La agricultura sostenible en Cuba Nilda Pérez-Consuegra

Transcripción

La agricultura sostenible en Cuba Nilda Pérez-Consuegra
AGRICULTURA SOSTENIBLE VOL. 7
ISBN: 978-607-7856-42-9
La agricultura sostenible en Cuba
Nilda Pérez-Consuegra
Universidad Agraria de la Habana
Correo-e:[email protected]
Introducción
En la década de los 60 y 70 del siglo pasado se produjeron cambios notables en el
campo cubano. Entre los más relevante de estos cambios se destacan las dos leyes de
reforma agraria realizadas entre 1959 y 1963 que permitieron a los campesinos el
acceso a la propiedad de la tierra, y la implementación de políticas en busca de
garantizar la alimentación y un sistema de salud, educación y seguridad social de
acceso para todos.
Unidos a esos cambios en la esfera social se produjeron otros en lo tecnológico y tiene
lugar la Revolución verde. Ya en la segunda mitad de los 80 se aprecia una reducción
notable de la productividad y los rendimientos agrícolas (Nova, 2001). Esas y otras
dificultades se agravaron en los 90 al producirse el derrumbe del campo socialismo en
Europa del Este y la exURSS y la intensificación del bloqueo norteamericano. Estos
acontecimientos obligaron a cambios en la política de desarrollo agrario y rural.
En Cuba, la palabra Agroecología ligada al término de Agricultura Sostenible se
escuchó por primera vez a principios de los 90 del siglo pasado, los dos conceptos
emergen en una situación de aguda crisis económica y alimentaria. Es en ese contexto
que se asume el enfoque agroecológico de la agricultura sostenible en busca del
aumento y sostenibilidad de la producción agropecuaria. ¿Cómo llegó Cuba al enfoque
agroecológico de la agricultura sostenible? ¿Qué se ha hecho para enfrentar los
problemas de suelo y plagas dentro de ese enfoque? Serán las cuestiones abordadas en
esta presentación.
El centro del debate: ¿Hay condiciones en Cuba para construir un sistema
agroalimentario sostenible?
El modelo de desarrollo de la sociedad cubana se ha construido sobre sólidos cimientos,
entre los que se destacan: desarrollo científico técnico y educacional, salud social y
equidad social. Los programas científicos y educacionales han sido siempre una
prioridad, en cualquier circunstancia, en el 2010 se alcanzó la cifra de un millón de
graduados universitarios. Cuando escribimos y hablamos de salud social nos estamos
13
refiriendo a la salud en su concepción más amplia, se trata de construir una sociedad
sana, no solo en términos de salud física individual, se trata de la salud espiritual, de la
salud de la sociedad en su conjunto.
El sistema socioeconómico cubano, que antepone el bienestar común al individual, abre
una posibilidad para lograr una sociedad sostenible, que implica una nueva ética. Una
sociedad en que la educación y la salud son universales y gratuitas sirve de base a esta
expectativa que no se puede ni soñar con poblaciones analfabetas y de salud precaria,
que no son compatibles con un ambiente sano.
Muchos se preguntan ¿se puede con técnicas agroecológicas producir los alimentos que
necesitamos?, separan la Agroecología de la agricultura sostenible y ponen así en duda
todo el potencial que ésta tiene para la soberanía alimentaria de la nación. Tenemos la
plena convicción de que en el contexto de la sociedad cubana actual, están presentes
múltiples elementos que favorecen la construcción de ese sistema agroalimentario
sostenible sobre bases agroecológicas que tanto necesitamos. Cuba no queda fuera de la
influencia y efectos del modelo capitalista de agricultura industrial. El desarrollo de la
agricultura sostenible tiene que enfrentarse a la complejidad que conlleva el hecho de
evitar la reiteración de los errores de ese modelo de agricultura industrial. El mundo en
desarrollo no puede aspirar a repetir ese modelo.
¿Qué significado tiene entonces para nosotros la Agroecología?
En los últimos años los precios de los alimentos básicos en el mercado internacional y
del petróleo han subido. Hoy la producción de alimentos se ha convertido en una
cuestión de seguridad nacional y el país se encuentra inmerso en un proceso de
transformación, de reconstrucción, de su sistema agrario.
La reconstrucción de una agricultura “tecnificada” sobre bases convencionales, sería
para nosotros, dispendiosa en divisas, aún sobre la base de la agro exportación para el
autofinanciamiento, el país tendría que dedicar crecientes recursos financieros muy
necesarios en otras ramas de la economía para enfrentar los costos actuales y futuros de
los insumos para ese tipo de agricultura; una reconstrucción así sería, además,
vulnerable al bloqueo financiero, económico y comercial; a las complejidades de la
economía global; a los fenómenos naturales extremos, en particular los ciclones y las
sequías y tal vez, lo más importante para el mundo, sin que resuelva el problema
fundamental: la degradación de la base productiva y la contaminación ambiental.
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Y entiéndase bien porqué escribimos tecnificada entre comillas. La agroecología no está
reñida con ninguna tecnología agrícola específica, no es el regreso al pasado, no es
agricultura de subsistencia, no es, en ningún caso, “cultivar sin plaguicidas ni
fertilizantes porque no hay recursos”. Agroecología significa hacer hincapié en el
respeto a los ciclos de reproducción naturales (Altieri 1997).
Los agroecosistemas son porciones de naturaleza modificados por la cultura con la
finalidad de producir alimentos, son por tanto, fruto de la coevolución con la sociedad
(Sevilla Guzmán, 2006). Esta intervención que la cultura hace en los ecosistemas para
transformarlos en agroecosistemas, puede hacerse respetando los ciclos de renovación y
reproducción
naturales. Agroecología significa que se prefiere adoptar medidas
preventivas a las correctivas, significa que se aplica el pensamiento sistémico para
optimizar los agroecosistemas, significa entonces que no se optimizan cultivos, sino
agroecosistemas (Altieri y Nicholls 2000).
Se plantea que la conversión rápida de un sistema agrícola a uno convencional no es
posible. En la práctica se ha observado que ese proceso puede transcurrir en tres niveles,
en Gliessman (2002) aparecen descritos:

Nivel I: Incrementar la eficiencia de las prácticas convencionales para reducir el
consumo y uso de insumos costosos, escasos o ambientalmente nocivos.

Nivel II. Sustituir prácticas e insumos convencionales con prácticas alternativas

Nivel III. Rediseño del agroecosistema de manera que funcione sobre las bases
de un nuevo conjunto de procesos ecológicos.
Cuando se pregunta en qué nivel de conversión se encuentra la agricultura cubana, la
mayor parte responde rápidamente que en el nivel II, la realidad es que coexisten los
tres niveles, junto a sistemas convencionales. En el sector cooperativo campesino y en
la agricultura urbana se pueden encontrar múltiples experiencias de unidades de
producción que están en el nivel III. Estudiar, sistematizar y aprender de esas
experiencias ayudara en el avance hacia una trasformación global.
Etapas por las que ha transitado la agricultura cubana: Características y hechos
relevantes
Cuando se pretende analizar la evolución del desarrollo de la agricultura en los últimos
50 años se destacan tres períodos, signados por dos paradigmas: El primero que va de
de 1959 a 1989 conocido como Revolución verde. El segundo que transita por la década
15
de los 90 centrado en el rediseño de los sistemas agrícolas y en la sustitución de
insumos y la época actual que es el reordenamiento de la agricultura.
1.
1959-1989. Paradigma de la Revolución verde

Creación sector estatal: Grandes empresas socialistas

Dos leyes de Reforma agraria (1959, 1963)

Cooperativización

Migración población rural

Monocultivo

Mecanización excesiva

Uso
de
grandes
cantidades
insumos
externos:
petróleo,
plaguicidas,
fertilizantes…

2.
Desarrollo ganadero basado en la importación de concentrados.
Década de los 90. Paradigma de la sostenibilidad: Rediseño de sistemas y
sustitución de insumos

Crisis económica

Disminución importación de insumos

Disminución importación de alimento animal

Surge la agricultura urbana

Disminuye tamaño unidades de producción

Reapertura de mercados agropecuarios

Surge movimiento agroecológico

Rediseño sistemas agrícolas

Desarrollo de alternativas
3. Los años 2000. Paradigma de la sostenibilidad: Reordenamiento de la agricultura

Consolidación movimiento agroecológico

Programas para disminuir importación de alimento humano y animal
Dentro de los cambios y tendencias principales en los últimos 20 años se destacan tres:

Del monocultivo a la diversificación: aumento de la diversidad y heterogeneidad
de los sistemas agrícolas.

De la centralización a la descentralización: Cambios en la tenencia de la tierra
(cooperativización y usufructo) y reducción del tamaño de las unidades de
16
producción. En los 90 el 80 % de la tierra era de propiedad estatal hoy es
aproximadamente el 20 %

De la importación de insumos a la autosuficiencia: Producción local de
alimentos con recursos propios).
La agricultura se desarrolla en un contexto ambiental complejo. La degradación de los
suelos es uno de los cinco problemas ambientales principales que enfrenta el país
(CITMA 2007).
En la búsqueda de soluciones al problema de los suelos el objetivo es: reducir su
degradación y crear las condiciones que permitan una rehabilitación paulatina de los
mismos. Para esto en los años 2000 se creó el Consejo Nacional de Cuencas
Hidrográficas y se implementaron dos programas: Programa de Lucha contra la Sequía
y la Desertificación. Programa Nacional de Conservación y Mejoramiento de Suelos.
Medidas de conservación y mejoramiento de suelos. Las principales medidas de
conservación y mejoramiento de suelo son de carácter permanente y temporal. Entre las
permanentes se destacan: barreras vivas, tranques, terrazas y corrección de cárcavas.
Las medidas temporales son: siembra en contornos, siembra perpendicular al sentido de
la mayor pendiente, coberturas muertas y arrope, coberturas vivas, construcción de
barreras muertas e independencia hídrica de los campos. En las figuras 1 y 2 se muestra
la tendencia en la implementación de estas prácticas entre 2001 y 2007 expresada como
miles de hectáreas bajo ese manejo.
600
600
491
500
500
500
444,5 455,1
411,5
400
365,7
301,8
300
200
175,1 177,3
550
514
370,1
400
397,5
322,2
300
200
100
100
0
0
2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007
Figura 1. Superficie bajo manejo con medidas
permanentes de conservación de suelo (miles de
hectáreas). Instituto de Suelos (2008).
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
Figura 2. Superficie bajo manejo con medidas
temporales de conservación de suelo (miles de
hectáreas). Instituto de Suelos (2008).
17
Alternativas a la fertilización mineral. La dependencia de la fertilización mineral ha
disminuido. Esto ha sido posible por el desarrollo de otras fuentes de nutrientes, entre
los que están: biofertilizantes en base a microorganismos, entre los que se destacan Rhizobium,
Bradyrhizobium, Azotobacter, Azospirillum, los solubilizadores del fósforo y
micorrizas
vesículo arbusculares; el desarrollo de tecnologías para la producción de bioestimulantes, por
ejemplo Fitomas que se está utilizando hoy en 42 cultivos; el aprovechamiento de residuos de
centros de acopio y aguas residuales; la siembra de abonos verdes (figura 3), cultivos de
cobertura, arrope o mulch; el uso de diferentes fuentes de abonos orgánicos como estiércoles,
cachaza, la elaboración de compost (figura 4), biotierras y humus de lombriz.
160
150
16000
140
125
120
12000
100
87,2
88,1
80
60
47,4
48,5
8000
53,1
40
4000
20
0
0
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
Figura 3. Superficie (miles de hectáreas) sembrada
con abonos verdes). Instituto de Suelos (2008).
2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007
Figura 4. Producción de compost (miles de
toneladas). Instituto de Suelos (2008).
Las prácticas de manejo de plagas en la agricultura sostenible
El problema de las plagas en Cuba se enfrenta, básicamente, bajo dos enfoques: Manejo
Integrado de Plagas y Manejo Ecológico de Plagas (MEP) (figura 5). El MIP se
implementa «para los cultivos intensivos donde aun se emplean regularmente
plaguicidas sintéticos, como es el caso de la papa, el tomate y otras hortalizas que se
siembran a campo abierto y en casa de cultivo» y el Manejo Agroecológico de Plagas
«Para los cultivos que se siembran en fincas de pequeños agricultores, el programa de
agricultura urbana y demás producciones de carácter agroecológico» (Vázquez 2007).
Los resultados alcanzados en MIP, por un grupo numeroso de instituciones, han
permitido el tránsito gradual entre el control convencional y el MEP. En su tránsito
hacia la sostenibilidad la agricultura cubana está en un proceso continuo de
trasformaciones que brindan un escenario propicio para el establecimiento de programas
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de MEP, que han hecho posible la fase de sustitución de insumos químicos por
biológicos a partir de recursos endógenos.
Dentro de los enfoques MIP y MEP la alternativa principal es el control biológico, en lo
fundamental por aumento y por conservación. Aunque el control biológico clásico por
introducción de especies exóticas, también se ha implementado en esta etapa, pero en
menor medida (Milán et al., 2005).
Métodos principales
Figura 5. Evolución de los métodos y prácticas de control de plagas
Manejo Ecológico
de Plagas
Manejo Integrado de Plagas
Control Biológico
Uso de plaguicidas sintéticos
Agricultura
Agroecológica-Orgánica
Intensiva
Tradicional
1950
1960 1970
1980
1990
2000
Control biológico: por aumento y por conservación
Control biológico aumentativo. Mucho se ha discutido acerca de si el control biológico
en Cuba se desarrolla o no dentro del enfoque de sustitución de insumos. El Programa
Nacional de control biológico se diseño en 1988, en un contexto en que se buscaba la
integración de estos agentes de control biológico con otras alternativas. La caída brusca
de las importaciones de plaguicidas en 1990 condujo a un rápido avance de dicho
programa y a la aplicación de los agentes de control biológico en sustitución del uso de
plaguicidas, ese enfoque ha ido cambiando gradualmente como se verá más adelante. A
la estrategia de control biológico aumentativo es a la que se ha dado prioridad en la
etapa actual por la que transita la agricultura cubana (Pérez 2004).
En el país existe una amplia experiencia en producción artesanal y uso de agentes de
control biológico: insectos y ácaros entomófagos (depredadores y parasitoides); hongos,
bacterias, y nematodos entomopatógenos; y antagonistas. El actual programa de control
19
biológico tiene como base una Red de Centros de Reproducción de Entomófagos y
Entomopatógenos (CREE) que se dedican a la producción artesanal y cuatro plantas de
bioplaguicidas para la producción semiindustrial.
En la mayoría de esos CREE se reproducen depredadores y parasitoides. Los que en
mayor cantidad se producen son la mosca cubana Lixophaga diatraeae Townsend
(parasitoide del bórer de la caña de azúcar, Diatraea saccharalis F.) y Trichogramma
spp. (parasitoide de huevos de insectos). Otro aspecto notable dentro del control
biológico aumentativo es la producción artesanal de microorganismos. Entre los
microorganismos que se producen están: los hongos entomopatógenos Beauveria
bassiana (Cepa MB-1), Lecanicillium lecanii (Cepas: LVL-12 y LVL-5) y Metarhizium
anisopliae (Cepa: LMa-11); la bacteria entomopatógena Bacillus thuringiensis (LBT-1,
LBT-13, LBT-24, LBT-25); el nematodo
Heterorhabditis sp. Cepa HC1 y el hongo
antagonista Trichoderma spp. (Pérez et al. 2010).
La producción masiva de entomopatógenos permite disponer de cantidades apreciables
de agentes de control biológico. Cada año se garantiza la aplicación de medios
biológicos en más de un millón de hectáreas (Fernández-Larrea 2007). Lo que en el
2007 representó un 33 % en relación con la superficie total cultivada, que ascendía a 2
988,5 miles de ha según datos de la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE 2008).
Control biológico por conservación de enemigos naturales. Después de más de 20 años
de reducción en el uso de plaguicidas y de otros cambios que se han producido en el
manejo de los agroecosistemas se ha producido una recuperación notable de las
poblaciones de enemigos naturales, por lo que a la estrategia de conservación se le ha
prestado mayor atención, lo que significa que se reconoce que el mayor aporte del
control biológico a la agricultura sostenible no está en la reproducción masiva y
liberación de agentes de control biológico, si no en la conservación de los
biorreguladores.
Conclusiones
Como se aprecia se han producido avances sustanciales en la conservación y manejo de
uno de los componentes claves para la agricultura sostenible: el suelo y en el manejo de
uno de los elementos del agroeocosistema: los organismos nocivos. Pero eso no es
suficiente…es solo una parte del desafío que se enfrenta.
¿Qué incentivos tienen los campesinos, agricultores o productores cubanos para hacer
suya la propuesta de una agricultura sostenible con base agroecológica? ¿Qué los
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motiva? ¿Cuáles son las insuficiencias que se deben superar para alcanzar el paradigma
de la sostenibilidad? A esas preguntas tenemos que encontrarle respuesta.
El logro de la seguridad y soberanía alimentarias por métodos sostenibles (en sus tres
dimensiones: ecológica, económica y social), de bajos insumos (cero importación en el
caso ideal), pero con una fuerte inversión de conocimientos, que incorpore los
resultados ya obtenidos por nuestros campesinos e instituciones científicas, en un marco
de compromiso social entre productores y consumidores y ético con el ambiente y la
naturaleza sería, tal vez, el servicio más importante que el país pueda mostrar. Este es el
sentido que para nosotros tiene el paradigma agroecológico.
Bibliografía consultada
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