"Consumo televisivo de los adolescentes".

"Consumo televisivo de los adolescentes".

Departamento de Estudios
Consumo televisivo de los adolescentes1
Hoy en día, las familias chilenas tienen un alto nivel de equipamiento medial. Tienen en promedio
tres televisores y 6 de cada 10 hogares tiene cable e internet (Encuesta Nacional de Televisión
2011), lo que ha potenciado nuevos hábitos y maneras de ver televisión, siendo los más sensibles
a estos cambios los menores de edad, ya que son importantes consumidores de las nuevas
tecnologías.
En este contexto, los adolescentes tienen mucho que decir sobre su consumo televisivo. La
televisión para ellos es una fuente de entretención y relajo, la que van complementando con sus
actividades académicas y de tiempo libre.
A pesar de que ver televisión no es la única actividad que realizan, es importante en su quehacer
diario y se refleja al ser grandes conocedores de la parrilla programática de la TV pagada y abierta.
En la señal abierta, prefieren el humor; a los hombres les gustan programas de situaciones
ridículas y picarescas como –Sinvergüenzas, Infieles, Teatro en CHV-; mientras que las mujeres
eligen teleseries y reality shows ya que aportan diversión diaria –por ejemplo, Pobre Rico y
Mundos Opuestos-. En la televisión pagada, las películas, las series (especialmente las mujeres) y
los dibujos animados de adultos –como South Park-, son los programas favoritos de los
adolescentes, sumado a los canales de fútbol en el caso delos hombres.
La televisión es parte de su mundo de vida cercano y cotidiano, pero a la vez pertenece a su
espacio privado, la mayoría tiene televisor en su dormitorio, lo que ha potenciado el consumo de
TV individual:
“Yo en verdad veo más sola…a veces veo con mi familia” (Adolescente mujer,C1C2)
“Yo me quedo en mi pieza viendo... (televisión)” (Adolescente hombre, C3)
El hábito de ver solos televisión tiene coherencia con el criterio de selección de la programación.
Los adolescentes, ya a los 13 años, no tienen la percepción de restricción acerca de contenidos o
programas que no deberían ver, por no estar acordes a su edad o porque podrían ser inadecuados
sin guía de algún adulto.
“Nunca me han prohibido nada, a lo más te dicen que no veas algo, pero al final uno
igual lo termina viendo” (Adolescente hombre, C3)
“A mí no me prohíben programas” (Adolescente mujer, D)
“Uno cierra la puerta no más y chao” (Adolescente hombre, C1C2)
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Este informe se realizó en base a los resultados del estudio cualitativos “Consumo televisivo e imagen de jóvenes en
televisión”. Público objetivo, Estudiantes de 1°Medio (13 – 14 años), hombres y mujeres pertenecientes a los niveles
socioeconómico medio – alto; medio –bajo y bajo. Técnica utilizada, grupos focales (total 6).
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En este sentido, el consumo de programas y contenidos de adultos en adolescentes, no está
asociado como algo dañino y que no deberían ver, e incluso son capaces de burlar reglas
parentales:
“Me gusta Morandé con Compañía, es que las cosas chistosas de los canales
nacionales son como de sexo” (Adolescente hombre, C1C2)
“¿Hay programas que no lo dejen ver? Sí el canal Playboy, pero igual me se la clave”
(Adolescente hombre, D)
El gusto por ver televisión se incorpora dentro del hábito de consumo de las nuevas tecnologías,
en efecto, se consolida el consumo televisivo en otras pantallas. Para esta generación, el celular y
el computador se han transformado en una nueva plataforma para ver contenidos de TV, siendo
Youtube la más importante. Y no solo eso, las redes sociales como Facebook y Twitter, permiten
“estar conectados” con temas, personajes y novedades de sus programas favoritos, enterándose
de lo que sucede y opinando sobre la programación:
“Con el teléfono uno ve los capítulos que te perdiste” (Adolescente hombre, C1C2)
“Cuando pasa algo me meto a internet y busco la noticia. Es mejor, hay más puntos de
vista” (Adolescente hombre, C3)
“Es que a veces también salen las fotos de las películas en Facebook, entonces a una le
llama la atención y empieza a buscarlas” (Adolescente mujer, D)
El interés de los adolescentes por la televisión y específicamente por programación para adultos,
lleva a preguntarse por el desarrollo de estrategias que potencien un consumo de contenidos
televisivos acordes a su edad y que fomenten un consumo responsable de televisión y de
contenidos audiovisuales en general.
Asimismo, se hace necesario que padres e hijos empiecen a conversar sobre lo que ven en
televisión, ya que de diversos modos los menores acceden a todo tipo de programación, incluso
inapropiada para su de edad, en el entendido que los propios padres desconocen el uso que su
hijos le dan a las nuevas tecnologías.
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