51 Para los galleros y los vecinos de otros barrios y veredas
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51 Para los galleros y los vecinos de otros barrios y veredas
Para los galleros y los vecinos de otros barrios y veredas (jóvenes y adultos), los combates de gallos y el baile de cada primer sábado de mes es un acontecimiento. Cuenta Fernando que cuando aún no existía ni la gradería ni el ruedo se levantaban los asientos y la gente comenzaba a bailar al finalizar la ronda de peleas de la noche. Ahora los que apuestan el pellejo de su gallo y su dinero, se entregan al tire y afloje de las riñas en las graderías y en el ruedo. Mientras tanto en el otro salón se baila y se flirtea. Allí el testigo experimenta cierta distancia porque existen unos códigos, un lenguaje, un modo de vivir que son comunes y que se ponen de manifiesto alrededor del jolgorio en la riña de gallos; pero no se siente excluido porque hay en el ambiente cierta convivencia que se genera por la dinámica del juego y la familiaridad entre los presentes. Una vez que se está en medio y se ha establecido algún vínculo –por ejemplo, el generado por las apuestas-, el testigo se convierte en uno más y ocurre una integración inmediata. 51 Foto 20. Autorretrato con una cámara vivitar. Tiene montado una lente 50 mm de diafragma 1.7 El 90% de las fotos fueron tomadas con esa cámara a una velocidad 1/60 y con el diafragma totalmente abierto por las bajas condiciones de luz, por eso en algunas fotografías el foco es débil y selectivo. Se usaron películas Timax5de 400 Asa –de allí la presencia de grano- y Kodak plus6 de 200 y 100 Asa para las tomas de día y algunas en la noche como rollos de soporte. También se tomaron fotografías con una Rolleiflex (cámara de formato medio cuya relación de aspecto es 1x1) y se usó una película Illford de 3200 Asa. 5 Película blanco y negro. 6 Película color 52 Foto 21. Imagen que varios disparos yuxtapuestos. En esa ocasión se trabó el arrastre de la cámara y el resultado fue esa imagen confusa que entre otras cosas alude a la sensación del primer contacto con esa realidad. 10.4 El primer sábado de cada mes: La gallera como escenario de interacción social. De acuerdo a la propuesta de Goffman (2009), el lugar se postula como “el medio que incluye el mobiliario, decorado, instrumentos y otros elementos propios del trasfondo escénico que proporcionan el escenario y utilería para el flujo de la acción humana que se desarrolla ante, dentro o sobre él” (p. 39). Desde esa perspectiva se hará una descripción espacial de “La 53 Cosmopolita” cuyo objetivo es revelar los distintos espacios que sirven como escenario de las interacciones sociales alrededor de la riña de gallos. En paralelo, se presentarán los actores sociales identificándolos en el rol que cumplen durante el calendario de riñas y su lugar de procedencia. En la entrada de la gallera se distingue al lado derecho, una ventana cubierta y del otro lado está la taquilla; allí se venden las entradas, las espuelas, el licor y se pone la música. Los hombres pagan $5000 para acceder al bailadero y a las graderías del redondel, las mujeres en cambio no pagan, los que van a bailar exclusivamente pagan $3000 y los que quieren instalarse dentro del ruedo para tener una visión privilegiada pagan $20.000, les entregan una manilla que los identifica. “Roci” cumple la labor de anfitriona, recibe uno a uno, los saluda cálidamente y ellos responden con familiaridad, también controla el ingreso y custodia la seguridad. Foto 22. Roci en la entrada de la gallera y en el contraplano, los galleros de Vista Hermosa llegan con una caponera -maleta rígida en donde transportan los gallos de pelea- en un taxi. 54 Foto 23. Las manos de Roci, quien le muestra unas espuelas a un gallero. En la segunda un gallero con su estuche personal de espuelas de carey. El trato con los asistentes varía de acuerdo con el personaje: a los conocidos los saluda – entre risas, palmadas en alguna parte del cuerpo como la espalda o el brazo -, una vez que han pagado la entrada les pone una adhesivo con un número –que es un indicador de la cantidad de entradas disponibles-, les hace algún chiste respecto a la acción y continúan. Los galleros suelen preguntar por sus pares, que si han llegado o quiénes juegan. Algunos intentan “transar” la entrada por menos, argumentando que van a consumir licor o que son un grupo numeroso. Ella reitera las reglas de juego: “No, la entrada es a $3000 y a las mujeres no les cobro”, si entran por taquilla les cuesta $50007. Otros intentan colarse y ella les hace un freno con la reja y les habla fuerte, les pregunta por el adhesivo que demuestra que ya pagaron la entrada. No les queda más remedio que retroceder y pagar. Algunos ruegan y ella no accede. Con algunos clientes se 7 Entrar por taquilla implica que se tiene acceso a la gallera también. 55 hacen tratos especiales, se miran y se susurran entre sí, se hacen ciertas señas y se los deja pasar. Goffman (2009) define este tipo de signos en la interacción como realización dramática y explica que: Mientras se encuentra en presencia de otros, por lo general, el individuo dota a su actividad de signos que destacan y pintan hechos confirmativos. Porque si la actividad del individuo ha de ser significante para otros, debe movilizarla de manera que exprese durante la interacción lo que él desea transmitir. (p.44) Los que generalmente piden rebaja son los más jóvenes, mientras que los galleros de tradición van directo a la taquilla y pagan lo correspondiente. Después siguen entre abrazos cálidos, bienvenidas y alguno que otro comentario sobre experiencias pasadas o sobre las expectativas de la noche. “Aquí no hay alborotos porque aquí se vuelven una comunidad y entre los amigos no se tira, se vuelve una amistad… Hoy se ven acá, luego en otro lado, cuando hay conflicto es por mujeres no por los gallos” – afirma “Roci”-. Esta serie de situaciones son un indicador del tipo de relaciones y tensiones que se establecen en “La Cosmopolita”: la camaradería, la informalidad, la efervescencia de ciertas reacciones acaloradas por el licor, el contexto social, la inseguridad, el respeto impuesto como norma y el control para evitar en lo posible situaciones conflictivas que dañen el “aura” y el “carácter” del lugar. Bajo la mirada de Goffman (2009) podría complementarse con el siguiente argumento: Es conveniente a veces, dividir los estímulos que componen la fachada personal en apariencia y modales, de acuerdo con la función que desempeña la información transmitida por estos estímulos... la apariencia se refiere a aquellos estímulos que funcionan en el momento de 56 informarnos acerca del estatus social del actuante… también nos informan acerca del estado ritual temporario del individuo… Los modales, por su parte, se refieren a aquellos estímulos que funcionan en el momento de advertirnos acerca del rol de interacción que el actuante esperará desempeñar en la situación que se avecina. (p. 38) Retomando la descripción espacial, la entrada de la gallera está cubierta con estopas (costales sintéticos) para darle al lugar cierta privacidad y aislamiento. Foto 24. A izquierda la taquilla desde el bailadero. A derecha, la cobertura de estopas y Luisa Hidalgo la hija de Fernando y “Roci”. Lisa, la hija de “Roci” y Fernando, tiene 15 años. Toca el Chelo, estudia en el conservatorio y en el colegio Trinity School8. Ella y su hermano Jesús son los encargados de ambientar el baile; el repertorio incluye carrileras, salsa, merengue, y en general canciones que se suelen oír en las cantinas o bailaderos populares. Jesús siempre está en la taquilla atendiendo 8 Institución donada por la Fundación Colgate Palmolive con sede en el barrio Bellavista. 57 las rondas musicales y vendiendo el licor mientras Lisa acompaña a su madre en la recepción y charla con sus amigos. Los galleros la saludan con cierto aire paternal y los más jóvenes le hacen ciertos gestos de coquetería. La música se amplifica a un volumen muy alto, en simultánea se escucha el canto de los gallos, las risas, las apuestas, los gritos y las voces. Es un ambiente ruidoso, en el que las personas deben hablar fuerte para escucharse. Puede decirse que el paisaje sonoro remite y es identificable con el jolgorio nocturno en los establecimientos en zonas rurales. El bailadero es un lugar a oscuras con mesas alrededor que tiene en las paredes unos CD´s como decoración y algunas luces de color rojo que iluminan las mesas del costado. Los galleros van directo a la gallera, dejan sus maletas y retornan a la taquilla para comprar espuelas en caso de necesitarlas. Foto 25. A izquierda, detalle de la gradería con una pintura de dos gallos a mano alzada. A derecha, el bailadero visto desde la taquilla, la gradería y el ruedo, al fondo. 58 El escenario del combate, es redondo, por eso se lo denomina ruedo, redondel o circo. Está construido con cemento y el piso está cubierto con una alfombra verde. En el interior hay dos graderías numeradas y fuera de éste, una tribuna de madera y dos tablados en las paredes opuestas. Puede decirse que a partir de estas condiciones -pagar para entrar y disponerse como público de un “espectáculo” en la gradería y en las escaleras internas del redondel -, es posible establecer la analogía con el teatro y el ruedo como un escenario. Foto 26. En el ruedo el juez y el auxiliar. El público espera la definición de una nueva riña. 59 El ingreso está restringido por una reja. Carmenza cuida la entrada y controla el ingreso con Manilla. Hizo un reemplazo un día y desde ese momento lleva un año trabajando como guardia. Ella vive en el sector de Palermo, es la esposa de un gallero y le gustan las apuestas. “A ella la respetan, lo que pasa es que entre hombre y hombre se van a la “gresca”9 mientras que a uno como mujer lo respetan. El hombre no se va a igualar” –comenta “Roci”. Foto 27. Carmenza custodia la entrada Las reglas del juego varían de una región a otra, pero en líneas generales se establece que una vez pactada la pelea, en el redondel, ruedo, palenque o circo, se sitúan el juez, sus ayudantes o careadores; el juez es la única autoridad y su fallo es incontrovertible. Del techo, en medio del redondel, pende una lámpara de luz fluorescente y de ésta un temporizador como los de los laboratorios fotográficos que se usa para la cuenta regresiva de cada riña. “Este reloj tiene 12 años, se usa en los laboratorios, es americano… Esto es como un laboratorio –risas-” comenta Edison “El Fríjoles” – quien oficia como juez-. Él lleva su 9 Se refiere a pelear. 60 instrumento, lo instala, y seguidamente se viste con una bata azul oscuro, atuendo que entre otras cosas lo representa en su rol. Con relación a la manera en la que se presenta el actuante en escena Goffman (2009) afirma: Si tomamos el término medio para referirnos a las partes escénicas de la dotación expresiva, se puede tomar “fachada personal” , para referirse a los otros elementos de esa dotación, aquellos que debemos identificar con el actuante mismo y que como es natural esperamos que lo sigan donde quiera que vayan. (p. 38) Foto 28. El juez prepara su reloj para la noche de peleas. En una de las columnas de guadua que sostiene la lámpara, hay un tablero y un canasto. En el tablero se anota el nombre de la cuerda o del gallero, la clase del gallo enfrentado y la cuantía de la apuesta central. En el canasto se disponen distintos instrumentos necesarios 61 durante la riña (borrador y marcador borrable para anunciar cada enfrentamiento, una barra de cera, vela, encendedor, tijeras y una cinta blanca que se usa para el cambio de espuelas). Foto 29. El juez termina de instalar el reloj -está vestido con su ropa-. 62 Foto 30. A izquierda, detalle del tablero dónde se puede distinguir el nombre de la cuerda, el tipo de gallo “giro” (mal escrito con “j” por el juez) y la cuantía de la apuesta “1.000” que hace referencia a un millón. A derecha, el juez se ha cambiado la camisa blanca por una bata de color azul oscuro para la pelea. Abajo, detalle de las bolsas en las que se venden las espuelas marcadas con el número de líneas, es decir el tamaño (45, 50, 60) en milímetros- . 63 La cera que se usa en “La Cosmopolita” es preparada por el juez “se hace de Colofonia que es una cera de abejas y se le pone colorante en grasa… las espuelas son de carey o de plástico, varían en tamaño (40, 45, 50 y hasta 60 líneas)”10 –comenta- . Edison es oriundo de San Lorenzo, Nariño, algunos le dicen “paisano”. Foto 31. En una mano la cera derritiéndola con la llama de una vela y en la otra, una espuela. 10 Se refiere al largo en milímetros. 64 Las espuelas artificiales de carey o de plástico se empezaron a utilizar para que la agresión y la muerte del animal se efectuara en menor tiempo. Antes los enfrentamientos se practicaban con las espuelas naturales del animal: “En ese tiempo se jugaba pata a pata, no había espuelas, no había nada de eso, uno llegaba y lo amoldaba” –afirma Don Ambrosio, un gallero de Vista Hermosa. Los gallos de pelea pueden comenzar a pelear entre sí a partir de los 5 meses y en ese mismo período se desarrollan sus espuelas naturales. Antes de ese momento se les llama “pollos de levante”. Este término hace referencia a aquellos animales jóvenes que están en proceso de crianza y aún no han comenzado a combatir instintivamente. Durante ese tiempo se los alimenta con maíz y alimento concentrado al que llaman “cuido” y se los deja en un patio al aire libre. Es tan específica la alimentación de estas especies que al tocarlos se siente una vibración intensa y su carne es firme, casi musculosa: “ellos tiemblan por el cuido” – dice Valentín, auxiliar del juez-. Cuando empiezan a enfrentarse, pasados los 5 meses, se los encierra en una jaula o se amarran para que no se agredan. Los siguientes dos meses son de entrenamiento, “es cuando se empiezan a alistar para el combate… toparlos es darse golpes entre ellos, entonces uno allí mira si realmente es un gallo que se lo puede dejar para pelear o es un gallo que no reúne las condiciones. Si es un gallo que físicamente no pelea bien, no es resistente, sino reacciona realmente en el combate, es un animal que hay que desclasificarlo11” – afima Edgar, gallero de Vista Hermosa-. El entrenamiento consiste en fortalecer el área muscular en muslos alas y cuello, 11 Se refiere a no seguir entrenándolo y atendiéndolo como un gallo de pelea; en consecuencia se sacrifica para no asumir los gastos de su manutención. Tampoco se conserva porque no les interesa obtener sus crías. 65 mediante ejercicios diarios por un tiempo que puede ir de 10 a 30 minutos, se corretean, se los pone a hacer equilibrio en una cuerda para fortalecer los músculos, también se los suelta desde una altura prudente para el fortalecimiento de las alas. Algunos lo “carean” con un gallo al que denominan “Mingo”. Éste tiene protección en las espuelas y el pico para evitar que provoque batidas con el ave en formación y se lo usa para acosarlo e ir creando el instinto de defensa y ataque. Además se busca descubrir su temperamento y fortalecerlo. Hay múltiples formas de entrenamiento y cada gallero tiene su propio método. “Se lo pone para provocar el pique. Yo prefiero toparlo naturalmente con otro, ése pobre animalito sufre, a mí no me gusta eso” –– Fernando, gallero de la cuerda de Dapa Finalmente a los 7 meses se los “peluquea”. Este procedimiento consiste en cortar a ras de piel el plumaje inferior del cuerpo del gallo y el que cae del cuello; a esta parte se le denomina “la gola” y al proceso “desgolar”. Algunos galleros “echan” sus gallos con la gola, a veces es una decisión estética o indicio de los gallos que están siendo probados en el ruedo por primera vez: “Particularmente aquí en Colombia, todos los gallos se hacen “desgolar”. Hay algunos que cuando es la primer pelea llegan a un acuerdo de no desgolarlos… Entonces los echan golones y se llama una pelea de golones. Pero ya después de esa pelea, prácticamente se desgolan para seguir combatiendo” – dice Rengifo, Gallero de Vista Hermosa. Se los “desbarbilla” cortando “la barbilla” que está ubicada debajo del pico y “los zarcillos”, que son la protuberancia al lado de la barba y debajo del ojo y se “descrestan”. 66 Foto 32. En la primera foto un gallo “peluqueado” y el detalle de la espuela natural a los 6 meses, en la segunda y la tercera “la gola” y en la última un gallo con la “cresta” y la “barbilla” intactas. 12 Los instrumentos del auxiliar del juez son tres relojes de arena, que marcan cada uno un minuto y son usados en el momento más álgido de la riña; cuando uno de los gallos está por ser vencido, tirado en el suelo por su adversario. Si el gallo abatido se levanta antes del conteo, la pelea puede continuar o quedar entablada –en empate-. En las riñas también se suele usar al “Mingo” para comprobar cuál es el gallo vencedor en caso de una contienda confusa: “Cuando se acaba la pelea se tiene que probar si el gallo termina picando... Si ninguno de los dos pica no gana ninguno, para ganar tiene que quedar parado y picando” –explica Valentín Muñoz, el auxiliar. Él nació en Bolívar ,Cauca y vive en El Saladito, allí hay otra gallera conocida como 12 Éstos son fotogramas de una entrevista grabada. 67 “La 70”, pero dice que prefiere “La Cosmopolita” porque el ambiente es agradable y es fácil llegar en moto por carretera. Foto 33. El auxiliar afila las tijeras, tres relojes de arena, cada uno con un minuto de duración y el “mingo”. 68 Detrás de la gradería y alrededor del patio, hay una serie de cajones para guardar los gallos que se van a “echar a jugar”, están numerados y nombrados de acuerdo al color de cada uno (colorado, pinto, blanco, gallino, canelo, etc). Las “caponeras” solo son para transportar los animales. Foto 34. Cajoneras, detalle y caponera. Contigüo a los cajones cuelga una balanza, allí se acuerdan las apuestas, se miden a los gallos y se igualan las condiciones. Al fondo hay una serie de mesas que usan los galleros para “calzar” o “empiojar”13 a sus ejemplares, también se encuentran los baños y una serie de cajoneras dispersas por todo el lugar. 13 Se denomina así al hecho de ponerles las espuelas. 69 Foto 35. Fernando y 3 galleros conversan, el movimiento en la gallera aún no ha empezado. Adela está sentada en una silla al lado del puesto de Miriam, la vendedora de fritanga. Otra oportunidad de negocio a propósito del público nocturno, es la venta de fritanga, cigarrillos y dulces. El negocio de la comida es de Miriam Oliveros, “la Costeña”. Le dicen así porque es cartagenera, ella vive en el barrio obrero y también trabaja los domingos. 70
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