Prácticas de integración de los jóvenes al entorno universitario
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Prácticas de integración de los jóvenes al entorno universitario
UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE SINALOA PROGRAMA DE DOCTORADO EN CIENCIAS SOCIALES FORMACIÓN DE IDENTIDAD EN ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS: UN DISEÑO COMBINADO SECUENCIAL EXPLICATIVO. TESIS QUE COMO REQUISITO PARA OBTENER EL GRADO DE DOCTOR PRESENTA Jesús Ernesto Valenzuela Medina TUTOR: Dr. Victor Antonio Corrales Burgueño CULIACÁN ROSALES, SINALOA. MARZO DE 2011. ii El camino a la identidad es un interminable campo de batalla entre el deseo de libertad y la demanda de seguridad. Zygmunt Bauman iii Dedicatoria A Olga, Valeria, Adriana y Germán, inspiradores, acompañantes y cómplices. A Don Jesús† y a Doña Panchita, mis padres, gracias por la vida. A mis hermanos. A mis anteriores y próximos alumnos. A mis amigos, constantes animadores y enseñantes. iv Agradecimientos De los que me han acompañado en este esfuerzo, muchos han estado desde antes de iniciarlo, otros fueron fundamentales para la decisión de emprenderlo y otros han ido apareciendo felizmente a lo largo del camino. Algunos han pasado y otros han llegado para quedarse, con todos he aprendido y enriquecido en experiencia y conocimiento. Después de haber recibido tanto, me veo en la preciosa necesidad de expresarles mi agradecimiento. A la Universidad Autónoma de Sinaloa por la oportunidad que me brindó para convertirme en un águila en esta etapa de mi formación académica y profesional. A la Dirección, personal académico y administrativo del Programa de Doctorado en Ciencias Sociales de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas por las finas atenciones que tuvieron para conmigo, haciéndome sentir en casa. Gracias. A la Universidad de Sonora, al Departamento de Psicología y Ciencias de la Comunicación, mi casa, por el apoyo brindado a este esfuerzo formativo que espero retribuir con creces. Al CONACyT y al PROMEP por los apoyos financieros para cursar mis estudios de posgrado. Agradezco a mi Comité de tesis por sus atinadas observaciones y sugerencias en la construcción y mejora del trabajo, espero que las vean reflejadas en el producto final; empiezo por el Dr. Victor Antonio Corrales Burgueño por su guía y apoyo, brindados con calidez y confianza en todo momento a lo largo del proyecto. Al Dr. José Ángel Vera Noriega por compartir su tiempo, humor, entusiasmo y conocimientos. Al Dr. Fidencio López Beltrán, el acompañamiento que me brindó y las largas charlas que sostuvimos tuvieron profundo impacto sobre este trabajo y sobre mi persona. Al Dr. Jorge Ernesto Quintero Félix por recordarme siempre el factor organizacional en la determinación del comportamiento. A la Dra. Emily Ito Sugiyama por su sencillez y actitud solidaria para compartir sus conocimientos y experiencias de investigación. A todos ellos les expreso la seguridad de mis consideraciones, profesional, académica y personal, un abrazo. A mis compañeros y amigos de la sexta generación del programa de Doctorado en Ciencias Sociales (2007-2010) por su solidaria presencia. A las cinco instituciones y su personal académico que me abrieron las puertas para realizar la investigación, espero que al comunicarles los resultados puedan emplearlos en los programas de apoyo a sus estudiantes y se sientan retribuidos por la confianza que me brindaron. Mi gratitud a los estudiantes que estuvieron dispuestos para responder cuestionarios y participar en las entrevistas, mostrándome su confianza y haciendo posible mi acercamiento a su realidad objetiva y subjetiva, espero no defraudarlos. Finalmente, gracias a aquellos que les atemoriza pensar de forma distinta a como pensaban ayer, siempre han sido fuente de motivación para mejorar. v Índice General Págs. Dedicatoria Agradecimientos Índice General Índice de Tablas Índice de Figuras Resumen Abstract Introducción Capítulo 1. La transición hacia la universidad en la actualidad. 1.1 Los jóvenes en las Instituciones de Educación Superior (IES). 1.2 El estudio de los jóvenes. 1.3 La integración de los jóvenes a las IES. 1.4 El propósito de este trabajo. 1.5 Preguntas de investigación y objetivos. Capítulo 2. El estudio de la Identidad: condiciones de formación, niveles de análisis y hallazgos de investigación. 2.1 Formación de la Identidad desde la perspectiva de la Psicología Social de orientación sociológica. 2.2 El problema de las disciplinas y el lenguaje integrador. Cambios paradigmáticos. 2.2.1 El caso de la categoría de Identidad. 2.2.2 La actualidad del concepto de Identidad. 2.2.3 El modelo cultural de la Identidad. 2.3 El ingreso a los estudios universitarios, época de definición. 2.3.1 El heurístico de Capital de Identidad. 2.3.2 El Estilo de Identidad. 2.3.3 El origen y la aplicación de ambas nociones. 2.3.4 Hallazgos de investigación desde la Teoría de los Estilos de Identidad. 2.3.5 Modelos de medición del Status de Identidad y del Estilo de Identidad. 2.3.5.1 El Inventario de Estilos de Identidad 3 (Identity Style Inventory-3). 2.3.5.2 El Cuestionario de Procesos de Identidad del Ego (Ego Identity Processes Questionnaire). 2.3.5.3 El Cuestionario de Deseabilidad Social. 2.3.5.4 Hallazgos de investigación desde la perspectiva del heurístico Capital de Identidad. Capítulo 3. Abordaje de la multi-dimensionalidad. 3.1 La estrategia metodológica de los Diseños Combinados: Definición y Clasificación. 3.1.1 ¿En qué consisten los Diseños Combinados? iii iv v viii xi xii xiii 1 4 6 8 10 11 12 14 14 15 16 21 22 25 30 31 33 34 37 38 38 39 39 41 41 42 vi 3.1.2 3.2 3.2.1 3.2.2 Capítulo 4. 4.1 4.2 4.3 4.3.1 4.3.2 4.3.2.1 4.3.2.2 4.3.3 4.3.4 4.4 Capítulo 5. 5.1 5.2 5.2.1 5.2.2 Capítulo 6. 6.1 6.2 6.2.1 6.2.2 6.2.3 6.2.3.1 6.2.3.2 6.2.4 6.3 6.3.1 6.3.1.1 6.3.2 Tipos de Diseños Combinados. Diseño Secuencial Explicativo para investigar las estrategias de adaptación de los estudiantes. Objetivos y preguntas de investigación. Representación gráfica del diseño. Compromiso y Estilos de Identidad de estudiantes universitarios: Un estudio sobre la formación de la identidad. Participantes e instrumentos. Procedimientos de recolección y organización de la información. Resultados. Análisis de la Estructura Interna de los cuestionarios. Análisis de las respuestas de los participantes a la versión traducida del ISI-3. Relaciones entre los componentes identificados. Relaciones entre las sub-escalas y otras variables. Análisis de resultados del Cuestionario de Procesos de Identidad del Ego. Análisis de resultados del Cuestionario de Deseabilidad Social. Discusión y Conclusiones del estudio de la fase Cuantitativa. Conexión entre las fases Cuantitativa y Cualitativa del Diseño Combinado. Selección de participantes para la fase Cualitativa del estudio. Agrupamiento natural. Solución de dos Conglomerados. Solución de tres Conglomerados. Narrativas sobre la adaptación a la universidad. Notas sobre la Teoría Fundamentada como tradición de investigación Cualitativa: Origen del enfoque. Las estrategias usadas en la generación de teoría sustantiva. Recolección de información. La Codificación y el método de comparaciones constantes. Delimitación de la teoría. El muestreo y la saturación teóricos. El Paradigma de Codificación. Comunicación de resultados. Estructura de las narrativas. Codificación Inicial (Abierta). La historia a partir del discurso de los estudiantes. Codificación Axial. El Paradigma de Codificación aplicado. 44 46 47 49 51 51 51 52 53 53 58 60 62 66 68 72 74 74 75 77 81 81 82 83 85 86 86 88 91 92 92 96 101 vii 6.3.3 6.3.3.1 6.3.3.2 6.3.3.3 Comparación de los grupos con diferente nivel de Compromiso. Nivel Alto de Compromiso. Nivel Bajo de Compromiso. Nivel Intermedio de Compromiso. Resultados. Evaluación de este estudio de Teoría Fundamentada. Conclusiones de la fase Cualitativa. Discusión y Conclusión General. Perspectivas de trabajo en el área. 6.4 6.5 6.6 Capítulo 7. 7.1 Referencias Anexo 1. Cuestionarios empleados en el estudio. Anexo 2. Características de la muestra cualitativa, (n=26). Anexo 3. Glosario de metodología y teoría fundamentada. 103 104 106 107 108 110 111 113 118 119 134 147 150 viii Índice de Tablas Págs. Tabla 1. Tabla 2. Tabla 3. Tabla 4. Tabla 5. Tabla 6. Tabla 7. Tabla 8. Tabla 9. Tabla 10. Tabla 11. Tabla 12. Características de la muestra de estudiantes universitarios en el estudio sobre Compromiso y Estilo de Identidad. Comparaciones por sexo en Adaptación a la Experiencia en la Universidad y Estimación de la Capacidad para Estudiar la Carrera. N=308. Valores propios, porcentaje de varianza por componente y acumulativo de la solución obtenida mediante MCP/Varimax, nfactor=6, N=308 y 33 reactivos del ISI-3. Reactivos con sus respectivas cargas y valores de Alfa de Cronbach para COMPROMISO, a partir de la solución obtenida mediante MCP, rotación Varimax, nfactor=6, al procesar 33 reactivos del ISI3. La solución explicó el 43.069% de la varianza de la muestra. Reactivos con sus respectivas cargas y valores de Alfa de Cronbach para ESTILO INFORMATIVO-REFLEXIVO, a partir de la solución obtenida mediante MCP, rotación Varimax, nfactor=6, al procesar 33 reactivos del ISI-3. La solución explicó el 43.069% de la varianza de la muestra. Reactivos con sus respectivas cargas y valores de Alfa de Cronbach para ESTILO NORMATIVO, a partir de la solución obtenida mediante MCP, rotación Varimax, nfactor=6, al procesar 33 reactivos del ISI-3. La solución explicó el 43.069% de la varianza de la muestra. Reactivos con sus respectivas cargas y valores de Alfa de Cronbach para ESTILO EVASIVO-ANTICIPATORIO, a partir de la solución obtenida mediante MCP, rotación Varimax, nfactor=6, al procesar 33 reactivos del ISI-3. La solución explicó el 43.069% de la varianza de la muestra. Reactivos con sus respectivas cargas y valores de Alfa de Cronbach para ESTILO EVASIVO-REACTIVO, a partir de la solución obtenida mediante MCP, rotación Varimax, nfactor=6, al procesar 33 reactivos del ISI-3. La solución explicó el 43.069% de la varianza de la muestra. Reactivos con sus respectivas cargas y valores de Alfa de Cronbach para ESTILO INFORMATIVO-ACTIVO, a partir de la solución obtenida mediante MCP, rotación Varimax, nfactor=6, al procesar 33 reactivos del ISI-3. La solución explicó el 43.069% de la varianza de la muestra. Intercorrelaciones entre los componentes del CEI extraídos mediante MCP/Varimax, nfactor=6, N=308. Diferencias en los puntajes de los componentes del CEI entre mujeres y hombres. N=308. Diferencias en los puntajes de los componentes del CEI a partir de la variable ‘Capacidad para estudiar esta carrera’ (1=’Se me dificulta’; 2=’Se me facilita’), N=308. 51 53 55 55 56 56 57 57 58 59 61 62 ix Tabla 13. Tabla 14. Tabla 15. Tabla 16. Tabla 17. Tabla 18. Tabla 19. Tabla 20. Tabla 21. Tabla 22. Tabla 23. Tabla 24. Tabla 25. Tabla 26. Tabla 27. Tabla 28. Tabla 29. Tabla 30. Tabla 31. Componentes, reactivos por componente con sus respectivas cargas, comunalidades y valores de Alfa de Cronbach para cada componente, a partir de la solución obtenida mediante MCP/Varimax, nfactor=2, al procesar por separado las sub-escalas de ‘Exploración’ y ‘Compromiso’ del EIPQ, N=308. Reactivos por Componente en las dimensiones de ‘Exploración’ y ‘Compromiso’ del EIPQ resultantes del análisis mediante MCP/Varimax, nfactor=2 de cada dimensión original, N=308. Intercorrelaciones entre los puntajes resultantes de la dimensión ‘Exploración’ y los dos de la dimensión ‘Compromiso’ del EIPQ obtenidos en la solución de MCP/Varimax, nfactor=2 realizada con ambos. N=308. Intercorrelaciones entre escalas del ISI-3 y del EIPQ en el estudio de Berman y otros (2001). Intercorrelaciones entre los puntajes de los componentes del EIPQ y del CEI, N=308 Reactivos seleccionados mediante análisis Rasch de la Escala de Deseabilidad Social (Ferrando y Chico, 2000). Correlaciones de orden cero y parciales entre los componentes del CEI y la Escala de Deseabilidad Social (25r). N=308. Solución de dos Conglomerados mediante k-medias considerando los puntajes en las 6 sub-escalas del CEI. N=308. Similitudes y diferencias entre los dos Conglomerados obtenidos mediante k-medias considerando los puntajes en las 6 sub-escalas del CEI. N=308. Diferencias entre los puntajes medios de las sub-escalas del CEI en los dos Conglomerados. N=308. Diferencias entre los puntajes de las sub-escalas del CEI en la solución de dos Conglomerados. Solución de tres Conglomerados mediante k-medias considerando los puntajes en las 6 sub-escalas del CEI. N=308. Similitudes y diferencias entre los tres Conglomerados obtenidos mediante k-medias considerando los puntajes en las 6 sub-escalas del CEI. N=308. Diferencias entre los puntajes medios de las sub-escalas del CEI en los tres Conglomerados. N=308. Diferencias entre los puntajes de las sub-escalas del CEI en la solución de tres Conglomerados. Tipos de codificación o análisis de datos en la Teoría Fundamentada. El Paradigma de Codificación en el enfoque de Strauss y Corbin de la TF. Categorías, sus respectivos códigos y cantidad de incidentes por código después de la Codificación Abierta de las 26 entrevistas a estudiantes universitarios. Consistencia interna y confiabilidad del ISI y el ISI-3 en dos estudios pioneros. 63 64 65 65 66 67 68 74 75 75 76 77 78 79 79 87 88 96 134 x Tabla 32. Tabla 33. Tabla 34. Tabla 35. Tabla 36. Tabla 37. Tabla 38. Correlaciones entre las sub-escalas del ISI en dos estudios reportados en 1989. 135 Estructura y datos psicométricos del EIPQ. Balistrieri y otros (1995) 138 Estructura y datos psicométricos de la Escala de Deseabilidad Social utilizada en el estudio de Ferrando y Chico (2000). 142 Resultados obtenidos mediante la adaptación de la Escala de Deseabilidad Social reportada en el estudio de Cosetino y Castro (2008). 143 Participantes en la fase Cualitativa. Grupos de Alto, Intermedio y Bajo puntajes en ‘Compromiso’ y puntajes en las otras sub-escalas del CEI. N=26. 147 Comparativo de la ubicación de los 26 participantes en los grupos para la fase Cualitativa del estudio. 148 Información sobre los participantes en la fase Cualitativa del Diseño Combinado Secuencial Explicativo. Se incluyen sus respuestas a preguntas contenidas en la ficha de identificación que llenaron junto con los cuestionarios en el levantamiento de la fase Cuantitativa. 149 xi Índice de Figuras Págs. Figura 1. Figura 2. Figura 3. Figura 4. Figura 5. Figura 6. Figura 7. Figura 8. Figura 9. Figura 10. Figura 11. Figura 12. Modelo explicativo Cultura-Identidad, basado en el Enfoque de Personalidad y Estructura Social. (Adaptado de Côté y Levine, 2002). Modalidades de combinación de datos. Adaptado de Creswell y Plano-Clark (2007:7) Tipos de diseños combinados, características y notación convencional. Elaboración propia, basada en Creswell y PlanoClark (2007) Presentación gráfica convencional de un diseño Combinado Secuencial Explicativo, basada en Creswell y Plano-Clark (2007). Intercorrelaciones entre los componentes del CEI. En el panel ‘a’ se muestran las que resultaron significativas entre los 6; en el ‘b’ sólo aquellas resultantes al controlar ‘Compromiso’. Relaciones entre elementos del modelo ‘Concepto-Indicador’ en la Teoría Fundamentada. Diagrama de relaciones conceptuales entre los elementos del Paradigma de Codificación de Strauss y Corbin (1998). Las flechas dan la idea de relaciones de proceso. Diagrama de ensayo de organización conceptual de códigos iniciales. Resultados de la Codificación Axial y Selectiva Versión traducida del ISI-3 empleada en la fase cuantitativa del estudio. Versión traducida del EIPQ empleada en la fase cuantitativa del estudio. Escala de Deseabilidad Social de Cosetino y Castro (2008) 23 43 46 49 59 86 89 97 103 136 140 144 xii Resumen La formación de la identidad representa, en las condiciones de la sociedad actual, una tarea que impone gran presión a los individuos, sobre todo al enfrentar situaciones de transición. Los jóvenes que ingresan a las instituciones de educación superior enfrentan un proceso del que tiene que resultar su auto-definición en distintos planos: social, personal e individual, que deben resolver en condiciones de gran incertidumbre. Las ciencias sociales tienen el encargo de aportar conocimiento que permita explicar las distintas manifestaciones de ese complejo proceso que posee múltiples aristas. Desde la Psicología Social, importa conocer la forma en que los factores de la estructura social y los de la subjetividad individual se articulan para producir la auto-definición. En este trabajo se reporta una investigación cuyo propósito fue estudiar el ajuste socio-psicológico de jóvenes universitarios de segundo año. Se llevó a cabo mediante una variante de Estrategia de investigación Combinada o Mixta –un diseño de dos fases llamado Diseño Combinado Secuencial Explicativo- en el que los datos cualitativos permitieron ampliar los hallazgos cuantitativos. Su fase cuantitativa, desarrollada con una muestra de 308 estudiantes de 5 universidades, se basó en el Paradigma de los Estilos de Identidad (PEI), y produjo una primera versión del Cuestionario de Compromiso y Estilo de Identidad para medir dimensiones de la auto-definición personal e individual. El Análisis Factorial Exploratorio arrojó una estructura de 6 componentes que reprodujo y amplió la del modelo original del PEI. En la fase cualitativa de la investigación se emplearon procedimientos de Teoría Fundamentada para el análisis de las narrativas de adaptación a la universidad aportadas por una sub-muestra de 26 de los participantes iniciales, que permitió comparar estudiantes de Alto, Medio y Bajo Compromiso. El análisis arrojó un ordenamiento conceptual de los factores involucrados y la comparación evidenció el carácter del compromiso con el que los participantes resuelven sus decisiones para ingresar y permanecer en sus estudios, y también que sus Acciones Estratégicas estuvieron asociadas a sus Estilos de Identidad. Se discuten las relaciones entre Estilo de Identidad y el heurístico Capital de Identidad para vincular las dimensiones psicológica y sociológica en el desarrollo de la identidad. Los resultados de la investigación amplían el respaldo con el que cuenta el PEI en la literatura internacional, extendiendo su aplicación con estudiantes mexicanos, y permitiendo concluir que el constructo Estilo de Identidad representa una aproximación relevante para el estudio de la auto-definición personal y social en estudiantes universitarios. Se hacen apuntes sobre la relevancia de este tipo de información para mejorar los programas institucionales dirigidos a apoyar la educación de los jóvenes. PALABRAS CLAVE: Identidad, Estilo de Identidad, estudiantes universitarios, Teoría Fundamentada, Psicología Social. xiii Abstract Identity formation represents, in current societies, a task imposing a great deal of pressure to individuals, mainly when they face transition situations. Young people who enter higher-education institutions face a process from which their self-definition results in different levels: social, personal, and individual, and they have to solve them in conditions of great uncertainty. Social Sciences are aimed to provide the knowledge explaining the different expressions of that multi-edged complex process. From the perspective of Social Psychology, it is important to know the ways in which socio-structural and individualsubjectivity factors articulate to produce self-definition. This paper reports an investigation aimed at studying the socio-psychological adjustment of second-year young undergraduates. The study was carried out using a variant of a Mixed Method Research Strategy – a two-phase design called Explanatory Sequential Design- in which qualitative data allowed to build on quantitative findings. Its quantitative phase, conducted with a sample of 308 students from 5 institutions, was based on the Identity Styles Paradigm (ISP) and it produced a first version of the Compromise and Identity Style Questionnaire to measure personal and individual self-definition dimensions. The Exploratory Factor Analysis identified a six-component structure reproducing and expanding the original fourdimension ISP model. The qualitative phase of the investigation using Grounded Theory procedures to analyze the narratives of adaptation to university, from a sub-sample of 26 students from the initial pool of participants, allowed comparing students with High, Medium, and Low Compromise. The analysis produced a conceptual ordering of the involved factors and the comparison showed the kind of Compromise involved in the students decisions to enter and remain in their studies, and also that their Strategic Actions were associated to their Identity Styles. The connections among Identity Style and the Identity Capital heuristic to link psychological and sociological dimensions of the identity development are discussed. The research results broaden the support for the ISP found in the international literature allowing for its application to Mexican students, also allowing the conclusion that the Identity Style construct represents a relevant approach for the study of the different levels of identity in undergraduate students. Some comments about the relevance of this kind of information to enhance the institutional programs aimed to support their students are pointed out. KEY WORDS: Identity Style, Mixed Methods Designs, Grounded Theory, Social Psychology, undergraduate students. 1 Introducción Desde mediados del siglo XX se presentó un gran interés en las Ciencias Sociales por el análisis de los procesos mediante los que el individuo hace frente y se adapta a las demandas de su entorno para lograr su auto definición. Las ideas de Erik Erikson, en la frontera disciplinaria de la sociología y la psicología, fueron la semilla con la que inicia el interés por la explicación de tales procesos. Erikson es reconocido trans-disciplinariamente porque dio pie a la consideración sistemática de los procesos involucrados en la dinámica de la identidad y porque sus ideas destacan la compleja articulación entre los factores de la estructura socio cultural y los factores del individuo en la formación y desarrollo de la misma. De hecho, aunque el término identidad haya sido empleado por otros autores, a él se debe la introducción y aceptación del mismo en el discurso de las ciencias sociales como categoría analítica. Luego vendría la adopción del mismo en el lenguaje común y su diversificación como categoría de la práctica para referir los esfuerzos del individuo y los grupos para destacar su singularidad, incorporando tanto los aspectos de reafirmación de las semejanzas como de las diferencias. En tanto categoría analítica, la identidad se adoptó centralmente en disciplinas como la antropología, la sociología, la ciencia política, y la psicología, y también de manera menos intensa en la economía, la historia, la geografía y otras disciplinas de las humanidades como la lingüística y la educación. Esta diversificación ha producido una gran cantidad de significados particulares, matizados por el énfasis disciplinario, y ha hecho que la categoría pierda fuerza analítica desde la perspectiva de muchos. Para otros en cambio, la riqueza semántica de la categoría la hace pertenecer al conjunto de herramientas conceptuales necesario en el análisis de la realidad social, requiriéndose de una gran disciplina para su utilización y del empleo de modelos conceptuales relacionales que la reconozcan como metáfora imprescindible para articular los factores que Erikson visualizó como inseparables para la explicación de la realidad social: el individuo y su entorno. En gran medida, el interés de Erikson por la identidad surgió por sus observaciones de las condiciones sociales en las que ésta se desarrolla, particularmente en la sociedad post industrial norteamericana. Para él y otros autores de su generación y posteriores, las exigencias impuestas por este orden socio económico hacen que la formación y negociación de identidades situadas sea un proceso arduo para los individuos. La extensión y globalización de este modo de organización social, y por consiguiente la correspondiente extensión de la problemática identitaria por él generada, ha producido una gran cantidad de trabajos tendientes a explicar estos efectos. Desde la perspectiva de la psicología social, particularmente la de orientación sociológica que informa nuestro trabajo, se ha venido desarrollando un enfoque para el 2 estudio de la formación de la identidad que permite establecer puentes conceptuales entre las distintas disciplinas interesadas en ésta. En este documento reportamos una investigación acerca de la formación de la identidad personal en una población que vive de manera particularmente intensa la problemática de la auto definición: los jóvenes que ingresan a sus estudios universitarios. El aspecto de interés es la formación de la identidad personal, nivel de la identidad en el que se articulan los factores del individuo y del entorno. Esta investigación la llevamos a cabo empleando un enfoque metodológico que permitió incorporar dos lógicas que tradicionalmente han sido contrapuestas, pero que de acuerdo con la tendencia actual incorpora las virtudes de ambas y supera sus limitaciones en lo individual: los diseños combinados o mixtos. El tema que nos propusimos explorar fue el de las estrategias empleadas por los jóvenes estudiantes para adaptarse a la vida en la universidad. Ese momento representa una época de definiciones de la identidad personal, en las que se involucran principalmente vivencias como ciudadano ante las instituciones; como estudiante de nivel superior ante una o varias disciplinas y ante un gremio; y como individuo autónomo ante sus pares. La idea que subyace nuestra elección del tema parte de nuestra formación disciplinaria, que le otorga a la acción de los individuos la máxima importancia como núcleo articulador en la explicación de su comportamiento, así como de las complejas interacciones con los determinantes de su entorno. Estamos conscientes de que lo reportado en este documento representa una exploración inicial del tema, toda vez que los constructos empleados provienen de una tradición de investigación de la que no encontramos antecedentes en nuestro país. Por ello, las conclusiones son tentativas e invitan a continuar explotando el área. Los productos de esta investigación servirán para fortalecer los esfuerzos de orientación y tutoría académica, necesarios entre los jóvenes que ingresan a las instituciones de educación superior; constituyen una línea de trabajo que desde nuestra perspectiva debe complementar los estudios de trayectorias escolares que se llevan a cabo en estas instituciones. Nuestro trabajo investigativo se plasma en los siguientes apartados. En el capítulo 1, denominado Antecedentes, hacemos el esfuerzo por ubicar nuestro tema de interés, así como las circunstancias que identificamos como contexto del mismo. El capítulo 2 presenta una revisión de los conceptos que nos permitieron un acercamiento a nuestro tema desde la perspectiva de la formación de la identidad, identificando dos modelos conceptuales surgidos en la interfase disciplinaria de la psicología y la sociología. El capítulo 3 hace una presentación del enfoque metodológico de los diseños combinados. Se discuten sus fundamentos y una de las clasificaciones vigentes, así como las ventajas y perspectivas de su aplicación como alternativa a la tradicional dicotomía 3 entre lo cuantitativo y lo cualitativo. En la segunda parte del capítulo presentamos el diseño secuencial explicativo empleado en la investigación y en dicho marco se enuncian las preguntas de investigación y los objetivos por fase. En el capítulo 4 se presenta el reporte de la primera fase del diseño combinado secuencial explicativo empleado en nuestra investigación. Esta primera fase consistió en un estudio de corte cuantitativo cuyo propósito fue poner a prueba la traducción de un cuestionario para la medición del constructo de Estilos de Identidad, junto al de Compromiso. El reporte describe los procedimientos, resultados y conclusiones derivados del análisis de la estructura del cuestionario, presentando como producto principal, la primera versión del Cuestionario de Compromiso y Estilos de Identidad obtenida con una muestra de 308 estudiantes universitarios de segundo año. La variante del diseño secuencial explicativo que empleamos implica una fase de conexión destinada a la selección de una sub-muestra de la empleada en la primera fase, con el propósito de realizar la segunda etapa del diseño. En el capítulo 5 se presentan los procedimientos empleados en la selección de la sub-muestra, para que la conexión cumpliera con los requisitos metodológicos recomendados. El capítulo 6 constituye el reporte de la fase cualitativa de la investigación. De acuerdo con la lógica del diseño secuencial explicativo, los resultados de esta fase permiten explicar con mayor amplitud los resultados de la fase cuantitativa. Se describe la metodología denominada Teoría Fundamentada, que se empleó para generar teoría sustantiva a partir de las narrativas de los estudiantes, misma que ayudó a entender las diferencias entre grupos de éstos que mostraron distinto grado de compromiso y estilos de identidad en los resultados de la fase cuantitativa. En el capítulo 7 se incluyen la discusión, las conclusiones y las perspectivas de trabajo en el área. Se hace un esfuerzo para vincular los resultados de nuestra investigación con su utilidad potencial en el marco de los programas de mejoramiento de la calidad de la educación en las IES, particularmente los programas de tutoría académica y los de orientación educativa, señalando posibles rumbos futuros de esta línea de investigación en nuestro país. El documento contiene las referencias empleadas en la investigación, así como anexos en los que se incluyen los instrumentos aplicados en la fase cuantitativa, datos para caracterizar la muestra empleada en el estudio cualitativo, y un glosario de terminología propia del enfoque metodológico de la Teoría Fundamentada empleado en el capítulo 6. 4 Capítulo 1. La transición a la universidad en la actualidad. La investigación reportada en este documento consistió en la exploración de las estrategias usadas por los jóvenes que ingresan a la universidad para enfrentar las presiones y demandas del medio institucional durante esa transición. En el momento en que se hallan, los jóvenes que optaron por ingresar a realizar estudios universitarios se enfrentan a una transición importante. Al hacerlo se encuentran con distintas demandas de integración, a las que tiene que adaptarse en el espacio institucional. Cada joven vive dicha transición de forma diferente, en función de sus expectativas, sus antecedentes, sus recursos y posibilidades. Sus visiones de futuro representan un factor modulador importante en dicha experiencia. En las IES podemos identificar tres tipos de factores que le demandan al joven esfuerzos estratégicos de integración. Por una parte, los relacionados con el orden institucional como espacio de relaciones reguladas, su estructura y su organización, sus dimensiones, sus normas y disposiciones. En otro nivel, debe procurar su integración a la carrera elegida –o asignada-, a su currículo, rutinas e identidad profesional. Y también debe integrarse socialmente, lo que se refiere a los distintos tipos de relaciones con los actores que participan en dicho campo o arena (Kaufman y Feldman, 2004), funcionarios, profesores, estudiantes, y trabajadores. La forma o estrategia (Roe, 2005) con la que cada estudiante responde a estos tres tipos de demandas irá configurando su trayectoria por la institución e irá conformando y reconfigurando su identidad como individuo, como estudiante, y como ciudadano. Al ingresar a la universidad son muchas las expectativas que se generan como consecuencia de un proyecto personal, pero también de un proceso de socialización primaria y secundaria que ha logrado instalar supuestos y un sentido del deber ser, sobre lo que significa el tránsito por la universidad y la concreción con éxito de la carrera, así como también acerca del sentido de la educación en el marco local, nacional y mundial. Decíamos antes que en el proceso de contacto de los jóvenes con la institución, estos están expuestos al menos a tres tipos de demandas de integración. Integración académico-disciplinaria. Implica incorporar y asimilar los conocimientos, habilidades y valores propios del currículo de la disciplina/profesión, a través de distintas prácticas escolares que se desarrollan en aulas, laboratorios y talleres, en contacto con los profesores y los materiales de estudio característicos de la carrera, y que tienen como propósito formar la identidad profesional del estudiante. Identidad que lo legitimará ante la sociedad como un profesionista. Según Pinto (en Langa, 2005) se expresa en cuatro aspectos: 1) Disposicional, que incluye tanto habilidades específicas, como preferencias propias de la disciplina. 2) Distributivo, que incluye criterios de valoración de lo real, lo posible y lo imposible propio de la disciplina. 3) Económico, que incluye el conocimiento práctico para saber actuar en el campo de aplicación de la disciplina 5 4) Categorial, que incluye el código de ética de la disciplina. El producto de esta integración se manifiesta cuando el estudiante adquiere la conciencia de los límites y contenidos de su disciplina y empieza a reconocer y utilizar su lenguaje especializado, sus modalidades de argumentación y su estilo intelectual característicos. De acuerdo con De Garay (2004, 2005) esta integración llega a adquirir tal fuerza expresiva que no sólo es posible distinguir la carrera en que está inscrito el joven universitario por los juegos de lenguaje que ha aprendido y utiliza, sino por los valores estéticos de vestido y apariencia física. Integración Institucional. Involucra el descubrimiento y asimilación de información, tanto tácita como explícita, y las rutinas que rigen el funcionamiento de la institución. Esto significa el aprendizaje y el dominio de las formas de organización, las normas, reglas y cultura en la que participan los jóvenes universitarios de determinada institución, y que difieren de otras instituciones. El producto de esta integración se manifiesta cuando el estudiante ajusta sus modos de actuar a las disposiciones y reglamentos de la institución, cuando hace uso de los distintos servicios que la misma pone a su disposición, y cuando se involucra libremente en procesos de toma de decisiones en el espacio institucional propio de su carrera o a nivel global en la institución. Desde la óptica de la teoría de las organizaciones (Myers y Oetzel, 2003, en Creswell y Plano-Clark, 2007) esta integración ocurre en un proceso de tres etapas en el que se presenta un interjuego entre acciones de la organización para orientar y moldear a los individuos hasta convertirlos en miembros productivos de la misma, y esfuerzos del individuo por incorporarse a la vida institucional, interacción que no necesariamente culmina en una integración exitosa. Myers y Oetzel a este proceso lo denominan aculturación, que junto con el grado de involucramiento con la organización y la adaptación o negociación de rol representan aspectos cruciales de la integración. Integración Social. Involucra las interacciones con los compañeros de carrera, con los de su cohorte generacional así como los de otras, y con otros de otras licenciaturas. Estas interacciones suceden, ya sea con individuos o a través de grupos conformados de manera espontánea e iniciativa propia, o en grupos conformados institucionalmente (deportivos, artísticos, sociedades de alumnos, etc.). El producto de esta integración se manifiesta cuando el joven establece y mantiene contacto más o menos continuo con dicho(s) individuo(s) o grupo(s) durante el ciclo escolar, incluso si lo hacer fuera de los límites físicos de la institución. Para Myers y Oetzel los aspectos de familiaridad con los individuos al interior de la organización, el reconocimiento logrado ante ellos, y la competencia en el desempeño del rol son cruciales en este tipo de integración. Las interacciones entre estas tres modalidades marcan las distintas trayectorias de los jóvenes durante su experiencia universitaria. Se parte del supuesto de que cada individuo en función de sus expectativas y en distintos momentos de su formación realiza una ponderación –no necesariamente como cálculo racional- de estos tres tipos de demandas, de manera que sus esfuerzos estratégicos para responder a ellas van variando a lo largo de su trayectoria. Entonces su visión de futuro y su plan de vida son las dimensiones analíticas fundamentales en los discursos que los jóvenes refieren sobre sí. 6 Explorar esos procesos desde el punto de vista del propio individuo es la perspectiva que anima este trabajo. No se trata de un estudio sobre los jóvenes para intentar dar cuenta de su cosmovisión. Tampoco se trata de una investigación sobre indicadores del desempeño estudiantil en la universidad. Se trata de una aproximación psicosocial interpretativa de la experiencia que viven los miembros de una generación de individuos en su proceso de incorporación a una institución que socialmente se encarga de legitimar el ingreso calificado al mercado laboral. De acuerdo con Kaufman y Feldman (2004), el estudio de esta problemática ha estado dominado por enfoques que se ubican dentro del paradigma psicológico y de desarrollo individual, especialmente en el tema de cómo es afectada la identidad de los estudiantes por la experiencia universitaria. De allí que los temas que sobresalen en la literatura tengan que ver con cómo va progresando el estatus de identidad a medida que progresa la experiencia; el desarrollo del ego; cambios en la auto-estima y el auto-concepto; y el valor adjudicado a sí mismo, en lo académico y en lo social. Una revisión importante al respecto de los aportes de esas líneas de investigación se halla en Pascarella y Teranzini (1991). 1.1. Los jóvenes en las instituciones de Educación Superior (IES). El estudio de la población de jóvenes que se forman en las IES debiese constituir en México una práctica común, como lo es en muchas universidades de países desarrollados. El conocimiento no sólo de sus aspectos demográficos y socioeconómicos, sino de sus creencias, valores, conductas sociales, de sus visiones y discursos sobre la propia realidad social e institucional, aportaría elementos valiosos para entender con mayor profundidad la experiencia de transición en la que están inmersos. Los datos sobre evolución de la matrícula muestran que el fenómeno de la expansión del ingreso a la educación superior que inició desde la década de 1970, aunque ha favorecido la diversificación demográfica de los ingresantes, ha depositado en las aulas universitarias principalmente a jóvenes que provienen de familias ubicadas en los estratos medios urbanos de la sociedad (Muñoz, 1980; Bartolucci, 1994). Este fenómeno no sólo es propio de nuestro país (ver Côté, 2002; Langa, 2005, 2006; Nunes y Manuel, 2008), y parece identificable en distintos países occidentales a partir de la década de 1950. En tal contexto de crecimiento de la matrícula en las IES, que como se dijo no es exclusivo de nuestra sociedad, se observa también que dicha masificación es un fenómeno manifiesto sólo en el ingreso, que no se extiende a la permanencia o al egreso, pues a la explosión en el ingreso la acompaña una baja general en las cifras correspondientes a la eficiencia terminal (Bartolucci, 1994). En esa realidad se observa la presencia de obstáculos de índole político y social que marcan el desequilibrio y las desigualdades que existen en la sociedad para dar acceso a nuevas generaciones al mercado de trabajo. Sin embargo, la variedad y heterogeneidad también es una marca de las generaciones de actuales universitarios (Cabral, 2006; De Garay, 2004, 2005; Langa, 2005, 2006). Los jóvenes estudiantes reportan distintos objetivos, grados de compromiso, recursos y discursos para referir la experiencia de ser estudiante. Se investigan las diferencias en el marco de la individualidad y ese es un nivel de la información. También se realizan 7 estudios que se plantean la identificación de aspectos comunes en las experiencias vividas por los jóvenes en su incursión en las IES, no sólo en la dimensión de la individualidad. En la literatura encontramos reportes de estudios que concluyen que es posible identificar comunalidades entre la diversidad, que muestran distintas trayectorias en sectores de la población estudiantil. Por ejemplo Kaufman y Feldman (2004) documentan un estudio en el que identifican la influencia del ambiente universitario sobre la formación de la Identidad Personal, y reportan influencias tanto positivas como negativas del ambiente sobre la identidad relacionada con inteligencia y desarrollo del conocimiento; sobre la identidad relacionada con la ocupación, y sobre el grado de cosmopolitismo. Sin ser exhaustivos, en México hay reportes sobre distintas tipologías creadas a partir de las estrategias de involucramiento académico, combinadas con el involucramiento sociocultural de los jóvenes, unas obtenidas mediante estudios cuantitativos, y otras con estudios que utilizaron estrategias combinadas. De Garay (2004, 2005), mediante un enfoque sociológico-antropológico identificó siete perfiles en las trayectorias de jóvenes universitarios mexicanos, a partir de combinar dos índices de integración a la institución. Reporta que el perfil más frecuente es el de estudiantes integrados en el sistema sociocultural y medianamente integrados en el sistema académico. Cabral y otros (2006) mediante un estudio psicológico descriptivo identifican 10 factores distintos para explicar el desarrollo de la identidad de los estudiantes de licenciatura, reportando que no se hallaron diferencias significativas en los perfiles de identidad entre estudiantes de distintas áreas académicas. Concluyen que la identidad no es unilateral, que se construye en múltiples dimensiones según la práctica social de los individuos, dentro del ambiente institucional universitario. Chaín, Jacome y Martínez (2001) con una propuesta metodológica para el estudio de trayectorias académicas universitarias llevaron a cabo un seguimiento puntual de una generación de estudiantes. El seguimiento llevado a cabo sistemáticamente mediante un análisis estadístico computarizado les permitió concluir que con cuatro elementos se puede describir y predecir –con alto grado de precisión- el tránsito de los jóvenes por la institución; identificaron que la continuidad, la aprobación, la eficiencia, y el rendimiento son los cuatro indicadores críticos para una predicción exitosa de la trayectoria durante los estudios de licenciatura. Con estos indicadores construyen una tipología de las trayectorias escolares; dicha metodología es propuesta como modelo para este tipo de estudios en las IES mexicanas. Por otra parte, Delia Langa (2005, 2006), con un enfoque sociológico, llevó a cabo un estudio en el que se propuso identificar el papel que juegan los antecedentes de clase sobre la adaptación a la carrera de estudiantes españoles. Concluyó que junto con el capital cultural y económico, factores tales como el sexo, la edad, el estatus de dependencia de los padres, las condiciones materiales de vida y otros factores del contexto deben ser considerados en la caracterización de los jóvenes, tanto en lo referido a su condición de ser estudiante, como en sus involucramiento sociocultural. En el contexto universitario anglosajón, un enfoque para el estudio de estos procesos de integración se lleva a cabo desde la perspectiva del desarrollo de la identidad. En una sección posterior se profundizará en esta perspectiva, aquí basta apuntar que dicho enfoque 8 surge de la interfase disciplinaria entre la sociología y la psicología social de orientación sociológica. La semilla de este enfoque son los escritos de Erik Erikson en la década de 1950, que tuvieron un fuerte impacto en ambas disciplinas, provocando el desarrollo de formulaciones teóricas interesadas en extender y expandir sus ideas (Schwartz, 2001) para ponerlas bajo la lupa del análisis científico. Esta literatura nos permite entender que si bien se produce información sobre los jóvenes que ingresan a las IES, para la comprensión completa de los procesos que se presentan en dicho espacio es preciso plantear estudios que capten otros ángulos o dimensiones de los fenómenos. A continuación se presenta un breve acercamiento a las investigaciones que tienen como objeto de estudio a los jóvenes, que muestra algunas de las dimensiones de interés por los investigadores, así como la diversidad metodológica con la que se abordan. 1.2. El estudio de los jóvenes. La juventud es una categoría construida culturalmente y en ese sentido el análisis de las conductas juveniles estará mediado por el contexto socio histórico y por las relaciones de dominación presentes en cada sociedad (Bianco y Galetto, 2007). Para el estudio de los jóvenes se han formulado distintos discursos académicos (Alpízar y Bernal, 2003); en ellos se observan los matices valorativos de quienes los sustentan; las autoras nos advierten que tales discursos se cruzan, se complementan y se contradicen unos a otros y que las contradicciones y afinidades que surgen se ven reflejadas también en las formas en que las personas jóvenes concretas construyen su propia definición y vivencia de lo juvenil. Todos estos discursos institucionales compiten de diversas formas entre sí por establecer su hegemonía en la definición del „deber ser‟ o en la explicación de la juventud. A este respecto, Bianco y Galetto (2007) destacan que no es posible seguir estudiando a los jóvenes desde perspectivas teóricas deterministas o desde la simple cronología, pues es preciso hacerlo mediante un análisis que comprenda la ubicación temporal, espacial e histórica específicas. Esta situacionalidad permite comprender el fenómeno de la juventud desde sus propias categorías de construcción, a partir de sus propias modas y anhelos, desde sus propios intereses y desilusiones, que se transforman con el correr de los tiempos y que serán base para un proyecto nuevo, que está en creación y que se diferencia totalmente de otros anteriores. Dávila (2004) señala que en tanto objeto de indagación disciplinaria, a la psicología se le ha encomendado el estudio de la adolescencia, teniendo como objetivo la descripción y explicación de los procesos individuales de cambio y transformación, en tanto individuo. A las ciencias sociales como la Sociología, la Antropología Cultural y Social, a la Historia, e incluso a la Educación y a las Humanidades se les encomienda el concepto de juventud, por lo que se interesan en los procesos y condiciones sociales en las que se presenta la formación de la identidad personal, generacional y social. Côté y Levine (2002) hacen un análisis crítico de ambas perspectivas, destacando las ventajas de un análisis integrador que proponen surge desde la psicología social de orientación sociológica. En la tradición de las Ciencias Sociales, Margulis y Urresti (2008) se refieren a la condición de ser joven en la actualidad, destacando que hay un mosaico variado de maneras 9 de serlo en el marco de la intensa heterogeneidad que se observa en el plano económico, social y cultural. Afirman que no es posible aceptar la existencia de una única juventud, ya que en la ciudad moderna las juventudes son múltiples, variando en relación con características de clase, el lugar donde viven, y la generación a la que pertenecen; además, la diversidad, el pluralismo, el estallido cultural de los últimos años se manifiesta distintivamente entre éstos, pues con independencia de clase social y género los jóvenes son los jóvenes, y viven su juventud de maneras distintas a partir de la generación a la que les tocó pertenecer. Como sector, los jóvenes ofrecen un panorama sumamente variado y móvil que abarca sus comportamientos, referencias identitarias, lenguajes y formas de sociabilidad. En esta sociedad en la que los íconos de la modernidad son desplazados y se presenta la individualización en todos los órdenes sociales (Beck y Beck-Grensheim, 2003), la juventud se presenta como el período en que se posterga la asunción plena de responsabilidades económicas y familiares, representando una característica reservada para aquellos sectores sociales con mayores posibilidades económicas. Esta sería la juventud paradigmática actual, la que se representa con una profusión de símbolos en el plano de los medios masivos de comunicación: deportiva, alegre, despreocupada, bella, la que viste las ropas de moda, vive romances y sufre decepciones amorosas, pero que se mantiene ajena hasta su pleno ingreso a las responsabilidades de la vida, a las exigencias, carencias y conflictos relativos a la economía, el trabajo y la familia. En su tipología de jóvenes universitarios Langa (2005) los llama „autocomplacientes‟, diferenciándolos de los estudiantes con „conciencia de culpa‟. No obstante esta visión actualizada, es un hecho que la prefiguración del fenómeno juvenil se dio a partir de los siglos XVIII Y XIX, y es para entrar en la segunda mitad del siglo XX cuando comienza a ser identificada como capa social que goza de ciertos privilegios, de un período de permisividad que media entre la madurez biológica y la madurez social. Como se dijo, esta „moratoria‟ representa el privilegio de ciertos jóvenes, aquellos que pertenecen a sectores sociales relativamente acomodados, que pueden dedicar un período de tiempo –cada vez más prolongado- al estudio, postergando respuestas a exigencias vinculadas con un ingreso pleno a la madurez social: formar un hogar, trabajar, tener hijos. En cambio, para otros, dicho período no representa el momento de optar por caminos distintos al de su incorporación al mercado laboral. Utilizando el concepto de Giddens, en la Alta Modernidad, el sector juvenil sobre todo en los países periféricos, parece sufrir de manera particularmente radical esa tensión entre individuación, libertad y autonomía del sujeto –por una parte-, y la disolución de esa individualidad en la complejidad y transformación constante que sufre la vida social en este momento histórico, por la otra (Revilla, 2003). En relación con la investigación que en México se ha realizado sobre los jóvenes, Maritza Urteaga (en Reguillo, 2000) destaca que pueden reconocerse dos períodos o tipos de conocimientos, uno durante la primera mitad de los años ochentas en el que prevaleció un enfoque descriptivo, y otro a partir de la segunda mitad de esa década en la que surgió un enfoque constructivista relacional, orientado a la reflexión crítica no sólo sobre el objeto de estudio, sino abarcando la subjetividad del investigador y sus decisiones sobre las categorías y los métodos de estudio. 10 En otro contexto, una línea de investigación de base sociológica (Bartolucci, 1994) y otras desarrolladas por Chaín (1995), y por Díaz (1994), representaron precedentes importantes en la preocupación por obtener conocimientos relativos al sector de los jóvenes universitarios. De Garay (2004) comenta que no obstante su importancia, el enfoque de estos estudios carece de una perspectiva analítica que trate a los sujetos de investigación como actores sociales, pues su principal preocupación es caracterizarlos como estudiantes, principalmente en términos de sus perfiles socioeconómicos. 1.3. La integración de los jóvenes a las IES. Por integración estamos entendiendo un proceso que consiste en descubrir y asimilar en el contacto con la institución y en las rutinas de las prácticas escolares, conocimientos tácitos, normas y valores que permiten a los jóvenes estudiantes descifrar la enseñanza superior, apropiándose de ella (De Garay, 2004, 2005). Se trata de explorar sus expectativas y visión de futuro, las diversas estrategias que lleva a cabo para ir logrando incorporarse a la vida institucional, su forma de percibir y explicarse las distintas demandas a las que se enfrenta, el tono emocional con el que las enfoca, y las acciones específicas que realiza cotidianamente para lograrlo. Lo que se busca identificar es la manera en que se representan la tarea de estudiar (identidad como estudiantes), las acciones y estrategias que lleva a cabo (roles asumidos) para convertirse en profesional, y sus atribuciones de éxito y fracaso en dicha empresa. Otra de las vetas para el análisis de los procesos involucrados en esta transición son las teorías del capital cultural, del habitus y del campo (Bourdieu y Wacqant, 2005), que permiten analizar las relaciones existentes entre la acción práctica de los individuos y las determinaciones estructurales de su ambiente, dándonos la oportunidad de explicar las resultantes. De manera muy básica, los jóvenes enfrentan la transición con un capital cultural incorporado y objetivado, derivado de sus logros y el de sus familias; con habitus escolar y social desarrollados durante su historia en el sistema escolarizado; con un Illusio que les motiva a participar en los juegos del campo institucional de la educación superior a fin de ampliar su capital cultural e incorporarse al mercado de trabajo. En el campo de las IES, se enfrenta a procesos de reproducción de las desigualdades, lo que debe enfrentar con la finalidad de alcanzar estratégicamente sus aspiraciones. En esta interacción dinámica es donde se manifiesta la subjetividad que nos interesa capturar y explorar, tratando de identificar y comprender sus particularidades. Si bien se reconocen los aportes de la teorización de la sociología crítica de Bourdieu para comprender los intercambios sociales en las IES (Ver, Sánchez, 2007), en nuestro trabajo no se retoma su línea analítica por razones que se expondrán más adelante, pero que tienen que ver con la limitación del concepto de Capital Cultural en comparación con el de Capital de Identidad (Côte, 1996, 1997, Côté y Levine, 2002). Entonces, el estudio de las trayectorias de los estudiantes en la universidad puede ser abordado desde distintas perspectivas, cada una desde una racionalidad diferente; el interés de este estudio parte de la consideración de que la trayectoria es una estructura de opciones (una red de posibilidades) a partir de las interacciones entre procesos institucionales y 11 procesos relacionados con los individuos, que se interesa por comprender a los sujetos, sus acciones, su visión del mundo, sus preferencias y aspiraciones. Esta visión difiere de otras en las que se considera a la trayectoria como una variable dependiente, como “comportamiento homogéneo, resultado de la interiorización elaborada por los individuos que están expuestos a las mismas normas sociales” (Ortiz, 2003, p. 51). En la primera visión, la racionalidad estratégica de segundo orden, propia de perspectivas analíticas relacionales permite afirmar la imposibilidad de predicciones determinísticas sobre el tránsito de los jóvenes, dando margen al estudio de la experiencia individual de construcción de la identidad personal vinculada a la exterioridad institucional y contextual. Un enfoque de análisis sociológico como el que proponen Kaufman y Feldman (2004) permitiría complementar los análisis reduccionistas basados en el paradigma psicológico y de desarrollo al que Dannefer (1984, en Kaufman y Feldman, 2004) refiere como una tradición basada en la “falacia ontogenética”, y que es característica de los estudios tradicionales que se llevan a cabo tratando de entender las distintas trayectorias seguidas por los jóvenes en las IES. La práctica orientada por esta tradición, trata los fenómenos producidos socialmente como determinados por características del organismo individual, tendiendo a subestimar e incluso ignorar aquellas fuerzas del ambiente social. 1.4. El propósito de este trabajo. Se parte del supuesto de que el proceso de integración de los estudiantes a las IES se ubica en un período de múltiples transiciones que se articulan de manera compleja y desigual, y que además no se distribuyen de manera homogénea entre todo el estudiantado, pues lo que puede ser una asimilación rápida para unos, o algo más lenta para otros, muchos no pueden completarla. Muchos factores pueden incidir de manera diferencial y compleja, y algunos jóvenes incluso pueden atravesar procesos de desintegración en distintos momentos de su trayectoria merced de ajustes en ciclos institucionales, familiares, laborales y biográficos (De Garay, 2005). Para entender esta multidimensionalidad se requiere de un esquema analítico que permita identificarla en distintos planos o niveles. Se revisaron propuestas teóricas que ayudaron a explicarnos cómo, en el contacto con su entorno social el individuo va construyendo su identidad, y cómo tal proceso tiene un efecto sobre la integración a la vida institucional. En la revisión teórica se evidenció la discusión existente acerca de la formación de la identidad, analizando la polémica entre aquellas posturas que sostienen una noción individual y consolidada de la identidad del Yo (visión de la Modernidad), y aquellas otras que la niegan, considerando la identidad como efímera y relativa (visión posmoderna). Dicho contraste ayudó a procurar una visión conceptual integradora para el entendimiento de la situación existencial de los sujetos. Frente a la postura lapidaria del pensamiento posmoderno que niega la utilidad del concepto de identidad, se sostiene que es posible, sin caer en un enfoque esencialista, emplear el concepto bajo la óptica de que la identidad es una construcción intersubjetiva, que no existe una esencia interior de cada persona que sea posible conocer (ver C. Dubar, 2002; y también F. Dubet, 1989, para ampliar sobre esta diferenciación). Pero también que esto no implica la imposibilidad de que los individuos se 12 reconozcan en unos determinados relatos identitarios, en unos significantes y significados concretos. El hecho de que el Yo no sea más que una teoría cultural que sirve de base para que los individuos que la comparten se autodefinan significativamente, implica que en otros lugares o culturas existen otras teorías, y seguramente no existe ninguna cultura sin su propia teoría acerca del Yo (Revilla, 2003). Así, usando la forma expresiva de Jerome Bruner (1997), como científicos sociales nos interesa identificar, en la narrativa de los actores, las formas en que construyen su identidad, “ese sistema del Yo [como agencia y valoración de sí], …privado y cargado de afectos, que regula la aspiración, la confianza y el optimismo, y sus opuestos” (p. 54), pues “solamente en una modalidad narrativa puede uno construir una identidad y encontrar un lugar en la cultura propia” (p. 62). En ese sentido, nos interesa capturar los elementos subjetivos del proceso de contacto con la institución de los jóvenes universitarios, en el momento en que están inmersos en la importante transición, de la juventud a la adultez, de la escuela al mundo del trabajo, de la dependencia familiar a la autonomía y autodeterminación. Desde la perspectiva teórica, para aproximarnos a esa experiencia se utilizarán los conceptos que se ubican entre las disciplinas de la psicología y la sociología, y que buscan, en el nivel de las interacciones entre los individuos y los contextos, explicar los procesos de autodefinición o desarrollo de la identidad personal. Es esa riqueza y variabilidad en las biografías la que se busca explorar usando una perspectiva metodológica que combina el uso de datos cuantitativos y cualitativos mediante un diseño de investigación de métodos mixtos denominado Diseño Secuencial Explicativo. 1.5. Preguntas de investigación y objetivos En esta investigación nos planteamos un acercamiento a las formas en que los jóvenes experimentan y viven la experiencia de formación en la universidad durante su primer año. Consistió en explorar cómo los procesos involucrados en la formación de la identidad, particularmente los Compromisos asumidos por los estudiantes y sus Estilos de Identidad, se expresan e influyen sobre la articulación de sus estrategias adaptativas y de ajuste a las demandas del contexto en las IES. Esta exploración consistió, en una primera instancia, en el análisis de las respuestas de estudiantes universitarios de segundo año a un cuestionario formulado desde una teoría específica sobre la formación de la identidad; y en una segunda instancia, en formular una teoría substantiva sobre tal experiencia a partir de sus narrativas acerca de sus contactos con la universidad, mediante la aplicación de los procedimientos del enfoque de Teoría Fundamentada. En el marco de un diseño combinado secuencial explicativo, ambos tipos de indagación se realizaron con el propósito general de comprender sus experiencias de integración a la institución, su visión del mundo, su sistema de aspiraciones y preferencias, de manera que podamos responder las siguientes preguntas de investigación1: 1 En esta sección se formulan las preguntas de una forma general, en el capítulo 3 se presenta el marco metodológico y se especifican para cada fase del diseño utilizado. 13 ¿Cuáles son las estrategias y formas prácticas utilizadas por los jóvenes para incorporarse al contexto general de la institución, al contexto de su carrera, y a sus compañeros? ¿Cómo describen los jóvenes su compromiso con loss estudios universitarios? ¿Cómo describen los jóvenes su experiencia de integración a los distintos roles en la institución? ¿Cómo se relacionan sus preferencias cognitivas con dicha integración? ¿De qué manera se articulan los aspectos de la interioridad del yo con los de la exterioridad institucional y contextual en su proceso de integración? Los objetivos del trabajo fueron: 1. Llevar a cabo un estudio sobre las estrategias de adaptación de los jóvenes a los estudios universitarios mediante un Diseño Combinado Secuencial Explicativo que aportase datos cuantitativos y cualitativos para informar sobre tales experiencias. 2. Explorar la utilidad del Paradigma del Estilo de Identidad, y del Paradigma del Capital de Identidad, para la explicación integrada de los resultados cuantitativos y cualitativos del estudio. 3. Destacar la importancia de los diseños combinados para el estudio de las experiencias y estrategias de adaptación de los jóvenes universitarios a sus estudios. En el próximo capítulo presentamos los conceptos que nos permitieron la aproximación que nos planteamos. 14 Capítulo 2. El estudio de la identidad: condiciones de formación, niveles de análisis y hallazgos de investigación. 2.1. Formación de la Identidad desde la perspectiva de la Psicología Social de orientación Sociológica. Ya por terminarse la primera década del siglo XXI observamos los profundos cambios y transformaciones que se han producido en la vida económica, social, cultural y política, que han alterado, sin exagerar, todas las dimensiones de la actividad humana, desde las implicadas en la intimidad de la conciencia individual y las relaciones interindividuales, hasta las que suceden en la amplitud de las relaciones entre regiones del mundo que abarcan, por supuesto, las que operan a nivel de los distintos grupos, colectivos y organizaciones. Alta Modernidad y Posmodernismo son dos expresiones usadas en las Ciencias Sociales para referir discursivamente a la realidad social que empieza a configurarse a partir del orden resultante tras la finalización de la Segunda Guerra Mundial, y que desde las últimas décadas del siglo XX ha venido produciendo, como se dijo, cismas en los distintos ámbitos de la vida social. Las instituciones y estructuras intelectuales surgidas del pensamiento de la Modernidad sufren constantes desafíos para explicar los cambios en la sociedad actual, así como para ofrecer alternativas de solución a los múltiples problemas que los acompañan. El debate sobre la globalización económica remite necesariamente a ideas y temas derivados de la mundialización del libre mercado, el capital económico en expansión, el desarrollo científico-tecnológico acelerado, la sociedad de la información y las comunicaciones, pero también sobre los efectos de estos factores sobre la segmentación social, la inseguridad, el caos, y la progresiva desintegración del tejido social indispensable para cualquier intento de desarrollo. El discurso científico, particularmente el de las ciencias sociales, no ha estado exento de las presiones traídas por los cambios; si el pensamiento científico clásico de la Modernidad fue bastión para grandes avances del conocimiento, el pensamiento posmoderno ha llegado a cuestionar la certeza de sus contenidos. En los últimos tiempos, las ciencias sociales han experimentado fuertes presiones, que las han obligado, como en el caso de la Sociología, a reflexionar sobre sí mismas y su encargo social (Castañeda, 2004). Algunas de las presiones externas provienen del discurso de las ciencias naturales, otras desde el ámbito sociopolítico, aunque las hay también desde el interior, desde el propio discurso disciplinario: Desarrollos conceptuales que buscan explicaciones alternativas de las transformaciones de la sociedad actual. En esta época de relativismos, Wallerstein (2004) plantea una defensa de la ciencia como aventura humana, pero deja en claro que el científico está expuesto a intereses que limitan la pretendida objetividad clásica, y aunque la esperanza está puesta en el consenso de los especialistas como vía para la veracidad de los conocimientos, resta aún un esfuerzo sostenido de creación reflexiva, epistemológica y teórica, que unifique la percepción segmentada de la realidad que permea aún la ciencia „normal‟, que representa la visión heredada de la Modernidad. 15 El presidente de la Comisión Gulbenkian para la restauración de las Ciencias Sociales (Wallerstein, 2004) se refiere a un momento de crisis sistémica en las ciencias, particularmente en las sociales. Momento en el que la búsqueda de descripciones unificadas de la vida social es necesaria –aunque difícil de lograr- para superar las distinciones entre el discurso de las ciencias naturales, el de las humanidades y el propio de las ciencias sociales. Para Wallerstein el camino es la construcción de una nueva forma de pensamiento al que denomina Ciencia Social Histórica (Wallerstein, 2004:93). Basa su argumento en la convicción de que las categorías históricas de las ciencias sociales –que surgen con el pensamiento Europeo durante la Modernidad y que en la actualidad se hallan profundamente enraizadas en el inconsciente de los científicos- perdieron sentido, pues conllevan la visión de una realidad „partida‟ en esferas sociales que tienden a verse como independientes: lo económico, lo político y lo sociocultural. 2.2. El problema de las disciplinas y el lenguaje integrador. Cambios Paradigmáticos. Desde la perspectiva de González Casanova (2002) las circunstancias de la sociedad postindustrial han demandado un cambio paradigmático, tanto en la teoría como en la práctica, haciendo que los límites entre las disciplinas tradicionales sean desafiados por explicaciones que desbordan las normas de las versiones nomotéticas e idiográficas. En la dimensión teórica, el impulso externo preponderante lo aporta la reflexión desde las llamadas „ciencias de la complejidad‟ (Las ciencias naturales y la matemática, principalmente) que cuestionan las nociones deterministas y universalistas de la ciencia dura newtoniana. Desde las humanidades, el enfoque de los „estudios culturales‟ (Cultural turn) exige orientaciones no-esencialistas y relacionales para entender el funcionamiento social. Los propios desarrollos conceptuales al interior de las ciencias sociales nomotéticas (Economía, Ciencia Política y Sociología) –aunque todavía se está lejos de hablarse de una teoría unificada- representan esfuerzos en el sentido prefigurado por Wallerstein (2003, 2004) sobre la ciencia social histórica, porque, de acuerdo con su conclusión …‟pareciera que la Modernidad ya no es el presente, sino el pasado‟ (Wallerstein, 2004:28). Muchos de los fenómenos sociales que han impulsado esta revisión radical de los paradigmas tanto en el terreno de la teoría como de la praxis provienen de las iniciativas de grupos que antes de este surgimiento se hallaban marginalizados de alguna manera por los grupos hegemónicos que sostenían la tradición (Somers, 1994:607), lo que añade sabor y calor a la polémica. La „crisis de los paradigmas‟ es una denuncia universal que se refiere a la pérdida de vigencia de las grandes teorías abarcativas (funcionalismo estructural en EU; el marxismo y el neomarxismo en Europa; la teoría de la dependencia en Latinoamérica). En el campo de la Sociología, específicamente en la región de Latinoamérica, la falta de estas narrativas globales ha dejado a la disciplina sin una orientación, aunque desde la perspectiva de Portes (2004) ello representa una oportunidad para el avance de la misma, siempre que se logre erradicar el tradicional problema del conocimiento en la sociedad occidental: la reificación de las categorías disciplinarias. 16 2.2.1. El caso de la categoría de Identidad. Una forma de ilustrar los vientos de cambio en las disciplinas es analizando el estatus que tienen sus categorías analíticas. Para el caso me enfocaré en el concepto de Identidad, sus orígenes, las posibilidades explicativas que alcanzó al interior de las disciplinas durante el aliento de la Modernidad, y su situación actual con las dificultades impuestas por –usando la expresión de Giddens (2002)- las presiones de la Alta Modernidad. Además, se presenta un modelo integrador, denominado genéricamente Modelo Cultural de Identidad, que permite incorporar tanto la visión de lo individual como de lo colectivo de manera dialéctica en la conceptualización de la Identidad como producto y la identificación como acción deliberada del actor social: el individuo. El tema de la identidad se constituyó en uno de los aspectos unificadores en ciencias sociales durante la década de los noventas del siglo pasado y aún continúa como importante foco de interés para antropólogos, geógrafos, historiadores, politólogos, filósofos, psicólogos y, por supuesto, sociólogos (Jenkins, 2004). Ha estado bajo escrutinio científico desde hace ya más de 5 décadas, desde que Erik Erikson publicó Childhood and Society en 1950 (Schwartz, 2007). Para algunos teóricos (Giddens, 2002) la identidad del Yo es un proyecto distintivamente moderno, un intento del individuo por construir reflexivamente una narrativa personal que le permita comprenderse a sí mismo y tener control sobre su vida y futuro. De acuerdo con Giménez (1997, 2004) el concepto de identidad no puede verse separado de la noción de cultura, ya que las identidades sólo pueden formarse a partir de las diferentes culturas y subculturas a las que se pertenece o en las que se participa. Castells (2003) afirma que, tratándose de actores sociales, la Identidad es la construcción de sentido, atendiendo a uno o varios atributos culturales, priorizándolos del resto de atributos, que se construye por el individuo y representa su autodefinición. Para Colhoun, la fuente de sentido y experiencia para la gente se aglutina en el constructo de Identidad, y eso se presenta en todas las culturas conocidas, pues todas establecen una distinción entre el Yo y el Otro, “…el conocimiento de uno mismo –una construcción y no un descubrimientonunca es completamente separable de las exigencias de ser conocido por los otros de modos específicos” (Colhoun, 1994, citado por Castells, 2003:28). Desde el marco de la sociología (Jenkins, 2004) la Identidad es nuestra comprensión de quiénes somos y quiénes son los demás, y recíprocamente, la comprensión que los otros tienen de sí y de los demás, incluidos nosotros. Desde esta perspectiva, la Identidad es resultante de acuerdos y desacuerdos, es negociada y siempre cambiante. Al reflexionar sobre quiénes somos, la imaginación psicológica nos remonta hasta esa dimensión en la que nos enfrentamos a nosotros mismos, nuestro Yo, un sustrato biológico, familiar, educativo y social (de la Torre y Tejada, 2007), que llegamos a experimentar fenomenológicamente como una parte de nosotros mismos, como nuestra marca indeleble a través de momentos y circunstancias, y que trasciende nuestros pensamientos y sentimientos. Ya sea que se hable de Identidad del Yo (aspecto individual), o de Identidad Social (aspecto negociado con la colectividad) el concepto se utiliza en ciencias sociales siempre que hay necesidad de un puente conceptual entre los niveles de análisis individual y colectivo (Brewer, 2001:115). Bruebaker y Cooper (2000) señalan que el término 17 Identidad en Ciencias Sociales se ha utilizado de dos maneras: en un sentido „fuerte‟ – esencialismo- y en una versión „suave‟ -construccionismo1. Esta diferencia ha producido que su utilidad analítica se vea afectada, debido precisamente a la ambigüedad resultante. A veces “tiende a significar mucho, a veces muy poco, y a veces nada…El uso y abuso del concepto afecta no sólo el lenguaje del análisis social, sino que –inseparablemente- su sustancia…Sin importar qué tan sugestivo pueda resultar [el término Identidad], ni su indispensabilidad en ciertos contextos prácticos, es muy ambivalente entre sus significados duro y suave para resultar de utilidad a las demandas del análisis social (Bruebaker y Cooper, 2000:1). A conclusión similar llega John MacInnes (2004) cuando identifica que uno de los problemas para las ciencias sociales es dilucidar en primera instancia el hecho de que el concepto de identidad sea utilizado con significados contrastantes, a veces haciendo alusión a la singularidad, y a veces refiriendo lo compartido. En la filosofía analítica occidental, desde la antigua Grecia, el término ha sido utilizado para tratar el problema de lo que permanece dentro del cambio manifiesto, y la unidad dentro de la diversidad. En el continente americano, particularmente en los Estados Unidos, la introducción del término en los discursos académico y público se dio a partir de la segunda mitad de la década de los años cincuentas (Bruebaker y Cooper, 2000). A ello contribuyeron distintos factores, desde aspectos de la cultura individualista y el idioma, el clima de discusión política entre liberales y conservadores, y el trabajo académico impulsado por el Interaccionismo Simbólico en Sociología, interesado desde sus inicios en el estudio y la explicación del Yo. En la psicología fue el psicoanalista Erik Erikson uno de los primeros que se ocuparon analíticamente de su contenido –aunque fue Freud quien lo introdujo-, originando la llamada psicología del Yo, Erikson utilizó el término Identidad para referirse al sentido de continuidad psicológica en el tiempo y el espacio (Identidad del Ego) 2. Según la psicología del Yo, son dos los aspectos de interés. Por un lado los procesos mediante los que se configura el Yo (el Yo, propiamente), y el contenido de los esquemas que conforman el auto-concepto (el Mi) (Côté y Levine, 2002). A finales de la década de los años setentas, analizando la situación que vivía la Psicología Social Norteamericana, James House (1977) destacaba que el discurso se hallaba „partido‟, al igual que el campo de estudios, en tres orientaciones que mostraban un progresivo aislamiento entre sí3, la corriente principal en la Psicología Social o Psicología Social Psicológica era uno de ellos. Esta orientación interesada en los procesos psicológicos relacionados con estímulos sociales, utilizaba experimentos de laboratorio y era enseñada en la mayoría de las universidades. Otra de las corrientes identificada por House fue el Interaccionismo Simbólico considerado como la variante sociológica de la Psicología Social, cuyo interés siempre ha sido el estudio de las interacciones sociales cara 1 Construccionismo refiere al pensamiento sociológico, en tanto que Constructivismo a la perspectiva psicológica. 2 Ver Côté y Levine (2002) para una distinción entre Ego y Yo. 3 Sheldon Stryker, en el mismo número de la revista en que House publicó su trabajo, hablaba de que eran dos las psicologías sociales. El trabajo de House resulta mejor descripción de la situación, por lo que se retoma. En todo caso, lo que se ilustra es el hecho de distintos matices disciplinarios en la época. 18 a cara mediante la observación naturalista. Asentada institucionalmente y conocida como la Escuela de Chicago, seguía el pensamiento de George H. Mead, Charles H. Cooley, Herbert Blumer, principalmente. La tercera orientación identificada por House era la Sociopsicología –conocida como la Escuela de Iowa-, otra variante sociológica interesada en relacionar los fenómenos macrosociales (organizaciones, sociedades, y aspectos de las estructuras y procesos sociales en sí) con atributos y comportamientos individuales, mediante el uso de métodos cuantitativos y no experimentales (estudios ex post facto). Se identifica esta tercera orientación con el nombre de Enfoque de la Personalidad y la Estructura Social (Côté y Levine, 2002), o también como la Psicología Social Sociológica. Estas tres orientaciones constituyen un antecedente que permite rastrear el uso actual que se hace del concepto de Identidad y sus dimensiones, pues en las agendas de las tres, representó siempre un interés central. De acuerdo con Baumeister (1987, en Adams, Munro, Doherty-Poirer, Munro, Petersen, y Edwards, 2001) y Baumeister y Muraven (1996), el clima cultural e intelectual en los Estados Unidos a mediados del siglo XX, preocupado por la construcción personal de la identidad dotó al Self de una dimensión exagerada, y denunció que la época moderna en su enamoramiento del Self lo ha construido de manera tan desproporcionada, que ha hecho caso omiso de los costos y defectos implicados. Este factor cultural ha sido el marco en el que los discursos disciplinario y común sobre la auto-definición y la identidad han proliferado. En las ciencias sociales se pueden identificar cinco acepciones del término identidad (Bruebaker y Cooper, 2000). En primera instancia, en su aplicación más general el término se utiliza para describir el motivo de la acción social o política de los individuos y colectivos, oponiéndolo a la acción instrumental. También se aplica para referir un fenómeno específicamente colectivo, el de la igualdad o similitud fundamental entre miembros de un grupo o categoría, -sea ésta objetiva o subjetiva-, que se manifiesta en forma de solidaridad, en disposiciones y acciones compartidas. En una tercera acepción, el término hace referencia a la esencia o núcleo –individual o colectivo- que se distingue de los rasgos transitorios y accidentales del Yo. Otra acepción conlleva el significado de producto, que resulta de la interacción social o política de los actores y que permite la diferenciación. El término también se utiliza actualmente como una manera de resaltar la naturaleza inestable, múltiple, fluctuante y fragmentaria del Yo posmoderno, que se negocia entre discursos antagónicos alrededor del poder. Como puede observarse, el concepto resume un campo semántico en el que podemos hallar tanto matices analíticos como político-prácticos incorporados a su significado. Brewer (2001) identifica cuatro diferentes tipos de usos del concepto Identidad: a) un significado centrado en la persona, que agrupa definiciones localizadas en el autoconcepto, como la identidad de género, la identidad racial y étnica, y la identidad cultural. b) un significado relacional, que se deriva de las relaciones interpersonales entre roles. c) Un significado basado en el grupo, que se refiere a la percepción del Yo como parte integral de una unidad social o grupo amplio (más que a relaciones específicas con los individuos que conforman el grupo, la identidad se basa en la pertenencia a dicha unidad, como es el caso de la afición y adhesión a un equipo deportivo). Finalmente, d) el significado basado en el Colectivo implica la participación activa del individuo en la 19 construcción de la identidad de la unidad o agrupación, como sería el caso de la participación política en algún proyecto que unifique al colectivo. Entre los usuarios de estas acepciones existen ciertas afinidades, pero también fuertes oposiciones. Para algunos (Bruebaker y Cooper, 2000), por este uso inconsistente el concepto ya no debiese usarse como categoría analítica; para otros (Jenkins, 2004) el concepto ya está establecido como parte importante de la imaginación y las herramientas conceptuales de la sociología, por lo que debemos seguir usándolo con el compromiso de estudiar toda la experiencia humana en sus propios términos para entenderla mejor. El uso de acepciones „fuertes‟ –muy asociadas a trabajos relacionados con género, raza, etnicidad, y nacionalismo- preserva el significado de sentido común dado al término; es decir, enfatiza la permanencia de lo esencial a través del tiempo y las personas, lo que implica los siguientes supuestos: 1. La identidad es „algo‟ que toda la gente tiene, que debe tener, o que se está en búsqueda de ella y debe llegar a descubrir. 2. Es algo que todos (individuos y grupos) poseen o debiesen poseer. 3. Es algo que se posee sin estar consciente de ello, que debe descubrirse y que puede resultar difícil obtener. 4. Implica poseer marcas claras de diferenciación de los otros, y de homogeneidad al interior de la categoría, a fin de evitar la ambigüedad. Las acepciones „débiles‟ o construccionistas tienden a romper con la noción de sentido común. Representan el uso contemporáneo del término ante las fuertes implicaciones filosófico-conceptuales del uso tradicional. En tales versiones, al concepto de Identidad se lo relaciona con adjetivos como: múltiple, inestable, fluida, contingente, fragmentada, construida, y negociada. Ante todo, lo que se trata es de resaltar el carácter no-esencial y permanente, que es el sello del significado „duro‟, cuyo origen puede rastrearse hasta el racionalismo de la Ilustración en los siglos XVII y XVIII. Lo que se halla en el fondo de esta ambigüedad del término es la confusión básica entre sus usos como categoría analítica y como categoría práctica. Mientras que en el discurso académico es correcto actualmente hablar en términos constructivistas o construccionistas, en el discurso práctico de la política es más utilizado el significado „duro‟ del término. Esto ha producido una polémica importante en torno a la pertinencia y utilidad de seguir empleando un término que semánticamente implica permanencia en el tiempo y a través de sujetos (de una condición de igualdad y equivalencia o „mismidad‟), en tanto que la concepción posmoderna repudia tal implicación considerándola una herencia de la Modernidad. Aunque tal como lo plantea Jenkins, “desde cualquier ángulo, la noción de identidad involucra dos criterios de comparación entre personas o cosas: similitud y diferencia” (Jenkins, 2000:4). Para Bendle (2002) la crisis contemporánea de identidad expresa tanto la crisis de la sociedad como la crisis teórica al interior de las Ciencias Sociales. Sostiene que la variedad de significados del término y la imprecisión de los mismos representa gran parte de la crisis 20 y considera que tal situación obliga al análisis crítico y sin compromisos, conducido desde la interfase de la sociología con los modelos de identidad surgidos en las tradiciones construccionista y psicológica. Surgen entonces intentos por resolver esta polémica que proponen sustituir al de Identidad por otros conceptos explicativos –uno sólo sería insuficiente, dada la diversidad semántica comentada- y así evitar sus contradictorias connotaciones. Según la propuesta de Bruebaker y Cooper, tres conceptos podrían servir a esta empresa. En una primera instancia, en el contexto de una teoría de la acción, convendría utilizar los conceptos de Identificación y Categorización para evitar la „cosificación‟ de la identidad, pues ambos se refieren a acciones y procesos que llevan a pensar en la actividad desarrollada por los actores, en vez de una „sustancia‟ o rasgo poseído; “…la identificación de uno mismo y de los demás es intrínseca a la vida social; la identidad en el sentido „duro‟ no lo es” (Bruebaker y Cooper, 2000:14). Según Jenkins, “como científicos sociales, dispuestos a evitar la reificación, deberíamos probablemente hablar sólo de identificación [en vez de identidad]” (Jenkins, 2000:5). Jenkins propone que el tema debe ser enfocado mediante un análisis dialéctico entre factores del individuo y factores del colectivo, pues se necesita un marco de referencia teórico general que los integre para comprender cómo funciona la identificación. La propuesta de Anselm Strauss (2008a), con influencias del Interaccionismo Simbólico es una teoría de la acción que permite ubicar de forma conceptualmente robusta estas relaciones dialécticas entre ambos, superando la concepción dualista tradicional. Como veremos en una sección posterior, el modelo integrador propuesto por James Côté (1996, 1997), (Côté y Levine, 2002) también es otra formulación que permite superar el reduccionismo. Por otra parte, para explicar el motivo no instrumental de la acción humana, representado por la acepción „fuerte‟ de la Identidad, se plantea la utilización del concepto de auto-comprensión (reflexividad). Este se refiere a la “subjetividad situada, el sentido de lo que uno es, de la propia ubicación social y de cómo –con base en ambos polos- uno se prepara para actuar” (Bruebaker y Cooper, 2000:17). Esta auto-comprensión abarca tanto la dimensión cognoscitiva como la afectiva, que recuerda la noción de „sentido práctico‟ formulada por Pierre Bourdieu, y en ese sentido reflexividad no sólo es un término disposicional individual, es también un término transaccional (interactivo). Continuando con la propuesta de Bruebaker y Cooper, en el ámbito de la utilización del concepto de Identidad en temas como raza, religión, etnicidad, nacionalismo, género, sexualidad, movimientos sociales, entre otros fenómenos colectivos en los que se hace referencia al sentido de pertenencia a un cierto grupo con las implicaciones tanto de adhesión al mismo como de diferenciación y hasta rechazo por „los otros‟, se plantea sustituir Identidad por los conceptos de Comunalidad –compartir un atributo-, Conectabilidad –vínculo relacional entre las personas-, y Agrupabilidad –sentido de pertenencia a un grupo determinado. Estos conceptos alternativos no poseen el glamour con el que cuenta el de Identidad, que al igual que muchos conceptos en la historia de la sociedad occidental han sufrido lo que se conoce como „reificación‟ (cosificación) y su posterior elevación al estatus de existencia independiente, pero en la discusión actual podrían representar 21 soluciones apropiadas a la crisis de las narrativas „totales‟. Podrían cumplir un papel relevante en la construcción de teorías de mediano alcance (substantivas) como estrategia conceptual en busca de la progresiva integración. Aunque la polémica sobre la utilidad del concepto en la actualidad continuará por algún tiempo, me parece pertinente el planteamiento de Jenkins para avanzar en la discusión: “hay tantas buenas razones para rechazar un modelo de identidad definida en términos de interioridad individual, autonomía y reflexividad, como para no aceptar una visión de exclusiva determinación externa (Jenkins, 2004:29). 2.2.2. La actualidad del concepto de Identidad. Del análisis realizado por House hace ya más de treinta años, en el que se identificaban tres orientaciones, la segunda tradición socio-psicológica (además del Interaccionismo Simbólico), el llamado Enfoque o Modelo de Personalidad y Estructura Social, parece apropiado para la tarea de desarrollar un entendimiento comprensivo de la Identidad y los procesos implicados. En la actualidad dicho enfoque está en la base de dos planteamientos que se presentan a continuación. Quizás el aspecto más relevante en estas formulaciones consiste en que ambas parten de que la realidad social puede ser entendida en tres niveles o dominios (Côté y Levine, 2002; Jenkins, 2004). El primer nivel, el de la personalidad (el dominio del individuo en el discurso de Jenkins) involucra el funcionamiento intrapsíquico. Su explicación tradicionalmente ha sido propiedad de los que trabajan en el ámbito de la psicología evolutiva y del desarrollo. En inglés, el término selfhood, que se traduce como individualidad o singularidad es el que refiere a la condición resultante del desarrollo del individuo. Es decir, es en este nivel de las relaciones entre el individuo y la realidad como se va conformando la Identidad del Yo. Ésta es entendida como el sentido de continuidad temporal y espacial que reflexivamente construye el individuo de sí mismo, a partir de las formas en que reaccionan los demás a sus características singulares. En una primera instancia, este proceso general inicia tempranamente mediante la socialización primaria (Berger y Luckmann, 2001). En términos del lenguaje de las teorías de la personalidad, la estructura en la que se manifiesta subjetiva y objetivamente recibe el nombre de Yo, Ego, Psiqué, Sí mismo (Self), o Estructura Cognoscitiva, dependiendo de la escuela de pensamiento. El siguiente nivel analítico es el de las Interacciones; en él se consideran los patrones de comportamiento concretos, que dan forma a los encuentros cotidianos entre los individuos en diferentes campos (arenas): familia, escuela y otros, que típicamente son estudiados por el Interaccionismo Simbólico. En este nivel se manifiesta lo que se conoce en el discurso de la sociología como estrategias de manejo de la impresión o de presentación del Yo (Goffman, 1969). Se hace referencia a éste como el análisis del nivel micro-social que conforma el punto de encuentro entre las manifestaciones de la individualidad y la influencia de la colectividad que es donde se desarrolla y asienta la llamada Identidad Personal (Côté y Levine, 2002). La Identidad Personal abarca los aspectos más concretos de la experiencia individual surgida en las interacciones, el conjunto de funciones de rol que el individuo 22 haya introyectado como significativas en su biografía. En este nivel, “los individuos construyen un ajuste entre las prescripciones sociales y la singularidad e idiosincrasia de su biografía” (Côté y Levine, 2002:8). Si la identidad del Yo es afectada principalmente por la socialización primaria, en el proceso de formación de la Identidad Personal la influencia de la socialización secundaria es fundamental (Berger y Luckmann, 2001). Finalmente, el nivel socio-estructural o dominio institucional se refiere a los sistemas social y político y a sus subsistemas, que conforman la estructura normativa de la sociedad. Este último nivel se refiere al análisis macro-social en donde se conforma la llamada Identidad social (Côté y Levine, 2002), entendida como producto de la reflexión que el individuo hace de los rasgos y características normativas propias de su particular posición en la estructura social. Como puede observarse, los tres niveles analíticos dan cabida a la multidimensionalidad de la Identidad, considerando que en cada uno se llevan a cabo procesos y dimensiones diferentes de ésta. El modelo permite entender la Identidad como acción o proceso y a la vez entenderla como resultado. Su pretensión es tratar de resolver uno de los dilemas clásicos de la teoría social, el relativo a la determinación de la acción social, - el debate estructura-agente4. Desde la perspectiva del modelo, tanto la determinación estructural (social) como la auto-determinación (agencia) son dimensiones importantes para entender la acción social, de manera que es preciso utilizar categorías analíticas como Identidad para incorporar las perspectivas sociológica y psicológica, aportando así a la tarea de tender puentes conceptuales entre las disciplinas. 2.2.3. El modelo Cultural de la Identidad. En la Figura 1 se resume la idea de los tres niveles analíticos recién enunciados y sus relaciones con la identidad y los procesos implicados. El modelo explica cómo se reproduce la cultura, manteniendo la estabilidad estructural y cómo los factores relacionados tanto con la cultura como con la estructura social pueden cambiar. Es una representación única en el sentido que incorpora factores macro-estructurales, interactivos (micro-estructurales), e individuales. Describe los procesos que suceden en forma iterativa y dinámica cuando los individuos se asocian en grupos y llevan a cabo procesos de comunicación. 4 Dos problemas clásicos en la discusión teórica de las Ciencias Sociales, planteados como dicotomías son: el de la estructura-agente, y el de la determinación externa-interna. 23 En el diagrama de la Figura 1, empezando por las relaciones entre los niveles de estructura social y procesos interactivos, la flecha 1 representa la influencia causal de la estructura social sobre las interacciones a través de la formulación de leyes, normas, valores, rituales y demás controles que han sido previamente codificados e institucionalizados. Es decir, cuando la gente se involucra en comportamientos cotidianos busca normas y convenciones instituidas para estructurar su comportamiento, dándole con ello significado y justificación a lo que hace. Mediante este proceso se reproduce la estructura social. Es en la intersección entre la estructura social y el nivel de interacción en donde los procesos de socialización y otros mecanismos de control tienen existencia como garantes de la reproducción. La flecha número 2 representa la articulación entre el nivel de interacción y el individual o de la personalidad. Es aquí donde hallamos los procesos mediante los cuales cada individuo internaliza los resultados de sus continuas interacciones cotidianas (subjetivación, utilizando el término de Berger y Luckmann, [2001]), desarrollando construcciones individuales de la realidad. Estas son imperfectas en la medida que las experiencias de los individuos son „filtradas‟ ya sea por sus capacidades perceptuales o por mecanismos aprendidos. Erikson empleaba la expresión capacidades sintéticas del Yo para referirse a las competencias asociadas con la percepción y filtrado de la información en este nivel. No obstante su carácter internalizado, el punto es que dicho proceso se lleva a cabo en las fronteras de los contactos concretos con los demás, incluyendo tanto conocimientos como sentimientos relativos a la estructura social. 24 La flecha número 3 se refiere al momento en que un individuo se involucra en una interacción, ya sea para iniciar un contacto o mantenerlo. Para ello, parte de sus internalizaciones previas, mediante las cuales define primero la situación y luego procede a presentar una impresión apropiada que será percibida por los otros en la interacción. Erikson llamó capacidades expresivas del Yo a este conjunto de disposiciones a la acción. Goffman (1969, en Jenkins, 2004:20) les llama estrategias de manejo de la impresión y son las que permiten al individuo intentar un balance entre su auto-imagen y su imagen pública. Aquí es conveniente apuntar que el comportamiento del individuo es en parte un producto de las internalizaciones previas, de su intento por actuar de manera apropiada en tal situación, y sus capacidades para producir el comportamiento que sus capacidades de síntesis del Yo (flecha número 2) sugieren como apropiadas. Los procesos implicados en las flechas 2 y 3 permiten explicar la acción del individuo en términos de agencia o acción deliberada (auto-determinación). La flecha número 4 describe lo que Berger y Luckmann (2001) denominaron procesos de objetivación. Cuando los individuos interactúan entre sí, surge un subproducto de sus intercomunicaciones (intersubjetividad) que incluye la tendencia a buscar definiciones consensuadas de la situación, una construcción social de la realidad. Estos procesos pueden observarse en las interacciones cotidianas. Tratándose de aspectos importantes, los acuerdos previos, formalmente codificados e institucionalizados tienden a reproducirse en subsiguientes encuentros (influencia de la flecha 1). Una vez que las construcciones han sido objetivadas existe una tendencia a internalizarlas como reales y concretas y a verlas como naturales. Extendiendo el modelo hacia el análisis de la Identidad, en la Figura 1 se puede leer que un análisis completo de ésta debe incluir cuatro componentes: a) la experiencia del individuo sobre sus propios procesos subjetivos; b) la experiencia subjetiva que tiene de su propio comportamiento, expresada en sus Identidades Personal y Social; c) las identidades Personal y Social concretas, definidas en términos de los juicios emitidos por otros como observadores de nuestro actuar; y d) lo que los demás puedan decir de nuestros procesos subjetivos (a partir de inferencias privadas, chismes, resultados de pruebas psicológicas, o encuestas de actitudes, etc.). A través de estas tres estructuras y cuatro procesos se forma, mantiene o cambia la Identidad, dependiendo de las circunstancias. Este es un proceso continuo que afecta a todos en una sociedad. Variará de una sociedad a otra en función del tipo de estructura que ésta tenga, de los recursos que el individuo tenga a su disposición, y de los eventos externos que afectan a estos procesos durante la vida del individuo. El modelo de Jenkins (2004) coincide con el de Côté y Levine (2002) en su idea de mapear los procesos y resultados involucrados en el desarrollo y mantenimiento de la Identidad, sólo conviene añadir aquí su énfasis en lo que aquél llama su modelo dialéctico5 para explicar los dos momentos de la identificación: el que llama el momento interior, que se refiere a las variables del individuo que se percibe como singular, y el exterior que se 5 Influencia directa de Goffman, al igual que la idea de que la realidad social debe analizarse en tres dominios, que también es asumida por Côté y Levine. 25 refiere al impacto del individuo sobre la colectividad. Ambos momentos participan siempre y deben ser identificadas sus influencias recíprocas a fin de entender los procesos identitarios, es decir, la negociación constante entre la auto-imagen y la imagen pública. Se necesita un modelo relacional con estas características para entender cómo es ese proceso en las condiciones de cambio, de incertidumbre y de riesgo constantes, propias de nuestra época, la que Giddens y otros sociólogos contemporáneos llaman Alta Modernidad o Modernidad Tardía. Tales condiciones se presentan en los distintos campos sociales, el de la educación superior no es la excepción, por ello, este marco general es el que nos sirve de base para analizar los procesos de integración de los estudiantes a las demandas que le impone dicho campo. La ruta teórica elegida para esta tarea es el estudio del desarrollo de la Identidad Personal. Recordemos que es en este nivel en el que se manifiestan las interacciones cotidianas, cara a cara, y en el que los individuos deben poner en juego estrategias que les permitan lograr ajustes a las prescripciones sociales incorporando sus experiencias y manejo de recursos. En el lenguaje de Anselm Strauss (2008a, b), se trata necesariamente de analizar los fenómenos a partir de una teoría de la acción. Partiendo de estos elementos es posible analizar las estrategias de manejo de la impresión usadas por los universitarios durante su proceso de incorporación a la institución, los posibles conflictos surgidos entre los distintos campos de demanda. Al verlo así, nos aproximaremos al proceso de negociación que el individuo realiza entre la imagen que tiene de sí y la imagen que los otros tienen de él. 2.3. El ingreso a los estudios universitarios, época de definición. La persona en el momento en que ingresa a cursar una carrera universitaria atraviesa por un momento de definición en su biografía. En dicho contexto, deberá considerar alternativas de acción y tomar decisiones importantes sobre diversos aspectos de su vida actual y futura. Tiene que construir maneras adaptativas de enfrentar este período en su proceso de formación, de manera que pueda resolver esa transición social. En la sociedad actual, calificada por sociólogos contemporáneos como „de riesgo‟ (Beck y Beck-Grensheim, 2003; Giddens, 2002, Côté y Levine, 2002; Côté, 2005) por su condición de precariedad para la autodefinición, los individuos deben elegir, en vez de sólo adoptar las tradiciones, como vía para negociar sus identidades. El contexto social en el que esta nueva transición a la vida adulta se caracteriza por las políticas orientadas al mercado y los estilos de vida basados en el consumo, que han venido a sustituir a las políticas orientadas a la comunidad y a los estilos de vida basados en la producción, propios de las sociedades industriales. En consecuencia, los problemas y asuntos que antes fueron tratados mediante soluciones colectivas son cada vez más un asunto dejado a los individuos para que los resuelvan por sí mismos (Côté, 2002). Desde la interfase entre la psicología del desarrollo y la sociología, Arnett (2000) plantea la existencia de una etapa de vida a la que llama Adultez Emergente. Afirma, en la tradición iniciada por Erikson (1968), que esta etapa ha sido producida por las condiciones socioculturales vigentes en las sociedades industrializadas, en las que se ha producido un „alargamiento‟ de la adolescencia o una moratoria social para los jóvenes. Indicadores demográficos objetivos de este período son: diferimiento del matrimonio, extensión del 26 período de educación, retraso en el ingreso al mercado laboral y en la salida del hogar paterno; mientras que algunos indicadores subjetivos son: variaciones en el tipo y extensión de las exploraciones relacionadas con la identidad, involucramiento en conductas de riesgo, tipo y calidad de las relaciones con la familia y con los pares, expectativas diferentes en cuanto educación, trabajo, y responsabilidad ciudadana. Las elecciones que deben realizar los individuos en esta sociedad a veces llamada también Posmodernidad, no se hacen en condiciones estables y para mucha gente la complejidad de tales condiciones les representa una fuente de ansiedad. Se habla incluso de la “tiranía de libertad” y de “paradoja de elección” (Schwartz, 2000, 2004; Côté, 2005) en referencia al impacto de la economía de mercado sobre la calidad de vida y la felicidad de la gente. La desvinculación entre las instituciones tradicionales (desestructuración social), y la falta de credibilidad en la que han caído en la sociedad postindustrial, por una parte, y la tendencia a la individualización, común en las sociedades capitalistas, por otra, han hecho que el proceso de autodefinición o formación y mantenimiento de la identidad se torne desafiante. En el plano de las disciplinas, tanto en la psicología como en la sociología, desde mediados del siglo XX a la actualidad, se ha observado un incremento constante en los estudios sobre la formación y mantenimiento de la Identidad, y en la actualidad cada ve más se manifiesta la falta de un modelo teórico integrador (ver Schwartz, 2001, y Côté, 2006, para identificar los esfuerzos más actuales desde la perspectiva de la psicología social de orientación sociológica, y Baumeister y Muraven, 1996 y Bruebacker y Cooper, 2000, desde la perspectiva sociológica). Con base en el explosivo crecimiento de la literatura respectiva (Côté, 2006, Owens, 2003), podemos ver que la formación y mantenimiento de la identidad es un tema crucial en las últimas décadas, y dicho estudio en el contexto universitario ha adquirido también importancia debido a que representa un espacio de transición en el que a la persona se le presentan oportunidades para explorar distintas opciones así como para establecer compromisos, es decir, realizar esfuerzos para consolidar identidades viables en sus respectivos contextos de vida. Ambos procesos –exploración de opciones y establecimiento de compromisosrepresentan para la teoría actual sobre la identidad –desde la perspectiva de la psicología social sociológica- los dos polos alrededor de los que se conforma la autodefinición (Marcia, 1966; Berzonsky, 1989, 1992; Côté, 2005). Por exploración se entiende la deliberación consciente (reflexiva) que la persona realiza sobre metas, roles y valores alternativos que se le presentan en sus interacciones cotidianas; puede definirse como “comportamiento de solución de problemas, orientado a la búsqueda de información sobre uno mismo o de su propio ambiente, a fin de tomar decisiones cuando se presentan elecciones personales cruciales” (Grotevant, 1987, en Schwartz, 2001:11), mientras que por compromiso se entiende la posible consolidación de estas deliberaciones como cursos de acción futura; “se refiere a la inversión personal, al sacrificio, y al interés sostenido en metas, valores o ideales” (Adams, et al., 2001:308) Como se expuso en la sección de Antecedentes, en el contexto institucionalizado de la universidad, podemos identificar al menos tres fuentes de demanda que forman parte del conjunto de presiones adaptativas que le marcarán pautas e impondrán límites a las exploraciones, decisiones y compromisos que asuma la persona. Una primera es el propio 27 espacio institucional, en el sentido de espacio organizacional como lo presenta Fernández (2006). Este conjunto de normas y regulaciones le confieren al joven el status de estudiante inscrito, y a la vez le otorgan prerrogativas para acceder a un conjunto de beneficios, entre los que se halla el acceso -legitimado socialmente- al conocimiento especializado, y en general al capital simbólico „superior‟. Pero a la vez le definen una serie de requisitos a cubrir y obligaciones a cumplir, a fin de mantener dicho status, lo que se traduce en presiones a las que hay que hacer frente. Ante estas presiones deberá aprender a ser „universitario‟, a incorporar una manera de concebir y percibir la realidad, que deberá distinguirlo de los „no-universitarios‟. Este proceso de integración, que lo categoriza socialmente al interior de la institución, también impacta en el exterior, pues en el imaginario familiar y comunitario, se modifican las expectativas sobre su persona, lo que puede incrementar la presión adaptativa. Una segunda fuente de presiones se materializa en el conjunto de relaciones estructuradas alrededor del plan de estudios de la carrera en la que se inscribe, y su especificidad. Es en el contacto con sus profesores, con los materiales y contenidos de estudio, las actividades de aprendizaje, las formas de dialogar con la realidad y entre los compañeros, en la cotidianidad de esa sección de la geografía física y simbólica de la institución que le pertenece a determinado gremio, donde irá negociando formas de construcción de su identidad como miembro de ese clan, mismo que sostiene formas convencionales de percepción y de acción. Es en esa cotidianidad estructurada y estructurante, donde se le presentarán oportunidades cruciales, ante las que deberá tomar decisiones. Una tercera fuente de presión social la constituyen sus pares. Como generación, en tanto representantes de un grupo de edad específico de la pirámide poblacional, se ven inmersos en esa burbuja de demora social para la autonomía adulta que es la universidad. La mayoría de ellos con una biografía que abarca sólo su palmarés en el escalafón escolar, sin experiencia laboral previa, y aún dependientes económicamente de sus familias. Para algunos, incluso se trata de la primera incursión familiar en una institución de educación superior. En el marco de las relaciones que establezca con esta población deberá explorar áreas de desarrollo tan importantes como: amistad, relaciones de pareja, responsabilidad, autonomía de decisiones, entre las más importantes. Entre tales exploraciones y los compromisos que asuma se irá construyendo y definiendo una parte importante de su biografía. En una institución de educación superior como lo es una universidad pública confluyen personas de diversos estratos sociales y con herencias culturales variadas. En la actualidad, se ha abierto todavía más esta diversidad, y aunque en el ingreso a las IES se ha visto esta tendencia, siguen pesando los aspectos socioeconómicos en la determinación de la permanencia y del egreso. En esta diversidad, podemos esperar que las experiencias de adaptación resulten significativamente distintas en términos de las formas en que las personas encaran las exploraciones y compromisos a los que nos hemos referido. El estudio de este proceso de transición que viven las personas que ingresan a estudiar una carrera universitaria es abordado desde distintas perspectivas disciplinarias. La que se asume en este trabajo es la de la psicología social de orientación sociológica, particularmente la sustentada por el Enfoque de Personalidad y Estructura Social (EPES), 28 identificado por James House (1977) como uno de los tres polos de pensamiento teórico en la disciplina. Una característica distintiva de este enfoque es que representa un esfuerzo de integración disciplinaria en el que confluyen distintas tradiciones, principalmente la sociológica, pero también la psicológica y la antropológica. Desde la perspectiva del EPES (Côté y Levine, 2002) el estudio de la problemática sobre la identidad sufre de parcialización disciplinaria y debe ser integrado a partir de la Psicología Social. Plantea que la Identidad, -su desarrollo, mantenimiento y/o reestructuración-debe explicarse procurando una visión que supere los extremos del objetivismo y el subjetivismo, y la recuperación de su status de fenómeno psicosocial, tal y como lo expresó Erik Erikson en sus escritos fundacionales en la década de 1950; y también como lo formula Anselm Strauss (2008a, b) en su teoría de la Acción con basamento en el Interaccionismo Simbólico sociológico. En esta perspectiva se plantea como base meta-teórica los principios del Idealismo Metafísico, los del Realismo Epistemológico y los del Construccionismo Pragmático (Côté y Levine, 2002). En conjunto, estos principios permiten entender que la realidad social tiene una existencia “…separada de nuestra percepción individual de la misma, [y por tanto] nunca podemos estar seguros de que la percibimos con absoluta precisión. (Côté y Levine, 2002:75). Además, se acepta que es posible descubrir patrones y regularidades en nuestras construcciones individuales de la realidad basadas en la observación empírica, aunque nuestras interpretaciones (teorías) al respecto deben permanecer siempre abiertas a la revisión y al cuestionamiento. Como colofón, y con base en la idea de Construccionismo Social de Berger y Luckmann (2001) se acepta que estas referencias consensuadas de la realidad se institucionalizan y convencionalizan como saber sobre el que se van conformando nuevas maneras de entendimiento de la realidad. Como un aspecto final en la justificación meta-teórica que se asocia típicamente a la filosofía pragmática, se promueve la investigación que se realiza bajo la lógica de los diseños que combinan distintos métodos, tanto para la recolección, como para el análisis y reporte de los resultados. Esta metodología se conoce como Diseños de métodos combinados o mixtos (Creswell y Plano Clark, 2007). Este tema se presenta y discute en el capítulo denominado Marco Metodológico. Es en el marco de estas ideas meta-teóricas que se ha desarrollado un campo de estudios sobre el tema de la formación y mantenimiento de la Identidad con población universitaria. Este contexto como ya se dijo, presenta características y situaciones en las que los involucrados viven una importante transición psicosocial. En él, las personas enfrentan importantes disyuntivas y oportunidades que ponen en juego la construcción y mantenimiento de sus identidades. Es importante explorar las distintas maneras en que los estudiantes enfrentan estas experiencias de transición social, a partir de la forma en que refieren o expresan sus vivencias. En la literatura se encuentran dos constructos que se utilizan para dar cuenta de la transición. Uno de ellos es el de Capital de Identidad (Côté y Levine, 2002; Côté, 2005), y otro es el de Estilo de Identidad (Berzonsky, 1989, 1992). Históricamente, entre las distintas metáforas explicativas en psicología y otras ciencias sociales (Gergen, 1992), se ha utilizado la de „capital‟ para entender cómo las personas aplican o „invierten‟ distintos recursos en su funcionamiento social. En esta forma 29 de conceptualización, un recurso vendría siendo cualquier elemento que puede ser intercambiado de forma real o metafórica por los individuos en las interacciones sociales. Según Côté (2005) las tres metáforas principales de capital son las de capital humano, capital cultural, y capital social. La de capital humano (Becker, 1975) surgió en la Economía para explicar la productividad de la gente con base en las capacidades y habilidades que poseen. Ha tenido un fuerte impacto en las políticas educativas alrededor del mundo, y se basa en el supuesto de que la inculcación de conocimientos orientados al desarrollo de habilidades genera actividad económica que extiende sus beneficios a la sociedad. La de capital social (Falk y Kilpatrick, 2000), surge de la sociología para explicar las redes de relaciones sociales, basadas en la confianza y la reciprocidad, que pueden funcionar como pasaportes en distintas esferas socio-institucionales. La de capital cultural (Bourdieu y Passeron, 1985) también surge en el contexto de la sociología para dar cuenta de las estrategias de reproducción social utilizadas por las clases dominantes a través del dominio ejercido por sus miembros en los distintos espacios sociales, especialmente la educación y la cultura en general. Se basa en el supuesto de que el conocimiento de la alta cultura (estética, patrones de habla, etiqueta, etc.) le permite a uno el acceso a la estructura de recompensas de las clases privilegiadas. A pesar de que parten de supuestos y orígenes diferentes, las variantes de la metáfora se formularon para explicar la forma en que los antecedentes sociales, las experiencias educativas y otros “activos” invertidos por los grupos e individuos eventualmente generan “dividendos” en términos de movilidad social. Algunos prefieren no utilizarlas para evitar sus implicaciones, en tanto que otros prefieren el uso restringido de alguna de ellas, sobre la base del supuesto de que su utilidad teórica depende del contexto en que se aplica (tiempo, lugar y espacio), con el riesgo de reducir su utilidad cuando se fuerza su empleo lejos del contexto en que surgieron. Extendiendo el uso de la metáfora de capital, James Côté (1996, 1997) acuñó el término Capital de Identidad, como un heurístico que se refiere a los recursos y activos que una persona pone en juego cuando se enfrenta a situaciones que tienen que ver con su autodefinición. Es decir, recursos que despliega para conformar su identidad e influir en la forma en que lo definen y aceptan los demás en diversos contextos. Incluye los recursos psicológicos que pueden contribuir al establecimiento de un punto de referencia interno, y a la capacidad para evaluar reflexivamente y maniobrar en una variedad de contextos sociales. Como se dijo, un recurso es un activo que las personas pueden intercambiar, literal o imaginariamente. La metáfora nos ayuda a comprender cómo la persona puede, de forma estratégica, adquirir y mostrar habilidades y conocimientos para enfrentar las difíciles condiciones presentes en las sociedades de la alta modernidad, caracterizadas como ya hemos comentado, por la individualización y la desestructuración de las instituciones tradicionales. Es por ello que el concepto de Capital de Identidad nos permite un acercamiento a las experiencias de integración de los jóvenes al medio universitario, pues los intercambios sociales en las IES obligan a los participantes a un manejo estratégico de los recursos acumulados en sus experiencias previas, así como al aprovechamiento de los que se hallan a su disposición en tales escenarios. Esta noción, a diferencia de los otros capitales mencionados, es apropiada para explicar los inciertos intercambios sociales 30 actuales. De hecho, los recursos involucrados en los otros tipos de capital pueden ser valiosos activos de capital de identidad, pero puestos al servicio de la propia autodefinición reflexiva. 2.3.1. El heurístico de Capital de Identidad. El Capital de Identidad es un recurso metafórico que hace referencia a un conjunto de habilidades psicosociales, de naturaleza eminentemente cognoscitiva, que se manifiestan en la acción deliberada y estratégica para sustentar pragmáticamente una cierta identidad situada (Côté, 2002; Côté y Levine, 2002). La metáfora describe cómo invierten las personas en una o varias identidades al involucrarse en una serie de intercambios cotidianos con otros individuos, tratando con ello de mostrar la valía personal, lograr reconocimiento y pertenencia a grupos, y negociar su permanencia en ellos como fuente de identidad personal. A veces esto sucede en reiteradas ocasiones a lo largo de la vida de una persona. A la larga, la adquisición de recursos de Capital de Identidad mediante el uso de estrategias conscientes o inconscientes permite a las personas contar con valiosos elementos de transacción psico-social, y “la noción ayuda a entender las variaciones individuales en las trayectorias de desarrollo durante la transición hacia la vida adulta” (Côté, 2002:120). Tanto el capital humano, como el social, y el capital cultural son activos y recursos útiles para desarrollar e intercambiar, pero sin los otros atributos incluidos en el capital de identidad su utilidad neta disminuye a la larga. Por sí mismos pueden no representar la inversión más astuta en términos de la propia perspectiva de vida a la larga. De hecho, un conjunto más “diversificado” que incluye habilidades y conocimientos psicosociales puede ser más apropiado como estrategia inteligente ante las condiciones de incertidumbre de la sociedad actual, en las que la clave es que el individuo forme y mantenga identidades pragmáticamente situadas. Para hacerlo en un medio social complejo y cambiante –como el medio académico universitario- el joven requiere las habilidades cognoscitivas y atributos personales que no son transmitidos mediante el capital humano ni promovidos por el capital cultural, y que ciertamente tampoco lo son por el sistema educativo público y masivo. Con estos activos un individuo debiese estar en mucha mejor posibilidad de moverse reflexivamente a través de las dimensiones de lugar, espacio y tiempo en el mundo de la alta modernidad y podría hacerlo utilizando identidades situadas, es decir, ajustando su propio comportamiento a las circunstancias. Al capital de identidad lo conforman dos tipos de recursos. Los recursos tangibles incluyen objetos, servicios y derechos que se obtienen en intercambios, y que servirán como “pasaportes” o “claves de acceso” a ciertas interacciones, y hacia otras esferas sociales e institucionales. Por ejemplo la membresía a determinados grupos, credenciales académicas, y cierto status político. Como tales, resultan importantes para la inserción en varios grupos. Tales recursos pueden variar en su concreción (abarcando desde tarjetas de acceso a un club, hasta la pertenencia simbólica a grupos de referencia). Así, los recursos „tangibles‟ son recursos o instrumentos de suma importancia en el manejo de impresión y las relaciones en la esfera micro-social, presentes en las interacciones rutinarias en las que se negocia la identidad. Al estar así implicados en las interacciones cotidianas durante un cierto tiempo, tales recursos también contribuyen indirectamente al desarrollo del 31 individuo y a la socialización a través de la construcción de varios auto-conceptos e identidades específicas, que varían situacionalmente. Por otra parte, los recursos intangibles incluyen cogniciones y habilidades que se generan a partir de las interacciones. Representan formas exitosas de intercambio que serán utilizadas por el individuo en subsiguientes intercambios (representan las capacidades sintéticas y ejecutivas del Yo en términos del discurso de Erik Erikson; en el de Pierre Bourdieu, representan el Capital Cultural Incorporado. Son estos recursos los que dan pié a hablar de estilo de identidad, tal como lo formula Michael Berzonsky, como veremos en el siguiente apartado.) El Capital de Identidad es una adquisición, es el conjunto de activos que un individuo „acumula‟ biográficamente en un determinado momento a partir de sus intercambios sociales. Activos que definen y operan en favor de su propia imagen ante sí mismo y ante los demás. En otras palabras, es la construcción de imágenes de uno mismo, más o menos duraderas, a partir de la imagen que proyectamos a los demás y que son aprobadas (o no) por ellos, en situaciones específicas. Podemos decir que la configuración particular que cada individuo construye puede entenderse como su identidad, más particularmente “su estilo identitario”. La noción de capital de identidad representa una herramienta útil para entender la situación de transición que viven las personas que estudian una carrera universitaria. Nos da luz para aproximarnos a la realidad de las diferencias manifiestas en tales experiencias, sin reducir el análisis a una visión voluntarista de sujeto, o a una visión determinista de agente, y sí a una conceptualización del actor social, ubicada entre el determinismo y la libertad, en el sentido expresado por Giménez (2006). Como se comentó antes, esta metáfora de capital de Identidad representa una posibilidad de integrar los enfoques de la sociología y la psicología, incluso el antropológico, si consideramos las ideas de Barth (en Jenkins, 2004), ya que enfatiza el análisis de la Identidad Social y la Identidad Personal (Schwartz, 2001). 2.3.2. El Estilo de Identidad. Otro concepto utilizado en la literatura para dar cuenta de la formación y mantenimiento de la identidad es el de Estilo de Identidad. Éste es un constructo que se refiere al uso preferencial de una estrategia de solución de problemas o un mecanismo de afrontamiento (Schwartz, 2001). Es decir, representa un modo usado por la persona para enfrentarse a situaciones cotidianas que tienen un impacto significativo sobre su identidad personal y su biografía. De acuerdo con Berzonsky (1989, 1992) quien lo desarrolló como una extensión del Paradigma del Status de Identidad de James Marcia (1966, 1989), la orientación o estilo adoptado por la persona tiende a ser una característica conductual estable y resistente al cambio, que se forma en el contexto de las interacciones sociales, es decir, en el micro-universo social. Se han identificado tres modos o estilos consistentes, también llamados Orientaciones. El estilo aparentemente más adaptativo es el llamado Informativo, también llamado Orientado por la Información, el empleo de éste se caracteriza por la búsqueda de información y el afrontamiento centrado en el problema, la exploración activa, el establecimiento flexible de compromisos, la necesidad de cognición, y altos niveles de autoestima. Por otra parte, el estilo Normativo representa la imitación y la conformidad. 32 Involucra un enfoque cerrado, de compromiso rígido y dogmático, un concepto estable de sí mismo, y la supresión de la exploración. Se basa en la dependencia de figuras de autoridad y en otros actores significativos, por lo general aquellos de quienes se imitan sus estándares. En este sentido, quienes emplean el estilo normativo procuran evitar el enfrentarse con información que “entre en conflicto con sus valores, por lo que pueden resistir el cambio lo más posible” (Schwartz, 2001:23). El tercer estilo, el Difuso o Evasivo, representa evitación y no compromiso. Se expresa como un enfoque de „cosa por cosa‟, e involucra una estrategia de afrontamiento centrada en la emoción. Se asocia con bajos niveles de compromiso, a menos que las circunstancias obliguen a asumirlos, con baja autoestima y con auto-concepto inestable. Suele también asociarse con poner poca atención en el futuro o en las consecuencias a largo plazo de las elecciones realizadas. Aunque las personas que lo muestran se llegan a involucrar con exploraciones, éstas suelen ser desordenadas y caprichosas. La formulación de Berzonsky sobre estilo, viene a darle una dimensión comportamental o de proceso a la noción psicosocial de status de la identidad formulada por James Marcia (Schwartz, 2001; Streitmatter, 1993). En gran medida esta visión de proceso resultó influida por el auge del pensamiento cognoscitivista que se dio al inicio de la segunda mitad del siglo XX. Su idea de estilo recaptura la de Erikson cuando éste se refiere a la Identidad del Yo para diferenciarla de la Identidad Personal, definiéndola como: “la consciencia del hecho de que existe una singularidad y continuidad…del Yo, el estilo de la propia individualidad, y éste coincide con la singularidad y continuidad del propio significado de uno para los demás en la comunidad inmediata (Erikson, 1968, en Côté, 2006:7). Berzonsky (1992) ha sugerido que las personas difieren en los procesos sociocognoscitivos que utilizan para formar y mantener sus identidades. Se supone que estos procesos operan en tres niveles. El más básico involucra unidades de respuestas cognitivas y de comportamiento utilizadas cuando se afrontan aspectos de la auto-definición. El nivel intermedio abarca conjuntos organizados de estas unidades –esquemas- llamados estrategias socio-cognoscitivas. El nivel más general involucra los estilos de identidad, que se refieren a estrategias usadas típicamente, o son preferidas para manejar conflictos de identidad (Berzonsky, 1992; Berzonsky, Nurmi, Kinney, y Tammi, 1999). Este marco de referencia teórico permite aproximarse al análisis de los microintercambios entre sujetos sociales y entre sujetos, grupos y colectivos, es decir, al plano en el que se manifiestan tanto aspectos relacionados con la Identidad Individual (la acción deliberada, por ejemplo), como de la Identidad Personal (manifestación de preferencias, modos o estilos de individualidad). Es esta noción de estilo como una forma acostumbrada de enfocar (o de dejar pasar) los asuntos cotidianos la que representa una visión de proceso en la construcción y mantenimiento del propio sentido de sí mismo (identidad) que hace eco al sentido original planteado por Erikson. Cuenta con respaldo empírico en su aplicación con individuos adultos o que viven la transición hacia la adultez. Como herramienta conceptual, la propuesta de Berzonsky permite incorporar en la misma explicación el desarrollo de la identidad individual y la identidad personal, por lo que representa una forma de integración entre la persona y el contexto. 33 2.3.3. El origen y la aplicación de ambas nociones. Ambos, el de Capital de Identidad (Côté, 1996, 1997) y el de Estilo de Identidad (Berzonsky, 1989, 1992), provienen de un antepasado conceptual común (Schwartz, 2001), el llamado Paradigma del Status de Identidad (Marcia, 1966, 1989), que a su vez es una extensión del trabajo pionero de Erik Erikson sobre el desarrollo de la Identidad. Desde esta perspectiva, se considera que las personas sometidas a presiones adaptativas que producen incertidumbre, pero que a la vez cuentan con oportunidades para superarlas (como en el caso del contexto universitario), enfrentarán de mejor manera importantes momentos en su biografía. La formulación de Marcia es y continúa siendo un esfuerzo importante de operacionalización del pensamiento de Erikson; se dice que ha sido el planteamiento teórico que ha generado mayor cantidad de trabajo empírico sobre el tema de la identidad, tanto en la psicología como en la sociología (Côté y Levine, 2002; Côté, 2006). Marcia consideró que en vez de la dimensión bipolar de crisis-resolución, propia de la adolescencia considerada por Erikson, la formación de la identidad podía entenderse mejor al considerar el entrecruzamiento de dos dimensiones, la exploración y el compromiso. Dicho entrecruzamiento da lugar a la formación de cuatro estadios o momentos en el desarrollo de la identidad. Las etapas fueron caracterizadas mediante la combinación de presencia-ausencia de las dos dimensiones: la más adaptativa, y que manifiesta el mayor desarrollo psico-social es la etapa de Identidad Consolidada (Exploración y Compromisos personales realizados, con resultados adaptativos asociado con logro); la siguiente es la etapa de Identidad en Moratoria o Demorada, (Exploración presente, pero no compromiso; se permanece en constante búsqueda a pesar de la incertidumbre); le seguiría la etapa de Identidad Cerrada o Adoptada6 (No exploración personal y compromiso basado en la adopción de estándares ajenos; asociada con pensamiento conservador y rigidez); finalmente, la etapa de la identidad menos adaptativa es la de Identidad Difusa (No exploración y no compromiso asumidos; asociado con apatía y distanciamiento emocional). Esta formulación actualmente se considera más una tipología de carácter que una visión de etapas secuenciales como en su pretensión inicial, y cada tipo ha sido asociado a distintos conjuntos de rasgos de personalidad (Berzonsky, 1997, 2003; Schwartz, 2001). El de Berzonsky representa una extensión del modelo de Marcia, en tanto que el de Côté representa una expansión (Schwartz, 2001). En ese sentido, al utilizar ambos como marco de referencia para interpretar los fenómenos de la identidad, se hace eco a la necesidad buscar un enfoque integrador, que permita el establecimiento de una taxonomía convencional para el estudio del tema, y que según Côté (2006; y Côté y Levine, 2002) se vislumbra como una empresa posible desde la psicología social de orientación sociológica. Como ya se dijo, la taxonomía multidimensional de la identidad reconoce como legítimas las manifestaciones de la identidad en tres planos u órdenes de análisis (Côté y Levine, 2002; Jenkins, 2004): la subjetividad del individuo (identidad individual, u orden de la 6 Se tradujo del término Forclosed status en el original. 34 personalidad), los patrones de comportamiento específicos de la persona (identidad personal, u orden interactivo), y el de la membresía del individuo en grupos sociales (identidad social, u orden institucional). Primero y segundo órdenes son capturados por el constructo Estilo de Identidad, en tanto que segundo y tercero lo son por el modelo Capital de Identidad. 2.3.4. Hallazgos de investigación desde la Teoría de los Estilos de Identidad. La investigación sobre el desarrollo de la identidad en estudiantes universitarios tiene ya una tradición de más de 40 años en países anglosajones (Marcia, 1966; Berzonsky, 1989; Schwartz, 2001; Côté y Levine, 2002; Côté, 2006). En dicha tradición se han desarrollado propuestas teórico-metodológicas diversas. En la investigación con individuos que enfrentan transiciones, como es el caso de universitarios (Côté, 1997; Côté y Levine, 1997, 2002) se han identificado al menos dos tipos de estrategias con las que las personas abordan las tareas de formación de su identidad ante la exigencia de individualización propia de la sociedad contemporánea. Una de aceptación pasiva, y otra de adaptación activa. A nivel individual, la respuesta pasiva parece más extendida e involucra el seguimiento irreflexivo de las contingencias prescritas institucionalmente, el consentimiento de la manipulación de la identidad que caracteriza a la sociedad consumista-corporativista y a la cultura de las „modas‟ juveniles producidas por ésta. Esta forma ha sido llamada individualización pasiva o por defecto, y en términos comunes se percibe como una estrategia de acción de „mínimo esfuerzo‟. En contraste, otros individuos asumen una respuesta activa, y se involucran en su propio crecimiento personal, lo que implica arriesgarse a tomar rutas de desarrollo y patrones de logro social y ocupacional más desafiantes. Este patrón activo es llamado individualización por desarrollo (Côté, 1996, 1997). Se ha observado que tanto una como otra ruta involucran Estilos de Identidad distintivos, por lo que el tema se convierte en una posibilidad de investigación muy concreta. En la base del interés por estudiar estos fenómenos se halla el siguiente razonamiento: hay individuos que afrontan las incertidumbres de la sociedad actual y lo hacen de forma adaptativa, si estudiamos esos modos podremos identificarlos y caracterizarlos, de manera que así podremos ayudar a aquellos otros que asumen una individualización por defecto a desarrollar su potencial mediante una individualización por desarrollo. Estudiar los estilos por las personas brinda la oportunidad de explorar el valor heurístico tanto del constructo Capital de Identidad como del de Estilo de Identidad, pues ambos incorporan recursos intangibles valiosos para el desarrollo de la Identidad. De acuerdo con las revisiones que se han hecho de la literatura (Berzonsky y Adams, 1999; Schwartz, 2001, van Hoof, 1999) se han encontrado relaciones estadísticamente significativas entre los estilos de identidad y dimensiones de la motivación y de personalidad tales como: necesidad de conocimiento, apertura a la experiencia, necesidad de estructura, y evitación defensiva. Estas diferencias no se han hallado asociadas con resultados de pruebas de funcionamiento intelectual, ni de rendimiento académico (Berzonsky, 1993; Berzonsky y Ferrari, 1996). 35 En su mayoría, esta investigación ha sido realizada con jóvenes de reciente ingreso a la universidad. De acuerdo con la idea original de Erikson (1968), Berzonsky (1989) y Côté y Levine (1988a, 2002) plantean que estos jóvenes se encuentran viviendo una moratoria „institucionalizada‟ o socialmente validada, en la que tienen la oportunidad de explorar distintas alternativas sobre su identidad (personal, social y profesional) sin la presión de asumir compromisos urgentes. Los hallazgos muestran relaciones confiables entre status y estilos de identidad: individuos en los status de identidad Consolidado y Demorado utilizan la orientación a la información; aquellos en status de Identidad Ajena o Adoptada tienden a depender de una orientación normativa; en tanto que los del status Difuso utilizan una orientación evasiva (Berzonsky, 1993; Berzonsky y Kuk, 2000; Berzonsky y Neimeyer, 1994; Berzonsky y Adams, 1999; Schwartz, Côté, y Arnett, 2005; Schwartz, Mullis, Waterman, y Dunham, 2000; Streitmatter, 1993). Berzonsky (1994) encontró que las personas que sustentan orientaciones basadas en la información tienden a definirse a sí mismas en términos de atributos personales (mis ideas, mis valores, mis metas), en tanto que los del tipo normativo lo hacen principalmente en base a atributos colectivos (mi religión, mi familia). Las que muestran una orientación evasiva, tienden a describirse a sí mismas en términos de consideraciones sociales tales como „lo que piensen de mí‟, lo que puede estar en la base de su volubilidad en distintas situaciones. Otros hallazgos muestran que la orientación Difusa está asociada con esfuerzos de afrontamiento controlados por otros; con técnicas de evitación para el manejo del estrés; con decisiones postergadas; conciencia introspectiva limitada, y con auto-definición basada socialmente (Adams, et al., 2001; Berzonsky y Neimeyer, 1994; Berzonsky y Sullivan, 1992; Berzonsky y Kuk, 2000). También, se ha hallado que una orientación Normativa está relacionada con una elevada tendencia a cerrarse a información que amenaza con invalidar “áreas esenciales” del Yo, tales como los valores personales (Adams, et al., 2001; Berzonsky, 1994; Berzonsky y Sullivan, 1992; Streitmatter, 1993). La orientación de procesamiento Informativa se ha encontrado asociada con una elevada auto-exploración; con sistemas familiares individualizados; con estrategias de afrontamiento centradas en el problema (Berzonsky, y Neimeyer, 1994; Kerpelman, Pittman, y Adler-Baeder, 2009), y con varias dimensiones socio-cognitivas que incluyen un estilo racional epistémico, con apertura a ideas y valores, necesidad de cognición, e introspección (Berzonsky y Sullivan, 1992). Clancy-Dollinger (1995) reporta diversas relaciones significativas entre los estilos de identidad y una de las medidas más comunes de rasgos de personalidad. Berzonsky y Kuk (2000) discuten que sus hallazgos sugieren que el Estilo Informativo resultó ser el recurso más adaptativo al medio universitario, y que el Estilo Difuso/Evasivo el más relacionado con dificultades de integración. Así mismo, concluyeron que aunque las asociaciones empíricas resultantes fueron significativas, los constructos de status de identidad y estilo de identidad no resultan sinónimos. Berzonsky (1989, 1997) no reportó diferencias significativas entre sexo y estilos, pero en otro estudio (Berzonsky, 1992) encontró diferencias relacionadas con el sexo de los 36 participantes sólo en el Estilo Difuso. En este último reporte discutió que no obstante las diferencias en puntajes intra-sujeto relativas a sus preferencias, la comparación inter-grupos mostró el mismo patrón: puntajes de Estilo Informativo mayores que los de los Estilos Normativo y Estilo Difuso, y éstos menores que los Normativos. En un estudio diseñado para estudiar las relaciones entre los estilos y las estrategias usadas por jóvenes para enfrentar situaciones en contextos de logro y afiliativos Berzonsky, Nurmi, Kinney y Tammi (1999) encontraron efectos diferenciales significativos basados en el estilo, aunque no se presentaron efectos interactivos estilo x género. Recientemente Berzonsky (2008) encontró evidencias que reafirman hallazgos anteriores respecto a las asociaciones entre los estilos y formas de procesamiento racional e intuitivo, lo que contribuye a la idea de que la identidad no se trata sólo de un tipo racional de procesamiento, y de que el componente de compromiso es un importante mediador en el procesamiento de aspectos de la identidad. Por otra parte Boyd, Hunt, Kandell y Lucas (2003) reportan diferencias estadísticamente significativas entre hombres y mujeres universitarios de nuevo ingreso en dos de las tres orientaciones: los puntajes de ellas resultaron más altos que los de ellos en estilo Informativo, mientras que ellos fueron más altos en el estilo Difuso. Berzonsky y Kuk (2000) mostraron que la orientación o estilo de identidad fue el factor mediador entre la adaptación de los jóvenes a las demandas del medio académico y social de la universidad y el status de identidad, resultando el estilo u orientación a la información el que mejor predijo la adaptación, mientras que el estilo evasivo el que predijo dificultades para hacer frente a las demandas en dicho medio. Adams, Ryan y Keating (2000) estudiando las relaciones entre status de identidad, estilo de identidad y las influencias del contexto universitario, han asumido este modelo en el que las cogniciones sociales relativas a la orientación o estilo de identidad constituyen un importante factor mediador. Sus hallazgos apoyaron la viabilidad de este modelo mediacional. Entre otros, sus resultados mostraron que el ambiente de rigor académico y de apoyo para el trabajo fue un factor que influyó en el decremento en el estilo Evasivo, en el incremento concomitante en la auto-reflexión, propia de los status Consolidado y Demorado, y en el aprovechamiento académico. Encontraron también que el estilo evasivo obtuvo correlaciones positivas con el status difuso, y negativas con el aprovechamiento académico. En general, de acuerdo con la revisión de Berzonsky y Adams (1999), en la investigación realizada con jóvenes universitarios, las diferencias significativas en las preferencias relacionadas con los tres estilos han estado más vinculadas a variables motivacionales y de personalidad que a variables de capacidad y funcionamiento intelectual. Estos hallazgos justifican la profundización del estudio acerca del rol de los estilos de identidad entre jóvenes que acceden al contexto universitario. Kerpelman, Pittman, y Adler-Beader (2008) discuten que estas relaciones entre los procesos mediante los cuales las personas abordan sus asuntos y toman decisiones, y los dominios relevantes en los que basan sus identidades constituyen una área de indagación que requiere de atención sostenida, pues la posibilidad de que los factores que amenazan a 37 la propia identidad y a la autoestima puedan estar moderados por la forma en la que codificamos e interpretamos la realidad. El medio universitario provee de oportunidades que enriquecen la moratoria social en la que se hallan los jóvenes en el sentido de ofrecer opciones ocupacionales e ideológicas, a la vez que promueve la exploración y la formulación de compromisos. Estas interacciones son las que contextualizan el desarrollo de sus Identidades. Podemos apreciar que la tipificación propuesta por Berzonsky, que explica el papel de las diferencias individuales desde una perspectiva cognitivo social, es congruente con la noción sociopsicológica de Capital de Identidad propuesta por Côté, por lo que ambas son herramientas útiles para el estudio de las formas en que los estudiantes experimentan su proceso de transición en las IES. Nuestro trabajo de investigación, está informado por este marco teórico para el abordaje analítico de la experiencia de integración de los jóvenes a la universidad. De dicho proceso interesa observar cómo los jóvenes negocian su identidad personal (la que se halla en la confluencia de las influencias del contexto social y los factores del individuo), y la influencia que dicho proceso tiene sobre las decisiones futuras de éstos. En la siguiente sección se presentan los instrumentos con que se ha investigado la formación y desarrollo de la identidad desde la perspectiva socio-psicológica de la Psicología Social y que se emplearon en nuestra investigación. 2.3.5. Modelos de medición del Status de Identidad y del Estilo de Identidad7. El modelo de medición usado en un estudio hace referencia a los instrumentos con los que se obtendrán los datos. Los cuestionarios representan las formas de operacionalizar los constructos de interés, y su selección se basa en un marco conceptual. El estudio sistemático acerca del desarrollo de la identidad, desde la formulación inicial del Paradigma del Status de Identidad de James Marcia a mediados de la década de 1960, ha producido dos tipos de trabajos. Los que tienen el propósito de extender dicho paradigma, interesados en el planteamiento de preguntas de investigación sobre aspectos que el modelo inicial no abarcó o atendió marginalmente, y los modelos de expansión, más interesados en la reformulación y puesta a prueba de nuevos constructos (Scwhartz, 2001). Dentro de los primeros es donde se ubica la formulación de Michael Berzonsky expuesta en el capítulo 2. Su agenda de investigación se concentra en identificar los procesos socio-psicológicos que se hallan en la base de la formación y mantenimiento de la identidad. En dicha agenda, uno de los objetivos ha sido la creación de instrumentos para la operacionalización de los constructos. A continuación se incluye una breve presentación de los cuestionarios empleados en la fase cuantitativa de nuestra investigación. Después de presentados los instrumentos se incluye una breve reseña de los hallazgos obtenidos en este enfoque de investigación de corte cuantitativo. 7 En el Anexo 1 de este documento se proporcionan datos más extensos sobre las características y propiedades psicométricas de los cuestionarios empleados, así como las versiones originales y las correspondientes traducciones empleadas. 38 2.3.5.1. El Inventario de Estilos de Identidad 3. (Identity Style Inventory-38). Una de las herramientas utilizadas ampliamente por la investigación inspirada por el modelo de proceso es el Inventario de Estilos de Identidad (Identity Style Inventory-3) (Berzonsky, 1989, 1992). El ISI-3 es un cuestionario diseñado para medir las preferencias u orientaciones que las personas reportan respecto a sus percepciones y formas de enfrentar situaciones relacionadas con la construcción y reconstrucción de su Identidad (Berzonsky, 1989; Berzonsky y Adams, 1999). Este instrumento ha sido utilizado extensivamente con muestras de estudiantes universitarios estadounidenses y canadienses, y aunque también se ha adaptado su uso con estudiantes de otras nacionalidades e idiomas: finlandeses (Berzonsky, Nurmi, Kinney y Tammi, 1999), belgas (Soenens, Duriez, y Goosens, 2005), griegos (Vleioras, G, 2007), e italianos (Crocetti, Rubini, Berzonsky y Meeus, 2009). A la fecha no se tiene conocimiento de algún reporte en el que se haya traducido para estudiantes hispanos. Por ello, uno de los objetivos de este trabajo fue realizar la traducción y adaptación del cuestionario para utilizarlo con una muestra mexicana de estudiantes universitarios, evaluar sus propiedades psicométricas y su validez de constructo. El trabajo continuado con muestras de jóvenes universitarios permitirá que se cuente con una herramienta válida y confiable para la identificación de las preferencias sociocognitivas al enfrentar los asuntos de la formación de la identidad, que podrá ser utilizado para estudiar las relaciones entre tales procesos y distintas variables de resultado, tales como desempeño académico, desempeño social, permanencia en los estudios, bienestar psicológico, entre otras. Para los fines de este estudio, se tradujo del inglés la versión compuesta por 40 enunciados (Berzonsky 1997b), proporcionada directamente por su autor. El trabajo fue supervisado y aprobado por el servicio de traducción del Departamento de Lenguas Extranjeras de la Universidad, y por dos investigadores independientes que revisaron la adecuación del lenguaje. Para el análisis estructural del cuestionario se utilizaron los procedimientos multivariados que en conjunto se denominan Análisis Factorial Exploratorio con el fin de evaluar distintos tipos de validez de constructo siguiendo el planteamiento de Jane Loevinger (citada por Slaney, 2006): estructural, externa; y también la concurrente (Pedhazur y Pedhazur, 1991). 2.3.5.2. El Cuestionario de Procesos de Identidad del Ego (Ego Identity Processes Questionnaire) Dentro del área de investigación sobre identidad, sobre todo la informada por el Paradigma del status de la Identidad (Marcia, 1966, 1980) dos de los instrumentos que se utilizan con mayor frecuencia (Phillips, 2009) como parte del modelo de medición sobre Exploración y Compromiso, que son las dimensiones básicas en la formación y mantenimiento de la identidad, son: el Cuestionario Ampliado del Status de Identidad del Ego (Extended Objective Measure of Ego Identity Status, EOMEIS) de Grotevant y Adams 8 El 3 se refiere a que se trata de la tercera versión. Actualmente su autor trabaja en una cuarta versión acortada a 33 enunciados, trabajando con colaboradores belgas. 39 (1984; Bennion y Adams, 1986), y el Cuestionario de Procesos de Identidad del Ego (Ego Identity Process Questionnaire, EIPQ) de Balistreri, Busch-Rossnagel y Geisinger, (1995). Se eligió la versión de Balistreri y otros (1995) para producir una versión en español, y se procedió siguiendo el mismo protocolo utilizado para la traducción del ISI-3 ya descrito. Al igual que en el ISI-3, en la versión traducida del cuestionario se mantuvieron los contenidos de los reactivos del original, con ajustes menores en la redacción. Los datos resultantes de la aplicación de este cuestionario se utilizaron para la evaluación de la validez de contenido estructural del la versión en español del ISI-3. 2.3.5.3. El Cuestionario de Deseabilidad Social. La Escala de Deseabilidad Social de Marlowe y Crowne (1960) es en la actualidad el instrumento más popular para medir el constructo de Deseabilidad Social (Cosetino y Castro, 2008; Phillips, 2009), se han hecho diversas traducciones y adaptaciones culturales del original en diferentes áreas de investigación en psicología y medicina. El constructo de Deseabilidad Social (DS) se define como la “necesidad de los sujetos por obtener aprobación respondiendo de un modo culturalmente aceptable y apropiado” (Cosetino y Castro, 2008). La DS es uno de los factores que puede ser en parte responsable de que las pruebas de personalidad o de rendimiento típico posean propiedades psicométricas menos robustas que las pruebas de potencia o rendimiento máximo (Ferrando y Chico, 2000). Aunque existen versiones cortas de la escala (por ejemplo, Phillips, 2009 empleó la de 10 reactivos de Strahan y Gerbasi), en nuestro estudio se eligió la versión de Ferrando y Chico (2000) a fin de estudiar las correlaciones entre sus reactivos y los del ISI-3 y poder determinar si las respuestas a éste poseen el sesgo de la deseabilidad, considerando que la situación en la que los participantes respondieron los cuestionarios representa una de mediana presión social. 2.3.5.4. Hallazgos de investigación desde la perspectiva del heurístico Capital de Identidad. Aunque en nuestra investigación no aplicamos ninguna de los cuestionarios empleados en el estudio del heurístico Capital de Identidad, pues no era objetivo revisar su estructura, sí vale la pena comentar acerca del modelo de medición propuesto por su autor. Como ya señalamos, el Capital de Identidad es un concepto heurístico surgido desde la sociología para explicar la individualización (Côté 1996, 1997; Côté y Levine 2002), que se refiere a los recursos puestos en operación por el individuo para negociar socialmente su identidad, tratando de lograr la inserción en grupos para él significativos. El constructo permite una aproximación a los procesos de formación, mantenimiento y transformación de la identidad personal, es decir, a los intercambios en el nivel micro-social de las relaciones del individuo y sus contextos de desarrollo. Al considerar que este capital lo conforman los recursos tangibles y los intangibles, el modelo de medición empírica trata de identificar si un individuo los posee para manifestar una orientación activa (o pasiva) en la adaptación a sus ambientes durante su transición a la vida adulta. 40 En la literatura sólo encontramos dos referencias en las que se reporta el uso de este constructo. El reporte de Côté (1997), y el de Schwartz (2007). El de Côté fue la primera operacionalización del constructo, el segundo una expansión de dicho trabajo al relacionarlo con el constructo de Estilo de Identidad y el de Status de Identidad. En tal operacionalización, se incorporaron medidas tanto de los recursos tangibles como de los intangibles. En el reporte de Côté (1997) se presentan resultados alentadores respecto al uso del heurístico, sobre todo en la predicción de adquisición de capital de identidad a partir de los recursos intangibles, que fueron operacionalizados mediante las respuestas a la Escala Multidimensional de Personalidad Auto-determinada o „Agencia‟ (Multimeasure Agentic Personality Scale, MAPS). También, reportaron correlaciones positivas significativas, aunque de moderadas a bajas, entre los indicadores de capital humano y los de agencia. El resto de las asociaciones estudiadas resultaron muy bajas y no significativas en la muestra estudiada, por lo que recomienda continuar explorando las posibilidades. Las conclusiones de Schwartz (2007) fueron que, aunque el „capital de identidad‟, la „síntesis de identidad‟, y el „status de identidad‟, se traslapan y por ello pueden ser interpretados bajo la lógica de un factor de segundo orden denominado „Consolidación de la Identidad‟, cada uno posee variabilidad propia o no compartida que debe considerarse. Además, que deben realizarse más estudios confirmatorios antes de decidir sobre la generalización del constructo „Consolidación de la Identidad‟. Como podemos apreciar, la noción de Capital de Identidad apenas es emergente, aunque se vincula con las otras metáforas de capital que han sido empleadas en las ciencias sociales 9. Resulta necesario seguir las recomendaciones de sus defensores para probar su potencia explicativa. En el siguiente capítulo abordaremos el tema relacionado con la justificación metodológica de nuestra investigación. Presentaremos el enfoque de los diseños mixtos o combinados, su tipología y el diseño con el que abordamos el estudio de las estrategias de adaptación de los jóvenes a la universidad. 9 Para una revisión del empleo de distintas metáforas de capital ver Côté (1997; 2005); Côté y Levine (2002); Falk y Kilpatrick (2000); Leary (1994); Mills (2008); Svendsen y Svendsen (2000); Vizcarra (2002). 41 Capítulo 3. Abordaje de la multi-dimensionalidad. Como vimos en el capítulo anterior, el estudio de la adaptación de los jóvenes a su ingreso a la universidad representa un área de indagación en la que se manifiestan distintas dimensiones de interés. Esta multiplicidad de dimensiones requiere del concurso de estrategias metodológicas también diversas, que aporten información relevante para explicar tanto las similitudes entre la diversidad (orientación nomotética de la investigación), como las diferencias entre las similitudes (orientación ideográfica). La complejidad del fenómeno hace necesarias ambas orientaciones, aspecto que, como veremos, ha sido considerado y recomendado desde los inicios, pero no siempre ha sido conjuntado. La perspectiva de investigación de los diseños combinados o mixtos (Creswell y Plano-Clark, 2007; Teddlie y Tashakkori, 2009), que se originó en los años sesentas y que adquirió fuerza a finales de los noventas del siglo XX, ofrece en la actualidad una opción cada vez más reconocida para integrar las potencialidades de ambas orientaciones. Este movimiento filosófico, teórico, metodológico, axiológico y aplicado, permite superar la visión dicotómica “cuantitativo-cualitativo”, que se popularizó en el período comprendido entre 1975 y 1995, y que surgió del trabajo sobre paradigmas en pugna iniciada por Thomas S. Khun en la década de 1960. Esta “tercera comunidad de investigación” (Teddlie yTashakkori, 2009:4) asume la tesis de la compatibilidad, que subyace a la visión o paradigma pragmático que actualmente empieza a dominar a práctica de la investigación. La piedra angular de este paradigma establece que “la combinación de métodos cuantitativos y cualitativos es apropiada y niega que tal maridaje es epistemológicamente incorrecto” (Teddlie y Tashakkori, 2009:15). 3.1. La estrategia metodológica de los diseños Combinados: Definición y clasificación. Las posibilidades de métodos de investigación en las ciencias sociales son variadas, entre las opciones de tipo cuantitativo y cualitativo. En la actualidad, y entre diversos campos de investigación como la sociología, la salud, la administración, la evaluación y la educación, se observa la tendencia entre muchos investigadores de combinar ambos tipos en los llamados Diseños Combinados o Mixtos. Este tipo de diseños da a los investigadores un enfoque riguroso para responder sus preguntas de investigación (Creswell y Plano-Clark, 2007:xv). Desde hace relativamente muy poco tiempo, estos diseños están disponibles para el investigador en ciencias sociales y humanidades junto con los experimentos, las investigaciones a través de encuestas, las etnografías, los estudios de caso, entre otras opciones. Esta sección sigue el planteamiento que hacen John Creswell y Vicky Plano-Clark (2007) sobre este enfoque metodológico. A pesar de que la recolección de datos de corte cuantitativo y cualitativo en un mismo estudio no resulta una novedad, hacerlo desde la perspectiva de este tipo de diseños sí resulta metodológicamente distintivo. Esta novedad incluye formas distintas de combinar los datos, tipos diferentes de diseños de investigación, una nueva terminología, maneras de representar y comunicar los procedimientos, así como nuevos desafíos y temas relativos a la validez y confiabilidad de los procedimientos y resultados. 42 De acuerdo con los especialistas, este movimiento tomó fuerza desde mediados de la década de 1990. Los diseños con Métodos Combinados han estado presentes, de una u otra manera, desde finales de la década de 1950, y fue Sieber (1973) quien utilizó por primera vez una combinación de encuesta y entrevista en una investigación (Creswell y Plano Clark, 2007:14). La definición convencional de este enfoque de trabajo señala que es la “investigación en la que se recolecta, analiza, combina, y de la que se extraen inferencias a partir de… datos, cuantitativos y cualitativos, en un mismo estudio o programa de investigación.” (Journal of Mixed Methods Research, 2006). Este enfoque cuenta cada vez con mayor aceptación en los círculos de investigación social, de manera que algunos de sus principales promotores concluyen que “observamos un interés internacional, transcultural, e interdisciplinario, [además de] posibilidades para la publicación especializada, y fondos públicos y privados para apoyar estas iniciativas (Creswell y Plano Clark, 2007:18). Siguiendo la exposición de Creswell, los diseños de investigación se refieren al plan de acción que vincula los supuestos filosóficos del investigador con los métodos específicos que elige para responder sus preguntas. En dicho sentido, propone una definición de trabajo para este enfoque metodológico, diciendo que “… combina supuestos filosóficos con métodos de indagación. En tanto metodología, implica supuestos filosóficos que guían la dirección con la que se recolectan y analizan los datos y la combinación de aproximaciones cualitativas y cuantitativas en muchas fases del proceso de investigación. En tanto método, se concentra en la recolección, análisis, y combinación tanto de datos cuantitativos como cualitativos en un solo estudio o en una serie de estudios. Su premisa central es que el uso de ambas aproximaciones en combinación proporcionan una mejor comprensión de los problemas bajo investigación que lo que aportarían de manera aislada” (Creswell y Plano-Clark, 2007:5, itálicas añadidas). Ya en un capítulo anterior especificamos que nuestro trabajo se apoyaba en varios supuestos meta-teóricos, entre los que se encontraba el del construccionismo pragmático aplicado a la investigación, que corresponde a la segunda caracterización formulada en el párrafo anterior. A continuación se delinean las características de los diseños con métodos combinados en general, para luego presentar el tipo particular con el que se trabajó en nuestra investigación. 3.1.1. ¿En qué consisten los Diseños Combinados? La característica distintiva de los diseños combinados es, precisamente, la integración de métodos (Creswell, Plano-Clark, Guttman y Hanson, 2003). Lo que mejor distingue a la investigación cuantitativa de la cualitativa es el tipo de datos que recolectan y analizan. Mientras que la investigación cuantitativa utiliza datos „cerrados‟ (por ejemplo respuestas a cuestionarios con preguntas en formato tipo Likert), los datos cualitativos o „abiertos‟ provienen de entrevistas a los participantes; de observaciones realizadas por el investigador; o de documentos diversos tomados como evidencias. El registro de éstos suele ser en forma de textos o imágenes. Mientras que el análisis de los datos cuantitativos se realiza mediante procedimientos estadísticos, el de los cualitativos consiste en conjuntar los textos y/o las imágenes en categorías; en ambos casos, el análisis de los resultados se orienta a responder las preguntas 43 del investigador. Si la combinación es el aspecto central de este tipo de diseños, ésta puede presentarse de tres maneras, tal como se observa en el diagrama de la Figura 2. Sin embargo, no basta con recolectar datos de ambos tipos, ya que éstos deben ser combinados de alguna manera con la finalidad de superar las limitaciones propias de unos y otros cuando se utilizan por separado. En la combinación por mezcla, la convergencia de los dos conjuntos de datos se da al considerarlos de forma simultánea en la fase de interpretación. En la combinación por conexión, un tipo se elabora a partir de los resultados del otro conjunto, de manera sucesiva. En la Combinación Anidada un tipo de datos juega el rol de apoyo o soporte del otro, por lo general de manera simultánea. El enfoque de diseños combinados busca: a. Superar las limitaciones de los cuantitativos. Se dice que la debilidad de los métodos cuantitativos es su insensibilidad al contexto de medición y la consideración restringida de las respuestas de los participantes. Por otra parte, de los cualitativos se dice que la debilidad está en el sesgo que impone el investigador, y en la limitada generalizabilidad de los resultados. El uso combinado de ambas permite contrarrestar estas debilidades particulares. b. Responder preguntas que no pueden ser abordadas mediante uno u otro enfoque por separado. Además de que en conjunto aportan mayores evidencias (siempre y cuando se mezclen, combinen o se vinculen por anidación). 44 c. Propiciar una mayor colaboración entre investigadores, tendiendo puentes para la integración disciplinaria al promover la filosofía de investigación del pragmatismo, es decir, la que sostiene que la pregunta de investigación es la que debe determinar la selección de métodos, el tipo de datos, y la combinación de inducción y deducción para lograr una mejor comprensión del mundo. En la actualidad, dos factores que han contribuido al crecimiento y aceptación de este enfoque combinado, de tal suerte que incluso durante los años noventas ha sido llamado „la tercera ola metodológica‟ (Tashakkori y Teddlie, 2003), han sido: la complejidad en la formulación de los problemas de investigación, merced de la creciente complejidad en la discusión paradigmática; y la necesidad de mayor sofisticación en la recolección y análisis de evidencias concomitante. Desde la perspectiva de la investigación en educación (Pascarella, 2006) la utilización de los diseños combinados representa una tarea a cumplir, un tópico que debe anotarse en la agenda del futuro próximo, particularmente en el área de indagación sobre los efectos tanto generales como condicionales de los programas universitarios sobre el desarrollo de los estudiantes. La combinación sistemática de métodos permite no sólo identificar efectos causales a través de los datos cuantitativos, permite acceder a una mayor comprensión del porqué de tales efectos. A continuación se resumen los distintos tipos de diseños combinados de acuerdo con la clasificación de Creswell y Plano-Clark (2007). Esta clasificación ayuda a homogeneizar las distintas clasificaciones y denominaciones que aparecieron en la literatura durante un período entre 1990 y 2005. Según los autores, los diferentes diseños pueden clasificarse en cuatro grandes grupos, dependiendo de la necesidad que se presenta: de Triangulación; Anidados; Explicativos, y Exploratorios. 3.1.2. Tipos de Diseños Combinados Los diseños de Triangulación representan la forma más común y conocida de combinación. Son útiles cuando existe la necesidad de apelar tanto a datos cuantitativos como cualitativos para responder una misma pregunta de investigación. Esto puede presentarse cuando, por separado, ambos tipos de evidencias resulten contradictorias; cuando una u otra resulten insuficientes; o bien cuando se requieran evidencias de distinto nivel. En este tipo de diseños ambos tipos de datos son recolectados en una misma fase y se les asigna la misma importancia relativa. La combinación o conexión se presenta durante el análisis o la interpretación de los resultados, ya sea que los datos cualitativos sirvan para validar o expandir los cuantitativos, o el investigador simplemente los contraste para obtener mayor conocimiento del problema investigado. De este diseño existen las variantes llamadas: triangulación típica; de convergencia; de transformación de datos; de validación de datos cuantitativos; y el multinivel. En los diseños Anidados, un cierto conjunto de datos juega un rol secundario y de soporte para otro conjuntos, que representa el núcleo principal del estudio. Por ello, su utilidad se manifiesta cuando un único conjunto de datos resulta insuficiente debido a que se plantean distintas preguntas de investigación y cada una requiere de datos distintos. Por 45 lo general, se anida un componente cualitativo dentro de un diseño cuantitativo principal con la finalidad de expandir la información, aunque puede darse el caso opuesto; en el primero, el papel subordinado es para los datos cualitativos y en el segundo para los cuantitativos. En estos diseños, la combinación se presenta desde la propia fase de planeación, con la definición del tipo de datos que jugará el papel de suplemento en el planteamiento general. Puede ser que los datos sean recolectados en una misma fase o en fases sucesivas. De acuerdo con Creswell y Plano-Clark (2007), las dos variantes más comunes de este diseño consisten en insertar un componente cualitativo en el marco de un diseño experimental, o en el de un diseño correlacional. Aquí, cada componente permite responder preguntas diferentes, incluso pueden reportarse por separado, aunque en su momento una y otra información sirvan al propósito inicial de uso combinado. Los diseños Explicativos se desarrollan en dos etapas sucesivas. El propósito general es que un conjunto de datos cualitativos ayuden a explicar o a fortalecer los resultados cuantitativos iniciales. Los datos cualitativos resultan útiles para entender resultados estadísticos significativos (o no significativos), resultados extremos, o sospechosos. Pero también puede haber propósitos más deliberados en la base de la decisión de usar este tipo de diseño, también llamado Secuencial Explicativo; por ejemplo, para, con base en los resultados cuantitativos, formar grupos y darles seguimiento mediante métodos cualitativos. O también, para realizar un muestreo más dirigido para la fase cualitativa. En ambos casos, la segunda fase se conecta con la primera en términos de los resultados que se obtienen en ella; la conexión se define desde la formulación inicial. Las dos variantes de este diseño se distinguen por el propósito de la fase de conexión, y son: el modelo explicativo de seguimiento, y el modelo de selección de participantes. Otra distinción es que en la primera variante, el énfasis en la fase de interpretación final es cuantitativo, mientras que en la segunda es cualitativo. Esta segunda variante fue la elegida para el estudio de las estrategias de adaptación de los estudiantes a la vida en la universidad en nuestra investigación. En una sección posterior se ampliará la explicación de sus características. Los diseños Exploratorios representan la imagen en espejo de los anteriores, pues inician con una fase cualitativa seguida de una cuantitativa, también con una interfase que los conecta. Como su nombre lo indica, son útiles en momentos en que es preciso explorar un fenómeno antes de formular preguntas más específicas. Por ejemplo cuando se trata de crear un instrumento de medición, cuando se trata de identificar variables importantes, cuando se quiere generalizar el resultado de un estudio previo a otras poblaciones, cuando se quiere probar una taxonomía o teoría emergente, o cuando se quiere explorar en mayor profundidad un fenómeno (Creswell y Plano-Clark, 2007:75). En general, el énfasis de investigación cuando se emplean se concentra en la fase cualitativa, y sus principales variantes se distinguen, al igual que en los diseños explicativos, por la interfase de conexión y por el énfasis relativo en la interpretación final. Cuando se trata de la variante para construir un instrumento, en la fase de conexión se emplean los datos cualitativos para definir las dimensiones que contendrá el instrumento; 46 en la variante para desarrollar una taxonomía se lleva a cabo un ordenamiento conceptual (Strauss y Corbin, 1998) para conducir el análisis posterior. En el caso de la primera variante, en la fase de interpretación final la ponderación del enfoque cuantitativo es mayor, a diferencia del énfasis cualitativo en la segunda variante. En la Figura 3 se presentan de forma resumida estos cuatro tipos de diseño utilizando la terminología y simbología convencionales. 3.2. Diseño Secuencial Explicativo para investigar las estrategias de adaptación de los estudiantes. De acuerdo con los aspectos meta-teóricos en los que se respalda nuestra investigación, que se expusieron en el capítulo anterior, se le otorga una ponderación igual a los datos cuantitativos y a los cualitativos para interpretación de los resultados, aunque los cualitativos permitirán expandir los hallazgos cuantitativos. El tipo particular de plataforma metodológica que se eligió para ello es la de un Diseño Secuencial Explicativo. Como ya se comentó, en este tipo de diseños por conexión, se incluye una primera fase cuantitativa. En ésta, se recolectaron datos mediante un cuestionario surgido en el marco teórico de la Teoría de los Estilos de Identidad (Berzonsky, 1988, 1992) presentado en el capítulo 2. Los resultados de la aplicación del cuestionario permitieron seleccionar –en la fase intermedia- a un conjunto de participantes con características específicas, sus puntajes en el cuestionario, mediante un procedimiento de muestreo selectivo. Los participantes seleccionados participaron en una segunda fase cualitativa, consistente en entrevistas semiestructuradas, que fueron analizadas mediante procedimientos de la Teoría Fundamentada, según el enfoque de Strauss y Corbin (1998; Creswell, 1998) para identificar categorías emergentes en sus respuestas. 47 La información cualitativa permitió expandir la información general de la fase cuantitativa respecto al concepto de Compromiso y al de Estilos de Identidad de los estudiantes. En la interpretación de los resultados, la combinación de los datos cuantitativos y cualitativos permitió también explorar las posibilidades del constructo de Capital de Identidad formulado por Côté (1996, 1997) y por Côté y Levine (2002) para entender nuestro fenómeno de interés, las estrategias adaptativas de los estudiantes. La lógica que justificó este procedimiento es la siguiente: el análisis cuantitativo permitió una aproximación general –por tanto insuficiente- del objeto de investigación (enfoque en las similitudes, a pesar de las diferencias) y que el análisis cualitativo permitió un acercamiento para refinar y explicar los resultados estadísticos iniciales mediante la exploración más profunda de la visión de los participantes (enfoque en las particularidades, a pesar de las semejanzas) (Creswell y Plano Clark, 2007; Tashakkori y Teddlie, 1998). De acuerdo con las recomendaciones para la formulación de estudios combinados presentadas por Creswell y Plano-Clark (2007) en el capítulo 5 de su manual, se retomó la necesidad de plantearse objetivos y preguntas separadas para cada componente del diseño. En la siguiente sección se presentan los objetivos y las preguntas de investigación relacionadas con el componente cuantitativo, con el cualitativo, y con el relativo a la conexión implicada por el diseño secuencial explicativo. 3.2.1. Objetivos y preguntas de investigación. Mediante esta metodología se buscó el cumplimiento de los siguientes objetivos: Relacionados con la fase cuantitativa. Traducir, adaptar y validar un instrumento cuantitativo para la obtención de información sobre los constructos „Compromiso‟ y „Orientación o Estilo de Identidad‟, el Inventario de Estilo de Identidad (ISI-3 por sus siglas en inglés: Identity Style Inventory: 3 Factor.) (Berzonsky, 1992). Probar, con una muestra de jóvenes universitarios mexicanos, el cuestionario como modelo de medición de la estructura de 4 factores. Relacionado con la fase cualitativa Mediante procedimientos de la teoría fundamentada (Strauss y Corbin, 1998, Creswell, 1998), identificar dimensiones emergentes en los discursos de los participantes, que permitan construir una teorización sobre las estrategias y estilos identitarios que utilizan para la integración de sus experiencias durante ese período en la universidad. Relacionado con el aspecto combinado del diseño. Seleccionar una sub-muestra de estudiantes con base en sus puntajes –altos, medios y bajos- en la escala de Compromiso para una segunda fase de estudio con orientación cualitativa, para expandir la información recabada en la fase cuantitativa. 48 Comparar, en la interpretación integrada de los resultados, la teoría construida en la fase cualitativa, con el modelo de 4 factores con el que se diseñó el ISI-3, y evaluar la pertinencia de los constructos de Compromiso, y Estilo de Identidad para explicar los procesos adaptativos de los participantes. Explorar la utilidad del heurístico Capital de Identidad como constructo explicativo integrador. Preguntas de Investigación. Relacionadas con los objetivos anteriores se formularon las siguientes preguntas de investigación, siguiendo las recomendaciones de Creswell y Plano-Clark (2007:103 y ss.). Relacionadas con la fase cuantitativa. La pregunta global podría expresarse así: ¿Resulta el ISI-3 una herramienta válida y confiable para estudiar los estilos de identidad de estudiantes universitarios mexicanos? Que se desglosa en las siguientes: o ¿Resultan apropiados los indicadores de discriminación y diferenciación de todos los reactivos (40) de la traducción del ISI-3 al utilizarse con población universitaria mexicana? o ¿Resultan apropiados los indicadores empíricos del modelo de medición de cuatro sub-escalas (Estilo Informativo, Estilo Normativo, Estilo Difuso/ Compromiso) subyacente al ISI-3 al utilizarse con población universitaria mexicana? o ¿Resultan los indicadores de consistencia interna de las sub-escalas y del cuestionario completo de acuerdo con los resultados previos de su aplicación con poblaciones diferentes a la universitaria mexicana? o ¿Resulta apropiada la estructura factorial resultante de los datos con población universitaria mexicana para utilizarse como base para formar conglomerados (clusters) diferenciados de estilos, de acuerdo con lo propuesto por la teoría de Berzonsky? o ¿Permiten los resultados la discriminación clara entre atributos de los tres estilos propuestos por la teoría de Berzonsky? Relacionadas con la fase cualitativa. ¿Cuál narrativa emergente podremos identificar en el discurso de los estudiantes sobre las transiciones que experimentaron durante su primer año de estudios en la universidad? 49 ¿Cuáles categorías emergentes sobre Condiciones, Estrategias de Acción/Interacción, y Consecuencias, resultarán al emplear procedimientos de codificación de la Teoría Fundamentada para analizar las respuestas de estudiantes universitarios y generar teoría substantiva al respecto? Relacionadas con el diseño Combinado Secuencial Explicativo La pregunta global podría expresarse así: ¿De qué manera ayudan los datos cualitativos a explicar los resultados cuantitativos? Que se desglosa en las siguientes: o ¿De qué manera los resultados cualitativos ayudan a entender las relaciones observadas en el modelo correlacional? o ¿En qué medida los temas de las entrevistas apoyan los resultados de las respuestas al cuestionario? o ¿Podrán integrarse los contenidos de las narrativas de los estudiantes mediante el heurístico de “Capital de Identidad”? 3.2.2. Representación Gráfica del Diseño En la Figura 4 podemos observar de manera diagramática el diseño del estudio de acuerdo con la simbologia convencional. Este trabajo destacó la utilización de una metodología de integración para estudiar los procesos de formación y mantenimiento de la identidad, experimentados por los estudiantes. En los capítulos siguientes se presentan los reportes correspondientes a la fase cuantitativa y cualitativa por separado, mientras que en un capítulo final se presenta la discusión integrada de ambas fases. Con tal integración se avanzó en la comprensión de las estrategias que utilizan para adaptarse a las demandas del rol de estudiante universitario. De las diversas opciones de diseño que abarca este enfoque de diseños combinados, el secuencial explicativo utilizado en este estudio, permitió combinar/conectar ambas fuentes de datos, haciendo posible que las posibilidades explicativas que aportan ambos de manera independiente se ampliaran. En este caso, los datos de tipo cualitativo sirvieron para ampliar la información aportada por los datos cuantitativos. Esta fórmula le da prioridad al análisis cualitativo 50 como refuerzo del cuantitativo, sin embargo no obstante que se sigue el modelo, para nuestros fines de investigación ambas fases resultan igualmente importantes, ya que esta línea de investigación es novedosa en nuestro medio, no habiéndose encontrado ningún reporte publicado como antecedente. Finalmente, y de acuerdo también con la formulación meta-teórica del enfoque de métodos combinados, que sostiene el pragmatismo como criterio de decisión (Creswell y Plano-Clark, 2007), el núcleo de interés se centró en las preguntas de investigación más que en los métodos, manteniendo el pluralismo y la orientación sobre las preguntas de investigación. 51 Capítulo 4. Compromiso y Estilos de Identidad de estudiantes universitarios: Un estudio sobre la formación de la identidad. 4.1. Participantes e Instrumentos. A una muestra de 308 estudiantes universitarios de 5 instituciones de educación superior de la ciudad de Hermosillo, inscritos en el cuarto semestre de sus respectivas carreras se les pidió que respondieran una batería conformada por una breve ficha de datos de identidad y tres cuestionarios: El Cuestionario de Estilos de Identidad; el Cuestionario de Procesos de Identidad del Ego; y la Escala de Deseabilidad Social ya descritos en el capítulo 2 y en el Anexo 1. En la tabla 1se resumen las características de la muestra estudiada. 4.2. Procedimientos de recolección y organización de la información. La aplicación de la batería se realizó en las propias aulas durante el tiempo de clase; se solicitó de antemano la autorización de las respectivas coordinaciones docentes de manera que los profesores ya estaban enterados al momento de que se presentaba el autor, quien fue el que condujo las sesiones de aplicación de los cuestionarios. Después de 52 presentarse e identificarse, repartió a los presentes los cuestionarios, que se hallaban en sobres individualizados. La primera tarea consistió en leer la hoja de presentación del estudio, que contenía una breve descripción de los objetivos del proyecto, el aplicador la leyó siempre en voz alta mientras los estudiantes lo hacían para sí. Al final resolvió las dudas que se presentaron y pidió a los estudiantes que firmaran de consentimiento en el caso de que estuvieran de acuerdo en participar. Luego de verificar que estuviese firmado el consentimiento, el aplicador les pidió que llenaran la información de la ficha de datos de identidad. Una vez terminada esta parte, se les explicó brevemente la forma de responder los cuestionarios y se les pedía que procedieran a llenarlos, evitando en lo posible dejar reactivos sin respuesta y errores en el llenado. El aplicador permaneció presente siempre para atender dudas; al terminar los estudiantes de llenar los cuestionarios el aplicador los recogió, verificando cada uno antes de volverlos a sus sobres correspondientes. Las sesiones tuvieron un promedio de duración de 25 minutos y nunca más de media hora; no se presentaron dificultades en el llenado de las respuestas y sólo dos estudiantes decidieron no participar en el estudio, por lo que devolvieron el sobre y abandonaron la sala. A cada cuestionario se le asignó un folio para su identificación; luego fueron calificados manualmente asignando los valores numéricos correspondientes a las opciones marcadas, y después capturados en una base de datos electrónica para realizar los análisis correspondientes. Para ello se utilizó la versión 12.0 del SPSS para Windows. 4.3. Resultados A continuación se presentan las comparaciones realizadas a partir de algunas preguntas contenidas en la ficha de identificación. En la tabla 2 se resumen las comparaciones por sexo, obtenidas mediante el estadístico t de student, aplicado a las respuestas a las preguntas sobre la „Adaptación a la experiencia en la universidad‟ (4 preguntas, que se respondieron en una escala de 1= „Fácil‟, a 9= „Difícil‟) y la estimación de la „Capacidad para estudiar la carrera‟ (1 pregunta, que se respondió en una escala de 1= „Se me dificulta‟, a 9= „Se me facilita‟). En este primer análisis destacan las diferencias significativas observadas en la adaptación a la vida institucional (t= -3.234, p=.001, s); a los estudios y a la carrera en general (t=-2.500, p=.013, s); y a los profesores (t= -3.257, p=.001, s), en favor de las mujeres, a pesar de la similitud entre mujeres y hombres en la forma en que reportaron adaptarse a sus compañeros (t=-.560, p=.576, ns) y su capacidad para el estudio de sus correspondientes carreras (t= .582, p=.561, ns). En general, las mujeres respondieron más hacia el extremo de fácil adaptación y más alta estimación de capacidad que los hombres, lo que representa un indicador de las diferentes circunstancias y percepción de las presiones en los ambientes académicos. En el capítulo relacionado con el reporte cualitativo se presenta un análisis triangulado relacionado con estas cuatro preguntas para comparar a los grupos de Alto y Bajo Compromiso.1 1 Se presenta de esa manera para facilitar la comprensión del lector. 53 4.3.1. Análisis de la Estructura Interna de los cuestionarios. A continuación se describen los procedimientos que fueron utilizados para el análisis de la estructura interna de los cuestionarios aplicados. En primera instancia se presentan los de primer interés en esta investigación, relacionados con el Cuestionario de Estilos de Identidad (ISI-3), luego los del Cuestionario de Procesos de Identidad del Ego, y luego los de la Escala de Deseabilidad Social. Después de ello, se presentan los análisis de las relaciones entre ellos. En el capítulo siguiente, denominado „Selección de la muestra cualitativa‟ se presentarán los procedimientos utilizados para seleccionar a los posibles participantes en la siguiente fase del estudio. 4.3.2. Análisis de las respuestas de los participantes a la versión traducida del ISI-3. El procedimiento inició con el análisis de la matriz de correlaciones bivariadas entre todos los reactivos, como preámbulo a los procedimientos de Análisis Factorial Exploratorio (AFE). El Análisis Factorial es un nombre genérico que refiere a una clase de métodos estadísticos multivariados cuyo propósito es identificar y definir la estructura subyacente en una matriz de datos (Hair, Anderson, Tatham, y Black, 1999). Estos procedimientos permiten “identificar un número relativamente pequeño de factores que pueden ser utilizados para representar la relación existente entre un conjunto de variables 54 interrelacionadas” (Visauta y Martori, 2003), por lo que sus objetivos principales son el resumen y la reducción de los datos. Se introdujeron 38 reactivos al procedimiento, ya que previamente fueron retirados 2 de los 40 debido a sus bajos valores individuales de adecuación muestral y a sus bajas correlaciones con al menos otros tres reactivos en la matriz, esta decisión se basó en los criterios planteados por Hair, Anderson, Tatham, y Black (1999), y por Tabachnik y Fidell (2001). De acuerdo con el criterio de Hair, Anderson, Tatham, y Black (1999), entre las dos variantes del AFE, el Método de Componentes Principales (MCP) es la elección apropiada cuando lo que interesa es la identificación del mínimo número de factores necesarios para justificar la porción máxima de la varianza representada en la serie de variables original; además, cuando también importa la identificación de la mejor solución única. El Análisis de Componentes Principales realizado sobre la matriz de correlaciones entre las respuestas a los enunciados2 del ISI-3, utilizando primeramente el criterio de Kaiser (Valores propios iguales o superiores a la unidad), arrojó una solución de 13 Componentes que explicaron el 60.034% de la varianza de los datos. A partir del criterio de Catell (Contraste de caída) se ensayaron soluciones con distinto número de componentes; la solución con mayor consistencia reactivos-componente fue nfactor=6, que explicó el 39.956% de la varianza. Aunque hubo soluciones que explicaron mayor cantidad de varianza, no se consideraron al no cumplir los componentes con el requisito de retener un mínimo de 3 reactivos con cargas (correlación entre la variable original y el factor) de al menos .40 (16% de la varianza entre reactivo y factor). Para facilitar la interpretación de la solución se procedió a realizar una rotación ortogonal de componentes. Al realizar el procedimiento de rotación Varimax, y solicitando nfactor=6, sólo considerando 33 reactivos retenidos en la solución inicial, se produjo una solución que explicó el 43.069% de la varianza. Todos los 6 componentes tuvieron al menos cuatro reactivos con cargas superiores al criterio fijado de .40; sólo el r28 del quinto componente no tuvo carga significativa en esta nueva solución, por lo que se omitió de subsecuentes análisis, permaneciendo un conjunto de 32. La solución de 6 componentes se presenta en la tabla 3. Cabe aclarar que se ensayaron también métodos de extracción de Máxima Verosimilitud y Análisis de Factor Principal, combinados con rotación oblicua, sin embargo, la solución más interpretable fue la mostrada en la tabla, tanto por sus características cuantitativas, como por su consistencia conceptual, por lo que se conservó la solución del método de Componentes Principales y rotación Varimax para subsecuentes análisis. 2 En lo sucesivo me referiré a los enunciados como „reactivos‟. 55 Las tablas 4 a 9 amplían la información sobre las características de esta solución de 6 factores. En la Tabla 4 observamos la solución para el componente con mayor valor propio y que aporta el mayor porcentaje de la varianza de la solución. Los reactivos retenidos tras la rotación resultaron pertenecer a la sub-escala denominada Compromiso en el cuestionario original, con excepción del reactivo 10, perteneciente a la Normativa. Todas las cargas factoriales son superiores a .57 y las comunalidades de cada uno son elevadas. El valor de Alfa de Cronbach nos indica una consistencia alta entre estos 5 reactivos para considerarla como una sub-escala aditiva para medir el nivel de Compromiso. En la tabla 5 se presenta el componente denominado Estilo Informativo Reflexivo. Siete de los ocho reactivos retenidos forman parte de la sub-escala original denominada Estilo Informativo, y uno de la sub-escala de Compromiso. Los valores de las cargas de los reactivos de este componente, si bien un poco menores que en el componente anterior, nos indican alta consistencia, corroborada por el análisis de contenido de los reactivos que la conforman. Con excepción de dos comunalidades relativamente bajas (reactivos 6 y 26) el resto son aceptables. El valor del alfa de Cronbach también nos indica una consistencia alta, que disminuyó al retirar los reactivos 6 y 26 del análisis, por lo que se determinó dejarlos, a pesar de su relativamente baja comunalidad. 56 En la Tabla 6 se presenta el componente denominado Estilo Normativo. Resultó conformado por 2 reactivos de la sub-escala Normativa original, y por tres de la sub-escala de Compromiso. Al analizar el contenido de estos últimos, podemos observar que se refieren a aspectos de los valores que surgen y se fomentan en la familia, por lo que se decidió nombrar a este componente como Estilo Normativo. Las cargas de los reactivos retenidos y sus comunalidades son entre altas y moderadas, respectivamente. El valor del alfa de Cronbach es también relativamente moderado, lo que es un indicador de que esta sub-escala no es tan consistente como las dos anteriores y se requiere continuar su desarrollo. Los componentes Evasivo-Anticipatorio y Evasivo-Reactivo se presentan en las Tablas 7 y 8, respectivamente. Ambos resultaron conformados por reactivos pertenecientes a la sub-escala del Estilo Difuso/Evasivo original. Sin embargo, al analizar el contenido de unos y otros se pudieron identificar los elementos Anticipatorio y Reactivo que los distingue. 57 Las cargas y valores de comunalidad del Evasivo-Reactivo, en la Tabla 8, así como el valor de su Alfa de Cronbach lo presentan como un componente más consistente que el Evasivo-Anticipatorio, sin embargo, de los valores incluidos en la Tabla 7 podemos decir que aunque son moderados, sí poseen cierta consistencia que vale la pena seguir explorando en estudios subsecuentes. Finalmente, en la Tabla 9 se presenta la estructura del componente que se denominó Estilo Informativo-Activo, que resultó conformado por tres reactivos de la sub-escala de Estilo Informativo original y por uno de la de Compromiso. Los valores de sus cargas y de sus comunalidades lo presentan como un componente relativamente consistente, y el valor entre moderado y alto de su alfa de Cronbach lo confirma. El análisis del contenido de los enunciados permitió distinguir entre la orientación instrumental (activa) de éste, y la orientación deliberativa -previo a la acción- del componente denominado Informativo-Reflexivo. 58 Adicionalmente, como una prueba de la conformación de esta estructura inicial, se agruparon los reactivos correspondientes a las tres Orientaciones3 del cuestionario original y fueron analizados de forma separada de los correspondientes a la sub-escala de Compromiso, utilizando el mismo procedimiento anterior (MCP/Varimax). La solución definiendo nfactor= 5 y considerando sólo 23 reactivos correspondientes a las tres subescalas explicó el 42.282% de la varianza de los datos, confirmando los componentes Informativo-Reflexivo, Informativo-Activo; Normativo; Evasivo-Anticipatorio y EvasivoReactivo, identificados en la solución inicial con nfactor=6. Las cargas de todos los reactivos resultaron todas superiores al .40. Luego, al introducir los 9 reactivos correspondientes a la sub-escala de Compromiso (1, 7, 9, 11, 12, 14, 15, 20, 22) al mismo tipo de análisis se obtuvo una solución de 3 Componentes con valor propio superior a 1, que explicaron el 59.144% de la varianza; el criterio de Catell sugirió una solución uni-dimensional, que al calcularse (nfactor=1), con sólo 4 reactivos con cargas mayores a .740 explicó el 61.283% de la varianza, confirmándose también así la sub-escala de Compromiso identificada en la solución de nfactor= 6 y la del original. 4.3.2.1. Relaciones entre los componentes identificados. De acuerdo con la teoría, se esperaban ciertos patrones de relaciones entre los componentes. Particularmente, se esperaban relaciones positivas entre Compromiso y Estilo Informativo, así como entre Compromiso y Estilo Normativo; negativas entre Compromiso y Estilo Evasivo; así como negativas o nulas entre Estilo Informativo y Estilo Normativo; entre Estilo Informativo y Estilo Evasivo; y entre Estilo Normativo y Estilo Evasivo. En la tabla 10 se presentan las inter-correlaciones obtenidas con la muestra de 308 universitarios. En la parte superior de la tabla se muestran las correlaciones de orden cero y en la inferior las resultantes cuando se controlan los puntajes del componente de Compromiso. 3 Reactivos analizados: 5, 6, 8, 10, 13, 16, 17, 18, 19, 23, 24, 25, 26, 27, 28, 29, 30, 31, 33, 34, 37, 38, 40. 59 En el diagrama de la Figura 5 podemos observar que los valores de las correlaciones fueron bajos en general, aunque se presentaron según el patrón esperado. Son de destacar los valores de correlación que guarda Compromiso (COMP) con los demás componentes, particularmente con el Estilo Normativo (NORM), y también el drástico cambio en las relaciones entre los puntajes de los estilos al controlar el componente de Compromiso. Este efecto de mediación ya ha sido señalado en la literatura (Berzonsky, 2003, 2004; Berzonsky y Neimeyer, 1994). 60 El aspecto inesperado en estos datos es el valor positivo y significativo, aunque relativamente bajo, de la relación entre los componentes Informativo Reflexivo y Evasivo Reactivo, tanto el de la correlación parcial como el de la correlación de orden cero (r=.163, y r= .211, respectivamente). Este resultado pudo deberse al contenido de los reactivos que cargaron en el componente Evasivo-Reactivo, que evocan un aspecto de „demora‟ o „diferimiento‟ en el establecimiento de compromisos. El componente Evasivo-Reactivo tuvo un valor alfa de consistencia interna relativamente bajo (.591) con 4 reactivos, por lo que debe ser revisado con otras muestras e incorporando una mayor cantidad de reactivos. Sin embargo, sí resulta interesante destacar aquí el aspecto de demora ya comentado, que se identifica en los 4 enunciados que lo conforman, ya que corresponde a uno de los status de identidad propuestos por el Paradigma del Status de la Identidad (Marcia, 1966, 1989). Este componente que denominamos „Evasivo Reactivo‟ podría interpretarse como un estilo de evasión transitorio, que responde a las circunstancias de demora institucionalizada vivida por los estudiantes y que fue identificado teóricamente por Erikson y reformulado por Côté y otros teóricos dentro de la tradición socio-cognitiva del desarrollo de la identidad. Es decir, este componente pudo haberse perfilado debido a que los estudiantes, cuando respondieron el cuestionario se hallaban en una etapa muy temprana de su formación, por lo que se mostraron muy cautelosos respecto al tipo de compromisos expresados en los enunciados. En subsiguientes aplicaciones del cuestionario se debe observar el comportamiento de estos reactivos para verificar mediante procedimientos confirmatorios si se siguen comportando como sub-escalas diferenciadas. Una posible manera de estudiarlo en el futuro es aplicando el cuestionario a muestras de estudiantes de distintos grados, pues la diferencia en la manera de considerar sus respuestas puede ser una función del avance en sus estudios. 4.3.2.2. Relaciones entre las sub-escalas y otras variables. Se realizaron otros análisis comparativos tomando como base algunos de los reactivos de la ficha de identificación llenada por los participantes junto con los cuestionarios y considerando los puntajes en los componentes; sólo comentaré los considerados de mayor relevancia. Primero se calcularon las diferencias entre los puntajes obtenidos por mujeres y hombres en cada uno de los componentes. En la Tabla 11 se muestran estas comparaciones por sexo en los puntajes medios obtenidos. Esta comparación se realizó mediante t de Student. 61 Para la interpretación de los resultados de la tabla debe considerarse que en la codificación el grupo 1 son las mujeres y el 2 los hombres. La única diferencia significativa aparece en los puntajes del componente Informativo Activo (INFA). Aunque los hombres obtuvieron puntajes mayores que las mujeres en Compromiso, y en los Estilos Informativo Reflexivo, Informativo Activo, y Evasivo Activo, las diferencias no fueron significativas. Los puntajes en los Estilos Normativo e Informativo Reflexivo fueron prácticamente idénticos. También se compararon los puntajes en los componentes a partir de la variable „Capacidad para estudiar esta carrera‟. Esta variable se respondió en el cuestionario en una escala desde 1=„Se me dificulta‟, hasta 9=„Se me facilita‟, y para este análisis se transformó a categórica. En ésta, del 1 al 5 adquirió valores de 1=„Difícil‟, y del 6 al 9 de 2=„Fácil‟; en la Tabla 12 se incluyen los resultados de este análisis. 62 Como puede observarse, la única diferencia significativa fue la relacionada con el puntaje del componente de Compromiso, a favor de los que contestaron que por su capacidad se les facilitaba el estudiar la carrera en que se hallaban inscritos. En la sección de discusión se abordará la estructura emergente identificada con el AFE. 4.3.3. Análisis de resultados del Cuestionario de Procesos de Identidad del Ego. Ya se dijo que el ISI-3 y el EIPQ son dos de los cuestionarios más utilizados en la investigación actual sobre la formación y mantenimiento de la identidad (Phillips, 2009). En la traducción se conservaron doce de los reactivos cuya redacción original es negativa, de manera que se califican de forma invertida para la interpretación. Los enunciados del cuestionario evalúan la Exploración y el Compromiso en cuatro dominios ideológicos (política, religión, ocupación, y valores), y cuatro dominios interpersonales (amistad, conducta de cortejo, roles sexuales, y familia), dos enunciados de exploración y dos de compromiso constituyen cada dominio. Con las respuestas al cuestionario y dado que el mismo arroja puntajes separados para Exploración y para Compromiso se tomó la decisión de analizarlos por separado. Empezando por la estructura primaria, se analizó la porción correspondiente a Exploración (16 reactivos). Igual que con las respuestas al ISI-3, se realizó primero un análisis de la matriz de correlaciones con la finalidad de revisar los valores de adecuación muestral de cada reactivo y sus interrelaciones. Este primer análisis produjo que se retiraran de análisis 63 posteriores un total de 7 reactivos. Los que permanecieron4 se sometieron a un AFE con extracción por Componentes Principales y rotación Varimax, que arrojó una solución de dos componentes con valor propio superior a la unidad y que explicó el 41.202% de la varianza. Tras la rotación, el componente 1 explicó el 23.020% mientras que el segundo el 18.181%. De igual manera se procedió con la porción de Compromiso. La solución inicial con 7 reactivos5 retenidos de los 16 originales, arrojó dos componentes que tras la rotación explicaron el 43.518% de la varianza, el primero 21.897% y el segundo 21.621%. Las tablas 13 y 14 resumen las características de la estructura del EIPQ. 4 5 Reactivos 9, 10, 18, 19, 20, 22, 24, 27 y 28. Reactivos 5,12, 14, 16, 29, 31, 32. 64 Para revisar la posibilidad de que los componentes resultantes en cada extracción estuviesen cercanamente relacionados se ensayó el método de análisis de Máxima Verosimilitud combinado con rotación Oblimin, las correlaciones resultantes para el caso de los factores 1 y 2 de la dimensión de Exploración fue de .423 (X2[19]= 17.197, p = .577) y para el caso de los de la dimensión de Exploración fue de .488 (X2[8]= 5.016, p = .756). Aunque estos resultados pueden interpretarse como prueba de uni-dimensionalidad, los valores de correlación están en el rango de moderados, por lo que en subsiguientes aplicaciones de la escala debe explorarse la posibilidad de uni-dimensionalidad entre ambos pares de componentes, tal como se formulan originalmente por sus autores. En la tabla 14 puede revisarse la redacción de los reactivos correspondientes a cada componente de la solución de MCP/Varimax del EIPQ para visualizar la consistencia de sus contenidos. Una vez identificados los componentes, se calcularon los puntajes en cada uno a fin de someterlos a un análisis de correlaciones entre sí, y después con los componentes del CEI6 para revisar su validez estructural. Para el cálculo de los puntajes en cada componente, se utilizó la solución de MCP/Varimax, nfactor=2 obtenida con cada componente original. En la Tabla 15 se pueden revisar las correlaciones entre los 4 componentes resultantes. 6 Cuestionario de Compromiso y Estilos de Identidad es el nombre que se le da a la versión creada en español del ISI-3. 65 También se calcularon las inter-correlaciones entre los componentes del EIPQ con los resultantes del análisis del CEI. En la tabla 16 se resumen las relaciones observadas entre los componentes del EIPQ y el ISI-3 que reportan Berman, Schwartz, Kurtines y Berman (2001) en su estudio con universitarios. En nuestro estudio el patrón de inter-correlaciones resultante reprodujo el reportado por Berman y otros. En la tabla 17 se muestra dicho patrón; destaca el hecho que resultó también de acuerdo con lo esperado por el modelo de relaciones conceptuales de Berzonsky (1989, 1990). Aunque significativos, los valores se mantienen en el rango de bajos a moderados, y destacan las relaciones positivas encontradas entre los componentes del Estilo Informativo y los dos de Exploración; las también positivas del Estilo Normativo y ambos componentes de Compromiso; las muy bajas de los dos componentes del estilo Evasivo con los dos componentes de Exploración y también con los de Compromiso. Las resultantes entre los componentes de Compromiso de ambos cuestionarios se mantienen en el rango de bajas, aunque significativas y en el sentido positivo esperado. 66 4.3.4. Análisis de resultados del Cuestionario de Deseabilidad Social. Con las respuestas de los 308 participantes, se realizó un análisis de la capacidad de la escala para medir de manera unidimensional el rasgo de deseabilidad social. Para ello utilizamos un procedimiento de análisis tipo Rasch (González, 2008) de dos parámetros, que permite obtener índices de discriminación y de dificultad para cada reactivo. En el reporte de Ferrando y Chico (2000) se aportan evidencias de uni-dimensionalidad con la versión de 33 reactivos, que es una traducción del cuestionario original de Marlowe y Crowne (1960). Los resultados del análisis Rasch también apoyaron la uni-dimensionalidad de la escala. Tomando como base los índices de ajuste interno y externo (INFIT y OUTFIT, respectivamente) y la correlación de punto biserial, producidos por el programa Winsteps, versión 3.65.0 (Linacre, 1991) se obtuvieron 25 reactivos (coeficiente Alfa de Cronbach de .75), cuyo ajuste al modelo unidimensional se consideró apenas adecuado: x2= 7567.76, GL= 7368, p = .051; no obstante, se calculó el puntaje de deseabilidad social para cada participante considerando esos 25 reactivos, apoyando nuestra decisión en el tratamiento de los resultados para pruebas de rendimiento típico hecho por Ferrando y Chico (2000). En la tabla 18 se resumen los valores de ajuste de los reactivos al modelo unidimensional. Como ya se dijo, los valores son bastante apropiados, ya que al revisar los valores estandarizados en las columnas de INFIT Y OUTFIT, éstos varían dentro del rango aceptable de +2 y -2, con excepción del número 19 que se excede por poco de ese rango, sin embargo su valor de discriminación se halla por encima del 1.0 (ideal) y por debajo del aceptable 1.5 que se espera obtener al analizar pruebas de rendimiento típico como ésta (Ferrando y Chico, 2000:387). Por otra parte, el valor de discriminación más bajo es el del reactivo 24, que es .76, y también se halla apenas por encima del .75 aceptable. Estos resultados permiten concluir que con los 25 reactivos se puede derivar un puntaje único de la escala, que nos sirva para evaluar el sesgo de deseabilidad social en las respuestas a otros cuestionarios, al menos en estudios con muestras similares a la utilizada en éste. 67 En la Tabla 19 se presentan las inter-correlaciones resultantes entre los componentes del CEI y la Escala de Deseabilidad Social ajustada empíricamente con la muestra de 308 universitarios. Se incluyen tanto las correlaciones de orden cero como las correlaciones controlando los puntajes del componente Compromiso. Podemos observar que el patrón de correlaciones sufre cambios, aunque se mantienen en el rango de bajas, cuando se controla la variable Compromiso del CEI, lo que nos lleva a considerar un pequeño sesgo de deseabilidad que se presenta en esta muestra al responder las preguntas correspondientes a dicha escala, y que impacta sobre sus correlaciones directas con la escala de Deseabilidad Social, aunque también con la del Estilo Normativo, y con la de Estilo Informativo Reflexivo en la sección superior de la tabla. 68 Así mismo, aunque se mantienen en el mismo sentido, las correlaciones de los estilos también disminuyen al controlar el componente de Compromiso. Esto es un indicativo para que en subsiguientes usos de la versión producida se interpreten los resultados considerando este papel mediador del componente de Compromiso. 4.4. Discusión y Conclusiones del estudio de la fase cuantitativa La solución de 6 factores obtenida a partir de las respuestas al CEI de nuestros 308 participantes resultó posible de interpretar en la misma línea que los componentes del modelo teórico original y de las múltiples evidencias que lo respaldan. El análisis arrojó una estructura en la que el Estilo Informativo se divide en dos componentes: uno al que nombramos Informativo Reflexivo, conformado por reactivos con un carácter „anticipatorio‟ de la acción, y otro que nombramos Informativo Activo, conformado por reactivos con un carácter instrumental o directo. Este hallazgo es similar al reportado por Berzonsky y Sullivan (1992) respecto al Estilo Informativo. Así mismo, el Estilo Evasivo se dividió en dos componentes: uno que nombramos Evasivo Reactivo por el carácter de escape que muestran los enunciados que lo conforman; y otro que nombramos Evasivo Anticipatorio, conformado por enunciados con un carácter de evitación preventiva. La conformación y consistencia de ambos componentes podemos decir que es provisional, a la luz de los resultados con esta muestra, por lo que se requiere de más estudios para concluir sobre su estabilidad. Además, este hallazgo no lo hemos identificado aún en otro reporte publicado. 69 El componente que nombramos Normativo resultó de la conformación de enunciados que originalmente pertenecían a las escalas Normativa y de Compromiso. Cabe aclarar aquí que cuando se analizaron sólo los reactivos correspondientes a los estilos, sin considerar los de la escala de Compromiso, en el componente Normativo aparecieron los reactivos 19 y 23, y 28 que originalmente corresponden al Estilo Normativo, lo que confirma el agrupamiento de este componente. La razón por la que se dio el nombre de Normativo a este componente con 2 enunciados originales del estilo Normativo y 3 del componente de Compromiso es que –por su contenido- los reactivos 1, 9 y 11 podrían ser interpretados como Normativos, ya que hacen alusión a valores relacionados con la formación religiosa y de valores en el contexto familiar. Además, estos tres reactivos presentan otra particularidad. Por su redacción se interpretaron no como carencia o ausencia de certidumbre en creencias o valores, sino más bien como competencia con otras creencias. Por ello, es preciso explorar con mayor profundidad la conformación de este componente Normativo a fin de poderlo diferenciar del componente de Compromiso, o en definitiva interpretarlo como una dimensión particular del patrón de respuestas de los estudiantes mexicanos, en los que el Compromiso proviene de la influencia normativa de la familia, a diferencia de los estudiantes anglosajones que proviene más del desarrollo individual. Esto se relaciona también con el componente que nombramos Compromiso surgido en el análisis, en el que junto con los 4 enunciados originales de Compromiso (15, 20, 14 y 7) surgió el enunciado 10, de la escala Normativa original. Esta posibilidad de relación puede ser analizada con mayor profundidad en el marco de las distinciones entre sociedades individualistas y sociedades colectivistas hecha por Triandis, y por Shalom H. Schwartz, (ver Gómez y Martínez, 2000) y que también ha sido expandida en los trabajos de la Etnopsicología Mexicana basada en el pensamiento de Rogelio Díaz Guerrero (ver Diaz Loving y otros, 2008). Partiendo de tal conceptualización, el valor del compromiso en sociedades Colectivistas estaría ligado al grupo de referencia, como en el caso de la sociedad mexicana, a diferencia de la anglosajona en el que está asociado a valores individuales (Ng y Feldman, 2007). Según Triandis7, las culturas individualistas valoran la independencia emocional y la autonomía de los individuos con respecto a los grupos sociales a los que pertenecen, en tanto que las colectivistas valorarían la tradición heredada y la dependencia emocional del endogrupo; en la terminología de Schwartz, la distinción entre ambos tipos se ubicaría en las dimensiones bipolares de Conservación vs. Autonomía; y Jerarquía y Competencia vs. Compromiso Igualitario y Armonía (Gómez y Martínez, 2000), lo que tendría impacto importante para la interpretación tanto de los estilos, como del Compromiso. Por lo pronto, la solución de 6 componentes que se interpretó como la de mayor consistencia conceptual nos permite identificar los conceptos del modelo de Michael 7 A pesar de que ha modificado su formulación unidimensional original, Triandis ha mantenido la de Individualismo-Colectivismo como la principal diferenciación entre culturas; en la revisión de Gómez y Martínez (2000) se discute con amplitud la distinción con el modelo multidimensional de Schwartz. 70 Berzonsky con el que fue creado el cuestionario original (ISI-3), y también nos permite una aproximación inicial a la identificación de la orientación o estilo de identidad con estudiantes mexicanos. Esta estructura inicial permitirá la realización de otros estudios que irán afinándola y confirmándola, o bien, poniéndola a prueba para su modificación. Es de destacar la consistencia observada en la sub-escala para la medición del Compromiso, lo que lleva a continuar en su desarrollo mediante la inclusión de un mayor número de reactivos que se refieran a dimensiones del compromiso relevantes para la población de universitarios mexicanos. Por otra parte, un aspecto a incluir en esta discusión se relaciona con las características de algunos de los reactivos incluidos en la versión original, que desafían los lineamientos psicométricos relativos a la estructura de redacción que deben tener. Por lo menos los reactivos 8, 10, 12, 17 y 20 del ISI-3, que resultaron retenidos en la solución de 6 componentes descrita, deben ser revisados con mayor detenimiento, ya que en su redacción incluyen doble aspecto, que es preciso corregir a fin de precisar la interpretación del lugar que ocupa en la solución final. Otro aspecto a comentar es el tamaño de la muestra con la que se realizó el estudio, el índice Kaiser-Meyer-Olkin (KMO) de adecuación muestral para la solución de 6 factores fue de .740. De acuerdo con el criterio formulado por Kaiser (Visauta y Martori, 2003:224) éste es un valor superior al .60 que resulta el límite inferior de lo considerado aceptable para el procesamiento factorial. Sin embargo, dado que es la primera aplicación de la versión en español del cuestionario debemos esperar a aplicarlo en otras muestras para considerar que la estructura sea considerada definitiva, sobre todo cuando sea puesta a prueba mediante procedimientos de Análisis Factorial Confirmatorio. Por lo que respecta al análisis resultante de las respuestas al EIPQ, realizado por separado con los enunciados correspondientes a la sub-escala de Exploración y los correspondientes a la de Compromiso, éste permitió reconocer una estructura bi-factorial en cada una. Aunque el análisis factorial dio indicios de que en ambos casos los dos factores se hallaban correlacionados, se decidió interpretar la solución de Componentes Principales ortogonales debido a su consistencia conceptual, dejando para otra ocasión la exploración de dichas correlaciones moderadas. El análisis mediante MCP con rotación Varimax de la Escala de Exploración arrojó dos componentes, el primero fue nombrado Exploración Reflexiva, compuesto por enunciados que reflejan precisamente esa orientación preparatoria para la acción, y el segundo componente que fue llamado Exploración Activa, que refleja actividades instrumentales directas que llevan eventualmente a la revisión de los propios valores. El análisis de la Escala de Compromiso también arrojó dos componentes; ambos reflejando una preocupación por el futuro. El primero se nombró Certidumbre y el segundo Incertidumbre, por los contenidos de los respectivos enunciados que los conformaron. El patrón de inter-correlaciones entre los cuatro, aunque en el rango de valores intermedios y bajos, pero estadísticamente significativos, mostró consistencia estructural entre ellos. Respecto a la validez de constructo estructural (Loevinger, 1967, en Slaney, 2006), las inter-correlaciones entre los componentes resultantes del análisis del CEI y del EIPQ 71 permiten concluir que los constructos implicados en cada uno conforman una estructura conceptual consistente para la explicación de los procesos de formación y mantenimiento de la identidad, al menos en forma preliminar, dado el estado de desarrollo de ambas medidas con estudiantes universitarios mexicanos. Si a esto se añade que las correlaciones obtenidas entre la escala de Deseabilidad Social y los componentes del CEI resultaron entre bajas y moderadas, se puede afirmar que el sesgo de deseabilidad sólo se manifiesta, aunque no de forma contundente, con la escala de Compromiso. Se puede concluir que los puntajes relativos a los Estilos permiten una identificación de tales preferencias con relativa precisión. Por lo pronto, los patrones de inter-correlaciónes entre los puntajes del CEI y el EIPQ aportan evidencias que soportan la validez estructural y de contenido del modelo teórico de los Estilos de Identidad y del Constructo de Compromiso. La conformación de los componentes del CEI por reactivos con cargas factoriales relativamente altas y todas superiores al .40, nos da indicadores para confiar en la validez sustantiva. Se requiere del acopio de otro tipo de datos además de los de auto-reporte- para validar esta evidencia. A manera de cierre de esta sección se pueden señalar los siguientes aspectos: 1. El análisis de las respuestas a la versión traducida del ISI-3 arrojó una estructura de relaciones que puede ser explicada, al menos parcialmente, por la estructura conceptual formulada por Berzonsky, que se refleja en la versión original del cuestionario. En la estructura revelada por el análisis se observa que dos de los componentes originales resultaron conformados por dos subestructuras empíricas con sustento teórico. Por lo tanto, la validez sustantiva subyacente a la versión traducida permite la licencia de utilizarla como base para identificar las preferencias cognitivas –estilos- usadas por los estudiantes para enfrentar la formación, mantenimiento y reformulación de su identidad. Los resultados de este trabajo nos permite proponer un nuevo nombre para la escala producida: Cuestionario de Compromiso y Estilos de Identidad (CEI) 2. Se encontró evidencia empírica de apoyo a la validez estructural de los estilos a partir de las relaciones encontradas entre las respuestas a la batería de cuestionarios aplicada. Los indicadores de consistencia interna también fueron adecuados, por lo que la confianza en los cuestionarios se fortalece para continuar su trabajo de validación con muestras de estudiantes de habla hispana. 3. Finalmente, y con base en los dos puntos anteriores, se tiene la confianza de que las respuestas al CEI permitirá identificar, con cierto grado de precisión, a personas que manifiestan una preferencia dominante, lo que posibilitará llevar a cabo la siguiente fase del estudio, que aportará mayor información acerca de las estrategias usadas por los estudiantes para ajustarse a las demandas del entorno universitario. 72 Capítulo 5. Conexión entre las fases Cuantitativa y Cualitativa del Diseño Combinado. Una vez identificada la estructura factorial subyacente a las respuestas de los estudiantes, e interpretada la solución más parsimoniosa, se estuvo en posibilidad de pasar a la siguiente fase del diseño de investigación. En general, y de acuerdo con la teoría, los perfiles resultantes fueron múltiples, es decir, la mayor parte de los participantes manifestó preferencias por más de un estilo. En vista de ello, y atendiendo al hecho empírico de que resultó la escala mejor definida en el estudio cuantitativo, y al criterio teórico que la relaciona como una variable moderadora entre el Estilo y el comportamiento, los puntajes de la sub-escala de Compromiso se emplearon para clasificar a los individuos en tres grupos. Con participantes de la muestra inicial pertenecientes a ellos se procedió luego a la fase cualitativa, en la que se exploraron mediante procedimientos de Teoría Fundamentada sus narrativas sobre las experiencias de adaptación a la universidad durante su primer año. En este capítulo se exponen los procedimientos que permitieron conectar las dos fases del diseño combinado secuencial explicativo. En un nivel teórico, un compromiso es algo más que una simple preferencia, es una creencia, una ‘ontología’ de acuerdo con la cual un determinado modo de vida merece nuestro apoyo, aun cuando nos resulte difícil vivir con él (Taylor 1989, citado por Bruner 2006, p. 40). El concepto de Compromiso fue introducido por Nelson Foote a mediados del siglo XX en el marco de la teoría de la acción del Interaccionismo Simbólico para explicar cómo los individuos inician y mantienen secuencias de actividad. Para él, la identidad y el pleno compromiso con ella es necesario para explicar la perspectiva del individuo en el marco de las relaciones con la estructura social, la ‘agencia’ y la persistencia en sus acciones. Para Foote, el compromiso viene a ser un elemento que permite explicar la consistencia en las acciones de una persona y sus vínculos con organizaciones y otros individuos (Burke y Reitzer, 1991). Brickman (1987, citado por Berzonsky, 2003) destaca que el compromiso es un estabilizador del comportamiento individual bajo circunstancias en las que el individuo estaría tentado a cambiar. Éste da a las personas un sentido de propósito y de dirección, que sirve como un marco de referencia en el que se vigila, evalúa y regula el comportamiento y la retroalimentación del contexto social. Visto así, el Compromiso es un concepto relacional entre los factores del individuo y los factores de la estructura social. Ya se comentó que en la teorización contemporánea sobre la formación y desarrollo de la Identidad, el Compromiso junto con la Exploración, representan las dimensiones principales (Ver Capítulo 2). Aquí sólo contextualizamos nuestra decisión de utilizar los puntajes de Compromiso como base para la selección de nuestra muestra de participantes de la fase cualitativa. Entre los reportes de investigación que destacan la importancia del Compromiso como variable moderadora, Berzonsky (1989, 1992) y Berzonsky y Neimeyer (1994) discuten el papel de éste sobre el desarrollo del status de identidad. Berzonsky (2003), y Berzonsky y Luyckx, (2008); así como Luyckx, Soenens, Berzonsky, Smits, Goossens, y Vansteenkiste (2007), amplían tal consideración al diferenciar entre formación del 73 Compromiso e identificación con el Compromiso, distinción que influye sobre distintos procesos involucrados en el desarrollo de la identidad, particularmente sobre la adaptación, la motivación y la cognición. Caycedo, Duarte, et al. (2009) al referirse al Compromiso destacan que representa un resultado positivo del proceso de exploración que asegura un sentido de logro de la identidad. Éste se refiere a la elección que hace un individuo de los aspectos que definen su individualidad y el reconocimiento de sí mismo, y se relaciona con cuestiones tales como la selección de una ocupación, rol de género, la amistad, la pertenencia al grupo, cuestiones morales y religión, entre otros. El Compromiso, pues, es un concepto articulador en la teoría sobre los status y los estilos de identidad, y se destaca la necesidad de seguir investigando sobre tales relaciones para llegar a tener una perspectiva más amplia sobre sus influencias en el desarrollo de la identidad. 5.1. Selección de participantes para la fase cualitativa del estudio. Después de calcular los puntajes de los participantes en cada una de las sub-escalas o componentes del cuestionario, para lo cual se sumaron los valores de cada reactivo correspondiente a cada sub-escala y dicha sumatoria se dividió entre la cantidad de reactivos de la misma, obteniéndose el puntaje ponderado en cada una, se procedió a clasificar a los estudiantes en tres grupos, considerando el criterio univariado definido por sus puntajes en la sub-escala de Compromiso. Para ello, se recodificaron los puntajes: a los puntajes menores o iguales a 2.9 se les dio el valor de 1 y se etiquetaron como ‘bajos’; como ‘intermedios’ se agruparon los valores entre 3 y 3.9 y fueron etiquetados con el 2; y los ‘altos’, etiquetados con el 3, fueron los valores iguales o mayores a 4; el valor máximo posible en la escala es de 5. Una vez identificados los participantes en los listados de los tres rangos, se procedió a contactar –siguiendo en orden descendente de puntajes de cada listado- a aquellos que en la fase del levantamiento cuantitativo firmaron su consentimiento, aceptando participar en una segunda fase del estudio. Fueron contactados por teléfono y tras recordarles su participación anterior se les invitó a una entrevista individual. Se les informó que el motivo de la misma era ampliar la información relacionada con los cuestionarios previamente contestados, reiterándoles el mantenimiento del anonimato mediante el uso de pseudónimo. Después de un período de un mes fijado para realizar la recolección de información cualitativa, se logró entrevistar a un total de 26 estudiantes. En las fechas en que se realizaron las entrevistas, la mayoría de los estudiantes contactados reportaron estar bajo presión de exámenes y trabajos finales en el ciclo escolar, por lo que se siguió un criterio de substituir de la muestra a aquél que no asistiera o cancelara la cita para la entrevista en dos intentos consecutivos, procediendo a contactar a otro en el listado correspondiente. Como un procedimiento adicional en esta clasificación, se llevó a cabo un análisis de Conglomerados no jerárquico (Hair, Anderson, Tatham, y Black, 2007; Visauta y Martori, 2003) considerando los puntajes individuales en los 6 componentes o sub-escalas del CEI. Esto se realizó a fin de explorar el agrupamiento natural multivariado de los resultados, y compararlo con la clasificación univariada basada en los puntajes altos, medios y bajos de Compromiso. Se utilizó el procedimiento de agrupamiento no jerárquico, llamado 74 comúnmente k-medias, que se basa en la distancia euclidiana de cada dato al centro del conglomerado más próximo (Visauta y Martori, 2003). En este procedimiento se actualizan los centros de cada conglomerado inicial mediante un proceso iterativo, que culmina con la clasificación de todos los casos, vinculados a la cantidad máxima de conglomerados definidos de antemano. Se ensayaron varias soluciones mediante el procedimiento de kmedias. Se presentan a continuación las de dos y tres componentes. 5.2. Agrupamiento natural. 5.2.1. Solución de dos Conglomerados. En la solución de dos conglomerados, el primero agrupó a 130 estudiantes. En la Tabla 20 podemos observar que para el conglomerado 1 el puntaje promedio del Estilo Informativo-Reflexivo resultó ser el mayor (3.92). Destacan también los puntajes por encima de la media teórica1 en las sub-escalas de: Compromiso (3.70) y Estilo Normativo (3.66); y por ser menor de la media teórica, el puntaje del Estilo Informativo-Activo (2.23). El segundo conglomerado agrupó a los restantes 178 estudiantes. Este grupo obtuvo sus puntajes más altos en Compromiso (4.64), Estilo Informativo-Reflexivo (4.35), así como en Normativo (4.13). El puntaje menor fue del Estilo Evasivo-Activo (2.29). En la Tabla 21 podemos ubicar las diferencias entre ambos conglomerados a partir de la distancia entre sus centros. 1 En todas las escalas, el puntaje teórico medio es de 2.5. 75 Como puede observarse en la tabla 22, todas las diferencias entre los puntajes de las sub-escalas entre los grupos resultaron significativas al calcularse el estadístico t de student. En la Tabla 23 se puede observar la solución del ANOVA producida para la solución de dos conglomerados. 76 El análisis de los resultados de la Tabla 20 nos permitiría interpretar que el primero de los grupos resultó conformado por estudiantes que reportan tomar decisiones relativas a sus opciones de identidad tanto con un Estilo Informativo-Reflexivo, como con uno Normativo. Su puntaje de Compromiso por encima de la media teórica resultó significativamente menor que el puntaje del segundo grupo. Por sus puntajes en el Estilo Informativo-Activo, por debajo de la media teórica, estos estudiantes del primer grupo reportan no enfrentar activamente la revisión de sus opciones relacionadas con la identidad; y por sus puntajes correspondientes, sí tienden a hacerlo mediante un Estilo Evasivo, tanto Activo como Reactivo. Al segundo conglomerado lo conforman estudiantes que asumen un muy alto Compromiso y una exploración reflexiva de sus opciones basadas en su preferencia por el Estilo Informativo-Reflexivo; reportan además una alta preferencia por el Estilo Normativo. Estas tres escalas son las de puntajes más elevados en los auto-reportes de ambos grupos, sin embargo sí resultan significativamente mayores para este segundo grupo como lo podemos observar en la Tabla 22. Además de estas similitudes, las diferencias entre los dos conglomerados se manifiestan en los puntajes de los Estilos Evasivo-Activo y Evasivo-Reactivo, resultando las del primer grupo significativamente mayores que las del segundo. La otra diferencia se presentó en el Estilo Informativo-Activo, que en el primer grupo resultó significativamente menor que en el segundo. De esta forma, parece que la distinción entre ambos grupos se basa no tanto en la magnitud de su Compromiso, sino en la forma en que se enfrenta éste por unos y otros. Mientras que el primer grupo manifiesta una preferencia por el Estilo Evasivo, 77 los del segundo tienden a manifestar una preferencia más Activa. Esta solución de dos conglomerados no permitió una diferenciación clara entre los participantes, ni en sus puntajes de Compromiso, ni en base a sus preferencias de estilos. Por ello, se ensayó la solución de tres conglomerados que se analiza a continuación. 5.2.2. Solución de tres conglomerados. En la solución de tres conglomerados, el primero agrupó 76 estudiantes. En la Tabla 24 podemos observar los valores de los centros para cada escala en los tres conglomerados. Este primer grupo, fue el que comparativamente obtuvo el menor puntaje promedio de los tres en Compromiso (3.31). Éstos, también fueron los que obtuvieron los puntajes comparativos más altos en Estilo Evasivo Reactivo (3.60), y en Evasivo Activo (3.25). Además, fueron los puntajes más bajos en Estilo Informativo Reflexivo (3.95), y en Estilo Normativo (3.63). En Estilo Informativo-Activo, que resultó menor que la media teórica, obtuvieron el puntaje intermedio entre los tres grupos (2.13). Podría denominarse este grupo como el de los de ‘Bajo Compromiso, Evasivos, y no Normativos’ (Estudiantes irresponsables, con dificultades para adaptarse a las normas y expectativas). Es decir, que manifiestan un bajo involucramiento con su situación de estudiante, no anclado ni con su familia ni con su carrera, y que manifiestan una preferencia por un estilo coyuntural al tomar decisiones, en el que dependen del contexto y las circunstancias del momento. El Conglomerado dos agrupó 99 estudiantes. Resultó el más alto de los tres en Compromiso (4.58), en Estilo Informativo, tanto Reflexivo (4.34) como Activo (3.38), y en Estilo Normativo (4.24). Comparativamente, este segundo grupo resultó con puntajes más bajos que los otros dos en los Estilos Evasivos, tanto Reactivo (3.42), como Activo (2.76). Podría ser el grupo de los de ‘Alto Compromiso-Reflexivos/Activos-Normativos’. Desde una perspectiva ‘tradicional’ representan a estudiantes responsables, que responden a las expectativas tanto de padres como de educadores al manifestar interés en su propio desarrollo. Estos manifiestan un elevado compromiso con su situación de estudiante, 78 vinculado con preferencias por la toma de decisiones ancladas en la reflexión sobre sus circunstancias e influidos por los valores familiares, así como con el afrontamiento activo de sus opciones. Su relativamente baja preferencia por los Estilos Evasivo Activo y Reactivo es consistente con su preferencia por el afrontamiento activo. El tercer conglomerado resultó conformado por 133 estudiantes. Mostró características compartidas con los dos anteriores. Como puede apreciarse en la Tabla 25, a partir de las distancias entre los centros de los conglomerados, hay mayor similitud entre el segundo y el tercero, y mayor diferencia entre el primero y el segundo conglomerados. En la Tabla 26 podemos observar las similitudes y diferencias entre los grupos de la solución para tres conglomerados no jerárquicos. Como muestra la tabla, el conglomerado 3, se asemeja más al segundo grupo –y difiere significativamente del primero- en Compromiso y en Estilo Informativo-Reflexivo. También, mostró el menor puntaje de los tres en Estilo Informativo-Activo, asemejándose más al primer conglomerado, y difiriendo significativamente del segundo. Este tercer grupo se mostró más diferenciado de los conglomerados uno y dos en los puntajes de Estilo Evasivo-Activo (2.24) y Normativo (3.88), resultando el menos Evasivo-Activo de los tres, y resultó en un punto intermedio en Estilo Normativo. Este grupo podría ser de ‘Alto Compromiso-Reflexivos-Normativos, no Activos’. Los de este grupo presentan un perfil de estudiantes más apegados a las normas familiares, que se ajustan a ellas con poco o nulo esfuerzo por contrariarlas, y también se muestran interesados en su auto-desarrollo. A diferencia del grupo dos, éstos mostraron la preferencia más baja por el Estilo Informativo Activo; se caracterizarían como comprometidos con su situación de estudiante, con preferencias por la toma de decisiones ancladas en la reflexión sobre sus circunstancias e influidos por los valores familiares, pero sin ese componente de afrontamiento activo del grupo anterior, por lo que quizás su rasgo distintivo pueda identificarse como conformismo y compromiso con los valores familiares. Los bajos puntajes en las dos dimensiones del Estilo Evasivo corroborarían esto último. 79 La Tabla 27 muestra la tabla ANOVA de comparación de los tres conglomerados. De acuerdo con las recomendaciones de Hair, Anderson, Tatham y Black (2007) se debe elegir la más parsimoniosa y consistente entre las soluciones cuando el procedimiento se utiliza sólo para clasificación. 80 La de tres conglomerados sería la que se asemeja más a la partición inicial en la que se formaron grupos de alto, medio y bajo puntaje en la escala de Compromiso. La de dos componentes, si bien permite caracterizar a la muestra de 308 estudiantes en dos grandes grupos, la solución de tres componentes añade un elemento de diferenciación entre aquellos estudiantes con alto puntaje en Compromiso, aproximándose a la partición inicial. Al estudiar otras muestras de estudiantes se podrá ir afinando esta clasificación a fin de que alcance la capacidad predictiva suficiente para emplearla empíricamente en programas institucionales de atención a los estudiantes. El capítulo siguiente, que corresponde al análisis cualitativo de los contenidos de las entrevistas a los estudiantes nos permitirá un acercamiento mayor a sus experiencias de contacto con la universidad, de manera que podremos estar en posibilidades de comprender esta clasificación natural surgida con el procedimiento de agrupamiento no jerárquico. Con base en estos resultados, se tomaron las siguientes decisiones: a. Analizar los discursos de los clasificados en los tres conglomerados para explorar categorías emergentes, y eventualmente una teoría sustantiva, sobre sus experiencias de integración a la universidad. b. Comparar entre sí los discursos de los grupos de Alto (C2-C3) y bajo (C1) Compromiso, explorando a la vez las posibilidades del constructo Capital de Identidad como eje analítico. c. No considerar en el análisis las narrativas de las dos estudiantes cuya clasificación resultó dudosa (Marisela y Saira). Con la aplicación de los procedimientos descritos en este capítulo se cumplió el objetivo de seleccionar una muestra de participantes para la segunda fase de trabajo; corresponde con la lógica del diseño combinado secuencial explicativo que se eligió para nuestra investigación. En el Apéndice 2 se incluye información específica acerca de la conformación de los conglomerados, así como de la situación de cada participante, obtenida mediante el cuestionario de información general que respondieron en la fase cuantitativa inicial del estudio. Con tal información podremos contextualizar sus narrativas; sugerimos al lector la consulta del apéndice al revisar los segmentos de entrevista de cada participante, identificados por su pseudónimo. 81 Capítulo 6. Narrativas sobre la adaptación a la universidad. La estrategia de investigación empleada en esta fase cualitativa se basa en la propuesta metodológica formulada por Strauss y Corbin (1998). En este capítulo se presenta brevemente el enfoque de la Teoría Fundamentada, que en los últimos años ha venido siendo empleado de forma creciente en distintas disciplinas de las ciencias sociales, las humanidades, e incluso en algunas ciencias „duras‟. Se hace una presentación más o menos extensiva de las principales fases de la metodología. El capítulo presenta también en forma diagramática las relaciones entre categorías y propiedades emergentes en las respuestas de todos los participantes, y una narrativa o teoría sustantiva que explica las estrategias que emplean para integrarse a la vida de estudiante universitario. Al final se presentan los resultados de la comparación de las narrativas de estudiantes pertenecientes a los grupos formados de acuerdo al nivel de Compromiso, expresado en sus respuestas al cuestionario de Compromiso y Estilos de Identidad en la fase cuantitativa, que se expusieron en el capítulo anterior. 6.1. Notas sobre la Teoría Fundamentada como tradición de investigación cualitativa: Origen del enfoque. Investigadores de distintas disciplinas clasifican la Teoría Fundamentada (TF) dentro de las tradiciones principales de la investigación cualitativa (Ver Creswell, 1998; Mayan, 2001). Sus creadores Barney Glaser y Anselm Strauss publicaron el libro The Discovery of Grounded Theory (1967) en el que la presentan como una aproximación sistemática para la generación de teoría de manera inductiva a partir de los datos recabados en situaciones sociales naturales. La propuesta se identifica como una alternativa a la investigación dominante en la sociología de la época, fuertemente orientada por la lógica deductiva, dedicada a la confirmación de teorías. Desde su formulación este enfoque metodológico ha adquirido status importante como tradición de investigación alternativa en las ciencias sociales, de la salud, y la educación, llegando incluso a retomarse con adaptaciones por escuelas de pensamiento tan diversas como el constructivismo, la fenomenología e incluso la teoría crítica y el feminismo, a pesar de que en sus orígenes se planteara sólo como alternativa en el marco de las disciplinas prácticas. En la TF los datos provienen principalmente, aunque no de manera exclusiva, de entrevistas a personas ubicadas en escenarios o contextos relevantes para la investigación, pero a diferencia de la descripción interpretativa de la metodología cualitativa, el análisis en la TF implica la búsqueda de conceptos subyacentes a los incidentes contenidos en los discursos de los participantes, mediante procedimientos de codificación progresiva (Allan, 2003), como se describe más adelante. Al interior de la tradición de la TF se han formado „subtradiciones‟; algunos que siguen los lineamientos del enfoque inductivo de Barney Glaser, denominado enfoque „clásico o emergente‟; y otros, el enfoque „sistemático‟ de Anselm Strauss, sustentado en una teoría interaccionista simbólica de la acción. De acuerdo con Kelle (2005) la distinción entre los enfoques de ambos creadores no demerita ni debilita la propuesta alternativa de generación de teoría, antes bien representa una diferencia menor, relacionada con la 82 elección de procedimientos técnicos para el tratamiento de la información obtenida de los participantes. Strauss es tolerante al considerar propuestas de TF diferentes a la suya, poniendo como único requisito que debe generarse teoría y no sólo descripción fundamentada; Glaser es más enérgico al criticar otras versiones. Es célebre su rompimiento con Strauss (Glaser, 1978, 1992) por lo que consideró una traición al espíritu con el que fundaron ambos el enfoque. También es conocida su crítica a la propuesta de base constructivista formulada más actualmente (Charmaz, 2000), a la que considera erróneo llamar Teoría Fundamentada, concediendo que en todo caso es sólo un caso de descripción. Señala que resulta una contradicción hablar de Teoría Fundamentada constructivista, ya que la base ontológica y epistemológica del constructivismo no justifica la adopción de la metodología de la TF. Incluso hay críticas fuertes a la base filosófica de la TF tal como fue formulada inicialmente; por ejemplo, para de la Garza (2009) la TF representa un recetario, que se reduce a una serie de pasos sin respaldo epistemológico profundo, cuya utilidad es dudosa debido a que no se llega al nivel de la operacionalización, y en el que se apela excesivamente a la inducción sin reconocerlo. No obstante la dureza de la crítica, este autor finaliza proponiendo una solución metodológica que puede asimilarse al planteamiento propuesto por Strauss y Corbin (1998), aunque no por ello se puede olvidar fácilmente el contenido de la crítica filosófica en la base de su argumento1. Urquhart (2002, citada por Raymond, 2005) y Kelle (2005), proponen separar los aspectos de la discusión filosófica de los relativos a los procedimientos de codificación, como salida apropiada a la polémica sobre la TF ya que ésta se utiliza principalmente como método, más que como lineamiento metodológico general para concebir una investigación (ver Strauss y Corbin, 1998, capítulo 1 para esta distinción). Además, Charmaz (2005) comenta que en la práctica los investigadores se refieren a la TF como un método cuyas directrices permiten focalizar la recolección de datos a través de sucesivos levantamientos, a los que se aplica el método de comparaciones constantes para construir teorías sustantivas o de rango medio. A continuación se presenta una descripción del método, basada principalmente en el tratamiento que hacen Jorge (2007), Trinidad, Carrero y Soriano (2006), y argumentos originales de sus creadores (Glaser y Strauss, 1967; Corbin y Strauss, 1990; Strauss y Corbin, 1998); se incluyen también elementos del tratamiento que hace Creswell (1998) al comparar la TF con otros importantes métodos cualitativos. 6.2. Las estrategias usadas en la generación de teoría sustantiva. La aproximación conocida como Teoría Fundamentada, cuyo propósito es la generación de teoría sustantiva, se basa en el uso sistemático de las siguientes estrategias: 1 Para una profundización en la polémica entre los enfoques clásico (Glaser, 1978), sistemático (Strauss y Corbin, 1998), y constructivista (Charmaz, 2000, 2003, 2005) se recomiendan los siguientes textos: Bryant (2009); Cisneros-Puebla (2004); de la Cuesta (2006); De Meetoo (2007); Glaser (2009); Glaser y Holton (2004); Kelle (2005); además, una referencia particularmente ilustrativa es la de Legewie y SchervierLegewie (2004), que incluyen una entrevista a Anselm Strauss. 83 a) la aplicación de procedimientos para codificación de información que se lleva a cabo con un grado creciente de abstracción; b) uso del método de comparaciones constantes; y c) el muestreo teórico. Se distinguen las siguientes características como el sello de este tipo de enfoque metodológico: 1. La recolección, la codificación, y el análisis e interpretación de la información transcurren de manera concurrente a lo largo de la investigación, en un ciclo ascendente de abstracción; 2. Los datos determinan los procesos y productos de la investigación, y no los marcos teóricos preconcebidos; 3. Los procesos analíticos llevan al descubrimiento y al desarrollo teórico y no a la verificación de teorías ya conocidas; 4. El muestreo se realiza con base en lo que emerge de los datos, se le denomina muestreo teórico y sirve para refinar, elaborar y completar las categorías. (Trinidad, Carrero y Soriano (2006). Con este método se genera teoría sustantiva a partir de información recolectada de un escenario específico, principalmente los testimonios verbales de los participantes, obtenidos mediante entrevistas, aunque pueden usarse otras fuentes como la observación u otras fuentes documentales como textos, fotografías, y videos. Teniendo en cuenta que la TF prescribe que la recolección y el análisis de la información conforman un proceso continuo desde el inicio hasta el final del estudio, a continuación se describe este proceso segmentado en pasos significativos: recolección de información; codificación; delimitación o estructuración lógica de la teoría con el apoyo de el paradigma de codificación; y la comunicación de resultados. A lo largo de esta descripción se ilustran las tres estrategias antes enunciadas. 6.2.1. Recolección de información. Como se dijo, en la TF se utiliza la entrevista como instrumento principal para la recolección de información, aunque no se excluye la posibilidad de usar otras técnicas, ya sea como alternativa o simultáneamente con aquella. Así, la información es obtenida principalmente por medio de entrevistas semi-estructuradas y notas de campo a partir de observaciones. En un estudio de TF por lo general se llevan a cabo entre 20 y 30 entrevistas para el análisis (Creswell, 1998; Strauss y Corbin, 1998). Fuentes importantes para planear y conducir entrevistas son las recomendaciones propuestas por Holstein y Gubrium (2003), y por Wengraf (2004). El procedimiento de entrevista convergente formulado por Dick (1998) fue el elegido para llevar a cabo las de nuestra investigación, porque sirve muy bien al propósito de ampliar la comprensión del fenómeno, propiciando el surgimiento de significado a partir de la información aportada por los participantes. Dicho procedimiento consiste en una estrategia de recolección de información mediante preguntas generativas que opera a partir del flujo de información que va aportando el entrevistado a medida que avanza la conversación, combinado con un proceso sistemático de análisis de la información que se va produciendo para determinar la que se explora en etapas posteriores. Se lleva a cabo alternando a los participantes, es decir, se entrevista primero a uno que se presume posee ciertas características distintivas, y luego a otro de características opuestas. Según la prescripción de Dick (1998) el criterio de selección a seguir al principio es el de máxima diversidad, a fin de facilitar el proceso de convergencia en la obtención de la información. Luego se debe combinar con un criterio de maximización de las similitudes entre los participantes y así se está en posibilidad de 84 realizar comparaciones para informar sobre nuestro fenómeno de interés. En nuestro caso, los participantes elegidos diferían en la dimensión de fuerza del Compromiso, expresada en sus respuestas a enunciados tipo Likert mediante una escala numérica continua. Para permitir el descubrimiento y la flexibilidad en la exploración continua como es apropiado en la TF, se empezó con una pregunta general de investigación formulada en términos muy amplios, y que terminó afinándose a medida que fue progresando el trabajo hasta quedar en: ¿cómo experimentaron los estudiantes su proceso de integración a la universidad durante los dos primeros años? Lo que importaba era captar la descripción detallada de su vivencia; para ello cada entrevista se inició con la siguiente invitación: „quisiera que me contaras tus experiencias desde que iniciaste clases en esta institución‟; se realizaron las siguientes preguntas generativas para ayudar a construir el contexto de la narración: ¿Cómo fueron los primeros días? ¿Desde cuándo te sentiste ambientado? Cuando se presentaron casos en que el discurso del entrevistado no resultó fluido, se utilizaron otras preguntas generativas o consignas complementarias para ayudarlo a construir su narrativa, como: „cuéntame si encontraste diferencias o similitudes con tus estudios en la preparatoria‟, ¿Cómo fue la primera semana de clases?, ¿Cómo te sentías en los primeros días? De acuerdo con el enfoque sistemático de la TF (Strauss y Corbin, 1998), las entrevistas se audio-grabaron para luego transcribirlas y analizarlas. Todas las entrevistas fueron realizadas por el autor, lo mismo que las transcripciones, lo que garantiza la correspondencia entre su contenido y el contexto en el que fueron realizadas, aspecto que fortalece la credibilidad y confiabilidad de la información. Durante las entrevistas se tomaron notas de campo con el fin de ampliar la base del análisis sobre el contexto que rodea al informante y su subjetividad (Wengraf, 2004). Existen distintos programas de cómputo que auxilian al investigador en las tareas de codificación y análisis de las transcripciones. Uno de ellos es el programa Atlas.ti (Muñoz, 2005). De acuerdo con Martínez (2006), representa la mejor opción entre más de 50 programas existentes en el mercado para el análisis de datos cualitativos. Para auxiliar el análisis de las transcripciones se utilizó la versión WIN 5.0 (Scientific Software Development, 2004). La muestra inicial de candidatos a entrevista estuvo conformada por 36 jóvenes, con igual número de estudiantes con puntajes altos, medios y bajos en la escala de Compromiso del Cuestionario de Compromiso y Estilos de Identidad que respondieron en la fase cuantitativa anterior. Debido a que se consumía el limitado período de tiempo destinado al estudio cualitativo, y a que algunos de los estudiantes no acudieron a las citas para entrevista finalmente fueron entrevistados 26 estudiantes, cuyas características ya fueron descritas en el capítulo anterior. Antes de llevar a cabo las definitivas, se realizaron 12 entrevistas preliminares a estudiantes de psicología de tercer semestre a fin de sondear el campo y para sistematizar los detalles del procedimiento. Para las entrevistas se contactaron a los candidatos, principalmente por teléfono, y una vez acordada la realización, se concertaron citas en sus propias instituciones para llevarlas a cabo. Se buscó siempre un espacio en lo posible libre de distractores, principalmente la biblioteca, que permitiera la audiograbación 85 ininterrumpida de la conversación. La duración de las mismas siempre estuvo entre los 35 y los 50 minutos. Las transcripciones de las 26 entrevistas ocuparon aproximadamente 160 horas de trabajo para prepararlas para el análisis inicial. 6.2.2. La Codificación y el método de comparaciones constantes. El tipo de análisis de datos que se realiza en la TF se denomina Microanálisis (Strauss y Corbin, 1998); éste consiste en el análisis minucioso de la información desde el inicio del estudio para generar categorías iniciales. Desde el principio, se fueron identificando variaciones entre los incidentes, detectando posibles propiedades, dimensiones y relaciones entre ellos. Se siguió la estrategia analítica propuesta por Turner (1981), consistente en la revisión de la transcripción párrafo por párrafo, guiados por la pregunta: ¿cuál idea, tema, patrón, o procesos identifican la substancia conceptual de este párrafo? hasta completar todas las transcripciones en forma sucesiva. La forma de análisis de contenido en la TF trata de identificar los temas subyacentes entre el flujo de datos crudos de la narrativa. Este flujo de „particiones‟ continuo y libre, ó codificación inicial, es el que permite efectuar la categorización de incidentes. Al analizar el texto de la entrevista, se identificaron palabras o frases empleadas por el entrevistado que destacaran un tema relevante para la investigación y se marcaron mediante una palabra o expresión breve denominada código. Esta codificación se realizó de manera iterativa para encontrar relaciones entre los segmentos del discurso y así formar categorías en un nivel creciente de abstracción (Allan, 2003; Jones y McEwen, 2000). En ocasiones, durante el proceso inicial de „fractura‟ de la información se emplean etiquetas o códigos in vivo, que son retomados de las propias expresiones lingüísticas de los entrevistados, o también, si se parte del modelo de TF de Strauss y Corbin (1998), ya comienzan a emplearse las categorías del paradigma de codificación como códigos conceptuales. Conforme avanza el proceso analítico, las relaciones entre la codificación abierta y la posterior codificación axial muestran que el tipo de análisis en la TF no es un proceso estático ni rígido. En la Figura 6 se ilustran las relaciones existentes entre los elementos considerados en el modelo analítico „concepto-indicador‟ que dirige la codificación conceptual de un conjunto de indicadores empíricos. La lectura del cuadro inicia desde abajo, pero las flechas bidireccionales indican interrelaciones constantes entre los elementos. 86 Durante este proceso analítico se aplicó el método de comparaciones constantes. En éste se distinguen cuatro etapas (Trinidad, Carrero y Soriano, 2006). Puesto en forma de progresión analítica, en la TF se logra pasar del incidente al código, a la categoría, al concepto, y desde allí a la teoría sustantiva, que eventualmente lleva a la formalización de la misma. Esto se logra en la medida que se aplique en distintos contextos para incrementar su generalizabilidad, de acuerdo con los criterios de ajuste, relevancia, funcionalidad y modificabilidad propuestos por Glaser y Strauss (1976) y por Glaser (1978). Una forma de sintetizar el proceso se presenta en la Tabla 28. 6.2.3. Delimitación de la teoría. 6.2.3.1. El Muestreo y la saturación teóricos. Las otras dos etapas del método de comparaciones constantes planteadas por Trinidad, Carrero y Soriano (2006) tiene que ver con la emergencia de la teoría que se va dando, como se dijo, primero a partir de la información recolectada y en un segundo momento a partir de la propia teoría emergente, en nuestro caso con la guía del paradigma de codificación propuesto en el enfoque de la TF de Strauss y Corbin (1998). De acuerdo con Dick (2005) la TF inicia con una „situación de investigación‟ en la que la tarea del investigador es la de comprender lo que está sucediendo en ella, y cómo se articulan las acciones e interacciones de los participantes. El método de comparaciones constantes , primero incidente-categoría, y luego categoría-categoría, van permitiendo una aproximación a dicho propósito. 87 La reducción de las categorías a la vez que produce una ganancia en sus niveles de abstracción conceptual, permiten al investigador cumplir con los criterios de parsimonia y aplicabilidad en la teoría emergente. La codificación axial es el procedimiento que va integrando los productos de la codificación abierta inicial, y que permite la identificación de una categoría o fenómeno central que da sentido a todos los datos y sus relaciones, y que explica el patrón de relaciones emergente de ellos. En el método de comparaciones constantes de la TF este proceso de reducción de categorías procede en un primer momento maximizando las similitudes y minimizando las diferencias entre las categorías y sus propiedades, para luego invertir el proceso, lo que produce la ya mencionada categoría central. La significación de una categoría central se basa en las siguientes propiedades: integración, densidad, saturación y focalización (Strauss y Corbin, 1998). Es la identificación de esta categoría central la que pone fin a la codificación abierta e inicia la llamada codificación axial, que guiará la subsiguiente recopilación de información y por lo tanto el muestreo teórico. El propósito de ésta codificación es la búsqueda, en los discursos de los participantes, de datos que informen sobre las condiciones y consecuencias que se relacionan con el fenómeno central (o eje) hasta saturar dicha categoría, es decir, hasta que el proceso de búsqueda sólo produzca redundancia en la información sin añadir nuevo conocimiento sobre sus propiedades y dimensiones. Este viene a representar el esfuerzo analítico que promueve la TF. Vale la pena señalar aquí que por teoría se entiende la formulación de relaciones plausibles entre conceptos y conjuntos de conceptos (Strauss y Corbin, 1998). Para Henwood y Pidgeon (en Banister, Burman, y otros, 2004:24) teorizar significa “identificar 88 patrones de influencia sobre el escenario de investigación y desarrollar un informe acerca del cómo tales patrones han operado en el contexto de las relaciones estudiadas”. Esta es pues, la actividad central del proceso de codificación axial o teórica. Son estos códigos teóricos los que permiten unir de nuevo los datos fragmentados en la codificación inicial, superando con ello la simple descripción. Al progresar esta búsqueda focalizada, se van conjuntando las piezas del rompecabezas producido en la codificación inicial. 6.2.3.2. El paradigma de Codificación. En el marco de la formulación de Strauss y Corbin (1998) se emplea una herramienta conceptual surgida de la teoría de la acción propuesta por el primero (Strauss 2008a) para la exploración y „ensamble‟ de las piezas del rompecabezas de forma significativa. El paradigma de codificación es un heurístico para la estructuración lógica de la teoría. En la Tabla 29, se resumen los componentes de este recurso conceptual. 89 Las flechas del diagrama de la Figura 7 muestran las relaciones entre los elementos del Paradigma de Codificación. Conforma la matriz condicional en la que se representan relaciones procesuales entre los mismos. Las categorías teóricas que conforman este paradigma son: el Fenómeno o Categoría Central, y relacionadas lógicamente con ésta: las Condiciones Causales; el Contexto inmediato o condiciones proximales; las Condiciones Intervinientes o distales; las Estrategias de acción o interacción, y las Consecuencias (Corbin y Strauss, 1990). Las denominaciones de estas categorías se han tomado prestadas de la terminología científica convencional, lo que proporciona un lenguaje familiar que facilita la discusión, pues a la vez siguen la lógica expresada en el lenguaje que usamos cotidianamente para la descripción de nuestras acciones (Strauss y Corbin, 1998). Desde una perspectiva tanto histórica como disciplinaria, este recurso analítico es congruente con el Modelo Cultural de la Identidad (Côté y Levine, 2002) revisado en el capítulo 2. Teóricamente es un heurístico valioso al concentrarse particularmente en el nivel de la interacción, lo que permite entender la dinámica de la formación de la Identidad Personal mediante una teoría de la Acción (Strauss, 2008a). Strauss y Corbin se refieren a esta herramienta conceptual como un esquema organizativo útil para ordenar las conexiones que van emergiendo; “en realidad, …no es más que una perspectiva sobre los datos, otra postura analítica que ayuda a recolectarlos y a ordenarlos de manera sistemática, de tal modo que la estructura y el proceso se integren” (1998:128, énfasis añadido). Sostienen que con el uso de este heurístico el investigador está en posibilidades de responder preguntas acerca de por qué, dónde, cuándo, cómo y con qué resultados se presenta cierto fenómeno, y a descubrir relaciones entre eventos complejos, ya que “si uno sólo estudiase la estructura, podría responder sólo el por qué pero no el cómo…y si sólo estudiase el proceso sólo entendería el cómo interactúan las personas, pero no el por qué. Uno debe estudiar [ambos] a fin de capturar la dinámica y la naturaleza evolutiva de los eventos” (Strauss y Corbin, 1998:127). A medida que este proceso avanza, mediante la codificación selectiva se identifica una línea o relato que articula las categorías analíticas, y que puede ser expresada como una 90 narración (Strauss y Corbin, 1998), como una ilustración gráfica o diagrama, o una serie de hipótesis o proposiciones (Creswell, 1998:151). Así, la reducción en cantidad y ampliación en abstracción de las categorías y sus relaciones corresponde a la tercera etapa del método de comparaciones constantes; la cuarta etapa señalada por Trinidad, Carrero y Soriano (2006) viene a ser el corolario de esta generación de teoría sustantiva y se refiere propiamente a la redacción de la misma. En esta etapa, se vuelve a las anotaciones que se han venido realizando desde el principio del análisis en forma de memorandos y notas de campo. Con esta herramienta de trabajo, característica de la TF, se han venido consignando las observaciones, conclusiones, hipótesis y perspectivas producidas durante el análisis e interpretación de la información, mismas que han ido surgiendo durante los distintos momentos de la codificación; ahora la tarea consiste en ordenarlos y clasificarlos para producir la redacción. Dado que la TF trata de “analizar y modelar las acciones y estrategias de interacción…, se pone especial énfasis en las intenciones y metas de los actores y en el carácter de los procesos de la acción e interacción humana.” (Strauss y Corbin, 1998:99). Es también parte del procedimiento el volver a los datos codificados para proponer ilustraciones o ejemplos de las distintas categorías, propiedades y procesos, utilizando las propias expresiones usadas por los participantes a fin de dar contenido sustancial a su análisis. Estas ilustraciones sirvan sólo como apoyo a las explicaciones teóricas de carácter más formalizado, y no como un resumen descriptivo de lo recolectado en los discursos de los participantes. Una de las recomendaciones de Glaser y Strauss (1967) para llevar a cabo un estudio de TF, que ha generado fuertes polémicas en su interpretación, se refiere al papel que juegan los conocimientos previos y la literatura existente sobre el tema de estudio, y a su repercusión sobre las ideas del investigador. Ellos recomiendan que el investigador lleve a cabo la recolección y el análisis de la información recabada sin ideas preconcebidas, lo que se ha interpretado erróneamente como una total neutralidad que recuerda la noción de tabula rasa. A lo que ellos se refirieron fue a que el investigador debe permanecer atento y ser cuidadoso de los sesgos y dogmas teórico-metodológicos propios de su formación, que lo podrían llevar a tratar de „encontrar‟ mediante entrevistas sesgadas, indicadores que los validaran; o a interpretaciones que sirvieran para apoyar o refutar hipótesis formuladas deductivamente de teorías previamente formuladas. El uso de un formato de entrevista convergente como el que se empleó para la recolección de la información, y la aplicación del Paradigma de Codificación para ordenar los conceptos emergentes, hicieron posible el surgimiento de la teoría sustantiva desde las propias respuestas de los estudiantes. La sensibilidad teórica a la que se refieren Strauss y Corbin (1998) y Glaser (1978, en Allan, 2003) representa el conocimiento profesional del tema, que no puede ser „eliminado‟ por decreto, sin embargo, al revisar iterativamente las transcripciones con la ayuda del Paradigma de Codificación uno va logrando abstraer los conceptos que subyacen a las expresiones de los participantes y a ordenarlos de acuerdo a la lógica identificada en ellos (Corbin y Strauss, 1990). Así, los conceptos disciplinarios se mantienen como un marco de referencia interpretativo que opera como „fondo‟ de las relaciones conceptuales surgidas de los datos. 91 Como decíamos, aunque se recomienda que la revisión de la literatura relevante al tema no sea realizada como un paso previo a la construcción de la teoría, es posible hacerlo siempre y cuando se respete el principio de que tal información no debe servir para deducir hipótesis que sesguen el análisis y la producción de la teoría emergente. Así, una vez producida la teoría sustantiva, se procede a la revisión detallada de la literatura relevante al tema bajo estudio, y la información obtenida de ésta se considera un insumo más para el análisis, a diferencia del papel que juega esta literatura en los estudios hipotéticodeductivos. A este respecto Dick (2005) plantea que la literatura relevante sólo se define hasta que se ha avanzado en la investigación y se ha identificado la categoría central. Al funcionar como insumo del análisis la información revisada se integra a los procedimientos de recolección de datos, codificación y redacción de memorandos. 6.2.4. Comunicación de resultados. Strauss y Corbin (1998) sugieren que el reporte incluya una narrativa analítica teórica, producto de la fase de codificación selectiva, dejando la mera descripción en segundo término y como apoyo a la formulación conceptual. También recomiendan que se especifiquen las relaciones entre las categorías, identificadas desde la codificación axial, que es cuando se empiezan a formular proposiciones sobre relaciones hipotéticas2. El esquema teórico resultante es derivado de la comparación continua de los memorandos y la relación con los códigos teóricos y sus propiedades, conforme emergen del análisis. Para la elaboración de la redacción de los resultados de un estudio de TF se recomienda que la lógica de la construcción de la teoría o narrativa gire en torno al fenómeno central identificado en el estudio; además, que el estilo de redacción conserve siempre el nivel conceptual evitando enfatizar la descripción. Glaser (2009) y Glaser y Horton (2004) marcan este aspecto como la distinción entre la TF y la descripción etnográfica. En el reporte se recomienda la redacción de enunciados que inician con los conceptos teóricos abstractos para dejar al final del párrafo las descripciones, que deben funcionar sólo como ilustraciones de aquellos. Finalmente, la redacción debe ser consistente con la idea de la emergencia de la teoría a partir de los datos y no de la prueba o refutación de una hipótesis derivada deductivamente de una teoría establecida. En dicho sentido, los hallazgos deben ser incorporados a la literatura relevante comentando explícitamente acerca de los aportes del estudio bajo dos tipos de criterios, los relacionados con el desarrollo teórico: Ajuste de los datos, Funcionalidad, Relevancia, y Modificabilidad; y de la aplicación práctica de los mismos: Ajuste, Comprensión, Generalidad y Control (Strauss y Corbin, 1998). En esencia, hemos descrito los principales aspectos del enfoque metodológico conocido como Teoría Fundamentada, desde la perspectiva de Anselm Strauss y Juliet Corbin (1998). A continuación presentamos los resultados y la Teoría sustantiva surgida del análisis de las transcripciones de las entrevistas realizadas a los participantes. 2 En este proceso se emplea el llamado razonamiento abductivo o lógica abductiva. 92 6.3. Estructura de las narrativas. 6.3.1. Codificación Inicial (Abierta). La codificación abierta realizada sobre las transcripciones de las 26 entrevistas se llevó a cabo en tres iteraciones. Este primer nivel analítico permitió la identificación de incidentes en las narrativas de los estudiantes y su codificación. Se produjeron inicialmente 22 códigos aplicados sobre un total de 387 incidentes. El análisis más detenido de los mismos llevó a reducirlos a 21 por la redundancia de dos de ellos, cuyos incidentes se agruparon. A continuación se presentan las definiciones de los 21 códigos resultantes de la codificación abierta, antes de avanzar en su análisis conceptual en la codificación axial. Para cada uno se incluye una breve ilustración tomada de las propias entrevistas. 1. Acción deliberada. Expresiones acerca de acciones deliberadas, basadas en reflexión previa, considerando pros y contras, referida al medio escolar, familiar, o a la vida cotidiana. “y pues ni modo, si quiero ser mejor voy a hacer el sacrificio y voy a hacer el intento, …aparte, mmm… pensé muy bien lo de la carrera, …me olvidé de mi proyecto, de todo lo que quería, …igual y podría lograr lo mismo, ¿no?…pero, pensé más claro, …entonces me vine para acá y …me cambié de carrera, entré a comercio internacional, …la escogí porque me gustó mucho, …aprender idiomas, …proyectarse a nivel mundial, …igual si uno se conforma puede ser un comerciante de intercambio nacional, pero, …depende de uno también si quiere uno avanzar” (Astrid). 2. Apoyo de los/las amigo/as. Expresiones acerca del soporte brindado por el grupo cercano, incluye tanto el aspecto emocional como el práctico de ayuda directa. “somos amigas fuera de aquí también. Ellas son muy importantes para ayudarme en cómo me siento en la escuela, mi relación con ellas me ayuda a concentrarme , en, …cómo me la llevo,…necesitas esa base, sentirte a gusto con tu entrono, con tus amigas, …como que se necesita, por así decirlo, sentirte „querido‟, o algo así, como para que te motive para estar bien, pues, …en la escuela, …siento que juegan un papel muy importante”(Judith). 3. Apoyo de pareja. Alusión al soporte recibido por la pareja en aspectos tanto escolares como no escolares. “ella me estuvo apoyando, por ejemplo, el semestre pasado he estado así, …es como si tuviera tres trabajos: el curso, el trabajo ahí en la clínica, y luego la escuela, …y sí, …andaba en friega y pues ella me apoyaba, pues …tenía tarea muy extensa, …pero ella no estaba conmigo en esas materias, pero pues fue un apoyo; estamos en el mismo semestre” (David). 93 4. Apoyo Familiar. Cualquier alusión acerca del soporte dado por la familia para el ingreso, continuación y/o abandono de los estudios en la universidad, implica consejo o respeto por las decisiones tomadas. “Ellos me tienen confianza, …demasiada, …siempre están esperando, …ahora sí están esperando ya, …ya lo máximo de mi, …todo, todavía. Y cuando doy los resultados están contentos y conformes, …porque eso es lo que esperan” (Karen). 5. Compromiso con la familia. Expresiones y/o descripciones de sentimientos de agradecimiento o queja sobre influencias de los padres o familiares para ingresar a la universidad. “Al principio el compromiso era porque en mi familia siempre se me ha dicho que estudiar es mi única responsabilidad, …creo que ese era el motivo, …mi familia así lo veía, …por ser el hermano mayor, …el ejemplo. (José). 6. Compromiso con los estudios. Expresiones sobre la importancia de estudiar en la universidad, tanto personales como referidas a otros. Incluye aspectos positivos como negativos. “…tienes que buscar la manera de aprender lo mejor posible y de hacer los mejores trabajos posibles, …yo creo que eso deberíamos hacer todos los estudiantes de universidad, …creo que deberíamos de ser muy autónomos y no nomás estar esperando a ver qué calificación me ponen, …a ver qué me dice el maestro, …aprender más por ti mismo, …y más yo digo en este ámbito de la psicología, pues estás tratando con la vida de las personas, „si no aprendes lo suficiente, no vas a poder dar lo suficiente cuando ya ejerzas como profesional” (Zennia). 7. Compromiso conmigo (Yo me percibo). Expresiones que denotan auto-análisis sobre características personales relacionadas con la decisión de estudiar la universidad. “Que no me rindo, si hago algo lo tengo que terminar, …le temo a que pueda fallar, fallar en algo, este …por ejemplo, si me pongo un compromiso …temo mucho a …no poder lograrlo, es lo que más me preocupa” (Emilio). 8. Demanda académica. Alusión a las presiones provenientes de las actividades del plan de estudios o las responsabilidades institucionales, como facilitadoras o como obstáculos para la adaptación. “Según yo si me costó trabajo hacerme a la rutina aquí, …porque no me hacía a la idea, ¿cómo quedarme todo el día en la escuela? …no me hacía a la idea, ni en fines de semana tener tantas tareas, pues quería el fin de semana para mi, que me dejaran tarea los viernes era como que no… yo ya me quería ir. Y ahora lo que hago es que sí me sigo yendo, pero de lunes a viernes hago todas las tareas, no me importa nada de que si me acueste tarde o algo así, pero me tengo que ir, … es lo que me funcionado, y siempre trato de adelantar las tareas para que no se me vayan acumulando.” (Sonia). 94 9. Demanda no-académica. Alusiones relacionadas con las presiones de la vida estudiantil, que tienen que ver con vivienda, transporte, gasto, hábitos, trabajo, incluso el ambiente social de la universidad, etc. “estoy trabajando pues, y sí se me dificulta. …es que en mi familia como que …no somos de dinero pues; estamos bien, pero …no me gusta pedirle a mis papás, …es más para …yo mis cosas, …no les gusta que trabaje, a ninguno de los dos, …pero no me gusta pedirles dinero.” (Irma). 10. Estudiante no tradicional. Alusión al hecho de ser el primero de la familia, ya sea entre los padres o los hermanos, que estudia en la universidad. “…el caso de mi familia la mayoría de mis hermanos, bueno, de hecho todos, son cinco, soy la menor, sólo quedamos mi hermano y yo solteros, …entonces nadie tiene la preparación, la mayoría llegó hasta la secundaria y hasta allí se quedaron, mis papás tampoco tienen una educación, ellos hasta la primaria nomás; antes eran otros tiempos (Grecia). 11. Estudiante tradicional. Alusión a que ha habido entre los padres y hermanos quienes hayan estudiado en la universidad, aunque no hayan finalizado sus estudios. “Soy el menor de tres hermanos, uno no quiso seguir estudiando y el otro sí fue a la universidad.” (Juán). 12. Experiencias cruciales en la carrera. Alusiones a eventos sucedidos durante la carrera que han determinado la decisión de continuar. Incluye experiencias tempranas y/o posteriores, con contenidos del plan de estudios, relaciones con profesores u otros compañeros, experiencias de trabajo externo, servicio social y prácticas. “…me invitaron a participar en un grupo de investigación, …estuve dos años en ese grupo, …creo que esa fue mi experiencia que detonó, …que hizo, que realizó el cambio de un estudiante que no procura sus lecturas, …empecé a investigar, a leer y a tomar mucho más en serio las cosas, a participar más en clase (José). 13. Experiencias cruciales previas a la universidad. Alusión a eventos en la historia escolar preuniversitaria del entrevistado considerados como determinantes en su decisión de ingresar a la carrera. “Desde chiquita me acuerdo en la primaria, que jugaba mucho a enseñar …con mis sobrinas y mis primas, jugábamos a la escuelita, …yo era la maestra, y desde entonces.” (Abigail). 14. Idea de cambio. Cualquier comentario que haga referencia a las diferentes circunstancias halladas en la universidad, en comparación con la preparatoria. “soy foránea y el estar sola implica otra responsabilidad, implica cuidarte sola porque ya no están tus papás para sacarte del problema, …y creo que eso me ha hecho más responsable de lo que era antes. (Zennia). 95 15. Inclinación a la carrera. Eventos no escolares que influyeron para tomar la decisión de ingresar a la carrera. Incluye aspectos positivos y negativos. “Y ya estando aquí, …pues encajé con el aula. Mis papás son maestros y la educación se me viene fácil, siempre he estado en ese ambiente. Soy la mayor de dos hijas, …y esa fue como quien dice la ilusión de entrar a la [Universidad] Kino, …ese ambiente de la educación. (Citlalli). 16. Los demás me perciben. Características personales que son percibidas por los demás. “Las personas a mi alrededor primero me ven como ….muy seria, …pero cuando agarro confianza ya no me para la boca [risa], …de mis amigas soy la confidente de siempre, …soy una tumba, y por eso me buscan, …siempre las aconsejo mucho, …eso es muy serio para mí. (Ilse). 17. Percepción negativa de Resultados. Expresiones sobre relaciones entre acciones y consecuencias, incluyen sentimientos y referencias negativos. “estuvo bien difícil este tercer semestre, …y ya después este… ya que como que estaba patinando, …voy a tener que dejar el trabajo, …y luego llegaba bien cansado a la casa, no puedo estudiar bien, …pues voy a tener que dejarlo.” (David). 18. Percepción positiva de Resultados. Expresiones que relacionen acciones con consecuencias; incluye sentimientos y referencias positivas. “Pues que he madurado y he aprendido muchas cosas… allá en mi pueblo no hubiera salido de lo mismo, no hubiera aprendido ni conocido a personas diferentes. Mis papás están muy contentos …están muy contentos, y yo también, …porque me ha ido bien, …no caí en la vagancia.” (Karla). 19. Relación con compañeros. Comentarios sobre las relaciones sociales con los compañeros, al inicio, su evolución, y actuales. Incluye comentarios sobre valoraciones y preferencias para elegir compañeros de trabajo. “…lo que más valoro en mis amigos y compañeros es la lealtad, …yo me considero leal…(Elizabeth). 20. Relación con la familia. Descripciones de los vínculos con los padres y los hermanos. “Siempre me han dicho que tenía que luchar por mis cosas, …a mi me gusta eso, porque mis hermanos son más dependientes de mis papás, …y yo no.” (Astrid). 21. Visión de futuro. Ideas acerca de las actividades que realizará, y sus condiciones, al terminar la carrera. “…yo soy de las personas que piensa que si te vas a preparar, prepárate bien, para que puedas vivir, …y seguir adelante.(Saira). 96 Al finalizar la codificación abierta y avanzar en el análisis conceptual de los códigos, se produjeron agrupaciones entre algunos de ellos, identificándose 9 categorías que se muestran en la tabla 30. 6.3.1.1. La historia a partir del discurso de los estudiantes. Durante la codificación abierta se redactaron memorandos acerca de posibles relaciones entre los códigos, a la vez que se iba anticipando a qué tipo de código conceptual del Pardigma de Codificación podían pertenecer cada uno. Se realizó un ejercicio de relacionar lógicamente los códigos en perspectiva de proceso, antes de hacerlo formalmente mediante el paradigma de codificación axial o conceptual. En el diagrama de la Figura 8 se ilustran mediante flechas las relaciones entre los códigos, e inmediatamente después se presenta una narrativa que los enmarca, así como algunos segmentos de los discursos que la ilustran. 97 El compromiso con la familia, así como el apoyo recibido de ésta son condiciones que determinaron la inscripción a la universidad; en los estudiantes tradicionales, la inscripción fue vista como un paso „natural‟ tras el bachillerato, pero para los notradicionales representó la consecución de un mecanismo familiar „compensatorio‟. La mayoría de los participantes hizo alusión a experiencias cruciales, no necesariamente escolares, que determinaron la elección de la carrera. Ya inscritos, las presiones académicas y no-académicas sobre ellos, así como algunos contactos iniciales referidos como muy importantes, fueron haciendo que se manifestara la idea de cambio en su situación de estudiante, haciéndola más „seria‟ que en el bachillerato. Eso produjo que se formularan nuevos compromisos con los estudios, que se hicieron en función de factores contextuales como el historial escolar, las relaciones con la familia, con sus compañeros y amigos, y eventualmente, la pareja. Se produjo entonces una situación de visualizarse a sí mismo, no sólo en el momento vivido como persona y la imagen proyectada a los demás, sino en el futuro al terminar su carrera, lo que les motivó a asumir estratégicamente su situación. Para muchos, esa experiencia de auto-reflexión y de acción deliberadamente dirigida les ha aportado una visión positiva de los resultados, por lo que se manifiestan satisfechos. Otros no han tenido tanto éxito en su adaptación académica, posiblemente la diferencia se encuentre en la forma en que enfrentan su compromiso personal con los estudios, a la manera en que se relacionan con sus compañeros, y al clima de relaciones que sostienen con su familia, por lo que expresan desencanto por los resultados obtenidos, como se observa en las siguientes narrativas: Sobre el compromiso personal con los estudios: “…es que es mucha teoría, …y mira, yo creo que no necesitan tantos cursos de administración, …si acaso dos, es algo …muy sencillo, pues no necesitas tanta teoría, tanto leer …y que análisis, …todo lo de análisis, …y es todo lo que te piden para aprender, pero pues ¿tanto para entender a la gente? …o sea, sí es bueno 98 tener conocimientos, …pero no los vas a aplicar, se me hace como que pierden el tiempo (Reyna). Sobre las relaciones con los compañeros: “De pequeña tuve problemas de socialización; …tiendo mucho a …pensar en voz alta. Algunos de mis compañeros no les gusta lo que digo, y quizás eso es mi principal problema para entablar una amistad” (Citlalli) Sobre el clima de relaciones con la familia: “…creo que tengo carácter fuerte, y eso me hace tener, …problemas con mi papá, …por ejemplo mi hermana no se pelea con él, ella hace lo que le dicen, …pero yo siempre, …desde antes, …le discuto y eso hace que peleemos. Antes era muy rebelde, …pero pues ahora nos comunicamos más, …cuando están enojados no, …espero a que las cosas se calmen y entonces les hablo, …ahora más calmada.” (Saira) Mediante las entrevistas se logró acceder a las percepciones de los estudiantes sobre sus procesos de incorporación a la vida académica en sus respectivas instituciones, aspecto que permitió cumplir las expectativas iniciales del estudio. Particularmente, el análisis de sus discursos permitió identificar lo que Kaufman y Feldman (2004) encontraron en su estudio: la experiencia de contacto con su universidad, con el plan de estudios, con profesores, compañeros y demás, influyó en la auto-observación de cambios en su capacidad y dominio de conocimientos, tanto en lo relativo al pensamiento crítico, como en la conversación informada, como podemos observar a continuación: Sobre la experiencia de contacto con la institución y la necesidad del pensamiento crítico: “…a partir de la mitad del primer semestre, el segundo, …tuve que organizarme [enfático], …ese fue el problema, …tuve que crear un nuevo hábito de estudio, …entonces eso fue lo difícil…pero la lectura fue lo más difícil, …leer un poco más de lo que leía, … no estaba acostumbrado pues a hacer …a hacer una lectura y tener un análisis, …, o hablar de lo que trató, o hacer una crítica, …ya sea constructiva, …o negativa, o decir lo malo y lo bueno y qué podría mejorar. Eso fue lo que batallé un poquito porque nunca, …no estaba acostumbrado. (Carlos). Sobre la necesidad de mejorar el discurso en la conversación: “empecé a leer, a escribir por mi cuenta, …algo que nunca había hecho, …y lo hice un poco más serio a finales del tercero, …nunca, yo me di cuenta de que, …en criterios …no sé, …más estrictos nunca en mi formación como estudiante, en cualquier nivel se me había exigido que escribiera algo que tuviera un poco de lógica, que respetara varios criterios y que tuviera un objetivo particular, y fue hasta tercer semestre que empecé a darme esa tarea.” (José) 99 Así mismo, se pudo observar una evolución en su percepción de adecuación profesional, pasando de sus nociones iniciales sobre la carrera, hasta conceptos más firmes respecto a sus posibilidades. Sobre la evolución de su percepción: “siempre he tenido la idea de estudiar algo más que la licenciatura, …pero no sé exactamente en qué, …es que son muchas cosas que me gustan, …cuando entré sí tenía varias opciones, algunas las he ido descartando, conforme he avanzado en la práctica, y otras me han ido gustando más, entonces, …al final tal vez escoja algo que me ofrezca, …no sé, …a la mejor más remuneración, o …por ahorita estoy abierta y …viendo [sonrisa] (Claudia) “Ahora, no sé de qué forma cambió mi interés por la carrera, …ahora yo creo le veo más sentido a los maestros, …ahora siento que me están enseñando más, ahora siento que si estoy comprendiendo los temas y todo el contenido temático (Karla) El respaldo que sintieron de su familia fue reportado por todos como muy importante para sobrellevar la nueva experiencia. El siguiente comentario podría considerarse paradigmático respecto al rol jugado por el padre y la madre al expresar tal respaldo: “…sí le costó trabajo entenderme, …pero, …mi papá siempre me ha apoyado, yo creo que es porque, …es el que más sabe pues de estas cosas, o sea, …entiende un poquito más todo, cómo está el trabajo. Mi mamá siempre me ha dicho „haz lo que tú quieras, …con lo que te sientes a gusto, …y nada más‟; y a mi papá sí, siempre lo tomo en cuenta para mis decisiones en la escuela y lo que sea, …siempre platico con él.” (Tessy). Como lo comentamos, un matiz observado en el apoyo de la familia es el que se expresa a los que llamamos estudiantes „tradicionales‟, que implica un mensaje distinto al de los „no-tradicionales, y que se relaciona directamente con el tipo de compromiso asumido por unos y otros (ver Roe, 2005 sobre esta distinción identificada antes por Terenzini). En los siguientes segmentos podemos notar los componentes cognoscitivo y afectivo del soporte brindado: Sobre el apoyo familiar a una estudiante no-tradicional: “Ellos día a día me decían, mira, sabes cómo está la situación con nosotros, ...sabes que nosotros no tenemos estudios, y siempre me dijeron que aprovechara las oportunidades, …que yo la tenía más fácil hoy en día, que, …pues si no me preparaba no iba a ser nadie el día de mañana como ellos; siempre me estuvieron aconsejando y empujando, impulsando a que hiciera algo con mi vida, me brindaban su apoyo aunque fuera a ser difícil. Ese apoyo fue lo que realmente me ayudó a salir adelante, … y pues, luego dije „me voy a aventar, y bueno, pues lo que venga‟, entonces, eso fue…Decidí seguir el consejo, me puse a pensar que tenían razón, …y aquí estoy ¿no?...influyeron en mi decisión al decirme lo que me convenía.” (Grecia). 100 Para un estudiante tradicional, la decisión de ingresar a la carrera, desde mucho antes del momento de tomarla, ha estado ubicada en un contexto algo distinto en la dinámica familiar, los componentes cognoscitivo y afectivo que rodean el apoyo tienden a existir como aspectos más „naturales‟ (expresados y sentidos con mayor o menor presión) como se muestra en los siguientes comentarios. Sobre el apoyo familiar a estudiantes tradicionales: “Soy el menor, tengo tres hermanas mayores que yo, …ellas estudiaron la universidad. Cuando estaba chico fue un poco pesado, …porque estaban mi mamá y mis tres hermanas sobre mí. [Ellas] me decían, …estudia, …ponte a estudiar, …haz el cuestionario,… yo te pregunto. Y allí andaban siempre, siempre, o sea, desde chico siempre han andado, …siempre ha andado detrás de mí, para que haga las cosas bien…” (Carlos) “Desde que estaba en la prepa tenía claro que entraría a la universidad, …porque siempre me decían. Mis papás sabían que iría a la universidad, …pero al principio yo no sabía a qué carrera…”(Irma) Puede percibirse en sus relatos una visión de proceso en la transición que han vivido desde su ingreso, que tiene relación con lo que plantean Scanlon, Rowling y Weber (2007) en relación al ajuste exigido al cambiar de contexto en la transición del bachillerato a la universidad, ya que implica tanto un desplazamiento geográfico como uno social, una nueva localización en la que inicialmente muchos se sienten anónimos. Dicha sensación puede convertirse en una limitante para la formación de identidades situadas, y producir la vivencia consecuente de un sentido de pérdida, dada la variedad de grupos de referencia a los que hay que pertenecer en el nuevo escenario. Las siguientes son expresiones diversas de la incertidumbre y formas diferentes de enfrentarla. Sobre los afectos durante la experiencia de transición: “Entonces ya empezamos y yo me sentía presionada por hacer todo y cuando los exámenes, los primeros exámenes, se me ponían las manos muy heladas, sentía que no iba a poder contestar, pero ya cuando fue pasando el tiempo ya me sentía, …pues normal, yo creo, …pero el primer semestre sí fue el más pesado[…]Según yo sí me costó trabajo hacerme a la rutina aquí, …porque no me hacía a la idea, …La emoción más grande que he sentido en lo que llevo aquí creo que fue …de que ya, dije yo ¡ya! Terminé el primer semestre, …Era como que ya pasando el primer semestre, para mí ya era todo, una gran alegría que porque había terminado el semestre, podía llevar buenos promedios para mi casa para que los vieran…(Sonia) “…a partir de la mitad del primer semestre, el segundo, …tuve que organizarme [enfático]… Tuve que cambiar completamente, …fue difícil…sí ha valido la pena porque…he conocido partes de mí, …que nunca pensé… encontrar, …o sea, no sé, …pero sí he conocido otros lados de mi personalidad, …eso es lo que más ha valido la pena, y el desarrollo, …eso es lo que más me ha, …me ha dejado pues, más que nada …educacional. (Carlos). 101 Los vínculos iniciales formados con sus pares fueron reportados como un apoyo muy importante, tanto en aspectos de ayuda específica como en el simple contacto emocional, particularmente en las mujeres. Sobre las relaciones con sus pares: “mi grupo de amigas era también muy, …todas veníamos con la mentalidad de salir bien, ¿no?, de, …„ya estamos en la universidad, vamos a salir bien‟, y, …como que era todo bien padre, …porque todas nos adaptamos porque todas traíamos la misma mentalidad, todas veníamos por el mismo caminito, …si una se quedaba atrás, las demás decíamos „échale ganas porque saliste mal aquí‟, …era como que éramos muy unidas al principio, todas teníamos la misma visión...” (Judith) “aquí, …casi todos son de fuera, de pueblos, no conocen a nadie, yo creo que más bien es por eso, luego luego todos se hacen amigos, porque como no conocen a nadie más, vienen y se la llevan aquí nada más con los que son de su salón o de la escuela, eso es lo que se les debe facilitar a todos…” (Rubén). Si bien la narrativa general que presentamos párrafos arriba permite captar la situación general de los entrevistados, el propósito es lograr un acercamiento analítico más fino al comparar las narrativas formuladas por aquellos estudiantes pertenecientes a los grupos diferenciados según sus puntajes en Compromiso, de acuerdo con la intención de nuestro estudio. Las particularidades biográficas no eliminan la identificación de patrones comunes entre los participantes. El tipo de acciones de ajuste que llevan a cabo los estudiantes parecen muy relacionadas con el tipo de compromiso que perciben y reportan sostener, aunque las condiciones del contexto influyen, tanto en las decisiones que toman como en las acciones que emprenden, aspecto que también destacan Jones y McEwen (2000) en su modelo multidimensional de desarrollo de la identidad. A través de la comparación pudimos explorar los recursos que ponen en juego para sustentar sus estrategias adaptativas, particularmente sus estilos identitarios. Este análisis nos permitió valorar la utilidad del constructo del Capital de Identidad (Côté, 1996, 1997; Côté y Levine, 2002) como recurso explicativo. 6.3.2. Codificación axial. El paradigma de codificación aplicado. El análisis de las 9 categorías resultantes permitió identificar una categoría central que hizo posible integrar al resto de categorías en una narrativa que informa sobre el ajuste de los estudiantes a la universidad. En la codificación axial, identificamos „Acción Estratégica‟ como una categoría de orden superior, conformada por la agrupación de los códigos iniciales „Compromisos‟ y „Orientación de la Acción‟. Este sería el fenómeno o categoría central en el Paradigma de Codificación. A través de ella pueden articularse elementos de la experiencia previa de los participantes con el empleo de los recursos a su disposición en el momento actual, para hacer frente a las presiones y demandas del entorno con visión de futuro. 102 Las categorías que conformaron las Condiciones Causales, cuya influencia es directa sobre la Categoría Central fueron: „Apoyos‟, „Antecedentes Educativos‟, y „Decisión de Carrera‟. La principal fuente de apoyo identificada en las narrativas de los participantes se refiere a la familia, y en menor grado a los amigos y la pareja. Respecto al apoyo familiar se pudo identificar que varía con la situación de estudiante tradicional y notradicional, que son los códigos agrupados en la categoría „Antecedentes Educativos‟. Por último, la categoría „Decisión de Carrera‟, integrada por los códigos „Experiencias cruciales previas a la universidad‟ e „Inclinación a la carrera‟ representa la tercera de las condiciones causales que ayudan a comprender la decisión de los estudiantes por ingresar a la universidad, así como su involucramiento en acciones estratégicas o deliberadas para cumplir sus metas. El Contexto o condiciones proximales que también influyen sobre la Categoría Central lo constituyen las categorías „Contacto con la Institución (IES)‟, „Relaciones Sociales, y „Percepción del tiempo‟. Es decir, la „Acción Estratégica‟ está influida por las demandas académicas provenientes del plan de estudios y del ambiente escolar; por las condiciones de vivienda y manutención del estudiante; y por ciertas experiencias tempranas que vivieron en su institución –no necesariamente escolares-, referidas como cruciales por algunos en sus narrativas. Por otra parte, el tipo de relaciones que mantienen con los compañeros y con la familia, influye sobre la percepción de sí que tienen los estudiantes, aportándoles niveles distintos de confianza en sí mismos y de consolidación de su Identidad Personal, que se expresa como identidades situadas, es decir, que lo hacen capaz de adaptarse a sus circunstancias cambiantes. „Percepción del Tiempo‟ es la otra categoría que forma parte de estas condiciones proximales y la conforman los códigos: „Idea de cambio‟ y „Visión de Futuro‟; el primero de ellos agrupó incidentes relacionados con la transformación percibida que se vive en la universidad respecto del bachillerato y la experiencia escolar previa. El otro se refiere a ideas que expresaron los estudiantes respecto al cómo se imaginan a sí mismos al terminar los estudios y a su percepción del esfuerzo invertido, sobre todo en relación con los compromisos que han adoptado. En esta dinámica, las consecuencias resultantes serían las percepciones agrupadas en la categoría „Satisfacción con la Experiencia‟, conformada por los códigos „Percepción positiva de resultados‟ y „Percepción negativa de resultados‟. Sin embargo, los incidentes contenidos en este último código, además de que fueron muy pocos (5 en total), se refirieron a aspectos muy puntuales, que no pueden ser relacionados con la experiencia completa del contacto con la universidad; en cambio todos los entrevistados, con independencia del grupo de clasificación, respondieron que haber ingresado a la universidad había valido la pena hasta el momento por las experiencias vividas. Es preciso explorar más a fondo este aspecto a fin de identificar la forma en que los estudiantes relacionan su estilo identitario con las consecuencias de su Acción Estratégica, para lo que se requiere un seguimiento longitudinal que permitiría vincular la evolución de sus acciones con los compromisos. Las condiciones intervinientes o distales vendrían a ser las expectativas „externas‟ puestas en los estudiantes, asociadas a cursar la universidad en una institución pública o en una privada; la licenciatura específica que se esté estudiando; así como las más globales 103 relativas a la identidad como ciudadano, como hombre o mujer, etcétera, que en este estudio no fueron abordadas, pero que se ciernen sobre los jóvenes que cursan sus estudios superiores. Resultó interesante la escasez de alusiones a tales factores entre los entrevistados, lo que pudo deberse al tipo de preguntas de la entrevista, o también al relativamente temprano momento en que se encontraban en sus carreras cuando se realizó el estudio. Un estudio comparativo con estudiantes de semestres terminales, o uno longitudinal de seguimiento de una generación podrían arrojar luz respecto a la influencia de estas condiciones distales. En el diagrama de la Figura 9 se muestran gráficamente las relaciones entre las categorías surgidas de las codificaciones axial y selectiva, en el marco del Paradigma de Codificación. 6.3.3. Comparación de los grupos con diferente nivel de Compromiso. Además de la identificación de relaciones conceptuales sustantivas entre las categorías mediante las codificaciones axial y selectiva, que nos permitió construir una narrativa o teoría sobre sus relaciones, una de las hipótesis surgida al considerar la abundante evidencia revisada en la literatura (ver capítulos 2 y 3) es que la „Acción estratégica‟ adoptada por los estudiantes está relacionada con la Orientación o Estilo de Identidad auto-reportado. Esta hipótesis se relaciona con los hallazgos de un estudio por Adams, Berzonsky y Keating (2006), en el que reportan evidencia que sugiere que los estilos de identidad representan importantes procesos de desarrollo de los recursos psicosociales, particularmente el estilo Informativo. Los autores también muestran evidencias de que el estilo Difuso/Evasivo durante la adolescencia representa también un elemento desfavorable para dicho desarrollo. En ese estudio, los autores identificaron que las relaciones de apoyo, tanto en la familia como las entabladas en el medio de la universidad, sirven de soporte significativo para que los estudiantes desarrollen el uso del Estilo Informativo para la toma de decisiones y la solución de problemas, reduciendo la probabilidad del enfoque dubitativo característico del Estilo Evasivo. 104 Esto es consistente con la visión de que el desarrollo de la identidad de estos jóvenes se halla profundamente enraizada en los contextos sociales de la vida familiar y la vida académica y social en la universidad. El reporte de Nurmi, Berzonsky, Tammi, y Kinney (1997) ilustra también las relaciones existentes entre los estilos, las estrategias usadas para enfrentar los asuntos de formación de la identidad, y los resultados obtenidos, particularmente las percepciones de sí mismo y de bienestar subjetivo mostradas por estudiantes universitarios. Teniendo en cuenta esta evidencia, se procedió a analizar de manera cruzada las respuestas de los estudiantes al CEI con los contenidos de la categoría central, estableciendo comparaciones entre los tres grupos para procurar una visión más profunda al respecto. 6.3.3.1. Nivel Alto de Compromiso. Como dijimos en el capítulo anterior, el grupo con puntajes altos en Compromiso resultó conformado por estudiantes clasificados en los conglomerados 2 y 3 (C2 y C3) 3. También dijimos que la diferencia entre ambos conglomerados se centró en que los de C2 presentaron un perfil „Activo‟, a diferencia del perfil „no-Activo‟ de los de C3. En sus narrativas también pudimos cotejar tal diferencia. Las siguientes expresiones tomadas de las narrativas de estudiantes del grupo de Alto Compromiso nos ilustran ambos perfiles de preferencias. “Me he esforzado por cumplir con todo, tareas, trabajos, exámenes, cumplir con todo, …participar en la clase, …siento que hago lo que tengo que hacer…El compromiso que me mantiene es …conmigo, …conmigo. El primer compromiso fue, …entrar aquí y echarle todas las ganas, …y ya después sacar las mejores calificaciones para titularme por promedio, y…lo estoy consiguiendo, …por pasos.” (Karen. INFR: 4.88; INFA: 4; NORM: 4.67; EVAA: 2.50; EVAR: 3.83. C24). “…mi papá es muy analítico, todo lo que le dices, mi papá le busca el trasfondo para ver qué consecuencias puede traer, y eso ha afectado en mi, …no tomo decisiones a la ligera, o sea, …las pienso. Eso ha influido en mí mi papá, …ser tranquilo, …aunque me ha costado [risa], me ha costado, pero igual, …trato de. Y siempre tengo en mi mente las palabras de mi papá cuando me dice, „enfócate, …enfócate‟, …y, como le digo, nunca he encontrado a una persona que tenga soluciones tan rápidas ante un problema, …y esto también a mi me ha ayudado porque, …quiera o no eso afecta, …el ejemplo que uno ve del padre siempre afecta…” (Carlos. INFR: 4.88; INFA: 3.75; NORM: 5.00; EVAA: 2.25; EVAR: 2.67. C2). 3 4 a excepción de uno de ellos cuya narrativa no se incluyó en el análisis debido a su clasificación dudosa. Para cada estudiante se añaden sus puntajes en las sub-escalas del CEI, así como el conglomerado en el que resultaron clasificados. Los valores medios de cada escala son: COMP: 4.25; INFR=4.215; INFA=2.525; EVAA= 2.66; EVAR=3.19; NORM= 3.19. 105 “Tomo mis decisiones siempre pensando en lo que quiero, las ventajas de hacer determinadas cosas…me gusta participar en clase para que te tomen en cuenta, para demostrar que sabes, es muy importante, para que sepan que eres alguien que le gusta la escuela.” (Zennia.. INFR: 4.88; INFA: 3.25; NORM: 4.33. EVAA: 1.25; EVAR: 3.50. C2). “Cuando estudio algo, …trato de ir por los detalles hasta ir logrando entenderlo todo, …entenderlo y luego relacionarlo con cosas, ejemplos, … que pasan con la vida cotidiana. Eso lo he ido logrando ahora en la universidad. Aunque siempre he entendido más con los ejemplos, …se me clarifican más los temas cuando los relaciono… Casi nunca tomo decisiones sola, …siempre tomo en cuenta a mis papás… Mi mamá siempre me ha dicho „haz lo que tu quieras, …con lo que te sientes a gusto, …y nada más‟; y a mi papá sí, siempre lo tomo en cuenta para mis decisiones en la escuela y lo que sea, …siempre platico con él. Siempre he necesitado que me digan, o sea, …yo sé qué tengo que hacer, pero si no me dice alguien …„te apoyo, …sí, …hazlo‟ no lo hago.” (Tessy. INFR: 4.75; INFA: 2.5; NORM: 3.17; EVAA: 2; EVAR: 3.17. C3). “…mi mamá siempre me dijo: „es tu responsabilidad, si quieres estudiar, vivir bien, tener tu familia superbién, desde ahorita te tienes que poner …es tu camino‟, creo que también eso influyó.” (Judith. INFR: 4.25; INFA: 2.25; NORM: 5; EVAA: 2; EVAR: 3.83. C3). “Trato de buscarle el lado bueno a las cosas… Con la gente soy igual, …encontrarle el lado. Puedes aprender cosas siempre… Nunca me ha gustado depender, …mis papás siempre me han dado, …pero por ejemplo, comprar un regalo, ir a tal parte, …siempre juntaba lo que me daban para la escuela para, …esas cosas. Tengo dos hermanos, un hombre y otra mujer, soy la mayor. Cuando les dije que iba a entrar a psicología dijeron que qué padre, …” (Irma. INFR: 4; INFA: 2; NORM: 4.17; EVAA: 2.50; EVAR: 3.33. C3). En las narrativas de los clasificados en C2 se percibe el alto nivel de compromiso que sustentan, su preferencia reflexiva, activa y normativa, así como su relativamente baja preferencia evasiva, que influye sobre la manera en que expresan su Acción Estratégica. Tanto en sus respuestas al cuestionario como en sus narrativas muestran una combinación de un enfoque reflexivo de afrontamiento individual sin dejar de considerar la influencia del grupo de referencia familiar. Los clasificados en C3 también mostraron alto compromiso, aunque tendieron a mostrar preferencia por un estilo reflexivo menos activo de enfrentarse a las situaciones, lo que eventualmente los muestra como más normativos (dependientes del tutelaje familiar) que los de C2, asumiendo una Acción Estratégica más basada en la norma y el compromiso familiares. 106 6.3.3.2. Nivel Bajo de Compromiso. En este grupo resultaron clasificados cuatro participantes pertenecientes al conglomerado 1; la narrativa de uno de ellos no fue considerada para el análisis por su clasificación dudosa. El perfil de puntajes que los identificó fue de Bajo Compromiso, y sus preferencias evasivas y no-normativas. En sus narrativas pudimos observar el carácter dubitativo y coyuntural, definitorio del estilo Difuso/Evasivo, que se combinó con una relativamente alta preferencia por el estilo Reflexivo, y baja preferencia por el Normativo. Las narrativas de estas tres estudiantes nos permiten asomarnos al carácter reflexivo, sí, aunque inseguro e individualista con el que narran su Acción Estratégica, y que contrasta con las visiones de mayor certidumbre de los que asumen un Alto Compromiso. Resalta el hecho de que las tres son las primeras en sus familias en inscribirse en una carrera universitaria, lo que puede justificar sus enfoques tentativos. “Nunca me llamó mucho la atención esta carrera, …tal vez ingeniera industrial y licenciatura en informática, pero …no me gustan las computadoras, …a mí me gusta más el trabajo con las personas así, …no estar en computadora, …de hecho la computadora casi ni la toco, …y tengo, …todos lo saben [risa]… pues trato de acomodarme, …en un puesto, yo sé que no voy a llegar a un trabajo y …quiero de gerente, ¡no!, o sea, …de secretaria, …de asistente o auxiliar o algo así, …y sí, …estar tratando de acomodarme en un puesto, …y pues apenas voy a hacer eso, …así, acomodarme…no me gusta batallar con las cosas, … prefiero siempre facilitar, no me gusta complicarme mucho la vida.” (Reyna. INFR: 4; INFA: 2.25; NORM: 2.33; EVAA: 2.25; EVAR: 5. C1). “…pues sí me gustaría estudiar alguna maestría, ¿no?, pero pues yo no sé cómo, lo… con lo que cuenta mi familia y el apoyo que tendría, entonces, pues, si quiero estudiar alguna maestría tendría que,…costeármela…trabajar para el gobierno, pero para empezar no estaría mal, pues ahí por mientras, ...y ya de ahí, …pues …encontrar otro trabajo. Alguien que estudie la universidad debe saber bien qué es lo que quiere, ¿no? …y yo inglés no había agarrado pues, y yo dije no, agárralo me decían, …no, yo me voy a esperar primero, ya que me adapte y me sienta bien lo agarro el otro semestre.” (Sonia. INFR: 3.25; INFA: 1.75; NORM: 2.33; EVAA: 1.50; EVAR: 3.83. C1). “Bueno por lo que comentaba en la preparatoria no fue decisión mía llevar administración, sino que fue dentro del plan del CBTIS 11 donde yo la estudié, …entonces me gustó a como se fue desarrollando en la preparatoria, digamos que allí sí fue como obligatorio que yo llevara esa materia, ¿no?, entonces me gustó lo que en sí era la administración y decidí enfocarme a algo así en la carrera, pero …no hacerla tan monótona digamos …a lo empresarial, quería también enfocarme a lo que era el turismo ¿no?... lo vi como una oportunidad de salir adelante, porque veo cómo se enfrenta uno a los problemas día a día, porque la vida se hace cada vez más dura y difícil, incluso para los profesionistas…y pues por lo económico busqué entrar aquí, …aunque también me gustó el plan de estudios. Ahorita estoy enfocada en lo académico, necesito aprender idiomas, y aprender a controlar mi 107 impulsividad. Considero que voy bien y sólo espero ejercer y desarrollarme como persona…es cuestión de aplicarse…” (Grecia. INFR: 4.75; INFA: 3; NORM: 2.33; EVAA: 2.50; EVAR: 3. C1). 6.3.3.3. Nivel Intermedio de Compromiso. Los perfiles de este grupo mostraron patrones compartidos con los otros dos analizados. De los estudiantes con estos puntajes, 4 resultaron clasificados en C1, y 2 en C2. Tres de los de C1, coincidieron en ser los primeros de su familia en inscribirse en la universidad. En sus narrativas podemos observar el mismo enfoque individual ya comentado. Al analizar sus cuestionarios, no se pudo identificar un patrón en sus puntajes de estilos, sin embargo en sus narrativas, al comparar su „Percepción del Tiempo‟, particularmente su visión de futuro, resaltan algunas similitudes entre sí, y con el enfoque dubitativo y coyuntural del estilo Difuso/Evasivo, característico de C1 como podemos observar a continuación: “Pienso que soy así porque siempre me han dado todo, soy hija única. Mi mamá me dice que no me falta nada y que tengo que cumplir… Espero terminar la carrera, trabajar en docencia, en preescolar, eeee, viajar, y luego ya, …casarme, …lo normal. Mi prioridad es trabajar, …trabajar y mantenerme y vivir. No será fácil, ahorita no he pensado mucho en ello, sé que será difícil, pero todavía me falta [y se queda seria]. Mi mamá, ella me ha mantenido, …no siempre la voy a tener manteniéndome o ayudándome, …por ello tengo que preocuparme por mí. Nunca he trabajado.”(Abigai). “…tomé la decisión de no irme a medicina, …tiene mucha más responsabilidad, …y así elegí enfermería… me gustaba medicina pero se me hizo una vida muy sacrificada la del médico, y pues escogí enfermería por la convivencia que tiene con las personas… Hasta ahora sí he encontrado satisfactorio lo que he visto hasta ahora, …lo único en contra es que te traen, a …en persecución o „a cola‟ como se dice vulgarmente, lo que es (sic) las maestras, …en el ámbito hospitalario, …te sientes un poco presionado. La presión principalmente es en el trabajo… El compromiso es conmigo mismo y con mis papás que sé que están batallando, es la razón para lograrlo, …no fallar, …y esforzarme para lograr estar aquí y seguir… Cuando salga de la carrera me visualizo en hospitales, …ya veremos. Se está saturando mucho el mercado de trabajo, …yo me considero como en un 80% de probabilidad de conseguir trabajo de acuerdo con mi capacidad, ..claro, …también influyen las palancas, …pero sin eso, creo que tengo altas probabilidades de emplearme cuando salga.”(Juán). “…no estoy planeando el mañana después de hoy, …vivo al día [énfasis, juguetea y golpea el escritorio con un lápiz], …no me acuerdo desde cuándo, …hace, …como que hace tanto ya… no me perturba, …no me molesta decirlo, …pensarlo, y no me molesta no pensar en cómo va a ser mi mañana y como …no planeo ni tener familia, …tal vez por eso no me molesta pensarlo, …no sé. Al principio, …mi hermana murió …estuvo enferma, …entonces yo dije que yo iba a estudiar algo …para poder estar en un hospital, …no sé porqué pensé en hacerlo, 108 …se me hace que una de las cosas por las que entré fue esa mentalidad, …querer saber por qué fue lo que pasó. E igual, …mmm, no tengo así como que, …¿por qué estudiar?, a lo mejor y a veces pienso que estudio por estudiar, …o sea, …si dejo de estudiar pues no pasa nada, …y no estudio por mis papás porque, …igual sí les debo, …y todo, …pero [risa y continúa golpeando el escritorio con el lápiz, luce tensa cuando tiene que hablar de sí]… creo que mi mayor prioridad es por eso, por ver qué pasó con mi hermana, …y a la mejor agradecer, …hacer las cosas por los demás que por algo mío… servir a los demás.” (Daniela) “Pues yo entré a la universidad porque es lo que sigue de la prepa, no porque …ah, …quiero ser alguien, …sí quiero, …pero no tanto por eso, …sino es lo que seguía pues… compromisos de …así de tener un plan de vida pues no mucho, …apenas de …tener un buen estatus social… …por ahora tengo que resolver mis problemas, …y luego pues ya los demás. Compromiso de …al menos de la familia, …pero no compromisos de …ah, estoy condicionada.” (Marien) Las 2 participantes clasificados en C2 tuvieron perfiles casi idénticos entre sí, y con los ya comentados para dicho conglomerado, ambas reportaron antecedentes universitarios de sus padres. Muestras del enfoque reflexivo y activo de C2 en estas dos entrevistadas son las siguientes. “¿Por qué estudiar la universidad? …porque, …necesitas siempre que, …[risa nerviosa] tengas más, …mejor opinión, …más criterio, …también tengo que ver lo …económico, porque ya, pues …ya no es como antes, no es de que …que te casas y te van a mantener, …no [énfasis], …¿y si te divorcias? [risa], …tengo que ver por mi futuro, …planificarme… Lo que me mantiene aquí, …son …las ganas, …porque …esto quiero, …es lo que necesito [risa], …en eso nomás. Pues, …ya lo dije todo, …quiero superarme, …quiero ser …más… tomar la decisión de entrar a ciencias de la educación fue con mucha presión, …mis papás me decían „tienes que entrar‟, …y sí, …me quedé, …me reprimí un rato, …pero me inscribí aquí, …en mi segunda opción” (Elizabeth) “…porque esto es lo que yo voy a aplicar en un futuro y pues tengo que aprovecharlo… si quiero ser mejor voy a hacer el sacrificio y voy a hacer el intento, … pero, …depende de uno también si quiere uno avanzar… Soy la mayor, …y soy el ejemplo, …y tengo dos hermanos de 17 y de 15. Siempre me han dicho que tenía que luchar por mis cosas, …a mí me gusta eso, porque mis hermanos son más dependientes de mis papás, …y yo no, yo veo con quién ir, a dónde ir, …se necesita esto o lo otro, …y ellos no.” (Astrid) 6.4. Resultados Al analizar y comparar las narrativas de los estudiantes clasificados en los tres conglomerados pudimos identificar el rasgo distintivo en la Acción Estratégica de unos y otros. Para los de Alto Compromiso, la estrategia se relacionó con un tipo de reflexividad centrada en la ponderación activa de opciones informadas, mientras que en los de Bajo 109 Compromiso tal reflexividad se manifestó como dudas y un enfoque no-activo y coyuntural. El hallazgo adquiere relevancia en el marco de la investigación sobre los recursos socio-psicológicos o „intangibles‟ del Capital de Identidad, entre los que se incluyen los estilos para enfrentar los asuntos relacionados con la identidad. En la perspectiva de Côté (1996, 1997) y Côté y Levine (2002), estos recursos o activos son puestos en acción por los individuos cuando participan en las interacciones sociales, permitiéndoles afirmar sus identidades. Pudimos observar que las narrativas de los jóvenes que combinan elevado Compromiso y Estilo Informativo-Reflexivo revelan recursos de Capital de Identidad mayormente desarrollados que los identificados en las narrativas de los jóvenes de Compromiso Bajo y Estilo Evasivo, tanto Activo como Reactivo, aunque tales indicios deben ser considerados con cuidado, ya que provienen sólo del auto-reporte. Con seguridad, de acuerdo con la literatura, estas preferencias o estilos influyen sobre la percepción que los estudiantes tienen respecto de la facilidad o dificultad en su adaptación a la universidad. Como se comentó al inicio del trabajo, las demandas adaptativas a las que están expuestos los estudiantes provienen de tres fuentes principales: la vida institucional, la carrera, y los pares. De forma exploratoria revisamos las valoraciones hechas por los estudiantes entrevistados a sus adaptaciones: „a la Institución‟; „a la Carrera‟; „a los Compañeros‟; y „a los Profesores‟. Como base comparativa, calculamos un índice de adaptación5. El índice lo obtuvimos al promediar las sumas de las valoraciones hechas por los miembros de cada grupo a cuatro preguntas. Estas preguntas, incluidas de forma independiente en la ficha de identificación llenada cuando se les aplicó la batería de cuestionarios, fueron estimadas (cada una) mediante una escala de intensidad que variaba entre 1 (Fácil) y 9 (Difícil). El promedio de las valoraciones de los estudiantes de Alto Compromiso (Conglomerados 2 y 3) a las 4 preguntas fue de 9.87, considerando 17 estudiantes, mientras que el promedio de los de Bajo Compromiso (Conglomerado 1) fue de 16.85, considerando 7 estudiantes6. El contraste de medias no mostró resultado significativo (t= -1.958, gl=22, p=.063), es decir, los grupos no difirieron al compararlos por el valor de su índice de adaptación. Los valores observados nos comunican que ambos grupos valoraron su adaptación hacia el extremo de lo „fácil‟ en la escala de intensidad empleada, no obstante, los de Alto Compromiso la valoraron como más fácil que su contraparte. Sin embargo, al contrastar sus valoraciones de manera desagregada, los de Bajo Compromiso reportaron mayor dificultad adaptativa a sus profesores (t= -2.237, gl= 22, p= .036) y a sus compañeros (t= -2.163, gl= 22, p= .042) que los de Alto Compromiso. Estos resultados, junto con las correlaciones bivariadas entre las valoraciones de los cuatro tipos de adaptación, nos dan luz acerca del conjunto de recursos de Capital de Identidad que son más „valiosos‟ para los estudiantes durante su primer año en la universidad. El Alto Compromiso resultó vinculado con las relaciones sociales que 5 El alfa de Cronbach calculado para estas cuatro preguntas fue de .89 y sus inter-correlaciones de moderadas a altas, variaron entre .522 y .942, por lo que se justificó su tratamiento como un índice aditivo. 6 El índice de Adaptación podía variar entre 4 (Fácil) y 36 puntos (Difícil). 110 establecen los estudiantes con sus compañeros y con sus profesores; éstas relaciones aparentemente le facilitan sus adaptaciones a la Institución y a su Carrera, como lo podemos desprender de las relativamente altas inter-correlaciones entre Adaptación a la Institución y Adaptación a los Compañeros (r= .739); entre Adaptación a la Carrera y Adaptación a los Profesores (r= .942); y entre Adaptación a los Compañeros y Adaptación a los Profesores (r= .662). Los resultados apoyan la evidencia de aquellos modelos sobre éxito en la universidad (Chickering & Reisser, 1993; Graunke & Woosley, 2005; Morda, Sonn, Ali, & Ohtsuka, 2007) en los que se destaca la importancia de la integración social como mediador del éxito y permanencia en los estudios. Este patrón de asociaciones nos muestra que los estudiantes „invierten‟ sus recursos de identidad en las relaciones con sus profesores y compañeros como una estrategia para su adaptación a la institución y a la carrera. Por otra parte, el contraste en cuanto al grado de „Confianza para estudiar la carrera elegida‟, expresado por los grupos de Alto y Bajo Compromiso también fue medido en una escala similar a la de Adaptación. El resultado no mostró diferencias entre ambos (t= 1.495, gl= 22, p=.149), por lo que el aspecto de la auto-confianza no apareció vinculado significativamente al grado de Compromiso, al menos en esta muestra de universitarios. Además, en el análisis cualitativo de las narrativas pudimos también apreciar el valor que asignan los estudiantes a estos aspectos de las relaciones afiliativas como factores relevantes en sus adaptaciones. En la totalidad de las narrativas analizadas aparecieron incidentes referidos a encuentros relevantes con los compañeros o con algún profesor, que marcaron positivamente tales experiencias adaptativas. Ambos tipos de resultados hacen que se destaque la importancia de las competencias sociales para la adaptación. Los componentes tangibles e intangibles de éstas constituyen importantes activos de Capital de Identidad con los cuales participar en los complejos intercambios sociales en las IES, de los que mucho depende el ajuste adaptativo. Es decir, las competencias sociales constituyen valiosos recursos a „invertir‟ estratégicamente en la formación de identidades situadas relevantes. 6.5. Evaluación de este estudio de TF. Los criterios para evaluar la pertinencia de un estudio de TF son los de Credibilidad, Fiabilidad, Confirmabilidad, y Transferibilidad. Lincoln y Guba (1985) los utilizan como los equivalentes „naturalistas‟ para Validez Interna, Confiabilidad, Objetividad, y Validez Externa, respectivamente, y su cumplimiento se buscó siguiendo las recomendaciones de Creswell (1998). La Credibilidad se refiere a qué tanto reflejan los datos recolectados los distintos aspectos de un fenómeno, y se logra por: 1) contacto prolongado con el campo y los participantes; 2) triangulación de los datos; 3) análisis de casos negativos; y 4) análisis por otros investigadores. El primero de estos se cumplió al realizarse la recolección y análisis de los datos de entrevista por el mismo investigador. El segundo, la triangulación (Morse, 1991), al analizar la información tanto de cuestionarios como de entrevistas proporcionada por los participantes. El tercero, al comparar la información dada por participantes clasificados en grupos distintivos. El cuarto aspecto se cumplió al pedir a dos 111 investigadores no relacionados con el tema, pero con experiencia en estudios de TF, que leyeran los productos de las codificaciones abierta, axial y selectiva, así como la redacción final del reporte. La Fiabilidad se refiere a que los datos representan las condiciones cambiantes del fenómeno bajo estudio, y que además se incorporan las propiedades y dimensiones del mismo. Se logra por la verificación de que los hallazgos emergen de las narrativas de los participantes y no de ideas preconcebidas del investigador. El papel de auditoría de los productos del estudio fue asumido principalmente por dos investigadores experimentados y con formación en psicología y sociología que analizaron en distintos momentos los productos de las codificaciones y de la redacción del informe. La Confirmabilidad, o validez de constructo, se refiere a la „objetividad‟ de la investigación; es decir, al juicio respecto a que los datos y conclusiones del estudio sean convalidadas o confirmadas por otro investigador con experiencia en el tema. De nuevo, los dos auditores revisaron que la narración que relaciona las categorías, el diagrama del paradigma de codificación, y las hipótesis generadas fuese presentada congruente y coherentemente con el conocimiento aportado por la literatura relevante. Finalmente, la Transferibilidad se refiere a los parámetros teóricos de la investigación, y a la posibilidad de aplicabilidad a otro escenario. Este se logra al incluir en la investigación diversos participantes, sus perspectivas y sus experiencias, que nos ayuden en el análisis e interpretación de los datos. Dado el carácter inicial de este estudio en nuestro medio, el análisis de la literatura al respecto fue el mecanismo que se utilizó para aproximarse al cumplimiento de este criterio. La verdadera prueba es que otro investigador, con nuestra TF, logre interpretaciones similares con otros grupos de participantes, por lo que este criterio todavía está por confirmarse. 6.6. Conclusiones de la fase Cualitativa Las narrativas de los entrevistados permitieron un acercamiento más fino a su particular „Acción Estratégica‟ y a la exploración de los recursos que ponen en juego para adaptarse a la vida universitaria y formarse una identidad personal ajustada situacionalmente. Pudimos observar que la preferencia por un estilo Informativo y Reflexivo representa un activo importante para lograr identidades situadas con las cuales enfrentar las presiones y aprovechar los recursos a su disposición en el contexto, y en consecuencia enfrentar con mayor confianza su experiencia formativa. El análisis de los discursos permitió entender cómo los estudiantes de Alto Compromiso y estilo reflexivo, a diferencia de los de Bajo Compromiso y estilo evasivo, establecieron y formular acciones estratégicas más realistas y adaptativas. También, cómo los apoyos sociales, principalmente el familiar, les dan una mayor certidumbre de que su „inversión‟ de capital de identidad podrá –eventualmente- ser más satisfactoria, y con mayor probabilidad de aprovechar los recursos a su disposición en el contexto incierto del futuro. El apoyo familiar parece representar un aspecto que suplementa la acción estratégica de aquellos cuya preferencia estilística es evasiva o dubitativa. En este sentido, 112 parecen útiles los constructos de Capital de Identidad y de Estilo de Identidad, y las evidencias aportadas por la investigación informada por éstos, para explicar este proceso. Recordando que el primero, surgió de un interés socio-psicológico por los factores del contexto estructural que enmarcan el desarrollo de la identidad personal, y el segundo de uno psico-social que considera los procesos del individuo, podemos comprender cómo la integración de ambos nos aportará un conocimiento más acabado de la formación de la identidad desde una perspectiva relacional entre la estructura y el actor. En el siguiente capítulo presentamos conclusiones relacionadas con el diseño combinado, así como una discusión respecto a la utilidad de estos resultados y las perspectivas de investigación que se derivan de los mismos en nuestros entornos institucionales. 113 Capítulo 7. Discusión y Conclusión General. El análisis psicométrico de las respuestas de 308 estudiantes universitarios de segundo año a la traducción del Identity Style Inventory (ISI-3) arrojó una versión con los 32 reactivos que cumplieron los criterios de discriminación y de asociación recomendados en la literatura sobre lineamientos metodológicos para la construcción y validación de cuestionarios. Así produjimos el Cuestionario de Compromiso y Estilos de Identidad (CEI). Se logró una primera aproximación en la que se reprodujo la estructura original de cuatro componentes usualmente reportada en la literatura, aunque con algunas particularidades distintivas. La solución con mayor consistencia conceptual y estructural entre las exploradas mediante procedimientos de Análisis Factorial Exploratorio resultó conformada por 6 componentes, cada uno con valor propio mayor que la unidad, que en conjunto explicaron casi la mitad de la varianza de los datos (43.069%), por lo que resultó moderadamente satisfactoria. En tal solución, los Estilos Informativo, y Difuso/Evasivo del modelo original, resultaron divididos cada uno en dos componentes diferenciados: el primero en Estilo Informativo-Reflexivo y Estilo Informativo-Activo; y el segundo en Estilo Evasivo-Anticipatorio y Estilo Evasivo-Reactivo, respectivamente. Tanto los dos componentes Informativos como los dos Evasivos resultaron conformados casi exclusivamente por reactivos propios de cada escala original, con excepción de dos reactivos de Compromiso, que cargaron en uno y otro estilos Informativos; y un reactivo Normativo en el componente Evasivo-Anticipatorio. En los tres casos, la interpretación del contenido de tales enunciados justificó su inclusión en estos nuevos componentes. El componente que resultó ser el de mayor consistencia interna entre los 6 fue Compromiso, resultando conformado casi en su totalidad por reactivos de la propia escala original, lo que reprodujo el patrón generalmente reportado en la literatura revisada, basada en el paradigma formulado por Michael Berzonsky. El Estilo Normativo resultó conformado por una mezcla de reactivos de los componentes Normativo y Compromiso originales, y su valor de consistencia interna fue el segundo más bajo. El componente que denominamos Evasivo/Anticipatorio resultó el de consistencia interna más bajo de los 6. Los resultados nos permiten concluir que en esta primera aproximación a la medición de los constructos de Compromiso y Estilo de Identidad mediante la traducción del ISI-3 se reprodujo parcialmente la estructura conceptual formulada por el Paradigma del Estilo de Identidad que le subyace. Por lo pronto, el componente Compromiso, y los subcomponentes denominados Estilo Informativo-Reflexivo y Estilo Informativo-Activo mostraron valores de consistencia interna apropiados para continuar considerándolos como elementos diferenciadores entre los estudiantes. Diferencias que según la literatura se articulan directamente con las estrategias utilizadas por los estudiantes para adaptarse a la vida en la universidad (ver Adams, Berzonsky, y Keating, 2006; Berzonsky y Kuk, 2000; Luyckx, Soenens, y otros, 2007; Roe, 2005). Los resultados también nos indican la necesidad de continuar revisando los otros componentes del modelo, pues sus valores de consistencia interna al considerarlos como 114 sub-escalas fueron relativamente bajos. Esto invita a continuar explorando la pertinencia del modelo con otras muestras de jóvenes a fin de observar si la estructura se reproduce y mantiene estabilidad, o bien, si habrá de reformularse y plasmarse en un modelo de medición diferente para analizar a nuestros estudiantes. Este aspecto tiene también relación con las posibles limitaciones asociadas al modelo de medición basado en el auto-reporte que se discuten en el contexto de uso de este tipo de metodología (ver Berzonsky y Kuk, 2000; Li, 2005; Vleioras, 2007). La evaluación preliminar de la validez concurrente del CEI, mediante las intercorrelaciones con las respuestas al Cuestionario de Procesos de Identidad del Ego (Balistreri y otros, 1995) que empleamos en este estudio también nos aportó evidencias para mantener el optimismo y continuar trabajando en la obtención de un instrumento consistente para la medición de las dimensiones de Compromiso y Estilo de Identidad, propios del Paradigma del Estilo de Identidad aplicado con los estudiantes universitarios. Las actividades a realizar al continuar con la revisión son múltiples. Una de ellas implica seguir trabajando en la construcción y calibración de reactivos, -en los mismos y en nuevos dominios de exploración y formación de compromisos relevantes a la población universitaria mexicana- a fin de continuar en la perspectiva de utilizar como herramienta de investigación los cuestionarios de auto-reporte en formato Likert. Pero además, la construcción y puesta a prueba de cuestionarios con nuevos formatos de respuesta alternativos, tal como lo propone Li (2005). Otra línea de desarrollo implica la incorporación de otras formas de obtención de información para triangularla (ver Berzonsky 1989; 1992), así como la realización de estudios longitudinales para captar con mayor validez la perspectiva de evolución de los procesos. La evaluación de la estructura conceptual del modelo mediante procedimientos analíticos confirmatorios (ver Adams, Berzonsky, y Keating, 2006; Berzonsky, 2003, 2008; Berzonsky y Adams, 1999; Berzonsky y Neimeyer, 1994), así como sus relaciones con otros factores tales como desempeño académico, relaciones sociales, adaptación al contexto laboral, reportes de bienestar psicológico, entre otros, es otra de las tareas necesarias. Sobre todo en últimas fechas, la literatura especializada en el tema abarca, casi exclusivamente, reportes que utilizan técnicas estadísticas multivariadas de tipo confirmatorio para poner a prueba el modelo. Por lo menos desde hace dos décadas el trabajo dentro del paradigma ha pasado de la propuesta y consolidación del modelo, a la aplicación sistemática del mismo con fines explicativos y de predicción, por lo menos en poblaciones de universitarios con características culturales distintas a la nuestra. En nuestro medio, debemos llevar a cabo una mayor cantidad de análisis preliminares del paradigma, como el reportado en este documento, al mismo tiempo que se somete a análisis confirmatorio. La fase cualitativa que llevamos a cabo en la segunda parte del estudio que reportamos aquí nos ayudó a entender más cercanamente el papel del Compromiso sobre la manifestación del comportamiento adaptativo de los estudiantes al medio universitario. Sobre la base de la consideración conceptual de los hallazgos reportados en la literatura (ver Adams, Berzonsky, y Keating, 2006), de que el Compromiso juega un 115 importante papel mediador en el comportamiento adaptativo de estudiantes universitarios, llevamos a cabo el análisis de las narrativas de una muestra de jóvenes que obtuvieron puntajes altos, medios y bajos en la sub-escala de Compromiso del CEI. Como resultado del análisis produjimos teoría sustantiva para explicar el tipo de estrategias empleadas por ellos para adaptarse a las demandas del medio universitario durante el primer año. Esta consideración conceptual se vio, además, fortalecida por el hecho empírico de que el componente Compromiso resultó, tras el análisis de consistencia interna, con el valor más alto entre los 6 componentes identificados en la estructura de las respuestas de los jóvenes participantes en la primera fase del estudio. Ambas consideraciones dieron pie a la combinación de los enfoques cuantitativo y cualitativo en nuestro diseño de investigación, como lo visualizamos desde el inicio. Al aplicar procedimientos de Teoría Fundamentada (Corbin y Strauss 1990; Strauss y Corbin 1998) pudimos identificar que el tipo de compromiso asociado a la decisión de ingresar a la universidad estuvo relacionado principalmente con el apoyo familiar, y aunque éste continuó siendo importante una vez que el joven ingresó, su permanencia se basó más en el vínculo formado en y con la institución merced de las experiencias iniciales en ella, mediadas tanto por profesores que jugaron un importante papel orientador, como por compañeros que se convirtieron en apoyos y amistades cercanas. La mediación de los docentes estuvo generalmente asociada con experiencias curriculares o extra-curriculares reportadas por ellos como ‘cruciales’ para la definición de sus compromisos. Tales experiencias de aprendizaje mediadas por profesores sensibles y a la vez exigentes, desencadenaron la formación de compromisos con la carrera y con el estudio que no habían sido experimentados antes por los estudiantes, y que desde su ocurrencia le dieron un nuevo sentido a la experiencia de estudiar en la universidad. Este hallazgo está en la misma línea que lo reportado en estudios relacionados con el abandono o la permanencia en la universidad (Chickering y Reisser, 1993; De Garay, 2004, 2005; Graunk y Woosley, 2005; Pascarella y Terenzini, 2005). La principal conclusión que se desprende de nuestro estudio cualitativo es que la acción estratégica emprendida por los estudiantes, entendida como aquella deliberadamente adoptada, y vinculada a compromisos asumidos reflexivamente, es influida de manera importante por el estilo de identidad adoptado por los jóvenes. Acorde con los hallazgos reportados en la literatura, los estilos Informativo y Normativo representan una ventaja al compararlos con el estilo Difuso/Evasivo. Con esto se hace patente el interjuego de los factores individuales y los del contexto en la auto-definición o formación de la identidad personal. Los procedimientos cualitativos llevados a cabo en la segunda fase de la investigación nos permitieron conocer las expresiones de los participantes de manera directa, sus matices y diferencias, lo que complementó la información obtenida con sus respuestas a las preguntas directas del cuestionario, y nos acercó a las vivencias con las que pueden interpretarse de manera más profunda sus estilos de identidad. La teoría sustantiva que produjimos, fundamentada en los discursos de los participantes entrevistados, y con la guía del paradigma de codificación propuesto por Strauss y Corbin (1998), nos informó sobre la importancia del apoyo familiar sobre la decisión y el compromiso de ingresar a la universidad. Pero también nos informó sobre la importancia de las relaciones afiliativas 116 que se entablan en la universidad, y que enmarcan la definición de nuevos compromisos y acciones estratégicas adaptativas a la vida de estudiante, que finalmente influyen sobre la decisión de permanecer en la misma. Una reflexión derivada de estos resultados es que los jóvenes de la muestra estudiada viven el período de moratoria social inmersos en la burbuja de apoyo y protección de la familia, y no encontramos alguno que viviera con especial tensión su experiencia universitaria. Incluso los que manifestaron un estilo Difuso/Evasivo en sus respuestas al cuestionario expresaron en sus narrativas el apoyo de su familia. Aquellos que describieron un cierto nivel de confrontación con su familia se refirieron a diferencias menores con sus padres o hermanos, en las que el vínculo de apoyo no estaba en riesgo. Una posible explicación es que con excepción de un participante de la muestra cualitativa, el resto contaba con el apoyo económico familiar para su sostenimiento en el momento de la investigación. Además, sólo una participante reportó que la ‘relación con sus padres’ había empeorado desde el inicio de la carrera, y el resto la calificó como mejor o igual de buena que antes. La valoración de la ‘relación con los hermanos’ fue reportada como igual de mal o peor desde el inicio de sus estudios universitarios por sólo dos participantes. Con las posibles limitaciones de los datos de auto-reporte, estas valoraciones nos permiten tener una idea del clima de aceptación y apoyo en el que viven estos jóvenes entrevistados. Se requiere de una mayor cantidad de estudios con distintas muestras de universitarios para determinar si es una característica estable en nuestra cultura como lo sugieren los estudios transculturales sobre las sociedades colectivistas. Este es un factor que consideramos importante en nuestra investigación, pues parece distinguir el clima de soporte emocional en el que nuestros estudiantes experimentan la exploración de sus opciones de identidad, y la formación de compromisos, que podría diferenciarlos del que experimentan los estudiantes en otras sociedades caracterizadas como individualistas. En sus estudios con estudiantes universitarios en los Estados Unidos, Pascarella y Terenzini (1991, 2005) han documentado formas en las que la experiencia universitaria puede contribuir al desarrollo psicológico en la transición de la adolescencia a la adultez emergente. Por ejemplo, presentan evidencias de que las interacciones de apoyo, constructivas y positivas con los profesores y otros estudiantes están asociadas con progresos en dimensiones asociadas con la madurez psicológica, tales como el desarrollo moral, la independencia personal, la autonomía emocional, la integración social, un sentido de bienestar, y la persistencia, entre otras. Sin embargo, estos ‘efectos’ de la universidad no incorporan la influencia del rol que pueden jugar las ‘influencias familiares’, lo que puede ser un sesgo de investigación en una sociedad individualista como la norteamericana. En otros estudios revisados, se ha encontrado que la disponibilidad de apoyo paterno y los estilos disciplinarios en la crianza se relacionan con dimensiones indicativas de recursos de alto nivel psicosocial, tales como la autoestima, el ajuste, el sentido de propósito en la vida, con bajo nivel de síntomas depresivos, la autonomía emocional, la autoconfianza, y el compromiso (ver Adams, Ryan, y Keating, 2000; Adams, Berzonsky, y Keating, 2006; Berzonsky, 2004; Luyckx, Soenens, Berzonsky, Vansteenkiste, y Goosens, 117 2007; Nurmi, Berzonsky, Tammi, y Kinney, 1997; Vleioras y Bosma, 2005), sin embargo, todos han sido realizados con muestras de estudiantes anglosajones. Como lo vimos en las narrativas de los estudiantes en nuestro estudio cualitativo, la familia continúa contribuyendo al desarrollo y su influencia sigue siendo determinante, al menos durante el primer año. Los valores, actitudes, y expectativas originalmente moldeadas por las experiencias de socialización en la familia continúan siendo importantes en el entorno rutinario cotidiano del estudiante. Además de continuar trabajando en la calibración del cuestionario, es preciso incorporar el estudio de las relaciones de los estilos con estas otras variables en muestras de universitarios mexicanos, pues las evidencias apuntan a que las relaciones afiliativas en el contexto familiar, al igual que en el escolar, son determinantes para el desarrollo de identidades situadas. Con respecto a las IES, es preciso que impulsen la realización de estudios que informen sobre las particularidades de sus estudiantes como complemento necesario a los estudios sobre trayectorias escolares. Nuestra investigación es apenas una muestra de las posibilidades. Se requiere primeramente la convicción en las IES de que es no sólo justa sino necesaria la formulación de políticas para el impulso de este tipo de investigaciones dentro de lo que en algunas instituciones se conoce como el área de Estudios sobre la Universidad. Los programas de mejoramiento de la calidad deben ser acompañados por investigación sistemática sobre el comportamiento de los estudiantes. En síntesis, parece ser que los jóvenes mexicanos que estudian en la universidad, al menos los de la muestra con la que realizamos este estudio, no ‘sufren’ de las condiciones de estrés que acompaña la formación de la identidad en las sociedades de la alta modernidad que analizamos en el capítulo inicial. Observamos que el papel de la institución familiar brinda un contexto ‘protector’ para la exploración de nuevas opciones identitarias brindadas por el contexto universitario, al menos durante el primer año. Estamos en condiciones de afirmar que este estudio combinado secuencial explicativo nos aportó información de alta relevancia para comprender este proceso mediante la articulación de los resultados de la fase cuantitativa con los de la cualitativa. Podemos resumir los aportes de esta investigación de la siguiente manera. La fase cuantitativa nos aportó una versión inicial del Cuestionario de Compromiso y Estilos de Identidad, respaldada por datos válidos y confiables, que puede ser utilizado como herramienta de trabajo en las instituciones educativas –al menos esta primera versiónpara la identificación temprana de estudiantes con distinto nivel de Compromiso, así como de Estilos Informativo-Reflexivo e Informativo-Activo. Si el CEI se incorpora como herramienta de trabajo en programas de mejoramiento de la calidad de la educación, como es el caso de los programas institucionales de tutoría o los de orientación educativa en las IES, sus resultados ayudarán para la identificación temprana de perfiles ya sea de riesgo o de ‘excelencia’ en estudiantes de nuevo ingreso, aunque su utilidad potencial puede ampliarse a las instituciones de bachillerato. 118 7.1 Perspectivas del trabajo en el área. El estudio cualitativo que llevamos a cabo nos permite recomendar los procedimientos de entrevista semi-estructurada y de análisis sistemático guiado por el paradigma de codificación empleados, para incorporarlos no sólo como métodos de investigación que permiten capturar y analizar las narrativas de los participantes. También resultan pertinentes como herramientas en el proceso de orientación educativa. Mediante ellos podemos tener acceso a información relevante durante el proceso de adaptación de los jóvenes a la institución, con base en la cual actuar oportunamente en las tareas de orientación. Pero también podrían contribuir a hacer más sensibles a los diseñadores de tales programas, de manera que se atiendan a las verdaderas necesidades expresadas por los estudiantes y no sólo a ideas preconcebidas, -muchas veces vagas e inciertas– sobre las mismas. Para alguien cuya formación académica previa ha sido básicamente cuantitativa, la experiencia de llevar a cabo un estudio que obligadamente implica la combinación de procedimientos cuantitativos y cualitativos representó un reto desafiante y por demás interesante. Ello implicó no sólo la lectura minuciosa de literatura relevante para obtener información, también llevó al desarrollo y apuntalamiento de habilidades conceptuales y relacionales para su puesta en marcha. Los manuales de investigación en diseños combinados que se revisaron permitieron poner en una perspectiva más constructiva la polémica cuanti-cuali, lo que ayudó a la tarea de integración disciplinaria buscada desde el principio con esta investigación. Esta empresa no hubiera sido posible sin el apoyo de colegas versados en la aplicación tanto de métodos cuantitativos como cualitativos. Finalmente, la experiencia de haber planeado y conducido una investigación empleando una metodología relativamente novedosa, la de los diseños mixtos o combinados, dejó un grato sabor de boca, pues dicho enfoque te lleva a comprender que las ‘diferencias’ entre los enfoques cuantitativo y cualitativo no son más que riquezas de uno y otro que deben ser articuladas en el trabajo analítico de generación y prueba de teoría, tanto sustantiva como formal. Reiteramos nuestra confianza en que los modelos relacionales propios de la psicología social representan la vía para alcanzar la integración disciplinaria en las ciencias sociales. El estudio de los fenómenos de formación de la identidad es una arena en la cual existen condiciones para seguir intentando tal integración. 119 Referencias Adams, G., Berzonsky, M., y Keating, L. (2006). Psychosocial Resources in First-Year University Students: The Role of Identity Processes and Social Relationships. Journal of Youth and Adolescence, 35(1), 81-91. Adams, G., Munro, B., Doherty-Poirer, M., Munro, G., Petersen, A. Y Edwards, J. (2001). Diffuse-Avoidance, Normative, and Informational Identity Styles: Using Identity Theory to Predict Maladjustment. Identity: An International Journal of Theory and Research, 1(4), 307-320. Adams, G., Ryan, B., y Keating, L. (2000). 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En la tabla 31 se presentan algunas de sus características psicométricas, tanto las presentadas en el primer reporte (1989) con la primera versión del ISI, como las reportadas posteriormente (Berzonsky, 1997) con la versión ISI-3. En Berzonsky (1992) y en Berzonsky y Sullivan (1992) se aportan datos sobre confiabilidad y validez del cuestionario. En otros estudios más actuales con estudiantes universitarios, uno de Berzonsky (2008) y otro de Seaton y Beaumont (2008) se reportan valores alfa de consistencia interna de 0.78, 0.78, 0.61, y 0.80; y 0.70, 0.72., 0.62, y 0.75; para las escalas Informativa, Evasiva , Normativa, y Compromiso, respectivamente. En la Tabla 32 se presentan las correlaciones entre las sub-escalas del cuestionario a partir de la información presentada en Berzonsky (1989), los valores que se incluyen en la tabla corresponden al estudio 1 y al estudio 2 (entre paréntesis) incluidos en el citado reporte. Son destacables los valores de correlación negativa significativos entre Orientación Evasiva y los estilos Informativo y Normativo, así como con la sub-escala de Compromiso. Así mismo, las correlaciones positivas y significativas entre Compromiso y los estilos Normativo -y aunque un poco menores- con el estilo Informativo. 135 Las correlaciones entre los componentes que se reportaron en el trabajo de 1992 fueron las siguientes: Informativo x Normativo (r= -.02, ns); Informativo x Evasivo (r= -.26, p< .01); Informativo x Compromiso (r= .39, p< .01); Normativo x Evasivo (r= .17, p< .05); Normativo x Compromiso (r= .36, p< .01), y Evasivo x Compromiso (r= -.34, p< .01). En ese trabajo de 1992 la muestra de universitarios fue de 171. El análisis factorial reportado con estos datos, al procesar las respuestas al ISI-3 junto con otras medidas sobre „Estrategias de enfrentamiento‟ y con „Pruebas de reacción a la ansiedad‟ arrojó cuatro factores con valor propio mayor que 1, que explicaron el 68.4% de la varianza. Los nombres dados fueron: el primer factor Enfoque Difuso-Evasivo; el segundo Enfoque Informativo centrado en el problema; el tercero Reacciones de Ansiedad Facilitadora; y el cuarto Identidad Adoptada, y sus inter-correlaciones resultaron insignificantes. En un estudio con 189 estudiantes de psicología entre los 18-24 años (Clancy Dollinger, 1995) se reportan coeficientes de correlación de .22 (Informativo x Normativo); -.20 (Informativo x Evasivo), y de -.16 (Normativo x Evasivo). En la Figura 10 se presenta la versión traducida del ISI-3 empleada en nuestro estudio. Entre los procedimientos estadísticos multivariados que se reportan en la literatura para explicar las relaciones con variables de personalidad (por ejemplo Berzonsky y Sullivan, 1992; Berzonsky y Ferrari, 1996), y para evaluar la validez convergente de otros cuestionarios (por ejemplo Clancy Dollinger, 1995; Streitmatter, 1993), los más utilizados son: el MANOVA, la regresión jerárquica, y últimamente los procedimientos de Análisis Factorial Confirmatorio basado en el Modelamiento de Ecuaciones Estructurales (Adams, et al, 2001; Berzonsky 2003, 2008). 136 136 137 137 138 El Cuestionario de Procesos de Identidad del Ego (Ego Identity Processes Questionnaire). El EIPQ surgió como un esfuerzo para superar las limitaciones de otras medidas para clasificar a los individuos en distintos estatus de identidad formulados por el Paradigma del Status de Identidad de James Marcia (Berman, Schwartz, Kurtines, y Berman, 2001). El interés para desarrollarlo fue doble, sustituir las escalas dicotómicas por una medida continua de mayor sensibilidad, y la obtención de puntajes separados para las dimensiones de Exploración y Compromiso. Arroja puntajes combinados que son interpretados como medidas de los 4 status del Paradigma de Marcia (1966). El proceso de construcción y validación de este cuestionario de 32 enunciados se reporta en Balistreri y otros (1995) y un estudio con universitarios se reporta en Luyckx, Goossens, Soenens y Beyers (2006). Berman, Schwartz, Kurtines y Berman (2001) utilizaron el ISI-3 junto con una versión del EIPQ y otras medidas de competencia como modelo de medición para estudiar los procesos de exploración. Mediante el EIPQ se identificó el status de identidad de los participantes de la muestra que trabajaron, conformada por 215 estudiantes 139 de psicología. Los principales datos acerca de las características psicométricas del EIPQ se incluyen en la tabla 33. Seth Schwartz reporta un estudio en el que la sub-escala de Compromiso del EIPQ fue utilizada junto con otros cuestionarios en un modelo de medición del constructo multidimensional denominado „Consolidación de la Identidad‟ (Diferente del status de Identidad Consolidada de James Marcia). Este constructo se refiere a un “sentido sintético y de autonomía del Yo que puede facilitar la efectiva toma de decisiones y puede apoyar la creación de un curso de vida sin depender de mucha ayuda externa” (Schwartz, 2007:30). Se compone de constructos y medidas provenientes de tres modelos teóricos distintos pero relacionados sobre la formación de la identidad, el de Erikson (procesos de síntesis del Ego), el del Status de Identidad de James Marcia, y el de Capital de Identidad de James Côté. En su estudio, con 234 estudiantes de psicología y sociología, el EIPQ arrojó un valor Alfa de Cronbach de .66 y el promedio de sus correlaciones con las otras medidas fue de .326, variando entre -.15 y .54. La Figura 11 contiene la traducción empleada. 140 140 141 141 142 El Cuestionario de Deseabilidad Social. Ferrando y Chico (2000) señalan que la utilidad del cuestionario es doble. Puede servir para identificar a sujetos que bajo condiciones de presión social tienden a distorsionar sus respuestas en un afán de presentarse a sí mismos en forma favorable; y en condiciones neutrales sirve para medir un rasgo de conformismo social. En la tabla 34 presentamos las características de la versión del cuestionario de 33 reactivos de Ferrando y Chico (2000) que fue elegida para nuestro estudio debido a que en su reporte mostraron que posee las propiedades de uni-dimensionalidad y confiabilidad apropiadas, al aplicarlo con una muestra de 847 estudiantes universitarios españoles de psicología y pedagogía. Cosetino y Castro (2008) reportaron un estudio con 119 estudiantes de psicología argentinos en el que su versión traducida de la escala original de 33 reactivos arrojó valores de consistencia interna bastante aceptables, y otro estudio con adultos no universitarios en la que el valor de Alfa fue de .75. Sus autores concluyeron que los resultados obtenidos en ambos son similares a los hallados en investigaciones que han usado alguna versión del cuestionario con muestras estudiantiles iberoamericanas y norteamericanas. En la tabla 35 observamos las características de la versión de Cosetino y Castro. 143 La Figura 12 (página siguiente) contiene la versión empleada en el estudio. 144 145 146 Operacionalización del Constructo de Capital de Identidad. 1 Por una parte, para medir la adquisición o acumulación de recursos tangibles de capital de identidad se emplea el Índice de Resolución de la Etapa de Identidad (Identity Stage Resolution Index, ISRI; Côté 1997), compuesto por la Escala de Resolución de la Identidad Adulta, y por la Escala de Resolución de la Identidad Comunitaria (Adult Identity Resolution Scale, AIRS; y Community Identity Resolution Scale, CIRS, respectivamente, por sus nombres en inglés). De acuerdo con Côté (1997), este instrumento produce una medida que permite conocer cómo las comunidades integran a los jóvenes y les reconocen sus roles de adulto. Desde una perspectiva socio-psicológica, aporta información acerca de cómo se dan los intercambios individuo y comunidad resultantes en la acumulación de capital de identidad por aquellos. El índice lo conforman 7 reactivos. La Escala de Resolución de la Identidad Adulta está conformada por 3 reactivos, mientras que la Escala de Resolución de la Identidad Comunitaria los 4 restantes. Las preguntas que conforman la Escala de Resolución de la Identidad Adulta permiten indagar si los jóvenes: (1) se consideran a sí mismos como adultos; (2) se sienten que han madurado completamente; y (3) si consideran que son respetados como adultos por los demás. Las que conforman la Escala de Resolución de la Identidad Comunitaria exploran si: (1) han encontrado su nicho para vivir; (2) si saben ubicarse respecto a los temas políticos y económicos; (3) si han adoptado un estilo de vida que les satisfaga para el resto de sus vidas; y (4) si han encontrado una comunidad en la cual vivir por el resto de sus vidas (Còté, 1997:583). Todos se responden mediante una escala tipo Likert de 5 anclajes, para estimar qué tanto se aplica cada enunciado a las propias condiciones de vida, variando desde „No del todo cierto‟ (1) hasta „Totalmente cierto‟ (5). Para la operacionalización de recursos intangibles desarrollaron la Escala Multidimensional de Personalidad Auto-Determinada (Multimeasure Agentic Personality Scale, MAPS en inglés), constituida como un índice con indicadores pertenecientes a 6 sub-escalas que miden aspectos de personalidad altamente relacionados con la llamada „agencia‟ o personalidad auto-determinada: auto-estima, propósito en la vida, locus de control interno, fuerza del Ego, auto-actualización y compromiso ideológico. En el artículo de Côté (1997) se enlistan las 14 sub-escalas, retomadas de otros tantos cuestionarios de uso generalizado en evaluación de la personalidad, así como datos sobre sus propiedades psicométricas. Para la medición de Recursos Tangibles, se emplean indicadores de capital social (pertenencia a redes sociales); un índice denominado „Transferencia de Capital de los Padres‟ sirve como indicador de Clase Social; y finalmente, como medidas de capital humano se emplean indicadores de „competencia‟, „beneficios de la competencia‟ y un índice múltiple denominado „Uso deliberado de la Competencia‟.En el estudio reportado por Schwartz, (2007), se emplearon como medidas del capital de identidad el AIRS y el CIRS como parte de un modelo de medición de la consolidación de la identidad. 1 Tal como se aclaró en el capítulo 2, este punto se presenta sólo como complemento, ya que no se empleó el índice en esta investigación. 147 Anexo 2. CARACTERÍSTICAS DE LA MUESTRA CUALITATIVA (N=26). En la Tabla 36 podemos darnos cuenta de la ubicación de cada participante en los grupos formados de acuerdo con sus puntajes altos, medios y bajos, así como sus puntajes en las otras sub-escalas del CEI (COMP= Compromiso; INFR= Estilo Informativo-Reflexivo; EVAR= Estilo Evasivo-Reactivo; INFA= Estilo Informativo-Activo; EVAA= Estilo Evasivo-Anticipatorio; NORM= Estilo Normativo). Un comparativo de sus ubicaciones conforme a la partición univariada y a la solución multivariada de tres conglomerados pude observarse en la Tabla 37. 148 Podemos observar que de los 16 participantes con puntajes altos en Compromiso en la partición univariada (valor 3 en la columna central), 15 de ellos obtuvieron la misma clasificación multivariada (conglomerados 2 y 3). Así mismo, 3 de los cuatro con puntajes bajos en Compromiso obtuvieron clasificación similar (conglomerado 1) multivariada. Finalmente, de los 6 participantes con puntajes intermedios en Compromiso, 4 resultaron clasificados en C1 y 2 en C2. En la Tabla 38 (página siguiente) se resume la información obtenida mediante el cuestionario de identificación que fue llenado por cada participante en la fase inicial. El listado de códigos en la parte derecha de la tabla permite la lectura de la misma. 149 149 150 Anexo 3. GLOSARIO DE METODOLOGÍA Y TEORÍA FUNDAMENTADA. Abducción o lógica abductiva. Representa el tercer tipo de lógica (además de la inductiva y la deductiva), consiste en el proceso de partir hacia atrás desde un efecto o consecuencia observada hacia una causa antecedente probable. La abducción implica la generación creativa de conjeturas y la realización de inferencias sobre la explicación más probable. (Teddlie y Tashakkori, 2009). Categoría. Una categoría es una unidad de información analizada en un estudio de TF y a la que se le asigna una „etiqueta‟, término, o concepto. Se compone de eventos, sucesos e instancias (incidentes) de un fenómeno (Strauss y Corbin, 1998). Existen dos tipos de categorías: las que se representan con códigos „in vivo‟ que se generan directamente del lenguaje sustantivo, que es el lenguaje „bruto‟ de los incidentes; y las que se representan con códigos teóricos o conceptuales, formulados desde el conocimiento (constructos) de las disciplinas de las ciencias sociales. Categoría Central. Es aquel código que por su centralidad explica y da sentido a todos los datos y sus relaciones, y por tanto, explica la mayor variabilidad en el patrón de comportamiento social objeto de estudio. Permite vislumbrar las relaciones y suele ser la base del tema principal de la investigación, mismo que se resume en un patrón de comportamiento. Parte de los propios datos y es relevante porque cumple funciones de integración, densidad, saturación y focalización. Codificación. Un código es una combinación de elementos que tiene un cierto valor convencional en un determinado sistema de categorías. Es un sistema de signos y reglas de asignación que permite formular y comprender un discurso. Suele referirse como „categorización‟ aunque tal término no existe en el diccionario. Tipos de Codificación. En los términos de Glaser: Abierta, Selectiva, y Teórica; en los de Strauss y Corbin: Abierta, Axial y Selectiva. Es la operación concreta mediante la cual se asigna a cada unidad o incidente un código propio de la categoría en que consideramos está incluida. Codificación Abierta. Representa el proceso analítico interpretativo inicial mediante el cual se identifican conceptos, sus propiedades y sus dimensiones a partir de los datos. Consiste en tomar los incidentes (por ejemplo la transcripción de una entrevista) y segmentarlos en categorías de información (códigos „in vivo‟). Creswell (1998:242) recomienda desarrollar un pequeño número, para ir poco a poco reduciendo tal cantidad; por ejemplo de unas 30, a 5 o 6 que serán los temas principales del estudio. Así mismo, se indica que sea completamente emergente y opuesta a una codificación preconcebida. Se comienza a codificar los datos en función de las diferentes categorías que van emergiendo, se codifican los distintos incidentes en tantas categorías como sea posible; y las nuevas categorías y nuevos incidentes que emergen se ajustan, si es posible, a las categorías existentes. Este proceso empieza a prefigurar la teoría emergente. El nombre o „concepto‟ debe ser sugerido por el contexto, situación o „escenario‟ en el que es ubicado un evento. Sólo mediante la comparación de los incidentes y su etiquetación como fenómenos con el mismo término es como un analista acumula las unidades básicas para la teoría. En el 151 enfoque de TF tales conceptos se vuelven más numerosos y más abstractos a medida que progresa el análisis (Corbin y Strauss, 1990). Codificación Axial. Es el proceso de relacionar categorías y sus subcategorías, se le llama codificación axial debido a que el análisis se da alrededor de una categoría central que se vincula con otras al nivel de sus propiedades y dimensiones (Strauss y Corbin, 1998:123). Una vez identificada la categoría central, el investigador vuelve a la base de datos para identificar: a) qué fue lo que causó este fenómeno; b) que estrategias o acciones emplean los actores en respuesta a ello; c) cual contexto (específico) y condiciones intervinientes (contexto amplio) influyen sobre las estrategias; y d) cuáles consecuencias resultan de las estrategias. El proceso general implica relacionar las categorías con la categoría central (Creswell, 1998:239). Es equivalente a la codificación selectiva planteada por Glaser, que delimita la codificación solo a aquellas incidentes y categorías que se relacionan de manera significativa con el fenómeno central, llegando incluso a obviarse aquellas categorías que no tienen especial relevancia con aquel (Trinidad, Carrero y Soriano, 2006). Se identifican cuatro procesos durante la codificación axial: una continua relación entre subcategorías y categorías; la comparación de las categorías con los datos recolectados; la expansión de la densidad de las categorías mediante especificación de propiedades y dimensiones; y la exploración de las variaciones en los fenómenos (Brown, Stevens, Troiano y Schneider, 2002:5). Codificación Selectiva. Strauss y Corbin (1998) la refieren como el proceso de integrar y refinar la teoría (p. 143). Para Glaser es la codificación teórica que permite establecer como hipótesis aquellas relaciones y conexiones existentes entre los códigos sustantivos y las propiedades, que serán luego integradas en una explicación teórica de mayor nivel de abstracción. Hace posible la construcción de un sistema de relaciones que ofrecen una explicación más plausible del conjunto de relaciones surgido de los datos (Trinidad, Carrero y Soriano, 2006). Este proceso permite que los datos fragmentados se puedan unir de nuevo, y también previene al investigador de restringirse sólo a la descripción. Al codificar teóricamente lo hacemos sobre la base de conceptos, y sus variaciones en propiedades y dimensiones. No nos restringimos a un solo caso. Al hacernos preguntas acerca de un caso o incidente, y mediante la comparación constante con otros casos muestreados sobre la base de propiedades y dimensiones, nos acercamos a las variaciones que nos interesan para la construcción de teoría (Strauss y Corbin, 1998:88-89). Criterios para evaluar la TF: Se aplican para establecer la adecuación de los resultados obtenidos en un estudio de TF, y se propone en dos niveles: Teoría y Práctica. Para la primera, se consideran los siguientes: Ajuste entre datos y categorías; Funcionalidad de la teoría; Relevancia, y Modificabilidad. Para el aspecto práctico se consideran: Ajuste teoríarealidad sustantiva; Comprensión por parte de los implicados; Generalidad y abstracción de las categorías usadas; Control y predicción de cambios y consecuencias (Trinidad, Carrero y Soriano, 2006). Corbin y Strauss (1990) plantean que son cuatro aspectos los que se tienen que tomar en cuenta para la evaluación de un reporte que presenta la generación, elaboración o „prueba‟ de una teoría: la validez, confiabilidad (trustworthiness) y credibilidad de los datos; la plausibilidad y valor teórico de la teoría reportada; la 152 adecuación del proceso de investigación que produjo la teoría; y la base empírica en la que se sustenta la formulación; proponen 7 criterios para evaluar el tercero de estos aspectos: la adecuación del proceso de investigación, y otros tantos para evaluar el aspecto de la base empírica (pp. 17-19), dejando a los metodólogos y filósofos de la ciencia la evaluación de los dos primeros aspectos. Dimensiones. Son las unidades analíticas más pequeñas analizadas en la TF. Surgen al tomar cada propiedad de una categoría y colocarla en un continuo para ver las posibilidades extremas de la misma. Dan especificidad a una categoría y variación a la teoría. Diseños Combinados o Mixtos. Familia de diseños en los que la combinación se da entre fases cronológicas. Las preguntas o los procedimientos de una secuencia específica (Cuantitativa o Cuantitativa) surgen o dependen de los resultados de una secuencia previa. Las preguntas de investigación se construyen una sobre otra y pueden evolucionar a medida que el estudio avanza (Teddlie y Tashakkori, 2009) Estrategias de Categorización. Se refiere a estrategias de análisis de datos Cualitativos que consisten en desmenuzar los datos narrativos y su reacomodo para producir categorías que faciliten las comparaciones y la comprensión del fenómeno estudiado. (Teddlie y Tashakkori, 2009). Familias de Códigos: en el enfoque de Barney Glaser, son códigos que tienen relación entre sí, ya sea por el tema, el proceso, el tiempo, el grado de relación, las causas, las consecuencias, entre otras características. Su utilidad es que permiten sintetizar e integrar nuestras observaciones, y desarrollar y generar redes conceptuales en auxilio de la emergencia de la teoría a partir de los datos. Glaser (1978) propone 18 familias de códigos como una guía para el analista. El paradigma de codificación de Strauss y Corbin (1998) puede ser considerada un tipo de familia, equivalente a la „familia de las seis C‟ (causas, contextos, contingencias, covarianzas, consecuencias y condiciones) de Glaser. Incidentes. Se definen como cada parte de la unidad de muestreo que pueda ser considerada como analizable separadamente. Esta separación o aislamiento la hace el investigador porque considera que simboliza o „contiene‟ un aspecto trascendente para una cierta categoría o categorías dentro del tema de investigación. Al seleccionar un incidente (asignarle un código), éste se convierte en „dato‟ durante la „codificación abierta‟. Es importante recordar que una vez que los conceptos empiezan a acumularse, el analista debe empezar el proceso de agruparlos o categorizarlos bajo términos explicativos más abstractos, es decir, las categorías (Strauss y Corbin, 1998: 114). Inducción Analítica. Es una estrategia analítica Cualitativa que involucra el escrutinio de los datos para identificar categorías de un fenómeno y relaciones entre ellas; de lo que se deriva la construcción de tipologías e hipótesis a partir de un número inicial de casos analizados. Luego se pasa a la modificación y refinamiento de las categorías e hipótesis iniciales sobre la base de la consideración de casos subsecuentes. (Teddlie y Tashakkori, 2009). 153 Inferencia de Calidad. Término que en la metodología de diseños combinados incorpora los términos Cuantitativos de Validez Interna y Validez de las conclusiones Estadísticas, y los Cualitativos de „Digno de Confianza‟ (Trustworthiness) y Credibilidad. La inferencia de calidad se refiere a la medida en que las interpretaciones y conclusiones hechas sobre la base de los resultados alcanzan los estándares profesionales de validez, rigor, credibilidad, y aceptabilidad (Teddlie y Tashakkori, 2009). Matriz Condicional. Es un diagrama que se construye ya avanzado un estudio de TF y que presenta las condiciones y consecuencias relacionadas con el fenómeno estudiado. Ayuda al analista a distinguir y a vincular niveles de condiciones y consecuencias especificadas en el modelo de codificación axial (Creswell, 1998: 240). Las condiciones más „amplias‟ que influyen sobre el fenómeno pueden ser económicas, valores culturales, tendencias políticas, movimientos sociales, etc. „…sugerimos una imagen útil para representar un conjunto de circulos concéntricos inclusivos para ilustrar esta estructura, que inicia con los más exteriores que apenas son notados, yendo hacia los más interiores de inclusividad menor. No se trata solo de referir las condiciones más amplias como un escenario, deben incorporarse articuladamente a la teoría a fin de lograr un mayor entendimiento del fenómeno estudiado. (Corbin y Strauss, 1990:11). Memorandos. Un memorando puede ser una frase, un párrafo, una o pocas páginas, mediante el cual el investigador plasma su pensamiento durante el proceso analítico. Se escriben al momento en que se piensan como notas de campo, por lo que se recomienda interrumpir el análisis para elaborarlos. Su contenido son ideas teóricas sobre los códigos y sus relaciones, por lo que su elaboración es un proceso constante desde el inicio del análisis. Figurativamente, se dice que los „memos‟ (abreviatura común para referirse a ellos) permiten „hablar‟ a nuestros datos, desde su recolección hasta el análisis avanzado, y pueden actuar como fuente de dirección de nuestra indagatoria. Representan la total libertad creativa sin reglas de redacción, de gramática, ni de estilo (Glaser, 1998). Redactar memos es un aspecto clave para recordar ideas que van surgiendo desde etapas analíticas tempranas, y para la producción de la teoría (Morse, en Cisneros-Puebla, 2004). Su función clave es almacenar ideas, que puedan ser recordadas, organizadas, y reutilizadas con posterioridad. De acuerdo con Trinidad, Carrero y Soriano (2006) la generación de memos puede ampliarse tanto como lo requiera el analista, lo importante es saber en qué momento y por qué razones se ha de proceder a codificación selectiva y, por tanto, a recordar la razón por la que lo redactamos. Glaser (1998) destaca que una teoría escrita partiendo de memos no clasificados puede ser muy rica en ideas, aunque débil por su falta de interconexiones, por lo que destaca la importancia de su clasificación y ordenamiento cuidadoso, además de que su contenido vaya más allá de la simple descripción de un incidente. La redacción de memos teóricos y notas sobre los códigos son procedimientos específicos de la TF, el registro de notas de campo y de entrevista no difieren de otros métodos cualitativos (Corbin y Strauss, 1990). Método de Comparaciones Constantes. Término que se refiere a que el investigador identifica incidentes, eventos y actividades, y lleva a cabo una comparación continua de éstos con una categoría emergente para desarrollarla y saturarla (Creswell, 1998:240). Las 154 comparaciones son importantes dado que hacen posible la identificación de variaciones en los patrones emergentes de los datos; estamos interesados no sólo en una categoría o patrón, sino en la forma en que varía dimensionalmente dicho patrón. Esto se logra mediante las comparaciones de las propiedades y dimensiones bajo diferentes condiciones (Strauss y Corbin, 1998:67). Es un método orientado a descubrir regularidades en torno a los datos. Se distinguen cuatro etapas o estadios en su aplicación: comparación de incidentes y su categorización; integración de categorías y propiedades; conceptualización teórica y reducción de la teoría; y redacción de la teoría. Con este método se integran los resultados del muestreo teórico y de la saturación teórica. (Trinidad, Carrero y Soriano, 2006). En la TF, la comparación teórica se refiere a pensar en un objeto o evento en formas diferentes (un rango de posibles significados) de manera que descubramos sus propiedades. Así, nuestra experiencia y conocimientos generales y disciplinarios nos permiten identificar las propiedades no evidentes en la información. Esto se inicia con la pregunta: ¿Qué es esto? (Strauss y Corbin, 1998: 80-81). . Metodología y Método (Distinción). El primer término hace referencia a un enfoque amplio de la indagación científica que especifica cómo debieran ser planteadas y respondidas las preguntas de investigación. Incluye consideraciones respecto a la visión del mundo, preferencias por ciertos diseños, una cierta lógica de muestreo, de recolección de datos y de estrategias analíticas, guías para realizar inferencias, y criterios para evaluar y mejorar la calidad de las mismas. El segundo, se refiere a estrategias y procedimientos específicos para llevar a cabo diseños de investigación, incluyendo: muestreo, recolección de datos, análisis de datos, e interpretación de los hallazgos. (Teddlie y Tashakkori, 2009). Muestreo Teórico. En la recolección de datos para un estudio de TF se parte de la selección de una muestra propositiva de individuos con base en su potencial contribución al desarrollo de la teoría sustantiva. Se utilizan, además, los criterios de intensidad y máxima variación. Sin embargo, otra forma de muestreo en la TF procede no en términos de extraer muestras estadísticamente representativas de grupos específicos de individuos, unidades de tiempo, o aspectos como esos, sino en términos de conceptos, sus propiedades, dimensiones y variaciones. Es común que este proceso inicie con una muestra homogénea de individuos que comparten un rasgo similar relevante para el propósito del estudio, sin embargo, se hace énfasis en que el investigador „no muestrea sujetos, sino incidentes, eventos o acontecimientos‟ (Corbin y Strauss, 1990:8), que tienen que ver con lo que los actores hacen, con las condiciones en que lo hacen y las consecuencias de sus acciones. Al iniciar un estudio, el investigador inicia con una idea del fenómeno que desea estudiar. Con base en sus conocimientos, selecciona grupos de individuos, una organización, o una comunidad representativos, es decir, en los que la probabilidad de observar (o no observar) el fenómeno sea muy elevada (Corbin y Strauss, 1990). A medida que la recolección de datos avanza y la teoría empieza a emerger, el muestreo teórico consiste en seleccionar y añadir informantes con el objeto de incrementar la diversidad de la muestra inicial, buscando diferentes categorías, o nuevas propiedades y dimensiones a las categorías identificadas antes, observando bajo qué condiciones se mantienen vigentes y significativas. De acuerdo con Strauss y Corbin (1998) no se afirma que las propiedades „pertenecen o están‟ en los datos, sólo son abstracciones que nos guían y dan mayor 155 sensibilidad y conciencia en el análisis de nuevos datos. “Aunque las propiedades emergen de los datos, las técnicas [comparativas] ayudan al analista a reconocerlas, y a superar los obstáculos que nos impiden ver lo que hay en los datos” (p. 96). Es el muestreo teórico el que permite lograr la representatividad y la consistencia de los conceptos, no de las personas, en la TF. Paradigma de Codificación: Es un heurístico gráfico propuesto por Strauss y Corbin (1998), construido con cuadros y flechas que representa el flujo o proceso de relaciones entre: las Condiciones Causales, el Fenómeno Central, el Contexto, las Condiciones Intervinientes, la Acción o Interacción, y las Consecuencias. Se construye durante la codificación axial y es una de las formas de representar el modelo teórico desarrollado en el estudio. De acuerdo con Creswell (1998), las Condiciones Causales son las categorías que se identifican como causa o influencia para la ocurrencia del fenómeno central. Éste, es una categoría surgida en la codificación abierta que se elige como el núcleo alrededor del cual se desarrollará la teoría. Se elige ya sea por interés conceptual, porque es frecuentemente mencionada por los participantes, o porque es la categoría mayormente „saturada‟ con información. El Contexto se refiere al conjunto particular de condiciones de naturaleza específica y proximal en que se presenta la acción estratégica o las interacciones de interés (las situaciones). Las Condiciones Intervinientes son las condiciones de naturaleza „distal‟, más amplias que el contexto. Pueden ser aspectos sociales, económicos y políticos que influyen sobre las estrategias (por ejemplo: la clase social, una devaluación, pertenencia a un grupo discriminado, etc.). Son las acciones o interacciones específicas de los actores, que resultan del fenómeno central. Las Consecuencias son los resultados de las estrategias puestas en acción por los participantes en las condiciones estudiadas; pueden ser positivas, negativas o neutrales. Otros términos usados por Strauss y Corbin (1998) para referir el proceso de construcción de TF son: Estructura, que utilizan para referirse al contexto condicional en el que una categoría o fenómeno es situado; y Proceso, para identificar las acciones o interacciones que evoluciona en el tiempo (p. 123). Pragmatismo. Postura que representa un paradigma deconstructivo que desacredita conceptos tales como „verdad‟ y „realidad‟ como absolutos, y se centra en lo que permita responder las preguntas de investigación como criterio de verdad. El pragmatismo rechaza las elecciones forzadas (o esto o aquello) relacionadas con la guerra de paradigmas, recomienda el uso de la investigación con métodos mixtos, y reconoce que los valores del investigador juegan un papel importante en la interpretación de los resultados (Teddlie y Tashakkori, 2009) Principio fundamental de la investigación con Métodos Mixtos. Tal como lo formularon Johnson y Turner en 2003, “los métodos deben combinarse de forma que sus fortalezas se complementen y que sus debilidades no se traslapen” (Teddlie y Tashakkori, 2009: 335). Proceso. Son secuencias de acciones o interacciones propias de un fenómeno visto en su evolución a través del tiempo (Strauss y Corbin:123); tales cambios pueden vincularse con cambios en las condiciones estructurales. Demuestran la capacidad de los individuos, 156 organizaciones y grupos para responder a, y moldear las situaciones en las que se encuentran (p. 166). Proceso de Categorización. Es el proceso de análisis Cualitativo que involucra el conjuntar aquellas unidades de información (incidentes) que se relacionen con un mismo contenido en categorías provisionales y la creación de reglas que describan las propiedades de tales categorías. Además, implica que cada conjunto resulte internamente consistente, y también que sean mutuamente excluyentes (Teddlie y Tashakkori, 2009). Productos de la Investigación: Descripción, Ordenamiento Conceptual y Teorización. La descripción consiste en el uso selectivo de palabras para comunicar una imagen mental de un evento, un escenario, una escena, una experiencia, una emoción o una sensación, desde la perspectiva de la persona que la realiza. El ordenamiento conceptual es un tipo de análisis que es un precursor de la teoría; consiste en descripciones acompañadas con cierto nivel de interpretación, hecha sobre una colección de objetos o eventos; implica su clasificación en dimensiones explícitas, sin relacionarlas necesariamente entre sí, o con un esquema explicativo incluyente. Teorización se refiere al trabajo que implica no sólo la concepción o intuición de ideas o conceptos, sino también a su formulación en un esquema lógico sistemático explicativo, el cual permite la predicción. Desde la TF es la formulación de una teoría sustantiva la que distingue este enfoque de los demás métodos cualitativos, que alcanzan sólo el ordenamiento conceptual (Strauss y Corbin, 1998; Glaser, 2009). Sin embargo, Corbin y Strauss (1990) afirman que “una teoría fundamentada debe explicar así como describir. Incluso puede proporcionar algún grado de predictibilidad, pero sólo en relación con condiciones específicas” (p. 5). Propiedades. Strauss y Corbin (1998) se refieren a estas otras unidades de información como los „atributos o características‟ que pertenecen a una categoría, y que surgen durante la codificación abierta. Cada categoría puede ser subdividida en propiedades que aportan las dimensiones propias de la misma. Definen y le dan significado a la categoría con la que se asocian. Saturación teórica. La actividad relevante en la TF es identificar tantos incidentes, eventos o actividades que se incluyan en las categorías. En este proceso, se llega eventualmente a un punto en el que una categoría se „satura‟, es decir, ya no se encuentra nueva información que añada conocimiento a la categoría; cuando es lo suficientemente densa para cubrir variaciones y procesos; y cuando se delinean las relaciones entre las distintas categorías.. El propósito del muestreo teórico es arribar a esta situación. Sensibilidad Teórica. Se refiere al atributo de tener capacidad de discernimiento, la habilidad para dar sentido a los datos, de comprender, de separar lo pertinente de lo que no lo es (Jorge, 2007). Para Glaser, ésta proviene de la formación teórico-conceptual del investigador en el pensamiento sociológico, en la ciencia en general, y de su experiencia en investigación. Strauss, además de ello, particulariza la importancia del conocimiento de una teoría de la acción, sobre todo desde la concepción del interaccionismo simbólico. Para ampliar la sensibilidad teórica, Strauss y Corbin (1998) proponen cuatro técnicas: a. Hacer 157 preguntas básicas a los datos (quién, cuándo, por qué, dónde, qué, cómo, qué tanto, frecuencia, duración, tasa, y ritmo); b. analizar los múltiples significados y supuestos de cada palabra, frase, u oración por separado; c. hacer comparaciones novedosas promoviendo formas no convencionales de pensamiento para revisar los datos y aportando conceptualizaciones teóricas más densas; y d. explorar términos absolutos tales como „nunca‟ y „siempre‟. Teoría: Un conjunto de conceptos bien desarrollados y articulados entre sí por medio de enunciados de relación, que en conjunto constituyen un marco integrado que puede ser utilizado para explicar o predecir un fenómeno. Se dice que es sustantiva cuando se obtiene y –por tanto- se refiere a situaciones inmediatas. Esta teoría parte del estudio de un fenómeno ubicado en un contexto situacional particular (Strauss y Corbin, 1998). Se distingue de las llamadas teorías formales, que son de mayor abstracción y aplicabilidad. En la TF, el esquema teórico resulta de la comparación continua de los memos y la relación con los códigos teóricos y sus propiedades conforme a un marco que va emergiendo a través del análisis. En ese sentido, la clasificación teórica realizada por el analista es conceptual, no de datos. En este punto de la generación de teoría es donde Glaser recomienda hacer una revisión de la literatura e incorporar tal información junto con la producción y clasificación de los memos, ya que los aportes de otros autores proporcionarán mayor profundidad y alcance a las hipótesis sustantivas generadas en nuestro estudio. Teoría Fundamentada. Los procedimientos de la TF están diseñados para desarrollar un conjunto bien integrado de conceptos que aportan una explicación teórica del fenómeno social bajo estudio. Su formulación inicial fue hecha en 1967 en el libro de Barney Glaser y Anselm Strauss titulado The Discovery of Grounded Theory. Sus soportes teóricos proviene del Pragmatismo (John Dewey y George H. Mead) y del Interaccionismo Simbólico (Park y Burgess, Thomas y Znaniecki, Hughes, Blumer). Aunque uno no se suscriba a estos principios filosóficos y orientaciones sociológicas de manera total, es conveniente entender que al aplicar la TF se aplican dos principios fundamentales, compartidos por ambos planteamientos. Uno relacionado al cambio, pues los fenómenos no se conciben como estáticos, sino en constante evolución en respuesta a condiciones cambiantes, por lo que la TF considera los procesos. El segundo principio se relaciona con el indeterminismo o rechazo al determinismo total. Se considera que los actores sociales tienen a su disposición los medios para transformar sus destinos, aunque no siempre puedan controlar las condiciones en que se desenvuelven. Sin embargo están en capacidad de tomar decisiones y elegir de acuerdo con sus percepciones sobre las opciones que se les presentan. Por eso, es responsabilidad del investigador que usa el enfoque de la TF el descubrir cómo responden los autores a las condiciones cambiantes y a las consecuencias de sus acciones. (Corbin y Strauss, 1990) Tesis de Compatibilidad. Sostiene que la combinación de métodos Cuantitativos y Cualitativos es una buena estrategia de investigación y niega el planteamiento que ambas orientaciones son epistemológicamente incoherentes (Teddlie y Tashakkori, 2009). 158 Tesis de la Incompatibilidad. Sostiene que es inapropiado combinar métodos Cuantitativos y Cualitativos debido a las diferencias fundamentales en los paradigmas (positivismo y constructivismo) que subyacen a unos y otros. (Teddlie y Tashakkori, 2009). Tesis de las Fortalezas Complementarias. Sostiene que aunque la investigación con métodos combinados es posible, los investigadores deben mantener los componentes Cuantitativo y Cualitativo tan separados como sea posible de manera que las fortalezas de cada postura paradigmática puedan capitalizarse (Teddlie y Tashakkori, 2009). Validez Concurrente. Ejemplo de validez convergente que ocurre cuando los resultados de una medición se hallan altamente correlacionados con los resultados de otras mediciones del mismo constructo. (Teddlie y Tashakkori, 2009). Validez Convergente. Se refiere al grado en el que los resultados de la medición que representan un constructo o fenómeno son consistentes con otros indicadores del mismo (Teddlie y Tashakkori, 2009). Validez de Constructo. Un constructo es una abstracción que no puede ser observada de manera directa, pero que resulta de utilidad para la interpretación de datos empíricos y para la construcción de teoría. La VC se refiere al grado en que el procedimiento de recolección de datos (instrumento, protocolo de observación, entrevista) en realidad „captura‟ el constructo que se estudia. (Teddlie y Tashakkori, 2009). Validez Discriminante (o Divergente). Es el grado en el que los resultados de un procedimiento de recolección de información (p. ej. protocolo de observación) posee una relación débil con indicadores que teóricamente no se relacionan con el constructo estudiado, o que son diferentes en los grupos en que teóricamente se espera que sean distintos (Teddlie y Tashakkori, 2009). Validez Externa. Ser refiere a la validez de las inferencias sobre si una relación causal se mantiene a través de variaciones en personas, escenarios, variables de tratamiento, y variables de medición (Teddlie y Tashakkori, 2009). Validez Interna. Tal como la formularon Shadish, Cook, y Campbell en 2002, es “la validez de las inferencias acerca de si las relaciones entre dos variables es causal”; más ampliamente el término hace referencia al grado en que conclusiones o interpretaciones alternativas basadas en los mismos resultados pueden ser descartadas de manera convincente (Teddlie y Tashakkori, 2009). Validez Predictiva. Ocurre cuando los datos obtenidos mediante un instrumento correlacionan alto con los resultados que se intentan predecir. Es un caso específico de validez convergente (Teddlie y Tashakkori, 2009).