Descargar suplemento La Prensa, 4 de junio de 2016

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Descargar suplemento La Prensa, 4 de junio de 2016
EL DÍA, sábado, 4 de junio de 2016
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LA HISTORIA RECIENTE
del Puerto de la Cruz a partir de una
nueva guía de bolsillo explicada por
Nicolás González Lemus 7
del domingo
revista semanal de EL DÍA
LAS CASAS PRINCIPALES DEL
AYUDANTE DOMINGO PÉREZ VOLCÁN
(1628-1707) EN LA CALLE DE SAN TELMO
(SANTA CRUZ DE LA PALMA)
Texto: Antonio Lorenzo Tena
E
l barrio de San Telmo, con
la calle principal homónima, en una de las zonas
con mayor solera histórica
de Santa Cruz de La
Palma, se extiende desde la plaza de
Santo Domingo hasta El Galión, en
una franja extendida de Norte a Sur,
con limitaciones por el naciente
con los riscos que caen sobre el mar,
la calle de Luz y la calle del Espino,
y por el poniente la Cuesta de Buenavista. En lo alto del risco que corona
la bahía, dominando el puerto y la
escena marítima, se encuentra la
ermita de San Telmo (más adelante
con la titulación añadida de Nuestra Señora de la Luz), fundada por
la cofradía de mareantes. No en vano
este barrio ha sido habitado tradicionalmente por marineros o personas
cuyos oficios se han relacionado con
el mar.
Historiar la calle o el barrio de San
Telmo casa por casa no es tarea sencilla, como tampoco es hacerlo de cualquier calle o barrio en el tiempo; diríase
más, es técnica y materialmente imposible alcanzar la exactitud. Para que
las piezas de este completo puzle encajasen a la perfección sería necesario
un corpus documental completo
del que no disponemos (a pesar de
que el rastreo ha sido amplio, largo
y minucioso). Pero no es suficiente.
No es posible la precisión absoluta
por diferentes motivos: no se documentaban la totalidad de las transmisiones; algunas casas podían
sufrir agrupaciones o modificaciones
en su estructura a lo largo del
tiempo, incluidas divisiones (por ejemplo, casas derruidas en cuyo solar se
construyesen dos, o a la inversa) y
también está la ambigüedad de los
linderos hasta mediado el siglo XIX
con la numeración de las casas(1), lo
que no permitía hasta esa fecha una
gran precisión. Otro ejemplo que aumenta la confusión es el cambio en
la nomenclatura, siendo esta calle
denominada “Pablo Iglesias” durante
el periodo republicano, “Navarra” tras
la Guerra Civil(2) y “San Telmo” en
los años sesenta, su denominación
Casas en la
actualidad (calle de
San Telmo).
histórica, que es la que se encuentra vigente.
El barrio y la familia Pérez Volcán
Si se conoce una familia cuyos apellidos se han vinculado a la zona alta
del barrio de San Telmo, especialmente
desde la segunda mitad del siglo XVII
hasta la primera mitad del XVIII, ésta
era la familia Pérez Volcán, cuyos dominios se extendían a lo largo de la zona
más llana del barrio hacia el Sur (desde
la ermita de San Telmo o Nuestra
Señora de La Luz hasta los riscos y
relvas de La Caldereta(3)), propiedades
que se fueron repartiendo y transmitiendo a lo largo de algunas generaciones, por tanto constituyendo una
sólida saga familiar arraigada en la
zona.
De este modo no era extraño que
los primeros inquilinos buscasen
una zona de especial preeminencia,
cercana a un templo religioso, y
ubicada sobre el risco, con una privilegiada visión de toda la bahía de
Santa Cruz de La Palma.
Domingo Pérez Volcán, hijo de Agus-
tín Pérez y Melchora Luis, casado con
Margarita de la Ascensión (1649), fue
el primero de su familia en utilizar
el apellido Volcán, cuyo origen se desconoce, aunque se transmitió en su
dilatada descendencia hasta principios del siglo XX(4).
Dedicado a las milicias, donde alcanzó el grado de ayudante de coronel, mostró en diversas ocasiones de
su vida detalles de altruismo para con
la Isla. Una de sus contribuciones más
conocidas fue el legado por su testamento de 1705(5) de un tributo de
500 reales de principal para que con
sus réditos se ayudara a la celebración de la fiesta en honor de Nuestra Señora de la Luz en la ermita de
San Telmo. Asimismo, su esposa
había legado una casa terrera en el
barrio de San Telmo valorada en 400
reales para la ayuda de la misma fiesta.
Historia de la casa y sus propietarios
Ya se ha comentado la dificultad que
entraña historiar un inmueble,
máxime a lo largo de varios siglos. No
obstante, en este caso, concurren algu-
nas circunstancias que facilitan la labor,
como es el hecho de que las viviendas, con todas sus reformas y variaciones, hayan permanecido prácticamente en dos familias a lo largo de
más de tres siglos.
La casa (hoy en dos viviendas) experimentó en el tiempo varias reformas,
algunas de ellas documentadas, por
lo que su fisionomía actual en poco
se habría de parecer a la de antaño.
Pertenecía, mediado el siglo XVII,
como otras fincas cercanas, a Francisco Hernández Sosa Portugués, y
su esposa Juana Hernández, donde
ambos tenían su residencia. Estas casas
contenían un solar sin edificar. En 1649,
con motivo del casamiento de su hija
Margarita de la Ascensión con
Domingo Pérez Volcán, Francisco Hernández Sosa, otorgó escritura de dote
a favor de dicha su hija entre cuyos
bienes incluía: “Primeramte un solar
para que en el edifiquen una casa en
que biban que esta junto a las casas
de nuestra morada con quien linda por
un lado y por el otro casa de franco
gonsales carba[llo] y por abaxo la calle
que cay sobre [los riscos] de […] por
delante […]”, que valoraba en 200 reales(6).
Domingo Pérez Volcán disponía así
de una parcela para fabricar, que amplió
en 1653 con otro solar contiguo,
casa y corral que compró a Francisco
Hernández Carballo y su mujer Francisca de León por un precio global de
370 reales(7). Esta propiedad de
Carballo estaría situada hacia el Sur
respecto a la casa y solar de Francisco
Hernández Sosa Portugués, su suegro: “Una casa terrera cubierta de teja
que tenemos en el barrio de sant Telmo
con su corral y cercado de tierra que
junto a ella esta, que linda por delante
Calle Real y por detrás Camino Real
y salida de la ciudad a las Breña y por
un lado casas de juan lopes mareante y por el otro casas de franco hrs
portugués y cercado de tierra del
comprador por manera que le vendemos
todo aquello que esta y nos pertenese
debajo de dhos linderos sin reseruar
para nosotros cosa alguna”.
Con la casa vieja, que fue utilizada
como granero, y los nuevos solares,
el matrimonio formado por Domingo
Pérez Volcán y Margarita de la Ascen-
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sábado, 4 de junio de 2016, EL DÍA
EN PORTADA
sión dispuso de una propiedad más
amplia, remodelando en profundidad
la casa según se deduce del testamento
de esta última al declarar que “durante
dho matrimonio hemos adquirido
las casas de nra. hauitasion y otros bienes que constaron de Ynstrumentos a
que me remito y en las cassas de nra.
hauitasion hemos fabricado y puestolas
en la forma que están oy”(8). De las
dos casas que formaban el conjunto,
la llamada “casa vieja” estaba situada
en la parte sur, y disponía de puerta
interior. Esta “casa vieja” fue fabricada por Domingo Pérez Volcán,
según se hace observar en la partición de los bienes practicada por su
muerte.
Tal como había sucedido con Francisco Hernández Sosa y su mujer, también Domingo Pérez Volcán y su mujer, Margarita de la Ascensión, pretendieron que su hijo Francisco
Pérez Volcán, al tiempo de casarse con
Ángela Francisca Monterrey, fabricara
una vivienda propia junto a la suya.
Así, en el testamento de Margarita de
la Ascensión, ésta declaraba haberle
dado a su hijo Francisco Pérez Volcán “un solar en las cassas de nra. hauitasion abaliado en dosientos Reales los
que les exsibiendolos mis herederos
quede libre dho solar”(9). Así se hace
constar, asimismo, en la partición de
bienes por muerte de Domingo Pérez
Volcán y Margarita de la Ascensión,
en que se dice que “señalaron quarenta y sinco piez de gueco en dho sitio,
que dieron para fabricar una cassa,
al tiempo de selebrar matrimonio con
Angela franca de Monterrey su lexitima muger, como consta de la escriptura que le otorgaron pr ante Pedro descouar sno puco que fue desta ysla, su
fha, en 24 diaz del mes de noviembre
del año pasado de 1673, y por no hauer
tenido efecto, y hauer fabricado los sobre
dhos la referida casa, mandó la dha
Margarita de la Asempon pr clausula
de su testamento que otorgo por ante
Andres de guerta sno puco que fue desta
ysla su fha en 16 diaz del mes de henero
del año passado de 1706 se le diese al
dho alferes franco peres bolcan su hijo,
dosientos Rs pr dho sitio, para que quedase libre y fueron apresiadas las dhas
casas en siete mil dosientos y quatro
Reales de que se haze cuerpo de bienes”(10).
Al parecer, esta casa no se fabricó
por lo que Margarita de la Ascensión
le dio a su hijo Francisco Pérez Volcán (casado con Ángela Francisca Monterrey) 200 reales para que el sitio quedara libre(11). En la expresada partición, las dos casas de San Telmo fueron adjudicadas a su hijo Manuel Pérez
Volcán, casado con María Fernández
de Medina(12). Éste declaraba en su
testamento de 1738: “Yten declaro qe
Firma del ayudante Domingo Pérez Volcán
Civitas Palmaria.
Anónimo del siglo
XVIII. Sociedad
Cosmológica de
Santa Cruz de La
Palma (fragmento).
Escudo heráldico
de la familia Pérez
Volcán. Acuarela de
Antonio Lorenzo
Tena.
además del valor de las casas donde
vivo qe me tocaron en partición de mis
padres tengo en ellas dos mil rrs qe me
redimió Agustin de Pais por un tributo
qe me pagaua y asimismo quatrosientos
rrs que me presto el Pe Cura de Sor Sn
Joseph de Breña Vaja mi sobrino
[Mathias Peres Bolcan], y tresientos
qe me presto Jorje Montero de espinosa,
y ciento y veinte rrs en contado qe me
presto Ambrosio Lopes de Abreu,
todas las quales partes tengo gastadas
en la Redifican de dhas casas. Declarolo assi para qe conste”(13).
La casa de la parte Sur era terrera
y fue apreciada en 4173 reales, mientras que la casa del lado Norte era
sobradada, con su corral, y apreciada
en 5.249 reales(14), siendo reedificada
con propio caudal de Manuel Pérez
Volcán, según hace constar en su testamento de 1738.
Firma de Guillermo Commins
Estas casas fueron adjudicadas a su
hija Manuela Volcán y Medina, segunda
mujer de Guillermo Commins, irlandés (1691-1752), y en el inventario de
bienes por su muerte (1746) se relacionan las casas de su habitación en
el barrio de San Telmo, “que lindan
por delante con la calle Real q va a la
Caldereta, por las espaldas con otro
camino que va tambien a dha Caldereta, que nace de la plasa de la lus, por
un lado con casas de Dª Margarita Bolcán [Monterrey] y por el otro con casas
de los hijos y herederos de Margarita
Bolcan muger q fue de Jph Cavesola”(15).
En ese inventario se hace constar que
en la cocina se hallaron un millar de
tejas que Guillermo Commins había
comprado para la composición de la
casa, lo cual es un indicio de que éste
acometió importantes reformas.
El capitán Guillermo Commins, natural de Carrick on Suir, al sur de
Irlanda, era uno de los irlandeses que
controlaron buena parte del comercio insular durante los años centrales del siglo XVIII. Había llegado a La
Palma hacia 1730(16) y allí contrajo
matrimonio con Rosa Volcán Monterrey, hija del alférez Francisco
Pérez Volcán y de Ángela Francisca
Monterrey, estableciéndose en San
Telmo, en una casa situada en frente
de la que es objeto de análisis en este
artículo.
Fallecida su esposa, celebró nuevas nupcias con la prima de aquella,
Manuela Volcán Medina. En la descendencia de este último matrimonio quedó el inmueble aquí historiado.
Así, en la declaración testamentaria
(1828) de Juana Manuela Arturo Commins Volcán de Medina, hija de
Miguel Saba Arturo y María Commins,
asimismo nieta de Guillermo Commins
y Manuela Volcán de Medina, se cita
entre sus bienes: “Declaro por bienes
propios mios heredados de mis padres
la tercera parte de una casa y sitio
situada en esta ciudad en el Barrio de
San Telmo enfrente de la de mi habitación que linda por delante con la calle
principal de dicho Barrio, por detrás
camino que va para el Degredo y sale
a dha calle, por un lado casa del presbítero Dn José Manuel Cavezola y por
el otro lado casa de Dn Dionisio
Alvertos vene cura de la Parroquia del
Señor Sn Pedro, en cuya casa y sitio
hay muchas bien hechurías fabricadas por Dn Antonio Juan de Silva mi
cuñado, y por Dn Antonio Juan de Silva
y Arturo mi sobrino clérigo presbítero,
que ha vivido y vive actualmente en
mi compañía; por lo que rebajando,
como es justo, las ante dichas bien
hechurías, tengo la tercera parte,
como dejo dicho, en lo restante de ella.
Declárolo para que conste”(17).
Las herederas de Juana Manuela
Arturo Commins fueron sus sobrinas:
María de la Esperanza, y María de los
Dolores, hijas de Antonio Juan de Silva
y Viñoly, prestigioso platero de la época
y Andrea Arturo, hermana de la
otorgante.
La propiedad de la casa recaló (probablemente antes de 1852) en Antonio de Silva y Arturo(18), presbítero,
hijo de Antonio Juan de Silva y Viñoli
y de Andrea Arturo Volcán, aunque
no hay constancia de que la habitara
puesto que ejerció su labor de sacerdocio durante más de 50 años entre
las parroquias de Fuencaliente(19) y
Breña Alta, residiendo durante sus últimos años en el segundo municipio,
en el cuartel de Miranda de Abajo. Es
sabido, por una gacetilla de prensa,
que la casa se encontraba en venta
en 1869(20), aunque no queda constancia de que se hubiera vendido pues
unos años después Antonio de Silva
y Arturo, por su testamento de
1882(21), había legado a su medianera
Juana Sánchez Pérez, mujer de Juan
Hernández Medina (ausente en Cuba)
y vecina de Breña Alta, la casa de San
Telmo.
Pero este legado, por motivos desconocidos, no se llevó finalmente a
efecto, pues antes de fallecer el anciano presbítero, de 86 años, vendió
la casa, además de otra en la misma
calle señalada con el nº 19, y una
hacienda de pan sembrar, árboles de
6 fanegas y 3 celemines en Buenavista
de Abajo, todo en precio conjunto de
15.000 pesetas a su sobrino Alejandro Rodríguez Silva, abogado de 28
años(22): “Una casa situada en la calle
de San Telmo con el nº 31 de orden
moderno con un sitio o huerto que le
es anexo, lindante todo por su derecha o Norte con casa de los herederos
de D. Tomás Rodríguez López y de D.
Salvador Remón de la Rosa, por su
izquierda o Sur, con otra que fue del
presbítero D. José Manuel Cabezola y
hoy de Dª Beatriz Cabezola Abreu, por
su espalda o naciente con la calle del
espino y por enfrente con dha calle de
San Telmo por donde tiene su entrada
mirando al poniente. Se compone de
un solo piso y mide todo en superficie 1255 metros cuadrados y 90 centimetros cuadrados. Pertenece al
otorgante por herencia de sus padres
D. Antonio Juan Silva y Viñoli y Dª
Andrea Arturo y Volcán, y de su hermana Dª Maria de la Esperanza
Silva y Arturo, y las demás partes por
compra a sus otros hermanos D.
Miguel, D. Narciso y Dª Maria de los
Dolores Silva y Arturo, de cuyas
adquisiciones no tiene título de dominio escrito, pero bajo tales conceptos
la ha poseído quieta y pacíficamente
más de 30 años”(23).
En 1895, este último propietario ven-
Firma de Bernardo Pestana García (1905)
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EN PORTADA
dió la casa a Juan García Hernández
(47 años) en precio de 3.000 pesetas.
El inmueble era descrito entonces como
una casa de planta baja con varias habitaciones y una huerta anexa: “Linda
por el Norte con casa de los herederos
de D. Tomás Rodríguez López, y de D.
Salvador Remón de la Rosa, por la
izquierda o sur con otra de doña Beatriz Cabezola y Abreu, por su espalda
o Naciente calle del Espino y por su
frente con la expresada calle de San
Telmo por donde tiene su entrada
mirando al poniente. Se compone de
un solo piso y tiene una superficie de
1255 metros cuadrados y 90 cm cuadrados (incluido el sitio)”(24).
Fallecido éste pocos años después, su esposa María Rodríguez Leal
(43 años), acuciada por las deudas,
por sí misma y en representación de
sus hijos menores no emancipados,
Modesta, Ciriaco, Antonio, Jerónima
y Juan, vende la casa en 1904 a Bernardo Pestana García, en precio de
3.500 pesetas, descrita en los mismos
términos y linderos que la cita anterior, aunque añadiendo la circunstancia
de que la finca contaba para su
abasto con un cuarto de paja de agua
de la que surte a la población un estanque, y libre de todo gravamen(25). La
propiedad fue transmitida a Francisca
Pestana Ravelo, única hija de Bernardo
Pestana y Eulalia Ravelo, aunque todo
indica que entre 1945 y 1956 se produjo una segregación de la propiedad,
manteniendo Francisca Pestana la parte
Sur y Manuel Tena Franco, su
yerno(26), la parte Norte.
Durante buena parte del siglo XIX
y el primer tercio del XX la casa no
fue habitada por los sucesivos propietarios, según se deduce de los padrones municipales(27). De hecho,
cuando Bernardo Pestana adquirió la
casa en 1904 éste se encontraba
domiciliado en la calle Simonica de
la ciudad (hoy denominada A. Cabrera
Pinto) con toda su familia.
Los inquilinos que ocuparon la casa de San Telmo en esas décadas procedían de lugares tan distantes como
Breña Alta, Los Llanos de Aridane,
Lugo, Arrecife, Valencia, Cadaqués,
La Gomera, Córdoba, Teruel o San
Sebastián; y el oficio que desempeñaba el cabeza de familia tan dispar
como: marino, carpintero, zapatero,
hojalatero, albañil, comerciante o
pedrero; llegando incluso a establecerse tres familias en la misma casa,
por lo que cabe pensar en un régimen
de alquiler para personas itinerantes.
La casa dejó de ser alquilada y pasó
a ser residencia familiar cuando
hacia 1930 se estableció provisio-
NOTAS
(1) La casa objeto de este estudio cambió de nombre y numeración
tres veces durante el siglo XX: la tradicional número 31 pasó a ser número
29 hacia 1955 y números 43 y 45 en la actualidad.
(2) Diario de Avisos, 19 de julio de 1937, pág. 2.
(3) Véase Lorenzo Tena, Antonio. “La Caldereta y la familia Pérez Volcán de Santa Cruz de Palma”. En El Día (suplemento La Prensa), 13 de
noviembre de 1999. Véase también: Pérez García, Jaime. “Evolución histórica de la zona sur de Santa Cruz de La Palma: el barrio de la Portada
y sus aledaños”. En Revista de Estudios Generales de la Isla de La Palma,
nº 1 (2005), págs. 439-465.
(4) Pérez García, Jaime. Ibídem, pág. 442.
(5) A[archivo] G[eneral de La] P[alma] / P[rotocolos] N[otariales], Escribanía de Andrés de Huerta. 8 de mayo de 1705.
(6) AGP / PN, Escribanía de Tomás González de Escobar, 11 de julio
de 1649.
(7) AGP / PN, Escribanía de Andrés Bermúdez Manso, 5 de junio de
1653.
(8) AGP / PN, Escribanía de Andrés de Huerta, 16 de enero de 1706,
fol. 13.
(9) AGP/ PN, Testamento de Margarita de la Ascensión, ante Andrés
de Huerta, 13 de enero de 1706, fol. 13.
(10) AGP/PN, Escribanía de Andrés de Huerta Perdomo, 18 de sep-
nalmente Argelia Herrera Pestana (nieta
del anteriormente citado Bernardo Pestana) con su esposo Manuel García
Herrera y la familia de este último.
En la primera mitad de la década
de 1940 ya se estableció en la casa Manuel Tena Franco con su esposa e hijos.
En la parte
superior izquierda,
casas que fueron de
Domingo Pérez
Volcán.
Parte trasera de la
casa a principios del
siglo XX (acuarela de
Antonio Lorenzo
Tena).
tiembre de 1726.
(11) Ibídem.
(12) Una hija de ambos, María del Patrocinio Volcán Medina, esposa
de Salvador Montero de Espinosa, declaraba en su testamento otorgado
el 15 de noviembre de 1766 ante el escribano Miguel José Acosta: “Yten
mando que de las diferentes encomiendas que tengo en Indias luego que
lleguen con su ymporte se retoque y componga la Santísima Ymagen de
nra. Sra de la Luz que se venera en la Hermita que está en el varrio de
San Telmo y se imponga tresientos rrs de dhas enmiendas en bienes seguros para que su rédito sea para aiuda de la fiesta de dha Santíssima Ymagen”.
(13) AGP/PN, Testamento de Manuel Pérez Volcán, ante el escribano
José Albertos y Álvarez, 18 de abril de 1738.
(14) AGP/ PN, José Albertos Álvarez, 20 de abril de 1746, fol. 326.
(15) AGP/ PN, José Albertos Álvarez, 6 de mayo de 1750.
(16) Lorenzo Tena, Antonio. “Una colonia irlandesa en la isla de La
Palma durante el siglo XVIII”. En Boletín Millares Carlo nº 27 (2008),
págs. 83-100.
(17) AGP/ PN, Gregorio José Medina, 17 de abril de 1828, fol. 364 [protocolizado el 31 de mayo de 1828].
(18) Nació en 1796, hijo de Antonio Juan Silva Viñoly y Andrea Arturo
Volcán (casados el 27 de julio de 1785), nieto por línea paterna de Antonio Juan de Silva y Josefa Viñoly, y por línea materna de Miguel Saba
Aspectos arquitectónicos
Una de las reformas conocidas más
importantes atañe a la fachada de la
vivienda hacia la calle de San Telmo,
en la cara Oeste, por donde tiene la
entrada principal. El 26 de junio de
1905 Francisco Herrera Concepción, familiar del propietario(28), presentó un plano en el Ayuntamiento
de Santa Cruz de La Palma solicitando
una modificación importante para
la fachada de la casa, que entonces
tenía el número 31, la cual fue
aprobada por la Junta de Ornato(29).
El diseño incluía una cornisa y nuevas formas para puertas y ventanas,
así como relieves, sobre las formas
tradicionales de c asa c anaria,
tomando el aspecto que tiene en la
actualidad.
Era habitual que la parte trasera de
las casas dispusieran de balconadas
o galerías acristaladas como atalayas
de observación hacia el mar. También la casa aquí historiada contaba
con una galería cubierta de cara al
Naciente.
En 1936 Antonio Herrera Concepción, yerno de Bernardo Pestana, fue
autorizado por el consistorio capitalino para ciertas reformas internas
en la casa cuyo alcance desconocemos. Lo más factible es que las reformas solicitadas por Herrera consistieran en el añadido de una construcción adosada en la parte trasera
(cara Este) en el extremo del Sur, aunque con posterioridad se hizo otra
construcción de cierta complejidad
con la fábrica de una azotea en la parte
trasera con escaleras exteriores(30).
El 23 de abril de 1956, Manuel Tena Franco, yerno de los anteriormente
citados Antonio Herrera Concepción
y Francisca Pestana Ravelo, domiciliado ya en la casa, promovió, en
la parte del solar perteneciente a la
propiedad objeto de este artículo, la
construcción de un almacén o garaje
de 104 metros cuadrados de superficie con puerta de entrada hacia la
calle de la Luz(31), bajo proyecto de
Tomás Machado y Méndez Fernández de Lugo, uno de los arquitectos
más prolíficos de la época en la isla.
Este almacén se encontraba limitado
al Sur con huerto que quedaba de la
propiedad y por el Norte con serventía
que comunicaba la vivienda con la
plaza de La Luz.
y Arturo y María de las Nieves Commins.
(19) Fue el primer cura cuando la ermita de San Antonio Abad de Fuencaliente pasó a ser Iglesia Parroquial (1832).
(20) El Time, 20 de octubre de 1869.
(21) AGP/ PN, Cristóbal García Carillo, 4 de marzo de 1882.
(22) En 1875 consta en un padrón municipal como domiciliado en
la calle de San Telmo nº 1.
(23) AGP/ PN, Cristóbal García Carrillo, 24 de junio de 1882, fol. 593.
(24) AGP/ PN, Melchor Torres Lujan, 19 de Julio de 1895.
(25) AGP/ PN, Aurelio Gobea Rodríguez, 16 de junio de 1904.
(26) Por ese tiempo administrador del Sanatorio Antituberculoso de
Mirca.
(27) Archivo Municipal de Santa Cruz de La Palma. Padrones Municipales entre 1875 y 1935(Referencias: 373-2-1, 373-2-2-, 371-1, 376-2, 3781, 378-2, 377-1, 379-1, 381-1-1, 567-1, 4202-1 y 942-1).
(28) Hermano de su yerno Antonio Herrera Concepción, que residió
durante toda su vida en la cercana calle Virgen de La Luz.
(29) Archivo Municipal de Santa Cruz de La Palma. Libro de Acuerdos (ref. 717-5). Junta de Ornato (ref. 602-2). Plano de la casa (Ref. 24360).
(30) Según constancia fotográfica, la reforma fue posterior a 1936 y
anterior a 1961.
(31) Archivo Municipal de Santa Cruz de La Palma. (ref. 1124-20).
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EL DÍA, sábado, 4 de junio de 2016
INVESTIGACIÓN
EN PORTADA
TURISMO
Tadashi Tagami
(Óleo sobre lienzo de 100cm x 100cm)
El chef del restaurante tinerfeño Kazan, que mantiene una estrella de la guía francesa Michelin desde hace dos años, tiene bien claro qué es la gastronomía japonesa. “Es una cocina con mucha alma, pasión, paciencia
y espíritu”, señala este joven de 25 años que está tras las
barra del establecimiento y que lucha para mantener esta distinción. Tagami, que nació en Lima (Perú) de padre japonés, llegó a Tenerife en el año 2012 luego de trabajar en el restaurante Le Calandre, en los alrededores
de Padua (Italia) con el prestigioso chef Maximiliano Ala-
jmo.
La cocina de Tadashi, de fondo tradicional, se ha ido
abriendo a fusiones y reinterpretaciones progresivas. A
su listado de sopas y variantes de sushi, sashimi, gunkan, usuzukuri y tempura se superponen platos más o
menos transgresores desde la perspectiva ortodoxa que
incluyen el ceviche de marisco y el tataki de pato. En suma,
tradición y fusión con arreglo a un estilo personal presidido por la técnica.
Tadashi Tagami tiene mucho que decir y los ‘stage’ que
ha realizado en grandes cocinas como la Hospedería Franciscana (uno de los 10 mejores restaurantes del mundo),
o en el 99 Sushi Bar (uno de los japoneses mejores de España)
tienen un significado oculto: conocer el producto. Y es
que Tadashi está en formación constante, ese espíritu es
el que le ha hecho, con tan solo 23 años, ser el cocinero
más joven en conseguir la ansiada estrella Michelin.
Sin duda, este gran chef rezuma sensibilidad en cada
una de sus recetas y sabe cómo fusionar tradición e innovación y obtener un resultado siempre perfecto.
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sábado, 4 de junio de 2016, EL DÍA
Texto: José Peraza Hernández
T
iempos duros éstos para
aquellos que trabajan en
la mar, sobre todo los
que ejercen su oficio en
barquillos de remos, donde
el esfuerzo físico es básico para este
duro trabajo. Con el paso del tiempo,
las barcas se han ido modernizando,
y actualmente tienen grandes mejoras para salir a la lucha del trabajo de
la mar; no obstante, se sigue trabajando a altas horas de la madrugada
para traer a primeras horas de la
mañana a puerto la pesca ansiada. Así
sucede en la ciudad marinera del Puerto
de la Cruz.
Me cuentan los marineros que trabajan si el tiempo les ayuda, porque
si la mar no está en condiciones o llueve
ese día no se puede trabajar. Por eso,
hay que aprovechar el buen tiempo
para realizar la faena.
En este trabajo tan laborioso, hay
que mencionar a un viejo lobo de mar
que se ha criado en medio de las olas,
y de ellas ha vivido, trabajando en muchos momentos día y noche para sacar
a su familia adelante.
Hablamos con José Bello González,
un hombre que nació en el seno de
una familia de trabajadores. Su familia ejercía sus labores en los empaquetados de la compañía Yeoward,
excepto la madre, que se ocupaba del
hogar.
Sus padres, Hilario y María Candelaria, nacieron en 1910, en el
Puerto de la Cruz, y el hijo de ambos
es el protagonista de esta breve
reseña, José, quien nació un 9 de
diciembre 1939.
Hoy, José ya se encuentra retirado.
E
‘El SALITRE’,
MANOS ARTESANAS
Me cuenta que ha trabajado con el patrón del barco “Vergeta”, conocido
como “el Negro”. También, comenta
que ha trabajado con otros patrones.
Uno de los últimos barcos en que ha
practicado su oficio fue el “San
Ramón”.
l acto de la consagración como obispo de la Diócesis Nivariense de don Domingo Pérez Cáceres tuvo
lugar el día 21 de septiembre de 1947 en la Santa Iglesia Catedral de La Laguna, y yo, que aún no había cumplido los 4 años, estaba jugando en la casa de mis padres,
en la calle Capitán Brotons, que distaba menos de cien metros
de la Catedral.
Presidió el Nuncio de Su Santidad en España Cayetano
Cicognani, obispo de Ancira, junto con los obispos fray Albino
Fernández y Menéndez-Raigada, que lo era de Córdoba y
anterior a don Domingo, y don Antonio Pildain Zapiain,
Obispo de Canarias, y con la asistencia de las más altas autoridades eclesiásticas, civiles y militares del Archipiélago.
Hay que decir que en esa década, como en las dos o tres
posteriores, el frío en La Laguna era terrible, a lo que habría
que sumar la humedad, que no era precisamente relativa
sino totalmente absoluta, así como el nivel, como diría el
belillo, “frenético”. Los dictámenes de varias universidades llegan a la conclusión de manera unánime de que el
“mago”, también llamado “belitre” o de “rosca gruesa”,
es del todo incapaz de decir “freático”, pues cientos de estudios vienen a avalarlo.
Cuando don Domingo se metía por la noche en su cama,
en el Palacio Episcopal de la calle de San Agustín, su mayordomo Castro tenía previamente que colocar unas bolsas
de goma con agua caliente para que las sábanas fueran
“entrando en calor”. Por aquellos años, en los meses que
iban de octubre a mayo el frío no había quien lo aguantara y empezaba a llover y se mandaba un mes lloviendo.
Ni les cuento cuando el Teide estaba completamente nevado,
pues hasta en La Esperanza caían copos, y esto se notaba
José Bello
González, ‘el
Salitre’.
Se levanta todos los días a las 6 de
la mañana y las 7:00 sale en dirección
al muelle, donde se pone a mirar a la
mar, y al mismo tiempo, reflexiona
sobre las cosas que tiene que hacer.
Luego, se poner hablar un poco con
los amigos, y sobre las 8:30 horas ya
El obispo güimarero don
Domingo Pérez Cáceres y sus
anécdotas
A REÍR QUE SON DOS DÍAS
Juan Oliva-Tristán Fernández*
en La Laguna, al punto de que alguien comentó en alto en
su día: “Ya dejaron otra vez abierta la puerta de La Esperanza” (pareciera una frase del Papa Francisco, pero no,
la pronunció un coñista lagunero). Por cierto, a este cristiano le preguntaron un día: “Oiga, ¿usted sabe en qué se
parecen los EE.UU. con La Laguna?”, contestando el otro:
“Ni idea. Déme una pista”, remachando el primero con rotundidad: “Coño, en que los EE.UU. están las “Catarratas del
Niágara, y en La Laguna no me niagarás que te acatarras”.
El cambio de aires de Güímar al Seminario lagunero lo
sufrió nuestro hombre del sur de forma notoria pues se pasaba
el tiempo tiritando, y hay que decir que tiritando y todo
la Santa Sede romana lo nombra obispo.
Como “iba a peor la mejoría”, los miembros del Cabildo
Catedral deciden ponerse en contacto con el presidente del
Cabildo Insular y terminan habilitando en el Palacio de la
plaza de España una cámara-habitación para que los meses
del crudo invierno lagunero don Domingo pueda dormir
en el “chicharro”. Una mañana y en el Cabildo, el presi-
se viene para su casa, donde tiene su
refugio, un pequeño taller en el cual
se entretiene.
José repara barcos. Uno de sus preferidos lleva por nombre “Lolita”. Me
comenta que la barca tiene unas medidas de 5,30 metros de largo (polita),
1,40 de ancho (manga), y de altura (punta)
70 centímetros.
Es, además, un gran artesano de la
maryhahechomásde40embarcaciones,
entre grandes y pequeñas, a escala con
las que ha realizado múltiples exposiciones. Hemos comprobado que a los
barcos a escala no les falta detalle: luz,
escaleras, el ancla que sube y baja, y todo
con un cableado con sus correspondientes
bombillos para dar luz, que se alimentan a través de unos pequeños cargadores.
También alude a que se ha recorrido
casi todas las islas, y posee carnet de
artesano, entregado por el Cabildo
Insular de Tenerife.
Le pregunté que por qué lleva la barba
tan larga, si es por alguna promesa. Afirma
que la lleva así desde hace más de 15
años, sólo se recorta la parte del labio,
y en ocasiones algunas puntas. Me llamó
la atención la longitud de sus uñas, y
le interrogué si era posible trabajar de
esa manera. Contesta que las lleva desde
hace unos 10 años de esa manera y que
no le molestan para trabajar.
Fue un placer hablar con nuestro amigo
José Bello González, más conocido por
“El Salitre”. Este hombre forma parte
de los últimos artesanos de barcos del
Puerto de la Cruz. Muchas veces se le
puede ver cerca del muelle, con su barca
y sus perrita “Niña”. Le doy mil gracias
por su hospitalidad, y le animo a que
siga realizando esas bellas y elegantes
embarcaciones a escala, con esas
manos de piel duras del salitre.
dente don Antonio Hardisson Pizarroso le pregunta a don
Domingo: “¿Cómo durmió anoche su Excelencia Reverendísima?”, contestándole éste: “Dormí como un bendito,
calentito, no como en La Laguna, y hasta soñé haber oído
música de nuestro “tajaraste”. Lo que aún no sabía don
Domingo era que el reloj del Cabildo cada cuarto de hora
“tocaba” el tajaraste, pero a todo se acostumbra uno.
Cierta noche, Castro despierta a don Domingo para decirle
que una “viejita” que estaba muy grave desea que don Domingo
la confiese por última vez y allá que se viste don Domingo,
se pone su abrigo y va a la casa de la enferma, pues ésta
quería despedirse de él, luego de confesar, por lo que le
pide a los familiares que les dejen solos. Efectivamente,
se reconcilia con el Señor y le dice: “Don Domingo, ya me
he confesado, pero tengo miedo”, a lo que nuestro obispo, en un afán postrero por tranquilizarla, le dice: “Mira,
hija mía, lo que de verdad importa es que dentro de muy
poco estarás en la Casa de Dios”, terminando ella respondiéndole: “Sí, don Domingo, pero como la casita de uno
no hay nada”.
Otra vez visitaba el Seminario paseando junto al rector
del mismo y se cruza un seminarista “guaperas”, a lo Robert
Redford, Richard Gere o el mismo Tom Cruise, y cuando
ya les rebasa le dice don Domingo al rector: “Este no creo
que se aguarezca”.
OLIVARADAS. “¿Dónde hay que firmar para que Roma
inicie la beatificación del Hermano Ramón Padilla, nuestro “santo” gomero de la Orden Lasaliana?”
*Pensionista de larga duración, humoristólogo
y colaborador sabático de EL DÍA
p7
EL DÍA, sábado, 4 de junio de 2016
VIAJE POR LA HISTORIA
DEL PUERTO DE LA CRUZ
Texto: Nicolás González Lemus
“P
or sus relaciones
comerciales, su
clima suave y paisaje coronado por
el Teide, el Puerto
de la Cruz se convirtió en un temprano
centro turístico. El turismo forma ya
parte del ADN de la ciudad. Los hoteles son hoy los elementos esenciales del paisaje. Los espacios urbanos
de los Llanos de Martiánez, Los Llanos de La Paz, San Felipe, San Fernando
y otros conforman hoy una red de hoteles dentro de lo que fueron unos terrenos agrícolas. El casco antiguo aún conserva espléndidos inmuebles, algunos con sus torres-miradores construidos por los comerciantes para observar la llegada de los barcos, conventos, templos y hoteles históricos,
todos ejemplos de su pasado esplendoroso”.
Así comienza la guía –español e inglés– de bolsillo que acaba de publicar LeCanarien, de 40 páginas, 120 fotos
a color y unos 20 mapas con las rutas
indicadas de sus calles para orientar
a los visitantes, nacionales y extranjeros, que quieran disfrutar de la rica
historia de la ciudad. Está dividida en
dos partes, dos paseos, las dos caras
de la ciudad turística, la marítima (turismo terapéutico) y la aeronáutica (turismo de ocio). Y las dos se completan con un asalto a la plaza del Charco
Un paseo trata de acercar al visitante
a la primera edad de oro del turismo
en el Puerto de la Cruz, a sus orígenes (1880-1930). Comienza con la formación de la compañía de Hoteles y
Sanatorium del Valle de La Orotava,
responsable de la apertura, el 1 de septiembre de 1886, del primer hotel de
la ciudad, el Orotava Grand Hotel, o
Sanatorium (futuro hotel Martiánez)
en una casa en los Llanos de Martiánez. Dada su escasa capacidad alojativa, la compañía arrendó tres casas
más: Casa Zamora (futuro hotel Monopol), Casa Marqués (futuro hotel
Marquesa) y Casa Lavaggi (hotel Buenavista, hoy hospital geriátrico).
A continuación se explica la formación de la Compañía Taoro, responsable de la construcción del hotel Taoro. Sus personajes claves y sus huéspedes distinguidos se encuentran en
sus páginas, y el paseo por las calles
permite descubrir y conocer los encantos de algunos inmuebles, bustos
y templos que van apareciendo a uno
y otro lado. Llama la atención el antiguo hotel Augusta, establecido en 1930
por la princesa María Augusta de Anhalt
(1898-1983), esposa del príncipe Joaquín de Prusia, hijo del emperador Gui-
llermo II, que tras su
viudedad se casó en 1926
con Johannes-Michael
Freiherr von Loën, momento en que se traslada
a la isla. Confluye en la
plaza del Charco, centro
neurálgico de la ciudad
turística a donde van a parar todas las calles. Aunque el espacio existía
desde antiguo, no fue hasta el siglo XVIII cuando
desarrolló su función social y económica. A su alrededor estaban los almacenes de las casas comerciales Cólogan, Power, Cullen, Franchy, Lecuona,
Pasley&Little, Reid y
González de Chaves,
entre otras firmas. En el
lado sur de la plaza entonces estaba el bar de copas
el Dinámico, un kiosco
neomudéjar con base de
mampostería y templete de madera
para música, construido alrededor de
1910. Y aún se conserva en el lateral
oeste de la plaza la fonda Casino, establecida en 1856. Bello inmueble cuyo
patio está prácticamente igual.
El otro recorrido, a diferencia del anterior, trata de descubrir la historia de
la segunda edad de oro del turismo en
la ciudad, su consolidación –desde 1950
hasta 1975–. Parte de mismo punto, la
plaza Viera y Clavijo, pero en lugar de
tomar la calle Valois, el visitante toma el paseo Aguilar y Quesada (paseo
de las Palmeras). Comienza con Isidoro
Luz Carpenter, que siendo alcalde desde
1944 a 1963 realizó las principales transformaciones y estrategias para conseguir
una ciudad turística. Funda el Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias en 1953; establece una Oficina Local
de Turismo en 1954; declara al Puerto
de la Cruz Lugar de Interés Turístico
el 13 de octubre de 1955 –entonces el
Puerto de la Cruz no figuraba en el Registro de los Municipios de España con
la categoría de pueblo, razón por la cual
fue declarado “lugar” y no “municipio”–; consigue el título de ciudad en
1956; autoriza el 23 de enero de 1957
la construcción del Lido San Telmo y
ordena la redacción del Plan General
de Ordenación Urbana en 1958, el primer del Puerto de la Cruz y de la provincia.
En la playa de Martiánez dio comienzo esta fase del turismo, primero
con la construcción del Termal Palace,
sobre un trozo de terreno de 3.300 m
en el frente norte de los Llanos de Martiánez, arrendado por los hermanos
Guillermo y Gustavo Wildpret Duque
por un período de 24 años a sus los
propietarios, los hermanos Pedro y
Portada de la guía.
Sebastián Fernández
Perdigón. Era un edificio de estilo neogótico victoriano de
madera importada
de Alemania, montada por especialistas
alemanes y decorado
por Francisco Bonnín.
Se inauguró en 1912
y se convirtió en un
centro de ocio donde
se ofrecía una extensa
variedad de actividades culturales, además de contar con
bar, restaurante, sala
de billar y gimnasio, entre otras prestaciones. Sobre sus
restos, Pedro y Sebastián Fernández Perdigón facilitan ahora
la parcela a una sociedad para establecer en
1940 las piscinas de
Martiánez. Las explotará Enrique Talg
Schulz. Fueron muy frecuentadas
por lugareños y turistas extranjeros
y se cerraron al público el 30 de abril
de 1964 y poco después fueron demolidas.
En el período de entreguerras se
pone de moda ir a la playa para tomar
baños de mar, y pasar varias horas
en la arena para respirar la brisa marina, aunque todavía la gente se resguardaba del sol. Baños que solo se
tomaban en la playa de Martiánez.
Un largo espacio de arena estaba ya
parcialmente protegido por un muro con boyas de salvavidas, y en
verano, cuando se solía llenar de usuarios, se ponía un bote. Ya contaba
con duchas de agua fresca, cabinas
para los bañistas y restaurante,
además de una pista de tenis.
Se habla del Columbus, construido
en 1963 por José Manuel Sotomayor,
y cuya concesión administrativa
adquire en 1971 el matrimonio alemán Heinrich y Catherine Meul, formando la Sociedad Columbus. Y el
paseo sigue a lo largo de la avenida
Colón, para contemplar los hoteles
Tenerife Playa (1957-1963), por iniciativa de Cándido Luis García Sanjuán; el Bélgica (1957), de los belgas
Walter Vandeputte y Albert Verburgh;
el Valle Mar (1959), que en principio se iba a llamar hotel Colón, fue
construido por la familia Ybarra; Las
Vegas (1959), por iniciativa de una
sociedad de siete accionistas, razón
por la cual se le conocía por “Los Siete
Magníficos”, y la pensión Bunge
(1962), del alemán Hartwig Bunge.
El conjunto de piscinas artificiales estaba formado por tres espacios
diferenciados por sus sucesivas fa-
ses de construcción: la primera la
conforman las piscinas del antiguo
Lido San Telmo, inaugurado en
1957; la segunda y tercera son originales del artista lanzaroteño César
Manrique, construidas por Luis
Díaz de Losada según proyectos de
los ingenieros Juan Alfredo Amigóy
José Luis Olcina.
No podía faltar la mención al promontorio con la batería de San
Telmo, construida en 1701 para la protección de los navíos que desembarcaban en el fondeadero del Rey
de las amenazas de posibles ataques
piratas, y la actual ermita (de 1780),
construida por el gremio de mareantes. Desde 1967, el Obispado Nivariense y el Secretariado Católico Internacional de Alemania (KAS) acordaron
ceder la ermita para la celebración
de los cultos en idioma alemán. La
señal que dividía el espacio geográfico
rural de Martiánez y la ciudad antigua.
El resto del trayecto va por las calles
San Telmo, Santo Domingo y las Lonjas, donde se encuentra la capilla,
construida en 1891 por Gregorio Pérez
Yánez, y sus fundadores fueron Sebastián Castro Díaz, Martín Hidalgo y
Félix García Morera. Los dos últimos
llegaron de Lanzarote y se dedicaron a actividades relacionadas con
el puerto y los barcos, y Félix tenía
una lonja de pescado salpreso en la
ubicación de la capilla. Posee un rico
patrimonio de fanales, candelabros, sitial y sudario bordado. Después se llega al muelle, cuya parada
es de sumo interés, pues se encuentra la Casa de la Aduana (1620), único
edificio del siglo XVII conservado
en el casco urbano. Fue dependencia
de la Real Hacienda hasta 1833. En
1958 la compró y residió en ella el
pintor Geofery Hougtton-Brawn, a
quien se la compró Austin Baillon
en 1963 y la convirtió en su residencia
personal, además de explotación turística. Actualmente, la casa ha sido adquirida por el Cabildo Insular de Tenerife y alberga el Museo MACEW del
Instituto de Estudios Hispánicos de
Canarias.
La guía termina en la plaza del
Charco, donde en los años dorados
del turismo de sol y playa se encontraba la mejor parada de taxis de toda
España. Entonces se llamaba del General Franco, y en el lado sur estaba
el bar Dinámico, construido por José
Manuel Sotomayor y Carmona sobre
las ruinas del kiosco neomudéjar,
inaugurado el 13 de julio de 1956. Se
convirtió en un lugar de encuentro
popular entre los lugareños y turistas asiduos a la ciudad y foro de tertulias generacionales bajo la sombra de los grandes laureles de Indias.
Lamentablemente también se destruyó.
Son algunas de las pinceladas sobre
los muchos aspectos que trata la guía,
que acaba con una relación de destacados personajes, locales y extranjeros, que han hecho posible la formación de la ciudad turística. Sin precedentes, imprescindible.
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sábado, 4 de junio de 2016, EL DÍA
www.eldia.es/laprensa
Revista semanal de EL DÍA. Segunda época, número 1.035
EDUCAR con coherencia
¿Q
uién quiere enseñar a sus hijos a
través de estrategias mediocres?
Todos deseamos
enseñar de la mejor manera posible
y dotar a nuestros hijos e hijas de la
mayor cantidad de herramientas para
relacionarse consigo mismos y con el
mundo, más allá del lema “la letra con
sangre entra”.
Enseñar a nuestros hijos e hijas de
una forma positiva, potenciando su
autoestima y facilitando que interioricen con madurez las normas, se convierte en una prioridad.
No obstante, se pierde de vista fácilmente el hecho de que para enseñarles
a ser maduros el castigo físico es contraproducente. Se ha considerado
inofensivo, a veces necesario. Sin embargo, no favorece el aprendizaje de
valores.
Nuestros hijos aprenden de lo que
nosotros hacemos, no de lo que les decimos. Si yo le digo a mi hijo o hija que
no está bien pegar, y seguidamente,
cuando no hace lo que yo deseo, le pego
y/o grito, considerará que también puede
pegar o gritar a otros bajo su criterio.
Los niños aprenden el valor del respeto a través de la relación que han
tenido con las personas significativas,
es decir, progenitores, profesores,
hermanos, etcétera.
Ese respeto del que hablamos es un
valor muy importante en el desarrollo de las relaciones humanas. Para
ser respetado es necesario aprender
a respetar, a comprender al otro, a valorar sus intereses y necesidades. El respeto es mutuo y nace de un sentimiento
de reciprocidad. Tiene que ver con no
ofender al otro, ni discriminarlo. En
Texto: Patricia Ortiz Guzmán
(psicóloga sanitaria colegiada T2122.
Psicoterapeuta miembro del Instituto Gestalt de Canarias)
este sentido, es evidente que recibiendo
una “torta” no nos sentimos respetados y, sobre todo, si este acto punitivo proviene de personas muy significativas en nuestra vida. Ahora
bien, el que mi padre o mi madre me
dé una “torta” no significa que tenga
que desarrollar un trauma. No obstante, si se utilizan estas prácticas para
educarme, es muy probable que yo
desarrolle un sentimiento de poco respeto hacia mí mismo. Las personas,
para crecer y desarrollarnos, necesitamos sentirnos válidos, y el respeto
influye en este desarrollo óptimo.
Cuando me pegas porque no hago
lo que esperas siento emociones como el miedo, la rabia, la vergüenza,
y percibo tu frustración. Si esto me
hace enmendar mi comportamiento
(que no siempre ocurre así, a veces
genera justamente el efecto contrario), lo haré como sometimiento a ti.
Sin embargo, no estoy aprendiendo
a ser autónomo y a interiorizar las normas y comportamientos que quiero
respetar, y desarrollo una moral heterónoma (cumplo por y para los demás).
Además de esto, se ha demostrado
que el castigo físico no es eficiente en
el aprendizaje de conductas más
complejas o elaboradas, es decir, lo punitivo funciona en un momento muy concreto. Voy a poner un ejemplo: si el
niño va directo a coger un cuchillo, es
probable que darle un golpe en la mano
lo pare, pero si lo que me interesa ense-
ñarle es que estudie, probablemente
no se genera un aprendizaje. La explicación de esto es que el castigo físico
como medida correctiva se olvida a los
pocos minutos, por lo que para metas
educativas complejas que necesitan
de tiempo y de un conjunto de conductas pierde el efecto motivador (atender en clase, traer el material necesario
para estudiar, dedicar un tiempo al estudio, motivar para adquirir nuevos aprendizajes…).
Otro aspecto importante cuando enseñamos es mirarnos a nosotros mismos,
pues generalmente utilizamos el castigo físico como respuesta a una necesidad nuestra más que una oferta
de enseñanza. Volvamos al sentimiento de frustración. Lo que hacen nuestros hijos nos hace sentir cuestionados y crispados; cuando muestran un
comportamiento indeseable en compañía de personas que tienden a juzgarnos, o cuando hacen por enésima
vez lo que llevamos repitiéndoles que
no hagan, sentimos una intensa frustración, y esto puede generarnos ganas de ejercer un castigo físico. Lo hacemos respondiendo a una necesidad de
liberar nuestra propia frustración, y
esto nos calma a nosotros, pero no enseña a nuestros hijos e hijas.
En los últimos tiempos se habla de
la educación en positivo, respetuosa.
Y, créanme, se habla tanto de ella porque funciona, y lo he comprobado a
lo largo de los doce años que llevo trabajando con la infancia y sus familias,
en situaciones muy desfavorecidas en
una buena parte de los casos, con patologías o serias dificultades.
La educación respetuosa y coherente
favorece que padres y madres enseñen mejor lo que quieren enseñar y
que los hijos aprendan con eficacia y
agrado, sintiéndose orgullosos de sí
mismos cada vez que conquistan un
nuevo aprendizaje.
Para una educación respetuosa
Cuáles son los elementos básicos de
una enseñanza positiva y respetuosa:
–El respeto. Es interesante ponerme
en el lugar de mi hijo o hija y darme
cuenta de cómo me gustaría que me
enseñaran algo nuevo. Haciendo este
ejercicio, resulta más fácil saber cómo
hacerlo.
–Dedicar tiempo de calidad. Dedícate un tiempo a reflexionar sobre lo
que deseas enseñar y ponlo en común
con el papá o mamá de tus hijos y establezcan una línea en común. Dedícate
un tiempo a reflexionar cuál es la mejor
manera de explicárselo a tus hijos. Date
un tiempo para explicarles lo que está
bien y lo que está mal, lo que te gusta
que hagan y lo que no te gusta que hagan, cómo te gusta que lo hagan y cómo
no te gusta.
–Enseña a tus hijos e hijas potenciando sus cualidades. Cuando les has
explicado lo que quieres que aprendan, apóyalos con los elementos que
sabes que les ayudarán para generar
este aprendizaje. Por ejemplo, está estudiando para un examen difícil: recuérdale todo lo que ha aprendido ya, todos
los exámenes que ha aprobado, todas
las pruebas a las que se ha enfrentado
y ha superado, aunque no hayan sido
muchas.
–Coherencia y límites claros a la vez
que flexibilidad. Sé coherente y establece claramente lo que quieres que
aprenda y lo que no vas a aceptar. Valora
en cada situación y en el momento en
el que se encuentre tu hijo o tu hija,
para establecer una consecuencia. Lo
explico con un ejemplo: no es lo mismo
que no se coma el potaje porque no
le gusta la verdura a que haya tenido
un mal día y no tenga apetito.
Cuando te has asegurado de que tu
hijo ha entendido lo que debe hacer
y no lo ha hecho, puede ser un buen
momento para establecer una consecuencia que le ayude a interiorizar
esta enseñanza. Se tratará de eliminar o reducir privilegios que normalmente tiene cuando ha cumplido
con sus responsabilidades. Lo mejor
es que esta pérdida de privilegio
tenga que ver con el asunto. Por ejemplo, si no se come la comida que le has
puesto tras haber entendido lo importante que es comer de todo, tener una
dieta equilibrada, etc., puede perder
el privilegio de comer aquello tan rico
que había de postre o las golosinas que
iba a tomar después; ha salido con sus
amigos y se salta la hora de llegada que
le habías puesto, pues pierde ese tiempo
el próximo día que salga, etc.
Atrévete y pon en práctica nuevas
maneras de educar a las personas que
más quieres en el mundo.

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