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6 Editorial ODONTOLOGÍA BASADA EN EVIDENCIA: MITOS, CREENCIAS Y LA REALIDAD EN NUESTRA CARRERA EVIDENCE-BASED DENTISTRY: MYTHS, BELIEFS AND REALITY IN OUR CAREER Gilmer Solis,1 Sively L. Mercado.2 Universidad Andina Néstor Cáceres Velásquez - Puno Revista Evidencias en Odontología Clínica H oy en día resulta muy común escuchar el término “Odontología Basada en Evidencia” (OBE), ocasionando una variedad de sensaciones, que van desde el temor, el rechazo, y en el mejor de los casos, confort. Dicho sea verdad, este paradigma tan en boga, no es reciente en las ciencias de la salud, ya que apareció hace varios años en la medicina humana, y poco a poco se ha ido extendiendo a todas las ciencias de la salud, generalizándose como “Practicas Basadas en Evidencias”, la cual tiene por objetivo que las decisiones clínicas que tomemos durante nuestras actividades profesionales, se realicen en el marco del conocimiento científico, representado por la literatura científica de calidad existente; es tal vez esto último el motivo de su no tan alta popularidad, ya que para formar parte del ideología OBE se requiere tener acceso a la información (artículos científicos) y comprender a profundidad lo que en ellos se plasma. La percepción sobre la importancia de la OBE puede variar según el nivel del operador, siendo algunas veces menos relevante para los estudiantes que para los profesores.(1) Hasta este punto muchos “clínicos” podrían asumir una posición de resistencia al manifestar que más importante es “aprender por hacer que por leer”, una expresión común que en algún momento tal vez hemos podido escuchar, pero debemos recordar que la OBE no solo se centra en un ámbito de lectura, sino que procura que ese conocimiento se integre con la práctica odontológica clínica para obtener resultados efectivos, tanto para el profesional como para el paciente. Nadie pone en tela de juicio que el profesional que no siga una práctica basada en evidencia obtenga buenos resultados, ya que asumir dicha postura sería por lo menos mezquina, pero si se puede garantizar que la OBE promueve mayor nivel del conocimiento sobre lo que se hace, y asegura mejores resultados a diferentes niveles (administrativos, económicos, temporales, de confort, entre otros).(2) Día con día aparecen nuevas alternativas de tratamiento que ofrecen mejores y hasta “cuasi-milagrosos” resultados, los cuales deben ser analizados desde un punto de vista crítico y científico; este es el caso por ejemplo del empleo del láser en odontología, el cual requirió de muchos estudios para sustentar y delimitar los campos en los que posee acción efectiva;(3) es 1 Garcilaso de la Vega. 2 Información de Contacto Recibido: Evid. Odontol. Clin. Aceptado: así que la OBE aspira a poder generar medios para predecir el comportamiento de los materiales dentales y/o técnicas operatorias, así como para plantear pronósticos de nuestros pacientes.(4) No es objetivo de la presente redacción, el hacer un revisión de los diferentes tipos de comunicación científica escrita, aunque no se pude dejar de señalar que actualmente las revisiones sistemáticas son la mejor fuente de evidencia científica que encontramos;(5) a pesar de ello estas también presentan debilidades, en función al componente crítico de los artículos que son analizados para su elaboración, debido a las aún debilidades en su estandarización, lo cual se trató de mejorar con el desarrollo de meta-análisis como complemento a estas. (6) Es en este contexto que la asociación dental americana, ADA por sus siglas en inglés (American Dental Association), manifiesta que la odontología basada en evidencia requiere: desarrollo, transmisión, e implementación de la evidencia;(7) por lo que para poder garantizar que se lleve a cabo una adecuada comunicación científica escrita, debemos seguir lineamientos para asegurarnos de abarcar los aspectos mínimos requeridos. (8) Una debilidad que existe en la comunicación científica escrita en nuestra profesión, aunque no es ajena en otros campos, es la existencia del sesgo de publicación, lo que para algunos pasa inadvertido y puede ser potencialmente peligroso; a quienes son asiduos lectores de revistas científicas, los instamos a reflexionar sobre si los investigadores que no encuentran resultados favorables en los estudios, se animan a publicarlos, o más aún, si las revistas se interesan en publicar manuscritos con este tipo de contenido. En un contexto ideal del conocimiento, en el que exista democracia de la información, la mitad de la información publicada debería reportar ausencia del éxito de lo que se estudió, en nuestro medio entre el 18 y el 33% de la evidencia existente se atreve a ello,(9) esto se tener en cuenta ya que la información que recibimos no es imparcial, y puede orientarnos a cometer errores; con estas breves líneas sugerimos a quienes realicen estudios, a que publiquen sus resultados, más cuando estos son lo opuesto a lo que esperaban encontrar, ya que el conocimiento nutre más de desaciertos que de atinos. Aunque el ideal es lograr que todos realicemos OBE, este es aún un ideal, ya que en nuestra carrera contamos con poca información científica de calidad para garantizarlo, tal es que algunas evaluaciones manifiestan que un promedio del 22% de estos estudios podrían brindarnos dicho nivel de base para la actividad clínica, siendo el área de cariología y odontología restauradora la que presenta mayor calidad en sus publicaciones (31%).(10) Es por este motivo que no exhortamos a que los profesionales tomen una postura equilibrada, entre Nov. 2015 - Vol. 1 - Núm. 1 Solis et al. lo correspondiente a la OBE y la clásica odontología basada en experiencia, siendo esta última casi satanizada por noveles investigadores, lo cual no consideramos adecuado, ya que en un contexto en el que aún no contamos con estudios suficientes para basar nuestras decisiones clínicas, es pues la experiencia lo que aún orientará alguna de estas, pero sugerimos que esto sea de forma crítica, responsable y expectante de las evidencias que puedan aparecer posteriormente.(11) Si existe la duda sobre si la OBE es fácil, pues sinceramente deberemos decir que no lo es, esto debido a que existen diversos factores, tanto humanos como materiales que afecta su aplicación,(12) esto no significa que no sea viable; solo nos debe hacer reflexionar sobre la necesidad de mejorar nuestros procedimientos clínicos, lo cual solo se puede alcanzar a niveles óptimos, cuando se emplea la investigación. Seguir los lineamientos de la odontología basada en evidencia no es pues un reto que se debe afrontar en toda la profesión de manera global así como también por cada una de las especialidades. 6. 7. 8. 9. 10. (13-14) La implementación de OBE es un proceso paulatino en diversas realidades, ya que es inevitable que se presenten barreras relacionadas principalmente con la resistencia al cambio que esta representa,(15-16) pero creemos que es una meta que se puede alcanzar con el compromiso de cada uno de los elementos que componen el delicado engranaje del progreso científico, en el cual se fundamenta nuestra carrera. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 11. 12. 13. 1. Abdelkarim A, Sullivan D. Perspectives of dental students and faculty about evidence-based dental practice. J Evid -Based Dent Pract 2014;14(4):165-173. 2. Govindaiah S, Bhoopathi V. Dentists’ levels of evidence-based clinical knowledge and attitudes about using pit-and-fissure sealants. J Am Dent Assoc. 2014;145(8):849-855. 3. De Oliveira RF, Da Silva CV, Cersosimo MCP, Borsatto MC, De Freitas PM. Laser therapy on points of acupuncture: Are there benefits in dentistry? J Photochem Photobiol B Biol. 2015;151:76-82. 4. Della Bona A, Watts DC. Evidence-based dentistry and the need for clinically relevant models to predict material performance. Dent Mater. 2013;29(1):1-2. 5. Fawkes C, Ward E, Carnes D. What evidence is good 14. 15. 16. evidence? A Masterclass in critical appraisal. Int J Ostheopath Med. 2015;18(2):116-129. Lang LA, Teich ST. A critical appraisal of evidencebased dentistry: The best available evidence. J Prosthet Dent. 2014;111(6):485-492. Bader JD, Frantsve-Hawley J. American Dental Association resources supporting evidence-based dentistry. Semin Orthod. 2013;19(3):158-161. Faggion CM, Listl S, Giannakopoulos NN. The methodological quality of systematic reviews of animal studies in dentistry. Vet J. 2012;192(2):140-147. Papageorgiou SN, Dimitraki D, Coolidge T, Kotsanos N. Publication bias & small-study effects in pediatric dentistry meta-analyses. J Evid Based Dent Pract. 2015;15(1):8–24. Faggion CM. Is the evidence supporting dental procedures strong? A survey of Cochrane systematic reviews in oral health. J Evid -Based Dent Pract. 2012;12(3):131-134.e14. Brignardello-Petersen R, Carrasco-Labra A, Glick M, Guyatt GH, Azarpazhooh A. A practical approach to evidence-based dentistry: Understanding and applying the principles of EBD. J Am Dent Assoc. 2014;145(11):1105-1107. Mota da Silva T, da Cunha Menezes Costa L, Garcia AN, Costa LOP. What do physical therapists think about evidence-based practice? A systematic review. Man Ther. 2015;20(3):388-401. Liu JR. The importance of evidence-based dentistry to pediatric dentistry. J Evid -Based Dent Pract. 2011;11(1):3. Rethman MP, Carpenter W, Cohen EE, Epstein J, Evans CA, Flaitz CM, et al. Evidence-based clinical recommendations regarding screening for oral squamous cell carcinomas. 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