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VICTORIANO PÉREZ LANZ
DESOJO,
MUSEO AL AIRE LIBRE
(Una villa de tierra Estella, Navarra)
Desojo, museo al aire libre
Autor: Victoriano Pérez Lanz
Edición del autor.
Diseño y maquetación:
Eurolan
Avda. Navarra, 3
Tel 948 27 19 04
1ª edición: junio de 2004
2ª edición: mayo de 2010
Depósito Legal: NA-2066/2004
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Desojo, museo al aire libre
ÍNDICE
PRÓLOGO .................................................................................................... 6
PRESENTACIÓN DEL AUTOR ...................................................................... 7
1. LA PICOTA ................................................................................................9
2. UN ESCUDO ............................................................................................11
3. LA CRUZ PERDONADORA ......................................................................12
4. EL ARCA DE LA MISERICORDIA ............................................................ 13
5. EL NORTE ............................................................................................... 15
6. EL HOSPITAL ...........................................................................................17
7. EL DIEZMO ..............................................................................................18
8. LA FUENTE Y EL LAVADERO ...................................................................20
9. CASA CON NÚMERO Y RÓTULO ...........................................................21
10. DOS ESCUDOS ......................................................................................22
11. EL RULO ................................................................................................24
12. EL CALVARIO ........................................................................................26
13. EL ESPINO .............................................................................................29
14. OTRO ESPINO .......................................................................................30
15. TERCER ESPINO ....................................................................................31
16. LA CRUZ ................................................................................................32
17. EL ACOSTADERO ..................................................................................33
18. CASTEJÓN .............................................................................................35
19. EL NEVERO ...........................................................................................38
20. EL PASADIZO .........................................................................................39
21. LA BODEGA ..........................................................................................40
22. EL CAMPANARIO ..................................................................................42
23. LA CÁRCEL ............................................................................................48
24. EL SALVAVIDAS .....................................................................................50
25. LA FUENTE DEL AGUANDARTO ..........................................................52
26. LA ESTELA .............................................................................................54
27. EL POZARRÓN ......................................................................................56
DESPEDIDA .................................................................................................57
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Desojo, museo al aire libre
PRÓLOGO
E
stas páginas que, Victoriano Pérez, ha titulado “Museo al aire libre”, no
están disfrazadas de rigurosas conclusiones de historiador concienzudo,
ni de profundas tesis filológicas. Tan sólo son, como bien dice el autor, “un
homenaje” a los habitantes de este pequeño pueblo, Desojo.
Los seres humanos vamos haciendo, poco a poco, la historia del mundo.
Vamos dejando nuestras huellas por los senderos de la vida; huellas que leerán las generaciones venideras y que nos hablan de una vida pretérita cargada de anécdotas y leyendas, sin las que nuestro presente quedaría mutilado.
Asegura nuestro vecino, Victoriano, que “la belleza está en los ojos de quien
mira” y debe estar en lo cierto, porque con su peculiar mirada hacia el pasado de su pueblo natal, ha sabido transmitirnos el orgullo de formar parte
activa en el acontecer de este pueblo de Tierra Estella. Orgullo de contar a
nuestra espalda con una historia particular que sólo pertenece a nuestros
antepasados y a nosotros. Orgullo de rozar con las manos las piedras de
nuestras casas que cobran vida para hablarnos de Templarios, del Rey Sancho
o del Cardenal Cisneros.
Tal vez, unos ojos foráneos no logren captar tanta belleza en estas calles
como los nacidos en la calle Mayor, la Plaza o la calle de la Iglesia. Con este
pequeño libro entre las manos, les invito a que bajen sus párpados, a que se
abandonen en estos atardeceres de otoño y escuchen atentamente cómo el
viento arrastra por entre las cuestas del pueblo, rompiendo el silencio, el
canto de las campanas “Santa Bárbara”, “Garbancera” y “Vera Cruz”.
Entonces, sólo entonces podrán entender de qué clase de belleza nos habla
el autor de estas páginas.
Mi intención no ha sido hacer una crítica literaria de este libro, sino agradecer a Victoriano Pérez la dedicación y esfuerzo con que lo ha gestado.
“Museo al aire libre” debe recorrerse con el corazón porque lo que se ha
escrito con el corazón no tiene otra posible lectura.
Araceli Arana Díaz de Cerio
Diplomada en Filología Hispánica.
Autora de la novela “Tara”.
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Desojo, museo al aire libre
PRESENTACIÓN DEL AUTOR
E
n la celebración de nuestro cincuenta aniversario, quiero que salga a la
luz este pequeño libro, ya que este año 2004 cumple cincuenta años una
de las quintas más numerosas.
“Sirva este librico de homenaje a nuestras madres y padres que hicieron posible el
milagro”.
En los tiempos que corren, ¿quién se puede imaginar que en ese puñado de
casas iba a haber, de un sólo año 19 niños manchando pañales?
En ese grupo de padres y madres está representado prácticamente todo el
pueblo. Pero hay una muy especial, mi madre, que además fue la última
mujer que quiso y pudo dar a luz en Desojo, es Sara Lanz Leorza y tuvo a Inés
Pérez Lanz, el diez de febrero de 1966, era su décimo parto y a partir de esa
fecha a todos los siguientes desojanos nos cambiaron el D.N.I (salud pública
aconsejaba ir a Logroño y luego a Estella o Pamplona).
Aunque en el año 1929 también habían nacido diecinueve desojanos, fue en
el 1944 cuando se formó el racimo más numeroso de todo el siglo XX, fueron veintitrés niños, aunque claro está que todos los pollos no llegan al gallinero. Me imagino que con tanto “mocete” no sería fácil que quedasen desperdigados los almendrucos, las perragordas y alguna rubia que arrojaban
celebrando nuestros bautizos, y eso que las calles no estaban cementadas
como ahora.
Cada generación formamos un eslabón de una larga, larguísima cadena que es la
historia de nuestro querido pueblo, quizás tan interesante como desconocida...
Para mucha gente nuestro pueblo no es lo suficientemente bonito. Siempre se
ha dicho: “La belleza está en los ojos que miran”. Y alguien dijo: “La hermosura se ve con el corazón”. Muchas veces se puede cruzar el pueblo de lado a lado
sin ver a ninguno de sus habitantes, pero no importa si se mira, se observa y se
escucha como es: un “museo al aire libre”, hazlo y las piedras te hablarán.
Amigos míos, claro está que para entender este lenguaje, tal vez haga falta
una especial sensibilidad y una cierta culturilla local.
Sabemos que a muchos les encanta el pueblo y que otros, aunque les guste,
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Desojo, museo al aire libre
no saben mucho de su historia. Os invito a que deis una vuelta mientras ojeáis estas líneas y espero que no seas muy crítico, pues es verdad que todo lo
que leas no se puede demostrar que así ocurriese. Muchos de los datos son
fruto de transmisión oral, otros de intuición y otros de imaginación lógica.
Amigos desojanos, fanfarronerías aparte, aunque visitemos ciudades con
millones de habitantes, será difícil que en tan pequeño espacio podamos ver
tantas y tan dispares cosas. La mayoría de visitantes se detendrá a ver los
bonitos escudos, fachadas con buenos sillares, jardines y nuestra hermosa
iglesia con su esbelta torre atraerá su mirada. Yo, además quiero mostrar
otros puntos que para más de uno pasarán desapercibidos, incluso aunque
sea coterráneo.
Espero que os guste el recorrido con varios datos y mis comentarios tal vez
os ayuden a conocer un poco más de su interesante historia.
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Desojo, museo al aire libre
1. LA PICOTA
E
mpecemos por la “picota”, ya que está a la entrada al pueblo y es una de
las cosas que más conoce la gente de fuera.
Diré lo que todos sabemos, que en el año 1.665 la Villa de Desojo compra,
por 8000 reales, en tiempos del rey Felipe IV, el derecho civil criminal, y es
junto a la de Lacunza, las únicas que quedan en Navarra. (Las Cortes de
Cádiz ordenaron su demolición en 1812).
¡Mira por donde!, coincide que el pueblo, según iremos viendo a través del
recorrido, está repleto de cruces y nos empeñamos en llamarle La Cruz,
cuando su nombre debe ser La Picota.
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Por ejemplo: si observamos la foto, al fondo se divisa un pinar y a la derecha
de lo que fue la ermita de S. Bartolomé, un cogote, ese sí que lleva el nombre
de cruz, es el Alto de La Cruz. Antiguamente, en algunos pueblos, se colocaba una cruz indicando el lugar donde salía el sol en el solsticio de invierno.
Pero si hay similitud en el nombre, no así en el contenido, cada uno lo
puede interpretar a su manera, pero en ese cuadro está representada la vida
y la muerte. En primer plano, la cruz, picota o rollo (como queramos llamarla) representa lo humano: juicio, castigo, pena, muerte..., el mundo rastrero,
y al fondo está representado algo más “Elevado”, en el solsticio de invierno
el sol llega a mínimos y parece morir, como Cristo en la Cruz y llegado a ese
momento el sol renace, resucita y resurge la luz, la vida.
Tal como la vemos es como quedó después de ser restaurada el año 2000 y aunque el rollo o picota se utilizase para escarmiento y vergüenza en público de los
malvados, parece ser que también se le pudo dar otra utilidad más dramática.
Una buena manera de conocer un lugar es escuchando a la gente de los pueblos de alrededor. Esto me sucedió en Los Arcos. Estaban hablando de perros
de caza y uno vociferó:
- A ese hay que llevarlo a Desojo.
Yo, al oír mencionar mi pueblo me giré y le pregunté:
- ¿A quién de Desojo le querían llevar el perro?”
Y el vecino me contestó:
-¡A nadie!- Y con voz tajante continuó: Aquí cuando hay que matar a alguno se dice que hay que llevarlo a Desojo.
Un espantoso escalofrío recorrió mi cuerpo y recordaba que cuando era niño
me contaban:
- ¡Mira esos pocicos!, ¡Se llenaban de sangre cuando los mataban!
Oído esto pienso que se les quitarían las ganas de hacer fechorías.
Caminemos hacia el pueblo, a escasos quince pasos vemos el calvario, luego
volveremos a él, justamente donde acaba la carretera y comienza la calle de
la plaza y la calle Mayor, vemos a la izquierda un escudo.
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2. UN ESCUDO
D
entro de la decena de blasones que podemos ver en el recorrido nos queremos detener en éste.
Seguramente, el más antiguo del pueblo. Al observarlo vemos en su cuadrante de abajo a la izquierda tallado un pelícano. Éste ave, ante la falta de alimento para sus crías, se pica el pecho para que sus hijos, al alimentarse con
su sangre, no mueran de hambre, maravillosa representación de Cristo que
entrega su sangre para salvarnos.
Es curioso, pero también se ve esta imagen en lugares tan emblemáticos
como la puerta del Sagrario del Santuario de Codés y también en el de Aralar
y en el de la parroquia de Javier, aunque mejor trabajados.
Continuamos hacia la calle Mayor ascendiendo la que así se llama Cuesta del
Patio. Justo donde acaba, a mano izquierda, vemos una cruz esculpida en la
pared.
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3. LA CRUZ PERDONADORA
A
ntes eran otros tiempos. Pensemos que los carros no tenían acelerador y
que a palos se podían dañar a los animales. Parece ser que el recurso del
grito y de las blasfemias funcionaba.
Los curas, muy comprensivos, decidieron marcar esta cruz para que cuando
los que arreaban las bestias en su intento de llegar arriba habían dicho alguna blasfemia, ya conseguido el rellano, mirando o tocando la cruz, su falta
quedara perdonada.
Continuamos calle Mayor adelante y nos detenemos al llegar a la primera
calleja por la izquierda, la Calleja del Purgatorio.
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4. EL ARCA DE LA MISERICORDIA
E
n el granero de esta casa estuvo el Banco de semillas. El Arca de la misericordia era una institución que comenzó a funcionar hacia el año 1550
y éste existió hasta el año 1944.
Se conseguían varias cosas. Primero ayudar al que por pobreza o sequía se
quedaba sin semillas. Le prestaban y tras la cosecha de septiembre debía restituirlas con el “IVA”. El que hacía de escribano se llevaba un poco, la renta
del local, otro poco y el resto era para los gastos de mantenimiento del
Hospital.
Por otra parte, cuando una pareja se casaba y formaba un nuevo hogar, el
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Ayuntamiento le dejaba parcelas y con la semilla prestada... comenzaba a
germinar la economía familiar.
Imagino que en algunos años los “Alorines” (separaciones que se hacían en
los graneros para que no se mezclaran las diferentes semillas) estarían más
trasegados que otros, pero también creo que siempre sus dueños habrían de
pasar un verdadero purgatorio para devolver lo pactado. ¿Será por esto que
esta calleja se llame la Calleja del Purgatorio?
Avanzamos toda esta manzana y paramos nada más pasar la siguiente calleja de la izquierda.
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5. EL NORTE
A
los amantes de la astronomía les invito a que en alguna noche rasa y
estrellada se detengan en este lugar y miren a la torre de la iglesia. Tus
ojos, la veleta y la Estrella Polar coincidirán en la misma línea.
Quiero comentar que nuestros antepasados siempre han mirado al cielo, a
los astros, y al observarlos le han dado suma importancia, para la mínima
tarea, comprobaban la situación de los astros, sobretodo si la luna estaba en
creciente o menguante, por ejemplo para hacer los chorizos, hacer siembras
en la huerta, dar vuelta al estiércol, podas, .... etc.
Y siempre las iglesias las orientaban hacia Oriente, muchos de nuestros
mayores sabían qué hora era mirando a la torre en días de sol, o a cualquier
ermita o al mismo sol, con la colocación del reloj de la torre se les facilitó
saber en qué hora vivían.
Antes comenté lo del solsticio de invierno, pero en Desojo, así como en
algún otro pueblo de la Ribera Estellesa, permaneció hasta hace poco una
tradición ancestral, la costumbre de madrugar en el solsticio de verano, en
la noche de San Juan, salir al campo y descalzos pisar la aguarrada antes de
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que saliera el sol, (la frescura que transmitía la hierva mojada debía ser percibida por nuestro organismo para poder contrarrestar el calor del verano)
las mozas bajaban a lavarse los pies al río de las canales o de San Juan, por
donde cruza el Camino de las Reliquias (así llamado porque se pasaba en
procesión por ese camino el día de San Isidro para bendecir los campos con
el agua traída y pasada por la cabeza de San Gregorio, la última procesión se
celebró hace treinta años, con D. José Lecumberri).
Aun hoy día vemos que en muchos lugares esa noche hacen hogueras, sin
embargo en Desojo la hacemos, por diferente motivo, en la víspera de San
Miguel y también las mozas bajaban al río a lavarse los pies, pero esa tarde
lo hacían en el Puente de San Miguel. Estos detalles hacen que cada pueblo
tenga sus señas de identidad.
Continuemos calle Mayor adelante y llegamos a….
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6. EL HOSPITAL
A
nuestra espalda quedaría el local que fue horno público que con la Ley
de Desamortización, el 1855, pasó a manos privadas.
En este edificio estuvo el hospital durante más de tres siglos y se cerró en 1883.
Con la ayuda de la iglesia, otro poco del Ayuntamiento y con “las creces” del
Arca de la misericordia es de suponer que no dispondrían de muchas comodidades los transeúntes e indigentes que caían por este hospitalillo. Para su
funcionamiento contaba con la reserva de hielo, el encargado de rasuras, así
como el criador de sanguijuelas, etc.
En la cara Este del edificio estuvo la escuela y el Ayuntamiento hasta el 1957.
Luego fue corral de ovejas del Ayuntamiento...
Seguimos calle adelante hasta llegar a esta plaza donde comienza la Calle de
la Herrería, a la izquierda, la Calle de la Iglesia, a la derecha y de frente hacia
la carretera de Espronceda.
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7. EL DIEZMO
E
n este lugar estaba el diezmo. El local donde se cobraban el diezmo y las
primicias. Era un impuesto antiquísimo que se debía pagar a la Iglesia.
Y es precisamente por un pleito entre la iglesia de Nájera –fue capital del Reino
de Navarra- y la de San Martín de Albelda, cuando interviene el rey Sancho II.
“Era el 17 de septiembre del año 983”. Es una de las primeras veces que consta en un documento el nombre de nuestro querido Desojo, otras fechas próximas podemos ver en el Cartulario de San Millán años 992 y 996.
Otra fecha anterior es del año 933, un tal Blas Braca hace una donación de San
Pelayo. La historia de nuestro pueblo es más antigua de lo que muchos imaginaban.
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Y más teniendo en cuenta los vestigios encontrados de la época de los romanos, edad de bronce, edad de piedra, y ¿esas huellas de animales encontradas de millones de años?... (Mamma, el antecesor del caballo.)
Tal vez sea Desojo una referencia y se pueda convertir parte de su término
en otro museo al aire libre.
¡Ojalá! que conociendo mejor parte de nuestro pasado, sepamos relanzarlo
hacia el futuro.
¡Volvamos a nuestras calles!
Junto a esta casa vivían los últimos mineros que trabajaban en las minas de
cobre del “Monte” a finales del siglo XIX y principios del XX, en el campo
permanecen a la suerte del destino las simas y lo que queda de la antigua
fábrica.
En nuestro recorrido ahora descendemos hacia la izquierda por la Calle de la
Herrería, que la hubo, y a nuestra derecha queda “Barrasuso”.
Continuamos dando la vuelta por la Calle de la Plaza y nos detenemos en la
fuente.
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8. LA FUENTE Y EL LAVADERO
A
quí vemos la fuente y los restos del pilón. Ya no queda ganado que venga
a abrevar. Tampoco es ya necesario para las que venían a lavar.
Esta piedra cilíndrica, colocada en el centro del lavadero, hacía de columna
para sostener el tejado. ¡Ay Dios mío! ¡Cuántas historias nos podría contar!
Hasta aquí llegaba el agua desde la Fuentelejos y Aguandarto. Se construyó
a finales del siglo XIX. En 1926 hubo problemas con los desagües y humedades de la Antanilla que impidieron que se hiciera la nueva escuela en la
plaza. En 1950 el agua bajaba de Codés, y ya desde 1990 nos llega desde
Ancín.
Volvamos a la plaza y nos detenemos ante esta casa.
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9. CASA CON NÚMERO Y RÓTULO
A
l menos en esta casa permanece el rótulo desde hace 107 años. Otros
muchos han desaparecido. Había varios en la Calle Mayor, Calle de la
Iglesia, Calle de la Herrería y Calle de la Plaza.
El que estuviesen las calles con sus rótulos y las casas con su número, sin duda
facilitaba el trabajo del cartero. Conste, como ejemplo, que en 1.847 subía el
cartero desde Los Arcos los lunes y viernes, por el atajo claro está; pues la
carretera a Sansol se hizo a principios del siglo XX.
Es de suponer que no sería grande el caudal de correspondencia. Pero sin
duda la había para un pueblo que en 1860 tenía 381 habitantes, de los cuales sabían leer y escribir 127, otros 57 sabían leer, pero no sabían escribir, los
197 restantes no sabían leer, eran niños o analfabetos.
Sigamos plaza abajo y no detenemos justo donde acaba.
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10. DOS ESCUDOS
C
omo puede verse la mayoría de las casas han sido humildes, pero es cierto que hubo varios palacios.
Nos detenemos en esta casa porque tiene dos escudos y en uno de ellos si
nos fijamos en la parte de abajo se observa perfectamente que está representado el monte “GOLGOTA”, la cruz de Cristo y las de los dos ladrones, en
sintonía con lo que luego veremos. ¿Tendrá relación con los templarios?
Continuamos por la Calle de la Plaza y después de pasar la Calleja del
Purgatorio, nos desviamos a la derecha por la Calleja de las Huertas del
Redajo y continuamos hacia el punto de partida paralelos a la bodega.
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Que fue cooperativa en la que casi todo el pueblo era socio, fue fundada en
el año 1957 y la última cosecha fue la de 1993, tubo sus momentos de
esplendor con 1850 robadas de viñas, de las cuales eran 600 de viña-olivar,
en 1961, y años de gloria como el año 1985 en que ganó el premio al mejor
“CLARETE” otorgado por Denominación De Origen Navarra.
Mis sentidos aun recuerdan el olor a mosto hirviendo, a camportas con avispas, a jamón merendado al pie de la galera esperando la renque para descargar las preciadas uvas. Luego vendrían el mosto, vino dulce, el mostillo y el
arrope… todo se acabó con la venta al mejor postor.
Justo pasar la bodega y la primera casa de la derecha nos detenemos ante
otra piedra cilíndrica.
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11. EL RULO
E
n muy poco espacio podemos ver tres piedras cilíndricas: la del lavadero,
en el jardín del primer chalet entrando al pueblo a la izquierda, otra, la
picota y la tercera, ésta que hace de pata de mesa de jardín.
Las tres con destinos muy distintos, sin duda.
Esta última es algo más que un soporte. Es un testigo de mil oficios desaparecidos.
Junto a esta casa se hizo la última horga en Desojo, otra horga cercana estaba en el camino de Mues; se sepultó en 1976 al hacer la carretera a
Espronceda.
Para hacer la horga se excavaba la tierra para sacar la beta de yeso. Con
paciencia y experiencia se colocaban para la cocción. Como combustible
quemaban un montón de “ollagas”. Después con este rulo se molía. La última vez que lo vimos hacer sería hacia 1960. La cal se obtenía por la calcinación de la roca. Se empleaba también para la desinfección y para enriquecer
los suelos de algunos cultivos así como para amojonar viñas, (esto se hacía
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para indicar que no entrase el rebaño a las viñas porque se había plantado
planta joven)
¡Cuántas de nuestras casas se sostienen gracias al yeso que molió este rulo!
Las tejas tampoco venían de lejos; hasta 1.840 se cocieron tejas en La Tejería,
cerca de la choza de Barranconero.
“Carbonero y leñador
picayesos y muelecal,
tarde o temprano
a morir al hospital”.
Retomamos el punto de partida e iniciamos otro camino más áspero y misterioso (enigmático), el Camino de las Cruces. Para iniciarlo nos acercamos
al Calvario.
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12. EL CALVARIO
A
l aproximarse la Semana Santa el alguacil se encargaba de arreglar un
poco el camino, ya sea quitando alguna piedra, tapando baches o quitando maleza.
Los mayores recordarán cómo bajaba la procesión de viernes-Santo y de aquí
partía el rezo del Vía-Crucis por el Camino de las Cruces.
Sobre el calvario, en una piedra, estaba representado Jesús en el huerto de
los olivos. La colocaban en el borde para que nuestros mayores pudieran
hacer llegar hasta allí sus besos. Los abuelos besaban la boina y el velo o la
chaqueta nuestras madres y abuelas, y las lanzaban haciéndolas llegar hasta
la imagen.
Tras la pavimentación de las calles se cambió el tradicional Vía Crucis por el
recorrido actual.
Antes el mayoral o presidente de la Cofradía de la Vera Cruz se encargaba de
podar el olivo. Sus oliveñas eran portadas en la procesión del domingo de
Ramos y eran quemadas la noche de pascua para encender el Cirio Pascual.
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Finalmente las cenizas se guardaban celosamente para ser utilizadas el miércoles de ceniza en el inicio de una nueva Cuaresma.
Tal vez alguno desconozca la existencia del olivo y quizás haya pasado desapercibido para los más jóvenes del pueblo. Ahora el calvario está encorsetado entre edificios. Pero antes, sin duda alguna era un bonito monumento
bien visible a la entrada del pueblo ya sea desde Sansol o desde Mues, digno
de adornar una gran plaza.
Siempre hemos oído contar:
“Mira: Ese olivo lo trajeron los templarios de Tierra Santa”.
Por favor, dejadme especular. He intentado desvelar su enigmática existencia y las piezas del puzzle parece que encajan. Claro está que una de las principales piezas es la fe.
He recogido información por aquí y por allí y quizá, una posible respuesta al
misterio sea ésta: El calvario está enteramente relacionado con la Cofradía de
la Vera Cruz. ¿Hacia qué año nos remontamos? Ya en el 1067 se habla de la
iglesia de Desojo y sus cofrades. ¿Serán éstos? Aparte había otra cofradía, la
del Santísimo Rosario, muy famosa en toda la comarca y desaparecida en
1.827, pero obligatoriamente era posterior a esa fecha; pues el fundador de
la devoción al rosario fue Santo Domingo en el siglo XIV.
Y como Sancho VI el Sabio había dado la villa a la Orden de los Templarios
en el año 1157, y como éstos fueron disueltos en el año 1312, nuestra villa
pasó a manos de los Hospitalarios de San Juan de Jerusalén. Se deduce que
la fecha tiene que ser intermedia.
Fuera como fuere, el caso es que tengo constancia de que el “Palaciano de
Armañanzas” intervino en una de las Cruzadas, año mil doscientos treinta y
pico y como un tal García López, de Desojo, había donado en el año 1222
unas viñas a la iglesia de Santa María de Torres, que era de los Templarios,
¿Trajeron en agradecimiento esta “joya” de Tierra Santa? ¿O tal vez interviniera algún desojano en dicha Cruzada?
Alguien podrá pensar:
- ¿Pueden tener esos olivicos más de siete siglos?
Pues yo le contestaría sin ninguna duda ¡que no!, que esos olivicos que
vemos ahí tienen exactamente uno, 27 años y los otros dos algunos menos.
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Me explico…
En 1976 era tal la dejadez en la que se encontraba el calvario y tanta la maleza... que alguien, quemó el redajo y las llamas quemaron también el Olivo
Santo. Los de mi edad lo recordarán muy grande. Tanto que lo utilizábamos
escondiéndonos entre sus ramas cuando jugábamos al escondite.
Cuando se quemaron completamente el olivo y el entorno del calvario
quedó un espectáculo bochornoso. Al verlo sentí mucha pena, asco, rabia,
vergüenza. Todo estaba ennegrecido. Ramas y tronco reducidos a ceniza.
Pero las duras piedras cobijaban unas raíces que se resistían a morir. Yo tenía
esperanza e ilusión de que brotase para poder cuidarlo. Pronto, gracias a
Dios, de entre las cenizas resurgió la vida.
Después de unos años mimando el retoño y cuidando el entorno, no puedo
expresar lo que sentí al poder saborear las primeras aceitunas de este “olivo
resucitado”.
Yo me pregunto: ¿El escudo de Desojo, no llevará dos ramicas de este olivo?
Todavía perdura la costumbre en la cual la rama de olivo llevada en la procesión del Domingo de Ramos, es colocada en nuestras casas como símbolo
de paz y bendición.
Después de todo lo dicho os invito a continuar por el Camino de las Cruces,
que aún tal vez nos depare alguna sorpresa.
Nos detenemos ante este espino.
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13. EL ESPINO
¿
Qué sentido tendrá este espino en este lugar? Permitidme que eche a volar
mi imaginación. A la vez que se trajo el olivo de Tierra Santa ¿no se pudo
traer también este espino? Que yo sepa esta especie no es autóctona.
Sabemos que con este tipo de espino se fabricó la
corona de espinas de Cristo. Observo que por el
camino hay varios espinos de esta especie.
Posiblemente las plantarían nuestros antepasados
para señalizar las caídas de Jesús camino del Gólgota,
este sería el de la tercera estación, “Jesús cae por primera vez”.
Sigamos camino hacia la iglesia.
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14. OTRO ESPINO
O
tro espino más de la misma especie, éste sería el de la segunda caída.
Continuamos camino adelante y vemos otros colocados en forma de vallado, estos los he visto plantar yo mismo. Es una pena, pero la historia se enreda con la manipulación.
También se ven por otras partes del pueblo sujetando tapias y ribazos.
Personalmente pienso que la existencia de una especie debe tener más finalidad que la de “adornar” la cabeza del crucificado. Los desojanos le han
sabido dar varias utilidades. ¿Quién recuerda cuando se empleaban para colgar las uvas?
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15. TERCER ESPINO
C
ontinuamos y vemos este viejo espino, este señalaría la tercera caída, en
el inicio de la Calle de la Iglesia y seguimos por el Camino de las Cruces.
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16. LA CRUZ
A
quí, en este pajar de la izquierda permanece camuflada esta cruz. Aquí
sería la estación “crucifixión y muerte de Jesús”.
Luego proseguían hacia la iglesia la procesión de penitentes y el rezo del Vía-Crucis.
Pero antes de cambiar de tema quiero hacer un inciso sobre la Cofradía de la
Vera Cruz.
Hubo en Desojo disciplinantes, espeluznante tradición que aún perdura en
otros lugares –los picados de San Vicente de la Sonsierra-. En la cuenta de
gastos de nuestra cofradía del año 1774 constan “polvos para curar a los disciplinantes, así como avellanas, nueve cántaros de vino, más de treinta kilos
de higos pasos, tres robos de trigo para hacer bollos, etc.”
¡Ya vale de cruces! Nos damos la vuelta y vemos en lo alto una pared.
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17. EL ACOSTADERO
N
os habíamos puesto muy serios por este camino, pero quiero anotar una
pizca de humor aunque no sea más que un cuento ingenuo. Así me lo
contaron.
¡Mira!: Una vez había nevado, y varios gorriones querían acostarse en el
mismo agujero. Pero como estaba ocupado, a un gorrión de los más viejos se
le ocurrió decir:
En Lazagurría buen día,
en Sansol buen sol
y en San Pedro Melgar
los pajaricos a espigar.
Al oír esto, los jovencicos que estaban dentro salieron fuera y el viejo pasó a
ocupar el sitio caliente. Los ignorantes que salieron, al comprobar el engaño
intentaron entrar. Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
Alguien se extrañará, y pensará a cuento de qué cuento viene este cuento.
Pues lo anoto por tres motivos.
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Desojo, museo al aire libre
Primero, por la importancia que tiene saber escuchar a nuestros mayores,
siempre te da la oportunidad de aprender algo.
Segundo, porque gracias a este cuento aprendí el nombre de nuestro río, que
no se estudiaba en geografía y unos mapas lo llaman de San Pedro, otros, río
Melgar y otros, de Villanueva.
Quiero recordar que este río, además de engordar y abastecer nuestras despensas, también nos ha dado buenos sustos. Uno fue la “yasa de la Rosi”, en
septiembre de 1961, víspera de San Miguel, recordamos que se llevó las gavillas de chaparro de la plaza, preparadas para la hoguera de San miguel, todo
el pueblo salió a buscar a los cinco jóvenes que, con las cestas cargadas de
membrillos, no pudieron cruzar el río, y tuvieron que pasar la terrible noche
en una choza del “Chaparral”.
Como dato diré que alcanzó tal anchura que abarcaba desde la carretera
hasta el camino de los molinos y en el prado había una choza a muchos
metros del río y se llevó varias tejas, al día siguiente, los cangrejos permanecían en charcos a varios metros del río y a cinco metros del suelo en los chopos de La Serena se veían colgadas plantas con sus melones.
Otra gran “yasa”, la de 1925(esta les desanimoó a hacer la escuela en La
Plaza) y otra mayor en el año 1911. Según cuentan, ésta riada se llevó varios
carros desde el pueblo hasta dos kilómetros río abajo. Pero más que desgracias ha dado bondad. Imaginémoslo hace mil años, cuando regaba las huertas de Eregortes, Villanueva, Desojo, Melgar...
Y el tercer motivo es que, gracias a este cuento, pude aprender qué era
Melgar, un pueblo que perteneció a Desojo y se despobló al igual que
Eregortes y Villanueva de 1427 a 1512.
Melgar estaba situado en las cercanías del río donde se cruzaba con el
Camino de Santiago. Fue antigua encomienda de la Orden de San Juan. Y al
despoblarse, sus piedras fueron a ennoblecer varias de las casas de Sansol. De
su gran Hospital y Monasterio de San Pedro, hoy sólo se conserva su estatua
del siglo XIII con sus dos manos amputadas.
Se puede visitar en la iglesia de Sansol.
Sin movernos de donde estamos vemos esta piedra.
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18. CASTEJÓN
¿
Es una piedra cualquiera? ¡Pues no! Esta es una piedra de las que formaban el castillo de Desojo.
Permaneció en pie unos cinco siglos hasta que fue derribado por nuestro
“amigo Cisneros” después de 1512, porque nuestro pueblo estaba en el lado
“Agramontés”. Imagino que sus piedras serían utilizadas cuando se amplió
la iglesia en 1548. Pero... para muestra, un botón.
Pero además se puede decir que Desojo fue exportador de alcaides (estos personajes eran los encargados de defender, avituallar y reparar el castillo).
Tenemos constancia de que un tal Alfonso Periz, de Desojo fue alcaide del
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Desojo, museo al aire libre
Castillo de Monjardín, un castillo de máxima importancia del reyno, el año
1265, otro desojano también lo fue el año 1316, Alfonso Pérez y otro año, el
1348, Alfonso Pérez con un tal Sancho de Lizarazu. Me imagino que estos
desojanos serían parientes.
Además, había otro desojano de alcaide en otro castillo cercano, llamado
“Punicastro”, situado en la Peña La Concepción de Torralba del Río. Aunque
en la zona se le llamaba castillo de “Malpica”. En 1351, figuraba un tal Íñigo
Sánchez de Lizarazu (en el de Monjardín, como dije antes, de nombre parecido, el tal Sancho de Lizarazu, en el año 1348). Un siglo más tarde, es otro
desojano el alcaide de “Punicastro”: Lope Álvarez de Desojo lo defendió
durante la guerra contra Castilla, 1429-1430, y continuaba en el puesto en
1445.
Los nombraba el rey de Navarra, tenían que ser navarros y normalmente
eran nobles o caballeros, recibían dos pagas, una por La candelaria (2 de
febrero) y otra por La Virgen de Agosto. Tenían que vivir en el castillo y para
ausentarse nombraban a un lugarteniente o tenedero.
A mi modo de entender no era casual que esos desojanos ostentasen semejante cargo, sino que era el fruto de una trayectoria histórica. Seguramente
lo habían hecho bien en el castillo de Desojo y tendrían la confianza del rey
para el ascenso a un castillo de mucho mayor valor estratégico e histórico,
además había otro desojano, Pedro Sánchiz, que fue nombrado el 18 de
noviembre de 1285 rector de San Medes relacionado con Dicastillo e Irache
así como con el castillo de Monjardín y San Esteban de Deio, que precisamente en esa ermita, dentro del recinto amurallado, fueron enterrados
varios reyes y al gran funeral del rey Sancho Garcés I, el año 925, llegó una
representación del clero de Desojo, ¡casi nada!
Hablando del clero y gente influyente, diré que un tal Antonio Desojo, de
Desojo, fue abad del monasterio de Iranzu de 1780 a 1784, con el poder que
ejercían en aquellos años los monasterios.
Como de Castejón se divisa el Castillo de Monjardín es de suponer que se
enviasen algún mensaje los alcaides desojanos.
Sin movernos de donde estamos.
Os quiero preguntar si os habéis fijado de esa señal de pintura roja y blanca.
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Es una señal que nos indica que por aquí pasa una “Senda Histórica”, la número UNO nada más y nada menos. Dentro de las G. R. (grandes rutas) que recorren toda la península, ésta, parte de Cataluña y llega hasta Galicia, aquí nos
llega desde Los Arcos dirección Santa Teodosia, Balacín y de aquí dirección a
Otiñano. ¿Cuántos habrán pasado por aquí ajenos a tanta historia?
Pero de aquel castejón, además del topónimo, aún queda otro testigo excepcional, su nevero.
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19. EL NEVERO
E
stá claro que el enclave del Castillo era un lugar estratégico y defensivo.
Y a la vez, a la sombra del torreón se cobijaba el nevero. Éstos eran de
vital importancia para la subsistencia de nuestros pueblos.
En un escrito de las Ordenanzas de la villa de Desojo fechadas en 1749, aparece como “linde de zona de pasto de los cochos”, el “Nevero de Castejón”,
si pastaban fuera de ahí, multa.
Aunque el torreón fue derribado 200 años atrás, el nevero siguió funcionando. Se puede ver lo que queda de parte de su cúpula. Su funcionamiento se
alquilaba y pasaba a ser tarea de los Cofrades el llenado de nieve mezclada
con algo de paja. El hielo debía durar todo el año para el servicio del
Hospital, fiebres, enfermos, refrescos, etc. Con la llegada de la electricidad...
adiós nevero.
Retrocedamos unos veinte pasos hasta el “cemoral”, hoy hermoso jardín.
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20. EL PASADIZO
E
sto es una planta espinosa ornamental. Sin embargo, bajo sus raíces se
esconde otro pequeño secreto.
Muchos recordamos haber oído decir que había un pasadizo subterráneo que
subía desde el pueblo hasta Castejón. Recordamos los de mi edad cuando,
con miedo, nos metíamos ahí jugando al escondite o a tres navíos.
Al enterarse de la existencia de la cueva, subió el maestro con linternas e inspeccionó su interior; y no encontró ningún tesoro. En nuestro pobre pueblo
quizá ya no queden más tesoros que su propia historia.
Bajo nuestros pies había unas piedras sospechosas, (quiero anotar que por las
afueras de las eras es corriente ver grandes losas como de sepultura, con huesos incluidos) y deduzco que aquellas piedras no eran indicios de alguna
antigua bodega, pues las bodegas que dan al carasol están dentro de las casas
y no dan a camino ni a eras como las sombrías de la “Sestil”.
En mi opinión cuadra lo oído con lo visto, que era el pasadizo para Castejón.
Hablando de bodegas, retomamos el Camino de las Cruces dirección a la
iglesia y una vez pasada la cruz, a mano derecha vemos otras piedras.
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21. LA BODEGA
L
os mayores ya saben lo que es, y a los jóvenes les diré que es una chimenea de ventilación de una bodega. Ésta puede tener varios siglos de historia, al igual que otras muchas del pueblo.
Hace pocos años cayó en mis manos un libro sobre la historia del vino de
Navarra. Al ojearlo, grata fue mi sorpresa al leer Desojo en una lista de viticultores que presentaron muestras en una de las más destacadas exposiciones de vino de finales del siglo XIX. Era la Feria de Burdeos, año 1882, y concursaban ocho vinos de Desojo, en la variedad de “tinto seco”. Aún fue
mayor mi alegría al comprobar que uno de los vinos era de mi bisabuelo
Jorge Pérez. Concursaban en este orden:
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Desojo, museo al aire libre
Jorge Pérez.
Nicomedes Labeaga.
Gregorio Rubio.
Pedro López.
Gregorio García.
Francisco Álvarez.
Victoriano Álvarez.
Guillermo Arana.
Por aquellos años había en Desojo 780 robadas de viña.
En nuestro pueblo siempre hemos podido presumir de buen vino y siempre ha
estado mal comunicado. Sin embargo, hace dos siglos había vecinos que eran
transportistas. La zona de mercado se extendía por pueblos de Tierra Estella y
pueblos de Álava. Transportaban vino, aceite, sal, carbón... y noticias. No olvidemos que el camino que va de la curva del yeso a la salida por el Camino de
Mues a la actual Fuente Lejos se llama el Camino de los Arrieros.
Seguimos paseando Camino de las Cruces adelante, hasta detenernos delante de la iglesia.
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Desojo, museo al aire libre
22. EL CAMPANARIO
S
i de algo se puede decir que está al aire libre es precisamente los campanarios y si de algo podemos presumir, es de su elegancia y hermosura; con
ciertas connotaciones exotéricas que no me detengo a comentarlas.
Y nos centraremos en sus campanas.
En su regazo cobija tres campanas, que aunque vecinas y hermanadas, cada
una tiene su peculiar historia.
Hubo más campanas, que tal vez se refundieron, o en paradero desconocido,
sabemos que la campana de la ermita de San Cristóbal fue traída a la torre
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Desojo, museo al aire libre
de la iglesia de Desojo.
Cada campana tiene un sonido diferente y pocos instrumentos musicales
alcanzan ser oídos tan lejos. ¡Qué pena que cada vez reconozcamos menos
su peculiar lenguaje!
Os invito a que algún domingo con tiempo raso y templado, subáis al alto
de San Cristobal, y si es invierno, se contemplará un paisaje maravilloso con
diversas sierras nevadas adornando nuestra querida tierra. Si es “la hora del
ángelus” podremos escuchar un concierto único, el sonar de las diversas
campanas de nuestros pueblos.
Quiero apuntar cuatro cosas, de las pocas que yo conozco, de su peculiar lenguaje. Unas veces nos hablan de festividad, otras de tristeza, jolgorio, oración...
Ahora se tocan con mecanismo eléctrico, pero antes de 1.970 se tocaban a
mano, eran bandeadas por el
cura, el sacristán o sus ayudantes. Unas veces eran tocadas en solitario, una campana sola; otras a dúo o a repique o tirando del badajo
desde abajo con una cuerda.
Quiero recordar que además
del bonito campanario, la
iglesia de Desojo también
disponía de una pequeña
espadaña (mini-campanario
de una sola pared) que estaba situada en el tejado encima del contrafuerte
que hoy sostiene un reloj de sol. Con una sola campana que era accionada
desde la puerta de la sacristía con una larga cuerda. Sin duda que esto les
facilitaba el esfuerzo de subir tanta escalera, la espadaña fue desmontada en
la década de los cincuenta cuando se colocó el nuevo tejado.
Normalmente se bandeada solamente los domingos y víspera de fiesta. Pero
a lo largo del año había muchísimas ocasiones para poder oírlas:
- Incendio: sonaban con fuerza para avisar a todos los vecinos y gente que se
encontrase en el campo para que acudiesen lo más rápidamente posible a
apagar el fuego.
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Desojo, museo al aire libre
- Ahuyentar las tormentas: algunos recordaréis cuando don Ildefonso estaba
rezando el breviario alrededor de la iglesia y observaba que se acercaba una
tormenta con mal color o de mala orientación -son especialmente peligrosas
las que se asoman por San Fritos- y subía a bandear la campana Santa
Bárbara. Parece ser que el tañido de esta campana ahuyentaba la tormenta o
convertía el granizo en agua; todavía muchos de nuestros mayores encienden una vela al Sagrado Corazón cuando se acerca la pedregada.
- Jolgorio: Se bandeaba para anunciar el inicio de las fiestas patronales.
- Vísperas: Anunciaban que era víspera de fiesta y acompañaban con su sonido en las procesiones.
- Romerías: Eran tocadas cuando salía la romería a Villanueva e igualmente
cuando se regresaba.
Asimismo se hacía en la procesión de San Isidro por el Camino de las
Reliquias.
- Santa Águeda: Ese día nos dejaban subir a los chicos a hacer sonar las campanas.
-Oración: Cada mañana, sobre las ocho, a toque de campana avisaban que
era momento de orar; y a las doce el ángelus. Al atardecer tocaban a oración
y era el momento de recoger animales y de que los chicos fueran a casa.
- A misa: Media hora antes de misa tocaba el primero, un cuarto de hora
después el segundo, y el tercero, a entrar. Lo mismo para el rosario o el viacrucis. Si era festividad o domingo en la misa mayor se bandeaba primeramente.
- A vereda: Ahora le llaman auzolan. Había un toque especial que te indicaba la obligación y la hora de acudir a trabajar para el pueblo.
-A subasta: había un toque que anunciaba cuando la subasta era pública y
ésta acababa al apagarse el mixto.
- Portalero: El “tintinulo” avisaba que los carros podían salir a acarrear, al
salir todos a la vez se evitaba en cierta medida que los amigos de lo ajeno...
- A muerto: Es sobrecogedor el oír tocar a muerto, al final del alternativo y
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tembloroso toque de campanas es escuchaba un sonido si el difunto era
hombre, y si acababa con dos era que la fallecida era mujer. Todavía puede
que sea más impactante cuando tocan “a duelo”, al convocar a la misa funeral y en la conducción del difunto al cementerio.
- Aleluya: Con especial alegría se vivía el bandeo de campanas el domingo
de resurrección en el momento del Gloria. Quiero recordar que habían permanecido mudas durante toda la Semana Santa y su función era sustituida
por el toque de matracones, cacletas y carracas accionadas por la chiquillería recorriendo las calles del pueblo.
- Alegría: Cuando algún niño o anciano se había perdido y la gente salía a buscarlo, era una alegría oír tocar las campanas en señal de que había aparecido.
También sonaban al proclamar el Año Santo, cuando se nombraba un nuevo
Papa, se beatificaba a algún nuevo santo, en bautizos, cantamisas, bodas,…
Seguramente me habré dejado otros muchos motivos por los que se tocaban
las campanas, pero a decir verdad, me hubiese encantado haber tenido que
tocarlas porque algún desojano hubiese ganado alguna medalla olímpica,
alguna final de pelota a mano o que el Osasuna hubiese ganado la liga... pero
habrá que conformarse con oírlas tocar en homenaje a una de ellas que cumple 202 años.
Después de comentar el lenguaje de las campanas quiero pasar a comentar
algo de las tres que quedan.
Campana de “Santa Barbara”.
Es la que está orientada al este, en ella se puede leer:
“DEDICADA A SANTA BÁRBARA”
“ORA PRO NOBIS” 1802.
Esta es la que se bandeaba cuando se acercaba alguna tormenta maligna. ¡Ahí
la tenemos! Con sus dos siglos recién cumplidos.
Yo me pregunto: ¿Se pudo bandear cuando tenía siete años en noviembre de
1809 para celebrar la huida de los campos de Sansol de las tropas de
Napoleón?, Era un buen motivo, pues los desojanos y gente de la comarca
habían conseguido asustar a todo un ejército.
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Desojo, museo al aire libre
“La Garbancera”.
Así se llama la campana mayor, la que mira hacia el sur. En ella se puede leer:
“DEDICADA A SANTA MARÍA”
“REFUNDIDA EL 1946” ERICE PAMPLONA.
“SIENDO ALCALDE AGUSTÍN CHÁBARRI Y PÁRROCO
ILDEFONSO MESTANES”
Esta es la de mayor tamaño y su inconfundible sonido es majestuoso. Solo
se bandeaba en las fiestas grandes y los domingos.
Si su vecina nos habla de truenos, ésta lo hace de gastronomía. No nos olvidemos que por aquellos años se comían garbanzos con cocido de gallina sólo
los domingos y fiestas.
Es curioso, pero siempre había oído decir que el párroco que nos bautizó y
nos dio la primera comunión se llamaba D. Ildefonso Nestares, y ahí consta
“Mestanes”.
Quiero añadir que, precisamente, el año en el que comulgó nuestra quinta,
en 1961, fue el año que murió.
Campana de “La Vera Cruz”.
Es la que está orientada cara a Espronceda, en ella se puede leer:
“DEDICADA A LA IMBENCIÓN DE LA SANTA CRUZ”
“REFUNDIDA EL 1946” ERICE PAMPLONA.
“SIENDO ALCALDE AGUSTÍN CHÁBARRI Y PÁRROCO
ILDEFONSO MESTANES”.
Cuando se les llamaba a los cofrades de la Vera Cruz para reunirse en junta
se les avisaba con el toque de esta campana.
En las normas de los cofrades consta que se debe pasar por delante del “LIGNUM CRUCIS” y la palabra “IMBENCIÓN” se refiere a “ALLAZGO”, esto es,
dedicada al hallazgo de la Santa Cruz.
¿Será una locura pensar que lo que teníamos en las reliquias (reducido a
polvo) eran restos del verdadero “Lignum–Crucis?
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Desojo, museo al aire libre
Está claro que no pretendemos rivalizar con nuestros hermanos de Carabaca
(Murcia). Pero curiosamente esa ciudad se convierte al cristianismo y levanta el Santuario de la Vera Cruz en el año 1232 y como comenté anteriormente al hablar del olivo santo, las fechas son las mismas, a mi modo de entender demasiadas coincidencias.
Sería maravilloso poder cerrar el triángulo: olivo-espina-madero de la cruz.
Sigamos por la Calle de la iglesia hasta llegar a este local.
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23. LA CÁRCEL
Y
a en 1926, ante la avalancha de chiquillería, querían hacer nuevas escuelas. El proyecto no se hizo realidad hasta 1955. Los escolares se repartían
entre este local y la casa de la Villa, que estaba abajo, (calle mayor).
Pero este solar, antes que escuela, fue cárcel. ¿Desde cuándo?, posiblemente
desde 1666, que fue cuando se erigió la picota? ¿Y hasta cuándo fue cárcel?
Algún lector recordará haber estado encerrado por jugar a pelota mientras el
rosario o por mangar alguna gallina.
Hemos podido rescatar parte del cepo. Como muestra la foto, tres astillas
condenadas al fuego y al olvido, recuperadas como muestra de sufrimiento
y realidades del pasado y al parecer muy utilizadas.
¡Sólo el tocarlo, hace temblar!
Una vez ví pasar por esta calleja al guarda con carabina al hombro, era Jueves
Santo y había que cuidar el pueblo.
Después de la guerra del 36, también funcionaba por estos pueblos el
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Desojo, museo al aire libre
“SOMATÉN”, eran tan honrados y tan rectos que uno de un pueblo vecino
llegó a denunciarse a sí mismo.
Será mejor continuar nuestra ruta.
Salimos hacia la carretera de Espronceda y la cruzamos, para detenernos y
mirar hacia el oeste, según el día y la hora se percibirá en el horizonte una
silueta parecida a un “Gigante Dormido”.
“Ojalá que lo podríamos despertar”
y, así, podría mostrar al mundo
todo el potencial que encierra
en esta zona de Navarra,
que, aunque un poco desconocida
y marginada, no exenta
de pueblos bonitos, repleta de
curiosidades, monumentos, santuarios,
mucha historia y tradición…
inmerso en un universo de paisajes.
Continuamos hacia Espronceda y nos detenemos en esta era junto a este
pajar, y veremos…
Silueta de la Sierra de Codés
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Desojo, museo al aire libre
24. EL SALVAVIDAS
E
sta oquedad en la pared no es un capricho del cantero que la construyó.
Se pueden ver varias por las eras del pueblo. Todas están orientadas al
Norte y a la sombra. El hueco se humedecía y se tapaba con un saco mojado. Era la fresquera, en tiempos de trilla y cuando apretaba el bochorno,
lugar de visita obligada. ¡Un auténtico salvavidas para las resecas gargantas!
Dicen que mientras se bebía del barril, se miraba a la Peña y se le pedía a la
Virgen de Codés que nos enviase el aire Cierzo, en esas circunstancias sí que
era la mejor salvación.
En Desojo se ha trillado desde hace miles de años. Su auge fue de 1950 a
1980, época de la cooperativa de trilladoras.
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Desojo, museo al aire libre
Éramos socios casi todo el pueblo, había tres trilladoras para la trilla de la
mies que producía nuestros campos, que si en 1891 se sembraban 6890 robadas, en 1961 había 1140 más, eso que también aumentó la superficie de
viñas.
El deslieque se efectuó para frenar la emigración, sobretodo a América, de
primeros del siglo XX, que luego llegaría imparable en los años sesenta con
la industrialización.
Avanzamos cuatro pasos.
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Desojo, museo al aire libre
25. LA FUENTE DEL AGUANDARTO
E
sta fuente es de reciente construcción; y si la pongo en el recorrido es por
su nombre, tan sugerente, fuente del “Aguandarto”. Anteriormente se llamaba Aquandartoa y otro topónimo anterior Fontunartoa, palabras en las
que se juntan dos lenguas: latín y euskera, fuente y vino. Esto a mí me suena
a pacto “Vasco-Romano”.
Recibe el nombre de donde nace.
Amigos desojanos, ¿desde cuándo se cultiva la viña en nuestro pueblo? ¿Desde
cuándo se habló euskera?
Si queréis podéis echar un vistazo al mapa de Desojo y podréis comprobar la cantidad de términos que existen.
Es de suma importancia conocerlos y mantenerlos, pues detrás de cada nombre
hay una historia. Eso que es una pena que con los años y con la parcelaria han
desaparecido muchos términos y a otros se les llama de diferente manera, hay
mapas que a la Idesa le llaman Hedesa, a Biatos le llaman Los Beatos, a Poyo, lo
colocan como Pueyo, por citar algún ejemplo.
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Desojo, museo al aire libre
¿Verdad que viendo este paisaje apetece dar un paseo más largo?
Os propongo un recorrido por el término recorriendo la toponimia vasca, con su
traducción aproximada.
Para ello os puede servir el mapa adjunto.
Veremos que la mayoría de los nombres están relacionados con la naturaleza, con
nuestra tierra y con sus plantas.
Podríamos salir de aquí mismo por “Barrasuso”, se podría traducir barrio de arriba o barasuso = huerta de arriba para acercarnos al “Aguandarto” = agua y vino,
será mejor echar un trago antes de subir la cuesta hacia las “Amescuas”=quejigos
(parecidos al chaparro), después iremos por entre abarras = “Bardazosa” en dirección a “Baldobarin”=golpe en lo alto, hasta llegar a “Martingarin”=arado de trigo,
descendamos hacia la carretera, ya estamos en la “Muga”= linde de Sansol y crucamos el río San Pedro Melgar, si es verano y todavía no os habéis quitado la chaqueta, os aconsejo lo hagáis, pues entramos en un valle horno =”Labeabal”, subimos y nos echamos un trago, pues estamos en lugar de vinos =”Ardengo”, luego
ascenderíamos hasta el cogote del Ardengo y veríamos mucho pasto =”Larraosoa
o “Larrosa”, busquemos alguna rosa, tendrá que ser silvestre, ya llegados a la
“Muga” de Los Arcos, la más lejana del pueblo y volvemos hacia atrás pisando
hojarasca =”Orbés” y más arriba pisaremos juncos =”Idesa”(en algún mapa le
ponen Hedesa y otros dehesa pero en Desojo siempre le hemos llamado Idesa),
0tros lo relacionan con bueyes, de aquí bajaríamos a “Biatos”=dos puertas, me
imagino que la de Mués y la de Los Arcos, subamos por la pendiente mirando al
cielo, pues estamos en cabaña de la estrella = ”Izárrula”, después descendemos a
un buen valle de semillas =”Balacín”de aquí pasaremos junto al horno viejo de
abajo =”Labejerilla”, para luego buscar “Karanka” =lino tosco, ascendemos el último puerto sombrío =”Karrubago” y ya volvemos hacia el pueblo aprovechando
a beber del agua medicinal de la Fuente de los Burros, dicen que abre el apetito,
aunque con ese paseo , cualquiera lo tendrá, espero que la vuelta no os habrá
parecido corta = “Laburra” y sin falta de tomar “El Zanko” = zanco subimos por
el Campo Santo y por la Cuesta del Cristo llegamos al lugar de salida.
Si alguien se ha cansado, puede sentarse en estos bancos a disfrutar del paisaje.
Mientras vemos el cementerio, se puede ver el recrecido que le dieron por los años
1950, me contaba mi padre que la piedra la bajaron de las ruinas de la ermita de
San Martín, sin carros ni carretillas, de mano a mano.
Cruzamos la carretera y examinemos esta cruz, es una estela.
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26. LA ESTELA
C
omo se lee, es de 1919, la abuela Martina murió aquí al caerse de un
burro. Todos recordaremos qué complicado era mantenerse en un burro
cuando tenía que saltar cualquier obstáculo.
Quiero decir de su autor, Don Cayo Ojanguren, que fue algo más que un
cantero. Más de una de nuestras casas las construyó él. Siempre me admiraba cuando me contaban que una vez se subió a retocar la veleta mientras la
gente del pueblo le miraba con miedo, él tranquilamente se echó un buen
trago de bota, sentado en lo alto de la torre.
Si algún día vais de paseo por la carretera, podéis bajar a ver el puente por
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Desojo, museo al aire libre
debajo, observaréis que lo construyó un artista, Don Cayo, arquitecto de
buena escuela. La cantera la tenía muy cerca.
A este puente se la llama “puente de plata”, costó 950 duros a principios del
siglo XX, cuando se hizo la carretera a Sansol. Ésta sustituía al camino viejo
de Sansol que iba desde el paso de Orbés a la derecha paralelo al río y salía
por La Cerrada, donde la choza de la tercera revuelta.
Acabando el recorrido, sin movernos de donde estamos, se ve esta pared y
debajo junto a la maleza vemos un pozo de agua.
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27. EL POZARRÓN
S
obre el pozarrón se puede decir que aunque su caudal no sea grande, ni la
calidad de su agua elogiable, también nuestros antepasados supieron darle
diversas utilidades. Entre ellas, las normales: animales, limpieza, hinchar
camportas, mojar vencejos (vencejos eran la paja del centeno sin trillar y se
utilizaba en forma de esparto), obras... y para algo un tanto curioso. Antes
hablamos del Nevero de Castejón. Pero amigos míos, cuando llegaba el mes
de febrero y no había nevado, lo que hacían era sacar agua de este pozo a
unas balsas que había en las eras. El hielo formado lo transportaban al nevero, pues de ello dependía su supervivencia.
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DESPEDIDA
A
migos… esto se acaba. El autor espera que hayan disfrutado de nuestro
“Museo al aire libre” y si de paso les ha servido para conocer más cosas
de nuestro pueblo y les anima a cuidarlo, mantenerlo y quererlo más, el
pequeño esfuerzo de este sencillo trabajo será de sobra recompensado.
Victoriano Pérez Lanz.
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En la celebración de nuestro cincuenta aniversario,
quiero que salga a la luz este pequeño libro, ya que
este año 2004 cumple cincuenta años una de las
quintas más numerosas.
“Sirva este librico de homenaje a nuestras madres y
padres que hicieron posible el milagro”.
En los tiempos que corren, ¿quién se puede imaginar
que en ese puñado de casas iba a haber, de un sólo
año 19 niños manchando pañales?
Cada generación formamos un eslabón de una larga,
larguísima cadena que es la historia de nuestro querido pueblo, quizás tan interesante como desconocida...
Para mucha gente nuestro pueblo no es lo suficientemente bonito. Siempre se ha dicho: “La belleza está
en los ojos que miran”. Y alguien dijo: “La hermosura se ve con el corazón”. Muchas veces se puede cruzar el pueblo de lado a lado sin ver a ninguno de sus
habitantes, pero no importa si se mira, se observa y
se escucha como es: un “museo al aire libre”, hazlo y
las piedras te hablarán.
Victoriano Pérez Lanz

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