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grupo editorial celeste
3
Presidentes / Directores
Vanesa Fernández
Aldo Chaparro
Dirección comercial
Carlos Carbajal
Tino de la Huerta
celeste
Editora en jefe
Pia Camil
[email protected]
Feature Editors
Yasmine Dubois-Ziai
Gabriela Jauregui
Diseño
S, consultores en diseño
Coordinadora editorial
Mariel Castellanos
Corrector de estilo
Tonatiuh Arroyo
Traductores
Débora Antscherl
Gabriela Jauregui
Scanner
Erick Mendiburu
Colaboradores
Yasmine Dubois, Gabriela Jauregui
Alexandre Guirkinger, Jeremy Lewis
Fernando Ortiz Monasterio, Alan Page
Reinaldo Leandro, Emily King
Jakob Fenger (Superflex), Brenda Lozano
Tania Pérez Córdova, José Antonio Vega
Sarah Ottmeyer, James Welling
Walead Beshty, Maroussia Rebecq
Avena Gallagher, Kader Benchamma
Consejo editorial
Magalí Arriola, Mario Bellatin, Stefan Brüggemann,
Patrick Charpenel, Mario García Torres, José Noé
Suro, Pablo León de la Barra, Philippe Ollé-Laprune,
Alejandro Romero, Alejandro Rosso, Mariana
Munguía, José García Torres, Eduardo López.
Administración
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Magdalena Montes de Oca
Miriam Muñoz
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México; DIMSA y LOAMI; Japón, Initial; Ltd; y en
todas las tiendas American Apparel del mundo.
grupo medios editores
Presidente
Miguel Ortiz Monasterio
Director general
Pablo Creel
Director de circulación
Rodolfo Trillo
Directora de cuentas corporativas
Arlette Parrés Burelo
Director creativo
Carlos Colín
Gerente de producción
Elizabeth Ruvalcaba
Producción
Estrella García
Gerente de marketing y relaciones públicas
Alejandro Freyria
VENTA EXCLUSIVA A MAYORES DE EDAD
Imagen de portada: Avena Gallagher
10
Revista El Tiempo Celeste, las ediciones de la 1 a la 30 fueron publicadas de
junio 2001 a junio 2008.
Celeste, año 2 número 10, es una publicación trimestral diciembre de 2010febrero de 2011. Impresa en diciembre de 2010, derechos reservados por
Vanesa Fernández Zambrano, con domicilio en Altata 51, piso 1, Col. Hipódromo Condesa, Deleg. Cuauhtemoc, México, DF, CP 06100, Certificado
de Reserva Derechos No. 04-2008-030615560900-102. Expedido por el
Instituto Nacional de Derechos de Autor. Certificado de Licitud de Contenido No.11831, Certificado de Licitud de Título ante la Comisión Calificadora
de Publicaciones y Revistas Ilustradas, No.14258. Editor responsable: Maria
Pia Camil. Esta es una publicación de Grupo Editorial Celeste, S.A. de C.V,
con domicilio en Cozumel 81 piso 1, Col. Roma Norte, CP 06700, México,
DF. Esta edición fue posible gracias a la colaboración de Grupo Medios,
S.A. de C.V. El contenido de los artículos es responsabilidad exclusiva de
los autores. Todos los derechos están reservados. Queda prohibida la reproducción parcial o total del material publicado sin consentimiento por
escrito del editor. La información contenida ha sido obtenida de fuentes que
se consideran fidedignas. Preprensa Digital S.A. de C.V. Caravaggio No. 30,
Col. Mixcoac, 03910 México DF. Tels. 5611 9653 5611 7420. Distribuida en
el DF, Interior de la República por Reconversión Editorial Loami, S. A. de C.
V., con domicilio en Av. Doctor Gustavo Baz Prada No. 221, Col. El Mirador,
Tlalnepantla, Edo. de México, CP 54080, R. F. C. REL 030325 2V8. Tel.: (55)
53986515. www.celeste.com.mx
Ciudad de México, septiembre 2010
Huis-clos, una expresión francesa difícil de traducir con exactitud, cuya aproximación más
cercana al español puede ser a puerta cerrada,
es el tema de esta edición. Originalmente propuesto por Yasmine Dubois-Ziai, asumimos la
tarea junto con Gabriela Jauregui de reflexionar sobre lo que un espacio encerrado puede
generar en nosotros desde una perspectiva
física y mental.
La revista incluye textos literarios que describen situaciones huis-clos, ya sea en relación
con lo que ocurre dentro de un espacio (Emily
King) o fuera de éste, a manera de un voyeur
(Alan Page). También seleccionamos proyectos que tratan con la arquitectura hermética,
como la serie de edificios ciegos de Alexander
Apóstol; los malls abandonados, del artista
Walead Beshty, y los bunkers de la Línea Maginot fotografiados por Alexandre Guirkinger.
Del mismo modo, incluimos la serie de imágenes registradas por James Welling sobre The
Glass House, de Philip Johnston, como icono
huis clos de la arquitectura modernista en la
cual la transparencia del vidrio desdibuja los
limites de interior/exterior convirtiendo el
entorno en su huis-clos.
En este número, además, incluimos tres
proyectos de artista: un ensayo visual de Tania
Pérez Córdova, en el cual ilustra objetos encontrados en el infierno de Sartre; el proyecto
Time Divisa de Antonio Vega acerca del recorrido diario de un preso en la cárcel, y las fotografías de la artista Sarah Ortmeyer, en las
cuales viste plantas con ropa de marca, en
yuxtaposición con los ideales de Immanuel
Kant sobre el arte, la moda y la naturaleza.
Finalmente, exponemos una lectura no
convencional de huis clos relacionada con el
cuerpo: El concepto de belleza en distintas culturas, del Doctor Fernando Ortiz Monasterio,
una autoridad en la cirugía plástica, en el
cual el autor aborda la corporalidad como
si se tratara de un lugar del cual no podemos escapar, aunque sí alterar. Lo anterior
me recuerda el portafolio de Andrea Crews
donde el cuerpo se ve modificado y cubierto
con máscaras, como una declaración claustrofóbica en la moda.
Las propuestas expuestas son reflexiones
sobre las posibilidades que existen en situaciones o espacios que parecerían no tener
salida. En conversación con Jakob Fenger, de
Superflex, discutimos la manera en que las limitaciones realmente sirven para resaltar los
problemas y para encontrar formas imaginativas de abordarlos, sin que necesariamente
tengamos que forzarnos a resolverlos.
Pia Camil
5
10
Huis Clos
Por Yasmine DuboisZiai y Gabriela
Jauregui
64
Conversación entre
Pia Camil y Jakob
Fenger, de Superflex
Biogas Project,
Guadalajara, México
Gabriela Jauregui es Doctora en literatura comparada por parte de la universidad del sur de
California, poeta, crítica, traductora y editora Jakob Fenger es uno de los fundadores y directoco-fundadora de sur+ ediciones. Es autora de res del grupo artístico danés Superflex.
Controlled Decay (Akashic Books, Nueva York,
2008), y traductora de El Tiempo se volvió cuero 66
(sur+ ediciones, 2009). También es contributing editor en el Los Angeles Review of Books y 19 especulaciones
corresponsal en México para frieze.
sospechosas sobre
22
Gestures
Por Jeremy Lewis
Jeremy Lewis es fundador y editor de Garmento,
revista independiente ubicada en Brooklyn,
Nueva York.
32
El concepto de belleza
en distintas culturas
Por Fernando Ortiz
Monasterio
el vecino
Por Alan Page
Alan Page es un poeta, cuya labor es
reduplicar.
68
Time Divisa
Por José Antonio Vega
José Antonio Vega es artista visual.Vive y trabaja
en la Ciudad de México. Fue coeditor de la
publicación Multiple Media 2 (2008).
76
El Doctor Fernando Or tiz Monasterio es una No soy una
autoridad mundial en cirugía plástica, reconocido con el doctorado Honoris Causa estranguladora
por la Universidad Nacional Autónoma de Por Emiy King
México (UNAM).
Emily King vive y trabaja en París. Publicó su primera novela, Watashi tachi, Nous au Japon, en
2007, con Ediciones Ère, con quien también co44
laboró en libros colectivos. Actualmente traCosas en el infierno de baja en su segunda obra, titulada Inquiétudes.
Jean-Paul Sartre en la
obra A Puerta Cerrada
Por Tania Pérez
Córdova
Tania Pérez Córdova es una artista visual. Vive y
trabaja en la Ciudad de México.
48
Animales
Por Brenda Lozano
80
American Passages
Por Walead Beshty
Walead Beshty es un artista inglés, basado
en Los Ángeles. Lo representa la galería
Wallspace en Nueva York.
90
Glass house
Por James Welling
Brenda Lozano es una narradora y ensayista
mexicana. Colabora en Letras libres, Día siete James Welling es un fotógrafo estadounidense.Vive
entre Nueva York y Los Ángeles. Lo represeny La tempestad, entre otras publicaciones.
tan las galerías David Zwirner en Nueva York
y Maureen Paley en Londres.
50
Retrato: un ciego
Por Reinaldo Leandro
con imásgenes de
Alexander Apostol
96
Save the Ligne Maginot
Por Alexandre
Guirkinger
Reinaldo Leandro es director de la firma neoyorquina de diseño de interiores y arquitectura Alexandre Guirkinger es un fotógrafo francés, cuyo
Ashe Leandro. Su trabajo ha sido reseñado estilo está inspirado en las películas y el arte,
en varias revistas de arquitectura y diseño, diseño de interiores, documentales y retratos.
y ha colaborado en las publicaciones Pin-Up
Magazine for Architectural Entertainment, así 106
como en Evolo Magazine.
58
Folding
Avena Gallagher
Avena Gallagher vive y trabaja en Nueva York
como estilista de moda, y a veces produce su
propia obra artística.
Kant Elegant
Por Sarah Ortmeyer
Sarah Ortmeyer es una artista visual nacida en
Alemania.Vive en Viena. Estudió con Wolfgang
Tillmans, en la Städelschule de Frankfurt.
112
Andrea Crews
Por Maroussia Rebecq
Maroussia Rebecq es fundadora del colectivo parisino Andrea Crews, el cual funciona como
una salvaje comunidad mundial.
122
Ilustraciones
Por Kader Benchamma
Kader Benchamma nació en Francia. Es un artista visual, cuyo medio principal es el dibujo.
Lo representan la Galerie du Jour en Paris, la
ADN en Barcelona, la Galerie Chantiers Boite
Noire Montpellier y la Federico Luger Gallery,
en Milán.
129
Traducciones
Translations
136
Mickey
Alexandre Guirkinger
À huis clos es una expresión francesa esencial- el fisgón se pregunta, “¿Qué habrá tras ese
mente literaria, que significa a puerta cerra- orificio cerrado?” ¡Vamos a ver!
da. Es una puerta literaria obstruida, tapada,
clausurada. Huis, en particular, es una manera Gracias a todos los que respondieron.
arcaica de referirse a una puerta. En consecuencia es un orificio. Un orificio cerrado.
Nota: los fragmentos en cursivas son extractos de la
¿Alguien sabría indicarme si una demanda à huis discusión llevada a cabo en el foro en línea de Worclos sería lo mismo que decir una demanda en dReference sobre huis-clos. Las líneas en light son exel despacho del juez? Si no es así, ¿cómo se tractos de Who’s Afraid of Virginia Woolf?, Whatever
diría? Quisiera agregarlo al diccionario. Gracias. Happened to Baby Jane? y Who’s Afraid of Virginia Woolf?,
respectivamente.
Huis clos también es un término legal que denota un juicio cerrado al público (cuando el
acusado resulta menor de edad, por ejemplo),
significa que nadie tiene permiso para acceder Huis Clos
al contenido de la diligencia.
Por Yasmine Dubois y Gabriela
¿Se puede estar en cámara y en recámara?
¿Qué despacho? ¿Dónde está la cámara? ¿Y
el cuarto?
¿Les parece que a puerta cerrada sea una buena traducción de huis clos? Repito, gracias por
su tiempo.
Se refiere a una obra de teatro o película que
transcurre en una sola locación –una habitación o una casa, por ejemplo–. La referencia
más conocida de huis clos es la obra de teatro
homónima (Huis Clos), de Jean-Paul Sartre, la
cual suele presentarse, en español, como A
puerta cerrada. Tres personajes se encuentran
en una habitación después de morir. No tienen
nada en común. Se detestan; sin embargo, al fin
y al cabo, ninguno puede existir sin los otros.
Hemos seguido cavándo un hoYO.A puerta cerrada: salir no es posible. El infierno. Estáticos,
congelados en el espacio, pero no en el tiempo.
Vamos a ninguna parte, pero rápido.
A puerta cerrada es pasable, pero –al no comprender la cuestión mencionada en el párrafo
anterior– me veo incapaz de evaluarlo. ¿Podría
escribirse huis clos, en un letrero, para indicar
que, en efecto, no puede salirse de un edificio al
bajar por un pasillo así designado?
Creo que debería disculparme por hacer estas
preguntas un tanto estúpidas y persistentes.
La puerta automática del vuelo DL484 se
desliza.
Es el primer autobús ADO del día, pero
es de noche. La carretera es un gancho y este
tipo no es ni cuentista y à huis clos sobre ruedas, ¡y mira que ni siquiera te habías apuntado!
Claus trofeo feo
¡Ajá! Ahora sí avanzamos.
“Ya sé a qué vamos a jugar. Hemos terminado…
¿Qué tal una par tidita de Los Invitados la Pagarán
Bien Pagada?”
Quiero acabar mis días en un armario contigo;
primero para dormir, luego para morir.
“Dr. Shelby, no lo vamos a necesitar después de
todo”.
“¡Te mato! (La tiene asida por la garganta. Forcejean.) ¡Puta satánica!”
Eso me ayuda muchísimo. Me llevaste hasta una
definición, la primera que he logrado encontrar.
¡Encierra-te, calla-te! Además de encerrado,
cerrado.
Perdóname, ¿y la invitación? Movimiento
limitado y panoramas mentales limitados: ¿comodidad o cohibición?
Bienvenidos a nuestro dramatismo interno.
Alocuciones telegráficas.
Secretos, secretos y más secretos. Hay una diferencia endeble entre “confidencial” y “secreto”,
¿no crees?
Andaba yo buscando el significado del nombre de un vino, Clos du Bois, y me topé con esto.
Una puerta cerrada siempre implica deseo:
6
Jauregui
Homer Collyer (1881-1947) y Langley Collyer (1885-1947) fueron dos hermanos estadounidenses, quienes adquirieron fama por
llevar un estilo de vida solitario y compulsivamente acumulador.
Eran los hijos del ginecólogo Herman L.
Collyer y de Susie Frost Collyer. La familia vivía en una casa de tres pisos, en la esquina de
la 5a Avenida y la Calle 128, en Harlem, Nueva
York. Homer se licenció en ingeniería y Langley se hizo abogado, aunque se interesaría
más en la invención.
En 1909, Herman Collyer abandonó su hogar y a su familia. Cuando murió, en 1923, su
esposa heredó la totalidad de sus muebles,
el equipo médico y los libros que acabó reuniendo y acumulando en casa. Susie Collyer
murió en 1929 y, a partir de entonces, los hermanos fueron aislándose progresivamente en
el hogar heredado a la par que el crimen aumetaba en Harlem.
Muchos ladrones habían querido penetrar
la propiedad de los Collyer, basándose en algunos rumores equívocos que sugerían la existencia de objetos de valor en su interior.
Mientras crecía la excentricidad de su estilo
de vida, el pánico de los hermanos fue aumentando.Tapiaron todas las ventanas de su casa y
pusieron trampas a lo largo y ancho de la residencia. Se quedaron sin gas ni agua, porque se
negaban a pagar; usaban sólo un pequeño calentador. Entonces, Langley comenzó a deambular de noche por las calles en busca de
agua, la cual se encontraba dentro de un depósito que había a cuatro cuadras de donde
vivían, además de arrastrar hasta su casa
cualquier objeto que le pareciera mínimamente interesante.
Cuando, en 1933, Homer perdió la vista,
Langley ideó una dieta de 100 naranjas a la
semana, pan de centeno y crema de cacahuate.
También empezó a acumular con obsesión periódicos para que cuando Homer recuperara
la visión pudiera ponerse al día con las noticias.
Los diarios mencionaron a los Collyer por
primera vez cuando se metieron en problemas con un banco, en 1942, por negarse a
pagar la hipoteca. Langley pagó al fin con un
cheque, luego de que la policía le fuera a reclamar hasta su puerta y no lograra entrar,
debido a una auténtica montaña de chatarra
que tenían acumulada precisamente para impedirle el paso a la gente.
Los hermanos no volvieron a ser noticia
hasta el 21 de marzo de 1947, cuando el Distrito 122 de la policía recibió un telefonazo
anónimo, en el cual se insistía sobre la existencia de un cadáver en el hogar.
En busca de los hermanos
Desde el principio, a la policía le resultó difícil entrar en la casa. Eventualmente, no les
quedó otro remedio que ponerse a sacar
toda la chatarra que les impidiera el paso y
arrojarla al patio.
El agente de seguridad William Baker por
fin pudo forzar la entrada, a través de la ventana de una habitación del segundo piso.Tras
abrirse paso, despacio, durante dos horas,
encontró a Homer Collyer muerto, con la
cabeza en las rodillas y una bata como única
prenda. Una masa de más de 600 personas
se había congregado afuera, intrigada por la
basura y el olor.
Nadie sabía dónde se había metido Langley.
A Homer lo llevaron a una morgue y concluyeron que había muerto de hambre y de un
paro cardiaco. El médico forense calculó que
había fallecido unas diez horas antes.
Para buscar a Langley, la policía emprendió la ardua tarea de extraer toda la chatarra de la casa. Había cuerdas, cochecitos de
bebé, rastrillos, paraguas, bicicletas oxidadas,
comida rancia, peladores de papas, una colección de pistolas, un aparato de radiografías,
miles de libros de medicina e ingeniería, la
mandíbula de un caballo, frascos con órganos
humanos en conserva, una bandera del Reino
Unido y seis estadounidenses, catorce pianos,
un clavicordio, dos órganos y un sinfín de periódicos. La policía también encontró 34 libretas de banco con un total de 3,007.18 dólares.
Durante muchas semanas no se supo nada del
hermano menor.
El 8 de abril de 1947, el obrero Artie
Matthews por fin encontró el cadáver de
Langley Collyer. Se encontraba a poco más
de tres metros de donde Homer había muerto.
Langley se había arrastrado por el túnel de
periódicos con la idea de traerle comida a su
hermano paralítico, cuando cayó en una de sus
propias trampas y pereció aplastado por tres
fardos enormes de esos diarios.
La policía y los obreros retiraron un total
de 136 toneladas de basura de la casa. Los bienes de los Collyer se estiman en 91 mil dólares,
con 20 mil en bienes muebles.Toda la chatarra
se subastó y con el tiempo demolieron la casa
para evitar el riesgo de un incendio.
www.psychologistworld.com/issue/collyerbrothers.php
Los hermanos Collyer
8
9
Langley Collyer
usa un reloj U Boat
y toma Absolut Glam.
Se comunica con el exterior
con su Nokia N8.
NEXTEL
Héctor Mijangos: ¿Por qué estás en México, Brian? el espacio. No me siento cómodo en cualquier
Brian Donnelly: Por un proyecto de Dos Equis. lugar, soy muy específico con mis materiales.
Me invitaron a hacer una especie de exhibición
con su botella.
HM: Dinos cinco proyectos que te gustaría hacer ahora y que aún no has hecho.
HM: ¿Te dieron una botella? ¿Cómo es el pro- BD: En verdad me gustaría hacer más cosas
ceso de firmarla? Es algo nuevo para ti, ¿no? que tuvieran que ver con esculturas para
BD: Sí, es algo nuevo para mí, pero al mismo exteriores. Diseñar un edificio sería increítiempo no… es sólo una forma distinta. Bási- ble, incluso un hotel o algo así podría ser un
camente, me contactaron, platicamos y todo proyecto divertido o trabajar con una buena
fue realmente muy sencillo y agradable.
compañía automotriz. Honestamente, veo
mis alrededores y siempre pienso: “¿Cómo
HM: ¿Firmabas prototipos?
puedo hacer algo? ¿Cómo puedo involucrarBD: Honestamente, cuando pudimos empe- me?” Es sólo cuestión de tiempo y de conozar el proyecto, crucé la calle hasta la tienda cer a las personas adecuadas.
y compré un six-pack de Dos Equis para usarlo; por supuesto que después me enviaron un
template, pero a mí me gusta adelantarme… Entrevista con Brian Donnelly
o no precisamente adelantarme, sino que una
vez que sé que voy a hacer algo, se me mete Por Héctor Mijangos
en la mente la idea de que debo terminarlo,
así que mientras enviaban el template, quería
tener algo para observarlo.
HM: ¿Diseñaste un prototipo, lo dibujaste,
usaste una computadora…?
BD: Fue una combinación.Todas las imágenes
de la botella fueron hechas con bolígrafo, originalmente, y luego las metí a la computadora para rehacerlas y colorearlas.
HM: ¿Qué se siente ver un prototipo y luego
miles de botellas juntas?
BD: Aún no he visto tal cantidad, pero el hecho
de ir a Polanco y ver una cartelera de cinco
pisos que anuncia algo que tú hiciste es impresionante. Me encanta ver el resultado, el producto, y también el hecho de que, usualmente,
estos proyectos toman tiempo, por lo que, desde que completamos el trabajo artístico hasta
ahora, ha sido un buen periodo, durante el cual
se me han salido de la cabeza las demás cosas
que estoy haciendo… cuando vengo es algo así
como un ¡boom!, como “¡oh, está aquí!”
HM: Así que ahora vas a regalarle Dos Equis
a todos tus amigos en casa.
BD: Espero que Dos Equis pase por mi estudio
con un helicóptero y me deje algunas raciones.
HM: Ésta es la primera vez que trabajas con botellas, pero ¿cuál es tu forma u objeto preferido?
BD: Me gustan los retos que impliquen formas
y objetos nuevos. Cuando diseño un zapato,
uno de mujer, lo miro y, de alguna manera, lo
hago como otro juguete u otra cosa que ya
he hecho.Ya sea una escultura de tres metros
de alto o una escultura de medio centímetro, el acercamiento es el mismo, se trata de
pensar únicamente en cómo va a existir y a
interactuar con las personas a su alrededor.
Es divertido juntar todas estas cosas.
HM: ¿Crees que en Dos Equis van a hacer
botellas gigantes?
BD: Depende… ¿Cuánta sed tienes?
HM: Me dijiste que les das juguetes a tus vecinos, a niños pequeños. ¿Nunca piensas que
los van a romper?
BD: No, me encanta la idea de que los niños
crezcan con los juguetes. Pienso que es impresionante crear un objeto con el que se
puedan relacionar, tanto un niño de 5 como
un adulto de 50 años.
HM: ¿Alguna vez te ha llamado la atención
hacer juguetes electrónicos?
BD: Tengo que cumplir las metas que tengo
por ahora. Hacer las cosas del día a día, sin
perderme. Tenemos tantos proyectos distintos, que hay algunas ocasiones en que me
siento supuestamente a pintar y, de repente,
son las siete de la noche y me he pasado todo
el día frente a la computadora para responder cosas técnicas. Es algo en lo que tengo
que trabajar, antes de pensar en cosas nuevas.
HM: ¿Podrías trabajar en cualquier lugar;
es decir, sin tener que estar en Nueva York?
BD: De alguna manera sí tengo que estar en
Nueva York, pero solamente porque necesito
EVITA EL EXCESO
083300201C2068
10
Kaws
11
12
el nicho
espacio itinerante de
música experimental
a propósito de el nicho
¿qué es? una tienda nómada que
presenta, difunde y vende música
¿cómo es? el nicho ofrece puestos
en lugares seleccionados, cura
sesiones de escucha y presenta
artistas y disqueras
¿que más? el nicho tiene un
blog con reseñas, entrevistas y
artículos, una tienda en línea
y un podcast
10 canciones bajo
el tema claustrofobia
baja la selección
musical exclusiva para
Celeste a la página
www.elnicho.org/celeste
usando el código
celeste2010
www.elnicho.org
[email protected]
@elnichoexperimental
01
Rafael Toral
“II.VI”
Space Elements Vol. 2
[Staubgold, 2010]
06
Tiemblan cascabeles como reflejos
de animal golpeado, la mirada se
nubla por las imágenes oscuras de
rituales secretos que lo han dejado
estático, congelado dentro de
sí mismo.
Golpes que vienen desde afuera
y tocan lentamente la parte exterior
de un cráneo, para rebotar los
sonidos dentro de un espacio
hueco, del cual es imposible que
uno salga.
02
Barn Owl
“Floating Oni”
From Our Mouths
a Perpetual Light
[Digitalis, 2009]
07
ES
“A Love Cycle”
A Love Cycle
[Fonal, 2000]
08
Atmósfera claustrofóbica que te
impide escapar del frío de estas
repeticiones escandinavas.
04
Alan Courtis
“Anuncios de Traila”
Radio Works
[Ascorbic, 2010]
Tomutonttu
“Wow No Oho”
Tomutonttu
[Fonal, 2009]
Tétricas voces de niños asesinos
entran y producen pesadillas; los
videojuegos cobran vida propia
y empiezan a convulsionar: se
azotan en el piso, incontrolables.
Wolf Eyes
“We All Hate You”
Always Wrong
[Hospital Productions, 2009]
Abejorros quirúrgicos vibran
sobre sonidos descompuestos,
los cuales crean la palpitación
arrítmica de alguien a punto
de morir, quien se queja
y se retuerce entre rugidos
industriales.
09
KK Null
“Galactic Tornado 4”
Galactic Tornado
[Quasi Pop Records, 2008]
Las imágenes son extraordinarias,
como de ciencia ficción; una
máquina-tornado respira, y sus
venas alojan un torbellino dentro
de ellas.
Mareo de máquinas y repeticiones
que te conducen al mismo punto,
perdido en el mismo lugar.
05
Prurient
“Cocaine Death”
Cocaine Death
[Hospital Productions, 2008]
El ambiente es inquietante,
paranoico; el suelo de
sintetizadores sostiene a la
Bestia de los pies, poseída
por demonios: el movimiento
es incontrolable.
La abrumadora presencia de un
grupo de monjes que te musitan
al oído rezos violentos y empujan
el sonido como una gran muralla
hacia ti. Es inevitable morir
aplastado.
03
Double Leopards
“The Fatal Affront”
Halve Maen
[Eclipse Records, 2003]
10
Starving Weirdos
“Pagan Unity Ritual”
Into an Energy
[Bo Weavil, 2009]
Tribus paganas que no te dejan
escapar, industrias destructoras
y escenarios apocalípticos que
te siguen los pasos muy de cerca.
13
Recomendación películas
Michel Lipkes
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
8.
9.
El castillo de la pureza (Arturo Ripstein, 1973)
La grande bouffe (Marco Ferreri, 1973)
Death and the Maiden (Roman Polanski, 1994)
Apolo 13 (Ron Howard, 1995)
Festen (Thomas Vinterberg, 1998)
Buongiorno, notte (Marco Bellocchio, 2003)
Le scaphandre et le papillon (Julian Schnabel, 2007)
Enter the Void (Gaspar Noé, 2009)
Kinodontas (Giorgos Lanthimos, 2009)
Año Bisiesto (Michael Rowe, 2010)
10.
La lista de estas diez películas ilustra el tema
del huis-clos en el cine contemporáneo, más
allá de ejemplos clásicos como El ángel exterminador (de Buñuel), in camera y fuera
de ella, a puerta cerrada, mental, física y
psicológicamente...
14
15
Recomendación libros
John Menick
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
8.
9.
16
17
- - Abe, Woman in the Dunes
Kobo
Samuel Beckett, Happy Days
Donald Barthelme, “Game”, en Sixty Stories
Julio Cortázar, Autonauts of the Cosmoroute
E. L. Doctorow, Homer and Langley
Gustave Flaubert, Bouvard and Pécuchet
James Merrill, The Changing Light at Sandover
Vladimir Nabokov, Pale Fire
Harold Pinter, The Dumb Waiter
Christopher Priest, The Separation
Manuel Puig, Pubis Angelica
10.
11.
“La característica más importante del trastorno psicótico compartido (folie à deux) es el
delirio que desarrolla todo individuo (el inductor o caso primario), quien –además de hallarse íntimamente involucrado con una segunda
persona– padece una psicosis acompañada de
delirios importantes (primer criterio). El segundo individuo acaba por compartir los delirios del caso primario, ya sea en su totalidad
o en parte (segundo criterio).
“Los delirios no pueden explicarse mejor
mediante una psicosis distinta (la esquizofrenia, por ejemplo) ni mediante trastornos del
estado de ánimo con características psicóticas;
tampoco son debidos a los efectos fisiológicos
directos de alguna sustancia (las anfetaminas,
por ejemplo) ni a alguna condición médica en
general (un tumor cerebral, por mencionar
algo) (tercer criterio)…
“El contenido de los delirios compartidos
puede depender de la diagnosis del caso primario e incluir fantasías relativamente extrañas (que una potencia extranjera hostil esté
transmitiendo radiación al apartamento, y que
eso esté causando indigestión y diarrea, por
ejemplo) o delirios congruentes con el estado
de ánimo (por ejemplo que estén a punto de
ofrecerle al caso primario un contrato de 2 millones de dólares para hacer una película, lo
cual permitirá a la familia comprar una casa
mucho más grande y con piscina) o delirios
menos extraños, característicos del trastorno
delirante (que el FBI tiene controlados los teléfonos de toda la familia y que entrena a sus
miembros cuando salen de casa)”.
Fragmento tomado de “297.3 Shared Psychotic Disorder (Folie à deux)”, en Diagnostic and Statistical Manual
of Mental Disorders: DSM-IV-TR, de la American Psychiatric Association.
18
19
OH! SWEET NUTHIN´, segunda exposición
individual de Aldo Chaparro en Galería OMR,
con obras inéditas basadas en la interacción de
medios como pintura y escultura con el diseño
industrial, la música, la arquitectura y la publicidad. En ellas, el artista especula sobre la originalidad en el arte, a través de la apropiación
de frases e ideas desarrolladas por distintos
actores de la cultura mediática reciente.
Siguiendo esta idea, en los últimos años
Aldo Chaparro (Lima Perú, 1965) ha trabajado
piezas realizadas a partir de textos y frases, en
donde busca evadir una interpretación específica para hacer alusión al vacío de significados
en la cultura contemporánea. Como en las expresiones Diet Coke & Cigarettes o Oh! Sweet
Nuthin´ (frase tomada de la canción de Velvet
Underground, que da título a la muestra). El
significado —prácticamente inexistente— de
fragmentos de texto, adquiere relevancia al
ser reproducido a una escala monumental en
materiales como acero y madera, adjudicándole una cualidad perdurable a una frase o un
juego de palabras que comúnmente pasaría
inadvertido, transformando a un tiempo la
palabra escrita en objeto.
Otro eje temático que Chaparro aborda
son las referencias directas a otros artistas
contemporáneos como Robert Indiana, Sol
LeWitt, Richard Prince y Mark di Suvero. Al
ironizar y jugar con las ideas expresadas en
la producción de estos iconos del siglo XXI,
transforma su imaginario visual en textos que
activan nuestra memoria a través de la forma.
Tal es el caso de la pieza Richard Prince´s Brooke
Shields, una escultura que hace referencia, sin
tenerla presente, a la controversial imagen de
1982 en donde la actriz de Hollywood aparece
posando desnuda a los 10 años de edad. Así, el
artista “cita” a quienes le preceden para dar
lugar a un cuestionamiento radical, honesto
y abierto sobre originalidad y apropiación en
la práctica actual del arte contemporáneo.
Dentro del contexto de esta exposición se
presentan piezas en las que el artista hace evidente la idea de gesto como resultado de una
acción, donde deconstruye el significado de
la obra al modificar su forma una y otra vez;
transformando la letra de una canción en un
póster, extruyendo la tipografía del póster en
escultura, en pintura o en mural, cuestionando
así el orden tradicional de la producción artística. Con la exposición OH! SWEET NUTHIN´,
Chaparro busca disolver los límites entre arte
y cultura de masas para proponer, a través del
lenguaje y la memoria, obras que resignifiquen
nuestro imaginario colectivo.
Ariadna Ramoneti
OH SWEET NUTHIN’ se presenta en la galería OMR,
México del 18 de noviembre hasta finales de enero.
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21
El sublime espectáculo de la joyería es únicamente igualado por las afectaciones que
permite. Consideremos un simple gesto –una
mano que expone visiblemente su adorno de
plata y oro; el ligero toque en la cara de asombro satisfactorio en el adorno opulente o el
abrazo de éxtasis del propio cuerpo.
Es un habla oculta tan rica como un tesoro.
Igual que el brillo de la piedra cristalina o el
resplandor de los metales preciosos, estos gestos forman parte de nuestra cultura visual,
educándonos sobre cómo lucen la riqueza y
el deseo, y sobre la danza acompañante de
expresiones y poses que se requieren para
darles una convicción viviente.
www.garmentozine.com
Gestures
Por Jeremy Lewis
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Hermès, 1993
Rolex, 1984
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Fred Piaget, 1983
Cartier, 1969
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Dior, 2001
Bulgari, 1986
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Louis Vuitton, 1996
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Collages cortesía de Jeremy Lewis.
YSL, 2001
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Chanel, 1999
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EL CONCEPTO
DE BELLEZA
EN DISTINTAS
CULTURAS POR
FERNANDO ORTIZ
MONASTERIO
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El debate en torno a lo que es y no es bello
lleva 2 mil 500 años capturando la atención de
filósofos, matemáticos, artistas, arquitectos,
anatomistas, cirujanos y teólogos. En términos
generales, la idea de la belleza es pertinente a
la figura humana, de animales y otros elementos de la naturaleza, así como a la arquitectura, al diseño y demás expresiones artísticas.
Las representaciones humanas que nos
legaron las primeras sociedades destacan la
fisionomía relativa a la fertilidad, como las
caderas anchas de la Venus de Lespugue y
otros ejemplos de arte primitivo asociados
con la obesidad, los cuales sugieren que, en
épocas de hambre, una buena reserva de grasa no le va mal a nadie.
La representación de figuras femeninas
de cadera ancha asociadas con la fertilidad
está presente en muchas culturas, como bien
se aprecia en el arte cicládico de 2000 aC
y en las deliciosamente eróticas del Periodo
Preclásico mexicano, confeccionadas alrededor de 599 aC y que representan –más que la
fertilidad– todo un ideal estético.
Los griegos eran unos apasionados de lo
bello y estudiaban las reglas de las proporciones armónicas atribuibles a todo lo que fuera
naturaleza y arte. Pitágoras inició la búsqueda
de la fórmula matemática de la belleza. No
escribió mucho al respecto pero influenció a
sus discípulos, entre ellos Platón. Desarrolló
la teoría de las armonías y concebía la esencia de la belleza como el orden, la proporción
y la armonía del sujeto.
Los conocimientos anatómicos griegos,
basados en una observación aguda del cuerpo
humano –además de su pasión por la belleza–, dieron lugar a una imponente producción
escultórica que hasta hoy se considera la norma de oro en temas estéticos. Los romanos
adoptaron esas mismas proporciones clásicas
y reprodujeron muchos de los modelos griegos, conservando el canon de belleza.
Al sur del Mediterráneo, los egipcios –antes
que los griegos– produjeron esculturas maravillosas que representaban el cuerpo humano, según los estándares ideales de su cultura.
Todas acentúan la figura del atleta esbelto
para los faraones y sus consortes.
En 1532 –siguiendo la tradición platónica–, Durero publicó su obra sobre la expresión matemática, en torno al cuerpo
humano ideal. Es un tratado extenso de la
antropología humana, en el cual se analizan
los ideales tanto masculinos como femeninos, en reposo y en movimiento, y desde
varias perspectivas.
Los cálculos meticulosos de Durero sobre
las diferentes partes del cuerpo humano establecieron un canon que sus coetáneos asumieron extensamente y que sigue vigente.
Durante esa misma época, otros artistas
igualmente extraordinarios, pero que vivían
en latitudes más septentrionales, retrataban
a las mujeres con bastante sobrepeso, como
puede apreciarse en Las tres Gracias, de Rubens.
Las obras no pretendían ser retratos de alguna
persona en concreto, y podemos presuponer
que la elección de modelos correspondía a su
propio concepto de la belleza. Sin poner en
duda las calidades artísticas y técnicas de lo
que propone el lienzo, cabe decir que todas las
mujeres que pintaba Rubens tendrían que someterse a una buena dieta y a una liposucción
extensiva en el siglo XXI.
A mediados del siglo XX, el célebre arquitecto francés Le Corbusier construyó la
Unidad Habitacional de Marsella, de acuerdo
con su concepto de adaptar el entorno a las
dimensiones físicas de las personas; su libro
El Modulor1 aborda la idea de manera extensa.También congregó a un grupo de antropólogos, artistas, anatomistas y arquitectos, con
el fin de estudiar y determinar las proporciones ideales del homo sapiens del siglo XX.
Los resultados de dicho estudio se inscribieron en una estela parecida a los monumentos de piedra del Antiguo Egipto y a las
estelas de las culturas de Mesoamérica, diseñadas para conmemorar sucesos importantes
y preservarlos para tiempos venideros. Luego,
ubicaron la estela moderna en el centro de la
Unidad Habitacional. Las medidas de las cuales se sirvieron para el monumento representaban a la población europea de entonces. El
promedio de las alturas no corresponde al de
la población en muchas otras partes del globo, donde la gente tiende a ser más menuda.
Sabemos que Catalina de Médici, la esposa
del duque de Orleans, una mujer menuda,
se encomendó unos tacones para ganar altura. Ya se habían usado anteriormente semejantes extensiones, una especie de zapatos
modernos, de plataforma, diseñados para proteger a quien gustara caminar por calles húmedas y cenagosas. En sus orígenes apodadas
chapines, tales extensiones se popularizaron
y dieron pie a una innovación en la industria
del calzado que sigue interesándonos hasta
hoy. El propósito de levantar el talón y la planta del pie consistía en ganar altura. Otros diseños posteriores, en particular los tacones
vertiginosos que calzan las mujeres en la actualidad, han afectado, a su vez, la posición
de las piernas y la curvatura de la espina dorsal, al obligar de esa manera a quien los calce
a proyectar la región glútea corporal de una
manera francamente atractiva. La moda de
. Pierre Mardaga, Le Corbusier, edición de 2004.
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ganar en estatura aparente se ha extendido
hasta el sexo opuesto. Muchos hombres no
tan altos calzan zapatos o botas diseñados
para producir ese efecto en concreto.
Cabe mencionar que Albert Einstein asistió a una presentación de El Modulor impartida por Le Corbusier, en Princeton, en 1946.
Pocos días después, el físico le escribió una
carta en la que le decía: “Evidentemente, señor Le Corbusier, tiene usted toda la razón,
lo conveniente es fácil y lo inconveniente
es difícil”.
La cara humana es una de las estructuras
más bellas que existen. Un buen analista puede apreciar ipso facto el exquisito equilibrio
y armonía entre sus partes, pero también sabrá detectar los desperfectos que amenazan
con alterar la proporción reinante; sin embargo, conviene recordar unas pocas reglas
generales de la antropología física, si vamos
a estudiar el rostro de una manera sistémica.
El primer paso es localizar los puntos exactos
de los tejidos blandos correspondientes a los
siguientes referentes del esqueleto: Triquión
(TR), Nasión (NA), Dacrión (DA), Subnasal
(DA), Base alar (A), Estomión (ST), Crinión
(CH) y Mentón (M).
Esas referencias están complementadas
lateralmente por: Cresta supraorbital (SO),
Canto lateral (LC), Línea temporal inferior
y superior (TC), Malar (MA), Cigoma (Z) y
Gonion (GO).
Si se sigue el concepto matemático de
la regla de oro para examinar una cara, se
pueden trazar cinco líneas horizontales imaginarias a la altura del triquión, el nasión, el
dacrión, la base alar, el estomión y el mentón.
Luego, el rostro se divide en cinco segmentos
que mantienen una relación que se acerca
mucho la proporción divina de 1 a 0,618.
En una cara ideal, el diámetro entre las sienes ha de reflejar una distancia entre los dos
huesos cigomáticos igual al diámetro de la anchura bigoniaca.
La convexidad de la cara es un elemento
importante de la belleza. Una relación armoniosa entre frente, nariz, boca y barbilla
resulta en una cara hermosa. La convexidad
de la cara debe evaluarse desde el perfil, al
trazar una línea imaginaria que siga el plano
de Frankfurt; desde el punto medio del canal
auditivo, hasta el margen de la fisura orbital
inferior, y otra línea desde la escotadura supraorbitaria, hasta el punto más sobresaliente del labio inferior. Las dos líneas deberían
cruzarse para formar un ángulo de 90 grados.
Muchas de las primeras culturas del mundo practicaban el arte de las deformaciones
craneales. Empleaban unas tablas para ejercer presión en las cabezas tiernas infantiles
y, de ese modo, alterar la forma craneal por
motivos estéticos. Los primeros chamanes
eran muy entendidos en la capacidad de expansión del cráneo. Sabían que al ejercer presión en ciertas regiones de la cabeza a una
temprana edad, la expansión intracraneal
producida por el crecimiento acelerado del
cerebro puede descarrilar las fuerzas hacia
otras zonas de la cavidad craneana y alterar
la forma de la cabeza.
Entre los mayas de México y Centroamérica,
semejantes deformaciones cefálicas eran una
práctica común. Las técnicas que usaban están
bien documentadas y existen numerosas calaveras que revelan una variedad de tendencias.
La deformación más codiciada era la inclinación exagerada de la frente, algo que se
conseguía ejerciendo presión sobre las regiones frontales. Presionaban dos tablas simultáneamente sobre las sienes para producir
un techo craneal puntiagudo y prominente.
Había otra manera de hacerlo que no involucraba presión en las sienes, pero causaba
braquicefalia. La presión frontal modificaba la
convexidad facial, al afectar la región supraorbital y la sutura frontonasal. También alteraban la distancia entre el borde supraorbital
y la superficie exterior de la córnea, lo que
causaba un efecto de exoptálamo leve.
La representación artística del ideal de la
belleza femenina se ha representado tradicionalmente vía rostros proporcionados con
armonía y que cuentan con curvas suaves y
redondas. Resulta todo lo contrario de las preferencias angulares de nuestra cultura actual.
Del rostro moderno suelen acentuarse tres
regiones prominentes: los arcos superciliares,
el complejo malar del tercio medio facial y el
margen inferior de la mandíbula. En el complejo malar del tercio medio facial hay tres
regiones que le incumben a la belleza: la
paranasal, la prominencia y la proyección del
arco cigomático.
Las zonas prominentes delimitan cuatro
regiones localizadas sobre un plano relativamente posterior: la fosa temporal por encima
del arco supraorbital y lateral a la cresta temporal; la región orbital limitada por la cresta
supraorbital y el complejo del tercio medio
de la cara; la depresión central del caudal de
la mejilla, hasta la prominencia malar y el
cuello, limitado inferiormente por el margen
inferior de la mandíbula. En nuestra cultura
actual, el contraste marcado entre las regiones prominentes y las hundidas se considera
atractivo. Evidentemente, las caras angulares
también se han considerado atractivas en culturas pasadas. La más famosa es la cabeza de
Nefertiti, un hermoso ejemplo de una cara
angular femenina.
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La belleza relativa de la boca debe juzgarse desde tres posiciones distintas. Cuando
los labios están cerrados, no debe percibirse tensión en los músculos. En reposo, una
pequeña sección del borde libre del incisivo
central debería permanecer visible. Deben
quedar expuestos desde uno a tres milímetros del borde gingival superior mientras se
sonría, y los dientes deben insinuarse parejos, blancos y rectos. No acabar de exponer
los incisivos superiores o mostrar las encías
exageradamente al sonreír sugiere una falta
de armonía del hueso esquelético del tercio
medio e inferior de la cara.
El esqueleto facial forma la estructura básica de una cara armónica, la musculatura
se encarga de animarla y la piel es la funda
delicada que envuelve esta impresionante
parte de la anatomía humana. Dado que se
halla expuesta, la piel juega un papel importante en lo que es la belleza del cuerpo y, sobre todo, del rostro. Todos sabemos apreciar
la maravillosa calidad del cutis infantil y de la
gente joven; la tersura, elasticidad y suavidad
se mantienen durante unos años, incluso décadas, antes de que los efectos dañinos del
sol, el contacto con jabones y otros químicos,
además de la edad, destruyan sus cualidades
iniciales. El paso del tiempo y la degeneración
de las fibras de colágeno poco a poco convierten la tersura inicial en una tapicería curtida
y manchada.
Existe una variedad de glándulas que complementan la función compleja de la piel.
La secreción sudorípara conserva la humedad y la temperatura de la superficie, y las
glándulas producen feromonas que tienen
que ver con la estimulación sexual. Despiden
un olor característico considerado desagradable en la sociedad moderna, sobre todo al
combinarse con el hedor acre del material sebáceo retenido, y su complemento bacterial
en personas que no son precisamente adictas
al agua y al jabón.
La ornamentación de la dermis se ha usado
desde siempre para realzar la belleza, festividades, marcar ritos de iniciación, identificar a
una persona dentro de un grupo, clan o sexo,
para asustar a los enemigos, proteger contra
espíritus malignos y muchas razones más.
Tatuar, pintar, perforar, y escarificar la piel
con propósitos estéticos son prácticas que
se realizan desde tiempo inmemorial. En los
Alpes italianos encontraron tatuajes en una
momia de 5 mil 600 años de antigüedad, y es
algo común en muchas culturas africanas y
entre la población del siglo XXI.
La ornamentación corporal es un componente del concepto de la belleza en todas las
culturas del mundo; desde las más primitivas hasta las de los pueblos más sofisticados.
La piel es el escaparate de la belleza, pero
también mucho más que eso: es la sede de
la belleza, el patio de recreo de la perpetuación de nuestra especie, la tapa blanda y
desesperadamente arrebatadora que fascina
a cirujanos, fotógrafos, amantes y poetas.
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Cosas en el infierno de Jean-Paul Sartre
en la obra, A puerta cerrada
por Tania Pérez Córdova
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Animales
por Brenda Lozano
Por la mañana, se descubre catorce piquetes de mosquito en las piernas. Se rasca cada roncha, una a una, antes de bañarse.Tiene una grande en el talón izquierdo e insiste con una uña para mitigar la comezón,
sin resultados. Él vive en la ciudad, pero este fin de semana visita a una
pareja de amigos, en el campo. Mientras Manuel prepara café, observa
que no tiene ronchas en las piernas. Le pregunta a Juliana si le puede
dar alguna pomada para atenuar la comezón. Ella le responde que no.
“Llevan ocho años viviendo allí, hace tiempo que no necesitan una cosa
así”, piensa. “Anoche acabaron conmigo”, le dice a su amiga. “Pasará,
por lo pronto no te rasques”, le responde ella. Se rasca el talón al tiempo que piensa en que le faltan tres días y cuatro páginas de un artículo
que debe entregar el lunes por la mañana.
Después de desayunar, Juliana y Manuel le muestran el huerto. Él observa el romero, la albahaca, el cilantro, las lechugas, los jitomates.
Se agacha, frota las hojas de albahaca y se sorprende por la manera en
que los rayos de sol pasan entre ellas y las hortalizas.Va por su cámara,
toma fotos. Sus amigos le enseñan el corral que estaban construyendo
la última vez que los visitó, hace cuatro años. Cuatro cabras, una vieja
y tres jóvenes. Las retrata, se acerca a ellas y ellas se acercan a la cámara. La cabra más joven lo sigue. Él pregunta a sus amigos si ésta es
una conducta natural. Ellos ríen.
La casa está cubierta por enredaderas, al lado de la puerta hay dos
macetas con lavanda. Juliana le dice que son de dos tipos, una gris y otra
violeta, y le explica cómo frotar las espigas para olerlas. Le toma fotos
a su amiga, mientras ella frota las plantas. Él se guarda una espiga gris
en el bolsillo derecho y otra violeta en el izquierdo.
Se encierra. Trabaja por un lapso de cuatro horas. De tiempo en
tiempo se rasca las piernas.Tiene la roncha más grande en la rodilla, se da
cuenta ahora que la compara con la del talón. Ha dejado de escribir para
rascarse con las dos manos. Descubre que es un doble piquete. No sabe
cómo pasar al siguiente párrafo. Sale del cuarto. Manuel está frente a la
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computadora, Juliana fue a comprar harina.“¿Harina?” “Sí, horneará el pan
para la cena”. Cierra la puerta, el mosquitero, va al corral. Se cruza de
brazos, mira a las cabras acercándose a la reja. Nota que la más vieja
tiene las barbas largas, mojadas. Entra en el corral –el aroma es fuerte–,
a él le parece que huele a queso de cabra. Acaricia a la más vieja, las
otras tres se acercan. Se hinca, hace lo mismo con la más pequeña, como
si fuera un perro. Camina cuatro pasos a la derecha y ellas lo siguen.
Está sorprendido. Da algunos pasos más a la izquierda y vuelve a suceder. Le cuesta creerlo. Flexiona la rodilla derecha para rascarse y se
pregunta si algún día podrá llevar la vida de sus amigos.
En la mañana borra el último párrafo que escribió durante la noche.
Va a la mesa para desayunar con ellos. Les muestra un piquete entre
el dedo índice y el del corazón. Les describe la batalla nocturna contra
los moscos. Mató a tres con una revista que encontró en el baño y, aun
así, tiene ese piquete entre los dedos. Manuel se sienta al lado de su
amigo, le examina la mano. “Ven, acércate otra vez, ¿a qué hueles?”
“Es una loción que ella me dio –contesta–, el regalo que me hizo la
Navidad pasada, antes de que termináramos definitivamente”. “No
–repite– ¿a qué hueles?” “Es una loción de naranja verde”, responde.
Juliana sonríe, rebana el pan, le dice a su amigo que sería buena idea
dejar de usarla.
soy viejo, bajo y descuidado, pero también
de que estoy lleno de vida y personalidad;
paredes descascarilladas, una fachada llena
de balazos, las ventanas tapiadas, yo cuento la
historia de este lugar y de sus tiempos. Podrán
dibujarme y pegarme folletos, y aunque tal
vez no me vean por no mirar hacia arriba,
por cada uno de esos peatones hay otro que
se para en seco y se pregunta quién soy, cuál
secreto puedo esconder y qué puedo ser o
haber sido. Hay gente que, como tú, me saca
una foto, ¡CLIC! Documentan lo que sigo siendo. Si tan siquiera pudiera abrazarte.
Aquí no se habla del primer, segundo o
tercer mundo, pero sabemos exactamente
cuál es nuestro sitio. Sé que algunos supieron mudarse a mejores lugares, sin dudarlo ni
un solo momento. Al escapar de esta locura,
emigraron a territorios muy, pero que muy
lejanos, hasta llegar a las mismas puertas de
las ciudades de esmeralda. Tengo entendido
que la felicidad suele ser proporcional a la
visibilidad que puedes llegar a tener. Han
florecido torres nuevas, resplandecientes,
jóvenes, pulidos como faros tensos con vistas arrolladoras en los cuales vive la gente.
El mundo es mi reino, convierten su vida en
un escenario para la admiración y antojo
del prójimo. ¡Idiotas, digo yo! Supongo que
se me podría decir que estas nuevas y relucientes estructuras son los verdaderos iconos
de nuestros tiempos, dentro de los cuales el
exceso y el éxito llegan a significar lo mismo:
la catalización de una generación internet, la
cual guarda pocos secretos y comparte la información desinhibidamente. Me pregunto
lo que es vivir dentro de mí, pero también
he de preguntarme lo que significa vivir en
estas peceras. ¿Es moralmente reconfortante? ¿Proporciona la sensación de un derecho
a algo o todo lo contrario? Al mostrar todo,
escondes lo que más posees: la duda en ti
mismo; lamentablemente, el emperador, el
soberano del reino, no tiene ropa. Pero importa poco, nunca he visto uno de estos edificios, esos ángeles de juventud, y me es fácil
formular conjeturas. Supongo que ambos somos buenos ejemplos de extremos opuestos:
este y oeste; norte y sur; cielo e infierno. No
se sabe cuál es cuál, es toda otra incógnita.
Ambos existimos y, por ello, los dos tenemos
algo que decir y exhibir.
No te sorprendas al oírme hablar así, ya
hace mucho tiempo que estoy aquí. Sospecho
que en ese tipo de lugares o ciudades, parajes de fortalezas amuralladas, debe ser difícil
hallar un edificio como yo, o como mínimo
poco común, al estar escondidos seguramente en algún rincón. Pero es igual; lo que sé
de esta zona, de esta ciudad en la que me
hallo es que la epidemia de la ceguera se ha
dispersado por todo lo largo y ancho de su
entorno, y que estas cosas nuevas y resplandecientes ahora son lo que más cuesta encontrar. Es una lástima por ellas, por todos
nosotros; por mí, incluso.Yo también recuerdo
la sensación de ser algo nuevo y emotivo.
Tal vez nunca complací a todo el mundo en
todo momento, pero entonces mi aspecto era
muy diferente al de ahora. Yo también tenía
esas ranuras para las ventanas con vistas que
recibían los buenos días con un “¡hoy es un
nuevo día!” ¡No, un nuevo mundo! Primero la
gente colgaba macetas afuera de mis ventanas
pero luego vinieron los barrotes de acero, los
bloques de hormigón, la ceguera.
¡Mira hacia arriba! Ciego o no, sigo aquí
con mis estructuras contiguas, ¡CLIC! Saca
una foto. Astrosos y descuidados, nos partimos el lomo para aportarle soporte y seguridad a unos cuantos. Somos los peñascos de
nuestros entornos y de nuestros tiempos. No
somos monstruos, sólo un poco más salvajes
de lo normal.
¡BANG! Oigo un disparo, sabía que esos
chamacos no andaban en nada bueno.
Entra, deja que te resguarde, no tengas
miedo; cuéntame tus secretos, yo sé un par
de cosas de este mundo feliz. O no. Sí, puedes
marcharte, no te lo recriminaré, vete a tu atalaya de cristal. No te preocupes por mí, podría
sentirme solo, pero no solo y triste. Cierto,
me preocupa que un día me juzguen y me 50
declaren no viable. Pero, por ahora, sigo aquí,
en pie, un símbolo.
Por último, antes de marcharte, mírame
un buen rato y acuérdate bien de mí.
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Retrato: un ciego
Texto, Reinaldo Leandro
Fotografía, Alexander
Apóstol
Alexander Apóstol, 01 (2003)
de la serie Residente Pulido: ranchos (fotografía digital; 200 x 150 cm).
All Rights Reserved: Alexander Apóstol.
Hola.
No, ése no soy yo, ya estás cerca.
Sí, ahí. Ése soy yo, el edificio de la esquina.
Hola.
Por razones de seguridad, me han cerrado,
tapiado y pintado todas las ventanas. Sí, soy
ciego. Me volví ciego sin que fuera mi culpa,
y así me quedé.
Mira. ¿Ves los balazos? Cuando dije: “Por
razones de seguridad” iba en serio.
Sí, pero recuerda dónde estás. No estamos
precisamente en la ciudad de la esperanza
y, sin embargo, esperanza inspiro yo.
Hay unas cuantas estructuras parecidas a
mí por estos entornos. Entiendo que a mi
hermano, unas cuadras más abajo, le espera
el mismo destino que a mí. Repitamos: nosotros no tenemos la culpa. Es una enfermedad
que se está propagando. ¿Ves a esa muchacha
tan linda? Sí, es ella, no hace falta que la mires tanto.También está ciega. ¿Y el chaparro
al final de la calle? Es ciego también.
Me enorgullezco al decir que entre estas
cuatro paredes aún tengo a habitantes presos en mi interior. Las condiciones en las que
viven son toda una incógnita. ¿Estarán locos
o sólo a punto de enloquecer? No sé, cuesta
opinar sobre el espíritu humano, sobre cuánto
puede soportar y aguantar. Aunque veo el ir y
venir de mucha gente, sigo sin considerarme
algún experto en su soledad o voluntad de
vivir. Un día oí por casualidad una conversación entre humanos sobre un par de niños a
quienes habían encerrado en una habitación
sin ventanas. La piel se les tornó verde. Pero,
por otra parte, no soy experto en cuestiones
humanas. Ni sé cómo le podrían hacer eso a
alguien ni mucho menos a niños pequeños.
Que yo sepa, aquí, en mi interior, no retenemos a alguien a la fuerza; y, evidentemente,
espero que así sigamos, porque poco podría
hacer yo en caso contrario. De momento, la
gente entra y sale, según le apetezca.Yo sólo
los mantengo a salvo.
A veces, cuando la puerta de entrada está
abierta, siento el paso de una corriente que
me convence de que sigo teniendo ranuras
dentro, pequeñas grietas que dejan pasar el
aire. Puede ser que alguien las haya forzado
torpemente, pero no es culpa suya, pobre gente, yo los entiendo, la vida es demasiado dura,
lo mires por donde lo mires.
Quisiera saber lo que es vivir en mi interior. ¿Es como un refugio de un mundo peligroso? Tal vez sea una condena de muerte
perpetua, un infierno. Quisiera saber si la
gente se siente rehén dentro de su propia
casa, pues yo soy su hogar, o si piensa que le
otorgo la gran libertad de vivir su vida personal sin peligros, veredictos o espectadores.
Si tuviera ojos, si no fuera ciego, quisiera observar su conducta cuando creen que nadie
los mira. ¿Se tratarían mejor o peor los unos
a los otros? ¿Practicarían rituales poco convencionales, y hasta delictivos? Supongo que
todo es posible. Al fin y al cabo son todos humanos. Hay una mujer en la segunda planta;
es mayor y no sale mucho. Tiene acceso al
tejado, así que no hay razón para alertarse
por su presencia. A veces cuelga la ropa a
secar ahí, arriba. Me gusta. Ropas humildes
que, como airosas banderas, ondulan en el
mismo viento que me atiza la cabeza plana.
He oído a esa mujer pasarse el día hablando
sola.Yo diría que se está volviendo loca.
Ojo con los chamacos de la esquina, delincuentes; no andan en nada bueno.
Anoche oí unos gritos. Procedían de mi
interior. No soy iluso, sé que pasan cosas sospechosas tras mis paredes; de hecho, puedo
llegar a ser un lugar seguro para esta clase de
situación. Aun así, no me muevo porque creo
que la bondad, en general, triunfa sobre la
maldad de las personas. Más gente se detuvo
para ayudar al herido en mis escalinatas, que
no para registrarlo y asaltarlo.
Mírame, en pie y con el orgullo intacto en
esta esquina. Retrátame. Sí, ése soy yo, alto y
erguido. Baja una calle más, mira a mis semejantes y retrátalos a ellos también. Qué soberbios, ¿verdad? Somos peñascos, monumentos,
fortalezas.Aquí, en pie, estoy consciente de que
Alexander Apóstol, Capodimonte (2001)
de la serie Residente Pulido (fotografía digital; 200 x 150 cm).
All Rights Reserved: Alexander Apóstol.
Alexander Apóstol, Limoges (2001)
de la serie Residente Pulido (fotografía digital; 200 x 150 cm).
All Rights Reserved: Alexander Apóstol.
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Alexander Apóstol, 03 (2003)
de la serie Residente Pulido: ranchos (fotografía digital; 200 x 150 cm).
All Rights Reserved: Alexander Apóstol.
Alexander Apóstol, 02 (2003)
de la serie Residente Pulido: ranchos (fotografía digital; 200 x 150 cm).
All Rights Reserved: Alexander Apóstol.
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Alexander Apóstol, 05 (2003)
de la serie Residente Pulido: ranchos (fotografía digital; 200 x 150 cm).
All Rights Reserved: Alexander Apóstol.
Alexander Apóstol, 06 (2003)
de la serie Residente Pulido: ranchos (fotografía digital; 200 x 150 cm).
All Rights Reserved: Alexander Apóstol.
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Regateamos y apostamos en vano… calculando y recalculando nuestros finales posibles…
forzados invariablemente a arreglar las cuentas, a pesar de los esfuerzos constantes de velar y ser velados para ir de bajada sin perder
el estilo…
Fotografias de la transmisión por televisión de la Serie
Mundial de Póker.
Folding
Por Avena Gallagher
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CONVERSACIÓN
ENTRE
PIA CAMIL Y
JAKOB FENGER,
DE SUPERFLEX
BIOGAS
PROJECT,
GUADALAJARA,
MÉXICO
ten de un objeto a otro; una misma historia
que sigue su curso por medio de vías distintas
o de una misma vía en situaciones diferentes,
como el refresco Guaraná Power. Es la narración acerca de la lucha de unos campesinos
contra una gran corporación multinacional,
que está rebajando los precios del guaraná.
Mediamos esta pugna a través de un refresco
que se vende en los supermercados, pero que
también es una pieza de museo. A fin de cuentas, la intención era apoyar a los campesinos.
Para algunas personas, el Guaraná Power es
un refresco revitalizante, mientras que para
otras es una obra de arte. Nosotros creemos
que es ambas cosas.
Lo mismo sucede con Biogas Project
(Proyecto Biogás). El suministro de biogás a
la población es una de sus facetas, con lo que
se cubre una necesidad básica, pero el punto
de partida fue nuestro interés en la relación
poscolonial entre Europa y África, la cual,
de muchas maneras, es muy problemática.
También es un relato sobre cómo ser independiente y enfrentarse a ciertas estructuras.
cada proyecto y, como tú dices, no existe una
fórmula. ¿Puedes explicarme algo más sobre
Biogas Project en OPA, Guadalajara?
JF: Hace muchos años que exploramos el biogás,
a partir de nuestro interés en la relación entre
el norte y el sur, Europa y África. Como artista,
uno suele criticar las cosas –algo que puede tener una función importante–, pero más allá de
eso nos atrajo la idea de colocarnos en situaciones, desde las cuales, a su vez, se nos pudiera
criticar. De alguna manera, el proyecto aborda
esas dos partes; es decir, la de entender una
situación pero también la de situarnos en una
circunstancia desde la cual se nos pueda señalar.
PC: Entonces, ¿ahora lo que quieren hacer
es llevarlo un paso más allá?
JF: Llevamos unos 15 años poniendo a prueba
Biogas Project, y sabemos que la versión de
ensamblaje casero funciona, pero ahora queremos llevarlo al siguiente nivel y convertirlo
en un objeto de consumo deseable. Estamos en
pleno desarrollo del prototipo versión consumidor, y espero poder hacer las primeras
pruebas antes de fin de año, además de una
exposición más adelante.
PC: Tal vez limitaciones no sea la palabra adecuada, pero me parece que se trata de plantear un problema, no tanto de resolverlo PC: ¿Lo implementarán en diferentes zonas
sino de presentar opciones imaginativas al rurales de Guadalajara?
abordarlo. Creo que es algo particular para JF: Sí.
PC: ¿La gente sigue usando los primeros prototipos que instalaron? ¿Cuál ha sido la experiencia al pasar de un lugar a otro? ¿Cómo
ha progresado el sistema?
JF: En 1997, instalamos el primer prototipo en Tanzania, África, y funcionó durante
más de cinco años (más de lo esperado).
Posteriormente, trabajamos en Camboya y
Tailandia. La evolución final de la versión de
ensamblaje casero acaeció en Zanzíbar, hace
unos pocos años, y ahora se ha instalado allí
mismo una ONG local que ya está replicando
y ensamblando por su propia cuenta. Incluso,
han conseguido mejorarlo con tal de responder a las necesidades locales.
Imagen cortesía de Jakob Fenger
Pia Camil: Tengo entendido que casi toda la obra
que ustedes generan se valora o analiza en términos de su eficacia dentro o fuera del mundo del arte. Muchos han querido etiquetarlos
como artistas, diseñadores, entre otras cosas,
aunque a mí me parece más interesante el discurso que originan estas limitaciones. Podría
equivocarme, pero lo que me gusta de la manera que tienen de trabajar es, precisamente,
que surja a partir de esas restricciones; incluso,
tengo la impresión de que aun cuando haya entera libertad, ustedes mismos se autoimponen
reglas propias. ¿Te parece convincente?
Jakob Fenger : Me parece que la palabra limitaciones no acaba de ser adecuada. Yo diría
obstáculos, y muy a menudo éstos pueden ser
productivos. Nos gusta usar la palabra herramienta para definir nuestra práctica. Todo lo
que se usa es una herramienta que puede ser
útil en una variedad de situaciones o lugares,
sin limitaciones. Eso es lo que nos interesa,
siempre buscamos cómo llegar más allá del
mundo del arte. Eso no es ninguna limitación.
Estoy consciente de que a veces trabajamos
dentro del arte, a veces en el campo de la ingeniería, y otras no hacemos más que colocar
refrescos en los estantes de un supermercado. Nuestras piezas cambian mucho, según el
momento y el lugar; sin embargo, lo que nos
interesa a menudo son los relatos que persis-
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Hoy mismo, quien lo desee puede descargar
Yo considero que la copia siempre es beneuna copia del ensamblaje casero en nues- ficiosa. Lo importante es resaltar la importantra página web y fabricar su propio siste- cia de que si se copia, debería copiarse bien.
ma biogás. El concepto del código abierto
no es algo nuevo para nosotros. Hace unos PC: ¿Cuál dirías que es el obstáculo más imaños ideamos el proyecto Free Beer (Cerveza portante? ¿Cómo crees que se lo tomará la
Gratis), bajo la filosofía de código abierto comunidad mexicana?
de los programadores de software, pero en JF: A fin de cuentas, la gente interesada en
vez de mantener el código abierto, lo que este sistema decidirá por sí misma si quiere
hicimos fue permitir toda accesibilidad a la o no quiere comprarlo. Nuestro esfuerzo y
receta e identidad de la marca. Todo empe- energía están dedicados a desarrollar el prozó con unos alumnos de la Universidad de yecto de una manera que nos parece correcDinamarca. Manufacturamos Free Beer en ta. Debido al debate climático, este último
colaboración con una cervecera y con los par de años hemos presenciado un interés
estudiantes, lanzamos una pequeña página creciente, ya que el sistema biogás, además
web con la etiqueta y la receta, y en menos de mejorar la vida familiar, supone una rePC: ¿Una sola unidad puede proveer biogás de dos semanas éramos noticia internacional ducción sustancial de las emisiones CO2.
a más de un hogar?
–la BBC y la CNN se presentaron, y ambos
JF: Se trata de instalar un sistema en cada canales le dedicaron un artículo de fondo Superflex presentará Biogas Project en OPA, Guadalajara,
casa. Desde el principio, nos enfocamos en a nuestra bebida.
en marzo de 2011. Hasta este momento, continúan trabajando en el proyecto, en colaboración con TOA.
las necesidades de las familias, y en que éstas
tuvieran la opción de instalar un sistema en PC: ¿La filosofía de código abierto puede ser
casa. Esa decisión la tomaría quien decidiera algo delicado para los inversionistas?
comprar el sistema biogás y nadie más.
JF: A veces sí, pero no debería serlo. En ocasiones nos cuesta convencer a la gente de que
PC: Mencionaste que ya lo están replicando debe hacerse así, dado el régimen existente
en Zanzíbar. ¿Qué opinas de eso?
de patentes que hace demasiado tiempo doJF: Creemos en la tecnología de hardware de mina el mundo y que llena la cabeza de la
código abierto. Para nosotros es necesario población con ideas pseudoevangélicas acerca
que sea posible copiar y mejorar el sistema. de este asunto.
19 especulaciones sospechosas
sobre el vecino
Por Alan Page
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6. “Cuchillo”, “Monster” y “Vainilla”, llevan
ahí desde cachorros. Y si te acercas, bufan y
pisotean como tres pesadillas. Pero todo este
teatrito rabioso no es por terror al vecino.
Es por amor al amo, que tanto les agradece
la afectuosa pantomima.
1. Otra vez esta fijación con las puertas cerradas. De verdad, qué garantiza que detrás
hay ciudadanos. ¿Quién me asegura que ahí
sí hay gente y no hay código binario, una caja
de luz, o espagueti de fibra óptica? No señor,
a mí no me hacen güey.
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10. Está el sueño de las mirillas invertidas,
donde los pasillos no son pasillos, sino galerías. Piso sobre piso de accesos secretos,
unidireccionales a la intimidad. Y de inmediato, un deseo imperante de dormir sobre
el camellón.
16. Eusebio, antropólogo, cretino, pasa y piensa:
“Un día de estos, se va a descubrir que el oficinista de entrepiso pertenece a una taxonomía
distinta. Ten valor, Eusebio. Este mundo es un
enigma maravilloso y variopinto, y ¿las buenas
noticias?, nos queda tanto por aprender”.
13. Admon Admon. Pérate. ¿Admon? ¡¿De
cuándo acá hay admon?!
17. Ok, querido, la cierro, pero ¿quién te va
a proteger a ti?
14. El entrepiso del 5 y el 6, vive colonizado
por la cocina del vecino. Ya son cinco días
hábiles que paso y le noto la misma confusión de ingredientes. ¡Peculiar gastrónomo!
¿Quién eres y qué preparas? ¿Bagels o bombas? ¿Pipián o metanfetamina?
18. Qué difícil vivir con tanto chicozapote corriendo tan cerca, y tan escondidito. En fin.
Se termina con esto. En algún lugar, alguien nos
ha de querer a todos. Las ganas de otra cosa
siempre brillan más que lo demás. ¡Qué bonito!
4. Hay vecinos que laboran.Y hay vecinos que
descansan.Y hay vecinos que salen y circulan
y disfrutan circular. Pero este par de piernas
con su televisor ni sale ni pasea ni trabaja.
Sólo goza, como cerdito en temporada de
lluvias, el ser vecino, y no ser otra cosa.
7. Hay vecinos. Hay un vecino a quien le puedes
pedir azúcar o cigarros. Hay otro que nunca, en
4 años, le vas a ver los ojos. Hay vecinos muy,
muy, cercanos al corazón.Y hay vecinos que les
inspira la idea de escribir sus poemas sobre tu
negocio. La palabra vecino no significa absolutamente nada.
2. Ante la multiplicidad de señoritas pensativas enmarcadas por ventanas, existen, siempre, opciones. Quizá sea la Santa Patrona del
Domingo de la Vida. O tal vez es sólo una muchacha aplastada entre tantas. O tal vez se
perdió en la palabra “muchacha, muchacha,
muchacha”. Existen, siempre, opciones.
5. Malpeinado y de malitas, levanta la vista a
la terraza de Orizaba y piensa: “Ay sí, ‘carterota’. Ay sí ‘pinche Máximo Confort’. Seguro
es un patio elegante de “artista”. Seguro es la
terraza de un vasco con buena postura, principado del bechamel y del foie gras.” Pasa un
chiflón y piensa. “Tengo hambre”.
3. El trecientos tres no puede más de la curiosidad. No se decide si es posible ser tan
elegante como el cuatrocientos dos sin ser
homosexual. Entonces, siempre, observa.
El cuatrocientos dos ni lo nota; sólo se sigue
de guapo. Pero señores, piedad, cuidado. ¡No
saben de lo que el quinientos cinco es capaz!
12. Ni patio ni closet ni cuarto de servicio. Ni
ático de la infancia ni caja de Pandora ni sótano
de sadomasoquistas. Nada es más nada que el
cubo, la entrepierna de la vecindad.
8. De más joven, le hizo un experimento a su
sobrino, todavía más feto que infante. Se
cubrió la cara con una servilleta de papel,
y en vez de ¡Peekaboo! atravesó la servilleta con la lengua. El niño casi se queda ciego
del pánico.Y él, cada que pasa por un buzón,
siente que ahí viene la lenguota del destino
a cobrársela.
9. Es indiscutible. El respeto al derroche ajeno
es la paz. Pero son las seis, las SEIS PM y este
sociópata ya lleva 9 regaderazos. ¿Qué putas,
Don Benito?
11. Cero mamona pero, eso sí, primero muerta que ordinaria, Mariana revisa el decorado
de la inquilina anterior, y se pregunta si será
posible que la gente deje de ser tan naca. No
naca de pobre, naca de “oso”, naca de “cortinazas” de quién sabe si esto cuenta como
poliéster. No se trata de ser clasista. Se trata
de tener buen gusto. “Pero bueno”, piensa.
“Las cortinas se quitan y es casita (aunque ya
le entró la duda)”.
19. Perdón. Eso no era. Es esto. “En fin. Se termina con esto. Lo luminoso es poco.Y rodeado
de negro.Y pareciera que, como condición estructural, atorado en la planta baja.Y no tengo
efectivo.Y ya no tengo crédito. Dios mío, otra
vez ya no tengo crédito”.
15. Al 13 no le escriben. Nunca.
Time Divisa es un proyecto en proceso, el cual
–a través de 365 intercambios de trabajo
con internos del reclusorio de Santa Martha
Acatitla– explora la posibilidad de sustituir
el dinero por acciones como sistema de canje.
Las actividades se clasifican en cinco segmentos: El tiempo como vivencia corporal;
El tiempo como desplazamiento/creación de cartografías; El tiempo como creación de sistemas de
interrelación; El tiempo como creación de sistemas de intervención en prisión, y El capricho.
La dinámica se realiza individualmente,
en un día y hora fijados previamente. Básicamente, debe cumplir dos requisitos: que la
actividad se lleve a cabo de manera simultánea y que se haga según lo acordado por cada
uno de los involucrados –es decir, conforme a
lo establecido entre los reos y yo–. Las tareas
ejecutadas por mi parte implican el empleo
de medios electrónicos, como el audio y el
video, mientras que las de los presos se plasman en dibujos o de manera objetual.
Time Divisa
José Antonio Vega
Intercambio 99
Me emborracho en la fiesta de bautizo de
la sobrina de Israel, mientras él –al mismo
tiempo– hace una serie de frotagges que detallan el tránsito de su espacio público a su
espacio privado.
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No soy una estranguladora
por Emily King
En el Metro, la mujer sentada frente a mí desliza su índice sobre un plano de París.
Va y viene con su uña verticalmente sobre las calles, suavemente y sin despegar,
rasca una estación, y continúa a lo largo de una vuelta que la lleva, por ejemplo,
a la plaza de la Concorde. El punto de apoyo de su uña sobre el plano crea, al nivel
de las últimas falanges, una lordosis, réplica de la que cava el placer en su espalda.
Es así que la detecto espontáneamente como la orgasmeadora adecuada; mi sacro
sale secretamente de su tensión/constreñimiento y se alinea al suyo.
Su uña es densa, dura sobre el papel encerado, larga sobre la carne.
Ésa y todas las demás son postizas. Piedras preciosas de plástico brillan pegadas
en la resina rosa.
Fuera del vaivén solitario con la uña, se mueve poco. Su cabeza menuda, rizada
de chinos güeros apretados, se mece intermitentemente. Sus otros dedos anillados
reposan doblados sobre el libro abier to como sobre una percha. Ella no mira
el plano. Sus minúsculas miradas reflejo se pierden en la negrura acelerada detrás
de las ventanas. Lleva puesto un vestido durazno, coordinado con su tez mate,
para el que parece ella misma haber sido perfectamente manufacturada. Está bien
conservada, tal vez huele, me acercaré, a panqué industrial. Todos los zapatos le
quedan, sin duda. La uña va y viene.
La piel de su busto, ahumada por tanta exposición solar, forma un plastrón ámbar
y rojo entre su cuello y su corsé. Cuando mece la cabeza, su papada vibra al son
del tren, veo a la cotorra transplantada en ella y el deseo viene a mí. Quiero vivir
con ella.
Una ondulación me yergue sobre mi columna, hasta la cima donde mi cráneo,
posado libremente sobre la primera vértebra, no oscila a simple vista; sin embargo,
respiro y me muevo. La mirada desencajada frente a ella como la mandíbula de la
anaconda se disloca para engullir a una cabra, comienzo a considerarla plenamente.
Su boca está entreabierta.
Posee un marido, siento su masa comprimida a mi izquierda. Sondeo su material
a través del punto de contacto entre su bíceps y el hueso de mi brazo, lo mantengo,
y este punto de contacto me comunica información acerca de él, de ellos.
Es bueno. Pasa primero para evitar a su mujer el esfuerzo de empujar los torniquetes. Desde que lleva su alianza, la corteza de su dedo hinchado ha tenido
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tiempo para recubrirla. Su cara es más roja que el resto. Posee tres o cuatro posiciones que conoce con su cuerpo, las otras huyeron y nunca más volverán. La cara
de sus orgasmos es un fósil en la roca. Para él, tener orgasmos se ha vuelto una
empinada ascención desnivelada, ardua, deshidratada. Cuando llega el placer, filtrado
a través de sus carnes, no encuentra un pasaje para surgir, llovizna sobre su mujer,
sobre su mujer en perdigones espumosos por las comisuras.
Nunca había conocido a un hombre de tan gran peso. No sé qué haría con un
hombre de tan gran peso. Creo que simplemente me lo chuparía con la intención de
desatascarlo. No tendría la fuerza para un tal bloque. Me pondría tapones de oídos.
Ella sueña con proyectarse deambulando por las calles con él más tarde, pero
la relación con su uña es más sensacional. Es por esta unión que paso. Marco una
parada en la conjunción entre el acrílico y la queratina. Allí, en la junta entre
la resina y la queratina, hay una pequeña ampulosidad de pegamento, una espalda
de burro para divertir a los microbios.
Siempre encuentran tiempo para hacer el amor. Ella posee todo tipo de lencerías combinadas en telas sintéticas. Él le regala ligueros. Ya han intentado el polvo
comestible para el cuerpo, en San Valentín, y desde entonces les sobra. El aroma
de vainilla dormita en un cajón en su recámara, y si yo fuera su hija encontraría
el bote a la primera, y de paso, olfatearía las bolas geisha y vería si en algún lado
quedan rastros de secreciones cuyo color no entendería.
Tuvieron dos hijos que son grandes y se fueron con físicos ingratos. No les causan
preocupación, tienen una relación cercana, aunque viven en ciudades alejadas.
Su mamá, después de años de experiencia siendo una mujer bajo el sol, una vez
en verano y otra, desde hace algunos años, en invierno, ahora está dorada y caliente todo el tiempo. Su piel, que ya no es tan elástica, es definitivamente suave.
Está madura.
Soy aún más pequeña que hoy. Frente a la escuela, chapoteo pacíficamente en
el maquillaje de una mujer perfecta. Las capas de sombras azules, rosas, violetas
y verdes contrastan con la figura de mi madre, que llega siempre tarde en jeans,
pelo grasoso bajo una mascada, y con salpicones duros de pintura blanca sobre
su cara pegajosa de crema de noche. Divago pasivamente hacia esta mujer, comienzo a vivir en paz con ella cuando me dice: ¿Viste?, es bonito el maquillaje, ¿eh?
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Esta observación, fuera de lugar, interrumpe brutalmente mi ósmosis a través de
sus membranas. Nuevamente me siento expulsada, adormecida, indiferente. Bajo
mis pompas hay un pequeño charco. Mi madre no me lleva entera. Y así. Habrá
muchas pérdidas. Para resistir a la desaparición total, con los años, concentro mi
sustancia en una forma minimal, impenetrable y óptima dentro de un cuerpo largo
y frío. Esta forma contiene todo un programa. El cuerpo, mi cuerpo desafectado
que lo alberga, da asilo a otras subjetividades a las que me asocio todos los días
para aguantar. Todo tipo de larvas y seres. Espero con ellos, acurrucados. Un momento y un terreno. Después.
Un hilo levantado por una corriente de aire permite a mis arenas minúsculas
desplazarse como centinelas de mí a la mujer de la uña e ir a proyectar en sus rizos
las fundaciones de seda de la colonia. Me inspira mucha estabilidad. Sin embargo, si
ella se levanta demasiado temprano, el hilo se desatará y caerá. Buscaré a alguien
a quien poblar, pero no será tan fácil. Esta mujer se presenta perfectamente.
En el fondo de sus pupilas, creo incluso ahora ver palpitar el pulso impotente
de una musaraña en alerta, aún viva en los márgenes de su conciencia, como si en
su corazón doméstico estuviera enterrado un hospital para pequeños animales
huérfanos. En el borde de sus párpados ha trazado una línea con lápiz iluminador
blanco, similar a la que mi madre solía trazar en gis en la terraza frente a su casa,
para que las hormigas no cruzaran el umbral. Quiero colonizarla. Ha resuelto el tema
de la feminidad, de la domesticidad, de manera perfectamente satisfactoria y cotidiana. Mamá lo intentó y está muerta. Esta mujer sería una excelente anfitriona.
La considero toda entera como base.
Esta vez me crecen raicillas. He sido paciente como el loto, y ahora mis filamentos
se lanzan ciegamente de mí hacia ella, guiados por el programa interno intranscriptible que sólo puede expresar su propósito en ocasión de circunstancias climáticas
favorables. Un incendio, y las semillas aletargadas explotan bajo tierra: con esta
mujer, mis ganas de crecer y desplegar todo terminan su sueño. El tiempo puede
empezar contra sus minutos. Desde el asiento en el que viajaba en la opacidad
de las semanas, siento la acidez de su piel, su temperatura, la respiración química de
sus poros, el perfume de pastel tibio, la resistencia de sus mechones, y comienzo
mi caída en su tapete acogedor.
Mis primeros brotes se parecen a los pitos de niñitos que nadie se atrevería
a meter en su boca. Ella me deja extenderme hacia su cuerpo rollizo, sin cortarme.
Mis brazos, que están tan secos, lianas sin soporte, sueñan con abrazarla.
Voy a proyectar lapas hacia su pecho para trepar por sus tirantes y depositarme allí.
Una vez que me haya alimentado con la materia orgánica retenida en la copa formada por sus senos, las pieles muertas, las migajas de tacos, las gotas, dejaré caer
grandes raíces a lo largo de su busto, de sus piernas bronceadas, contornearé sus
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tobillos y sus sandalias con tacones cuadrados y cobraré una suerte de forma humana de transición. Mis raíces correrán por el suelo. Tomaré apoyo al dar vueltas
y me izaré sobre el piso. Caminaré en el Metro con los demás. Mi desplazamiento
será majestuoso, pero no intimidante. Pasaré a buscar a Hule a la casa, y luego
buscaré durante un año un lugar en el planeta donde finalmente descansaré. Allí
podré comenzar a dejar crecer mi pelo hacia lo alto, tener frutos y alimentar a los
tucanes. Todos mis amigos harán su coming-out allí y comenzarán sus vidas libres
en mis ramas y de árbol en árbol. Las arañas minúsculas no pondrán más límite al
tamaño de sus chongos en las matas.
No soy una estranguladora: debajo de mí, el cuerpo de la mujer estará siempre
vivo, conservaré todos sus orificios abiertos para que pueda probar las cosas buenas de la naturaleza que nos rodea, y para que su marido acceda aún a ella y que
no esté privada de los placeres de la vida conyugal que la han hecho tan estable
y acogedora. Me aseguraré de que todos los días se le agradezca haberme traído
al mundo de esta forma. Los aguties, roedores bobos que aprenderá a conocer,
enterrarán sus nueces a nuestros pies. Dejaré que sus uñas, con piedras de plástico
centelleante, rebasen mi follaje y disuadan a los tronzadores.
Su marido podrá alojarse en mis contrafuer tes y harán el amor tan seguido
como quieran, aunque no estoy tan segura de que este hombre deformado por
el carácter sobreviva mucho tiempo en el bosque primario, donde pienso instalarme. Si muere, porque las bacterias habrán atravesado fácilmente el secreto de su
epidermis, lanzaré un canto tan bello con los pájaros que otro hombre encontrará
el camino de mi árbol, y otro después de ése la penetrará debajo de mi madera,
para que ella tenga orgasmos hasta el fin de sus días, como debería ser con todas
las madres del mundo.
A mí me seguirán dando igual los hombres. Seré espléndida y autogestionada
en la jungla, el cielo empapado derritiéndose en mi copa a corto ciclo. Le devolveré
vapores y huevos instantáneamente en todos los niveles. Experimentaré orgasmos
sin centros, enamorada de todo, hasta el fondo de mis células maderosas, los amores del sol replicados al infinito. Por lo menos cuatrocientas especies orgasmeantes
poblarán el bosque con mi cuerpo, difractando su vida en el espacio. Mis quejidos
matutinos serán los de los aulladores.
Cuando sus niños grandes quieran venir a visitarla, harán un viaje al trópico
y esperarán tener suficiente alma para reconocer su aire único, de madre cualquiera, camuflada entre miles. Estará en todas partes.
Midtown Plaza (abierto en 1962 y demolido en 2008;
vista del interior, con orientación al oeste). Rochester,
Nueva York.
Walead Beshty
Selección de American Passages
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Randall Park Mall (vista interior del ala este).
Randall Park Mall (abierto al público desde 1976;
vista interior del escenario de la comunidad). North
Randall, Ohio.
Lockport Mall (en funcionamiento desde 1970; vista
interior, al oeste de TJ Max). Lockport, Nueva York.
Irondequoit Mall (inaugurado en 1990; vista interior de
JC Penney). Irondequoit, Nueva York.
Universal Mall (vista interior, con orientación al sur).
Universal Mall (en operación desde 1965; vista interior,
al este; Hair Town). Warren, Michigan.
Southwyck Mall (abierto en 1972 y demolido en
2008; vista interior, al norte; Things Remembered,
MasterCuts).Toledo, Ohio.
Livonia Mall (abierto en 1964 y demolido en 2008; vista
interior, al sudeste; Exotic Image). Livonia, Michigan.
4580 (2007)
Impresión de inyección de tinta
101.6 x 134.3 cm
James Welling
Glass house
91
0775 (2006)
Impresión de inyección de tinta
83.8 x 126 cm
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Todas las imágenes cortesía de las galerías
David Zwirner y Maureen Paley
8067 (2008)
Impresión de inyección de tinta
83.8 x 126 cm
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Las razones para existir habían perdido los
dientes. Por primera vez, quizá, se dijo Grange,
he sido mobilizado en un ejército soñador.
Aquí yo sueño –todos soñamos– ¿pero en qué?
(de Un Balcon en forêt de Julian Gracq, ed José Corti,
1958 p.161)
Todas estas imágenes se tomaron en la “Línea
Maginot”, un sistema de defensa francés, consistiendo de 5000 bunkers.
Los dibujos se encontraron dentro de uno
de esos refugios y se fotografiaron.
Fueron hechos por un soldado anónimo,
entre 1939 y 1940.
Save the Ligne Maginot
Por Alexandre Guirkinger
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El buen humor facilita el cumplimiento de los quehaceres cotidianos.
El alcohol mata al hombre para alumbrar a la bestia.
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Se un buen camarada con los que viven a tu lado.
Piensa en los que amas y tu penar te parecerá más ligero.
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Kant Elegant
Sarah Ortmeyer
“Hace más de 40 años, Kant ya se había convencido a sí mismo y en
ocasión a nosotros, su público de aquel entonces, de que la indumentaria bajo ningún pretexto ha de limitarse a los caprichos de la moda.
Agregaba que es un absoluto deber no importunar al prójimo con
extravagancias ni repulsivas ni exorbitantes. Ya en ese tiempo, una
de sus máximas a seguir sin excepción y por encima de todo dictaba
escoger los colores de las prendas en relación precisa con los de las
flores. La naturaleza, decía, no concibe nada que no agrade a la vista;
los tonos que crecen colindantes siempre combinan. Así, por ejemplo,
prendas de excursión color café, hacen juego con un chaleco amarillo,
esto nos lo ha enseñado una flor llamada aurícula. Kant siempre vestía respetable y meticulosamente. Después acabó por enamorarse de
los colores mixtos [meliert]. Durante una temporada se le veía ataviado
con las costuras recubiertas de hilo dorado. Empuñaba la espada con
responsabilidad, siempre que los mercaderes envainaran las suyas. La
retiró cortesmente cuando la costumbre cesó, como si de un apéndice
superfluo y molesto se tratara. Que yo sepa, sólo su sombrero salió
indemne de sus normativas de la moda. Este sombrero perduró cada
una de sus transformaciones”.
Ludwig Ernst Borowski, Man merkt leicht, dass auch
kluge Leute bisweilen faseln (primera traducción al inglés de Alexis Kunsak/traducción al español de Débora
Antscherl); publicado por Volker Gerhardt; pp. 143-144.
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“Ante una producción de las bellas artes, es necesario que tengamos
la conciencia de que es una producción del arte, y no de la naturaleza,
pero también es necesario que la finalidad de la forma de esta producción aparezca tan independientemente de toda violencia de reglas
arbitrarias, como si fuera simplemente una producción de la naturaleza. Sobre este sentimiento del libre pero armonioso juego de nuestras facultades de conocer es sobre el que descansa este placer, que
únicamente puede ser universalmente participado, sin que por eso se
apoye sobre conceptos. Hemos visto que la naturaleza es bella cuando
hace el efecto del arte; el arte, a su vez, no puede llamarse bello más
que cuando –a pesar de que tengamos conciencia de que es arte– nos
haga el efecto de la naturaleza.
“Que se trate de la naturaleza o del arte, podemos decir generalmente que es bello aquello que agrada únicamente en el juicio que formamos
de ello (no en la sensación ni por medio de un concepto). Por lo que el
arte tiene siempre un designio determinado de producir alguna cosa, pero
si no se tratase más que de una simple sensación (alguna cosa puramente subjetiva), que debería estar acompañada de placer, esta producción
no agradaría en el juicio más que por medio de una sensación de los
sentidos. Por otro lado, si el designio concierne a un objeto determinado,
el objeto producido por el arte no agradará más que por medio de conceptos. En ambos casos, el arte no agrada únicamente en el juicio; es
decir, no agradaría como bello, sino como mecánico.
“Así, una de las finalidades de una producción en las bellas artes, aunque tenga un designio, no debe dejarlo aparecer, esto es, que las bellas
artes deben hacer el efecto de la naturaleza, aunque se tenga conciencia
de que son artes. Por lo que una producción del arte hace el efecto de la
naturaleza, cuando se halla que las reglas, conforme a las cuales únicamente esta producción puede ser lo que debe ser, han sido exactamente
observadas, pero que no deja aparecer el esfuerzo, que no descubre la
forma de la escuela y no recuerda, en cierto modo, que la regla estaba
en los ojos del artista, y que encadenaba las facultades de su espíritu”.
Immanuel Kant, Crítica del juicio (párrafo 45, 1790;
traducción de Alejo García Moreno y Juan Rovira).
Imágenes cortesía de Sarah Ortmeyer y Figge von Rosen Galerie
Fotos: Daniel Trese
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Andrea Crews
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Kader Benchamma
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TRADUCCIONES
Huis-Clos, a difficult expression to translate
except for ‘No Exit’, is the central theme of
this issue.Yasmine Dubois-Ziai, who proposed
the theme, took upon the task with Gabriela
Jauregui and myself to explore what enclosed
spaces generate in us from both physical and
mental perspectives.
The magazine includes literary texts that
treat huis-clos situations, whether they happen
in an enclosed space (Emily King) or they observe from the outside as voyeurs (Alan Page).
We have also selected projects that deal with
hermetic architecture, like the series of blind
buildings by Alexander Apostol, the abandoned
malls of Walead Beshty, and the bunkers of
the Maginot Line photographed by Alexandre
Guirkinger. We have also included a series of
photographs of Philip Johnston’s Glass House
by James Welling, as an icon of modernist architecture in which the transparency of glass
blurs the boundaries between inside/outside,
thereby making the environment its huis-clos.
We have three projects by artists: a visual
essay of Tania Perez Cordova illustrating contemporary objects found in Sartre’s inferno,
Antonio Vega’s ‘Time Divisa’ project with a
prisoner in his cell and Sarah Ottomeyer’s photographs in which she dresses and binds plants
with designer clothes juxtaposing Immanuel
Kant’s ideals about art, fashion and nature.
Finally, we do a non-conventional take on
huis clos in relation to the body with the text
“the Concept of Beauty in different cultures”
by Dr. Fernando Ortiz Monasterio, an authority in plastic surgery, where the body becomes
a place you can’t escape but you can try to
alter. This reminds me of the Andrea Crews
portofolio where they alter the body by clothing and concealing it with masks thereby
making a radical statement of claustrophobia
in fashion.
The statements are a series of contemplations of the possibilities that exist within
situations and spaces that would appear
to have no exit. In conversation with Jakob
Fenger from Superflex we discussed how our
limitations actually serve to pose the problem not necessarily to solve it but to find
creative ways to go about it.
Pia Camil
HUIS CLOS
BY YASMINE DUBOIS-ZIAI
AND GABRIELA JAUREGUI
À huis clos is a French expression, mostly a literary one,
which means behind closed doors.
A literary door, then, which is locked because huis is an
old fashioned way of referring to a door.
By extension it is an orifice. A closed orifice.
Could you tell me if such a lawsuit à huis clos would be
called ‘proceedings in camera’? Or how would it be called?
I would like to add this in the dictionary, thanks.
Huis clos is also a judicial term for a trial that is not
public (for example when the person accused is under
18 years of age). It means nobody can have access to
the content of the debate.
Can you be in camera and on camera? Where is the
camera? And the room?
Do you think “No Exit” is a good translation of “Huis
Clos”? Thank you once again for your time.
Used for a play or a movie that takes place in a single
location (a room or a house, for example), the most
famous reference to Huis Clos is Sartre’s play titled
“Huis Clos,” usually rendered as “No Exit” in English.
Three characters meet in a room after their death.They
do not have anything in common.They hate each other.
Yet, in the end, one cannot exist without the other.
We have dug ourselves deep into a whole. No exit
is possible now. Hell. Static, frozen in space, but not
time. You’re going nowhere, fast.
“No Way Out” is good but without insight into the matter mentioned in the previous paragraph, I have no way
to evaluate it. Would “huis clos” ever be used on a sign
indicating that one cannot, in fact, leave the building by
going down the hallway so designated?
I feel as though I should apologize for asking these obviously kind of dumb and persistent questions.
the automatic door of flight DL484 sliding
first ADO bus of the day but it’s night and the road is
a hook and this guy is not even a storyteller and it’s a
huis-clos on wheels and you didn’t even sign up for it
close trophee fee
Aha! Now we are getting somewhere.
“I’ll tell you what game we’ll play.We’re done ...
How about a little game of Get the Guests?”
I want to end my life in a closet with you, we would
sleep and then we would die.
Dr. Shelby, we’re not going to need you after all.
I’LL KILL YOU! (Grabs her by the throat.They
struggle) YOU SATANIC BITCH!
That is enormously helpful.You got me to a definition, the
first I have been able to find.
Shut-in! Shut UP! Shut inside and closed-off.
Excuse, me, where is your invitation? Is restricted
movement and a restricted mental landscape, cozy
or constrained?
Welcome to our inner drama.
Telegraphic speech.
Secrets, secrets, secrets. There is a very flimsy difference
between ‘confidentially’ and ‘in secret’ don’t you think ?
I was just trying to find out the meaning of the name of
a wine, Clos du Bois when I ran into this.
The closed door always implies desire: peeping Tom asks
“what is behind this closed orifice?” Let’s take a look!
Thanks to everyone who replied.
Note: The fragments in italics are taken from the
wordreference online forum on the expression huisclos. The lines in bold are taken from Who’s Afraid of
Virginia Woolf?, Whatever happened to Baby Jane? and
Who’s Afraid of Virginia Woolf?, respectively.
THE CONCEPT OF BEAUTY IN DIFFERENT
CULTURES
BY FERNANDO ORTIZ MONASTERIO, M.D.
The discussion of what is beautiful and what is not has
occupied philosophers, mathematicians, artists, architects, anatomists, surgeons and theologians for the last
2500 years. In general terms the idea of beauty applies
to the human figure, to animals and to other elements
of nature as well as to architecture, design and artistic
representations.
Human representations left by early societies
emphasize anatomical features related to fertility, like
the wide hips of the “Venus“ de Lespugue and other
examples of primitive art associated with obesity suggesting good reserves of fat necessary for survival in
times of famine.
The Greeks had a passion for beauty and explored
the rules for harmonious proportions applicable to all
things in nature and in art.The search for a mathematical formula for beauty was initiated by Pythagoras, who
didn’t write much but who influenced his disciples,
including Plato. He developed the theory of harmony
and conceived the essence of beauty as the order,
proportion and harmony of the subject.
Greek anatomical knowledge based on keen
obser vation of the human body (combined with
their passion for beauty) resulted in the magnificent
production of sculpture according to the aesthetic
golden standard.
To the south side of the Mediterranean, the
Egyptians, before the Greeks, produced marvelous
sculptures representing the human body according
to the ideal standards of their culture. In all of them
a slim athletic figure is emphasized for the Pharaohs
and their consorts.
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In 1532, Dürer, following the platonic tradition, published his work on the mathematical expression of the
ideal human body. Dürer’s meticulous measurements
of the different parts of the human body established
a canon widely adopted by his contemporaries that
is still valid today.
Simultaneously other extraordinary artists living in
more northern latitudes such as Rubens painted overweight females like the “Three Graces”. These works
did not pretend to be portraits of specific people so
we can assume that his choice of models corresponded to his concept of beauty. Without underestimating the artistic and technical quality of this canvas, the
females painted by Rubens would be candidates for
dieting and extensive liposuction in the 21st century.
In the middle of the 20th century Le Corbusier,
the famous French architect, built a habitational complex in Marseille according to his concept of adapting
the habitat to the physical dimensions of the people.
This idea was extensively discussed in his book “The
Modulor” (1). He also congregated a group of anthropologists, artists, anatomists and architects to study
and to determine the ideal proportions of the homo
sapiens in the 20th century. The results of that work
were carved in a “stele” similar to the stone monuments of ancient Egypt and to stelae of the cultures
of Middle America designed to commemorate important events and to preserve them for posterity.
This modern stele was placed at the center of the
habitational complex.
The measurements analyzed for this monument
are representative of the European population. Their
average height does not correspond to the mean
of the population in many other parts of the world,
where people are smaller. We know Catherine de
Medici, the wife of the Duke d’Orleans, who was a
small person commissioned a cobbler to make her a
pair of heels to increase her height. Those extensions
had been used before, resembling the modern platform
shoes designed to protect the wearer when walking in
the muddy wet streets. These extensions of the shoes,
originally called “chapines”, became very popular and
originated an innovation of the shoe industry that is
maintained today. The purpose of elevation of the heel
and the plantar area was to increase height. Later designs, especially the tremendously high heels used by
women now, have also affected the position of the legs
and the curvature of the spine forcing the wearer to
project the gluteal area in a very attractive manner.The
fashion to increase the apparent height has extended to
the male sex; many men of short stature wear specially
designed shoes or boots to produce that effect.
It is interesting to mention that Albert Einstein attended a presentation of The Modulor made by Le Corbusier at Princeton in 1946. A few days later Einstein
wrote him a letter saying: “of course Mr. Le Corbusier,
you are perfectly right; every thing that is right is easy
and everything that is wrong is difficult”.
The human face is one of the most beautiful structures in existence.The experienced examiner can easily appreciate the balance and the harmony between
its different elements. He can also detect the flaws that
may alter its balance. It is convenient, however, to remember a few general rules of physical anthropology
to study the face in a systematic manner.The first step
is to locate the points on the soft tissues corresponding to the skeletal references:
Trichion (TR), Nasion (NA) , Dachrion (DA), Subnasal (DA), Alar base (A) , Stomiun (ST), Chirion (CH),
Mentón (M),
These references are complemented laterally by:
Supraorbital ridge (SO), Lateral canthus (LC),
Temporal crest (TC) . Malar (MA), Zygoma (Z) ,
Gonion (GO
Following the mathematic concept of the Golden
Rule to examine a face we can trace five imaginary
horizontal lines; at the trichion, the nasion, the dachrion,
the alar base, the stomium and the menton.
Analyzing the face as a complete unit, the distance
TR-DA is 0.618 and DA –M is 1. Approximately the
same ratio is found when we measure the middle and
the lower thirds of the face.
In the ideal face the diameter between the temporal crests should be approximately the same as the
distance between the two malar points and to the
bigonial diameter.
Facial convexity is an important element of beauty.
The harmonious relationship between the forehead,
the nose, the mouth and the chin result in a beautiful
face. Facial convexity should be evaluated on the profile view tracing an imaginary line following the Frankfurt horizontal plane from the center of the external
auditory channel to the inferior orbital border. Another
vertical line is traced from the supraorbital notch to
the most prominent point of the lower lip. The two
lines should cross each other forming a 90° angle.
Early cultures in many parts of the world practiced
artificial cranial deformations. Pressure was applied
with tablets to the heads of infants to alter the shape
of the head for cosmetic reasons.Those early shamans
had a good understanding of the growth capacity of
the cranium. They knew that by applying pressure on
certain areas of the head, the intracranial expansion
produced by the rapid growth of the brain in an early
age would direct the forces to other areas of the cranial cavity altering the shape of the head.
Among the Mayas of Mexico and Central America
cranial deformation was a common practice.The techniques they used are well documented and there are
numerous skulls showing the various trends.
The most popular style was the exaggerated slanting of the forehead which was achieved by applying
pressure to the frontal areas. Two more tablets were
simultaneously pressing the temporal areas to produce
a pointed prominent cranial roof. Another option without the temporal pressure produced brachicephaly.
Frontal pressure modified the facial convexity affecting the supraorbital area and the frontonasal groove.
The distance between the supraorbital ridge to the
anterior surface of the cornea was also altered giving
the effect of a moderate exorbitism.
The artistic representation of ideal feminine beauty
is traditionally represented as proportioned harmonious faces with soft round curves. This is in contrast
with the taste for angularity in our present culture.
In the modern face three prominent areas are emphasized: the supraorbital ridges, the malar midfacial
complex and the mandibular border. In the malar midface complex three zones are important for beauty:
paranasal, the malar prominence and the projection of
the zygomatic arch.
The prominent areas limit four zones located on
a more posterior plane: temporal hollow above the
supraorbital arch and lateral to the temporal crest; orbital limited by the supraorbital ridge and the midmalar
complex; the central depression of the cheek caudal to
the malar prominence and the neck limited inferiorly
by the mandibular edge. In our present culture a clear
contrast between the prominent and the depressed
areas is considered beautiful. Evidently angular faces
were also considered attractive in other cultures. The
most famous is the head of Nefertiti; one beautiful
example of a feminine angular face.
The beauty of the mouth should be judged in three
different positions. When the lips are closed there
should be no visible muscle strain. In repose a small
section of the free edge of the central incisors should
be visible. One to three millimeters of the superior gingival edge should be exposed during the smile showing
even, white, well-aligned teeth. Incomplete exposure
of the upper incisors or exaggerated gingival show
when smiling is the result of disharmony between the
skeleton of the middle and the lower thirds of the face.
The facial skeleton forms the basic structure for a
harmonious face, the musculature is responsible for its
animation and the skin is the delicate cover wrapping
this magnificent part of the human anatomy. Because of
its exposure the skin has an important participation in
the beauty of the body and very especially of the face.
Everybody appreciates the marvelous quality of the
skin of children and young people; its tension, elasticity
and smoothness is maintained for some years, maybe
even decades, before the deteriorating effects of sun
exposure, contact with soap and other chemicals and
age destroy its original qualities.The passing of time and
the decay of collagen fibers change the original terse
surface into a leathery, spotted draping.
A variety of other glands complement the complex
function of the skin. Sudoriparous secretion maintains humidity and surface temperature; eccrine glands
produce pheromones related to sexual stimulations.
Its odor is characteristic and considered unpleasant
in modern society specially when combined with the
acrid smell of retained sebaceous material and its bacterial complement in persons not addicted to water
and soap.
Skin ornamentation has always been used to enhance beauty, to celebrate festivities, to mark rites of
passage, to identify a person with a certain group, clan
or sex, to frighten enemies, to give protection against
evil spirits and many other reasons.
Tattooing, painting, piercing and scarifying the skin
for purposes of beauty have been practiced since time
immemorial. Tattoos were found on the skin of the
Refrences
1. Le Corbusier. Pierre Mardaga Edición 2004
PORTRAIT: A BLIND
BY REINALDO LEANDRO
Hi.
No, that’s not me, you are almost upon me.
Yes, exactly, that’s me, the corner building.
Hello.
For security reasons all my windows have been
blocked, boarded up and painted over. Yes, I am blind,
I was blinded by no fault of my own and I stand this
way now.
Look there; see those gun-shot wounds? When I
said for security purposes I was not kidding.
Yes, well, remember where you are. It is not the city
of hope and yet it is hope I inspire.
There are various structures like me around. I hear
my brother a few blocks down will run the same luck
as me. Again, it is not our fault. A disease is spreading.
See that pretty girl there? Yes, her, don’t stare. She has
also been blinded; that stocky lad at the end of the
street, all but abandoned? Blind.
I proudly say that inside these four walls I still hold
residents. What conditions they are living in is a mystery. Are they crazy or about to go mad? I don’t know
it’s hard to say about the human spirit, how much it
can take and hold. Although I watch many come and
go, I still consider myself no expert in their loneliness
or will to live. I once overheard a conversation between those humans about a couple of children who
were left for years inside a room with no windows.
Their skin turned green. But again I am no expert on
human issues. I don’t even know why they would do
that to somebody, let alone children. As far as I know
I don’t keep anybody, or nobody is kept against their
will inside me, and I sure hope that will keep being the
case because there is little I could do if such a scenario
were to come about. As it stands people come and go
of their own free-will. I just keep them safe.
Sometimes when the front door is opened I can
feel a draft come through so I am certain there are still
some openings inside there, inside me, small slits for
air. They may have been choppily and forcefully made
but I don’t blame them, the people that live in me, I
understand, life is already too rough as it is.
I wonder how it is to live inside me. A haven from
the dangerous world? Or a continued death sentence,
hell. I wonder if they feel like hostages in their own
homes, for I am their home, or if they feel freer to live
their own private lives, no dangers, no judgments, no
viewers. If I had eyes, if I were not blind, I would like
to observe their behavior when they thought nobody
was looking, were they nicer to each other or meaner?
Practiced strange unconventional, even criminal rituals?
I suppose anything is possible. They are human after
all.There is a woman on the top floor, she is older and
does not go out much. She has access to the roof so
there is no real reason to worry about her. Sometimes
she leaves the laundry to dry up there. I like it, the
humble clothes like proud flags waving in the wind on
my flat head. I can hear that woman talking to herself
all day. I believe she is going crazy.
Watch out. Look at those kids on the corner, punks;
they are up to no good.
I heard some screaming last night. It came from
inside me. I don’t kid myself that some suspicious stuff
does not happen behind my walls; in fact I may be a haven for those kinds of situations. Still I don’t budge for
I believe that goodness in general does win over the
bad in people.There were more people who stopped
to help a wounded man on my stoop than people
who stopped to search and steal from him.
Look at me standing proudly in the corner. Take
the portrait. Yes, that’s me standing straight. Go down
the block, look at my peers and take their pictures.
Don’t we look proud? We are boulders, monuments,
fortresses. As I stand I know I am old, short and disheveled but I also know that I am filled with character and
life, my peeling walls, my gun-shot façade, my blocked
windows, I tell the story of this place and its time.They
may draw and paste flyers on me, they may not look
up and see me, but for every one of those passersby
there is another that stops in its tracks and wonders
who I am, what secret I could hold, what I could be or
could have been. Like you, some even take a picture
of me, SNAP! They document that I still am. If only I
could embrace you.
We here do not speak of first, second, third world
scenarios, but we know exactly where we belong. I am
not oblivious to the fact that people who have been
able to, have moved on to nicer and better places with
no hesitation. In running from this madness they have
even emigrated to territories far, far away and reached
the emerald cities. In fact, I have it on good accounts
that nowadays the measure of happiness is commonly
proportional to how much exposure you have. New
shining towers of glass have sprung up, young polished
and taught beacons for people to live in and look out
onto vast views, The world is my kingdom, they make
of their lives a stage for others to look in on, to admire, to desire. Fools, I say. I suppose it can be argued
against me that these shimmering new structures are
the real icons of our time where excess means success,
they are the catalyst of the web generation where few
secrets are kept, where information is freely shared. I
wonder how my residents live in me but I also must
wonder what it must be like to live in these fishbowls.
Is it empowering? Does it give a sense of entitlement?
Or is it the opposite? By showing it all you hide what
you have the most: self-doubt, alas, the emperor, the
ruler of the kingdom, has no clothes. In the end it’s of
little importance, I have never seen one of these buildings, these youth angels, so it’s easy to speculate. I guess
we are both good examples of opposite extremes,
east and west, north and south, heaven or hell; which
one is which, that is also a mystery, we both exist and
for it we both have something to show and say.
Don’t be surprised to hear me talk like this, for I
have been around for a while. I suspect that in those
kinds of places or cities, the homes of these curtain
wall castles, it is difficult to find a building like me, or
not common, but hiding in some corner I am sure they
can be found. Whatever the case I know in this region,
in this city, the one I stand on, the epidemic of blindness has spread long and wide and it’s these shiny new
things that are hardest to find. It is a pity for them, for
us all, even for me. I too remember being an exciting
new thing, I may have never been beautiful by everybody’s standards but I was not as you see me now,
I too had openings for windows that looked out to
greet the day, It’s a brand new day! Nay, it’s a whole new
world! Planters were hung on the window sills, then
came the steel bars, then the cinder blocks. Blindness.
Look up! Blind or not I still stand with my fellow
structures, SNAP! Take the shot. Un-kempt and rough
around the edges, we have churned along still able
to bring support and security for some, boulders of
their place and time. We are not monsters, maybe just
something wilder than the average.
BANG! I hear a gun-shot, I knew those kids over
yonder were up to no good.
Come in, let me keep you safe, don’t be scared,
tell me your secrets for I know a thing or two about
this brave new world. Or don’t.Yes, you can go, I won’t
hold it against you, go to your glass beacon. Don’t
worry about me, I may feel alone but I am not lonely.
True, I worry the day will come when I will be judged
and deemed unfit but for now I still remain, I still stand,
a symbol…
One last thing, before you leave take a good hard
look at me and then remember me well.
I AM NOT A STRANGLER
BY EMILY KING.
In the subway metro, the woman sitting in front of me
slides her finger on a Paris map. She comes and goes
with her fingernail vertically on the streets, softly and
always sticking to it; scratches a metro station then
moves on a ride that leads, for example, to the Place
de la Concorde. The point of pressure between her
index and the map creates a lordosis at the two last
phalanxes, replica of the one hollowed out by pleasure
in her back—this is how I spontaneously detect her as
the adequate orgasmer. My sacrum secretly leaves its
constraint and aligns with hers.
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Imagen cortesía Alexander Apostol
5600 year old mummy found on the Italian Alps in
1991 as well as in many African cultures and on the
skin of many people in the 21st century.
The body ornaments are a part of the concept of
beauty in every culture in all parts of the world from
the most primitive to the most sophisticated modern
people. The skin is the window case of beauty. But it
is much more that that; the skin is a site of beauty,
the playground for the perpetration of our species,
is the soft cover passionately attractive to surgeons,
photographers, lovers and poets.
Her nail is dense, hard on the waxed paper, long
over the flesh.
That nail and all of them are fake. Plastic rhinestones scintillate, glued on pink acrylic.
Except for the solitary coming-and-going of her nail,
she moves very little. Her slight head, with tight blond
curls, sways intermittently. Her other ringed fingers
rest folded on the open book as on a perch. She
does not look at the map; her minuscule glances are
lost in the accelerated blackness behind the windows.
She wears a peach tutu dress, matched to her matte
complexion, and for which she herself seems to have
been perfectly manufactured. She is well preserved,
perhaps she smells—I will come closer—of industrial
muffin. All shoes fit her perfectly, no doubt. The nail
comes and goes.
Smoke-dry from so much sun-tanning, the skin on
her chest forms an amber and red breast-shield between her neck and her corset. When her head nods,
her double-chin vibrating to the sound of the train, I
can see the parakeet transplanted in her and desire
comes to me. I want to live with her.
An undulation hoists me from my column all the
way to the top of my head, which, freely seated on
my first vertebrae, does not oscillate to the naked eye
even though I breathe and move. My gaze unhinges in
front of her, like an anaconda’s jaw dislodges to swallow a goat. I begin to consider her entirely.
Her mouth is parted.
She has a husband. I feel his compressed mass to
my left. I sound his matter through the point of contact between his biceps and the bone in my arm—I
hold it—and this point of contact feeds me information about him, about them.
He is good. He goes first to save his wife the
trouble of having to push turnstiles. Since he wears
his wedding ring the bark of his swollen finger has had
time to grow over it.
His face is redder than the rest. He possesses
three or four positions that he knows with his body,
at most, the others fled him and will never come back.
The face of his orgasms is a fossil inside rock. To orgasm has become, for him, a steep ascension, painful and dehydrated. When pleasure comes, filtered
through his flesh, it cannot really find a passage to
emerge—he drizzles on his wife in frothy sputters at
the corners of his mouth.
I have never known such a heavy man. I don’t
know what one does with a man of such weight. I
think I would simply suck him with the intention of
disengorging him. I would never have the strength of
such a block. I would put on earplugs.
She dreams of projecting herself wandering the
streets of Paris with him later. But the relationship with
her nail is more sensational. It is through this link that I
pass. I mark a stop between the juncture of the acrylic
and the keratin. There, at that juncture, there is a small
hump of glue, a donkey’s back to amuse microbes.
They always find time to make love. She possesses
all kinds of matching lingerie in synthetic fabrics. He
buys her garters. They’ve already tried edible body
powder, on Valentine’s day, and there’s still some left
over since. The vanilla scent dozes in a drawer in their
bedroom, and if I were their daughter I would find the
jar right away, and in passing I would sniff the geisha
balls, and look to see if somewhere there’s any trace
of secretions with colors I don’t understand.
They had two children who grew up and left with
unfortunate physiques. They cause them no worries;
they are all very close even though they live in distant
towns. Their mom—after many years of experience
being a woman under the sun once every summer
and, in the last few years, also once during winter—is
now golden and warm year-round. Her skin, no longer
elastic, is definitely soft. She is ripe.
I am even smaller than today. I wade peacefully
in the makeup of a woman in front of school. The
layers of blue, pink, violet, green eyeshadow contrast
with my mother’s figure, who arrives always late in
jeans with greasy hair under a headscarf, with hard
splashes of white paint on her face sticky with neutral
night cream. I diffuse passively towards this woman,
I start to live in peace with her when she tells me,
you see, makeup is beautiful. This remark, completely
off topic, brutally interrupts my osmosis through her
membranes. Once again I am chased away, dull and
indifferent. There’s a puddle under my bottom. My
mother does not pick me up me as a whole. And so
on. There will be many losses. To resist total disappearance, over the years I concentrate my substance
into a minimal, impenetrable and optimal form inside
a cold and long body. This form contains an entire
program. The body, my disaffected body which hosts
it, gives shelter to other subjectivities to which I meld
with everyday in order to keep going. All sorts of
beings and larvae. I wait with them, huddled. A moment and a territory. Then.
A thread lifted by an air current allows my minuscule spiders to move forth as scouts into the woman
of the nail, to project into her frizz the silk foundations
of the colony. She inspires quite enough stability in me.
Nonetheless, if she gets up too early, the thread will
come undone and will fall. I would look for someone
else to populate but it will not be so easy. This woman
presents herself perfectly.
Deep down in her pupils, I think I can even see
now the powerless pulse of an alert shrew, still alive
at the margins of her consciousness. As if there, in her
domestic heart, were buried a hospital for orphaned
animals. At the edge of her lower lids she has drawn a
line with white illuminating pencil, similar to the one my
mother used to draw in chalk on the terrace in front
of her house to discourage the ants from crossing the
threshold. I want to colonize her. She has solved the
issue of femininity, of domesticity in an every day and
perfectly satisfactory way. My mother tried and she
is dead. This woman would make an excellent host.
I consider her entirely as a base.
This time, rootlets grow from me. I have proven as
patient as the lotus and now my filaments throw themselves blindly from me to her, guided by the untranscribeable program which can only express its inner
intention on the occasion of favorable climactic circumstances. A fire. And the sleepy seeds break open
under the earth: with this woman, my desire to grow
and to deploy everything ends its dormancy. Time can
begin to count its minutes anew. From the seat where
I traveled in the opacity of the weeks, I smell the acidity
of her skin, its temperature, the chemical breath of her
pores, the warm-cake perfume, the resistance of her
hair, and I begin my fall on her cozy rug.
My first sprouts resemble young boys’ penises
which no one would dare put in their mouth. She lets
me extend towards her rounded body without cutting
me. My arms, which are so dry, unsupported lianas,
dream of embracing her.
I am going to project tendrils on her breast to
hoist myself up by her straps and deposit myself there.
Once I have fed on the organic matter held in the
cup formed by her breasts—the dead skin, the taco
crumbs, the drops— I will let down long roots around
her bust, her tan legs, I will surround her ankles and
her square-heeled sandals and I will take on a sort of
transitional human form. My roots will run on the
ground. I will support myself when turning and will lift
myself over the floor. I will walk on the subway with
everyone. My moves will be majestic but not intimidating. I will go get Rubber at home and then for a year
I will look for a place on earth where I will eventually
stay. There I can start to let my hair grow upwards,
bear fruit and feed the toucans. All my friends will
have their coming out there and will start their free
lives upon my branches and from tree to tree. There
will be no limit to the size of the minuscule spiders’
chignons on the clumps.
I am not a strangler. Under me, the woman’s body
will still be alive, and I will have preserved her orifices
open so she can taste the good things in nature that
surround us, so that her husband can still access her
and so she will not be deprived of the pleasures of
married life that have made her so hospitable and
stable. I will make sure that she is thanked daily for
having brought me into the world in such a way. The
agoutis, big daft rodents she will soon get acquainted
with, will bury their nuts at our feet. I will let her nails
with scintillating plastic stones hang out from my leafage, they will discourage the chainsaws.
Her husband can lodge in my buttresses and they
will make love as often as they want—though I am
not certain that this man, deformed by character, will
survive long in the primal forest where I intend to
settle. If he dies, since bacteria will easily crack the
secret of his epidermis, the birds and I will let out a
song so beautiful another man will soon find his way
to my tree, and another one after that will penetrate
her under between my wood so she will orgasm, until
the end of her days, as should all mothers in the world.
Me, I’ll keep not giving a damn about men. I will be
splendid and self-sufficient in the jungle, the wet sky
melting over my canopy at shortened cycles. I will give
back instantly in vapors and eggs in all levels. I will experience orgasms without centers, in love with everything
PC: Are people still using the first prototypes you
installed? What has been the experience from one
place to another? And how has the system developed?
JF: The first prototype was in 1997 in Tanzania, Africa,
and it worked for over 5 years which was more than
expected. Later we worked in Cambodia and Thailand.
The final development of the DIY version was made
in Zanzibar some years ago and now there is a local
NGO that is setting up the replicas there on their own.
They have even done improvements to the system in
order to match local needs.
CONVERSATION BETWEEN PIA CAMIL
AND JAKOB FENGER FROM SUPERFLEX
BIOGAS PROJECT, GUADALAJARA,
MEXICO
PC: Does one unit supply gas for more than one house?
JF: One system per house. The idea from the beginning was to focus on the need of a family. So the
family would have the biogas system as an option in
there household. They and nobody else would make
the decision to acquire a biogas system.
Pia Camil: I believe most of your work is valued or
assessed in terms of its efficiency within or outside the
art world—people try to label you as artists, designers, or whatever. I’m more interested however, on the
discourse that arises from those limitations. I could be
wrong but what I like in the way you work is that it is
from those limitations that the work arises. I even get
the impression that if there is a lack of limitations that
you set them up yourselves, you set your own rules.
Does that make any sense to you?
Jakob Fenger: I dont think the right word is limitations... I would call it obstacles and often obstacles can
be productive.
When we define our practice we use the word
Tools. A Tool can be used in different situations or
places without limitations. And that is exactly what
is interesting to us – we are always interested in the
potential of going beyond the art world. And here we
do not see any limitations.
I’m very aware that sometimes we work in the
art field, sometimes we work in a more engineering
field and sometimes we just put soft-drinks on a shelf
in a supermarket. Our works can be in very different
situations or locations. But often what we are interested in is the stories that are carried through. The
same story is being carried through different media,
or maybe the same medium but in different situations
like for instance with the soft drink—Guaraná Power.
It’s a story about some farmer’s struggle with a large
multinational cooperation that are pressing the prices
on guaraná down.This struggle was mediated through
a soft-drink that is being sold in supermarkets but also
exhibited in museums. And by the end of the day it
was supporting the farmers. For some people Guaraná
Power is a energizing soft-drink and for others it is a
piece of art – for us it is both.
And likewise with the Supergas project. On one
level it is a product that is providing gas for a family
and by that filling a very basic need. But the starting
point was an interest in the post-colonial relationship
between Europe and Africa that in many ways is very
problematic. It is also a story about being independent
and going against certain structures.
PC: Perhaps limitations is not the right word but
seems to me it’s more about posing a problem and
not necessarily solving it but exposing creative ways
to approach it. I think it is specific to each project and
as you said there is no formula. Can you tell me more
about the biogas project in OPA, Guadalajara?
JF: We’ve been doing the biogas for many years and
it star ted from our interest in the relationship between the north and the south, Europe and Africa.
Normally as an artist you criticize something, which
can be an important function, but we were interested
in not just criticizing but placing ourselves in a situation where we can also be criticized. In a way the
biogas project is about these two par ts, to understand the situation but also put yourself in a situation
where you can be criticized.
PC: So the idea here is to take it that one step further?
JF: We have been testing the Supergas system for
about 15 years and we know that the DIY version
works but now we want to take it to the next level –
to make it like an object of desire. Something that has
the quality and simplicity that one can expect from
well designed consumer products. The prototype development for the consumer-version is going on right
now and hopefully by the end of this year we can do
the first test and then do the exhibition after that.
PC: Will it be implemented in different rural areas
of Guadalajara?
JF: Yeah.
PC: You mentioned they are doing replicas in Zanzibar?
What is your take on that?
JF: We believe that the technology should be opensource hardware. It should be possible to copy and
improve the system. And, by the way, today anyone
can download a DIY-manual from our website and
make their own Supergas biogas system.Talking about
open-source hardware the idea is not something
new to us. Some years ago we made the ‘Free Beer’
project which was taking the open-source philosophy that software programers are using, but instead
of having the software code open we would have
the recipe and identity of the beer open. Initially it
was an experiment we did together with student
in a university in Copenhagen. We made the Free
Beer together with a beer brewer and the students,
launched a small website with the label and recipe
and all of a sudden within a couple of weeks it was
world news - BBC and CNN both did a feature on
the beer. I guess there was some kind of conceptual
synergy: open source and Free Beer.
PC: Does the open source philosophy make it tricky
for investors?
JF: Maybe. But actually it should not. It might take us
some time to convince someone that this is the right
way because the regime of patents has been ruling the
world for too long and filling everyone’s heads with
the patent gospel.
For me, the copy is a win-win situation. The important part is to emphasize that if copied it should
be copied right.
PC: What would you say is your biggest challenge?
How do you think it will be accepted into the Mexican community?
JF: At the end of the day I think people will decide
for themselves, they will decide if they want to buy
it or not. Our energy or our effort goes more into
the direction of developing the project in a way that
we believe is right. What we are experiencing in the
last couple of years because of the climate debate is
that there is a huge interest now. Because the biogas
system not only improves the life of the family but also
reduces CO2 emissions a lot.
Superflex will present the biogas project in OPA Guadalajara on March 2011. They are currently working
on the development of the project in collaboration
with TOA.
ANIMALS
BY BRENDA LOZANO
It is morning and there are 14 mosquito bites on
his legs. He scratches every welt before showering,
one after the next. He spots a large welt on his left
heel; he digs in repeatedly with one fingernail and
feels no relief. He lives in the city; this weekend he
is visiting a couple, friends of his that live away from
the city. As his friend brews some coffee, he can
see he has no welts on his legs. He asks Juliana if
she has anything for him, some lotion or something
to mitigate this god-awful itch. No, she says. They
have been living here for 8 years now, he thinks,
they have not needed any such thing for a very long
time. They had their way with me last night, he says
to his friend. It will pass, she says, for now try not to
scratch. He scratches his heel as he thinks of the
three days and four pages he has left of an ar ticle
due Monday morning.
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Imagen cortesía Superflex
all the way down to my smallest woody cells; the loves
of the sun replicated to infinity. Four hundred squirting
species at least will populate the forest, diffracting its life
in space. My morning moans will be those of howlers.
When her grown up children want to visit her,
they will take a trip to the tropics and hope to have
enough soul in them to spot her unique looks of
ordinary mother camouflaged amidst thousands. She
will be everywhere.
After breakfast, Juliana and Manuel show him their
garden. He looks at the rosemary, basil, cilantro, lettuce, tomatoes. He bends down, and as he rubs some
basil leaves against each other he is surprised by the
sun rays breaking their way through the leaves in
the midst of the vegetables. He goes for his camera;
he takes photos. His friends take him to the same
farmyard they were building last time he visited four
years before. There are four goats, one old and three
young. He takes their photo, he gets closer to them
and they come close to the camera. The youngest
one likes to follow him. He asks his friends if this is
normal behavior. His friends laugh.
The house is covered in vines. Two lavender flowerpots sit by the door. Juliana shows him the two different types of lavender, gray and purple. She shows
him the proper way to rub sprigs before smelling
them. He takes photos of her; she rubs the lavender
sprigs. He inserts a gray sprig in his right pocket and
a purple one in the left.
He locks himself up in the room and works for a
span of four hours. From time to time he scratches his
legs. He realizes the biggest welt is on his knee, now
that he checks it against the one on his heel. He stops
writing in order to go at his knee with both hands and
he notices it is actually a double welt. He seems unable
to move on to the next paragraph. He exits the room.
Manuel is by his computer; Juliana stepped out to buy
flour. Flour? Yes, she’ll be baking bread for dinner. He
shuts the door, closes off the mosquito net and heads
out to the farmyard. The goats approach the fence.
He sits back and observes them. He notices the long
beard of the eldest is wet. He enters the pen; there is
a sharp smell, what to him seems like goat cheese. He
pets the oldest goat and the other three come closer
to him. He bends down, pets the youngest much like
he would a dog. He walks four steps to the right and
the goats follow him. He is surprised. He takes a few
steps to the left and the goats follow him. This is hard
for him to believe. He bends his right knee to facilitate scratching; he asks himself if he will ever enjoy his
friends’ lifestyle.
In the morning he erases the last paragraph he
worked on the night before. He proceeds to the table
to have breakfast with his friends. He shows them a
mosquito bite sitting between his index and middle
fingers. He describes his battle against the mosquitoes
that night. He killed three with a magazine he found
in the bathroom and still there is a bite between his
fingers. Manuel sits next to his friend and examines
the bite between his fingers. Come here, come closer
again. What’s that smell on you? Some lotion she gave
me, he says, her Christmas present to me last year,
before we broke up for good. No, he repeats, what is
that smell on you? It’s green orange lotion, he replies.
Juliana smiles, goes on slicing the bread and tells her
friend it would be wise to stop using the lotion.
Translation by Débora Antscherl
KANT ELEGANT
BY SARAH ORTMEYER
“More than 40 years ago, Kant had already impressed
upon himself and on occasion, us, his audience at the
time, that a person must never take his style of dress
entirely from fashion; it is, he adds, definitely a duty,
that a repulsive or even flamboyant spectacle not be
imposed on others. He already called it a maxim at
the time, one that should be followed exactly, that
one must above all, choose the colors of clothing precisely in relation to the colors of flowers. Nature, he
said, doesn’t provide what isn’t pleasing to the eye; the
colors that grow next to each other always match.
So, for example, brown outerwear belongs with a
yellow waistcoat, the flower Auricula showed us this.
Kant always dressed himself respectably and carefully.
Later on he particularly loved mottled (meliert) colors. For a good while, one saw him in clothes with
seams wrapped in golden cord. His sword he wore
responsibly, as long as businessmen donned theirs; he
set it gratefully aside when this custom stopped, as a
bothersome and superfluous appendage. Only his hat,
as far as I noticed, he never subjected to the laws of
fashion. This hat lasted through every transformation.”
Man merkt leicht, dass auch kluge Leute bisweilen faseln,
by Ludwig Ernst Borowski. Published by Volker Gerhardt, pp. 143-144. Translated for the first time into
English by Alexis Kunsak.
“Fine art is an art, so far as it has at the same time
the appearance of being nature. A product of fine
ar t must be recognized to be ar t and not nature.
Nevertheless the finality in its form must appear just
as free from the constraint of arbitrary rules as if it
were a product of mere nature. Upon this feeling of
freedom in the play of our cognitive faculties-which
play has at the same time to be final rests that pleasure which alone is universally communicable without
being based on concepts. Nature proved beautiful
when it wore the appearance of art; and art can only
be termed beautiful, where we are conscious of its
being art, while yet it has the appearance of nature.
For, whether we are dealing with beauty of nature or
beauty of art, we may make the universal statement:
That is beautiful which pleases in the mere estimate
of it (not in sensation or by means of a concept).
Now art has always got a definite intention of producing something. Were this “something,” however,
to be mere sensation (something merely subjective),
intended to be accompanied with pleasure, then such
product would, in our estimation of it, only please
through the agency of the feeling of the senses. On
the other hand, were the intention one directed to
the production of a definite object, then, supposing this were attained by art, the object would only
please by means of a concept. But in both cases the
art would please, not in the mere estimate of it, i.e.,
not as fine art, but rather as mechanical art. Hence
the finality in the product of fine ar t, intentional
though it might be, must not have the appearance of
being intentional; i.e., fine art must be clothed with
the aspect of nature, although we recognize it to be
art. But the way in which a product of art seems like
nature is by the presence of perfect exactness in
the agreement with rules prescribing how alone the
product can be what it is intended to be, but with an
absence of laboured effect (without academic form
betraying itself ), i.e., without a trace appearing of the
artist having always had the rule present to him and
of its having fettered his mental powers.”
Critique of Judgment by Immanuel Kant, § 45, 1790.
Imágenes cortesía de Alexandre Guirkinger
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