LO CAUSAL BASE DE LO CASUAL Todo evento que sucede en el
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LO CAUSAL BASE DE LO CASUAL Todo evento que sucede en el
LO CAUSAL BASE DE LO CASUAL Todo evento que sucede en el universo es necesariamente una consecuencia de una causa que la provocó. Yo reto a que cualquier científico demuestre una consecuencia que no sea el resultado de una causa. Consecuentemente, lo casual, es decir, la consecuencia, debió de haberse producido en virtud de lo causal o de la causa. Admitido este principio, observamos que nada resulta casual, lo cual significa que la casualidad no existe. La casualidad procede del caos que existe en la mente fantasiosa humana la cual lo genera cuando rechaza la realidad universal objetiva para ampararse en su percepción subjetiva. En otras palabras, cuando pretende que su autoridad caprichosa prevalezca sobre la autoridad verdadera de Dios. Todo lo que nos rodea en el universo está gobernado por leyes establecidas. La mera existencia de la ley exige que formemos parte de un orden universal preestablecido. El aparente caos procede del libre albedrío que Dios le otorgó al humano, el cual puede rechazar el orden cósmico existente y vivir temporalmente en su fantasía. Sin embargo, tarde o temprano esta fantasía morirá, en virtud del encuentro con la verdad universal. La existencia de leyes universales viene a demostrar la voluntad manifiesta del Creador. El humano no puede cambiar estas leyes universales. Las dos alternativas que contempla la provisión del libre albedrío es aceptar la ley o rechazarla. De ahí la bendición, lo cual significa literalmente “bien dicho” o la maldición, lo cual significa literalmente “mal dicho”, de la cual habla la Biblia en Deut. 30, vs 1. La bendición si se respeta la ley universal y la maldición si se rechaza la ley universal. Es algo así como navegar a favor de la corriente de un río, lo cual resulta fácil, o en contra de la corriente, lo cual resulta difícil. Dicho esto, hay que concluir que la suerte o no existe, en virtud de que toda acción conduce hacia una finalidad. El concepto de la suerte parece indicar que se escapa a cualquier ley, causa o propósito, lo cual es totalmente falso. La buena suerte y la mala suerte, proceden de la astrología, la cual se fundamenta en el caos propio del subjetivismo del pensamiento humano. Pretende asegurar que las algunas cosas no tienen sentido y que ocurren eventos desprovistos de todo propósito, lo cual es erróneo. En definitiva, Dios controla absolutamente todo y decide sancionar al que tiene “suerte”, otorgándole la “fortuna” con un fin especifico en mente.