Teologia de la Prosperidad, disertacion - M OcaÃ
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Teologia de la Prosperidad, disertacion - M OcaÃ
UNIVERSIDAD BÍBLICA LATINOAMERICANA Escuela de Ciencias Teológicas TEOLOGÍA DE LA PROSPERIDAD. UN ESTUDIO DE CASO: LA COMUNIDAD CRISTIANA AGUA VIVA (LIMA, PERÚ) por MARTIN OCAÑA FLORES TESIS DE MAESTRÍA En cumplimiento parcial de los requisitos para optar al grado académico de Magíster en Ciencias Teológicas Profesor guía: Dr. Heinrich Schäfer San José de Costa Rica, 26 de Junio de 1998. 2 TEOLOGÍA DE LA PROSPERIDAD. UN ESTUDIO DE CASO: LA COMUNIDAD CRISTIANA AGUA VIVA (LIMA, PERÚ) Tesis de Maestría Sometida el 26 de junio de 1998 al Cuerpo Docente de la Universidad Bíblica Latinoamericana en cumplimiento parcial de los requisitos para optar al grado de Maestría en Ciencias Teológicas por: Martín Willman Ocaña Flores Tribunal integrado por: Dr. Heinrich Schäfer Dr. Roy H. May Profesor guía Profesor dictaminador Dra. Elsa Tamez Dr. Arturo Piedra Lectora invitada Lector invitado Lic. Edwin Mora Decano 3 Hay que renunciar al mal gusto de querer estar de acuerdo con un gran número de gente. NIETZSCHE 4 INDICE Introducción Capítulo 1 NEOPENTECOSTALISMO Y TEOLOGÍA DE LA PROSPERIDAD EN EL PERÚ 1. Neopentecostalismo: nuevas prácticas religiosas y discursos teológicos 1.1. Nuevas prácticas religiosas 1.2. Nuevos discursos teológicos 1.3. Uso del término “neopentecostalismo” 1.4. Aproximaciones socio-teológicas al neopentecostalismo 2. Presencia del neopentecostalismo en el Perú 2.1. Una breve historia del neopentecostalismo en el Perú 2.2. El neopentecostalismo como proyecto ecuménico 2.3. Énfasis teológicos y métodos neopentecostales - La guerra espiritual - La teología de la prosperidad - La confesión positiva - La restauración de la alabanza 3. La teología de la prosperidad en el protestantismo peruano 3.1. La perspectiva neopentecostal 3.2. La perspectiva no-neopentecostal 3.3. Diversos acentos de la teología de la prosperidad - La prosperidad como fruto de la liberación de demonios - La prosperidad como fruto de la confesión positiva - La prosperidad como fruto de la victoria en la guerra espiritual y de una ética “cristiana” - La prosperidad como fruto del conocimiento y de la fe en Dios 4. Conclusión Capítulo 2 UN ESTUDIO DE CASO DE TEOLOGÍA DE LA PROSPERIDAD: LA COMUNIDAD CRISTIANA AGUA VIVA (LIMA, PERÚ) 1. Estudio de caso: Comunidad Cristiana Agua Viva 1.1. Génesis de la CCAV 1.2. Importancia de Juan Capurro y de la CCAV 2. Fuentes para analizar el discurso de prosperidad 5 2.1. Sermones - Televisión (Programa “Ríos de Agua Viva”) - Cultos dominicales 2.2. Clases de discipulado 2.3. Libro “Las cinco dimensiones de la prosperidad” 2.4. Entrevistas 2.5. Esquema de los temas aparecidos en las fuentes 3. Comparación y desarrollo de los diversos temas en las fuentes analizadas 3.1. Vida agradable a Dios (ética cristiana) - Sermones en televisión y cultos - Libro “Las cinco dimensiones de la prosperidad” Entrevistas * Comparación 3.2. Prosperidad integral - Sermones en televisión y cultos - Clases de Discipulado - Libro “Las cinco dimensiones de la prosperidad” * Comparación 3.3. Llamado a la conversión - Sermones en televisión y cultos - Libro “Las cinco dimensiones de la prosperidad” * Comparación 4. Conclusiones de las comparaciones 5. Conclusión Capítulo 3 LAS LÍNEAS BÁSICAS DE LA TEOLOGÍA DE JUAN CAPURRO 1. “Principio teológico”: la hermenéutica simbólica de Juan Capurro 1.1. Concepto de hermenéutica simbólica 1.2. El uso de la Biblia en la hermenéutica simbólica 2. Temas bíblicos presentes en el discurso de prosperidad 2.1. El pacto de Dios 2.2. La ley de la siembra y la cosecha 3. La guerra espiritual y la confesión creativa de Juan Capurro 3.1. Fundamentos bíblico-teológicos 3.2. Implicaciones prácticas de la guerra espiritual y la confesión creativa 6 4. Doctrinas de menor importancia en la teología de Juan Capurro 4.1. La escatología 4.2. La pneumatología 5. Conclusión CONCLUSIÓN APÉNDICES Apéndice N° 1: Folleto propagandístico de La Luz Apéndice N° 2: “Palabra de un Pastor” Apéndice N° 3: Entrevista al Pastor Juan Capurro Apéndice N° 4: Entrevista a José Jordan Apéndice N° 5: Observación del cultos BIBLIOGRAFÍA 7 INTRODUCCIÓN La presente investigación tiene como propósito hacer un estudio acerca de la teología de la prosperidad en la Comunidad Cristiana Agua Viva (Lima, Perú). Para ello haremos una presentación de la misma a partir del contexto en el cual ha surgido. Este trabajo tiene su origen en la existencia del discurso teológico de la prosperidad económica, así como en la ausencia de una sistematización y evaluación de la misma en América Latina hasta donde tenemos conocimiento.1 Nos parece, por tanto, que urge y justifica investigar el tema planteado, pero en relación con el movimiento neopentecostal. Desde un inicio conviene precisar si nuestro objeto de estudio será tratado como “evangelio”, como “teología” o como ambos. Sabemos que no existe en el Perú, ni en ninguna parte de América Latina, una reflexión teológica que se auto-designe “evangelio de la prosperidad” o “teología de la prosperidad”. Igualmente, sus expositores tampoco se identifican en esos términos. Lo que sí se puede constatar es que son los críticos quienes le han dado a esta reflexión esos calificativos. En definitiva se trata de un apodo, nada más, pero que no ha sido lo suficientemente explicado.2 Sin embargo, creemos que es necesario aclarar el uso de ambos términos por tener importancia para nuestro estudio. Así, mientras “evangelio” se refiere a un mero discurso poco articulado teológicamente, digamos un anuncio o predicación; “teología” se refiere a un pensamiento oral o escrito mucho más elaborado teóricamente. Nuestra percepción, además, es que los propugnadores de dicha reflexión teológica se sentirían más a gusto con el término “evangelio” que con “teología”, pues mientras el primero tiene la connotación de “Buena Nueva” el segundo tiene una connotación más “racionalista” o “modernista” que ellos rechazan. Por otro lado, consideramos que en el campo religioso peruano existen diversos discursos de prosperidad que pueden ser catalogados tanto como “evangelio” como “teología”. 1 Por ejemplo en el caso del Brasil, que posiblemente es el país donde más se ha estudiado al neopentecostalismo, existen trabajos críticos de la teología de la prosperidad pero analizados en tanto teología foránea. Es el caso de Pieratt 1996 y Gondim 1995 b, que dedican casi todo su trabajo a analizar los discursos de los “maestros de la fe” de los Estados Unidos, y muy poco a cómo se articula esta teología en una iglesia u organización concreta. Por otro lado, sí existen muchos estudios de casos, sobre todo acerca de la Iglesia Universal del Reino de Dios, pero desde la perspectiva sociológica (Varios 1996). Para diversas experiencias en América Latina ver: Gutiérrez 1995. Por otro lado, la tesis de Galindo (1996) no aporta elementos interpretativos para entender y evaluar la teología de la prosperidad. Mayores datos nos ofrece Amat y León en su tesis (1996), aunque referido al neopentecostalismo y no específicamente a la teología de la prosperidad. 2 Es el caso de Gondim 1995 b; y Pieratt 1996, quienes no justifican porqué se refieren a su objeto de estudio ya sea como “evangelio” o “teología”. 8 A nuestro criterio, el máximo exponente de la teoría de la prosperidad en el Perú es Juan Capurro (Pastor de la Comunidad Cristiana Agua Viva), quien sí tiene un discurso muy elaborado que se podría calificar de “teología”. También creemos que existe bastante “evangelio” de la prosperidad -no por eso despreciable- tanto que aunque no existiera la “teología” de la prosperidad, igual merecería atención, pues ambas formas de expresar la prosperidad se han ganado un lugar en la historia de las ideas religiosas en América Latina. Con la presente investigación esperamos dar un aporte a la comprensión de la teología de la prosperidad tal como se la expone en la Comunidad Cristiana Agua Viva. Por ello es importante señalar que existen distintos acercamientos a nuestro mismo tema de estudio. Estos acercamientos en buena medida nos indican el estado de la cuestión acerca de la teología de la prosperidad.3 1. Hay quienes desvinculan, consciente o inconscientemente, la teología de la prosperidad de la guerra espiritual.4 Así, esta explicación no encuentra relación alguna entre ambas, salvo que son acentos teológicos novedosos y tal vez peligrosos para la fe evangélica. La teología de la prosperidad no tendría un cuerpo doctrinal estructurado sino que sería, ante todo, una actitud y no una conceptualización. Hasta tal vez sería una reacción teológica a la crisis generada por el actual orden económico mundial de globalización y por un incipiente contexto de postmodernidad en América Latina.5 2. Otro análisis reconoce que la teología de la prosperidad “se encuentra en la Biblia” y, por tanto, deberíamos prestarle atención. Esta interpretación cree que dicha teología es un llamado de atención a la teología evangelical que descuidó supuestamente el tema de la prosperidad material. Nuestra tarea, señalan, sería evitar los excesos a los que nos está llevando la teología de la prosperidad.6 3. Hay quienes hacen un equivalente entre la teología de la prosperidad y el viejo fundamentalismo estadounidense de tanta influencia en los círculos evangélicos en América Latina. Según esta explicación se trataría, entonces, del fundamentalismo ya conocido pero ahora con nuevo discurso teológico, aunque siempre dualista y evasivo de la responsabilidad social. Este nuevo 3 En lo que sigue cito diversos escritos que han abordado de manera crítica la teología de la prosperidad, el pentecostalismo, el neo-pentecostalismo y la religiosidad popular. Claro está que ninguno de ellos ha estudiado a la Comunidad Cristiana Agua Viva. Además las trece distintas aproximaciones son una sistematización nuestra que resumen el estado de la cuestión, de tal manera que en cada aproximación sintetizo el pensamiento de varios autores a la vez. 4 Y. Jiménez 1997; Leng 1980. 5 Góngora 1996 a; y 1996 b. 6 Getz 1994; Lindwall 1989. 9 fundamentalismo “económico”,7 dicen, de alguna manera “respondería” a las diversas crisis de fin de siglo. 4. Otra explicación es la de ver a la teología de la prosperidad como un esfuerzo teológico afín o en concordancia a los diversos proyectos políticos y económicos transnacionales vigentes. Se trataría de una nueva teología orientada desde los centros de poder actual, apologista de la sociedad estadounidense como canon para medir si una sociedad es cristiana o no,8 y que conspira contra los intereses de los pueblos latinoamericanos. Esta teología sería, pues, parte de la globalización actual, y tendrían la intención de concretizarse como la única expresión teológica “cristiana” válida y acorde al proyecto globalizador. 5. Otros hacen de la teología de la prosperidad la expresión religiosa de la ideología neoliberal que actualmente no tiene rivales.9 Estaría en continuidad con la vieja ideología liberal que legitimó el capitalismo, y que hoy es reinterpretada como ideología del ascenso social,10 lo que explica la creencia que Dios bendice a los ricos, y que motiva a un tipo de vida extremadamente individualista, propia de la mentalidad urbana, en la que se da gran importancia a los resultados11 y al dinero.12 6. Otros explican la teología de la prosperidad como una “religiosidad popular evangélica”,13 con pocas raíces bíblicas y lejanas de un protestantismo 7 Para una crítica de este fundamentalismo económico que adquiere expresiones religiosas, ver: Mo Sung 1995, 101-108. De que el fundamentalismo estadounidense corre paralelo a la economía neoliberal, no cabe duda alguna. Allí la teología de la prosperidad tiene una función legitimadora a un nivel ideológico (Schäfer 1994). También: I. Oro 1996. 8 Manifestación 1996; Escobar 1996 a, 4; Núñez 1994, 33-35. 9 Mc Intosh 1990, 451-461. 10 J. Míguez 1995, 32. 11 Bobsin 1995, 25. 12 Galindo 1992, 322. 13 René Padilla cree que el “evangelio” de la prosperidad es una nueva “religiosidad popular evangélica”, aunque no explica en qué consiste ésta (Padilla 1996, 4-5). Freston, más bien, cree que esta religiosidad se basa en el principio de “inversión” (dar a Dios para que El devuelva con lucro) (Freston 1996, 147). Es común que para muchos evangélicos el término “religiosidad” tenga un sentido peyorativo. Nosotros seguimos la definición de Jorge Ramírez, quien dice: “Para nosotros religiosidad es un concepto por el que se permite operacionalizar el concepto religión que es general y abstracto. Religiosidad significa el modo y el grado con que la religión incide en el creyente o grupo de creyentes. Es medible a partir de sus indicadores subjetivos (en la conciencia del creyente) e indicadores objetivos (en la práctica religiosa). Comporta un aspecto cuantitativo, la intensidad con que la religión interviene en los creyentes, y otro cualitativo, el tipo de religiosidad de que se trate (a partir de las tipologizaciones que sobre una base u otra se pueden establecer). Pueden definirse, por ejemplo, categorías a partir del contenido religioso (religiosidad mítica, cristiana, espiritista, etc.) o según los sectores poblacionales que abarque (populares, élites, una determinada clase social, grupo étnico, etc.)”. Ver: “La religiosidad popular en América 10 teológico ilustrado. Así, esta expresión teológica revelaría en el pueblo evangélico ignorancia de la Escritura y falta de doctrina bíblica. Se trataría, en el fondo, de “excesos corregibles” y que no representan mayor peligro para la fe. Es más, hasta algunos estarían dispuestos a promoverla en tanto no cuestionen los males sociales provocados o inducidos desde los diversos poderes. 7. También están los que creen que la teología de la prosperidad es un mero disfraz teológico “piadoso” que utilizan ciertos líderes carismáticos para justificar la riqueza material que han hecho, generalmente en base a los diezmos, ofrendas y diversas donaciones de los miembros de sus organizaciones. También serviría para ocultar las diversas inmoralidades en la que se han visto involucrados y denunciados públicamente. De esta manera, la teología de la prosperidad sería expresión de un cinismo religioso colectivo sin demandas éticas para quienes creen en ello.14 8. Otra aproximación es la de ver a la teología de la prosperidad como parte de una práctica eclesial pentecostal mal entendida.15 Se trataría en consecuencia de una pentecostalización inofensiva del protestantismo tradicional, y que se podría aceptar16 en vista de que es parte de la diversidad denominacional así como de la heterogeneidad teológica que caracteriza al protestantismo latinoamericano. 9. Existe también una interpretación pragmática de la teología de la prosperidad. Es decir, si la gente se siente bien y le ayuda a mejorar su nivel de vida entonces está bien. Esta interpretación reconoce que dicha teología es “simple” y carente de un método teológico riguroso según los criterios de la teología “ilustrada”, pero si sirve para elevar la autoestima de la gente, para aliviar la pobreza material y para dar algún tipo de esperanza, entonces está bien. Por lo mismo, habría que reconocer su papel instrumental para la sobrevivencia de los pobres que participan en las iglesias pentecostales.17 Latina. Definición y características”, en: Formas religiosas populares en América Latina. (La Habana: Editora Política, 1994), p. 102, citado en: E. Carrillo 1997 b. 14 Getz refiriéndose, a la experiencia estadounidense, critica que muchos predicadores de la prosperidad se han llenado los bolsillos de dinero en base a este discurso (Getz 1994, 88). Lo mismo se podría decir, por cierto, de muchos de estos predicadores en América Latina. 15 Piedra 1990, 94-95. 16 Piedra 1994, 83, 94. En otro artículo Piedra sostiene que la motivación de la teología de la prosperidad es correcta, pues “La felicidad es central en la Biblia, y todo ser humano quiere mejorar su situación de vida. Pero la dificultad que vemos es la sicologización y la evasión de los problemas reales de la vida (...)”. Además, encuentra el problema teológico que dicha teología mutila del discipulado cristiano la dimensión del sufrimiento (Piedra 1997, 4-7). En la misma línea de que la teología de la prosperidad “anula el compromiso sacrificial de los creyentes”, ver: Equipo 1993, 55- 56; Cook y Foulkes 1993, 282-283. 17 Mariz 1995 a, 199-220. 11 10. Otra interpretación es aquella que reduce la teología de la prosperidad a diversas manifestaciones y anhelos religiosos producto de desequilibrios psicológicos colectivos originados por las agudas crisis sociales. En esta perspectiva, estas crisis han generado un “retroceso”, pues se ha vuelto al viejo paganismo.18 Se trataría, en fin, de la vieja brujería con rostro nuevo, y que evidencia la presencia de una sociedad enferma o desquiciada que retorna a lo religioso-mágico, en su sentido más peyorativo. 11. Otra explicación nos dice que la teología de la prosperidad hay que entenderla al interior de la crisis de racionalidad de la sociedad occidental. Esta explicación afirma que la cultura fomentada por la lógica de la postmodernidad exacerba los niveles subjetivos y emocionales de la experiencia humana, por lo que constituye una excelente tierra fértil para que se desarrollen los diversos grupos carismáticos y el movimiento de la Nueva Era en tanto religiones de evasión.19 12. Hay quienes ven a la teología de la prosperidad como una reelaboración teológica que es parte, a su vez, de una estrategia pastoral neopentecostal encaminada a la clase media-alta. Por lo mismo, sus énfasis teológicos están orientados al poder, las riquezas y las bendiciones económicas. Así, el neopentecostalismo intentaría “civilizar” al pentecostalismo clásico, haciéndolo aceptable, por ejemplo, para hombres de negocios, militares, y otros.20 13. Finalmente, también hay quienes ven en la teología de la prosperidad una reelaboración filosófica con fuertes tendencias terapéuticas a partir de sus raíces gnósticas.21 Esto le permitiría constituir redes con el pentecostalismo, con el esoterismo y hasta con el kardecismo.22 No asombra, por lo mismo sus semejanzas con la Nueva Era, de quien también tendría diversas influencias.23 Está claro que todas estas aproximaciones ofrecen diversos aportes para entender la teología de la prosperidad. Sin embargo no podemos utilizarlas a todas en nuestro estudio ya que limitarían nuestra comprensión de dicha teología tal como se articula en la Comunidad Cristiana Agua Viva. Nuestro estudio de la teología de la prosperidad no pretende de ninguna manera añadir un acercamiento más, sino que toma en cuenta algunas interpretaciones previas (especialmente la 5 y 11) y la relaciona con el movimiento neopentecostal. Efectivamente, en este trabajo intentamos demostrar que la versión de teología de la prosperidad que estudiamos no se puede separar de los énfasis teológicos neopentecostales. 18 Capanna 1993, 237-275. 19 Amat y León 1995 b, 1-26; y 1997 b,7-18. También: Johansson 1994, 208-251. 20 Limón 1997. En lo que respecta a la “civilización” del pentecostalismo clásico, Limón depende de la hipótesis de Duarte 1995, 164. 21 Mc Connell. A Different Gospel. (Massachusetts, USA: Hendrickson Publishers, 1990). 22 Corten 1996, 136-159. 23 Merino 1996, 14-15. 12 Los datos a partir del cual se hará el análisis de la teología de la prosperidad provienen, en consecuencia, de las siguientes fuentes y con los siguientes métodos: 1. Participación como observador de cultos y sermones. 2. Lectura de Juan Capurro: Las cinco dimensiones de la prosperidad y Fundamentos de la fe cristiana. Vol. II. 3. Análisis de tres videos (seis sermones y una obra teatral). 4. Entrevista a Juan Capurro y a algunos miembros de Agua Viva.24 El primer capítulo (“Neopentecostalismo y teología de la prosperidad en el Perú”) explica en qué consiste el neopentecostalismo, particularmente sus énfasis teológicos -guerra espiritual y teología de la prosperidad- y como se ubican éstos en la comunidad evangélica peruana. Argumentamos que ambos temas no eran del todo novedosos,25 pero que la forma y contenido en que se presentan ahora constituyen una ruptura teológica tanto con el protestantismo histórico como con el pentecostalismo clásico. El segundo capítulo (“Un estudio de caso de teología de la prosperidad: la Comunidad Cristiana Agua Viva”) explica la importancia de dicha comunidad y del pensamiento teológico del Pastor Juan Capurro, quien es el “teólogo” más prominente del neopentecostalismo peruano, y cuya influencia rebasa a su organización y llega prácticamente a todas las denominaciones evangélicas. Además, en este capítulo se analiza el discurso de la “prosperidad integral” (según propone Capurro) a partir de diversas fuentes, y que permiten entender de manera más completa la teología de la prosperidad tal cual se articula en Agua Viva. El tercer capítulo (“Las lineas básicas de la teología de Juan Capurro”) estudia y evalúa la hermenéutica bíblica (“Hermenéutica simbólica”), los temas presentes en el discurso de prosperidad (el pacto de Dios y la ley de la siembra y la cosecha) así como las doctrinas ausentes o reelaboradas (la escatología y la pneumatología). Además se propone una explicación de lo anterior a la luz de las articulaciones teológicas del neopentecostalismo peruano. Los cinco apéndices ofrecen información acerca del mercado de la teología de la prosperidad en el Perú, entrevistas e informes de cultos. Todo esto con la intención de que el panorama de la teología de la prosperidad sea más completo. Finalmente, la bibliografía sólo contempla lo que hemos citado o 24 Acerca de las fuentes utilizadas ver el capítulo 2. 25 Desde hace mucho tiempo en círculos evangélicos se había abordado tanto el tema del conflicto espiritual como de la prosperidad material. Solamente como ejemplos ver: Penn-Lewis (¿1927?); El Pacto de Lausana No 12: El Conflicto Espiritual (1974); R. Smith 1957, 258-261; El cristiano 1966, 258-262; y las revistas Vino Nuevo No 5 (1978): “Salvación económica”; Estandarte de la Verdad No 8 (1988): “Economía y Vida cristiana”; y Continente Nuevo No 17 (1988): “La prosperidad”. 13 hecho referencia en el trabajo. Aclaramos que todas las traducciones, mayormente del portugués, otras del inglés y alguna del francés, son nuestras. Reafirmamos nuevamente que este trabajo apenas investiga un énfasis neopentecostal, y esperamos que motive a otros a investigar temas neopentecostales como parte de su preocupación pastoral e interés académico, aquellos que están observando o viviendo estas transformaciones religiosas y descritas en la tesis. teológico teológicos propio de teológicas 14 CAPÍTULO 1 NEOPENTECOSTALISMO Y TEOLOGÍA DE LA PROSPERIDAD EN EL PERÚ Todos percibimos los diversos cambios culturales que se vienen suscitando en todo el mundo y particularmente en América Latina. Estos cambios se evidencian también en el campo religioso. Así, un informe de agrupaciones neopentecostales dice que el movimiento pentecostal y neopentecostal ha crecido en todo el mundo “de 73 millones en 1970 a 352 millones en 1989” (Alcance, 1989:s/p). Estos cambios o transformaciones26 religiosas pueden ser graduales o veloces, pero siempre están en función de numerosos factores internos o externos (De Waal 1975, 399). En América Latina estos factores podrían identificarse con el actual proceso de globalización y desarrollo de los medios de comunicación, con factores de carácter económico y demográfico, de orden político como la nueva fase de transición democrática, y con diversos procesos internos de la Iglesia Católica Romana (Bastian 1997a, 3-16). En el caso peruano concretamente estas transformaciones se remontan al contacto cultural entre españoles e incas, y que inició un proceso en parte aditivo, en parte sustitutivo y en parte de síntesis entre las creencias, los ritos, las formas de organización y las normas éticas de los dos sistemas religiosos que se pusieron en contacto (Marzal 1983, 55). Últimamente, además, en el Perú comprobamos este carácter complejo y cambiante de la realidad socio- religiosa (Campiche 1990, 7-20), y que pone de manifiesto un “verdadero boom de lo sagrado” (VegaCenteno 1995, 56-59). Efectivamente, proliferan por doquier nuevas expresiones religiosas de los más variados ropajes culturales, entre los que se encuentran las agrupaciones neopentecostales. Por lo mismo es correcto observar que “en nuestro país se abre un abanico de opciones religiosas para todos los gustos” (Liulla 1996, 18).27 Conviene añadir, además, que estas transformaciones ocurren tanto en las periferias urbanas depauperadas así como en los espacios rurales marginales (Bastian 1997 b, 72). 26 Algunos sociólogos como Cristian Parker y Jean-Pierre Bastian prefieren llamarlas “mutaciones” (Parker 1994, 40-54; y 1997, 41; Bastian 1997 b). 27 Refiriéndose a América Latina sostiene Parker que “el campo religioso se ve así transformado en un ‘supermercado’ de ofertas religiosas donde se multiplican las soluciones para todos los gustos y situaciones existenciales: religiones de espectáculo, de trabajo con el cuerpo, con la psiquis, con la necesidad de trascendencia y de contacto con lo Santo, llegando en varios casos a auténticas mistificaciones y fraudes. En otros casos se trata de verdaderas propuestas de alternativa espiritual que no están en contradicción con los nuevos paradigmas de la ciencia contemporánea pero se oponen a la racionalidad cientificista de la modernidad pre-física cuántica y pre- medicina holística.” (Parker 1993, 272). 15 1. Neopentecostalismo: nuevas prácticas religiosas y discursos teológicos 1.1. Nuevas prácticas religiosas Que existen nuevas prácticas religiosas al interior de las diversas iglesias históricas y pentecostales, no cabe duda alguna. Teólogos, científicos sociales, diversos estudiosos y los fieles de las iglesias dan testimonio de ello. Si estas prácticas están en continuidad o discontinuidad con la heterogeneidad evangelical en América Latina es otro asunto por discutir. Pero su existencia no está puesta en tela de juicio. Un teólogo neopentecostal dice: ¿Qué significa todo esto? ¿De qué se tratan estos informes sobre reacciones emocionales intensas y conductas inusuales, que se observan hoy alrededor del mundo, entre cristianos de diferentes convicciones teológicas? Coinciden testimonios de intenso llanto o risa, temblores, terror intenso, visiones, caídas (o lo que a veces se describe como “caer muertos por el Espíritu”), sentirse “embriagado por el Espíritu” y otras experiencias de avivamiento... (White 1995, 17-18). Un historiador ecuménico observa que: Ha surgido una corriente nueva de asociaciones de sanidad divina y una especie de “supermercados religiosos”, muy diversos, confusos y dispersos. (...) La sanidad divina, el exorcismo, y la “prosperidad” son los elementos centrales. Se trata de manifestaciones masivas con líderes carismáticos llenos de energía. (...) A nivel doctrinal, la Biblia es como un amuleto, de donde se entresacan frases que se repiten para aplicarlas en casos de exorcismos o sanidad divina. Muy rara vez es materia de estudio, pues el acto central es la curación divina (Alvarez 1995, 49). A lo anterior se añade la observación que en los cultos “renovados” de los neopentecostales es común ver como se revientan globos, se escuchan risas “santas” y se contemplan vómitos también “santos”. No es raro tampoco ver imitaciones de gritos de animales, imposiciones de manos en los genitales para expulsar los demonios del sexo, pisotear “alacranes”, hacer marchas de banderas, etc. Todo esto como parte del “avivamiento” que exige la práctica de la guerra espiritual.28 En este punto resulta sorprendente la apología de las visiones, los sueños, las danzas y los cultos de risa hecha por un teólogo pentecostal, quien ve en estas manifestaciones un “ingrediente sustantivo de la vida” (Campos 1997, 104-109). 28 Un documento de trabajo reciente demuestra que en las iglesias evangélicas de Lima y su liderazgo los temas y énfasis más frecuentes son: alabanzas, danzas, teología de la prosperidad, la super fe, las marchas y la guerra espiritual (Chirinos 1995, 10 y 27). 16 Respecto a la procedencia de estas nuevas prácticas religiosas, no cabe duda que su origen está en los Estados Unidos.29 Por lo anteriormente observado, es correcto afirmar que existen en América Latina diversas transformaciones religiosas, las que actualmente son objeto de diversos estudios sociológicos.30 1.2. Nuevos discursos teológicos Las nuevas prácticas religiosas son explicadas mediante nuevos discursos teológicos. Estos, por regla general, parecen “simples” o carentes de profundidad, pero tienen el mérito de llegar a las diversas preocupaciones de los fieles de las iglesias, quienes rápidamente han asumido ese nuevo lenguaje teológico. Dice Myke Wakely: Se está creando una amplia gama de terminología en torno al concepto de la “oración de guerra”. Esto incluye “derribar fortalezas”, “atar al hombre fuerte”, tener un “encuentro” con el diablo, “expulsar a quien domina la ciudad”, “tener dominio (o autoridad) sobre una región en el nombre de Jesús”, “atacar las puertas del infierno”, etc. (Wakely 1995, 24-25, 42-46). A esto se puede añadir: el mapear, ungir ciudades, restaurar las alabanzas, confesar sanidad y prosperidad, ley de siembra y cosecha, el pacto de bendición y prosperidad, etc. Un simpatizante crítico del neopentecostalismo, al analizar los nuevos ritos y sus expresiones teológicas en el Perú, reconoce que: el discurso que se escucha en la predicación no es ni el de la narrativa al estilo pentecostal ni el de la articulación teológica dogmática al estilo evangélico. Se trata más bien de un discurso que exalta la funcionalidad de la fe, que combina la exhortación ética en el nivel de la vida individual con la seguridad de que la conducta propuesta trae prosperidad y permite funcionar mejor en la sociedad actual (Escobar 1996 b, 6-7).31 29 Sobre el particular Arturo Piedra opina que “Los mismos cambios que a nivel doctrinal se notan en el protestantismo de los últimos años vienen de afuera de América Latina; son copias de experiencias religiosas de iglesias mayormente de los Estados Unidos. Destaca en esto, por ejemplo, la danza en las liturgias de los cultos, la llamada risa santa, así como la teología de la guerra espiritual y de la prosperidad, y otras expresiones religiosas. Ninguna de estas corrientes o ideas nuevas tiene su origen en América Latina.” (Piedra 1996, 184). 30 Ver: Bastian 1997 b; Bobsin 1995, 21-38); Mariz 1995 a, 199220; y 1995 b, 37- 52; Mendonça 1994, 147-159; Amat y León 1997 b, 7-24; y 1997 a, 7-18; Oro 1993, 301-323; Cabral 1997, 30-33. 31 Para un análisis del discurso de los nuevos grupos religiosos en la radio en Lima, ver: Gogin 1997. 17 Resulta interesante observar que los dos énfasis teológicos principales del neopentecostalismo (la guerra espiritual y la teología de la prosperidad) no fueron temas de exposición ni de discusión en un evento evangélico de carácter continental como lo fue CLADE III.32 Esto evidenciaría una falta de atención a los temas que son nucleares en las diversas iglesias en proceso de transformación religiosa y teológica en América Latina, y que de alguna manera definen la forma de hacer misión. 1.3. Uso del término “neopentecostalismo” En este espacio no profundizaremos acerca de nuestra opción por el término “neopentecostalismo”. Nuestro propósito es más modesto, solamente justificarlo y orientar brevemente que existen otros términos para referirse al movimiento u organización33 que estudiamos. Sin embargo cabe señalar que la discusión va más allá de una cuestión lingüística pues lleva consigo connotaciones teológicas. En un reciente estudio Hilario Wynarczyk resume los diversos términos para referirse al neopentecostalismo, en tanto movimiento eclesial como organización establecida. Dice que en los Estados Unidos el término “neopentecostal” se refiere a los “carismáticos” (evangélicos), mientras que en Brasil los sociólogos de la religión prefieren llamarlos “pentecostales autónomos de cura divina” (Wynarczyk 1997, 7-16). Pablo Deiros por su parte los ubica como parte del “pentecostalismo popular” (Deiros 1997 a, 8). Para Cecilia Mariz en el Brasil la expresión “pentecostalismo autónomo” fue introducido por Bittencourt Filho, “agencia o empresa de cura divina” por Antonio Mendonça y Duglas Teixeira, “neopentecostales” por Pedro Oro, o “iglesias electrónicas brasileras” (Mariz 1995 b, 38-39),34 tal vez refiriéndose a Hugo Assmann (Assmann 1987). El sociólogo peruano Oscar Amat y León prefiere llamarlos sencillamente “carismáticos” (Amat y León 1997 b, 7-24), mientras que Jean-Pierre Bastian y Ricardo Gondim los llaman “pentecostales” (Bastian 1994, 252-253; Gondim 1995 a, 77). Finalmente, José Míguez prefiere utilizar “nuevas corrientes pentecostales” para diferenciarlas del pentecostalismo clásico (J. Míguez 1995, 58). 32 La excepción sería en todo caso la ponencia del brasileño Ricardo Gondim “El Evangelio de Poder (Ponencia 2)”, quien tocó el tema muy tangencialmente bajo el subpunto “El movimiento de la prosperidad” (Gondim 1993, 177-178). 33 Seguiremos en adelante la orientación de François Houtart, quien sostiene que el término “organización” -religiosa en este caso- se refiere al conjunto estructurado de actores que ejercen un papel religioso específico, con una base material y organizativa que permite el funcionamiento de los sistemas religiosos (Houtart 1997, 107). 34 Mariz cita los siguientes textos: Bittencourt Filho “Remedio Amargo” en: Tempo e Presença 13:259, pp. 31-34; Pedro Oro “Podem passar a sacolinha: Um estudo sobre as representaçoes do dinheiro no neo-pentecostalismo brasileiro”, en: Cadernos de Antropologia 9, pp. 7-44; Antonio Mendonça y Prócoro Velasques. O Protestantismo no Brasil. Sao Paulo: Loyola; Rubem Alves “A empresa de cura divina; um fenómeno religioso?” en: Edenio Valle (Editor). A Cultura do Povo. Sao Paulo: Cortez, entre otros. 18 En nuestro caso preferimos utilizar “neopentecostalismo” fundamentalmente por razones teológicas.35 Aunque tiene diversos énfasis en común con el pentecostalismo clásico (Nogueira 1995, 7-20)36 -las manifestaciones carismáticas por ejemplo-, sin embargo toma una distancia tan profunda37 que difícilmente se la podría ubicar en continuidad con ella. Esta distancia tiene mucho que ver con lo que José Míguez llama, siguiendo a Antonio Mendonça, el “consumo de bienes religiosos”, la aceptación de una nueva cosmovisión, así como de un rechazo de la Biblia como fuente de autoridad (J. Míguez 1995, 58- 59, 76, 115). Se trata por eso de un “neo” “pentecostalismo”. Se parece pero no es lo mismo, es algo completamente distinto.38 Puesto que es fundamentalmente un movimiento, a veces estará dentro de una denominación histórica, digamos, o dentro de una iglesia pentecostal clásica. La mayoría de las veces, sin embargo, optan por dividir una iglesia y de esa manera llegarán a formar una nueva organización, institucionalizándose y creando diversos ministerios (Ocaña 1997, 1-18).39 Lo anterior ha motivado la siguiente pregunta: ¿los neopentecostales son realmente comunidades eclesiales o más bien “empresas”? Refiriéndose a la experiencia de Brasil Yara Nogueira hace el siguiente comentario: ¿serían realmente pentecostales todas estas nuevas denominaciones? ¿pueden ser designadas “iglesias”? (...) “iglesia” implica, por lo menos, una comunidad local, regional o nacional, con un mínimo de estabilidad, con un cuerpo de fieles fijos, con cierto liderazgo burocrático y con un cuerpo de doctrinas delineado (Nogueira 1995, 8). Antonio Mendonça, después de analizar las discontinuidades que tienen los neopentecostales tanto del protestantismo histórico como del pentecostalismo clásico, concluye que no son “iglesias” (Mendonça 1994, 159).40 Otro crítico, Tácito Leite, dice que: 35 También existen razones históricas y que han sido trabajadas extensamente por Schäfer (Schäfer 1992, 23-83). 36 Según Franz Damen el neopentecostalismo surgió con mucha fuerza en la década de los ‘80. (Damen 1990, 69). 37 Profundizaremos este análisis bajo el título “Enfasis teológicos y métodos neopentecostales”. 38 No compartimos la opinión de Carlos Duarte quien ve al neopentecostalismo como un “pentecostalismo civilizado” y “apto” para empresarios, hombres de negocio, militares, etc. (Duarte 1995, 163-173). 39 Las dos organizaciones neopentecostales principales en el Perú son fruto de divisiones. Así, la Iglesia Bíblica Emmanuel (del Pastor Humberto Lay) surgió de una ruptura con la Alianza Cristiana y Misionera (de Lince); mientras que la Comunidad Cristiana Agua Viva (del Pastor Juan Capurro) se separó de la Renovación Carismática (la sede de Miraflores). 40 Una opinión parecida en Silveira 1995 a, 21-35. 19 Existen diferencias entre comunidad y empresa. La comunidad es organizada cuando hay los mismos ideales en los fieles y solidaridad, lo que genera una continuidad temporal. Mientras una empresa existe y se organiza en función de la producción de bienes; la clientela busca la empresa para satisfacer sus necesidades, mediante el pago del precio estipulado. Presentando la apariencia de ser religiosa, la empresa de cura divina utiliza palabras y prácticas específicas de la religión: demonios, bendición, pecado, fe, milagros, salvación, perdición, oración, exorcismo, lectura bíblica (Leite 1994, 91-92).41 Para estos autores citados, los neopentecostales, pues, no constituyen iglesias sino agencias o empresas con funciones religiosas. 1.4. Aproximaciones socio-teológicas al neopentecostalismo Los neopentecostales argumentan que hay tres grandes olas del Espíritu Santo en este siglo (D. Smith 1992, 38; Wagner 1987, 107) El primero tiene que ver con el surgimiento del Pentecostalismo Clásico a inicios de siglo (Galindo 1992, 156), el segundo tiene que ver con el Movimiento Carismático en los sesenta (Fernández 1986, 70-82; O Donnell 1983, 76-86; S. Carrillo 1986), y la tercera ola tiene que ver con esta transformación en los ochenta al interior, primero, de las iglesias pentecostales, luego su expansión hacia todas las iglesias, y finalmente el surgimiento de diversas agrupaciones independientes (Lay 1997, 9). ¿Por qué los neopentecostales utilizan la palabra “ola” para referirse a esa forma de actuar del Espíritu? Paul Freston cree que es utilizado porque el concepto de ondas u olas enfatiza la versatilidad del pentecostalismo en su teología, liturgia y ética (Freston 1995, 297). Sin embargo, esta “tercera ola” necesita mayor explicación. El nombre fue acuñado por Peter Wagner, para quien la tercera ola tendría algún enlace con las dos anteriores pero “distinguiéndose así misma de ellas en que no promueve solamente el “bautismo en el Espíritu” y no da especial status al don de lenguas. Por esta razón, el grupo de la tercera ola no se describe así misma como “carismática” o “pentecostal”“ (McAlpine 1991, 5). Para Wagner a partir de 1970 vemos el mayor movimiento de oración que se recuerda en la historia. En 1980 empezó una renovación del ministerio profético contemporáneo y ahora en 1990 se adelanta al proscenio la guerra 41 El énfasis es nuestro. Hace años Rubem Alves decía que es posible establecer, por lo menos, tres tipos ideales en el Protestantismo: el Protestantismo de Recta Doctrina, el Protestantismo del Sacramento, y el Protestantismo de espíritu, para quienes la marca distintiva es la experiencia subjetiva de éxtasis intenso. Ciertamente, los neopentecostales no pueden entrar en este último tipo (Alves 1979, 35-36). 20 espiritual (Wagner 1995, 21-22). Siguiendo esa línea, un “profeta” neopentecostal interpreta y profetiza lo siguiente: Como en los tiempos antiguos, el Espíritu del Señor estará levantando congregaciones apostólicas, en su visión, carácter y movimientos. Son las “iglesias-ciudad” de la era postrera. Estas iglesias se levantarán vigorosas numéricamente, pero sobre todo, espiritualmente. Ellas traerán una influencia divina sobre sus propias naciones e impactarán a muchos ministerios de su tierra, permitiendo que venga sobre ellos la vida del Espíritu Santo (Chaves 1993, 53).42 Es interesante observar que la ola del Espíritu Santo, según este autor, se encuentra en la ciudad y esto porque tiene que ver directamente con el desarrollo del neopentecostalismo que es un fenómeno fundamentalmente urbano. También es importante subrayar que donde se ha experimentado la “ola”, muchos son quienes la han interpretado como un “avivamiento evangélico”, a veces sin tomar en cuenta las consecuencias estructurales (E. Carrillo 1997 a, 19-30). Que esta “tercera ola” es un avivamiento como nunca antes visto, y que supera la experiencia del Espíritu que tuvieron los primeros cristianos, es algo de común acuerdo entre los autores neopentecostales. Veamos: El movimiento carismático es un avivamiento espiritual de características pentecostales, que por su extensión y magnitud, quizás supere a cualquier otro movimiento de esta naturaleza en la historia de la iglesia cristiana, desde el primer siglo de nuestra era hasta esta fecha.(...) Para quienes forman parte de este movimiento, se trata de un retorno al cristianismo primitivo; de un despertar del pueblo de creyentes, por medio del cual Dios está preparando a Su Iglesia para la segunda venida de Cristo (Rodríguez 1988, 13). Hoy el Señor está dando a la iglesia, en muchas partes del continente latinoamericano, un crecimiento como ésta no conoció desde el día de Pentecostés. Es más, conforme a la promesa bíblica, es de esperar que el crecimiento de la iglesia de Cristo hoy sea proporcionalmente muy superior al experimentado por la apostólica (Deiros y Mraida 1994, 154155).43 42 El énfasis es nuestro. En otra parte dice así: “Yo le profetizo a usted que en los próximos meses y años el Espíritu de Dios provocará cosas insólitas e inverosímiles en medio de su Iglesia. El barrerá con nuestros estilos de culto y ministración.” (pp. 29- 31). 43 De una opinión parecida es Samuel Escobar, quien dice que “las iglesias populares de tipo pentecostal que están creciendo en América Latina muchas veces encarnan las principales características del dinamismo misionero de los moravos y pietistas, mejor que otras iglesias evangélicas que se consideran guardianes de la herencia 21 Pablo Deiros refiriéndose a la experiencia Argentina, pero que se puede extender a toda América Latina, dice: (1) que estamos atravesando en todo el mundo cristiano un profundo periodo de transición; (2) que esta transición es de carácter paradigmático, es decir, tiene que ver con un cambio radical en nuestra escala de valores y comprensión del mundo y la realidad; (3) que el paradigma de la cristiandad dominante por casi diecisiete siglos está en plena crisis de disolución y decadencia; (4) que está surgiendo un nuevo paradigma que, por sus características esenciales merece el nombre de nuevo paradigma apostólico; (5) que lo más característico de este nuevo paradigma es el cambio de una actitud de mantenimiento institucional a una de misión encarnacional y de servicio en el poder del Espíritu Santo (lo cual representa un perfil apostólico); y, (6) que es mi convicción personal que este paradigma será el último en desarrollarse antes del glorioso retorno de Cristo (Deiros 1997 a, 36-37). Sin embargo, las voces críticas desde el sector evangelical también se dejan escuchar. Mervin Breneman, después de revisar exhaustivamente qué es lo que dice la Biblia acerca de los avivamientos, concluye que el neopentecostalismo debido a sus pocas raíces bíblicas no puede ser considerado un avivamiento del Espíritu, y que, además, no se puede esperar un avivamiento verdadero ni duradero sin un fuerte énfasis en la Palabra de Dios. Y esto conlleva un fuerte énfasis en la ética y la santificación de la vida de todos los creyentes (Breneman 1997, 65-82). Más radical en su crítica, pero no por eso menos cierta, es la de Wolfgang Bühne, quien afirma tajantemente: Aquel que (...) considere la “tercera ola” como el mayor avivamiento de la historia de la iglesia y hable de “la mayor y la más impresionante cosecha de almas de toda la historia”, ni ha estudiado detenidamente la Biblia, ni la historia de los avivamientos (Bühne 1994, 81-82). Interesa mostrar ahora que, desde una perspectiva también crítica, diversos científicos sociales creen que el neopentecostalismo es fundamentalmente una expresión religiosa que articula un pensamiento y práctica que se adapta a las demandas de la sociedad postmoderna.44 protestante. (...) Nos parece más adecuado abrir nuestras mentes y nuestros ojos a la posibilidad de que el mismo Espíritu que hizo surgir la visión misionera entre los pobres refugiados del centro de Europa que formaban el pueblo pietista y moravo, sea el Espíritu que hoy en día anima las iglesias populares que crecen en respuesta a las profundas necesidades de las masas latinoamericanas.” (Escobar 1997, 39-40). El énfasis es nuestro. 44 En términos generales se podría decir que en América Latina existe una postmodernidad periférica en tanto nuestra “modernidad” nunca fue tal, sino que fue más jurídica que real (Bastian 1997 b). 22 ¿Qué es esta sociedad postmoderna?45 ¿qué la caracteriza? Sin ánimos de profundizar podemos decir que se trata de un nuevo espíritu, propio de esta época de transición y que en las urbes de América Latina la vivimos como una exacerbación de los niveles emotivos y sentimentales del ser humano en detrimento de lo racional. Lo anterior explica por qué el hombre postmoderno es profundamente pragmático, siempre en busca de experiencias que lo hagan sentir bien o feliz, y con poco interés por los grandes relatos, que en el caso de los creyentes se traduce en el desinterés por la doctrina articulada teológicamente. Como dice Antonio Cruz: El postmoderno ha descubierto que la intransigencia doctrinal no sirve para proporcionarle felicidad sino, más bien, desdicha, odio y división. Las discrepancias doctrinales de poco calado separan a los hombres, dividen comunidades y producen amargura (Cruz 1996, 212).46 Ahora, es cierto que el ser humano no es exclusivamente racional, ésta es sólo una dimensión. También tiene corazón, es sensible. Como ha observado Parker, el ser humano no es exclusivamente ethos, es decir forma de actuar, modo de vivir, sino también pathos, forma de sentir. “Y la manera como sentimos es también la manera como vivimos, como percibimos el mundo” (Parker 1994, 53-54). Esto, que puede ser un aporte, también puede ser una debilidad. Dice Mardones, la “reivindicación del corazón es la fuerza y la debilidad postmodernas” (Mardones 1991, 106). Nuestra preocupación radica en que en la postmodernidad no se reconoce la complementaridad entre ethos y pathos, sino que ésta subordina a aquella. De esta manera, nada ni nadie se ve libre del impacto de ese nuevo espíritu de la época, aun la teología (Juan Martínez 1990, 28-29) y la religión. Como dice Amando Robles: La religión, en la medida en que se ha erigido como un discurso único, absoluto y universal, (...) no puede verse libre del impacto crítico de la posmodernidad. (...) Las religiones mismas sobre todo sus fieles, con sus cambios de sensibilidad, de actitud y de comportamiento, lo están manifestando. Por ejemplo, en la selección personal y subjetiva que se hace de elementos religiosos de diferente procedencia para hacer una síntesis personal, o la 45 Sobre este tema se ha escrito tanto que resulta difícil ofrecer una bibliografía básica. Autores como Lyotard, Baudrillard, Habermas y otros ya resultan clásicos. Un científico español, evangélico, ha publicado recientemente una excelente introducción al tema aunque refiriéndose básicamente a la experiencia europea (Cruz 1996). Para una evaluación de la postmodernidad ver: Grenz 1996, Castiñeira 1992 y Mardones 1996. 46 El énfasis es nuestro. Para el tema de la felicidad en la postmodernidad consultar a Garrido 1995, 263/105-280/122; y 1997, 106-123. 23 utilización creciente de lo religioso a efectos terapéuticos y de bienestar psíquico y personal en general (Robles 1993, 42-43).47 Así, fruto de esa utilización que nos habla Robles, encontramos que el neopentecostal es, en palabras de Oscar Amat y León: altamente espiritual, (...). No tiene ningún temor a los medios de comunicación, a los cuales usa con alta eficacia. Asimismo, se precia que el disfrute de las cosas buenas de este mundo, que no sean consideradas pecaminosas (buena comida, buena ropa, viajes y comodidades) son un signo de la bendición de Dios, y casi un derecho que asiste a aquellos que tienen a Dios por Padre (Amat y León 1996, s/p). 2. Presencia del neopentecostalismo en el Perú 2.1. Una breve historia del neopentecostalismo en el Perú48 Se puede hablar de tres etapas bien marcadas del neopentecostalismo peruano: el protoneopentecostalismo, el establecimiento neopentecostal en el protestantismo peruano, y la institucionalización y hegemonía del movimiento neopentecostal. 1. El proto-neopentecostalismo tendría que ver con la presencia de ciertos sectores del pentecostalismo clásico que impulsaron una nueva forma de ser pentecostal (más “carismático”) y que tuvo enorme influencia en los círculos evangélicos latinoamericanos, incluyendo el Perú. Entre estos sectores tenemos a las campañas de sanidad de William Branham y Oral Roberts,49 la Fraternidad Internacional de Hombres de Negocios del Evangelio Completo,50 la obra del líder pentecostal sudafricano David du Plessis, y los libros de David Wilkerson y John Sherrill. 2. En el establecimiento del neopentecostalismo en el Perú hay una notable influencia de predicadores pentecostales “renovados” como Jimmy Swaggart, Pat Robertson51 y Paul Yonggi Cho. Además, la presencia de ministerios como Club PTL, Club 700 y de los Hombres de Negocios del Evangelio Completo. Siguiendo la teoría de que el actual movimiento neopentecostal es expresión de la tercera ola del Espíritu Santo, ésta se ha expresado en: la influencia del 47 El énfasis es nuestro. 48 Para este punto nos basamos en gran medida en los escritos de Amat y León 1995; 1996 y 1997 b. 49 Roberts en la década de los ‘50 era conocido en todo los Estados Unidos. El decía: “Que Dios les bendiga en sus cuerpos, en sus espíritus y en sus finanzas” (Assmann 1987, 29-32). El énfasis es nuestro. Para mayores datos de Roberts ver: Hollenweger 1976, 353-356. 50 Para mayores datos ver: Schäfer 1992, 59-64; y Zeigler 1990, 321-322. 51 Más datos de Robertson y Swaggart en: Assmann 1987, 34-37 y 40-43. 24 neopentecostalismo en las diversas denominaciones evangélicas (pentecostales y nopentecostales);52 la formación de “iglesias independientes” marcadamente neopentecostales, fruto de cismas denominacionales o trabajo de misiones;53 y finalmente, la aparición de organizaciones (fraternidades de pastores y de esposas de pastores) y de ministerios paraeclesiásticos, ambos de carácter interdenominacional por supuesto. 3. La institucionalización y hegemonía del movimiento neopentecostal, por medio de la Fraternidad Interdenominacional de Pastores Cristianos (FIPAC)54 y otros ministerios,55 nos indica el papel de vanguardia en lo que respecta a convocar al liderazgo de las diversas denominaciones y proponerles una agenda misiológica desde una perspectiva de la guerra espiritual y de la teología de la prosperidad. Refiriéndose a la hegemonía neopentecostal, dice Amat y León: Ha desarrollado y madurado una teología y cosmovisión carismática que inunda el mundo evangélico, en la que influye a través de la popularización de un lenguaje y una temática que en la actualidad está presente en las diversas denominaciones (Amat y León 1997 b, 12). 2.2. El neopentecostalismo como proyecto ecuménico Ya en 1975 el teólogo uruguayo Mortimer Arias se había percatado de dos formas de ecumenismo en América Latina: el del movimiento neopentecostal y el del movimiento de liberación. Dos movimientos que atraviesan las confesiones y no tienen nada que ver con el ecumenismo eclesiástico oficial. 52 Las denominaciones mayores en el Perú (Las Asambleas de Dios y la Iglesia Evangélica Peruana) han recibido una fuerte influencia neopentecostal y han reaccionado de diversas maneras. 53 Entre las más conocidas: Fuente de Agua Viva (David Lozano), Comunidad Cristiana Agua Viva (Juan Capurro), Iglesia Bíblica Emmanuel (Humberto Lay), Centro Cristiano Vida (Manuel Gutiérrez), La Palabra de Fe (Jim Andrews), Iglesia Pentecostal Dios es Amor (David Miranda). 54 La FIPAC en la práctica asumió por algún tiempo el rol del Concilio Nacional Evangélico del Perú (CONEP), opacándolo y haciendo un trabajo paralelo, hasta que lograron capturar la directiva del CONEP. Los dos líderes neopentecostales más importantes (Juan Capurro y Humberto Lay) llegaron a la directiva de esta institución que agrupa a las diversas denominaciones, misiones y ministerios de tradición evangélica. 55 Ultimamente hicieron demostración de fuerza al convocar a las denominaciones y paraeclesiásticos principales. El COSOMIP, Radio Del Pacífico, y “Perú hay esperanza”, lograron aglutinar a miles en el congreso misionero internacional (abril 1996), la inauguración del canal 42 y visita de Benny Hinn (mayo de 1997), como en la campaña evangelística con Franklin Graham (marzo de 1998) respectivamente. 25 Para Arias, el primero es más individual y emocional, mientras que el segundo es más social, activista y comprometido.56 En la perspectiva neopentecostal Dios está quebrando todas las barreras denominacionales y confesionales. Esto es parte de la tercera ola del Espíritu Santo. Uno de sus “profetas”, Morris Cerullo, al hacer un recuento histórico señala que a principios de 1900 hubo una ola del Espíritu Santo durante el Avivamiento de la Calle Azusa. Luego, a inicios de 1970 vino la segunda ola, conocida como el avivamiento “carismático” que se extendió en la Iglesia Católica. Y ahora estaríamos experimentando un derramamiento del Espíritu Santo tan poderoso como nunca antes visto en la historia. Las barreras denominacionales fueron derribadas mientras católicos, bautistas, episcopales, presbiterianos y personas de todas las denominaciones fueron bautizadas en el Espíritu Santo, con la señal de hablar en lenguas desconocidas (Cerullo 1991, 135-136).57 El neopentecostalismo es, entonces, no sólo una expresión del movimiento del Espíritu, sino que cree ser un verdadero avivamiento como nunca antes visto. Representa una nueva época en la historia del cristianismo pues es un ecumenismo del Espíritu. Allí entran todas las iglesias (incluyendo la católica) y movimientos “bautizados con el Espíritu Santo” (Stoll s/f, 68). El neopentecostalismo, en tanto movimiento eclesial como organización establecida, también representa una nueva época en lo que respecta a las denominaciones evangélicas. Inauguran un post-denominacionalismo. Por lo mismo, no pretenden llamarse “evangélicos”, sino que por el contrario, se esfuerzan en denominarse con cualquier nombre antes que tener algún parentezco con el protestantismo o el pentecostalismo.58 Hay que observar, además, que este nuevo ecumenismo del Espíritu crece a expensas de lo doctrinal. Ellos creen que la doctrina divide mientras que la experiencia los une. Como dice un crítico, parece que ellos tienen el lema de “Cuantos más carismas, tantos menos cismas” (Smouter 1992, 13).59 Ahora bien, no se trata solamente de experimentar los carismas, se trata sobre todo de experimentar “lo mágico” dentro y fuera del culto. Además no hay que 56 Ver: “Jesus Christ frees and unite”, in: One World No 4 (1975), p. 17, citado en: Prien 1985, 839. A diferencia de Arias, quien cree que ambos ecumenismos son un don de Dios y que tienen raíces en la experiencia cristiana y en la Biblia, nosotros no estamos de acuerdo con él. Es interesante observar que incluso para la 7a Asamblea del CMI (Camberra 1991) se propuso que la “pneumatología ecuménica debería dar cabida a los nuevos carismáticos”, ver: Outler 1990, 21; y Gutiérrez 1995, 20. 57 El énfasis es nuestro. 58 Por ejemplo, en 1996 en el Perú, los neopentecostales quisieron cambiar el término “evangélico” del Concilio Nacional Evangélico del Perú (CONEP). (Propuesta s/f, 7). Es interesante observar, por otro lado, cómo las iglesias neopentecostales se esfuerzan en evitar llamarse o identificarse con los evangelicales. 59 También ver: El Reavivalismo 1978, 27. 26 pasar por alto que el neopentecostalismo es políticamente derechista.60 Así que ese es otro punto que los une, la ideología y práctica política-económica predominante hoy en América Latina: el neoliberalismo.61 2.3. Énfasis teológicos y métodos neopentecostales Nosotros creemos que son dos los énfasis teológicos del neopentecostalismo: la guerra espiritual y la teología de la prosperidad.62 La confesión positiva sería un método para conseguir prosperidad o sanidad, mientras que la restauración de las alabanzas sería una forma de expresar ambos énfasis. Ampliemos esto. 1. La guerra espiritual No cabe duda que la guerra espiritual domina el panorama “evangélico” a nivel mundial. En el Manifiesto de Manila (1989) se dice lo siguiente: Afirmamos que la guerra espiritual requiere de armas espirituales, y que debemos predicar la Palabra en el poder del Espíritu Santo, orando constantemente porque tengamos la capacidad de ser partícipes en la victoria de Cristo sobre los principados y poderes del mal. (Afirmación No 11) (The Manila 1989, s/p).63 ¿Qué es la guerra espiritual?64 Se la puede sistematizar de la siguiente manera: 1. Es una cosmovisión de corte “tradicional” en la que se complementan de modo subordinado la dimensión social y material a la dimensión “espiritual”. Consecuentemente pretende ser una ruptura con la cosmovisión “occidental60 Esto ya lo había observado correctamente David Stoll (Stoll s/f, 68-69). 61 Esta sería una diferencia fundamental con el otro ecumenismo. Mientras el de la liberación era más progresista socialmente y tenía una cercanía a la ideología de izquierda y a los gobiernos “nacionalistas” o “populares”, el ecumenismo neopentecostal abiertamente proclama su afinidad a la ideología neoliberal y a los gobiernos que aplican sus recetas económicas. En el caso peruano, la FIPAC más de una vez se ha pronunciado a favor del gobierno de Fujimori, y más bien ha criticado a aquellos evangélicos que toman posturas contrarias a la política neoliberal que se aplica en el país. Para un análisis de lo que significa la aplicación del actual modelo económico tomando en cuenta los costos sociales ver: Forrester 1997. 62 A diferencia de Amat y León, quien cree que son cuatro los énfasis teológicos del neopentecostalismo: guerra espiritual, teología de la prosperidad, confesión positiva y restauración de las alabanzas (Amat y León 1995, 7-11). 63 A este evento mundial asistieron delegaciones de todos los países latinoamericanos. De Costa Rica asistió como oradora la sicóloga y “demonóloga” Rita Cabezas. La declaración la hemos tomado de la revista Pastoralia No 22, Año 11, 1989, p. 56. 64 Nos basamos fundamentalmente en: Stedman 1995; Gondim 1995 c; Fábio 1996; Murphy 1994; y Burt 1996. 27 racionalista”.65 Un conocido neopentecostal sustenta esta afirmación en los siguientes términos: Se está produciendo un cambio profundo en la cosmovisión de los cristianos. Durante siglos hemos sido presas de una aproximación racionalista al evangelio. (...) En estos años se está produciendo un cambio significativo en la manera en que los cristianos, particularmente en nuestra cultura hispanoamericana, nos aproximamos a la comprensión de la realidad y del evangelio. Estamos siendo menos racionalistas y estamos enfatizando más nuestras emociones y sentimientos (Deiros 1997 b, 97-98). ¿Es cierto que los protestantes latinoamericanos estuvimos presos del racionalismo? Creemos que no. En opinión de Samuel Escobar ese tipo de protestantismo “racionalista” o “liberal” nunca arraigó en América Latina, en todo caso llegó sólo a reducidos círculos académicos (Escobar 1966, 88-96; y 1982, 32). De ser así, las iglesias evangélicas nunca fueron cautivas del racionalismo, de donde se concluye que la lectura de Deiros es forzada o equivocada. Nos parece mucho más objetiva la explicación de Pedro Wagner: Los latinoamericanos no están tan secularizados como la mayoría de los norteamericanos y europeos. Su visión del mundo incluye la intervención diaria de fuerzas sobrenaturales en las rutinas normales de la vida (Wagner 1987, 24). Por lo mismo, estas fuerzas sobrenaturales (ángeles66 y demonios67) tienen una gran participación y decisión en la vida cotidiana. Los demonios con 65 Hasta donde estamos informados no existe una explicación amplia de lo que llaman “cosmovisión occidental-racionalista”. Ver: Murphy 1994. 66 En los actuales manuales de teología “conservadora” ya se han incorporado capítulos sobre “angelología” y “demonología”, curiosamente argumentados hasta con textos apócrifos -ni siquiera deuterocanónicos- como es el caso de Ryrie. Dice así: “la frase (Daniel 10:13) que se refiere a un grupo de ángeles superiores, enfatiza el hecho de que existen rangos entre los ángeles. De este grupo de principales príncipes, Miguel es aparentemente el principal porque es el arcángel. El apócrifo Libro de Enoc nombra a Miguel, Gabriel, Rafael y Uriel como los cuatro ángeles principales dotados del privilegio de pararse alrededor del trono de Dios (9:1; 40:9). También enumera a siete ángeles como arcángeles (20:1-7, cf. Tobías 12:15).” (Ryrie 1993, 146). 67 El libro más citado por los autores neopentecostales es: Unger 1974. Unger sostiene que “Si Satanás y los demonios son meras creaciones de la superstición y de la imaginación, todo el campo de la demonología pertenece al mundo de los cuentos y de la leyenda, y no a la esfera de la teología cristiana. Si no hay demonios, el mal no puede ser atribuido a su actividad y los aspectos depravados del comportamiento humano deben ser imputados a otras causas.” (p. 8), y “Al igual que los seres humanos, los demonios tienen distintos rasgos intelectuales, morales y espirituales. Estos rasgos se manifiestan por lo tanto a través de la persona poseída. Algunos demonios son refinados, educados, y cultos, e incluso aparentan ser ‘buenos’ y benevolentes, y actúan como si fueran el Espíritu Santo mismo. Otros son rudos, faltos 28 frecuencia atan y se posesionan de sus víctimas, lo que exige, en consecuencia, liberación. 2. Es un ministerio de liberación. Pretende sanar el alma y liberar a la gente de las diversas “ataduras” y “posesiones demoníacas” adquiridas a lo largo de la vida. Para ello existen diversos métodos efectivos como parte de las sesiones de liberación: ayunos, vigilias, exorcismos, estudios del árbol genealógico, batallas espirituales que incluyen a los familiares, ruptura con objetos que tienen espíritus malignos, aislamiento físico, imposiciones de mano, ungimientos, etc. Ni siquiera los cristianos están excentos de ataduras y posesiones, aunque sobre este último aspecto no se ponen de acuerdo todos los “guerreros”.68 3. Es una reflexión teológica cuyo núcleo está centrado en el tema del poder o la autoridad. No asombra, por tanto, la enorme popularidad de la guerra espiritual sobre todo en sectores sociales carentes de todo tipo de poder. El poder en “la sangre de Jesús” es fundamental para la guerra espiritual, pues permite dominar a los demonios. Este poder con frecuencia es usado para exigir a los espíritus demoníacos que revelen cosas desconocidas, para luego usarlas en su contra. Por ejemplo, es importante saber los nombres de los espíritus que se han posesionado de personas, sus estrategias de ataque y lugares geográficos de acción, para luego exigir su salida en “el nombre de Jesús”.69 4. Es una lectura teológica de las culturas. A todas las encuentra habitadas por demonios, y por tanto objeto de diversas batallas por conquistar territorios nuevos “para el Señor”.70 En esta perspectiva, dice un neopentecostal, “bajo el disfraz de tradiciones culturales estamos abriendo puertas de maldición a nuestras ciudades y naciones” (Torres 1996, 131). Efectivamente, todas las culturas, especialmente las que son muy antiguas (maya, azteca, inca, por ejemplo) nos han heredado una serie de maldiciones y espíritus territoriales que detienen la evangelización y oprimen a sus de educación, toscos, viles y moralmente, inmundos. El atributo que es común a todos los demonios es su oposición a Jesucristo.” (p. 117). 68 Ver: Dietrich 1993. Este libro es un manual de liberación de demonios, y ha sido libro de texto por muchos años en el Instituto Bíblico Ministerial de la Iglesia Evangélica Peruana (Huánuco, Perú) donde ella sirvió como profesora. Una opinión contraria a la posesión demoníaca de los cristianos se encuentra en el libro coordinado por la teóloga pentecostal Reddin 1994. El psicólogo Jorge León opina, en base a más de cuarenta años de práctica profesional, que todos los casos de “posesiones” que ha visto no son tales, y se explican sicológicamente. (León 1997, 49-64). 69 Es correcta la observación de Schäfer cuando dice que: “El fundamentalismo, como modo operativo del conocimiento, reconquista al nivel de los sistemas simbólico- religiosos la capacidad (el “poder”) de actuar sobre el mundo, que se encuentra amenazada en los campos personal, social, económico y político.” (Schäfer 1996, 3). 70 Ver: Jacobs 1993; y Morey 1997. Este último autor encuentra cómo Satanás en nombre de “la antropología cultural” y de “la defensa de las culturas autóctonas” impide la evangelización de las “culturas paganas”. 29 habitantes. Esto lleva a agresivos métodos de evangelización que incluye usualmente “mapear”, ungir ciudades con aceite y otras prácticas más, con el único propósito de derribar las “fortalezas espirituales” que han estado posesionadas. 5. Finalmente, es también una clave de lectura de la Biblia. No es que “espiritualiza” toda la Biblia, sino que encuentra en toda la Biblia guerra espiritual. En esta visión desde el Génesis hasta el Apocalipsis el ser humano ha estado en guerra contra los ejércitos demoníacos. Efectivamente, esta clave permite releer la misión de Jesús, por ejemplo, y concluir que su misión consistió fundamentalmente en la expulsión de demonios. De allí se deriva que la misión de la iglesia, explicada en el Nuevo Testamento, consistió también en guerrear contra los demonios como parte de las estrategias evangelizadoras.71 En conclusión, pues, la guerra espiritual se refiere al hecho cósmico de que existe un conflicto entre Dios y Satanás, en el que están involucrados los ejércitos de ambos. Un conocido “guerrero” dice: Estamos en una guerra. Esta guerra es por los corazones, las mentes, y las almas de los hombres. Las condiciones que gobiernan esta guerra son éticas: el bien contra el mal. Los comandantes rivales son personales: Dios contra Satanás. Los ejércitos se componen de seguidores leales que hacen pacto (se encadenan a sí mismos) a uno de los dos comandantes. Cada ejército tiene una vía jerárquica. Cada ejército tiene una serie de reglas. Cada comandante llama a sus seguidores a vivir y a morir según sus tareas asignadas (North 1987, 39-40). 2. La teología de la prosperidad 72 A este énfasis teológico también se le conoce como “el Evangelio de la Prosperidad”. Sucintamente se refiere al hecho de que los cristianos, como “hijos del Rey”, tienen derecho a apropiarse de los diversos beneficios de Dios: salvación espiritual, sanidad física y prosperidad material (abundantes riquezas). Veamos algunos ejemplos: 71 El libro más completo, hasta hoy, sobre guerra espiritual (Murphy 1994), es el mejor ejemplo de lo que afirmamos. Esta obra relee cada libro de la Biblia enfatizando la guerra espiritual y “contextualizando” esa lectura para la situación actual. 72 Por ser el tema a investigar en este trabajo aquí sólo podemos ofrecer un concepto resumido. Una introducción histórica a los orígenes de la teología de la prosperidad en los Estados Unidos se encuentra en: Wauzzinski 1987, 22-24; y una crítica desde la perspectiva bíblica y pastoral en: Getz 1994; y Burkett 1996. Resulta importante mencionar que un feroz crítico de la teología de la prosperidad en el Perú es el líder neopentecostal Humberto Lay, quien no la acepta por carecer de fundamento bíblico y por tener una lógica demasiado mecanicista (dar y esperar mucho lucro a cambio). Ver: Lay 1997; y 1995. Para una visión de la teología de la prosperidad en el Perú ver: Ocaña 1998 a; y 1998 b. 30 ¡La bendición de Abraham es nuestra! No nos la pueden quitar nunca más. Esos desconfiados, incrédulos, matadores del gozo, y vendedores de la duda no serán capaces de quitárnosla. ¡La bendición de Abraham es mía -la bendición de Abraham es nuestra- a través de Cristo Jesús! ¡Aleluya! La bendición de Abraham era una bendición triple. Lo primero que Dios le prometió a Abraham fue que El lo iba a hacer rico. “¿Quieres decir que Dios nos va a hacer a todos ricos?” Sí, eso es lo que quiero decir (Hagin 1989, 4-5). Usted da un dólar por amor al evangelio, y ya le pertenecen a usted 100; usted da 10 dólares y a cambio recibe 1000 de regalo; usted da 1000 dólares y a cambio recibe 100,000. Ya sé que usted mismo sabe multiplicar igual que yo, pero es que sólo quiero que lo vea otra vez por escrito.(...) Done usted un avión, y recibirá cien veces más el valor de ese avión. Regale usted un coche, y obtendrá tantos coches que durante toda su vida no necesitará más. Abreviando, ¡Marcos 10:30 es un buen negocio! (Copeland 1984, 46).73 (...) lo que Dios no quiere de ninguna manera es que vivamos en pobreza, en enfermedad, en sufrimiento (...) es Dios quien nos da la fuerza, la salud, la inteligencia para hacer las riquezas y esto con el fin de confirmar su pacto para con nosotros. ¿Por qué digo nosotros? Porque Dios no ha cambiado y El sigue prosperando a sus hijos como señal del pacto. (...) El que ama a Dios y vive en santidad en una estrecha comunión con el Espíritu Santo, está en las mejores condiciones para descubrir tesoros, petróleo, minerales valiosos, emprender negocios, crear industrias, comercio, etc. y prosperar en cualquier actividad (Capurro 1994, Prefacio, 8, 11). Es nuestra oración que nuestros lectores sean hombres y mujeres prósperos, con corazones bondadosos, que bendigan y den a los pobres. Siembren en la obra de Dios, bendigan a sus pastores, les compren sus mejores ropas, los honren como siervos de Dios, sean buenos diezmadores, lleven las mejores ofrendas a la iglesia, aporten para la iglesia para construir templos, inviertan en campañas evangelísticas, tomen los medios de comunicación, las radios, los canales de TV, periódicos y que saturen el Perú con el mensaje de Cristo (Lozano s/f a, 5). Las citas por sí mismas son elocuentes. Esta teología pone un énfasis desmedido en la prosperidad, entendida esta como riqueza material; y la presenta no sólo como una perspectiva desde la cual hay que interpretar toda la Biblia sino que convierte a la prosperidad en un canon para medir la fe, la espiritualidad, y la práctica de las leyes de prosperidad (siembra y cosecha, 73 Para esta cita utilizo la traducción de: Bühne 1994, 118. Esta cita resume tanto “la ley de la siembra y la cosecha” como “la ley del ciento por uno”. 31 ciento por uno) tanto a nivel personal como grupal. Así, si alguien no es rico sencillamente se debe a que carece de fe o tiene algún pecado. La teología de la prosperidad, nos parece, es un intento de solucionar tanto una necesidad como una aspiración: la seguridad y la abundancia material. Para ello recurre a la Biblia, ofreciendo una salida que es tanto un abandono de la vieja ética protestante (trabajo, ahorro e inversión), como una mezcla con diversos rituales mágicos (la ley de siembra y cosecha). Tal vez se explique su enorme acogida en un continente donde pareciera que la práctica de la ética protestante no garantiza un ascenso social y económico.74 3. La confesión positiva Este énfasis tiene sus orígenes directamente en el Movimiento de Fe de los Estados Unidos.75 En Lima se ha popularizado las enseñanzas de los “maestros de la fe” Kenneth Hagin, Kenneth y Gloria Copeland en las organizaciones La Palabra de Fe y Fuente de Agua Viva. Además existe una versión peruana (que se llama “confesión creativa”) en la Comunidad Cristiana Agua Viva, cuyo exponente es el Pastor Juan Capurro. La confesión positiva se puede resumir en la frase “confiésalo y tenlo”, lo que supone un poder en la palabra pronunciada o declarada. Hay quienes sostienen, incluso, que a Dios no hay que pedirle nada (como Benny Hinn y Morris Cerullo en los Estados Unidos), sino exigirle y demandarle victoria sobre Satanás, sanidad corporal, o prosperidad material según sea el caso. En el fondo, se trata de un método para lograr los fines deseados. Un ejemplo de ello es el siguiente sermón: Diga: Yo quiero prosperar, ¡fuerte!, diga más fuerte: yo quiero prosperar; aún más fuerte, diga: ahora me declaro próspero. Dígalo bien fuerte: Mi país es próspero, las iglesias de mi país, las declaramos prósperas, prósperas para honra y gloria de Dios. ¡Aleluya! ¿Cuántos lo creen, hermanos? ¿cuántos lo creen, hermanos? Diga: Mi país a pesar de los problemas, es un país próspero, ¡bien fuerte, bien fuerte! (...) Ahora, ¿cuántos quieren la prosperidad? Levanten las manos, porque mañana públicamente 74 Como dice Bobsin: “El análisis del neopentecostalismo en la perspectiva weberiana nos lleva a afirmar que la magia tomó el lugar del la ética del trabajo. En otras palabras, la bendición puede ser alcanzada manipulando las fuerzas no-empíricas para alcanzar resultados concretos e inmediatos.” (Bobsin 1995, 34). El sociólogo argentino Daniel Míguez encuentra que las doctrinas neopentecostales “guardan un carácter ambivalente entre una cosmovisión mágica y una propia del mundo moderno” (D. Míguez 1995, 7). Paul Freston por su parte también observa que: “En vez de la ética del trabajo diligente y el consumo frugal, tenemos la ‘teología de la prosperidad’ y su ideal de enriquecimiento rápido por medio de rituales.” (Freston 1995, 313-314). 75 Para una comprensión de este movimiento y su relación con la teología de la prosperidad ver: Fee 1979; Hanegraaff 1993; Hümmel 1991; y Varner 1996. 32 vamos a maldecir la pobreza. (...) y voy a declarar prosperidad sobre las iglesias de esta ciudad. (...) Jesús dijo: “Yo he venido, para darles buena noticia a los pobres” y la buena noticia para los pobres es prosperidad. ¡Aleluya! Diga: PROSPERIDAD, ¿cuántos creen en este mensaje?, ¡digan: Amén! (...) Declárese bendecido, ¡Aleluya!, déjelo, déjelo allí, déjelo allí. Declárese bendecido; declárese bendecido. Usen buena ropa, compren buenos zapatos, no sea tacaño con Ud. mismo. La Biblia dice que las riquezas del mundo es para los que están delante de Jehová, yo estoy delante de Jehová para que coman hasta saciarse y vistan espléndidamente ¡Gloria al nombre del Señor Jesucristo! ¡Aleluya! (...) Habla en positivo, no hables en negativo. No digas: me duele, cuando sientas el dolor, dí: soy sano por las llagas de Jesucristo; cuando te veas sin una moneda en el bolsillo, párate en la mañana y dí: billetes de 100, vengan del norte y del sur, del este y del oeste, de abajo, de arriba. (...) Tienes que aprender a hablar, el lenguaje de la Biblia es positivo, el lenguaje de la Biblia, el lenguaje del creyente es el lenguaje de Dios. (...) Levante sus manos y diga conmigo: me declaro próspero, me declaro próspero, acepto este mensaje de Papá lo acepto, lo acepto con todas sus connotaciones; dígalo ahora, yo voy a ser un creyente que voy a bendecir económicamente al siervo, al siervo de Dios en el nombre de Jesús. Amén. (C. Jiménez 1997, 1- 8). Que con ese método se logre prosperidad económica y sanidad física está por verse. Pero que muchos lo practican en su afán de lograr tales propósitos eso no se duda. 4. La restauración de la alabanza Este ha sido uno de los medios por los que el neopentecostalismo ha entrado y se ha afianzado con mucho éxito en las diversas iglesias evangélicas y otras agrupaciones. Se trata, en este caso, de “perfeccionar” o “renovar” la alabanza y darle el merecido lugar que le corresponde, aún por encima de la predicación de la Palabra de Dios. Como dice un neopentecostal peruano, “la alabanza es arma poderosa en la guerra contra las tinieblas” (Lay 1990, 1-5). Así, las alabanzas guerreristas y de prosperidad ocupan casi todo el tiempo del culto hoy. Veamos dos ejemplos: Tu y Yo 76 Dios está llamando a la guerra nos está impulsando hacia afuera acudiremos al llamado del Señor 76 Canción de 1990, compositor e intérprete: Marcos Witt. Cancionero de Marcos Witt. (Sin lugar, sin editorial, sin fecha de edición). 33 tomaremos las armas que El nos preparó. Tú y yo, somos un pueblo tú y yo, preparado para mostrar las grandezas del Señor para tomar la tierra que El nos entregó. Espera 77 Viviendo en lo que es la orilla sin tranquilidad corriendo de un lado a otro con agilidad ataduras que llamamos compromisos ¿cuándo podremos descansar? El dinero es tan importante no se te vaya a escapar para poder salir adelante te tienes que afanar no vaya a ser que venga otro y se te precipite ¿cuándo podremos descansar?. Además, la restauración de las alabanzas sólo es posible, a nuestro criterio, a partir del uso masivo de instrumentos musicales poco tradicionales como la batería, el sintetizador y la guitarra eléctrica. El uso de estos instrumentos ha permitido que se “modernice” la liturgia con nuevos ritmos y géneros musicales (rock, reggae, salsa y otros); con coros compuestos generalmente por guapas señoritas y muchas veces vestidas con ropas ligeras;78 así como diversas expresiones corporales (danzas, paseos de bandera, trencitos, “meneítos”, “bailes del perrito” y otros). Por cierto, este tipo de alabanza goza de mucha popularidad sobre todo en la juventud neopentecostal.79 77 Canción de 1992, compositor e intérprete: Marcos Witt. 78 Es conocida la historia del coro de la Comunidad Cristiana Agua Viva ocurrida en 1995. Después de un incidente de varios jóvenes con las señoritas del coro, que vestían prendas muy cortas, a éstas se les ordenó que vistan “más decentemente”. Hoy ciertamente se puede comprobar que las órdenes se acataron. Fuente: Oscar Amat y León. 79 Es interesante observar que no siempre los adultos simpatizan con la restauración de la alabanza. Por lo mismo es común que muchos adultos participen del culto a partir de la predicación del Pastor y que se retiren en la parte final del culto, para evitar participar de esa manera de las danzas, meneitos y trencitos. (Estas observaciones 34 Una pregunta fundamental que se hacen los críticos del neopentecostalismo es ¿hasta qué punto estos énfasis teológicos tienen fundamento bíblico?80 De esta pregunta pueden surgir otras. ¿Hasta qué punto la guerra espiritual y la teología de la prosperidad están en continuidad con las doctrinas protestantes o pentecostales? ¿o representan, más bien, una nueva forma de ser cristianos, una “contextualización” del evangelio para el momento actual latinoamericano? ¿o tal vez se trata de una nueva religiosidad que no repara en mezclar la fe cristiana con las prácticas populares disidentes de las oficialidades religiosas?. Un intento de respuesta la ofrece José Míguez, quien cree que el neopentecostalismo asume el imaginario social popular de un mundo regido por espíritus buenos y malos, y propone una forma de “manejar” el mundo de los espíritus, restringido a quienes detentan el poder “mágico” (J. Míguez 1995, 156). No se trata entonces solamente de un énfasis en la cura divina como en el pentecostalismo. Se trata de otra cosa muy diferente. El teólogo pentecostal Norberto Saracco, evaluando al neopentecostalismo (o “pentecostalismo contemporáneo” como él lo llama) concluye que éstos representan una “nueva concepción de la fe y su eficacia”, pues han abandonado -o dejado a un segundo plano- las raíces fundamentales del pentecostalismo (Saracco 1991, xi). Otros autores (Mendonça 1994, 159),81 incluso encuentran dependencia del neopentecostalismo respecto al catolicismo popular así como de los cultos afro-brasileros (en el caso de Brasil). Respecto a la fuente de autoridad, nos parece que es distinta en el neopentecostalismo que en el protestantismo histórico y el pentecostalismo clásico. Ellos basan sus doctrinas en fuentes ajenas a la revelación bíblica, por ello no debe sorprendernos sus conclusiones teológicas. Así que, no nos convence la defensa cerrada que hacen Pablo Deiros y Carlos Mraida de un pretendido biblio-centrismo en el neopentecostalismo: “En cuanto a la hermenéutica bíblica, lo primero que uno puede decir es que los movimientos pentecostales-carismáticos tienen un marcado aprecio por la Palabra de Dios. Hay un fuerte y reiterado énfasis sobre la Biblia en su literatura” (Deiros y Mraida, 1994, 181).82 Como dicen unos estudiosos del neopentecostalismo estadounidense, cuando nos referimos a ellos “estamos ante otra cosa” (Priest y otros 1997, 15). Las teologías evangélicas generalmente han reconocido como fuente de autoridad a las Sagradas Escrituras, cosa que no ocurre en aquellos. “Tradicionalmente, los evangélicos han sacado su información del mundo espiritual sólo de la corresponden a varias organizaciones, incluyendo a Agua Viva). Fuentes: Helmer Ochante, José Jordan y mi propio trabajo de campo. 80 Ver: Cabral 1997, 30-33; Pilco 1992, 235-246; Chantry 1990, 38-39; J. Míguez 1995, 76-77; Paxton 1980, 10-13; Núñez 1980, 22-25; y Boletto 1996, 53-58. 81 También: Marcos R. Inhauser. “A umbandizaçao do contexto carismático”, en: Tempo e Presença No 281, p. 8. 82 El énfasis es nuestro. 35 Biblia. Se creía que otras fuentes (como las religiones no cristianas, el racionalismo humano, el ocultismo y cualquier otro contacto con demonios) no proporcionaban datos confiables” (Priest y otros 1997, 25). ¿Cuáles son esas otras fuentes de autoridad en el neopentecostalismo? Priest, Campbell y Mullen dicen que son: 1) Información recibida de los demonios; 2) información dada por los practicantes de otras religiones; 3) el uso de relatos (o experiencias); 4)la evidencia de los resultados; 5) un “contador geiger” interno; y 6) revelaciones que vienen de Dios (Priest y otros 1997, 25-32).83 Por lo mismo que tienen otras fuentes de autoridad y revelación, es que saben, por ejemplo, los nombres de los “espíritus territoriales” (es decir, demonios que controlan zonas geográficas y se oponen a la evangelización). ¿Quién les revela esos nombres si no están en la Biblia? Si creemos a los mismos neopentecostales, entonces tenemos que decir que sus fuentes de información, revelación y autoridad final son en gran medida los demonios y no Dios. Es decir, han suplantado la Palabra de Dios por las palabras de Satanás y sus emisarios.84 Sin duda, esto es totalmente inaudito en la historia de la teología cristiana. Aquí conviene señalar las diferencias simbólicas entre el pentecostalismo clásico y el neopentecostalismo en lo que respecta a la Biblia. Nos consta que parte de la simbología pentecostal radica en el uso de la Biblia, por ejemplo, como medio o instrumento de sanidad física. Así, no es raro ver a los pentecostales poner la Biblia en zonas del cuerpo que tienen dolencias, buscando la sanidad de Dios. O abrir la Biblia en los sembríos para buscar la bendición de Dios en las cosechas. En el neopentecostalismo ya no es más la Biblia, hasta han perdido este bien simbólico (la Biblia) en sus liturgias y su vida cotidiana al buscar la sanidad o prosperidad material. Hoy la Biblia ha sido complementada o suplantada por aguas milagrosas de la prosperidad, aceites sanadores, flores benditas, pañuelos intercesores, etc. 3. La teología de la prosperidad en el protestantismo peruano. 83 En un libro reciente Peter Wagner sostiene que hay cuatro fuentes de autoridad: la Palabra (escrita) de Dios, la Palabra proclamada (rhema), el análisis cuidadoso de las obras de Dios en el mundo y el aporte de representantes del mundo de las tinieblas, sean estos humanos o espirituales. Ver: Confronting the Powers. Ventura, CA: Regal Books, 1996, p. 70, el énfasis es nuestro. Citado por Saracco 1996. También: Wagner 1995, 21-47. Para una defensa de la autoridad de la Biblia en el quehacer teológico ver: Mc Afee 1965, 67-80 y Reddin 1994, 229. Opal Reddin concluye su libro de esta manera: “No aceptamos nunca una doctrina basada en experiencias sin fundamento bíblico. Hacerlo es entrar en arena teológica movediza”. 84 Basta revisar los diversos testimonios en: Murphy 1994. Para saber los nombres exactos de los principados, gobernadores y fuerzas de iniquidad que actúan en el mundo, ver: Rita Cabezas “La organización de Satanás”, citada en: D. Smith 1992, 260. 36 3.1. La perspectiva neopentecostal En el Perú actualmente existen diversos “ministerios”, además de la FIPAC, por los que la teología de la prosperidad llega a toda la comunidad evangélica. Hasta el funcionamiento del Canal 42, el mayor difusor era el periódico La Luz, seguido de Radio Del Pacífico y alguno que otro ministerio (como Perú hay esperanza). Efectivamente, el neopentecostalismo peruano se muestra bien organizado: tiene un canal de televisión, una radio, un periódico, y diversos ministerios. Por supuesto, la teología de la prosperidad también ha calado en algunas organizaciones independientes. El periodista Tito Pérez, de la Iglesia Evangélica Nazarena, hace un resumen en los siguientes términos: En el Perú las iglesias que promueven esta teología (de la prosperidad) y que anhelan expandirla a la comunidad evangélica en general son, entre otras, la iglesia Agua Viva de Juan Capurro, el Centro Cristiano Vida de Manuel Gutiérrez, la Iglesia Camino de Vida de Robert Barriger, y la iglesia Palabra de Fe de Jim Andrews. Además, otras congregaciones más pequeñas nucleadas en la Fraternidad Internacional de Pastores Cristianos (FIPAC). (...) En cuanto a medios escritos, aprovechan las páginas del periódico La Luz. Esta teología también ha calado en algunas congregaciones nativas, como la iglesia El Shaddai del pastor, ex-bíblico bautista, Jesús Obregón (Teología 1997, 6). El Canal 42,85 aunque inaugurado en mayo de 1996 recién entró en funcionamiento el año 1997. Funciona las 24 horas del día y está conectado a un satélite que permite sintonizar diversos programas de distintos países. Así es posible ver a Joel Osteen, Benny Hinn, Morris Cerullo, Rony Chaves y otros predicadores más tanto de la guerra espiritual como de la teología de la prosperidad. Por supuesto, los cantantes “renovados” tienen espacios privilegiados así como los propugnadores de la confesión positiva. Exactamente no sabemos cuál es el impacto actual de este medio de comunicación en la comunidad evangélica, pero hasta donde sabemos tiene mucha sintonía.86 Por otro lado, el periódico La Luz87 cumple una función importante en la divulgación de la teología de la prosperidad, y representa al sector neopentecostal más politizado88 como popular. No tiene una propuesta propia 85 El directorio del Canal está conformado por los mismos de Radio Del Pacífico, cuyo presidente es Pedro Ferreira. El directorio, además, en varias ocasiones se ha pronunciado tanto por la radio como por televisión a favor de la política del presidente del Perú Alberto Fujimori. 86 Este es un tema todavía no investigado y que tal vez debería ser objeto de algún trabajo de campo y de tesis. 87 El director de este periódico es el pastor David Lozano de la agrupación “Fuente de Agua Viva” que está asociada a la iglesia “Fuente de Agua Viva” de Puerto Rico, cuyo pastor y líder principal es Rodolfo Font (Vargas 1998). 88 En las elecciones presidenciales de 1995, hicieron propaganda “gratuita” al partido de gobierno que resultó reelegido. 37 de teología de la prosperidad, sino que intenta representar a todos los neopentecostales peruanos, de tal manera que caben, por ejemplo, tanto aquellos que propugnan la confesión positiva como aquellos que la rechazan. En todos los números infaltablemente aparecen testimonios de cómo Dios prosperó a humildes hermanos de diversas denominaciones, así como artículos divulgadores de la teología de la prosperidad. Por ejemplo el hermano Froilán Mejía (Catedral de Fe) cuenta que escuchó la voz de Dios para que aperturase un negocio de camisetas con estampados cristianos. Luego, fue prosperando a tal punto que se ha convertido en un pequeño empresario. Dice así: He visto cómo Dios me está levantando de la nada, y creo que puede hacer grandes empresas de la nada. Tenemos un Dios grande que es dueño del oro y la plata y quiere que sus hijos sean bendecidos y prosperados pero también quiere que sean fieles y obedientes a su palabra. Para mí el diezmo es sagrado, para mí Dios, lo hago y lo doy con gozo, cuando no damos los diezmos y las ofrendas, caemos bajo maldición y nos vienen problemas y pobreza, nos roban, nos estafan, porque también le estamos robando a Dios, pero si somos fieles, “El Señor abrirá las ventanas de los cielos y nos enviará bendición hasta que sobreabunde”. Según Malaquías 3:8-10. Para mí el secreto para prosperar es pagar fielmente los diezmos y las ofrendas (Dios puede s/f).89 Otro testimonio es de Juan Cristóbal (Iglesia Evangélica Peruana). El dice: Por mi experiencia puedo decir que el secreto para que todo nos vaya bien, es que vivamos en comunión con Dios, que separemos tiempo para orar, ayunar, y estar a solas con Dios, que primero sea Dios y segundo los negocios, primero orar y después actuar, meditar en la Palabra de Dios y aferrarse a sus promesas. (Se refiere a Josué 1:8-9) (Todo lo s/f).90 Un predicador argentino, el pastor Antonio San Cristóbal, después de citar 1 Crónicas 29:12; 2 Crónicas 32:29; y Proverbios 22:4, afirma: La palabra de Dios nos dice que sólo podremos recibir lo que creemos, y en su mayoría el pueblo del Señor no ha alcanzado la libertad financiera porque no ha creído en ella (San Cristóbal s/f).91 Por otro lado dos denominaciones (Iglesia Evangélica Peruana y Alianza Cristiana y Misionera) ya han sido influenciadas por la teología de la prosperidad. Nos ha tocado corroborar, por ejemplo, que en cuatro 89 El énfasis es nuestro. 90 El énfasis es nuestro. 91 El énfasis es nuestro. 38 congregaciones de la Alianza Cristiana y Misionera (Lince, Pueblo Libre, San Juan de Lurigancho y San Martín de Porres, todas en Lima) existe un discurso más o menos “moderado” de prosperidad en sus pastores -al parecer influenciados por la ética protestante-, mientras que entre sus miembros existe un discurso radical al puro estilo de Dios es Amor, de Fuente de Agua Viva o de Palabra de Fe, es decir, por lo general expulsan a los demonios de pobreza y batallan contra el diablo. Esto significa que no existen prácticas religiosas uniformes, sino que al interior de cada congregación coexisten diversos discursos teológicos. También nos ha tocado corroborar la experiencia de una Iglesia Evangélica Peruana (Pasaje Matucana de San Martín de Porres, Lima) en la que el pastor expulsaba a los demonios de pobreza y ruina, como parte de su método para alcanzar prosperidad en la congregación. Por cierto, muy pocos miembros de la iglesia creían que con tales prácticas se lograría la ansiada prosperidad.92 Se podrían poner otros ejemplos más. La verdad es que no existe denominación alguna que se haya librado de la influencia neopentecostal y de la teología de la prosperidad. En todas las iglesias que han sido “renovadas” sus miembros sienten que están experimentando un avivamiento del Espíritu Santo. 3.2. La perspectiva no-neopentecostal Es importante reconocer que en las iglesias evangélicas ha existido desde sus inicios un discurso teológico que usaba de alguna manera el lenguaje militar. Así, términos como campañas, conquista, combate, etc. acompañaban la misión de la iglesia. Los himnos, incluso, hacían llamados “a combatir” o a “ser soldados de la cruz”. Igualmente, también existió un discurso teológico vinculado a la dimensión económica, y esto debido en gran parte a su herencia liberal.93 Un artículo de 1918 dice de la siguiente manera: ¡Esos protestantes! - ¿El señor es Protestante? - Sí, y tengo a honra serlo. - Pero, ¿no son los protestantes unos sectarios fanáticos, una gente de la clase más pobre e ignorante? Así pensamos nosotros los librepensadores. - ¡Sí, sí, y nuestra Santa Madre Iglesia Católica los tienen declarados herejes y condenados al fuego del infierno! 92 Esta experiencia la conocemos muy de cerca ya que ocurrió en una congregación del Presbiterio Lima Norte, en la que yo era directivo. Existe una experiencia similar en la IEP de Tingo María (Huánuco), cuyo pastor es un constante colaborador de diversas agrupaciones neopentecostales que provienen de Guatemala. 93 Ver: J. Míguez 1983, 15-36; y Alvarez 1983, 37-56. 39 Pues señores, yo soy protestante y les diré por qué. Los protestantes basan su religión en la Biblia, ley de Dios, la cual han traducido en 500 lenguas, y se esfuerzan por hacerla llegar a las manos de toda criatura de Dios. De ahí vino la emancipación de la inteligencia y el alma, la libertad de los esclavos, y la salvación de las naciones de la tiranía del Papa y de los reyes. A los protestantes se debe hoy la libertad religiosa y la forma republicana de gobierno. Más de 16 mil hombres han salido de Inglaterra, Estados Unidos y Alemania y se hallan desparramados entre las naciones para enseñar al pueblo la ley de Dios. Los protestantes han hecho general y sólida la instrucción por tanto tiempo encerrada en los muros de los conventos. Ha aumentado millares de veces las riquezas materiales del mundo, llenándolo de una prosperidad y felicidad jamás soñadas. Tienen en sus manos la balanza del destino de las naciones. Hoy el sentimiento más fuerte en el mundo gravita sobre sus principios. Los primeros estadistas, los primeros sabios, los primeros predicadores del mundo se encuentran hoy en medio de ellos. La civilización moderna es debida a ellos, que son el baluarte y centro de donde brotan regueros de luz alrededor del mundo. ¿Qué nación romanista puede compararse con las naciones protestantes en cultura intelectual, moral y física? Están éstas a la vanguardia de todo cuanto es bueno y útil, en todos los ramos de la actividad humana. (...) Los países de más progreso hoy son los Estados Unidos del Norte, Inglaterra, Alemania, Holanda, Suiza,, Dinamarca, Suecia, y Noruega y Francia en parte: estas naciones son protestantes. Su potencial colonial es enorme, y los anglo sajones protestantes están llamados a dominar el mundo. Y todavía se me pregunta: ¿El señor es Protestante? Sí, señor, y hónreme mucho en ello, pues me hallo en buena compañía entre los hombre cuyo fin es restaurar este mundo de un estado de esclavitud, mental y física, a la libertad, a la prosperidad y a la felicidad (Esos 1918, 1).94 Más cercano cronológicamente está a nosotros el evangelista argentino Luis Palau, quien dice: De acuerdo con las Escrituras, Dios está más dispuesto a dar que lo que nosotros estamos dispuestos a recibir. Dios tiene preparada prosperidad, éxito y bendición para los creyentes. Pero se debe poner la confianza en Dios, en su Palabra y en sus promesas. Dios es su Padre y le ama. El ama su espíritu, alma y cuerpo, y ama también a su familia. Dios quiere y puede bendecirle, a todo nivel y en todos los aspectos de su vida. Estudie cuidadosamente las instrucciones 94 El énfasis es nuestro. Aunque el artículo no lleva firma posiblemente corresponde al misionero de la RBMU Juan Ritchie. 40 divinas para salir del fracaso, de la depresión, de la pobreza y para triunfar en la vida. ¡Gloria a Dios por ser padre de misericordias!. “Dios es amor” (Palau 1988, 4-8). Como nos damos cuenta el discurso evangélico no tuvo reparos en relacionarse con temas económicos, digamos como la mayordomía y la prosperidad, de tal manera que se interiorizó en las diversas iglesias sin mayores problemas. Mientras ahora sí se hace problemas un sector del liderazgo evangélico peruano con la teología de la prosperidad. Las razones95 la explican ellos mismos: Con respecto a la teología de la prosperidad mi opinión es categórica: no estoy de acuerdo con dicha teología porque no corresponde al contexto de los pueblos de América Latina. Esta teología puede ser desarrollada en el marco de los países desarrollados, y desde ese punto de vista la rechazo. (...) Cómo se puede decir que si un creyente pobre no desarrolla financieramente es porque está en pecado, como a un creyente de un país pobre como el nuestro que está en crisis se le va a pedir que prospere cuando las condiciones en que vive no le son favorables como desempleo, subempleo, recesión económica fuerte. (Héctor Flores, Pastor de la Iglesia Evangélica Peruana “Templo Maranatha” y ex- director del Instituto Bíblico de Lima) (Pastores s/f, 4). Estuve viendo las bases bíblicas y teológicas que proponen, y en realidad no se toma toda la Biblia y solamente la Biblia. Se toma algunas partes de la Biblia que pareciera que dan apoyo a su teoría de la prosperidad material y de la salud total, pero olvidan otros pasajes que, obviamente, no hablan de eso.” (Pedro Arana, Pastor de la Iglesia Presbiteriana y Secretario General de la Sociedad Bíblica Peruana) (Pastores s/f, 4). Para nosotros es una gran preocupación porque esta teología carece de un buen fundamento bíblico. Más bien estamos viendo que es el resultado de la cultura norteamericana, pues sabemos que el ideal del norteamericano común es la buena vida, el deseo de prosperidad. (Wernan Pinedo, Pastor de la Alianza Cristiana y Misionera del Rimac, Lima) (Pastores s/f, 4). Creo que es una forma de ver el concepto del evangelio desde una óptica muy distorsionada. Nosotros bien sabemos que hay referencias muy concretas del Señor Jesucristo en que dijo que no podemos servir a dos señores; no se puede servir a las riquezas, no se puede distraer nuestra atención en las cosas materiales dejando 95 Tomamos como ejemplo a pastores de amplia trayectoria de las principales denominaciones. Por otro lado, es necesario clarificar que nosotros no necesariamente estamos de acuerdo con cada argumento del liderazgo en mención. 41 de lado al Señor. (Herbert García, Pastor de la Primera Iglesia Bautista de Lima) (Pastores s/f, 4). Lo que me preocupa es la interpretación alegórica que se hace del texto bíblico para expresar que en la Biblia habría una base para hablar del evangelio de la prosperidad a rajatabla; es decir que podemos tener joyas, las mejores casas o los mejores platos en el restaurant. Creo que es una interpretación forzada, una exageración. (Daniel Córdova, Pastor de la Iglesia Evangélica Pentecostal del Perú y ex-directivo del CONEP) (Pastores s/f, 4). La interpretación de la teología de la prosperidad es un extremo, porque en todo tiempo han existido personas pobres, por ejemplo, en las civilizaciones y en el pueblo hebreo; es por eso que en la ley de Moisés se habla de cómo ayudar a los necesitados, a los extranjeros y a los pobres. (Eliseo de la Cruz, Pastor y Superintendente del distrito Centro de las Asambleas de Dios, ex- director del Seminario Bíblico Andino) (Pastores s/f, 4). Considero que las llamadas “teologías” del bautismo del gozo o de la risa, la prosperidad, la superfe o el ladrido y el rugido, no son teologías correctas; son herejías. (Víctor Pino, Pastor y Superintendente Nacional de las Asambleas de Dios del Perú) (El bautismo s/f, 4). Como vemos, entonces existe un rechazo de la teología de la prosperidad por diversas razones. Es vista como teología foránea y con poco fundamento bíblico, como un radicalismo o distorsión del evangelio y como una herejía que rechazar. También se puede decir, sin temor a equivocarnos, que existe actualmente en el Perú un enfrentamiento respecto a la teología de la prosperidad y a la guerra espiritual. Prueba de ello es el periódico La Verdad96 que en todos los números, sin excepción, critica fuertemente a ambas expresiones teológicas, así como a sus portavoces. El sector no- neopentecostal, pues, al carecer de otros medios de comunicación articula sus críticas y propuestas por medio de este periódico. 3.3. Diversos acentos de la teología de la prosperidad De que existen diversos acentos de la teología de la prosperidad no se duda. Estos acentos no tienen que ver con el concepto de prosperidad sino en cómo conseguirla. Y ciertamente cada agrupación neopentecostal tiene su(s) propio(s) método(s).97 Amat y León, al analizar la teología de la prosperidad en 96 El director es el periodista colegiado Tito Pérez de la Iglesia Evangélica Nazarena del Perú. Además este periódico tiene una línea política de oposición al gobierno de Fujimori. 97 No consideramos aquí como exclusivo método neopentecostal la práctica del diezmo, porque es una idea aceptada aún en las iglesias evangélicas, que dicha práctica 42 el Perú (Amat y León 1996, 163-164),98 encuentra tres “corrientes”: la del Movimiento de la Super Fe o confesión positiva que desarrolla el poder mágico de la palabra; la segunda que enfatiza que el cristiano debe hacer las riquezas siguiendo los principios del Evangelio; y finalmente aquella que articula el tema de la prosperidad desde un punto de vista político, y que enfatiza que los cristianos están llamados a gobernar el país. Como constatamos, entonces, también este autor distingue en los medios o los métodos para conseguir prosperidad. Sin embargo, creemos que se podría profundizar los acentos y distinguir otros métodos más. 1. La prosperidad como fruto de la liberación de demonios Esta expresión parte de la presuposición de que existen diversos espíritus o demonios que controlan el área financiera de las personas, de tal manera que si alguien quiere prosperar entonces necesariamente tiene que expulsar a los demonios de la improsperidad, ruina, pobreza y miseria (Cabezas 1986, 109; y 1993, 71-73). Un predicador neopentecostal lo explica así: ¿Está enfrentando una crisis económica en su vida? ¿Está Satanás atando sus recursos económicos a tal grado que no tiene dinero para suplir sus necesidades? (...) (Dios) romperá la opresión de Satanás sobre sus recursos económicos y suplirá sobrenaturalmente sus necesidades. (...) Cualquiera que sea la necesidad económica que esté enfrentando ahora mismo en su vida, con fe tome el poder y la autoridad que Cristo le ha dado, ate a Satanás y a sus principados que están atacando sus recursos económicos y échelos fuera. Tome posesión de las bendiciones divinas de prosperidad. ¡Ponga su vista en El y reciba provisión sobrenatural! (Cerullo 1991, 86, 217).99 De esta manera la guerra espiritual llega al campo de las finanzas en su versión de “liberación” de demonios. El exorcismo, en este caso, yo no sólo incumbe a las personas sino también a la dimensión económica. En esta perspectiva nada escapa a la acción demoníaca: salud, amor, finanzas, etc. Tiene razón Leonildo Silveira cuando dice que: Varios grupos pertenecientes al movimiento neopentecostal han hecho del exorcismo la principal parte de su trabajo religioso. Para ellos el demonio es el responsable por la quiebra de orden natural de garantiza de alguna manera la bendición de Dios según el texto bíblico de Malaquías 3. Todas las agrupaciones neopentecostales dan por sentado que Dios prospera a lo diezmadores. Resulta importante, por otro lado, hacer notar que la biblista Elsa Tamez encuentra en el libro de los Proverbios seis formas distintas de alcanzar “abundancia” integral (y no sólo prosperidad económica), pero ninguna de ellas es mágica tal como lo proponen los neopentecostales en sus discutidos métodos (Tamez 1998, 1-13). 98 Lamentablemente este autor apenas distingue las corrientes sin explicarlas como se esperaría de un sociólogo. 99 El énfasis es nuestro. 43 las cosas. Dios ha hecho a los seres humanos para tener salud, buena vida, prosperidad y mucha felicidad. Si no hay nada de eso es porque el diablo está actuando y, consecuentemente, precisa ser exorcizado (Silveira 1994, 10). Entre estos grupos se encuentran Dios es Amor (cuyo fundador es el misionero David Miranda)100 y la Comunidad Cristiana del Espíritu Santo, curiosamente ambos de origen brasilero y que han arraigado mayormente en los sectores más pobres de la ciudad. En estos grupos es notorio el alto porcentaje de indígenas que participan en sus cultos. Este dato de por sí merecería mayor estudio, pues en ambas agrupaciones la lucha con los espíritus y los exorcismos es algo cotidiano, razón por la que atraería a indígenas que todavía no se han despojado de su “mundo sobrenatural”. Habría, pues, aparentemente una fusión o coincidencias en ambas cosmovisiones.101 2. La prosperidad como fruto de la confesión positiva102 En esta perspectiva, efectivamente, sólo se logra la prosperidad material y la “libertad económica” como consecuencia de desarrollar el poder de la palabra. Este poder de la palabra adquiere las formas de un reclamo a Dios como un hablar en positivo. Veamos dos ejemplos: Dios quiere que tú tengas libertad económica. Pero, tal como sucede con todos los demás dones especiales de Dios, la libertad económica hay que reclamarla por fe. (...) Haz un compromiso específico de lograr la libertad económica. Luego, reclámala, aférrate a tu compromiso, y lograrás la libertad (McGregor 1984, 34).103 Usted recibe en esta vida lo que usted dice con su boca. Las palabras de su boca es su fe hablando. Las palabras que usted habla son lo que usted cree. Sus palabras pueden estar a su favor o en contra suya. Ellas le traerán salud o enfermedad. Sus palabras deciden si es que usted vive en abundancia o en pobreza. Sus palabras le dan a usted la victoria o causan su derrota (Copeland 1984, 63).104 Entre las varias agrupaciones que practican la confesión positiva en el Perú se encuentran: La Palabra de Fe, el Centro Cristiano Vida y la Comunidad Cristiana Agua Viva. Las dos primeras tienen una dependencia directa del 100 Mayores datos sobre Dios es Amor en: Iglesia 1997, 8-9. 101 Este punto es estudiado por el teólogo y sociólogo peruano Pablo Barrera en su tesis doctoral, todavía por concluir, en el Instituto Ecuménico de Pos-Graduaçao (Sao Bernardo, SP, Brasil). 102 Este punto lo hemos tratado de manera general en este capítulo. Allí hemos puesto un ejemplo de confesión positiva en una agrupación neopentecostal de Lima. 103 El énfasis es nuestro. 104 El énfasis es nuestro. 44 Instituto Bíblico Rhema (Tulsa, Oklahoma), dirigido por Kenneth Hagin Jr., mientras que Agua Viva practica una confesión positiva reelaborada. Llama la atención, por otro lado, que estas tres agrupaciones se encuentran ubicadas en zonas de la clase media-alta, lo que indicaría no sólo su orientación ideológica, sino sobre todo, el sentido de autosuficiencia respecto al poder interno que sienten para, de esa manera, reclamar a Dios o manipular el uso de la palabra en favor de la libertad financiera y la prosperidad material. 3. La prosperidad como fruto de la victoria en la guerra espiritual y de una ética “cristiana” Según esta perspectiva los cristianos logran prosperidad material siempre y cuando salgan victoriosos en la guerra espiritual, además de guardar cierta ética “cristiana” (que no se explica en qué consiste sino que se presupone que todos la conocen). Así, las finanzas están en esa dimensión de la vida que usualmente está bajo algún tipo de maldición espiritual, heredada generalmente de los padres o abuelos. ¿Cómo se logra la victoria espiritual? Dice el pastor Juan Capurro:105 El peso de la maldición nos impide prosperar honradamente y disfrutar de esa prosperidad. Para poder ser prosperado, el hombre deberá levantar la condena que recae sobre él (...) Debemos, pues, luchar contra las causas espirituales de la pobreza... (Capurro 1994, 41).106 Si uno es cristiano será prosperado rápidamente por Dios, porque para comenzar ya uno no gastará en cosas que antes gastaba tontamente: alcohol, drogas, algunas distracciones, cigarrillos, mujeres y cosas semejantes a estas. Además, Dios le prosperará sobrenaturalmente si vive la vida cristiana; si diezma, ofrenda, da a los pobres, etc. (Capurro 1994, 171).107 Para vencer en la guerra espiritual, además, es necesario tener un “círculo de protección espiritual”. Refiriéndose a los empresarios, dice el pastor Javier Loayza: ¿Qué entendemos por este círculo de protección? Es el cerco o vallado espiritual que Dios establece a favor de sus hijos y de los bienes que les ha concedido administrar. Es una protección espiritual 105 Aquí solamente adelantamos algo que en el segundo capítulo ampliaremos. La referencia a Capurro en este punto es necesario ya que su comunidad forma parte del neopenteostalismo peruano. 106 El énfasis es nuestro. 107 El énfasis es nuestro. 45 que impide que el Diablo o hombre alguno destruya lo que Dios ha determinado bendecir (Loayza s/f).108 Aunque este método lo asumen muchas agrupaciones, dos son las que mejor la expresan: la Comunidad Cristiana Agua Viva y Fuente de Agua Viva, curiosamente distintas en su composición social, pues mientras la primera apunta fundamentalmente al sector medio-alto como ideal, el segundo llega al sector medio-bajo. La prosperidad, pues, en ambos casos se logra combinando la victoria espiritual con la ética “cristiana” entendida, tal vez, como el abandono de diversos vicios (que ocasionan gastos necesariamente) y la compasión por los pobres. 4. La prosperidad como fruto del conocimiento y de la fe en Dios La forma de conseguir prosperidad, en esta expresión, es conocer las promesas de prosperidad y tener fe en que Dios actuará conforme a lo prometido. Haciendo esto se conoce a Dios “de manera más profunda”, además que se garantiza la prosperidad (De Oliveira 1993). Esto no impide, por otro lado, que el cristiano ore pidiendo riquezas (Da Silva 1997, 28-33), pues es un hijo del Rey (Leng 1980, 72). Dice Ted Lindwall: Dios puede y quiere prosperar a sus hijos en todo sentido. El es “nuestro Padre que está en los cielos” y tiene en sus manos todas las riquezas del universo, en lo espiritual y en lo material. Entonces, ¿por qué viven tantos creyentes en pobreza espiritual y material? La respuesta se reduce a tres razones: (1) por su ignorancia de las promesas de Dios para ellos; (2) por su falta de fe en esas promesas, si las saben; o (3) por su falta de cumplimiento a los requisitos divinos para experimentar plenamente esas promesas (Lindwall 1989, 5).109 Esta expresión es muy difundida, incluso se encuentra en las diversas iglesias evangélicas. Nuestra percepción es que se halla sobre todo en la Alianza Cristiana y Misionera, tanto de Lince como de Pueblo Libre, ambas de clase media-alta en Lima.110 4. Conclusión Como hemos visto en este capítulo, el neopentecostalismo -que comenzó como un movimiento de “renovación”- está arraigado fuertemente en la comunidad evangélica peruana, de tal manera que incluso ha creado una serie de 108 El énfasis es nuestro. Respecto al tema de que Dios necesita empresarios como “ministros” para extender el evangelio, ver: Lozano s/f; y Rush 1991. 109 Citamos a este autor porque es muy utilizado por los pastores de la Alianza Cristiana y Misionera. 110 Fuentes: Zegarra; Amat y León; T. Pérez, y mi investigación de campo. 46 organizaciones, es decir se ha institucionalizado en comunidades y ministerios (televisión, radio, periódico, paraeclesiásticos) desde los que inunda el Perú con la guerra espiritual y la teología de la prosperidad. Este neopentecostalismo ha sido interpretado de por lo menos dos maneras. Ellos mismos se ven como un legítimo avivamiento del Espíritu Santo (la tercera ola), mientras que sus críticos la interpretan como una expresión religiosa propia de la sociedad postmoderna, en la que se exacerba los sentimientos y la emoción en detrimento de la razón. Finalmente, la teología de la prosperidad es un discurso que acompaña diversas prácticas religiosas que, a nuestro juicio, están en discontinuidad teológica con el protestantismo histórico como con el pentecostalismo clásico, además que han abandonado la Escritura como fuente de autoridad. Este discurso conoce varios acentos en lo que respecta al método para conseguir prosperidad material dependiendo de la agrupación religiosa. Entre estos se encuentran: la liberación de demonios, la confesión positiva, la victoria en la guerra espiritual y la práctica de la ética cristiana, y el conocimiento y la fe en Dios. 47 CAPÍTULO 2 UN ESTUDIO DE CASO DE TEOLOGÍA DE LA PROSPERIDAD: LA COMUNIDAD CRISTIANA AGUA VIVA (LIMA-PERÚ) En este capítulo estudiamos la teología de la prosperidad a partir de una concreción verificable. En el primer capítulo vimos que existen diversas expresiones de ella en la comunidad evangélica peruana, y ahora vamos a enfocar nuestra atención en una: la Comunidad Cristiana Agua Viva (Lima). Esta investigación nos permitirá explicar, en consecuencia, lo que se entiende por teología de la prosperidad en esta experiencia particular y a partir de sus propios productores. Por ello, el estudio de sus publicaciones, la participación- observación de sus cultos y videos, y las entrevistas han sido muy importantes en la elaboración de este capítulo. Como resultado esperamos contar con diversos elementos que nos permitan comprender de manera un poco más completa de la teología de la prosperidad. Cabe mencionar, también, las diversas dificultades que hemos tenido para entrevistar al Pastor Juan Capurro así como para conseguir diversos materiales escritos, pues usualmente no están al alcance de los curiosos e investigadores. En efecto, Capurro solamente atiende a gente de su entorno íntimo -ni siquiera a sus feligreses-, así como él es el único quien autoriza la venta de los diversos materiales de estudio que produce Agua Viva.111 Las fuentes que hemos utilizado en este capítulo son varias: el libro Las cinco dimensiones de la prosperidad, el manual de discipulado Fundamentos de la fe cristiana, los sermones tanto de los cultos como los de la televisión, y las entrevistas. A nuestro parecer el discurso más elaborado aparece en el libro. En ese sentido el libro ha sido nuestra fuente principal, aunque han resultado imprescindibles las entrevistas y el análisis de los sermones para entender la articulación de dicho discurso al interior de la Comunidad Cristiana Agua Viva. Nuestro estudio pretende demostrar que existen diversos temas importantes (vida agradable a Dios, prosperidad integral, conversión) en el pensamiento de Capurro y que transmiten la teología de la prosperidad. Además, existen estrategias definidas y llevadas a cabo de manera inteligente con el propósito de divulgar dicha teología en la comunidad evangélica peruana y fuera de ella también. 1. Estudio de caso: Comunidad Cristiana Agua Viva112 111 Eso explica porque todos los materiales que tenemos son fotocopias conseguidas de diferentes maneras. 112 En adelante utilizaremos CCAV para referirnos a la agrupación de Capurro. 48 1.1. Génesis de la CCAV El origen de la CCAV hay que buscarlo en una persona: el Pastor Juan Capurro. Este se convirtió en una reunión de la Fraternidad Internacional de los Hombres de Negocio del Evangelio Completo113, y tuvo por algunos años una experiencia dirigencial con el carismatismo católico en Lima. Para el año 1982 era el Director de la “Escuela de Servidores” de la zona III (Miraflores, San Isidro, Chorrillos, Barranco) de la Renovación Carismática114. En 1985 fundó la Comunidad Cristiana Agua Viva115 junto con algunos ex-carismáticos católicos, luego fué ordenado al ministerio por Benny Hinn116 en Florida, Estados Unidos, y hoy (1998) tan sólo en Lima tienen siete mil miembros117 distribuidos en tres comunidades. Es importante enfatizar que la CCAV desde sus inicios tuvo un fuerte énfasis en la guerra espiritual118, tomando distancia teológica tanto del pentecostalismo clásico como del carismatismo católico119. Mencionamos esto porque nos parece fundamental para entender su desarrollo así como sus énfasis teológicos. 1.2. Importancia de Juan Capurro y de la CCAV No es equivocado afirmar que la CCAV tiene el sello personal de su Pastor Juan Capurro. El es el líder indiscutible junto con su esposa Alicia, quien se hace 113 Ver: Apéndice No 3; Capurro 1994, 221-222. 114 Pérez 1992, 10. Este dato me lo confirmó también Capurro en la entrevista que le hice. 115 Ver: Apéndice No 2. 116 Capurro 1994, 300. Mayores datos de Benny Hinn en: Hanegraaff 1993, 32-33. 117 Cuando se habla de miembros se refiere a personas que libremente se han asociado a la CCAV (por conversión o traslado de membresía) y figuran en sus registros. Esos son miembros con derechos y deberes propios de la organización. El número que frecuenta la CCAV es realmente mayor. En Lima existen tres comunidades (Lince, Comas y San Juan de Lurigancho), siendo la principal Lince. Esta tiene, según palabras de Capurro, 4,000 miembros (aunque participan semanalmente del culto aproximadamente 8,000 personas), lo que indicaría que los otros 3,000 miembros pertenecen a Comas y Lurigancho. 118 Entrevista al Pastor Aldo Linares de la CCAV (Amat y León 1996, 109). 119 No nos parece convincente la explicación de Bernardo Campos, quien considera que la CCAV es una “formación religiosa”, es decir un producto de la mutua influencia entre el movimiento carismático católico y el pentecostalismo. No hay una sola evidencia de dichas influencias (en todo caso ¿en qué se influenciaron?); además la CCAV o Capurro nunca se han ubicado ni juntado con el pentecostalismo clásico. Las relaciones de la CCAV hay que ubicarlas en todo caso alrededor de la FIPAC, que es el “CONEP” neopentecostal. Mucho menos convincente, por ser un cuadro incompleto que no incorpora nuevas expresiones ni acentos neopentecostales, es su presentación del Campo Religioso Peruano que dejaría afuera a la CCAV (Campos 1994, 53; y 1997, 27- 28). 49 llamar “la Pastora”. Ambos coordinan todo el trabajo existente, y no existen nombres de otros líderes locales que pudieran reemplazarlos dada alguna circunstancia. Capurro cree -y lo dice desde el púlpito a sus fieles- que “Dios está obrando grandemente en el Perú por medio de la CCAV” y “hoy todos nos miran a nosotros”.120 Puede ser que ese sentimiento de protagonista principal en el “avivamiento” que está ocurriendo en el Perú no sea del todo infundado. Casi no hay evento neopentecostal donde Capurrro esté ausente. Además, él siempre está capacitando a líderes de distintas denominaciones sobre diversos temas,121 o coordinando eventos internacionales o nacionales, como fue la Campaña evangelística de Franklin Graham (marzo de 1998). Además se da el lujo de tener un programa de televisión en el canal estatal (Canal 7), “Ríos de Agua Viva”, que conduce con su esposa, sin estar vinculado necesariamente al Canal 42 (Del Pacífico), que es el medio por el que los neopentecostales de sectores populares, a quienes detesta Capurro,122 transmiten sus programas. 1.2.1. Iglesia modelo para las diversas denominaciones - La restauración de la alabanza Es interesante constatar que la CCAV es un ejemplo a imitar por casi todas las iglesias, particularmente en lo que se refiere a la restauración de las alabanzas. Y es que Capurro no sólo ha sabido agrupar a excelentes músicos del medio para adorar en los cultos dominicales, sino que ha formado una “Academia de Música Cristiana” donde reproduce con estudiantes de diversas iglesias la restauración de la alabanza, que no sólo tiene que ver con el uso de instrumentos eléctricos, sino sobre todo con el contenido teológico de prosperidad y guerra espiritual. Además, la CCAV organiza en el medio limeño diversos “congresos musicales” (conciertos) en donde participan los cantantes neopentecostales de moda.123 - El crecimiento numérico y las misiones Una iglesia que comienza con sólo 20 personas en 1985 y que doce años después tiene 7,000 miembros sólo en Lima, además de comunidades en 120 Sermón del 4 de enero de 1998 (4:30 p.m.): “El amor que no se apaga”. 121 Incluso en el Templo Maranatha de la Iglesia Evangélica Peruana (Lima), en 1997. Fuente: Roberto Quispe. 122 Es conocida la distancia que guarda Capurro de las diversas iglesias neopentecostales que no están a su “altura”. Por lo mismo, él nunca va a aparecer junto con ellos en eventos locales o en el periódico La Luz, que representa a los neopentecostales de los sectores populares con fuertes anhelos de ascenso social y fama que él sí tiene. Capurro cree, por ejemplo, que se abren las puertas a la actividad demoníaca cuando alguien participa en Dios es Amor (un grupo neopentecostal grande y con mucho arraigo entre pobres e indígenas peruanos). Ver: Capurro s/f, 57. 123 El año 1997, por ejemplo, estuvo el conocido Marcos Witt. 50 provincias (Chiclayo, Trujillo, Puno, Tarma, Huancayo) y en el exterior (Miami y Bruselas), un programa de televisión, además que el Pastor es el líder indiscutible del neopentecostalismo peruano, necesariamente llama la atención no sólo de diversos dirigentes evangélicos, sino también de los misiólogos124 y de la prensa, quienes se preguntan cuál es el “secreto” de ese crecimiento numérico poco frecuente. El “secreto”, diría Capurro, se encuentra en que ellos ofrecen una Palabra de Dios vivificada, llena de “soluciones prácticas” para la vida, además de “una relación personal con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo”.125 Tal vez tenga razón Capurro en que la gente quiere escuchar soluciones prácticas para sus problemas cotidianos.126 Habría también que señalar que en la perspectiva neopentecostal vivimos en tiempos de la “tercera ola” del Espíritu Santo, es decir, vivimos tiempos de un gran avivamiento espiritual caracterizado por el “hambre de Dios”. Así, la combinación de ambos factores (Palabra pertinente más clima de apertura a Dios) darían como fruto visible mayores conversiones, mayor crecimiento del pueblo de Dios.127 1.2.2. Liderazgo modelo para las diversas denominaciones Hasta donde estamos informados,128 en muchas iglesias hay un gran interés por imitar el tipo de liderazgo que existe en la CCAV. La característica más marcada es la verticalidad de la jerarquía, el autoritarismo del pastor principal y la casi nula participación de los fieles en la toma de decisiones. En los años 1995 y 1996, no por pura casualidad, las dos denominaciones más grandes (Asambleas de Dios e Iglesia Evangélica Peruana) atravesaron por serios conflictos internos en los que sectores del liderazgo exigían cambios de 124 Es el caso de Samuel Escobar, quien encuentra en estos grupos de rápido crecimiento numérico evidencias irrefutables de un gran avivamiento espiritual (Escobar 1997, 39-40). También en la misma línea Deiros 1997 b, 42. 125 Ver: Apéndice No 2. 126 Esas “soluciones prácticas” justamente son las que motivan en parte nuestra investigación. 127 En un artículo el Pastor presbiteriano Pedro Merino se pregunta si crece en el Perú realmente el evangelio o sólo crecen los evangélicos. Dice “¿Por qué esta pregunta? ¿Hay alguna diferencia entre el crecimiento del evangelio y el crecimiento de los evangélicos? De acuerdo a las Escrituras sí. Cuando el evangelio crece, transforma no sólo a los individuos, también transforma o transtorna a la sociedad”. En su opinión, el crecimiento numérico de los evangélicos en el Perú se debe a la aceptación masiva de un mensaje sin repercusiones sociales a favor de los pobres. Este mensaje es la teología de la prosperidad (Merino 1995). 128 Fuentes: Tito Pérez (director del periódico La Verdad), sociólogo Oscar Amat y León, José Jordan (miembro de la CCAV) Héctor Laporta (Pastor metodista y ex-rector de la Comunidad Bíblica Teológica), Jesús Anyosa (Pastor de las Asambleas de Dios y sub-director del Seminario Bíblico Andino), Stephen Varner (misionero bautista de la Iglesia Bíblica y profesor del Seminario Evangélico de Lima) y varios dirigentes de la IEP. 51 estatutos y reglamentos para “episcopalizar” las estructuras eclesiales.129 Coincidentemente ambas denominaciones tienen problemas actuales con brotes de neopentecostalismo en sus diversas instancias de gobierno. ¿Cómo es el liderazgo en la CCAV?130 Existe el siguiente orden: - Pastor: Jefe máximo, toma las decisiones más importantes en lo administrativo y define la doctrina. Es el predicador y maestro máximo. - Pastora: Sus “funciones públicas” son difíciles de percibir. Sólo se la ve dirigiendo los cultos y aconsejando a mujeres en su oficina. - Líder: Se le conoce como el líder de la “comunidad familiar”. Es el encargado de las “células” en los distintos barrios. Cumple una función de “obispo” que controla quiénes participan o no de la “comunidad”. - Consejero(a): Es el que realiza el trabajo pastoral, de visitas y consejería. Tutor(a): Es el maestro de los cursos de discipulado. Son los que enseñan los “Fundamentos de la fe cristiana” en tres niveles distintos. - Ujier: Cumple la función de diácono, es decir visita, orienta a los nuevos en la fe, atiende a la gente en el culto, etc. - Discípulo(a): Son los miembros que activamente participan de las clases y según su conocimiento y habilidades pueden ascender a tutores, es decir, a futuros maestros. - Miembro: Son aquellos que voluntariamente se han adherido a la CCAV. Para ser miembro hay que necesariamente realizar los estudios de “Fundamentos” I, II y III. Es decir, hay que aceptar concientemente las doctrinas de Capurro.131 2. Fuentes para analizar el discurso de prosperidad En este punto vamos a usar distintas fuentes. Los sermones de la televisión y de los cultos, las clases de discipulado (“Fundamentos de la fe cristiana”, Vol. II), el libro “Las cinco dimensiones de la prosperidad”, y las entrevistas. Como comprobamos, no todas las fuentes tienen el mismo nivel de importancia para entender el discurso de la prosperidad. Mientras los sermones son discursos 129 Ambos proyectos episcopalizadores fracasaron. En la IEP un minúsculo sector quiso hacer de la denominación una “teocracia” donde reinaría Dios por medio de la dirigencia nacional. Ver: Una nueva 1996. 130 Este orden jerárquico ha sido reconstruido en base al texto Fundamentos II de la CCAV y al testimonio de uno de sus miembros (José Jordan). Costó mucho conseguir datos sobre el particular con diferentes miembros, nadie sabía nada de la estructura eclesial. Muchos ni siquiera sabían que la organización debe tener necesariamente unos estatutos y una confesión de fe. Los estatutos, obviamente, no los pude conseguir ya que nadie tiene uno. Ari P. Oro afirma que: “De hecho, inserto en una sociedad capitalista, el pentecostalismo no solamente no pasa al lado de la cuestión financiera sino que asimila la lógica capitalista. Las iglesias son estructuradas según el modelo empresarial: poseen una organización administrativa jerárquica, esperan aumentar siempre más su patrimonio, mantienen una división social del trabajo religioso y administrativo ...” en: Avanço pentecostal e reaçao católica. Petrópolis: Vozes, 1996, p. 70, citado por Pedde 1997, 249. 131 Fuente: José Jordan. 52 homiléticos e intentan llegar al corazón de los oyentes, las clases de discipulado apelan a la razón e intentan instruir a los miembros de Agua Viva en sus peculiares doctrinas. Ambas fuentes, por tanto, tienen algunas limitaciones para explicar sistemáticamente el discurso de prosperidad. Es por ello que el libro de Juan Capurro se ha tornado en nuestra fuente principal, pues allí sí se argumenta detalladamente la teología de la prosperidad. Esto no quita, por cierto, el uso de todas las fuentes que hemos tenido a mano, pues de alguna manera complementan o ilustran mejor nuestro tema de estudio. Conviene observar que Juan Capurro tiene diversos espacios y medios para comunicar su discurso de prosperidad: un programa semanal en la televisión (sábados 7.00 a.m. en el Canal 7), los sermones dominicales (en cinco horarios: 7:30; 9:30; 11:30; 17:00 y 19:00), y los estudios de discipulado (donde se utilizan sus manuales y su libro). Además, entre estas fuentes añadimos dos importantes entrevistas. Los discursos de Capurro se dirigen a distintos auditorios. La televisión llega al “público en general”, es decir a todo el que quiera verlo y no necesariamente se circunscribe por tanto a su feligresía.132 Los sermones llegan fundamentalmente a sus fieles (miembros de Agua Viva) y a los curiosos, pertenecientes o no a otras denominaciones;133 mientras que finalmente las clases de discipulado llegan estrictamente a los futuros miembros y líderes (estas clases se dan en tres niveles distintos). 2.1. Sermones Los sermones se analizan tomando en cuenta los programas de televisión y los cultos de la CCAV. En ambos Capurro aparece predicando semanalmente. - Televisión (Programa “Ríos de Agua Viva”) Si nuestro análisis de la prosperidad se limitase a los programas de televisión, seguramente no encontraremos nada de teología de la prosperidad. Por el contrario, siempre se verá a Capurro con un discurso muy moderado, muy “evangélico”, y siempre haciendo llamados a que los televidentes hagan “su decisión por Cristo”. Y es que, nos parece, esto es solamente una estrategia de 132 En un sondeo que realicé en enero y febrero de 1998 -con ayuda de varios líderes de otras denominaciones en Lima- en la Alianza Cristiana y Misionera, Iglesia Bautista Independiente, Iglesia Metodista, Iglesia Evangélica Peruana (5 iglesias), y Asambleas de Dios, comprobamos que el programa de Capurro es muy popular. Son muchos los miembros que semanalmente son enseñados por el distinguido líder de la teología de la prosperidad. 133 En el trabajo de campo que realicé, comprobé que diversos miembros de otras denominaciones (Alianza Cristiana y Misionera, Iglesia Evangélica Peruana, Asambleas de Dios, etc.) van a escuchar a Capurro para “edificarse espiritualmente”, pues en sus iglesias “siempre se predica lo mismo y no se escucha nada nuevo”. Sorprendentemente entre esos visitantes se encontraban ¡hasta líderes locales (ancianos y diáconos)! 53 Capurro para presentarse ante el público en general como un pastor evangélico, sobrio, “racional” -a diferencia de los neopentecostales de los sectores populares como Dios es Amor-, convencido de que su mensaje cristiano puede ayudar a salir de sus problemas a la gente que lo acepta como Señor y Salvador. Lo estratégico consiste en que el programa de televisión (que dura 30 minutos) está estructurado de tal manera que el televidente pueda ver sólo lo que el productor quiere que vea. El programa (“Ríos de Agua Viva”) siempre comienza con una breve presentación (3 minutos) de la CCAV, luego ofrece extractos de un sermón (20 minutos), y finaliza (7 minutos) con un llamado a la conversión. El sermón siempre será ameno, en un lenguaje moderno y dialogante, con contenidos que tienen la intención de que el televidente sepa qué tipo de vida le agrada a Dios. Por cierto, no aparecerán en la televisión los chistes de mal gusto de Capurro (generalmente racistas y clasistas),134 los énfasis en la prosperidad material, las exhortaciones a dar “buenas” ofrendas, ni tampoco las danzas ni la glosolalia colectiva.135 - Cultos dominicales136 El culto tiene tres grandes secciones. Dura exactamente dos horas, y Capurro jamás repite un sermón. Es decir, cada domingo predica cinco sermones distintos. El culto tiene tres partes bien marcadas: Adoración (30 minutos); sermón (50 minutos) más la sanidad, el bautismo con el Espíritu Santo -según sea el caso-, el llamado a la conversión (20 minutos); y finalmente la alabanza para terminar el culto (20 minutos). Como nos damos cuenta, el sermón ocupa un lugar privilegiado en tiempo y se utiliza para adoctrinar a los participantes. A diferencia de las otras iglesias neopentecostales de Lima, el sermón cumple una función tanto “racional” como “emotiva”.137 Capurro siempre apela al intelecto, a pensar, a meditar bien en 134 Son comunes sus chistes burlándose de la gente que vive en el campo (los provincianos) y de la gente que huele mal (generalmente los pobres). Ver: Sermón del 11 de enero de 1998 (7:00 p.m.). No sorprende por lo mismo que en la Obra teatral (1997) “Ídolos de barro”, a cargo del grupo El Shadday de su agrupación, en una escena se burlen de los que apellidan “Huamán” (apellido indígena quechua), cosa que el auditorio celebró a carcajadas (Vídeo “Idolos de barro”, 1997). Sobre la discriminación entre serrano y costeño, indio y criollo, entre lo rural y lo urbano, y sus repercusiones en la conformación de la sociedad peruana Ver: Matos 1986, 26 b. 135 Esto jamás verá el televidente, por tanto la imagen de Capurro y de la CCAV será una distorsión o una falsificación. 136 Para mayor información acerca de los cultos, remitimos al Apéndice No 5. 137 Es interesante observar el programa mensual: Capurro predica en todos los cultos todos los domingos. Eso da en total por lo menos 20 sermones. Cuando no se encuentra por alguna razón en Lima, sólo le pueden reemplazar en la prédica los pastores J. Lozano o A. Linares. Alguna vez lo reemplazó el Pr. Humberto Lay quien es el líder indiscutible de la guerra espiritual en el Perú. Curiosamente su esposa -que es la “Pastora”- nunca lo ha reemplazado. Pareciera que sólo le está permitido dirigir los 54 las decisiones que se toman. Todo eso es dicho en un tono apacible, a veces exhortativo, siempre matizado con chistes y en diálogo con el auditorio. Casi nunca se escuchará gritar a Capurro. Su amplia sonrisa y sus chistes parece que son lo suficientemente convincentes. Tampoco se escuchará llamados a batallar espiritualmente contra el diablo o a confesar prosperidad. Parece que esto no conviene que escuchen las visitas. 2.2. Clases de discipulado138 Estas clases están dirigidas a los nuevos convertidos y a aquellos de otras denominaciones que quieren hacerse miembros de la CCAV. En estas clases - que funcionan como sociedades secretas por el nivel de hermetismo y control- 139 sí se encuentran tanto la guerra espiritual, la teología de la prosperidad, así como la confesión creativa (positiva), entre otras enseñanzas más. Los materiales de estudio se titulan “Fundamentos de la fe cristiana”, que son tres cuadernos (cada uno dirigido a un nivel distinto de capacitación) y han sido escritos por “Juan y Alicia Capurro”. Por ejemplo, el manual “Fundamentos de la fe cristiana, Vol. II” dice en la Introducción: (...) serás instruido en cómo vivir en la vida abundante que Jesucristo ya ganó para tí en la cruz. Esta vida abundante consiste en salud, prosperidad, victoria sobre las acechanzas del diablo, entre otras. (Capurro s/f, 3). Es decir, desde un inicio se ponen de manifiesto los énfasis de salud, prosperidad y victoria. ¿Cómo se abordan estos énfasis? A partir de siete temas: Venciendo al Pecado, Pacto de sangre, Los acontecimientos futuros, Mayordomía cristiana, Sanidad Divina, Batalla espiritual, y Liberación. Aunque aparentemente no existe una relación lógica entre los temas, sí lo hay como veremos más adelante.140 cultos y al equipo de adoración, cosa que hace con mucha frecuencia. Fuente: diversos ujieres. 138 En este punto nos basamos en los testimonios de: José Jordan (miembro de la CCAV) y de la secretaria de la CCAV, Magaly Uribe. Además utilizamos tanto el manual de discipulado Fundamentos de la fe cristiana, II (escrito por Juan y Alicia Capurro). No fue posible conseguir los Fundamentos I y III. El Vol. II lo conseguimos de una forma inusual. Además, en la visión de la CCAV el “piratear” (fotocopiar sin el permiso del autor) es un grave pecado que lleva al infierno. 139 Decimos esto porque existe un control realmente impresionante. Por ejemplo, nadie puede participar en dichas clases -ni siquiera como visita- a menos que esté inscrito, lo cual supone un trámite burocrático. Tampoco nadie puede comprar los manuales de estudio ni el libro “Las cinco dimensiones de la Prosperidad” a menos que tenga el permiso correspondiente del Pastor Capurro. Esto explica por qué nosotros utilizamos fotocopias en esta investigación. 140 Se desarrolla en 3.3. de este mismo capítulo. 55 2.3. Libro “Las cinco dimensiones de la prosperidad” Este libro escrito por el Pastor Juan Capurro fue publicado originalmente en 1994 por la CCAV, y actualmente existe una segunda edición (de 1997) por Editorial Vida de Miami. Este libro es una sistematización bastante articulada de la teología de la prosperidad, y está fundamentalmente dirigida a los miembros de la CCAV que la utilizan ocasionalmente en sus clases de discipulado.141 Desde el inicio Capurro manifiesta su propósito: “(...) quiero que comprendas mi punto de vista acerca de lo que entiendo como prosperidad, de acuerdo a lo que enseña la Biblia”. (Capurro 1994, Prefacio primera página). Además del Prefacio y la Reflexión final, el libro consta de cinco partes, y que se refieren a las cinco dimensiones de la prosperidad, según su percepción. Estas son: La prosperidad espiritual, la prosperidad del cuerpo, la prosperidad del alma, la prosperidad material o económica, y la prosperidad creativa. Cada una de ellas es un capítulo del libro, aunque al interior de cada una existen otros capítulos más. Aunque el libro trata acerca de la prosperidad, sin embargo es útil mencionar que existen capítulos dedicados tanto a la guerra espiritual como a la confesión creativa, y que en nuestro criterio son parte fundamental del pensamiento teológico de Capurro quien ve en éstos formas de lograr la prosperidad. Es decir, la guerra espiritual y la confesión creativa no tienen existencia por sí mismas, sino que están subordinadas y al servicio de la prosperidad. También es importante subrayar que Capurro en su libro relee diversos temas bíblicos o doctrinas, como la trinidad, el pacto, la ética, etc. Para que Capurro no sea confundido con un grosero “materialista”, se encarga de explicar que la prosperidad tiene que ser “integral”. Dice: (...) la prosperidad del hombre debe ser integral; en otras palabras, uno no es próspero si es que sólo es rico en dinero, pero está muy enfermo. Ni tampoco es próspero si uno está sano y rico, pero es infeliz. Igualmente, aun cuando seamos ricos, sanos y aparentemente felices, no seremos prósperos si no somos salvos (Capurro 1994, 15). Más adelante (en el capítulo 8: “Vendar a los quebrantados de corazón”) reafirmará lo mismo: “Es natural que pensemos que un Dios que nos ama desee nuestra felicidad; y es lógico también pensar que la felicidad sólo se encuentra en forma integral” (Capurro 1994, 141). Esta prosperidad integral, a la que los cristianos están llamados, revela profundamente la voluntad de Dios para con su pueblo, como una exigencia de verificación del pacto. Así, 141 Esto se debe a que los Fundamentos traducen pedagógicamente las enseñanzas de ese libro. Fuente: José Jordan. 56 (...) para confirmar la alianza o el pacto eterno que tenemos con Dios por medio de Jesucristo, el Señor nos prospera. Sería absurdo pensar que esto lo hacía Dios sólo con aquellos bajo el Antiguo Pacto o Testamento, pero que ahora ya no puede hacerlo. El Nuevo Pacto sellado con la sangre de Jesús, está basado en mejores promesas aún (Capurro 1994, 210). Es interesante observar que aunque Capurro habla de prosperidad “integral”, sus ejemplos personales fundamentalmente son de prosperidad material. Veamos: Mi esposa y yo hemos visto siempre la mano de Dios prosperándonos y devolviéndonos el ciento por uno. Habían ocasiones en que parecía que Dios no podría devolver de acuerdo a su promesa tanto como a nosotros dábamos; pero de pronto pasaba el tiempo y éramos bendecido en dinero o en especie (Capurro 1994, 239).142 2.4. Entrevistas143 Nuestros principales informantes son José Jordan, miembro de la CCAV durante los últimos cinco años, y el Pastor Juan Capurro. Según el testimonio de Jordan en la CCAV se enseñan en las clases de discipulado la guerra espiritual, la teología de la prosperidad, la confesión creativa, y la ley de la siembra y la cosecha. Que enseñan guerra espiritual es cierto. Pero, si eso está en la Biblia ¿o no? Los tutores siempre hablan de confesión, que hay que hablar positivo, que hay que hablar conforme a la Palabra de Dios para obtener lo que decimos. A mí me parece que esa enseñanza es bíblica. (...) Los tutores siempre nos dicen que debemos vestirnos bien, tener buenos trabajos, porque todo eso es un testimonio de que somos hijos de Dios, de que somos hijos del Rey. También enfatizan bastante que hay que diezmar y ofrendar para alcanzar bendición (Apéndice No 4). Por su parte, el Pastor Capurro responde a la pregunta “¿Dios es Dios en tanto nos dé lo que le pedimos?” en los siguientes términos: 142 Inmediatamente Capurro cuenta cómo Dios lo llevó de paseo por Argentina (pp. 240-242), cómo fundó su propia empresa (pp. 242-246), cómo consiguió una gran casa (pp. 246-247), y cómo viajó por negocios a Venezuela (pp. 248-254). Luego de contar sus experiencias, hace su acostumbrada “lectura teológica” de prosperidad divina. 143 Nos basamos en los Apéndices No 3 y 4. 57 Sí, eso quise decir. Ah, pero cuidado, no nos dá todo lo que le pedimos, hay muchos requisitos que cumplir. Hay que ser fieles al pacto, hay que tener mucha fe, hay que saber pedir en oración. Dios es por eso comparado con un padre, ¿qué padre no dá lo mejor a sus hijos? (Apéndice No 3). 2.5. Esquema de los temas aparecidos en las fuentes El análisis nos lleva a afirmar que son varios los temas que aparecen en las diversas fuentes, así como también son varios los métodos para lograr lo deseado. Los temas se pueden resumir en tres: la vida agradable a Dios (o ética cristiana), la prosperidad integral y el llamado a la conversión. Estos tres temas están entrelazados unos a otros de tal manera que no se los puede separar. Veamos cómo se presentan los temas y cómo se logran resultados: En la vida agradable: La victoria (sobre el diablo) -que se manifiesta en el buen testimonio o ética cristiana “impecable”- se alcanza por medio de la guerra espiritual y la confesión creativa. En la prosperidad integral: La sanidad física y la prosperidad económica (dinero o especies) se alcanza en base a la fidelidad al pacto y por practicar la ley de la siembra y la cosecha así como la confesión creativa. En el llamado a la conversión: La decisión por Cristo se alcanza por la fe en el Señor. La conversión trae además como consecuencia la prosperidad. Dicho de manera sucinta, si se tiene una vida agradable entonces está garantizada la prosperidad, y todo tiene su origen en la conversión. Sobre este particular ampliaremos en el siguiente punto. 3. Comparación y desarrollo de los diversos temas en las fuentes analizadas 3.1. Vida agradable a Dios (ética cristiana) - Sermones en televisión y cultos Observamos que de seis sermones en televisión144, en cuatro Capurro hace llamados a vivir una vida agradable a Dios, es decir a tener una ética cristiana. ¿Qué es lo que condena Dios según Capurro? La lista es concreta: homosexualismo, lesbianismo, consumir marihuana, consumir pornografía, frecuentar prostitutas, borracheras, mentiras, lisuras, evadir impuestos, robar 144 Los títulos son los siguientes: No 1: “Vivir en el Espíritu”, No 2: “¿Cómo la fe es algo tan especial para Dios?”, No 3: “La oración”, No 4: “Iglesia, novia de Cristo”, No 5: “La resurrección”, y No 6: “El alma carnal”. Todos ellos predicados en 1997 y contenidos en “Mensajes de Juan Capurro”: Videos No 1 y 2. 58 comida en el mercado, y fumar cigarros. Esta “lista de pecados” lo repetirá constantemente en sus sermones. La “preocupación” de Capurro por la vida que llevan sus feligreses no conoce límites. Si éstos viven en pecado, es decir tienen una vida desagradable ante Dios, mejor es que ”no vayan a la iglesia”. Capurro les dice desde el púlpito: “Si estás en fornicación yo prefiero que no vengas a la iglesia” o “si me entero que eres lisuriento voy a decir a los ujieres que no te dejen entrar”.145 En lo que respecta a los cultos que estuvimos presentes hubo poco o casi nada de ejemplos de la vida que agrada a Dios. En todo caso, Capurro cuando comentó el texto de Cantares capítulo 8 enfatizó que los cristianos deben sentir amor por su Señor, “así como Dios ama a su Iglesia”.146 - Libro “Las cinco dimensiones de la prosperidad” 147 ¿Qué consecuencias éticas tiene para los cristianos la propuesta de prosperidad de Capurro? El análisis bíblico que hace le lleva a afirmar que si bien Dios ha hecho un pacto con los hombres (que incluye prosperidad), éste tiene una serie de responsabilidades. Dice así: El que ama a Dios y vive en santidad en una estrecha comunión con el Espíritu Santo, está en las mejores condiciones para descubrir tesoros, petróleo, minerales valiosos, emprender negocios, crear industrias, comercio, etc. y prosperar en cualquier actividad (Capurro 1994, 11).148 Si uno es cristiano será prosperado rápidamente por Dios, porque para comenzar ya uno no gastará en cosas que antes gastaba tontamente: alcohol, drogas, algunas distracciones, cigarrillos, mujeres y cosas semejantes a estas. Además, Dios le prosperará sobrenaturalmente si vive la vida cristiana; si diezma, ofrenda, da a los pobres, etc. (Capurro 1994, 171). (...) todo cristiano debe trabajar en dos empresas por lo menos. En su trabajo secular y en los negocios de su Padre celestial (Capurro 1994, 304). ¿Qué ética se deduce de lo anterior? En Capurro la ética cristiana tiene dos elementos complementarios: el amor a Dios y el amor al trabajo. El amor a Dios implica “sembrar”, dejar vicios, diezmar, ofrendar, dar a los pobres, ser generosos, etc. Esto es lo que llamamos “Vida agradable a Dios”. Por otro lado, el amor al trabajo implica esforzarse, crear negocios, buscar tesoros, es decir 145 Ver: Tema No 3: “La Oración”. 146 Sermón del 4 de enero. 147 Por carecer de los Fundamentos I y III no podemos mencionar en este punto las clases de discipulado. 148 El énfasis es nuestro. 59 supone el esfuerzo humano por prosperar materialmente. Esta ética “social” tiene como ejemplo en el libro a él mismo (Capurro). El es “sembrador”, “confesante”, “diezmador”, “generoso”, etc., y por tanto es bendecido constantemente por Dios, de tal manera que “el dinero no lo posee a él sino él al dinero” (Capurro 1994, 254). Por eso el cristiano debe cuidarse de no pecar, pues, (...) el pecado abre las puertas a la actividad demoníaca y espíritus de homosexualidad, de vicio, de alcohol, de drogas, de lujuria, de rechazo, de odio, de envidia, de celos y otros (...) Muchas veces los cristianos tendremos que lidiar con estos poderes para hacer libres a los pecadores, o a los nuevos cristianos que traen todas estas cadenas como una carga de su vida pasada (Capurro 1994, 155). Finalmente, el no pecar implica que el cristiano se abstenga de participar con otros que sí aceptan el pecado. Ejemplo de esto nuevamente es Capurro: También es verdad que tuve que pasar por diversas pruebas. En una oportunidad tuve que renunciar a la empresa, debido a que los directivos del holding al que pertenecía nuestra compañía le estaban ocasionando un problema al gerente. Ellos querían que nuestra empresa les hiciera una falsa facturación con el propósito de reducir las utilidades de la empresa madre. Cuando mi jefe se aprestaba a hacerlo, le manifesté mi decisión de dejar la empresa. Entonces él creyó que alguien me había ofrecido un trabajo mejor. Pero no era así, simplemente lo que sucedía era que yo no podía trabajar con alguien que accediera a hacer cosas deshonestas y por eso me retiraba (Capurro 1994, 238).149 - Entrevistas En el testimonio de José Jordan encontramos un intento de ser consecuente con las enseñanzas de las clases de discipulado como con los mensajes de Capurro. Dice así: No soy una persona rica, ni siquiera tengo plata. Claro, mi negocio va más o menos y es una gran ayuda porque en el Hospital no gano mucho que digamos. Yo siempre oro al Señor que bendiga a mi familia (esposa y dos niños). Como te darás cuenta yo vendo las cosas en su justo precio y no engaño a nadie, porque eso sería pecado. Atiendo bien a la gente y me esmero en todo. Yo creo que el Señor en su momento me bendecirá. El sabe cuando (Apéndice No 4).150 149 El énfasis es nuestro. 150 El énfasis es nuestro. 60 Está visto que en este testimonio Jordan demuestra que quiere agradar a Dios. Por eso practica la justicia en su negocio. Además, si no es rico es porque Dios tiene su tiempo para bendecir. * Comparación Inmediatamente se nota que el concepto de vida agradable en Capurro adquiere diversos énfasis. Así, mientras en los sermones fundamentalmente condena una serie de faltas y en menor grado hace el llamado a amar a Dios; en el libro existe una continuidad de pensamiento, pues el que ama a Dios y vive en santidad prosperará. Esto tiene implicancias éticas inmediatas: no gastar en vicios o pecados, diezmar y ofrendar, y dar a los pobres. Esto es vivir “la vida cristiana” agradable a Dios. Los miembros de la CCAV, en consecuencia intentan ser justos, no engañan, se esfuerzan en el trabajo, pues en esa lógica Dios los bendecirá “a su tiempo”, como Jordan explica. En el caso que engañen o roben a sus clientes, eso traería una seria consecuencia: la actividad demoníaca (espíritus o poderes diabólicos) con los que el cristiano tendría que lidiar toda la vida. Interesa resaltar el concepto de santidad en Capurro, ya que parecería condensar lo que es la vida agradable. Suena muy “bíblico” o “espiritual” decir que quien vive en santidad está en estrecha comunión con el Espíritu Santo, pero que el que vive en santidad siempre prospera o se hace rico no necesariamente. Para Capurro, pues, el Espíritu Santo tiene la misión de ayudar en tres áreas a los cristianos: a descubrir tesoros, a emprender negocios y a crear industrias. Llama poderosamente la atención, también, que tanto en los sermones como en el libro Capurro fustiga a los viciosos y pecadores. Así, los pecados se limitan a “faltas contra la moral” (promiscuidad, consumo de drogas, desviaciones sexuales y groserías) como a las “faltas contra el patrimonio o la ley” (robar y evadir impuestos). Aún en este último caso, la crítica va contra los que roban comida en el mercado (que podrían ser pobres quienes hacen esto) y los que evaden impuestos -que aunque no es lo suficientemente claro- podría también referirse a los pobres y no específicamente a los grandes negociantes.151 No existen palabras de condena a los que roban desde el poder, ni a los grandes evasores de impuestos que son generalmente los grandes comerciantes, tal vez porque posiblemente algunos de ellos se congregan en Agua Viva. Esto último explicaría la ambigüedad de Capurro 151 Existía una ley en el Perú desde 1993 hasta 1996 que obligaba a todos los trabajadores (aun independientes) a pagar un impuesto por el salario que cobraban mensualmente. Este impuesto -el famoso RUC- era una “contribución” del 10% del total recibido al Estado como parte de una reorganización de la tributación. Es decir, todo peruano estaba obligado a dar ese tipo de diezmo “secular”. Quien no tenía RUC en el Perú sencillamente no podía cobrar a fin de mes. Decía un slogan del gobierno de Fujimori: “sé justo, paga tus impuestos”. 61 cuando habla de los impuestos. Para ejemplificar la relación entre vida agradable y prosperidad, nos remitimos, finalmente, a otra cita: Un día vinieron a mi oficina un par de empresarios y me manifestaron su preocupación porque no entendían el por qué sus ventas se habían casi paralizado. Yo les hice las preguntas de rigor: - ¿Diezman? - Sí, respondieron - ¿Ofrendan? - Sí, continuamente. Y comprobé que sus matrimonios también estaban bien y que todo lo que hacían estaba de acuerdo a las leyes de la prosperidad de Dios. Entonces oramos y Dios me dio la respuesta. - ¡Ya sé! -les dije- Es que Dios ha preparado una bendición muy grande para ustedes en su negocio y el enemigo trata de que cierren. Esperen con paciencia, porque sé que el diablo no podrá retener la bendición del mes entrante. Ellos salieron felices y confiados de mi oficina planeando cómo enfrentarían el próximo mes con tantos pedidos. Habían quitado sus ojos de sus temores y los habían puesto en la fidelidad de Dios. Es maravilloso ver lo que la fe puede hacer en el hombre. Ellos esperaron confiadamente, y cuando llegó el tiempo señalado, me dijeron que nunca habían vendido tanto y que el negocio estaba prosperando de manera extraordinaria. ¡Dios es fiel! (Capurro 1994, 179-180).152 3.2. Prosperidad integral La propuesta de “prosperidad integral” de por sí es interesante, pues permitiría ubicar a Capurro en una línea distinta que otros predicadores de la teología de la prosperidad. Llama la atención, sin embargo, que aunque Capurro enfatiza la prosperidad integral generalmente privilegia en sus ejemplos la prosperidad “material”. - Sermones en televisión y cultos En los sermones de la televisión Capurro presenta a un Dios que bendice solamente a aquellos “a quienes el dinero no les importa”, es decir, solamente si el “sembrador” tiene una disposición “espiritual” respecto al dinero.153 Además, para él la prosperidad se obtiene si se “ofrenda” (ley de siembra y cosecha). En el mismo sermón Capurro enseña también que “la imagen de Cristo en nosotros se evidencia en que Dios nos bendecirá, prosperará, sanará y dará paz”,154 por eso Dios quiere que “sembremos y cosechemos”. 152 El énfasis es nuestro. 153 Sermón No 2 (“¿Cómo la fe es algo tan especial para Dios?”) del Vídeo 1997. 154 Sermón No 2. 62 En los cultos sus sermones rara vez se titulan “Dios te quiere prosperar” o “La bendición de Dios”. Observamos, también, que nunca hay una secuencia temática en los sermones. Tal vez el tema se lo dicta la coyuntura congregacional o su inspiración personal. Sus sermones tampoco hacen uso de las mínimas reglas exegéticas. Hay mucha alegoría o simbolismos, aunque a veces intente demostrar que conoce el contexto social de determinada época bíblica155 y el idioma hebreo.156 Sin embargo, los ejemplos que utiliza casi siempre tienen que ver con dinero, la prosperidad o el lujo material. ¿De qué prosperidad habla Capurro cada domingo a sus oyentes?157 De la prosperidad material que es producida por un “Dios milagrero”: Dios es un Dios de milagros (aplausos). Los milagros lo vamos a ver pronto. En este mes (enero) se va a poner aire acondicionado en este local. Otro milagro que veremos: los arquitectos van a rediseñar el local que va a parecer otro. Otro milagro: este año (1998) se va a construir otro local (en el bloque de Prolongación Arenales), y se va a poner micro-ondas a los anexos en Lima para que todos participen de nuestra predicación.158 Uno se puede preguntar qué tiene que ver este ejemplo del Dios-milagrero con el texto de Cantares 8 leído a inicios del sermón, o puede cuestionar los ejemplos tan materialistas y suntuosos de lo que es un milagro, pero eso es irrelevante para Capurro. Los ejemplos ya cumplieron su función: ahora la gente ya sabe en qué consisten los milagros (naturaleza del milagro), y en dónde los hace Dios. Como es común, en la parte inicial del culto, justo antes del sermón, Capurro lo utiliza para dar algunos anuncios y para pedir las ofrendas (que a veces ocupan hasta cinco minutos): Dice la Biblia: Dad y se os dará. No lo olvide, Dios es proveedor, él da de acuerdo a la generosidad.159 Hay que oler bien y oler a santidad. Por eso vamos a dar desodorantes porque hay que ganar el Perú para Cristo. (...) Se va a cambiar el escenario, el piso, las sillas, las alfombras. Este local va a ser elegante. Si tu casa no es elegante, no importa, esta casa será elegante. (...) Hay algunos que no dan ofrenda o dan poco y luego reclaman bendición de Dios. Sé generoso con Dios. Estoy orando para que sean generosos con Dios en la ofrenda. El que no da ofrenda en la canasta, aunque sea simule que está dando.160 155 Sermón del 4 de enero 1998 (4.30 p.m.), texto: Cantares cap. 8: “El amor que no se apaga”. 156 Sermón No 1 (“Vivir en el Espíritu”) del Vídeo 1997. 157 Ver: Cultos del 4 y 11 de enero de 1998. 158 Sermón del 4 de enero de 1998 (4.30 p.m.) 159 Anuncios en el culto del 4 de enero. 160 Anuncios del 11 de enero de 1998 (7.00 p.m.). El énfasis es nuestro. 63 De por sí sorprende que Capurro crea que hay que oler a desodorante para evangelizar, aunque más llama la atención acerca de la relación que encuentra entre el “dar” y el “reclamar bendición” (el típico lenguaje de la confesión positiva). Sólo los que “dan” tendrán “bendición” (ley de siembra y cosecha), por eso Capurro se preocupa por aquellos que dan poco. El como Pastor, por supuesto, quiere que sus ovejas sean muy bendecidas materialmente. Por otro lado, el llamado a “simular” que se ofrende puede entenderse figuradamente como una exhortación a dar (pues nadie realmente va a simular), o en todo caso puede ser un llamado literal para que nadie se contagie en no-dar. ¿Qué ejemplos utiliza Capurro en sus mensajes? ¿Haz visto un cristiano triste, deprimido? Para evangelizar hay que estar alegre, y si no lo estás, simula entonces, ¿sino cómo vas a evangelizar? Hay que estar alegres como si nos hubiésemos sacado la tinka,161 pero en realidad es porque tenemos a Cristo en el corazón.162 - Clases de discipulado Como dijimos anteriormente, Fundamentos II está dividido en siete unidades o temas. Ahora sí Capurro explica la prosperidad integral pero partiendo del tema del pecado. Así, en la primera unidad (“Venciendo al pecado”) se discute acerca de la naturaleza tripartita del ser humano (cuerpo, alma y espíritu) y cómo el pecado afectó a cada una de ellas. Dios por eso, exige de sus hijos una vida de santidad. Esta se logra en la medida que se vence en la lucha contra el diablo, la carne y el mundo. Dice Capurro: “Concluimos que al diablo debemos resistir con la oración y la Palabra de Dios” (Capurro s/f, 10). En “Pacto de sangre” Capurro fundamenta cómo “el Dios hacedor de milagros” hizo una alianza favorable hacia el hombre en la historia. Los pactos de Dios fueron hechos con Noé, con Abraham, con David, y el último fue un nuevo pacto de sangre (en Jesucristo). Este pacto perfecto permite un acercamiento directo del cristiano con Dios, a su vez que “compromete” a Dios a cumplir sus promesas. En “Los acontecimientos futuros” trata acerca de la segunda venida de Cristo, la resurrección de los muertos y el juicio.163 En “Mayordomía cristiana” Capurro argumenta que las posesiones materiales pertenecen a Dios. Además es Dios quien “confirmará su pacto” haciendo prosperar hoy a sus hijos como lo hizo con Abraham, Isaac, Jacob y José. Dios libera o redime a sus hijos de la 161 La “tinka” es una lotería nacional. 162 Ejemplo en el sermón del 11 de enero. 163 Esta tercera lección parecería que no tiene relación lógica con las dos anteriores ni con la siguiente (Mayordomia), pues si bien la primera explica la realidad de las personas, la segunda nos lleva a los beneficios del pacto de Dios, y que se concretiza en las posesiones materiales (Mayordomía). 64 maldición del pecado (pobreza, enfermedad y muerte).164 Siguiendo esa lógica, “El Señor Jesús no era pobre, nació en un pesebre para librarnos de la maldición”165. Finaliza subrayando que mientras el 10% de nuestros ingresos económicos le pertenecen a Dios (diezmo), el restante 90% es nuestro, de donde debemos regalarle a Dios (ofrenda). Así, deben los cristianos usar sabiamente su dinero “sembrando” para luego esperar la “cosecha”.166 En “Sanidad divina” argumenta Capurro que Dios creó al hombre para que viviera sano y fuerte. Dios no creó la enfermedad. Esta existe, en todo caso, por la naturaleza degenerada por el pecado, la tendencia al pecado o a la actividad del diablo. La voluntad de Dios es sanar a todos.167 ¿Qué se debe hacer en caso de enfermedad?. Hay que seguir los siguientes pasos: 1. Defender nuestro pacto con Dios; 2. Pedir sanidad y hablar lo que dice la Biblia (jamás pedir paciencia a Dios y fortaleza); 3. Pedir que otros oren por nosotros; 4. Declararnos sanos y luchar contra los síntomas; 5. Una vez sano, glorificar a Dios dando testimonio de su poder (Capurro s/f, 49). Como notamos, Capurro sigue exactamente el método de la confesión positiva para lograr sanidad. En la “Batalla espiritual” Capurro sienta las bases “bíblicas” y “experienciales” de la guerra espiritual. No intenta demostrar que según la Biblia existe una “batalla espiritual”, sencillamente la asume para mostrar cómo pelear en ella y con qué armas (basado en Efe. 6:11-18). Cuando se refiere a la “Palabra de Dios” utiliza la metáfora paulina de la espada con la que, según Capurro, “puedes defenderte, pero también atacar al diablo” (Capurro s/f, 54)168. Luego dice: Recuerda que tienes un pacto de sangre con Dios, por tal razón El es tu aliado, o diremos más apropiadamente, tú eres su aliado, y la verdad es que nunca te dejará solo en la lucha. En el Nombre de Jesús podrás echar fuera demonios de enfermedad, de muerte, espíritus devoradores o ladrones, etc. (Capurro s/f, 55). 169 Finaliza esta lección Capurro contando una experiencia de sanidad en su hija, y que fue sanada por Dios como fruto de la batalla espiritual. El y su esposa, 164 Capurro usa el título de un libro de Kenneth Hagin (Redimido de la pobreza, enfermedad y muerte espiritual) y usa sus mismos argumentos en lo que respecta a las implicancias materiales de la liberación de la ley (Gál 3:13) (Hagin 1989). 165 En ese sentido la opción de Jesús (el nacer en un pesebre) fue “vicaria”. Su sencillez de vida (no pobreza) fue para librarnos de la maldición de la pobreza. Como dice “El recibió la maldición para que tú y yo seamos libres” (Capurro s/f, 41). 166 Capurro literalmente habla de “sembrar dinero” y utiliza los textos (fuera de su contexto) siguientes: Gál 6:7-8; Luc 6:38 y Prov 19:17 (p. 43). 167 Nuevamente Capurro argumenta como Hagin, basado en Gál 3:13. 168 No existe en Capurro sólo la resistencia al diablo. La batalla espiritual no se limita a “defenderse” sino, sobre todo, a “atacar” y “vencer”. 169 Esta cita (que incluye prácticas de liberación) ubica a Capurro como un típico guerrero espiritual. 65 sigue narrando, por orden del Señor tuvieron que “echar a un espíritu de muerte”. Al final, alcanzaron la victoria. En “Liberación”, la última lección, Capurro explica cómo se puede liberar una persona de las influencias y ataduras satánicas. Después de explicar cómo se abren las puertas a la actividad demoníaca170 (errores religiosos, ocultismo, pecado, herencia y experiencias traumáticas), explica cómo ser libres. La liberación del cristiano está fundada en la obra de Cristo, pues él vino a dar libertad y vida en abundancia.171 Como vemos, la prosperidad que propone Capurro integra diversas dimensiones de la vida humana: el cuerpo, el alma y el espíritu. - Libro “Las cinco dimensiones de la prosperidad” ¿Qué entiende Capurro por “prosperidad”? La respuesta a esta pregunta hay que encontrarla más en su experiencia que en la Biblia. Nos parece que él usa la Biblia para justificar su estilo de vida. La prosperidad que conoció Capurro se describe en estos términos: A los doce años perdí a mi padre (...) Mi padre tenía un yate de recreo con camarotes y durante el verano salíamos todos los fines de semana a navegar, y anclamos nuestro yate cerca de Lima, en Ancón o Pucusana. ¡Me divertía tanto de niño con mis padres y mis hermanos en estos pequeños viajes de fin de semana! (...) Mi padre fue siempre un hombre muy deportista. Era miembro del equipo de remo del Club Regatas Lima y también integrante del equipo de baloncesto, fue corredor de autos, y por último nada menos que corredor de aviones; en una época en que los prototipos se los hacía o modificaba uno mismo para competir. Al ser mi padre además dueño de un stud de caballos de carrera, esto permitió que de pequeños, mis hermanos y yo fuéramos a ver a los caballos cuando mi padre debía hablar con los prepraradores en el Hipódromo de San Felipe. En fin, cosas fascinantes para un niño. No sólo estaba orgulloso de mi padre, sino que lo recuerdo como un hombre bueno, sensible, preocupado por los trabajadores a su cargo, Presidente del 170 Estas explicaciones están tomadas en un 90% de diversos “manuales de liberación” que circulan en varias iglesias neopentecostales (Alianza Cristiana y Misionera, Emmanuel y otros), todas ellas basadas en el difundido libro de la misionera y profesora Margarita Dietrich (Dietrich 1993) y “Cuestionario para aquellos que buscan sinceramente su liberación” (Cuestionario 1995). 171 Capurro se basa en Lucas 4:18 y Juan 10:10. ¡Exactamente los mismos textos favoritos de los teólogos de la liberación!. Para una exégesis de Juan 10:10, y que corrige dos interpretaciones difundidas, aquella que la limita a la “vida espiritual” y la otra que es excesivamente materialista (el disfrute de la abundancia de los bienes materiales), ver: Padilla 1994. 66 Club de Leones de Miraflores, en la ciudad de Lima (Capurro 1994, 31-32). Más adelante contará acerca de su trabajo en desarrollo de programas computarizados (Capurro 1994, 82-89), su relación con empresarios (Capurro 1994, 179-180), su práctica del diezmo y cómo Dios lo prosperaba más de lo que él esperaba (Capurro 1994, 216-222), su práctica de la ley de la siembra y la cosecha y cómo Dios lo llevó a pasear al extranjero, cómo fundó su empresa, cómo consiguió una gran casa, y cómo viajó sin visa por negocios a Venezuela (Capurro 1994, 236-254). Las referencias anteriores nos sirven de marco para interpretar el concepto de “prosperidad” en Capurro. Desde el inicio del libro está anunciado: “(...) la voluntad de Dios es que seamos prosperados” (Capurro 1994, 1), y consiste, por cierto, en la prosperidad material cuyo ejemplo son Abraham, Isaac y Jacob (Capurro 1994, 3). En el primer capítulo (“La prosperidad que viene de Dios”) Capurro articula todo su pensamiento, aunque luego irá añadiendo otros criterios, pero todos sobre la base de este capítulo. El orden “lógico” de Capurro se puede resumir en lo siguiente: Dios ha hecho un pacto con los hombres (Capurro 1994, 3), el que se evidencia en la prosperidad o riqueza material. Esto no debiera parecer que Dios se distrae de sus propósitos para con la humanidad, pues Dios no quiere llevar solamente las almas al cielo sino quiere otorgarles riquezas en la tierra (Capurro 1994, 10). Ahora bien, esto explica por qué los cristianos cuando viven en santidad tienen la enorme capacidad de descubrir tesoros o emprender negocios que los llevará a la prosperidad (Capurro 1994, 11). La santidad obliga al cristiano a practicar la ley de la siembra y la cosecha, que es el principio espiritual para alcanzar prosperidad (Capurro 1994, 14). En el segundo capítulo (“Bajo la bendición o la maldición”) Capurro explica la trinidad de Dios, pero para luego sostener en base a ello “la trinidad del hombre”.172 Sin embargo, lo que le ocurre al hombre corporalmente (en la historia) es consecuencia de “lo espiritual”. Así que como todo lo que sucede en esta vida material es un efecto secundario de lo que ocurre en la vida espiritual, debemos prestar mucha atención a lo que acontece en la dimensión del espíritu y sus leyes (Capurro 1994, 29). Con esto Capurro subordina la dimensión histórica a las leyes espirituales, que lo explica en términos de “bendición” o “maldición” material (utilizando Deuteronomio 28). En el tercer capítulo (“La pobreza y la maldición espiritual”) Capurro sigue subordinando lo terrenal a lo espiritual: 172 Como dice: “Si Dios es trino, no es extraño que el hombre también sea trino” (p. 26). 67 El peso de la maldición nos impide prosperar honradamente y disfrutar de esa prosperidad. Para poder ser prosperado, el hombre deberá levantar la condena que recae sobre él; porque si toda la creación, los seres angelicales, los hombres y aun la naturaleza lucha contra él, ¿cómo podrá prosperar? Debemos, pues, en primer lugar, luchar contra las causas espirituales de la pobreza y luego podremos enfrentar las demás (Capurro 1994, 41).173 En el cuarto capítulo (“La prosperidad del espíritu”) Capurro explica que existen en el universo dos fuentes de poder: Dios y Satanás. El cristiano, por supuesto, debe acudir a Dios si desea prosperar, pero esto sólo es posible a través de Cristo.174 ¿Cuál fue la misión de Cristo? Liberarnos de todas las maldiciones. Con su sacrificio, que terminó con su muerte en la cruz del Calvario, El destruyó las raíces de la muerte espiritual, de la pobreza, de la enfermedad, de la angustia, de la depresión, del temor, etc.; y algo sin raíces o con la raíz muerta no podrá mantenerse. Jesús vino a librarnos de la cautividad del pecado, de las prisiones, de la miseria, vino a sanar los corazones heridos, a darnos gozo en vez de tristeza y para hacernos fuertes como robles, en vez de débiles como cañas azotadas por el viento. Vemos a Jesús, a través de su martirio, vencer las maldiciones que nos traen pobreza en sí, la maldición al fruto del trabajo y la maldición a la fuente de trabajo (Capurro 1994, 67-68). Como El (Jesús) sabía que la ley nos maldecía y que por causa de la maldición éramos pobres, El mismo llevó la maldición sobre sí, haciéndose voluntariamente pobre para tomar así nuestra pobreza. (2 Cor 8:9) (Capurro 1994, 70). JESUS SE HIZO VOLUNTARIAMENTE POBRE, PARA QUITAR DE NOSOTROS EL DOLOR Y LAS CONSECUENCIAS DE LA POBREZA Y DARNOS A CAMBIO SUS RIQUEZAS (Capurro 1994, 70-71). En el capítulo cinco (“Dios creó al hombre para vivir eternamente”) dice Capurro que existen tres causas “espirituales” que ocasionan las enfermedades: el pecado personal, el pecado de los padres y el pecado de la raza. Ahora bien, Dios no quiere que sus hijos sufran, por eso ha enviado a Cristo quien “tiene el poder para sanarte” (Capurro 1994, 97) cual sea la causa de la enfermedad. 173 El énfasis es nuestro. 174 Este es el único capítulo “cristológico” de todo el libro de Capurro, curiosamente ubicado dentro del tema del “espíritu”. 68 Los capítulos seis al diez aunque parece que no tienen nada que ver con la prosperidad, sin embargo son importantes en el sentido que fundamentan la guerra espiritual y la “integridad” de las personas (cuerpo, alma y espíritu). En el capítulo seis (“Probados por el fuego”) cuenta Capurro acerca de la enfermedad de su hija y cómo con su esposa Alicia vencieron al diablo en guerra espiritual, logrando de esa manera su sanidad. En el capítulo siete (“El mejor programa de salud”) explica Capurro cómo un cristiano puede quedar libre de las enfermedades. Nuevamente resalta el tema de las maldiciones y añade acerca de los espíritus de enfermedad. Dice así: No existe mejor programa de salud que el cumplir la ley de Dios; porque como ya hemos visto, los pecados traen maldiciones que nos enferman y aun les dan a los espíritus de enfermedad la facultad de que puedan atormentarnos, como en el caso de la mujer encorvada.(Lucas 13:1113) (Capurro 1994, 119). El capítulo ocho (“Vendar a los quebrantados de corazón”) habla Capurro específicamente del “alma”, que es “la parte de nuestro ser que une nuestro físico con nuestro espíritu” (Capurro 1994, 1414). El alma comprende la razón, el intelecto, el carácter, los recuerdos, las emociones, la voluntad. Si por ejemplo nuestra alma esá perturbada por recuerdos dolorosos, entonces no podremos ser felices. Si nuestra alma está oprimida por demonios o por las circunstancias, entonces nos será muy difícil disfrutar de felicidad (Capurrro 1994, 141-142). Para Capurro es muy importante explicar esto, pues la felicidad es en su perspectiva el proyecto de Dios, y un alma oprimida no puede gozar la vida a plenitud. Como dice: La prosperidad del alma es pasar de un estado de falta de esperanza, producido por el pecado; a un estado de alegría, gozo, fe, esperanza, producido por la comunión con Dios por medio de Jesucristo (Capurro 1994, 142). En el capítulo nueve (“Las armas de la luz”) retorna Capurro al tema de la guerra espiritual (cap. 6), pero esta vez para desarrollarlo más ampliamente: (...) no olvidemos que estamos en guerra y que, como soldados de Jesucristo, El nos ha equipado con las mejores armas, las más poderosas, porque son poderosas en El, y El es todopoderoso (Capurro 1994, 162). En toda la Escritura el Señor nos habla como si fuéramos un ejército y nos anima continuamente a luchar espiritualmente. No pensando 69 que luchamos contra ejércitos de carne y hueso, sino con ejércitos demoníacos; y recordándonos además que no será ni el ejército, ni la fuerza lo que nos dará la victoria, sino el Espíritu Santo (Capurro 1994, 163). ¿Cuáles son esas armas de la luz? La verdad, la fe, la confianza en el amor de Dios y la alabanza. Llama la atención, por otro lado, que no mencione a la Palabra de Dios como una de las armas contra las tinieblas. En el capítulo diez (“Jesús sana nuestras almas”) se esperaría que Capurro hable de Jesucristo -por el título-, pero más bien opta por explicar brevemente que nuestras vidas estaban llenas de pecado y no merecían el perdón. Pero Jesús vino para salvar y hacer que olvidemos todos los problemas del alma (rencor, traumas, traiciones, etc.). Las implicancias de la obra de Cristo que aborda una sola vez- tiene enormes consecuencias para la salud mental de los cristianos hoy: Jesús jamás debió ser traicionado, pero tenemos que entender que aceptó el ser traicionado propiciatoriamente; es decir, que tuvo que vivir eso para que tú y yo ya no tengamos que vivirlo. Y si de alguna manera siendo cristianos nos tocase vivirlo, entonces no sentiremos el dolor de la traición, y podremos perdonar más fácilmente al recordar lo que Jesús tuvo que sufrir por nosotros (Capurro 1994, 190-191). En el capítulo once (“Dios quiere prosperarnos materialmente”) Capurro vuelve al tema de las implicancias del pacto de Dios con los hombres, es decir la prosperidad material, pero esta vez para insistir en la práctica del diezmo: Pero Dios no nos prosperará si no diezmamos, sólo extenderá su misericordia hacia nosotros para perdonarnos. Si deseamos aprender a temer a Dios, vivir en obediencia y que Dios nos prospere, entonces diezmemos (Capurro 1994, 224).175 En el capítulo doce (“La siembra y la cosecha”) Capurro narra una serie de experiencias propias: cómo llegó a fundar su empresa, como viajó al exterior, como Dios lo bendecía en todo, etc. Llama la atención que aunque el título podría indicar que el énfasis será la ley de la siembra y la cosecha, sin embargo involucra, además, entre sus argumentos la guerra espiritual, la fe y la confesión creativa. En el capítulo trece (“El misterio de la fe”) Capurro desarrolla el tema del poder creativo de la Palabra de Dios. En el fondo trata de decirnos que Dios también practicó la confesión creativa o positiva, es decir que Dios también tuvo fe. Además Capurro explica cuáles son las condiciones para que ocurran milagros 175 Luego Capurro explicará las diferencias entre el diezmo y la ofrenda, y cómo presentarla (p. 227). 70 hoy a través de la oración. Estos son: 1. Que todo pedido sea a Dios y en el nombre de Jesús; 2. Orar conforme a su Palabra, ya que ésta expresa su voluntad; y 3. Orar con fe, creyendo que se recibirá. Finalmente, en el capítulo catorce (“Confesando la Palabra de Dios”) Capurro exhorta a que debemos confesar sanidad, prosperidad, santidad, y conversión (por nuestros familiares). En este capítulo existe un largo “resumen” de lo que es la “prosperidad integral” o “total” (como también la llama): Vimos, pues, que hay cinco dimensiones de la prosperidad y también que uno debe comenzar por la prosperidad espiritual, que es aquella que se obtiene al ponerse, desde el punto de vista de las leyes espirituales, en una posición de bendición. Esta se consigue al establecer la paz con Dios mediante la obra redentora de Jesucristo. No existe otro camino, porque no hay otro nombre en que podamos ser salvos. “Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos” (Hechos 4:12) Una vez que hemos pedido perdón por nuestros pecados y hemos hecho a Jesús el Señor y Salvador de nuestras vidas, entonces habremos alcanzado esa posición. En ese momento, todas las maldiciones con que la ley de Dios condena a los pecadores, y que estaba sobre nosotros enfermándonos, angustiándonos y empobreciéndonos, serán anuladas. Jesús se llevó en el madero toda maldición y nos trajo definitivamente la paz con Dios. Luego, estando libres de toda maldición que opere en nuestra contra, podemos aspirar a alcanzar la prosperidad total. En segundo lugar, vimos que la enfermedad es una forma de empobrecer nuestra vida y que por la llaga de Jesús fuimos ya curados. Es decir, que Jesús sufrió toda clase de padecimientos en la cruz del Calvario, para que esa parte de las maldiciones también sea borrada. “anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz.” (Colosences 2:14) En la tercera parte del libro se trató lo referente a la sanidad del alma, haciendo notar que si uno vive en la angustia o tiene padecimientos mentales, entonces toda prosperidad es una ilusión. Jesucristo padeció toda clase de angustias para pagar el precio, y así redimir nuestras almas. Luego entramos a la dimensión de la prosperidad material propiamente dicha, y finalmente se tocó el tema de la prosperidad creativa, que tiene que ver con la fe y con el ir forjándonos un futuro aquí en la tierra mediante la confesión de la Palabra de Dios. Si la prosperidad se desarrolla en todos estos aspectos de la vida, entonces sí diremos que la prosperidad es total y verdadera, y que sin duda, proviene de Dios (Capurro 1994, 290-292). 71 Si observamos detenidamente este amplio “resumen”, no aparecen para nada la guerra espiritual, la confesión positiva ni la ley de la siembra y la cosecha. La explicación tal vez es que cree que no es muy conveniente enfatizar dichas “doctrinas” como parte de la argumentación de cómo alcanzar la prosperidad. ¿Qué lugar ocupa la “prosperidad”, entonces, en la reflexión teológica de Capurro? Si nos dejamos guiar por la cantidad de veces que utiliza en su libro dicha palabra, o las referencias a ella, entonces tenemos que concluir que es un término de primera importancia y que le dá articulación lógica a su propuesta. Para Capurro, como hemos visto en las citas, la “prosperidad” tiene un sentido teológico: es Dios quien quiere que sus hijos prosperen integralmente, pues son “hijos del Rey”. Narrando su visita a Venezuela dice: (...) también soy un ciudadano del reino de los cielos. El reino de los cielos es la nación más poderosa del universo, ¿quién se atrevería a pedirnos visa a nosotros? (Capurro 1994, 251). Le agradecía al Señor, pensando en mi corazón -Sé que lo haces por mí, para hacerme ver que soy un ciudadano del reino de los cielos, y no cualquier ciudadano, sino hijo del Rey.- Con paso decidido pasé entre la escolta; detrás de mí venía el Presidente de Colombia. (...) La prosperidad de Dios y su bendición me seguían por cualquier parte del mundo (Capurro 1994, 253-254).176 Más adelante, refiriéndose a su visita a Europa, dice: “Alicia y yo le agradecimos a Dios por este regalo, y viajamos a París. En fe, habíamos sacado las visas correspondientes. Ibamos como hijos del Rey “ (Capurro 1994, 295).177 Interesa observar que las veces que Capurro se refiere a su condición de “hijo del Rey” es para distinguirlo de los demás que son ciudadanos de cualquier nación, mientras que él pertenece al “reino de los cielos”. Por otro lado, las implicancias de ser “hijo del Rey” son evidentes: viajes al exterior, diversas facilidades migratorias, regalos, roces con mandatarios, etc. No relaciona -ni la más leve insinuación- su condición de ser “hijo del Rey” con las pruebas que él pasó junto a su esposa en la enfermedad de su hija Gabriela (en el capítulo 6). Parece que en su perspectiva ser “hijo del Rey” y “pruebas” (enfermedad) se excluyen. * comparación Al tener tres fuentes de comparación, es de esperar que el concepto de “prosperidad integral” tenga algún tipo de matices que se puedan 176 El énfasis es nuestro. 177 El énfasis es nuestro. 72 complementar. Observamos que en los sermones tiene relevancia la ley de la siembra y la cosecha (y que insistirá en los anuncios), lo que supone “generosidad” en el “dador”, pues si siembra mucho cosechará también mucho. El hecho de “dar” otorga al “dador” el derecho de reclamar bendición a Dios, pues éste es un “Dios de milagros”, especialmente de milagros materialistas o suntuosos. Esto último es novedoso, pues el hecho de “reclamar” a Dios indica que el “dador” tiene algún tipo de poder o autoridad sobre Dios, quien debe corresponderle con bendiciones. En las clases de discipulado la “prosperidad integral” tiene una formulación distinta. Capurro parte metódicamente a partir del tema del hombre (que tiene cuerpo, alma y espíritu) y cómo Dios hizo un pacto favorable al hombre en esas tres dimensiones. El pacto perfecto fue hecho en Jesucristo y compromete a Dios a “cumplir sus promesas”. ¿Cómo “confirma” hoy Dios su pacto? Prosperando a sus hijos de manera integral. Dios por medio del pacto “redime” a sus hijos de la maldición del pecado (pobreza, enfermedad y muerte). Esta bendición integral se logra confesando creativamente y teniendo victoria en la guerra espiritual contra el diablo. Interesa resaltar, en este caso, que la confesión no lleva a “reclamar” sino a “declarar” (declararse sano), que no es otra cosa que hacer una “afirmación positiva en fe”. Como vemos, esta es otra forma de articular la prosperidad integral. En el libro de Capurro, finalmente, aparecen otros elementos. Ahora esto no debe sorprender en tanto se trata de un trabajo sistemático de su autor. Entre estos elementos se encuentran las “maldiciones” que impiden prosperar, la misión liberadora de Jesús (que nos da riquezas y salud mental), y el ser “hijo del Rey”. Este último, nos parece, viene a identificar el estilo y calidad de vida que todo cristiano está llamado a vivir. Claro está, no todos pueden vivir como “hijos del Rey” (cuyo ejemplo concreto es Capurro). Siempre existirá una maldición, un pecado oculto, falta de fe, la ausencia de la confesión positiva o algo que impedirá el que todos puedan vivir como apunta el ideal. Por eso, en la comunidad no todos viven de la misma manera, unos tienen más bendición que otros. ¿Por qué existen esos diversos matices en la enseñanza de Capurro? Nos parece que definitivamente son estrategias para llegar a diferentes públicos con el mensaje de prosperidad. Así de sencillo. De lo contrario podría ahuyentar a posibles seguidores (y diezmadores consecuentemente). Hacemos también la observación que el amplio resumen que hace Capurro no corresponde a lo expresado en el libro. En dicho resumen, que más parece una “conclusión”, existen demasiadas referencias a Jesucristo -que no hizo realmente en el libro- y están ausentes los temas de guerra espiritual y confesión creativa -que sí aparecen constantemente a lo largo del libro-. 3.3. Llamado a la conversión 73 Hemos dejado al final este tema no porque sea de menor importancia en la articulación del discurso de prosperidad, sino porque Capurro siempre hace un llamado a “entregarse al Señor” al final de sus sermones. Inversamente, en su libro parte de la conversión como la puerta de entrada para la “prosperidad espiritual” y por tanto para la “prosperidad integral”. - Sermones en televisión y cultos En lo que se refiere al programa de televisión, después del sermón de 20 minutos (recortado para la TV) Capurro hace un llamado al televidente a que “se arrepienta de sus pecados”. ¿Cuáles? Aquellos que condena constantemente: fornicación, evasión de impuestos, borracheras, mentira, robar comida, etc. Finalmente orará por los pecadores y los invitará a que visiten “la iglesia evangélica más cercana” y que “lean el Nuevo Testamento todos los días”.178 Respecto a los cultos, antes de finalizar éste, Capurro siempre hace un llamado a “entregarse al Señor”. A todos los que pasen al frente, generalmente pobres de todas las edades y de ambos sexos, les dirá que “ahora el Señor les prosperará en todo”. Dice así en su oración por los recién convertidos: “Dios les dará salud, prosperidad, todo”.179 Dicho de otra manera, el nuevo creyente sabrá desde su conversión que la voluntad de Dios es su prosperidad material. - Libro “Las cinco dimensiones de la prosperidad” En el libro de Capurro el tema de la conversión tiene un lugar privilegiado aunque breve. Cuando lo menciona es sólo con el propósito de indicar el tipo de prosperidad que se puede lograr a partir de esa experiencia: la prosperidad “espiritual” (Capurro 1994, 16). Capurro, efectivamente, apenas toca el tema de forma introductoria en la primera parte del libro (que tiene a su vez tres capítulos: “Bajo la bendición o la maldición”, “La pobreza o la maldición espiritual”, y “La prosperidad espiritual”). Capurro comentando acerca de su conversión, ocurrida en junio de 1980 (Capurro 1994, 217), dice que Dios le habló que iba a ser pastor de una iglesia (Capurro 1994, 99), además que al poco tiempo aprendió -junto a su esposa- acerca de la “ley” de los diezmos y la ofrendas (Capurro 1994, 217). Un tema vinculado a su conversión es el de la maldición: 178 Es interesante que Capurro haga este llamado, pues se identifica como parte de la comunidad evangélica y fiel al Nuevo Testamento. Sin embargo, al inicio y al fin del programa se pasan imágenes atractivas de la CCAV y se invita a que participen de ella, lo cual obviamente condiciona y predispone a que el nuevo convertido visite irremediablemente la CCAV. 179 Ver: Sermón del 4 de enero. 74 Cuando leí este pasaje (Deut. 30:19-20) lamenté mucho el no haber sabido esto antes, porque al vivir en pecado, y no conocer realmente a Jesucristo como mi Señor y Salvador personal, yo había vivido treinta años de mi vida bajo la maldición de la ley. Lamentablemente, no me había dado cuenta de la enorme diferencia entre conocer de Cristo y conocer a Cristo y no tenía ni idea de que necesitaba convertirme. Porque la conversión no es cambiarse de religión, sino es entregarse en cuerpo, alma y espíritu a Dios para amarle, servirle y recibir salvación por medio de la obra redentora de Jesús. Yo había vivido, sin saberlo, bajo la maldición y verdaderamente cosechaba de las semillas de pecado que sembraba día a día (Capurro 1994, 30).180 De por sí importa resaltar la aparente “ortodoxia” de Capurro al enfocar el tema, sin embargo observamos que su explicación hace referencia a dos textos del Deuteronomio (30:19-20 y 28:15-19). ¿A qué maldición se refieren esos textos? A maldiciones materiales. Por eso, en lo que continúa el relato, Capurro cuenta la prosperidad de su casa cuando era niño y luego la “pobreza” que tuvo que soportar producto de su no-conversión. Más adelante Capurro completará la idea anterior: El primer paso de la prosperidad es arreglar nuestras cuentas con Dios, de una vez y para siempre (Capurro 1994, 53). La prosperidad espiritual empezará siempre en los lugares celestiales cuando una persona reconoce su pecado y se vuelve a Dios (Capurro 1994, 55) La prosperidad espiritual es el primer paso de la prosperidad integral, y su punto de partida es la conversión. Al final de la primera parte del libro Capurro hace el siguiente llamado: Si no te habías dado cuenta que necesitabas un salvador, con lo que hemos visto, ya lo sabes. Ninguna religión salva, sólo Jesús salva y ahora lo vas entendiendo mejor. Las revelaciones que la Biblia nos ofrece sobre las maldiciones y cómo Jesús nos rescata de ellas son suficientes para probarlo. También debes recordar que las maldiciones son una herencia de la raza de Adán y si eres descendiente de Adán, las maldiciones están operando en tu vida. Tienes que morir y volver a nacer para no ser descendiente de Adán. Jesús nos ofrece hacernos descendientes suyos a través de un nuevo nacimiento espiritual (Capurro 1994, 74).181 Nuevamente aparece el tema de las maldiciones, de tal manera que da la impresión que la conversión significa para Capurro salir del mundo de las 180 El énfasis es nuestro. 181 El énfasis es nuestro. 75 maldiciones a una vida de prosperidad. Más adelante contará la conversión de su niña de dos años y medio en los siguientes términos: Este es un caso maravilloso, que una niña, siendo tan tierna haya podido entregarse a Jesús. Claro que de adulta ella tendrá que confirmar esa decisión. Pero qué decir de las personas que vienen a Jesús después de años de pecar. ¿Qué hubiera sido necesario para corregir a un adúltero? ¿Qué castigos serían suficientes para un fornicario? ¿Cuántos azotes cambiarían a un ladrón, o a un violador?; y qué decir de un brujo, de un homosexual o de una prostituta. Realmente no podemos imaginar qué tipos de castigos podrían traer el perdón a un asesino, a un terrorista, o a uno que ha hecho un pacto con el diablo. Pero algo tremendo ocurrió en el sacrificio de Jesús. El, propiciatoriamente, es decir, reemplazándonos a nosotros, recibió todo el castigo que merecíamos (Capurro 1994, 198). Por lo visto, Capurro insiste nuevamente en que los pecados que la persona debe abandonar y convertirse son exclusivamente de carácter individual y “moral”. Ni una sola palabra existe para los pecados, digamos, “estructurales” y que de alguna manera explican esos otros pecados que tanto condena Capurro. * Comparación En este punto llama la atención la enorme diferencia a nivel de contenido entre ambas fuentes. Mientras en los sermones la conversión parece muy “ortodoxa” o “evangélica”, es decir, es un llamado a dejar los “pecados tradicionales” (robar, fornicar, mentir, etc.) y a aceptar al Señor; en el libro aparece un tema nuevo: las maldiciones, y con tanta insistencia que parece proponer que la conversión es justamente eso, pasar de las maldiciones a la prosperidad. Así, la obra de Cristo, en consonancia con las ideas centrales del libro, es liberadora de las maldiciones (enfermedad, pobreza, muerte), por lo que se explica que la conversión es la liberación de ellas, y lo que abre las puertas, en definitiva, a la prosperidad espiritual e integral. 4. Conclusiones de las comparaciones En este punto pretendemos sacar conclusiones generales de los datos más relevantes de las tres comparaciones realizadas (vida agradable a Dios, prosperidad integral y conversión) en las fuentes estudiadas. Respecto al tema de “La vida agradable a Dios”, se puede decir que Capurro lo explica en relación a dos procesos, uno positivo y otro negativo. Mientras en el primer proceso el cristiano debe esforzarse a amar a Dios y vivir en santidad, 76 en el segundo debe abandonar el pecado. Sólo aquellos que llevan una vida agradable en todos los aspectos -incluyendo necesariamente la dimensión matrimonial- serán prosperados materialmente. Sobre el tema de “La prosperidad integral” o “total”, existe un discurso insistente en que la prosperidad es, efectivamente, “integral”, es decir comprende al ser humano en tanto cuerpo, alma y espíritu. Esto es porque Capurro no quiere ser confundido con un típico “maestro de la fe” vulgarmente “materialista”. Por el contrario su esfuerzo por distanciarse de ellos es evidente (Capurro 1994, 98). Sin embargo, no puede evitar parecerse, pues todos sus ejemplos son excesivamente materialistas. Importa observar, también que la Biblia es utilizada sólo para justificar la perspectiva neopentecostal sobre ciertos temas bíblicos como el pacto, la trinidad, el alma, las maldiciones, y añadir otros como la guerra espiritual, la teología de la prosperidad y la confesión creativa. Respecto a “la conversión”, éste es un tema importante para Capurro aunque muy poco desarrollado a diferencia de los dos anteriores. De todas maneras resulta “novedoso”, por decir lo menos, su argumento que Cristo libera a los nuevos convertidos de las diversas maldiciones para llevarlos a una vida de prosperidad. Respecto al uso de las fuentes tenemos que distinguir las marcadas diferencias que existen entre ellas respecto a cómo se aborda y explica la prosperidad “integral”. Es demasiado evidente que los sermones no enfatizan como tema de exposición la prosperidad material. Ahora, eso no significa que el tema esté ausente. Por el contrario, los anuncios, las exhortaciones, los ejemplos, hasta la oración por los convertidos, están llenas de invocaciones e imágenes de prosperidad material, lo cual nos parece que es una manera muy sutil de Capurro de enseñar su teología de la prosperidad. Este tipo de estrategia no sorprende pues el sermón está destinado a captar nuevos adeptos y, ciertamente, no conviene presentar desde ese contacto inicial los énfasis teológicos neopentecostales, sino más bien conviene parecer evangélicos “tradicionales”. El énfasis reiterativo en la prosperidad -en sus distintas formas- nos parece una parte importante del sermón que explica lo característico o novedoso, y que de alguna manera interesa a los futuros conversos. Las razones de éstos para aceptar ese discurso pueden ser diversos, aunque esto es materia de otro análisis que no entramos en este trabajo. Respecto a las clases de discipulado, como es de esperar, por tratarse del adoctrinamiento “bíblico” de los miembros de Agua Viva sí se encuentran los énfasis teológicos neopentecostales (guerra espiritual y teología de la prosperidad con todas sus implicancias) como enseñanza bien articulada y con métodos de estudios apropiados a sus fines. En estas clases no se oculta nada, por el contrario se incentiva las prácticas religiosas “guerreristas”. 77 Efectivamente, es nuestro criterio que la mejor articulación teológica está en dichas clases, pues es el único espacio donde los tutores de la CCAV cuentan con diversos recursos materiales, técnicos y humanos para transmitir las doctrinas neopentecostales. Como estas clases están dirigidas a los futuros miembros es de esperar que en consecuencia ellos reproduzcan la teología de la prosperidad y la guerra espiritual en todo lugar donde se encuentren (trabajo, estudio, casa, otros). Respecto al libro de Juan Capurro sólo cabe indicar que por ser éste un texto - y no un video o audiocassette- es posible que sean pocos los miembros que lo han leído detenidamente. Sobre la entrevista (especialmente a José Jordan) es necesario decir que ha servido fundamentalmente para corroborar que en la CCAV sí se enseñan los diversos énfasis teológicos neopentecostales como sus métodos, aunque también ha dado algunos aportes sobre temas afines a la investigación. Todo lo anterior significa que en la CCAV existen estrategias de comunicación definidas, contenidos teológicos sistematizados y producción de materiales diversos orientados hacia la divulgación de la teología de la prosperidad en el Perú. 5. Conclusión En el presente capítulo hemos visto como la CCAV y el Pastor Juan Capurro tienen una enorme influencia en la comunidad evangélica peruana. Estos no solamente admiran sino que imitan las alabanzas, los énfasis teológicos neopentecostales, los modelos de liderazgo, las estrategias de comunicación, etc. También hemos analizado las diversas fuentes que utiliza Capurro para divulgar la teología de la prosperidad, y cuáles son los temas (vida agradable a Dios, prosperidad integral, conversión) que comunican dicho énfasis teológico neopentecostal. En esta parte nos parece que existe un enorme esfuerzo estratégico de Juan Capurro por difundir la teología de la prosperidad tanto dentro de la CCAV como fuera de ella. Efectivamente, los diversos espacios y los medios de comunicación son utilizados con mucha inteligencia de tal manera que ha permeado la comunidad evangélica peruana, y que se evidencia en la aceptación e imitación o divulgación de su discurso teológico como de las diversas prácticas y métodos neopentecostales. También Capurro ha desarrollado una teología propia. Por supuesto que su dependencia de los “maestros de la fe” se evidencia a cada momento, pero parece que no ha querido nunca llegar a afirmaciones extremistas como que 78 “el padre de Jesús era rico y el mesón era un hotel de cinco estrellas”182, o que “los magos le dejaron tanto oro a Jesús que le sirvió para financiar luego su viaje a Egipto” (C. Jiménez 1997, 1-8), u otras cosas semejantes. Lo anterior difícilmente convencería a alguien. Finalmente, Capurro de alguna manera ofrece un “evangelio integral” a sus oyentes. El antiguo discurso espiritual ya no tiene más cabida en la CCAV. Así, su discurso -por tocar el tema económico y el disfrute de “lo terrenal”- crea interés o expectativa en sus oyentes que no vacilan en dejar hasta sus congregaciones de origen por escuchar a este Pastor. 182 Esto es lo que enseña Rodolfo Font, “apóstol” de la agrupación Fuente de Agua Viva, con sede principal en San Juan (Puerto Rico) y con filiales en Lima y en varios países de América Latina (Vargas 1998). 79 CAPÍTULO 3 LAS LÍNEAS BÁSICAS DE LA TEOLOGÍA DE JUAN CAPURRO En el presente capítulo estudiamos la teología de Juan Capurro considerando cuatro puntos: la hermenéutica simbólica, los temas bíblicos presentes en el discurso de prosperidad (el pacto y la ley de la siembra y la cosecha), la guerra espiritual y la confesión creativa, y la escatología y la pneumatología en relación con el discurso de prosperidad. Es nuestro criterio -como resultado del análisis de las fuentes- que estos cuatro puntos nos puede ofrecer elementos para una evaluación de la teología de la prosperidad. Así, la hermenéutica simbólica tiene el propósito de explicar en qué consiste ésta y cómo la usa Capurro en su libro. En esa misma línea, los temas del pacto de Dios y la ley de la siembra y la cosecha permiten entender la lógica de la prosperidad, pero fundamentado en la teoría hermenéutica de Capurro. La guerra espiritual y la confesión creativa también tienen un papel importante en la articulación de prosperidad en Capurro. Pero éstos no son dos temas más. El primero es una especie de cosmovisión y el otro un método “eficaz” de lograr prosperidad y sanidad. Por ello son enfocados aparte de los temas y se critica su argumentación. Finalmente, la escatología y la pneumatología lo estudiamos en tanto temas ausentes o con un contenido distinto respecto al pentecostalismo clásico. Nos parece que Capurro prescinde de estos temas pues no le sirven mucho para argumentar su teología de la prosperidad. Queremos añadir, también, que lo expuesto en este capítulo son apenas elementos que deben ser considerados en una evaluación de la teología neopentecostal. Nuestra intención no es hacer una comparación de la teología de Juan Capurro con otros predicadores y comunidades de prosperidad en el Perú. Tampoco es nuestra intención hacer una discusión bíblica-teológica a fondo con Capurro. Nuestra intención es más modesta, sólo aportar elementos para una evaluación. En todo caso, según sea conveniente, orientaremos al lector con bibliografía para su respectiva profundización. 1. “Principio teológico”: la hermenéutica simbólica de Juan Capurro Es obvio esperar que una propuesta teológica de alguna manera utilice la Biblia como parte de su argumentación. En ese sentido habría que preguntarnos cuál es la clave de lectura de la Biblia y la teoría hermenéutica que utiliza la teología de la prosperidad. La tarea no es muy sencilla, más aún si constatamos que la hermenéutica neopentecostal es algo tan difuso, pues existen tantas hermenéuticas según el número de los líderes carismáticos y sus particulares énfasis. 80 Como dice French Arrington, refiriéndose a la experiencia estadounidense, los neopentecostales tienen problemas en ofrecer un tratado comprensivo de sus presuposiciones hermenéuticas y teológicas (Arrington 1990, 377). Lo mismo se podría decir del neopentecostalismo peruano. Tal vez el único quien ha expuesto su hermenéutica, aunque de manera breve, es Juan Capurro. 1.1. Concepto de hermenéutica simbólica Juan Capurro al inicio de su libro explica la teoría hermenéutica que utilizará para interpretar la Biblia: “En la exégesis bíblica hemos usado el principio teológico de que la historia del pueblo de Israel es simbólicamente la historia de cada cristiano” (Capurro, 1994, Prefacio cuarta página). Esta breve explicación es la única que aparecerá en todo el libro. Capurro no amplía qué es un “principio teológico” o cuáles son las implicaciones del término “simbólicamente”. En otro lugar, añadirá que el método histórico-gramatical “no es suficiente” para leer la Biblia, y que “la hermenéutica simbólica es más completa”.183 En vista de que carecemos una explicación más elaborada intentaremos sacar conclusiones a partir de diversos ejemplos que utiliza el mismo Capurro.184 1. La hermenéutica simbólica es ante todo un tipo de lectura “intuitiva”185 del texto bíblico. Así, cada texto “se puede personalizar” de manera literal, aunque en realidad esto no es más que una buena intención, pues todos los textos no pueden aplicarse a la experiencia personal. (...) acerca de la inspiración de las Escrituras, podemos decir que es el sentimiento y la interpretación de todo cristiano sincero, que toda la Biblia es inspirada por Dios y, por lo tanto, cada pasaje de ella se puede personalizar de acuerdo a las circunstancias, con la maravillosa guía del Espíritu Santo (Capurro 1994, 3).186 En la perspectiva de Capurro, “cada texto” siempre será un texto bíblico que se refiere a la prosperidad material, obviamente jamás alguno que lo contradiga. De esta manera este principio no nos parece coherente en el uso que hace Capurro de la Biblia, pues en ninguna parte se apropia o personaliza textos bíblicos que hablan de compartir las posesiones con los necesitados o de tener los bienes en común (Hechos 2 y 4). 183 Ver: Apéndice No 3. 184 El concepto de “hermenéutica simbólica” sólo es posible explicarlo a partir de su libro, pues tanto los sermones, clases y entrevista no aportan mayores datos. 185 La expresión está tomada del biblista ecuatoriano René Padilla, quien distingue tres tipos de acercamientos al texto bíblico: el intuitivo, el científico y el contextual. Ver: Padilla 1975; y 1990. El acercamiento “intuitivo” se caracteriza por “aplicar” rápidamente el texto bíblico al intérprete, sin tomar en cuenta el “mundo del intérprete” ni el “mundo del texto”. 186 El énfasis es nuestro. 81 2. La hermenéutica simbólica más parece un tipo de lectura alegórica, y que niega por tanto la comprensión del texto bíblico a la luz de su situación vital (Sitz im Leben) aunque pretenda hacerlo. En consecuencia tampoco se puede esperar algún tipo de lectura socio-histórica en Capurro. “Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón” (Lucas 2:7). Como vemos en este versículo de la Biblia, no había lugar en el mesón. Esto no lo dicen para disimular su pobreza, sino para demostrarnos que no era por no tener dinero, sino que fue la voluntad de Dios que naciera Jesús en ese lugar. No para aparentar una pobreza que no existía, pues si José buscó primero lugar en el mesón era porque podía pagar el hospedaje. De no haber tenido dinero, probablemente hubieran buscado un hogar caritativo que se apiadase de ellos debido al estado de su joven esposa, quien estaba a punto de dar a luz en un día tan frío. Pero no fue así. José fue a la hostería y no encontró lugar y tuvo que contentarse por la emergencia con el establo detrás del mesón. La pregunta es, ¿por qué si Dios es rico y si José no era tan pobre, Jesús nació en un establo en Belén? Esto sucedió así para decirnos en primer lugar, que no importa el estado de nuestro corazón, no importa cuán inmundo se encuentre por el pecado, cuán bajo hayamos caído, Jesús está dispuesto a entrar en él así como estuvo dispuesto a nacer en un inmundo corral de Belén (Capurro 1994, 69-70).187 De este ejemplo podemos deducir lo siguiente. Primero, existe un esfuerzo en Capurro por explicar que sucedió en el relato del alumbramiento de María. Segundo, no existe un esfuerzo por entender que sucedió allí realmente, de lo contrario Capurro hubiera podido ilustrarse con los comentarios bíblicos. Por regla general los comentarios, incluyendo los más “conservadores”, indican que José era pobre y posiblemente tuvo que rogar por un espacio decente para que su mujer dé a luz. Al no hallar una respuesta favorable tuvo que acomodar a su esposa junto con los animales y acostar a su hijo en un pesebre. Tercero, Capurro niega la historicidad del texto bíblico a partir de su esfuerzo por explicar el texto. En la perspectiva de Capurro, José tenía dinero suficiente como para acomodar a su esposa en un hotel. Sin embargo esto sólo se puede sostener a partir de una precomprensión que niega el texto bíblico y que está fundada en una experiencia personal (de Capurro, hombre a quien no le falta el dinero). Esa manera de contar la historia del nacimiento de Jesús tiene una intención clara en Capurro: transformar las historias bíblicas en alegorías. Esto tiene dos consecuencias: la anulación de toda lectura socio-histórica de la Biblia, y la formulación de “recetas mágicas” de prosperidad (leyes de prosperidad según 187 El énfasis es nuestro. 82 Capurro). Casi no se puede hablar de esta última si primero no se alegoriza el texto bíblico vaciándolo de su carga histórica. 3. La hermenéutica simbólica parece desconocer la utilización de la crítica bíblica en el análisis de los textos. Al sostener la doctrina de la trinidad, por ejemplo, Capurro argumenta con un texto que no aparece en los manuscritos más antiguos del Nuevo Testamento en griego. Pero los cristianos si creemos que Dios es uno; pero a la vez reconocemos que estamos ante una tri-unidad, ya que no podemos negar la evidencia de que ese Dios único se manifiesta al hombre con tres personas distintas. (...) “Porque tres son los que dan testimonio en el cielo: El Padre, el Verbo, y el Espíritu Santo; y estos tres son uno” (1 Juan 5:7). (Capurro 1994, 2122).188 Capurro, en este caso concreto, hasta pasa por alto el comentario que hacen las biblias de estudio (por ejemplo “Dios Habla Hoy”) en la que se indica que 1 Jn 5:7 es un texto tardíamente incorporado al Nuevo Testamento. No existen en el libro de Capurro, además, ejemplos de que haya realizado algún tipo de exégesis que presuponga el uso de la crítica bíblica. Es muy posible que no tenga la formación necesaria ni las herramientas pertinentes. 4. La hermenéutica simbólica parte de la presuposición que Dios es extremadamente “rico”. Además, los criterios de “riqueza” parece que están tomados más del actual modelo económico que de la misma Biblia. Capurro interpreta los textos bíblicos que hablan del señorío de Dios sobre la creación como que Dios es dueño del oro y la plata que existen en la tierra. La propiedad de la creación (tierra/cielos) es lo que convierte a Dios en “rico”. “Tuya es, oh Jehová, la magnificiencia y el poder, la gloria, la victoria y el honor; porque todas las cosas que están en los cielos y en la tierra son tuyas. Tuyo, oh Jehová, es el reino, y tú eres excelso sobre todos” (1 Crónicas 29:11). Dios es muy rico, pues el oro, la plata, las piedras preciosas y todas las cosas son realmente suyas y si Dios pasara por problemas económicos, le bastaría con vender una sola estrella de los millones de millones que hay en las millones de galaxias que conocemos; y aún le quedarían aproximadamente veintinueve trillones, novecientos noventinueve billones, novecientos noventinueve millones, novecientos noventinueve mil novecientos noventinueve estrellas, y seguro que aún nos quedaríamos cortos en las cifras (Capurro 1994, 12).189 188 El énfasis es nuestro. 189 El énfasis es nuestro. 83 Es interesante observar la lógica de Capurro. No le interesa presentar a Dios como creador sino como “dueño” o “propietario” de la tierra. En consecuencia tiene honor y poder que se traducen como “riqueza”. Curiosamente este Dios rico se parece mucho a los seres humanos pues también padece necesidades económicas. Esto puede indicar dos cosas: que Dios está sometido a las leyes del mercado (que le crea diversas necesidades), y que el mercado está sobre Dios. Esto último explicaría porqué el Dios de Capurro es un “vendedor” o “negociante”. Según el mercado todo tiene precio y todo se vende en la tierra. Capurro corrige esa visión reducida del mercado y lo amplía al cielo: se venden hasta las estrellas. ¿A quién? ¿a qué precio? No importa mucho realmente eso, lo que importa es saber que Dios es un vendedor y se rige por el libre mercado. Este Dios que atraviesa necesidades sin duda atenta, entre otras cosas, contra la tradicional doctrina de la soberanía de Dios. 5. La hermenéutica simbólica aunque a veces pretende conocer el contexto histórico del texto y la totalidad de la revelación bíblica, sin embargo demuestra que es una lectura parcializada y a favor de los ricos de todos los tiempos. “Entonces Jesús dijo a sus discípulos: De cierto os digo, que difícilmente entrará un rico en el reino de los cielos. Otra vez os digo, que es más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios” (Mateo 19:23-24). Es cierto que Jesús dijo estas palabras, pero hay que entender el sentido que tienen y el contexto en que fueron dichas. En primer lugar, este texto pertenece al pasaje bíblico donde Jesús habla con un joven rico cuya riqueza le impide seguirlo; porque evidentemente amaba más a las riquezas que a Dios. (...) la riqueza no es mala en sí misma, sino el amor a la riqueza. (...) Dios sólo puede ocupar el primer lugar en nuestra vida; y para el joven rico, sus riquezas eran más importantes que seguir a Jesús. Hay que tener en cuenta el conjunto de la verdad y no hacer una doctrina de un solo versículo. Lo cierto es que también es muy difícil para un pobre entrar en el reino de Dios. Quizás no tanto como pasar un camello por el ojo de una aguja, pero sí tan difícil como pasar una vaca por un tubo de media pulgada de diámetro. Cuando Jesús hizo esta hipérbole, sus discípulos se asombraron y le pidieron que aclarara lo que decía (...) (Capurro 1994, 213214).190 Capurro realmente dice algo cierto aunque de manera incompleta: las doctrinas bíblicas no se pueden fundamentar en un solo texto. Pero no basta que las doctrinas tengan fundamento en diversos textos bíblicos, éstos tienen primero que ser ubicados en perspectiva teológica e histórica. Capurro al parecer pretende conocer el contexto del texto que narra la historia del “joven” rico. No aclara si se trata del contexto histórico, del contexto literario, de 190 El énfasis es nuestro. 84 ambos o de otro tipo de contexto. En todo caso presupone que existe una relación entre el sentido del texto y su contexto. Ahora, lo anterior en términos generales es cierto. Pero entonces ¿por qué Capurro lee Mateo 19:21-22 a la luz de 1 Timoteo 6:10?. ¡Son diferentes autores, textos y contextos! La explicación puede ser que Capurro intenta “salvar” un texto duro de Jesús contra los ricos desviándolo a un texto sobre la riqueza. Aún así el texto de 1 Timoteo está citado de una forma equivocada, pero eso no importa en la lectura de Capurro pues, según él, ya hizo entrar a los ricos al reino de Dios, y ya fundamentó su explicación o doctrina con más de un versículo. Es evidente la mala intención de Capurro, por tanto, cuando dice que las doctrinas bíblicas deben ser fundamentadas con más de un versículo. Eso lo dice sólo porque se topó con un texto que condena a los ricos como él. De ser coherente con su propuesta de lectura tendría que aplicar el mismo criterio a todas sus doctrinas neopentecostales. También es obvio que su lectura parcializada defiende no sólo a los ricos sino que condena a los pobres. Éstos difícilmente entrarán al reino, según la interpretación de Capurro, pues eso sería como “pasar una vaca por un tubo de media pulgada”. 6. La hermenéutica simbólica pretende conocer los distintos géneros literarios que existen en el texto bíblico, pero generalmente se queda en una lectura literal del texto y con una argumentación poco convincente. Mucha gente piensa que el episodio del Edén no ocurrió. Algunos cristianos llegan a pensar que todo el relato de la creación es sólo una parábola. En fin, sea como sea, la verdad es que sí tuvieron que existir nuestros primeros padres; porque de no ser así, si toda la raza humana no viniera de una sola pareja, entonces no habría posibilidad de compatibilidad genética para la reproducción. (...) Así que el relato de Génesis tiene que haber sido algo más que una fábula, en lo que a nuestro primeros padres se refiere, más aún a los acontecimientos que se desarrollaron (Capurro 1994, 87 y 89).191 Este ejemplo nos permite hacer las siguientes observaciones. Capurro toma distancia de las lecturas que señalan al episodio del Edén como un mito. No explica en qué consisten éstas aunque se deduce que de ser así no estaría garantizada la historicidad de los “primeros padres”. Su rechazo de la lectura como mito se fundamenta no en el tradicional argumento que la Biblia es “inspirada por Dios”, y por tanto lo que se dice allí es “histórico” y “literal”. Lo fundamenta con una explicación más racional: la compatibilidad genética para la reproducción. La historicidad de la Biblia -y su consecuente literalidad- dependen de un argumento científico y no de una explicación de lo que es el texto bíblico. 191 El énfasis es nuestro. 85 7. La hermenéutica simbólica, finalmente, utiliza la Biblia sólo con el propósito de defender un estilo de vida de abundancia material. Para ello relee ciertos temas desde una perspectiva que difícilmente se pueden sostener con algún método exegético. Así, se convierte al acaudalado viajero (Capurro) en un mensajero de Dios que goza de la creación como hijo del Rey y en quien se manifiesta la gloria de Dios, a la “iglesia” (de Capurro) parte de una empresa transnacional y a Jesús en un empresario, entre otras novedades teológicas. Al cabo de un año, Dios nos había prosperado tanto que pude viajar con mi esposa a Buenos Aires, y estando allí, la gente de Austral nos regaló a ambos los pasajes para poder ir a Bariloche y tuve el gozo de llegar allí con Alicia. Yo sabía que Dios nos había llevado. En esa época todo estaba tan barato en Argentina, que tomamos todas las excursiones y alquilamos un auto. Un día, paseando llegamos a un lago llamado el Lago Escondido y detuvimos allí el auto, bajamos y caminamos por un pequeño muelle. No había nadie, sólo nosotros y Dios. Mirando alrededor veíamos las altas cumbres llenas de pinos y detrás las montañas con nieves perpetuas. Alrededor nuestro, el lago y el bosque. Un versículo venía a nuestra mente. “Porque con alegría saldréis, y con paz seréis vueltos; los montes y los collados levantarán canción delante de vosotros, y todos los árboles del campo darán palmadas de aplauso. En lugar de zarza crecerá ciprés, y en lugar de ortiga crecerá arrayán; y será a Jehová por nombre, por señal eterna que nunca será raída” (Isaías 55:12- 13). (Capurro 1994, 241-242). (...) Estaba furioso con mi secretaria, con la Embajada de Venezuela en Lima y de pronto recordé que yo venía alabando a Dios en ese vuelo. Así que oré al Señor y le dije: -“Oye, Señor, ¿cómo permites que me traten así?-” Y de pronto recordé las palabras de Jesús a María de Betania cuando iba a resucitar a Lázaro. “Jesús le dijo: ¿no te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios?” (Juan 11:40). ¡Tienes razón! Le dije en mi pensamiento. Si yo creo, se que tú harás un milagro; y yo no soy solamente un ciudadano peruano, al cual le piden visa para entrar a este país, sino que también soy un ciudadano del reino de los cielos. El reino de los cielos es la nación más poderosa del universo, ¿quién se atrevería a pedirnos visa a nosotros? “Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios” (Efesios 2:19). (Capurro 1994, 250-251).192 192 El énfasis es nuestro. 86 Piensa en esto, trabajo en la mejor de las empresas del mundo, en la empresa más grande de todas. Tiene sucursales en todos los países del orbe. ¿Cuál es? La iglesia. El propietario de la empresa es mi jefe y mi amigo, es el más generoso de todos y creo que es el único jefe que ha dado su vida por sus trabajadores, pero ¡Gloria a Dios! Resucitó, su nombre es: Jesús de Nazaret. (Capurro 1994, 303).193 Nuevamente se nota la ideología de mercado que Capurro impone al texto bíblico. La Biblia es leída desde esa perspectiva y las consecuencias son evidentes. Se transforma al cristiano, a la iglesia, al reino de los cielos y hasta a Jesús mismo en agentes del mercado. Como constatamos con estos ejemplos de hermenéutica simbólica, es difícil creer que esas interpretaciones sean fruto de una exégesis bíblica. Incluso, si Capurro utilizara el conocido método histórico-gramatical194, utilizado por diversos sectores evangelicales, tampoco podría llegar a esas conclusiones de la Biblia. Un análisis detenido de los ejemplos de interpretación demuestra que Capurro desconoce los diversos métodos exegéticos, y en consecuencia no los puede aplicar al texto bíblico. Sin embargo, con su forma de hacer “exégesis” él saca conclusiones teológicas y articula la teología de la prosperidad. Según hemos visto, pues, la hermenéutica simbólica es algo que carece de significado preciso. No se sabe bien en qué consiste. Sin embargo se deduce que esta hermenéutica tiene muchas limitaciones ya que funciona según los intereses de Capurro. Es por eso que a lleva a una interpretación alegórica195 o literalista. Como fuese el caso, siempre la interpretación está al servicio de una ideología y estilo de vida que defiende el interés de los ricos. Esta hermenéutica sirve también para explicar la vida del cristiano a la luz de las experiencias pasadas del pueblo de Israel y de la iglesia cristiana. A veces la hermenéutica de Capurro le ayuda a explicar su propio estilo de vida que él, por supuesto, encuentra coherente con la Biblia. Nuestro criterio es que “hermenéutica simbólica” es un nombre cómodo para explicar cualquier cosa, y para dar cualquier sentido a cualquier texto bíblico, en tanto defienda la perspectiva de la prosperidad material, o de la guerra espiritual, según sea el caso. 1.2. El uso de la Biblia en la hermenéutica simbólica En este punto nuevamente nuestro análisis se remite al libro de Capurro. No se puede negar que utiliza la Biblia profusamente. Ese no es el problema de fondo, sino el cómo y con qué textos pretende explicar la prosperidad 193 El énfasis es nuestro. 194 Los textos más difundidos sobre este método son: José Martínez 1984; Berkhof 1969; y Fountain 1971. 195 Respecto a la interpretación alegórica, ver: Lipinski 1993, 38. 87 “integral”.196 Capurro en cada capítulo justifica con la Biblia (momento segundo) su lógica de prosperidad o precomprensión hermenéutica (momento primero), la que explicamos a continuación. En el capítulo 1 (“La prosperidad que viene de Dios”),197 que de alguna manera es introductorio a todo el libro, Capurro parte de la siguiente lógica: Dios - pacto - hombres prosperidad (riquezas). Para justificar el énfasis en la prosperidad material Capurro indica que Dios tiene dos propósitos: uno “espiritual” y otro “material”: llevar las almas al cielo y otorgar riquezas. Pero bien, estas riquezas no son para todos, sino para aquellos con quienes Dios ha hecho un pacto y que practican el “principio” o “ley” de siembra y cosecha, lo cual trae como consecuencia la prosperidad. Este principio o ley nunca falla. Las evidencias bíblicas, que “la prosperidad viene de Dios”, se muestra en la vida de los patriarcas. Esto explica su predilección por Génesis, ya que allí existen abundantes “pruebas” de cómo Dios enriqueció a los fieles patriarcas con muchas posesiones. El uso de textos de Exodo 24:5-8 y de Deuteronomio 8:18 sirven, en la explicación de Capurro, para enfatizar que el pacto debe ser obedecido por los hombres y que trae como añadidura la bendición de Dios bajo la forma de un “poder” que permite hacer riquezas. Llama la atención que el uso de Mateo (6:31-33) es para enfatizar que Dios quiere que todo cristiano aprenda “la primera ley de la economía”: buscar primero el Reino de Dios, pues éste garantiza que todas las cosas serán añadidas. Los patriarcas sabían esa ley de la economía, por eso fueron “bendecidos” grandemente. Esta experiencia de prosperidad Capurro la extiende a los cristianos hoy, ya que la Escritura “se hace extensivo a todo cristiano”, en tanto éstos también son parte del pacto de Dios. Ya en épocas del Nuevo Testamento Juan había experimentado la prosperidad patriarcal, por eso le desea a Gayo que también sea prosperado en todo (3 Juan 1-2). Aunque en este pasaje se está refiriendo a un personaje en especial (Gayo), por el hecho de estar contenido en la Biblia, y siendo toda 196 Creemos conveniente presentar la lista de los textos bíblicos que utiliza Capurro en cada capítulo de su libro. Esto se debe a que sus argumentos teológicos se fundamentan generalmente en los textos que más veces cita. Por otro lado, aclaramos que metódicamente en este punto es necesario retomar al analizar cada capítulo del libro- algunas ideas brevemente planteadas en el capítulo 2 de este trabajo. 197 Las citas utilizadas en este capítulo son las siguientes: (Antiguo Testamento) Génesis 3:17-19;13:12; 22:15-18; 26:12-13; 26:20; 28:20-22; 30:40-43; 32:9- 12;48:3-4; Exodo 24:5-8; Deuteronomio 8:11-18; 1 Reyes 3:11-14; 1 Crónicas 29:11; Salmos 16:5; 103:1-5; Proverbios 30:8-9; (Nuevo Testamento) Mateo 6:31- 33; 26:27-28, Lucas 1:32-33; Romanos 8:28; 1 Timoteo 6:10; 2 Timoteo 3:16; Hebreos 12:24; 2 Pedro 3:15-16; 3 Juan 1-2. 88 ésta inspirada por Dios para su pueblo, se hace extensivo a todo cristiano (Capurro 1994, 2). (...) queda claro que cada cristiano tiene un pacto con Dios, por medio de Jesucristo; y que una de las señales de todo pacto con El, es que El irá prosperando a los que tienen el pacto como una manera de confirmar el mismo (Capurro 1994, 10). De hecho, nuevamente encontramos lo que anteriormente llamó “personalizar el texto”. No tendríamos ningún problema en aceptar la idea que todo texto se extiende más allá de sus productores, es decir que tiene uno o varios sentidos para sus lectores futuros. Sentido(s) cada vez mayor(es) conforme avanza el tiempo. El problema, creemos, no es que Capurro afirme que el texto se extiende a todos los cristianos, sino que ese texto “extendido” es recortado de su historia, con lo que se anula toda lectura socio-histórica, además que hace extensivo sólo un tipo de experiencia de los patriarcas: su riqueza material. Así, los cristianos hoy deben saber que la experiencia de riqueza material de los patriarcas se extiende también a ellos. Es esta “verdad” que tienen que “personalizarla”. En el capítulo 2 (“Bajo la bendición o la maldición”)198 Capurro se propone argumentar la prosperidad “integral”. Para ello tiene que demostrar que el hombre no es sólo “materia”. La constitución de la naturaleza humana se puede conocer si se analiza primero la naturaleza de Dios. Si Dios es trino es “lógico”, según Capurro, que el hombre también sea trino. La Biblia, no cabe duda, justificará esa lectura “lógica”. Sin embargo, este capítulo sólo al inicio “demuestra” que Dios es uno y trino a la vez (utilizando Deuteronomio 6:4 y 1 Juan 5:7), pues rápidamente Capurro pasa a afirmar que “si Dios es trino, no es extraño que el hombre también sea trino” (Capurro 1994, 26), utilizando 1 Tesalonicenses 5:23. De ese tipo de lógica se pueden esperar muchos ejemplos más: si Dios es rico no es extraño que el hombre también esté llamado a ser rico. Si Dios practicó la confesión creativa, el hombre también. Los ejemplos en esa línea, claro está, pueden multiplicarse. Curiosamente la lógica de Capurro no puede ver a un Dios misericordioso con los pobres, o a Dios como juez justo de los opresores. Es obvio que de ese Dios es imposible toda “lógica”. Finalmente, Capurro pasa al tema de fondo: la muerte (maldición) o vida (bendición) están al alcance del hombre trino. El Deuteronomio -en tanto libro del pacto- explica esas “maldiciones” que Dios no quiere para su pueblo. Pensemos ahora que las sentencias descritas en Deuteronomio 28 no son maldiciones, tal como nosotros la entendemos; sino que son una 198 Las citas utilizadas en este capítulo son las siguientes: (Antiguo Testamento) Deuteronomio 6:4; 28:15-19; 28:43-44; 30:19-20; Salmos 32:1; Isaías 9:6; Malaquías 3:11; (Nuevo Testamento) Mateo 5:17; Juan 16:7; Hechos 1:4-5; Romanos 8:9; Colosences 1:16; 1:19-20; Gálatas 4:6; Efesios 2:6; 3:16-17; 1 Tesalonicenses 5:23; 1 Juan 5:7; 5:11-12. 89 revelación de las consecuencias que se producirán en el mundo material al ofender nosotros a Dios (Capurro 1994, 34). Capurro tiene razón en que Deuteronomio 28 no contiene “maldiciones” sino consecuencias negativas en la vida de todos aquellos que quebrantan el pacto. De modo inverso también se encuentran “bendiciones” para los que son fieles a Dios. Su lectura del Deuteronomio es como sigue: si el creyente actual -que también está bajo el pacto- es fiel entonces halla la riqueza, y si no es fiel le alcanza la pobreza. Este tipo de lectura no es del todo desatinado, pues responde en buena medida a la lógica del redactor deuteronomista. Sin embargo, surgen las siguientes observaciones: Capurro traduce bendición por “riqueza” (económica, claro está) y maldición por “pobreza” (también económica). Esto en sí es una reducción (o deformación) de lo que dice el texto bíblico. El cumplimiento del pacto y la ley, entonces, producen riquezas. Utilizando la terminología de Capurro se trata de “bendiciones” o “vida”. La vida para Capurro se expresa en términos de riqueza material. Para él no existe otra manera de vivir. Por otro lado, en la perspectiva del redactor deuteronomista, se requiere que la gente cumpla con la ley, y cumplir la ley es hacer justicia, especialmente al extranjero, al huérfano y a la viuda; es decir a los pobres. Estas implicaciones ciertamente no las ve Capurro.199 En el Nuevo Testamento resalta Capurro un texto (Mateo 5:17) donde se afirma que Jesús no vino para abrogar la ley, sino para cumplirla. Esto indica dos cosas “lógicas”. Primero, Jesús cumplió la ley; segundo, la ley sigue vigente para los cristianos. Capurro interpreta que esta ley se refiere a la ley de Dios que garantiza la prosperidad. En el capítulo 3 (“La pobreza y la maldición espiritual”)200 Capurro argumenta que la prosperidad sólo es posible a partir de una ruptura con el pecado, que trajo como consecuencia la maldición espiritual y la pobreza material. Al hombre “natural” (inconverso) le es imposible prosperar por causa del pecado de Adán. De allí que en este capítulo se enfaticen nuevamente los textos del Génesis. Adán al pecar trajo como consecuencia la maldición sobre el trabajo. Sin embargo, ¿cuál era el trabajo de Adán? El trabajo de Adán consistía en ser algo así como biólogo y jardinero oficial de Dios. (...) Lo que el hombre perdió, como consecuencia del pecado, fue la bendición de un trabajo grandemente productivo (Capurro 1994, 42). 199 Para una lectura del Deuteronomio recomendamos a: Ravasi 1990, 434-441; y Buis 1993, 427-428. Sobre el concepto de “justicia” ver: Bonora 1990, 980-994; Lipinski 1993, 882-883; y Payne 1991, 776779. 200 Las citas utilizadas en este capítulo son las siguientes: (Antiguo Testamento) Génesis 2:15; 3:17-19; 4:9-12; Números 32:23; Deuteronomio 28:47-48; Salmos 42:1-2; Proverbios 13:22; Hageo 1:6-7; (Nuevo Testamento) Mateo 5:21-22; 11:28- 30; Lucas 16:8; Juan 10:10; Romanos 6:23; Hebreos 9:22; 1 Juan 3:8. 90 Puede ser que Capurro intente ilustrar a sus oyentes con figuras propias de su entorno social y económico (“biólogo” y “jardinero”). Siguiendo su lógica, Adán era un científico como un experto en jardinería. Sin embargo existe una desfiguración del Adán bíblico, quien era “labrador” en un “huerto”, es decir un hombre de campo cuya subsistencia giraba en torno a la tierra.201 El pecado de Adán, según Capurro, trajo como consecuencia pérdida de productividad, y esto a su vez pobreza económica. Llama la atención que Capurro haga una lectura estrictamente económica de “la caída”. Su conclusión es que el pecado lleva a la pobreza, el cual es sinónimo de maldición. En esa lógica todo pobre es un maldito y todo rico, en consecuencia, es un bendito. Finalmente, Capurro utiliza el Nuevo Testamento para enfatizar que “la paga del pecado es muerte” (Romanos 6:23), por tanto, no existe posibilidad de prosperidad para los que viven en pecado. Mucho menos existe la posibilidad de tener “vida en abundancia” (Juan 10:10). En el capítulo 4 (“La prosperidad del espíritu”)202 Capurro argumenta acerca de la prosperidad “espiritual”. Si queremos ésta entonces tenemos que “andar en el Espíritu” (de Dios). Ahora, los que viven conforme a la carne (la naturaleza humana) “son enemigos de Dios; porque ni quieren, ni pueden someterse a su ley (...)” (Capurro 1994, 52). Para sostener estas enseñanzas Capurro acude a diversos textos de Pablo, y esto porque pretende demostrar que la prosperidad del espíritu es un reflejo de lo que ocurre en los lugares celestiales (Efesios 1:3). Si la voluntad de Dios es prosperidad para el cuerpo (salud, riquezas) no es raro entonces que Dios quiera prosperar el espíritu de los cristianos. De esta manera la prosperidad deviene en “integral”. Todo lo que nos sucede en esta vida tiene su origen y es reflejo de lo que ocurre en esos lugares celestiales; en los cuales de alguna manera vivimos también, aunque no seamos totalmente conscientes de ello al habitar este mundo material en un tabernáculo de carne y hueso, como es nuestro cuerpo (Capurro 1994, 49). Si en los lugares celestiales está la plenitud de las bendiciones, entonces de algún modo tienen que reflejarse en esta vida terrenal, concretamente en la 201 Milton Schwantes dice que Adán representa al “proyecto del campo” en contra del “proyecto de la ciudad”. Esto tenía consecuencias en todo orden de cosas: la familia, los animales, la naturaleza, el trabajo, etc. Se trata en definitiva de un proyecto político (Schwantes 1992). 202 Las citas utilizadas en este capítulo son las siguientes: (Antiguo Testamento) Génesis 3:17-18; 4:9-12; Salmos 51:3-5; Isaías 53:5; 61:1-3; 64:6; Ezequiel 18:4; (Nuevo Testamento) Mateo 5:3; 5:17; 6:14-15; 8:20; 27:29; Marcos 2:16-17; Lucas 2:7; 19:2-5; Juan 3:1-6; 10:17-18; 14:6; 19:34; Hechos 4:12; Romanos 3:23; 5:6-8; 6:23; 8:3; 8:4-7; 8:32; 8:38-39; 2 Corintios 8:9; Gálatas 3:13; 5:19-21; Filipenses 2:6-8; 4:3; Efesios 1:3; 1:45; 2:19; 3:17; Colosences 2:8-9; 2:14; Hebreos 9:11- 12; 10:1; Santiago 1:17; 1 Pedro 2:22; 2:24; 1 Juan 2:1. 91 vida espiritual de los cristianos. Este es el argumento de fondo de Capurro, aunque no puede evitar un grosero platonismo para explicarlo. En este capítulo el uso de textos del Antiguo Testamento, como Isaías 61:1-3 tiene la intención de mostrar que Jesús vino a destruir las raíces de la muerte espiritual, de la pobreza, de la enfermedad, de la angustia, de la depresión, del temor. Jesús, de esta manera, “colabora” con el Espíritu en la prosperidad “espiritual” del cristiano. En el capítulo 5 (“Dios creó al hombre para vivir eternamente”)203 Capurro tiene un propósito específico: mostrar que Dios da vida eterna al hombre. Por ello va a enfatizar textos del evangelio de Juan y de Pablo. Capurro parte de la idea que Dios creó al hombre para que viva eternamente. Así fue desde el principio (Génesis) aunque el hombre procuró su muerte (Adán). Mientras los textos de Juan son utilizados para sostener la vida que da Jesús, los de Pablo se utilizan para explicar la resurrección. El problema de la muerte eterna, y que afecta a todos los hombres, Dios lo solucionó con Cristo, ya que en él se halla la vida eterna. Para tener la vida eterna, argumenta Capurro, es necesario entrar al cielo, lo que a su vez exige cuerpos glorificados. Fácilmente podemos entender que si Dios nos puede dar un cuerpo glorificado como el de Cristo -capaz de transformarse en un instante, no sólo para atravesar paredes, sino aun para entrar al cielo, a la presencia misma de Dios así como ha entrado Jesucristo- también entenderemos que la voluntad de Dios es la vida eterna para el hombre (Capurro 1994, 86). Es interesante notar que el tema de la vida eterna en Capurro, aunque cite alguna vez textos de 1 Corintios 15, evita relacionarlo con la resurrección de los muertos y, en consecuencia, con la escatología. Este último no tiene lugar en su pensamiento. En el capítulo 6 (“Probados por el fuego”)204 Capurro intenta mostrar que la guerra espiritual es una realidad en la vida de los cristianos, y que se evidencia en los momentos de “prueba”. Por eso en este capítulo narra la historia de la enfermedad física de su hija y cómo fue sanada al vencer él y su esposa al diablo en la guerra espiritual. 203 Las citas utilizadas en este capítulo son las siguientes: (Antiguo Testamento) Génesis 1:26-27; 1:31; 2:7; 5:4-5; 6:3; Números 14:18; Salmos 38:1-3; 90:10; 119:96; Eclesiastés 3:10-11; Isaías 24:4-6; (Nuevo Testamento) Mateo 27:62-66; Lucas 24:13-16; 24:30-31; 24:36-43; Juan 5:2-5; 5:14; 9:2-3; 9:67; 20:3-8; 20:20; Hechos 16:31; Romanos 5:12; 1 Corintios 15:42; 15:50-57; Filipenses 3:21. 204 Las citas utilizadas en este capítulo son las siguientes: (Antiguo Testamento) Éxodo 20:5; 1 Reyes 8:37-39; 1 Crónicas 22:8-9; Salmos 34:19; 51:9-10; Daniel 3:16-18; 10:12-13; (Nuevo Testamento) Juan 16:33. 92 Privilegia, como observamos, textos del Antiguo Testamento sobre los del Nuevo, y los pocos textos bíblicos que utiliza pareciera que no tienen mucha importancia en este capítulo, pues son citados sólo para leer su experiencia. Capurro, sin embargo, es cautivo de una idea muy popular entre los neopentecostales: los pecados se transmiten de padres a hijos. Al compartir esta experiencia personal, creemos haber demostrado que el pecado de los padres afecta a los hijos, y que no se trata tan sólo de pecados graves, sino a los que mucho se les da, más se les demandará; porque el diablo se ensaña con aquellos que aman a Dios (Capurro 1994, 117). En el capítulo 7 (“El mejor programa de salud”)205 Capurro argumenta que la mejor manera de vivir libres de enfermedad (física, se entiende) es cumpliendo la ley. Las citas bíblicas apuntarán siempre en esa dirección. No existe mejor programa de salud que el cumplir la ley de Dios; porque como ya hemos visto, los pecados traen maldiciones que nos enferman y aun les dan a los espíritus de enfermedad la facultad de que puedan atormentarnos, como en el caso de la mujer encorvada (Lucas 13:1113). No olvidemos que en el libro del Deuteronomio están reveladas las maldiciones que nos vendrán en el caso de no cumplir con los mandamientos y los decretos de Dios (Deuteronomio 28:15). (...) Así que no hay duda acerca de que lo mejor que podríamos hacer para vivir libres de enfermedad, es vivir de acuerdo a la Palabra de Dios. (...) La Palabra de Dios está llena de promesas como ésa (Deuteronomio 7:15), ofreciéndonos que si cumplimos la ley de Dios, El nos sanará (Capurro 1994, 120). Capurro citará varios textos de Deuteronomio más, pero sólo al inicio del capítulo, luego abundará en textos paulinos, aunque siempre subordinados a las bendiciones de Deuteronomio 28. Según este último texto Dios desea que su pueblo alcance bendición material, incluyendo salud física. Que la voluntad de Dios sea sanidad física para los seres humanos nadie duda. Pero deducir una “ley” de sanidad de Deuteronomio, y luego argumentar que Cristo nos redimió de la maldición de la ley (Gál.3:13), y por tanto ya no sufriremos enfermedad es otra cosa. Como dice Capurro: “Si El ya pagó el precio, si ya llevó tus enfermedades, no tienes porque seguir sufriendo tú” (Capurro 1994, 129). Esta enseñanza nos parece que difícilmente se puede sostener con los textos que cita Capurro.206 205 Las citas utilizadas en este capítulo son las siguientes: (Antiguo Testamento) Exodo 20:1-6; Deuteronomio 7:11; 7:15; 28:12; 28:21-22; Salmos 119:11; Isaías 53:4-5; Zacarías 13:1; (Nuevo Testamento) Mateo 8:2-3; Marcos 5:25-28; 5:29; 11:23; 16:16-18; Lucas 13:11-13; Juan 6:37; Romanos 6:14; 7:8-9; 7:10-11; 7:14-17; 7:22-23; 10:17; 2 Corintios 5:21; Gálatas 3:10-11; 3:13; 3:19; 3:24. 206 El tema de la “ley” es recurrente en Capurro. Parece que a la ley -explicada en Deuteronomio- le da un sentido de “ley natural” que implica, a su vez, una “ley de causalidad” y lo que trae como consecuencia un “determinismo”. Ver: “Causalidad”, 93 En el capítulo 8 (“Vendar a los quebrantados de corazón”)207 Capurro quiere demostrar que “Dios quiere que los cristianos seamos hombres y mujeres felices” (Capurro 1994, 141). La felicidad se torna, de esa manera, en algo central en la experiencia cristiana: “Es natural que pensemos que un Dios que nos ama desee nuestra felicidad; y es lógico también pensar que la felicidad sólo se encuentra en forma integral” (Capurro 1994, 141).208 La integralidad de la que nos habla Capurro necesariamente incorpora el “alma”. La felicidad implica estar sano en el alma, y Cristo vino a sanar las heridas del alma. Interpretando Lucas 4:18 dice Capurro: Vendar a los quebrantados de corazón en realidad se refiere a las heridas del alma. Este ministerio es muy importante en la obra de Jesús, porque el ser humano a causa de su pecado no sólo ha traído maldición a la creación, sino también a su propia vida interior (Capurro 1994, 143). Luego las cartas paulinas tienen un lugar privilegiado en la argumentación, aunque nuevamente subordinado a otro texto: 3 Juan 2, ya que en este último se menciona “la prosperidad del alma”. ¿En qué consiste esto? “(...) es pasar de un estado de falta de esperanza, producido por el pecado; a un estado de alegría, gozo, fe, esperanza, producido por la comunión con Dios por medio de Jesucristo” (Capurro 1994, 142). Como vimos, para Capurro la prosperidad del alma involucra la “sanidad del corazón”. Esta enseñanza que puede ser legítima, sin embargo depende de una definición previa de “alma”. Mientras que para Capurro significa una parte componente del ser humano, en la Biblia generalmente significa “vida”. Ahora, esto podría pasar como algo totalmente secundario, pero no es así pues el argumento de prosperidad “integral” necesita previamente la prosperidad del “alma” (como lo fue antes con la prosperidad del “espíritu”). En el capítulo 9 (“Las armas de la luz”)209 Capurro vuelve al tema de la guerra espiritual, pero ahora para argumentar cuáles son las armas con las que se “Determinismo” y “Ley” en: Müller y Halder 1981, 67-68, 109 y 209. Para una rectificación de la lectura de Capurro, ver: Moraldi 1990, 1024-1039; y Gisper 1991, 809-815. 207 Las citas utilizadas en este capítulo son las siguientes: (Antiguo Testamento) Proverbios 5:22; Isaías 61:1-2; 61:3; Ezequiel 18:20; (Nuevo Testamento) Marcos 16:17-18; Lucas 4:18; 10:19; Romanos 1:20; 6:14; 8:21; 12:2; 2 Corintios 5:17; Efesios 4:22-24; Colosences 1:13; 2:14; 2 Tesalonicense 5:23; Hebreos 12:15; Santiago 1:15; 1 Pedro 2:9-10; 3 Juan 2. 208 El énfasis es nuestro. 209 Las citas utilizadas en este capítulo son las siguientes: (Antiguo Testamento) Génesis 3:1; 3:4-5; Salmos 16:11; 30:11-12; 69:1-3; Proverbios 6:2; 18:20-21; Isaías 55:11; 65:24; Zacarías 4:6; (Nuevo Testamento) Mateo 10:28; 11:28; 14:28- 30; 14:31; Marcos 9:23; Juan 8:44; 14:6; 14:30; 15:13; Romanos 4:17; 8:32; 8:38- 39; 13:12; 1 Corintios 1:30; 2 Corintios 10:4; Gálatas 3:13; Filipenses 2:6-8; Efesios 94 puede vencer al diablo. Para ello enfatiza en este capítulo a tres autores: Mateo, Juan y Pablo. Los demás textos que aparecen tienen muy poca importancia en el argumento central. Está claro que las “armas de la luz” son las que permitirán la victoria. ¿Cuáles son? la verdad, la fe, la confianza en el amor de Dios y la alabanza. Curiosamente la Palabra de Dios no es un arma en la lucha contra el diablo. Capurro comentando Efesios 6:12-13 dice: (...) no olvidemos que estamos en guerra y que, como soldados de Jesucristo, El nos ha equipado con las mejores armas, las más poderosas, porque son poderosas en El, y El es Todopoderoso (Capurro 1994, 162). En el capítulo 10 (“Jesús sana nuestras almas”)210 Capurro vuelve al tema de las heridas del alma, pero visto desde diversas experiencias dolorosas en la Biblia y que sólo Jesús puede sanar. En este capítulo adquieren relevancia Génesis y Mateo que fundamentan -con los ejemplos de José y Jesús- cómo las personas pueden ser heridas (vendidas y traicionadas), y cómo pueden alcanzar bendición. Estas heridas tienen que ser sanadas de lo contrario pueden traer consecuencias negativas sobre la persona. La experiencia dolorosa de José -ser vendido por sus hermanos- tiene muchos paralelos con la vida de los cristianos de hoy según Capurro. Comentando Génesis 37:5-8 dice: Así también como José, nosotros tuvimos grandes sueños en nuestra infancia. Queríamos hacer tantas cosas. Todos soñábamos con llegar a ser alguien importante. Los más osados, astronautas, para así visitar otros planetas; los más valientes, héroes, luchando contra el mal o contra monstruos; los más idealistas, héroes de la patria, para que por nuestro valor muchos se salven; en fin, soñamos con ser grandes hombres y mujeres. Escritores, músicos, actores o eminentes científicos coronados al fin con un Oscar, o con el Premio Nóbel. Las niñas querían ser estrellas de cine, etéreas bailarinas de ballet, famosísimas cantantes o mujeres cuyas vidas y romances pasasen de alguna manera a la historia. De una u otra forma, alguna vez, todos usamos la túnica de muchos colores. Pero un día alguien nos la quitó. Quizás la falta de cariño de nuestro padres, o de nuestros hermanos, o algún fracaso. Así también a José le tocó 2:19; 6:11; 6:12-13; Colosences 2:15; 3:12; 2 Timoteo 1:7; Hebreos 11:3; Santiago 1:17; 3:6; 4:1; 1 Pedro 1:25; 2:9; 5:8; 1 Juan 3:8; 4:4; 4:16-19. 210 Las citas utilizadas en este capítulo son las siguientes: (Antiguo Testamento) Génesis 3:15; 30:22-24; 37:3-4; 37:5-8; 37:19-20; 37:22-24; 37:27-28; Salmos 22:1; 22:15-18; 103:10; Isaías 43:18-19; 53:5; Zacarías 13:6; (Nuevo Testamento) Mateo 26:14-15; 26:48-50; 27:9; 27:21-23; 27:39-40; 27:45; 27:46; Juan 1:10-11; 8:32; 10:17-18; 13:26-27; Romanos 5:9; 6:6; 11:13-15; 2 Corintios 5:17; Filipenses 1:6. 95 despertar de sus sueños un día y enfrentar una verdad desgarradora (Capurro 1994, 187188).211 Al igual que José, Jesús también fue traicionado, no por sus hermanos sino por su “amigo”. Comentando Mateo 27:9 dice Capurro: Jesús jamás debió ser traicionado, pero tenemos que entender que aceptó el ser traicionado propiciatoriamente; es decir, que tuvo que vivir eso para que tú y yo ya no tengamos que vivirlo. Y si de alguna manera siendo cristianos nos tocase vivirlo, entonces no sentiremos el dolor de la traición, y podremos perdonar más fácilmente al recordar lo que Jesús tuvo que sufrir por nosotros (Capurro 1994, 190-191). De la traición de Jesús deduce Capurro que los cristianos no tienen porque ser traicionados hoy. Y si lo vivimos entonces será fácil perdonar. Nuevamente Capurro quita historicidad al relato de la traición de Jesús por Judas, y deduce una implicancia individual o una enseñanza moral, nada más. La enseñanza es: perdonar al que nos hiere. Este es un paso previo -y profundamente necesario a la vez- a la sanidad de nuestra alma. En el capítulo 11 (“Dios quiere prosperarnos materialmente”)212 Capurro argumenta que la prosperidad que tienen que evidenciar los cristianos es eminentemente material. Para ello acude a diversos textos, como Mateo aunque subordinado al Deuteronomio. Se podría decir que este capítulo es uno de los más importantes del libro. Realmente Dios desea que todos sus hijos seamos prosperados económicamente. Ya lo hemos dicho, pero tenemos que repetirlo ahora que entramos a tratar la prosperidad desde el punto de vista material (Capurro 1994, 209). El argumento de Capurro es sencillo: sólo los diezmadores alcanzan bendición material (Malaquías 3:8-10; Deuteronomio 14:22-23 y Mateo 23:23). Este diezmo tiene que ser entregado a la iglesia local donde “se es alimentado espiritualmente” (Capurro 1994, 227). ¿Cómo está subordinado Mateo a Deuteronomio? Capurro cree que la práctica actual del diezmo es una confirmación del pacto que aparece en Deuteronomio. Además, en este capítulo se insistirá que el cristiano debe cumplir indefectiblemente con el 211 El énfasis es nuestro. 212 Las citas utilizadas en este capítulo son las siguientes: (Antiguo Testamento) Génesis 14:18-20; 28:20-22; Exodo 20:4-5; 35:21; Levítico 27:30; Deuteronomio 8:1718; 14:22-23; 16:16-17; 26:2-3; 26:4-10; Proverbios 19:17; 26:2-3; 28:27; Malaquías 3:8-10; (Nuevo Testamento) Mateo 5:17; 19:21-22; 19:23-24; 19:25-26; 23:23; 28:19-20; Marcos 10:29-30; Lucas 6:38; Romanos 4:10; 4:11-12; 4:13; 2 Corintios 5:14; 8:9; Gálatas 3:29; Colosences 3:5; 1 Timoteo 6:10; Tito 1:7; Hebreos 6:19-20; 7:5-6; 7:17; 7:21; 8:6; 3 Juan 2. 96 diezmo. Uno se llega a preguntar si la práctica del diezmo acaso no se convierte en una nueva ley. (...) la consecuencia de no diezmar es lo que se traduce en una maldición, de la cual Jesús ya nos redimió. Pero Dios no nos prosperará si no diezmamos, sólo extenderá su misericordia hacia nosotros para perdonarnos. Si deseamos aprender a temer a Dios, vivir en obediencia y que Dios nos prospere, entonces diezmemos (Capurro 1994, 224). Al parecer Capurro hace del diezmo una nueva ley (como parte de las leyes de prosperidad), por eso él en otros pasajes del libro se presentará como modelo de diezmador y de hombre bendecido por Dios consecuentemente. De una observación anterior se puede extender una pregunta ¿es la teología de la prosperidad una nueva ley que pretende garantizar a los cristianos la abundancia material?.213 En el capítulo 12 (“La siembra y la cosecha”)214 Capurro argumenta que existe una “ley” que garantiza la prosperidad. Quien cumple esta ley siempre cosechará abundancias materiales. Para demostrar su argumento Capurro cuenta varias experiencias suyas, y las pretende “justificar” con algunos versículos bíblicos. En este capítulo la utilización de la Biblia es bastante moderada en el sentido que no se privilegia ningún libro, aunque Efesios se cita una vez más. También observamos que hay un uso mayor del Antiguo Testamento que del Nuevo, aunque la diferencia es mínima. Por otro lado, del texto de Efesios 2:19, que habla de los cristianos como miembros de la familia de Dios, Capurro lo aprovecha para deducir y sostener su “calidad” de “hijo del Rey”, que significa “ser parte de la nación más poderosa del universo: el reino de los cielos” (Capurro 1994, 251) y gozar de enormes privilegios materiales. Además, el objetivo de Capurro es demostrar que el diezmo es parte de la lógica de otra ley de prosperidad: la siembra y la cosecha. Así que el cristiano no sólo debe diezmar para ser próspero, sino que además tiene que trabajar y esforzarse en hacer las cosas bien, y tener mucha fe (Capurro 1994, 235). 213 Aunque Capurro cite profusamente a Pablo es evidente que desconoce lo que enseña sobre la ley y el evangelio. Capurro convierte a Pablo en legalista, en portador de una nueva religión de ley, es decir, exactamente lo contrario lo que enseña Gálatas y Romanos. Ver: Siegwalt y Congar 1972, 41-63; y Congar y Lienhard 1972, 195-212. 214 Las citas utilizadas en este capítulo son las siguientes: (Antiguo Testamento) Exodo 24:8; Deuteronomio 32:10; Josué 1:6; 1 Samuel 18:3-4; Salmos 34:19; Proverbios 13:4; Eclesiastés 3:1-2; Isaías 55:12-13; Zacarías 4:6; (Nuevo Testamento) Mateo 6:31-33; Juan 11:40; Romanos 8:28; 8:31; Gálatas 6:7; 2 Corintios 10:4-5; Efesios 2:19; 3:20-21; 6:5-8. 97 Así que hemos podido ver que en cada paso de la vida, es Dios el que nos sustenta. Ponemos en El nuestra confianza, invocamos su nombre, confesamos su Palabra y El no nos falla. Dios se deleita en intervenir en tu camino, y ser aquel que te proporciona todo lo que necesitas. Hacemos lo que El dice: diezmamos, ofrendamos, damos limosnas y de esta manera, Dios nos ha enseñado a tener dinero, y no que el dinero nos tenga a nosotros (Capurro 1994, 254). La ley de la siembra y la cosecha no falla nunca. Hasta Dios está sometido a ella. Se siembra diezmo y se cosecha prosperidad. Se siembra ofrenda y limosna y se cosecha dinero. Prosperidad es dinero, dinero es prosperidad. Esto se consigue practicando la ley (de la prosperidad). En el capítulo 13 (“El misterio de la fe”)215 Capurro argumenta la “prosperidad creativa”. Dice así: Esta quinta dimensión donde podemos ser prosperados, la he titulado Prosperidad Creativa, a fin de no confundir al lector con la prosperidad espiritual. Pero lo que en realidad deseo tratar en esta parte del libro, es como apropiarnos de las bendiciones que ya son nuestras en los lugares celestiales, pero que permanecen fuera del alcance de nuestros sentidos. Cómo ir sembrando nuestro futuro con el poder creativo de la Palabra de Dios. Somos imagen y semejanza de un Dios que creó el universo con su Palabra dicha con fe e igualmente transformamos nuestro entorno con ella. Ser prosperados en esta dimensión significa ejercer el dominio o la autoridad que como Hijos de Dios y como su iglesia nos corresponde. El Señor ya nos ha provisto de todo (Capurro 1994, 259). Para sostener esta doctrina Capurro acude, entre otros libros, a Hebreos. Mientras los otros textos bíblicos se utilizan para subrayar el poder de la palabra (Génesis 1:3; Isaías 55:11 por ejemplo), Hebreos es mayormente utilizado para fundamentar la fe de Dios, y para luego fundamentar la fe de los hombres. Esta fe, en la perspectiva de Capurro, requiere desarrollar el poder de la Palabra. En su análisis de Hebreos 11:3 Capurro concluye que: La palabra griega NOIEO, que aparece en el manuscrito original y que es traducida en la versión Reina Valera como “comprendemos”, también se traduce “entendemos” y “percibimos”; y nosotros de acuerdo a lo que la Biblia llama fe, sabemos que ésta no está relacionada con entender, comprender, o percibir, sino que por la fe 215 Las citas utilizadas en este capítulo son las siguientes: (Antiguo Testamento) Génesis 1:3; 1:26; Eclesiastés 3:14; Isaías 55:11; (Nuevo Testamento) Mateo 1:1; 12:36-37; Marcos 7:27-29; 11:22; 11:23; 11:24; Lucas 1:38; Juan 1:1-4; 14:13-14; 15:7; Romanos 10:8-10; 10:17; 2 Corintios 1:20; Efesios 1:3; 5:19-20; 6:12; 1 Tesalonicenses 5:23; Hebreos 11:1; 11:3; 11:4; 11:7; 11:17-19; Santiago 3:6; 1 Juan 5:12. 98 creemos, aun cuando no entendamos. El sujeto de este versículo 3, es Dios. El fue el que creó el universo y no nosotros. Y si cada uno de los personajes -de Hebreos 11- utilizó su fe para realizar su hazaña, ¿no será acaso que fue Dios quien usó fe para crear el universo? Pues la realidad de esto se hace evidente. Una traducción más clara del versículo 3 sería: “Nosotros entendemos que Dios creó el universo haciendo uso de su propia fe y de su Palabra.” (Hebreos 11:3) (Capurro 1994, 264-265). 216 De esta manera Capurro no solamente interpreta de manera novedosa Hebreos, sino que también inaugura una nueva traducción bíblica. En todo esto notamos la servidumbre del texto falseado en este caso- a una doctrina también novedosa: la confesión creativa. En el capítulo 14 (“Confesando la Palabra de Dios”)217 Capurro aplica la “confesión divina” a la “confesión humana”. Si Dios confesó creativamente es “lógico” que el hombre también haga lo mismo. Para sostener este punto de vista Capurro resalta nuevamente diversos textos paulinos. Hemos hablado en el capítulo anterior que debemos confesar la Palabra de Dios. Cuando decimos confesar no nos estamos refiriendo a confesar un secreto o algo así. Nos referimos a citar la Escritura con fe. En otras palabras, usamos confesar como sinónimo de decir (Capurro 1994, 279). Para Capurro confesar la Palabra de Dios significa confesar sanidad, prosperidad, santidad y conversión (por los familiares). Esto es lo que se conoce como “prosperidad total”. Y como toda “ley”, la confesión creativa tampoco falla.218 216 Aunque este tema lo desarrollamos más ampliamente en este mismo capítulo bajo el título “La guerra espiritual y la confesión creativa de Juan Capurro”, conviene aclarar que la afirmación de Capurro es muy osada. Su traducción de Hebreos 11:3 es una abierta falsificación para sostener un concepto también falso de “fe”. Para un análisis de Hebreos 11:3 ver: Ellingworth 1993, 568-571. Para profundizar el concepto de “fe”, ver: Michel 1985; Morris 1991; Marconcini 1990; y Wackenheim y Siegwalt 1972. 217 Las citas utilizadas en este capítulo son las siguientes: (Antiguo Testamento) Exodo 15:26; Deuteronomio 8:18; 1 Samuel 17:26; Salmos 37:25; 103:2-5; Proverbios 18:22; Isaías 53:4-5; Jeremías 8:22; Malaquías 3:8; 3:10-11; (Nuevo Testamento) Marcos 10:29-30; Hechos 4:12; 16:31; Romanos 1:17; 4:17; 8:31; Gálatas 3:28; 5:17; Filipenses 4:12; Colosences 1:1-2; 2:14; Efesios 3:20-21; 6:2-3; Hebreos 3:1; Santiago 5:14-15; 1 Pedro 2:9; 4:11. 218 Este punto lo desarrollamos más en el presente capítulo bajo el título “La guerra espiritual y la confesión creativa de Juan Capurro”. Una experiencia vista en una comunidad neopentecostal fue la de un hermano que tiene un hijo con una enfermedad terminal. Yo le pregunté qué enfermedad tenía (antes de saberlo, por supuesto) y él me respondió que su hijo estaba sano (y añadió un “gloria a Dios”). Yo lo miré nuevamente a su hijo -que estaba muy mal- y le dije a él que seguía viendo a su hijo 99 Como conclusión de este punto, podemos afirmar que Capurro utiliza diversos textos tanto del Antiguo Testamento como del Nuevo para sostener sus doctrinas. Parece que intenta cubrir casi todos los libros bíblicos, tal vez con la esperanza de demostrar que su teología de la prosperidad tiene amplio fundamento bíblico. Respecto a la utilización de algunos libros bíblicos, llama la atención algunas ausencias muy notorias. Por ejemplo está ausente el Apocalipsis (¡ni una sola referencia!) para la guerra espiritual, y el libro de Daniel aparece apenas dos veces en el capítulo 6 pero no para sostener a los “espíritus territoriales” sino para poner a Daniel como modelo de oración. Llama también la atención del uso de diversos textos de Pablo, sobre todo Romanos, para defender las doctrinas de la guerra espiritual y la confesión creativa. También es interesante observar que los Proverbios apenas aparecen (muy pocas veces) y no para argumentar el trabajo, el esfuerzo y el ahorro, sino para exhortar al temor a Dios. Finalmente, nos parece que existe un libro muy privilegiado: Deuteronomio, y que sirve para argumentar el tema de las bendiciones de Dios. Además este libro subordina a otros, como Romanos y Mateo. Curiosa inversión viniendo de alguien que se considera cristiano. Esta observación, sin embargo, nos permite reafirmar que la utilización profusa de Deuteronomio hace que los cristianos hoy cambien la ley mosaica por una nueva ley: la ley de la prosperidad (que incluye ley de la siembra y la cosecha, ley del diezmo, ley del ciento por uno). Esta última ley todos deben cumplirla, hasta Dios. 2. Temas bíblicos presentes en el discurso de prosperidad Existe en el pensamiento de Capurro una relación estrecha entre la prosperidad material y el pacto de Dios, así como con la ley de la siembra y la cosecha. Estos, a nuestro criterio, han sido instrumentalizados al servicio de la prosperidad. 2.1. El pacto de Dios La teología de la prosperidad tiene su fundamento en el pacto o alianza que Dios hizo con algunos hombres de la antiguedad, que se “perfeccionó” en Jesucristo y que continúa hasta el día de hoy. Este pacto, aunque no es definido por Capurro, parece ser una especie de relación especial por la cual Dios se compromete a bendecir a sus hijos en tanto se esfuercen para alcanzar prosperidad. enfermo. Ante mi insistencia me contestó: “El está sano por la fe. Yo creo por fe que está sano”. Luego añadió: “tienes que aprender a hablar en positivo”. 100 Podemos leer también hermosos testimonios del Antiguo Testamento y ver como Dios prosperó a los hombres con los cuales El hizo alianzas o pactos. Abraham, Isaac y Jacob son claro ejemplo de esto. (Capurro 1994, 3). ¿Qué tenían en común estos hombres? Habían hecho un pacto con Dios. Abraham había hecho un pacto de tener a Jehová como Dios, y el Señor había prometido hacerle padre de una gran nación. (Génesis 22:15-18) (Capurro 1994, 4-5). En la perspectiva de Capurro el pacto no tiene exigencias éticas de ningún tipo, sólo que la persona se esfuerce a hacer riquezas. El cristiano siempre sabrá que Dios le da algún tipo de poder para hacer riquezas. “Sino acuérdate de Jehová tu Dios, porque El te da poder para hacer las riquezas, a fin de confirmar su pacto que juró a tus padres, como en este día”. (Deuteronomio 8:18) Según este versículo, es Dios quien nos da la fuerza, la salud, la inteligencia para hacer las riquezas y esto con el fin de confirmar su pacto para con nosotros. ¿Por qué digo nosotros? Porque Dios no ha cambiado y El sigue prosperando a sus hijos como señal del pacto (Capurro 1994, 8). Claro está que ese “acordarse de Jehová” tiene implicancias “religiosas”. Dicho de otra manera, no existe la posibilidad de hacer riquezas según la voluntad de Dios si, por ejemplo, no se es convertido, se va a la iglesia y se practica las leyes de la prosperidad, por decir lo menos. La prosperidad económica entonces, en la visión de Capurro, está mediatizada por una serie de rituales religiosos y una fe (mágica) en que Dios prosperará. El Dios del pacto, según Capurro, es el que posibilita que el ser humano tenga lo necesario (fuerza, salud, inteligencia) para hacer riqueza. Si el Dios del pacto da poder para hacer riquezas es que, entonces, conoce y maneja los mecanismos que permiten generar riquezas materiales. Ahora, si la persona no hace riquezas entonces no “confirma el pacto”, y esto ya no es responsabilidad de Dios pues él ya cumplió con su parte. En el Nuevo Testamento encontramos, según Capurro, el Nuevo Pacto en Jesucristo, que es “superior” a los anteriores. En la última cena Jesús hizo participar, por medio de su sangre, a los discípulos del pacto de prosperidad: “Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio, diciendo: Bebed de ella todos; porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados.” (Mateo 26:27-28) Con lo que hemos expuesto de la Palabra, queda claro que cada cristiano tiene un pacto con Dios, por medio de Jesucristo; y que una 101 de las señales de todo pacto con El, es que El irá prosperando a los que tienen el pacto como una manera de confirmar el mismo (Capurro 1994, 9-10). Así que para confirmar la alianza o el pacto eterno que tenemos con Dios por medio de Jesucristo, el Señor nos prospera. Sería absurdo pensar que esto lo hacía Dios sólo con aquellos bajo el Antiguo Pacto o Testamento, pero que ahora ya no puede hacerlo. El Nuevo Pacto sellado con la sangre de Jesús, está basado en mejores promesas aún (Capurro 1994, 210). Como vemos el pacto en Jesucristo es mucho mejor que los anteriores, por lo que se espera mejores bendiciones materiales para el cristiano hoy. ¿En qué consiste esta superioridad? En que tiene mejores promesas. ¿Cuáles son? No las explica en ninguna parte, pero realmente eso poco importa, el cristiano debe saber que “en Cristo” puede hacer más riquezas que los patriarcas. De esta manera, el pacto rige como un principio teológico al que todos deben acogerse, es una nueva ley.219 2.2. La ley de la siembra y la cosecha Capurro define brevemente qué es una “ley” (de Dios). Dice que las “leyes” son “los mandatos de Dios en que hay una orden directa que todos debemos cumplir” (Capurro 1994, 281). De esta definición se deduce que “ley” (de Dios) implica un “mandato” que se debe cumplir. El cumplimiento de la ley es lo que permite que funcione como tal. El cristiano, así, no tiene alternativa pues tiene que cumplir con la ley de Dios. En este caso se trata de una ley de prosperidad: la ley de la siembra y la cosecha. Esta deriva su nombre de un texto paulino: “todo lo que el hombre siembre eso también segará” (Gálatas 6:7). En la teología de Capurro la ley (o “principio” como también la llama) de la siembra y la cosecha es tanto un tema explícito como la lógica desde la que se explica la prosperidad: “la prosperidad de un cristiano está basada en el principio de la siembra y la cosecha, (...) y esta prosperidad crea verdaderamente riqueza” (Capurro 1994, 14). La lógica de Capurro es muy sencilla: cosechamos lo que sembramos. Se trata en el fondo de una especie de automatismo económico basado en “principios divinos”, es decir de “causa-efecto”. Y aunque esto parece muy “lógico” sin embargo en Gálatas 6:7 Pablo no se refiere al asunto económico 219 Acerca del pacto como “principio teológico (universalista)” y no como “afirmación de fe”, le debo esa observación a Enrique Schäfer (en las clases del Seminario Integrado, mayo de 1998, UBL). Acerca del concepto de ley, sigo las reflexiones de Franz Hinkelammert (1989, 1991 y 1998), sobretodo de su último libro. 102 específicamente. Para Capurro la ley de la siembra y la cosecha comienza con la conversión: El primer paso de la prosperidad es arreglar nuestras cuentas con Dios, de una vez y para siempre. Luego, por supuesto, mantener esa nueva relación de amistad y de intimidad con el Creador (Capurro 1994, 53). Más adelante Capurro cuenta en el libro una experiencia dolorosa -la enfermedad de su hija-, y lo explica con la lógica de la siembra y la cosecha. Dice: “Yo conocía la Escritura y sabía que el pecado de los padres podían pagarlo los hijos” (Capurro 1994, 106). En otra parte comenta acerca de cómo inició a practicar el diezmo con su esposa. Esta es una parte del diálogo entre ambos: Me parece que debemos comenzar a hacer todo lo que la Biblia dice. Si ahora mismo no nos alcanza el dinero, ¿qué podemos perder?- preguntó sonriéndome. -Estoy de acuerdole respondía -Además ahora nosotros tenemos un problema, pero si le entregamos nuestros diezmos al Señor, entonces ahora El tendrá un problema, porque ha prometido en su Palabra que nada nos faltará. Oramos y a partir de entonces comenzamos a diezmar en fe, porque el dinero no nos alcanzaba, pero confiábamos que nos alcanzaría sobrenaturalmente después de hacerlo. Y efectivamente aunque no podíamos entender cómo, el dinero nos alcanzó. Fue algo maravilloso el empezar a experimentar lo sobrenatural también en el aspecto económico (Capurro 1994, 218).220 La cita anterior añade un elemento nuevo: en la lógica de la siembra y la cosecha es Dios quien tiene un problema con aquellos que siembran el diezmo, pues ahora tiene que retribuir “conforme a su Palabra”. Nuevamente aparece la imagen del Dios sometido. Al inicio de este capítulo aparece como sometido al mercado y ahora a una ley infalible, que supuestamente Dios mismo la dio. Como toda lógica, además, nunca falla y siempre se cumple. Y Dios tiene que cumplir pues él también está sometido a la ley de la siembra y cosecha. Todo lo que haga el cristiano cuenta en dicha lógica. El trabajo, el sudor, el esfuerzo y la fe son parte de “la siembra” que al final de cuentas traerá una “cosecha” abundante. Cada vez que alguien cuenta como Dios lo bendijo en su trabajo, por el entusiasmo, generalmente omite precisar el tiempo que trabajó, el tiempo que sudó y se esforzó, el tiempo en que fracasó y el tiempo en que se frustró; y cómo fue que la fe unida a la paciencia lo sostuvieron, para que al final por la perseverancia él pudiera cosechar de la abundancia de Dios (Capurro 1994, 237). 220 El énfasis es nuestro. 103 El Dios que actúa según la ley de la siembra y la cosecha es muy generoso según Capurro. Por lo menos lo fue con él. Y esto porque Dios es un Dios de abundancia. Para ese entonces, el dueño de la casita donde vivíamos nos la estaba pidiendo pues la necesitaba para ir a vivir allí; así que Alicia y yo nos pusimos a buscar casa. Finalmente, por increíble que parezca, la más barata que encontramos era una muy grande y en un barrio residencial. Fue una gran bendición de Dios. (...) después Dios nos llevó a otra casa y finalmente alquilamos el local ubicado en la calle Mariano Odicio,221 en el distrito de Miraflores, (...). ¿Qué hicimos para ser bendecidos con estas casas? ¡Sembramos! (Capurro 1994, 246-247). Que Dios bendice materialmente, en la explicación de Capurro, con casas en zonas destinadas para la clase alta, y con otros lujos más, es algo reiterativo en la ley de la siembra y la cosecha. Finalmente, la ley de la siembra y la cosecha nos remite a una figura que implica paciencia. Los frutos a cosechar no se recogen al día siguiente de la siembra. Esto permite a Capurro explicar por qué no todos en su agrupación -o fuera de ella- cosechan como él (casas lujosas, viajes, dinero, etc.): todavía no les ha llegado el momento. Para cosechar hay que tener una gran dosis de paciencia, hay que saber esperar en Dios. 3. La guerra espiritual y la confesión creativa de Juan Capurro En el capítulo 1 explicamos en qué consiste la guerra espiritual y la confesión creativa. Mientras la primera es un énfasis teológico la segunda es un método para conseguir prosperidad. Es en este sentido que nos importa estudiarlo acá. En el capítulo 2 vimos que Capurro los asume como un componente imprescindible de su teología. Aquí queremos analizar tanto su fundamentación como sus implicaciones prácticas para la prosperidad integral. 3.1. Fundamentos bíblico-teológicos En las diversas fuentes analizadas Capurro asume la guerra espiritual y la confesión creativa. Nunca se pregunta si ellas tienen fundamento bíblico o no. Se dá por sentado que es un hecho indiscutible. Sin embargo, interesa saber cómo están articulados ambos en Capurro. El concepto de guerra espiritual en Capurro hay que entenderlo como una cosmovisión que orienta sus prácticas y discursos. Los capítulos 6 y 9 de su 221 La calle Odicio, en el distrito de Miraflores, está ubicada en la urbanización San Antonio, que es una zona exclusiva para gente de clase media-alta. 104 libro explican la guerra espiritual. El capítulo 6 (“Probados por el fuego”) está escrito fundamentalmente a partir de datos tomados de su propia experiencia. Curiosamente más adelante, en el capítulo 9 (“Las armas de la luz”), recién va a sentar las “bases bíblicas”. Este es el típico caso en que primero se sacan conclusiones de la experiencia para luego justificarlo con la Biblia.222 ¿Cuál es el argumento de fondo? Que los cristianos tienen diversas “pruebas” como parte de la guerra espiritual contra el diablo, y el Señor quiere que sus hijos salgan victoriosos. En el capítulo 9 desde un inicio argumenta la guerra espiritual utilizando Romanos 13:12 (“Desechemos, pues, las obras de las tinieblas, y vistámonos las armas de la luz”). Dice así: Estamos, pues, en una guerra y el botín de ella son las almas de los seres humanos. El diablo gana tiempo si logra que la humanidad se aparte de Dios, (...) El diablo no descansa buscando el momento de hacerte caer, pues él anda suelto como un león en busca de su presa (Capurro 1994, 161). (...) todos los días debemos estar preparados para la lucha, para la guerra espiritual. Pero alguno me dirá: -Pastor, si el diablo ya fue vencido.- Cierto, el diablo ya fue vencido por Jesús. (...) pero el diablo es un mentiroso y padre de toda mentira y él quiere hacernos creer que no ha sido derrotado, y hace durar su caída y ofrece resistencia a los santos (Capurro 1994, 162). Las deducciones de estos textos son evidentes. Efectivamente los cristianos viven en una constante guerra espiritual. Capurro para la penúltima referencia utiliza 1 Pedro 5:8 (“el diablo, como león rugiente, anda buscando a quien devorar”) y el texto ya clásico de Efesios 6:12-13, que trata sobre la lucha contra los “principados, potestades y gobernadores de las tinieblas”. Si los cristianos no salen victoriosos frente al diablo, entonces están en problemas, pues en alguna esfera de sus vidas existirá algo (un resentimiento, la codicia, la ira, etc.) que detiene o impide la prosperidad integral. Por eso es muy importante ser victorioso en la guerra espiritual. Por cierto, Cristo tiene un papel importante en esta argumentación: él ganó la batalla al diablo en la cruz, por tanto está garantizada la victoria en Cristo. Si los cristianos son derrotados es por pura culpa propia, pues viven bajo el engaño de Satanás que no fue derrotado. Para la confesión creativa Capurro también dedica dos capítulos, el 13 (“El misterio de la fe”) y el 14 (“Confesando la Palabra de Dios”). Su argumento es el siguiente: el cristiano está llamado a desarrollar el poder de la fe y de la palabra a imitación de Dios (quien tiene fe y confiesa creativamente), para lograr lo deseado. 222 Así, mientras el capítulo 6 sólo tiene 7 versículos (6 del A.T. y 1 del N.T.), el capítulo 9 tiene 43 (10 del A.T. y 33 del N.T.). 105 En el capítulo 13223 Capurro intenta fundamentar bíblicamente su concepto de fe a partir de Hebreos 11:1. Si la fe es la certeza de algo que no se ve, entonces la fe no tiene lógica y no es un atributo de la razón, sino un atributo espiritual. Pero la fe es más que un atributo, es realmente una potencia del espíritu. La fe tiene el poder de hacer realidad lo que no existe (Capurro 1994, 263). Para sostener que Dios tiene fe -pues en la lógica de Capurro sólo así pudo haber creado todo cuanto existe- sostiene que Hebreos 11:3 está mal traducido y que debiera leerse de otra manera. Es decir, la confesión creativa de Capurro necesita en primer lugar una nueva traducción que la justifique. Dice así: Una traducción más clara del versículo 3 sería: “Nosotros entendemos que Dios creó el universo haciendo uso de su propia fe y de su Palabra”. (Hebreos 11:3) O dicho de un modo más parecido a los demás versículos del capítulo: “Entendemos que usando la fe, Dios, creó el universo con tan sólo su Palabra, de modo que lo que se ve, fue hecho de lo que no se veía”. (Hebreos 11:3) Así que la fe es una potencia del espíritu, y el espíritu de Dios tiene esa potencia desarrollada hasta el infinito (Capurro 1994, 264- 265).224 En lo que continúa Capurro sostiene que Dios creó el universo con su fe (herramienta) y con su Palabra (materia prima). Ambos dieron como resultado el universo. Pero éste sólo se tornó en realidad cuando Dios “confesó”, pues ésta es la llave para mover la rueda de la creación (Capurro 1994, 268). ¿Qué es la confesión? No es la confesión de pecados. Es afirmar, aseverar o testificar nuestra confianza que la Palabra de Dios se cumplirá. No hay fe sin confesión, así como no hay amor sin palabra o hecho. (...) Dios dijo ¡sea la luz!, y se alumbró el universo (Capurro 1994, 268). Capurro parte de un principio: la palabra tiene poder.225 Las cosas se logran en consecuencia “hablando” o “confesando”. “Confesar” es hacer una afirmación 223 Este capítulo apenas tiene 4 versículos del A.T. y 24 del N.T. 224 La “traducción” de Capurro realmente es una falsificación del texto bíblico. Una traducción literal del texto griego nos llevaría a afirmar lo que dice la versión Reyna- Valera 1960. Para una traducción de Hebreos 11:3, ver: Ellingworth 1993, 568-571. 225 La enseñanza que la palabra tiene poder se remonta a Kenyon y a Vincent-Peale en los Estados Unidos. Se ha popularizado actualmente en diversos libros de “control 106 positiva (por eso la mayoría de los neopentecostales prefieren llamarla “confesión positiva”). En el caso de Dios se trata de una confesión “creativa”, pues su Palabra fue creadora gracias a la fe que ejerció. De esto, deduce Capurro, los cristianos están llamados a confesar, ¿qué cosa?. La respuesta la explica en el capítulo 14. El capítulo 14 comienza con la pregunta “¿qué debemos confesar?”. Capurro responde que la Palabra de Dios, y esta confesión se debe hacer en el nombre de Jesús. Esto puede parecer muy paulino (en la línea de Romanos 10:9-10), pero aquí se trata de otro tipo de “confesión”. Recordemos que Jesús es el Sumo Sacerdote de nuestra profesión o confesión. Cuando citamos la Escritura con fe, El la presenta al Padre en su nombre y el Padre honra su Palabra. Es interesante saber que Dios ha provisto ayuda para todas nuestras necesidades y cuando le recordamos su Palabra en oración, El se agrada (Capurro 1994, 280). Confesión y fe en el nombre de Jesús garantiza -como una ley- que se obtendrá lo que se pida. Esta petición, sin embargo, debe tener relación con las “necesidades”. ¿Cuáles son estas? sanidad, prosperidad, santidad y conversión (por nuestros familiares) (Capurro 1994, 282290). Esto debe ser así pues la prosperidad que Dios quiere dar a sus hijos es “integral”. Como conclusión de este punto podemos decir que Capurro sabe que la confesión creativa carece de sustento bíblico, más aún si lo aplica al mismo Dios. Por eso no le queda otra alternativa que ofrecer su propia versión que supuestamente “demostraría” tal método neopentecostal. 3.2. Implicaciones prácticas de la guerra espiritual y la confesión creativa Capurro asume todas las implicaciones de la guerra espiritual y de la confesión creativa. Pruebas de ello son las clases de discipulado como su libro. Sin embargo es justo decir que aunque Capurro habla de diversos demonios o “espíritus” de rechazo, de homosexualidad, de vicio, de alcohol, de drogas, de lujuria, de odio, de envidia, de celos y otros (Capurro 1994, 155), no ha llegado a enseñar todavía que existen demonios de ruina, improsperidad, miseria y pobreza como otros neopentecostales (Cabezas 1986, 109; y 1993, 71-73). Igualmente, también Capurro se cuida mucho de enseñar la confesión positiva como otros que predican “lo que dices recibes” (casas, autos, salud, etc.).226 mental” o “control de la palabra”. Los autores de estos libros son una verdadera “legión” y tienen amplia difusión por los propugnadores de la Nueva Era. 226 Nos referimos sobretodo a las agrupaciones La Palabra de Fe y Fuente de Agua Viva en Lima. 107 En el capítulo 6 (sobre guerra espiritual) Capurro narra varios diálogos entre Dios y él con ocasión de la prueba de enfermedad que le sobrevino a su hija. Capurro aparece como el personaje Job del Antiguo Testamento. Por tercera vez me habló el Señor y me dijo: -Juan, el diablo dice que tú no amas a nadie realmente, y que si tu hija muriera no te importaría, y que en un par de días te olvidarías de ella. Yo le pregunté: -Señor, ¿qué debo hacer? Y El me respondió: -Ayuna hasta que sane. Así que empecé un ayuno con un propósito bien definido; demostrar que amaba lo suficiente a mi hija como para privarme del sustento hasta que ella sanara o viniera el fatal desenlace (Capurro 1994, 108). En medio de esa prueba Capurro añade: (...) percibimos que se estaba llevando a cabo una lucha entre las fuerzas espirituales por la vida de mi hija, y el Señor me mostró el paralelo que había entre esa lucha y la lucha del Arcángel Gabriel contra el Príncipe de Persia, cuando Daniel oraba (Capurro 1994, 109). En esta experiencia narrada hay una identificación entre Capurro y dos personajes de la Biblia: Job y Daniel. Lo que le sucedió a estos personajes también sucede hoy en las experiencias cotidianas. Así, Capurro es como el justo Job y como el fiel Daniel. Esta implicación conviene resaltarla, pues de alguna manera resume lo que enseña Capurro en el libro. Los creyentes cuando son fieles a Dios son “puestos en prueba”, y esto no debe sorprender pues los grandes hombres de Dios -según la Biblia- también fueron probados. De por sí pareciera que existe una ingenuidad en cuanto al método de análisis de la Biblia. Pero en realidad no la hay, pues más bien astutamente quiere dar el sentido de guerra espiritual o teología de la prosperidad cuando convenga- a los diversos textos bíblicos y sus personajes conocidos. Capurro no quiere ser enseñado y corregido por la Biblia, él quiere corregir y añadir su interpretación a la Biblia a partir de su experiencia o sus ideas. De lo anteriormente señalado no cabe duda que sus oyentes/lectores verán en adelante el texto bíblico a partir de esos énfasis teológicos propios de la CCAV. El capítulo 13 (confesión creativa) tiene su fundamento, según Capurro, en el mismo Dios. Ningún cristiano puede hacer nada sin previa confesión. Las palabras y la fe tienen un poder enorme, y muchas veces son mal usadas. Lo que uno diga le será hecho. No será hecho lo que uno piense, o lo que uno crea, sino lo que diga. Yo puedo creer algo, puedo estar 108 seguro de ellos al punto de tener fe, pero si me quedo callado, nada sucederá (Capurro 1994, 272). Ahora podemos comprender mejor el poder de las palabras y como, aún cuando éstas no estén de acuerdo con las de Dios, contienen cierto poder (Capurro 1994, 276). Uno se puede preguntar válidamente si la confesión es tan automática como enseña Capurro. Es decir, si alguien tiene una enfermedad ¿podrá quedar sano sólo confesando? ¿siempre es poderosa la Palabra confesada? ¿o es un asunto de fe?. Sin embargo, ésta es la implicación: sea cual fuere la situación en que se encuentra el cristiano, tiene que confesar pues siempre existe algo que confesar (sanidad, prosperidad, santidad o conversión). La vida cristiana, en consecuencia, se caracterizará por las continuas confesiones creativas. Si no sucede lo que el cristiano dice, existe una explicación según Capurro: algo anda mal en la vida de dicha persona. Esa es la lógica que permite explicar las diversas contradicciones del discurso de prosperidad. Del punto anterior se puede sacar una conclusión: la confesión creativa, que supuestamente garantizaría la prosperidad, muchas veces se torna en una ley que mata, pues no todos evidencian riqueza material (ni siquiera en la Comunidad Cristiana Agua Viva). La confesión creativa al prometer riqueza condena a los pobres. Es una “ley”, en definitiva, que excluye a los pobres. En el capítulo 14 Capurro cuenta sus experiencias gratas y de prosperidad integral como fruto de su “confesión”: viajes de trabajo y de placer, su ministerio de consuelo y conversión, su ordenación al ministerio, y el crecimiento de su agrupación (Capurro 1994, 292-302). No faltaba más, Capurro sí es fiel a Dios, sí sabe luchar espiritualmente y sí sabe confesar. La “cosecha” es evidente. ¿Qué habíamos hecho Alicia y yo para ser tratados así? Sólo amar a Dios con todo nuestro corazón y vivir confesando una y otra vez que somos hijos de Dios, ciudadanos del reino de los cielos (Capurro 1994, 296). Esta es la otra implicación: no todos los cristianos confiesan como Capurro, en consecuencia no todas vivirán como él. 4. Doctrinas de menor importancia en la teología de Juan Capurro En este punto nos referimos a dos doctrinas características del pentecostalismo clásico (escatología y pneumatología) y que sin embargo tienen muy poca importancia en la articulación del discurso de prosperidad de Juan Capurro. Mientras la primera está ausente, la segunda aparece reinterpretada de tal 109 manera que difícilmente un pentecostal aceptaría por haber diferencias muy importantes. Los estudiosos del pentecostalismo, como Donald Dayton y Douglas Petersen llegan a la conclusión que la escatología y la pneumatología tienen una gran importancia entre los pentecostales (Dayton 1991, 99; y Petersen 1996, 81). Igualmente, el historiador peruano Wilfredo Kapsoli después de hacer un trabajo de campo de dos años en una iglesia pentecostal en Lima, concluye que éstos son pneumatológicos, y tienen una escatología apocalíptica.227 4.1. La escatología La escatología es entendida comúnmente como “la doctrina de lo último” y hace referencia directa a las cosas que sucederán en “los últimos tiempos” en esta historia (la tribulación, el rapto, la parusía) como aún más allá (el juicio, la resurrección, la plenitud del Reino, etc.). Esta doctrina entre los pentecostales, dice Petersen, no justificó una evasión de la realidad o la ausencia de compromiso social, como sostienen algunos,228 sino que permitió que se asuma la realidad social de otra manera, como se ha demostrado vívidamente (Petersen 1996, 106). Lo anterior no contradice el hecho que en muchas iglesias pentecostales la comprensión de lo escatológico estuvo relacionado con una catástrofe o “gran tribulación” al final de los tiempos (Hollenweger 1976, 413-424). De hecho, los pentecostales -como gran parte de los evangelicales- eran, o son, pre- milenialistas. Resulta interesante observar que en los neopentecostales se supera esa visión catastrófica de la historia y se sustituye, más bien, por la idea de que Dios promete un casi paraíso en la tierra a aquellos que le son fieles. Capurro diría que el paraíso terrenal está destinado para aquellos que guardan el pacto y se rigen por las leyes de prosperidad. Refiriéndose a esa nueva visión de la escatología dice Norberto Saracco: Hoy el argumento pasa por lo que Dios hace aquí y ahora por el ser humano. No se apela al paraíso futuro como alternativa de la realidad adversa, sino a un presente paradisíaco (Saracco 1991, xii).229 227 La iglesia en la que participó es el Templo de la Iglesia Evangélica Pentecostal del Perú “La Hermosa”, en Surquillo (Kapsoli 1994, 13 y 17). 228 Petersen discrepa en este punto con autores como Juan Sepúlveda, Andrés Opazo Bernales, Emilio Núñez, William Taylor y con el periódico NACLA quienes sostienen que a los pentecostales poco les importa “lo social” (Petersen 1996, 81). 229 La observación de Leonildo Silveira es correcta cuando afirma: “El ‘neopentecostalismo’ de los años 80 coloca en primer lugar la salud del cuerpo, la prosperidad y la solución de los problemas psíquicos como las cosas más importantes 110 La escatología es una doctrina ausente en la CCAV. Jamás se escuchará un sermón “escatológico” de parte de Capurro. Es en las clases de discipulado donde sí tiene un pequeño espacio. En la tercera lección de los Fundamentos II (“Los acontecimientos futuros”) se tocan tres temas muy brevemente: la segunda venida de Cristo, la resurrección de los muertos y el juicio. Por otro lado es interesante -y asombroso- notar que en el libro de Capurro, de 304 páginas, no existe una sola referencia -ni siquiera indirecta- a algún tema escatológico. Si el libro representa el pensamiento más elaborado de su autor ¿por qué esa ausencia?. Se podría deducir que la escatología no le interesa para nada a Capurro, no tiene ningún rol importante en su pensamiento de prosperidad, salvo para llenar un programa de capacitación (discipulado). Si la escatología hacía de los pentecostales una “comunidad expectante” (Samandú 1988, 4) que anhelaba la salvación plena a partir de la Parusía, para los neopentecostales, en la expresión de Agua Viva, no tiene ningún significado pues éstos enfatizan la “salvación presente” o terrenal (Schäfer 1992, 185; y 1997, 9), que prescinde de lo escatológico. 4.2. La pneumatología Nadie pondrá en tela de juicio que la pneumatología es la doctrina más característica de los pentecostales respecto a otras tradiciones teológicas (Hollenweger 1976, 311-341). La “pneumatología” es entendida como “la doctrina del Espíritu Santo”, y entre los pentecostales ha cumplido, entre otras cosas, una función de empoderamiento a partir de “la experiencia del bautismo en el Espíritu Santo” (Petersen 1996, 109). ¿Tiene importancia el bautismo del Espíritu Santo en la práctica de la CCAV? ¿Cómo se explica la doctrina del Espíritu Santo en la teología de Capurro?. Si nos basamos en los cultos,230 tenemos que afirmar que el bautismo del Espíritu Santo es algo que se acepta comúnmente en la CCAV aunque tiene un lugar secundario. Capurro al final de algunos cultos dedicará un tiempo breve para “bautizar con el Espíritu” a quienes lo deseen, y luego exigirá a éstos que “hablen en lenguas” como evidencia de dicho bautismo. Hasta allí parecería ubicarse como un pentecostal clásico, aunque realmente su énfasis es mucho menor. Sin embargo, un análisis de su libro nos lleva a afirmar que para Capurro, el Espíritu Santo tiene diversas funciones: - guía en la interpretación de las Escrituras (Capurro 1994, 3). para ser buscadas en lo sagrado. Quedaron atrás las preocupaciones escatológicas y hasta la propia glosolalia” (Silveira 1995 b, 119-121). 230 Ver: Apéndice No 5. 111 - prospera en cualquier actividad (Capurro 1994, 11). - es una de las tres personas de la trinidad (Capurro 1994, 22). - transforma el espíritu humano en la regeneración (Capurro 1994, 169). Hasta ahora lo novedoso de Capurro respecto al pentecostalismo clásico estaba en que el Espíritu Santo tiene una función en la prosperidad económica.231 Más adelante pondrá un ejemplo personal de esto: Recuerdo que el día que renunció el Gerente Administrativo de la compañía, estaba yo orando al Señor y El me dijo que subiera y entrara en la oficina que había quedado libre. Así que sin ninguna invitación, siguiendo sólo las instrucciones del Espíritu Santo, me acomodé en esa oficina (Capurro 1994, 237). En el único ejemplo que utiliza Capurro en el libro de cómo el Espíritu Santo le instruyó, encontramos que lo llevó a ocupar la oficina vacía del Gerente de la empresa en que él trabajaba. Por cierto el testimonio es amplio y la historia finaliza cuando el dueño de la empresa nombra a Capurro Gerente de una nueva sección con un salario mayor. Se puede deducir de este ejemplo que el Espíritu instruye para prosperidad. Y pensar que todo comenzó con la sumisión de Capurro a la voz del Espíritu. Finalmente, Capurro cree que el Espíritu Santo es motivador para trabajar con esfuerzo, y que al final tendrá su fruto: “El Espíritu de Dios no nos dejará estar ociosos, sino que nos alentará a esforzarnos. Y creo que en esta forma, todo lo que el cristiano se proponga y Dios lo apruebe, podrá lograrlo” (Capurro 1994, 292). En conclusión podemos decir que si “lo pentecostal” se define por ser una comunidad escatológica y pneumatológica, entonces la CCAV no es pentecostal, sino que representa un ejemplo de agrupación neopentecostal en la que ambas doctrinas han sufrido transformaciones profundas y tienen un lugar secundario o nulo en la articulación de sus énfasis teológicos o vida cultual. 5. Conclusión En este capítulo hemos visto como la hermenéutica simbólica de Capurro -que no explica detalladamente- tiene una serie de limitaciones desde la perspectiva de las ciencias bíblicas. Eso no quita que Capurro la utilice para sostener la teología de la prosperidad, la guerra espiritual y la confesión creativa. El uso que Capurro hace de la Biblia es muy selectivo y débil en sus argumentaciones. Sin embargo, encontramos algunas novedades en su uso, 231 Capurro había dicho anteriormente que el Espíritu Santo ayuda a los cristianos a encontrar petróleo y a hacer riquezas (p. 11). 112 por ejemplo la ausencia de textos de Apocalipsis y la casi inexistencia de Daniel, asi como la presencia de muchos textos paulinos y la centralidad de Deuteronomio. También vimos que los temas del pacto de Dios y de la ley de la siembra y la cosecha no son explicados ampliamente. Es posible que Capurro tenga esa intención pues de lo contrario difícilmente podría argumentar “prosperidad” (riquezas) a partir de esos temas. Ambos son débilmente tratados, sin suficientes argumentos bíblicos y más bien con muchas experiencias personales. Sin embargo, convierte al pacto de Dios y a la ley de la siembra y la cosecha en principios teológicos que se transforman en leyes (de prosperidad) que cumplir. De esa manera, el argumento bíblico de la teología de la prosperidad se torna en ley de la prosperidad. La guerra espiritual y la confesión creativa también carecen de una argumentación sólida y convincente. En este último, Capurro demuestra su “destreza” al hacer su propia traducción del texto de Hebreos 11:3, traducción que no tiene antecedentes, pero que le sirve para sustentar la confesión creativa. Finalmente, respecto a la escatología y la pneumatología, tenemos que decir que ambas doctrinas fundamentales del pentecostalismo clásico son de muy poca importancia en la articulación del discurso de prosperidad de Capurro. Ahora bien, esto distancia teológicamente a la CCAV del pentecostalismo clásico, pero la afirma como una agrupación neopentecostal. 113 CONCLUSION GENERAL Con el presente trabajo esperamos haber aportado nuevos elementos para comprender la teología de la prosperidad. Estamos convencidos que ésta no puede ser entendida de manera general sino a partir de experiencias concretas. En nuestro caso el estudio se hizo tomando como referencia al máximo exponente de la teología de la prosperidad en el Perú, Juan Capurro y su agrupación la Comunidad Cristiana Agua Viva. Los nuevos discursos teológicos -como la teología de la prosperidad- se encuentran presentes en todo lugar de América Latina, de tal manera que es posible ubicarlos ya sea en los movimientos al interior de algunas iglesias (pentecostales, históricas u otras) o como agrupaciones institucionalizadas (ministerios o comunidades). Por ello, nuestro análisis de la teología de Juan Capurro podría facilitar que se detecten lógicas similares en otras experiencias neopentecostales. El capítulo 1 (Neopentecostalismo y teología de la prosperidad en el Perú) es un amplio marco que nos permite ubicar a Juan Capurro y su agrupación neopentecostal. Para ello constatamos, en primer lugar, que existen nuevas prácticas religiosas y discursos teológicos en el campo religioso peruano. El neopentecostalismo -término por lo demás discutido pero que nos lleva a una opción necesaria en su uso- actualmente en el Perú está en una etapa de expansión respecto a la comunidad evangélica peruana. Muchos creen que esta expansión numérica es un verdadero avivamiento del Espíritu Santo (la “tercera ola”) mientras que otros creen que se trata de una expresión religiosa propia de la época. Especialmente por medio de sus énfasis teológicos y métodos el neopentecostalismo ha influenciado, sin hacer excepciones, a todas las denominaciones. Estos énfasis y métodos se canalizan por medio de la prensa, radio, televisión y otros, de tal manera que se podría decir que existe una verdadera “avalancha neopentecostal” difícil de contener. Justamente esta “avalancha” es objeto de diversas discusiones en el Perú. Mientras un sector importante de las diversas iglesias evangélicas rechaza tajantemente los énfasis teológicos del neopentecostalismo, no deja de ser también importante mencionar que los neopentecostales siguen creciendo en número. De esta discusión dan testimonio, por ejemplo, los dos periódicos más influyentes en la comunidad evangélica: La Verdad y La Luz. ¿Cuáles son los énfasis y métodos neopentecostales? La guerra espiritual, la teología de la prosperidad, la confesión positiva (o creativa) y la restauración de las alabanzas. Estas cuatro expresiones teológicas/religiosas son parte de un mismo “paquete teológico” y difícilmente se las puede separar, por lo menos en la experiencia de la Comunidad Cristiana Agua Viva. Ahora bien, no 114 existe un solo discurso de teología de la prosperidad o una sola práctica de guerra espiritual. Existen diversos matices, y que a nuestro criterio dependen en gran medida del nivel social en que se desarrollan. Así por ejemplo, en el Perú encontramos agrupaciones neopentecostales en las que para alcanzar prosperidad es necesario expulsar a los demonios de ruina y pobreza, mientras que en otros hay que confesar positivamente o ganar la batalla espiritual; por poner algunos ejemplos. Es nuestra percepción que en la Comunidad Cristiana Agua Viva coexisten discursos y prácticas de prosperidad, guerra espiritual y confesión creativa, combinado con cierta “ética protestante” (trabajo y ahorro). Además, se exige la práctica del diezmo y se enfatiza las “leyes” de la prosperidad. A nosotros nos parece que esta pluralidad de elementos es lo que hace atractiva a dicha agrupación ante mucha gente. Efectivamente, los participantes de Agua Viva pueden encontrar todos los énfasis teológicos neopentecostales en sus cultos y clases de discipulado. No hay que despreciar, tampoco, el mensaje atractivo que motiva a algún tipo de ascenso social de manera rápida mediante fórmulas y rituales mágicos de prosperidad. En el capítulo 2 (Un estudio de caso de teología de la prosperidad: la Comunidad Cristiana Agua Viva) estudiamos en primer lugar la importancia de dicha agrupación y de su Pastor Juan Capurro en la comunidad evangélica peruana. Existen pruebas que éstos han estado imitando los modelos de misión, de liturgia y de liderazgo de dicha agrupación neopentecostal. El Pastor Juan Capurro quien se inició en la Fraternidad Internacional de los Hombres de Negocio del Evangelio Completo y luego tuvo una experiencia de liderazgo en la Renovación Carismática Católica, hoy es el líder indiscutible del neopentecostalismo peruano, habiendo llegado a ser incluso directivo del Concilio Nacional Evangélico del Perú. Su agrupación en los últimos años tiene el crecimiento numérico más alto en el Perú y se va consolidando como una mega-iglesia. Además cuenta Capurro con su programa de televisión (en el canal estatal, el más poderoso del país) por lo que llega prácticamente a todo el Perú. La teología de la prosperidad en la Comunidad Cristiana Agua Viva fue analizada a partir de las siguientes fuentes: sermones, clases de discipulado, análisis del libro de Capurro, entrevistas y participación de cultos y observación de videos. La tarea no fue sencilla, considerando sobre todo el tiempo limitado de investigación, sin embargo nos permitió llegar a conclusiones que pasamos a detallar. En primer lugar constatamos que el discurso de prosperidad no es uniforme, ya que Capurro distingue auditorios y medios para enseñar la teología de la prosperidad. Efectivamente, en los programas de televisión jamás Capurro 115 habla acerca de prosperidad, mientras que en los cultos sí existe un marcado énfasis, no sólo en el sermón sino en los anuncios, las oraciones y otros. Descubrimos, además, que sólo en las clases de discipulado aparecen los otros componentes teológicos neopentecostales: la guerra espiritual y la confesión creativa. Esto significa que el discurso de Capurro hace uso de estrategias bien definidas para captar mayores adeptos para su agrupación. En segundo lugar constatamos que el discurso de prosperidad de Capurro pretende ser “integral”. En nuestra apreciación la “integralidad” de la prosperidad -que llega al cuerpo, alma, y espíritu- es un término cómodo para esconder el énfasis en la prosperidad material. En tercer lugar constatamos la perspectiva de la prosperidad a partir de tres temas (la vida agradable a Dios, la prosperidad integral y la conversión) y en las fuentes mencionadas. Efectivamente, en esos tres temas -que son muy importantes en la perspectiva de Capurro- se nota una progresión o complementación sistemática en la exposición de la prosperidad. Capurro desarrolla en su libro sistemáticamente su teología de la prosperidad. La prosperidad según Capurro es la voluntad de Dios, y todo cristiano está llamado a vivirla. Para llegar a vivir en esa prosperidad “integral” (salud física, mental, espiritual, prosperidad económica) se requiere cumplir con las “leyes de prosperidad”. Finalmente en el capítulo 3 (Las líneas básicas de la teología de Juan Capurro) estudiamos la teoría hermenéutica que desarrolla Capurro en su libro. Nuestra percepción es que la “hermenéutica simbólica” es también un nombre cómodo para dar cualquier sentido a cualquier texto bíblico siempre y cuando afirme la perspectiva de la prosperidad. A veces funciona como una alegoría, otras veces es literalista, pero siempre -todas las veces sin excepción- lee los textos bíblicos fuera de su contexto literario y social. Capurro utiliza la Biblia frecuentemente en sus argumentaciones teológicas. En este uso de la Biblia existen algunas ausencias (textos del Apocalipsis y la casi inexistente presencia de Daniel, ambos libros fundamentales para sostener la guerra espiritual). También es novedoso su uso de Pablo para sostener la confesión creativa. Finalmente, Capurro privilegia en su uso el libro de Deuteronomio, para explicar una nueva ley aplicable a los cristianos: la ley de la prosperidad. Analizamos, también, dos temas recurrentes y que funcionan como la “lógica” de Capurro: el pacto de Dios y la ley de la siembra y la cosecha. Sin éstos no se podría comprender la “lógica” de la prosperidad. Dios, dice Capurro, ha hecho un pacto perfecto con los hombres por medio de Jesucristo en el que se promete prosperidad (riquezas). Esto es posible porque en Cristo fuimos liberados de las maldiciones de la ley: enfermedad, pobreza y muerte. Por otro lado, la ley de la siembra y la cosecha garantiza la prosperidad si es que se “siembra” dinero generosamente. Es una ley de causa-efecto de la que Dios mismo es prisionero, por eso nunca falla. 116 Para concluir, hallamos que en la articulación teológica de la prosperidad no tienen importancia tanto la escatología como la pneumatología. En sí esto aleja a Capurro y su agrupación del pentecostalismo clásico aunque la reafirma como una agrupación neopentecostal. Todo lo dicho hasta este punto ha tenido la intención de mostrar qué es la teología de la prosperidad en la Comunidad Cristiana Agua Viva tal como la articula su Pastor (Juan Capurro). Que existen novedades en el uso de la Biblia, en la argumentación de nuevas doctrinas, etc., por cierto que es evidente. Lo que no ha sido tan evidente, aunque enfatizado sólo en el capítulo 3, es la transformación de la propuesta de prosperidad en una nueva ley. No dudamos en afirmar que la teología de la prosperidad lleva a los cristianos a un nuevo tipo de ley, que finalmente termina por someterlos. En la perspectiva de Capurro, la Biblia enseña la ley de la prosperidad (diezmo, siembra y cosecha, ciento por uno). Dios mismo está sujeto a esa ley que siempre funciona y que obliga a Dios a prosperar a quienes se someten a ella. Los cristianos, finalmente, se apropian de esa ley para prosperar, es decir para hacerse ricos. De esta manera la teología de la prosperidad lleva al cumplimiento de una nueva ley. Ley que debe ser confirmada como señal del pacto de Dios y que llega a los cristianos hoy. Finalizamos con la esperanza que este estudio de alguna manera nos haya ayudado a conocer, además, las profundas transformaciones religiosas y teológicas que vienen ocurriendo en las comunidades evangelicales de las que somos parte. 117 APÉNDICES APENDICE No 2 “PALABRA DE UN PASTOR”232 Es interesante observar el fenómeno que viene ocurriendo en América Latina, el crecimiento de la llamada Iglesia Evangélica, y la deserción cada vez más notoria de los antiguos católicos. Desde nuestro punto de vista, esta situación es totalmente natural, debido a lo que consideramos una de las principales diferencias entre católicos y evangélicos; y es el lugar que le dan a la Palabra de Dios: la Biblia. Para nosotros, la máxima autoridad en cuanto a doctrina. Doctrina que sólo será válida si es puesta por obra y aplicada a nuestro diario vivir. Ello conlleva, con la ayuda del Espíritu Santo, a una más completa interpretación teológica de las Escrituras, de la historia y del futuro de la Iglesia. De esta manera, la Iglesia no deja de ser el cuerpo vivo, actual, siempre transformado y transformador. Por este motivo resulta triste que las autoridades católicas, en lugar de volcarse a las Escrituras para ofrecer la Palabra de Dios vivificada a un mundo hambriento de interrogantes y de soluciones prácticas, traten de interpretar los hechos en base a premisas falsas que los llevan en su afán por impedir el éxodo de sus miembros, a tomar medidas que no dan resultado alguno. Las iglesias evangélicas se sostienen de lo que voluntariamente aportan sus miembros comprometidos con el Evangelio y con la visión233. Los hechos son los que hablan. Nuestra Iglesia Agua Viva, fundada en el Perú en 1985, en sólo doce años ha crecido de veinte a siete mil miembros, tan sólo en Lima. Las iglesias cristianas, además, somos muy diferentes a lo que cree la mayoría de católicos. Siempre tienen la impresión de que se trata de muchísimas iglesitas independientes una de la otra. Pero la realidad es que todas las iglesias cristianas creemos básicamente en lo mismo, unidas a través del Concilio Nacional234 o a través del amor, la fe y el pedido de Jesucristo en el Evangelio de Juan 17:21: “Para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí y yo en tí, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste”. 232 Tomado del diario Expreso (Lima, domingo 18 de enero de 1998). Los énfasis son nuestros. 233 o ¿“misión”?. Es posible que se trate de un error de impresión. 234 Se refiere al Concilio Nacional Evangélico del Perú (CONEP), institución que representa a todas las denominaciones, misiones y ministerios evangélicos que trabajan en el Perú. 118 Ofrecemos, por eso, una relación personal con Dios por medio de Nuestro Señor Jesucristo. Esto lleva primero al individuo a aceptarse tal como es y a verse a la luz de la Palabra de Dios. Y luego, buscar cambiar con la ayuda invalorable del Espíritu Santo. Esto conduce a una experiencia que es conocida en la Biblia como Nuevo Nacimiento. Aceptando el mensaje de Jesús cuando dijo: “En verdad te digo: si no naces de nuevo, no verás el Reino de Dios” (Sn. Juan 3:3). Que Jesús nos ilumine a todos. (Rvdo. Juan Capurro, pastor de la Comunidad Cristiana Agua Viva). APENDICE No 3 ENTREVISTA AL PASTOR JUAN CAPURRO (Lima, martes 27 de enero de 1998. Oficina principal de la Comunidad Cristiana Agua Viva, Prolongación Arenales 751, Miraflores, Lima) Costó mucho tener una cita con el Pastor de la CC Agua Viva. Realmente es inaccesible. Sólo después de explicar a la secretaria que “era pastor, que estaba de pasada por Perú, que venía de Costa Rica”, y cuál era mi intención me concedieron la entrevista anhelada, que tuvo que postergarse por un imprevisto sucedido a Capurro. La siguiente fecha indicada no falló. La oficina ubicada en Prolongación Arenales 751, Miraflores, funciona en una amplia casa donde están todas las oficinas (secretariado, misiones, publicaciones, etc.). El personal (un recepcionista y dos secretarias) aparentan ser de un nivel social medio-alto (ropa cara, blancos, accesorios caros). En la sala de espera están, junto conmigo, dos señoras, una señorita y tres señores, todos blancos o rubios(as) conversando sobre sus negocios y sobre la próxima campaña evangelística de Franklin Graham en Lima. Todos esperaban hablar con la Pastora Alicia o con su esposo Juan Capurro. Después de esperar por casi una hora, entré a la oficina de Juan Capurro. Oficina pequeña pero lujosa. El vestía sport elegante, no aparentaba ser el mismo que aparece en televisión o en el estrado de la iglesia. Es mucho más joven, parece que se hubiera hecho cirugía -como su esposa- para rejuvenecer unos años. Además del teléfono intercomunicador usa dos celulares que inmediatamente apaga. Es muy amable y de gestos corteses. Me dice que sólo puede atenderme 30 a 40 minutos pues espera a otra gente para ver un problema que ha surgido con el aire acondicionado de su iglesia. Al final, el diálogo fue más breve porque me interrogó por más de 10 minutos acerca de mis “intenciones reales”. Aclarado eso, dialogamos. No permitió grabaciones. Aquí se presenta la entrevista en base a mis notas escritas. 119 1. ¿Cómo llegó a conocer al Señor? ¿Cómo se convirtió? Yo vivía una vida desenfrenada, en el pecado. Me declaraba ateo. Sucedió que un amigo me invitó a una reunión de Los Hombres de Negocio del Evangelio Completo, allí escuché la Palabra de Dios y me entregué al Señor. 2. ¿Usted, entonces, no tiene un origen católico-carismático? No, nunca, lo que pasa es que me convertí con Los Hombres de Negocio, y como en ese tiempo no había iglesias evangélicas carismáticas, entonces me junté con los carismáticos (católicos). Allí recibí entrenamiento bíblico y siempre fuí el mejor. Durante cinco años fuí el estudiante número uno, por lo que me promovieron como “maestro encargado” para un sector (Miraflores). Pero yo predicaba el evangelio dentro de la iglesia católica, pues los carismáticos creen en el Papa y la Virgen. Ese hecho, que yo predicara el evangelio verdadero, le costó el puesto al cura responsable (que era un alemán). Sus superiores le dijeron “te salieron muchos Luteros”, pues muchos estaban conociendo realmente al Señor dentro del carismatismo. El cura fue regresado a Alemania, y el movimiento carismático de ese sector se desarticuló. Realmente a mí me correspondía hacerme cargo de todo el trabajo, pero eso no fue permitido. Entonces, yo alquilé por venganza la misma casa donde funcionaba antes el centro carismático. Eso es en San Antonio, Miraflores. Eso lo hice para demostrar que éramos fuertes. Fíjate que teníamos (en el carismatismo católico) 44 grupos de estudio y que se extendía a varios distritos. Muchos de ellos fueron a diversas iglesias, entre ellas la Alianza Cristiana y Misionera y otros están conmigo (Agua Viva). Mi promotor fue el misionero Alan Shannon del Instituto Lingüístico de Verano. 3. ¿Ha crecido bastante la iglesia? Bastante, aunque sólo en la calle Risso (el local principal) son cuatro mil miembros, los asistentes son más del doble. Además tenemos grupos en las principales ciudades del país, y ahora en Bruselas (Bélgica) tenemos una iglesia grande, además de la de Miami (Estados Unidos). 4. En su libro usted habla de la “hermenéutica simbólica”, ¿cómo funciona esa hermenéutica? Mira, Israel siempre es un símbolo de la vida del creyente, es un modelo. Lo que le sucedió a Israel también nos sucede a nosotros. El creyente está en el Antiguo Testamento, su vida se ve retratada en la historia de Israel. A mí me 120 parece que la hermenéutica histórico-gramatical es muy limitante, no explica todo el texto. Es más completa la hermenéutica simbólica. Por ejemplo, yo estaba en el jardín del Edén. Yo así me veo. Cuando era niño andaba desnudo como Adán y no me avergonzaba. Además, mi papá era mi Dios, ya que él me daba todo lo que le pedía, de la misma manera como Dios le daba todo a Adán. Así funciona la hermenéutica simbólica. 5. ¿Por qué usa la metáfora de que “Jesús es el Jefe de la empresa, que es la iglesia”? Las metáforas tienen un propósito, y es que la gente entienda mejor la Biblia. La gente capta más rápido y mejor la figura de que Jesús es como el jefe de una empresa, que, digamos, como rey. Cuando uno trabaja en una fábrica o una empresa, sabe que el Jefe es el Jefe, y lo que él dice se hace sin discusión. En cambio si uso la figura del rey, puede ser que lo entiendan como lo que pasa en algunos países que el rey reina pero no gobierna. 6. Volviendo a Dios, si le entendí bien ¿Dios es Dios en tanto nos da lo que le pedimos? Sí, eso quise decir. Ah, pero cuidado, no nos da todo lo que le pedimos, hay muchos requisitos que cumplir. Hay que ser fieles al pacto, hay que tener mucha fe, hay que saber pedir en oración. Dios es por eso comparado con un padre, ¿qué padre no da lo mejor a sus hijos?. 7. ¿Existe otra edición de su libro? Sí, Editorial Vida compró los derechos y lo publicó el año pasado (1997). Pero mejor era la edición nuestra, pues era más útil para el estudio. En la edición de Vida le han quitado todos los textos bíblicos y ahora sólo aparece la referencia bíblica. Y de seguro, son muy pocos que cuando ven la referencia en el libro, luego abren su Biblia a buscar el texto. 121 BIBLIOGRAFÍA Libros Alves, Rubem. 1979. Protestantismo e repressao. Sao Paulo: Atica. Assmann, Hugo. 1987. La iglesia electrónica y su impacto en América Latina. San José: Departamento Ecuménico de Investigaciones. Bastian, Jean-Pierre. 1997 b. La mutación religiosa de América Latina. Para una sociología del cambio social en la modernidad periférica. México D. F.: Fondo de Cultura Económica. Bastian, Jean-Pierre. 1994. Protestantismos y modernidad latinoamericana. Historia de unas minorías religiosas activas en América Latina. México D. F.: Fondo de Cultura Económica. Berkhof, Luis. 1969. Principios de interpretación bíblica. Barcelona: CLIE. Bühne, Wolfgang. 1994. Explosión carismática. Barcelona: CLIE. Burkett, Larry. 1996. Usando su dinero sabiamente. 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