fractura mental - Juan Morales de la Garza

fractura mental - Juan Morales de la Garza

FRACTURA
MENTAL
...No volverás a pensar igual.
Juan Morales de la Garza
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D.R!©!Juan!Morales!de!la!Garza!
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CONTENIDO
Introducción ……………………………....………..…… 4
Declaración ……………………………......…………… 8
Iniciación ……………………………………………….. 11
Pertenencia …………………………..………………… 18
Miedo …………………………………..………….……. 30
Amor …………………………………..……………...… 36
Reeducarse ………….………………………………...... 42
Religio ………………..…………………..……….…….. 50
Epodo ………………………………….……….…..…… 60
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INTRODUCCIÓN
Cada ocasión que se reflexiona, es inevitable partir del
conocimiento que llevamos cargando como sentencia
clara de usos y costumbres, de cultura y educación, de
miedos y valores; somos prisioneros de nuestras propias
historias, las heredadas y las medianamente forjadas
con nuestra iniciativa.
La capacidad de cuestionar, el uso del sentido crítico,
el escepticismo y aquello que nos permite refutar
tradiciones y costumbres, se torna bandera de lucha por
ser auténticamente el dueño de la consciencia.
En la costumbre y en la tradición defendemos lo
indefendible, enaltecemos los postulados inculcados, no
los hallazgos de nuestra reflexión. Nos abordamos sin
respeto a nosotros mismos, postulamos como soldados
ideológicos la conveniencia, de lo cómodo, de lo que nos
brinda aceptación, nos agrupa y protege moralmente,
religiosamente, económicamente, esa es la costumbre
de la comunidad.
No es como siempre ni para siempre, cuestionar es un
qué hacer dinámico y honesto, algo que amplía la visión
y libera del prejuicio.
No será sencillo, puede producir aislamiento y la
incomprensión de quienes nos rodean, por ello es
un proceso íntimo, solitario; no tiene caso pensar
comunitariamente cuando no se es capaz de pensar
individualmente, el solo hecho de pensar así en esta
reflexión, amén de los resultados de cada quien, es ya
un reto de difícil término, porque tenemos la costumbre
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de cotejar ideas con los demás, buscar la aceptación en
otros, aún sacrificando el sentir de nuestra percepción,
la certeza de nuestros encuentros y logros. Es
muy encomiable todo aquel que logre caminar
sobre el mundo con respeto a sus propias ideas,
congruentemente entre lo que se piensa, se dice y se
hace, con respeto a las ideas de cualquiera y, más aún,
que sabiendo las limitaciones de quienes le rodean,
constatando la terquedad y nefasta estupidez del
prójimo, no entre en conflicto con ellos... es muy fácil
detectar a quien no piensa por sí mismo, encontrarlos y
no caer en el juego, si que es plausible, digno de
admiración y respeto, pero lo más importante es, que
cuando alguien logra esa profundidad y convencimiento
en sí, no le importa en lo más mínimo lo plausible y
admirable que su persona llegue a ser para los demás.
La meta enorme es haber abandonado el ego que la
opinión del mundo otorga, ese ego es una herramienta y
para la mayoría es un todo, librarse así, es un encuentro
con la honesta autenticidad.
Todo el proceso personal, enseña a escuchar y
escucharse, permite hablar con certeza y confianza,
eleva la claridad de conceptos, no por la erudición, más
bien se trata de la sabiduría, la contundente y auténtica
libertad, es la sabiduría propia de cada quién.
Se requiere valor para abordar estos temas, habrá
de resistirse a la incomodidad de cuestionarse lo
preestablecido, pero finalmente, al llegar a esa
comunicación individual, el único beneficiado es quien
se cuestiona con transparencia y honestidad, si es que
entienden el importante valor de esos conceptos.
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Lo hablado aquí, son temas básicos, no se abordan
historias y pareceres ideológicos de nadie en particular,
ni posturas religiosas ni caprichos del pensamiento,
todo lo expuesto es una puerta íntima para cada quien,
en ella, entras o te quedas fuera.
Sin guías ni gurús, todo el entorno es maestro, pero
únicamente cuando estés listo para escuchar y
escucharte, para ver y verte. Ello implica ser selectivo
entre lo que vale la pena y lo que no, entre lo profundo y
lo superfluo, lo trascendente y lo vano... retomar las
preguntas correctas, romper los paradigmas comunes,
ser auténtico.
Es imposible, institucionalizar esta habilidad, porque es
esta virtud una firme opositora a la obediencia de
dogmas e ideologías que no sean capaces de respetar
la individualidad, es rebeldía pura que no requiere
de un movimiento social, ni protestas ante nadie,
ni atacar encarnizadamente los postulados de
ninguna institución. Esta rebeldía no se presume
ni logra convertirte en figura pública ante nadie...
no, no mientras no te conquistes abiertamente, en
tanto no pulas y abrillantes el descubrimiento que
realices en ti, ése que solamente tú sabrás cuál es,
porque al final, qué por cierto... eres tan infinito que
nunca llegarás a un final... te darás cuenta que esa
supuesta admiración del resto del mundo, no sirve para
nada y, la razón por la que no sirve, es que estarás
entrando al mundo de la autosuficiencia, de la
autenticidad y la paz que algunos llaman así, para otros
es una revolución interior.
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En resumen, las cosas que mayormente controlan
a la sociedad, no caben en el desarrollo de la franca
autenticidad, este proceso deja de lado los fanatismos y
supersticiones, sean deportivos, políticos o religiosos,
deja de lado las evasiones a la realidad, ya sea en la
diversión, el entretenimiento o la supuesta pasión,
inclusive la fe. Cierto es que somos lo que nos alimenta,
visual, sensorial, emocional, espiritual o por donde
quieras que te llegue tu alimento, finalmente los
alimentos son exteriores en su mayoría, dependes de
todo lo que te rodea, cegándote a ti mismo, con poco
poder selectivo, con poca voluntad.
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DECLARACIÓN
Nunca nadie será útil a lo institucional si antes no logra
la individualidad, podrá ser masa, uno más perdido en
la inmensidad, un ente entregado y sin voluntad,
manipulado y mediocremente inconforme con la
pluralidad del mundo. Me propongo un ejercicio de
rebeldía interior, no tendré que convencer a nadie
ni permitir que nadie me convenza... experimento
objetivamente el tiempo presente de profundizar en
primera persona, dejaré el ego aprendido, me propongo
un paso a lo sensato, ecuánime y libre de temores... un
amplio tránsito por la soledad en que no permito temor
alguno, jamás huiré de lo único tangible que en este
preciso momento experimento, “hablarme sin mentiras
y con profunda honestidad”.
Ninguna ideología, filosofía, religión, creencia, postura,
raza o género, podrá ser superior a estar convencido de
mí mismo y por mí mismo... ninguna.
No existe tolerancia válida que esté por encima del
derecho a la libertad de cualquier ser, ninguna que pise
la dignidad humana por defender el ego sectario, nada
que pueda defender un interés particular sin considerar
el respeto común.
No acepto bajo ninguna circunstancia un argumento
basado en alguna mentira o verdad a medias, ni en
supuestos dogmas institucionales, no acepto imposición
alguna con argumentos libertarios y redentorios, ni
adoraciones o devociones.
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