Catálogo F. Latorre Fabio Camarotta

Transcripción

Catálogo F. Latorre Fabio Camarotta
Fabio Camarotta
TATOO YOU / 2013
Rua António Enes 9c,
1050-023 LISBOA
Nuestra necesidad creciente de autoafirmarnos
Fernando Galán
Todos necesitamos autoafirmación desde que somos niños. Según el Diccionario de la Real Academia
Española, significa “seguridad en sí mismo, defensa de la propia personalidad“. El niño la busca de forma
inconsciente (como muchos adultos, por cierto), pero a una edad de miedos potenciales, inseguridades y
temores al ridículo, en la formación inicial de su personalidad en cuanto individuo, esa necesidad debe
ser perentoria. Como lo está llegando a ser, en estos tiempos que corren, en nosotros, los adultos, a causa
de las amenazas de esta alienación globalizadora que nos invade. Arnold Toynbee, que ya fue precursor
hace más de medio siglo en alertar de los riesgos de la globalización, advirtió de que la nueva cultura
universal, entonces incipiente, no respeta la singularidad de las culturas locales ni reconoce las
identidades nacionales y personales por cuanto percibe la mundialización sólo desde la sensibilidad del
mercado y de la técnica.
Hoy día, muchos seres humanos, especialmente los jóvenes (en pleno desarrollo de su
autoafirmación), sienten que son sólo un número más de las estadísticas de la población mundial, son
muchos y muy iguales, réplicas de replicantes impuestas por los modelos dominantes, por los becerros de
oro que implanta la unívoca Sociedad de la Información Globalizada; y, en consecuencia, necesitan
reaccionar individualizándose, haciéndose originales, únicos, creativos, divergentes, diferenciados dentro
de la masa… Uno de los recursos preferidos por muchos es el tatuaje corporal porque es fácil y rápido.
Evidentemente, mucho más fácil que individualizarse por medio del largo proceso de formación de la
personalidad, el carácter y los criterios propios. Además, el tatuaje es una diferenciación a la carta y
caben muchos y variados en toda la superficie de nuestro cuerpo. Así como el grafitero marca su territorio
con el grafiti, el tatuado reafirma su unicidad con marcas específicas en el territorio ya exclusivo de su
propia piel, con la incorporación de un logo personal (o varios logos sucesivos y renovadores), inmediato
exponente visual de determinada tendencia estética y rebosante de simbología sobre un noción
identitaria. Poniendo en práctica nuestro sentido del humor, podríamos teorizar, incluso, sobre el
concepto del ´cuerpo humano en el campo expandido´…
También los artistas sienten necesidad de autoafirmar su creación, de hacerla diferenciada y
fácilmente diferenciable entre la masa artística global de nuestros tiempos. Para cualquier artista, uno de
los principales objetivos (aparte de la calidad e interés intrínsecos de su producción, como se supone) es
que cuando visitamos una feria de arte, por ejemplo, nuestros ojos identifiquen en la distancia, en medio
del enjambre de obras expuestas, una de las suyas de forma inequívoca. Y Fabio Camarotta lo ha
conseguido sobradamente. Cuando su galerista de Madrid (Fernando Latorre) me lo presentó hace dos
años y medio y nos dejó solos para tomar un café me dijo: “que te cuente la técnica que usa para hacer
sus pinturas”. Y, efectivamente, tras escuchar a Fabio, sin haber visto aún ninguna de sus obras al natural,
me fue fácil imaginar bien el aspecto que debían tener y entender el interés de su proceso. Enseguida le
dije que debía “autoafirmar” su técnica y, si no la podía patentar, darle al menos un nombre propio. Tras
varias opciones que comentamos surgió el definitivo: Pressed Paints (Pinturas Prensadas). Ya que una
imagen vale más que mil palabras (como sucede con las imágenes de los tatuajes), recomiendo a quien
se interese que vea el vídeo que tiene en su página personal: www.fabiocamarotta.com, donde ha
conseguido un loable nivel de síntesis para que, en un minuto, el espectador vea y comprenda
perfectamente en qué consiste su técnica, su concepto y su estética.
Fabio dibuja sobre una tabla la imagen que quiere pintar. Luego hace un preciso “dripping” (goterones
de pintura) directamente con los tubos de acrílico, calculando bien la distribución del color o de la escala
de grises, la cantidad de pintura y los puntos exactos donde debe acumularla. A continuación, coloca
sobre esa superficie un cristal grueso y de las mismas dimensiones, interviene el azar (magistralmente
calculado) y las acumulaciones de pintura se desparraman dando un inconfundible aspecto de pixelado.
Es más, como si se tratara de un performance añadido y de una imitación del proceso artesanal en que el
pisador de uvas produce el vino, ejecuta una especie de danza ritual pisando con cuidado y precisión el
cristal para que la espesa capa de pintura que hay bajo él se desparrame de manera uniforme. El
resultado: una comunión perfecta entre tabla, pintura y cristal, que se hacen uno e indisoluble con la
imagen de la pintura resultante, la que contemplamos, pegada al cristal.
Pero el hecho de que el tatuaje esté de moda hoy en día, no es óbice para que su práctica se remonte
miles de años en la historia de la humanidad, cuando se le confería funciones protectoras, curativas y
mágicas. En 1991 se encontró una momia neolítica, dentro de un glaciar de los Alpes austro-italianos,
con 57 tatuajes en la espalda. Conocida como El Hombre de Hielo u Ötzi, es
el cadáver humano con piel más antiguo que se ha encontrado y su edad se
ha calculado en unos 5.200 años. También es famosa la Princesa Ukok, de
Siberia, muerta hace 2.500 años a los 25 de edad y cuyo cuerpo momificado
muestra varios tatuajes de animales. Tras sus series Evolución, Vanitas,
Flores, Tabaco, Cielos…, Fabio Camarotta cierra un círculo milenario al
investigar algo tan antiguo como la humanidad misma, el tatuaje, tratado
conceptualmente con el respeto a su propio discurso contemporáneo y
creándolo con la técnica de su invención personal, la Pintura Prensada.
TATUAJES DE LA PRINCESA UKOK.
Y ahora que lo pienso…, es curioso…: así como la técnica del tatuaje consiste en inyectar tintas o
pigmentos sobre la dermis para que sean visibles a través de la epidermis, que los recubre y protege, sus
Pinturas Prensadas aplican el acrílico sobre la tabla para que quede aprisionado sobre ella y sea visible a
través del cristal envolvente. Ni la tinta del tatuaje ni el acrílico de la Pintura Prensada se pueden tocar,
sólo se dejan ver, protegidos como un tesoro al que su contacto con el medio ambiente pudiera
estropear. Dicho en términos del tatuaje: en la técnica de Camarotta la tabla es la dermis y el cristal es la
epidermis. En medio queda la obra de arte, autoafirmándose ufana, protegida, perenne y orgullosa.
La práctica del tatuaje es históricamente conocida en casi todas las culturas del mundo, desde el
Antiguo Egipto hasta todo el continente americano y Extremo Oriente. Probablemente, incluso antes de
que se grabara la primera piedra, el hombre ya aplicaba pigmentos sobre su cuerpo para afirmar su
identidad y/o su pertenencia a un grupo. ¡Qué paradoja! Hoy suele usarse para diferenciarse del grupo
uniforme y masivo. El tatuaje llegó a Occidente con las expediciones de Colón a América y del capitán
Cook a las islas de la Polinesia, en las que los marineros tuvieron contacto con los indígenas que les
enseñaron el arte de tatuar. A su regreso, crearon sus propios estudios de tatuaje y pusieron de moda esta
disciplina entre los sectores populares. En 1846 se abrió en Nueva York el que parece haber sido el
primer estudio de la ciudad. Pero su práctica no se liberó totalmente de su parte inhumana (que también
la tiene): durante el nazismo, por ejemplo y como bien sabemos, fue utilizado para marcar a los
prisioneros de los campos de concentración. En las últimas décadas se está implantando masivamente y
con naturalidad en nuestra cultura y hoy es un medio de expresión artística que ya no distingue de clases
sociales.
Fiel a su congénito espíritu transgresor y provocador, así como a la sensualidad y la seducción
atribuidas al alma argentina, Fabio Camarotta no nos muestra los arquetípicos brazos y pechos tatuados
de marineros viriles, sino algo con lo que vuelve a incidir en su conceptualización de lo más
contemporáneo: delicadas e insinuantes bellezas femeninas con tatuajes en sus pechos, una especie de
nuevas Lolitas universales que ocultan sus caras y se despojan de sus uniformes habituales para
mostrarnos otro signo de identidad más preciado y, acaso, más diferenciador y autoafirmante que sus
propios rostros: sus “tatús”.
Madrid, 18 de diciembre de 2012.
A nossa necessidade crescente de autoafirmação.
Fernando Galán
Todos nós precisamos de autoafirmação desde crianças. De acordo com o Dicionário da Real
Academia Espanhola, significa "segurança em si mesmo, defesa da própria personalidade”. A criança
procura-a de forma inconsciente (como decerto, muitos adultos), porém numa idade de medos
potenciais, inseguranças e temores do ridículo, na formação inicial da sua personalidade enquanto
individuo, essa necessidade deve ser perentória. Como nos está a suceder, nestes tempos que correm, a
nós adultos e é a causa das ameaças desta alienação globalizadora que nos invade. Arnold Toynbee, que
foi percursor há mais de meio século, em alertar para os riscos da globalização, advertiu que a nova
cultura universal, então incipiente, não respeita a singularidade das culturas locais nem reconhece as
identidades nacionais e pessoais, pois apenas entende a mundialização a partir da sensibilidade do
mercado e da técnica.
Hoje em dia, muitos seres humanos, especialmente os jovens em pleno desenvolvimento da sua
autoafirmação, sentem que são apenas mais um número nas estatísticas da população mundial, são
muitos e muito idênticos, réplicas de replicantes impostas pelos modelos dominantes, pelos bezerros de
ouro que implementa a unívoca Sociedade da Informação Globalizada; e, por consequência, necessitam
reagir individualizando-se, tornando-se originais, criativos, divergentes, diferenciados dentro do
todo...Um dos recursos preferidos por muitos consiste na tatuagem corporal porque é fácil e rápida.
Obviamente, muito mais fácil do que individualizar-se através do longo processo de formação da
personalidade, o caráter e os próprios critérios. Além disso, a tatuagem é uma diferenciação “à la carte” e
cabem muitas e variadas em toda a superfície do nosso corpo. Assim como o "grafiteiro" marca o seu
território com o “graffiti”, o tatuado reafirma a sua singularidade com marcas específicas no território já
exclusivo de sua própria pele, com a incorporação de um logotipo pessoal (ou vários logotipos sucessivos
e renovadores), expoente visual imediato de determinada tendência estética e transbordante de
simbologia, numa noção identitária. Colocando em prática o nosso sentido de humor, poderíamos
teorizar, inclusivamente, sobre o conceito de "corpo humano no campo expandido “...
Os artistas também sentem a necessidade de autoafirmar a sua criação, tornando-a diferenciada e
facilmente diferenciável entre a massa artística global dos nossos tempos. Para qualquer artista, um dos
principais objetivos (para além da qualidade e interesse intrínsecos da sua produção, como se supõe) é
que quando visitamos uma feira de arte, por exemplo, os nossos olhos identifiquem à distância, no meio
do enxame de obras expostas, uma das suas obras de forma inequívoca. E Fabio Camarotta conseguiu-o
totalmente. Quando o seu galerista de Madrid (Fernando Latorre) mo apresentou há dois anos e meio e
nos deixou sozinhos para tomar um café, disse-me: "que te conte a técnica que usa para fazer as suas
pinturas." E, efetivamente, depois de ouvir Fabio, sem ainda ter visto nenhuma das suas obras ao vivo, foime fácil imaginar o especto que deviam ter e entender o interesse do seu processo. De imediato lhe disse
que devia "autoafirmar" a sua técnica e se não podia patenteá-la, pelo menos, dar-lhe um nome próprio.
Depois de várias opções que debatemos surgiu a definitiva: Pressed Paints (Pinturas Prensadas).Já que
uma imagem vale mais que mil palavras (como sucede com as imagens das tatuagens) recomendo a
quem se interesse que veja o vídeo que tem na sua página pessoal: www.fabiocamarotta.com, onde
conseguiu um louvável nível de síntese para que, num minuto, o espectador veja e entenda perfeitamente
em que consiste a sua técnica, o seu conceito e a sua estética.
Fabio desenha sobre madeira a imagem que quer pintar. Em seguida faz um preciso "dripping" (gotejar
de tinta) diretamente com os tubos de acrílico, calculando bem a distribuição da cor ou a escala de
cinzentos, a quantidade de tinta e os pontos exatos onde deve acumulá-la. Em seguida, coloca sobre essa
superfície um vidro espesso e das mesmas dimensões, intervém aleatoriamente (magistralmente
calculado) e as acumulações de tinta se dispersam dando um inconfundível aspeto de pipetado. Para
além disso, como se tratasse de uma performance adicionada, e de uma imitação do processo artesanal
em que o pisador de uvas produz o vinho, executa uma espécie de dança ritual pisando com cuidado e
precisão o vidro para que a espessa capa de tinta que há por baixo se disperse de forma uniforme. O
resultado: uma comunhão perfeita entre madeira, tintas e vidro, que se tornam um e indissolúvel com a
imagem da pintura resultante, a que contemplamos, colada ao vidro
Mas o fato de que a tatuagem esteja na moda hoje em dia, não obsta a que a sua prática remonte a
milhares de anos na história da humanidade, quando se lhe conferia funções protetoras, curativas e
mágicas. Em 1991 encontrou-se uma múmia neolítica, dentro de um glaciar
dos Alpes austro-italianos, com 57 tatuagens nas costas. Conhecida como O
Homem do Gelo ou Ötzi, é o cadáver humano com pele mais antigo que se
encontrou e a sua idade calculou-se em cerca de 5.200 anos. Também é
famosa a Princesa Ukok, da Sibéria, morta há 2.500 anos aos 25 anos de
idade e cujo corpo mumificado mostra varias tatuagens de animais. Depois
das suas séries Evolução, Vanitas, Flores, Tabaco, Céus…. Fabio Camarotta
encerra um círculo milenário ao investigar algo tão antigo como a própria
TATUAGENS DA PRINCESA UKOK.
humanidade, a tatuagem, tratada conceptualmente com o respeito pelo seu
próprio discurso contemporâneo e criando-a com a técnica da sua invenção pessoal, a Pintura Prensada.
E agora pensando nisso…., é curioso...: assim como a técnica da tatuagem consiste em injetar tintas
ou pigmentos na derme para que sejam visíveis através da epiderme, que as cobre e protege, as suas
Pinturas Prensadas aplicam o acrílico sobre o quadro para que fique aprisionado sobre ele e seja visível
através do vidro envolvente. Nem a tinta da tatuagem nem o acrílico da Pintura Prensada se podem tocar,
só se deixam ver, protegidos como um tesouro em que o seu contacto com o meio ambiente os poderia
danificar. Dito em termos de tatuagem: na técnica de Camarotta o quadro é a derme e o vidro a
epiderme. No meio está a obra de arte, autoafirmando-se vaidosa, protegida, eterna e orgulhosa.
A prática da tatuagem é historicamente conhecida em quase todas as culturas do mundo, desde o
Egito Antigo até todo o continente americano e Extremo Oriente. Provavelmente, mesmo antes de se
gravar a primeira pedra, o homem já aplicava pigmentos no seu corpo para afirmar a sua identidade e /
ou a pertença a um grupo. Que paradoxo! Hoje, geralmente usa-se para se diferenciar do grupo uniforme
e massivo. A tatuagem chegou ao Ocidente com as expedições de Colombo à América e do capitão
Cook às ilhas da Polinésia, onde os marinheiros tiveram contato com os indígenas que lhes ensinaram a
arte de tatuar. Após o seu regresso, criaram os seus próprios estúdios de tatuagens e colocaram na moda
esta arte entre as camadas populares. Em 1846, abriu em Nova Iorque o que parece ter sido o primeiro
estúdio da cidade. Mas a sua prática não se libertou totalmente da sua parte desumana (que também a
tem): durante o nazismo, por exemplo, como bem sabemos, foi utilizada para marcar os prisioneiros nos
campos de concentração. Nas últimas décadas, tem-se implantado massivamente e com naturalidade na
nossa cultura e hoje é um meio de expressão artística que já não distingue classes sociais.
Fiel ao seu espírito congénito, transgressor e provocador, assim como à sensualidade e sedução
atribuídas à alma argentina, Fabio Camarotta mostra-nos os arquétipos braços e peitos tatuados de
marinheiros viris, como algo com o qual volta a incidir na sua conceptualização do mais
contemporâneo: delicadas e insinuantes belezas femininas com tatuagens nos seus seios, uma espécie de
novas lolitas universais que ocultam seus rostos e se despojam dos seus trajes habituais para mostrar-nos
outro sinal de identidade mais precioso e, talvez, mais diferenciador e auto afirmante que os seus
próprios rostos: os seus "tatus".
Madrid, 18 de dezembro de 2012.
Our Growing Need for Self-Affirmation
Fernando Galán
From the time of our childhood on we all need self-affirmation. According to the dictionary of Spain’s
Royal Academy, the term means “confidence in oneself, defense of one’s own personality.” Children
search for it unconsciously (as do many adults also), but during the initial formation of their personality as
individuals, at an age when they are beset by potential fears, insecurities and a dread of appearing
ridiculous, this need is crucial. Just as it’s becoming for adults such as ourselves, in an era when we’re all
threatened by this global alienation that’s invading us. Arnold Toynbee, a pioneer in cautioning against the
risks of globalization more than half-a-century ago, warned that the new universal culture, then just
emerging, would not respect the uniqueness of local cultures nor recognize national or personal
identities, since it was perceived only through the sensibility of technology and the marketplace.
Today, many individuals, especially young people (in full development of their self-affirmation), feel
that they’re just another number in the statistical view of world population; they are so many and they are
all so alike, replicas of replicants imposed by the dominant paradigms, by the golden calves imposed by
the standardized Global Information Society. Hence their need to react by stressing their individuality, by
becoming original, unique, creative, unconventional and distinct from the masses… One of their favorite
ways of achieving this, because it’s quick and easy, is by tattooing their bodies. It’s obviously easier than
creating an identity through the much longer process of forming one’s own personality, character and
individual criteria. Besides, tattoos offer distinctiveness a la carte and there’s room on our bodies for many
different kinds. So, just as graffiti artists mark their territory with their scrawls, tattoos confirm the
uniqueness of a person through specific marks on the exclusive territory of their own skin, with the
incorporation of a personal logotype (or various successive and revitalizing ones); immediate visual
emblems of a particular aesthetic stance overflowing with symbolism pertaining to ideas of identity.
Exercising our sense of humor, we could even theorize about notions of “the human body in the
expanded field…”
Artists also feel the need to reaffirm their work, to ensure it is distinct and easily distinguishable from
the mass of contemporary international art. One of the principal aims of any artist (besides the intrinsic
quality and appeal of their work, no doubt) is that when we visit an art fair, for instance, that among the
throng of works on display, our eyes can unequivocally pick out one of their own at a distance. Fabio
Camarotta has plainly achieved this. His Madrid gallerist Fernando Latorre introduced him to me twoand-a-half years ago, and when he left us alone for a moment to fetch a coffee, Latorre advised, “Get him
to explain his painting technique.” And sure enough, after listening to Fabio without having seen any of
his work in person, it was easy for me to imagine what it looked like and to appreciate how interesting his
approach was. I immediately suggested that he should ‘reaffirm’ the process, and that if he couldn’t patent
it, that he should at least give it a name. After trying out various alternatives, we settled on Pressed Paints.
As pictures are worth a thousand words (and that applies to tattooed images as well), I recommend that
those who are interested look at the video on the artist’s website, www.fabiocamarotta.com, which
achieves an admirable level of synthesis; viewers can see and perfectly understand the process, its aims
and its aesthetic concept.
On a wooden board, Fabio draws the image he wants to paint. Then he carefully drips acrylic paint
directly from the tube, precisely calculating the distribution of color or scale of grays, the amount of paint
and the exact points where it should accumulate. Once this is done, he places a pane of thick glass on
top that’s the same size as the board. Chance (keenly calculated) intervenes and the points of
accumulated paint spread out, resulting in an unmistakably pixilated facture. Moreover, as if it were a
supplementary performance imitating the traditional process of trampling grapes to obtain the juice for
wine, he executes a kind of ritual dance with meticulous precision on the glass to ensure that the thick
coats of paint beneath spread out in a uniform manner. The result: a perfect communion of surface, paint
and glass, that become indivisibly one with the final painted image which we contemplate, fixed to the
glass.
But the fact that tattoos are fashionable these days, doesn’t mean that the practice doesn’t go back
thousands of years in human history, when they conferred protective, curative and magical powers. In
1991, the mummified remains of a Neolithic man was found frozen within
an Alpine glacier near the Austrian-Italian border that revealed 57 tattoos on
his back. Known as Ötzi, or The Iceman, he is the oldest human body with
skin ever found, estimated to be some 5,200 years old. Also famous is
Princess Ukok, of Siberia, who died some 2,500 years ago at the age of 25
and whose mummified body shows various animal tattoos. Following his
series Evolution, Vanitas, Flowers, Tobacco, Skies…Fabio Camarotta closes a
millennial circle in exploring something as old as humanity itself, the tattoo,
PRINCESS UKOK’S TATTOOS.
treated conceptually while respecting its own contemporary discourse, and
adding to it with a technique of his own invention, Pressed Paints.
And now that I think about it…, how interesting…: just as the technique of tattooing consists in
injecting inks or pigments onto the dermis so that they are visible through the epidermis which covers and
protects them, Fabio’s Pressed Paints applies acrylic on the wood in such a way that they are confined
there while being visible through the enveloping glass. Neither the tattoo ink, nor the acrylic of the
Pressed Paints can be touched; they can only be seen, protected like a treasure which any contact with
the atmosphere might destroy. Put in terms of tattoos: in Camarotta’s technique, the wood is the dermis
and the glass the epidermis. Between them is the work of art, reaffirming itself, proud, protected,
enduring, fulfilled.
The practice of tattooing is historically known in nearly all the world’s cultures, from Ancient Egypt to
the Americas and the Far East. It’s likely that humans, even before carving their first stone, had applied
pigments to their bodies in order to affirm their identity and/or attachment to a particular group. What a
paradox! Today tattoos are used to differentiate a person from the homogeneous crowd. Tattoos arrived in
the West with the expeditions of Columbus to America and Captain Cook to the Polynesian islands,
when sailors entered into contact with the natives who taught them the art of tattooing. On their return,
they founded their own tattoo studios and made the practice trendy among the popular classes. In 1846,
what is believed to be the first tattoo studio in New York opened. But the practice didn’t escape
completely from its more inhuman side (which it also possesses): during the Nazi period it was used, as
we all know, to mark concentration camp prisoners. In recent decades, it has become increasingly
established and accepted in our culture, and today it’s a means of artistic expression no longer
determined by social class.
Faithful to his habitual spirit of transgression and provocation, and to the sensuality and seduction
attributed to the Argentinean soul, Fabio Camarotta steers clear of the archetypical tattooed arms and
chests of virile sailors, exploring instead something that once again characterizes his conceptualization of
the utterly contemporary: delicate and sinuous feminine beauties with tattooed breasts, a species of new
and universal Lolitas who hide their faces and shed their habitual attire to reveal another, more prized
emblem of identity, perhaps even more distinctive and self-affirming than their own faces: their tattoos.
Madrid, December 18th, 2012.
Tatoo you I, 2012
Acrílico sobre tabla, prensado con cristal. 100 x 100 cm.
Tatoo you II, Díptico. 2012
Acrílico sobre tabla, prensado con cristal. 200 x 100 cm.
Tatoo you III, Díptico. 2012
Acrílico sobre tabla, prensado con cristal. 200 x 100 cm.
Tatoo you IV, 2012
Acrílico sobre tabla, prensado con cristal. 100 x 100 cm.
Tatoo you V, 2012
Acrílico sobre tabla, prensado con cristal. 100 x 100 cm.
Tatoo you VI, 2012
Acrílico sobre tabla, prensado con cristal. 100 x 100 cm.
Tatoo you VII, 2012
Acrílico sobre tabla, prensado con cristal. 100 x 100 cm.
Tatoo you VIII, Díptico. 2012
Acrílico sobre tabla, prensado con cristal. 100 x 200 cm.
Tatoo you IX, 2012
Acrílico sobre tabla, prensado con cristal. 100 x 100 cm.
Tatoo you X, 2012
Acrílico sobre tabla, prensado con cristal. 60 x 60 cm.
Tatoo you XI, 2012
Acrílico sobre tabla, prensado con cristal. 60 x 60 cm.
Tatoo you XII, 2012
Acrílico sobre tabla, prensado con cristal. 60 x 60 cm.
Tatoo you XIII, 2012
Acrílico sobre tabla, prensado con cristal. 60 x 60 cm.
Tatoo you XIV, 2012
Acrílico sobre tabla, prensado con cristal. 60 x 60 cm.
Tatoo you XV, 2012
Acrílico sobre tabla, prensado con cristal. 60 x 60 cm.
Fabio Camarotta. 1969 nace en Buenos Aires, Argentina.
Licenciado en la escuela Nacional de Bellas Artes Prelydiano Pueyrredon.
EXPOSICIONES
2013 «Tatoo you»
Art Lounge, Lisboa
Galería Fernando Latorre, Madrid
2011 «Tabaco»
Museo de Fuenlabrada, Madrid
2010 «Mis amigos y yo»
Galería Fernando Latorre, Madrid
2007 Galería Alberto Sendros, Buenos Aires
2006 Galería Braga Menendez Schuster, Buenos Aires
2005 Galería Alberto Sendros, Buenos Aires
Galería Buanarroti, Rosario, Argentina
2003 Galería Del Retiro, Buenos Aires
2002 Fundación Federico Kleimm
2000 Galería Del Retiro, Buenos Aires
Fundación Federico Kleimm
1999 Galería Casa Triangulo, Sao Paulo
Galería Buanarroti, Rosario, Argentina
1998 Galería Nara Roesler, Sao Paulo
Fundación Federico Kleimm
1996 Galería Casa Triangulo, Sao Paulo
1995 Fundación Federico Kleimm
FERIAS
2012, Art Mónaco,
Feria de arte, Art Lounge Galería, Lisboa
2012, Art Madrid, Feria de arte contemporáneo,
Galería Fernando Latorre, Madrid
2012, Just Madrid, Feria de arte emergente,
Imaginart Gallery, Barcelona.
2011, India art fair, Feria de arte contemporáneo,
Imaginart Gallery, Barcelona.
2011, Odeón, Feria de arte contemporáneo Bogotá,
Imaginart Gallery, Barcelona.
PREMIOS
2006 1.er premio Salón Cultural Chandon,
Museo de Arte Contemporáneo, Salta, Argentina.
2004 3.er premio Fundación Andreani de las artes visuales,
Centro Cultural Recoleta, Buenos Aires, Argentina.
2003 3.er premio Primer Salón de verano de pintura,
Museo Roca, Buenos Aires, Argentina.
2001 1.er premio bienal de arte San Telmo,
Buenos Aires, Argentina.
Edita:
Galería Fernando Latorre
Fotografía:
??????
Imprime:
Marpa

Documentos relacionados