Descargar - Mercedes Gallego
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68 Miércoles 24.08.11 EL CORREO V RUTA POR EL PACÍFICO VERDE CAP.17 MERCEDES GALLEGO Orgullosos de ser raros Entre la bahía de Monterey y un viejo parque de atracciones, Santa Cruz se esfuerza en seguir fiel a su historia San Cruz fue una de las primeras ciudades en aprobar el uso médico de la marihuana. Miércoles 24.08.11 EL CORREO V 69 CANADÁ Vancouver Frontera 5 Seattle Shelton 5 Olympia WASHINGTON Portland 5 Eugene OREGÓN Gold Beach 5 Arcata Hopland Occidental Sonoma San Francisco Palo Alto Santa Cruz 1 Big Sur OCÉANO PACÍFICO NORTE ntre el rosario de santos que dejaron los padres franciscanos por la geografía californiana, Santa Cruz es una de las ciudades más extrañas. Y quiere seguir siéndolo. Por lo menos, eso dice el eslogan que puso de moda hace algunos años una librería independiente de la ciudad: «Keep Santa Cruz weird» (‘haced que Santa Cruz siga siendo rara’). No hay lugar para interpretaciones, según aclara la página de Facebook. «Ya lo has visto en las pegatinas de los coches y en las camisetas. Esto es un movimiento, una filosofía, una forma de vida. Nos encantan los hippies locos y pasados que pasean por ahí. Las calles de Santa Cruz son un enriquecedor circo dickensiano. ¡Haz que Santa Cruz siga siendo rara!». Uno de sus personajes más coloridos es Robert Steffen, ‘El hombre sombrilla’, que pasea por Pacific Avenue cargado de abalorios, vestido de rosa y pintado como un payaso. Él dice que antes de hacerse vagabundo trabajaba de ingeniero en la NASA, pero lo dejó porque no le encontraba sentido a construir cosas que la gente no apreciaba. Puede ser cierto, o no, porque una de las cosas intrigantes de esta ciudad mítica en los sesenta es que tenga tanta gente que ha trabajado en la agencia espacial. Antes de visitar a nuestro propio científico, esta corresponsal se dio un paseo en busca de esos viejos hippies a los que el ácido dejó, si no en la NASA, a medio camino de la galaxia. Se supone que todos desfilan por la galería de Pacific Avenue, pero, francamente, lo único que se puede describir en esta ciudad con aire decadente son vulgares comercios, cadenas de comida basura y una lengua de mar que entra desde el Pacífico pretendiendo ser un río. O a lo mejor lo es. Es difícil decirlo allí donde al autobús se le llama Metro. Se supone que tiene un clima benigno, pero eso es en comparación con los gélidos veranos de San Francisco, que han quedado a 120 kilómetros. La realidad es que el sol castiga y a la sombra hace frío. Junto al mar es como volver a San Francisco, el viento helado te arranca del suelo y saca las lágrimas. Con razón la ropa de montaña de goretex más famosa se inventó junto al Pacífico: Arct’teryx en Vancouver, Columbia, Nike y Bonfire en Portland, North Face en San Francisco, Patagonia en Ventura y Marmot en Santa Cruz. ¿Acaso no tiene sentido hacer ropa de esquí en una ciudad famosa por el surf? El investigador de la NASA dispuesto a revelar los secretos de E A dieta de cannabis posee Esta ciudad, de aire decadente, comercios vulgares. Y al autobús le llaman Metro Santa Cruz se llama Joe Jordan y empieza por el mejor guardado: «Todos los turistas vienen en verano, pero los meses buenos son septiembre y octubre. Entonces te puedes tumbar en la playa a disfrutar del sol». Jordan ha trabajado más de 20 años en el Centro de Investigaciones Ames que la la agencia espacial tiene en Mountain View, corazón de Silicon Valley, a menos de una hora. Eso explica la sobredosis de exfuncionarios de la NASA que pueblan el viejo santuario hippie. Allí participó en un abanico de variados y fascinantes proyectos que incluyen el diseño del telescopio Hubble, la búsqueda de planetas fuera del sistema solar en un observatorio volante o softwares para aplicar la inteligencia artificial. Su especialidad acabó siendo el estudio de la malograda capa de ozono. De ahí que ahora sea un acérrimo enemigo de las energías fósiles que la han destruido. Hace unos años fundó el Sky Institute (Instituto de los Cielos) para difundir los parabienes de las energías «más demócraticas del mundo», las del viento, el sol y el agua, que enseña en diversas universidades. «Ya no estudio el problema, sino sus soluciones», dice con la fuerza de una declaración de principios. Su preferida es la solar, y por eso lo primero que enseña con orgullo a su visitante es el tejado fotovoltaico que cubre su casa. En invierno consume parte de la energía de la red eléctrica, pero en La ropa de goretex más famosa se inventó junto al Pacífico verano le sobra y contribuye a la red , precisamente cuando el aire acondicionado sube la factura de sus vecinos. A final del año la luz le sale gratis. «Cada minuto se recibe suficiente energía del sol como para suministrar a este país entero durante todo el año. ¡Cada minuto, imagínate!», suspira emocionado. «Y, si hablamos de energía eólica, este país podría ser la Arabia Saudí del viento. Solo con Texas y Dakota del Norte podríamos suministrar a todo EE UU». Autobuses y sal Jordan tiene un currículum tan extenso que resulta inabarcable, pero entre sus dedicaciones recientes destaca la de pertenecer al Consejo de Administración del Grupo de Acción Ecológica de Santa Cruz y haber sido Comisionado de Obras Públicas del Ayuntamiento. Ahí se peleó por demostrar que la ciudad ha caído en un círculo vicioso que va a matar el transporte público. «Con los recortes económicos reducen la frecuencia de los autobuses. Y,cuanto más tardan en pasar, menos gente los coge. Luego eliminan la línea porque no hay suficientes usuarios y a los estudiantes que no tienen para comprarse un coche solo les queda la bicicleta». Por suerte, esta ciudad no tiene las cuestas de San Francisco. La última batalla en la que se debate Santa Cruz gira en torno a una planta de desalinización para producir agua potable, que según sus críticos utilizará demasiada energía y tirará la sal al mar, lo que puede afectar al impresionante santuario marino de la bahía de Monterey. Pero el mejor secreto que comparte este lugareño experto en naturaleza es elegir las playas en las que menos sopla el viento del Pacífico. Hay que evitar el mar abierto y buscar las calas resguardadas Hubo un tiempo y un lugar en los que, para aprender sobre drogas, había que experimentar a escondidas en algún callejón oscuro. Desde luego, ese no es el Santa Cruz de hoy. Aquí se aprende la ciencia básica de la marihuana en la sala de espera del consultorio médico. Sobre la mesa de la sociedad Creme de Canna, la revista ‘West Coast Cannabis’ ofrece desde recetas de cocina con marihuana hasta sesudos artículos, pero también consejos clave para evitar que la experiencia no se convierta en un mal viaje cuando alcance una intensidad inesperada. «No te asustes. La ansiedad hace que se te disparen las pulsaciones. Túmbate y relájate, bebe agua, distráete con algo como ver la televisión, surfear por internet o leer esta revista». Santa Cruz fue una de las primeras ciudades en aprobar el uso médico de la marihuana. Casi toda California le ha seguido, aunque el estado no aprobó su uso generalizado en referéndum porque la gente teme el impacto de abrir las puertas a grandes corporaciones como Philip Morris. En manos de los condados y los dispensarios médicos, todo queda en casa. En los 80 y 90, una adorable anciana llamada Mary Rathbun y apodada ‘Brownie Mary’ horneaba en San Francisco pasteles de chocolate con marihuana y se los regalaba a los enfermos de sida. Ya murió, pero hoy su labor está industrializada por consultorios como éste, que por delante tienen la seriedad de una visita al médico y por detrás el olor de una pastelería. Galletas de chocolate, bizcochos de trufas, pastel de queso... No, esta corresponsal no probó ninguno. Pero no porque tenga nada en contra de la marihuana, sino del azúcar y el trigo. Comer sano lleva sus sacrificios. por los acantilados, como la de Three Mile Beach, en el Parque Estatal del Rancho Salvaje, donde se lleva a cabo la conversación. Con todo, esta corresponsal, envuelta en su chubasquero de goretex, sigue sin entender a todas esas bañistas que toman el sol en bikini sin que se les erice el vello. Ya se sabe, Santa Cruz es una ciudad rara que quierer seguir siéndolo. Allá ellos. Próximo capítulo el sábado 27 de agosto