PRESENTACIÓN - Jóvenes Sin Fronteras

Transcripción

PRESENTACIÓN - Jóvenes Sin Fronteras
PRESENTACIÓN
La Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones al Sacerdocio y a la vida
consagrada, que se celebrará el 3 de mayo de 2009, cuarto domingo de pascua. Con
motivo de esta ocasión El Papa Benedicto XVI, nos invita a todo el pueblo de Dios a
reflexionar sobre: la confianza en la iniciativa de Dios y la respuesta humana.
No debemos olvidar la exhortación de Jesús a sus discípulos: ―Rogad al dueño
de la mies, que envíe operarios a su mies‖ (Mt. 9,38).¡Rogad!. La apremiante invitación
del Señor subraya cómo la oración por las vocaciones a de ser ininterrumpida y confiada.
Nuestro primer deber ha de ser por tanto mantener viva, con oración incesante,
esa invocación de la iniciativa divina en las familias y en las parroquias, en los
movimientos y en las asociaciones entregadas al apostolado, en las comunidades
religiosas y en todas las estructuras de la vida Diocesana.
Tenemos que rezar para que en el pueblo Cristiano crezca la confianza en
Dios, convencidos de que el ―Dueño de la mies‖, no deja de pedir a algunos que
entreguen libremente su existencia para colaborar más estrechamente con Él en la obra de
la salvación.
Los Coordinadores Diocesanos de la Provincia Eclesiástica de Guadalajara
ofrecen este subsidio a cada una de nuestras Diócesis.
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Mensaje del Santo Padre Benedicto XVI, con motivo de esta
Jornada.
Cinco Temas para la realización de una Jornada Vocacional:
•La familia al servicio de la vida.
•La Familia formadora de personas.
•La Familia formadora de los hijos de Dios.
•La Familia respeta y apoya la Vocación que Dios da a
cada uno
de sus miembros.
•La familia semillero de Vocaciones.
Momento Eucarístico (Hora Santa).
Moniciones para la Celebración Eucarística.
Oración Vocacional.
Esperando que este material ayude a la preparación y realización de la 46º
Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones Sacerdotales y Religiosas y colabore a
crear una cultura Vocacional en nuestra Provincia Eclesiástica.
Servidor en Cristo.
Exmo. Sr. Felipe Salazar Villagrana
Obispo de Sn. Juan de los Lagos
Animador de la Pastoral Vocacional Provincia Eclesiástica de Guadalajara.
Provincia Eclesiástica de Guadalajara
1
Agradecemos la Colaboración de la Madre Rosario
Carlos (Siervas de Jesús Sacramentado), y a su Equipo de
Promotoras Vocacionales de su Congregación en la preparación,
en la elaboración de este material que ellas tan generosamente
han querido compartir para esta 46º Jornada Mundial de Oración
por las Vocaciones.
Pbro. J. Jesús Apecechea Rosas.
Coordinador Regional de Pastoral Vocacional.
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MENSAJE DEL PAPA
PARA LA XLVI JORNADA MUNDIAL
DE ORACIÓN POR LAS VOCACIONES.
3 DE MAYO DE 2009
IV DOMINGO DE PASCUA
Tema: « La confianza en la iniciativa de Dios y la
respuesta humana.»
Venerados Hermanos en el Episcopado y en el Sacerdocio,
Queridos hermanos y hermanas
Con ocasión de la próxima Jornada Mundial de oración por las
vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada, que se celebrará el 3
de mayo de 2009, Cuarto Domingo de Pascua, me es grato invitar a
todo el pueblo de Dios a reflexionar sobre el tema: La confianza en la
iniciativa de Dios y la respuesta humana. Resuena constantemente en
la Iglesia la exhortación de Jesús a sus discípulos: «Rogad al dueño de
la mies, que envíe obreros a su mies» (Mt 9, 38). ¡Rogad! La
apremiante invitación del Señor subraya cómo la oración por las
vocaciones ha de ser ininterrumpida y confiada. De hecho, la
comunidad cristiana, sólo si efectivamente está animada por la oración,
puede «tener mayor fe y esperanza en la iniciativa divina» (Exhort. ap.
postsinodal Sacramentum caritatis, 26).
La vocación al sacerdocio y a la vida consagrada constituye un
especial don divino, que se sitúa en el amplio proyecto de amor y de
salvación que Dios tiene para cada hombre y la humanidad entera. El
apóstol Pablo, al que recordamos especialmente durante este Año
Paulino en el segundo milenio de su nacimiento, escribiendo a los
efesios afirma: «Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, nos ha
bendecido en la persona de Cristo, con toda clase de bienes espirituales
y celestiales. Él nos eligió en la persona de Cristo antes de crear el
mundo, para que fuésemos santos e irreprochables ante Él por el amor»
(Ef 1, 3-4). En la llamada universal a la santidad destaca la peculiar
iniciativa de Dios, escogiendo a algunos para que sigan más de cerca a
su Hijo Jesucristo, y sean sus ministros y testigos privilegiados. El
divino Maestro llamó personalmente a los Apóstoles «para que lo
acompañaran y para enviarlos a predicar, con poder para expulsar
demonios» (Mc 3,14-15); ellos, a su vez, se asociaron con otros
discípulos, fieles colaboradores en el ministerio misionero. Y así,
respondiendo a la llamada del Señor y dóciles a la acción del Espíritu
Santo, una multitud innumerable de presbíteros y de personas
consagradas, a lo largo de los siglos, se ha entregado completamente en
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la Iglesia al servicio del Evangelio. Damos gracias al Señor porque
también hoy sigue llamando a obreros para su viña. Aunque es verdad
que en algunas regiones de la tierra se registra una escasez preocupante
de presbíteros, y que dificultades y obstáculos acompañan el camino de
la Iglesia, nos sostiene la certeza inquebrantable de que el Señor, que
libremente escoge e invita a su seguimiento a personas de todas las
culturas y de todas las edades, según los designios inescrutables de su
amor misericordioso, la guía firmemente por los senderos del tiempo
hacia el cumplimiento definitivo del Reino.
Nuestro primer deber ha de ser por tanto mantener viva, con
oración incesante, esa invocación de la iniciativa divina en las familias
y en las parroquias, en los movimientos y en las asociaciones
entregadas al apostolado, en las comunidades religiosas y en todas las
estructuras de la vida diocesana. Tenemos que rezar para que en todo el
pueblo cristiano crezca la confianza en Dios, convencido de que el
«dueño de la mies» no deja de pedir a algunos que entreguen
libremente su existencia para colaborar más estrechamente con Él en la
obra de la salvación. Y por parte de cuantos están llamados, se requiere
escucha atenta y prudente discernimiento, adhesión generosa y dócil al
designio divino, profundización seria en lo que es propio de la vocación
sacerdotal y religiosa para corresponder a ella de manera responsable y
convencida. El Catecismo de la Iglesia Católica recuerda
oportunamente que la iniciativa libre de Dios requiere la respuesta libre
del hombre. Una respuesta positiva que presupone siempre la
aceptación y la participación en el proyecto que Dios tiene sobre cada
uno; una respuesta que acoja la iniciativa amorosa del Señor y llegue a
ser para todo el que es llamado una exigencia moral vinculante, una
ofrenda agradecida a Dios y una total cooperación en el plan que Él
persigue en la historia (cf. n. 2062).
Contemplando el misterio eucarístico, que expresa de manera sublime
el don que libremente ha hecho el Padre en la Persona del Hijo
Unigénito para la salvación de los hombres, y la plena y dócil
disponibilidad de Cristo hasta beber plenamente el «cáliz» de la
voluntad de Dios (cf. Mt 26, 39), comprendemos mejor cómo «la
confianza en la iniciativa de Dios» modela y da valor a la «respuesta
humana». En la Eucaristía, don perfecto que realiza el proyecto de
amor para la redención del mundo, Jesús se inmola libremente para la
salvación de la humanidad. «La Iglesia –escribió mi amado predecesor
Juan Pablo II- ha recibido la Eucaristía de Cristo, su Señor, no sólo
como un don entre otros muchos, aunque sea muy valioso, sino como el
don por excelencia, porque es don de sí mismo, de su persona en su
santa humanidad y, además, de su obra de salvación» (Enc. Ecclesia de
Eucharistia, 11).
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Los presbíteros, que precisamente en Cristo eucarístico pueden
contemplar el modelo eximio de un «diálogo vocacional» entre la libre
iniciativa del Padre y la respuesta confiada de Cristo, están destinados a
perpetuar ese misterio salvífico a lo largo de los siglos, hasta el retorno
glorioso del Señor. En la celebración eucarística es el mismo Cristo el
que actúa en quienes Él ha escogido como ministros suyos; los sostiene
para que su respuesta se desarrolle en una dimensión de confianza y de
gratitud que despeje todos los temores, incluso cuando aparece más
fuerte la experiencia de la propia flaqueza (cf. Rm 8,26-30), o se hace
más duro el contexto de incomprensión o incluso de persecución (cf.
Rm 8, 35-39).
El convencimiento de estar salvados por el amor de Cristo, que cada
Santa Misa alimenta a los creyentes y especialmente a los sacerdotes,
no puede dejar de suscitar en ellos un confiado abandono en Cristo que
ha dado la vida por nosotros. Por tanto, creer en el Señor y aceptar su
don, comporta fiarse de Él con agradecimiento adhiriéndose a su
proyecto salvífico. Si esto sucede, «la persona llamada» lo abandona
todo gustosamente y acude a la escuela del divino Maestro; comienza
entonces un fecundo diálogo entre Dios y el hombre, un misterioso
encuentro entre el amor del Señor que llama y la libertad del hombre
que le responde en el amor, sintiendo resonar en su alma las palabras de
Jesús: «No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he
elegido, y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto
dure» (Jn 15, 16).
Ese engarce de amor entre la iniciativa divina y la respuesta humana se
presenta también, de manera admirable, en la vocación a la vida
consagrada. El Concilio Vaticano II recuerda: «Los consejos
evangélicos de castidad consagrada a Dios, pobreza y obediencia tienen
su fundamento en las palabras y el ejemplo del Señor. Recomendados
por los Apóstoles, por los Padres de la Iglesia, los doctores y pastores,
son un don de Dios, que la Iglesia recibió de su Señor y que con su
gracia conserva siempre» (Lumen gentium. 43). Una vez más, Jesús es
el modelo ejemplar de adhesión total y confiada a la voluntad del
Padre, al que toda persona consagrada ha de mirar. Atraídos por Él,
desde los primeros siglos del cristianismo, muchos hombres y mujeres
han abandonado familia, posesiones, riquezas materiales y todo lo que
es humanamente deseable, para seguir generosamente a Cristo y vivir
sin ataduras su Evangelio, que se ha convertido para ellos en escuela de
santidad radical. Todavía hoy muchos avanzan por ese mismo camino
exigente de perfección evangélica, y realizan su vocación con la
profesión de los consejos evangélicos. El testimonio de esos hermanos
y hermanas nuestros, tanto en monasterios de vida contemplativa como
en los institutos y congregaciones de vida apostólica, le recuerda al
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pueblo de Dios «el misterio del Reino de Dios que ya actúa en la
historia, pero que espera su plena realización en el cielo» (JUAN
PABLO II, Exhort. ap. postsinodal Vita consecrata, 1).
¿Quién puede considerarse digno de acceder al ministerio sacerdotal?
¿Quién puede abrazar la vida consagrada contando sólo con sus fuerzas
humanas? Una vez más conviene recordar que la respuesta del hombre
a la llamada divina, cuando se tiene conciencia de que es Dios quien
toma la iniciativa y a Él le corresponde llevar a término su proyecto de
salvación, nunca se parece al cálculo miedoso del siervo perezoso que
por temor esconde el talento recibido en la tierra (cf. Mt 25,14-30), sino
que se manifiesta en una rápida adhesión a la invitación del Señor,
como hizo Pedro, que no dudó en echar nuevamente las redes pese a
haber estado toda la noche faenando sin pescar nada, confiando en su
palabra (cf. Lc 5, 5). Sin abdicar en ningún momento de la
responsabilidad personal, la respuesta libre del hombre a Dios se
transforma así en «corresponsabilidad», en responsabilidad en y con
Cristo, en virtud de la acción de su Espíritu Santo; se convierte en
comunión con quien nos hace capaces de dar fruto abundante (cf. Jn 15,
5). Emblemática respuesta humana, llena de confianza en la iniciativa
de Dios, es el «Amén» generoso y total de la Virgen de Nazaret,
pronunciado con humilde y decidida adhesión a los designios del
Altísimo, que le fueron comunicados por un mensajero celestial (cf. Lc
1, 38). Su «sí» inmediato le permitió convertirse en la Madre de Dios,
la Madre de nuestro Salvador. María, después de aquel primer «fiat»,
que tantas otras veces tuvo que repetir, hasta el momento culminante de
la crucifixión de Jesús, cuando «estaba junto a la cruz», como señala el
evangelista Juan, siendo copartícipe del dolor atroz de su Hijo inocente.
Y precisamente desde la cruz, Jesús moribundo nos la dio como Madre
y a Ella fuimos confiados como hijos (cf. Jn 19, 26-27), Madre
especialmente de los sacerdotes y de las personas consagradas. Quisiera
encomendar a Ella a cuantos descubren la llamada de Dios para
encaminarse por la senda del sacerdocio ministerial o de la vida
consagrada.Queridos amigos, no os desaniméis ante las dificultades y
las dudas; confiad en Dios y seguid fielmente a Jesús y seréis los
testigos de la alegría que brota de la unión íntima con Él. A imitación
de la Virgen María, a la que llaman dichosa todas las generaciones
porque ha creído (cf. Lc 1, 48), esforzaos con toda energía espiritual en
llevar a cabo el proyecto salvífico del Padre celestial, cultivando en
vuestro corazón, como Ella, la capacidad de asombro y de adoración a
quien tiene el poder de hacer «grandes cosas» porque su Nombre es
santo (Cf. Lc 1, 49).
Vaticano, 20 de enero de 2009
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TEMATICA JORNADA VOCACIONAL
TEMA 1:
LA FAMILIA
AL SERVICIO DE LA VIDA
“He venido para que tengan vida” (Jn.10, 10).
1.- PROPÓSITO.
Valorar la vida como un regalo que Dios te ha concedido a través de tu
familia, para que la cuides y sepas darle un sentido trascendente.
2.- DESARROLLO DEL TEMA
2.1. DINÁMICA:


Ver en Power Point ―Impresionante‖ o el video de Nick (Se
encuentra en el Material de apoyo 2009).
Partiendo del testimonio de Nick, comentar sobre la actitud
necesaria para asumir nuestra vocación a la vida
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2.2 ILUMINACIÓN.
Tomando en cuenta las personas que participan, pedimos
adaptar la iluminación a las necesidades e intereses de ellos y
ellas, de tal forma que sea comprensible para ellos y por lo
tanto, de utilidad en su vida humana y cristiana.
Con esta intención ofrecemos una visión general y dos anexos
complementarios, insistiendo que sólo tratará lo que responda
a las necesidades de cada grupo.
2.3 VISIÓN GENERAL
El derecho a la vida es el primer y el más esencial de los derechos
humanos.
El hombre existe única y exclusivamente por amor de Dios. Dios llama
al hombre a la existencia. Cada niño o niña que nace a la vida, entra a la
historia totalmente como un ser único e irrepetible; viene a ser como
una palabra pronunciada por Dios con amor.
Por este motivo, el cristiano no puede considerar su vida como algo
aburrido, sin importancia o que debe vivirla pasivamente o en un estado
de depresión. El cristiano descubre su vida como un regalo de Dios que
tiende por naturaleza a llegar a ser ―don donado a otro‖
Dios nos revela que no estamos solos construyendo nuestra vida,
porque Él camina con nosotros en medio de nuestros quehaceres y si
nosotros lo queremos, Dios entreteje con cada uno, una maravillosa
historia de amor, única e irrepetible. Y al mismo tiempo, en armonía
con la humanidad y con el mundo entero.
Descubrir la presencia de Dios en la propia historia, no sentirse nunca
huérfano sino siendo consciente de tener un Padre del que podamos
fiarnos totalmente; éste es el gran cambio que transforma el horizonte
simplemente humano y lleva al hombre a comprender el secreto de la
existencia cristiana y de toda la auténtica realización humana.
El derecho a la vida se impone, en efecto, como el primero y el más
esencial de los derechos humanos. Si a una persona ya conformada
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genéticamente se le niega ese derecho sustancial, se la está condenando
a la más oscura y total de las muertes.
Proclamación y defensa de la vida.
―La familia es verdaderamente el santuario de la vida…, el ámbito
donde la vida, don de Dios, puede ser acogida y protegida de manera
adecuada contra los múltiples ataques a que está expuesta, y puede
desarrollarse según las exigencias de un auténtico crecimiento humano‖
(SS Juan Pablo II, Encíclica Centésimus Annus, 39; Encíclica
Evangelium Vitae,92)
La vida es un valor religioso y laico a la vez porque se fundamenta en
el primer derecho de todo ser humano: derecho a la vida. Debemos
defenderla porque es un valor humano, y lo humano nos une a todos.
Siendo el primer derecho del ser humano, es necesario defender la vida
como don de Dios. Se necesitan personas valientes que denuncien el
egoísmo que está en la actitud de quienes prefieren tener pocos hijos,
para poder así ―gozar mejor la vida‖.
Compromiso de cuidar la vida humana.
No somos dueños de la vida, la palabra de Dios nos dice No matarás, el
quinto mandamiento del decálogo (Ex. 20,13), podemos hacerlo en
forma positiva: ―Protegerás la vida‖. Jesús, al hablar de la ―justicia
nueva‖ en el mensaje evangélico de San Mt. (5,21-22), va mucho más
allá cuando nos dice: ―Habéis oído que se dijo a los antepasados: No
matarás: y aquel que mate será reo ante el tribunal. Pues yo os digo:
Todo aquel que se encolerice contra su hermano, diciéndole ―imbécil‖
será condenado al fuego que no se apaga‖
La debemos cuidar porque la vida humana es sagrada, porque desde su
inicio es fruto de la acción creadora de Dios y permanece siempre en
una especial relación con el Creador, su único fin. Sólo Dios es Señor
de la vida desde su comienzo hasta su término: nadie en ninguna
circunstancia, puede atribuirse el derecho de matar de modo directo o
indirecto a un ser humano inocente. A través del aborto.
―El ser humano ha de ser respetado como persona desde el primer
instante de su existencia‖. ―La vida humana ha de ser respetada y
protegida de modo absoluto desde el momento de su concepción‖
(Afirmaciones Sagrada Congregación).
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Tenemos obligación de cuidar la vida propia y la de los demás evitar
todo menosprecio, reducción o atropello a las personas y de sus
derechos inalienables; no permitir todo atentado contra la vida humana,
desde la oculta en el seno materno, hasta la que se juzgue como inútil y
la que se está agotando en la ancianidad.
El aborto implica la destrucción absoluta de una vida humana actual y
de su proyección hacia el futuro. Esta verdad terrible es más que
suficiente para que pierdan validez, en el estricto plano de los
principios éticos, todas las posturas de signo contrario.
Desafortunadamente algunos países han legalizado el aborto, siendo un
crimen, países que no lo admiten oficialmente, pero sí cometen este
crimen abominable se realiza de manera clandestina; y hay campañas
que siguen empeñándose en una primera aceptación con la intención de
legalizarlo.
Conozcamos y anunciemos con valentía la doctrina de la Iglesia
sobre el derecho a la vida humana desde el momento mismo de la
concepción.
Iluminar con la verdad y con la ayuda de las ciencias sociales los
resultados reales de empobrecimiento moral a la que han llegado los
países que aceptaron los argumentos antinatalistas que sostienen que ―a
menos nacimientos, menos pobreza‖ y promoviendo la ―libertad sexual
ilimitada‖ como derecho de la mujer y del hombre. Esto es grave. No
olvidar que hay poderosos intereses económicos y políticos de
organismos financieros y de laboratorios que buscan mercados para sus
productos anticonceptivos y abortivos. ¡Alerta jóvenes! Esto es
destrucción va en contra de la vida, Se tiene la responsabilidad de
cuidar la vida.
La Iglesia católica no permite la eutanasia, es un crimen, hay que
denunciar a todos los que promueven esta corriente. Hay que alertar
sobre el tráfico de órganos de que se habla, con el que se beneficia a los
más ricos. Este tráfico es indigno de la comunidad humana.
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Necesidad de dar sentido a la vida para encontrar la verdadera
felicidad.
En el Evangelio recordamos la pregunta que un joven hace a Jesús
―Maestro bueno, ¿qué he de hacer? (Mc. 10,17). Lo primero que Jesús
observó es la actitud que esa pregunta encerraba sinceramente la verdad
sobre la vida y sobre el camino personal en la vida.
Esto es importante. La vida es un don que dura cierto período de
tiempo, en el que cada uno de nosotros afronta el desafío que implica:
el desafío de tener un objetivo, un destino, y luchar por él. Lo contrario
sería pasar la vida de modo superficial, ―perder‖ nuestra vida en la
trivialidad; no descubrir nunca en nosotros mismos la capacidad del
bien y de la solidaridad real y, por tanto, no descubrir nunca el camino
que lleva a la felicidad verdadera. Hay demasiados jóvenes que no se
dan cuenta que de ellos principalmente depende el dar un sentido
auténtico a su vida. El misterio de la libertad humana está en el centro
de la gran aventura de vivir bien la vida.
Para dar sentido a nuestra vida se necesita:


Vivir los valores evangélicos. La familia siendo la primera
célula de la sociedad, es portadora de la buena nueva de la
salvación, que ilumina las situaciones difíciles del hombre.
Frecuentar la comunión Eucarística; al recibir el Cuerpo
y la Sangre de Cristo, comulgamos el amor entregado, para
que sea Él nuestra vida; para que transformándonos en lo
que recibimos, amemos con su mismo amor. San Agustín
decía ―somos lo que recibimos‖. Por eso todas nuestras
acciones tienen que ser vida. La familia unida se parece a
Dios, porque Dios no es una persona aislada. Sino tres
personas distintas: una comunidad de vida y amor. Al decir
Jesús ―Yo he venido para que tengan vida y la tengan en
abundancia‖ (Jn. 10,10), nos recuerda nuestra fragilidad
humana y limitación de la vida nos conduce a la convicción
que la vida es Cristo. No existe una vida auténtica sino la
transmite Él. La verdadera existencia del hombre consiste
en ser para Dios porque si no se orienta hacia Dios,
sencillamente no es hombre.
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3.- ACTIVIDADES.

Elegir una de las tres actividades propuestas.
1.
Integrarse por equipo.
Elaborar un periódico mural con revistas en una
cartulina dividida en dos partes; en un espacio
plasmar todo lo que genera vida en la sociedad
actual, y en el otro espacio, lo que causa muerte.
 Elaborar una conclusión sobre lo que ellos pueden
y deben hacer para evitar toda acción de muerte y
ser generadores de vida en nuestra sociedad.

Escribir en carteles cada una de las frases del decálogo de la vida e
ilustrarlos con dibujos.
1. Creerás en Dios de la vida, que desea la vida en
abundancia para todos y no la muerte.
2. No utilizarás el nombre de Dios de la vida para atentar
contra la vida de nadie.
3. Agradecerás a Dios la vida, y la celebrarás como un gran
don y una tarea.
4. Defenderás la vida amenazada y honraras a los que te han
dado la vida.
5. No matarás de ningún modo la vida, pues la vida es de
Dios.
6. Amarás y gozarás la vida sin egoísmos.
7. No te apropiarás de los bienes que han sido creados para
que todos vivan.
8. Compartirás la vida de tu familia con toda verdad y con
sentido de pertenencia a ella.
9. Trabajarás para que todos tengan lo suficiente para vivir.
10. Pondrás tu vida al servicio de los demás, hasta arriesgar
tu propia vida por la de ellos.
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3.1 Aprender el canto: Gracias a la vida
(Se encuentra en el CD de Material de apoyo 2009)
4.- COMPROMISO.
Informarse sobre los criterios de la Iglesia acerca de la vida
humana, desde su concepción hasta la muerte natural. Para ello
sugerimos los siguientes sitios electrónicos:

Temas de Bioética: Procreación artificial, aborto, clonación,
etc.
http://www.encuentra.com/seccion.php?f_doc=28&f_tipo_d
oc=6
http://www.aciprensa.com/aborto

Aborto, eutanasia. La fecundidad del matrimonio. Catecismo
de la Iglesia Católica
http://www.vatican.va/archive/ESL0022/__P80.HTM

Efectos psicológicos de realizar un Aborto
http://www.aciprensa.com/vida/efectosico.htm

Aborto, el control de la población
http://www.aciprensa.com/aborto/poblacion.htm
2.
ORACIÓN FINAL.
Dios Padre, Creador del Cielo y de la Tierra,
por los méritos de tu Hijo Jesucristo
y por la acción del Espíritu Santo en nuestros
corazones,
te alabamos y te damos gracias por el don de la vida
e imploremos tu luz y tu fuerza,
para afrontar los momentos de dificultad
y de sufrimiento, sin perder la esperanza.
Ayúdanos a reconocer, a respetar
y amar la vida humana.
Que experimentemos la solidaridad,
dentro y alrededor de la familia,
con atención solícita, vigilante y cordial
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en las pequeñas y humildes cosas de cada día.
Que la familia de origen matrimonial
entre un hombre y una mujer siga siendo el santuario de la vida.
Que nos empeñemos por el bien común,
trabajando para que las leyes e instituciones del Estado
respeten, defiendan y promuevan el derecho a la vida,
desde la concepción hasta la muerte natural,
y que todos nos comprometamos a difundir la cultura de la
vida. Así sea.
Fuentes de consulta:
Sagrada Escritura
Catecismo de la Iglesia Católica (Conferencia del
Episcopado Mexicano).
Familia patrimonio Sagrado de la Humanidad
(Conferencia del Episcopado Mexicano).
¡Ama con el amor de Dios ¡Defiende la vida! (Arquidiócesis
de Guadalajara).
Hijos con carácter (Una Guía para los padres. Editorial
Diana).
El sentido de la vida (Ignacio Larrañaga. Edit. San Pablo)
Semana de la Familia 2007(Comisión de Pastoral
Familiar, Diócesis de San Juan de los Lagos).
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MATERIAL DE APOYO
LOS ESPOSOS, COOPERADORES DEL
AMOR CREADOR DE DIOS
El servicio a la vida, cometido fundamental del hombre.
Inspirados en el proyecto de Dios, creador del género humano, y
también inspirados en la misión de Jesús que es dar una vida nueva y
eterna, afirmamos que el cometido fundamental de la familia es el
servicio a la vida. A ella toca realizar a lo largo de la historia la
bendición original del Creador en la generación de la imagen divina, de
hombre a hombre.
Los esposos, cooperadores del amor de Dios Creador.
Dios, con la creación del hombre y de la mujer a s u imagen y
semejanza, corona y lleva a perfección la obra de sus manos; los llama
a una especial participación en su amor y al mismo tiempo en su poder
de Creador y Padre, mediante su cooperación libre y responsable en la
transmisión del don de la vida humana: “Y los bendijo Dios y les dijo:
Sed fecundos y multiplicaos y henchid la tierra y sometedla” (FC 28).
La misma naturaleza del matrimonio, según Dios, está en orden a la
procreación. Es un mandato divino. El amor conyugal, razón de ser del
matrimonio, por su propia naturaleza, está también ordenado, como el
mismo matrimonio, a la procreación y a la educación de los hijos.
Los esposos, llamados a transmitir el don de la vida humana.
Los esposos están llamados a transmitir el don de la vida humana; y
deben hacerlo libre y responsablemente, considerando en todo
momento que los hijos son, sin duda, el don más excelente del
matrimonio y que contribuyen sobremanera al bien de los propios
padres (GS 50).
Pero hay que insistir que, en la misión de transmitir la vida, los esposos
no quedan libres para proceder arbitrariamente, como si ellos pudiesen
determinar de manera completamente autónoma los caminos lícitos a
seguir en todo lo que se refiere a la transmisión de la vida, sino que
deben conformar su conducta a la intención creadora de Dios
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manifestada en la misma naturaleza del matrimonio y de sus actos (Cf.
HV 10).
Pero esta misión de transmitir la vida humana no se limita a este mundo
que pasa, debe estar siempre orientándose hacia su destino eterno (Cf
GS 51). Y es que todos los seres humanos hemos sido llamados por
Dios no sólo a una existencia temporal que parece terminarse con la
muerte, sino que hemos sido llamados al don de la vida eterna. Nuestro
Dios es un Dios de vivos, no de muertos, y para Él, todos los que
vivimos en la tierra, hemos sido invitados al banquete de la vida eterna.
El don de la vida, el último fin del matrimonio.
Es doctrina de la Iglesia Universal que el matrimonio fue creado por
Dios para que los esposos se amaran con un amor conyugal que los
lleve a la donación recíproca, personal, propia y exclusiva para que,
mediante la comunión de sus seres, se perfeccionen mutuamente y
colaboren al mismo tiempo en la procreación y educación de nuevas
vidas (Cf HV 8).
El amor conyugal, pues, tiene como exigencias y características
propias: que sea plenamente humano (no instintivo; no como si ambos
fueran objetos), total (es decir, de toda la persona y para toda la vida),
fiel y exclusivo (sin comprometer el amor con otra persona). Y fecundo
(Cf HV 9).
Queda pues muy claro que el matrimonio y el amor conyugal están
ordenados definitivamente a la procreación y educación de los hijos,
como el fin último.
Por lo tanto, no se puede entender un matrimonio cuyo proyecto de
amor y de vida no se centre en los hijos, ni se puede entender un amor
conyugal que intencionalmente no esté siempre abierto a la vida (Cf FC
29).
Los padres son los primeros responsables de la vida de sus hijos.
Los primeros que deberían amar y venerar la vida humana desde que es
concebida, son los mismos padres que la gestaron.
En la Biblia aparece siempre la vida humana como el máximo bien, en
toda circunstancia. En el relato de Caín, Dios se presenta como un Dios
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exigente porque, dice: “A cada uno pediré cuenta de la vida de su
hermano” (Gn 9,5).
Por consiguiente, los padres al engendrar un hijo, deben estar
conscientes que ese nuevo ser humano está llamado por Dios a su
totalidad y cumplimiento de esta meta si, desde su concepción no
promueven y acompañan al hijo en todo su desarrollo y crecimiento
que ha de ser pleno e integral.
La Iglesia Católica siempre estará a favor de la vida para serle fiel a
Dios que habla por medio de la naturaleza y confirma su voz en su
revelación a ella confiada.
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LA IGLESIA A FAVOR DE LA VIDA
La doctrina de la Iglesia se encuentra hoy en una situación social y
cultural que la hace a la vez más difícil de comprender y más urgente e
insustituible para promover el verdadero bien del hombre y de la mujer.
En efecto, el progreso científico-técnico, que el hombre contemporáneo
acrecienta continuamente en su dominio sobre la naturaleza, no
desarrolla solamente la esperanza de crear una humanidad nueva y
mejor, sino también una angustia cada vez más profunda ante el futuro.
Algunos se preguntan si es un bien vivir o si sería mejor no haber
nacido; dudan de si es lícito llamar a otros a la vida, los cuales quizás
maldecirán su existencia en un mundo cruel, cuyos terrores no son ni
siquiera previsibles. Otros piensan que son los únicos destinatarios de
las ventajas de la técnica y excluyen a los demás, a los cuales imponen
medios anticonceptivos o métodos aún peores. Otros todavía, cautivos
como son de la mentalidad consumista y con la única preocupación de
un continuo aumento de bienes materiales, acaban por no comprender,
y por consiguiente rechazan la riqueza espiritual de una nueva vida
humana. La razón última de estas mentalidades es la ausencia, en el
corazón de los hombres, de Dios cuyo amor solo es más fuerte que
todos los posibles miedos del mundo y los puede vencer.
Ha nacido así una mentalidad contra la vida, como se ve en muchas
cuestiones actuales: piénsese, por ejemplo, en un cierto pánico derivado
de los estudios de los ecólogos y futurólogos sobre la demografía, que a
veces exageran el peligro que representa el incremento demográfico
para la calidad de la vida.
Pero la Iglesia cree firmemente que la vida humana, aunque débil y
enferma, es siempre un don espléndido del Dios de la bondad. Contra el
pesimismo y el egoísmo, que ofuscan el mundo, la Iglesia está a favor
de la vida; y en cada vida humana sabe descubrir el esplendor de aquel
―SÏ‖, de aquel ―Amén‖ que es Cristo mismo. Al ―no‖ que invade y
aflige al mundo, contrapone este ―SÏ‖ viviente, defendiendo de este
modo al hombre y al mundo de cuantos acechan y rebajan la vida.
La Iglesia está llamada a manifestar nuevamente a todos, con un
convencimiento más claro y firme, su voluntad de promover con todo
medio y defender contra toda insidia la vida humana, en cualquier
condición o fase de desarrollo en que se encuentre.
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Por esto la Iglesia condena, como ofensa grave a la dignidad humana y
a la justicia, todas aquellas actividades de los gobiernos o de otras
autoridades públicas, que tratan de limitar de cualquier modo la libertad
de los esposos en la decisión sobre los hijos. Por consiguiente, hay que
condenar totalmente y rechazar con energía cualquier violencia ejercida
por tales autoridades a favor del anticoncepcionismo e incluso de la
esterilización y del aborto procurado. Al mismo tiempo, hay que
rechazar como gravemente injusto el hecho de que en las relaciones
internacionales, la ayuda económica concedida para la promoción de
los pueblos esté condicionada a programas que ataquen la vida.
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TEMA 2:
LA FAMILIA
FORMADORA DE PERSONAS
“Y creó Dios a los seres humanos a su imagen;
a imagen de Dios los creó; varón y mujer los creó”.
(Gen 1, 27)
1.- PROPÓSITO.
Que los participantes se descubran como una persona, creada a imagen
y semejanza de Dios; acepten su identidad: hombre /mujer, la cual se
desarrolla y fortalece en el seno de la familia, y en ella aprendan a
respetar su dignidad personal y la de los demás.
2.- DESARROLLO DEL TEMA
2.1. DINÁMICA: HACER LA DIFERENCIA.
Examen rápido
1. Nombra las cinco personas más adineradas del mundo.
2. Nombra las cinco últimas ganadoras del concurso Miss
Universo.
3. Nombra diez ganadores del Premio Nobel.
4. Nombra los cinco últimos ganadores del Oscar por mejor
actriz o actor.
5. Nombra los diez últimos ganadores del Fútbol.
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¿Cómo te fue?
¿Mal? No te preocupes
El punto es: ninguno de nosotros recuerda los encabezados de ayer. No
hay segundos lugares, ellos son los mejores en su ramo, pero los
aplausos ¡Se van!, ¡Los trofeos se empolvan! ¡Los ganadores se
olvidan!
Ahora contesta este otro,
Veamos cómo te va:
1.
2.
3.
4.
5.
6.
Nombra tres profesores que te hayan ayudado en tu
formación escolar.
Nombra tres amigos que te hayan ayudado en tiempos
difíciles.
Nombra cinco personas que te hayan dicho algo valioso.
Piensa en algunas personas que te hayan hecho sentir una
persona especial.
Nombra cinco personas con las que disfrutes pasar tu
tiempo.
Nombra tres héroes cuyas historias te hayan inspirado.
¿Qué tal? ¿Te fue mejor?
Las personas que hacen la diferencia en tu vida no son
aquellas con las mejores credenciales, el mayor dinero o los
mayores premios…La diferencia la hacen aquellas personas
que se preocupan por ti, que te cuidan las que de muchas
maneras estén contigo. Toma un momento par reflexionar…
¡La vida es muy corta!
Tú, ¿En cuál lista estás?
(Jorge Amando Vázquez R.)
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2.2 ILUMINACIÓN.
¿QUÉ ES EL HOMBRE?
Existen hoy muchos y diversos modos de pensar sobre el hombre: unos
lo exaltan, otros lo reducen a una máquina de producción, un objeto de
consumo, una fórmula de elementos químicos, un pedazo de carne, un
producto desechable, etc.
EL HOMBRE ES CENTRO Y CIMA DE TODA LA CREACIÓN

La creación entera es como un espléndido palacio, cuya
cúpula es el hombre.

La Biblia nos dice que todas las criaturas están sometidas
al hombre, que el hombre es superior a los seres creados.
En ningún momento el hombre debe ser esclavo de lo
temporal, sino señor de sí mismo y de la materia.

El Concilio Vaticano II, por su parte, nos dice que: ―El
hombre, ha sido constituido por Dios, señor de la entera
creación visible, para gobernarla y usarla glorificando a
Dios‖ (GS 12).
EL HOMBRE ES IMAGEN DE DIOS

El hombre no es solamente una criatura
privilegiada de Dios, sino algo así como un reflejo o
fotografía de su Creador.

El Concilio nos dice que el hombre ha sido
creado ―A imagen de Dios, con capacidad para conocer y
amar a su Creador‖ (GS 12).

El hombre es imagen de Dios:
Por su inteligencia
El hombre, a diferencia de los otros seres
creados, piensa, tiene conciencia de sí mismo,
busca la verdad y el bien.
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Por su conciencia moral
El hombre tiene una ley interior escrita en su
corazón que le dice haz esto porque es bueno
y evita aquello porque es malo.
Por su libertad
El hombre, a diferencia de los otros seres
creados, es un ser libre y responsable y se le
puede pedir cuentas de su actuación. Puede,
incluso, oponerse a Dios.
Porque está llamado a vivir unido a Dios.
El hombre es un ser llamado por Dios a
realizarse, a ser feliz. Desde el principio, el
hombre es el único ser al que Dios puede
dirigirle la palabra y de quien puede recibir
respuesta.
CONCLUSIÓN: EL HOMBRE ES UNA PERSONA… MERECE
RESPETO
Todas estas verdades sobre el hombre son los fundamentos de su
dignidad y, por tanto, de sus nobles derechos, que nada ni nadie debe
lesionar.
El hombre no es una cosa, ni un instrumento, ni un número de la fábrica
o del hospital. El hombre es una persona y merece que se le trate como
tal.
El hombre hecho a imagen de Dios: cualidad privilegiada que distingue
al hombre, que le sitúa en un plano de proximidad máxima a Dios y que
le ha sido dada.
Y semejanza de Dios: puesto que el hombre es imagen de Dios, está
llamado a hacerse semejante a Él. Por esta razón existe un argumento
primordial y superior que de ninguna manera debe justificarse y es el
que convoca a privilegiar, en todos los casos, el valor supremo y
fundante de la vida humana.
La vida que Dios ofrece al hombre es un don con el que Dios comparte
algo de sí mismo con la criatura. Dios le ha dado facultades espirituales
como la razón, el discernimiento del bien y del mal, la voluntad libre.
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La capacidad de conocer la verdad y la libertad son prerrogativas del
hombre, imagen de su creador. La vida es mucho más que un existir en
el tiempo. Es germen que supera los mismos límites del tiempo, pues
Dios creó el hombre a imagen y semejanza de EL. Un soplo divino le
es infundido al hombre para que tenga vida. Creado por Dios, el
hombre tiende naturalmente a ÉL.
PROFUNDIZANDO EL TEMA PODEMOS
CUENTA LOS SIGUIENTES ASPECTOS:
TOMAR
EN
a) IDENTIDAD DE LA PERSONA HUMANA
El hombre y la mujer son creados, es decir, son queridos
por Dios: Por una parte, en una perfecta igualdad en tanto
que personas humanas, y por otra, en su ser respectivo de
hombre y de mujer. ―Ser hombre‖, ―ser mujer‖ es una
realidad buena y querida por Dios: el hombre y la mujer
tienen una dignidad que nunca se pierde, que viene
directamente de Dios su creador. El hombre y la mujer
son, con la misma dignidad, ―imagen de Dios‖. En su
―ser-hombre‖ y su ―ser mujer‖ reflejan la sabiduría y
bondad del Creador. (CATIC 369).
El hombre y la mujer están hechos ―el uno para el otro‖:
no que Dios los haya hecho ―a medias‖ e ―incompletos‖;
los ha creado para una comunión de personas, en la que
cada uno puede ser ―ayuda‖ para el otro, porque son a la
vez iguales en cuanto personas y complementarios en
cuanto masculino y femenino. En el matrimonio, Dios
los une de manera que, formando, ―una sola carne‖ (Gn
2,24) puedan trasmitir la vida humana: ―Sed fecundos y
multiplicaos y llenad la tierra‖ (Gn 1,28). Al trasmitir a
sus descendientes la vida humana, el hombre y la mujer,
como esposos y padres, cooperan de una manera única,
en la obra del Creador. (CATIC 372)
b) CARÁCTERÍSTICAS DE SER PERSONA
Por haber sido hecho a imagen de Dios, el ser humano
tiene la dignidad de persona; no es solamente algo, sino
alguien. Es capaz de conocerse, de poseerse y de darse
libremente y entrar en comunión con otras personas; y es
llamado, por la gracia a una alianza con su Creador, a
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ofrecerle una respuesta de fe y de amor que ningún otro
ser puede dar en su lugar. (CATIC 257). Dios creó todo
para el hombre, pero el hombre fue creado para servir y
amar a Dios y para ofrecerle toda la creación. CATIC
358)
c)
LA DIGNIDAD DE LA PERSONA
En el mundo en que vivimos, en nuestros grupos de
compañeros, y a veces, hasta en nuestra propia familia,
nos hemos acostumbrado a no ver más allá de las
apariencias, de lo que se ve con los ojos; y así, juzgamos
a las personas por la forma en que visten, hablan o
piensan. Olvidamos que en el interior de todas las
personas hay algo que las hace valer mucho, y que las
hace merecedoras de respeto. Dios, al ser el principio de
todo, es el que da el valor al hombre y a las cosas, no
hace excepción de personas, para él, todos somos muy
importantes y valiosos.
Cuando descubrimos que Dios es la razón de todo, y que
todo es imagen de Dios, empezamos a ver el camino para
la felicidad entre los hombres; comprendemos cuán
grande es la creación y entendemos que los seres
humanos somos el centro de esa creación; que somos
iguales, puesto que compartimos la misma dignidad,
aunque tengamos diferentes niveles de vida económica y
social.
d) LA AUTOESTIMA
Para lograr la autoestima es indispensable conocerse a sí
mismo saber ―Quién soy yo‖. En la medida en que nos
vamos conociendo y tomando conciencia de lo que
realmente somos, tendremos más posibilidades de ir
madurando como personas y, por tanto, ser más plenos.
Las personas nos vamos conociendo en la relación con
los demás; especialmente en el ámbito familiar y en el
grupo de amigos. Para conocernos es necesario tener
conciencia de las distintas imágenes que hay de nosotros
para no caer en autoengaños y engañar a otros, es decir,
librarnos de las imágenes que no son auténticas, que no
corresponden a lo que somos. No es malo cuidar la
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imagen siempre que ésta muestre lo que realmente
somos.
e)
LA FAMILIA
La familia supone una profunda unidad interna de dos
grupos humanos:
Padres e hijos que se constituyen en comunidad a partir
de la unidad hombre-mujer. La plenitud de la familia no
puede realizarse con personas separadas o del mismo
sexo.
Toda familia auténtica tiene un ―ámbito espiritual que
condiciona las relaciones familiares: casa común, lazos
de sangre, afecto recíproco, vínculos morales que la
configuran como ―unidad de equilibrio humano y social.
La familia tiene que equilibrarse así misma. De esta
manera enseña el equilibrio a los hijos. Ese equilibrio de
la familia va a contribuir al equilibrio social.
La familia es el lugar insustituible para formar al
hombre-mujer completo, para configurar y desarrollar la
individualidad y originalidad del ser humano.
¿Por qué es tan necesaria e importante la educación familiar?
Biológicamente.- Todo niño nace absolutamente inseguro,
necesitado e incompleto. Cualquier cervatillo, nada más nace
y se pone de pie; en cambio el ser humano tarda un año,
aproximadamente en andar.
Psicológicamente.- En la medida en que un cerebro está más
evolucionado, más tiempo necesita para educarse y
desarrollarse hasta llegar a la edad adulta. Porque tiene mayor
número de zonas finas en toda su personalidad. No puede vivir
sin la ayuda del adulto, sin la formación. Su autonomía la
alcanzará tras un largo proceso: lactancia, niñez, adolescencia.
No basta el hecho biológico.
Necesita desarrollar su
inteligencia, voluntad, armonía, autonomía, autoestima. Nadie
es nada si no se quiere así mismo y nadie que no se quiera a sí
mismo puede querer a los demás. La autoestima es el motor
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del hombre. Esto solo lo logra en el ámbito protector de la
familia. Los niños que crecen privados de un ambiente
familiar, aunque crezcan físicamente, las deficiencias
psicológicas, afectivas, emocionales intelectuales y sociales
son clarísimas.
Sociológicamente.- El niño aprende a saber quién es a partir
de su relación con sus padres –personas que le quieren-.
Nadie puede descubrirse a sí mismo si no hay un contexto de
amor y de valoración. Proporcionan el mejor clima afectivo,
de protección… El niño aprende a ser generoso en el hogar.
Protección, seguridad, aceptación estima y afecto. Cinco
aspectos que debe aportar la familia a todo niño. Lo que
aprende en la familia es determinante.
Cristianamente.- La familia es la primera educadora en la fe.
La formadora en los valores humanos, cristianos y
trascendentes. Sta. Teresa de Jesús decía: ―Donde hay fe, hay
amor; donde hay amor, hay paz; donde hay paz, hay alegría;
donde hay amor, paz y alegría, ahí está Dios; donde está Dios,
no falta nada‖.
3.- ACTIVIDADES.
Elegir la que mejor se adapte a las necesidades e intereses de los
participantes.
A) ¿QUIÉN SOY YO?
El maestro que presenta el tema, reparte a cada participante la
hoja de trabajo: ¿QUIÉN SOY YO?
Los motiva para que completen el cuadro, escribiendo lo más
importante en cada uno de los aspectos.
Será una actividad dirigida por el maestro, a través de las
siguientes preguntas:
IMAGEN QUE TENGO DE MI MISMO (Lo que quiero ser)
¿Qué imagen tengo de mí mismo(a)?
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¿Cómo creo que soy frente a los demás: amable, odioso, cariñoso, duro,
etc.…?
¿Cómo creo que me relaciono con mis padres, hermanos, amigos,
compañeros?
¿Cómo me gustaría ser o verme?
IMAGEN QUE QUIERO QUE LOS OTROS TENGAN DE MI.
(Lo que me gustaría que los otros dijeran de mi)
¿Cómo quiero que me vean los demás?
¿Qué me gustaría que digan de mí?
¿Cómo me gustaría que me trataran?
¿Qué capacidades y cualidades quiero mostrar y esconder?
¿Qué debilidades y fallas quiero mostrar o esconder?
¿Qué espero de los demás: compañeros, amigos,
hermanos(as), padres, etc.?
LO QUE REALMENTE SOY.
también conocen de mí)
novio(a),
(Lo que yo conozco y los otros
¿Cómo soy realmente: lo que siento, lo que me gusta, lo que pienso, las
capacidades y debilidades que tengo, etc.
¿Qué me han ayudado a conocer de mí los demás?
¿Qué no conocen de mí los otros: porque es algo íntimo, porque me da
temor que conozca, porque me da vergüenza, etc.?
¿Qué aspecto de mi no conocen los otros y quiero que conozcan
(aunque no pueda)
IMAGEN QUE LOS OTROS TIENEN DE MÍ (Lo que los otros
quieren que yo sea)
¿Qué piensan y dicen de mí, mis padres, mis maestros, mis hermanos,
mis amigos, mi novio(a), mis compañeros de escuela, trabajo o
diversiones?
¿Qué esperan de mí los demás: padres, maestros, patrones, hermanos,
amigos novio(a), compañeros de escuela, trabajo o diversiones, etc.?
¿Qué me gusta de lo que dicen y esperan de mí los demás?
¿Qué me disgusta de lo que dicen y esperan de mí los demás?
B) PRIMER RETO: SER PERSONA
Entregar una copia del PRIMER RETO: SER
PERSONA
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Dar lectura a este artículo, reflexionarlo,
comentarlo en el grupo y buscar la forma de
llevarlo a la práctica.
C) VICENTE ZAPATA
Conocer y comentar el caso de Vicente Zapata
Suscitar la participación de todos, en relación a la dignidad
personal.
4.- COMPROMISO.
¿Qué compromiso podemos adquirir para conocernos más durante
esta semana?
Realiza con tus compañeros o vecinos una campaña por el
respeto a la dignidad de la persona, tomando como lema
alguno de los contenidos de la sesión y de acuerdo a tu
contexto.
Aprende: Todo hombre por el hecho de ser humano posee
una dignidad. Esta dignidad está fundamentada en que somos
imagen de Dios. Al modo de Jesucristo, esta dignidad implica
derechos propios y deberes con el prójimo.
5. ORACIÓN FINAL.
Motivar a los participantes para orar con el salmo 139 y en
presencia de Dios escuchar en su interior, lo que Él les dice en
su Palabra. (Se anexa copia y sugerencia de realización).
Fuentes de consulta:
 La Biblia Católica para jóvenes
Instituto Fe y Vida
Editorial Verbo Divino.
 Catecismo de la Iglesia Católica
Coeditores Católicos de México
 Un proceso de Formación para los Grupos juveniles
Javier González Ramírez, Edición San Pablo.
 Formación de comunidades juveniles en clave de fraternidad.
Etapa uno: Iniciación, Comunidades Eclesiales de Base.
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IMAGEN QUE TENGO DE MÍ
MISMO
IMAGEN QUE QUIERO QUE
LOS OTROS TENGAN DE MÍ
LO QUE REALMENTE SOY
IMAGEN QUE LOS OTROS
TIENEN DE MÍ
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PRIMER RETO:
SER PERSONAL

―Sé tú mismo sin avergonzarte jamás
de tus debilidades, ni de tus
limitaciones, ni de tu origen, ni de tus
capacidades.

Sé transparente compartiendo con los
demás tu yo profundo, tu rostro
interior, tu vida genuina.

Transparentar es ser lo más
plenamente posible uno mismo ante la mirada del otro, sin
máscaras ni dobleces
Serás hombre (o mujer) perfecto si te manifiestas tal como eres;
Si expresas claramente tus opiniones;
Si reconoces valientemente tus errores;
Si no juegas a las dos caras;
Si amas y practicas la verdad;
Si te lanzas decididamente a mejorar el mundo en la medida de
tus posibilidades;
Si sigues tu propia vocación con fidelidad;
Si viajas frecuentemente hacia tu interior;
Si eres fiel a tus convicciones;
Si afirmas con decisión tus valores;
Si vives consciente de tus posibilidades;
Si sabes conseguir lo que te propones;
Si crees, esperas y trabajas.
Tú eres el primer educador de tu propia personalidad.
No podrás encontrar fuera de ti mismo los secretos
de tu crecimiento y de tu realización.
(Gregorio Mateu)
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LA DIGNIDAD DE LA PERSONA
VICENTE ZAPATA
26 AÑOS
Vicente es un hombre a punto de morir, ya no tiene interés ni por su
familia, ni por él mismo; tiene cáncer y vive y duerme en la calle. No es
difícil saber que en esas condiciones, su sufrimiento por la enfermedad
aún es mayor. Su esposa lo abandonó y a pesar de ser padre de cinco
hijos está completamente solo.
Estoy muy deprimido porque, me estoy muriendo, prácticamente ya
estoy en las últimas. A mi esposa di una mala vida; antes yo me
drogaba con marihuana y eso hacía que la maltratara, el vicio lo aprendí
desde que era niño, como desde los diez años. A mi mujer la quiero
mucho, y ella me soportó durante años mis vicios, pero un día ya no
aguantó y se fue con mis cinco hijos y me abandonó. Sí sé donde está,
pero mejor ni quiero buscarla, porque yo ¿qué le puedo ofrecer, sino
más sufrimientos?‖…
Este hombre ha tenido una vida dura y difícil, ahora por su enfermedad
está internado en un hospital de beneficencia. No quiere solicitar ayuda
de su familia, pues ha renunciado a ella y a sus amigos…
―Sí, sé que me voy a morir, pero ¿quieres saber algo?, ya no
me importa eso, he sufrido mucho toda mi vida, desde que tengo uso de
razón nadie nunca me ha hecho un cariño, soy peor que un animal; en
la calle cuando me ven me tienen miedo, pensando que soy un
malandrín; a veces sí he tenido que robar, no lo niego, pero ¿de dónde
más iba sacar para comprarles su leche o pan a mis hijos?; no sé leer ni
escribir, he vivido en la calle mucho tiempo y ahí se ve de todo y hasta
lo peor; ahora que sé que pronto me voy a morir, pienso ¿qué mejor me
podría pasar?; si no busco a mi familia mejor así, no tienen que cargar
con el gasto para enterrarme.
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Vicente Zapata como muchos otros en nuestro país es considerado
indigno por los demás, y él mismo no se siente merecedor de respeto y
cariño.
En tiempo de Jesús, había también personas que, como Vicente eran
marginados por la sociedad y ni siquiera los consideraban como hijos de
Dios. Pero Jesús mostraba hacia ellos una actitud diferente: al atenderlos
le devolvía su dignidad de seres humanos y los reincorporaba a la
comunidad.
¿Qué situaciones de la vida de Vicente afectan
su dignidad humana?
(Tomado de: México y su miseria, IMDOSOC, México, 2001, pp. 40)
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Coro 1
Señor, tú me examinas y me conoces,
Sabes cuando me siento o me levanto,
Desde lejos comprendes mis pensamientos.
Tú adviertes si camino o si descanso,
Todas mis sendas te son conocidas.
Coro 2 No está aún la palabra en mi lengua,
Y tú, Señor, ya la conoces.
Por todas partes me rodeas,
Y tus manos me protegen.
Voz 1
Es un conocimiento misterioso que me supera,
Una altura que no puedo alcanzar.
¿a dónde podré ir lejos de tu espíritu,
a dónde escaparé de tu presencia?
Voz 2
Si subo hasta los cielos, allí estás tú;
Si me acuesto en el abismo, allí te encuentro.
Coro 1 Si vuelo sobre las alas de la aurora
Y me instalo en el extremo del mar,
También allí me alcanzará tu mano
Y me agarrará tu derecha.
Coro 2 Aunque diga ―Que la oscuridad me oculte
Y la luz se haga noche en torno a mí‖
Para ti no es oscura la tiniebla,
Pues ante ti la noche brilla como el día.
Voz 3
Tú formaste mis entrañas,
Me tejiste en el vientre de mi madre.
Voz 4
Te doy gracias porque eres sublime,
Tus obras son prodigiosas.
Tú conoces lo profundo de mi ser,
Nada mío te era desconocido.
Todos Cuando yo me iba formando en lo oculto
Y era tejido en las profundidades de la tierra.
Tus ojos contemplaban mis acciones,
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Todas ellas estaban escritas en tu libro,
Y los días que me asignaste antes de existir.
Coro 1 ¡Oh Dios, qué profundos son tus proyectos,
qué innumerables son todos juntos;
si los cuento son más que la arena,
y aunque termine, aún me quedas tú!
Coro 2 ¡Examíname, oh Dios y conoce mi interior,
ponme a prueba y conoce mis pensamientos;
mira si en mi conducta hay maldad
y guíame por el camino eterno.
Salmo 139.
¿Qué significa que el Señor me sondea y me conoce?
¿Qué opinión tiene Dios de mí?
¿A qué me invita este salmo?
Oh Dios, qué profundos son tus proyectos.
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TEMA 3:
LA FAMILIA, FORMADORA
DE LOS HIJOS DE DIOS Y LOS CIUDADANOS DE LA
PATRIA
“Mientras tanto, Jesús iba creciendo en sabiduría,
en edad y en gracia, ante Dios y ante los hombres”.
(Lc. 2, 52
1.- PROPÓSITO.
Que los participantes conozcan la influencia que tiene la familia en
la realidad social que vivimos y tome conciencia de la necesidad
de prepararse para actuar en ella como verdadero hijo de Dios y
ciudadano de la Patria.
2.- DESARROLLO DEL TEMA
2.1. DINÁMICA:
 Leer el artículo NORMAS PARA HACER DE TU HIJO
UN DELINCUENTE
(tomado de Cuentos con valores).
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 Foro abierto para conocer lo que piensan los participantes,
en relación a este artículo.
 Enriquecer las aportaciones con la iluminación que se
presenta a continuación y teniendo en cuenta el objetivo
propuesto.
(La iluminación consta de una introducción y 4 puntos, los cuales se
desarrollarán de acuerdo a los intereses y necesidades del grupo).
2.2.ILUMINACIÓN.
Todos los días leemos en los periódicos y vemos en los telenoticieros,
reportes sobre capturas de bandas de delincuentes o en algunos casos, la
dotación de nuevos implementos para la policía, o incluso, la
inauguración -hecha con gran pompa- de nuevos centros penitenciarios.
Sin embargo, casi nunca reflexionamos sobre si estamos atacando los
males de raíz, o si sólo estamos colocando paños de agua tibia para
curar una enfermedad cuyo tumor se encuentra en lo más profundo de
nuestra sociedad.
Personas sumidas en el alcohol y las drogas, personas en cuyo interior
existe un conflicto, que en un principio formaron parte de una familia,
pero que dentro de ellas no hallaron el espacio que necesitaban y lo
buscaron en el lugar menos indicado.
Conflicto al interior del corazón humano, ese es el problema de fondo
que aqueja a la sociedad. Conflictos que pueden ser solucionados si se
refuerza a la familia, que es la primera escuela donde las personas
deben ser formadas en los principios y valores morales que regirán sus
vidas.
La prosperidad o decadencia de los países se manifiesta por la
salud de las instituciones familiares.
Profundicemos en este aspecto y tengamos presente que
fortalecer la familia es acercarla a Dios, encausarla por el
camino que él diseño para ella y para el que fue creada.
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LA FAMILIA ES LA CÉLULA PRIMERA Y VITAL DE LA
SOCIEDAD.
La familia tiene por misión la adecuada procreación, cuidado y
educación de los hijos y, asimismo, una función social que la convierte
en la célula viva del desarrollo del individuo y de la sociedad. Querer
quitarle el valor o el significado que tiene, es simplemente atentar
contra el hombre mismo. La familia alimenta a la sociedad, dándole
ciudadanos y siendo escuela de virtudes.
Los padres de familia deben velar para que sus hijos se desarrollen
como ciudadanos responsables y buenas personas. Es en la familia
donde se aprende a sentir, pensar y actuar con respeto hacia si mismos
y hacia otras personas a buscar su propio bienestar, pero que también
tomen en consideración las necesidades y sentimientos de otras
personas, a reconocer, honrar los principios democráticos sobre los
cuales nuestra nación fue establecida.
El Creador del mundo estableció la sociedad conyugal como origen y
fundamento de la sociedad humana, la familia es por ello la célula
primera y vital de la sociedad. La familia posee vínculos vitales y
orgánicos con la sociedad, porque constituye su fundamento y alimento
continuo mediante su función de servicio a la vida. De la familia nacen
los ciudadanos, y éstos encuentran en ella la primera escuela de las
virtudes sociales, que son el alma de la vida y del desarrollo de la
sociedad misma. Sin esta escuela viva de virtudes sociales toda
sociedad o nación se corrompe.
Así la familia, en virtud de su naturaleza y vocación, lejos de encerrarse
en sí misma, se abre a las demás familias y a la sociedad, asumiendo su
función social.
Las familias creyentes deben mostrar a los demás, con la palabra y el
compromiso, la necesidad de una convicción y actitudes éticas que
colaboren en la construcción de una sociedad humana justa, honesta,
liberada y pacificadora.
LA FAMILIA CONTRIBUYE A LA RENOVACIÓN DE LA
SOCIEDAD Y DE LA IGLESIA.
Cuando las familias se forman según la voluntad de Dios, son fuertes,
sanas y felices; hacen posible la promoción humana y espiritual de sus
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38
miembros, contribuyendo a la renovación de toda la sociedad y de la
misma Iglesia. Sólo con la ayuda de la gracia de Dios, viviendo de
verdad el Evangelio, es posible realizar plenamente el proyecto de Dios
sobre el matrimonio y la familia. Cuando la infidelidad, el egoísmo y la
irresponsabilidad de los padres respecto a los hijos son las normas de
conducta, toda la sociedad se ve afectada por la corrupción, por la
deshonestidad de costumbres y por la violencia.
En la familia cristiana se vive la acogida, el respeto, el servicio a cada
hombre, considerado siempre en su dignidad de persona y de hijo de
Dios. Esto debe realizarse ante todo en el interior y en beneficio de la
pareja y la familia, mediante el empeño en promover una auténtica
comunidad de personas, fundada y alimentada por la comunión interior
de amor. La familia, en virtud de su naturaleza y vocación, lejos de
encerrarse en sí misma, se abre a las demás familias y a la sociedad,
asumiendo su función social.
Los padres de familia están llamados no sólo a engendrar los hijos, sino
a darles una vida plenamente humana en todo su desarrollo; es decir,
están obligados a cuidar en la medida de sus fuerzas, de la educación de
sus hijos, tanto física, social y cultural como moral y religiosa que lleve
siempre a los hijos a Dios.
El ministerio educativo de los padres a sus hijos es tan valioso como el
ministerio sacerdotal y a través de él, los padres edifican la Iglesia en
los hijos.
Por eso los padres como ministros, son los primeros maestros de la
iniciación cristiana de sus hijos, son catequistas e iniciadores en la
Asamblea Eucarística, haciendo que la Iglesia Universal se haga
presente en cada familia a quien se le ha llamado ―Iglesia doméstica‖,
Para desempeñarse como ministros que educan, han de ser los primeros
testigos y mensajeros del Evangelio para sus hijos, haciendo participar
a toda la familia en esta recíproca educación.
La comunión y la participación vivida cotidianamente en la casa, en los
momentos de alegría y de dificultad, representa la pedagogía más
concreta y eficaz para la inserción activa, responsable y fecunda de los
hijos en el horizonte más amplio de la sociedad y de la Iglesia.
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39
La familia a pesar de la crisis en que se encuentra, seguirá siendo la
institución básica de la sociedad como siempre ha sido. Sin ella la vida
humana es difícilmente soportable, pues es ella la generadora de amor y
equilibrio psicológico y moral en la vida social. Hay que reconstruir la
nueva y a la vez antigua cultura de la familia matrimonial con todos sus
valores. Fortalecer la familia, es un camino privilegiado para sanar
la sociedad.
CADA HOMBRE ES RESPONSABLE DE UNA MANERA U
OTRA DE LA SOCIEDAD EN QUE VIVE, Y POR TANTO DE
LA INSTITUCIÓN FAMILIAR QUE ES SU FUNDAMENTO.
Los casados, deben responsabilizarse de que la familia que
han formado sea según el designio de Dios; los que
permanecen solteros, deben cuidar de aquella en que
nacieron. Los jóvenes y adolescentes tienen una particular
responsabilidad de prepararse para construir establemente su
futura familia. En esta etapa de la vida es cuando se integran
todos los valores para alcanzar la madurez humana y
cristiana.
En la madurez humana hay que lograr la formación de la
personalidad, la cual abarca:
Formación de un carácter estable y equilibrado donde no hay sitio para
los caprichos infantiles.
Formación de una voluntad fuerte ante las dificultades y que toma
decisiones por sí misma.
En la madurez cristiana se busca:
UNA FE personal sólida.
UNOS CRITERIOS MORALES propios y una conciencia cristiana
bien formada.
UNA PRÁCTICA RELIGIOSA consciente, sincera y comprometida.
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40
En resumen: los beneficios que resultan cuando se fomenta el
desarrollo del carácter de los hijos son enormes. Las investigaciones
han demostrado que los niños que crecen con valores fuertes y
positivos son más felices y se desempeñan mejor en la escuela.
También tienen mayor capacidad para balancear sus necesidades y
deseos personales con los de otras personas y para contribuir
positivamente en la sociedad.
Tener carácter firme se refiere a las cualidades o valores que moldean
nuestros pensamientos, nuestras acciones, reacciones y sentimientos.
Las personas de carácter firme por lo general son honestas y justas,
demuestran autodisciplina al fijar y cumplir con metas, respetan a los
otros, demuestran valor al mantenerse firmes en sus principios y
creencias, tienen un sentido fuerte de sus responsabilidades, son buenos
ciudadanos quienes se preocupan por el bienestar de sus comunidades,
y se respetan a sí mismos.
Para lograr una personalidad fuerte es importante tomar en cuenta tres
elementos:
Crecer en edad. No sólo acumulando un año más de vida, sino
creciendo en experiencia, abiertos a las necesidades de cada miembro
de la familia, abrir espacios de diálogo, crecer en la fe y dedicando más
tiempo a Dios.
Crecer en Sabiduría, no solo con los conocimientos propios y
necesarios para desarrollar en el hogar la tarea que a cada miembro de
la familia le corresponde, sino crecer en la profundidad y experiencia
de Dios, siendo discípulos misioneros, siendo testimonios del
Evangelio.
Crecer en gracia delante de Dios y de los hombres, Todo bautizado
está llamado a la santidad a través del trabajo de cada día, realizándolo
con convicción, alegría y responsabilidad de ser
hijo de Dios y ciudadano de la Patria.
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41
1. COMO “HIJOS DE DIOS Y DE LA PATRIA”, AFRONTAR
LAS TENTACIONES QUE NOS PRESENTA LA SOCIEDAD
ACTUAL.
Vivir para tener y poder, en lugar de vivir para compartir y servir.
Para muchas personas lo más importante en la vida es TENER: tener
dinero, lujos y comodidades, tener una buena casa, un carro nuevo,
ropa elegante, etc. Para otras personas lo más importante es el PODER.
querer figurar, mandar, sentirse importante, con influencias, etc.
La fiebre del tener y de ejercer la fuerza sobre otros parecen ser los
sueños codiciados de hoy: tanto tienes tanto vales; si careces de
influencia no eres importante; si no tienes dinero o una buena posición,
no eres nadie…
Para Jesús la vida no consiste en tener cosas o en tener poder. Para Él la
vida consiste en COMPARTIR Y SERVIR. Jesús mismo dijo: ―Yo no
he venido al mundo a ser servido, sino a servir‖ (Mt 20,28). El lema de
su vida fue: servir hasta dar la vida por los amigos.
Vivir para uno mismo en lugar de vivir para los demás.
Mucha gente piensa así: ―a mí lo que me interesa es mi bienestar y el de
mi familia, los demás no me interesan‖.
Jesús piensa de distinta manera. Para Él lo más importante es ser
generoso, darse a los demás, entregarse a ellos.
Jesús en su vida diaria se preocupó por todas las personas,
especialmente por los pobres, los enfermos, los pecadores, los que son
juzgados y condenados por los demás. Jesús fue el hombre para los
demás.
Vivir para gozar, en lugar de vivir para amar.
Algunos piensan que lo que importa en la vida es satisfacer las propias
necesidades y disfrutar lo más posible de lo que esté a nuestro alcance.
Creen que la vida se les ha regalado para divertirse en bailes,
discotecas, fiestas, cervezas, ―reventones‖, etc.
Jesús piensa que la vida, en definitiva, es para AMAR: el mandamiento
más importante para los creyentes es el amor a Dios y al prójimo (Mc
12, 29-31).
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42
2.
ACTIVIDADES.
 Reflexiona y comparte con tus compañeros, la respuesta a
las siguientes preguntas:




3.
En una sociedad como la nuestra sacudida por tensiones,
conflictos, individualismos y egoísmos, ¿qué ha de
aportar la acción educativa familiar?
¿Qué virtudes sociales se viven en nuestro hogar?
¿En qué podemos decir que nuestra familia es una célula
viva y fundamento de nuestra sociedad?
El Siervo de Dios Silviano Carrillo Cárdenas, anhelaba
que los alumnos de las Escuelas de su Congregación
Religiosa llegaran a ser ―la honra de la Patria y la alegría
de la Iglesia‖ ¿Crees que esto es posible hoy
COMPROMISO.
 Huir de la superficialidad y de la mediocridad personal.
 Revisar nuestra vida de familia, para ver qué se debe cambiar,
tomando en cuenta que hay problemas de convivencia
(discusiones, envidias, egoísmos, etc), de vicios (alcoholismo,
drogadicción), de orden económico (mala administración,
gastos innecesarios y superfluos), de orden religioso
(indiferencia, no cumplir con los deberes cristianos,
despreocupación por la formación religiosa, etc.).
 Fomentar las actividades de comprensión, unión, respeto y
colaboración en el hogar.
4.
ORACIÓN FINAL.
Presentamos algunas propuestas:
a) Terminar el tema con la jaculatoria:
―Virgen Santísima de Guadalupe, reina de México y
emperatriz de América, conserva nuestra fe y salva nuestra
patria‖.
b) Concluir con la oración de la familia, por la Patria o para
vivir en paz.
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43
c) En ambiente de oración puede escucharse y entonarse el
canto: ¡VIVA LA FAMILIA!
(Se encuentra en el CD de Material de apoyo 2009).
Fuentes de consulta:
 La familia, ser y quehacer hoy
René Cesa Cantón, Ediciones San Pablo.

Cuentos con valores
Mateo Bautista, Editorial Verbo Divino

Cómo lograr el bienestar familiar
Diana Rodríguez de Ibarra. Edic. Castillo.2002.
La familia, garantía de la dignidad humana.
J.A.Peris Cancio. Edic. Internacionales Universitarias,
Madrid.
Manual de la familia Cristiana.


Edit. Haverrs. Guadalajara, Jal. 1984.
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44
Oración por la familia
Oh Dios, de quien procede toda paternidad en el cielo y en la tierra,
Padre que eres amor y vida,
haz que cada familia humana sobre la tierra se convierta,
por medio de tu Hijo, Jesucristo, ―nacido de Mujer‖,
y del Espíritu Santo, fuente de caridad divina,
en verdadero santuario de la vida y del amor
para las generaciones que siempre se renuevan.
Haz que tu gracia guíe
los pensamientos y las obras de los esposos
hacia el bien de sus familias
y de todas las familias del mundo.
Haz que las jóvenes generaciones
encuentren en la familia
un fuerte apoyo para su humanidad
y su crecimiento en la verdad y en el amor.
Haz que el amor, corroborado por la gracia
del sacramento del Matrimonio,
se demuestre más fuerte
que cualquier debilidad y cualquier crisis,
por las que a veces pasan nuestras familias.
Haz finalmente, te lo pedimos
por la Sagrada Familia de Nazaret,
que la Iglesia en todas las naciones de la tierra,
pueda cumplir fructíferamente su misión
en la familia y por medio de la familia.
Por Cristo Nuestro Señor,
que es Camino, Verdad y Vida
por los siglos de los siglos. Amén
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45
Oración para vivir en paz.
Señor, Dios nuestro, Tú nos has elegido para ser tus hijos.
Revístenos de sentimientos de misericordia, de bondad, de humildad,
de dulzura, de paciencia.
Ayúdanos a sobrellevar los unos a los otros cuando tenemos algún
motivo de queja, lo mismo que tú, Señor, nos has perdonado.
Sobre todo, danos esa caridad, que es el vínculo de perfección, que la
paz de Cristo brille en nuestros corazones. Esa paz que debe reinar en la
unidad de tu cuerpo místico.
Que todo cuanto hagamos, en palabras o en obras, sea en nombre del
Señor Jesús, por quien sean dadas gracias a Tí, Dios Padre y Señor
nuestro. Amén.
Oración por la Patria
Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos.
Nos sentimos heridos y agobiados.
Necesitamos tu alivio y fortaleza
Queremos ser nación,
una nación cuya identidad
sea la pasión por la verdad
Danos la valentía de la libertad
de los hijos de Dios
para amar a todos sin excluir a nadie,
atendiendo a los pobres
y perdonando a los que nos ofenden,
aborreciendo el odio y construyendo la paz.
Concédenos la sabiduría del diálogo
y la alegría de la esperanza que no defrauda.
Y el compromiso por el bien común.
Tú nos convocas. Aquí estamos, Señor, cercanos a Santa María,
nuestra dulce y santa Madre.
Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos. Amén.
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NORMAS PARA HACER DE TU HIJO UN DELINCUENTE
El departamento de Policía de la ciudad de Houston, en el estado de Texas
(EE.UU.), redactó una hoja impresa, que entregaba a los padres de aquellos
muchachos que por algún motivo caían bajo su jurisdicción, y decía lo siguiente:
DALE DESDE NIÑO TODO LO QUE QUIERA
Así llegará a mayor, convencido de que el mundo entero le debe todo.
SI DICE GROSERÍAS O HACE TONTERÍAS FESTÉJASELAS
Así creerá que es muy gracioso y aumentará su repertorio.
NO LE DES NINGUNA FORMACIÓN ESPIRITUAL
Cuando sea mayor sólo buscará lo material y superfluo.
NO LE DIGAS NUNCA QUE SE HA EQUIVOCADO
Cuando crezca y cometa un error, abuse, mienta o robe, estará convencido de que
la sociedad es la que lo persigue y quiere hacerle daño.
RECOGE TODO LO QUE EL TIRA EN EL SUELO
Así se convencerá de que todos deben estar a su servicio.
DÉJALO LEER Y VER TODO LO QUE EL QUIERA
De esta forma asimilará la violencia, las desviaciones sexuales y la degradación
humana.
DISCUTE Y PELEA CON TU PAREJA DELANTE DE ÉL
Así cuando tu familia esté destrozada, él no se dará por enterado; pero sí
destrozará luego la que él forme.
DALE TODO EL DINERO QUE QUIERA
Así ni siquiera sospechará que deba trabajar para poder disponer del dinero.
DALE TODO EL DINERO QUE QUIERA
Así vivirá exigiendo a todos que le cumplan sus caprichos.
DALE SIEMPRE LA RAZÓN, ASÍ CUANDO ÉL FALLE
Creerá que sus maestros, la gente y la ley, le están deseando el mal.
CUANDO QUIERA HABLAR CONTIGO
Dile que no tienes tiempo, que tienes mucho trabajo, o que estás cansado, así
buscará respuestas a sus preguntas con la persona equivocada.
DÉJALE SOLO EN CASA MUCHAS VECES
Así buscará compensar su soledad con el alcohol y las drogas.
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47
LA PROSPERIDAD O DECADENCIA DE LOS PAÍSES SE
MANIFIESTA POR LA SALUD DE LAS INSTITUCIONES
FAMILIARES.
• En una sociedad como la nuestra sacudida por tensiones, conflictos,
individualismos y egoísmos, ¿qué ha de aportar la acción educativa
familiar?
____________________________________________________
____________________________________________________
__________________________________________________
• ¿Qué virtudes sociales se viven en nuestro hogar?
____________________________________________________
____________________________________________________
__________________________________________________
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• ¿En qué podemos decir que nuestra familia es una célula viva y
fundamento de nuestra sociedad?
____________________________________________________
____________________________________________________
_________________________________________________
• El Siervo de Dios Silviano Carrillo Cárdenas, fundador de la
congregación de siervas de Jesús Sacramentado, anhelaba que los
alumnos de sus Escuelas llegaran a ser ―la honra de la Patria y la
alegría de la Iglesia‖ ¿Crees que esto es posible hoy?
____________________________________________________
____________________________________________________
_________________________________________________
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49
TEMA 4:
LA FAMILIA RESPETA Y APOYA LA VOCACIÓN QUE
DIOS DA A CADA UNO DE SUS MIEMBROS
“Te he llamado por tu nombre”
(Isaías 43,1)
1.- PROPÓSITO.
Que cada participante conozca y valore que Dios tiene una misión
para él, a través de la cual, Dios mismo sigue actuando para bien
de la sociedad y de la Iglesia.
2.- DESARROLLO DEL TEMA
DINÁMICA: Coro hablado
a) Elegir los participantes que intervienen y pedirles su
interés y esfuerzo para hacerlo de la mejor forma posible:
con énfasis, respetando la puntuación, a tiempo, etc.
b) Preparar un fondo musical para acompañar la lectura del
coro hablado.
c) Al terminar, el maestro que coordina este tema pide a los
alumnos sus comentarios, mismos que podrá ampliar
tomando en cuenta la iluminación que a continuación se
presenta y destacando los puntos más importantes.
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50

O si se prefiere, la dinámica puede ser la presentación
del Power point “Los hijos son como los buques” (Se
encuentra en el CD de la Semana Vocacional 2008),
2.1 ILUMINACIÓN.
La vocación es un acontecimiento en tu vida. Cuando tomas
conciencia del llamado de Dios, tu vida adquiere un sentido nuevo.
Dejas de atender sólo a tus gustos y caprichos, y acudes a las
necesidades de los demás. La vocación exige un salir de ti mismo y
descubrirte como alguien destinado para el servicio. Esta toma de
conciencia te lleva a percibir la vida ya no como un derecho, sino como
un regalo de Dios, como misterio. El acontecimiento vocacional es vital
para ti. Sólo llegas a ser plenamente hombre o mujer cuando te sientes
responsable de una realidad que te trasciende. Por eso se dice que la
vocación es algo esencial. La vocación hace a la persona y la persona se
hace en la medida en que va acariciando un proyecto vocacional. Tú
tienes la capacidad de vivir vocacionalmente.
Cuando comienzas a vivir en la clave de la escucha y la respuesta, tu
vida adquiere un sentido nuevo. Y así, aunque vivas circunstancias
difíciles, te sientes feliz. Una persona que vive vocacionalmente está ya
marcada con el sello de la alegría, porque su don para los demás le
ayuda a unificar su existencia en armonía con el mundo, con los
hombres y con Dios. La llamada de Dios te configura con el modelo
humano perfecto, que es Jesucristo, que ha venido a servir y a dar la
vida. Eres feliz porque eres plenamente hombre o mujer en un proyecto
que te identifica con Cristo en el camino de tu vocación específica.
Sin embargo la vocación no se vive sólo con gozo. Percibir un
llamado ocasiona con frecuencia una gran turbación. Ante el proyecto
grande de Dios pueden surgir en ti muchos temores. No será raro que te
invadan las dudas, y éstas te hagan sufrir. Podrás experimentar
sensaciones contradictorias: alegría e inquietud; valentía y temor; deseo
de entregarte y apego a una situación más cómoda.
No obstante a estas sensaciones, experimentas una seducción
irresistible hacia el llamado de Dios. Deseas en lo más hondo hallar el
camino adecuado. Necesitas vivir vocacionalmente. Porque la vida es
una aventura, y por la llamada de Dios te asomas a la aventura de tu
vida. Por eso vale la pena tu esfuerzo por reflexionar, comunicar y orar
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lo que estás viviendo hasta responder a la apremiante llamada que toda
la realidad te hace en nombre de Dios.
Dios no acostumbra llamar por apariciones o visiones. El camino
ordinario de su llamada son los acontecimientos que ocurren en tu
vida diaria: situaciones personales, comunitarias y sociales. La
llamada surge unida a un momento específico de la sociedad y de la
historia. Para descubrir el llamado de Dios es necesario que percibas
toda esa realidad como misterio. Un misterio no es algo
incomprensible, sino una realidad en la que está presente Dios dándole
sentido.
Pueden ser acontecimientos felices o dolorosos. Lo importante es que
descubras en ellos la presencia de Dios. Todo puede ser comprendido
como misterio cuando te atreves a ver la realidad con los ojos de Dios.
Los personajes bíblicos que fueron llamados, constantemente hacen
una relectura de la realidad desde la fe. Tú también, como ellos,
puedes leer con ojos de fe la situación histórica en que se encuentra tu
pueblo o tu país. Para ello conviene que te preguntes: ¿Qué urgentes
necesidades llaman tu atención? ¿Qué sufrimiento del pueblo te
conmueve? ¿Qué realidades te provocan incluso rebeldía?
No es casual que hayas nacido en un país y una región; en un ambiente
social y en una familia; en un momento de la historia y unas
condiciones políticas. No es suficiente que te quejes o protestes, es
necesario un esfuerzo para ver con profundidad y descubrir el misterio
de la historia; es necesario que actúes… y allí encontrarás el llamado.
En la Biblia existe la hermosa tradición de que Dios escucha el
clamor. Es decir, Él actúa a favor de quien sufre en lo oculto.
Interviene en la Historia salvando y liberando de la opresión. Hoy
también es necesario que pongas atención al mundo que te rodea. En él
hay una voz que, escuchada con atención, se transformará en un
mandato para ti: ―Ve y salva a mi pueblo. Yo te envío‖ (Jueces 6,14).
Pero la mediación fundamental de la llamada es la persona de
Jesús. Por eso conviene que tus impresiones, sentimientos, anhelos, los
lleves ante su presencia por medio de la oración. De modo que Él te dé
a conocer el camino por el cual puedes dar la vida siguiendo su
ejemplo.
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Como puedes concluir, tu vocación implica comprometerte en el
mundo y en la sociedad para buscar su bien. Para responder a esa
vocación es indispensable que te preguntes: ¿cómo leo yo mi propia
historia ante Dios? Es un ejercicio interesante, que requiere cierta dosis
de valentía. Esto es lo que han hecho los grandes amigos de Dios a lo
largo de la Historia. Por ejemplo el Papa Juan Pablo II narra lo
siguiente:
―Cuando pienso en el mundo que se apaga y muere
por falta de Cristo;
cuando pienso en el caos profundo en que se desbarranca
la inquieta y ciega humanidad
por falta de Cristo;
cuando me encuentro con la fuerza de la juventud
marchita y destrozada en la primavera misma de la vida
por falta de Cristo,
no puedo ahogar las quejas de mi corazón.
Quisiera multiplicarme, dividirme,
para escribir, predicar, enseñar a Cristo.
Y del espíritu mismo de mi ser
brota contundente y único grito:
¡MI VIDA POR CRISTO!”
El mismo Papa Juan Pablo II afirma: ―Cada vida es una vocación‖.
Estamos llamados a ser lo mejor de nosotros mismos. Al inicio de la
vida, toda persona tiene una vocación en común: la vocación a ser
persona. Esta primera vocación tiene diferentes aspectos que se
relacionan estrechamente entre sí:
La relación con uno mismo;
La relación con el mundo, con las cosas;
La relación con otros – en grupo, familia, comunidad;
La relación con la trascendencia, con Dios.
Ten la certeza de que Dios te ama, te llama por tu nombre y te
invita a participar de su misión.
Cada hombre y mujer es una creatura de Dios y por lo mismo es amada,
llamada y enviada por Dios para algo. Nadie, absolutamente nadie, está
de más en el mundo. Si Dios nos ha creado es por algo y para algo. El
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don de la vida se nos regala; pero se nos da la tarea de irlo
descubriendo. La vocación se refiere precisamente a esa tarea, a
descubrir que Dios, por amor me ha creado, me ha llamado a la
vida y quiere que yo responda a su proyecto viviendo en el amor,
utilizando mi vida en amar y servir que no es otra cosa que el fin de
toda vocación.
Cuando nos referimos a la vocación no aludimos únicamente a un
estado de vida por el cual opto (matrimonio, sacerdocio, vida
consagrada, etc.) La vocación es mucho más, es el fruto de tu
historia con Dios, es la lucha cotidiana por descubrir la palabra, el
gesto, la acción de Dios en tu vida a través de lo ―aparentemente
ordinario‖ de cada día… tu trabajo, tu familia, la gente con que te
encuentras, los lugares y paisajes que en cada jornada contemplas. En
resumen, toda tu vida, lo que eres y lo que vives te va señalando tu
vocación; tu origen, tu camino y tu mente; y todo, absolutamente todo
se convierte en una instancia desde donde Dios continuamente te
ama, te llama y te envía.
La vocación es un llamado de Dios dirigido a una persona.
Este llamado de Dios invita a una respuesta personal. Algunos
escuchan el llamado a una vocación específica, pero no todos
responden.
Algunos responden pero no siempre buscan acompañamiento para
discernir sus motivaciones y, quienes si lo hacen, no siempre
perseveran con la generosidad que desafía e interpela al mundo de hoy.
Al final, son pocos los que escuchan, disciernen y responden con sus
vidas al llamado de Dios a la santidad, a través de la vocación laical, de
los ministerios ordenados o de la vida consagrada.
Los padres no sólo deben respetar esa llamada, sino cultivarla y
favorecerla, como enseña el Catecismo de la Iglesia Católica:
"Al mismo tiempo que el hijo crece hacia una madurez y autonomía
humanas y espirituales, la vocación singular que viene de Dios se
afirma con más claridad y fuerza. Los padres deben respetar esta
llamada y favorecer la respuesta de sus hijos para seguirla. Es preciso
convencerse de que la vocación primera del cristiano es seguir a Jesús
(cfr. Mt 16, 25)." (Catecismo de la Iglesia Católica, n. 2232).
Cuando se conoce la llamada de Dios, se conoce el sentido de la propia
existencia. Con la llamada, se descubren los planes que Dios tiene para
cada uno: para los hijos y para los padres. La felicidad, de los padres y
de los hijos, depende del cumplimiento de los planes de Dios, que
nunca encadenan, sino que potencian al hombre, lo desarrollan, lo
dignifican, ensanchan su libertad, lo hacen feliz.
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3.- ACTIVIDADES.
Al ambiente que hace que los hombres y mujeres encuentren el
llamado de Dios, se le conoce con el nombre de "cultura
vocacional" porque favorece la formación de hombres y mujeres
capaces de descubrir y seguir su propia vocación cristiana.
Dios puede llamar y dar su gracia excepcionalmente a quien desee,
por encima de los cálculos humanos, pero normalmente se sirve de
instrumentos humanos como la familia, la escuela, la parroquia,
etc.
Desde tu propia experiencia reflexiona y contesta:
1. ¿Existe en tu colegio ó escuela, parroquia, comunidad una
cultura vocacional? ¿Por qué si o por qué no?
2. ¿En qué forma contribuye tu familia en la búsqueda de lo que
Dios quiere para cada uno de sus hijos?
3. Personalmente, ¿cómo te preparas para dar respuesta consciente,
libre y generosa al plan de Dios en ti?
4.- COMPROMISO.
¿A dónde voy?
Cuentan de Chesterton (escritor inglés del siglo XX) que era muy
despistado. En una ocasión, viajando en tren, el revisor le pidió el
boleto. Él empezó a buscarlo por todos los bolsillos y no lo
encontraba. Se iba poniendo cada vez más nervioso. Entonces el
revisor le dijo: "Tranquilo, no se inquiete, que no le haré pagar otro
boleto". "No es pagar lo que me inquieta –repuso Chesterton– lo que
me preocupa es que he olvidado a dónde voy".



En tu vida, ¿sabes a dónde vas?
En forma personal y en silencio conoce el decálogo vocacional y
elige el punto o los aspectos, que consideres necesitas empezar a
trabajar para descubrir tu propia vocación, o si ya la conoces
para realizarla en plenitud. (Entregar una copia a cada uno).
Pide a tus papás te bendigan y oren por ti para que conozcas
y realices tu vocación.
5.- ORACIÓN FINAL.
Para finalizar proponemos la oración de un joven que quiere descubrir
cuál es la voluntad de Dios sobre su vida. No descarta ninguna
vocación Está dispuesto a hacer lo que Dios quiera. Aún no lo tiene
claro, por eso busca y reza así:
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Balón de fútbol
Quisiera ser, Señor,
como un balón de fútbol,
que está para todos,
que alegra y divierte a todos,
sobre todo a los niños.
Quisiera no hacer daño a nadie con mi vida,
quisiera gastarme y desgastarme
para hacer felices a los otros,
mientras les invito a hacer equipo.
Quisiera llenarme del ―Aire‖
que es tu Espíritu;
que los ―pinchazos‖ no me desinflen,
que los ―golpes‖ no me destruyan.
Sé, Tú, mi impulso,
ponme Tú ―en juego‖.
Que dé lo mejor que yo tengo.
Que los ―goles‖ que meta
no me hagan creído.
Que mi juego sea tu juego.
Que mis planes sean tu voluntad.
Que mi ―reglamento‖ sea tu Evangelio.
Que mi modelo sea Jesucristo.
¡Haz conmigo lo que quieras, Señor!
¡Haz de mí un instrumento de felicidad!



¿Puedes hacer tuya la oración de este joven?
¿Serías capaz de ser un ―balón‖ en manos (en los pies) de Dios para
que Él haga contigo lo que quiera?
En tu oración pregúntale a Dios: ―Señor, ¿qué quieres de mí?
Fuentes de consulta:
Yo te envío. Cuaderno de acompañamiento vocacional.
Servicio de animación vocacional Sol, A.C.
Sacerdotes Operarios Diocesanos
La Orientación Vocacional
José Sorando. Editorial ccs
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Voz 1
¿Has leído en la Biblia la siguiente cita?
«Antes de haberte formado yo en el seno materno, te conocía, y
antes que nacieses, te tenía consagrado.
Yo profeta de las naciones te constituí» (Jeremías 1, 5).
Voz 2
¿O ésta, en que una madre habla a sus hijos?«Yo no sé cómo
aparecieron en mis entrañas, ni fui yo quien les regaló el espíritu
y la vida, ni tampoco organicé yo los elementos de cada uno»
(2 Macabeos 7, 22).
Vale la pena dedicar tiempo a estos pasajes y dejar que penetren
en tu interior. Son palabra de Dios, capaces de introducirnos en
un nuevo modo de pensar y de vivir...
Nos arrancan de nuestra mentalidad terrena, mundana, y nos
libera para hacernos entrar en la vida, en las dimensiones y en
los criterios de la fe.
Podrían convertirse de verdad en palabras revolucionarias para
ti.
Podrían cambiar nuestra percepción del mundo de arriba abajo.
Podrían marcar un cambio radical en nuestra vida.
Siempre y cuando las aceptemos con fe.
Volvamos a estos textos para considerar lo que nos dicen. Antes
que nada, dediquemos un pensamiento a quien las dice. Las
palabras del libro de Jeremías son de Dios. Jeremías nos relata
lo que Dios le dijo cuando le llamó. Por lo mismo, se trata de
palabras que hay que tomar en serio. Palabras de una auténtica
noticia sensacional en exclusiva. Su fuente de información es
fiable por completo. No tan fácil de descartar.
Jeremías era como uno de nosotros. No veía más allá de sus
narices, se enredaba en sus problemas diarios.
Un buen día Dios irrumpió en su vida.
¿Cómo se lo explica Dios?
No le dice: «Oye, ¿qué tal este nuevo plan que acabo de
ingeniarme para ti?» Todo lo contrario.
Le dice una cosa que deja pasmada nuestra inteligencia humana:
«Antes de que te concibieran en el seno de tu madre, yo te
conocía y te había separado para una misión especial». En otras
palabras: «La llamada que apenas estás percibiendo no es un
nuevo acontecimiento que te sucede por casualidad. Había
constituido desde siempre mi proyecto para ti. Nunca te he
pensado de ninguna otra manera».
Narrador
Voz 3
Voz 4
Coro 1
Coro 2
Todos
Narrador
Voz 5
Narrador
Voz 6
Narrador
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Voz 7
Narrador
Coro 1
Coro 2
Narrador
Voz 8
Voz 9
Voz 10
Voz 11
Voz 12
Narrador
Lo que Dios mismo nos está revelando en la Biblia es que Él
mismo nos ha dado la vida con una tarea asignada en mente.
Nuestra vocación cuenta con unas raíces mucho más hondas y
misteriosas de lo que podemos imaginarnos.
Por esta razón, cuando nos preguntan sobre la vocación,
debemos cambiar por lo general nuestra perspectiva y punto de
referencia
Algunos han reconocido su llamada «desde siempre», la han
querido desde que eran niños.
Para la mayor parte de las personas, en cambio, la llamada les
ha caído de sorpresa.
En cualquier caso Dios nos revela que la vocación es algo que
en realidad ya tenía en mente para nosotros mucho antes de que
naciéramos. Por eso, no podemos responder ni resolver
nuestros interrogantes sobre la vocación mirándonos sólo a
nosotros mismo o refiriéndonos exclusivamente a nuestras
«experiencias».Nuestra sola visión es incompleta. Por
naturaleza tendemos a reducir el horizonte vocacional y a ver
sólo una pequeña parte del mismo.
Así lo hizo Abraham y se rió del plan de Dios: «¿A un hombre
de cien años va a nacerle un hijo?, ¿y Sara, a sus noventa años,
va a dar a luz?». En otras palabras: «Lo que me estás
prometiendo es imposible» (Génesis 17 y 18).
Así también Moisés: «No sé hablar». En otras palabras: «Mira,
no estoy hecho para la misión que me estás confiando»
(Éxodo 4).
Lo mismo Jeremías: «Mira que no soy más que un niño». En
otras palabras: «Mira que es demasiado pronto, aún no estoy
preparado» (Jeremías 1).
Del mismo modo Jonás: intentó escaparse de Dios. En otras
palabras le dijo: «Olvídate de tus planes, ya tengo otras ideas
para mí mismo»
También Isaías: «¡Ay de mí, que estoy perdido, pues soy un
hombre de labios impuros!» En otras palabras:
«No soy digno de la misión a la que me estás llamando»
(Isaías 6).
Nuestra experiencia y nuestra mente tan pequeña sin el auxilio de la fe,
nos dejan ver sólo una parte de la realidad. Esa parte es lo que vivimos,
sentimos, tocamos, oímos y olemos; lo que deducimos de toda nuestra
experiencia de vida, sin haber levantado la cabeza o el corazón más
arriba. Ahí nos sentimos bien, a gusto y seguros. No nos exige ningún
cambio ni esfuerzo personal. Es lo inmediato, nace como fruto de la
experiencia ordinaria.
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58
Todos
Narrador
Voz 8
Voz 9
Voz 10
Voz 11
Voz 12
Voz 1
Narrador
Voz 2
Narrador
Voz 3
¿Cómo reacciona Dios a las respuestas que le dan sus
profetas, llenas de reservas porque sólo saben fijarse en una
parte de la realidad?
Les dice: «Soy yo, no tú, el que tiene la clave de la cuestión».
Les corrige y les hace ver toda la realidad. Realidad que
seremos capaces de ver sólo cuando veamos las cosas desde su
perspectiva. Después de darles su encargo, Dios no da marcha
atrás ni cambia su misión para ajustarla a su falta de fe.
Cuando Abraham primero y posteriormente Sara se ríen de la
idea de que tendrán un niño a su edad tan avanzada, Dios les
pregunta: «¿Hay algo demasiado difícil para Dios?» Y después
les repite la promesa.
Dios también le hace a Moisés una pregunta: «¿Quién hizo la
lengua?» Y luego le repite su orden: «Vete, yo estaré contigo».
Jeremías obtiene la misma respuesta: «Vete, yo estaré contigo».
Y a Jonás no le salen las cosas de otro modo. Dios le da una
buena lección y, cuando el pez le echa de nuevo a la orilla, lo
único que hace Dios es repetirle su mandato.
A Isaías le purifica los labios y entonces él se ofrece como
voluntario para la misión.
¿Sucede algo distinto con los apóstoles y discípulos?
La Biblia no registra sus objeciones de palabra, pero por ciertas
cosas que Cristo les dice podemos pensar que, aun que ellos no
expresaran sus dudas, las tenían de todos modos almacenadas en
su corazón. Y el Señor, que sabe leer todo lo que hay en el
corazón del hombre, les dijo:«Os entregarán a los tribunales y
os azotarán en sus sinagogas; y por mi causa seréis llevados
ante gobernadores y reyes, para que deis testimonio ante ellos y
ante los gentiles. Más cuando os entreguen, no os preocupéis de
cómo o qué vais a hablar. Lo que tengáis que hablar se os
comunicará en aquel momento» (Mateo 10, 17-19).
¿Llegaron a aprender la lección a la primera?
No. De hecho, incluso después de la resurrección les vemos
encerrarse con llave y candado por temor de los judíos. Hay otro
texto de la Biblia. Se trata de un pasaje sumamente hermoso,
que nos ayudará muchísimo a ir comprendiendo cada vez más
la propia vocación y a Dios mismo. En esta ocasión Dios habla
del pueblo escogido, pero todo lo que dice se puede aplicar
perfectamente a nuestras personas:
«Cuando Israel era niño, yo le amé, y de Egipto llamé a mi hijo.
Cuanto más los llamaba, más se alejaban de mí: a los Baales
sacrificaban, y a los ídolos ofrecían incienso. Yo enseñé a
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59
Narrador
Todos
Voz 4
Voz 5
Voz 6
Voz 7
Narrador
Efraím a caminar, tomándole por los brazos, pero ellos no
conocieron que yo cuidaba de ellos. Con cuerdas humanas los
atraía, con lazos de amor, y era para ellos como los que alzan a
un niño contra su mejilla, me inclinaba hacia él y le daba de
comer» (Oseas 11, 1-4).
¿Podía el Señor haber expresado de modo más bonito y
emocionante el cuidado y el amor que tiene para nosotros?
¿Acaso seremos capaces de leer estas palabras y quedarnos sin
emocionar profundamente por la conclusión a la que llegamos:
que Dios ha estado cuidando de la vida de cada uno de
nosotros con cariño, compasión, misericordia, amor,
con una confianza imperturbable de que algún día íbamos a
caer en la cuenta de lo que está haciendo por nosotros e
íbamos a regresar a Él?
¿A qué conclusión podemos llegar con esta reflexión?
En pocas palabras, a saber que nuestra vida está insertada en el
plan de Dios;es decir en aquello que Él tiene pensado para ti y
para mi, desde toda la eternidad.
La misión que Dios nos tiene, consiste básicamente en lo que
quiere hacer Él mismo por medio de cada uno de nosotros.
Dios sabe bien lo que hay en el corazón del hombre. No lo
engañamos. Nos conoce siempre. No podemos sorprenderle. No
se deja llevar por las apariencias, ni podemos confundirlo con
nuestras justificaciones.
Todo lo que te ha sucedido que no haya sido producto de tu
propio mal y malas obras, forma parte de su plan.
Si quieres saber lo que quiere Dios de ti, mira lo que ha estado
haciendo, lee sus signos y observa por donde te ha ido llevando.
Abre tu corazón y tu mente. No seas alguien que tiene «ojos (de
fe) para ver, pero no ve, y oídos (de fe) para oír, pero no
escucha».
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60
1
Ábrete a la realidad del mundo, de la sociedad, de los demás.
No basta con mirarte a ti mismo. La vocación tiene que ver
con los demás.
2
Mantén una relación frecuente e íntima con Dios.
Atrévete a plantearle a Él, el problema de tu vocación y cómo
ves el mundo que te rodea.
3
No intentes caminar sólo.
Busca a una persona que te pueda ayudar y déjate acompañar
por ella en todo eso que te preocupa.
4
Sirve a los demás en un apostolado.
Intenta hacerlo con mucho desinterés y realizando trabajos
silenciosos.
5
Aprende a tomar decisiones y a ser radical en ellas.
Busca siempre lo mejor, lo más claro y exigente. No te
conformes con cualquier cosa. Vence los obstáculos que
encuentres.
6
Practica actitudes cristianas en tu realidad,
Experimenta la alegría de comportarte como un verdadero
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61
cristiano en tu familia, tu grupo, tu escuela o trabajo.
7
Aliméntate con la Palabra de Dios y los sacramentos.
Utiliza estos instrumentos preciosos que Dios ha puesto a tu
alcance.
8
Considera las necesidades de la Iglesia.
Atrévete a mirarlas de frente y pregúntate: ¿Y yo, por qué no?
9
Participa en algún grupo juvenil y haz la experiencia de la
fraternidad entre jóvenes.
10
Si ves claro en algún punto importante lo que Dios quiere de
ti, no dudes más, toma una decisión sin buscar justificaciones
para parecer indiferente.
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62
TEMA 5:
FAMILIA: SEMILLERO DE VOCACIONES
1.- PROPOSITO
Ayudar a los padres de familia a tomar conciencia de que los padres
cristianos son llamados a preparar, cultivar y defender las vocaciones
que Dios suscita en su familia.
2.- DESARROLLO DEL TEMA
a) Oración inicial (Puede ser la oración de los padres de familia;
está incluida en el material)
b) Introducción o motivación al tema, a través del Power Point
―Los hijos son como los buques‖ (Se encuentran en el material
de apoyo 2009)
c) Momento de reflexión por equipos
Presentamos 8 artículos para que elijan los que consideren más
necesarios de acuerdo a la temática de la semana vocacional y
a la realidad concreta de los padres de familia de su localidad.
Familia: Semillero de vocaciones
La vocación empieza por la casa
Sobreproteger o responsabilizar
Súplica de un hijo
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63
Yo quiero ser bombero
Vocación no es profesión
Influencia vocacional de la oración en familia
Los límites de ser padres
d) Plenario para dar a conocer a la asamblea el mensaje encontrado
en el artículo que les tocó trabajar
e)
Invitación a formar parte del grupo de Familias Vocacionales
de la parroquia y aplicación de la forma de inscripción.
(Enviamos propuesta, misma que podrá ser adaptada a su
propia realidad.
f) Oración final (Puede ser la oración por la vocación de los hijos;
está incluida en el material)
2 .1 ILUMINACIÓN
Oh, Padre celestial, concédenos ser mejores padres. Enséñanos a comprender a nuestros
hijos, a escuchar pacientemente lo que tengan que decirnos y a contestar sus preguntas
bondadosamente.
Ayúdanos para ser tan amables con ellos como nosotros queremos que ellos sean con
nosotros.
Evítanos reírnos de sus errores, que los haga avergonzarse o los ridiculice cuando nos
desagradan. Que nunca los castiguemos por nuestro egoísmo o para mostrarles nuestro
poder.
Ayúdanos para no poner a nuestros hijos en ocasión de mentir o robar.
Guíanos en cada momento de nuestra vida, de manera que podamos demostrarles en todo lo
que hagamos o les digamos, que la honestidad produce felicidad.
Te pedimos Señor la paciencia y la sabiduría necesaria para recordar que nuestros hijos son
personas en formación y no esperar de ellos, el juicio y el razonamiento de un adulto.
Concédenos evitar el quitarles la oportunidad de servirse ellos mismos y hacer sus propias
decisiones.
Bendícenos con el don de la apertura para poder condescender a todas sus solicitudes
razonables, y el coraje necesario para negarles privilegios que les harán daño.
Haznos comprensivos, justos y bondadosos. Concédenos imitarte, Oh Señor, para ser capaces
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de Guadalajara
64 ―ser
de ser amados, respetados
imitados por nuestros
hijos; como San Pablo que decía:
imitadores míos como yo lo soy de Jesucristo‖ Amén. (Cf 1 Cor 11,1)
1) FAMILIA SEMILLERO DE VOCACIONES
Los hijos, si son jóvenes, tienen obligación de escuchar y de ponderar
detenidamente los consejos de los padres en esta materia. No tienen
obligación de seguirlos, pero sí de valorarlos debidamente, sobre todo
cuando no proceden del prejuicio o del egoísmo, sino de un deseo de
ayudarles a cumplir la voluntad de Dios
El Papa Juan Pablo II, en diferentes documentos eclesiales expresó: Me
dirijo en especial a los padres cristianos, que tienen una misión de
primer orden en la Iglesia y en la sociedad. Efectivamente, la familia
debe formar a los hijos para la vida, de manera que cada uno cumpla
con plenitud su cometido, de acuerdo con la vocación recibida de Dios.
Efectivamente, la familia que está abierta a los valores trascendentes,
que sirve a los hermanos con alegría, que cumple con generosa
fidelidad sus obligaciones y es consciente de su participación en el
misterio de la Cruz gloriosa de Cristo, se convierte en el "jardín" o el
"primer semillero" donde las semillas de vocación, que Dios esparce a
manos llenas, encuentran las condiciones para germinar y crecer hasta
su plena madurez‖ (Cf Juan Pablo II, Familiaris Consortio, n. 53 y
Optatam totius, 2).
No es por demás insistir que entre los servicios que los padres pueden
prestar a sus hijos ocupa el primer lugar el de ayudarles a descubrir y a
vivir la llamada que Dios les hace sentir, incluida la "sagrada" (cf.
Gaudium et spes, 52; Familiaris consortio, 53). A la luz de esta
perspectiva de gracia divina y de responsabilidad humana, Juan Pablo
II decía: ―Queridos padres cristianos: Si el Señor os implica, en su
designio de amor, llamando a un hijo vuestro o a una hija, sed
generosos y consideraos muy honrados. La vocación sacerdotal o
religiosa es un don especial de la familia y, al mismo tiempo, un don a
la familia.
Los padres, desde la más tierna edad de sus hijos, manifestándoles
cuidado amoroso, les comunican, con el ejemplo y con las palabras, una
sincera y auténtica relación con Dios, hecha amor, fidelidad, oración y
obediencia (cf. Lumen gentium, 35; Apostolicam actuositatem, 11). Los
padres, pues, fomentan la santidad de los hijos, y hacen sus corazones
dóciles a la voz del buen Pastor, que llama a cada hombre a seguirle y a
buscar en primer lugar el reino de Dios.
Los padres no sólo deben respetar esa llamada, sino cultivarla y
favorecerla con alegría y acción de gracias, como enseña el Catecismo
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65
de la Iglesia Católica: "Al mismo tiempo que el hijo crece hacia una
madurez y autonomía humanas y espirituales, la vocación singular que
viene de Dios se afirma con más claridad y fuerza. Los padres deben
respetar esta llamada y favorecer la respuesta de sus hijos para seguirla.
Es preciso convencerse de que la vocación primera del cristiano es
seguir a Jesús (Cf. Mt 16, 25)." (Catecismo de la Iglesia Católica, n.
2232-2233).
Cuando se conoce la llamada de Dios, se conoce el sentido de la propia
existencia. Con la llamada, se descubren los planes que Dios tiene para
cada uno: para los hijos y para los padres. La felicidad, de los padres y
de los hijos, depende del cumplimiento de los planes de Dios, que
nunca encadenan, sino que potencian al hombre, lo desarrollan, lo
dignifican, ensanchan su libertad, lo hacen feliz.
Los hijos, si son jóvenes, tienen obligación de escuchar y de ponderar
detenidamente los consejos de los padres en esta materia. No tienen
obligación de seguirlos, pero sí de valorarlos debidamente, sobre todo
cuando no proceden del prejuicio o del egoísmo, sino de un deseo de
ayudarles a cumplir la voluntad de Dios.
"Los padres que aman de verdad, que buscan sinceramente el bien de
sus hijos, después de los consejos y de las consideraciones oportunas,
han de retirarse con delicadeza para que nada perjudique el gran bien de
la libertad, que hace al hombre capaz de amar y de servir a Dios. Deben
recordar que Dios mismo ha querido que se le ame y se le sirva en
libertad, y respeta siempre nuestras decisiones personales: dejó Dios al
hombre —nos dice la Escritura— en manos de su albedrío (Eccli 15,
14)." (Conversaciones, n. 104).
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66
2) LA VOCACIÓN EMPIEZA POR LA CASA
Al igual que la caridad también la
vocación comienza por la casa.
Veamos las distintas tareas que
deben desempeñar los padres de
familia para que su hogar tenga un
ambiente vocacional.
¿Qué será de nuestros hijos?
Creo se usa todavía que los papás,
antes de irse a descansar, pasen a la recámara del hijo más pequeño que
ya duerme, para asegurarse que no esté descobijado, y permanezcan
algunos momentos, como queriendo escuchar sus sueños.
En aquel momento surge en ellos la pregunta: ―¿Qué será de él? ¿Qué
mundo lo recibirá? Los hijos hacen pensar en el futuro y entre pregunta
y pregunta se siente confianza y temor.
El consuelo de los padres está en entrever motivos de esperanza en la
bondad de sus hijos, en la buena disposición de ellos hacia la vida, en la
correcta relación con los demás y con el misterio de Dios.
Frecuentemente, quizá, una inquietud que se asemeja a una angustia
reprimida entristece su último pensamiento. ―Nuestros hijos van hacia
el futuro indefensos y solos… ¿Qué será de ellos en este mundo tan
complicado y enfermo?, ¿Quién los protegerá cuando faltemos
nosotros?...‖
En verdad, cuando un papá y una mamá desean las buenas noches a los
hijos dormidos, se preguntan: ―¿Qué será de nuestros hijos?. Su
pregunta significa en realidad: ¿Cuál es la voluntad de Dios sobre
ellos? ¿Cuál es su vocación?
La fe sabe leer en la historia de cada hombre y de cada mujer la gracia
del nombre nuevo y misterioso con el cual cada uno es llamado. Los
padres que caminan en la fe oran cada día por sus hijos, para que se
realice en ellos la voluntad de Dios.
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67
Saben por experiencia que Dios es Amor y quiere la felicidad de sus
hijos con una ternura y una fidelidad que supera infinitamente aún el
afecto de un padre y de una madre. Los creyentes saben que en su
voluntad se encuentra nuestra paz y después de haber orado según la
enseñanza de Jesús, también los padres pueden irse a descansar con una
serena confianza y quizá soñando en un mundo que no verán, pero que
seguirá siendo amado y cuidado por Dios.
Cardenal Martini, arzobispo Emerito de Milán.
PREGUNTAS:
 Nosotros, como papás, ¿hemos preguntado a Dios sobre el plan
que tiene para cada uno de nuestros hijos?
 ¿Estamos convencidos de que Dios tiene un plan de felicidad para
todos?
3.- COMPROMISO:
 Hacer una oración confiada a Dios nuestro Padre, depositando en
sus manos a nuestros hijos y pidiéndole que se realice en cada uno
de ellos su voluntad.
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3) ¿SOBREPROTEGER?
¿O RESPONSABILIZAR?
Un día un cangurito sacó la cabeza por el agujero de la bolsa y dijo:
¡Oh, qué grande es el mundo madre! ¿Puedo ir a ver cómo es?
Ya te lo enseñaré yo, no es necesario que salgas de la bolsa. Podría
hacerte daño o encontrar malas compañías y exponerte a peligros
innecesarios –dijo la madre, mientras acariciaba dulcemente su pelo
suave-, yo soy una MADRE RESPONSABLE Y DECENTE.
El cangurito suspiró, se quedó callado y quietecito dentro de la bolsa.
Pero el cangurito crecía, se hacía mayor y cuando ya casi no cabía
dentro de la bolsa, la madre le ordenó: ―¡Te prohíbo que crezcas!‖
Y el cangurito, que era muy obediente, dejó de crecer en ese mismo
instante.
El cangurito, desde la bolsa veía cosas y hacía preguntas a su madre.
Era un chico inteligente y todo lo encontraba interesante. Pero la madre
canguro estaba muy molesta porque no encontraba respuesta a muchas
de las preguntas que su hijo le hacía, y acabó por decirle:
¡Te prohíbo que hagas más preguntas! Y el cangurito no preguntó más.
Un día las cosas estuvieron a punto de arreglarse. El cangurito, desde su
puesto de observación, vio una cangurita preciosa y dijo: ¡Madre quiero
casarme con aquella cangurita!
¡Ay! -respondió la madre- ¿Quieres abandonarme para irte con una
cualquiera? ¡Te prohíbo que te cases! Y el cangurito no se casó.
Cuando la madre canguro se murió, vinieron a sacar al cangurito de la
bolsa de la difunta. Era un animal extraño. Su cuerpo era pequeño,
pero tenía cara de viejo. Cuando lo dejaron en el suelo su cuerpo se
empapó de un sudor frío.
Tengo miedo, por favor –dijo- ¿Pueden ponerme en el hueco de aquel
árbol? Y el cangurito pasó el resto de sus días mirando el mundo desde
el árbol. De vez en cuando comentaba: ¡Verdaderamente es grande el
mundo!
Anónimo.
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69
4.- REFLEXIÓN:

Sobreproteger es hacer por otro, sustituyéndolo, lo que él mismo
podría y debería hacer. Aparentemente puede parecer como un
modo de amor; pero en realidad es decirle que no sirve, y por eso
se lo tengo que hacer yo. De este modo la sobreprotección
impide el desarrollo del niño.
El principio es claro: nunca hagas por otro lo que él
puede hacer por sí mismo.
¿Puede ya comer? Déjale que coma él.
¿Puede ya vestirse? Déjale que se vista él.
No hagas inútiles sus ojos, mirando por él.
No hagas inútiles sus manos, trabajando por él.
No hagas inútil su pensamiento, pensando por él.
No hagas inútil su voluntad, queriendo y decidiendo
por él.

¿Puede equivocarse? Sin duda.
Pero sólo errando se aprende a no errar. Sólo arriesgándose, se
aprende a confiar en uno mismo.
Ante un problema de tu hijo, puedes hacer dos cosas: o bien
dejarle que se enfrente él mismo y corra los riesgos inherentes al
caso; o bien ponerte a su lado e incluso sustituirle, para que no
quede mal.
En el primer caso le dejas ser, confías en él, le dejas
solo sobre la seguridad de que él puede.
Evidentemente esto le hace crecer.

En el segundo caso le sustituyes, demuestras con
hechos que desconfías de él, de su capacidad de
hacer las cosas y de su capacidad de aprender de sus
errores y fallos, de modo que le cierras el camino
hacia él mismo.
Recuerda: toda persona humana, por ser obra de Dios, es única,
distinta e insustituible. Cuando la sustituyes, impides que
alcance ese nivel de ser la que Dios le tiene destinada. (Matero
Andrés, en ―El hombre en busca de paz‖).
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PREGUNTAS:
 ¿Qué tanto estamos sobreprotegiendo o responsabilizando a
nuestros hijos?
 ¿Qué podemos hacer para vencer el miedo a que nuestros hijos
fracasen o se equivoquen?
5.- ORACIÓN FINAL
ORACIÓN POR LA VOCACIÓN DE LOS HIJOS
Señor, tú conoces a cada uno
y a cada uno llamas por su nombre,
y das a cada hombre una vocación
para llegar a la salvación,
para darte gloria
y para ser una ayuda a los hombres sus hermanos.
Cuando llegue el momento de descubrir
el camino que tienes para cada uno de nuestros hijos
Ilumina su mente con tu luz,
y sostenlos con tu fuerza,
para que no se contenten con un ideal fácil.
.
Ilumínanos también a nosotros, sus padres,
para que les ayudemos a reconocer su vocación
y a realizarla generosamente,
sin poner impedimentos a su libertad
y sin oponernos a tu guía interior.
Amén.
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71
SÚPLICA DE UN HIJO
Autor desconocido
P
adre:
No me des todo lo que pido. A veces sólo pido para ver hasta cuánto
puedo obtener.
No me des siempre órdenes. Si en vez de órdenes, a veces me pidieras
las cosas, yo las haría más rápido y con más gusto.
No cambies de opinión tan a menudo sobre lo que debo hacer. Decídete
y mantén esa decisión.
Cumple las promesas buenas o malas. Si me prometes un premio,
dámelo; pero dámelo también si es un castigo.
No me compares con nadie, especialmente con mi hermano o mi
hermana. Si tú me haces lucir peor que los demás, entonces seré yo
quien sufra.
No me corrijas mis faltas delante de nadie. Enséñame a mejorar cuando
estemos solos.
No me grites. Te respeto menos cuando lo haces y me enseñas a gritar a
mí también, y yo no quiero hacerlo.
Déjame valerme por mí mismo. Si tú haces todo por mí, yo nunca
aprenderé.
No digas mentiras delante de mí, ni me pidas que las diga por ti, aunque
sea para sacarte del apuro. Me haces sentir mal y perder la fe en lo que
dices.
Cuando yo hago algo malo no me exijas que te diga por qué lo hice. A
veces ni yo mismo lo sé.
Trátame con la misma amabilidad y cordialidad con que tratas a tus
amigos; el que seamos familia no quiere decir que no podamos ser
amigos también.
Provincia Eclesiástica de Guadalajara
72
No me digas que haga una cosa y tú no la hagas. Yo aprenderé y haré
siempre lo que tú hagas, aunque no lo digas; pero nunca lo que tú digas
y no hagas.
Enséñame a conocer y a amar a Dios; porque nada vale si yo veo que
ustedes, mis padres, no conocen ni aman a Dios.
Cuando te cuente un problema mío no me digas no tengo tiempo para
boberías, o eso no tiene importancia. Lo tiene para mí. Trata de
comprenderme y ayudarme.
Y quiéreme y dímelo. A mí me gusta oírtelo decir, aunque tú no creas
necesario decírmelo.
A cambio de lo anterior, te prometo: ¡Quererte mucho, obedecerte,
respetarte y, cuando seas mayor, cuidar de ti hasta la muerte!
Tu hijo.
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73
YO QUIERO SER BOMBERO
El P. Mauricio Jazo Plascencia M.Sp.S., en el folleto “La Familia,
semillero de vocaciones”, expresa:
Estoy seguro que todos, de alguna manera, nos
vemos reflejados en el contenido de la letra de esta
canción. De pequeños teníamos nuestros sueños,
fantasías y aspiraciones propias de la infancia. En
lo personal me siento identificado con el anhelo del
niño descrito en la canción. Cuando era pequeño
decía que de grande sería peluquero, policía y
bombero. Mi deseo sorprendía a los que me
preguntaban sobre mi futuro: - ¿Y cómo le vas a
hacer? Con sencillez infantil respondía que por las
mañanas ejercería el oficio de peluquero, por las
tardes de policía y por las noches de bombero…
(este niño sí que deseaba aprovechar las 24 horas del día).
Pero también los padres de familia (junto con tías y abuelos) se podrán
ver reflejados en los adultos que intervienen en la letra de la canción.
Los que muestran abiertamente el deseo de lo que quieren que sean los
hijos.
Lo triste no es acabar con la fantasía del oficio que desea ser el
pequeño, sino el que ya siendo adolescente o joven se ve presionado a
realizar la voluntad impuesta de los papás.
Alguien presentaba una escena ficticia; pero que nos hace pensar. Se le
pregunta a un señor:
_
_
_
_
¿Qué tal tus dos hijos?
Muy bien, gracias.
¿Qué edad tienen?
El médico, tres años y el abogado, cinco.
Veinte años antes de poder decidir ellos, ya el papá lo había hecho.
Soy testigo de numerosos casos de jóvenes que se lamentan porque sus
papás les obligaron (mediante presiones, amenazas y chantajes) a seguir
tal carrera o profesión. Los jóvenes que cedieron al deseo de sus papás,
se cuentan entre los muchos que ejercen su oficio frustradamente, por
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74
supuesto, también con serias repercusiones negativas para la sociedad a
la que pretenden servir.
Cuando los padres de familia quieran, aún con las mejores intenciones,
decidir sobre la vocación de sus hijos, tendrían que recordar que antes
de ser obra suya, los hijos son obra de Dios.
El P. José Luis Descalzo (Sacerdote, periodista y escritor
español) contó alguna vez el siguiente hecho:
Uno de los periódicos más importantes de Italia convocó un
simpático concurso titulado: ―¿Qué quieres ser de mayor, y
por qué? Los niños sólo tenían que elegir uno de los setenta y
ocho oficios que el periódico propone por medio de dibujos.
A ver Juanito, ¿qué quieres ser cuando seas mayor?, le
interroga el papá al tiempo que le muestra el desplegado de la
página del periódico.
Como a Juanito le gusta soñar, se imagina en las profesiones
más movidas. Y se ve siendo pintor, o director de cine, o
actor, o futbolista… El padre de Juanito está impaciente:
¡Qué!, ¿qué has pensado? Parece que a Juanito le gusta todo.
Cada uno de aquellos hombres allí dibujados le fascinan, y
quería ser siete u ocho cosas a un tiempo. Pero… ¿Qué es lo
que le pasa ahora al niño, que mira la lista una y otra vez, de
arriba abajo, como si buscara algo que no encuentra?
Después pasa su dedito sobre los setenta y ocho oficios, uno
por uno, desde el primero hasta el último. Mira a su papá para
preguntarle algo. No se decide y vuelve a mirar el periódico
como, si se hubiera equivocado. Alza los ojos profundísimos
hacia el padre y le pregunta: Papá, ¿y ser sacerdote no se
puede?...
TEST:
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Ante las inquietudes de profesión o de vocación de los hijos, nosotros
como papás:
( )
Respetamos su decisión
( )
Respetamos y apoyamos su decisión
( )
Expresamos nuestro parecer y orientamos su vocación
( )
( )
No le tomamos mucha importancia porque creemos que aún no
sabe bien lo que quiere
Presionamos para que escoja otra profesión
( )
Imponemos nuestra voluntad
COMPROMISO
 Preguntar a los hijos menores: ¿Qué quieren ser de grandes?
 Escuchar, orientar y apoyar las inquietudes vocacionales que
manifiesten los hijos adolescentes y jóvenes.
 Enseñar a los hijos a pedirle al Espíritu Santo, les dé a conocer su
vocación.
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76
VOCACIÓN NO ES PROFESIÓN
Tomado de “La familia semillero de vocaciones”
P. Mauricio Jazo Plascencia M.Sp.S.
A los padres de familia les interesa mucho que sus hijos se
realicen mediante alguna profesión; pero poco se preocupan de ayudarles
a descubrir y vivir su vocación.
Muchos suelen reducir el concepto vocacional al campo profesionalocupacional. Por eso, contra lo que muchos piensan, habrá que afirmar y
explicar que no es lo mismo vocación y profesión (aunque no dejan de
guardar cierta relación).El siguiente cuadro puede ayudarnos a distinguir
las respectivas características:
PROFESIÓN
 La elijo
VOCACIÓN
 Soy elegido por Dios
 Según aptitudes
 Por lo que soy (cualidades
y defectos)
 Es temporal
(trabajo unas horas, tengo
días de descanso, de
vacaciones,
me
puedo
jubilar)
 Es para siempre
(no puedo renunciar a mi
vocación
humana,
tampoco hay jubilación
de mi vocación cristiana;
no tengo vacaciones de
mi vocación específica)
 Se me retribuye con un
 Vivo mi vocación sin
sueldo por el oficio que
esperar más recompensa
desempeño
que cumplir bien con el
plan de Dios sobre mí
La profesión; es decir a lo que me dedico, forma parte de la vocación. De
tal manera que, por ejemplo, si un profesionista se jubila o queda
impedido de realizar su profesión no se dice que se le acabó la vocación,
sino tan sólo su oficio. Aún más, muchos pueden carecer de una
profesión; pero nunca de una vocación y una misión en la vida.
En conclusión: la vocación se vive, la profesión se ejerce; la vocación es
servicio, la profesión es oficio; la vocación la da Dios, la profesión
depende del gusto y capacidades personales.
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PREGUNTA:
Si un niño o un adolescente manifiesta inquietud por la vida religiosa o
sacerdotal, ¿qué es más conveniente hacer?
( )
( )
( )
No prestarle mucha atención porque puede ser un deseo pasajero.
Sugerirle que ore a Dios y que sea generoso y servicial
Ponerlo en contacto con algún sacerdote o religiosa
COMPROMISO: Buscar la ocasión para comentar o explicar a los
hijos las diferencias entre vocación y profesión.
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INFLUENCIA VOCACIONAL DE LA ORACIÓN EN FAMILIA
A los miembros de la
familia cristiana puede
aplicarse de modo particular
las palabras con las cuales el
Señor Jesús promete su
presencia: “Les digo en
verdad que si dos de ustedes
se ponen de acuerdo sobre
la tierra en pedir cualquier cosa, se lo otorgará mi
Padre que está en los cielos. Porque donde están dos o
tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio
de ellos” (Mt 18,19).
Esta plegaria tiene
como contenido
original la
misma vida de
familia que en las
diversas
circunstancias es
interpretada como
vocación y es actuada
como respuesta filial
a su llamada: alegrías
y dolores, esperanzas
y tristezas,
nacimientos y
cumpleaños,
aniversarios de la
boda de los padres,
alejamientos y
regresos, elecciones
importantes y
decisivas, muerte de
personas queridas,
etc., señalan la
intervención del amor
de Dios en la historia
de la familia, como
deben también
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señalar el momento
favorable de acción
de gracias, de
imploración, de
abandono confiado de
la familia al Padre
común que está en los
cielos.
Los padres cristianos, afirma Juan Pablo II, tienen el deber explícito de
educar a los hijos en la plegaria. Y el elemento fundamental e
insustituible de la educación a la oración es el ejemplo concreto, el
testimonio vivo de los padres.
Y el Papa Pablo VI decía a los padres de familia: ―Madres, ¿enseñan a
sus niños las oraciones del cristiano? ¿Preparan a sus hijos para los
sacramentos de la primera edad: confesión, comunión, confirmación?
¿Los acostumbran, si están enfermos, a pensar en Cristo que sufre? ¿A
invocar la ayuda de la Virgen y de los santos? ¿Rezan el rosario en
familia? Y ustedes, padres ¿saben rezar con sus hijos, con toda la
familia, al menos alguna vez? Su ejemplo, en la rectitud del
pensamiento y de la acción, apoyado por alguna oración común vale
una lección de vida‖
He aquí el testimonio de un sacerdote sobre la influencia vocacional
de la oración en la familia:
Testimonio del Padre Aimé Duval en “¿Por qué me hice
sacerdote?”
―Era el quinto de una familia de nueve hermanos. En casa nada
de piedad expansiva y solemne. Sólo cada día la oración de la noche
común, pero es algo que recuerdo claramente. Mi hermana Elena
recitaba las oraciones. Demasiado largas para los niños- un cuarto de
hora-; poco a poco iba aumentando en velocidad, embrollándose,
abreviando, hasta que mi padre le decía ―vuelve a empezar‖. Y
entonces yo iba aprendiendo que hace falta hablar con Dios
despacio, seria y delicadamente.
Es curioso cómo me acuerdo de la postura de mi padre. Él, que por sus
trabajos en el campo o por el acarreo de madera siempre estaba
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80
cansado, que no se avergonzaba de manifestarlo al volver a casa,
después de cenar se arrodillaba, los codos sobre una silla, la frente entre
sus manos, sin mirar a sus hijos sin movimiento, sin toser, sin
impacientarse. Yo pensaba: Mi padre que es tan valiente, que manda en
casa, que es insensible ante la mala suerte y no se inmuta ante el
alcalde, los ricos y los malos, ahora se hace un niño pequeño ante Dios.
¡Cómo cambia para hablar con ÉL! Debe ser muy grande Dios para
que mi padre se arrodille ante ÉL y también muy bueno para que
se ponga a hablarle sin mudarse de ropa.
En cambio, a mi madre nunca la vi de rodillas. Demasiado cansada, se
sentaba en medio, el más pequeño en sus brazos, y todos nosotros a su
alrededor, muy cerquita de ella. Ella decía las oraciones de punta a
cabo, sin perder una sílaba, todo en voz baja. Lo más curioso es que no
paraba de mirarnos, uno tras otro, una mirada para cada uno, más larga
para los más pequeños. Nos miraba pero no decía nada. Nunca, aunque
los pequeños enredasen o hablasen en voz baja, aunque la tormenta
cayese sobre la casa, aunque el gato volcase algún puchero. Y yo
pensaba: “Debe ser muy sencillo Dios cuando se le puede hablar
teniendo un niño en brazos y en delantal. Y debe ser una persona
muy importante para que mi madre no haga caso ni del gato ni de
la tormenta”.
Las manos de mi padre, los labios de mi madre, me enseñaban de
Dios mucho más que mi catecismo. Dios es una persona muy
cercana. A la que se habla con gusto después del trabajo”.
Tomado de la Familia Semillero de Vocaciones
P. Mauricio Jazo Plascencia M.Sp.S.
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LOS LÍMITES DE SER
PADRES
Te di la vida… pero no puedo vivirla por ti.
Puedo enseñarte muchas cosas… pero no puedo obligarte a aprender.
Puedo dirigirte… pero no puedo responsabilizarme por lo que haces.
Puedo llevarte a la Iglesia… pero no puedo obligarte a creer.
Puedo instruirte en lo malo y lo bueno… pero no puedo decidir por
ti.
Puedo darte amor… pero no puedo obligarte a aceptarlo.
Puedo enseñarte a compartir… pero no puedo forzarte a hacerlo.
Puedo aconsejarte sobre las buenas amistades… pero no puedo
escogértelas.
Puedo decirte que el licor es peligroso… pero no puedo decir NO
por ti.
Puedo advertirte acerca de las drogas… pero no puedo evitar que las
uses.
Puedo exhortarte a la necesidad de tener metas altas… pero no puedo
alcanzarlas por ti.
Puedo enseñarte acerca de la bondad… pero no puedo obligarte a ser
bondadoso.
Puedo explicarte cómo vivir… pero no puedo darte vida eterna.
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La familia, el "primer semillero"
donde las semillas de vocación
encuentran las condiciones
para germinar y crecer.
NOMBRE DEL PADRE ________________________________________________________________
NOMBRE DE LA MADRE _____________________________________________________________
DOMICILIO _________________________________________________________________________
TELÉFONO ___________________________ CIUDAD ____________________________________
FAVOR DE ANOTAR UNA X EN EL ESPACIO CORRESPONDIENTE AL COMPROMISO QUE ASUMEN
COMO FAMILIA, PARA LA PROMOCIÓN Y CULTIVO DE VOCACIONES
COMO FAMILIA NOS COMPROMETEMOS A:
_______
ORAR EN FAMILIA
_______
PARTICIPAR EN LA MISA DOMINICAL
REFLEXIONAR SOBRE LA PALABRA DE DIOS EN
FAMILIA
_______
VISITAR AL SANTÍSIMO
OFRECER SACRIFICIOS
_______
VISITAR A LOS ENFERMOS PARA PEDIR PALANCA DE
ORACIÓN Y SACRIFICIO POR LAS VOCACIONES
AYUDAR ECONÓMICAMENTE AL SEMINARIO Y/O
CASAS DE FORMACIÓN
_______
INVITAR A OTRAS FAMILIAS A FORMAR PARTE DE
ESTE MOVIMIENTO
__________________________________
FIRMA DEL PAPÁ
________________________________
FIRMA DE LA MAMÁ
_____________________________________________
LUGAR Y FECHA
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83
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84
1. AMBIENTACIÓN
GUÍA:
Participemos en este
encuentro con Jesús
Sacramentado para
agradecer y poner
en su Corazón lo
que hemos vivido y
celebrado en esta
semana vocacional.
VOZ 1:
Señor, nos reunimos en torno tuyo para orar por nuestras
familias.
Jesús, Hijo de Dios que te hiciste hombre, quisiste nacer y
crecer en una familia, que es el lugar donde
especialmente se cultivan las vocaciones, donde se
aprende a amar para entregar la vida; donde se ayuda a
cada persona para que responda a la llamada que Dios le
hace.
VOZ 2:
Señor, que en nuestras familias se cultiven actitudes
como la comprensión, acogida, cariño, espíritu de
servicio, abnegación, fidelidad, religiosidad... para que se
forjen los futuros apóstoles de Cristo.
2. Exposición del Santísimo.
Entonar un canto eucarístico.
TODOS:
(Leer en forma
pausada)
Estamos aquí, buen Jesús en tu presencia como el
discípulo ante su Maestro; enséñame, Señor a
aceptar tu voluntad.
Estamos aquí, Señor como un hijo ante su Padre.
Estamos aquí, buen Jesús en tu presencia como una
oveja ante su Pastor.
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85
MATRIMONIO 1
Señor Jesús, habita siempre en casa,
para ayudarnos a ser una nueva Sagrada Familia.
Que los esposos seamos como María y José
que cada uno de nuestros hijos sean como Tú,
que siempre en nuestro hogar,
haya fe, esperanza, unidad y paz.
Bendícenos Señor y danos la gracia
de ser fiel reflejo del amor de Dios-familia.
cumpliendo su voluntad.
También te pedimos el pan de cada día. Amén
Virgen María y Señor San José, les pedimos que nos
guíen siempre en la búsqueda, descubrimiento y
realización de la voluntad de Dios para nosotros.
HIJO (A)
Enséñenos a saber escuchar a Dios cada vez que
llame a nuestro corazón y a renunciar a todo aquello
que nos aparta de Él.
Queremos vivir como ustedes, con Jesús en nuestra
vida, para mostrarlo al mundo y hacer que esté
presente en tantas familias que aún viven sin Él.
Amén.
MATRIMONIO 2
Señor, en nuestro hogar queremos encontrarte
siempre junto al pozo,
sin tu presencia en casa no hay luz, ni fuerza, ni
calor,
ni el agua que calma la sed.
Danos de tu agua para que no tengamos más sed,
sabemos que buscarla
en los pozos de este mundo,
es simplemente saciar nuestra sed
momentáneamente
para luego, tener más sed.
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Enséñanos a descubrir más y más, el ―don de Dios‖,
la felicidad que no termina; ayúdanos a mostrarles
este mismo camino, a nuestros hijos.
Señor, queremos como familia,
ser luz, para ser una presencia tuya en el mundo.
Amén.
MATRIMONIO 3
Señor Jesús, Tú que eres la vid verdadera
no permitas que nosotros, que somos tus ramas,
quedemos desprendidos de Ti.
No permitas que nos sequemos,
no permitas que seamos estériles
por no dar frutos de vida eterna.
Que así también lo entiendan y vivan
nuestros hijos, para que de este modo,
nuestra familia sea un signo luminoso
en donde vivamos los valores evangélicos.
Para que esto no sea sólo ilusión,
danos la gracia, Señor,
de una vida de santidad.
GUÍA
Jesús Sacramentado te pedimos por las necesidades
de todas nuestras familias. Uniendo nuestras manos,
proclamamos:
TODOS:
Padre nuestro que estás en el cielo y en nuestro
hogar,
santificado sea tu nombre, venga a nuestra familia tu
reino,
hágase tu voluntad en nuestras decisiones,
así en lo personal como en el ámbito familiar.
Danos cada día el sustento necesario,
para poner sobre la mesa el pan cotidiano,
y nunca nos falte el alimento eucarístico.
Perdona nuestras ofensas,
como nosotros nos perdonamos, los unos a los otros.
No nos dejes caer en la tentación y el pecado,
aleja de nuestra familia el mal. Amén
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Señor Jesús tú nos has creado por amor y tienes un
proyecto para cada uno de nosotros, tú nos hablas a
través de nuestros padres, maestros, sacerdotes y
religiosas, has que escuchemos tu voz y
respondamos al llamado.
GUÍA
ORACIÓN
Señor Jesús, así como llamaste un día a los primeros discípulos para
hacerles pescadores de hombres, continúa también ahora haciendo
resonar tu dulce invitación: ¡Ven y Sígueme!
Da a los jóvenes y a las jóvenes la gracia de responder prontamente a
tu voz.
Da sostén en sus fatigas apostólicas a nuestros Obispos, sacerdotes, y
personas consagradas. Da la perseverancia a nuestros seminaristas y a
todos los que están realizando un ideal de vida totalmente consagrada
a tu servicio.
Manda, Señor, obreros a tu mies, y no permitas que la humanidad se
pierda por la falta de pastores, de misioneros, de personas entregadas a
la causa del Evangelio.
3.- LECTURA DEL EVANGELIO DE: (SAN LUCAS 2,41-52)
4.- REFLEXIÓN.
5.- MOMENTO DE SILENCIO.
6.- RESERVA DEL SANTÍSIMO ENTONAR UN CANTO
EUCARÍSTICO.
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7..- BENDICIÓN CON EL SANTISIMO.
8.- PRECES
Bendito sea Dios.
Bendito sea su santo nombre.
Bendito sea Jesucristo, verdadero Dios y verdadero Hombre.
Bendito sea el nombre de Jesús.
Bendito sea su Sacratísimo Corazón.
Bendito sea su Preciosísima Sangre.
Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar.
Bendito sea el Espíritu Santo Paráclito.
Bendito sea la gran Madre de Dios, María Santísima.
Bendito sea su Santa e Inmaculada Concepción.
Bendito sea su gloriosa Asunción.
Bendito sea el nombre de María, Virgen y Madre.
Bendito sea San José. Su castísimo esposo.
Bendito sea Dios en sus ángeles y en sus santos.
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MONICIONES
PARA LA EUCARISTIA
(Domingo 4° de Pascua)
MONICIONES
1.- ENTRADA: En este cuarto domingo de Pascua
celebramos la Jornada Mundial de Oración por las
Vocaciones. Jesús el Buen Pastor, conduce a su Iglesia y
sigue llamando colaboradores para que sean pastores del
pueblo de Dios. Pidamos al Señor para que llame a jóvenes
con generosidad a responder a su llamado
2.- 1a LECTURA (Hechos 4, 8-12:)Dios, en la primera
lectura, nos dice que todos somos capaces de ser testigos de
Cristo y de la verdad, si estamos decididos a
comprometernos.
3.- SALMO 117: A la palabra de Dios que hemos
escuchado diremos: “La piedra que desecharon los
constructores es ahora la piedra angular: Aleluya”.
4.- 2a LECTURA (Juan 3,1-2): En la segunda lectura, San
Juan nos invita a vivir como hijos de Dios, perfeccionando
nuestra fe y nuestra esperanza en lo que está por venir.
5.- EVANGELIO (Juan 10,11-18): San Juan nos muestra
en el Evangelio la parábola del Buen Pastor, recordando
que Jesús tiene la vida en sí mismo, y nadie puede
quitársela; Él la da libremente, de ahí su plena libertad ante
la muerte.
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6.- ORACIÓN UNIVERSAL: Pidamos, hermanos al
Señor que multiplique las vocaciones en su Iglesia, y que
muchos jóvenes respondan con un corazón generoso al
llamado del Señor.
A cada petición diremos: “Danos vocaciones santas”.
1. Por la Iglesia de Dios para que Cristo, Pastor
Supremo la guíe hasta el Reino Celestial. Oremos.
2. Por el Papa, por nuestro obispo, por todos los
pastores del pueblo de Dios, para que su ministerio
sea fiel reflejo de la forma de actuar del buen
Pastor. Oremos.
3. Para que los Sacerdotes, Religiosos, Religiosas y
todos los consagrados, logren actuar juntos para un
fin común y con una misma esperanza, dando
testimonio de las maravillas que Dios ha realizado
en ellos y en nosotros.. Oremos.
4. Por todas las comunidades cristianas, para que
surjan hombres y mujeres que sientan la vocación
de consagrar su vida a la evangelización y al
servicio de sus hermanos. Oremos.
5. Para que los jóvenes encuentren signos y testimonio
de vida convincentes en nuestras comunidades, que
puedan estimularlos a comprometerse con la Iglesia.
Oremos.
6. Por cada una de nuestras familias, para que sean ese
espacio donde broten y crezcan las vocaciones, y
encontremos en ellas un motivo para esperar y
perseverar en nuestro camino vocacional. Oremos.
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7. Por todo el pueblo de Dios, para que vivamos
fielmente nuestra fe y logremos un ambiente
propicio para que surjan vocaciones. Oremos.
SACERDOTE: ¡Oh Dios! Padre nuestro, te pedimos que
por la acción de tu Espíritu, suscites vocaciones en tu
Iglesia, y que todos los cristianos podamos vivir con
fidelidad la vocación a la que nos has llamado. Por Cristo
nuestro Señor. Amén.
7.- OFRENDAS: Presentemos al Padre nuestros dones que
significan nuestra ofrenda unida a la de Cristo, nuestro
Buen Pastor.
8.- COMUNION: Cristo nuestro Cordero pascual ha sido
inmolado, El permanece entre nosotros y se nos da como
alimento que nos renueva y nos une con El y nuestros
hermanos.
9.- DESPEDIDA: Vayamos a nuestros hogares y
recordemos esta gozosa celebración, la cual nos unirá más
en el amor fraterno y nos llevará a escuchar la voz de
Cristo. Si somos verdaderas ovejas de su redil, le
seguiremos.
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ORACIÓN VOCACIONAL
Padre bueno,
dueño de la mies.
Mira con amor
a esta nuestra comunidad
y a toda la Iglesia.
Enciende en el corazón
de los jóvenes
la vocación al
Sacerdocio,
a la Vida Consagrada
o al compromiso Laical.
Escoge de entre nosotros
a muchos para servirte
y danos la gracia
de ser generosos
en la respuesta,
a ejemplo de María.
Suscita agentes
para que acompañen
a otros en su
camino vocacional.
Te lo pedimos
por tu Hijo Jesucristo,
Buen Pastor.
Amén.
“La cosecha es abundante, pero los obreros son pocos. Rueguen
por tanto al dueño de la cosecha que envíe obreros a recogerla”
(Mt. 9, 37-38)
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93
ÍNDICE
Presentación.
Pag. 1
Mensaje del Papa
Pag. 3
Tema 1: ―La Familia al Servicio de la Vida‖.
Pag. 7
Tema 2: ―La Familia Formadora de Personas‖.
Pag. 20
Tema 3: ―La Familia, formadora de los hijos de Dios
y los Ciudadanos de la patria‖.
Pag. 36
Tema 4: ―La Familia respeta y apoya la Vocación que
Dios da a Cada uno de sus miembros‖.
Pag. 50
Tema 5: ―Familia Semillero de Vocaciones‖.
Pag. 63
Momento Eucarístico (Encuentro con Jesús Sacramentado)
Pag. 85
―Moniciones para la Eucaristía‖.
Pag. 90
―Oración Vocacional‖.
Pag. 93
Índice
Pag. 94
Provincia Eclesiástica de Guadalajara
94
PROVINCIA ECLESIASTICA DE GUAALAJARA
Coordinan esta Sección en la Provincia
Mons. Felipe Salazar Villagrana
Morelos #30, Centro
47000 - Sn. Juan de los Lagos,
Jal.
Tel. (395) 7-85-05-70 * 7-85-57
Fax (395) 7-85-29-71
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wwww.dsanjuan.org.mx
DIÓCESIS DE TEPIC
Pbro. Miguel Ángel Aguirre
Torres
Av. De las Flores # 10
Fracc. Jardines de la Loma
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Tel: (01-311) 212-8710
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DIÓCESIS DE
AGUASCALIENTES
Pbro. Julio Guerrero Esparza
Olivos # 202
Jardines de la Cruz
Aguascalientes. Agus. C.P. 20250
Tel: (01-449)970-6292
E-mail:
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Pbro. J. Jesús Apecechea Rosas
* Nuestra Señora de la Salud
Paseo Lomas Altas #265
Fracc. Lomas del Valle
Zapopan, Jal
C.P. 45120
Horario de: Lunes a Sábado de
10:00 a.m. a 14:00 p.m. y de
17:00 p.m. a 20:00 p.m.
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GUZMÁN
Pbro. Andrés Martínez Vazquez
Federico del Toro # 669
Col. Centro, Ciudad Guzmán, Jal.
C.P. 49000
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(01-341) 214-2342 Sem. Mayor
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DE LOS LAGOS
Pbro. J. Jesús Coss y León
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San Juan de los Lagos, Jal.)
DIÓCESIS DE AUTLÁN,
JALISCO
Pbro. Miguel Arceo Andrade
Parroquia La Divina Providencia
Juan Valdivia # 125
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DIÓCESIS DE COLIMA
Seminarista Osiris Aguilar
Castañeda
Kilómetro 11
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Seminario Mayor
(01-312) 3280-361
Seminario Mayor
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PRELATURA DEL NAYAR
Hna. Sonia Cortes López
Apdo. 33 ―B‖ Belén # 24
Tepic, Nayarit C.P. 63150
Tel: (01-311) 213-8880
E-mail:
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