Cuantificación de la biomasa forestal, aérea y radical de
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Cuantificación de la biomasa forestal, aérea y radical de
CUANTIFICACIÓN DE LA BIOMASA FORESTAL, AÉREA Y RADICAL DE DISTINTAS ESPECIES ARBÓREAS Gregorio Montero González Investigador del Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA) 1.- RESUMEN Se presenta una breve introducción al tema en la cual se hace especial referencia a los bosques como almacenes de carbono, al papel del bosque como opción de mitigación del cambio climático y a la forma como el carbono se presenta dentro del ecosistema forestal. A continuación se presentan los resultados de un estudio de cuantificación de biomasa para 11 de las principales especies forestales españolas, cuya superficie conjunta ocupa alrededor del 70% de la biomasa forestal del país: Pinus sylvestris, Pinus nigra, Pinus pinaster, Pinus halepensis, Pinus pinea, Quercus ilex, Quercus suber, Quercus pyrenaica, Quercus canariensis, Olea europaea ssp. sylvestris y Eucalyptus globulus. Se ha cortado una muestra de 1.221 árboles correspondientes a estas especies, localizados en diferentes regiones españolas, de manera que cubrieran el mayor rango posible de edades y tamaños dentro de cada especie. Los pies apeados fueron desramados, troceados y separados en las siguientes fracciones: • Fuste • Ramas con diámetro mayor de 7 cm. • Ramas con diámetro entre 2 y 7 cm. • Ramillas menores de 2 cm. y hojas. Cada una de las fracciones anteriores fue pesada en verde, y posteriormente, en laboratorio, se determinó el valor equivalente de biomasa en materia seca. Los datos obtenidos fueron ajustados, para cada especie, mediante modelos estadísticos lineales que permitieran relacionar y expresar la biomasa seca de cada parte del árbol con el valor de diámetro normal –medido a 1,30 m.- del árbol. Para cada una de las especies se presentan los siguientes resultados: 1) Tablas con valores modulares de biomasa seca por clase diamétrica, correspondientes al total del árbol y a cada una de las fracciones. 2) Incremento anual de biomasa para el árbol completo y cada una de las fracciones. 3) Valores modulares de CO2 fijado en un individuo, por clases diamétricas. 4) Incremento del CO2 acumulado anualmente por un árbol, resultado del crecimiento anual de los individuos de una masa forestal. Aplicando los valores modulares y las funciones de ajuste obtenidas anteriormente a los datos del Inventario Forestal Nacional se obtienen los resultados para cada especie, a nivel provincial, regional o nacional, disgregados en fracciones de biomasa o correspondientes a árboles enteros. Asimismo se puede determinar el incremento de biomasa anual de las masas de las diferentes especies forestales españolas. Los resultados finales del proyecto permiten conocer la cantidad de carbono acumulado por los bosques de las principales especies forestales españolas, disgregado este valor tanto por clases diamétricas como por diferentes fracciones del árbol, así como la cantidad de carbono fijado anualmente como resultado del crecimiento de los árboles. Aceptando la información estadística existente referida a las extracciones anuales de biomasa producidas como resultado de las cortas de mejora y los aprovechamientos madereros se puede calcular un balance aproximado del carbono acumulado en nuestros bosques para un instante determinado, y simular el contenido de carbono futuro en las masas forestales considerando las incorporaciones por crecimiento y las extracciones por aprovechamientos. Con los datos presentados se está trabajando en la actualidad en el desarrollo de modelos de gestión selvícola que permitan predecir la evolución de las masas forestales y el carbono fijado por las mismas en diferentes escenarios futuros. La comparación de las diferentes alternativas de gestión, desde el punto de vista ecológico, de producción física y rentabilidad económica se lleva a cabo, actualmente, de forma conjunta entre el Grupo de Economía de los Recursos Naturales del IEG, CSIC de Madrid, y el Grupo de Selvicultura Mediterránea del CIFOR-INIA. 2.- INTRODUCCIÓN En este trabajo no se entra a describir y cuantificar las consecuencias que sobre diferentes aspectos de la vida animal y vegetal y sobre la economía pueda llegar a tener un cambio climático más o menos trascendente. El tema no pertenece a nuestra especialidad y por consiguiente no nos sentimos capacitados para hacer aportaciones originales y relevantes sobre el mismo. Solamente se utiliza el cambio climático como el problema que justifica la necesidad de realizar este trabajo sobre estimación del carbono capturado por las principales especies forestales. 2.1.- Los bosques como almacenes de carbono No es arriesgado afirmar que existe unanimidad en atribuir las principales causas del cambio climático a las quemas de combustibles fósiles, y al cambio de uso de forestal a agrícola de extensas áreas de bosque. Esta transformación requiere la eliminación de grandes cantidades de biomasa forestal, cuya destrucción por quema y descomposición libera a la atmósfera el CO2 correspondiente a la biomasa forestal destruida. La diferencia entre la capacidad de fijación anual de CO2 por el sistema forestal destruido y el nuevo sistema agrícola instalado mide la pérdida de capacidad neta anual de fijación de carbono a partir de la transformación. La degradación de numerosas áreas forestales por incendios, por recibir una gestión forestal no sostenible, por exceso de pastoreo u otras causas, hace que éstas pierdan gran parte de su capacidad como fijadoras de carbono. La aplicación de una gestión forestal más racional y sostenible contribuirá a incrementar, considerablemente, su capacidad de fijación de carbono. La reforestación de eriales, matorrales degradados, tierras con alto grado de erosión, tierras marginales de la agricultura y la creación de áreas agroforestales pueden contribuir, significativamente, a la fijación de carbono por largos periodos y mitigar de esta manera la velocidad y la intensidad del cambio climático a corto y medio plazo. Para conocer y cuantificar la aportación que los bosques pueden hacer a la mitigación del cambio climático es necesario poner la aportación de estos, en términos de fijación de carbono, en relación con la composición atmosférica y con el papel que el CO2 representa en el efecto invernadero. La atmósfera terrestre está compuesta por un 78,3% de Nitrógeno, 21% de Oxígeno, 0,3% de Argón, 0,03% de dióxido de carbono y otros gases en cantidades menores como Helio, Neón y Xenón. Además contiene aerosoles en cantidades variables y vapor de agua en concentraciones fluctuantes (ORDÓÑEZ 1999). El efecto invernadero se produce principalmente por la acumulación de dióxido de carbono (CO2), metano (CH4), óxido nitroso (N2O), compuesto clorofluorocarbonados (CFC) y ozono (O3) que alteran la composición original de la atmósfera. Se estima que el dióxido de carbono es responsable del 71,5% del efecto invernadero (LASHOF y AHUJA 1990), motivo por el cual se le presta una atención especial. Muchos de estos gases tienen tiempos de vida media (residencia atmosférica) que oscilan entre décadas y centenares de años (ORDÓÑEZ 1999) por lo cual el cambio de su concentración en la atmósfera no responde rápidamente ante una disminución de las emisiones aunque ésta vaya acompañada de medidas encaminadas a capturar una mayor cantidad de gases con efecto invernadero, como puede suceder con la reforestación respecto del CO2. Ante la magnitud que pudiese alcanzar el cambio climático, se han definido estrategias para frenar y mitigar el mismo. El protocolo de Kyoto presenta y desarrolla dos vías fundamentales. La primera, consiste en disminuir las emisiones por la quema de combustibles fósiles y por el cambio de uso de tierras boscosas en agrícolas, que se presentan, como las dos principales fuentes de emisión. Y la segunda, consiste en buscar políticas y actuaciones medioambientales encaminadas a incrementar los niveles de captura y fijación, a corto y medio plazo, de gases con efecto invernadero, fundamentalmente CO2. La gestión de los bosques orientada hacia su utilización como sumidero de carbono no es suficiente para amortiguar el cambio climático, es necesario disminuir drásticamente las emisiones. El bosque no puede fijar todo el carbono que se emite pero tiene cierta capacidad de fijación y almacenamiento. Se estima que combinando estrategias selvícolas de apoyo a la gestión sostenible, con programas de conservación de sistemas forestales y repoblación de tierras degradadas, los bosques podrían resultar un sumidero de carbono importante durante los próximos 100 años, permitiendo reducir entre un 20 y un 50% las emisiones netas de CO2 a la atmósfera (IPCC 1995). Al final, el carbono fijado por la biomasa aérea, el humus y los residuos maderables, por una u otra vía y en más o menos tiempo, se acabará incorporando al ciclo del carbono. En este sentido la principal función del bosque es la de permitir mitigar el problema durante un tiempo, es decir, el bosque ofrece la oportunidad de “comprar el tiempo necesario” para poner en marcha nuevas estrategias que logren la reducción de emisiones (JUNDI 2001) actuando sobre el consumo de combustibles fósiles y sobre la deforestación masiva. Es de resaltar que a nivel mundial la emisión de CO2 por cambio de uso de tierras de forestal a agrícola se sitúa en torno al 25% de las emisiones totales de CO2 (ORDÓÑEZ 1999). 2.2.-El bosque como opción de mitigación del cambio climático Como antes se apuntó el bosque no puede, por sí solo, compensar las emisiones de CO2 producidas por la combustión de combustibles fósiles, pero puede ofrecer opciones de mitigación. MASERA (1995) define las opciones de mitigación de carbono como cualquier acción capaz de reducir la emisión neta de dióxido de carbono, bien por aumentar la fijación, a través de un incremento de la vegetación, una mejor gestión de la misma, o por la sustitución que la vegetación puede hacer de los combustibles fósiles. Las principales opciones de mitigación que pueden considerarse en el sector forestal son: 1) La conservación: Evitando deforestaciones masivas, grandes incendios y otras catástrofes naturales o artificiales. 2) La gestión sostenible: Aplicando estrategias selvícolas capaces de optimizar la fijación de carbono y de influir en el tipo de productos extraídos a través de los aprovechamientos, favoreciendo la regeneración de la masa adelantándose a la acción de la naturaleza y fomentando la aplicación de programas de selvicultura preventiva contra incendios. 3) La reforestación: Ejecutando programas de reforestación de áreas degradadas, protección de cuencas de embalses, plantaciones forestales capaces de obtener productos para la construcción de viviendas en sustitución de otros más contaminantes como el hierro o el hormigón (cuando ello sea posible), plantaciones energéticas, fomento de los sistemas agroforestales tradicionales. Todas estas opciones contempladas en este contexto tienen como objetivo la fijación y almacenamiento de carbono, a la vez que contribuyen a reducir la erosión, y el aterramiento de los embalses, a favorecer la biodiversidad, la regulación de los cauces de montaña a través de la recarga de acuíferos y en general al aumento de la riqueza biológica del territorio. 2.3.- El carbono en los ecosistemas forestales Como es bien sabido, una vez que el dióxido de carbono atmosférico es incorporado a los procesos metabólicos de las plantas mediante la fotosíntesis, éste pasa a formar parte de la madera y demás tejidos necesarios para el desarrollo de la planta. Los árboles, en su crecimiento, renuevan permanentemente parte de sus órganos a través del desfronde de hojas, ramillas, flores, frutos, corteza, etc. Esta dinámica de renovación de órganos libera carbono, una parte del cual se incorpora a la atmósfera en forma de CO2 y el resto queda fijado en el suelo en forma de humus estable, incorporado en los diferentes horizontes del suelo. Paralelamente a este proceso se produce anualmente un aumento de las dimensiones del árbol (crecimiento) que se realiza a base de acumulación de carbono. El balance entre el carbono acumulado en el árbol, como resultado de su crecimiento, y el liberado por el desprendimiento y descomposición de hojas, ramas, frutos, cortezas, etc., determina la fijación neta de carbono por el árbol. El mismo razonamiento puede hacerse cambiando el concepto de árbol por el de masa forestal, dando lugar en este caso al balance neto de fijación de carbono del ecosistema. Al intervenir selvícolamente se extraen diferentes fracciones de la biomasa acumulada en el bosque: madera, leñas, frutos y otros productos cuyo aprovechamiento genera residuos. Una parte de ellos pueden ser extraídos del sistema, como la madera y las leñas, y otros, como ramillas finas y hojas, son quemados inmediatamente después o abandonados en el suelo para que se descompongan y se incorporen lentamente al ciclo de materia orgánica. Los productos utilizados por el hombre como madera, leñas, frutos y otros siguen actuando como reservorios de carbono durante el tiempo que permanecen en uso antes de envejecer, descomponerse y pasar a formar parte, nuevamente, del ciclo del carbono. El tiempo que el carbono fijado en los diferentes productos tarda en incorporarse nuevamente a la atmósfera se conoce como vida media del producto. La vida media de un producto en uso se mide por el tiempo que ha de transcurrir para que la mitad del carbono contenido en ese producto deje de estar en uso (SKOG y NICHOLSON 1998). El destino de ese carbono, que deja de estar en uso, puede ser el reciclaje, la acumulación en vertederos o la emisión directa a la atmósfera mediante la combustión, con o sin aprovechamiento de su energía. El conocimiento y la cuantificación de los diferentes reservorios de carbono dentro del bosque, así como las rutas que sigue el carbono retenido en cada uno de ellos, incluidos los productos del bosque que siguen reteniendo carbono en su lugar de uso, es una tarea necesaria y urgente si se quiere incorporar la fijación de carbono como un objetivo más de la gestión forestal. La cuantificación de los flujos netos de carbono entre los diferentes reservorios del bosque y la atmósfera, incluidas rutas y vida media de cada fracción de biomasa, constituye un complejo sistema de interrelaciones entre entradas y salidas de carbono del ecosistema. Su conocimiento y medición precisa es laborioso y seguramente no se justifique, para la precisión que demanda el objetivo que nos ocupa en este trabajo. ORDÓÑEZ y MASERA (2001) para estimar la captura unitaria de carbono contenido en los diferentes almacenes del bosque, simplifican el sistema reduciéndolo a cuatro grupos a los que añaden un quinto grupo que hace referencia al carbono que se ahorrará si la biomasa de todos o alguno de los reservorios del bosque fuese utilizada como biocombustible en sustitución de otros combustibles fósiles. Siguiendo las denominaciones dadas por ORDÓÑEZ y MASERA (1995) los mencionados grupos son los siguientes: 1) Carbono fijado en la vegetación (Cv): Es el carbono contenido en la biomasa aérea y radical. 2) Carbono en descomposición (Cd): Es el contenido en la materia orgánica que se encuentra en proceso de descomposición, producido por las hojas, ramas, troncos y otras fracciones de biomasa muerta y depositada sobre el suelo, pero no incorporada al suelo mineral. 3) Carbono en el suelo (Cs): Es el carbono contenido en los horizontes que forman el perfil del suelo, originado por la meteorización de la roca madre y por la descomposición de restos vegetales incorporados al complejo arcillohúmico como humus estable. 4) Carbono en productos (Cp): Es el carbono contenido en productos forestales durante el tiempo que el producto está en uso (puertas, ventanas, muebles, tableros, palets, madera de encofrados, embalajes, cartones, libros, papel prensa, papel de oficina, publicidad y otros). Cuanto mayor sea la vida media de un producto mayor será el tiempo de almacenamiento de carbono en el mismo, antes de ser reciclado o incorporado nuevamente a la atmósfera. 5) Carbono ahorrado por sustitución de combustibles fósiles (Cf): Se trata de una alternativa para reducir emisiones por sustitución de combustibles fósiles, utilizando en su lugar biomasa forestal para la producción de energía. Cada uno de estos almacenes de carbono puede referirse a una hectárea o cualquier otra unidad superficial, monte, municipio, comarca, provincia, comunidad autónoma o estado. La expresión matemática es la siguiente: Ct = Cv + Cd + Cs +Cp + Cf Desde el punto de vista de la selvicultura y la ecología tiene interés el carbono fijado en la vegetación, que es el único que puede ser manipulado a través de la selvicultura, incidiendo apreciablemente sobre el tipo de productos y por lo tanto sobre la vida media de los mismos, por ejemplo turnos cortos darán lugar a un mayor porcentaje de madera de trituración y turnos largos a un mayor porcentaje de madera de sierra, que podrá utilizarse en construcción de viviendas, muebles, etc., con una vida media mayor. 3.- CUANTIFICACIÓN DE BIOMASA Y FIJACIÓN DE CO2 EN LAS PRINCIPALES ESPECIES FORESTALES 3.1.- Material y métodos La metodología de este trabajo se ha diseñado específicamente para que los resultados obtenidos pudiesen ser aplicados directamente a la información que sobre cada especie ofrece el Inventario Forestal Nacional (IFN). Esta decisión ha condicionado el método de muestreo para la estimación de biomasa (apeo, medición y pesaje de árboles individuales) y la adopción de los mismos intervalos de clases diamétricas usados por el citado IFN. Estimación de biomasa aérea La muestra para la estimación de biomasa aérea procede de 1.221 árboles repartidos entre las 11 especies que se relacionan a continuación y procurando que hubiese, al menos, tres árboles por clase diamétrica, cosa que no siempre fue posible: Pinus sylvestris L. Pinus nigra Arn. Pinus pinaster Ait. Pinus halepensis Mill. Pinus pinea L. 316 árboles 253 árboles 203 árboles 55 árboles 47 árboles TOTAL 874 árboles Quercus ilex ssp ballota Quercus suber L. Quercus pyrenaica Willd. Quercus canariensis Olea europaea ssp sylvestris Eucalyptus globulus TOTAL 47 árboles 98 árboles 145 árboles 23 árboles 27 árboles 34 árboles 347 árboles Los árboles que componen la muestra proceden en primer lugar de la red de parcelas experimentales permanentes para el estudio de modelos selvícolas y de crecimiento y producción que tiene instalado el CIFOR-INIA. En segundo lugar y para completar la muestra de forma que contuviese todas las clases diamétricas se han cortado, medido y pesado en diversos montes 427 árboles repartidos en las 11 especies y casi siempre pertenecientes a las clases diamétricas superiores que eran escasas en la muestra de las parcelas INIA. Esta muestra se tomó en diversos montes de la Comunidad de Madrid, provincias de Segovia, Burgos, Valladolid, Ávila, Guadalajara, Ciudad Real, Albacete, Cádiz, Málaga y Huelva. Parte de los datos relativos a Quercus suber, Q canariensis y Olea europaea ssp. sylvestris se han tomado dentro del Proyecto AGL-200-0936 “Economía y Selvicultura del alcornocal” que está siendo financiado por la CICYT y desarrollado por el IEG del CSIC y el CIFOR-INIA. En todos los casos los árboles se tomaron en masas forestales con calidad de estación y densidad de arbolado consideradas media y “representativas” de la especie. En cada árbol se midió su diámetro normal (1,30 m.). A continuación se apeaba el árbol, se media su altura total y se procedía al desrame y separación de las diferentes fracciones de biomasa, que eran pesadas en verde. Las fracciones de biomasa consideradas fueron las siguientes: • Fuste, hasta 7 cm. de diámetro en punta delgada, cuando ello fue posible. • Ramas con diámetro en punta delgada menor de 7 cm. (leña gruesa). • Ramas con diámetro comprendido entre 2 y 7 cm. (leña delgada). • Ramas con diámetro máximo inferior de 2 cm., incluyendo hojas o acículas según la especie (chasca). El pesaje de materia verde en monte se hizo con romana colgada sobre una cabria que soportan dos operarios y con una precisión máxima de 100 g. En ocasiones algunos fustes de gran tamaño y valor no fueron troceados para su peso en verde. En estos casos se cubicó su fuste por trozas para obtener su volumen y posteriormente se estimó su peso en materia seca por aplicación de la densidad básica de la madera de la especie, tomada de la bibliografía. Se han considerado 14 clases diamétricas separadas de 5 en 5 cm. abarcando desde los 10 a los 70 y más cm. de diámetro. De cada una de las fracciones de biomasa se tomó una muestra de aproximadamente 15 kg que se llevó al laboratorio para determinar su peso en materia seca, mediante secado en estufa a 105 + 2º C hasta peso constante. Estimación de biomasa radical Se eligió un árbol por clase diamétrica de los comprendidos entre 10 y 70 y más cm. de diámetro, lo que supone 14 árboles por especie y 154 árboles para las 11 especies presentadas en este estudio. Se considera, a efectos de este estudio, como biomasa radical, la correspondiente al tocón del árbol y a las raíces que se extraen al arrancar el tocón con una máquina retroexcavadora, que en el caso de árboles gruesos hace primero una zanja alrededor del tocón y después extrae el raigón formado por el tocón, la raíz principal y la parte más gruesa de las raíces secundarias. Con este método quedan sin extraer y contabilizar la práctica totalidad de las raíces menores de 7 – 8 cm. de diámetro normal. En los árboles delgados, menores de 15 – 20 cm. de diámetro normal, el raigón contiene gran parte de las raíces secundarias mayores de 3 – 4 cm. Una vez extraído el sistema radical se limpiaba la tierra pegada a las raíces golpeando el raigón con la pala de la máquina retroexcavadora y finalmente se remataba con una azada hasta dejarlo lo más limpio posible. Las raíces eran separadas de la cepa y pesadas en el monte con romana. Las cepas de los árboles delgados eran pesadas directamente en el monte y las de los árboles grandes eran cargadas en un tractor o camión y trasladadas hasta una báscula próxima con capacidad suficiente para pesar cepas de hasta 1.500 Kg. Estas básculas se encuentran con facilidad en fábricas y cooperativas agrarias de los pueblos próximos al monte. De cada raigón se tomó una muestra de alrededor de 15 Kg. de raíces mayores de 7 cm., 15 Kg. de raíces de diámetro comprendido entre 2 y 7 cm. y 5 Kg. de raíces menores de 2 cm. de diámetro, cuando ello fue posible. Estas muestras se enviaron al laboratorio para ser desecadas en estufa a 105 + 2º C hasta peso constante. Al tocón y a la parte gruesa de la raíz que aparece como continuación del mismo, se les aplicó la misma densidad que a la madera del fuste. En el caso del Eucalyptus globulus, especie que se aprovecha por corta a hecho y regenera por brotes de cepa, la edad de los brotes no coincide con la edad de la cepa, salvo en el primer turno de plantación. Si se acepta un turno medio de 12 años para los brotes y cuatro recepes para las cepas, se puede deducir que podrán encontrarse brotes de diferentes edades (1, ......, 12 años) sobre cepas de su misma edad, si proceden de primera plantación o de una plantación que sucede a un levantamiento de cepas por agotamiento de éstas, o sobre cepas con 12, 24, 36 y 48 años más que los brotes. Por ejemplo se pueden encontrar brotes de un año sobre cepas de 13, 25 y 37. Cada vez es más raro encontrar brotes sobre cepas mayores de 48 años (cuatro recepes o más). Se deduce de lo anterior que el tamaño de la cepa no es proporcional al tamaño del brote. Por este motivo no se puede calcular el peso de la cepa en función del diámetro normal del árbol del cual procede. En este caso de decidió extraer 4 cepas de árboles procedentes de la primera plantación (1P), 4 cepas de árboles procedentes de un primer recepe (1R), 4 procedentes de un segundo recepe (2R) y 4 procedentes del tercero (3R). A los árboles con diámetro normal menor de 20 cm. se le asignó el peso medio de las 4 cepas de primera plantación, más las cuatro de primer recepe, más las cuatro de segundo recepe: [4 (1P) + 4 (1R) + 4 (2R)] / 12 A los árboles de diámetro comprendido entre 20 y 40 cm. se les aplicó el peso medio correspondiente a las cuatro cepas de 1º, 2º y 3º recepe: [4 (1R) + 4 (2R) + 4 (3R)] / 12 A los árboles con diámetro mayor de 40 cm. se les aplicó el peso medio de las cepas de segundo y tercer recepe: [4 (2R) + 4 (3R)] / 8 Es conocido que en el caso del eucalipto el número de brotes o árboles es superior al número de cepas, pues es frecuente encontrar cepas con dos o más brotes. En este caso parece que la biomasa radical de esta especie estaría sobreestimada, y que podría ser conveniente aplicar algún factor de corrección, pero finalmente se consideró que dado que los sistemas radicales son extraídos de forma incompleta, dejando en el suelo la mayoría de las raíces delgadas y finas que no salen con la cepa, este porcentaje de biomasa radical podría ser compensado si no se aplicaba el indicado factor de corrección. Análisis de la información Una vez obtenidos los pesos de materia seca para cada fracción de biomasa y especie se ajusta una ecuación que relaciona el peso de cada fracción de biomasa (MS) en función del diámetro del árbol. Los resultados se exponen en la Tabla 1. Tabla 1. Modelos ajustados para cada especie y fracción de biomasa y valores de los correspondientes coeficientes y de R2. PT: Peso de biomasa de la fracción indicada; Dn: Diámetro norma Especie Modelo a Parámetros b c P sylvestris Árbol completo Fuste Leña gruesa Leña fina Chasca + acículas Raíz PT=aDn^b PT=aDn^b PT=ae^bDn PT=aDn^2+bDn+c PT=aDn^2+bDn+c PT=aDn^b 0,0805 0,0215 0,15 0,0291 0,0282 0,0105 2,4167 2,7184 0,1076 0,2988 0,38 2,62268 P nigra Árbol completo Fuste Leña gruesa Leña fina Chasca + acículas Raíz PT=aDn^2+bDn+c PT=aDn^b PT=aDn^2+bDn+c PT=aDn^b PT=aDn^b PT=aDn^2+bDn+c 0,6073 0,0433 0,4105 0,0013 0,0587 0,1813 -5,0998 2,4975 -31,654 2,9258 2,0455 -4,3988 -23,729 P pinaster Árbol completo Fuste Leña fina Chasca + acículas Raíz PT=aDn^2+bDn+c PT=aDn^2+bDn+c PT=aDn^2+bDn+c PT=aDn^2+bDn+c PT=aDn^b 0,4684 0,3209 0,0752 0,0513 0,0213 -6,3722 -3,4788 -2,078 -0,2577 2,3746 36,698 14,474 14,855 -1,4916 P halepensis Árbol completo Fuste Leña fina Chasca + acículas Raíz PT=aDn^b PT=aDn^b PT=aDn^2+bDn+c PT=aDn^b PT=aDn^2+bDn+c 0,1247 0,0816 0,0784 0,0649 0,1606 2,206 2,133 -1,9175 2,0349 3,7665 P pinea Árbol completo Fuste Leña gruesa Leña fina Chasca + acículas Raíz PT=aDn^b PT=aDn^b PT=aDn^b PT=aDn^b PT=aDn^b PT=aDn^b 0,1129 0,0345 0,0118 0,0151 0,0884 0,018 2,4241 2,5254 2,6437 2,3983 2,0192 2,4702 O europaea Árbol completo Fuste Leña gruesa Leña fina Chasca Hojas Raíz PT=aDn^b PT=aDn^b PT=aDn+b PT=aDn^b PT=aDn^b PT=aDn^b PT=aDn^2+bDn+c 0,3829 0,3527 4,965 0,2374 0,2094 0,0294 0,4449 1,9412 1,6078 -54,78 1,5955 1,5333 1,5333 -12,047 -4,22145 2,1906 628,13 40,173 14,207 31,2 R2 Modelo a Parámetros b c R2 Q ilex Árbol completo Fuste Leña fina Chasca Hojas Raíz PT=aDn^b PT=aDn^b PT=aDn^b PT=aDn^b PT=ae^bDn PT=ae^bDn 0,1006 1,1382 0,0818 0,0713 2,386 50,163 2,4727 2,0132 1,9974 1,969 0,051 0,0453 0,9642 0,9388 0,7341 0,854 0,7124 0,784 0,986 0,9899 0,8891 0,9219 0,973 0,9856 Q suber (1) Árbol completo Fuste Leña gruesa Leña fina Chasca Hojas Raíz PT=aDn^b PT=aDn^b PT=aDn^b PT=aDn^b PT=aDn^2+bDn+c PT=aDn^2+bDn+c PT=aDn^b 0,0343 0,0489 0,0016 0,0336 0,0067 0,0035 0,0863 2,6079 2,2519 3,2081 1,9964 0,0275 0,0145 1,9953 0,9169 0,897 0,8746 0,8028 0,7043 0,7043 0,9271 0,9789 0,9848 0,8028 0,9026 0,9789 Q suber (2) Copa completa Leña Gavilla Bornizo PT=aDn^2+bDn+c PT=aDn^b PT=aDn^2+bDn+c PT=aDn^b 0,0742 0,0314 0,0229 0,0183 14,24 2,405 4,3469 2,2182 -190,13 0,9819 0,9558 0,9096 0,9539 0,8999 Q pyrenaica Árbol completo Fuste + Leña gruesa Leña fina Chasca + hojas Raíz PT=aDn^2+bDn+c PT=aDn^2+bDn+c PT=aDn^2+bDn+c PT=aDn^2+bDn+c PT=aDn^b 0,7783 0,2836 0,4506 0,0441 0,0863 -12,238 -0,2031 -11,814 -0,2209 2,1324 58,196 -5,7606 64,617 0,0597 Q canariensis Árbol completo Fuste Leña gruesa Leña fina Chasca Hojas Raíz PT=aDn^b PT=aDn^b PT=aDn^2+bDn+c PT=aDn^b PT=aDn^b PT=aDn^b PT=aDn^b 0,1129 0,0345 0,0118 0,0151 0,0884 2,4241 2,5254 2,6437 2,3983 2,0192 0,9613 0,9793 0,8742 0,8794 0,8809 0,018 2,4702 0,985 E globulus Árbol completo Fuste + Leña gruesa Leña fina Chasca Hojas PT=aDn^b PT=aDn^b PT=aDn^2+bDn+c PT=aDn^b PT=aDn^b 2,645 0,1105 0,0224 0,0694 0,1266 2,194 2,3816 1,2248 1,698 1,6198 0,9813 0,9755 0,8595 0,8654 0,8654 0,9785 0,9812 0,802 0,8812 0,8569 0,9721 0,9613 0,9793 0,8742 0,8794 0,8809 0,985 97,882 Especie 0,9317 0,8471 0,8311 0,7373 0,7929 0,7929 0,9918 0,6455 0,3396 -57,792 -12,322 0,9848 0,9141 0,9395 0,9034 0,9889 0,947 0,9991 0,998 0,9676 3.2.- Resultados Estimación de los valores modulares de cada fracción de biomasa y especie Entrando en los modelos obtenidos para cada especie, Tabla 1, con los centros de clase diamétrica, se obtienen los valores modulares para cada fracción de biomasa. Por suma de las diferentes fracciones se obtiene la biomasa total. Tablas 1.1 a 1.12. Estimación del crecimiento anual por fracciones de biomasa La biomasa de cada fracción se ha obtenido mediante la aplicación de la ecuación correspondiente que relaciona la biomasa con el diámetro normal del árbol. El crecimiento anual medio por clase diamétrica se ha calculado a partir de los datos del Inventario Nacional Forestal. Aplicando la ecuación correspondiente a cada fracción de biomasa, con los correspondientes incrementos diametrales, se obtiene por diferencia el incremento de biomasa seca por clase diamétrica. Ib = f (d + ∆d) – f (d) Ib: Incremento anual de biomasa de la fracción correspondiente en Kg. de materia seca . d: diámetro normal (cm.). ∆d: Incremento anual en diámetro (cm.). Los valores modulares de incremento de biomasa para cada especie se exponen en las tablas 2.1 a 2.12. Estimación de los valores modulares de CO2 para cada fracción de biomasa y especie Para estimar el CO2 contenido en cada fracción de biomasa se ha tomado como contenido medio en carbono los siguientes valores: • Pinos = 50% (KOLLMANN 1.995) • Q. ilex = 47,50% (IBÁÑEZ et al 1.998) • Q. suber = 47,2% (IBÁÑEZ et al 1.998) • Resto de especies frondosas = 47,35% La cuantificación del dióxido de carbono acumulado en cada fracción de biomasa se ha calculado a través de la relación existente entre el peso total de una molécula de CO2 (44) y el peso del átomo de carbono (12), lo que equivale a decir que por cada Kg. de carbono acumulado en la biomasa seca del árbol, éste ha capturado 3,67 Kg. de CO2. Aplicando estas relaciones a las Tablas 1.1 a 1.12 se obtienen los valores modulares de CO2 por clases diamétricas y especie. Tablas 3.1 a 3.12. Estimación de la acumulación anual de CO2 en las distintas fracciones de biomasa Aplicando las relaciones anteriores a las Tablas 2.1 a 2.12 que representan el incremento medio anual por fracciones de biomasa se obtienen los valores modulares de acumulación anual de CO2 para cada fracción de biomasa y especie. Tablas 4.1 a 4.12. Determinación del CO2 fijado por las diferentes fracciones de biomasa de cada especie en España. En la Tabla 5 se exponen los valores de CO2 almacenados en las diferentes fracciones de biomasa para los cinco pinos estudiados. En la Tabla 6 se exponen las fijaciones anuales de CO2 por las distintas fracciones de biomasa de las mismas especies. En la Tabla 7 se exponen los valores de CO2 almacenados en las diferentes fracciones de biomasa para las frondosas estudiadas y el la Tabla 8 se exponen las fijaciones anuales de CO2 por las distintas fracciones de biomasa de las mismas especies de frondosas. Tabla 5. Fijación de carbono en las distintas fracciones de biomasa de pinos. (Miles de Toneladas) Especie Pinus sylvestris Pinus pinaster Pinus halepensis Pinus nigra Pinus pinea Nº total pies (*) Fuste 943026252 841620559 823531609 691057492 139403497 87717,9 97118,3 31793,9 47740,3 14775,7 Biomasa aérea Ramas R>7 cm R 2-7 cm R<2 cm 1575,9 280,4 4107,4 2382,1 7092,1 13364,5 10387,5 6823,7 5671,8 4259,6 22121,1 21071,6 18947,7 15996,7 7311,1 Total aérea Biomasa Radical Biomasa total 124779,4 128857,9 61672,8 71790,9 33438,5 31987,4 34347,2 15971,7 21739,6 6201,8 156766,8 163205,1 77644,4 93530,5 39640,3 Tabla 6. Incremento anual de CO2 fijado por las distintas fracciones de biomasa de pinos. (Miles de Toneladas) Especie Pinus sylvestris Pinus pinaster Pinus halepensis Pinus nigra Pinus pinea Nº total pies (*) Fuste 943026252 841620559 823581609 691057492 139403497 4497,5 4726,8 1439,0 3221,6 692,2 Biomasa aérea Ramas R>7 cm R 2-7 cm R<2 cm 63,6 19,4 177,3 15,3 319,5 639,8 770,0 336,2 388,2 196,1 823,2 898,1 838,9 1024,9 299,6 Total aérea Biomasa Radical Biomasa total 6024,1 6414,2 2791,4 4650,0 1507,4 1590,9 1776,8 576,7 522,3 281,5 7615,0 12301,4 3368,1 5172,3 1789,0 Tabla 7. Fijación de carbono en las distintas fracciones de biomasa de frondosas. (Miles de Toneladas) Especie Nº total pies (*) Quercus ilex 3076888381 Quercus suber 68994880 Quercus canariensis 25776712 Olea europaea 65832709 Quercus pyrenaica 898727163 Eucalyptus sp. 456335618 Fuste 63060,2 4512,3 4211,6 1272,7 28083,0 31881,9 Biomasa aérea Ramas R>7 cm R 2-7 cm R<2 cm 58439,9 4187,7 2883,7 685,8 * * 35697,6 1311,4 1147,8 830,3 15948,5 4679,0 28733,5 374,2 297,9 622,1 3776,3 2318,3 Biomasa Radical Biomasa total 19882,2 205813,4 392475,4 195,9 10581,6 7662,9 76,7 8617,7 2785,8 87,4 3498,3 1358,4 47807,9 17219,7 4239,3 43118,5 272963,2 598288 18244 11403 4856 65027 316081 Hojas Total aérea *: Ramas mayores de 7 cm. incluidas en fuste Tabla 8. Incremento anual de CO2 fijado por las distintas fracciones de biomasa de frondosas. (Miles de Toneladas) Especie Nº total pies (*) Quercus ilex 3076888381 Quercus suber 68994880 Quercus canariensis 25776712 Olea europaea 65832709 Quercus pyrenaica 898727163 Eucalyptus sp. 456335618 Fuste Biomasa aérea Ramas R>7 cm R 2-7 cm R<2 cm 3018,2 168,0 94,5 39,5 2757,3 3041,8 1026,5 170,0 47,5 16,1 * * *: Ramas mayores de 7 cm. incluidas en fuste 1715,6 47,0 27,1 25,7 1747,5 355,9 1390,5 10,7 6,6 19,0 368,0 213,2 Hojas 283,8 5,6 1,7 2,7 389,9 Total aérea 7437,7 401,3 177,4 103,0 4872,9 4000,8 Biomasa Radical Biomasa total 5012,8 267,6 59,9 40,2 548,1 12447,5 668,9 237,3 143,1 5421,0 4000,8 Tabla 9. Balance de biomasa por fracciones para Pinus sylvestris en España para el periodo 1990-2002. (Miles de Toneladas). Pinus sylvestris ESPECIE Fuste Biomasa total acumulada en 1990 47803 (BTA) Crecimiento anual 2451 de biomasa (CAB) Biomasa extraída 326 por cortas (BE) Incremento neto de 2125 biomasa (CAB-BE) Biomasa total acumulada en 2002 73303 Ramas Ramas Ramas Biomasa Biomasa Acículas > 7 cm. 2-7 cm. < 2 cm. Aérea Radical BIOMASA TOTAL 859 7283 6877 5178 68000 17432 85432 35 349 256 193 3283 867 4150 6 55 51 38 476 118 594 29 294 205 155 2808 749 3557 1207 10811 9337 7038 101696 26420 128116 (BTA+12 CAB-12 BE) Tabla 10. Balance de fijación neta de CO2 por fracciones de biomasa para Pinus sylvestris en España para el periodo 1990-2002. (Miles de Toneladas). Pinus sylvestris ESPECIE Fuste TOTAL CO2 fijado en 87718 1990 (TF) CO2 fijado anualmente 4493 (FA) CO2 extraído por cortas 598 (EX) Fijación neta anual de 3895 CO2 (FA-EX) TOTAL CO2 fijado en 134458 2002 (TF+12 FA-12 EX) Ramas Ramas Ramas Acículas > 7 cm. 2-7 cm. < 2 cm. CO2 Aérea CO2 CO2 Radical TOTAL 1576 13365 12620 9501 124779 31987 156766 64 640 469 354 6018 1589 7607 11 101 93 70 873 216 1089 53 539 376 284 5147 1373 6520 2212 19833 17132 12909 186543 48463 235006 Tabla 11. Balance de fijación neta de CO2 por Pinus sylvestris en España para el periodo 1990-2002 Biomasa aérea (Miles de Toneladas) TOTAL CO2 fijado en 1990 (TF) Biomasa radical TOTAL (Miles de Toneladas) (Miles de Toneladas) 124779 31987 156766 CO2 fijado anualmente (FA) 6024 1591 7615 CO2 extraído por cortas (EX) 850 218 1068 Fijación neta anual de CO2 (FA-EX) 5174 1373 6547 TOTAL CO2 fijado en 2002 186867 48468 235335 (TF + 12 FA – 12 EX) Tabla 12. Balance de fijación neta de CO2 por Quercus ilex en España para el periodo 1990-2002 Biomasa aérea (Miles de Toneladas) TOTAL CO2 fijado en 1990 (TF) Biomasa radical TOTAL (Miles de Toneladas) (Miles de Toneladas) 205813 392475 598288 CO2 fijado anualmente (FA) 7435 5013 12448 CO2 extraído por cortas (EX) No hay datos No hay datos No hay datos Fijación neta anual de CO2 (FA-EX) 7435 5013 12448 TOTAL CO2 fijado en 2002 295033 452631 747664 (TF + 12 FA – 12 EX)