Meteorito de Santa Rosa

Transcripción

Meteorito de Santa Rosa
Masa principal del Meteorito de Santa Rosa de Viterbo. Museo Nacional. Omar Gaona
76
200 años de la caída
de los Meteoritos
de Santa Rosa de Viterbo
De yunque a espada del Libertador y
otras historias...
El Astrolabio
77
REVISI
oN DE TEMA
ó
LOS METEORITOS
DE SANTA ROSA DE VITERBO
Freddy Moreno Cárdenas
Director CEAF. Gimnasio Campestre
Correspondencia para el autor: [email protected]
Recibido: 16 de abril de 2010
Aprobado: 10 de mayo de 2010
RESUMEN
SUMMARY
La lluvia de meteoritos de Santa Rosa de
Viterbo (Boyacá) ocurrida en el año de 1810
constituye la más numerosa y estudiada en
Colombia. En este artículo se reconstruye su
historia y se hace un análisis de las dificultades que se ha tenido que superar para la
clasificación de estos cuerpos. Así mismo se
reporta un nuevo meteorito de 19 kilogramos
que posiblemente está relacionado con este
suceso.
A meteorite showers occurred in Santa Rosa
de Viterbo (Boyacá) in 1810, and became the
largest and most studied event in Colombia.
This article rebuilds its history and analyzes
the difficulties that had to be overcome to
classified the meteorites. In this study a
new meteorite weighing 19-kilograms that
is possibly related to this event is reported.
Palabras clave: Meteoritos, Santa
Rosa de Viterbo, Colombia, nuevo
meteorito.
Key words: Meteorites, Santa Rosa de
Viterbo, Colombia, new meteorite.
Investigación y Ciencia del Gimnasio Campestre
78
INTRODUCCIÓN
La mayoría de los filósofos antiguos veían a
los meteoritos como cuerpos pesados que
habían sido liberados de alguna forma de su
morada celestial y caído a la Tierra. Aristóteles los consideraba como un fenómeno
atmosférico, concepto que permaneció hasta
finales del siglo XVIII.
Los meteoritos han caído a la superficie
de nuestro planeta prácticamente desde
su formación. Se han encontrado más de
una docena de meteoritos fosilizados, incrustados en terrenos pertenecientes al
Ordovícico (hace 475 millones de años). Los
primeros reportes históricos que describen
una muestra de hierro metálico que pudiera
considerarse un meteorito datan del año
1900 a.C. y pertenecen a los habitantes de
Sumeria. Otras crónicas que describen caídas
de rocas provienen de Creta (1478 a.C.) y de
Japón (861 a.C.). De acuerdo con Tito Livio,
un meteorito (un objeto cónico conocido
como la aguja de Cybeles) fue transportado
en una procesión real desde el sitio de impacto hasta Roma, donde fue reverenciado
por otros quinientos años.
Algunos filósofos del siglo XVIII pensaban que
los meteoritos eran rocas terrestres. que
habían sido golpeadas por relámpagos. Otros
pensaban que estos cuerpos habían sido lanzados violentamente por volcanes. Esta idea
fue puesta a prueba cuando en 1794 cayó
una lluvia de piedras cerca a Siena(Italia),
justo 18 horas antes que entrara en erupción el Monte Vesubio. Muchos científicos
se apartaban de la idea que existieran rocas
que pudieran caer del cielo ya que pensaban
que no podían existir cuerpos pequeños en
el espacio interplanetario, idea que sostenía
Isaac Newton (McSween, 1999).
Muchos otros relatos sobre caída de rocas
han sido reportados a través de la historia
El Astrolabio
Figura 1. Jean Baptiste Boussingault hacia 1849 (Mc
Cosh,1984).
desde China hasta Grecia, pero el mejor documentado es el de Einsisheim en Alemania.
Justo después del medio día del 7 de noviembre de 1492 una pesada roca triangular
atravesó el cielo del norte de Europa y se
estrelló en un campo de trigo a las afueras
esta población de Alsacia. Pronto una multitud de curiosos se reunió alrededor del hueco
de un metro de profundidad, causado por
el impacto y con gran esfuerzo extrajeron
una roca oscura, de la cual desprendieron
pequeños pedazos para usar como talismanes
para la buena suerte. Un alto magistrado
de la ciudad viendo lo que sucedía, ordenó
proteger la inusual roca y colocarla cerca a
la entrada de la iglesia. Semanas después el
emperador Maximiliano conoció del suceso
mientras visitaba la región y ordenó conservarla dentro de la iglesia, como testimonio
de un evento milagroso. En 1771 Wolfang
von Goethe visitó Einsisheim, declarando
a la roca como una estafa debido a que el
fenómeno era certificado por la Iglesia. Finalmente la caída de los meteoritos sólo fue
aceptada ante los eventos ocurridos en Barbotan (Francia) en 1790, Benarés (India) en
1798 y la lluvia de 2.500 piedras sobre L’Aigle
(Francia) en1803, estudiada por los sabios
Biot, Laplace y Poisson quienes legitimaron
el suceso. Ante estos hechos Goethe aceptó
el origen extraterrestre de los meteoritos
(Lewis, 1996).
79
El físico alemán Ernst Chandli es considerado
como el padre de la ciencia meteorítica,
gracias a que escribió el primer libro sobre
el tema en1794, en el cual sostenía que estos
pequeños cuerpos estuvieron viajando por
el espacio y fueron atraídos por la fuerza
gravitacional de la Tierra. Su composición
era diferente de las rocas terrestres por lo
que estaban relacionados con los bólidos o
meteoros muy brillantes (McSween,1999).
Los estudios minuciosos de los químicos Edward Howard y Jaques de Bournon sentaron
las bases de la clasificación moderna de los
meteoritos según su composición:
1-Meteoritos pétreos: conformados por silicatos.
2- Metálicos: compuestos por aleaciones de
Hierro y Níquel.
3-Pétreo-metálicos: mezcla de silicatos y
aleaciones Fe-Ni.
Los pétreos son los más abundantes con el
94% de las masas estudiadas, se dividen en
acondritas (con 16 subclases) y las condritas
(15 subclases).
Los metálicos representan el 5% y se clasifican por su contenido de Galio, Germanio e
Iridio o por el contenido de Níquel.
El tercer grupo se divide en palasitas y
mesosideritos y representan el 1% de los
meteoritos (Norton,2002).
Según el contenido de Níquel los meteoritos
metálicos se subdividen en: hexaedritas
entre 4.5% y 6.5% de Níquel. Presentan la
estructura Widmansttaten cuando a la superficie del meteorito se le agrega ácido nítrico.
El 92% del compuesto de Níquel corresponde
al mineral llamado kamacita cuya estructura
es hexahedral. Si el contenido de Níquel es
superior al 11 o menor del 6% y no se observa
la estructura Widmansttaten el meteorito se
le cataloga como ataxita. La tercera es la octahedrita llamada así porque las láminas de
taenita y de la kamacita se forman paralelas
a las ocho caras triangulares de un octaedro.
EL DESCUBRIMIENTO
Pocos meteoritos metálicos eran conocidos
por la ciencia a principios de siglo XIX. Para
1823 cerca de 13 de estos cuerpos habían
sido reportados, ocho de los cuales eran
pequeños especímenes colectados por el
Museo de Viena (Buchwald y Wasson, 1968).
Muy interesante resultó para la comunidad
científica europea la noticia sumistrada por
Humboldt en 1823 a la Academia Francesa a
través de la misiva enviada por el naturalista
francés Jean Baptiste Boussingault (Figura1)
anunciando el descubrimiento y análisis (Tabla 1) de unas masas meteóricas en la Nueva
Granada (Ramírez, 1950). Boussingault y
Mariano Rivero habían sido contratados por
Francisco Antonio Zea, quien tenía la misión especial de enviar a Colombia jóvenes
instruidos para fundar en Santafé de Bogotá
un establecimiento científico y una escuela
particularmente destinada a formar ingenieros civiles y militares (Boussingault, 1892).
Iniciada la travesía en suelo colombiano por
Pamplona al llegar a Cerinza los expedicionarios relataron así su descubrimiento:
“Nos aseguraban que en Santa Rosa
(Boyacá) se encontraban menas de
hierro excesivamente pesadas. Al pedir
informes nos llevaron a donde el herrero
para mostrarnos una gran pieza de esa
mena, que le servía de yunque. Cuál sería
nuestra sorpresa al reconocer en el dicho
yunque, una masa de hierro metálico de
forma bastante irregular con numerosas
vacuolas en su superficie y recubierta de
un barniz carmelita y que tenía, en una
palabra, todo el aspecto de una masa de
hierro meteórico” (Boussingault, 1892).
Esta masa de hierro había sido encontrada
por una joven llamada Cecilia Corredor en
la colina de Tocavita, a un cuarto de legua
Investigación y Ciencia del Gimnasio Campestre
80
al este de Santa Rosa de Viterbo el sábado
santo de 1810. Al parecer el fenómeno meteórico fue visto el día anterior, es decir
el 20 de abril como nos lo relata el sabio
francés quien visitó el sitio del hallazgo en
1823 (Figura 2).
“Todavía pudimos ver, al indicarnos el
sitio, una cavidad no muy profunda, de
donde el bloque había sido retirado;
este objeto, evidentemente cayó en la
noche que precedió al sábado santo,
porque nadie lo había visto antes, aún
cuando el punto de la loma en donde
fue encontrado se halle cerca de un sendero que los habitantes de la población
toman ordinariamente para ir a buscar
leña en el bosque y lo que apoya esta
opinión es que, esa misma noche, habían
visto un globo de fuego que avanzaba a
gran velocidad, a ras de tierra hacia el
SO.”(Boussingault, 1892).
La persona que más estudió este caso fue indudablemente el Padre Jesús Emilio Ramírez
S.J. quien entre 1940 y 1968 indagó sobre el
suceso y recopiló los numerosos documentos que son utilizados en esta investigación
(Ramírez,2004). En uno de ellos se relata la
historia de cómo fue encontrada esta roca,
referida por el señor Jesús Rojas Montañés
(1943) nacido en el año 1859:
Figura 2. Primera página de la obra de Rivero
y Boussingault (1823).
SANTA ROSA
RASGATÁ
Masa (Kg)
612.5
0.681
0.561 41
Hierro (%)
91.41
91.23
91.76 90.76
Níquel
(%)
8.59
8.21
Grav.espec
7.3
7.6
6.36
7.87
22
7.8
7.6
Tabla 1. Análisis de los aerolitos de Santa Rosa y Rasgatá
realizada por Boussingault y Rivero (1823).
El Astrolabio
“Me refería mi abuela así: Cecilia Corredor iba tras una clueca que apareció sin
más ni más junto a su rancho; la siguió
y viéndola entrar en una cueva se apoyó en una piedra... que le pareció muy
fría: miró y pensó que eso era hierro ...
Cuenta a sus vecinos y la tienen por chiflada; el cura José Ignacio Holguín, probablemente, la examina y la encuentra
cuerda... van vecinos con rejos, picos,
herramientas y bueyes y traen al pueblo
la piedra, ...distancia 10 kilómetros...”.
El lugar exacto del hallazgo se desconoce hoy
en día. El Padre Ramírez (1950) visitó la
población en 1925 y para la fecha los habitantes escasamente conocían vagos detalles
de la historia. Prieto (1936) sitúa el lugar del
impacto a un cuarto de legua (1200 metros)
del pueblo. Gil y Concha (2005) proponen el
sitio a 6 kilómetros al este, muy cerca a la
vía que va hacia la vereda de Tocavita.
81
Figura 3. Imagen de la masa principal del meteorito en la
plaza de Santa Rosa de Viterbo (Boyacá) tomado
de Gil y Concha (2005).
La descripción de Rivero y Boussingault dice
que los habitantes se reunieron para bajar el
meteorito y que quedó depositado durante
siete años frente al Cabildo, tiempo después
“ lo llevan a la herrería de Manuel Corredor,…
no pudo servir de yunque porque no tenía
parte plana” según cuenta Montañés (1943).
Los jóvenes científicos compraron el meteorito para el Museo de Bogotá a Cecilia
Corredor y le pagaron el precio que pidió:
20 piastras (100 francos). “Tan pronto como
corrió la noticia de nuestra compra, vinieron
gentes a ofrecernos pedazos de hierro de los
que compramos una docena de muestras.
Todos los habitantes de Santa Rosa poseían
minerales. En un país en donde el hierro es
una rareza, se consideraban felices de haber
encontrado algo que podían utilizar como un
martillo. Los numerosos pedazos de hierro
establecían, sin lugar a dudas, el origen cósmico del metal; en efecto, la mayor parte de
ellos habían sido recogidos después del descubrimiento de la gran masa, sobre campos
cultivados en donde antes del sábado santo,
no existían” (Boussingault, 1892).
Siguiendo la moda de la época de fundir
armas blancas a partir de meteoritos metálicos, se forjó con el hierro de Santa Rosa
una hoja de espada la cual se ofreció al
Libertador Simón Bolívar, la dedicatoria decía: “Esta espada ha sido hecha con hierro
caído del cielo para defensa de la libertad”
(Boussingault, 1892). Mc Cosh (1984) tiene
otra traducción: “Hierro enviado por Dios
para la defensa de la libertad”. La hoja de
metal no resultó muy buena en palabras del
sabio francés y tampoco hay noticia alguna
desde entonces sobre la suerte de dicha
arma. La tradición de hacer armas con hierro
meteorítico es antigua y quizás viene de los
beduinos de la región del Sinaí, quienes pensaban que quien lograba forjar una espada
con este hierro era invencible en la batalla.
La masa principal del meteorito fue calculada inicialmente en cerca de 750 kg lo
cual generó dificultades para su transporte
y a pesar de todas las recomendaciones que
hicieron sus descubridores al gobierno, para
que esa bella muestra de hierro cósmico
fuera colocada en el Museo de Bogotá, quedó
olvidado por más de ochenta años en la plaza
de Santa Rosa (Posada,1938).
Queda claro que en Santa Rosa y en sus
alrededores cayeron numerosos cuerpos,
algunos de los cuales fueron colectados
por Boussingault y Rivero y posteriormente
enviados a Europa a museos y colecciones
privadas (Figura 3).
OTRAS MASAS ENCONTRADAS
Como se anotó anteriormente el padre Ramírez fue quien se preocupó por documentar la caída posiblemente porque en Santa
Rosa existió por mucho tiempo un seminario
jesuita. Gracias a lo anterior se lograron
identificar otros dos meteoritos, el primero
descubierto en 1926 por Daniel Velásquez
S.J. y el señor Claudio Montaña, a un kilómetro al este de la plaza de Santa Rosa dentro
de los predios del Seminario Jesuita a 50
centímetros debajo de la superficie mientras
se hacía una zanja para conducir agua. Su
masa es de 38.4 kilogramos (Figura 4).
El segundo fue encontrado en 1942, por un
agricultor en el campo llamado La Mesita
Investigación y Ciencia del Gimnasio Campestre
82
Figura 4. Meteorito de 38.4 kilogramos con corte en dónde
se aprecia los nódulos de troilita, pertenece al
Achivo Histórico Javeriano Juan Manuel Pacheco.
Figura 7. Masa de 18.5 kilogramos que reposa en el Museo
de Ciencias Naturales de la Universidad de la
Salle.
Figura 5. Masa de 100.5 Kilogramos perteneciente al Archivo Historico Javeriana Juan Manuel Pacheco.
Figura 8. Meteorito de 19 kilogramos perteneciente a la
familia Jiménez Caro.
cavernosas, de brillo blanco argentino y sonido metálico. Un corte de la primera hizo
posible observar incrustaciones cilíndricas en
forma de cigarro del mineral llamado troilita
(Ramírez, 1949). En la actualidad están bajo
custodia del Archivo Histórico Javeriano Juan
Manuel Pacheco en Bogotá. No se le han
hecho análisis a este fragmento (Figura 5).
Figura 6. Meteorito de 120 kilogramos perteneciente
Departamento de Geogiencias de la Universidad
Ncional de Colombia Nacional de Colombia
en los límites de La Foresta y Otengá (Boyacá), es de forma triangular y pesa 100.5
kilogramos (Forero,1955). Las dos masas
tienen el mismo aspecto físico externo, son
El Astrolabio
Un tercer meteorito fue hallado en el año
1969 durante una salida de campo de estudiantes de Geología de la Universidad
Nacional en las cercanías de Santa Rosa. Su
masa es de 120 Kilogramos, tiene una forma
irregular, caracterizada por la presencia
de cavidades, con brillo mate y vestigios
de corteza de fusión (Gil y Concha, 2006)
(Figura 6).
83
Otro fragmento que al parecer también se
encontró en esta región es el que se encuentra en el Museo de Ciencias Naturales
de la Universidad de La Salle, cuya masa es
de 18.5 kilogramos. No se conocen análisis
a esta pieza (Figura 7).
Durante el curso de esta investigación se
identificó una pieza que al parecer también
pertenece a la lluvia de Santa Rosa. Fue
cedida hacia 1957 al señor Santiago Caro
Carrillo en aquel entonces revisor fiscal de la
Siderúrgica Paz del Río, por el señor Aristides
Gutiérrez París, también funcionario de esta
empresa. En la actualidad pertenece a la
familia Jiménez Caro. Tiene una apariencia
irregular como los anteriores, con numerosas depresiones (regmaglifos) y corteza de
fusión. Sus dimensiones son 14*17* 27 centímetros y tiene un peso aproximado de 19
kilogramos (Figura 8).
Los meteoritos de Santa Rosa de Viterbo tienen numerosos interrogantes históricos causados principalmente por el poco interés que
por estos temas se ha tenido en Colombia y
dificultades técnicas como su clasificación.
LA DISPUTA DE BERLÍN
Esta controversia surge en 1823 cuando
se encontraron dos meteoritos, uno de 41
y otro de 22 kilogramos en Rasgatá cerca
a Zipaquirá (Cundinamarca), uno de ellos
pertenecientes a Jerónimo Torres hermano
del prócer Camilo Torres. El meteorito de
Rasgatá fue conocido en Europa gracias a
una pieza de 13 libras que fue enviada por
Rivero a un coleccionista llamado Heuland
en Londres (Wholer y Partsch,1852). Luego
fue comprada por el señor Head de Madrás
quien se la vendió a Potscke en Viena. Ésta
fue dividida hacia 1837. Numerosos especímenes de este hierro empezaron a aparecer
en las grandes colecciones europeas.
Las primeras muestras enviadas fueron
marcadas como Tocavita y otras como Santa
Rosa. Durante esta época se desató la moda
de analizar este tipo de rocas razón por lo
cual eran divididas en partes pequeñas y
compartidos por los investigadores. Como
resultado, quince años después los nombres
de estas tres localidades se leían en las colecciones imperiales de Viena, Berlín y Londres, y en las colecciones universitarias de
Gottingen,Tubingen, París, etc. La colección
de aerolitos de Berlín poseía en 1848 dos
grandes masas marcadas Santa Rosa (Tocavita) y Rasgatá. El doctor Rose describió los
dos ejemplares como semejantes entre sí, de
gran dureza y granos finos, se dejaban pulir
bien, y al ser tratados con ácidos dejaban ver
manchas y unas protuberancias pequeñas y
alargadas en las que se incrustaban pequeñas
partículas.
En 1852 el Profesor Reichenbach de la
Universidad de Tubingen consideró que las
muestras de Santa Rosa y Rasgatá eran de
dos hierros diferentes. En 1868 el geólogo
alemán Stubel vio el famoso aerolito aún en
la plaza de mercado, al aire libre y señaló
sus dimensiones: 70 cms de longitud, 60 cms
de ancho y 50 cms de altura (Stubel y Reiss,
1892) y tomó dos muestras de 67 y 23 gramos
que envió al doctor Lasaulx (Ramírez,1950).
Otra muestra aparentemente del aerolito
de Santa Rosa llevada por H. Karsten desató la polémica puesto que no correspondía
con las características de los que estaban
en Berlín, hecho que hizo que el profesor
Woehler analizara el de Rasgatá debido a
que no parecía tener Níquel (Tabla 2). Por
lo anterior el doctor Cohen en 1895 estudió
cerca de treinta muestras de los meteoritos
colombianos llegando a la conclusión que
existían tres tipos:
Santa Rosa: Hierro octaédrico, brecciado,
del grupo Zacatecas, representado por la
gran masa de la plaza de Santa Rosa y por los
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84
Elemento
Rasgatá°
S. Rosa**
Rasgatá*
S. Rosa*
Rasgatá*
Tocavita*
Fe %
92.35
91.48
93.38
92.30
92.81
89.81
Ni
%
6.71
8.20
6.44
6.52
6.70
9.77
Co %
0.25
-
0.66
0.78
0.64
0.57
P
%
0.35
-
0.35
0.36
0.28
0.22
C
%
-
-
-
0.18
0.19
0.03
0.45
0.02
0.02
0.06
0.09
0.08
Otros
Tabla 2. Análisis de meteoritos colombianos realizados entre 1852-1899, hechos por Wolher,° Cohen* y Lasaulx** (Buchwald
y Wasson, 1968).
de las colecciones de meteoritos. Peso
específico 7.654 a 16° C.
Tocavita: Hierro octaédrico más fino,
representado por los fragmentos envidos
por Rivero y Boussingault. Peso específico
de 7.85 a 14.8°C.
A finales del siglo XIX los meteoritos colombianos eran famosos por las diferencias en los
análisis que habían producido las muestras
que se habían enviado a Europa empezando
por las de Boussingault y Rivero.
UN TROFEO PARA EL
CAZAMETEORITOS
Figura 9. la masa principal antes de ser cortada. Imagen
tomada de Ramirez (1950).
fragmentos extraídos por Stubel y Reiss. La
estructura es de grano grueso y el peso específico de 7,689 a 16 °C. Posiblemente una de
las piezas del Museo Británico marcadas con
este nombre sea de Rasgatá mientras que
las dos piezas de la colección de Tubingen
procedan de Méjico.
Rasgatá: Hierro con ataxita del grupo
Nedagolla, representada por las muestras
enviadas por Rivero y Boussingault y por la
mayor parte del material conocido con los
nombres de Rasgatá, Santa Rosa y Tocavita
El Astrolabio
A mediados del siglo XIX la Comisión Corográfica reconoce la importancia del meteorito,
que permanece abandonado en el patio de
la casa de la familia Solano y hacen notar la
falta de recursos para enviarlo al museo y
de un herrero para tomar una muestra (Ancizar, 1853). En 1875 el aerolito es puesto
sobre una columna hecha por la ciudadanía
siendo alcalde el Sr. Emilio Montañés (Montañez,1943). A finales del siglo XIX, Alfred Hettner (1892) recogió una anécdota interesante
según la cual el meteorito era propiedad del
emperador de Alemania y por lo tanto estaba
protegido contra la destrucción (Figura 9).
A principios de 1906 y después de haber enviado más de 18.000 comunicados a diversos
países del mundo solicitando información
85
sobre caída de meteoritos y de haber recibido sólo cuatro respuestas positivas, Henry
Augustus Ward, profesor de Historia Natural
originario de Rochester, N. Y., colector de
piezas para museos y aventurero, decide visitar el corazón de Colombia con el objetivo de
asegurar para la ciencia el gran meteorito de
Santa Rosa e incrementar su colección o por
lo menos recoger información que permita la
confirmación de la propuesta de Cohen y establecer hechos que demuestren su inexactitud. Después de remontar el Río Magdalena
y alcanzar la altiplanicie, Ward encontró el
aerolito sobre una columna estriada junto a
la fuente que suministraba el agua para la
villa. Verificó su peso y vio que había sido
sobrestimado pues sólo alcanzó 612 kilogramos. Según palabras de Ward los habitantes
apreciaban en grado sumo el siderito y sabía
que era difícil adquirirlo, por lo tanto fraguó
un plan y les propuso hacer una estatua del
General Rafael Reyes, presidente de Colombia por esta época y quien había nacido en
esta población, a cambio del meteorito de
la plaza. Al gobernador de la región de Tundama le gustó la idea y en una tormentosa
reunión con el alcalde y otros funcionarios
forzaron la aprobación del plan. Tarde en
la noche Ward invitó a los habitantes a una
gran cena en el hotel donde se hospedaba y
mientras ellos comían y bebían un piquete de
50 soldados silenciosa y rápidamente bajaron
el meteorito y lo colocaron en un carruaje
de bueyes (Plotkin, 2006). El profesor salió
al siguiente día para Bogotá, pero al llegar
a la estación de La Caro el 10 de marzo (El
Mercurio, marzo 10/2006) un joven periodista (posiblemente Quijano Mantilla) denunció
lo sucedido y el mismo General Reyes ordenó
a la policía retener el carro y su carga (El
Mercurio, marzo 22/1906). Ward entonces
entabló una demanda para hacer respetar
los derechos que tenía al haber hecho un
negocio con las autoridades de Santa Rosa.
Al parecer se llegó a un acuerdo rápidamen-
te pues el 14 de marzo el Ministro Cuervo
Márquez le comunicó al Director del Museo
Nacional que el Ministerio había acordado
ceder al profesor Ward uno los aerolitos
que existían en el Museo y darle una parte
del que trajo de Santa Rosa de Viterbo, en
fragmento obtenido por corte de sierra y
en la cantidad necesaria para que se apreciara su contextura (López,1996). La roca
fue llevada a la ferrería que operaba en la
hacienda La Pradera del municipio de Subachoque (Cundinamarca) sitio que poseía un
cepillo para realizar los cortes. Finalmente
el profesor Ward logró parte de su cometido, una pieza de 150 kilogramos de parte
más delgada del meteorito, la que había
sido usada como yunque y una parte de la
masa del de Rasgatá que pesó cinco y medio
kilogramos y que había permanecido en el
Museo. Posteriormente el Ministro envió 25
libras de virutas producidas durante el corte
a la Facultad de Matemáticas e Ingeniería de
la Universidad Nacional con el fin de que se
hiciera un análisis científico de este cuerpo
mineral (López,1996). Este estudio lo realizó
Ricardo Lleras Codazzi (1916) (Tabla3). En la
actualidad el Fiel Museum de Chicago posee
un bloque de 99,34 kilogramos del cortado
por Ward (Nuñez,1998), el resto fue cortado
y vendido.
Como resultado del estudio de Henry Ward
sobre la masa principal que fue recobrada de
la colina de Tocavita concluyó que no había
señal alguna de que una muestra hubiera sido
retirada hasta 1906. Varios cortes fueron enviados a autoridades como el doctor Brezina
y el doctor Cohen quienes los analizaron y a
juicio de Ward concluyó que no había razón
para mantener un tercer tipo de material, es
decir, la octaedrita fina de Tocavita era parte
de la misma de Santa Rosa (Ward,1907).
Después de hacer un cuidadoso análisis del
caso, Ramírez (1949) (Figura 10) concluye
Investigación y Ciencia del Gimnasio Campestre
86
Elemento
S. Rosa*
S. Rosa°
Rasgatá°
Tocavita°
Fe %
92.30
93.0
92.8
89.8
Ni
%
6.52
6.0
6.3
9.4
Co %
0.78
0.7
0.5
0.4
P
%
0.36
0.1
0.2
0.2
C
%
0.18
0.2
0.1
0.1
Cu
0.02
S
0.04
Cr
Trazas
Tabla 3. Análisis de meteoritos colombianos realizados por Henry Ward (1907)* y Lleras Codazzi° (Buchwald y Wasson, 1968).
to geográfico. Señala cómo una muestra
obtenida por Ward y perteneciente al U.S.
National Museum contenía el siguiente error
en el rótulo: “Rasgatá (Tocavita), Province
de Boyacá, Colombia”.
EL CASO DEL AEROLITO
Figura 10. Fotografía del Padre Jesús Emilio Ramirez S.J.
Imagen tomada de Ramirez (2004).
que no hay que porque dudar de la autenticidad de los meteoritos de las colecciones
europeas rotulados como Santa Rosa y Rasgatá dado que: los curadores de los museos son
muy meticulosos al tomar la información de
cada muestra. Se puede reconstruir hasta su
origen el camino que siguió cada espécimen
y las personas que recogieron o presentaron
las muestras fueron reconocidos científicos
como Boussingault, Humboldt, Stubel, etc.
La mayor fuente de error para el caso que
nos ocupa, viene de la falta de conocimienEl Astrolabio
No deja de llamar la atención que el interés
por la pérdida de parte del aerolito se suscitó 16 años más tarde cuando don Joaquín
Quijano (El Tiempo, 17 de octubre /1922)
publicó el artículo, “Abolengos” donde recuerda cómo el aerolito fue mutilado ante
la indolencia de las autoridades, lo cual
generó inquietud sobre la autenticidad del
fragmento que permanecía bajo custodia
del Museo Nacional. El hecho suscitó una
noticia periodística el 22 octubre de 1922
en la que se plantearon las siguientes
interrogantes:¿El fragmento de hierro que
se exhibe como tal es el aerolito íntegro? ¿Es
un facsímil fabricado con hierro ordinario?
¿Existen en el Museo Nacional los meteoritos
de Rasgatá y Tocavita? (López,1996). Las dos
primeras preguntas fueron resueltas con la
participación de los lectores, del Dr. Lleras
Codazzi y Rafael Orduz, entonces director
del Museo Nacional. Sin embargo para el último interrogante es claro que para la fecha
el meteorito de Rasgatá no hacía parte del
inventario del Museo. Esta masa que había
permanecido como una pieza del Museo
87
hasta el 14 de marzo de 1906 (López,1996)
y del que Lleras Codazzi (1916) publicó una
imagen, desapareció, perdiéndose la pieza
clave que hubiera resuelto la pregunta ¿era
el meteorito de Rasgatá de la misma caída
que el de Santa Rosa?
Posteriormente el hierro de Santa Rosa ha
sido expuesto en diversos sitios: el Museo
Nacional lo cedió en 1943 a la Universidad
Nacional (López,1996), donde el padre Ramírez lo vio abandonado en el Laboratorio de
Resistencia de Materiales. En 1949 el museo
lo solicitó nuevamente a la Universidad.
En 1951 el museo estimó su masa en 411
kilogramos (López,1996). Después estuvo
expuesto en el Planetario de Bogotá entre
1969 y 1992 y retornó nuevamente al museo
donde reposa actualmente (ver portada).
La masa del aerolito de Santa Rosa fue estimada por Ward (1907) en 612.5 kilogramos lo
que quiere decir que hacia 1951 había perdido una tercera parte. Según éste profesor
el corte realizado fue de 150 kilogramos y
11,34 kilogramos de virutas resultantes de
la anterior operación (López, 1996) lo que
hace pensar que este cuerpo sufrió una mutilación adicional de 39,1 kilogramos, que
no está documentada. Posada (1938) nombra
Figura 11. Ddibujo del meteorito de Rasgatá. Realizado por
Rivero y Boussingault (1823).
al inglés Levy Appel como responsable de la
traída y corte del meteorito, sin embargo no
hay prueba alguna de lo anterior y la responsabilidad de Ward está bien documentada,
pero podría dar indicios de otro personaje
que estuvo interesado en obtener parte de
la roca.
SOLUCIÓN DEL DILEMA SANTA
ROSA - TOCAVITA
El último estudio acerca de los meteoritos
colombianos (Buchwald y Wasson ,1968)
presenta una nueva hipótesis que acaba con
la propuesta hecha por Cohen a partir del
hecho de que los identificados como Tocavita
eran sólo tres, dos que están en Tubingen
y otro en el Field Museum de Chicago. Un
análisis de éste mostró que su estructura
correspondía a una octaedrita plesítica alterada por calentamiento hasta cerca de los
1000°C. Su superficie muestra zonas martilladas y forjadas hechas, antes de pertenecer
a la colección. La composición encontrada
es 9.7 % de Níquel, 0.23 % de Fósforo, 0.03 %
de Carbono, 39 ppm de Galio y 96 ppm de
Germanio. Una comparación con otras caídas
mostró que el contenido en Ga, Ge y Ni y
estructura junto con las Tubingen eran muy
similares a las de otro meteorito llamado
Salt River, recuperado en 1850, que además
tenía huellas de precalentamiento (Tabla
3). Si tenemos en cuenta que Santa Rosa y
Tocavita deberían pertenecer a una misma
caída, no deberían tener una composición
tan diferente. Por lo tanto es muy probable
que la muestra de Tocavita pertenezca realmente a Salt River, una confusión producto
de un error de marcado de las muestras en
la época en que Reichenbach era el curador
de la colección de Tubingen.
La concentración de Níquel, Germanio y Galio de las masas recuperadas en 1927, 1942 y
Investigación y Ciencia del Gimnasio Campestre
88
1969 corresponden con los datos obtenidos
de los meteoritos marcados como Santa Rosa
a partir de las secciones obtenidas por Ward,
teniendo en cuenta que la variación que se
observa es común y está dentro del rango
de variación experimental (Tablas 4 y 5). La
observación de cuerpos paralelos, cónicos y
aplanados de troilita y una estructura policristalina son otros elementos comunes en
los análisis metalográficos de las masas de
Santa Rosa y Rasgatá. Este estudio considera
que Santa Rosa es un meteorito difícil de clasificar ya que su estructura cambia sorprendentemente de espécimen en espécimen:
son notables las líneas de Neumann, pero en
algunas muestras aparece el Widmanstaten,
sin alcanzar el patrón típico que alcanza en
las octahedritas. Por esta razón Ward (1907)
lo clasificó como octahedrita, Buchwald
(1977) lo consideró posteriormente como
anómalo y Grady como una ataxita, pobre en
Níquel. Finalmente el trabajo de Buchwald
y Wason (1968) considera que los resultados
metalográficos del meteorito de Rasgatá
muestran que era de la misma estructura de
la masa principal de Santa Rosa hasta que
fue calentado cerca de los 1000° C por el
hombre, quizás en un intento de dividirlo.
Esto provocó que fosfuros y sulfuros se derritieran y oxidaran la cohenita disolviéndose
en la matriz produciendo cambios en las
estructuras bainíticas según el contenido
de Níquel y Carbono. Por tal razón Cohen
consideró diferente y genuino el material de
Rasgatá en Viena y Tubingen. Posiblemente lo
meteoritos fueron llevados desde Santa Rosa
(Boyacá) a Rasgatá (Cundinamarca) donde
fueron colectados, hecho que ha sucedido
en otras caídas (Figura 11).
En la base de datos de la Meteoritical Society
(2010) el meteorito de Santa Rosa está clasificado como uno de los nueve hierros del
Tipo IC encontrados en el planeta. Según
Hutchinson (2004) el Tipo I C es un tipo de
El Astrolabio
hierro con un contenido de Níquel menor
al 6.1% en peso y una correlación negativa
entre el Níquel y el Iridio.
El estudio de la masa perteneciente al Departamento de Geociencias de la Universidad
Nacional lo sitúa dentro de las hexaedritas,
debido a su bajo contenido en Níquel (4.9%),
a la ausencia de la textura Widmansttaten,
(Figura 12) y a la presencia de las líneas de
Neumann en todas las muestras estudiadas
(Gil y Concha, 2006). Un estudio posterior de
estos autores lo clasifica como un meteorito
anómalo ya que esta textura fue observada
sólo en algunas partes de su superficie (Gil
y Concha, 2006).
Elemento
Tocavita Kumerina Ballinoo
Níquel %
9.63
9.69
9.71
10.02
Galio
ppm
38.7
36.8
39.0
37.80
Germanio 96.1
ppm
93.4
94.4
100.00
Iridi ppm
8.1
94.4
100.00
6.8
Salt
River
Tabla 4. Comparación del meteorito de Tocavita con otras
caídas (Buchwald y Wasson,1968).
Gil y Concha, 2005
Comp.
Fe2O3
conc. (%)
94.3
Gil y Concha, 2006
Elemento
conc.
(%)
Fe
92.26
Ni
4.919
Ni
6.95
Co
0.3412
Co
0.48
P2O5
0.2971
P
0.40
Al2O3
0.01315
Al
0.07
SiO2
0.05022
Si
0.04
Cl
0.02
Cl
0.02
Ge
0.01611
Ge
0.02
S
0.02
Zn
0.02
Ga
0.01
Tabla 5. Resultados de los análisis de la masa
Perteneciente al Depto. de Geociencias U. Nacional.
89
CONCLUSIONES
En la actualidad hay seis fragmentos conocidos en Colombia que están relacionados
con la lluvia de meteoritos de Santa Rosa de
Viterbo, sin embargo sólo a tres de ellos se
les ha hecho los análisis correspondientes,
por lo tanto es necesario certificar este vínculo con las masas faltantes.
Según los datos obtenidos por Boussingault,
la caída del meteorito ocurrió el día anterior
a su descubrimiento ya que los pobladores
de la zona vieron un globo luminoso que se
dirigía hacia el SO. Otra pista que apoya lo
anterior es que se descubrió en una zona
aledaña a un camino veredal donde no había
sido visto antes y que los pobladores recogieron varios fragmentos que cayeron en los
campos aledaños. Además Boussingault visitó
el sitio de la caída de la masa principal e
identificó la oquedad producida por el impacto era superficial.
Los meteoritos de Rasgatá pertenecen a la
misma caída de Santa Rosa de Viterbo debido a que los estudios metalográficos de
Buchwald y Wasson (1968) demostraron que
era de la misma estructura del de la masa
principal de Santa Rosa hasta que fueron
calentados en un intento por dividirlos.
La clasificación de los meteoritos no está definida plenamente debido análisis realizados
los resultados no han sido homogéneos, en
ocasiones se observa la estructura Widmänstaten (Partsch y Wohler, 1852; Ward,1907),
mientras que otros autores lo agrupan dentro de las ataxitas (Grady, 2000; Hutchinson,
2004). Los estudios realizados en la masa
encontrada en 1969 también mostraron diferencias siendo catalogado como una hexahedrita (Gil y Concha, 2005) y como anómalo
(Buchwald,1977; Gil y Concha, 2006).
Figura 12. Sección del meteorito de Santa Rosa de Viterbo.
Se observan los nódulos oscuros de troilita y la
estructura en forma de tejido llamada
Widmänsttaten.Tomada de http://www.impactita.
com.
AGRADECIMIENTOS
El autor desea expresar sus agradecimientos
al Dr. Howard Plotkin de la Western Ontario
University, al Archivo Histórico Javeriano
Juan Manuel Pacheco, al Museo Nacional de
Colombia quienes suministraron material bibliográfico para realizar esta investigación.
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