Fr. Carlos A. Azpiroz Costa, O.P. Maestro de la Orden
Transcripción
Fr. Carlos A. Azpiroz Costa, O.P. Maestro de la Orden
Fr. Carlos A. Azpiroz Costa, O.P. Maestro de la Orden Carta del MO sobre Iraq Roma 28 Enero 2003 Festividad de Sto. Tomás de Aquino Mientras caminamos en las calles de Qaraqoch, pequeña ciudad cristiana a pocos kilómetros de Mosul escuchamos retumbar un avión angloamericano, enseguida el ruido sordo de las bombas que explotan, no lejos. Es una escena familiar, sólo nosotros nos extrañamos. El presbítero caldeo que nos acompaña dice secamente: “son bombas de ustedes”. Al escuchar el sonido de los aviones, los niños trepan a las azoteas para descubrir en qué lugar cayeron las bombas. Del 9 al 18 de octubre de 2002, hicimos el viaje a Irak. Visitamos a los frailes y a casi todas las hermanas que laboran en este país, y a muchos laicos dominicos. Nuestros hermanos viven en Bagdad y en Mosul. Llevan a cabo actividades de enseñanza y de formación en todas las comunidades cristianas que existen en Irak, editan una revista “La pensée Chrétienne” (pensamiento cristiano), que irradia mucho mas allá de los círculos cristianos. En Bagdad junto con otras personas animan el centro teológico creado hace unos diez años , que reúne unas 600 personas en cursos de teología los lunes, de cinco a siete de la tarde. Los cursos duran tres años. Cada año se inscriben casi ochocientas personas de las que trescientas o cuatrocientas lo terminan íntegramente. Los frailes fundaron a las Hermanas Dominicas de Santa Catalina de Siena, una comunidad dinámica muy cercana al pueblo, al servicio de la iglesia local. Trabajan en catequesis, en los dispensarios en la enseñanza en sus antiguas escuelas, de donde el gobierno las había echado hace treinta años. Animan también el centro de ejercicios espirituales y de formación cristiana , cerca de la Universidad de Mosul. Tienen también casas en Bagdad y en el extranjero (Jordania, Italia, Suecia, Turquía, Líbano, Palestina). Irradian alegría y su presencia fraterna alivia y consuelan a los cristianos. Su vida se ha complicado con la aparición de grupos que mantienen un Islam wahhabita, importado recientemente, y que es muy agresivo contra los cristianos. En Bagdad, las Hermanas de la Caridad, Dominicas de la Presentación de la Virgen, y sus novicias, administran una clínica, de las mejores en Bagdad y que presta servicios enormes a pesar de las dificultades de procurarse los medicamentos y sobre todo de renovar el equipo médico. La clínica tiene buena reputación entre las familias musulmanas, de forma que los nombre de José y María dan testimonio del aprecio y reconocimiento a la calidad de los servicios que prestan las hermanas. En Mosul las hermanas de la Presentación tienen une pequeña casa de huéspedes para estudiantes cristianas. Es un servicio importante dadas las presiones a las que se ven sometidas en las ciudades universitarias, para que se conviertan al Islam. Los laicos dominicos se distribuyen en ocho equipos son unas 500 personas. Aparte de sus actividades de formación son muy activos en sus parroquias y en actividades de caridad. Una de estas consiste en apoyar financieramente a las familias con el gasto de transporte para que los colegiales y estudiantes puedan acudir a sus lecciones. La educación es gratuita, pero el costo de los transportes, aunque módico, supera la capacidad financiera de las familias. Es evidente que la perspectiva de la guerra inminente, y de las consecuencias para los cristianos y para otras minorías religiosas, pende sobre todos las cabezas y alimenta una fuerte migración.. Y sin embargo como reflejo comprensible hablan más de futuro y tienen proyectos. A pesar de las evidentes amenazas los hermanos y las hermanas están construyendo y desarrollan proyectos en común. Todos nos hacían saber sus inquietudes: ascenso del integrismo islámico coincide con las consecuencias del embargo en un cocktail peligroso, la desnutrición mata de cuatro a cinco mil niños cada mes y la emigración afecta a las élites iraquíes y en particular a los cristianos. A pesar de todo esperan, es un bello testimonio de fe apoyado en una ya larga historia de mártires. La presencia de los religiosos en sí misma, ya es un signo de esperanza, sobre todo cuando en estos últimos año construyeron edificios nuevos y restauraron los antiguos que amenazaban ruina. Así expresan su deseo de seguir en el servicio que prestan a las comunidades cristianas y musulmanas. El régimen Iraquí no es ejemplar, y de esto están conscientes las personas. El embargo echó encima limitaciones económicas a quienes ya padecían limitaciones políticas provenientes del régimen. Es permitido dudar de la validez de un embargo que ya lleva once años y que no ha logrado su objetivo principal: derribar al régimen. Como también es permitido dudar de la legitimidad del concepto de “guerra preventiva” parece un concepto peligroso por muchas razones entre otras: ¿quién establece los criterios para desencadenar una guerra? ¿qué instancia la declara lícita o ilícita? Si un estado usa este criterio, ¿qué impide a otro estado usar el mismo criterio para declarar un “peligro potencial” que le convenga? En cuanto al embargo, trajo consigo un empobrecimiento general de la población y con consecuencia la casi desaparición de la clase media iraquí, en otro tiempo relativamente importante y culta. En este país que era según algunos testimonios laico y con tolerancia religiosa en años pasados, el empobrecimiento ha sido el caldo de cultivo de los integrismos.. hay que subrayar también la reciente construcción de un número impresionante de mezquitas, fenómeno por demás notorio en un país sometido al embargo, y con una propaganda islámica poderosa financieramente. En el actual contexto la acción de los religiosos y laicos dominicos en el Occidente es limitada. Evidentemente, además de la oración por la paz, tienen todos los deberes y derechos ciudadanos, y por lo tanto la posibilidad de informar y presionar sobre aquellos que eligieron. Una de las dificultades principales consiste en la falta de informaciones equilibradas; los religiosos pueden ayudar a la opinión pública parea obtener una visión menos simplista de la situación, dado que poseen canales independientes de información, aunque sea para recordar que desde la época apostólica han existido comunidades cristianas que oran en comunión con ellos. Esto se puede hacer por medio de las parroquias, por ejemplo, lo que respondería también a una petición que muchas veces escuchamos de parte de los cristianos de Irak: ”No nos olviden”. Por otra parte las aciones simbólicas, como el ayuno, son posibles aunque no hay que olvidar que los medios no le darán mucha difusión. Muchos religiosos y religiosas, y una laica dominica, ayunaron durante un mes en Nueva York. Esta acción se terminó en una liturgia de la Palabra presidida por el Maestro de la Orden en los jardines de la ONU, todo esto tuvo un muy fuerte impacto en los participantes … ¡y los abandonados de las calles del Union Square que apoyaron el ayuno! Tuvo casi nula resonancia en los medios de comunicación dirigidos por un pensamiento exclusivo. Merece la pena señalar la doble iniciativa de Dominican Leadership Conference, que reúne a los superiores de los hermanos y las hermanas dominicas en Estados Unidos: por una parte la petición dirigida a los miembros del Congreso y difundida lo más ampliamente posible, por otra parte la invitación a colocarse un botón sobre el que está escrito: “¡Tengo familia en Irak!”. Estas iniciativas se podrían reproducir en otras partes según las necesidades locales. Sabemos que además de estas han habido otras en favor de la paz. Cada acción por la paz es útil, cada gesto de solidaridad con nuestros hermanos y hermanas de Irak es útil. La situación es compleja, es necesario analizar y dar a conocer los elementos, sin angelismo ni candor, sin prejuicios pero con toda la audacia y la radicalidad que puede inspirar el evangelio. La paz comporta ciertos riesgos, la guerra es una solución de facilidad. Animamos a todos los hermanos y miembros de la familia dominicana a trabajar con ahínco por la paz, con la oración y la acciones inspiradas por el Espíritu. Las aciones frente a quienes fueron elegidos por votación, y frente a los gobiernos puede significar una gran diferencia. Las acciones no violentas hechas con seriedad y firmeza, en nombre de la justicia y de la paz, referidas al Evangelio, pueden todavía evitar un cataclismo cuyo desarrollo nadie puede predecir, ni para el pueblo de Irak, ni para el Medio Oriente y sus relaciones con el resto del mundo Fray Carlos A. AZPIROZ COSTA OP Maestro de la Orden