Paleoambientes del Valle de Teotihuacan vistos a
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Paleoambientes del Valle de Teotihuacan vistos a
Paleoambientes del Valle de Teotihuacan vistos a través de la fauna** Raúl Valadez Azúa* El valle de Teotihuacan ha sido objeto de estudios arqueológicos desde hace más de 100 años. Sabemos que fue el lugar donde se desarrolló la primera ciudad del continente americano: Teotihuacan (siglos I aC ? VII dC). Esta región se encuentra en la parte Oriente de la Cuenca de México. Si uno busca fotografías actuales de la zona encontrará una vegetación constituida por nopales, pirules y diversos tipos de matorrales y pastos. ¿Este el tipo de ambiente es el que ha dominado siempre o es reciente? En la década de los noventas se realizó el proyecto arqueológico ?Estudio de túneles y cuevas en Teotihuacan? bajo la dirección de la doctora Linda Manzanilla Naim del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM. Los materiales descubiertos y los trabajos de fechamiento realizados indican que las ocupaciones corresponden a un largo periodo que va desde el siglo VIII hasta el XX de nuestra era, es decir, tiempos posteotihuacanos en los cuales el Valle estuvo ocupado por pequeñas aldeas, grupos seminómadas y a partir del siglo XVI, por haciendas y posteriormente por ciudades. De los cuatro túneles estudiados, uno de ellos, llamado ?Cueva del Camino? (2), fue muy poco productivo, pues no se encontraron evidencias importantes de actividad humana, sin embargo se identificó una lista de 466 vertebrados, 270 de los cuales fueron pequeños animales, principalmente roedores, además de algunos restos de lechuzas (Stryx varia y otros no identificados de la familia Strigidae) las que probablemente emplearon a este espacio como madriguera, alimentándose de los mismos roedores descubiertos. (1) De esta forma, este conjunto de fauna constituyó un buen medio para reconocer las condiciones paleoecológicas dominantes en el valle en los últimos ocho siglos. Figura 1. Cuenca de México y Valle de Teotihuacan. En su apogeo la ciudad llegó a tener una población de unos 150,000 habitantes. ¿Cómo era esta zona en tiempos prehispánicos? Figura 2. En la actualidad la zona arqueológica de Teotihuacan está rodeada de vegetación propia de ambientes alterados (fotografía de Raúl Valadez). Figura 3. Ubicación de los túneles estudiados en el proyecto ?Estudio de túneles y cuevas en Teotihuacan?. Los restos identificados pertenecieron a organismos de ambientes sumamente diversos. Una de las especies más abundantes fue Thomomys umbrinus (3), una tuza exclusiva de los bosques de pinoencino, que actualmente se encuentra en lugares como la sierra de Río Frío, la Sierra Nevada o la Sierra de Pachuca. En contraparte tenemos diversas especies de ratas canguro, por ejemplo Perognathus hispidus y Dipodomys ordii, las cuales se especializan en ambientes áridos y, por último, tenemos también casos como el sapo (Bufo) o una rata, llamada ?rata de los arrozales?, Oryzomys palustris, cuyo ciclo de vida se asocia a las fuentes de agua permanentes como ríos, lagunas o manantiales. Este conjunto de microfauna evidencia poca relación con el hombre, además muestra un universo de ambientes contrastantes y hasta contrapuestos ¿Cómo es posible esto? Para tratar de resolver esta controversia se analizó el comportamiento de esta fauna al paso de los siglos de acuerdo con el ambiente al que pertenecían. Ésta se separó por épocas, de acuerdo con los materiales arqueológicos asociados y fechas obtenidas por métodos como C14. Posteriormente se agruparon las especies por ambiente, es decir, especies propias de bosque, de desierto y pastizal, de ambientes ribereños y para contrastar, de ambientes domésticos (guajolotes) y aptos para vivir en ambientes alterados (tlacuaches). Al comparar el número de especies (diversidad) para cada periodo analizado (ver gráfica) encontramos que dentro del periodo que abarca los siglos XII a XIV la cantidad más alta corresponde, por raro que parezca, a especies de ambientes secos y ribereños, aunque para el siglo XVI las especies de bosque aumentan en número; hacia el siglo XVIII son dominantes nuevamente las especies de ambientes secos y posteriormente todo este conjunto de especies desaparece, quedando solo los guajolotes y tlacuaches. Otra gráfica empleada permitió contrastar la abundancia, es decir, el número de individuos para cada especie involucrada (ver gráfica). En ella vemos que en un principio los diferentes ambientes poseen cantidades similares. Para el siglo XVI la fauna de los ambientes secos se hace dominante y posteriormente todas las especies de ambientes naturales, es decir, las ratas canguro, las tuzas de bosque, la fauna de ríos se extinguen y queda la fauna doméstica o la que tolera la alteración ambiental. De acuerdo con esta información podemos concluir que aunque la impresión que da el valle de Teotihuacan en el presente es de una zona con ambiente seco, en realidad lo que vemos es un ambiente sumamente alterado, tanto que ni siquiera las especies silvestres propias de pastizales y desierto puede vivir. Lo que tenemos en esta época, a nivel fauna, son tlacuaches, ardillones, zorrillos, tuzas del género Pappogeomys, ratas y ratones domésticos y otras especies más cuya principal habilidad es poder sobrevivir en ambientes alterados por la perturbación humana. Esta imagen es contrastante con la que veríamos si pudiéramos remontarnos cinco o siete siglos hacia atrás. Si nos situáramos en la parte más alta de la Pirámide del Sol, veríamos campos con gran cantidad de especies de cactos, nopales, magueyes concentrados en los espacios más secos, pero en otros tendríamos pastos diversos, gramíneas amacolladas, diversas especies de matorrales y hacia el sur encontraríamos dos estrechas franjas de bosques que cruzarían el valle de oriente a poniente y que estarían constituidas por árboles de encino. Si descendiéramos de la pirámide y nos dirigiéramos a la zona boscosa veríamos dos ríos que atraviesan la región, espacio en el cual se encontrarían los animales ribereños y de bosque. Como podemos ver, los estudios arqueozoológicos cumplen una interesante misión en beneficio de los esfuerzos en pro de la conservación de la biodiversidad, pues nos permiten ver los ambientes naturales de épocas pasadas y así saber hacia donde debemos dirigir el esfuerzo de restauración, algo por demás importante si es que realmente queremos que las zonas protegidas manifiesten lo que existía de forma natural. (A) (B) (C) (D) (E) Figura 4. Ejemplos de los restos de fauna descubierta en la Cueva del Camino: (A) sacro, tibia, incisivos, dentarios y cráneos de dos individuos de Thomomys umbrinus; (B) fémur de Oryzomys palustris; (C) tibiofíbula, astrágalo y ulna de Bufo sp; (D) maxilar izquierdo, dentario y ulna de Perognathus hispidus y (E) maxilares y frontales de Dipodomys ordii (Fotografías de Rafael Reyes). Diversidad Figura 5 Abundancia Figura 6. Gráfica en la que se compara la diversidad y abundancia de especies descubiertas en la Cueva del Camino, propias de ambientes de bosque, secos, ribereños, domésticos y alterados. Los años incluidos en las gráficas son solo referentes, pues aunque existieron fechamientos de C14, la gran mayoría de la fauna descubierta solo se pudo ubicar cronológicamente a nivel siglos. (1)Ese tipo de animales tienen valor dentro de un estudio arqueozoológico, porque la ausencia de relaciones con el hombre los convierte en excelentes fuentes de información sobre las condiciones ambientales dominantes. (2) Valadez, R., B. Rodríguez y G. Pérez. 2009. ?Arqueofauna de vertebrados de las cuevas?. Pag. 47?300 en: El Inframundo de Teotihuacan: ocupaciones posteotihuacanas en los túneles al este de la Pirámide del Sol: Volumen II: el ambiente y el hombre: arqueofauna de los túneles de Teotihuacan: estudios interdisciplinarios. L. Manzanilla Naim (coordinadora general de la obra), Raúl Valadez, (coordinador del volumen), El Colegio Nacional, México. (3) Valadez, R., B. Rodríguez y G. Pérez. 2009. ?Restos arqueozoológicos de Thomomys umbrinus del Valle de Teotihuacan y reconstrucción de su historia en el centro de México?. Pág. 279-290 en: 60 años de la Colección Nacional de Mamíferos del Instituto de Biología, UNAM. Aportaciones al conocimiento y conservación de los mamíferos mexicanos. F. Cervantes, Y. Hortelano y J. Vargas (editores), Instituto de Biología de la UNAM, México. -----------------------------------------------------------------* Investigador del Instituto de investigaciones Antropológicas, UNAM. ** Conferencia en modalidad Internet www.ccadet.unam.mx/items3/sub15/webcast, del 2 de septiembre de 2010. Seminario del Proyecto Temas de Ciencia Contemporánea. Literatura recomendada *Ceballos, G. y C. Galindo. 1984. Mamíferos silvestres de la Cuenca de México. Editorial Limusa, México. *Téllez, R. 2000. Interpretaciones paleoecológicas en torno a la fauna de vertebrados encontrados en la cueva del Camino en Teotihuacan, México. Tesis de Licenciatura en Biología, Facultad de Ciencias, UNAM, México.