Playing with Fire

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Gena Showalter
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Gena Showalter
Traductoras:
Chloe
Elizabeth Rose
Steffanie Mirella
Gry
::Nancy Dhampir::
n3Kane
“steny”
.::Samantha::.
Correctoras:
Cyely DiviNNa
Asgil
Dianita
FamosooOs
Diseño:
Luna Black
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Tierra, Viento y Fuego ya no son sólo una banda.... Mi mayor logro
solía ser mantener un trabajo por más de tres días. Ahora, de
repente puedo lanzar bolas de fuego, congelar tu bebida, o volar en
seco tu cabello en cincuenta pedazos en sólo un parpadeo!
Todo empezó cuando este científico loco dejó caer algo en mi Gran
Mocha Late. Por supuesto, me sentí endemoniadamente enferma. A
la mañana siguiente, me estoy levantando con este absolutamente
ardiente tipo recostado sobre mí. Él me dice:
1) Que su nombre es Romeo Masters.
2) Que es un agente del gobierno.
3) Que puedo controlar los cuatro elementos con mis pensamientos.
Él parece aún menos complacido por mi (aparentemente irreversible)
transformación que yo… porque ahora él tendrá que matarme.
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¿No es increíble cómo una decisión aparentemente inocente, puede
cambiar toda tu vida? Para mí, aquella decisión llegó en la forma de
un gran café moka.
Permítanme explicarles.
El día comenzó bastante normal. Traducción: rodé de la cama treinta
minutos tarde, me apresuré para ducharme y vestirme con los
pantalones negros y el botón blanco que cada empleado de Utopía
Café debería llevar. A diferencia de los otros empleados, yo le quité
los tres primeros botones a mi blusa, revelando el borde de mi
sujetador. No me juzgues, algunas personas tienen un busto
desafiante que necesita un pequeño empujón. Y de todos modos, si
yo muestro mi escote, mi jefe no tendrá problemas en que yo llegue
tarde. Otra vez. El todavía me podría agradecer por venir.
¿Estuvo mal confiar en las ―chicas‖ para sacarme del problema?
Probablemente. ¿Me importa? Claro que no. De hecho, las ajusté
avergonzadamente para una amplia demostración. Yo estoy soltera,
con 24 años y determinada a mantener este trabajo. A cualquier
persona que se opusiera la mandaría a volar. Me explico, mi padre
sufre graves problemas del corazón, y yo soy la "responsable" a
cargo de sus facturas, por no mencionar la finanza por su estancia en
Village on the Park, un centro de vida cercano que lo ayuda. A mí me
hubiese gustado que el viviera conmigo, (no es que haya bastante
espacio en mi apartamento), pero es lo mejor para él, que se quede
donde está. Ellos lo supervisan las veinticuatro horas y se aseguran
que él toma sus medicaciones, lo cual se le "olvida" hacer cuando lo
dejo a su propia suerte. Además, él me dice que nunca ha sido feliz.
Y afirma que las mujeres son "zorras" que necesitan de la atención
masculina. ¿Puedo mencionar que las zorras son mucho más costosas
que las putas, porque mi papa siempre aparecía con el Viagra que le
compraban sus amigos? Yo tengo que hacer algo para que mi papá
sea feliz, así como él de manera desinteresada se aseguró de mi
felicidad en toda mi niñez. Entonces tengo que mantener mi trabajo y
conseguir el otro para el que me estaré entrevistando después de mi
turno.
No puede ser tarde, no puede ser tarde, no puede ser tarde, cantaba
mentalmente mientras buscaba mis tenis manchados de capuchino.
He derramado más capuchino en ellos de lo que le he servido a la
clase alta. Y valga decir que, yo les he servido muchísimo café a
ellos. "Ajá, los encontré, pequeños y sucios bastardos" ¿Cuándo los
había puesto en el refrigerador? Me los puse, y el escalofrío creció al
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igual que los dedos entumecidos por el frío. Mientras tanto, el reloj
marcó que ya se había ido un precioso minuto.
Apresuradamente me apliqué el rubor, el rimel y el labial. Seguro
pensarías que la necesidad de conseguir dinero me motiva a pararme
muy temprano en la mañana, pero te equivocas. Anoche estaba
bebiendo con unos amigos en una fiesta de solteros. 3:00 am. Yo,
una chica que no sabe nada de alcohol. Sexo en la playa con el
hombre adecuado. ¿Ombligo... uh borroso, ducha, alguien? ¿Tom
Collins-quién el infierno? Mis bebidas no habían sido las más
sabrosas, pero seguramente habían creado los resultados deseados.
Al final de la tarde, todas las mujeres embriagadas juraron que ellas
me amaban.
El reloj marcó la hora: 6:00am
"Maldita sea" Rocé mis quemados y cansados ojos, cuando comprendí
que el rimel aun no se había secado. Maldición. Probablemente
parecía un boxeador que había perdido el gran partido. Como he
lavado mi cara con un paño húmedo y bebí mis plantas secas. ¿Que
podría tomar para que los mounstros verdes prosperen? Finalmente,
lista para salir, tuve sumergir mi mano dentro de la pecera para
extraer las llaves. ¿Cuántas bebidas había tomado la última noche?
Yo no recuerdo a mis llaves cayendo en el agua. Al menos, la pecera
actualmente se encuentra sin un pez. Martín, mi betta, había muerto
hace un par de días. Causas naturales, se los aseguro.
"Espero que estés pudriéndote en las alcantarillas", le dije, mirando
hacia abajo. De ninguna manera había ido al cielo. El pequeño
mocoso me odiaba. Siempre abriendo sus branquias y golpeándose
contra el vidrio cuando yo camina en la habitación. Él había sido un
regalo de mi último novio, cuyo alias era El Príncipe De La Oscuridad.
¿Fue un error desear que mi ex muriera junto a su pez? No hay
tiempo para considerar la ética de aquel sueño ahora. Tenía que
irme. ¿Vestido? Listo. ¿Zapatos? Listos. ¿Llaves? Listas. ¿Currículo?
Listo. Yo había rellenado mis pantalones anoche para prepararme
para la entrevista de hoy. Ugh. Sin embargo, otro trabajo de baja
categoría. Si sólo yo pudiera irme lentamente de nuevo a la cama,
acurrucarme bajo las sabanas y seguir mi sueño No apto para
menores de 18 años sobre Vin Diesel y un tubo de apretón fácil de
jarabe de chocolate. Doble yum! Algo sobre aquella cabeza calva me
puso salvaje.
Deja de soñar despierta, mujer. Caminé trabajosamente hacia la
puerta que dirige a la calle y el teléfono sonó. Suspire, y corrí directo
a mi dormitorio. Probablemente era mi jefe, Ron, pero quise verificar
dos veces por si acaso. Una ojeada rápida en la identificación de la
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llamada reveló que era mi papá. Agarré al receptor y lo sostuve a mi
oído.
"¡Eh!, Papá. "
―¡Eh!, muñeca. ¿Qué estás haciendo? ―
―Voy a irme a trabajar. ¿Todo bien? "
"Bien, muy bien" su voz nunca deja de consolarme. "Tú trabajas
demasiado".
"Si, pero tú sabes que para eso vivo" Y mis voz revelo la verdad. Yo
nunca le haría saber que no me gusta mi trabajo, porque de lo
contrario el habría venido. No es de extrañar que yo la amara
muchísimo. "Yo no soy feliz si no estoy trabajando".
"Al igual que tu madre, en paz descanse su alma. Nunca
comprenderé eso". Lo imaginé sacudiendo su cabeza con admiración.
"No voy a quitarte tiempo. Acabo de mirar a los viejos álbumes de
fotos tuyas cuando eras una bebe. Sé que me visitaste el otro día,
pero quería escuchar tu voz".
Ves, el es dulce. "Ahora estas tratando de hacerme llorar. Pero me
alegro que hayas llamado. Y yo también te he extrañado".
El rió en silencio "Nosotros solo somos un par de pastosos...‖ "¡Oh,
diablos", dijo para la mujer, que murmuraba: "Ahora no, María. Estoy
en el teléfono con mi mejor chica".
"¿Te has besado o no con Janet en los jardines de anoche?" María le
exige en el fondo.
"Maldición", susurró mi padre. Luego, "¡Oh, mierda! Creo que su silla
de ruedas está en mi habitación‖. Él hizo una pausa. "Creo que
debería haber resistido la invitación de Janet para un paseo".
"Creo que lo deberán tener" le dije con una risa.
"Tengo que irme ahora. Te quiero, muñeca ", dijo.
"¡David!" Lo llamaba María, ahora más cerca.
"Te quiero también, papá."
Ya había finalizado la llamada, asome una sonrisa en los labios.
Sacudí mi cabeza, saliendo apresuradamente de mi diminuto
apartamento con una mirada nostálgica hacia atrás.
"Vamos con otro día" murmure. Fuera, la mañana débil de primavera
demostraba maravillosamente la fragancia de las magnolias, pero
opresivamente caliente, el aire pegajoso con humedad. Ah, mierda.
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Había olvidado de traer una pequeña toalla para quitarme el sudor.
En unos minutos, mi ropa iba a estar pegada a mi cuerpo. Ah, bien.
Ya no podía hacer nada ahora.
No quería llegar con hambre en al trabajo (hambre=perra y
perra=despedida), me detuve por un caramelo "dona de cristal" en
mi camino a la estación de autobuses y pedí mi autobús. Marta, es un
sistema de transporte, y por lo que acaba de ocurrir, tendré que
esperar otros 20 minutos para que llegue el próximo autobús. Por el
tiempo que corrí en la utopía, las líneas fueron largas y sinuosas.
Clientes en la entrada, molestos por esperar. Bostece. Quiero decir,
por favor. Jesús. Cualquier persona podría permitirse una taza diaria
de seis dólares de Joe sin tener que dejar algo. Ron, mi jefe, me
descubrió y me dio un ceño de estas-muerta.
Cuadré mis hombros, así apretando el material de mi blusa, y le
ofrecí una risa de helado de chocolate, sofocada en la nata montada y
cerezas. ¡Um!, nata montada. Esto cabría amablemente en mi
fantasía de Vin Diesel. La mirada fija de Ron concentrada en ―las
muchachas‖. Él palideció, mirado lejos y torciendo su dedo en mi
dirección. Sin echar un vistazo para ver si notara, él giró sobre su
talón, me ordeno silenciosamente que lo siguiera. Perfecto. Esto no
es nada bueno.
Respirando profundamente el aire con aroma a canela y vainilla, pasé
a varios hombres y mujeres que usaban las mesas como miniespacios de trabajo, sus computadoras, faxes y trituradoras de papel
en torno a ellos. Di un paso en la oficina pequeña y apretada de Ron.
"¿Me quería ver, Sr. Pretty?"
"Es Peaty, y cierra la puerta", me dijo. Su voz carecía de emoción
alguna. El se dejo caer en la silla. Su desordenado escritorio ocultaba
su barriga. Su negra mirada permaneció dirigiéndose hacia abajo, no
hacia mí.
Mierda. Mis manos ahora sudaban. Lo había hecho como ordeno. Sin
esperar a que me lo dijera, me senté en la otra silla que se
encontraba en la oficina. Un taburete tieso e incómodo que me
gustaba llamar la Silla Traviesa. Los archiveros que se encontraban a
mis lados se encontraban cerrados. Estudie a Ron. Él tenía labios
delgados, y ahora mismo aquellos labios fueron presionados
fuertemente juntos, apenas eran visibles las barras de color rosa en
los contornos de su cara rotunda. Su pelo era de un color arena
extremo, como si lo hubiera arado con sus dedos demasiadas veces.
Sus arrugas de los ojos y la frente se habían plegado.
Ron se había enojado conmigo mucho estas últimas semanas, pero él
nunca había demostrado tal nivel de descontento. Tal determinación
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sombría. Reconocí la mirada, sin embargo. Yo la había obtenido de
mis otros jefes el último año, justo antes de que me despidieran. Yo
di un suspiro ahogado. No había sido siempre una mala empleada.
Durante casi cinco años, que había trabajado como camarera durante
el día y también como encargada de limpieza durante la noche. Yo
había hecho lo suficiente para pagar mis gastos y los de de mi papá,
así como construir una buena cuenta de ahorros, una cuenta de
ahorros que había utilizado mi hiato, los dos meses que había estado
trabajando en este café.
¿Por qué no tengo ya mis inquietudes? ¿Por qué yo no podía anular
mi descontento, ya que tuve para tantos años, y dejar de sabotear mi
única fuente de ingresos?
Aunque no quería admitirlo, sabía la respuesta. Me desperté una
mañana y me percata que la vida que pasa por mí, se desplazan a
gran velocidad mientras
yo me revolqué detrás. La insatisfacción me había llenado y sólo
crecido desde entonces.
"Lo siento por todas y cada una de las cosas que no había hecho", le
dije, cuando Ron abrió su boca para hablar.
"Llegaste tarde", él gruño. "De nuevo".
El hecho que yo no haya dicho, "Gracias por declarar el obvio,"
debería haberme ganado puntos. "Si, lo sé, y realmente siento."
Cuando su expresión no se ablandó, cuando él todavía no echaba un
vistazo en mi dirección, mi corazón se cerro de golpe contra mis
costillas. "He trabajado en otro sitio hasta altas horas de la mañana y
tenía problemas para despertarme". Él miraba el reloj de pared justo
detrás de mi cabeza y se ajustaba su corbata manchada de chocolate.
"Si bien, me gusta la imagen de ti permaneciendo en la cama".
Bastardo enfermo. Yo podría haber vomitado en mi boca. De repente,
con la esperanza de ocultarlo, encorve mis hombros. Espere, Ron se
estaba moviendo la boca. No había dejado de hablar.
"Eso es solo una buena excusa. Quiero decir, yo puedo hacer una
excepción para una vez o dos veces, pero hemos tenido esta misma
conversación siete veces. Y tú has trabajado aquí sólo un par de
semanas."
"Voy a estar a la hora mañana, tiene mi palabra. Voy a venir sin
dormir si es necesario." ¿He sonado como una desesperada?
Probablemente. Maldita sea. Odiaba dejarle ver mi desesperación. Lo
odiaba, lo odiaba, lo odiaba. El sabía lo desesperada que yo estaba.
Más él podría tirar mis cuerdas y hacerme bailar como un mono
artístico.
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El le dio un toque a su bolígrafo contra su escritorio. "Eso es lo que
usted dijo la última vez. Esto es una operación pequeña,
independiente, Belle, y confiamos en nuestros empleados para
proporcionar un buen servicio para mantenernos en el negocio."
"Realmente proporciono un buen servicio," tragué aire, añadiendo,
"cuando estoy aquí." Fruncí el ceño. El dejó caer la pluma y empujó
una mano por su pelo. "¿Crees que eres buena con los clientes? ¿De
verdad?
―Sí, realmente". Yo sabía que pasaba aquí. Él vaciló sobre el borde de
mi despedida y simplemente trataba de pronunciar las palabras. Y,
comprendí con el miedo de la despedida, yo no podría hablar de esto
con el de nuevo. Por este punto en nuestras conversaciones
anteriores, él por lo general me enviaba sobre mi camino con una
severa advertencia.
¿Tenía su irritación una determinación que no podía persuadir
hablando dulcemente?
Mis ojos se redujeron; con mis manos apretadas en puños. Yo no le
permitiré deshacerse de mí fácilmente. De alguna manera, y de
alguna forma, iba a penetrar en esa pared infame de determinación.
No podía perder este trabajo. Últimamente muy pocas empresas
estaban dispuestas a tener una oportunidad para mí, así que sólo
podía imaginar como tendría que ir de un trabajo en otro.
"Estúpidos puestos de trabajo," murmure.
"¿Qué fue eso?" Preguntó Ron, con una nítida mirada
¿He dicho eso en voz alta? "Oh, eh, nada." Me enderece en la silla.
"¿Decías?" Él soltó a un suspiro. "Tú no tienes habilidades con las
personas, Belle. En lugar de suavizar las agitadas plumas, tú haces
fuego con ellas".
"Le digo, yo soy una buena empleada," dije con dientes apretados. Y
no era una mentira. Claro que generalmente llego tarde, siempre digo
palabrotas, a veces puteo. Pero he trabajado los fines de semana,
vacaciones y horas extras, siempre que es posible. Esto cuenta para
algo, ¿verdad?
"No puedo creer que me estás haciendo esto." Ron volteo a abrir un
archivo buscando algo con la punta de los dedos hacia abajo en la
primera página. "El servidor es grosero e insistente. El servidor hizo
el té en vez del café. El servidor es grosero. El servidor es grosero. El
servidor es grosero. ¿Continuo?" "No dejare que los clientes me
griten". La indignación me dio el sentido del valor, e incluso me senté
recta, con hombros cuadrados. ¿La gente no tiene nada mejor que
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hacer que quejarse de una humilde servidora? ―Esto no me hace
grosera, esto me hace humana".
"Jenny no le grita a sus clientes incluso cuando ellos gritan a ella."
"Jenny es una idiota"
Otro suspiro. "Belle..." Finalmente, puso su fija mirada en mí y así
como él mira a las otras muchachas. Trago, su manzana de Adán se
bamboleo como un bote en una ola gigante. "Uh, ¿qué iba a decir
yo?‖ Casi sonreí abiertamente, cada músculo de mi cuerpo relajado.
Lo persuadí completamente. Y mucho más fácil de lo previsto. Siendo
estudiada fue muy diferente de escuchar sus comentarios de
delincuente sexual acerca de mí en la cama. Esto lo podría manejar.
"Creo que estuvo a punto de decirme que me fuera a trabajar y
nunca llegue tarde otra vez. A lo que le responderé, que usted es el
mejor jefe en el mundo y le haré sentir orgulloso."
"Si, quise decirle que la iba a..." Amplio sus ojos y sacudió su cabeza
"no, eso no es lo que quería decir" dijo él. Su voz sonaba severa.
Cerro sus ojos y pellizco el puente de su nariz. Él murmuró algo bajo
su aliento que sonó desconfiado como ser derribado por un par de
bonitos golpeadores. "Yo debería despedirte, tú lo sabes. Maldición,
es por eso que te traje aquí"
"Lo sé", admití suavemente. No significa ser una decepción para él.
Honestamente. Yo sólo, bueno, yo siempre había soñado a comenzar
a esperar. Mis cejas se unieron. Incluso como una niña, yo no había
sido capaz de decidir lo que quería ser cuando creciera. Yo todavía no
lo sabía. Pero comenzar a ser un peón, atrapada en un ciclo de
deudas y un sin fin de servidumbres no ha sido, y no era la ambición
de mi vida. No me malinterpreten. Para mi padre, yo había firmado
mi alma al diablo. Con tinta permanente. Sin cláusula.
Papá había estado esclavizado, trabajando durante años en la
construcción, aun cuando su débil corazón le causó el dolor, que
ninguna persona debería tener que soportar. Había trabajado tan
duro porque él me ama, porque él me quería con lindas ropa y viajes
de diversión con mis amigos. Pero sobre todo porque él había querido
compensar el accidente de coche que había matado a mi mamá
cuando yo era solo una niña.
Después de que me gradué del instituto, yo lo había convencido de
marcharse, y yo felizmente había estado cuidando de él desde
entonces. No lo lamenté; realmente no lo hice, pero mi vida había
caído en la monotonía y a veces realmente deseé que algo
extraordinario me pasara. Algo asombroso, quizás un poco salvaje.
Algo que yo no conocía.
Yo fruncí el ceño. No iba a seguir deseando las cosas que yo no
podría tener. A partir de este punto, yo sería una mejor empleada.
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Me pondría a trabajar más, sería menos conflictiva. Ron me estaba
dando otra oportunidad, y no lo olvidaría. "Juro, Belle, que
mantendrás mi ulcera en forma bélica". Dijo él misteriosamente. Él
metió la mano en un cajón de su escritorio, saco un paquete de Tums
y se metió varios a la boca. "Porque yo no voy a dejártelo pasar una
vez más ¿lo entendiste? y si se repite, estas despedida". Suspiro una
vez más, lo que hizo que sus hombros se hundieran. "Es tu última
oportunidad"
"No lo volveré a hacer. Juro por Dios." Yo no mencione que hoy
tendría que irme un poco temprano si me esperaban para hacer la
entrevista con Embajador Suites, un hotel cercano. Yo duplicaría la
fabricación de café o algo para ganar la primera partida. "Voy a ser
tan buena que me nombrara Empleado de la semana. Quizás
Empleado del Mes‖.
"Si. Claro. "Él fijo sus ojos a las niñas de nuevo. "No puedo creer que
esté haciendo esto. Ve. Abre un registro antes de que yo cambie de
idea."
La sonreír abiertamente, lo hice volar con un beso, y saltado de mi
silla corrí a la puerta. Gracias Dios por los pervertidos.
Pase las siguientes horas como una pequeña y buena robot,
sonriendo con una risa de luz del sol y rosas y agitando a clientes a
mi registro como una señorita el concursante de América. Todo bajo
la mirada de Ron parecida a la de un halcón.
Una vez, llegué cerca a vociferar a una mujer que tuvo el descaro de
preguntarme si me muevo lento con todos los clientes, o ella solo era
especial.
Tú eres como un dolor en mi trasero yo se lo quería decir, pero no lo
hice. Frene mi violencia, consolada por el pensamiento que una bruja
tan mala, seguramente adquiriría unas profundas arrugas y perdería
todos sus dientes y pelo antes de que ella diera patadas.
Mi amiga Sherridan, la única amiga que tenía, realmente, ya que
tomando en cuenta el hecho de que no tenía tiempo libre, hubiera
estado orgullosa de mí por permanecer callada, pero eso no me
expide lanzar una catapulta de venganza. Cuando nosotras
estábamos en la escuela primaria, ella me había dicho que el diablo
sobre mi hombro derecho brutalmente debe haber estrangulado al
ángel a mi izquierda que destruye cualquier indirecta de influencia
moral.
Hablando de Sherridan, ella dio un paseo en el café unos minutos
más tarde, me vio y agito su mano para saludarme. Ella hablaba por
su celular. Ella era alta y magnífica con rizos rubios y curveados que
continuaron por siempre, las curvas que ahora fueron encajonadas en
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un traje pantalón de esmeralda. Ella me vio, evitando la línea para
estar de pie al lado de mi registro, y enganchó su celular a su cintura.
―¡Eh!, tu," dijo ella con una cálida sonrisa
"Hey, voltea" dije yo, manteniendo la mirada en el cliente,
pretendiendo escuchar su orden. Me encantó cuando me visitó
Sherridan aquí. Técnicamente, los empleados fueron desalentados
con el hecho de tener invitados, pero últimamente era el único
tiempo que pasamos juntas. "Te ves bien".
"Gracias." Ella hablaba sobre el fruncir el ceño al cliente. "Hoy en la
tarde estaré mostrando una casa y deseo impresionar al comprador
que es la mitad de la razón por la que estoy aquí. "Ella aplaudía sus
manos en el entusiasmo. "Tengo nuestras citas".
"¿Citas?" Varios meses habían transcurrido desde que había pensado
siquiera en la palabra, por lo que fue como una lengua extranjera.
"¿Desea espolvoreado de canela en su café?" Le pregunte a mi
cliente.
"Con los gemelos", dijo con orgullo Sherridan. "Ricos gemelos".
"Sí", dice el cliente con los labios apretados.
Sherridan no hizo la pausa. ―Pienso que le gustare al mayor" Había
un remordimiento de incertidumbre de su voz.
"Estoy segura que le gustaras," dije. "Eres hermosa y simpática." A
Sherridan le gustó fingir que ella era confidente, pero en el fondo ella
lo reaseguro cuando volvíamos a los hombres. Ella tiende a
enamorarse de ellos rápidamente, hacerse horriblemente necesitada
e insegura, y los ahuyenta. "Aunque, estoy trabajando esa noche." La
sonrisa de Sherridan se deslizó un poco, y redujo sus ojos color plata
con recelo. "Yo no te he dicho cuando‖. Su teléfono sonó.
"¿En algún momento del día de hoy se podrá ocupar de la bebida?",
dijo mi cliente, dando golpecitos con las uñas en el mostrador.
―No importa el día.‖ voltee, tomando un cartón de leche y
depositando una medida en el contenedor apropiado. ―siempre estoy
trabajando.‖
―Leslie,‖ Sherridan le dijo a su asistente, ―Este no es un buen
momento. Estoy en una reunión.‖ colgó.
―Belle, ¿no te puedes tomar un día de permiso? ¿Solo uno? ¡Por
favor!‖
Una ola de añoranza me golpeo, pero no hable por varios segundos
mientras la leche hervía, zumbando fuertemente
Cuando el sonido callo, dije, ―desearía poder, Sher, pero más tarde
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tengo una entrevista para un segundo empleo y estaré trabajando
durante las noches si me lo dan.‖
―No otro,‖ dijo ella con un gruñido.
―Hey, chica de servicio. ¿Puedes darme un ETA en mi bebida? Estoy
apurada, y te estás tardando una eternidad.‖
Mi mirada la busco y se encontró con la opuesta, mis ojos color
avellana contra los cafés de ella. Mi impaciencia contra su molestia.
Ella era alta, bronceada y maciza, casi muscular, con piel de cuero y
cabello café obscuro como el mío. Pero donde mi cabello era largo y
liso (y yo creo, sedoso) el de ella era corto y frisado, como si ella
hubiera dejado los rodos del permanente puestos como por un millón
de años.
―Mi nombre no es servicio o chica,‖ murmure. A ella, le dije en alto,
―estará en un segundo señor, Ups, lo siento, señora.‖
Ella frunció el ceño.
―Belle,‖ advirtió Ron.
Crují mis dientes, casi volviéndolos polvo, y prepare el estúpido
medio-café. Todo el tiempo cantando en mi cabeza, me comportare,
me comportare, me… demonios… comportare. Viéndole el lado bueno,
al menos Ron estaba dejando pasar la visita de Sherridan.
―Bueno, debo irme antes que a súper colochos le dé un ataque,‖
Sherridan dijo, ignorando el ceño de mi cliente. Ella se me acerco y
me dio un beso en la mejilla. ―Llámame si cambias de opinión acerca
de los gemelos. Ellos tienen el más lindo y apretado trasero que
jamás hayas visto y si te casas con alguno, de los gemelos, no con
sus traseros, todos tus problemas de dinero se acabaran.‖ Con eso,
ella se fue.
Yo le di a súper colochos el café, pero no obtuve un gracias.
―Quiero una delgada venti vainilla, por favor,‖ dijo mi siguiente
cliente.
―¿Sin azúcar?‖
Su rostro mostró disgusto. ―dije delgada, no sin sabor.‖
Y así pasó otra hora sin piedad. Debí haber aventado mi delantal e
irme con Sherridan.
―Esto no es lo que pedí,‖ escuche. ―tus dedos tocaron el borde, así
que quiero que comiences de nuevo y me hagas otro, una bebida que
no esté contaminada,‖ oí. ―¿A esto le llamas un expreso? He bebido
agua más fuerte,‖ escuche.
¿Me queje? Le mezcle a alguien un swirlie (es decir, saliva en la
bebida) ¡No y no! Aunque la continua restricción me costo. Mi
estomago era un nudo apretado de dolor. Mi piel se sentía demasiado
apretada contra mis huesos. Un tic se había creado bajo mi ojo
izquierdo. Mi espalda pulsaba, y mis pies dolían, y no por estar
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parada mucho tiempo. Estaba acostumbrada a eso. Mi dolor era
porque no me había permitido repartir unas cuantas palizas a
traseros muy necesitados.
Si no conseguía ser la empleada de la semana después de
esto…esperen. Decidí que necesitaba un descanso.
Cuando mande a mi último cliente a su camino, mire a Ron, quien
había dejado de vigilarme lo suficiente como para voltear su atención
a una mujer que lucía como si acababa de salir de una foto porno.
Ella camino lentamente frente a él, su top colgante rojo de spandex y
shorts revelando mas T y A que la pagina media de la Revista porno
Pent-house, no que yo haya echado un vistazo en esas revistas (ugh,
ugh). Ron se ajusto su cinturón. Chasquee mis dedos para atraer su
atención, pero el trasero con tanga ajustada lo mantuvo cautivado.
La campana sobre la puerta sonó, anunciando el arribo de otro grupo
de clientes. Sus ojos eran feroces, y pude darme cuenta que estaban
desesperados por su dosis mañanera. Si no actuaba rápido me iba a
quedar atorada aquí por lo menos veinte minutos más, y yo ya no
tenía otro segundo de dulzura en mi.
Con una velocidad que Superman hubiese envidiado, comencé a
cerrar mi registradora.
―¿Qué estás haciendo?‖ Jenny, la empleada del año, o como me
gustaba llamarla, la perra del milenio, demando saber. Ella se
encontraba en la única otra registradora abierta, una pequeña,
redondeada en todos los lugares correctos rubia, que atraía la
atención de los hombres solo con respirar. Ella había mostrado su
odio hacia mí el primer día que comencé a trabajar, tropezándome
cada vez que camine cerca de ella, dándome café normal cuando pedí
descafeinado.
Porque me odiaba, no lo sabía. No me importaba, en serio.
―Eres lista.‖ Me rasque la frente con el dedo medio, encubiertamente
mandándola al diablo. ―Averígualo.‖ Con su furioso jadeo sonando en
mis oídos, camine hacia Ron y lo toque el hombro.
El salto y se agarro el corazón con la mano en el pecho al voltear
rápidamente hacia mí. ―¡Jesucristo!‖
―No, soy Belle,‖ dije secamente.
―¿Qué quieres?‖ gruño.
―Realmente me gustaría tomar mi primer descanso de quince
minutos. Si está bien contigo, Sr. Pretty,‖ añadí dulcemente.
―Es Peaty.‖ Volteo a su reloj. ―De acuerdo. Lo que sea.‖ Su mirada
deslizándose nuevamente a la foto caminante, ahora agachándose
para recoger la servilleta que ―accidentalmente‖ había botado, y sus
shorts subiéndose arriba de su trasero.
Sacudiendo mi cabeza, tome las cosas necesarias para… hmm. ¿Qué
quería? un mocha latte, Me decidí por el Próximo flash. Si. Eso
sonaba bien. Eso era lo que tendría. Si alguien merecía Chocolate esa
era yo.
―Eres una perra,‖ Jenny murmuro, apareció repentinamente a mi lado
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mezclando un té Chai.
―Tus celos se están mostrando,‖ dije en una voz cantadita. Deposite
dos chorros de expreso en mi taza,
Luego leche entera. No me gustaba la descremada. ―si hubieras
dejado de estar escondiéndote para mordisquear muffins, éclairs y
trozos de pastel te podrías haber dado cuenta que era hora de que
alguien tomara un descanso.‖
Jenny jadeo. ―te diré que tengo la azúcar baja en la sangre. Yo tengo
que comer.‖
―Si Claro. Te creo completamente y no creo para nada que estés
delirando en absoluto.‖
―Tú simplemente estas rogando por un pedazo de mi, ¿sabes?‖ ella
gruño.
―No sé qué te dio la idea que he bajado mis estándares, pero déjame
asegurarte, no lo he hecho. No quiero ninguna parte tuya. Por cierto
tienes un pedazo de masa pegada en los dientes‖. Latte completo,
me fui a una mesa vacía. Mientras sorbía el dulce liquido
(perfectamente preparado, gracias) fije mi mirada en la larga ventana
del frente de la tienda y reí. Ah, mi pequeño interludio con Jenny
había revivido mi espíritu,
Alejando la tensión acarreada por el encanto forzado.
A través del camino había un bonito brownstone de color pardo que
tenía sus ventanas hechas en acero. Los arbustos que lo rodean
fueron expertamente recortados, ajustados y cercados con un seto.
Las flores florecieron con gracia en el sol de primavera, haciendo un
arco iris rosado, rojo y de oro con sus pétalos. Pero no había señales,
ni ningún tipo de publicidad. De vez en cuando, veía a personas
estacionar sus carros en el estacionamiento, y por lo que sabía, había
personas que trabajaban allí. Pero nunca he logrado saber que
negocio es, además, nunca he visto entrada y salida de empleados.
Ese lugar me intriga. Siempre lo ha hecho. Yo había pensando en
escabullirme muy tarde por la noche y echar una ojeada por ahí
dentro, pero por lo general me dormía antes de tener las fuerzas
suficientes como para salir del apartamento.
Tal vez se trata de un.... Parpadeé ¿Qué demonios? Un hombre alto
con una bata de laboratorio de repente salió del brownstone a su
máxima velocidad, con sus ojos anchos y salvajes y su peluquín
deslizándose con el viento. En un minuto ya no estaba allí y en el
próximo si estaba. Con mi espalda recta, y revolviendo el borde de la
taza de café. Yo parpadeé de nuevo, como si pudiera sacar la
información de mi cerebro sobre porque corría ese tipo. El hombre se
dirigió al otro lado de la calle, un hombre le toco corneta y éste se
regreso a golpearlo.
Dos carros chocaron. Incluso desde donde yo estaba sentada,
escuche el chillido de los neumáticos y como violentamente se
aplastaron.
Mis ojos abiertos mientras les fruncía el ceño a los hombres que
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corrían a gran velocidad. Aparentemente estaban cazándole, a quien
ahora corría dentro de la Utopía como si su vida dependiera de ello.
La campana sonó y me empuje sobre mis pies, mientras mi café se
me derramaba. Puse la taza sobre la mesa y mire fijamente al
hombre. La piel pálida, rasgos tensos, una respiración desigual, él
exploró el local rápidamente.
Fijo su mirada en mi, entonces rápidamente se recuperó. A través de
la distancia, nuestros ojos se bloquearon.
"¿Está bien?" lo llamé con una proyección de mi voz.
"Por favor, ayúdeme" dijo él con un nudo en la garganta. Él estaba
empujando la gente lejos del lugar y el balbuceo, "Ellos no lo saben.
Ellos no me perseguían". Unos gruñeron "Mírenlo." Cuando el hombre
me alcanzó, me agarró por mi antebrazo. El sudor goteaba de su
frente; el miedo llenó sus ojos dilatados. "Tienes que ayudarme," dijo
él. ―Ellos van a matarme. "
¿Matarlo? Mi boca se seco, mi sangre se estaba congelando, espinas
aun calientes se deslizaban por mi columna vertebral. "Quédate aquí"
le dije. "No, mejor ocúltate. O no, quédate cerca. Oh, diablos. Haz lo
que sea mientras llamo al 911." Su agarre me estaba apretando, pero
tire de él y grité a la gente alrededor de mí, "¿tiene alguien un
celular?" esa mínima extravagancia ya yo no podía permitírmela.
¿Alguien?" Salté alrededor de las mesas, pero cada uno me miraba
con una mirada fija. "No consumiré sus minutos, lo juro. Esto es una
emergencia." ―Exijo hablar con el gerente," dijo alguien, estoy
segura, para quejarse sobre lo que acababa de pasar y demandar el
servicio gratuito.
Entré rápidamente a la oficina de Ron y agarre el teléfono. El
operador me contesto a penas el teléfono repico por segunda vez y le
expliqué lo que había sucedido. "Un hombre fue perseguido en este
Café," dije rápidamente. ―Él dice que alguien quiere matarlo." Cuando
hablé una mujer grito en el fondo y un hombre gimió. "La ayuda está
en camino" me prometió el operador.
El martilleo de mi corazón, y el hecho de ignorar las suplicas de
aquella mujer, lograron evitar que yo perdiera el control. Estaban
golpeando el área principal. Me había ido sólo un momento, pero el
Café parecía como si un desastre natural hubiera pasado por allí.
Mesas volteadas. Sillas regadas en todos lados. Café derramado en el
piso como un río negro con vasos de papel y servilletas flotando en él
como cadáveres.
Agitación y miedo. Los clientes del café junto con sus empleados se
encontraban amontonados en una sola esquina. Sólo Ron parecía no
tener miedo. Estaba abrazando a Jenny, mientras el sentía algo.
¿Estará él escondiéndose? El hombre de la bata de laboratorio había
huido. Los chicos que habían observado el proceso de persecución ya
se estaban calmando. Un tercer hombre, a quien no había visto salir
del Brownstone, se encontraba en la puerta, impidiendo la entrada o
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salida de cualquier persona. Era joven, probablemente como de
treinta años, alto y musculoso, con pelo rubio y una cara que
cualquiera modelo masculino habría envidiado. El observaba todo,
como si estuviera catalogando cada detalle.
"Cada uno tome un asiento" dijo él finalmente con una voz muy
sensata. "Pónganse cómodos que vamos a estar aquí un largo rato".
"¿Qué ocurre?" exigí saber, ya que más nadie había hablado en voz
alta después de su orden. "¿Quién es usted?" tal vez no tuve que
haber llamado la atención, no hay camino, en el infierno,
simplemente, yo obedecería.
"CIA" dijo él frunciendo el ceño y dando algún tipo de credencial.
"Ahora siéntate".
¿CIA? Mi mandíbula estaba realizando una danza de caída y cierre, y
la caída estaba muy cerca. Había visto en la televisión a los agentes,
por supuesto, pero nunca en la vida real. Sin embargo, algo dentro
de mí me grito no confiar en él. Quiero decir, aun tenia la voz del
hombre con bata de laboratorio en mi cabeza. Van a matarme. ¡Van a
matarme! Pero... ¿y si el hombre con la bata era una persona mala
que necesitaban matar? ¿O quizás el chico lindo estaba mintiendo y el
bueno era el hombre de la bata de laboratorio? Lo que me confunde
es tener una aneurisma por tantas preguntas que me estoy
formulando
Piensa, Jamison, piensa. Siéntate. No, corras. Siéntate. Sí, eso es lo
que me gustaría hacer. No, no. Debo correr. Como he cambiado tanto
de idea he estado dando pasos hacia adelante y hacia atrás con el pie
derecho mientras que el pie izquierdo se quedaba estático. Paso,
retroceder. ¡Maldición! ¿Y si escojo la decisión incorrecta? habría una
posibilidad muy buena de estar en los titulares de mañana como:
Idiota Local Es Encontrada Muerta. ―Los lamentos de los amigos de la
víctima, 'Si Belle hubiera tomado un día libre como yo, se
preguntaran, ella todavía estaría viva' ".
Mis ojos se abrieron. "¿Qué pasó con ese tipo? El de la bata de
laboratorio"
El Chico Lindo cruzó sus brazos sobre su pecho y me inmovilizó con
una oscura y casi hipnótica mirada. "Eso no es ninguna preocupación,
por ahora", dijo, hablando a toda la sala, "tengo algunas preguntas, y
me tendrán que responder".
Esos ojos... eran intensos, transmitían órdenes, pero a la vez, daban
un poco de miedo. "solamente llame a un policía" exhale. "Si usted
nos hace daño, será llevado a la prisión y será la puta de Big Daddy"
Su mirada fija chasqueó a uno de los perseguidores con bata de
laboratorio. ¿Él era una bestia de un hombre, con una espesa barba
negra (¿era aquellos guisantes entre los cabellos?) y más músculos
que Arnold en su mejor momento?
"Ten cuidado con eso" ¿Tener cuidado de qué? ¿La bestia llamo... a la
policía? Estoy pensando tanto que no estoy escuchando lo que dicen.
Mientras tanto, el otro guardia trajo sillas para todos. Excepto para
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mí. Yo les di una mirada amenazante pero ellos no querían líos
conmigo. Hey, eso es una posibilidad.
Pero yo no entiendo la razón por la que se contentaron con
permanecer aquí en lugar de perseguir al hombre con la bata de
laboratorio. ¿O lo habían agarrado ellos y lo habían llevado lejos
mientras yo estaba al teléfono? ¿Por qué nos hacen preguntas,
entonces, si ellos ya lo tienen?
"Aquel hombre es un criminal peligroso," me dijo El Chico Lindo. Él
debe haber comprendido que yo no cooperaría si no me explicaba
"Y es su interés ayudarnos." Criminal peligroso, las palabras mágicas
de mi capitulación. "Está bien, está bien", le dije a regañadientes le
daré el beneficio de la duda. Tenía una tarjeta de identificación,
después de todo. "Pero si alguien saca un arma y me apunta, voy
PMS en su trasero. "
" Tan notable, " dijo él secamente, sin dejarse impresionar.
Agradecía porque la mesa que yo había ocupado antes había
permanecido intacta. Mi café estaba colocado, igual que antes.
Levanté la taza a mis labios y bebí a sorbos. Caliente y dulce, mucho
más dulce de lo que había estado más temprano, como si el chocolate
se hubiera espesado. Mmm. Seguí bebiendo a sorbos, poniéndome
cómoda. El Chico Lindo nos preguntó uno por uno, y escribió los
nombres y respuestas en un cuaderno. Él era muy policíaco. Preguntó
a cada uno las mismas tres preguntas:
1) Nombre y dirección
2) ¿vio usted al hombre en el abrigo de laboratorio?
3) ¿le dijo él algo o le dio algo?
El Chico Lindo habló conmigo mucho más tiempo y tenía para mi más
que el estándar tres preguntas. ―¿Qué me había hecho querer ayudar
al hombre con bata de laboratorio, el doctor,"? El Chico Lindo lo llamo
así, cuidadoso para no usar su verdadero nombre. ¿Habían
planificado en secreto encontrarse más tarde? ¿Alguna vez había
encontrado al doctor antes de esto?
No me molesté en mentir. En realidad, yo no estaba segura que
podría mentirle a este hombre. Cada vez que el dirigía esos intensos
ojos marrones sobre mí, me sentía obligada a compartir mis más
profundos y obscuros secretos. No como uno lo hacía en las
pijamadas, sino que su mirada te transmitía un "morirás si no lo
haces". Muy extraño
¿Y sabes qué? No conseguí ninguna respuesta a mis preguntas. ¿Cuál
era su nombre? ¿Por qué perseguían ellos al hombre con bata de
laboratorio? ¿Qué hizo el hombre tan peligroso? ¿Iba El Chico Lindo a
comerse el chocolate éclair que hurtó del refrigerador? Yo estaba
hambrienta.
Por último, El Chico Lindo y sus hombres, siguieron rápidamente a los
clientes. Yo había esperado que él nos amenazara si le decíamos a la
prensa o alguien, sobre lo que había pasado, pero él no lo hizo. Yo
había esperado que la policía llegara (tal como fue prometido), pero
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ellos nunca vinieron. Creo que a ellos no les habían importado, por lo
que dijo El Chico Lindo, quiero decir, él había dicho que el hombre
con bata era un criminal.
Por fin nos dejaron solos. Ron, Jenny y el resto de los empleados de
la Utopía ayudaron limpiar el desorden. Extrañamente hemos
trabajado en silencio, sin comentar nada sobre los acontecimientos.
Tal vez nosotros teníamos demasiado miedo. Tal vez estábamos
demasiado confusos. O quizás ambas. Como ya habíamos terminado
de limpiar, aproveche y busque al hombre con bata, pero no lo
encontré.
¡Que mierda de día resulto ser hoy! el único rayo de luz que tenia y
Ron decide cerrar el Café el resto del día. Lo que me da la
oportunidad que tanto necesitaba para escaparme a mi entrevista
aunque con retraso.
Tal vez, si tengo suerte, me gustaría ser golpeada por un carro y
podría demandar por millones.
En el momento en el que llegue a las Suites del Embajador – (sin ser
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golpeada por un coche) ¡maldita sea! Había estado pensado en lo que
pasó hoy.
¿Porque preocuparse por ello ahora?, pregunte. Ya que mi cabeza
estaba a punto de explotar en cientos de pedazos. Tenía un fuerte
dolor en mis sienes, mientras las gotas de sudor se deslizaban en mi
cabeza. Sentía mi estómago pinchado y quemado, como si me
hubiera tragado cientos de agujas bañadas en ácido.
¿Puede el hambre doler? ¡No!, seguramente no. Me había saltado el
almuerzo, ¡Es cierto!, pero ya lo había hecho varias veces y nunca
reaccione de esta forma
Me tropecé en el baño del hotel, las baldosas del suelo, que eran
negras y blancas, hacían que me mareara.
Mis ojos normalmente eran de color avellana, una mezcla de verde y
marrón, pero al mirarme en el espejo, parecían un vidrioso verde
esmeralda. Demasiado brillantes y con las pupilas dilatadas.
Me eché agua fría en la cara.
Pero esta no goteaba el agua, parecía como si mi piel se abriese y
absorbiera cada gota. Eso ocurrió tan rápido, que si hubiera
parpadeado, no lo había podido notar nunca.
Mis poros gritaban en señal de protesta, me estaban quemando.
Un gemido escapo de mis labios. ¿Qué demonios me esta pasando?
¿Me habrá infectado un virus acción rápida, después de salir de la
utopía?
¡Dios!, ¡me duele todo!, el dolor iba aumentando, con cada segundo
que pasaba.
Mis articulaciones se hinchaban, y se me dificultaba obtener, un
aliento decente. Me enderece lo más que pude y me observé
detalladamente.
Se habían formado moretones bajo mis ojos y en las mejillas tenia
manchas de color rojo brillante.
Mis labios estaban apretados, parecía una drogadicta. Me encontraba
desesperada, y en busca de una solución.
Me imaginaba como mi jefe, podría responder a esto: tirarme a la
calle y después
colocaría un letrero diciendo, que iba a estar detenida si ponía un pie
en el interior del edificio. ¡Perfecto!
El calambre repentino se estaba duplicando ¡me grite! ¡Inhala,
Exhala!
El dolor fue disminuyendo. Me enderece otra vez y me di cuenta, que
mis oídos estaban goteando sangre.
"Santo Dios" Solo termina la entrevista y podré ir, a casa a
descansar.
De alguna manera, y sólo Dios sabe, cómo me he dirigido hacia la
oficina del entrevistador, con mi cabeza en alto y mis hombros
cuadrados. Un hombre mayor rígido y con un espeso cabello
plateado, se encontraba sentado detrás del escritorio. El sonrío
abiertamente cuando me vio, y algunas arrugas se le formaron en la
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cara. El radiaba bondad.
"Tu debes de ser Belle"
¡Si! y hace que mis labios sonrían. No podría mantener esa fachada
por mucho tiempo, aunque lo tuve que hacer de nuevo, porque no
sabía ¿como demonios se llamaba el entrevistador? El me dio la
mano. La sensación de su palma contra la mía, me hicieron sentir
ganas de tirarme al piso y llorar por mi madre, que no veo desde
hace 20 años.
El contacto, aunque fue breve, me dejo como una presa acuchillada.
¡Llegaste un poco tarde! dijo él, echando un vistazo a su reloj de
pulsera, ¡pero creo que no hay mucho tiempo! Debo atender mas
entrevistas."
¡Gracias!. Muchas gracias. Tuve un inevitable retraso, pero le
prometo que de ahora en adelante, no volveré a llegar tarde".
Rápidamente desplegué mi currículo de mi bolsillo y se lo entregue,
teniendo cuidado de no tocarlo.
Ding, Ding. Vamos a comenzar la entrevista.
OK, realmente la arruine.
Todo lo estaba escuchando muy alto, por lo que no podía entenderlo
bien.
Mis articulaciones me dolían horriblemente, y no era capaz de
sentarme y estar quieta. Mi mente estaba a punto de explotar, y mis
respuestas no fueron muy inteligentes. Sin ánimo, atormentada y
debilitada por el dolor, entré en mi apartamento, y sacudí las llaves
en la vieja alfombra de pelusa marrón, cerré la puerta y me dirigí a
mi dormitorio, desnudándome.
Apenas me caí en la suave frescura de mi cama, toda la horrible
pesadilla se repetía en mi cabeza.
Entrevistador: ¿Usted ha tenido muchos empleos?
Yo: Sólo recientemente. Antes de esto, yo trabaja como servicio de
limpieza - en este hotel, durante casi cinco años y como camarera, en
el restaurante de aquí. Pero en cada uno, de mis últimos empleos, he
aprendido lecciones valiosas, ¡se lo aseguro!
Entrevistador: ¿Qué, mmm..., aprendió usted en la fábrica de
Muñecas Kimberly?
Yo: Aprendí que no es gracioso poner la cabeza de Kevin, en el
cuerpo de Kimberly.
Entrevistador: ¡Ummm...! ¿Y en la peluquería de animales?
Yo: me di cuenta, que los perros y los gatos deben ser respetados y
no se parecen a los leones rasurados. En mi defensa, mirar el león es
muy popular con determinadas razas.
Entrevistador: Te entiendo. Tengo una duda. ¿Usted fue despedida de
cada uno de estos empleos, o usted se marcho?
Yo: Prefiero el termino "dejar ir". Eso suena menos.... tacaño.
Entrevistador: ¿Entonces la han votado de todos estos empleos?
Yo: Puedo explicarlo
Entrevistador: La escucho
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Yo: En Harrison y Co. Libros, entendí completamente mal la política
de retorno.
Un simple error, realmente, cualquier persona podría haberlo
cometido. ¡Verá!, pensé que sería totalmente genial, llevar los libros
a casa en mi bolso, los leería y luego los devolvería. ¿Usted habría
pensado la misma cosa, verdad? Esto es lo que retorno quiere decir.
Entrevistador: Bien, uh, ¡Um! En cuanto a Jumping ' Coches de Swing
¿Por qué la han ¡dejado ir! de allí?
Yo: Bueno, eso es una historia interesante. ¡Verá! hubo un
desgraciado accidente con uno de los coches que tome prestado. No
fue mi culpa en lo más mínimo. La señora que estaba delante mío, no
coloco señal, y usted sabe lo importante que es indicar, cuándo se va
a cambiar de carril.
Entrevistador: Sí, ¡es my importante!
Yo: Solo de me una oportunidad, Sr. uh, ehhhhhhhh...
Entrevistador: Sr. Mac Donald.
Yo: Seré la mejor mmm...
Entrevistador: Mucama
Yo: Seré la mejor mucama. ¡Mucama! Eso es excelente. Le conté
acerca de mis cinco años de experiencia, trabajando en eso ¿verdad?
Soy muy buena con las personas, e incluso mejor con los retretes, se
lo garantiza Belle Jamison. No hay nada más estable que eso, Señor
McRonald
Entrevistador: Es Mac Donald
Yo: Muchas gracias, Donald. Usted puede llamarme, Belle.
Entrevistador: Tengo que ser honesto con usted, señorita Jamison.
Esto es el Embajador, y estamos buscando a alguien más. ¡Así que,
aterrice!
Yo: Yo estoy en la tierra ¡En serio! Pasé la mayor parte de mis años
de adolescencia enterrada.
Entrevistador: Mm...
Yo: Eso fue una broma. ¡Se lo prometo! Mi padre no tenía el corazón
para enterrarme, incluso cuando me lo merecía.
Entrevistador: Necesitamos a alguien sensato.
Yo: Puedo ser sensata. En tiempo atrás, yo hacía compras con mi
amiga Sheridan, que te mataría, si la llamas Sherry.
Ella quiso comprar un vestido muy bonito, pero muy caro y de color
azul. El azul es su color favorito y se veía divina con él, pero ella ya
había alcanzado el máximo de su tarjeta y no tenía el dinero
suficiente en efectivo. Le dije que el vestido hizo que su trasero se
viera gordo, para que ella no se endeudara. Una chica sensata hace
más que eso.
Entrevistador: Voy a anotar eso. Mientras tanto, fue agradable
conocerte.
Te llamaré, para decirle nuestra decisión
Yo: ¿Cuándo? Realmente necesito este trabajo.
Entrevistador: ¡Ya la llamaremos en unos días!
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Yo: Bueno, genial. Voy a mantener mi timbre encendido para que
pueda ponerse en contacto conmigo, en cualquier momento.
¡Realmente! En cualquier momento. Bueno, a excepción de mañana
por la mañana. Y tal vez en la noche no sea tan buena idea. Ni el
sábado, Pero aparte de esos días, estoy completamente accesible.
Entrevistador: ... Eso es bueno saberlo. Voy pedirle a los de
seguridad que la lleven afuera.
¡Sí! como el Sr. Donald Mac Ronald, fuera a llamarme algún día.
Ouch, ouch, ouch. Gemí, y coloque una almohada en mi estómago.
Nunca había estado tan enferma. No antes de que Bobby Lowenstein,
plantara un grande resfriado sobre mí, en el noveno grado y me
desperté la próxima mañana con los ganglios linfáticos del tamaño de
una pelota de béisbol.
Tal vez llame a Sheridan, para pedirle que venga y me cuide. Como
estaba, no tenia la fuerza para ir a la cocina, y obtener un vaso de
agua para tomarme, con ochocientos Tylenol.
Volví a gemir por otra oleada de dolor. Mi sangre se estaba
calentando hasta el punto de bullir, como lava ardiente, en mis venas
de hielo antes de la refrigeración. Sino me conociera mejor, hubiera
pensado, que algo estaba vivo dentro de mí, y quería recuperar su
forma, en cada una de mis células, cortándome en rodajas. Me
aparte, reordenando mis órganos.
¡Olvida a Sheridan! ¡Lo que necesitas es un medico!
Llegué hasta el teléfono, pero mi brazo cayo sobre la cama. Era
demasiado pesado como para soportar su peso. Una extraña pero
inconciente bienvenida, fluyo a través de mi, calmándome en la
oscuridad y alejándome del dolor.
Mis párpados se cerraron y un tejido negro se cosió dentro de mi
mente.
Mañana en la mañana, ¡me sentiré mejor!
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En la mañana quería suicidarme.
¿Por cuántas horas estuve sin conocimiento?, un minuto ví la luz del
sol correr por mis ventanas y luego la luz de la luna. En un minuto
temblé de frío y al siguiente me empape de sudor. Duele despertarse.
Duele dormirse. Duele. Duele. Duele en todos lados. Me estaba
muriendo. Yo sabía que lo estaba. Yo que nunca me había
enamorado, nunca tuve un gato o cualquier otra mascota, menos el
odioso Betta. Realmente nunca he vivido.
Esto es la muerte. El final. Y no era bonito.
Tú sabes, que dicen que cuando las personas mueren, ven una luz al
final de un túnel o destellos de su vida ante sus ojos. Bastardos con
suerte. ¿Por qué yo no podía ser como uno de ellos?, en cambio, oí la
voz del pervertido de Rome una y otra vez, estaba despedida como si
hubiera fracasado pasando el túnel, fuego del infierno en un lado y
bolas de nieve que se cierran sobre mi al otro. En esta extraña tierra,
yo me había observado prendiéndole fuego a mi mesita de noche,
viendo llamas anaranjadas y doradas que llegaban hasta el techo.
Entonces, ví una nube de lluvia que se poso sobre la llama y la apago
por completo. La alucinación había sido tan real que había escuchado
el crujido de madera quemándose, el repiqueteo del agua y el
consiguiente chisporroteo de las brasas muriendo. Yo incluso olía las
cenizas.
Después de eso, ví un oscuro ángel o demonio al pie de la cama,
mirándome, esperando mi muerte. Su intensa mirada parecía que me
quemara. Yo había sentido una extraña comodidad en su presencia,
sin embargo, sabia que no estaba sola.
Ahora que estaba despierta, lo quería tener cerca de mi, otra vez.
"Ángel" gruñí. Mis ojos lo buscaban a él en la oscuridad. Necesitaba
un vaso con agua. Pensé que algo había muerto en mi boca y la
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rigidez cadavérica aún se encontraba allí. No obtuve respuesta, he
intente de nuevo. "Demonio".
Todavía no ocurría nada.
¿Él se habrá ido?. Ah, si, lo hizo. Bastardo. Él me ha abandonado.
Cerré los ojos y una imagen de él se formo en mi mente. Era severo,
muy sexy, pero no era guapo, si eso tiene sentido, por supuesto.
Él miro salvajemente, como si temiera algo, pero yo no podría
domesticarlo. Pelo negro como la medianoche enmarcaba su rostro y
sus ojos eran tan azules que brillaban. Hubiera dicho que brillaban
como zafiros, pero esos ojos tenían un destello predador, peligroso y
salvaje, rechazando cualquier pensamiento acerca de gemas
preciosas.
Él era alto. Seis cuartos supongo. Vestía de negro de pies a cabeza.
El olor de Magdalenas de arándano, cenizas y la selva indomesticada
manaban de él. Rodé a un lado, cavando más profundo bajo las
cubiertas, cuando se formaba otra Web negra en mi mente. Él tenía
un…
Debo haberme dormido de nuevo porque la próxima cosa que yo
sabía, era que mis párpados se abrían debido a la luz solar. Pasó
mucho tiempo hasta que yo estuviera en capacidad de orientarme.
La habitación parecía nublada al principio, todo lentamente fue
cayendo en su lugar como si alguien hubiera borrado mi línea de
visión como el vidrio más limpio. Ví el techo pelado... mis paredes
amarillas... mis mocasines de hombre, ¿mis mocasines de hombre?.
Parpadee, abriendo y cerrando mis ojos, y luego mi mirada se dirigió
a un par de pantalones negros, un cinturón ajustado, y una camisa
negra. Ah, el ángel de la muerte. Me di cuenta, al relajarme un poco.
No se había ido, después de todo. Una vez más, estaba al lado de la
cama. Estaba de espaldas como si estuviera hablando con alguien por
un walkie-tolkie.
"El sujeto es aproximadamente cinco seis, el pelo es castaño delgado,
ojos sobre todo color avellana, y labios gruesos". Hizo una pausa.
"Mmmm... Realmente tiene labios gruesos, una pequeña cicatriz en el
hombro izquierdo. Tatuajes... desafortunadamente no".
¿Quién demonios era ese ―sujeto‖? Me preguntaba. ¿Yo? Sonaba
como si se tratara de mí. Tal vez las criaturas del otro mundo,
prefieren mantener las cosas en todos los negocios.
"El sujeto ha dejado de retorcerse, y su piel ya no esta teñida de
verde, ya no tiene los moretones que tenia bajo sus ojos. El sujeto
parece volver a estar conciente".Su voz era baja y sexy. Pero, yo no
estaba muerta ¿verdad? Temblé. Lo observe una vez más. Era
deliciosamente alto, tal y como me había acordado, y tan musculoso
que me encantaría que mis manos terminarán (piernas, lo que sea) al
rededor de sus bíceps. Obviamente, él esta trabajando, y mucho.
Tenía amplios hombros, una amplia espalda y un perfecto trasero.
Apuesto, que incluso los gemelos de Sherridan no se pueden
comparar con este hombre.
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"¿Tu eres siervo de dios o del diablo?" le pregunte, mi voz sonó débil
y cruda. Yo apostaba dinero sobre el diablo (si yo tuviera dinero, lo
haría).
Dios, probablemente me había prohibido la entrada al cielo desde
hace meses, cuando yo llene el apartamento de mi ex novio "El
Príncipe de las Tinieblas" con pescado podrido, mientras él estaba de
vacaciones con la chica por la que me había dejado. (Quiero decir, un
pescado podrido por otro. No es que alguien pudiera competir con
Martín).
El ángel o demonio giro y sus ojos azul cristalino me perforaron.
Increíblemente caliente. Suspire, mis hormonas se encienden a pesar
de mi condición. Seducción y peligro se vierten en él. Tenía la piel
dorada, y una barba que era arrastrada por el viento. Tenía pelo que
caía sobre su frente. Su nariz estaba ligeramente torcida ¿como por
haber sido rota varias veces?.
"Hola, Belle. Me alegra ver que estás despierta".
El sonido de mi nombre era muy suave. Luché con el impulso de
agarrarlo por el cuello y besarlo. Luche con la necesidad de... OH,
diablos. Ven con mami. Traté de extender la mano, pero mis brazos
estaban demasiado débiles y permanecieron a mis lados. Fue el
primer hombre que entró en mi apartamento, en muchos meses para
pensar (sin llorar), así que probablemente habría hecho mal si lo
hubiera agarrado, lamido y consumido.
"No tengas miedo. Si respondes algunas preguntas para mí, la dejaré
a solas", dijo. "¿Suena bien?".
Bien, entonces él quiso alejarse de mí cuanto antes. Seguro parecía
una basura. Antes de que me acompañara a través de las puertas de
la eternidad, tal vez me debían permitir ducharme, cepillarme los
dientes, aplicarme unas diez libras de maquillaje, deslizarme en un
osito de color rojo y la niebla con mi perfume de feromonas. No es
que lo quisiera impresionar. Realmente, una chica debe de tener una
buena impresión en su primer día de muerta.
"¿Te estas durmiendo otra vez?" me pregunto.
"No hay preguntas" le dije. Yo ya había respondido lo suficiente
cuando el chico lindo me había interrogado. Intente sentarme y el
dolor de mi cabeza rugió. Gemí y me arroje contra la almohada.
"Lamento decírtelo, pero tu trabajo apesta. Tu solo estas parado allí
muy sexy, quitándome el alma".
"El sujeto esta despierto pero no se expresa con claridad". Dijo a su
walkie- tolkie. Por un segundo, sólo un segundo, pensé que había
oído el latir de su corazón. Estable al principio, luego aumentando su
velocidad. O tal vez ese era mi corazón.
"Si en el otro lado me piden que te evalué", le dije, "tendrás una
puntuación muy baja."
"Debes de tener sed."
En el momento en que habló, me di cuenta de que tenia seca la boca.
"Sí," respondí.
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"El sujeto esta sediento, " dijo él, luego enganchó el walkie-tolkie, o
cualquier cosa que fuera eso, a su cintura. Él desapareció. Era la
única manera de describirlo. Él se movió tan silenciosamente, tan
rápidamente por mi habitación, como una ráfaga de humo.
Regresó tan rápido, así como cuando se había ido. Traté de
sentarme, pero me era imposible. Extendió la mano, sostuvo mi
cuello con la mano desocupada, y con cuidado levantó mi cabeza
hacia el cristal. Bebí el vaso de agua, el líquido fresco calmaba mi
garganta, mi estómago se movía por mi sangre recalentada.
Los callos cubrieron su mano. Mi piel comenzó a sentir una comezón.
Umm, agradable. Tan agradable. Mis párpados cada vez se hicieron
más pesados, se abrían y cerraban. Él me recostó sobre la almohada
y dejo el vaso a un lado.
"El resultado de tu evaluación aumento" dije con voz ronca. Tenia
sueño. Iba a dormir un poco más.
"Realmente necesitamos hablar." Dio a mi hombro una suave
sacudida.
Mi cerebro no funcionaba óptimamente, pero el sentido común
finalmente resbaló por delante del laberinto de estupidez que cubría
mi mente. ¿Podría una alucinación ayudarme a beber un vaso de
agua?, ¿Tendría una aparición callos?, ¿Sería capaz un mensajero de
la muerte tocarme físicamente? No, no y no.
Él forastero que estaba delante de mi era muy real.
Entre en pánico "vete" le exigí, mi voz sonó áspera. "Ahora." Yo solo
llevaba puesta mi ropa interior, que era lo único que no me había
quitado después del trabajo y aunque mi cubrecama evitara que me
viera, él lo podría quitar en cualquier momento. Yo estaba muy débil
y no podría pararlo si me llegará a atacar.
"Relájate". Su voz era tan suave y calmante, yo apenas la escuche.
"No voy a lastimarte".
¡Mentiroso!. ¿Por qué más iba a estar aquí?. Mi pánico se duplicó, y
busque entre las sábanas un arma. Desde luego no encontré nada
más amenazador que las plumas de mi almohada.
El hombre se agachó a mi lado, poniéndose a la altura de mis ojos.
Estudié sus ojos, que me serviría para darle una descripción a la
policía. Sus iris eran una obra de arte. Azul oscuro bifurcado de sus
pupilas se mezclaba con el azul claro.
―Necesito hacerte algunas preguntas, Belle".
"Y yo necesito que te vallas", dije, débilmente, pero decidida.
"Ahora".
Él no hizo caso a mi demanda, y de todos modos, prosiguió. ―¿Sabes
como te enfermaste?".
"No tengo dinero, y mi marido llegara a casa en cualquier momento".
"Tu no tienes marido. Bebé, deja de pensar un minuto. Si hubiera
querido hacerte daño, ya lo hubiera hecho. Yo soy del CCE* y solo
quiero saber sobre su enfermedad".
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Sacudí mi cabeza, tratando de entender.
"¿Centro para el Control de Enfermedades?" Bueno, eso tiene algo de
sentido. Y él había tenido mucho tiempo para hacerme daño, pero no
lo hizo. Todavía. ¿Cómo entro a mi apartamento?, ¿Cómo se entero
que estaba enferma?, ¿Cómo sabe que no estoy casada?. "¿Tienes
alguna identificación?‖.
Él me mostró una placa, que me recordó a la del Chico Lindo. "¿Ahora
me cree?" preguntó.
"Tal vez", le susurre. "¿Qué hay de malo en mí?, ¿Moriré?‖
"Hay una posibilidad". ¿Había una oportunidad?, ¿En serio? Mi
estómago toco fondo, y mi mandíbula cayó abierta. ¿Por qué él no
me había mentido y así poder tener unos minutos de dichosa
ignorancia?.
"¿Tu eres de la asociación Crónica Diabólica Cockwad*?" Murmure.
"Sí, quizás estoy en eso". Sostuvo el walkie-talkie de nuevo. "El
sujeto esta despierto y alerta, lucida por fin. "
Silencio.
"Belle, ¿sabes cómo te enfermaste?".
"¿Qué?, ¿Tu estas hablando ahora con el sujeto?".
"Si".
Encogí los hombros. "La manera normal, supongo. Un virus entró en
mi cuerpo y comenzó a jugar a la montaña rusa con mi sistema
inmunológico‖. Subió las cejas. ―El sujeto expone un fuerte sentido
del humor".
"El sujeto está borracho." Usé el último de mi fuerza para golpear el
walkie-talkie fuera de la mano. Mi brazo se derrumbó a mi lado como
la caja aterrizando en el suelo con gran estruendo. ―¿Qué tipo de
virus tengo?, ¿Cuánto tiempo tengo... ya sabes, enferma?".
"¿Sabe de cualquier otra persona que tiene este tipo de
enfermedad?", preguntó, haciendo caso omiso a mis preguntas.
"¿Alguien con quien hayas tenido contacto los últimos días?‖.
Alguien que ha estado en contacto con... ¡OH dios mi! Suspire.
Sherridan. Y mi papá. ¿Había contraído mi papá esta terrible
enfermedad?, Yo lo había ido a visitar hace 2 o 3 días. Parecía estar
muy bien, pero con su débil corazón no sería capaz de rechazar una
infección tan fuerte. Solloce, lo cual, quemo mi garganta.
"Tengo que llamara a mi papá", grité, " y averiguar si él esta bien".
Me arrastré hasta llegar a sentarme, estremeciéndome por una ola de
dolor. Estiré mi brazo, el teléfono estaba tan cerca, y aún así, estaba
tan lejos. No... Podía... llegar... la desesperación me inundó, tan
intensa que temblé. "Si él esta grave... ". Yo no podía terminar la
frase. Ven aquí, cosa estúpida.
El teléfono voló como si estuviera en una poderosa ráfaga de viento.
Y con la fuerza del viento me golpeo. Mi cuerpo sonó contra la
cabecera de la cama y el teléfono se elevó por delante de mí, por
delante de la cama, y palpitó en la alfombra. Incluso golpeo el trasero
del hombre de la CCE. Sobresaltada, mire mi teléfono, mire la mesa
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de noche carbonizada, mire el teléfono y mire al hombre. Espera. ¿La
mesa de noche carbonizada?, ¿Eso se había quemado?, ¿Y de donde
había salido ese viento?, ¿De donde diablos había venido esa ráfaga
de viento?
La confusión, conmoción e incredulidad me sacudieron.
Alimentándose el uno del otro, casi dejándome muda.
Casi.
"¿Viste eso? ¿Sentiste aquel viento?".
¿Neutralizarme? Parpadeé, las palabras se registraban como una luz
roja parpadeante. ¡Neutralizarme! El hombre sexy se movió mientras
retiraba una jeringa del bolsillo de su camisa. Se abstuvo de hacer
cualquier expresión mientras destapaba la aguja. Mis ojos se
ampliaron por el horror. Mantuve firmes mis manos, y lo afronte con
mis palmas para intentar que se alejara.
"¡Para!" Le grite. "No te me acerques." ¿Qué había hecho yo para que
este hombre intentara lastimarme?
En mi conmoción, el se paralizo en uno de sus pasos. Frunció el ceño.
Poco a poco, lentamente, empujando el aire con sus manos, como si
fuera un mimo atrapado en un cuadro imaginario. Sus rasgos estaban
arrugados por la confusión, empujó de nuevo, sólo para ser
bloqueado, otra vez. Él frunció el ceño, la cólera ahuyento su
confusión.
¿Los mechones de su cabello volaban al rededor de sus sienes? ¿En
mi habitación? Y el golpeo el aire con su puño. Bang. Bang. . El
sonido reverberado en mis oídos. Me quede con la boca abierta. El
había golpeado un objeto sólido que yo no podía ver. ¿Un muro
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invisible? No, no invisible, me di cuenta en el próximo instante, que
estaba más confusa. El aire se había solidificado. Las ondas
translucidas que lo rodeaban, brillaban con el polvo.
Eso no era posible. Esto simplemente, era imposible. El hombro
golpeo con su hombro en contra de... lo que sea que fuera eso. Yo
nunca había visto nada igual, nunca había escuchado un sonido
parecido. Eso fue alucinante, después de todo. No, no. Esto no es
correcto, esto no es real. Esto quiere decir que el aire lo paraba,
realmente lo detenía.
―Deja caer el escudo, Belle." Su voz era plana, tan plana como sus
ojos.
¿Escudo? ¿Dejarlo caer? Eso significaba que el pensó que era yo
quien lo controlaba. ¿Era yo? Imposible. De ninguna manera.
Excepto.... hubo una extraña sensación en mis manos. Un calor
anormal. Una sensación de hormigueo profunda. Yo nunca había
tenido una experiencia como esta. "Si paro el escudo", le dije,
tratando de sonar confiada, "tú me neutralizaras ".
"Vamos a hablar" me dijo
"Diablos, no. Tú no eres del CCE, ¿tú eres un mentiroso? ―Escapa,
pensé entonces. Esta era mi oportunidad de escapar. Si cambiaba la
posición de mi cuerpo ¿podría interrumpir accidentalmente el escudo?
Yo no lo sabía, pero seguí con mis manos levantadas mientras
exploraba mi dormitorio.
Aunque yo no lo había notado antes, había algo negro, una ceniza
sobre la alfombra y las paredes. Ellos deben haber quemado mi mesa
de noche. "¿Qué hiciste con mi cuarto?" Exigí.
―No hice nada."
La habitación no importa. Miré alrededor de nuevo, esta vez haciendo
lo que debería haber estado haciendo la primera vez: la búsqueda de
un medio de escape. Las dobles ventanas conducían a una escalera
de incendios, pero hay una escalera que se rompió y una caída de
cincuenta pies. No gracias. Las ventanas de ventilación no son, ni si
quiera, lo suficientemente grandes para que quepa un poodle, y
muchos menos, va a caber una mujer. No de nuevo. Mi única opción
era la puerta. La puerta se había cerrado, me di cuenta. Pero estaba
bloqueada. Yo tendría que girar alrededor de él, así como el escudo.
De algún modo me pare de la cama sin el empleo de mis manos y
con un cuerpo debilitado por la enfermedad. La acción era casi
demasiado difícil para mí, pero pude, despacio, deslizándome hasta el
borde del colchón. El hombre miraba todos mis movimientos.
Bamboleándome. Yo misma tenía que intentar no caerme.
―No te dejare marcharte, " dijo él.
―Tú no tienes otra opción". Traté de gritar para uno de mis vecinos,
pero la acción causó un calambre en mi estómago, y me doblé.
Luchando con el dolor, rápidamente me enderecé y poco a poco fui
dando pasos a la
derecha. El instinto me exigió correr, pero no tenía la fuerza para
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ello. Ya mis piernas temblaban y mis rodillas estaban inestables
amenazando con derrumbarse.
"¿Planeas caminar lejos de aquí?" Su mirada azul eléctrico recorrió mi
cuerpo, tardando en mis senos, entre mis piernas, pero su expresión
se mantuvo neutra.
Lo hizo a propósito, yo sabía, a despertar un sentido de autoconciencia en mí y me plantó aquí.
Pero yo podía haber estado desnuda, y no me habría preocupado. La
gente podía mirar todo lo que quisieran de mí, siempre y cuando yo
estuviera segura.
Él me revisó otra vez, abandonando la separación a favor de la
calentura. Candente, exquisito calor. Él lamió sus labios. "conjunto
Niza ", dijo, "pero me gustabas mas desnuda".
Un escalofrío recorrió toda mi columna, me detuve me eche un
vistazo de arriba hacia abajo para observarme. Aire fresco besó
rápidamente mi piel desnuda. Bueno, yo no tenía el sujetador y las
bragas me acordé. Ahora llevaba unas bragas de color blanco que se
detenían en mi ombligo y el corazón cubierto con unas pantys bikini.
Me gustabas mas desnuda. Yo casi, casi salto hasta el otro lado de la
habitación y lo abofeteo. El me había desnudado mientras yo estaba
dormida y vulnerable. El bastardo.
―Vete al diablo, " le dije, moviéndome otro poco.
Sorprendentemente, el escudo se movió conmigo, forzando al
hombre a cambiar de lado, ligeramente lejos de la puerta. Tal vez yo
lo controlaba. ¿Pero cómo?
Me moví otro poco. Otro. Entonces... nada. A pesar de que quería
seguir adelante, mi cuerpo de repente se quedo petrificado,
llevándome a lo alto. Mi respiración jadeaba. Muévete. Puedes
hacerlo.
"Sales del apartamento", dijo, "y mueres." Su voz ya no era fría, se
convirtió en algo caliente, al igual que su expresión.
"A juzgar por la aguja que llevas, estoy muerta si me quedo".
"Soy la menor de tus preocupaciones, Belle".
"Perdón si no estoy de acuerdo. Muerto es muerto."¡Muévete! Con un
inestable movimiento he logrado deslizar la pierna hacia adelante.
Pausa larga. Respira hondo. Paso. Pausa. Otro paso, otra pausa.
Bueno. Lo estás haciendo bien. Pero yo sabía, que abajo, no iba a ser
tan fácil.
Muy deliberadamente, asegurándose que lo viera, él tapo la aguja y
coloco la jeringa en el bolsillo de su camisa.
Con toda la inocencia, el ofreció sus manos, con sus palmas hacia
afuera.
"Escúchame, Belle. Yo soy todo lo que tú tienes ahora. "
"Lo sé. Pero no sé por qué quieres herir a una inocente mujer
enferma, pero..."
―Tú no estás enferma. Tu estas cambiando. "
Logre moverme otro poco, pero mis brazos temblaron más con cada
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segundo que pasaba; mis rodillas golpeaban con toda su fuerza y
todo mi cuerpo vibraba. Mantente firme.
"No voy a lastimarte", dijo él con una voz tranquila.
"Sí, claro. Yo miro la televisión, ya sabes. Todos los asesinos dicen
eso, sobre todo cuando están sosteniendo una jeringa."
"Pero ahora no significa eso".
Si. Seguro. Él no niega ser un asesino, me di cuenta. "Apuesto a que
la CIA y el FBI te están buscando. Probablemente tú eres conocido
como el fantasma de las agujas y hayas hecho esto a cientos de
mujeres. "
"Piensa en lo que estás diciendo. Por favor. ¿Cómo podrías haber oído
algo así en las noticias? Soy un agente del gobierno. "
Me sacudí la cabeza y luche contra una oleada de vértigo.
"Tú me apuntaste porque yo estaba enferma y demasiado débil para
luchar."
"¿Entonces por qué no te hice daño mientras dormías?‖
Buena pregunta. Yo me di una pausa. "¿Por qué me quieres inyectar?
¿Qué ibas a inyectarme? Eso no es medicina. No te creeré. "
En lugar de responder, me preguntó otra cosa. "¿Cómo crees tú que
somos capaces de levantar blindaje en el aire? Sé que nunca has
hecho nada como esto antes."
Logré un paso más antes de que mi cuerpo se congelara de nuevo en
su lugar. Esta vez, sin embargo, ya no podía, ni regresarme al lugar
anterior. Mis músculos se parecían a la piedra, pesada y difícil. Yo
suelo juntar mis dientes en un intento de disponer de una reserva de
fuerza, pero simplemente ya no tenía.
Yo no podría escapar, lo comprendí con desesperación, y no había
nada que pudiera hacer al respecto. Un sentido de impotencia me
bombardeo. Asustándome. Intimidándome.
"Te bebiste la fórmula", dijo. "Ya sea que lo sepas, o no, te la bebiste.
Tú tienes ahora facultades. Poderes que muchas personas quieren
aprovechar".
"¿Qué fórmula? No tomé nada. Lo juro ".
"Negarlo no cambia los hechos."
"¡Yo no lo hice!" Como grite, mis rodillas cedieron, me desplomé en el
suelo, pero de alguna manera yo me mantenía con mis brazos. Pero
el escudo comenzó a brillar, ya no era tan sólido. Mi corazón se
disparo contra mis costillas, se acelero y a continuación, un golpe en
conjunto. "No lo hice", le grite débilmente.
"Trabajas en el Café Utopía, ¿verdad? Una cafetería que se encuentra
frente a un edificio sin letreros. Un Brownstone‖.
Yo palidecí, sé que lo hice. Mi boca se seco. No le di vueltas al asunto.
Pero él sabía de mí. ¿El me habría seguido? ¿Me habría visto?
El nunca me había mirado fijamente, él se apoyó lejos del escudo, y
de mí. Y se relajo en el sillón verde aterciopelado que se encontraba
en la esquina de la habitación, sin daños por el fuego que,
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evidentemente, había quemado mi mesa de noche. Normalmente yo
leía libros en esa silla (cuando tenía un poco de tiempo, eran
momentos en los que me reponía), me extendía, y quedaba abrigada
con la espesa tela.
Yo nunca había visto una silla más relajante. Sin embargo, él la hizo
parecer poca cosa. Un lugar para la sexualidad. Su cuerpo grande
holgazaneó contra las curvas del mueble, sus piernas se estiraron por
delante de él. Te puedes sentar sobre mi regazo, eso fue lo que su
expresión quiso decir. Tendré cuidado contigo. Te protegeré,. Te
gustare
¡Mentiroso! Yo podría haberle creído, si no fuera por la aguja que
sobresalía de su bolsillo. Sin mencionar la intensidad inquietante de
sus ojos.
"Suelta el escudo, Belle. Eso te agota. Libéralo y habla conmigo‖.
Pauso. "Por favor".
Pero el por favor no influyo en mí. Aunque yo estaba demasiado
débil, mis brazos me dolían demasiado y la muerte comenzaba a
parecerse a unas vacaciones. Realmente, él podría matarme ahora y
con eso, el me sacaría de mi miseria.
Apreté mis ojos para cerrarlos por un momento, respire
profundamente y sentí que mis brazos se caían a los lados. Una parte
de mí esperaba que el escudo de aire permaneciera en su lugar, para
demostrar que el control no provenía de mí. Realmente permaneció
durante unos segundos. Entonces esto dudó otra vez, como olas en
un océano que baila sobre una playa, que luego desaparecen todas
juntas. Durante varios minutos, traté de tirar de mí misma y salir de
esta posición derrotista. Durante varios minutos, fracase. Acabé
permaneciendo en el suelo, apoyado mi frente contra el costado de la
cama. La frescura de las hojas ayudaba a aliviar la fiebre que
quemaba mi frente.
Mis hombros cayeron cuando mire al hombre. El no salto. Permaneció
donde estaba, totalmente relajado. "¿Quieres ayudar?", Preguntó.
"No te me acerques" Jadee agotada. Dios, ¿porque yo no podía sonar
mas fuerte? ¿Más amenazante? Sus cejas oscuras se arquearon, pero
él no comentó nada. ¿No recuerdas que ahora el podría hacer
cualquier cosa que él quisiera conmigo? Paso un largo tiempo, y cada
minuto se hacía más agotador que el anterior.
"¿Querías hablar conmigo?" le dije, sólo para llenar el silencio que se
había envuelto nosotros "En fin, tú mencionaste una fórmula. ¿Tiene
esta fórmula un nombre? ¿Qué estaba allí?"
"No puedo responder a esas preguntas" respondió
"¿No puedes o no lo harás?"
"No lo haré"
"¿Por qué?"
"Eso es confidencial"
"Veamos", le dije, sin molestarme en levantar mi cabeza. "Yo casi
muero a causa de esa fórmula que tu dijiste que bebí. Tú trataste de
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"neutralizar" los efectos de la formula. ¿Y ahora estás diciendo que a
mí no me hace falta saber que es, exactamente, lo que yo consumí? ―
"No voy a decir detalles acerca de la fórmula en sí, pero tú puedes
preguntar otras cosas."
Estupendo. Me gustaría. "¿Cuando supuestamente bebí esa fórmula?"
Vamos a ver si sólo podía formular una respuesta creíble.
Tiro hacia abajo sus apretados labios en un ceño, y él se quedo en
silencio. Encontré su mirada extraña e inquietante. Yo sabía que no
debería ser capaz de experimentar cualquier tipo de excitación en mi
condición, especialmente hacia este hombre. ¡Y esta era la segunda
vez que él me hizo sentir de esta manera! ¿Él me habrá inyectado
una especie de afrodisíaco mientras yo dormía? Yo no iba a tener
ningún acto promiscuo con este bastardo que me cambio de ropa.
"¿Recuerdas a un hombre en una bata de laboratorio que irrumpió en
el café hace una semana?", Preguntó.
¿Había pasado una semana? ¿Toda una semana? La noticia me pegó
muy duro. ¿Tanto tiempo había pasado inadvertido por mí? Pero a
pesar del tiempo transcurrido, recordé ese día muy bien. El hombre
con bata de laboratorio, había entrado en la utopía, creo un caos, y
luego se fue y después de eso, todos tuvimos que limpiar.
―Sí. " Tragué aire. ―Lo recuerdo. "
"Aquel hombre era un científico que se escapó con un experimento
sumamente secreto, y él lo vertió en algo que tu bebiste."
"Eso es imposible. Eso es estúpido. Eso era un café moka" susurre
aturdida. Después del caos, la utopía había muerto y El Chico Lindo
había empezado a cuestionarnos a todos, mientras yo me tomaba mi
empalagoso latte. En ese momento, no había pensado en esto. Y
ahora, yo solo no lo sabía.
"No estábamos seguros que habías sido tu. Esperábamos que él no lo
tuviera, claro. Entonces, tú no fuiste a trabajar. Lo que nos trajo
hasta tu departamento, donde descubrimos que estabas enferma".
"¿Nosotros?" pregunte, la palabra apenas audible. ¿Hay más hombres
ahí fuera como este? ¿Más hombres que, pensé, necesitaban
neutralizarme?
"Mi empresa y yo"
En mi sangre corrió frío. ¿El Chico Lindo era su jefe? Si la CIA quería
verme muerta, estoy segura como que iba a acabar muerta.
"¿Trabajas para la CIA?".
"Diablos, no. En realidad no trabajo para el CCE, tampoco. Trabajo
para una agencia de la cual tú nunca te has enterado. Estudios
Paranormales e Investigaciones. EPI. Nosotros somos como
fantasmas. Para el resto del mundo, no existimos".
¿Entonces por que me lo cuentas? Entonces, temí la respuesta:
porque pronto estaré muerta y no podré contárselo a nadie.
¿Entonces El Chico lindo también trabaja para esa compañía? ¿Y ese
hombre que tenia Anormal con A mayúscula? Yo creo que el es capaz
de ordenar a que me maten. Espera. ¿Que hizo ese hombre en la
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historia? Él ya había demostrado ser un mentiroso, diciendo que él
formaba parte de la CCE, cuando no lo era.
"Tú dijiste que la fórmula fue cambiando ¿Qué tipo de cambios? "
"¿Realmente necesitas preguntar? Has llamado sucesivamente el
viento. Tú mandaste al aire a solidificarse. "
"Yo no lo llame" proteste. "El solo vino"
"¿Lo hizo?" Su labio se curveo para un lado, dándole una expresión
de sarcasmo.
"Sí". La palabra se sostuvo una capa de incertidumbre.
"Si todo va como pensamos, pronto dispondrás de poderes sobre los
cuatro elementos. Aire, fuego, tierra y agua‖.
Mis ojos se redondearon. "¿Tú estás diciendo, que yo tendré poderes?
¿Superpoderes?" De ninguna manera. Ahora sabía que él estaba
mintiéndome.
"No" Su cabeza dio un brusco movimiento. "Estoy diciendo que tienes
superpoderes".
Me frote mis sienes, tratando de tranquilizar a un dolor repentino.
"Espero que comprendas lo loco que suenas. Los superpoderes son
para las películas. Para los libros de historietas. No para la vida real y
común de una chica que no puede estar mucho tiempo en el mismo
puesto de trabajo".
"Dile eso a tus superpoderes" dijo secamente. "Por que, para tu
información, tú ya no eres una chica promedio". A medida que
hablaba, el se cambiaba de posición en la silla. Gatee, no es que
fuera a llegar muy lejos.
"Wow. Sencillo" Poco a poco fue subiendo sus manos, mostrándome
que no tenia nada. "Yo solamente lo hacia mas cómodo"
Me relajé contra el colchón otra vez, diciendo débilmente, "no quiero
que tú estés cómodo. Quiero que te vayas. Has abusado de tu
bienvenida."
"Lo siento" El entretenimiento se escurría por su voz. "Estas atrapada
conmigo".
"Porque tu tienes que neutralizarme ¿verdad?"
"Si"
Yo todavía esperaba que él lo negara, que admitiera que ya no quería
neutralizarme (¿matarme?) me debería de tener pánico. No lo hizo. Él
no me había hecho daño aún, y yo no iba a permitir preocuparme
hasta que él viniera a mí otra vez. Además, no quise creerlo; no
podía creerlo. Esto significaba que yo tenía superpoderes. Esto
significaba que yo había hecho ese escudo de aire. Significaba que le
había hecho algo terrible a mi techo.
―Lamento que yo no pudiera darte un antídoto, " dijo él, " pero no
tenemos. Aún." por lo menos, en este momento, sonaba elogioso.
" No hay ninguna necesidad de hacerme daño. Honestamente, no soy
una amenaza a alguien."
Él resopló. ―Muy pronto hay muchas posibilidades de que serás capaz
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de controlar el clima. Serás capaz de comenzar fuegos sin ninguna
provocación. La causa de desbordamientos, tornados. ¿Cómo es que
no eres una amenaza?"
"No voy a hacer cualquiera de aquellas cosas," dije" Tu no serás capaz de ayudarte"
"¿Cómo estas tan seguro de todo esto?" Tenía que hacer que lo
comprendiera. ―Dijiste que esto era un fórmula experimental. Esto
quiere decir que no puedes estar el cien por ciento seguro de algo. "
"Digamos que he pasado mucho tiempo con ratas de laboratorio
humanas y puedo saber cuando los problemas se acercan." El hizo
una pausa y sus ojos cada vez se tornaban más y más oscuros. "El
hombre que ha hecho cada cosa con el poder de controlar esta
formula quería experimentar en ti, hasta que se dio cuenta que te la
habías bebido".
"¿El es tu jefe?" ¿Estaba hablando del Chico Lindo, tal y como yo lo
había sospechado? "
"¿Es él su jefe?" Hablaba él del Chico Lindo, como yo había
sospechado?
―Porque si el lo es, puedes decirle que no bebí esa fórmula, que no
tengo poderes y que tengo que estar a solas".
"Diablos, no, él no es mi jefe. Y no puedo 'decirle' nada. Él controla
OUCS, Observación y Uso de Ciencias Sobrenaturales, una agencia no
gubernamental, esta es la rival más grande de la EPI. Solo que tu
sabes que la EPI es la casa de los tipos buenos. ―El arqueo sus cejas
y sonrió abierta pero lentamente. "Bueno, los mejores chicos, por lo
menos. ―
Si yo hubiera tenido la energía de lanzar mis manos en el aire, lo
haría. Aunque hubiera sido la última persona sana en el universo.
"¡Esto es una locura!" dije "tu eres un tonto, el es un tonto mayor. Y
todos ustedes son tontos".
"El tiempo demostrará la verdad de mis palabras", dijo con total
confianza.
Un temblor se deslizo a lo largo de mi espina dorsal. Su firme
aseguración hizo más que convencerme de que no tenia nada más. El
tiempo revelaría la verdad, y si yo estoy de acuerdo en creerle o no,
igual tenia que estar preparada por lo que fuera relevado. Yo no
podía creerle que este cien por ciento seguro, pero el seguramente lo
esta.
"¿De qué tipo de experimentos estamos hablando? ―Pregunté.
"Vamos a ver. Él hizo que el cuerpo de las personas se convirtiera en
metal, haciéndolos impenetrables. Él ha cortado sus brazos y los ha
sustituido por armas. Él le ha inyectado a la gente el veneno,
esperando que los fluidos corporales que contendrían aquellos
venenos matarían a todos los que ellos besaran, y a cualquiera que
tuviera sexo con ellos. Ah, esta es la parte donde tu puedes disfrutar,
el aun no ha experimentado con personas el hecho de darle
superpoderes con los cuatro elementos. Todos habían muerto por las
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llamas o congelados".
Dios. ¿Trataba él de advertirme que yo también me congelaría o me
quemaría? " No quiero morir, " le dije. " Y tampoco quiero ser una
rata de laboratorio humana. Soy una persona." No había un breve
destello de culpa en sus ojos. Ninguna emoción.
"Eso no es algo que yo pueda decidir".
Mi barbilla temblaba y mis ojos los sentía quemados con la humedad.
"¿Por qué me dices todo esto? Si hubieras dicho todas las historias de
los CDC, yo podría haber colaborado contigo. ―
"Tu te mereces la verdad", dijo suavemente. "O por lo menos tanto
como te puedo decir."
Sus características fueron suavizándose, en total contradicción con lo
que decía. Me merezco la verdad, si, pero todavía me iba a doler.
Tanto para preocuparse hasta que él viniera. Traté de estar de pie,
trató de hacerme subir y controlarme, pero cada gramo de mí
protesta y acabe cayendo otra vez. Vencida de nuevo por mi miedo.
Mi mirada se centró en mis manos, que fueron dobladas en mi
regazo. Mis ojos se ampliaron, convirtiéndose en imposible ronda. No.
No, no, no. Parpadee, pero nada cambio.
Yo los había mirado, había mirado la forma de cristales de nada,
simplemente se estaba cristalizando mi piel. El frío no me molestó, no
me afectó en absoluto.
En ese momento, confié en él. Yo creía en todo lo que el había dicho,
sin ninguna indirecta de duda. Yo podía controlar el clima, como el
había dicho. Lluvia, nieve... granizo. Me causaría inundaciones,
incendios y tornados, como el había dicho.
La gente quería experimentar en mí, como el había dicho. Oh dios
mío!
"¿Cuál es tu nombre?" Jadee esperando ahogar los pensamientos de
hielo y experimentos. Froté mis manos juntos para el calor y logré
derretir el hielo. No le dije que acababa de pasar.
"Eso no es importante"
"No estoy de acuerdo. Me gusta conocer los nombres de los hombres
que quieren matarme. Es uno de mis pequeños caprichos‖.
Tiro de sus labios. "Rome. Mi nombre es Rome. "
Un nombre exótico para un hombre de apariencia exótica. Fruncí el
ceño. Ya que, teniendo en cuenta la razón por la que el estaba aquí,
no debería de estar pensando si el era o no exótico.
"No quiero tener superpoderes, Rome. No quiero estar en esta
situación ", añadí desesperadamente. "Ayúdame a tener una vida
normal de nuevo. Por favor. ―
"No puedo. Ya te lo dije. El científico que creó la fórmula, tal vez... "Él
sacudió la cabeza. "Incluso entonces es dudoso. ―
"Estoy dispuesta a probar".
"Demasiado tarde. El Doctor Roberts ha fallado y nadie ha sido capaz
de encontrar a ese bastardo mañoso."
El Doctor Roberts-Me aprendí de memoria ese nombre. Aquel hombre
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que aparentemente era inofensivo con su bata de laboratorio, ese era
mi última instancia en este apuro. Él merecía que una multitud de
asesinos lo persiguieran.
―Dime algo. Si tú y tu jefe son los tipos buenos, ¿cómo puede
cualquiera de ustedes piensan en hacerme daño? ¿En destruirme? "
Levantó en sus labios con una sonrisa totalmente carente de humor.
"Nosotros hacemos lo que tenemos que hacer para mantener seguro
al mundo. Ese es nuestro trabajo. La gente buena a veces hace cosas
malas, aún involuntariamente, y ellos deben ser detenidos. Si
dejamos que hagas las cosas a tu voluntad, podrías causar un
desastre y después otro. Dañar millones de personas. Destruir...
" Te dije, " interrumpí, determinada a hacer que el me creyera. "Que
yo nunca haría aquellas cosas."
"Tú crees que no, pero… ―El prefirió no decir el resto.
"Lo que pasa, es que podrías terminar en las manos equivocadas. En
las manos del enemigo, y podrías ser utilizada contra nosotros‖.
Brevemente cerré mis ojos, los abrí y, a continuación, los volví a
cerrar, los abrí, y mire fijamente a la alfombra. Mis fuerzas restantes
(que ya no tenia muchas) me abandonaron a la velocidad del rayo.
Estrellas negras guiñaron sobre mi visión, entrelazando y tejiendo
despacio para formar una pared sólida que yo no podía penetrar.
Había ganado. Rome había ganado. En cualquier momento me caería
en el olvido total. Y podría ser capaz de hacer lo que el quería hacer
conmigo. Matarme. Neutralizarme. Traté de luchar contra el seductor
llamado del sueño, pero demostraba ser cada vez más potente.
¿Cómo podría hacerlo? ¿Cómo podría dormirme en medio de este
peligro?
Si él poseyera cualquier tipo de remordimiento, cualquier culpa,
cualquier vacilación en hacer su trabajo, tuve que centrarme en
lograr eso ahora. Antes de que sea demasiado tarde.
"Rome", le dije, las palabras eran casi indetectables. "Por favor, no
me hagas daño. Tu sólo no me mataras a mi, mataras también a mi
padre. Soy todo lo que tiene. Pago sus facturas. Él es demasiado
débil para trabajar. Sin mí, él lo va a perder todo, se ira a la miseria.
Sin un hogar... morirá. ¿Alguna vez has tenido que depender de
alguien para sobrevivir? "
Algo casi repite una oferta de su cara, como si estuviera pensando en
alguien.
Pensé que quizás, tal vez yo no lo había hecho. De cualquier manera,
yo no tenía tiempo para pensar en eso. La oscuridad me consumió en
el próximo instante.
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Me estaba empujando dentro y fuera de sueños turbulentos. Un
brillante cuchillo pasaba por mi mente, con una afilada punta de
plata, que luego se volvió carmesí. Había un enorme gato negro en la
esquina de mi cuarto que me gruño y luego ¿salto y me ataco?, ¿Lo
hizo?
El pánico estaba fuera de mi alcance.
Al menos no sentía ningún dolor.
Las imágenes eran constantemente interrumpidas, no eran
consecutivas, parecían pasar de repente, pero como si el tiempo
pasara mucho más lento de lo normal.
Yo luchaba contra la violencia, decidida a atacar, pero ahora no tenía
ningún control sobre la situación. Yo estaba completamente
vulnerable. Totalmente desamparada.
El rostro de Rome apareció de repente, vago, difuso. Parecía
decidido, pero un poco triste.
"Lo siento", dijo, su voz penetrante que ahuyentaba la oscuridad.
"No me hagas daño" le rogué.
"Si no lo hago yo, alguien más lo hará, y ellos no serán
misericordiosos".
"Por favor"
"No"
Hubo una pausa.
Él levanto los zarcillos, separándolos de mi cabello mientras los
sostenía con cuidado. "Eres tan inocente como Sunny", dijo
suavemente. Él suspiró.
"¿Quien es...." Sentí un fuerte ardor en mi brazo y jale. Un río
ardiente entró en mi corriente sanguínea. Una drogada paz siguió
quemándome e iba llegando a todos los rincones de mi cuerpo.
Caía y caía. Me hundía en otro reino de oscuridad, un vacío que se
mueve en espiral. No había anclas sólidas. No había sentido del
tiempo o lugar. Afortunadamente, los sueños se mantuvieron a raya,
evaporándose como si nunca hubieran existido. Yo flotaba sobre un
manto de nubes.
Entonces... nada. Sin embargo... todo.
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¿Cuánto tiempo había pasado?, no sabía. Yo sólo sabia que el rayo de
luz comenzó a invadir mi mente. Con la luz vino la fuerza, y mis
párpados lucharon por abrirse. Necesitaba despertarme; sabía que
tenía que hacerlo. Algo me llamaba. Me estaba haciendo señas. Estire
mis brazos sobre la cabeza. Arquee mi espalda, haciendo reventar
cada una de las vértebras de mi columna vertebral. Se sentía bien
moverse.
Los olores de tocino frito y huevos revueltos mezclados con la
fragancia dulce de jarabe, llegan a mí como un dedo que me
prometió conducirme directamente al paraíso. Mi boca estaba
segregando más saliva.
Como me estaba obligando a despertarme, observe todo el
dormitorio. La confusión me susurraba suavemente en mi conciencia.
Yo no se que esperaba ver, pero sabia que no quería verlo.
Un armario de mármol falso estaba apoyado en la pared blanca.
Pero... ese armario no era mío. Unas cortinas azul oscuro cubrían la
única ventana, las cortinas deberían de haber sido de color verde. El
edredón roto que había comprado en una venta de garaje, cubría la
cama en un mar de colores, pero este colchón era diferente, era más
suave que el mío. En el techo había un ventilador que giraba
despacio, proporcionando una ligera brisa pero bienvenida.
Yo no tenía un ventilador en el techo de mi habitación.
¿Dónde estaba yo? La última ves que pude ver mi dormitorio, estaba
negro, con capas de ceniza y había manchas en la alfombra y las
paredes. Aquí las paredes estaban desnudas, peladas pero limpias.
Sacudí mi cabeza, y mire fijamente a una esquina parecida a una
selva de plantas prósperas, diamantes brillantes, verdes y rociados.
Mis plantas estaban secas, muy cerca de llegar a la muerte.
Obviamente, me encontraba en otro lugar. Ese hombre, él que había
querido neutralizarme, me había traído a este lugar. Sí, Rome era su
nombre y él si me neutralizo. Que lástima que eso no había sido un
sueño. Su salvaje y sensual rostro estaba demasiado vívido en mi
mente, sus amenazas todavía sonaban en mis oídos. Mis dedos aun
temblaban por haberme resistido a él.
¿No debería estar muerta?
Eché un vistazo abajo a mis manos, girándolos hacia la luz. ¿No
debería haberme despertado en un laboratorio, atada con correa a
una mesa, con científicos malos que hacen cosas a mi cuerpo, que se
niegan ha hacer con los animales de la granja?. En cambio, me sentí
descansada y limpia. Incluso, sentí el sabor a menta en mi boca,
como si alguien me hubiera cepillado los dientes hace poco. Mi pelo y
piel olieron a jazmín, como si me hubieran bañado el cuerpo. No
quise imaginarme que había pasado.
¡Levántate, Jamison!. Sal de aquí antes de que vuelva Rome. Sí, sí.
Eso es exactamente lo que debía hacer. Baje una pierna de la cama.
"Bien. Estás despierta, " una fría y dura voz dijo desde la entrada.
"No tratabas de escapar, ¿verdad?" jadeando, gire mi cabeza hacia él
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que había dicho eso, mi pierna queda guindando delante de mí. Rome
se coloco en la entrada y sus brazos atravesaron su pecho. Él llevaba
otra camisa negra, las mangas enrolladas, el botón en su cuello sin
abrochar. Y unos pantalones negros que abrazaban sus flacas
piernas.
Él podría haber sido un hombre de negocios si no hubiera sido por la
expresión de sus ojos: he visto lo peor que el mundo puede ofrecer,
su mirada era tensa, con aquellas líneas que se encontraban
alrededor de sus ojos. La pistolera del arma que tenia en su hombro
no ayudaba tampoco a su imagen.
"¿Yo?", Tragué aire. "¿Intentar fugarme? Nunca".
"Mentirosa", dijo, aún con voz fría, pero más calida que la anterior.
"Ahora que estás despierta, vamos a desayunar y hablamos".
¿Comer? ¿Hablar? Pero... "¿Por qué no he muerto?". Mi sangre se
congelo. "Oh dios mió, eres uno de esos locos que disfruta con el
miedo de otras personas. Probablemente me dirás todos los caminos
que se le ocurran para hacerme daño, haciéndome gritar y retorcer
en busca de piedad, antes de que me des el golpe final". Él frunció el
ceño, esa acción tan amenazadora hizo que me recorriera un
escalofrió por la columna vertebral.
"No grites. Ni siquiera lo pienses. Tendré que golpearte si lo haces y
después de eso, eliminar a los vecinos‖. Trague por semejante
inhumanidad. Además, él había dicho "los vecinos" es decir, tenemos
personas a nuestro alrededor.
"Tienes cinco minutos para llevar tu atractivo trasero a la cocina, "
dijo él, dándose vuelta.
¿Atractivo?, Casi jadeé. Mi boca realmente cayó abierta. ¿Él pensó
que yo era atractiva cuándo él sólo me ha visto en mi peor estado?.
Rápidamente anulé la oleada de placer que el conocimiento había
traído y me maldije por ser una idiota hambrienta sexual. "¿Te
aprovechaste de mi mientras dormía?".
Se paro y me dirigió una mirada de ¿eso es una broma? Luego,
empezó a dar pasos, desapareciendo por el pasillo y dejándome sola
en la habitación. "Cinco minutos", dijo de nuevo.
¿O si no que?, pero yo estaba teniendo problemas para coger aliento
"Maldita enfermedad," Murmuré, porque negué culpar a Rome por mi
falta de aliento.
Yo no podría sentirme atraída por un hombre que intento matarme.
Incluso yo, tenía mis propias normas.
Escapa, tonta. Escapa. Él idiota me dejó sola. Bueno, no estoy sola,
pero él no esta lo bastante cerca. Si pudiera salir del apartamento,
casa o lo que sea que esto fuera, podría conseguir la ayuda de uno de
los vecinos.
Gatee hasta la cama, un poco inestable, pero más fuerte que lo que
había estado antes. ¡Llevaba una camiseta y un sostén,(diferentes a
los que tenia antes, ¡maldita sea!) eso quiso decir que él bastardo me
cambió de ropa otra vez.
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Primera parada: el baño, fue fácil de encontrar porque estaba muy
cerca de la habitación y me hice cargo de mis asuntos urgentes.
Después de esto, corrí al armario. La oportunidad de escapar estaba
en cuenta regresiva como una bomba de tiempo en mi cerebro.
Agarre el primer par de pantalones y una camiseta que encontré.
Ambos eran míos, obviamente los habían traído de mi casa. En
realidad, varias prendas que se hallaban en el armario eran de mi
propiedad.
Introduje precipitadamente la camiseta a mi cabeza, mi estómago
gruño. ¿Cuánto tiempo ha pasado desde que comí por última vez? .
El aire perfumado a tocino olía muy bien. Odiaba admitirlo, pero ese
olor cerca de mí era una tentación difícil de olvidar, tendría que dar
un paseo hacia la cocina, sentarme, y devorarme el desayuno.
¿Por que Rome quería que yo comiera?, ¿o me estaría envenenando?,
"Lo más probable es que sea un demonio diabólico", o tal vez su plan
no era alimentarme, quizás la comida era solo para él y yo solo lo
miraría comer.
Este hombre es un enigma, de eso estaba segura, y no sabía qué
pensar de él o de sus acciones pasadas, presentes o futuras. Él no me
había matado cuando había tenido la oportunidad. Que yo supiera él
no me había hecho daño.
"Tres minutos" Rome llamo desde la cocina.
"Vete a la mierda" le susurre. Agarre un par de zapatos deportivos
del armario. Eran míos, por lo que eran de mi talla. Corrí a toda prisa
hacia la ventana, empuje la cortina a un lado.
Bueno. Estaba lejos del piso, en un edificio. Con una estructura de
ladrillos rojos, que se veía en toda la fachada. Mire hacia abajo, ví la
escalera de incendios y sonreí aliviada. Cuando me di cuenta, la
gente que estaba paseando por la calle, casi me aplaudían. La
emoción se avivaba en mí. Una vez que fuera, podría gritar para
pedir ayuda.
Mis dedos estaban sobre la parte inferior del marco de la ventana y
empuje hacia arriba. Excepto que.... La ventana se negó a abrir.
"Amph." Puse toda mi fuerza para intentar levantar el vidrio. Pero no
pasó nada. "¿Que diablos?". Gruñí suavemente.
"Yo asegure la cerradura", oí. "Al igual que con el resto de las
ventanas. Y con la puerta".
Mordí el interior de mi mejilla, evitando mi grito de furia. Su tono era
humorístico. ¿Cómo supo lo que estaba haciendo?, No podía verme.
¿Él me consideró tan lastimada que no tendría que vigilarme?. Oh, se
lo demostrare.
Tal vez podría lanzarle algo al cristal, romperlo y saltar fuera. Sólo
necesitare unos segundos, bastante tiempo para conseguir la
atención de alguien y ellos podrían llamar a la policía.
"Si piensas romper el cristal, " dijo él. "Deberías saber que es más
grueso de lo normal y requiere muchísima fuerza para hacer una
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grieta leve. Y si piensas llamar la atención de alguien que este abajo,
debes saber que el cristal tiene una película en el exterior que impide
que los que están afuera te puedan ver".
No dudé que sus palabras fueran ciertas. Haciendo una inspección
más cercana, pude ver la densidad del cristal y un destello oscuro.
"Gracias por la noticia de última hora, "dije con los dientes apretados.
"De nada". Bastardo. Ven, Jamison. ¡Piensa!. Tenía que haber algo
que yo pudiera hacer.
Él había dicho, tú tienes el poder de los cuatro elementos. No me
sentí diferente, ni poderosa. Pero ya lo había comprobado. Había
hecho que el hielo se formara en mis dedos. Había mantenido a raya
al hombre con un escudo de aire. ¿Todavía poseía aquellas
habilidades?.
Sin saber que más hacer, retrocedí varios pies de la ventana y
extendí mis manos. Yo le demostraría a ese bastardo que sucedía
cuando uno se metía con una mujer que esta molesta. (Esperé).
Golpearía esa maldita pared y luego caería. (Esperé.)
" Viento, " dije suavemente, queriendo no llamar la atención de
Rome. "Te convoco." Pasaron unos segundos. Nada pasó. Solo una
leve brisa.
" Viento," repetí con más volumen. "Convoco a tu maestro" Un poco
dramático, pero…mierda. Otra vez, nada. ―¡Ordeno que el viento
sople por aquella pared de mierda!".
Una vez más, mis esfuerzos no fueron recompensados. ¿Por qué no
estaba funcionando?. Había funcionado antes. Cuando me di cuenta
de lo que estaba haciendo, sacudí la cabeza. Dios, estaba aquí,
aceptando el hecho de que tenía poderes.
¿Quién habría pensado que yo acabaría así?, Belle Jamison, la chica
ordinaria.
"No eres capaz de hacer eso". La voz de Roma fluyó en mi como miel
caliente.
Suspire fuertemente y me puse muy rígida. Él se había movido tan
sigilosamente, que no lo había oído acercase. Ahora sentía su caliente
exhalación acariciando la parte de atrás de mi cuello. Estaba tan
cerca que pude sentir su calor corporal filtrarse por mi ropa.
Trague, pero no me atreví a voltear a mirarlo. Probablemente, no era
muy valiente, pero opté por ser prudente. "Si te encuentras detrás de
mi," le dije, "es porque eres un cobarde".
"Por última vez, si hubiera querido hacerte daño, ya lo hubiera hecho.
Ahora, baja tus brazos y vamos a la cocina a charlar".
"Diablos, no". Tal vez debería intentar huir ahora. Tal vez debería
voltearme y darle un rodillazo en sus bolas. Oh, espera. Esa no es
una mala idea. Gire, levante mi rodilla, pero Rome me agarro por los
hombros, y me torció de manera que tenia apoyada la espalda contra
la ventana.
Él me puso en mi lugar. "No lo creo. Yo no te haré daño y tú no me
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harás daño a mi. ¿Entiendes?".
Mire fijamente al cristal. "¿Por qué no me has hecho daño?".
Él ignoro mi pregunta. "¿Ya estas lista para ir a comer?".
"No, yo estoy lista, pero para irme" A mis lados, sacudí mis manos,
aumentando su flujo sanguíneo. Viento, ¡ven!
"Bien". Él suspiró. "Sigue intentándolo. El fracaso no es bueno para ti.
"Él libero la presión de mis hombros, y extendí las palmas de mis
manos al frente. "Tu comprenderás que no podrás alejarte de mi, no
importa lo mucho que lo intentes y podemos ir al grano".
Apreté fuertemente mis parpados, y visualice lo que quería: fuertes
vientos. Golpeando cientos de cosas. Algunos segundos pasaron
mientras esperaba que ocurriera algo, cualquier cosa. ¿Era mucho
pedir una brisita?, Nada, cero.
"Te lo dije" indico él.
"Odio cuando me dicen eso". La irritación fluyó dentro de mí. La
irritación y la impotencia, la frustración y los tintineos que zumban en
su conciencia sólo aumentaron mi irritación. "Yo no estaría aquí,
intentando explotar esta ventana si tu no estuvieras aquí".
Él rió en silencio, un ronroneo sensible, estaba en desacuerdo con lo
que yo había dicho. "Obstinada". Me dijo.
"Decidida". ¿Cómo se atreve a reírse de mí? La furia comenzó a
sustituir mis otras emociones, quemándolas.
"Mira, he sido amenazada, traída en contra de mi voluntad a un
apartamento y no de mis familiares, por hacer sido infectada con una
fórmula. Voy a tratar de escapar si sigo siendo una maldita
condenada". Mis dedos se estaban quemando y grite.
"Maravilloso", dijo secamente.
"¡Estoy en llamas. Estoy en llamas!". El pánico me invadió, al ver mis
manos quemándose las agite. Las llamas sólo se intensificaban. Si no
hubiera estado ya tan segura de tener poderes, el ver esto me
convencería del todo.
"Deja de moverte de un lado a otro o entrarás en shock. ¿Te quema
eso?". Sus palabras penetraron en mi mente, y logré serenarme.
El pánico fue bajando su intensidad (solo un poco), al igual que las
llamas. Me di cuenta que el incendio producía calidez en mi piel, pero
no era suficiente para quemarme. "No", dije, sorprendida.
Él me rodeó, colocando sus dedos desde mis brazos a mis manos
ahora extinguidas, luego rastreo una yema del dedo y cada capa de
uña. Un delicioso escalofrío recorrió mi cuerpo, era cálido y erótico.
"Eres una amenaza para ti misma, imagínate como seria para el resto
del mundo. No es sorprendente que la paras te quiera"
"¿La para que?".
"Paras. Agencia- paranormal". Al darse cuenta que no había
respondido nada añadió, "Son las agencias que tratan acerca de lo
paranormal, como la EPI".
"Lo que sea, esas agencias se puede ir al diablo" dije, regresando mi
atención a mis manos. No habían señales de quemaduras, ni si quiera
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estaban rojas. Lo que más me impresiono, era lo delicadas que eran
las de Rome al lado de las mías. Mientras que las mías eran delgadas
y con un leve color amarillento, las suyas eran gruesas y fuertes. Con
un encantador color rojizo.
Mis uñas eran pequeñas pesuñas. Yo no había tenido tiempo para
limarlas últimamente. Obviamente las suyas estaban perfectamente
pulidas, muy bien mantenidas. Cicatrices envolvían sus palmas.
"¿Cómo comencé el fuego?. Pregunte. ¿Que era...?, ¿Que era....?".
"Eres peligrosa". Dejo salir otro suspiro. "Eres más problemática de lo
que creía".
"No sabes muy bien como lo hice ¿verdad?". Sentí ganas de llorar.
"He prendido fuego con mis dedos, maldita sea. Yo no quiero hacerlo
nunca más. ¡Nunca más!".
"Pero lo harás. Y será peor mientras los días sigan pasando, estoy
seguro. Estas nuevas capacidades ya han encontrado un lugar en tu
composición química. Ya has cambiado. Mientras dormías, eran
irregulares e incontrolables". Sus palabras fueron un suave susurro,
una caricia que viajó por mi columna vertebral. "Ahora...".
"¿Ahora?". Le pregunte mientras mi estómago se retorcía
dolorosamente.
"Ahora debes controlarlos, no ellos a ti. Los dominas o si no, te
consumirán." Traté de voltearme y mirarlo, pero él me paró y
descanso su barbilla sobre mi cabeza. Perfecto. Él no quiere que me
mueva y no puedo hacerlo.
"¿Cómo sabes que me consumirán?". Pregunte, permaneciendo en el
mismo lugar.
"Quizás me encuentro en tus mismas circunstancias".
Abrí mi boca e intente nuevamente verlo. Pero él presiono más fuerte
mi cabeza, manteniéndome inmóvil. "¿Tu también puedes controlar
los cuatro elementos?".
"No." No me dio detalles.
Mordí el interior de mi mejilla. Él había pasado por los mismo que yo,
aunque no lo había experimentado igual. ¿Cómo?, ¿Por qué?.
Deseché este rompecabezas; necesitaba respuestas. Rome era la
única persona que conocía que entendía lo que me pasaba.
Lamentablemente, este agente de gobierno que había amenazado
con neutralizarme, era mi único vínculo con la cordura. Y yo aún no
sabía su apellido.
" Ayúdeme a entender, Rome. Por favor. ". No recibí ninguna
respuesta.
Las lágrimas se juntaban en mis ojos, después de la ola de
impotencia que me bombardeaba. "No te dejaré matarme y no dejaré
que un laboratorio me tome. No pedí que me pasara esto".
"Pero eso no ocurrirá así." Sus dedos se convirtieron en cadenas de
acero sobre mis muñecas. "Y sólo para que sepas, yo no te mantengo
viva", él mismo interrumpió su silencio. "Yo no te mantengo viva para
verte escapar". Una nota de advertencia goteaba en su voz.
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Antes de que tuviera tiempo para actuar, antes de que tuviera tiempo
para protestar, él había colocado mis brazos detrás de mi espalda y
atado mis muñecas. La cuerda con la que él me ató era firme e
inflexible.
Mi corazón golpeaba contra mis costillas. "¡Suéltame! ¿Qué estás
haciendo?".
Él agarro mis hombros y me dejo ver su rostro. Su mirada fija me
perforó con una fiereza que de algún modo logró impresionarme,
asustarme y estremecerme. Él se lanzó sobre mí, hambriento,
leyéndome, quizás, antes de que esto fuera el apartamento otra vez,
la luz en ellos se suprimió tan rápidamente como había llameado.
"Tus cinco minutos."
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MÁS RÁPIDO DE LO QUE YO PODIA REZAR ―mata a este bastardo‖
Fui amarrada como un pavo de día de acción de gracias y echada
sobre el hombro de Roma. Mientras él me mantuvo en semejante
posición indigna, ató mis tobillos con el resto de la cuerda.
¡Suélteme en este instante! Grité, tratando de darle un rodillazo en el
estomago.
―Deja de moverte‖ me hizo rebotar en su hombro, dejándome sin aire
cuando mi estómago golpeó su clavícula.
Cuando logre respirar nuevamente, mascullé, ¡estas aplastando mis
riñones y mi páncreas! ¿Sabes qué tan peligroso es? ―Suélteme antes
de que termine en coma‖
―Si usted puede apuntar exactamente donde su páncreas está
ubicado, entonces lo haré como tan dulcemente pides.‖
―¡Esto — Oh! Maldito seas. Suélteme Ahora Mismo. No quiero mi cara
en tu trasero.‖
Él se rió, el sonido tan profundo y seductivo aun más potente, porque
esta vez parecía oxidado con desuso, como si él no dejara entrar el
verdadero humor a menudo en su vida.
Conservando su alisado de zancada, no reboté contra su hombro otra
vez.
Él navegó precipitadamente por el vestíbulo pequeño, y en la cocina.
Él me dejo encima de la barra de un taburete. Sin el uso de mis
manos, me balanceé precariamente y casi me volqué para el linóleo
floral.
―Ahora comemos y hablamos.‖ Él se marcho, para el otro lado del
mostrador, acopiando un plato con huevos revueltos y tocino.
Miré encolerizadamente en él, ignorando mi apetito gruñidor.
―Hablábamos. No había razón para atarme con esto.‖
―Hay muchas razones‖ Su mirada fija, viró con mordacidad para mis
manos atadas.
―Llámeme un tonto, pero no seré asado vivo‖
Llevé alguna comodidad en eso, y sonreí abiertamente con un aire
satisfecho. ―¿Asustado De Mí, Roma?‖
Él se burlo. ―Asustado por su incapacidad de controlarse, me gusta
mas.‖
―Anótese un punto (o doce millones, ¿pero quién está contando?)
Para Roma‖
Perdí todo sentido de superioridad, y mis hombros bajaron
bruscamente. Él estaba en lo correcto. ¿Podría atrapar mis dedos en
fuego sin cualquier provocación? Que sepa, ¿qué más podría hacer?
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Odié los poderes que tiene.
En el momento, que ese pensamiento llenó mi cabeza, me inmuté.
¡Los poderes!
¿Me acostumbraría alguna vez, a esas dos palabras usadas en la
conjunción?
―para dañar, es tan probable como yo‖ dice Roma. Él colocó el plato
entre nosotros, excavó encima de una porción de huevos con la
cuchara, y me ofreció el mordisco.
―Ábrala.‖
―¡Ooo... vaya‖ te gusta!
En el momento que abrí mi boca, él suavizo el tiro de la cuchara. Oh,
esto sabe bien. Cerré mis ojos, disfrutando el deleite untuoso. Lo
había sazonado perfectamente.
El asesino, neutralizador y cocinero un jefe maestro. Una
combinación impar.
El sabor estaba tan bien, y exploto en mi lengua, más definido que
alguna cosa, que hubiera experimentado. Despejó su garganta,
ganando mi atención. Sus ojos estaban en la comida, no en mí, así es
que allí, no podría leer la emoción.
Guste, que puede tener más, de cualquier manera.
―Tengo una proposición para usted.‖ Su voz estaba un poco áspera.
Me tragué y abrí mi boca para más. Si los huevos fueron
envenenados, entonces voluntariamente moriría.
Su frente se arqueo.
―Muerde,‖ ―¿Qué tipo de proposición?‖Dije.
La cuchara amontonadora hizo un viaje difícil, de regreso a mi boca.
¡Yo del tipo de persona que le gustaba ser alimentada! no me gusto
que eso me agradara. Especialmente por este hombre. Le miré
ceñudamente, para hacerle una observación.
―El tipo que te ayudo, luego me ayuda.‖
Otro mordisco. ―¿Ayudarme cómo? ¿Expulsándome de mí supuesto
sufrimiento? ―¿Ayudándome, a salvar el mundo de mi mal ego?‖
Un parpadeo de cólera se inicio, iluminando su azul mirada. Pero
rápidamente se oscurecieron otra vez. ―¿Detenga eso ya? No te maté,
y no voy hacerlo.‖
―Se abalanzó sobre mí con una aguja.‖
―No le hizo eso a usted.‖
―Sí, lo hizo. Recuerdo un aguijón en mi brazo.‖
Él puso sus ojos en blanco. ―Le di un sedante para ayudarle a dormir.
Estaba echando una moneda a cara o cruz y cambiando de dirección.‖
―Eso no niega el hecho de que trata de neutralizarme.‖
― ¿Es así de despiadado con todo el mundo?‖ Él llevo una porción de
tocino a mi boca. ―Un hombre que comete un pequeño error, lo lleva
en su cabeza para la eternidad.‖
Casi me sofoqué, y tuve que forzar para que bajara por mi garganta,
el trozo de carne salada.
Una vez que recobré mi respiración, me quedé sin aliento, ¿Un error
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pequeño?
¿Dijo usted justamente un error pequeño? ¿Eso es lo qué has dicho?‖
―Sí.‖ Su expresión fue impasible, sin una emoción de parpadeo —
cuál absolutamente odié y estaba insignificante.
Miré con ceño, mientras él metió un poco de huevo en su boca y
masticó.
¿Cómo pude el, permanecer tan ilegible? Él fue como un apagador. Si
él quisiera que yo supiera sus pensamientos, entonces él me lo
permitiría. Pero bien, no obtuve cosa ninguna.
―se me dificultad creer, que para usted, echarme a perder sea, un
pequeño error. Poco se olvida de bajar el asiento del inodoro o sus
calcetines en el piso, y está causando una abolladura en mi coche y
diciendo que no lo hizo.‖ Gruñí cuando terminé mi diatriba.
―¿Tiene sed?‖
Me inmuté en él, quedando mudo momentáneamente.
―¿Esa es su respuesta para mí? Preguntar si estoy sedienta.
― Tomaré eso como un sí‖ Él empujó sus pies y caminó a grandes
pasos hacia los gabinetes verde oliva, que perfectamente hicieron
juego con el mostrador del mismo color pero pasado de tiempo. Al
menos este cuarto no tenía la misma pintura amarilla de peladura
como el dormitorio. En lugar de eso empapelo con polca verde.
Con la familiaridad de un hombre que conocía muy bien su lugar, él
alcanzó y abstrajo un vaso de adentro. ―¿Es esto tuyo?‖ Pregunté.
―Apenas.‖
―¿Entonces, de quién es esto? ¿Sabe el dueño que eres un criminal y
que me tienes, contra mi voluntad?‖
―Por el momento, éste lugar es nuestro.‖ Él hizo una pausa, con una
expresión burlesca. ―Me siento caliente y velloso de repente. Me
percaté justamente, que estemos como en una luna de miel secreta.‖
La luna de miel de horror. ―¿Mató a alguien para obtener esta copia
de memoria?‖
Una sonrisa abierta tiró de sus labios. ―¿Piensa así de todo el mundo,
o soy precisamente el afortunado?‖ Él obtuvo una caja de cartón, con
jugo de naranja del refrigerador y derramó un poco en el vaso, el
efecto agradable y gorgoteado del líquido, fue por un momento el
único sonido.
Pude haber dicho lo obvio: Sólo tengo mala opinión de esos que
quieren neutralizarme. En lugar de eso pregunté, ¿Cuánto Tiempo iba
a estar desmayada, después de que me inyecte con esa aguja?‖
Eficazmente cambiando el tema.
lo que quería saber realmente, era que había hecho con el dueño del
apartamento
―Sobre doce horas.‖
En lugar de traerme la bebida, él contempló el vaso, rodeando los
lados con sus manos. Vi sólo su perfil, así es que no podría leer su
expresión. No es que él tuviera una. Nunca había encontrado a
alguien que camuflara sus emociones, tan rápidamente como él lo
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hacia.
―¿Ayudaría si me disculpo?‖ Él preguntó.
Me inmuté. ―¿Por tratar de matarme?‖― Tratar de neutralizarte.‖ ―La
misma cosa.‖
―¿No, eso no es, pero ayudaría?‖ Él presionó. Con su mirada fija en el
vaso.
No tuve que pensar en mi respuesta. ―No. ‖
―Entonces, no me tomaré la molestia.‖
Mi mandíbula estaba apretada, casi chasqueando. ―¿Por qué tiene
piedad de mí?
Todavía no ha contestado a eso.‖
Ignorando la pregunta otra vez, él finalmente cambió de dirección
hacia mí y cerró la distancia entre nosotros, observándome
resueltamente. ―te contaré todo‖.
Si fuera completamente serio lo de lastimarte, entonces estarías
muerta.
Pude haber roto ese escudo, si hubiera metido cualquier esfuerzo en
él.
Pude haber cortado en rodajas tu garganta mientras dormías, o
bombear amplitud de drogas y hacer cualquier cosa que quisiese‖
Me estremecí. Sí, él pudo haber hecho todo esas cosas. Él no hizo.
―¿Por qué no lo hizo?‖ ¿Cuántas veces me obligaría a preguntar?
Él se encogió de hombros, pero la acción careció de animosidad.
―Abra.‖
Obedientemente, dividí mis labios. El vaso fresco tocó el borde de mi
boca un segundo antes de que una prisa de jugo picante fuese en
disminución abajo de mi garganta. El sabor vibrante despertó mis
papilas gustativas. Dios mío, nunca había tenido una comida tan
deliciosa.
Rome dejó a un lado la taza y cuchareo arriba de un mordisco de
panqueque espeso, que chorreaba. ―Que otra agencia que mencioné
antes — la OEAS, el pequeño gobierno único, poco sanciona — no
dudará en llevarle hacia abajo.
Se declararán en huelga primero y el precio de venta dudara más
tarde.‖
Me tragué, la comida repentinamente sabiendo como pizza. ―Mientras
pienso que es genial que el hombre hiciese cesión para matarme‖
―El empuñando, profirió de sus dientes, neutralizarme.
― Cualquier término. Es la misma cosa. Y Mientras yo…‖
―No es lo mismo. Sólo tuve la intención de ponerte fuera de
combate.‖
―Bravo, pero quiso hacerme parecer fuera de combate, o para toda la
vida.‖
Él pronunció un suspiro frustrado. ―Nunca tuve intención de matarte.‖
Otro mordisco. ―De acuerdo, Después, de ponerme fuera de combate,
para la mayor parte de la eternidad, qué intención tuvo de hacer.
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Sus mejillas se enrojecieron, y un rayado fino apareció, alrededor de
sus ojos apretados. ―Tuve intención de meterte en un coma — un
sueño profundo, y llevarte para que mi jefe pudiera experimentar en
ti, y luego ponerte a funcionar o aprisionarte. Allí. ¿Eso es lo que
buscabas oír?‖
No supe si él decía las palabras en verdad o de mentirillas. Tomo
cualquier cara de la moneda. ―¿Qué te hizo cambiar de idea?‖ Y no
se, si cambies la pregunta esta vez.‖
―Inspeccioné. No mentía sobre su papa.‖ Por alguna razón, él sonó
acusatorio. ―pagas para que el asista, al centro donde vive, y él no lo
puede dejar por su régimen de medicamentos.‖
Rome se encogió. ―Hay más que eso, pero no voy a discutirlo contigo,
ahora mismo.‖
¿Creo en él? ¿Creo que él ahora no me hará daño? ―Si es tan grande
al mantenerme viva, pruébelo ahora. Desáteme.‖
―No, que sí creo‖
―Sino —‖ él cortó totalmente mis palabras rellenando más panqueque
en mi boca.
―no tiene idea del daño que puede hacer. Su inexperiencia es
peligrosa.‖
Forcé la comida abajo de mi garganta. ―¿La inexperiencia? Ooo...
Hola. ¿En caso de que preguntara?, éste no es el nuevo puesto que
solicité. Nadie tiene experiencia con esto.‖
Su mirada fija se estrechó en mí. ―para obtener más experiencia es
probable que no se prepare, aprenda despacio engulla en el gatillo
emocional. Tenga presente, que las malas cosas ocurren cuando te
enojas.
¿Está diciendo que el fuego se debe a la cólera?‖ sujete mi lengua
sobre mis dientes. ―una persona sana, se daría prisa para responder
con furia si se despertara medio desnudos, con un pistolero a sueldo
contratado al pie de su cama.‖
―El pistolero a sueldo contratado.‖ Él se rió. ―Me Gusta Eso.‖
―Excelente‖ dije secamente. ―probablemente después le gustará
igualmente, rata bastarda‖
Él no perdió su diversión. ―Todo lo que digo es que sus emociones se
vuelven incontenibles. no trata de disminuirlos en lo más mínimo.‖
"Lo hago, si no lo hiciera te hubiera dado de comer tus propias
pelotas en nuestra primer encuentro.
―Ah, tan amable, de conversación dulce realmente me anima.‖ Otra
sonrisa abierta, esta era más lenta, más pausada, difundidas sobre
sus características, aliviando su expresión, haciéndole mirar todo más
erótico, y darle un encanto. Lo encontré irresistible.
Me redirigí, no gustándome, lo atractivo que lo encontré. ¿Qué tan
estúpido pudiese ser? Aparentemente mientras más tiempo gasté con
él, lo más bajo que mi COHEFICIENTE INTELECTUAL descarte. Mis
ojos se estrecharon, y trabajé en el cordón amarrando mis muñecas,
haciendo mi mejor esfuerzo, para no dejarle ver mi contoneo
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armamentista.
―Exactamente, lo que sabes‖ dijo, alimentándome con otra cucharada
de huevos. Su semblante perdió todos los vestigios de humor; Sus
ojos se desinflaron. ―No soy el pistolero a sueldo, sólo contratado
para aparecer al pie de su cama. Alguien forzó la entrada en su
apartamento anoche.‖
―¿Qué?‖ Mi espalda desensortijada.
―Él trató de robarme.‖ La voz de Rome, se hizo más hondo y se volvió
completamente amenazadora. ―como supe que volvería, te traje fuera
de allí, lo mas rápido que pude y como fuera posible.‖
Hice una pausa, mi sangre se puso helada, al pensar en el peligro que
había estado y no había sabido de él. No dudé por un segundo que
Roma dijera la verdad acerca de esto. Mis sueños, realmente me
percate. Habían sido reales. Demasiado real. Había visto a un hombre
abalanzarse sobre mí con un cuchillo.
Pero él no me había matado porque… porque… La respuesta hizo clic
en lugar. Rome le había matado primero.
Roma me había protegido. Hasta este punto, había podido usar
comentarios sarcásticos y le lleve la corriente, a camuflar mi miedo;
Yo ahora no podría. Esto fue real, la cara de la muerte. No pudo estar
inacabado. No fue ficticio.
―Él trató de apuñalarme‖ murmuré. ―Recuerdo ver su arma.‖
Rome. Parpadeó en la sorpresa. ―No. que él trató de secuestrarte. Y
trató de apuñalarme. Conoce la parte horrible, para alguien que
estaba supuestamente dormido.
―Sólo vi pedazos y fragmentos, pero yo pensé... pensé que había sido
un sueño.‖
―No, no soñó.‖ Él pellizcó un poco los huevos. ―¿Qué más vistes?‖
―Hubo un jaguar allí. Vi —‖ Mi frente surcada. ―Seguramente estoy
equivocada.
Seguramente no hubo un animal descabellado en mi apartamento.‖
―No, claro está allí‖ él dijo, no dejando lugar de discusión, con su tono
―materializas tus sueños a la realidad.‖ los sonidos habían sido tan
reales en las visiones. Fue tan real. Ooo...., Hola. Si un gato de la
selva hubiese estado allí, habría signos. Talvez un brazo roído.
―¿Quién fue el hombre?‖ Pregunté, con mi voz temblando.
―No me detuve a preguntar su nombre. Todo lo que conozco es quien
es su jefe, Vincent, no estará satisfecho con el fracaso. Vincent
enviará a más agentes, y dulzura, confía en mí, cuando digo que no
quiere que ellos te capturen. He visto como Vincent engaña a sus
víctimas. Él le probará, dolorosa y cruelmente, en las formas en que
aun mi jefe, ha privado de la protección de la ley. Y luego, si estás
todavía viva, entonces él te forzará por cualquier medio posible a
trabajar para él.‖
Terribles palabras, pero Rome no había terminado. "Y no pienses que
puedes mentirle, decirle que trabajarás para él y luego escapar. Su
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poder es hacer que la gente diga la verdad. Nadie puede mentirle.
Nadie. Y no es porque algunas mujeres le encuentren atractivo"
Añadió secamente
Atractivo. …¡Vincent chico lindo! Tuvo sentido. Había querido decirle
al chico lindo todos mis secretos, recordé.
El pulso salvajemente, en mi cuello martillado. ―¿No has dicho lo que
tu jefe quiere hacer conmigo? Dímelo, ¿después me hará trabajar
para él?‖
― No dolorosamente, y no por la fuerza. Harás lo que él quiere o
estarás detenida como los otros seres sobrenaturales.‖
―¿De que tipo de seres sobrenaturales estamos hablando?‖
―De todo tipo de intercambiadores. Las personas que caminando
pueden atravesar paredes o el alma con solo verte. Creo mencioné
las personas cuyos fluidos corporales son tan tóxicos, que te matarían
con el solo aire que respiras. ¿Iras?‖
Negué con la cabeza. ¿Todas esas cosas, criaturas, armas vivas…
aún… ―¿Porque nunca antes, había tenido noticias de estas personas,
Rome? ¿Por qué nadie sabe de ellos?‖
― PSI es bueno en su trabajo, eso hacen. Hacemos al mundo seguro
haciendo que ignoren lo que pasa.
Acerca de scrims. Y todo lo demás‖
Querido Dios. ―¿scrims?‖
―Scrims son criminales con poderes sobre naturales. Vincent es un
súper criminal, porque él provoca dolor innecesario, él mata aun
cuando puede solo bloquearlo y disfruta hacerlo. Sino que además,
captura y controla a otros scrims — de hecho detiene más que
cualquier otro y que otras agencias, así es que el gobierno le atiende.
Le dan permiso de vivir, haciéndole vista gorda a sus experimentos.‖
Era casi, demasiado increíble. ―¿Esos scrims son naturales o creados?
―Algunos son naturales y otros creados. Mientras más experimentos
sean realizados, más scrims nacen. Es un ciclo cruel‖
Su expresión atenuada. También ―Lo que te conté sobre la prisión es
cierto‖ Villa del castillo, como cariñosamente lo hemos apodado, es
muy real, y no te agradará. Con un pequeño pensamiento, podrías
terminar como la perra de Venom.
―¿Venom?‖
―Ella trabaja para Vincent. Su saliva es mortalmente toxinas, y si ella
te besa…‖
Me atraganté.
―Vincent es la única razón para que PSI exista. Limpiando las
catástrofes que el y su hermandad de seguidores causan es una
trabajo completo.‖ Rome biseló su cabeza, considerándome.
―¿Recuerdas ese gran incendio el año pasado dentro de almacén en
Chicago? ¿El que mató cuarenta y dos personas y fue culpado en
cableado defectuoso? Una mentira.
Vincent probaba la fórmula de los cuatro elementos. Te lo digo, varias
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personas fueron quemadas por las llamas.‖
Me estremecí, y sentí la vibración a fondo. ―¿Por qué el busca que
controlen los cuatro elementos?
¿Mataría por ello?‖
―Piense en eso. Él puede causar una sequía, si el precio es correcto o
luego salvar a todo el mundo con una tormenta. Él ganará dinero,
sacará provecho y matará a las personas. Controlando a todos con
eso.‖
Dios mío. Mi boca se seco un poco más con cada palabra, que Rome
decía. Si mis manos no hubiesen estado atadas, entonces me cubriría
mis orejas y no tendría que oír nada más. Había un mundo de
villanos allí afuera, y en ningún momento había pensado que podría
tocar o afectarme. Qué tan equivocada había estado. Llevaba el luto
de la inocencia perdida.
―ya había colocado pernos y cerrojos especiales en las puertas y las
ventanas de tu apartamento‖ Rome dijo, ―así es que el asaltante no
debía haber pasado, por encima de ellos tan silenciosamente como él
lo hizo. Fue bueno, y determinado. – estuvo cerca de querer
obtenerte y el que Vincent envíe será incluso mejor que ese.‖
―¿Qué hiciste con su cuerpo?‖ Pregunté.
―Me encargué de todo y limpié el lugar. Ninguna razón para contarte
los detalles.‖
Era muy amable que el no me explicara. Esos fueron todos los puntos
que podría entender. Las actividades clandestinas no fueron para mí.
¿Como puede despreciar algunas veces, mi común, normal y segura
vida? Que tonta fui.
Rome me ofreció otro mordisco de huevos, pero negué con la cabeza.
Mi estómago estaba ahora anudado y apretado, amenazando con
rebelarse. ―No me siento muy bien, " dije suavemente.
Luego, Hubo un largo silencio, ―creo que estás lista para oír la
proposición que tengo para ti.‖ Él se sentó en el taburete de al lado y
puso fin de que le confrontara.
Al principio mantuve mi mirada fija sobre el bostezo abierto de su
cuello. Me gusta más mirarlo a él, mas de lo que me gusta pensar en
tipos malos y malos proyectos. Contra el profundo negro de la camisa
de Rome, su piel estaba profundamente bronceada, dorada por el sol.
Los mechones finos de pelo negro de su pecho, se asomaron. Lo
suficiente como para no quedar con la mirada fija, pero lo bastante
para tentar, ¿A qué parecería esto, si recorría mis manos sobre su
pecho? ¿Estaría permitido que mis dedos exploraran,………. se me
permite?
¿Qué estas haciendo, idiota? No podría dejar a mí misma ser atraída
por él. Él, un hombre que justamente había admitido que mato
alguien. Un hombre que hubiera estado bien conocer antes. No
importa cuán sexualmente atractivo él era,
No Podría Desearlo a él. ¿Verdad?. Si bien él me había salvado de un
asesino, no podría confiar en él completamente.
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¿Belle?
Me inmuté, recobrando de mi conversación interna. ―¿Qué?‖
―No, me estas escuchando.‖
Mi mirada fija sacudida con fuerza hasta la cara de Roma. Él me
vigilaba, un destello de luz apareció en sus ojos azules brillantes.
Varias hebras de pelo entintado habían caído encima de su frente. Él
debería haberse visto como muchacho. Él no lo hizo. El peligro
ferozmente radió de él. El peligro… y la seducción. Él se parecía a la
fantasía más privada de cada mujer, un dios perfecto, que se
despertó de la cama ansioso para regresar.
¿Optamos por no pensar de ese modo, recordé? ―¿Qué estabas
diciendo?‖ Pregunté.
Él puso sus ojos en blanco. ―Le contaba todo de cómo fuiste
despedida del café, así es que ya no gozas de una renta. Deberías
haber oído algunos de los mensajes telefónicos de Ron. ‖
Tome una respiración exaltada, disgustándome, que Rome oyera los
mensajes que eran para únicamente para mi.
―¿mi papa llamo?‖ Pregunté entre dientes
―si,‖ él contestó, sin vacilación e inexcusándose. ―Tuvimos una bonita
charla. Él está un poco molesto contigo por no mencionarme, pero él
se alegra de que finalmente hayas encontrado a un hombre que se
conformará con tu pequeña boca. Y me dijo que tienes un lado dulce,
cuál aparentemente encontraré si estoy por ahí y registro lo
suficientemente profundo.‖
Una neblina roja se dirigió sobre mis ojos. ¿"hablaste con mi papá?
―Sí. Con tu amiga Sheridan, también. Ella quiso saber por qué no le
habías llamado en estos días y ha preguntado si estabas enojada por
los gemelos. Le dije que has estado gastando tu energía tratando de
persuadirme, y me dijo que te dijera, que llevaras el cuero negro y
una fusta. Muchacha interesante. ¿Ella es soltera? "
¡Oh, esto fue el colmo! ¿Hiciste que mi amiga de la infancia y el
hombre responsable de mi creación no se extrañaran de platicar con
un hombre extraño, del que nunca había hablado o se los había
introducido? Haci que Rome había estado en mi apartamento y
contestó mi teléfono. Con todo eso supe, que él pudo haberse movido
furtivamente adentro con la intención de asesinarme. Un
momento…………
―De todos modos, " dijo Rome con una onda de su mano, " Puedes
amarlos, y ellos pueden amarte, pero soy todo lo que tiene ahora
mismo. Soy el único que puede ayudarte. "
La advertencia sombría, hizo volver mi enojo y me causo miedo. Un
miedo frío, muy real y congeló mis propios dedos. Desde entonces el
enojo causaba llamas, tuvo sentido que el miedo causase hielo.
Demasiado rápida en el gatillo emocional, Rome lo había dicho. Él
estaba en lo correcto. Acerca de todo. ―¿Qué debería hacer? ¿Qué
puedo hacer?‖
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―No. que no tiene experiencia en esa arena. Estaría atrapada antes de
que cumpliese el fin del bloque.
No, lo que necesitas hacer,‖dijo él, golpeando ligeramente su dedo
contra el mostrador, ―es sacar a la OEAS de su espalda.
La mejor forma de hacer eso es encontrar al científico que creó la
fórmula. Dr. Enrich Roberts.
Mire a los ojos a Rome, incrédula. ―¿Eso suena estupendo, pero como
voy hacerlo? Tengo problemas encontrando mis llaves.‖
―Te ayudaré. Tal vez él puede saber que hacer. En caso de que no,
podemos intercambiar, o pretender que intercambiaremos su vida por
la tuya. Realmente, no puedo dejar a Vincent tenerlo otra vez. Él
convenció al buen doctor una vez que trabajara para él y que eso
beneficiaría al mundo. No puedo darle una segunda oportunidad de
que Vincent lo convenza.
Lo que dijo de Rome en su discurso: Hay una oportunidad para ser
normal y promedio otra vez. El pensamiento me embriagaba.
Bravísimo. Intoxicante. Excepto… un pensamiento vagabundo que se
entrometía en mi felicidad, y fruncí el ceño. ―¿Por qué haría todo
esto, Rome? tiene órdenes para tomarme. Si dice la verdad, entonces
ha desobedecido órdenes directas. Estará trabajando en contra de su
jefe. ¿Por qué haría eso por mí? Una desconocida.‖
Su mandíbula se apretó y él se encogió de hombros, con rigidez en la
acción. ―Tal vez mi jefe cambio de opinión. El ahora piensa que tu
tienes un mejor uso en el campo
―Y tal vez te puedes ir al Carajo,‖ dije. Él probablemente esperaba
que yo aceptara su explicación sin comentarios. Bueno, que pudiera
dar sus respuestas inciertamente estúpidas. ―Tal vez no está
realmente trabajando en contra de alguien, pero si en contra de mí.
Tal vez tiene intención de encontrar y matar a Dr. Roberts y echarme
la culpa.‖
Roma guardó silencio.
―Antes de que su jefe me pierda, él querría ver lo que puedo hacer.‖
Más silencio.
―¿No lo haría él?‖ demande. ―Dígame la verdad, Rome. ¿Por qué
realmente quieres ayudarme? ¿O estás tratando de engañarme a fin
de que caiga en algo?‖
Otra vez, él dejó su boca cerrada y sin pronunciar un solo sonido.
El enojo se extendió dentro de mi, pero agradecidamente, no
comencé un incendio. Continué el trabajo de quitarme la cuerda en
mis muñecas, tobillos, manos y mis pies poniéndose tan ardientes
como mi furia. Mi vida estaba en juego aquí, y yo no podía arriesgar
mi supervivencia, por la esperanza que Rome me quiso dar.
―No obtendrá ayuda de mí,‖ dije.
" No quiero involucrarte en un crimen, " Rome finalmente dijo. " Y mi
jefe no sabe que no tengo ninguna intención de traerte. ¿Satisfecha?
"
" No. ―Y no lo era. ¿" tiene este jefe tuyo un nombre? "
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Otra cortina pesada de silencio cayó, entonces él dijo, " a John Smith.
"
"Sí, como miles de otros hombres. Estupendo. No me digan. Yo no lo
conocía, de todos modos. Pero, ¿Por qué no quieres llevarme con él?
Dame una buena razón para creer en ti. ¿Por qué de repente quieres
mi ayuda para salvar mi propia vida cuando estaban tan decididos a
lastimarme?
Sus cejas oscuras se arquearon, y nuestras miradas fijas se
encontraron. ―¿simplemente no confiarás en mí?‖
―No. Nein. No. ¿Lo diré en otro idioma?‖
Él puso una mano sobre su cara, haciendo una pausa para pellizcar el
puente de su nariz. ―No voy a entregarte a mi jefe, y no voy a dejar
que caigas en las manos de Vincent,‖ dijo él. ―Ni ahora, ni después.
Te doy mi palabra. Si no podemos encontrar al doctor, entonces
encontraré otro modo de alejarte de Vincent.‖.
―¿Por qué lo harías?‖
―Porque… ‖ Él hizo una pausa, como si decirlo fuera una tarea
dolorosa. ―Porque — Demonios. No necesitas esa información en
estos momentos.‖
Dejé de trabajar en la cuerda, equilibrándome al borde del asiento.
―Dígame de cualquier manera,‖ insistí.
―Como, " él repitió, mirándome airadamente. El calor de aquella
mirada casi chamuscó mi piel‖
Porque tengo que llevar a mi hija en la huida, y eres la única que
puede ayudarme a hacer esto."
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Inmediatamente después de tirar esa pequeña bomba en mí -Rome
tiene a una hija. ¡Una hija! - él empujó sus pies, moviendo su
taburete hacia atrás. Él merodeó al contador lejano y retiró algo de
uno de los cajones. Él guardó su espalda a mí. "¿Vas a ayudarme,
verdad?‖ él preguntó.
―Todo lo que usted diga, jefe,‖ dije inciertamente. ¿Qué hacía él?
―Bueno." él giró en su talón y vino hacia mí llevando ¡Oh Dios mío! ¡Él
sostenía un cuchillo!
Jadeando, di tumbos hacia atrás y caí del taburete. Aterricé con un
golpe, el suelo de linóleo frío no hizo nada para amortiguar mi caída.
Un dolor agudo fusiló mis brazos. Escudo de aire, escudo de aire.
Necesito un maldito escudo de aire. ¡Pero mis manos estaban atadas,
literalmente! Traté de trepar atrás, empujando con mis pies, pero yo
no era bastante rápida. Rome me alcanzó y agarró en un aliento.
―Tan sospechoso,‖ dijo él.
"¿Cómo puedes hacer esto?‖ Grité. Lo que yo no daría para soltar mis
brazos y arruinarle con un escudo de aire. Si sólo yo pudiera hacer
que el poder trabajara sin el uso de mis manos. ―Voy — Voy a freírte.
Te destrozaré con un tornado. Dijiste que yo sería capaz de mandar
un tornado, y lo haré.‖
Indiferente, él sacudió el cuchillo en el aire y agarró el puño.
―Necesitas mi ayuda para esconder a su hija,‖ le recordé. "¡Cómo
puedes tu-ummph!‖
Sin una palabra, él me tiró sobre mi estómago. Por mi choque y
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miedo, registré el sonido del cortamiento metálico de la cuerda. Una
vez. Dos veces. Mi boca se cayó abierta cuando me di cuenta que él
me cortaba para soltarme, tanto las muñecas como los tobillos.
―Eres libre,‖ dijo él. "¿confías en mí ahora?‖
Balanceé mis brazos delante de mí; separé mis piernas y lleve mis
rodillas hacia mi pecho, luego pase a mis pies. Con la libertad vino
una oleada de valentía. Fui volando alrededor, señalando un dedo su
pecho y le gruñí, ―No vuelvas a venir con un cuchillo hacía mí otra
vez.‖
Una de sus cejas se arqueó en un saludo insolente. ¿"O una aguja?‖
él preguntó secamente.
―Así es.‖
"¿Ningún objeto agudo, eh? Te llevas toda la diversión de nuestra
relación.‖ Él sacudió el cuchillo en el fregadero con la precisión
experta. La punta se introdujo derecho al lado del desagüe, y el puño
se balanceó de acá para allá.
―Hay unas cosas que tengo que hacer,‖ dijo él, capturando mi mirada
fija con su propia mirada. Su mirar fijamente era intenso, calibrando.
¿"Puedo confiar en que te quedarás aquí?‖
Pestañeé mis ojos inocentemente. ―Por supuesto. Puedes confiar en
mí tanto como yo puedo confiar en ti.‖
―Tomaré eso como que puedes confiar en mí,‖ se rompió él. Un ceño
fruncido tiró sus labios apretados. ―No te molestes en tratar de llamar
a alguien. No hay ningún teléfono aquí. No dejes este piso, tampoco.
Te cazarán. Cubrí nuestras pistas, pero esto no significa que estás
completamente segura.‖
Mi barbilla se elevó, y le consideré con todo el alarde que yo podría
manejar. ―Eso asumiendo que ellos son capaces de capturarme,
sabiendo mi posición.‖
Él hizo rodar sus ojos y anduvo hacia mí, cerrando el precioso espacio
personal. Me quede quieta, no retrocediendo cuando yo quise — o
mejor dicho, debería haber querido. El calor irradió de él, y me hizo
temblar deliciosamente.
―Usted es vulnerable, Belle. Hasta que aprendas a controlar tus
capacidades, no eres el increíble Periodic Table Chick (*), y serás
derrotada. Cada vez.‖
―¡No me llames así!‖ Dije, pisando fuerte mi pie. El título parecía
conducir a casa el hecho de que yo no era más yo. Yo era alguien
más, alguien diferente, alguien peligroso y buscado.
"¿Vulnerable?‖ él preguntó, sus labios se rizaron. "¿O Periodic Table
Chick?―
―Ambos. No soy algún superhéroe. Encontraré un modo de
deshacerme de estos poderes, y luego cada uno tendrá que dejarme
el infierno sola.‖
Nada era peor que este problema. Nada era peor que ser
experimentado y/o matado.
―Para su bien, espero que realmente encontremos al doctor.‖ Su tono
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había perdido todos los rastros de la diversión, emergente grave y
triste.
Esperen. Algo no estaba bien aquí mismo. Algo… mis ojos se
entrecerraron y mis manos en puños fueron a mis caderas.
―Te estás contradiciendo, Rome. ¿Si le encontramos y él me ayuda a
deshacerme de mis poderes, no seré capaz de ayudarte a esconder a
tu hija, no es así? No, a no ser que yo entienda como voy a ayudar,
de todos modos. Y tú no puedes decirme sólo que tu hija tiene que
ser ocultada y luego no decirme nada más. Necesito detalles. ¿Por
qué vas a esconderla? ¿Hay alguien persiguiéndola?‖
Él cerró sus ojos y frotó una mano abajo su cara. "¿Te gusta el sonido
de tu propia voz, verdad? Por eso haces tantas preguntas.‖
―Contéstame. Seguiré preguntando hasta que me digas algo.‖
―Bien. No, no están cazándola. Todavía no. Pero ella es una niña y
ella merece una vida normal. Ella nunca conseguirá esto aquí. Ella
nunca tendrá ninguna clase de vida si no la escondo, porque ella será
reclutada por uno de los paras. Con o sin mi aprobación.‖ Su voz era
dura, llena del dolor. ―Y nunca dije algo sobre cuando yo te iba a
dejar intentar deshacerte de tus capacidades.‖
Fruncí el ceño. ―¿Dejarme? ¿Acabas realmente de decir dejarme?‖
"¿Has notado que a menudo repites lo qué digo? Sí, dije si te dejo. A
menos que quieras hacer algo de ello, que no recomiendo, tengo que
irme.‖
Bien, él probaba seriamente mi (prácticamente inexistente)
restricción, pero si era una prueba yo la dominaría. No le conteste
con palabras de maldición de tiro rápido (bastardo, hijo de perra,
comando nazi) y no le di palmadas a él hasta que él se cayera a la
tierra y llorara a lágrima viva como un bebé. Lo hice cambiar de tema
sin revelar que yo haría todo lo que infiernamente quería en el
momento que el se fuera.
De todos modos, yo no podía actuar demasiado impaciente para que
él se marchara.
"¿Dónde vas?‖ Fruncí el ceño. ―Alguien realmente podría tratar de
moverse sigilosamente hasta aquí mientras estés fuera.‖
―Recojo unas cosas que necesitaremos, y para ser sincero, prefiero
arriesgar a alguien moviéndose sigilosamente hasta aquí que la
asunción de riesgos del mundo entero. Tu podrías incendiarlo.‖
Lancé mis manos en la desesperación. "¿Cuántas veces tengo que
decirlo? La gente no está en peligro de mí.‖ Cuanto más desastrosos
eran los hechos que el pensaba que era capaz de hacer, más fácil
podría ser para él hacer su trabajo y llevarme con su jefe. Yo no
había sido capaz de llamar a un viento, por Dios. ¿Y que si había
prendido fuego en mis dedos? Yo no había lastimado a nadie y a
nada. ―Esto es -‖
―Es suficiente,‖ dijo él, cortándome. ―Una palabra más y voy a atarte
otra vez.‖
Jadeé. Él lo haría, también, pensé, aumento mi furia. Él afirmó que
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yo ya no era su presa, que íbamos a ayudarnos el uno al otro, pero él
ya me amenazaba con atarme. Si él se atreviera a recoger aquella
cuerda, yo…yo…
Una breve ráfaga de fuego salió de mis ojos y golpeó contra la pared
más lejana de la cocina.
Grité en el momento en que me di cuenta de lo que había pasado.
Rome se tiró al suelo. Él fue capaz de evitar el impacto directo, pero
varias chispas dieron en su mejilla, quemando la carne. Mis ojos se
ensancharon en el horror cuando contemplé el infierno creciente.
"¿Decías?‖ él preguntó, arqueando aquellas cejas insolentes otra vez.
Él rozó su mejilla quemada.
Mi horror creció con la velocidad del fuego, me precipité al fregadero
y llené una taza de agua. Tire el contenido sobre las llamas, luego
repetí la acción varias veces. Esto no ayudó.
Rome logró contener el daño con un extinguidor de fuego — pero no
mi mortificación. Mi Dios. Yo era una amenaza. Yo era peligrosa. Tal
vez Rome y los demás estaban en la pista correcta, queriéndome
eliminar. El olor de pintura ardiente y madera llenó el aire. Las
plumas negras del humo se rizaron hacia arriba, logrando que me
diera un poco de tos.
Después de poner aparte el extinguidor, Roma salte y sacudió el
detector de humo del techo antes de que esto pudiera hacer
erupción. Él lo sacudió en el fregadero y me dio una mirada fija.
"¿Todavía piensas que el mundo está seguro de ti?‖ él preguntó, sin
mostrar alguna piedad.
―No,‖ dije suavemente, abatidamente. ―Soy un monstruo.‖
―Pero eres un monstruo mono. ¿No me iré más de una hora? Intenta
controlarte.‖
―Lo haré.‖ Mis hombros cayeron. Yo podría haber matado a Rome,
podría haberlo prendido fuego. Quería escapar pero no quise
destruirlo. No cuando él nunca realmente me había hecho daño a mí.
Rome soltó un suspiro suave. En el próximo instante, él ahuecaba mi
mandíbula en sus manos y me obligaba a afrontarle. Sus dedos se
sintieron maravillosos. Al raso y abrasivo, pero completamente
provocativo. Sensual. Caliente y fuerte. Pero el más sorprendente de
todos, ellos se sintieron consoladores. Me estremecí. Lanzas
calientes, que hormiguean se filtraron pasando mi piel, hundiéndose
directamente en hueso.
―Belle,‖ él dijo, su voz tan suave como su toque.
Despacio miré fijamente en él.
Él bajó a su cabeza. Aguantando la respiración en mi garganta,
incinerándome.
Yo tenía el tiempo para protestar cuando él apoyo sus labios sobre los
míos, pero no lo hice. Yo no podría, no cuando de repente ansié su
beso con todo mi ser. Él era peligroso y emocionante, y con todo
continuando, yo no podría tener un mañana. Yo me permitiría este
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placer sin la culpa. Sin vacilar. Sin pausa. Yo lo tomaría, lo
saborearía, disfrutaría de ello, no importa como mal era para mí.
Podría ser la última cosa buena que pasara en mi vida.
Él beso mi boca una vez, dos veces. Quizás él había tenido cada
intención de dejarlo así, un toque breve, inocente, pero no lo dejé.
Abrí mi boca y le di mi lengua.
Al instante todos los sistemas se fueron. Para nosotros dos. No más
lasitud. No más suavidad. Sólo indiscutible necesidad. Gimiendo bajo
en su garganta, él me reclamó. Su lengua paso barriendo mis
dientes, hundiéndose profundamente, en una rendición total y
exigente.
Él sesgó a su cabeza al lado para el contacto más profundo. Sus
dedos enredados en mi pelo, sujetando como abrazaderas apretando.
Él sabía a hombre caliente, varonil. Y algo de materia prima. Algo
completamente carnal. Yo no podía llamarlo, no exactamente, yo sólo
sabía que esto no pareció a nada que yo había encontrado alguna vez
antes. Quise más, tanto más.
Nuestro empuje de lenguas juntas, impacientes y necesitadas. Me
encontré agarrando su camisa, sosteniéndole a mí como si temiera
que él se escabullera. El calor crecía dentro de mí, tanto calor
dichoso. Esto comenzó como una diminuta llama, que lame sobre
cada célula, luego extendiéndose y bifurcándose por el resto de mí.
Mis pezones se endurecieron y tiraron contra mi camisa, raspándose
con cada movimiento. Mis piernas se debilitaron. Dolía, sí, dolía. El
fuego creció. Rome agarró mi pelo en un apretón doloroso, como si él
necesitara un ancla. Como si él no podía pensar en liberarme por
ningún motivo. Pero en el siguiente instante él refunfuñó y saltó lejos
de mí.
―¿Rome?‖ Dije jadeantemente.
Él puso la longitud de un brazo lejos, respirando profundamente.
―Estuviste a punto de quemarme.‖ Jadeó él.
A mi me dolía, ardiendo, como él había dicho. Le quise otra vez en
mis brazos. Queriendo su lengua en mi boca otra vez. Quería su
erección presionado entre mis piernas esta vez, deslizándose hacia
arriba y hacia abajo, lentamente al principio y luego empujando
rápidamente en el borde de la dulce satisfacción. Salvo que él decía
"quemar" literalmente. Yo casi lo había asado a él, me di cuenta,
viendo el humo de mis manos enroscarse. Y todavía lo quería a él.
¿Cómo podría yo desearle esto ferozmente? ¿Él?
Inhalé bruscamente, pero esto no ayudó. Las indirectas de su
fragancia masculina se filtraron en mis fosas nasales. Otra marea de
deseo se cerró de golpe en mí, haciendo temblar mi estómago.
Haciendo surgir otra llama a la vida. Maldita sea, yo no debería
ansiarle así. Tal vez, tal vez no deberíamos haber hecho esto. Yo era
vulnerable a él ahora, más que antes.
Mis manos se cerraron en un puño en mis lados, y me concentré en
mi cólera. Ahora mismo, cualquier emoción era mejor que el deseo.
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¡Él no debería haberme besado!
"Rome", dije.
―Yo no debería haber hecho eso,‖ dijo él entre alientos, repitiendo
como un loro mis pensamientos.
―No. No debiste.‖ Contuve el impulso de remontar mi boca
aumentada, que palpita con mis dedos.
―No voy a decir que lo siento.‖ Las palabras eran un gruñido ronco,
que cortaba el silencio consiguiente.
―Y no voy a decirle que no lo haré otra vez.‖
Apreté mis labios, luchando contra una prisa de placer. ¿Estas
enojada, recuerdas? "¿No te pregunté, verdad?‖
Él hizo una pausa, movió su cabeza. Sorprendentemente, la
satisfacción brilló en sus ojos. ―¿No preguntaste si pensaba hacer
esto otra vez o no me pediste no hacerlo otra vez?‖
―Ah, sólo cállate.‖ Yo me había lanzado básicamente en él, y había
rechazado hacerlo peor expresando mis deseos. Él tenía que saber
que partes de mí — las partes más femeninas – esperaban que él lo
hiciera otra vez. Pronto.
Mis pezones todavía estaban hinchados. El dolor entre mis piernas
tenía que disiparse aún.
Él extendió la mano y remontó sus yemas del dedo sobre mi boca, de
la manera en que yo había querido hacer, llamando al fuego de
nuevo. ―Puedes confiar en mí,‖ dijo él. ¿Había un rastro de culpa en
su voz?
―A pesar que todo esto ha pasado, tal vez debido a ello, tu puedes
confiar en mí. No voy a lastimarte. No voy a engañarte.‖
De una manera rara, quise creerle. Quise colocar mi vida en su
obviamente capaz (maravillosamente malas) manos. Y sin embargo,
yo no podía confiar en mi propio derecho de instintos; quiero decir,
mira donde había llegado yo hasta ahora.
Él tomó mi silencio para la capitulación y dijo, ―comprobaré el edificio
y el área circundante. Si te quedas aquí, deberías estar segura.‖ Con
una caricia final a mi mejilla, él se alejó. O mejor dicho, desapareció,
dejando un cuarto desinflado, vacío.
Mi cara cambio, y mi mirada fija se sacudió de una esquina al otro.
Un segundo él había estado de pie delante de mí, el siguiente él ya
no estaba. De hecho, el único signo que él había estado aquí era el
hormigueo exquisito en mi cara
y el revoltoso calor en mi estómago.
―Rome,‖ llamé. Yo debería haber oído la puerta principal o al menos
un deslizamiento de la ventana. Y como yo no oí nada, camine por el
piso sórdido. No había ningún rastro de él.
¿Cómo diablos había salido él tan silenciosamente? Cuando él había
prometido, la puerta y las ventanas poseyeran una clase de paraagente, cerrojo futurista que extienden piernas de plata, en forma de
araña por la madera y marco. Dudé que Rome pudiera andar
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directamente por ellos. ¿O podría él? Después de todo, ¿qué sabía yo
sobre el mundo hoy en día?
―Él se ha ido,‖ me dije. ―Como él se marchó no importa.‖ En vez de
gastar más de mi tiempo en él, yo camine lentamente por el piso otra
vez, esta vez buscando un teléfono. Quería tan sólo oír la voz de mi
papá.
Rome no había mentido, sin embargo. No había ningún teléfono.
―Mierda.‖ Fui y vine de la sala de estar apretada. ¿Si yo volviera a mi
piso, estaría pinchado mi teléfono?
¿Rastrearían mi llamada? ¿Si yo dejara este edificio y encontrara una
cabina telefónica, sería seguida? ¿Matada? ¿Secuestrada?
Sólo me iré una hora, Rome había dicho. Tenía que tomar una
decisión ahora. Quédate y espera a Rome, confiando en que su
palabra y que me protegería. O irme, haciendo todo lo posible para
mantenerme a salvo — y mantener al mundo a salvo de mí.
En ambos sentidos, yo podría tomar la decisión incorrecta.
En ambos sentidos, yo daría la bienvenida al problema con los brazos
abiertos.
Sabiendo eso, sentía la frustración y la urgencia a través de mí.
Masajeé mis sienes. Lo que yo realmente necesitaba era un tiempo
sola, tiempo para estudiar esto detenidamente sin preocuparme
cuando Rome volvería. Tiempo para tomar una decisión en mis
términos, no los suyos. Todo lo que había dicho muy bien podría ser
una mentira para calmarme en la sumisión. O no. Arghh.
Algo sobre el trato que él quiso hacer me molestaba, pero en este
momento yo no podía señalar exactamente que. De todos modos, la
sensación inquietante estaba allí y no me gustó eso. Me puso
nerviosa. Expulse una débil respiración. Hasta que yo estuviera
segura e hiciera entender esta cosa, yo iba a tener a que correr.
Correr, como yo había querido al principio. Yo tendría cuidado. Yo no
me dejaría sentir una simple emoción volátil, para proteger el mundo.
Yo no confiaría en nadie, que me protegería.
Por supuesto, yo no podía volver a mi piso. Yo tendría que ir en algún
sitio en el que nunca había sido. En algún sitio en donde nadie
pensaría buscarme.
Decidida, toqué el violín con la puerta principal durante varios
minutos, incapaz de soltarla. Yo no tenía mucho tiempo para la fuga,
pensé, sospechando que Rome se apresuraría atrás. Hice apartar la
vista en la manija. Yo nunca sería capaz de romperla. Yo tendría que
quemarla.
Tan pronto como fue posible, busqué el piso y localicé un bolso de
vinilo. Estaban todas mis cosas, busque dentro.
Por suerte, Rome había traído varias piezas de mi ropa y muchos de
mis artículos de tocador. Por supuesto, él no había agarrado mi
tarjeta de ATM, pero el taco de dinero que encontré bajo el colchón
compensaba esto. Guardé los billetes en mi bolsillo.
Preparada para estar enfrente de la puerta otra vez, anduve con paso
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majestuoso a ello, fulminando con la mirada. Como yo podría
convocar el fuego sin la creación de… ¿un infierno? Tal vez si me
permitía una pequeña cólera. Sólo un poco. Esperamos que la
cerradura se quemara y nada más.
Por favor no deje a nada más quemarse.
Dibujando en un aliento profundo, que se estabiliza, dejé caer el
bolso en mis pies. Hice sonar los huesos de mi cuello, ¡la preparación
a trabajar un bien (¡pero diminuto!) vapor. Para hacer esto, yo tenía
que pensar en cosas que me enfadaran, pero no me enfurecieran.
Bien. Entonces. Odio cuando la gente corta en la línea. También odio
a clientes groseros y empleos serviles. Ah, esto es bueno, pensé,
dándome una pequeña palmadita mental en la espalda por un poco
de cólera provocada. Sin embargo, la caricia mental rápidamente
empapó la cólera, inundándome de la satisfacción.
¡Concéntrate! ¿Qué más aborrezco? ¡Lo Sé! ¡Lo Sé! Lamenté ser
perseguido por tipos malos. Odié el hecho que la gente quisiera
matarme. Odié que estos me hubieran dado una fórmula secreta
experimental sin mi consentimiento. Odie, odie, odió esto yo estaba
desempleado ahora, me rompí, y que el alquiler de mi papá
empezaría a deberse pronto.
Mi respiración se hizo entrecortada como mi cólera intensificada. Mis
puños apretados fuertemente en mis lados. Odié que Rome fuera tan
apetitosamente atractivo. Odié que él supiera tan bien. Odié que ya
ansiara otra prueba de él. ¿Y qué demonios había querido decir él,
soltando esto que él tenía una hija? Una hija, por el amor de Dios. Él
no había estado mintiendo sobre esto. Sus ojos habían estado llenos
de duro, cruda emoción. Necesidad desesperada y miedo.
¿Significaba esto que Rome también tenía una esposa?
¡Ah, bastardo! Él lo hizo. Él tenía una wifey-poo(*) en casa. Y él me
había besado como si él no podía vivir otro momento sin limpiar mis
amígdalas. Él había tocado mi cara y me había hecho —
Una corriente de fuego salió de mis ojos y se cerró de golpe en la
puerta principal. La fuerza de ello me golpeó hacia atrás. Cuando me
caí, el fuego siguió salieron de mí y las llamas hicieron erupción en
todas partes. Miré, una mano mortal, hacía un camino de naranja y
oro de una esquina a la otra. Jadeando, apreté mis ojos fuertemente
cerrados, cortando el fuego, poniendo en blanco mi mente.
Pero apenas cerré mis ojos cuando sentí el calor en mis dedos. Las
llamas comenzaron a volar de ellos. Querido Señor. Yo había abierto
una ardiente compuerta que no quería cerrarse. Sentí su quemadura,
su chisporroteo. Los olores de ceniza y la alfombra ardiente, la
madera y el yeso llenaron mi nariz.
Mi corazón sonaba irregularmente. Cálmate, Belle Jamison. ¡Ahora
mismo! Por favor cálmate. Si yo no hiciera, yo quemaría el edificio
entero a la tierra. La gente podría morir. A causa de mí. De mí.
Inhala, exhala. El calor siguió abrigándose alrededor de mí, y mi
cuerpo respondió, disfrutando de él y produciendo más.
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―Puedo controlar el fuego,‖ dije, sosteniendo mis manos y tratando de
retirar el infierno en mí.
Que esto funcione, que esto funcione, que esto funcione. ―Puedo
controlar el fuego. Tengo el poder sobre los elementos. Ellos deben
obedecerme.‖
Abrí mis ojos, vislumbre el caos completo antes de que otra ronda de
llamas saliera libre. Yo apreté mis párpados cerrados otra vez cuando
el pánico me invadió por completo. ¿Querido Dios, qué debería hacer
yo? Como hago
¿parar esto? Piensa pensamientos buenos, felices. Nada que me
disgustó hasta ligeramente.
Bien. ¿Qué me hizo feliz? Sherridan tenía una fecha con los gemelos.
Mi papá estaba vivo. El cincuenta por ciento de las ventas. Galletas
de chips de chocolate — ellas aumentaron mi talle, pero no quise ir
allí. El pensamiento de necesidad de nunca tener que servir el café a
esnobs me hizo sentir satisfecha.
Con cada nuevo pensamiento, mi cólera y mi pánico retrocedieron y
sentí mis manos chulas. Despacio abrí mis agrietados ojos. Una
profunda respiración se hizo un suspiro pesado del alivio. Un infierno
podría rabiar alrededor de mí, pero al menos no más llamas saltaron
de mis ojos o manos.
Yo no podía dejar a los vecinos dañarse por esto, sin embargo. Corrí
a la cocina y me sentí aliviada cuando vi que el extinguidor que Rome
había usado, estaba al lado de la estufa. ¿Por qué no lo había
guardado yo cerca de mí? Estúpida. Cuando corrí a toda velocidad
hacía la puerta, rocié todo en mi camino. La niebla blanca pronto
espesó el aire, y las llamas murieron en un chisporroteo suave.
Dejé caer la lata ahora vacía, mis brazos cayeron de modo inestable a
mis lados cuando miré alrededor, tasando el daño. El canapé, la TV,
la mesa del centro y mi bolso estaban arruinados. La alfombra de
pelusa estaba arruinada, también, pero era una causa para la
celebración.
La puerta principal se había quemado completamente — excepto la
maldita cerradura, que se adhirió a la única viga dejando un abierto
agujero que condujo directamente al vestíbulo. El humo grueso ondeó
y fue llevado por el aire. Una alarma hizo erupción en el pasillo, que
chilló con bastante volumen para hacerme agachar.
Dentro de unos segundos, los vecinos manaban de sus pisos. Si una
de esta gente supiera sobre Rome, ellos podrían llamarle y decirle lo
que yo había hecho. Él podría estar en su camino ahora mismo. Y no
vamos a discutir el hecho de que yo acababa de anunciar mi
presencia a los tipos malos que no sabían donde estaba.
"¿Qué hizo usted?‖ una anciana exigió, cruzando sus brazos sobre su
pecho amplio. Ella llevaba un traje rojo cereza y tenía ruleros azules
en su pelo. "¿Sabe Raymond que usted está en su piso?‖
¿Raymond? ¿Quién demonios era Raymond? Tal vez el hombre que
Rome le había robado el piso de — de ser así, ¡perdón Raymond! - o
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tal vez era un nombre falso que a Rome le gustaba usar. Por uno u
otro camino, yo no me iba a quedar alrededor para averiguar.
―Apague aquella alarma maldita,‖ gritó alguien más.
―¿Llamó alguien al encargado?‖
―No hay forma de que usted recupere su depósito ahora.‖
Al menos el piso era tan viejo que él no tenía un sistema de aspersión
automática incorporada. Cada uno de nosotros sería empapado.
―Dígale al encargado que lo siento,‖ dije, y empujé por delante de la
muchedumbre de espectadores.
―Oye, usted no puede marcharse,‖ la mujer en ruleros chilló,
momentáneamente ahogando el sonido de la alarma.
―Usted casi quemó a todos nosotros. Regrese aquí.‖
Encontré la puerta del hueco de la escalera y resbalé dentro. La
adrenalina manó por mí, llenándome como si yo la bebiera.
Incitándome seguir adelante. El sonido de voces y el gemido de la
alarma se descoloraron cuando palpité
abajo los pasos a la planta baja. Hilos de pelo dándome palmadas en
mi cara, momentáneamente cegándome. Conserve el movimiento y
finalmente salí fuera. La luz del sol de mañana corrió del cielo de
Georgia brillante, caliente y
opresivo. La humedad al instante aljofarada en mi piel; los mosquitos
zumbaron por delante de mí.
La gente vagó por las aceras, inconscientes e insensibles de mi
confusión. Los coches serpentearon a lo largo de las calles.
Los gases de combustión flotaron por el aire a mi nariz, cosquilleando
mi garganta, y tosí. La tos siguió cuando estuve de pie en el lugar,
pensando que camino seguir.
Adivino que yo debería haber pensado esto por un poco más. Yo no
sabía donde yo estaba, ni a donde yo debería ir, y no tenía ningún
verdadero plan. No reconocí el área, sólo sabía que pareció tan
abierto. Dando un vistazo a derecha y a izquierda, yo me pedía
calmarme. Yo estaría bien. Yo estaría bien. Yo estaría bien. Nadie
parecía sospechoso.
Tosiendo, di vuelta a la derecha y anduve. Sólo andado, actuando tan
natural como yo podría. Esperando que yo podría perderme a ¡mi
mismo en la muchedumbre hasta que yo me orientara Y… mierda!
Rome corrió alrededor de la esquina lejana de un edificio, sus ojos se
estrecharon en mí como si él hubiera esperado verme. Sus rasgos
ardieron con la furia.
A pesar del calor, mi sangre se enfrío. Y enfrío. Y enfrió cuando el
miedo me bombardeó. Giré y salté en una carrera desesperada. Los
edificios silbaron por mí, vidriando con el hielo cuando pasé. La gente
se movió sigilosamente de mi
camino, y aquellos que no lo hicieron se congelaron en el lugar.
Literalmente. Lamenté que yo no pudiera pararlo, pero no podía
hacer el pánico marcharse.
Yo no había ido tan lejos para ser capturada por Rome. Otra vez. Si,
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en el futuro próximo, yo decidiera trabajar con él y confiara en él,
sería en mis términos. Durante mi tiempo. Yo no sería forzada. Yo no
sería impuesta o manipulada.
Pensamientos valientes para una muchacha que estaba siendo por
ser agarrada.
La tierra bajo mis pies desarrolló una película helada, y comencé a
resbalar y deslizarme, lanzando vistazos salvajes detrás de mí. Rome,
también, era precario en el hielo, aún él pareció estar más cercano
cada vez que miré. Culpé a mi tos incontrolable, que me hicieron
bastante más lenta. ¿Qué estaba mal conmigo?
Yo nunca había reaccionado de esta manera a los vapores de coches
antes.
Ponte bajo control. No pienses. No sientas. No sabiendo que más
hacer cuando él se acercaba a mí a toda velocidad, anduve en la
calle. Conseguí que mi corazón estuviera bajo control cuando un
coche graznó y viró bruscamente en la vereda de centro de tráfico.
Otro coche, una Viper rojo brillante, frenó directamente delante de
mí.
―No lo hagas,‖ Rome gritó.
Corrí al lado de pasajeros del vehículo. Por suerte, no comenzó a
hacer frío. Mis emociones se estaban nivelando. La música resonó de
los altavoces, pero el conductor la apagó cuando me abrí la puerta. Él
puso una expresión de sorpresa completa y cólera candente. Sin
cuidado, me lance a mi misma dentro. En el siguiente destello, un
pequeño dardo voló por delante de mí y se introdujo en el coche.
Sobresaltada, dejada perpleja, moví mi cabeza a
un lado. Un hombre — ningún otro que el hombre muy hermoso que
me había interrogado en la cafetería – estaba a varios pies de
distancia, sosteniendo un arma. Y aquella arma estaba apuntada
directamente a mí.
Oh! Por Dios, Oh! Por Dios, Oh! Por Dios. Me zambullí el resto del
camino dentro del coche, entonces rápidamente cerré y trabé la
puerta. No pensar. No sentir. Varios dardos más golpeaban la
ventana, rajando el cristal. Yo casi saltaba de mi piel. Al menos mi
tos se paró.
El conductor del coche gritó varias maldiciones y colocó el vehículo en
el estacionamiento. Pienso que eso significaba que físicamente el
quería echarme. Él era un hombre joven (probablemente un
adolescente), con el pelo azul y una ceja llena de anillos.
―¡Acelera esto!‖ Grité de modo inestable.
Él gruñó a mí. "¿Qué demonios piensas que esta haciendo? Bájate
ahora mismo de mi coche.‖ Otro dardo golpeo la ventana, rajando el
cristal un poco más. "¿Y quién demonios está disparando a mi
ventana?‖
―Conduce. Por favor conduzca el coche.‖
―Salga-Ya. Usted esta cubierta en cenizas y arruina mi cuero. Llamaré
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a la policía.‖
Él agarró un teléfono celular del tablero de instrumentos. ―Mi ventana
parece a una telaraña maldita.‖
Yo di una ojeada a la ventana dicha y podría ver (de reflexiones
múltiples) que el Muchacho Bonito-Vincent, según yo recordaba —
estaba casi sobre nosotros. Rome, también, su expresión oscura con
rabia. El Muchacho Bonito entonces comenzó a disparar los dardos a
Rome, pero Rome los esquivo fácilmente. Todo el rato, ambos
seguían hacia mí.
―Ella me pertenece,‖ oí que el Muchacho Bonito decía. ―La fórmula
dentro de ella me pertenece.‖
―Jódete,‖ Rome gruñó en respuesta.
El Muchacho Bonito se rió. ―Si tu me quieres fuera, tendrás que
darme a la muchacha o matarme. Pero ambos sabemos que tú no
harás eso. No puedes. Niña. O tal vez te gustaría, por fin, afiliarte
conmigo en OASS. ¿No sería agradable estar finalmente en el equipo
victorioso?‖
El conductor había estado dando un codazo a mi brazo durante la
conversación entera, tratando de tirarme de su coche, pero mantuve
un apretón de muerte en su carrera. Demasiado pronto, el Muchacho
Bonito cansado de Rome, devolvió su foco a mí. Él levantó su arma
de dardo.
―Conduce ahora,‖ dije al conductor del Viper, más desesperada que
antes, ―Y me aseguraré que usted tenga sexo esta noche.‖
El coche se sacudió en la marcha y salimos patinando.
*wifey-poo: Verdaderamente no se que significa. Buscando en
Internet encontré sobre el síndrome de wifey-poo y si entendí bien,
es de la mujer como insatisfecha con su vida. Lo cual tendría sentido,
ya que Belle la estaría insultando.
AQUÍ ESTA COMO LA SIGUIENTE hora se resquebrajo (rompió,
transcurrió):
Después de haber manejado, una distancia suficiente con Rome
(dejándolo mas que molesto en la calle) y chico lindo (dejándolo
esperanzada de que se atragante con su pistola de dardos), le pedí a
mi conductor de pelo punk que me llevase a un motel barato. Una
sugerencia que el amo. Digo, el tipo era toda sonrisa. ¿Y por que no?
Le avía ofrecido tener sexo del más intenso. Alguien debería
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encerrarme en un cuarto acolchonado y quemar la llave. Pero tenia
que ir a una locación al azar, como lo planeado, o arriesgarme a ser
encontrada, y un motel barato fue lo mejor en que mi cerebro
estresado pudo pensar. Como hubiese amado ir donde mi papá en
ves de esto, poder arrojarme a sus brazos, y dejar que el me cantase
para poderme dormir como lo había hecho para de niña. Pero no
quería envolverlo.
La luz del sol entraba por las ventanas del carro, pero el aire adentro
era frío como el hielo. No era mi culpa. El chico— ¿cual era su
nombre?—tenia el Aire Acondicionado roto, tirándolo de las rejillas.
No podía calentarme. Mis pezones estaban tan duros que podían
cortar vidrio.
Mientras el escenario pasaba rápidamente, vi unos cuantos grupos de
flores regados y múltiples estaciones de Gasolina, antes que todo el
paisaje fuera consumido por árboles de pino. Constantemente
catalogue el tráfico de nuestro alrededor y de atrás.
Nadie venia a toda velocidad o que nos siguiera— que yo pudiese ver.
Para ser honesta, la única gente que parecía que les importábamos,
eran los molestos conductores que no apreciaban nuestro vaivén
dentro y fuera de los carriles.
―Ojos al frente,‖ dije. Cuando note que el chico estaba mirando
fijamente a mi pecho.
Sus mejillas se colorearon. ―Mi pequeño pony necesita que el camino
se abra para que ella pueda correr.‖ El acaricio el Tablero.
Correr. Si. ¿Por siempre? ¿Por cuanto tiempo seré cazada?
El volteo a verme— esta vez a mi rostro. ―¿Hey, te encuentras bien?
Estas emitiendo algunas vibras seriamente malas.‖
―Estoy de lo mejor.‖ Considerando que estoy marcada para morir.
―¿Cual es tu nombre?‖
―Tanner, pero mis amigos me llaman Huesos Locos.‖
―Ooo..., ese es un…apodo interesante.‖
―Lo se. Me lo pusieron las damitas.‖ Su joven pecho se elevo. ―es por
todos los intensos y descabellados huesos que les doy a las chicas
que las vuelven locas por mas.‖
Casi me atragante. ―¿Huesos…como en sexo?‖
―Pues exacto.‖ El río, un sonido de puro adolescente feliz. ―nadie a
saltado enfrente de los auto de esa forma.‖
No mas ―sal, perra‖ de mi.
Tanner, me niego a llamarlo Huesos Locos, era lindo, como una forma
de chico malo. Anillos de plata prendidos de sus cejas, pelo azul
cayendo en su frente y un colorido tatuaje de una pitón enrollada
alrededor de la base de su cuello. El era un poco delgado, y sus ropas
eran holgadas y estaban rasgadas. Aun así, El no lucia como alguien
pobre.
―Mi papa dijo que el Viper seria un magneto para las nenas, pero
diablos no tenia idea de cuanto.‖
―Tu papa suena como alguien grandioso,‖ dije secamente.
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Sus labios se hundieron hacia abajo, y sus manos apretaron el
manubrio. ¿Acaso había dicho algo malo?
Antes que tuviese oportunidad de preguntarle, el cambio el tema.
―¿quien te estaba disparando dardos, y quien era ese hombre que te
perseguía? estabas, mm... siendo atacada por todos lados.‖
―el hombre de los dados es el diablo.‖ Y no se que es Rome para mi.
¿Potencial salvador? ¿Potencial caída? ¿Potencial Amante? ¿Una
combinación de los tres? ―quisiera saber quien es el hombre que me
perseguía,‖ conteste finalmente, escondiendo la verdad.
―Lucia enojado. Nunca había visto a alguien poner cara de enojo con
tanto sentimiento.‖
―Desafortunadamente, esa expresión no es publicidad que mienta.‖ El
rostro de Rome pasó por mi mente. Ooo, si.
El estaba molesto. Sus pupilas se habían dilatado dramáticamente.
Sus dientes se mostraban, en un agudo gruñido, y por su nariz salía
humo. Si el hubiese sido bendecido o maldecido con el poder de los
cuatro elementos, hubiera ocasionado una instantánea barbacoa Belle
en la calle.
Antes de hoy, nunca abría creído que algo como esto fuera posible.
Cualquier persona que dijese que los súper poderes existen en
realidad, abría sido archivada en los bajos folder de mi mente
―locamente desquiciados‖.
Tanner estornudo una, y dos veces. Froto su nariz y me volteo a ver
ligeramente. ―esas cenizas son potentes.‖
―¿Lo son? No lo había notado,‖ dije, volteando a verlo. Por primera
vez, nuestras miradas se encontraron. Sus ojos eran completamente
negros, como si sus pupilas se hubiesen tragado su iris y menee mi
cabeza, segura de que mi vista debía haber estado afectada. ―¿son
esas bolas de billar numero ocho?‖
―Diablos‖, si.‖ El río, luciendo más joven y ligeramente malo. ―pude
haberle puesto contactos de ojos de tigre, pero de esta forma las
chicas saben a la primera, que tengo bolas suertudas.‖
Si, de acuerdo. Demasiada (asustadiza) información. Necesitaba
encontrar un lugar feliz dentro de mi mente y olvidar que alguna vez
oí eso. Lugar feliz. Lugar feliz.
―Así que, uh, nunca me dijiste tu nombre, bebe,‖ dijo.
El se recostó en su asiento y estiro un brazo, colocándolo sobre mi
cabecera.
No quise darle mi verdadero nombre. Mientras menos supiese sobre
mi y sobre mis circunstancias, seria mejor.
―Mis amigos me llaman…‖ Rayos. A excepción de los nombres cazada
y muerta, mi mente estaba en blanco.
Seguramente me podría inventar algo. Mi mirada se deslizo por el
auto, sobre el tablero, y - sonreí.
―Viper. Mis amigos me llaman Viper.‖
Sus cejas se fruncieron. ―¿como mi auto?‖
―Así es.‖ No trate de explicar. Cualquier explicación que el crease en
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su mente, seguramente le gana a cualquier mentira que pueda
decirle.
―Ese no es tu nombre,‖ dijo, sus cejas se fruncieron aun mas. ―creí
haber escuchado a aquel hombre llamarte Elle.
O Belle. O Nell.‖
Pensando rápidamente (y al mismo tiempo no inteligentemente),
dije, ―el era Español, obviamente, y estaba tratando de decir stop.‖
De acuerdo, esa mentira apestaba. Trata casi de morir, ser
perseguida, después subirte al auto con un completo (cachondo)
desconocido y anda a ver que tipo de mentiras se te pueden ocurrir.
Jeez.
Un auto pito, y nos hicimos a un lado, el movimiento me hizo deslizar
a un costado. Apenas y logre detener el grito. En su lugar tome una
bocanada de aire, la mano puesta sobre mi corazón, como si tal
insignificante acción pudiese desacelerarlo. Sin emociones, Belle. No
sientas nada. ―¿esta tratando alguien de sacarnos del camino?‖
―Ops. Dijo mi malo, Tanner. El re alineo el auto, casi golpeando el
bumper de un Jeep. ―Me distraje.‖
¿Tenia que preguntar que lo distrajo?
El decidió contestarme, a pesar que yo no había preguntado en voz
alta. ―tu camisa es tan delgada.‖ Había un ligero tono de acusación
en su voz.
¡Dios me salve de adolescentes! Por favor. No recuerdo que ellos
actuaran sin pena, con respecto a su excitación sexual.
Quizás por que yo era el patito feo en Secundaria (en primaria, y en
básica) y ellos no se habían excitado alrededor mío. Yo era
demasiado flaca, tenía la boca llena de frenos y era mas alta que la
mayoría de chicos (no es que fuera, un gigante o algo así). Si,
Incluso tuve acné.
Pero era la mejor vestida, ¡por Dios!
Y para que lo sepas, no era la única en ese lote.
Finalmente, el vehiculo entro al parqueo perfectamente pavimentado
de un elegante motel, y se detuvo bajo la cubierta entrada. Árboles
de Magnolia en completo estado de florecimiento rodeaban la
estructura, sus tonos rosa, le daban al lugar un gentil ambiente de
bienvenida. Una porción de flores silvestres, separaba el parqueo del
vestíbulo, un arco iris de colores.
―Esto no es un motel barato,‖ dije, frunciendo el ceño.
―Bueno, es un motel y es el mas barato en el área.‖ El apago el motor
y se quito el cinturón de seguridad.
Me quite el cinturón también, y mordí mi labio inferior. El chico quería
ir dentro. El esperaba tener sexo conmigo. ¿Como me iba a salir de
esta?
La mirada de Tanner se movió del inmaculado edificio a mí. ―podemos
seguir conduciendo, creo, y encontrar otro lugar mas barato.‖
―No.‖ Suspire, con mis hombros caídos. Me quedaría sin dinero antes
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que el día terminara, y no tenía manera de obtener más. Forro
plateado: las personas tras de mi probablemente asumirán que me
quede con el dinero y me quede en un verdadero basurero. ¿Ellos no
me buscaran aquí? ¿Cierto? cierto. ―aquí esta bien,‖ dije con forzada
calma.
―No te preocupes por el dinero.‖ El me hizo señas con las cejas. ―yo
pago.‖
Apreté mis labios. El pensó que yo planeaba mover su mundo; por su
puesto que quería pagar. Mientras eso me molesto en un nivel, me
regocijo en otro, resolviendo varios problemas. Uno, mantengo mi
anonimato. Y dos, salvaría el poco (robado) dinero que esta en mi
posesión. Yo era, como siempre, una chica con presupuesto.
―De acuerdo, gracias,‖ dije, luchando con una ola de culpa. ―¿por que
no consigues el cuarto? Yo esperare aquí.‖
El negó con la cabeza, asiendo que mechones de cabello azul,
cayesen sobre sus ojos. ―Diablos, no. No voy a entrar ahí solo.‖
―¿Por que no?‖
―Por que no.‖ Sus mejillas rojas brillaron.
Confundida, le parpadee. ―¿Tienes dieciocho o mas?‖
―Si, pero no lo Hare solo. Es…Penoso. Como comprar condones solo o
algo así. La gente del motel va a pensar que quiero un cuarto para
masturbarme.‖
De acuerdo. No había como discutir lógica con ese tipo. Abrí la puerta
de pasajeros y salí del auto. La humedad instantáneamente me
arropo, mojando mi piel y llevándose el frío. Aquí había más
mosquitos, pero el aire estaba mas limpio, más fresco que en la
ciudad, y llevaba el olor de flores y miel.
Respire profundamente.
Tanner salió también del auto, y camino lentamente a mi lado. El era
mucho más alto que yo, más alto de lo que me había imaginado. Sus
pantalones eran tan flojos que se bajaban más allá de su cintura, y
revelaban la línea de sus boxers. ―Riendo, el coloco su brazo sobre mi
hombro‖.
Tenias que darle puntos al chico por pretender ser servicial, cuando
por debajo de aguas te manoseaba.
Luche contra otra ola de culpa, por mentirle al quitar su brazo de mi
hombro. Gracias a Dios, no ocasione un desastre nacional, no se que
reacción de culpa pueda ocasionar. ¿Un Tornado? ¿Tsunami? Aun así
de ninguna manera iba a dormir con el chico. Solo un hombre
calentaba mi sangre y lo había dejado jadeando. Y no de satisfacción.
Tanner merecía la verdad, pero aun no podía decirle. Aun lo
necesitaba. Si alguien lograba seguirme hasta aquí, ellos no
sospecharían tanto que la mujer con el adolescente seria yo, genial.
―Esto es tan grandioso,‖ dijo Tanner.
Las palabras escogidas por cada uno de nosotros eran un poquito
diferentes. Lo que el considero grandioso, yo lo considere terrible. Mi
corazón latía como loco, al comprender cuan expuesta estaba aquí
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afuera, así que tome velocidad y me apresure a las puertas.
Tanner se mantuvo cerca.
―Trata de no sobresalir,‖ le dije, mirando para todo lado. ―no
queremos que la gente nos recuerde.‖
―¿Uh, me has visto?‖ pregunto, una sonrisa arqueando los lados de
sus labios. ―soy inolvidable.‖
Buen punto. ―solo trata de no decir algo escandaloso. O de hacer algo
impresionante.‖
El resoplo, sonando divertido y exasperado al mismo tiempo. ―¿Que
puedo hacer en un motel?‖
Debí haber saber, que esas palabras solo traerían problemas.
Puertas dobles de vidrio se abrieron, y una brisa fría me beso. El
lobby tenía una gruesa alfombra color violeta, un sofá púrpura y una
mesa de vidrio. El área de la cocina se encontraba en el lado derecho
con todo, lavadero, microonda y tostador. Varias mesas para comer y
sillas se encontraban esparcidas alrededor. Un mostrador largo, color
blanco se doblaba en tres direcciones, formando una completa M,
bloqueando con las oficinas, el área de las mesas y la cocina.
Gracias a Dios, el hombre tras el mostrador era la única persona que
había. El tenía cincuenta y pico, con poco pelo, y un alto, delgado y
extraño cuerpo. El parecía mas un snob que alcazo alguien
amenazante.
―¿Como les puedo ayudar?‖ pregunto, todo negocios.
El teléfono sonó, pero lo ignoro.
―Necesitamos una habitación,‖ dije entre timbres. Trate de mantener
mi rostro medio escondido con mis manos.
Tanner le hizo señas, asintiendo con la barbilla y levantando una
ceja. ―Así es. Necesitamos una habitación. Nosotros dos‖. ―juntos.‖
Apenas y me detuve de golpearlo en el estomago. ¿Donde estaba su
vergüenza ahora?
El hombre frunció el ceño con una casi palpable condenación, y pidió
el nombre de Tanner, ID y tarjeta de crédito, siempre tecleando en su
computadora. Cuando activo una llave, dijo, ―espero que tu y
tu…madre tengan una buena estadía.‖
―Muy sutil,‖ dije secamente. Se que no me veo tan vieja como para
tener un hijo de la edad de Tanner. Al menos, mas vale que no. Esa
seria razón suficiente para suicidarme. ―vámonos, hijo mío.‖
Dándonos la vuelta, tome el brazo de Tanner. lo puso en acción al
momento. ―ella es mi amante,‖ el chico dijo sobre su hombro. ―para
nada soy hijo suyo.‖
Gruñí y le susurre fieramente, ―No queremos que la gente nos
recuerde. ¿Te acuerdas?‖
―El podía sentir completamente las chispas sexuales que estábamos
produciendo, y no podía dejar que pensara, que planeaba dejar que
mi mama jugara con mi varita mágica. Eso es simplemente
asqueroso.‖
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Una vez fuera, fui nuevamente y me cubrió completamente de calor y
humedad. He vivido aquí toda mi vida, pero las opresivas
temperaturas, nunca fallaron en poner en shock mi sistema, es como
pasar de un refrigerador a una estufa.
Las aves cantaban mientras nosotros doblábamos a la derecha,
dirigiéndonos a la habitación 18. Cuando una joven pareja emergió
de una de las unidades, mantuve mi cabeza agachada, no quería que
ellos tuvieran una buena vista de mía al pasarles. Después del
incidente con los dardos, no iba a arriesgarme.
Una vez en nuestro cuarto, abrí la cerradura y me apresure a dentro.
Tanner siguió justo después de mí. Las luces estaban disminuidas, el
aire un poco viejo, pero al menos el lugar estaba limpio. Una cama
tipo Reina, estaba puesta contra la blanca pared trasera, consumía la
mayoría del espacio. Sabanas púrpura cubrían el colchón y
combinaban hermosamente, con la alfombra de color púrpura suave.
Dos pinturas de flores adornaban las paredes, colgando directamente
sobre dos mesas de noche.
Un sentimiento de nostalgia me tomo por sorpresa.
Repentinamente quería mi propia cama, mi apartamento y mi padre.
―Vamos a comenzar esta fiesta,‖ dijo Tanner.
Voltee a verlo, y mi quijada se callo. Mientras yo había estado
estudiando el cuarto, el se había quitado la camisa, revelando un
pecho delgado y bronceado. En algunos años, el probablemente
tendrá músculos como de guerrero y las chicas, lo encontraran
irresistible. Delgado como es ahora, con pelo azul y anillos en las
cejas, el chiquillo lograba radiar un cierto tipo de aura sexual.
Ahora, él estaba en el proceso de quitarse los jeans.
Ooo... Tanner,‖ dije.
―¿Si?‖ el no se detuvo, pero me dio una risa de ven acá. Sus jeans
cayeron a sus tobillos.
Envolví mis dedos alrededor de sus muñecas, antes que pudiera
quitarse la ropa interior. ―Cuando dije que tendrías sexo esta noche,
―yo‖, Umm, no quise decir conmigo.‖
El se quedo rígido, y sus labios mostraron desaprobación. ―no
entiendo.‖
―Yo, bueno…‖ metí la mano en el bolsillo y saque varios billetes,
desde ya, lamentando su perdida.
―Aquí hay cincuenta dólares. Es todo un placer el invitarte a una
prostituta.‖
Círculos gemelos de color se crearon en sus mejillas. El rápidamente
se subió los jeans y comenzó a abrocharlos.
―Sabía que estabas mintiendo cuando dijiste que querías tener sexo
conmigo. Lo sabia.‖
No trate de negarlo. ―lo siento.‖ Con mis ojos, le suplique. Entiende.
―estaba desesperada.‖
El se agacho y agarro su camisa. Haló el material sobre su cabeza.
―sabia que estabas mintiendo.
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Pero pensé que solo por esta vez me arriesgaría. ¿soy un estúpido,
no?‖
El sonaba triste y enojado al mismo tiempo, y la combinación era
como un golpe en el estomago. ―¿que edad tienes?‖ pregunte.
Un músculo salto en su quijada. ―diecinueve. ¿Por que?‖
―Solo me preguntaba.‖ El no era mucho mas joven que yo, aun así en
este momento el parecía ser infinitamente mas joven. ―si consigues la
prostituta, asegúrate de usar un condón. Quizás dos.‖
―No voy a buscar ninguna prostituta. Quédate con tu maldito dinero.
Probablemente lo necesites.‖ Sus hombros decayeron ligeramente.
Metió sus manos en los bolsillos y simplemente me miro fijo ―¿así que
quieres que me vaya o que?‖
―¿Quieres quedarte?‖ pregunte, sorprendida.
―No es como si tuviera, otro lugar al que ir,‖ dijo, con tono amargado.
Su quijada estaba apretada.
Me arroje a la orilla de la cama con un suspiro. El chiquillo había sido
tan amable conmigo, y su expresión era tan triste. Mi sentido de
culpa se intensifico, tejiendo una gruesa red dentro de mí. ―Tanner,‖
comencé.
―Detente. Solo detente. Estas a punto de ponerte toda niña conmigo
y explicarme que no te puedes quedar, por que lo vería como una
oportunidad de tratar de dormir contigo.‖
―Si. Somos extraños y yo…‖ ¿Como le dices a alguien amablemente
que no estas atraída a el? Por supuesto,
Los hombres me lo han dicho todo el tiempo. Aunque
silenciosamente. La forma en que ellos veían justo a través de mi
dice bastante.
Pero aun así dolía, y yo no quería herir a este muchacho. ―¿Que
quieres decir, no tienes lugar a donde ir?‖
―Olvida que dije algo, ¿de acuerdo?‖ el me dio la espalda, pero no se
movió hacia la puerta. El se mantuvo en su lugar, sus hombros
agachados. Un largo rato paso en silencio total, antes que el dijese
suavemente, ―Cuando entraste en mi auto, fuiste la primera chica en
prestarme atención en un largo, largo tiempo, y me gusto, no quiero
que se termine.‖
―¿Que?‖ me levante de golpe, mi espalda mas recta que una tabla.
―Pensé que tu eras huesos locos, el chico maravilla del sexo.‖
―Lo invente.‖ El volvió a verme, su quijada apretada, su expresión
desafiante. ―quería impresionarte.‖
En vez de oír esto, creo que preferiría ser golpeada en el estomago y
que se robaran todo mi dinero. Con un suspiro, acaricie el lugar a mi
lado de la cama. ―alguna vez as tenido novia,
¿Tanner?‖
Su quijada se presiono aun más. Negó con la cabeza.
―Tal vez… Tal vez yo podría darte algunos consejos o algo.‖
Otra sabana de silencio callo entre nosotros. ―¿Enserio?‖ dijo
finalmente, su voz goteando, con inocente necesidad.
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Asentí. Sheridan, una chica que aparentemente tenía una afinidad por
los pantalones de cuero y fustas de galope. Una vez había proyectado
este tipo de necesidad, y aun lo hacia a veces, desesperada por
alguien que la amara, que le mostrara atención. Recuerdo
vívidamente, la manera en que sus padres la habían ignorado,
indiferentes de sus salvajes, notables travesuras. Ella se calmo
considerablemente a través de los años, pero el vacío nunca la
abandono.
No dudaría en que Tanner, haya experimentado el mismo tipo de
infancia, y el corazón me dolía por eso.
―¿Estas segura?‖ pregunto.
―Si,‖ dije.
―De acuerdo.‖ Su expresión se ilumino ligeramente, y camino hacia
mi. La cama chillo cuando el se sentó en el colchón.
―¿Cual crees que sea el problema? Eres un chico lindo
Oh, digo muchacho. Hombre. Eres un hombre lindo.‖
―No lo se.‖ Se encogió de hombros. ―Veo una chica que me gusta, me
le acerco doy mi golpe, y ella se pone toda enojada y se va.‖
Era peor de lo que pensé. ―¿Que quieres decir con dar tu golpe?‖
―Digo, le muestro a una mujer mis mejores movimientos y le digo mis
mejores líneas.‖
―Dame un ejemplo de tu mejor línea.‖
El hablo sin titubear. ―Hola, bebe. ¿Quieres subirte y dar un paseo en
el expreso Tanner?‖ el medio volteo su barbilla, me dio una sonrisa
picara y sostuvo sus brazos abiertos.
Dios Santo. Tape mi boca con mis manos y parpadee. ―¿En serio
dices eso?‖
―Pues, Si.‖ El perdió su sonrisa, y sus brazos cayeron a su lado. ―esto
les prueba a las señoritas que les proveeré un tren de placer sin
parada.‖
―Uh, no, no es así. Eso deja que las señoritas sepan que eres un
idiota y no las respetas, solo las estarías usando, y no te importa,
que además de tener pechos y entrepiernas, tengan cerebro.‖
―De acuerdo,‖ contesto rudamente. ―¿Que debería decir?‖
―Para comenzar, no mencionar nada sobre tener un pasea en ningún
tipo de tren.‖ Nunca debí haberme ofrecido a ayudarlo. Incluso un
artista debe tener algo con que trabajar. ―tienes que darle cumplidos
a las mujeres. Diles lo lindas que son. Y no te a través a mencionar
como amas la forma en que sus pezones se ven a través de su
camisa o algo parecido.‖
―He intentado con cumplidos, y no funciona.‖ El se apoyo en la cama
con un suspiro. ―No hay esperanza. No tengo esperanza.‖
Casi asentí estando de acuerdo, pero logre detenerme a tiempo. ―solo
necesitamos trabajar un poco, en lo que haces, eso es todo. Estoy
huyendo, como ya abras imaginado o te mostraría lo que debes
hacer.‖
El se volvió hacia mi, su rostro mostrando una genuina preocupación.
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―¿por que estas huyendo?‖
―No puedo decirlo.‖ Desearía poder decirle. Que lindo seria poder
confiar en alguien. ―mientras menos sepas estarás mas seguro.‖
―¿Y tu estas a salvo?‖
―Claro,‖ mentí, con un movimiento de mi mano.
La duda oscureció su expresión, pero no me presiono.
―¿Quieres ayudarme, digamos, que cuando ya no estés huyendo?‖
―Absolutamente.‖ Y era verdad, comprendí. El era entrañable.
¿Lo prometes? ¿Me debes una, recuerdas?‖
―Lo prometo.‖
El se levanto y camino hacia la mesa de noche, encontrando un
lapicero y una pequeña libreta en el cajón. ―Aquí esta mi numero.
Llámame cuando estés a salvo.‖ Se detuvo, me miro y frunció el
ceño. ―En realidad, llámame si necesitas otro viaje. No me gusta
dejarte sola.‖
―Lo Hare,‖ dije, pero sabia que no lo haría, no importa cuan
desesperadamente le necesite. Ya lo he puesto en suficiente peligro.
―Has me un favor. Prométeme que serás cuidadoso, no hablaras con
extraños o andarás en callejones oscuros.‖
―De acuerdo, ahora estas actuando como mama.‖
―Hablo en serio. ¿Que tal si he puesto tu vida en peligro?‖
―Necesito algo de peligro en mi vida. Piensa en lo mucho que
impresionara a las damas.‖
Puse una mano en mi cintura, y le menee el dedo con la otra mano.
―No las impresionara si estas muerto.‖
―No puedo morir,‖ dijo, sus ojos descendiendo y manteniéndose un
momento en mi pecho. ―Soy invencible.‖
Dicho como todo un adolescente. ―Sal de aquí, Tanner, y no le digas
a nadie que me conociste.‖
―No lo Hare.‖ El me dio una de esas lentas, bellacas risas suyas.
Señor, en unos años las damas realmente no serán capaces de
resistírsele. Sin importar lo que el les diga. ―se que me dijiste que no
le dijese a las potenciales novias esto, pero realmente tienes lindos
pezones que resaltan a través de tu camisa.‖
Lo golpee en el brazo, pero yo también estaba riendo. ―las chicas y
yo, gracias.‖ Me puse en pie, coloque mis manos en sus hombros y lo
bese suavemente en los labios. ―creo que eres un tipo fantástico.‖
El extendió la mano en mi espalda y pellizco mi trasero. ―No olvides
de llamarme, si me necesitas. Te veré por ahí, ¡Viper!. Mantente a
salvo.‖
UNA VEZ, COMPLETAMENTE SOLA, cerré la puerta con llave y salte a
la ducha, disfrutando el agua caliente mientras esta removía ceniza,
hollín y la imagen de la bestia monstruosa que yo había sido.
También lave mi ropa, y la colgué para que se secase en la vara de la
ducha. Y ya que había incendiado mi muda, tuve que envolver la
cobija alrededor mío al estilo toga.
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El cansancio se asentó hasta en lo más profundo de mis huesos, y me
deje caer a la cama con un puff. Por media hora medite si llamar a mi
papa o no. ¿Lo pondría en peligro si lo llamo? ¿Y si alguien a
intervenido su teléfono con la esperanza de saber donde estoy?
Antes de hoy, el incidente más excitante en mi vida había sido el
funeral en el baño que le había hecho a Martín, El maldito de mi pez
beta. Oh, de poder viajar en el tiempo a aquella época. Un suspiro se
me escapo mientras miraba fijamente al teléfono. Mi papa espera
saber de mi pronto. Si no lo llamo, se va a preocupar, y la
preocupación no era buena para su corazón.
Eso me convenció. La decisión estaba tomada. Lo haría. Lo llamaría.
Es mejor la posibilidad de que sepan donde estoy, que causarle estrés
a mí papa. Si le llegase a dar un ataque cardiaco por mi culpa, nunca
me lo perdonaría.
Luchando con un bostezo, tome el teléfono con una mano y marque
con la otra. El contesto al cuarto ring, y sonaba sin aliento.
―Hola, Papi. Soy yo.‖ Me esfuerzo por mantener el tono de mi voz
casual. Despreocupado.
El tosió y se escucho el chisporroteo de estática en el teléfono.
―Muñequita. Hola, dulzura. No creí que llamarías. Con eso que tienes
un nuevo hombre y todo lo demás, pensé que estarías ocupada.‖
Ignore el comentario de ―nuevo hombre.‖ ¿―Estas fumando otra vez?‖
―No, no. Uh‖ tos. Crujido. ―Salí a trotar un poco. Por eso es que estoy
sin aliento.‖
―Papi,‖ dije en forma de advertencia. ―no apoyo tu habito de viejo
zorro solo para que te pongas tu mismo en una tumba antes de
tiempo con cigarros y cigarrillos.‖
El suspiro. ―De acuerdo, me atrapaste. Pero bebe, tenia que fumarme
el cigarro. Mary me ha estado dando el tratamiento del hielo, así que
tenia que hacer algo con mis manos. Sabes lo inquieto que soy.‖
―¿Se esta rehusando a hablar contigo?‖ su romance de somos y no
somos me mantiene muy entretenida.
En serio, Adoro que tenga una novia. O dos. Después que mama
murió, el no había tenido una cita con nadie. Había estado muy
ocupado trabajando y criándome, tratando de darme una niñez
balanceada, haciéndola como madre y padre.
Con ese pensamiento en mente, me pregunte repentinamente sobre
la relación de Rome con su hija. También me pregunte de su relación
con su esposa. O novia. O lo que sea que la madre de su hija era. ¿La
amaba? ¿ La añoraba con cada parte de su ser?
―trate de explicarle que Janet me obligo a besarla,‖ dijo mi papa,
rompiendo mi línea de pensamiento. ―pero Mary no me cree.‖
―¿con que Janet te obligo, eh?‖ enrolle el cordón del teléfono en mi
dedo y sentí como mis parpados se cerraban, estaban demasiado
pesados para mantenerlos abiertos. Conociendo a mi papa,
probablemente había agarrado a Janet del hombro y le había
plantado un gran beso en los labios, antes de que ella se enterara,
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que estaba pasando.
―De acuerdo, De acuerdo,‖ dijo el. ―Tal vez le pedí a Janet un beso.
No es culpa mía, que ella luciera como si necesitara uno. ¿Que tipo de
hombre seria si ignorara a una mujer en un momento de necesidad?‖
Reí. ―eres un seductor incurable.‖
―Mary me tiro su tazón del desayuno ayer en la mañana, y he estado
lavando la avena de mi cabello desde entonces.‖
Semejante exagerado, pensé con una sonrisa. El hombre había
perdido su cabello años atrás. ―¿aparte del incidente con la avena,
como te sientes? ¿Que tal de salud? ¿Estas tomando tus
medicamentos? ¿Estas tomando Viagra otra vez?‖
―Bien. Bien. Si. No. Dios ten piedad, mi propia hija me interroga como
si fuese un criminal.‖
Bostezo. En este punto era in retenible, deje ir el cordón del teléfono.
No pude abrir mis ojos para verlo saltar y desmanearse. ―no trates de
usar la rutina de victima conmigo. Sabes que no funciona.‖
―Hija, suenas cansada,‖ dijo. ―¿Como andas las cosas con mi bebe?‖
―Bien,‖ mentí. Parece que este era el día de las mentiras.
―No me importa decirle que estoy un poco molesto con usted
señorita. No me dijiste que estabas saliendo con alguien.‖
Exasperación y felicidad cubrían su voz. ―Rome parece un buen
chico.‖
―Nosotros solo…salimos‖ en cualquier momento me va a caer un rayo
por semejante mentira ―por un tiempo, pero el no era el adecuado
para mi. Termine con el.‖ duramente. ―Oye, Papi,‖ dije, rápidamente
cambiando el tema.
Dios, estaba tan cansada. ―he decidido tomarme unas vacaciones. Tu
sabes, quiero descansar y relajarme. Así que no te preocupes por si
llamas al apartamento y no contesto.‖
―Como si me fuera a preocupar.‖ resoplo.
Oh, si se preocuparía. Me amaba tanto como yo lo amaba a el, y
siempre estaba cuidando de mi. Bostece otra vez, aunque por mas
tiempo y mas profundamente. Mis extremidades comenzaban a
temblar, mi cerebro formaba más incoherencias que pensamientos.
―me…voy…‖
―ve a descansar, ángel, y llámame cuando vuelvas de tus
vacaciones.‖
―Te amo, Papi.‖
―También te amo, muñeca.‖
Colgamos. Me di la vuelta en la cama y a ciegas puse el auricular en
su lugar. Puse mi brazo sobre la cama y me quede exactamente allí.
Estaba demasiado exhausta para mover un músculo.
En el espacio de un día, había besado a un supuesto agente del
gobierno, desarrollado súper poderes, me regale a un adolescente
virgen y mentido a mi papa.
―¿Alguna otra cosa, que quieras que haga?‖ murmure a los cielos,
halando mis rodillas hacia mi estomago.
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Gena Showalter
No te duermas aun, Jamison. Tengo muchas cosas que arreglar
todavía, comenzando con en quien confiar. No puedo confiar en el
chico lindo, el falso agente de la CIA que trato de llenarme de dardos.
Bastardo. El tortura personas.
Las asesina. No tengo duda de ello. Cuando Rome hablo de Vincent y
sus experimentos, prácticamente podía escuchar los gritos de las
personas.
Más que eso, recuerdo lo fría que estaba la mirada de Vincent.
¿Debería ir a la policía?
Si lo hiciera, ¿me entregarían ellos al gobierno? ¿A Rome? ¿Diablos,
me creerían? Yo misma apenas me creía. Para agencias, por amor de
Dios. ¿Que hay de Rome? Me encontraba fuera de mi liga con el.
Ambos lo sabíamos. Aun así, se mantenía la pregunta: ¿podría confiar
en el?
Rome había prometido ayudarme a encontrar al Dr. Roberts (y tal vez
un antídoto) y hacer que Vincent me dejara en Paz. Todo lo que tenia
que hacer era ayudarle a esconder a su hija. Suena como un buen
intercambio. En realidad, suena demasiado bueno. Creo que lo que
más me molestaba de esta situación, bueno. Era porque a mi. No
tenía ningún entrenamiento para este tipo de cosas. Impredecibles.
Yo no sabia como esconder personas, así que, ultimadamente, ¿para
que le pudiera servir?
Obviamente, había algo que no me estaba diciendo. Y si no me lo
había dicho, no podía ser bueno para mi.
―Mierda.‖ No tenía ropa, apenas y tenía dinero. Tal vez podía llamar a
Tanner en la mañana, hacer que me llevara de compras, y olvidar,
aunque sea por un rato, todos mis problemas. Podría darle más tips
de cómo comportarse en las citas y sentirme normal otra vez.
Y podrías ponerlo en más peligro.
Me lleno una sensación rebatimiento. Nunca me había sentido más
sola. Más impotente. Más cansada. Gemí y me cubrí los ojos con mi
brazo, bloqueando hasta el ultimo poquito de luz. El sonido hipnótico
del aire acondicionado, viajaba hasta mis oídos.
Dios, el estrés del día había arrasado con toda mi energía. Aparte de
eso, mi fuerza todavía no se había regenerado de los efectos de la
formula. Era claro que por el momento no iba a tomar ninguna
decisión sobre lo que haria, así que no había razón alguna para
estarme obligando a permanecer despierta por mas tiempo.
Cuando despierte, todo será mas claro.
Si, ¿a quien creía que estaba engañando?
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¿"Realmente pensaste que podrías escapar de mí?‖ una voz ronca y
familiar respiró en mi oído.
―Podrás ser el pollito de la tabla periódica, pero yo soy un maldito
rastreador.‖
Me desperté al instante. Una ola de miedo cayó de golpe en mí,
cuando me dí cuenta de varios hechos alarmantes:
Uno, el peso de Rome fijaba mi cuerpo a la cama.
Dos, mis manos fueron atadas encima de mí cabeza. No, no atadas,
¡estaba esposada!
Tres, una mano con fuerza de acero cubría mi boca, impidiéndome
gritar.
Y cuatro, el hecho más alarmante de todos, Rome tenía una erección
que apretaba contra mi vientre y me gustaba eso. ¿Olvidé mencionar
que yo estaba desnuda bajo las sábanas?
―No tengas miedo,‖ dijo él. ―Sabes que no te haré daño.‖
Esto no debería haber aliviado mi preocupación, pero lo hizo. Su voz
era
calmante y suave.
La luz de la luna se deslizó por la grieta de las cortinas y, bañó su
cara. Sus
ojos cristalinos parecieron brillar, todo parecía muy vivo en contraste
con la
obscura barba que tenía en su mandíbula. Mi atormentador. Mi
salvador. Mi…
rompecabezas.
¿"Me vas a entregar a él?‖ Pregunté en el momento en que él liberó
mi
boca. No tuve que especificar a quién "él" me refería. Rome sabía. ―Él
le dijo que era el único modo de deshacerse de él.‖
Con un aliento agudo dijo: ―No. Esto es algo de lo cual no tienes que
preocuparte. Nunca te entregaré a aquel asqueroso. Te dí mi palabra,
¿recuerdas?‖
Él lo dijo con tal fuerza, que le creí. Con mi miedo disminuido, sin
embargo,
encontré chispas de cólera y clavé mis uñas en mis palmas. Mi sangre
comenzó a calentarse. ¿Cómo se atreve él a entrar sigilosamente en
mi cuarto?,¿ Cómo se atreve él a mentirme encima de mí?,¿ Cómo se
atreve él a verse tan malditamente bien?, ¿Cómo se atreve
él…Espera. Calma. Cálmate, Belle Jamison. Yo no podía enojarme o
podría comenzar un incendio.
Yo sólo – ¡Maldita sea!- Él me había encontrado tan rápido. Yo no
había tenido
el tiempo para decidirme si confiar en él o no.
Despacio tomé un aliento por mi nariz; despacio lo solté. En la luz
débil del
cuarto, miré fijamente la atractiva cara de Rome. Él parecía severo,
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sombrío,
nada parecido a su voz sensible. Él parecía maravilloso. Debo haber
parecido lista para gritar, porque él cubrió mi boca otra vez.
Mientras estaba disgustada de que él me había encontrado, un
pedazo de mí
estaba de realmente contenta de verle, todo lo demás estaba
condenado.
Esto significaba que yo no estaba en esto sola, que yo tenía a alguien
para
apoyarme, así sólo sea durante poco tiempo.
―Me abandonaste con un maldito lío para limpiar, Belle. Como bien
sabes, el
público en general no sabe que la gente con superpoderes existe.
Tuve que decir que estaban filmando una película. Gracias.‖
―Mmm, mmm mmm mmm‖ dirigí mis ojos hacia él. Con su mano
sobre mi boca, mis palabras surgieron tergiversadas. ¡Quise decirle
que dejara de empujarme en el vientre con su pene! Esas deberían
haber sido las primeras palabras de mi boca, pero yo no podía pensar
directamente con ―eso‖ cerca de mí.
―Sí,‖ él dijo, como si me hubiera entendido. ―Estoy encendido.
Prepárame en
barbacoa si no te gusta esto.‖ Ahora, su tono sostuvo un desafío
irresistible.
Si no me gustara esto ¡que me maten!
La inhabilidad de pensar debido a ―eso‖ no igualó la rabia que sentía
pero… ¿Qué pensaba él que yo no tenía hormonas?
Yo podría despreciar esta situación, pero fui (tontamente) atraída a
este hombre. La parte de mí que estaba contenta de verle me
impulsó a abrir las piernas y permitir que él se entrara en la
hendidura presentada. Él podría frotarme donde… ¡vamos, Jamison!
Muestra un poco de pudor.
La amonestación de mi sentido común me ayudó a no moverme.
Profundamente dentro de mi yo sabía que si movía el trozo más
diminuto, él estaría besándome, y yo estaría, devorándolo.
―Voy a quitar mi mano otra vez, Pollito de Tabla Periódica, y ni te
atrevas a
pensar en gritar. Estoy enojado contigo ahora mismo, y no quieres
empujarme a más.‖ Gradualmente, él hizo lo que había prometido
pero no dejo de fruncir el
ceño hacia mí.
―Te empujaré, si quiero,‖ dije, con mi boca liberada por segunda vez.
No quería
que él pensara que podía intimidarme. ―Y no me llames Pollito de
Tabla
Periódica.‖
―Si te atreves a intentar algo,‖ dijo él. ―No te gustará lo que pasará.‖
―No te gustará lo que te va a pasar si no te quitas, me estás
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aplastando.‖
Deliciosamente.
―No puedo respirar, maldita sea.‖
―Si puedes hablar, Chica de los cuatro elementos, puedes respirar.‖
La lógica apestó. ―Te digo que me estoy muriendo aquí. Y no me
llames Chica de los cuatro elementos. Eso es estúpido. Además, sólo
he usado tres. Fuego, aire y hielo.‖
Rome hizo rodar sus ojos. ―Un tecnicismo. Pienso que te gusto donde
estoy
ahora, y esto te asusta.‖
Su ceño fruncido se hizo más profundo. Al menos él no me llamó por
el otro de
aquellos nombres ridículos.
―No te presionaré, sin embargo. No ahora. Voy amoverme. Pero si me
señalas con tus manos, juro por Dios que las ataré detrás de tu
espalda y las dejaré allí esta vez.‖
―Puedo tirar fuego por mis ojos.‖
Los ojos azules intensos se clavaron en mí. ―Gracias por el
recordatorio. Créeme, vendarte los ojos no será una privación,
pequeña pirómana. ‖
Más exasperado que enojado (parece que tengo aquel efecto en
mucha de la gente) él movió su cabeza. ―Vi el daño que le hiciste al
departamento.‖
Mis mejillas coloreadas por la vergüenza. ―Fue un accidente. No
pensé causar
tanto daño.‖
¿"Entonces un poquito de daño estaba bien?‖ Él se levantó centímetro
a centímetro, quitando su peso como yo le había pedido. Excepto que
sin él, de repente me sentí fría y vacía. Él soltó mis muñecas,
cortando todo contacto, y se puso sobre sus rodillas en el pie de la
cama.
Di un par de tumbos, muy consciente de que una sábana delgada era
todo lo que
nos separaba. Nuestras miradas fijas chocaron cuando tiré de la
sábana y la
sostuve fuertemente en mi pecho. Mis traviesos pezones le daban un
feliz
―que-bueno-verte‖ en forma de saludo, aumentando mi humillación.
¿"Cómo entraste aquí?‖ Dije con dientes apretados.
―Escogí la cerradura.‖ Una esquina de su boca se frunció, pero
rápidamente retrocedió en el lugar, dando su cara un molde oscuro,
amenazante. ―Ahora,
contestas una pregunta para mí. ¿Quién era el muchacho que te llevó
en el coche?‖
Ah, no. No, no, no. No Tanner.
―Él es sólo un niño, y si le haces daño, te freiré como una papa frita.
Sabrás a cenizas durante un año.‖
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Él arqueó una ceja insolente. ―Abrazando nuestros poderes ya, veo.‖
―Sólo intentando sobrevivir.‖ Idiota. Él lo hizo sonar como si fuera un
delito utilizar mis nuevas capacidades. ¿Puede llamarse hipócrita? ¿Él
quiso que yo los usara para ayudar a esconder a su hija, verdad?
―No voy a hacerle daño al niño,‖ dijo él de mala gana. Oí que la
palabra aún tardaba en el aire silenciosamente, y mis puños se
apretaron. ¿"Le dijiste algo sobre tu situación?‖
―Por supuesto que no.‖
Rome estudió mi cara durante mucho tiempo. ―Conseguí su número
de matrícula, lo
que significa que Vincent, el hombre que te tiró los dardos, también
lo hizo.‖
Palidecí literalmente, sintiendo toda la falta de color en mi cara.
¿"Piensas que Vincent lo encontrará? Él es un niño agradable y no
merece sufrir ningún daño.‖
―Deberías haber pensado todo eso antes de subirte en su coche.‖
―Yo estaba desesperada,‖ me rompí, cerrando de golpe mi puño
contra el colchón.
Rome suspiró. ―No te vuelvas loca. ¿Las cosas malas pasan,
recuerdas?‖Cerré mis ojos y me obligué a calmarme.
―El niño perdió su cola en la carretera con aquel doble que va en su
coche‖ Rome añadió. ¿"Feliz ahora?‖
Me relajé, pero sólo ligeramente. ¿"Entonces cómo me encontraste?‖
―Soy el mejor rastreador de todos.‖ No había satisfacción en su tono,
sólo frío.
―Te dije que te quedaras en el piso, Belle.‖
Mi barbilla se inclinó, y sé que irradié terquedad pura. ¿"Hola, viste el
lugar? Era una especie de chimenea allí. Sin mencionar que la policía
y los bomberos estaban en camino.‖
―Si no hubieras tratado de escaparte,‖ refunfuñó él, ―Esto no habría
pasado.‖
―Necesitaba tiempo para pensar, Sola. No, que yo consiguiera a
alguno,‖ me
quejé. ―Escucha, podemos hablar de cuan estúpido fuiste por
encerrarme, más
tarde, ahora tenemos que hacer algo para proteger a Tanner – el
muchacho que me
trajo aquí.-‖
¿"Tenemos?‖. Sus cejas hicieron aquella cosa de arco otra vez, una
acción
que yo empezaba a odiar.
Mi mandíbula se apretó, y lo fulminé con la mirada. ―Bien. Ve por
aquel camino.
Actúa como un niño. Lo haré sola. Voy a encontrarlo y a protegerlo.‖
Cubrí mis
ojos con mi mano derecha, perdiendo mi alarde. ―Debería haber
dejado que se
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quedara aquí‖. ―Deberías haber hecho muchas cosas.‖ Rome removió
la sabana, sus
dedos rozaban mi pantorrilla, mi rodilla, y entonces mi muslo interior.
Era un
toque ocasional, y un poco más sensual debido a esto. Temblé, lamí
mis labios, pero no me moví o expresé una protesta.
―No te preocupes por el niño.‖ Su voz surgió ronca. ―Escondí su coche
y él ahora esta durmiendo en el mío.‖
Mis músculos se relajaron. ―¿Cómo?‖
―Algunos de nosotros realmente sabemos lo que hacemos,‖ interpuso
él secamente.
¡"Eso es totalmente injusto!‖
―Carácter, carácter.‖
―Mejor miras como te diriges a mí.‖ Fulminándolo con la mirada, me
incliné
hacia adelante y señalé con mi dedo su pecho.
¿"Me pediste ayuda, recuerdas? Puedo asegurarte que éste no es el
modo de
conseguirla.‖
Sin advertencia, su mano serpenteó y agarró mi muñeca. El toque
era eléctrico,
erótico. ―Te dejaré hacerme muchas cosas con tu dedo.‖ Su voz bajó
muy bajo.
―Pero empujarme no es una de ellas.‖
Los hormigueos calientes invadieron mi corriente sanguínea, que baja
entre mis
piernas y roza en todos los sitios correctos; yo tragué. Lugar feliz,
lugar
feliz. Trataba de pensar.
―Uh, tengo que saber algunas cosas sobre ti, así puedo tomar una
decisión sobre
lo que debería hacer.
¿"De dónde eres?‖
Todas las indirectas de la emoción drenada de sus rasgos, lo
abandonaron obligándolo a mirarme fijamente. Él permaneció
silencioso. Intenté otra vez. ¿"Qué edad tienes?‖ Nada.
¿"Qué edad tiene tu hija?‖ Otra vez, nada. Grr. ―No puedo confiar en
ti hasta que yo sepa exactamente como piensas que yo puedo
ayudarte.‖
―Tus capacidades,‖ era todo lo que él dijo, pero un destello de culpa
llenó sus
ojos por una fracción de segundo.
Tenía que haber más de ello que esto, pero no le presioné. Deja de
andar con
rodeos, Jamison. Vas a confiar en él. Lamentablemente, él era mi
única opción a este punto, y yo estaba finalmente lista para admitirlo.
Aunque yo estuviera luchado contra ello, negándolo, odiándolo, él
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había sido mi única opción desde el principio. Yo no sabía esconderme
a mi misma (obviamente). Yo no sabía nada sobre el rastreo de la
gente. Mi talento estaba cuando me enojaba y por casualidad
incendiaba cosas.
¿Puedo conseguir un woo hoo?
―Una vez que aprendes a usarlos,‖ él añadió, y ahí estaba el destello
de culpa otra vez, ―Serás exactamente lo que necesito para asegurar
la seguridad de mi niña.‖
―Bien,‖ suspiré. ―Trabajaré contigo.‖
Él pasó su lengua sobre su labio inferior, una acción más sensual que
él había
pensado probablemente que esto era.
―Tal vez tengo que volver a pensar en trabajar contigo. Tú eres el
problema, bebé. Y no necesito problemas, sobre todo de alguien que
está poco dispuesto. Debe ser verdaderamente fácil, dejarte
noqueada, recogerte y lavarme las manos de ti.‖
Entrecerré mis ojos, cuadré mis hombros y enderecé mi espalda.
―Debe ser verdaderamente fácil prenderte fuego ahora mismo.‖ Yo
estaba enojada con él, pero ninguna llama aparecía. ―Tu estás
realmente comenzando a molestarme.‖
―Tiemblo.‖
―Necesitas mis habilidades, Rome. Una vez que entienda como
usarlas.‖
―No estoy tan seguro que puedas entrenarte,‖ dijo él rotundamente.
¿"Entonces has cambiado de idea en los tres segundos pasados?‖
¿Cómo es que pasó a ser irónico? Yo ahora tenía que convencer a mi
captor de permitir que yo lo acompañe. Mis puños se apretaron sobre
la sábana, juntando el material.
―No puedes hacerlo sólo, sino no me habrías pedido ayuda.‖
―Un momento de debilidad, te aseguro.‖ Él se encogió de hombros,
pero el movimiento despreocupado no podía enmascarar con fuerza
el destello decidido en sus ojos.
―Mentiroso. Me ayudaste a huir en vez de llevarme con tu jefe, y esto
va en contra de tus órdenes. Me necesitas. Desesperadamente.‖
El silencio se estiró entre nosotros. No me permití el lujo de aliviar la
tensión. Sus ojos intensos estudiaron mis rasgos, calibrando,
midiendo. Era demasiado malo que mis nuevos poderes no incluyera
el leer pensamientos.
―Lo dije antes, pero lo diré otra vez. No eres buena para ninguno de
nosotros hasta que aprendas a usar y controlar tus poderes.‖ ¡Duh!
Sacudí una de mis manos. La otra permaneció como un candado
sobre la sábana.
―Sólo, ¿Cómo se supone que aprenda? No creo que pueda buscar en
los clasificados un entrenador de superhéroe. Tampoco parece que
tengo mucho tiempo. Estamos perseguidos por el reloj aquí.‖
Él cubrió sus ojos con su brazo. ―Practicaré contigo, sólo tendremos
que rezar para que no destruyas el mundo entero en el proceso.‖
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¿Sería él un entrenador práctico?
Un pensamiento vago fue a la deriva por mi mente, y fruncí el ceño.
Hola, mi nombre es Belle Jamison y tengo un cerebro chiflado. Dios.
Espera. La deliciosa boca de Rome se mueve. Él no había dejado de
hablar. Odié cuando perdí la pista de una conversación.
―- detectamos al doctor Roberts, tendremos un mejor entendimiento
de tus
capacidades.‖
Desde que el descubrimiento del bastardo doctor había estado en mi
lista de Cosas para Hacer, con impaciencia estuve de acuerdo con el
plan de Rome.
―¿Tienes alguna idea de dónde esta él?‖
―Todavía no.‖ Pausa. Él movió su cabeza, quitando varios cabellos
oscuros de su frente. ―Dios, no puedo creer que yo haga esto. Yo
debería prenderme fuego ahora mismo y salvarte del problema.‖
Otra pausa. ―Una vez permití que me encarcelaran y entonces yo
podría ponerme
dentro de una prisión y así ayudar a otro agente para que saliera
libre. Fui torturado despiadadamente, pero tengo un sentimiento que
parecerá a unas vacaciones comparado con esto.‖
No me gustó pensar en él encarcelado, golpeado, sangrando.
Extraño.
―No soy tan mala,‖ me quejé.
―Bebé, eres peor. Vístete. Esperaré en el coche.‖
No me moví. ¿"A dónde vamos?‖
Su mirada fija pasó sobre mí, tardando en mis pechos, la coyuntura
de mis muslos. El calor llameó en sus ojos, entonces mi piel casi se
puso a arder del fuego. El aliento chamuscado en mi garganta.
―Nos acostaremos si no te vistes‖ él dijo, con su voz cargada de mala
intención. Sin invitación, mi mirada fija viajó por el camino que su
mirada había tomado. Estaba completamente tapada, pero la sábana
era transparente. Incluso en la luz de la luna, mis pezones estaban
claramente perfilados, como lo estaba el triángulo oscuro de pelo
entre mis piernas. Jadeé. ¡"Deberías haberme dicho que yo te estaba
dando un gran espectáculo que mirar!‖
¿"Qué, y dejarte terminarlo? ¿Parezco estúpido?‖ Él se apartó de mí.
―Apresúrate. Entre más pronto estemos fuera de aquí, mejor.‖
Sus piernas dieron puntapiés sobre el lado de la cama, y él estuvo de
pie antes de que yo pudiera parpadear, él anduvo a zancadas a la
puerta y la abrió y cerró sin un solo ruido. Ni una corriente de aire. Él
se había ido, como si nunca hubiera estado dentro del cuarto. Sin
embargo, yo todavía zumbaba. Todavía luchaba por tener aliento. Me
paré, y mis rodillas casi se doblan. ¿Siempre tendría Rome aquel
efecto en mí? ¿Iba mi cuerpo a doler siempre por él? ¿Iba cada parte
femenina de mí
siempre a llorar por él?
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Apresuradamente me vestí, con mis ropas húmedas y arrugadas por
su lavado. Mis zapatos todavía cubiertos de cenizas. Yo habría amado
un cepillo para mi cabello, pero no tenía ninguno. En cambio,
rápidamente me peine con el dedo el enredo oscuro. Hasta ahora
Rome sólo me había visto en mi peor momento, y no me gustó aquel
hecho. Si él me encuentra atractiva así, ¿cómo reaccionaría él si yo
llevara un buen maquillaje, un vestido ajustado y unos tacones altos?
¿No es que quiera atraerlo, verdad? dijo una mitad de mí. ¡Cállate,
tonta!, la otra mitad contesto. Si yo quisiera tomar un tren del
Desmentido y visitar la tierra áspera de Realidad, así sería. Ese
hombre mecía mi mundo, y yo amaría mucho mecer el suyo. No
sabiendo lo que yo encontraría afuera, despacio, abrí la puerta y eché
una ojeada. Seis coches, varias berlinas, un camión y dos SUVs
ocupaban esta sección del aparcamiento, apenas visible en la
oscuridad de la noche. No había ninguna luz alumbrando, sólo
algunos rayos de la luz de la luna. ¿Dónde estaba Rome? Decirme
qué auto le pertenecía habría sido beneficioso para ambos. Supongo
que él había estado demasiado distraído para pensar en ello,
reflexioné con una sonrisa satisfecha.
Varios cuartos abajo, vi un par de luces de coche prendiéndose y
apagándose rápidamente. Sorprendida, bizqueé, estrechando mi
campo visual. Sin el destello de luces, yo nunca habría sabido que el
coche estaba allí. Era tan oscuro que se colocó cómodamente en la
noche, perfectamente camuflajeado. Cuando lo estudié con mis ojos
ajustados, yo era capaz de distinguir dos siluetas por las ventanas
teñidas, una en el asiento del conductor, y otra en el asiento de
pasajeros. Yo no podía ver caras actuales, pero estaba segura que yo
miraba a Rome y a Tanner.
Cerré con llave la puerta detrás de mí y me moví hacia el coche, sólo
luego oyendo el ronroneo de su motor. El aire de la noche estaba
bueno y limpio, y respiré profundamente, pero el aire se congeló en
mi garganta cuando la puerta de pasajeros se abrió y la luz inundó el
interior del coche. Mis pies se congelaron, también. Entonces volvió el
hielo a mis manos. Tres hombres estaban dentro del coche, me di
cuenta, y ninguno de ellos era Rome. Por segunda vez en ese día, mi
mirada fija se cerró con la del Muchacho Bonito, que salía de la
puerta abierta y me alcanzaba. Puse mi mano sobre la capota del
auto y me empuje hacia atrás. En un latido de corazón, el coche
entero estaba vidriado con hielo.
Afecté a mi cabeza. Yo acababa de congelar un coche. Un coche
entero. Tocándolo. De alguna manera pareció más surrealista que las
otras cosas que yo había congelado. El Muchacho Bonito frunció el
ceño. ―Esto no tiene que ser violento, Belle.‖ Su voz era tan impasible
como mí recuerdo. Sus ojos eran llanos, no amables en lo más
mínimo cuando él anduvo hacia mí. ―Coopera y voy asegurarme de
que seas mantenida ilesa.‖
―Usted no es de la CIA,‖ hablé sin tino, andando hacia atrás. ¿Dónde
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estaba Rome? El frío se iba de mí por alguna razón. No pensé que yo
sería capaz de congelar al Muchacho Bonito si él brincara sobre mí.
―Soy su único amigo en este momento. Rome quiere matarle. Yo
quiero ayudarle.‖
―Usted miente.‖ Rome había tenido muchas oportunidades de
hacerme daño pero él no lo hizo. Ni una vez. ―Usted es...‖
Una pared sólida de músculos se cerró de golpe en mi, empujando
oxígeno a mis pulmones, y sus brazos divididos en bandas alrededor
de mí. Yo fui sacudida de mis pies y transportada lejos a un paso
insanamente rápido. El olor masculino de Rome me envolvía así como
sus tan seguros brazos.
―Deberías haberme advertido,‖ jadeé.
―Espere,‖ el Muchacho Bonito llamó. ¡"Hablemos sobre esto, Agente!‖
Cuando Rome no respondió, oí al Muchacho Bonito maldecir. ―Consiga
otro coche,‖ pidió él. ―Y por el bien de Cristo, que alguien los agarre.
Vivos.‖
―No había tiempo para una advertencia.‖ Las botas de Rome sonaban
en el pavimento y él dio vuelta bruscamente, doblando en una
esquina. Detrás de nosotros, oí la maldición de un hombre, y pasos
frenéticos. Mi corazón martilló contra mis costillas. ―Bájame. Puedo
correr.‖
Él no me hizo caso, llevándome a la parte trasera del motel, donde
una Crown Victoria de cuatro puertas esperaba. ―Baja la cabeza,‖ dijo
él, apenas dándome tiempo para reaccionar antes de que él abriera
de golpe la puerta y me tirara en el asiento de adelante.
Vislumbré a Tanner durmiendo en el asiento de atrás una fracción de
segundo antes de que Rome se zambullera en el asiento del
conductor. El coche corría ya, el final del camino estaba frente a
nosotros, entonces todo lo que él tuvo que hacer era poner la marcha
y pisar fuerte el acelerador. Patinamos, la grava salía volando de las
ruedas traseras. Pop. Whiz. Crack. Pop. Whiz. Crack.
Grité cuando la ventana del lado de Rome se rompió, el cristal volaba
por todas partes.
―No te levantes,‖ él gritó.
Nuestro coche dio tumbos a la izquierda, luego a la derecha, luego
chocó contra algo. Un cuerpo, me di cuenta porque con el golpe
alguien aulló del dolor, pero no redujimos la marcha. No se paró.
Hicimos otra vuelta rápida, saltando un bordillo y volamos a través de
la hierba. Los neumáticos chillaron cuando finalmente golpeamos la
avenida central. Viento entraba por la ventana arruinada, volando
dentro del coche y dando palmadas a mi cabello alrededor de mi
cara. Las luces del coche se apagaron, dejando la oscuridad delante
de nosotros. ¿Cómo podría Rome ver algo? ¿Cómo podría otro coche
vernos? Si hubiéramos evitado al Muchacho Bonito sólo para morir en
un accidente, yo iba a estar muy enojada. Yo tenía problemas
aguantando mi respiración — y no de un modo bueno. El miedo
palpitó por mí, helado, intenso. Ellos nos habían disparado a
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nosotros. ¡Disparado a nosotros, por Dios! Podríamos haber muerto.
Mi corazón empezó latir irregularmente, y una prisa de sangre rugió
en mis oídos. ¿Iba el Muchacho Bonito alguna vez a rendirse? ¿Era así
cómo yo pasaría el resto de mi vida? Otro río helado se precipitó
sobre mí, atravesando mi piel y hundiéndose profundamente en mis
huesos. Yo estaba tan fría, la niebla se formaba con cada respiración.
―Cálmate, Belle, antes de que vuelvas el coche de hielo y arruines el
motor,‖
Rome dijo. Cristales de hielo diminutos comenzaban a correr de las
aberturas de aire del coche. ―Pensamientos buenos, bebé,
pensamientos buenos.‖ Agarró el volante y nos llevó abajo de otro
camino. ―El fuego es causa del cólera, el miedo causa el frío.
Entonces, los pensamientos buenos deberían neutralizar a
ambos.‖Neutralizar. Mi palabra favorita.
Un temblor cayó en cascada por mí. Yo no tenía ningún lugar feliz
ahora mismo. Quiero decir, las emociones no podían ser forzadas. Yo
no podía parar de estar asustada como yo tampoco podía dejar de
amar a mi papá. Y esto significaba que Rome y yo fallaríamos antes
de que hubiéramos empezado. Seríamos capturados.
¿"Recuerdas cuándo te bese?‖ él preguntó. ¿"Qué bueno fue?‖
¡Cuán bueno eso fue!… como si yo pudiera olvidarlo alguna vez. Una
imagen de su cara que baja hacia la mía, sus labios en busca de los
míos, instantáneamente se quedó con el centro de mi cabeza,
ahuyentando todos los otros pensamientos. ¡Adiós!, miedo. ¡Hola!,
deseo. Él me había mirado como si yo fuera la mujer más hermosa
que él haya visto alguna vez. Como si él fuera a morir si no me
probaba. Vamos a afrontarlo. No tengo una pizca de feminidad y
delicadeza. Pero soy mona. Algunas personas podrían llamarme
valiente. (No mencionaré a la gente que me llama una hembra.)
Mona y valiente no se llenan de hombres sensuales, fuertes, más
grandes que la vida, como Rome con pasión inextinguible. Él me
había querido, sin embargo, aquella clase de… absorción no podía ser
falsificada.
―Te brotaste para mí,‖ dijo él roncamente. ―Estabas tan excitada que
yo podía oler tu deseo, y me gustó eso. Quiero más. Y seré honesto
contigo, bebé. Tienes la lengua más pequeña y caliente que he
probado alguna vez, y quiero todo eso sobre mí.‖
Mi sangre se calentó, y el hielo dentro de mí se derritió. Lancé un
vistazo al asiento de atrás; por suerte, Tanner no se había
despertado y yo podría …. El coche viró bruscamente otra vez,
haciéndome girar de un lado al otro. Las palabras de Rome se
descoloraron de mis oídos, su cara desapareció de mi mente. Mi
esperanza de tomar parte en una conversación erótica se disolvió. El
hielo construyó paredes altas dentro de mí otra vez.
―Vi tú cara después,‖ Rome siguió, como si no le importara nada en el
mundo. ―Tu te hubieras venido si yo te hubiera empujado mucho
mas. Habrías extendido tus piernas y me habrías dado la bienvenida
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a mí dentro.‖Sentí que yo me relajaba por segunda vez.
"Sí", dije, no tratando de negarlo.
―Estabas mojada para mí.‖
―Sí.‖
―Soy difícil para ti. Soy muy difícil ahora.‖
El deseo latía por mí, y me retorcí en mi asiento. Que él me hablara
así, erótico mientras el peligro nos envolvía, sólo añadía emoción. Lo
quise. Lo hice. Lo quería a él desnudo y dentro de mí, deslizándose
adentro y afuera. Con fuerza, con mucha fuerza.
―Si la situación hubiera sido diferente, Belle, yo te habría desnudado
y habría amado cada pulgada de ti.‖
―Pronto,‖ respiré, y en aquel momento no me preocupé si sonaba
como una persona fácil o tonta.
―Pronto,‖ él prometió.
Después de esto, yo no sabía que decir. Yo estaba lista para él.
Impaciente. Con sólo unas palabras, él me había puesto en llamas.
Cuando él después me tocó… Rome limpió su garganta y se movió en
su asiento. Su mirada fija pasó sobre mí, entonces de prisa se alejo.
Las puntas de mis dedos se calentaban, soplos de humo salían de
ellos. Me hundí en mi asiento, enganche mi azotado pelo detrás de
mis orejas y blanquee mi mente, la cosa más difícil que yo había
hecho en un largo, largo tiempo.
El aliento se estremeció en mis pulmones. Andaba por una línea fina,
me di cuenta. La pasión de cualquier clase podría causar un fuego.
¿"Estas calmada ahora?‖ él me preguntó.
―Sí.‖ Mi cabeza se arrojó contra el asiento, y miré fijamente la luz de
la luna que corre sobre los árboles. No pienses en Rome. No pienses
en aquel beso. ―Yo me sentiría mejor si encendieras las luces del
coche.‖
―No hay necesidad. Puedo ver en la oscuridad.‖
No hay forma ¿"Cómo?‖
―Hace tiempo, me anoté para una cirugía experimental… una cirugía
de ojos donde… te daban algo parecido a la visión nocturna, las
lentillas fueron insertadas en mis lóbulos oculares.‖
¿Qué pasaba con todas las pausas en su discurso? De todos modos,
el pensar en el sufrimiento que el procedimiento le causo, me hizo
poner una cara. ―Ouch.‖
Él se encogió de hombros. ―El resultado mereció el dolor sobre todo.
La vista en la oscuridad ha salvado mi vida miles de veces.‖
Quise aquella capacidad de superhéroe en vez de la que yo tenía:
creación de desastres.
―Eso es genial, pero otros conductores no pueden verte‖.
Suavemente él se rió entre dientes. ―Ese es el punto‖.
―Si causas un accidente‖
―Ten un poco de fe en mí. Sólo realicé un rescate acertado. Además
no creo hacer daño en un accidente de tránsito‖. Los árboles silbaron
por delante, ¿"Perdimos al Muchacho Bonito, entonces?‖
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¿"Muchacho Bonito?‖ Rome me dio un vistazo irritado. ―Después de
todo lo que él te ha hecho, piensas que él es… ¿bonito?‖
Hice rodar mis ojos. ¿"Lo perdimos o no?‖
―Sí, aproximadamente una milla atrás.‖ Él resopló una risa.
―Muchacho Bonito.‖
¿"Entonces, adónde vamos?‖
Hubo un silencio incómodo durante varios segundos. Entonces,
―Tengo a un amigo,‖ Rome dijo irresolutamente.
―Ella podría ser capaz de ayudarnos.‖
¿Ella? Bien, seriamente no me gustó que Rome tenga una amiga. Una
punzada de celos creció en mí, y mis manos se apretaron en mi
regazo. Soy pequeña, tonta y absolutamente ridícula. Lo admito. No
estoy orgullosa de ello. ¿Pero realmente, ella? ¿Ella? De alguna
manera, en los últimos minutos — sí, minutos — yo había empezado
a considerar a Rome de mi propiedad. No me gustó que él tenga una
amiga. Después de todo, hombres y mujeres no podían ser amigos
sin dormir juntos. Sólo un hecho de la vida.
―Nos quedaremos la noche con ella,‖ Rome siguió, ―Entonces,
averiguaremos que hacer con nuestra tercera rueda.‖
¿"Tercera rueda?‖
¿"El niño, recuerdas?‖ Rome hizo señas a la espalda del coche con
una inclinación de su barbilla.
Eché una ojeada a Tanner otra vez. Él tenía que despertar aún. Su
cuerpo magro estaba esparcido a través de los cojines, y sus rasgos
eran suaves con el sueño. Grupos de pelo azul colgaron sobre sus
arracadas de ceja. ¿Por qué no se había despertado él durante todo el
escándalo? Me pregunté. Mi boca se secó cuando la respuesta salió
de mi mente; fui volando alrededor para estar enfrente de Rome.
¿"No le hiciste daño a él, verdad?‖
Él me miró con ceño, ofendido. ―Le di algo para dejarlo pasmado un
rato. Eso es todo.‖
―Tú y tus medicinas,‖ refunfuñé, pero estaba más tranquila.
¿"Entonces, lo neutralizaste?‖
Su ceño fruncido se rizó en una mala mitad de sonrisa que él trató de
esconder.
―Algo así.‖
¿"Qué has usado?‖ Mi mirada fija vagó sobre Tanner otra vez. ―Estoy
preocupada por cómo está durmiendo profundamente.‖
―Usé una combinación absolutamente segura que me gusta llamar el
Beddie-Bye Cóctel. Él se despertará en la mañana con un dolor de
cabeza leve, eso es todo.‖
Ahora fruncí el ceño. ―Él es sólo un niño, Rome. Si lo están esperando
en casa, sus padres podrían llamar a la policía cuando ellos se den
cuenta que él falta‖
Rome hizo una vuelta a la izquierda rápida y aceleró. ―Hice un control
de fondo rápido en él. Su mamá se marchó en su octavo cumpleaños,
y su papá, que le crió solo desde entonces, murió hace unos meses.
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El niño heredo un poco de dinero, y él sale mucho para gastarlo.
Nadie le echará de menos o sospechará el juego sucio.‖
Querido Señor. Sorprendente Tanner había parecido necesitado. No
me extraña que él hubiera querido quedarse conmigo. Él realmente
no tenía a nadie más. Él había perdido a cada persona que él amó. Yo
había perdido a mi mamá hace todos aquellos años, pero yo había
sido también joven para conocerla. Más que esto, yo había tenido a
mi papá para inclinarme. Mi corazón dolió por Tanner, y me encontré
extendiendo la mano y remontando mi yema del dedo sobre su
mejilla. Pobrecito.
―¿Qué haría yo si mi papá muriera y me abandonaran sola?‖
Una punzada aguda irradió en mi pecho. En el próximo instante, una
gotita de agua se esparció en mi mejilla, seguida rápidamente de una
gota que aterrizó en el lado de mi nariz. Me limpié la frente. ―Esta ‖
observé el techo sólido del coche "¿lloviendo aquí?‖
―Jesús, Belle. Pensamientos buenos. ¡Pensamientos buenos!‖
Otra gotita. Confusa, me di vuelta hacia Rome. Las gotas líquidas
rociaban sobre él también, como si una pequeña nube de lluvia
hubiera invadido el coche.
¿"Hago esto, también?‖
¿"Experimentas una oleada fuerte de emoción?‖
―Sí. Tristeza.‖
―Entonces haces esto.‖ Su tono era grave.
Cubrí mi boca con mi mano; mis ojos se abrieron. ―No quiero hacer
esto. No quiero que cada una de mis emociones causen un cambio
del tiempo. Sólo quiero ser yo. Quiero sentir y no preocuparme que
estoy apunto de quemar, congelar o ahogar a alguien.‖
Las líneas finas alrededor de sus ojos se apretaron, y las sombras en
sus mejillas se hicieron más profundas. En aquel momento él me
miraba asustado, pero muy consolador, sí, yo podría haberme
lanzado en sus brazos.
―Lo sé, bebé,‖ dijo él. ―La fórmula es un asco, pero no hay nada que
podamos hacer ahora mismo.‖
"¿Por qué creó el doctor Roberts la fórmula en primer lugar?‖
Pregunté.
―Por lo que he oído, él pensó hacer a América un gran servicio. Él
quiso hacer a nuestros militares más fuertes. Él sólo aceptó a la
gente equivocada, la gente que esperó explotar su ambición. ‖
Rome me alcanzó y masajeaba mi cuello. ―No siempre será tan fuerte
para ti.‖
¿"Cómo puedes estar seguro?‖ Pregunté con esperanza.
―Aprenderás a controlar tus capacidades.‖
¿"Cuándo?‖ Dios, ¿Cuándo?
―Pronto. Recemos para que sea pronto.‖
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Lo que Rome no me dijo en el auto fue que su ―amigo‖, Lexis Bradley
era psíquico, así como una de las mujeres más hermosas del universo
que yo haya conocido. Ella tenía un cuerpo woooow, además de ser la
madre de su hija.
Todo eso lo descubrí por mí misma, y entonces estaba enojada como
el infierno. Permítanme revivir el porqué de mi enojo.
Conducimos una felpa, que se refleja en el ascensor (que era mas
grande que mi piso entero) que sube hasta la cima de una torre de
cómo-y-cristal de un edificio. Después, el portero y los guardias de
seguridad no nos dieron una segunda mirada cuando entramos con
Rome, el cavernícola, llevó a un durmiente Tanner sobre su hombro.
Ellos no saludaron a Rome, como ellos ya estuvieran esperándolo.
Creo que Rome viene aquí muy seguido. Con gente extraña en un
remolque.
No estaba segura de que hacer con eso.
Cuando llegamos a la puerta de Lexis, ella abrió antes de que
nosotros tocáramos. Me quede aturdida por un momento,
parpadeando por su hermosura. Tenía un liso y recto pelo negro que
le colgaba en la espalda como una nube de medianoche. Sus ojos
eran de un vibrante verde esmeralda. Su piel brillaba a la perfección.
Lo juro por Dios, parecía una obra de arte viva.
Me gustaría decir que ella no pone en peligro mi autoestima. Si, me
gustaría decir eso. Lastime que era una horrible mentira. Yo me
miraba como la caca de perro en comparación, y yo lo sabía.
Aparentemente, ella sabía muchas cosas, también.
―Sabía que vendrías‖, dijo, su voz suave y rítmica, con el toque de un
acento de algún lugar que no pude identificar. Definitivamente no
Georgiano, sin embargo. Su mirada verde se comió a Rome de pies a
cabeza. Mentalmente lo despojo. ―Por favor, entren.‖
―Perdón por molestar tan tarde.‖Rome paso por enfrente de ella con
Tanner rebotando sobre su hombro. ―Como esta Sunny?‖
―Durmiendo.‖ dijo, Lexis estuvo cerca de cerrarme la puerta en mi
cara.
Obligue a mi pie a seguir, y entre de un empujón. Sunny… yo había
escuchado ese nombre antes eso creo. Estaba en el borde de mi
memoria. ―Me gustaría entrar, también,‖ dije.
―Ops. Lo siento,‖ dijo Lexis, no echándome ni un vistazo. ―No te había
visto.‖
Yo mentalmente lo deje pasar.
―Pon al joven en la habitación amarilla,‖ le dijo a Rome. ―Ya esta
arreglada la habitación.‖
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Como marioneta Rome comino por el pasillo, mi hombro toco a Lexis.
Ella caminaba alrededor, su cara era un caleidoscopio de horror. Me
detuve. Mis labios relajados se convirtieron en una mueca. ¿Qué,
acaso huelo mal? ¿Acaso ofendí su delicada sensibilidad? ¿Acaso mi
fealdad horrible arruinó el ambiente de su casa? Tal vez debería
advertir que soy un arma peligrosa y mirarme de esa manera no es
buena idea.
Ella dejo de mirarme, y con una mano débil fue y cerró la puerta. Sus
mejillas con color cuando ella me enfrento de nuevo. ―Tu nombre es
Belle,‖ dijo, como una declaración, no como pregunta.
―Si. ¿Rome me menciono algo de mi?‖ ¿Será que ese dulce hombre
hablo ya a la gente de mi? Quizás le guste yo también.
―No. El no lo hizo.‖ Ella se acerca a una mesa, levanto un celular y
empezó a marcar un número. ―Tienes que venir aquí ahora mismo,‖
dijo, y colgó.
O-kay. ¿Solamente le dijo a alguien que viniera y me sacara? ¿Acaso
tenía que cuidarme de ella? Mi corazón empezó a palpitar.
Rome emergió por la sala, pero sin Tanner. Se acerco a mi lado,
causándole tristeza a Lexis. ―He llamado a tu hermano,‖ le dijo ella.
Al mismo tiempo yo dije, ―Ella llamo a alguien…‖ espera. ¿Rome tiene
un hermano? ―¿Es un agente, también?‖, le pregunte.
Confusión se veía en el rostro de Rome. El hizo caso omiso de lo que
le pregunte, diciendo a Lexis ―¿Por qué le llamaste a Brit?‖
―Quiero que el se lleve por un días a Sunny.‖ dijo, Lexis con una
mano en la cintura. ―Porque no llevas a Belle con John?‖
John. ¿Como John Smith, el jefe de Rome? Huh. Yo pensé que él
había estado mintiendo con el nombre de su jefe.
Rome se puso rígido y parecía una estatua, ni siquiera respiraba.
―¿Esta Sunny en peligro?‖ El no se molesto en responder la pregunta
acerca de mi, me ti cuenta.
―Ella va a estar bien,‖ Lexis aliviada, se acerco y le acaricio el brazo.
―Te lo prometo. Tu amigo, que debería estar encerrado en un
laboratorio en este momento, va a causar problemas. Yo quiero a
Sunny fuera del edificio.‖
Yo apreté mi mandíbula. Lexis, quería un puñetazo en la cara en este
momento, estaba trabajando en su camino hasta mi lista de Personas
Para Joder Cuando No Pueda Controlar Mis Poderes. Pero por mucho
que quisiera hacerlo, no podía olvidar el comentario de ―causar
problemas‖, no podía. No después de lo incendios, el hielo, y la
persecución. ―¿Quién es Sunny?‖
―Nuestra hija,‖ me dijo Lexis arrogantemente.
Deje de respirar por un momento. Nuestra hija. De Rome y Lexis. Así.
Rome había sido íntimo con esta hermosa mujer, mujer perfecta.
¿Seguían juntos? Mis manos de me encogieron a mi lados. No por el
hecho de que nosotros queríamos dormir juntos no tenía derecho a
Rome. Sin embargo, me siento muy posesiva en este momento.
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―Tú quieres llevarme a la casa de tu amigo, huh?‖ dije en silencio,
tristemente. ―¿Están ustedes dos casados?‖
―Ya no,‖ dijo Rome. Eso fue un alivio, al menos. No había besado y
follado con un hombre casado. A Lexis el le dijo, ―Voy a ir a levantar
a Sunny, y a empacar sus cosas.‖ El se fue a zancadas por el mismo
lugar por el que había llevado a Tanner, dejándonos a Lexis y a mí
solas otra vez.
Ninguna de las dos hablo. Ni una sola palabra. Ni siquiera nos
miramos, solo nos quedamos ahí. Incomodas. Ella era la madre de la
hija de Rome, por el amor de Dios.
Utilice el tiempo para inspeccionar el apartamento. Y no creo que
nunca haya estado en presencia de tanta riqueza. Una pared de
ventanas panorámicas consumía todo el borde del piso, mostrando el
corazón de la ciudad. Vibrantes pinturas de flores orientales que
parecían que tenían vida. Había un remolino de colores como los de
un río, de un menta-verde-y-un color perla eran los colores del piso.
Repartidos por todos lados había cuadros de color azul brillante y
verde laca. Un sillón de terciopelo con cojines de seda adornaba el
centro de la sala de estar.
Quedándome sin cosas que mirar, miraba a artilladas a Lexis. Ella tan
elegante y sofisticada como su casa.
Ella traía un vestido verde que abrazaba sus esbeltas curvas, cada
costura hecha con hilos de oro. Hojas doradas adornaban el
dobladillo. Esa hermosura era irritante. Y Rome la había visto
desnuda, eso era aún peor.
El no regreso demasiado pronto, cargando a un andel y una bolsa. El
ángel tenia cabello negro como él, y como el de su madre, pero con
pequeñas ondas. Sus ojos eran de color verde, se inclino y me vio de
la misma manera que su madre. Ella llevaba un camisón con osos
pardos. Uno de sus brazos estaba alrededor del cuello de Rome y en
el otro tenía un osito de peluche. Ella bostezó.
Viendo al padre y a la hija juntos me provocó un dolor en el pecho.
Radiaba amor entre ellos, también brillaba una fuerte confianza,
comodidad y serenidad. Un vínculo tranquilo que nunca nadie podrá
romper. Yo tenía eso con mi papa, pensé, sentí nostalgia.
―Te he extrañado tanto, Sunshine,‖ le dijo Rome.
―Yo también te extrañe, papa,‖ dije ella soñolienta.
Ella tiene cuatro años, supuse yo, y era la cosa más linda que había
visto nunca. Hasta que su mirada se detuvo en mí. Ella frunció el
ceño. ―¿Quién,‖ dijo ella con altivez, ―es usted?‖
―Ella es Belle. Ella es una amiga de Papa,‖ respondió Rome por mí.
Tiernamente el paso su mano suavemente por el cabello de la chica.
―Vamos a ser amables con ella, ¿de acuerdo?‖
―No me gusta ella,‖ fue su respuesta, ―Mi oso necesita un abrazo.‖
Lexis tenía cara de querer sonreír.
Crucé mis brazos sobre mi pecho. ―¿Me puedes decir que hice mal?‖
Le pregunte a la chica.
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―A ella no le gusta nadie,‖ me dijo Rome. Él beso a Sunny en la
mejilla. ―Excepto yo.‖
―Es cierto,‖ dijo Sunny, sonando como un profesor universitario. ―Oh,
también me gusta mi mama.‖ Y su cabeza y sus cabellos hicieron
ruido en sus hombros. ―Pero los extraños son malos, malas personas
que hacen mal, cosas malas.‖
Rome debía sentirse orgulloso. Sunny probablemente le citaba
textualmente.
―Ellos seguramente lo son,‖ estuve de acuerdo. ―Así que esto quiere
decir que yo no puedo gustarte, también, y también tu eres una
extraña para mi.‖
Ella se rió, y el sonido re expandió por toda la habitación. ―Yo no soy
un extraña.‖
―¿Estas segura?‖ le pregunte, tocando con un dedo mi barbilla. ―Te
ves como un extraña para mí.‖
―Muy segura,‖ dijo con una sonrisa, y Rome también sonrió. Él una
suave mirada que casi hace que me derrita en un charco.
―Brittan esta aquí,‖ dijo Lexis, y se traslado a la puerta delantera. Ella
la abrió, revelando a un hombre alto con el puño preparado, listo
para golpear. Vestía pantalón negro y una camiseta gris. Su pelo era
oscuro irregular, y si no fuera por el golpe en la nariz y el hecho de
que sus ojos eran marrones, habría sido una réplica exacta de Rome.
Brittan torció los labios. ―Pensé que tendría que golpearte esta vez.‖
―Como si eso alguna ves fuera a pasar.‖Lexis regreso y hizo que el
entrara. ―Entra.‖
―Hola, hermano,‖ dijo Brittan, entrando. Él le dio un pequeño golpe
en el hombro a Rome con verdadero afecto.
De cerca, pude ver que Rome era más alto que su hermano y él más
joven de los dos. Líneas plateadas se veían a través del pelo de
Brittan, y había líneas finas alrededor de sus ojos.
Brittan, me vio y frunció el ceño. ―¿Quién es ella?‖ pregunto,
dándome un guiño de ojos.
―Belle Jamison,‖ le contesté antes de que otra persona (llámese
Lexis) me introdujera como un alborotador.
―Una amiga de Rome‖
―¿Compañera de trabajo?‖ pregunto, pero no tuve oportunidad de
contestar.
―Tío Brit, tío Brit! ¡Deja de ignorarme!‖ Sunny estaba torciéndose en
los brazos de su padre y se tiró a los brazos de Brittan. Riéndose, él
la abrazo herméticamente. ―Tú me viste hace unas horas, pero me
gusta este tipo de saludo‖.
―Necesito que cuides de ella por unos días, Brittan. No la lleves a tu
apartamento, tienen que salir del edificio.‖ Le dijo Lexis. ―Llévala a
nuestra casa de seguridad en Peach Street.‖
Brittan perdió todo asomo de jovialidad. ―¿Es algo que va a pasar?‖
Nadie dudo una sola palabra de lo que dijo la perfecta boca de Lexis,
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al parecer, incluso cuando esas palabras predecían un futuro en el
que nadie podía estar seguro.
Lexis apunto a Sunny con una mirada, y Brittan comprendió todo.
Obviamente, ellos no querían que ella supiera lo que estaba pasando.
Yo no estaba exactamente segura de lo que estaba pasando,
también. También Lexis quería que la niña lejos de mi porque
simplemente no le gustaba, o Rome realmente le había hablado
acerca de mi y ella quería a la niña fuera de la línea de fuego.
Literalmente. Eso explicaría su hostilidad hacia a mí.
Rome se acerco a mi lado, su calor se envolvía a mi alrededor. No sé
por qué, pero ese simple hecho de tenerlo cerca de mí me hizo sentir
mejor. Me hizo sentir calmada a pesar de todo. A pesar de que el
bastardo se había casado con Lexis. Y dormido con ella. Y le había
dado un hijo.
Lexis puso besos por todo el rostro de Sunny. ―Voy a extrañarte
mucho, pero sé que te vas a divertir con el tío Brit como siempre.‖
―Papa dijo que vas a salir fuera otra vez,‖ dijo Sunny. ―¿Cuanto
tiempo esta vez?‖
―Dos semanas.‖ Dijo Lexis.
―Dos días,‖ Sunny contrarresto.
―Una semana,‖ dijo Rome.
Sunny se lo pensó por un momento. ―Echo.‖
―Dame un beso antes de irte, Sunshine.‖ Hubo un temblor en la voz
de Rome esta vez.
El estaba molesto porque ella tenía que irse, fue desgarrador. Me le
acerque y le di un apretón. El no me alejo, pero me dio un apretón en
agradecimiento. Sunny se alejo de Brittan, pero la mantiene
agarrada, y ella paso a Lexis para darle un beso a Rome con un
fuerte golpe.
―Te quiero.‖ Dijo él.
―Yo también te quiero.‖
Los ojos de Lexis se llenaron de lagrimas, y admito que a mí también.
Me sentía culpable por estar como una intrusa en esta despedida
familiar. Me sentía más culpable porque yo la cause.
―Salgan de aquí ahora.‖ Dijo Lexis. ―Vamos.‖
―Adiós, extraña,‖ me dijo Sunny. Yo le sonrió y le digo adiós con la
mano.
Brittan agarro a Sunny con una mano y con la otra agarro la bolsa.
Estaban fuera de la puerta en unos segundos, charlando sobre osos.
El silencio llenó el vestíbulo hasta que Rome me dio una media
sonrisa y dijo, ―Que tanto sabes ahora. Tu no solo me encantas a mí,
le encantaste a mi hija también.‖
¿Yo le encantaba a él? De repente sentí que estaba bailando
(desnuda).
Antes de que yo pudiera decir algo, el se volvió a Lexis, su expresión
era seria. ―Él va a cuidar de ella,‖dijo él, y creo que lo dijo para sí
mismo también. ―El quizás no tenga poderes, pero tiene un
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entrenamiento militar.‖
―Ven,‖ dijo Lexis, secando sus lagrimas. Extendiendo su mano.
―Vamos a hablar en mi habitación.‖
―Compórtate,‖ me dijo Rome. Lo dijo naturalmente como si lo hubiera
dicho un millón de veces antes, el soltó mi mano y tomo la Lexis, y se
dirigieron por el pasillo.
Yo estaba enfada a sus espaldas, de repente furiosa sentí que los
bordes de mis ojos quemaban. ―¿Ustedes pretenden que yo espere
aquí? ¿En serio?‖
Rome suspiro por lo bajo, y se detuvo abruptamente.
―Si,‖ dijo Lexis. ―Lo hacemos.‖
El soltó la mano de Lexis (una acción de salvamento, seguro) y le dio
un suave empujón. Ella me arrojo una morada sobre su hombro, y
luego siguió caminando. Rome se mantuvo en su lugar, no me dio la
cara.
―Si tú crees que voy a dejarte ir fuera y tener una charla de
despedida sin mí,‖ le dije, ―Tú estás en serios problemas y en
necesidad de un examen de coeficiencia intelectual.‖ Lexis y Rome,
ex marido y ex mujer. Solos. Juntos. Diablos, no. No sin mi mirada.
Y esto no tiene nada con celos. De verdad. En serio. Mi seguridad
está en una balanza, y yo tengo derecho a escuchar cualquier y todas
conversaciones acerca de mí, de mis facultades, de las personas que
me persiguen, de Rome, su presente/pasado/futuro (él es mi socio),
Tanner, y una posible relación entre Rome y Lexis. Después de todo,
Rome me beso y admitió que quiere dormir conmigo.
Después de la forma en que el había tomado su mano…… la ira y se
ajito dentro de mí, y juro que diminutos rizos de humo salían de mi
nariz. ―Bueno,‖ pregunte.
Finalmente el se volteo. Sus labios estaban presionados juntos. ¿Para
evitar gritar? ¿O sonreír? Cruzo sus brazos sobre su pecho, su mirada
y expresión estaban estudiándome. En su cara se veía confusión,
pero había un brillo en sus ojos. Quería sonreír, me di cuenta.
―¿Qué es lo que te molesta ahora?‖ el pregunto.
―Nada,‖ dijo como una típica chica fashion, mientras que dentro de mi
grite, TODO! Una parte de mi quería que él pudiera leer mi mente y
se diera cuenta. ¿Fue eso demasiado pedir?
―El no puede,‖ dijo de repente Lexis.
Yo no la había oído regresar, mi atención se había consumido en
Rome. Lamentablemente, ahora estaba a su lado. ―¿No
que?‖pregunte, con el ceño fruncido.
―Leer la mente. Rome no puede hacerlo.‖
Como ella puedo saber- mi baca se abrió y se cerro, y estaba segura
que me veía como un pescado. ―¿Tú puedes?‖
―Si,‖ respondió ella, como si se tratara de una casa perfectamente
normal.
Eso era imposible, pensé, con mis ojos entre cerrados. Empese a
pensar en ella. Que estoy pensando ahora, tu podrida- ―¿Qué estoy
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pensadon ahorita, tu podrida…… que?‖ Ella puso sus manos en sus
caderas y frunció los labios.
―Por favor termina ese pensamiento.‖
―Sal de mi cabeza,‖ dije sin aliento, con el horror consumiéndome.
―¡Ahora mismo!‖ Si la mujer puede leer la mente, probablemente
podría predecir el futuro, también. Genial. Ella había dicho que yo no
era nada solo problemas, y Rome, la había escuchado diciéndolo. Yo
no quería pensar en mí como un problema, yo solo quería pensar en
que era sexy. Y me gustaría estrangular a Lexis para impedirle el
aseso a mis pensamientos que son privados.
―Uno,‖ dijo ella.‖Eso es repugnante.‖ Rome me dio una perfecta
imitación de cara exasperada, ella arqueo sus cejas. ―Dos, si me
quieres fuera de tu cabeza, tendrás que levantar algunas paredes.‖
―¿Como?‖ mis músculos preparándose para una lucho. Este mundo
sobrenatural en el que había entrado realmente era grande. Un duro
núcleo. ¿Quien más ha leído mi mente?
Lexis miro a Rome. ―¿Quieres que se lo explique?‖
Su atención, me di cuenta, nunca se había alejado de mi. ―¿Alguna
ves has tratado de mantener fuera algo, Belle?‖
―Si.‖ mantén tu mente tu mente en blanco. Mantén tu mente en
blanco. Señora Perra una pantalla blanca.
―Eso no era una pantalla blanca, de todas formas.‖ murmuro ella.
Mis unas se clavaron en la palma de mis manos, y tome un paso
amenazante hacia ella.
―Coloca un signo en tu mente,‖ dijo Rome, cerrando la distancia entre
nosotros y sujetando mi hombro me mantiene cerca de él.
―Visualízalo.‖
Llegados a este punto, me gustaría intentar algo. Cerré mis ojos y
comencé a construir un complejo de bloques de madera con una
señal ―Mantente fuera Perra,‖ en letras mayúsculas de color rojo.
Luego, por propia voluntad, las placas empezaron a derrumbarse,
pero la palabras empezaron expandirse, hacia arriba y hacia abajo,
izquierda y derecha, tratando de tejer un perfecto escudo.
Yo tomo aliento. Esta trabajando. Trabaja efectivamente. Yo
parpadeo y abro los ojos y veo a Lexis encogerse como si nada.
―¿Esta hecho?‖ Rome pregunto. Su mano acariciando mi hombro y un
fuego recorrió mi brazo. La punta de sus dedos acarició la palma de
mi mano.
Yo asentí con satisfacción, tratando de ignorar la intensa oleada de
placer que me precava ese simple toque.
―Allí,‖ dijo Lexis. ―Ella esta protegida, ¿Vamos a Platicar, Rome?‖
―Voy en un segundo.‖
Con un frustrado grrrrrrrr, Lexis se fue por el pasillo. Rome ahuecaba
mi barbilla y capturaba mi atención. Su olor decadente me envolvió,
como de embriagador era su contacto.
"Una pequeña advertencia la próxima vez sería bueno", murmure,
sobre la base de la ira que era más que deseo que tenia por el. "Si tú
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me hubieras dicho que era psíquico, podría haber trabajado en la
pared antes".
Para mi absoluta delicia, su pulgar recorrió los bordes de mis labios.
Un delicioso escalofrió me atormentaba.
―¿Qué fue todo eso?‖ pregunto suavemente. ―Tú usualmente eres
insolente, pero yo nunca había escuchado tanto rencor de tu parte. Y
no me digas que fue por lo de de lectura-de- tu-mente, porque ya
estabas molesta antes de eso.‖
¿Yo usualmente soy insolente? Oh, eso rallado. ―Estoy feliz, maldita
sea, con una alegría para estar con. Yo traigo el sol para todos a mi
alrededor.‖
El sonrió. ―Te creo, pero eso no responde mi pregunta.‖
Inclino mi barbilla, muy consciente de que me veía inexorablemente
terca. ―Tú tienes tu secreto, yo tengo los míos.‖
No te podía decir que quería rogarle para que fuera todo mío, decirle
que no me gustaba la idea de él con otra mujer, no importa la razón,
eso era un alto precio. Mi orgullo. Y no estaba dispuesta pagar esa
gran suma.
Hubo una gran pausa, un gran silencio. ―Muy bien. Pero tú necesitas
entender que hay una razón para que tú esperes aquí afuera. Mis
secretos.‖
―No.‖ Dije con mi barbilla levantada con una mueca.
―Tú puedes ir a echarle un ojo a Tanner.‖
―Él esta bien.‖
―Belle.‖ Dijo Rome con un suspiro.
―Rome. Yo no me voy a quedarme aquí mientras tú tienes un rápido
con tu novia, y luego discutir un poco acerca del contenido de tu
corazón. Lo siento, pero mi respuesta es y seguirá siendo no.‖
―¿Novia?‖ el ríe. ―Como si pudiera manejar dos mujeres como
ustedes.‖ Poniendo sus manos en la base de mi cuello y apretando mi
pelo, balo sus labios hasta los míos y me dio un exquisito beso, un
simple pero maravilloso beso. ―Tus pensamientos me fascinan.‖
Yo trago. ―Yo usualmente ofendo a la gente.‖
―No a mí,‖ el susurró, su cálido aliento avivando mis labios, mi
barbilla.
Mi cuerpo se aceleró con excitación instantánea, ansiosa,
maravillosamente muy ansiosa, quería más de él. Era como si él
nunca me hubiera dejó de besar, como si la parada hubiera sido
preludio para este momento. Mis pezones estaban duros, mi dolor de
estómago y mis piernas inestable.
―Si te prometo no tener un rápido, ¿vas a quedarte aqui?‖ en su vos
había deseo, y era ronca.
Paso un largo tiempo antes de que yo pudiera dar una respuesta
coherente. ―N-no.‖ Finalmente conseguí decir algo, más allá del nudo
que tenía en la garganta. El hombre estaba esta encendido. Era
imposible que pasara ahora, especialmente con la piraña que lo
esperaba en el dormitorio. Rome quizás no tenia pensamientos
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románticos hacia ella, pero sospecho que ella todavía muchos
sentimientos por él, otra de la razones de su odio hacia mí.
¿Puedes decir que son celos? Yo no, yo no era una olla y ella no era
una tetera. La odiaba porque ella es una perra, no porque sea una
rival para mí.
Por favor. Tú estas en plena ebullición con los celos, Jamison.
―No,‖ repito, mas para mi beneficio que para el de él.
Rome rodo sus ojos. ―Bien. Vamos.‖ Mientras hablaba, el entrelazo
nuestros dedos. ―Si te enteras de algo chocante, no digas que no te
dije nada.‖
Un escalofrío decadente pasó a través de mí con el primer con tanto.
El tacto de su palma contra la mía se sentía………….. divino. Era
fuerte, tan caliente y capaz, con ásperos callos que son testimonio de
su estilo de vida peligrosa. Como he podido dudar de él?
Él giro sobre su talón y me llevó por el ancho pasillo. La fragancia a
jazmín estaba en el aire. En lugar de obras de arte que yo esperaba,
había paredes de color café y estaban decoradas con imágenes de
Sunny.
―Más despacio,‖ le dije a Rome, torciendo mi cuello para ver una foto
de él y Sunny en un columpio. Él me ignoro y me empujo dentro del
dormitorio.
Me detuve, tome aliento, mirando, bebiendo cada detalle. Yo entré en
un harén. Menos las mujeres, por supuesto. La habitación de Lexis
era más decente que su sala de estar. Una cama muy bien decorada
estaba en el centro, había velos negros bailando suavemente
alrededor de los postes. Almohadas rojas estaban dispersas por todo
el piso, con las costuras de color rubí perla. Colgando del techo había
menos de un centenar de candelabros, iluminando todo el cuarto.
Espejos de oro.
Una chimenea.
¿Como diablos hizo Lexis para pagar todo esto? ¿O Rome lo compro
para ella? Yo no sabía que los agentes del gobierno les pagaran tan
bien.
Su cabello salió flotando como una nube negra, surgió de un closet
con una bolsa de lona negra y con varias prendas de vestir. Ella con
cuidado puso la bolsa en la cama.
―¿Vas a algún lado?‖ Rome pregunto. El soltó mi mano, pasando sus
dedos por mi brazo, y después se perdió todo contacto.
Sin su toque experimente una ola de vacío.
―Tu mujer va a quemar ente lugar,‖ ella respondió amargamente. Ella
puso un vestido de seda verde en la bolsa. ―Yo pensé que lo mejor
para mi es salir antes de que eso pase.‖
No hubo mucho tiempo para disfrutar de la alegría de las palabras tu
mujer. No con su acusación sonando en mis oídos. ―No voy a quemar
ente lugar. Dios.‖
Rome se agarro su barbilla, y sacudió la cabeza. ―Esto es genial. Lo
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siento, Lex. Yo no debí haber venido aquí sin antes decírtelo.‖
―Yo sé,‖ dijo ella. ―Brit va a cuidar de Sunny, de modo que es una
preocupación menos.‖
―No voy a empezar un fuego,‖ insistí.
―Tu quizás no quieras,‖ fue la respuesta de Lexis, ella regreso a su
closet para reunir más ropa. ―Pero lo harás.‖
―Quédate, Lex. Nosotros nos vamos.‖ Dijo Rome con voz tensa.
―Demasiado tarde.‖ Ella doblando un par de pantalones vaqueros y
los coloco dentro de la bolsa. ―No los puedo tirar afuera, Rome. Es
demasiado peligroso. Además, ahora estoy involucrada.‖
Oh, alegría. Las palabras que yo quería oír. ―Estas actuando como si
yo ya hubiera incendiado algo. Pero ahora que he sido advertida –
―Perra‖- voy a tener cuidado.‖ Yo habría apostado dinero que ella solo
quería hacerme quedar mal delante de Rome.
Ella me inmovilizó con una mirada penetrante, sus ojos esmeralda
tenían un resplandor, como de otro mundo y etéreo. ―Tu todavía vas
a causar problemas.‖
Dios, odio a esta mujer. No te enojes. No te enojes. Tratando de
controlar mi respiración, puse mis manos detrás de mi espalda, solo
en caso de que emitan penachos de humo. Ya sentía que quemaban,
el intenso calor.
―Uh, Belle, cariño,‖ dijo Rome.
―No ahora, Rome. Lexis y yo estamos en medio de una…
conversación.‖
―Pon en espera esa conversación. Tus dedos están en llamas.‖
Maldición de ida y vuelta hasta el infierno. Me gire hacia él,
apuntando con un dedo ardiente su pecho. Y empecé a decir, ―Mira el
temperamento. Piensa en pensamientos felices. Bueno, ¿adivinen
que? Estoy corriendo, no puedo ir a mi casa, extraño a mi papa,
alguna gente quiere matarme o capturarme por razones que aún no
entiendo del todo, tu mejor a miga es una perra, y me estoy
muriendo de hambre.‖ Mi estomago esta en peligro de comerse a si
mismo, solo entonces me di cuenta. Bueno, hubo un sorprendente
desayuno que Rome había cocinado por la mañana, pero eso sentía
como años atrás. ―Tengo todo el derecho a sentirme emocional.‖
―Lo sé,‖ dijo el suavemente. Con algo de compasión, el envolvió mi
dedo, apagando el fuego, y poniendo su brazo alrededor de mi
cintura. Él me puso delante de él, y luego deslizo sus dedos hasta mi
espalda y sobre mis hombros, donde comenzó un delicioso masaje.
―Lo siento.‖
Solamente así mi ira completamente desapareció. Un hombre que
entendía- inusual. Un hombre que dijo que lo sentía, y que
significaba- mucho.
―Voy a vigilarla esta noche, Lex,‖ dijo Rome. ―Voy asegurarme que
Belle no inicie un fuego.‖
Lexis dudo y luego asintió. ―Es en contra de mi juicio y estoy
haciendo caso omiso de mis instintos, pero a confiar en ti Rome.
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Vamos a irnos en la mañana.‖
―Bien. Ahora vayamos al asunto de manera que Belle y yo podamos
comer algo y dormir,‖ dijo él. Sus dedos nunca dejaron darme
masajear mis doloridos músculos.
Lexis, continuo empacando, y evitaba mirar en nuestra dirección.
Yo la vi a ella sin reserva. Aunque sus movimientos eran rígidos, ella
hacia todo con gracia y fluidez de una bailarina.
Con un de sus muñecas, ella lanzo otra bolsa en la cama. ―Estoy
llenando esta para ti,‖ me dijo. ―Tu necesitaras ropa diferente en los
próximos días, y tenemos aproximadamente el mismo tamaño.‖
Como… linda. Y completamente inesperado. ―Gracias,‖ le dije, un
zarcillo de culpa pasa a través de mi.
―De nada.‖
―Esto es lo que pasa,‖ dijo Rome, cortando de repente el silencio. ―A
Belle le dieron una formula experimental.‖
―Contra mi voluntad,‖ agregué. ―Un poco mas abajo,‖ le dije,
moviendo mis hombros para mostrar lo que yo necesitaba. Oh, si.
Justo ahí. Mi cabeza estaba enrolla con un éxtasis consumiéndome.
―Mmm….‖
Él inhala fuertemente antes de terminar su explicación. ―Esta formula
ha cambiado la alineación de su ADN.‖ Su voz empezó a profundizar,
un poco ronco. ―Es le ha dado a ella el poder de los cuatro elementos.
Cómo pudiste hacer figurado en el momento en que su dedo se
incendio.‖
Lexis dejo de hacer sus movimientos, con un par de pantalones de
seda verdes colgando de sus dedos. Finalmente, se enfrento con
nosotros. ―Así que ese el zumbido de producción eléctrico que siento
en ella?‖
―Si.‖ dijo Rome, poniendo en la parte superior de mi trasero por un
momento su mano, y yo me muerdo el labio superior para evitar
gemir.
―Vincent y nuestro jefe la quieren.‖
Espera. ¿Nuestro jefe? Esto significa que Rome y Lexis trabajan
juntos, también. Simplemente genial.
―Detén la tensión,‖ me susurró el. ―¿Eres la Peridoc Table Chick,
recuerdas? Mantén la calma.‖
―No me llames así.‖
―Esta la fórmula del Doctor Roberts que estábamos discutiendo,
¿verdad?‖ Lexis le pregunto, ignorándome.
Rome asintió. ―Tu has trabajado con Robert en el pasado. Lo conoces
mejor que yo.‘
―Tu trabajas con el doctor Roberts?‖ le pregunte. Bueno, más bien le
grite. No me gustaba el hombre, por razones obvias.
―Si,‖ dijo ella. ―El no es un hombre malo. No haría daño a propósito.
Él es dulce y el quiere hacer el bien. Pero el tiene algo malo, cosas
sexuales, y creo que Vincent lo usa en su contra- mas probable lo
chantajea- para mantener al doctor trabajando en la formula, incluso
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después de que Vincent aprendió, no fue el gran altruista que él
hubiera querido.‖
―¿Porque trabajaste con el?‖ le pregunte.
Ella se encogió de hombros. ―Hemos oído que el médico está
trabajando de crear, un liquido que podrá hacer débil a la gente
fuerte, y lo que queríamos para la PSI. Cuando el escogió OASS, fui
enviada con el cómo su mejor amiga para supervisar y asegurarme
de que el fallara. Pero Vincent averiguo lo que estaba haciendo y el
llevo al doctor bajo suelo.
―¿Crees tu que puedes llegar donde está el?‖ dice Rome. ―Tengo que
encontrarlo. Prometí a Belle ayudarla a encontrar un antídoto, y
cuidarla de Vincent.‖
―¿Y que pasa con John?‖ Lexis pregunto.
El no puede tenerme, conteste yo mentalmente.
Rome no hablo por un momento. ―Voy a tratar con el mas tarde,‖
dijo, y había una extraña inflexión en su voz. Una inflexión que no
puede descifrar. ―Háblame de Roberts.‖
Lexis cerró sus ojos, una manta de extrema relajación recorrió sus
facciones. Por un momento no estaba segura de si ella respiraba.
―Roberts se encuentra en la ciudad,‖ dijo ella, completamente
monótono. ―El no la ha abandonado y no lo hará. Aun hay algo que
quiere hacer aquí.‖
―¿Qué?‖ Rome pregunto.
―No se,‖ respondió con decepción. ―Esta escondido de mi.‖
Así que Vincent el muchacho bonito aun no ha capturado al doc., me
di cuenta. Todavía hay una posibilidad de poder encontrarlo, hablar
con el, lo abofetearía, y luego lo obligaría a revertir lo que me había
hecho. Si eso fuera posible.
―El se sabe esconder muy bien, y no puedo precisar su ubicación.‖
―Por lo menos sabemos que todavía esta en Atlanta,‖ dijo Rome, sus
dedos dejaron de moverse en mi espalda pero él se mantuvo en su
lugar. Él descaso su barbilla encima de mi cabeza. ―¿Tu estas segura
que Sunny va estar bien?‖ pregunto, con el tono un poco marcado.
Lleno de emoción. Las palabras salieron de el como si hubieran
estado todo este tiempo en su lengua y no las hubiera podido detener
mas.
Genuino afecto y tristeza se veía en la cara de Lexis, cambiando su
exótica belleza a una inquietante delicadeza. ―Ella va a estar bien.‖
Rome presiono su pecho en mi espalda, por lo que sentí la frenética
danza de su corazón, luego progresivamente se desaceleró, como si
el hubiera creído lo que ella dijo. Mi estomago gruño dolorosamente.
Yo le acerque mis manos y entrelace nuestros dedos para ofrecerle
un poco de comodidad y apoyo.
―Hemos hablado acerca de esconderla,‖ dijo Rome, su voz era
diferente. Plana. Al igual que la primera vez que hable con el.
―Si,‖ respondió Lexis. Con algo de hostilidad, y evitando mirarme.
―Muy pronto,‖ dijo el. ―Tengo un plan y Belle va a… ayudar.‖
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¿Había escuchado duda en el? ―Voy aprender a controlar mis
poderes,‖ yo les asegure a ambos. ―Yo no voy hacer un obstáculo.‖
Lexis amplió sus ojos por un momento y miro a Rome luego a mí, a
mí y luego a Rome. ―¿Por eso es que no la llevaste con John?‖
El asintió.
Lexis dudo por un momento – vamos, yo no soy tan mala- me dio un
gruñido. ―Aprecio tu voluntad de ayudar a mi hija.‖ Me dijo ella.
Tu eres tan amable quise decir le sarcásticamente. Para contrarrestar
ese tono que ella uso y dejo claro que ella no esperaba mucho de mi
ayuda.
―Gracias, Lex,‖ dijo Rome. ―Te debo una. Por todo.‖
―No mas de lo que yo te debo a ti.‖
Compartieron una sonrisa, y yo tuve que morderme la lengua para no
decir nada tonto. O malo. O ambos. Moderación era mi nuevo mejor
amigo, al parecer.
―Vayan,‖ dijo Lexis, la reanudación de su embalaje. Sus movimientos
eran ligeros, su expresión mas feliz de lo que lo había sido desde que
había entrado en el apartamento. ―Comer. Se hace tarde y tengo que
terminar aquí, así vamos a estar listos para irnos mañana.‖
Desistió, pensé, lo significaba que Rome podría darme unas
respuestas acerca de si mismo, su hija y su relación con Lexis. No
hay excusas esta vez. No evasivas. El me diría todo lo yo quisiera
saber, o que sufra la ira de Fabulous Flame.
Que bajeza. Eew. No. No me gustaba eso nombre, como tampoco me
gustaban los que Rome me había puesto. Yo pensaría en uno mejor.
Si no lo hacia, me pincharían con Four Elements Girl (La chica de los
cuatro elementos) o Periodic Table Chick (La chica de la tabla
periódica). Si un suspiro. Yo no quería pasar a la historia como un
estropeado-trasero superhéroe. No es que piense en mi misma como
un súper héroe, pero puedo ver el potencial de ello. Quiero decir, yo
estoy ayudando a Rome a encontrar al doctor que me hizo esto y
después iba ayudarle a ocultar a su hija.
Si. Belle Jamison, superhéroe. Me estaba empezando a gustar el
sonido de eso.
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Seguí a Rome al comedor, deseando preguntarle acerca de Lexis. En
cambio, ví los alimentos que estaban en la mesa y mi mente quedo
en blanco. Jamón, galletas y queso. Lexis seguramente pidió todo
esto temprano, sabiendo que veníamos. Por el momento prefiero un
poco de aire, Rome está tomando una ducha.
Me consolé con una botella de vino tinto (no me pregunten la marca,
porque no se cómo pronunciarla) y más de los alimentos. Era el
perfecto bocadillo de medianoche después de este largo día. Treinta
minutos más tarde, después de haber comido y recorrido el
apartamento, Rome aún no había aparecido, así que también decidí
darme un baño. Sola. En el cuarto de baño que era tan caro y bien
mantenido como el resto del apartamento, con franjas de oro y
mármol rosa. Yo podría vivir en este baño.
Después, en la habitación de huéspedes que Lexis había dicho que
era mía, me cambie y me puse una pijama de seda verde que me
había prestado. Yo esperaba un grueso saco marrón o franelas
grandes para dormir, por lo que fue una gran sorpresa ver la cama
con sabanas de seda. El material se sentía ultra suave en mi piel.
Estaba saliendo de la habitación cuando vi un teléfono en la mesa de
noche. Hice una pausa, presionando mis labios. Tal vez debería
llamar a Sherridan. Si ella fuera a buscarme al trabajo, y descubre
que he desaparecido y no la he llamado, ella simplemente
enloquecerá. ¿Su celular podría estar apagado? No podría ser así.
Quiero decir, la mujer mantiene su celular con ella todo el tiempo, en
caso de que un cliente quiera ver una casa en medio de la noche.
¿Pero……. Debería?, ¿O no debería? Al final, busque a Lexis para
preguntarle odiando tener que confiar en ella para algo.
―¿Causaría un desastre si llamará a mi amiga Sherridan?‖.
Lexis me mira por un momento, con cara pensativa. ―No. No veo
como‖.
―Gracias‖. Aliviada, me marcho a mi habitación, recojo el teléfono y
marco el número de Sherridan.
―Hola‖, dijo algo adormilada y me siento en el borde de la cama.
―Hey‖. Le digo. Jugando con las puntas de mi pelo que aun están
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húmedas. ―Soy yo. ¿Estas sola?‖
―Belle?‖
―Si‖.
Oí un crujido estático, después, ―¿Por qué me estas llamando a…. las
dos de la mañana?‖.
―Quería hablar contigo. ¿Estas muy cansada?‖.
―No, no. Solamente dame un momento‖.
Ansiosa, conté mentalmente hasta cinco. ―¿Estas bien ahora?‖.
―Si‖. Ella bostezo. ―Así que, ¿quieres hablar de los cultivos de
equitación?, ¿O Rome? Hablemos de Rome‖. Ella sonaba más
despierta con cada palabra. ―Su voz era suficientemente sexy para
darme un orgasmo. ¿Él tiene sexo telefónico?. Debiste hablarme de él
cuándo te pregunte sobre los gemelos.‖
―Estas balbuceando, Sher‖.
―Pararé si me hablas sobre Rome‖.
―Rome fue una especie… de sorpresa‖. Verdad. Me deje caer en la
cama con un suspiro. ―Oh, Sherridan, no sé que voy hacer con ese
hombre.‖
―¿Has dormido con él?‖. Ella pregunta.
―¡No!‖.
―Pero lo deseas niña traviesa. Lo puedo decir. ¿Recuerdas cómo
hacerlo o necesitas que tu tía Sher te lo recuerde?‖.
―Yo me acuerdo, Gracias‖. Eso espero. ―Escucha, estoy… estoy
marchándome lejos con él por un tiempo‖. Una vez más la verdad. Y
la verdadera razón por la que la había llamado. ―Voy a ser
inabordable‖.
Silencio. Entonces, ―Espera un segundo. Te estás tomando tiempo
libre en el trabajo. Bien, esto es serio. ¿Eres un extraterrestre?, ¿Has
invadido en cuerpo de mi amiga?‖.
―Ja, ja‖.
―No estoy bromeando‖, dijo.
―Será mejor que me vaya‖, le digo, entes de que comience a hacer
preguntas que no estoy preparada para responder. ―Rome esta
probablemente, desnudo y buscándome‖. Bueno, la parte de que esta
desnudo no era mentira.
―Bien. Vete. Pero me debes los detalles para cuando regreses.
Solamente hazme un favor. Dale a Rome un beso por mí. Con
lengua‖. Click.
Pequeña diabla. Me reí y puse el teléfono en su lugar. Esto esta echo.
A continuación: Tanner. Salí de puntitas de la habitación y entre en la
de Tanner. Él dormía pacíficamente, con su cabello desordenado,
relajado y un suave ronquido salía de sus labios. Nunca debí haberlo
involucrado en mí lió. Él es solo un niño perdido, inseguro de su vida
y tal vez desesperado por encontrar paz.
Yo destroce un poco más su vida, entonces decidí hacer algo por él.
De alguna manera.
Salí de la habitación y una vez más me enfrente al laberinto que era
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el departamento. ¿Donde estaba Rome?. Seguramente él había
terminado de bañarse. Si no, bueno, yo no estaba pensando ir al
cuarto de baño y cuestionarlo, por lo tanto, iba secretamente a
chequear sus bienes, por supuesto.
Entre furtivamente en la sala y me detuve en una estantería que
separaba la sala del cuarto. Estreche mis ojos. Rome se sentó en el
sillón y Lexis se sentó a su lado. Me daban la espalda. El sonido de
sus palabras era un susurro para mí y no podía entender lo que
decían.
Lexis ronroneó una risa suave.
Bueno, aunque su risa era femenina y bonita. ¿Qué clase de mutante
era ella? Nadie es tan perfecto. Mis manos eran puños apretados.
Rome podría negar incluso a sí mismo, que él la amaba. Quiero decir,
la mujer es la madre de su única hija. Este tipo de cosas no se
pueden romper. Prueba: hay una facilidad en su relación, una
intimidad que no fue destruida con el divorcio. Prueba: él va a ella
cuando tiene problemas.
¿Por qué se separaron, entonces?.
Odié que el pensamiento de ellos juntos me molestara tanto. Rome
había visto a esta perfecta mujer, de muslos y senos perfectos.
¿Como podría otra mujer competir? Es más, Lexis probablemente
besó y folló con su estilo exótico. Ni decir como me comparé y como
me compararía. Supuse que no favorablemente.
―Ella va a ser más un problema que Daniel‖, Lexis dijo, lo suficiente
fuerte para que yo escuchará.
―Lo recuerdo‖, Rome respondió con una risa ronca.
―Él niño que puede invadir los cuerpos de las personas y ocupar sus
mentes. Él pensó que era un juego hasta que Vincent lo atrapo y lo
obligó a poseer almas para robar y asesinar‖.
―Tratando de sacar a Daniel de el laboratorio, tu recibiste tres balas
en la espalda‖. Ella expulso un triste aliento. ―¿Cómo hizo Belle para
sobrevivir a la fórmula?, nadie más lo hizo‖.
―No lo sé‖, él respondió. ―Tal vez él doctor finalmente consiguió
hacerla bien. Estoy seguro que los análisis de sangre revelarán la
respuesta a esto, pero no soy lo suficientemente curioso para tomarla
y comprobarlo.‖
Silencio.
Entonces, ―¿Alguna vez te has arrepentido de unirte a la PSI?‖, Lexis
preguntó.
―Hemos salvado miles de vidas y evitado cientos de desastres
paranormales‖.
¿No se les llama ―parastres‖?. Señor, ¿nunca voy a aprender la
palabra?
―Pero‖, Lexis dijo.
―Pero‖, Rome repite. Ellos se miraron y al unísono dijeron: ―Sunny‖.
―Esto se corregirá pronto‖, afirmó. Él se puso rígido, después agrego,
―¿Tu vas a estar de pie allí toda la noche o vas a venir y sentarte con
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nosotros?‖. Él no se dio la vuelta, pero yo sabía que se refería a mí.
Yo fruncí el ceño. ―¿Cómo sabias que yo estaba aquí?‖.
―Te olí‖, dijo manteniéndose de espaldas a mi.
Mis mejillas se pusieron calientes, difundiendo rápidamente el calor a
mi cuello y cuerpo. Apuesto que él nunca le dijo eso a Lexis. ―Acabo
de tomar una ducha. ¡No apesto!‖.
―Yo no dije que apestabas, ¿lo hice?‖.
―Tu dijiste que olía y es la misma cosa‖. Si él hubiera estado cerca lo
habría abofeteado.
―Bueno, tú realmente hueles. Hueles muy bien. Realmente bien‖.
Finalmente él se volteo y nuestras miradas fijas quemándonos. El
oxígeno quemaba mis pulmones y una sacudida de deseo me
recorrió. ―Ven aquí.‖
Mi vergüenza se disolvió por el placer que corría por un cordón
invisible entre él y yo. No debería quererlo tanto. No debería
necesitarlo tanto. Me obligué a mirar lejos de él y enfocarme en el
sofá. Era totalmente seguro mantener mi aliento lejos. Yo no sabía
donde sentarme. ¿Entre Rome y Lexis?, ¿A lado de Lexis?, ¿A lado de
Rome?
Al final, Rome tomo la decisión por mí. En el momento que estuve lo
suficientemente cerca, sus brazos me agarraron, me rodearon la
cintura y me arrastro a su regazo. Aterricé encantada. ―Hoomph‖.
Al instante su fuerza me rodeo, inexorable, reconfortante y más
íntimo que una caricia. El fuerte calor de sus muslos se pasaba por la
seda de mis pantalones. Mi mente trataba de luchar contra su
encanto seductor, pero me permití hundirme en su pecho,
profundizando el contacto.
―Voy a dejarlos solos‖ dijo Lexis, un poco alto.
No pensé manifestar un falso por favor quédate.
―Ustedes tienen mucho que discutir‖, añadió y hubo un dejo de pesar
en su voz. Dolor. Sin otra palabra, se fue de la sala.
Rome y yo de repente estábamos solos.
Ahora que el sofá estaba libre, lo educado seria bajarme de él. Pero
no quiero salir de sus brazos, mi cuerpo pide a gritos, quédate,
quédate, quédate.
Yo me quedo en sus brazos.
Notó que él no me pide que me levante y con una pequeña sonrisa,
escondo mi cabeza en su cuello. Como he anhelado poner mis brazos
alrededor de él, deslizar mis labios por su mandíbula y seguir bajando
por su pecho. Para luego envolver mis piernas en su cintura y
frotarme contra su erección.
―Te vas a abrir para mi ahora‖, le dije.
―¿Soy yo, verdad?‖. No sonó molesto con ese hecho. Él parecía
divertido, relajado. Incluso, feliz. Y despierto. Deliciosamente
despierto.
―¿Si?‖.
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―¿O que?‖.
Mordiendo mi labio, le doy un tirón a sus pantalones, torciendo el
material en su rodilla. Era más suave de lo que se veía y se rompió
bajo mi agarre. Oops. ¿Tengo fuerza sobrehumana también?. Lo dejo
ir. ―¿Tu realmente quieres que te de una lista de las formas en las
que puedo torturarte?‖.
―Depende de qué tipo de tortura estemos hablando‖.
―De la mala‖.
Sus traviesos dedos juegan con el dobladillo de mi camisa y frotan la
piel visible de mi vientre. ―¿Doloroso o?‖ su voz baja a un susurro
―¿pervertido?‖.
Instantemente mis nervios me dieron una sacudida. ―¿Doloroso?‖,
dije a pesar de que me salió como una pregunta y no una afirmación.
Él sonríe suavemente. Sin embargo, su diversión no duró mucho. Él
suspira y sus dedos se detienen. ―Estaba preguntándome, ¿qué te ha
estado molestando?. Estás celosa de Lexis. ¿Por qué?‖.
Me moví, poniéndome recta, tartamudeé incapaz de dar una
respuesta apropiada.
―Cuidado bebé o podrías quemar el apartamento como predijo Lexis‖.
Tenía razón y yo lo sabía, pero no era menos frustrante. Realmente
no puedo estar constantemente ―feliz‖ se desencadenaría un terror o
dos. ¿Como era de injusto esto?.
―Todo el mundo tiene derecho a expresar sus emociones Rome‖, le
dije suavemente.
―Yo sé‖. Besa suavemente la base de mi cuello. ―Yo sé‖.
Exhalo y nuevamente me reclino. Me olvido de los celos porque creo
que di una respuesta creíble.
―Tal vez deberíamos conseguir una bola anti estrés‖, dijo pensativo.
Reí. ―¿De qué tipo de bola estamos hablando?, ¿asbestos?, ¿o tienes
otra cosa en mente?‖. Su aliento caliente recorre mi piel y siento sus
labios formar una sonrisa.
―Eres una pervertida. No creo que quiera tus manos cerca de mis
bolas ahora mismo.‖
El hormigueo en mi interior se intensificó, expandiéndose, creciendo y
recorriendo cada rincón de mi cuerpo. Mi boca rogando por la de él.
Mis pezones pidiendo su atención. Cerré mis ojos viendo una imagen
de nosotros en mi mente. Volteando la cabeza, con las piernas
abiertas. Él, deslizando sus dedos por mi estómago, llegando a los
finos pelos de mi pubis y entrando en el lugar más húmedo y caliente
de mí cuerpo.
No te olvides de porque estás aquí. Preguntas primero. Sexo más
tarde. Sexo sucio. ―Como dije, Umm, tengo algunas preguntas para ti
y quiero respuestas‖. Trace con la yema de mi dedo su muñeca,
queriendo enviar una caricia intima. ―Vamos a empezar con tu
apellido. ¿Qué es?‖.
―Masters‖. (En español amo o maestro).
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―¿Estas bromeando?‖.
―No‖.
Reí. El nombre perfecto para él. ―¿Esperas que todos obedezcan tus
ordenes, Sr. Masters?‖.
Sonriendo suavemente dijo, ―Siempre‖.
Bien, ahora las preguntas difíciles. ―¿Por qué se separaron tú y
Lexis?‖. Él agarró mis caderas y me puso contra su erección. Él gimió.
Jadeé. Bueno. Tan bueno. ―¿Y hace cuanto que se acabaron las
cosas?‖. Él paseo nuevamente sus dedos sobre mi vientre y mis
músculos se tensaron. Muerdo mi labio para evitar gritar de felicidad.
―¿Por qué es importante?‖, pregunta él.
―Por qué no me lo puedes decir?‖, contesté. Incapaz de detenerme,
arqueé mi espalda y frote mi cuerpo contra su erección una vez más.
Él toma un poco de aire. ―Entre menos sepa la gente de mi, más
seguros están. Ellos y yo.‖
―En caso de que lo hayas olvidado, soy un superhéroe‖. Me deslizo
lentamente arriba y abajo. Agarro sus rodillas y continúo mi baile.
Dios, se sentía tan bien. Grande, duro y grueso. ―Yo puedo
protegernos a los dos‖. O nos matan a los dos, pero eso no merecía
mencionarlo.
―Superhéroe, eh?‖, pone sus brazos a mi alrededor, palmeando el
lugar exacto que yo necesitaba. Casi grito por la oleada de placer.
―¿Debo llamarte Fósforo asombroso?, ¿Chispa?, ¿Silla ardiente?‖.
―Hazlo y te daré con los cuatro elementos en el trasero‖.
Su pulgar me acarició una vez, dos veces. Oh Dios mío. Si no me
alejo me voy a venir. Me voy a venir aquí mismo. El solo estallar en
mil pedazos sería el final de nuestra conversación. Voy a estar
demasiado saciada para hablar, demasiado saciada para tener
cuidado de lo que haga después.
―No puedo hacer esto. No aún‖. Que estúpida niña soy, me alejo de
sus brazos y me tiro al otro lado del sofá. Estaba jadeando. Débil.
Vacía. Preguntas primero. Juego sucio, después, ¿recuerdas?. No lo
mire. Un rato paso antes de que yo cogiera aliento y solo entonces
volteé hacia él, cuidando de mantener una distancia segura entre
nosotros.
Su expresión era dura, oscura y absolutamente fascinante. Tenía
tensas líneas en los ojos y la boca. Resistí la urgencia de querer
volver a sus brazos por comodidad. ―¿Cuánto hace que tú y Lexis
están separados?‖.
Él me mira durante un rato, entonces dice, ―¿Esta información es
importante para ti?‖.
Asentí.
―Un año‖. A medida que habla cruza sus brazos en el pecho. ―Hemos
estado separados por un año‖.
―¿Por qué rompiste con ella?‖.
―Yo no lo hice‖. Dijo haciendo un gesto. ―¿Qué te hace preguntar
eso?‖.
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Mis músculos se ponen rígidos y no en una buena forma. Me agarro al
sillón de terciopelo rojo hasta que mis nudillos están blancos.
―¿Entonces ella rompió contigo?‖.
―Si‖.
Bien, no me gusto ese hecho. ¿Tenia él, sentimientos secretos por
ella como vengo sospechando, sentimientos que él no ha admitido así
mismo?. Ella obviamente tenía sentimientos por él. ¿Por qué habría
terminado ella con él?, ¿Él desearía regresar con ella? Ellos habían
compartido sus vidas, planeado compartir su futuro. Una vez, él la
había amado lo suficiente como para querer compartir la eternidad
con ella.
―¿Eso es todo lo que querías saber?‖, pregunta él.
Sobre Lexis sí. La mujer, una vez había poseído todo lo que de
repente quise. La adoración de Rome. Exclusividad. Un futuro con él.
El torrente de celos que me atravesó fue demasiado fuerte como para
soportarlo.
―¿Me Hablarás acerca de Sunny?‖, pregunte suavemente. Estaba
pisando aguas peligrosas, pero rechacé detenerme ahora.
Él Pasó una mano por su pelo y varios cayeron en su frente. ―No
quiero hablar de ella, Belle‖.
―Lo sé, pero hazlo de todos modos. Por favor‖.
Varios minutos pasaron en silencio absoluto.
―Vamos a empezar con algo pequeño‖, le dije. ―¿Qué edad tiene?‖.
―Cuatro‖, respondió reacio. ―Ella tiene cuatro‖.
Había adivinado correctamente. ―Ella parece un ángel‖.
―Lo es. Parece un ángel, pero actúa como un demonio.‖ Una cálida
risa salió de su pecho como si se hubiera acordado de algo.
―¿Diablo?, ¿Como?‖.
―Su juego favorito son las escondidillas. Ella me atormenta durante
horas, nublándose de un lugar a otro, y riéndose de mi todo el
tiempo.‖
―¿Nublándose?‖, parpadeé. ―¿Qué significa eso?‖.
Él se pone rígido, destrozando la ilusión de relajación. ―No importa.
Olvida que dije algo.‖ Su voz volvió a ser áspera.
Sacudí la cabeza. ―Eres tan reservado‖.
―El mundo en el que vivo es un lugar peligroso. Ya te lo dije. Cuanto
menos sepas, mejor.‖
―No estoy de acuerdo. Soy parte de tu mundo ahora. Mientras más
sepa, más segura estaré. Tengo derecho a saber que tengo en mi
contra, al igual que tengo el derecho a saber quién eres, quiénes son
mis enemigos y como puedo hacer que tu jefe se olvide de mi‖.
Rome me inmovilizó con una mirada, una mirada de la que no pude
escapar. ―John no es un mal tipo. No realmente. Solamente es
prudente‖.
―Si es tan buena persona, ¿por qué no le dices de nuestro plan para
encontrar al Doctor Roberts?, ¿Por qué no le pide ayuda para que te
ayude a esconder a Sunny?‖.
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―Dije que él no era malo. No dije que fuera un altruista. Él ama a
Sunny como un tío y nunca la lastimaría, pero si algún día averigua
sobre sus habilidades… él todavía no la lastimaría, pero no quiero que
ella sea un proyecto para él. Sobre todo, no puedo arriesgarme a que
Vincent averigüé sobre ella y tenga un interés por ella. Ahí es donde
esta el verdadero peligro‖.
Empecé a comprender lo que realmente me estaba diciendo, y me
impacto la facilidad con que lo acepte. ―Cuando dices que ella se
nubla, tu lo dice literalmente, ¿cierto? Ella puede hacerse niebla y
viajar a otro lugar.‖
―Si.‖ Él asintió suavemente. ―Sunny puede convertirse en neblina y
pasar a través de objetos sólidos y es una habilidad peligrosa. Si
accidentalmente se materializa dentro de un muro, ella podría morir‖.
―¿Ella nació con esa habilidad?‖.
Él asintió otra vez. ―Nosotros no sabíamos que Lexis estaba
embarazada cuando nos ofrecimos para algunos….. experimentos
para mejorar nuestro ADN. Lamentablemente, los experimento
afectaron más a Sunny que a nosotros‖.
Pobre niña. Me compadecí. ―Ninguna de nosotras pidió nuestras
habilidades, pero las tenemos de todos modos‖, dije con un suspiro y
Rome miro lejos de mí. Arrugue la nariz cuando dije, ―¿Que los llevo a
ser voluntarios para esas pruebas?‖.
―Lexis y yo nos conocimos en el trabajo. Ambos fuimos contratados
por PSI al mismo tiempo, hace once años. Nos caímos bien desde el
principio, salimos, nos casamos, y a ninguno de los dos nos gustaba
el peligro en el que estaba el otro. Cuando John menciono que había
encontrado la manera de hacernos invencibles, nosotros decidimos
hacerlo, así dejaríamos de preocuparnos el uno del otro. Ellos
experimentaron con nosotros, pero antes nos pusieron a dormir. Al
final, no nos hicieron invencibles. Simplemente más fuertes‖.
Wow. Él había amado tanto a Lexis. Él la había amado de la manera
en que las mujeres sueñan ser amadas. ―Tendrás que dejar la PSI
cuando ocultes a Sunny,‖ señale.
Él agito su mano. ―Amo lo que hago, amo proteger a inocentes, pero
Sunny es primero. Me marcharé y nunca miraré atrás. Quiero
llevarme a mi extraordinaria hija y darle la oportunidad de una viva
normal que ella se merece‖.
―Espero que cuando llegue el momento, sea capaz de ayudar y no de
obstaculizar‖.
―Tu ayudaras‖, dijo, su voz plana de la forma que yo tanto odiaba.
―Tu ayudaras.‖
Me gusto que él pensara que podría ayudar a proteger a su hija, tal
como me protegí de él y su aguja la primera noche. De hecho, tuve el
honor que el pusiera su mayor tesoro en mis manos. ―¿Entonces que
poderes tienes?‖, pregunte. ―Lexis tiene los suyo. Sunny también. ¿Y
tú?‖.
―Simplemente soy muy bueno en mi trabajo.‖ Una forzada sonrisa
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apareció en sus labios. ―Tu también lo vas a ser. Juntos
encontraremos al Doctor Roberts, pararemos a Vincent y a
esconderemos a Sunny‖.
Eso esperaba.
―Para cuando encontremos al Doctor Roberts, diré que has tomado el
antídoto, incluso si no es cierto. Esperemos, que Vincent pierda el
interés en ti‖.
¿Y si no pierde el interés?, quise preguntar, pero no lo hice. ―¿Y tu
jefe John?‖.
―Me encargaré de él,‖ dijo Rome, una vez más mirando lejos de mí.
¿Qué significa que mire lejos? Él lo había hecho dos veces hoy. ―¿Qué
haré si no hay antídoto?‖, pregunte en voz alta.
―La mayoría de las personas aceptan sus poderes‖.
―Yo no. Tienes razón cuando dices que mis habilidades son peligrosas.
¿Qué pasa si caigo en manos enemigas?‖, ¿en manos de Vincent?. Me
estremecí con las imágenes de destrucción que acudían a mi mente.
―Yo dejaría estos poderes en un latido del corazón.‖
Sin ninguna advertencia, Rome alargo la mano y la puso bajo mis
rodillas. La otra la ubicó alrededor de mis bíceps. Él me atrajo a su
regazo, por lo que quedamos cara a cara. Jadeé asustada, pero no
protesté. Él acaricia mi trasero, deslizando sus dedos hacia adelante,
sobre los huesos de mi cadera, después justo por la curva de mis
senos y caricia la línea de mi mandíbula.
―Pienso que podrás controlar tus poderes,‖ dijo, tomando un poco de
aliento.
Se me puso la piel de gallina. Mi corazón empezó a latir irregular.
Partes de mí que habían estado dormidas por años, quizás siempre,
empezaron a despertar: esperanza, la primera flor del amor. Permití
que unos cuantos hombres se acercaran, pero nunca lo suficiente
para un futuro, nunca lo bastante cerca para el amor.
Recorrí la nariz de Rome con la yema de mi dedo, después sobre la
costura de su boca. Con él, en aquel momento me sentía
completamente segura, que era extraño, porque nunca había tenido
motivos para sentirme insegura.
―Tu sigues sorprendiéndome‖, dijo él. ―Había leído tu historia antes
de entrar por primera vez en tu apartamento, y no esperaba que me
gustaras‖.
Bajo las manos a mis lados. Cogí mi labio inferior entre los dientes, lo
libere poco a poco, tratando de ocultar mi repentino dolor. ―¿Por qué
no?‖, pregunte. Bueno, grité.
―En el papel te describían como y no me vallas a disparar bolas de
fuego por esto. En el papel aparecías como escamosa‖.
―¡Escamosa!‖, mi mandíbula se cayo y mi espalda de puso recta. Le di
un puñetazo en el hombro. ―En el papel apuesto que apareces como
el asesinó de un asesino. Pedazo de mierda podrida‖.
―Ay‖. Él frunció el ceño, pero no se dio cuenta que esperaba algo
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más, yo esperaba que su puño chocara con el mío. ―Todo lo que quise
decir es que has saltado de empleo en empleo durante el último año.
En algunos de ellos te despidieron el mismo día que te contrataron‖.
―¿Y que?‖.
―Pues, tú me hiciste preguntas y yo te respondí. Ahora voy a
preguntar, y ¿sabes que?, vas a responder como la niña buena que
puedes ser. ¿Por qué te despidieron de todo esos empleos?, ¿Por tu
temperamento?‖.
Silenciosamente contemplé su expresión. Él miró curioso e
interesado, en lugar de querer insultarme. Mis mejillas de pusieron
coloradas y fijé mi mirada en su pecho, donde se abría su camisa en
V. mis ojos siguieron la dirección de mis dedos. ―No era feliz‖, dije.
―En cierto grado creo que sentí que estos empleos no eran lo que
pretendía hacer, así que no les daba todo de mi‖.
―¿Qué es lo que quieres hacer?‖. Puso su pulgar sobre la cintura de
sus pantalones y dio un pequeño tirón, revelando varias pulgadas de
piel.
―Ojala lo supiera‖, dije tristemente.
―Seguramente hay algo‖. Él paseaba sus dedos por mi espalda,
revelando lentamente piel. ―¿No querías ser medico, abogado o un
fabricante de dulces cuando eras niña?‖.
Mi sangre se calentó. ―¿Honestamente?, no‖. Me incline hacia él,
cerrando la pequeña distancia entre nosotros. Bésame, dije
silenciosamente. Bésame duro y fuerte, como si nunca tuvieras
suficiente de mi.
Su aliento acaricio mi mejilla y sus dedos apretaron mi espalda.
―¿Alguna vez has querido ser una esclava de amor?‖ preguntó
roncamente.
Bésame, maldita sea. Pase la lengua por mis labios dejando un brillo
húmedo sobre ellos. ―No, pero quiero tener uno‖.
Él sonrió, el sonido era bajo y rico.‖Tal vez pueda ayudarte con eso.
Tengo conexiones‖. Él lamió sus labios una vez, dos veces.
―¿Si?‖, más. Necesito más de él. Cualquiera otra pregunta que tenia
en mente desapareció. Me retorcí contra él, frotándome contra su
larga, dura erección. Delicioso. Exquisito. Nuestros pecho estaban
tensos, mis pezones estaban duros. ―¿Qué tipo de conexiones?‖.
―Tal vez conexiones es la palabra equivocada‖. Sus ojos brillaban con
fuego, él toma mi trasero y me pone contra él. Con fuerza. ―Tal vez
debería haber dicho que tengo el equipo adecuado‖.
Solo un soplo de aire nos separaba ahora, odie el susurro. Si cediera
por una vez a mi deseo por Rome, ¿estaría mal?. Probablemente.
Pero ya le dije que quería dormir con él y lo quería. Entonces y ahora.
Yo quería a este hombre.
Lo quería desesperadamente. Ansiosamente. Quería saber lo que se
sentía tenerlo alrededor de mí, dentro de mi, piel a piel. Sudoración y
dolor. Llena. Por él. Por Rome. En este momento, no me importa su
ex.
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Rome debe haber sentido mi rendición porque deslizó sus dedos
rápidamente y los enredo en mi pelo. Él puso su cara contra la mía.
―Voy a besarte‖, dijo. ―No suavemente como antes, sino
fuertemente‖.
―Si‖.
―Y te va a gustar‖.
―Si‖. Sus ojos eran brillantes y feroces, casi encendidos. Él me
recordó a un animal depredador, con el objetivo a la vista y la idea
me emocionó. Él era el cazador y yo la presa. ―Si‖, dije otra vez. Si,
si, si.
―Muy pronto te voy a follar.‖
Un escalofrió de anticipación me atravesó. ―Si‖.
―También te gustará. Y vas a pedir más‖. Mientras hablaba sus
caderas se arquearon ligeramente, creando una fricción instantánea.
Si hubiera estado de pie, me habría derrumbado.
―No más charla‖, dije ferozmente. ―Bésame. Ahora.‖
Al instante sus labios estaban sobre los míos. Empujó su lengua
dentro de mi boca, totalmente caliente, oscuramente erótico. El
embriagador sabor invadió mis sentidos, profundizando mi placer.
Una de sus manos apretó mi pecho, frotando el pezón a través del
suave tejido de seda. Apretando. Estirando.
Alimentando una necesidad de dolor en mi corazón.
Él me beso como si no pudiera tener suficiente de mí, como había
querido. Lo bese como si fuera a morir si no tuviera sus besos, como
yo lo sabia. Mis manos estaban en todas partes, de él, incapaz de
conseguir suficiente. Una y otra vez nuestras lenguas se encontraron.
Una y otra vez nuestras caderas se frotaron. Mis movimientos se
aceleraron, se convirtieron en frenéticos. Calor, mucho calor. Lo
sentí, me deleitaba. Fluyo a través de mí, estaba frenética. Tan cerca.
Agarré su cabello. Gemí. Ronroneé.
―Belle‖, dijo el nombre un poco triste. ―Belle. Detente‖.
¿Detenerme? No, mi mente gritaba. Casi acababa. Un empuje más y
yo. ―Tenemos que detenernos‖.
Lo acerco nuevamente a mí, jadeando. Mis parpados se sentían
pesados, mis muslos dolían. ―Más‖, jadeé.
―Has comenzado un incendio, bebé‖.
Perdida en la necesidad por él, me incline, ansiando el sabor de su
boca. ―Si. Arde. Me quemo‖.
―Fuego‖, dijo otra vez.
Esta vez escuche la urgencia en su voz y obligué a mis ojos a abrirse
completamente. Lo que vi me hizo jadear. Justo detrás de mi, una
planta ardía con llamas naranja-oro. El olor de hojas quemadas
llenaba el aire.
―¡No de nuevo!‖, me lamenté. Al menos este no era el infierno que
Lexis había predicho. La capacidad psíquica de la mujer claramente
no era tan fuerte como todos pensaban. ¡Solo incendie una planta. No
todo el apartamento!.
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―Has que llueva, bebé. Intenta hacer que llueva, como lo hiciste en el
auto. Recuerda que estabas triste y empezaron a caer gotas‖. Con
movimientos lentos, él me arrojó al otro lado del sofá, y se apresuró
a la cocina.
Zumbando con la frustración sexual, miré fijamente las llamas. Mis
mejillas se calentaron por la humillación y pesar. ¿Qué me pone
triste?, pensar en mi papá enfermo y finalmente muriendo. Pensar
que nunca voy a ver a Sherridan otra vez. Pensar que no debo besar
a Rome nunca.
Oh, Dios. La posibilidad me golpea. Si no aprendiera a controlar mis
poderes, no podría besar a Rome. Nunca. Ahora mismo, era
demasiado peligroso. Era demasiado peligrosa. Podría iniciar un
incendio, más grande. Un fuego inextinguible, parecido al que había
iniciado el día que él había entrado en mi apartamento.
El dolor me apretó, colándose, devorando mi pasión. ¿Qué sucede si
nunca puedo experimentar el toque de Rome?, ¿Qué sucede si nunca
aprendo lo que es ser follada por él?, ¿Ser consumida por él?.
¿Qué pasa si solo besos es lo que puedo compartir con él?, ¿Qué pasa
si nunca tengo lo que quiero de él? .
Gotas de lluvia cayeron a mi alrededor, suave al principio y luego
aumentaron rápidamente. Grandes gotas caían del techo.
Sacudiendo, apunte mis manos a la planta y las gotas se
concentraron en ese lugar. El fuego se apago, muriendo cuando
Rome volvía con el extintor de incendios.
Él miró el fuego luego a mí. ―Tu lo hiciste. Apagaste el fuego‖. Sus
labios mostraron una pequeña sonrisa orgullosa, pero vi las líneas de
tensión en sus ojos. ―Estas aprendiendo, bebé. Lo estas controlando‖.
Asentí. Dejando mi mirada en el suelo. Mis emociones eran tan
inclementes, que no estaba segura de poder hablar. Tenía un nudo en
mi garganta. ―Lo… lo siento‖ Dije. Logre expresar algo. Visualice un
escudo alrededor de mi corazón, una señal de manténgase afuera, así
podría dejar de querer a Rome. Dejaría de doler. No pare el dolor,
pero hice que la lluvia terminara.
No enfrentando a Rome, me doy la vuelta. Con la mayor dignidad me
alejo de él. Ninguno de nosotros dijo una palabra. No trato de
detenerme y nunca mire atrás. Entré al cuarto que Lexis me había
dado, cierro la puerta y me dejo caer en la cama.
Solo entonces, sola en la oscuridad, me permito llorar. Después de un
tiempo. Mis lágrimas se mezclan con una nueva caída de lluvia.
Bueno, mierda.
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ESTÚPIDO. IDIOTA. TONTO.
Yo no me insultaba. Yo insultaba al doctor Roberts sobre el desastre
pequeñito de la noche pasada. Si no fuera por esa fórmula, yo podría
haber pasado la noche en los brazos de Rome, desnuda y dichosa,
más que moverme y encenderme. Sola. Miserable. Yo no había
prendido nada fuego la primera vez que Rome me besó, (bien, esa
vez mis dedos se recalentaron un poco, pero eso no cuenta) y no
entiendo porque está vez paso.
¿A no ser… que mis capacidades se hacen más fuertes o eran mis
sentimientos por Rome que simplemente se hacían más profundos?
Grrr. "¡Odio aquella fórmula!‖
¿Si no fuera por la fórmula, no hubieras encontrado a Rome,
recuerdas?
―Ese no es el punto,‖ mascullé.
Los hombres, sobre todo Rome, estaban prohibidos hasta que yo
aprendiera a controlar mis capacidades — o encontrara al doctor
Roberts y me arreglara. Entonces, y sólo entonces, podría yo besar
Rome como una ninfómana traviesa. Sí el todavía me quería, por
supuesto. Después de la noche pasada, tal vez él nunca quisiera
tocarme de nuevo
"¡Estúpido, idiota, tonto!‖
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Esto es lo que me más me molestaba y me hacía estar más enojada
con el doctor. Rome probablemente no querría nada más conmigo
ahora.
Depresiva y desalentada, me vestí con la camiseta negra y el
pantalón de Lexis que me quedaban bien — que yo había descubierto
en el borde de mi cama cuando yo había despertado. Ella me había
dejado un par de botas de cuero negro. En mi tamaño.
¿Por qué ella tiene que ir y ser agradable conmigo, ahora de todos los
tiempos?
Pensé, cepillando mi pelo y atándolo en una cola de caballo. El odio
hacía ella me habría dado un pequeño trozo de placer durante este
día de mierda.
Yo entre andado en el pasillo. Si yo hubiera necesitado alguna vez el
placer- Me congelé. Rome salía a zancadas del dormitorio de Lexie.
¡Su dormitorio!
Cuando él cerró la puerta detrás de él, nuestras miradas fijas se
encontraron. Él se movió hacia mí. Retrocedí.
―Belle,‖ él dijo, claramente sorprendido.
¡Aquel bastardo! Yo había insultado y había gritado toda la noche. Yo
había estado angustiada ante él toda la mañana. Y el… el… maldito
¡él! Yo lo había excitado y él había dejado a Lexie terminar el trabajo.
La desilusión y la furia corrían dentro de mí, pero yo rápidamente
extinguí la furia. Yo no reaccionaría. Yo no podía reaccionar.
Eso no importa, Jamison. No dejes que te importe. Me balanceé lejos
de él y despacio, exactamente, como si yo no me preocupara por el
mundo, y entré en el cuarto de Tanner. Después de todo lo que había
pasado a él, el niño estaba probablemente asustado y me necesitaría
para explicar la situación.
Excepto que el cuarto de Tanner estaba vacío.
Me fui, decidida a encontrarlo e irme de este maldito departamento.
Tanner y yo estaríamos bien solos. Por nuestra parte.
Rome bloqueó mi camino.
―Perdóname,‖ dije rígidamente, tratando de moverlo. Mantuve mis
ojos en su cuello.
Sus brazos salieron disparados, agarrando el marco de la puerta y
excluyendo mi salida.
Permanece tranquila. ―Salga de mi camino, por favor.‖
―No antes de que me escuches.‖
―No hay nada que tengas que decir. Nada que tenga que oír. Por lo
tanto, no hay nada de lo cual tengamos que hablar. Muévete. O
conseguirás un bronceado permanente de mi rayo de muerte.‖
Respira profundo, respira profundo.
Él se inclinó adelante, cerrando el precioso espacio entre nosotros.
"¿Por qué actúas así? No hice nada malo.‖
Mis ojos se estrecharon en rajas diminutas. ―No, no hiciste nada
malo. Me besaste anoche pero no tenemos una relación, entonces no
somos exclusivos. Tú tenías todo el derecho de visitar a tu ex -
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esposa.‖
―Eso no es lo que pasó.‖
Cuando él no ofreció nada más, dije, ―Obviamente, lo es. Es la
mañana, y sales del cuarto de ella. Apuesto a que te habría gustado
esconder esto de mí como todo lo demás así podrías usarme en una
próxima cita. O,‖ añadí, afrontándolo por fin, ―tal vez decidiste que yo
ya no valía el esfuerzo.‖
―No puedo creer que pienses que soy capaz de eso.‖
―No quiero hacer nada más contigo,‖ me rompí. ―Ahora, sal de mi
camino.‖
Él se puso rígido; sus iris azules claros se hicieron aún más pálidos.
Sus pupilas se tiñeron y señalaron a ambos finales, como un gato.
―Uno, no dormí con ella. Dos, no pasé la noche en su cuarto. Entré
allí para ponerme algo, y si te hubieras molestado en comprobar, te
hubieras dado cuenta que ella no esta allí. Ella está en la cocina con
Tanner. Y tres, pienso que he demostrado que tu mereces mucho
esfuerzo. No quería quererte, pero el hecho es que lo hago. Lo hago.‖
Sin otra palabra, él anduvo con paso majestuoso lejos de mí,
abandonándome con la boca abierta. Mi mano revoloteó sobre mi
pecho. Mereces mucho esfuerzo, él había dicho. Te quiero, él había
dicho. Cada instinto femenino que poseía había reaccionado,
aclamando felizmente.
Él lo había querido decir, no había estado acariciando sólo mi ego. Él
había parecido demasiado brutal, demasiado inflexible. La ferocidad
que él había irradiado me tenía casi esclavizada. Tragué aire. Y el
dolor de la noche pasada de repente volvió, o tal vez este nunca se
había marchado. Bajo mi camiseta, mis pezones se volvieron duros,
mi estómago se sentía apretado, impaciente por un toque, un gusto.
Sí, él lo había querido decir. Él había dicho la verdad. Él y Lexie no
habían tenido sexo. Un hombre bien satisfecho no tenía líneas de
tensión alrededor de sus ojos, ni hablaba prácticamente con la furiosa
necesidad. Con salvajismo. Como si él pudiera tirarme al suelo,
arrancar mi ropa y tomarme en el mismo momento, y que el resto del
mundo se condene.
Un temblor delicioso rodó hacía abajo por mi espina.
Enderezando mis hombros, seguí el camino que Rome había tomado.
Yo sonreía, la sonrisa estúpida estirada sobre mi cara entera, pero yo
no podía ayudarme. Al menos yo no saltaba. Bien, tal vez yo lo
estaba haciendo. Las botas hacían click-click contra el suelo de
mármol.
El pasillo se abría en la sala de estar, luego se bifurcaba al comedor
que yo había estado demasiado cansada para prestar atención la
noche pasada. Ahora, mi mirada fija bebió en cada pequeño detalle.
Más allá de la mesa de cristal baja, gigantescas almohadas de seda
que actuaban como sillas. Una arcada altísima condujo a una cocina
moderna de acero de cromo y de plata. Refrigerador de plata,
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fregadero con grifo de plata.
Lexie y Tanner estaban de pie en el fregadero. Lexie, por supuesto,
estaba exquisitamente encantadora. Ella llevaba un brillante traje de
chaqueta y pantalón rojo y negro con símbolos chinos que se
dispersaban en el dobladillo. Tanner llevaba la misma camiseta larga
y vaqueros holgados que él llevaba ayer. Agradecí al Señor, el hecho
de que él se había sacado sus lentes de contactos de bola ocho. Sus
ojos eran de un azul eléctrico, casi la sombra exacta de Rome. Yo me
habría derretido bajo su hechizo al instante si yo hubiera sido unos
años más joven.
Sus rasgos se animaron con pecadora intención, cuando él le dijo a
Lexie lo bonita que era su piel, lo maravilloso que olía su pelo, como
brillaban magníficamente sus ojos.
Hice rodar mis ojos. El niño no estaba asustado, como yo había
temido. Él estaba totalmente a gusto y golpeando a la anfitriona - mi
justicia aspirante — con movimientos que yo le había enseñado. Mi
mirada fija se extravió más atrás, agarrando la vista de Rome. Él
estaba agarrando platos y vasos. Sólo mirándole, sentí mí pecho
estrecharse. Mereces mucho esfuerzo, también.
¿"Encontraste la foto de Sunny que estabas buscando?‖ Lexie le
preguntó a Rome.
―Sí,‖ él contestó bruscamente.
Una punzada de culpa aljofarada en mi pecho. Él había querido una
foto de su ex, no sexo salvaje. Yo debería pedir perdón. ―Lo siento,‖
le dije. Él no contestó. Yo le diría otra vez cuando estábamos solos.
Quizás yo iba a darle un beso rápido que no comenzara un fuego.
Contemplé Tanner. ―Pareces estar tomándote esto bien,‖ le dije.
Anduve hacía donde el estaba. ―Estoy sorprendida de que te gustara
tanto la prisión.‖ Y el guardián, añadí silenciosamente.
El pelo azul cayó sobre su frente cuando él rápidamente me afrontó.
―¡Viper!‖ Una sonrisa enorme se rompió sobre su cara.
Él lanzó sus brazos alrededor de mí y me mantuvo apretada. ―Amiga,
este lugar la rompe. ¿Por qué no debería gustarme?‖
"¿El Comando te hizo daño cuando te desmayo?‖
―Nah,‖ Tanner dijo, enrojecimiento de mejillas. ―Soy, como,
impermeable para doler.‖
Una de mis cejas arqueó. ¿"Impermeable?‖
―Sí. tu sabes, el dolor no puede —‖
―Sé lo que eso significa, Loco B, sólo que no esperaba que usaras una
palabra así.‖
―La palabra de papel higiénico del día,‖ dijo él, sus ojos que se
estrecharon en Rome. Yo tenía que conseguirme un poco de ese
papel higiénico. ―Él no me hizo daño, pero él realmente robó mi coche
y lo quiero de vuelta.‖
―Si manejas ese coche ahora, tú mueres. Los hombres malos estarán
sobre él.‖ Rome anduvo hasta mi lado. Ninguna parte de nosotros se
tocó, pero sentí el calor de él. La fuerza. La calma evidente de su
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alma de depredador. Él empujó un cristal de zumo de manzana
delante de mí y me miraba con un ceño fruncido curioso, finalmente
dándome toda su atención. "¿Viper?‖
Levanté mis hombros en un encogimiento. ―Era el único nombre que
yo podría pensar en darle.‖ A Tanner le dije, ―Mi verdadero nombre
es Belle.‖
―Yo lo sabía. En efecto.‖ Él dio palmadas a su mano en su muslo. ―Tu
siempre serás Viper para mí, mi nena hambrienta de sexo en la
carretera. Oye,‖ él añadió con apenas un aliento. ―Lexie me dijo lo
que está pasando. ¿Es verdad? ¿Puedes realmente comenzar un
fuego con tu mente?‖
Dudé en contestar. ¿Me temería él? ¿Huyendo de mí? ¿Sin querer
hacer nada más conmigo?
Sólo había un modo de encontrar la respuesta…mordí mi labio y
asentí con la cabeza.
"¡Hazlo!‖ él dijo con entusiasmo, sorprendiéndome. ―Comienza un
fuego ahora mismo.‖
El alivio debilitó mis miembros. "No".
―Ah, dale. Te daré un dólar.‖
"¡No! No soy un monstruo de circo que funciona por un pequeño
dinero efectivo.‖ Anclé mis manos en mis caderas. ―Tienes que pagar
al menos cien si quieres ver llamas ahora mismo.‖
Sus ojos se aclararon y los iris parecieron hacerse más profundo,
arremolinándose, como un fondo cristalino de magnético poder.
"¿Tomas controles?‖
―Es suficiente. Ningún fuego,‖ Rome dijo. Había una indirecta de
diversión en su tono, así como exasperación.
Él puso una serie de frutas en el contador, y arranqué una uva. El
dulzor llenó mi boca, pero no totalmente satisfactorio. Me gustaba la
fruta y todo, pero por favor. Sólo por favor. ¿Qué pasaba con la
comida sana? Jamón y galletas anoche. Fruta esta mañana. ¿Dónde
estaban los donuts? Las ¿hamburguesas y comida frita? Hola, yo
había muerto casi — varias veces en el día anterior. Yo tenía una
nueva apreciación para las cosas más buenas en vida. Como el
azúcar. Y cosas que engordaban.
"¿Entonces, cual es el plan de juego de hoy?‖ Pregunté a Rome,
entonces de mala gana puse una fresa en mi boca. Esta era más
ácido que la uva y realmente contrastó amablemente.
―Vamos a tomar al niño —‖
―Huesos Locos,‖ Tanner se interpuso. ―Llámeme Huesos Locos. O CB
(Crazy Bones). Contestaré a CB.‖
―Vamos a llevar a Dumbo a una casa segura.‖
―Aquella mierda es un insulto.‖ Tanner tragó una mordedura de
melón y enseñó los dientes en un ceño. ―Mi nombre no es Dumbo, y
no voy a ninguna casa segura. Lexie dice que soy, como, un
empático. Y este empático quiere dar patadas en el culo al tipo malo.‖
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"¿Eres un empático?‖ Dije con una sacudida que duda de mi cabeza.
¿"Tu sabes lo que la gente siente? ¿Como por TV?‖
―Empáticos, como médiums, nacen,‖ Lexie dijo, ―no creado. Tanner
en efecto nació con tal capacidad.‖
¿Era yo alguna clase del imán para lo paranormal ahora? ¿Qué era lo
siguiente, un vampiro? ¿Un demonio? ―Estoy de acuerdo con Rome,‖
dije. Pensar en Tanner dañado – o peor – era bastante para darme
urticaria. Él aún tenía mucho para vivir realmente, y no quería
ninguna parte en la ayuda de él para morir. ―Pienso que tienes que
estar en algún sitio seguro.‖
―No soy un niño de mierda,‖ se rompió él.
Fruncí el ceño en él. ―No sabes con lo qué tratamos.‖
"¿Y tú sí?‖ él respondió, recordándome yo no había sido capaz de
darle contesta el día que él preguntó.
Que era ayer, me di cuenta entonces. Yo sólo le había encontrado
ayer. Wow. Ya parecía como si una eternidad había pasado.
Mis hombros se cuadraron, mi barbilla se elevó y le perforé con una
mirada fija. ―Sé que tú eres inocente en todo esto, y yo nunca
debería haberte implicado. Sé –―
―Tú no sabes una mierda.‖
―Niños.‖ Rome aplaudió sus manos dos veces. ―Tu puedes ser un
empático, Tanner, pero no tienes las habilidades necesarias para
sobrevivir. Tú sólo estarás en nuestro camino.‖
―Actualmente,‖ Lexie dijo. Ella chasqueó su pelo negro sobre su
hombro. ―Él te ayudará más de lo que te lo dificulta. Un día, con la
práctica, él va a ser un detector de mentiras humano. Pero más que
eso, él será capaz de sentir cuando Belle lo necesita. Ellos están
unidos de algún modo. Soy incapaz de ver como, yo sólo se que lo
son.‖
La mirada de Rome azoto a Lexie. "Mierda", él dijo.
"¿Por qué piensas que él iba en coche por esa calle en particular, en
ese tiempo en particular ayer?‖
―Quise comprar condones,‖ Tanner dijo.
Con expresión suave, Lexie le acarició en el hombro. ―No. A un nivel
inconsciente, ya habías sentido la desesperación de Belle y la parte
heroica de ti te obligaba a estar allí de modo que pudieras ayudarle.‖
"¿Oigo bien?‖ Tanner sonrió abiertamente despacio. ―La parte heroica
de mí. Soy un héroe. Un héroe, maldito sea, y yo quiero dar patadas
al culo del tipo malo. ‖Él puntuó sus palabras señalando su pecho.
―Tu me necesitas.‖
Él estaba tan excitado por sus capacidades recién descubiertas.
Lamenté que yo no pudiera sentirme tan entusiasta sobre el mío.
Rome fulminaba con la mirada a Tanner. ―Dar un puntapié al culo
podría significar ser lastimado. O peor, quedar agonizando. ¿Estás
realmente preparado para hacer esto?‖
―Como si muriera.‖ Tanner resopló.
Niños y su complejo de inmortalidad, pensé, haciendo rodar mis ojos.
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Los niños con capacidades sobrenaturales eran, obviamente, aún
peor. Permanecí silenciosa mientras sorbí el zumo de una fresa
rechoncha. El fuerte dulzor agotó mi garganta. Si Tanner estuviera
relacionado conmigo, tal vez él podría ayudarme a regular mis
emociones o algo. Sería cool, excepto que yo prefería que Rome
tuviera aquella capacidad. De esta manera yo no necesitaría a Tanner
en el cuarto para controlar mis reacciones, cuando yo besé al
hombre.
Minuto. Espera. ¿Qué haces, Jamison? Yo había decidido no besarme
con Rome otra vez hasta que sea normal de nuevo, y yo tenía que
pegarme a aquel plan (horrible) para entonces no matarlo por
casualidad.
Una de las manos de Rome de repente serpenteó alrededor de mi
muñeca. De su mano libre, él arrancó la fresa de mis dedos y
sacudido esto en la mesa. ―No más fresas para tí,‖ dijo él en voz
ronca, mirando fijamente a mis labios indudablemente rojos,
húmedos.
Ah, ah, ah. ¿Qué era eso? ¿Deseo en él? ¿A causa de una pieza de
fruta? Olvidando mi plan ya, yo muy deliberadamente estaba
levantado otra fresa, colocándola entre mis labios, mordí. Las fosas
nasales de Rome llamearon.
Mis rodillas se debilitaron. Infierno santo. Sus ojos se cerraron en la
fresa medio comida. Di la bienvenida al resto de ella en el camino en
mi boca y mastique despacio.
Tanner silbó. ―No me extraña que no quisieras dormir conmigo, Viper.
Estás caliente por el Superagente. Las muchachas se ponen salvajes
por aquella mierda de los comandos, verdad? Bien, ¿Saben qué?
Quiero ser el Agente Huesos Locos. Lexie dile a tu jefe, John, que
querrá aceptarme y me pondré enseguida a hacer misiones y
proteger a la gente importante y destapar malos esquemas.‖
Rome golpeó su vaso de cristal y tiró todo el contenido, luego
concentró su atención en Lexie, mirándole. Claramente decía, ¿Por
qué le dijiste todo eso? Sus labios se movieron nerviosamente.
Yo mordía mi lengua en su facilidad el uno con el otro. ¿Era muy
infantil de mi parte el querer brincar entre ellos y devolver la atención
de Rome hacia mí?
No me gustaba que ellos tuvieran sincronización entendiéndose uno
al otro sin palabras.
Cuando el apretón de Rome en mi cadera se apretó posesivamente y
él me tiró más cerca de él, perdí mis celos Lexie. Una emoción
dichosa zumbó por mí. Forcé mi mirada fija a Tanner antes de que yo
me derritiera en un charco en el suelo.
"¿Cómo es que no estas enojado por nada de esto? Podríamos muy
bien arruinado tu vida.‖
Él perdió su sonrisa y miró lejos, por delante de la cocina, por delante
de la sala de estar. ―Mi vida ya fue arruinada.‖
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Su voz no sostuvo ningún humor. Sólo desesperación.
―Eso no significa que más peligro lo hará mejor,‖ Rome dijo.
"¿Quiero tener un poco de diversión y conseguir a algunas
muchachas, bien? No hay nada incorrecto con eso.‖
No, no había nada incorrecto con eso. Sólo recé que sus deseos no le
mataran.
―¿Cuál es nuestro plan de juego?‖ Pregunté otra vez.
―Voto por dar patadas en el culo y no morir,‖ Tanner dijo.
―Eres tan cómico.‖ Mi mirada fija chasqueó a Rome. "¿Bien?‖
Él recogió la fresa que él había tomado de mí, y la hizo reventar en
su boca. Masticando despacio, resueltamente. Saboreando, luego
tragando. ―Todavía estoy en shock. Me he acostumbrado a funcionar
solo. Yo sólo me había resignado a utilizarte a ti, bebé, y ahora tengo
que tratar con el niño también.‖
―Oye,‖ Tanner dijo, frunciendo el ceño. ―No soy un niño, y yo, como,
que estoy totalmente ofendido por que me llamas así. Los hombres
tiemblan con mi presencia. Puedo ser peligroso. Tengo locas
habilidades con el Bo Staff(*).‖
―Seguro que lo haces, Napoleón,‖ dije secamente. "¿Cazaste a algún
Wolverine este verano, también?‖
―No sabes usar un Bo Staff‖ Rome dijo.
"¡Sí, lo hago! He matado a la gente, hombre. Matado bien muertos.‖
Rome fregó una mano sobre su cara. ¿"Los mataste de risa?‖
Tanner frunció el ceño, su piercing de ceja destellando en la luz
elevada. ―¿Quieres una pieza de mi, Double-O Ass-wipe(*)? Continúa.
Consíguelo. Dije que quiero un poco de acción y no me opongo en
conseguirla de ti.‖
Rome dirigió un gruñido, mostrando dientes que eran
sorprendentemente agudos. Las puntas puntiagudas brillaron en la
luz.
Yo parpadeado dos veces y trague. Infierno santo. Ellos eran dientes
de monstruo. Siempre habían sido tan largos, y yo simplemente no lo
había notado? Alcanzando, manoseé mis labios. Cuando nos
besamos, aquellos dientes deberían haber cortado mi boca.
"¿Tu eres un vampiro?‖ Solté. Tenía sentido en una clase paranormal
del camino. Él había negado tener algún tipo de poder anoche. En la
luz de aquellos colmillos, no le creí más.
Él de prisa cerró su boca y se apartó. Él respiro profundo,
estremeciéndose. Mucho tiempo pasó antes de que él hablara. ―No,
no soy un vampiro.‖
―Él es un...‖
―Lexie,‖ Rome advertido.
Ella, también, presionó sus labios juntos.
¡Ajá! Entonces él realmente tenía un poder. ―¡Ay!, venga ya.‖
Exasperada, enojada, lancé mis brazos al aire. ―Puedes decirme.‖
Lexie sabía y yo no, y esto tenía que cambiar. Ahora mismo. No
tengo nada con que juzgarte.‖
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―Consigue tu bolso,‖ Rome dijo, sin ofrecer ninguna clase de
respuesta o explicación. ―Lexie lo dejó en el canapé para ti. Vamos.
Quiero visitar la casa del doctor Roberts y buscar pistas. Él es un
anciano. Seguramente yo puedo encontrarle.‖
―Él es viejo, pero él es inteligente,‖ Lexie advirtió. ―Nadie ha sido
capaz de encontrarle aún.‖
―Espera sólo un maldito momento.‖ Agarré el hombro de Rome y le
hice girar alrededor — y él me dejó. Él podría haberse resistido, pero
él no hizo. Lo empujé en el pecho y lo fulminé con la mirada. ―Tu
sabes que soy yo, entonces tengo derecho a saber que eres tú.‖
―Sí.‖ Tanner cruzó sus brazos sobre su pecho. ―Yo, también.‖
―Cállate,‖ Rome y yo le dijimos simultáneamente.
―Trato de ayudarte, Viper. Rome tiene miedo de decirte.‖ De repente
Tanner cesó todo movimiento. Una sonrisa se extendió sobre su cara.
Dando brincos, él aplaudió sus manos juntas y chilló. ―Lexie. ¿Lexie,
oíste lo que dije? Puedo sentir su miedo. ¡Puedo sentir su miedo!‖
―Maldita sea cállate,‖ Rome gruñó antes de que Lexie podría
responder. ―No tengo miedo.‖
"¿Es verdad?‖ Ansiando el contacto, hasta leve, remonté mis yemas
del dedo su torso y ahueque sus mejillas.
"¿Tienes miedo de decirme?‖
"¿No me oíste?‖ Su mandíbula apretada, y aquellas líneas tensas que
odié se bifurcaron de sus ojos. ―No tengo miedo. Esto es simplemente
algo de lo cual no hablo. Ninguna vez. Con nadie.‖
―Lexie sabe,‖ indiqué.
―Ella fue parte de mi…cambio. Esto pasó durante los experimentos
para los cuales nos ofrecimos.‖
―Dime.‖ Dentro, mi estómago se arremolinaba y me sentía enferma.
Tan enferma. Odié que el me bloqueara con algo así. ¿Pensaba él que
yo le rechazaría? ¿Pensaba él que esto me repugnaría? O
simplemente, ¿él no confiaba en mi como para contarme la verdad?
―No voy a hablar de ello, sólo déjalo Lo que soy, lo que puedo hacer,
no es algo que la gente como tú lo pueda tolerar.‖
Mis dientes se juntaron. ¿"La gente como yo? ¿Con eso quieres decir
mujeres inteligentes y maravillosamente compasivas?‖
Sus labios se rizaron en los bordes, y él perdió un poco de su aura
oscura. ―Sí, eso es lo que quise decir. Ahora, fin de la discusión.
Tenemos entradas y salidas para hacer hoy.‖
Haciéndome daño con su respuesta negativa continua, deje caer mis
brazos a mi lado. ―No voy a dejar caer esto, tu lo sabes.‖
Ahora él ahuecó mi mandíbula, y sus ojos se centraron en los míos.
Despacio, lánguidamente, él trajo sus labios a los míos, sólo un latido
del corazón lejos. ―Sí, vas a hacerlo, Pyro Girl.‖ Él me besó entonces.
Con fuerza y al raso. Delicioso,
maravilloso. Un empuje rápido de su lengua antes de que él
anduviera a zancadas fuera de alcance, actuando como si nunca
hubiera pasado.
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Lexie se apartó bruscamente.
"¿Pyro Girl?‖ Tanner agarró mi brazo para impedirme correr después
de Rome.
―¿Es tu nombre de superhéroe? No es justo. Necesito un nombre,
también.‖
Giré hacía él, necesitando una salida para mi frustración. ―No es mi
nombre, y si te atreves a llamarme Pyro Girl o Pollito de la tabla
Periódica o Chica de los cuatro elementos chamuscaré directamente
los pelos de sus pelotas.‖
Una vez que aprendiera a hacer eso sin destruir el mundo,
obviamente. "¿Lo entendiste?‖
―Bien.‖ Retrocediendo ante mí, él sostuvo sus palmas de las manos.
―Sólo te llamare Moza Homicida de las Tendencias.‖
Rome, quién tenía su espalda hacia nosotros y estaba a una distancia
buena lejos en la sala de estar, ladró una risa.
―Esa es la primera cosa inteligente que haz dicho, niño. Es el nombre
perfecto para ella, sin duda sobre ello.‖
Tiré ambos lejos.
Tanner me hizo volar un beso, el burro adolescente rebelde.
―Rome,‖ Lexie de repente exclamó.
El sonido de su voz, acercándose al pánico, hizo Tanner y yo nos
calláramos. Rome giró alrededor, su expresión oscura, peligrosa.
¿"Qué está mal?‖
―Ellos están aquí,‖ Lexie dijo suavemente. ―Los hombres de Vincent
están aquí.‖
(*) Bo Staff: http://cdnwrite.demandstudios.com/upload//3000/300/00/4/53304.png es el
palito ese. Perdon x mi ignorancia jajajaja
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TENER UN PSIQUICO en nuestro equipo nos daba otra ventaja.
Sabíamos cuando iban a aparecer los malos en el apartamento antes
de que lo hicieran realmente. Sin embargo, tener un psíquico en
nuestro grupo también nos daba una desventaja, al menos para mí.
Porque Lexis tenía razón. Maldita sea. El fuego de la noche anterior
era solo el principio. Al final de verdad incendié completamente su
casa.
"¿Cuánto tiempo tenemos?", Preguntó Rome.
" No mucho", Lexis susurro."Unos pocos minutos".
Una mascara en blanco descendió sobre la expresión de Rome cuando
me miró. "Coge‖, dijo. Me alargó la bolsa que Lexis había preparado
para mí. Lancé la correa sobre mi cabeza, cruzándomela, con la bolsa
en mi espalda. La adrenalina corrió a través de mí, caliente y picante,
las palmas de mis manos empezaron a sudar.
Tanner palideció, y sus mejillas enrojecieron. ―¿Qué debería hacer?
¿Qué debería hacer?".
Rome caminó hacia nosotros. Con movimientos deliberadamente
rápidos fue hacia el cajón del fregadero, lo abrió y sacó dos cuchillos.
"No voy a usar eso", Tanner sacudió su cabeza haciendo énfasis.
―No son para ti", Rome ni lo miró. "Lexis", dijo, entonces le lanzó los
cuchillos.
Contuve la respiración, soltándola cuando Lexis los cogió,
agarrándolos fuertemente con las manos por la empuñadura y con un
movimiento fluido los colocó en su cintura.
"Tu sabes que hacer", Le dijo.
"Si".
"Toma al chico y nos reuniremos más tarde".
La mirada verde de Lexis se posó sobre Rome, un poco triste, un
poco anhelante. Yo no soy una empática, pero podía notar el amor
que ella sentía por él y no pude evitar preguntarme, ¿por qué ella lo
había dejado ir?.
―Ten cuidado", susurró ella.
Él inclinó la cabeza "Tu también".
Lexis cogió la mano de Tanner y trató de llevárselo fuera de la cocina.
El chico clavó los talones en el suelo, "Viper. ¿Vas a estar bien?".
"Estaré bien". Dios, recé para que fuera cierto.
Su mirada fue hacia Rome, a la imagen letal que él representaba y
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después otra vez a mí. ―Quizás deberías venir con nosotros. Deja que
Rambo lo maneje".
"Ella se queda", Rome dijo cortante. "Tenemos preguntas, ellos
tienen respuestas".
"Me quedo", dije, mi voz tiembla. No sabia a lo que nos
enfrentábamos, solo que sería malo. Y no estaba ni cerca de estar
preparada.
Aún Tanner no se movió.
―Tenemos que irnos", dijo Lexis, Tirando de su brazo. ―Es casi
demasiado tarde. Rome no dejará que nadie le haga daño".
Esa era toda la seguridad que Tanner necesitaba. Dejó que Lexis lo
guiara hacia el Hall. Su mirada torturada permaneció sobre mí hasta
el último segundo.
Oh Dios, oh Dios, oh Dios. "¿No tienes un arma o algo para mí?", le
pregunté a Rome.
Rome cogió otro cuchillo, para él, este era más grande que los otros
dos, con una punta realmente afilada. "¿Sabes usar un arma?".
"No".
"Entonces, no". Como su ex, deslizó el cuchillo en su cinturón.
Crucé los brazos sobre mi estomago, intentando reforzar mi coraje y
ser más fuerte. "¿Qué puedo hacer para ayudar?".
"Tienes poderes, ¿recuerdas?", dijo, el tono de su voz era inflexible.
"Úsalos".
Me gustaba que confiara en mí. Pero yo no confiaba en mí. Si fuera
herido por mi culpa, por mi falta de destreza..."Mis poderes son
peligrosos Rome. No puedo controlarlos".
No tuvo oportunidad de responder.
Repentinamente el ruido de cristal roto se oyó. Casi salté de mi
propia piel. Un milisegundo después, la madera de la puerta se
astilló, hombres vestidos de negro irrumpieron en el apartamento.
Más cristal roto, más hombres entraban.
"Agáchate", Rome susurró ferozmente, empujo mis hombros hasta
que estuvimos agachados y escondidos detrás del mostrador. Una
expresión salvaje cruzó sus facciones, como si disfrutara de lo que
estaba apunto de hacer. "Solo ten cuidado, no me hieras, ¿de
acuerdo?".
Su boca se pegó a la mía por unos segundos, encendiendo un
pequeño fuego en el fondo de mí estomago. Mi pasión se mezcló con
miedo de manera que el fuego no encontró ningún calor real. Se
sintieron pasos en la sala de estar seguidos por más cristal roto.
Rome se apresuró, mientras se mantenía agachado.
Repentinamente se escucharon disparos. Estallidos. Retrocedí y mi
respiración se congeló en mi garganta. Querido Dios. Esto era real.
Terrible, real y en mi cara. Lo había sabido durante la persecución de
un auto ayer, pero me golpeó otra vez, con una fuerza que no pude
refutar. El hombre que deseaba acababa de lanzarse
precipitadamente al peligro. Una parte de mi quería quedarse en las
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sombras como estaba. Sin embargo, una parte de mí reconocía el
síndrome de lucha o escapa, y deseé impacientemente escapar.
De todas maneras, me forcé a superar el miedo, mientras trataba de
permitirle que me ayudara. Tenia que trabajar con las emociones que
pudiera, y ahora mismo, todo lo que tenía era miedo. Pero el miedo
causó hielo, como había aprendido escapando de Rome y tocando el
coche de Vincent. El hielo podía ser un arma poderosa.
"Vamos", murmuré. ―Podrías morir Belle. Rome podría morir".
Más disparos. Un Hombre gritó.
El terror me atravesó, fresco, frió, después helado. Bienvenido el
miedo. Bienvenido el miedo, pero no dejes que te mantenga inmóvil.
Bienvenido... un entumecimiento frió pincho las yemas de mis dedos,
casi imperceptible al principio. Bienvenido el miedo, bienvenido el
miedo. Se formó hielo en la punta de mi nariz y niebla a mí
alrededor. Buena chica.
Otro grito.
Bienvenido el miedo. Oleadas de el me golpearon, cada vez más frío
que el anterior. Temblando, vi mis manos. Mientras miraba una bola
de hielo se empezaba a formar. Casi no podía creerlo, pero todo era
igual. Empuje mis pies, retrocedí mi mano, buscando un objetivo.
Divisé varios. Múltiples hombres corrían por la habitación golpeando
los muebles.
Rome apareció en mi campo de visión. Giró golpeando a un hombre
con el tacón afilado de su bota. Su victima gritó y agarró su
sangrante pecho antes de caer al suelo. Alguien descubrió a Rome y
se dirigió a él.
"¡Rome!" Grite. "Ten cuidado‖. Liberé el hielo con todo el poder que
me permitió mi brazo. La brillante bola blanca voló por el aire
estrellándose contra mi objetivo. En el momento en que lo tocó, el
hielo se extendió, envolviendo todo su cuerpo.
Ya había esperado esto, pero la vista me dio una sacudida.
"Agáchate, Belle".
Hice lo que Rome había ordenado. Disparos se incrustaron en el
mostrador en el que me había escondido, y me enrosqué. Grité. ¿No
se suponía que esta gente tenia que mantenerme viva para el
experimento?. Mi terror se intensificó y se formaron más bolas de
hielo en mis manos.
Dos gritos más retumbaron en mis oídos y luego las balas pararon.
Sospeche que Rome había matado al hombre que me disparaba. Me
levante, encontrando objetivos y lanzando el hielo. Fallé uno, pero
una bola acertó en el segundo, un atacante vestido de negro se
congeló en el sitio.
Con los ojos muy abiertos, estudie los cuerpos desordenados en el
suelo del cuarto de estar. Algunos se quejaban, otros se retorcían.
Unos estaban muertos. Los que había congelado eran todavía bloques
de hielo. Rome danzó alrededor de aquellos que permanecían en pié.
Él daba patadas, acuchillando, matando. ¿Cuánto tiempo podría
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mantenerlos alejados?. No mucho, comprendí con horror mientras
veía a alguien lanzarse desde las sombras y apuñalarlo.
El horror se apoderó de mí y grité, "No‖. La sangre goteó del costado
de Rome, empapando su camisa. Sin reaccionar al dolor que estaría
sintiendo, se dobló y dio golpes con el brazo izquierdo, hundiendo su
propio cuchillo en el estomago del hombre.
"Vamos, vamos", susurré frenéticamente a mis manos. Nada. No más
hielo. Mi miedo se había ido, disuelto en la intensa oleada de
determinación de salvar al hombre que me había salvado muchas
veces. Estos terroristas estaban aquí para cogerme, quizás matarme
y obviamente pretendían matar a Rome en el proceso.
Esto, no podía permitirlo.
Entonces, la furia me invadió, más poderosa como nunca antes,
derritiendo completamente cada partícula fría. Me quemé. No. No, me
podía permitir experimentar cólera. No quería fuego. Podría herir a
Rome. ¡Pero la furia no quería abandonarme. ¿Cómo se atrevían a
herir a Rome?¡ y las llamas comenzaron a surgir de las puntas de mis
dedos y a quemar los bordes de mis ojos.
De la esquina de mi visión, observé a alguien corriendo alrededor del
mostrador viniendo directo a mí. Su determinación de inmovilizarme
era evidente con cada paso que daba. Debajo de su mascara negra,
sospeché que llevaba una expresión de intención fría e insensible.
Instintivamente, extendí las manos para protegerme, ningún escudo
de aire esta vez, pero las llamas salieron disparadas y lo envolvieron.
Grito atormentado, aulló y suplico ayuda. Calló al suelo y rodó. Mi
estomago se sintió enfermo y tragué. Oh Dios mío .Yo había hecho
esto. Cubrí mi boca con una mano inestable, al morir el fuego.
En la distancia oí a Rome gruñir y mis pensamientos inmediatamente
se enfocaron en él. Di un paso alrededor del mostrador, moviéndome
directamente al centro de la acción. No lo vi. ¿Donde estaba?, ¿Había
caído?. Chispas blancas y doradas salieron de mis ojos. Incluso mis
manos
empezaron a quemarse de nuevo.
Como los atacantes que quedaban me apuntaban con sus armas,
levanté mis manos y giré el cuerpo en todas las direcciones,
desesperada por encontrar y salvar a Rome. El fuego se extendió por
todos los sitios a los que apuntaba, llevando caminos de llamas
mortales. El metal se licuó. La madera crujió. El humo espesó el aire
y empecé a toser. Mi fuego no cesaba, aunque los hombres a mi
alrededor gritaban y se escondía para cubrirse.
De las habitaciones traseras, escuché el gruñido enfurecido de un
animal salvaje. ¿Un... Gato de la jungla? "Rome" grité. Quería verlo
para asegurarme que vivía y respiraba.
De repente, una alarma sonó. Un latido de corazón más tarde, el
sistema de aspersión se puso en marcha y una lluvia de agua fría
empezó a caer del techo. Las gotas caían en mi cara, de mis pestañas
goteaban a mi nariz. Pero las llamas de mis dedos rechazan
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extinguirse; Chisporrotearon calientes y abrasadoras. Si ellos lo
habían herido seriamente...
"Rome"
Sacudí el agua de mis ojos y noté que el fuego de la habitación no
era tan intenso como el mío; El fuego había disminuido. Usando esto
como ventaja, uno de los hombres saltó sobre el canapé y se lanzó
hacia mí. Él no tenía un arma, así que usó sus piernas. Él salto y
lanzó sus pies a mi estomago. El aire salió de mis pulmones mientras
fui lanzada hacia atrás, el dolor me atravesó. No se si golpeé el suelo
o la pared. Mi cabeza golpeó contra algo duro y mi visión se volvió
negra durante varios segundos.
Cuando mi visión se aclaró, divisé un objeto grande y negro, ¿un
jaguar?, saltando por el aire y aterrizando encima de mi atacante. El
gato fue por la garganta del hombre. Cuando terminó, sangre
goteaba de su boca. Proferí un grito y lancé una corriente de fuego al
gato. No, no una llama. Hielo. Una bola casi acertó su hombro
izquierdo.
Me fulmino con la mirada, acechando con sus rasgados ojos azules. El
Agua caía encima de nosotros esparciéndose como lagrimas, entré en
pánico y retrocedí. En lugar de atacarme como yo temía, saltó por
encima de mí y derribo a un hombre que yo no sabia que estaba
detrás de mí.
Mis músculos eran inestables, empuje mis pies y pestañee
sacudiendo el agua de mis ojos. Yo había visto este mismo animal en
mi apartamento. ¿No? Y tampoco me había hecho daño. Tenían a
Rome, ¡Rome!, Querido Dios, ¿realmente habían cogido a Rome?
Me tambalee hasta las habitaciones, registrando cada una, saltando
sobre cada cuerpo inmóvil. En la habitación de Lexis, encontré la ropa
de Rome, pero él no estaba allí. Estaban rasgadas en el centro,
hechas trizas. Y estaban manchadas de sangre.
Mi fuego murió y el hielo me abandonó también. Estaba de repente
vacía por dentro. "¡Rome!".
Un ataque violento de tos me dobló. A pesar del agua, el humo se
hizo tan espeso y negro que tuve problemas para moverme, y tuve
que apoyarme en la pared para sostenerme y guiarme.
"¡Rome!". La debilidad me atravesó, al principio como un fantasma,
fácil de ignorar. Pero cuando la tos se negó a disminuir y el humo
quemó mi garganta, la debilidad se hizo más notoria.
De repente mis rodillas perdieron fuerza y caí al suelo. Tenia
que...encontrar...a Rome. Yo no sabia si él... si él... no pude terminar
el pensamiento. En la distancia, escuche el sonido de sirenas. Pensé
que había oído pasos, hombres en pánico gritando.
"Rome". Su nombre no era más que un susurro desigual debido a la
tos.
"Aquí, bebé. Estoy aquí". Envolvió su brazo a mí alrededor y cayó a
mi lado.
Sollozando de alivio, enterré mi cara en su cuello y me envolví
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alrededor de él. "Donde -tos- demonios has -tos- estado?‖.
"Te lo explicaré más tarde. Ahora mismo, tenemos que salir de aquí.
¿Puedes avanzar lentamente?". No esperó mi respuesta. Colocó la
palma de su mano en mi hombro y me empujó hacia abajo. Aquella
misma mano se desliza a mi espalda y me urge a avanzar.
"No puedo... ver ", dije. Montones de agua se precipitaron alrededor
de mis rodillas haciendo que me resbalara.
"Sujétate de mí y te guiare".
Una bocanada de aire, el roce de su brazo, la salpicadura de agua.
Traté de agarrarme a su camisa, comprendiendo entonces que su
torso estaba desnudo. Abrí la boca para preguntar ¿por qué se había
quitado la ropa?, pero él siseó de dolor y la pregunta se evaporó. "Lo
siento".
"Aquí". Sin disminuir el paso, él guió mis dedos a su cadera desnuda.
Con una mano lo agarré y con la otra avance lentamente. Dios, el
humo era tan espeso. Incluso aquí abajo. Las lágrimas de mis ojos se
mezclaron con las gotas de agua. Nauseas golpearon mi estomago.
"Vigila... por el...gato", logré resollar. Había algo extraño sobre aquel
jaguar, algo que sabía que debería adivinar, pero que no podía hacer
por el momento. La niebla en mi cerebro era muy grande. Yo solo
sabía que esto no había sido un sueño; que no era una alucinación.
"No hables, bebé. Ahorra aire. Intenta no inhalar humo".
El bolso cruzado en mi espalda rebotaba con cada movimiento,
rozándome y me estremecí de dolor. Finalmente alcanzamos una
pequeña puerta. No, no una puerta, comprendí mientras extendía mi
brazo y la tocaba, una portezuela.
"Prepárate a deslizarte", dijo. Sin ningún aviso, él agarró mi cintura,
me levanto y me tiró dentro.
No tuve tiempo para prepararme. Un segundo estaba en el suelo, al
siguiente ya no. Caí Abajo, abajo. Mis brazos fallaron, mis piernas
extendidas atrás de mí. Podría haber gritado, pero mi garganta
estaba en carne viva. Me rodeaban paredes negras, encerrándome.
Sofocándome.
Me estrellé contra algo solidó y mi bolso se estrelló contra mí.
La fuerza de ambos golpes vibró por mis huesos. Mareada, permanecí
inmóvil, postrada, tratando de respirar, tratando de ver, intentando
tener fuerza en mis miembros temblorosos. Al menos el aire estaba
limpio y fresco, un contraste bienvenido con las habitaciones de
arriba llenas de humo.
Rome aterrizó encima de mí, su bolso me golpeó en la cara. El poco
oxigeno que había conseguido inhalar salió rápidamente.
"Lo siento, bebé", se arrastró fuera de mí, sangre goteaba de su
costado. Gesticulando buscó rápido en su bolso.
Estaba desnudo. Yo lo sabia, pero no lo comprendía. Rome estaba
desnudo, nada de ropa cubría su magnifico cuerpo. ¿Por qué?,
espera. ¿Importaba eso?, estaba bronceado y en forma, aún en mi
condición débil pude apreciar su gran (larga) fuerza. Casi grité
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cuando sacó un par de pantalones y se los puso.
"¿Sin ropa interior?", logré farfullar. Una chica tiene que agarrarse a
una buena distracción cuando esta llega.
"No uso". Se abrochó el botón. "Nunca. Vamos. Los bomberos están
aquí y no podemos permitirnos ser detenidos o descubiertos".
" Nosotros no -tragué aire- preguntamos a ninguno -otra respiraciónde los chicos malos".
"Habían más de lo que esperé. Coger alguno nos habría retrasado o
habría hecho que nos mataran".
Me ayudó a ponerme en pié y tiró de mi para que me moviera. Quise
profundamente caer, cerrar los ojos y dormir para siempre. Me tomó
un gran esfuerzo colocar un pie delante del otro. El agua de mi pelo
goteaba en mi ropa ya mojada. Escaneé el área que me rodeaba.
Paredes grises. Algún tipo de maquinaria. Olores de aceite y jabón.
¿Estábamos en el sótano del edificio de apartamentos?
"Más rápido, Belle, puedes hacerlo".
Traté de mantenerme despierta junto a Rome, realmente lo hice,
pero había inhalado demasiado humo. Me invadió un acceso de tos.
La debilidad había echado raíces en cada una de mis células. Cuando
tropecé con una cuerda caí, no tuve fuerzas para mantenerme en pié.
La oscuridad cubrió mi mente antes de que me golpeara. No. No
golpear, reflexioné grogui.
Flotaba. Rome me había cogido con sus fuertes brazos. Su voz
atravesó mi subconsciente."Te tengo, bebé. Te tengo".
Si él continuaba llamándome bebé, pensé antes de que la oscuridad
me consumiera, realmente me enamoraría de él.
" Vamos, bebe".
Un frío líquido tocó mis labios antes de descender por mi herida y
dolorida garganta. Tosí, escupí y abrí los parpados. Una luz brillante
hirió mis ojos y pestañee.
"Bebe". Ordenó Lexis, severamente. Se inclinó sobre mí, con la taza
de plástico en su mano colocada en el borde de mi boca.
¿Había muerto y había ido al infierno?. Me incorporé lo mejor que
pude y bebí. El liquido acido llenó mi boca antes de raspar mi
garganta. Me estremecí.
"Ahí", dijo. "¿No te sientes mejor?".
"No". La voz era ronca, apenas audible.
Ella sonrió, se dejó caer a mi lado y dejó la taza a un lado. "Nos
asustaste muchísimo".
Imágenes de fuego, de hombres a los que había herido,
probablemente matado, destellaron en mi mente y apreté
fuertemente mis labios. Ellos eran chicos malos. NO debería sentirme
culpable. Ellos habían tratado de herirme , de herir a Rome. ¡Rome!.
Su imagen llenó mi mente, después su pecho lleno de sangre. El
pánico me atravesó. ¿Como estaba él?, ¿Dónde estaba él?.
Intenté sentarme. "¿Donde está Rome?". Miré salvajemente,
escaneando a mí alrededor. Lexis y yo éramos las únicas presentes y
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parecía que estábamos dentro de una cabaña. Paredes de madera,
pisos de madera. Solo el mobiliario necesario: Una cama, una
lámpara, una mesa y unas sillas.
"Tranquilízate", dijo. "Rome está bien".
"Tenia un corte profundo".
―No, era un pequeño corte que ya empezó a cicatrizar".
" Había un gato, un jaguar".
"Estoy segura de que lo había, Pero Rome no fue herido por el. Te lo
prometo. Solo túmbate y relájate".
"Tanner".
"Está bien", dijo cortándome. "Todo el mundo sobrevivió. Todo está
bien. Eras tú la que nos preocupaba. Has dormido casi un día entero".
"¿Un día?". Le permití que me ayudara a entrar en las mantas. Dios,
odiaba estar débil, vulnerable. Miré al techo de madera. "¿Donde
estamos?".
"En mi cabaña. Está a las afueras de Madison. Pero no te preocupes"
Añadió. "Nadie la conoce, ni John. Rome la construyó para ocasiones
como esta. Me aseguré que Tanner y yo no fuéramos seguidos y
conociendo a Rome como lo conozco, también lo hizo.
"¿Dónde está?".
"Lo envié con el chico por provisiones. Me estaban volviendo loca con
su preocupación por ti y la cueva no esta muy lejos". Colocó las
mantas marrones alrededor mío. "Rome encontró la cueva hace años
y la ha abastecido con artículos que una persona escondida podría
necesitar".
El letargo me atravesó, haciéndome dormir un poco más. Mis
pestañas se cerraron, pesadas por el agotamiento, pero las forcé a
abrirse. Me forcé a concentrarme en sus palabras. "¿Por qué estaban
preocupados por mí?.
" Bien...", hizo una pausa, se aclaró la garganta. "Dejaste de respirar
varias veces".
¿Dejé de respirar?. Mi mano fue a mi dolorida garganta. Querido
Dios. Había estado apunto de morir y no lo sabia. No habría tenido
tiempo de decirle a mi papá o a Sherridan ¡adiós! No los habría visto
por última vez. "Quiero llamar a mi papá", dije con la necesidad de
oír su voz.
"Antes de que lo hagas", dijo con una extraña inflexión en su voz,"a
Rome le gustaría hablar contigo sobre él".
"¿Por qué?", me puse derecha y la rápida acción me costó. Mareo y
nauseas me llenaron; luces brillantes bailaron en mis ojos. Me froté la
cara con una mano y agarré mi estomago con la otra. Él está bien, él
está bien, él está bien. ¿Por qué?, repetí la palabra con un gemido
torturado.
"No hay motivo para preocuparse. Tú padre está vivo y bien. Te lo
prometo."
Mi corazón retumbó en mi pecho y pinchazos fríos entraron por mis
venas, mientras, miraba en la profundidad verdes de sus ojos,
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tratando de ver la verdad. Parecía sincera, y decidí creerla. Despacio,
me recliné atrás contra la almohada. "¿Qué está mal conmigo?, ¿por
qué estoy tan débil?".
"Pensamos que es por la inhalación de humo".
Fruncí el ceño. "¿No debería ser inmune a eso?, yo empecé el fuego".
Sus delicados hombros se encogieron. "Rome dijo que tú
probablemente serias ultrasensible a agentes contaminantes ahora.
Aunque puedes soportar el fuego, el humo que produce, te hace más
daño que a otras personas, porque tú eres ahora una con la Madre
Tierra. Los agentes contaminadores te hieren ahora tanto como lo
hace al mundo".
Eso tenía sentido. No me gustaba, pero tenía sentido.
Lexis dio la vuelta y caminó hacia la única ventana de la habitación.
Separó las cortinas marrones, divisando fuera. Quien hubiera
escogido los colores marrones necesitaba una seria azotada.
Hablando de ello. Debe haber sido Rome, ya que el gusto de Lexis
como demostraba su apartamento era vistoso y caro, así que , el que
necesitaba azotes era Rome, ¿no? Sería un placer para mí.
"¿Viene alguien?", pregunté.
"No".
Un silencio espeso descendió sobre nosotras. Me moví
incómodamente en la cama. Lo que ella...
"Lo amo", dijo abruptamente.
Bien. ¿Ahí vamos verdad?, adivino que era mejor dejarlo salir, que
dejarlo enconarse entre nosotras. "Lo comprendí a la hora de
conocerte. ¿Así que porqué cortaste con él?".
Ella rió amargamente. "Soy psíquica, lo que es tanto una bendición
como una maldición. Yo supe antes de casarme con Rome, que no
estaba destinada a estar con él, pero lo hice de todas maneras.
Esperaba hacerlo amarme de la misma manera que yo lo amaba".
Fruncí el ceño en confusión. "No entiendo".
Ella me dio una medio sonrisa triste y mi pecho se apretó de
verdadera pena por ella. El dolor en sus ojos era vertiginoso.
"Estuvimos juntos varios años, casados unos cuantos más y luego
quedé embarazada. Aún en todo ese tiempo, profundamente, sabia
que si no me separaba de él, el seguiría atado a mí, a pesar de que
no lo quisiera".
"Normalmente, no soy tan cerrada. Espero. Pero no entiendo lo que
me quieres decir".
No necesité ser una empata para leer sus emociones en aquel
momento. Sus hombros se hundieron, mientras su tristeza se hizo
más profunda. "A Rome le gusto. Él aún podría amarme, pero no es
la clase de amor que un hombre tiene por su esposa. Yo sabía, y
siempre lo supe, que había alguien más para él. Él no. Él pensaba
que yo era la única, pero él habría visto la verdad bastante pronto. Y
se habría quedado conmigo a pesar de lo que quisiera, sin buscar a
esa otra mujer". Se secó una lágrima de su ojo con una mano
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temblorosa. "Yo no podía haber soportado eso".
Sus palabras eran tanto maravillosas como terribles. Ella no era la
persona adecuada para él, ¿pero lo era yo?. No podía ni besarlo sin
comenzar un fuego. Los problemas me seguían a todas partes.
Estaba actualmente sin trabajo. No exactamente un gran material
como novia. Aún así quise ser la mujer adecuada, con todas mis
fuerzas. Si no lo era... mi estomago se retorció.
"¿Quién es la adecuada para él?". Me encontré preguntando. Mis
dedos agarraron la manta, mientras esperaba su respuesta. Esperé.
Temí.
"Quizás tú, quizás otra. No sé quién".
Así que todavía había esperanza, pero también había duda. Un dolor
agudo me atravesó. Temblando, cubrí mis ojos con la curva de mi
brazo. Mejor cambiar de tema antes de inducirme un neurisma
cerebral por sobreanalizar. "siento lo de tu casa, tenias razón. Yo la
incendié".
Ella agitó la mano en el aire. "Solo era un edificio, Rome y Sunny
están a salvo. Es todo lo que importa".
No quería que ella me gustara, realmente no quería. Sin embargo,
después de todo lo que ella había revelado, encontré que lo hacia.
A pesar de mis celos. Ella podría haberme encauzado, por haber
(temporalmente) mantenido el afecto del hombre que ella amaba.
Ella podría haberme echado, sin embargo ella me dio esa triste
sonrisa.
"Creo que tienes dos admiradores", dijo melancólicamente. "Tanner
estaba tan preocupado por ti".
"Bien, a mi también me gusta Tanner. Es un buen chico".
"Él no es un chico. Él es un hombre que necesita madurar un poco
más".
Su afecto por él era claro.
"Sus habilidades estaban crudas", añadió, "apenas desarrolladas,
pero pienso que con entrenamiento apropiado, él podría hacer
grandes cosas". Se le escapó una calida risa, "Rome casi lo golpea".
Su sonrisa se extendió completamente cuando volvía a la cama.
"Tanner se empecinó en decir que tú habrías estado perfectamente
sana si Rome te hubiera dejado ir con él, y eso golpeó a Rome. Él
siempre ha sido protector, aunque tenia bastante fe en ti para utilizar
tus...habilidades".
Había suficiente excitación en su voz para sugerir que yo no tenía
ninguna habilidad, pero aún experimentaba un poco de placer porque
Rome había confiado en mí. El placer rápidamente fue seguido por
punzadas de decepción. "Realmente odio haber hecho tan poco por
ayudar, y tanto para estorbar. La única razón por la que estábamos
allí era porque queríamos hacer preguntas a alguno de los hombres,
pero acabé congelando o haciendo barbacoa a todos los que estaban
allí. Y entonces…".
De repente Lexis se enderezo y perdió su buen humor. Mis palabras
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cesaron bruscamente. "¿Qué?, ¿Qué esta mal?", Pregunté. Pienso que
estaba empezando a confiar en Lexis, como Rome y Brittan lo hacían.
"La puerta está... ". Frunciendo el ceño, cerró sus ojos y un aura de
calma la cubrió. Pasaron unos segundos y su sonrisa retornó. "Los
hombres están apunto de regresar. Como tanner diría, Rome está
cabreado".
Según lo predicho, la puerta exploto al abrirse. Rome acecho al
interior, arrastrando a Tanner que protestaba detrás de él.
Cuando la puerta se cerró a su paso, él empujó a Tanner en una silla
y dejó caer una pesada bolsa en los pies del muchacho.
"No tengo miedo de utilizar mis movimientos mortales de Kong fu en
ti", Tanner gruño.
"la Estancia", Rome gruño, detrás. "Y no hables por el resto del día."
Él giro hacia mí, y cuando nuestros ojos se encontraron, su expresión
estaba suavizada. "Estás despierta"
Me senté y lentamente con el dedo peine mi cabello, deseando tener
un espejo. Probablemente parecía la mierda, mientras que el parecía
comestible. Llevaba una de las camisetas negras que tanto le
favorecían, y pantalón negro. Me hubiera gustado verlo en vaqueros
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Stone-washed pero sólo llevaba pantalones. Y ninguna ropa interior,
recordé de repente, con mis mejillas calentándose.
Él se acercó a mí y se sentó en el borde de la cama, a un susurro de
distancia. Mis latidos del corazón acelerados, casi estallando en mi
pecho, cuando su brazo acaricio los míos. Siempre hubo este
hormigueo eléctrico entre nosotros.
"¿Cómo estás?" Me preguntó, a pocas pulgadas. Su rostro brillaba
con el color más sano. Él no parecía tenso o herido. De hecho, se veía
perfectamente normal. Así, tan normal como un ángel oscuro podría
verse.
―Estoy bien. Sólo una punzada en mi costado. ¿Cómo estas tu?‖
"Mejor".
Llegó y paso una mano sobre mi mejilla, su mirada llego a ser feroz.
Letal. "me asustaste. Nunca hagas eso otra vez‖.
Temblé en la intensidad salvaje que el proyecto. "Yo no".
Sus ojos azules, azules agujereando en los míos cuando el hato
nuestros dedos juntos. "Cuando perdiste el conocimiento...‖
Me apretó la mano.
"¡Ah, mira los pichones enamorados!", arrullo Tanner. "¿Quieres que
Lexis y yo nos vayamos?"
"Sí", dijo Rome, sin dejar de mirarme. Ellos no se fueron,
lamentablemente, se quedaron donde estaban. Con absoluta ternura,
el pulgar de Rome jugo a través de mi palma. "Belle, ¿te sientes lo
suficiente bien para ir fuera y practicar utilizando tus poderes?"
Por el momento, con su fuerza filtrándose en mí, me sentía capaz de
cualquier cosa. "Seguro."
"Bien. Después de ayer, necesito saber si tú lo soportaras. Además,
no quiero tener la cabeza en la ciudad hasta el anochecer, así que
tenemos tiempo para matar. ", el se volvió a Lexis. "¿Le dijiste a ella
acerca de su papá?"
me puse rígida con un renovado temor y sentía una ráfaga fresca a
través de mis venas.
"No", dijo Lexis. "Sabía que tú la ibas a querer explicar".
"Alguien me puede decir mejor, qué pasa con mi papá antes de que
congele todo el lugar".
Con su mano libre, Rome engancho un mechón de pelo detrás de mi
oreja. "Está bien, pero me temo que Vincent podría tratar de utilizarlo
para llamarte. "
se formo un bulto en mi garganta, mi mano, voló a mi boca. Si mi
padre estaba en peligro, yo…yo… ... me moriría simplemente, y tomo
a todos los responsables conmigo. "No podemos moverlo desde el
centro. Su medicación está ahí. Sus enfermeras están ahí ".
"Lo sé. Es por eso que me gustaría enviar a Lexis para protegerlo".
"No sé". Automáticamente, mi atención se trasladó a la mujer en
cuestión. Sí, yo había visto como capturaba los cuchillos que Rome le
había arrojado a ella, ¿pero podría ella luchar contra hombres
armados? ¿Iba ella a matar para proteger a mi
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padre, un hombre que ella nunca se había encontrado antes?
Sus labios crisparon en una auténtica diversión. Antes de que pudiera
parpadear, ella desenvaino y arrojó un cuchillo directo a mí.
Oí un whoosh, seguido inmediatamente por un ruido sordo de la hoja
incrustada en la pared, detrás de mí. Jadee hacia afuera, "¡Mierda!"
"yo puedo cuidar de él", dijo, su confianza es una fuerza palpable.
"qué manera de probar el control de mi vejiga", le dije secamente. Mi
pulso martilló duro y rápido. Dios sabe que no tengo suficiente
emoción en mi vida. Después de haberme lanzado un cuchillo a mí,
era como hielo contaminado y pastel envenenado.
"Ella es perfecta", le dije a Rome. "Tendré que llamar al centro y
preguntar si la permiten a ella, pero…"
"No hay necesidad", dijo él, cortándome. "El chico al parecer, aquí
tiene algunos usos. Es muy bueno con el ordenador y ha chaqueado
su sistema. Ahora están bajo el supuesto de que una enfermera
cardiaca especializada, que ha sido ordenada para darle veinticuatro
horas de atención"
"Muy bien. Bueno. Voy a llamar a mi papá y… "
"No hay llamadas telefónicas. Dijo que podían ser rastreadas. "Había
una disculpa en su tono, pero la orden estaba clara, e implacable.
Además, le había dicho a mi papá que no lo llamaría. Yo le dije que
estaría fuera, en unas vacaciones fabulosas y relajantes. Deseo.
"A diferencia de lo que ves en las películas", dijo Rome, "las llamadas
telefónicas se rastrean al instante. Si tu papá está bajo algún tipo de
control, no quiero que estés en contacto con él."
"entiendo." Suspiro, y miró a Lexis. "¿puedes mantener el puesto
todo el día? ¿En secreto? El Piensa que estoy de vacaciones, y sería
mejor dejarlo pensar eso".
"Por supuesto".
Yo me acurruque en contra de mi almohada. "Voy a la ducha y luego
a comer, y después podemos salir afuera a nuestras sesiones de
práctica.
¿Está bien? "Le pedí a Rome.
Él se inclinó hacia abajo, presionando su mejilla contra la mía, pero
antes cogí una idea de su malvada y sexy sonrisa. "Belle Jamison
desnuda y en la ducha. Me gusta esa imagen" Trague saliva, y me fijo
una vez más en Lexis, que ya se había alejado de nosotros ocupada
en la cocina. Yo no quería lastimarla más de lo necesario. Miren lo
que la mujer tenía que hacer y lo que ella iba a hacer por mí. No creo
que Rome sepa que su ex todavía lo ama.
En el reino de la comprensión de los hombres (alias limitada),
probablemente no figuraba Lexis, imaginé que no le importaba con
quién estaba.
"Un día voy a poder unirme a ti ahí, y no sólo en mi mente." Su
aliento avivó mi mejilla, a continuación de mi oído, y añadió en voz
baja: "He estado pensando en esto, y creo que el baño es el lugar
perfecto para nosotros. Si las cosas se ponen demasiado caliente, el
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agua nos enfriará‖.
O hace que nos volvamos vapor, tan caliente como yo estaba por él.
"Un día". le contesté igual en voz baja. Dios, yo esperaba que ese día
llegara pronto. "Te Quiero mucho".
Sus aletas de la nariz, y sus ojos brillaban con el calor. El Parecía, en
definitiva, un hombre que estaba luchando con una necesidad salvaje
de reclamarme. "Métete ahí. De prisa. He estado preocupado por ti, y
si tú no te metes dentro voy a tomarte aquí y ahora‖.
¡Oh, me encantó cuando él fue todo el alfa en mí!. Me levante
pesadamente de la cama. Mis rodillas estaban temblorosas entre
cojeando en el baño. ¡Por mi propio bien, cerré la puerta!
Me duché, deteniéndome en el agua caliente y húmeda, dejándola
limpiarme por dentro y por fuera. Me sentía más fuerte con cada
segundo que pasaba. La humedad, y el aire brumoso calmaron mi
garganta y barrió el hollín de mis pulmones. Una
parte de mí estaba preocupada por si el chico bonito de Vincent nos
encontraba, descargándose sobre mí, cogiéndome con mis pantalones
abajo. Me habían atacado por sorpresa, muchas veces en el último
par de días. Sin embargo, la otra parte de mi simplemente se
deleitaba en este acto totalmente normal. La cabaña era un refugio
seguro, y uno que yo necesitaba desesperadamente en ese momento.
Cuando el agua se volvió demasiado fría para seguir bañándome, salí
y me vestí con la camisa negra y los pantalones vaqueros que Lexis
había guardado para mí, los que alguien había dejado en el baño.
Alguien que había escogido la cerradura de la puerta y había entrado
en el cuarto de baño sin mi conocimiento. Quien fue el selector de la
cerradura (¡tos, tos, Rome!)
no había traído pantys o un sujetador.
Y no estaba dispuesta a llevar la sucia si los tuviera, es decir, que no
lo hice. El ya mencionado alguien, se los había llevado con él. Así
que, como este, obviamente había planeado, me vestí sin ellos.
Sin pantys. Sin sostén. Mis labios se curvaron en una sonrisa.
Hombre lujurioso.
Rome era un hombre verdadero, incluso frente al peligro.
Cuando salí, una nube de vapor me siguió. Rome, Tanner y Lexis
estaban en la mesa, comiendo el desayuno.
Me pareció extraño, ya que la última comida que recuerdo, fue el
desayuno en el apartamento de Lexis. Supongo que eso es lo que
sucede cuando duermes todo un día de distancia. Me dirigí a ellos, es
decir, a tomar asiento en la silla vacía al lado de Rome, pero él tiró de
mí sobre su regazo y dejó caer una galleta untada de mantequilla
delante de mí, todo sin detenerse brevemente en su discurso.
"Las fuerzas están divididas, mientras que busquen a los dos a Belle y
el Dr. Roberts. Ahora es el momento perfecto para atacar‖.
Al sentarme en su regazo me despertó. Mis pezones al instante
estaban erectos, mi estómago tembló en anticipación de su tacto. Tal
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vez yo era una puta y una prostituta (¿una regalada?). O quizás, sólo
quizás, Rome emitía feromonas letales las cuales ninguna mujer
puede resistirse.
"No estoy diciendo que estoy de acuerdo contigo", dijo Lexis, untando
sus propias galletas con mermelada de fresa ", pero tu tiene que
considerar el hecho de que estamos divididos, también. Estaré con el
padre de Belle, mientras que ustedes tres deben evitar la captura de
Vincent. Y John, si él está buscando"
"¿John podría estar buscándonos?", Le pregunté. Unte de miel mi
galleta y después procedí a inhalarla. "Pensé que Rome se hizo cargo
de él".
"Él tiene que saber que estamos ayudando a Belle ahora", dijo Lexis a
Rome.
Arrancó el último mordisco de mis dedos y se lo metió en la boca.
"Para todos, lo que él sabe, es que se me escapó y todavía estoy
abajo buscándola"
Lexis resopló. "Nadie inteligente creerá que ella se te escapó"
"¡Hey! Para tu información, le dije indignada: "Yo me escape."
"Y yo le ayude", agregó Tanner. Su pecho hinchado como un pavo
real.
"Sé que lo hiciste, miel, y estoy orgulloso de ti." Lexis le dio unas
palmaditas en la espalda. "La verdad es más extraña que la ficción,
Supongo, pero nadie va a creer que Belle derrotó a Rome. "
"Llamé a John y le dije que era una pequeña cosa, astuta y se había
escapado,"dijo Rome, solo que la encontraría pronto y traería su culo
adentro"
Ambas Lexis y yo jadeamos. "¿De verdad?", Le preguntamos al
mismo tiempo. Nuestros tonos eran diferentes, sin embargo. Ella
pareció sorprendida. Sonaba molesta.
La mano de Rome me apretó la cintura. "Sí, lo hice‖
Bueno, yo estaba totalmente sintiéndome traicionada aquí. ¿Rome
hizo verdaderamente un plan para atraerme, después de que yo le
ayudara con Sunny? Yo no podía soportarlo, tenía que saber. Yo
merecía saber. "¿Vas a ser un idiota y entregarme a
John cuando ya no me necesites? "
"John no dijo mucho", dijo Rome, no me hace caso. "Sólo me dijo que
la encuentre antes de que Vincent lo haga."
Lexis suspiró. "Conociendo a John, él probablemente tiene otros
agentes buscándola a ella."
"Deja de ignorarme. No estoy loca, y todos sabemos que no estoy
pensando nada bueno. "pinché la pierna de Rome.
"Será mejor que me contestes."
"Vamos a hablar de esto más tarde, chica maravilla,", dijo.
Chica maravilla. Mm..., me gusta. Simplemente quería que me
respondiese. Fruncir el ceño, y bebí de mi agua.
"¿Por que después?" pregunte finalmente, incapaz de ayudarme a mí
misma.
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Suspiró. "tú te enojas. Prefiero hablar contigo sobre esto en la ducha.
Mi estómago se retorció. "¿Por qué me enojo?" Hay una sola
respuesta que me volvería loca, y era que Rome hubiera hecho un
plan para traicionarme.
Se pasó una mano por el pelo. "Yo tenía previsto llevarte adentro,
¿de acuerdo? Después de que consiguiéramos que Vincent te diera la
espalda, tenía previsto llevarte delante de John así el estaría
distraído, y yo podría tomar a Sunny, y escapar con seguridad en la
clandestinidad."
Tanner y Lexis quedaron en silencio, y todo indicio de humedad salió
de mi boca. "Pero... pero pensé que tu dijiste que necesitabas mis
poderes, para ayudarte a ocultarla".
"Lo hice, pero no de la forma en que tu suponías. John va a querer
aún más cuando seas capaz de controlar tus habilidades ".
"¡Maldito!" Traté de saltar fuera de su regazo, pero no me lo permitió.
Me mantuvo firme. "tú me dijiste que
confiara en ti, e incluso, dijiste específicamente que no me
traicionarías ", le grite.
"Si te hace sentir mejor, me he sentido terriblemente culpable de
traicionarte. Yo sólo era capaz de consolarme con la idea de que tú
serías capaz de cuidar de ti misma. "
"tu…tu" Las palabras no me salían, yo no sabía cómo llamarlo. Nunca
me había sentido tan traicionado en mi vida, ni siquiera cuando había
descubierto que el príncipe de las tinieblas me había engañado.
"Yo no voy a hacerlo", dijo Rome, apretándome la cintura de nuevo.
"No puedo.
Me di cuenta de eso la noche anterior. Voy a pensar en otra cosa‖.
Empecé a relajarme, pero me obligué a permanecer en guardia. "¿Por
qué has cambiado de opinión?", Pregunté.
"¿Sí, porque has cambiado de opinión?" Lexis repitió.
Azote mi mirada hacia ella. "¿tú lo sabías?"
Ella asintió.
¡Perra!
"No me gusta verte herida", admitió Rome. Me miró. "Lo siento,
bebe. Yo solo. No puedo soportar la idea de que podría ser la causa
de que alguien te haga daño. Incluyéndome. ¿Me perdonas?"
Sí, me di cuenta. Yo lo hice. Me dolió, pero lo perdone. Él quería
proteger a su hija y había estado dispuesto a hacer todo lo necesario.
Yo habría hecho lo mismo con mi papá. Sí le dije.
Deje escapar un suspiro de alivio. "Bien. Eres tan inocente como
Sunny, y me gustaría mantenerlo de esa manera, chica maravilla ".
"Ese nombre es totalmente cojo," intervino Tanner, claramente
tratando de traer de vuelta nuestro estado de ánimo jovial anterior.
"Ella es Viper, simple y llanamente, a menos que decidas ir con
tendencias homicidas como yo le sugerí anteriormente, que es‖.
Le lance un puñado de huevo. El pequeño misil blanco y amarillo se le
clavo en la nariz y cayó sobre su camisa negra. Me miré, mire a
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Rome, luego mire a Tanner de nuevo. "Hey, todos estamos vestidos
de negro. "
"Eso es porque esta noche vamos a irrumpir y entrar", Rome, dijo.
Con voz tan tranquila, como si nos hubiera dicho que estábamos
firmando para unos masajes y pedicura.
"¿El Dr. Roberts?" El hecho de que no protestara por la ruptura real y
entrar hablando elocuentemente. Me estaba convirtiendo en un duro
núcleo criminal. Un bandido que no obedecía a las normas, sino la
mía propia. ¿Un poco dramático, no crees, Jamison? Yo nunca había
irrumpido en un lugar antes, y me dio un poco de miedo la
perspectiva ahora.
Miedo y, lo admito, estaba excitada.
Sí. Estamos viajando a el lugar del doctor, "dijo Tanner. " y sin
invitación".
Mis labios se sumergieron en un ceño fruncido. ―probablemente nos
están vigilando."
"Estoy contando con eso," Rome respondió. "Esta vez nos
aseguraremos de que dejamos a alguien vivo para preguntarle.
Lo que me recuerda. Si todo el mundo se termina el desayuno,
podemos ayudar a Belle a que aprenda a controlar su poderes‖.
Menos mal que los SUMINISTROS que Rome y Tanner habían traído
anteriormente, eran un extintor de incendios, impermeables, guantes
y una botella de tamaño industrial de Tylenol. Por no hablar de los
suministros que Rome había adquirido cuando me había dejado en
esa "casa de seguridad" que se quemó. Armas de fuego, armas y más
armas. Cañones de grueso calibre, armas pequeñas, y armas que no
se parecían a las armas.
Yo nunca había disparado antes, pero me comprometí a aprender. Si
la gente me va a disparar, yo estaba malditamente segura que iba a
disparar de nuevo. Sucia Harriet, esa soy yo.
En lugar de practicar con nosotros, Lexis se dirigió a la ciudad.
Cuanto antes ella llegara a cuidar de mi padre, mejor.
Tanner, Rome y yo caminamos por el bosque, sin parar hasta que
llegamos a un pequeño claro. Pasamos la práctica de una hora. Digo
"nosotros" sin apretar. Porque yo Practiqué, Rome gritó y Tanner nos
gasto bromas.
Ninguno de nosotros había hecho algún progreso en ese punto, pero
al menos eran los únicos testigos de mis... desgracias.
La luz del sol nos encandilaba por arriba, calentando el aire, por lo
que era espeso y pegajoso. Los árboles proporcionan sombra, pero
no era suficiente. El calor, combinado con los gruñidos de Rome, me
pusieron los nervios de punta. Los pájaros habían dejado de gorjear y
volaron. Los insectos habían dejado de cantar y zumbar, optando por
escapar.
Insectos elegantes.
"Concéntrense esta vez", dijo Rome. "Ustedes dos", añadió, y tiro a
Tanner una mirada fulminante.
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Tanner tenía su brazo alrededor de mi cintura con la excusa de que el
contacto personal le ayudaría a leerme, y sentí sus músculos tensos.
"me he concentrado antes, Agente Asno.
―Ambos".
"Si tu estas concentrado," dijo, Rome, "¿Por qué diablos me he calado
tres incendios, he sido golpeado con una bola de tierra, soportó una
tormenta de granizo y mis bolas están casi congeladas? Se supone
que tienes que decirle cuando sus emociones se están volviendo
demasiados salvajes, Tanner, de modo que ella pueda aprender
cuando necesita tomarlos por el maldito borde."
con el ceño fruncido, Tanner dejó caer su brazo a su lado y comenzó
a patear una roca con la punta de su bota. "He estado intentando,
pero yo soy nuevo en esto, también.
No sé cuando son lo suficiente salvajes para causar daño, y no se
cuándo están demasiado débiles como para no hacer nada"
¡Entonces, aprendan juntos, carajo!
"Rome", dije, con las manos en las caderas. De ninguna manera iba a
permitir que le hablara a Tanner así. "Me gustaría hablar contigo en
privado‖.
Él dejó de echarle mal ojo a Tanner, el tiempo suficiente para
mirarme. "¿Qué?"
el coloco la nariz para olfatear. Me dirigió una mirada, extrañamente
excitada. El hollín oscureció su rostro, dejando rayas negras por sus
mejillas. "¿Cuál es tu problema? Tú estás haciendo a todo el mundo
miserable, cuando deben estar felices por mí.
Por primera vez, he formado un montículo de tierra, el cuarto
elemento con mi mente. "O más bien, con mis celos, emoción que
convocó, la tierra a mi. Pero no mencionó este hecho porque había
que pensar en Lexis y Rome abrazados. Ey. Si yo no dejaba de
pensar de esta manera, formaría otra bola de tierra. Volví de nuevo a
la conversación. "Eso te debería haber puesto en un estado de ánimo
estelar".
Los músculos de su quijada se retorcieron, y miro lejos de mí, frunció
el seño a la distancia. ―NO ME GUSTA que Tanner tenga que poner
sus manos en ti.‖
―¿Que?‖ De todas las cosas que esperaba oír, esa no se acercaba
para nada. ¿Podría el shock matar a una persona? Creo que acabo de
experimentar una pequeña mini muerte. ―El es un chico. Un
pervertido chico, pero chico al final de cuentas.‖
―y es lo bastante mayor para que le gustes.‖
Hice rodar mis ojos, no podía detener el deleite que se extendía por
toda mi piel. Este fuerte, y sexy hombre estaba celoso. Por mí. ¡Yo!
―no es que hubiera puesto la mano en mi camisa, Tan tonto.‖ Eres
maravilloso pensé, tu. ―trata de ser lo mas agradable o intentarlo por
el momento, podría hacer que una nube negra te siguiera en estos
días.‖
Más rápido que el parpadeo de un ojo, sus brazos estaban alredor de
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mi, arrastrándome a su abrazo. ―Me sentiré mejor después que te
haya hecho MIA.‖
A pesar del fuerte calor, temblé. Lamí mi labio, incapaz de dejar de
imaginarme a esta fiera de hombre desnudándome, recorriendo así
todo mi cuerpo, impregnándome su olor, su sabor, su toque.
―Oh, Diablos. No de nuevo.‖ Tanner gimió. ―Pensé que teníamos poco
tiempo. En ninguna parte del plan para matar los chicos malos,
incluía un descanso para amarse. Ensucian mi inocencia con toda esta
mierda romántica.‖
Deposite un gentil beso de nuevo en los labios de Rome. Labios que
se volvían instantáneamente suaves y haciéndome señas para
quedarme. ―Cálmense y compórtense,‖ le dije, ignorando a Tanner.
―Tenemos calor, cansados y molestos. Si terminamos temprano la
practica y eres un buen chico, dejare que me beses otra vez..‖
Espera. No besos porno. Alto, olvídalo.
En la comisura de su boca una pequeña sonrisa, pero genuina. ―Vas
hacer mi muerte, ¿Lo sabes?‖
Dios, espero que no. Mi sonrisa desapareció, haciendo serios mis
pensamientos. En los siguientes días, el podría salir herido o muerto.
Por mí. Por alguien más. Entiendo completamente porque el y Lexis
se ofrecieron como voluntarios, para ser conejillos de indias cuando el
premio era ser invencibles. Cualquier cosa para proteger a su
compañero. ―Hare lo mejor, también. Lo prometo.‖
Ignorante del completo cambio en mi humor, el me dio un golpe en el
trasero y se volteo a Tanner. Los ojos de Rome estaban mas ligeros,
su rostro mas relajado. ―Lo siento,‖ dijo a duras penas. ―¿estas listo
para tratar otra vez?‖
―Lo que sea, compañero.‖ Tanner rodó sus hombros, sudor pintaba su
camisa sobre su piel. ―vamos a terminar esto para que pueda llenar
mi ropa interior con hielo. Tus bolas pueden estarse congelando pero
las mías se están derritiendo.‖
―A sus lugares, todo mundo,‖ Rome dijo.
―Necesitamos hacer algo diferente,‖ dije. ¿Pero que? Determinada a
logarlo, cerré mis ojos y me forcé a concentrarme. Dentro, fuera,
respire, y pude oír a Tanner haciendo lo mismo. Dentro. Fuera. El
cerró su mano sobre la mía, la palma de su mano es suave y posee
una quieta fuerza.
Como la cosa mental había funcionado, cuando necesite un cartel de
manténganse fuera, imagine nuestras manos fundidas una con la
otra. Conectándonos. Como un cerrojo.
De pronto sentí mi mente acercándose a la de el, buscando contacto.
Casi abrí mis ojos por la sorpresa. Podía sentirme tratando de romper
la puerta mental que nos separaba.
―Nos estamos uniendo,‖ Tanner dijo suavemente. ―nos estamos
uniendo. En verdad nos estamos uní…‖ mientras hablaba,
mentalmente empuje adentro el resto del camino en su mente.
Repentinamente el salto, y sentí una sacudida por todo mi brazo.
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―mierda,‖ dijo. ―algo solo…se rompió dentro de mi. Realmente puedo
sentirte. Realmente puedo sentir tus emociones.‖
―Has que llueva,‖ ordeno Rome.
Lluvia. Deje que imágenes de cosas tristes flotaran por mi mente.
Cachorritos perdidos. Indigente. Niños huérfanos. Esperaba que
pronto pudiera hacer esto instantáneamente, es decir, sacar
automáticamente la emoción sin pensarlo o forzarlo. Por ahora, esto
era lo mejor que podía hacer. Hambre mundial. La cantidad de
calorías en un Krispy Kreme.
―Mi Dios, Viper, tu nivel de tristeza acaba de subir a la proporción de
una tormenta. En verdad puedo sentir la tormenta dentro de ti.‖
Orgullo y shock llenaron la voz de Tanner.
Incluso mientras hablaba se escuchaba la tormenta. Las nubes se
abrieron y vaciaron un diluvio sobre el bosque, mojando a los tres. Mi
ropa se me pego al cuerpo. Cabello mojado rayaba mi frente y
mejillas. Gotitas de agua quedaban atrapadas en mis pestañas.
―Disminúyelo‖ dijo Tanner.
Aminóralo, aminóralo. No podía hacerlo. La tristeza estaba ahí. Fuerte
e indomable.
Entonces sentí algo, alguien, meterse dentro de mi llevarse la mayor
parte de la tristeza. No era Tanner, lo sabia. La…esencia era
diferente, mas cálida. Abrí mis ojos, y me encontré con la mirada
sorprendida de Rome.
―¿Como hiciste eso?‖ pregunte, al mismo tiempo que Tanner dijo, ―la
tormenta esta acabando.‖
La lluvia se convirtió en una gentil llovizna.
―Ahora,‖ Rome dijo con determinación. ―has que se detenga.‖
Trate de poner mi mente completamente en blanco, de permitirme no
sentir emoción alguna, pero diferentes tipos de pensamientos se
entrometían tercamente. ¿Como había Rome pasado por mi,
llevándose la tristeza de mi corazón? ¿Que estaba haciendo mi papa
en este momento? ¿Cuando iba a comer uno de esos deliciosos, pero
aumentadores de peso Krispy Kremes?
¿Pensaba Rome que yo lucia como un gato ahogado, ahora?
―De acuerdo, ¿por que esta tu nivel de vergüenza subiendo a los
cielos?‖ me pregunto Tanner. ―Por ninguna razón. Ahora cállate.‖
Pasaron varios minutos antes de que lograra vaciar mi cabeza. La
lluvia al final, acabo apareciendo en el firmamento.
―Bien.‖ La satisfacción se miraba en sus ojos, Rome cabeceo como
aprobación. ―Has que llueva de Nuevo mas rápido, esta vez.‖
Rechine mis dientes. Que fácil es para el ordenarlo. Como
consecuencia, me fue difícil concentrarme. Las emociones no deben
forzarse. Una persona deprimida tendría problemas para reír y
sonreír. La excitación de una novia al tener que disparar a matar a su
prometido. Bueno, al menos que realmente lo merece.
―Vamos, Bebe. Puedes hacerlo. Lose.‖
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―Intento, caray,‖ me molesto.
―Oh, Creo que vas a comenzar un incendio,‖ Tanner dijo secamente.
Baños de espuma y chocolate. Champaña y rosas. Respire despacio
exhalando fuerte y profundo. Tranquila, cálmate, maldita sea. Espera.
Necesito estar triste. Estar sin Rome, aunque por el momento, ese
pensamiento no me entristece mucho. ¡Esa monstruosidad de jefe!
Estar triste, estar feliz. Bla, Bla, Bla.
Porque el no viene aquí y lo hace el mismo
―¡owsh!‖ Tanner se alejo de mí abruptamente, rompiendo nuestra
conexión. ―me estas quemando, hasta la mierda. Si termino con
cicatriz, te demandare hasta el culo.‖
Parpadee al mirar mis manos. Efectivamente, la punta de mis dedos
ardía. Ira, diablos. Estuvo bien que Rome me hubiera ayudado a
librarme de ella, aunque no estoy seguro como lo había hecho antes.
Le di mis manos y el fuego se extinguió. ―Si la cicatriz,‖ le dije a
Tanner, ―las chicas te amaran o ve.‖
Su rostro se ilumino. ―¿De veras?‖
Mi mirada se enfrento con la de Rome, avellana contra azul. ―esto no
esta funcionado. Soy una persona emocional, pero no puedo forzarme
a sentirme de ciertas maneras. Diablos, No quiero estos poderes.‖
El cruzo los brazos en su pecho. ―Bueno, tienes todo lo que necesitas
para aprender a usarlos.‖
―Es muy difícil.‖
―Mientras mas practiques, mas fácil te será‖
―¡Eso no me ayuda ahora!‖
―Tenemos bastante tiempo, antes que nos vayamos. Seguiremos en
ello. Te entiendo. Te tengo confianza.‖
Su elogio casi me ablanda. Casi. ―Un par de horas mas no hará la
diferencia.
Tanner hace maravillosamente la conexión, equilibrando mis
emociones. Pero no las controlo.‖
―Soy bueno, ¿no?‖ Tanner intervino con una sonrisa.
―Deja de quejarte, Belle.‖ Rome no mostró piedad. ―Cierra los ojos he
inténtalo de nuevo.‖
¿Siempre ha sido un maestro del trabajo? ¿Esta determinado a salirse
con la suya? ―No.‖
―Tanner no se rinde,‖ Rome dijo.
Mis ojos lo miraron con desden. Oh, que bajo. No esperaba ser
comparada con alguien más. Sobre todo un niño con una boca
simpatiquísima. Cruce mis brazos en mi pecho. Vamos a ver si le
gusta el rembolso. ―quieres que lo haga, maldita sea, entonces dime
cuales son tus poderes y como hiciste para dominarlos.‖
―Belle,‖ dijo advirtiéndome.
Dándole el ultimátum y no daré marcha atrás, quiero saber.
Demonios, necesito saber. Y tenia que forzarlo a doblar la mano, Alto.
―Bien. No me digas. Nos vemos adentro de la cabina‖ Después de
soplarle un dulce beso, Me di la vuelta. Agarre a Tanner de la mano y
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nos dirigimos a la cabina.
Sorprendentemente, el chico me siguió arrastrando los pies. ―quiero
que quemes mis manos de nuevo,‖ dijo gimiendo.
―Necesito una cicatriz.‖
―Sigue así y quemo todo tu cuerpo.‖
Rome soltó un gruñido. ―Quieres saber, te lo mostrare.‖
Me congele. Pulgada a Pulgada, me di vuelta y lo enfrente. Mi corazón
golpeando fuerte contra mis costillas.
―Adentro, Tanner,‖ dijo, con sus ojos puestos en mi.
―Quiero ver, también.‖
―Ve a la casa. Ya hiciste tu trabajo aquí. Ahora yo soy el maestro.
―Voy a flirtear con ella. Ve a la casa, flirtee,‖ Rome repitió.
―Sin mi, no sabrían cuando o como flirtear.‖
―Tanner. Ve.‖
―Pero quiero ver tus superpoderes también. Mirare por la ventana,
hazlo bien‖
―Trato de ser amable, Tanner.‖
La cara de Rome estaba oscura de la rabia. Sus fosas nasales
echaban chispas, su irritación era clara en la pupila de sus ojos
azules, que se notaban negros como cuchillas. ―No es broma. No es
un juego.
Entra a la casa, o te entro a patadas.‖
Tanner salio corriendo sin decir una palabra.
Tuve que esforzarme para no seguir al chico. Tenia un nudo en la
garganta cuando Rome camino hacia mi.
Verdadero miedo crecía intensamente, haciendo el aire helado.
―Ahora voy a mostrarte mi habilidad,‖ dijo entre dientes con un tono
amenazante y calmado, ―Y vas a desear por Dios que no lo hubiera
hecho.‖
* Harriet La Espía: Trata de la espía posiblemente más joven del
planeta, Harriet de 11 años de edad, dirigida por Bronwen Hughes,
fue estrenada en 1996, la película recibió muy buenas críticas.
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Una pequeña parte de mí (en algún nivel) Ya se esperaba lo que
Rome iba hacer, y el resto de mí, se sintió como una idiota. Yo
debería haber atado cabos. ¿Cómo no me lo había imaginado?
¿Carezco de sentido común?
El hecho de que yo debería haber sabido no disminuye el impacto, sin
embargo. Mis ojos se ampliaron en estado de shock, y me fui poco a
poco con cautela. Mi estómago iba tocando fondo. "Tu estas... tu
estas"
Cambiando. El Estaba cambiando.
Su rostro se estaba alargando. Sus huesos se estaban reorganizado,
hasta que fue agacharse sobre el suelo. La ropa que llevaba se
estaba arrancado de su cuerpo, y un brillante pelaje negro brotaba de
su piel, que lo cubría en simples segundos. Sus dientes se afilaron
aun mas, y sus pupilas se convirtieron en las de un gato, en este
momento ya había
acabado
Querido Dios, El era un jaguar. UN JAGUAR!! No, el jaguar. Era el que
yo había visto en mi apartamento. El que había invadido la casa de
Lexis. El que me había protegido contra los asesinos.
El único que había casi congelado.
Si Rome simplemente me hubiera dicho de su habilidad, hubiera
podido tratado de negarlo. Es probable que lo llame mentiroso, le
podría haber dicho que dejara de estar bromeando. Pero Verlo, ver su
transformación, ofrecen la irrefutable prueba y con eso puso de
manifiesto el hecho de que había todo un mundo ahí fuera que yo no
sabia que existía hasta hace unos pocos días.
Rome me gruño, un sonido puro y feroz de animal. De peligro total.
Yo me respaldo un poco más y me alejo, llevo mi mano a
mi garganta. El nunca me ha hecho daño estando en esta forma, Pero
en esta forma… una chica no puede ser demasiado prudente.
"¡Mierda!" Tanner gritó desde la cabina. "Rome, el Chico rudo, es un
Gatito bebe. ¡Woohoo! "
El jaguar nunca apartó de mí su feroz atención. Su continua mirada,
perforaba en mí, retándome hacer algo. El esperaba que corriese, que
le reprochara. Él probablemente espera que me desmaye también,
así que No es de extrañar que él hubiera sido tan firme en mantener
esta parte de sí mismo en secreto. ¿Le teme demasiado al rechazo?
¿El cree que lo encontraría repugnante? Hombre tonto. Esto era raro,
sí, pero difícilmente es una razón asesina de relación.
He tenido peores citas y como si yo tuviera que juzgarlas.
Además, empecé los incendios-con mis ojos. Al igual que en la
habitación y el no me juzgo. Yo empecé, Bajando poco a poco…
bajando a la altura de sus ojos. "gatito, gatito. Ven con tu dulce
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Belle‖
Sus largas y negras pestañas bajaron y subieron. Luego, lentamente
él se arrastro hacia mí, cerrando la distancia entre nosotros
centímetro por centímetro animal y con la mano le acaricie la
suavidad de su piel. El Ronroneó
―Supongo que esto significa que tengo llamarte Hombre gato‖.
Él descubrió sus dientes, sobre ellos sus labios estaban temblorosos
ya que pronunció un gruñido salvaje
"¿No? ¿Qué hay de Agente la bola de pelo? "
Otro gruñido.
Tuve Mi propio tic en los labios. "deberías haberme dicho sobre esto,"
le advertí. "me hubieras salvado de un ataque al corazón y a ti de un
casi congelamiento‖.
Su gruñido había cesado, y él parpadeo nuevo. Yo empecé a rascarlo
detrás de las orejas. Tuvo Vacilaciones, el lamio mi
brazo, la calidez y la suavidad de su lengua me sorprendió.
"¿te estas dejando lamer?" dijo Tanner. "Asco".
"¡Cállate!"
Como respuesta empezó a cantar "Belle y el gatito sentados en un
árbol"
Con un rugido, Rome empezó a merodear hacia la cabina de forma
amenazadora. Comprendiendo de que sólo había sido colocado en la
carta de postres, Tanner finalmente cerró su gran bocaza...
Esto realmente explica algunas cosas", le dije tomando la quijada del
gato forzando adetenerse y a mirarme.
"Tu nunca usas jeans, probablemente porque no se van a romper
cuando te transformas. No usas ropa interior, ya sea por la misma
razón, estoy adivinando. "Me recuerda la facilidad con sus pantalones
se había desgarrado ese día, se iba desprendiendo de ellos. Hasta
aquí mi teoría de que mi fuerza sobrehumana había sido responsable.
"A veces actúas como un completo animal. Tienes este salvaje fulgor
en los ojos, como si pudieras comerte a todos con la mirada. También
está la forma en que besas-"
Otro gruñido hizo erupción de él, este a diferente a los otros.
Esperanza y deseo profundizaron su timbre. Él estiró sus patas
delanteras, luego la espalda. Mis manos se cayeron a mis lados. Sus
huesos se alargaban nuevamente en lugar de estar jorobado.
Nuevamente salio su piel, como si esto hubiera sido nada más que un
traje temporal. Se retrajeron de sus dientes, su rostro se estaba
reformando volvió a tener sus planos y ángulos
Los músculos definidos de su pecho. Su pene, oh Señor, mi santo, su
grande y duro, pene erecto... yo me obligue a darme la vuelta. Mis
mejillas se sobrecalentaron, y tuve que seguir centrándome en mi
misma. El sol parecía de alguna manera más brillante. Yo le había
visto desnudo antes, pero estaba demasiada débil para sentir los
efectos. Seguramente inicio un incendio si Lo miro ahora.
"Belle..."
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"Tu estás desnudo." Ah, que bien afirmando lo obvio. Mi especialidad.
"¿Eso es lo que tienes que decirme?" Un Choque entre la risa, la ira y
el alivio goteaba de su voz.
"¿No parpadeaste en mi forma animal..., pero mi desnudez te
intimida?"
"No es tu desnudez, exactamente," Yo tapada, estaba mirando hacia
abajo a mis pies. Pateé una piedra con la punta de mi bota.
"¿Entonces qué?"
"Bueno, tu pene". Duh. "Esta grande. Y duro."
Él ahogo en una risa. "tu necesitas acostumbrarte, bebe, ya que vas
a estar viéndolo mucho en el futuro".
Mis mejillas se calientan otro grado. "Sólo pon una correa en esa
cosa, por ahora, ¿de acuerdo?"
Una pausa. Con el crujir de la hierba. "Sólo que puedo cambiar de
forma, ¿y todo lo que importa es mi polla?. Yo no creo haber tenido
este gran impacto‖
"Bueno, creo que he mencionado lo grande que es."
Afortunadamente, mis recién nuevos superpoderes no, causaron la
explosión del mundo con la fuerza de mi sorpresa. Y la lujuria. Había
definido la lujuria aquí, se me estremece todo el cuerpo y jadeo. "No
quiero empezar un incendio."
Yo nunca había visto un hombre tan bien formado. Sus músculos y
los agitó con esa piel bronceada. Rome era el epítome de total de la
masculinidad. Su sola presencia era de poder. Rezumaba de ella.
"¿Puedes ponerte algo de ropa?"
Yo no tenía que verlo para saber que rodó sus ojos.
"No. Finalmente he logrado intimidarte. Voy a permanecer desnudo
en el resto de mi vida.
Lalalala.
Los árboles eran frondosos y verdes. El cielo, lo poco que pude ver a
través de las hojas, fue un brillante, de color azul claro. Apenas
nubes. El aroma de pino llena el aire
―Vamos a estar aquí todo el día así, o vas a dar la vuelta y hablar
conmigo? "Rome pidió cómodamente.
"Quédate así, así puedo estar todo el día. Duh. "
"Belle".
"Rome".
Crucé mis brazos sobre mi pecho. Si el hombre todavía no había
descubierto que poseía una terquedad básico, ya era hora que lo
supiera.
"Tu has visto un hombre desnudo antes, ¿no?"
Me gustó la forma en que hablo como un gruñido, como si él no podía
soportar el pensamiento de mí con otro hombre. "Sí, yo he visto." Me
pase de un pie al otro." Yo sólo no te había visto antes desnudo, al
menos, no cuando fue lo suficientemente fuerte como para hacer algo
al respecto. "
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Otra pausa. "Y eso es diferente ¿cómo?"
"Bueno, eres tu."
"¿Yo?"
Una ligera brisa estaba pasando, enfriando un poco mi piel. "Es
cierto. Tú. Tu me hace sentir cosas".
"Me alegro", dijo. Poniendo Sus manos encima de mis hombros y
apretándolos suavemente. Yo no lo había oído acercarse, pero de
repente él estaba allí. El aroma de hombre viril me envolvió.
"Yo también", dijo suavemente, "pero eso no significa que estoy
buscando otra vez. No ahora, al menos. ¿Quiero decir, si me doy la
vuelta no estaríamos hablando, ahora?"
Una tercera pausa, luego, "No, supongo que no." "Como te dije, estoy
en grave peligro de iniciar un incendio. No es una buena idea cuando
estás de pie en una zona forestal". Necesitaba cambiar de tema antes
de que me olvidé exactamente por qué no hablar sería una mala idea.
"¿Cómo terminas en un gato...? Oh mi Dios, tu realmente no tuviste
una cirugía del ojo, ¿no? tu tienes visión nocturna, porque eso hacen
los gatos".
El Presiono su pecho contra mi espalda (que gano un ligero grito de
mi) y profundizó su masaje en mi hombros. "No, no, la cirugía ocular.
Recuerda el caso de experimentos que te dije acerca de que Mi ADN
fue empalmado.
Ellos, los científicos que trabajan en la ISP, hicieron otras cosas, pero
nunca lo he comprendido del todo."
Quede con la boca abierta y no encontré las palabras correctas.
Cuando llegaron, hubo un nudo en la garganta de los que me
enfurecen la respiración. "¿Cómo podrían hacerlo? Mezcla humana y
animal, que podría haberte matado"
"Si bien me gusta que estés indignada en mi nombre, pero no debe
ser. Fui voluntario, ¿recuerdas? Quería el tipo de habilidades que me
hacen
invencible. Que puedo hacer cosas, ver las cosas, oír cosas que otros
no pueden. "
Yo jugaba con los extremos de mi pelo y cambiaba de nuevo el peso
de mis pies. El latido de mi corazón todavía no había llegado a un
ritmo normal, y su toque sólo lo hizo peor
"Y tienes razón", añadió. "Yo no uso jeans porque no se rasgan
fácilmente. La ropa, bueno, la primera vez que me he cambiado, toda
mi ropa se quedó en mi cuerpo... gato. Esto ahogo mis movimientos,
aunque yo fui capaz de arrancarlos con los dientes, excepto con la
ropa interior. Como puedes imaginar, hice un buen espectáculo. Un
puro depredador usando solo ropa interior.
De mi salió Un burbujeada sonrisa. "¿Por qué esperabas que me
disgustara el cambio?"
"Otras personas lo han estado." Sus dedos apretados por un
momento, y sabía que era porque quería tomar la conversación por
un camino diferente
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Yo de todos modos persistía. "¿Como quien?"
"Como Lexis".
Pulgada por pulgada, sus dedos descendían la longitud de mi columna
vertebral. "Ella vomitó la primera vez que vio que sucedo"
"Ella tenía probablemente un virus."
"Mal".
"Por la mañana se enfermo, entonces."
"Ella había estado bien hasta llegar a ese punto."
Estupendo. Además, hizo lo que realmente quiero ¿reevaluar la
reacción de su ex? "No soy Lexis".
"No." El paso lentamente sus labios por mi cuello, obteniendo todo
tipo de sensaciones eróticas. "no, tu no eres ella".
Había chispas de calor entre nosotros, y me volví extremadamente
sensible a sus estímulos de cada acción que hacia. He oído todos los
movimientos de su respiración es como un tambor de batalla, sentí
todos los traviesos toques de sus dedos como un alambre en llamas.
Él estaba desnudo, y yo quería tocar.
No. No, no, no. Con Tanner observando desde la cabina, yo
necesitaba
practicar el control de mis poderes mi inhabilidad para detener el
fuego
que la lujuria causaba nosotros simplemente no podríamos
permitirnos
satisfacernos uno al otro, simplemente no lo podía permitir ceder. Por
mucho que yo quiera
Bien. Hmm. "Yo tosí. ¿Qué debo hacer ahora? ¿Irme?
"¿Por qué el cambio no te molesta?" Rome pregunto. Pero de una
forma, como si temiera a la respuesta
Bueno, yo podría manejar este tema sin caer en su asalto sensual.
"No sé. Simplemente no lo hace. "
"¿Por qué?", Insistió
"He hecho un poco de cambios en mi recientemente. No quiero que
me juzguen también. Además, soy la increíble chica maravilla
"No voy a llamarte así" el interrumpió con una risa
" ¿Por qué no? tu eres el que lo pensó"
"Desde entonces he decidido que ese nombre no te queda. Tu eres la
sirena traviesa, y es todo"
Yo no pude reprimir mi sonrisa. "Bueno, eres el hombre gato, no hay
duda."
―No me llames así." Dio otra sonrisa y me presiono suavemente hacia
delante. "Ve a buscar algo de ropa y vamos a terminar tu práctica."
"¿Sin Tanner?"
"Sin Tanner".
"A él no le va a gustar eso".
Rome se encogió de hombros. "Él merece un descanso. Vamos. "me
dio una nalgada‖.
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Riendo, me forcé a alejarme de él, de su toque dulce y su aroma
dulce. Yo no me permití mirar hacia atrás cuando he entrado en la
cabina. En el momento en que la puerta se cerró detrás de mí, el aire
fresco me rodeo. Respiré profundamente
Tanner me esperaba, de pie en la puerta y saltando hacia arriba y
hacia abajo con la emoción. "¿viste eso? Él es un gato. ¡Un gato! Con
la piel y todo."
"Lo vi." Le dije.
"¿El ronroneo? Dime que ronroneó".
"No." ¿Dónde estaba la bolsa de Rome? Mi mirada paso por la
pequeña cabina
"Piensa en la diversión que podemos tener con esto". Tanner paso su
mano a través de su cabello. "Dios mío, los chistes ya están rodando
por mi mente.
"¿Cuál es la diferencia entre un gato y una rana?" No espero mi
respuesta.
"Un gato tiene nueve vidas, y una rana croa todos los días."
"Eso no es gracioso." finalmente, me espió el borde de vinilo negro mi
mirada desde el lado de la cama, y palmeando a la misma.
"¿Qué comen los gatos para el desayuno? Ratones Krispies".
Mis labios hicieron un tic. "Mejor". Vi el vinilo negro sobresaliendo y
corrí hacia el. Y Ni una sola pieza de ropa que tiene allí era de color.
Todos eran de color negro. "no hagas esos chistes frente a Rome. Es
un tipo sensible
"Sentí sus dudas, ¿recuerdas? Necesita sobreponerse y hacer bromas
es la mejor forma de ayudar a conseguirlo.
"¿Quieres ser comido?" retire una camiseta y pantalones. No me
preocupé por los zapatos. Los tenía durante el cambio, pero que no
habían sido dañados. "tu no estas lo suficientemente cerca para ver
que tan filudos son sus dientes".
"Rome no me hizo daño". Él es todo ladrido y cero mordiscos. Él es
todo ronroneo y no muerde. Maldita sea.
"Tanner rio. "Ellos simplemente siguen viniendo. Estoy imparable. Yo
soy el guasón. ¡Hey! "Sus ojos se ampliaron, y aplaudió su mano en
su muslo. "Este puede ser mi nombre de superhéroe. El guasón
sensible".
Me reí. "excepto que no lo eres".
"Yo lo soy, también. Soy sensible a los sentimientos de otras
personas‖.
"Creo que tu nuevo nombre debe ser el Increíble culo".
Él sonríe de acuerdo. "Tengo un lindo culo, ¿no?"
Dios, me encanta este chico. Y agarro la ropa de Rome y la pongo a
bajo de mi brazo. "¿Por qué no haces el almuerzo o algo así? Es hora,
¿verdad? El desayuno ya paso horas atrás. Estoy hambrienta.
El se arqueo al frente, en el que estaba perforado, y el anillo de plata
guiño en la luz " O podemos manosearnos antes que le lleves la ropa
a Rome"
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―Golpee su hombro, pero estaba teniendo un difícil momento
manteniendo una severa expresión." Como no podré freírte ¿Como un
camarón maltratado?"
"Tú te perderías sin mí, y tú lo sabes. Puedo sentir el amor. No trates
de negarlo. "
Me di la vuelta fuera de él y fui a grandes zancadas. Su risa me
siguió. Al instante, el calor me envolvió en sus pegajosas garras.
Rome estaba en el lugar exacto en que lo deje. Sus brazos estaban a
sus lados y no hizo el absolutamente ningún esfuerzo para cubrirse
Él sonreía, me reto a mirar. Finalmente yo quería hacerlo de todos
modos. Miré. Por último. Yo quería a lo largo de todos, de todos
modos. Me detuve a unos pocos pies de distancia de él y permitió que
mi mirada lo siguiera. Mi boca se hizo agua, y como me temía, mi
sangre se calienta. Era , sin duda, un espécimen de primera.
"Un día tendrás que devolver el favor", dijo apresuradamente.
¿Permanecer desnuda delante de Rome, frente a tal perfección
cuando se está lejos de ser perfecto? "No lo creo".
"Lo harás".
"Tal vez"
"Definitivamente" la longitud de su largo y duro pene reacciono con
un tic.
"Casi sin duda". Le arroje la ropa.
Él hábilmente capturo las prendas de vestir, hubo una ternura en su
expresión que no había estado allí antes. Me aplaudí a mí misma
mentalmente por notarlo. Es una hazaña, teniendo en cuenta que soy
esclava de su activo varonil.
Le di a el absolutamente nada de privacidad mientras se vestía,
empezando con los pantalones el trabajo sobre sus fuertes muslos y
caderas. Ya había visto, así que no había vuelta atrás ahora. En
realidad yo no quería volver atrás. Solo quería a este hombre. Oh,
como un hormigueo en mi piel, acalorado
―Cuando esto termine" dije, entonces me agarre a mi misma y
presione mis labios juntos. No vallas allí, Jamison. Todo el calor murió
El estaba en proceso de sacudirse su camisa por encima de su
cabeza, pero el seguía. Sus dedos con aplomo sobre su pecho, en el
dobladillo de su camisa. Su bronceado, duro como la roca de los
músculos que permanecían visibles.
"¿Qué?" el demando. " ¿Qué es lo que ibas a decir?
"Nada. Date prisa, vamos a practicar. "
Con una última vistazo, tenía la camisa en su lugar, había cubierto su
delicioso cuerpo. Sentí una punzada de pérdida. Que clase de idiota
era yo para insistir en que semejante delicioso bocado se cubriera.
Rome Cerró la distancia entre nosotros, agarró mi mano y me llevo
fuera de la vista de la cabina. Cuando se detuvo, me dio la cara y me
levanto la barbilla
con la cálida punta de sus dedos.
Nuestras miradas se encontraron. "¿Qué ibas a decir, Belle?"
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Trague fuerte. ¿Qué pasa si él no quería verme más después? El se
siente atraído por mí ahora y Sí, parecía que yo le gustaba. Mucho.
Pero él podría ser uno de esos tipos que aborrece toda mención de un
futuro. Después de Lexis... Él podría ser uno de esos tipos que se
asustan en la primera mención de la temida palabra con ―R‖.
Relación. Como si la palabra fuera sinónimo de infierno y el mal.
"Nada", le insistí. Cerré Mi mandíbula y la apreté obstinadamente.
Ya que no quieres decir nada "Entonces voy a hacer algunas
conjeturas. ¿Qué si Cuando esto acabe yo quiero dormir contigo? Sí.
¿Qué si Quiero verte de nuevo? Sí. ¿Qué si Cuando esto acabe quiero
pasar algún tiempo con mi hija? Sí. ¿Qué Cuando esto acabe quiero
embárrate en sirope de chocolate y lamerlo después? Sí". El hace una
pausa.
"¿Quizás una de esas pueda cubrir tu pregunta?"
Yo asentí, no puedo hablar por el repentino nudo en mi garganta. El
realmente quiere volver a verme. Se Deslizan círculos de felicidad a
través de mí, me hace sonreír como una chiflada.
Su Expresión se vuelve seria, sus manos se enredan en mi pelo. "Tu
me fascinas, ya te he dicho eso, ¿verdad? Que te he querido desde el
primer momento en que mis ojos se posaron en ti, y el deseo sólo ha
crecido cada vez mas."
Mi mandíbula cayó abierta en el asombro.
El lo tomo como una invitación.
Sus labios se abalanzaron sobre los míos. Su lengua inmediatamente
entro en contacto con mi lengua, y me consumió el sabor adictivo que
tiene de hombre salvaje, soltó mi pelo, se poso ahuecando mi barbilla
en sus manos e inclino la cabeza para hacer mas profundo el contacto
conmigo
Yo gemí de éxtasis. Mis manos bajaban como cascadas por su pecho,
como quería que el infierno la hiciera desaparecer. La quería
desaparecer. Quería piel sobre piel. HOMBRE SOBRE MUJER
Yo quería que el animal se desatara en él.
Pero maldita sea por todos los infiernos, yo ya estaba de nuevo
sintiendo la calefacción, y las consecuencias podrían ser mortales.
Puse distancia sus labios, jadeo, "No deberíamos. Podría provocar un
incendio."
"Pásame tus emociones". Una oscura excitación marcaba sus rasgos
tensos y Su voz salió en un meloso ronroneo.
"Pasa tu pasión y fuego para mí." Mis dientes se hundieron en mi
labio inferior. "¿Qué pasa si sales herido? Tanner no está aquí para
decirme cuando es demasiado o cuando parar".
"Dámelo".
Rome volvió su boca contra la mía. Yo no podía resistir. la lamí, la
succione y la mordía, poco a poco él me arrastró hasta el, me
levanto, y envolvió mis piernas alrededor de su cintura. La dura
erección entre sus piernas se presionaba en mí, de alguna manera
más grande, de alguna manera más caliente. Me lanzaba al placer
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donde más lo necesitaba. Yo temblaba; ardía Traté de mantener el
fuego dentro de mí. Mi sangre hervía, mi piel se pinchaba al rojo vivo.
Si no hubiera sido cuidadosa, el encolerizado infierno dentro de mi
hubiera reventado libre, consumiendo el bosque. Consumiendo a
Rome. Yo no quería herir a Rome. Yo no quería asustarlo, hacerlo
decidir que no me volvería a besar o me tocar otra vez.
"Nunca he estado tan desesperado por una mujer en mi vida. Dame
tu fuego, Belle. Yo lo voy a controlar".
"¿Cómo puedes estar seguro?"
A través de nuestra ropa, el froto su pene contra mi clítoris. Esa
Fricción hace Arder en mi el Deseo. Un Placer absoluto. Su aliento
embriaga todas mis sensaciones. Un beso profundo y sucio nadaba en
mi lengua apasionadamente. "Dámelo". Dijo
―No." No podía dejar de moverse. Arqueo mi espalda en su contra, la
acción es absolutamente necesaria para mi paz mental, esto es
peligroso... El fuego dentro de mí crece cada vez más caliente,
amenazando con devorar todo. , intentando, intentando, intentando
arduamente para mantenerla dentro de
mí.
"Dámelo". Mordió.
"No" mordisque. "¿Qué pasa si estás equivocado? ¿Qué pasa si no
puedes controlar esto? "
"Déjame intentarlo. Dámelo, haré que te vengas", prometió. Él me
llevó hasta la corteza de un frío árbol que presionaba contra mi
espalda. Su erección se deslizó hacia arriba y hacia abajo, y la tela de
mis vaqueros se suma a la deliciosa fricción.
"Rome..." Su nombre fue arrancado de mi garganta, en un sonido
ronco y necesitado. Una plegaria
"Yo estaba viéndote antes, cuando tu hiciste llover, te veías tan
triste, mi pecho realmente se apretó. Quería desesperadamente
tomar tu tristeza y llevarla lejos. Confía en mí en esto. Déjame
intentarlo." Él se acerco a mí, golpeándome cerrando la distancia
nuevamente entre nosotros. "Creo que puedo hacerlo de nuevo".
Ya lo había hecho antes, y tenía razón: podría hacerlo de nuevo. Poco
a poco, me permití a mí misma relajar mi guardia. El calor y las
llamas que había intentado controlar de manera diligente era como si
de mí se habían abierto las puertas. Y se trasladaron hacia Rome sin
embargo, en lugar de quemarlo solo arranco de el un gemido., el
absorbió las llamas
Si yo no hubiera estado tan distraída por su seducción, hubiera
saltado por como estaban las cosas solo pude apretar mas mi
agarre., su lengua se trasladó frenéticamente contra la mía. Sus
caderas se arquearon deliberadamente. Mi cabeza cayó. Yo
simplemente no tenia la fuerza para sostenerlo hasta que él mordió
mi cuello, mordisqueando la piel luego lamiendo en donde había
dolor.
"¿Ves?", Dijo, su voz era ronca como la mía. El soportaba la tensión
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sexual, pero se estaba despertando tensión. Había Despertado una
lata de placer y dolor. "Lo hicimos. Me esperaba que pudiera filtrar las
llamas, tener el más violento del calor, y funcionó‖
"No lo entiendo cómo eres capaz de hacer eso", yo gemí cuando el
me apretó a el y empezó a acariciarme la espalda. El Tiempo se
deslizó fuera de la realidad. Aquí, ahora, tenía a Rome y tuve placer y
no había iniciado ningún incendio. Nada más importaba.
"Si no hubiera aprendido a enjaular al animal dentro de mi, se me
hubiera adelantado. Yo solo seria un animal. Pensé, esperanzado, que
podía enjaular tu fuego, así que lo hice. Un día lo harás por tu cuenta,
pero hasta entonces..."
Yo le bese de nuevo. Nuestros dientes se rozan juntos mientras
nuestros cuerpos se estiraban y se arqueaban. Él palmeo mi seno,
apretando el pezón.
"Hablando de eso un día, vamos a hacer esto desnudos," el dice
"Sí".
"En la cama".
"Sí".
"Un día serás mía."
Su mano descendió por mi pantalón después no, no hay bragas,
porque esto proporciona placer, es travieso, el ladrón había ocultado
dentro de mi mojado corazón. El contacto instantáneo donde mas lo
necesito mas sus dedos se enteraron profundamente."Si".
Salte por el dulce borde y grite, estrellas brillaron detrás de mis ojos
mi cuerpo entero se tenso y se relajo con espasmos mientras el
intenso placer me llenaba. Me sostuve de Rome temerosa de que si lo
dejaba ir volaría por los cielos.
Imágenes estaban corrieron por mi mente. Imágenes
de Rome desnudo y dentro de mí, su miembro remplazado por sus
dedos mientras el me tomaba por detrás para luego tomarme en cada
posición posible. Imágenes de...
"Viper" una voz familiar llamó. "¿Qué sucede? ¿Estás bien? Espera un
minuto, ya voy en camino. Será mejor que la hayas lastimado Rome,
o habrá un infierno que pagar.
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MIENTRAS COMBATÍA Muchos deseos (a saber, matar a Tanner,
Desnudar a Rome gritar, pedir más de su cariño) Roma tiró sus dedos
de mí, luego se alejo completamente. Su expresión era tensa ya no
de un modo bueno — y dolió cuando él reajustó sus pantalones.
Temblando, corregí mi ropa, incapaz de mantener un aliento estable.
"¿Terminé, pero que hay contigo?‖ Yo susurre. Mi mirada fija
chasqueó a su protuberancia aumentada. ―Tu estas —‖
―Bien. Estoy bien. Nada que no podamos encargarnos más tarde.‖
Pero su mirada fija tardó en mis pezones endurecidos, siguiendo al
centro de mis muslos, acariciándome. Un destello caliente, un
pensamiento apareció en sus ojos. Entonces él hizo algo inesperado y
totalmente erótico. Él lamió sus dedos — los dedos que habían estado
dentro de mí.
Sus párpados se cerraron en la rendición. Casi me vine otra vez, la
acción despertaba. Casi malo.
Definitivamente travieso.
Tanner corrió alrededor. ―¿Belle?‖
―Estoy bien,‖ dije, mis mejillas enrojecidas. ―Nada está mal.‖
Él se frena, y me estudia, estudia la espalda de Rome. ‖Ah. Ah.
Ustedes estaban teniendo Sexo. Asqueroso. Solamente asqueroso.
Sexo de gatos. Vuelvo dentro. Traten de mantener sus mentes en el
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objetivo, usted dos. ¡Santo Dios!, soy yo ¿el único aquí con una ética
de trabajo? ‖Él golpeó su talón y marchó atrás a la cabina.
Rome me miró, y nosotros nos echamos a reír. ―Aquel niño,‖ dijo él.
―Lo sé.‖
―Ahora que sé sabes, podemos volver a trabajar.‖ Él giró lejos de mí,
sus hombros tiesos. Fue sólo entonces, con la distancia entre
nosotros, que me di cuenta de lo que acababa de pasar. Yo lo
estudiaba, buscando señales de daño. No había ninguna señal roja,
ninguna ampolla. Esto había funcionado.
¡Oh por Dios! Realmente había funcionado. Rome realmente había
tomado mi fuego en él y completamente lo había domado.
Él le había impedido rabiar, le había impedido hacer daño a algo — o
alguien.
Podríamos estar juntos.
Podríamos hacer el amor lento, lánguido. Podríamos disfrutar con
fuerza, sexo rápido, sexy. Todos sin el miedo de las consecuencias.
Sólo el pensamiento era bastante para despertar de nuevo mi deseo.
Pronto yo le tendría dentro de mí.
Completamente.
Un temblor de placer fue en punto muerto a mi espina cuando me
preparé para nuestra siguiente sesión de práctica. Yo empezaría a
comenzar un fuego, sólo que no la clase que quería. Todavía no.
Sin pararnos para un break de almuerzo, gastamos las dos horas
siguientes creando llamas, lluvia, nieve y tornados. Realmente hice
un trabajo bueno. Rome estuvo de pie a una distancia, filtrando mis
emociones. Sin Tanner, él no sabía cuanto filtrar, pero no era en eso
por lo que el tenía que seguir trabajando. Él tenía que practicar la
filtración.
Con cada distracción, tenía que volver a comenzar, pero en general,
avancé. Esperamos que en unas cuentas semanas más
(probablemente meses) yo sería capaz de crear los resultados
deseados al instante, hasta con distracciones alrededor. Incluso
cuando Rome se despertada.
Lo que me asustó, sin embargo, era que cuando mejoré comencé a
disfrutar de mis capacidades. El manejo y el control de tal poder era
embriagador. Intoxicante, como una medicina adictiva. Una prisa de
adrenalina salvaje. Yo comenzaba a imaginar las cosas que yo podría
hacer una vez que realmente dominara esos poderes. Si alguien me
enojaba, yo podría quemar su pelo. Si alguien me amenazara, yo
podría congelar su casa. Quién no disfrutaría causando ¿aquella clase
de venganza?
Quiero decir, hace unas semanas, yo había tomado a préstamo el
coche de Sherridan para una entrevista de trabajo. Diez minutos en
mi paseo, yo había sido detenida por el más egoísta, poli ―estoy
encima de la ley‖ alguna vez permitido en la fuerza. Oficial en Parton
era su nombre. Como si yo fuera olvidarlo alguna vez.
Yo no había ido en coche en un tiempo (largo) largo, entonces por
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supuesto mi licencia había expirado. ¿Entonces? Él me detuvo.
Sí, el estúpido me esposo y me llevó a la estación como si yo fuera
una dura criminal. Él me fichó y todo. (Tal vez mi comentario sobre
sus masculinos pechos de Dolly lo llevó al borde. (¿Quién sabe?)
Entonces sí, ahora tengo un registro. Todo porque un tonto quiso
probar que podía intimidar mujeres. Estoy ¿Enojada? Por supuesto
que sí. Si yo hubiera tenido estos poderes entonces yo podría haber
ahogado a aquel bastardo miserable en una granizada, podría haber
congelado sus pelotas en su muslo, podría haberle girado en un
tornado violento.
Nota personal: buscar al Oficial Parton cuando vuelva a la ciudad.
"¿En qué demonios estás pensando?‖ Roma dijo.
Parpadeé y afecté a mi cabeza, dispersando los pensamientos oscuros
de la esquina trasera de mi mente. Sin embargo, esto dejó de
extinguir la pequeña leña de fuego en mis pies. Pisé fuerte en los
rescoldos. Plumas negras rizando hacia arriba y se deslizó alrededor
de mí. Tosí, sólo luego me di cuenta lo que yo había estado haciendo.
Planificando dañar a alguien. El oficial se lo merecía, seguro, pero
esto no me daba el derecho.
Maldito. Esto era lo que Rome había temido que me pasara. Que yo
creciera para amar mis poderes y ser incapaz de dejarlos. ¿No era
esto lo qué él había dicho? La gente mata por el poder. La gente lo
ansía, y se vuelve un monstruo por ello.
Yo había querido dejar mis poderes cuando ellos eran incontrolables,
pero ahora que yo estaba comenzando a ver exactamente lo que yo
podría hacer — y sería capaz de hacer — yo no estaba segura que
realmente quisiera volver a ser normal. El oficial Parton había estado
claramente enamorado de su propio poder. Iba yo a ser así ¿como él?
Suspiré y mis hombros cayeron.
"¿Estás bien?‖ Rome preguntó. Él anduvo a zancadas a mi lado y
envolvió
sus brazos alrededor de mi cintura. Él descansó su barbilla encima de
mi
cabeza. ―Fue un suspiro bastante pesado.‖
"¿Oye, ustedes van a comenzar a besarse otra vez?‖ Tanner llamó de
la
ventana de la cabaña. Él fingió tener náuseas. Él había estado
mirándonos el
tiempo entero, tirando trozos de consejos innecesarios y dando
órdenes como
―intenta hacer una escultura de hielo desnuda.‖
"¿Hiciste alguna vez el almuerzo?‖ Repliqué. ¿O es hora de comer
ahora? De
cualquier manera, ¡moría de hambre!
―No cocino.‖
Exasperada, lancé mis brazos. "¿Entonces cómo comes?‖
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―Para llevar.‖ Tanner se encogió de hombros. "Criadas".
"¿Criadas?‖ Esperé que él se riera, pero él no hizo. Él estaba
totalmente
serio. Genial. Yo había invitado a Richie Richerson para afiliarse a la
Escuadrilla del Destino. Espera. No importa. Ese no es un nombre
cool para
nosotros. ―Sólo haz bocadillos o algo. Nos uniremos en un minuto.
‖Espera. Mi
estómago retumbó.
―Bien.‖ Frunciendo el ceño, Tanner pisó fuerte lejos de la ventana. Oí
que él
refunfuñaba, ―Soy sólo el empático y entonces consigo el peor
trabajo.‖
Rome maniobró detrás de mí para bloquearme de la vista, envolvió
sus brazos
alrededor de mi cintura y dijo, ―Nunca me contestaste. ¿Qué te trajo
aquel suspiro?‖
―Yo sólo pensaba.‖ Una brisa leve pasó llevada por el aire entre
nosotros,
refrescando mi piel aljofarada por el sudor. Su cuerpo chisporroteó
contra el
mío, eclipsando la frescura, pero ningún camino en el infierno yo le
pediría
moverse. Me gustaba donde él estaba.
"¿Sobre?‖
―Poderes.‖ Hice una pausa, considerando mis siguientes palabras con
cuidado.
―Si pudieras dejar de ser un gato —‖
―Jaguar.‖
―Jaguar. Independientemente de eso.‖ ¡Santo Dios!. ¿Como había
una diferencia?
¿"Si pudieras dejar aquella habilidad, lo harías?‖
Él no ofreció ninguna vacilación. ―En un latido del corazón.‖
"¿Incluso aunque puedas entrar en sitios que la gente normal no
puede?
¿Incluso aunque te ofrecieras para el empalme de ADN? Incluso
aunque puedas —‖
―Incluso aunque,‖ interpuso él firmemente. ―Independientemente de
las ventajas,
hay mucho más desventajas. Como el hecho de que Vincent amaría
reclutarme para OASS por cualquier medio necesario, que pone mi
familia en peligro.‖
De Alguna manera yo había sabido que él diría esto.
―No digo que odio todo lo que puedo hacer.‖ Sus manos rasparon
abajo mis
brazos, y ahuecaron mis pechos. Al hombre obviamente le gustaba
tocarme. ―No digo esto en absoluto.‖
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"¿Entonces qué dices?‖ Pregunté jadeantemente. Sus manos eran
grandes y
callosas, y sentí la abrasión por mi camisa de algodón, sintiendo una
impresión
fantasma que marcó mi misma alma.
Yo había tenido a otros novios; yo siempre había disfrutado del sexo.
Pero algo
era diferente con Rome. Su más leve toque me excitó como nada
más alguna vez.
―Digo que el bien no pesa más que el mal. Sí, soy capaz de ver más
claramente en la oscuridad. Sí, yo puede oler cosas que yo no podía
oler antes. ‖Él hizo una pausa, el silencio cargado de la intención
pecadora. ―Sí, sé cuando una mujer está a punto de llegar, antes de
que lo haga.‖
"¿Cómo?‖ Chillé, de repente avergonzado. El calor se extendió y se
bifurcó
de mis mejillas. Yo había sido despertada por él tantas veces que yo
había
perdido a la cuenta.
―Puedo oler tu deseo.‖
"¿Y eso… que parte es?‖
―Buena.‖ Su voz bajó a un susurro rico en el vino, un susurro que
magreó mis
mejillas todavía calientes. ―Muy, muy bueno.‖
Infierno santo, este hombre sabía seducir. Mis rodillas se debilitaban
en un
paso rápido. Esto no importó que la cabina fuera detrás de nosotros y
Tanner
podría mirar de la ventana. No importó que nosotros estuviéramos
fuera. Nada
importó, pero sí Rome.
―Amo todas aquellas capacidades.‖ Él pellizcó mis pezones, y me
arqueé hacia
atrás. ―Puedo encontrar lo imposible de encontrar. Acechar lo
inaceptable.‖
"¿Pero…?‖
―Pero estas capacidades no me han ayudado a hacer lo que me
importa más. Ellas no han dado a mi hija una vida normal. No, ellos
han traído el mal del mundo a su puerta. A causa de esto, nunca
puedo dejar caer mi guardia. Nunca puedo totalmente confiar. La
gente quiere examinar mí, la gente mala, justo como ellos quieren
examinarte a ti. Ellos quieren probar de mí, experimentar en mí, y
ellos no se preocupan que doloroso sea. Ellos quieren hacer más bien
mí. Más bien usted. Más bien de Sunny. No puedo guardarla del radar
de Vincent para siempre. Si el bastardo alguna vez trata de
experimentar con ella…‖ Lo último fue dicho en un gruñido.
Temblé cuando él se deslizó sus malas manos abajo mi estómago
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otra vez, esta vez agarrando el dobladillo de mi camisa y permitiendo
a sus yemas del dedo tocar la piel expuesta.
"¿Confías en mí?‖ Pregunté jadeantemente.
―Sorprendentemente, sí.‖ Él mordía el lóbulo de mi oído, luego me
lamió.
―Rome.‖ Gemí en la necesidad. Mi cabeza se cayó en su hombro.
Quise que él
lamiera mi cuello. Morderlo.
Algo. Algo. Excepto…
Él me liberó con un gruñido bajo, gutural. ―Vamos.‖ Él eliminó un
aliento que
se estremece. ―No puedo tomarte del modo que quiero ahora mismo,
y el no poder poseerte es una tortura. Vamos a dentro y a comer.‖
Él anduvo a zancadas lejos de mí sin otra palabra.
Lugar feliz, lugar feliz. ―Estaré allí en un minuto,‖ llamé. ―Necesito un
tiempo sola para someterme a descompresión.‖
Él saludó con la cabeza, pero no miró hacia atrás.
Incluso aunque yo estuviera muerta de hambre, necesité el tiempo
para calmar la carrera de mi sangre. Yo jadeaba (un poco) y dolía
(mucho). No pensé que yo encontraría la satisfacción completa hasta
que aquel hombre me penetrara. Ahora mismo no tenía miedo de
comenzar un fuego o algo así. Era sólo, tenía miedo de darle a Rome
más de lo que sabía. Raíces del amor habían brotado ya, pero darle
más de mi corazón era completamente idiota.
Hice ruido en la hierba, que era la humedad de las lluvias torrenciales
que yo
había producido. La humedad se filtró por mis vaqueros, pero no me
preocupé.
Cada minuto gasté en la presencia de Rome, me caí un poco más
profundo bajo su hechizo erótico. Él era animal (obviamente),
adictivo, encantador cuando él quería serlo, atractivo sin sentido, y
protector.
¿Quién podría resistirse a eso?
No yo, pensé con una pequeña punzada de desánimo.
Yo ahora entendía porque Lexie se había alejado de él. Por amarlo,
pero sin
tener su amor… ¿había alguna mayor tortura? No, probablemente no.
Cuando una mujer lo mira, ella quiso todo su foco para estar con ella,
toda su fuerza bajo sus manos, toda su pasión dirigida a ella. Ella
simplemente lo quería para
hacerlo suyo.
Él le tiró en su esencia, y uno fue indefenso para resistir.
Yo estaba en el peligro serio de caerme completamente, "estoy en la
mierda
profunda" enamorada de él, perdidamente en él, y yo lo sabía. Estaba
demasiado excitada por él, demasiado consciente de cada toque.
Arranqué varios hilos de hierba. Yo no iba a alejarme de él — era
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demasiado tarde para eso, y yo era bastante honesta conmigo misma
para admitirlo. Pero yo tenía que erigir mejores barreras contra él.
¿Cómo hacía una muchacha esto, entonces?
Si esto implicara rechazar el toque de Rome y no desnudarse,
entonces no, yo no podía hacerlo. Yo tenía que saber las ganas de
hacer el amor con este hombre.
Yo siempre había tenido una vida de fantasía fuerte. Esta vez, sin
embargo, yo
lo lleve a la verdadera vida. Después del modo en que yo había
explotado para
él, yo sabía que todo lo demás que yo iba alguna vez a experimentar
palidecería en comparación con Rome.
Él me había dado un orgasmo mientras estábamos vestidos, por Dios,
ni una sola parte de la ropa fuera. La primera vez para mí.
―Belle,‖ él de repente llamó, rompiendo mis pensamientos. Su
profundo, al raso
tono me hizo temblar con el recuerdo. "¿Estás bien ahí?‖
―Sí.‖ Empujé a mis pies. ―Estoy entrando.‖
―Lexie telefoneó. Ella está con tu papá y él está genial. Él hasta trató
de
golpearla.‖
Era mi papá, pensé cuando el alivio me inundó. Yo no había dado
cuenta cuan
profundamente preocupada estaba hasta ese momento. Lamenté que
yo no pudiera haber hablado con él, pero era bastante por el
momento que mi papá estaba vivo y bien, sin tipos malos que están
al acecho alrededor de él.
―Eh, los uh…sándwiches están listos,‖ Rome añadió.
De la vacilación de su voz, sospeché que Tanner había hecho algo a
la comida.
Debería ser algo bueno, por dios. Los ruidos de mi estómago eran
ensordecedores. Anduve con dificultad los pasos de pórtico y por
delante de la
puerta principal. El aire magreó mi piel desnuda y refrescó la carne
húmeda
bajo mi ropa.
La escena acogedora que me saludó me tenía parpadeando en la
sorpresa. Tanto Rome como Tanner sentados a la mesa, sus codos
apoyados en la superficie. Un plato de bocadillos descansó delante de
ellos. Ninguno comía.
Como señores, ellos me esperaban.
Rome no me miró. Él irradió una excitación suprema que él no podía
lograr
completamente esconder.
Tanner sonrió abiertamente terriblemente cuando él me descubrió.
―Preparé una comida, justo como me dijiste.‖
Mi boca hacía agua, hice plaf en la silla al lado de Rome y miré
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fijamente a la
comida. Mi mandíbula se cayó. Seguro, que Tanner había preparado
la comida. Los bocadillos, justo como Rome habían dicho. Excepto
que estos bocadillos fueron cortados en globos redondos y cada uno
estaba cubierto con una aceituna.
―Se ven malditamente bien,‖ Rome dijo.
―Sí,‖ dije, ―pero ellos también se ven como —‖
―Lo sé.‖ La sonrisa de Tanner se ensanchó. ¿"Estaba inspirado, qué
puedo
decir? Pediste la comida y yo la entregué.‖
―Tú eres un punk,‖ contesté, pero yo, también, sonreía abiertamente.
Sus cejas negras se menearon de arriba abajo, momentáneamente
escondiéndose bajo su pelo. La plata de sus pearcings guiñó.
―Ahora puedes decirle a cada uno que has probado el grado A de los
pechos.‖
Rome resopló, pero él se inclinó hacia mí y susurró, ―Ya los tengo.‖
¿Grado A? Ah. Más bien A-taza. De todos modos, temblé en la
intensidad de sus palabras.
En vez de permiso yo mismo para brincar él cuando parecía que yo
siempre
quería, alcancé un bocadillo. Rome y Tanner alcanzaron por su parte
al mismo
tiempo. Los muchachos tenían suerte ellos no retiraron tocones
sangrientos, yo
estaba muy hambrienta.
Por lo visto, más usaba mis poderes, más hambriento me volvía. Con
mi primera mordedura, casi morí y fui a las puertas nacaradas.
Turquía y suizo. Mmm. Comí tres pares de sándwiches.
―De este modo, Rome,‖ Tanner dijo, después de tragar un poco de
leche. ¿"Cómo hiciste para tener a Belle en la cama tan pronto?‖
Me ahogué con la aceituna que tenía en la boca.
Rome luchó contra una sonrisa y me dio un golpe en la espalda.
¿"Quiero decir, ustedes se han conocido el al otro, qué? ¿Sólo unos
días? Y ya estan siendo como conejos. Lamento que no se pudieran
haber visto. Ella gemía, tu gemías. Pornografía en vivo, seguro.‖
En el momento en que yo pude respirar grite, ―¿Me estás llamando
fácil?‖
―Cierre su agujero de tarta, Víper. ¿No estoy insultandote, bien?
Rome obviamente tiene algunas habilidades y necesitaba saber sobre
eso, y ya que no me has dado exactamente ninguna punta sobre
aquello…‖
Fruncí el ceño a él. ―Ello funciona cuando lo haces bien.‖
"¿Ah, realmente?‖ Él se inclinó atrás en su silla y dobló sus brazos en
su pecho, el cuadro de incredulidad.
―Le dije a Lexie que ella tenía el pelo bonito y tu no la has visto
desnudarse y tirarse en la cama conmigo, ¿o sí?‖
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―Tienes que intentarlo con alguien de tu edad, idiota.‖
Rome cerró de golpe su palma contra la superficie de mesa. Los
platos empujaron y sonaron. ―¿Le estás enseñando como engañar
mujeres para llevarlas a la cama?‖
¿Qué era esto, la hora de Belle? ―No engañar. Exactamente.‖ Cambié
incómodamente en mi asiento. "Seducir".
¿"Hay alguna diferencia?‖ Él estudió a Tanner, dejándome del gancho
durante un minuto. ―No deberías dormir con una mujer a menos que
te preocupes por ella.‖
―Eso es fácil para ti,‖ Tanner se quejó. ―Tu consigues algunas.‖
―No realmente.‖ Esta vez, Rome era el que se quejaba. Sus ojos se
oscurecieron con la necesidad salvaje.
Mis finales de nervio reaccionaron a aquella necesidad, saltando a la
atención inmediata. Otra vez. Por qué no podría yo tener ¿hombres
civilizados en mi vida? En cambio tenía que aguantar a un
adolescente cachondo decidido a clavar algún botín y al adulto
cachondo determinado a clavar MI botín.
No importa cuanto me gustaba eso.
Y no importa que planeara ofrecer mi botín libremente y con
impaciencia.
Sólo acuérdate de guardar su corazón, mi mente dijo.
"¿Bien?‖ Tanner golpeó su cristal vacío en la mesa. ¿"Vas a compartir
tu maestría o no?‖
―No,‖ Rome dijo sucintamente. ―Tenemos cosas más importantes que
hacer que la conversación sobre la carencia de sexo en tu vida.‖
―Oye, ahora. No hay nada más importante que mi vida sexual.‖ El
niño se enderezó, firme y ofendido. ―Todo lo que hacemos es comer.
No hay nada mal si tenemos una conversación erótica durante una
comida. Sobre todo cuando comemos bocadillos de pechos.‖
Ningún modo de refutar esto.
Inquieto, Rome apartó su plato. ―Bien. Hablare sobre el sexo y
"como‖ yo conseguí a Belle para mí, pero lo haré más tarde. Ahora
mismo tengo que hablar sobre esta noche. Alguna vez, ¿alguno
invadió la casa de alguien?‖
―No.‖ Yo.
―No.‖ Tanner. Aunque su admisión viniera más de mala gana, como si
no le gustaba revelar que él no era criminal.
―Pensé que no.‖ Rome echó un vistazo al cielo. ¿Por una guía? ―Por lo
general el mejor momento de entrar es durante el día. La gente está
en el trabajo y es menos probable que estén en casa, y si estás bien
vestido, la gente de la casa no lo notará. Pero Belle estaba enferma y
yo tenía que ver cuánto ella podría manejar, entonces yo lo pospuse
para —‖
"¿Bien vestido, cómo?‖ Interrumpí. ¿Había ingresado la gente en mi
casa de aquella forma?
Él hizo reventar una aceituna en su boca y se encogió de hombros.
―Reparador. Repartidor. No hace el asunto, sin embargo, porque
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entramos por la noche. Esta noche, para ser exacto, y es una historia
diferente entera.
La casa del doctor Roberts está, estoy seguro, siendo mirada por los
hombres de Vincent. Y Belle es una mujer buscada,‖ él continuó,
―entonces no tenemos el lujo de poder ocultarnos.‖
Una mujer querida. Me gustaba esto. Bien, cuando esto pertenecía a
Rome. No a Vincent. ―¿Qué es exactamente lo que buscamos?‖ El
antídoto, por favor di el antídoto. ―Sabemos que el buen doctor no
está a casa, y nos arriesgamos mucho por ir allí.‖
―Papeles, libros, algo que nos dará la información sobre donde el
doctor Roberts se esconde y si él tiene un antídoto.‖
¡Excelente! "¿No habría encontrado ya Vincent aquellas cosas?‖
―No necesariamente.‖
¿Bien, qué quiso decir Rome con eso? Estuve a punto de preguntarle
cuando Tanner dijo ―Si la casa es observada, ¿cómo Heezie vamos a
entrar? Tu mencionaste romper y entrar, pero no podemos hacer eso,
si cada movimiento es observado.‖
Confusa, afecté a mi cabeza. "¿Heezie?‖
―Tú sabes. Infiernos. ¿No escuchaste alguna vez a Snoop Dogg?‖
¿Snoop Dogg? ¿Querido Señor, otro superhéroe? ―Si heezie significa
infierno, entonces ¿por qué heezie no dices sólo infiernos? ¡Santo
Dios!.‖
―No suena cool,‖ dijo él con un puchero.
Rome cubrió su boca con su mano para impedir reírse. O
posiblemente impedir estrangularnos.
"¿Quieren oír mi plan o no?‖
―Sí, por favor.‖ Yo.
―Totalmente.‖ Tanner.
―Bien. Aquí está lo que vamos a hacer.‖ Rome se lanzó a un discurso
digno de cualquier comandante de ejército.
Escuché, poniéndome pálida. Dios nos ayude. Más hablaba, más
sonaba como que él quisiera que nosotros muriéramos.
Realmente pienso que ese es el Plan B.
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¡Esa noche, después de que me había cambiado y puesto ropa limpia
con bragas y un sujetador!. Manejamos en silencio por una hora a la
casa del Doctor Roberts. Yo estaba demasiado nerviosa para hablar.
Los hombres, bueno… pienso que Rome estaba en su zona. Matar o
ser asesinado, es decir, pensando en las posibilidades y
probabilidades, preparándose mentalmente para hacer lo necesario y
obtener los resultados deseados. Tanner estaba pálido y parecía listo
a desmayarse en cualquier momento. Curiosamente, también
exudaba un palpable entusiasmo, como si le pudiera decir a sus
amigos denme cinco mientras se jactaba con las Chicas.
―Agáchense‖, dijo Rome.
Tanner y yo no dudamos, nos agachamos. Los dos estábamos en el
asiento trasero, Tanner puso la cara contra el asiento y yo cubrí su
cuerpo con el mío. Mi corazón latía demasiado rápido.
―¿Qué está pasando?‖ susurre, entonces mentalmente me castigue.
Yo no tenía que estar tranquila todavía.
Nuestro coche empezó a ir más despacio, giro con cuidado y de golpe
acelero. ―Voy a estacionar varios bloques más lejos del condominio
del Doctor. Entraremos caminando‖.
Genial. Caminar. Ejercicio. Realizando una de mis metas. Mis cosas
favoritas. Quizás debería colgarme un letrero de neón alrededor del
cuello que diga Disparen Aquí.
―¿Por qué nos estamos escondiendo?‖, susurro Tanner.
―Agentes de Vincent patrullan el área‖, dijo Rome.
―¿Qué diablos?‖, note que Tanner, estaba demasiado nervioso para
decir ―Sheezie‖. Hice todo lo posible por consolarlo dándole un
apretón a su brazo como diciendo estoy aquí para ti. Solamente recé
para que él no se diera cuenta de lo nerviosa que estaba.
―Tú no mencionaste esto en el plan‖, continuo él. ―Tu dijiste que ellos
estarían vigilando la casa, no todo el maldito estado de Georgia‖.
―Mencione el hecho de que te podrían disparar o acuchillar, ¿y esto es
de lo que te quejas?‖. Rome respiro pesadamente y a través del
espacio entre los asientos ví como tenia una mano en el volante y la
otra la deslizaba alrededor del mango de la pistola que estaba en el
asiento del copiloto.
Aquella arma era la razón por la que había sido relegada al asiento
trasero. Él quería estar listo y él no me quería cerca. Tú
accidentalmente podrías dispararme, había dicho. Y yo le respondí,
pensé que querías que te clavara. Él se había callado después de eso.
Después de unos segundos ¿o fueron minutos?, antes de que él
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estacionara el carro en una esquina sombreada. ―ví cuatro agentes en
cuatro carros diferentes, y ellos estaban vigilando esta parte‖. Él
metió el arma en la pistolera que traía en el tobillo y la cubrió con sus
pantalones. Sabía que él tenia cuchillos (y otros armas) atadas en
varias partes de su cuerpo, también.
―Estaciónate en otro lugar‖, dije. Por favor.
―Cada tienda, casa y edificio van a estar vigilados. El doctor Roberts
se escapo. Nosotros escapamos. Y ellos están decidimos a
encontrarnos. Este lugar es seguro como cualquier otro‖. Rome paro,
apagó el coche y quito las llaves. ―Esto es lo que vamos hacer. Voy a
ir a la tienda y crearé una distracción, eso hará que los agentes
vengan a mí y, bueno, lo puedes adivinar. Cuando acabe con eso,
ustedes pueden salir, y quedarse en las sombras, y encontrarme
detrás del basurero que está en la zona oeste.‖
Trague saliva. ―Yo podría tratar de iniciar un incendio en alguna parte
en la distancia‖.
Antes de que acabara de decir la última palabra, él negaba con la
cabeza. ―Demasiado arriesgado. Primero, no sabemos si hay personas
inocentes en la zona, y segundo, es posible que accidentalmente
inicies un incendio en el carro, y necesitamos un vehículo para
escapar. Crearé la distracción.‖
―¿Con qué?‖.
Él acaricio el bolsillo de su pantalón. ―Ya lo veras‖.
Sentí frustración. ―¿Cómo se supone que voy a desarrollar mis
poderes para ayudarte con Sunny si siempre haces que me oculte?‖.
―Te dije que ya no estaba seguro de cómo quiero que me ayudes con
ella, a si que esa pregunta no es discutible ahora.‖ Odiaba que Rome
tomara tantos riesgos, pero veía como realmente podría ayudarle en
este momento.
―Ten cuidado‖, dije suavemente.
―No te preocupes, bebé‖. Él no se volteo a verme. ―Voy a estar bien.
Solo asegúrate de que no te lastimes‖.
Con eso, salió tan casualmente como un hombre que va a comprar
huevos, leche y galletas. Pero yo ví sus músculos tensos bajo la
camisa, la tensión que él trataba de ocultar. ¿Había pensado una vez
que él era imposible de leer?.
La puerta se cerro, dejándonos a Tanner y a mí en un completo
silencio. Espera, no. No en un completo silencio. Podía oír lo irregular
que era nuestra respiración, la aceleración de la sangre en mis oídos.
―Siento haberte metido en esto, Tanner‖.
―Está bien‖. Lo dijo con risa nerviosa. ―Esto será un infierno de
historia para contarle a mis chicas‖.
―Podrías irte. No tienes que quedarte con nosotros‖.
Él hizo una pausa. Gimió, suspiro. ―Me quedo‖. La firmeza en su voz
no dejo espacio a discutir. ―¿Qué clase de hombre sería si te
abandonara?, tu eres, como, mi familia ahora‖.
―Me siento de la misma manera‖. Y lo hacía. Amaba a este chico. Él
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era simpático y valiente, un amigo querido que nunca había pensado
que necesitara hasta ahora. ―Espero hasta que conozcas a mi papá. Él
compra viagra en el mercado negro, se que le vas a encantar‖.
―Ya me cae bien. ¿¡Oye!, te puedo decir algo?‖, me preguntó Tanner,
su voz suave, dulce.
―Por supuesto. Puedes decirme lo que quieras‖.
―Puedo sentir tus senos presionando mi espalda‖.
Reí ahogadamente. ―Si somos familia ahora, ese comentario es
completamente incestuoso‖.
Él no contestó. Aún estábamos nerviosos, nuestras mentes pensando
en los próximos eventos. Era extraño, realmente. Había vivido toda
mi vida ansiando aventura, deseándola, deprimida porque no la tenía.
Ahora que estaba aquí, una parte de mi quiso regresar a mi vida
seria. A la normalidad, a lo ordinario, eran las puertas al paraíso. ¿Lo
eran?
―¿Cómo sabremos cuando Rome crea la distracción?‖, pregunté.
¡Boom!
Jadeé y me puse derecha. Tanner hizo lo mismo. Miramos fijamente
con los ojos muy abiertos por la ventana delantera, como las llamas
consumían una pequeña parte de árboles. ―Dios mío‖. Resople. La luz
de la luna bañó el área, luego el resplandor del fuego fue creciendo.
―Creo que ya sabemos‖, dijo Tanner, con tono intimidado.
Neumáticos rechinando. Gente con pánico corriendo en todas las
direcciones.
―Vamos‖. Salí del coche con Tanner detrás de mí. ―Él dijo que lo
encontráramos detrás del basurero en la zona oeste‖. ¿Pero, eh,
donde esta el oeste?, Siempre he tenido problemas con las
direcciones.
¿El sol salía o se metía por el oeste?
―Por aquí.‖ Tanner señaló.
Mi mirada siguió su dedo y vi una caja azul oscura en el extremo
lateral de la tienda. ―Vamos‖. Agarré su mano y caminamos, en la
misma dirección que la frenética multitud.
Había más coches en la parte que había previsto y no sabía a quién
evitar. Al menos mi cabello estaba oculto bajo una gorra de béisbol.
Trate de permanecer en la sombras tanto como fue posible, pero no
importaba que lo hiciera, me sentía expuesta. Vulnerable. Finalmente
llegamos a nuestro destino y presione mi espalda contra el metal.
El humo era espeso en el aire, quemando mis pulmones y garganta.
Tosí. Mis ojos empezaron a arder.
―¡Mierda!. Otra vez no‖. Tanner empujo mis hombros, forzándome
hacia el suelo sucio cargado de basura. ―Acuéstate. Permanece tan
bajo como puedas y cúbrete la nariz con tu camiseta‖.
Hice lo que él me dijo y agradecí descubrir que el aire era más limpio
porque se filtraba a través del algodón. Mi tos disminuyo. Sólo
pasaron unos minutos antes de que Rome diera la vuelta en la
esquina, deteniéndose bruscamente. Su mirada se estrecho cuando
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vio como estaba.
―¿Qué tiene ella?‖, preguntó a Tanner.
―Inhalo humo‖.
Rome se agacho, me levanto y me puso sobre su hombro, al estilo
bombero. Sin protestar, lo deje llevarme. Un ataque de tos mía nos
retrasaría bastante.
―Por aquí‖, dijo Rome. ―Estamos bien para seguir, pero quiero que te
quedes detrás de mi‖.
Tanner se puso detrás. A lo lejos oí el sonido de las sirenas de los
bomberos. Entramos en un campo detrás de la tienda,
cuidadosamente evitando las luces de seguridad. Corrimos a través
de ella. Bueno, los muchachos lo hicieron. Yo estaba un poco alejada
del paseo.
Cuando llegamos al principio de la comunidad, Rome me bajo
suavemente. Sus manos ahuecaron mi mandíbula y nuestras miradas
se encontraron. ―¿Estas bien?‖.
Me baje la camisa para tener mi nariz descubierta e inhale
profundamente. El aire era dulce y limpio. Las cuerdas de mi
garganta se relajaron y la sensación de cosquillas disminuyó. ―Estoy
Bien‖.
―Muy bien. Tenemos una calle a un lado de nosotros y una valla que
divide los patios de la gente rica, por el otro. Traten parecer casuales,
a gusto. Belle, vas a agarrarme de la mano. Tanner, permanece junto
a Belle. Somos una familia dando un paseo nocturno. Nada más‖.
Él no esperó nuestra respuesta, pero agarró mi mano y comenzó a
caminar, conduciéndonos más cerca a la casa del Doctor Roberts.
Tanner aceleró el paso hasta que estuvo a mi lado. ―¿Si nos
quedamos en la sombras,‖ preguntó Tanner, ―Por qué tenemos que
parecer casuales?‖.
―Hay gente que puede ver en las sombras, por no mencionar una
pequeña cosa llamada gafas de visión nocturna. Si somos
descubiertos, quiero que la gente piense que no tenemos nada que
ocultar‖.
―¿Pero ellos no disparan primero y luego preguntan?‖, pregunté.
Rome apretó mi mano. ―Afortunadamente, ellos no esperan que
nosotros salgamos al aire libre. De todos modos, realmente no hay
un lugar donde nos podamos esconder‖.
―Gracias por eso‖, dijo Tanner. ―Al menos, nos podrías haber
mentido. ¿Cómo diablos se supone que voy a actuar casual ahora?‖.
Si, era difícil actuar como si no tuviéramos nada que ocultar, cuando
estábamos cargados de armas. ¿Olvidé mencionar esa parte?, Rome
no quería confiar únicamente en nuestras súper poderes, y seamos
sinceros, un empata como Tanner no podía matar a un chico malo
solo comprendiendo que él estaba enfadado. Rome no quería que
confiáramos únicamente en sus armas, tampoco, en caso de que nos
separamos. Así que nos había dado a mí y a Tanner un Taser, una
linterna y varios cuchillos, que estaban atados a nuestros muslos,
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cintura y muñecas.
Yo no estaba segura de tener las pelotas para realmente apuñalar a
alguien. Cocinarlos o congelarlos, tal vez, aún cuando no estuviera
cien por ciento cómoda con el hecho de que ya había frito a unas
cuantas personas (por malos que fueran). Pero había algo tan
personal acerca de apuñalar a alguien.
Supongo que veríamos si podía hacerlo cuando llegará el momento.
Un coche pitó en la distancia, sorprendiéndome. Jadeé y salte.
―Tranquila‖, dijo Rome.
Tome aliento estabilizándolo, tratando de relajarme. Mantuve mi
atención hacia el frente, absorbiendo la fuerza y seguridad de Rome.
―En la siguiente calle, vamos a girar a la izquierda‖, dijo él.
Tanner pasó la mano por su pelo, mirando casual. ―¿Cómo sabes el
camino?‖.
Rome se encogió de hombros, y creo que respondió solo para
mantenernos distraídos. ―Hace tiempo, Lexis tuvo que pretender ser
amiga del Doctor Roberts. ¿Ella te dijo eso, verdad?, nuestro jefe
quería la fórmula. La seguía cada que ella venia aquí, asegurándome
que ella estuviera segura‖.
Oh, él siempre me iba a cuidar así. Que pensamiento tan tentador.
Oh, y él todavía cuidaba a Lexis así. Que… no era un pensamiento tan
tentador.
Tuvimos que parar y escondernos detrás de unos arbustos porque
una SUV negra pasó despacio merodeando la calle, seguida por un
coche lleno de adolescentes gritando. Afortunadamente, nadie nos
vio.
―Bueno‖, dijo Tanner, ―Creo que debimos haber estacionado el carro
después que atravesáramos la valla de seguridad o quizás en la casa,
porque creo que lo vamos a necesitar para salir corriendo de aquí‖.
Rome enarco las cejas y movió la cabeza. ―¿Y correr el riesgo que nos
destruyan el vehículo mientras partimos, por no mencionar que
eliminarían cualquier rastro posible de papel?‖.
―Podríamos haber traído dos coches‖, sugerí. ―Uno para destruir y
uno para huir‖.
―Ahora eso es un buen plan, Viper‖.
―¿Qué acerca de la destrucción de archivos o información sobre la
fórmula?‖ Rome no nos dio la oportunidad de responder, gruñendo.
―Ustedes dos arruinan mi concentración‖. Él soltó mi mano y puso su
brazo alrededor de mi cintura, atrayendo más cerca. ―Se supone que
tengo que estar vigilando para mantenernos vivos. Lo juro, por eso
es que nunca trabajo con aficionados‖.
El silencio reinó hasta que llegamos a una sección donde estaba la
valla que Rome había dicho. Eche un vistazo inquietamente a los
altos barrotes de hierro que se extendían hasta el cielo, las puntas
estaban muy afiladas.
―¿Es esto?‖, preguntó Tanner con voz temblorosa.
Rome asintió con la cabeza. ―Esto es todo. Más sombras. Ningún
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perro alrededor. Y no estamos demasiado lejos de la casa del doctor‖.
Las sombras eran más oscuras aquí. Más espesas. Cubriéndonos por
completo. Trague saliva. Si, esto era todo y no había vuelta atrás.
Varios pinos se extendían hacia la puerta, pero no eran lo bastante
cercanos para cubrirnos.
―¿Estas lista, Belle?‖, Rome se puso frente a mí. Yo no podía
distinguir sus rasgos muy bien, solo un destello de dientes blancos.
Pero me sentía cómoda con su presencia.
Asentí, dándome cuanta de que quizás él no podía verme, entonces
dije, ―Lista‖. Dios, estaba nerviosa. No quería ser la débil que
defraudará a este equipo.
―Entonces vamos‖.
Inhale y exhale lentamente, cuadré mis hombros y di la vuelta hacia
la puerta. Tendí una de mis manos, con la palma hacia fuera. El
viento, que estaba aprendiendo, era el elemento más difícil para
llamar. Se requiere una combinación se sentimientos. Un cóctel
emocional, si quieres, miedo (comprobado), desesperación
(comprobado), y como había descubierto durante la sesión de
entrenamiento, algún tipo de afecto. Amaba este trabajo, aunque no
sabía porque.
Todo lo que sabía era que era difícil de mantener emociones dulces y
positivas, combinadas con las negativas.
Como antes, en el claro, permití a las imágenes de mi papá
derramarse en mi mente. Mi corazón se lleno de amor por él. Para
reforzar la emoción, permití entrar la imagen de Rome, poniendo a
los hombres pelearse entre ellos a su espalda. Dios yo no quería, no
quise, pero me obligue a girar la imagines. A oscurecerse. Para que
se convirtiera en una pesadilla una que nunca quiero ver hecha
realidad.
―Independientemente de lo que sea que estás haciendo, está
funcionando‖, dijo Tanner con orgullo. ―Puedo sentir la formación de
un tornado dentro de ti‖. En mi mente, ví a los dos hombres que
tanto quiero heridos. Muertos a tiros. Las balas zumbaron y
detonaron con alarmante realismo. Vi a ambos hombres
estremecerse de dolor. Ví escapar la sangre de muchas heridas.
―Si, si‖, me elogió Tanner. ―Se está haciendo más fuerte‖.
Rome me masajea la parte de atrás de mí. ―Buena chica. Estas
haciéndolo muy bien‖.
A mi alrededor, un fuerte viento comenzó a soplar. Mi cabello
revoloteaba bajo la gorra de béisbol y me golpeo las mejillas. Los
árboles bailaban, las hojas se balanceaban. Las ramas y la suciedad
se arremolinaban en el suelo girando. Cerré los ojos, viéndome correr
hacia lo hombres caídos, gritando sus nombres.
―El viento es demasiado fuerte, Viper‖. Preocupación se escuchaba en
la voz de Tanner. De repente él la estaba empujando. ―Nos va a
mandar volando‖.
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―Dame un poco a mi‖, dijo Rome.
Visualice la ferocidad de mis emociones viajando fuera de mí y
entrando en Rome, dándole partes tanto positivas como negativas. Él
se tenso en el momento que lo golpearon y susurro un suspiro.
Al instante, el mar que se agitaba dentro de mi se calmo. Las
emociones estaban todavía allí, pero eran manejables.
La violencia del viento disminuyo ligeramente.
―Eso es todo‖, dijo él. ―Ya lo tengo‖.
Con la mano libre, hice señas para que el viento batiera sobre
nuestros pies. Después de vacilar un momento, me obedeció. Nos
levanto un par de centímetros en el aire, la fuerza del movimiento
hizo que se creara una base sólida debajo de nosotros.
―Más alto‖, susurré. Nos elevamos bruscamente, y casi deje caer la
mano a mi lado. Casi ordenando al viento que se marchara.
―Estabilízate‖, dijo Rome.
―¿Estas concentrada?‖, dijo Tanner. ―No creo que estés concentrada‖.
―Estoy concentrada‖.
―Lo estás haciendo bien, bebé‖, Rome golpeo a Tanner en la cabeza.
―¿Puedes pasarnos por encima del muro, Belle?‖.
Para hacer eso, necesitaba hacer un remolino con el viento. ¿Qué
debo hacer, qué debo hacer?, giré mi dedo en un círculo, imitando un
torbellino, pero esto no ayudó. ¡Cerré mis ojos y lo visualice, pero…
no espera!. El viento comenzó a girar. Arriba, arriba nos fuimos.
Mi estomago se retorcía en progresión con el viento, pero mantuve
mi mente en el caos. Además, si abría los ojos y mirara abajo, podría
vomitar o gritar o hacer muchas otras cosas. No le tenía miedo a las
alturas, estaba lejos de sentirlo, pero Dios Mío, solo teníamos el aire
para que nos sostuviera. El viento, que era invisible. Solo esperaba
que no hubiera espectadores.
De repente la punta superior de la valla raspo la parte inferior de mi
bota. Jadeé, pero logré mantener mi mente en la tarea actual. Mi
dedo dejó de girar.
―Lo hicimos‖, dijo Rome.
La felicidad me inundó. Lo había hecho. ¡Lo había hecho!.
―Uh, celebrando demasiado pronto‖, dijo Tanner, una fracción de
segundo antes de que el viento cesó y caímos al suelo.
Me golpeé muy duro. Mis pies absorbieron la mayor parte del choque,
pero mi cuerpo vibró con dolor. Mis dientes castañearon, casi
mordiendo mi lengua. Tanner gruño y rodó. Rome aterrizó
perfectamente, sin ruido, sin rebotar. Solamente el golpe, él estaba
agachado.
Malditos reflejos de gato.
Durante varios prolongados segundos, inhale aire. ―Oops‖, dije entre
dientes. ―Lo siento‖.
―Practicaremos el aterrizaje la próxima vez‖. Rome me ayudo a
levantarme y luego hizo lo mismo con Tanner.
―Sigamos‖.
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Una vez más estábamos en movimiento, permaneciendo cerca de la
valla, caminando entre las sombras. No tratamos de fingir
despreocupación esta vez. Simplemente nos quedamos fuera de la
vista tanto como fuera posible. Yo esta muy lista para que esta noche
se terminara, y habría vendido mi alma por un poco de la capacidad
psíquica de Lexis. Si supiera que iba a pasar antes de que realmente
pasara, podría asegurarme que Rome y Tanner salieran ilesos.
Las filas y filas de casas entraron en nuestro campo de visión. Las
luces brillaban en las calles, en los garajes y jardines. ―Rome‖, dije
inciertamente.
―Solo mantén tu espalda contra la valla‖.
Cuando dimos la vuelta en una esquina, él se detuvo. Agachándose.
Mire a Tanner, Tanner me miro y nos agachamos junto a Rome.
―Esta es la casa del Dr. Roberts‖. Él señaló un bonito patio victoriano
descuidado cubierto de arbustos. Un porche. Contraventanas azules.
Experimenté una pequeña agitación de shock. Esta preciosa mansión
era de la persona que me hizo como soy. Adentro no había luces
encendidas. Supongo que no debería preguntar si el Dr. Roberts tenía
familia aquí que pudiéramos despertar.
―¿Hay alguien ahí?‖, preguntó Tanner.
Rome no contestó. En cambio, escaneó a la izquierda y a la derecha,
buscando intensamente. Los minutos pasaron. Se escuchaban
insectos.
Finalmente Rome susurro, ―¿Ven esa SUV negra?‖, él señaló a la
derecha, a un coche aparcado en un camino de entrada que estaba
varias casas lejos del Dr. Roberts.
―Si‖.
―Definitivamente pertenece a los hombres de Vincent. Tengan
cuidado. No se sabe que tipo de agentes están adentro‖.
―¿Cómo lo sabes?‖, lo estudié, pero se parecía a los otros coches
caros del vecindario.
―Uno, conozco bastante bien a Vincent como para estar seguro que él
mantendría hombres aquí vigilando al Dr. Roberts. Dos, sus agentes
están todavía dentro del coche. Si miras de cerca, puedes ver el
humo del escape. Apuesto que han estado encendiéndolo y apagando
el aire acondicionado. Además, puedo oler la cantidad de café que
han consumido‖.
Uf. Café. Después de lo que habían hecho a mi moca con leche,
probablemente nunca volvería a beberlo otra vez.
Tanner se presiono más en la oscuridad, lanzando miradas nerviosas.
―¿Qué debemos hacer?‖.
―¿Belle, crees que puedes hacer llover?, ¿Una tormenta como
hablamos en la cabaña?‖.
―Granizará‖, advertí. ―No seremos capaces de correr sin ser
golpeados‖.
Sus labios de levantaron en una sonrisa. ―Eso es exactamente lo que
quiero. Montones y montones de granizo. Confía en mí. Estará bien.
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Solo has la tormenta lo más fuerte que puedas sin hacer que las
casas vuelen‖.
―El canal del tiempo va a tener un día complicado con esto‖, dijo
Tanner secamente. ―Espero que comprendan eso. Todos los que
saben de la fórmula sospecharán que Belle esta aquí.‖
―Es un riesgo que tenemos que tomar.‖ Rome se volvió hacia la casa.
―¿Qué pasa con la gente en la SUV?‖, pregunté.
―Te los dejaré a ti‖, dijo Rome.
―¿Qué?‖, dije sorprendida.
―¿Qué?‖, Tanner parecía igual de desconcertado.
―Destrozaré el carro y los dejaré fuera de circulación‖. Yo sabía lo que
quería decir. Matar. ―Si uno de ellos se despierta‖, Rome continuo,
―Ustedes se tienen que hacer cargo de él‖.
Tanner y yo compartimos una mirada irónica. Si, él realmente nos
dejaba encargarnos de los chicos malos en el coche. Conseguíamos
sus sobras, si él dejaba a alguien. Conociendo a Rome, no habría
nadie.
―Esto funcionará, bebé, vas a ver‖.
Lo admito. Me encanta cuando me llama bebé, y parecía hacerlo más
cuando estábamos en situaciones peligrosas. ―Ten cuidado, ¿vale?‖,
retorcí mis manos nerviosamente. ―Puede haber hombre armados en
la casa, también‖.
Sus labios temblaron. ―¿podría ser?. No, no hay‖.
Mi boca se abrió. Lo dijo con tanta naturalidad, como si fuera
perfectamente normal. ―Tal ves no deberíamos…‖.
―Crea una tormenta, bebé, y señalaré cuándo es seguro entrar en la
casa‖.
―¿Vas a distraerlos con otra explosión?‖, preguntó Tanner secamente.
―Esperemos que no‖, fue la única respuesta que dio Rome.
Quise protestar, pero no lo hice. Él era el experto aquí. Él sabía lo que
estaba haciendo. Él sabía sobrevivir. Después de todo, él había
estado haciéndolo durante mucho tiempo. Obligando mi atención
alejarse de é, parpadeé mirando el cielo nocturno. Estrellas brillando
en el terciopelo negro. No le pedí a Rome filtrar por dos razones. Una,
una vez que la tormenta estalló él tenia que irse. Y dos, no quise que
él disminuyera mi tristeza. Cuanto más intensa fuera, más intensa
seria la tormenta.
Mis emociones estaban desgastadas por el uso y abuso de hoy, pero
las convoqué y me centre una vez más. Concentrándome en todas las
cosas que me entristecían, sacándome una gran ola de dolor,
poniendo imágenes deprimentes, animándolas a crecer. Surgieron
alas dentro de mí, entendiéndose. Entendiéndose.
―Eso es, Viper. Deja que fluya‖.
Arriba un trueno retumbó. Los relámpagos iluminaron el cielo, uno
tras otro. Las gotas de lluvia comenzaron a descender, al principio
despacio, luego ganando velocidad y densidad. Mi barbilla tembló y
lágrimas corrían por mis mejillas. Nunca había estado tan triste en mi
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vida. Rayaba la depresión total. Sentimientos de soledad me
inundaron. Sentimientos de impotencia me consumieron.
―Manténganse a salvo‖, Rome dijo en mi oído. Me besó y se fue,
desapareciendo en la oscuridad como un fantasma nocturno.
La lluvia golpeó el suelo, pronto se unió el granizo que había
pronosticado. El granizo destruía todo lo que se cruzaba en su
camino.
Tanner y yo nos acurrucamos bajo un árbol. Sus ramas gruesas nos
protegían de la mayoría del hielo, pero la lluvia logró deslizarse por
las hojas y empaparnos. Temblé de frío mientras buscaba por las
calles y casas por cualquier señal de Rome, pero no pude verlo. El
SUV dejo de tararear con vida, noté que los penachos de humo
habían desaparecido. El limpia parabrisas se detuvo en medio del
vidrio.
No vi ningún movimiento en el coche, aunque varios minutos más
pasaron. Tampoco vi ningún movimiento fuera de la casa, pero de
repente oí el rugido de un felino haciendo eco en las paredes y en la
noche.
Agarré mi estomago, esperando que una acción insignificante pudiera
evitar el dolor. Obviamente, Rome había descubierto su presa. Él
estará bien, él estará bien, él estará bien.
Otro gruñido.
Un grito torturado.
Pequeños destellos de luz se veían desde las ventanas del Dr.
Reberts, como si alguien o múltiples personas disparaban varias
rondas. La lluvia cesó mientras el miedo crecía dentro de mí, pero
obligué a mi tristeza volver. La lluvia cesó de nuevo.
―Él estará bien‖, susurro Tanner, expresando mis pensamientos.
―Tiene que hacerlo. Quiero decir él es el agente patea culos, con un
campo de fuerza impenetrable o algún tipo de mierda. ¿Cierto?‖.
―Si‖. La palabra sonaba rota, hueca. Un temblor me recorrió. Dos
hombres salieron da la SUV, la sangre goteaba de sus cuellos. Ambos
tenían armas en las manos.
Sin pensarlo, estire mis manos. No se lo que esperaba que sucediera,
y no me dio la oportunidad de reflexionar. Inmediatamente un rayo
golpeó al primer hombre lanzándolo contra el otro hombre.
Enviándolos varios metros lejos antes de estrellarse contra la SUV.
Ambos cayeron al suelo.
―Mierda santa, Viper. ¿Cómo hiciste eso?‖.
―¡No lo se!‖, dije, señalando mis manos hacia el suelo antes de que
pudiera hacer más daño.
―Vamos. Rome nos necesita‖.
―Él no ha dado la señal‖.
―Ya lo se‖.
―Oh, demonios‖.
Corrí a la acción, corriendo entre la lluvia. No, no la lluvia. Con el
miedo, la lluvia se había convertido en nieve. El frío se infiltraba a
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mis huesos.
Cuando alcancé el pórtico, saqué la Taser, que Rome me había dado.
Si hubiera tenido un arma la habría sacado, también. Sin vacilar le
habría pegado un tiro a alguien. Y si, ahora estaba segura que
apuñalaría a alguien, si fuera necesario. Lo que sea para proteger a
Rome.
Tanner se paró a lado mío, jadeando. El agua de su pelo goteaba en
su cara, y corría como un río en su ropa que ahora estaba pegada en
su cuerpo. ―¿Estamos abriendo una lata de whoop ahora?‖.
―Sheezie para‖, dije.
Él palideció, pero sacó el arma de la funda que tenia enganchada en
la cintura. Él rodó… ¿ Cómo infiernos se llamará eso? ¿Cilindro? No lo
se.
―Asegurada y cargada‖, murmuró.
No sabia que Rome le había dado un arma, parpadeé aturdida por un
momento.
Él beso el arma. ―Soy un hombre salvaje, Viper, y estoy listo para la
acción. Vamos, este enfrentamiento comenzó‖.
Me coloqué al lado de la puerta principal. Ligeramente se abrió,
entonces entrar no seria un problema.
―Cuídame la espalda, fuera de la ley. ¿Bien?‖, escuchaba los pasos de
alguien, alguien rozando los muebles. Al menos no había disparos.
Tanner se me acercó. ―Yo solía cazar con mi padre. Golpearé a quien
quiera hacerte daño, lo prometo‖.
No podía creer que estuviera haciendo esto, pero no me quería dejar
a Rome solo. No sabiendo a cuantos hombres se enfrentaba. ―A la de
tres. Uno. Dos. Tres‖. Di patadas en mi camino hacia dentro, con la
Taser levantada y lista para la acción. Las luces estaban apagadas,
pero mis ojos ya se habían adaptado a la oscuridad, por lo que podía
distinguir el caos total. Mesas y sillas volcadas, almohadas
esparcidas.
Ahora había un extraño silencio. El sonido de pasos se había
desvanecido.
De repente, algo enorme y negro saltó hacia mí. Una parte de mi se
dio cuenta de que era Rome en su forma de jaguar, pero el resto de
mi actuó por puro instinto, aterrorizado. Esas garras letales venían
hacia mi y Rome quizás no se había dado cuenta de a quien estaba
atacando.
Cuando él me golpeó, su enorme cuerpo me derribó, di rienda suelta
a mis instintos y le di a la bestia con mi Taser, que descargó gran
cantidad de voltios de electricidad en su corazón. Caímos al suelo, el
gato rugió y convulsionó.
De repente, detrás de mi sonó un disparo, el sonido fue tan fuerte
que casi me revienta los tímpanos. Al instante, un hombre (quien,
descubrí, había estado a punto de pegarme un tiro) se derrumbó
encima de mi y el ahora inmóvil gato.
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De manera, que había neutralizado a mi novio. Otras chicas habían
hecho cosas peores.
Me sentí mal, realmente, pero yo no iba a golpearme a mi misma por
ello. El había venido hacia mí enseñando garras y colmillos.
Cualquiera hubiera hecho lo mismo.
Sí, él estaba salvándome la vida. ¿Había tenido idea de eso en aquel
momento? No.
¿Me había dado él algún tipo de aviso? No, Otra vez no. Yo podría
sentirme (ligeramente) mal acerca de eso, como he mencionado
antes, pero no iba a aceptar la culpa. Rome era el único culpable.
Bueno, el asesino que había estado detrás mío era culpable también,
pero no yo.
Tanner encendió su linterna y la movió hacia Rome, cuyo cuerpo
todavía vibraba por la descarga eléctrica. ¿Qué significaba eso?,
¡mierda!, quizás necesitaba examinarle y asegurarme de que no le
había dañado más de lo que pensaba.
―Mientras me deslizaba rápido por debajo de él, lo mismo que al
cadáver que estaba sobre su espalda, los balbuceos de Tanner
asaltaron mis oídos" Le he disparado. Le he matado… con una bala,
solo boom. ¿Me has visto?
"No te sientas mal por ello", Dije. Dios, Rome pesaba una tonelada.
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"Él era un chico malo, Y quería hacernos daño‖ ―Tuviste que matarlo"
¿Culparme? ―Sonriendo como un tonto, gritó‖
¿Me viste golpear su trasero? Tenía los ojos cerrados, pero fui
mortalmente certero, disculpa… jugué con las palabras y se fue como
un muchacho en una casa de putas.
La implicación de sus palabras, me golpeó más fuerte que una bala,
jadee, mi boca se quedo abierta. ―¿Me estás diciendo que apuntaste
esa pistola en mi dirección y que tus ojos estaban cerrados?"
Algo de su excitación se desvaneció, y él tragó. "Bien, si"
"¿El hecho de que habías podido darme, no te preocupa?". ―Mis ojos
le miraron fijamente con las pestañas ardiendo" ¿El hecho de que
podrías haberle dado a Rome no te aterroriza?"
La barbilla de Tanner se levantó obstinadamente. "¿Qué hubiera
importado una bala?"
"Tu le habías neutralizado"
Mi mandíbula se cerró. "Por Dios, él venia hacia mí"
"Si, para ayudarte. ¿Y como le pagaste? friéndolo como a un huevo"
"Cállate y ven aquí. Necesito ayuda. Mis piernas están atrapadas
debajo de dos toneladas de jaguar"
Tanner, quitó al chico muerto de encima de Rome de una patada.
"Pienso que el gatito se está despertando" Se agachó y cogió a Rome
por sus hombros y cabeza, levantándolo.
"Dios Mio," dijo. "Tu no mentías. ¿Qué clase de alimento para gato,
ha estado comiendo esta vaquilla?
Me deslicé libre y me moví hacia el Jaguar. Él había parado de
temblar, por fin, pero sus ojos estaban entre cerrados mirándome,
sus labios se retiraban de sus dientes en una mueca letal. Yo nunca
había sido neutralizada, pero sabía que las corrientes eléctricas le
habían dejado paralizado. ¡Gracias al Señor! El realmente, se hubiera
lanzado a mi, si pudiera moverse.
"¿Qué?" Le dije, con mucha inocencia, un revoloteo de pestañas y un
delicado encogimiento de hombros. "Esto es culpa tuya, y tú lo
sabes."
Tanner soltó a Rome que golpeó el suelo. ―Ops. Perdón‖
Mojando mis labios, me moví alrededor de la habitación, cualquier
cosa para evitar mirar a Rome. "¿Hay más chicos malos en la casa?"
"No que yo vea" Tanner replicó...
"¿Así que... qué es lo siguiente que debemos hacer?
"¿No íbamos, supuestamente a preguntar a alguno y buscar
información acerca del doctor y sus malditas pociones?"
―Yo asentí con la cabeza" Si desde luego. ¿Mientras Rome se
recupera, porqué no miras a algún sobreviviente y le sacas la
información?"
La cabeza de Tanner se inclinó a un lado y observo la destrucción.
"Uh, Mejor busco información‖
"Bien. Jezz, deja a la delicada mujer buscar entre los amenazantes
criminales por signos de vida"
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Gracias, Dijo, dio la vuelta y se marcho, con su linterna en la mano,
dejándome en la oscuridad.
"Tanner" Le grité a su espalda.
"No hagas una oferta que no quieras aceptar" Se giró sobre su
hombro. Desapareció hacia el hall de abajo.
Sabelotodo. Murmuré.
―Al cuerpo postrado de Rome, le dije, realmente necesitamos
enseñarle a ese algunos modales" me acerqué a la pared, sintiendo a
ciegas el enchufe de la luz.
Rome gruñó.
Mi mano se paró en el aire. "¿Luz no?"
Por supuesto, él no contestó.
―Parpadea una vez si quieres que deje la luz apagada, dos veces si la
puedo encender‖ dije, encendiendo mi linterna e iluminando su cara.
Uh, había olvidado que yo también tenía una. Bueno yo necesitaba
algo de luz, no importaba que él quisiera que la tuviera o no.
El parpadeó una vez.
Magnifico. Tenía el privilegio de encontrar el cuerpo vivo de un
asesino con solo una linterna. Bien por mí.
"Grita, o algo, si me necesitas " Suspiré. Planté un beso en su nariz y
me marché. Solo pequeñas lucecitas ámbar, iluminaban mi camino.
La casa tenía grandes y espaciosas habitaciones que se veían como el
vestíbulo, con muebles tirados y cristal roto esparcido por todas
direcciones. Conté 9 de los agentes de Vincent, en el piso de arriba y
en el de abajo. Rome había hecho un pequeño trabajo en ellos, y
aunque quería dejar a uno vivo, ninguno había sobrevivido.
Los que oí quejarse antes, ahora estaban callados.
Me topé con Tanner en la habitación principal. El dijo "Oh" pero no
retiró su atención de la pared más lejana. El tenía algo largo y azul en
sus manos. Cuando vi, lo que le tenía concentrado en la pared, me
olvidé de preguntarle por la cosa azul.
"Dios mío" dije.
"¿Piensas que podría... me gustaría... llevarme algo de esto
conmigo?"
"Eww. No, esto es grande." Al buen doctor le encantaba obviamente
S y M. Látigos, collares de pinchos y cuero negro abundaban. Por no
mencionar la cadena, arnés plateada que colgaba del techo. Sin duda,
Lexis había dicho que ese hombre tenía un lado sexual salvaje. ¿Qué
tan amigable había pretendido ser con él? Me estremecí.
"Mira esto". Tanner sostuvo en alto la cosa larga y azul." ¿Qué es
esto?
¿Qué son estas cosas redondas?"
"¡Tanner! Mis mejillas se encendieron" ¡Eso es un vibrado! Yo
murmuré la última palabra, avergonzada incluso por pronunciarla.
"¿Realmente?‖ Sonriendo lo sacudió, las baterías se agitaron.
"Fresco"
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"! Deja eso Ahora mismo ¡"
" Dios No. Lo encontré en el suelo, a plena vista, el que lo encuentra
se lo queda, él lo agitó un poco más y la parte de abajo se calló. Una
hoja de papel se deslizó al suelo."¿Hey que es eso?"
Fruncí el ceño, me agaché y cogí el papel entre los dedos, enchufando
mi linterna sobre él. Cuando me dí cuenta de lo que era, me quedé
sin aliento. Una nota. Del Dr. Roberts para... mi. Bien, para la
persona que se bebió la formula- mi nombre no estaba especificado.
Aún así mi boca se abrió en shock. El había sabido que yo vendría
aquí. O quizás él lo había esperado.
―¿Que dice?" Preguntó Tanner
" Dice:' Lo siento' ―. Tragué y leí el resto." Te he echo algo terrible.
Yo era débil y dejé que una amenaza arruinara mi reputación publica
e influenciara mi trabajo. Yo debería haber destruido la formula
cuando descubrí lo peligrosa que era , pero para cuando me di cuenta
del error, era demasiado tarde, la formula era perfecta, y estaba
justo apunto de caer en las manos equivocadas. Malas manos,
desafortunadamente el mejor lugar para ocultarla en el que pude
pensar con tan poco tiempo fue...usted. Usted era conveniente,
estaba cerca,.Por favor , no me odie. Le he dejado un regalo en mi
oficina, la cual está en un laboratorio secreto directamente a través
del Café Utopia, Busque con ojos curiosos.
Me paré, mirando alrededor. Podía sentir esos ojos curiosos en mí
justo entonces."Siento el sórdido lugar donde lo escondí. No podía
arriesgarme a que OASS encontrará esta nota, pero sabia que el PSI
estaba justo detrás de sus talones y esperé que pudieran saber
donde buscar.
"Wow", Tanner dijo." Pienso que desde que OASS sabía que el era un
maniaco sexual podrían haber mirado en el vibrador, también."
"Me pregunto porqué no lo hicieron "
"Son unos entupidos de mierda, si tu me preguntas"
"!Hey¡ Lexis me dijo que el doctor era un pervertido, pero no pensé
en mirara en el vibrador tampoco." Tanner abrió su boca para hacer
un comentario, pero le apunté con un dedo." No lo digas ".
El sonrió." Hey, eso significa que el buen viejo doctor consideraba a
los que usaban PSI pervertidos.".El alzó sus cejas. " Belle conectó con
un pervertido " cantó.
" Eso significa que tú eres un pervertido, también, desde que eres tú
el que realmente encontró la nota. Le respondí.
Su sonrisa se amplió, ¡Ya lo sé ¡ ¿ no es genial ?No debería haber
estado sorprendida de su alegría, el ( horn-ball). Si no cambiaba de
tema, pensé,-vibradores, por Dios- no conseguiríamos acabar nada."¿
de manera que como regresó el Dr. Roberts a esta casa para
esconder esta nota?. Dije pensando en alto ¿como consiguió pasar
por las trampas de OASS ?"
" ¿El qué?"
Moví mi mano en el aire." No importa. Ignórame. El podía haberlo
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dejado antes de escaparse, sabiendo que él le iba a dar la formula a
alguien.
Tanner se encogió de hombros. ―Tal vez hay otra nota por aquí, con
más instrucciones.
Comenzó a buscar entre el resto de los "juguetes".Silbando en
sintonía con sus movimientos.
Me di unos golpecitos con el dedo en la barbilla, preguntándome que
clase de confesión dejaría el Dr. en una segunda nota. ¿Podría causar
una inundación mundial si no tenia cuidado? ¿Tendría que vivir el
resto de mi vida en un igloo para controlar el fuego dentro de mí? Ese
era un pensamiento deprimente.
" Dudo que vallamos a encontrar nada más", dijo Tanner unos
minutos más tarde, con un tono de fuerte desagrado en su voz,"
ninguno de los otros juguetes se abren".
"Sigue buscando", dije.
Tanner pasó su mano por el interior de un cajón, buscando un
compartimento secreto.
"¿Has encontrado a alguien vivo ya?
―No " murmuré. Tenia que admitir que en todos mis muchos trabajos,
mis muchas entrevistas, mis muchas horas gastadas en buscar
anuncios clasificados, nunca me imaginé a mi misma haciendo esto.
¿Había un titulo para esto? ¿Certificado de encuentra cuerpos?
Yo debería haber preferido servir café a snobs, debería haber
preferido ajustar los cuentaquilómetros de los coches usados, o hacer
entupidos globos con forma de animal para niños desagradecidos.
Demonios, debería haber preferido barrer desagradables bolas de
pelo del suelo del salón.
Me dí cuenta de que casi me gustaba mi posición actual. Tal vez yo
no estaba dispuesta a volver a mi vida normal. Suspirando, metí la
nota del Dr. en el bolsillo.¿ Que diría Rome cuando lo viera ? Tal vez
se le pasara el mal humor inducido por haber sido neutralizado.
Mientras iba por las escaleras, pasé mis dedos por los agujeros de
bala de la pared. ¿Donde iba a encontrar a un chico malo vivo ? La
respuesta vino a mí instantáneamente, sorprendiéndome. Sonriendo,
salté sobre el cuerpo de Rome- que había comenzado el proceso lento
de retornar a su forma huma. Grandes parches de pelo se habían
caído, dejando huecos de piel bronceada y músculo liso. En este
momento el parecía un terrible hombre -monstruo. Traté de no hacer
una mueca.
" volveré en un momento" le dije con un falso aire fresco. Me deslicé
fuera. El vecindario estaba calmado, como si el tiroteo nunca hubiera
ocurrido, pero el hombre de la casa de al lado estaba de pié en su
porche, rascándose la cabeza mientras miraba fuera a la nieve y el
granizo que cubría el suelo
El me vio y dijo, " ¿Eres una de las chicas de Robert?
Estaba realmente agradecida de que los dos agentes muertos
hubieran sido escondidos por el SUV. "sip" moví mis cejas
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sugestivamente como pensé que lo haría una prostituta.
" Siempre pasan cosas raras en esta casa, señalando con un gesto de
su barbilla al suelo."¿Alguna vez ha visto algo como esto? ¿Nevar tan
tarde en primavera?
"Muy raro" dije, allí de pié.
Después de un momento, el agitó su cabeza y se adentró en su casa.
! Deprisa, deprisa, deprisa ¡Antes de que salga otra vez. Corrí el resto
del camino hacia el SUV. Los dos hombres estaban estampados en las
ruedas. Uno de ellos, el que yo había golpeado con el rayo, estaba en
las mismas condiciones que sus compañeros en la casa.
Perdí un poco de mi vértigo. Yo le había matado. Otra victima de mis
poderes. No pienses en eso, Jamison. Recuerda, el era uno de los
hombres de Vicent. El quería matar a Rome y capturarte. Con manos
temblorosas, comprobé el segundo hombre buscando el pulso. Al
primer contacto con mis dedos, el se quejo, y yo suspiré con alivio. Él
al menos, estaba vivo.
Le agarré por debajo de los brazos y le arrastré hasta la casa del Dr.
Roberts. Pesaba una tonelada (incluso más que el gordito de Rome) y
me tense debajo de la carga. Tenía líneas negras en su piel y camisa,
como si la electricidad hubiera rebotado de su amigo a él, fritándolo
igualmente.
Para cuando hube llegado con él al porche, estaba cubierto de
pegajoso barro de los pies a la cabeza, por su piel y su ropa. Soplé y
resoplé por el esfuerzo. En medio de sus quejidos, le sujeté con una
mano, mientras abría la puerta con la otra.
Afortunadamente, el vecino nunca volvió a salir.
Mi mirada inmediatamente buscó a Rome, pero el ya no estaba tirado
en la entrada, la única señal de que él había estado ahí, era la
montaña de pelo que había perdido.
¿Debería llamarle o no? El podría estar buscándome, y dispuesto para
atacarme en el momento en que me viera, en represaría por lo que le
había hecho. Podría…
¡Santa mierda!
estaba a la vuelta de la esquina, con una tormentosa expresión de
muerte en su cara, hacia mí.
Estaba en el proceso de ponerse una camiseta negra, y un par de
negros pantalones cubrían ya la parte baja de su cuerpo. ¿Cuántos
recambios de ropa tenía este hombre?
Me miró con sus ojos entrecerrados y después miró al hombre que yo
cargaba.
"No digas una palabra" me espetó, sin dejar de caminar.
"Yo no estaba" Sacudí la cabeza para dar más énfasis.
"Realmente" "te ves genial"
¿Como demonios pudiste aturdirme? las palabras salieron vacilantes,
llenas del oscuro filo de su furia. Se paró justo delante de mí, con
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nuestras narices tocándose, y su caliente respiración en mi barbilla.
Mejor ir a la ofensiva, o él echaría toda la culpa sobre mí.
"Creo que mejor pregunta sería‖ ¿cómo no habría podido?" Solté mi
carga y el cuerpo golpeó el suelo. Apunté con mi dedo a Rome.
"Viniste hacia mí como si yo fuera un blanco. Deberías estar
elogiando mis excelentes reflejos en tumbar a un enemigo"
Las aletas de su nariz se movieron, "¿Elogiando?" "¿Acabas de decir
elogiando?".
"Tu oído es excelente, Hombre Gato"
Sus pupilas se alargaron con un negro muy fino, apuntando arriba y
abajo.
"¿Qué pasa con esperar fuera como una niña buena?"
"Tanner y yo quisimos protegerte, tú no eres invencible, Rome"
"Pero estuve malditamente cerca". Extendió sus brazos, apuntando a
los cuerpos alrededor nuestro. "Tu no hubieras estado a punto de
morir, si estuvieras donde se te había dicho"
Y tú podrías estar muerto, si nos hubiéramos quedado. Había un
hombre apunto de dispararte.
Me alcé de puntillas, poniéndonos más a nivel. "Y te guste o no tu
tienes compañeros ahora"
Se supone que nos debemos cuidar unos a otros "Lo que significa que
nosotros te cuidamos a ti, de la misma manera que tu cuidas de
nosotros‖ ―No intentes hacerlo todo tú solo‖
"Si aturdiéndome es como me cuidas. Mejor que no lo hagas"
El hombre detrás mío se quejó. "Mira te he traído un regalo. Dos,
realmente.
Un cuerpo vivo y una nota del Dr."
Rome pasó junto a mí, se agachó junto al hombre y se lo puso sin
esfuerzo sobre el hombro. "Cierra todas las puertas" refunfuñó
"Podríamos estar aquí un rato, y ¿qué quieres decir con una nota del
Dr.?
Saqué el papel y lo sostuve hacia él. De todos los lugares que él pudo
dejarlo, lo metió en un vibrado"
Rome se acercó por la nota, pero de repente se quedó inmóvil. Con
una esquina de su
boca abierta, como diciendo: ¿estas de broma? Luego sacudió la
cabeza y murmuró:
"Que Dios me ampare" y cogió el papel, colocó el cuerpo sobre su
hombro mientras leía.
Su expresión se volvió sombría.
"¿Quieres bajarlo?‖ pregunté
"El bastardo sabía lo que iba a hacerte, y lo hizo de todas maneras"
dijo, ignorándome.
"¿Qué crees que me dejó en la oficina?" Dije.
"No lo sé, pero lo encontraremos"
Su voz era tan siniestra, me estremecí.
"¿Que pasa si alguien vino por una copia de seguridad?‖ Pregunté,
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pensando en ese momento en la posibilidad.
"Ese es un riesgo que estoy dispuesto a correr, más que arrastrar a
este tipo con nosotros"
Se pasó una mano por los ojos. Vigila las espaldas y Tanner que
guarde el frente. Hagamos
esto rápido, y salgamos como el demonio"
"Tanner, llamé"
El muchacho caminaba por las escaleras. "No hay nada más, como yo
temía" dijo, alzando los brazos al aire" No papeles, no diario, nada.
Oye, ¿Vais a dejar de discutir?
"Sí" dijo Rome, al mismo tiempo que yo dije "Por el momento"
Abrí la boca para darle a Tanner sus nuevas ordenes, pero sus ojos se
posaron en el hombre inconsciente, y aplaudió con excitación. "¿Está
respirando? Imponente.
¿Tenemos que preguntarle a él, no?
"Seguro que le sacaremos algunas preguntas con tortura".
"Te necesito al frente, ya que eres nuestro experto tirador" dijo
Rome, llevando el cuerpo
a la sala de estar. "Impidan la entrada de cualquier persona".
La sonrisa de Tanner se ensanchó, "¿Me viste tumbar al tipo? ¿Sabias
que lo tumbe de un
tiro? "¿Sólo un tiro?"
"Lo hiciste muy bien" Elogió Rome "Si no hubiera estado inmovilizado,
te lo hubiera dicho antes" Añadió oscuramente. ―Belle, una silla para
mí".
Mientras Tanner se dirigía a la puerta del frente, tomé una silla
volcada de la cocina y la
arrastré hasta el centro de la sala de estar. Rome dejó caer al
hombre en ella, y lo ato con
tiras de sus destrozadas ropas.
¿Debería encender las luces ahora? Pregunté.
No. No quiero que nadie de fuera, sea capaz de saber que hay
actividad aquí dentro.
"EL vecino está levantado, se sorprendió por la nieve"
"¿Parecía que sospechaba?"
No. El pensaba que yo era una de las prostitutas regulares del Dr.
Roberts y los dos estábamos teniendo una tremenda fiesta.
Rome se pellizcó el puente de la nariz. Bien. "el hizo un gesto con la
mano en el aire"...
consígueme un vaso de agua. Por favor "añadió tras un momento de
vacilación".
Y date prisa.
OK, Ósea que ya no era más La Chica Maravilla (Wonder Girl). Yo era
la chica de los recados (Errand Girl). Eso estaba bien. Yo no quería
torturar al tipo, de ninguna manera. ¿No quieres que ponga veneno
en el agua, no?
"Solo agua, agua fría"
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¿Porqué no hacer, que Bella conjure algo de lluvia? Tanner preguntó,
en voz alta desde su puesto en la puerta.
"no queremos agotarla emocionalmente" dijo Rome. "Deberíamos
usar sus poderes solo cuando sea absolutamente necesario".
Amen a eso. Rápidamente encontré un vaso en uno de los armarios
de la cocina, lo llené en la fregadera y se lo llevé corriendo a Rome.
"Aquí esta"
Arrojó el contenido en la cara del hombre. Nuestra victima empezó a
moverse, parpadeando para abrir sus ojos. Rome y yo, nos
inclinamos hacia él expectantes, vernos revolotear alrededor de él le
debe haber conmocionada y asustado, porque él soltó un pequeño
grito de niña.
Hice una mueca. Rome cogió una almohada para ponérsela en la
cara, y Tanner entró en la habitación y le dio una bofetada.
"¡Deberías avergonzarte de ti mismo!"
"No me hagas daño" gritó el hombre. "Por favor no me hagas daño"
"Cerré la puerta de la entrada", Tanner dijo a Rome. "¿Me puedo
quedar?"
Rome rodó sus ojos. "¿Por qué no? ¿Por qué ajustarse al plan ahora?
"Te diré lo que quieres saber‖, dijo el hombre aterrado.
Yo nunca antes, había estado en una sesión de tortura. Había visto
algunas en la televisión, claro esta, así que esperaba algo así como
una resistencia. Tal vez amenazas, o maldiciones. En lugar de eso
nuestro hombre balbuceaba como un bebé.
"¿Está fingiendo?" Pregunté confusa.
"No" Dijo Tanner con disgusto.
"El realmente es tan gatito" "Sin animo de ofender", añadió con
maldad mirando a Rome.
Entonces, exasperado, levantó las manos. "¿Como vamos a trabajar
en estas condiciones?"
Parecía que Rome, quería mandar a Tanner de vuelta fuera, pero en
lugar de eso, cruzó los brazos sobre su pecho.
"¿Qué estás haciendo aquí?" Le preguntó a nuestra victima.
"Esperando al Dr. Roberts". Fue la rápida respuesta.
Rome dio un vistazo a Tanner.
¿Que? Dijo Tanner.
¿Está diciendo la verdad?
"¿Cómo demonios podría?… Oh, espera". Tanner dio un salto hacia el
hombre, que gritó de nuevo, y le colocó una mano en el hombro.
Cerró los ojos.
Si. Verdad. Sus labios se estiraron en una sonrisa completa. "Esto es
tan cool. Soy un detector de mentiras humano.
Como dijo Lexis, quiero decir, una vez que abrí la puerta a mis
superpoderes.
"Eres un empático, no Hulk, dije. "Y necesitamos seguir con esto".
Admito que estaba nerviosa y que quería salir de ASAP.
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Tanner extendió los brazos, con una acción que decía, "Mirarme y
mira vuestro relleno.
"No pretendas, que no te gusta el sabor de Tanner". Como estaba
diciendo, una vez que abrí la puerta a mis poderes, ha sido un
constante flujo de emociones y nuevas habilidades. El tipo habló y
pude sentir totalmente su miedo"
"Bien" Dijo Rome" Ahora si a ustedes dos no les importa, me gustaría
terminar mis preguntas.
Es por eso que estamos aquí. "Frunció el ceño hacia cada uno de
nosotros antes de volver su atención hacia el hombre" ―¿Sabe Vicent,
donde está el Dr. Roberts ahora?"
"No, no. Juro que no lo sabe"
Tanner asintió con la cabeza." Verdad". Finalmente tomando mi
puesto, me dirigí a la ventana más cercana con cortinas. Me senté en
el suelo y crucé mis piernas, apoyando los codos sobre las rodillas.
Había una ligera fisura en la tela marrón, y podía ver fuera.
Los hombres tenían el interrogatorio bajo control, y necesitábamos
vigilar. Gracias a dios, todo parecía calmado.
"¿Cuáles son los planes de Vicent para Belle?"
"Él, quiere hacerle exámenes. Ver que puede hacer y a continuación
usarla en el campo"
"Verdad"
"¿Tiene un antídoto para ella? Preguntó Rome
"¡No!"
"Verdad" Tanner me miró, "lo siento Belle"
¿Lo sentía yo? Parte de mí si, pienso, parte de mí... no.
Rome soltó un suspiro de frustración. "Tratemos esto desde un
ángulo diferente.
¿Tiene Vicent alguna idea del paradero del Dr.?
El hombre movió la cabeza, sacudiendo su pelo contra la frente. "El
Dr. Roberts trató de entrar en el laboratorio ayer, pero fúe
descubierto antes de entrar. Fúe perseguido pero logró escapar de
nuevo".
" Verdad"
"Ahora estamos llegando a alguna parte" Rome se inclino, poniendo
sus manos sobre los reposabrazos de la silla. "¿Porqué quiso el Dr.
Robert, regresar al laboratorio?"
Yo sospechaba que la respuesta era que había ido a dejarme el
"regalo" que él había mencionado en su nota.
Retirándose ligeramente hacia atrás, el hombre balbuceó: "No lo sé,
nadie lo sabía".
"Mentirá", dijo Tanner triunfante.
"¿De verdad necesito torturarte?" Preguntó Rome en voz baja, sin
dejar dudas de que él haría lo que fuera necesario, "Permíteme
presentarte al animal que llevo dentro de mí. "Por una fracción de
segundo, la boca y la barbilla de Rome se alargaron, sus dientes se
extendieron, brillantes afilados y amenazadores.
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"El animal dentro de mí, tiene hambre, mucha… mucha, hambre"
El hombre chilló. "Pensamos que dejó una copia escrita de la formula,
en su oficina"
"pero no hemos sido capaces de encontrarla" Balbuceo
"Verdad"
¡La formula…! ¡Eso es lo que él me estaba dando¡ ¿Qué mejor regalo
tenia en mente, que darme lo que me había hecho, bien, seré yo de
nuevo?
Rome se pasó la lengua por los dientes.
"¿Cuantos hombres tiene Vincent persiguiendo a Belle?"
"No conozco el numero exacto, lo juro, yo solo sé que él la quiere.
Es malo. Cada día envía más hombres a buscarla. Si él estudia su
sangre, podrá hacer más como ella, y sus agentes podrán matar a
todo aquél que se le oponga.
Él dirigirá la para agencia más poderosa del mundo. El podrá decidir
que países ganan guerras.
Decidirá a quien ayudar, a quién destruir. ―Por favor, solamente
déjenme ir. Quiero irme a casa"
"Verdad" dijo Tanner "El solo quiere correr a casa con mamá"
El hombre mando una mirada en dirección de Tanner, pero se
encogió de nuevo cuando Rome gruñó.
"El nunca dejará la búsqueda" añadió el hombre lastimosamente.
"Como usted, él hará lo que sea necesario"
¡Grandioso!
Que táctica más maldita para oír. Mis hombros se hundieron.
¿Vincent le ha dado la formula a alguien más? Pregunté.
"¿Qué sobrevivieran?‖ añadí, recordando que Rome me había dicho
una vez que otros habían muerto.
El hombre sacudió la cabeza. "Tú eres la única" dijo. Esto los hace, a
todos más valiosos para él.
"Verdad"
Reposé mi cabeza en la pared, y miré por la ventana, gimiendo
interiormente.
Gracias a la nota del doctor, yo sabia que había sobrevivido a la toma
de la formula gracias a que él finalmente la había perfeccionado, no
porque yo fuera una especie de monstruo mutante con una sangre
inusual.
¿De todas maneras, Se creería Vincent eso? Probablemente no. Ese
hombre lo era todo acerca de experimentos. ―No trabajaría para él
aunque me capturara‖
"Si él te cogiera, tú trabajarías para él‖ Dijo Rome con tono sombrío.
"El se aseguraría de
ello, incluso si tuviera que destruir todo aquello que amas"
Mi padre, pensé, entrando en pánico.
Lexis está con él, me recordé a mí misma, calmándome, él está
protegido.
"¿Qué hay acerca de los ingredientes de la formula?" Preguntó Rome.
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"¿Los conoces?"
"Roberts borro los archivos", contestó el hombre "destruyó todo el
papeleo y voló‖
No hay manera de que podamos duplicar la formula, no sin una
formula escrita, o Belle, él espera
que las moléculas de su sangre le digan que es lo que le dió
exactamente"
"Verdad"
Rome se enderezó, se quedó así por un momento, sin decir nada, y
hacer nada, con una expresión
cruda y dura.
"He cooperado" Las lagrimas caían por las mejillas del hombre, "¿me
van a dejar ir verdad?" ¿no me van a hacer daño? no le diré a Vincent
de lo que hemos hablado, lo juro, no lo haré".
Tanner no dijo nada, pero le dió a Rome una aguda mirada. ¿Qué
estaba pasando entre ellos?
Moviéndose más rápido que un parpadeo, Rome le dió un puñetazo a
la cara del llorón, al instante, su lamento se detuvo, y calló
inconsciente.
¿Por qué lo hiciste? pregunté levantándome, " Tenía razón, cooperó"
"El te habría matado si hubiera tenido la oportunidad", Dijo Rome. Su
voz era baja y ronca, rezumbando rabia silenciosa. "Tiene suerte de
que no le corte en trozos"
"Verdad" Rome agitó su cabeza. "Basta, Tanner"
"Si" dije. "Mejor no me hagas esa cosa de Verdad o mentira. Nunca.
O te haré daño"
El sonrió, "Verdad", dijo, y yo le enseñé mi puño.
"Vámonos."Rome cogió su bolsa y se la echó sobre los hombros"
Tenemos algunos planes que hacer.
"Espera" Miré de cerca al hombre. Rome tenía razón. El tipo nos
hubiera hecho daño si hubiera podido. Todavía podría hacerlo, algún
día si tuviera la oportunidad. Nadie amenaza a mis hombres y sale
ileso.
Me metí en mis más oscuras, más frías emociones, dejé al miedo
empaparme hasta que mis
dedos se durmieron, hasta que se formó una mezcla de tierra y hielo,
tal y como lo había
hecho ese día en casa de Lexis, le lance la bola. En el momento en
que le tocó, le envolvió una
caja de hielo. Se deshelará (pienso), pero no por un largo rato
(esperé).
Me froté las manos. "Ahora podemos irnos"
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En todo el camino de regreso a la cabina, Tanner exponía una y otra
vez cuan maravilloso había sido, lo genial que fue, como las chicas
estarán alrededor de él ahora. Amaba que estuviera tan orgulloso de
sí mismo. Había hecho un buen trabajo (a excepción del tiro a
ciegas,). Pero no podía dejar de pensar en la nota que habíamos
encontrado—y eso que yo posiblemente no podía encontrar la
fórmula. Miré. ¿Que estaba mal en mi?
―—entonces, fue alucinante,‖ Tanner dijo, otra vez cortando mis
pensamientos. ―La única cosa que podía haber sido más genial es que
hubiera sido grabado. Piénsalo. Podía hacer ver el DVD en cada cita,
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y te garantizo que todas las chicas se volvería desesperadas por
montar el Expreso Tanner.‖
Rome extendió el brazo y subió el volumen de la radio. Mientras
Gwen Stefani rockeaba en los altoparlantes, el unió nuestras manos.
Su calor y fuerza así como sus callos me calmaban. Le eche una
ojeada. El mantuvo sus ojos en el camino, así que tuve el beneficio
de estudiar su perfil. El era tan salvaje de lado como lo era de frente,
con una afilada nariz, con severos pómulos y una dura barbilla.
Cortada del cristal, cincelada del acero, ese era Rome.
El se veía como si quisiera matar personas al hablar con ellos, aun
ahora mismo el iba con delicadeza trazando su pulgar a través de los
picos y valles de mi palma. Tan contradictorio, tan misterioso. Quería
arrastrarme dentro de su cerebro y aprender todo acerca de él.
Quería saber sus pensamientos, sus sentimientos, ¿sueno como una
chica loca, no? Pero no puedo evitarlo. El me fascinaba. El estaba
destinado a amar a alguien con todo su corazón. Lexis lo había dicho.
Más que nunca. Quiero a alguien que sea como yo. Imagina toda esa
feroz masculinidad dirigida hacia ti. Oh, solo el pensarlo me hace
tiritar. El seria un solicitado amante exigente. El podría esperar una
total falta de fe y no tolerar nada más. Y el daría lo mismo a cambio.
Ciertamente el conocimiento se me subió a la cabeza. Y aún, si le doy
a él mi corazón, todo lo que tengo para dar, y no soy la mujer para
él, estaría destruida. Como Lexis, ¿tendría la fuerza para renunciar a
él, en lugar de dejarlo quedarse conmigo, sabiendo que el anhelaba a
otra? Mis dedos se apretaron alrededor de su mano como si tratara
de mantenerlo cerca, para que no se fuera lejos de mí.
Probablemente le cause a Rome más dolor físico, sin mencionar los
mundanos desastres, que alguien alguna vez haya conocido. ¿Por qué
tener una chica como yo cuando se puede tener a alguien como
Lexis? Alguien preciosa, inteligente, rica. Alguien quien podría tener
un trabajo por más que solo unos cuantos meses. Ok, días.
Sentía ya mis ya crudas emociones intentando crear algún tipo de
reacción física—lluvia, nieve, un poco de todo. Sin embargo, yo había
sido empujada al borde hoy, y no pasó nada. Di un suspiro de alivio.
No quería que Rome supiera cómo me estaba sintiendo. No cuando
no sabía cómo me estaba sintiendo. Rome uso su mano libre para
apagar la música. Bendito silencio; Tanner había dejado de hablar.
Me asomé sobre mi hombro, sólo para ver al niño dormido en el
asiento trasero. Su cabeza colgaba a un lado. Los rayos de luz de la
luna se reflejaban sobre él, y esas pestañas proyectaban largas
sombras en las mejillas.
―¿Estás bien?‖ Rome me preguntó
Para preguntar o no preguntar que tenía ¿donde-estamos nosotros?
Pregunta odiada tanto por los hombres… Quiero decir, que ni siquiera
habíamos dormido juntos todavía. ―yo nosotros Solo estoy nerviosa
por mi padre‖. Termine sin convicción. No quería que Rome saliera
corriendo de mí con temor. No quería que él tuviera miedo de llevar
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nuestra relación al siguiente nivel porque esperaba más de él de lo
que podía dar. El apretó mi mano. ―Dale una llamada a Lexis,
entonces. Ella tiene celular y es una línea segura‖ El me soltó, tomo
su celular, marco, y entonces me lo paso a mí.
Lexis contesto en el momento en el que coloque el teléfono en mi
oído. Mi papa estaba bien y estaba durmiendo, ella me aseguro.
Nadie ha tratado de lastimarlo. Nada serio ha pasado, y ella no previó
que nada malo pasaría, a cualquiera de los dos. Además, mi papa no
había dejado de coquetear con ella, el pícaro. Libere un reprimido
respiro de alivio deslizándose a través de mí.
―¿Cómo esta Rome?‖ ella me preguntó, su voz quieta, indecisa.
Forcé mi mirada para mantener mi cabeza en alto. ―Bien‖.
Ella pauso. ―Cuida bien de él‖
―Lo haré‖ Colgamos, y coloque el teléfono en el salpicadero.
―Tu papa está haciéndolo bien.‖ Rome dijo
Asentí con la cabeza. Mis labios se presionaron. ―Coqueteando, como
siempre‖
El me lanzó una mirada de orgullo. ―Lo hiciste bien hoy‖
―Aparte de patearte en tu propio trasero‖. Dije secamente
El dio una pequeña pero genuina sonrisa.‖ Si… Aparte de eso. Tú nos
metiste en la puerta dos veces. Has creado la tormenta que nos
metió dentro de la casa sin ser detectados. Y tú no quemaste nada"
―Dulce progreso‖ respondí con una sonrisa. ―Así que ¿vamos a
irrumpir en el laboratorio mañana?‖
El asintió con la cabeza. ‖Será más difícil que esta noche. Mucho más
difícil que esta noche, en realidad. Habrá seguridad por todos lados.
Lexis me dijo una vez que el edificio tenía censores de calor. Pisos
sensibles al peso. Detectores de movimiento y scanners de ojos‖
―Entrar suena imposible. Sin mencionar peligroso‖
―Nah‖ El dijo. ‖Suena divertido‖
Rodé mis ojos. Pero estaba riéndome por dentro. Qué cosa tan chico
macho para decir. Qué cosa tan Rome para decir. ―Apuesto a que
habrá guardias. Armados para matar‖ ―has ganado esa apuesta‖
Mi corazón se detuvo en la facilidad con la que habló de hacer frente
a los asesinos de gatillo feliz. "¿Cómo vamos a entrar? Tanner y yo
somos, y yo no debería tener que recordártelo, aficionados. Es más
probable que te atrapen a que de alguna ayuda‖.
―Sabes que eso no es verdad. Fui o no fui yo el que te dio las gracias
por lo maravillosa que estuviste esta noche. Tu pateaste el trasero
más importante‖
―Pudiste haberlo hecho sin mi‖. Murmuré
―Cierto‖. El dijo. Imitando a Tanner.
Di un resoplido. ―Eres divertido. No‖ Lo habría matado al decir, No mi
dulce belleza. Hubiera fallado si no estuvieras ahí para salvarme. ¿Era
eso pedir demasiado?
"Este trabajo que viene, aunque..." Su voz se apagó y suspiró.‖ Te
necesito, Belle. Realmente no seré capaz de hacerlo solo‖
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Esa confesión me sobresalto. ¿Lo habría dicho para tranquilizarme?
Si. ¿Lo haría? No lo creo. Ese no era el estilo de Rome. El siempre
decía lo que pensaba, y nunca diluía la verdad. No importaba cuanto
doliera. El me necesitaba y no tenía miedo de admitirlo. Dios, enserio
me gusta este hombre. Más que gustar. Lo admiro, confió en el, lo
deseo.
―No tienes que irrumpir en el laboratorio, lo sabes‖. Dije. ―no tienes
que ponerte en peligro cuando no tendrás nada a cambio‖
―Tendré algo a cambio. Yo te ayudo. Tú me ayudas, ¿Verdad?‖
―Cierto‖. Dije suavemente. ―pero aún no has descubierto la forma en
la que puedo ayudar‖.
―Lo haré‖
―Cualquier cosa que necesitas que haga. Lo haré‖ Ahora. Mañana. Y
no importaba. Cuando él me necesitara yo estaría ahí.
―Gracias‖. El enlazo nuestros dedos de nuevo.‖ No te preocupes.
Encontraremos la forma de tener éxito. En todo‖
Unos carros nos pasaron zumbando. Rome se estaba asegurando de
solo ir unas pocas millas por encime del límite de velocidad. No
queriendo que le pararan o que atraer la atención hasta nosotros. Los
árboles pasaron rápidamente por la ventana. La luna estaba alta y no
podría comenzar su descenso durante horas todavía.
―¿Dónde vas a esconder a Sunny?, ¿lo sabes?‖ le pregunte
―En una casa segura en la Zona central‖ Se apoyo en la cabecera con
una leve sonrisa.
―Realmente vamos a vivir como una familia por primera vez en años.
La llevare de compras a la tienda de comestibles. Para el parque.
Natación. Todas las cosas que las familias hacen‖
Familia. Sus palabras eran un duro recordatorio de que yo no era
parte de ella. El no me pidió ir con el después de que lo ayudara, y no
iba a invitarme sola. Lexis y Sunny eran su prioridad número unoLexis porque era la madre de Sunny- y era como debía ser. Aun así,
duele. Duele mucho. Y todo dentro de mí se desmorono. En ese
momento, me di cuenta. Yo posiblemente no podía ser la mujer que
estaba destinada a pasar la vida con él.
Afiladas redes de dolor se lanzaron sobre mí. Cortando profundo. Muy
profundo.
¿Permitiré que eso me detenga de disfrutarlo a él? No. Demonios, no.
Lo he tenido tanto tiempo como he podido tenerlo a él. Sin
arrepentimientos. Yo no quería mirar hacia atrás hacia mi vida y
preguntarme que pudo haber sido. Que placer podría haber
compartido.
―¿Tu jefe ira por ti?‖ conseguí preguntar. Dentro estaba rezando para
que no sonara como roto o hueco para él, como lo hizo para mí
misma.
Rome pareció no notarlo. ―Él puede ver. Pero eso no significa que lo
encontrara.‖ El pauso por un momento. ―el no es un mal hombre.
Como dije, el ama a Sunny. Creo que con el tiempo él se dará cuenta
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de que esto es lo mejor para ella‖
―Tendrás que disculparme si estoy en desacuerdo contigo. Yo pienso
que es malo. El quería neutralizarme. Querer neutralizarme eso es...‖
Buen trabajo Belle. Mantenlo ligero. Mantenlo impersonal.
―El quería eso por razones de seguridad‖
―No la mía‖
―No. Del Mundo. Hace un par de días atrás. Estuve de acuerdo con él,
¿recuerdas? Pero tú no piensas que soy malvado‖
Ignore la última parte de sus palabras. ―Si una mujer tuviera que
morir para proteger el mundo, no es gran cosa, ¿es eso lo que estás
diciendo? Podría haber llegado a mí y que podríamos haber hablado
de eso como dos adultos civilizados‖.
―No, el no podía. Vincent está detrás de ti, también‖ Rome pauso.
"Quizá ahora una reunión es algo que sería bueno para ambos, sin
embargo. Una vez que John escuche lo que puedes hacer,
neutralizarte será la última cosa en su mente. El te querrá en su
equipo‖
Resoplé. ―¿Que si él me ve, aparece un límite en mi templo primero y
hace preguntas más adelante?"
―‖Existe un límite‖‖Un pequeño ladrido de risa escapo de él.‖Ahora
suenas como Tanner‖
Mi mirada cayó a mis pies. Un pastel de barro húmedo a mis pies y
rayado la alfombra.‖ Si tu jefe llega a conocerme y quiere encerrarme
en la Villa Chateau, ¿qué harías? ¿Traicionarlo a él- o a mi?‖
El pausó. Una larga, horrible pausa. ¿Porque el tenia que pensar
sobre esto? Significaba menos para el de lo que pensaba.
―No tienes que preocuparte por eso‖ Rome finalmente respondió. ―No
dejare que nadie te lastime. O experimente contigo, o te encierren‖
Dulces palabras. Palabras que me tocaron profundamente. Pero ¿Qué
pasa cuando el no esté cerca? ¿Qué hay cuando él me deje? Tú
cuidas de ti misma, ¡eso es! Si, lo haría, estaría bien sin Rome. Me
asegure a mí misma. Así que ahí, que mi corazón se sienta como si
estuviera roto en mil pedazos. El coche disminuyó en un camino de
tierra escondido entre dos gruesas arboledas. Mientras más lejos
manejábamos, más gruesos se convertían los árboles, y era menos
evidente la vía. Ramas y hojas abofeteaban el coche. Finalmente ahí
no había camino que podía distinguir, y Rome tenía que retorcer y
girar la rueda para evitar golpear algo. Arriba y abajo reboté.
Después de un tiempo, la pequeña cabina se vino a la vista,
iluminado por los rayos de luz de oro de la luna. Yo no supe que
estaba allí, hubiera pensado que era una gruesa pared de arbustos y
madera olvidado.
Rome aparcó el carro en reversa. ―"Espera aquí mientras me deshago
de la pista de llantas".
Yo asentí. "Ten cuidado".
―Siempre‖ el dijo, destellándome una sonrisa. Él salió del coche y
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desapareció en la noche.
Volviendo hacia el asiento de atrás, aplaudí a Tanner en el hombro y
le sacudí. "Despierta, solecito".
―Lo estoy‖ el dijo sin vacilar. Su voz no tenía rastro de sueño. Sus
ojos estaban abiertos y no gradualmente. Un minuto le parecía
dormido, el próximo no.
―¿Cuánto tiempo has estado despierto?‖ demandé.
Se levanto y se cepillo el pelo fuera de su frente. ―Todo el viaje. ¿De
qué otra forma iba a escucharlos a escondidas a ti y a Rome? ¿De
verdad vas a dejar que te deje detrás de él cuando va a ocultarse?‖
Me volví la espalda y mire por la ventana.‖ No es como si tuviera otra
elección, Tanner‖
―Siempre hay una elección‖
―No cuando se trata de los sentimientos de alguien más‖ dije
―Puedes luchar por el‖
Cerré los ojos un momento e incliné mi cabeza contra el asiento.
―Quiero un hombre que quiera estar conmigo. No quiero obligarlo a
quedarse, obligarlo a que me mantenga con el‖
―Rome se preocupa por ti. Puedo sentirlo como olas que salen de él
cada vez que te mira‖
―A veces eso no es suficiente‖ le dije suavemente.
El maldijo. ―Ese es el orgullo hablando‖
―Tú no sabes nada acerca de relaciones, ¿de acuerdo?‖ Torcí el
dobladillo de mi camisa entre mis dedos, el endurecimiento de los
materiales en torno a mi nudillos y cortando mi circulación. "Así que
no intentes entregar asesoría. "
―Puede que nunca haya tenido sexo‖ el dijo oscuramente. ―Pero he
amado. Podré ser joven, pero he sufrido mi parte de perdida. No
trates de actuar como si no se de lo que estoy hablando simplemente
porque tú no tienes el coraje de mantener a tu hombre‖
Enojo y vergüenza trataron de esparcirse en mí, pero no los deje. No
necesito las complicaciones de otro incendio. Además, Tanner tenía
razón. Mucha razón. El amo a sus padres y los perdió. El conoció el
dolor íntimamente. Y yo estaba actuando como una cobarde.‖Lo
siento‖. Me volví hacia él. El miro lejos de mí y dijo encogiendo los
hombros. ―No te preocupes por eso‖
Estaba tratando de actuar indiferente, pero yo sabía que lo había
herido. Quería hacer lo correcto. No merecía mi lengua afilada. No
después de todo lo que habíamos hecho. El estaba luchando en una
guerra por mí. Arriesgando su vida por mí Y joven como él era. El era
un hombre. Como Lexis había dicho, el solo tiene que madurar un
poco.
―Tanner—―
La puerta del lado del conductor se abrió de repente, y Rome metió
su cabeza dentro‖ Todo limpio‖
Mis movimientos eran lentos y cansados cuando salí. Tanner estaba
detrás de mí, caminamos fatigosamente hacia la cabina. El seguía sin
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mirarme. Quería pedir disculpas de nuevo, pero me espere hasta que
fue más receptivo para hacerlo.
Antes de que llegáramos al porche, Rome avanzo a mi lado y
estrecho mi mano. Trayéndome a una parada.
―Tanner, ve adentro. Descansa un poco. Belle y yo nos uniremos a ti,
dentro de un rato‖
Abrí la boca para preguntar qué estaba pasando, pero Tanner
murmuró: "Tómense su tiempo", y entró sin nosotros.
Rome tiro de mi hacia el poblado de árboles. ―Hay un estanque aquí
fuera‖ el dijo
―¿Y?‖
―Y vamos a nadar en el. Solos. Entonces cualquier otra cosa que
creemos que haremos‖
Oh. Oh. De repente ya no estaba tan cansada. El calor hormigueo a
través de mí. Calor y lujuria y aparentemente una inextinguible
hambre. La racional, parte de mantente-fuera-de-problemas de mi
cerebro trato desesperadamente de recordarme de que el futuro
estaba en tienda. Rome se va a ir. Cuando todo esto termine el
va a dejarte.
Tal vez sea de tontos de mi parte, pero sigo rehusándome a que se
arruine el aquí y ahora. Tenía en guardia mi corazón. Mantuve mis
emociones en una correa apretada. Pero disfrutaría a este macho
alpha, mientras podía.
Sin arrepentimientos. Me recordé a mí misma. Pronto los arboles se
abrieron, y revelaron un largo oasis. Una profunda agua formó una
atrayente ovalada.
Redondeadas líneas el filo en media luna, y flores rosas floreciendo
alrededor de ellas, un marco perfecto.
Cintas brillantes de la luz de la luna y rizos de niebla durante el
fantasma plateado líquido, lo hizo brillar como el vidrio pulido.
Insectos de luz parpadearon como románticas velas.
La belleza de la zona engancho mi aliento, y yo temblaba.
"¿Sabe por qué te traje aquí?" Rome me preguntó.
"Sí", le contesté. Y yo estaba más que lista para comenzar
ROME GIRÓ PARA VERME. Y yo gire para verlo. Nuestras miradas se
encontraron, calor, el calor dentro de mí quemaba bajo mi piel. Lamí
mis labios. Parecía que había esperado desde siempre este momento.
Tal vez lo hice.
―¿Nerviosa?‖ pregunto.
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―Si.‖ No trate de negarlo.
―También yo.‖
Mis ojos se abrieron como platos. ―¿Tu? Nunca pensé que algo así te
ocurriera.‖ Entonces una idea vino a mi mente, y encogí mis
hombros. ―Entiendo. Tienes miedo de que cause un incendio forestal
o algo.‖
La luz de la luna mostró sus facciones, bañándolos como si fuera oro.
Sus ojos brillantes destellando un azul intenso, destellos. ―No, Nada
de eso. Voy absorber cualquier calor que crees.‖
―Entonces ¿porque estas nervioso?‖ pregunte, confusa.
―Quiero ser el mejor para ti. Quiero que te incendies. Una y otra vez y
de nuevo. Quiero hacer que te vengas.‖
Podía sentirlo todo dentro de mí como una cosquilla de alegría, con
gozo. Con mucho placer. Una humedad corrió entre mis piernas, un
torrente. ―ya lo hiciste‖ dije.
―Más,‖ contesto. Bajo la cabeza lentamente hacia la mia.
Me puse de puntillas, nos encontramos a medio camino. Al momento
de tocarnos, abrí mi boca para el, y su lengua barría con fuerza. Su
sabor se me esta volviendo una adicción—hombre salvaje, a bestia
salvaje—inundándome.
Tomo su tiempo con el beso, danzando con mi lengua, explorándome.
Disfrutándome. Mi sangre hirviendo, mis huesos estaban líquidos. Me
derretía por el.
―Tu sabor es tan bueno,‖ dijo. ―hueles tan bien. Eso fue lo primero
que note de tí. Estabas terriblemente enferma, pero olías a manzanas
y canela y completamente a mujer.‖
Mientas hablaba, colocó la yema de su dedo en mi pecho, sobre la
punta erguida de mi pezón, la sensibilidad plena en mi vientre.
Mientras lo toca, tiemblo. Agarro el dobladillo de mi camisa y
despacio trabajando en ello me la saco por la cabeza, luego lo dejo
caer sobre nuestros pies.
Le hice lo mismo, deleitándome con sus músculos mientras iban
siendo revelados, y sentir la sensación de terciopelo recubierta de
acero. Ansiaba lamer cada centímetro de él. Saboreándolo, tener su
pene dentro de mí, duro, caliente y ansioso. Envolviéndolo con mis
piernas alrededor de su cintura y que se hundiera mas profundo
dentro de mi.
―tu turno,‖ dijo. Llego hacia mi espalda y desabrochando mi brasier.
Mis pechos saltando libres, adoloridos por él. Los apretaba y hacia
que los pezones me dolieran.
Jadee por la sensación que me devoraba, la necesidad que me
consumaba. ―Ahora.‖ le quite la funda del arma. Me temblaban los
dedos, así que me tomo más tiempo del que quería, pero la correa de
un color negro fino estaba en un charco de ropa.
Cuando trate de desabrochar el pantalón, chasqueo su lengua, el
sonido áspero y agudo. ―no llegas dos veces en una misma fila.‖
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Desabrocho el botón de mi pantalón, lo dejo por mis caderas, luego
mis piernas, ―Doy un paso y me lo quito.‖
Estaba tan adolorida que no tenia fuerzas para obedecer. Tuve que
sujetarme de sus hombros para no caerme. Un fragmento de luna lo
iluminaba, mi ángel de la oscuridad Se distancio, envolviéndome con
su Mirada fija. Solo un par de bragas de encaje me protegían.
Generalmente me sentía comoda con mi cuerpo. No tenia carro, me
toca caminar mucho, me mantenía en forma. Pero ahora con Rome
viéndome así… ¿le gustara lo que ve? ¿Me vuelvo hacia el?
―Quítatelas,‖ jadeo. ―Tengo que decirlo dos veces. Soy mas grande.‖
Coloque mis dedos a un lado de mi ropa interior. Rome aun tenia sus
pantalones, y si hacia lo que el quería, estaría completamente
desnuda. Definitivamente expuesta. Un poco desalentador pensé,
pero…temblaba hasta mis piernas, dando un paso me las quite y me
enderezo. Nerviosismo mezclado con mi excitación, una combinación
de frió y caliente. Deseaba que dijera algo, lo que sea. Deseaba que
me tocara.
Como si el supiera mis deseos mas profundos y buscara satisfacerlos,
extendió la mano dando círculos con un dedo en mi ombligo,
diciendo, ―Eres, sin ninguna duda, la mujer mas sexy que haya visto.‖
Contuve la respiración. Las palabras eran tan ásperas que apenas
entendía lo que dijo. Cuando comprendí exactamente lo que dijo,
cualquier duda que tenia sobre mi decisión de estar con el tuvo la
mas dulce muerte. Todos mis sentidos a flor de piel por culpa del
deseo tan abrasador dentro de mí.
No se los quito rápidamente, furiosa, con sus pantalones, sin
contentarme por ver lentamente como se desnudaba. Finalmente,
también, estaba desnudo.
Me deleite viéndolo. Los rayos de oro de la luna rindiéndole tributo.
Era un filete de músculos atados con fuerza. Era grande y fuerte,
completamente majestuoso, y lo necesitaba dentro de mí.
Ninguno dijo una palabra solo dimos un paso el uno hacia el otro en
total armonía. Jade, gruño. Sus brazos cerrados alrededor mío, mis
brazos cerrados alrededor de el. Nuestras lenguas danzando juntas, y
su aliento volviéndose el mío. Ardí para el, tal cual había querido. A
pesar de mis emociones destrozadas y a carne viva, sentía pasión
quemando dentro de mí, fluyendo de mí hacia Rome.
Al instante capturado y enjaulado el calor. Ola tras ola golpeándonos.
Un gemido ronroneo de mi garganta. Mis manos estaban por todas
partes en el—su espalda, su estomago, su pene. Deje que mis dedos
recorrieran su tamaño, largo y grueso, y mi otra mano agarre el peso
de sus testículos.
Dijo algo entre dientes y con una respiración desigual. Y de pronto
me estaba cayendo, cayendo hacia atrás. El beso no se interrumpió.
En lugar de caer al suelo como esperaba, caí encima de Rome. Dio
vuelta, tomando el peso de la caída para él.
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―Siéntate ahorcadas sobre mi,‖ algo así dijo. Lo hice. Con mucho
placer. Mis piernas alrededor de su cintura, colocando en mi entrada
la punta de su pene. La sensación de carne contra carne ya lista me
éxito. Tiro de mí hasta que mis pechos raspaban el suyo. Oh, que
raspadura más deliciosa. Luego el se deslizo hasta tener mi pezón en
su áspera boca. Mientras chupaba y lamía y su pene aun sin
penetrar. Me arqueaba y tensa para el.
Sensaciones tras sensación placentera pasaban por mi. Su
delicia……la intensidad desenfrenada. Atrapo mi otro pezón, dándole
la misma atención que al otro. ―Rome,‖ dije, su nombre como una
suplica desesperada. Arriba y abajo, frotaba su pene. El fuego en mi
sangre continuaba derramándose hacia el. ―me voy a—‖
―Correte en mis dedos,‖ me ordeno. Me alcanzo, mientras sus dedos
movían sigilosamente sobre mi estomago, pasando por mi vello
pubico. ―jodeme como lo hiciste antes. He pensado en ello miles de
veces y se endureció mas.‖
Temblé, me levante un poco y le di acceso completo. El hundió dos
dedos dentro de mí. Eso era exactamente lo que quería que hiciera,
una parte de él dentro de mí. Me corrí en sus dedos como el ordeno,
como buscaba, cabalgarlos hacia la satisfacción.
―Eso es todo,‖ elogio.
Mi cabeza cayó hacia atrás, y un grito salio de mis labios
entreabiertos. Se siente…tan…bien. Había luces intermitentes le guiñe
un ojo cuando estalle. Pedazos de mi cuerpo se elevaron, hacia las
estrellas. Si bien las paredes en mi interior se apretaban y liberaban
una marea de placer se apoderaba de mí. No se cuanto duro el
orgasmo, pero cuando los últimos espasmos se fueron me derrumbe
sobre el pecho de Rome.
Nos tiro. Extendió la mano, agarro sus pantalones y busco dentro de
los bolsillos. Con su expresiones tensas, saco un condón.
―¿Cuando pusiste eso en tu billetera?‖ pregunte jadeando.
―Después de conocerte, puse un condón en cada pantalón que
tengo.‖
Arqueé mis cejas y rió en silencio. ―¿Tan seguro estabas de conseguir
un revolcón?‖
―Tenía esperanzas.‖ Un sudor corría por su frente. Con los músculos
apretados, listos para ser liberados, rodó el condón sobre su largo
pene, y su boca cubriendo la mía. Consumiéndonos. Alimentándonos
de beso en beso.
No había pensado que fuera posible, después de estar satisfecha en
un punto culminante en mi mente pero en segundos comencé a
excitarme de nuevo. Arqueándome y retorciéndome contra el. Me
esforzaba. Ronroneaba y jadeaba su nombre.
Grito el mío.
―Dentro de mi ahora.‖ gruño.
―Dentro de mi ahora‖ ordeno. Abrí mis piernas, mis tobillos se
anclaron en su espalda. Dios, si.
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Entro en mí, con golpe. Hasta la empuñadura. No más juegos
preliminares. No mas despacio estábamos lejos de hacer eso. Mi
espalda se arqueaba. Grite. Mis nervios quemándose. Las flamas
saliendo. Rome enjaulándolas dentro de si, y creo que debe haber
aumentado su propio placer porque salio de mi y me llevo a casa de
nuevo. Duro. Dentro y fuera. Una y otra vez. Golpeando con fuerza
uno contra el otro. El placer aumentaba con cada golpe
desenfrenado. Mis pezones frotándose contra su pecho en una
fricción decadente.
Me beso de Nuevo, nuestras lenguas peleando. Siguiendo el mismo
patrón de dentro y fuera de nuestros cuerpos. Mis ojos cerrados
mientras saboreaban un impulso frenético. Y a continuación los abrí—
me obligue abrirlos, quería verlo. Observar su rostro. Vi destellos de
la bestia dentro de él, destellos de pieles y colmillos, y que Dios me
ayude, me excitaba todavía más, me empujo hacia el precipicio una
vez más. Otro terrible orgasmo dentro de mí.
―Belle,‖ rujio, y también, exploto. ―Belle, Belle, Belle.‖
Después, estuve en los brazos de Rome por un largo tiempo.
Agradecida, de que el único fuego que había comenzado fue dentro
nosotros. Los árboles estaban intactos. Los animales en sus propios
asuntos sin interrupciones.
Mi cuerpo dolía de satisfecho. Hacia un mucho—mucho--mucho—
tiempo para mi, y nunca nada como esto. Sudor resbalando por
nuestra piel, pegándonos. Me estire lánguidamente. ―Voy a nadar,‖
anuncie.
―Mmm, pero quiero que te quedes en mis brazos.‖
Le plante un beso en su delicioso pecho y me levante. Mis huesos
protestaron, pero me forcé a mi misma a permanecer de pie. Si
permanecía un momento mas en sus brazos, mas pensaría en lo que
habíamos hecho, mas profundo seria mi amor por el. Seria adicta a él
―Me gusta la vista,‖ dijo, su tono con profunda admiración.
Le di una sonrisa por encima de mi hombro y cuando di un paso hacia
el agua. La frescura me rodeo, haciéndome temblar. Me sumergí,
para calmar mis mejillas sonrojadas y permanecí ahí todo lo que me
permitieron mis pulmones antes de tomar aire. El estanque era mas
profundo de lo que había pensado. Y tranquilo. Chapoteaba tratando
de mantenerme a flote.
―Ven aquí,‖ dije. Estaba cubierto por las sombras, apenas podía verlo
de donde estaba
―No, tú ven aquí,‖ dijo, con un tono muy serio. Sin una pizca de
burla.
―Solo quieres verme desnuda de nuevo.‖
―En realidad‖ su sombra se puso mas alta cuando se paro. ―no quiero
ser comido por ese caimán.‖
Grite—un grito-estridente, el-fin-del-mundo-en gritos-Salí del agua lo
mas rápido que pude. Y me lance a los brazos de Rome, mi corazón
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latiendo tan rápido que pensé se me iba a salir del pecho.
Se reía. ¡Cabrón!
―Eso es lo que mereces por seducirme.‖
Presione mis labios juntos para no reírme, también. ―Juegas sucio,
señor. Masters.‖
―Tenias razón.‖ Froto mis mejillas con su nariz. ―Realmente quiero
verte desnuda de nuevo. Lo siento. Si te asuste.‖
―Seguirás sonriendo cuando nunca mas te deje verme desnuda‖ me
vestí, y de mala gana se vistió. ―Atrápame si puedes,‖ dije y corrí a la
cabina
Rome corrió detrás de mi, su risa inundo la noche, amaba ese sonido,
no ríe con mucha frecuencia. Coloco su brazo alrededor de mi cintura
y me condujo a la cabina que estaba con las puertas abiertas. ―vas
a—‖ se detuvo abruptamente y olfateo el aire. Una Mirada extraña se
paso por su rostro, desapareciendo su buen humor. Se puso rígido.
―Ve al carro,‖ dijo silenciosamente.
¿Que diablos sucede? Me di vuelta, pero—
―No hay necesidad de marcharse,‖ una voz desconocida llamó de
dentro de la cabina. ―Podrías dejarla entrar, ya que le pegaré un tiro
a ella si toma un paso solo hacia el coche.‖
La voz me asustó, y giré atrás.
Esperaba que Rome se transformara en su forma de gato. Atacar, al
menos. En cambio, él anduvo a zancadas alegremente dentro,
tirándome detrás de él y manteniéndome protegida del forastero con
su cuerpo grande.
Tratando de no infundir pánico, busqué a Tanner. El niño se sentó en
el canapé, y nuestras miradas fijas se cruzaron. Él estaba pálido, pero
él estaba vivo y parecía ileso. Me relajé un poco.
Cuando Rome dio un pasó abrupto en la tierra, no me quedé detrás.
Me moví a su lado. Él me echó un vistazo sorprendido, como si él no
podía creer que yo hubiera decidido luchar con él antes que
mantenerme protegida, pero también había orgullo en sus ojos.
Entonces su mirada fija se deslizó en el intruso. La mía también lo
hizo, — y mi boca se cayó abierta en la visión de el hombre.
Él era un ángel caído directamente del cielo. El hombre más
magnífico que yo había visto alguna vez holgazaneaba en el único
sillón reclinable de la cabina. Su pelo era tan rubio que era casi
blanco, casi plateado. Sus ojos eran extraños — extraordinariamente
extraños. Ellos eran de plata metálica y parecían tan… brillantes. Sí,
brillantes. Chisporreantes de energía. Sus rasgos estaban
perfectamente proporcionados –una nariz inclinada, pómulos altos,
labios rosados llenos.
―Él no tiene un arma,‖ le dije Rome por el lado de mi boca. ―Él está
desarmado.‖
―Ah, él está armado, pero su arma es mucho peor que un arma.‖ Con
apenas un hecho una pausa, Rome saludó con la cabeza en
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reconocimiento y dijo, ―Cody. Lamento que yo no pudiera decirte que
es agradable verte otra vez.‖
Entonces. Ellos se conocían el uno al otro. Yo no sabía si había que
estar cómoda con esto o no. Por todo lo que yo sabía, este tipo podría
odiar a Rome y quererlo muerto.
―Aparqué unos caminos atrás y limpié mis pistas,‖ dijo Cody. ―Espero
que no te opongas."
―Resulto tener un problema grande con eso.‖ Doblé mis brazos juntos
y recé que pareciera fuerte y amenazante.
Sus labios angelicales levantados en una sonrisa amenazante. ―Que
mal.‖ Él devolvió su atención a Rome.
―Estoy contento de que ustedes dos finalmente decidieron unirse a
nosotros.
Estuvimos a punto de venir a buscarte. Por qué no tomas un asiento
con tu mujer y el muchacho.‖ Era una declaración, no una pregunta.
Eché un vistazo a Rome. Él dio una cabezada casi imperceptible de su
cabeza. Su boca estaba comprimida, firme.
Su mandíbula estaría apretada.
¿Debería yo esperar una señal para freír o no? Si yo creara una
distracción, él y Tanner podrían escaparse.
"¿Debería yo comenzar un fuego?‖ Susurré. Si yo pudiera. Yo no
estaba segura que yo tenía la energía.
El hombre, Cody, pronunció una risa corta carente del humor. ―Si
quieres un fuego, dulce, yo puedo comenzar uno.‖
―Siéntate,‖ Rome me dijo. ―No hagas nada.‖
Me tire de mala gana al lado de Tanner. El muchacho se metió contra
mi lado y agarró mi mano. ―Siento lo de antes,‖ susurré.
Él saludó con la cabeza en reconocimiento. "¿Conoces a este
perdedor?‖ él me preguntó silenciosamente.
Negué con mi cabeza.
―Rome y yo trabajamos juntos,‖ suministró Cody, como si Tanner le
hubiera hecho la pregunta a él.
Ah. Ah. ¡Mierda! No es bueno, no es bueno en absoluto. Con la mayor
probabilidad, Cody debía detenerme aquí y llevarme a John. Un fuerte
terrón se formó en mi garganta (¿cuántos de aquellas cosas había
tragado yo últimamente?). Solté la mano de Tanner y sepulté las
mías entre mis rodillas, encubiertamente estirando mis dedos. Usar
mis emociones sería difícil. Tenía un tope, por decirlo así. Pero yo no
dejaba esta cabaña. No sin una lucha. Las órdenes de Rome podrían
olvidarse.
Cody alivió sus pies, que se ponen en guardia con Rome. Los dos
hombres pusieron la nariz para escarbar.
―John quiere verte. Mi trabajo era encontrarte, luego a la muchacha.
Pero veo que me salvaste de un problema. ‖
Él hizo señas a mí con su barbilla, luego se volvió atrás a Rome. ―No
has llamado en un tiempo. Estuvimos preocupados, pero ahora veo
que no había ninguna necesidad‖. Había acusación en su tono.
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―No permitiré que se la lleven,‖ Rome dijo con calma mortal.
Cody arqueó una ceja negra, el color áspero un contraste
sorprendente para su pelo pálido. "¿Entonces es así, verdad?‖
Rome asintió con la cabeza.
―Esto es. No la quiero reclutar.‖
―Sabes las reglas. Sabes cómo funcionan las cosas. Tomaste la
asignación. Ahora debes terminarla o se terminará por ti.‖
―Ella no se ofreció como nosotros, Cody.‖
―Esto no cambia la estructura de tu asignación.‖
―Ella se queda.‖
―Ellos no le harán nada que no nos hicieron a nosotros,‖ dijo Cody,
exasperado.
―Te dije. Nos ofrecimos. Ella no lo hizo.‖
―No importa. La cosa es que ella es peligrosa. Ella puede comenzar
fuegos.‖
―Tanto como alguien con una lámpara,‖ Rome respondió.
―Las lámparas no puede causar tormentas,‖ contestó Cody. ―Tampoco
ellos pueden congelar edificios.‖
―Lograrás que ella congele tu culo, si sigues hablando‖. Tanner gritó.
Los hombres no hicieron caso de él.
Cambié nerviosamente en el canapé, vacilando entre el ataque y la
paciencia. Ellos hablaban de mí como si yo no estaba en el cuarto, y
no me gustaba eso.
―Rome, no me des mierda sobre esto,‖ dijo Cody. ―Me han ordenado
hacer entrar a ustedes dos y esto es lo que es. Si ella no es llevada
con John y se entrena sola, sólo será cuestión de tiempo antes de
que Vincent y sus hombres la encuentren. Todo lo que John quiere
hacer es una prueba y ponerla en el campo. Ella le hará a el mundo
un servicio público, derribando a los tipos malos.‖
¿Debería tal vez yo tratar de congelarlo? ¿Darle tiempo a Rome para
decidir qué deberíamos hacer con él? Quiero decir, no parecía que la
caja de hielo lo mataría. "Rome", interrumpí.
Él sabía lo que yo preguntaba.
"No", él dijo. ―No hagas nada.‖
―Ella puede no ser capaz de ayudarse,‖ Tanner refunfuñó. Di un
codazo a él en el estómago y él gimió.
Cody sonrió abiertamente. ―Soy un electrophile, amor, y Rome tiene
miedo de que yo te haga daño.‖ Debo haber puesto la mirada en
blanco porque él añadió, ―tengo una afinidad para la electricidad. La
manejo, la controlo, y si intentas usar tus poderes contra mí, yo
tendría que darte un choque de una vida.‖
"¿Recuerdas el Taser (pistola de electricidad) que usaste sobre mí?‖
Rome preguntó sin dar vuelta para estar enfrente de mí. ―Cody puede
enviar mil voltios más que eso por todo tu cuerpo.‖
La sonrisa de Cody se ensanchó. "¿Ella te noqueo?‖
Rome dio una cabezada espasmódica.
―Bien por tí, amor,‖ me dijo el magnífico hombre (traidor).
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―No pensarás eso cuando te lo haga a ti.‖ Le di una sonrisa – una
sonrisa confiada que deseaba realmente haber sentido.
Cody se rió. ―Veo por qué quieres quedártela, Rome. No muchos son
tan valientes y tontos al mismo tiempo. Ella es perfecta para PSI.‖
Rome no dio ninguna respuesta.
―Ahora mismo, John no sabes que has decidido andar. Él sólo quiere
que la muchacha y tú sean entregados sin peligro.‖
"¿Qué pasa si Rome se niega?‖ Pregunté.
Cody se encogió de hombros, levantando sus hombros grandes,
amplios. ―Eso suponiendo que yo lo deje.‖
―Deben cazarme,‖ Rome me dijo, ―como a tí.‖
―El gobierno no puede permitirse tener a la gente como nosotros
corriendo sueltos sin nadie controlándonos,‖ Cody añadió.
―Trabajamos para ellos o contra ellos. Y el funcionamiento para ellos
no es un trato malo. Una vez me puse a neutralizar a una mujer que
sorbió el alma directamente de un hombre durante el orgasmo.
Literalmente.‖
"¿La mataste?‖ Jadeé.
Él frunció el ceño. ―No, la puse a dormir y ella fue encerrada con llave
en el Château (castillo) de los Villanos con otro raros.
De todos modos, si eres una muchacha buena y realmente haces el
trabajo un rato, como andar en busca de médiums falsos y esas
cosas, podrás finalmente manejar gemas como el pequeño demonio
sexual. La mejor asignación de mi vida. Si sigues corriendo, bien…‖ Él
se encogió de hombros otra vez. ―Es la cosa – "no puede dejar a
nadie más tenerte".‖
Rome sería cazado si yo no cooperaba. No me preocupaba por mí.
Bien, lo hacía, pero no tanto como me preocupaba por Rome. Si él
estuviera en peligro, que pondría a Sunny hasta en más peligro.
Rome debe tener esperado esto. Aceptado esto.
Pero…
Tal vez el mejor camino para mí para ayudarle con su último objetivo
era entregarme así él no sería culpado de mi fuga. Esto tomaría un
poco de calor de él. Cerré mis ojos por el más breve de los segundos,
incapaz de creer lo que estaba a punto de hacer. Pero arranqué a la
fuerza las palabras.
―Entraré,‖ dije
Rome fue volando alrededor, estando enfrente de mí, finalmente
tomando su atención de Cody. Sus ojos brillaron con la furia.
―No digas otra palabra,‖ se rompió él.
―Entraré.‖ Estuve de pie, cuadre mis hombros, todo el rato
observando Cody. ―¿Tienes que esposarme o algo?‖
Sus ojos de plata brillaron terriblemente. ―Lo haré si me lo pides
dulcemente.‖
―No tienes que hacer esto, Belle,‖ Rome dijo. "¡y por tú maldito bien,
Cody, deja de coquetear con ella!‖
―Sí,‖ Tanner reiteró estando de pie al lado mío. ―Lo que él dijo.‖
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―Quiero hacer esto,‖ dije suavemente. Estos hombres habían hecho
tanto por mí ya. Rome me había elegido sobre su trabajo. Él me
había ayudado a irrumpir en la casa del doctor Roberts. Él me
necesitaba ahora, y yo no lo dejaría.
―Cody dijo que no sería muy malo para mí,‖ ofrecí, tratando de
calmarlo.
Rome suspiró. ―Entonces iré contigo.‖
―Yo también.‖ Tanner asumió la posición de batalla, brazos cerradas
con llave detrás de su espalda, extensión de pies.
―Excelente.‖ El tono de Cody parecía alegre, pero su expresión era
una de sorpresa y confusión. ―Nosotros podemos festejar en el
camino.‖
―No nos llevarás a la oficina central‖, Rome dijo, volviéndose hacía
Cody. ―No la quiero en ninguna parte cerca del laboratorio.‖
El ángel rubio perdió su sonrisa. ―Sé lo que tratas de hacer —‖
―Sólo cállate maldita sea y llama a John. A menos que quieras una
lucha, aquellos son mis términos.‖
Hubo una pausa larga; una tensión pesada. Entonces Cody se
encogió de hombros.
"Bien".
―Dile que lo encontraremos en el parque cerca de su casa en dos
horas. Y sin agentes. ¿Entendiste?‖
―Nadie sabe donde él vive,‖ dijo Cody, con las cejas arqueadas.
―Yo sí.‖
La admiración chispeó en la expresión de Cody. Él asintió con la
cabeza. ―Haré la llamada.‖
ANDUVIMOS EN COCHE DURANTE UNA HORA. Tanner y yo nos
sentamos en el asiento de atrás de una berlina muy cómoda. El
interior era de cuero negro estándar que parecía ser el preferido por
todos los tipos de agentes. En general, bastante agradable. Por lo que
los vehículos carcelarios eran.
"¿Cuántas luchas presentó John?‖ Rome preguntó mientras él
condujo abajo los caminos tortuosos.
Cody se rió entre dientes. Él había hecho manejar a Rome, entonces
él podría mantener sus propias manos libres. Mejor para someternos.
―Nunca le he oído tan enojado. ¿Cómo encontraste su lugar, de todos
modos? Él es tan callado que dudo de que su esposa sepa donde él
vive.‖
―Le rastreé un día.‖ El tono de Rome sugirió que sus palabras no eran
importantes, pero sentí su orgullo.
"¿Eso le enseñará por hacer gatos de selva, eh?‖
El alba teñía el cielo, encendiéndolo con rosas y violetas. Bostecé. Yo
había estado sin dormir por… ¿Cuánto? Yo no podía ni recordar.
Parecía desde siempre. Pero entonces, estos últimos días no había
sido domesticado. Y en el lado bueno, yo estaba demasiado cansada
como para estar asustada por la próxima confrontación.
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―Para allí.‖ Cody señaló.
Siguiendo la orden, Rome apagó el coche a un alto cerca de un
parque hermoso. Las flores florecían en un mar de amarillos, rojos y
azules. Había dos juegos de columpios y un merry-go-round(*).
Varios toboganes (*).
No había gente.
Yo tenía una sensación extraña
detrás de mi cuello, como si yo estuviera siendo observada.
Probablemente John.
Yo comencé a moverme.
―Hemos sido descubiertos,‖ Rome de repente dijo, ―y no por John.
¿Ves las dos SUVs? ¿Negras? ¿Ventanas teñidas?‖
Cody echó un vistazo al espejo de pasajeros.
―Vincent. Dios, el hombre es un cliché caminando.‖
―Él quiere a Belle tanto como John,‖ Rome dijo.
―Bien, no podemos dejarlo acercarse a John. Si hicieran daño a John,
PSI sería colocado en la agitación principal y Vincent podría tratar de
asumir. Otra vez.‖
―Gatito,‖ Tanner masculló, actuando valiente, como si él podría
derrotar a Vincent sin ayuda. ―Sin ofender, Hombre Gato,‖ él añadió.
―Olvidalo, Tanner.‖ Rome empujó una mano por su pelo y agarró el
volante con el otro. ―Mierda. ¿Estás lista para otro paseo de montaña
rusa, Belle?‖
―Suelo hacerlo,‖ dije, el temor que me llena de la cabeza al dedo del
pie. Y yo que pensaba que yo estaba demasiado cansada para temer
mi destino. Yo eche un vistazo hacia el cielo. Muchas gracias por
demostrarme lo contrario. A mi modo de pensar, esto me demostraba
que dudaba que Dios era realmente un hombre.
(*) merry-go-round:
http://home.earthlink.net/~jsmilner1/iowa3/merrygoround.jpg
(*) toboganes: No se si se les dice así en todos los países, pero a
esto me refiero con toboganes
http://ar.geocities.com/el_maiten/image/juegosInfantiles/Toboganes
Reforzados02.jpg
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Esto era una persecución de coches para poner fin a todas la
persecución de coches. Casi chocamos varias veces contra coches
estacionados, vehículos en movimiento, árboles, y edificios. El objeto
no importaba, nada estaba a salvo en nuestro camino. Estaba
sorprendida de que la policía aún no estuviera involucrada. Tal vez
Vincent los había convencido de mirar a otro lado, como lo había
hecho en el café. No lo sabía. Todo lo que sabía era que mi estómago
estaba revuelto y cerca de vomitar.
Cuando nos acercábamos a la carretera, un SUV negro estaba a
nuestro lado. Jadeé. "Uh, chicos. Miren a su izquierda".
"No podemos", dijo Cody, riendo entre dientes. Él no había dejado de
reírse desde que la persecución había comenzado. Él era un
drogadicto al peligro o un loco completamente. Tal vez ambos. Él se
asomó por la ventana, apuntó con el arma que había sacado de su
pistolera de tobillo, y disparo algunos tiros. "Tenemos compañía a la
derecha, también".
"¿Qué?". Volteé y jadeé. Efectivamente, había otra SUV negra que se
había acercado por el otro lado.
El sonido de balas con el que ahora estaba íntimamente familiarizada,
sonó, seguido por un fuerte golpe. Esta bien, gemí. Como una niña.
No me avergüenzo, pero tuve que controlar mi miedo. No quería
congelar el motor de nuestro coche.
Lógicamente, sabía que debería causar una tormenta, protegiéndonos
de que nos vieran. Solo que no era capaz. No podía olvidar mi miedo,
no podía obligar a venir a la tristeza. Si me ofrecieran un millón de
dólares y un pasaje para el cielo, todavía no seria capaz de hacer
llover.
"Todo va a estar bien", dijo Rome, de repente piso los frenos.
El impulso me lanzó hacia adelante, pero mi cinturón de seguridad
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me empujó atrás, salvando mi vida. Los SUV continuaron adelante de
nosotros. Cody disparaba mientras Rome le dio un tirón al volante,
introduciéndonos en el tráfico.
"Alguien podría habernos golpeado por detrás", exclame. Me
estremecí. "Podríamos haber muerto".
"Comprobé antes de parar, bebé y no había nadie detrás de nosotros.
Ten un poco de fe en mi".
"Sí, tener un poco de fe", dijo Tanner. Palabras valientes,
estropeadas por su pálido rostro y temblorosas manos.
Coches de civiles pasaban, uno tras otro, tocando la bocina y
maniobrando para evitar chocar con nosotros mientras viajábamos en
sentido contrario. Cerré fuertemente mis párpados, desesperada por
ahogar puntos de mira. "¿Cómo me encontró Vincent?". Eso.
Conversación. Ahora, tal vez podría fingir que estaba en casa, con mi
papá, bebiendo chocolate caliente y viendo caricaturas.
"Estoy seguro que él tenía hombres en toda la ciudad, y uno de ellos
nos descubrió y llamó a los demás". Dijo Rome.
"No quiero que hables, Rome", dije. "Quiero que te concentres. Cody
puede contestarme".
"Estoy seguro que él tiene hombres por toda la ciudad", repitió Cody
con una sonrisita. ¡Su maldita sonrisa!. "Alguien vio nuestros coche,
imaginó que estabas con nosotros, y ¡hola!, una escena de película de
segundo plano".
"Ellos se están acercando otra vez", dijo Rome, arruinando el
espejismo que tenia en marcha. "Usa tus malditos poderes, Cody, y
terminemos con esto".
"Si lo hago, causaré un corte de luz en esta área".
"¿Y qué?".
Una pausa, y entonces, "Esta bien". Cody se asomó por la ventana,
extendiendo sus manos. Atrajo la electricidad de postes cercanos y
fluyó hacia él corrientes naranja y oro. Él reunió los crujidos, el
parpadeo de la energía en sus palmas y lo lanzó a los SUV. Las
farolas que nos rodeaban estaban apagadas por la llegada del alba,
apagadas completamente.
¡Crash!
Los coches se encendieron como si fuera el Cuatro de Julio en una
exhibición de fuegos pirotécnicos. Uno rodó por la carretera. En ese
momento, cerré los ojos otra vez y puse mi cabeza entre las rodillas.
Inhala profundamente, Exhala profundamente.
Gracias a Dios, finalmente, los perdimos y viajamos de regreso al
parque donde originalmente habíamos quedado de ver a John.
Cuando llamé a Rome y Cody estúpidos por ir allí, se rieron de mí.
"Vincent no piensa que seamos ‗tan estúpidos‘ para volver, así que no
se mostrará", fue la respuesta que me dio Rome.
"¿Tanner, estas bien? ", pregunté. "Estas muy tranquilo".
"Solamente para la chicas que me desean", contestó con risa
nerviosa.
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Cody sacó un teléfono de su bolsillo, enseguida marcó velozmente a
John. Él le informó nuestro paradero y lo que había pasado. Cuando
Cody colgó, se volvió hacia Rome y dijo, "Está en camino. Y trae
protección".
Media hora más tarde, un coche aparco junto a nosotros. Misma
marca, mismo modelo. Cuatro hombres salieron. Hicimos lo mismo.
Rome se acerco a mí lado y tomó mi mano. Había niños en un
columpio a corta distancia, sus padres cuidándolos.
"¿Confías en mí?", susurró Rome.
"Sí. Gracias por preguntar", dijo Tanner secamente. Y no en voz baja.
"Sí", susurré. Estudié al hombre que obviamente estaba a cargo. Él
era el único que no se veía como si acabará de salir de un calendario
de chef. Media aproximadamente cinco ocho, con cabello gris,
anteojos y un vientre ligeramente redondo. Sin embargo irradiaba
poder.
"Belle Jamison. Finalmente nos encontramos", me dijo.
"Sí". Allí estaba él, uno de los hombres que quería controlarme. Él era
de alguna manera más amenazador que los hombres que estaban
alrededor de él, que eran altos y musculosos. Uno tenía pelo rojo,
uno negro y otro marrón. Ellos transmitían fuerza y misterioso poder
mientras rodeaban al anciano. Él pelirrojo estaba fumando, y el humo
flotaba hacia a mí. Tosí, las cenizas cosquilleaban mi garganta.
"Apaga eso", dijo Rome. Él no fue paciente al esperar que el hombre
obedeciera. Él cruzó de una zancada, arrancándole el cigarro de su
baca y lo arrojo al suelo, pisándolo muy fuerte.
Lentamente mi tos disminuyó. John miró todo esto con interés.
"Fuerte aversión a agentes contaminantes", dijo con interés.
"¿Siempre fuiste así?".
¿Cómo podría este abuelo saber lo que el experimento me
provocaba?. "No", dije vacilantemente. "Solo recientemente".
"Interesante". Tenía una mirada distante, como si mentalmente
calculará una ecuación.
"Acabemos con esto", ladró Rome.
"Muy bien, entonces". Los rasgos del anciano se arrugaron con la
cólera, y sí, el poder fue más intenso que el de los jóvenes a su
alrededor, dándome una idea del tirano que podría hacerme daño, sin
parpadear. "¿Por qué no me dices por qué fallaste en traerme a Belle
en cuanto la encontraste?, ¿Por qué no me dices por qué cortaste
toda comunicación entre nosotros?".
Con una expresión ilegible, Rome se coloco delante de mí. "Usted
siempre ha querido a Vincent fuera, pero el gobierno no le permite
sacarlo. Bien, estoy dispuesto a hacerlo, y me aseguraré de que
nunca sea relacionado con usted. Pero tendré que utilizar a Belle
como cebo".
John entrecerró sus ojos. Al instante, sus guardias cruzaron los
brazos sobre el pecho flanqueándolo. "No puedo correr el riesgo.
Además, quiero hacerle pruebas".
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"No hay tiempo para eso. Usted lo quiere fuera o no".
"¿Qué te hace pensar que puedes conseguirlo y que no caiga la culpa
sobre mí?", John pregunto con firmeza.
"No habrá ninguna prueba. No mientras Belle este a mi lado",
contestó. "Voy a dársela a él, y ella quemará su laboratorio".
La conversación finalmente se dirigía sobre mí, la parte del discurso
de Rome que mas me afectaba. "¿Quieres ponerme delante de ese
loco? ", jadeé, entonces apreté mis labios. Confía en él. Al menos no
había mencionado la carta del Dr. Roberts.
Rome extendió la mano hacia atrás y agarró la mía, apretándola.
"Tenemos planeado entrar en su laboratorio esta noche", dijo.
"Créeme, Vincent vendrá a nosotros".
Una larga pausa siguió, cubierta solo por el sonido de los insectos, el
susurro del viento. Entonces, en la distancia, oí un helicóptero.
Querido Dios. ¿Nunca se terminaría esto?. Supongo, que los tipos
malos sabían que debíamos estar en el área, y estaban desesperados
por encontrarnos.
"¿Sí o no, señor?". Rome extendió su brazo. "No podemos quedarnos
aquí, ellos nos encontraran. Tómela o déjenos ir".
Confiaba en Rome, lo hacia. Pero Dios, agradezco un infierno. Porque
Solo estaba apostando con mi vida. No lo puedo creer.
Un músculo se marco en la mandíbula del anciano. "No tengo
hombres de sobra en este momento. Todos están fuera en una
asignación, y no puedo renunciar a mis guardias con Vincent tan
cerca".
"Estaremos bien por nuestra cuenta". Dijo Rome.
John hizo una pausa. Suspiro. Entonces masculló, "Úsala. Pero Cody
va con ustedes. Entren al laboratorio, maten a Vincent y tráiganme a
Belle. ¿Entendido?". Sus ojos brillaron con la advertencia, narrándole
a Rome las consecuencias si fallaba en obedecer.
Tragué saliva.
Rome asintió.
Sin otra palabra, entramos de nuevo al coche, y Cody reclamó esta
vez el asiento del conductor. Él hizo unos disparos, hacia un matorral
que estaba cerca de árboles. Mire hacia atrás, pero el coche de John
ya había desaparecido.
"El laboratorio de Vincent tiene un sistema de seguridad interno que
no depende de las unidades eléctricas exteriores", le dijo Rome a
Cody.
Sabía que el laboratorio de Vincent era el lugar donde había
trabajado el Dr. Roberts, el edificio enfrente del café Utopía.
Desafortunadamente, la noche, había caído, lo que significaba que
estábamos a punto de entrar directamente al laboratorio. Estábamos
en peligro. Ahora mismo, estábamos varios bloques lejos, que se
erguían cerca de una intersección desierta. Ya quería vomitar. El
peligro me succionaba.
"No será un problema". Cody acarició la farola que estaba al su lado.
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"Realmente las luces usan corrientes externas. Estaré adentro antes
de que te des cuenta".
No bromeo, Cody subió al poste, extendió la mano y agarró dos de
los cables. Las chispas volaron a su alrededor una fracción de
segundo, antes de que él se convirtiera en chispas. El pareció
derretirse directamente en los cables. Miré desde el suelo, con los
ojos muy abiertos, como aquellas chispas viajaron y desaparecieron.
"Dios mío", respiré.
"Él es un buen hombre para tener de nuestro lado".
"¿Realmente vamos a sacar a Vincent y tratar de matarlo?".
"Sí. Primero necesitamos la fórmula que Roberts dejo en el edificio,
aunque entonces eso es el cebo, mejor que tú. ¿Puedes hacer
llover?". Añadió Rome con apenas un aliento, sin malgastar tiempo.
"Sí". Quizás. ¿Cuántas emociones podría soportar una chica antes de
tener una combustión espontánea?, ¿O mejor aún, matarse?.
En este momento, solo quería calmar mi estómago y abrazar el
entumecimiento. Tal vez experimentar la anestesia general. Tal vez la
sedación. Incluso el pensamiento de la felicidad me molestó ahora.
Maldición, no quería nada.
Tanner agarró mi mano y me dio una reconfortante palmadita. ―Sé
que puedes hacerlo".
Adiviné que lo averiguaríamos. Forcé pensamientos tristes en mi
mente, pero la emoción no me tocó. Era como estar en el borde de
un sueño, mirando, incapaz de hacer algo. Rome unió sus dedos a los
míos, formando un círculo de tres personas.
De repente zarcillos de fuerza me atravesaron; truenos retumbaron.
Me enderecé. Espera. No había estado triste. Simplemente ¡Oh Dios
mío!, ¿Realmente no tengo que sentirme triste para crear una
tormenta?. Quizás...quizás solamente necesitaba el poder de la
emoción. Como ver un arco iris en la distancia, pero no necesitaba
tocarlo para experimentar su belleza.
Había lugares reservados para cada emoción. Quizás si pudiera tocar
un sentimiento especifico y experimentar sus efectos a una
distancia... esperanzada, busqué y encontré la tristeza enterrada
profundamente dentro de mí sin dejarla inundarme. Utilicé su fuerza,
succionándola.
Otro trueno retumbó. Sonreí abiertamente. ¡Sí! Un rayo iluminó el
cielo, con saetas de oro irregulares. El cielo ya oscuro se arremolinó,
volviéndose negro. Góticas de lluvia comenzaron a caer rápidamente
con fuerza.
"Lo estás haciendo bien", me elogió Tanner.
Rome dijo,"necesitamos entrar en el laboratorio, bebé. Intenta
mantener la lluvia lo mejor que puedas".
Asentí. Estaba excitada por lo que había descubierto, pero también
muy dispuesta a terminar con esto.
Caminamos, la lluvia siguiéndonos todo el camino. Permanecimos en
las sombras lo mejor que pudimos, evitando las farolas y los
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negocios. Muy pocos coches estaban en la carretera. Mi ropa mojada
pronto se pegó a mi piel y el agua goteó en mis ojos mientras pasé
Utopía. Apenas le di a mi antiguo lugar de trabajo un vistazo. Parecía
como si una vida hubiera llegado y pasado desde la última vez que
había estado allí. El día que bebí aquel fatal latte. ¿Qué pensaría el
buen viejo Ron el Pervertido si pudiera verme ahora?.
Cuando alcanzamos el laboratorio, pienso que llevaba más peso de
agua que en la estación PSM premier. En la entrada, Rome tiró de los
cables de una caja metálica con una mano y retiró una tarjeta de su
bolsillo con la otra. Él unió un cable azul y uno rojo, y pasó la tarjeta
frente a un scanner. Obviamente, él había hecho este tipo de cosas
antes.
Las puertas se abrieron.
Él entró. Seguí cerca detrás de él, Tanner en mis talones. La entrada
era simple e insignificante. Con la clase de ordenadores que no
esperaba, quizás un robot. Guardias definitivamente armados.
"La oficina del Dr. Roberts es por aquí". Rome agarró mi mano, yo
agarré la de Tanner y como un tren, empezamos a movernos por un
tortuoso pasillo. Mientras caminábamos Rome paró y arrancó
cámaras de las paredes. Frente a la última cámara que vimos, se
congeló, olisqueó. "Alguien viene".
"¡Sí, y tiene un arma!". Gritó Tanner. "Agáchense".
Al unísono, Rome y yo nos tiramos al suelo. Mientras caíamos, me
puso debajo de él. El tipo nos disparó y falló. Tanner ya había
apuntado con su arma y apretado el gatillo. Un zumbido sordo y un
crack sonaron, apenas audible sobre el ensordecedor ruido de mi
sangre en mis oídos. La bala impactó al guardia uniformado, y su
gran cuerpo se cayó al suelo, justo a la derecha del grupo RomeBelle.
"Vamos". Rome se levantó, agarró mi brazo y me ayudó a levantar.
Tal vez estaba a punto de desmayarme, porque vi salir chispas de un
enchufe, luces parpadeando, crepitando...y entonces, Cody estaba
allí, de pié justo enfrente de mí. Parpadeé, sacudí mi cabeza. Mi
corazón tenia que calmarse por todo lo que había pasado, y verlo
aparecer de repente no ayudó.
"¿Bien?", le dijo Rome.
"Realmente lo hice condenadamente bien", exclamó Tanner.
Rome contestó. "Niño tu no. ¿Cuántos guardias, Cody?".
"Sólo conté tres, y eliminé dos... ", la mirada plata de Cody se desvió
a los azulejos empapados de sangre y al arma en la mano de Tanner.
"Parece que el niño se encargo del tercero, así que estábamos bien
para irnos. El edificio ha sido vaciado. Tal vez Vincent temió ser
descubierto y escapó. Aunque, todo el lugar está bajo vigilancia".
"Me hice cargo de las cámaras", dijo Rome, "pero esto parece fácil.
Demasiado fácil".
"Bien, miremos la oficina y salgamos rápido". Antes de que Cody
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terminara la frase, ya se estaba moviendo hacia el hall.
El resto de nosotros lo siguió, corriendo por vestíbulos abandonados.
Pronto entramos en una habitación grande, donde el sonido de
nuestra respiración hacía eco. Las paredes estaban cubiertas con tiza.
Unos eran símbolos que no reconocí, otros eran claramente
representaciones de los cuatro elementos. También había una tabla
periódica. Varios entarimados habían sido destrozados. Vincent y sus
hombres habían estado buscando algo aquí. ¿Habían encontrado lo
que estaban buscando? Giré completamente, preguntándome que
hacer, donde mirar, cuando no había nada para mirar.
"Aquí no hay nada", dije decepcionada.
Rome arrugó la cara mientras estudiaba las paredes. Él parecía
curioso, incrédulo y sorprendido al mismo tiempo. "No, hay algo.
Pensé que sería fácil encontrarlo ya que él es solo un hombre viejo,
pero es astuto. El regalo está oculto. Belle. Usa tus poderes".
"¿Qué?, ¿Por qué?".
"Usa tus poderes, bebé. Por favor".
"Uh, seguro. De acuerdo". No entendí, pero no había tiempo para
discutir. Tanner extendió la mano y unió nuestros dedos,
ofreciéndome comodidad. "¿Cuál?, ¿Lluvia?, ¿Fuego?, ¿Hielo?".
"Por favor, alguien me puede explicar que está pasando", dijo Cody,
sacudiendo sus brazos. "Rome sabe algo que yo no sé y no me
gusta".
Apuntando sus brazos hacia las paredes, Rome se dio la vuelta. "La
fórmula está aquí, en esta habitación, esperando por Belle". Paró y
nos enfrentó. "Si la gente normal no puede verlo, necesitará algún
tipo de catalizador para hacerse visible".
"¿Y piensas que el cambio del tiempo va a ser ese catalizador?".
Escepticismo tiñó la voz de Cody." Eso significa que el Dr. Roberts
quería que Belle encontrará la fórmula".
"Así es". Rome asintió. "El lo hace".
"¿Por qué querría él ayudarla?", preguntó Cody.
"Para compensarla". La fija mirada azul de Rome me atravesó.
"Inténtalo. Para mí".
Cualquier cosa por él. Cerré mis ojos. Concéntrate, Belle. Bien. ¿Qué
elemento probablemente habría utilizado el Dr. Roberts?.
Seguramente, no sería fuego. Eso incendiaría el lugar. Tal vez,
¿Lluvia?. Valía la pena intentarlo. Empezaré con eso.
Una vez más, no convoqué la tristeza. Convoqué el poder detrás de la
emoción, permaneciendo distante de ella, sacándola de mi reserva
más profunda y proyectándolo por mi cuerpo. Un trueno hizo eco en
la habitación, mezclándose con el sonido de la tormenta que
continuaba afuera. Mis labios se curvaron en una orgullosa sonrisa.
Habiendo salido victoriosa por segunda vez, sabía que había tenido
razón.
"Suavízala un poco", Dijo Tanner. "Se hace muy fuerte".
Rome mentalmente extendió la mano y capturó un poco. Físicamente,
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él agarró mi mano libre en la suya. Inmediatamente me relajé.
"Bien, bien", Dijo Tanner.
La lluvia empezó a caer dentro de la habitación. Góticas salpicaron mi
cara y mi ropa mojada.
"Mierda", dijo Cody, escapando hacia la entrada, lejos de la lluvia.
"¿Quién lo habría pensado?", respiró, intimidado por su primera
inspección de mis capacidades. Él sacudió la cabeza con sorpresa.
"Con ese poder, ella sería capaz de darme una patada en el culo en
un latido del corazón. El agua me freiría".
Conservando mi optimismo, miré alrededor de la habitación. La lluvia
continuó cayendo, pero nada se hizo visible, ningún pista, ningún
objeto.
"La lluvia no es la respuesta. Bien. ¿Y ahora qué?. Él no habría
querido que usara el fuego". Dije, expresando mi anterior
pensamiento. "Nada sobreviviría a eso". Hice una pausa, fruncí el
ceño. "O tal vez eso es exactamente lo que quiso que la gente
pensara".
"Dejaremos eso para el final". Rome besó la palma de mi mano. "¿En
cuanto al viento? Un aumento en la circulación del viento, o la simple
presión atmosférica podría funcionar".
Viento, lo llamé mentalmente, sin cambiar el foco de mis emociones.
Como antes, tiré de mis reservas. Inmediatamente el viento
respondió, ahuyentando la lluvia. Fuertes ráfagas se arremolinaron y
agitaron, azotando mi ropa húmeda. Me estremecí del frío. Los
precarios entarimados temblaron y danzaron. Pintura se desprendió
de las paredes.
Aún nada.
"Intenta con la nieve", gritó Tanner sobre el bullicio.
Extinguí el viento e imaginé una tormenta de nieve. "No filtres", le
dije a Rome, empujando su presencia de mi mente. "Aún no, déjala
rugir un poco". El aire se enfrió y nuevamente me estremecí,
repercutiendo por todo mi cuerpo. Enormes copos blancos cayeron
del techo. El suelo mojado se congeló en una hoja de hielo. Estaba
bastante segura de que goteaban témpanos de mi nariz.
Pasaron Varios segundos. Mojada como estaba, el frío parecía
insoportable. Escalofríos continuaron atormentándome. Mi sangre se
cristalizó. El aire comenzó a solidificarse.
Rome maldijo en voz baja. "Vas a tener que incendiar el lugar, Belle.
No temas. Te sacaremos antes de que el humo te haga daño".
Estaba a punto de convocar las llamas cuando las paredes cambiaron
de color, yendo de blanco al azul. Como por arte de magia, las
palabras comenzaron a aparecer en ellas. El vértigo me atravesó.
"Rome, mira. ¡Mira!".
"Dios mío", él Respiró, su aliento caliente creó neblina. "Él debe haber
usado algún tipo de sustancia química que reacciona al frío".
Al menos no tendría que incendiar el edificio. "¿Qué dice?". Pregunté
haciendo todo lo posible por mantener el nivel de frío.
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"Dice, ‗Estás siendo vigilada, y lo siento. Tal vez la madera lo
compensará‘". Tanner frunció el ceño. "Sabemos que estamos siendo
vigilados, ¿pero qué significa que la madera lo compensará?".
"¿Podría haber un ingrediente secreto en la madera que me hará
normal otra vez?", pregunté.
Con el agua congelada e incapaz de dañarlo, Cody regreso a la
habitación. Se rió e inclinó. "Bastardo inteligente. Mira esto". El frío
también había cambiado las tablas de madera. Estaban cubiertas de
palabras.
Nos amontonamos alrededor de él. "Es la fórmula", dijo Rome, en
tono ilegible.
¿Felicidad?, ¿Resignación?, ¿Una combinación de ambos?. "Tal vez
podríamos hacer nuestro propio producción y encontrar un antídoto
para Belle".
Aunque hubiera estado insegura temprano, ayer, acerca de
abandonar mis
poderes, ahora que estaba controlándolos correctamente, comprendía
que tenía que dejarlos. Necesitaba el antídoto. Rome estaría fuera del
ancla de John, mi papá estaría a salvo y nunca más sería perseguida.
Era gracioso, de un modo horrible. Si fuéramos capaz de hacer un
antídoto, probablemente perdería mis poderes y a Rome la misma
semana. Ocultado a Sunny. Dar un beso de despedida a Rome.
Tomar el antídoto. Ying y Yang: algo malo por algo bueno. ¿Así no
era como se equilibraban las cosas?.
"Levantemos cada tabla". Me incliné y levanté dos, la madera pesaba
en mis manos. "Nos las llevaremos".
"Mierda", oí murmurar a Rome. Paré y alcé la vista. Él estaba de pié
estudiando la pared y frotaba un pequeño punto negro. "Otra
cámara".
"Nos hacemos buenos en esta mierda clandestina", Dijo alegremente
Tanner mientras juntaba más tablas.
"No, no lo hacemos". Rome nos miró, con expresión afligida,
torturada. "Solamente caminamos derecho a una trampa".
"Sí, lo hiciste". Una voz divertida vino flotando desde entrada.
"Puedes dejar caer las tablas. Cuidaremos de ellas ahora".
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LOS HOMBRES ARMADOS, que había esperado cuando entramos
primero en el edificio, de repente inundaron el cuarto, armas
amartilladas y listas. Vincent estaba, por supuesto, horriblemente
hermoso para ser contemplado, como siempre.
Joven, también, para tal estúpido.
Él era alto y delgado, y sus rasgos angelicales rivalizaban con los de
Cody. Sólo sus ojos demostraban su despreciable naturaleza. Ellos
carecían de cualquier clase de emoción, haciendo a su belleza física
frecuente y misteriosa.
―Les tomó bastante tiempo llegar aquí,‖ dijo él, con una sonrisa sin
sentido del humor. Sin decir más, él estiró su brazo y le pegó un tiro
a Rome. Cubrí mi boca con manos temblorosas, mirando fijamente
con los ojos muy abiertos al único hombre que yo había amado
alguna vez. Él todavía estaba de pie. No vi sangre, sólo un dardo rojo
en su cuello.
Con movimientos graciosos, él lo arrancó y lo tiró en la tierra. Él
vaciló a sus pies.
Convoqué el fuego, dejando la chispa de llama en mis manos. No
señalé mis yemas a los tipos malos, sin embargo, todavía no. Señalé
los entarimados. Quería la fórmula, pero más, quería impedir que
Vincent la tenga. Él no ganaría. Él no iba a regalarse estos poderes.
Las llamas golpearon la madera y saltaron a la vida inmediatamente,
derritiendo la capa de hielo, extendiéndose, furiosa. Alguien gritó.
Cody usó la distracción para correr a una salida, chispeando y
desapareciendo dentro de ella en segundos. Parecía que nadie notó
su acto desaparecido. Rome tropezó adelante, intentando
transformarse. Pequeños remiendos brotaron de su piel.
―Apaga el fuego, Belle,‖ dijo Vincent, con monotonía. ―O mataré a tu
padre.‖ En ese momento, mi papá estaba siendo empujado dentro del
cuarto, Lexie directamente detrás de él. Los rasgos de mi papá
estaban pálidos y sus mejillas estaban huecas. Su ropa estaba
arrugada y sucia, pero no había ninguna señal de herida.
―Belle, dulce,‖ dijo él, compungido. Asustado.
Hice una pausa. Rome hizo una pausa, todas las formas de gato
retrocedieron. ―Papá, no te muevas,‖ dije, tratando de aprisionar mi
pánico. Yo no podía dejarlo preocuparse. ―Todo va a estar bien.‖
Las rodillas de Rome se torcieron y él se cayó de golpe en el suelo.
Jadeé y me incliné.
―¡No pienses en ayudarlo!‖ Vincent me dijo. ―Sólo para el fuego.‖
A pesar del calor intenso, el aliento se congeló en mi garganta. Me
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enderecé. Lluvia, mentalmente llamé. Lluvia, ven a mí ahora. Mis
dedos se enfriaron, pero nada más pasó. El miedo y la furia anulaban
todo lo demás, haciéndolo imposible de sacar de mi reserva de
emociones. Ellos trataban de consumirme, atraer el hielo y más
fuego, una combinación que no produjo ningún resultado.
¡Maldición, tenía que llover!
¡Llueve! Las lágrimas llenaron mis ojos y se derramaron en mis
mejillas. Contemplé a mi papá. Él parecía confuso, marchitado.
"Lluvia", grité, la desesperación se monto a mis hombros. Alcancé así
profundamente dentro de mí, ese dolor verdadero, físico causado. Mi
estómago puso obstáculos. ―Ordeno que caigas.‖
Despacio, gotas diminutas bajaron. Apreté mis ojos cerrados,
ordenando a las gotitas espesarse y multiplicarse. Ellas obedecieron,
el líquido chapoteó sobre mi cara.
El fuego chisporroteó, chisporroteó y finalmente se rindió. El humo
negro grueso se rizó en el aire, cosquilleando mi garganta. Tosí.
―Allí‖. ―La fórmula todavía está intacta.‖ Satisfecho, Vincent saludó
con la cabeza.
Tosí otra vez, incapaz de pararme. "Belle", mi papá dijo. Yo era
incapaz de responder.
―Lo siento tanto,‖ Lexie gritó. ―Yo debería haber sabido que ellos
venían, pero ellos tenían alguna clase de escudo de mente‖. ―Lo
siento tanto.‖
―Encarcelen a cada uno.‖ Vincent hizo señas a nuestro grupo, con una
onda de sus dedos. ―Los necesitaré más tarde. Y guarden un arma en
el templo del anciano, por si acaso Belle decide comenzar otro fuego.
―Su barbilla se inclino al lado y él echó un vistazo a Rome. ―Si el
Agente Maestro demuestra un remiendo en la piel, mátenlo. Ya que
ahora soy el dueño orgulloso de la psíquica y de la transportista de la
fórmula, realmente ya no lo necesito. ¿Entendieron?‖
―Sí, señor‖, varios de los guardias dijeron en armonía.
―El resto de ustedes recojan los entarimados y llévenlos al
laboratorio‖.
Los hombres agarraron a Tanner, Lexie y mi papá. Comencé a
alcanzarlo, pero dejé caer mi brazo a mi lado. Yo no lo quería
jugando al héroe y tratando de venir a mí. Sólo haga lo que ellos
dicen, le dije con mi ojos. El resto de los guardias arrastró a Rome a
sus pies y lo sostuvieron. Seguí tosiendo, con el mayor miedo en
aquel momento, que yo hubiera tenido alguna vez en mi vida.
―Por favor,‖ logré jadear. ―Tomen el… arma… de… mi… papá. Estaré
bien.‖
Uno de los hombres enganchó mi brazo superior, pero Vincent afectó
a su cabeza, y fui liberada. ―Tomaré el cuidado de ella yo mismo,‖ él
dijo.
Miré, indefensa, cuando mi amante inconsciente, mi papá y mis
amigos eran escoltados lejos de mí.
La cólera y el miedo siguieron su curso salvaje dentro de mí, y
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apenas logré controlarlos. Quise gritar, vociferar, llorar. Matar.
―Este camino, Belle‖. Vincent me arrastró del cuarto y me acompañó
abajo por el pasillo, lejos del humo. Entre más lejos íbamos, más
disminuía mi tos.
―¿A dónde vamos?‖ Pregunté, mi garganta picaba.
―El laboratorio está bajo tierra.‖ Él contestó sin vacilar, porque él
creyó, estoy segura, que yo iba nunca a ser capaz de evitarlo y usar
la información contra él. Un pensamiento glacial. ―Quiero darte los
datos preliminares, que yo debería haber tenido, hace unos días‖.
¿Tenía él un corazón? ¿Un poquito de compasión? Adiviné que yo iba
a averiguarlo pronto. ―Deja a mi papá ir, y voy a hacer lo que
quieras. Lo juro‖.
―Harás lo que quiero, de todos modos.‖
―Él está enfermo. Su corazón está débil y él necesita su medicación‖.
―Sé buena y coopera, y me aseguraré de que él reciba sus medicinas.
Compórtate mal y lo dejo morir. ¿Qué te parece eso, para un
trato?‖como me pudo gustar el, es un bastardo. El hombre era frío e
insensible, como sus ojos proclamaban.
Si yo alguna vez tuviera la oportunidad, estaba bastante segura que
lo mataría y no experimentaría una onza de culpa. Yo podría bailar
hasta en su tumba.
―¿Qué vas a hacer conmigo?‖
Habíamos alcanzado el final del pasillo, y él presionó una serie de
botones. Las puertas de montacargas se abrieron. Él me empujó
dentro, después se cerraron en mis talones. ―No puedo esperar a ver
todo lo que usted puede hacer.‖ Él abrió un panel en la pared y
sosteniendo su mano para una exploración. Una luz azul brilló entre
sus dedos, y el montacargas comenzó un deslizamiento hacia abajo.
―Dimos la fórmula a algunos otros, pero ellos murieron.‖
―Esperamos que una vez que te hayamos estudiado, seremos capaces
de descubrir por qué tu no.‖
Intenté no hacer mueca. Él pintó un cuadro espantoso, doloroso. Tal
vez, tal vez yo debería tratar de matarlo ahora. Congélalo,
enciéndelo, algo para pararlo.
¿Serás capaz de salvar a los demás a tiempo? Si no puedes…
El miedo me mantuvo inmóvil. Entonces la oportunidad pasó y las
puertas del montacargas se abrieron, revelando un cuarto llenos de
equipos, la gente con abrigos de laboratorio y jaulas llenas de
animales. Y de personas. Jadeé.
La gente estaba encerrada con llave en jaulas, y ellos tenían una
forma rara. Unos tenían miembros ausentes, con cables saliendo de
enchufes. Los otros tenían placas metálicas en el lugar de la piel.
Todos ellos estaban sangrientos y desiguales.
Todos ellos me miraron con compasión, como si ellos sabían lo que
estaba a punto de pasarme a mí.
―¿Qué les has hecho a ellos?‖ Dije, incapaz de guardar el horror de mi
voz.
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Él se encogió de hombros, indiferente. ―Estoy en un negocio
competitivo. Si no tengo el más fuerte, los más potentes agentes, los
clientes irán donde alguien más. Ellos pagarán a alguien más para
protegerlos o encontrar un artículo ausente, para matar a sus
enemigos. Un día la gente en aquellas jaulas tendrá miembros
robóticos sobrenaturalmente fuertes y piel indestructible. Ellos me
agradecerán.‖
―¿Y no te preocupa el hecho de hacerles daño?‖
―No.‖
Exploré el resto del laboratorio, tratando de no mirar las jaulas. Hacia
la espalda, vi a mis amigos y mi familia encerrados dentro de una
célula de cristal. Tragué aire con fuerza y tropecé. Vincent me
corrigió. Incluso de esta distancia, yo podría ver que mi papá
temblaba con el miedo. Lexie tenía su brazo alrededor de él,
ofreciendo la comodidad que ella podía. Tanner irradió el odio y el
miedo, y fulminó con la mirada a cada uno que se acercaba a él.
Rome estaba apoyado contra la pared, cayó y se debilitó por el
tranquilizante. Su expresión no sostenía ninguna emoción.
¿Cuánto les permitirían vivir? ¡Maldición! Tenía que salvarlos.
Vincent me empujó hacía una mujer más vieja que parecían tan
remilgada y apropiada como una bibliotecaria. ―Átala con correa
abajo‖, él dijo, los ojos iluminados con la impaciencia, la primera
verdadera emoción que él había mostrado. ―Y toma alguna muestra
de sangre.‖
―¿Cuánto?‖ Sus dedos se rizaron alrededor de mi brazo en un apretón
parecido a un torno de banco.
―Todo lo que necesites. Quiero saber lo que está en su sangre que no
está en la de los demás.‖
―No necesitas mi sangre. Tienes la fórmula ahora,‖ protesté.
―Tú sobreviviste. Quiero saber.‖
―¡Sobreviví porque la fórmula fue perfeccionada!‖ Presioné mis labios
juntos. Yo no había pensado confesar eso en voz alta. No quise
ayudar a Vincent de ningún modo, pero las palabras se habían
derramado de mí, de su propio acuerdo, de forma imparable.
Usted no puede mentir a Vincent, Rome me había dicho una vez.
¡Maldición, santo cielos!, yo estaba en el problema.
―Lo veremos por nosotros mismos,‖ dijo Vincent. ―Voy a conducir mis
propias pruebas. Y créeme, ellas no se van aparecer a nada que
hayas experimentado alguna vez. Avíseme si ella te da problema,‖ él
añadió al técnico de laboratorio de aspecto siniestro. Habiendo
pronunciado mi oración, él se marcho lejos.
Tilín, Tilín. Deja a la tortura de Belle comenzar.
Lo que siguió fueron horas interminables de pinchar y pinchar, y me
dolía como el infierno. Estaba agotada, pero al final Martha, mi
atormentador verdugo, decidió finalmente dejarme descansar.
Ella me quería descansada para torturarme mañana, supuse, cuando
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los resultados de la prueba inicial terminaron. Estos científicos, fueron
en mi opinión expertos, solo interesados en sus experimentos. La
misericordia, la compasión y la moralidad no jugaban en ninguna
parte de sus acciones.
¿Quieres apostar a que la aventura de mañana haría parecer lo de
hoy, como unas vacaciones de cinco estrellas?
Me recosté en una camilla, dentro de mi celda, y mire fijamente el
monitor que estaba al fondo de la pared.
Para mantenerme dócil, Vincent quería que viera a mi papá y a mis
amigos y así saber que podría poner fin a sus vidas.
Aunque el sueño me llamaba dulcemente, me quede despierta. Y
aunque mis heridas me rogaban, no prestaba atención, miré a la
pantalla, no pude apartar la mirada.
¿Cómo podría salvarlos a todos? ¿Qué podía hacer? La impotencia me
bombardeaba, se burlaba de mí. ¿Dónde estaba mi esperanza ahora?
Perdida, mi mente estaba cansada, con toda la sangre que habían
tomado.
Rome, de repente entro al centro de la pantalla, mirando a la cámara
expectante. En ese momento, era como si nuestras miradas se
hubieran encontrado. El parpadeo.
Sorprendida, me senté y lo estudie.
¿El estaba tratando de decirme algo? el volvió a parpadear.
¡Maldita sea!, ¿Qué quería que hiciera? ¿Qué podía hacer? Piensa,
Belle, piensa. Yo no podía iniciar un incendio.
Por encima de mi habían aspersores que apagarían las llamas
instantáneamente. Eso lo pararía y mis seres queridos serian
castigados por mi intento de fuga.
Si Cody estuviera aquí, podría, ―Mis ojos se abrieron‖. ¡CODY! me
había olvidado de él, apreté mis labios para prevenir una nota de
victoria. Un río de esperanza me golpeó. Cody todavía podría estar en
el sistema eléctrico.
Vincent tenía una fuente de energía secundaria que no dependía de la
electricidad pero Cody no tenia necesidad de tocar físicamente el
poder. El podría crear sus cables, como yo lo había visto hacer
durante la persecución de los coches. Y tal vez, sólo tal vez, el había
ido en busca de ayuda.
Si yo pudiera volver al laboratorio y atraer a Cody a mi, juntos
podríamos incapacitar a los guardias. Mire hacia fuera. La noche debe
de haber caído ya que no había tantas personas alrededor. Ahora era
el momento. Me esforcé a empujar mis pies. Las cámaras me seguían
a todo momento.
Pase, permitiendo que mi mirada diera círculos en la habitación,
buscando. Mi cama estaba anclada al suelo. Las paredes eran de
cristal grueso, el piso era de concreto. La única puerta (que yo
conocía) era del tipo que se abría si tenía el censor adecuado. Yo
nunca seria capaz de abrirla. ¿Como iba a salir? Seguí caminando. Si
la trataba con fuerza se fundiría el censor de la puerta, se podría
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bloquear ó en su lugar, se cerraría de forma permanente. Y si
congelaba el cristal. ¡Espera! ¡Espera!.
Un recuerdo pasó por mi mente. Semanas atrás, había decidido hacer
una dieta a base de vegetales. No es que durara mucho me dije. De
todos modos, cocine los vegetales en el horno-microondas, en un
recipiente de vidrio. Cuando están listos, los vi y el resultado era
como puré, yo había perdido el apetito, pero los coloque en el cuenco
del refrigerador, por si acaso cambiaba de opinión más tarde. El
cambio caliente-frio de temperatura había provocado que el cuenco
se rompiera a la mitad.
Podría hacer eso ahora, a la pared. Calentar-enfriar, crack, entonces
una patada y seria libre. Tendría que actuar con rapidez para evitar
que alguien se diera cuenta de lo que estaba haciendo, me
detendrían. Además tendría que tener cuidado de no usar demasiado
calor para no activar los rociadores. Me quedé en el laboratorio y mi
mirada se dirigió a varios científicos. Les miraba mientras caminaba.
Ellos fruncían el ceño y escribían en sus cuadernos. ¿Qué estaban
escribiendo? "¿Sujeto en exhibición no es saludable?"
¿Podría calentar el aire sin causar fuego real? Sin Tanner aquí para
decirme cuando era demasiado violenta, y sin Rome aquí para
filtrarlo, esto parecía una tarea imposible.
No me importaba. Yo tenía que intentarlo.
Acallando los pasos, mis emociones se espesaban. Llame al deseo, mi
deseo por Rome, el deseo que estaba enterrado en cada una de mis
células. Atrayéndolo. Deje que los pensamientos por Rome me
invadieran. Rome desnudo. Yo desnuda.
Rome recorriendo con besos mi cuerpo. Deteniéndose en la lava entre
mis piernas
Mi cuerpo se calentaba, mis ojos se calentaban. El aire calentaba.
Después que Rome me probó, bese todo su cuerpo. Lleve su miembro
a mi boca. Lo tome. Rome gimió, grito mi nombre.
Tanto el aire como yo chisporroteamos, la temperatura aumento otro
grado.
Pequeñas llamas corrían por mis dedos. Escondí mis manos detrás de
mi espalda y de cara a la pared, mi mirada se centro en el cristal. Mis
pezones estaban duros, mis rodillas templando.
ROME, DIJO QUE ME AMABA. Un temblor se apoderó de mí. El calor
intensifico mis ojos, golpeando la pared, Se empezaba a calentar, una
ola
de vapor cubrió las esquinas. Congélalo, mi mente gritaba. Congela
ahora. Cambié la dirección de mis emociones, que aún permanecían
en lo profundo de mí. El calor de mis ojos, refrigeraba, más frío, más
frío aún. El vapor se endurecía en hielo.
Un chasquido resonó en la celda.
Como una telaraña, el crack se extendía por todo el cristal. En una
ola de victoria, corrí a la pared di patadas.
Mi pie se puso en contacto y los cristales e hicieron pedazos alrededor
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de mí, de pronto, como pequeños diamantes. Voces con Pánico le
daban la bienvenida a mis odios cuando me precipite al laboratorio.
Alguien grito: "Ella escapo", por el intercomunicador.
"Cody", me gritó. "Cody, estamos aquí." Espero que mi voz le llevara
a mí.
Habían encendido una alarma silenciosa, debido a que los guardias
armados se precipitaron al laboratorio, empujando a los doctores y
los médicos salían del camino. Las personas en las jaulas animaban
en voz alta y llegaban hasta sus rejas, agarrando a los responsables
de su dolor.
"¡Cody!"
Los guardias estaban corriendo hacia mí. No sabiendo que hacer,
extendí mis manos y los congele a todos, justo como lo había hecho
con el cristal. Luego, en una nube de chispas, Cody se materializo a
través de la toma corriente. Sin una pausa les disparo una ráfaga de
energía eléctrica a los hombres que no había visto detrás de mí. Sus
cuerpos convulsionaron y se desplomaron en el suelo.
"¡Ve por los demás!" Cody grito. "No pude abandonar el edificio para
obtener apoyo. Lo siento cariño pero solo somos tú y yo"
Corrí hasta la otra celda. Rome estaba de pie, su fuerza estaba de
vuelta. El había despertado a todos los demás, y ellos también
estaban de pie. Pero justo antes de llegar a su puerta, Martha me
agarro, me giro y me bloqueo, su cara mostraba determinación.
"No ira a ningún lado, Señorita Jamison."
Le di un puñetazo, y un chorro de sangre corrió por su nariz, y cayo
al suelo.
"¿Quieres apostar?"
Agachándome, con un débil dolor en la mano le quite su
identificación, esperaba que abriera el sensor, pero no lo hizo.
"¡Joder!" Para esto probablemente también necesitaba una
identificación de huellas dactilares.
Detrás de mí, yo podía oír los pasos de pies arrastrándose. Mujeres
gritando. Hombres Gimiendo. Cody riendo. Él disfrutaba de su
trabajo.
Tuve una idea de liberar a humanos que estaban como ratas de
laboratorio, y así ellos saldrían de sus jaulas y atacarían a los
científicos que aún no habían escapado.
Unos pocos disparos entraron en acción, y me escondí. Mi mirada se
deslizo a Martha inconsciente. ―¡Ah, maldición!‖.
Metí mis manos debajo de sus hombros y la sostuve en brazos como
pude. Tratando de no caerme encima de ella, forcé su mano a la
plataforma de identificación. Las luces azules hicieron un guiño sobre
su piel, y la puerta de la celda se abrió.
La deje caer de un golpe.
Rome se apresuro a mí, y nuestros ojos se encontraron. Sus dedos se
enredaron en mi cabello.
"¿Estas bien?"
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"Nunca he estado mejor. ¿Tu?"
"Bien ahora. Tu padre te necesita. Yo me encargaré de Vincent". Se
marcho, saltando a la lucha, utilizando cualquier cosa y todo en el
laboratorio era como un arma alrededor de el. Aliviado, extasiado, me
encontré con mi padre y caí en sus brazos. Su corazón marchaba
como un tambor de forma errática en contra de mi oído. Pero era un
latido fuerte. Que dulce sonido. Cuando sus brazos estaban alrededor
de mi, el mundo se sentía como un lugar mejor. "Papá, dime que
estas bien. Dime que tu corazón esta bien.‖
"Estoy bien, muñeca. Muy bien." El débilmente ahueco mi cara con
una mano y la levantó, el llevaba un en la otra. "Siempre llevo nitro.
¿Y tú? Lexis me dijo lo que está pasando. ¿Estás bien?".
―Estoy bien. Te diré sobre ello más tarde‖. "Miré dentro de sus ojos
color avellana y las arrugas de su rostro, y las lágrimas corrieron por
mis mejillas. "Ahora, tenemos que salir de aquí.‖
Me di la vuelta y me encontré cara-a-cara con el ceño fruncido de
Vincent. El estaba apuntando con un arma a mi padre en la cabeza.
Reaccione al instante. Furia, potente e intensa, salto a la vida desde
mi interior y las tome en mi mano. Yo no tenía que convocarlo. No
tenia que depender de ninguna reserva dentro de mí. Mi rabia era
demasiado fuerte. Vincent se las arreglo para apartar fuera varias
esferas de fuego pero estallo en llamas gritando.
El tiempo parecía pasar lentamente cuando las balas se precipitaron
hacia mí. Mi padre me empujo fuera del camino al igual que Rome
salto delante de mí. Las balas se estrellaron contra él.
Después de eso todo sucedió rápidamente. Rome cayó al suelo con
un ruido sordo, comencé a lloriquear. Lexis gritaba. Caímos al suelo
junto a él. La sangre corría por su pecho. Rome trataba de hablar,
pero las palabras no salían. Nuestras miradas se encontraron por un
segundo antes de que sus ojos se cerraran.
"Oh, Dios Mío," Lexis. Exclamo.
"Rome," Grite. "¡Rome, abre los ojos! ¡Háblame!"
El no respondió.
"¡Abre los ojos, maldita sea!". Grite
No hubo respuesta.
Los otros corrieron a mi lado, pero no antes de que Cody le disparara
a Vincent en la cabeza, poniendo fin al hombre con un doloroso
quejido, terminando con su reinado de terror.
―Tenemos que llevar a Rome a un hospital,‖ me las arreglé para decir
con mi voz temblorosa.
Mantente fuerte, Belle.
No te desmorones. Aún no.
Desesperada, puse mi mano sobre su herida, dejando que el miedo
me consumiera. Los bordes de su lesión empezaron a congelarse. La
pérdida de sangre se detuvo. Sólo esperaba que no le hubiera dado la
hipotermia.
"Tengo agarrados a los guardias," dijo Cody, "Y todos los científicos
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se dispersaron y salieron corriendo." El tomo en brazos a Rome.
Frenética, azote a Lexis. "¿El va a vivir? Dime que vivirá"
"No lo se." Su barbilla temblaba. Las lágrimas corrían por sus mejillas
como ríos cristalinos. "Solo veo oscuridad".
"¿No eran solo unas pocas balas?" una voz dijo de repente.
―Rome!‖ ¡Gracias a Dios! ¡Oh, Gracias Dios! El alivio me golpeo, el
alivio, la esperanza y el temor.
"Te llevaremos al hospital, Hombre gato. Vas a estar bien. Solo
relájate. Me las arregle para congelar tu herida y detener la
hemorragia."
―Bueno… Chicas. No eran… Balas, Sin embargo. ¿Que fue…lo que el
uso?‖
―Probablemente un reactivo químico,‖ Cody dijo gravemente.
―Veneno‖.
Me cubrí la boca con una mano para evitar gemir de nuevo. No. ¡No!
Las balas podían ser removidas.
¿Y si era veneno? Yo podría vivir sin este hombre, si estuviera, pero
solo si sabia que el estaría vivo, sano, feliz y entero. El no podía
morir. No podía. Era demasiado... Vital. Lo necesitaba. El era mi
hombre y yo era su mujer.
Cody debió haber visto mi mirada afligida, porque, añadió, "Pero el
hielo también pudo haber parado el esparcimiento del veneno‖
Finalmente, Yo tenía poderes para ayudar a alguien más.
Para ayudar a Rome, nada menos que al hombre quien había salvado
mi vida una y otra vez.
"Belle," Rome jadeo. "Obtengamos la... Formula, para entonces...
quemar el lugar"
"Yo no me voy de tu lado"
"Lo harás," el dijo débilmente, "Me... Lo debes..."
Yo sabia que era lo que el estaba diciéndome.
Tomar la formula y correr. Si me quedara con el, Cody tomaría la
formula y se la daría a John y yo probablemente nunca la vería de
nuevo. Seguramente nunca la usaría para hallar el antídoto.
Definitivamente, no seria capaz de usarla como instrumento de
negociación o tomar la calefacción fuera de mí y mantener la
seguridad de mi padre. Así que tuve que elegir, lo que quería. Yo
posiblemente tendría que regresar a mi vida ordinaria, o tratar de
salvar la vida de Rome. Tal vez él podría vivir ó tal vez no.
Yo ni siquiera tenía que pensar acerca de ello. "Cody", dije con vos
ronca. "Vamos a llevarlo al hospital".
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En lugar de apresurarse con Rome al hospital, Cody nos llevó a un
edificio de cromo y de ladrillos en el borde de la ciudad. Por supuesto,
esto fue después de que él me había recogido del piso. Casi me lo
queme con una nítida mirada de rabia por eso. El tiempo era nuestro
enemigo.
Durante el trayecto, el pulso de Rome se convirtió en nada más que
una pequeña palpitación, su respiración más profunda. Se detuvo a
gemir en cada bache y rebote en el camino. El Mantuvo la morfina
entre el humano y el gato. Por desgracia, mi padre, Tanner y Lexis
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nos siguieron en otro vehículo, yo podría haber usado su apoyo en
ese momento.
"Piensa en Sunny", dije en voz baja a Rome, como nos fuimos. "Ella
te necesita."
Estaba tendido en el asiento trasero, con la cabeza apoyada en mi
regazo. Yo agarrando mis dedos a través de su oscuro pelo. Mi ángel
caído. Eso es lo que era. , Mi salvador, mi amor. Sí, yo lo amaba. Con
todo mi corazón. Era mi todo.
"¿Dónde estamos, Cody?" la preocupación retorciéndome en el
estómago cuando el edificio quedó a la vista. "Esto no es un
hospital. Si tu no nos llevas a un hospital de mierda, te mato yo
misma."
"Los médicos de aquí pueden ayudar a Rome mejor que los de un
hospital. Míralo. La gente común se va querer tocarlo si está en forma
de gato. Este es el laboratorio donde Rome fue creado."
"Vale, vale. Tienes razón. "Por favor, Señor, deja que Rome viva. El
es fuerte, un luchador. El coche desaceleró en una
parada, y un grupo de hombres se precipitaron hacia adelante. Con
una camilla de ruedas a la acera.
"Llamé por delante", Cody que pasa.
Rome se levantó y se acostó suavemente en la camilla y se lo
llevaron al interior del edificio. Me fui de prisa después de él, a
seguirlo, pero Cody se aferro a mi mano. Sin mirar atrás, trate de
moverme de un tirón libremente. "Vamos, ¡Déjame ir!"
John paseaba fuera de las puertas corredizas, ojeando la escena.
"tráeme a Belle para mí, luego lleva al niño y al
anciano a una zona segura", le espetó. Cody me sacó adelante
cuando los otros saltaron de su coche y corrieron a mi lado.
"Nos quedaremos con Belle," mi papá y Tanner dijeron al mismo
tiempo. Me agarraron a mí y trataron de alejarme del imbécil de
Cody.
"Cody, es mejor que me dejes ir", le dije. -Estoy furiosa ahora, y mis
dedos están comenzando a arder."
"Yo sé", murmuró, pero conservó su agarre. Tanner y mi papá no
dejaba de agarrarme, también.
"Lexis, tu puedes ir a ver a Rome", dijo John, "pero, Belle, se quedará
conmigo. Tenemos mucho que discutir ".
"Te mantendré informado de su progreso." Lexis salió
precipitadamente, ya corriendo por la puerta.
Le puso mala cara a John. Yo quería ir con Lexis, pero tenía
demasiado miedo de que mi papá o Tanner fueran castigados
en represalia. Así que me quedé donde estaba. Por el momento. "No
voy a hablar con usted o le permitiré probar nada hasta que yo sepa
que Rome está bien".
John entorno los ojos. "¿Permitirme a mí?" Él resopló y se acercó a mi
brazo y lo apretó con un puño de hierro.
Sólo entonces Cody me libero.
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Mierda, yo pensé oscuramente. Y después de todo, Rome una vez me
había dicho que John no era un hombre malo, que no lastimaba a
gente inocente. Yo le tomo la palabra. "Eso es, lo que le permitiré", le
dije. "Papi, tú y Tanner pueden quedarse aquí, ¿vale?‖. Ellos
asintieron. ―tienen que dejarme ir por ahora," agregué.
En el momento que lo hicieron, congele la mano de John sin mucho
esfuerzo, era malditamente buena Y cuando su control sobre mí
resbaló, me quité sin decir una palabra me fui por la dirección por
donde se había ido Lexis. Rome, mi corazón gritó. Ya voy. Me las
arreglé para ponerme al día con Lexis en el ascensor. Ella mantuvo la
puerta abierta para mí, y yo volé dentro antes de que se cerrara,
cogiendo una ojeada de la cara de John sorprendido mientras que el
me perseguía.
Ella sabía exactamente a dónde ir, y me hizo pasar a un pasillo de un
olor estéril. John no tardó en llegar, frunciendo el ceño, pero no
protesto. Él debe haberse dado cuenta de que lo freiría si él trataba
de interponerse entre Rome y yo en ese momento.
¿A Rome se lo llevaban a una sala de operaciones? ¿Un laboratorio?
Yo no sabía qué. Las puertas de gruesa plata se agitaron y cerraron,
bloqueando la vista de su camilla. Había un silencio mortal, sin
embargo, yo me agarre de la mano de Lexis.
"Va a estar bien", dijo.
"¿Estás segura?"
"Estoy esperanzada...".
Mi pecho contraído. Las horas Pasaron. Establecimos el paso. Más
horas pasaron. John miraba, nos observaba. Él incluso cedió y
permitió que mi padre y Tanner esperaran con nosotros. Se sentaron
en el sofá, sólo, sus expresiones igualmente preocupadas.
Lexis finalmente se sentó junto a Tanner y apoyó la cabeza sobre su
hombro. El Puso su brazo alrededor de ella y ella gritó. El la arrulló y
la consoló, y finalmente se detuvo. Ella levantó la cabeza, y se
quedaron mirando fijamente entre sí por un largo rato, luego ella se
inclinó hacia delante y lo besó.
Deje de caminar el tiempo suficiente para ver a Tanner responder con
entusiasmo. Me sorprendió, pero estaba feliz por ellos.
John se pellizcó el puente de la nariz, igual que había visto hacer a
Rome siempre que estaba realmente exasperado.
"¿Qué sigue?"
"Ven, siéntate a mi lado, muñeca", dijo mi padre. "No estás haciendo
ningún bien preocupándote por Rome ".
"No. Estoy preocupada. "Salté de nuevo en movimiento. Me sentía
tan impotente. Podía controlar los elementos, pero no
podía salvar la vida de un hombre solitario. Yo no podía ayudarle, y le
hubiera dado mi vida para hacerlo.
"¿Lo amas?" John me preguntó.
"Sí". Dios, sí. Le había dado al hombre todo mi corazón.
"Belle, cariño", dijo mi padre. "Por favor, siéntate. La voluntad de
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Rome"
"Él la va a hacer", dijo un hombre, dando un paso delante de las
puertas. Tenía tantas pecas y el pelo rojo oscuro que parecía ser una
mancha de color marrón, pero en ese momento el era la vista más
hermosa, la vista más agradable en el mundo. "Rome va a hacerlo. El
que congeló la herida le salvó la vida. Nosotros casi lo perdimos una
o dos veces, y hubiera muerto si la hemorragia no había cesado. "
"Gracias a Dios." Me dejé caer al piso en relieve. Lexis se apartó de
Tanner y echó los brazos a mí alrededor con una sonrisa. Las
lágrimas caían de mis ojos, luego del estallido de la presa nos
agarramos y sollozamos.
Mi papá y Tanner de repente estaban a nuestro lado, tratando de
ofrecer comodidad. A pesar de que estaba experimentando una
intensa tristeza y preocupación, no llovió ni congele nada.
Sí, realmente estaba haciendo bien en el control de mis poderes. Me
hubiera encantado saberlo ayer. En ¡ese momento, no pude
deshacerme de la distracción.
Cuando por fin me tranquilice, John dijo: "¿Vas a hablar conmigo
ahora?" Exasperación llenó su voz.
Le miré a través del escudo acuoso de mis pestañas. "Tengo que ver
a Rome primero".
El silencio descendió como una manta gruesa, opresivo. John asintió
con la cabeza al médico pelirrojo. "déjale verlo, después llévala a la
sala de repuesto‖.
Todo lo que él había planeado para mí, en ese cuarto de repuesto, no
me importo una mierda. Yo estaba demasiado ansiosa por ver a mi
hombre.
Lexis hizo a Tanner una tentativa de adiós, entonces, ella y yo
bajamos por otro pasillo. Alrededor de nosotros, habían científicos,
enfermeras?, serpenteando dentro y fuera de las habitaciones. Había
ordenadores y algún tipo de máquina que emitía pitidos a lo largo de
las paredes. Definitivamente un laboratorio. Un hombre bajito y
redondo en una bata blanca me detuvo cuando intenté entrar en la
habitación de Rome, y señaló a un panel de observación.
―Usted no puede entrar todavía. Estamos esterilizando el aire.‖
Además de Lexis, presione mi nariz contra el cristal, con las manos
en las sienes, y mire dentro. Rome estaba en una cama,
completamente inmóvil, pero podía oír el pitido constante de su
monitor de frecuencia cardíaca, podía ver las vendas del pecho y el
color que sacaba el polvo de su piel. Una luz azul brillante se
reflejaba en él desde el techo.
"El está bien", yo respire. "Esta realmente bien".
"Sí", dijo Lexis, con voz temblorosa.
"Lexis, puedes quedarte aquí", dijo el hombre pelirrojo. "Belle,
necesito que me siga ahora".
Yo quería negarme, pero no lo hice. Había llegado el momento. Lo
había prometido. Soplé a Rome un beso suave y seguí al médico.
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John esperó en una habitación vacía, apoyado en la pared del fondo.
Cuando entré, él cruzó los brazos sobre su pecho. El dijo "Cierra la
puerta,".
Me temblaban las manos cuando obedecí. "¿Qué es exactamente lo
que quieres de mí?"
Sus gruesas, cejas de plata arqueadas. "He trabajado en PSI por un
largo tiempo", comenzó. "He visto más mal que la mayoría de la
gente sabe que existe. Hay asesinos por ahí, al igual que Vicent, con
la intención de reclamar un pedazo de pastel para su propio mundo.
No les importa a que hacen daño o lo que destruyen.‖
"Pienso que usted tampoco lo hace," le dije, por todos. "Ustedes
están dispuestos a experimentar en mí. Para hacerme daño ".
"Por el bien del mundo", dijo. "Por ahora usted sabe que hay un reino
de lo paranormal por ahí, personas que tienen poderes tan mortales
como los suyos. Es por eso que existen organismos como el mío, para
mantenerlos bajo control.
―Las personas como usted pueden destruirnos a todos."
"Yo no quiero causar daño", insistí.
Me estudió durante un largo rato en silencio. "Bien. Cody me dijo
cómo derrotó a Vincent, un hombre que ha sido una espina en mi
costado, desde hace muchos, muchos años ".
"Yo ayude", admití.
"¿Te gustaría volver a hacerlo?"
Parpadeé en la confusión. "¿Hacer que de nuevo?"
"Destruye otra espina de mi costado. Hay una mujer, nosotros la
llamamos galón del desierto. Ella seca todo a su paso, destruyendo la
vida‖.
Parpadee otra vez, sacudiendo la cabeza. "¿Quieres que pelee con
ella?" incluso cuando dije las palabras, la emoción trabajo a través de
mí. La emoción real. Me había divertido con Rome estos dos últimos
días. Sí, nos habían perseguido y disparado y casi habíamos sido
matados, y yo había odiado el peligro ocasionalmente. Pero, por
primera vez en mucho tiempo me había sentido bien, todos los
indicios de inquietud se habían ido.
Tal vez había encontrado mi verdadera vocación. Tal vez había
encontrado el trabajo en el que me pagarían bien.
Tal vez yo era tan mala como Cody, al encontrar la alegría en medio
del peligro.
"¿Qué hay acerca de neutralizarme?", Le pregunté. "¿Qué hay acerca
de las pruebas sobre mi?"
"Oh, todavía quiero ponerte a prueba. Has sobrevivido a una fórmula
que mato a cada persona que la injirió, y yo quiero saber por qué. Así
que sí, te probaré. Pero no hay razón para neutralizarte o
encarcelarte si tu trabajas para mí. Tú serías un activo real para la
ISP."
"Pero no hay nada especial en mí! El Dr. Roberts perfeccionó la
fórmula, eso es todo. Él me dijo eso, en una nota."
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John dudó un momento y luego dijo: "Voy a tener que verificar eso".
"¿Al hablar con el médico o haciéndome pruebas?"
"Ambos".
Grr! ¿No había ninguna forma de escapar de las pruebas? "No
tenemos idea de en donde está el Dr. Roberts" dije.
"No te preocupes. No vamos a renunciar a la búsqueda‖.
Tiré mis manos. "Yo no sé por qué estoy siquiera discutiendo esto con
usted. Mi respuesta debe ser negativa." había otras cosas más
importantes para cuidar como: mi papá, mi promesa a Rome. Yo no
podía olvidarme de aquello.
Yo no me olvidaría de eso. No importaba la emoción que presentaba.
John entorno los ojos. "Eres un superhéroe, Belle, y no hay mejor
trabajo para ti."
"Hay una posibilidad de que un antídoto se puede hacer de la
fórmula," yo Apretaba las manos.
"Tal vez", fue su respuesta. "Ya tengo a mis hombres trabajando en
ello. Hasta entonces... te estoy ofreciendo la oportunidad de hacer del
mundo un lugar más seguro."
Me pasé la lengua por los labios. Así que Cody ya le había dado los
detalles. Estupendo. Eso no significa que era totalmente impotente en
esta situación. "No puedo encontrar el Dr. Roberts por mi cuenta y
obtener mi agradable y normal, vida‖.
John rió con auténtico regocijo. "Incluso si no estuvieras trabajando
para mí, nunca tendría tu vida de nuevo. Cuando los otros oigan
acerca de ti, ellos, vendrán después por ti. Tal vez tu familia. Mis
agentes los pueden proteger."
"¿Y mi papá?"
"Por supuesto. Tal vez Rome, incluso puede ser tu socio ", añadió, el
astuto hijo de puta.
¡Oh, la emoción de esa sugerencia. Pero Rome no quería ser más un
agente, John no sabía eso. Rome quería desaparecer con su familia.
Una larga pausa se extendió entre nosotros cuando John estudió mi
cara y yo estudie la suya.
Él quería que yo trabajara para él. Mal Fue allí en sus ojos, brillantes,
brillantes, una desesperación, que no podía ocultar. Supongo que mis
poderes eran realmente deseables, incluso con sus tendencias
destructivas. Una idea me llamó la atención, de miedo, pero
bienvenida. "Si me decido a trabajar para usted", le dije, "usted tiene
que entender que voy a hacer sólo las tareas que quiero. Recojo y
elijó lo que hago. No tú."
"Hecho", dijo con entusiasmo.
"Hecho", dijo él con entusiasmo.
"Quiero a mi papá protegido las veinticuatro horas al día, y siete días
a la semana".
"Ya hemos convenido en eso".
"Quiero que dejen a Tanner solo".
John dudó. "De lo que me dijo Cody, el niño es un buen compañero.
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Es posible que reconsideres esa eso‖.
La verdad, como Tanner diría. Espera hasta que te enteres de lo que
había hecho él. Demonios, probablemente estaría emocionado. "Bien,
voy a reconsiderarlo, pero quiero que dejes ir a Rome."
"¿Qué?" John se enderezó, con los brazos cayendo a los costados.
"Ya me oíste." incliné mi barbilla y enderece los hombros. "bótalo.
Despídelo.‖
"Creí que lo amabas", John se rompió.
"Yo lo hago". Y esto era lo que EL había querido más que cualquier
cosa. Escapar de este mundo de tinieblas y mostrarle a Sunny cómo
vive la gente ordinaria. Lo perdería a él, sí. Pero él había estado
dispuesto a dar su vida por la mía. Yo no podía hacer menos. "Estoy
seguro de que has sido capaz de hacer a otro hombre gato, pero tú y
yo sabemos que sólo hay una CHICA MARAVILLA." Por el momento.
Paso mucho tiempo en silencio. "Bien", dijo John finalmente, de mala
gana. "Se ha ido. ¿Algo más? "Su voz tenía un borde de sarcasmo.
"En realidad, sí. No voy a empezar mis nuevas... funciones durante
otro mes. Hay algunas cosas que tengo que hacer‖.
Como mantener mí promesa a Rome. Obtener nuestra mierda juntos
en casa. Recorte mi corazón por lo que así no dejaría daño.
"Bien, lo que sea." John suspiró. "Pero tienes que venir al menos dos
veces por semana para las pruebas, ya sea que decidas poner a
prueba tus competencias y habilidades o tu composición química‖.
Tragué saliva. "¿Me va a doler?"
"No tanto", dijo vagamente. ¿Son todas las demandas?"
"Sí". Yo casi esperaba que mis dedos se congelaran por mis nervios,
pero se mantuvieron caliente. Sí, era malditamente bueno.
Su boca se avanzaba lentamente en una sonrisa. "Bien. Bienvenida a
bordo, CHICA MARAVILLA‖.
Cuando Rome se despertó una semana más tarde, yo estaba a su
lado. El mundo volvió a la normalidad, de una manera extraña. Mi
padre había regresado al centro de salud asistida, pero ahora había
varios guardias. Incluyendo a Cody, quien era su nuevo favorito con
los "zorros de plata" y ahora la perdición de la coqueta existencia de
papá, puesto que su harén de mujeres todas estaban interesados en
el hermoso joven.
Era bastante extraño, Lexis y Tanner estaban juntos todo el tiempo, y
estaban constantemente besándose. Una vez que habían empezado,
tenían dificultades para separarse, supongo. Lexis me dijo que era su
tutora en el arte de amar, ayudando a que el "hombre" madurara.
Tanner había dicho de otro modo: que estaban encendiendo sus
monstruos. De cualquier modo, ambos parecían felices con su
romance Demi / Ashton. Y yo estaba feliz por ellos.
Le había dicho a Sherridan de mis súper poderes y tenía que
demostrárselo a ella, en efecto, secando su cabello a cincuenta
pasos, y había estad extasiada. "Piensa en los hombres que puedes
congelar en su lugar y que puedes acariciar" había dicho. "Voy a
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tener que abastecerme de fustas."
Esa mujer y sus fustas... te lo juro.
Brittan, y Sunny habían regresado de su refugio temporal, y Sunny
ya no me llamaba
"desconocida". Ahora era la "amigo de papá." Calentando mi corazón
cada vez que el angelito lo decía. Quizás Un día ella me llamaría
Belle. O... no me atreví a pensar en la otra palabra que quería que
me llamara. La palabra con M.
Lexis había tomado una licencia para ausentarse de la ISP para pasar
más tiempo con su hija, y yo estaba segura, para prepararse para
vivir en la clandestinidad con Rome. Yo quería llorar sólo de pensarlo.
Desde su cama en el hospital, Rome gimió.
"Hombre estúpido" Yo lo reprendí. El había salvado mi vida de casi
renunciando a la suya. Desde que yo había congelado sus heridas, sin
embargo, estábamos iguales, así que yo podía insultarlo si quería.
Él me miró parpadeando, esos ojos cristalinos llenos de ternura. Con
vendas envueltas alrededor de su pecho. IV y tubos de electrodos
salían de él. El monitor sonó.
"Belle", dijo medio atontado. "Mi dulce y tendencial chica homicida."
"Hey, hombre gato", le dije con una sonrisa lenta, de repente estaba
tan feliz que casi no podía respirar. Estaba vivo y mejorando. "¿Cómo
te sientes?"
"Como la mierda".
Me reí. "Estás vivo. Eso es todo lo que importa‖.
"Gracias a ti". Cautelosamente, el extendió la mano y nuestros dedos
se entrelazaron. "¿lo conseguiste?", el Preguntó. Yo no tenía que
preguntar para saber que hablaba de Vincent. "Lo conseguimos,
cariño. Lo conseguimos. "había ayudado a matar al bastardo, y me
alegraba de ello. Cualquier persona que amenazara la vida de Rome
merecía una muerte dolorosa.
"Gracias por recibir esas balas por mí, eres un estúpido cabeza
grande", le dije. Las lágrimas de repente me quemaban los ojos. "tú
me salvaste la vida, pero también me molesta. Prefería haberlas
recibido yo.‖
"Nunca dejes que nadie te haga daño. Nunca‖.
Me incliné y lo bese suavemente en los labios. Me dolía el pecho, y
tenía un nudo en el estómago. "tú necesitas darte prisa en mejorar.
Es hora de que tu y Sunny encuentren la seguridad."
Con un brazo temblando, él se acercó y me acarició la mejilla. "¿Qué
pasa?"
"Creo que ahora es tan bueno momento como cualquier otro para
decirte que John te despidió." frunció el ceño y la incredulidad
iluminaban su rostro. "¿Qué? ¿Por qué haría eso?"
"Estoy, uh, es una especie de que yo tome tu lugar." Miré a otro lado.
"¡Qué!"
"tu, Sunny y Lexis pueden salir ahora. Ustedes pueden ser una
familia. Una promedio, una familia normal. Pero tú probablemente
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tengas que llevar a Tanner con ustedes, ya que él y Lexis están
viéndose el uno al otro. "forcé un tono feliz.
"¿Tanner y Lexis son...?" Él echó una mirada al techo. Ruego por la
intervención divina?
¿Y tú, sin consultarme, has firmado para trabajar con John. Tú hiciste
esto para que yo dejara la agencia‖.
Okay. Había sonado incrédulo sobre la cosa de las citas, pero había
sonaba enojado como el infierno sobre lo otro. Él debería estar
babeando sobre mí en agradecimiento.
-Sí. En ambos aspectos‖.
Silencio.
"Yo no voy a hablar del romance de mi ex-esposa con un adolescente
en estos momentos. El choque podría matarme. Lo que quiero saber
es por qué quieres que me vaya tan mal ", dijo por fin, su voz
tranquila.
"Yo no quiero que te vaya mal." Me enfrenté a él. "Yo sólo, bueno,
esto es lo que querías. Esto es lo que a tu hija necesita. Y tomando tu
lugar en la PSI, estoy cumpliendo con el final de nuestro negocio. Tú
me ayudas, y yo te ayudó."
el llegó hasta pellizcar el puente de su nariz, pero hizo una mueca
cuando movió el brazo, y rápidamente se calmo. "No puedo creer.
Eres completamente impredecible y eres un enorme dolor en mi
culo."
"Gee. Gracias. Esa es la reacción que yo esperaba. "Lágrimas
volvieron a llenar mis ojos. "¿No sabes lo difícil que es esto para mí?
No quiero perderte."
"entonces no lo hagas", dijo, su tono ahora crudo. "Ven con
nosotros."
Mis ojos se abrieron. Con esas palabras, él sólo me ofreció todo lo
que yo había querido. Una vida juntos.
Como una familia. "No puedo." Fue la cosa más difícil que jamás
había tenido que decir. "Si me voy y no cumplo mi palabra, John
esperará que tu trabajes para él. Probablemente el enviara a Cody a
cazarnos a los dos allá afuera."
"¡Maldita sea, Belle!. Nunca planee enamorarme de ti. "Roma
extendió la mano y secó mis lágrimas. "Pero tu pasaste por delante
de mis defensas."
"¿Qué?", Pregunté. Esa fue la primera vez que le había oído hablar de
amor.
"Te amo, ¿de acuerdo? Yo sospechaba que estaba enamorándome de
ti cuando te desmayaste después del incendio. Quiero decir, yo nunca
había estado tan preocupado por una mujer en toda mi vida, ni
siquiera por Lexis. Pero yo sabía que de seguro cuando me vieras
transformarme en un gato "
"Jaguar", corregí.
"Lo que sea," dijo. "El punto es, que no te importaba una mierda".
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"Esa es la cosa más dulce que jamás he oído", le dije, cubriendo mis
ojos con las mano. Pero yo no quería escuchar esas palabras. Ahora
no. No, cuando yo no podía tomar lo que me estaba ofreciendo. Aún.
Que le debía la verdad. "Te amo, también." La admisión era ronca,
rota e imparable. "Te amo tanto."
"Yo no sé por qué estás molesta. No es que me voy ir a dejarte aquí
para que te valgas por ti misma."
Mi boca se abrió. "¿Qué?"
"Tú tienes un socio, bebé. Acostúmbrate a ello. De ninguna manera
en el infierno te voy a dejar a ti sola con tus poderes. Tú necesitas un
entrenador ".
"Pero... pero..."
"Vincent está muerto, y era la mayor amenaza para Sunny. Además,
tú me ayudaste a mantenerla a salvo del resto del mundo ", dijo. "Y
si alguien puede encontrar una razón en su normalidad, eres tu." Su
tono era seco, pero rebosante de cariño.
Ay dios mío, ay dios mío, ay dios mío. Él quería quedarse conmigo, se
iba a quedar conmigo. Todos mis sueños se hacían realidad. ¿Qué
pasa si no soy la mujer para él? Lexis no lo era. La idea iba a la
deriva por mi mente, pero rápidamente la aplaste. Yo no podía
predecir lo que el futuro traería, pero yo sabía que lo amaba. Ahora
sabía que él me ama, también.
"¿Qué si te dijera que Tanner estará trabajando con nosotros,
también?", Le pregunté.
Rome dijo: "Todavía me gustaría quedarme contigo. Una gran familia
feliz‖.
Lágrimas de alegría caían es cascada por mis mejillas y me subí a la
cama y me quede junto a él. Cuidadosa de no golpear sus lesiones,
enterré mi rostro en el hueco de su cuello. "Te amo tanto", le dijo de
nuevo.
"Te amo, también. Que Dios me ayude‖. Suspiró. "¿Ya están de
acuerdo en una misión específica?"
Le hice un ocho sobre el pecho. "John mencionó que hay una tipa
llamada Gal del desierto que necesitan neutralizar ".
"Tu has aprendido a hablar del tema, ya veo."
―Sí. Incluso he aprendido a neutralizar parasters‖.
Él me miraba como si yo estuviera loca. "Parasters?"
―¿No has oído? Es lo nuevo, la palabra de cadera para los desastres
paranormales‖.
Rome, sacudió la cabeza, pero envolvió su brazo alrededor de mi
cintura y me abrazó. "¿Qué he conseguido para mí mismo? "
"El cielo", dije, y se rió. "Necesitamos un nombre para nuestra
asociación", añadí. "Tal vez podríamos llamamos a nosotros mismos
los Gatos maravillas‖.
Resopló, un sonido que fue seguido por una mueca de dolor. "No me
hagas reír más".
"No me dejes ir", dije en voz baja, repentinamente seria.
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"Nunca." Me besó la sien. "Una cosa es segura. La vida va a ser
interesante. Pero nos tendremos‖. Sí, nos tenemos unos a otros. Una
niña, incluso la chica maravilla no podía pedir más que eso. Yo casi
no podía esperar a ver lo que la vida nos traería después.
Resumen de Belle Jamison, alias "CHICA MARAVILLA" (Proyecto final)
OBJETIVO:
Patear el culo de los asesinos más importantes; salvar al mundo de
parasters; mi mentor y compañero inteligente con la boca, Tanner;
rastrear el Dr. Roberts difícil, y, um, aprender a controlar las bolas de
tierra voladoras que de forma misteriosa golpean a cualquier mujer
que mire a Rome.
EXPERIENCIA:
• Muchas horas de (caliente y pesada) práctica con Rome, también
conocido como "HOMBRE GATO"
• Eliminación total y un éxito del chico bonito del mal
• Tostar malvaviscos con mis propias manos (y ojos)
• Riego las flores de mi papá en el centro de salud asistido (sin
manguera)
• Instrumentar una bola de nieve en medio del verano (Tanner
obtuvo así una patada en el culo!)
EDUCACIÓN:
• La Escuela de Rome
• Un Otorgado recta y Aced todos asignaciones "crédito adicional"
INTERESES:
Largos paseos por la playa (con Rome), puestas de sol (ver con
Rome), las novelas de amor (en funciones, las escenas de amor con
Rome), frías noches de invierno (acurrucarse con Rome), Rome, en
Kilts (faldas escocesas) / uniformes / calendarios (o nada), y masajes
(dados por Rome).
REFERENCIAS:
"Si usted está buscando problemas, Belle es la chica para ti.
P.D.-lastímame y te mato‖.
-Sr. Mi amor Rome, también conocido como "hombre gato"
"¿Necesitas a una chica que puede freír a los chicos malos, pero que
aún su cabello quede perfecto? Chica maravilla es la chica para ti! "
-Señorita Sherridan Smith, mi mejor amiga
"Usted nunca encontrará un dulce, más difícil de trabajar que mi bebé
Belle.
-David Jamison, mi padre
"Una vez que la conozca a ella, ya no eres extraño."
-Sunny, su amiga y un día, tal vez, hijastra
"Puedo predecir que va a hacer grandes cosas. Pero no salgas de
casa sin un impermeable, un extintor de incendios y Toallitas
húmedas‖.
-Lexis, alias "LO SABE TODO"
"Nunca he conocido a una mujer más agradable, la mujer maravillosa
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con un escote tan grande!"
-Tanner Bradshaw, alias "El Sr. Sensibilidad‖
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