Cáncer colorectal en pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal

Transcripción

Cáncer colorectal en pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal
revisión bibliográfica
CÁNCER COLORECTAL EN PACIENTES CON
ENFERMEDAD INFLAMATORIA INTESTINAL:
¿PODEMOS PREDECIR EL RIESGO?
Andersen V, Halfvarson J, Vogel U.
World J Gastroenterol 2012 August 21; 18(31): 4091-4094
[w3] accede al artículo original
RESUMEN: La enfermedad inflamatoria intestinal (EII), la enfermedad de Crohn (EC) y la colitis
ulcerosa (CU) pueden complicarse con el cáncer colorrectal (CCR). En un reciente estudio de cohorte
poblacional de 47.347 pacientes de Dinamarca con EII, 268 pacientes con CU y 70 pacientes con
EC desarrollaron CCR durante 30 años de observación. El riesgo global de CCR entre pacientes con
CU y EC fue comparable al de la población general. Sin embargo, los pacientes diagnosticados de
CU durante la infancia o adolescencia, los pacientes con larga duración de la enfermedad y aquellos con colangitis esclerosante concomitante tuvieron un riesgo incrementado. En este comentario
se discutirán los mecanismos subyacentes a la carcinogénesis en EII e investigaciones en marcha
sobre la susceptibilidad genética en pacientes con EII. Avances posteriores dependerán del trabajo
cooperativo entre epidemiólogos y genetistas moleculares con el objeto de identificar polimorfismos
involucrados en la asociación entre EII y CCR. El objetivo final es incorporar genotipos y parámetros
clínicos en un modelo predictivo refinado de predicción de riesgo de CCR en la EII colónica. El desafío será trasladar estos nuevos hallazgos hacia la práctica clínica y determinar las estrategias preventivas apropiadas con el objeto de evitar el CCR en pacientes con EII. El conocimiento alcanzado
puede ser también relevante para otros cánceres asociados a inflamación.
COMENTARIOS: Este artículo constituye un “comentario invitado” sobre otro artículo original de Tine Jess (Gastroenterology 2012; 143:375-381) que describe una cohorte de más de 47.000
daneses de los cuales 338 con CU y EC desarrollaron CCR a lo largo de un amplio seguimiento de
30 años. Los autores encuentran un riesgo relativo frente a la población general de 1,07 (IC 95%:
0.95-1.21), por lo que concluyen que el riesgo general es comparable entre ambos grupos. Esto es
así incluso excluyendo los pacientes con proctitis hemorrágica (RR 1.04; IC 95%: 0.91-1.18). Sin
embargo, cuando se ajustan los datos por duración de la CU se observa un riesgo menor entre pacientes diagnosticados en el periodo 1.999-2.008 frente al periodo 1.989-1.998. (RR 0.59; IC 95%:
0.39-0.90), y cuando se ajustan los datos por edad al diagnóstico, se observa un notable aumento
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del riesgo en pacientes con diagnósticos entre los 0 y 19 años de edad (RR 43.8, IC 95%: 27.2-70.7)
frente a los diagnosticados entre los 20 y 39 años de edad (RR 2.65, IC 95%: 1.97-3.56). El riesgo
en los pacientes con EC es similar a la población no afecta por EII.
Estos resultados son congruentes con otro estudio poblacional escandinavo de Sverre Söderlund
(Gastroenterology 2009; 136:1561-1567) con 7.607 pacientes suecos que muestra una tendencia a
la baja del riesgo directamente proporcional a un menor intervalo de observación. Tras ajustar resultados por edad, sexo, duración de la enfermedad y topografía de la misma, los autores encontraron
un descenso del riesgo desde 5 veces más a solo 2 veces más riesgo en la década de 1.960 respecto
al periodo 2.000-2.004. Además, el riesgo de CCR entre pacientes con EII, CU y EC colónica es mayor respecto a la población general.
El presente estudio es el más amplio con diferencia para actualizar datos sobre la relación entre
CCR y EII, a pesar de lo cual no se han demostrado diferencias de riesgo en pacientes con EC colónica, lo que los autores explican debido al tratamiento médico y el seguimiento estrecho que controla
la inflamación intestinal.
La relación entre EII y CCR se basa en el rol de los toll-like receptors (TLR) y el factor de necrosis
tumoral (TNFα) en la activación del factor nuclear κB (NFκB), que a su vez induce la transcripción
de genes involucrados en la carcinogénesis, incluyendo a COX-2. Los defectos en la vía de señalización p53 pueden ser eventos precoces en la progresión hacia el cáncer de la displasia asociada a
la inflamación. Sin la apoptosis inducida por p53, las células aberrantes no son eliminadas y puede
aparecer el CCR. La activación de PPARγ, la inhibición de COX-2 y la inducción de apoptosis pueden
contribuir a detener este proceso carcinogénico.
Se acepta el hecho de que el CCR consiste en diversas entidades con una misma apariencia fenotípica. La razón probablemente se basa en diferentes susceptibilidades genéticas que coactúan
con factores ambientales como dieta y microbiota. Los pacientes con EII y CCR constituyen sólo el
2% de todos los casos de CCR, aunque con un modelo patogénico muy homogéneo basado en la
inflamación. En ese sentido, el estudio de los polimorfismos genéticos asociados a la EII y su prevalencia en la combinación EII-CCR puede ayudar a identificar portadores de mayor susceptibilidad de
displasia y riesgo de CCR y concentrar con eficiencia los esfuerzos de prevención en este subgrupo
de pacientes de mayor riesgo.
Artículo revisado por Daniel Ceballos.
Hospital Universitario Dr. Negrín, Las Palmas de Gran Canaria.
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