perdida gestacional recurrente (pgr) dr. hector
Transcripción
perdida gestacional recurrente (pgr) dr. hector
PERDIDA GESTACIONAL RECURRENTE (PGR) DR. HECTOR HUGO BUSTOS LOPEZ PROFESOR TITULAR DE GINECOLOGÍA Y OBSTETRICIA AMERICAN BRITISH COWDRAY MEDICAL CENTER. HOSPITAL ABC. COORDINADOR DE GINECOLOGÍA Y OBSTETRICIA. CLINICA LOMAS ALTAS. MÉXICO DF. Generalidades La pérdida fetal recurrente es un problema de salud bastante frecuente. Las probabilidades de pérdida pueden suceder en mujeres normales hasta en el 15% de todos los embarazos reconocidos clínicamente. (1) La Pérdida Gestacional Recurrente (PGR) tiene varios sinónimos a saber aborto habitual, aborto de repetición, pérdida gestacional repetida y varios más. El consenso es definir a la PGR como aquella entidad que cursa con 3 o más pérdidas fetales consecutivas, evento que sucede en el 1-2% de la población. Otros autores consideran que mujeres con más de dos pérdidas deben ser también incluidas para estudio. Esta circunstancia sucede en el 5% de las mujeres en edad reproductiva. (2) La pérdida del embarazo tiene una morbilidad significativa traducida como sangrado e infección y eventualmente muerte materna, principalmente en países en vías del desarrollo. Ante pérdidas fetales repetidas, las parejas pueden observar alteraciones emocionales y psicológicas complicadas por ansiedad y depresión. (3) El término pérdida (aborto) se usa para describir un embarazo que falla a progresar, resultando en muerte o expulsión del embrión o del feto antes de los 500 g, esto es por lo general antes de la semana 20 de gestación. Esta definición no es usada consistentemente en todos los estudios y con frecuencia en los estudios de PGR se incluyen óbitos o muertes neonatales pretérmino, además de abortos. Dada la inconsistencia en la definición de PGR, con frecuencia se incluyen subgrupos de pacientes con pérdida fetal repetida. Los más representativos son 1) Aquellos grupos con 3 o más pérdidas antes de la semana 20 de gestación, 2) Mujeres con 3 o más pérdidas que terminan más allá de la semana 20, 3) Mujeres con 3 o más pérdidas que no son consecutivas que pueden terminar más allá de la semana 20, 4) Por último, algunos estudios incluyen solo abortos bioquímicos (basados en pruebas de gonadotropina coriónica humana sérica (hCG) seriadas) o pacientes solo con 2 o más pérdidas. Otras dificultades metodológicas para el estudio de la PGR, incluyen edad de la mujer, efecto del hombre, número de abortos, protocolos de estudios diferentes, edad gestacional al inicio de tratamientos (pregestacional o durante el embarazo) y algunas otras. La PGR se ha dividido para su estudio en factores. En la actualidad, los factores tienen una orientación patogénica y se reconocen factores genéticos, endocrinológicos, uterinos o anatómicos e inmunológicos como el síndrome antifosfolípido y los defectos trombofílicos. La frecuencia de factores y las causas han cambiado a lo largo de los años. Asi factores infecciosos como Chlamydia trachomatis o anatómicos como la incompetencia itsmíco cervical, en la actualidad son fuertemente cuestionados. Para este capítulo, la descripción de factores tendrá una orientación etiopatogénica. CAUSAS GENETICAS Las causas genéticas se han considerado como un mecanismo patogénico de la PGR. De manera tradicional el estudio del factor genético ha incluido el análisis citogenético de la pareja (padre y madre) y del material de aborto. Con respecto a los padres, se ha observado que el 4.7% de parejas con 2 o más abortos pueden ser portadores de una anormalidad estructural robertsoniana o reciproca balanceada. (4) El factor genético se ha comprobado como un factor de asociación y causa definitiva de PGR. Otros factores no han demostrado causalidad, tal como se muestra en la Tabla 1. Otro estudio indicado en mujeres con PGR es la evaluación citogenética de los especimenes de abortos. Este estudio se basa en la alta proporción de anormalidades cromosómicas en materiales de aborto, evento estimado entre el 50 y 70% de los casos. (5). Las causas más frecuentemente reconocidas de aborto espontáneo son anormalidades numéricas de novo, en particular trisomías autosómicas 13, 14, 15, 16, 21 y 22 seguidas de monosomía X. Distintos estudios han confirmado que los embriones de mujeres con PGR producen embriones cromosomicamente anormales en más alta proporción que en mujeres sanas. (6) En apariencia el número de abortos previos es una variable que hay que considerar en la frecuencia de cariotipos anormales, dado que de acuerdo a esta variable los cariotipos embrionarios anormales disminuyen y los cariotipos embrionarios normales aumentan. En un reporte de 44/71 pacientes abortaron con cariotipos embrionarios normales, mientras que 23/60 pacientes abortaron con cariotipos embrionarios anormales. Esto implica que las pacientes con cariotipos embrionarios normales abortan más frecuentemente que aquellas con cariotipos embrionarios anormales. El mecanismo de selección natural pudiera estar operando a este nivel, a través de una detención del crecimiento y degeneración de embriones anormales. Adicional a la asesoría genética, el cariotipo de pareja y material de abortos, la administración de ácido fólico periconcepcional y la donación de gametos en casos seleccionados, algunos autores han señalado que el diagnóstico genético preimplantación (PGD) empleado en técnicas de reproducción asistida, pudiera tener alguna ventana terapéutica en parejas con PGR. En un estudio se compararon 3 grupos de mujeres con más y menos de 37 años de edad con PGR contra mujeres con enfermedades ligadas a X, sin otros problemas de fertilidad. A todas se les realizó PGD a través de hibridización in situ fluorescente. En el grupo con pérdida el 69.6% de los embriones fueron anormales, en el control 45.1% fueron anormales con una p < a 0.0001 altamente significativa. Existieron también más anormalidades en mujeres jóvenes que en mujeres añosas (p< 0.0001). Dada la alta frecuencia de anormalidades, PGD, se ha sugerido como una nueva alternativa con ventajas diagnósticas y terapéuticas. Se ha tratado de determinar desde el punto de vista genético si los esposos de pacientes con PGR pudieran tener algunas implicación. Recientemente se determinó la prevalencia de microdelecciones del cromosoma Y, en los esposos de 17 mujeres con PGR, 10 hombres con infertilidad masculina y 18 controles sanos con hijos a término, a través de una prueba de frotis bucal para microdelecciones del cromosoma Y. La frecuencia de delecciones fueron 82, 20 y 0% respectivamente. A pesar, que la muestra de pacientes pertenecían a un centro de estudio terciario- lo que confiere sesgo para población abierta-, las cifras abren nuevas posibilidades etiopatogénicas, de causas que no han sido identificadas hasta este momento. (7) El diagnóstico de PGR, por otra parte puede tener importantes implicaciones genéticas no cromosómicas en familiares directos. El riesgo de pérdida es 6 veces más frecuente en familiares de primer orden que en población general. (8) Por último, recientemente se ha evaluado si las alteraciones cromosómicas paternas o maternas existen en los embriones abortados de mujeres con PGR. En 164 embriones de pacientes sin aberraciones cromosómicas paternas se encontraron 23.2% de alteraciones cromosómicas. En cambio, en otro estudio de padres con alteraciones cromosómicas, el 43.5% de los abortos fueron euploides y la alteración de los padres solo fue transmitida en 10% de los productos. (9) Estas cifras resaltan que el cariotipo paterno pudiera no ser particularmente predictivo de otro aborto. Estos datos resaltan la importancia de considerar a la PGR como un problema multifactorial, donde los pacientes se verán beneficiados por abordajes multidisciplinarios, incluyendo opiniones autorizadas como genetistas para una adecuada evaluación de estas parejas CAUSAS ENDOCRINOLOGICAS La causas de PGR en relación al factor endocrinológico citadas en la literatura mundial son enfermedad tiroidea, diabetes mellitus (DM), hipersecreción de Hormona Luteinizante (LH), síndrome de ovarios poliquísticos (SOP), altos niveles de andrógenos, hiperprolactinemia, defectos de fase lútea y defectos endometriales primarios. Se resaltan a continuación los puntos más sobresalientes de cada endocrinopatía en relación a PGR. Por mucho tiempo se pensó que la disfunción tiroidea era una causa frecuente de aborto recurrente. Evidencias recientes señalan que esta asociación es improbable. (2) Algunas evidencias han destacado que un 2% de mujeres con PGR pudieran tener hipotiroidismo. (10) Sin embargo, dado que la determinación de TSH (hormona estimulante de tiroides) no es costosa, se ha sugerido se solicite de manera rutinaria para el estudio de mujeres con PGR. Con respecto a DM, se ha demostrado que en mujeres diabéticas bien controladas no hay un aumento de PGR. (2) Sin embargo, la incidencia de mujeres con resistencia a la insulina es más frecuente en mujeres con PGR que en controles pareados. (11) Por lo anterior, se ha sugerido que resistencia a la Insulina sea evaluada en mujeres con PGR. El uso de Metformin en este grupo de mujeres no ha pasado la prueba del tiempo, como en otras entidades que cursan con resistencia la insulina La hipersecreción de LH durante la fase folicular temprana (día 8 del ciclo) (definido como una concentración de LH > de 10 UI/mL) fue asociada con PGR. Estudios posteriores no confirmaron esta asociación. Se ha descrito que esta asociación se observa solo en el 8% de mujeres con PGR y que el tratamiento con análogos de GnRH no modifica el riesgo de pérdida fetal. (12) Se ha descrito también una asociación entre pérdida fetal repetida y alteraciones hormonales de la fase folicular. (13) No se ha reconocido ningún esquema terapéutico internacionalmente aceptado. La PGR se ha asociado a el SOP. (14) Al respecto, se ha encontrado una frecuencia de SOP de 40.7% en mujeres con PGR (852/2,199), pero en otro estudio con ultrasonido vaginal solamente el 7.8% de las pacientes tenían datos típicos de SOP. (15) El diagnóstico de SOP fue establecido si los ovarios medían más de 9 mL, con > de 10 quistes entre 2-8 mm y había incremento del estroma. (16) La tasa de productos vivos fue similar entre mujeres con SOP y ovarios de apariencia normal (60.9 vs 58.5%). Adicionalmente ni las concentraciones elevadas de LH ni las concentraciones elevadas de testostesterona fueron predictivas de pérdida fetal. En cuanto a hiperprolactinemia, no hay evidencias firmes que sostengan una relación entre esta y PGR. En estudios recientes, 3/122 (2.5%) de pacientes con PGR tenían elevaciones marginales de Prolactina. (15) Otro tema es la fase lútea deficiente. Tradicionalmente los niveles de progesterona bajos durante la fase lútea del ciclo menstrual con o sin acortamiento en duración se ha asociado a fase lútea corta. Irrespectivamente de la cantidad de problemas metodológicos de este diagnóstico, solo se subraya que los criterios diagnósticos como biopsia de endometrio y criterios de Noyes, curva de temperatura basal, mediciones seriadas de progesterona han sido muy cuestionadas. (13) (17) La asociación es más bien anecdótica en la clínica diaria, sin embargo se resalta que ha pesar de su dificultad diagnóstica se continua empleando de manera indiscriminada altas dosis de progesterona o gonadotropina coriónica humana. FACTOR UTERINO Varias entidades congénitas como las anomalías mullerianas han sido asociadas con PGR, sin embargo no siempre hay pruebas contundentes para establecer una asociación causal. La prevalencia de anomalías mullerianas en población abierta es de 2-3%. (18) La incidencia varía de acuerdo a subgrupos. En mujeres con historias reproductivas normales es de 5%, en mujeres con infertilidad de 3%, en mujeres con pérdidas recurrentes del primer trimestre de 5-10% y en mujeres con pérdidas del 1er trimestre tardío, del segundo trimestre y con parto pretérmino más del 25%. (19) Sin embargo, la prevalencia depende del método diagnóstico. Si se detecta manualmente la frecuencia es del 3%, si se detecta a través de métodos combinados como histerosalpingografía, ultrasonido o resonancia magnética nuclear la frecuencia es de 27%. La distribución media de anomalías es como sigue útero bicorne 37%, arcuato 15%, septum incompleto 13%, útero didelfo 11%, septum completo 9% y útero unicorne en el 4.4%. El septo uterino ha sido tradicionalmente asociado a PGR y hay suficientes datos observacionales para confirmar una asociación entre este y riesgo incrementado de pérdida debido a alteraciones de la implantación. (20) El concepto actual es aplicar protocolos completos a mujeres con pérdida fetal repetida. En caso de encontrar un tabique uterino como única causa, o como un hallazgo incidental durante la realización de una histeroscopia y se cuenta con la suficiente experiencia quirúrgica, este debe ser resecado dada su baja morbilidad. Varios estudios no controlados, avalan esta conducta. Esta conducta no esta avalada poe estudios doble ciego con grupo control. Otras entidades no congénitas como el síndrome de Asherman y los leiomiomas uterinos se han asociado con PGR. El Síndrome de Asherman es otra causa asociada a PGR. Esta condición adquirida sucede como una respuesta postraumática a legrados uterinos previos. La cicatrización y adherencias observadas pueden ser resecadas histeroscopicamente. El pronóstico depende de la habilidad del operador y del daño o extensión observada. A pesar que las adherencias pueden ser cortadas fácilmente, el daño funcional provocado por la destrucción de tejido endometrial, es difícil de determinar, lo que se puede asociar a un pobre pronóstico reproductivo. Leiomiomas uterino han sido asociados repetidamente en literatura internacional como un serio compromiso reproductivo en mujeres con leiomiomas submucosos, con un modesto compromiso con leiomiomas intramurales y un dudoso compromiso con leiomiomas subserosos. Algunas evidencias de estudios no controlados han citado que la tasa de pérdida fetal puede ser disminuida al resecar leiomiomas submucosos por histeroscopia (10). Sin embargo no hay estudios en la literatura doble ciego con grupo control que comparen esta maniobra con grupos control. SÍNDROME ANTIFOSFOLIPIDO Historicamente se ha descrito una asociación entre pérdida fetal repetida y la presencia de autoanticuerpos antifosfolipidos. Antes del advenimiento de los anticuerpos anticardiolipina el diagnóstico se basaba en un VDRL ( un ensayo serológico poco específico empleado para el diagnóstico de sífilis) falsamente positivo y la determinación de un anticoagulante lúpico positivo). (21) Al avanzar la tecnología fue posible determinar anticuerpos anticardiolpina. Otras posibilidades diagnósticas surgieron como la determinación de un panel de anticuerpos antifosfolipido (doce en total incluyendo antifosfatidilserina, fosfatidiletanolamina etc) y anticuerpos contra ß -2 glicoproteína. El criterio más actual esta en la tabla 2. El marcador duro de síndrome antifosfolípido son los anticuerpos antifosfolípido. Estos son una familia de autoanticuerpos que se ligan a fosfolipidos cargados o proteínas ligadoras de fosfolipidos, como fosfatidilaserina o cardiolipina. ß - 2 glicoproteína es prominente entre esas proteínas. En la actualidad la determinación de anticuerpos anticardiolipina y anticoagulante lúpico continúan siendo el principal indicador de esta entidad. El síndrome antifisfolipido se clasifica como secundario si existe un desorden auotoinmune o inflamatorio crónico subyacente y como primario si solo ocurre trombosis o pérdida fetal de manera aislada. La frecuencia de Anticuerpos anticardiolpina o anticoagulante lúpico en sujetos sanos controles es del 1 al 5% (22) La prevalencia de anticuerpos anticardiolpina en población obstétrica abierta es de alrededor de 2. a 7%. (23) La prevalencia de síndrome antifosfolípido en pérdida fetal recurrente es de alrededor 15%. En pacientes con Lupus eritematoso sistémico la frecuencia de anticoagulante lúpico es de 15-30% y de anticuerpos anticardiolipina es hasta el 86%. La asociación de síndrome antifosfolípido con pérdidas fetales ha sido también descrito en series mexicanas. (24) Se ha observado que la presencia de anticuerpos anticardiolpina eleva la frecuencia de pérdida fetal 3 a 9 veces (23). Si se identifica una paciente con pérdida fetal repetida > 3 y como único factor causal anticuerpos anticardiolipina la probabilidad de un nuevo aborto es elevada. Esta afirmación fue evaluada en un modelo natural de pacientes (n=20) que decidieron no tener tratamiento, 90% de ellas abortaron y 94% de estas pérdidas fueron en el primer trimestre. (25) Desde el punto de vista fisiopatogénico se ha sugerido que algunos anticuerpos son protromboticos in vivo y que el mecanismo de trombosis sea multifactorial. (22) Esto implica que el síndrome antifosfolípido es verdaderamente un desorden trombótico mediado inmunológicamente. Se han sugerido distintos mecanismos como aumento en la expresión de factor tisular sobre monocitos y células endoteliales en respuesta a antifosfolípidos, interferencia con la propiedad anticoagulante de la proteína C e inhibición de la fibrinolisis, aumento en la generación de trombina a través de la concentración de protombina sobre fosfolpidos aniónicos. El síndrome antifosfolipido esta asociado con trombosis vascular (arterial y venosa) y complicaciones del embarazo (incluyendo además de abortos a partos prematuros). (26) . De hecho para clasificar un paciente con síndrome antifosfolípido debe manifestar al menos uno de dos criterios clínicos (trombosis vascular o morbilidad obstétrica ) y al menos uno de dos criterios laboratoriales (anticoagulante lúdico, glicoproteína β-2 o anticuerpos anticardiolipina confirmados en dos ocasiones separadas con una diferencia de 6 semanas). Sin embargo al comparar B2 glicoproteína contra anticuerpos anticardiolipina como marcadores de síndrome antifosfolípido se ha encontrado que - 2 IgG glicoproteína es menos sensible que anticuerpos anticardiolipina , ya que de las pacientes con síndrome antifosfolipido y anticardiolipina solo 22 % son positivas para esta proteína. (27) Por ello la utilidad de B2 glicoproteína como marcador diagnóstico en PGR es muy cuestionada (28) Los obstétricos adversos pueden resultar de infartos placentarios y cambios trombóticos en microvasos deciduales y posiblemente insuficiencia placentaria y muerte fetal. El Síndrome antifosfolipido tiene un amplio espectro clínico y el diagnóstico puede ser difícil debido a la heterogenidad de los anticuerpos antifosfolípido y la pobre estandarización de los exámenes de laboratorio. Otros aspectos no obstétricos del síndrome se señalan en la Tabla 3. TROMBOFILIA El éxito de un embarazo depende del desarrollo y mantenimiento de una adecuada circulación placentaria. Durante los últimos 9 años, las trombofilias han recibido una gran atención como grupo heterogéneo de condiciones asociadas a complicaciones vasculares gestacionales, relacionandose a PGR, pérdida fetal tardía, preeclampsia, abrupto placentae y retardo del crecimiento intrauterino. (29) Las trombofilias mas frecuentes hereditarias son la mutación del Factor V Leiden y la mutación del gen de protombina G20210A. Otras raras son la deficiencia de gen de proteína C, S y antitrombina, hiperhomocisteinemia y trombofilia combinada (ej. Factor V de Leiden e hiperhomocisteinemia). Mas recientemente se ha descrito la deficiencia de proteína Z. (30) Para algunos autores el síndrome antifosfolípido es una forma de trombofilia mediada inmunológicamente. (22) Los efectos adversos pueden ser explicados a tráves de alteraciones de la coagulación asociados con predisposición a la trombosis y con un riesgo incrementado de eventos trombóticos como trombosis de venas profundas y potencialmente embolias pulmonares fatales Hasta el 2005, existían 254 estudios sobre trombofilia y PGR. (31) Evidencias de asociación La mayoría de pacientes que cursan con Trombofilia tendrán embarazos normales. Sin embargo, estudios de cohortes han mostrado que la Trombofilia es mas frecuentes en pacientes con las entidades señaladas como PGR, preeclampsia de inicio temprano, retado del crecimiento intrauterino y abruptio placentae. (32) Algunos estudios de casos y control en mujeres con trombofilia heredada, deficiencias de proteína C, proteína S, antitrombina han documentado un riesgo aumentado para tener PGR. Cuarenta y dos de 188 embarazos (22%) en 60 mujeres con Trombofilia resultaron con pérdida del embarazo comparado con 11% del grupo control (OR 2.0; 95% IC: 1.2-3.3). (33) Factor V de Leiden Un numero importante de estudios han encontrado una frecuencia elevada de mutaciones del factor V de Leiden en mujeres con PGR (Tabla 4) . Las pérdidas se han repartido entre pérdidas del primer trimestre y pérdidas tardías. A pesar de estos impresionantes resultados, no todos los autores están de acuerdo con esta asociación. Esta asociación es más prevalente en poblaciones donde la homocigocidad del factor V de Leiden es más frecuente. Para algunos autores hoy en día hay que incluir esta condición en el estudio de PGR, sobretodo en mujeres con PGR de causa no determinada o en mujeres con el antecedente de esta mutación. Fisiopatogenicamente las complicaciones vasculares que se han encontrado en estos pacientes cursan con activación aumentada de la coagulación, con altos niveles de dimero D. (32) Resistencia de proteína C activada. La resistencia de proteína C activada puede ser demostrada durante embarazos normales. En algunos estudios prospectivos la resistencia a proteína C fue el más común de los defectos trombofílicos, descubierto en 39% de 145 mujeres con pérdida reproductiva comparado contra solo el 3% de mujeres con embarazos normales (OR 18.0 IC 95% 7.0-53.6, p<0.0001). El mecanismo de daño sugerido es a través de autoanticuerpos como anti- ß 2 glicoproteína. (32) Mutación Protombina G20210A. Las mutaciones del gen de protombina G20210A y de la metil tetrahidrofolato reductasa (MTHFR) C677T pueden o no estar asociados a PGR. Algunos autores han demostrado que mutaciones del factor V de Leiden y del gen de protombina G20210A están asociados con defectos fetales intrauterinos. (34) El riesgo relativo de pérdida fetal tardía en portadores del mutaciones del factor V de Leiden y de protombina fue de 3.2 (IC 95% 1.0-10.9) y de 3.3 (IC 95% 1.1-10.3). En otras palabras la presencia de estas mutaciones triplica el riesgo de pérdida fetal tardía. Estudios recientes han evaluado 19 pacientes con pérdida fetal repetida de mayo del 2003 a marzo del 2005. a tráves de un análisis de reacción en cadena de polimerasa evaluando mutaciones del gen para MTHFR C677T y A1298C. La prevalencia de la mutación del gen MTHFR en AER fue mas alta en la poblaciòn mexicana (84.2% vs. 47%). Los hallazgos sugirieron a los autores que en pacientes con AER nuevas herramientas diagnòsticas deben de ser empleadas, como el panel para Trombofilia. Para este estudio se obtuvo una tasa de nacidos vivos después de tratamiento de 60 %. (35) Los niveles de homocisteina disminuyen en el embarazo alrededor del 50%. Se ha reportado una asociación entre complicaciones vasculares gestacionales e hiperhomocistinemia. Esta condición se ha reportado en 26% de mujeres con abruptio placentae, 11% de los casos con muerte fetal intrauterina y 38% de las mujeres que tenían hijos cuyos pesos eran menores al percentil quinto comprado con un estimado de 2-3% de mujeres control. (36) En otros estudios hiperhomocistinemia se ha descubierto en (26/84) 31% de mujeres con infartos placentarios previos o abruptio placentae comparado con 4/46 (9%) de controles sanos (37) Asimismo se ha observado con una frecuencia aumentada en mujeres con PGR 6/35 (17%). (38) En un meta-análisis realizado para evaluar esta asociación al comparar 10 estudios control vs casos entre 1992 y 1999 se observó que el riesgo estimado de aborto espontáneo en mujeres con hiperhomocistinemia con o sin ayunas fue de RR 2.7 (1.4-5.2) y de RR 4.2 (2.0-8.8) respectivamente. Estos casos pueden ser corregidos con administración de ácido fólico, particularmente cuando son administrados periconcepcionalmente, lo que disminuye los valores de homocisteina en suero. (39) Estos estados de trombofilia pueden presentarse como estados combinados e incrementar el riesgo de trombosis. La relación de estos cuadros con complicaciones vasculares se puede observar en la siguiente tabla. Se ha reportado la coexistencia de Factor V de Leiden e hiperhomocistienmia homocigota (mandel) o una combinación de Factor V de Leiden con síndrome antifosfolipido. (40) En estudios de meta-análisis algunos autores han concluido que para el 2005, los estudios que pudieran tener alguna indicación para evaluar Trombofilia son homocisteina, anticuerpos antifosfolipido, Factor V de Leiden y posiblemente mutación del gene de protombina Hallazgos placentarios Los estudios de patología de placentas obtenidos de gestaciones con pérdida fetal han revelado cambios trombóticos e infartos (infartos de vellosidades y depósitos de fibrina perivellosa) . Estos cambios pueden también ser observados en placentas de mujeres con fetos con muerte fetal intrauterina sin trombofilia. (40) Otras causas Celulas inmunes y citocinas en PGR Una de las más recientes hipótesis para explicar PGR se ha basado en que el organismo materno puede perder su capacidad normal de tolerar un antígeno extraño (feto). Estudios recientes han evaluado el papel de células inmunes específicas en PGR. Las más estudiadas son células asesinas naturales (Natural Killer cells) y citocinas. Se ha observado que la expresión de células asesinas naturales principalmente CD 56+ CD16-CD3-, muestran una distribución diferente en decidua, en endometrio y en sangre periférica. Algunos estudios han comparado la expresión de estas poblaciones celulares en mujeres con PGR y controles, encontrando una variedad de inconsistentes resultados. Hasta el momento no se esta claro si estas células son benéficas para el embarazo en humanos. Se ha sugerido que el radio de algunas de ellas como CD4+ y CD8+ pudieran estar alteradas en mujeres con PGR. (41) Las citocinas son moléculas inmunes que controlan células de los sistemas inmunes y no inmunes. Se dividen de acuerdo a su función. Algunas citocinas producidas por linfocitos Th1 incluyen a la interleucina IL-2, interferón (IFN)- y factor de necrosis tumoral (TNF- y respuestas inmunes mediadas por células . Otras citocinas producidas por linfocitos T ayudadores (helpers) (Th2) incluyen IL-4, IL10 y respuestas inmunes mediadas por anticuerpos. Experimentos en animales sugieren que las citocinas Th1 pueden causar pérdida del embarazo, mientras que las citocinas Th2 son benficas y previenen la pérdida del embarazo. Existen evidencias que en mujeres con PGR, existe un balance anormal de citocinas Th1 y Th2. (42) Otra línea de evidencias estudiada incluye el estudio de HLA (antígenos de leucocitos humanos). Muchos estudios han propuesto un papel patogénico de HLA en PGR. Sin embargo a pesar de los bien probados efectos de HLA sobre reproducción su papel en PGR no ha sido bien establecida. (43) Estilos de Vida y PGR Algunos estilos de vida se han asociado a PGR. Destaca obesidad, ingesta de cafeína >300 mg día, consumo de alcohol y empleo de analgésicos no esteroidales anti-inflamatorios. (4) Es más controversial si el tabaquismo causa incremento en el riesgo de aborto. Algunas actividades ocupacionales se asocian con más riesgo de pérdida principalmente aquellas con stress o alto desempeño físico. Por último algunos estudios han citado que el antecedente de infertilidad o el tratamiento de infertilidad puede incrementar el riesgo de aborto. A modo de resumen se presentan los estudios recomendados para PGR. Tabla 5. Otras causas como alteraciones en factores endometriales no han sido ampliamente documentadas. Por ejemplo se ha citado que algunas alteraciones maternas endometriales puede ocasionar disminución de la implantación. Esto es posible evaluarlo a través de biopsias endometriales de acuerdo al pico de LH, evaluando el endometrio morfológicamente, con morfometría, con inmunohistoquímica, con la medición de proteínas endometriales en plasma y en colecciones endometriales, con la expresión de citocinas en células endometriales, con poblaciones de leucocitos en endometrio, con estudios de imagen histeroscópicos o ultrasonograficos. Poco se sabe de estos defectos y por lo tanto de su tratamiento. Sin embargo empíricamente se ha sugerido que la administración de HMG pudiera ser útil. (44) Otras causas de PGR han sido citadas en la literatura. Sin embargo estas o han perdido vigencia o carecen de diseños metodológicos sólidos para evaluarlas rutinariamente. Estas incluyen PGR causada por haemophilus influenzae, citomegaloviris, parvoviris y rubéola, áreas hiperecoicas endometriales, endometriosis, (45) chlamydia trachomatis, mycoplasma hyorhinis, impedancia arterial uterina elevada, (46) y reserva ovárica disminuida. (47)) A pesar de estas evidencias entre 33 y 44% de los casos PGR no tienen una causa atribuible. (48) TRATAMIENTO DE LA PERDIDA GESTACIONAL RECURRENTE A pesar de la cantidad de nuevas modalidades diagnósticas y terapéuticas, han aparecido preocupantes publicaciones acerca de la ineficacia de estos tratamientos. En 1992, apareció una publicación que cita que no ha habido diferencias en la tasa de productos vivos comparando dos cohortes una de 1987 a 1991 contra otra similar de 1968 a 1977. (49). Uno de los problemas del tratamiento de la PGR es que los temas corresponden a muchas áreas, esto es un estudio y tratamiento multidisciplinario que incluya ginecología, genética, epidemiología, medicina ocupacional, inmunología, hematología y endocrinología. Por otra parte, hay que considerar que en PGR, existen casos en donde no se determina la causa, conocidos como idiopático. De 716 casos con PGR, 325 fueron identificados como idiópaticos con al menos 3 abortos consecutivos. Los pacientes fuero seguidos con ultrasonido cada 4 días hasta alcanzar 12 semanas de gestación sin otro tratamiento adicional. La tasa de productos vivos a término fue de 76 vs 79% en mujeres que tenían 2 y 3 pérdidas consecutivas. Esto significa que después de detectar frecuencia cardiaca solo se perdieron 3% de los productos. La edad fue una variante significativa. En mujeres de 20 años la tasa de productos vivos a término fue de 92% en contraste con mujeres mayores de 45 años que obtuvieron una tasa de 60% (50). Esta parte junto con otros reportes resalta la importancia de solo el “tender loving care” obstétrico o sea el acompañamiento del paciente durante el embarazo que se ha reportado en otras series tan alto como 80%. (51) Estas cifras deben ser consideradas al comparar cualquier otro tratamiento contra solo el efecto placebo. Tratamiento Factor Endocrino Desde el punto de vista teórico puede existir una asociación entre pérdida fetal recurrente y alteraciones hormonales en la fase folicular. La gonadotropina coriónica humana (HCG) ha sido empleada en estos casos. Para evaluar la utilidad de HCG durante el embarazo temprano en mujeres con pérdida fetal recurrente se han realizado algunos estudios sistemáticos tipo Cochrane. Se seleccionaron los estudios con tratamientos con grupo control publicados en la literatura. Se incluyeron 4 estudios para un total de 180 pacientes. HCG se asocio con un riesgo reducido de perdida fetal recurrente (RR 0.26 IC 95% 0.140.52). Este resultado sin embargo se ha sugerido sea interpretado con mucha cautela dado que la calidad metodológica de los estudios es muy débil. Por lo tanto se considera que no hay evidencia suficiente para recomendar HCG durante el embarazo en mujeres con historia de perdida fetal recurrente inexplicable. (52) Asimismo la progesterona ha sido empleada en el tratamiento de diversas condiciones asociadas a aborto espontáneo recurrente con recientes y atractivas evidencias de su utilidad. La inmunología del embarazo temprano pareciera estar diseñada para rechazar o aceptar a un embrión alogénico. Cuando células mononucleares periféricas de mujeres con aborto de repetición son incubadas con progesterona o dihidroprogesterona in vitro, las citocinas Th2 ayudadoras como interleucina IL4 y IL6 incrementan marcadamente a diferencia de las citocinas Th1 – interferón- la cual disminuye. Ambas progesteronas pueden inhibir la actividad de células asesinas naturales en la interfase materno-fetal en humanos. El factor bloqueador inducido por progesterona (Progesterone-induced blocking factor (PIBF) media estos efectos en el embarazo. En ratones el bloqueo de este factor termina con el embarazo y en algunas mujeres se han reportado niveles bajos de este factor en amenaza de aborto y parto pretérmino. Sin embargo no hay evidencias clìnicas de la utilidad de progesterona en PGR derivadas de estudios clínicos aleatorizados (53). Para anomalías tiroideas, al comparar la administración de hormonas tiroideas vs inmunoglobulinas intravenosas en mujeres con anormalidades tiroideas moderadas en estudios prospectivos han encontrado una tasa de nacidos vivos en el primer grupo de 81% vs 54.5% respectivamente. (54) Asimismo el uso de metformin en mujeres con SOP disminuye la resistencia a la insulina en mujeres con infertilidad, pero es incierto si disminuye la tasa de abortos en mujeres con PGR. FACTOR UTERINO Para el tratamiento del factor uterino es posible dividirlo en anomalías mullerianas como útero bicorne, arcuato , septum incompleto , útero didelfo , septum completo y útero unicorne y causas no congénitas como leiomiomas uterinos, sinequias, pólipos y aisladas como endometritis crónica, metaplasia ósea por citar algunas. Para médicos dedicados a endoscopia ginecológica la correción de las entidades señaladas tiene siempre un atractivo adicional. Sin embargo, la anomalía mulleriana más frecuente -el tabique incompleto- es sin duda una asociación relativamente frecuente pero causa no probada de PGR. Por ello la conducta contemporánea ha considerado un abordaje conservador, que implica una valoración completa (todos los factores) de la PGR. Si al final algún componente uterino es identificado este deberá de ser evaluado de manera individual. En la opinión del autor, el reconocimiento de un leiomioma submucoso > de 2 cm, o sinequias moderadas o severas, o un tabique uterino incompleto asociados como único factor identificable de PGR, deberá ser corregido irrespectivamente de que metodologicamente no sean causas probadas de PGR. La mejor vía de abordaje escapa de los límites de este capítulo, pero se hace notar que el abordaje endoscópico dependiendo del caso es una alternativa bien calificada en la literatura mundial debido a su baja morbilidad. Tratamiento del Síndrome antifosfolípido. Desde el punto de vista anecdótico el síndrome antifosfolípido ha sido tratado con una variedad de agentes. El primer tratamiento exitoso fue en una paciente con 3 pérdidas a través de una operación cesárea. (55) Posteriormente en 1983, se uso prednisona y aspirina. A pesar de los altos éxitos, se encontraron efectos secundarios importantes. En 1988, surgieron reportes del uso de aspirina sola que reportaron un dramático efecto sobre el resultado del embarazo en mujeres con una pobre historia obstétrica, algunas de las cuales tenían síndrome antifosfolípido. (56) En el mismo año se promovió el uso de inmunoglobulina intravenosa, (57) de heparina no fraccionada en 1990 (58) y de heparina de bajo peso molecular en 1992 (59) y de plasmaferesis en el mismo año. (60) Para determinar cual es el mejor tratamiento, una forma es la revisión sistématica de los ensayos clínicos aleatorizados controlados. Al respecto se han realizado algunos estudios de meta-análisis tipo Cochrane. (61) Los estudios incluyeron una extensa revisión medline 1966- June 2003, EMBASE 1998- to June 2003.Lupus vol. 1-8, 1991-1999. Se seleccionaron 13 estudios con un total de 849 participantes. Dos estudios para evaluar heparina no fraccionada con aspirina (n=140) significativamente redujo la pérdida del embarazo comparada con aspirina sola (RR 0.46 IC 95% 0.29-0.71). La heparina de bajo peso molecular combinada con aspirina comparada con aspirina (1 ensayo, n=98) no redujo significamente la pérdida del embarazo (RR 0.78 IC 95% 0.39-1.57). No se observaron ventajas en el empleo de altas dosis comparada con bajas dosis de heparina no fraccionada (un ensayo n=50). Tres ensayos (n=135) con aspirina sola no mostraron reducción de riesgo en la pérdida del embarazo (RR 1.05 IC 95% 0.66-1.68). El empleo de prednisona mas aspirina (3 ensayos, n= 286), resultaron en un significativo incremento de prematuridad comparado con placebo, aspirina y aspirina con heparina y un incremento en diabetes gestacional. Sin embargo, no se mostró un beneficio significativo en la reducción de pérdida del embarazo. (62) Se analizó el empleo de inmunoglobulina intravenosa +/- heparina no fraccionada y aspirina en dos ensayos (n=58), y fue asociado con un incremento en el riesgo de pérdida del embarazo o parto prétermino cuando se comparó con heparina no fraccionada o heparina de bajo peso molecular combinada con aspirina (RR 2.51 IC 95% 1.27-4.95). Cuando se comparó prednisona y aspirina contra inmunoglobulina intravenosa (1 ensayo, n=82), no hubó diferencias en los resultados. Hay que tener en cuenta que cualquier tratamiento no esta libre de efectos secundarios. Prednisona tiene un efecto adverso sobre niveles de glucosa, presión sanguínea y densidad ósea. Heparina tiene el riesgo potencial de hemorragia, trombocitopenia y osteoporosis. Aspirina tiene un uso amplio en preeclampsia, sin embargo sus efectos adversos en este síndrome no han sido bien establecidos. La Plasmaferesis es un método invasivo y tiene el riesgo de infección, mientras que la trombosis es un riesgo potencial de la inmunoglobulina intravenosa. Como conclusión se puede decir que la combinación de heparina no fraccionada y aspirina pueden reducir la pérdida del embarazo por 54%. Hasta este momento, hay necesidad de estudios mejor diseñados, aleatorizados, doble ciego con grupo control para evaluar heparina no fraccionada vs heparina de bajo peso molecular. Por otra parte la seguridad de heparina durante el primer trimestre ha sido evaluada en distintos estudios. En el 2001, se estudiaron 97 mujeres con alto riesgo de trombosis. Se observaron 6 abortos, 3 tempranos y tardíos. El 22.5% tuvieron sangrados . El 8.1% tuvieron sangrados postparto. Cinco pacientes tuvieron trombocitopenia, pero ninguna relacionada con heparina. El 29.7% presentó reacciones cutáneas al administrar heparina. Ninguna complicación fetal o neonatal fue atribuida a la heparina. Los autores concluyeron que la heparina de bajo peso molecular es segura para la madre y el feto en el primer trimestre del embarazo. (63) El tratamiento de mujeres con síndrome antifosfolipido debe empezar con una adecuada planeación del embarazo, incluyendo la administración de ácido fólico y aspirina. Una vez identificado el embarazo a la semana 5-6 de gestación se inicia la heparina. La visita prenatal se realiza cada 2-4 semanas, hasta la semana 24 y luego cada 1-2 semanas hasta el término de la gestación. Se vigila la aparición de preeclampsia, retardo del crecimiento intrauterino y muerte fetal. La evaluación reumatológica puede ser cada 2-4 semanas. Se pueden realizar pruebas de sobrevivencia fetal después de la semana 32 de gestación. En nuestra experiencia, el régimen terapéutico que hemos empleado desde hace 5 años en un grupo multidisciplinario que incluye la participación de inmunólogos, hematólogos, reumatólogos, ginecólogos y médicos especialistas en medicina perinatal en el Hospital ABC y en la Clínica Lomas Altas de la Ciudad de México, ha sido el empleo de heparina de bajo peso molecular. De 20 casos tratados, solo se ha observado una muerte fetal temprana. El resto han sido embarazos a término. (Los esquemas más empleados en la literatura se citan en la Tabla 6) . El tratamiento se ha sugerido se emplee durante todo el embarazo y hasta 6 semanas postparto. En casos de síndrome antifosfolipido refractarios a heparina algunos expertos han sugerido el empleo de glucocorticoides, inmunoglobilinas y hidroxicloroquina. Estos esquemas requieren una profunda individualización antes de ser empleados. Terapeútica de Trombofilia Sin tratamiento se ha observado una tasa de productos a término de 20% (64-65). Como ha sido expuesto, las distintas etiologías de las Trombofilias tienen una presentación similar. El tratamiento incluye la correcta detección de estas complicaciones (Tabla 7). La mayoría de los intentos terapéuticos se han centrado sobre heparina de bajo peso molecular.. Las ventajas de esta presentación sobre la heparina no fraccionada son mayor radio antitrombótico, menor riesgo de sangrado por un mejor efecto antitrombótico, mayor vida media con una necesidad potencial de solo una inyección por día, menor volumen inyectado y menos trombocitopenia inducida por heparina. La seguridad del uso de heparina de bajo peso molecular durante el embarazo ha sido evaluado en casi 500 pacientes. (63) Por último, se esta evaluando si la administración de heparina en mujeres con pérdida gestacional inexplicable y sin estados hipercoagulables y sin síndrome antifosfolípido pudiera tener alguna indicación. Al respecto se han realizado dos metaanálisis. En el primero, se incluyeron 242 participantes. Un estudio evaluó aspirina infantil en 54 mujeres embarazadas sin síndrome antifosfolipido, aleatorizadas a aspirina o placebo. Se observaron tasa similares de embarazos vivos a término. (RR1.0 IC 95% 0.78-1.29).(66) En el otro estudio, un subgrupo de 20 pacientes con una pérdida fetal después de la semana 20 y con defecto trombofilico fueron aleatorizadas a enoxiheparina o aspirina. (67) Enoxiheparina incremento la tasa de productos vivos a término RR 10.0 IC 95% 1.56-64.20. Estas son evidencias muy recientes y limitadas, sin embargo los resultados son muy prometedores para este nuevo esquema de tromboprofilaxis. (68) Conclusiones La PGR es un problema obstétrico que tiene una frecuencia de 1 a 2%. La PGR causa una enorme frustración en las parejas afectadas. El diagnóstico y tratamiento de la PGR requiere un cuidadoso abordaje que pudiera incluir dependiendo del caso la participación de multidisciplinas como endocrinólogos, hematólogos, inmunólogos, reumatólogos, genetistas, endocrinologos, biólogos de la reproducción y médicos dedicados a la medicina perinatal. Las causas de la PGR han variado dependiendo de un sinnúmero de creencias diagnósticas, que no han encontrado sustentos metodológicos duros. En la actualidad se reconocen los siguientes factores asociados: anatómicos, endocrinológicos, infecciosos, genético, inmunológico y defectos trombofílicos. Hoy en día, se prefieren los esquemas diagnósticos con enfoques etiopatogenicos sobre los monoetiológicos. A pesar, de avances en el abordaje y complejidad diagnóstica, la tasa de productos vivos a término en mujeres tratadas por PGR continua inalterada. Por ello, hay que destacar el buen cuidado obstétrico y el acompañamiento médico gestacional amoroso (tender loving care) como alternativas con éxitos reproductivos superiores al 80%.Las nuevas teorías diagnósticas como mutación del Factor V Leiden y la mutación del gen de protombina G20210A, . la deficiencia del gen de proteína C, S y antitrombina, hiperhomocisteinemia y trombofilia combinada, se encuentran aún en la dinámica de investigación, esperando que el tiempo y los resultados los situén en una justa dimensión. De cualquier modo el abordaje de la PGR basado en esquemas diagnósticos poco científicos puede tener efectos adversos en las expectativas reproductivas de estas ansiosas parejas. Bibliografía 1) Everett C. Incidence and outcome of bleeding before the 20th week of pregnancy: prospective study from general practice. BMJ 1997; 315: 32-4. 2) Clifford K, Rai R, Watson H, Regan L. An informative protocol for the investigation of recurrent miscarriage:preliminary experience of 500 consecutive cases. Hum Reprod 1994; 9: 1328-32. 3) Lee C, Slade P. Miscarriage as a traumatic event: a review of the literature and new implications for intervention. J Psychosomatic Research 1996; 40: 235-44. 4) Christiansen OB, Andersen A.M:, Bosch E, Daya S, Delves P.J, Hviid TV, Kutteh W, Laird S.M:, Li T.Ch, van der Ven K. Evidence based investigations and treatments of recurrent pregnancy loss. Fertil Steril 2005; 83; 821-39. 5) Stephenson MD, Awartani KA, Robinson WP. Cytogenetic analysis of miscarriages from couples with recurrent miscarriage: a case control study. Hum Reprod 2002; 17: 446-51. 6) Simón C, Rubio C, Vidal F, Giménez C, Moreno C, Parrilla JJ.Increased chromosome abnormalities in preimplantation embryos after in vitro fertilization in patients with recurrent miscarriages. Reprod Fertil Dev 1998; 1: 87-92 7) Sheri Dewan, M.S., Elizabeth E. Puscheck, M.D., Carolyn B. Coulam, M.D., Alexander J. Wilcox, B.S.,d and Rajasingam S. Jeyendran, D.V.M., Ph.D. Y-chromosome microdeletions and recurren pregnancy loss. Fertil Steril 2006; 85: 441–5. . 8) Ho H, Gill TJ, Hsieh C, Yang Y, Lee T. The prevalence of recurrent spontaneuos abortion, cancer, and congenital anomalies in the families of couples with recurrent spontaneous abortions or gestational trophoblastic tumors. Am J Obstet Gynecol 1991; 165:461-6. 9) Carp H, Guetta E, Dorf H, Soriano D, Barkai G, Schiff E. Embryonic karyotipe in recurrent miscarriages with parenteral karyotypic aberrations. Fértil Steril 2006; 85: 446-50. 10) Bajekal N, Li TC. Fib Drakeley AJ, Quennby S, Farquharson RG, Mid-trimester loss: appraisal of a screening protocol. Hum Reprod 1998; 13: 1471-9. roids, infertility and pregnancy wastage. Hum Reprod Update 2000; 6: 614-20. 11) Craig LB, Ke RW, Kutteh WH. Increased prevalence of insulin resístance in women with a history of recurrent pregnancy loss. Fertil Steril 2002; 78: 487-90. 12) Clifford K, Rai R, Watson H, Franks R, Reagan L. Does supressing luteinising hormone secretion reduce the miscarriage rate?. Results of randomized controlled trial. BMJ 1996; 312: 1508-11 13) Regan 1991; Recurrent miscarriages.Br Med J 1991; 302: 542-4. 14) Sagle M, Bishop K, Ridley N, Alexander FM, Michel M, Bonney RC. Recurrent early miscarriages and polycystic ovaries. Br Med J 1988; 297:1027-8. 15) Li TC, Spuijbroek MDEH, Tuckerman E, Anstie B, Loxlie M, Laird SM. Endocrinological and endometrial factors in recurrent miscarriage. Br J Obstet Gynaecol 2000; 107: 1975-80. 16) Raj Rai, Backos M, Rushworth F, Regan L. Polycystic ovaries and recurrent miscarriages- a reappraisal. Hum Reprod 2000; 15: 612-5 17) Bustos L.H, Barrón VJ, García M B, Kably AA, Caceres Zelaya H. Use of diagnostic prospective algorithm for patients with recurrent miscarriages. Ginecol Obstet Mex 1995; 63: 96-101 18) Lin PC, Bhatnagar KP, Nettleton S, Nakajima ST. Female genital anomalies afecting reproduction. Fertil Steril 2002; 78; 899-915 19) Acien P. Incidence of mullerian defects in fertile and infertile women . Hum Reprod 1997; 12:1372-6. 20) Homer HA, Li TC, Cooke ID. The septate uterus: a review of mangement and reproductive outcome. Fertil Steril 2000; 73: 1-14. 21) Lubbe W, Liggins G. Lupus anticoagulant and pregnancy. Am J Obstet Gynecol 1985; 153:322-7. 22) Robertson B, Greaves M. Antiphospholipid syndrome: An evolving story. Blod reviews. 2006; article in press. 23) Yasuda M, Takakuwa K, Tokunaga K. Prospective studies of the association between anticardiolipin antibody and outcome of pregnancy. Obstet Gynecol 1995; 86: 555-9. 24) Gaona-Arreola R, Bustos-López H.H, Frecuencia de anticuerpos anticardiolipina mujeres con aborto habitual. Tesis para obtener el grado de subespecialista en Biología de la Reproducción. Instituto Nacional de Perinatología Universidad Nacional Autónoma de México. 1991.1992 25) Rai RS, Clifford K, Cohen H, Regan L. High prospective fetal loss rate in untreated pregnancies of women with recurrent miscarriage and antiphospholipid antibodies. Hum Reprod 1995; 10: 3301-4. 26) Levine JS, Branch W, Rauch J. The antiphospholipid syndrome. N Engl J Med 2002; 346:752-63. 27) Franklin RD, Holler N, Kutteh WH. Beta 2- Glycoportein 1 as a marker of antiphospholipid syndrome in women with recurrent pregnancy loss. Fertil Steril 2000; 73: 531-5. 28) Lynch A, Byers T, Emlen W, Rynes D, Shetterly SM, Hamman RF. Association of antibodies to beta 2 glycoprotein 1 with pregnancy loss and pregnancy induced hypertension: a prospective study in low risk pregnancy. Obstet Gynecol 1999; 93:193-8. 29) Salafia CM, Minior VK, Pezzullo JC, Popek EJ, Rosenkrantz TS, Vintzileos AM. Intrauterine growth restriction in infants of less than thirty-two weeks gestation; associated placental pathologic features. Am J Obstet Gynecol 1995; 173:1049-57. 30) Michael J. Paidas, MD* De-Hui W. Ku, PhD,† Jens Langhoff-Roos, MD, DSci,‡ and Yale S. Arkel, MD†Inherited Thrombophilias and AdversePregnancy Outcome: Screening and Management. Semin Perinatol 2005; 29:150-163 31) Krabbendam I. Eur J Obstet Gynecol Reprod Biol. 2005; 143-50 32) Brenner Benjamín. Thrombophilia and pregnancy loss. Review.Trombosis Research 2003; 18: 197-202. 33) Sanson BJ, Friederich PW, Simioni P, Zanardi S, Hilsman MV, Girolami A. The risk of abortion and still birth in antithrombin, protein C, protein S deficient women. Thromb Haemost 1996; 75: 387-8. 34) Martinelli I, Taioli E, Cetin I, Marinoni A, Gerosa S, Villa MV. Mutations in coagulation factors in women with unexplained late fetal loss. N Engl J Med 2000; 343: 1015-8. 35) Andrea v 36) De Vries JIP, Dekker GA, Huijgens PC, Jakobs C, Blomberg BM, van Geijn HP. Hyperhomocysteinaemia and protein S deficiency in complicated pregnancies. Br J Obstet Gynaecol 1997; 104; 1248-54. 37) Goddijn-Wessel TA, Wouters MG, van der Molen EF, Spuijbrock MD, Steegers-Theunissen RP, Blom HJ. Hyperhomocysteinemia: a risk factor for placental abruption or infarction. Eur J Obstet Gynaecol Rep Biol 1996; 66: 23-9. 38) Coumans AB, Huijgens PC, Jakobs C, Schats R, de Vries JI, van Pampus MG. Haemostatic and metabolic abnormalities in women with unexplained recurrent abortion. Hum Reprod 1999; 14: 211-4. 39) Nelen WL, Blom HJ, Steegers EA, Den Heijer M, Eskes TK. Hyperhomocystinemia and recurrent early pregnancy loss: a meta-analysis. Fertil Steril 2000; 74: 1196-9. 40) Brenner B, Vulfsons SL, Lanir N, Nahir M. Coexistence of familial antiphospholipid syndrome and factor V Leidenimpact on thrombotic diathesis. Br J Haematol 1996; 94: 166-7. 41) Quenby S, Bates M, Doig T, Brewster J, Lewis-Jones DI, Johnson PM. Pre-implantation endometrial leukocytes in women with recurrent miscarriages. Hum Reprod 1999; 14: 2386-91. 42) Lim KJH, Odukoya OA, Ajan RA, Li TC, Wheetman AP, Cooke ID. The role of T helpers cytocines in human reproduction. Fertil Steril 2000; 73; 136-42. 43) Ober C, Hyskop T, Elias S, Weitkamp LR, Hauck WW. Human leukocyte antigen matching and fetal loss. Results of a 10 year prospective study. Hum Reprod 1998; 13: 33-8. 44) 52. Li TC, Tuckerman EM, Laird SM. Endometrial factors in recurent miscarriages. Hum Reprod Update 2002; 8: 43- 45) Vercamen EE, D´Hooghe TM. Endometriosis and Recurrent pregnancy loss. Semin Reprod Med 2000; 18: 363-8. 46) Habara T, Nakatsuka M, Konishi H, Asagiri K, Noguchi S, Kudo T. Elevated blood flow resístanse in uterine arteries of women with unexplained recurrent pregnancy loss. Hum Reprod 2002; 17: 190-4 47) Hofmann G.E, Khoury J, Thie J. Recurrent pregnancy loss and diminished ovarian reserve. Fértil Steril 2000; 74: 1192-5 48) Dixon ME, Chien EK, Osol G, Callas PW, Bonney EA. Failure of decidual arteriolar remodeling in the CBA/J x DBA/2 murine model of recurrent pregnancy loss is linked to increased expression of tissue inhibitors of metalloproteinase 2 (TIMP-2). Am J Obstet Gynecol 2006; 194: 113-9. 49) Plouffe White EW, Tho SP, Sweet CS, Layman LC, Whitman GF. Etiological factors of recurrent abortion and subsequent reproductive performance of couples: have we made any progress in the past ten years? Am J Obstet Gynecol 1992; 167: 313-21. 50) Brigham SA, Conlon C, Farquharson RG. A longitudinal study of pregnancy outcome following idiopathic recurrent miscarriage. Hum Reprod 1999; 14: 2868-71. 51) Stray- Pedersen B, Stray-Pederesen S. Etiological factors and subsequent reproductive performance in 195 couples with a prior history of habitual abortion. Am J Obstet Gynecol 1994; 148: 140-6. 52) Scott JR, Pattison N. Human Chorionic gonadotrophin for recurrent miscarriage. The Cochrane database of systematic reviews. Copyright 2005. The cochrane collaboration Vol 4 (2005). 53) Christian J. Gruber, Johannes C. Huber. The role of dydrogesterone in recurrent (habitual) abortion.. J Steroid Biochemistry & Molecular Biology 2005;97: 426–430. 54) Vaquero E, Lazzarin N, De Carolis C, Valensise H, Moretti C, Ramanini C. Mild thyroid abnormalities and recurrent spontaneous abortion: diagnostic and therapeutical approach. Am J Reprod Immunol 2000; 43: 202-3. 55) Nilsson I, Astedt B, Hedner U, Berezin D. Intrauterine death and circulating anticoagulant (“antithromboplastin”). Acta Med Scand 1975; 197: 153-9. 56) Elder M, de Swiet M, Robertson A, Flloyd E, Hawkins D. Low dose aspirin in pregnancy. Lancet 1988;i: 410. 57) Scott J, Branch D, Kochenour N, Ward K. Intravenous immunoglobulin treatment of pregnant patients with recurrent pregnancy loss caused by antiphospholipid antibodies and Rh immunization. Am J Obstet Gynecol 1988; 159:1055-6. 58) Rosove M, Tabsh B, Wasserstrum N, Howard P, Hahn B, Kalunian K. Heparin therapy for pregnant women with lupus anticoagulant or anticardiolipin antibodies. Obstet Gynecol 1990; 75: 630-4. 59) Many A, Pauzner R, Carp H, Langevitz P, Martinowitz U. Treatment of patients with antiphospholipid antibodies during pregnancy. J Reprod Immunol 1992; 28: 216-8. 60) Kobayashi S, Tamura N, Tsuda H, Mokuno C, Hashimoto H, Hirose S. Immunoadsorbent plasmapheresis for a patient with antiphospholipid syndrome during pregnancy. Annal Rheum Dis 1992; 51:399-401. 61) Empson M, Lassere M, Craig J.C. Scott J.R. Recurrent pregnancy loss with antiphospholipid antibody: A systematic review of therapeutic trials. Obstet Gynecol 2002; 99: 135-44. 62) Empson M, Lassere M, Craig J, Scott J. Prevention of recurrent miscarriage for women with antiphospholipid antibody or lupus anticoagulant. The Cochrane library, copyright 2005. Vol 4, 2005. 63) Sanson BJ, Lensing AWA, Prins MH, Ginsberg JS. Safety of low molecular weight heparin in pregnancy. Thromb Haemost 1999; 81: 668-72. 64) Brenner B, sarig G, Weiner Z, Younis J, Blumenfeld Z, Lanir N. Thrombophilic polymorphisms in women with fetal loss. Thromb haemost 1999; 82:6-9. 65) Sarig G, Hoffman R, Younis J, Lanir N, Blumenfeld Z, Brenner B. Thrombophilia is common in women with pregnancy loss and is associated with late pregnancy wastage. Fertil Steril 2002; 77: 342-7. 66) Tulppala M, Marttunen M, Soderstrom –Anttila V, Ailus K, Palasou T, Ylikorkala O. Low dose aspirin in the prevention of miscarriage in women with unexplained or autoimmune related recurrent miscarriage: effect on prostacyclin ans thromboxane A2 production. Hum Reprod 1997; 12: 1567-72. 67) Gris JC, Mercier E, Quere I, Lavigne-Lissalde G, Cochery-Nouvellon E, Hoffet M. Low molecular-weight heparin versus low dose aspirin in women with one fetal loss and a constitutional thrombophilic disorder. Blood 2004; 103: 36959. 68) Branch DW, Khamashta MA. Antiphospholipid Syndrome: Obstetric Diagnosis, management and controversies. Obstet Gynecol 2003; 101: 1333- 44. 69) Grandone E, Margaglione M, Colaizzo D, d´Addedda M, Cappucci G, Vecchione G. Factor V Leiden is associated with repeated and recurrent unexplained fetal losses. Thromb Haemost 1997; 77:822-4. 70) Rikder PM, Miletich JP, Buring JE, Ariyo AA, Price DT, Manson JE, G.Factor V Leiden mutation as a risk factor for recurrent pregnancy loss. Ann Inter Med 1998; 128: 1000-3. 71) Cowchock FS, Reece EA, Balaban D, Branch DW, Pluffe L. Repeated fetal losses associated with antiphospholipid antibodies: a collaborative randomized trial comparing prednisone with low dose heparin treatment. Am J Obstet Gynecol 1992; 166: 1318-23. 72) Kutteh WH. Antiphospholipid antibody associated recurrent pregnancy loss; treatment with heparin and low dose aspirin is superior to low dose aspirin alone. Am J Obstet Gynecol 1996; 174: 1584-9. 73) Laskin CA, Bombardier C, Hannah ME, Mandel FP, Ritchie JW, Farewell V. Prednisone and aspirin in women with autoantibodies and unexplained recurrent fetal loss. N Engl J Med 1997; 337:148-53. 74) Branch DW, Peaceman AM, Druzin M, Silver RK, El-Sayed Y, Silver RM. A multicenter, placebo controlled pilot study of intravenous immune globulin treatment of antiphospholipid syndrome during pregnancy. The pregnancy loss study group. A, J Obstet Gynecol 2000; 182: 122-7. 75) Triolo G, Ferrante A, Ciccia F, Accardo-Palumbo A, Perino A, Castelli A. Randomized study of subcutaneous low molecular weight heparin plus aspirin versus intravenous immunoglobulin in the treatment of recurrent fetal loss associated with antiphospholipid antibodies. Arthritis Rheumtism 2003; 48:728-31. 76) Di Nisio, Peters LW, Middeldorp S Anticoagulants for the treatment of recurrent pregnancy los in women without antiphospholipid syndrome. The Cochrane database of systematic reviews. Cochrane library, copyright 2005. Vol 4, 2005. HLA: Antígenos de histocompatibilidad. Th1: Células T ayudadoras. TABLA 2. CLASIFICACION DE SAPPORO PARA EL SÍNDROME ANTIFOSFOLIPIDO CRITERIOS CLINICOS 1) Trombosis vascular. Arterial, venosa o de vasos pequeños en cualquier órgano o tejido Morbilidad del embarazo: Una o más pérdidas fetales inexplicables o neonatos morfológicamente normales a o antes de la semana 34 de gestación que pueden tener preeclampsia severa o Eclampsia o insuficiencia placentaria severa. Tres o más abortos espontáneos consecutivos inexplicables antes de la semana 10 de gestación. CRITERIOS LABORATORIALES 1) Anticuerpos anticardiolipina del tipo IgG o IgM en sangre, presentes a un título medio o alto *, en dos o más ocasiones con al menos 6 semanas de intervalo entre las muestras. 2) Anticoagulante lúpico presente en el plasma en dos o más ocasiones con al menos 6 semanas de intervalo entre las muestras. El diagnóstico definitivo se considera presente si al menos existe un criterio clínico y uno laboratorial. *El título medio o alto no ha sido estandarizado, algunos escogen 15 a 20 Unidades GPL/MPL como punto de corte entre títulos bajo y medio. Otros escogen el percentil 99 de una población normal y otros 3 desviaciones estándar arriba de la media.