Noviciado Salesiano “Felipe Rinaldi”

Transcripción

Noviciado Salesiano “Felipe Rinaldi”
Queridos hermanos, hermanas, miembros de todos de la Familia Salesiana y
Amigos de Don Bosco:
Haciendo concreta la invitación del Rector Mayor sobre la necesidad de
convocar, ponemos a su consideración esta novena dedicada a Don Bosco en
su figura de animador vocacional. Don Pascual Chávez nos ha dicho que hay
que volver a Don Bosco para crear una verdadera cultura vocacional,
suscitando ambientes propicios, manifestando la belleza de nuestra vocación
salesiana y viviendo y ayudando a vivir la vida como vocación y misión. Les
invitamos, pues, a reflexionar en base al sueño de los nueve años y una serie
de encuentros de nuestro querido Fundador con personas específicas, para
poder ver su espíritu de guía y acompañante espiritual.
La estructura para cada día es la siguiente: motivación, oración inicial, lectura
breve, canto a Don Bosco, lectura salesiana, preguntas para la reflexión,
preces, padrenuestro, avemaría, oración final y canto mariano. Cabe anotar
que las oraciones inicial y final son las mismas para todos los días y que
además se incluyen las letras y pistas musicales de cinco cantos a Don Bosco
y cinco a la Virgen María, con sus respectivos autores y países de procedencia.
Esperamos que esta pequeña contribución sea de su agrado,
pero sobretodo de utilidad en su labor pastoral y
reflexión comunitaria y personal.
Con afecto en Don Bosco
Noviciado Salesiano “Felipe Rinaldi”
Enero, 2011
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venid
y veréis
ORACIONES PARA TODOS LOS DÍAS
INICIAL
Señor, Dios Nuestro, en tu providencia nos has donado a San Juan
Bosco, padre y maestro de la juventud, que trabajó con incansable celo,
bajo la guía de la Virgen María, por el bien de la Iglesia; suscita también
en nosotros esa misma caridad apostólica que impulsa a buscar la
salvación de los hermanos para servirte a ti, único y sumo bien. Por
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad
del Espíritu Santo, y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.
FINAL
Señor Jesús, hoy sentimos con más fuerza que
nunca el reto de crear una cultura
vocacional en cada ambiente, para que
nuestros jóvenes descubran su vida
como llamada. Vuélvenos capaces de
ayudar a superar la
mentalidad individualista
y la cultura de la
autorrealización, que impulsa a
proyectar un futuro sin ti. Ilumínanos
para que sepamos suscitar entre ellos la
pasión apostólica del “Da mihi animas” y
así asuman una forma de servicio
eclesial y social y se impliquen en
proyectos misioneros. Danos la fuerza
para proponerles una vida espiritual
más intensa y un acompañamiento
auténtico. Te lo pedimos por
intercesión de María Auxiliadora,
que indica, guía y sostiene toda
nuestra misión. Amén.
venid
y veréis
3
Día Primero: La Vocación de Juanito
Motivación
El sueño de los 9 años es la clave para entender la misión de Don Bosco, una lucha incesante con el
único objetivo de salvar almas para Dios. Quienes vivimos el carisma salesiano queremos también
hacer nuestra esta misión y rogamos al Dueño de la mies que mande más personas que también lo
quieran hacer.
Oración inicial
Lectura breve
(1 S 3, 8-10)
Por tercera vez llamó Yahvé a Samuel, que se levantó y fue donde Elí diciendo: “Aquí estoy. Me has
llamado, ¿no?”. Elí comprendió entonces que era Yahvé quien llamaba al niño. Entonces dijo a Samuel:
“Ve y acuéstate y, si te llaman, di: Habla, Yahvé, que tu siervo escucha”. Samuel se fue y se acostó en su
sitio. Vino Yahvé, se paró y llamó como las veces anteriores: “¡Samuel, Samuel!”. Respondió Samuel:
“¡Habla, Yahvé, que tu siervo escucha!”.
Palabra de Dios
Canto a Don Bosco
Lectura salesiana
El sueño de los nueve años
“Cuando yo tenía unos nueve años, tuve un sueño que me quedó profundamente grabado en la mente
para toda la vida. En el sueño me pareció estar junto a mi casa, en un paraje bastante espacioso, donde
había reunida una muchedumbre de muchachos en pleno juego. Unos reían, otros jugaban, muchos
blasfemaban. Al oír aquellas blasfemias, me metí en medio de ellos para hacerlos callar a puñetazos e
insultos. En aquel momento apareció un hombre
muy respetable, de varonil aspecto,
noblemente vestido. Un blanco manto le
cubría de arriba abajo; pero su rostro
era luminoso, tanto que no se podía
fijar en él la mirada. Me llamó por
mi nombre y me mandó
ponerme frente de aquellos
muchachos, añadiendo estas
palabras:
- No con golpes, sino con la
mansedumbre y la caridad
deberás ganarte a estos tus
amigos. Ponte, pues, ahora
mismo a enseñarles la fealdad
del pecado y la hermosura de
la virtud.
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Aturdido y espantado, dije que yo era un
pobre muchacho ignorante, incapaz de
hablar de religión a aquellos jovencitos. En
aquel momento, los muchachos cesaron en
sus riñas, alborotos y blasfemias y rodearon
al que hablaba. Sin saber casi lo que me
decía, añadí:
- ¿Quién eres para mandarme estos
imposibles?
- Precisamente porque esto te parece
imposible, debes convertirlo en posible por
la obediencia y la adquisición de la ciencia.
- ¿En dónde?, ¿cómo podré adquirir la
ciencia?
- Yo te daré la Maestra, bajo cuya disciplina
podrás llegar a ser sabio y sin la cual toda sabiduría se convierte en necedad.
- Pero ¿quién eres tú que me hablas de este modo?
- Yo soy el Hijo de Aquella a quien tu madre te acostumbró a saludar tres veces al día.
- Mi madre me dice que no me junte con los que no conozco sin su permiso; dime tu nombre.
- Mi nombre pregúntaselo a mi Madre.
En aquel momento vi junto a Él una Señora de aspecto majestuoso, vestida con un manto que
resplandecía por todas las partes, como si cada uno de sus puntos fuera una estrella refulgente. La cual,
viéndome cada vez más desconcertado en mis preguntas y respuestas, me indicó que me acercase a
ella, y tomándome bondadosamente de la mano:
- Mira, me dijo
Al mirar me di cuenta de que aquellos muchachos habían escapado, y vi en su lugar una multitud de
cabritos, perro, gatos, osos y varios otros animales.
- He aquí tu campo, he aquí en donde debes trabajar. Hazte humilde, fuerte y robusto, y lo que veas que
ocurre en estos momentos con estos animales, lo deberás tú hacer con mis hijos.
Volví entonces la mirada y, en vez de los animales feroces, aparecieron otros tantos mansos corderitos
que, haciendo fiestas al Hombre y a la Señora, seguían saltando y bailando a su alrededor.
En aquel momento, siempre en sueños, me eché a llorar. Pedí que se me hablase de modo que pudiera
comprender, pues no alcanzaba a entender qué quería representar todo aquello. Entonces ella me puso
la mano sobre la cabeza y me dijo:
- A su debido tiempo todo lo comprenderás.
Dicho esto, un ruido me despertó y desapareció la visión. Quedé muy aturdido. Me parecía que tenía
deshechas las manos por los puñetazos que había dado y que me dolía la cara por las bofetadas
recibidas; y después, aquel personaje y aquella señora de tal modo llenaron mi mente, por lo dicho y
oído, que ya no pude reanudar el sueño aquella noche.
Por la mañana conté enseguida aquel sueño; primero a mis hermanos, que se echaron a reír, y luego a
mi madre y a la abuela. Cada uno lo interpretaba a su manera.
Mi hermano José decía:
- Tú serás pastor de cabras, ovejas y otros animales.
Mi madre:
-¡Quién sabe si un día serás sacerdote!
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Antonio, con dureza:
- Tal vez, capitán de bandoleros.
Pero la abuela, analfabeta del todo, con ribetes de teólogo, dio la sentencia definitiva:
-No hay que hacer caso de los sueños.
Yo era de la opinión de mi abuela, pero nunca pude echar en olvido aquel sueño.”
Para la reflexión
1. ¿Qué relación encontramos entre la visión de Samuel y el sueño de Juanito Bosco?
2. ¿Cómo podemos comprender las diferentes interpretaciones que se dan del sueño de
Juanito por parte de sus familiares?
3. ¿Hemos tenido algún sueño particular al que simplemente no le hemos hecho caso?
Preces
Agradecidos con el Señor por invitarnos a hacer realidad su sueño a lo largo de nuestra vida, dirijámosle
nuestras oraciones diciendo:
Buen Pastor, indícanos el camino.
•Ayúdanos Señor, a descubrir los sueños que cada uno de nosotros tiene, de modo que
logremos con alegría comprender que: “La vida es la realización de un sueño de juventud”. Oremos.
• Te pedimos Señor que ilumines la mente y el corazón de muchos jóvenes, que a pesar
de sus temores te buscan constantemente y viven deseosos de ser consagrados por Ti.
Oremos.
• Ayuda y bendice Señor a cada familia, para que sintiendo que su responsabilidad es
brindar a sus hijos una buena formación cristiana; logren descubrir en ellos rasgos de
vocación para la vida consagrada. Oremos.
(Oraciones espontáneas)
Padrenuestro y Avemaría
Oración final
Canto mariano
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y veréis
Día Segundo: Mamá Margarita
Saludo y bienvenida
Hermanos, hoy vamos reflexionar, celebrar y dar gracias a Dios por mamá Margarita, la mujer humilde que entregó los últimos años de su vida a la misión salesiana. Ella que le dio la vida a Don Bosco y
le vio crecer, ahora, avanzada su vida, responde al pedido de su hijo en donde ve también la acción
de Dios.
Oración inicial
Lectura breve
(Prov 31, 10-13. 19-20. 30-31)
Una mujer hacendosa, ¿quién la hallará? Vale mucho más que las perlas.
Su marido se fía de ella, y no le faltan riquezas.
Le trae ganancias y no pérdidas todos los días de su vida.
Adquiere lana y telas finas, los trabaja con la destreza de sus manos.
Extiende la mano hacia el huso, y sostiene con la palma la rueca.
Abre sus manos al necesitado y extiende el brazo al pobre.
Engañosa es la gracia, fugaz la hermosura; la que teme al Señor merece alabanza.
Cántenle por el éxito de su trabajo, que sus obras la alaben en la plaza.
Canto a Don Bosco
Palabra de Dios.
Lectura salesiana
Si crees que es la voluntadad de Dios...
“Pasados
algunos
meses
de
convalecencia con la familia, pensé que
podía volver a estar con mis queridos
hijos, de los que cada día venía alguno a
verme o me escribía, pidiéndome que
volviera pronto a estar con ellos. Pero ¿en
donde iba a residir si me había ya
despedido de El Refugio?
¿Cómo sostener una obra
que cada día suponía más
trabajo
y
más
inversiones? ¿Cómo iba
a hacer frente a mis
gastos y las personas
que necesariamente
tenían
que
vivir
conmigo?
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Habiendo en ese momento dos habitaciones desocupadas en casa Pinardi, las tomamos en arriendo
una para mí y otra para mi madre. Un día le dije: “Madre, voy a tener que ir a Valdocco, pero de todas
las personas que habitan en la casa, no puedo llevar a vivir conmigo a nadie más sino a Usted.”
Entendió ella muy bien mis razones y me dijo enseguida: “Si crees que eso es lo que quiere el Señor
estoy dispuesta a partir de inmediato.” Esto implicaba un enorme sacrificio para mi madre, porque
aunque mi familia no fuera acomodada, ella era dueña de todo, amada por todos y considerada como
una reina por pequeños y grandes.
Mi madre llenó el canasto de ropa blanca y puso en él otros objetos indispensables; yo tomé mi
breviario, un misal, algunos libros y mis apuntes de mayor utilidad. ¡Esa era toda nuestra fortuna!
Salimos a pié de I Becchi hacia Turín; hicimos una corta parada en Chieri y por la tarde, ese mismo día
3 de Noviembre de 1846, llegamos a Valdocco. Mi madre por su parte hizo traer su ajuar de boda, que
había guardado celosamente intacto hasta entonces; algunos de sus vestidos sirvieron para
confeccionar casullas, con las sábanas se hicieron purificadores, roquetes, albas y manteles; tenía un
anillo y un collarcito de oro que lo vendió para comprar ornamentos sagrados. Una noche de buen
humor, como siempre cantaba sonriendo: “Ay del mundo, ¡si nos viera forasteros y sin fortuna!”
Para la reflexión
1. ¿Qué ejemplo nos da mamá Margarita en su
respuesta generosa al pedido de Don Bosco?
2. ¿Podremos nosotros decir “sí” a Don Bosco, a Dios,
cada día más convencidos, así como mamá
Margarita?
Preces
Depositemos en el Señor nuestras intenciones,
sabiendo que si Él no construye la casa, en vano se
cansan los albañiles, y digamos:
Ayúdanos Tú, Señor Jesús.
• Para que a ejemplo de mamá Margarita le
digamos cada día “sí” a Dios y a Don Bosco, en
el trabajo de la salvación de la juventud.
Oremos.
• Para que quienes formamos parte de la Obra Salesiana nos entreguemos en el trabajo silencioso
pero atento a ejemplo de mamá Margarita. Oremos.
• Para que la Venerable Margarita, que por inspiración del Espíritu Santo fue constituida como pilar
fundamental en el inicio de la obra, esté pronto en los altares. Oremos.
(Oraciones espontáneas)
Padrenuestro y Avemaría
Oración final
Canto mariano
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Día Tercero: Domingo Savio
Motivación
Queridos hermanos, bienvenidos a este tercer día de novena donde se nos presenta la figura de
aquellos que siendo fieles siervos de Dios, han podido ser intermediarios para que las personas se
acerquen a Jesucristo, el verdadero Cordero de Dios. Que podamos también nosotros
comprometernos en ser verdaderos acompañantes de quienes nos han sido confiados, y así llevarlos
al encuentro con Él.
Oración inicial
Lectura breve
(Jn 1, 35-39)
“El siguiente día otra vez estaba Juan, y dos de sus discípulos. Y mirando a Jesús que andaba por allí,
dijo: He aquí el Cordero de Dios. Y oyéronle los dos discípulos hablar, y siguieron a Jesús. Y Jesús, y
viéndolos seguirle les dice: ‘¿Qué buscan?’ Y ellos le dijeron: ‘Rabí, (que quiere decir Maestro) ¿dónde
vives?’ Les dice: ‘Vengan y lo verán.’ Vinieron, y vieron donde vivía, y se quedaron con él aquel día; era
como la hora décima.”
Palabra de Dios
Canto a Don Bosco
Lectura salesiana
Un traje para el Señor
El año 1854 - dice Don Bosco - el Padre Cugliero (profesor de Domingo en 5º de primaria) vino a
visitarme para hablarme de un alumno suyo digno de particular atención por su piedad y su buena
conducta, y me dijo: “Aquí entre sus alumnos podrá tener jóvenes que lo
igualen, pero creo que no tiene ninguno que lo supere en
cualidades, en piedad y en virtud. Quedamos en que me lo
mandaría a mi casa natal cuando fuera yo con mis alumnos
internos a pasar unos días de vacaciones.
El 1º octubre muy temprano - continua diciendo Don Bosco vi que un niño acompañado de su padre, se aproximaba para
hablarme. Su rostro alegre y su porte risueño y respetuoso,
atrajeron mi atención.
- ¿Quién eres - le dije - y de dónde vienes?
- Yo soy Domingo Savio, de quien le habló el Padre
Cugliero, y venimos de Mondonio.
Charlamos un rato y me quedé admirado al darme cuenta
de las maravillas que la gracia de Dios había obrado en un
niño de tan corta edad. Desde el primer momento me habló
con plena confianza, y después de conversar un buen rato
me dijo: - “Padre, me concede un puesto en su colegio de
Turín? Deseo estudiar.
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- Pues me parece - le dije - que eres un buen paño para hacerle un traje a Nuestro Señor.
- Padre - me respondió emocionado - yo soy el paño, y usted será el sastre. Lléveme a su colegio y haga
de mí un buen traje para Nuestro Señor.
- Pero, ¿y tu salud te permitirá estudiar? Eres muy débil.
- No se preocupe Don Bosco. El Señor que hasta ahora me ha dado fuerzas para estudiar, me dará su
ayuda también de ahora en adelante.
- Y ¿qué piensas hacer cuando hayas terminado tu bachillerato?
- Ah, padre, si Nuestro Señor me concediera tan grande favor, yo desearía con toda el alma ser sacerdote.
-Bien, bien - le dije -.
Para la reflexión
1. ¿Cómo estamos siendo esos intermediarios hacia el verdadero Maestro en nuestros hogares,
comunidades u obras?
2. ¿Cómo estamos construyendo ese camino con nuestros hijos/as, familia, destinatarios o hermanos
de comunidad?
Preces
Agradecidos con el Señor que nos llama a todos a seguir un camino de santidad digámosle:
Ayúdanos, Señor, a ser santos.
• Te pedimos, Señor, que bendigas e ilumines al Papa Benedicto XVI en su misión de ser pastor
para con su pueblo y que de esta manera pueda ayudarnos a realizar un camino de santidad y
de construcción de tu Reino. Oremos.
• Te pedimos, Padre, que al igual que inspiraste a Santo Domingo Savio la elección de Jesús
como amigo y maestro, atraigas a los jóvenes hacia tu Hijo para que hallen el Él el sentido de su
vida personal. Oremos.
• Te pedimos, Señor, por todos los salesianos y miembros de la
Familia Salesiana, para que a imitación de Don Bosco
podamos ser verdaderos guías espirituales de los jóvenes y
podamos así llevarlos a Ti. Oremos.
(Oraciones espontáneas)
Padrenuestro y Avemaría
Oración final
Canto mariano
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Día Cuarto: Felipe Rinaldi
Saludo y bienvenida
Don Bosco fue un excelente director espiritual; y apenas vislumbraba rasgos de vocación en un joven,
lo acompañaba en el proceso de descubrir su proyecto. Y también hubo casos en los que persuadía a
que abandonaran la idea de la vida eclesiástica, a quienes no veía con las aptitudes necesarias. Pero,
con Felipe Rinaldi insistió de manera tal, como no la había hecho ni lo hará con nadie más.
Oración inicial
Lectura breve
(Jn 6, 64 – 68)
“(…) Jesús desde el principio sabía quiénes eran los que no creían, y quién le había de entregar. Y dijo:
‘Ninguno puede venir a mí, si no le fuere dado del Padre’. Entonces muchos de sus discípulos volvieron
atrás, y ya no andaban con él. Dijo entonces Jesús a los doce: ‘¿Ustedes también quieren irse?’ Y Simón
Pedro le respondió: ‘Señor, ¿á quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna.’”
Palabra del Señor
Canto a Don Bosco
Lectura salesiana
Un caso único
Cuando cumplió los diez años (1866), entró en la vida de
Felipe el nombre de Don Bosco. En un pueblo cercano,
Mirabello, aquel sacerdote había abierto un
"pequeño seminario", y su papá Cristóbal
llevó al muchachito.
El pequeño Felipe extrañaba su casa y
comenzó a dolerle mucho el ojo
izquierdo. Y un día un asistente
poco delicado le ofendió de una
manera irritante. Felipe fue al
director y le dijo que quería volver
a su casa. No era sólo un capricho;
su papá fue a llevárselo.
Don Bosco al saber lo sucedido le
escribió una carta rogándole que
lo pensara mejor. Durante los
años siguientes le siguió
escribiendo y siempre le
recordaba que las puertas de su
casa estaban abiertas para
recibirlo. Pero Felipe se sentía ya
lejano.
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A la edad de 20 años Felipe se preparaba para su matrimonio, pero Don Bosco regresó a Lu, con la
firme intención de convencerlo. "Me ganó poco a poco. Mis padres me dejaban en libertad, y mi
elección se inclinaba hacia Don Bosco", afirmó Felipe. Vuelve a comenzar los estudios. A los
veinticuatro años, a los pies de Don Bosco, hace a Dios voto de pobreza, castidad y obediencia; se hace
Salesiano; y el 23 de diciembre de 1882 es ordenado sacerdote.
Dice Don Rinaldi: "Don Bosco me decía: ‘tal día darás tal examen, tomarás tal orden sagrado’. Yo
obedecía vez por vez. Fue Don Bosco quien me señaló la vida". Don Ceria nos dice que es el único caso
vocacional que en que Don Bosco actúa con tanta insistencia.
Estando Don Bosco a punto de morir, Felipe pide confesarse. Como el Santo está muy debilitado, le
pide que le diga una palabra, una sola. Don Bosco, luego de oír su confesión, le dice: “Meditación.”
Para la reflexión
1. ¿Estamos verdaderamente convencido de la dimensión vocacional de nuestra consagración?
2. ¿Cómo se manifiesta nuestro empeño en ayudar a los jóvenes a descubrir el plan de Dios en sus
vidas?
3. Si algún destinatario nos preguntara: “¿Qué espera Dios de mí?”, ¿cómo le ayudaríamos ?
Preces
Interpelados por el momento histórico de nuestra Congregación, dirijámonos al Padre diciendo:
Escucha, Padre, la plegaria de tus hijos
• Que el Señor nos conceda ser cada uno de nosotros instrumentos eficaces del Espíritu Santo y así
descubramos la vocación a la que Él nos llama a trabajar. Oremos.
• Que todos nosotros favorezcamos climas de familia para ayudar a descubrir la llamada a compartir
un proyecto en favor de los jóvenes. Oremos.
• Que todos aquellos que se sientan llamados a testimoniar el amor de Dios a los jóvenes sigan
adelante, alentados por nuestro ánimo y nuestra preocupación. Oremos.
• Que todos los Salesianos consagrados que supieron dar su vida en favor de los jóvenes, ahora estén
gozando de la presencia
de Dios. Oremos.
(Oraciones
espontáneas)
Padrenuestro y Avemaría
Oración final
Canto mariano
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Día Quinto: Miguel Rúa
Saludo y bienvenida
Bienvenidos. Hoy estamos invitados a reflexionar sobre la importancia del ser humano, promotor de
amor y justicia, en la construcción del Reino de Dios. Importancia que se manifestará en la necesidad
urgente de convocar a hombres y mujeres que quieran dar sus vidas a causa de este gran proyecto
divino.
Oración inicial
Lectura breve
(Mt 4, 18-20)
“Caminaba Jesús a orillas del lago de Galilea y vio a dos hermanos: Simón llamado después Pedro, y
Andrés, que echaban las redes al agua porque eran pescadores. Jesús les dijo: ‘Síganme, y los haré
pescadores de hombres.’ Los dos dejaron inmediatamente las redes, y empezaron a seguirlo.”
Palabra del Señor
Canto a Don Bosco
Lectura salesiana
A medias con Don Bosco
Junto a los molinos de la ciudad de Turín, en el mes de septiembre de 1845, Don Bosco tuvo un
encuentro fundamental para su misión.
Se apretujaban en su alrededor unos muchachos para recibir
una medallita. Un poquito separado estaba un muchachito
pálido, de ocho años, con un brazalete negro en el brazo
izquierdo. Hacía dos meses que se le había muerto su padre,
motivo por el cual, necesitaba de una persona llena de
bondad y ternura que le sepa ayudar a superar esa dolorosa
experiencia.
No le agradaba eso de meterse en apretujones, ni
empujar para abrirse paso. Se acabaron las medallas y el
se quedó sin nada. Entonces, Don Bosco, se le acercó
sonriendo y le dijo: “Toma Miguelito, toma”.
¿Tomar qué? Aquel extraño sacerdote que veía por
primera vez, no le daba nada. Solamente le tenía la
mano izquierda y con la derecha hacía señal como de
quererla cortar en dos. El chiquito alzó unos ojos preguntones.
El sacerdote le dijo:
-Nosotros dos lo haremos todo a medias.
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¿Qué vio Don Bosco en aquel momento? Nunca lo dijo, pero aquel niño será, un día, su brazo
derecho, su primer sucesor a la cabeza de la Congregación Salesiana. Se llamaba Miguel Rúa, él no
entendió aquella frase, ni entonces, ni en muchos años más tarde. Pero, se encariñó con Don Bosco,
con aquel sacerdote junto al cual uno se sentía alegre y lleno de calor. Luego se convertiría en su
Primer Sucesor.
Para la reflexión
1. ¿Qué relación encuentro entre las lecturas? ¿A qué nos invita?
2. ¿Qué importancia tiene hoy en día el convocar a las personas a seguir a Jesús?
3. ¿Somos capaces de descubrir en los y las jóvenes a los continuadores de la misión salesiana?
Preces
Dirijamos nuestras oraciones al Padre, que en Cristo Resucitado le dio a la Iglesia fundamento para
edificarla como signo e instrumento de su salvación.
Digamos:
Renueva, Padre, nuestro corazón.
• Por la Familia Salesiana: para
que, fiel a San Juan Bosco,
cumpla su misión entre los
jóvenes pobres y abandonados.
Oremos.
• Por cada uno de nosotros aquí
reunidos, para que iluminados
por el Espíritu Santo sepamos
convocar y guiar a jóvenes que
quieran dar sus vidas a causa
del Reino. Oremos.
• Por los jóvenes: para que con
la asistencia fraterna de sus
educadores crezcan en edad,
sabiduría y gracia ante Dios y
ante los hombres. Oremos.
(Oraciones espontáneas)
Padrenuestro y Avemaría
Oración final
Canto mariano
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Día Sexto: Miguel Magone
Saludo y bienvenida
Hermanos bienvenidos al sexto día de Novena en honor de San Juan Bosco. Hoy hablaremos sobre
cómo su pedagogía de la amabilidad condujo por el camino del bien y de la perfección al que un día
fue cabecilla de un grupo de muchachos en la calle.
Oración inicial
Lectura breve
(Mt 18,12-14)
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «¿Qué les parece? Si un hombre tiene cien ovejas y se le
descarría una de ellas, ¿no dejará en los montes las noventa y nueve, para ir en busca de la
descarriada? Y si llega a encontrarla, les digo en verdad que tiene más alegría por ella que por las
noventa y nueve no descarriadas. De la misma manera, no es voluntad de su Padre celestial que se
pierda uno solo de estos pequeños.
Palabra del Señor
Canto a Don Bosco
Lectura salesiana
El pequeño capitán
Don Bosco nos relata: “Regresaba yo una tarde de otoño para tomar el tren que tenía que conducirme
a Turín; eran las siete, estaba nublado. Un grupo de muchachos llamaba poderosamente la atención;
entre toda la gritería pude percibir claramente una voz que se imponía a todas las demás. Era como la
voz de un capitán, que todos repetían y todos obedecían. Aproveché la ocasión y de un salto me
coloqué en medio de
ellos.
Todos huyeron espantados; todos menos él,
que se quedó firme,
dándome la cara:
- ¿Quién es usted para
atreverse a mezclarse
en nuestros juegos?
-
Soy un amigo
tuyo.
- ¿Y qué es lo
que pretende
de nosotros?,
¿quién es usted?
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- Ya te lo he dicho: un amigo tuyo, que deseo entretenerme con ustedes. ¿Y tú quién eres?
- ¿Quién soy yo? Soy – añadió con voz sonora y firme – Miguel Magone, el general del juego.
Me di cuenta de que si aquel brío y aquel carácter emprendedor eran sometidos a una buena
educación, podían dar mucho de sí. En consecuencia, reemprendí el diálogo:
- Querido Magone, ¿no serías capaz de dejar esta vida de vago y ponerte a aprender un arte o un oficio,
e incluso hacer estudios?
- ¡Claro que lo sería! – respondió conmovido –; algunos compañeros míos ya están en la cárcel, y me
temo que lo mismo me va a pasar a mí; pero ¿qué quiere usted que haga?: mi padre murió, mi madre
no tiene dinero, ¿quién será el que me ayude?
- Mira, esta misma noche dirígele una fervorosa oración a nuestro Padre que está en los cielos. Hazlo
de corazón y espera.
En aquel momento la campana de la estación dio su
último toque, y yo tube que irme sin falta.
- Toma esta medalla y mañana preséntate al vicario
de la parroquia, don Ariccio. Dile que el cura que
te la regaló desea informes sobre tu conducta.
Luego, este muchachito se convertiría en uno de
los más grandes ejemplos del Sistema Preventivo
como verdadero camino de santidad.
Para la reflexión
1. ¿Cómo podemos ser esos “buenos pastores” en nuestro trabajo con los jóvenes que nos rodean?
2. ¿Dentro de nuestro trabajo pastoral, nos acercamos a los jóvenes que verdaderamente más nos
necesitan, así como lo hizo Don Bosco?
3. ¿Qué relación se puede encontrar entre la figura de Cristo Buen Pastor y Don Bosco?
Preces
Somos herederos de la experiencia, espiritualidad y metodología que marcó la misión de Don
Bosco: el Sistema Preventivo; al igual que él confiemos a Dios nuestros anhelos diciendo:
Por intercesión de Don Bosco escúchanos Señor.
• Dios Padre, te damos gracias por haber suscitado a Don Bosco. Haz que cada uno de nosotros
podamos imitar su ejemplo y danos la fuerza de tu Espíritu para poder seguir a tu Hijo con fidelidad.
Oremos.
• Abre nuestro corazón a las necesidades de nuestros hermanos y que cada día ayudemos a la
construcción de tu reino, como lo hizo Don Bosco, entregándolo todo por la salvación de las almas.
Oremos
• Que, a ejemplo de San Juan Bosco, podamos ser para los pequeños, abandonados y pobres, signos
y portadores del amor de Dios, con los sentimientos de Cristo Buen Pastor. Oremos.
(Oraciones espontáneas)
Padrenuestro y Avemaría
Oración final
Canto mariano
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Día Séptimo: Juan Cagliero
Saludo y bienvenida
Dios nos indica su misión con el don de su Palabra y con la presencia del Espíritu que habita entre
nosotros. Como Don Bosco, abrámonos a la escucha del Invisible y contemplemos las obras que
realiza por nuestras manos, con la actitud humilde de quien se sabe elegido, como signo del anuncio
vocacional y de vida nueva para los jóvenes.
Oración inicial
Lectura breve
(Lc 6, 10 – 16)
“En aquellos días Jesús fue al monte a orar, y pasó la noche orando a Dios. Y cuando era de día, llamó
a sus discípulos, y escogió a doce de ellos, a los cuales también llamó apóstoles: a Simón, a quien
llamó Pedro; a Andrés su hermano; Santiago y Juan, Felipe y Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago hijo
de Alfeo; Simón, llamado Zelote, Judas hermano de Santiago, y Judas Iscariote, que llegó a ser el
traidor.”
Palabra de Dios
Canto a Don Bosco
Lectura salesiana
Una buena primera impresión
Don Bosco escribía al teólogo Borel diciéndole que se dirigiera a don José Cafasso para obtener
dinero: seguramente su necesidad debía ser grande, pues había encargado a su procurador vender
algunos trozos de terreno de su propiedad en Valdocco. En efecto, el 6 de octubre de 1850, con
escritura ante el notario Turvano, vendía a Miguel Nicco un terreno de 38 centiáreas por 250 liras; a
Mariana Franco, viuda de Audagnotto, 3,89 áreas, por
2250,62 liras y a Santiago Ferrero y Juvenal Mo, 6
centiáreas por 37,16 liras.
Durante ese tiempo Don Bosco se
encontró, por vez primera, en
Castelnuovo
con
Juan
Cagliero,
muchacho de unos doce años, natural de
aquel pueblo. Se lo presentó el párroco
don Antonio Cinzano para que
examinara su vocación y le admitiera en
el Oratorio de Turín.
El mismo Cagliero, ahora obispo, nos
contaba su primer encuentro con Don
Bosco:
venid
y veréis
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“La impresión que recibí fue la de ver en Don Bosco un sacerdote singular, ya por el modo y la gracia
con que me acogió, ya por el respeto y el honor con que le trataban mi buen párroco, mis maestros
de Castelnuovo y los demás sacerdotes. Jamás se borró ni disminuyó mi primera impresión, sino que
se acrecentó durante los treinta y tres años que viví a su lado. Don Bosco me hizo unas preguntas y
fijó mi ingreso en el Oratorio para el curso siguiente.”
Para la reflexión
1. ¿Sabemos leer los problemas de la vida diaria como una oportunidad para crecer, antes que para
consumirnos?
2. ¿Descubrirán los demás en nuestra mirada el amor que Dios les tiene?
3. ¿De qué otras formas manera puedo ser para los demás un signo del amor de Dios?
Preces
Don Bosco nos enseña que Dios deposita en el corazón de muchos jóvenes el germen de la vocación
a la vida apostólica. Pidamos poder ser instrumentos delicados y eficaces en descubrir y madurar estos
dones del Espíritu. A cada invocación respondemos:
Te lo pedimos, Señor.
• Para que favoreciendo el clima de familia y acogida en la fe y en el amor, ayudemos a los jóvenes
a descubrir en sí mismos la llamada divina y ellos se sientan atraídos a seguirla con generosidad.
Oremos.
• Para que su designio de amor con jóvenes llamados encuentre confirmación
en el testimonio de nuestra vida personal y comunitaria, donde brille la alegría
de una entrega sin reservas. Oremos.
• Para que sepamos asistir a los jóvenes inseguros en la búsqueda de
su orientación en la vida y guiarles con delicadeza y respeto,
mediante el contacto personal y la labor educativa. Oremos.
•Para que abras el corazón de los hombres a favor de los
prófugos, de los hambrientos, de los perseguidos a causa de la
verdad y la justicia y cooperen en la construcción de una
mundo más justo y fraterno. Oremos.
(Oraciones espontáneas)
Padrenuestro y Avemaría
Oración final
Canto mariano
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venid
y veréis
Día Octavo: María Mazzarello
Saludo y bienvenida
Bienvenidos hermanos a este octavo día de novena en honor a nuestro Padre Don Bosco, que nos
indica algunas de nuestras prioridades como buenos cristianos. Junto con María Mazzarello, que en
el trabajo diario supo manifestar la belleza de los valores en la persona, nos enseñan cómo la gracia
de Dios es la que lleva a culmen los planes que buscan el bien de nuestros hermanos.
Oración inicial
Lectura breve
(Lc 1, 46 – 53)
“Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado
la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por
mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y
enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos.”
Canto a Don Bosco
Lectura salesiana
Palabra del Señor
A ti te las confío
María Mazzarello tuvo una visión: bajaba
por la colina de Borgoalto, cercana al
pueblo de Mornese, cuando le pareció ver
un edificio grande, en un sitio en que ese
tiempo no había ni siquiera cimientos para
esa construcción, narró al P. Pestarino lo
que había visto y él le prohibió hablar de
esto, creyendo que eran espejismos.
Después de prepararse bien en el oficio de
modista, pudo abrir un taller de costura
para atraer a las niñas que quisieran
aprender a coser, pero con el fin principal
de apartarlas de los peligros, de hacerlas
buenas y especialmente de darles a
conocer y a amar al Señor y así hacerlas
mejores cristianas.
venid
y veréis
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En otro lugar Don Bosco le manifiesta a Don Pestarino la necesidad
de una congregación que hiciera por la niñas lo que los Salesianos
hacen por los niños; además, en un sueño, la Virgen le dijo que le
confiaba una multitud de niñas: "Cuida de ellas, son mis hijas".
Impresionado por aquel sueño, en una reunión de sacerdotes se
encontró con el P. Pestarino que le contó que en Mornese tenía a un
grupo de jóvenes con habilidad especial para reunir niñas y
enseñarles la costura y la religión, siendo ésta una buena
oportunidad para realizar lo mandado por la Virgen.
María Mazzarello no había visto nunca a Don Bosco, pero esa noche
del 7 de octubre de 1864 , apenas le oyó su primer sermón quedó
encantada y llena de admiración. Y en esos días siempre que el
santo hablaba, ella se ubicaba en las primeras filas para oírle mejor
y no perderle palabra. Sus compañeras la reprendían por meterse
entre ese montón de hombres, a escucharle, y ella les decía: "Es que
mi corazón me dice que Don Bosco es un santo, y a los santos no se
les puede perder palabra".
La amistad con Don Bosco hizo crecer a pasos agigantados en santidad a la muchacha de Mornese. Para
Don Bosco el encuentro con el apostolado de María Dominga y sus amigas fue la oportunidad de dar vía
al desarrollo de la parte femenina de su carisma. Ella fue la primera Madre General y Cofundadora de las
"Hijas de María Auxiliadora", un "monumento viviente a la Virgen".
Para la reflexión
1. ¿Cuál es la relación entre la lectura Bíblica y la lectura Salesiana y a qué nos compromete?
2. ¿Cuáles son los valores que podemos rescatar de las acciones de María Mazzarello?
Preces
Con la humildad y confianza de los que confian en Dios y saben leer en los signos de la vida su santa
voluntad, digámosle:
Escucha, Señor, nuestra oración.
• Por todos los miembros de la Familia Salesiana: para que, imitando a San Juan Bosco en la entrega
al servicio de los jóvenes, sepan fomentar en ellos la vocación al seguimiento de Cristo Buen Pastor.
Oremos.
• Por todas las personas que están buscando su vocación específica, para que sean generosos y se
dejen ayudar por la luz del Espíritu Santo. Oremos.
• Por quienes participamos en esta novena: para que, llevados de la mano de María Auxiliadora,
busquemos siempre la construcción del Reino de Dios, con bondad y sencillez de corazón. Oremos.
(Oraciones espontáneas)
Padrenuestro y Avemaría
Oración final
Canto mariano
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venid
y veréis
Día Noveno: José Buzzetti
Saludo y bienvenida
Don Bosco tenía siempre abierto su corazón y las puertas de su casa, el Oratorio, para acoger a los
muchachos que necesitaban de casa, alimento y sobre todo de un padre que los acoja y muestre su
afecto sincero. José Buzzeti fue uno de estos muchachos que entró en el Oratorio y se quedó con Don
Bosco, fue su amigo y compañero fiel hasta el final. Cuando un muchacho se sentía querido por Don
Bosco, era muy difícil dejarlo, su cercanía y afecto invitaba a quedarse con él.
Oración inicial
Lectura breve
(Jn 15, 12 – 16)
“Este es mi mandamiento: Que se amen los unos a los otros, como yo les he amado. Nadie tiene mayor
amor que éste: dar la vida por sus amigos. Ustedes son mis amigos, si hacen las cosas que yo les
mando.
Ya no les llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su Señor; yo les llamo amigos, porque les
di a conocer todas las cosas que oí de mi Padre. No me eligieron ustedes a mí sino yo a ustedes; y les
he puesto para que vayan y lleven fruto, y su fruto permanezca: para que todo lo que pidan al Padre
en mi nombre, él se los dé.”
Palabra del Señor
Canto a Don Bosco
Lectura salesiana
Amigo fiel e incondicional
Después de que se derrumbara una parte de la
construcción que estaba haciendo Don Bosco en el
Oratorio, Buzzetti no podía convencerse de que
hubiera gente capaz de abusar de la bondad de
Don Bosco; por eso arremetía con encendidas
palabras contra aquel desleal que estaba
estafando, Don Bosco intentaba calmarlo.
-íBuzzetti, tengamos paciencia! Ya
verás cómo el Señor nos ayudará.
-¡Sí, sí, nos ayudará! Mientras tanto,
usted no duerme, trabaja día y noche
para juntar unas liras, y los demás se
las roban a millares en un momento.
Habría que darles una buena lección.
venid
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- ¡Déjalos en paz! Ya se la dará el Señor.
Pero Buzzetti tenía derecho a gritar. Por humildad y por el dedo perdido con el disparo de la pistola,
había dejado la sotana. Vivía totalmente entregado al Oratorio.
Era el 14 de mayo de 1856. Decide dejar a Don Bosco. La tristeza se apoderó de él y no sabía cómo
decírselo. Fue a comunicarle que dejaba el Oratorio, que se sentía inútil, que veía cambiar todo,;
incluso los chicos que él había educado ahora eran sus superiores. Don Bosco, muy tranquilo, no se
inmutó y le dijo: ¿Has encontrado trabajo? ¿Te pagarán bien? No tienes dinero y lo vas a necesitar. Abre
los cajones y coge lo que necesites. No quiero que lo pases mal. Le miró D. Bosco con aquel cariño con
que miraba a los jóvenes, y después añadió: “Nos hemos querido siempre. Espero que no me olvides
nunca”. Entonces Buzzetti estalló en llanto. Lloró largo rato, y dijo: “No, no quiero dejar a Don Bosco.
Me quedaré siempre con él.
Y con él permaneció hasta que se decidió a hacerse salesiano coadjutor en 1877. Vivió muchos años
haciendo un bien inmenso.
Para la reflexión
• ¿Qué significa para nosotros hoy que Don Bosco sea llamado: “Padre, Maestro y amigo?
• ¿Qué dice Jesús sobre la amistad? Nosotros ¿somos fieles a nuestros amigos?
Preces
Acudamos ahora a nuestro Señor pidiéndole que escuche nuestras peticiones.
Óyenos, Jesús, Amigo nuestro.
• Para que en el compartir diario te sepamos encontrar a Ti, que nos has dicho que somos tus
amigos; haz que, a ejemplo de Don Bosco, te conozcamos cada vez más. Oremos
• Para que también nosotros encontremos en Ti a ese amigo que nunca falla, así como José
Buzzeti encontró en Don Bosco su gran amigo para toda la vida. Oremos.
• Para que encuentren en Ti la alegría de vivir tantos jóvenes que necesitan de alguien que les dé
confianza, seguridad y sea compañía en el camino, y por aquellos que se sienten solos y tristes.
Oremos
Oremos.
• Para que podamos descubrir en Don Bosco al Padre, Maestro y Amigo que ilumina y acompaña
nuestro camino de búsqueda y compromiso de un mundo mejor, más justo y solidario para
todos. Oremos
(Oraciones espontáneas)
Padrenuestro y Avemaría
Oración final
Canto mariano

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