Las Tareas y Habilidades del profesor al trabajar con grupos de
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Las Tareas y Habilidades del profesor al trabajar con grupos de
Las Tareas y Habilidades del profesor al trabajar con grupos de adolescentes. El trabajar con adolescentes implica para el docente un gran reto, pues no se trata solamente de conocer ciertos contenidos matemáticos, sino de saber de manera global todo aquello que envuelve al alumno y que influye directamente en su proceso de aprendizaje. Actualmente la necesidad de los alumnos no sólo se sustenta en aprender teorías, leyes, conceptos, etc., sino que además desarrollen sus habilidades, competencias o destrezas que les permitan asumir una actitud responsable. Por la gran cantidad de logros en la ciencia y la tecnología y la gran cantidad de conocimientos acumulados por la humanidad, se hace necesario que como maestros y profesores dirijamos nuestro trabajo docente, más a enseñar a aprender que a transmitir toda la información. De esta manera puedo plantear que las tareas y habilidades de un profesor de matemáticas tienen que ir más allá que el de dominar los contenidos, no se deben limitar a un solo método de enseñanza, en un profesor de matemáticas es indispensable desarrollar habilidades intelectuales que le permitan ser de manera eficiente un facilitador de conocimiento y de igual manera conocer eficazmente a sus alumnos. Entre las habilidades de un docente encontramos el de ser un constante investigador, estar a la vanguardia en todos los ámbitos social, cultural y tecnológico, es también fundamental su continua actualización y es por demás mencionar que debe ser un lector por gusto. Por otra parte, cada vez se abre más paso su consideración como un mediador de los aprendizajes de los estudiantes, cuyos rasgos fundamentales deben ser (Marquès Graells, 2000): - Un experto que domina los contenidos, planifica (pero es flexible)... - Establece metas: perseverancia, hábitos de estudio, autoestima, metacognición...; siendo su principal objetivo que el mediado construya habilidades para lograr su plena autonomía. - Regula los aprendizajes, favorece y evalúa los progresos; su tarea principal es organizar el contexto en el que se ha de desarrollar el sujeto, facilitando su interacción con los materiales y el trabajo colaborativo. - Fomenta el logro de aprendizajes significativos, transferibles... - Fomenta la búsqueda de la novedad: curiosidad intelectual, originalidad. pensamiento convergente.. - Potencia el sentimiento de capacidad: autoimagen, interés por alcanzar nuevas metas... - Enseña qué hacer, cómo, cuándo y por qué, ayuda a controlar la impulsividad - Comparte las experiencias de aprendizaje con los alumnos: discusión reflexiva, fomento de la empatía del grupo... - Atiende las diferencias individuales - Desarrolla en los alumnos actitudes positivas: valores... Hablar de habilidades docentes, es adentrarse a todas aquellas capacidades necesarias para realizar debidamente el arte de enseñar, es decir, para desarrollar en nuestros alumnos aquellas competencias de vida, es por que como docentes contamos con éstas. El profesor, el sujeto que enseña, tiene a su cargo la dirección del proceso de enseñanza aprendizaje, en tanto debe planificar, organizar, regular, controlar y corregir el aprendizaje del alumno y su propia actividad (Tristá, 1985; Reyes, 1999). El profesor debe estar en constante interacción y comunicación con sus alumnos, con sus colegas y con el resto de la comunidad de la institución donde labora. Se debe concebir como una personalidad integra, relacionada con el contexto social en que se desempeña como tal. Los Retos que Implica el Trabajo Docente en la Escuela Secundaria Hablar de retos como docentes de escuelas secundarias, es hablar de aquellos desafíos que día con día vivimos y superamos en el momento de enfrentarnos a diversos desajustes, tanto externos como personales dentro de nuestro quehacer docente. El principal reto, en mi parecer, que se tiene para alcanzar es el de mantener una actitud de constante superación, pues esto determina la visión con que se desempeña nuestra labor. Una actitud que nos permita cambiar de opinión y aceptar nuestros errores en bien de nuestros alumnos. Esto conlleva a estar abiertos a los cambios necesarios dentro de un proceso de enseñanza, pues es evidente que en la actualidad el papel de los formadores no es tanto enseñar unos conocimientos que tendrán una vigencia limitada y estarán siempre accesibles, sino ayudar a los estudiantes a "aprender a aprender" de manera autónoma en esta cultura del cambio y promover su desarrollo cognitivo y personal mediante actividades críticas y aplicativas que, convirtiéndose esto en un gran reto, superable aprovechando la inmensa información disponible y las potentes herramientas TIC, sin olvidar las para la aplicación de éstas las características de los alumnos, exigiéndoles un procesamiento activo e interdisciplinario de la información para que construyan su propio conocimiento y no se limiten a realizar una simple recepción pasivamemorización de la informal. Es también evidente que otro de los grandes retos para el docente es aprender a trabajar en colegiado, el docente por lo general, está acostumbrado a trabajar de manera individual, ya sea elaborando su programa anual de actividades, ya sea poniéndolo en ejecución. Trabaja en solitario, pareciera que nuestra inseguridad en nuestra labor se refleja en el hermetismo (por no llamarlo egoísmo) total, que nos impide compartir o aceptar nuevas formas de trabajo, aún sabiendo que lejos de hacer más complejo nuestro quehacer docente. Otro de los retos a los cuales nos enfrentamos los docentes es el desinterés de los alumnos por el conocimiento escolar, pero esto nos debería detener un poco en analizar qué tan apropiada hacemos nuestro trabajo, de acuerdo a lo que menciona la doctora Santos del Real, la falta de motivación por parte de los jóvenes nace del abuso de la memorización y el enciclopedismo. Un buen maestre es aquel que explica los contenidos de manera que ellos entiendan, de esta forma podríamos decir que la motivación de los alumnos hacia la asignatura está relacionada directamente con el desempeño de nuestro trabajo. La labor docente esta fuertemente asociada con el gusto de los alumnos por el aprendizaje, con sus percepciones sobre la relevancia de las asignaturas y con la eficacia de la transmitido. Acordémonos que la exposición, cuando se constituye como el único método de enseñanza, da la impresión de que el éxito se hace depender de las actividades del profesor, de la calidad de su exposición y de la cantidad de información que comunica. En este caso, el alumnos difícilmente puede establecer la relación entre su trabajo y los resultados que obtiene, convirtiéndose esto último en otro reto del docente, “la relación alumno-maestro-alumno”. El dar a los alumnos la posibilidad de plantear cuestiones no basta para asegurar su interés hacia la materia, hay que crearles la conciencia de que su trabajo es responsable del progreso que puedan constatar. Para cambiar esta percepción, el profesor debe poner a punto de juicio una estrategia de enseñanza que lleve al alumno a cuestionarse, que facilite el desarrollo de la capacidad necesario para formular bien las dificultades, que dé oportunidad de utilizar las habilidades adquiridas con anterioridad, que ayude a verificar los avances realizaros y que ofrezca la posibilidad de trabajar con las personas a su alrededor. Todo esto no es fácil pero es lo que caracteriza como profesionales a los maestros frente a grupo, desde el momento que se sistematiza el proceso de enseñanza aprendizaje, enfrentamos diferentes retos. La autonomía y el desarrollo progresivo de las capacidades del alumno van de la mano. La enseñanza debe planificarse con vistas a que las capacidades adquiridas se exploten lo más posible. En nuestros días los alumnos que acuden a la escuela tienen la necesidad de que el docente forme parte también de su formación integral, a veces lo que el alumno solo necesita es que le dediquemos un par de minutos para escucharlo y conocerlo, a raíz de las familias disfuncionales que cada día se popularizan y se hace más común de lo que pensamos en nuestra sociedad. Entonces podríamos concluir que el verdadero reto de los docentes es el de ser competente, ayudar a realizar aprendizajes que modifiquen las capacidades intelectuales de la gente, es el trabajo real de todo profesor. Esto exige de nosotros un gran número de competencias: competencias de mediación, unidas a la interacción cognitiva con los alumnos y competencias de organización del estudio, unidad al trabajo personal de los alumnos. La Influencia de la Organización de la Escuela en el trabajo con grupos. Otro de los aspectos que influye directamente en el proceso de enseñanza, es la organización escolar, pues de ella depende la buen funcionamiento del todo el proceso de enseñanza de manera conjunta. En este contexto, la Organización Escolar adquiere una fundamental importancia, ya que es en su seno en que se irá dando forma a personas que no solo deberán recibir conocimientos, sino que también, las herramientas claves para la comprensión y aplicación de éstos. Pero esta base formativa, adquirida mediante los procesos de enseñanza - aprendizaje en el aula, no puede estar exenta de una formación integral que entregue una valórica, que permita a los educandos adaptarse a un mundo que es cada vez más competitivo y en donde los principios de ética, verdad, comprensión, tolerancia, y respeto son las herramientas claves para desenvolverse en el medio social. Sin embargo, no podemos hacer a un lado la realidad que viven los centros escolares, muchas de las ocasiones esta organización, en vez de apoyar los proceso de enseñanza, pareciera que los entorpece. A partir de la reforma, ha habido una reestructuración constante, que no permite asentar la verdadera función de ésta. Actividades improvisadas, a destiempo y sin ninguna supervisión, son algunas de las situaciones que viven las instituciones. La organización escolar para poder enfrentar los desafíos que le impone la nueva reforma, deberá funcionar sobre una base estructurada que permita a sus directivos y subalternos establecer un trabajo armónico, libre de tensiones, es decir, un clima organizacional sano en que todos los integrantes de la organización escolar tengan claro los fines y objetivos de la escuela, se identifiquen con ellos y mediante labores conocidas y bien delimitadas, puedan coordinarse en acciones conjuntas que contribuyan a un avance positivo de toda la organización. Para ello se debe contar además con estructuras adecuadas, recursos materiales disponibles, objetivos y procedimientos acordes con el tipo de organización que aprende. Al plantearse los estadios de desarrollo de la organización han de considerarse los nuevos retos, es decir, qué demanda la sociedad, qué permite el sistema educativo para el desarrollo organizacional, qué puede hacer la organización y cómo mejorar. El desarrollo organizacional depende de la estructura del Sistema Educativo, por lo tanto, generalmente, las instituciones no tienen suficiente capacidad de maniobra. BIBLIOGRAFÍA Santos del Real, Annette Irene (1999), “Desempeñoa docente y motivación para aprender”, en La Educación Secundaria; perspectivas de su Demanda. México, Doctorado Interinstitucional-Centro de Ciencias Sociales y Humanidades-Universidad Autónoma de Aguascalientes (tesis de doctorado), pp 93-96 Saint-Onge (1997), “El interés de los alumnos” y “La competencia de los profesores”, en Yo explico, pero ellos… ¿aprenden?, Bilbao Mensajero, pp. 17-32 y 149-177 Duarte A. y Cabero, J. (1993): Modelos de organización de centros y medios de enseñanza, en Coronel, J. M. y otros (eds.): Cultura Escolar y desarrollo organizativo , Sevilla, GID, 701-720. www.scribd.com/doc/289316/Escuela-organizacion