aproximación al concepto del tarén en la cultura ágrafa de los pemón

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aproximación al concepto del tarén en la cultura ágrafa de los pemón
Bacoa. Revista Interdisciplinaria de Ciencias y Artes. ISSN 2343-5542. Año 1. Vol. 1. N° 1. Enero – Junio, 2011.
Universidad Nacional Experimental Francisco de Miranda (UNEFM).
Autora: Erma Sulbarán. Título: Aproximación al Concepto del Tarén en la Cultura Ágrafa de los Pemón, p.p. 28 - 35.
APROXIMACIÓN AL CONCEPTO DEL TARÉN
EN LA CULTURA ÁGRAFA DE LOS PEMÓN
Erma Sulbarán
Universidad de Los Andes
E
sta investigación tiene el propósito de introducir el concepto de tarén, sus usos y
formas dentro de la comunidad pemón, etnia perteneciente al grupo de los Caribe y
habitan al sureste del Estado Bolívar y las áreas vecinas de Guyana y Brasil, están
subdivididos en tres agrupaciones dialectales: Arekuna, ubicados al noreste de la cordillera
del Roraima y en el Valle de Kavanayen; Kamarakoto al oeste del río Karuay, región del
Caroní, la Paragua y en el valle de Kamarata; y Taurepán al sur de la frontera con Brasil,
abarcando la región desde Santa Elena de Uairén hasta las cercanías del tepuy Roraima y
del río Kukenan. La palabra Pemón quiere decir gente, y es un término para distinguir a los
miembros de este grupo étnico de los criollos, negros y otros grupos indígenas vecinos.
Ahora bien, antes de abordar el concepto de tarén haré una breve reseña sobre las
creencias míticas-espirituales de esta etnia. Para el Pemón no existe un ser supremo, porque
se guían por la intuición, el sentimiento y la imaginación. Sin embargo, ellos creen en
Makunaimá como creador de todas las cosas y de los piá (sus ancestros). Ellos tienen una
fuerte creencia en los seres de la naturaleza que habitan en su comunidad, de hecho, han
construido una cosmovisión, según la cual la fauna está dividida en dos tipos de animales:
los Yeken, que corresponden a los domésticos o domesticados, y los Enek, que
Corresponden a los animales salvajes, dañinos, extraños, que causan enfermedades y
representan el peligro de la muerte.
El Pemón, para protegerse de estos animales, o de cualquier amenaza de peligro que
se les presente, utiliza el tarén, taremú o taremurú en procura de la protección de la tribu.
Estos tarén están relacionados con ensalmos u oraciones que se realizan en lugares
donde se esté en contacto con la naturaleza.
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Bacoa. Revista Interdisciplinaria de Ciencias y Artes. ISSN 2343-5542. Año 1. Vol. 1. N° 1. Enero – Junio, 2011.
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Autora: Erma Sulbarán. Título: Aproximación al Concepto del Tarén en la Cultura Ágrafa de los Pemón, p.p. 28 - 35.
Salto Ángel. Kerepakupai Merú / Vená, en idioma pemón.
Auyantepuy. Parque Nacional Canaima.
Los taren son invocaciones invariables que a pesar de no estar escritas tienen una
manera particular de realizarse, dependiendo de la situación. Estos ensalmos están cargados
de metáforas, de palabras con sentido mágico que son transmitidas a través del pensamiento,
el sentimiento y la imaginación.
El tarén consta de las siguientes partes:
a) narración de cómo comienza el mal o la enfermedad.
b) presentación del contrario a ese mal
c) Fórmula con la que el contrario del mal se destinó a ser remedio.
d) Nombres que usó en aquella ocasión para nombrarse.
Estas invocaciones se realizan en lugares lejanos, en los que nadie pueda perturbar el
ritual, como los ríos, los caminos solitarios, las montañas, los cerros, las nubes, las profundidades
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de la tierra, con el propósito de alejar las fuerzas del espíritu del mal representadas por los
enek o animales salvajes. Y los imoroné que representan las enfermedades.
Para que el tarén cause el efecto requerido, es necesario que quien lo recite no
sea visto ni escuchado por nadie. A través del tarén la persona ejecutante, establece una
comunicación con los elementos naturales, quienes como señala Cesáreo De Armellada…”
están algo bajo la tierra, como los diamantes y cochanos, en los pozos profundos de sus ríos,
en los barrancos y socavones de sus torrentes o quebradas, los tarén o taremurú se recitan en
voz baja y misteriosa”.1 Para que de esta manera causen el efecto deseado.
El tarén nos muestra la grandeza espiritual y la imaginación de los Pemón, quienes
lo hacen como una necesidad vital, pues a través de él, estos aborígenes conjuran sus
necesidades. De hecho, para estas invocaciones, no utilizan una sola palabra, sino utilizan
diferentes palabras dependiendo del mal que se padezca.
Lyll Barceló Sifontes, señala que:
Este género literario nos introduce en un mundo teúrgico y
mágico del pemón, quien lo utiliza como ´contra´ a algún hecho
del cual tiene que librarse o, sencillamente, es una respuesta a la
´curación´ de algún fenómeno natural; o sobrenatural del mundo
que los circunda. 2
Las razones que llevan al Pemón a utilizarlos están relacionadas con su cotidianidad,
en la cual se presentan situaciones que deben ser abordadas con específicos tipos de tarén que
suelen ser la “contra” para alejar los malos deseos o para prevenirse de ellos, son utilizados
como preventivos para poder comer en compañía de “saresán” (familiar muerto) y de pikotón
(piache y cazador que ha tomado ciertos preparados hechos con vegetales especiales); del
mismo modo, sirven también para que los enamorados atraigan el afecto de la persona
deseada. Ejemplo de esto, es el siguiente tarén.
Tarén para voltear el corazón de una mujer.
Hubo una moza en aquél tiempo antiguo de los piá, que era –pues
eso– muy buena moza. Y en un cierto baile de juego, igual que el
que nosotros tuvimos hoy, estuvo allí aquella buena moza.
Y entonces uno de ellos le dijo a los otros: - Yo quiero a esa; de
Cesáreo de Armellada. Pemontón Teremurú (Invocaciones mágicas de los indios Pemón).
Caracas. Editorial Arte.1972.p.11.
2
Lyll Barceló Sifontes. (To Maipú, To Eseruk, To patasék). El espejo de los Pemontón. Su
palabra, sus costumbres, su mundo. Caracas.Monte Ávila Editores. 1982. p.119.
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Autora: Erma Sulbarán. Título: Aproximación al Concepto del Tarén en la Cultura Ágrafa de los Pemón, p.p. 28 - 35.
verdad…pero los otros le dijeron, ya comenzando la envidia:- Ella
no te hace caso; tú no eres ningún buen mozo. Pero el les replicó:
-Aunque así sea y aunque yo no sea buen mozo, yo voy allá, a su
casa. …Después de los bailes, se había regresado a su casa. Y voy
a decir que el enamorado de la buena moza era un “tepkoi”, una
especie de lechuza. Era en aquellos tiempos de los piá, cuando los
animales eran gente y hablaban. Entonces él se pintó y se puso
sus adornos; sus zarcillos, sus collares, sus brazales y demás.
También probó su “wasekpué” o flauta de venado, compuso
un “puenín” o cántico de amor, y se puso en camino. Y cuando
llegó a un cerrito,…se hizo su tarén diciendo: Aquí yo, aquí
yo pobrecito; a esa buena moza hija de piá, yo la volteo hacia
mí, hacia mí mismo, a mis cejas, a mis manos, a mis piernas, a
mis pies, a mi corazón…No dejó nada sin nombrar. Dicho eso, se
puso de pie sobre lo más alto del cerrito, sacó la flauta de su bolsa
y cantó diciendo: - El corazón de esta mujer yo lo viro, el corazón
de esta mujer yo lo reviro; hacia esta flauta, que fue hueso de
una caza mía, yo volteó su corazón de esta mujer yo lo reviro, yo
pobrecito habitante sobre los troncos de árboles. Y terminaba con
unas notas, que parecían decir: ¡Word-worí, tekpopó; Word-worí,
watotó, watotó!. Entonces la mujer salió a mirar diciendo; quién
será el que viene, ella nunca salía. .. Pero ahora el corazón le dio
un vuelco.3
Los taremurú, por encontrarse basados en creencias originadas en los tiempos de
Piatón Daktai, “cuando todos los seres hablaban” (los animales, y fenómenos naturales), y se
relacionaban entre sí, por ejemplo, “los perros, los monos, los búhos eran yernos del pato, los
tigres eran concuñados de las ranas, las piedras eran curadas por la arena y la ceniza, el loro
curaba a su amo ciego, un lagartijo conquistaba el amor de una buena moza con su flauta, el
pequeño colibrí desarmaba a los poderosos truenos.
Es importante señalar, que los pemones son culturas ágrafas; por lo tanto, sus
tradiciones y cultos han pervivido en el tiempo, porque se transmiten de generación en
generación a través de la oralidad.
Lyll Barceló Sifontes, en su afán de circunscribir a los tarén dentro de la literatura,
ha dicho que el tarén se nos presenta como un género mixto: Panton+ Eremuk (leyenda y
canto)… ejemplo de esto, es el siguiente tarén para voltear el corazón de una mujer, en el que
están presentes ambos elementos.
Cesáreo de Armellada. Pemontón Taremurú (Invocaciones mágicas de los indios Pemón).
Caracas. Editorial Arte. 1972. p.246
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Autora: Erma Sulbarán. Título: Aproximación al Concepto del Tarén en la Cultura Ágrafa de los Pemón, p.p. 28 - 35.
Hubo una moza en aquél tiempo antiguo de los piá, que era -pues
eso- muy buena moza. Y en un cierto baile de juego, igual que el
que nosotros tuvimos hoy, estuvo allí aquella buena moza.
Y entonces uno de ellos le dijo a los otros: - Yo quiero a esa; de
verdad…pero los otros le dijeron, ya comenzando la envidia:- Ella
no te hace caso; tú no eres ningún buen mozo. Pero el les replicó:
-Aunque así sea y aunque yo no sea buen mozo, yo voy allá, a su
casa. …Después de los bailes, se había regresado a su casa. Y voy
a decir que el enamorado de la buena moza era un “tepkoi”, una
especie de lechuza. Era en aquellos tiempos de los piá, cuando los
animales eran gente y hablaban. Entonces él se pintó y se puso
sus adornos; sus zarcillos, sus collares, sus brazales y demás.
También probó su “wasekpué” o flauta de venado, compuso
un “puenín” o cántico de amor, y se puso en camino. Y cuando
llegó a un cerrito,…se hizo su tarén diciendo: Aquí yo, aquí
yo pobrecito; a esa buena moza hija de piá, yo la volteo hacia
mí, hacia mí mismo, a mis cejas, a mis manos, a mis piernas, a
mis pies, a mi corazón…No dejó nada sin nombrar. Dicho eso, se
puso de pie sobre lo más alto del cerrito, sacó la flauta de su bolsa
y cantó diciendo: - El corazón de esta mujer yo lo viro, el corazón
de esta mujer yo lo reviro; hacia esta flauta, que fue hueso de
una caza mía, yo volteó su corazón de esta mujer yo lo reviro, yo
pobrecito habitante sobre los troncos de árboles. Y terminaba con
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unas notas, que parecían decir: ¡Word-worí, tekpopó; Word-worí,
watotó, watotó!. Entonces la mujer salió a mirar diciendo; quién
será el que viene, ella nunca salía. .. Pero ahora el corazón le dio
un vuelco.4
Existe otro tipo de tarén que cumplen con una finalidad preventiva, es decir, que no
sólo sirven para alejar un mal, sino también para prevenirlo. Ejemplo de este tipo de ensalmo
es el siguiente:
Versículo 5, del tarén: Contra el maleficio del pato… en aquellos
antiguos tiempos, uno de los piá o progenitores comió sin ningún
cuidado de un pato, pues era uno más entre los pájaros. Pero he
aquí, que su hijo cayó con la enfermedad del pato. Y entonces los
patos les llevaron el alma a los hijos de los que fueron nuestros
piá o progenitores.5
Este tarén señalado por Barceló Sifontes tiene un significado culturalmente establecido,
en cuanto a las prohibiciones alimenticias que tiene el Pemón antes del nacimiento de un niño,
las cuales tienen por objeto proteger el alma del infante. Mientras la mujer está embarazada
ninguno de los cónyuges puede comer peces grandes o especies de aves, tampoco puede
consumir dantas, picures, váquiros, venados, patos o las palomas werusi, como una manera
de prepararse y limpiar el cuerpo de impurezas para el nacimiento. Sin embargo, pueden
comer todos los peces pequeños y la palomita wakuna, que se supone trae el alma del niño.
La razón de estas prohibiciones como lo señala Koch-Grümberg es la siguiente…”que el pato
podría llevarse el alma del niño al cielo en la noche”.6
Cesáreo de Armellada, quién convivió con estos aborígenes, aproximadamente
durante veinte años, señala que:
Los indios de esta región saben y creen que los Makunaimá
fueron los inventores de los tarén, pero después algunos otros
encontraron sus tarén siempre siguiendo el camino por ellos
trazado. Nosotros no oímos decir que el padre o la madre de
los Makunaimá inventaron los tarén; pero descendientes de los
Makunaimá sí se dicen que inventaron los tarén.7
Cesáreo de Armellada. Pemontón Taremurú (Invocaciones mágicas de los indios Pemón).
Caracas. Editorial Arte. 1972. p.246
5
Ibíd..,p.134
6
Ibíd..,p.134
7
Cesáreo de Armellada y Carmela Bentinvenga de Napolitano. Literaturas Indígenas venezolanas. Visión panorámica actual de las literaturas indígenas venezolanas. Caracas, 4ta. ed.
Monte Ávila Editores, 1991. p. 335.
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Makunaimá aparece dentro de esta etnia como el creador de todas las cosas. Como
mito representa la creación y el origen del Pemón. Las invocaciones de los Makunaimá,
también se inician con otros nombres, como Tuenkarón, Mawarí, Amariwak, en fin, con
todos los nombres de los espíritus ´malignos´ que habitan en el cerro, aguas profundas y
selvas.
Cesáreo de Armellada señala: … Un tarén…, “Donde la vieja sapo, mujer del tigre
envenenó a la madre de los Makunaimá”.
Aquel día los Makunaimá se fueron a jugar, a flechar pajaritos con su cerbatana. Y
estando en esto, el menor de los Makunaimá oyó al pájaro kachipeú, que decía “la vieja sapo
envenenó a vuestra madre” entonces el menor de los Makunaimá Chiké, le dijo a su hermano
mayor ¿cómo nos nombraremos para escondernos?- Y se dijeron vamos a nombrarnos como
moscas, e inmediatamente se fueron como moscas a esconderse en el vientre de su madre.”…
Y ellos invocaron de la siguiente manera:… Allí estoy yo y dijeron: Darewuima- piá. Como
quien dice: El primero de todos los que tienen resuello. Y para reforzar el tarén dijeron luego:
Makunaimá Piá, Anchikirán –Piá, Aniké-Piá, T-enu paru-kok-piá…”8
Debido a que los Pemón no pueden explicar los fenómenos de la naturaleza a través
de la ciencia o de la religión, intentan comprenderlos a través de la magia; es decir, que
le atribuyen a la naturaleza poderes mágicos en lugar de analizarla, razón por la cual le
otorgan características antropomórficas a los animales y vida a los seres inanimados que los
circundan. Ellos creen en su intuición y de esta forma logran sobrevivir en ese universo
mítico que crean. Al respecto 9Briceño Guerrero señala que: “Tanto el mito como la ciencia
y la filosofía son formas simbólicas, elevan la caótica experiencia inmediata al plano de la
representación para organizarla y manejarla en función de necesidades humanas y con el
recurso humano por excelencia: el signo en todas sus formas”.
Podemos concluir que los taren de los pemon han pervivido hasta nuestros días, gracias
a la transmisión oral que ha estado arraigada a esta etnia desde sus orígenes. La importancia
de estos taren está en que a través de ellos podemos entender mejor la cosmovisión de los
pemones, y por lo tanto, entender su cultura y valorarla. Además como quedó demostrado en
esta investigación, es un tema que puede abordarse desde diferentes perspectivas o campos
del conocimiento, por ejemplo, la literatura, y la antropología, pues ésta apenas es una
aproximación a este interesante tópico que pretende abrir el camino a futuras investigaciones.
Recibido: 3 de febrero de 2010.
Aprobado: 25 de marzo de 2010.
Ibíd. p.14
José Manuel Briceño Guerrero. El Origen del Lenguaje. Monte Ávila Editores c.a., Caracas, 1970. p.123.
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