El papel de Sierra Bermeja a lo largo de la historia y sus
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El papel de Sierra Bermeja a lo largo de la historia y sus
5 15 El papel de Sierra Bermeja a lo largo de la historia y sus conflictos de uso José Gómez Zotano El fin de una dinastía: los Domínguez de Marbella I. LLaa herencia de Antonio Domínguez Alburquerque (1806-1866) José Luis Casado Bellagarza 25 35 Perdiguero y Marbella: cuatro imágenes de una ciudad José Manuel Sanjuán López Entre la utopía y la falta de continuidad: iniciativas cinematográficas por parte de las instituciones locales en Marbella durante la TTransición ransición PPolítica olítica Inmaculada Sánchez Alarcón y Mercedes Fernández Paradas 4ª ÉPOCA. AÑO IV • Nº 15. 2002 45 55 67 83 La torre medieval de LLaa RRomera omera (Benahavís) Carlos Gozalbes Cravioto Nueva apro ximación a la bibliografía sobre Marbella aproximación y la Costa del Sol Occidental Lucía Prieto Borrego Catálogo de documentos sobre Marbella del Archivo de la Diputación PProvincial rovincial de Málaga Luis Felipe Pajares Ladrero Nuestra Naturaleza: fauna de Sierra Blanca Juan Caracuel y Miguel Navarrete CILNIANA 3 EDICIÓN Asociación Cilniana para la Defensa y Difusión del Patrimonio Cultural Apartado 821 - 29600 Marbella www.cilniana.org cilnianajlcb.terra.es Telf. 639 00 72 90 RED ACCIÓN REDACCIÓN José Luis Casado Bellagarza Rafael García Conde Andrés García Baena Francisco de Asís López Serrano Antonio Luna Aguilar Francisco Javier Moreno Fernández Lucía Prieto Borrego Antonio Rodríguez Feijóo Antonio Serrano Lima Lina Urbaneja Ortiz DISEÑO Y MAQUET ACIÓN MAQUETACIÓN Pepe Moyano IMPRESIÓN Graficamar (Marbella) LIBRERÍAS COL ABORADORAS COLABORADORAS (Marbella) FM - Gral. López Domínguez, 12 HERMES - Avda. Mayorazgo AREMAR - Avda. Arias Maldonado MA TA - Enrique del Castillo, 3 MAT ZOCO - Valentuñana, 2 (San Pedro Alcántara) DEL TA - Avda. Oriental DELT Depósito Legal: MA-845-97 ISSN 1575-6416 Título clave: CILNIANA La Asociación Cilniana no se hace responsable de las opiniones contenidas en los artículos firmados. 4 CILNIANA El papel de SIERRA BERMEJA a lo largo de la Historia y sus CONFLICTOS de USO José Gómez Zotano En este artículo analizaremos la utilización y conflictos de uso de Sierra Bermeja, una montaña mediterránea con una desorganización potencial de sus sistemas naturales debida a la incompatibilidad de las actividades socioeconómicas de la población, tanto en las interacciones con el medio, como entre ellas mismas, ejemplificando el desplome de la montaña como entidad emblemática del complejo territorial andaluz. 1. INTRODUCCIÓN T anto su situación estratégica entre dos continentes, Europa y África, donde confluyen las aguas del mar Mediterráneo con las del océano Atlántico, como su singular naturaleza al ser Sierra Bermeja uno de los afloramientos peridotíticos más grande del mundo, han propiciado que sus formaciones vegetales, especialmente vulnerables a la alteración y explotación de los recursos, como sucede en general con el monte Mediterráneo, contengan a su vez una serie de particularidades resultado de prolongados procesos de adaptación a los factores ambientales, que le confieren un alto valor ecológico. Entre dichas formaciones cabe destacar los bosques de frondosas que se extienden sobre la orla esquistosa de la Sierra, resto de la prolongación oriental de la masa forestal de Los Alcornocales, así como los característicos pinares sobre peridotitas que son sustituidos en altitud por el único pinsapar serpentinícola del mundo. Su localización geográfica ha implicado por otra parte un devenir histórico de civilizaciones diversas, propiciando una dialéctica poblaciónmonte que ha venido otorgando a este anfiteatro natural sucesivos papeles a lo largo de la historia (de refugio, forestal, agrícola, urbanístico, etc.). Es por ello que a través de un estudio retrospectivo, analizaremos los usos del monte y los conflictos que se han derivado de dicho uso, intentando descifrar en último término por qué continúa el deterioro ambiental de este espacio. Dicho espacio, definido en ultima instancia por una determinada forma de gestión, detenta en la actualidad una doble funcionalidad al continuar como sustento de varias poblaciones rurales del Valle del Genal y, a su vez, alzarse como telón de fondo de la dinámica Costa del Sol Occidental (fig. 1). Pinsapar sobre peridotitas en la umbría del Cerro Abanto. Este desconocido bosque es el más alto de Sierra Bermeja, alcanzando una altura superior a los 1.500 metros. 2. BREVE EVOLUCIÓN HISTÓRICA DEL USO Y PAPEL DE SIERRA BERMEJA Como ya hemos adelantado, con esta perspectiva genética pretendemos transcender los aspectos actuales y formales que presenta esta montaña media para buscar las claves que, sin duda, la han configurado con el tiempo respecto a las actividades económicas que ha albergado. Por CILNIANA 5 SIERRA BERMEJA Y SUS CONFLICTOS DE USO ello, analizaremos la utilización que durante milenios se ha venido haciendo de este monte y los conflictos de uso generados a raíz de las relaciones mantenidas entre los distintos pueblos que han utilizado los recursos que les brindaba Sierra Bermeja para su sustento y progreso con el bosque. Este proceso secular ha originado la degradación de buena parte de la cubierta vegetal original, si bien ha posibilitado de alguna forma el mantenimiento de un considerable porcentaje de terreno de elevada calidad ambiental por medio de un aprovechamiento racional de sus recursos. En la actualidad, sin embargo, se ha apostado por una expansión urbanística de carácter indiscriminado. 2.1. Primeros usos del monte durante la fase “preurbana”. En estos preludios, el subsistema natural jugará un papel determinante, ya que la masividad peridotítica del macizo bermejo dificultó su ocupación, siendo las estribaciones calizas adyacentes (Sierra Crestellina y Sierra de La Utrera), el refugio de los primeros pobladores de la zona, en cuyo entorno el hombre desarrollará sus actividades cazadoras-recolectoras sin provocar sus- Figura Nº 1 – Presentación del área de estudio tanciales alteraciones al medio (Gómez Zotano, 2001). No obstante, hace 40.000-50.000 años, tras la revolución neolítica, el dominio y uso del fuego así como el comienzo de la agricultura y la ganadería propiciaron ya un incipiente manejo del medio que conllevó una primera distinción entre terrenos cultivados y bosque. De igual modo, hacia el 2.500 a. C. se inició la metalurgia, apareciendo poblados mineros esparcidos por el litoral en relación con la llegada de los fenicios. La actividad principal se basaba entonces en el comercio de metales como el cobre o la plata a los que se deben los vestigios de la explotación minera de Los Morteretes, en Genalguacil (Suárez Padilla, 1996 y Navarro Cerillo, 1998). En aquellos momentos, el monte empezará a ser considerado también como proveedor de materias primas. 2.2. El aprovechamiento del monte durante la romanización. Desde el inicio de los tiempos, el macizo de Sierra Bermeja ha provisto de materias primas a los pobladores del llano. 6 CILNIANA Cuenta Estrabón en su relato del año 11, que las sierras que desde Calpe (Gibraltar) hacia el Este separaban la zona costera estaban “cubiertas de densos bosques y de árboles corpulentos”. Pero la dominación romana supondrá para el espacio bermejo una primera organización del territorio a partir del control de una unidad superior de SIERRA BERMEJA Y SUS CONFLICTOS DE USO orden político-administrativo: Roma. La nueva organización territorial tratará de asegurar la dominación de los territorios conquistados y, al mismo tiempo, la explotación económica de los mismos. Esto trae consigo un auge importante de las ciudades situadas en torno a la costa, a la vez que el equilibrio ecológico del monte comienza a verse amenazado por las sucesivas olas de poblamiento que aumentaron tanto el número de colonias y villas diseminadas, como la intensidad de la actividad económica (Navarro Luengo,1996). Los vinos de Málaga ya eran contados entre “los mejores de la Tierra” y había extensos cultivos emparrados. El aceite también constituyó una mercancía importante y numerosa, situándose los olivares en buena parte del antiguo acebuchar en torno a Lacipo, a la vez que se hacía una intensa explotación agropecuaria de las vegas interiores de determinados ríos como el Guadalmansa, Guadalmina o Guadaiza. Por otro lado, la tala de árboles, tanto para la construcción naval como para las necesidades bélicas y de calefacción, contribuyó necesariamente a la reducción de los bosques, al igual que ciertas explotaciones mineras como la del mármol de la Sierra de la Utrera, (MAPA, 1993 y Navarro Luengo,1996), aún hoy en funcionamiento. Igualmente la presencia de filones de mineral de cobre y hierro en las faldas de Sierra Bermeja debieron de abastecer las necesidades locales de una forma satisfactoria. De hecho, se efectuaron sucesivas incursiones a la cuenca de Río Verde, que en este sentido actuó como centro de interés económico, realizándose no sólo prospecciones de minerales, sino estableciéndose también efímeros núcleos de población, muchos de ellos en relación directa con el lavado de pepitas de oro (Urbaneja Ortíz, 1992). Simultáneamente, gran parte de Sierra Bermeja, como traspaís del ajetreado litoral estaba caracterizada, al igual que el resto de la Serranía de Ronda, por ser una “región fronteriza y de refugio de poblaciones diversas” (Rodríguez Martínez, 1977), que seguirán aprovechando el monte de forma subsistencial. a las del que provenían. Por ello concentraron sus actividades en torno a las numerosas alquerías que ubicaron en los angostos valles del piedemonte esquistoso que rodea al afloramiento ultrabásico, confiriendo de este modo al espacio montañés un papel estratégico en la defensa y control del territorio. Por otra parte, estos asentamientos estaban mayoritariamente dedicados a la agricultura de regadío, lo cual reforzaba la primacía de la montaña frente al llano dada la particular abundancia de recursos como el agua, que caracterizaban a la misma. Gómez Moreno (1989) nos recuerda la estrecha dependencia entre agua y hábitat en época nazarí, ya que esta etapa se caracterizará por un importante desarrollo de la agricultura de montaña basada en la puesta en marcha de un original sistema de riego, fundamentado en el aterrazamiento de las laderas y la construcción de una complicada red de acequias. Este sistema de explotación permite la supervivencia de amplios espacios forestales que conviven con los campos de cultivo, siendo así el monte un espacio plurifuncional o agroforestal, en donde se simultanean diversos tipos de aprovechamientos. Por otra parte, era habitual que el propio terrazgo agrícola se ocupase con especies forestales tales como el castaño. 2.3. El modelo de aprovechamiento durante la ocupación musulmana. Tras la invasión bárbara que puso fin a la dinámica actividad romana, y de la que no tenemos datos, la mayor parte de las características y rasgos definitorios de este monte estarán marcados por la llegada del Islam y el establecimiento de nuevos modelos de organización y distribución que afectaron a la morfología paisajística. Los nuevos pobladores, tras cruzar el Estrecho, vieron la impresionante mole rojiza como el bastión donde refugiarse ante la inquietud de lo desconocido y un lugar de similares aptitudes El paisaje aterrazado y el cultivo de árboles frutales han supuesto la herencia más patente en el paisaje de esta montaña. En lo foto aparecen los naranjos y castos del terrazgo de Igualeja, en río Seco (Valle del Genal). CILNIANA 7 SIERRA BERMEJA Y SUS CONFLICTOS DE USO Este pr ogresivo despoblamiento tiene su punto álgido en 1572 con la expulsión definitiva de los moriscos. Será a partir de entonces cuando éstos abandonen, saqueen e incluso autodestruyan sus pueblos y terrenos agrícolas, encontrándose esta situación los nuevos pobladores cristianos sujetos a los repartimientos. La exégesis de lo acontecido tendrá Tanto el puerto del Robledal, como el peñón del mismo nombre que aparece en la una importancia foto, fueron testigos de las más cruentas batallas entre moros y cristianos. El desolado vital en el futuro aspecto que muestra en la actualidad tras el incendio de 1991 no debe diferir mucho del del monte meditepaisaje que dejaron los largos períodos de contienda bélica. rráneo tan cuidado anteriormente por los árabes, máxime en los lugares donde la repoSe trata, en fin, de una etapa caracterizablación fue un fracaso y consecuentemente se da por un sustantivo avance de la humanización dejaron de labrar las tierras circundantes como del monte debido a que el espacio agrícola se exocurriera en buena parte de Sierra Bermeja, que tendía ampliamente por los principales valles, tal pasará de 18 poblados a únicamente 4, abandoes el caso de las grandes plantaciones de castanándose de esta manera 12 lugares (Gómez ños de la ladera norte de Sierra Bermeja. Esta imZotano, 2001). Claras consecuencias del portante extensión superficial que alcanzó la agridespoblamiento, así como del cambio de poblacultura se justifica en tanto que la misma se pracdores, serán el abandono y deterioro de bancaticaba “en el contexto de una economía agraria mixles y acequias, al igual que la reutilización de los ta al ser su funcionalidad doble: el autoabastecimiento lugares con fines no poblacionales (lagares, cuay la comercialización” (Gómez Moreno, 1989). Al dras, cortijos...), con manifiestas repercusiones mismo tiempo, el proceso de antropización se suspaisajísticas, transformando la zona de un vergel tentaba en un particular equilibrio entre los recultivado a una maraña de jarales y monte bajo cursos forestales y los agrícolas. (Díaz Morant, 1994). 2.4. Repercusiones de la Tras la inadaptación de los cristianos viedespoblación/repoblación cristiana. jos al medio montañoso, en donde no podían poner en práctica un tipo de explotación típicaLa irrupción del cristianismo en 1456 en la mente castellana basada en el cereal, llegó el frasosegada vida de los valles de Sierra Bermeja supondrá una serie de profundas transformaciones caso de la repoblación. También la peor y restringida calidad de las tierras (recordemos que vinculadas en primer lugar al largo período de un amplio porcentaje de las mismas pertenece a enfrentamientos entre cristianos y árabes. Ello significó grandes contiendas y rebeliones como la suelos de origen peridotíticos o no roturables) y la situación en la umbría, y exposición a los vienbatalla de Río Verde en la que en sucesivas ocasiones se prendió fuego al monte, de tal forma que tos fríos del norte, eran factores físicos lo sufilos cristianos viejos llegaron a identificar a Sierra cientemente adversos (lo que denominaremos “efecto repulsivo de Sierra Bermeja”) como para Bermeja como una zona de inseguridad (Acién Almansa, 1979). Por otra parte, la inadaptación de convertirlo en un espacio escasamente poblado la agricultura y forma de vida castellana a la mon(Gómez Zotano, 2001). taña, trajo consigo el despoblamiento de numeroSe generó así una disparidad en la consisos núcleos de población y consiguientemente el abandono del uso tradicional que hasta entonces deración de Sierra Bermeja como área atractiva se venía haciendo del monte. o repulsiva para la población que produjo un 8 CILNIANA SIERRA BERMEJA Y SUS CONFLICTOS DE USO importante proceso de reajuste demográfico resultado del cual los mudéjares serán relegados a la Serranía. Aquí radica la importancia de este proceso medieval para la consolidación de un modelo de explotación del monte, que supuso una profunda reestructuración que perdurará en sus componentes básicas hasta el siglo pasado. El sistema, que se inició con el abandono del monte, paulatinamente irá reincorporando, en función de los acontecimientos posteriores, una nueva integración de éste en las actividades económicas, incluyendo diversas adiciones de carácter puntual y algunos cambios sustanciales propiciados por impulsos externos al sistema. 2.5. El Siglo XVIII. cartografiar las masas más homogéneas de usos y aprovechamientos, y presuponemos que el vacío informativo que registra el resto del territorio se dedicaba a un uso mixto de arboricultura con intercalaciones de cultivos y frondosas (alcornoques, quejigos y encinas) si nos informamos en las fuentes antecedentes y subsiguientes. Esta ordenación de usos es extrapolable a la fachada meridional, aunque a la altura de Estepona, sin embargo, “están vestidas las faldas de esta Sierra de pinos bravíos” (Tomás López, 1780, respuestas de Manilva), mientras que buena parte de los bosques de alcornoques ya habían sucumbido ante la vid. Igualmente, todos los arroyos que bajaban de la Sierra tenían grandes riberas de huertas y se continuaba con las actividades mineras de la Sierra de la Utrera. De forma particular cabe destacar la Real Fábrica de Hoja de Lata de San Miguel, que supuso una temprana implantación industrial y tuvo una gran repercusión en el monte a raíz de la explotación sistemática de sus recursos tradicionales: agua del Río Genal y leña, afectando gravemente a los castaños de P ujerra, que se talaron indiscriminadamente (Alcalá Zamora, 1974 y Rodríguez Martínez, 1977). A través de un sosegado discurrir de acontecimientos llega a conformarse un modelo de usos y aprovechamientos del monte bien reflejado tanto en el Catastro del Marqués de la Ensenada de 1752 como en el Diccionario de Andalucía de Tomás López (1780). Éste, al igual que en otras montañas malagueñas, estará basado en la agricultura de cultivos leñosos, así como en el aumento de las roturaciones clandestinas que permitieron la expansión de la tierra cultivada, aunque hubo tres activiFigura Nº2 – Plano de Tomás López en que aparece Sierra Bermeja dades, tal y como analiza Gómez Moreno (1989), que complementarán la utilización del monte: la recolección, la ganadería y la industria. Destacaremos la inusual perspectiva de Sierra Bermeja que nos ofrece el Diccionario de Tomás López (plano de Benalauría) (fig.2), que diferencia claramente entre la masa de pinares sobre peridotitas, dedicada al aprovechamiento forestal, y el resto de monte de litología gnéisica y esquistosa con frondosas y otros usos agrosilvopastorales entre los que sobresalen el cultivo de la vid en torno a Jubrique y los castañares de Pujerra. Además, si hacemos un análisis en detalle, existe una representación insólita de lo que podría ser un pinsapo, coincidente en este caso con el pinsapar de Los Reales de Genalguacil. Este documento se limita a (Fuente: Diccionario de Andalucía, Plano de Benalauría Mss.7.303. Biblioteca Nacional). CILNIANA 9 SIERRA BERMEJA Y SUS CONFLICTOS DE USO 2.6. El Siglo XIX. A grandes rasgos, el panorama productivo apenas cambia desde el Catastro de Ensenada, ya que en este período se acusará un cambio más cuantitativo que cualitativo, pues tras un deterioro de la zona en los últimos dos milenios, los bosques de Sierra Bermeja sufrirían una decadencia aún mayor a raíz de la Guerra de la Independencia y el subsiguiente auge demográfico, que trajo consigo la necesaria expansión de los cultivos hasta entonces conocidos (esencialmente la vid) y del pastoreo, así como una mayor extracción de leñas y carbones. El aumento de la población rural afectó sobre todo al piedemonte poblado de alcornoques como consecuencia de la puesta en cultivo de nuevos terrenos esquistosos para la vid, una sobreexplotación que transformó inadecuadamente tierras marginales desde el punto de vista agrícola y de gran calidad ambiental. Por otra parte, el proceso desamortizador agudizó esta sobreexplotación al “legalizar” las roturaciones clandestinas y realizar algunos repartos de tierras tanto por las necesidades de los vecinos como para el mantenimiento de los soldados de la Guerra de la Independencia afincados en la zona. Esto supuso el descuaje de los montes arbolados y el aprovechamiento agotador de los matorrales sucedáneos. Sin embargo, la mayor sobreexplotación de Sierra Bermeja vino como consecuencia de la enajenación de los montes de Propios de Marbella, tan protegidos anteriormente de las roturaciones clandestinas. En ellos se instalaron las voraces ferrerías de El Angel y La Concepción, aprovechando la corriente hidráulica de Río Verde, el grafito de los abundantes yacimientos de la vecina Sierra Blanca y la madera de los espesos bosques de Sierra Bermeja. En tan sólo los primeros cinco años de actividad de la empresa La Concepción se cortaron casi 600.000 pinos de la Sierra del Real (García Montoro, 1979), aunque actualmente los resultados de la deforestación son más evidentes en la Sierra de las Apretaderas. Pero sus efectos llegaron aún más lejos, ya que como apunta Madoz, se generalizó tanto la práctica del carboneo que hasta todos los vecinos de Benahavís se dedicaban a la arriería, transportando carbón a las fundiciones de Río Verde, a las que hay que añadir otra pequeña fábrica de hierro en Genalguacil, denominada San José. Aquellos montes que quedaron libres de la tala tuvieron dos tipos de tratamiento: por una parte, los montes silíceos, con bosques de alcornoques y castaños, se conservaron para mantener los aprovechamientos de madera y corcho, mientras que en los más escasos enclaves cali- 10 CILNIANA zos, se practicó el aclareo y adehesamiento para montanera en Monte Mayor y alrededores, aunque en Sierra Crestellina, en razón de una mayor pendiente, se hizo un primer descuaje para carboneo que preparó el terreno para la explotación de un intenso pastoreo por parte del ganado caprino. Ello significó la extensión, al igual que en otras muchas sierras andaluzas del paisaje de blancos roquedos desnudos donde anteriormente existían zonas boscosas (Ruiz de la Torre y otros, 1993). En las peridotitas se mantuvo el monte alto en función de un aprovechamiento maderero de los pinos, utilizados tanto para la construcción de edificios, como para carena de los buques y leña para los hornos. Son numerosas las voces que aluden a la explotación de esta sierra en el Diccionario de Madoz (1845-1850). Se plantaron numerosas viñas y frutales en lugar de los alcornoques, hubo numerosas explotaciones mineras entre las que estaba la del cerro de Natias, considerada la más importante mina de lápiz plomo de España, varias fábricas de tejas y ladrillos y casi 100 de aguardiente con más de 500 casas bodega donde se recogía el vino y el aguardiente de la cosecha, aunque sólo Jubrique poseía 400 de ellos. En este sentido hemos extraído un párrafo bien ilustrativo respecto al uso de terreno de este último pueblo: “es también pedregoso y de secano en lo general; pero muy fructífero para viñedo de que está plantado sin esceptuar las porcioncitas de tierra que hay entre las rocas. En los riachuelos y arroyos se encuentran bastantes huertas pequeñas muy bien cultivadas, así como lo está todo su término escepto los bosques de chaparros y pinos; uno de aquellos que se cortó hace pocos años llamado Estercal, se halla ya casi todo puesto de viñas que prosperan bastante y sigue roturándose el resto. Todo el pinar de Sierra Bermeja se utiliza en sacar madera, leña y carbón; siendo tan abundante, que aunque continuamente se le estraen estos artículos, apenas se conoce la falta de los que se cortan: su administración está a cargo del ayuntamiento, sin que haya empleado alguno para su custodia”. Esta abundancia de recursos resalta entre el resto de los montes públicos provinciales, destacando el 1.003.015 arboles (pinos, alcornoques, encinas y quejigos) de Jubrique, los 200.000 pinos de Estepona, los 45.120 de Genalguacil (pinos, alcornoques y quejigos), etc., un total de 1.251.135 árboles de Sierra Bermeja frente al 1.840.491 del total provincial, lo cual supone casi el 70% de la masa forestal de todos los montes comunales y de propios malagueños, que evidencia la importante disminución de los mismos a raíz de su enajenación. En conjunto, durante el S.XIX predominará una economía agraria fundamentalmente vitivinícola apoyada en una pequeña y mediana SIERRA BERMEJA Y SUS CONFLICTOS DE USO Actualmente la degradación del monte se produce al urbanizar sobre los escasos restos de alcornocales o en las cumbres de empinados cerros de alto valor paisajístico, para lo cual se procede bien a la quema de numerosas hectáreas de bosque o bien al desmantelamiento de montañas, caso este último del Cerro Artola y su urbanización sobre el rebautizado Monte Halcones. Anteriormente eran los aprovechamientos los que se adaptaban al monte, hoy el monte es discordante con los usos. propiedad y orientada hacia la comercialización de sus producciones, por lo que hay una cierta prosperidad del campesinado en función de un activo comercio de productos agrícolas y sus derivados (vinos y aguardiente). Este aumento de la superficie cultivada produjo una fuerte expansión del hábitat rural disgregado unido a la explotación agrícola. El extenso Nomenclátor de 1860 constata la gran presión que esas explotaciones, encabezadas por 1385 casas y edificios, supusieron para Sierra Bermeja (Gómez Zotano, 2001), así como la importancia que la vid tenía como base económica de este monte. Pero el último tercio del siglo traerá consigo una regresión y profunda crisis económica, social y demográfica, debido al desmantelamiento de las ferrerías y la entrada de la filoxera que desmoronan el débil mercado comarcal, propiciando el abandono del campo y la sucesiva concentración del hábitat en los núcleos principales, mientras que los montes desarbolados se aprovecharán para recoger esparto, así como para la caza menor y la ganadería extensiva. 2.7. El Siglo XX. A pesar de todo, Sierra Bermeja mantendrá hasta el S.XX un alto porcentaje de masa forestal, generalmente ligada a grandes propiedades privadas y monte público. Esto se vio reforzado a principios de siglo por una política de reforestaciones llevadas a cabo con diferentes finalidades. Entre ellas, destacan por su extensión las repoblaciones de pinus pinaster y las menos adecuadas ecológicamente hablando, plantaciones posteriores de pinus radiata, que han alcanzado un notable desarrollo en función de un excelente rendimiento forestal en Anicola, una antigua zona de quemas itinerantes para aprovechamiento ganadero. Aunque históricamente, la explotación forestal más significativa superficialmente ha sido “La Resinera”, empresa dedicada a la extracción de resina y madera del pino negral. Sin embargo, los aprovechamientos forestales, ante la falta de precios y mercados para sus productos, tendieron a ser abandonados excepto en Anicola, lo que se tradujo en un factor de riesgo ambiental al generar una excesiva densificación de los vuelos del monte y una abundante acumulación de materiales muertos de fácil combustión y reserva de enfermedades y plagas. Este abandono de las explotaciones ha repercutido negativamente sobre la frecuencia, extensión e intensidad de los incendios forestales, produciéndose un aumento alarmante de los mismos que han arrasado Sierra Bermeja con una recurrencia media, según Vega Hidalgo (1999), de 14,5 años. El abandono del monte se fue acelerando con el declive continuado de la agricultura y el inicio de una nueva actividad, el turismo, que a CILNIANA 11 SIERRA BERMEJA Y SUS CONFLICTOS DE USO mediados de siglo dará el definitivo golpe de gracia al tradicional uso del monte. Se iniciará un proceso de matorralización testigo de una agricultura que nunca más llegaría a rehacerse en la fachada litoral de la Sierra. Sin embargo, la vertiente interior sufrirá las consecuencias indirectas de este fenómeno con un fuerte retroceso poblacional de los núcleos rurales y un abandono de los usos y aprovechamientos tradicionales. Esta dislocación hará que de nuevo la sombra invada la cara norte de Sierra Bermeja y no sea la suya propia, sino la de un fenómeno ya bien conocido por todos: el despoblamiento, un deslizamiento demográfico hacia la costa, que actuará como área de influencia del conjunto del macizo, reordenando con intereses externos, individuales o especulativos la antigua organización tradicional. Por el contrario, a finales de los 80, coincidiendo con el colapso urbanístico de la franja litoral, surgirá en la cara sur otro fenómeno que prosigue con más fuerza que nunca en el siglo XXI y que cambiará el concepto de uso del monte, pasando éste de ser un espacio marginal y olvidado, a convertirse en un espacio codiciado de primer orden en la organización territorial impuesta por el turismo; el modelo actual del poblamiento litoral mantiene una clara tendencia expansionista que afecta a cualquier rincón remoto del piedemonte de Sierra Bermeja. Los mecanismos monetarios que engranan esta urbanización del monte se basarán en la búsqueda de rápidas rentas de situación relacionadas con los precios del suelo, lo cual ha ace- to en el piedemonte forestal como en los poblados tradicionales, difiere por zonas, ya que en el caso de Estepona o Casares, su población invierte los capitales generados por la actividad turística en la autoconstrucción de la segunda residencia en los montes circundantes, mientras que las grandes fincas de alcornoques o pinos ubicadas en torno a Benahavís se transformarán en exclusivas urbanizaciones de lujo anejas a estratégicos campos de golf que revalorizan el suelo (La Zagaleta o Monte Mayor), o bien serán abandonadas a la espera de una suerte similar (La Máquina o La Resinera). Esta situación se ha visto favorecida coyunturalmente por el hecho de que a pesar de existir una dinámica socioterritorial homogénea, los distintos municipios no han desarrollado una legislación uniforme y definida al respecto, amparándose en la existencia de unas figuras de protección supramunicipales permisivas que se desvinculan de proteger parajes del piedemonte meridional de Sierra Bermeja de gran interés ambiental (véase el Plan Especial de Protección del Medio Físico de la Provincia de Málaga), y que a posteriori han sido urbanizados en función de un planeamiento municipal depredador dirigido por la misma administración provincial que ejecutó el mencionado PEPMF. Por otra parte, los municipios rurales del monte, de acuerdo con Rodríguez Martínez (2000), mantendrán una marginalidad derivada de los grandes planes estratégicos estatales y regionales de Obras Públicas e infraestructuras, que a su vez, planifican la montaña en función de las necesidades urbanas del litoral al suministrar gratuitamente una serie de recursos sin reparar en la conservación del patrimonio natural. En este marco se han construido, por citar algunos ejemplos, la Autopista del Sol o el Embalse de La Concepción, del que se prevé una próxima ampliación y la polémica presa de Gaucín, que inundará buena parte del Valle del Genal. En la otra cara de la moneda, Sierra Bermeja se acogerá a algunas iniciativas comunitarias que intentan promover el desarrollo rural de las zonas de montaña más desfavorecidas (Leader I y II; Serranía de Ronda), así como mejorar la protección ambiental con la declaración de Lugares de Interés Comunitario (LIC de Los Reales de Sierra Bermeja, Sierra Bermeja y Real y Sierra Crestellina). Torre Padrón. lerado el depredador proceso de urbanización difusa caracterizado por la dispersión de un caserío no vinculado al medio rural. Este aumento de la especulación urbanística sobre el medio rural, que soporta una fuerte presión edificatoria tan- 12 CILNIANA Entre otros aspectos positivos de la coyuntura actual destacamos el abandono progresivo de la agricultura marginal, el control de unos aprovechamientos ganaderos agotadores, el cambio de las fuentes energéticas que han suprimido la práctica del carboneo y, por último, la creación de parques integrados de la naturaleza para SIERRA BERMEJA Y SUS CONFLICTOS DE USO uso recreativo, siendo SELWO el caso más significativo con una inversión que asciende a 10.000 millones de pesetas. 3. CONCLUSIONES El papel desempeñado por Sierra Bermeja a lo largo de la historia pone de manifiesto el comportamiento dinámico, cambiante y acomodaticio del modelo de aprovechamiento de este monte mediterráneo a las más dispares coyunturas geohistóricas. Como se ha podido comprobar, las distintas sociedades confieren un valor diferente a los recursos dependiendo de la civilización en la que nos encontremos. Todas tienen como factor común un móvil económico, que aunque diferente en cada caso, ha estado la más de las veces vinculado menos al valor de uso que al valor de cambio. Ya las primeras economías imperiales pusieron las bases de una filosofía sobre la ordenación del territorio que convertía a este monte en un espacio subsidiario de otras economías externas. En segundo lugar y en relación con lo anterior, es significativo el vínculo que Sierra Bermeja siempre ha mantenido con el mar; de él llegaron los habitantes que la supieron cuidar, y junto a él se instalaron aquellos que, explotando el monte, volcarán su vida en la llanura litoral. En consecuencia, de la “campiña” siempre han surgido las iniciativas que de una u otra manera han determinado el devenir de esta montaña. La breve exégesis histórico-evolutiva del uso de Sierra Bermeja permite observar igualmente cómo el hombre, desde antiguo, ha actuado de forma selectiva en el manejo de la cubierta arbórea y actualmente hay numerosas transformaciones relícticas de tiempos pasados. Se han ido explotando los recursos del monte adaptándolos a la capacidad técnica y las propias necesidades de desarrollo y bienestar de cada civilización que ha pasado por estas tierras. El resultado final es un paisaje mediterráneo sumamente complejo que ha compatibilizado numerosos usos agrosilvopastorales a partir de la transformación del bosque primitivo, fomentando la expansión de las especies más rentables en detrimento de otras y adecuando cada una de ellas a los substratos que generalmente son más idóneos para su aprovechamiento (alcornoques sobre gneises y micaesquistos, pinos resineros sobre peridotitas, acebuches sobre margas y algarrobos sobre calizas). Todo este proceso ha dado lugar a una importante degradación del monte, que ya en el S.XIX se concreta en su destrucción masiva en relación con la incipiente revolución indus- trial de la zona. En cualquier caso, durante siglos, estos recursos se consideraron inagotables, siendo explotados sin más limitaciones que las inherentes al grado de desarrollo de cada civilización, algo que ha ido incrementándose hasta la actualidad, en la que parece que no hay límites para el hombre en la manipulación de la naturaleza. Además, históricamente, los cambios coyunturales de la economía han provocado sucesivos fenómenos de desorganización y desvertebración de los sistemas precedentes. Hoy día destaca la organización territorial impuesta por un contexto nuevo, en el que una vez más, el litoral ejercerá el liderazgo vertebrador. De esta manera, la gran capacidad regeneradora de la que hasta entonces había hecho gala este monte se muestra incapaz, por primera vez en la historia, de combatir los estragos producidos por el hombre, que lo está destruyendo todo a su paso y se ampara para ello en una política justificada en una población creciente ante la que deben movilizarse todos los recursos disponibles, sin dar a entender a esa población que dicha movilización provoca su destrucción o degradación irreversible. La urbanización está ganando la batalla y el agotamiento al que se ha visto sometida Sierra Bermeja debido a la antigüedad de su poblamiento no parece remitir, como cabría esperar en relación con la nueva conciencia de desarrollo sostenible emergente. Históricamente no se han contemplado en las políticas locales y estrategias forestales las peculiaridades de este monte, negándole el peso específico que merece dentro de las políticas medioambientales, como elemento esencial de estructuración y cohesión territorial con el resto de la cuenca mediterránea. Esto resulta injustificable hoy día al situarnos en un contexto europeo, e incluso mundial, de defensa de los bosques, amparado bajo declaraciones como la Cumbre de la Tierra de 1992, en Río de Janeiro, las Conferencias Ministeriales sobre la protección de los bosques europeos de Helsinki (1993) y Lisboa (1998), o la más reciente Conferencia Internacional sobre la Conservación y el Uso sostenible del Monte Mediterráneo celebrada en Benalmádena (1998), paradójicamente, en la Costa del Sol Occidental, donde se puso de manifiesto que “la solución eficaz de los problemas expuestos requiere la adopción de políticas de conservación, restauración, educación, participación de la sociedad y de desarrollo armónico, racional y sostenible”. Si realmente se asiste a una nueva conceptualización del Monte Mediterráneo por parCILNIANA 13 SIERRA BERMEJA Y SUS CONFLICTOS DE USO te de nuestra cultura, Sierra Bermeja escapa intencionadamente de ello, ya que los objetivos de rentabilidad económica que aquí subyacen en el “manejo” del monte difieren de los de equidad en la distribución de la riqueza y conservación del patrimonio natural y ambiental de los pueblos que como Benahavís, Marbella, Estepona, Casares o Manilva están hipotecando su futuro. Llama la atención, por otra parte, que en un contexto científico e institucional en el que se presta particular atención a la conservación y el conocimiento de las zonas áridas de la cuenca mediterránea, se minusvalore la destrucción de áreas boscosas como ésta, manifestando la primacía de políticas forestales correctivas antes que preventivas (un buen ejemplo serían los programas de lucha contra la erosión en el sureste de Andalucía, en el marco de un Plan Forestal Andaluz que pretende la regeneración de frondosas, frente a la permisividad mostrada ante la destrucción de la cubierta arbórea de montes subhúmedos como Sierra Bermeja). La clave de este desajuste está en que se ha pasado de una relación de subsistencia mediante el aprovechamiento directo de las materias primas, a una situación en la que el monte se convierte en generador de pingües beneficios relacionados con la especulación urbanística. De hecho, ante esta situación, y fundamentalmente durante las tres últimas décadas, nunca se ha alzado una sola voz en defensa de la conservación de estos recursos naturales y de su preservación para las generaciones venideras, de modo que éstos escapan a cualquier tipo de catalogación, mientras que en otros ámbitos, incluso con la mitad de los ecosistemas forestales que aquí aparecen, habrían alcanzado un mínimo grado de protección. No quisiéramos concluir la comunicación, por tanto, sin que sirviera de reflexión en cuanto al desinterés mostrado por el colectivo científico ante unas circunstancias que dan por hecho como irremediables. Desde nuestro punto de vista, se trata de afrontar un grave problema que acucia al monte Mediterráneo en cuanto a su celeridad e irreversibilidad. De acuerdo con otros autores (Natera Rivas, 1996 y Galacho Jiménez, 2000), el consumo de suelo derivado de la especulación urbanística presume de ser el motor del turismo litoral nacional, y en realidad no hace más que hipotecar un territorio que, además, constituye como tal el principal recurso del turismo como actividad económica. Notas 1 Libro tercero de la Geografía de Estrabón que comprende un tratado de la España Antigua. 14 CILNIANA Fuentes Históricas López, J. (trad.) (1787): Libro tercero de la Geografía de Estrabón que comprende un tratado sobre España Antigua (Edición Facsimil de 1993. Librerías París-Valencia. Valencia). López, T. (1780): Diccionario de Andalucía (Mss. 7.303 Benalauría, Manilva y Marbella). Biblioteca Nacional. Madoz, P. (1845-1850): Diccionario Geográfico-EstadísticoHistórico de España y sus posesiones de ultramar (Edición Facsimil de 1986. Ambito Ed. Madrid). Marqués de la Ensenada (1752): Catastro del Marqués de la Ensenada (Respuestas Generales correspondientes a Casares y Manilva, Estepona, Faraján, Gaucín, Genalguacil, Júzcar y Marbella), Archivo de la Real Chancillería de Granada (Respuestas Generales correspondientes a Igualeja, Jubrique, Parauta, Pujerra, Benahavís e Istán), Archivo General de Simancas. Bibliografía Acién Almansa, M. (1979): Ronda y su Serranía en tiempo de los Reyes Católicos. 3 volúmenes. Universidad de Málaga. Málaga. Alcalá Zamora y Queipo de Llano, J. (1974): “Producción de hierro y altos hornos en la España anterior a 1850”. Moneda y Crédito, 128. Díaz Morant, A. (1994): Los despoblados de El Havaral. Ayuntamiento de Ronda, Ronda. García Montoro, C. (1979): “La siderurgia de Río Verde y la deforestación de los montes de Marbella”. Moneda y Crédito, 150, 79-95. Galacho Jiménez, F.B. y Luque Gil, A. (2000): “La dinámica del paisaje de la Costa del Sol desde la aparición del turismo”. Baetica. 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(1996): “Cambios en el patrón de asentamientos del trasfondo montañoso de la Costa del Sol Occidental en los últimos treinta años”. Cuadernos Geográficos, 26, 51-65 Rodríguez Martínez, F. (1977): La Serranía de Ronda. Estudio Geográfico. Caja de Ahorros de Ronda. Rodríguez Martínez, F. (2000): “Desarrollo rural en las montañas andaluzas. Un análisis desde la sostenibilidad”. Cuadernos geográficos, 30, 97-121. Suárez Padilla, J., Navarro Luengo, I. y otros (1996): “Aproximación a la dinámica poblacional del litoral occidental malagueño durante la Antigüedad: Protohistoria”. En Historia Antigua de Málaga y su provincia. Arguval. Málaga. Urbaneja Ortiz, L. y Casado Bellagarza, J.L. (1992): Istán. Una historia por descubrir, Marbella, Málaga. Vega Hidalgo, J.A. (1999): “Historia del fuego de Pinus pinaster y Abies pinsapo en la cara norte de Sierra Bermeja (Málaga):1817-1997”. En Incendios históricos. Una aproximación multidisciplinar. Universidad Internacional de Andalucía. El fin de una dinastía: LOS DOMÍNGUEZ DE MARBELLA I. LA HERENCIA DE ANTONIO DOMÍNGUEZ ALBURQUERQUE (1806-1866) José Luis Casado Bellagarza Se estudian las propiedades de la familia Domínguez, una de las más poderosas de Marbella durante varios siglos, pero que a fines del XIX dejará de serlo. En este primer artículo se analizan los bienes acumulados por Antonio Domínguez Alburquerque y la distribución de ellos a su muerte, acaecida en 1866, prestándose especial atención a las fincas rústicas, tanto en el municipio de Marbella como fuera de él. En el segundo artículo, que aparecerá en el próximo número de la revista, se describirá la paulatina pérdida del patrimonio familiar durante la vida del principal heredero, Tomás Domínguez Artola. Para este trabajo hemos empleado una fuente documental poco utilizada en la historiografía de la Marbella del Ochocientos, los protocolos notariales, que ofrecen muchas posibilidades para conocer la riqueza, eminentemente agraria, de la élite local. FUENTES Y METODOLOGÍA E l 19 de marzo de 1870 en la notaría de Francisco de Acosta y Granados se ultimaba el protocolo número 49 de ese año, un legajo que comprendía desde el folio 220 hasta el 345, recto y vuelto, lo cual hacía de esta escritura la más voluminosa de las que hemos encontrado de este escribano de Marbella. Y no era para menos, se trataba del reparto de la herencia de Antonio Domínguez Alburquerque, que había dejado a su muerte, acaecida cuatro años antes, probablemente la mayor fortuna de la ciudad. Antonio Domínguez llevaba uno de los apellidos más rancios de la oligarquía local y sus antecesores durante cuatrocientos años habían ido escalando los lugares claves del orden social, político y económico de Marbella1. Esta información, procedente de la documentación notarial, nos permite enriquecer y comparar los datos de los bienes de las élites locales extraídos de las fuentes municipales, especialmente contribuciones o catastros, que se circunscriben al espacio físico dependiente del ayuntamiento marbellí. Y no sólo se amplía el inventario, en este caso de la familia Domínguez, a las propiedades que tenían fuera de Marbella, sino que permite valorar de una forma más exacta los que poseían en su lugar de residencia, ya que las cantidades recogidas por los documentos municipales, tanto en unidades superficiales como monetarias, están claramente infravaloradas, debido su carácter fiscal. Queremos insistir en la potencialidad como fuente de los protocolos notariales para conocer la historia local del Diecinueve, y que para otras épocas ha dado espléndidos resultados, como la obra de Nicolás Cabrillana sobre la Marbella del siglo XVI3. El protocolo citado se titula “Partición de los bienes así vinculados como libres relictos por faTimbre del año 1855 en un llecimiento de D. Antonio folio de escritura pública. Domínguez y Alburquerque, que fue Las escrituras públicas permide esta vecindad, entre sus hijos y ten conocer “desde los aspectos más herederos D. Tomás, Dª. Manuela, Dª. Francisca cotidianos de la vida doméstica y de la familia, y D. José Domínguez Artola”2. Proporciona amhasta el conocimiento de las élites, de su compoplia información sobre las características de la sición y mentalidades”4. Sus posibilidades fueron riqueza acumulada por la familia Domínguez, puesta de manifiesto por la geohistoria rural, priconstituida sobre todo por inmuebles rústicos mero en Francia durantes los años sesenta y sey urbanos, de los cuales se describe su extententa del siglo XX, y a continuación en España. sión, en qué lugares de Marbella u otros municipios radicaban esos inmuebles, su precio y las Y alcanzan un gran valor en las escrituras cargas que soportaban. de testamentarías, donde el inventario detallado CILNIANA 15 LOS DOMÍNGUEZ DE MARBELLA ahondar en el patrimonio de la burguesía decimonónica. Precisamente, una escritura de dote la hemos empleado en la segunda parte del artículo, al ocuparnos de Tomas Domínguez Artola. Por último, debemos hacer una aclaración en cuanto a las unidades empleadas en este artículo. Las monetarias están en el documento original en escudos pero las hemos convertido en reales; un escudo equivale a diez reales, ya que el real es la moneda más usual en esta época, y permitirá comparaciones más cómodas con otras referencias. En cuanto a la superficie, el documento recoge la medida tradicional, en fanegas y celemines, y también la correspondiente al sistema métrico decimal, hectáreas y submúltiplos, y ha sido la hectárea la unidad que hemos preferido utilizar6. LOS PROTAGONISTAS: DE CUBA A MARBELLA Tomás Domínguez Artola con su madre, Manuela Artola Villalobos. Archivo Antonio Romero Domínguez y exhaustivo configura un auténtico balance con la descripción y tasación minuciosa de los bienes familiares, lo que permite apreciar aspectos de su evolución, por lo que es una de las fuentes documentales más adecuadas para el estudio diacrónico de la propiedad. Por todo esto, suponen La familia Domínguez poseía el 38% de su patrimonio inmobiliario fuera del municipio de Marbella. una fuente indispensable para el estudio social y económico, tal como han puesto de manifiesto diversos estudios de historia rural o industrial5. Precisamente la escritura más utilizada en este artículo será la de un inventario “post-morten”, la del citado Antonio Domínguez Alburquerque. Otras escrituras, como las de contrato matrimonial, al detallar los bienes de los contrayentes, y de compraventa, también permiten 16 CILNIANA Antes de pasar al análisis y comentario de los bienes inventariados vamos a hacer una breve reseña de las personas que aparecen en el documento de partición de bienes. El principal protagonista es Antonio María Domínguez y Alburquerque, nacido en La Habana en el año 1806. Como primogénito heredó los privilegios familiares en 1831, a la muerte de su padre Antonio María Domínguez y Vargas, que había accedido al mayorazgo en unas azarosas circunstancias7, lo que provocó que el patrimonio de los Domínguez, resentido ya por las pérdidas ocasionadas a causa de la Guerra de la Independencia, se agravara durante esa peculiar transmisión de la herencia a Domínguez y Vargas8. Antonio Domínguez y Alburquerque, integrado plenamente en la vida social y política de la ciudad marbellera, fue alcalde en tres periodos diferentes, en 1836, entre 1840 y 1841 y entre 1846 y 18479. Defendió las tesis del partido progresista, según se desprende de sus actuaciones en 1836 como comandante de la Milicia Nacional o formando parte de las Juntas Municipales en momentos claves de enfrentamiento con los moderados10. En el año 1850 Antonio Domínguez, sólo por sus propiedades en Marbella, declaró unos ingresos de 15.930 reales que percibía de 34 fincas rústicas que tiene arrendadas, más 3.635 reales por fincas que labra él mismo, de las cuales 2.135 correspondían al Cortijo de Firma de Antonio Domínguez Alburquerque. Miraflores que lo tenía LOS DOMÍNGUEZ DE MARBELLA en medianería con Francisco Fernández Soto, ya que Domínguez sólo se ocupaba directamente de 200 olivos en el Cortijo de Miraflores, 280 en el Cortijo de Guadaiza y 20 en un lugar sin especificar. Las fincas urbanas tenían un líquido imponible de 3.739 reales, de los cuales 1.369 correspondían a su vivienda de la plaza de San Bernabé, en el interior del castillo de la ciudad11. Unos años más tarde, en 1865, Antonio Domínguez aparece en tercer lugar entre los mayores contribuyentes del municipio de Marbella, tras Pedro Artola Villalobos12 y Lucio Chapestro Jiménez, con una contribución anual de 4.277 reales. Completan la lista hasta el número quince las personas siguientes13: Francisca Domínguez Artola estaba casada con el marbellero de origen Joaquín Chinchilla y Díez de Oñate, también abogado y dedicado a la política14. Una hermana de Joaquín, Pilar Chinchilla y Díez de Oñate, se casó con José, el menor de los hermanos Domínguez Artola. Estos matrimonios son una muestra de la endogamia en una pequeña ciudad como era la Marbella del Diecinueve, matrimonios previstos y efectuados para mantener el estatus social y económico. Otro personaje que aparece en el documento es Pedro Artola Villalobos, hermano de Manuela Artola. Fue alcalde de Marbella durante muchos años15, y su fortuna estaba entre las mayores de la ciudad. A través de vínculos familiares los Domínguez estaban entrelazados con las personas detentadoras del poder local y contaban también con lazos personales y políticos a nivel provincial y nacional. CUATRO AÑOS PARA RESOLVER EL TESTAMENTO: 1866-1870 Antonio Domínguez Alburquerque falleció el 4 de septiembre de 1866. El 29 de octubre acudieron al juzgado de Marbella Joaquín Chinchilla e Ignacio Fernández como esposos de Francisca y Manuela Domínguez Artola, acompañando partida del sepelio y copia del testamento del finado, que lo había otorgado el 16 de julio de 185516, para solicitar juicio voluntario de testamentaría. En representación de los menores de edad, Tomás y José, acudió su tío Pedro Artola Villalobos, que aceptó el cargo de “curador” de ellos17. De su matrimonio con Manuela Artola Villalobos, perteneciente a otra familia de la oligarquía local, celebrado el 14 de mayo de 1834, tuvo seis hijos: Antonia, Manuela, Francisca, Tomás, José y Rafael, de los cuales habían fallecido en el momento del reparto de la herencia, en 1870, Rafael, a los 3 años de edad, y Antonia, que murió sin descendencia a los 29 años, dejando como viudo a Joaquín Gómez y Rodríguez, capitán de carabineros. Se establecieron una serie de acuerdos, entre ellos que los menores Tomás y José Domínguez Artola vivirían en la casa familiar, administrada por su cuñado Joaquín Gómez (viudo de Antonia), posteriormente se le sustituyó por Antonio Fernández Matoso; se nombraron dos peritos por parte de Tomás, uno para fincas urbanas y otro para rústicas, y otros dos por parte de los demás herederos para evaluar las propiedades; y se acordó una pensión alimenticia mensual para Tomás de 1.000 reales, y otra para José de 320 reales. De los cuatro hijos vivos, en el citado año de 1870, el mayor era Tomás Domínguez Artola, nacido en Marbella en 1843, había contraído En octubre de 1868, durante otro trámite matrimonio el 23 de abril de 1866 con Rosalía del juicio de testamentaría, los herederos declaSalcedo Roldán, natural de Cártama, cuando él raron que no había a la muerte del testador dinecontaba 23 años y ro en metálico, alella 17. Manuela hajas, frutos, Domínguez ArtoAntonio Domínguez invirtió, en 1847, en reedificar semovientes ni la, casada con el efectos públicos, la vivienda familiar de la plaza de San Bernabé, abogado Ignacio y se nombró un en el interior del castillo de Marbella, la suma abogado para la Fernández de la liquidación y reSomera, vivía en de 175.030 reales. parto de los bieMálaga en 1870. CILNIANA 17 LOS DOMÍNGUEZ DE MARBELLA nes. Como en el archivo familiar no se encontraban títulos de las propiedades, se tuvieron en cuenta el testamento y las anotaciones de los registros de propiedad de los lugares donde se encontraban las fincas, las notas de los libros del archivo y los datos que aportaron los interesados. También se acordó capitalizar los censos al seis por ciento. censos impagados se unieron los plazos devengados por los préstamos, por lo tuvo que vender una parte del patrimonio familiar, que intenta justificar dada la obligación conservacionista que debía guardar el titular de un mayorazgo, así en su testamento explica que fue debido “a ciertas urgencias que me ocurrieron en varias ocasiones”18. LA GESTIÓN DEL MAYORAZGO POR PARTE DE ANTONIO DOMÍNGUEZ ALBURQUERQUE El valor total de los inmuebles enajenados fue de 352.947 reales19, de los cuales 100.000 reales a fincas en Vélez-Málaga20, otros 100.000 a un cortijo en Badolatosa (Sevilla)21, 115.000 a un cortijo de Belmonte (Cuenca), 5.200 a una casa en Málaga, y el resto, 32.747 reales a varias fincas de Marbella22, como una cerca en Río Verde que vendió a Simón González por 19.000 reales y el cortijo de “La Dehesilla”, en Río Real, que cedió a Francisco Rosado por 5.000 reales 23. Antonio Domínguez optó por enajenar, sobre todo, propiedades que poseía fuera de Marbella, aunque desprenderse de ellas supusiera perder vínculos tan antiguos como los que su familia poseía desde generaciones en Belmonte24. Antonio Domínguez Alburquerque tuvo que solventar las dificultades económicas heredadas, dadas las circunstancias en las que su padre llegó a la titularidad del mayorazgo. A los A pesar de haber adquirido diversas propiedades a lo largo de su vida, 6 fincas rústicas25 por 84.910 reales y 4 urbanas26 por 86.098 reales, la diferencia entre compras y ventas resulta negativa en 181.939 reales. Los censos adquiridos por Domínguez suponían 71.760 reales a favor, siendo el mayor uno de 50.000 reales correspondiente a la finca que vendió en Vélez-Málaga, mientras que los nuevos censos en contra ascendían a 15.024 reales. En este apartado el resultado es positivo por 56.376 reales. Manuela Domínguez Artola. Archivo Antonio Romero Domínguez 18 CILNIANA Comparando ambos resultados la pérdida patrimonial supone 125.203 reales, pero si contabilizamos los 175.030 reales que gastó en la reconstrucción de la casa solariega del castillo de Marbella, en el año 1847, re- LOS DOMÍNGUEZ DE MARBELLA sulta un saldo favorable de 49.827 reales. una nobleza secundaria que claudica ante el empuje de los nuevos tiempos29. Un ejemplo puede ser ilustrativo, el único cultivo que ejercía directamente Antonio Domínguez era el del olivar, prueba de su rentabilidad30, y gozaba del monopolio del proceso de molienda: el único molino de aceite del término municipal estaba en su Cortijo de Miraflores. Pues bien, en el año económico de 1864 a 1865 Tomás Heredia comienza a moler en un nuevo molino de aceite en Las Chapas 31. Los tentáculos de la pujante burguesía malagueña llegaban a todos los sectores económicos. Este balance, a pesar de su provisionalidad y simplicidad, se puede considerar poco satisfactorio después de 35 años al frente del mayorazgo, y más negativo aún si lo comparamos con la gestión de sus antepasados27. Se puede entender por las obligaciones dinerarias heredadas de su padre, y que habría que ponderar a la luz de un conocimiento más exacto de esas obligaciones y de otros datos procedentes de la actividad de Antonio Domínguez, pero también hay Timbre del año 1870 en un folio que tener en cuenta una serie de de escritura pública. factores externos, como el cambio socioeconómico experimentado en el muniDISTRIBUCIÓN Y REPARTO cipio marbellí en el segundo tercio del OchoDE LA HERENCIA cientos. La fortuna de Antonio Domínguez ascenQuisiéramos reflexionar, aunque sea ligedía en el momento de su muerte a 2.442.675 rearamente, sobre esos factores, pues la mercanles Las fincas rústicas y urbanas se valoraron en tilización económica que se producía en Andalu2.404.437 reales, el 95% de la fortuna familiar, el cía durante el afianzamiento del Régimen Liberal otro 5% estaba constituido por muebles, 24.690 tuvo una gran repercusión en la actividad socioreales, y censos a favor por valor de 103.044 reaeconómica de la Marbella de mediados del XIX. les, capitalizados al 6%. En el pasivo los censos No estamos hablando únicamente de medidas gesuponían 84.496 reales. nerales, como la desvinculación o la desamortización, de las que sabemos muy poco sobre su aplicación concreta en el municipio, sino sobre lo que podríamos calificar como una irrupción brutal del capitalismo en las estructuras económicas de Marbella. Desde comienzos del siglo la minería irrumpe con fuerza, sobre todo en los pueblos limítrofes de Ojén y Benahavís28. La creación de las ferrerías de Río Verde, El Ángel y La Concepción, desequilibró no sólo la ecología de toda la comarca, con una deforestación brutal de De esas cantidades, 2.089.683 reales colas sierras colindantes, sino el aprovechamiento rrespondían a bienes vinculados al mayorazgo de silvoforestal y el propio mercado de trabajo con los Domínguez, y 442.488 reales a bienes consiel empleo de gran número de jornaleros y arriederados de libre disposición. Del total de la heros. El capital invertido para aplicar las nuevas rencia la mitad correspondió al primogénito, Totecnologías al proceso siderúrgico fue elevado y más, y la otra mitad se repartió a su vez entre los arriesgado, aportado por forasteros que no encuatro hijos. Como Tomás tuvo también aquí su contraron resistencia entre la oligarquía local, parte, cinco octavas partes de la herencia fueron como antaño había encontrado el belga Enrique para Tomás y una octava parte para cada uno de sus tres hermanos. A falta de que los hermanos Grivegnée en sus negocios del azúcar. Los hacense compensaran las cantidades, la distribución dados locales, en este caso Antonio Domínguez, tuvo el siguiente resultado32: no participaron en estas empresas, –¿falta de liquidez?, ¿miedo al riesgo?–, y la nueva economía de Marbella pasa a control de manos extrañas, que cuenta con el apoyo interesado de un nuevo grupo social, formado por apoderados, administradores, transportistas, que van ocupando puestos en la administración local, nuevos apellidos de burgueses que sustituyen a los de CILNIANA 19 LOS DOMÍNGUEZ DE MARBELLA El valor de nº. 6 de la plaza de los inmuebles era La finca de más valor era el Olivar de Guadaiza, la Constitución, de 2.404.437 reales, aunque el precio tasada en 124.750 reales, mientras que el véase cuadro nº. 1. medio oscilaba encercano cortijo de La Campana ocupaba el De esta cantidad cot re 15.000 y rrespondían a pro- tercer puesto con 74.840 reales. Entre ambos el 20.000 reales. piedades en el mu- segundo puesto, con 120.000 reales, era para el Además de casas, nicipio de Marbella poseían un solar cortijo de Miraflores. 1.489.322 reales, en la calle Solano, un 61,9%. A pesar de 760 reales, y un allas ventas efectuamacén en la playa, das los Domínguez poseían un número conside20.240 reales. rable de fincas, rústicas y urbanas, fuera del término municipal de Marbella, por un valor de Mención aparte merece la vivienda fami915.115 reales, un 38,1 % de la totalidad, corresliar del castillo que, con algo más de 1.500 mepondiendo un 10,1% a casas en la ciudad de Mátros cuadrados, ocupaba el nº. 1 de la plaza de laga, y el resto repartidos entre fincas rústicas de San Bernabé, en la cual Antonio Domínguez inIstán, Ojén, Ronda, Casarabonela y Puente Genil, virtió en reedificarla, en el año 1847, la nada desaunque sobre todo estaban concentradas en Istán preciable suma de 175.030 reales, lo que le dio y Puente Genil, con un 10,1 % y 11,7 % respectiun valor total de 200.080 reales34. La cantidad 33 vamente . gastada en la casa solariega está justificada no sólo por su aspecto puramente material, sino por FINCAS URBANAS la representación del poder secular de los Domínguez. No en vano Melchor Domínguez InEn Málaga poseían quince viviendas, doce fante Wasconcelo, fundador del mayorazgo, hade ellas correlativas en una misma calle, la del bía acogido en ella al rey Felipe IV durante su Arco, otras dos en la calle Angosta y una en la visita a Marbella en 162435. calle Montalbán. El precio, muy regular, oscilaba entre 15.000 y 18.000 reales por casa. En total FINCAS RÚSTICAS sumaban algo más de 240.000 reales, un 10% de la fortuna inmobiliaria familiar. De las fincas de Puente Genil no conocemos su extensión, pero dos de ellas, a juzEl otro grupo de propiedades urbanas lo gar por su precio, debieron de tener un tamatenían en la propia ciudad de Marbella y doblaba ño importante. El cortijo Pastrana, con 1.224 en valor a las casas de Málaga, con un 20,8% del encinas, se valoró en 133.160 reales, y el patrimonio, casi medio millón de reales invertiNaviecillo, con 2.914 encinas, en 142.460 reados en 14 inmuebles de muy desigual precio, que les. Otras tres propiedades de mucho menos van desde los 5.421 reales de una casa en la calle valor completaban las fincas de los Domínguez del Mar hasta los 61.770 en que se tasó la casa en el municipio cordobés. CUADRO Nº 1 Fuente: véase nota nº. 33. Elaboración propia. 20 CILNIANA LOS DOMÍNGUEZ DE MARBELLA Tomás Domínguez con su esposa, Rosalía Salcedo, a los pocos días de su boda. 1866. Archivo Antonio Romero Domínguez. CILNIANA 21 LOS DOMÍNGUEZ DE MARBELLA En Ronda, los Domínguez poseían un solo cortijo, Tello el Chico, en el entorno de Ronda la Vieja (Acinipo), de 95 hectáreas y valorado en 66.253 reales. En Casarabonela la huerta de Hinestrosa, apellido de antecedentes familiares, valía 23.230 reales, que unido a dos hazas pequeñas suponían un total de 35.660 reales y 11.537 metros cuadrados. En Ojén, el montante alcanzaba 49.550 reales y 3,9601 ha, que se repartía entre 7 pequeñas propiedades cercanas a Río Real. La mayor de las fincas ojenetas ocupaba una superficie de 11.800 metros cuadrados y valía 14.310 reales, mientras que la menor, de 2.147 metros cuadrados, era la más barata con un precio de 2.400 reales. En Istán radicaba una parte considerable del patrimonio de los Domínguez, un 10,1 % equivalente a 242.090 reales. La peculiaridad de las fincas panochas residía en su gran número, nada menos que 60, y en su reducido tamaño36. La superficie media del predio era de 3.790 metros cuadrados, siendo el de menor superficie uno cercano cortijo de La Campana ocupaba el tercer puesto con 74.840 reales y casi 38 hectáreas. Entre ambos, el segundo puesto, con 120.000 reales, era para el cortijo de Miraflores que, cercano a las 16 hectáreas, tenía el lugar número catorce por su tamaño. Pero es que, como ya dijimos, el precio no se corresponde únicamente con la extensión de la finca. El cortijo de Miraflores es un buen ejemplo de esas otras características que originan el precio final de una propiedad, pues hay que tener en cuenta la calidad de la tierra, si es de secano o de regadío, el tipo de cultivo, si posee o no árboles, lo abrupto del terreno, la facilidad de transporte, la cercanía a la ciudad de Marbella, y otros elementos que concurrían en Miraflores, como una buena casa, instalaciones auxiliares de establos, almacenes, y complementos industriales como el molino de aceite. El cortijo de Miraflores se fue convirtiendo paulatinamente en residencia habitual de los Domínguez37. Ubicado en un lugar más sano que la antigua casa solariega del castillo, ofrecía amplias posibilidades de recreo para los miembros de la familia, con un espacioso jardín en En Istán radicaba una parte considerable del patrimonio de los su lado sur38. Además, la ciuDomínguez, un 10,1 % equivalente a 242.090 reales. dad de Marbella había crecido La peculiaridad de las fincas panochas residía en su gran número, y la calle Ancha, eje de expannada menos que 60, y en su reducido tamaño. sión sur-norte, conducía directamente a la Fuente del Prado, lugar desde donde el cortijo se de 536 y el mayor de 11.806 metros cuadrados. convirtió en una atalaya, simbólica, de dominaEn cuanto a su valor, hemos obtenido una media ción sobre la ciudad, sustituyendo a la antigua de 4.034 reales por finca, siendo la más barata del castillo, reflejo del cambio de poderes opeuna de 750 reales, y la más cara una de 9.700 rado, donde el valor del dinero representado por reales, pero no debemos asociar como regla gela burguesía decimonónica, y su consiguiente inneral tamaño con precio, pues otras caracterísfluencia económica y política, iba sustituyendo ticas de la finca, en primer lugar si poseía riego a los valores de la antigua nobleza de sangre. o no, influían en su valoración. Hay que considerar, que la explotación de estas pequeñas finObservamos una distribución espacial de cas supondría una mayor complejidad por exislas fincas que a grandes rasgos se repite en otros tir un numeroso grupo de colonos. grandes propietarios del municipio, algunas huertas cerca de la ciudad, y fincas de mayor exObviamente, las fincas rústicas enclavatensión repartidas por el resto del territorio mudas en Marbella, por su elevado valor, 990.378 nicipal. reales equivalente a un 41,2 % del inventario, y por su extensión, algo más de 437 ha, constiEl caso de Domínguez se caracteriza por tuían la base de la riqueza agrícola del mayorazla posesión del cortijo de Miraflores, elemento go de los Domínguez, por lo que nos detendredestacado muy próximo al núcleo urbano, y los mos algo más en su comentario, con la ayuda grandes cortijos de La Campana y Olivar de del cuadro siguiente, en el que se recoge el tipo, Guadaiza en la zona más fértil de las tierras de el nombre, la situación, la superficie y el precio Poniente. Otras propiedades se reparten entre de cada una de ellas. Benabolá, Guadalpín, Valdeolletas y Las Chapas. En esta última zona los predios son de gran exLa finca de más valor era el Olivar de tensión pero de menor valor, ya que su aproveGuadaiza, tasada en 124.750 reales por algo más chamiento son tierras de secano y de aprovede 36 hectáreas de extensión, mientras que el chamiento silvoforestal. 22 CILNIANA LOS DOMÍNGUEZ DE MARBELLA CUADRO Nº 2 Fuente: nota nº. 33. Elaboración propia. La superficie en ha, el precio en reales. *Fincas adquiridas por Antonio Domínguez Alburquerque. Notas Los Domínguez, procedentes de Vejer de la Frontera, llegaron a Marbella con las tropas castellanas que ocuparon la ciudad en 1487. Melchor Domínguez, fundador del mayorazgo 1 de su apellido, compró el cargo de regidor en 1607. Sus sucesores ocuparon oficios en el ayuntamiento, en la milicia, en la recaudación de impuestos, que les permitió incrementar su poder y riqueza. El relato de los hechos lo podemos conocer por Antonio Romero Domínguez (1996), descendiente y estudioso de CILNIANA 23 LOS DOMÍNGUEZ DE MARBELLA la historia familiar. 2 Archivo Histórico Provincial de Málaga (A.H.P.Ma.), Fondos Notariales, (F.N.), leg. P-4971, fols. 220-345. Los datos proceden de este documento cuando no se cite lo contrario. Agradezco a Antonio Romero Domínguez el haberme facilitado una fotocopia del documento. 3 Cabrillana (1989). 4 Mata Olmo y Romero González, pág. 265. 5 Por citar sólo dos ejemplos, tenemos para el campo sevillano la obra de María Parias (1989) y para el textil antequerano la de Antonio Parejo (1987). Este último propuso una metodología sobre los protocolos notariales en Parejo (1984). 6 La equivalencia más usual del documento es de 6440 metros cuadrados por fanega. 7 Antonio Domínguez y Vargas, dedicado a la profesión militar por su categoría de segundón, residía en Cuba. No tuvo noticias de la muerte de su padre hasta 1813, dos años después de haberse producido y, correspondiéndole la herencia, ya que sus hermanos mayores también habían muerto, se dispuso a regresar a la Península, pero no logró permiso para volver hasta doce años después, en 1825. Romero (inédito). 8 Obligado a pactar con su prima Nicolasa Domínguez, que había ocupado el mayorazgo durante sus años de ausencia, no tuvo más remedio que acudir a los préstamos para salvar la situación financiera. Sólo seis años pudo Antonio Domínguez y Vargas disponer, acaso disfrutar, del legado de sus antepasados antes de su muerte. Romero (inédito). 9 Sobre Antonio Domínguez puede verse una reseña biográfica en Fernando Alcalá (1980), pág. 124, y sobre los Domínguez en general el mismo autor en las págs. 174-175. 10 Como en 1840, 1843 y 1854. Antonio Rodríguez Feijóo (1986), págs. 37-43. 11 Archivo Municipal de Marbella. (A.M.Mb.) Amillaramiento de 1850. Caja (C.) 3293. Pieza (P) 1. 12 La herencia dejada por Pedro Artola era en 1894, en su reparto de bienes, de 436.860 reales. A.H.P.Ma., F.N., leg. P-5442, fols. 45-57. 13 Boletín Oficial de la Provincia de Málaga, 14 de noviembre de 1865. 14 Al amparo del general López Domínguez, primo hermano de su esposa, representó durante muchos años al distrito Marbella-Coín en el Congreso de Diputados. 15 En 1839, entre 1868 y 1873 (con intervalos que desconocemos), y entre 1874 y 1875. 16 A.H.P.Ma., F.N., leg. P-4948, fols. 276-283. 17 A.H.P.Ma., F.N., leg. P-4971, fols. 222-226v. 18 A.H.P.Ma., F.N., leg. P-4948, fols. 279-279v. 19 A.H.P.Ma., F.N., leg. P-4971, fols. 275-275v. 20 El nuevo propietario fue Juan Poey, que podría estar relacionado con la persona del mismo nombre y apellido “amigo del marqués del Duero, hombre de negocios, residente en Cuba, que tiene como actividad importante el préstamo de dinero”. Gutiérrez Álvarez (1992), pág. 13. 21 Aunque el documento cita Badalatosa de Córdoba, corregimos el nombre y la provincia a la que pertenece. El error de localización puede deberse a que el citado municipio está en el límite entre Córdoba y Sevilla. 22 Una de las últimas ventas sería la de dos casas en el castillo de Marbella, cuyo contrato de compraventa se protocolizó el 10 de marzo de 1865, a Josefa Sánchez Romero por 4.000 reales. A.H.P.Ma., F.N., leg. P-4960, fols. 415-418v. 23 A.H.P.Ma., F.N., leg. P-4948, fol. 280. 24 Después de largos pleitos Antonio Domínguez Alburquerque logró hacerse con el patronazgo de la Capilla de San Pedro y San Pablo que habían tenido sus antepasados desde el siglo XV. Romero (2000), págs. 77-85. 25 En 1836 adquiere fincas municipales en Las Chapas, según acuerdo del Ayuntamiento para enajenar fincas que ya labraban particulares. A.H.P.Ma., F.N., leg. P-4939, fols. 154-191. 26 Una de las compras que no fructificó fue la de un solar del convento de San Francisco. Adquirido a su hermana María del Rosario, madre de José López Domínguez, en 1848 por 12.000 reales tuvo que devolverlo en 1851, ya que el contrato se efec- 24 CILNIANA tuó a retroventa y ella le reintegró su importe. A.H.P.Ma., F.N., leg. P-4944, fols. 408-410. 27 Para una visión de las actividades agrarias, comerciales y fabriles de los Domínguez a mediados del siglo XVIII véase el estudio de Francisco López y Lucía Prieto (2001) sobre el Catastro de Ensenada en Marbella. 28 En lo que el profesor Jordi Nadal bautizó para el caso andaluz como desamortización del subsuelo. 29 En Andalucía hay un variado panorama regional, pues mientras una nobleza secundaria y local cede ante las nuevas oligarquías, otra logra su continuidad. González de Molina y Gómez Oliver (2000), pág. 134. 30 A.M.Mb. Amillaramiento de 1850. C. 3293, p. 1. 31 A.M.Mb. Contribución Industrial y de Comercio. Año de 18641865. C. 3299, p. 9. 32 A.H.P.Ma., F.N., leg. P-4971, fol 319v. 33 La relación de fincas ocupa los fols. 141-275. A.H.P.Ma., F.N., leg. P-4971. 34 A.H.P.Ma., F.N., leg. P-4971, fols. 274-275. 35 La placa conmemorativa de la visita del Rey se guarda en el Hospital de Santo Tomás de Málaga. Romero (1996), pág. 45. Actualmente es oficina de la compañía eléctrica “Sevillana-Endesa”. 36 La mayoría de estas fincas, gravadas a favor del mayorazgo, fueron engrosando el patrimonio de los Domínguez durante el siglo XVII, pues los vecinos de Istán se vieron obligados a enajenarlas «unas por necesidad, y otras por atrasos del censo». Archivo Municipal de Istán. Executoria de los autos seguidos entre la ciudad de Marvella, la Real Hacienda, concejo y pobladores de este lugar de Ystán. Año de 1788, fols. 62-63v. Esta información me ha sido facilitada por Lina Urbaneja. 37 Para el estudio de los elementos artísticos del cortijo puede consultarse Francisco López González (1997). 38 Las características del jardín han sido estudiadas por Blanca Lasso de la Vega (1997). Bibliografía ALCALÁ MARÍN, F. (1980): Marbella de Ayer, 1800-1900. Marbella. CABRILLANA, N. (1989): Marbella en el siglo de Oro. Granada. GONZÁLEZ DE MOLINA, M. y GÓMEZ OLIVER, M. (2000): Historia Contemporánea de Andalucía (nuevos contenidos para su estudio). Granada. GUTIÉRREZ ÁLVAREZ, J. S. (1992): “Los agobios económicos del marqués del Duero y el final de una gran propiedad”. Cuadernos de Historia Contemporánea nº. 14, págs. 9-29. LASSO DE LA VEGA Y WESTENDORP, B. (1997): “Los jardines del cortijo de Miraflores: un legado histórico”. Cilniana nº. 9, págs. 15-20. LÓPEZ GONZÁLEZ, F. (1997): “El cortijo de Miraflores: aproximación a sus aspectos artísticos”. Cilniana nº. 9, págs. 21-27. LÓPEZ GONZÁLEZ, F. y PRIETO BORREGO, L. (2001): Marbella 1752: según las Respuestas Generales del Catastro de Ensenada. Marbella. MATA OLMO, R. y ROMERO GONZÁLEZ, J. (1988): “Fuentes para el estudio de la propiedad agraria en España (siglos XVIIIXX). Balance provisional y análisis crítico”. Agricultura y Sociedad nº. 49, págs. 209-291. PAREJO BARRANCO, A. (1984): “Protocolos notariales e historia industrial: algunas posibilidades metodológicas”. Baetica nº. 7, págs 337-354. PAREJO BARRANCO, A. (1987): Industria dispesra e industrialización en Andalucía. El textil antequerano (1750-1900). Málaga. PARIAS SAINZ DE ROZAS, M. (1989): El mercado de la tierra sevillana en el siglo XIX”. Sevilla. RODRÍGUEZ FEIJÓO, A. (1986). Enseñanza liberal en Marbella (1833-1936). Tesis de licenciatura. Málaga. ROMERO DOMÍNGUEZ, A. (1996). “El cortijo de Miraflores. Los moradores en su historia”. Cilniana nº. 8, págs. 42-51. ROMERO DOMÍNGUEZ, A. (1998). “El cabildo de Marbella en el siglo XVII”. Cilniana nº. 11, págs. 49-60. ROMERO DOMÍNGUEZ, A. (2000). La capilla de San Pedro y San Pablo de la colegiata de Belmonte. Corpus documental. Málaga. ROMERO DOMÍNGUEZ, A. (inédito). “El cortijo de Miraflores, sus moradores, su historia”. PERDIGUERO Y MARBELL A : CUATRO IMÁGENES DE UNA CIUDAD José Manuel Sanjuán López Conocida es la atracción que Marbella y su entorno han ejercido sobre numerosos artistas plásticos desde la segunda mitad del siglo XX a nuestros días. En algunos casos, la estancia fue fugaz y superficial; en otros, permanente y fructífera. En este trabajo hablaremos del pintor Perdiguero, de su llegada hace tres décadas, y de su visión de la ciudad mediante cuatro obras singulares, que trascienden la mera función reproductora y se internan en una trama donde confluyen objeto y sujeto, historia y sentimiento. 1. El pintor Perdiguero, en su estudio. "A Inmaculada, por su apoyo y comprensión" E n su libro sobre la evolución del turismo en Marbella y su repercusión en diferentes medios ciudadanos, Fernando Alcalá Marín, cronista oficial de la villa, resalta el favorable entorno socio-geográfico para el asentamiento de artistas plásticos de acreditada fama así como para los jóvenes creadores locales 1. De este variado grupo –integrado básicamente por pintores, escultores y grabadores– en este trabajo nos ocuparemos de un pintor llegado a la ciudad a finales de los años sesenta y cuyo currículo anunciaba una extraordinaria proyección en el ámbito regional e incluso nacional. En efecto, Perdiguero se estableció en Marbella en enero de 1969, y una estela de galardones y premios ya atestiguaban su valía. Hasta esa fecha, y como mera referencia, recordemos los siguientes: Tercer Premio en la XX Exposición Provincial de Arte, Málaga, 1960; Segundo Premio en Nerja, Concurso al Aire Libre, 1966; Medalla de Plata II Certamen Peninsular “La Buena Sombra”, Málaga, 1967; Primera Medalla en el Concurso al Aire Libre, Málaga, 1967; Medalla de Plata en el Concurso Nacional de Educación y Descanso, Madrid, 1968; Medalla de Oro en Valladolid, II Certamen Nacional “Ansiba”, 1969; etcétera. La crítica del momento también advirtió la progresión de este joven artista hasta calificarlo como “uno de los pinceles más finos de la MáCILNIANA 25 PERDIGUERO Y MARBELLA 2. “Marbella, años 70”. 97 x 130 cm. O/L. 1972. Col. particular, Amberes (Bélgica). laga actual”2, comentario que coincidía con la visión optimista y confiada del reputado cronista de arte Francisco López Martín: “Hay un gran pintor para el porvenir; porque ya ahora, lo es.”3 rencia estilística y temática, muy grata a crítica y público4. Hasta la fecha nuestro autor ha realizado treinta y cinco exposiciones individuales y ha participado en más de sesenta certámenes provinciales y nacionales, cuyo balance positivo se resume en treinta y dos distinciones, entre medallas y premios. Ha efectuado viajes de estudio por Francia y Países Bajos (1976), Italia (1980) y Austria (1986), y hay obra suya en colecciones particulares de Estados Unidos, España, Alemania, Inglaterra, Bélgica, etcétera. No corresponde aquí el estudio y la evolución de su obra pictórica, mas sí podemos relatar, a modo de aproximación, un esbozo biográfico y artístico. José Sanjuán Perdiguero nace en Archidona (Málaga) en 1933. De talante precoz y decidido, concurrió a su primera exposición en 1949 y, dos años más tarde, perfeccionó dibujo y colorido con el profesor Wladimiro Desde su llegada a Marbella ha compagiFernández, que le inculcó el aprendizaje del nanado una ingente labor creativa con participatural. En 1960 se traslada a Málaga, contrae mación en actividades paralelas e incluso ha ejercitrimonio, y asiste durante dos años a la Escuela do la docencia5, todo lo cual avala su constante de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos. En ese compromiso con el arte. De sus colaboraciones mismo ambiente, y en torno a los concursos al en diferentes citas locales, destaquemos su aporaire libre promovidos por Educación y Descanso tación mural en el homenaje colectivo a Pablo y los organizados por “La Buena Sombra”, conoPicasso, en 1981, con motivo del centenario de ce a diversos artistas locales como López Palosu nacimiento; su inclusión en la relación de armo, Torres Narváez, Rodrigo Vivar, Ángel Giró, tistas de la muestra “168 horas de arte”, patrociJosé Guevara o De la Fuente Grima y fundan el nada por el complejo comercial de Puerto Banús grupo “Nueve Pinto(febrero 1988); elegires”, formación básido para realizar la camente paisajista y Desde su llegada a Marbella ha compaginado nueva imagen del esque pese a su prolonuna ingente labor creativa con participación tandarte de Nuestra gada existencia Señora del Mayor (1973-1993) y a la al- en actividades paralelas e incluso ha ejercido Dolor, de la cofradía la docencia, todo lo cual avala su constante ternancia de sus comde Nuestro Padre Jeponentes, mantuvo sús Nazareno (1997), compromiso con el arte. una estimable cohey, en los años 1999 y 26 CILNIANA PERDIGUERO Y MARBELLA 2000, designado miembro del jurado calificador de los concursos de pintura infantil y juvenil organizados por la Delegación de Servicios Sociales del Ayuntamiento. En el capítulo artístico, sus primeras telas ya denotaban una inclinación realista y un marcado sentido del color que aplicó con prontitud en su género predilecto, el paisaje, bien en sus versiones rural o urbana. Un paisaje que, en los años sesenta, evoluciona y adquiere evidentes rasgos del mal llamado “impresionismo malagueño”, término que en la práctica acogía un luminismo de clara raíz sorollesca pero más sosegado y sereno, sin llegar a las exaltaciones cromáticas del valenciano y más interesado en la reflexión contenida de un hábitat nativo y concreto. Aún así, Perdiguero no se limita a una mera función ilustrativa de la realidad y pronto convierte sus óleos en campos de pruebas donde, sin alejarse de una figuración más o menos ortodoxa, concibe, entre otras alternativas, apuntes de pequeño formato liminares a la abstracción, uso indistinto de pincel y espátula, panorámicas vaporosas y fluidas, ejercicios neocubistas, etc. En definitiva, su obra se caracteriza por una amplia variedad estilística y una constante renovación cromática. Sin desdeñar otros temas, es comprensible que el grueso de la producción de un autor eminentemente paisajista trate sobre la localidad donde reside; así pues son innumerables las veces que ha plasmado calles, plazas, esquinas, rincones, marinas, motivos todos ellos válidos para expresar una emoción, un sentimiento de completa afinidad con el municipio que habita. No obstante, no conforme con la fisonomía urbana que contempla, indaga en imágenes pretéritas de la ciudad y las actualiza con un decidido ánimo vivificador: vestigios del ayer y de hoy que reinterpreta sin un falso sentimentalismo unos, ni como una gloriosa propuesta de futuro los otros. En el plano pictórico, para un pintor que utiliza el lienzo como superficie especulativa, es decir, que todo motivo queda supeditado a su tratamiento plástico, la representación visual queda desligada de la realidad artística –no en vano, es uno de los logros del arte contemporáneo6–, y para Perdiguero supone un apetecible devaneo con la heterodoxia más moderada, con unos resultados altamente convincentes. Entre toda esta sugerente y variada temática marbellí, hemos seleccionado cuatro ejemplos que, a nuestro juicio, rechazan, por una parte, el estereotipo habitual y consabido de cualquier localidad turística costera (avenidas amplias y ajardinadas, torres de apartamentos, cielos azules y playas cristalinas)7 y por otra, resalta el sin- gular planteamiento estético utilizado. Dos de ellos están realizados en los años setenta, “Marbella, años 70” y “Dos vistas de Marbella”, los otros, en los noventa, “Marbella, vieja y bella” y “Marbella”. En líneas generales –aunque luego procederemos a su estudio individualizado– contienen rasgos comunes: gran formato, firme propósito de romper tópicos localistas y geográficos, ausencia de personajes, decidida intención pictórica, uso de diferentes técnicas y texturas y, finalmente, la voluntad de no rebuscar motivos de la ciudad. Este punto nos interesa particularmente porque es decisivo para determinar la pericia del pintor frente a una indudable paradoja: ¿Cómo huir del consabido tipismo utilizando, a la vez, sus elementos más emblemáticos? Para ello se sirve de los iconos más reconocibles por los marbellíes (la iglesia de la Encarnación y la plaza de los Naranjos) y los dispone pictóricamente en un escenario real pero a Su obra se caracteriza por una amplia variedad estilística y una constante renovación cromática. la vez atemporal, ambiguo y sugeridor, que exige del espectador una lectura más detenida que la proporcionada por la mera visualización aparente. Apreciamos claramente una subversión de intenciones: Perdiguero inserta una realidad física y tangible en una atmósfera irreal o, cuando menos, no exenta de ciertos indicios que traspasan el tradicional concepto de paisaje naturalista. Como resultado, cuatro óleos que no son fruto del azar ni de una percepción plenairista, sino de la cosa mentale, propugnada por Leonardo e imprescindible para las vanguardias, y que junto a su “sorprendente y personalísima inspiración creadora”8 nos descubre una Marbella insólita, afable y a la vez lejana, una Marbella cuyas raíces históricas reviven gracias al lenguaje del arte actual. Pasado y presente al unísono, sin anacronismos trasnochados ni visiones utópicas, una realidad viva interpretada por los pinceles de la sensibilidad. La pintura española, aunque pueda abundar en cierto paisajismo urbano, se ha preocupado más por una suerte de vitalismo costumbrista, romántico y evocador. Así pues, las obras que presentamos de Perdiguero entroncan con una poética de la ciudad, en su versión muda y silente, nacida en París a finales del XIX y con Maurice Utrillo como mejor valedor, pero que en nuestro país ha tenido excelentes cultivadores con magCILNIANA 27 PERDIGUERO Y MARBELLA níficas realizaciones. Baste recordar algunas: la Como ya dijimos anteriormente, rehúsa el pinmás antigua, quizá, esa ingrávida y espectral Vistor la imagen típica de lugar soleado y amable ta de Toledo, de El Greco (h. 1605); la siniestra (recurso que, por otra parte, ha sido muy utilizaermita de San Antonio que Goya sitúa como fondo en la pintura malagueña desde finales del sido a Los Fusilamientos del 3 de mayo (1814); los glo XIX)13 y envuelve la escena en un ambiente nocturnos secos y escuetos de Regoyos; las ciutenue y mortecino, fruto de una luz matutina dades levíticas que Zuloaga dispone tras sus más suave, sin grandes contrastes, que homogeneiza conspicuos retratados; Solana y sus cosificados la composición y diluye contornos. El colorido, escenarios rurales; los fantasmales pueblos casuna hábil monocromía de ocres y marrones, y la tellanos de Vaquero pincelada, fluida y liPalacios; el intenciogera, imprimen una nado temblor urbano vaga melancolía que Nos descubre una Marbella insólita, afable de Agustín Redondeevidencia más una y a la vez lejana, una Marbella cuyas raíces la; la impalpable mepercepción subjetiva históricas reviven gracias al lenguaje del lancolía surreal de que una estación Asunción Molina; el arte actual. climática, circunstanamortiguado silencio cia que la crítica del bilbaíno de Juan Ramomento atribuyó, món Luzuriaga y, para concluir esta breve relametafóricamente, a su paleta “nutrida de secas ción, las yermas panorámicas madrileñas de Anhojas muertas”.14 tonio López. Ocre otoñal, bella poesía, cautivador lirisEl cuadro más antiguo que vamos a analimo... Definiciones todas ellas aplicables a este zar se titula “Marbella, años 70”, y está fechado estilo atrayente y sugeridor que practica hasta en 1972 (Foto 2). Aun cuando pertenece a una finales de los setenta en su ánimo de domeñar época en que las corrientes de vanguardia fluyen los fulgores del luminismo tradicional y y se diversifican con una extraordinaria rapidez9, reconducirlo hasta cauces más íntimos, más la escena, a primera vista, despide cierto sabor introspectivos. Tal así, que en 1976, en su indiviañejo y conservador, aunque una apreciación más dual en Antequera, la crítica destacaba que “saldetallada nos invalide tal consideración. En un vo dos cuadros [...] que Perdiguero ha visto bajo esformato apaisado, la escena se sitúa en la entrapecie geométrica, todo el resto de la exposición está da a la ciudad, donde la carretera ocupa la mitad difuminado por una cierta vaguedad de estirpe roinferior del lienzo; la orientación sur-norte permántica...”15, filiación asignada por la presencia mite la visualización de la hilera de casas y su de distintivos formales propios del Romanticisiglesia parroquial en segundo plano, precedidas mo, pero que, a nuestro juicio, obedece a un por un coche de caballos y tres personas, dos de deseo por manifestar una interpretación persoellas parecen dialogar, la tercera mira en direcnal de una ciudad, un sentimiento telúrico. Para ción opuesta. Para concluir, la formación montaello recurre al silencio y a la soledad, dos atribuñosa de Sierra Blanca, cuya inquietante aparientos de gran trascendencia en el devenir de nuescia bien podría coincidir con la descripción dada tro arte desde Zurbarán hasta Chillida, pues han por Jerez Perchet : “Ofrece en sus variados aspectos configurado el llamado “gusto español” o la “traparajes de enmarañada vejetación (sic) ásperas cimas, dición española”. En fin, intuimos la búsqueda pintorescos accidentes y cañadas sombrías y adusde una esencia, depurada y ascética, mediante la tas”10, y un cielo, plomizo y “nebuloso”, como ya soledad sonora que tanto ansiaba San Juan de la sugirió Vázquez Clavel11, cierra el conjunto. Cruz. Sorprende la superficie dedicada a la carretera, la misma que años más tarde José Manuel Vallés diría que “más que eso, es hermosa calle”12. No obstante, su importancia radica en su función de organizadora espacial, pues las jardineras situadas en ambos extremos dirigen la mirada hacia el pueblo, cuyas prolongaciones convergen no en la torre de la iglesia –que está ligeramente escorada hacia la izquierda– sino en la cabecera, construcción reforzada arquitectónica y visualmente con un doble tejado, que define con nitidez la dirección triangular de los ejes. Aun así, el secreto formal de esta obra reside en el tratamiento de la luz y su adecuación cromática. 28 CILNIANA Para el estudio de la siguiente obra, “Dos vistas de Marbella” (Foto 3), recordemos, momentáneamente, el primer término de la reseña antes citada, “bajo especie geométrica”. Estamos ante un nuevo y sorprendente cambio de estilo en un pintor “que gusta de plantearse temas difíciles”16 y que ratifica su versatilidad como prueba de superación personal17, muy a tono con la década en cuestión (el cuadro está fechado en 1976), donde las propuestas artísticas más punteras – neo-figurativa, conceptualismo, minimalismo y neo-abstracción– aúnan sus esfuerzos para desmontar las estructuras sintácticas e institucionales de los sesenta y pugnan denoda- PERDIGUERO Y MARBELLA damente por afirmar su carácter abierto y cosmopolita.18 Perdiguero organiza la composición de una forma peculiar con la división del espacio pintado en dos cuadrados asimétricos respecto al eje central del tablero. Cada mitad, a su vez, se bordea con una banda de color azul de distinto grosor, salvo en su zona interna, donde los motivos representados están claramente aislados mediante referencias objetuales y contrapuntos cromáticos. La zona izquierda acapara una vista parcial de la céntrica Plaza de los Naranjos: el rincón que comprende la ermita de Santiago y la fuente aneja. La ermita, obra del siglo XV, asume un doble protagonismo, plástico, por su marcado punto de fuga, e histórico por su singular orientación arquitectónica, probable ubicación de una antigua mezquita19. La fuente, estilizada y en tonalidad ocre, destaca entre los árboles circundantes, y proclama con orgullo su antigüedad (1504); no en vano, Alcalá Marín la considera el más bello recuerdo de la Marbella posterior a la conquista20. En la zona derecha, donde el motivo abarca mayor superficie, está la iglesia de la Encarnación (s. XVIII) 21 rodeada de casas y prote- gida, al fondo, por la suave ondulación de Sierra Blanca. El encuadre elegido, oblicuo y en perspectiva elevada, permite la visión de la torre y de la parte superior de la portada principal cuya piedra labrada contrasta con la pared blanquísima de la fachada. En esta ocasión, Perdiguero recurre a un calculado equilibrio de líneas horizontales y verticales, sólo alterado por los necesarios puntos de inflexión para aliviar la posible rigidez ortogonal: los árboles, en la sección izquierda, asientan la composición y delimitan las distancias; en la zona derecha, una hábil diagonal inferior (tejado-portada-torre-cabecera) aligera la masiva presencia de ángulos rectos. El colorido, plano y carente de gradientes, se reduce prácticamente a una bicromía, blanco y marrón, con la justa inclusión del verde (árboles) y celeste (cielo y montaña). Una luz clara y límpida separa con diafanidad los campos cromáticos; esta luminosidad, pese a la abundante presencia de zonas blancas no es refulgente, por lo que impide marcados contrastes luz/sombra, particularidad que aporta al resultado final un lejano parentesco con una ciudad colonial22. 3. “Dos vistas de Marbella”. 114 x 146 cm. O/táblex, 1976. Col. particular, Marbella. CILNIANA 29 PERDIGUERO Y MARBELLA Todas estas características nos llevan a pensar que Perdiguero ha ideado esta obra como un cartel –aunque haya sido ejecutada al óleo– cuya interpretación requiere una doble lectura. El cuadro encarna un digno homenaje a la Marbella histórica al entreverar, a modo de friso, un sereno simbolismo cristiano y una pujante vocación turística. Por un lado, el plano narrativo, con dos enclaves urbanos muy próximos –tanto en el lienzo como en los años setenta y ochenta23. En definitiva, el cuadro encarna un digno homenaje a la Marbella histórica al entreverar, a modo de friso, un sereno simbolismo cristiano y una pujante vocación turística; una ponderada dualidad que demuestra la confianza de su autor al tratar nuevos lenguajes plásticos con sobrados recursos para ello24. Debemos avanzar hasta 1994 para localizar el tercer lienzo de Perdiguero, y con él, la peculiar visión de su ciudad adoptiva. Antes, sin embargo, una breve semblanza artística de los noventa nos proporcionará las coordenadas adecuadas para enfocar el posmodernismo imperante 4. “Marbella, vieja y bella”. 89 x 116 cm. O/L. 1994. Col. particular, Marbella. geográficamente–; y por otro, el plano morfológico, donde acopla otra doble consigna, luminismo sosegado y esquematización geométrica. En pocas palabras, combina tradición y modernidad, algo que no debe extrañarnos en un artista inquieto y emprendedor, perfecto conocedor de cualquier floración pictórica en el territorio nacional, como la suscitada años antes (1967) con motivo de las dos exposiciones de Nueva Generación en Madrid, cuyos postulados geométricos y neoconstructivistas propiciaron sendas interesantes –algunas esporádicas, como el caso que nos ocupa– en numerosos pintores 30 CILNIANA y su posible influencia en la producción de nuestro autor. En la escena internacional, diversos procesos político-sociales abocaron en una necesaria reubicación del arte de las culturas colonizadas, de etnias aisladas o el de las áreas periféricas, en lo que se ha llamado “nuevo internacionalismo”. A su vez, este reconocimiento de una pluralidad lingüística y de una multiplicidad cultural conllevó la difusión de grupos específicos – minorías sexuales, religiosas o estéticas– que de estar acalladas y reprimidas han pasado a estar PERDIGUERO Y MARBELLA reconocidas25. En Málaga –y la citamos por su capitalidad y como obligada referencia como centro generador de arte– la evolución desde los ochenta (cuya posición se debatía entre la desidia de galerías y organismos oficiales y la institucionalización de los vanguardistas de los 60 y 70)26 discurre por dos cauces paralelos: las corrientes modernas, difundidas con inquebrantable tesón por galerías concretas (Cortijo Bacardí, Marín Galy, Alfredo Viñas), y, sobre todo, por la Diputación27; la pintura tradicional, siempre auspiciada por numerosas salas (Nova, Porticus, Benedito, La Económica, etc.), cuenta con la promoción añadida de determinados gremios cercanos o no al mundo del arte, como la Asociación de la Prensa de Málaga y su “Salón de Otoño”28, quizá pálido remedo de aquel Salón de los Once d’orsiano. Pero volvamos a 1994 y al comentario del lienzo en cuestión: “Marbella, vieja y bella” (Foto 4). A decir verdad, el motivo es bastante trivial: una sucesión de casas agrupadas en torno a la vista dorsal de una iglesia, en este caso la Encarnación, nuevamente. Sin embargo, el pintor no acude a la visión contemporánea del templo, sino que retrocede hasta imágenes de los años treinta o cuarenta. Hecha esta salvedad, ¿qué hay de novedoso en esta pintura? pues no consideramos que esta memoria del pasado funcione como una motivación inconsciente29. La pregunta correcta sería ¿qué es lo que atrae de este insondable lienzo a pesar de su aparente simplicidad formal?30. Observemos la obra. En primer lugar, debemos convenir con Francis Carter que su aspecto es el de una ciudad árabe31, acaso la Marbilia de los siglos XI y XII, un conglomerado de casas carente de simetría u ordenación alguna, sólo estratificada en virtud del amplio potencial de visualización del entorno, debido al carácter de ensenada de la costa marbellí32. A pesar de esta disposición urbana, el conjunto no presenta descalabros compositivos. La ubicación privilegiada de la iglesia podría implicar el punto de fuga en su vértice superior, y así conformar una disposición triangular de los ejes; muy al contrario, el ritmo interno se articula mediante la sucesión de espacios derivados de los saltos y conexiones ortogonales. Esta masiva presencia de triángulos y cubos –característicos de la arquitectura hispanomusulmana– elude la pesadez volumétrica pues, como precisa Chueca Goitia, “tal es su pura e ingrávida geometría, limpiamente aristada, [...] sin que se perciba nunca una sensación de materia, evitada merced a la planitud de las superficies sin relieves fuertes.” 33 Empero, el verdadero arcano reside en su colorido. Una sutilísima compenetración de grises “renovadores y alertadores de un progreso”, dirá un crítico34 , con la terna rojos-marrones-ocres, en capas muy finas y superpuestas, y las veladuras y pátinas zonales, establecen una armonía cromática que supera el límite de lo puramente pictórico y se introduce en el escabroso terreno de las cábalas y suposiciones, algunas tangentes a la irrealidad. Y el tiempo suspendido, como aniquilado contribuye a ello. Esas casas, tan cerradas y comprimidas en sí mismas, sin apenas vanos, irradian una vida interna difícilmente constreñible, mudez a duras penas reprimida, todo ello a resultas, como sagazmente ha descifrado José Mayorga, “de una expresividad que está hecha tanto de la materia que reproduce como del halo que esta misma materia desprende” 35. Aún nos quedarían muchos asuntos a tratar, como ese cielo que no es tal, sólo una franja azulada monocroma, refugio de brumas y neblinas, “que envuelven las formas y hacen surgir imprecisas las ásperas montañas”36, o esas mismas montañas cuya doble silueta refuerza el concepto de barrera tanto geográfica como simbólica, bastión irreductible de la naturaleza que, junto al Mare Nostrum, constituyen, a juicio de Maíz Viñals, “los dos secretos del maravilloso clima de Marbella”37. En fin, una obra de variadas lecturas semánticas que exceden el espacio aquí destinado. Una obra enigmática que, sin duda, su creador pergeñó con frialdad calculada, con plena conciencia del poder evocativo objetual y sus múltiples posibilidades reflexivas. Afirma José Ramón Danvila –en su texto sobre crítica de arte– que Andalucía es un pueblo que vive de sus tradiciones. Sostiene el autor que el andaluz con demasiada frecuencia retrocede en la teoría, pero la analiza tan a fondo que es capaz de sacar de ella otra nueva38. Esta premisa parece la seguida por Perdiguero en su cuarta y última representación de la ciudad. Con “Marbella” (Foto 5), fechada en 1996, el pintor Toda una trama de significantes colaboran en la cristalización de una imagen global y unitaria de la idea preconcebida: Marbella, pasado y presente. retoma elementos conocidos, pretéritos y actuales, y los yuxtapone a modo de collage pictórico con una dicción resueltamente moderna. Por otra parte, recurre a atributos relacionados más con la estética de los ochenta que de los noventa: la visión retrospectiva de la historia social, política y artística, la explosión masiva de neo-lecturas y, sobre todo, la comprensión del mundo medianCILNIANA 31 PERDIGUERO Y MARBELLA te la fragmentación, basada en las teorías deconstructivas propugnadas por Jacques Derrida39. Esta posición “des-estructuradora” permite ofrecer al espectador una plataforma idónea donde selección e imaginación confluyen en una compacta simbiosis. Toda una trama de significantes colaboran en la cristalización de una imagen global y unitaria de la idea preconcebida: Marbella, pasado y presente. Trasladado al soporte, reaparece la torre de la iglesia de la Encarnación, símbolo totémico de la ciudad; en justo correlato figura una construcción esbelta y cónica, conocida vulgarmente como “el pirulí” que, indefectiblemente, nos sugiere las vigilantes torres almenaras40; también de nueva creación es el puente del Arroyo de la Represa, cuya arista obtusa delata su paternidad sevillana, y, vagamente, sintetiza la osamenta moderna del otrora patrimonio industrial de la ciudad 41 ; una balaustrada renacentista, que se complementa con las casas –blancas y recias, de tipología casi militar– para otear y conjurar el peligro marítimo entre los siglos XVI y XVIII42; Sierra Blanca, cómo no, expone su faz amiga y entrañable en el horizonte, y, por fin, en la zona izquierda, realzada mediante campos de color y contrastes zonales, reclamando para sí el prestigio que el turismo le arrebató a partir de los años cincuenta, la agricultura. Campos feraces, huertas ubérrimas..., alabadas desde la Antigüedad por historiadores y viajeros, condicionaron en la retina de estos ávidos visitantes –junto al clima y el mar–, estampas indelebles de bonanza y prodigalidad natural sin parangón. Citemos, a modo de epílogo, a Guillén Robles: “...bajo el hermoso cielo de Marbella, ante los deliciosos horizontes que desde ella se descubren, entre una naturaleza cuasi tropical donde parece que el sol aumenta la intensidad de sus rayos y donde se contempla una constante exuberancia de vida...” 43 El historiador austriaco Aloïs Riegl publicó, originalmente en 1903, un conocido estudio sobre los monumentos y las diversas opciones posibles para su conservación. Nos interesa destacar un párrafo donde, tomando como sujeto la vieja torre de una iglesia, hemos de distinguir «entre los recuerdos históricos de distinto tipo, más o menos localizados, que su imagen despierta en nosotros, y la idea general, no localizada, del tiempo que la torre ha “vivido” y que se pone de manifiesto en las huellas, claramente perceptibles, de su vetustez»44. El ejemplo se acomoda a la perfección al caso que nos ocupa, pues si sustituimos esa torre desconocida por la de la iglesia de la Encarnación – testigo silencioso aunque omnipresente en los cuatro lienzos–, vislumbraremos un nuevo enfoque, eminentemente globalizador, no considerado en los análisis individuales. 32 CILNIANA Hemos de admitir que este renovado protagonismo de la torre en las cuatro obras ha sido puramente casual; nuestra pretensión ha discurrido por la valoración del conjunto, supeditando los pormenores a su mera contribución compositiva. Con todo, es indiscutible la importancia de la torre como referente iconográfico de la ciudad, más aún cuando los planteamientos iniciales –del pintor, en este caso– buscaban una imagen consecuente y universal del motivo plasmado. Y esa consecuencia –o, más bien, habríamos de llamarla intención primigenia– deviene de la voluntad del artista de narrar la realidad física de un entorno del que es estrictamente coetáneo (incluso en “Marbella, vieja y bella”, fisonomía que no pudo conocer por la imposibilidad cronológica, la escena proporciona una sensación acogedora, familiar, más cercana a recuerdos próximos que a imágenes desvaídas del pasado). Hemos hablado de “realidad física y cotidiana” de una ciudad y, sin embargo, no figuran ciertos componentes básicos que la definen elocuentemente: no hay presencia humana (salvo en el primer lienzo, y escasa); no hay playas, factor decisivo en su devenir más reciente, y, si me apuran, ni siquiera el clima se ajusta al estimado por los promedios anuales. Perdiguero se centra en dos objetivos, el casco antiguo y Sierra Blanca, y solamente en “Marbella “, el lienzo más cercano en el tiempo, introduce dos elementos “modernos” –el puente y el “pirulí”–, que, por ende, son estrictamente coetáneos con el desarrollo urbano del municipio. Es aquí cuando interviene la variable subjetiva de su visión pictórica y configura una nueva realidad, que me atrevería a llamar metafísica, cuyos atributos –silencio, vida latente, rigor geométrico, etc.– engendran un aura de inmortalidad vernácula, un deseo insoslayable de vindicación histórica, que trasciende la mera función descriptiva de la pintura. En definitiva, Perdiguero ha configurado dos realidades: una objetiva, que describe con virtud fidedigna el marco físico de un entorno concreto –casco antiguo y Sierra Blanca–; y otra subjetiva, que afecta a la evolución plástica del pintor y depara diferentes estilos y significados. El nexo entre ambas realidades, la torre de la iglesia, que, ciertamente, y como afirmaba el historiador austriaco, ha vivido episodios y avatares, encuentros y tránsitos; protagonista privilegiada del diapasón de la historia en su perenne discurrir. Y éste ha sido el verdadero acicate de Perdiguero en sus cuadros: transformar una vivencia individual en testimonio colectivo, sin trabas ni limitaciones; torre y pintor desde sus respectivas atalayas: aquélla, en permanente vigilia de sus PERDIGUERO Y MARBELLA 5. “Marbella”. 122 x 122 cm. O/madera, 1996. Col. particular, Marbella. más acendradas raíces; éste, plasmándolas con toda la rotundidad que su bagaje artístico es capaz de imaginar y concebir. Notas 1 ALCALÁ MARÍN, Fernando: Marbella, antes y ahora. (II) Los años del turismo. Málaga, Centro de Ediciones de la Diputación de Málaga, 2000, p.203. 2 Sur, de Málaga, 12-marzo-1969. 3 Hoja del Lunes, de Málaga, 17-marzo -1969. 4 Para más información sobre este grupo véase SANJUÁN LÓPEZ, José Manuel: “Un homenaje y un recuerdo”, Sur de Málaga, 30-diciembre-1998. 5 En efecto, desde 1976 y por un período de veinte años, mantuvo abierta su escuela de pintura, llamada “Estudio de Arte, Nueva Marbella”. Es más, en mayo de ese año, y con motivo de la apertura del establecimiento, ofreció al M. I. Ayuntamiento cinco becas gratuitas a favor de aquellos niños “que a juicio de la Delegación de Cultura sean merecedores de ella por contar con aptitudes para tales estudios y encontrarse en deficitaria situación económica”. Escrito asunto “Agradecimiento concesión de becas”. Ayuntamiento de Marbella, Secretaría/A. Generales, 13-mayo-1976. Documento propiedad del pintor. 6 MORENO GALVÁN, José María: Introducción a la pintura española actual. Madrid, Publicaciones Españolas, 1960, p. 6. 7 Requisitos que ya figuraban, en su mayoría, y salvando el matiz temporal, en una portada del programa de la Feria y Fiestas de San Bernabé del año 1940: “Marbella-Ciudad IdealClima delicioso-Hermosas playas-Aires puros-Situada en Costabella”. Reproducida en ALCALÁ MARÍN, Fernando: “Ayer y hoy de las fiestas del señor San Bernabé” en AA.VV. Marbella en el recuerdo. V centenario de San Bernabé (1485-1985). Hermandad de los Romeros de San Bernabé. Córdoba, Publicaciones del Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Córdoba, 1985, p. 95. 8 Comentario recogido en Catálogo de la exposición “Perdiguero”. Antequera, Sala de Exposiciones de la Caja de Ahorros de Antequera, 28 de enero-12 de febrero 1976. 9 En Málaga, los principales movimientos renovadores eran: informalismo, abstracción-geométrica, surrealismo, neodadaísmo y neorrealismo. DE LA BANDA Y VARGAS, Antonio: De la ilustración a nuestros días. Col. Historia del arte en Andalucía. Vol. VIII, Sevilla, Ed. Gever, 1991, p. 477. Cfr. PALOMO DÍAZ, Francisco J.: “En torno al Magicismo. La pintura de vanguardia en Málaga” en PUERTAS TRICAS, Rafael (coord.): Estudios picasianos, Vol. III, Centenario-Málaga-Picasso, Madrid, Ministerio de Cultura, 1981, pp. 51-56. 10 JEREZ PERCHET, Augusto: Málaga contemporánea. Estudios y paisajes de la capital y la provincia. Málaga, Universidad, 1999, p. 168 (ed. faccs. 1884, Biblioteca Andaluza, Málaga). 11 VÁZQUEZ CLAVEL, Pedro: Conjeturas de Marbella. Córdoba, 1781, p. 34, introd. (ed. faccs. Málaga, Editorial Miramar, 1996). CILNIANA 33 PERDIGUERO Y MARBELLA 12 VALLÉS FERNÁNDEZ, José Manuel: Marbella en color. León, Editorial Everest, 1985 (4ª ed.), p. 3. 13 Con excepción de algunos grandes nombres de la pintura malagueña como Simonet, Nogales, Capulino Jáuregui, Bermúdez Gil y Muñoz Degraín, lo usual en el paisaje local ha sido captar la luminosidad del mediodía en cielos despejados y el sol reflejado con fuerza en los elementos de la Naturaleza. SAURET GUERRERO, María Teresa: El siglo XIX en la pintura malagueña. Málaga, Universidad, 1987, p. 547. Aún hoy, ese luminismo directo y cegador persiste –y tiene gran aceptación- en autores como Ángel Giró, Torres Narváez y Sánchez Gallardo, en el paisaje, y Rando Soto y Torres Matas, en la figura humana. 14 Comentario de Francisco López Martín recogido en el Catálogo de la exposición “Perdiguero”. Marbella, Sala de las Naciones del Hotel Meliá Don Pepe, 22 al 31 octubre 1973. El mismo autor se expresaría en términos similares en la Hoja del Lunes, de Málaga, 25-octubre-1973. Semejante argumento estético esgrime Sylvia North: “He especially enjoys the use of autumnal colors which bring a rich beauty to his work”. Iberian Daily Sun, Fuengirola, 2-november-1973. 15 Recogido en Sol de Antequera, 8-febrero-1976. Catálogo de la exposición “Perdiguero”. Antequera, Sala de Exposiciones de la Caja de Ahorros de Antequera, 28 de enero-12 de febrero 1976. 16 Comentario de José Mayorga recogido en Catálogo de la exposición “Nueve pintores”. Málaga, Casa del Consulado, 26 de marzo -8 de abril 1975. 17 En una entrevista de Jose Luis Yagüe, el pintor confirma su deseo de cambiar “con respecto a lo que venía haciendo [...] Ir más por la pintura de planos, conforme a color y dejarme de detalles y cosas de esas”. Sol de España, Málaga, 30-septiembre1979. 18 A juicio de Vicente Aguilera Cerní no es positiva esta reacción pues “las tendencias de este 1970 se abren hacia direcciones que inequívocamente comparten la negación de la “artisticidad” del arte”. Aunque denomina esta etapa como intermedia, de paréntesis, Calvo Serraller se muestra más optimista y subraya, en España, además de las figuras punteras de Luis Gordillo y Juan Antonio Aguirre, la producción de la “Joven figuración madrileña” (Pérez Villalta, Pérez-Mínguez, Carlos Alcolea, etc.), que no duda en calificar como lo más destacable de esos años. AGUILERA CERNÍ, Vicente: Posibilidad e imposibilidad del arte. Valencia, Fernando Torres Editor, 1973, p.199. CALVO SERRALLER, Francisco: Del futuro al pasado. Vanguardia y tradición en el arte español contemporáneo. Madrid, Alianza Editorial, 1988, pp. 138-139. 19 PÉREZ-MALUMBRES LANDA, Alejandro: “Reflexiones sobre el Patrimonio Arqueológico de Marbella”, en AA.VV. I Jornadas de Patrimonio Histórico Local de Marbella. (28 septiembre-1 octubre 1999). Marbella, Asociación Cilniana, 2000, p. 48. 20 ALCALÁ MARÍN, Fernando: Marbella, esa desconocida (Inventario y defensa del patrimonio histórico de la ciudad). Marbella, Ayuntamiento, 1978, p. 23. (ed. faccs. 1995, Diputación Provincial de Málaga) 21 Aunque la parroquia actual se construyó a mediados del siglo XVIII, el primitivo edificio fue erigido en 1505 por el arzobispo de Sevilla, Diego Deza, y en 1510 fueron confirmados sus privilegios por el obispo de Málaga, Diego Ramírez Villaescusa de Haro. AGUILAR GARCÍA, Mª. Dolores; CAMACHO MARTÍNEZ, Rosario y MORALES FOLGUERA, José Miguel: Guía artística de Marbella. Marbella, Ayuntamiento/Delegación de Cultura, 1982, p. 46. 22 Tal y como fue definida en AA.VV. Marbella 71-72. Comisión de Fiestas del Muy Ilustre Ayuntamiento. Málaga, Gráficas Anfe, junio 1972, p. 39. 23 BOZAL FERNÁNDEZ, Valeriano: Pintura y escultura españolas del siglo XX (1939-1990). Col.Summa Artis, vol. XXXVII, Madrid, 1992, pp. 515-517. 24 En los catálogos que he consultado de estos años, las obras de este estilo las solía reunir bajo el epígrafe de “Estu- 34 CILNIANA dios”, y que, además de la citada, que nunca llegó a exponerse, aparecían, entre otras, las siguientes: Autopista I, Autopista II, El túnel, Casas del Perchel, Tejados, Chimeneas y Calle de Ojén. Catálogo de la exposición “Perdiguero”. Marbella, Sala Municipal de Exposiciones, 15 al 30 noviembre 1976. 25 GUASCH, Anna María: El arte último del siglo XX. Del posminimalismo a lo multicultural. Madrid, Alianza Editorial, 2000, pp. 557-559. 26 GAMONAL TORRES, Miguel Ángel: “Pintura contemporánea”, en Medio siglo de vanguardias. Col. Historia del Arte en Andalucía, Sevilla, Ed. Gever, 1994, p. 452. 27 V. Catálogo de la exposición “Veinticinco años de la Sala de Exposiciones de la Diputación de Málaga 1971/1996”. 3, Málaga, 23 de mayo - 21 de junio 1996. 28 Catálogo de la exposición “Salón de Otoño. X aniversario. Pintores malagueños”. Málaga, Asociación de la Prensa de Málaga, Sala de la Caja Rural de Málaga, del 9 al 31 de diciembre 1997. 29 ARGAN, Giulio Carlo: “El revival”, en El pasado en el presente. El revival en las artes plásticas, la arquitectura, el cine y el teatro. Barcelona, Ed. Gustavo Gili, 1977, p. 7. 30 Rasgo mucho más apreciable al natural que en fotografía. Por suerte, la obra se halla en un establecimiento muy conocido de Marbella, bien visible al público, y es objeto de todo tipo de conjeturas y especulaciones, desde meramente pictóricas, geográficas hasta incluso horarias. 31 CARTER, Francis: Viaje de Gibraltar a Málaga. Málaga, Diputación Provincial, 1981, p. 154. 32 OLIVA ESPALLARDO, Juan: Guía geográfica de Marbella. Marbella, Ayuntamiento, 1983, p. 81. 33 CHUECA GOITIA, Fernando: Invariantes castizos de la arquitectura española. Invariantes en la arquitectura hispanoamericana. Manifiesto de la Alambra. Madrid, Editorial Dossat, 1981, p. 74. 34 Comentario recogido en Catálogo de la exposición “Perdiguero”. Málaga, Galería de Arte Pórticus, febrero 1991. 35 Sur, de Málaga, 9-octubre-1984. 36 CHAURIT, Pablo: “Perdiguero: Mirando un catálogo” en AA.VV. Pintura, base 7. Málaga, Ed. de los autores, 1987, p. 108. 37 MAÍZ VIÑALS, Antonio: Guía histórico turística de la Ciudad de Marbella. Málaga, Gráficas San Andrés, 1966, p. 14. 38 Catálogo de la exposición “Andalucía. Arte de una década”. Sevilla, Museo de Arte Contemporáneo, 2 de diciembre 198810 de enero 1989; Granada, Hospital Real, 20 de enero - 28 de febrero 1989, p. 5. 39 Vid POWER, Kevin: “Los ochenta: inventario personal” en Catálogo de la exposición “Los 80 en la Colección de la Fundación La Caixa”. Sevilla, Estación Plaza de Armas, 11 de abril-20 de junio 1992, p. 46. 40 Sobre este tema remito al texto, ya clásico, de TEMBOURY ÁLVAREZ, Juan: Torres almenaras. Costa occidental. Málaga, Diputación Provincial, 1975; y a los más recientes, por citar algunos, de OLANO GURRIARÁN, C.: “La Torre del Duque de Marbella (costa occidental de Málaga)”. I Congreso de Arqueología Medieval Española. Tomo III, 1985, pp. 427-440; y GIL SANJUÁN, Joaquín: “El sistema defensivo de la Costa del Sol occidental durante el Antiguo Régimen”. Cilniana, n.º 12, Marbella, pp. 28-37. 41 Véase CASADO BELLAGARZA, José Luis: ”El patrimonio histórico industrial en el municipio de Marbella” en AA.VV. I Jornadas de Patrimonio Histórico Local de Marbella. Op. Cit. p. 185. 42 MORENO FERNÁNDEZ, Francisco Javier: “Datos para una historia urbana de Marbella”. Cilniana, n.º 12, Marbella, 1999, pp. 14-15. 43 GUILLÉN ROBLES, Francisco: Historia de Málaga y su provincia. Tomo I, Málaga, Ed. Arguval, 1985, p. 216 (ed. faccs. Imprenta de Rubio y Cano, Málaga, 1874). 44 RIEGL, Aloïs: El culto moderno a los monumentos. Madrid, Ed. Visor, 1987, p. 30. ENTRE LA UTOPÍA Y LA FALTA DE CONTINUIDAD: INICIATIVAS CINEMATOGRÁFICAS por parte de las Instituciones Locales en Marbella durante la Transición Política Inmaculada Sánchez Alarcón y Mercedes Fernández Paradas Cine Imperial, San Pedro Alcántara, 1982 (Foto: José L. Casado). Introducción E l análisis contextualizado del uso que se hace del cine en Marbella entre 1975 y 1982 requiere empezar diciendo que el periodo en el que se inicia la transición política en España no es, precisamente, el mejor que vive el cine español. La situación caótica de la industria cinematográfica nacional en este periodo es resultado, en gran parte, de las deficiencias de la política estatal desde la década anterior y durante los primeros años setenta1. A partir de 1975, se intentará una transformación de la cinematografía inserta en el marco de la reforma política, que suscita nuevos problemas y, sin embargo, no supone un cambio sustancial en relación a las estructuras vigen- tes durante el periodo franquista. Además, a todas estas deficiencias se unen la censura estatal, que no se llega a abolir oficialmente del cuerpo legislativo español hasta la publicación del Real Decreto Ley 3.071 del 11 noviembre de 19772, y la censura de mercado, que excluye todo producto que pudiera apartarse de las preferencias del público. El contexto en el que se desarrolla la cinematografía española de mediados de los años setenta no era, pues, demasiado positivo ni proclive a las innovaciones. Y no es que en la España del tardofranquismo y de la Transición no hubiera propuestas cinematográficas novedosas, de hecho, en la Escuela Oficial de Cine (EOC) había CILNIANA 35 INICIATIVAS CINEMATOGRÁFICAS EN MARBELLA ido formándose toda una generación de realizadores cuyos planteamientos propiciaron lo que se dio en denominar “Nuevo Cine Español”. Sin embargo, mucho más que la labor de estos jóvenes directores, que siempre resultó minoritaria, la producción cinematográfica de más éxito comercial durante los últimos años del régimen de Franco y los primeros de la transición se caracterizó por ajustarse a géneros y subgéneros. Y, por supuesto, el más significativo de todos ellos fue la comedia. Así lo indican fenómenos como el del “landismo”, cuya definición no cabe aquí, pero que, como ya se ha estudiado, caracteriza a una buena parte de la producción de la época, identificable por la reiterada aparición de actores como Alfredo Landa y por la repetición de esquemas en los que, a pesar de una cierta transgresión, se intentan reafirmar los valores sociales vigentes durante el régimen franquista. Pero, independientemente de sus manifestaciones genéricas, parece claro que la producción del cine español del tardofranquismo y de la transición no atraviesa una etapa especialmente brillante. La situación en otros sectores de la cinematografía de este periodo en el que se inicia la transición política en España no es mucho mejor. La distribución está casi absolutamente monopolizada por las empresas norteamericanas que, bien de manera directa, bien a través de contratos con entidades autóctonas, determinan el funcionamiento del sector. En lo que se refiere a la exhibición, este ámbito está lastrado por una infraestructura obsoleta. Además, a finales del franquismo y comienzos de la democracia, se produce el abandono de las salas por parte del público, provocado por la reducción del número de cines y de la oferta de películas, a las que se suma el aumento del precio de las entradas. La televisión y la posterior consolidación de nuevas formas de ocio, como el vídeo desde 1980, también tuvieron una incidencia básica en este proceso3. Pero en el ámbito más inmediato a la Marbella de mediados de los años setenta, la situación del medio cinematográfico es aún más complicada. Encuadrable en el movimiento denominado cine autonómico o de las nacionalidades, el cine autóctono que se quiere desarrollar en la Andalucía de los primeros años de la transición tiene que ver con intentos aislados, lo mismo que en otras comunidades «no históricas». De cualquier forma, este intento de buscar formas de expresión propias de la cultura andaluza a través del cine se fue agotando inevitablemente desde el comienzo de los años ochenta. No se trata, sin embargo, de una circunstancia inexplicable. Uno de los factores que lastra el cine surgido en la Andalucía de los años setenta es el 36 CILNIANA hecho de que, por su menor coste, los cortometrajes documentales se constituyeran en el instrumento prioritario a través del cual se intentó crear un corpus cinematográfico que fuera expresión de la idiosincrasia regional4. Y es que tanto la censura de mercado como el resto de las circunstancias que definen la industria cinematográfica española de la época condicionan de manera especialmente negativa la producción y la difusión de los cortometrajes: ni en los foros teóricamente más progresistas de la época, como la Semana Internacional de Cine de Autor de Benalmádena, ni tampoco en las salas comerciales habrá un reflejo aproximado de la producción cinematográfica realizada en Andalucía. Por supuesto que las dificultades de distribución que padecían las películas españolas en general se agudizaban en el caso del material proveniente de pequeñas productoras radicadas en territorios periférico como la comunidad andaluza. Pero, además, los espectadores andaluces nunca llegaron a mostrar un especial interés por el cine realizado en su comunidad autónoma, ni siquiera cuando era concebido con fines puramente comerciales. Y, una muestra de ello es que, según datos recogidos por Manuel Trenzado, hasta el 29 de febrero de 2000, sólo habían superado escasamente el millón de espectadores dos largometrajes rodados en territorio andaluz por productoras que tenían sede social en Andalucía durante estos años, Manuela (Gonzalo García Pelayo, 1975) y La Espuela (Roberto Fandiño, 1976)5. Con tan escaso eco en los circuitos de exhibición, este cine que quiere ser específico de la idiosincrasia andaluza acabará agotándose por falta de recursos. Uno de los factores que más favorece este agotamiento es la política que la Junta de Andalucía mantiene en relación al cine. Al contrario que en los casos catalán y vasco, en los que la planificación económica aplicada al cine tiene continuidad y coherencia, la inversión del organismo autonómico andaluz en proyectos cinematográficos es esporádica e irregular, tanto en estos años de la transición política como posteriormente. Y esta escasa ayuda oficial lastra enormemente todos los intentos de desarrollar un cine autóctono en Andalucía al inicio de la democracia: mucho menos desarrolladas que en el País Vasco o en Cataluña, donde existe mayor disponibilidad de capital y, sobre todo en el último caso, una mayor tradición cinematográfica. Las productoras andaluzas que realizan este cine son empresas pequeñas con poco capital que se constituyen como resultado de iniciativas individuales y de equipo. Inevitablemente, la política del organismo autonómico deja a estas empresas cinematográficas que desarrollan su actividad en INICIATIVAS CINEMATOGRÁFICAS EN MARBELLA Andalucía en una situación de desventaja que llega a resultar insuperable. Sea como fuere, y a pesar de todas estas dificultades que lastran sus iniciativas, entre los profesionales del medio radicados en Andalucía, se concibe el cine como instrumento preferente para fomentar el desarrollo de la cultura regional. La mayoría de ellos piensa que la producción cinematográfica podía ser uno de los mejores remedios para solucionar la carencia endémica de una identidad clara en Andalucía, cuya idiosincrasia se había confundido tradicionalmente con “lo español”. Y es con este propósito como, durante la transición política, muchos de ellos acuden a los organismos públicos con la certeza de que las empresas convencionales no iban a tener en cuenta un cine que no fuera a depararles la máxima rentabilidad. Esto también ocurre, por supuesto, en la provincia de Málaga. En teoría, durante estos años de la transición política, parecen darse las circunstancias más propicias para que se potencie la actividad cinematográfica desde los diferentes niveles de la administración provincial. Sobre todo a partir de la creación del Ministerio de Cultura, en el verano de 1977, se habían eliminado los principios de control que habían definido la política cinematográfica durante el franquismo. El paradigma adoptado había sido el de la democracia cultural, muy extendido por toda Europa a mediados de los años setenta. Un modelo que apuntaba a la participación más que al mero consumo, porque consideraba la cultura como un espacio social privilegiado para el ejercicio de la democracia. Pero es que, además, con la democracia, lo mismo que en el resto de la comunidad autónoma, gran parte de las organizaciones políticas que ocupan el poder en los diferentes niveles de la administración provincial y local malagueñas adoptan propuestas andalucistas en sus programas Por supuesto, una parte esencial de estas propuestas es la convicción de que es preciso emprender una tarea de recuperación y reconstrucción de la identidad de Andalucía. Una tarea que los políticos de aquella etapa inicial de la democracia definen como un recurso fundamental para que los andaluces, tan determinados por relaciones de dominio y dependencia ancestrales y, por supuesto, muy evidentes durante el franquismo, fueran capaces de asumir su propio destino y las condiciones materiales de su existencia. En este propósito, tiene una función muy importante la cultura. “Una cultura popular, crítica y transformadora de la realidad andaluza en donde estamos inmersos”, tal y cómo se plantea en el borrador del Programa de la Delegación de Cultura del Ayuntamiento de Marbella de diciem- bre de 19796. El cine se constituye en un perfecto instrumento para emprender esta transformación de la Andalucía que sale de los cuarenta años del franquismo. En principio, pues, parecían cumplirse las circunstancias más propicias para que, desde las diferentes instancias del nuevo régimen político instaurado en España, se potenciara un cine alternativo a la producción específicamente concebida para obtener rentabilidad económica. Sin embargo, aunque el contexto ideológico y legislativo fuera aparentemente tan propicio, las estructuras administrativas de la España democrática no favorecieron, ni mucho menos, la producción cinematográfica nacional en la misma medida. La libertad y el pluralismo inherentes en el concepto de democracia cultural fueron entendidos como inhibición estatal, y una buena parte de la producción cinematográfica española quedó en función de las iniciativas del mercado7. Tampoco en el ámbito malagueño se cumplió todo el potencial de difusión cultural que los distintos grupos políticos y el sector público reconocían teóricamente en el cine. En principio, con la democracia, en la Diputación Provincial, se plantea un importante cambio de orientación en la política cultural: la intención es llevar a cabo un plan propio de carácter global y abandonar, así, la práctica que determinaba la concesión de subvenciones a proyectos puntuales relacionados con la cultura. Por supuesto que la institución malagueña adopta ciertas iniciativas relacionadas con el cine. Sin embargo, media mucha distancia entre los propósitos planteados y una realidad en la que las actividades cinematográficas de la Diputación de Málaga no tienen continuidad y las subvenciones que concede el organismo a proyectos ajenos relacionados con este mismo medio son pocas y no responden a ninguna política clara. 1. La participación del Ayuntamiento de Marbella en la producción y difusión de contenidos cinematográficos durante el periodo de la transición política Tampoco se puede afirmar que otros organismos públicos malagueños adoptaran una política clara en este mismo sentido. Sin embargo, queda constancia de cómo la corporación municipal de Marbella se implica en la realización de documentales sobre tema turístico durante la etapa de la transición política. De hecho, con fecha de 15 de enero de 1980, la Comisión Municipal Permanente del municipio acuerda que se emprendan todas las gestiones necesarias para la realización de un documental a color que ayude a relanzar la imagen nacional e internacional CILNIANA 37 INICIATIVAS CINEMATOGRÁFICAS EN MARBELLA de la Costa del Sol. Con este fin, el ayuntamiento marbellí se propone establecer contactos con el Patronato Provincial de Turismo y otras instituciones públicas de la zona para conseguir fuentes de financiación que permitieran llevar a cabo la producción de dicho documental. El tiempo de aparición en la película de los distintos municipios de la Mancomunidad de la Costa del Sol Occidental sería proporcional a la aportación realizada por cada uno de ellos a la financiación del proyecto planteado. En este mismo acuerdo, se sugiere que las labores necesarias para la realización del documental se dejaran a cargo de profesionales y productoras de la zona como la de Miguel Alcobendas8. Sin embargo, sería Luis Calvo, responsable de TK Producciones, una empresa domiciliada en Estepona, quien asumiría la dirección del proyecto. El resultado final, del que no se ha conseguido encontrar una copia, fue un cortometraje de 20 minutos para el que el Ayuntamiento de Marbella y el resto de entidades participantes debieron aportar 3.500.000 pesetas. También sería Luis Calvo el realizador encargado de Marbella en invierno, un cortometraje exclusivamente concebido para la promoción turística de todo el término municipal marbellí, incluido San Pedro de Alcántara. Según un acuerdo adoptado por su Comisión Permanente el 23 de junio de 1980, la Corporación municipal consignó una cantidad de 500.000 pesetas para la pro- ducción de este documental9. Sin embargo, el consistorio marbellí desestimó la propuesta remitida al año siguiente por los responsables de TK Producciones, en cuyo presupuesto se incluía la realización de otro cortometraje, Marbella en verano, además de un nuevo montaje del documental anteriormente realizado y la elaboración de otra película sobre la vida del municipio, aunque con un planteamiento más general que en los dos ejemplos anteriores. No se trataba, sin embargo, de falta de interés: la misma Comisión Permanente que se muestra contraria a la propuesta de TK acuerda encomendar a la Comisión de Cultura la redacción de las bases para un concurso. Ése sería el medio utilizado para otorgar la realización de una nueva película que sirviera para la promoción turística de Marbella10. No se han encontrado más datos sobre la participación de las instituciones de la localidad en la producción cinematográfica realizada en la provincia de Málaga durante la transición. Pero, parece claro, que, igual que en el caso de la Diputación Provincial, las iniciativas de la corporación local marbellí en relación a la producción cinematográfica que se realiza durante los años de la transición carecen de unas pautas claras y se producen de manera esporádica. El único eje vertebrador apreciable de estos esfuerzos del Ayuntamiento de Marbella en la producción audiovisual es el interés por que las películas realizadas con su apoyo sirvieran para la promoción turística de la zona. Cine de verano junto a la Villa de San Luis, San Pedro Alcántara, 1982 (Foto: José L. Casado). 38 CILNIANA INICIATIVAS CINEMATOGRÁFICAS EN MARBELLA También en lo que se refiere a la difusión cinematográfica, pueden reseñarse iniciativas adoptadas por los organismos públicos en Marbella durante el periodo comprendido entre 1975 y 1982. Lo mismo que en el resto de Málaga, esta intervención de la corporación marbellí en la exhibición cinematográfica se canaliza a través de circuitos no convencionales, los festivales cinematográficos y la participación en agrupaciones constituidas para la difusión y enseñanza del medio cinematográfico. tivas para celebrar festivales cinematográficos que, aunque fallidas, redundan aún más en la importancia que se da al cine como recurso publicitario para difundir las posibilidades turísticas de la Costa del Sol. Es el caso de dos proyectos que se intentan llevar a cabo en 1980 y 1981. El planteamiento del Festival de Cine de Marbella de la Condición Humana, que es presentado a la cor- El caso es que, aunque pueda considerarse que sólo la Semana Internacional de Cine de Autor de Benalmádena contó con todos los ingredientes precisos para ser considerado un auténtico festival cinematográfico, en Málaga también pueden reseñarse diversos certámenes dedicados al cine durante los años setenta. Muchos de ellos nacen con el objetivo de facilitar la promoción turística de sus localidades, como fue el caso de la Semana de Asociación de Vecinos "Julio Romero de Torres" y Colegio "La Azucarera", San Pedro Benalmádena en sus inicios. Alcántara, 1982 (Foto: José L. Casado). Sin embargo, hay otros eventos que son puestos en marcha con la finalidad de exhibir contenidos ciporación municipal junto con la solicitud de una nematográficos distintos a los que se programasubvención o préstamo de 3.500.000 pesetas, forban en los circuitos convencionales. ma parte, incluso, de una propuesta más amplia: la puesta en marcha en la localidad de un InstituCon una continuidad limitada, casi siemto Español de Estudios Cinematográficos. Este pre, a un par de ocasiones, tanto la Semana InInstituto, para cuya sede se elige Marbella “por ternacional de Cine Didáctico de Estepona, el las condiciones óptimas de las que goza la Costa Certamen Internacional de Cine Campesino de del Sol (...), su infraestructura hotelera de máxiÁlora o los festivales que se celebran en Torre mo nivel, (...) y sobre todo por el clima suave”12, del Mar o Fuengirola resultan muy indicativos del pretendía ser una estructura estable que propiinterés que existe en la provincia de Málaga duciara al cine español la difusión internacional que rante la transición política por el potencial del necesitaba. Entre sus fines, además de la promocine para la difusión cultural. Ya fuera del perioción de la producción realizada en España y de la do considerado, tanto en Marbella como en San Costa del Sol como la nueva meca para el cine Pedro de Alcántara también se cristaliza este ineuropeo, el Instituto tenía la creación de una esterés en la capacidad del cine como instrumento cuela de cine y de un premio literario para novepedagógico con la celebración de certámenes cilas que pudieran ser adaptadas al cine y, por sunematográficos con planteamientos similares a puesto, la celebración del ya mencionado festilos mencionados, como los ciclos de cine infanval. til que tuvieron lugar en ambas localidades en el año 1983 y que fueron dirigidos por un cineasta A pesar de la inclusión en el Comité de sumamente significativo en la Málaga de la tranpersonalidades como Luis Buñuel o Néstor Alsición política, Miguel Alcobendas 11. mendros, el certamen, para el que se proponen las fechas del 1 al 10 de abril de 1981, tiene una Sin embargo, entre 1975 y 1982, en vocación más turística que cinematográfica. Así Marbella, también pueden reseñarse otras iniciaparecen indicarlo la propuesta para la presidenCILNIANA 39 INICIATIVAS CINEMATOGRÁFICAS EN MARBELLA cia de honor de uno de los artífices del esplendor turístico de Marbella, el príncipe Alfonso de Hohenlohe. Otra muestra de ello es que se pretendiera realizar la selección de películas siguiendo un criterio tan ambiguo como que éstas debían “contener un mensaje acorde con la condición humana”, cuando los actos paralelos al festival son tantos como una corrida de toros en Ronda, una fiesta campera, una competición de golf dirigida por Severiano Ballesteros o una exhibición de tenistas como Björn Borg o John McEnroe. Pero, además, en la carta fechada el 11 de noviembre de 1980 en la que solicita la subvención municipal, el representante de quienes pretenden la creación del Instituto y la celebración del festival, Alexis de Vilar, argumenta que, a partir de ambas iniciativas, “es previsible que el interés para realizar películas en la Costa del Sol y en la creación de estudios cinematográficos o de televisión, aumente paulatinamente llevando consigo la creación de puestos de trabajo y aumento del poder adquisitivo”. Lo mismo que en el caso del Festival de Cine de Marbella de la Condición Humana, el ayuntamiento de la localidad también desestima la solicitud de una subvención de 6.000.000 de pesetas para celebrar en marzo de 1981 una Muestra Cinematográfica de Habla Hispana. Aunque se trata de un certamen con criterios mucho más definidos, que determinan la selección de películas producidas en España o en Hispanoamérica, este nuevo intento de celebrar un certamen cinematográfico en Marbella también es concebido por sus artífices como una ocasión para difundir la imagen de la localidad. Según la petición de la subvención para el festival que se dirige al consistorio con fecha del 17 de diciembre de 1980, “la presencia de TVE, así como la de Televisa y TV Venezolana garantizan una promoción de Marbella a nivel internacional como consecuencia de un hecho eminentemente cultural”. 2. El cine y su virtualidad educativa en la Marbella de comienzos de la democracia Pero, además de la proliferación de festivales cinematográficos, en la Málaga de los inicios de la transición política, la difusión cinematográfica alternativa a las salas comerciales se canaliza, sobre todo, a través de cineclubs e instituciones que optan por utilizar el cine como parte importante de su tarea cultural. Durante este periodo, sin embargo, la actividad “cineclubística” no se circunscribió a la capital malagueña, sino que también se desarrolló en otras localidades de la provincia. Es especialmente destacable el caso de Marbella, un municipio de tamaño medio, que, 40 CILNIANA en el año 1975, contaba con una población de 50.408 habitantes13 . Durante los años de la Transición, la localidad experimentó una notoria evolución social y económica y, definitivamente, dejó de ser un municipio cuya estructura económica se basaba en el sector primario. Así, en estos años, Marbella se convirtió en uno de los puntales del turismo de la Costa del Sol, que optó por una oferta de ocio de mayor calidad que otros municipios colindantes. En este contexto, la experiencia “cineclubística” que se desarrolla en la Marbella de la transición presenta unos rasgos diferenciadores, marcados por su origen público: fue gracias al ayuntamiento marbellí, controlado por los munícipes del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), como el proyecto de creación de un cineclub municipal planteado a finales de 1979 se hizo realidad a principios de 1981. En efecto, en noviembre de 1979, el secretario de la Corporación municipal de Marbella certificó que los ediles habían acordado la creación de un cineclub municipal. Sin embargo, en la misma reunión se había decidido someter al informe de la Comisión de Cultura la moción del concejal Núñez Peralta, representante del PSOE, que había propuesto también la creación de un cineclub en la barriada del Pilar, “Teniendo en cuenta la labor fundamental que ha de llevar a cabo un ayuntamiento democrático en pro de la cultura y la necesidad de llevarla a los barrios en sus distintas vertientes, labor aún no iniciada en esta corporación (...)”14. Partiendo de esta premisa, el grupo socialista consideraba que el Ayuntamiento debía consignar en su presupuesto una partida destinada a sufragar los gastos generados por el cineclub propuesto, que incluiría el desembolso ocasionado por el alquiler de una sala de proyección con una superficie, al menos, de 75 metros cuadrados para un total de 75 butacas15; la compra de un proyector; el abono de sueldos al personal encargado de su funcionamiento y la programación y adquisición de películas. La corporación marbellí aprobó la constitución de un cineclub municipal a finales de 1979. La iniciativa no debió de prosperar, porque el tema volvió a reabrirse a principios de 1981, con una moción de la Concejalía de Cultura que planteaba de nuevo la creación de un organismo dedicado a la difusión cinematográfica con las mismas características que el anterior. La propuesta, aprobada en enero de ese mismo año, también incluía una serie de medidas destinadas a poner en funcionamiento en breve plazo el cineclub. Se planteaba, así, la creación de un grupo de traba- INICIATIVAS CINEMATOGRÁFICAS EN MARBELLA jo constituido por personas que ya estaban trabajando en pro de la difusión del cine en la localidad. Los integrantes de este grupo de trabajo de cine serían Francisco Orgaz, Esteban Casado, Joaquín Martínez y Miguel Pérez. Todos ellos prestarían su colaboración desinteresada en la labor de difusión cinematográfica sin intereses “partidistas o exclusivistas”. Con el mismo interés de poner en marcha el cineclub en el menor plazo posible, en esta misma propuesta se plantea también el nombramiento del comité gestor del cineclub y la posibilidad de proceder al alquiler del cine Alameda entre los meses de febrero a junio. El alquiler de este local supondría un desembolso mensual de 20.000 pesetas, que incluiría el derecho a realizar una proyección semanal. A cargo de la empresa correrían los gastos correspondientes al sueldo del operador y el mantenimiento del proyector. Por último, en esta misma propuesta también se aprueba un presupuesto para el alquiler de películas. El coste del alquiler del material se estimaba en 40.000 pesetas mensuales, una cifra que podría ser menor en caso de acudir a la Federación Española de Cineclubs, que cedía el material a un precio sensiblemente inferior al de las distribuidoras comerciales16. Además, se preveía también una reducción de los gastos, derivada de los ingresos obtenidos por el pago de la cuota de los asociados, fijada en 75 pesetas al mes. La corporación municipal no sólo aprobó la moción sino que la materializó en breve plazo. De tal manera que en marzo de 1981 el cineclub Marbella contaba con 600 socios. Con el objetivo de mejorar y ampliar la labor de difusión cinematográfica desarrollada por el Ayuntamiento, la concejalía de cultura planteó diversas medidas destinada a reducir costes y aumentar los ingresos de la asociación cinematográfica. Además, con este mismo fin, también se quiso propiciar la creación de un cineclub en San Pedro de Alcántara. La constitución de una nueva agrupación cinematográfica en San Pedro de Alcántara, un núcleo de población dependiente de Marbella, se justificó en base a que la distancia existente entre ambos lugares dificultaba el desplazamiento del público potencial hasta el local del cineclub instalado en el municipio marbellí. En lo que se refiere a la administración económica de la nueva entidad cinematográfica, la concejalía propuso instalar el lugar de las proyecciones en el cine Imperial, lo que supondría un gasto mensual de 15.000 pesetas por la exhibición de un título por semana, cantidad que no incluía los gastos de mantenimiento del local. Además, en esta misma moción, se solicitó una ayuda complementaría de 30.000 pesetas destinada al pago del sueldo del operador de la sala del cineclub instalado en San Pedro y para compensar el incremento del gasto en alquiler de películas y la publicidad que se daría a la difusión de las mismas. Se estimaba que los ingresos del cineclub podrían ser importantes, sobre todo gracias al pago por parte de los socios de una cuota de 300 pesetas “en concepto de ayuda a la adquisición del carnet”. La moción de la Concejalía de Cultura fue aprobada en todos sus extremos el 2 de abril de 198117. El hecho de que no se volviera a saber nada más del proyecto de un cineclub municipal no implica que, durante este periodo, no siguiera existiendo preocupación por la difusión cinematográfica en el gobierno local marbellí. A este respecto, es destacable el elevado número de socios que llega a alcanzar el cineclub municipal en 1981, poco después de que el Ayuntamiento de Marbella aprobara su puesta en marcha por segunda vez. Pero hay que reseñar que los miembros de la corporación municipal también conceden su apoyo a otra agrupación cinematográfica constituida en 1980 y que aún hoy sigue desarrollando una actividad regular, el Cineclub Luis Buñuel. De cualquier manera, aunque no se hayan encontrado más datos al respecto, parece clara la continuidad que alcanza esta agrupación durante los primeros dos años de su funcionamiento. Así se afirma, por lo menos, en el documento fechado el 26 de agosto de 1982 que presenta al municipio el representante del Cineclub Luis Buñuel, Antonio Alcalá Duarte, para demandar la concesión de una ayuda de 150.000 pesetas18. En esta misma solicitud, el representante del cineclub marbellí justifica la necesidad de que el consistorio volviera a apoyar a la agrupación, que sólo en sus comienzos estuvo bajo la protección de la Delegación de Cultura del Ayuntamiento pero que luego pasó a autofinanciarse: en 1982, la situación económica del cineclub es bastante delicada por causa de los incrementos que habían experimentado el precio del alquiler y el transporte de las películas durante la temporada anterior. Inscrito aquel mismo año en la Federación Nacional de Cineclubs, y con más posibilidades, por tanto, de alquilar material a más bajo precio, si se le concediera la ayuda solicitada al municipio, el cineclub marbellí podría mantener su cuota de inscripción accesible a todas las clases sociales y, a la vez, paliar su déficit sin CILNIANA 41 INICIATIVAS CINEMATOGRÁFICAS EN MARBELLA verse obligado a disminuir la calidad de la programación ofrecida a sus socios. El 7 de septiembre de 1982, la Comisión Municipal Permanente del Ayuntamiento de Marbella acuerda conceder una subvención a esta agrupación cinematográfica por la cantidad solicitada. Pero, aunque el cineclub Luis Buñuel se independizara de su tutela, además de la ayuda económica que se le concede por parte del Ayuntamiento de Marbella en 1982, una prueba tangible del permanente interés municipal en el cine durante este periodo es el acuerdo tomado por la Comisión Permanente, el 4 de diciembre de 1979, con el objetivo de crear una filmoteca, una fonoteca y una cinemateca municipal 19. El impulsor de este acuerdo fue Raúl Vázquez García, miembro del PSOE local y concejal delegado de Enseñanza, quien presentó una moción en la que defendía la necesidad de difundir la educación y la cultura en el municipio de Marbella. El edil hacía especial hincapié en la importancia que podía llegar a tener el uso del cine para esta finalidad, y criticaba duramente el producto que ofertaban las salas comerciales en los siguientes términos: “Si tenemos en cuenta la ola de cine de mal gusto (...) y el acceso a los locales comerciales donde se exhiben los citados films, por parte de todo público en general y que en nada ayuda a la formación mental ni moral (...) de la juventud y ciudadanos en general, nos podemos dar cuenta de la importancia y trascendencia que este aspecto de la cultura tiene para nuestro pueblo” 20. La creación de una fototeca, una videoteca y una cinemateca municipal permitiría que los alumnos de los centros de enseñanza y el público en general pudiesen acceder a un cine educativo. Así, los establecimientos de enseñanza tendrían la posibilidad de exhibir rotativamente películas con todo tipo de contenidos formativos, de acuerdo con las directrices del entonces Ministerio de Educación y Ciencia. Para desarrollar esta labor cultural, el mencionado concejal Vázquez proponía, además de los propios centros educativos, dos lugares de exhibición. Por un lado, la sala de proyección situada en el centro de Formación Profesional, que, con capacidad para 200 asistentes, contaba con un proyector propiedad del Ayuntamiento. Además, también se podría utilizar el minicine del barrio del Pilar, cuyo alquiler conllevaría un gasto mensual de 20.000 pesetas por todas las películas programadas. En cuanto al personal encargado del funcionamiento de ambas salas, para la situada en el centro de formación profesional se contaba con la colaboración 42 CILNIANA altruista de dos profesores expertos en materia cinematográfica, uno de ellos era productor21. El minicine, por supuesto, contaba con todo el personal necesario. Para hacer viable este proyecto, en opinión del concejal, además de las salas, era imprescindible disponer de dos o tres proyectores fijos, uno de ellos el situado en el mencionado establecimiento de formación profesional. Igualmente, sería preciso adquirir un proyector sonoro de formato super 8, destinado a funcionar en régimen rotativo por los centros docentes. Las películas que constituirían los fondos de estas instituciones municipales se podrían obtener mediante cuatro vías: la primera, su compra en casas comerciales especializadas. También se podría acceder a otros títulos a través de su alquiler temporal. Y, además, era previsible que se pudiera contar con las donaciones de diversas organizaciones públicas como el Ministerio de Cultura y el NO-DO, y privadas, como fundaciones o Cajas de Ahorro. Además, entre los títulos difundidos por la filmoteca y la cinemateca marbellíes, también se podrían incluir las películas que realizase el propio ayuntamiento. El concejal delegado de Enseñanza consideraba que, al tratarse de un servicio público destinado a promover la enseñanza y la cultura, correspondía a la corporación municipal abonar la mayoría de los gastos originados por la filmoteca, la fonoteca y la cinemateca. Por su parte, los centros educativos contribuirían pagando una cantidad módica por el uso de los proyectores y de las películas. El público en general accedería a las proyecciones por la cantidad simbólica de 10 pesetas por sesión. Además, Vázquez afirmaba contar con el apoyo de varios productores y organizaciones dedicados a la difusión cinematográfica, que colaborarían en la celebración de semanas de cine juvenil e infantil que pudieran ser programadas por su concejalía. Por último, el texto de la moción finalizaba con una referencia al núcleo de población de San Pedro de Alcántara, que se beneficiaría del proyector destinado a los centros educativos en régimen rotativo. Pese a que la moción fuera aprobada, la puesta en práctica de este proyecto no estuvo exenta de dificultades, derivadas en gran medida de las reticencias planteadas por diversos miembros de la corporación municipal. El caso es que, con fecha del 9 de abril de 1980, la Comisión informativa de Cultura y Enseñanza del Ayuntamiento celebró una reunión en la que se acordó informar favorablemente acerca de dos mociones presentadas por el delegado de Edu- INICIATIVAS CINEMATOGRÁFICAS EN MARBELLA cación y Cultura. En ambas propuestas, el concejal Vázquez planteaba la adquisición de películas para el fondo de la filmoteca municipal y de los medios tecnológicos necesarios para su proyección. Además, el edil marbellí también sugería la organización de cursos cinematográficos para escolares22. Igualmente, a ambas proposiciones se adjuntaba un pormenorizado dossier en el que se detallaba el presupuesto para el funcionamiento de la filmoteca; una lista de posibles títulos que podrían ser incluidos entre sus fondos; las condiciones para el préstamo de estas películas a los centros de enseñanza y un listado de los institutos que se habían comprometido a colaborar en pro de la difusión cinematográfica en el municipio. El dossier elaborado por el concejal Vázquez también comprendía un informe acerca de las condiciones que debían cumplir los establecimientos educativos para acceder a las películas de la filmoteca marbellí. Así, se consideraba como únicos destinatarios de este servicio a centros u organismos de otro tipo reconocidos legalmente que cumpliesen las normas establecidas por la entidad cinematográfica municipal. Para asegurar la rapidez y la continuidad de esta labor cultural, por cada día con el contara con uno de los títulos de la filmoteca, cada entidad abonaría la cantidad de 15 pesetas. El plazo máximo de prestación se estipulaba en 6 días. En lo que se refiere a las condiciones de En cuanto a la partida destinada al funcionamiento de la filmoteca municipal, la delegación de enseñanza la cuantificaba en poco más de 500.000 pesetas. De ellas, 350.000 pesetas se emplearían en la compra de aparatos de proyección. Según el criterio de la concejalía, deberían adquirirse tres proyectores sonoros: uno de 16mm., necesario porque la mayoría de las películas donadas estarían en ese formato, y los otros dos de 8mm., que eran imprescindibles por el elevado número de centros escolares y alumnos existentes en el municipio 23. La cantidad resColegio "La Azucarera", San Pedro Alcántara, 1982 (Foto: José L. Casado). tante presupuestada para la filmoteca se dedicaría a la adquisición de películas, destinada a constituir préstamo de los proyectores, cada centro edusu fondo inicial24. En concreto, se seleccionaron cativo debía contar, al menos, con un operador para su compra cinco colecciones sobre Andaluque, habiendo asistido a una sesión para el aprencía, arte, cultura y naturaleza. Para completar este dizaje del manejo de estos aparatos, fuese la perfondo inicial de películas, se recurriría también a sona encargada y responsable del material. Los las donaciones efectuadas por diversas instituciocentros podrían contar con las máquinas de prones públicas y privadas: varias embajadas, el Insyección por un plazo máximo de tres días25. tituto Italiano de Cultura, la Diputación provincial y una Caja de Ahorros cuya filiación concreta El informe favorable de la Comisión Inno se especificaba. formativa de Cultura y Enseñanza fue rechazado por la Comisión Permanente. En opinión de los Además de las donaciones, también se miembros de esta Comisión Permanente, la depodría contar con la ayuda de diversas institulegación de Enseñanza no había realizado una ciones y personas que habían expresado su decorrecta valoración económica de los gastos que seo de colaborar en cursillos para educadores y ocasionaría la materialización de los proyectos alumnos. En concreto, prestarían su apoyo el Mique había planteado: en las mociones, por ejemnisterio de Cultura; asociaciones destinadas a la plo, no contemplaba la partida destinada a abodifusión cinematográfica, como la de Promoción nar el coste de estancia del monitor durante los de Cine Juvenil e Infantil; y los productores Jordi días del curso destinado a formar a los profesoLintes, Ana Ingras, Ricardo Teresa y Jordi Artigas. res y alumnos. Además, se tenía conocimiento CILNIANA 43 INICIATIVAS CINEMATOGRÁFICAS EN MARBELLA de que algunos centros educativos de la zona de Marbella ya contaban con proyector. Por último, en líneas generales, se argumentaba que el Ayuntamiento no contaba con el presupuesto necesario para desarrollar todas aquellas actividades propuestas. de recursos y la falta de una estrategia clara, el cine es un recurso destacable en la política cultural llevada a cabo por el consistorio marbellí durante los años de la transición política española. Como respuesta a estas acusaciones, en un escrito presentado por él, el concejal Vázquez lamentaba “profundamente el tratamiento dado por mis compañeros a las mociones”. En este mismo escrito, el edil también respondía a todas aquellas cuestiones o aseveraciones, centradas mayoritariamente en el tema económico, que habían servido para justificar el hecho de que se desestimaran sus propuestas. Además, el promotor de la filmoteca y la cinemateca marbellíes también consideraba que, al contrario de lo que se había dicho por parte de otros ediles, en los distintos informes elaborados por su delegación quedaba reseñado cuáles serían las formas de financiación del proyecto. En cuanto al sueldo del monitor, el concejal argumentaba que el mencionado cursillo formaba parte de un programa de su Delegación ya aprobado. Y, para finalizar, en sus alegaciones, Vázquez presentaba un listado de los establecimientos docentes del municipio que contaban con un proyector. De un total de 14 centros, únicamente 3 poseían un aparato de proyección. Notas Una vez realizadas las pertinentes aclaraciones, el concejal delegado de Cultura y Enseñanza presentó de nuevo su propuesta para la creación de una filmoteca y la celebración de curso cinematográfico para escolares, en otra nueva sesión ordinaria de la Comisión Permanente Municipal, celebrada el 3 de junio de 1980. En esta ocasión, la proposición sí fue aceptada26. Otra demostración más de que el consistorio marbellí tuvo un gran interés por la utilización de las posibilidades del cine en su municipio durante los años de la transición política española. Esta primera aproximación a la importancia que se da al cine en Marbella y San Pedro de Alcántara en los inicios de la democracia española, un periodo de especial importancia, como todos sabemos, en nuestra historia más reciente, podría todavía ser completada. Ayudaría a ello un análisis exhaustivo de la prensa provincial de aquellos años, que no solía incluir iniciativas cinematográficas alternativas a los circuitos convencionales, pero que podría ofrecer nuevos datos. Y, por supuesto, también serían fundamentales para este fin las consultas a los protagonistas de las actividades culturales desarrolladas en el municipio en esta época. De cualquier manera, los datos aquí ofrecidos sirven para aclarar de manera meridiana que, a pesar de la carencia 44 CILNIANA 1 Cfr. MONTERDE, J.E.: Veinte años de cine español, (19731992), Barcelona: Ediciones Paidós, 1993, p. 29. 2 Si bien se promovieron nuevas formas restrictivas con la creación de la categoría especial de películas “S” y con la difusión de la práctica del secuestro judicial. Cfr. AMITRANO, A.: El cortometraje en España. Una larga historia de ficciones breves. Valencia: Ediciones de la Filmoteca de la Generalitat Valenciana, 1998, p. 70. 3 Cfr. FERNÁNDEZ BLANCO, V.: El cine y su público en España. Madrid: Fundación Autor, 1998, pp. 49 y 159-160. 4 Cfr. UTRERA, Rafael, “Andalucía”, en CAPARRÓS LERA, J. M. (Dir.): Cine español. Una historia por autonomías. Vol. I, FilmHistoria Libros, Barcelona 1996, pp. 27 y 33-36. 5 Cfr. TRENZADO ROMERO, M.: “La construcción de la identidad andaluza y la cultura de masas: el caso del cine andaluz”, en Revista de Estudios Regionales, n.º 58, 2000, pp. 203-204. 6 Archivo Municipal de Marbella (A. M. Mar), Signatura 5.289-28. 7 Sobre el cambio en el sistema de ayudas oficiales que supone la legislación democrática para el sector cinematográfico español y la crisis subsiguiente, puede verse, por su carácter específico al respecto, LOSILLA, C.: “Legislación, industria y escritura” en VV.AA: Escritos sobre el cine español 1973-1987. Valencia, Filmoteca de la Generalitat Valenciana, 1989. 8 A.M.Mar, Signatura 340-5. 9 A.M.Mar, signatura 482-36. 10 A.M.Mar, signatura 5.293-8. 11 Sobre este cineasta, véase, SÁNCHEZ ALARCÓN, I. (coord.); FERNÁNDEZ PARADAS, M.; MELIVEO NOGUÉS, P.; MONTESINOS SOUDRY, P.; POZA PÉREZ, A.; RUIZ MUÑOZ, M. J.; TERUEL RODRÍGUEZ, L.: “El cine de Miguel Alcobendas: La producción documental en Andalucía durante los años setenta”, en GARCÍA GALINDO, J. A.; GUTIÉRREZ LOZANO, J. F. y SÁNCHEZ AL ARCÓN, I. (eds.): La comunicación social durante el franquismo. CEDMA / Cajamar / Asociación de Historiadores de la Comunicación, Málaga, 2002. 12 A. M. Mar, Signatura 5.282-3. 13 INSTITUTO DE ESTADÍSTICA DE ANDALUCÍA (I.E.A.): Evolución de la población Andalucía 1900-1991. Sevilla, 1992, pp. 112-114. 14 A. M. Mar, Signatura 339-27. 15 A. M. Mar, Signatura 339-27. 16 A. M. Mar, Signatura 5.283-26. 17 A. M. Mar, Signatura 5.284-41. 18 A. M. Mar, Signatura 5.293-12. 19 A. M. Mar, Signatura 340-36. 20 A. M. Mar, Signatura 340-36. 21 La documentación consultada no especifica la identidad de estas personas. 22 A. M. Mar, Signatura 340-36. 23 Hay constancia de que el Ayuntamiento adquirió varios proyectores entre los años 1979 y 1981, aunque no conocemos el formato de los aparatos. 24 La propuesta descartaba la consecución de películas mediante el alquiler, pues normalmente las distribuidoras comerciales no contaban con títulos educativos. 25 A.M.Mar, signatura 340-36. 26 A.M.Mar, signatura 240-36. La torre medieval de La Romera (Benahavís) * Carlos Gozalbes Cravioto Montemayor desde el sur. En la zona más boscosa, bajo una suave cañada, está la Torre de la Romera. L a zona de Benahavís se sitúa entre Marbella y Estepona, siendo su término municipal uno de los más extensos de la provincia malagueña con sus 146 kilómetros cuadrados. Su situación entre montañas, constituye un paso importante entre la costa malagueña occidental y las tierras del interior, formando parte del camino tradicional e histórico entre Marbella y Ronda. Esta situación estratégica, propició una densa ocupación del suelo en época medieval. En toda la costa malagueña, la franja estrictamente costera era muy peligrosa por los continuos ataques piratas norteafricanos incontrolados. Este inconveniente era subsanado apenas a un kilómetro hacia el interior, zona que ofrece la suficiente protección, además de una comunicación fácil, tanto hacia el Norte (meseta de Ronda), como al Sur. Ello determinó el práctico abandono de la zona costera –muy densamente poblada en la Edad Antigua– y una compacta ocupación en la zona interior, sobre todo a lo largo de las vías de comunicación1. Se forma en toda la región una densísima red de alquerías, todas ellas protegidas directamente por una torre, cuyos restos son los que mejor han perdurado a lo largo del tiempo y que han sido repetidamente estudiados por todos aquellos que han tratado la historia medieval de la zona2. Muchas de estas torres-alquerías, se encuentran inmersas en el desastre espacial de la Costa del Sol, tales como la Torre de Esteril, hoy día en el interior de un campo de golf y visible al Oeste de la carretera de Ronda a San Pedro3. Otra es la torre Campanillas, que hoy forma parte de los jardines de una finca privada, cuyo propietario no permite el acceso para su contemplación o estudio4. Otras torres en el curso del Guadalmedina, son la torre Leonera, la de Tramores y la torre de Benamorís, también llamada de la Leche o la Torrecilla. A estas torres, cuyos restos todavía se pueden observar casi en su totalidad de altura, CILNIANA 45 TORRE MEDIEVAL DE LA ROMERA tendríamos que añadir la torre de “La Alquería”, visible aún hace unos 50 años según nos indican los mayores del lugar. En esta situación debió de estar el poblado de Cortes, ya que los restos que se aprecian esparcidos por una colina situada a poco más de un kilómetro del actual cortijo de Cortes, corresponden sin duda a una alquería medieval. Se cita el lugar de Cortes como una de las alquerías que se rindieron a los Reyes Católicos5. También se cita en los Anales de Granada de Henríquez de la Jorquera (siglo XVII). En este último caso, se indica que la villa de Cortes tenía 150 vecinos 6, lo cual sabemos que no es cierto. Al parecer Jorquera, o bien se inventó los datos que da, o bien reflejaba noticias de antes de la conquista. No creemos probable esto último ya que nos da algunas noticias con seguridad inventadas, tales como la existencia en estos lugares –ya despoblados– de sacerdotes y ermitas. El lugar se nombra en los documentos notariales de 1599 sin indicación de que se trate de un poblado o despoblado7. En los alrededores del actual cortijo de Cortes, solo hemos podido comprobar la existencia de cerámica moderna8, por lo que suponemos que el nombre primitivo se desplazó al cortijo construido en sus tierras. A unos 3'5 kilómetros al Oeste del cortijo Cortes y en las colinas que limitan al N.E. el embalse de la Cancelada, existió otra alquería medieval inédita hasta el presente. Esta alquería (de grandes proporciones), tiene restos cerámicos desde el siglo X al XIII por lo menos. Se sitúa en una de las colinas que dominan el embalse por su zona N.E. y se encuentra muy afectada por las remociones de tierras previas a la instalación de una urbanización (en el día de hoy, ha desaparecido el yacimiento). Estas torres-alquerías se defendían, en base además de su propia torre y del castillo de medievales en otros lugares como en la Loma de los Villares y en el Cerro de los Mozos11. El castillo de Montemayor La fortaleza de Montemayor, núcleo neurálgico de la defensa de toda la región, se elevaba sobre un cerro situado a unos 6 Km. de la costa y que con sus 570 metros de altura, se destaca de toda la zona costera que la rodea. Su control visual es inmejorable, pudiéndose apreciar incluso las costas africanas y dominando una gran zona del litoral malagueño. El Derrotero de las costas del Mediterráneo, lo describe diciendo que: “En el interior de esta costa que es baja, sobresale a 4 millas al 324º de la punta de Baños, este monte que es un cerro piramidal de 570 metros de altura, el cual constituye una buena referencia”12. Constituye una de las más extensas fortalezas de la provincia malagueña, con una gran acumulación de elementos defensivos. Hoy día se aprecian en toda su extensión dos recintos defensivos con una amplia distancia entre uno y otro, lo cual concuerda con la cita de este castillo como “alcazaba”. Debió tener seguramente otro tercer recinto, como parecen indicar algunos restos muy escasos13. Su inmejorable situación estratégica, hizo que ya fuera utilizado el lugar como atalaya desde los primeros momentos de nuestra Era. Al menos eso parecen indicar las monedas hispano-romanas de las cecas de Gades y Carteia halladas en el castillo y que nos ha sido posible estudiar en una colección particular. Tampoco se puede descartar la posibilidad de que se hubiera poblado en los últimos momentos de la Edad del Bronce, dadas sus características defensivas. Las coordenadas de su situación, son: 3.16.000/ 40.43.000. Este castillo, tiene un doble y a veces hasta triple recinto amurallado, con pequeñas torres cuadradas de unos tres metros de lado, con una torre semicircular y otra trapezoidal. En su interior cuenta también con una serie de aljibes, algunos de ellos comunicados entre sí. Las fuentes medievales Montemayor, por una serie de torres-atalayas de vigilancia visual, como las de las alturas del Castillejo de los Negros9 y la del Cerro de Meliche10. También se han hallado algunos restos cerámicos 46 CILNIANA La primera cita del castillo de Montemayor de la cora de Rayya, procede de Moqadisi. Geógrafo oriental del siglo X, el cual lo cita entre una lista de castillos14. Posteriormente la Crónica Anónima nos dice que el califa TORRE MEDIEVAL DE LA ROMERA Abderrahmán: “pasó el ejército a la fortaleza de Montemayor, vecina de Fuengirola (Suhayl) e inmediaciones, fortaleza donde el malvado Ibn Hafsun tenía pertrechos y almacenes repletos, todo lo cual destruyó y asoló el ejército pasando en seguida a la fortaleza de Turrus” 15. En la campaña de Jete del año 311 (923/ 924), el califa logra arrebatar a Suleymán, hijo de Omar Ibn Hafsun, la “fortaleza de Montemayor y otras a poniente de Morón...Este año fueron tomadas la alcazaba de la fortaleza de Morón, Suhayl16 y Munt Nis”17. En este texto, se nos habla de Morón como cercano a Montemayor, pero diferenciándolo de ese castillo y del de Suhayl, lo cual elimina la posibilidad de identificarlos. término de Mawur (según Vallvé Bermejo, Morón cerca de Coín)”20. El problema se complica al decirnos que el castillo de Montemayor se llamaba antes como Castillo de la Rosa (Hisn Al Ward), dado que existía otro Hisn Al Ward en el iqlim o región de Magila, de la cora de Siduna (Medina Sidonia)21. Sin embargo otro autor, Ibn Jatib nos dice que el célebre autor y visir de los r eyes hammudíes de Málaga. Ahmad Ibn Ayyub, fue en- El topónimo Montemayor, ha perdurado hasta hoy día, por lo cual no hay duda de su identificación. No ocurre lo mismo con el topónimo Morón que se presta a mucha confusión, pues las fuentes medievales, a veces hacen referencia a Morón de Sevilla, pero otras veces, indican inCitas de Montemayor-Mawror e Hisn al Ward en las fuentes medievales. discutiblemente (como en este caso), un castillo de la zona situada terrado el año 465 (1072-1073) en “Hisn Al Ward entre el Valle de Guadalhorce y la costa malaque está junto a Hisn Munt Mayor, pues él lo hagueña, en las proximidades de Suhayl (zona bía fortificado”22. de Fuengirola). Tal como indica Vallvé, se deduce que eran En la llamada “Crónica del Moro Rasis” o dos fortalezas distintas aunque muy próximas, de Ahmad al Razi, hablando de los castillos de Mátanto como para identificarlas23. laga, se dice: “E otro que llaman Montemayor, e mas fuerte castillo e mas alto que todos los otros del térmiIbn Al Jatib en el siglo XIV, insiste en esa no de Rayya, e del començaron a guerrerar España”18. idea cuando nos cita en el distrito de Sohail, el castillo de Mauror, de “ donde era natural En la traducción o recopilación que hizo Abderramán Abderramán Ben Abdallah el Sohaili, auLevi Provençal, simplemente nos cita el castillo tor del libro titulado el Huerto Nuevo que es un comende Montemayor entre los que dependían de la tario del poema de la vida del Profeta por Ibn Hixem”24. 19 cora de Rayya . También nos dice que el hayib Ridwan – Al Nubahi en el siglo XIV, hablándonos de muerto en el 760/1369– llevó el agua corriente los límites de la cora de Rayya, nos dice: “antial Yabal Mawrur25. Este personaje se dedicó a guamente tenía su límite oriental en Al Hamma construir y a reconstruir más de 40 torres de (Alhama de Granada seguramente), donde están las defensa desde Vera (Almería) hasta el extremo maravillosas termas. Por el Oeste limitaba con Hisn occidental del Reino de Granada26. Al Ward, llamado ahora Munt Mayor (Montemayor), cerca de Marbella. Al Norte limitaba con el Wadi Sanil Abulfeda en el siglo XIV, parece identifi(río Genil), por Hisn Banu Basir (Benamejí) y Al Ransul car Morón con Montemayor, cuando nos dice que (castillo de Anzur). Después sigue la divisoria por tieentre las dependencias de Málaga estaba “Morón rra llamada Al-Junús (Aljonós de Estepa), por Qaryat que se encuentra al Oeste de Málaga en el cantón de Yilyana (Gilena) cerca de Istabba (Estepa), hasta el Sohayl”27. CILNIANA 47 TORRE MEDIEVAL DE LA ROMERA La dependencia del castillo de Morón y el de Montemayor del distrito de Suhayl, ha hecho a algunos autores identificar el castillo de Fuengirola con el de Morón28, a pesar de que Ibn Hayyan nos habla de dos castillos distintos, el de Suhayl y el de Morón. Otros autores del siglo XIII como Ibn Galib29 y Al Dimisqi30, solo nos citan Hisn Munt Mayur de Rayya, señalando la existencia de jacinto o rubí de buena calidad en sus alrededores. Lo mismo indica otra crónica anónima del siglo XIV que utiliza datos del siglo XI31. Ibn Said nos cita simplemente el lugar fortificado de Mawrur 32 sin más datos para su identificación. Ibn Askar nos da más noticias del castillo de Montemayor en el siglo XI. Nos cuenta como: “un centinela llamado Mamad Ben Jalaef fue aprehendido en Málaga y encarcelado con sus partida- someter los castillos vecinos, entre ellos Alcalá de los Gazules y Gaucín...después de la muerte de Ibn Jalab enviaron su sumisión algunos notables de Algeciras y le reconoció Arcos, donde entró el año 488 (1095)”34. Como podemos ver a través del texto anterior, Montemayor, llegó a convertirse en un pequeño reino de taifas, aunque por muy poco tiempo. Un poblado o castillo llamado Morón, también formó parte de la tierra de Málaga, según aparece en algunos documentos, tales como la determinación de las tierras pertenecientes a Málaga: “e le damos por tierra e términos, la jurisdicción de las villas de Alora e Casarbonela, alhotayna, Yunquera, Tolox, Moro, Monda, Guaro, Cohim e los términos de Casapalma, Fudala, Labian, Mijas, Osuna, La Fuengirola, Cártama, Xuriana, Laulín, Pupiana, Campanillas, Almoxia, Sobrereyta e la villa de Comares e su tierra con toda la Axerquia ecebto los logares que son de la tierra de Velez Malaga” (6 de junio de 1488)35. El castillo de Montemayor. rios. Se pusieron de acuerdo con otros presos, perforaron los muros de la cárcel y se dirigieron a Montemayor, castillo de Málaga. Entraron en él y se dirigieron a la residencia de su alcaide...En estos momentos apareció Abd-Al Yabbar hijo de Al Mutamid. Lo nombraron su jefe, pero la gente opinaba que se trataba de Al Rad B. Abad que gobernaba aquellas zonas. Después de tomar Abd Al Yabbar posesión de la fortaleza se acercó un barco grande procedente de poniente, llamado Ibn Al Zarqa (El Hijo del Mar Azul) y se estrelló en Marsa al Sayra 33 cerca del castillo. Se dirigieron a él y cogieron sus atabales, banderas, armas y todo el cargamento. Con ello se hicieron más fuertes y pudieron 48 CILNIANA Este Moro, no es probable que coincida con el topónimo que estudiamos, porque toda la zona de Montemayor, no pertenecía a la tierra de Málaga, sino a la de Marbella36. Antes de la conquista cristiana, Fuengirola pertenecía a Marbella, tal como nos lo indica la crónica de Enrique IV: “El valle de Çuer que es en termino de la villa de Marbella...junto a la Fuengirola y les pereciese que la fortaleza se podia tomar”37. Inluso en el siglo XIV, la “capitalidad” de la zona se situaba en Marbella, donde residía el cadí38. TORRE MEDIEVAL DE LA ROMERA La torre de La Romera sobre la roca. Para complicar aún más los datos, algún autor ha identificado también el castillo de Al Hasan con el de Montemayor 39. Yaqut nos cita el castillo de Al Hasan como perteneciente a la cora de Rayya (Málaga). Estaba muy fortificado y “situado junto al mar” 40. Sin embargo no hay nada concreto que nos conduzca a esa identificación. CILNIANA 49 TORRE MEDIEVAL DE LA ROMERA La duplicación de nombres para un mismo lugar o la repetición de topónimos no es extraña en el mundo hispano-musulmán. Tenemos en la provincia de Málaga, los nombre de Rayya y Málaga o de Dos Amantes y Archidona para una misma ciudad. También tenemos los casos de los abundantes Torrox y Alcalá o del de Priego de Córdoba, el de Cañete y el de Murcia. Por tanto no es extraña la existencia de dos Hisn Al Ward o de dos o tres Mawror o Morón. Este castillo de Morón o de la Rosa, debió localizarse alrededor de la inédita torre medieval que hemos localizado en perfecto estado de conservación al pié del monte en el que se sitúa el castillo de Montemayor. Con posterioridad a la conquista, la villa de Montemayor se cita en la relación que hace Pulgar de las que se entregan a los Reyes Católicos después de la rendición de Marbella42. También se conoce la “Capitulación para la entrega de la ciudad de Marbella y villas de Montemayor y Cortes”43. Henriquez de la Jorquera nos hace una extensa descripción totalmente inventada que indica entre otras cosas que tenía 200 vecinos44. Sabemos que tuvo que abandonarse o como efecto de la conquista o muy poco tiempo después, ya que no aparece en el Nomenclátor Detalle de la puerta de acceso de la torre de La Romera. El historiador local (cronista oficial de Fuengirola) Matías Sáenz de Tejada identifica el castillo de Morón con Fuengirola41, hipótesis que continúa vigente en la historiografía local, aunque ello no es probable. Tenemos por tanto tres topónimos muy cercanos entre sí, Montemayor, Ward y Mawrur que a veces se confunden en las fuentes como uno solo, dada su proximidad, pero que en otras fuentes se distinguen entre Montemayor e Hisn al Ward y en otras entre Montemayor y Mawror. Sin embargo no hay distinción clara entre Hisn Ward e Hisn Mawror en los autores medievales. Los datos de Ibn Al Jatib, podrían hacer referencia a un solo castillo. Por ello pensamos que el castillo de Montemayor, tenía en la base de su montaña una alquería fortificada que se denominaba Hisn Ward o Mawror. Su proximidad, fue la que provocó la confusión entre los tres topónimos, llegándose a denominar la alquería como de Montemayor en algunos autores posteriores como pudo ser Henriquez de la Jorquera. Evidentemente el nombre de Morón se perdió al no haber continuidad en su poblamiento. 50 CILNIANA La torre de la Romera (J.C. Ayala Ruiz). TORRE MEDIEVAL DE LA ROMERA de 1505 45 ni en el de 1514 46, ni aparece en las listas de las primeras parroquias ni de sus anexos47. Para Alcalá Marín, respecto a la villa de Montemayor, “se ignora cual fue su emplazamiento de este lugar citado por Pulgar en su Crónica. Se supone estaba al pie del castillo del mismo nombre, próximo a Benahavís” 48. La torre medieval de la Romera Se sitúa al pie de Montemayor hacia el Sur, es decir hacia el mar. Las coordenadas de su situación son : 3.15.900/ 40.42.500 49. Su acceso es relativamente fácil por el camino del campo de golf de Montemayor, retirándose de él hasta el cortijo de Lole. Dejando allí el coche es necesario andar unos 20 minutos para llegar a la torre. Hoy día está muy oculta entre higueras y otro tipo de vegetación que hace que no se aprecia hasta que estemos junto a ella. A su alrededor, están las ruinas de varias casas que formarían una pequeña cortijada abandonada a principios de este siglo. Esto y la modificación del terreno por bancales, ha producido una acumulación de escombros y deshechos que nos impide apreciar apenas elementos medievales. Sin embargo, algo más al Este, en medio de unos bancales hemos podido ver cerámica medieval de torno lento –posiblemente anterior al siglo XI– y cerámica nazarí. La aldea se organizaba por una calle, en cuya parte Norte, dando a la montaña se situaban las casas. Aprovechando algunas de ellas, el desnivel del principio del monte como pared. Al Sur de la calle, hay una fuente, en la cual a pesar de la sequía50, daba un agua inmejorable. Quizás fuera esta fuente la que construyó el hayib Ridwan en el siglo XIV51. Originariamente parece ser que la fuente nacía al pie de la roca en donde se apoya la torre. La visibilidad de toda la región circundante es bastante buena, aunque el barranco de Briján impide que se vea la costa en una gran zona. Su defensa está hacia el Sur, ya que por el Norte, el que dominara el monte, dominaba perfectamente la alquería. Por ello, su relación defensiva está relacionada con la del castillo de Montemayor. La alquería-castillo, podría defenderse de los ata- Plantas y alzado de la torre de La Romera (J.C. Ayala Ruiz). ques, pero siempre que el castillo de Montemayor estuviera bajo el mismo dominio. Es un fenómeno muy repetido en la Edad Media, la existencia de torres fuertes o castillos en lo alto y las villas y poblados en la parta baja. En principio, casi siempre se les refiere con el mismo topónimo. En el caso que nos ocupa, creemos que su fortificación hizo cambiar el nombre, aunque en ocasiones se identifique. Es probable que constituyera una protección para el aprovisionamiento de agua al castillo. Debió ocupar una zona no muy extensa. Hemos visto también a lo largo de la provincia malagueña, que a veces las fuentes hablan de un castillo refiriéndose a una torre y un pequeñísimo recinto52. La torre que se conserva, se encuentra sobre una gran roca adosada a la montaña, de tal forma que hoy día podemos acceder a la plataforma superior desde la montaña. Es probable que hubiera un pequeño foso que dificultara este acceso y que se halla cegado por la erosión del monte, o bien que hubiera una muralla que, continuando la pared Norte, impidiera el paso desde la montaña. Nos inclinamos a pensar en la existencia de un foso, pues éste serviría también para CILNIANA 51 TORRE MEDIEVAL DE LA ROMERA el drenaje del agua de lluvia que caía de la montaña. En caso contrario hubiera sido inevitable la inundación interna de la torre ante la mas pequeña precipitación. También sería posible la existencia de una segunda planta, hoy desaparecida. hecho por una higuera que la envuelve y amenaza su pervivencia, formando una grieta en la cara Sur. Al parecer muy recientemente, este agujero se ha ampliado artificialmente para que sirviera de ventana. El acceso a la puerta que se abre en la pared Este, se hace algo dificultosa, al tener que superar primero la gran roca sobre la que se apoya la torre. La altura máxima de la torre en su zona Sur es de unos 5'5 metros a lo que hay que añadir casi otro tanto de altura de la roca. En los cuatro laterales solo se aprecia el vano de la puerta Este, pues un agujero que se asemeja a una ventana en la pared Sur, ha sido Los muros son de algo más de un metro de ancho (1'1) y encierran una superficie exterior de 7'8 metros en el lado Sur por 6'5 al Este y Oeste. La superficie interna es muy inferior en el piso bajo, pues la torre está apoyada y adosada en parte de la roca. La superficie de la planta baja, se estructura en dos pequeñas habitaciones. La mayor de 4'2 X 2'5 metros y otra muy estrecha de 3 X 1 metros, ambas separadas por un muro y unidas por una puerta bastante ancha de unos dos metros, rematada por un arco escarzano hecho de lajas de piedra trabajadas como si fuera ladrillo. Las dos habitaciones tienen un cerramiento de bóveda de cañón que arranca a 2'2 metros del suelo en la mayor y 2'4 en la menor. En el ángulo N.O. quedan los restos de la escalera de acceso al piso superior, constituido por una simple plataforma con un pretil de baja altura , que quizás sean los restos de un antiguo piso. La altura del lado Este y Oeste va descendiendo por el desnivel del monte en que se apoya. La bóveda mayor está parcialmente rota por la clave. Zona de los yacimientos reseñados en el trabajo. A: Castillo de Montemayor; B: Torre-alquería (¿Hisn Al Ward?); C: Alqueria. 52 CILNIANA La técnica constructiva es de TORRE MEDIEVAL DE LA ROMERA mampuesto y sillarejo, con un mayor cuidado y reforzamiento en las esquinas. Se intenta (sin conseguirlo totalmente) seguir el orden de las hiladas. El sillarejo es de la misma piedra que abunda por los alrededores. La puerta de entrada es de 1'2 metros de ancho por unos 2'7 metros de altura. El arco está hecho de ladrillo. No se aprecian restos de goznes en la puerta, aunque si huellas de la colocación de unas vigas de cerramiento , ya en época muy reciente. Unos mampuestos que sobresalen del vano de la puerta para poder fijarla, nos muestran que la puerta se cerraba por dentro y no por fuera, l que nos parece demostrar que su función principal era la defensa. Posteriormente le han hecho unos agujeros para colocar vigas que cerrasen la puerta (también desde el interior), pero están hechos en cemento, diferenciándose notablemente del resto de la construcción. Para acceder a la puerta es necesario primero subir a la roca sobre la que se asienta la torre, al igual que ocurre con otras torres medievales. Al Este de la torre y hasta unos 200 metros, se aprecian restos de muros y de construcciones, mezclados con muros de bancales modernos. Esta torre-alquería que posiblemente fuera el castillo de Ward o de Morón, completaba su defensa con otra alquería que se situaba apenas a unos 700 metros al Sur, en una colina sobre el cortijo Lole. Este yacimiento se encuentra partido por la construcción de un carril. Los restos cerámicos que hemos localizado pertenecen al siglo XII y XIV. Tanto esta primera alquería, como la segunda y su torre, vemos que se situaba en el camino natural de acceso desde la costa hasta el castillo de Montemayor. El hecho de que fuera en Montemayor donde Omar Ibn Hafsun almacenaba sus pertrechos, nos parece indicar una buena comunicación, existiendo posiblemente un camino apto para carros. Hemos presentado en este trabajo, la existencia de varios yacimientos arqueológicos inéditos en la zona de Benahavís, esperando que el necesario desarrollo del estudio de la arqueología espacial de la zona, podrá en el futuro, confirmar o desechar nuestras hipótesis de identificación de las fuentes con la arqueología. No cabe duda de que la riqueza del término municipal de Benahavís en yacimientos arqueológicos, podría dar lugar a importantes conclusiones, no ya para la historia meramente local, sino para llenar muchas lagunas en el conocimiento de aspectos tales como la estructura defensiva, de poblamiento, de comercio, etc. La evolución en progresión geométrica de la especulación del suelo en todo el pie de monte de la Costa del Sol, hace que sea urgente la excavación y –a ser posible– la protección de todos los lugares arqueológicos, antes de su definitiva desaparición. Es una responsabilidad que tenemos ante posteriores generaciones. Notas * El presente trabajo fue publicado con el título de “Una torre medieval inédita en el término municipal de Benahavís y su posible identificación con Hisn Al Ward o castillo de Mawror” en los Cuadernos del Archivo Municipal de Ceuta. Nº. 10. Ceuta 1996, págs. 53-74. Por su interés respecto a la zona de la Costa del Sol, hemos creído conveniente su publicación en esta revista. También dimos noticias de un posible ataque a esta torrealquería en las páginas de esta misma revista “Un ataque de corsarios portugueses a una aldea nazarí de Marbella en el siglo XV”. Cilniana 11. Marbella 1988, págs. 23-30. Hemos conservado íntegro el texto original, puesto que sigue siendo totalmente válido y únicamente tendríamos que añadir algunas notas bibliográficas, que en nada alteran el contenido. 1 GOZALBES CRAVIOTO, Carlos. “Los puentes históricos de la Serranía de Ronda”. Actas del II Congreso Internacional de Caminería Hispánica. T.I. Madrid 1986, págs. 363-367 e “Inventario de puentes históricos de la Serranía de Ronda. Prospección arqueológica superficial”. Anuario Arqueológico de Andalucía. Actividades Sistemáticas. T. II. Sevilla 1992, págs. 313-321. 2 TEMBOURY ÁLVAREZ, J. Torres Almenaras. Málaga 1975. MAIZ VIÑALS, Antonio. Historia de Benahavís. Madrid 1960. ALCALA MARIN, Fernando. Marbella, esa desconocida. Marbella 1978 y Marbella Musulmana. Marbella 1981. 3 A la altura del kilómetros 47 (a 5 km. de Marbella. Sus coordenadas son: 3.20.170/ 40.43.200. 4 Sus coordenadas son: 3.19.100/ 40.43.700. 5 HERNANDO DEL PULGAR. Crónica de los Reyes Católicos. Ed. MATA CARRIAZO. Madrid 1949, pág. 184. 6 HENRIQUEZ DE LA JORQUERA. Anales de Granada. Ed. Granada 1987, pág.121. 7 CABRILLANA CIEZAR, Nicolás. Documentos notariales de Marbella 1536-1573. Málaga 1990, pág.76. 8 En el Archivo Temboury de la Diputación de Málaga, se cita la aparición de un sólido de oro del Bajo Imperio en tierras de este cortijo. 9 Según hemos podido comprobar, existió en su cúspide una simple torre atalaya con una pequeña casa adosada y no un castillo como indican algunos autores. 10 Sin restos constructivos. Solo aparecen muy pocos restos de cerámica en un cerro con unas características excepcionales de control visual. 11 Citados por MARTÍN LUQUE, Antonio. “Informe arqueológico del término municipal de Benahavís”. Monografía inédita 1991. No hemos podido apreciar algo más que la segura localización de una casa medieval. El despoblado medieval del Cerro de la Mora, citado por el autor anteriormente nombrado, no nos ha sido posible localizar, a pesar de haber rastreado CILNIANA 53 TORRE MEDIEVAL DE LA ROMERA intensamente la zona. Posiblemente el topónimo ha hecho suponer la existencia de un despoblado. 12 Derrotero de las costas del Mediterráneo. Nº.3. T.I. Cádiz. Pág.96. 13 Una buena descripción de este castillo puede verse en FERNÁNDEZ LOPEZ, Sebastián. Catalogación y estudio de las fortalezas medievales de Málaga y su territorio. Universidad de Málaga 1987. Tesis doctoral inédita. 14 AL MOQADISI. Kitab al Buldan. Ed. M.J. DE GOEJE. Biblioteca Geographorum Arabicorum 3-2º. Ed. Leidem 1906. 15 Una crónica anónima de Abderrahmán III Al Nasí. Ed. LEVI PROVENÇAL. Madrid-Granada 1950, pág.76. 16 Alrededores de Fuengirola. Sobre Fuengirola-Sohayl, véanse nuestras hipótesis de localización en “La costa del occidente malagueño en los documentos geográficos medievales”. En prensa en las actas del V Congreso Internacional sobre la Frontera. 17 Para algunos autores, se trata de Mijas, aunque también existe la posibilidad de que se trate del importante castillo del Nicio en Estepona. Una crónica anónima del Califa Abderrahmán III entre los años 912 y 942. Al Muqtabis V de Ibn Hayyan. Trad. VIGUERA,M.J y CORRIENTES,F. Zaragoza 1981, pág. 144. El castillo de Munt-Nis, se le denomina “Santis” en la Crónica anónima de Abderramán III Al Nasir.. Trad. LEVI PROVENÇAL y GARCIA GOMEZ. Madrid 1950, pág. 142, quizás haciendo referencia al de Santi Petri en Almogía. 18 Crónica del Moro Rasis.Ed. Madrid 1975, págs. 107108. 19 LEVI PROVENÇAL. “La description de L´Espagne d´Ahmad Al Razi”. Al Andalus. Madrid 1953, pág. 99. 20 AL NUBAHI. Kitab al Marqaba al-Uqla. Ed. LEVI PROVENÇAL. El Cairo 1948, pág. 82. Reproducido en castellano por Vallvé Bermejo, J. “De nuevo sobre Bobastro”. Al Andalus. XXX. Madrid 1965. págs. 140-141. Según este último autor, en el Nomenclátor de España . Málaga del Instituto Geográfico Catastral, edición de 1904, página 28, viene señalado un caserío de Coín llamado Morón, a unos 5 kilómetros del pueblo. Hoy día no existe ese caserío ni nadie conoce un lugar con ese topónimo en los alrededores de Coín. NOTA ACLARATORIA. Recientemente hemos dado con un pequeño cortijo de ese nombre en el término de Coín, pero a una distancia mayor. En sus tierras, existen los restos de una pequeña alquería agrícola medieval, pero por su disposición -que no tiene nada de defensiva- no es probable que coincida con el castillo de Mawror, aunque posiblemente si coincida con el Morón que se otorga como parte de la tierra de Málaga a finales del siglo XV. Véase la nota 35. 21 Cf. AL UDRI. Tarsi Al Ajbar. Fragmentos geográficos históricos. Ed. Al Ahwani. Madrid 1965, pág. 113; IBN SAID. Kitab al Mogrib. Ed. SAWQI DAYT. El Cairo 1953. T.I. pág.313 y YAQUT. Bayan al Buldan. Beirut 1955. T. V. pág.163. 22 IBN AL JATB. Al Ihata. Ed. INAM. T.I. 1955, pág.243. 23 VALLVE BERMEJO;J. O.c.pág. 141 n.6. 24 SIMONET, J. De. Descripción del Reino de Granada. Granada 1872, pág. 122. 25 IBN AL JATIB. O.c.T.I. pág. 517. 26 VALLVE BERMEJO, J. O.c.pág. 141. 27 ABOULFEDA. Géographie. Trad. REINAUD. París 1848, pág.250. 28 Entre otreos ROMAN RIECHMANN, Carmen. “El castillo de Fuengirola .II. El castillo árabe”. Castillos de España 22 Madrid 1984, págs. 39-54. Más r ecientemente: FRESNADILLO, Rosario. La fortaleza de Fuengirola y su territorio. Una aproximación histórica. Cádiz 1998. 29 IBN GALIB. Farhat al Andalus. Págs. 308-309. Sin embargo esta parte del texto no la traduce VALLVE BERMEJO, J en “Una descripción de España de Ibn Galib”. Anuario de Filología. T.I. Barcelona 1975, págs. 369-384. 54 CILNIANA 30 AL DIMISQI. Cosmographia. Ed. FRAEHIM-MEHREM. San Petersburgo 1866, pág.244. 31 MOLINA, Luis. Una descripción anónima de Al Andalus. Madrid 1983. pág. 20. 32 ALEMANY BOLUFER, José. “La geografía de la Península Ibérica en los escritores árabes”. Revista del Centro de Estudios Históricos de Granada y su Reino. 3-4. Granada 1920, pág. 168. 33 En EDRISSI. Description de L´Afrique et de l´Espagne. Trad. DOZY-GOEJE. Leidem 1968, pág.213, se cita cerca de Gibraltar el Puerto de Marsa Ach-Chadjara (Puerto del Árbol). Para VALLVE (O.c.pág. 256), se corresponde con Wadi Al Marsa, más cerca de la Punta de Chullera. 34 VALLVE BERMEJO, J. “Una fuente importante de la Historia de Al Andalus: la historia de Ibn Askar”. Al Andalus Madrid 1966, pág. 257. 35 Archivo Municipal de Málaga (A.M.M.). Col. Originales. Vol. 2. fol. 226v-228v. Reproducido por MORALES GARCIA GOYENA, L. Documentos Históricos de Málaga. Granada 1906, T.II. págs. 123-125 y L ARA GARCIA,, Mari Pepa. Franquezas y privilegios concedidos a la ciudad de Málaga y Granada y a otras ciudades, villas y lugares de su Reino. Málaga 1991, pág. 34. Esta orden real fue confirmada el 25 de junio de 1501. Cf. MORALES GARCIA GOYENA. O.c.págs. 152-155. En un manuscrito del Archivo Díaz Escovar de Málaga (legajo 72), fechado en 1839, se nos dice que estas reales cédulas son de 1500 y 1504. 36 Puede verse la delimitación de los términos entre Málaga y Marbella en el Archivo de la Catedral de Málaga (A.C.M.).leg. 56.c.69. P ublicado por LOPEZ DE COCA CASTAÑER, J.E. La tierra de Málaga a fines del siglo XV. Granada 1977, pág. 622. También puede verse otra delimitación distinta en un documento inédito de fecha 1839 que se conser va en el Archivo Municipal de Ojén. 37 TORRES FONTES, Juan. Estudio sobre la Crónica de enrique IV del Dr. Galíndez de Carvajal. Murcia 1946, pág. 115. 38 CALERO SECALL, Maria Isabel. “Sedes particulares malagueñas en época nazarí”. Baetica 7 Málaga 1984, págs. 355-365. 39 ALEMANY BOLUFER, José. O.c.pág. 147. 40 GAMAL ABD AL KARIM. “La España musulmana en la obra de Yaqut (siglo XII-XIII)”. Cuadernos de Historia del Islam 6 Granada 1974, pág. 158. 41 Expediente incoado para la petición del escudo heráldico. Ayuntamiento de Fuengirola 5-8-1957. 42 HERNANDO DEL PULGAR. O.c.pág. 184. 43 GARRIDO ATIENZA, Manuel. Las capitulaciones para la entrega de Granada. Granada 1992, pág. XXIII-XXIV. 44 HENRIQUEZ DE LA JORQUERA. O.c.pág. 121. 45 SIMONET, J. O.c.págs. 293-295. 46 SIMONET, J. O.c.págs. 305-310. 47 Cf. GUEDE FERNÁNDEZ, L y GÓMEZ MARÍN, R. Historia de Málaga. Vicarias, seminarios, sínodos. Málaga 1983. 48 ALCALÁ MARÍN, Fernando Marbella Musulmana. Marbella 1981, pág.36. 49 Queremos agradecer la colaboración a nuestros amigos: Fermín Bañán quién nos condujo a la localización de la torre, a José Antonio Ayala Ruiz y Ángel López Tirado quienes nos acompañaron en nuestras prospecciones de la zona y a Juan Carlos Ayala Ruiz que nos hizo los planos de planta y perfiles de la torre. 50 Una de las veces que visitamos el lugar, fue en el verano de 1995. 51 IBN AL JATIB. O.c. pág. 517. 52 Por ejemplo el castillo de Aznalmara, muy citado en las fuentes, localizado en el Cortijo del Castillo, cerca del Valle de Abdalajís. Está construido en un pico rocoso con un perímetro muy pequeño y limitado por la exigua meseta superior. Nueva Aproximación a la BIBLIOGRAFÍA sobre Marbella y la Costa del Sol Occidental Lucía Prieto Borrego L a inclusión de un apartado en nuestra revista dedicado a presentar la bibliografía de la que el conjunto de los historiadores vamos teniendo noticia, obedece al objetivo ya reiteradamente formulado desde nuestra asociación de apoyar la investigación y la docencia de las ciencias sociales. En esta entrega presentaremos las publicaciones en forma de libro y los artículos contenidos en actas de congresos –no incluidas en nuestro anterior trabajo, Aproximación Bibliográfica: Marbella y la Costa del Sol Occidental–, dejando para sucesivas ediciones los artículos de revistas y boletines. pertos modernistas como son la doctora M.ª Isabel Pérez de Colosía y el doctor Joaquín Gil Sanjuán. Si consideramos los ejes temáticos presentados, es amplia la representación de lo que se podría categorizar como historia política, recientemente recuperada del desprestigio en que quedó sumida tras el cuestionamiento experi- Una de las limitaciones que encuentran los investigadores de la comarca occidental de la provincia de Málaga es la ausencia de obras de referencia y trabajos de síntesis relacionados con aspectos históricos, patrimoniales, demográficos, geográficos, sociológicos... Una carencia que ha de ser resuelta sobre la base de la consulta de cuantas obras generales o monográficas contengan referencias directas o indirectas al espacio que nos ocupa o abarquen el análisis de procesos que le afecten y permitan la comparación con las conclusiones que surgen de la investigación empírica que se realiza en los archivos locales. La producción historiográfica que presentamos si la consideramos por etapas parece concentrarse en la etapa contemporánea; la menor cantidad de obras de las épocas moderna y medieval queda suficientemente compensada por la calidad y rigor de Historia del Reino de Granada, una obra de conjunto estructurada en tres tomos que, precedida de un estudio geográfico de la mayor parte del territorio que hoy ocupan las provincias de Granada, Almería y Málaga, abarca desde la antigüedad hasta 1833. La obra contiene amplia información sobre la zona occidental del antiguo reino nazarí en lo referido a la conquista y repoblación del territorio, estructuras defensivas, instituciones o demografía. De igual calidad que el anterior a lo que hay que sumar una cuidadosa edición es Las Imágenes del poder, una obra apoyada en material gráfico de los siglos XVI y XVII que recupera mapas, planos y pinturas del Reino de Granada, conservados en el Trinity College de Dublín, analizados por dos ex- mentado por el historicismo y el positivismo. Sin entrar en la definición de este renovado paradigma historiográfico, las monografías de historia política se concentran en la época de la Restauración. Una etapa de nuestra historia que en los últimos tiempos ha generado una amplísima bibliografía en torno al fenómeno del caciquismo CILNIANA 55 NUEVA APROXIMACIÓN A LA BIBLIOGRAFÍA y del clientelismo político en Andalucía, estimulado sin duda por las nuevas evidencias de una fenomenología, considerada en la actualidad, no específica de Andalucía o España, sino extensible a las fases previas a la democracia en países como Inglaterra o Francia, y por la valoración del papel de los poderes locales y provinciales frente al centralismo, una valoración que en la consideración de fenómenos no exclusivamente políticos o administrativos da lugar a la vinculación del fenómeno con cuestiones socioeconómicas, y a lo que Salvador Cruz Artacho ha considerado una visión ascendente del poder. Investigaciones de esta índole exigen un estudio de la práctica política en el ámbito local y de la actuación de las élites de las que de momento nuestra zona carece. Sobre esta etapa contamos con estudios en la línea de los que, en su momento, sobre el caciquismo inició Tusell: Oligarquía y Caciquismo en Andalucía (1890-1923). La dinámica electoral es el eje que vertebra el estudio de Francisco Crespillo, Elecciones y partidos políticos en Málaga: 18901901, imprescindible para seguir la evolución en la representación del distrito CoínMarbella, en manos casi sin interrupción primero del general López Domínguez y su círculo y después de sus herederos políticos a través del Partido Liberal. La implantación de las distintas familias políticas en el ámbito regional puede seguirse en la obra de M.ª José Ramos Rovi, Andalucía en el Parlamento Español (1876-1902), que ofrece la posibilidad de analizar el reparto de poder en cada una de las provincias andaluzas, la actividad de los diputados y a partir de su identificación la caracterización de la clase política. El análisis del republicanismo en la provincia de Málaga es abordado por los profesores Arcas y Morales. El Republicanismo Malagueño durante la Restauración (1875-1923) constituye un 56 CILNIANA exhaustivo estudio de la composición, actuación y estrategias de las formaciones republicanas de la provincia, analizadas fundamentalmente a partir de fuentes hemerográficas. Si bien las referencias a Marbella son más escasas, debido sin duda a la debilidad del republicanismo hasta la primera década del siglo XX, que las del resto de la provincia. Los datos aportados en esta obra y su comparación con la documentación del Registro de Asociaciones del Archivo de la Subdelegación del Gobierno en Málaga –hoy transferido al Archivo Histórico Provincial– han permitido relacionar algunas experiencias societarias de la ciudad, surgidas entre 1900 y 1930 con las formaciones más amplias, estudiadas por Arcas, quien por otra parte se hace eco por primera vez del motín acaecido en la ciudad con motivo de las elecciones de 1909 y cuya naturaleza estamos hoy en condiciones de determinar a partir del conocimiento de la organización política que lo inspira, la sociedad Junta de Defensa Administrativa de Marbella. Son los fondos de la Subdelegación del Gobierno, la base documental del libro de Manuel Morales, quien ha estudiado el republicanismo malagueño desde una perspectiva sociocultural. El republicanismo malagueño en el siglo XIX. Propaganda doctrinal, prácticas política y formas de sociabilidad refleja la existencia en Marbella de formaciones republicanas en la década de 1900-1910, que, como el Círculo Republicano Instructivo Obrero de Marbella, creado en 1912, presidido por Fernando María Marín, demuestran la continuidad del republicanismo en Marbella desde el Sexenio hasta la Segunda República. De especial interés para las formulaciones teóricas del republicanismo resulta el apéndice documental que reproduce, además de algunos textos, entre los que se incluye el Reglamento del Círculo Republicano Instructivo Obrero de Marbella, una relación de los centros republicanos de la provincia entre 1881 y 1920. NUEVA APROXIMACIÓN A LA BIBLIOGRAFÍA Es conocido cómo en los últimos tiempos se ha venido perfilando en la historiografía andaluza un nuevo campo de investigación referido a los estudios biográficos, de tan fructífero resultado para el estudio del sistema caciquil como el de José Antonio Ayala Pérez, Un político de la Restauración: Romero Robledo; el de Joaquín María Piñeiro, Ramón de Carranza: Un oligarca gaditano en la crisis de la restauración; o los centrados en personajes tan conscientemente olvidados en el largo desierto que para la historia social fue el franquismo, como el caso de Rafael Salinas, fundador de la agrupación socialista malagueña, cuyo papel en la organización y difusión del socialismo andaluz ha sido estudiado también por el profesor Morales en la introducción a la edición facsímil de su obra, Obligado por la Burguesía. Refutación de sofismas burgueses. El estudio de determinadas personalidades se ha impuesto como campo historiográfico, sin que en nuestra comarca existan sino las aproximaciones realizadas en su día por el desaparecido doctor Cantos Moyano sobre Joaquín Chinchilla, las conocidas referencias de Alcalá Marín a personalidades locales y las publicadas por Antonio Romero sobre la familia Domínguez. Sería imprescindible un riguroso estudio sobre uno de los personajes claves de la ciudad en el Antiguo Régimen, Don Tomás Domínguez y Vargas, un poderoso oligarca paradigmático, según la sugerente hipótesis propuesta por Rodríguez Feijóo en su libro Enseñanza Liberal en Marbella (1833-1936), del compromiso de la vieja nobleza estamental con las estrategias económicas de la burguesía en la sociedad liberal. Queda por establecer el grado de incidencia de los efectos del liberalismo en la nobleza local, sobre la institución del mayorazgo o la reacción de estos grupos ante la liberalización del mercado de la tierra. Nuestro estudio sobre Marbella 1752: Según las Respuestas Generales del Catrasto de Ensenada nos permitió identificar a las élites pero no sus patrimonios territoriales, ¿son estos coincidentes con la propiedad rústica del siglo XIX? El control de los resortes del poder local por nuevos apellidos junto a los antiguos sugiere la formación de un grupo oligárquico surgido del proceso desamortizador que participa de las mismas características que la burguesía andaluza en lo que al monopolio de los recursos productivos se refiere, fuertemente endogámico y que en la segunda mitad del siglo XIX se conecta a través de la familia Domínguez con las más altas instancias del poder político. Si bien las aproximaciones ya citadas dan una idea de lo que la más reciente historiografía andaluza denomina “dimensión familista del po- der”, sigue siendo necesario el acercamiento a la actuación de determinados miembros de las oligarquías de la zona para establecer el organigrama de las redes parentales y clientelares en el ámbito local, toda vez que aún desconocemos, si exceptuamos algunos de los vínculos locales de Heredia o la servil relación de los Belón Salgado con la compañía The Marbella Iron Ore Company Limited, o la representación de la misma en la persona de Miguel Calzado, el grado de implicación de la burguesía nativa con la burguesía malagueña o con los empresarios que se hacen con el control de la Colonia de San Pedro Alcántara a finales del siglo XIX. L os trabajos sobre el general López Domínguez, centrados en su proyección militar y política, no atienden a las relaciones de este personaje, pieza clave del reformismo decimonónico, con los niveles de la administración municipal del distrito al que tan dilatadamente representó. Tenemos que acudir a las memorias de Antonio Guerola, gobernador civil de Málaga, para, a través de la correspondencia que la máxima autoridad política de la provincia mantuvo con Cánovas del Castillo y con el propio López Domínguez, entre 1858 y 1860, penetrar en los entresijos del mecanismo del favor en el distrito electoral de Coín-Marbella, pero no contamos con nada semejante para la Restauración. La existencia de dos excelentes estudios biográficos, uno realizado por Ana Boned Colera, sobre López Domínguez y el periódico El Resumen y, otro de Sánchez Illán, sobre Rafael Gasset Chinchilla y el que fue uno de los más influyentes medios de comunicación en la España de la Restauración, el periódico El Imparcial –Prensa y política en la España de la Restauración. Rafael Gasset y El Imparcial– lo debemos a la historia de la prensa. Una biografía anterior escrita en 1946 por Mariano del Alcázar –Los Presidentes del Consejo de la Monarquía, 1874-1931: López Domínguez– transmite una visión idealizada del General en la que no faltan poéticas evocaciones a su ciudad natal. Más interesante, por novedoso, es el ensayo de Ana Boned, José López Domínguez. Radiografía de un militar reformista en el periódico “El Resumen”. Causa extrañeza a la autora que hasta el momento ni la personalidad ni la obra política y militar de López Domínguez haya merecido la atención de los historiadores, desde la consideración sobre todo de su intervención en la revolución de 1868 y en la represión del cantón de Cartagena. Su interés se deriva de la relación que establece entre el periódico y el general en el marco de una investigación sobre prensa y ejército. El Resumen nace en 1885 como órgano de prensa de la Izquierda Dinástica, el grupo político creado por el futuro general CILNIANA 57 NUEVA APROXIMACIÓN A LA BIBLIOGRAFÍA Serrano y sus parientes, sobre la base programática de la Constitución de 1869 y que lideró López Domínguez a partir de 1885. La presencia en la dirección y redacción de El Resumen de los hermanos Suárez de Figueroa entre otros ponen de manifiesto la vinculación de prensa, Ejército y política. Son varios los hombres de la Izquierda Dinástica, como Segismundo Moret o Gasset Artime, que mantienen con el municipio de Marbella algún tipo de vínculo familiar o económico, y no deja de ser significativo que la excepcional victoria electoral –en 1896, bajo el gobierno conservador de Cánovas– de un candidato ministerial, Adolfo Suárez de Figueroa y Ortega, redactor de El Resumen, se produzca después de la ruptura de éste con López Domínguez, desbancando a Francisco Serrano Domínguez del distrito Coín-Marbella. Pero la presencia de los conservadores en el distrito será efímera, en tanto en cuanto que la incorporación de Rafael Gasset Chinchilla a las filas liberales a partir de su entendimiento con Moret en 1905 garantizará la representatividad del distrito a sus parientes los Chinchilla. La obra de Sánchez Illán estudia de forma modélica la trayectoria política y periodística de Rafael Gasset Chinchilla –varias veces ministro de Agricultura, Industria, Comercio y Obras Públicas o de Fomento– y de uno de los más influyentes diarios españoles, El Imparcial, fundado por su padre Eduardo Gasset y Artime, casado con Rafaela Chinchilla y Díez de Oñate, sobrina del general Serrano –su madre era prima segunda del general–. A través de este estudio quedan establecidas las relaciones parentales y empresariales que vinculan también, en este caso, a la saga periodista de los Ortega, a través de José Ortega Munilla, cuñado de Rafael Gasset y director del periódico. Su hijo, Eduardo Ortega y Gasset, representaría al distrito Coín-Marbella en las primeras décadas del siglo XX y con toda probabilidad, impulsaría a través de su clientela la creación en Marbella del Partido Republicano Radical Socialista en vísperas de la Segunda República. Una atenta lectura de los ensayos comentados pone de manifiesto la articulación en la provincia de Málaga del Partido Liberal en torno a la familia Domínguez, tal como revelan a lo largo de la Restauración las candidaturas de Andrés Mellado, redactor de El Imparcial, en el distrito de Gaucín; la de Francisco Serrano Domínguez – hijo del general– en el de Coín; la de Rafael López Oyarzábal en el de Vélez-Málaga o las de José L achanbre Domínguez y Leopoldo Serrano Domínguez en la capital. Si bien ignoramos la proyección real de esta red en el entramado caciquil local, sí conocemos su cuestionamiento 58 CILNIANA por los grupos que al margen del sistema dinástico intentan la democratización de la vida municipal a través de las primeras asociaciones obreras. Es en este punto donde resultan muy valiosas los estudios sobre Movimiento Obrero en la provincia de Málaga: Patronos y obreros. Historia del movimiento obrero en Málaga, 1861-1906, de Antonio Nadal y el de María Dolores Ramos, Burgueses y Proletarios malagueños. Lucha de clases en la crisis de la restauración (1914-1923). El primero, basado en documentación del Instituto de Reformas Sociales, abarca un análisis de la conflictividad laboral y del tejido asociativo en la provincia de Málaga a la vez que incluye un interesante apéndice documental con los datos suministrados por todos los pueblos de la la provincia, sobre salarios y nivel de vida. El trabajo de María Dolores Ramos dedica un subcapítulo de su libro al análisis, realizado sobre la base de los datos de Alcalá Marín, de la clase dirigente de lo que la autora denomina, “un enclave colonial: Marbella”, refiriéndose a la explotación por la compañía inglesa del hierro de la mina de “El Peñoncillo”. El núcleo de su aportación lo constituye el estudio, a partir de los periódicos El Socialista y El Regional de las huelgas mineras de 1918 y 1919, organizadas por la Federación Obrera de Mineros y Oficios Varios “El Progreso”, una organización sindical, adscrita a la UGT, que si bien se crea en 1919 es el resultado de una larga trayectoria asociativa en la zona y en la que convergen activistas procedentes del primer obrerismo republicano o de organizaciones de carácter ácrata como La Emancipación. José Luis Casado se ha hecho eco de este tejido asociativo en un artículo, “Asociaciones de clase en Marbella: Una aproximación para los años 19001930”, publicado en las Actas del Homenaje al Profesor Carlos Posac Mon. Mientras que por nuestra parte, esperamos la publicación de otro trabajo presentado al último Congreso de Historia de Andalucía celebrado en Córdoba en el que analizamos la relación entre obrerismo y republicanismo en las asociaciones surgidas en la década de 19001910 y su implicación en la movilización anticaciquil. Otro de los campos historiográficos que concentra trabajos de gran calidad es la Historia Económica. Desde la aparición del trabajo pionero de Jordi Nadal, sobre la industrialización andaluza publicado en el n.º 120 de Moneda y Crédito en 1972, la siderurgia de Marbella atrajo el interés de algunos investigadores. A los trabajos ya clásicos de Cristóbal García Montoro, sobre la industrialización malagueña y Manuel Agustín Heredia, hay que sumar las nuevas aportaciones del mismo autor en trabajos más recien- NUEVA APROXIMACIÓN A LA BIBLIOGRAFÍA tes. De gran interés resulta su articulo, basado en la correspondencia privada de Paul Clervaux, ingeniero francés llegado a Málaga para conocer la situación de la fabrica la Constancia, en el que su autor pone de manifiesto la influencia de acontecimientos políticos como la Revolución de 1868 en el destino de la siderurgia malagueña, incluido en la obra publicada bajo su coordinación, Sociedad y Negocios en Málaga (siglos XVIII-XX). Mientras que los efectos de la política arancelaria sobre las empresas de Heredia son estudiados en un artículo de Rogelio Velasco Pérez, “Política comercial y competencia industrial en la España del siglo XIX. A propósito de la siderurgia de Manuel Agustín Heredia”, publicado en un trabajo colectivo editado por Antonio Parejo y Sánchez Picón, Economía Andaluza e Historia Industrial. Estudios en Homenaje a Jordi Nadal. La Industrialización Andaluza, cuyo estudio introductorio, dedicado a una exhaustiva revisión de la historiografía sobre la historia agraria, industrial y minera andaluza que no puede ser ignorada por los investigadores que centren su atención en cualquiera de las actividades empresariales de la zona. Este volumen incluye también un interesante artículo de José Luis Casado a quien debemos la mayor parte de las investigaciones realizadas sobre la colonia de San Pedro Alcántara y en el que pone de manifiesto la vinculación de los grandes hombres de negocios del siglo XIX con el cultivo y fabricación de azúcar en la zona: “Azúcar y especulación: la Sociedad Colonia de San Pedro Alcántara, 1875-1910”. El mismo Jordi Nadal, 25 años después de dar a luz sus investigaciones sobre la siderurgia de Río Verde, ha publicado un conjunto de cartas, fechadas algunas en Marbella entre 1828 y 1829 escritas por Francisco Antonio Elorza, el ingeniero que puso en marcha las ferrerías, al tercer conde de Villafuertes. “Cartas de Elorza, siderúrgico en Andalucía (1828-1840)”, constituye un material de primera mano, incluido en la obra colectiva editada por Gómez Mendoza y Antonio Parejo, De Economía e Historia. Estudios en homenaje a José Antonio Muñoz Rojas, para conocer los problemas técnicos y las dificultades que afectaron a las ferrerías, tanto de Río Verde como del Pedroso. La historiografía correspondiente al siglo XX de momento queda restringida a la República, la guerra y a algunos trabajos centrados en el franquismo y la Transición pero con distintos objetos de análisis. Las primeras décadas de la centuria no han sido abordadas, sino en los trabajos que sobre asociacionismo y movimiento obrero ya hemos citado. Esperamos que en el futuro nuevas generaciones de historiadores puedan completar las hipótesis presentadas en nues- tro trabajo sobre la guerra civil y la represión franquista y republicana, y que a la vez sean el punto de partida de una ya comprometida tesis doctoral sobre el franquismo que nos permita abordar en los pueblos de la comarca las líneas de investigación que sobre este tema preocupan a la historiografía: la persistencia de la violencia política, el comportamiento de las instituciones municipales, el control social de la iglesia, o la continuidad o discontinuidad del poder local lo que necesariamente implica la definición y localización de la familia falangista. Es el franquismo un espacio privilegiado para resolver los grandes interrogantes a través de las fuentes orales, en tanto que como ha afirmado Encarna Nicolás, especialista en trabajos de historia local centrados en el franquismo, permite obtener información de las actitudes y comportamientos de los distintos grupos sociales. Precisamente en España, los trabajos pioneros de Historia Oral se han centrado en nuestra comarca. A Ronald Fraser se le considera el introductor de este novedoso paradigma, que es a su vez instrumento metodológico, a partir de la publicación de su trabajo pionero sobre Mijas. Es conocido cómo la historia oral posibilita el acceso a las formas de transmisión cultural y al campo de lo simbólico, de la misma manera que CILNIANA 59 NUEVA APROXIMACIÓN A LA BIBLIOGRAFÍA incorpora al discurso historiográfico la experiencia y conocimientos de los grupos sociales excluidos o marginados de la cultura oficial. La historia de la gente común convertida en objeto epistemológico por la historiografía marxista británica ha emergido tal y como se manifiesta en la microhistoria italiana como compromiso social de los historiadores. La voz de los vencidos y represaliados en la guerra civil española fue convertida en relato por Fraser. Su libro Escondido. La vida de Manuel Cortés, es mucho más que la vida del último alcalde republicano de Mijas, un barbero socialista que permaneció oculto durante 30 años en su propia casa. Las palabras de Manuel Cortés, de su esposa Juliana y de su hija, entrevistados por Fraser nos permiten acceder no sólo a sus vivencias particulares, dominadas desde 1939 por el miedo a la denuncia y la necesidad de sobrevivir, sino que constituyen un registro de la historia de España, interpretada desde la visión de un trabajador a partir de las relaciones de dominación existentes en su aldea. En el relato subyacen una serie de aspectos muy valiosos también para la investigación antropológica, dado que en el mis- 60 CILNIANA mo afloran modos de vida y pautas de comportamiento que definen a la comunidad no ya desde el punto de vista económico como la explotación del esparto, cuya elaboración artesana permitiría el trabajo a muchas mujeres, sino también sociales, puesto que tenemos noticias de los grupos sociales, y de cómo son percibidos en el ejercicio del poder y de actitudes –que como en la resistencia de la guardia civil como mecanismo de protección los familiares de los vencidos a la presión de los falangistas– pueden ser abarcadas desde la historia oral. Otros trabajos basados también en la memoria y la experiencia, como el último de Alcalá Marín, Marbella antes y después (II) Los años del turismo, o el de Juan Carlos Reina, Historias secretas de Marbella, han de ser consultados por los historiadores del franquismo. Ambos autores fueron testigos privilegiados del proceso de consolidación del Régimen en el ámbito municipal y su proximidad laboral o familiar a las instituciones hegemónicas explica la representación mental de la cara más amable de unos años, en los que la fractura social se ignora. Precisamente el registro del imaginario colectivo de estos grupos, el proceso de modernización económica de la ciudad, presente en un riquísimo anecdotario puede tener cierta validez cuando abordemos aspectos del franquismo relacionados con la vida cotidiana o las mentalidades. Ambas obras incorporan por otra parte una documentación fotográfica que los convierten en fuente de información histórica. Si el libro de Alcalá pese a su conocimiento directo de personajes y hechos muestra un cierto distanciamiento de lo que narra, no es el caso de Reina Lozano. En su libro, lo subjetivo puede ser convertido por cualquier historiador con pericia en una categoría analítica a la hora de abordar algunos procesos de la vida local. En la exaltación de la persona y obra de D. Rodrigo Bocanegra se evidencia –en negativo también– el cuestionamiento de una influencia que suponía una seria limitación al poder civil, que necesariamente habría de ser reconocida por los representantes locales del estado totalitario y por los agentes instrumentales del sistema corporativo. En la enumeración de lo que el autor llama obra espiritual no es difícil reconocer el intenso proceso socializador llevado a cabo por la Iglesia para ejercer, desde iniciativas como los famosos cursillos de cristiandad, un absoluto control moral sobre la población. La descripción de las normas de conducta y del sistema de relaciones descrito, ponen de manifiesto, tal vez sin que el autor lo pretenda, la reciprocidad de las prestaciones entre la Iglesia y el Estado en unos momentos en los que la evolución social y económica del país amenazaban ya la estabilidad del Régimen y, en el ámbito local, grupos ajenos al poder NUEVA APROXIMACIÓN A LA BIBLIOGRAFÍA resistían a la hegemonización que el famoso sacerdote ejerció sobre las conciencias. Es éste uno de los aspectos que pueden ser valorados; quedan otros muchos, como el funcionamiento de la obra sindical o, sobre todo, su aportación a la Historia de la Radio, lo que nos permite dotar de contenido historiográfico a una obra testimonial con grandes dosis de valoraciones subjetivas. Algunos de los silencios u omisiones, de la literatura autobiográfica citada son recuperados, si bien de forma fragmentaria en la obra de Carmen R. García Ruiz, Franquismo y Transición en Málaga 1962-1979, una tesis doctoral que acomete de forma exhaustiva el estudio de las instituciones del Movimiento en la capital y las actuaciones del poder local en el marco de un proceso histórico marcado por el desarrollo de un modelo económico que afecta a la provincia y que en sus consecuencias sociales explica el replanteamiento político y cultural en demanda de reformas democráticas. A partir de fuentes policiales, la autora ha seguido la organización del movimiento obrero y estudiantil, sus actuaciones y las formas de represión. Aunque las referencias a la zona son aisladas, puesto que el estudio se centra en la capital, de algunos datos se infiere la resistencia de algunos sectores del Régimen al despliegue de manifestaciones políticas y culturales de las formaciones democráticas, entre las que cita la actuación del responsable de la emisora sindical que dio lugar a uno de los pocos enfrenamientos civiles durante la primera Transición, en un momento en el que se exteriorizaban amplias muestras del sentir andalucista –San Pedro Alcántara sería una de las primeras localidades de la provincia en izar la bandera andaluza– y en el que los partidos y organizaciones políticas estaban ya suficientemente implantados, como demuestra, a tenor de alto número de detenciones efectuadas en San Pedro, el respaldo al Partido Comunista antes de su legalización, o la vitalidad sindical puesta de manifiesto en las huelgas de la hostelería. La existencia de un mayor número de obras historiográficas sobre nuestra comarca no nos exime de valorar las aportaciones de los estudios geográficos. Para la historia agraria es fundamental el estudio realizado por María Luisa Gómez Moreno, La montaña malagueña: estudio ambiental y evolución de su paisaje, en el que dedica un espacio al estudio de las sierras litorales occidentales, centrado en sus aspectos estructurales pero también su caracterización en cuanto al poblamiento y al hábitat. Son éstos dos aspectos esenciales de su contribución al conocimiento de la zona, puesto que realiza una evolución histórica de la demografía de las zonas montañosas desde la época nazarí hasta los años 80 del siglo XX. Su análisis de las comarcas históricas de la “Tierra de Marbella” y del Señorío de Casares demuestra la perdurabilidad de los rasgos del paisaje agrario desde la ocupación musulmana hasta el siglo XIX, cuando las formas de explotación capitalista modifiquen las formas de producción y afecte a la dedicación de la población y a su distribución espacial. La configuración del paisaje agrario sobre la base de los repartimientos y apeos ha sido abordada a partir de la consulta de las distintas monografías comarcales sobre el tema, a la vez que realiza un minucioso estudio de las Respuestas Generales del Catastro de Ensenada. La autora ha tabulado los datos del conjunto de la provincia ofreciendo conclusiones sobre la superficie cultivada, la ocupación de los cultivos como el trigo, vid, olivo, la extensión de la tierra comunal y la cabaña ganadera. De la interrelación del conjunto de los datos se deduce: el comportamiento demográfico, el perfil de la estructura social y de los niveles de vida, lo que nos permite la comparación con las conclusiones obtenidas en los estudios realizados sobre la misma fuente para municipios concretos. El fenómeno turístico es como cabe esperar, un objeto de estudio preferente. De su impacto en la evolución de la población de la comarca se ha ocupado Juan José Natera Rivas en su libro Heterogeneidad social y diferenciación residencial en Marbella, centrando su análisis en la relación entre el contraste existente entre las zonas occidental y oriental del tejido urbano y la diferenciación social. Unas diferencias que se manifiestan también según las zonas en cuanto a grupos de edad o níveles de instrucción y cuya valoración resulta imprescindible a la hora de abordar comportamientos sociológicos en las épocas más recientes. Otros fenómenos relacionado con el turismo, como es la implantación casi hegemónica de actividades deportivas como el golf, han sido incorporadas a la investigación. Una de las más recientes aportaciones, El turismo de golf en la Costa del Sol. Análisis geográfico, de Francisca Escorza, se ha centrado en el impacto económico, medioambiental y urbanizador de los campos de golf en la costa malagueña. Por último no queremos acabar estas breves notas sin referirnos a la aportación que para la investigación historiográfica local han supuesto los trabajos sobre el patrimonio documental de Marbella y Estepona, “La expectativa del Patrimonio Documental de Marbella: su Archivo Municipal”, de Francisco de Asís López Serrano y “El Archivo Municipal de Estepona. Fondos documentales”, de Alfredo Galán Sánchez, ambos CILNIANA 61 NUEVA APROXIMACIÓN A LA BIBLIOGRAFÍA publicados por el Ayuntamiento de Málaga en Archivos y Documentación de la Provincia de Málaga: Ciclo de Conferencias y el trabajo de Sánchez Mairena “Fondos Documentales y Archivos de la Administración de Justicia y de la Fe Pública en la Costa del Sol. Partidos Judiciales de Marbella y Estepona”, incluido en la publicación de nuestra asociación correspondiente a las II Jornadas Patrimonio Histórico Local, pues son éstos los fundamentos de una práctica historiográfica que tiene planteado en la historia local su objeto de análisis, ni a las reflexiones que sobre nuestro patrimonio han realizado José María Luna –“Consideraciones sobre el Patrimonio Mueble en Marbella: su protección y conservación”–; Francisco Javier Moreno –“Marbella: Paisaje y Ciudad”– o José Luis Casado –“El Patrimonio Histórico Industrial en el municipio de Marbella”–, recogidas en el libro de las I Jornadas Patrimonio Histórico Local, puesto que en todos los casos contribuyen al conocimiento de un pasado que esperamos poder interpretar desde una perspectiva científica pero comprometida. HISTORIA ACOSTA RAMÍREZ, F.: (1999) La cámara elitista. El Senado español entre 1902 y 1923, Córdoba. ALCOCER MARTÍNEZ, M.: (1941) Castillos y fortalezas del Reino de Granada. 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INTRODUCCIÓN E l Catálogo de documentos de Marbella que sigue a estas líneas de introducción tiene como base el Inventario de libros y legajos del Archivo Histórico de la Diputación Provincial de Málaga1, trabajo que realicé entre el 1 de julio de 1994 y el 30 de junio de 1995, donde se referencia la interesante documentación que dicho archivo encierra, hasta hoy prácticamente inédita y que constituye un fondo documental esencial para la historia de Málaga y su provincia. El Archivo de la Diputación era el único archivo de Málaga capital que no se había abierto a la investigación debido a la falta de organización en que se encontraba. Con la realización del inventario y con las obras de adecuación, realizadas en las depen- dencias del Centro Cívico, se pusieron los dos pilares básicos para normalizar el funcionamiento de un archivo importante de nuestra provincia. Su traslado al centro cultural de calle Ollerías y el actual retorno al Centro Cívico, están retrasando su definitiva puesta en uso. Hemos dividido en cuatro partes este trabajo. La primera de ellas la dedicamos a comentar el marco legal en el que surgen y se configuran las diputaciones provinciales, en la segunda, a plantear la concepción archivística que inspiró nuestro trabajo y los recursos de que utilizamos para realizarlo, en la tercera ofrecemos una relación de las materias y series documentales que forman el Catálogo de Marbella, y en la cuarta ofrecemos dicho Catálogo. CILNIANA 67 CATÁLOGO DE DOCUMENTOS SOBRE MARBELLA 1. EL MARCO LEGAL EN QUE SURGEN LAS DIPUTACIONES PROVINCIALES El origen de la Diputación como institución provincial hay que buscarlo en la Constitución de Cádiz de 1812 2. En el artículo 11 de dicha Constitución se recoge la necesidad de establecer una división del territorio español: “Se hará una división más conveniente del territorio español por una ley constitucional, luego que las circunstancias políticas de la Nación lo permitan”. Esta misma Constitución, dedica el capítulo II del Título VI, artículos 324 al 337, al gobierno de las provincias y en concreto a las diputaciones provinciales. Así en el artículo 325 se dice: “En cada provincia habrá una Diputación llamada provincial, para promover su prosperidad, presidida por el jefe superior”. En dicho capítulo II del Título VI, se establece la composición de las diputaciones, su régimen de sesiones y el ámbito de sus competencias. El presidente es el jefe político, nombrado por el rey, y además formaran la institución el intendente de la provincia y siete individuos elegidos –aunque las Cortes podrían variar este número– cada dos años. Se fija el número de sesiones en un máximo de noventa al año. Como facultades se establecen las siguientes: la gestión de las contribuciones correspondientes a la provincia; vigilar la constitución de los ayuntamientos; las obras públicas provinciales proponiendo los recursos para realizarlas; el fomento de la agricultura, la industria y el comercio; la instrucción pública; el cuidado de los establecimientos de beneficencia y la denuncia de las infracciones a la Constitución en el territorio provincial. En la Cortes de Cádiz se notó la influencia de la Asamblea Constituyente francesa, a través de Toreno y Argüelles, en su deseo de buscar un equilibrio entre el peso del gobierno en la provincia y el carácter representativo de la Diputación. La Diputación es esencialmente un cuerpo consultivo y lo seguirá siendo durante casi todo el siglo XIX. El que verdaderamente detenta el poder político en la provincia es el jefe político cuya figura aparece como «la superior autoridad dentro de la provincia»3 que se asesora desde la Diputación pero que tiene la capacidad de tomar las resoluciones. La derogación de la Constitución de 1812 por Fernando VII y el restablecimiento del absolutismo impidió la puesta en funcionamiento de 68 CILNIANA toda la legislación sobre el gobierno de las provincias elaborado en Cádiz, y no será hasta 1820, con el restablecimiento del régimen liberal, cuando se pongan de manifiesto la necesidad de matizar las competencias y tratar de corregir los fallos en su funcionamiento de las diputaciones provinciales. En esta línea iba el Decreto de 3 de febrero de 1823, considerada la primera ley provincial y municipal del siglo XIX4. Se pretendía, con este Decreto, poner fin al excesivo intervencionismo de los jefes políticos en las diputaciones y delimitar de forma más precisa las funciones administrativas y económicas de diputaciones y Ayuntamientos. Pero apenas entrado en vigor fue anulado por el Decreto de 1 de octubre de 1823 que declaraba nulos todos los actos del gobierno constitucional. El Real Decreto de 21 de septiembre de 1835 introdujo algunas modificaciones en las diputaciones: la presidencia pasaba al gobernador y se establecía un número de diputados equivalente al de partidos judiciales. La duración en el cargo de diputado se ampliaba a tres años debiendo renovarse la mitad cada año y medio. En cuanto a las competencias se mantienen las enumeradas y se añaden algunas más como los repartimientos de hombres que en la provincia debían aportarse a los reemplazos del ejército; recibir las reclamaciones sobre contribuciones; la elaboración del reglamento interior; examinar las cuentas municipales revisando sus presupuestos; suministrar al Gobierno los datos del censo y estadística; mantener la Milicia nacional y algunas más de control sobre los ayuntamientos. Cuando llevaba un año en vigor fue suspendido por los sucesos de 1836 y vuelto a restaurar por la Ley de 15 de enero de 1837 con la matización de que en ningún caso estarían compuestas las diputaciones por menos de siete diputados. La Constitución de 1837 dedica el título IV a las diputaciones y ayuntamientos. En el artículo 69 dice: “En cada provincia habrá una Diputación provincial, compuesta, del número de individuos que determine la ley, nombrados por los mismos electores que los diputados a Cortes”. Y en el articulo 71: “La ley determinará la organización y funciones de las Diputaciones provinciales y de los Ayuntamientos”. Estos mandatos constitucionales se desarrollaron por la Ley de 13 de septiembre de 1837, que volvía a recuperar la figura del jefe político CATÁLOGO DE DOCUMENTOS SOBRE MARBELLA como presidente, el intendente y un mínimo de siete diputados. Posteriormente la Ley de 8 de enero de 1845 elevaba a un mínimo de nueve los diputados provinciales cuando el número de partidos judiciales de la provincia no alcanzara al mínimo. Los diputados serían renovables cada dos años y eran cargos honoríficos, obligatorios y gratuitos. La Ley de Bases de 1855 estableció el principio de proporcionalidad en la composición de las diputaciones, a razón de un diputado por cada veinticinco mil habitantes. Esta composición se volvió a modificar por la ley provincial de 1863 que establecía el nombramiento de diputados por partido judicial, matizando que de no alcanzarse un mínimo de siete el partido de mayor población elegiría dos y luego el siguiente hasta completar ese número. Asimismo, si un partido tenía mas de treinta mil habitantes tenía derecho a dos diputados. La duración del cargo se fijaba en cuatro años. Esta ley conservó las competencias que ya tenían las diputaciones y les añadió algunas como las relativas a nombrar y separar personal de la institución, el nombramiento de comisiones para visitar los establecimientos sostenidos con fondos de la Diputación, y de comisiones de inspección de obras. La revolución de 1868 llenará de contenidos las diputaciones provinciales. El artículo 99 de la Constitución de 1869 atribuye a las corporaciones provinciales el gobierno de los intereses peculiares de la provincia, la publicidad de sus sesiones, la publicación de los presupuestos, cuentas y acuerdos importantes, así como la intervención del rey o de las Cortes para impedir que se extralimite en el ejercicio de sus funciones. La ley progresista de 20 de agosto de 1870, consecuencia de la Constitución de 1869, confirió a las diputaciones carácter representativo fijando el número de diputados en función del de habitantes de cada provincia de la siguiente manera: veinticinco diputados para las provincias de menos de 150.000 habitantes y un diputado más por cada 10.000 hasta llegar a los 300.000. Cuarenta diputados para las provincias de más de 300.000 habitantes y uno más por cada 25.000 hasta llegar a los 500.000. El gobernador provincial presidía la Diputación, pero carecía de voto y la ley establecía que entre sus componentes se nombraran un presidente, un vicepresidente y dos secretarios de sesiones. Esta ley ampliaba considerablemente las competencias de las diputaciones, concediéndoles casi en exclusiva aquellas sobre las que ya estaba actuando: obras provinciales, el fomento de actividades econó- micas, la puesta en funcionamiento de servicios de interés provincial, etc. En 1876 dejó de tener vigencia al ser abolida toda la legislación revolucionaria. La ley provincial de 1877 volvió a cambiar la composición de las diputaciones: tres diputados por partido judicial de manera que si no se llegaba a veinte se aumentaría hasta alcanzarlos, pero si se pasaban de treinta se reducirían por partido judicial para no sobrepasar dicha cifra. En cuanto se refiere a competencias aparentemente se mantenían las de la ley de 1870 pero considerablemente reducidas por la intervención de la administración central. En 1882 otra ley provincial, de corte conservador, establece que pueden ser elegibles como diputados por los habitantes a los que la ley electoral les reconociese este derecho. Los diputados se elegirían en número de cuatro por cada dos partidos judiciales colindantes. El cargo era por un período de cuatro años y eran electores todos los españoles mayores de 25 años con al menos dos años de residencia. Esta ley provincial de 1882, dentro del conservadurismo de las que le precedieron, las de 1845, 1863 y 1877, declaraban su intervencionismo y desconfianza de la autonomía de las diputaciones declarando tajantemente que estas instituciones no podían ejercer otras funciones que las señaladas por la ley5. Ya en el siglo XX nuevas modificaciones vendrían a sufrir las diputaciones perfilando su composición y especificando las funciones que le eran propias así como matizando las del pleno y de la comisión provincial. Esto ocurre con el Estatuto provincial de 1925, en el que aparecen las diputaciones como cuerpos de representación popular al que corresponden la administración de los intereses peculiares de la provincia. Según éste, hay dos tipos de diputados, los inorgánicos, elegidos por sufragio universal y representación proporcional y los corporativos designados entre los concejales de los ayuntamientos de la provincia constituidos en colegios electorales. Se establecía unas obligaciones mínimas que debían realizar las diputaciones en garantía del bienestar de sus habitantes: mantener una casa de maternidad, otra de expósitos, un hospital de beneficencia, una casa de socorro para indigentes y otra para dementes pobres, así como la subvención de las obras de tipo sanitario llevadas a cabo por los ayuntamientos y mantener un instituto de higiene. El mandato de los diputados era de dos años y podían cobrar dietas por su asistencia a sesiones. Este estatuto amplió las competencias del presidente de la institución provincial considerándolo como representante de la CILNIANA 69 CATÁLOGO DE DOCUMENTOS SOBRE MARBELLA provincia y dándole atribuciones de órgano ejecutivo provincial. Durante la II República no se introdujeron modificaciones. No ocurrió así durante la dictadura de Franco, que suprimió el carácter democrático de la elección de los miembros de las diputaciones provinciales aumentando el intervencionismo de éstas en la vida municipal. Así, la ley de régimen local de 1950, y su texto refundido de 1955, estableció como órganos de gobierno y administración de la provincia el gobernador civil, la diputación provincial, el presidente de la Diputación y la comisión provincial de servicios técnicos. No introdujo modificaciones sustanciales en lo que a competencias se refiere respecto a la legislación anterior, pero sí en la composición de las diputaciones provinciales. Los diputados se elegían por compromisarios de los ayuntamientos entre sus alcaldes y concejales a razón de uno por cada partido judicial, completándose el número con personas que ostentaran la representación de las corporaciones y entidades económicas, culturales y profesionales así como de la Organización Sindical, radicados en la provincia. De esta manera se suprimía el carácter democrático en la elección de los miembros de las diputaciones provinciales y se acrecentaba la intervención de éstas sobre los ayuntamientos. yó la autonomía de las corporaciones provinciales y será un paso definitivo en la configuración de las diputaciones el Estatuto Provincial de 1925. Durante la II República no se producen variaciones de interés y durante la dictadura de Franco quedan ya comentadas sus consecuencias. Sin entrar en la legislación que se genera a consecuencia de nuestra actual Constitución, puesto que el inventario que presentamos corresponde al archivo histórico, no estaría de más apuntar que las contradicciones que se presentan en nuestros días con respecto a las diputaciones provinciales se sitúan en el choque de competencias entre éstas y las comunidades autónomas. 2. SOBRE EL INVENTARIO TOPOGRÁFICO Los fondos que componen el Archivo tienen esencialmente un doble origen: los que genera la propia institución y que se remontan al siglo XIX, y los de las instituciones de beneficencia, casi siempre anteriores a la propia Diputación, que pasaron a depender de ésta el pasado siglo y que parten cronológicamente del siglo XVII. Esta documentación han sufrido pérdidas con el paso del tiempo, el más importante sin duda el incendio de 1922 en el palacio de la Aduana que mermó considerablemente los fondos de la propia institución. También estos En conclusión, fondos se vieron afecdurante todo el siglo tados por la inundaXIX, a excepción del ción en 1989 fecha en que gran parte de los sexenio revolucionario, las diputaciones mismos se encontratienen una consideraban en los sótanos del ción de cuerpos esenedificio de los Servicialmente consultivos, cios Técnicos. Estos acontecimientos han siendo el jefe político el órgano básico de condicionado nuestro responsabilidad en la trabajo renunciando a realizar expurgos con provincia, cumpliendo además las diputaciola finalidad de que aquella documentanes funciones de reción que normalmenparto de cupos contributivos y del continte se desecha transcuPortada de la capilla del hospital o de la Misericordia, rrido un tiempo puegente de reemplazos en 1981, antes de su restauración en 1987. Jose L. Casado. da de alguna manera del ejército. Con la reaportar parte de la información perdida. volución de 1868 se intentará convertir a las diputaciones en verdaderas instituciones provinLa documentación del Archivo de la Dipuciales. Este es el sentido de la Ley de 20 de agostación se encontraba dispersa en distintas depento de 1870. Durante la Restauración se disminu- 70 CILNIANA CATÁLOGO DE DOCUMENTOS SOBRE MARBELLA dencias de la institución por la ciudad: en el propio Palacio de la Diputación, en el Centro Cívico, en el Centro Básico de Acogida y en el Hospital Clínico. El grado de ordenación de los mismos era diverso, siendo prácticamente inexistente en los fondos de la Diputación y con sistemas de recuperación suficiente los correspondientes a las antiguas instituciones de beneficencia ahora dependientes de los Servicios Sociales. La realización del inventario de los fondos se nos impuso como tarea primordial6 para conocerlos y organizarlos. Los fondos, en principio, sin más orden que una cierta disposición funcional se les dio una signatura provisional para después realizar una ordenación cronológica definitiva. Para ello elaboramos una ficha informática con cuatro entradas: signatura, materia, contenido y cronología. Estas cuatro entradas permiten la recuperación de la información y además que preste un servicio de información a los posibles usuarios del archivo, de tal forma que el inventario lo entendemos como instrumento de control y de información. En lo que se refiere a la entrada signatura hemos dado una exclusivamente numérica para los legajos y otra precedida de una “L” para los libros, y aunque en el presente trabajo aparecen separados ambos, en el soporte informático funcionan juntos en la misma base de datos documental, de manera que se facilitan las búsquedas al no tener que repetirse para una misma información. La entrada “materia” tiene un carácter funcional respetando al máximo la información que responsabiliza a los distintos servicios u organismos que generan la documentación. En la entrada “contenido” se ha procurado describir al máximo la información contenida en los legajos o libros mediante resúmenes escuetos y numerando las unidades documentales para ofrecer también una cuantificación de las mismas. La entrada “cronología” la hemos realizado fijando los años extremos de la información separándolos por un guión cuando ésta, la información, es continua y separando los años por comas cuando es discontinua. 3. MATERIAS DEL CATÁLOGO DE DOCUMENTOS DE MARBELLA DEL ARCHIVO DE LA DIPUTACIÓN PROVINCIAL DE MÁLAGA En general la documentación del Archivo de la Diputación Provincial de Málaga está compuesta por dos grandes bloques, uno que se refiere a instituciones anteriores a la propia Diputación que pasan a ser de su competencia y otro bloque referido a la propia institución. A ellos me voy a referir brevemente a continuación. El primer bloque está formado por los documentos generados por las distintas instituciones de Beneficencia que arrancan de 1640 y constituyen la documentación más interesante desde un punto de vista social para el estudio de las clases más desfavorecidas de la sociedad (expósitos, dementes, enfermos, y distintos aspectos sobre la salud de la población...). Estos documentos proceden de la Beneficencia, es decir de las distintas instituciones que asumieron este servicio en la provincia y pasaron a depender, a partir del proceso desamortizador, de las corporaciones locales y provinciales al quedar aquéllas incorporadas administrativamente a las mismas bajo su tutela. El segundo bloque lo forma la documentación de naturaleza administrativa, que es producido por la propia institución provincial (contribuciones, contables, vías y obras, proyectos técnicos, registros, correspondencias con los Ayuntamientos, Actas, Personal...). Esta documentación, siendo muy importante para reconstruir el papel y las actuaciones seguidas por la Corporación Provincial a lo largo de su historia, cuenta con lagunas importantes debido al incendio que sufrieron estos fondos en 1922 y a la mala gestión que se ha hecho de los mismos hasta 1994 en que se decidió inventariarlos y organizarlos físicamente. En concreto las materias que componen el Catálogo de documentos de Marbella son las siguientes: Beneficencia, Cédulas Personales, Contaduría de fondos, Contribuciones, Fomento, Obras civiles, Presupuestos ordinarios municipales, Quintas y Reemplazos, Secretaría y Vías y Obras. Seguidamente intentaremos explicar aquellas que puedan resultar más desconocidas. 3.1. Beneficencia Esta materia constituye uno de los apartados más ricos del presente catálogo de Marbella, así como de los más interesantes por la información que aporta. En total la componen 74 signaturas, de las que 64 son libros y 10 legajos. Los libros abarcan un período que va desde 1848 hasta 1913. Desde el punto de vista jurídico e institucional la Beneficencia la podemos considerar como una actividad dirigida a satisfacer las necesidades vitales de quienes se encuentran en situación de indigencia7. En España la encargada de la beneficencia era la Iglesia, que desarrolló una ingente labor en este campo durante los siglos XVI, XVII y XVIII, en hospitales especiales, casa de misericordia, albergues, hospicios, casas de huérfanos, asilos, redención de cautivos, soCILNIANA 71 CATÁLOGO DE DOCUMENTOS SOBRE MARBELLA corro de presos, limosnas, manicomios, reformatorios, montes de piedad, etc. En 1798, se declararon vendibles las fincas de todos los establecimientos de beneficencia e ingresandose el producto de las ventas en la Real Caja de Amortización. En 1809 el tesoro dispuso de dichos beneficios para atender los gastos de la guerra de la Independencia. En 1812 las Cortes de Cádiz decretaron que los establecimientos benéficos fueran costeados por los ayuntamientos, ya que al no cumplirse las leyes propuestas para compensar las medidas desamortizadoras, estos establecimientos habían alcanzado un alto grado de penuria y abandono. Estas leyes fueron anuladas por Fernando VII. En 1820 al entrar en vigor de nuevo la Constitución de 1812, las Cortes promulgaron la Ley de 11 de octubre de 1820 que prohibía la adquisición de bienes raíces a las instituciones de beneficencia, y la Ley del 23 de enero de 1822, también conocida como Decreto de las Cortes de 21 de diciembre de 1821 estableció un plan bastante completo de la beneficencia. Así en el título I, artículos 1º a 24º se fijaban las normas para la creación de las Juntas de beneficencia en los distintos ayuntamientos; en el título II, artículos 25º a 39º se establecían las normas de administración de los fondos de beneficencia y a partir del título III se establecían los tipos de establecimientos y las formas de prestaciones de la beneficencia. Y suprimía la beneficencia particular. El 20 de junio de 1849 se proclamó la Ley General de Beneficencia que creaba una Junta General de Beneficencia y por debajo de ella las juntas provinciales y las municipales, así como sus atribuciones. Esta ley se completó con el Reglamento de 14 de mayo de 1852 que establecía las normas para la ejecución de la ley de 20 de junio de 1849. Este Reglamento en su título I, capítulo primero, establece las clases y objeto de los establecimientos de beneficencia, y así distingue entre públicos y particulares, a los primeros pertenecen los generales, los provinciales y los municipales. A los generales pertenecen los establecimientos de locos, sordo-mudos, ciegos, impedidos y decrépitos. Los establecimientos provinciales de beneficencia, según este Reglamento, tienen como finalidad el alivio de enfermedades comunes, la atención a menesterosos y el amparo y educación de los huérfanos; pertenecen a esta clase los establecimientos como lo hospitales de enfermos, las casas de misericordia, las de maternidad y expósitos, las de huérfanos y desamparados. El artículo 4º define los establecimientos municipales de beneficencia como los destinados a socorrer enfermedades accidentales, a conducir a los enfermos a los estableci- 72 CILNIANA mientos provinciales o generales a los indigentes, enfermos y huérfanos de sus respectivos términos. A esta clase pertenecen, según el reglamento, las casas de refugio y hospitalidad pasajera y la beneficencia domiciliaria. En el capítulo II, artículos 5 a 7 del citado reglamento, se establecía el número y ubicación de los establecimientos de beneficencia. Así, se dice que en principio el número de establecimientos generales sería de 28, de los cuales seis serán casas de dementes, dos de ciegos, dos de sordo-mudos, y dieciocho de decrépitos, imposibilitados e impedidos. En los capítulos siguientes se desarrollan las obligaciones y derechos de los establecimientos, de sus órganos de gobierno, de los presupuestos y administración de los distintos establecimientos. Desde la entrada en vigor del reglamento a que nos venimos refiriendo distintas reales órdenes complementan y corrigen la legislación mencionada. De estas normativas destacaremos la Real Orden de 12 de octubre de 1860 reglamentando los establecimientos particulares. El 22 de abril de 1873, Pi y Margall, siendo Ministro de Gobernación y Presidente interino, publicó un decreto conocido como “Instrucción General para los Establecimientos Benéficos Nacionales” que vuelve a regular mucho más minuciosamente sobre la Beneficencia pública. Más tarde, el 27 de abril de 1875, un Real Decreto establecía la separación entre establecimientos públicos y privados. En 1885 se terminó de completar la legislación sobre la Beneficencia pública y la privada por la instrucción de 1899 y el Decreto de 25 de octubre de 1899. 3.2. Cédulas personales Las cédulas personales, también llamadas de vecindad o de empadronamiento, eran documentos que se empezaron a crear en sustitución de los más antiguos denominados cartas de seguridad y pasaportes. Estas cédulas eran de obligatoria adquisición para todos los españoles y extranjeros domiciliados en España que fueran cabezas de familia o ejercieran algún cargo o profesión. Servían para acreditar la vecindad de su titular e incluso su identidad. A finales del siglo XIX es realmente una contribución al Estado según su renta, profesión, etc. Empezaron a regularse como cédulas de vecindad por el Real Decreto de 15 de febrero de 1854 que ordenaban que se suprimieran los pasaportes y pases y mandaba que se expidieran dichas cédulas. Ocho días más tarde, el 23 del mismo mes otro Real Decreto eximía a los militares de las cédulas de vecindad. La Real Orden de 1 de abril de 1854 reglamentaba el Real Decreto de 15 de febrero. CATÁLOGO DE DOCUMENTOS SOBRE MARBELLA La Real Orden de 6 de enero de 1857 establecía que se castigase gubernativamente a quienes viajasen sin dichas cédulas. La Real Orden de 18 de agosto de 1876 modifica las normativas anteriores y publica una Instrucción para la administración y cobranza del impuesto sobre cédulas personales. Esta instrucción establece seis clases de cédulas personales, estableciendo un tipo de gravamen para cada uno de ellos, así como los procedimientos contra morosos y los premios a las cobranzas. 4. Catálogo de documentos de Marbella Entendemos por catálogo de documentos toda selección que se hace en un archivo con un criterio externo al mismo. El criterio de selección del siguiente catálogo se ha basado en la búsqueda de todos aquellos libros y legajos que contienen documentos que vinculan a la Diputación Provincial con Marbella. Las fichas de los libros que hacen referencia a Marbella se han incorporado al presente catálogo con las mismas entradas con que aparecen en el Inventario, pero para los legajos hemos preferido limpiar la ficha en la entrada “contenido” eliminando, cuando ha sido posible, las referencias que no corresponden a Marbella. Confiamos que el presente catálogo sea de utilidad para los interesados en el pasado de Marbella ya que el Archivo de la Diputación Provincial de Málaga constituye una fuente de información importante en sí misma y complementaria del Archivo Municipal de esta localidad. Hijuela de Marbella, 1853 - 1855. CRONOLOGÍA: 1853 - 1855 SIGNATURA: L 168 MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José. CONTENIDO: Libro 5º de ingresos de niños en la Hijuela de Marbella, 1854. CRONOLOGÍA: 1854 SIGNATURA: L 185 MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José. CONTENIDO: Libro 6º de ingresos de niños en la Hijuela de Marbella, 1855. CRONOLOGÍA: 1855 SIGNATURA: L 203 MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José. CONTENIDO: Libro 7º de ingresos de niños en la Hijuela de Marbella, 1856. CRONOLOGÍA: 1856 SIGNATURA: L 218 MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José. CONTENIDO: Libro 8º de ingresos de niños en la Hijuela de Marbella, 1857. CRONOLOGÍA: 1857 SIGNATURA: L 233 MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José. CONTENIDO: Libro 9º de ingresos de niños en la Hijuela de Marbella, 1858. CRONOLOGÍA: 1858 LIBROS SIGNATURA: L 247 MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José. CONTENIDO: Libro 10º de ingresos de niños en la Hijuela de Marbella, 1859. CRONOLOGÍA: 1859 SIGNATURA: L 77 MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José. CONTENIDO: Libro 1º de ingresos de niños en la Hijuela de Marbella 1848 - 1851. CRONOLOGÍA: 1848 - 1851 SIGNATURA: L 260 MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José. CONTENIDO: Libro 11º de ingresos de niños en la Hijuela de Marbella, 1860. CRONOLOGÍA: 1860 SIGNATURA: L 101 MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José. CONTENIDO: Libro 2º de ingresos de niños en la Hijuela de Marbella, noviembre - diciembre 1851. CRONOLOGÍA: 1851 SIGNATURA: L 277 MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José. CONTENIDO: Libro 12º de ingresos de niños en la Hijuela de Marbella, 1861. CRONOLOGÍA: 1861 SIGNATURA: L 121 MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José. CONTENIDO: Libro 3º de ingresos de niños en la Hijuela de Marbella, 1852. CRONOLOGÍA: 1852 SIGNATURA: L 292 MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José. CONTENIDO: Libro 13º de ingresos de niños en la Hijuela de Marbella, 1862. CRONOLOGÍA: 1862 SIGNATURA: L 156 MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José. CONTENIDO: Libro 4º de ingresos de niños en la SIGNATURA: L 307 MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José. CONTENIDO: Libro 14º de ingresos de niños en CILNIANA 73 CATÁLOGO DE DOCUMENTOS SOBRE MARBELLA la Hijuela de Marbella, 1863. CRONOLOGÍA: 1863 la Hijuela de Marbella, 1873. CRONOLOGÍA: 1873 SIGNATURA: L 322 MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José. CONTENIDO: Libro 15º de ingresos de niños en la Hijuela de Marbella, 1864. CRONOLOGÍA: 1864 SIGNATURA: L 475 MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José. CONTENIDO: Libro 25º de ingresos de niños en la Hijuela de Marbella, 1874. CRONOLOGÍA: 1874 SIGNATURA: L 335 MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José. CONTENIDO: Libro 16º de ingresos de niños en la Hijuela de Marbella, 1865. CRONOLOGÍA: 1865 SIGNATURA: L 492 MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José. CONTENIDO: Libro 26º de ingresos de niños en la Hijuela de Marbella, 1875. CRONOLOGÍA: 1875 SIGNATURA: L 350 MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José. CONTENIDO: Libro 17º de ingresos de niños en la Hijuela de Marbella, 1866. CRONOLOGÍA: 1866 SIGNATURA: L 507 MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José. CONTENIDO: Libro 27º de ingresos de niños en la Hijuela de Marbella, 1876. CRONOLOGÍA: 1876 SIGNATURA: L 363 MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José. CONTENIDO: Libro 18º de ingresos de niños en la Hijuela de Marbella, 1867. CRONOLOGÍA: 1867 SIGNATURA: L 524 MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José. CONTENIDO: Libro 28º de ingresos de niños en la Hijuela de Marbella, 1877. CRONOLOGÍA: 1877 SIGNATURA: L 379 MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José. CONTENIDO: Libro 19º de ingresos de niños en la Hijuela de Marbella, 1868. CRONOLOGÍA: 1868 SIGNATURA: L 539 MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José. CONTENIDO: Libro 29º de ingresos de niños en la Hijuela de Marbella, 1878. CRONOLOGÍA: 1878 SIGNATURA: L 400 MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José. CONTENIDO: Libro 20º de ingresos de niños en la Hijuela de Marbella, 17/1/1869 a 22/12/1869. CRONOLOGÍA: 1869 SIGNATURA: L 555 MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José. CONTENIDO: Libro 30º de ingresos de niños en la Hijuela de Marbella, 1879. CRONOLOGÍA: 1879 SIGNATURA: L 415 MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José. CONTENIDO: Libro 21º de ingresos de niños en la Hijuela de Marbella, 1870. CRONOLOGÍA: 1870 SIGNATURA: L 568 MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José. CONTENIDO: Libro 31º de ingresos de niños en la Hijuela de Marbella, 1880. CRONOLOGÍA: 1880 SIGNATURA: L 429 MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José. CONTENIDO: Libro 22 de ingresos de niños en la Hijuela de Marbella, 1871. CRONOLOGÍA: 1871 SIGNATURA: L 588 MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José. CONTENIDO: Libro 32º de ingresos de niños en la Hijuela de Marbella, 1881. CRONOLOGÍA: 1881 SIGNATURA: L 448 MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José. CONTENIDO: Libro 23º de ingresos de niños en la Hijuela de Marbella, 1872. CRONOLOGÍA: 1872 SIGNATURA: L 598 MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José. CONTENIDO: Libro 33º de ingresos de niños en la Hijuela de Marbella, 1882. CRONOLOGÍA: 1882 SIGNATURA: L 462 MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José. CONTENIDO: Libro 24º de ingresos de niños en SIGNATURA: L 614 MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José. CONTENIDO: Libro 34º de ingresos de niños en 74 CILNIANA CATÁLOGO DE DOCUMENTOS SOBRE MARBELLA la Hijuela de Marbella, 1883. CRONOLOGÍA: 1883 SIGNATURA: L 625 MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José. CONTENIDO: Libro 35º de ingresos de niños en la Hijuela de Marbella, 1884. CRONOLOGÍA: 1884 SIGNATURA: L 639 MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José. CONTENIDO: Libro 36º de ingresos de niños en la Hijuela de Marbella, 1885. CRONOLOGÍA: 1885 SIGNATURA: L 650 MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José. CONTENIDO: Libro 37º de ingresos de niños en la Hijuela de Marbella, 1886. CRONOLOGÍA: 1886 SIGNATURA: L 667 MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José. CONTENIDO: Libro 38º de ingresos de niños en la Hijuela de Marbella, 1887. CRONOLOGÍA: 1887 SIGNATURA: L 678 MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José. CONTENIDO: Libro 39º de ingresos de niños en la Hijuela de Marbella, 1888. CRONOLOGÍA: 1888 SIGNATURA: L 687 MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José. CONTENIDO: Libro 40º de ingresos de niños en la Hijuela de Marbella, 1889. CRONOLOGÍA: 1889 SIGNATURA: L 697 MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José. CONTENIDO: Libro 41º de ingresos de niños en la Hijuela de Marbella, 1890. CRONOLOGÍA: 1890 SIGNATURA: L 711 MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José. CONTENIDO: Libro 42º de ingresos de niños en la Hijuela de Marbella, 1891. CRONOLOGÍA: 1891 SIGNATURA: L 718 MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José. CONTENIDO: Libro 43º de ingresos de niños en la Hijuela de Marbella, 1892. CRONOLOGÍA: 1892 Puerta de acceso al hospital, lado sur. Año 1981. José L. Casado. SIGNATURA: L 730 MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José. CONTENIDO: Libro 44º de ingresos de niños en la Hijuela de Marbella, 1893. CRONOLOGÍA: 1893 SIGNATURA: L 741 MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José. CONTENIDO: Libro 45º de ingresos de niños en la Hijuela de Marbella, 1894. CRONOLOGÍA: 1894 SIGNATURA: L 747 MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José. CONTENIDO: Libro 46º de ingresos de niños en la Hijuela de Marbella, 1895. CRONOLOGÍA: 1895 SIGNATURA: L 759 MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José. CONTENIDO: Libro 47º de ingresos de niños en la Hijuela de Marbella, 1896. CRONOLOGÍA: 1896 SIGNATURA: L 771 MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José. CONTENIDO: Libro 48º de ingresos de niños en la Hijuela de Marbella, 1897. CRONOLOGÍA: 1897 SIGNATURA: L 790 MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José. CONTENIDO: Libro 49º de ingresos de niños en la Hijuela de Marbella, 1898. CRONOLOGÍA: 1898 SIGNATURA: L 813 MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José. CILNIANA 75 CATÁLOGO DE DOCUMENTOS SOBRE MARBELLA CONTENIDO: Libro 50º de ingresos de niños en la Hijuela de Marbella, 1899. CRONOLOGÍA: 1899 CONTENIDO: Libro 60 de ingresos de niños en la Hijuela de Marbella, 1909. CRONOLOGÍA: 1909 SIGNATURA: L 827 MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José. CONTENIDO: Libro 51º de ingresos de niños en la Hijuela de Marbella, 1900. CRONOLOGÍA: 1900 SIGNATURA: L 1113 MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José. CONTENIDO: Libro 61º de ingresos de niños en la Hijuela de Marbella, 1910. CRONOLOGÍA: 1910 SIGNATURA: L 850 MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José. CONTENIDO: Libro 52º de ingresos de niños en la Hijuela de Marbella, 1901. CRONOLOGÍA: 1901 SIGNATURA: L 1144 MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José. CONTENIDO: Libro 62º de ingresos de niños en la Hijuela de Marbella, 1911. CRONOLOGÍA: 1911 SIGNATURA: L 873 MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José. CONTENIDO: Libro 53º de ingresos de niños en la Hijuela de Marbella, 1902. CRONOLOGÍA: 1902 SIGNATURA: L 1179 MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José. CONTENIDO: Libro 63º de ingresos de niños en la Hijuela de Marbella, 1912. CRONOLOGÍA: 1912 SIGNATURA: L 901 MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José. CONTENIDO: Libro 54º de ingresos de niños en la Hijuela de Marbella, 1903. CRONOLOGÍA: 1903 SIGNATURA: L 1208 MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José. CONTENIDO: Libro 64º de ingresos de niños en la Hijuela de Marbella, 1913. CRONOLOGÍA: 1913 SIGNATURA: L 947 MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José. CONTENIDO: Libro 55 de ingresos de niños en la Hijuela de Marbella, 1904. CRONOLOGÍA: 1904 LEGAJOS SIGNATURA: L 970 MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José. CONTENIDO: Libro 56º de ingresos de niños en la Hijuela de Marbella, 1905. CRONOLOGÍA: 1905 SIGNATURA: L 995 MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José. CONTENIDO: Libro 57º de ingresos de niños en la Hijuela de Marbella, 1906. CRONOLOGÍA: 1906 SIGNATURA: L 1024 MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José. CONTENIDO: Libro 58º de ingresos de niños en la Hijuela de Marbella, 1907. CRONOLOGÍA: 1907 SIGNATURA: L 1047 MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José. CONTENIDO: Libro 59º de ingresos de niños en la Hijuela de Marbella, 1908. CRONOLOGÍA: 1908 SIGNATURA: L 1084 MATERIA: Beneficencia: Hogar de San José. 76 CILNIANA SIGNATURA: 83 MATERIA: Beneficencia: Casa de Socorro. CONTENIDO: 1 al 12.- Relaciones nominales de expósitos que han cumplido los 6 años en las hijuelas de Antequera, Ronda, Vélez-Málaga y Marbella, 1851 - 1852, 1854 - 1856, 1859 - 1863, 1869 - 1870. CRONOLOGÍA: 1851 - 1852, 1854 - 1856, 1859 1863, 1869 - 1870 SIGNATURA: 98 MATERIA: Contaduría de fondos. CONTENIDO: 42.- Hospital de la Caridad de Marbella, censos, 1877. CRONOLOGÍA: 1853, 1861, 1873, 1876 - 1878, 1880, 1884 - 1887, 1890 - 1898, 1904, 1909. SIGNATURA: 104 MATERIA: Beneficencia. CONTENIDO: 1 al 4.- Censos de beneficencia pertenecientes al Hospital San Juan de Dios, Hospital de Santa Ana, Casa de Socorro, Casa de Expósitos, Hospital de Convalecientes, Patronato de Padre Romera y Hospital de Marbella, 1855 1875. CRONOLOGÍA: 1855 - 1879, 1882, 1886, 1923 SIGNATURA: 123 MATERIA: Beneficencia: Casa de Misericordia. CONTENIDO: 1 al 4.- Relación nominal de expó- CATÁLOGO DE DOCUMENTOS SOBRE MARBELLA sitos mayores de 6 años. Hijuelas de Vélez-Málaga, Ronda y Marbella 1863 - 1868. CRONOLOGÍA: 1863 - 1868 CONTENIDO: 13.- Negativa del alcalde de Marbella a firmar notificación de embargo. CRONOLOGÍA: 1904. SIGNATURA: 128 MATERIA: Beneficencia: Casa de Misericordia. CONTENIDO: 1 - 5.- Relaciones nominales de los niños expósitos que son mayores de 6 años en 1865 - 1866, 1871, 1873 - 1874, y que deben pasar de la Casa de Expósito o de las hijuelas de Antequera, Marbella, Ronda y Vélez-Málaga a la Casa Central. CRONOLOGÍA: 1865 - 1866, 1871, 1873 - 1874 SIGNATURA: 289 MATERIA: Quintas y reemplazos. CONTENIDO: 1 al 128.- El Teniente Coronel Presidente de la Junta de Clasificación y Revisión solicita expedientes personales de los mozos, 1927. 129 al 212.- Certificados expedidos por el archivo, de mozos de Frigiliana, Coin, Alameda, Málaga, Melilla, Fuengirola, Cuevas Bajas, Algarrobo, Casabermeja, Vélez-Málaga, Ronda, Benamocarra, Almogia, Antequera, Estepona, Marbella, Archidona, Valle de Abdalajis, Cuevas de San Marcos, Cártama, Cuevas del Becerro, Benamargosa, Gaucin, Alfarnatejo, Benaojan, 1905, 1910, 1912 - 1924. CRONOLOGÍA: 1905, 1910, 1912 - 1924 SIGNATURA: 150 MATERIA: Beneficencia: Casa de Misericordia CONTENIDO: 1 al 3.- Relación nominal de los expósitos mayores de 6 años de las hijuelas de Velez-Málaga, Marbella, Ronda y Antequera, en los años, 1871 a 1872, 1876 a 1878. CRONOLOGÍA: 1871 - 1872, 1876 - 1878 SIGNATURA: 187 MATERIA: Beneficencia: Hijuela de Expósitos. CONTENIDO: 7.- Hijuela de Expósitos de Marbella 2/1887. 18.- Hijuela de Expósitos de Marbella 6/ 1887. 38.- Hijuela de Expósitos de Marbella 12/ 1887. CRONOLOGÍA: 1887, 1891 SIGNATURA: 302 MATERIA: Contaduría de fondos provinciales CONTENIDO: 56 al 89.- Reclamaciones a los ayuntamientos de Alameda, Alcaucín, Alfarnate, Alfarnatejo, Algarrobo, Algatocín, provinAlhaurín el Grande, Alhaurín de la Torre, Almáchar, Almargen, Almogía, Alora, Alozaina, Alpandeire, Antequera, Archez, Archidona, Ardales, Arenas, Arriate, Atajate, Benadalid, Benagalbón, Benahavís, Benalauría, Benalmádena, Benamargosa, Benamocarra, Benaoján, Benarrabá, Borje, Burgo, Campillos, Canillas de Albaida, Canillas de Aceituno, Cañete la Real, Carratraca, Cartagima, Cártama, Casabermeja, Casarabonela, Casares, Coín, Colmenar, Comares, Cómpeta, Cortes, Cuevas Bajas, Cuevas del Becerro, Cuevas de San Marcos, Cútar, Estepona, Faraján, Frigiliana, Fuengirola, Fuente de Piedra, Gaucín, Ganalguacil, Guaro, Humilladero, Igualeja, Istán, Iznate, Jimera de Libar, Jubrique, Júzcar, Macharaviaya, Málaga, Manilva, Marbella, Mijas, Moclinejo, Mollina, Monda, Montejaque, Nerja, Ojén, Olías, Parauta, Peñarrubia, Periana, Pizarra, Pujerra, Riogordo, Ronda, Salares, Sayalonga, Sedella, Sierra de Yeguas, Teba, Tolóx, Torremolinos, Torróx, Totalán, Valle de Abdalajís, Velez-Málaga, Villanueva de Algaidas, Villanueva del Rosario, Villanueva de Tapia, Villanueva del Trabuco, Viñuela, Yunquera, 12/01/1921 a 23/06/ 1921. CRONOLOGÍA: 1886 - 1912, 1916 - 1919, 1921 SIGNATURA: 208 MATERIA: Contaduría de fondos: Oficios. CONTENIDO: 23.- Hijuela de Marbella, 1898 1899. CRONOLOGÍA: 1895 - 1901 SIGNATURA: 304 MATERIA: Contaduría de fondos. CONTENIDO: 4.- Hijuelas de expósitos de Marbella; aprobación de gastos 1906 al 1908. CRONOLOGÍA: 1906 - 1916 SIGNATURA: 271 MATERIA: Contaduría de fondos. SIGNATURA: 318 MATERIA: Quintas y reemplazos. SIGNATURA: 167 MATERIA: Vías y Obras. CONTENIDO: 37.- Construcción del nuevo cementerio de Marbella 22/8/1885 al 25/8/1885. CRONOLOGÍA: 1881 - 1888 SIGNATURA: 173 MATERIA: Contaduría de fondos CONTENIDO: 39.- Certificado de solvencia del contingente provincial de 1894 y 1895 del ayuntamiento de Marbella. CRONOLOGÍA: 1883 - 1886, 1890, 1895 - 1915 SIGNATURA: 174 MATERIA: Contaduría de fondos. CONTENIDO: 3.- Informes de gastos y enfermos atendidos en el hospital provincial, hospital e hijuela de Marbella, Veléz-Málaga, Antequera y Ronda, Casa de Misericordia y Casa Central de expósitos, 1/4/1911 al 31/8/1918. CRONOLOGÍA: 1883 - 1908, 1911 - 1918 CILNIANA 77 CATÁLOGO DE DOCUMENTOS SOBRE MARBELLA CONTENIDO: 1 al 132.- El Teniente Coronel Presidente de la Junta de Clasificación y Revisión solicita expedientes personales de los mozos, 1928, 1930. 133 al 218.- Certificados expedidos por el archivo, de mozos de Torrox, Arriate, Almogía, Torremolinos, Melilla, Vélez-Málaga, Alhaurin el Grande, Casabermeja, Algarrobo, Antequera, Ronda, Cútar, Archidona, Marbella, Fuengirola, Valle de Abdalajis, Riogordo, Periana, Mijas, Villanueva del Rosario, Benamocarra, Estepona, Carratraca, Benamargosa, 1907, 1910, 1912, 1916 - 1924, 1928. CRONOLOGÍA: 1907, 1910, 1912, 1916 - 1924, 1928. SIGNATURA: 326 MATERIA: Quintas y reemplazos. CONTENIDO: 77 al 205.- Certificados expedidos por el archivo de mozos de Antequera, Melilla, Málaga, Coin, Fuente de Piedra, Campillos, Casablanca, Nerja, Alfarnatejo, Peñarrubia, Marbella, Almogía, Arriate, Valle de Abdalajis, Alfarnate, Ronda, Alhaurin el Grande, Cuevas de San Marcos, Estepona, Casarabonela, Sedella, Vélez-Málaga, Alhucemas, Cortes de la Frontera, Humilladero, Casabermeja, Totalán, Cártama, Alcaucin, Archidona, Cútar, Alora, Benamocarra, 1908, 1910 - 1924. CRONOLOGÍA: 1908, 1910 - 1924, 1929 SIGNATURA: 335 MATERIA: Contaduría de fondos. CONTENIDO: 1 al 100.- Cuentas Municipales y Balances de los siguientes municipios de la provincia: Alameda, Alcaucín, Alfarnate, Alfarnatejo, Algarrobo, Algatocín, Alhaurín de la Torre, Alhaurín el Grande, Almachar, Almárgen, Almogía, Alora, Alpandeire, Antequera, Archez, Archidona, Ardales, Alozaina, Atajate, Arenas, Arriate, Benadalid, Benagalbón, Benahavís, Benalauría, Benalmádena, Benamargosa, Benamocarra, Benaoján, Benarrabá, Burgo, Canillas de Albaida, Canillas de Aceituno, Coín, Campillos, Cañete la Real, Cartagima, Borge, Cártama, Casabermeja, Casarabonela, Casares, Colmenar, Comares, Cómpeta, Cuevas Bajas, Cuevas del Becerro, Cuevas de San Marcos, Cútar, Estepona, Faraján, Frigiliana, Fuengirola, Fuente de Piedra, Genalguacil, Gaucín, Guaro, Jubrique, Humilladero, Igualeja, Istan, Iznate, Jimena de Líbar, Júzcar, Macharavialla, Málaga, Manilva, Marbella, Totalán, Mijas, Montejaque, Mollina, Moclinejo, Monda, Nerja, Ojén, Olías, Parauta, Peñarrubia, Periana, Pizarra, Pujerra, Riogordo, Ronda, Sayalonga, Salares, Sedella, Sierra de Yeguas, Teba, Tolox, Torremolinos, Torrox, Valle de Abdalajís, Vélez-Málaga, Villanueva de Algaidas, Villanueva del Trabuco, Villanueva del Rosario, Villanueva de Tapia, Viñuela, Yunquera, 01/01/1909. CRONOLOGÍA: 1909 78 CILNIANA SIGNATURA: 340 MATERIA: Fomento. CONTENIDO: 59.- Expropiación de terrenos en Marbella para la construcción del ferrocarril de Málaga a San Fernando, 1914. CRONOLOGÍA: 1909, 1911 - 1915 SIGNATURA: 342 MATERIA: Fomento. CONTENIDO: 99.- Sobre un crédito para una casa en Marbella instruido por el Ayuntamiento donde se halla levantada la Plaza de Toros, 1922. CRONOLOGÍA: 1909, 1916 - 1922 SIGNATURA: 344 MATERIA: Beneficencia. CONTENIDO: 16.- Informes de gastos de los hospitales e hijuelas de Marbella, Vélez-Málaga, Ronda y Antequera, Casa de Misericordia y Hospital Provincial, 1908 - 1914. CRONOLOGÍA: 1909 1921, 1923 SIGNATURA: 345 MATERIA: Fomento. CONTENIDO: 41.- Fallecimiento del peón caminero asignado al trozo de carretera de Marbella a Ojén y designación del que haya de sustituirla. CRONOLOGÍA: 1910 SIGNATURA: 383 MATERIA: Contaduría: Cárceles. CONTENIDO: 1 a 95.- Gastos y presupuestos de cárceles de los municipios de Málaga, Archidona, Marbella, Vélez-Málaga, Antequera, Ronda, Coín, Campillos, Estepona, Colmenar, Alora, Gaucín y Torrox. CRONOLOGÍA: 1912 - 1929 SIGNATURA: 417 MATERIA: Beneficencia: Hijuela de Expósitos de Antequera, Hijuela de Expósitos de Vélez-Málaga y Hospital e Hijuela de Marbella. CONTENIDO: 9 al 11.- Gastos mensuales del Hospital e Hijuela del distrito de Marbella, 1920 1922. CRONOLOGÍA: 1914 - 1917, 1920 - 1922 SIGNATURA: 461 MATERIA: Contaduría de fondos. CONTENIDO: 1 al 4.- Expedientes de Hijuela de Marbella, Hospital e Hijuela de Ronda, Hijuela de Antequera, Hijuela de Velez-Málaga, 1916. CRONOLOGÍA: 1916 SIGNATURA: 471 MATERIA: Beneficencia. CONTENIDO: Del 1 al 20.- Presupuestos ordinarios de gastos del Hospital Civil, Casa d e E x p ó s i t o s , C a s a d e M i s e r i c o rd i a e Hijuelas de Ronda, Marbella y Vélez-Málaga, CATÁLOGO DE DOCUMENTOS SOBRE MARBELLA 1916 - 1922. CRONOLOGÍA: 1916 - 1922. SIGNATURA: 479 MATERIA: Contaduría de fondos CONTENIDO: 1 al 24.- Expedientes de requerimiento de apremio por débitos de contingente provincial de los Ayuntamientos de Estepona, Frigiliana, Fuente de Piedra, Gaucín, Genalguacil, Guaro, Humilladero, Istán, Iznate, Jimera de Libar, Jubrique, Juzcar, Macharaviaya, Manilva, Marbella, Moclinejo , Mollina, Cútar y Cortes de la Frontera en el ejercicio económico de 1917. CRONOLOGÍA: 1917 SIGNATURA: 532 MATERIA: Contaduría de fondos. CONTENIDO: 5 al 43.- Cuentas mensuales del Hospital e Hijuela de Marbella, 1922 - 1925. CRONOLOGÍA: 1918 - 1925 SIGNATURA: 621 MATERIA: Beneficencia: Casa de Misericordia. Ingresos y Bajas. CONTENIDO: 138.- Traslado a la Hijuela de Marbella del expósito Matías Villalobos García, 1921. CRONOLOGÍA: 1921 - 1923 SIGNATURA: 688 MATERIA: Quintas y Reemplazos. CONTENIDO: 13 al 14.- Expedientes de reclutamiento de mozos de Marbella, año 1923. CRONOLOGÍA: 1923 SIGNATURA: 707 MATERIA: Presupuestos ordinarios municipales. CONTENIDO: 1 - 8.- Presupuestos ordinarios de los municipios de Manilva, Marbella, Mijas, Moclinejo, Mollina, Monda, Montejaque y Nerja de 1923 - 1924. CRONOLOGÍA: 1923 - 1924 SIGNATURA: 715 MATERIA: Secretaría. CONTENIDO: 1 al 37.- Recursos de alzada de particulares contra los ayuntamientos de Málaga, Coín, Canillas de Albaidas, Ojen, Marbella, Ronda, Estepona, Arenas, Cartagima, Antequera, Alora, Archidona, Casarabonela, Mijas, Sayalonga y Vélez-Málaga, 1923 - 1924. CRONOLOGÍA: 1923 - 1925 SIGNATURA: 732 MATERIA: Quintas y reemplazos. CONTENIDO: 25 - 27.- Expedientes de reclutamiento de mozos de Marbella, 1924. CRONOLOGÍA: 1924 SIGNATURA: 632 MATERIA: Obras Civiles. CONTENIDO: 25.- En Marbella, expediente de reparación en el hospital e hijuela 15/1/1923 al 30/1/1923. CRONOLOGÍA: 1921 - 1925 SIGNATURA: 767 MATERIA: Cédulas Personales. CONTENIDO: 60.- El alcalde de Marbella interesa hojas declaratorias para la confección del padrón de cédulas personales, 1926. CRONOLOGÍA: 1925 - 1927 SIGNATURA: 659 MATERIA: Quintas y Reemplazos. CONTENIDO: 13 al 15.- Expedientes de revisión de reclutamiento de mozos de Marbella, 1922. CRONOLOGÍA: 1922 SIGNATURA: 800 MATERIA: Cédulas personales. CONTENIDO: 1.- Padrones del impuesto de cédulas personales de los siguientes pueblos: Casabermeja, Macharaviaya, Marbella, Moclinejo y Mollina, 1926, 1927. CRONOLOGÍA: 1926, 1927. SIGNATURA: 670 MATERIA: Presupuestos ordinarios municipales. CONTENIDO: 1 - 10.- Presupuestos ordinarios de los municipios de Igualeja, Istán, Jimera de Libar, Jubrique, Juzcar, Macharaviaya, Manilva y Marbella de 1922 - 1923. CRONOLOGÍA: 1922 - 1923 SIGNATURA: 813 MATERIA: Fomento. CONTENIDO: 62.- Sobre imposibilidad de variar la subvención al Ayuntamiento de Marbella, 1929. CRONOLOGÍA: 1926 - 1929 SIGNATURA: 676 MATERIA: Secretaría. CONTENIDO: 1 al 4.- Sobre personal de los ayuntamientos de Marbella, Torremolinos, Monda y Villanueva del Trabuco, 1923 - 1924. 27.- Suspensión de un acuerdo relativo al traslado de una verja en Marbella, 1923. CRONOLOGÍA: 1922 - 1925 SIGNATURA: 838 MATERIA: Cédulas personales. CONTENIDO: 3 al 8.- Nombramientos de agentes de la Corporación para la administración y cobranza de cédulas personales del año 1927 en Estepona, Istán, Marbella, Ojén, Algarrobo, Cártama, 06/06/1927 a 17/06/1927. CRONOLOGÍA: 1927 - 1928 CILNIANA 79 CATÁLOGO DE DOCUMENTOS SOBRE MARBELLA SIGNATURA: 905 MATERIA: Secretaría: Cédulas personales: Reclamaciones. CONTENIDO: 43.- María Luisa Quijada, de Marbella, 18/06/1929. CRONOLOGÍA: 1929 SIGNATURA: 907 MATERIA: Secretaría: Cédulas Personales: Reclamaciones CONTENIDO: 33.- Francisco Belón Salgado, de Marbella, 16/08/1929. 34.Francisco Domínguez Torralba, de Marbella, 16/08/1929. 35.- Oficio de la Alcaldía de Marbella remitiendo reclamaciones de varios vecinos, 16/08/1929. 36.- Manuel Cantos Vidal, de Marbella, 16/08/1929. 37.- Miguel Calzado Chicote, de Marbella, 16/08/1929. 38.- Diego Jiménez Martín, de Marbella, 16/08/ Patio del hospital. Vista desde la galería superior. Año 1981. José L. Casado. 1929. 39.- Carmen Duarte Leiva, de Marbella, 16/08/1929. 40.- José Gallardo Moreno, de Marbella, 16/08/1929. 41.- Juan SIGNATURA: 849 de Lima Fernández, de Marbella, 27/07/1929. 42.MATERIA: Secretaría. Juan Mora Pérez, de Marbella, 16/08/1929. 43.CONTENIDO: 9.- Sobre oficio del Juez espeJosefa Morillas Cano, de Marbella, 16/08/1929. cial para la revisión de arrendamientos rús44.- Joaquín Montero Sánchez, de Marbella, 16/ ticos en los partidos judiciales de Marbella, 08/1929. 45.- Manuel Muñoz Zamora, de Archidona y otros para que se le facilite por Marbella, 16/08/1929. 46.- José Montero Blanco, esta Corporación una máquina de escribir, de Marbella, 16/08/1929. 47.- Francisco Parra 11/05/1932. Rodríguez, de Marbella, 16/08/1929. 48.- José CRONOLOGÍA: 1927 - 1928, 1931 - 1934 Palomo Jiménez, de Marbella, 16/08/1929. 49.José Ramos Aguilar, de Marbella, 16/08/1929. SIGNATURA: 860 CRONOLOGÍA: 1929 MATERIA: Contaduría de fondos. CONTENIDO: 1 al 16.- Conciertos para pago de SIGNATURA: 933 la aportación forzosa de los ayuntamientos de MATERIA: Cédulas personales Málaga, Monda, Antequera, Fuente Piedra, CONTENIDO: 19.- Informe sobre concesión a Marbella, Ronda, Archidona y Torrox, 1927 - 1934. Antonio Ortiz Bernal de la formación de los pa18.- Oficios sobre el pago de la aportación fordrones de cédulas de Benahavis y Marbella, 5/2/ zosa de los ayuntamientos de Marbella y 1930. Riogordo, 1929 - 1930. CRONOLOGÍA: 1930 CRONOLOGÍA: 1927 - 1934 SIGNATURA: 886 MATERIA: Vías y Obras. CONTENIDO: 55 al 62.- Peticiones de reparaciones de caminos vecinales de la zona de Marbella, 1933, 1939, 1941, 1967 - 1968. CRONOLOGÍA: 1928, 1930 - 1936, 1938 - 1944, 1946, 1952, 1964 - 1972 SIGNATURA: 899 MATERIA: Cédulas personales. CONTENIDO: 1.- Administración y cobranza de cédulas personales, 1929. Sayalonga, Alhaurín de la Torre, Coín, Benagalbón, Cuevas de San Marcos, Moclinejo, Olias, Totalán, Villanueva del Rosario, Benahavis, Marbella, Ojén, Alozaina, Casarabonela, Istán. CRONOLOGÍA: 1929 80 CILNIANA SIGNATURA: 934 MATERIA: Cédulas personales. CONTENIDO: 1 al 27.- Administración y cobranza de cédulas personales en Archez, Benalmádena, Competa, Alameda, Borge, Cártama, Estepona, Alpandeire, Farajan, Cuevas Bajas, Juzcar, Benagalbón, Moclinejo, Valle de Abdalajis, Genalguacil, Alfarnatejo, Iznate, Benahavis, Istán, Marbella, Sayalonga, Cutar, Benamargosa, Viñuela, Macharaviaya, Humilladero. CRONOLOGÍA: 1930 SIGNATURA: 939 MATERIA: Secretaría: Cédulas personales. CONTENIDO: 48.- Reclamación de Francisca Domínguez Torralba, Marbella, 1930. 49.- Reclamación de Juan de Lima Fernández, Marbella, CATÁLOGO DE DOCUMENTOS SOBRE MARBELLA 1930. 50.- Reclamación de Manuela Domínguez Salcedo, Marbella, 1930. 51.- Remisión del alcalde de reclamación presentada por el peón caminero José Medina García en representación de sus compañeros, Marbella, 1930. 52.- Reclamación de Manuel Cantos Gallardo, Marbella, 1930.96.Reclamación de José Palomo Jiménez, Marbella, 1930. 97.- Reclamación de Rafael Ruiz Marcelo, Marbella, 1930. 98.- Reclamación de Francisco Belón Salgado, Marbella, 1930. 99.- Reclamación de Joaquín Montero Sánchez, Marbella, 1930. 100.- Reclamación de Mariana Quero Moreno, Marbella, 1930. 101.- Reclamación de José Carrasco Vázquez, Marbella, 1930. 102.- Reclamación de Fernando Álvarez Acosta, Marbella, 1930. CRONOLOGÍA: 1930 SIGNATURA: 958 MATERIA: Contaduría de fondos. CONTENIDO: 1 al 89.- Liquidación de cédulas personales; Fuengirola, Marbella, Mollina, Ojen, Periana, Sayalonga, Sierra de Yeguas, Teba, Torrox, Villanueva del Trabuco, Villanueva de Tapia, Torremolinos, Tolox, Ronda, Pujerra, Parauta, Igualeja, Guaro, Frigiliana, Peñarrubia, Villanueva de Algaida, Riogordo, Monda, Gaucin, Juzcar, Pizarra, Nerja, Junquera, Montejaque, Istan, Farajan, Manilva, Jubrique, Jimera de Libar, Fuente Piedra, Sedella, Vélez-Málaga, Mijas, Salares, Villanueva del Rosario, Genalguacil, Valle de Abdalajis, Iznate, Estepona, Macharaviaya, Totalan, Olias, Farajan, Mijas, Viñuela, Málaga, 1930 - 1932. CRONOLOGÍA: 1930 - 1932. SIGNATURA: 962 MATERIA: Cédulas personales. CONTENIDO: 1 al 104.- Liquidaciones practicadas por los agentes recaudadores de cédulas personales correspondientes a períodos ejecutivos y voluntarios de 1930 - 1934 de Pujerra, Mollina, Periana, Valle de Abdalajís, Vélez-Málaga, Mijas, Torremolinos, Ronda, Moclinejo, Tolox, Peñarrubia, Villanueva del Trabuco, Olias, Villanueva de Algaidas, Macharaviaya, Teba, Marbella, Villanueva de Tapia, Ronda, Málaga, Monda, Parauta, Torrox, Genalguacil, Yunquera, Salares, Sedella, Pizarra, Nerja, Montejaque, Totalan, Manilva, Ojen, Marbella, Sayalonga, Riogordo, Torremolinos, Sierra de Yeguas, 1930 - 1934. CRONOLOGÍA: 1930 - 1934 SIGNATURA: 970 MATERIA: Vías y Obras. CONTENIDO: 33 al 41.- Peticiones sobre la construcción de caminos vecinales en la zona de Marbella, 1932, 1936, 1939. 42 al 62.- Peticiones sobre la construcción de caminos vecinales en la zona de Antequera, 1931 - 1936. CRONOLOGÍA: 1930 - 1936, 1939, 1945 SIGNATURA: 1018 MATERIA: Cédulas personales. CONTENIDO: 1 - 162.- Reclamaciones contra la clasificación en el padrón de cédulas personales en los municipios de Alfarnate, Antequera, Benarrabá, Coín, Fuengirola, Marbella, Periana, Ronda, Torremolinos, torrox, Vélez-Málaga, Casabermeja, Humilladero y otros en 1932. CRONOLOGÍA: 1932 SIGNATURA: 1021 MATERIA: Cédulas personales CONTENIDO: 1 al 29.- Administración y cobranza del impuesto de cédulas personales en los términos municipales de Cutar, Estepona, Farajan, Frigiliana, Fuengirola, Fuente de Piedra, Gaucin, Genalguacil, Guaro, Humilladero, Igualeja, Istan, Iznate, Jimera de Libar, Jubrique, Juzcar, Macharaviaya, Manilva, Marbella, Mijas, Moclinejo, Mollina, Monda, Montejaque, Nerja, Ojen, Olias, Parauta y Peñarrubia, en el año 1932. CRONOLOGÍA: 1932 SIGNATURA: 1035 MATERIA: Cédulas personales. CONTENIDO: Del 1 al 47.- Liquidación del impuesto de cédulas personales en período voluntario de 1931 de los pueblos: Cártama en período ejecutivo, 1933, Cártama en período voluntario, Casabermeja en período ejecutivo, Casabermeja en período voluntario, Casarabonela, Casares, Coín, Colmenar, Comares, Competa en 1933, Cortes de la Frontera, Cuevas del Becerro, Cutar en período ejecutivo, Cutar en período voluntario, Churriana, Estepona, Faraján, Frigiliana, Fuengirola, Fuente de Piedra, Gaucín, Genalguacil, Guaro, Igualeja, Jubrique, Juzcar, Macharaviaya, Málaga, Manilva, Marbella, Mijas, Moclinejo, Mollina, Monda, Nerja, Ojen, Parauta, Peñarrubia, Periana, Pizarra, Pujerra, Riogordo en 1933, Ronda, Salares, Sayalonga, Sedella en 1933, 1932. CRONOLOGÍA: 1932 - 1933. SIGNATURA: 1060 MATERIA: Contaduría de fondos CONTENIDO: 3.- Cuentas de gastos en el Hospital de Marbella. 5.- Cuentas de gastos en Casa de Misericordia, Casa Central de Expósitos e Hijuelas de Expósitos de Marbella, Vélez-Málaga, Antequera y Ronda. CRONOLOGÍA: 1909 - 1911 SIGNATURA: 1085 MATERIA: Fomento. CONTENIDO: 119.- Expediente relativo a montes protectores en los términos municipales de Estepona, Benahavis, Istán, Marbella, Ojén, Mijas, Fuengirola y Benalmádena 3/9/1934. CRONOLOGÍA: 1933 - 1936 CILNIANA 81 CATÁLOGO DE DOCUMENTOS SOBRE MARBELLA SIGNATURA: 1094 MATERIA: Cédulas personales. CONTENIDO: 1 al 30.- Administración y cobranza de cédulas personales en Cutar, Estepona, Farajan, Frigiliana, Fuengirola, Fuente de Piedra, Gaucin, Genalguacil, Guaro, Humilladero, Istan, Igualeja, Iznate, Jimera de Libar, Jubrique, Juzcar, Macharaviaya, Málaga, Manilva, Marbella, Mijas, Moclinejo, Mollina, Monda, Montejaque, Nerja, Ojen, Olias, Parauta, Peñarrubia, 1934. CRONOLOGÍA: 1934. SIGNATURA: 1127 MATERIA: Cédulas personales. CONTENIDO: 1 - 45.- Administración y cobranza de cédulas personales en los municipios de Cútar, Estepona, Frigiliana, Fuengirola, Fuente de Piedra, Gaucín, Guaro, Igualeja, Istán, Iznate, Jubrique, Macharaviaya, Manilva, Marbella, Moclinejo, Mollina, Monda, Nerja, Ojén, Olias, Parauta, Peñarrubia, Periana, Pizarra, Pujerra, Riogordo, ronda, Salares, Sayalonga, Sedella, Sierra de Yeguas, Teba, Tolox, Totalán, Vélez-Málaga, Valle de Abdalajis, Villanueva de Algaidas, Villanueva del Rosario, Villanueva de Tapia, Villanueva del Trabuco, La Viñuela, Yunquera, Churriana y Torremolinos en 1935. 46.- Nombramiento de agente ejecutivo en Málaga capital. CRONOLOGÍA: 1935 SIGNATURA: 1160 MATERIA: Cédulas personales. CONTENIDO: 1 - 23.- Administración y cobranza de cédulas personales en los municipios de Humilladero, Igualeja, Istán, Iznate, Jimera de Libar, Jubrique, Juzcar, Macharaviaya, Málaga, Manilva, Marbella, Mijas, Moclinejo, Mollina, Monda, Montejaque, Nerja, Ojen, Olias, Parauta, Peñarrubia, Periana y Pizarra en 1936. CRONOLOGÍA: 1936 SIGNATURA: 1183 MATERIA: Beneficencia: Casa de Misericordia. Solicitudes de Ingresos. Ingresos y Bajas. CONTENIDO: 17.- Oficio del Juez de Instrucción de Marbella en funciones de Tribunal Tutelar de Menores interesando que se le manifieste si funciona algún Establecimiento dependiente de esta Corporación dedicado a la guarda y custodia de menores sometidos a expediente 13/10/1937. CRONOLOGÍA: 1937 SIGNATURA: 1197 MATERIA: Cédulas Personales. CONTENIDO: Sobre administración y cobranza del impuesto de cédulas personales en los términos municipales de: 69.- Marbella. CRONOLOGÍA: 1938 SIGNATURA: 1214 MATERIA: Secretaría: Cédulas Personales. CONTENIDO: 18 al 56.- Expedientes sobre aproba- 82 CILNIANA ción de listas de morosos en los términos municipales de: Cuevas Bajas, Villanueva de Algaidas, Mollina, Mijas, Torremolinos, Málaga, Alora, Nerja, Vélez-Málaga, Totalán. Olías, Moclinejo, Campillos, Macharaviaya, Monda, Ronda, Montejaque, Carratraca, Ardales, Istán, Casabermeja, Archidona, Cortés de la Frontera, Canillas de Aceituno, Benagalbón, Torrox, Antequera, Pizarra, Peñarrubia, Alfarnate, Alhaurín de la Torre Almargen, Comares, Casarabonela, Benamargosa, Fuengirola, Riogordo, Marbella, Sayalonga, Cartajima, Yunquera, Alozaina, Frigiliana, Sierra de Yeguas, Pujerra, Villanueva de Tapia, Colmenar, Estepona, Alhaurín el Grande, Iznate, Solares, Sedella, Alameda, Periana, Benahavis, Teba, Villanueva del Rosario, Casares, Arriate, Guaro, Cañete la Real, Benadalid, Villanueva del Trabuco, Benaoján, Faraján, Arenas, El Burgo, Cómpeta, Almáchar, Cuevas del Becerro, Fuente Piedra, Gaucín, Churriana, Genalguacil, Benamo-carra y Almogía correspondientes al ejercicio de 1939 y 1940, desde Noviembre 1938 hasta Enero 1941. CRONOLOGÍA: 1938 - 1940 SIGNATURA: 1291 MATERIA: Contribuciones. CONTENIDO: 15 al 33.- Documentación relacionada con los recaudadores de la zona de Málaga, Alora, Antequera, Campillos, Coín, Colmenar, Estepona, Gaucín, Marbella, Melilla, Ronda, Torrox y Vélez-Málaga, 1944 - 1950. 34.- Fianza del recaudador de Archidona, 1952. CRONOLOGÍA: 1944 - 1952 SIGNATURA: 1299 MATERIA: Contribuciones. CONTENIDO: 6.- Contribuciones e impuestos correspondientes a 1964 - 1965 de: Melilla, Málaga, Alora, Antequera, Archidona, Campillos, Coín, Colmenar, Estepona, Gaucín, Marbella, Ronda, Torrox y Veléz-Málaga. CRONOLOGÍA: 1945, 1947 - 1948, 1950, 1955, 1964 - 1965, 1967, 1969 - 1970 Notas: 1 PAJARES LADRERO, L. Felipe: Inventario del Archivo Histórico de la Diputación Provincial de Málaga. 2 tomos. Málaga inédito. 2 Para la legislación que a continuación se cita véase MARTÍNEZ ALCUBILLA, M.: Diccionario de la Administración Española. Madrid 1877. 3 Artículo 238 de la ley de 1923. 4 Véase SÁNCHEZ-ARCILLA BERNAL, J.: Historia de las Instituciones Político-admistrativas Contemporáneas (1808-1975). Madrid 1994. p. 278. 5 SÁNCHEZ-ARCILLA BERNAL, op. cit. p. 321. 6 Véase PESCADOR DEL HOYO, Mª.C.: El Archivo. Instrumentos de trabajo. Madrid 1986. “[El inventario] es el instrumento primordial de conocimiento de los fondos de un archivo y como tal viene realizándose desde los tiempos remotos. En la actualidad se ha vuelto a considerar la importancia de estos instrumentos reconociendo su innegable interés.” p. 15. 7 ARTOLA, Miguel: Enciclopedia de Historia de España. Madrid 1991. p. 145. NUESTRA NATURALEZA Fauna de Sierra Blanca Juan Caracuel y Miguel Navarrete E n el escarpado y abrupto macizo calizo que constituye Sierra Blanca, encontramos una gran diversidad animal, a pesar de la intensa transformación que este ecosistema ha experimentado a lo largo de la historia y que ha condicionado tanto su vegetación como la propia fauna presente en él. Trataremos de hacer un breve recorrido por los vertebrados presentes en esta sierra; aquéllos más representativos de este ecosistema, y por otra parte, los que tienen una mayor importancia a nivel conservacionista. El animal más “peligroso” de la sierra es sin duda la víbora hocicuda, Vípera latasti, cuya mordedura es venenosa. Otros reptiles que podemos encontrar son el lagarto ocelado, Lacerta lepida, la culebra de escalera, Elaphe escalaris, y la culebra de herradura, Coluber hippocrepis. Las aves son el grupo de vertebrados más numeroso en este ecosistema. A l re d e d o r Cabras monteses en Sierra Blanca. (Autor: Juan Caracuel) de un centenar de especies utilizan este espacio natural. Algunas de ellas están durante todo el año; otras sólo permanecen una parte de él o simplemente la atraviesan en su viaje migratorio hacia el continente africano. Entre las primeras encontramos dos grandes águilas: el águila real, Aquila chrysaetos, y el águila-azor perdicera, Hieraetus fasciatus. Ambas son sedentarias. El águila real es una rapaz de gran porte, que anida sobre cortados rocosos. El águila-azor perdicera es una habitante típica de las montañas mediterráneas y ha sufrido una notable regresión en España en la pasada década. Posiblemente la disminución de efectivos que han sufrido ambas especies en los últimos tiempos sea debida, en gran parte, a la disminución del conejo, Oryctolagus cuniculus, base de la dieta de estas dos grandes rapaces y de otros depredadores ibéricos. Otro habitante típico de este ecosistema es el halcón peregrino Falco peregrinus, asiduo de los cortados rocosos, tan abundantes en este espacio. Otras rapaces que también encontramos en Sierra Blanca son la culebrera europea, Circaetus gallicus, y el aguililla calzada, Hieraetus pennatus. Ambas son migrantes transaharianas, que llegan al comienzo de la primavera; la dieta de la primera está compuesta básicamente por reptiles, mientras el aguililla calzada es un cazador más generalista. Entre las rapaces nocturnas es significativa Ö CILNIANA 83 FAUNA DE SIERRA BLANCA la presencia del búho real, Bubo bubo, la mayor de las estrigiformes ibéricas y cuyo “ulular” es posible oír todavía en algunos rincones de este enclave natural. Otras especies interesantes son la curruca rabilarga, Sylvia undata, y la collalba negra, Oenanthe leucura , ambas con área de distribución casi exclusiva de la Península Ibérica y que encuentran en esta sierra uno de sus hábitats óptimos. Cabras monteses en Sierra Blanca. (Autor: Juan Caracuel) Por otra parte durante la migración postnupcial (julio a octubre) se pueden observar bandos de aves planeadoras cruzando este macizo. Destacaremos entre ellas a la cigüeña blanca, Ciconia ciconia, cigüeña negra, Ciconia nigra, abejero europeo, Pernis apivorus, y milano negro, milvus migrans. Entre los mamíferos cabe destacar la presencia de la cabra montés, Capra pyrenaica hispánica. Este bóvido, exclusivo de España, es el mayor representante de los mamíferos que encontramos en Sierra Blanca y conserva una buena población a pesar de la enfermedad que ha mermado sus efectivos en la pasada década (la sarna sarcóptica). Otros representantes de este grupo presentes en Sierra Blanca son el zorro, Vulpes vulpes, la gineta, Genetta genetta, y el meloncillo, Herpestes ichneumon, cuya población a nivel europeo es exclusiva del cuadrante suroccidental de la Península Ibérica. También el jabalí, Sus scroffa, se ha hecho presente en este espacio en los últimos años, llegando a ser muy numeroso ante la falta de depredadores naturales. Por todos estos valores naturales Sierra Blanca está propuesta para formar parte de la Red Natura 2000; una red de espacios naturales protegidos por la Unión Europea. El Búho real, gran superpredador, está presente en Sierra Blanca. (Autor Carlos Sanz) 84 CILNIANA PUBLICACIONES DE LA ASOCIACIÓN CILNIANA Libros • PRIETO BORREGO, L.: Aproximación bibliográfica: Marbella y la Costa del Sol Occidental, 1997 (agotado). • I Jornadas de Patrimonio Histórico Local de Marbella, 2000 • II Jornadas de Patrimonio Histórico Local de Marbella, 2001 • Marbella 1752: según las Respuestas Generales del Catastro de Ensenada (con estudio introductorio de FRANCISCO LÓPEZ GONZÁLEZ y LUCÍA PRIETO BORREGO), 2001 Catálogos • III Exposición de Fotografía "Imágenes de Marbella: El casco antiguo", 1998 • IV Exposición de Fotografía "Imágenes de Marbella: La fiesta", 1999 • V Exposición de Fotografía "Imágenes de Marbella: El deporte", 2000 • VI Exposición de Fotografía "Imágenes de Marbella: El Turismo" (en preparación) • VII Exposición de Fotografía "Imágenes de Marbella: La mar", 2002 • El Paso de Istán, 2000 Revistas • Nº 8, 1996 (agotada) • Nº 9, 1997 • Nº 10, 1998 • Nº 11, 1998 • Nº 12, 1999 • Nº 13, 1999 • Nº 14, 2001 CILNIANA 85 NORMAS DE PUBLICACIÓN 1.- Los autores enviarán una copia del artículo en disquete duro (preferentemente en Word) y otra copia en papel (formato folio UNE A4) a la siguiente dirección: Cilniana. Centro de Adultos, c/ Miraflores, n.º 4, 29600 Marbella. 2.- Los trabajos tendrán un máximo de 30 folios a doble espacio. La extensión indicada incluye el texto del artículo y las referencias bibliográficas o notas, que irán al final. No se incluirán en esta extensión las dos páginas que a continuación se señalan: –Una primera página, no numerada, en donde conste: el título del trabajo; el nombre del autor o autores; profesión o, en su caso, título académico; la dirección, y un resumen del contenido con un máximo de 12 líneas. –Una última página, no numerada, con un máximo de cinco frases a destacar del texto. 3.- Las notas al final irán numeradas correlativamente, con la siguiente secuencia: –En el caso de obras, apellidos en mayúscula del autor citado; nombre con la primera letra en mayúscula, o, en su caso, la inicial mayúscula del nombre; título del libro (en cursivas); ciudad, editorial, año, y página o páginas a que se refiere la cita. Ej. POLO, J.: Manifiesto ortográfico de la lengua española, Madrid: Visor, 1997, pp. 27-28. –En el caso de que se trate de un artículo, en primer lugar se citará el nombre del autor o autores, título del artículo [entre comillas latinas (« »)], seguido del nombre del autor, editor o compilador de la obra, si lo hubiere; nombre de la revista o título del libro o monografía (en cursivas); ciudad, editorial, año y página o páginas. Ej. de artículo citado en libro: FONTANA, J.: «La historiografía española del siglo XIX: un siglo de renovación entre dos rupturas», en S. CASTILLO (coord.) : La historia social en España. Actualidad y perspectivas, Madrid: Siglo XXI, 1991, p. 328. Ej. de artículo citado en revista: PÉREZ-PRENDES, J. M.ª: «Cortes de Castilla y Cortes de Cádiz», Revista de Estudios Políticos, n.º 126, noviembre-diciembre (1962), pp. 419-428. 4.- Los documentos gráficos (mapas, gráficos, fotos, etcétera) irán numerados en la parte posterior, secuenciándolos, y deben incluir los pies de foto correspondientes en la parte de atrás o en hojas adjuntas. 5.- Los textos no incorporarán sangrías ni tabuladores, y los interlineados e interletrajes serán normales. El tipo de letra debe ser times new roman, cuerpo 12. Los títulos, subtítulos y ladillos se diferenciarán sólo por el tamaño de la letra. Las citas textuales se diferenciarán con comillas y letra cursiva. No deben incorporarse subrayados ni negritas. 6.- En el caso de que se tenga que incorporar bibliografía, sólo se hará cuando no se haya optado por el sistema de notas al final. Esta bibliografía se incluirá al final del artículo, ordenada alfabéticamente y según la secuencia descrita en el punto 3. 7.- Los trabajos presentados a la revista deberán ser preferentemente inéditos; en caso contrario, incluirán la descripción de la publicación en donde se hizo por primera vez, así como la fecha de la misma. 8.- El consejo de redacción resolverá en un plazo máximo de tres meses su publicación o no, comunicando el número en el que aparecerá el artículo. 9.- Cada autor recibirá dos ejemplares de la revista en que se incluya su artículo. 86 CILNIANA