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ÚLTIMAS TENDENCIAS Servera, la extrema labor I sabel Servera: “ya no se habla de creación, sino de post-producción. Creación implica generar algo que no existía, hacer formas inéditas. Esto ha dejado paso a la apropiación. Siempre se parte de cosas existentes, nunca de cero. Reinterpretamos. Debido a eso, el arte de hoy puede dar la falsa sensación de ser previsible”. Desde Jornada laboral, manipula elementos, rellena los cuadraditos de sus horas de trabajo, pinta cuadernos, interviene los papeles, labora como una “trabajadora del arte”, un obrero manual más y dice algo que repetía Clavé: “me gusta hacer cosas con las manos”. Transmitir los latidos de su temperamento a la materia a través de las yemas de los dedos. El papel desechado recogido por manos transmisoras, se contagia; los cartones y las cuerdas que utilizaba Clavé, se convertían en collages o en amuletos de su icono. Su exposición actual, en The Goma Galería de Arte, tiene mucho de osadía y de inocencia, de fuerza y de exquisitez, de desparpajo y de seriedad, de azar y de acierto, de pulcritud y de avanzadilla: es una bocanada de aire fresco en el panorama cansino de las repeticiones. El collar no luce aquí por las perlas, sino por el hilo que las engarza, el lenguaje no es reiteración de una fórmula, sino complementariedad de lo heterogéneo. Transita por el tiempo con el cuidado de quien camina por el lomo de un caimán, que nunca duerme, espera. Más que reflejar el paso del tiempo, articula la esencia de éste. Góngora sabía: “Tu eres tiempo el que te quedas/y yo soy el que me voy”. Isabel proclama: “El tiempo no es el fin sino el soporte de la acción. Me interesa la vinculación que se establece entre trabajo/tiempo. El tiempo como valor añadido”. Isabel Servera (Palma de Mallorca, 1986) licenciada en Bellas Artes, osten- ta la Maestría en Producciones Artísticas e Investigación de la Universidad de Barcelona. Ha participado en colectivas: Bienal de Valls de Tarragona, Crea+ I. Producción’10 de Lleida y disfruta una residencia en Hangar, al tiempo de su primera individual en Madrid, abriendo distintos horizontes distantes que deberá transitar con su talento y su intuición. En lugar de pintar, pone pegatinas en la pared. Dibuja los cuadernos a mano, de quien mire, de su origen y cultura , y del tiempo”, reflexiona. Le gusta provocar, debatir, incitar al pensamiento, pensar, actuar, sobre un poso de limo erasmista. Persiste en la constante de llevar la producción artística a la extrema rutina, a la labor, “Someterme a una acción determinada, ser máquina, producir. Provocar una confrontación y diálogo entre artesanía, mecánica y arte. Busco no pensar. Busco recicla el papel triturado y establece universos blancos salpicados de luceros azules, amarillos, naranjas, verdes, como un guiño a Sam Francis o a algún luminoso como De Stijl. Sutiles tramas cubren los cuadrados que representan sus horas de trabajo. Servera hace un arte poético. No frío, no gratuito, no fácil, no caprichoso, aunque lo parezca y ponga resistencia al inicial impacto de su presencia. Para ella el arte poético lo define como “tener un primer contacto a través de los sentidos”. “No creo en el arte como algo puramente sensitivo, ni como algo absolutamente conceptual. Pretendo que haya una unión entre ambos e intento que en mi práctica artística se produzca un diálogo. Tiene que haber un equilibrio, una interacción, entre estética y concepto enriqueciéndose de ello. La belleza depende hacer. Busco producir. Busco la extrema labor”, apunta.¡Magnífico: busca, busca, busca!. A pesar del nihilismo, del solipsismo, de la juventud, de las derivas que destilará su vida, de los riesgos que uno corre en comentar un universo en formación, la obra de Isabel Servera me interesa, me ocupa, me atrae, me canta como la poesía y la música de Giacinto Scelsi, como una luz alba en la prosa de Rilke: roja, azul, blanca, siena, jade, verde. 93 Tomás Paredes Presidente Asoc. Críticos de Arte Madrileños Galería The Goma Fúcar 12. 28014 Madrid www.isabelservera.com Precios: de 500 a 2500 euros