La sequía y el cambio climático, lo que no se ve
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La sequía y el cambio climático, lo que no se ve
La sequía y el cambio climático, lo que no se ve… La sequía que afecta al campo y la histórica bajante del río Paraná no son expresiones aisladas y caprichosas de la naturaleza. Son fenómenos que será serán cada vez más frecuentes y más extremos debido al calentamiento global, según la opinión de meteorólogos y expertos. De acuerdo con el diagnóstico, la postal a futuro del país muestra, principalmente, la exacerbación de dos fenómenos contrapuestos: un aumento de lluvias y más frecuentes períodos de sequía en todo el territorio nacional. La producción de la región pampeana, donde se localiza la mayor concentración de la población nacional y cerca del 40% de la riqueza agrícola agrícola-ganadera ganadera del país, será una de las más afectadas, con épocas ocas de sequías e inundaciones extremas. "Las sequías y las inundaciones son parte de un ciclo natural; lo grave es que se están registrando en períodos más cortos, pero constantes, y sus manifestaciones son cada más extremas por efecto del calentamiento global", explicó Osvaldo Canziani, doctor en Meteorología que en 2007 fue galardonado con n el premio Nobel de la Paz como miembro del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). El cambio climático global, tal como lo define la Convención de la ONU sobre Cambio Climático, es un proceso causado por la actividad humana. Una de las facetas de ese cambio climático es el calentamiento global, producido por la liberación hacia la atmósfera de los denominados gases de efecto invernadero. Si no se instrumentan medidas para limitar estas emisiones, según estudios del IPCC, la temperatura del planeta se elevará de 1,8 a 4°C suplementarios en el curso de este siglo, luego de haber aumentado 0,7°C en el curso del siglo pasado. El correlato de ese fenómeno meno en el país será un progresivo aumento de las lluvias e inundaciones en la región pampeana y norte del país país, explicó Canziani. Si el concepto calentamiento global es muy abstracto, a modo de ejemplo pueden enumerarse enumerar los efectos de la sequía que azota al país desde hace meses. Los técnicos afirman que las pérdidas en la agricultura, y por ende en el ingreso de divisas al país, serán cercanas a los 5 5.000 000 millones de dólares. A pesar de que en la campaña 2011-2012 2012 se sembró una superficie 19% superior al promedio de los últimos cinco años, se estima que la productividad caerá entre 19 y 34% comparando con la campaña anterior anterior, afectando principalmente al maíz y a la soja. El desafío, entonces, es cómo emplear la información meteorológica e hidrológica en escala e local para un manejo óptimo, no sólo desde el punto de vista técnico técnico, sino desde el punto de vista económico de las empresas agropecuarias agropecuarias, en un escenario de inestabilidad climática. Para analizar… Si bien es mucho lo que se escucha sobre estos temas, poco se dice sobre los posibles mecanismos aplicables para mitigar riesgos, pérdidas y garantizar la estabilidad económico económico-financiera financiera de las la empresas agropecuarias. Una de las alternativas a analizar por los diferentes actores (privados y oficiales) podría odría ser un sistema de autoseguro en el que en aquellos años donde los rendimientos superen un valor establecido, parte del el excedente resultante pueda destinarse a la conformación de un fondo de intervención para los momentos de crisis crisis, que garanticen a cada productor la cobertura del “rendimiento de indiferencia”.. Este fondo podría ser administrado de diversas maneras; maneras ya sea a través del Estado, las organizaciones de productores o ambos, garantizando en todos los casos algún tipo de contralor que brinde la transparencia en el manejo del mismo. Otra opción podría ser lograr un subsidio de las primas de seguros multirriesgos. En países como USA, Canadá, Brasil y España, son los mismos Estados los que subsidian las primas. En Argentina eso no ocurre y los costos se encarecen. En cuanto a los recursos hídricos de nuestro país, een n la Argentina se riegan 2,2 millones de hectáreas, lo cual representa el 6,5% de la superficie total productiva (gran gran parte corresponde a producciones intensivas de frutas, vid y arroz, entre otras otras). No obstante, el potencial de riego en la -1- Argentina es de 16 millones de hectáreas, casi el 50% de la superficie cultivada. Estimaciones indican que la inversión estimada por hectárea en riego vva de 1.500 a 2.500 dólares. En último lugar, una opción con potencialidad teórica pero, quizá, escasa scasa aplicabilidad práctica, práctica es la diversificación. En este caso podría invertirse parte de ese fondo (de autoseguro) en sectores contracíclicos, es decir, aquellos ellos que puedan beneficiarse con la sequía. Un ejemplo de ellos serían las compañías de riego. Es necesario destacar, entonces, no sólo por lo mencionado sino también por la tendencia observada, que es menester la definición de un curso de acción en rela relación ción con esta problemática. problemática En todos los casos, el ordenamiento territorial debe constituirse en la herramienta central para la definición de los modelos productivos y las intervenciones que garanticen la estabilidad económica, sociopolítica y ambiental de los mismos. Juan Francisco Biani – Centro dee Agronegocios - PwC Argentina -2-