Santa Clara en los tiempos del humor

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Sábado, 19 de diciembre de 2015
Santa Clara en los tiempos del humor

Por Carlos Alejandro Rodríguez
Martínez
A
ÑO tras año, cuando Santa Clara
acoge una nueva edición del Salón
Internacional de Humor
Gráfico, los caricaturistas de toda
Cuba vienen a celebrar, como si
se tratara de una peregrinación
a la ciudad. Y pintan un mural
colectivo, exponen su obra
personal o abren el debate
sobre el valor y las
funciones actuales de la
caricatura.
De esta forma, sin
faltar a sus mayores
méritos, el XV Salón
dedicado a Brasil propiciará este fin se semana el
intercambio de ideas entre
artistas cubanos y extranjeros, a la vez que permitirá
conocer la obra de dibujantes
de países tan alejados de
nuestro ámbito geográfico
como Rusia, Ucrania y Turquía,
entre otros.
Según el caricaturista
Alfredo Martirena Hernández,
actual director de Melaíto , este
año la participación en el Salón supera el
registro de todas las ediciones anteriores.
«En ello influye la solidaridad de los
dibujantes cubanos y foráneos que se
animan a particip ar, así como el apoyo de
la Unión de Escritores y Artistas de Cuba
(Uneac), y de las instituciones del Gobierno y del Partido, sin las cuales sería
imposible hablar hoy de un salón internacional de esta magnitud», asegura el
artista.
Ahora, cuando señalamos la significación de este relevante evento del humor en
Cuba, solo equiparable con la Bienal del
Humor de San Antonio de los Baños,
resulta imposible soslayar el papel de
Melaíto en la formación de valiosos artistas
durante 47 años.
«Melaíto —defiende Martirena— puede
definirse como una publicación escuela,
porque siempre ha acogido a colaboradores que hoy son reconocidos humoristas. El
periódico se ha caracterizado por abrirles
—Desde el pasado jueves la ciudad acoge el XV Salón Internacional de Humor
Gráfico y rinde homenaje al suplemento Melaíto en su aniversario 47. Vanguardia se suma a la fiesta santaclareña de los caricaturistas cubanos.
existencia. Para ese tiempo contará con el
mérito de haber catapultado a importantes artistas gráficos del
panorama cubano y, sobre
todo, habrá ganado incontables sonrisas —acaso
carcajadas— de sus lectores,
ya fieles, ya casuales.
EL CARICATURISTA,
UN CRONISTA DE
SU ÉPOCA
las puertas y hacerlos partícipes de su
proyecto editorial».
En el gremio de los caricaturistas de
toda la isla, la publicación de la editora
Vanguardia goza de sobrado prestigio
profesional. En Villa Clara, específicamente,
los lectores de todas las edades persiguen
con avidez cada edición del suplemento.
Nadie deja de reconocer el humor inteligente urdido por los artistas del patio y sus
colegas de otras regiones.
Para Adán Iglesias Toledo, uno de los
caricaturistas cubanos más conocidos,
Melaíto atrae con «temas locales que a
veces son difíciles de ubicar en un periódico
de alcance nacional por el criterio de los
editores. Creo que su influencia se ha
extendido a escala internacional».
Dentro de poco, gracias al empeño
fundador de Pedro Méndez y a la labor
incansable de Martirena, Roland, Linares,
Celia…, Melaíto llegará al medio siglo de
Alfredo Martirena
Hernández solo sobrepasa
por unos pocos años a
Melaíto. Sobre los rumbos de la
caricatura en Cuba y el papel de
los humoristas gráficos en la
sociedad actual
—a propósito de la celebración del XV Salón de Humor
Gráfico Santa Clara 2015—,
Vanguardia conversó con el
reconocido artista:
—¿Crees que los caricaturistas
cubanos explotan todas las potencialidades críticas de su medio expresivo?
—La caricatura puede cumplir una
función fundamental en nuestra sociedad,
sobre todo por el mensaje rápido que
transmite al lector. El poder de síntesis de un
dibujo —cuando está bien elaborado—
resulta insuperable.
«A los dibujantes aún nos falta
protagonismo, convertirnos en cronistas de
nuestra época. No es por justificar, pero en
buena medida nos afecta la falta de espacio
destinado al humor gráfico en los diarios.
Todavía se subestima el mensaje que una
caricatura puede llevar al lector. Por eso, las
nuevas generaciones tienen el reto de
revertir este panorama».
—Y la caricatura cubana, ¿está en un
buen momento?
—Es una pregunta recurrente. Creo que
el humor cubano mantiene su calidad y
ahora cuenta con una oleada de jóvenes
ANIVERSARIO 45 DE RADIO REVISTA W
El programa de los villaclareños

Por Francisnet Díaz Rondón

Foto: Ramón Barreras Valdés
El 19 de diciembre de 1970,
suman María Leisa Olivera, Loen el entonces territorio de Las
renzo Morales, la carismática
Villas, el amanecer resultó difeBárbara Fortes y Reydel Aguilar,
rente. La inconfundible voz del
entre otros.
locutor Machín de la Peña saluAhora, tras los micrófonos se
daba a los oyentes de la emisoencuentran Aymara Orizondo,
ra CMHW desde un nuevo procomo conductora; Liván Ramos,
grama que, con el transcurso del
responsable de las notas infortiempo, ha quedado en el gusto
mativas, y Fernando Mayea en la
y la preferencia de generaciones.
realización del sonido.
«¡Un buen día, villaclareño!
Varias secciones habituales
En el estudio 4 de la CMHW, las
conforman la RRW: las Pincela7 y 30 de la mañana», fueron las
das culturales, con la periodista
palabras que anunciaron el naHilda Cárdenas Conyedo; el tecimiento de uno de los espacios
ma deportivo, a cargo de NorLiván Ramos y Aymara Orizondo.
más populares de la radio cubamando Hernández, y por suna: Radio Revista W (RRW).
puesto, el móvil de la W, con el incansable periodista
A 45 años de aquella primera vez, el programa maAbel Falcón.
tutino se escucha aún desde horas tempranas en caOtras secciones han contribuido y/o contribuyen a
sas, autos, ómnibus, radios portátiles y en cada rincón
la dinámica del «gigante informativo» de la CMHW.
de la geografía villaclareña y «un poquito más allá»,
Entre ellas, A propósito, con el periodista Aldo Isidrón
como acuñara el propio Machín.
del Valle, y Pido la palabra, con Luis Orlando Pantoja,
Junto a él estuvieron en los inicios Franklin Reinoso,
ambos de opinión; Por la señal de la vida, sobre eduAlfredo Iturria y Nelo Évora Valdés, quienes abrieron el
cación vial, de Bertha Pulido Francia, y otros con la
camino para otros locutores, directores, periodistas y
intervención de especialistas en salud, asuntos labosonidistas.
rales, planificación física, legalidad y educación ciudaDesde entonces, mucho ha llovido y ha cambiado dendana, por poner algunos ejemplos.
tro de la realización de la RRW. Enma Rodríguez, actual
Son las 7:30 de la mañana cuando en los radios
directora del espacio, manifestó que la revista tiene como
se escucha el habitual saludo matutino: «¡Muy buenos
premisa servir al pueblo, atender sus inquietudes y mandías tengan todos! ¡Bienvenidos a la emisión de la
tenerlo informado de todos los acontecimientos.
Radio Revista W!» Y en toda la geografía villaclareña el
Muchos locutores han brindado su voz a la revista
gustado programa no deja de encantar, a pesar de
durante estos 45 años. A los antes mencionados se
sus 45 años de vida.
que vienen con buen impulso. No se puede
decir que la caricatura transita por un
momento óptimo, pero ha sorteado la crisis
que golpea a la poligrafía, ha tomado aire y
se impulsa.
—¿Cuáles deben ser los principales
méritos de un humorista gráfico?
—El humorista, como el buen periodista,
ha de ser muy observador, debe sintetizar la
realidad que le rodea y saber cómo llevarla
al papel sin teques. También debe ser
consecuente con lo que piensa, para que su
mensaje resulte creíble y, sobre todo, tiene
que trabajar incansablemente. Y lo más
importante, por supuesto: ha de lograr que
su caricatura haga reflexionar.
—¿Cuánto pueden expresar los artistas
gráficos mediante un mural colectivo?
—En este caso pasa lo mismo que con
el soporte de papel: el mensaje es contundente. Las personas disfrutan el mural, nos
hacen sugerencias, a veces críticas. En
general se trata de un regalo que hacemos
cada año los dibujantes del país a la ciudad
de Santa Clara.
El Salón Internacional de Humor Gráfico atrae cada año la atención de
numerosos artistas foráneos y cubanos, que compiten en las categorías
de humor general y erótico. En la imagen, obra en concurso de Tarasenko
Valeri (Rusia).
Danza Espiral: incondicional al Trompo
—La XI temporada de Para Bailar en Casa del Trompo concluyó
ayer en la noche con la presentación de las compañías invitadas
junto a la anfitriona Danza del Alma.

Por Laura Rodríguez Fuentes
Lilian Padrón, directora de la
compañía Danza Espiral, de Matanzas, acude desde hace algunos
años a la plataforma de Para Bailar
en Casa del Trompo sin pensarlo
dos veces. Es una mujer con una
vitalidad admirable. A pesar de que
ya peina canas, estremece siempre el tabloncillo y se lleva estruendosos aplausos del público.
En la segunda semana del evento, el teatro La Caridad abrió sus
puertas a las compañías Danza Espiral y Danza del Alma, que compartieron el escenario con obras como La lágrima , Bineural, Un hombre es así y Un bolero para mí, de la
agrupación matancera, y Autodiscurso y Los cuerpos caen en el otoño,
de los muchachos de Ernesto Alejo.
Sobre la función, Lilian explicó
que no teme presentar obras ya conocidas en Santa Clara, porque «el
público siempre las recibe bien. A
veces, en la danza tenemos temor
a repetir un repertorio, pero el ballet
lleva siglos bailando las mismas
coreografías y la gente sigue asistiendo a los teatros. En la danza
contemporánea, aunque sean piezas cortas, el espectador tiene posibilidad de encontrar cosas nuevas».
Hace poco, Lilian Padrón y Ernesto Alejo compartieron el Premio
de Coreografía en el Concurso de
Danza Atlántico Norte y Grand Prix
Vladimir Malakhov. Ayer quedó expuesta al público la obra ganadora: Deliriums tremens.
«Ha sido un placer compartir con
Danza del Alma, aunque ya es algo
habitual —cuenta Lilian—. Hace dos
años que hice un estreno muy importante para la compañía, y en los
primeros bailarines que pensé fue
en ellos. Pausant fue entonces el
solista de esa obra, lo admiro mucho, igual que a Ernesto. Les tengo
un afecto infinito y saben que pueden contar con nosotros siempre».
Aunque a esta edición no pudieron asistir algunas compañías previstas, como Médula o Colectivo Persona, el evento demostró una vez
más que resulta necesario en la provincia, por su capacidad para llevar
el arte a las calles y aglutinar público
de todos los estratos sociales.