19 Lectura de Aguas II

Transcripción

19 Lectura de Aguas II
LECTURA DE
aguas
CASTEANDO ENTRE LOS PALOS
DEL RÍO DULCE
90
PARTE 2
EL PATO - JUL. 183 PESCA VARIADA
Nos vamos acercando al final
de este curso de pesca con
mosca a distancia que pronto
verá la luz compilado y en un
formato accesible a todos los
pescadores que no han podido
coleccionar este suplemento.
En este número trataremos de
desarrollar la segunda parte
de lo que comunmente llamamos “lectura de aguas”; tema
complejo si los hay, pero esta
vez abocados al pez emblemático del Paraná: su majestad el
dorado.
Si ha sido difícil tratar de
hacer una nota sobre “lectura
de aguas” para la pesca de
truchas en forma sintética y
amena (cosa que solo usted,
amigo lector, podrá decirnos si
lo hemos logrado), mucho más
lo será para la pesca de dorados. Tratar de hacer una breve
semblanza de los lugares de
pesca del dorado es bastante
complejo por la increíble diversidad de ambientes que habita
el tigre del río.
Antes de arrancar…
Pero antes de entrar en tema
hagamos una pequeña digresión: pensemos un poquito en
los otros muchísimos peces
que se pueden pescar con
mosca en el litoral. Ahora, y
luego de haber leído la nota
del mes pasado, usted ya sabe
de que se trata la “lectura de
aguas” y vió que es cuestión
bastante simple y, de hecho, lo
hace intuitivamente a menudo
aunque no lo conozca con ese
nombre cuando elige un buen
lugar para lanzar su aparejo o
señuelo.
Como ya dijimos en la nota del
mes pasado, llamamos “lectura de aguas” a la interpretación de la morfología de un
río o lago y, en consecuencia,
a tratar de “adivinar” dónde
están ubicados los peces. Este
ejercicio de observación, análisis y diagnóstico de un cuerpo
de agua nos permite dirigir
nuestros lances a los lugares
indicados y lograr el objetivo
deseado, es decir, pescar.
Seguro que sus muchas horas
de pesca de taruchas, bogas,
mandubíes, etc., le han dado
la experiencia suficiente para
poder “leer el agua” en cada
salida de pesca y elegir el
mejor lugar donde realizar sus
lances. Esos conocimientos
le servirán muchísimo para
pescarlos con mosca. Aquí
solo nos referiremos a los dorados, pero debe quedar claro
que cada pez tiene hábitos y
conductas que definen una
“lectura de aguas” específica
para esa especie.
Decimos esto por varias
razones:
• primero, porque cada
especie tiene costumbres
que definen la preferencia
de lugares particulares, lo
que hace imposible que aquí
abarquemos a todos los peces
del litoral, que es una cuenca
de enorme biodiversidad
• segundo, para poner las
cosas en su debido lugar: los
libros y las revistas no contienen la suma del saber, sino
parte de él. Los que escribimos
solo somos personas afortunadas que podemos compartir
por estos medios nuestros
siempre limitados conocimientos y experiencias.
• y tercero, porque es necesario revalorizar los inestimables
conocimientos de todo pescador. Sí señor, usted también es
poseedor de conocimientos y
experiencias muy valiosas.
PARA RECORDAR: brevemente las formas básicas
de un río truchero (nota de la edición anterior)
RÁPIDOS: Los rápidos o también llamados “corderitos”
por lo blanco de la espuma, es lo que los americanos llaman
“riffles”. Son las zonas de aguas rápidas producto de una
pendiente pronunciada, lecho generalmente ancho, poco
profundo y con fondos de piedras.
CORREDERAS: Las correderas, también llamadas “runs”
por los americanos, es la parte donde el río se hace angosto
y un poco más profundo por la acción de socavado de la
corriente o por el angostamiento del lecho del río, por lo cual
el agua se acelera considerablemente. Para ser más sencillos: las correderas es más angosta y más profunda que los
rápidos.
POZONES: Los pozones o pools como lo llaman los afec-
tos al inglés, son zonas profundas de corriente muy lenta y
muy escaso declive. Los puede haber en curvas, encajonados
entre cerros, etc.
CHAMPAS: Las champas, chatas o “flats”, como lo llaman
los americanos, son partes del río con escasa pendiente, lecho ancho y mediana o escasa profundidad. Como es obvio,
es una zona donde el agua discurre muy lentamente.
Entremos en tema
Esta nota intenta ser sólo
una pequeña introducción
a la “lectura de aguas” en
los lugares más comunes de
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pesca del dorado por razones
de extensión y simplicidad.
Primeramente, la extensión y
tipo de la publicación nos obliga a limitarnos en el tamaño
del artículo. Por otro lado, la
naturaleza de los destinatarios
(gente que está aprendiendo)
exigen un contenido lo menos
denso posible.
Como ya hemos dicho en otras
ediciones, nuestra función
aquí es introducirlo en el
tema con la información y
habilidades básicas para que
comience a pescar con mosca.
Seguramente, con el tiempo,
usted logrará capitalizar una
gran experiencia en el tema y
logrará ubicar instintivamente
los lugares donde están los
mejores dorados.
Antes de ver los lugares más
comunes para la pesca del
dorado, recordemos una diferencia fundamental que tiene
nuestro “tigre” con la trucha: la
alimentación. El dorado es un
cazador que habita ambientes
de gran biodiversidad (gran
cantidad de especies) que le
permiten tener a mano un sinnúmero de presas, por lo que
no basa su dieta en insectos
como las truchas. Entonces,
contando con presas de buen
porte (bogas, mojarras, sábalos, bagres, etc.) que le aportan gran cantidad de calorías,
no es muy ahorrativo de energía a la hora de cazarlas. Por lo
tanto, en la generalidad de los
casos, preferirá lugares donde
abunden peces forrajeros a
aquellos otros que le brinden
protección de la correntada
(recomendamos releer el artículo del mes pasado).
Pequeños ríos
y arroyos
En líneas generales, en estos
cursos de agua encontraremos
las mismas formas que las
que podemos encontrar en un
río truchero, o muy similares a
ellas, es decir: pozones (pools),
champas (flats), correderas
(runs) y rápidos (riffles). En
este punto también recomendamos releer el artículo del
mes pasado.
En el litoral, podemos hacer
maravillosas pescas de pequeños o medianos dorados en los
arroyos y pequeños ríos que
tributan a los cursos de mayor
porte.
En estos angostos cursos
de llanura, generalmente de
fondo de tosca es común encontrar breves correderas (dependiendo de las pendientes
del suelo que generalmente
son leves) que guardan buenos
dorados, sobre todo si terminan en pozones. (DIBUJO 1)
Los rápidos (runs), aunque
los podemos encontrar, son
bastante escasos debido a la
suave pendiente de la llanura
pero dan buena pesca si la
profundidad es la suficiente
como para brindar comodidad
a los dorados y dependiendo
de la abundancia de peces
forrajeros.
Algo común en estos arroyos
y pequeños ríos, suelen ser
las canaletas que socava el
agua en la tosca y producen
situaciones parecidas a las
correderas y rápidos.
Generalmente los pozones y
champas (flats) no son buenos
lugares, ya que a los dorados
les gustan las correntadas que
aportan aguas bien oxigenadas, salvo cuando son precedidos por correderas.
La pesca en estos arroyos y
pequeños ríos están sujetos
al régimen de lluvias, ya que
cuando suben su nivel por
las precipitaciones arrastran
mucho barro de las costas
y/o limos de la erosión de la
agricultura, por lo que luego
de cada lluvia se debe esperar
algunos días a que aclare sus
aguas (esto es más agudo en
los cursos santafesinos y de
menor importancia en los entrerrianos por el tipo de suelos
–cuchillas-). En estos cursos
se puede maximizar la sensación de pesca con equipos
#5 usando líneas de flote o de
hundimiento moderado.
En los ríos serranos, con rocas
y de aguas claras como el Río
Dorado de Salta, por ejemplo,
es común pescarlo en las
correderas donde hay piedras
que les otorgan refugio y
escondite.
En esos ríos son comunes
los pozones y champas que
cuentan con una corredera
(DIBUJO 1) que le aportan agua
bien oxigenada y les permite
merodear esperando las bogas
y sábalos incautos que se
apartan del cardumen. Allí es
maravilloso pescar a “pez visto”, posibilidad que permiten
sus aguas claras.
PESCANDO EN LA
BOCA DE UNA LAGUNA
DEL ALTO DELTA
En estos sitios es muy divertida con equipos livianos (#6)
generalmente con líneas de
flote o wet tip que permitan el
hundimiento de la punta de la
línea.
Esteros
En los esteros (que no solo los
hay en Corrientes) o sistemas
intricados de lagunas, la
pesca se suele realizar en las
canaletas que se encuentran
entre los “embalsados” (como
se suele llamar a las platafor-
mas boyantes de camalotes,
verdaderas islas flotantes) por
donde el agua corre con cierta
fuerza en busca de la salida
hacia los ríos que escurren el
agua del sistema. Estos sistemas palustres suelen tener
aguas muy claras que hacen
mucho más fácil el accionar de
las moscas.
Los ríos de
mediano porte
Los de fondos de arena (el Dulce en Santiago del Estero, por
Rincón de los que recién empiezan en
la mosca
Wet tip: (punta húmeda en inglés) son líneas
que son de flote pero que tienen la parte de la
punta de hundimiento. Se las llama también
“sinking tip” (punta de hundimiento en inglés)
Moscas tubo: son moscas que no se atan
los materiales sobre el anzuelo sino sobre un
tubito por donde se pasa el nylon (en el caso
de la pesca de truchas) o el líder de acero (en el
caso del dorado). Tienen varias ventajas, dentro
de las cuales está poder colocar el anzuelo en
forma normal o invertida; además suelen tener
mayor vida útil porque se corre hacia adelante,
una vez que se produce el pique, evitando que el
dorado las destroce con sus fauces
Shooting Head (cabeza de lanzamiento en
inglés) o Shooting Taper (punta de lanzamiento): son líneas especiales que se complementan
con el running line (línea corredora). Estas cortas líneas permiten hacer largos lanzamientos
con pocos casts y manejar moscas grandes.
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ejemplo) discurren suavemente casi careciendo de correderas y rápidos, por lo que encontramos a los dorados detrás de
árboles sumergidos o troncos
y raigones arrastrados por las
crecidas.
En estos lugares, la corriente
cava el fondo de arena en
la base de esos troncos o
raigones (DIBUJO 2), creando
pequeños pozos que brindan
al dorado un lugar donde
guarecerse de la correntada
y acechar a los pequeños
peces que pasan sobre él o
descansan aprovechando los
remansos que crean las ramas
o troncos. Allí es muy rendidor
usar líneas de flote o wet tip
realizando los lanzamientos
entre los palos, lo que es
ocasión de muchas pérdidas
de moscas pero la pesca bien
lo justifica. Los sistemas antienganche (de monofilamento
o de alambres muy finos de
acero inoxidable) y las moscas
invertidas ayudan a reducir las
pérdidas. También las “moscas
tubo” porque permiten llevar el
anzuelo invertido para reducir
los enganches.
Estos ríos de fondos de arena y
suave pendiente, suelen tener
correderas de poco volumen
en la entrada y/o salida de las
curvas donde se forman pozones por la acción erosiva de la
corriente (DIBUJO 3). Y cuando
afloran fondos de tosca pueden formarse algunos pocos
rápidos. Estas dos situaciones
(suaves correderas y rápidos)
están sujetos a la pendiente
que tenga el terreno.
Pero independientemente de
la pendiente, si el río discurre
en meandros (muchas curvas)
suelen acelerarse sus aguas
en las vueltas provocando
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pozones en la cara externa de
la curva (DIBUJO 4) y suaves
correderas en su final, sitios
muy rendidores.
También hay ríos de mediano
caudal pero con fondos de
piedras y de costas de difícil
acceso por cerros o vegetación
selvática (como, por ejemplo,
el Juramento de Salta) que
obligan a pescarlos flotando
en balsas o catarrafs realizando lanzamientos hacia los
lugares donde se encuentran
los dorados: árboles costeros
volcados sobre el río y troncos
o raigones sumergidos en el
cauce. Aquí la pesca es muy
similar a lo tratado en el tópico
anterior.
En el comienzo de los pozones
que se forman en las curvas,
suelen formarse zonas profundas por la erosión que realiza
la corriente que se acelera al
tomar la curva. Estas zonas
suelen dar muy buenos dorados que están al acecho de
sus presas en esas zonas más
hondas.
Estos ríos suelen tener pequeñas ensenadas o entradas en
las paredes rocosas o bardas
de tierra, lo que algunos salteños llaman “quietor”. También
podemos encontrar socavones
que hace la corriente y guardan muy buenos dorados.
Los ríos medianos de llanura,
como el Carcarañá, tienen
fondos de tosca y su visibilidad
(tema importante para la pesca con mosca) está determinada por las precipitaciones
que arrastran sedimentos
oscureciéndolos. En estos cursos encontraremos correderas
y rápidos, dependiendo del
grado de declive del terreno,
que serán muy productivas
en la pesca del dorado. Las
champas darán muy pocas
capturas y los pozones serán
buenos solo si son precedidos
por correderas.
Ríos y riachos
de mayor porte
En la pesca del dorado en los
grandes ríos de llanura, dada
la magnitud y vastedad de
estos escenarios, implica la
búsqueda de aquellos lugares
donde se concentran los dorados para cazar sus presas,
lugares que nos brindarán
cierta posibilidad de capturas.
En este tipo de ríos, son muy
buenos sitios las costas con
piedras o grandes toscas que
afloran produciendo turbulencias y correderas que brindan
lugares de reparo para la caza
del dorado (DIBUJO 5); de igual
manera que las costas con
árboles y troncos sumergidos.
En estas situaciones de pesca
es muy productivo ir al garete
o con lentos motores eléctri-
PIEDRAS EN LA COSTA QUE
FORMAN CORREDERAS
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cos casteando para colocar
las moscas en los escondrijos
donde están cazando los
dorados.
En las épocas de bajante,
cuando el nivel de los ríos dificulta el acceso a los pesqueros ubicados en los intrincados humedales de sus islas,
suele ser muy bueno buscar
al tigre en las playadas de
arena donde se los suele ver
persiguiendo los cardúmenes
de mojarras y sabalitos. En
estos arenales, generalmente
de aguas bajas, se forman
canales donde se acelera el
agua creando largas correderas. Allí, se debe tener mucho
cuidado al caminar por el
agua porque son lugares muy
frecuentados por las rayas,
que pueden causarnos serias
heridas.
En el bajo y medio Paraná
abundan amplias zonas de
islas que se conocen como
delta y pre-delta, que son
amplísimos humedales con
laberínticos entramados de
riachos, ríos, arroyos, lagunas
y esteros con innumerables
lugares de pesca donde se
destacan las bocas y desembocaduras (DIBUJO 6). Estos
sitios son lugares donde los
diferentes cursos menores
vierten sus aguas en lagunas
o riachos mayores. Allí, la corriente se acelera e, incluso,
suelen tener profundos pozos
con muy buena cantidad de
dorados ya que son zonas
de circulación de especies
forrajeras (ideales lugares de
acecho para el dorado). En
estos lugares es muy bueno
amarrar la embarcación (ya
que generalmente es difícil
apearse en las costas) y realizar lanzamientos de manera
tal de barrer toda la boca con
nuestras moscas.
Cuando el nivel de los ríos y
riachos es alto, es decir en
épocas de inundaciones, se
pesca muy bien en lo que
llamamos “los desbordes”
(cuando el agua se sale de
cauce e ingresa con fuerza
sobre la tierra de las riberas bajas) creando muchas
correderas entre los árboles
costeros. En esta situación, se
pesca muy bien anclando la
embarcación o amarrándola a
los árboles para castear esos
lugares muy rendidores.
Si bien se los puede pescar
con todo tipo de líneas, en
lo personal me resultan muy
cómodos los shootings porque permiten realizar largos
lanzamientos con moscas
grandes.
Para terminar
Como dijimos, hemos sido
quizás demasiado sintéticos
y esquemáticos pero usted
tendrá, al menos, alguna idea
para encarar la pesca del
dorado con mosca.
Es muy probable que esté
pensando que muchos de
estos lugares y situaciones
descriptas de pesca, ya son
conocidas por usted tanto en
la práctica del spinning como
en pesca con carnada, y esto
es obvio porque básicamente
es lo mismo para la pesca con
mosca.
¿Ve usted que el fly fishing no
es tan difícil? Adelante, pues, a
pescar dorados con mosca
* Gabriel Luis Paccioretti
Instructor de pesca con mosca
Cursos individuales o grupales
en Rosario y zona de influencia. Cursos grupales en todo el
país. Tel: (0341) 155 420 586
Un agradecimiento muy especial a Antonela y Natalia, titulares del
estudio de diseño y comunicación “Equipo Amarillo” de la ciudad de
Rosario ([email protected]) que me asesoran y ayudan
con las ilustraciones de este curso a distancia.
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