Palabras mayores Ciudad de piedra
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Palabras mayores Ciudad de piedra
Semana del 11 al 17 de abril de 2011 • DISTRIBUCIÓN GRATUITA Semanario del Diario Oficial El Peruano | Año 104 | 3a etapa | N° 220 Palabras mayores La historia de la salsa Ciudad de piedra El valle de Tinajani LAS MÁSCARAS DEL VALLE DEL MANTARO ROSTROS DE ILUSIÓN CRÓNICA 2 tVARIEDADES RESUMEN 4 | ARTE POPULAR La tradición de las máscaras en las festividades populares de Junín. 6 | HISTORIAS El nacimiento de la música salsa en el Perú, según Eloy Jáuregui. 8 | TURISMO El espectacular bosque de piedras del valle de Tinajani, en Puno. 12 | TEATRO El inagotable trabajo creativo del grupo teatral Yuyachkani. 16 | EL OTRO YO La actriz Haydeé Cáceres afirma que es de las personas que no pueden vivir solas. DEPORTISTA EJEMPLAR Ciclista de pura fibra Un peruano de 79 años, don César Rodríguez Briceño, demostró en la prueba ciclística la Ruta de la Alpaca, una de las más altas del mundo, que más que maña se requiere de persistencia para hacer realidad los sueños. PORTADA IDENTIDAD. La máscara en las fiestas populares del Valle del Mantaro forma parte de la riqueza cultural del Perú. FOTO: Jesús Raymundo ESCRIBE: SUSANA MENDOZA SHEEN FOTOS: ALBERTO ORBEGOSO SIMARRA DIRECTOR FUNDADOR : CLEMENTE PALMA DIRECTORA (E) : DELFINA BECERRA GONZÁLEZ SUBDIRECTOR : JORGE SANDOVAL CÓRDOVA EDITOR : MOISES AYLAS ORTIZ EDITOR DE FOTOGRAFÍA : JEAN P. VARGAS GIANELLA EDITOR DE DISEÑO : JULIO RIVADENEYRA USURÍN TELÉFONO : 315-0400, ANEXO 2030 CORREOS : [email protected] [email protected] Variedades es una publicación del Diario Oficial 2008 © TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS. E l amor le fue esquivo, pero en el deporte de las dos ruedas encontró la pasión que lo acompaña todavía en su vida. Don César Rodríguez Briceño, a sus 79 años, le sigue siendo fiel al ciclismo, y este le ha respondido a su lealtad con premios, viajes y reconocimientos públicos. Acaba de participar en la Primera Vuelta Internacional de la Ruta de la Alpaca, considerada por el Récord Guinness la más alta del mundo, pues el punto que casi toca el cielo de los Andes puneños está sobre los 4 mil 183 metros sobre el nivel del mar. No necesitó ganar un premio en esta prueba; sin embargo, su sola presencia lo pintó entero, porque su apodo de "huaso", de trejo, de recio, le viene calzado al cuerpo. Casi genético, cuenta él, porque su madre, una camaneja terca y fuerte, se lo enseñó cada día de su vida, sin decirle palabra alguna pero a puro ejemplo doméstico. Este gusto por pedalear lo heredó de su padrastro, el dueño de Bicicletas Anda, don Víctor Anda, famosa fábrica de la ciudad de Arequipa durante décadas. El señor, además de fabricar exitosamente las mejores, las manejaba con gran destreza, lo que impresionó el gusto del pequeño César, al punto de inspirar hurtos a la hora de la siesta. Y es que el niño vivaz, apenas el señor Anda pegaba lo ojos, sustraía la bicicleta que aquel dejaba estacionada en el patio de la casa ubicada en la calle Jerusalén, y por la puerta posterior salía rapidito a darse una vuelta a la manzana solo para sentir el viento que la velocidad de su pedaleo producía. ¡Una maravilla! Ocho años tenía entonces, era 1940, y por la pillería, en vez de castigo, obtuvo recompensa, pues le obsequiaron su bicicletita al verlo tan entregado al fierro con dos ruedas. Con su medio hermano compartió esta afición que la abandonó para dedicarse completamente al negocio. Sin embargo, el futuro le fue adverso, pues con las crisis económicas y la importación de productos chinos, los arequipeños, pero también puneños, cusqueños, hasta limeños, dejaron de comprar las memorables bicicletas Anda. César, por el contrario, como por instinto de sobrevivencia se dedicó, como cuenta él, a los fierros. Era tan recio el "huaso" como sus manos, que fueron moldeándose por la rudeza de los trabajos: mecánico de automóviles, de producción y mantenimiento de bicicletas, PERSONAJE Lunes 11 de abril de 2011 t3 La ruta t La Primera Vuelta Internacional de la Ruta de la Alpaca recibió el Récord Guinness al cumplir la prueba ciclística de ruta más alta del mundo. t El recorrido de la ruta incluyó las ciudades de Juliaca-Ayaviri-Azángaro-Macusani. Tiene 660 km de distancia y alcanza una altura máxima de 4,873 msnm. t Juliaca es la principal ciudad de acopio de la fibra de alpaca. En Ayaviri, Azángaro y Macusani se encuentran los mayores centros de crianza. DESDE LOS 10 AÑOS EMPEZÓ UNA RUTINA DE PREPARACIÓN, "BICICLETEANDO" DIARIAMENTE HACIA EL MERCADO SAN CAMILO PARA HACER LAS COMPRAS QUE SU MAMÁ LE ORDENABA DURANTE EL DÍA... doctor de motores, chofer y propietario de volquetes. No fueron en vano aquellas experiencias laborales ni su eterno y sacrificado entrenamiento. Desde los 10 años empezó una rutina de preparación, "bicicleteando" diariamente hacia el mercado San Camilo para hacer las compras que su mamá le ordenaba durante el día o, ya joven adulto, recorriendo aproximadamente 100 kilómetros diarios de Arequipa hasta Matarani, y 100 más de vuelta. Aumentó las distancias y el tiempo de pedaleo con disciplina, ganó un concurso interescolar cuando estudió en la escuelita fiscal N° 967-Montevideo, y algunos años después su constancia lo catapultó como campeón bolivariano en 1952. De las propias manos del presidente militar Manuel A. Odría recibió un trofeo monumental que todavía conserva. Su participación reciente en la Ruta de la Alpaca le exigió esfuerzo y resistencia. La competencia fue en cuatro etapas, y la más difícil resultó la de Juliaca-Macusani porque comprendía el recorrido de mayor altura. Seis horas le demoró subir la cuesta, de 8 de la mañana a 2 de la tarde. Para redondear esta aventura, como dice don César, una tempestad recibió a los ciclistas participantes en la cima de esa parte de la carretera Interoceánica; llovió granizo, que no afectó felizmente la pista ni curvas peligrosas porque no las humedeció; sopló viento en diferentes direcciones, se congelaron las puntas de los dedos de sus manos y pies. Y él no dejó de temblar durante el trayecto. "Sólo con dos copitas de anisado se me pasó la tiriteadera", cuenta risueño. Es chistoso este ciclista. Él quiere ser ejemplo para los adultos mayores, cuando en realidad puede ser para cualquiera que decidió rendirse a la desidia de la rutina y el invierno en sus años. No cumple ninguna dieta específica, camina diariamente 20 kilómetros, se moviliza con su bicicleta a cualquier lugar y reconoce que gracias a este deporte no se siente achacoso. "Siento la merma en otras actividades; sí, veo menos, por ejemplo, pero el ciclismo está tallado en mí como en el sillar", comenta. Y afirma, además, para sorpresa de muchos, que no tiene dolor en las rodillas ni en la columna porque este deporte ejercita la columna vertebral desde la cuarta vértebra hasta las rodillas. "Ha sido un equilibrio en mi vida, si no hubiera terminado en un asilo de ancianos". Al César lo que es del César. ARTE POPULAR 4 tVARIEDADES MÁSCARAS DEL VALLE DEL MANTARO Identidades mágicas Con las máscaras, los danzantes ocultan su identidad y, al mismo tiempo, revelan otra que nace de la tradición. Al ser representados en las fiestas populares, los personajes de otras épocas participan de la vida cotidiana. ESCRIBE/FOTOS: JESÚS RAYMUNDO TAIPE A unque las máscaras ocultan identidades, al mismo tiempo muestran otras. Detrás de las caretas se esconden las emociones, el cansancio y los rasgos de los danzantes, y fuera de ellas evocan épocas, personajes, estados de ánimo, jerarquías e historias. Desde tiempos prehispánicos, han dejado de cumplir un papel decorativo en el vestuario de las danzas y se han erigido como una pieza ritual en los tiempos de fiesta popular. LUCES Y SOMBRAS La mayoría de las máscaras andinas simbolizan a personajes de la Colonia y la República, incluso de tiempos actuales, siempre con rasgos grotescos y burlescos. Es una de las razones por las que al momento de clasificarlas se ha enfatizado en su uso como recurso para satirizar a diversos personajes. Sin embargo, también transforman a quienes representan, porque les resta los poderes que ostentaban. Gisela Cánepa Koch sostiene, en Música, danzas y máscaras en los Andes, que la ambivalencia de la máscara y su poder para proponer ambigüedad nacen de su capacidad para mostrar o esconder una identidad, al mismo tiempo. "La máscara constituye una envoltura que oculta la verdadera identidad. La ambivalencia es percibida como una contradicción. Ella es incapaz de representar una identidad verdadera". En el caso de un danzante, la máscara encubre su identidad y lo ubica en el anonimato. Además, lo uni- JUNÍN Lunes 11 de abril de 2011 t5 AUNQUE ES CIERTO QUE LA INSPIRACIÓN DE LOS ARTESANOS Y LOS APORTES DE LOS DANZANTES INFLUYEN EN LA CREACIÓN INDIVIDUAL Y COLECTIVA, LAS MÁSCARAS POPULARES SE NUTREN DE LOS APORTES DEL TIEMPO, DE LA MAGIA, DE LAS CREENCIAS, DE LOS RITOS Y DE LOS SUEÑOS. formiza con otros que representan al mismo personaje. Al develar un nuevo rostro, el individuo que lo usa es evidenciado en la sociedad como un ser que trasciende y que forma parte de un mundo. En todas las fiestas se experimenta esta dinámica que, al mismo tiempo, une el pasado con el presente. Francisco Stastny, autor de Las artes populares del Perú, afirma que la máscara ayuda al hombre a transitar de una identidad a otra. "Sirve a la vez para ocultar y para revelar. Oculta lo obvio, lo cotidiano, lo falso del ser aparente de todos los días; y al hacerlo revela lo invisible, descubre una faceta nueva del ser real, un aspecto del ser social que las apariencias naturales no permiten percibir". DANZAS ENMASCARADAS En el Valle del Mantaro, la mayoría de los danzantes que usan máscaras participan en las denominadas danzas-drama, donde los personajes representan un argumento. En las fiestas sociales, como el cortamonte o el santiago, se aprecia la ausencia de las caretas. Lo mismo ocurre en las ceremonias del ciclo vital, como los matrimonios o la zafacasa (techado de las viviendas), o en los rituales de fertilidad, como la herranza (marca de los animales). Los personajes han surgido del pasado colectivo de los pobladores del valle y de su historia reciente. Representan a los esclavos africanos –en la pachahuara y la negrería–, al noble español –en l a chonguinada y la tunantada–, al nativo selvático –en los shapis–, a los españoles coloniales o los burócratas –en los corcovados y los auquines–, los guerrilleros campesinos -en los avelinos– y las clases sociales antagónicas –en los chinchilpos y gamonales–. Dos de las cerca de cuarenta danzas-drama que gozan de gran popularidad son la tunantada, en Jauja, y la chonguinada, en Huancayo. Renato Romero señala, en Identidades múltiples, que ambas son variantes del huaino. En la chonguinada, que se danza en parejas y columnas, la máscara del chonguino tiene rasgos europeos. En la tunantada, que prefiere los pasos libres, el tunante también es un europeo rico. En os dos casos participan la chupaquina (la esposa) y el chuto (el sirviente). En la huaconada de Mito, que la Unesco declaró Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, el personaje único es el huacón. El elemento que une a los dos tipos, al antiguo y al moderno, es la máscara tallada en madera de aliso, generalmente por el danzante. HACEDORES DE ROSTROS En las zonas rurales, la confección de las máscaras es encargada a los artesanos que han aprendido el arte en el taller familiar. Aunque la actividad principal es la agricultura, dedican parte de su tiempo a la creación de las caretas. En la urbe ocurre lo mismo. Los artistas populares aprenden con los mayores, muchas veces solo observando el proceso. En la mayoría de los casos, se dedican exclusivamente al arte debido a la demanda. Una de las mascareras huancaínas reconocidas es Elizabeth Carolina Cámac Elescano, quien se especializa en caretas de la tunantada y la chonguinada. Según los expertos, sus trabajos destacan porque en ellos se aprecian los rasgos de sus personajes gracias al uso creativo de la pintura, que no es exagerado. Con la ayuda de su hermano, un ingeniero mecánico que los fines de semana le ayuda en el taller, ha logrado que el hormado sea tan cuidadoso, que los pómulos, el mentón y la frente de los rostros sean armoniosos. "El perfil de mis máscaras es único. Por eso, cuando los veo en las fiestas me siento un poco vanidosa, porque la diferencia se nota. Lo malo es que pocas veces puedo participar de las celebraciones". Ella aprendió el arte de su padre, quien pintaba rostros en cartón y papel que se usaban en los carnavales. Luego se animó a elaborar piezas en mallas metálicas. Entonces Elizabeth Carolina le ayudaba a lavar las piezas y a veces a colocar las pestañas. Cuando falleció, en 1977, tuvo que dejar la docencia para atender a los clientes que buscaban al maestro. Ahora sigue la tradición ayudada por sus dos hijas. Aunque es cierto que la inspiración de los artesanos y los aportes de los danzantes influyen en la creación individual y colectiva, las máscaras populares se nutren de los aportes del tiempo, de la magia, de las creencias, de los ritos y de los sueños. HISTORIAS 6 tVARIEDADES ELOY JÁUREGUI Y UN RITMO CON SABER Y SABOR ESCRIBE: JOSÉ VADILLO VILA Salsa a calzón quitao 1 Lavoe nunca pisó el Callao, la salsa empezó a escucharse primero en los puertos y caletas del norte del país y también se le debe a la onda corta, son algunas de las investigaciones que el periodista Eloy Jáuregui describe con sabrosura en su libro Pa' bravo yo. Pura música. Advertencia, este libro puede sacar roncha a los chalacos de corazón. "Mi libro desmitifica las creencias y los mitos que existen", dice Eloy Jáuregui sobre Pa' bravo yo (Lima, Mesa Redonda, 2011), sabroso escrito "en surquillano" de este hijo adoptivo de Jesús María; cerca de 200 páginas divididas en las que el verbo parece bailar junto con los "glóbulos negros", los creadores de esa música sabrosa que nos regalaron el Caribe y Nueva York y que se apellida salsa. Jáuregui ya está cansado de escuchar esa leyenda chalaca que dice que Héctor Lavoe, en su veintiúnica visita al Perú, en agosto de 1986, cuando actuó por seis efervescentes noches en la desaparecida Feria del Hogar, se perdió en las calles del Callao en una farra interminable; y que en los barrios del Primer Puerto muestren fotos de un flaco de espaldas y juran por su madrecita que es el intérprete de "Periódico de ayer". "Lo único que conoció fue el óvalo de La Perla, bajando por La Marina", pone el pare el escritor. Eloy fue de los hombres de prensa que persiguieron al emblemático "Rey de la Puntualidad". Dice que llegó al Jorge Chávez, dejó sus documentos en el hotel Sheraton, donde se alojó su orquesta, y en seguida una camioneta blindada lo llevó a la casa del empresario minero Ábele, uno de los que hicieron posible la llegada del boricua. "Y le echaron llave porque sabían que era un bandido". Igual, también dice que es una falacia esa que dice que en su primer viaje el dúo Willie Colón y Rubén Blades se perdieron en las calles del Callao. Pero, ¿la salsa primero se escuchó y llegó (en forma de discos) al Primer Puerto o no? Falso. "Como el tsunami, la salsa llegó también por el norte, por Paita", nos desasna. Los vaporinos, que iban calando entre los puertos, tuvieron la culpa de que hoy gocemos con los glóbulos negros del melifluo y cadencioso ritmo. Jáuregui ha descubierto en puertos y caletas del sólido norte –llámese Salaverry, Paita, San José– a grandes coleccionistas de la salsa que confirman su teoría. Y al sur, en puertos como Matarani o Ilo, también hay grandes coleccionistas. La salsa llegó por barco y calzó como anillo al dedo con el imaginario de los peruanos, mas no con los chilenos ni argentinos, que gustaban del rock anglosajón. Para Eloy, la empatía se produjo por la herencia africana: no por menos festejo y landó no tienen grandes diferencias de compases rítmicos con habanera o rumba, acota. "Todos los negros venían calatos, tanto el príncipe como el obrero, lo único que no les pudieron quitar fue su religión y su música", dice. Otro fenómeno adicional que ayudó al crecimiento de esta música fue la onda corta: la radioafición era la internet de esos años, y con su antena, la gente buscaba las señales de las emisoras de Cuba, Miami, Puerto Rico y Panamá; así conocía de los cantantes y orquestas que en vivo ofrendaban su repertorio. RITMO Lunes 11 de abril de 2011 t7 Más libros t El volumen es uno de los cuatro libros sobre música y contexto social y político que publicará Eloy Jáuregui. t Para julio saldrá El pirata. Historia de la música criolla en el Perú. t Luego, editará Con una espina en el alma, sobre la historia del bolero. LA SALSA LLEGÓ POR BARCO Y CALZÓ COMO ANILLO AL DEDO CON EL IMAGINARIO DE LOS PERUANOS, MAS NO CON LOS CHILENOS NI ARGENTINOS, QUE TIRAN MÁS ROCK Y MEJOR AL ANGLOSAJÓN. PARA ELOY, LA EMPATÍA SE DIO POR LA HERENCIA AFRICANA... 2 Pa' bravo yo es "el primer modelo de un libro que trata de entender la fusión entre los movimientos sociales, culturales y los de jolgorio popular", y se circunscribe a tres momentos musicales de la salsa pegados con el contexto peruano: Está la llegada del mambo en la década de 1950, tiempos de la dictadura de Odría. El mambo llega con el cine mexicano: Dámaso Pérez Prado le sacudía los ánimos a los melodramas. El popular "Car'e foca" renovó y marcó una diferencia con los conjuntos cubanos, como Matamoros y orquestas de la época, dando espacio para el soneo, para la descarga de los instrumentos, sobre todo de los vientos, ahí radicaba su genialidad. El segundo momento histórico es de la Sonora Matancera, que llega, curiosamente, junto con el primer gobierno de Fernando Belaunde (1963-1968). Punto seguido, llega Juan Velasco Alvarado al poder y aparece la Fania All Stars, ese conglomerado de minidisqueras neoyorquinas que impondrán el nuevo sonido, y cuya reunión en El Cheetah, en 1971, llegaría al Perú y sería ampliamente difundida. Pero la salsa está atada al desarrollo de la difusión. Y será el pick-up, esa radiola que se alquilaba en barrios populares para escuchar los discos de carbón de 78 rpm, el que también permitirá difundir el cimbreante género. Después, se importarán las radiolas RCA Víctor, que traían la novedad de incluir radio y tornamesa, y aparecerán los discos elepés de vinilo, primero los long play y luego los breves discos de 45 RPM. Paralelamente, en el Perú aparecen las disqueras vinculadas con los broadcasting y empieza una industria. Con el impacto del sonido de la Sonora Matancera, ya en 1965, un conjunto típico del Centro del Perú se lanza a grabar "La chichera", una guaracha llevada a huaino que sería el primer paso para la chicha, a decir del periodista. Y luego, Luis Abanto Morales se mandaría a grabar el "Mambo de Machahuay". "Y los cholos empezaron a meter mano", agrega Eloy. La pregunta queda entonces en el aire como un ovni sobre cielo limeño, ¿por qué el Perú no ha parido una gran orquesta de salsa? Eloy tiene la respuesta a flor de piel. "Creo que hubo mucha informalidad. En una época, teníamos orquestas como la Sonora de Lucho Macedo, la de Nico Estrada, la Capri, la del Callao, la Sensación de Mario Cavagnaro y los Mulatos del Caribe, pero hacían covers, imitaban HOMENAJE A MONTERO Las páginas de Pa' brayo yo –nombre de una canción homónima popularizada por Justo Betancourt– son también el homenaje de Jáuregui al periodista y matancero mayor Víctor Montero, quien elaboró deliciosas crónicas sobre la música caribeña, como la llegada de la Sonora Matancera al viejo aeropuerto de Limatambo durante el ochenio de Odría. Pa' bravo yo debe también su "soneo escrito" a las influencias de poetas y narradores cubanos, entre ellos el triste tigre Guillermo Cabrera Infante. t Por último, Del Grupo Colina al Grupo Cinco, acerca del reciente fenómeno de la cumbia. ritmos que venían de afuera, pero no se necesitaba hacer cosas nacionales porque la otra (la foránea) sonaba mejor, ya estaba posicionada en el gusto de la gente. Y preferían repetir. Es lo que sucede hasta ahora". La informalidad no solo fue de los músicos nacionales sino de los empresarios, recuerda Eloy: Aquí se metía "cabeza" a muchos músicos extranjeros y por eso muchos salseros no quisieron venir por años al Perú. "De repente tampoco era nuestra forma natural (la salsa), nuestro ritmo nacional, aunque siempre se ha tenido el problema de saber cuál es nuestro ritmo nacional, porque no hay una música peruana, somos diversos y cada región tiene su tipo de música, su melodía". Respecto a los aportes peruanos al universo de la salsa, digo si queda todo en el bolero de Mario Cavagnaro, "Emborráchame de amor", cantado por Lavoe, o "Todos vuelven", de César Miró, versionado por Rubén Blades; o la dirección musical del pianista rimense Lucho Cueto, radicado en la ciudad de los rascacielos. Eloy pone el pare, recuerda que hubo voces peruanas que aportaron a la Sonora Matancera, como Rubén de Alvarado, Ramón Avilés y Vicky Jiménez. Y que Alberto Cortéz se cuenta entre los pocos soneros que trabajan y cantan como se debe en la Europa nórdica. Además, quedan en la larga lista los nombres de Ramón Stagnaro y Alex Acuña. Jáuregui es inquieto como descarga salsera, y justamente con Cueto está dando retoques a lo que será la primera ópera popular sobre Héctor Lavoe, un trabajo con actores, cantantes y músicos que ya está casi terminado y que contará sin clichés la vida del "cantante de los cantantes". Será un gol de media cancha peruano. Solo queda bailar lo escrito. TURISMO 8 tVARIEDADES Lo primero que llama la atención en el valle de Tinajani son las caprichosas formaciones rocosas, verdadera esculturas que dieron origen a diversos mitos que hablan de la existencia de seres fabulosos que luego fueron convertidos en roca por el taita Inti. ESCRIBE/FOTOS: ROLLY VALDIVIA CHÁVEZ U n perro rasga el silencio con sus ladridos. Es lanudo, hirsuto y sin linaje o prosapia conocida. Tal vez por temor o acaso por pura pereza, el animal mantiene su distancia y no muestra la más mínima intención de querer acercarse al extraño que merodea por sus dominios. No pretende atacar ni asustar a nadie. Solo cumple un ritual atávico e instintivo. Eso no lo sabe el intruso. El ladrido lo sorprende, lo alerta, le da mala espina. Nunca se ha llevado bien con los perros. Ni con los finos ni con los chuscos. Ni con los callejeros que siempre rondan en su barrio ni con los que cuidan los ganados en el campo. Esos canes peludos como ovejas que suelen aparecer en los senderitos de las chacras y en las vías de polvo que conducen a un pueblo. La experiencia le ha enseñado a ser cauto. Su estrategia es sencilla: trata de mostrarse tranquilo aunque el ladrido lo inquiete profundamente. Dicen que los perros huelen el miedo y, cuando lo perciben, se vuelven fieros, se lanzan impetuosos al ataque. Y si bien eso no le consta y ni siquiera está completamente seguro de que aquella afirmación sea cierta, no tiene ningún interés de ponerla a prueba. Al menos en este momento en el que está solo y medio perdido en este bosque pétreo –o es un cañón o quizá únicamente una pampa–, en el que no ha visto ni un alma. Además, es consciente de que no tiene ninguna posibilidad de escapar corriendo. No tanto por falta de aptitudes atléticas –las pobres deben andar por algún lado–, sino por influjo e interferencia de la altura. No de dos mil o tres mil metros. Cerca o más de cuatro mil. Cosa seria. Eso es mucho, sobre todo para un individuo recién llegado y harto confundido, que hace solo unos minutos deambulaba por la plaza de Armas UNA CRÓNICA DE LADRIDOS Y PIEDRAS Tinajani, la ciudad pétrea PUNO Lunes 11 de abril de 2011 t9 de Ayaviri (provincia de Melgar, Puno), pensando en cuál sería la mejor hora para "echarle diente" a un buen cancacho, ese tierno corderito al horno que se deshace en el paladar. Ahora está en la nada o en la casi nada que está mejor dicho y no suena a exageración. Escuchando los furibundos ladridos de un perro que no lo va a atacar, aunque él no lo sabe. Por eso camina despacito, como arrepintiéndose de haberle hecho caso a ese "colectivero" que le dijo que lo podía "botar" –sí, esa fue la palabra que utilizó el muy malcriado– en Tinajani. Un lugar que es de todo un poco: bosque, cañón, incluso pampa. También es escenario de un pomposo festival folclórico; pero solo en junio, cuando llegan delegaciones del Perú y el extranjero, para bailar sin soroche en una explanada natural. Eso no lo sabe el extraño, tampoco el perro, claro está. Y como se van presentando las cosas, es difícil que se entere –el individuo, no el can– de eso y de otras cosas que podrían ser de su interés. Por ejemplo, que está a más de 10 kilómetros del centro de Ayaviri, que la carretera localizada a su espalda une a la capital de Melgar con la "ciudad rosada" de Lampa y que las rarísimas formaciones rocosas desperdigas por allí y por allá son de origen volcánico y de sedimentaciones de arenisca rojiza. Rezagos de un tiempo en el que todo se encontraba cubierto de agua. Aquí estuvo el lago Ballivián. El antecesor del Titicaca y el Poopó. Un mar interior que se secó hace millones de años. El espacio que ocupó es ahora un bosque lítico en el que se yerguen caprichosas, colosales y altísimas torres de formas indefinibles. Estas crean un raro e imponente conjunto. Ajeno a la intervención del hombre. Burilado exclusivamente por la naturaleza. Espacio de leyendas y mitos. De relatos inmemoriales que hablan de una raza superior que reinó en estas tierras; entonces, las rocas eran sus palacios y con rocas hacían sus herramientas, sus armas, sus gigantescos utensilios. Hasta que un día, el Sol que estuvo ausente despuntó en el cielo y con sus rayos poderosos petrificó a esa raza de seres monumentales. Pero ni el intruso ni el perro son gigantes. Apenas si son visibles en el bosque. Seres insignificantes en la mítica grandeza de Tinajani, donde los yatiris (sabios aimaras) realizan sus ceremonias de pago y agradecimiento a la tierra (especialmente en agosto), bajo la égida protectora de las rocas anónimas, de las piedras conocidas como Toldoqaqa, Hongo, La Torre y Catedralqaqa, por mencionar solo algunas. Los ladridos se espacian. Al perro ya no le interesa aquel extraño. El sol ha empezado a ocultarse. Las sombras nocturnas se ciernen sobre el cañón. El viento arrecia. El animal posterga su estado de alerta. Su instinto lo lleva a buscar abrigo... pero dónde, se pregunta el individuo que solo ve pampa y cortinas líticas y la carretera en la que tendrá que esperar un taxi, un colectivo, una combi. Lo que sea. Se siente liberado. Tranquilo. Ya no lo atormentan los ladridos, la amenaza de un ataque siempre latente, por más que digan que perro no ladra no muerde, aunque eso a él no le consta y, una vez más, no está dispuesto a comprobarlo. Lo mejor es buscar una linterna, iluminar la noche y esperar que alguien lo lleve a la plaza de Ayaviri. Se pregunta si será muy tarde para un cancacho. TINTAFRESCA 10 tVARIEDADES en la tradición. Su texto Eupalinos ou l'archistecte (1923) es prueba de ello. TRADUCCIÓN CONCORDANCIAS Y DISONANCIAS Arquitectura musical Eupalinos o el Arquitecto, de Paul Valéry, es un libro de conocimiento filosófico enfocado a la arquitectura. Como afirma el autor, el escritor francés nos habla de la belleza de la naturaleza ESCRIBE: LUIS ARISTA MONTOYA EUPALINOS U Así lo comprendió Augusto Salazar Bondy –uno de los filósofos peruanos más afrancesados del Perú, al igual que Mariano Iberico Rodríguez, epígono de Henri Bergson–, al incluir en su clases y en sus Lecturas Filosóficas (1965) textos de Valéry, eximio poeta lírico, crítico y pensador filosófico y científico, cuyos ensayos están reunidos en Variedad (5 volúmenes). Su concepción de la "La literatura como especulación cerebral", sustentada en una ética creativa y un riguroso método científico, caracterizaron su espíritu europeo, afincado n método hermenéutico para comprender la naturaleza del arte es tomar como punto de partida lo que dice el propio artista de su obra o de una ajena. Su intuición sensible y su racionalidad ayudan a la crítica cultural. Así, los ensayos del poeta francés Paul Valéry (1871-1945), identificados aun con la grandiosa poesía del siglo XIX a través de sus maestros Verlaine y Mallarmé, y en menor medida con Baudelaire y Rimbaud, sirven hasta hoy para reflexionar. La antología de Salazar Bondy no consideró Eupalinos o el Arquitecto, publicado ya en París por Gallimard en 1944; y, ahora, gracias a su predilección por la obra de Valéry, el reputado arquitecto peruano don Adolfo Córdova Valdivia ha traducido al español peruano esta joya bibliográfica (Edición: Colegio de Arquitectos del Perú y Fundación Franco Peruana; Lima, diciembre 2010), en donde Valéry considera el parentesco entre música/arquitectura como matriz superior a todas las otras artes. Ignoro si en las clases universitarias de estética y de diseño arquitectónico este texto es lectura obligatoria. Debería serlo, porque la construcción como hongos de edificios en Lima –destruyendo bellas casonas– pareciera que está lejos del espíritu de Eupalinos. Saludo esta traducción que se ha mantenido fiel a las ideas de Valéry en tanto estas hallaron afincamiento en nuestra lengua. "Traducir –dice el traductor Albizu– es intentar que ideas brotadas en un lenguaje adquieran sentido en otro". Adolfo Córdova lo ha logrado. Valéry admiró la musicalidad de la obra arquitectónica de Eupalinos (siglo VI a. C.), un arquitecto griego, hijo de Naustrofo de Mégara. Constructor del acueducto de Samos, hacia 530 a. C., de casi mil metros de longitud. Bajo el gobierno del tirano Polícrates participó en la construcción de varios de sus palacios; se le atribuye también la fuente de Mégara. "Yo era amigo de él. Encontraba en él la fuerza de Orfeo", cuenta Fedro a Sócrates. TESIS CENTRAL La tesis central de Eupalinos es: "Cuando diseño una morada (sea para los dioses, sea para un hombre), y cuando busco su forma con amor, me esmero en crear un objeto que regocije a la mirada, que dialogue con el espíritu, que atienda a la razón y a las numerosas necesidades... te diré esta cosa extraña que me parece que mi cuerpo es de la partida. Este cuerpo es un instrumento admirable, el cual, estoy seguro, los hombres todos, que lo tienen a su servicio, no lo usan plenamente" (p.44ss). La casa de uno está para que more nuestro cuerpo, para ser cuidado; inmersa en un barrio, en una ciudad que también debe ser morada. La ciudad como extensión de nuestra morada hogareña. Es lo ideal. Toda construcción arquitectónica debe ser una morada felicitante: "Es preciso –decía Eupalinos– que mi templo conmueva a los hombres como los conmueve el objeto amado". Contra los edificios "mudos" (fríos) hay que construir –con el talento del arquitecto o con el favor de las Musas– edificios que "hablan", que "cantan". "Esos edificios que no hablan ni cantan no merecen sino desdén, son cosas muertas, inferiores en jerarquía a ese montón de albañilería que arrojan las carretillas de los contratistas...". Toda una lección para hacer de Lima una ciudad-morada, acogedora. NUESTRAMÚSICA Escribe: Manuel Acosta Ojeda Lunes 11 de abril de 2011 t11 SIN FRONTERAS Buscando América* Esta semana se celebra el Día de las Américas, una buena ocasión para recordar a los juglares que le cantan a esta hermosa tierra, a la bonhomía de su gente, a la unidad de este gran continente. " Nadie debe creer que el cantor pertenece a un mundo extraño, donde todo es escenario y fantasía, el cantor es un hombre más que anda transitando las calles y los días, sufriendo el sufrimiento de su pueblo y latiendo también con su alegría."1 El eterno sueño de hacer de nuestra inmensa diversidad, un abrazo de unidad, sigue latente como nuestro máximo objetivo. Más que los diplomáticos –con todo respeto– los mejores comunicadores, son los trovadores que van llevando todas las sangres de América hacia un solo corazón. Son los mensajeros que encargan al viento sus coplas y el latido de sus voces, del mar a las cordilleras, de la pampa a la quebrada, del valle a los arenales. Los mejores juglares, cuyas letras se han quedado clavadas en la memoria de la esperanza, han traspasado fronteras, tiempos y generaciones. El Jibarito, Rafael Hernández (1891-1965), quiso integrar la bandera de su Puerto Rico, para que se uniera en el cosmos americano. "Preciosa te llaman los bardos que cantan tu historia, no importa que el tirano te trate con negra maldad, preciosa serás sin banderas, sin lauros, ni glorias, preciosa te llaman los hijos de la libertad." Compositor y estudioso de la música popular chilena, Rolando Alarcón Soto (1929-1973), autor comprometido con su gente e integrante del grupo Quilapayun, nos dejó: "Si somos americanos/ somos hermanos, señores,/ tenemos las mismas flores,/ tenemos las mismas manos./ Si somos americanos,/ seremos buenos vecinos,/ compartiremos el trigo, seremos buenos hermanos./ Bailaremos marinera,/ refalosa, huaino y son./ Si somos americanos,/ seremos una canción." Atahualpa Yupanqui, Héctor Roberto Chavero Aramburo (1908 -1992), argentino de tierra'dentro, quien mantuvo su modo de vivir y de cantar a pesar de la fama mundial, trenzó las cuerdas de su guitarra con las de su garganta, para emprender el más bello de los oficios. Los Indios "América es un largo camino de los indios. Ellos son estas cumbres y aquel valle y esos montes callados perdidos en la niebla y aquel maizal dorado. Y el hueco entre las piedras, y la piedra desierta. Desde todos los sitios nos están contemplando los indios. Desde todas las altas cumbres nos vigilan. Ha engordado la tierra con la carne del indio. Su sombra es centinela de la noche de América. Los cóndores conocen el silencio del indio. Y su grito quebrado duerme allá en los abismos. Dondequiera que vamos está presente el indio. Lo respiramos. Lo presentimos andando sus comarcas. Quechua, aymara, tehuelche, guarán o mocoví. Chiriguano o charrúa, chibcha, mataco o pampa. Ranquel, arauco, patagón, diaguita o calchaquí. Omahuaca, atacama, tonocotés o toba. Desde todos los sitios nos están contemplando los indios. Porque América es eso: un largo camino de indianidad sagrada. Entre la gran llanura, la selva y la piedra alta. Y bajo la eternidad de las constelaciones. Sí. América es el largo camino de los indios. Y desde todos los sitios nos están contemplando". Durante los días 7, 8 y 9 de junio de 1996, el coliseo Rumiñahui, sirvió de escenario para el festival Todas las voces, todas, convocado por el pintor latinoamericano Oswaldo Guayasamín, nacido en Ecuador en 1919, con el fin de construir su proyecto de la Capilla del Hombre. Por la década de los '60, los argentinos Armando Tejada Gómez (1929-1992) y Julio César Isella (1938), integrante de Los Fronterizos, unieron sus talentos en una Canción para todos, que fue rebautizada con el mismo nombre del encuentro. Sol de alto Perú rostro Bolivia, estaño y soledad, un verde Brasil besa a mi Chile, cobre y mineral subo desde el sur hacia la entraña América y total pura raíz de un grito destinado a crecer y a estallar. Este 14 de abril, conmemoramos un año más del Día de la Américas, pero como dice el panameño Rubén Blades: "Mientras no haya justicia, jamás tendremos paz". * Titulo de obra musical de Ruben Blades (1) Oficio de Cantor, Miguel Ángel Morelli TEATRO 12 tVARIEDADES LA PERSISTENCIA EN EL DESAFÍO Los yuyas por dentro ¿Cómo trabaja el conjunto teatral más emblemático y sólido del país, que desde hace 40 años está presente en las tablas, que nos ha hecho pensar mientras disfrutábamos de una de sus creaciones colectivas? ESCRIBE: JOSÉ VADILLO VILA 1 Inquieta que un grupo se llame Yuyachkani; que tome un vocablo quechua para pararse en el escenario y que su nombre signifique "Estoy pensando, estoy recordando". Y que tras 40 años, siga en pie. "Nosotros hemos aprendido a no tener miedo a las crisis. Las vivimos a plenitud, porque las crisis llevan a buscar una solución diferente o a la desaparición". La actriz Ana Correa, con 33 años en el colectivo, igual que su hermana Deborah, toma un alto en la temporada de la reposición de Sin título. Técnica mixta (2004), para hablar sobre su longevo grupo, innumerables veces condecorado extramuros del país, comprometido con ese concepto de ciudadanía. Y los Yuyas, como cariñosamente los llama medio mundo, han aprendido a preguntarse permanentemente ¿vamos a seguir? Ana me dice que no es fácil responder: "Tienes que renovar tu pacto... tu fuerza... ser aprendices con experiencia que viven intensamente los cambios y nos sentimos con más experiencia para opinar", me dice ahí, en la casa de los Yuyachkani, en la cuadra dos de Tacna en Magdalena del Mar. El grupo es uno de los pocos que se puede dar el lujo de tener un "repertorio" de diez obras. Ahora para acompañar las elecciones, eligieron Sin título, técnica mixta. "Siempre nos ha acompañado lo que el maestro Atahualpa del Chopo decía: el teatro cumple un papel modestísimo, pero ese papel hay que hacerlo con firmeza", me dice el director Miguel Rubio, fundador del grupo junto a las hermanas Teresa y Rebeca Ralli. "Si todos hacemos lo que nos toca, podríamos ejercer el pensamiento crítico, crear espacios de reflexión, y que las cosas puedan mejorar". ESCENAS Lunes 11 de abril de 2011 t13 2 En Sin título, técnica mixta, no hay butacas, los espectadores tienen que moverse por todo el espacio escénico tal como si estuvieran una suerte de museo vivo, memorioso. Hay actores, datos, inmobiliario. Dos hechos básicos delimitan este trabajo donde los Yuyas usan elementos que van más allá del teatro: la violencia social y la guerra con Chile. "No es por una intención de incidir sobre heridas dolorosas sino ver qué tareas pendientes tenemos", explica Rubio. Ana Correa me da luces sobre la forma de trabajo que tienen. Generalmente generan una estructura que "dialoga" con el público a lo largo de dos años, luego van haciendo "pequeños ajustes". Claro, lo aburrido sería repetirse. Ana explica que lo rico es que los Yuyas siguen aprendiendo, avanzando, y dentro de esa estructura fija de las obras del "repertorio" buscan poner la "calidad de energía" en la repetición. Sin título..., por ejemplo, les permite explorar porque siempre los espectadores llegan como se llega a un museo, con muchas preguntas, con lecturas distintas, interesados en distintos ángulos. "Además que mucho de lo que ha sucedido en el Perú contemporáneo no ha sido puesto en los libros; hay un proceso de duelo y toma de conciencia de errores y aciertos para seguir adelante", agrega. 3 La memoria, el recordar, no es un nombre sencillo. Sin título... es una obra colectiva creada cuando los Yuyas acompañaron a la Comisión de la Verdad en colegios, centros poblados y escuchaban los testimonios de los otros peruanos, hablando sobre personas que nunca "LA MÍSTICA DE YUYACHKANI NOS PERMITE DECIR SOBRE EL ESCENARIO AQUELLO QUE NO SE PUEDE DECIR EN LA CALLE. EL ESCENARIO NOS PERMITE UNA REFLEXIÓN COLECTIVA. LA ESENCIA DEL GRUPO NOS DA UNA CONSISTENCIA DISTINTA A CADA UNO COMO PERSONA... tuvieron ni partida de nacimiento ni de defunción. Ana dice: "La dramaturgia, lo puesto en el país no es sólo la forma de mirar que tiene Yuyachkani, es también un compartir para que la memoria sea más fresca". Personalmente, en el paso de estos 40 años, los Yuyachkani han visto desaparece muchas organizaciones políticas, desarmarse frentes electorales, ver desaparecer generaciones de dirigentes... Yuyachkani es nuestra historia reciente. Pero, ¿qué les ha permitido mantenerse 40 años? Rebeca Ralli recuerda cuando junto a su hermana Teresa y a Miguel Rubio eran parte del grupo Yego Teatro Comprometido, y empezaron a dar funciones en esa parte de la Lima que no conocían, donde se invadía terrenos diariamente. Empezaban los años setentas. Y los chicos que trabajaban con la iglesia católica en El Agustino les pidieron que les enseñen a hacer teatro, y ellos empezaron a dar a conocer lo poco de teatro que sabían. "Nos empezamos a conectar con ese nuevo país que surgía y nos salimos de Yego Teatro porque queríamos hacer teatro y cambiar al mundo", recuerda Rebeca. La lectura del dramaturgo alemán Bertolt Brecht les ha acompañado por cuatro décadas; y de los 15 Yuyas iniciales, sólo quedaron los tres. El resto tomó su camino: unos continuaron haciendo teatro a nivel de barrio, otros se dedicaron a la prensa, otros a la enseñanza. Los nuevos integrantes (todos tienen más de dos décadas en el colectivo) se sumaron sin requisitos, sino porque quisieron entrar y se les dio la oportunidad. Dice Rebeca: "Somos muy distintos cada uno del otro; y creo que esa relación la vamos haciendo a diario en cada detalle, en cada acierto y desacierto, en cada acuerdo y discusión". 4 Cada obra exige su propio proceso, pide horas de entrenamientos; deja material que no se ve en escena; descarte de escenas; lecturas que quedan detrás de la mano con historiadores, por ejemplo, la búsqueda de conocimiento escénico. "Somos una familia con lazos más espirituales que de sangre. La única sangre que nos une es la del país", concluye Ana Correa. "Es que Yuyachkani, como actores, nos ha permitido estar en laboratorio, estudiando e investigando permanentemente". Hace hincapié en que aprendieron de personas como la historiadora autodidacta María Rostworoswki. "El grupo nos ha permitido ser autodidactas, eligir nuestros maestros, la manera de estudiar, hacer encuentros", puntualiza Ana. El actor Augusto Casafranca resume estos 40 años que celebrarán a lo grande el 19 de julio, como "un desafío para persistir". "Un desafío y un cuestionamiento a las formulaciones anteriores, la posibilidad de seguir hurgando en las posibilidades del teatro", también de hacer frente a la realidad y como artistas diseñar salidas para seguir viviendo del arte en distintas facetas. "La mística de Yuyachkani nos permite decir sobre el escenario aquello que no se puede decir en la calle. El escenario nos permite una reflexión colectiva. La esencia del grupo nos da una consistencia distinta a cada uno como persona", dice Casafranca. Le digo que los jóvenes teatristas tienen miedo a hablar de política, todos somos independientes y eso, como dicen los analistas políticos, crea esa inestabilidad de la democracia, este electorado cambiante en tiempos de elegir. Augusto me mira. "Hacer política es un comportamiento muy complejo pero todos somos, socialmente, seres políticos, aunque no lo querramos aceptar por falta de visión, de experiencia. Y la cultura a partir de las distintas áreas interdisciplinarias que conjugan el cuerpo del teatro es un espectáculo de memoria, de técnicas, de maneras de entender la existencia". Es la mirada, tras 40 años, de los vigentes Yuyachkani. MÚSICA 14 tVARIEDADES Chicha Libre, ese conglomerado de músicos asentado en Nueva York que homenajea a la cumbia peruana, estuvo de paso por Lima y aprovechamos su estadía para reunirlos con uno de sus principales referentes musicales: Los Shapis. LOS SHAPIS CONOCEN A SUS DISCÍPULOS DEL PRIMER MUNDO Encuentro sabroso ESCRIBE: FIDEL GUTIÉRREZ MENDOZA FOTOS: ALBERTO ORBEGOSO SIMARRA "¡Rica chicha!, ¡rica chicha!", canta Julio "Chapulín el Dulce" Simeón, vocalista de la agrupación Los Shapis, mientras nuestro fotógrafo hace su trabajo, dándole más color a las imágenes fotográficas que este obtiene. Detrás suyo, su compañero y socio, el guitarrista Jaime Moreyra, y los integrantes de Chicha Libre, grupo formado en Nueva York, repiten la frase armoniosamente y se dejan guiar por el pequeño gran cantante. La casa de hospedaje en la que se alojan los músicos visitantes es el escenario para este encuentro internacional de "chicheros" veteranos y novatos. Algunos de los artistas foráneos se muestran gratamente sorprendidos cuando las empleadas del lugar también piden ser fotografiadas junto a "Chapulín" y Moreyra. Y es que como no son peruanos, recién se ponen al tanto del arraigo y de la popularidad de la que goza la dupla fundadora de una de las bandas más representativas de la música popular peruana. "Los Shapis representan la chicha pura", dice Olivier Conan, cantante y fundador de Chicha Libre; un francés asentado en Nueva York y gran conocedor del arte musical peruano, de quien ya hemos hablado anteriormente en estas páginas. "Su música es el punto final de una evolución y en ella se nota un estilo más nacional." La agrupación que lidera pasó por Lima la semana pasada para presentarse en una discoteca de Miraflores, iniciando una gira sudamericana que los llevará por varias ciudades de Argentina y Brasil. Durante el concierto, Moreyra y "Chapulín" subieron al escenario para tocar una mezcla de su canción "Rica Chicha" con "Un shipibo en España" de Juaneco y su combo (que terminó convertida en "Un shapi en París"). Su aparición generó una ovación entusiasta de parte de la audiencia juvenil allí presente. Una reacción sumamente positiva si se toma en cuenta que se trataba CHICHA Lunes 11 de abril de 2011 t15 de la primera vez que se presentan en este clasemediero distrito, tras 30 años de carrera. "Muchos piensan todavía que la chicha es la música del marginado, pero están totalmente equivocados", nos dice "Chapulín", a quien bajar 50 kilos de peso por prescripción médica no le ha alterado el buen humor y su don de gentes. "Es la música del ambulante, del chofer, del estudiante, del médico y del policía que quieren y saben hacer bien las cosas; la música de gente triunfadora." Sin embargo, como es notorio, la "chicha dura" de Los Shapis y de otros exponentes vinculados con la vertiente andina del género no se ha visto tan expuesta en los medios masivos como la cumbia norteña, de clara influencia mexicana y poco vuelo musical, que tiene entre sus más conocidos exponentes al Grupo 5, sus sucedáneos los Hermanos Yaipén o a Los Caribeños de Guadalupe. Pero esto parece no molestar a los creadores del clásico "El Aguajal". Después de todo, siempre han tenido una audiencia fiel y persistente. "Acá tenemos una gran variedad en música tropical", dice Moreyra. "En la Costa, los tonos son alegres y en la zona andina hay más sentimentalismo y nostalgia, mientras que en la Selva todo es más bailable". Pero el fenómeno de redescubrimiento de este género no es solo local. "Hay un movimiento global de renacimiento de la cumbia en general", refiere Conan, quien en Brooklyn regenta un local en el que se difunde música del mundo, llamado Barbés, en alusión a un barrio de emigrantes en París. Además, junto al guitarrista de Chicha Libre, Vincent Douglas, es responsable del sello discográfico del mismo nombre, que ha editado las célebres antologías The Roots of Chicha, mostrando al mundo la obra de grupos peruanos como Los Destellos, Los Hijos del Sol y Los Mirlos, entre otros. LO MEJOR ESTÁ POR VENIR Lo que ocurre actualmente en el mundo occidental con la vertiente peruana del género es similar a lo sucedido durante los años 50 con la música cubana y en los años 80 con el reggae jamaiquino, dice Olivier Conan. "Hay muchos grupos influenciados por la chicha. Conocemos bandas de Los Ángeles, de Texas y de Londres que siguen un camino similar al nuestro, pero en el que incluyen elementos de su propia cultura y de su música". ¿Los motivos? "Es una música fácil de entender y cada vez hay más músicos interesados en utilizarla", responde. Para Moreyra, esto se debe a la heterodoxa riqueza musical inherente a este estilo. "Con el perdón de los amigos colombianos, tengo que decir que la chicha es más que la cumbia en cuanto a rítmica. En una canción chichera peruana no solo encontramos cumbia, sino también compases de bachata, de bolero, de guaracha y de son." Conan, a su vez, identifica elementos clásicos en la técnica musical del guitarrista de Los Shapis. Apreciar este factor ha llevado a su grupo neoyorquino a acercarse más a la vertiente andina de la cumbia peruana, ya que en su debut discográfico –apropiadamente titulado Sonido Amazónico– los aires selváticos eran los predominantes. "También nos llamaron la atención las guitarras eléctricas con influencia surf y psicodélica de los grupos peruanos", señala el francés. De allí que su sonido en escena equivalga en determinados momentos al de un grupo de rock psicodélico que ha pasado buen tiempo en las inmediaciones de nuestra Selva. Sus interpretaciones en vivo de "La danza de los Mirlos" –rebautizada como "La danza de los Simpson" al introducir en ella parte del tema musical de esta serie televisiva– o de "Sonido Amazónico", pletóricas de efectos y de una percusión hipnótica (a cargo del venezolano Neil Ochoa y la mexicana Karina Colis), los presentaron así ante un público limeño que los observaba entre festivo y desconcertado. Una versión en ritmo selvático de "Alone Again Or" de Love, grupo californiano de los años 60, dejó claro por dónde es que vienen los tiros. "Todo ello pasa porque desde 1985 hemos ido dejando semillas". Volvemos con "Chapulín", quien dice esto rememorando la visita que hiciera a París su grupo para participar en el Festival Mundial de Juventudes, la primera realizada a un país del denominado Primer Mundo por parte de una banda chichera y peruana. "Pensamos que con el tiempo esto iba a germinar y a florecer, y eso es lo que está ocurriendo en el planeta entero." "LO QUE HACEMOS EN CHICHA LIBRE ES UNA VERSIÓN COMPLETAMENTE DIFERENTE DE LA CHICHA PERUANA, PERO TIENE UN ESPÍRITU SIMILAR E INFLUENCIAS DIVERSAS", DICE OLIVIER CONAN. APUNTE t Shapi significa en quechua hombre valiente y guerrero elegantemente vestido, explica Julio Simeón "Chapulín el Dulce". ELOTROYO 16 tVARIEDADES HAYDEÉ ESTELA CÁCERES OBLITAS ENTREVISTA: SUSANA MENDOZA SHEEN ILUSTRACIÓN: TITO PIQUÉ ROMERO “EL TEATRO ME HA DADO TODO” ¿Ha sido niña precoz? -No, pero desde niña me gustó el arte. Mi papá, que era guardia civil, me escribía discursos y poemas. Mi mamá, que tiene 92 años, sigue siendo amante del teatro y es muy crítica con las obras. ¿Para qué más ha sido importante la memoria en su vida? -¡Para todo hijita! Para enseñar, a mí me encanta la docencia, pero no tengo tiempo. Me gusta recordar, sobre todo las cosas buenas que me han pasado. Recuerdo mi niñez con frecuencia, cuando vivíamos en el jirón Ica, en el centro de Lima, y pasábamos las vacaciones en casa de mi abuela que vivía en La Victoria. Con mis amiguitas, hasta robábamos plátanos. Fue lindo. Tiene 36 años de matrimonio con un actor, ¿cómo lo ha logrado? -Estudiamos juntos, somos compañeros de promoción del instituto superior de arte dramático que ahora es la escuela de teatro. Allí nos conocimos. Al principio no me gustaba nada. Claro, era un chico guapo y talentoso, pero yo salía con otro y recién al tercer año nos conocimos. No me ha dicho el secreto.... -Mire, soy una persona que no puede estar sola. No voy al cine ni almuerzo sola. Tengo que ir con alguien. Y con Humberto (Cavero) salíamos como amigos al cine. Me acompañó varias veces. Nos llamaron para una obra: El Mar de Juan Ríos. Él me acompañaba a mi casa. Y un día que él no fue, lo extrañé. Entonces El Mar marcó su vida... -En todo sentido, porque fui considerada la actriz revelación del año y conocí al hombre de mi vida. Nuestro primer beso fue en el camerino del teatro Segura. Pero sobre la pregunta, no ha sido sencillo mantener el matrimonio. Cuando hay hijos existen otras responsabilidades. ¿Qué es lo mejor que le ha dado el teatro? -El cariño del público, las obras en las que he participado, los compañeros y excelentes directores con los que trabajé y sacaron más de lo que yo tengo. ¿Y qué la hace disfrutar más? -El amor. ¿Hacer el amor? -(Risas)... ¡Qué buena! Eso también, pero me refiero a la solidaridad, al cariño de mis compañeros. En el teatro todos me dicen mamá, porque la mayoría de ellos han sido mi hijo en alguna obra. Eso me gusta. También soy feliz cuando me pasan la voz en la calle y recuerdan alguna obra de teatro y no de TV, porque allí cualquiera puede ser popular. ¿Se siente una mujer en la plenitud de su vida? -Todavía siento que tengo cosas por hacer, que hay personajes que me gustaría interpretar... Y si no está en la plenitud, ¿en qué momento está? -¡Estoy yendo hacia la plenitud! (risas). Bueno, el teatro me ha dado todo: un esposo bueno, cuatro hijas, cuatro nietos. Me ha dado familia, y eso se lo tengo que agradecer. También me ha dado el cariño de mis compañeros. Ella es una actriz que no le corre a los desafíos de una interpretación actoral y una mujer de temperamento. Actualmente, Haydeé Cáceres participa en la obra Un don Juan en el infierno que se presenta en el Teatro Marsano y prepara un monólogo que dará que hablar. Entrevista completa en www.andina.com.pe