Saber más… Pesca - Fomento Económico de Chiapas, AC
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Saber más… Pesca Índice i. ii. iii. iv. v. vi. Introducción El desarrollo de la pesca Los problemas pesqueros La pesca en México Perspectivas y retos Estado de explotación y viabilidad de la pesca vii. Fuentes de preocupación nacional e internacional viii. Ambiente ix. Bibliografía utilizada x. Links recomendados xi. Bibliografía recomendada Introducción La pesca, constituye una fuente vital de alimentos, empleo, recreación, comercio y bienestar económico para las poblaciones de todo el mundo, tanto para las generaciones presentes como para las futuras. Debe llevarse a cabo de forma responsable, ya que se reconoce su importancia nutricional, económica, social, cultural y ambiental y los intereses de todos aquellos que se relacionan con el sector pesquero (FAO). Es por esto que la pesca se debe reducir a un nivel sostenible en lo que respecta a zonas y poblaciones que actualmente son objeto de explotación intensa o excesiva; es necesario, así mismo, examinar la capacidad de las flotas pesqueras en relación con el rendimiento sostenible de los recursos pesqueros, y reducirlas en caso necesario; aumentar la asistencia a los países en desarrollo para respaldar su labor de conservación y ordenación de la pesca y fomento de la acuacultura; alentar a los países a que sigan promoviendo una acuacultura ecológicamente idónea como factor importante que contribuye a la seguridad alimentaria mundial; intensificar las consultas sobre la pesca con el sector privado y organizaciones no gubernamentales; y aplicar las disposiciones de la legislación internacional sobre la pesca que se recogen en la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (FAO). Durante muchos años, en México, la pesca se consideró una actividad casi de autoconsumo y para efectos del mercado externo, dependiente de la monoexplotación con destino al mercado estadounidense. A partir de 1970 la actividad empezó a diversificarse y su desarrollo cobró impulso creciente: se estimuló la industria empacadora de productos del mar, se multiplicaron las pesquerías, se incremento la flota pesquera, se pusieron en marcha programas de educación, organización y capacitación y se reordenó y expandió el sector paraestatal. En 1976, México reivindicó los derechos de soberanía de los estados ribereños sobre los recursos localizados en sus aguas (Palomo, 1988). El desarrollo de la pesca Desde la antigüedad, la pesca constituye para la humanidad una fuente importante de alimentos y proporciona empleo y beneficios económicos a quienes se dedican a esta actividad. Antes se consideraba que la riqueza de los recursos acuáticos era un don Centro de Información y Comunicación Ambiental de Norte América. CICEANA, A. C. Tels: 56-59-60-24 / 56-59-83-55 Tel - Fax: 56-59-05-09 Ciudad de México. Saber más… Pesca ilimitado de la naturaleza. Sin embargo, el desarrollo de los conocimientos y la evolución dinámica de las pesquerías, después de la Segunda Guerra Mundial han hecho desvanecer este mito para constatar que los recursos acuáticos, aun siendo renovables, son limitados y tienen que someterse a una ordenación adecuada si se quiere que su contribución al bienestar nutricional, económico y social de la creciente población mundial sea sostenible (FAO). Cuando la Organización de las naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) hizo su primer estudio sobre el estado de la pesca a nivel mundial en 1945, la producción pesquera marina ascendía a un total de 17.7 millones de toneladas, de éstas, el 94% (16.6 millones de toneladas) correspondía a desembarques provenientes del Atlántico y el Pacífico Norte, donde ya existían pesquerías bastante desarrolladas, con algunas importantes que habían dado o estaban dando signos de sobreexplotación (FAO). Inclusive, informes técnicos de principios del presente siglo ya daban cuenta de la existencia de importantes pesquerías sobreexplotadas. Es decir, a pesar del desarrollo tecnológico todavía incipiente, ya desde ese entonces existían algunas pesquerías donde el número de embarcaciones, el número de pescadores y el esfuerzo de pesca aplicado eran mayores que el necesario, y se estaba tratando de capturar más de lo que era biológica y económicamente sostenible. Por ejemplo, algunas pesquerías de arenque, bacalao, eglefino y salmón ya habían dado signos de sobreexplotación (como son la disminución excesiva de las tasas de captura y las tallas medias de los ejemplares capturados). Las pesquerías, en muchos casos, dieron también signos claros de recuperación luego de las paralizaciones forzadas de la pesca causadas por las dos guerras mundiales. Los casos de estas pesquerías representaron así una confirmación empírica del efecto contraproducente de la pesca excesiva y, luego, del efecto beneficioso de cierto tipo de medidas de regulación pesquera. También, es interesante señalar que casi un tercio del total desembarcado en esa época era destinado a la producción de harina y aceite de pescado. Proporción que, como se puede constatar de las estadísticas actuales de captura por tipo de utilización, no ha cambiado mucho con el desarrollo reciente de la pesca mundial. Aunque ha habido una cierta variabilidad en el porcentaje de las capturas mundiales que son destinadas a la producción de harina y aceite de pescado, éste se ha mantenido alrededor del 30% en los últimos años. Hace medio siglo, ya se reconocía que había algunos recursos pesqueros importantes que estaban siendo sobreexplotados, pero también se daba cuenta del tremendo potencial de desarrollo de la pesca a nivel mundial. En los estudios de la época, se señalaban las posibilidades de aumentar las capturas mediante la explotación de recursos poco o virtualmente no explotados en las zonas tradicionales de pesca del Atlántico Norte, del Pacífico Norte, del Océano Índico y de otras áreas; pero, sobre todo, se llamaba la atención al gran potencial de captura de zonas que en ese entonces eran poco exploradas y prácticamente inexplotadas. Entre éstas, destacaban las zonas frente a las costas de centro y sur América, especialmente frente a Perú y Chile; en el Caribe; frente a las costas occidentales de África, y alrededor de Australia, Nueva Zelanda, y las Islas del Pacífico Sur. Estas regiones del mundo son precisamente las que han contribuido al mayor incremento de las capturas mundiales en los últimos años FAO). Centro de Información y Comunicación Ambiental de Norte América. CICEANA, A. C. Tels: 56-59-60-24 / 56-59-83-55 Tel - Fax: 56-59-05-09 Ciudad de México. Saber más… Pesca La producción pesquera marítima mundial ha tenido un rápido crecimiento en los últimos decenios. En la década de los años 50’s la pesca marítima aumentó con una tasa de crecimiento promedio del 6.8% anual, la que subió al 7.4% en la década de los años 60’s. Esta tasa de crecimiento bajó al 1.7% anual en los 70’s - sobre todo por el fuerte descenso de la captura de anchoveta peruana (Engraulis ringens) - y luego aumentó a 3.6% anual en la década de los años 80’s, debido a las mayores capturas de cinco especies principales: el colín de Alaska (Theragra chalcogramma), el jurel chileno (Trachurus murphyi), la anchoveta peruana (E. ringens), la sardina japonesa (Sardinops melanostictus) y la sardina sudamericana (S. sagax). En los 90’s, la producción marítima pesquera aumentó a una tasa promedio del 1.8% anual, que la ha llevado a un total de 91.90 millones de toneladas en 1995. De éstas, 7.16 millones de toneladas son producto de la acuacultura marina y 84.74 millones de toneladas son capturas marinas propiamente dichas (FAO). Más del 54% de estas capturas mundiales corresponden a especies pelágicas, donde destacan especies como la anchoveta peruana y el arenque del Atlántico, la sardina japonesa, la sardina sudamericana, la caballa y el jurel chileno, entre otras. El 20% de las capturas marinas mundiales corresponde a especies demersales, donde destacan el colín de Alaska, el bacalao del Atlántico, el eglefino, los lanzones o ammodytes, el carbonero y las merluzas, congrios y otras especies. Otras especies de peces, crustáceos y moluscos representan el 26% restante (FAO). Debido a su tamaño, características organolépticas y la capacidad de rendir altos volúmenes de producción por unidad de área y tiempo o costo de operación, son las especies pelágicas las que con mayor frecuencia son utilizadas para la producción de harina y aceite de pescado. También, son las capturas de especies pelágicas las que han mostrado la más alta tasa de crecimiento en las últimas décadas, aunque todo parece indicar que los volúmenes de captura tenderán a estabilizarse; inclusive, podrían disminuir en los próximos años como ya ha ocurrido desde hace un par de décadas con las capturas de crustáceos y peces demersales (FAO). La proporción entre peces pelágicos y peces demersales tiende a cambiar de un océano a otro y es de destacar que esta proporción es mucho más alta y, en años pasados, tuvo una clara tendencia ascendente en el Mediterráneo y el Mar Negro, donde alcanzó valores de hasta 3.4 a 1, con 2.1 a 1 en 1994. Estos valores son mucho mayores que los encontrados para el Océano Atlántico, el Océano Pacífico y el Mar Índico. En parte, los valores tan altos en la relación pelágicos/demersales para el Mediterráneo y el Mar Negro, son una consecuencia combinada de la sobreexplotación y consecuente disminución de muchos de los recursos demersales y el proceso de eutrofización por el aporte de fertilizantes agrícolas y otras descargas de origen urbano e industrial, que han contribuido a un aumento de la productividad de estos mares cerrados en beneficio de las poblaciones pelágicas costeras (FAO). En el Océano Pacífico tienden también a predominar los peces pelágicos, debido principalmente a la existencia de plataformas continentales relativamente más angostas que en los otros océanos, así como a la presencia de importantes zonas de afloramiento costero, que favorece el crecimiento y desarrollo de recursos pelágicos (FAO). En los últimos años, la producción pesquera mundial total aumentó de 86.58 millones de toneladas en 1985, a 97.97 millones de toneladas en 1990 y a 112.91 y 115.90 Centro de Información y Comunicación Ambiental de Norte América. CICEANA, A. C. Tels: 56-59-60-24 / 56-59-83-55 Tel - Fax: 56-59-05-09 Ciudad de México. Saber más… Pesca millones de toneladas respectivamente, en 1995 y 1996. Buena parte de este incremento se debió a la acuacultura, tanto marítima como en aguas continentales, que en total ha subido de una producción total de 8 millones de toneladas en 1985 a 21 millones de toneladas en 1996. Como se sabe, la acuacultura es uno de los principales consumidores de la harina de pescado producida por la pesca de captura (FAO). La pesca total de captura también aumentó, de 78.85 millones de toneladas en 1985 a 92.10 millones de toneladas en 1994; para disminuir ligeramente, a 91.97 millones de toneladas en 1995. Ello debido principalmente a la fluctuación de la pesca marítima de captura, que luego de aumentar de 73.20 a 85.29 millones de toneladas entre 1985 y 1994, disminuyó ligeramente, a 84.74 millones de toneladas en 1995. Se estima que la pesca marítima de captura se mantendrá alrededor de los 85 millones de toneladas en 1996 y 1997, con una alta probabilidad de que disminuya nuevamente en años posteriores por los efectos del fenómeno de El Niño, como han anticipado algunos expertos (FAO). Los problemas pesqueros La pesca, como cualquier otro recurso importante y limitado, es una continua fuente de conflictos. La mayoría de los países con abundante litoral pugnan entre sí, para hacerse del control de los bancos más abundantes. El 80% de esta riqueza piscícola se sitúa en la parte más cercana a las costas: la plataforma continental. De ahí, que se hayan establecido unas normas internacionales para regular estas actividades que obligan a todos los gobiernos: el reconocimiento de un territorio, desde su costa hasta 200 millas mar adentro, dentro del cual cada estado mantiene una soberanía efectiva; establecimiento de cuotas de pesca para las diversas flotas; regulación de los aparejos que los pescadores pueden usar y de los momentos en que se imponen paradas biológicas en los caladeros, para facilitar la regeneración de las especies sometidas a mayores capturas. Estas normas son frecuentemente violadas por los gobiernos, armadores y pescadores, lo que acarrea numerosas tensiones, agravadas por la ausencia de una política ambiental relacionada con la pesca, verdaderamente eficaz y vinculante para todos los implicados, dentro y fuera de sus aguas jurisdiccionales, como reclaman las organizaciones ecologistas. Esta situación conduce a la sobreexplotación pesquera, por el uso de alta tecnología naval, de métodos de pesca ilegales y el aumento incontrolado de las cantidades capturadas, así como, al desigual acceso a los recursos marinos entre las flotas de los países ricos y las de los más pobres (FUHEM). En 1971, cuando la captura total de especies marinas estaba bordeando los 60 millones de toneladas por año, la FAO (Grainger y García, 1996) estimó que el potencial pesquero mundial, basando en la explotación de las especies marinas de interés comercial conocidas, era de 100 millones de toneladas por año. Estudios más recientes tienden a confirmar y a precisar más esta cifra (FAO). Al inicio de la década de los años setenta, la captura de peces en los océanos parecía haber alcanzado su nivel máximo y haberse estabilizado. Según la FAO, en 1978, la captura total mundial de peces en los océanos se incrementó firmemente a partir de la Segunda Guerra mundial, hasta el inicio de la década de los años setenta; pero desde ese momento, no se ha presentado ningún incremento apreciable en esta captura. De 1972 a 1977 la captura de peces marinos a nivel mundial fluctuó entre 56.8 y 64.1 millones de toneladas. Si la producción de peces en aguas continentales se agrega al anterior, en Centro de Información y Comunicación Ambiental de Norte América. CICEANA, A. C. Tels: 56-59-60-24 / 56-59-83-55 Tel - Fax: 56-59-05-09 Ciudad de México. Saber más… Pesca 1977 la producción total mundial, fue de 73.5 millones de toneladas. Por otro lado, la demanda de la producción pesquera está en aumento constante (Hepher, 1985). La introducción generalizada de las zonas económicas exclusivas (ZEE), a mediados de los años setenta, y la adopción, tras largas deliberaciones, de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, en 1982, ofrecieron un nuevo marco para una mejor ordenación de los recursos marinos. El nuevo régimen jurídico del océano reguló los derechos y responsabilidades de los Estados ribereños en materia de ordenación y aprovechamiento de los recursos pesqueros dentro de sus ZEE, abarcando alrededor del 90 por ciento de la pesca marítima mundial. Esta ampliación de las jurisdicciones nacionales constituyó un paso necesario, aunque insuficiente, hacia una ordenación eficaz y un desarrollo sostenible de la pesca. Muchos estados ribereños tuvieron que seguir afrontando grandes retos a medida que, por falta de experiencia y de recursos financieros y materiales, procuraban obtener mayores beneficios de la pesca dentro de sus ZEE. Sin embargo, al final de los años ochenta resultó evidente que los recursos pesqueros no podrían ya sostener una explotación y desarrollo tan rápidos, y a menudo no controlados, y que hacía falta formular con urgencia nuevos criterios de ordenación pesquera que tuvieran en cuenta los aspectos relativos a la conservación y al medio ambiente. La gravedad de la situación se percibió cuando se llegó a comprender que la falta de regulación de la pesquerías de alta mar, que a veces afectaba a las especies ícticas transzonales y altamente migratorias que se hallaban dentro y fuera de las ZEE, se estaba transformando en un motivo de creciente preocupación (FAO). El mundo, en general, afronta la necesidad de aumentar la producción de alimentos, lo cual es de especial urgencia para los países en desarrollo, donde el hambre y la desnutrición aqueja a gran parte de la población. Si se considera que casi tres cuartas partes de la superficie del planeta están cubiertas por los océanos, la perspectiva de utilizar los recursos del mar adquiere gran importancia en el esfuerzo de los países para satisfacer las crecientes necesidades de alimentación de la población y para acortar la diferencia de los grados de nutrición de los países en desarrollo y los desarrollados. La pesca en México Por su situación geográfica, México tiene aguas marítimas de diferente temperatura y salinidad, aunque predominan las tropicales; en ellas existe una gran variedad de recursos, de los cuales se han identificado alrededor de 20 especies de interés comercial, pero no hay gran abundancia de individuos en la mayoría de ellas, por lo que su captura no es redituable. La riqueza pesquera se genera, principalmente, en la salida de corrientes frías y en las extensas plataformas continentales; por esta razón, en México las zonas pesqueras más importantes son: la del Pacífico Norte, por la influencia de la corriente fría de California y la plataforma situada frente a las costas de Campeche, factores que favorecen la proliferación de plancton (algas, protozoarios, pequeños moluscos y crustáceos) con que se inicia la cadena alimenticia en el mar, lo que da lugar a una mayor concentración y volumen de recursos pesqueros. Si la explotación pesquera se realizará en forma científica y técnica, México podría competir, a nivel mundial, con los mercados más desarrollados, ya que cuenta con una zona económica pesquera exclusiva de 2.9 millones de Km². Los recursos pesqueros se distribuyen en cinco zonas (Ayllon, 1993): Centro de Información y Comunicación Ambiental de Norte América. CICEANA, A. C. Tels: 56-59-60-24 / 56-59-83-55 Tel - Fax: 56-59-05-09 Ciudad de México. Saber más… Pesca En el Océano Pacífico: • Zona 1 Desde las costas de la península de Baja California hasta las del estado de Nayarit. • Zona 2 Comprende las costas de Jalisco hasta Chiapas. En el Golfo de México: • Zona 3 Abarca las costas de Tamaulipas y las de Veracruz. • Zona 4 Se extiende desde las costas de Tabasco hasta las de Quintana Roo, en el Mar de las Antillas. • Zona 5 Comprende los recursos pesqueros de ríos , lagos, lagunas y represas. La captura mundial de recursos pesqueros, se ha estabilizado desde hace una década, a pesar del aumento en la capacidad pesquera. Esto ha propiciado el agotamiento de bancos pesqueros y el colapso de pesquerías que hasta hace medio siglo se consideraban inagotables. El excesivo crecimiento de la capacidad pesquera, combinado con las capturas incidentales de especies no objetivo, con la poca atención a la problemática ambiental por parte de los países con flotas distantes y, especialmente, agravado por la indefinición general de regímenes de propiedad de los recursos pesqueros, han sido las causas de estas catástrofes. Sin embargo, es claro que gran cantidad de estos colapsos se habrían podido evitar de haberse tomado y aplicado medidas adecuadas de manejo, basadas en evidencia científica cuantitativa de calidad. México no es ajeno a esta problemática mundial; las capturas han aumentado ligeramente en los últimos años, oscilando en alrededor de 1.5 millones de toneladas anuales, pero la capacidad pesquera se ha incrementado considerablemente. Para lograr la sustentabilidad y llevar a cabo una pesca responsable en México, como lo establece el Código de Conducta para la Pesca Responsable de la FAO (Organización para la Agricultura y la Alimentación de las Naciones Unidas) es necesario tomar medidas consistentes y efectivas derivadas de la mejor evidencia científica disponible. Esta tarea requiere de definiciones técnicas precisas sobre el estado de sustentabilidad de los recursos pesqueros, misión que se ha intensificado en los últimos años. La determinación del estado de sustentabilidad de los principales recursos pesqueros de México es, precisamente el objetivo. El estado de sustentabilidad se puede definir como la relación entre la explotación o aprovechamiento pesquero y la capacidad de renovación biológica de los recursos, modulada por las condiciones del medio ambiente; con equidad intrageneracional y una visión de largo plazo. Se han formulado recomendaciones de manejo para que las pesquerías que están en deterioro se recuperen; para que las pesquerías que están aprovechadas al máximo mantengan sus niveles de capturas y para que las pesquerías que tienen potencial de desarrollo se aprovechen dentro de un marco de sustentabilidad. Se considera como pesquería con potencial de desarrollo cuando hay una alta probabilidad de que las capturas aumenten. Por ello es factible el aumento del esfuerzo pesquero, siempre y cuando se desarrolle de una manera precautoria y controlada. En el caso de las pesquerías aprovechadas al máximo, se considera que éstas ya llegaron a un nivel de utilización óptimo y que el esfuerzo no debe aumentar para evitar así una sobreexplotación. Las pesquerías en deterioro son aquellas que presentan un exceso de esfuerzo pesquero, bajos niveles de biomasa y reducción de la capacidad de reclutamiento. Para lograr este objetivo se requiere, por una parte, de información biológica de alto nivel y series de tiempo de información Centro de Información y Comunicación Ambiental de Norte América. CICEANA, A. C. Tels: 56-59-60-24 / 56-59-83-55 Tel - Fax: 56-59-05-09 Ciudad de México. Saber más… Pesca pesquera consistente y de calidad. Y, por otra parte, fue necesario aplicar métodos cuantitativos de vanguardia; enfoque que permite la integración y el análisis necesario para la determinación del estado de sustentabilidad de cada pesquería. Estas nuevas estrategias de manejo tienen como base la modelación dinámica y consideran explícitamente la incertidumbre asociada a las estimaciones y acciones de manejo; incorporando así la evaluación del riesgo en la toma de decisiones, factor que previamente no era explícito ni estimado. Estos conceptos cuantitativos de vanguardia, fortalecidos por el establecimiento de puntos de referencia biológicos y usados en conjunción con instrumentos novedosos en el manejo de recursos pesqueros como la teoría de decisiones, la estadística bayesiana, el análisis de riesgo, el manejo adaptativo y el enfoque precautorio, constituyen la base para el desarrollo sustentable Así, los modelos matemáticos que se aplican a las pesquerías en forma dinámica, proporcionan respuestas más cercanas a la realidad y resultados más precisos sobre el manejo. Por ejemplo, los efectos del medio ambiente se han incluido explícitamente en el modelo dinámico de biomasa de Schaefer, en forma de anomalías de la temperatura superficial del mar (SEMARNAT). Perspectivas y retos Con sus 85 millones de toneladas por año, la pesca marítima de captura ya está alcanzando su máximo potencial de 100 millones de toneladas estimado hace unos años. Por lo tanto, las posibilidades de expansión con base en el aumento directo de los volúmenes de producción son bastante limitadas. Sobre todo, si se considera la posibilidad de expandir las capturas de especies tradicionales, aunque el aumento de las capturas de especies no tradicionales también tiene sus problemas y limitaciones. La mayor parte del potencial de expansión de las capturas marinas mundiales se basa en la posibilidad de desarrollo de pesquerías que, al momento, parecen poco viables. Éste es el caso de los recursos de mictófidos o peces linterna, el krill Antártico y algunas poblaciones de cefalópodos que todavía se mantienen como poco o no explotadas, aunque tienen un potencial teórico de captura de varias decenas de millones de toneladas. Sin embargo, su desarrollo como pesquerías de esa magnitud está limitado por diversas consideraciones de tipo tecnológico y económico, aunque también podrían tener cierta influencia otras consideraciones, de tipo ecológico o de opinión pública, basados en criterios de conservación o en otras motivaciones. Además, de concretarse, el desarrollo de estas pesquerías tendrá que hacer frente a retos y restricciones semejantes a los que tienen y tendrán que hacer frente las pesquerías tradicionales. Entre éstos, es posible identificar varios tipos de retos y restricciones que son característicos de la pesca de captura, y que se refieren a: el estado de explotación de los recursos pesqueros, que pueden ser causal de que se obtengan capturas reales muy por debajo del máximo potencial; la viabilidad tecnológica y económica de la pesquería, referida sobre todo a las posibilidades de desarrollo de pesquerías nuevas o incipientes; la preocupación nacional/internacional por los impactos reales y potenciales de la pesca sobre el ambiente y el ecosistema, incluidos los impactos sobre otras especies del medio marino, que puede frenar o encarecer el desarrollo de ciertas pesquerías o el uso de ciertas artes y métodos de pesca, o de ciertos procesos y tipos de utilización; y la variabilidad ambiental, que hace fluctuar las posibilidades de captura de un año a otro, o Centro de Información y Comunicación Ambiental de Norte América. CICEANA, A. C. 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Paralelamente, de un análisis reciente del grado de desarrollo de las principales pesquerías mundiales se estimó (Grainger y García, 1996) que el 35% de las 200 principales pesquerías del mundo habían alcanzado o se encontraban en un estado de decadencia (con rendimientos decrecientes); el 25% había alcanzado su fase de maduración (con rendimientos muy próximos a los máximos sostenibles), y el 40% estaba todavía desarrollándose, con un porcentaje despreciable de pesquerías en estado de subdesarrollo. Como puede observarse, la situación ha cambiado significativamente con respecto de lo que se observaba hace unos 20 ó 30 años, cuando todavía se daba cuenta de una cierta cantidad de recursos vírgenes o virtualmente inexplotados. Esta situación indica que las posibilidades de aumentar efectivamente la producción pesquera mundial son limitadas. Inclusive, debido al alto número de poblaciones silvestres plenamente explotadas, sobreexplotadas o seriamente deprimidas, hay la posibilidad de que la producción pesquera mundial pueda disminuir si no se toman algunas acciones correctivas y medidas adecuadas de ordenación pesquera para recuperar y/o elevar la abundancia de las poblaciones deprimidas o sobreexplotadas, y para mantener la producción de aquéllas que ya se encuentran plenamente explotadas. Este, en concreto, es el primer reto que tiene la pesca mundial de captura en el futuro. Es decir, mantener la producción de aquellas poblaciones silvestres que se encuentran plenamente explotadas y recuperar aquellas poblaciones deprimidas o sobreexplotadas. En segundo lugar está el reto de incorporar a las cadenas productivas de la pesca mundial a aquellas pocas poblaciones marinas que todavía se mantienen como recursos no explotados o muy poco explotados. En el primer caso, para el mantenimiento de la producción de las poblaciones silvestres plenamente explotadas y la recuperación de aquéllas que están deprimidas por la sobreexplotación, se requiere de la adopción y aplicación de medidas adecuadas y muy concretas de ordenación pesquera. En el segundo caso, la tarea es no menos difícil, ya que se trata de desarrollar pesquerías que se demuestren tecnológica y económicamente viables, y ambiental y ecológicamente aceptables. Dadas las nuevas orientaciones y prioridades del desarrollo sostenible, en todos los casos será necesario tomar en cuenta no solamente la condición de las poblaciones que se explotan y su utilización, sino también la conservación del ambiente, el efecto que tiene o puede tener la pesca sobre el medio ambiente y otras especies del ecosistema, así como el efecto de las condiciones cambiantes de clima. Condiciones que ahora se reconoce que tienen un efecto deter- Centro de Información y Comunicación Ambiental de Norte América. CICEANA, A. C. Tels: 56-59-60-24 / 56-59-83-55 Tel - Fax: 56-59-05-09 Ciudad de México. Saber más… Pesca minante en la fluctuación y productividad de muchas poblaciones de peces. Fuentes de internacional Para asegurar un aumento de la producción pesquera mundial o para, por lo menos, asegurar su mantenimiento a los niveles actuales, será indispensable introducir mejoras en la investigación, la ordenación y la utilización de los recursos pesqueros, prestando la debida atención a los impactos e interacciones con el ambiente, a los cambios más recientes en los acuerdos y disposiciones internacionales, así como a las nuevas corrientes de opinión y áreas de interés y presión internacional que, en algunos casos, pueden frenar el ulterior desarrollo de la pesca de captura y la acuacultura. Sobre todo cuando exista la percepción de que este desarrollo podría dañar el ambiente, la biodiversidad, la conservación de especies protegidas, o la calidad de vida de uno a más grupos de interés dentro de la población mundial. En los últimos años se ha tenido una serie de iniciativas que han tenido resonancia internacional, y que han estado dirigidas a controlar o reducir el impacto de la pesca en áreas donde se producen o se sospecha que se producen interacciones negativas entre la pesca y otras poblaciones de especies marinas, como las tortugas marinas, los delfines, focas, lobos, ballenas y otros mamíferos marinos, los albatros, pingüinos, cormoranes y otras aves también marinas, los tiburones, etc. En algunos casos, aunque no siempre, estas poblaciones de peces, reptiles, aves o mamíferos marinos han estado en peligro de extinción o han sido seriamente deprimidas por la explotación directa o indirecta, y por ello, en opinión de uno o más grupos de interés, merecen o deben ser protegidas. Por ello, para aumentar la producción pesquera mundial se requeriría no solamente expandir las actividades productivas; sino que será también necesario que tanto a nivel nacional como a nivel internacional, se desarrollen y apliquen mejores medidas y sistemas de monitoreo de las pesquerías y del estado de los recursos pesqueros. Así mismo se necesita que los gobiernos y operadores de la pesca sean más efectivos en reducir la presión de pesca en pesquerías sobredimensionadas, reducir los descartes o desperdicios, y reducir los efectos no deseables de la pesca (incluida la acuacultura) sobre el ambiente y/o sobre otras especies no objetivo o que están protegidas. Esto incluye el adoptar, cumplir y hacer cumplir una serie de medidas y dispositivos legales que puede tener alcances nacionales o internacionales, y que ya han sido o están siendo discutidos en diversos foros. preocupación nacional e En algunos casos, estas iniciativas cuyo objetivo loable es de proteger a cierto grupo de especies, e inclusive al hombre, tienen o han tenido algunos efectos colaterales no siempre deseables sobre la pesca, o el mismo ecosistema que tratan de proteger. Así, también, el desarrollo de ciertas pesquerías ha tenido efectos negativos sobre otras especies no objetivo y sus pesquerías, o sobre el posible desarrollo de otras actividades económicas como el turismo y el desarrollo urbano o industrial que, muchas veces, pueden encontrar en la pesca y los centros pesqueros un obstáculo para su expansión. Por ejemplo, se dice que la moratoria impuesta a la caza de ballenas y otros mamíferos marinos ha llevado al aumento efectivo de las poblaciones de muchas de estas especies, con el consiguiente aumento de los avistamientos en ciertas zonas costeras, donde el turismo ecológico orientado a la observación de la naturaleza ha desplazado, frenado o hecho redundante Centro de Información y Comunicación Ambiental de Norte América. CICEANA, A. C. Tels: 56-59-60-24 / 56-59-83-55 Tel - Fax: 56-59-05-09 Ciudad de México. Saber más… Pesca el desarrollo de las actividades de pesca. Así mismo, el aumento de las poblaciones de ballenas ha incrementado la presión bajo forma de una mayor mortalidad natural por predación, sobre los recursos de krill, calamares y otros organismos marinos que les sirven de alimento. Esto, sin lugar a dudas, reducirá el potencial de captura de estas poblaciones y podría inclusive llegar a frenar el posible desarrollo de estas pesquerías si se opta por asegurar a las ballenas y otros mamíferos marinos una adecuada provisión de alimento natural. Algo parecido podría ocurrir en los casos de poblaciones de pingüinos y otras aves y animales marinos que, justamente, diversas organizaciones tratan de proteger y reconstituir. Las medidas de protección de los delfines en las pesquerías de atún con redes de cerco también han tenido el efecto esperado de reducir considerablemente la mortalidad de estos mamíferos marinos, aunque ello ha contribuido a encarecer y hacer más difícil las operaciones de pesca. De esta forma, se ve privilegiada además, la pesca de atún con palangre, que tiende a capturar un mayor porcentaje de individuos de tallas pequeñas y juveniles. Los dispositivos para proteger y asegurar el escape de las tortugas de las redes de arrastre de camarón también han demostrado ser efectivos, aunque tienden a hacer menos rentables y más laboriosas las faenas de pesca de camarón, tanto por la disminución de la fauna de acompañamiento utilizable, como por la operación y el costo adicional de los nuevos aditamentos. Éstos son sólo algunos ejemplos de cómo ciertas disposiciones o acuerdos internacionales, que tienden a mejorar la condición del medio ambiente y la conservación de especies marinas, pueden tener, a corto o mediano plazo, un efecto negativo en el crecimiento y desarrollo de algunas pesquerías. Sin entrar en el mérito de estas medidas, cabe destacar que éstas reflejan sólo algunas de las tendencias de opinión y política internacionales, que seguramente continuarán influenciado el desarrollo de la pesca en los próximos años. Por ello, los planes de expansión de la pesca de captura y la acuacultura deberán dar mayor atención a los aspectos no estrictamente productivos y de rentabilidad, como son aquellos dictados por la creciente preocupación e interés internacional por los aspectos ecológicos y ambientales. Más recientemente, en la misma línea, se han producido algunos movimientos de opinión, sobre todo en el norte de Europa, contra algunas pesquerías pelágicas dedicadas a la producción de harina y aceite de pescado del tercer mundo, acusándolas de capturar grandes volúmenes de jureles, sardinas y otras especies comestibles para alimentar aves, cerdos, camarones y otros animales en países desarrollados o destinados a los países desarrollados, privando así de una fuente importante de proteínas a los sectores menos privilegiados en los países de origen. Aunque válidas en su origen, posiciones de este tipo no parecen tener en cuenta algunos factores socioeconómicos, nutricionales, de distribución y abundancia de los recursos pesqueros, de las posibilidades de captura, procesamiento y distribución, balanza de pagos, así como de la ley de la oferta y la demanda y otras leyes de mercado, que por lo general son las que rigen la marcha de toda actividad productiva. Como medio para hacer frente a esta nueva orientación de la política internacional y de las corrientes de opinión con respecto de la conservación del ambiente y los recursos naturales, se ha planteado el establecimiento de un sistema de ecocertificación. Éste tendría por finalidad garantizar que los productos pesqueros provengan de recursos Centro de Información y Comunicación Ambiental de Norte América. CICEANA, A. C. Tels: 56-59-60-24 / 56-59-83-55 Tel - Fax: 56-59-05-09 Ciudad de México. Saber más… Pesca que han sido explotados siguiendo los criterios comúnmente aceptados de explotación racional y pesca responsable, y en pleno respeto del ambiente y el ecosistema que los rodea. Aunque hay algunas dudas y incertidumbres sobre los aspectos legales, de autoridad, objetividad e independencia, relativos a los mecanismos y procedimientos para acordar esta ecocertificación, se reconoce que un sistema supervisor de este tipo podría servir para mejorar el estado de explotación en que se encuentran muchos recursos pesqueros, y para mejorar las prácticas de ordenación pesquera en vigor en muchos países. Ambiente La variabilidad del ambiente que hace fluctuar en forma impredecible la abundancia y posibilidades de captura de muchos recursos pesqueros es otra fuente de incertidumbre y riesgo importante y, a pesar de ello, tiende a ser pasada por alto en los programas de inversión y desarrollo de la pesca de captura; muchas veces con consecuencias desastrosas. Al hablar de la pesca y los factores ambientales en el período de 1997-98, se hace especial referencia a un fenómeno que ha marcado el desarrollo y la forma de analizar y enfocar algunas de las pesquerías más importantes del mundo. Esto es el fenómeno de El Niño, que es con seguridad el fenómeno ambiental que en la historia reciente ha causado los impactos mayores y mejor definidos sobre los volúmenes de pesca mundial, sobre todo por su influencia sobre los recursos pesqueros y la pesca en el Pacífico oriental tropical y subtropical. El fenómeno de El Niño, como todo cambio climático, tiene algunos efectos negativos y otros positivos sobre la pesca y los recursos pesqueros, y éstos lógicamente dependerán de las áreas y las especies que se tomen en cuenta, y del estado de explotación en que se encuentren, así como de las medidas de ordenación pesquera que se adopten. Sin embargo, por su efecto negativo sobre algunos recursos pelágicos importantes con una contribución significativa a la producción mundial, el balance en términos de producción total suele ser negativo. Por ejemplo, hay numerosas evidencias y estudios que indican que las poblaciones de anchoveta peruana (Engraulis ringens) que se explotan en Perú y Chile, y que por muchos años han representado la principal fuente de materia prima para la producción de harina y aceite de pescado en estos dos países, han sido afectadas seriamente por los fenómenos de El Niño. También hay evidencias de que la gravedad y duración de estos efectos están estrechamente relacionados con la intensidad y duración del fenómeno, así como con el nivel de explotación al que se sometan estas poblaciones. De esta manera, fenómenos de poca intensidad y/o breve duración como los de 1963, 1965, 1986, han tenido efectos negativos menores sobre la anchoveta, los que se manifestaron sobre todo en cambios de breve duración en la distribución de los cardúmenes y ligeras caídas en los niveles de biomasa y las capturas. Sin embargo, ahora se sabe que fue la acción combinada de la sobrepesca y las fuertes anomalías causadas por el fenómeno de El Niño de 1972-73 lo que causó el colapso de la pesquería de anchoveta a principios de los años 1970’s, causando una marcada disminución de los niveles de biomasa y de las capturas que duró varios años. A consecuencia de ello, la población de anchoveta peruana se encontraba ya seriamente deprimida, y a un nivel poblacional sumamente bajo cuando ocurrió el fuerte fenómeno de El Niño de 1982-83, lo que redujo a la población de anchoveta a sus mínimos históricos, haciendo temer por la su eventual Centro de Información y Comunicación Ambiental de Norte América. CICEANA, A. C. Tels: 56-59-60-24 / 56-59-83-55 Tel - Fax: 56-59-05-09 Ciudad de México. Saber más… Pesca recuperación (CSIRKE,1996). En estas circunstancias, se estima que las poblaciones de anchoveta peruana que se capturan en el Pacifico Sudoriental hayan sido afectadas muy seriamente por el fenómeno de El Niño en 1997-98, y que se haya producido una marcada disminución de sus niveles de biomasa y las capturas consiguientes. Puesto que se han observado claros cambios en la distribución y fallas en el reclutamiento, con la consiguiente disminución de las biomasas y las posibilidades de pesca. Dada la intensidad del fenómeno de El Niño en 1997-98, se estima una disminución en las capturas de algunas otras especies importantes, sobre todo de sardinas, anchovetas y otros pelágicos menores en el Pacífico Centro y Suroriental, muchas de las cuales se utilizan para la producción de harina y aceite de pescado. En menor grado también se estima que se afecten las capturas de otras especies pelágicas, como atunes, picudos, dorados, etc., además de una serie de especies demersales y costeras de menor importancia relativa a nivel global. Hay además otras fuentes de variabilidad ambiental que son mucho más difíciles de definir e identificar, de duración y periodicidad no bien conocida o documentada y que, sin embargo, causan grandes fluctuaciones en los recursos pesqueros. Entre éstos se encuentran los que ahora se conocen como los cambios decadales, de una duración y amplitud más amplia. Se ha hablado también de la sincronía en la fluctuación de algunas poblaciones en regiones muy apartadas entre sí, las que, de estar relacionadas, reforzarían la teoría de una teleconexión por vía ambiental. Sin embargo, en todos los casos, el efecto de la pesca se suma al posible efecto de los cambios ambientales sobre los recursos, haciendo que algunas causas de fluctuación de las capturas y los colapsos de algunas pesquerías se potencien o magnifiquen. Por lo general, la pesca excesiva, al sumarse al efecto del ambiente, hará que las fases de incremento de la abundancia de los recursos sean menos marcadas, y se trunquen o reviertan antes. Hará también que las fases de declinación se adelanten y la abundancia decline más rápidamente, haciendo además que los períodos de baja abundancia sean más pronunciados y prolongados. Bibliografía utilizada • AYLLON, Teresa. México, sus recursos naturales y su población. Limusa. México, 1993. • CSIRKE, J., GUEVARA-CARRASCO, R; CÁRDENAS, G. ÑIQUEN, M. Y CHIPOLLINI, A. 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Saber más… Pesca landings (1950-1994): trend analysis and fisheries potential. FAO Fisheries Technical paper No.359. • HEPHER, B. Cultivo de Peces Comerciales. Limusa. México, 1985. • PALOMO, M. Gloria G. Regionales de Apoyo a las Actividades Acuicultura en América Latina y el Caribe. Secretaria de Pesca. México, 1985. • RUÍZ, D. María Fernanda. Recursos pesqueros de las costas de México. Limusa. México, 1993. • SEMARNAT. Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales. México. http://www.semarnat.gob.mx Bibliografía recomendada • CADDY, John F. Puntos de referencia para la ordenación pesquera. FAO. Roma. • RODRÍGUEZ DE LA CRUZ, Ma. Concepción. Los recursos pesqueros de México y sus pesquerías. Secretaria de pesca. México, 1988. • RUIZ DURA, María Fernanda. Recursos pesqueros de las costas de México, su Conservación y manejo socio- económico. Limusa. México, 1993. • SIMONS, Lan Gordon. Earth, air and water: resources and environment in the late 20thCentury. Arnold. Reino Unido, 1991. Links recomendados • FAO. Pesca. Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación – FAO. http://www.fao.org/fi/inicio.asp • INCOPESCA INSTITUTO COSTARRICENSE DE PESCA Y ACUICULTURA. www.centrogeo.org.mx/unep/docu mentos/CostaRica/CRcostymar.pdf • Instituto del Mar del Perú. http://www.imarpe.gob.pe/pesca.h tml • Instituto Nacional de Pesca del Ecuador. http://reicyt.org.ec/inp/ • SEMARNAT. Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales. México. http://www.semarnat.gob.mx Centro de Información y Comunicación Ambiental de Norte América. CICEANA, A. C. Tels: 56-59-60-24 / 56-59-83-55 Tel - Fax: 56-59-05-09 Ciudad de México.