
La obra de Sánchez Illán estudia de forma
modélica la trayectoria política y periodística de
Rafael Gasset Chinchilla –varias veces ministro de
Agricultura, Industria, Comercio y Obras Públicas o de Fomento– y de uno de los más influyentes diarios españoles, El Imparcial, fundado por
su padre Eduardo Gasset y Artime, casado con
Rafaela Chinchilla y Díez de Oñate, sobrina del
general Serrano –su madre era prima segunda
del general–. A través de este estudio quedan establecidas las relaciones parentales y empresariales que vinculan también, en este caso, a la
saga periodista de los Ortega, a través de José
Ortega Munilla, cuñado de Rafael Gasset y director del periódico. Su hijo, Eduardo Ortega y
Gasset, representaría al distrito Coín-Marbella en
las primeras décadas del siglo XX y con toda probabilidad, impulsaría a través de su clientela la
creación en Marbella del Partido Republicano Radical Socialista en vísperas de la Segunda República.
Una atenta lectura de los ensayos comentados pone de manifiesto la articulación en la
provincia de Málaga del Partido Liberal en torno
a la familia Domínguez, tal como revelan a lo largo de la Restauración las candidaturas de Andrés
Mellado, redactor de El Imparcial, en el distrito
de Gaucín; la de Francisco Serrano Domínguez –
hijo del general– en el de Coín; la de Rafael López
Oyarzábal en el de Vélez-Málaga o las de José
L achanbre Domínguez y Leopoldo Serrano
Domínguez en la capital. Si bien ignoramos la
proyección real de esta red en el entramado
caciquil local, sí conocemos su cuestionamiento
58 CILNIANA
por los grupos que al margen del sistema dinástico intentan la democratización de la vida municipal a través de las primeras asociaciones obreras.
Es en este punto donde resultan muy valiosas los estudios sobre Movimiento Obrero en
la provincia de Málaga: Patronos y obreros. Historia del movimiento obrero en Málaga, 1861-1906,
de Antonio Nadal y el de María Dolores Ramos,
Burgueses y Proletarios malagueños. Lucha de clases en la crisis de la restauración (1914-1923). El
primero, basado en documentación del Instituto
de Reformas Sociales, abarca un análisis de la
conflictividad laboral y del tejido asociativo en la
provincia de Málaga a la vez que incluye un interesante apéndice documental con los datos suministrados por todos los pueblos de la la provincia, sobre salarios y nivel de vida.
El trabajo de María Dolores Ramos dedica
un subcapítulo de su libro al análisis, realizado
sobre la base de los datos de Alcalá Marín, de la
clase dirigente de lo que la autora denomina, “un
enclave colonial: Marbella”, refiriéndose a la explotación por la compañía inglesa del hierro de
la mina de “El Peñoncillo”. El núcleo de su aportación lo constituye el estudio, a partir de los
periódicos El Socialista y El Regional de las huelgas mineras de 1918 y 1919, organizadas por la
Federación Obrera de Mineros y Oficios Varios “El Progreso”, una organización sindical, adscrita a la
UGT, que si bien se crea en 1919 es el resultado
de una larga trayectoria asociativa en la zona y
en la que convergen activistas procedentes del
primer obrerismo republicano o de organizaciones de carácter ácrata como La Emancipación. José
Luis Casado se ha hecho eco de este tejido asociativo en un artículo, “Asociaciones de clase en
Marbella: Una aproximación para los años 19001930”, publicado en las Actas del Homenaje al Profesor Carlos Posac Mon. Mientras que por nuestra
parte, esperamos la publicación de otro trabajo
presentado al último Congreso de Historia de Andalucía celebrado en Córdoba en el que analizamos la relación entre obrerismo y republicanismo
en las asociaciones surgidas en la década de 19001910 y su implicación en la movilización
anticaciquil.
Otro de los campos historiográficos que
concentra trabajos de gran calidad es la Historia
Económica. Desde la aparición del trabajo pionero de Jordi Nadal, sobre la industrialización
andaluza publicado en el n.º 120 de Moneda y
Crédito en 1972, la siderurgia de Marbella atrajo
el interés de algunos investigadores. A los trabajos ya clásicos de Cristóbal García Montoro, sobre la industrialización malagueña y Manuel
Agustín Heredia, hay que sumar las nuevas aportaciones del mismo autor en trabajos más recien-
NUEVA APROXIMACIÓN A LA BIBLIOGRAFÍA
tes. De gran interés resulta su articulo, basado
en la correspondencia privada de Paul Clervaux,
ingeniero francés llegado a Málaga para conocer
la situación de la fabrica la Constancia, en el que
su autor pone de manifiesto la influencia de acontecimientos políticos como la Revolución de 1868
en el destino de la siderurgia malagueña, incluido en la obra publicada bajo su coordinación,
Sociedad y Negocios en Málaga (siglos XVIII-XX).
Mientras que los efectos de la política arancelaria sobre las empresas de Heredia son estudiados en un artículo de Rogelio Velasco Pérez, “Política comercial y competencia industrial en la
España del siglo XIX. A propósito de la siderurgia de Manuel Agustín Heredia”, publicado en
un trabajo colectivo editado por Antonio Parejo
y Sánchez Picón, Economía Andaluza e Historia Industrial. Estudios en Homenaje a Jordi Nadal. La
Industrialización Andaluza, cuyo estudio
introductorio, dedicado a una exhaustiva revisión
de la historiografía sobre la historia agraria, industrial y minera andaluza que no puede ser ignorada por los investigadores que centren su
atención en cualquiera de las actividades empresariales de la zona. Este volumen incluye también un interesante artículo de José Luis Casado
a quien debemos la mayor parte de las investigaciones realizadas sobre la colonia de San Pedro
Alcántara y en el que pone de manifiesto la vinculación de los grandes hombres de negocios del
siglo XIX con el cultivo y fabricación de azúcar
en la zona: “Azúcar y especulación: la Sociedad
Colonia de San Pedro Alcántara, 1875-1910”.
El mismo Jordi Nadal, 25 años después de
dar a luz sus investigaciones sobre la siderurgia
de Río Verde, ha publicado un conjunto de cartas, fechadas algunas en Marbella entre 1828 y
1829 escritas por Francisco Antonio Elorza, el
ingeniero que puso en marcha las ferrerías, al
tercer conde de Villafuertes. “Cartas de Elorza,
siderúrgico en Andalucía (1828-1840)”, constituye un material de primera mano, incluido en la
obra colectiva editada por Gómez Mendoza y Antonio Parejo, De Economía e Historia. Estudios en
homenaje a José Antonio Muñoz Rojas, para conocer los problemas técnicos y las dificultades que
afectaron a las ferrerías, tanto de Río Verde como
del Pedroso.
La historiografía correspondiente al siglo
XX de momento queda restringida a la República, la guerra y a algunos trabajos centrados en el
franquismo y la Transición pero con distintos
objetos de análisis. Las primeras décadas de la
centuria no han sido abordadas, sino en los trabajos que sobre asociacionismo y movimiento
obrero ya hemos citado. Esperamos que en el
futuro nuevas generaciones de historiadores puedan completar las hipótesis presentadas en nues-
tro trabajo sobre la guerra civil y la represión franquista y republicana, y que a la vez sean el punto
de partida de una ya comprometida tesis doctoral sobre el franquismo que nos permita abordar
en los pueblos de la comarca las líneas de investigación que sobre este tema preocupan a la
historiografía: la persistencia de la violencia política, el comportamiento de las instituciones
municipales, el control social de la iglesia, o la
continuidad o discontinuidad del poder local lo
que necesariamente implica la definición y localización de la familia falangista. Es el franquismo
un espacio privilegiado para resolver los grandes
interrogantes a través de las fuentes orales, en
tanto que como ha afirmado Encarna Nicolás, especialista en trabajos de historia local centrados
en el franquismo, permite obtener información
de las actitudes y comportamientos de los distintos grupos sociales.
Precisamente en España, los trabajos pioneros de Historia Oral se han centrado en nuestra comarca. A Ronald Fraser se le considera el
introductor de este novedoso paradigma, que es
a su vez instrumento metodológico, a partir de
la publicación de su trabajo pionero sobre Mijas.
Es conocido cómo la historia oral posibilita el
acceso a las formas de transmisión cultural y al
campo de lo simbólico, de la misma manera que
CILNIANA
59
NUEVA APROXIMACIÓN A LA BIBLIOGRAFÍA
incorpora al discurso historiográfico la experiencia y conocimientos de los grupos sociales excluidos o marginados de la cultura oficial. La historia de la gente común convertida en objeto
epistemológico por la historiografía marxista
británica ha emergido tal y como se manifiesta
en la microhistoria italiana como compromiso
social de los historiadores.
La voz de los vencidos y represaliados en
la guerra civil española fue convertida en relato
por Fraser. Su libro Escondido. La vida de Manuel
Cortés, es mucho más que la vida del último alcalde republicano de Mijas, un barbero socialista
que permaneció oculto durante 30 años en su
propia casa. Las palabras de Manuel Cortés, de
su esposa Juliana y de su hija, entrevistados por
Fraser nos permiten acceder no sólo a sus vivencias particulares, dominadas desde 1939 por el
miedo a la denuncia y la necesidad de sobrevivir,
sino que constituyen un registro de la historia
de España, interpretada desde la visión de un trabajador a partir de las relaciones de dominación
existentes en su aldea. En el relato subyacen una
serie de aspectos muy valiosos también para la
investigación antropológica, dado que en el mis-
60 CILNIANA
mo afloran modos de vida y pautas de comportamiento que definen a la comunidad no ya desde
el punto de vista económico como la explotación
del esparto, cuya elaboración artesana permitiría el trabajo a muchas mujeres, sino también
sociales, puesto que tenemos noticias de los grupos sociales, y de cómo son percibidos en el ejercicio del poder y de actitudes –que como en la
resistencia de la guardia civil como mecanismo
de protección los familiares de los vencidos a la
presión de los falangistas– pueden ser abarcadas
desde la historia oral.
Otros trabajos basados también en la memoria y la experiencia, como el último de Alcalá
Marín, Marbella antes y después (II) Los años del
turismo, o el de Juan Carlos Reina, Historias secretas de Marbella, han de ser consultados por los
historiadores del franquismo. Ambos autores fueron testigos privilegiados del proceso de consolidación del Régimen en el ámbito municipal y su
proximidad laboral o familiar a las instituciones
hegemónicas explica la representación mental de
la cara más amable de unos años, en los que la
fractura social se ignora. Precisamente el registro del imaginario colectivo de estos grupos, el
proceso de modernización económica de la ciudad, presente en un riquísimo anecdotario puede tener cierta validez cuando abordemos aspectos del franquismo relacionados con la vida cotidiana o las mentalidades. Ambas obras incorporan por otra parte una documentación fotográfica que los convierten en fuente de información
histórica. Si el libro de Alcalá pese a su conocimiento directo de personajes y hechos muestra
un cierto distanciamiento de lo que narra, no es
el caso de Reina Lozano. En su libro, lo subjetivo
puede ser convertido por cualquier historiador
con pericia en una categoría analítica a la hora
de abordar algunos procesos de la vida local. En
la exaltación de la persona y obra de D. Rodrigo
Bocanegra se evidencia –en negativo también–
el cuestionamiento de una influencia que suponía una seria limitación al poder civil, que necesariamente habría de ser reconocida por los representantes locales del estado totalitario y por
los agentes instrumentales del sistema corporativo. En la enumeración de lo que el autor llama
obra espiritual no es difícil reconocer el intenso
proceso socializador llevado a cabo por la Iglesia
para ejercer, desde iniciativas como los famosos
cursillos de cristiandad, un absoluto control moral sobre la población. La descripción de las normas de conducta y del sistema de relaciones descrito, ponen de manifiesto, tal vez sin que el autor lo pretenda, la reciprocidad de las prestaciones entre la Iglesia y el Estado en unos momentos en los que la evolución social y económica
del país amenazaban ya la estabilidad del Régimen y, en el ámbito local, grupos ajenos al poder
NUEVA APROXIMACIÓN A LA BIBLIOGRAFÍA
resistían a la hegemonización que el famoso sacerdote ejerció sobre las conciencias. Es éste uno
de los aspectos que pueden ser valorados; quedan otros muchos, como el funcionamiento de
la obra sindical o, sobre todo, su aportación a la
Historia de la Radio, lo que nos permite dotar de
contenido historiográfico a una obra testimonial
con grandes dosis de valoraciones subjetivas.
Algunos de los silencios u omisiones, de
la literatura autobiográfica citada son recuperados, si bien de forma fragmentaria en la obra de
Carmen R. García Ruiz, Franquismo y Transición
en Málaga 1962-1979, una tesis doctoral que acomete de forma exhaustiva el estudio de las instituciones del Movimiento en la capital y las actuaciones del poder local en el marco de un proceso
histórico marcado por el desarrollo de un modelo económico que afecta a la provincia y que en
sus consecuencias sociales explica el replanteamiento político y cultural en demanda de reformas democráticas. A partir de fuentes policiales,
la autora ha seguido la organización del movimiento obrero y estudiantil, sus actuaciones y
las formas de represión. Aunque las referencias a
la zona son aisladas, puesto que el estudio se
centra en la capital, de algunos datos se infiere la
resistencia de algunos sectores del Régimen al
despliegue de manifestaciones políticas y culturales de las formaciones democráticas, entre las
que cita la actuación del responsable de la emisora sindical que dio lugar a uno de los pocos
enfrenamientos civiles durante la primera Transición, en un momento en el que se exteriorizaban amplias muestras del sentir andalucista –San
Pedro Alcántara sería una de las primeras localidades de la provincia en izar la bandera andaluza– y en el que los partidos y organizaciones
políticas estaban ya suficientemente implantados,
como demuestra, a tenor de alto número de detenciones efectuadas en San Pedro, el respaldo al
Partido Comunista antes de su legalización, o la
vitalidad sindical puesta de manifiesto en las huelgas de la hostelería.
La existencia de un mayor número de
obras historiográficas sobre nuestra comarca no
nos exime de valorar las aportaciones de los estudios geográficos. Para la historia agraria es fundamental el estudio realizado por María Luisa
Gómez Moreno, La montaña malagueña: estudio
ambiental y evolución de su paisaje, en el que dedica un espacio al estudio de las sierras litorales
occidentales, centrado en sus aspectos estructurales pero también su caracterización en cuanto
al poblamiento y al hábitat. Son éstos dos aspectos esenciales de su contribución al conocimiento de la zona, puesto que realiza una evolución
histórica de la demografía de las zonas montañosas desde la época nazarí hasta los años 80
del siglo XX. Su análisis de las comarcas históricas de la “Tierra de Marbella” y del Señorío de
Casares demuestra la perdurabilidad de los rasgos del paisaje agrario desde la ocupación musulmana hasta el siglo XIX, cuando las formas de
explotación capitalista modifiquen las formas de
producción y afecte a la dedicación de la población y a su distribución espacial. La configuración del paisaje agrario sobre la base de los
repartimientos y apeos ha sido abordada a partir
de la consulta de las distintas monografías comarcales sobre el tema, a la vez que realiza un
minucioso estudio de las Respuestas Generales
del Catastro de Ensenada. La autora ha tabulado
los datos del conjunto de la provincia ofreciendo
conclusiones sobre la superficie cultivada, la ocupación de los cultivos como el trigo, vid, olivo, la
extensión de la tierra comunal y la cabaña ganadera. De la interrelación del conjunto de los datos se deduce: el comportamiento demográfico,
el perfil de la estructura social y de los niveles de
vida, lo que nos permite la comparación con las
conclusiones obtenidas en los estudios realizados sobre la misma fuente para municipios concretos.
El fenómeno turístico es como cabe esperar, un objeto de estudio preferente. De su impacto en la evolución de la población de la comarca se ha ocupado Juan José Natera Rivas en
su libro Heterogeneidad social y diferenciación residencial en Marbella, centrando su análisis en la
relación entre el contraste existente entre las
zonas occidental y oriental del tejido urbano y la
diferenciación social. Unas diferencias que se manifiestan también según las zonas en cuanto a
grupos de edad o níveles de instrucción y cuya
valoración resulta imprescindible a la hora de
abordar comportamientos sociológicos en las
épocas más recientes.
Otros fenómenos relacionado con el turismo, como es la implantación casi hegemónica
de actividades deportivas como el golf, han sido
incorporadas a la investigación. Una de las más
recientes aportaciones, El turismo de golf en la
Costa del Sol. Análisis geográfico, de Francisca
Escorza, se ha centrado en el impacto económico, medioambiental y urbanizador de los campos de golf en la costa malagueña.
Por último no queremos acabar estas breves notas sin referirnos a la aportación que para
la investigación historiográfica local han supuesto los trabajos sobre el patrimonio documental
de Marbella y Estepona, “La expectativa del Patrimonio Documental de Marbella: su Archivo
Municipal”, de Francisco de Asís López Serrano
y “El Archivo Municipal de Estepona. Fondos documentales”, de Alfredo Galán Sánchez, ambos
CILNIANA
61
NUEVA APROXIMACIÓN A LA BIBLIOGRAFÍA
publicados por el Ayuntamiento de Málaga en Archivos y Documentación de la Provincia de Málaga:
Ciclo de Conferencias y el trabajo de Sánchez
Mairena “Fondos Documentales y Archivos de
la Administración de Justicia y de la Fe Pública
en la Costa del Sol. Partidos Judiciales de
Marbella y Estepona”, incluido en la publicación
de nuestra asociación correspondiente a las II
Jornadas Patrimonio Histórico Local, pues son éstos los fundamentos de una práctica
historiográfica que tiene planteado en la historia
local su objeto de análisis, ni a las reflexiones
que sobre nuestro patrimonio han realizado José
María Luna –“Consideraciones sobre el Patrimonio Mueble en Marbella: su protección y conservación”–; Francisco Javier Moreno –“Marbella:
Paisaje y Ciudad”– o José Luis Casado –“El Patrimonio Histórico Industrial en el municipio de
Marbella”–, recogidas en el libro de las I Jornadas Patrimonio Histórico Local, puesto que en todos los casos contribuyen al conocimiento de un
pasado que esperamos poder interpretar desde
una perspectiva científica pero comprometida.
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MARBELLA del ARCHIVO de la
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Luis Felipe Pajares Ladrero
Galería de arcos del patio. Planta baja del hospital. Año 1981. José L. Casado.
INTRODUCCIÓN
E
l Catálogo de documentos de Marbella que
sigue a estas líneas de introducción tiene
como base el Inventario de libros y legajos del Archivo Histórico de la Diputación Provincial de Málaga1, trabajo que realicé entre el 1 de julio de 1994
y el 30 de junio de 1995, donde se referencia la
interesante documentación que dicho archivo encierra, hasta hoy prácticamente inédita y que
constituye un fondo documental esencial para la
historia de Málaga y su provincia. El Archivo de
la Diputación era el único archivo de Málaga capital que no se había abierto a la investigación
debido a la falta de organización en que se encontraba. Con la realización del inventario y con
las obras de adecuación, realizadas en las depen-
dencias del Centro Cívico, se pusieron los dos
pilares básicos para normalizar el funcionamiento de un archivo importante de nuestra provincia. Su traslado al centro cultural de calle Ollerías
y el actual retorno al Centro Cívico, están retrasando su definitiva puesta en uso.
Hemos dividido en cuatro partes este trabajo. La primera de ellas la dedicamos a comentar el marco legal en el que surgen y se configuran las diputaciones provinciales, en la segunda,
a plantear la concepción archivística que inspiró
nuestro trabajo y los recursos de que utilizamos
para realizarlo, en la tercera ofrecemos una relación de las materias y series documentales que
forman el Catálogo de Marbella, y en la cuarta
ofrecemos dicho Catálogo.
CILNIANA
67
CATÁLOGO DE DOCUMENTOS SOBRE MARBELLA
1. EL MARCO LEGAL EN QUE SURGEN
LAS DIPUTACIONES PROVINCIALES
El origen de la Diputación como institución provincial hay que buscarlo en la Constitución de Cádiz de 1812 2. En el artículo 11 de dicha Constitución se recoge la necesidad de establecer una división del territorio español:
“Se hará una división más conveniente del
territorio español por una ley constitucional, luego que las circunstancias políticas
de la Nación lo permitan”.
Esta misma Constitución, dedica el capítulo II del Título VI, artículos 324 al 337, al gobierno de las provincias y en concreto a las diputaciones provinciales. Así en el artículo 325 se
dice:
“En cada provincia habrá una Diputación
llamada provincial, para promover su prosperidad, presidida por el jefe superior”.
En dicho capítulo II del Título VI, se establece la composición de las diputaciones, su régimen de sesiones y el ámbito de sus competencias. El presidente es el jefe político, nombrado
por el rey, y además formaran la institución el
intendente de la provincia y siete individuos elegidos –aunque las Cortes podrían variar este número– cada dos años. Se fija el número de sesiones en un máximo de noventa al año. Como facultades se establecen las siguientes: la gestión
de las contribuciones correspondientes a la provincia; vigilar la constitución de los ayuntamientos; las obras públicas provinciales proponiendo
los recursos para realizarlas; el fomento de la agricultura, la industria y el comercio; la instrucción
pública; el cuidado de los establecimientos de
beneficencia y la denuncia de las infracciones a
la Constitución en el territorio provincial. En la
Cortes de Cádiz se notó la influencia de la Asamblea Constituyente francesa, a través de Toreno
y Argüelles, en su deseo de buscar un equilibrio
entre el peso del gobierno en la provincia y el
carácter representativo de la Diputación.
La Diputación es esencialmente un cuerpo consultivo y lo seguirá siendo durante casi
todo el siglo XIX. El que verdaderamente detenta
el poder político en la provincia es el jefe político cuya figura aparece como «la superior autoridad dentro de la provincia»3 que se asesora desde la Diputación pero que tiene la capacidad de
tomar las resoluciones.
La derogación de la Constitución de 1812
por Fernando VII y el restablecimiento del absolutismo impidió la puesta en funcionamiento de
68 CILNIANA
toda la legislación sobre el gobierno de las provincias elaborado en Cádiz, y no será hasta 1820,
con el restablecimiento del régimen liberal, cuando se pongan de manifiesto la necesidad de matizar las competencias y tratar de corregir los fallos en su funcionamiento de las diputaciones provinciales. En esta línea iba el Decreto de 3 de
febrero de 1823, considerada la primera ley provincial y municipal del siglo XIX4. Se pretendía,
con este Decreto, poner fin al excesivo
intervencionismo de los jefes políticos en las diputaciones y delimitar de forma más precisa las
funciones administrativas y económicas de diputaciones y Ayuntamientos. Pero apenas entrado
en vigor fue anulado por el Decreto de 1 de octubre de 1823 que declaraba nulos todos los actos
del gobierno constitucional.
El Real Decreto de 21 de septiembre de
1835 introdujo algunas modificaciones en las
diputaciones: la presidencia pasaba al gobernador y se establecía un número de diputados equivalente al de partidos judiciales. La duración en
el cargo de diputado se ampliaba a tres años debiendo renovarse la mitad cada año y medio. En
cuanto a las competencias se mantienen las enumeradas y se añaden algunas más como los
repartimientos de hombres que en la provincia
debían aportarse a los reemplazos del ejército;
recibir las reclamaciones sobre contribuciones;
la elaboración del reglamento interior; examinar
las cuentas municipales revisando sus presupuestos; suministrar al Gobierno los datos del censo
y estadística; mantener la Milicia nacional y algunas más de control sobre los ayuntamientos.
Cuando llevaba un año en vigor fue suspendido
por los sucesos de 1836 y vuelto a restaurar por
la Ley de 15 de enero de 1837 con la matización
de que en ningún caso estarían compuestas las
diputaciones por menos de siete diputados.
La Constitución de 1837 dedica el título
IV a las diputaciones y ayuntamientos. En el artículo 69 dice:
“En cada provincia habrá una Diputación
provincial, compuesta, del número de individuos que determine la ley, nombrados
por los mismos electores que los diputados
a Cortes”.
Y en el articulo 71:
“La ley determinará la organización y funciones de las Diputaciones provinciales y
de los Ayuntamientos”.
Estos mandatos constitucionales se desarrollaron por la Ley de 13 de septiembre de 1837,
que volvía a recuperar la figura del jefe político
CATÁLOGO DE DOCUMENTOS SOBRE MARBELLA
como presidente, el intendente y un mínimo de
siete diputados.
Posteriormente la Ley de 8 de enero de
1845 elevaba a un mínimo de nueve los diputados provinciales cuando el número de partidos
judiciales de la provincia no alcanzara al mínimo.
Los diputados serían renovables cada dos años y
eran cargos honoríficos, obligatorios y gratuitos.
La Ley de Bases de 1855 estableció el principio de proporcionalidad en la composición de
las diputaciones, a razón de un diputado por cada
veinticinco mil habitantes. Esta composición se
volvió a modificar por la ley provincial de 1863
que establecía el nombramiento de diputados por
partido judicial, matizando que de no alcanzarse
un mínimo de siete el partido de mayor población elegiría dos y luego el siguiente hasta completar ese número. Asimismo, si un partido tenía
mas de treinta mil habitantes tenía derecho a dos
diputados. La duración del cargo se fijaba en cuatro años. Esta ley conservó las competencias que
ya tenían las diputaciones y les añadió algunas
como las relativas a nombrar y separar personal
de la institución, el nombramiento de comisiones para visitar los establecimientos sostenidos
con fondos de la Diputación, y de comisiones de
inspección de obras.
La revolución de 1868 llenará de contenidos las diputaciones provinciales. El artículo 99
de la Constitución de 1869 atribuye a las corporaciones provinciales el gobierno de los intereses peculiares de la provincia, la publicidad de
sus sesiones, la publicación de los presupuestos,
cuentas y acuerdos importantes, así como la intervención del rey o de las Cortes para impedir
que se extralimite en el ejercicio de sus funciones.
La ley progresista de 20 de agosto de
1870, consecuencia de la Constitución de 1869,
confirió a las diputaciones carácter representativo fijando el número de diputados en función
del de habitantes de cada provincia de la siguiente manera: veinticinco diputados para las provincias de menos de 150.000 habitantes y un diputado más por cada 10.000 hasta llegar a los
300.000. Cuarenta diputados para las provincias
de más de 300.000 habitantes y uno más por cada
25.000 hasta llegar a los 500.000. El gobernador
provincial presidía la Diputación, pero carecía de
voto y la ley establecía que entre sus componentes se nombraran un presidente, un vicepresidente y dos secretarios de sesiones. Esta ley ampliaba considerablemente las competencias de las
diputaciones, concediéndoles casi en exclusiva
aquellas sobre las que ya estaba actuando: obras
provinciales, el fomento de actividades econó-
micas, la puesta en funcionamiento de servicios
de interés provincial, etc. En 1876 dejó de tener
vigencia al ser abolida toda la legislación revolucionaria.
La ley provincial de 1877 volvió a cambiar
la composición de las diputaciones: tres diputados por partido judicial de manera que si no se
llegaba a veinte se aumentaría hasta alcanzarlos,
pero si se pasaban de treinta se reducirían por
partido judicial para no sobrepasar dicha cifra.
En cuanto se refiere a competencias aparentemente se mantenían las de la ley de 1870 pero
considerablemente reducidas por la intervención
de la administración central.
En 1882 otra ley provincial, de corte conservador, establece que pueden ser elegibles
como diputados por los habitantes a los que la
ley electoral les reconociese este derecho. Los
diputados se elegirían en número de cuatro por
cada dos partidos judiciales colindantes. El cargo era por un período de cuatro años y eran electores todos los españoles mayores de 25 años
con al menos dos años de residencia. Esta ley
provincial de 1882, dentro del conservadurismo
de las que le precedieron, las de 1845, 1863 y
1877, declaraban su intervencionismo y desconfianza de la autonomía de las diputaciones declarando tajantemente que estas instituciones no
podían ejercer otras funciones que las señaladas
por la ley5.
Ya en el siglo XX nuevas modificaciones
vendrían a sufrir las diputaciones perfilando su
composición y especificando las funciones que
le eran propias así como matizando las del pleno
y de la comisión provincial. Esto ocurre con el
Estatuto provincial de 1925, en el que aparecen
las diputaciones como cuerpos de representación
popular al que corresponden la administración
de los intereses peculiares de la provincia. Según
éste, hay dos tipos de diputados, los inorgánicos,
elegidos por sufragio universal y representación
proporcional y los corporativos designados entre los concejales de los ayuntamientos de la provincia constituidos en colegios electorales. Se establecía unas obligaciones mínimas que debían
realizar las diputaciones en garantía del bienestar de sus habitantes: mantener una casa de maternidad, otra de expósitos, un hospital de beneficencia, una casa de socorro para indigentes y
otra para dementes pobres, así como la subvención de las obras de tipo sanitario llevadas a cabo
por los ayuntamientos y mantener un instituto
de higiene. El mandato de los diputados era de
dos años y podían cobrar dietas por su asistencia a sesiones. Este estatuto amplió las competencias del presidente de la institución provincial considerándolo como representante de la
CILNIANA
69
CATÁLOGO DE DOCUMENTOS SOBRE MARBELLA
provincia y dándole atribuciones de órgano ejecutivo provincial.
Durante la II República no se introdujeron
modificaciones. No ocurrió así durante la dictadura de Franco, que suprimió el carácter democrático de la elección de los miembros de las diputaciones provinciales aumentando el
intervencionismo de éstas en la vida municipal.
Así, la ley de régimen local de 1950, y su texto
refundido de 1955, estableció como órganos de
gobierno y administración de la provincia el gobernador civil, la diputación provincial, el presidente de la Diputación y la comisión provincial
de servicios técnicos. No introdujo modificaciones sustanciales en lo que a competencias se refiere respecto a la legislación anterior, pero sí en
la composición de las diputaciones provinciales.
Los diputados se elegían por compromisarios de
los ayuntamientos entre sus alcaldes y concejales a razón de uno por cada partido judicial, completándose el número con personas que ostentaran la representación de las corporaciones y entidades económicas,
culturales y profesionales así como de la
Organización Sindical,
radicados en la provincia. De esta manera se
suprimía el carácter
democrático en la
elección de los miembros de las diputaciones provinciales y se
acrecentaba la intervención de éstas sobre
los ayuntamientos.
yó la autonomía de las corporaciones provinciales y será un paso definitivo en la configuración
de las diputaciones el Estatuto Provincial de 1925.
Durante la II República no se producen variaciones de interés y durante la dictadura de Franco
quedan ya comentadas sus consecuencias. Sin entrar en la legislación que se genera a consecuencia de nuestra actual Constitución, puesto que el
inventario que presentamos corresponde al archivo histórico, no estaría de más apuntar que
las contradicciones que se presentan en nuestros
días con respecto a las diputaciones provinciales
se sitúan en el choque de competencias entre
éstas y las comunidades autónomas.
2. SOBRE EL INVENTARIO TOPOGRÁFICO
Los fondos que componen el Archivo tienen esencialmente un doble origen: los que genera la propia institución y que se remontan al
siglo XIX, y los de las instituciones de beneficencia, casi siempre anteriores a la propia Diputación, que pasaron a depender de ésta el pasado
siglo y que parten
cronológicamente del
siglo XVII.
Esta documentación han sufrido
pérdidas con el paso
del tiempo, el más
importante sin duda el
incendio de 1922 en
el palacio de la Aduana que mermó considerablemente los fondos de la propia institución. También estos
En conclusión,
fondos se vieron afecdurante todo el siglo
tados por la inundaXIX, a excepción del
ción en 1989 fecha en
que gran parte de los
sexenio revolucionario, las diputaciones
mismos se encontratienen una consideraban en los sótanos del
ción de cuerpos esenedificio de los Servicialmente consultivos,
cios Técnicos. Estos
acontecimientos han
siendo el jefe político
el órgano básico de
condicionado nuestro
responsabilidad en la
trabajo renunciando a
realizar expurgos con
provincia, cumpliendo
además las diputaciola finalidad de que
aquella documentanes funciones de reción que normalmenparto de cupos contributivos y del continte se desecha transcuPortada de la capilla del hospital o de la Misericordia,
rrido un tiempo puegente de reemplazos
en 1981, antes de su restauración en 1987. Jose L. Casado.
da de alguna manera
del ejército. Con la reaportar parte de la información perdida.
volución de 1868 se intentará convertir a las diputaciones en verdaderas instituciones provinLa documentación del Archivo de la Dipuciales. Este es el sentido de la Ley de 20 de agostación se encontraba dispersa en distintas depento de 1870. Durante la Restauración se disminu-
70 CILNIANA
CATÁLOGO DE DOCUMENTOS SOBRE MARBELLA
dencias de la institución por la ciudad: en el propio Palacio de la Diputación, en el Centro Cívico,
en el Centro Básico de Acogida y en el Hospital
Clínico. El grado de ordenación de los mismos
era diverso, siendo prácticamente inexistente en
los fondos de la Diputación y con sistemas de
recuperación suficiente los correspondientes a
las antiguas instituciones de beneficencia ahora
dependientes de los Servicios Sociales.
La realización del inventario de los fondos se nos impuso como tarea primordial6 para
conocerlos y organizarlos. Los fondos, en principio, sin más orden que una cierta disposición
funcional se les dio una signatura provisional para
después realizar una ordenación cronológica definitiva. Para ello elaboramos una ficha informática con cuatro entradas: signatura, materia, contenido y cronología. Estas cuatro entradas permiten la recuperación de la información y además que preste un servicio de información a los
posibles usuarios del archivo, de tal forma que el
inventario lo entendemos como instrumento de
control y de información.
En lo que se refiere a la entrada signatura
hemos dado una exclusivamente numérica para
los legajos y otra precedida de una “L” para los
libros, y aunque en el presente trabajo aparecen
separados ambos, en el soporte informático funcionan juntos en la misma base de datos documental, de manera que se facilitan las búsquedas
al no tener que repetirse para una misma información. La entrada “materia” tiene un carácter
funcional respetando al máximo la información
que responsabiliza a los distintos servicios u organismos que generan la documentación. En la
entrada “contenido” se ha procurado describir al
máximo la información contenida en los legajos
o libros mediante resúmenes escuetos y numerando las unidades documentales para ofrecer
también una cuantificación de las mismas. La
entrada “cronología” la hemos realizado fijando
los años extremos de la información separándolos por un guión cuando ésta, la información, es
continua y separando los años por comas cuando es discontinua.
3. MATERIAS DEL CATÁLOGO DE
DOCUMENTOS DE MARBELLA DEL ARCHIVO
DE LA DIPUTACIÓN PROVINCIAL DE
MÁLAGA
En general la documentación del Archivo
de la Diputación Provincial de Málaga está compuesta por dos grandes bloques, uno que se refiere a instituciones anteriores a la propia Diputación que pasan a ser de su competencia y otro
bloque referido a la propia institución. A ellos
me voy a referir brevemente a continuación.
El primer bloque está formado por los
documentos generados por las distintas instituciones de Beneficencia que arrancan de 1640 y
constituyen la documentación más interesante
desde un punto de vista social para el estudio de
las clases más desfavorecidas de la sociedad (expósitos, dementes, enfermos, y distintos aspectos sobre la salud de la población...). Estos documentos proceden de la Beneficencia, es decir de
las distintas instituciones que asumieron este servicio en la provincia y pasaron a depender, a partir del proceso desamortizador, de las corporaciones locales y provinciales al quedar aquéllas
incorporadas administrativamente a las mismas
bajo su tutela.
El segundo bloque lo forma la documentación de naturaleza administrativa, que es producido por la propia institución provincial (contribuciones, contables, vías y obras, proyectos
técnicos, registros, correspondencias con los
Ayuntamientos, Actas, Personal...). Esta documentación, siendo muy importante para reconstruir
el papel y las actuaciones seguidas por la Corporación Provincial a lo largo de su historia, cuenta
con lagunas importantes debido al incendio que
sufrieron estos fondos en 1922 y a la mala gestión que se ha hecho de los mismos hasta 1994
en que se decidió inventariarlos y organizarlos
físicamente.
En concreto las materias que componen
el Catálogo de documentos de Marbella son las
siguientes: Beneficencia, Cédulas Personales,
Contaduría de fondos, Contribuciones, Fomento, Obras civiles, Presupuestos ordinarios municipales, Quintas y Reemplazos, Secretaría y Vías
y Obras. Seguidamente intentaremos explicar
aquellas que puedan resultar más desconocidas.
3.1. Beneficencia
Esta materia constituye uno de los apartados más ricos del presente catálogo de
Marbella, así como de los más interesantes por
la información que aporta. En total la componen
74 signaturas, de las que 64 son libros y 10 legajos. Los libros abarcan un período que va desde
1848 hasta 1913.
Desde el punto de vista jurídico e
institucional la Beneficencia la podemos considerar como una actividad dirigida a satisfacer las
necesidades vitales de quienes se encuentran en
situación de indigencia7. En España la encargada
de la beneficencia era la Iglesia, que desarrolló
una ingente labor en este campo durante los siglos XVI, XVII y XVIII, en hospitales especiales,
casa de misericordia, albergues, hospicios, casas
de huérfanos, asilos, redención de cautivos, soCILNIANA
71
CATÁLOGO DE DOCUMENTOS SOBRE MARBELLA
corro de presos, limosnas, manicomios, reformatorios, montes de piedad, etc. En 1798, se declararon vendibles las fincas de todos los establecimientos de beneficencia e ingresandose el producto de las ventas en la Real Caja de Amortización. En 1809 el tesoro dispuso de dichos beneficios para atender los gastos de la guerra de la
Independencia.
En 1812 las Cortes de Cádiz decretaron
que los establecimientos benéficos fueran costeados por los ayuntamientos, ya que al no cumplirse las leyes propuestas para compensar las
medidas desamortizadoras, estos establecimientos habían alcanzado un alto grado de penuria y
abandono. Estas leyes fueron anuladas por Fernando VII. En 1820 al entrar en vigor de nuevo la
Constitución de 1812, las Cortes promulgaron la
Ley de 11 de octubre de 1820 que prohibía la
adquisición de bienes raíces a las instituciones
de beneficencia, y la Ley del 23 de enero de 1822,
también conocida como Decreto de las Cortes
de 21 de diciembre de 1821 estableció un plan
bastante completo de la beneficencia. Así en el
título I, artículos 1º a 24º se fijaban las normas
para la creación de las Juntas de beneficencia en
los distintos ayuntamientos; en el título II, artículos 25º a 39º se establecían las normas de administración de los fondos de beneficencia y a
partir del título III se establecían los tipos de establecimientos y las formas de prestaciones de la
beneficencia. Y suprimía la beneficencia particular.
El 20 de junio de 1849 se proclamó la Ley
General de Beneficencia que creaba una Junta
General de Beneficencia y por debajo de ella las
juntas provinciales y las municipales, así como
sus atribuciones. Esta ley se completó con el Reglamento de 14 de mayo de 1852 que establecía
las normas para la ejecución de la ley de 20 de
junio de 1849. Este Reglamento en su título I,
capítulo primero, establece las clases y objeto
de los establecimientos de beneficencia, y así
distingue entre públicos y particulares, a los primeros pertenecen los generales, los provinciales
y los municipales. A los generales pertenecen los
establecimientos de locos, sordo-mudos, ciegos,
impedidos y decrépitos. Los establecimientos
provinciales de beneficencia, según este Reglamento, tienen como finalidad el alivio de enfermedades comunes, la atención a menesterosos y
el amparo y educación de los huérfanos; pertenecen a esta clase los establecimientos como lo
hospitales de enfermos, las casas de misericordia, las de maternidad y expósitos, las de huérfanos y desamparados. El artículo 4º define los establecimientos municipales de beneficencia como
los destinados a socorrer enfermedades accidentales, a conducir a los enfermos a los estableci-
72 CILNIANA
mientos provinciales o generales a los indigentes,
enfermos y huérfanos de sus respectivos términos. A esta clase pertenecen, según el reglamento, las casas de refugio y hospitalidad pasajera y
la beneficencia domiciliaria.
En el capítulo II, artículos 5 a 7 del citado
reglamento, se establecía el número y ubicación
de los establecimientos de beneficencia. Así, se
dice que en principio el número de establecimientos generales sería de 28, de los cuales seis serán casas de dementes, dos de ciegos, dos de
sordo-mudos, y dieciocho de decrépitos, imposibilitados e impedidos. En los capítulos siguientes se desarrollan las obligaciones y derechos de
los establecimientos, de sus órganos de gobierno, de los presupuestos y administración de los
distintos establecimientos. Desde la entrada en
vigor del reglamento a que nos venimos refiriendo distintas reales órdenes complementan y corrigen la legislación mencionada. De estas normativas destacaremos la Real Orden de 12 de octubre de 1860 reglamentando los establecimientos particulares.
El 22 de abril de 1873, Pi y Margall, siendo Ministro de Gobernación y Presidente interino, publicó un decreto conocido como “Instrucción General para los Establecimientos Benéficos
Nacionales” que vuelve a regular mucho más minuciosamente sobre la Beneficencia pública. Más
tarde, el 27 de abril de 1875, un Real Decreto
establecía la separación entre establecimientos
públicos y privados. En 1885 se terminó de completar la legislación sobre la Beneficencia pública
y la privada por la instrucción de 1899 y el Decreto de 25 de octubre de 1899.
3.2. Cédulas personales
Las cédulas personales, también llamadas
de vecindad o de empadronamiento, eran documentos que se empezaron a crear en sustitución
de los más antiguos denominados cartas de seguridad y pasaportes. Estas cédulas eran de obligatoria adquisición para todos los españoles y
extranjeros domiciliados en España que fueran
cabezas de familia o ejercieran algún cargo o profesión. Servían para acreditar la vecindad de su
titular e incluso su identidad. A finales del siglo
XIX es realmente una contribución al Estado según su renta, profesión, etc. Empezaron a
regularse como cédulas de vecindad por el Real
Decreto de 15 de febrero de 1854 que ordenaban que se suprimieran los pasaportes y pases y
mandaba que se expidieran dichas cédulas. Ocho
días más tarde, el 23 del mismo mes otro Real
Decreto eximía a los militares de las cédulas de
vecindad. La Real Orden de 1 de abril de 1854
reglamentaba el Real Decreto de 15 de febrero.
CATÁLOGO DE DOCUMENTOS SOBRE MARBELLA
La Real Orden de 6 de enero de 1857 establecía
que se castigase gubernativamente a quienes viajasen sin dichas cédulas. La Real Orden de 18 de
agosto de 1876 modifica las normativas anteriores y publica una Instrucción para la administración y cobranza del impuesto sobre cédulas personales. Esta instrucción establece seis clases de
cédulas personales, estableciendo un tipo de gravamen para cada uno de ellos, así como los procedimientos contra morosos y los premios a las
cobranzas.
4. Catálogo de documentos de Marbella
Entendemos por catálogo de documentos
toda selección que se hace en un archivo con un
criterio externo al mismo. El criterio de selección del siguiente catálogo se ha basado en la
búsqueda de todos aquellos libros y legajos que
contienen documentos que vinculan a la Diputación Provincial con Marbella.
Las fichas de los libros que hacen referencia a Marbella se han incorporado al presente
catálogo con las mismas entradas con que aparecen en el Inventario, pero para los legajos hemos
preferido limpiar la ficha en la entrada “contenido” eliminando, cuando ha sido posible, las referencias que no corresponden a Marbella.
Confiamos que el presente catálogo sea
de utilidad para los interesados en el pasado de
Marbella ya que el Archivo de la Diputación Provincial de Málaga constituye una fuente de información importante en sí misma y complementaria del Archivo Municipal de esta localidad.
Hijuela de Marbella, 1853 - 1855.
CRONOLOGÍA: 1853 - 1855
SIGNATURA: L 168
MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José.
CONTENIDO: Libro 5º de ingresos de niños en la
Hijuela de Marbella, 1854.
CRONOLOGÍA: 1854
SIGNATURA: L 185
MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José.
CONTENIDO: Libro 6º de ingresos de niños en la
Hijuela de Marbella, 1855.
CRONOLOGÍA: 1855
SIGNATURA: L 203
MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José.
CONTENIDO: Libro 7º de ingresos de niños en la
Hijuela de Marbella, 1856.
CRONOLOGÍA: 1856
SIGNATURA: L 218
MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José.
CONTENIDO: Libro 8º de ingresos de niños en la
Hijuela de Marbella, 1857.
CRONOLOGÍA: 1857
SIGNATURA: L 233
MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José.
CONTENIDO: Libro 9º de ingresos de niños en la
Hijuela de Marbella, 1858.
CRONOLOGÍA: 1858
LIBROS
SIGNATURA: L 247
MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José.
CONTENIDO: Libro 10º de ingresos de niños en
la Hijuela de Marbella, 1859.
CRONOLOGÍA: 1859
SIGNATURA: L 77
MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José.
CONTENIDO: Libro 1º de ingresos de niños en la
Hijuela de Marbella 1848 - 1851.
CRONOLOGÍA: 1848 - 1851
SIGNATURA: L 260
MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José.
CONTENIDO: Libro 11º de ingresos de niños en
la Hijuela de Marbella, 1860.
CRONOLOGÍA: 1860
SIGNATURA: L 101
MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José.
CONTENIDO: Libro 2º de ingresos de niños en la
Hijuela de Marbella, noviembre - diciembre 1851.
CRONOLOGÍA: 1851
SIGNATURA: L 277
MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José.
CONTENIDO: Libro 12º de ingresos de niños en
la Hijuela de Marbella, 1861.
CRONOLOGÍA: 1861
SIGNATURA: L 121
MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José.
CONTENIDO: Libro 3º de ingresos de niños en la
Hijuela de Marbella, 1852.
CRONOLOGÍA: 1852
SIGNATURA: L 292
MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José.
CONTENIDO: Libro 13º de ingresos de niños en
la Hijuela de Marbella, 1862.
CRONOLOGÍA: 1862
SIGNATURA: L 156
MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José.
CONTENIDO: Libro 4º de ingresos de niños en la
SIGNATURA: L 307
MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José.
CONTENIDO: Libro 14º de ingresos de niños en
CILNIANA
73
CATÁLOGO DE DOCUMENTOS SOBRE MARBELLA
la Hijuela de Marbella, 1863.
CRONOLOGÍA: 1863
la Hijuela de Marbella, 1873.
CRONOLOGÍA: 1873
SIGNATURA: L 322
MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José.
CONTENIDO: Libro 15º de ingresos de niños en
la Hijuela de Marbella, 1864.
CRONOLOGÍA: 1864
SIGNATURA: L 475
MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José.
CONTENIDO: Libro 25º de ingresos de niños en
la Hijuela de Marbella, 1874.
CRONOLOGÍA: 1874
SIGNATURA: L 335
MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José.
CONTENIDO: Libro 16º de ingresos de niños en
la Hijuela de Marbella, 1865.
CRONOLOGÍA: 1865
SIGNATURA: L 492
MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José.
CONTENIDO: Libro 26º de ingresos de niños en
la Hijuela de Marbella, 1875.
CRONOLOGÍA: 1875
SIGNATURA: L 350
MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José.
CONTENIDO: Libro 17º de ingresos de niños en
la Hijuela de Marbella, 1866.
CRONOLOGÍA: 1866
SIGNATURA: L 507
MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José.
CONTENIDO: Libro 27º de ingresos de niños en
la Hijuela de Marbella, 1876.
CRONOLOGÍA: 1876
SIGNATURA: L 363
MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José.
CONTENIDO: Libro 18º de ingresos de niños en
la Hijuela de Marbella, 1867.
CRONOLOGÍA: 1867
SIGNATURA: L 524
MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José.
CONTENIDO: Libro 28º de ingresos de niños en
la Hijuela de Marbella, 1877.
CRONOLOGÍA: 1877
SIGNATURA: L 379
MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José.
CONTENIDO: Libro 19º de ingresos de niños en
la Hijuela de Marbella, 1868.
CRONOLOGÍA: 1868
SIGNATURA: L 539
MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José.
CONTENIDO: Libro 29º de ingresos de niños en
la Hijuela de Marbella, 1878.
CRONOLOGÍA: 1878
SIGNATURA: L 400
MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José.
CONTENIDO: Libro 20º de ingresos de niños en
la Hijuela de Marbella, 17/1/1869 a 22/12/1869.
CRONOLOGÍA: 1869
SIGNATURA: L 555
MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José.
CONTENIDO: Libro 30º de ingresos de niños en
la Hijuela de Marbella, 1879.
CRONOLOGÍA: 1879
SIGNATURA: L 415
MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José.
CONTENIDO: Libro 21º de ingresos de niños en
la Hijuela de Marbella, 1870.
CRONOLOGÍA: 1870
SIGNATURA: L 568
MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José.
CONTENIDO: Libro 31º de ingresos de niños en
la Hijuela de Marbella, 1880.
CRONOLOGÍA: 1880
SIGNATURA: L 429
MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José.
CONTENIDO: Libro 22 de ingresos de niños en la
Hijuela de Marbella, 1871.
CRONOLOGÍA: 1871
SIGNATURA: L 588
MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José.
CONTENIDO: Libro 32º de ingresos de niños en
la Hijuela de Marbella, 1881.
CRONOLOGÍA: 1881
SIGNATURA: L 448
MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José.
CONTENIDO: Libro 23º de ingresos de niños en
la Hijuela de Marbella, 1872.
CRONOLOGÍA: 1872
SIGNATURA: L 598
MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José.
CONTENIDO: Libro 33º de ingresos de niños en
la Hijuela de Marbella, 1882.
CRONOLOGÍA: 1882
SIGNATURA: L 462
MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José.
CONTENIDO: Libro 24º de ingresos de niños en
SIGNATURA: L 614
MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José.
CONTENIDO: Libro 34º de ingresos de niños en
74 CILNIANA
CATÁLOGO DE DOCUMENTOS SOBRE MARBELLA
la Hijuela de Marbella, 1883.
CRONOLOGÍA: 1883
SIGNATURA: L 625
MATERIA: Beneficencia: Hogar de
San José.
CONTENIDO: Libro 35º de ingresos
de niños en la Hijuela de Marbella,
1884.
CRONOLOGÍA: 1884
SIGNATURA: L 639
MATERIA: Beneficencia: Hogar de
San José.
CONTENIDO: Libro 36º de ingresos
de niños en la Hijuela de Marbella,
1885.
CRONOLOGÍA: 1885
SIGNATURA: L 650
MATERIA: Beneficencia: Hogar de
San José.
CONTENIDO: Libro 37º de ingresos de niños en
la Hijuela de Marbella, 1886.
CRONOLOGÍA: 1886
SIGNATURA: L 667
MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José.
CONTENIDO: Libro 38º de ingresos de niños en
la Hijuela de Marbella, 1887.
CRONOLOGÍA: 1887
SIGNATURA: L 678
MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José.
CONTENIDO: Libro 39º de ingresos de niños en
la Hijuela de Marbella, 1888.
CRONOLOGÍA: 1888
SIGNATURA: L 687
MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José.
CONTENIDO: Libro 40º de ingresos de niños en
la Hijuela de Marbella, 1889.
CRONOLOGÍA: 1889
SIGNATURA: L 697
MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José.
CONTENIDO: Libro 41º de ingresos de niños en
la Hijuela de Marbella, 1890.
CRONOLOGÍA: 1890
SIGNATURA: L 711
MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José.
CONTENIDO: Libro 42º de ingresos de niños en
la Hijuela de Marbella, 1891.
CRONOLOGÍA: 1891
SIGNATURA: L 718
MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José.
CONTENIDO: Libro 43º de ingresos de niños en
la Hijuela de Marbella, 1892.
CRONOLOGÍA: 1892
Puerta de acceso al hospital, lado sur. Año 1981. José L. Casado.
SIGNATURA: L 730
MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José.
CONTENIDO: Libro 44º de ingresos de niños en
la Hijuela de Marbella, 1893.
CRONOLOGÍA: 1893
SIGNATURA: L 741
MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José.
CONTENIDO: Libro 45º de ingresos de niños en
la Hijuela de Marbella, 1894.
CRONOLOGÍA: 1894
SIGNATURA: L 747
MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José.
CONTENIDO: Libro 46º de ingresos de niños en
la Hijuela de Marbella, 1895.
CRONOLOGÍA: 1895
SIGNATURA: L 759
MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José.
CONTENIDO: Libro 47º de ingresos de niños en
la Hijuela de Marbella, 1896.
CRONOLOGÍA: 1896
SIGNATURA: L 771
MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José.
CONTENIDO: Libro 48º de ingresos de niños en
la Hijuela de Marbella, 1897.
CRONOLOGÍA: 1897
SIGNATURA: L 790
MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José.
CONTENIDO: Libro 49º de ingresos de niños en
la Hijuela de Marbella, 1898.
CRONOLOGÍA: 1898
SIGNATURA: L 813
MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José.
CILNIANA
75
CATÁLOGO DE DOCUMENTOS SOBRE MARBELLA
CONTENIDO: Libro 50º de ingresos de niños en
la Hijuela de Marbella, 1899.
CRONOLOGÍA: 1899
CONTENIDO: Libro 60 de ingresos de niños en la
Hijuela de Marbella, 1909.
CRONOLOGÍA: 1909
SIGNATURA: L 827
MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José.
CONTENIDO: Libro 51º de ingresos de niños en
la Hijuela de Marbella, 1900.
CRONOLOGÍA: 1900
SIGNATURA: L 1113
MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José.
CONTENIDO: Libro 61º de ingresos de niños en
la Hijuela de Marbella, 1910.
CRONOLOGÍA: 1910
SIGNATURA: L 850
MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José.
CONTENIDO: Libro 52º de ingresos de niños en
la Hijuela de Marbella, 1901.
CRONOLOGÍA: 1901
SIGNATURA: L 1144
MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José.
CONTENIDO: Libro 62º de ingresos de niños en
la Hijuela de Marbella, 1911.
CRONOLOGÍA: 1911
SIGNATURA: L 873
MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José.
CONTENIDO: Libro 53º de ingresos de niños en
la Hijuela de Marbella, 1902.
CRONOLOGÍA: 1902
SIGNATURA: L 1179
MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José.
CONTENIDO: Libro 63º de ingresos de niños en
la Hijuela de Marbella, 1912.
CRONOLOGÍA: 1912
SIGNATURA: L 901
MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José.
CONTENIDO: Libro 54º de ingresos de niños en
la Hijuela de Marbella, 1903.
CRONOLOGÍA: 1903
SIGNATURA: L 1208
MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José.
CONTENIDO: Libro 64º de ingresos de niños en
la Hijuela de Marbella, 1913.
CRONOLOGÍA: 1913
SIGNATURA: L 947
MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José.
CONTENIDO: Libro 55 de ingresos de niños en la
Hijuela de Marbella, 1904.
CRONOLOGÍA: 1904
LEGAJOS
SIGNATURA: L 970
MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José.
CONTENIDO: Libro 56º de ingresos de niños en
la Hijuela de Marbella, 1905.
CRONOLOGÍA: 1905
SIGNATURA: L 995
MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José.
CONTENIDO: Libro 57º de ingresos de niños en
la Hijuela de Marbella, 1906.
CRONOLOGÍA: 1906
SIGNATURA: L 1024
MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José.
CONTENIDO: Libro 58º de ingresos de niños en
la Hijuela de Marbella, 1907.
CRONOLOGÍA: 1907
SIGNATURA: L 1047
MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José.
CONTENIDO: Libro 59º de ingresos de niños en
la Hijuela de Marbella, 1908.
CRONOLOGÍA: 1908
SIGNATURA: L 1084
MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José.
76 CILNIANA
SIGNATURA: 83
MATERIA: Beneficencia: Casa de Socorro.
CONTENIDO: 1 al 12.- Relaciones nominales de
expósitos que han cumplido los 6 años en las
hijuelas de Antequera, Ronda, Vélez-Málaga y
Marbella, 1851 - 1852, 1854 - 1856, 1859 - 1863,
1869 - 1870.
CRONOLOGÍA: 1851 - 1852, 1854 - 1856, 1859 1863, 1869 - 1870
SIGNATURA: 98
MATERIA: Contaduría de fondos.
CONTENIDO: 42.- Hospital de la Caridad de
Marbella, censos, 1877.
CRONOLOGÍA: 1853, 1861, 1873, 1876 - 1878,
1880, 1884 - 1887, 1890 - 1898, 1904, 1909.
SIGNATURA: 104
MATERIA: Beneficencia.
CONTENIDO: 1 al 4.- Censos de beneficencia pertenecientes al Hospital San Juan de Dios, Hospital de Santa Ana, Casa de Socorro, Casa de Expósitos, Hospital de Convalecientes, Patronato de
Padre Romera y Hospital de Marbella, 1855 1875.
CRONOLOGÍA: 1855 - 1879, 1882, 1886, 1923
SIGNATURA: 123
MATERIA: Beneficencia: Casa de Misericordia.
CONTENIDO: 1 al 4.- Relación nominal de expó-
CATÁLOGO DE DOCUMENTOS SOBRE MARBELLA
sitos mayores de 6 años. Hijuelas de
Vélez-Málaga, Ronda y Marbella 1863 - 1868.
CRONOLOGÍA: 1863 - 1868
CONTENIDO: 13.- Negativa del alcalde de Marbella
a firmar notificación de embargo.
CRONOLOGÍA: 1904.
SIGNATURA: 128
MATERIA: Beneficencia: Casa de Misericordia.
CONTENIDO: 1 - 5.- Relaciones nominales de los
niños expósitos que son mayores de 6 años en
1865 - 1866, 1871, 1873 - 1874, y que deben
pasar de la Casa de Expósito o de las hijuelas de
Antequera, Marbella, Ronda y Vélez-Málaga a la
Casa Central.
CRONOLOGÍA: 1865 - 1866, 1871, 1873 - 1874
SIGNATURA: 289
MATERIA: Quintas y reemplazos.
CONTENIDO: 1 al 128.- El Teniente Coronel Presidente de la Junta de Clasificación y Revisión
solicita expedientes personales de los mozos,
1927. 129 al 212.- Certificados expedidos por el
archivo, de mozos de Frigiliana, Coin, Alameda,
Málaga, Melilla, Fuengirola, Cuevas Bajas, Algarrobo, Casabermeja, Vélez-Málaga, Ronda,
Benamocarra, Almogia, Antequera, Estepona,
Marbella, Archidona, Valle de Abdalajis, Cuevas
de San Marcos, Cártama, Cuevas del Becerro,
Benamargosa, Gaucin, Alfarnatejo, Benaojan,
1905, 1910, 1912 - 1924.
CRONOLOGÍA: 1905, 1910, 1912 - 1924
SIGNATURA: 150
MATERIA: Beneficencia: Casa de Misericordia
CONTENIDO: 1 al 3.- Relación nominal de los expósitos mayores de 6 años de las hijuelas de
Velez-Málaga, Marbella, Ronda y Antequera, en
los años, 1871 a 1872, 1876 a 1878.
CRONOLOGÍA: 1871 - 1872, 1876 - 1878
SIGNATURA: 187
MATERIA: Beneficencia: Hijuela de Expósitos.
CONTENIDO: 7.- Hijuela de Expósitos de Marbella
2/1887. 18.- Hijuela de Expósitos de Marbella 6/
1887. 38.- Hijuela de Expósitos de Marbella 12/
1887.
CRONOLOGÍA: 1887, 1891
SIGNATURA: 302
MATERIA: Contaduría de fondos provinciales
CONTENIDO: 56 al 89.- Reclamaciones a los ayuntamientos de Alameda, Alcaucín, Alfarnate,
Alfarnatejo, Algarrobo, Algatocín, provinAlhaurín
el Grande, Alhaurín de la Torre, Almáchar,
Almargen, Almogía, Alora, Alozaina, Alpandeire,
Antequera, Archez, Archidona, Ardales, Arenas,
Arriate, Atajate, Benadalid, Benagalbón,
Benahavís,
Benalauría,
Benalmádena,
Benamargosa, Benamocarra, Benaoján,
Benarrabá, Borje, Burgo, Campillos, Canillas de
Albaida, Canillas de Aceituno, Cañete la Real,
Carratraca, Cartagima, Cártama, Casabermeja,
Casarabonela, Casares, Coín, Colmenar, Comares,
Cómpeta, Cortes, Cuevas Bajas, Cuevas del Becerro, Cuevas de San Marcos, Cútar, Estepona,
Faraján, Frigiliana, Fuengirola, Fuente de Piedra,
Gaucín, Ganalguacil, Guaro, Humilladero, Igualeja,
Istán, Iznate, Jimera de Libar, Jubrique, Júzcar,
Macharaviaya, Málaga, Manilva, Marbella, Mijas,
Moclinejo, Mollina, Monda, Montejaque, Nerja,
Ojén, Olías, Parauta, Peñarrubia, Periana, Pizarra,
Pujerra, Riogordo, Ronda, Salares, Sayalonga,
Sedella, Sierra de Yeguas, Teba, Tolóx,
Torremolinos, Torróx, Totalán, Valle de Abdalajís,
Velez-Málaga, Villanueva de Algaidas, Villanueva
del Rosario, Villanueva de Tapia, Villanueva del
Trabuco, Viñuela, Yunquera, 12/01/1921 a 23/06/
1921.
CRONOLOGÍA: 1886 - 1912, 1916 - 1919, 1921
SIGNATURA: 208
MATERIA: Contaduría de fondos: Oficios.
CONTENIDO: 23.- Hijuela de Marbella, 1898 1899.
CRONOLOGÍA: 1895 - 1901
SIGNATURA: 304
MATERIA: Contaduría de fondos.
CONTENIDO: 4.- Hijuelas de expósitos de
Marbella; aprobación de gastos 1906 al 1908.
CRONOLOGÍA: 1906 - 1916
SIGNATURA: 271
MATERIA: Contaduría de fondos.
SIGNATURA: 318
MATERIA: Quintas y reemplazos.
SIGNATURA: 167
MATERIA: Vías y Obras.
CONTENIDO: 37.- Construcción del nuevo cementerio de Marbella 22/8/1885 al 25/8/1885. CRONOLOGÍA: 1881 - 1888
SIGNATURA: 173
MATERIA: Contaduría de fondos
CONTENIDO: 39.- Certificado de solvencia del
contingente provincial de 1894 y 1895 del ayuntamiento de Marbella.
CRONOLOGÍA: 1883 - 1886, 1890, 1895 - 1915
SIGNATURA: 174
MATERIA: Contaduría de fondos.
CONTENIDO: 3.- Informes de gastos y enfermos
atendidos en el hospital provincial, hospital e
hijuela de Marbella, Veléz-Málaga, Antequera y
Ronda, Casa de Misericordia y Casa Central de
expósitos, 1/4/1911 al 31/8/1918.
CRONOLOGÍA: 1883 - 1908, 1911 - 1918
CILNIANA
77
CATÁLOGO DE DOCUMENTOS SOBRE MARBELLA
CONTENIDO: 1 al 132.- El Teniente Coronel Presidente de la Junta de Clasificación y Revisión
solicita expedientes personales de los mozos,
1928, 1930. 133 al 218.- Certificados expedidos
por el archivo, de mozos de Torrox, Arriate,
Almogía, Torremolinos, Melilla, Vélez-Málaga,
Alhaurin el Grande, Casabermeja, Algarrobo,
Antequera, Ronda, Cútar, Archidona, Marbella,
Fuengirola, Valle de Abdalajis, Riogordo, Periana,
Mijas, Villanueva del Rosario, Benamocarra,
Estepona, Carratraca, Benamargosa, 1907, 1910,
1912, 1916 - 1924, 1928.
CRONOLOGÍA: 1907, 1910, 1912, 1916 - 1924,
1928.
SIGNATURA: 326
MATERIA: Quintas y reemplazos.
CONTENIDO: 77 al 205.- Certificados expedidos
por el archivo de mozos de Antequera, Melilla,
Málaga, Coin, Fuente de Piedra, Campillos,
Casablanca, Nerja, Alfarnatejo, Peñarrubia,
Marbella, Almogía, Arriate, Valle de Abdalajis,
Alfarnate, Ronda, Alhaurin el Grande, Cuevas de
San Marcos, Estepona, Casarabonela, Sedella,
Vélez-Málaga, Alhucemas, Cortes de la Frontera,
Humilladero, Casabermeja, Totalán, Cártama,
Alcaucin, Archidona, Cútar, Alora, Benamocarra,
1908, 1910 - 1924.
CRONOLOGÍA: 1908, 1910 - 1924, 1929
SIGNATURA: 335
MATERIA: Contaduría de fondos.
CONTENIDO: 1 al 100.- Cuentas Municipales y
Balances de los siguientes municipios de la provincia: Alameda, Alcaucín, Alfarnate, Alfarnatejo,
Algarrobo, Algatocín, Alhaurín de la Torre, Alhaurín
el Grande, Almachar, Almárgen, Almogía, Alora,
Alpandeire, Antequera, Archez, Archidona,
Ardales, Alozaina, Atajate, Arenas, Arriate,
Benadalid, Benagalbón, Benahavís, Benalauría,
Benalmádena, Benamargosa, Benamocarra,
Benaoján, Benarrabá, Burgo, Canillas de Albaida,
Canillas de Aceituno, Coín, Campillos, Cañete la
Real, Cartagima, Borge, Cártama, Casabermeja,
Casarabonela, Casares, Colmenar, Comares,
Cómpeta, Cuevas Bajas, Cuevas del Becerro, Cuevas de San Marcos, Cútar, Estepona, Faraján,
Frigiliana, Fuengirola, Fuente de Piedra,
Genalguacil, Gaucín, Guaro, Jubrique, Humilladero,
Igualeja, Istan, Iznate, Jimena de Líbar, Júzcar,
Macharavialla, Málaga, Manilva, Marbella, Totalán,
Mijas, Montejaque, Mollina, Moclinejo, Monda,
Nerja, Ojén, Olías, Parauta, Peñarrubia, Periana,
Pizarra, Pujerra, Riogordo, Ronda, Sayalonga,
Salares, Sedella, Sierra de Yeguas, Teba, Tolox,
Torremolinos, Torrox, Valle de Abdalajís,
Vélez-Málaga, Villanueva de Algaidas, Villanueva
del Trabuco, Villanueva del Rosario, Villanueva de
Tapia, Viñuela, Yunquera, 01/01/1909.
CRONOLOGÍA: 1909
78 CILNIANA
SIGNATURA: 340
MATERIA: Fomento.
CONTENIDO: 59.- Expropiación de terrenos en
Marbella para la construcción del ferrocarril de
Málaga a San Fernando, 1914.
CRONOLOGÍA: 1909, 1911 - 1915
SIGNATURA: 342
MATERIA: Fomento.
CONTENIDO: 99.- Sobre un crédito para una casa
en Marbella instruido por el Ayuntamiento donde se halla levantada la Plaza de Toros, 1922.
CRONOLOGÍA: 1909, 1916 - 1922
SIGNATURA: 344
MATERIA: Beneficencia.
CONTENIDO: 16.- Informes de gastos de los hospitales e hijuelas de Marbella, Vélez-Málaga, Ronda y Antequera, Casa de Misericordia y Hospital
Provincial, 1908 - 1914. CRONOLOGÍA: 1909 1921, 1923
SIGNATURA: 345
MATERIA: Fomento.
CONTENIDO: 41.- Fallecimiento del peón caminero asignado al trozo de carretera de Marbella
a Ojén y designación del que haya de sustituirla.
CRONOLOGÍA: 1910
SIGNATURA: 383
MATERIA: Contaduría: Cárceles.
CONTENIDO: 1 a 95.- Gastos y presupuestos de
cárceles de los municipios de Málaga, Archidona,
Marbella, Vélez-Málaga, Antequera, Ronda, Coín,
Campillos, Estepona, Colmenar, Alora, Gaucín y
Torrox.
CRONOLOGÍA: 1912 - 1929
SIGNATURA: 417
MATERIA: Beneficencia: Hijuela de Expósitos de
Antequera, Hijuela de Expósitos de Vélez-Málaga
y Hospital e Hijuela de Marbella.
CONTENIDO: 9 al 11.- Gastos mensuales del Hospital e Hijuela del distrito de Marbella, 1920 1922.
CRONOLOGÍA: 1914 - 1917, 1920 - 1922
SIGNATURA: 461
MATERIA: Contaduría de fondos.
CONTENIDO: 1 al 4.- Expedientes de Hijuela de
Marbella, Hospital e Hijuela de Ronda, Hijuela de
Antequera, Hijuela de Velez-Málaga, 1916.
CRONOLOGÍA: 1916
SIGNATURA: 471
MATERIA: Beneficencia.
CONTENIDO: Del 1 al 20.- Presupuestos ordinarios de gastos del Hospital Civil, Casa
d e E x p ó s i t o s , C a s a d e M i s e r i c o rd i a e
Hijuelas de Ronda, Marbella y Vélez-Málaga,
CATÁLOGO DE DOCUMENTOS SOBRE MARBELLA
1916 - 1922.
CRONOLOGÍA: 1916 - 1922.
SIGNATURA: 479
MATERIA: Contaduría de fondos
CONTENIDO: 1 al 24.- Expedientes de requerimiento de apremio por débitos de contingente provincial de los Ayuntamientos de
Estepona, Frigiliana, Fuente de Piedra, Gaucín,
Genalguacil, Guaro, Humilladero, Istán, Iznate,
Jimera de Libar, Jubrique, Juzcar, Macharaviaya,
Manilva, Marbella, Moclinejo , Mollina, Cútar
y Cortes de la Frontera en el ejercicio económico de 1917.
CRONOLOGÍA: 1917
SIGNATURA: 532
MATERIA: Contaduría de fondos.
CONTENIDO: 5 al 43.- Cuentas mensuales del
Hospital e Hijuela de Marbella, 1922 - 1925.
CRONOLOGÍA: 1918 - 1925
SIGNATURA: 621
MATERIA: Beneficencia: Casa de Misericordia.
Ingresos y Bajas.
CONTENIDO: 138.- Traslado a la Hijuela de
Marbella del expósito Matías Villalobos García,
1921.
CRONOLOGÍA: 1921 - 1923
SIGNATURA: 688
MATERIA: Quintas y Reemplazos.
CONTENIDO: 13 al 14.- Expedientes de reclutamiento de mozos de Marbella, año 1923.
CRONOLOGÍA: 1923
SIGNATURA: 707
MATERIA: Presupuestos ordinarios municipales.
CONTENIDO: 1 - 8.- Presupuestos ordinarios de
los municipios de Manilva, Marbella, Mijas,
Moclinejo, Mollina, Monda, Montejaque y Nerja
de 1923 - 1924.
CRONOLOGÍA: 1923 - 1924
SIGNATURA: 715
MATERIA: Secretaría.
CONTENIDO: 1 al 37.- Recursos de alzada de particulares contra los ayuntamientos de Málaga,
Coín, Canillas de Albaidas, Ojen, Marbella, Ronda, Estepona, Arenas, Cartagima, Antequera,
Alora, Archidona, Casarabonela, Mijas, Sayalonga
y Vélez-Málaga, 1923 - 1924. CRONOLOGÍA: 1923
- 1925
SIGNATURA: 732
MATERIA: Quintas y reemplazos.
CONTENIDO: 25 - 27.- Expedientes de reclutamiento de mozos de Marbella, 1924.
CRONOLOGÍA: 1924
SIGNATURA: 632
MATERIA: Obras Civiles.
CONTENIDO: 25.- En Marbella, expediente de
reparación en el hospital e hijuela 15/1/1923 al
30/1/1923.
CRONOLOGÍA: 1921 - 1925
SIGNATURA: 767
MATERIA: Cédulas Personales.
CONTENIDO: 60.- El alcalde de Marbella interesa
hojas declaratorias para la confección del padrón
de cédulas personales, 1926.
CRONOLOGÍA: 1925 - 1927
SIGNATURA: 659
MATERIA: Quintas y Reemplazos.
CONTENIDO: 13 al 15.- Expedientes de revisión de reclutamiento de mozos de Marbella,
1922.
CRONOLOGÍA: 1922
SIGNATURA: 800
MATERIA: Cédulas personales.
CONTENIDO: 1.- Padrones del impuesto de cédulas personales de los siguientes pueblos:
Casabermeja, Macharaviaya, Marbella, Moclinejo
y Mollina, 1926, 1927.
CRONOLOGÍA: 1926, 1927.
SIGNATURA: 670
MATERIA: Presupuestos ordinarios municipales.
CONTENIDO: 1 - 10.- Presupuestos ordinarios de
los municipios de Igualeja, Istán, Jimera de Libar,
Jubrique, Juzcar, Macharaviaya, Manilva y Marbella
de 1922 - 1923.
CRONOLOGÍA: 1922 - 1923
SIGNATURA: 813
MATERIA: Fomento.
CONTENIDO: 62.- Sobre imposibilidad de variar la subvención al Ayuntamiento de
Marbella, 1929.
CRONOLOGÍA: 1926 - 1929
SIGNATURA: 676
MATERIA: Secretaría.
CONTENIDO: 1 al 4.- Sobre personal de los ayuntamientos de Marbella, Torremolinos, Monda y
Villanueva del Trabuco, 1923 - 1924. 27.- Suspensión de un acuerdo relativo al traslado de una
verja en Marbella, 1923.
CRONOLOGÍA: 1922 - 1925
SIGNATURA: 838
MATERIA: Cédulas personales.
CONTENIDO: 3 al 8.- Nombramientos de agentes
de la Corporación para la administración y cobranza de cédulas personales del año 1927 en
Estepona, Istán, Marbella, Ojén, Algarrobo, Cártama, 06/06/1927 a 17/06/1927.
CRONOLOGÍA: 1927 - 1928
CILNIANA
79
CATÁLOGO DE DOCUMENTOS SOBRE MARBELLA
SIGNATURA: 905
MATERIA: Secretaría: Cédulas personales: Reclamaciones.
CONTENIDO: 43.- María Luisa Quijada,
de Marbella, 18/06/1929.
CRONOLOGÍA: 1929
SIGNATURA: 907
MATERIA: Secretaría: Cédulas Personales: Reclamaciones
CONTENIDO: 33.- Francisco Belón
Salgado, de Marbella, 16/08/1929. 34.Francisco Domínguez Torralba, de
Marbella, 16/08/1929. 35.- Oficio de la
Alcaldía de Marbella remitiendo reclamaciones de varios vecinos, 16/08/1929.
36.- Manuel Cantos Vidal, de Marbella,
16/08/1929. 37.- Miguel Calzado Chicote, de Marbella, 16/08/1929. 38.- Diego
Jiménez Martín, de Marbella, 16/08/
Patio del hospital. Vista desde la galería superior. Año 1981. José L. Casado.
1929. 39.- Carmen Duarte Leiva, de
Marbella, 16/08/1929. 40.- José Gallardo Moreno, de Marbella, 16/08/1929. 41.- Juan
SIGNATURA: 849
de Lima Fernández, de Marbella, 27/07/1929. 42.MATERIA: Secretaría.
Juan Mora Pérez, de Marbella, 16/08/1929. 43.CONTENIDO: 9.- Sobre oficio del Juez espeJosefa Morillas Cano, de Marbella, 16/08/1929.
cial para la revisión de arrendamientos rús44.- Joaquín Montero Sánchez, de Marbella, 16/
ticos en los partidos judiciales de Marbella,
08/1929. 45.- Manuel Muñoz Zamora, de
Archidona y otros para que se le facilite por
Marbella, 16/08/1929. 46.- José Montero Blanco,
esta Corporación una máquina de escribir,
de Marbella, 16/08/1929. 47.- Francisco Parra
11/05/1932.
Rodríguez, de Marbella, 16/08/1929. 48.- José
CRONOLOGÍA: 1927 - 1928, 1931 - 1934
Palomo Jiménez, de Marbella, 16/08/1929. 49.José Ramos Aguilar, de Marbella, 16/08/1929.
SIGNATURA: 860
CRONOLOGÍA: 1929
MATERIA: Contaduría de fondos.
CONTENIDO: 1 al 16.- Conciertos para pago de
SIGNATURA: 933
la aportación forzosa de los ayuntamientos de
MATERIA: Cédulas personales
Málaga, Monda, Antequera, Fuente Piedra,
CONTENIDO: 19.- Informe sobre concesión a
Marbella, Ronda, Archidona y Torrox, 1927 - 1934.
Antonio Ortiz Bernal de la formación de los pa18.- Oficios sobre el pago de la aportación fordrones de cédulas de Benahavis y Marbella, 5/2/
zosa de los ayuntamientos de Marbella y
1930.
Riogordo, 1929 - 1930.
CRONOLOGÍA: 1930
CRONOLOGÍA: 1927 - 1934
SIGNATURA: 886
MATERIA: Vías y Obras.
CONTENIDO: 55 al 62.- Peticiones de reparaciones de caminos vecinales de la zona de Marbella,
1933, 1939, 1941, 1967 - 1968.
CRONOLOGÍA: 1928, 1930 - 1936, 1938 - 1944,
1946, 1952, 1964 - 1972
SIGNATURA: 899
MATERIA: Cédulas personales.
CONTENIDO: 1.- Administración y cobranza de
cédulas personales, 1929. Sayalonga, Alhaurín de
la Torre, Coín, Benagalbón, Cuevas de San Marcos, Moclinejo, Olias, Totalán, Villanueva del Rosario, Benahavis, Marbella, Ojén, Alozaina,
Casarabonela, Istán.
CRONOLOGÍA: 1929
80 CILNIANA
SIGNATURA: 934
MATERIA: Cédulas personales.
CONTENIDO: 1 al 27.- Administración y cobranza de cédulas personales en Archez, Benalmádena,
Competa, Alameda, Borge, Cártama, Estepona,
Alpandeire, Farajan, Cuevas Bajas, Juzcar,
Benagalbón, Moclinejo, Valle de Abdalajis,
Genalguacil, Alfarnatejo, Iznate, Benahavis, Istán,
Marbella, Sayalonga, Cutar, Benamargosa,
Viñuela, Macharaviaya, Humilladero.
CRONOLOGÍA: 1930
SIGNATURA: 939
MATERIA: Secretaría: Cédulas personales.
CONTENIDO: 48.- Reclamación de Francisca
Domínguez Torralba, Marbella, 1930. 49.- Reclamación de Juan de Lima Fernández, Marbella,
CATÁLOGO DE DOCUMENTOS SOBRE MARBELLA
1930. 50.- Reclamación de Manuela Domínguez
Salcedo, Marbella, 1930. 51.- Remisión del alcalde de reclamación presentada por el peón caminero José Medina García en representación de sus
compañeros, Marbella, 1930. 52.- Reclamación
de Manuel Cantos Gallardo, Marbella, 1930.96.Reclamación de José Palomo Jiménez, Marbella,
1930. 97.- Reclamación de Rafael Ruiz Marcelo,
Marbella, 1930. 98.- Reclamación de Francisco
Belón Salgado, Marbella, 1930. 99.- Reclamación
de Joaquín Montero Sánchez, Marbella, 1930.
100.- Reclamación de Mariana Quero Moreno,
Marbella, 1930. 101.- Reclamación de José
Carrasco Vázquez, Marbella, 1930. 102.- Reclamación de Fernando Álvarez Acosta, Marbella,
1930.
CRONOLOGÍA: 1930
SIGNATURA: 958
MATERIA: Contaduría de fondos.
CONTENIDO: 1 al 89.- Liquidación de cédulas
personales; Fuengirola, Marbella, Mollina, Ojen,
Periana, Sayalonga, Sierra de Yeguas, Teba, Torrox,
Villanueva del Trabuco, Villanueva de Tapia,
Torremolinos, Tolox, Ronda, Pujerra, Parauta,
Igualeja, Guaro, Frigiliana, Peñarrubia, Villanueva
de Algaida, Riogordo, Monda, Gaucin, Juzcar, Pizarra, Nerja, Junquera, Montejaque, Istan, Farajan,
Manilva, Jubrique, Jimera de Libar, Fuente Piedra,
Sedella, Vélez-Málaga, Mijas, Salares, Villanueva
del Rosario, Genalguacil, Valle de Abdalajis,
Iznate, Estepona, Macharaviaya, Totalan, Olias,
Farajan, Mijas, Viñuela, Málaga, 1930 - 1932.
CRONOLOGÍA: 1930 - 1932.
SIGNATURA: 962
MATERIA: Cédulas personales.
CONTENIDO: 1 al 104.- Liquidaciones practicadas
por los agentes recaudadores de cédulas personales correspondientes a períodos ejecutivos y voluntarios de 1930 - 1934 de Pujerra, Mollina,
Periana, Valle de Abdalajís, Vélez-Málaga, Mijas,
Torremolinos, Ronda, Moclinejo, Tolox, Peñarrubia,
Villanueva del Trabuco, Olias, Villanueva de
Algaidas, Macharaviaya, Teba, Marbella, Villanueva
de Tapia, Ronda, Málaga, Monda, Parauta, Torrox,
Genalguacil, Yunquera, Salares, Sedella, Pizarra,
Nerja, Montejaque, Totalan, Manilva, Ojen,
Marbella, Sayalonga, Riogordo, Torremolinos, Sierra de Yeguas, 1930 - 1934.
CRONOLOGÍA: 1930 - 1934
SIGNATURA: 970
MATERIA: Vías y Obras.
CONTENIDO: 33 al 41.- Peticiones sobre la construcción de caminos vecinales en la zona de
Marbella, 1932, 1936, 1939. 42 al 62.- Peticiones sobre la construcción de caminos vecinales
en la zona de Antequera, 1931 - 1936.
CRONOLOGÍA: 1930 - 1936, 1939, 1945
SIGNATURA: 1018
MATERIA: Cédulas personales.
CONTENIDO: 1 - 162.- Reclamaciones contra la
clasificación en el padrón de cédulas personales
en los municipios de Alfarnate, Antequera,
Benarrabá, Coín, Fuengirola, Marbella, Periana,
Ronda, Torremolinos, torrox, Vélez-Málaga,
Casabermeja, Humilladero y otros en 1932.
CRONOLOGÍA: 1932
SIGNATURA: 1021
MATERIA: Cédulas personales
CONTENIDO: 1 al 29.- Administración y cobranza del impuesto de cédulas personales en los términos municipales de Cutar, Estepona, Farajan,
Frigiliana, Fuengirola, Fuente de Piedra, Gaucin,
Genalguacil, Guaro, Humilladero, Igualeja, Istan,
Iznate, Jimera de Libar, Jubrique, Juzcar,
Macharaviaya, Manilva, Marbella, Mijas,
Moclinejo, Mollina, Monda, Montejaque, Nerja,
Ojen, Olias, Parauta y Peñarrubia, en el año 1932.
CRONOLOGÍA: 1932
SIGNATURA: 1035
MATERIA: Cédulas personales.
CONTENIDO: Del 1 al 47.- Liquidación del impuesto de cédulas personales en período voluntario de 1931 de los pueblos: Cártama en período ejecutivo, 1933, Cártama en período voluntario, Casabermeja en período ejecutivo,
Casabermeja en período voluntario,
Casarabonela, Casares, Coín, Colmenar, Comares,
Competa en 1933, Cortes de la Frontera, Cuevas
del Becerro, Cutar en período ejecutivo, Cutar
en período voluntario, Churriana, Estepona,
Faraján, Frigiliana, Fuengirola, Fuente de Piedra,
Gaucín, Genalguacil, Guaro, Igualeja, Jubrique,
Juzcar, Macharaviaya, Málaga, Manilva, Marbella,
Mijas, Moclinejo, Mollina, Monda, Nerja, Ojen,
Parauta, Peñarrubia, Periana, Pizarra, Pujerra,
Riogordo en 1933, Ronda, Salares, Sayalonga,
Sedella en 1933, 1932.
CRONOLOGÍA: 1932 - 1933.
SIGNATURA: 1060
MATERIA: Contaduría de fondos
CONTENIDO: 3.- Cuentas de gastos en el Hospital de Marbella. 5.- Cuentas de gastos en Casa de
Misericordia, Casa Central de Expósitos e Hijuelas
de Expósitos de Marbella, Vélez-Málaga,
Antequera y Ronda.
CRONOLOGÍA: 1909 - 1911
SIGNATURA: 1085
MATERIA: Fomento.
CONTENIDO: 119.- Expediente relativo a montes
protectores en los términos municipales de
Estepona, Benahavis, Istán, Marbella, Ojén, Mijas,
Fuengirola y Benalmádena 3/9/1934.
CRONOLOGÍA: 1933 - 1936
CILNIANA
81
CATÁLOGO DE DOCUMENTOS SOBRE MARBELLA
SIGNATURA: 1094
MATERIA: Cédulas personales.
CONTENIDO: 1 al 30.- Administración y cobranza de cédulas personales en Cutar, Estepona,
Farajan, Frigiliana, Fuengirola, Fuente de Piedra,
Gaucin, Genalguacil, Guaro, Humilladero, Istan,
Igualeja, Iznate, Jimera de Libar, Jubrique, Juzcar,
Macharaviaya, Málaga, Manilva, Marbella, Mijas,
Moclinejo, Mollina, Monda, Montejaque, Nerja,
Ojen, Olias, Parauta, Peñarrubia, 1934.
CRONOLOGÍA: 1934.
SIGNATURA: 1127
MATERIA: Cédulas personales.
CONTENIDO: 1 - 45.- Administración y cobranza de
cédulas personales en los municipios de Cútar,
Estepona, Frigiliana, Fuengirola, Fuente de Piedra,
Gaucín, Guaro, Igualeja, Istán, Iznate, Jubrique,
Macharaviaya, Manilva, Marbella, Moclinejo, Mollina,
Monda, Nerja, Ojén, Olias, Parauta, Peñarrubia,
Periana, Pizarra, Pujerra, Riogordo, ronda, Salares,
Sayalonga, Sedella, Sierra de Yeguas, Teba, Tolox,
Totalán, Vélez-Málaga, Valle de Abdalajis, Villanueva
de Algaidas, Villanueva del Rosario, Villanueva de
Tapia, Villanueva del Trabuco, La Viñuela, Yunquera,
Churriana y Torremolinos en 1935. 46.- Nombramiento de agente ejecutivo en Málaga capital.
CRONOLOGÍA: 1935
SIGNATURA: 1160
MATERIA: Cédulas personales.
CONTENIDO: 1 - 23.- Administración y cobranza de
cédulas personales en los municipios de Humilladero,
Igualeja, Istán, Iznate, Jimera de Libar, Jubrique, Juzcar,
Macharaviaya, Málaga, Manilva, Marbella, Mijas,
Moclinejo, Mollina, Monda, Montejaque, Nerja, Ojen,
Olias, Parauta, Peñarrubia, Periana y Pizarra en 1936.
CRONOLOGÍA: 1936
SIGNATURA: 1183
MATERIA: Beneficencia: Casa de Misericordia.
Solicitudes de Ingresos. Ingresos y Bajas.
CONTENIDO: 17.- Oficio del Juez de Instrucción
de Marbella en funciones de Tribunal Tutelar de
Menores interesando que se le manifieste si funciona algún Establecimiento dependiente de esta
Corporación dedicado a la guarda y custodia de
menores sometidos a expediente 13/10/1937.
CRONOLOGÍA: 1937
SIGNATURA: 1197
MATERIA: Cédulas Personales.
CONTENIDO: Sobre administración y cobranza
del impuesto de cédulas personales en los términos municipales de: 69.- Marbella.
CRONOLOGÍA: 1938
SIGNATURA: 1214
MATERIA: Secretaría: Cédulas Personales.
CONTENIDO: 18 al 56.- Expedientes sobre aproba-
82 CILNIANA
ción de listas de morosos en los términos municipales de: Cuevas Bajas, Villanueva de Algaidas,
Mollina, Mijas, Torremolinos, Málaga, Alora, Nerja,
Vélez-Málaga, Totalán. Olías, Moclinejo, Campillos,
Macharaviaya, Monda, Ronda, Montejaque,
Carratraca, Ardales, Istán, Casabermeja, Archidona,
Cortés de la Frontera, Canillas de Aceituno,
Benagalbón, Torrox, Antequera, Pizarra, Peñarrubia,
Alfarnate, Alhaurín de la Torre Almargen, Comares,
Casarabonela, Benamargosa, Fuengirola, Riogordo,
Marbella, Sayalonga, Cartajima, Yunquera, Alozaina,
Frigiliana, Sierra de Yeguas, Pujerra, Villanueva de
Tapia, Colmenar, Estepona, Alhaurín el Grande,
Iznate, Solares, Sedella, Alameda, Periana,
Benahavis, Teba, Villanueva del Rosario, Casares,
Arriate, Guaro, Cañete la Real, Benadalid, Villanueva
del Trabuco, Benaoján, Faraján, Arenas, El Burgo,
Cómpeta, Almáchar, Cuevas del Becerro, Fuente Piedra, Gaucín, Churriana, Genalguacil, Benamo-carra
y Almogía correspondientes al ejercicio de 1939 y
1940, desde Noviembre 1938 hasta Enero 1941.
CRONOLOGÍA: 1938 - 1940
SIGNATURA: 1291
MATERIA: Contribuciones.
CONTENIDO: 15 al 33.- Documentación relacionada con los recaudadores de la zona de Málaga,
Alora, Antequera, Campillos, Coín, Colmenar,
Estepona, Gaucín, Marbella, Melilla, Ronda, Torrox
y Vélez-Málaga, 1944 - 1950. 34.- Fianza del recaudador de Archidona, 1952.
CRONOLOGÍA: 1944 - 1952
SIGNATURA: 1299
MATERIA: Contribuciones.
CONTENIDO: 6.- Contribuciones e impuestos
correspondientes a 1964 - 1965 de: Melilla, Málaga, Alora, Antequera, Archidona, Campillos,
Coín, Colmenar, Estepona, Gaucín, Marbella, Ronda, Torrox y Veléz-Málaga.
CRONOLOGÍA: 1945, 1947 - 1948, 1950, 1955,
1964 - 1965, 1967, 1969 - 1970
Notas:
1
PAJARES LADRERO, L. Felipe: Inventario del Archivo Histórico
de la Diputación Provincial de Málaga. 2 tomos. Málaga inédito.
2
Para la legislación que a continuación se cita véase
MARTÍNEZ ALCUBILLA, M.: Diccionario de la Administración Española. Madrid 1877.
3
Artículo 238 de la ley de 1923.
4
Véase SÁNCHEZ-ARCILLA BERNAL, J.: Historia de las Instituciones Político-admistrativas Contemporáneas (1808-1975).
Madrid 1994. p. 278.
5
SÁNCHEZ-ARCILLA BERNAL, op. cit. p. 321.
6
Véase PESCADOR DEL HOYO, Mª.C.: El Archivo. Instrumentos de trabajo. Madrid 1986. “[El inventario] es el instrumento
primordial de conocimiento de los fondos de un archivo y como
tal viene realizándose desde los tiempos remotos. En la actualidad se ha vuelto a considerar la importancia de estos instrumentos reconociendo su innegable interés.” p. 15.
7
ARTOLA, Miguel: Enciclopedia de Historia de España. Madrid 1991. p. 145.
NUESTRA NATURALEZA
Fauna de Sierra Blanca
Juan Caracuel y Miguel Navarrete
E
n el escarpado y abrupto macizo calizo que
constituye Sierra Blanca, encontramos una
gran diversidad animal, a pesar de la intensa transformación que este ecosistema ha experimentado a lo largo de la historia y que ha condicionado tanto su vegetación como la propia fauna presente en él. Trataremos de hacer un breve recorrido por los vertebrados presentes en esta sierra; aquéllos más representativos de este
ecosistema, y por otra parte, los que tienen una
mayor importancia a nivel conservacionista.
El animal más “peligroso” de la sierra es
sin duda la víbora hocicuda, Vípera latasti, cuya
mordedura es venenosa. Otros reptiles que podemos encontrar son el lagarto ocelado, Lacerta
lepida, la culebra de escalera, Elaphe escalaris, y la
culebra de herradura, Coluber hippocrepis.
Las aves son el grupo de vertebrados más
numeroso en
este ecosistema.
A l re d e d o r
Cabras monteses en Sierra Blanca.
(Autor: Juan Caracuel)
de un centenar de especies utilizan este espacio
natural. Algunas de ellas están durante todo el
año; otras sólo permanecen una parte de él o
simplemente la atraviesan en su viaje migratorio
hacia el continente africano.
Entre las primeras encontramos dos grandes águilas: el águila real, Aquila chrysaetos, y el
águila-azor perdicera, Hieraetus fasciatus. Ambas
son sedentarias. El águila real es una rapaz de
gran porte, que anida sobre cortados rocosos. El
águila-azor perdicera es una habitante típica de
las montañas mediterráneas y ha sufrido una
notable regresión en España en la pasada década. Posiblemente la disminución de efectivos que
han sufrido ambas especies en los últimos tiempos sea debida, en gran parte, a la disminución
del conejo, Oryctolagus cuniculus, base de la dieta
de estas dos grandes rapaces y de otros
depredadores ibéricos. Otro habitante típico de
este ecosistema es el halcón peregrino Falco
peregrinus, asiduo de los cortados rocosos, tan
abundantes en este espacio. Otras rapaces que
también encontramos en Sierra Blanca son la
culebrera europea, Circaetus gallicus, y el aguililla
calzada, Hieraetus pennatus. Ambas son migrantes
transaharianas, que llegan al comienzo de
la primavera; la dieta de la primera está
compuesta básicamente por reptiles, mientras el aguililla calzada
es un cazador más generalista.
Entre las rapaces nocturnas es significativa
Ö
CILNIANA
83
FAUNA DE SIERRA BLANCA
la presencia del búho
real, Bubo bubo, la mayor
de las estrigiformes ibéricas y cuyo “ulular” es
posible oír todavía en
algunos rincones de este
enclave natural.
Otras especies
interesantes son la
curruca rabilarga, Sylvia
undata, y la collalba negra, Oenanthe leucura ,
ambas con área de distribución casi exclusiva
de la Península Ibérica y
que encuentran en esta
sierra uno de sus
hábitats óptimos.
Cabras monteses en Sierra Blanca. (Autor: Juan Caracuel)
Por otra parte durante la migración postnupcial (julio a octubre)
se pueden observar bandos de aves planeadoras
cruzando este macizo. Destacaremos entre ellas
a la cigüeña blanca, Ciconia ciconia, cigüeña negra, Ciconia nigra, abejero europeo, Pernis apivorus,
y milano negro, milvus migrans.
Entre los mamíferos cabe destacar la presencia de la cabra montés, Capra pyrenaica hispánica. Este bóvido, exclusivo de España, es el mayor representante de los mamíferos que encontramos en Sierra Blanca y conserva una buena
población a pesar de la enfermedad que ha mermado sus efectivos en la pasada década (la sarna
sarcóptica). Otros representantes de este grupo
presentes en Sierra Blanca son el zorro, Vulpes
vulpes, la gineta, Genetta genetta, y el meloncillo,
Herpestes ichneumon, cuya población a nivel europeo es exclusiva del cuadrante suroccidental de
la Península Ibérica. También el jabalí, Sus scroffa,
se ha hecho presente en este espacio en los últimos años, llegando a ser muy numeroso ante la
falta de depredadores naturales.
Por todos estos valores naturales Sierra
Blanca está propuesta para formar parte de la Red
Natura 2000; una red de espacios naturales protegidos por la Unión Europea.
El Búho real, gran superpredador, está presente en Sierra Blanca. (Autor Carlos Sanz)
84 CILNIANA
PUBLICACIONES
DE LA ASOCIACIÓN CILNIANA
Libros
• PRIETO BORREGO, L.: Aproximación bibliográfica: Marbella y la Costa del Sol Occidental,
1997 (agotado).
• I Jornadas de Patrimonio Histórico Local de Marbella, 2000
• II Jornadas de Patrimonio Histórico Local de Marbella, 2001
• Marbella 1752: según las Respuestas Generales del Catastro de Ensenada (con estudio
introductorio de FRANCISCO LÓPEZ GONZÁLEZ y LUCÍA PRIETO BORREGO), 2001
Catálogos
• III Exposición de Fotografía "Imágenes de Marbella: El casco antiguo", 1998
• IV Exposición de Fotografía "Imágenes de Marbella: La fiesta", 1999
• V Exposición de Fotografía "Imágenes de Marbella: El deporte", 2000
• VI Exposición de Fotografía "Imágenes de Marbella: El Turismo" (en preparación)
• VII Exposición de Fotografía "Imágenes de Marbella: La mar", 2002
• El Paso de Istán, 2000
Revistas
• Nº 8, 1996 (agotada)
• Nº 9, 1997
• Nº 10, 1998
• Nº 11, 1998
• Nº 12, 1999
• Nº 13, 1999
• Nº 14, 2001
CILNIANA
85
NORMAS DE PUBLICACIÓN
1.- Los autores enviarán una copia del artículo en disquete duro (preferentemente
en Word) y otra copia en papel (formato folio UNE A4) a la siguiente dirección: Cilniana.
Centro de Adultos, c/ Miraflores, n.º 4, 29600 Marbella.
2.- Los trabajos tendrán un máximo de 30 folios a doble espacio. La extensión
indicada incluye el texto del artículo y las referencias bibliográficas o notas, que irán al
final. No se incluirán en esta extensión las dos páginas que a continuación se señalan:
–Una primera página, no numerada, en donde conste: el título del trabajo; el
nombre del autor o autores; profesión o, en su caso, título académico; la dirección, y un
resumen del contenido con un máximo de 12 líneas.
–Una última página, no numerada, con un máximo de cinco frases a destacar del
texto.
3.- Las notas al final irán numeradas correlativamente, con la siguiente secuencia:
–En el caso de obras, apellidos en mayúscula del autor citado; nombre con la
primera letra en mayúscula, o, en su caso, la inicial mayúscula del nombre; título del
libro (en cursivas); ciudad, editorial, año, y página o páginas a que se refiere la cita.
Ej. POLO, J.: Manifiesto ortográfico de la lengua española, Madrid: Visor, 1997, pp.
27-28.
–En el caso de que se trate de un artículo, en primer lugar se citará el nombre del
autor o autores, título del artículo [entre comillas latinas (« »)], seguido del nombre del
autor, editor o compilador de la obra, si lo hubiere; nombre de la revista o título del
libro o monografía (en cursivas); ciudad, editorial, año y página o páginas.
Ej. de artículo citado en libro:
FONTANA, J.: «La historiografía española del siglo XIX: un siglo de renovación
entre dos rupturas», en S. CASTILLO (coord.) : La historia social en España. Actualidad y
perspectivas, Madrid: Siglo XXI, 1991, p. 328.
Ej. de artículo citado en revista:
PÉREZ-PRENDES, J. M.ª: «Cortes de Castilla y Cortes de Cádiz», Revista de Estudios
Políticos, n.º 126, noviembre-diciembre (1962), pp. 419-428.
4.- Los documentos gráficos (mapas, gráficos, fotos, etcétera) irán numerados en
la parte posterior, secuenciándolos, y deben incluir los pies de foto correspondientes
en la parte de atrás o en hojas adjuntas.
5.- Los textos no incorporarán sangrías ni tabuladores, y los interlineados e
interletrajes serán normales. El tipo de letra debe ser times new roman, cuerpo 12. Los
títulos, subtítulos y ladillos se diferenciarán sólo por el tamaño de la letra. Las citas
textuales se diferenciarán con comillas y letra cursiva. No deben incorporarse subrayados ni negritas.
6.- En el caso de que se tenga que incorporar bibliografía, sólo se hará cuando no
se haya optado por el sistema de notas al final. Esta bibliografía se incluirá al final del
artículo, ordenada alfabéticamente y según la secuencia descrita en el punto 3.
7.- Los trabajos presentados a la revista deberán ser preferentemente inéditos; en
caso contrario, incluirán la descripción de la publicación en donde se hizo por primera
vez, así como la fecha de la misma.
8.- El consejo de redacción resolverá en un plazo máximo de tres meses su publicación o no, comunicando el número en el que aparecerá el artículo.
9.- Cada autor recibirá dos ejemplares de la revista en que se incluya su artículo.
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