La autodevaluación del mexicano

Transcripción

La autodevaluación del mexicano
La autodevaluación del mexicano
OBJETIVOS
1. Conocer la sintomatología polifacética del fenómeno de la autodevaluación.
2. Tomar conciencia de que este rasgo de personalidad se enmascara sutilmente, de
modo que la mayoría de quienes lo sufren no lo saben reconocer.
A) Sintomatología
Cuenta Octavio Paz una simpática anécdota: en cierta ocasión trabajaba él en su
estudio, pensando estar solo en la casa, cuando de pronto oyó un ruido y preguntó:
"¿quién es?" (Había olvidado que la familia
7. Enumeren aspectos de la religiosidad del mexicano:
a) Que reflejen dependencia y pasividad. ¿>) Que refuercen esa misma
dependencia.
Para empezar, tracen un paralelo entre el presidencialismo (fenómeno político) y el
providencialismo (actitud religiosa).
8. Representación de papeles: escenifiquen un problema de una comunidad y el
recurso de los ciudadanos a la autoridad. En un primer cuadro, los interesados
acuden a pedir el favor de una figura poderosa y paternal. En un segundo acto los
mismos "actores", o bien otros, exhiben comportamientos democráticos que, sin
agredir, alegan asertivamente sus derechos y exigen soluciones eficientes.
9. Algunos voluntarios preparen una exposición de 4 o 5 páginas titulada: "El tema
de la dependencia en el Laberinto de la soledad de Octavio Paz". Léanla al grupo y
coméntela.
10. Relacionen el tema de la dependencia:
a) Con las conductas complacientes y alcahuetas de los sindicatos que, una vez
impuestos (la afiliación no es libre) protegen tanto al obrero que fomentan la pereza,
la indisciplina y la irresponsabilidad, y dañan a la institución, llegando a reproducir el
cuento de la gallina de los huevos de oro. Comenten casos célebres, como el de
1
Aeroméxico en 1989.
¿>) Con las conducta paradójicas de tantos ciudadanos que viven quejándose del
gobierno, pero que no acuden a votar cuando les corresponde y no participan en las
juntas de vecinos.
c) Con los trabajadores que se dejan manipular sumisamente por los cabecillas y
líderes sindicales.
11. Recuerden la definición clásica de Aristóteles: "Política es el arte de promover
eficazmente el bien común*'. Analicen el concepto de bien común. Relacionen esta
política con la de nuestros funcionarios.
12. Discutan esta objeción: "Dadas las tristes condiciones del pueblo mexicano,
sobre todo de los indígenas, afirmar que la Virgen Madre de Dios vino hace siglos a
constituirse en la madre y protectora de los indígenas y mestizos mexicanos y en la
principal defensora de la raza conquistada, más parece una burla que un
reconocimiento".
Distingan en esta tradición religiosa, el grano de la paja. Delaten lo que haya de
infantilismo y de manipulación y discurran modos de aprovecharla para madurar.
13. En México se tiene a olvidar el sabio refrán castellano: "a Dios rogando y con el
mazo dando". Ante las situaciones difíciles se confía en que sobrevengan por
azar cambios inesperados, o bien, auxilios celestiales sobrenaturales.
Den testimonio de ello evocando y explicando el lenguaje popular que expresa
fatalismo; por ejemplo:
* Cuando el pobre tiene medio para carne, es vigilia.
* Unos nacen con estrella y otros nacen estrellados.
* Al que nace para tamal del cielo le caen las hojas.
* El que nace para maceta no pasa del corredor.
* El que ha de morir a oscuras aunque muera en velería.
* Que te mantenga el gobierno.
2
•
Que los mantenga el gobierno.
Tenía una criadita llegada poco antes de un pueblo, parece que del estado de
Oaxaca.) La chica contestó: "No es nadie, señor; soy yo". Como quien dice: "Yo no
soy nadie"...'
Existen varias evidencias de la autodevaluación del mexicano:
- Sobrevaloración de los extranjeros (el malinchismo es justamente la tendencia a
admirar en demasía lo qué viene de fuera). "Somos muy inclinados a desdeñar lo
nuestro, muy afectos a admirar lo extranjero, aunque sea inferior, y muy propensos a
la idolatría, que es la más estúpida de las ceguedades. Que en nuestro país bien
puede haber un ingenio deslumbrador, pues nos apresuramos a taparle con el
manto del desprecio, para correr a ponemos de hinojos delante del primer recién
venido de Europa a quien no conocemos pero cuya superioridad creemos a
piejuntillas..."2
Cualquier europeo, norteamericano, canadiense o japonés que vienen a México,
al poco tiempo está mandando a los mexicanos. Por poner un ejemplo de actualidad,
¿no tendrá algo que ver con esto el exitazo de los restoranes McDonald's?
-
Influyentismo. México es el país de las credenciales y de las placas
especiales y de las recomendaciones. Muy en el fondo, el mexicano siente
no valer por sí mismo sino por estos apoyos extrínsecos; y se coge de ellos
como de una roca firme.
-
Fanfarronería. Es echador, presume hasta de lo que no tiene; quiere
apantallar... Alguien nos definió hace mucho diciendo que "el mexicano es
una torta de lomo y lengua", aludiendo el aguante y a la jactancia verbal.
-
Impuntualidad. Es parte integrante de nuestra cultura y todo mundo lo sabe y
todo mundo lo sufre.
Aparentemente se trata de una costumbre pintoresca y casi inofensiva. Pero el
psicólogo escudriña y ve mar de fondo: ¿Qué implica el citarte en Sanboms a la
ocho de la mañana y llegar a las ocho y media o a las nueve? ¿O el que tú me
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hagas eso a mí? La respuesta es implícita, pero clara: Que tu tiempo no vale; que
no eres importante que no somos importantes; no merecemos tomamos en serio
ni tú ni yo.
-
Las antesalas. Cualquier jefe y cualquier funcionario público se dan el lujo de
hacer esperar horas y horas a quienes llegan a verlos; peor aún si éstos han
solicitado audiencia. Es una moda, un estilo; casi una norma.
Tradicionalmente se decía en Europa que "la puntualidad es la cortesía de los
reyes". En Méxipo los funcionarios miden su propia importancia por la cantidad
de/tiempo que pueden tener esperando —matando el tiempo— a sus subalternos o
al público.
Hay detrás de esto un mensaje, muy enmascarado: queremos ser importantes
pero no lo somos. Yo no soy importante y tengo que hacerte sentir mi valor y mi
poder con este recurso artificial. Y tú no eres importante ni cuenta mucho lo que
haces con tu tiempo, y aquí te tengo a merced de mis humores...
-
Insubordinación, anarquía. El mexicano no obedece a las leyes ni las
normas; y se jacta de ello. Para elevar su yo blasona de su fuerza y de que
para él no existen leyes ni reglamentos; o de que siempre halla una coartada
para salirse con la suya. Cuando salió la ley obligando al uso de los
cinturones de seguridad en los coches, los autores de este libro hicimos una
profecía: "nuestros compatriotas no se dejarán amarrar así como así"; y
estábamos en lo cierto. Por supuesto, subyace el mecanismo de defensa
llamado formación reactiva; es • decir, se adopta una actitud que tapa un
sentimiento diametralmente opuesto.
-
El miedo. Es significativo que se haya escrito un libro titulado "México país
del miedo" —y que el público lo haya acogido con gran interés.
Samuel Ramos había analizado el tema hace más de 60 años: el mexicano tiene
miedo a decir no; huye de la realidad y busca refugio en la ficción porque sufre un
complejo de inferioridad.'Nosotros (Mauro, Patricia) queremos replicar y suavizar un
poco; no es que seamos inferiores sino que nos sentimos inseguros como resultado
de los traumas de nuestra historia y de las paradojas de nuestra vida social.
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- La envidia. Se ha hablado, como de un prototipo, del mexicano enano, que teme
sobresalir y que busca todos los recursos para atacar a quien sobresale y supera la
común mediocridad. Lo expresa muy bien Osear Monroy: "... La turba eterna con el
mismo rostro. Las mismas manos en el mismo cuerpo, las mismas risas y las
mismas ansias; eunucos los anhelos, enanos los ideales.
¡Y castrada —cuando aparece— la palabra. Como un remedo firme de su alma...!"
-
El despilfarro. El mexicano es muy afecto aboses de un gran señor y de
magnate: "yo pago la cena de todos", "yo disparo", "yo invito a toda la clase".
En el extranjero da a veces enormes propinas, en el país no se atreve, sobre
todo ante amigos o colegas, a protestar por un abuso en la cuenta del
restaurante.
Además de delatar desorganización, estas poses exhiben un mecanismo de
defensa; quiere convencerse y convencer: soy grande, soy poderoso...
-
El abstencionismo. Es un fenómeno tan generalizado que refleja actitudes
muy arraigadas. El mensaje oculto dice algo como esto: el manejo de la
sociedad me queda (nos queda) grande. Los grandes asuntos del país y de
mi estado, que los traten y decidan otros; yo me contento con criticarlos.
-
El fenómeno del tapado. Eso de que el nuevo gobernante salga misteriosamente de un cónclave de amigos autosacralizados, es una burla
impensable en países con un mínimo de democracia. El mexicano no
aguantaría la burla si no se devaluara gravemente. Pero la aguanta.
-
La basura. Quien ha recorrido países grandes y poderosos, tales como
Canadá, Alemania, Australia, etcétera, y también países pequeños y no tan
poderosos, como Dinamarca, Bélgica, Holanda, piensa con tristeza y con
repugnancia, al hartarse de la basura que afea nuestras calles, nuestras
plazas y nuestras carreteras: ¿Por qué allá no y aquí si? Para el observador
superficial, no pasa de ser una mala costumbre pero para el estudioso de la
conducta humana hay mar de fondo: No nos respetamos; por eso nos
permitimos vivir entre la porquería. Femando Mota Martínez lo dice con
hipérbole: "el mexicano dondequiera que se para deja su huella: basura."3
5
-
Abuso de diminutivos. Los diminutivos forman parte muy importante del
lenguaje del mexicano. Los hay de cariño, pero también los hay que rebajan
las cosas y las personas: "tengo un cochecito", "cómprate un relojito", "estoy
juntando unos centavitos". Y abundan también los despectivos: "tiene usted
su pobre casa en Ajolotes No. 20", "tengo un changarrito de refacciones",
"voy a mi changarro", "voy a recoger mi carccfcha en el estacionamiento de ^
Liverpool", "tengo que comprarme wnos trapitos para el próximo invierno",
"me conseguí una chamba en la Secretaría de Hacienda", "mi vieja no va a
poder venir a la comida de la compañía". (Téngase en cuenta: se llama
diminutivo porque disminuye.)
Afines, en cuanto que revelan análogas vivencias y proyectan la misma
psicología, son ciertos modos de hablar, comentes entre nosotros: "yo quisiera hacer
notar" (en vez de yo quiero); "me gustaría decir" (en vez de quiero decir); "yo venía a
cobrar..." (en vez de yo vengo...); "yo les propondría" o "yo les pediría" (en vez de yo
les propongo, o les pido); formas todas que expresan inhibición, repliegue, evasión,
escasa autoafírmación.
-
Susceptibilidad. Muchos mexicanos son "muy sentidos": se ofenden muy
fácilmente; hay que medir y pensar bien las palabras para que no se vayan a
molestar. En reuniones de trabajo en empresas y en universidades de
Estados Unidos, por ejemplo, una persona confronta a otra y la contradice
públicamente; y al salir siguen tratándose amistosamente como si nada
hubiera pasado. Aquí es común que en semejante evento queden muy
ofendidos y sientan que se cortó la buena relación. Muchos mexicanos
parecen llevar prendida la etiqueta de "manéjese con cuidado".
-
Fe guadalupana. Puede tener aspectos positivos y constructivos, pero
también es real el reverso de la medalla: para muchos Guadalupe es un
símbolo que intenta superar a nivel mental y emotivo la molesta inferioridad:
"Somos el nuevo pueblo elegido; en el plano de la economíay de la
tecnología y de la cultura mundial valemos muy poco, pero en el plano más
espiritual (invisible) somos gente de primera".4 Y no todos son capaces de
identificar el mecanismo compensatorio.
-
Chistes autodevaluativos. Freud escribió un libro célebre titulado: El chiste y
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su relación con el inconsciente. Abundan los chistes en que los mexicanos
hacen todo mal, de modo que no sirve para nada, y chistes en que interviene
un mexicano. ("Había una vez un gringo, un alemán y un mexicano...") y éste
resulta el rey de la situación dejando a los otros burlados. Es obvia la
formación reactiva en este segundo caso.
-
Soborno, mordida. Es un tema tan grave que merece capítulo aparte.
B) La corrupción como autodevaluación
Si es cierto, como lo es, que la corrupción de un gobierno y de un país se mide
por la situación que viven las clases más débiles, México, la tierra del petróleo, de la
plata y de las inmensas riquezas marinas y forestales, es un país corrupto. Por lo
demás, lo proclamamos con cinismo: "la corrupción somos todos".
Las formas de la corrupción son variadísimas:
— El soborno.
— El nepotismo.
— La extorsión.
— La grilla sucia (patadas debajo de la mesa).
— La colusión del funcionario con el patrón, en agravio de los obreros.
— La demagogia falaz.
— El contrabando o fayuca.
— Los fraudes al fisco.
— Los pactos entreguistas con poderes trasnacionales, a espaldas del pueblo; y eso
a muy altos niveles.
— Los puestos de "aviadores".
— Los mordelones de tránsito.5
— La extorsión del juez que vende la justicia.
7
— Elcoyotaje.
— La explotación del trabajador de niveles inferiores.
— El sistema de favores, prebendas y proteccionismo a unos cuantos.
— La venta de puestos y plazas.
— Los líderes charros.
— El incumplimiento laboral de todos los días.
— La burocracia agraria que se come el presupuesto.
— La prepotencia policiaca y su exigencia de "propinas" antes de aclarar un delito;
casi todo mundo en México ve en los "judiciales" el símbolo cabal de la injusticia.
— Los embutes a los medios de comunicación.
— El peculado o sustracción ilícita de fondos públicos por parte de quienes los
manejan.
— Las "comisiones" de los contratistas a los funcionarios, etcétera.
La corrupción generalizada es un problema cultural, tanto que para muchos no
llega a ser problema moral. Muchos mexicanos al dar sobornos, se sienten víctimas
de la corrupción en lugar de contribuyentes a ella, y ni les pasa por la cabeza que
obran mal y que son corruptos. Echan la culpa al sistema y se lavan las manos.
Dejamos fuera de estas consideraciones los asaltos, los secuestros, los
asesinatos políticos, el narcotráfico... Nos quedamos en la zona de las peccata
minuta.
Cada sexenio se monta un teatro de cruzada contra la corrupción, y el pueblo
agraviado cree una y otra vez: "Eso ya se acabó; la corrupción es cosa del pasado".
El mesianismo sexenal —o cuatrienal— ha sido un tema recurrente,en nuestra
historia.
¿Hace falta demostrar que la corrupción tiene que ver con la autodevaluación?
No sólo tiene que ver sino que es su expresión más sutil. Supone la conciencia de
ser gente vulgar, incumplida y delincuente; y supone también la convicción de ser
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incapaz de ganarse la vida y resolver los problemas con las armas limpias de las
capacidades profesionales y de las habilidades negociadoras. Puede estudiarse en
la mordida el juego psicológico de agresión y defensa, de ofensa y protección.
¿Nos indignaríamos de que la organización humanitaria American Watch, en su
informe sobre el sistema carcelario mexicano, el 24 de marzo de 1991, haya
etiquetado a nuestro país como "una cultura de la corrupción"?
C) El disimulo
Es la mexicana una sociedad de dos caras:
— En la retórica oficial, la democracia; en la realidad la dedocracia, así llamada
humorísticamente por el pueblo (aludiendo al "dedazo" en la designación de los
puestos).
— En los emblemas del gobierno, la Revolución, con mayúsculas; pero una
revolución congelada, y curiosamente el partido que más la pregona es el más
conservador y enemigo de los cambios sustanciales y sustanciosos.
— En el discurso político, interés prioritario por el campo y por los campesinos; en la
vida real son ellos los olvidados.
— La prensa, la radio y la televisión inundan diariamente al país con miles de
millones de palabras de cuidadosa desinformación.
— Y si pasamos al ámbito individual, allí también campea la doblez. Oímos a cada
paso: "me hice la disimulada", "me hice la desentendida"... La mayoría de los
ciudadanos muestran más preocupación por tener un buen coche que una buena
casa, por ostentar antenas de televisión, tal vez parabólicas, para aparecer
poderosos cuando no lo son. "Como decía Rodolfo Usigli, en México todo mundo
disimula y nada es lo que parece... Definía a la política mexicana como un
conjunto de mentiras que pugnan por convertirse en verdades."6 Tal vez por eso
es México el país de los eufemismos. El mexicano es cerrado; "no se raja". Se
abre en la fiesta. Por ello mismo se desenfrena allí; es la presión que explota; la
presión de la represión.
— Otro síntoma del disimulo: el camaleonismo político; la mayoría, no sólo de
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funcionarios y burócratas, sino también de empresarios, van tomando el color del
grupo en el poder: ferozmente anticlericales con Calles, socialistas apasionados
con Lázaro Cárdenas, capitalistas "modernos" con Miguel Alemán;, austeros
republicanos con Ruiz Cortines, frivolos con López Mateos, duros y rígidos con
Díaz Ordaz, tercermundistas con Luis Echeverría, despilfarradores y nepotístas
con López Portillo, suaves moralistas con De la Madrid, neoliberales
intemacionalistas y primermundistas con Salinas de Gortari.,,.
Se diría que en el fondo nos sentimos un país de caricatura. André Bretón, el
poeta eximio, definió a México como "un país surrealista".
PRÁCTICAS
1. Comenten la advertencia del presidente Emilio Portes Gil (1928 1930): "La
corrupción es la enfermedad más grave que lleva la Revolución Mexicana en sus
entrañas. El pueblo está cansado de que salgan comaladas sexenales de
millonarios". Intenten explicar cómo es que en más de 60 años las cosas no han
cambiando apre-ciablemente.
2. Tracen un paralelo entre los alcaldes y corregidores de la Nueva España, que se
ponían de acuerdo con los caciques indios para explotar a los peones y a las
masas agrícolas, y por otra parte, los actuales líderes campesinos y sindicales.
3. Conversen sobre este tema: "La corrupción mexicana vista por muchos como algo
normal de lo cual no hay que escandalizarse ni avergonzarse". Apliquen
sucesivamente un enfoque:
o) Histórico.
b) Psicológico/psicoanalítíco.
c) Moral y religioso.
4. Discutan esta afirmación: "La corrupción sirve de lubricante para nuestra sociedad
enferma; es como el aceite de los motores. Si no fuera por los líderes corruptos,
estallarían con violencia destructiva muchas presiones sociales. Si nos
empeñáramos en eliminarla, el remedio sería peor que la enfermedad." Analicen
críticamente y busquen alternativas.
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