El diario de Paola: un año en Alemania

Transcripción

El diario de Paola: un año en Alemania
El diario de Paola:
un año en Alemania
Índice
Episodio 1: 28 de julio de 2011 – Guía práctica para empacar maletas ........ 6
Episodio 2: 5 de agosto de 2011 – Llegar a Alemania… y vivir para contarlo!
..................................................................................................................... 10
Episodio 3: 10 de agosto de 2011 – El trozo de Colombia que vive en
Alemania ...................................................................................................... 12
Episodio 4: 17 de agosto de 2011 – Ciudadanos del mundo ....................... 15
Episodio 5: 24 de agosto de 2011 – 29 colombianos dicen ......................... 19
Episodio 6: 31 de agosto de 2011 – Espontaneidad a la carta .................... 22
Episodio 7: 5 de septiembre de 2011 – Salpicón emocional ....................... 26
Episodio 8: 13 de septiembre de 2011 – Hannover, oh! Hannover ............. 29
Episodio 9: 21 de septiembre de 2011 – Quiero decirle adiós a las
despedidas ................................................................................................... 32
Episodio 10: 28 de septiembre de 2011 – La nueva definición del mar ....... 35
Episodio 11: 5 de octubre de 2011 – Amsterdam sobre ruedas .................. 39
Episodio 12: 12 de octubre de 2011 – Cebada + lúpulo + agua = ¡La excusa
perfecta para celebrar la cultura alemana! ................................................... 42
Episodio 13: 19 de octubre de 2011 – Dos semanas, mil historias ............. 45
Episodio 14: 26 de octubre de 2011 – Sobre el escritorio: papel, lápiz y
apuntes en alemán ....................................................................................... 48
Episodio 15: 2 de noviembre de 2011 – De los sueños a las fotos ............. 51
Episodio 16: 7 de noviembre de 2011 – Paisaje cromático ......................... 54
Episodio 17: 16 de noviembre de 2011 – Alemania entre las papilas
gustativas ..................................................................................................... 58
Episodio 18: 23 de noviembre de 2011 – Una realidad más mágica que la
fantasía ........................................................................................................ 62
Episodio 19: 30 de noviembre de 2011 – Viviendo al ritmo del reloj ........... 65
Episodio 20: 7 de diciembre de 2011 – De compras en el congelador ........ 68
Episodio 21: 14 de diciembre de 2011 – Mmm… ¡Huele a Navidad! .......... 72
Episodio 22: 20 de diciembre de 2011 – Una nueva dosis de cucos amarillos
y uvas a media noche .................................................................................. 76
Episodio 23: 14 de enero de 2012 – Grazie 2011! ....................................... 77
Episodio 24: 18 de enero del 2012 – Los años no llegan solos ................... 84
Episodio 25: 24 de enero del 2012 – Vorstellungsgespräch: el equivalente
alemán para “el coco” .................................................................................. 88
Episodio 26: 2 de febrero del 2012 – Blanco: el color de la paz, la pureza y
la diversión! .................................................................................................. 92
Episodio 27: 8 de febrero del 2012 – Freizeit oder Lernen? Ese es el dilema
de un estudiante en Alemania ...................................................................... 96
Episodio 28: 16 de febrero del 2012 – Final, final… no va más! ................. 99
Episodio 29: 23 de febrero del 2012 – La odisea de buscar vivienda en
Alemania .................................................................................................... 103
Episodio 30: 29 de febrero de 2012 – Casa nueva, vida nueva ................ 107
Episodio 31: 8 de marzo de 2012 – Paola en el país de las maravillas ..... 111
Episodio 32: 15 de marzo de 2012 – Dime qué haces en tu tiempo libre y te
diré quién eres ........................................................................................... 114
Episodio 33: 22 de marzo de 2012 – Alemania no cumple la teoría del caos
................................................................................................................... 116
Episodio 34: 29 de marzo de 2012 - Sobredosis de polen ........................ 118
Episodio 35: 3 de abril de 2012 – La semana de ramos, peces y rezos .... 121
Episodio 36: 12 de abril de 2012 – Buscando huevos en los Campos Elíseos
................................................................................................................... 122
Episodio 37: 19 de abril de 2012 – Una serie de eventos desafortunados 125
Episodio 38: 26 de abril de 2012 – Die deutschen Städte ......................... 128
Episodio 39: 3 de mayo de 2012 – Esto no es Brüssel .............................. 131
Episodio 40: 8 de mayo de 2012 – La ciudad embrujada .......................... 134
Episodio 41: 14 de mayo de 2012 – Un plano, una taza de café y a trabajar!
................................................................................................................... 136
Episodio 43: 1 de junio de 2012 – De los mitos sobre los alemanes ......... 141
Episodio 44: 8 de junio de 2012 – Y Olé! ................................................... 143
Episodio 45: 14 de junio de 2012 – Del idioma de los ladridos .................. 145
Episodio 46: 21 de junio de 2012 – La fiebre de la pecosa en Alemania .. 148
Episodio 47: 29 de junio de 2012 – La visita del Herr Doktor .................... 151
Episodio 48: 5 de julio de 2012 – De preguntas sin respuesta y últimas
veces .......................................................................................................... 153
Episodio 49: 13 de julio de 2012 – La familia DAAD .................................. 156
Episodio 50: 19 de julio de 2012 – Acerca de contrastes y delicias en la
Europa del este .......................................................................................... 158
Episodio 51: 27 de julio de 2012 – Sonriendo como la Mona Lisa ............ 161
Episodio 52: 4 de agosto de 2012 - Transmitiendo desde el otro lado del
charco: llegó el momento de la despedida ................................................. 164
Diario de una estudiante
colombiana en Alemania
“El diario de Paola” memorias
del intercambio 2011- 2012
Publicado por:
DAAD Colombia
Centro de Información Cra. 11a # 9352, Bogotá
Textos:
Paola Andrea Molano Torres
Fotos:
Paola Andrea Molano Torres
Edición:
Angélica Hernández Barajas
Recopilación y montaje:
Raphaela Bauer
Impresión:
Agosto 2012 - 1
Episodio 1: 28 de julio de 2011 – Guía práctica para empacar maletas
¿Cómo saber qué llevar y que no a un país desconocido en el que viviremos por
un año? La misma pregunta pasa aún por mi mente y aunque ya tengo algunas
ideas, que por supuesto compartiré con ustedes más adelante, el sentimiento
extraño de empacar aún persiste… supongo que es porque el ejercicio de poner
ciertas cosas en una maleta se asocia a cambiar de vida: el dónde vivimos lo
cambiaremos de nuevo en un año cuando estemos empacando las maletas para
regresar a Colombia, pero el cómo vivimos y afrontamos la vida, cambiará para
siempre después de esta experiencia.
Disfrutando los últimos momentos con algunos de mis amigos.
Mi mamá, siempre tan amorosa, tiene ese no sé qué de las mamás con el cual
piensan en cosas útiles que a uno ni se le ocurren. Las mamás piensan en esas
cosas no parecen necesarias, al menos de forma inmediata, pero que cuando se
utilizan se sabe por qué tocaba meterlas en la maleta… Hay tantas cosas que
quisiera llevar, pero el límite es claro: únicamente se puede llevar 1 maleta de 23
kg. En el momento que escribo este diario no he terminado de empacar, y por
ende no sé aún si el espacio será suficiente. Por ahora me esmero en aplicar las
habilidades adquiridas al jugar Tetris con el objetivo de optimizar el uso del
espacio.
Busqué información de
experiencia de otras personas y
aquí les doy algunas
recomendaciones a todos los que
se preparan para un viaje, para
ayudarles en esta dura labor de
hacer maletas.
¿Qué cosas se deberían
llevar?:
▪ Computador (ojalá con webcam
para lidiar con los efectos de la
distancia).
▪ Cámara fotográfica (para
registrar cada momento)
▪ Suficiente ropa interior y
camisetas como para 2 semanas,
teniendo en cuenta que aún con
un domicilio fijo no podremos
lavar varias veces por semana.
▪ Si son de piel delicada, no
olviden llevar los productos que
sean necesarios, como cremas,
desodorantes especiales, etc.
Pero también me dijeron que en
Se ve muy grande. Pero... ¿será suficiente?
Alemania existen industrias
farmacéuticas muy reconocidas y muchos productos allá son más
económicos.
▪ Un botiquín básico: curas, pastillas para el dolor de cabeza, antigripales, etc.
(No se excedan en las cantidades. Esto es en caso de alguna eventualidad
durante los primeros meses).
▪ Elementos adicionales como: Cable para conexión a internet (dado que, según
dicen, es muy probable que este sea el medio de conexión y no de forma
inalámbrica) y adaptadores para los enchufes (en Alemania por estándar
los agujeros son redondos).
NO se recomienda llevar:
Abrigos para el invierno, pues al parecer el frío es tal que lo que lleven no les
servirán, pero si quitan espacio para otras cosas. Es mejor comprarlos allá, así
como las botas para la nieve. Es mejor llevar las chaquetas que usamos
habitualmente en Colombia para temporadas como otoño y primavera.
Despedida en la Uni. Nacional. De izquierda a derecha: Paola
Molano (Yo!), Diego Rodríguez, David Peña, Juan David González,
Carol Rojas (becarios que también viajarán conmigo a Alemania).
Humberto Celis (profesor de alemán). En la mitad Dora Bernal
(Directora ORI Ingeniería Univ. Nacional).
Tips
adicionales:
▪ Objetos que
ocupen gran
volumen y que
se puedan
contraer, como
mantas o
chaquetas, se
pueden
envolver en
papel vinilo
(vinipel), y así
aprovechar
más el espacio
de las maletas.
Es mejor
ubicar los
zapatos con
las suelas
hacia el borde
de la maleta y
el espacio
interno se
puede aprovechar para empacar otras cosas bien dobladas.
Por ahora sólo queda esperar que no se nos olvide algo de suma importancia y
que la maleta,
De izquierda a derecha: Sven
finalmente, sea
Werkmeister y Angélica
lo
Hernández (del DAAD
suficientement
Colombia). Mis 4 compañeros
e grande. Solo
de la Universidad Nacional
queda saber
con los que viajaré el
aprovechar
domingo a Alemania. En la
nuestros
mitad Dora Bernal (Directora
últimos días al
ORI Ingeniería UN) y el
máximo ante la
profesor de alemán Humberto
nostalgia de
Celis.
dejar ciertas
cosas imposibles de llevar, como mi cama, mi familia y amigos (aquí es el punto
donde me pregunto por qué los científicos no han desarrollado aún las pastillas de
chiquitolina). En un año volveremos con más equipaje del que llevamos y con
experiencias que, gracias a Dios, no tienen límite en la aerolínea. En un año les
podré contar qué cosas eran necesarias y no empaqué en mi maleta, y qué cosas
inútiles me llevé!
Episodio 2: 5 de agosto de 2011 – Llegar a Alemania… y vivir para contarlo!
“Diferente”, esa es la palabra que resume nuestros primeros días en Alemania.
Aunque personalmente pensé en un principio que al arrancar el avión
asimilaríamos que esta experiencia es real, creo que ha tomado un poco más de
tiempo… De vez en cuando se nos sale un “Aquí en Colombia” o algo por el
estilo. Sin embargo, y a pesar de que todo ha sido muy rápido, la organización de
los alemanes, que en muchos sentidos es sorprendente, ha resultado nuestra
mejor aliada a la hora de adaptarnos.
Disfrutando de las noches alemanas y de su arquitectura (Pueden comprobarlo, aún
está claro el día!)
Desde el momento en que dejamos el valle de lágrimas en el cual convertimos el
aeropuerto por el dolor de la despedida, sentimos el cambio. No es fácil hallarse
“solo” (sin los seres queridos) en una experiencia tan novedosa. En la sala de
espera fue notorio de manera inmediata que los alemanes son respetuosos y
bastante silenciosos. Hablan en un volumen moderado, nunca gritan ni pitan en
las calles. Tras un par de días ya llegamos a la conclusión de que si hay ruido en
el bus, es porque hay un buen grupo de latinos adentro!
En cuanto al cambio de horario, tan temido por todos, descubrí que el problema no
es a qué hora se está acostumbrado a dormir, sino a comer. El cansancio del viaje
ayudó a que durmiéramos tan pronto como fue de noche y estábamos
acomodados en nuestras
habitaciones (que por cierto
son bastante cómodas),
pero el apetito ha tenido un
desorden total pues no
almorzamos bien los
primeros días, ya que ese
era para nuestro estómago
el desayuno y, en cambio,
queríamos comer mucho de
noche pues sentíamos que
era la hora de almorzar. Un
par de días después ya el
estómago está programado
y ello nos ha permitido
probar distintos platos y
bebidas como Currywurst,
Döner y distintos tipos de
cerveza, que en palabras de
David (becario joven
ingeniero de la Universidad
Nacional), “tienen diferentes
personalidades”.
El cansancio no lo
manejamos muy bien aún,
pues sale el sol a las 5 de la
David: Probando las diferentes personalidades de las
mañana y se oculta a eso de
famosas cervezas alemanas.
las 10:00 de la noche, por lo
que los días son largos,
pero se disfrutan mucho. Sin embargo, el cuerpo ya nos está pasando cuenta de
cobro y despertar solos en las mañanas ha resultado difícil. Sólo como ejemplo,
hoy 3 de nosotros (incluida yo por desgracia), nos quedamos dormidos, y no
llegamos a tiempo a clase de alemán. A pesar de eso todos sentimos que ha
valido mucho la pena todo el esfuerzo que hemos hecho por estar en el país
donde la densidad de autos VW, BMW, Audi y Mercedes es altísima, donde
podemos olvidar un iPod Touch en el baño y tener la fortuna de encontrarlo de
nuevo al día siguiente (como le ocurrió a Diana Pombo) y donde la gente, si bien
no es tan abierta como los latinos, es bastante amable.
Por ahora seguimos disfrutando cada momento, intentando descubrir que otras
cosas nos ofrecen estas tierras y buscando la manera de hacer más llevadera la
vida lejos de los seres que queremos y no están aquí.
Episodio 3: 10 de agosto de 2011 – El trozo de Colombia que vive en
Alemania
Becarios Jóvenes ingenieros Colombia 2011 en la fiesta de salsa acompañados
por Olga Kister, quien nos ha recibido y acompañado en Marburg, y el becario
tailandés Schavis, quien esa noche fue un colombiano más!
Desde antes de llegar a Alemania, sabíamos que estar aquí abriría nuestra mente
para valorar lo que somos y convertirnos en mejores personas y mejores
colombianos. Al convivir con personas de distintas partes de nuestra querida patria
hemos conocido más de ella y hemos descubierto cuán diferentes somos y cuánto
nos une: el amor por nuestro país. Hasta este punto y si dejáramos de lado el
regionalismo y los conflictos, todo parecería normal y realizable en cualquier parte
del territorio nacional. Sin embargo, nuestra instancia en Alemania ha aportado a
esta experiencia un ingrediente inesperado: Aquí se vive y se goza parte de
nuestra cultura.
Antes de tomar el avión para venir a Alemania, cargué mi computador de esa
música que mueve el corazón y con ello hace mover las caderas; música que
pensé no escucharía aquí, pues el concepto equivocado que tenemos en
Colombia del alemán, es el de la persona “tiesa” que si se mueve, solo lo hace al
ritmo de la música electrónica. Pero adivinen qué!… Asistimos a una fiesta de
salsa, que de hecho es bastante común por estos lares, y si bien hemos recibido
halagos por nuestras habilidades como bailarines, también es evidente el gusto
que los alemanes sienten por este tipo de música: muchos bailan de una forma
que, sinceramente, no esperábamos, mientras a otros, con menos fluidez, no les
da vergüenza pararse en la pista e intentar.
El español, por su parte, ha adquirido un nuevo sabor… A pesar de que asistimos
a un curso de alemán y vivimos en un país de habla alemana, hemos ampliado
bastante nuestro vocabulario en español. Sólo entre los becarios colombianos del
DAAD, que somos de distintas regiones de Colombia, pedimos con frecuencia
aclaraciones de lo que decimos, pues nos es difícil entendernos y sentimos que
hablamos idiomas diferentes. Pero de todas maneras, con las traducciones
español colombiano - español colombiano, aún podemos pasar un buen tiempo
encontrando diferencias entre lo que decimos: que si la niña es un “bollo”, que si
es un “petaco” o un “guacal” de cerveza, etc. Pero si así es hablar entre
colombianos, ¡imagínense hablar con un mexicano! Mientras él se ríe de cómo yo
le digo “motas” a lo que él le dice “pelusas”, a mi todavía me resulta gracioso
escuchar en vivo y en directo y con ese acento tan característico un “qué chido”
(en colombiano: super chévere, bacano), “me da huevo” (en colombiano: mamera,
pereza) o “chingada” (mejor no traducirlo!).
Junto con los becarios del DAAD Andrés y Sophia... aprendiendo nuevas palabras y
expresiones de todas las partes de Colombia.
Al ampliar un poco más el horizonte encontramos algunos alemanes que nos
sorprenden cuando nos hablan en español con una sonrisa en la boca, disfrutando
cada palabra que dicen y entienden, pues este idioma les gusta y decidieron
aprenderlo porque esa razón era suficiente.
Lejos de casa extraño tantas cosas y soy consciente de lo irremplazables que son
muchas otras que dejamos atrás, pero esa pequeña parte de nuestra cultura que
es tan querida y valorada por los alemanes nos hace sentirnos menos lejos y nos
recuerda que volveremos a la tierra de las uchuvas (que aquí son tan costosas!)
para disfrutar más de ella, llevar lo bueno que aprenderemos aquí y construir país.
Episodio 4: 17 de agosto de 2011 – Ciudadanos del mundo
Siendo una ciudad pequeña, tranquila y llena de contenido histórico y cultural,
Marburg ha sido más que apropiada como primer hogar en Alemania. Cada
mañana encontramos un ambiente tranquilo al despertar, un sistema de transporte
preciso y cómodo y una ciudad que nos recibe con paisajes asombrosos, con
casas estéticamente perfectas y con una serenidad que nos ha permitido disfrutar
cada momento.
En los pocos días que hemos vivido en
Marburg, hemos sido testigos de su historia, su
cultura y el esfuerzo que realizan por fomentar
la tolerancia en una ciudad tan diversa. Hace
pocos días asistimos a la tercera versión del
Ramadanfest, donde las personas que
profesan como fe el Islam abren su celebración
del mes del Ramadán al resto de la ciudad, sin
importar su raza, creencia u origen. Además
de disfrutar de una cena exquisita, vi cómo
felizmente musulmanes y cristianos, nativos y
extranjeros compartían una misma mesa y un
mismo propósito: quieren vivir en paz y vivir
mejor… creo que esa ha sido la clave para mantener a Marburg como la ciudad
que es, la ciudad que evoca a los cuentos de hadas de los hermanos Grimm,
desde su arquitectura hasta su gente mágica.
David, Diego, Juan David, Carol y
yo (tomando la foto) mientras
paseábamos por una de las
maravillosas calles de Marburg.
Tras dos semanas de maravillas e historias en Marburg, partimos hacia la famosa
ciudad de Frankfurt am Main. El mito de esta gran ciudad alemana estaba por ser
revelado a los becarios Jóvenes Ingenieros. Llegamos a la estación de tren, unos
tranquilos, otros corriendo (aún se nos hace tarde en ocasiones). Miré entonces en
el cajón de la memoria, y fui consciente de que alguna vez monté en el tren de la
Sabana. Tenía entonces 5 años, pero el recuerdo es tan vago que aún no estoy
segura si pertenece a ese viaje o a otro. Por lo anterior consideré esta como la
primera vez, otra de las primeras veces que he vivido en estas dos semanas.
Minutos después viajábamos a una velocidad apenas perceptible si se miraba por
la ventana, pues adentro podría haber llevado una bandeja llena de tazas de café
caliente sin el mayor problema.
Llegamos a
Frankfurt y
teniendo un
pie afuera
del tren
empezaron
las
cascadas de
fotos. La
arquitectura
antigua y
conservada
de la
estación del
tren nos
transportó a
un pasado
que vale la
pena
contemplar
y con tan
solo cruzar
la puerta
que se abría
ante
nosotros
como la
entrada
hacia
Frankfurt
nos invadió
un
sentimiento
que ni la
Junto a Sergio frente a la estación de tren en Frankfurt, cuya
película
arquitectura genera deleite y cada detalle es de admirar.
Volver al
futuro logra dimensionar: los grandes rascacielos de vidrio se mezclan con las
pocas edificaciones antiguas que sobrevivieron a la guerra en un contraste
indescriptible. Cada metro de ciudad que recorrimos era un metro memorable.
Becarios Jóvenes Ingenieros Colombia 2011 al lado del famoso símbolo del euro en
Frankfurt. Nadie quería quedar por fuera!
Pasando por las fotos con el famoso y gran signo del euro, la ciudad antigua y la
iglesia St. Paul (que con su estructura cuenta la historia del pasado oscuro de
Alemania y su renacer hacia la luz del futuro) llenábamos mente y alma de más y
más memorias. Visitamos la Main Tower, que con sus 200 metros de altura nos
proporcionó una vista fantástica de esta metrópolis, atravesada por un río, con
tantos trozos verdes resaltando entre el cemento y con muchos tantos detalles
más que con los pies tan cerca de la tierra no se pueden apreciar. Estando en la
casa de Goethe aprendí más del pasado, abrí mis ojos con sorpresa en repetidas
ocasiones por las extraordinarias reliquias que allí se encuentran y entendí, con
pesar, que la guerra no solo arrebata el presente y obstaculiza el futuro, sino que
también nos puede robar parte del pasado, pues esta casa fue devastada en la
segunda guerra mundial y para transmitir al mundo lo que en ella representaba fue
necesario reconstruirla.
Después de
caminar por la
calle Zeil, uno de
los focos
comerciales de
Frankfurt, un
descanso en el rio
fue el cierre
perfecto en esta
ciudad, donde en
medio del silencio
nace un deseo
más ávido de
conocer más no
sólo esta ciudad
(pues un día no es
en absoluto
suficiente), sino el
resto de Alemania
y Europa, para
seguir abriendo
nuestros ojos con
asombro, conocer
la historia que a
través de los libros
no se alcanza a
sentir y ser, como
en el ideal de
Alejandro Magno,
ciudadanos de un
mundo tan grande
y tan diverso que
El contraste entre la arquitectura antigua y moderna de Frankfurt
que nos volvió locos: nunca elementos tan diferentes se han
mezclado en una combinación tan exquisita.
hay que verlo para
creerlo!
Episodio 5: 24 de agosto de 2011 – 29 colombianos dicen
Los ojos cerrados, los demás sentidos atentos. El entorno podría ser cualquiera:
podría estar sentada a la orilla del mar en una de las hermosas playas de
Colombia, admirando esa línea delgada que separa cielo y tierra en los Llanos
orientales o el verde profundo de la Sabana bogotana que se asoma por entre las
cordilleras. Pero un par de palabras llegan arrastradas por el viento hasta mis
oídos y abro mis ojos con premura. Alguien habla en alemán! Me doy cuenta que
por un momento olvidé dónde estaba, olvidé que estoy en la tierra que desde hace
años soñaba con conocer y que hoy, después de despertar cada mañana, ya no
es solo una fantasía lejana. El sol que brilla en Alemania calienta mis días, su
lluvia moja mi piel y su viento sopla en mi cara.
¿Cómo olvidar que estoy en la tierra de castillos y cuentos de hadas que siempre
quise conocer? Una simple charla en el bus con mis compañeros colombianos
basta para lograrlo. Sus historias salen empujadas desde el alma hasta mis oídos
con una fuerza que transporta y hace invisibles por un momento las cabezas
rubias y los ojos claros de los alemanes que puedan estar a nuestro alrededor.
¿Qué nos trae de vuelta al sueño vuelto realidad? Basta una palabra: el idioma es
el mejor polo a tierra.
Hablamos
entre
nosotros en
español, a
veces
intentamos
hacerlo en
alemán, por
aquello de
practicar,
adquirir
fluidez y
ampliar
nuestro
vocabulario.
Por supuesto,
las
colombianada
s al hablar
están a la
En las calles de Marburg junto a Carol, Juan David, David, y por
orden del
último, Diego y Mauricio, quienes en las mañanas a veces hacen,
día, pues ya
como el mismo Mauro dice, una "Frau Gejoggt" (señora trotada!).
no solo se
trata de conocer una palabra, sino la expresión, lo cual es complicado, pues
aunque hemos aprendido bastante en el día a día, muchas veces nos faltan las
palabras (nunca las ganas) para transmitir una idea. No queremos ser frenados,
así que hay que ser recursivos: si no sabemos las palabras, nos las inventamos! Y
si lo que queremos decir es algo muy propio de nuestra cultura, y no existe una
expresión en alemán para dicha situación, la traducción que termina en algo
cómico, es nuestra mejor aliada.
Hace unos días, en compañía de algunos de los becarios jóvenes ingenieros de
Colombia, jugábamos Ultimate con uno de los alemanes (uno de los terrícolas más
gentiles que hubiésemos podido encontrar). El ambiente deportivo evocaba a la
expresión más sencilla y común de deporte en Colombia: los partidos de
microfútbol callejeros, donde solo se necesita un balón (un frisbee en nuestro
caso), un poco de espacio y ganas para poder jugar. Allí, en medio del juego
empezaron a surgir estas expresiones tan utilizadas en microfútbol y que son tan
propias de Colombia y, hasta donde sé, de ningún otro lugar. Fue así como surgió
nuestra recursividad para traducir al alemán lo que queríamos decir: machen Sie
mich berühmt (hágame famoso!), “Wenn Sie mich mögen” (Si me estima!) “Zu die
Kette” (…a las cadenas!).
Tengo la certeza de que aquí puede haber un
método realmente efectivo de aprendizaje del
alemán, pues es aplicable a muchas otras
pasiones como la música (ya hemos traducido
algunas estrofas de canciones de géneros
variados entre los cuales están Rock, reggaetón y
baladas) o a cualquier aspecto de la vida diaria
como “Die Hunde zuwerfen” (echar los perros!).
Las escaleras que conducen
al Schloß en Marburg... hasta
una caminata se convierte en
una oportunidad para mejorar
nuestro alemán.
Para algunos de nosotros se suma al reto del
aprendizaje del alemán el del uso del inglés, pues
en ocasiones necesitamos hablar en este idioma y
es realmente complicado “cambiar el switch”,
como decimos nosotros. La diferencia entre el
alemán y el inglés definitivamente no solo radica
en el vocabulario, sino también en la forma en la
cual se estructuran las frases en la cabeza. Al
iniciar la conversación es difícil, luego se hace
posible hablar con mayor claridad y si ya se han
consumido un par de cervezas (solo un par), es
posible hablar con fluidez, lo cual también sucede
en el caso del alemán.
El día que probé la cerveza con banano. El deleite fue grande y adicionalmente gané
fluidez para hablar. Eso se llama "matar dos pájaros de un solo tiro"!
Por ahora es así como vivimos el cambio de idioma, y aunque no ha sido fácil, es
evidente cómo día a día mejoramos, aprendemos palabras o expresiones nuevas
y se vuelva más fácil entender y ser entendidos. Pronto tendremos que subir de
escalón para no solo hablar, sino escribir, leer y entender el alemán académico
que nos espera en nuestras universidades, donde no nos convendrá tomarnos
unas cervezas antes de clase… sabremos solo hasta entonces si es patentable o
no el método de traducción de dichos colombianos!
Episodio 6: 31 de agosto de 2011 – Espontaneidad a la carta
Nuevamente nuestros ojos admiraban a toda velocidad los paisajes que, uno tras
otro, desfilaban frente a la ventana del tren. Esta vez nuestra meta era Düsseldorf.
El fin de semana se había “planeado” como una maratónica visita a dos ciudades
(Düsseldorf y Aachen), una por día. Madrugamos aquella mañana para lograr
nuestro objetivo y algunos de nosotros aprovechamos para dormir en el trayecto.
La calma del tren fue perturbada, pero esta vez no por ser latinos, sino por un
grupo de mujeres alemanas que tenían al parecer muchos motivos para brindar!
Tal era su alegría que quisieron compartirla con algunos de nosotros,
ofreciéndonos una copa del licor que ellas bebían y cuya identidad es aún un
misterio para mí. Sabía y se veía similar a la piña colada, pero no lo era… es todo
lo que sé.
No sabemos por qué brindaban las alemanas, pero junto con Luis Carlos brindamos
por un mes de vivencias en Alemania y por los 11 meses que nos esperan. Prost!
Llegamos a Düsseldorf y de allí directo a la oficina de información del turista, de
donde tomamos inmediatamente un mapa (lo cual definitivamente se ha
convertido en una parte indispensable de nuestros viajes) y una lista de sitios por
visitar: Nos habíamos ido sin tener más que una idea vaga de lo que nos
esperaba. Gracias a Dios los alemanes saben que hay gente que viaja sin planear
y ofrecen una solución para ello. Visitamos la Rheinturm, el Stadtmuseum, KIT
(Kunst im Tunnel), el Marktplatz y el Schifffarhrtsmuseum entre otros, admiramos
la mezcla verde-cemento de la ciudad mientras paseábamos por el Kö y
almorzábamos en el jardín Landskrone y, lastimosamente nos perdimos de la
historia y secretos que alberga el Mahn- und Gedenkstätte en honor a las víctimas
que dejó el Nacional-Socialismo en Alemania, pues fue sólo hasta cuando
estábamos parados frente al edificio que nos enteramos que estaba
temporalmente cerrado por reparaciones.
Dado que la falta
de planificación va
de la mano con el
llamado mal del
“Siete pareceres”,
cerca de las 6 de
la tarde decidimos
que íbamos a
pasar la noche en
Düsseldorf.
Estábamos
entonces en el
Museo del Teatro.
Nos acercamos a
la recepción y
preguntamos con
nuestro casto
alemán:
Disculpe, de
casualidad sabe
usted ¿dónde
podemos
encontrar una
habitación para
pasar la noche?
El hombre de la
recepción muy
amablemente
contestó:
Claro. ¿Para
mañana o para la
próxima semana?
Cuando le
Así empezó nuestra maratónica visita. El sentimiento de
explicamos que
"pequeñez" se pierde entre la grandeza del sentimiento de
era para la misma
conocer las maravillas de Düsseldorf.
noche su cara lo
dijo todo: definitivamente esta no es una situación normal para un alemán! Le
tomó cerca de 5 minutos comprender cómo habíamos viajado a Düsseldorf, donde
es bastante complicado encontrar una habitación, sin haber hecho una
reservación.
“Das ist aber verrückt!” (Es una locura!) Exclamó al final de su estado de
Shock mientras se acomodaba para buscar algo.
Si algo he descubierto en Alemania es que se recibe mucha más ayuda de la que
se espera. Cuando preguntamos esperábamos como máximo el nombre de un par
de hostales, pero no, no sólo buscó en internet, sino que llamó a tres diferentes
sitios preguntando por disponibilidad y por formas en que podríamos obtener un
buen precio. Las llamadas empezaban con un saludo seguido de la explicación
correspondiente a un caso tan excepcional… en otras palabras, él tenía frente a sí
a 5 personas que habían viajado “muy espontáneamente” a Düsseldorf y
buscaban hospedaje. Conclusión: No es que no planeemos las cosas,
simplemente somos espontáneos!
Salimos del museo con una habitación barata en un hostal y con un mapa de
cómo llegar allí. Superamos este impase y a la mañana siguiente estábamos listos
para visitar Aachen, la ciudad que Carlo Magno y Josefina (la esposa de
Napoleón) encontraron en su tiempo asombrosa dejando allí una huella que la
haría maravillosa. Los techos adornados con oro, las calles convertidas en teatro,
los jardines y fuentes que adornan y cuentan la historia que envuelve la ciudad y el
frío viento que nos acompañó esta tarde quedarán siempre impresos en nuestra
memoria y lastimosamente no mucho en las fotos, pues otro error en nuestra serie
de errores fue quedarnos con una única cámara útil… las demás se descargaron.
De vuelta a casa sacamos nuestras propias conclusiones sobre este proceso de
aprendizaje en carne propia y que resumo aquí como una lista de consejos al
viajero espontáneo:
Sería una buena idea planear el viaje un poco antes al día anterior del
mismo.
• Hay que buscar y reservar un hostal lo antes posible. Si se quiere ahorrar
siempre hay opciones que lo permiten (como Couchsurfing).
• Llevar cámaras bien cargadas… nosotros procuraremos hacerlo la próxima
vez!
• No porque sea verano y en los días anteriores haya salido un sol
maravilloso, significa que el clima será el mismo todos los días!... me
arrepentí la mitad del viaje por no haber revisado las predicciones del clima
y, en consecuencia, haberme llevado un suéter delgado que para nada iba
acorde con la situación.
Revisar qué hay por visitar y qué no se puede visitar por cuestiones de reparación
o disponibilidad son dos preguntas que hay que responder antes de llegar a la
ciudad.
•
Descubriendo en cada esquina las maravillas de Aachen.
Espero que al final de este año la planificación sea más nuestra aliada y menos
esa característica deseable pero no propia de nosotros. Mientras tanto tengo
confianza en que seguiremos disfrutando cada instante tal y como venga,
espontáneo o fríamente calculado…por algo siempre se dice que de los errores se
aprende y que las mejores cosas suceden cuando no se han planeado.
Episodio 7: 5 de septiembre de 2011 – Salpicón emocional
Un mes atrás, en nuestra primera lección del curso de alemán, aprendimos una
palabra que quedó grabada en nuestra mente, y que creo será difícil de olvidar
dada la frecuencia de su uso: Heimweh, ese sentimiento de añoranza por nuestra
patria, nuestra casa, los brazos cálidos de las personas que queremos y las
sonrisas sinceras y alegres de quienes nos esperan en Colombia. En medio de los
males varios que algunos hemos sufrido (y que van desde resfriados hasta
guayabos) es imposible no caer en la nostalgia y sentir que los miles de kilómetros
de mar y tierra que nos separan del hogar se hacen más extensos. ¡Cuánto
soñamos con las caricias tiernas de nuestros padres y con los caldos de papa
cuyo efecto “levantamuertos” radica en el amor con que se preparan!
Cada uno busca
lidiar con el Heimweh
a su manera, unos
con comida, otros
con música, otros
con caminatas y
otros con una mezcla
de todo lo anterior,
pues ya no resulta
sorprendente el
encontrarse
personajes como
Andrew, que en
medio del bosque
aparece con cánticos
a todo pulmón y una
barra de Milka en las
manos.
La semana pasada,
fue muy melancólica
para muchos de
nosotros. Ya
celebramos un mes
de estar en tierras
alemanas, y esto
trajo consigo un
respiro, una
inyección con sabor
a Colombia y a
familia. El papá de
Lidiando el Heimweh con un bocadillo. Aunque no soy fan de
los bocadillos, ese exquisito dulce supo a gloria acompañado
de un vaso de leche.
Mauricio, uno de los
jóvenes ingenieros,
vino de visita y
transmitió ese ser y sentir que sólo tienen quienes han tenido hijos y los han criado
con tanto amor y que, por tanto, es simplemente imposible para una simple mortal
como yo reflejar en palabras. Las experiencias, emociones y charlas conducían
siempre a una feliz conclusión: en las 20 letras que “intercambio académico” tiene,
nunca se verá reflejado el trasfondo del asunto. Conocer, reír y compartir con
personas cuyo origen es muchas veces asombroso, sumado al hecho de vivir
únicamente bajo las ordenes propias, son aportes excepcionales que sólo ve con
claridad quien ya ha vivido lo suficiente como para valorarlo.
La entusiasta preparación de unas arepas bastante decepcionantes.
Para cerrar la semana, planeamos un picnic intercultural con amigos de Croacia y
Turquía, a cuyos oídos había llegado la fama del sabor inigualable de las arepas
colombianas, por lo que el sentarse al lado del río en una tarde de verano parecía
la ocasión perfecta para que sus paladares vírgenes supieran de lo que se
estaban perdiendo. Con el ánimo por las nubes y al ritmo de “Tamarindo seco”,
“Caracoles de colores” y “el Mapalé”, entre muchas otras, cocinamos las arepas
para luego probarlas con una avidez inimaginable y, aunque al principio supieron a
gloria, finalmente tuvimos que aceptar, con un poco de resignación, que
definitivamente no quedaron como deberían. A fin de cuentas nuestros invitados
internacionales se llevaron una leve idea de qué es una arepa acompañada de las
aclaraciones del caso (que los ingredientes y la falta de experticia en la cocina no
ayudaron).
Con un par de cervezas compensamos el sabor de las arepas. Una nueva oportunidad
para compartir, esta vez, con el papá de Mauro, Ümit (de Turquía) y Maja (de Croacia).
Tras una semana tan “Heimweh-suda” concluyo que no queda más solución que
aprender a llevar este sentimiento y asimilar que la vida simplemente es así, un
camino con muchas bifurcaciones en el que no siempre podemos ir de la mano
con quienes queremos. El transcurso del tiempo nos persigue y perseguirá
generando tristeza por donde se mire. Por una parte, hace un mes que el contacto
más cercano con nuestra familia y amigos se limita a lo que permite Skype (que,
en mi humilde opinión, merece desde el Nobel hasta la Cruz de Boyacá). Pero
desde la otra perspectiva, nos queda un mes menos en Alemania viviendo
experiencias que no queremos que lleguen a su fin. Miramos atrás, pero seguimos
mirando hacia delante esperando que el tiempo pase rápido para el reencuentro y
lento para alcanzar a vivir al máximo lo que ofrece la experiencia comprimida en
las 20 letras.
Episodio 8: 13 de septiembre de 2011 – Hannover, oh! Hannover
Tras una noche de vino y música nos encontramos en la parada del bus a las 5:50
a.m. para iniciar una nueva travesía por Alemania. Cuatro horas en tren que
incluyeron estudiada de vocabulario, charlas, risas y un par de siestas nos llevaron
a la capital del Estado de Niedersachsen: la famosa ciudad de Hannover.
Esta vez, a raíz de la enseñanza de experiencias anteriores, habíamos hecho una
preselección de los sitios que visitaríamos, consultamos previamente los costos
asociados y definimos la ruta más óptima que nos permitiría poder conocer estos
lugares en tan solo 8 horas. El clima, que últimamente se había caracterizado por
un desfile de días grises, cambió a nuestro favor para ser absolutamente perfecto,
lo cual hizo aún más placentera la caminata por cada calle de Hannover.
No hubo ni uno solo de mis sentidos que no se estremeciera a lo largo del día. No
fue posible evitar que mi piel se erizara al ver tan de cerca las esculturas en honor
a hombres que van ligados a la cultura y al orgullo alemán, como Mozart,
Beethoven o Lutero, pues ya no son simplemente nombres, fechas y eventos en
las páginas de un libro, son realidades con una huella impresa en el mundo que
aceleran el corazón porque ya no son ajenas. El turno para el deleite visual llegó
con la Nueva Rathaus, simplemente imponente, en perfecta sincronía con un
entorno tan fabulosamente bello que es tomado como escenario para las fotos de
revistas (como pudimos atestiguar). Su majestuosidad sobrevivió a los ataques
que devastaron con el resto de la ciudad, una
ciudad que al igual que muchas otras es tan
bella, que parece increíble que hace tan solo
66 años solo fuera habitada por ruinas y
desolación.
Al lado del hombre que tanto
admiramos por ser el fundador,
por así decirlo, del alemán...
Lutero.
Una mañana tan emocionante que llegaba a su
fin y una tarde llena de expectativas que se
avecinaba merecían un almuerzo que incluyera
más que un par de Sándwiches. Un mercado
se atravesó convenientemente en nuestro
camino y en él encontramos de todo: vegetales
y frutas en su estado más colorido y perfecto,
tiendas de vino, carnes y quesos en todas sus
presentaciones y un par de ofertas culinarias a
precios que se ajustan al bolsillo de los
estudiantes. Las papilas gustativas se vieron
entonces envueltas en un juego de sabores
que no pude disfrutar más, bien fuese por el
hambre tan aguda que tenía, por la calidad del
plato o por las dos.
Parte de los jardines de Herrenhäuser que se convirtieron en un deleite para los ojos y
la nariz.
A continuación, con barriga llena y corazón contento, nos dirigimos a los famosos
jardines de Herrenhäuser. El sol no sólo complementó el recorrido con la
temperatura y luz adecuadas, sino que logró extraer de las flores un aroma que no
se puede condensar en frasquitos de cristal. Las fuentes, esculturas, lagos y
edificaciones se pueden ver posteriormente en las fotos, por supuesto, sin
acarrear la misma energía. Pero la fragancia, lastimosamente, no se puede colgar
como anexo en Facebook. Sólo puedo decir que los instantes en los que le negué
la oportunidad a mis ojos de admirar el paisaje para así poderme concentrar en
disfrutar de las esencias traídas por el aire hasta mi nariz fueron unos minutos
muy bien invertidos.
Sin embargo, lo mejor no llegó sino hasta el final de nuestro recorrido, cuando nos
aventuramos hacia el palacio Marienburg, destino que, sinceramente, en un
principio no era más que una opción lejana de la cual nos enteramos en la oficina
de información al turista. Para alcanzar a tomar el tren de regreso debíamos ir y
volver en un tiempo récord, por lo cual, para acortar camino, nos adentramos en el
bosque, el cual se convirtió de alguna manera en un portal hacia el pasado. A
medida que nos acercábamos al palacio se hacían más claros los sonidos de las
panderetas y la música medieval. Los oídos anticipaban la aparición de trajes de
hadas, princesas y gitanas que fueron lucidos allí en un acontecimiento cuya
sincronización con nuestra llegada sólo pudo haber sido ajustada por una fuerza
divina. Quince minutos antes o después no hubiéramos encontrado mucho, pero
justo cuando terminábamos de ascender hacia el castillo llegaba un grupo de
personas que festejaba algún evento escolar y que con su presencia lograron de
alguna manera revivir este castillo y hacerlo más que una simple obra
arquitectónica.
Viviendo la tradicional y antigua Alemania en un escenario fascinante. Por 30 minutos
vivimos en un cuento de hadas.
Aún no termino de sorprenderme. Cada ciudad espera con un torbellino de
emociones que hace desvanecer cualquier dolor de pies o cansancio que el
cuerpo sienta, porque de alguna manera hay un impulso en estos lugares que
traspasa cualquier barrera física o temporal. Espero que la planeación celestial y
el buen clima que nos llevó a Hannover con tanta ilusión y nos trajo con una
sonrisa que traducía todo lo vivido nos siga acompañando en nuestro proyecto
“Vive Alemania, viaja por ella”.
Episodio 9: 21 de septiembre de 2011 – Quiero decirle adiós a las despedidas
Frente a una maleta vacía que debe ser llenada con todas mis pertenencias y la
incertidumbre de no saber con exactitud qué me espera en el sitio al cual me dirijo,
la adrenalina inunda nuevamente mi cuerpo y un poco de tristeza me invade. Dos
preguntas pasan por mi mente: ¿Tengo un Deja vu? o ¿Realmente estoy pasando
por todo esto de nuevo? La segunda es la respuesta. Tras dos meses de
vivencias, que ni en el más loco de mis sueños podría condensar, debemos partir
de la ciudad que nos recibió de la manera más grandiosa. El paisaje que veo cada
mañana, cada edificio y calle de Marburg se sienten tan familiares para mí que no
puedo negar que la nostalgia de la despedida vuelve a tocar mi puerta.
Jugando un juego típico alemán con Stefan (de Alemania), Jenny y Minela (de
Albania). Buenos momentos que no quisiera que terminaran!
¿Cómo es que un lugar tan extraño, como lo fue Marburg en un principio, logra en
tan sólo 60 días convertirse en un segundo hogar? La respuesta está en que es
una ciudad tan bella y dinámica que permite ser redescubierta cada vez que una
persona presta un poco de atención a lo que le rodea. Pero lo que más extrañaré
de Marburg no son sus calles, sino las personas que en ellas encontré. Aparte de
los 28 colombianos que viajaron conmigo e hicieron de esta ciudad un hogar, he
conocido gente de tantas partes del mundo con quienes quisiera poder compartir
más tiempo. Si de algo me arrepiento es de haber sido tan tímida en un principio,
pues tal vez hubiera podido aprovechar aún más estos dos meses. La que creo es
la mayor enseñanza que esta experiencia me ha dejado hasta el momento es que
la timidez no hace más que separarnos de lo que podría ser fabuloso. Una vez
esta barrera es superada podemos encontrar en muchas personas un tesoro que
no solo hace la vida más fácil y amena, sino que aporta tanto que realmente
puedo darme cuenta que al volver a Colombia no seré la misma… seré mejor
persona!
Junto con mi amigo, el atleta colombiano Carlos Izquierdo (más conocido como Carlos
Links) en uno de los paisajes más alucinantes de Marburg.
De un momento a otro todos empezamos a hablar de cuándo debíamos dejar
nuestras habitaciones, cuándo viajaríamos a nuestras respectivas ciudades de
destino y qué debíamos hacer de despedida. Desde ese momento, en el cual noté
que se acercaba la fecha de partir, empecé a sentir que dejaba algo muy mío
atrás. Por supuesto, nunca se comparará con el hecho de separarme de mi familia
y amigos de toda la vida, pero realmente me enamoré de Marburg. A pesar de que
ya he tenido la oportunidad de conocer varias ciudades de Alemania, realmente no
puedo imaginar un mejor lugar que este para empezar esta experiencia. Intento
guardar en mi mente cada detalle que puedo, cada parada del bus, la vista
fabulosa desde el Schloss, el cantar de los cuervos que nos transportaba a las
películas de Harry Potter, las Konditorei… extrañaré cada fragmento.
Espero con ansias volver a hablar con los amigos que aquí dejo y en un futuro
volver a Marburg para percibir la magia que encierra esta ciudad. Anhelo que el
club que hemos conformado los 29 colombianos que aquí llegamos siga unido a
pesar de las distancias que nos separarán de aquí en adelante. Quiero volver a
ser saludada con la energía única que lo hace Andrew, quiero volver a hablar con
Mau, que se ha convertido en un gran amigo, quiero seguir conociendo el mundo
al lado de mis amigos de la Universidad Nacional y encontrar en detalles tan
sencillos un motivo para reír. Deseo que todos nos podamos sentar nuevamente
alrededor de
una mesa a
compartir un
almuerzo…
Siento
tristeza de
dejar
Marburg y
despedirme
de muchas
personas,
pero la
vivencia que
he tenido
aquí sólo me
llena de
expectativas,
porque sé
que puedo
llegar a un
Despedida de nuestra amiga croata Maia. Aprendimos a hacer pizza y
lugar
tuvimos una buena velada.
completamen
te
desconocido y en medio de la gentileza de tantas personas sentirme cómoda y
feliz.
Nunca me acostumbraré a las despedidas, pero al pensar en Marburg no puedo
más que sonreír por todo lo bueno que aquí he vivido… Danke Marburg y Auf
Wiedersehen!
Episodio 10: 28 de septiembre de 2011 – La nueva definición del mar
Una brisa fría, fresca y revitalizante agita mi cabello mientras entre los dedos de
mis pies descalzos siento la arena fría y húmeda. Dos días atrás habíamos llegado
a la ciudad de Hamburg, famosa por su tamaño, su posición portuaria y su
mercado de pescado. Vivir una de las ciudades más grandes de Alemania se
presenta ante nosotros como una aventura… pero nunca esperé para este viaje
un desenlace tan poco convencional.
Una vista panorámica del interior de Hamburg, donde atestiguamos los contrastes, la
belleza y la arquitectura de una de las ciudades más grandes de Alemania
Arribamos una noche de viernes. Un pie afuera de la estación de trenes y de
repente todo se siente diferente. El ruido, la gente, el transporte, la estructura de la
ciudad misma se mezcla en un choque contra los nervios después de vivir dos
meses en la tranquilidad de una ciudad pequeña. Por unos instantes me sentí en
los zapatos de aquellos que, por cualquier motivo, llegan de ciudades pequeñas a
otras tan monstruosas como Bogotá. La sorpresa se torna muchas veces en
miedo y la confusión no ayuda con la ansiedad. Admito que en un principio no
quería ni tomar una foto, pues temía perder mi cámara (por robo) en el intento. Y
no es que Hamburg sea insegura, pero tengo un par de recuerdos bien arraigados
que se relacionan con hurto de elementos tecnológicos en las calles y que
simplemente vinieron a mí en el ambiente agitado de esta ciudad.
Una hora después un parte de tranquilidad y un lugar donde dormir llegaron de
manos de un amigo colombiano, a quien tras varios años de vivir en tierras
germánicas le bastaron unas galletas festival, un Bom-Bom-Bum y unos minutos
de plática para sentirse en su tierra natal.
Viviendo la magia a las orillas del Elbe. La música en conjunto con la interpretación
realizada por esta mujer fué sencillamente exquisita.
La mañana siguiente inició con un viaje por los ferris. No solo fue el frío de la brisa
lo que nos puso los pelos de punta: el paisaje, el ambiente y la gente hicieron del
recorrido algo especial. Un túnel que conduce de un lado del Elbe al otro, la iglesia
de St. Michaelis, la Rathaus, las calles, los lagos, los grupos de Jazz tocando al
interior de los U-Bahn… todo fue bueno, memorable y agitado aquel día. En la
noche, siguiendo la fama de la calle de St. Pauli, fuimos a recorrerla. Muchos
bares a lado y lado, la música, la bulla y la gente es lo que puedo atestiguar. Los
secretos que encierra la Herbertstraße permanecieron así, en secreto, al menos
para Carol y para mí, pues el acceso es sólo permitido para hombres, por lo que
nosotras no pudimos hacer más que esperar a nuestros compañeros en el Burger
King más cercano para luego verlos llegar con una sonrisa en la boca… esta
queda como tarea a un futuro diarista hombre.
5:30 am del domingo. Todos estamos listos para un nuevo día que estaría
sazonado con pescado. Nos dirigimos al Fischmarkt que, siendo una subasta
única de pescado crudo y cocido, chocolates y plantas, se convirtió en el lugar
perfecto para la primera comida del día. En medio de un “Oktoberfest Hamburg”,
que tomó lugar en medio del mercado, nuestro paladar degustó al ritmo de buen
Rock en vivo un desayuno bastante peculiar: Pescado semicrudo con cerveza.
¿Nutritivo? Si ¿Delicioso? Lo dejo al criterio personal…
De allí nos encaminamos al último destino de nuestra travesía. Una pequeña
ciudad llamada Cuxhaven, ubicada en las costas del mar del Norte, nos recibió
con un clima frío y una vista increíble. Dos horas atrás la última ola había tocado
estas playas y aún faltaban cuatro horas más para que la arena volviera a ser
cubierta por el agua. La profundidad del mar es tan baja que con la marea el nivel
no asciende más de 2 metros, lo cual conduce a un paisaje alucinante y a la
oportunidad de caminar hasta 1 kilómetro mar adentro sin mojar más que las
plantas de los pies. Y así lo hicimos… La arena fría soportaba nuestros cuerpos
mientras en el horizonte había barcos que, dado el efecto de profundidad,
parecían navegando sobre la arena.
A pesar el frío nos vimos envueltos en un remolino de energía y alegría ante un paisaje
único en las costas del mar del norte.
Creo que siempre asocié las playas a un clima caliente y vestidos de baño, pero
no… allí estaba yo con mucha ropa encima y sintiendo la brisa fría en mi cuerpo
mientras recogía conchas de la arena. Fue como redescubrir el concepto de mar
de una muy buena manera, que pagó con creces las largas horas de viaje y que
nos llevó a casa con una sonrisa en los labios.
Episodio 11: 5 de octubre de 2011 – Amsterdam sobre ruedas
15 países de Europa se unen sin fronteras que nos limiten y con una visa
Schengen en nuestras manos parece que nada pudiera interponerse entre
nosotros y los países vecinos. Atraídos por el irresistible llamado de la tierra de los
molinos y los tulipanes, nos montamos en un bus a la mitad de la noche. La
mañana siguiente presenciamos al lado del río en una de las ciudades más
majestuosas que he conocido un amanecer que no era el alemán ni el colombiano:
bienvenidos a Amsterdam!
Posando en uno de los sitios más fotografiados de Amsterdam. Así comenzó una
excelente travesía.
Las primeras horas fueron destinadas al reconocimiento del terreno y a la visita de
algunos destinos culturales: el museo de Van Gogh me enseño a valorar el arte en
una manera en que nunca antes lo había hecho, pues si bien había escuchado
sobre este artista, admito que vivía casi en total ignorancia respecto a su vida y
como ésta se conectaba con su obra. Por su parte, el museo de Ana Frank me
sacudió el espíritu… estaba allí, recorriendo los espacios donde esta niña escribió
las páginas que leí más o menos cuando tenía su edad y que encontré muchas
veces tan cargadas de madurez, impotencia y temor que a veces olvidaba que era
una historia de la vida real, porque no podía imaginar que una persona tuviera que
pasar y afrontar tantas cosas a tan corta edad.
En contraste encontramos al museo de los cocteles. -¿Qué de raro puede haber
en este museo?- pensé en un principio, pues realmente consideraba que no era
un tema tan amplio o inaudito como para generar sorpresa… Diez minutos en este
museo bastaron para que se cayera la anterior premisa. Los visitantes nos
sumergimos en un espacio interactivo en el que todos los sentidos son invitados a
participar, por lo que salimos de allí con una sonrisa enorme en los labios y con
toda la energía para seguir conociendo esta ciudad maravillosa. Quien aún ligue
los museos al aburrimiento debería pensarlo de nuevo…
El cierre fantástico de un museo no convencional: El museo de los cocteles.
Nuestra travesía se vio alegrada por muchas otras experiencias, entre las cuales
vale la pena destacar un almuerzo sencillo mientras navegábamos por los canales
que atraviesan la ciudad, una visita al Ajax-Arena, apropiado para amantes del
Fútbol como Diego (quien no paraba de reír y tomar fotos) y, por supuesto, una
caminata por el distrito rojo, algo que realmente me generaba algo de nervios en
un principio (12 años en un colegio de monjas dejan su huella), pero que a fin de
cuentas hacía parte de esta experiencia y resultó ser mucho menos dramático de
lo que pensaba.
La imagen de capital nacional ha quedado totalmente patas arriba después de
esta visita. Los rascacielos, los anuncios lumínicos y el tráfico automovilístico
pesado son cambiados en esta ciudad por las construcciones clásicas, una luz
tenue en las noches (que hace la ciudad muy romántica e inspiradora) y un flujo
de bicicletas bastante importante. Desde niños hasta ancianos y desde
estudiantes hasta ejecutivos, con sus trajes y hasta en tacones, andan sobre dos
ruedas. Inmersos en el tráfico de las bicicletas no podía creer lo que veían mis
ojos: decenas de estos vehículos parados esperando la luz verde en los
semáforos mientras muchos otros transitaban de un lado a otro teniendo más
prioridad en las vías que peatones y carros.
Al mando de
mi bicicleta
(pues
realmente
valía la pena
rentar una)
pasé por
muchos
momentos de
angustia,
porque
realmente no
es fácil
manejarla en
medio de lo
que podrían
considerarse
ríos bicicletas
(y menos con
la poca
La luz tenue reflejada sobre el agua de los canales de esta bella
práctica que
ciudad nos obligaba a parar en varias ocasiones simplemente para
han dejado
admirar lo que teníamos en frente.
visitas
esporádicas a la ciclovía), pero realmente no puedo encontrar nada más
maravilloso que el hecho de poder respirar un aire limpio al costo de hacer
ejercicio… es saludable por donde se le mire.
El estilo de vida europeo se nos ha mostrado distinto en cada país. Nuestra
mirada hacia las posibilidades de lo que puede llegar a ser bueno y malo se
amplía cada día más, mientras cada nueva experiencia nos bombardea con
sorpresas que dos meses atrás se me hacían sencillamente imposibles. Sin
estudiar mucho de ingeniería durante este tiempo, considero que he recibido tanta
información valiosa y aplicable que no puedo hacer más que quitármele el
sombrero a quien haya acuñado el término de la universidad de la vida y esperar
con ansias lo que traerán los meses venideros.
Episodio 12: 12 de octubre de 2011 – Cebada + lúpulo + agua = ¡La excusa
perfecta para celebrar la cultura alemana!
La espuma blanca se mecía sobre el líquido claro y amarillo al ritmo de los brindis
y cánticos mientras el ambiente de alegría y tradición nos envolvía en uno de los
festivales más conocidos de Alemania. Con más de 200 años de historia, el
Oktoberfest sigue reuniendo a miles de personas de todas partes del mundo con
el objetivo de celebrar la cultura alemana y, más particularmente, la Baviera. Estoy
segura que los monjes que en la edad media refinaron la producción de cerveza
nunca imaginaron que sólo en las tierras germánicas llegarían a existir más de
1300 Brauereien (productoras de cerveza) y, con ello, una oferta de alrededor de
cinco mil distintos tipos de cerveza. Pero aunque muchos piensan que esta bebida
a base de cebada es el único tema de este y muchos otros festivales reconocidos
en Alemania, como el Volksfest (en Stuttgart) o el Bergkirchweih (en Erlangen),
hay muchos otros aspectos culturales que toman estos eventos como punto de
encuentro y que saltan a la vista uno tras otro a medida que uno se adentra en
esta gran celebración.
Para llegar al
gigantesco
festival basta
con caminar en
la dirección de la
corriente de un
río de personas
que visten los
típicos
pantalones de
cuero y dirndl.
Carritos
chocones,
montañas rusas,
ruedas de la
fortuna y juegos
de puntería,
entre otros,
acompañan las
Deleitándonos con los Brezel, los Lebkuchen y el ambiente que se
carpas de
vive dentro y fuera de las carpas en el Oktoberfest.
comida y
cerveza, haciendo a este festejo una oportunidad para que cualquiera pueda
divertirse. Los Brezel con, o sin mantequilla, una oferta amplia de salchichas para
todos los gustos, sándwiches de pescado y Schnitzel y muchas otras comidas
estaban allí, al alcance de todo aquel que simplemente quisiera probarlos. Los
famosos Lebkuchen colgaban de los cuellos de los visitantes en distintos tamaños
expresando con sus mensajes azucarados decenas de ideas y sentimientos.
La entrada a las carpas puede ser una verdadera odisea pues todo el mundo
quiere participar de la fiesta que toma lugar dentro de ellas, pero el espacio es por
lo general insuficiente. La solución recomendada para no estar mucho tiempo
esperando en las filas con una opción escasa de entrar está en el famoso refrán
“Al que madruga, Dios le ayuda”… Llegando allí antes de las 10 am encontrar una
mesa es sencillo y es así como la diversión comienza: Un vaso enorme, pesado y
lleno de cerveza es puesto sobre la mesa. Muchos degustan con cuidado cada
sorbo de la dorada bebida mientras otros lo dejan fluir por su garganta a la
velocidad que la práctica se los permite. Atónita vi en varias ocasiones cómo un
litro de cerveza era consumido en menos de 20 segundos y en solo un sorbo, al
tiempo que los espectadores aplaudían dando ánimo a quien realiza esta fabulosa
hazaña.
La alegre celebración toma
como escenario cada mesa,
donde dirndls y pantalones de
cuero se mueven al ritmo de
los cánticos de este festival.
Un par de horas más tarde la música se encarga
de llevar la energía de evento a sus puntos más
altos. Canciones de distintos géneros, artistas e
idiomas son interpretadas… de repente un ritmo
típico empieza a sonar y las sillas se convierten en
tarimas donde la gente baila, salta, ríe y, por
supuesto, sigue bebiendo y brindando. Todos
cantan entonces distintos versos que más
parecieran un himno para este festival: en una
sola voz todos recitan frases cuya complejidad
permite que los extranjeros las aprendan rápido y
que los que ya estén pasados de tragos puedan
cantarlas sin problema.
Un par de horas más tarde la
música se encarga de llevar la
energía de evento a sus puntos
más altos. Canciones de
distintos géneros, artistas e
idiomas son interpretadas… de
repente un ritmo típico empieza
a sonar y las sillas se convierten
en tarimas donde la gente baila,
salta, ríe y, por supuesto, sigue
bebiendo y brindando. Todos
cantan entonces distintos
versos que más parecieran un
himno para este festival: en una
Nada mejor que este ambiente alegre para
sola voz todos recitan frases
el reencuentro de amigos y un brindis por
cuya complejidad permite que los
estar en Alemania.
extranjeros las aprendan rápido y
que los que ya estén pasados de
tragos puedan cantarlas sin problema.
Nunca fui muy amiga de las grandes masas de gente, y menos cuando hay licor
de por medio, pero vivir el Oktoberfest cambió mi opinión al respecto. La
oportunidad de brindar con alemanes que estamos en este país y el celebrar con
los amigos que aquí he hecho y que se han convertido en una pequeña familia
para mí, hicieron de esta una experiencia única. Cuando pienso en lo que
encontré al interior de este evento, viene automáticamente a mí la imagen de un
festejo conjunto donde todos, amigos y recién conocidos, alemanes y extranjeros,
nos sumergimos en una ola germánica de energía que hace que cualquiera se
sienta cómodo y que la sensación de forastero se desvanezca. Es como estar por
un momento en casa. Estar allí da las fuerzas para sentirse, como dice la canción
que allí aprendí, tan fuerte como un tigre, tan grande como una jirafa y celebrar
que en Alemania cada día puede ser “So ein schöner Tag”.
Uno de los experimentados jóvenes que con asombrosa rapidez consume
litros de cerveza.
Episodio 13: 19 de octubre de 2011 – Dos semanas, mil historias
Doppeltes Abitur fueron definitivamente dos palabras que en los últimos meses me
hicieron pasar por circunstancias inesperadas. El cambio del sistema educativo
alemán unido a otros factores políticos hizo que este año la cantidad de
estudiantes que ingresaron a las universidades aumentara de manera importante.
El resultado: muchas de las personas que aplicamos por una residencia
universitaria no la conseguimos, con lo que inició una lucha increíble para
conseguir vivienda, lo cual logré tan solo mes y medio atrás. Sin embargo podría
mudarme a este nuevo hogar sólo dos semanas después de mi fecha de llegada a
Erlangen.
No había opción de
quedarme en otra
ciudad durante estas
semanas, pues había
algunas formalidades
de la universidad que
tenían lugar en este
tiempo… tenía que
estar en Erlangen.
¿Dónde dormiría
estas dos semanas?
¿Encontraría mi
cuerpo su sitio de
descanso en la banca
de un parque?
Realmente no tenía ni
En cualquier parte del mundo es posible sentirse como en
la más mínima idea de
casa. Una bandeja paisa nos transportó a nuestra hermosa
qué haría hasta que,
Antioquia
sin pedirlo, recibí una
oferta hospitalaria de
otro joven ingeniero colombiano para quedarme en su casa durante este periodo
de tiempo.
Con esta seguridad me dirigí a la ciudad que será mi lugar de residencia durante
los próximos 5 meses. Por mi llegada solitaria en una estación de tren
desconocida esperaba el más cálido de los comités de bienvenida. Tres
colombianos y un alemán estaban allí, recibiéndome con un abrazo reconfortante
en esos momentos de desconcierto que invaden cuando uno se enfrenta a lo
desconocido. Mis primeros pasos por Erlangen fueron acompañados por varios
kilos de equipaje, una luz tenue que resalta la belleza nocturna de la ciudad y por
una primera instrucción de cómo es la vida, ésta, la Fahradstadt (ciudad de
bicicletas), en donde en medio de las calles para autos, abundan las vías
exclusivas para peatones y bicis, lo que hace a este último un medio indispensable
de movilización al interior de la ciudad. Con una bicicleta cualquier destino es
alcanzable en menos de 20 minutos, por lo que es difícil encontrar a una persona
que no se movilice, al menos un par de días a la semana, por el movimiento de los
pedales.
Llegó el tan anhelado día en que empezaría el curso de orientación en la
universidad. Fue fácil despertarme en la mañana (lo cual por lo general no es así)
pues la mezcla de emoción, ansiedad y nervios del primer día, tan conocida por
todos cuando entramos al colegio o a la universidad, estaba allí de nuevo. Los
nervios se desvanecieron en el momento en que me senté entre tantas otras
personas, que sin importar el idioma materno o el origen, estaban allí, viviendo y, a
su manera, sintiendo esta nueva experiencia.
El alemán ha tomado desde entonces un nivel superior, pues ya no era un
requisito, un reto o el medio de comunicación con los alemanes; este idioma, y no
el inglés (como solía suceder en el pasado) se convirtió en un puente que permite
el acceso a un mundo de culturas y costumbres. Un evento llamado Noche
internacional fue la mayor demostración de ello. Mesas largas llenos de platos
cuyos nombres si acaso puedo recordar fueron en un principio el centro de
atracción, alrededor del cual sólo el idioma alemán podía escucharse. Torrijas,
tortas de chocolate, sushi y, por supuesto, arepas y chicharrones, entre muchas
otras delicias de todas partes del mundo estaban allí para mostrar el sazón que se
esconde en cada esquina del mundo. Luego el escenario fue abordado por
cantantes y bailarines, que dejaron la pena a un lado porque era más grande el
orgullo que tenían por su cultura, su origen y sus costumbres.
Maravillosa demonstración de la cultura japonesa. La
música y el baile evocaban las caricaturas que
veíamos cuando niños, siendo para todos un
momento memorable.
Fue así como en medio de
charlas, formalidades,
eventos que permitieron el
intercambio cultural y las
cosas simples de la vida,
transcurrieron estas dos
semanas, que en un
principio parecía que serían
eternas, pero que al final no
fueron más que una gran
demostración de la
generosidad de los
colombianos y la gentileza
de los anfitriones que en
Erlangen habitan.
Una parte de la familia internacional que hemos conformado los estudiantes de todas
partes del mundo.
A pesar del corto tiempo que llevo en Erlangen siento que saldré de aquí con
muchos buenos recuerdos y experiencias encima. En solo dos semanas esta
situación conjunta de estar en un lugar nuevo y desconocido ha unido a personas
de más de 20 países de todo el mundo y ha conducido a la formación de, como
nosotros mismos lo hemos llamado, una “Familia internacional”. En otras palabras,
cada vez es más notorio cómo ir a estudiar a Alemania abre las puertas no sólo a
la convivencia con alemanes, y con ello empaparse de su cultura y conocimiento,
sino que permite conocer una gran parte del mundo con sólo sentarse a tomar un
café o salir a bailar. Es simplemente bueno saber que a pesar de las dificultades
algo muy bueno siempre puede surgir y que no sabemos qué maravillosas
sorpresas nos esperan a la vuelta de la esquina.
Episodio 14: 26 de octubre de 2011 – Sobre el escritorio: papel, lápiz y
apuntes en alemán
Hace casi cuatro años desperté con el corazón en la mano y me dirigí a mis
primeras clases en la universidad Nacional de Colombia. Estoy más que segura de
que los nervios estaban bastante explícitos en mi rostro de primípara y venían de
la mano con la ansiedad por el inicio de un nuevo periodo lleno de retos. Ese flujo
de adrenalina que hoy recuerdo tan felizmente, pues marcó el comienzo de lo que
sería la realización de muchas metas (como el llegar a tierras alemanas), es de
nuevo el telonero de una etapa de mi existencia.
Un regalo de bienvenida de la Friedrich-Alexander-Universität Erlangen-Nürnberg!
Tras una travesía de 20 minutos en bicicleta desde mi hogar hasta la Technische
Fakultät (y que, dadas las condiciones climáticas actuales, caracterizadas por frio
y un par de lluvias, no creo que repita en un futuro cercano), ingresaba yo a un
aula para recibir clases consideradas de nivel avanzado pero luciendo la misma
cara de Ersti (primípara) de hace algunos años. Esta vez mi entrada fue un poco
más notoria, no porque haya llegado tarde (se me ha pegado un poco o mucho de
la puntualidad alemana), sino porque mis características físicas, que por estos
lares resultan tan exóticas, hacen que mis entradas a los recintos sean menos
discretas.
A los pocos minutos de ingresar al aula y con una alta probabilidad de entender un
porcentaje bajo de lo que sería dicho en la hora y media venidera, todos mis
sentidos estaban atentos para capturar cualquier pequeña información. La
profesora, que al igual que todos los demás profesores de universidades
alemanas tiene una experiencia y número de títulos que la ubican muy arriba en el
ámbito académico, dirige su mirada al auditorio y con un rostro gentil pronuncia
sus primeras palabras. De repente, y un poco desubicada, noto que la clase es en
inglés. Aunque estaba preparada para soportar ese golpe idiomático, caí en
cuenta que de alguna manera todos los que estábamos en el recinto, alemanes y
extranjeros, estábamos en la misma situación: recibiendo clase en un lenguaje
que no es el propio y consideré que si bien no me cuesta entender el inglés como
en ocasiones sí el alemán, este era un buen calentamiento para mis demás
clases.
Encuentro futbolístico entre robots! Cada acercamiento de la
pequeña pelota al arco generaba euforia entre los
espectadores.
En las horas
siguientes mi cerebro
se “sobremotorizó”,
pues muchas veces
el profesor hablaba
tan rápido que sólo
lograba entender
algunas palabras en
el aire y el resto del
trabajo se
concentraba en
construir una idea
dado el contexto. En
otras ocasiones,
cuando era más
claro el contenido, la
satisfacción me
invadía, pues estaba
recibiendo
información sobre
temas relacionados
con las áreas de la
ciencia que tanto me
apasionan en un
idioma que he
aprendido a querer y
valorar tanto como el
alemán. Al final de
las clases golpeaba
con ánimo el
escritorio, muy al
estilo alemán, no solo
agradeciendo al profesor por su clase, sino también a modo de celebración por lo
que estaba viviendo.
En medio de este ingreso al medio académico asistí además a un evento que
considero, desde sus bases, sencillamente sorprendente, pues para ser llevado a
cabo requiere de un trabajo sincrónico y efectivo entre la ciudad, la industria y la
universidad. Die lange Nacht der Wissenschaften proporciona a la ciudadanía en
general (niños, adultos mayores, padres y estudiantes) la posibilidad de
empaparse un poco de ciencia, de encontrar sus intereses en el mundo científico y
de disfrutar del conocimiento en diversas áreas como medicina, química e
ingeniería, entre muchas otras, está allí, al alcance de todos. Ver allí equipos
asombrosos, tecnologías fascinantes y el hecho de poder subirme a un auto por el
cual normalmente se me desencajaría la quijada en Colombia y además, estando
frente al volante, poder darme cuenta de qué tan lejos han llegado los productores
de carros, fue similar a la sensación de un niño en una dulcería: felicidad pura!
Mi experiencia dentro de este simulador del Audi 6 se resume en sorpresa
absoluta. De alguna manera me sentí atropellada por la tecnología.
El temor no ha sido la respuesta al esfuerzo extra que requerirá entender los
contenidos de mis materias dada la diferencia idiomática, así como tampoco al
reto que implican la autonomía y la buena distribución del tiempo (dado que no
hay casi tareas y todo se limita en la mayoría de los casos a una gran prueba al
final del semestre). Muy por el contrario siento que tantas metas que tengo
puestas en mi futuro serán alcanzables por las características que este sistema
me ayudará a desarrollar y, de repente, me siento más adulta.
Cuatro meses sin visitar las aulas y de repente un Boom en lo que aprendo y
cómo lo aprendo es el mejor impulso para empezar este, mi primer semestre en
una universidad alemana.
Episodio 15: 2 de noviembre de 2011 – De los sueños a las fotos
En tiempos de monarcas, en los cuales se inspiran las historias de caballeros,
doncellas y criaturas fantásticas, un soberano buscaba el sitio de su residencia.
Entre los majestuosos paisajes que tenían lugar entre las pequeñas montañas, las
colinas y los valles del estado de Sajonia se asomaba el río Elba, al lado del cual
este rey se recostó para descansar en medio de su búsqueda. El aire fresco que
acariciaba los árboles y que generaba un susurro entre las hojas de los árboles, lo
llevaron a cerrar los ojos y adentrarse en el mundo de los sueños, donde su
ilimitada imaginación le reveló impresionantes imágenes de lo que podría ser una
ciudad en la rivera de aquel río y que se traducían en el lugar perfecto para vivir y,
así, hallarse en un sueño cada mañana. Al despertar, este hombre de origen noble
se propuso hacer dicho mensaje de Morfeo una realidad y fundó allí la ciudad que
hoy lleva por nombre Dresden.
5 amigos en una ciudad soñada se representan en la emoción que aquí les
muestro. No en vano los demás turistas nos miraban con algo de extrañeza: es
imposible no volverse loco ante tantas cosas extraordinarias.
Esta ciudad reúne, como nunca antes mis ojos habían visto, una riqueza
arquitectónica que sólo el más loco de los sueños podría encarnar. Una tras otra,
las fabulosas construcciones, los inspiradores paisajes y suculentas
representaciones de lo que fue el pasado aparecieron ante mí para quedar
selladas en la memoria. Una tras otra aparecieron: en un sentido demasiado
literal, pues en la Altstadt no es posible alejarse de una de estas exquisitas obras
sin encontrarse con otra y sorprender nuevamente al espíritu.
Nos adentramos en este centro histórico por el
Zwinger, una edificación que con 400 años de
historia sigue mostrando en su belleza que es
el escenario perfecto para bailes de ensueño y
noches de festejo al mejor estilo de la realeza,
representada por una corona dorada gigante
que emerge de uno de los muros que rodean al
jardín. La vista de esta fortaleza es
simplemente perfecta desde las terrazas que,
adornadas por las esculturas de desnudos al
mejor estilo clásico, abren un portal en el
tiempo y permiten disfrutar aún más de la
belleza del entorno.
El baile de Cenicienta pudo tener
este paisaje como telón de fondo.
Sin importar el clima o la hora el
Zwinger cautiva!
En una caminata a lo largo de la cual nos
encontraríamos con iglesias impresionantes, la
ópera y muchas otras delicias históricas, no
nos hacía nada más que un cambio en la
vestimenta para estar del todo en otro mundo.
Los carruajes halados por caballos, las calles
empedradas y los árboles otoñales hacían de
cada metro recorrido el objetivo del flash de
nuestras cámaras.
La fama de una iglesia que fue destruida en la guerra y reconstruida por el trabajo
conjunto de muchos países había llegado hasta nuestros oídos. La Frauenkirche,
una cúpula que nace en el suelo y que, en el contraste blanco y negro de los
ladrillos que la conforman, muestra al mundo una mezcla entre lo bueno de la
reconciliación y lo devastador de la guerra,
estaba finalmente allí, frente a nosotros.
La famosa iglesia en ruinas por
más de 50 años, hoy es uno de
los símbolos más dicientes de lo
maravillosa que es Dresden.
Esta ciudad, una de las más importantes de
la antigua DDR (Deutsche Demokratische
Republik) y uno de los destinos turísticos
predilectos en las épocas de villancicos y
árboles de navidad, no puede representar
mejor los deseos oníricos de aquel monarca.
Al final de los días que tuvimos para recorrer
tan mágico lugar, la conclusión era el
cansancio de los pies no refleja las ganas del
espíritu, pues una y otra vez podríamos
recorrer aquellas calles y vivir en el sueño del
que aquel rey nunca quiso despertar.
No señores! no nos colamos en la toma de la fotografía para una postal.
La vista de la ciudad, desde cualquier rincón, podría ser una foto de
catálogo, y qué mejores modelos que 5 colombianos!
La belleza y el pasado nos siguen por todas las calles de Dresden.
Los carruajes son comunes en esta ciudad de la que no es posible
escapar de las sorpresas.
Episodio 16: 7 de noviembre de 2011 – Paisaje cromático
Hace muchos años estiraba mis brazos hasta más no poder para alcanzar a tomar
la mano de mis papás mientras caminaba hacia el jardín infantil con un morral de
Minie en la espalda y en la cabeza tal vez sólo un pequeño tesoro de palabras y
canciones que probablemente aprendí de los juegos con mi hermano o
escuchando Colorín Coloradio, la que era mi emisora favorita por esas épocas.
Mis padres habían intentado en casa enseñarme lo básico, esas pequeñeces con
las cuales se sorprende a los familiares cuando van de visita: los números del 1 al
20, qué sonidos emiten los animales y algunos colores. Ahora estaba la profesora
en frente mostrando una gama gigante de tonalidades. Azul, amarillo y rojo ya
eran bien conocidos, pero un mundo de variaciones en medio de ellos era el
nuevo tema. Entonces compuse con pintura en los dedos el degradé de los
colores cálidos, conjunto de naranjas de distinta intensidad ubicados entre el rojo y
el amarillo. En ese entonces era un juego entre los sentidos y la memoria; hoy es
netamente emocional.
Sin utilizar las herramientas del Photoshop, les
presento un cuadro alucinante. ¿Quién no se
asombra con estos paisajes?
El otoño se presenta como la obra artística
más sublime que ningún artista ha logrado
transmitir del todo en sus pinturas. Semanas
atrás el verde de las hojas empezó a
desvanecerse para darle paso a otro color. Las
calles largas con árboles a los lados, los
parques y las enredaderas llegaron a su punto
máximo de belleza, en una forma tal que eriza
los sentidos. Parecemos niños de nuevo,
expresando sorpresa sólo con mirar un árbol,
jugando con las hojas que yacen en el suelo,
disfrutando el simple hecho de mirar cómo
éstas son recogidas con un soplador y, en fin,
viviendo el primer otoño de nuestras vidas.
Junto al mejor compañero de
juegos que pude tener en mi
infancia y mi persona favorita en
todo el mundo: mi hermano!
Aquí estamos después de
juegos, letras y colores en el
jardín infantil.
El otoño se presenta como la obra artística
más sublime que ningún artista ha logrado
transmitir del todo en sus pinturas. Semanas
atrás el verde de las hojas empezó a
desvanecerse para darle paso a otro color. Las
calles largas con árboles a los lados, los
parques y las enredaderas llegaron a su punto máximo de belleza, en una forma
tal que eriza los sentidos. Parecemos niños de nuevo, expresando sorpresa sólo
con mirar un árbol, jugando con las hojas que yacen en el suelo, disfrutando el
simple hecho de mirar cómo éstas son recogidas con un soplador y, en fin,
viviendo el primer otoño de nuestras vidas.
Sin utilizar las herramientas del Photoshop, les presento un cuadro alucinante. ¿Quién
no se asombra con estos paisajes?
El otoño se presenta como la obra artística más sublime que ningún artista ha
logrado transmitir del todo en sus pinturas. Semanas atrás el verde de las hojas
empezó a desvanecerse para darle paso a otro color. Las calles largas con
árboles a los lados, los parques y las enredaderas llegaron a su punto máximo de
belleza, en una forma tal que eriza los sentidos. Parecemos niños de nuevo,
expresando sorpresa sólo con mirar un árbol, jugando con las hojas que yacen en
el suelo, disfrutando el simple hecho de mirar cómo éstas son recogidas con un
soplador y, en fin, viviendo el primer otoño de nuestras vidas.
Cada vez que vemos más de tres tonos distintos en los árboles es un
acontecimiento que merece una foto del paisaje, otra con los amigos y otra
potencial foto para el perfil en Facebook (es fácil jugar al modelo cuando ya se
tiene el paraje perfecto para ello). Debemos disfrutar cada instante, pues cada
paisaje puede quedar atrás con el simple soplar de la brisa que se lleva las hojas
que se mecen tranquilas hacia el suelo y dejan atrás una rama cada vez más
desnuda. Sin embargo, cada vez que el aire hace esto presenciamos un nuevo
tipo de precipitación: “¡Llueven hojas!” hemos dicho en más de una ocasión, y
entonces nos quedamos paralizados mirando cómo ocurre o seguimos
disfrutamos el hecho de estar bajo la “lluvia”.
Guerras de hojas, disfrutar del sonido que se produce al patearlas y tomar miles de
fotos son planes ideales en esta mágica época del año.
Los colores del otoño pertenecen a esa llamada gama cálida a pesar de que esta
estación es la antesala al invierno y con su clima nos entrena poco a poco para
ello. Descubro sin embargo que el título de “cálidos” que portan estos colores no
es sólo el resultado de lo que podría verse en tierras desérticas o en los
atardeceres tropicales (como los famosos atardeceres llaneros que tanto extraño),
sino porque a pesar del frío del entorno esta mágica mezcla cromática hace más
cálida y memorable nuestra estadía y podemos volver a ser como hace tantos
años en el jardín infantil: niños que enloquecen con esta nueva experiencia y que,
con o sin muchas palabras en su Wortschatz, no dicen mucho, bien sea porque a
veces es mejor callar y disfrutar de lo que vemos o porque las palabras
simplemente no alcanzan para describir este maravilloso paisaje…
Una tarde de otoño es perfecta para disfrutar de una "lluvia otoñal".
Episodio 17: 16 de noviembre de 2011 – Alemania entre las papilas
gustativas
Tal vez el sentido que más nos liga a nuestra cultura y nuestro hogar es el del
gusto. Todos sabemos a qué sabe la comida de casa y el sabor de uno u otro
plato es capaz de cruzar cualquier frontera para transportarnos a tierras lejanas.
Sin embargo, muchas veces es la misma lengua la que sirve como puente para
conocer y disfrutar de otras culturas. Tres meses y medio en tierras alemanas han
permitido que ya tengamos platos favoritos o que muchas veces nos den antojos
de comidas que meses atrás no podíamos ni pronunciar. Sea esta la oportunidad
para compartir muy a groso modo, a qué sabe Alemania!
Oscar, Carlos y Andrew disfrutan de una de las delicias más comunes en las ferias
Alemanas. El Pan sirve como excusa para sostener la enorme salchicha.
Uno de los componentes más fundamentales de la comida alemana tiene la cola
retorcida y la nariz “chata”. Siendo casi el 70% de la carne que se consume en
Alemania de procedencia porcina, es difícil encontrar en la carta un plato que no
contenga cerdo. Las salchichas, que se encuentran en formas tan variadas como
las mismas regiones de Alemania, son por lo general de cerdo, aunque también
las hay de res y, menos popularmente, de pollo. El antecesor del Hot Dog (La
famosa Bratwurst) se presenta ante los turistas como una salchicha que
frecuentemente duplica en longitud al pan que la contiene y que, desde mi humilde
punto de vista, no es más que aquel objeto que impide que la parte cárnica entre
en contacto con la mano del consumidor.
Por su parte, el Schnitzel (lomo de cerdo apanado) es el plato base en la carta de
los restaurantes típicos alemanes, aunque se pueden encontrar en formas que
evocan los sabores de distintas partes del mundo. Con o sin queso, en compañía
de champiñones o fríjoles, o simplemente sin nada, este plato es uno de esos que
definitivamente debe ser probado. Entre los acompañamientos están, por
supuesto, las papas en todas sus presentaciones: a la francesa, en puré, en
ensalada o al vapor, estos tubérculos están casi siempre sobre el plato.
Al final no quedó más que la cáscara de un trozo de piña! El desayuno alemán nos
dejó con la boca abierta y la lengua feliz.
Sin embargo, hay dos platos que, para mi paladar, están en la cima del sabor. El
primero desentierra una cálida mañana de domingo dos meses atrás. Ante
nosotros se servía uno de los desayunos más fantásticos que he visto en mi vida.
Mis amigos y yo no podíamos mirar a la mesa sin sonreír, porque era simplemente
maravilloso ver cómo la mezcla de los colores y el contenido de los platos
seducían a las papilas gustativas. Una tabla de frutas, quesos y carnes
acompañada de distintos panes que jamás habíamos visto pero que degustamos
con el mayor de los gustos, así como huevos y bebidas frías y calientes, se
combinaron en un típico desayuno alemán que se tradujo en felicidad gustativa.
Juan David disfrutando uno de nuestros platos favoritos, el Auflauf. Nada como los
que encontramos en Marburg!
Los Aufläufe, por su parte, son nada más que la traducción y puesta en escena de
la palabra E-X-Q-U-I-S-I-T-O! Lo que se oculta entre la capa de queso horneada y
el bol de cerámica puede realmente erizar cada centímetro de piel. El sabor
cremoso de las verduras, carnes, pastas y papas (o lo que se quiera incluir en el
plato) sube el volumen del cántico de los ángeles y al final del plato queda el mejor
sentimiento: barriga llena de Auflauf, corazón contento. Solo la escritura de estas
líneas me abre el apetito y, aunque de antemano sé que a causa de estas y
muchas otras delicias alemanas (como las que abundan en las Konditoreien) la
aguja de la balanza que marca mi peso y el de todos los 29 jóvenes colombianos
que llegamos meses atrás se ha desplazado un poco hacia la derecha, nuestras
papilas gustativas no pueden estar más contentas con el sabor alemán y nosotros
no podemos estar más seguros cuando, antes de un primer bocado,
pronunciamos las palabras: “Guten Appetit!”.
Episodio 18: 23 de noviembre de 2011 – Una realidad más mágica que la
fantasía
Creo que a más de uno se le pusieron los vellos de punta y le brillaron los ojos de
niño sólo con el hecho de ver, en la introducción de alguna película de Disney,
aquel castillo majestuoso con el que nos adentrábamos en historias como La bella
durmiente. No era para menos: ese castillo lograba reunir, sólo con su
arquitectura, toda la fantasía que un niño puede llegar a albergar. Cientos de años
atrás fue justamente esa fantasía la que llevó a un rey (denominado por muchos el
rey loco) a convertir sus sueños infantiles en realidad y a hacer de su casa la
puesta en escena de lo que pasaba por su imaginación. Señores y señoras,
bienvenidos al castillo de Neuschwanstein!
Disney: El castillo que de niños relacionábamos directamente con la
fantasía resultó ser real.
Entre los
Alpes se
asoma una
construcción
con la
delicadeza y
elegancia del
cisne que la
inspira. Su
fama ha
seducido a
los
soñadores de
todas partes
del mundo y
los ha traído
hasta su
interior,
donde toda
fantasía
parece
realizable.
¿Qué hace
tan
maravilloso a
este castillo
en
comparación
con todos los
demás? El
secreto de su
magia está
en que fue
pensado para que fuera extraordinario. Asuntos de seguridad por posibles guerras
no entraban dentro de los parámetros del diseño… El castillo debía ser
simplemente bello.
Adivina adivinador... ¿Esta foto es de verdad o de mentiras? Aunque parece editada
esto es lo que vieron nuestros ojos en vivo y en directo!
En nuestro ascenso hacia este mágico lugar, encontramos una tienda donde
podríamos comprar aquel detalle que se ha convertido esencial para compartir con
nuestros seres queridos nuestras travesías en las tierras europeas: las postales.
Al ver en estas imágenes lo que nos esperaba metros arriba, pensé con un poco
de desconfianza que algunas de las cosas que allí aparecían no eran más que el
resultado de la ayuda embellecedora del Photoshop y que se les había ido la
mano al intentar embellecer el paisaje. Pero minutos más tarde retiraría con el
mayor de los gustos lo anteriormente dicho. El castillo y todo su entorno son tan
maravillosos que incluso en vivo y en directo vimos detalles que solo parecerían
posibles con un programa de edición de imágenes. La fachada y el interior del
castillo son una mezcla de demencia e ingeniería que resultan de la mente de un
loco soñador. Muy sorprendidos observamos que más allá del oro, los paisajes y
los detalles artísticos, las fantasías del rey Ludwig II no se referían sólo a su niñez,
sino también al futuro: una completa red de luz y electricidad, el primer teléfono
móvil de la historia y una cocina que fue pensada con cerebro de físico, fueron el
mayor testimonio de que a partir de los sueños se llegan a las grandes ideas.
Estando
allí es
fácil
darse
cuenta
por qué
este
castillo
logró
inspirar
a Walt
Disney
y, con
ello,
hizo
que
tantos
niños
alreded
or del
mundo
se
enamor
aran del
hecho
de
soñar.
Siempre
me han
encanta
do esos
paisajes
en los
que su
La cuota colombiana en medio de los soñadores de todo el mundo que llegan
mezcla
a visitar el maravilloso castillo.
de
detalles
propios de otra época en sincronía con las maravillas de la naturaleza me hacen
sentir como en un cuento de hadas… Esta fue la oportunidad para ver un paisaje
que no se inspira en las fantasías infantiles: vimos el nido del mundo imaginario
que nos rodeó de niños y el sentimiento es, naturalmente, mágico.
Episodio 19: 30 de noviembre de 2011 – Viviendo al ritmo del reloj
5:00 en punto de la mañana en la maravillosa Bogotá: mis ojos se abrían con toda
la pereza que puede expresar el deseo de dormir “5 minuticos más”. Mi adorada
madre, quien fue hasta hace pocos meses mi despertador (sí, lo admito! Con 20
años de existencia encima mi mamá aún me levanta en las mañanas) pasaba de
un tono tierno a uno de preocupación cuando esos “5 minuticos” se transformaban
en 10 o incluso hasta 15. ¿Por qué el afán? Finalmente salir 5 o diez minutos más
tarde de casa no representan mucho… llegaré a clase “a tiempo”.
El inconveniente es cuando se llega a tierras germanas y ese “a tiempo”
colombiano ya no funciona para los alemanes. Definitivamente no hay
equivalencia entre el “a tiempo” en Colombia y el “a tiempo” en Alemania. Para
muchas personas ser puntuales en Colombia significa que no se tiene un desfase
en la llegada superior a 10 minutos ¡Cómo me jactaba yo de mis llegadas
puntuales! Sin embargo, cuando un alemán dice “Um 11 Uhr” es a las 11:00. Así
no más: once horas cero cero minutos. Nada de retraso! La puntualidad se toma
en serio y el tiempo antes o después de la hora acordada (para lo cual ya no se
dice um sino gegen) no superará los 5 minutos.
¿Por qué tal afición por el movimiento
de las manecillas del reloj? Los
primeros maravillosos días de mi
estadía en Alemania, observaba cómo
la gente miraba con insistencia el reloj.
En las paradas del bus, cuando se
suben al bus, cuando caminan o
cuando hablan. Y en ese momento
recordé que cuando era niña mi papá
me decía que le resultaba incómodo
que las personas miraran seguido el
reloj, pues según él, le quitaban la
tranquilidad a momentos que no tenían
que ser acelerados o sometidos a
afanes. Así nos criamos y el cambio a
un sistema realmente puntual no ha
sido tarea fácil, y si no, que lo diga
María (becaria joven ingeniera de la
universidad del Norte).
Las tablas que mirábamos antes con
asombro por la precisión de la llegada
del bus, y que ahora observamos con
impaciencia comparando la hora que es
y a la que llega el bus.
Ya en nuestra primera noche en
Alemania, Hassan, quien nos recogió
en el aeropuerto y nos llevó sanos y
salvos hasta nuestra casa en Marburg,
nos recalcó con insistencia (a sabiendas
de nuestra naturaleza colombiana) que
la mañana siguiente todos debíamos
estar “püntlich!”a las 7:40 am en la parada del bus para llegar a tiempo a nuestro
destino. 28 de los 29 jóvenes ingenieros 2011-2012 cumplimos con la cita, bien
sea porque no podíamos dormir bien dado el cambio de horario o porque al sonar
el despertador la emoción no dio tiempo para “5 minuticos más”. Pero faltaba
alguien: María, que salió casi 10 minutos después, corriendo con los zapatos en la
mano. Y esos 10 minutos tuvieron su efecto, pues muy a las 7:40 am, el bus
estaba arrancando.
El buen funcionamiento del sistema de transporte alemán se debe a la conciencia
del tic-tac del reloj y es así como el hecho de vivir y viajar en Alemania se ha
hecho mucho más fácil. La página del Deutsche Bahn dice con precisión la hora
de partida y llegada a cada ciudad, así como la duración de los trasbordos que se
deben realizar. Esa planeación temporal y espacial de lo que pasa sobre los rieles
alemanes es tan fundamental que no hay joven ingeniero que no viaje con un
Fahrplan en la mano.
Aquí una página donde el Fahrplan puede ser
consultado. En la parte inferior vemos además que uno
de cada cincuenta trenes llega con un retraso importante:
La puntualidad es parte del sistema!
Casi cuatro meses
después de bajarnos del
avión con ruta BogotáFrankfurt entendemos
razones para ser
puntuales a lo alemán. Por
ejemplo, ya tenemos claro
que unos minutos de
retraso pueden significar
una modificación radical
de los planes, que ya
aprendimos a hacer. Fue
así como, por ejemplo,
debido a una reparación
del S-Bahn en Hamburg
llegamos tan sólo 3
minutos más tarde de lo
esperado al Hauptbahnhof,
perdiendo el tren de
regreso a casa. Tuvimos
que esperar 4 horas más
para tomar el siguiente
tren, que ya no llegaría a
las 10:30 pm a Marburg
sino a las 5:30 am del día
siguiente (día que por
cierto era lunes, es decir,
teníamos clase a las 8:30
am). Pero al fin y al cabo
“¿qué son 3 minuticos?”.
Con la llegada del otoño y el descenso gradual
de la temperatura encontramos un nuevo
argumento: no hay ser humano sobre la tierra
que sin ser masoquista le agrade el hecho de
esperar así sea un minuto cuando la
temperatura es de 0°C o menos. Cada
segundo pasa demasiado lento, como si el frío
lograra incluso congelar el tiempo. Ahora soy
yo la que mira con insistencia la hora, comparo
lo que aparece en la tabla de la parada del bus
y lo que encuentro en el reloj y pienso que un
minuto no es mucho… es demasiado!
Si no se tiene un reloj en la mano es imposible
vivir Alemania de una buena manera y creo
que este es uno de los buenos aportes que nos
deja este intercambio. Ya no ajustamos
nuestro tiempo a las actividades sino nuestros
planes al tiempo, ya aprecio el sonar de las
No solo es religión, no solo
campanas de la Martin Luther Kirche (a pocas
arquitectura. La Martin Luther
cuadras de mi casa en Erlangen), que cada 15
Kirche se ha convertido en mi
minutos me recuerda que el tiempo transcurre y
mejor aliado para notar el paso
que no hay tiempo que perder (finalmente es 1
del tiempo.
año en Alemania que se pasa volando!), e
incluso, ya nos indignamos por la impuntualidad del bus o de otras personas… Ya
somos puntuales y así tenemos al tiempo como nuestro mejor aliado.
Episodio 20: 7 de diciembre de 2011 – De compras en el congelador
29 colombianos jóvenes ingenieros llegamos en aquellos días de verano, cuando
el sol brillaba de 5:00 am a 10:00 pm, la gente salía de su casa en chanclas y los
estudiantes leían a la orilla del río “ligeritos de ropa” aprovechando el benévolo
clima. Cualquier camiseta era suficiente y solo por si llegaba a ventear demasiado
en la mañana, un sweater delgado se llevaba encima. Pasó un mes y algunos de
los jóvenes ingenieros empezaron a quejarse cuando la temperatura era menor a
20 grados. Algunos becarios de la Costa, iniciando por Luis Carlos, así como los
de Cali y Medellín miraban a los bogotanos preguntándose cómo soportábamos a
diario aquel clima de la “Nevera”, como le dicen a Bogotá algunos habitantes de
las regiones cálidas de Colombia. ¿Pero qué pasa cuando el clima es más frío que
el de la "Nevera" y es más bien como el del congelador?
¿-20, -10 o -5 grados?
Ningún número que
tenga un menos por
delante para referirse a
la temperatura que te
espera con tan solo
abrir la puerta suena
bien. Preguntamos una
y otra vez qué
temperaturas nos
esperarían en invierno
y un número por el
estilo estaba en la
respuesta. ¿Cómo
enfrentarnos a ese
clima? ¿Qué vestir
cuando se sabe que
vienen tiempos en los
que no solo el frío sino
también el viento, la
lluvia y la nieve se
ponen ante nosotros
como un reto a la
supervivencia?
Buscando el gorro perfecto para complementar mi vestimenta
de invierno. Los alemanes ya toman el invierno con mucho
humor... esperamos que nosotros también podamos hacerlo.
Con estas y muchas otras preguntas nos aventuramos en un proceso del cual
ninguno de los jóvenes ingenieros tenía idea y cuyo objetivo era encontrar
elementos para el guardaropas que fueran buenos, bonitos (en la medida de lo
posible) y baratos. En los días “fríos” (eran fríos sin comillas antes de que
empezáramos a vivir temperaturas por debajo de 5 grados) observábamos en la
calle a los alemanes prestando atención a qué traían puesto. Queríamos descubrir
sólo con el análisis ingenieril de su vestimenta el secreto que les permitía estar en
la calle frescos como una lechuga mientras nosotros tiritábamos de frío.
Visitábamos luego las tiendas, veíamos y nos probábamos una prenda tras otra…
“Esta es bien caliente” decíamos en algunos casos, pero al final no se compraba
nada. -¿Es lo suficientemente caliente como para enfrentarse a un invierno
alemán?- era una pregunta que siempre
quedaba en el tintero y que nos impedía
llegar a la caja con certeza y comprar una
prenda, pues finalmente una cosa es vestir
una chaqueta al interior de un almacén (que
muy seguramente tiene la calefacción
prendida) y otra es tenerla puesta a la
intemperie, ojalá con una ráfaga de viento
otoñal o con San Pedro haciendo de las
suyas bien sea en forma de gotas de agua
o copos de nieve.
Junto con Jenifer Rocha (estudiante
de intercambio de la universidad
Nacional) probando una de las
muchas opciones en un cuarto
adaptado para simular las
temperaturas del invierno. Las
chaquetas pasaron la prueba... el
precio no.
Con la mejoría en nuestra capacidad de
expresión y comprensión del idioma y con
uno que otro conocido alemán dejamos de
hacer conjeturas y fuimos directo a la
fuente. Preguntamos qué se debe y qué no
se debe vestir, qué hay que comprar, cómo
deben ser los zapatos, las chaquetas…. y
adivinen qué? ¡No se imaginan la cantidad
de cosas que hay que tener en cuenta!
A modo de ejemplo comparto con ustedes
cómo fue mi compra de zapatos: con
algunas ideas en la mente (como que los
zapatos para invierno deben tener
recubrimiento de Fleece en su interior y que
el material externo debía ser preferiblemente cuero), me dirigí en búsqueda del par
de zapatos que vestirían mis delicados piececillos durante los fríos días de
invierno. Busqué y busqué. Encontré muchos pares que no me gustaron por el
material, otros por el estilo… otros por el precio. Después de días de visitas a las
tiendas encontré unos zapatos que parecían los indicados: no sólo lucían cálidos,
también eran lindos y económicos. En un impulso adquisitivo tomé el preciado par
y me dirigí hacia la caja. Un momento de cordura y de nuevo la inseguridad de si
servirían o no estaba allí, así que me contuve, tomé el celular y llamé a uno de los
alemanes que nos habían dado algunos tips para comprar. Fue en mi rescate y
minutos más tarde él estaba allí, mirando ese par de zapatos que me habían
parecido tan perfectos con cara de que no lo eran en absoluto. No sólo el material
interno y el externo son importantes, sino también las costuras (por allí puede
entrar el frío). También es necesario tener en cuenta el grosor de la suela (entre
más gruesa mejor, pues habrá más espacio entre los pies y el suelo frío), los
perfiles de la suela (no queremos resbalar y caer cuando la nieve se derrita), la
altura del zapato (por encima del tobillo), y en fin, había un montón de peros para
mis zapatos perfectos, un sinfín de detallitos que no había considerado.
Lo mismo sucede con la chaqueta, uno de los componentes más importantes en la
lucha contra el frío. En las tiendas es posible encontrar una gran variedad en
estilos y en precios. Hay muchas ofertas que vale la pena aprovechar y,
adicionalmente, muchos foros de opinión en internet donde se puede encontrar
(en caso de inexperticia) si una chaqueta es buena, cumple lo descrito por el
productor o si tiene ventajas o desventajas según los propios compradores del
producto.
Para la siguiente “perla” debo mencionar que los alemanes son grandes.
¿Enloquecí? No… esta característica está a nuestro favor, pues muchas veces
nosotros los colombianos, un poco más humildes en tamaño, tenemos acceso a
una selecta sección en las tiendas: la sección para niños. Allí muy frecuentemente
se encuentran chaquetas con las mismas características que aquellas que son
para adultos (adultos de talla alemana por lo menos) pero que, por ser un poco
más pequeñas, son también más baratas. Carol (joven ingeniera de la universidad
Nacional y una de mis mejores compañeras de compras, chismes y tertulias), por
ejemplo, encontró muchas opciones 30 euros por debajo del “precio adulto”, y todo
por venir como lo más fino: en empaque pequeño!
Noviembre
pasó, muy
frío según
los
colombianos
, más
caliente de
lo habitual
según los
alemanes.
El onceavo
mes del año
se despidió
y nos dejó
una gran
experiencia
en
empacarnos
capa tras
capa entre
chaquetas,
bufandas,
gorros y
guantes. Ya
no vale salir
de casa sin
un par de
kilos de ropa
de más
encima y
aunque aún
no ha
llegado lo
más
crudo
Amigos de München en nuestra visita a Neuswannstein. En el suelo
del invierno
ya se podía observar hielo, el día fue frío, pero nosotros ya estábamos
preparados.
ya sabemos
que nos toca, en la medida de lo posible, salir sonriendo de casa, pues un mal
gesto quedará congelado en nuestro rostro hasta que lleguemos al próximo lugar
cerrado y con calefacción. El otoño se llevó las hojas de los árboles y nos trajo un
reto a la resistencia. ¿Qué pasará cuando llegue el invierno con sus temperaturas
de menos muchos grados? ¿Sobrevivirán los jóvenes ingenieros a la inclemencia
del clima? Aún no lo sabemos, pero al menos ya tenemos algo en el ropero para
decir que lo intentamos.
Episodio 21: 14 de diciembre de 2011 – Mmm… ¡Huele a Navidad!
Alemania no celebra Halloween, pero en cambio le gusta vestirse de rojo y verde
desde mediados de Octubre. El espíritu navideño es una cosa del otro mundo, o al
menos, de otro continente. Las luces navideñas han inundado las calles, los
adornos están por doquier y aunque en muchos aspectos la celebración alemana
no difiere de la colombiana, sí que ha llegado con un par de sorpresas.
En medio del ajetreo de la universidad (que no dará pausa sino hasta el día previo
a noche buena), pasaron los meses y de repente ahí estaba diciembre con su
alegría. Llegó la navidad y su primer indicio no fue el frío, no fueron los adornos en
las tiendas ni los pocos o muchos copos de nieve que han caído. No señores! La
primera pista fue un dulce olor que navegó hasta nuestras narices.
Una dulce navidad... si que es dulce!
Caminando por las calles de la pequeña Erlangen un olor a dulce navidad nos dijo
que una celebración empezaba. En ese entonces sabíamos que el aroma era
dulce pero no sabíamos que era el aroma de la navidad. Su fuente era un
pequeño mercado ubicado en una de las plazas de la ciudad, donde no sólo
encontramos los postres típicos de la navidad alemana (crepés, castañas
calientes, frutas y nueces cubiertas de chocolate y los famosos Christstollen), sino
también decenas de pequeñas cabañas de madera perfectas para comprar o
simplemente admirar bolas de cristal, adornos navideños, artesanías y, en fin, un
montón de sorpresas increíblemente bellas o curiosas.
El mercado de Navidad de Nürnberg nos entretuvo como a niños y fué la locación
perfecta para encender el espíritu navideño.
Estos mercados están en cada ciudad de Alemania; unos pequeños y discretos,
otros grandes y más famosos (como los de Nürnberg o Dresden). Cada uno de
ellos están llenos de detalles que pueden generar desde un ¡Qué lindo!, hasta un
¡Qué horroroso!, tal como escuchamos de labios de David, joven ingeniero de la
universidad Nacional. La fealdad de un elfo, más específicamente un
Wunschbohnenelf (Elfo de los fríjoles de deseos), tomó a David por sorpresa y
como un gesto vale más que mil palabras, solo su expresión le dijo a la mujer que
vendía los horrorosos muñecos que no teníamos ni la más remota idea acerca de
la historia que ellos albergan, una creencia que describe las instrucciones exactas
para sembrar la mágica planta de fríjoles que premia cada fruto con un deseo.
Feo por fuera y lleno de magia por dentro, el Wunschbohnenelf sorprendió a David y
nos mostró que hay muchas sorpresas esperándonos en navidad.
El primer día de Adviento los mercados abrieron sus puertas y muchos de
nosotros, incluyéndome, ni siquiera sabíamos con qué se comía eso (el adviento)
y por supuesto, el asombro al ver los llamados Adventskalender no tardó en llegar.
Los maravillosos calendarios son un conjunto de puertillas tras las cuales se
esconden sorpresas, una por cada día del adviento (del primero al veinticuatro de
diciembre) y que pueden ser chocolates o personajes, de verdad o de mentiras.
Así como lo oyen (o más bien lo leen), los Adventskalendar no solo son para llevar
a casa, sino para disfrutar en la calle cuando se hacen vivientes.
Ya adentrados en el espíritu navideño, Sankt Nikolaus no se hizo esperar y fue así
cómo mientras salía de mi habitación medio dormida para bañarme antes de ir a
clase, encontré en la entrada de mi puerta un regalo de chocolate. Sabía de qué
se trataba, pues un amigo alemán me recordó que debía limpiar mis zapatos y
ponerlos en la entrada para que Sankt Nikolaus me dejara el chocolatoso regalo.
La verdad no lo hice, pero eso no evitó que alguien que oculta su barriga tras un
traje rojo y blanco o algún vecino de identidad aún desconocida me alegrara una
mañana de Adviento con una dulce sorpresa.
Jose y Jenifer buscaron un rincón para celebrar la fiesta de las velitas. Pronto
celebraremos las novenas como Dios manda: al sabor de un buñuelo y el cántico de
los villancicos.
Ya llegó la navidad y extrañamos los buñuelos, los tutainas-tuturumainás, la típica
propaganda del granito de café en televisión y, por supuesto, el ambiente familiar
que le da a esta época más magia que una visita de Sankt Nickolaus o los deseos
cumplidos por la planta de fríjoles de un elfo. Unos celebramos el día de las
velitas, otros planeamos la celebración de las novenas y otros nos deleitamos con
una taza de Glühwein (vino caliente) o un Lebkuchen mientras nos preparamos
para vivir una navidad en tierras europeas, donde esperamos que el niño Dios nos
encuentre a pesar de no tener el ritmo de los 50 de Joselito como pista.
Episodio 22: 20 de diciembre de 2011 – Una nueva dosis de cucos amarillos
y uvas a media noche
Un nuevo año que se nos escapa, pasó volando y dejó atrás miles de experiencias
que hace tan solo 12 meses apenas eran un deseo, muy probablemente solo
uno de los 12 deseos que pedimos mientras nos comíamos las 12 uvas a media
noche.
El año nuevo llegará cargado de cosas inesperadas y seguramente buenas y
constructivas para los 29 becarios jóvenes ingenieros colombianos que llegamos a
Alemania a mediados de este año. A todos ustedes queridos lectores que nos han
acompañado en esta travesía, les mandamos nuestros mejores deseos para el
año que se avecina. Disfruten de la navidad, de los platillos colombianos que tanto
se añoran por estos lares, de un buen tiempo en familia y del conteo regresivo por
la llegada del nuevo año.
Desde la distancia, los 29 colombianos que llegamos juntos a Alemania para vivir
esta experiencia, enviamos un gran saludo a todos, un cálido abrazo de navidad
y los mejores deseos para el nuevo año!
A partir de la segunda semana de enero del 2012 estaré encantada de compartir
con ustedes lo que sigue de esta experiencia. Miles de gracias por permitirme
hacerlo hasta ahora y disfrutarlo conmigo. Nada más por decir en este año,
únicamente les deseo FROHE WEIHNACHTEN UND EIN FROHES NEUES
JAHR!
Episodio 23: 14 de enero de 2012 – Grazie 2011!
Creo que nunca imaginé una navidad lejos de casa: el olor de la navidad siempre
fue el olor de los buñuelos redondos o en forma de muñequitos que tan felizmente
armaba de niña con mi papá, su sabor era el de todas esas delicias colombianas
que en ninguna otra parte del mundo saben igual, su sonido era el de las
panderetas al ritmo de un “Tutaina-tuturuma” y el sentimiento siempre fue el del
abrazo cálido de mis papás, mi hermano y el resto de mi familia. Estando lejos de
casa, donde ninguno de los anteriores componentes estaba cerca, era raro pensar
que era navidad… pero debíamos hacernos a la idea.
Un atardecer en Roma... sin palabras.
El mismo día en que llegaría el niño Jesús, llegamos 6 colombianos a tierras
italianas. El cambio se sintió de inmediato cuando en vez de encontrarnos un
cartel de Ausgang a la salida del aeropuerto, nos encontramos uno que decía
Uscita, y cuando al mirar el paisaje nos encontramos con árboles que aún tenían
hojas, y más aún, eran verdes y frondosos (en contraste con los árboles calvos
que abundan en Alemania por estas épocas del año).
Una cena en nuestra pequeña familia. Cada uno dio lo mejor de sí para obtener al final
el maravilloso resultado.
Con nuestras familias a cientos de kilómetros de distancia sólo nos teníamos a
nosotros, esa pequeña familia de colombianos que conformamos con el tiempo al
pasar por toda esta experiencia. Este festejo tenía entonces dos motivos:
minimizar cuanto fuera posible la nostalgia por estar lejos de casa y, por supuesto,
celebrar que estábamos juntos, viviendo algo que alguna vez fue un sueño y que
hoy era el mejor regalo de navidad… ¡Era un festejo que merecía un banquete!
Nos dirigimos al supermercado con la misma confianza que nos había llevado
hasta Italia sin un vocabulario más allá de un Grazie o un Chao. ¿Qué tan
complejo puede ser hacer compras en Italiano cuando es taaan parecido al
español? Fácil fue… aunque la identidad de los productos a estas alturas del 2012
sigue siendo desconocida. Perniles de pollo que al parecer pudieran ser de pavo
(o bien de terodáctilo) y algo que creímos que era arroz (pero que terminó siendo
simplemente otra cosa) se conjugaron en un plato del cual todos nos sentimos
orgullosos al final, pues después de 5 meses teníamos ante nuestros ojos un plato
preparado con un sazón que parecía inalcanzable cuando comenzamos esta
experiencia dadas nuestras limitadas habilidades culinarias.
Juntos esperamos hasta la media noche, escuchando los clásicos de los 50 de
Joselito, hablando con nuestras familias y en fin, viviendo una navidad lejos de
casa. Muy a las doce nos unimos en un abrazo enérgico, brindamos con una copa
de vino y nos fuimos a dormir, pues Roma nos esperaba para ser descubierta.
La Basílica de San Pedro nos recibió con un sol como hace mucho no veíamos, mucho
arte y belleza por doquier.
¿Qué hacer en Roma un 25 de diciembre? Se
puede, por ejemplo, visitar la basílica de San
Pedro, recibir misa allí adentro y luego,
escuchar el saludo del Papa en muchos
idiomas. Después es posible caminar por las
calles de Roma y desencajarse la mandíbula
por el asombro cada 2 cuadras, pues bien
sean unas ruinas antiguas, un monumento
imponente, una iglesia impresionante o,
simplemente, un callejón que solo con su estilo
Mucha agua bajo nuestros pies y
una mezcla de colores y paisajes
nos despidieron de la
maravillosa Italia.
deslumbra, pueden estar esperando a la vuelta de la esquina. Realmente creo que
así tuviera todo el espacio del mundo para describir lo que vieron nuestros ojos y
vivieron nuestros corazones en reacción a esas maravillas, no podría transmitir lo
que fue estar frente a tanta belleza concentrada en una sola ciudad. Siempre vi
documentales en los que hablaban del coliseo romano, de la fuente de Trevi, del
Panteón y muchas otras maravillas romanas, pero jamás imaginé el “mapalé
emocional” que puede traer consigo el hecho
de tener de frente éstas y muchas otras
riquezas que dejó el paso de un imperio.
No podía faltar la foto en el
histórico Coliseo Romano!
Y no fue solo Roma quien nos recibió con arte,
arquitectura y, por supuesto, mucha cultura y
comida deliciosa. En ciudades como Florencia,
Pisa, Milán y Bologna encontramos más y más
tesoros para la vista, para el conocimiento e,
incluso, para pasiones como el fútbol. El paso
por estas cinco ciudades nos permitió ver en
vivo y en directo al David y el fresco de la
capilla Sixtina de Miguel Angel, los domos de
Milán y Florencia, las ruinas del Foro Romano,
la torre inclinada de Pisa, las torres de Bologna
y miles de cosas más, que no nos dejaron solo
miles de fotos, sino también un legado cultural
inimaginable: aprendimos tanto sobre arte e
historia que el ánimo del intelecto nos hacía
olvidar el cansancio de los pies.
Juan Daniel (estudiante de la Universidad Nacional residente en Münich) nos muestra
como se disfruta y se vive el arte y la historia
No solo disfrutaron los ojos y la mente. El paladar tuvo varios momentos de
sublime entretención.
Siete días de cultura, asombro y diversión se pasaron volando y de repente era 31
de diciembre en la ciudad de los canales. Después de una buena comida que ya
no compartimos seis sino once personas (algunos amigos de Stuttgart, Francia e
Italia se unieron a la celebración) nos adentramos en el laberinto que constituyen
las calles de Venecia. Caminamos hasta que nos encontramos en medio de la
multitud que se reunía en la famosa plaza San Marco a la espera del 2012.
Faltaban cinco para las doce, el año estaba por terminar, pero no podíamos correr
a nuestras casas y abrazar a nuestras mamás. Estábamos rodeados de miles de
personas de muchas partes del mundo en una de las ciudades más maravillosas
del mundo… pero no estábamos en casa. De repente inicia el conteo regresivo: 5,
4, 3, 2, 1… y cogí de víctima a Juan Daniel!
Lo abracé tan fuerte que aún no sé cómo
sobrevive: en ese abrazo (al igual que en
navidad) quería transportar mi alma de alguna
manera hasta el otro lado del Atlántico y ver
ahí la cara amorosa de mi familia. Se había
acabado el 2011, el año en que se definió este
viaje, el año en que muchos nos desprendimos
del seno del hogar para volvernos más
independientes y maduros, el año que en 5
Los fuegos artificiales a media
meses nos dejó tantas cosas buenas. Nos
noche en Venecia, celebrando
comimos las uvas (pidiendo los respectivos
lo que pasó en el 2011 y lo
deseos) y prendimos, como hace muchos años
que llegará con el nuevo año.
no lo hacíamos, unas famosas chispitas
mariposas que nos encontramos por el camino,
haciendo en esa pequeña isla en medio del mar de gente nuestra colombiana
celebración. El show de fuegos artificiales inició y la multitud se quedó muda. En
cada destello de luz la sorpresa de los que nos rodeaban eran la excusa para, en
silencio, agradecer a Dios por todo lo que esos 365 días trajeron consigo y para
pedir, que aunque lejos de casa, nuestras familias de una u otra manera nos
pudieran sentir cerca.
Días después de haber descubierto cada canal, de viajar por Vaporetto y disfrutar
del arte y belleza de Venecia, regresamos a tierras alemanas. Tras 10 días en
Italia fue un respiro el escuchar de nuevo una conversación en alemán, hablar sin
agitar la mano con los dedos agrupados (lo cual hasta ahora seguimos creyendo
es un elemento importante al momento de hablar italiano), ver los horarios de los
buses y decir un espontáneo Danke o Entschuldigung sin que la gente nos mirara
raro (pues sólo en contadas ocasiones atinamos diciendo las palabras en italiano
o, incluso, en español). Noté entonces que aunque no es Colombia, Alemania ya
tiene un aire a hogar… y sí que fue bueno regresar a casa.
El ánimo de viaje tuvo que desvanecerse tan pronto como la maleta fue
desempacada: quedan pocas semanas de clase y eso significa que se agota el
tiempo para prepararnos para las Klausur (los famosos exámenes finales que
tienen sobre si el peso completo de las materias que visitamos) y para conseguir
una práctica en una firma alemana. Entre los libros, los apuntes y los cálculos
vienen a nuestras mentes pensamientos sobre las hojas de vida, los Anschreiben
y demás. Así es como empieza este nuevo conteo regresivo hacia el fin de
semestre y nuestra próxima mudanza
Episodio 24: 18 de enero del 2012 – Los años no llegan solos
Esta historia comienza nadando en un espacio
limitado y con muchas ganas de ver el mundo
más allá de lo que permitía la piel del vientre
de esa persona que con toda dulzura me había
hospedado durante 9 meses. Motivos médicos
me habían retenido un par de días más allí
adentro, pero finalmente había llegado el
momento de abrirme a la aventura de
aprender, reír, llorar, equivocarme, volver a
levantarme… en fin, la aventura de vivir había
comenzado. La cuarta integrante de la familia
Molano Torres había llegado y la anhelada
parejita finalmente se completó. El paso del
tiempo parecería el que domina en los sueños
y es así como en un día hay una montaña de
pañales sucios en casa y al día siguiente ya se
escuchaban mis primeras palabras, se
admiraban mis primeros pasos, mis primeros
dibujos y se cantaba mi primer Happy Birthday.
Un día se puede lucir un traje de
ratona talla 2 y al día siguiente se
celebra un cumpleaños en
alemán.
"Me parece que fué ayer"!... diría
mi mamá.
Cada 20 de diciembre desde que tengo
memoria me despertaba un beso en la
frente y un desayuno en la cama que
sabía al mejor manjar (pues había sido
preparado con ese ingrediente de cuatro
letras que las madres tienen de sobra:
amor) y el día pasaba de la misma forma
como había comenzado, feliz y lleno de
muestras de cariño de familiares y
amigos. Pero esta vez, 9400 km me
separaban de los labios de mi mamá, de
mi desayuno de cumpleaños y de las
personas con las cuales había construido
lazos de afecto a lo largo de mis 21 años.
Descubrí, sin embargo, que por más
solitaria que parezca la situación llegan
regalos de cumpleaños de la manera más
inesperada.
Mis amigos colombianos me
prepararon una torta de arequipe y otra
de café colombiano, trayendo un
pedazo de Colombia para celebrar.
La celebración comenzó días antes de
que cumpliera un año más de vida.
Personas que conocía de hace poco se
reunieron para brindar conmigo y
desearme en una sola voz “Zum
Geburtstag viel Glück”. ¿Quién lo diría? Estando tan lejos de casa el afecto no dio
espera. Amigos de países como Rusia, España, Italia, Suiza, Estados Unidos,
Brasil, Ucrania y, por supuesto, Alemania y Colombia hicieron de la celebración un
momento memorable, pues no solo llegaron con detalles materiales, sino con su
compañía y alegría para decirme que a miles de kilómetros de mi hogar no estaría
sola y que estaban allí para celebrar conmigo y por mí.
¿Cómo no estar contenta? Si te das cuenta de que a pesar de la distancia surgen
amigos de todas partes del mundo para desearte lo mejor!
Cuando por fin llegó el 20 de Diciembre no pude hacer pereza pues la emoción no
me dejó. Si bien no tenía un delicioso desayuno frente a mí, tenía un par de
regalos que había recibido con la instrucción precisa de no ser abiertos hasta que
el día de mi cumpleaños llegara. Eran eso de las 6 de la mañana (justo media
noche en Colombia) y yo estaba destapando un sobre que, después de dejar las
manos de mi hermano, había cruzado el Atlántico y contenía mensajes que
alegraron el corazón más que cualquier cosa. Estando tan lejos no hay nada más
reanimante que recibir un sobre cargado de sentimiento… no me pregunten cuál
es la diferencia con recibir un correo electrónico lleno de palabras bonitas pues la
verdad no sé cómo explicarlo, pero encontrar en el correo una postal que tuvo que
esperar y viajar una buena distancia para dar su mensaje tiene un toque mágico y
especial, y más aún cuando se trata de fechas como la que estaba celebrando.
Con el ánimo mucho más arriba salí hacia la universidad y sólo con poner un pie
fuera de mi casa noté que del cielo caía un preciado regalo: nieve! Tras esperar y
esperar este tipo de precipitación (que sí que se ha extrañado en este atípico
invierno) estaba allí, cayendo despacio al ritmo de las corrientes de viento para,
finalmente, caer y vestir el paisaje de blanco.
El día que finalmente nevó. De regalo jugué con bolas de nieve y me comí un helado
sabor "natural".
A lo largo del día muchas sorpresas llegaron: un mini-ponqué de cumpleaños en
medio de mi clase de alemán, regalos de personas que, a pesar de conocer hace
poco tiempo, se han convertido en una
compañía inigualable y muchas muestras de
afecto que desde la lejanía me dieron a
entender que cuando una amistad es sincera y
valiosa no importa la distancia, pues nunca
estarás del todo solo.
La colombianada del evento, a
falta de cuchillo, partimos la torta
con una cédula colombiana!
Mi 21º cumpleaños, el primero lejos de casa,
me mostró lo valioso de la vida, pues más allá
de un montón de días juntos, es esa cajita de
momentos y personas que sin que te des
cuenta dejan una huella imborrable y hacen
todo un poco más fácil. Hoy solo puedo dar
gracias al cielo y a todas las personas que me rodearon con su cariño y dulce
compañía y que, como lo dijo mi buena amiga y joven ingeniera de la Escuela de
Ingeniería, Andrea Monroy, me permitieron “tener un poquito de alegría a pesar de
estar lejos de casa”.
Los años siguen llegando y esta vez, más que nunca, noté que no llegan solos.
Este nuevo año de vida también llegó con nuevos retos y expectativas y es así
como junto con mis amigos becarios nos hemos encaminado hacia el mundo
laboral… ¡No olviden leer en el próximo episodio cómo ha sido la experiencia de
tener una entrevista de trabajo en Alemania!
Desde la distancia confirmé lo valioso de los amigos que adoro y extraño desde la
distancia.
Episodio 25: 24 de enero del 2012 – Vorstellungsgespräch: el equivalente
alemán para “el coco”
Muchos años de preparación nos condujeron a este punto de nuestras vidas. Lo
que veíamos en los libros, escuchábamos de nuestros maestros e imprimíamos
sobre el papel, ahora se tiene que ver reflejado en la realidad. Empezamos a dar
nuestros primeros pasos hacia el mundo laboral. Meses atrás inició la ardua labor
de escribir el Anschreiben (carta de motivación), nuestra hoja de vida, traducir
nuestras calificaciones y, en fin, ese trabajo que implica reflejar en unas cuantas
páginas de qué estás hecho y por qué eres el apropiado para asumir una labor
específica en cierta empresa.
El caos comienza cuando se buscan los puestos de practicante disponibles. Es
posible buscar directamente en las páginas web de las firmas o en bolsas de
empleo disponibles en internet, como Stepstone, Jobbörse der Bundesagentur für
Arbeit o bien, las bolsas de empleo disponibles en cada universidad. Aparece una
práctica que resulta de interés, luego otra y otra… ¡de repente se tiene una lista
rica en opciones! y confirmamos que Alemania, la tierra de las ideas, trae con
cada una de ellas miles de oportunidades.
Finalmente, tras múltiples revisiones, se envían las Bewerbungen y no queda más
que esperar. Esta es realmente la prueba más grande de paciencia. En medio de
la eternidad que
parecen los días,
las semanas o los
meses que se
pueden llegar a
esperan por una
respuesta, pasan
miles de
preguntas por la
mente: ¿Será que
logré reflejar mis
aptitudes como
ingeniero? ¿Será
que la redacción
fue la apropiada?
¿Será que logro
llenar las
expectativas? O
incluso, ¿Será
que sonreí mucho
o muy poco en la
foto? ¿Será
que…? ¿Será
Estos son los rostros que conquistaron a las firmas alemanas.
que…? Miles de
Aquí algunas de las famosas Bewerbungsphoto de los becarios.
divagaciones
cruzan el
pensamiento y es que, a fin de cuentas, es nuestra primera solicitud de empleo y,
más aún, en Alemania, por lo que miles de dudas e inseguridades llegan al
imaginario y justo cuando se está al borde de la locura… ¡hay una entrevista a la
vista!
Estos Vorstellungsgespräche vienen de todas las formas y sabores, y es por ello
que más vale haber enviado las solicitudes con la mayor conciencia posible. La
invitación a estas entrevistas por lo general llegan al correo electrónico, hay
detalles de la fecha y el medio por el cuál se establecerá el diálogo. A veces te
quieren conocer de manera personal, otras veces, sólo con tu linda foto en la hoja
de vida les bastó y lo que quieren es solamente escuchar tu voz al otro lado del
teléfono (convirtiéndose el momento, de forma adicional, en una prueba de
Hörverstehen que más vale la pena superar!).
Subrayo líneas más arriba el por lo general porque a muchos nos tomó por
sorpresa una llamada telefónica. Por ejemplo, nuestro querido James Garzón
Real, becario de la Escuela Colombiana de Ingeniería y actualmente todo un
experto en este tipo de entrevistas, admiraba los paisajes de Magdeburg por las
ventanas del S-Bahn cuando la llamada de un número desconocido entró a su
celular. Überraschung! Al otro lado de la línea le comunicaban que lo llamaba
Siemens para realizar, justo en ese momento, una entrevista que duraría
alrededor de 30 min. El mismo tipo de sorpresa le llegó estando en la biblioteca
(cuando recibió una llamada de GORE) y a la mitad de su almuerzo (cuando de
Bosch le preguntaron hasta qué hacía en sus ratos libres).
Cuando la entrevista es personal un nuevo grupo de dudas e inseguridades llegan
al ataque, pues ahora la presentación personal entra al juego. ¿Qué vestir? Lo
observado en Colombia es el modelo y es así como lo hicimos: las niñas nos
ponemos tacones y los niños desempolvan la corbata. Vestidos y alborotados
dejamos nuestros hogares rogando regresar con buenas noticias y nos dirigimos
hacia nuestra entrevista. El camino se traduce en cuestionarse a sí mismo esas
típicas preguntas que uno cree que son posibles, como ¿Por qué debemos
elegirlo? O ¿Cuáles son sus fortalezas y debilidades? Es una manía a la que en
algún punto se le debe poner freno, pues más vale mantener la calma para el
anhelado momento. Se procura llegar con tiempo (siendo la puntualidad una
característica que puede sumar puntos en la decisión), aunque no faltan los
eventos que debidos al infortunio (o más bien, a la aún persistente falta de
atención) te indican que debes tomar el bus en la dirección contraria y, con ello,
llegas un par de minutos (o un par de horas) tarde a la entrevista, y entonces te
preguntas a ti misma mientras te das golpes de pecho: “Será que loro viejo
aprende a hablar?”.
De repente estos logos tomaron un nuevo significado. Estos son algunos de los
primeros empleadores de los jóvenes ingenieros.
Dejando todas las complicaciones atrás te tranquilizas a ti mismo, te diriges hacia
la puerta, entras con paso firme y te reportas. Tomas asiento y esperas. El pulso
está un poco por encima de lo normal y los sentidos más atentos que nunca.
Finalmente sale tu Ansprechpartner, te da la mano cálidamente y te invita seguir.
Sentados frente a frente el reto comienza! ¡Llegó el momento de hablar alemán
como Dios manda!
En este punto las entrevistas, personales o telefónicas, con previo aviso o por
sorpresa, toman formas nuevas. Se responden preguntas como ¿Cuáles fueron
sus razones para venir a estudiar a Alemania?, ¿Qué le ha gustado hasta ahora
de este país? ¿Dónde aprendió tan buen alemán? (un alago en medio de tanta
tensión!). Sin embargo, también es posible que el evento no solo se trate de
conocer de manera general los aspectos personales, académicos y profesionales
del aspirante, sino de probar de manera certera las capacidades y conocimientos
del mismo, y es así como también surgen preguntas del tipo ¿Cuál es el
fundamento químico para usar solventes orgánicos en las baterías de litio? O
¿Cuál es el tamaño de partícula recomendado para un catalizador que será
empleado en un reactor de dimensiones x y y? No importa lo que pase o lo que
pregunten, solamente estás ahí y das lo mejor de ti, la conversación fluye y la
gentileza de quien te entrevista (que fue la constante en todos los casos) hace
todo un poco más llevadero. Abandonas el lugar con una respuesta en tus manos
o te vas a la espera de una, que no tardará más de un par de días en llegar.
Sin embargo, no me cabe duda que la entrevista que más quedará guardada en
mi memoria fue justamente la más corta. Días atrás recibí un correo de nada más
y nada menos que Bayer, informándome que querían comunicarse conmigo
telefónicamente, acordando para dicho fin fecha y hora. Sentada frente a mi
escritorio en la calma de mi habitación sentía en mi cabeza el pasar de los
segundos mientras miraba ansiosa el celular. 14:00 en mi reloj y entra una
llamada. Respiro profundo y contesto. Mi interlocutor se presenta, me saluda y me
informa que sólo tiene un par de dudas acerca de mi hoja de vida, que no hay
nada que temer… Sin embargo ahí está de nuevo el pulso elevado y la adrenalina
en niveles exorbitantes. Me pregunta por un par de cosas que había escrito en mi
Anschreibeny de repente el idioma fluye como nunca antes: noté que no solo era
la velocidad con la que hablaba, las respuestas eran claras y bien estructuradas
(al parecer el alemán sufre mejoras importantes bajo presión). Después de 10
minutos escucho del otro lado del teléfono las siguientes palabras: “Ihre
Bewerbung hat mir sehr gut gefallen und unser Gespräch gibt mir ein gutes
Gefühl“ (Su aplicación me gustó bastante y nuestra conversación me da una
buena impresión). Música para mis oídos… La información que llegaría después
hacía alusión al proyecto específico en el que trabajaría y los pasos a seguir para
formalizar que su humilde servidora había conseguido su práctica soñada!
Maria Loaiza, muy elegante horas antes de su
entrevista de trabajo en Siemenssignificado. Estos
son algunos de los primeros empleadores de los
jóvenes ingenieros.
Realmente todo el proceso se
puede resumir en 6 letras: O-DI-S-E-A. Sin embargo vale la
pena saber que la historia tiene
siempre uno o varios finales
felices, pues a veces ante
varias respuestas afirmativas el
problema es decidir cuál de los
puestos tomaremos. El secreto
es no caer en la desesperación
en ningún momento y la
conclusión es que cada uno de
estos eventos “entrevísticos” no
son más que una oportunidad
más para aprender (pues
motiva a leer e informase sobre
temas que antes quizás ni se
habían oído nombrar), para
usar un alemán más refinado
(que sin que uno lo sepa está
ahí, aguardando el momento
para fluir) y para disfrutar
nuevamente de la sencillez y
cordialidad de los alemanes. El
temido “coco” quedó atrás y
hoy miramos hacia el frente,
triunfantes y llenos de
expectativas por un nuevo
periodo que está por comenzar.
Episodio 26: 2 de febrero del 2012 – Blanco: el color de la paz, la pureza y la
diversión!
El vientre de mi mamá fue la mejor cámara de bronceado que uno se puede
imaginar, y es así como nací con un color canela que me duraría 21 años, los 21
años en los que el sol con sus rayos evitó que ese color se perdiera. Algunas
veces el color fue aumentando la intensidad un par de tonos y otras veces el sol
bogotano de medio día me dejó al menos el famoso “bronceado de ciclovía” (una
línea coloreada de mejilla a mejilla).
Sin embargo, Alemania nos ha dejado una nueva enseñanza de mano de la
experiencia; el sol no siempre es sinónimo de calor. En una mañana de otoño o de
invierno se puede ver el sol brillando en la ventana y se cruza por la mente la
maravillosa idea de salir de casa en camiseta manga corta, pero sólo a un par de
metros de la puerta, uno se da cuenta que haberse puesto una chaqueta sería
buena idea. Los rayos del sol parecen picos helados intentando penetrar la piel,
como le pasó a nuestro joven ingeniero Mauricio en un par de ocasiones.
El frío alemán ha logrado lo impensable: esa línea delgada que denotaba el límite
entre la parte superior y las palmas de mis manos, debido a la diferencia de
tonalidades, ha desaparecido poco a poco. Incluso pensé que con este proceso de
blanqueado me podría mezclar entre los alemanes sin ser notada. Pero no!… ellos
también van en reversa en la escala del color de la piel y mantenemos de esa
forma la distancia cromática. Es decir, entre ellos me sigo viendo tan tropical como
siempre, aunque mi piel sea testigo de que el clima no tiene nada de tropical.
¡Y eso que el invierno no ha estado tan frío este año! El calentamiento global hizo
que esa equivalencia “invierno alemán = metros de nieve”, no se cumpliera tan
exactamente y más bien los días pasaran como una tortuosa espera para quienes
no conocíamos esa sustancia blanca que tan divertida se veía en las películas. En
serio parecía que la temperatura y la nieve estuvieran jugando al gato y al ratón,
pues cuando el termómetro marcaba temperaturas bajo cero, apenas si se veía
una nube en el cielo y con ello las posibilidades de nieve era nulas. Mientras que
cuando caían copos de nieve, incluso del tamaño de una pelota de golf, el
ambiente estaba tan cálido (2°C) que apenas las preciosas bolitas blancas
tocaban el pavimento se derretían al mismo tiempo que lo hacían nuestras
intenciones de jugar con ellas.
Sin embargo, con el tiempo el equipo Temperatura y
Nieve se apiadó de estos pobres muchachos y nos regaló
un lindo despertar, en el cual tras abrir nuestras cortinas
encontramos los techos, las calles y los carros vestidos
No se dejen engañar!
de blanco. Fue entonces el momento de darse unas
Aquí una muestra de
horas de descanso tras no haber visto más que letras y
que el sol no es
números por estar estudiando para los exámenes… Uno
sinónimo de calor.
sale a caminar bajo la nieve y descubre que es una lluvia
fantástica que cae lentamente y se desplaza al ritmo del viento. Comprobamos
entonces que los minúsculos copos que quedan enredados en el cabello o se
posan sobre la chaqueta son tan perfectos como se veían en las fotos, y aunque la
piel dice “No por favor!”, los deseos que tanto tiempo habían tardado en cumplirse
te obligan a avanzar, y a pesar de soportar un frío nunca antes imaginable, uno se
para allí, en la intemperie, mientras los alemanes te miran raro, pues no es normal
ver a alguien riéndose solo, y menos con ese clima invernal.
Una vista tipo postal de nuestro esperado invierno... finalmente llegó!
Apenas nevó lo suficientemente en serio como para poder jugar, hicimos todo lo
que se supone se debe hacer. Por lo menos, lo que se supone debe hacer alguien
que tiene 8 años o que disfruta de la nieve por primera vez.
En una semana chuleamos todo lo que había en la lista. Nos batimos a duelo en
una guerra de bolas de nieve, que si bien es divertida puede llegar a ser peligrosa
si tu contrincante comprime mucho la nieve haciendo un misil indestructible. Si es
un buen estratega de guerra, el misil de nieve después de golpear fuertemente el
objetivo cae al suelo y permanece casi intacto. Igual de peligroso puede ser que el
contrincante se te acerque corriendo felizmente y a menos de dos metros te
dispare directamente en los ojos. Por unos minutos puedes quedar ciego. Así me
atacó Andrea! Pero al menos, después del golpe no necesitaba ponerme hielo en
el ojo, pues venía incluido en el arma que me había cegado.
Los niños alemanes dominan con gran naturalidad el arte de esquiar y nosotros el
arte de "hacer el oso", pero también dominamos el arte de disfrutar cada
momento...
así sea riéndonos de nosotros mismos.
Por supuesto, también nos pusimos en la labor de construir un muñeco de
nieve, lo cual requiere técnica para evitar que el muñeco se desarme antes de
estar finalizado. Se acumula nieve sin descanso y al final se viste el helado
monumento para darle un poco de personalidad… todo se vale: sombreros,
bolsos, guantes, para que el muñeco de nieve también soporte el frío. Incluso
puede ser vestido con hojas, muy al estilo de Adán y Eva.
Y como por el frío
el apetito
incrementa, no
sólo se debe
comer, sino
también hacer
deporte… o al
menos intentarlo,
A nuestros amigos de München les alcanzó la nieve para hacer
un hombre de nieve. Acá en Erlangen sólo alcanzó para un
enano de nieve... eso si, con mucha personalidad!!
si se trata de
esquiar o, como lo
fue en nuestro
caso, hacer Snowboarding. En un principio no sabíamos ni cómo ponernos el
equipo y realmente duramos alrededor de 15 minutos para ajustar la tabla a
nuestros pies y darnos cuenta, al final del arduo proceso, que no teníamos ni la
más remota idea de cómo nos íbamos a poner en pie. Intento tras intento fallido
nos caíamos sobre la nieve de cola o de cara, y cuando por fin lo lográbamos, no
conseguíamos avanzar más de un par de metros sin aterrizar de forma violenta
sobre el frío y blanco piso. Tras cinco horas entre la nieve, el frío ni se siente, y
hay momentos en los que uno se “recuesta” a ver el paisaje… como si fuera la
playa. Al final del día, la conclusión es que esquiar es tal vez la única actividad
invernal que no pudimos hacer como niños, pues vimos con frecuencia a infantes
de 5 años deslizarse con la mayor gracia y facilidad sobre la nieve, mientras
nosotros “hacíamos el oso” y nos reíamos de nosotros mismos.
Jose se olvidó del frío y se recostó en la nieve a disfrutar del paisaje,
como si estuviera en una playa tropical.
Aunque
hubo
mejorías
notables en
nuestra
“técnica”,
nuestros
avances
nunca
superaron
los 20
metros antes
de caer, pero
no
importaba:
nuestras
nalguitas
pagaron el
precio de la
diversión, y
el resto del
cuerpo
también, pues todos los músculos duelen durante un par de días.
Pasó una semana en la que vestimos de blanco, no por una boda ni mucho
menos, sino porque tras nuestras muy entretenidas actividades de invierno, nos
quedó nieve hasta en la ropa interior (y lo digo en serio). Sin embargo, ya llegó
febrero y con ello los exámenes finales!!!! Es hora de volver a los números y las
letras para prepararnos y así aguantar el final, que sin duda alguna será
dramático, pero esperamos que también muy feliz.
Episodio 27: 8 de febrero del 2012 – Freizeit oder Lernen? Ese es el dilema
de un estudiante en Alemania
Han estado en esas clases densas y confusas en las que dada la complejidad del
tema sienten que están allí sentados sólo para llenarse de angustia y darse cuenta
que necesitan estudiar mucho más? A lo largo de mi carrera he tenido varias de
esas tormentosas horas de “Señor profesor, no sé de qué me habla!” Pero creo
que siempre las superé con un poco de juicio en casa y consultas ocasionales a
mis maestros. Ahora enfrentamos ese reto elevado a la “alema-nísima” potencia,
pues ya no es una clase en la que el profesor habla sin ser comprendido, son
absolutamente todas las clases que uno visita en la semana.
El semestre comenzó con toda la energía del mundo, asistíamos a las clases y si
entendíamos poco lo considerábamos como una parte obvia de la experiencia que
con el tiempo se superaría para tener un final feliz. Pasan las semanas y uno se
adapta un poco más al sistema: lleva los Scripts impresos, aprende a tomar
apuntes en una mezcla de tres idiomas (alemán, español e inglés), se sienta en
una posición estratégica, etc. Sin embargo, hay cosas que son difíciles de asimilar
y creo que a más de uno se le pasó por la mente que al profesor se le había
olvidado decir la primera clase cómo sería la división porcentual de la nota final. El
profesor nunca dijo cuántos parciales y trabajos tendríamos que hacer. Pero… un
momento! Parece que sólo a los colombianos nos pareció raro ese descuido del
profesor. Todos los alemanes sabían lo que nosotros olvidamos: la aclaración de
los porcentajes aquí no es necesaria, pues todo se reduce a una sola línea:
“Klausur: 100%”.
Este diagrama fue la motivación que encontró Daniel, mi amigo de Brasil, en la primera
diapositiva de uno de sus cursos. Es en serio, aquí es el todo por el todo!
Esa equivalencia fue una angustia más que se sumó a la falta de comprensión de
las primeras semanas, pero tras mirarla desde otra perspectiva no resulta tan
desagradable la idea de jugarse el todo por el todo de un solo golpe, pues debo
confesar que después de estudiar siete semestres en una universidad colombiana
en medio de los miles de trabajos, parciales, informes, ejercicios y pocas horas de
sueño, yo encontraba un poco graciosa la pregunta “¿Qué haces en tus tiempos
libres?”, pues mis tiempos libres eran básicamente mis vacaciones, que
claramente invertía en dormir lo que no había dormido durante el semestre
anterior y en recargar las baterías para el ajetreo del semestre venidero. Pero para
los alemanes la historia es otra, ellos tienen tiempo para todo. Por ejemplo, mi
vecino Michael, estudiante de Odontología, no sólo va a la universidad durante el
semestre, sino que de vez en cuando me deleita con conciertos de guitarra o
violín, entrena voleibol, hace trabajos con madera, tiene novia y vida social.
No hay un solo alemán al que no se le salten los ojos cuando les contaba que en
Colombia a veces dormía cuatro horas al día o que a menudo hay que “pasar de
largo” para cumplir con todas las obligaciones. Para la mayoría de los alemanes
es impensable no dormir por lo menos 8 horas al día, lo recomendado para
mantener buena salud mental y física.
¿No se les hace un cuadro familiar? Esto es casi impensable para un
estudiante en Alemania.
Y no quiero
decir que los
alemanes no
estudian
durante el
semestre
(aunque
obviamente
también
existen esos
casos), es
sólo que
gozan de una
capacidad
increíble para
distribuir el
tiempo, cosa
que
lastimosame
nte, después
de semestres
de trabajar
bajo presión,
es el
verdadero
reto, pues
ahora estudiar
durante el
semestre es algo de libre albedrío.
Yo me propuse desde un principio hacer buen uso de esa libertad, me propuse
firmemente no descuidarme para no sorprenderme con los finales. Desde las
primeras semanas visitaba la biblioteca y buscaba la bibliografía recomendada,
pero cuando abría los libros, me daba cuenta que entendía tan poco, o a veces
menos de lo que había entendido en clase. De pronto, los apuntes ya no son sólo
un bloque de ideas importantes o interesantes, sino también una larga lista de
“palabras que no conozco”, siendo el ejercicio de estudiar no sólo intentar
comprender la teoría, sino aprender mucho, MUCHO vocabulario!
Sin embargo, debo admitir que a pesar de ese propósito tan tierno y bello que me
impuse al comenzar el semestre, hoy, faltando pocos días para esos decisivos
exámenes, siento que me falta mucho por estudiar. Ese es el resultado de varias
cosas. Por una parte, hubo semanas en las que el tiempo para estudiar fue
prácticamente nulo, pues teníamos que hacernos cargo de la búsqueda de
práctica o, sinceramente, faltaban ganas. Pero por otra parte, hay unas materias
en particular que han puesto un punto alto para nuestra comprensión. En mi caso,
es la materia que justamente más he estudiado pero aún así me tiene montada en
una montaña rusa emocional: cuando llego a la sesión de ejercicios, después de
haber leído y estudiado en casa, logro resolver los problemas con facilidad e,
incluso, en un par de ocasiones hasta le he explicado a mis compañeros
alemanes. Pero cuando voy a la Vorlesung (donde se explica la teoría), y a pesar
de que sentía que iba por buen camino, pues ya mi comprensión había mejorado,
vuelve esa sensación de “el profesor habla en japonés”. Pero no, no es japonés,
es alemán y de todas maneras es como si fuera mandarín! Cada vez surgen
nuevos términos que no comprendo, con lo cual no entiendo la idea, y la angustia
de no entender la idea anterior me impide entender la siguiente y así… al final
siento que en mi mente sólo hay dos ideas: un simio tocando platillos y que debo
fingir para que en mi cara no se vea mi poca comprensión.
Tic-tac, tic-tac… la lucha contra el
tiempo comienza! ¿Venceremos la
doble barrera de la comprensión
idioma-teoría?, ¿Seremos
vencidos?, ¿Lograremos expresar
sobre el papel nuestras ideas en
alemán (con pequeñas ayudas del
inglés) y demostrar que sí sabemos?
Respuestas a estas y muchas otras
preguntas en el próximo episodio….
La historia continúa…
La biblioteca de la Technische Fakultät. Ahí
hemos pasado horas tratando de descifrar
libros en alemán.
Episodio 28: 16 de febrero del 2012 – Final, final… no va más!
Un día de otoño estábamos en la semana de inducción, pensando en qué
materias queríamos ver y conociendo nuestro nuevo hogar. De repente, las
semanas y los
meses pasaron
volando. El
traicionero paso
del reloj nos trajo
silenciosamente
hasta este
momento, en el
que ya
sobrevivimos al
invierno (por lo
menos hoy
volvimos a
disfrutar
temperaturas por
encima de cero)
y nos
enfrentamos a
los exámenes, o
mejor dicho, a
“EL Examen” de
cada materia: el
único y definitivo.
Soñamos con
ese 1.0 que en
Colombia era
Un "Bestanden"... eso es con lo que un estudiante en Alemania
tan temido, pero
sueña. A todos los becarios colombianos les deseo que lo reciban
que aquí sabe a
después de jugarse el "todo por el todo".
gloria (pues la
escala de calificaciones en Alemania es inversa) y esperamos que lo que llevamos
en la cabeza logre hacer ese sueño realidad.
Al inscribir los exámenes uno busca ser consciente de lo que viene por delante… y
sí, se inscriben los exámenes y no las asignaturas, como es lo usual en nuestra
querida Colombia. Ese modelo permite que uno visite cuanta materia desee para
al final, según lo que se hizo durante el semestre, las obligaciones y el tiempo de
estudio, decidir cuáles se quieren validar. Cuando al iniciar el semestre y tras
muchas modificaciones imprimí mi horario de clases, un amigo alemán que me
acompañaba me miró con cara de “qué ingenua eres” y me dijo que eso era
mucho, que debía pensar que no es solo el tiempo de clase, sino también la
preparación de El Final… Y yo pensaba para mis adentros: “¿en serio? Yo creí
que eran muy pocas!”. En realidad eran pocas para lo normal, y lo había hecho así
pues sabía que el ejercicio de aprender ingeniería en alemán no sería sencillo. Al
momento de inscribir los exámenes lo pensé no dos, sino tres o tal vez más veces
y con la mano en el corazón haría click 1, 2, 3, 4 y 5 veces… Cinco exámenes,
cinco todo por el todo ¿Me estaba echando yo misma la soga al cuello?
Algunos de los cursos que visitamos en el semestre eran de alemán. Nos hemos
enfrentado una y otra vez a exámenes como esos en el último año, así que no
parecería cosa del otro mundo. Sin embargo, en estos cursos el único alemán es
el profesor y el Hörverstehen implica no solo entender alemán, sino un alemán
maltratado y con un acento dado por el portugués, el italiano, el japonés, el
mandarín, etc. Al final del semestre, y teniendo en cuenta que uno practica y
aprende nuevas cosas a diario, la prueba final no parece tan difícil: es sólo
cuestión de recordar un par de reglas gramaticales y aprender un par de palabras
(o 295 como fue el caso de nuestro curso de Wortschatz).
Para algunas materias el trabajo empieza un poco antes sí, por ejemplo, se tienen
laboratorios o proyectos por entregar. Nuestro becario de la Universidad de
Antioquia, Johnnatan, tenía un mes para desarrollar en Matlab, un programa de
procesamiento de imágenes médicas. Un proyecto que, por supuesto, no van a
dejar a cargo de un solo mortal. He ahí ese momento en el que uno mira a lado y
lado, buscando en medio de un auditorio lleno al que será nuestro futuro
compañero de trabajo. Decenas de caras desconocidas y de pronto un rostro
familiar… una joven alemana que Johnny había conocido en una fiesta semanas
atrás. ¿Ahora ven la importancia del Freizeit para un estudiante en Alemania? A
ello seguirían semanas de trabajo intenso buscando comprender la teoría y traerla
a la práctica, acompañando con tazas de café las agobiantes jornadas frente a un
computador. Enfrentarse a una máquina que, debido a los complejos códigos,
pedía al equipo colombo-alemán: "Bitte haben Sie ein bisschen Geduld." (Por
favor, tenga usted paciencia). Un mes de trabajo que al final se debía resumir en
una presentación de tres minutos. ¡Éxito rotundo! y luego… esperar por una
calificación que aún es un misterio.
Mi
experiencia
personal fue
la de
enfrentarme
a una
práctica de
laboratorio.
Realmente lo
quería así
desde el
principio,
pues
sencillamente
me encanta
el trabajo
práctico.
Además, no
me iba a
perder la
oportunidad
de trabajar en
un laboratorio
alemán. Mi
equipo de
trabajo fue
aún más
intercultural:
estudiantes
de Turquía, Irán y Colombia estábamos allí para decir “Here we are!”… y así, tal
cual, lo diríamos: en inglés, pues del grupo yo era la única que sabía alemán. Por
supuesto, llegar a las prácticas era algo gracioso: después de estar inmersa en un
ambiente de puro alemán, el hecho de ser recibida con un “Hi, how are you?” me
causaba un corto circuito mental y muchas veces respondía en alemán o en
Deutglish. Pero la dificultad en la comunicación no fue sólo por el idioma, sino por
las diferencias en cómo hacíamos las cosas y distribuíamos el tiempo ¡En algunos
momento creí que enloquecería! Pero al final un poco de paciencia y tolerancia
dieron como resultado unos informes de laboratorio de los cuales me siento
orgullosa y por los cuales hasta nos felicitaron!
Nuestro becario Juan David prueba su proyecto final de la clase
"Humanoides". Sin duda alguna, el "todo por el todo" también se
puede disfrutar.
Los exámenes son otra historia. Sentados frente a un cuadernillo de no un par de
hojas, sino tal vez 10 o más, rogamos al cielo para que el tiempo, ese mismo que
antes voló, ahora pasara lento, muy, muy lento. Son 90 minutos, ni uno más ni uno
menos para responder el examen, lo cual en un principio no suena tan mal. Pero
al mirar alrededor y ver que el 90% de los compañeros son alemanes, uno
recuerda que el examen está hecho para ellos, es decir, para que ellos lo
resuelvan en 90 minutos. En el mismo tiempo, nosotros, los pequeños
colombianos con español como lengua materna, debemos entender el enunciado
y responder en alemán… Poner el verbo en la segunda posición o al final parece
cualquier bobada si tienes que explicar modelos de ingeniería o aclarar la
diferencia entre dos términos. El tiempo pasa, como ahora es costumbre, veloz. La
orden: ¡Suelten los esferos y no va más! Lo que se logró se logró, y no queda más
que esperar un par de semanas (que estoy segura se pasarán bien lentas) para
saber si tenemos un bestanden o un temido durchgefallen.
¿Y qué pasa si la prueba es oral? Ya no son
90 minutos, son solo 30... media hora en la
que uno puede ser bombardeado con
preguntas del por qué y para qué de las
cosas. Así fue mi primera Klausur: con tres
eminencias en el tema frente a mi, cualquier
falla que yo cometiera sería notada. Intenté
explicar con la mayor fluidez posible cada
término y cada modelo. Una vez terminado
un tema iniciaba el otro y el otro. No hay
tiempo para relajarse. ¿Cometí fallas? Sí.
Me piden que salga un par de minutos y
espere mientras toman una decisión. La
puerta cerrada y yo afuera, desgastando las
suelas de mis zapatos en un recorrido que
no me lleva a ningún lado: voy de un lado a
otro guiada por la impaciencia. Me abren la
puerta y me informan que cometí errores,
pero que lo que dije a media lengua (o al
menos así lo sentí yo) alcanzó para
demostrar lo que sabía y lo cual ellos
calificarían con un maravilloso 1.3
(equivalente en Colombia a 4.8)
Aún quedan exámenes por presentar, unos
pronto y otros no tanto. Pero sea cual sea el
El resultado de mi laboratorio de resultado, fue un semestre en el que sin duda
"Ioelectric focusing". Escribir los
alguna se aprendió! Se aprendió a organizar
informes sí que fué un reto!
el tiempo, a tolerar las diferencias, a
acomodarnos a la novedad y jugarnos en 90, 30 o 3 minutos, el todo por el todo.
Ahora se avecina el momento de darle una pausa a la vida de estudiante y entrar
al mundo laboral. Y con este cambio, muchos no sólo cambiaremos de rutina, sino
también de ciudad… y ¿Cómo es buscar casa en Alemania, en un lugar donde no
se conoce a nadie? No se pierdan el próximo episodio.
Episodio 29: 23 de febrero del 2012 – La odisea de buscar vivienda en
Alemania
De nuevo se acerca el momento de empacar. Cada vez el espacio de las maletas
que trajimos de Colombia se hace más insuficiente para llevar nuestras cosas y
cada día se acerca más el final de esta historia. Sin embargo, empieza nuestra
última etapa: ¡A trabajar se dijo!
Algunos becarios colombianos iniciarán su práctica en las mismas ciudades donde
hicieron su semestre de universidad y otros nos desplazaremos pocos o muchos
kilómetros. En cualquier caso, es necesario buscar un nuevo techo y darle un
toque hogareño para sentirlo como nuestro durante los cinco meses que nos
quedan en Alemania.
Conseguir una habitación es verdaderamente una odisea! Para quien crea que es
tarea fácil, les cuento un par de detallitos que testifican todo lo contrario. En
Alemania existen listas de las ciudades más bellas, las que tienen más estudiantes
y, para nuestro interés y deleite, la lista de Las ciudades de Alemania en las
cuales la renta es más costosa: München, Stuttgart, Hamburg, Karlsruhe y Köln
están entre las primeras, de modo que las opciones económicas en dichas
ciudades no tardan más de un par de días libres.
Para encontrar una vivienda existen un par de herramientas que pueden ser muy
útiles. La más utilizada es el mercado de vivienda (Wohnungsmarkt) en Internet,
donde se encuentran páginas como:
www.WG-gesucht.de
www.studenten-wg.de
www.immobilienscout24.de
Así se ven las largas listas de opciones. Más de 2000 resultados
no parece mal.
Los criterios de
búsqueda van
de muy
generales a muy
específicos, y es
así como uno
puede elegir
sólo por precio o
tamaño de la
habitación, o por
detalles como
las
características
de las personas
con las que uno
quiere vivir. Por
ejemplo, que los
compañeros de casa fumen o no, tengan mascota o pertenezcan a cierto rango de
edad. Tras dar click en “filtrar”, aparecen muchas opciones (al menos en la
mayoría de los casos) y así uno se puede pasar horas y horas entre mirar los
anuncios, realizar llamadas y escribir emails. El problema se resume en que no
somos los únicos que buscan hogar: hay miles de personas en la misma situación,
así que de los muchos anuncios que uno revisa, tal vez 5 o menos (a veces
ninguno) resulta en un nuevo hogar.
Algunas empresas también envían a sus practicantes una lista de posibilidades
para buscar vivienda. La lista puede ser de un par de páginas o de 5 hojas, como
fue el caso de mi amiga colombiana Andrea, con quien aún recordamos esos días
de angustia cuando pasamos por esta misma odisea meses atrás para encontrar
un hogar en Erlangen. La odisea se repite, pues los días pasan, la fecha de
mudarse se acerca y aún nada: se llamó a cada número de las 5 hojas y todo ya
estaba ocupado.
Recordando nuestros buenos momentos en Marburg. Así se veía mi primera habitación
en Alemania (propiedad del Studentenwerk)
Otra posibilidad es comunicarse con el Studentenwerk de la ciudad a la que uno
se dirige. Esta organización estatal se encarga del bienestar de los estudiantes en
las distintas ciudades, es decir, administran no sólo los restaurantes universitarios
(llamados Mensas), sino también las residencias para los estudiantes. En
Alemania, y como practicantes, no dejamos de ser estudiantes. Así, un par de
llamadas y correos electrónicos pueden bastar, como ocurrió en el caso de
nuestra querida becaria Sophia, cronista mensual del facebook del DAAD
Colombia.
En cualquiera de los casos, más vale hacer todo con la mayor seguridad, ojalá
realizar un par de visitas a las ciudades para buscar otras ofertas en los periódicos
locales, en las carteleras de las universidades o ver algunas de las opciones que
se habían encontrado en Internet. Incluso, a veces hay que hacer entrevista y,
como en el caso de la práctica, esperar a ver si la respuesta es un sí o un no.
Dicho tipo de viajes cortos sí que fueron sustanciosos para Mauricio y María,
becarios colombianos que se mudaran a Hanover y Erlangen respectivamente.
Por su parte, mi historia parece más una novela policial sin final feliz. Durante
varias semanas realicé la búsqueda de hogar. De hecho, buscar un lugar para vivir
se convirtió en mi principal actividades de Freizeit cuando quería descansar de
tanto estudiar para los exámenes. Pero como tenía esos exámenes, nunca tuve
tiempo para viajar hasta Köln y Leverkusen y buscar personalmente una
habitación y asistir a las entrevistas que piden en muchos casos para poder tener
un cupo en una casa.
Así que sin mucho tiempo para viajar, realicé
todo por internet. Encontré un anuncio muy
interesante, envié un email y me respondieron
que la habitación estaba libre y podría rentarla.
La odisea parecía haber llegado a su fin. Mi
arrendatario vivía en el extranjero, así que todo
el contacto fue mediante e-mails en inglés y un
par de conversaciones telefónicas. Firmamos
un contrato y tras realizar un pago por
adelantado, yo recibiría las llaves de mi futuro
“hogar, dulce hogar”. Todo parecía bastante
serio y en orden, hasta me enviaron fotos del
lugar donde viviría y yo no podía ser más feliz.
Tras realizar el pago sucedió lo que mi sexto
sentido femenino en algún punto me avisó pero
que fue silenciado por mi deseo de dejar la
desconfianza atrás: mi arrendatario tomaría el
título de estafador y desaparecería, por
supuesto, sin enviar las llaves.
Esta era la cocina de mi supuesto
hogar en Köln. Lástima que
resultó en un una triste historia.
Fue el peor fin de semana de mi vida. Me dirigí
a la policía a realizar el denuncio y adivinen
qué pasó! Me contaron que era la quinta
persona que en la última semana reportaba este tipo de acontecimientos sólo en
Erlangen. Este denuncio se repite en todas las ciudades donde encontrar una
vivienda es difícil y se ha convertido en un tipo común de estafa que realizan estas
personas alojadas en el extranjero y que buscan aprovecharse de la necesidad de
los estudiantes. No realizar ningún tipo de pago por adelantado y no firmar ningún
acuerdo a distancia son recomendaciones que más vale tener en cuenta.
Ya aprendida mi lección, eso si bien costosa, recibí el apoyo de esos amigos que
hice en Erlangen y que tanto extrañaré y, por supuesto, de mi familia, que me dio
su consuelo y fuerzas para continuar con la búsqueda. Hoy, a una semana de
iniciar mi práctica, aún no tengo casa. Sin embargo, hay un par de posibilidades
resultado de los miles de e-mails enviados, amigos de amigos que me pueden
ayudar y del DAAD, quien me ha brindado su ayuda en estos momentos de crisis.
El final de la odisea no lo sé ni yo por el momento, así que se los quedo debiendo.
El próximo episodio desde la famosa y siempre bella Köln.
Episodio 30: 29 de febrero de 2012 – Casa nueva, vida nueva
Si alguien me pidiera dar la definición de la palabra Anstrengend sería sin duda
alguna el resumen de estas últimas semanas. Estaba con la cabeza ocupada en
mil asuntos: los exámenes, los papeles que hay que enviar para formalizar la
práctica, la búsqueda de hogar en la ciudad destino, etc. Estaba tan concentrada
en tantas cosas que creo que olvidé que el tiempo pasaba. El tiempo pasó y
nuevamente llegó el momento de partir. Con ello a la larga lista de cosas por hacer
se sumó el hecho de empacar maleta y despedir a los queridos amigos que hice
en estos cinco meses.
La pequeña Erlangen, Fahrrad- y Studentenstadt, tuvo un brillo y una hermosura
especial los últimos días, cada detalle se quería quedar guardado en la memoria.
Cada día que pasó fue un día menos de la vida estudiante en Alemania que nos
dejó muchos buenos momentos y muchas personas queridas de muchas partes
del mundo, amigos de Brasil, España, Italia, Rusia, Suiza, Alemania y muchos
países más que saben que son bienvenidos y esperados en Colombia. Los
anuncios de nuestro grupo en Facebook (Internationale Familie) dejaron de ser
links de videos en alemán, canciones y planeación de actividades grupales para
convertirse en una lista de invitaciones a fiestas de despedida y mensajes de
adiós.
Entre estudiar y tristes despedidas el tiempo libre estaba destinado a empacar,
esa tediosa labor a la que ya le tenemos práctica pero que sigue siendo tan
tortuosa como al principio. La ventaja es que ya no se selecciona entre miles y
miles de objetos reunidos en años de vida: sólo entre cientos que reunimos en los
últimos meses. La maleta de 23 kg con la cual llegué a Alemania se engordó y
engordó pero el espacio aun así fue insuficiente. Ni con el uso de las bolsas de
vacío (que como en su publicidad anuncian me permitieron ahorrar hasta 75% de
espacio) la maleta dio abasto y me tocó, como último recurso comprar una
segunda maleta, tan grande como la primera. ¿Y qué creen? El espacio tampoco
bastó! Y mi equipaje de viaje se convirtió en dos maletas, un bolso que colgaba de
una de ellas y un morral: ¡mi vida en Alemania sí que pesaba!
Cuatro maletas enormes (cada una de más de 30 Kg), dos bolsos y una guitarra fueron
nuestro equipaje. Jose y yo sacamos masa muscular como nunca antes.
Mi última noche en Erlangen fue tan nostálgica como lo imaginé. Compartir unas
últimas cervezas con los amigos, soñar juntos con un próximo encuentro y
finalmente, dar un abrazo y un hasta pronto no es fácil. Con el corazón triste y el
segundero del reloj que me afanaba me recosté por última vez en mi cama y dormí
hasta que la alarma anunciaba que quedaban pocas horas para partir. Dado que
soy un poco despistada desarrollé en Erlangen la costumbre de pregúntame antes
de salir de mi habitación si tenía las siguientes tres cosas conmigo: 1. Celular, 2.
Tarjeta del bus y 3. Llaves. Esta vez salía de mi habitación y esa costumbre me
advirtió que era la última vez: me iba con celular y una tarjeta del bus que solo
serviría una vez más, mientras mis llaves quedaban allí y yo no me llevaba más
que un llavero solitario.
Decir adiós... una vez más! Aquí la despedida de nuestros amigos brasileros.
El ajetreo de subir al tren las dos maletas, aun cuando un par de amigos te
ayudan, te hace olvidarte de todo lo demás. Una vez respiré de nuevo con un poco
de calma se cerraron las puertas y el tren se movió dejando mi bella Erlangen
atrás. Jose, querido amigo de la universidad Nacional, iba conmigo y las pocas
horas de viaje que compartimos se convirtieron en verle el chiste a la situación.
Después seguiría la travesía sola y obviamente surgió una y otra vez durante el
camino como haría para cargar todo mi equipaje, cuando a duras penas podía
levantar una de ellas con ambos brazos. La gentileza de los caballeros alemanes
que veían a esta damisela en apuros solucionó el problema al subir y bajar de los
trenes y en las zonas planas sí que saqué bíceps.
¿A dónde me dirigía? ¿Recuerdan que hasta hace una semana no tenía hogar?
Pues resulta que tras la tormenta llegaron varios anuncios de calma. Por una parte
estaba lo que en Alemania llaman Vitamin B (B = Beziehungen) y en Colombia
llamamos Contactos (amigos de amigos que vivían en Köln me ofrecieron un techo
mientras encontraba algo). Por otro lado estuvo una solución definitiva que
encontré tan solo 5 días atrás: si, señores y señoras, mi eterna búsqueda de hogar
había llegado a su fin. Anoche llegué a mi nueva casa y sin conocer nadie en esta
gran ciudad es momento de empezar a construir una vida aquí, así como hace
meses lo hice en Erlangen con unos colombianos como apoyo.
Las llaves de mi nuevo Hogar!
Sin embargo este periodo definido como Anstrengend no ha terminado. El reloj
apenas me dio tiempo para desempacar y ya mañana es ese día tan esperado:
mañana empieza mi primer trabajo como ingeniera. La última etapa de este año
en Alemania está por comenzar!
Episodio 31: 8 de marzo de 2012 – Paola en el país de las maravillas
Nuestras súplicas dieron frutos. Tras escribir muchas solicitudes, esperar
respuestas, asimilar muchos no y alegrarnos por los sí, los 29 colombianos que
llegamos a Alemania teníamos una práctica. Aunque la emoción se opacó por la
locura que implican los períodos de cambio, una vez nos recuperamos
recordamos qué fue lo que originó ese cuento de locos: llegó el momento de poner
manos a la obra, de dejar de ver todo tan ideal como parecía en el tablero, de
mostrar “la verraquera” y empezar a producir!
Así empecé a notar lo cerca que estaba de ese sitio soñado.
El primero de marzo de 2012 no era un día
cualquiera, era el día en que empezaría esa
nueva etapa y por lo tanto quería que todo
fuera perfecto. Me levanté temprano, me
arreglé como toda una ejecutiva, desayuné y
salí de casa a tomar el S-Bahn que me llevaría
a la hora indicada al sitio indicado. Todo
estaba fríamente calculado pues la perfección
en este día era mi deseo. Llegué con un poco
de anticipación para ir con calma al sitio donde
me entregarían mi identificación como
Wunderland!
empleada de Bayer… si, Bayer, aquella empresa que uno escucha tanto nombrar
y que parece tan irreal. De repente edificios con avisos que me indicaban que
estaba allí, en ese sitio soñado y como era de esperarse resultó ser que Bayer es
una empresa enorme, tanto así que los 20 minutos de anticipación con los que
llegué sumado al mapa que me habían enviado de la empresa no bastaron.
Caminaba, caminaba y caminaba, preguntaba, miraba la hora y seguía
caminando. Era un ciclo que parecía nunca terminar. Además de todo, la humedad
del aire contribuyó a que el peinado perfecto para mi día perfecto quedara atrás, y
que mi pelo se convirtiera en la imagen del “antes” en los comerciales de alguna
marca de Shampoo. Finalmente llegué (10 minutos tarde) y resultó ser que
definitivamente hubiese sido útil conservar mi cabello liso y sedoso, pues tan
pronto llegué tomaron la foto que quedaría impresa en mi carné y debo decir que
no es de mis fotos favoritas. Sin embargo, si uno tapa por un segundo la foto con
el pulgar, tan horroroso peinado queda en el olvido cuando uno ve esos dos
nombres sobre el mismo documento: el de una de las empresas líderes en lo que
a uno le apasiona y el propio.
Intentemos olvidar tan horrorosa foto por un momento y concentrémonos en lo demás!
Ahora tenía que encontrar la oficina de mi jefe y aunque no lo crean volví a caer
en el ciclo caminar-preguntar-ver el reloj-caminar. De nuevo me perdí y cuando
encontré el edificio no lograba entrar. Mi día no iba dentro de mi idea de lo
perfecto. No encontré otra opción: llamé a mi jefe, le conté que estaba perdida así
que salió a recogerme. Resulta ser que si mi jefe no es el jefe más amable del
mundo, al menos si está dentro del top 5: ese día no sólo me explicó mi contrato,
mis tareas y las normas de la empresa con la mayor paciencia del mundo, sino
que además me ayudó a instalarme en la oficina y me llevó a almorzar con él.
Imagínense ustedes! Esta humilde servidora almorzando en medio de un montón
de ejecutivos: todos me veían y me saludaban en inglés, como si fuera algo
instintivo, con lo que mi jefe les aclaraba que yo sabía alemán y así empezaba la
conversación: ¿Desde hace cuánto estás en Alemania?, ¿Cuánto tiempo haz
estudiado alemán?, etc. Todos demasiado gentiles y sencillos. Y no son sólo ellos,
así son todos los demás, desde las personas de servicios generales, hasta los
operarios y ejecutivos, y por supuesto los demás practicantes, todos sonríen, te
saludan en los pasillos haciendo el ambiente de trabajo algo increíble.
El final perfecto para mi día perfecto. Mis compañeros practicantes me
invitaron a brindar con una Kölsch mi llegada a Köln y a Bayer. Prost!
Sé que decir que uno llega a su sitio soñado, al decir que se llega al trabajo, suena
algo exagerado, pero es la única forma que encuentro para expresar lo que se
siente llegar a ese sitio donde básicamente se resumen muchas de las cosas que
apasionan y por las que finalmente estudiamos y trasnochamos tantas veces: es
mi país de las maravillas! Me encanta saber que cada paso valió la pena: estudiar,
aprender alemán, escribir la hoja de vida y todo lo demás rinde ahora sus frutos.
Tras una semana de trabajo le he ido cogiendo el ritmo a la vida laboral, nada fácil
por cierto, pero sencillamente me encanta y cuando miro atrás, pensando en aquel
primer día, soy consciente de que no salió del todo como yo lo había planeado,
pero en cambio fue mucho mejor, fue perfecto a su manera.
Episodio 32: 15 de marzo de 2012 – Dime qué haces en tu tiempo libre y te
diré quién eres
¿Qué es lo primero que cruza por tu mente cuando escuchas la palabra “alemán”?
Cosas buenas y malas se escuchan decir a menudo como respuesta a dicha
pregunta. Muchos son prejuicios que a fin de cuentas sólo se resumen en
mentiras, pero otras son grandes verdades que de una u otra forma describen la
cultura alemana:
- Sí, se toma mucha cerveza! Aunque el
consumo de café es mayor.
- Sí, muchos son rubios y altos, y por esto a
muchas latinas les toca llegar a acostumbrarse
a andar en tacones o buscar ropa en la sección
de niños.
- Sí, son muy, pero muy trabajadores. Pero
también son muy organizados con su tiempo y
hacen muchas actividades en su tiempo libre.
Alguna vez les conté que los alemanes tienen
una capacidad única y envidiable para
organizar el tiempo y lograr hacer lo que tienen
que hacer, sin dejar de hacer lo que les gusta.
En mis primeros días de trabajo noté algunas
diferencias que tal vez tengan algo que ver. En
mis últimas semanas en Erlangen, muchas
veces la actividad de estudiar era mucho más
compleja, y no debido precisamente a los
temas o al cansancio, sino porque al hecho de
De los alemanes y su cultura hay
estar frente a los libros y los apuntes, se
mucho más que conocer que
sumaba el hecho de tener un par de pestañas
cerveza, Lederhosen y
salchichas.
inconvenientemente abiertas en internet, que
me distraían cada tanto y que, por supuesto,
tenían poco o nada que ver con asuntos ingenieriles. Ese vicio tan duro de dejar!
Pero en el trabajo es otro cuento, y todo el mundo hace lo que debe en las horas
que debe, así que dichas páginas sólo son visitadas en el tiempo de descanso y
después sólo sigue un click en Abmelden y manos de nuevo a la obra.
¿Pero qué hacen los alemanes en su tiempo libre? Sé que suena a ese tipo de
preguntas que sólo surgen cuando hay un silencio incómodo por romper! Pero
resulta que de alguna manera la respuesta a esa pregunta también describe cómo
son los alemanes.
El simple ejercicio de subir a un tren o a un bus nos da una primera respuesta. Yo
me sentaba y miraba por la ventana mientras el 80% de las personas que me
rodeaban llevaban un libro en la mano. Veinte años o cincuenta, da igual: todos
con libros delgados o gordos aprovechando cada minuto de recorrido en leer. Me
sentí muy inculta, lo admito! Y es así como tan pronto como recibí como regalo de
cumpleaños un libro en alemán lo llevé conmigo en todos mis viajes en bus hacia
y desde la universidad bastando sólo un par de semanas para leer el punto final y
quedarme por un tiempo sin material de lectura.
Hay muchas actividades que, por supuesto, dependen mucho del clima, en
especial cuando de deportes al aire libre se trata, que sólo son recomendados en
verano… o por lo menos eso pensé yo, hasta que en uno de esos tortuosos ir y
venir a pie durante el invierno me topé no con una, sino con muchas personas que
salían a correr. Creo que aún no termino de comprenderlo, pues si algo se
aprende en invierno es que lo único que puede empeorar una baja temperatura es
que la acompañe el viento, entonces ¿Por qué querer al viento congelándote la
cara? Y aún más ¿cómo lo soportan? Un secreto alemán más que añadir a la lista.
Tras una de esas caminatas invernales llegué a casa con ganas de un té caliente
entre las manos. Mi plan para la noche: ver televisión (un ejercicio de
Hörverstehen recomendadísimo). Tomo el control remoto entre mis manos y
comienzo a hacer aquello que también suelo hacer en Colombia: “canalear”.
Descubrí entonces que la televisión alemana tiene muchas cosas que también
tiene la colombiana: hay dibujos animados, novelas, televentas, reality shows y
demás. Sin embargo, encontré que la cantidad de programas educativos es
impresionante! No sólo está el famoso “Quien quiere ser millonario”, hay
programas de resolver crucigramas, de nuevos descubrimientos y hasta
concursos sobre conocimiento de la cultura de las regiones alemanas.
Los alemanes son más gentiles y amigables
de lo que nos dicen los clichés. Celebremos
por ello!
Por supuesto, dentro de la lista de
actividades también están los planes
de salir a hablar, beber y festejar con
amigos. En resumen, no sólo se
debe creer que los alemanes son
esos rubios altos que trabajan
mucho y son muy puntuales. Por lo
general los alemanes son personas
gentiles, cultas y divertidas. Y
gracias a estas características, me
he reído mucho con mis compañeros
practicantes, muchas veces de la
vida en general, muchas veces de
ellos, y muchas veces de mí misma.
Venir a Alemania me ha transformado, y no sólo por el simple hecho de cambiar
de Continente, o porque abandoné el Hotel Mamá y aquí aprendí a vivir
independiente, sino porque he encontrado en cada esquina un signo de la cultura
alemana que es genial y envidiable, y que poco a poco intento aprender e integrar
a mi estilo de vida, porque siento que me hace mejor. Qué viva la cultura alemana!
Episodio 33: 22 de marzo de 2012 – Alemania no cumple la teoría del caos
¿Qué pasa cuando en el país de la puntualidad los medios de transporte entran en
huelga? ¿Es el inicio de un caos sin precedentes para la población alemana? Esas
y muchas otras preguntas pasaron por mi mente cuando en la oficina fui informada
sobre tan molesto evento. Y es que no es para menos, 7 meses y medio
aprendiendo y perfeccionando el arte de calcular el tiempo perfectamente para
llegar de forma puntual a todas partes y ahora se me presenta tal calamidad.
Mi día comienza con una alarma a las 6:00 am. Por mi mente medio-dormida solía
pasar la idea: “ok, ya me levanto”. Pero pocos segundos después dormía de
nuevo profundamente hasta que trascurrido mucho tiempo me despertaba
exaltada sabiendo que había dormido de más. Ante tal inconveniente reforcé la
primera alarma con un segundo despertador, y un tercero por si las moscas, con lo
cual tengo el tiempo perfecto para arreglarme y desayunar. Cinco minutos antes
de la hora exacta en la que debo salir de casa suena una nueva alarma, que me
informa que se acerca el momento de partir. Doce minutos a pie y estoy en la
estación del S-Bahn, que pasa muy a las 7:38 am, con lo que estaré a las 8:00
sentada frente a mi escritorio. TODO está fríamente calculado. Pero ahora la
palabra Streik aparece en el itinerario y vienen a mí recuerdos de caminatas
largas, trancones interminables y en fin, el colapso de la ciudad y con ello de mis
nervios.
Sin embargo, la huelga al otro
lado del Atlántico es muy
diferente: por una parte, se
sabe que habrá huelga con
unos días de anticipación, con
lo que hay tiempo para
prepararse y no salir con total
incertidumbre sobre lo que nos
deparará el destino.
Adicionalmente, el propósito de
la huelga se puede resumir en
que la misma ciudadanía
encuentre la respuesta a una
pregunta: “Qué sería de la
Los medios anuncian un Streik-Chaos. Un paro de
ciudad si X servicio no fuera
transporte se avecina...
prestado?” por lo que en una
huelga de transporte que
realiza el U-Bahn o los buses de la ciudad, como sucedió en las últimas semanas
en Alemania, no se bloquean vías ni nada por el estilo, sino que simplemente no
hay tráfico de dichos vehículos.
Justo el día de la huelga tenía que realizar algunas formalidades en distintos
puntos de la ciudad. ¡Vaya suerte la mía! No pasarían buses, no sería conducido
ningún tren subterráneo… pero la huelga tampoco deja a la ciudad inmóvil: el S-
Bahn funcionaría como de costumbre. El día anterior en los periódicos y demás
medios de comunicación se especulaba sobre la magnitud del caos que la huelga
provocaría. No tengo papás cerca que me acerquen en el carro, ni bicicleta que
me salve en estas circunstancias… sólo queda esperar.
Mañana de huelga:
suena la alarma de las
6 am y los dos
refuerzos. Estoy en pie.
Sigo mi rutina habitual,
salgo de casa a las
7:24 como de
costumbre, camino los
doce minutos de
siempre, notando en el
camino que la cantidad
de autos y bicicletas en
la calle es mayor que
de costumbre: primera
señal de los
acontecimientos. Al
Un vehículo rojo y articulado se acerca. Qué me espera
llegar a la estación
tras sus puertas?
encuentro que la
cantidad de personas que esperan el S-Bahn se triplicó y cuando el reloj marca las
7:38 el anhelado tren no se asoma. Pasan los minutos como si fueran eternos
hasta que por fin llega el tren a su destino. “¡Indignante!” pienso sarcásticamente
para mis adentros mientras me río un poco del resultado de la comparación entre
el caos que esperaba y el que hasta ahora presencio: 5 minutos de retraso.
Estando frente a las puertas del tren viene a mi mente un Deja vú: yo, subiéndome
con más personas de lo habitual a un vehículo articulado rojo que muy
probablemente, y dadas las circunstancias, va un poco lleno. ¡Ohhh Nein!...
Respiro profundo, oprimo el botón para abrir las puertas y, en efecto, estaba más
lleno que de costumbre. “No me pude sentar… esto es indignante!” pienso
nuevamente con un poco de risa mientras entro sin problema al vagón, me
acomodo de tal forma que no invado el espacio personal de nadie y nadie el mío y
continuo con mi travesía.
Al terminar el día sé que conté con suerte, pues justamente el único medio de
transporte público que funcionó el día de la huelga es el que utilizo habitualmente
con lo que mi cálculo del tiempo no se vio afectado en lo absoluto. Otras personas
tuvieron que cambiar un poco más su rutina para salir con tiempo extra de
anticipación y caminar hasta la estación más cercana. Sin embargo, hasta en esta
situación tan caótica es la organización de los alemanes la que salva el día y hace
que todo siga su curso, así sea con un par de minutos de retraso o un poco más
de personas en el mismo vagón.
Episodio 34: 29 de marzo de 2012 - Sobredosis de polen
Beep Beep! Suena el despertador. La preparación mental para salir de las cobijas
comienza recordando que ahora pertenecemos al mundo laboral y con
responsabilidades, por lo que no hay más cabida a la pereza. Al abrir los ojos y
por la cantidad de luz que entra por la ventana concluyo que son mínimo las 9
am, es decir, voy más que tarde. Un salto gimnástico me pone en pie y a una
velocidad impresionante para un recién levantado me dirijo hacia la ducha. A
menudo ese metro cuadrado justo bajo el chorro de agua se convierte en un sitio
de reflexión para mí, pero hoy esos minutos de meditación se reducen a un
segundo en el cual cruza por mi afanada mente la pregunta: “Cómo es que de tres
despertadores, tres se desconfiguran y suenan más tarde de lo que deberían?”…
La única respuesta que se me ocurre en ese segundo de profundos pensamientos
es la misma que le encuentro al hecho de no encontrar a menudo un objeto que
estaba justo frente a mis ojos minutos atrás: hay un duende invisible en mi
habitación que me hace la vida imposible (y se vino conmigo desde Colombia). Al
regresar de mi maratónica ducha miro el reloj para saber en cuánto tiempo debo
vestirme y salir: una hora! Recordé entonces, tras meses de ver amanecer tarde y
anochecer temprano, que la luz del día no se puede tomar, al menos en esta
latitud, como un indicio de la hora.
Con mis compañeros practicantes aprovechamos un rato bajo el sol para tomar
nuestro almuerzo juntos mientras hacíamos "fotosíntesis".
Aunque por momentos parecía eterno el
invierno, se pasó volando, y es así como llegó
la hora de preparar el bloqueador solar, las
gafas de sol y la ropa ligera, pues por fin llegó
la primavera. Debo decir que llegó inesperada:
yo no salía a la calle sin portar buen abrigo y
una bufanda. Sin embargo, una tarde al salir
del trabajo, no pude avanzar más de un par de
cuadras sin sentir que mi cálido abrigo se
había convertido en un Sauna. Uno de mis
Los planes junto al río pueden
compañeros me pregunta: ¿Acaso qué
volver a escribirse sobre el
temperatura crees que hace? Mi yo deductivo
calendario. Aquí recordamos
sacó cuentas de lo que habían sido los días
nuestros primeros días en
anteriores y pensé que como máximo esos
Alemania, donde ir a tomar una
podían ser 15˚C. Lo que aún no lograba
cerveza y montar en bote
asimilar es que con mi cálculo no lograba
estaban entre nuestros planes
nada, pues el clima no sigue en lo absoluto
preferidos.
alguna lógica y es así como a tan caluroso día
(eran 22˚C) le siguió otro igual de cálido y otro totalmente frío.
El mejor aliado ante el misterio climático es el pronóstico del clima (que por estos
lares sí funciona), que a su vez es uno de los secretos de la planeación alemana,
pues al saber con un par de días de anticipación que el sol brillará uno se puede
preparar para dejar de lado lo que uno de los becarios colombianos denominó:
“actividades Indoors de invierno” (teniendo en cuenta que no daban ganas de salir)
y disfrutar de lo que meses atrás no se hacía, como recostarse bajo el sol a “hacer
fotosíntesis” o tomar un par de cervezas al lado del río.
El reloj también cambió con la llegada de la primavera debido a que tuvimos que
atrasarlo una hora. Es decir, que lo que para nuestro reloj interno significaba
levantarse a las 6 am, ahora implica levantarse a las 5 am. Nos quitaron una hora
de sueño! La misma que nos dieron de más en Octubre cuando hicimos el proceso
contrario… aunque en ese entonces nos enteramos muy tarde: tras esperar en la
estación por un amigo que había quedado de llegar a las 10:00 am y que llegaría
una hora después sin recibir ni un solo reproche pues, a fin de cuentas, había
llegado puntualmente.
Los árboles calvos se visten de romance. Unas de las primeras muestras de la
primavera junto al Rhein en Ludwishafen.
El paisaje blanco invernal se torna poco a poco multicolor. Los árboles parecen
estar en una competencia: premio al que haga florecer las flores más
espectaculares. Así que los aman las flores, aquí definitivamente tienen de dónde
escoger. Los días se alargan nuevamente señores y señoras, nos recuerdan que 8
meses atrás, en nuestro primer día en Alemania, pudimos disfrutar del sol hasta
las 10 pm; nos recuerdan que poco a poco se va cerrando el ciclo y se acerca la
hora de volver al país en donde, en cualquier mes del año, podemos escapar a la
ciudad donde la primavera es eterna.
Episodio 35: 3 de abril de 2012 – La semana de ramos, peces y rezos
Llegó la semana de la pasión de Cristo, la semana de reflexión y descanso por la
que todos solíamos rezar en la universidad y el colegio para que llegara. En
Alemania esta semana llegó sin que me diera cuenta (con el trabajo los días
pasan aún más rápido que de costumbre) pero llegó como se debe. Es así como
yo también me tomaré unos días de reflexión, agradeceré por los buenos
momentos que hasta ahora he vivido y, de paso, me daré un pequeño paseo a
pocos kilómetros de la bella Köln.
Desde tierras europeas también oraremos, descansaremos y pasearemos!
Para no
interrumpir sus momentos de reflexión no tendremos diario esta semana… pero no
se preocupen! La próxima semana les tendré un nuevo episodio. Por ahora
solamente me resta desearles una semana muy feliz en familia y con amigos.
Hasta la próxima!
Episodio 36: 12 de abril de 2012 – Buscando huevos en los Campos Elíseos
San Nicolás dejando chocolates en los zapatos de los niños, el niño Dios que llega
al mundo con regalos, los reyes magos con sus obsequios… Han pasado una a
una muchas de las festividades que se celebran alrededor del mundo. Casi las
mismas fiestas que tenemos en Colombia pero con un sabor muy diferente, el
sabor alemán. Semana Santa, por su parte, no es una semana festiva como tal,
pues trabajamos hasta el jueves y nos tomamos de descanso Karlsfreitag (vienes
santo) y Ostermontag (lunes de Pascua), día que sin duda alguna tiene una gran
importancia para la cultura
alemana. Para mí era una tradición
que sólo aparecía en las películas:
pintar huevos, imaginar a un
conejo que los esconde por
doquier y emprender una
búsqueda aventurera de los
mismos. Un juego de niños que
parecía fantástico hasta que
descubrí que no era sólo de niños,
con lo que ahora me parece más
maravilloso todavía.
Qué mejor que disfrutar de Paris desayunando
en una mañana soleada al lado de la torre
Eifel.
Teniendo 4 días de descanso me
auto-obsequié un viaje a una de
las ciudades más visitadas de
Europa. ¿Pistas? Es famosa por
sus vinos, por su historia, la cruza
un río y se puede decir que es la
meca del amor. Una torre de hierro
muy alta, un arco celebrando las
victorias y el reflejo sobre el lienzo
de una mujer de sonrisa misteriosa
esperaban allí por mí. Paris era mi
destino!
Algo que aún es difícil de asimilar
es que las ciudades más
maravillosas que uno se puede imaginar están justo al lado. Antes de venir a vivir
a Alemania, para mí ciudades como Berlín, Paris, Roma o Praga, parecían una
leyenda que debía ser comprobada. Pero ahora, estando en el viejo continente,
basta con ajustarse los cinturones y alistar la cámara para dar testimonio de que
esas ciudades en efecto existen y son aún más mágicas de lo que uno pensaba.
Es así como desde Köln hasta Paris sólo me tomaron 5 horas en carro, una
Mitfahrgelegenheit (carro compartido) que si bien me permitió ahorrar un par de
euros, me puso los pelos de punta en un par de ocasiones. El conductor, un
hombre de carácter “inflamable”, por así decirlo, no dudaba en poner la mano
sobre el pito y gritar par de reclamos en francés ante cualquier eventualidad sobre
la vía. Yo, que admiraba los paisajes o dormía me levantaba de un brinco y
encontraba dichas situaciones tan pero tan alarmantes, que noté el efecto de los
últimos meses: ME HE ALEMANIZADO!
Tras las inyecciones de adrenalina que recibí muy a
contra de mi voluntad empezaron a aparecer
carteles que anunciaban que me acercaba a mi
meta y de repente estaba allí. La recorrimos en
metro y a pie, desde muy temprano hasta muy
tarde, y nos deleitamos con paisajes, música, arte e
historia. Respecto a los últimos ítems debo decir
que me sorprende que estén en esta lista, pues yo,
demasiado apegada a los números, poco de
historia y poco de arte; el tedio del museo, del
cuadro colgado en la pared y de las fechas sobre
los libros… todo eso me pareció por mucho tiempo
inerte, falto de vida y emoción. Hoy sólo puedo
decir Mea culpa!!! Y me arrepiento, me arrepiento y
me vuelvo a arrepentir! Experimenté une
Y como si Paris no fuera lo
experiencia religiosa en medio del Louvre, del
suficientemente maravillosa
Pompidou y del Orsay: no vi la luz al final del túnel o
y bella, la primavera llegó
recibí mensajes divinos. Simplemente me puse
para adornarla aún más!
frente a un par de pinturas que trasmitían tanto que
daban
ganas de meterse en el lienzo y hacer parte de la escena. Descubrí a mirar
más de lo que los ojos ven, a escuchar la historia que cuenta el artista con el
cuadro y entendí por qué todo artista quiere ir a Paris.
Mmmmm..... Ancas de
Ranas...Olvide sus
prejuicios y chúpese los
dedos!
La torre Eifel, el arco
del triunfo, la iglesia del
sagrado corazón, la
tumba de Napoleón,
los obeliscos, los
campos Elíseos, el
panteón, NotreDame
(…) un mapa turístico
de Paris parecía una
lista eterna,
asombrosamente
eterna, y es así como a
medio día de nuestro
primer día en Paris nos
Arte: mi nuevo amor en la
dimos cuenta que
ciudad del amor.
visitar todos los puntos
recomendados en 4 días era una misión imposible.
Y que digan mis pies aún resentidos si no lo
intentamos! Al final hicimos un filtro y quedó un top
de seleccionados que en efecto visitamos y que nos
dejaron tiempo suficiente
para, al sabor de un vino,
una Creme Brulee, un anca
de Rana (no tan mala a
pesar de las expectativas) o
simplemente con una buena
charla, nos permitieron
disfrutar de la verdadera
Paris: la que no necesita de
fila para ser admirada y que
es la ciudad del amor no
porque sea en extremo
romántica (al menos ese
ítem no se los puedo
confirmar yo), sino porque
deja a quien lo visita con tan
Je t'aime
poco aliento. Cada vistazo
se convierte en un ir y venir de suspiros que sólo se da cuando uno está
enamorado… nos enamoramos de Paris!
Fue un viaje inolvidable, de principio a fin… y créanme que el fin fue toda una
aventura. Una aventura tal que, sin el ánimo de ser mala, los dejaré en ascuas y
les contaré hasta la próxima semana.
Por ahora Au revoir!!!
Después de meses, nos reencontramos en
la ciudad del amor. Aquí posamos frente al
arco del triunfo.
Episodio 37: 19 de abril de 2012 – Una serie de eventos desafortunados
Era lunes de Pascua, nuestro último día en el maravilloso Paris, que con un sol
enorme en el cielo o con nubes grises por doquier no dejaba de impresionar.
Recuerdo que al despertar ésta fue la secuencia de pensamientos que cruzó mi
mente:
▪ Cinco minuticos más
▪ ¿Cuáles cinco minuticos? Estamos en Paris! Cada minuto vale oro
▪ Qué lástima que hoy sea nuestro último día… llegó la hora de volver
▪ ¿Al fin, cómo me voy a devolver?
En cuanto al cuarto punto, que con la angustia que trajo fue el que finalmente
logró sacarme de entre las cobijas, debo aclarar que no se trató de falta de
preparación: esos días de tanta frescura y espontaneidad quedaron atrás y es así
como los viajes hasta los planeamos con meses de anticipación. La angustia llegó
a mí debido a una mirada desilusionada que quedó grabada en mi mente el día
que inició mi travesía hacia Paris.
Yo y mi "salvaje" cabellera en Versalles. En mi mente: No me quiero ir!
Mitfahrgelegenheit: un invento que junto con la máquina lavavajillas y el pan
alemán, está entre el top de las cosas pequeñas pero más maravillosas que
extrañaré de Alemania. Este sistema se basa en el famoso principio GanarGanar… el conductor, que tiene que viajar de A hasta B y tiene puestos libres en
su vehículo, se ofrece a llevar a otras personas con el mismo destino
compartiendo los gastos del viaje, siendo más barato y muchas veces más rápido
que las otras posibilidades de transporte. El sistema implica que uno además
confíe en el compromiso de la otra persona y, siendo la confiabilidad una de las
muchas características del pueblo alemán, las Mitfahrgelegenheiten suelen andar
sobre ruedas (literal y metafóricamente) sin el mayor problema.
Sin embargo, toda regla tiene su excepción y fui una sorprendida testigo de ello.
Mientras esperaba a que llegara el Mitfahrer que me llevaría a Paris, conocí a una
mujer que hacía lo mismo que yo, sólo que por lo que decía, era una espera sin
esperanza (valga el juego de palabras): ya habían pasado 30 minutos de la hora
acordada y la persona no aparecía, y lo peor: no contestaba el celular! Mientras el
carro en que yo iba arrancaba, ella se quedaba allí, “vestida y alborotada”.
El domingo llamé para confirmar no 1 ni 2 veces a la persona con la que había
reservado mi Mitfahrgelegenheit de regreso a Köln, llamé muchas muchas veces
sin tener éxito y el SMS que envié después de tanto intento tampoco fue
respondido. Me imaginé a mí con la misma mirada de desilusión que vi en mi
primer día de viaje, quedándome en Paris cuando debía ir a Köln. Me fui a dormir
y me levanté con esa pregunta en mente: ¿Al fin, cómo me voy a devolver?
Me fui con maleta en mano para el palacio de Versalles
pensando que si para las 11 am no tenía una respuesta
debía sacar la malicia indígena que todo colombiano
lleva dentro para buscar una solución. Al llegar era
tanta la maravilla que no quería que el viaje terminara
precipitada y tristemente debido a la incertidumbre.
Justo media hora antes de que llegara esa hora límite
que me había puesto, contestó el Mitfahrer y confirmó
Los intentos casi fallidos
que en la tarde nos encontraríamos para regresar. Yo
de Iván por avanzar un
estaba totalmente feliz y sin la angustia, los jardines, el
par de metros en medio
palacio, los
de las dóciles aguas de
panoramas
los canales en los
y, por
jardines de Versalles.
supuesto, la
compañía fueron disfrutados sin
límites! Remar en los lagos (o por lo
menos intentarlo, como ocurrió en el
caso de Iván, amigo de la universidad
Nacional residente en Paris) y montar
en bicicleta por los campos que rodean
el majestuoso Palacio fueron
momentos insuperables que me
hubiese podido perder! Pero como todo
lo bueno, llegó a su fin y me dirigí al
punto de encuentro acordado. Y oh
sorpresa cuando allí mismo me
encontré a mis dos amigos jóvenes
ingenieros colombianos, James y
Verónica, que también habían estado
recorriendo las calles de Paris en
aquellos días. Yo iba para Köln… ¿Y
ellos? También! Aunque en realidad
Poco antes de partir recorrimos los
residen casi al otro lado de Alemania. Y
jardines sobre dos ruedas.
resulta que lo que yo temía pero que
no me pasó a mí, sí les pasó a ellos: los dejaron plantados! así que la única opción
que encontraron fue viajar a Alemania, en otra dirección, pero a Alemania al fin y
al cabo.
Todo parecía estar en el rumbo indicado, o al menos, se aproximaba a ello.
Cruzamos la frontera entre Francia y Bélgica y nos acercábamos cada vez más y
más a nuestro añorado destino, hasta que pocos kilómetros antes de llegar a la
frontera con Alemania empezamos a escuchar un golpeteo que, aunque con ritmo,
no sonaba nada bien y que sería otra primera vez… Nuestra primera pinchada en
Europa. Como si no fuera suficiente la falta de energías en nuestros cuerpos y la
falta de aire en el neumático trasero, tuvimos que soportar las consecuencias de
ese dicho alemán que hemos confirmado cada día del mes: “April, April, der macht
was er will…" El clima simplemente no sigue una tendencia, hace lo que quiere, y
justamente, ese lunes a las 11 de la noche, se le antojó acompañar la pinchada
con lluvia y mucho mucho frío.
Luego de llamar a la
ADAC, esperamos a que
llegaran para que nos
sacaran del embrollo (ya
que el conductor no tenía
la llave adecuada para
cambiar el neumático) y
fue grande nuestra
alegría cuando llegaron!
Pero la alegría duró
alrededor de 5 minutos,
hasta que nuestro
salvador nos dijo que la
llanta de repuesto no se
ajustaba apropiadamente
al rin y que por ello no
podíamos seguir, o por lo
La llanta desinflada que no nos logró desinflar el ánimo.
menos no en ese auto…
Aquí James y Verónica se ríen de la situación
Parecía una pesadilla
que se negaba a terminar. Esperamos nuevamente, ahora por la grúa que nos
llevaría a nosotros y al auto hasta Aachen, donde nos esperaba un auto prestado
que nos permitiría continuar con la travesía. Esta serie de eventos desafortunados
en la que resultó nuestro viaje de retorno hizo que el tiempo de viaje se extendiera
casi 3 horas más de lo esperado y que llegáramos a casa en la madrugada para
dormir sólo un par de horas más e irnos, yo a trabajar, y James y Verónica a la
estación de tren, a continuar con su viaje a casa.
El agitado fin de semana terminó y ahora solo quedan 3 meses y medio de
aventuras por Europa! Aventuras que esperamos sean tan emocionantes y
maravillosas como ésta pero ojalá vengan con un poco menos de tragedia…
Hasta la próxima!
Episodio 38: 26 de abril de 2012 – Die deutschen Städte
“Ponga 4 tazas de afanes, toneladas de smog y mezcle con el sonido interminable
y arrítmico de los pitos. Revuelva hasta que los latidos del corazón estén a mil,
aparezcan un par de nudos de estrés en el cuello y los oídos estén a punto de
reventar. Para terminar sazone con basura en el suelo al gusto y empaque en un
par de kilómetros cuadrados.” La anterior podría ser fácilmente la receta perfecta
de una ciudad o, al menos, era esa mi imagen de ciudad hasta hace meses atrás:
la velocidad, el ruido, las luces fuertes, multicolores y por doquier, los anuncios, la
basura… el estrés.
Por supuesto no
puedo negar que
también amé y
amo la ciudad de la
que vengo: Bogotá,
con su diversidad,
con sus calles
llenas de sorpresas
que tienen olor a
cultura, a saltar los
horizontes y, con
Tómese su tiempo para disfrutar de las ciudades alemanas!
bastante
frecuencia, a pollo asado (no negaré tampoco el hecho de que en Bogotá se come
más pollo asado que ajiaco); pero tampoco puedo olvidar las mil y una veces que
en medio de un trancón miré por entre los flequillos de las cortinas que decoraban
las ventanas del bus hasta que la impaciencia se transformaba en resignación; o
el efecto que tenía sobre mí ver las calles llenas de basura o pasar por debajo de
un puente con olor a que en la cercanía no habían baños públicos.
Sin embargo uno llega a Alemania y se da cuenta que la receta del caos que
parecía haberse transformado en ciudad no es una regla universal. Los
rascacielos dejan de ser un requisito para ganar el título de ciudad, escuchar el
sonido del pito se convierte en un acontecimiento rarísimo y el olor a pollo se
cambia por el olor a Döner. Las ciudades alemanas (y podríamos decir que las
europeas en general) realmente tienen una estructura muy diferente a las
ciudades colombianas. La diferencia es que tienen una estructura, pues fueron
planeadas y los cambios por las tendencias, la industrialización y las necesidades
de los habitantes se ajustaron a esa estructura… y no al revés. Es así como por
ejemplo la ciudad más grande de Alemania, Berlín, tiene alrededor de 3,5 millones
de habitantes y eso es considerado mucho para una ciudad por estos lares (¿se
pueden imaginar cómo se les saltan los ojos a los alemanes cuando les cuento
que en Bogotá la población es el doble y sigue creciendo?). Las ciudades
alemanas se convierten así en el centro de un conjunto de “pueblitos”, por así
llamarlos, que se encuentran alrededor y teniendo un sistema de transporte tan
ordenado el hecho de no vivir en la ciudad principal no es ningún problema y, de
hecho, se convierte en una oportunidad perfecta para criar una familia o disfrutar
de la pensión: lejos del “caos” de la ciudad y más cerca de la naturaleza se tiene
un ambiente perfecto.
Cada una de las ciudades europeas que hasta ahora he tenido la fortuna de visitar
dejan un sabor distinto:
el romance, la cultura,
la historia y, por
supuesto, la fiesta…
cada ciudad tiene su
encanto y uno, por
supuesto, puede sentir
la diferencia. Sin
embargo hay una
atracción turística por
excelencia que se
repite en
absolutamente todas
las ciudades y que
tiene su esencia en
que, más allá de todo
lo que hay por ver en
una ciudad, la ciudad
misma es la mayor
atracción. Los miradores: ya sean torres generalmente equipadas con ascensores
que te llevan hasta su último piso a gran velocidad, o
simplemente una colina en la cercanía, estos sitios tan
concurridos tienen la capacidad de dejar sin aliento y no
por la altura, sino porque de repente te regala como
panorama una ciudad con un aire claro sobre si y una
homogeneidad y al mismo tiempo miles de sorpresas en
su arquitectura.
A dos minutos a pie de mi humilde hogar encuentro el
refugio más maravilloso. Se los presento!
Pero en medio de toda esa planeación hay un par de
sorpresas. ¿Por qué un turista en Europa siempre tiene
entre sus manos un mapa? No es necesario tener un
sentido de orientación demasiado malo (si usted sufre de
este mal, como yo, no hay mapa que le vaya evitar
perderse, créame). Uno abre estos bosquejos de la
ciudad y se da cuenta que el que planeó la forma de las
Wortlos... panorama de
la capital de república
direcciones en las ciudades colombianas era más psicoCheca: la encantadora
rígido que el más psico-rígido de los alemanes. En vez
Praga.
de un montón de números y coordenadas que más bien
parece un plano de algún parcial horripilante de
matemáticas, los mapas de las ciudades europeas parecen un poema escrito a la
historia, a los deseos y a los sentimientos. En vez de Cra 4ª No. 66-77 uno
encuentra que hay una calle a la libertad (Freiheitsstraße), una calleja de los
leones (Löwengasse) o, sin importar si uno está en Köln o en Erlangen, una calle
berlinesa (Berlinerstraße). No hay lógica que seguir para llegar de aquí a allá…
sólo un mapa lo puede guiar.
Otro de los privilegios de vivir en una ciudad alemana es que uno camina calle tras
calle, desprevenido de lo que
puede ocurrir y, de repente,
se tropieza con un trozo de
naturaleza. Esos recursos
que en Colombia tenemos
de sobra y que, tal vez por lo
mismo, muchas veces no
sabemos valorar y cuidar,
son aquí un gran tesoro.
Bien sea un lago, un bosque
o una simple pradera, están
ahí, en medio de la ciudad
para darle un respiro a ella y
a sus habitantes. Por esto
actividades como salir a
trotar al bosque o hacer el
Una calle en honor al escritor Franz Kafka.
famoso y muy amado
Wanderung (caminata
ecológica) no son actividades exclusivas de la gente play o planes de cada año,
sino una parte de la rutina que permite alejarse del “estrés” de la ciudad (estrés
para los alemanes… para mí es como ir al spa y que me hagan manicure) y
despejar la mente.
Así que tome una cerveza alemana entre sus manos, diríjase a su calle de la
felicidad (esa también existe… Freudenstraße) y disfrute del estrés de la ciudad
alemana…
Episodio 39: 3 de mayo de 2012 – Esto no es Brüssel
Cada país,
grande o
pequeño,
esconde en sus
paisajes una
historia, una
cultura especial
y
única. Esas part
icularidades
logran
sorprender a los
turistas, quienes
pueden obtener
diferentes
sensaciones de
lo que ven:
sorpresa,
magnificencia,
pertenencia o
total
desarraigo. Pero si me preguntan cuál fue mi percepción al pasar por la capital
Belga, sólo cabe una palabra: Locura!
En Bruselas las calles hablan por sí mismas de su genialidad.
Pisamos suelo belga con la luz
nocturna del sol de las 9 pm sobre
nuestras cabezas. Dos colombianos y
una francesa de personalidad
asombrosa nos adentramos por las
calles del centro de la ciudad para
saciar el hambre que las horas de
viaje y el ajetreo de un día de trabajo
habían dejado. Empezamos a sentir
el aroma del aire belga: una mezcla
de Waffles, cerveza y chocolate. La
locura se veía venir. Descubrir
Bruselas de día magnifica esa
perspectiva. La ciudad parece solitaria
hasta eso de las 10 am (la fiesta y la
Disfrutando la comida típica Belga después de
cerveza parece atenuar el ánimo
un día de locos.
madrugador). Poco después la ciudad
enloquece: la gente empieza a salir por las calles y las excentricidades comienzan
a salir a flote.
Uno de los emblemas de Bruselas, por
ejemplo, es un niño con piel de bronce y cuyo
encanto es orinar. El Manneken Pis, sólo con
alardear de las ventajas de ser hombre al
poder orinar de pie, logra reunir a turistas de
todo el mundo. Ver a tanta gente emocionada
con dicho hecho nos entró un poco en gracia
pero aún faltaba la mejor parte: el niño no sólo
tiene una vejiga de fama internacional sino un
escuadrón especial que se encarga de su
¿Esto no es una Pipa?... Alles
cambio de atuendo y un par de celebraciones
Klar. Esto no es un Diario!
en su nombre. Justo a tiempo llegamos para
presenciar una de ellas: el niño dejaría de
orinar agua por unos minutos para orinar vino y calmar la sed de los visitantes. Un
evento sin duda alguna inesperado y bastante entretenido.
Al pasar por Bruselas no podíamos evitar
pasar por el museo de Magritte. Llegué allí
sabiendo poco de su arte (un hombre con
manzana como rostro o una pipa que dice no
serlo era lo único que, tras mucho meditar,
podía asociar con el nombre… perdonarán la
ignoran
cia). Al
adentrar
se por
los
corredor Este es el único hombre que, en
vez de ser multado, es admirado
es del
por orinar en las calles europeas.
museo
es
como si uno empezara a tomar parte de
alguna clase de juego: se convierte en un
reto entender con sólo una imagen y un título
(si es que lo uno tiene que ver con lo otro)
que hay allí escondido. En realidad cada
pintura se convierte en una adivinanza y uno
comprende, finalmente, que una ciudad tan
frenética y regocijante como ésta es la
inspiración perfecta para tan delirante arte: el
resultado no podía ser otro si se vive día a
día en una ciudad en la que sólo 10 minutos
Inauguramos nuestros días en
de detenimiento permiten ver cosas tan
territorio Belga con una cerveza
surreales como un grupo de Elfas andantes
típica de Bruselas. ¿El sabor? la
locura!
que bailan Tap en los andenes o un matrimonio que un sábado a medio día
decidió que era tiempo de contarle al mundo que ya se habían soportado 10 años
el uno al otro. Magritte tenía, sin duda alguna, de dónde sacar material para sus
obras.
Y por supuesto, no puedo pasar por alto el
tema de la famosa cerveza belga.
Probamos cuanto tipo se nos cruzó por el
camino y seguí mi instinto de ingeniera
química hasta encontrarme entre los
cuartos en madera de una productora
artesanal de cerveza. Disfrutamos los
aromas, los sabores, las texturas… no se
preocupen, también fuimos muy saludables
y bebimos cerveza de frutas!
Una molécula gigante de hierro (Atomium),
las catedrales, el parlamento europeo…
todo impresionante! Pero lo mejor de
Bruselas es que uno solo puede caminar
por caminar y encontrar sorpresa tras
sorpresa en las paredes, pues ser la casa
de Tin Tin no es gratis y es así como los
muros encontraron un propósito muy
caricaturesco. Tras dos días de locura
Las calles caricaturescas de
encantadora en Bruselas tuvimos que
Bruselas.
partir… pero a un sitio tan mágico que el
espacio en este diario no me alcanza. Así que hasta la próxima!
Episodio 40: 8 de mayo de 2012 – La ciudad embrujada
Narices largas y puntudas, verrugas, risas
malvadas y agudas que penetran los
oídos, escobas voladoras como medio de
transporte y la autoría de muchos eventos
infortunados. Todas estas cosas juntas no
tienen otro nombre: Brujas! Muchos le
temen a dicha figura e, incluso, a uno que
otro personaje femenino (con frecuencia
si son suegras) se le ha dado dicho título
expresando rechazo. Nada bueno
parecería asociarse a dicha palabra.
Nada hasta que uno escucha a la gente
Los famosos canales de Brujas.
hablar de una ciudad maravillosa que
lleva dicha temida palabra como nombre.
Cuando de pronto mencionaba por los pasillos de Bayer que visitaría dicha ciudad
todos me asociaban de manera directa el nombre a una película que,
sinceramente, ni siquiera conocía, pero cuyo título en alemán hablaba tan mal de
la ciudad como
la palabra
Brujas: “Brügge
sehen und
sterben” (Ver
Brujas y morir).
Ante tantos
malos presagios
uno no sabe si
sea una buena
idea ir a dicho
Los paisajes encantados de Brujas. De noche o de día Brujas
rincón del
encanta.
mundo.
Sin embargo, no hay que apaciguar el aventurero que llevamos dentro y fue así
como, con todas las expectativas, nos subimos en el tren Bruselas-Brujas. Al
llegar la mirada se asoma tímida por la puerta de la estación central, como
anticipando lo que espera al resto del cuerpo
antes de que los pies toquen lo desconocido. Pero
la mirada aceleró el paso y en pocos segundos
estábamos allí, con la boca abierta y las ganas de
conocer cada rincón totalmente despiertas. La luz
tenue que acompañaba las calles empedradas,
con los canales y la sobria arquitectura hacían
que uno simplemente se dejara llevar por los
caminos, que quisiera perderse por las calles
El picnic sazonado con la
(afortunadamente no era yo la que portaba el
brisa de las Costas belgas.
mapa).
La magia de la noche en
Brujas, que la hacía tan
romántica e inspiradora, no
se perdió con la luz del sol.
En este punto debo decir
que no estoy del todo
segura cuál es a todas estas
la ciudad del amor, si Paris
o Brujas, pues en las
plazas, en las calles y en
cada rincón se comprobaba
que el romance estaba en el
aire. Y no lo digo sólo por
los jóvenes viajeros
enamorados que visitaban
la ciudad: parejas de todas
No se necesita más, sólo la persona querida al lado y
las edades demostraban a
se tiene un cuadro muy tierno.
su modo un amor tierno con
pocos o muchos años de historia. Uno se da cuenta que no se necesita un
restaurante costoso ni nada de lujos para que el amor florezca… compartir unas
papas a la francesa sentados en cualquier rincón de un sitio concurrido puede ser
el momento más hermoso.
Deslumbrados con tanta belleza e
historia decidimos ir más allá… 16 km
más allá para ser más precisos,
cobrándole a las piernas todo el
ejercicio que no se había hecho en los
últimos meses, pues fue un poco más
de una hora en bicicleta lo que nos
tomó llegar hasta la frontera con el mar.
A pesar de un sol fuerte que hacía el
clima perfecto (y que por cierto me
permitió recuperar un poco de mi
“morenidad” perdida durante el invierno)
Sí hay brujas... y convirtieron a las
palomas en cisnes.
la playa estaba casi sola, haciendo
nuestra visita exclusiva y la vista aún
más maravillosa. Faltaba solo el cierre perfecto, uno de esos momentos donde la
mente queda en calma para solamente admirar y guardar en la memoria: un picnic
sencillo pero suficientemente especial para cerrar el viaje con broche de oro.
Así terminó nuestro fin de semana Belga y dejamos atrás esa ciudad tan
maravillosa, donde los cisnes dejan de ser un animal exótico para convertirse en el
homólogo de las palomas en Bogotá y que, como bien lo supo expresar mi mamá
cuando le conté sobre tan maravillosa experiencia: una ciudad que, lo único malo
que tiene, es tan horripilante nombre.
Episodio 41: 14 de mayo de 2012 – Un plano, una taza de café y a trabajar!
El tiempo ha demostrado tener alas y es así como ha pasado volando frente a
nuestras narices y, sin que nos diéramos cuenta, ya se acerca la fecha de tomar
un avión de regreso a casa. Este año que casi llega a su fin nos proporcionó
muchos momentos resumidos en distintas etapas: el colombiano que se ajusta al
cambio, el que viaja, el que comparte con muchas otras culturas, el que estudia y,
en estos últimos meses, el que trabaja. Y sí que les puedo decir que esta última
etapa nos ha cambiado! Creo que uno pasa tantos años estudiando que a veces
olvida qué viene después de ello y, siendo nuestra primera experiencia dentro del
brazo económico haciendo aquello para lo cual nos hemos “quemado las
pestañas” quiero compartir con ustedes cómo ha sido ésta experiencia.
Las 8 letras que
TRABAJAR tiene
implican tantas cosas
que les aseguro es
imposible comprender
hasta cuándo uno
realiza esa acción. En
nuestro caso no se trata
solamente de cumplir
con las muchas
responsabilidades que
se asumen al momento
de poner su nombre
sobre el contrato:
recordamos todo el
esfuerzo y la adrenalina
que se requirieron para
Cada mañana y cada tarde me encuentro con este
obtener nuestra práctica
famoso símbolo (Bayerkreuz) que me anuncia que llegué
en Alemania y por eso
a mi sitio de trabajo.
no queremos
decepcionar ni a la persona que nos seleccionó para dicho puesto y mucho menos
a nosotros mismos, pues al fin y al cabo, es como una prueba de fuego que dará
un indicio de si tenemos o no madera como ingenieros.
Por lo mismo, cada tarea es un reto y uno se lo toma como personal. Debo
confesar que ha habido momentos en los que hasta mis compañeros de oficina
me dicen que me debería tomar una pausa para tomarme un café o un Chocciato,
que es sólo una práctica y que uno está ahí para aprender. Y en efecto lo he
aprendido, pero también he aprendido que un puesto de practicante en Alemania
tal vez es una de las mayores ventajas de ser un estudiante en este país, pues
esta experiencia, que para nosotros es tan única y valiosa, es para los estudiantes
en las universidades alemanas un requisito. Por lo general los estudiantes
alemanes hacen varias prácticas a lo largo de sus estudios, con lo cual, cuando se
gradúan, ya tienen una buena experiencia acumulada.
Uno invoca en la mente todas aquellas clases que tuvo en la universidad, recuerda
muchas veces “eso lo tenía en mis apuntes” y añora que los tuviera cerca aunque
muchas veces eso ni ayudaría pues no todo y más bien poco funciona como en la
teoría. Sin embargo, uno no está solo y es así como el título de Jefe se desvanece
detrás del de Betreuer (consejero), quien está ahí justamente para eso, para
ofrecer un consejo de mano de la experiencia. Me ha pasado con frecuencia que
lo que duré pensando y desarrollando durante horas sin éxito, resulta tener una
solución sencilla que ni se me había pasado por la mente pero que mi Betreuer se
imaginó en pocos minutos.
Y los alemanes
tienen clarísimo
que el mundo
laboral no es un
jardín
demargaritas y es
por ello que las
empresas
invierten en ello
que puede mitigar
el estrés laboral,
hacer a sus
trabajadores más
felices y, a fin de
cuentas, más
efectivos. Las
salas de café, los
jardines y zonas
verdes cerca a las
instalaciones de la
empresa y la
Kantine (que aunque suene a Cantina no es para beber… se trata del restaurante
de la empresa) están para que lo frío y gris que puede tener la ingeniería tome una
mejor forma y que el tiempo al día que se debe trabajar semana (a veces definidas
o no dependiendo de la empresa) sean realmente productivas.
¿Estresado después de una mañana de arduo trabajo? A veces
vale la pena darse 15 minutos de esparcimiento en el Japanischer
Garten después del almuerzo para retomar fuerzas.
Hoy considero a todos y cada uno de los trabajadores, pues ya sé, en carne propia
que no es una tarea fácil despertar cada día a enfrentarse al reto laboral; pero por
otro lado no puedo estar más feliz al saber que lo que voy a hacer en las próximas
horas es lo que finalmente me apasiona tanto que me trajo hasta aquí, así de vez
en cuando me quiera sacar un par de canas. Quedan unas pocas semanas de
esta etapa como practicantes en Alemania y hay que aprovecharlas, aprendiendo
y por supuesto disfrutando mucho de la vida laboral.
Episodio 42: 24 de mayo de 2012 – Europa al natural
Para nadie es un misterio que cada esquina del continente europeo encierra
historia, arte y cultura. En las ciudades abundan los museos, las iglesias y
construcciones de hace muchos años que siguen sorprendiendo a los visitantes
como tal vez lo hicieron al momento de ser inauguradas. Aprendiendo tantas
cosas nuevas y sabiendo que hay tantas maravillas por doquier (tantas que quizás
una vida no alcanzaría para deleitarse con todas) uno se sorprende de escuchar
cómo los propios europeos dicen con frecuencia: “ya conoces más de Europa que
yo”. Y en efecto, creo que lo mismo sucede cuando un extranjero va a Colombia:
terminan conociendo más de nuestra tierra querida que nosotros mismos.
En otras ocasiones,
hablando de los muchos
destinos que se quieren
visitar, sale a flote el
comentario de que ya es
suficiente de historia y arte,
y que por eso muchos
europeos viajan a destinos
como Sudamérica, pues
prefieren deleitarse con las
maravillas de la madre
naturaleza. Entonces
recordé mi imagen de
Europa antes de pisar
estas tierras: pensaba en
los edificios de Gaudí, la
A disfrutar del verano y los paisajes europeos.
torre Eifel, las ruinas romanas, la
puerta de Brandemburgo, etc. Todo
proveniente de la mano del hombre. Pero estando aquí la visión cambia: viajar en
tren es parte del deleite mismo de viajar porque
permite admirar los paisajes y ver maravillas
como los Alpes, las playas, los bosques y las
praderas embellecidas ya sea por la nieve o por
las flores realmente deja sin aliento.
Hace poco nos arriesgamos a una aventura
ecológica. Las personas hablaban sin parar de
una vista maravillosa en un rincón lleno de agua
ubicado entre tres naciones vecinas. Recorrer el
borde del Bodensee permite pisar suelo alemán,
austriaco y suizo, aunque, para ser sincera, el
paisaje parece del otro mundo, y más si a las
azules aguas y a las montañas las acompaña un
sol veraniego.
Un maravilloso atardecer en el
Bodensee.
El plan -camping- sonaba demasiado atractivo y más cuando uno intenta perderse
un poco en la naturaleza. Al acercarnos al sitio de camping (pues dicho plan sólo
es permitido en determinadas zonas) nos imaginábamos un gran espacio lleno de
carpas, muy al estilo del camping colombiano (según lo que había oído, pues
realmente soy novata en el tema). Llegamos y fue inevitable sentirnos fuera de
lugar: el sitio de camping parecía más un parqueadero, pues sólo un pequeño
número de personas tenían carpa y, en cambio, las casas rodantes abundaban. El
estilo de viaje “guerrero” que se nos había pasado por la mente se cambiaba por
el de comodidad móvil. Aunque la primera noche no dejábamos de encontrar eso
como algo gracioso, a la mañana siguiente le encontramos su sentido: el camping
alemán es también una excusa para hacer deporte y, es así, como acampar más
allá de dormir en una carpa es levantarse temprano para montar bicicleta en el
maravilloso entorno o hacer caminatas ecológicas. La llegada del verano se siente
además con ese tipo de actividades, pues si nos habíamos especializado en los
planes “indoors”, ahora no se desaprovecha ni un instante para sentarse a la orilla
del rio o
hacer el
amado
Grill.
Y porque
en efecto
los
europeos
son
consciente
s de que
sus
recursos
naturales
no son tan
abundantes
como los
que
nosotros
tenemos, el
cuidado
Nuestra pequeña carpa a pocos metros del parqueadero de casas
que hacen
rodantes.
de ellos
salta a la vista. Los ríos, los mares y en general, todo rincón de naturaleza que
uno se puede encontrar está limpio y cuidado. Las aguas azules del Bodensee nos
hacían “ojitos” y así nos decidimos a incursionar en una variedad de actividades
para disfrutar de ellas. Buscamos un sitio para hacer Kayak y nos recibieron con la
oferta de un paquete que incluía un curso introductorio de un día, dado que nunca
antes habíamos montado en Kayak. No teníamos tanto tiempo para la
introducción, así que a riesgo propio nos montamos en nuestros Kayaks sin tener
una idea clara de siquiera cómo teníamos que tomar el remo. Un inicio dudoso y,
tras cinco minutos, nuestro pasado indígena salió a flote (literal y metafóricamente
hablando). En un par de horas lográbamos alcanzar buena velocidad e, incluso,
jugamos “Kayaks chocones”… resultamos siendo unos expertos completos.
Así nos vamos
quitando la
imagen de una
Europa cubierta
de cemento que
teníamos antes
en el imaginario
y disfrutamos de
los paisajes en
cualquier época
del año: las
flores, las hojas
otoñales, el
verde veraniego
o el blanco
invernal… todo
combina con la
belleza del viejo
pero muy muy
Uno de los momentos más emocionantes de nuestra guerra de
bello continente.
Kayaks chocones.
Episodio 43: 1 de junio de 2012 – De los mitos sobre los alemanes
La fama que tenemos como latinoamericanos y como colombianos alrededor del
mundo es un tema de conversación cuando uno comparte con otra cultura. A
menudo surgía la pregunta: ¿Qué es lo primero en lo que piensa la gente de tu
país cuando escuchan....? Si uno dice “colombiano”, las respuestas pueden ser:
en café, que son alegres, que bailan salsa o en que en Colombia hace mucho
calor (me ha tocado explicar en repetidas ocasiones aquello de los pisos
térmicos). Pero también está ese lado tortuoso: la cocaína, la guerra, los
secuestros, la corrupción.
Cuando en la pregunta al final se escuchaba “alemán” se me venían a la mente
esas muchas maravillas que hicieron estar Alemania un sueño para mí. Sin
embargo, la pregunta no era qué pensaba yo, sino las personas de mi país, y era
fácil darse cuenta cómo no sólo nuestra fama está empañada por las acciones de
unos pocos… sino la de los alemanes también: racistas y fríos es muchas veces la
respuesta que en nuestro país se daría a esa pregunta. Así que este diario está
dedicado justamente a eso, a contarles, de mano de la experiencia que estos
meses me ha dejado, cuál es la imagen que me llevaré de los alemanes de
regreso a casa.
Debo confesar
que muchas
personas, e
incluso mis
papás, miraban
mi cara con un
poco de angustia
mientras
comentaba que
en poco tiempo
mis zapatos
pisarían tierras
alemanas. En su
mirada se leía la
pregunta de qué
sería de mí por
estos lares
teniendo en
cuenta que el
tono de mi piel no
Pluricultural: Alemania sabe que en la variedad está el placer.
es precisamente
blanca. Yo procuraba sacarme todos esos miedos de la cabeza y tranquilizarlos…
pero no puedo negar que en el fondo sí tenía un poco de susto. Llegamos a
Alemania. Pasaron los días, las semanas y hoy, 10 meses después de habernos
bajado del avión y llegar a Alemania, no puedo recordar un momento en el que el
color de mi piel haya sido una barrera.
En cuanto a
la frialdad en
Alemania…
sí, se sintió y
mucho, en
enero sobre
todo, cuando
hacía -20˚C.
Por lo
demás,
Alemania no
tiene nada de
frío:
obviamente
se siente
cierta
diferencia.
Uno en
Colombia
habla un par
de veces y
Ellos nos mostraron su mejor lado... Nosotros tratamos de hacer lo
una relación
mismo!
se entabla,
un beso en la mejilla se da hasta en el primer encuentro. Mientras que aquí el
saludo es de lejitos. Sin embargo, y así como uno se trata de adaptar a las
costumbres de ellos, ellos procuran hacer lo mismo para hacerte sentir más
cómodo, y de repente te sorprenden con un abrazo de saludo o un beso en la
mejilla (incluso dos cuando piensan que es como en España). Por otra parte, el
título de amigos es de verdad y sólo se lo dicen a personas que lo merecen y es
así que, cuando te dicen “amigo/a” es un gran honor, pues los demás son solo
“Bekannte” o “Kollegen” (“Conocidos” o “Colegas”).
Y si uno está totalmente perdido, el mapa no sirve de nada y no hay GPS que lo
saque del embrollo, no hay mejor sitio para eso que Alemania, pues solo basta
poner gesto de confusión y en unos segundos hay una persona ofreciéndote
ayuda. Lo digo muy en serio, pues me ha pasado no una sino varias veces. Y esa
voluntad para ayudar es en todo: una duda, una maleta pesada, un consejo o lo
que sea.
Así que, a modo de agradecimiento a los excelentes anfitriones que han sido los
alemanes, este es mi granito de arena en contra de los prejuicios que tanto a ellos
como a nosotros como colombianos aún los persiguen: yo les muestro a ellos que
de Colombia hay más que malas noticias y me alegro de ver que alemanes es
igual a gentileza, colaboración, calidez y tolerancia.
Episodio 44: 8 de junio de 2012 – Y Olé!
Sí señores! Parece que el verano ha llegado. A veces nos sorprende con una
semana de clima bogotano (lluvia, algo de sol), pero de todas formas esos días
pasan y sigue siendo verano, la estación del año donde todos los planes que se
habían olvidado en el invierno se vuelven a poner en la lista de actividades y en la
que, además, hay tiempo extra para hacerlo debido a que los días son más largos.
El plan brisa, sol y playa, por ejemplo, se volvió a colar en nuestras agendas. Para
cumplir con dicho plan tomamos un avión que nos llevaría al país de las tapas, la
paella, el flamenco y los campeones del mundial. Barcelona nos recibió con muy
buen clima y muy buen ánimo.
Disfrutando del sol veraniego en la plaza España.
Debo confesar que en
un principio me
imaginaba a Barcelona
como una ciudad con
un carácter un poco
más latino: quizás un
medio de transporte
poco estructurado y
una ciudad un poco
sucia. Pues resultó ser
todo lo contrario. No
solo pudimos viajar en
metro muy
cómodamente y sin
mayor complicación,
sino que
además cada
estación y cada
calle parecían impecables y, más aún, una obra de arte.
Y si a alguien le hubiesen vendado los ojos, se lo llevaran para Barcelona y le
destaparan de nuevo los ojos en una calle cualquiera, estoy segura de que esa
persona podría reconocer de inmediato el país: los balcones con puertas de
madera, las flores colgando de la baranda y el estilo mismo de las casas le dan un
aire español innegable. Uno va caminando por las calles barcelonesas y de
repente, en medio de las fabulosas casas españolas aparece una obra que parece
sacada bien sea de un cuento o de una película de Tim Burton. La construcción
grita Gaudí por donde se les mire y es un estilo en realidad tan único y genial, que
uno comprende por qué ese nombre retunda alrededor del mundo. Absolutamente
todo deja con la boca abierta y, como en muchas otras ocasiones uno se pregunta
por qué las cámaras no pueden capturar las imágenes en una forma tan
increíble como lo hacen los ojos. La Sagrada Familia, la pedrera, la casa Batló,
entre muchas otras: geniales, locas y, como se dice en alemán, Atemraubend (te
roban el aliento).
La esencia innegable de las
calles españolas.
Pero una casa en medio de muchas no era
suficiente y es así como hay una zona de la ciudad,
el monte Güell, en donde Gaudí vivió y, siendo así,
cada edificio es de locos. Uno sube y sube por este
monte en donde hasta la flora es diferente (cactus
con flores multicolor) y, estando en una de las cimas
se deslumbra la fabulosa ciudad en todo su
esplendor: La Sagrada Familia y la Torre Agbar (Un
edificio de cristal en forma de huevo) sobresalen
sobre el resto y al fondo el mar, ese mar donde la
gente disfruta del verano y cuyo puerto, el puerto
Colón, no solo se trata de transporte marítimo, sino
como el resto de la ciudad, tiene una arquitectura
increíble y una vista para fotografiar.
El monte Güell, la obra de Gaudí.
Dejamos Barcelona pero nos
llevamos recuerdos únicos de esa
ciudad, también única. Aunque
tuvimos un fin de semana en
castellano (y también con mucho
catalán) se acerca el momento
definitivo de cambiar el modo
idiomático a alemán nivel C1: la
próxi
ma
semana
algunos de los jóvenes ingenieros presentaremos el
TestDaF y se pueden imaginar los nervios que
tenemos! La próxima semana les contaré un poco
más al respecto.
La infaltable foto en la Sagrada
Familia.
Episodio 45: 14 de junio de 2012 – Del idioma de los ladridos
No nos digamos mentiras: mencionar que uno aprende alemán genera en la
comunidad una reacción un poco diferente a la que produciría decir se está
aprendiendo francés o italiano. Aún recuerdo cuando, al construir mis primeras
frases en alemán, la gente me preguntaba: “¿Alemán? Pero si eso suena como a
regaño!”. Muchos decían que incluso ‘Ich liebe dich’ (te amo) suena como una
amenaza de muerte, y que una conversación entre amigos podría ser fácilmente
un intercambio de insultos. Incluso recuerdo un comentario que salió a flote en una
conferencia del DAAD, donde salió a modo de chiste: mientras el inglés es el
idioma de los negocios y el francés el del amor, el alemán parece el lenguaje para
entrenar a los perros!
Pues bien, hace casi dos años empecé a aprender alemán con la meta de llegar a
Alemania. Poco a poco ese idioma empezó a sonar familiar, aprenderlo se tornó
interesante y de repente sonaba hermoso. Era nuestro compañero varias horas a
la semana, pero once meses atrás se convirtió en todo lo que nos rodeaba: la
publicidad, las preguntas, el estudio, los chistes, todo estaba en alemán. Los
primeros días sólo podíamos decir frases tímidas a una velocidad no muy buena e
incluso en los cursos de alemán, si alguien decía: “nos tratan como a niños de
cinco años”, no podíamos evitar pensar cómo nos encantaría hablar en alemán
como un niño de 5 años…
Dos semanas después,
con esfuerzo y un poco
de valentía al intentar
hablar a pesar del miedo
de hablar y cometer
errores, el alemán
empieza a fluir. El
cerebro se encuentra
sumergido en una salsa
de declinaciones,
Nebensätze y participios
sin posibilidad de
escapar, siendo su única
opción la de unirse al
“enemigo”.
Cada salida a la calle,
Durante los primeros días en Alemania..Aquí nuestro
cada ida al
amigo Diego repasaba vocabulario antes de entrar a
supermercado, cada
nuestra clase de alemán en Marburg...
segundo en la
universidad o en el trabajo es la oportunidad para mejorar. Si uno quiere tener un
espacio de aprendizaje más personal hay opciones por donde se vea, sólo hay
que buscarlas y aprovecharlas. Ese es el caso del Tandem: al principio no sabía
qué significaba, pero resulta que se trata de una bicicleta para dos. Aplicado al
idioma es casi lo mismo: dos personas que buscan aprender un idioma, en mi
caso alemán y en el de mi Tandempartnerin español, unimos fuerzas para
avanzar. Uno o dos encuentros a la semana servían para practicar un par de
horas extra, para recibir consejos y, por supuesto, para compartir sobre la cultura.
Nina, mi Tandempartnerin, me mostró y me enseñó mucho de Alemania y de la
cultura Franken. Ella aprendió cómo es en realidad la vida en Colombia, cómo es
la gente, la cultura y, dado su interés especial, la comida. Le enseñé que las
bananas de pueden cocinar (o al menos así lo expresaba ella, teniendo en cuenta
que plátano, se dice
Kochbanane) y, más aún,
una vez aprendió a hacer
patacones, los cocinó un
par de veces para su
familia.
Todos fueron pequeños
pasos que hoy por hoy nos
permiten compartir y
disfrutar mucho más de
Alemania. A veces
nosotros mismos nos
sorprendemos: caminas
tranquilamente, meditando
sobre tu día y de repente
te falta una palabra…
Aquí en una tarde de café con mi Tandem y con mi
Buddypartner.
¿Qué pasa? Resulta que
estabas pensando en
alemán! O no se sorprendan si incluso alguna vez escuchan a un amigo
colombiano que, hablando entre sueños, balbucea frases completas y
gramaticalmente perfectas en el
idioma de Lutero. Incluso
nuestros padres han aprendido a
costa nuestra un par de palabras
en alemán, pues en nuestras
conversaciones aparecen con
frecuencia palabras en alemán
que ya son tan naturales, que
incluso el traducirlas al español
cuesta trabajo.
Cantar canciones en alemán a
grito herido, discutir a lado de
una cerveza, pedir indicaciones
en una calle desconocida y hasta
chatear con los amigos alemanes No hay escapatoria! El alemán se apodera de
por Facebook: todo nos trajo a un nuestros pensamientos.
punto casi obligatorio: un examen
de alemán. Mientras el Zertifikat Deutsch marcó el inicio de este año único, el
TestDaF, que muchos presentamos hoy, representa que nuestro nivel de alemán
ya llegó a un punto que nos permitirá hacer estudios de postgrado en alemán. Así
que, por donde se le mire, el alemán no es un lenguaje de perros: es el lenguaje
que nos ha permitido cumplir muchos sueños y que nos cumplirá muchos más. A
todos mis queridos becarios colombianos que presentaron o presentarán el
examen: “Ich drücke euch die Daumen!”
Episodio 46: 21 de junio de 2012 – La fiebre de la pecosa en Alemania
Seguir un balón con la mirada, sentir la tensión del tiro en dirección al arco y
cantar al final, como si se fueran a salir los pulmones un GOOOOL!!!!!!!!!!!!!!!!! es
algo mundial. La pasión por el fútbol es algo que trasciende fronteras y en
Alemania se vive con una pasión que, si soy sincera, a veces me parece de
mentiras.
Por estas fechas se celebra en Europa la EM (Europameisterschaft o Eurocopa).
Desde hace un par de meses se escuchaban las expectativas de los resultados e,
incluso, entre practicantes se organizó una “Polla” (en español colombiano
significa “Apuesta”). El primer día se observaban los grupos de personas de otros
países cantando en las calles sus victorias. Pero los alemanes, que por lo general
son tranquilos y disfrutan del silencio y la calma ¿Cómo viven la pasión de un gol?
¿Cómo apoyan a su selección?
Junto con
Mauro, amigo
colombiano
becario de la
Universidad de
los Andes, y
Stefan, un
amigo alemán
de aquellos
tiempos en
Marburg, nos
encontramos
para recordar
buenos
momentos y, de
paso, sentir la
pasión
futbolística
alemana. Hasta
Nos reunimos a observar el segundo partido el el estadio Lanxesspara el fútbol se
Arena en Köln. La pasión por el fútbol reunió a cientos de
planea: llegan
alemanes en ese mismo punto.
horas antes del
partido al sitio donde lo van a ver, llegan listos con sus camisetas y con los rostros
pintados y ponen el ambiente cantando, gritando y saltando, como en cualquier
otra parte del mundo.
Hoy los alemanes pueden disfrutar del amor por su país y mostrarlo en las calles. Aquí
una ola de amor alemán en la Brandenburger Tor.
En las calles se ve la bandera Schwarz-Rot-Gold por doquier. En las ventanas, en
las camisetas, en los autos. Una pasión absoluta reflejada en la decoración, algo
que aunque podría parecer muy normal para muchos, incluso para mí (aunque no
soy amante del
fútbol), significa
demasiado para el
pueblo alemán,
detalle del cual sólo
me enteré días
atrás. Resulta ser
que ese lado
oscuro de la historia
alemana ha tenido
muchas
repercusiones y,
entre ellas, se
encuentra el hecho
de que, hasta hace
pocos años, no era
bien visto que la
gente mostrara
sentimiento patrio
Mauro compartiendo una bebida con un hincha alemán en el
por Alemania pues
primer partido de Alemania en la EM.
lo asociaban con el
nazismo. Hoy pueden gritar y vivir el amor por su país libremente, y ello hace que
la fiesta futbolística tenga un sabor mucho más profundo que un gol.
Al iniciar el partido, todos de pie, cantan el himno alemán y con cada jugada el
ánimo sube. El ambiente es el de amigos viviendo juntos la pasión y las mujeres
viven con igual pasión cada jugada (no se imaginan la cantidad de conversaciones
acerca de fútbol en las que dos de mis compañeras de oficina incurren con
frecuencia). Es bastante entretenido porque en situaciones como esas uno nota
cuán rápido es el español (ya me lo habían dicho un par de veces) y, aún más,
cuán grande es la capacidad de los comentaristas colombianos para llevar esa
velocidad a puntos en los cuales ni ellos respiran mucho ni uno comprende
demasiado. La narración en alemán es más calmada y pausada. Uno nota las
jugadas primordiales y los comentarios relajados sobre la técnica de los equipos.
Un momento cumbre de silencio en que todos se ponen de pie y de repente
TOOOOOOOOOR!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Los alemanes entonces sacan todo su espíritu gritón y parrandero que
normalmente no demuestran, la fiesta se prende, los abrazos de celebración se
dan por doquier, las mesas se convierten en pistas de baile y los cánticos
retumban. La fiebre del fútbol, al parecer, no distingue ni siquiera culturas… Así
que mientras la fiesta del fútbol continua por Europa y Alemania avanza en la EM,
qué mejor que compartir con los amigos al sabor de un gol.
Episodio 47: 29 de junio de 2012 – La visita del Herr Doktor
Estando en estas tierras alemanas, los becarios colombianos hemos vivido cientos
de aventuras. Mudanzas, viajes, clases, trabajo, amigos… miles de grandes y
pequeños momentos que se convierten en memorias invaluables que llevamos
con nosotros. No todo ha sido fácil, por supuesto que no! Lo que es difícil en
Colombia para nosotros como jóvenes es aún más complicado de afrontar estando
lejos de casa. Pero así hemos crecido y, aún más, nos hemos sostenido los unos
a los otros al constituir, entre amigos, una familia.
Ese cuidado familiar se ha visto hasta en momentos de enfermedad. Y es que
justamente ese es el momento que uno nunca se imagina cuando empaca maletas
para venir a un año de intercambio: uno piensa en las despedidas, las metas, los
retos; pero a mí, por mucho, se me pasó por la mente que me podía dar gripa o
dolor de cabeza. En efecto gripa nos dio. Alrededor de 20 de los 29 jóvenes
ingenieros colombianos estuvimos por las calles de Marburg con pañuelo en
mano, pues el cambio de clima sumado a la descarga de energía de los primeros
días tuvo su efecto sobre nuestra salud.
Jóvenes Ingenieros... ahí donde nos ven, tan sonrientes en Aachen, estábamos en la
lucha contra un virus que dejó a solo pocos becarios colombianos en paz
A mí, que la gripa con particular frecuencia me patea, el estado de enfermedad me
llegó a preocupar. Una noche no podía casi ni respirar y sin mamá que me
consintiera o me llevara al médico no sabía qué hacer. Me dirigí a un Hausarzt
cerca de casa en Erlangen y me imaginé una cita normal: estetoscopio en pecho
en espalda, medida de tensión, una receta médica al final y al final, irme a la casa
a tomar té caliente. En efecto, así fue… sólo que a eso súmenle una prueba de
capacidad pulmonar y, ya que no se veía muy bien, una radiografía pectoral. Todo
ello por una señora gripa! Hasta me causó gracia (y en el fondo mucha
preocupación) que me hicieran tanto estudio por una gripa, pero al final me di
cuenta que el problema es que tal vez estaba acostumbrada a una atención
médica en la que realmente no eran tan atentos, mientras que aquí no descansan
hasta estar seguros del diagnóstico.
Pero una de las mayores aventuras médicas de las que hemos sido testigos es la
protagonizada por el becario con las mayores dotes de cantante y mi amigo
secreto meses atrás: Luis Carlos. Resulta que él y otros becarios viajaron hasta
Kassel para visitar al Hércules, uno de los símbolos de la ciudad. Estando allí y
para disfrutar el buen clima de Septiembre el grupo inició un juego.
Lastimosamente esos momentos de diversión fueron interrumpidos por un
incidente: Un movimiento rápido y en falso harían que la rodilla de Luis Carlos
quedara en una posición muy dolorosa. Tres minutos después había una
ambulancia allí, pero ya que el dolor era tan insoportable Luis Carlos no podía
decir más que “Mach mich schlafen” (palabras más o palabras menos para
“pónganme anestesia”). Como no había un anestesiólogo entre el grupo de
personas que lo atendían, no adivinan cuál fue la consecuencia: minutos después
llegó el anhelado anestesiólogo… pero como estaban tan lejos no llegó de
cualquier manera: llegó en Helicóptero!
Aquí Luis Carlos y otros becarios de México y Colombia
disfrutando el paisaje en Kassel... momentos antes de la aventura
médica de LuisCa.
Así que aunque
en efecto los
momentos de
enfermedad nos
dan nostalgia de
hogar, con
seguro médico
en mano y los
cuidados de
nuestra pequeña
familia de
becarios DAAD
hemos
sobrevivido a
todo y llevamos
estas memorias
y aventuras con
nosotros.
Episodio 48: 5 de julio de 2012 – De preguntas sin respuesta y últimas veces
Nerviosismo, entusiasmo, expectativa: una mezcla de sentimientos justo antes de
iniciar algo maravilloso y, más aún, si fue un sueño durante mucho tiempo. Pues
bien, han pasado cuatro meses desde ese momento de entre quiero llorar de la
emoción o correr del pánico, el momento en que por primera vez y con ritmo
cardiaco acelerado entré a Bayer, mi primer empleador y mi mayor reto en
Alemania.
Para ser sincera,
era algo un poco
más allá del
hecho de que
era mi primer
trabajo o que
debía poner mis
conocimientos
en práctica.
Durante muchos
años nunca me
imaginé como
“Paola la
ingeniera” sino
como “Paola la
doctora” y esa
imagen en mi
mente sólo se
fue días antes al
En mi primer día como practicante en Bayer. Cuatro meses atrás
cierre de
cuando tuve por primera vez mi identificación.
inscripción para
mi examen de
admisión a la Universidad Nacional. Fue un momento alocado en el que puse
muchas cosas sobre la mesa y dejé atrás la respuesta que había dado durante
años a la pregunta “¿qué quieres ser cuando seas grande?” para abrirle paso a
una carrera que había aparecido como una opción sólo meses atrás.
En la Universidad Nacional de Colombia en Bogotá, me aceptaron para ingeniería
química y todo empezó a fluir: me iba bien, fui aprendiendo poco a poco miles de
cosas interesantes y me fui encariñando con esa loca decisión. Pero siempre
queda el “que hubiera sido si…” y más de una vez me pregunté si realmente esto
era lo mío. Pues bien, ahora, en Alemania, y tras cuatro meses de hacerme una
idea de cómo sería mi vida trabajando como ingeniera, finalmente tengo una
respuesta:
Hubo muchos días de estrés, sentada frente al computador, lidiando con un
simulador que más de una vez me sacó canas. Y si, hubo momentos en los que
hacía algo que en mi cabeza parecía funcionar pero que a fin de cuentas no era
tan ideal según mis supervisores. Tuve muchos malos momentos en los que
sentía que por más que trataba no daba lo suficiente y creo que más de una vez
dije a mis papás: “me van a echar del trabajo”… lo siento, pero entro en pánico
con facilidad. Debo decir que los dos primeros meses fueron terribles, era una
montaña rusa de –lo hice bien, lo hice mal-. Pero luego vino la calma, conociendo
mejor mi trabajo me movía como pez en el agua y cada nueva tarea que me
ponían no resultaba en temor como al principio sino en interés.
Al final,
cuatro
meses se
pasaron
volando,
como
cuando
uno se
divierte y
es porque,
a fin de
cuentas,
tuve muy
buenos
momentos
en Bayer.
Conocí
personas
geniales,
aprendí
muchísim
o, tengo
una mejor
perspectiva ahora y, más aún, hoy no tengo nada más que decir a aquella joven
impulsiva que cambió el rumbo de su vida en 3 días que Gracias, pues AMÉ mi
trabajo en Bayer y hoy sé con certeza que fue la decisión correcta.
Uno de los muchos buenos momentos que tuve con mis compañeros de
Bayer. Esta vez aprovechando del clima veraniego.
Mis últimos días en Bayer fueron ocupados y nostálgicos. De repente todo evento
estaba antecedido por un “la última vez que”: la última vez que voy a almorzar al
restaurante de la empresa, la última vez que entro a Bayer, la última vez que
tengo Chocciato-Time con mis compañeros de oficina (tiempo de esparcimiento y
relax), la última vez que nos encontramos para una cerveza después de un largo
día de trabajo. Hasta que llegó la última vez que llegaba a la oficina de mi jefe
para una última reunión. La despedida llegó con muchas palabras que me hicieron
orgullosa de mi trabajo y que, para resumir, me decían que no, esa podía no ser la
última vez que me reunía con mi jefe, ni la última vez que entraba por esa puerta,
ni el último Chocciato-Time: las puertas quedaron abiertas pues al parecer no soy
la única persona feliz con el trabajo que hice en estos cuatro meses.
Me despedí
de mis
compañeros
con lo que
se hace de
costumbre:
una torta
para
compartir y
(ya que
estamos en
Alemania)
un par de
cervezas al
final del día.
Cuatro
meses en
Bayer
pasaron,
once meses
en Alemania pasaron y wow! Sí que me alegro de esa decisión que me trajo hasta
aquí, donde tantos sueños se hicieron realidad, donde crecí tanto en lo personal y
en lo profesional y sí que me alegro de poder usar, en esta ocasión en particular,
aquella frase tan oxidada pero con sabor a gloria: esto no es un adiós, no es más
que un hasta luego.
Episodio 49: 13 de julio de 2012 – La familia DAAD
Desde que obtuve el título de becaria del DAAD comencé a hacer parte de una
familia de personas de todo el mundo que siguiendo una pasión por distintas áreas
del conocimiento vimos a Alemania como “The Land of Ideas”, el escenario
perfecto para desarrollar proyectos, alcanzar metas y cumplir sueños. Y como
familia que se respete se reúne de vez en cuando para compartir todas aquellas
experiencias, me dirigí a Münster, ciudad estudiantil por excelencia, para asistir a
uno de los encuentros anuales de becarios del DAAD.
Entramos a un auditorio a esperar el inicio del evento y tras unos minutos de
chisme y tertulia con mi compañera de al lado, que además resultaba ser una
practicante de Bayer, tanto al mirar al frente como al mirar atrás se veía cómo
asiento tras asiento del auditorio se llenaba. Al final resultó ser que en la familia
DAAD tenía muchísimos primos y, por tanto, Münster resguardó a cientos de
becarios aquel fin de semana. Muchas veces se piensa que una beca es algo así
como la lotería: las posibilidades de ganarse una son una en un millón. Pero las
buenas noticias es que en este caso no todo está ligado a la suerte y por el
contrario uno puede hacer mucho en orden a pertenecer al grupo de becarios, que
este año consistía nada más y nada menos que en más de 60. 000 personas
alrededor de Alemania y provenientes de todo el mundo.
Algo que
me tomó
por
sorpresa
fue la
enorme
cantidad de
personas
que ahora
hablan
español y
que vienen
de muchas
partes del
mundo.
Estadounid
enses,
Eslovenos,
Rusos,
Rumano
El auditorio de la Universidad de Münster minutos antes de iniciar el evento.
s, entre
muchos
otros, me dejaron con la boca abierta cuando se dirigían a mí en un español casi
perfecto y sin acento. A fin de cuentas el español ha sido a lo largo de este viaje
un elemento más para romper el hielo y conocer más a personas de otras culturas,
que mediante el idioma quieren ver en Colombia mucho más de lo que se ve en
las noticias y que al final piensan que somos personas muy chéveres (palabra que
aprendieron muchos con ayuda colombiana).
En el encuentro había personas de todas las edades y áreas del conocimiento. En
su mayoría los asistentes realizaban sus estudios de maestría o doctorado, por lo
cual Sophia, Diego, Andrew y yo, todos jóvenes ingenieros colombianos, no
pudimos evitar sentirnos como los infantes del evento, ya que hasta ahora
estamos realizando nuestro pregrado. Sin embargo, al ver y escuchar las historias
de los demás asistentes se abre aún más la perspectiva y es inevitable notar que
la ventana de las posibilidades en Alemania no solo está abierta, sino que además
es enorme.
En la mesa, becarios de Chile, Argentina y Colombia en
nuestra primera noche en Münster. El recorrido por Münster,
una ciudad en donde
abundan las bicicletas y
los estudiantes, resultó
en una tarde
encantadora, en la cual
ni la lluvia logró mermar
el ánimo con lo cual,
aquella noche, la
energía era más que
suficiente para disfrutar
del cierre del evento.
Una cena junto al río y
una noche de baile
serían perfectos para
terminar de integrar a
esta gran familia.
Así que el fin de semana terminó con muchos
rostros felices que reflejan el agradecimiento por
las oportunidades que les ha dado una beca que
a muchos se les hace imposible de alcanzar,
pero que en realidad es un hecho del cual hoy
miles y miles de personas dan testimonio.
Gracias familia y amigos del DAAD!
El encuentro de becarios también fue
la ocasión perfecta para
reencontrarme con amigos Jóvenes
ingenieros colombianos. Aquí con
Sophia (Cronista del DAAD
Colombia), Diego y Andrew en
nuestro recorrido por el centro de
Münster.
Episodio 50: 19 de julio de 2012 – Acerca de contrastes y delicias en la
Europa del este
Un país que resulta ser la frontera de dos mundos, mucho tiempo la puerta que
permitiría tener el poder de todo lo que estaba más allá de él. Su capital transmite
una energía única en sus calles y fachadas y tiene tanta diversidad en sí misma
que no podría ser otra cosa que exquisita. Hoy les cuento sobre una de mis
últimas travesías durante este año de intercambio, una ciudad que definitivamente
da un buen cierre: Budapest.
Uno de los emblemas arquitectónicos de Budapest: El parlamento.
La ciudad es definitivamente revitalizante para el alma y el cuerpo. En su nombre
evoca dos elementos que tal vez resultan ser el conjuro que la hacen tan enérgica:
Buda significa agua (lo que habla de las muchas termales que hay en la ciudad) y
Pest fuego (que rememora las piedras ardientes en los tiempos de los húngaros,
aunque para ser sincera, por estos días hablaba del verano que, a diferencia de
Alemania, si parece haber llegado).
La arquitectura deja sin aliento por su belleza y su nostalgia, pues en muchos
casos su función es recordar lo inhumano del ser humano. Hay un distrito judío
porque mucho antes del tiempo Nazi los judíos ya vivían la marginación debido a
sus creencias y hay muchos muros que aún siguen en pie y que resultaban ser la
frontera del gueto que en
pocos meses de
ocupación llevó a la
muerte a miles de seres
humanos. Sin embargo,
las historias de bondad
también se encuentran en
las calles de Budapest y
muchos monumentos
buscar recordar a aquellos
que, arriesgando su vida,
buscaron salvar la de
muchos otros.
Pero el contraste en esta
maravillosa ciudad no sólo
se debate entre la tristeza
y la alegría de la vida o
entre el agua y fuego de
sus orígenes, sino también
entre dos sistemas: el
comunismo que reinó
durante 45 años y el
capitalismo que ha tratado
de instaurarse en los
últimos 20. El resultado es
que por una parte la
ciudad no sólo es muy
barata, sino que en las
Conmemoración a la bondad de aquellos que ayudaron
calles se encuentran
en medio del miedo y la desolación.
edificios clásicos y
modernos, viejos y nuevos. Muchos de los viejos se usan hoy como bares y
resultan ser una atracción para muchos.
Después de meses volvimos a probar una delicia que también es típica
colombiana: el chicharrón! ¿Quién creería que tan lejos de casa me podría
encontrar con semejante sorpresa en el plato? Los postres, las ensaladas y, por
supuesto, el Goulash (un poco diferente al que se come en Colombia) fueron el
deleite del paladar. Otro encanto es el que nos llevamos al disfrutar de esta
maravillosa ciudad de noche, en la cual las luces resaltan aún más ciertas
construcciones que son el emblema de la ciudad.
En medio de
la gentilidad
de los
habitantes (a
modo de dato:
en una cuadra
no una, ni dos,
sino tres
personas
diferentes nos
ofrecieron
ayuda al
vernos
buscando algo
en un mapa)
disfrutamos
uno de
nuestros
últimos días
en el viejo
continente. El
Ruinbar: Uno de los edificios en ruinas que quedaron tras el comunismo
broche
de oro
es hoy sitio de alegría y reunión para los habitantes de Budapest.
fue un baño en
los famosos termales que, después de meses de trabajo y días de caminata, y
ante un regreso que se
aproxima a velocidades
alarmantes, sirvió para alejar
el estrés, aliviar un poco el
cuerpo y prepararnos para el
trago agri-dulce que es volver
a la tierra del Sagrado
Corazón de Jesús.
Será que siendo esta la cuarta
vez que en un año
empacamos la vida en una
maleta, ¿ya dominamos el
arte? El momento de
averiguarlo se aproxima…
La vista nocturna de la ciudad desde Buda. Maravillosa!
Episodio 51: 27 de julio de 2012 – Sonriendo como la Mona Lisa
Debo confesar que a estas alturas del camino no me cabe la menor duda de que
el padre Tiempo le ha estado poniendo muy duro el pie al acelerador: Si me
preguntan, han pasado tan solo un par de meses, pero el calendario dice lo
contrario. Uno por uno los meses pasaron a una velocidad increíble y hoy escribo
este episodio como escribí el primero: con miles de cosas por empacar,
despedidas dolorosas por realizar y un avión que en 11 horas me ayudará a cruzar
el océano.
En nuestros primeros días en Alemania, Mauro ya conquistaba a las masas de todas
las naciones con su carisma y talento musical.
La bipolaridad nos inunda: momentos de inmensa alegría por volver a casa, por el
reencuentro que desde hace un año prometimos y anhelamos, por un momento de
gloria en el que sabemos que escucharemos el canto de los ángeles al probar de
nuevo una deliciosa comida colombiana con sabor a toda Colombia (porque hasta
tamales hemos encontrado por estos lados, pero solo ayudan para lidiar con el
antojo, pues el sabor a casa y a tierra querida aún se quedan cortos). Pero por
otra parte no escapamos de momentos de nostalgia al pisar por última vez algún
lugar, al ver por última vez el rostro de tantas personas valiosas que hicieron de
este año una experiencia maravillosa y al pensar en el momento en que dejamos
este hermoso país de contrastes y mitos que poco a poco nos robó el corazón y se
convirtió como en un segundo hogar.
Fueron muchas las etapas que afrontamos en el país de la puntualidad y la
cerveza: aprendimos a empezar de ceros y a construir una vida incluso lejos de
los que siempre fueron y han sido nuestro soporte; asimilamos tantas diferencias
con tantas culturas que hay en este mundo y aprendimos de ellas para volvernos
quizás un poco más tolerantes, para valorar lo bueno e intentar mejorar lo malo
(encabezando la lista estuvo el hecho de aprender el uso apropiado del reloj).
Estudiamos, trabajamos, vimos fútbol, celebramos y vivimos a la alemana durante
un año y así, poco a poco, todos sacamos un poco de Alemania y lo cultivamos en
nuestras vidas. Si a eso se le suma la gentileza con la cual nuestros anfitriones
nos recibieron en su país, no podemos negar que nos sentimos tan cómodos en
este país que al principio parecía tan ajeno que ahora se nos hace difícil decir Auf
Wiedersehen.
Marsella: uno de los paraísos que visité en mis últimos días en Europa. Una playa en
Marsella como ninguna otra.
Tras dejar vacío mi escritorio en Bayer, las últimas semanas las he empleado en
disfrutar de Europa, con su diversidad, su historia y clima veraniego (que en
ocasiones, cuando llegamos a sentir no 25 ni 30 sino 40˚C nos hizo desear un
poco del frio primaveral). Me divertí como nunca, conocí lugares de ensueño y me
encontré con muchas personas que al compartir sus experiencias enriquecieron la
mía. Después de un largo viaje se extraña el hogar y después de semanas de
travesía extrañé a Alemania y a su gente, de modo que al volver para empacar mi
vida en un par de maletas me alegré de estar en casa, me alegré del poco tiempo
que queda para ver a mi familia y amigos y empecé la ardua tarea de empacar…
nuevamente.
Faltan dos días para que se enciendan las turbinas de aquel avión que me llevará
a Colombia y como buena colombiana dejé la dolorosa tarea de empacar para el
último momento. Los 29 becarios colombianos que estamos ahora en Alemania
nos encontraremos nuevamente en un aeropuerto y miraremos por la ventana
cómo nos alejamos de nuestro hogar alemán para aterrizar en el colombiano. No
cabemos de la dicha ni de la tristeza así que no olviden llevar un paquete de
pañuelos pues las lágrimas agridulces en el aeropuerto no se harán esperar.
En cada lugar hicimos amigos tan preciados que hacen tan difícil la despedida y que
son una gran parte de lo que extrañaremos de este nuevo hogar.
El próximo episodio será desde Colombia y les contaré como fueron esos temidos
y anhelados momentos del regreso. Por ahora solo queda la palabra de moda: Auf
Wiedersehen.
Episodio 52: 4 de agosto de 2012 - Transmitiendo desde el otro lado del
charco: llegó el momento de la despedida
Empacar la vida en una maleta (o en dos) puede ser una de las tareas más
difíciles que se pueda tener. Implica, por un lado, que debemos tener una
capacidad elevadísima para manejar bien el espacio y, por el otro, que ninguna
huella material nuestra quedará tras nuestra partida. Los recuerdos, sin embargo,
son imborrables y al abandonar nuestro “nido alemán” es inevitable dejar de
sonreír por los buenos momentos y agradecer por cada segundo que pasamos
allí.
Esa última mañana en
Alemania,
como
de
esperarse, no tuve que
esperar al sonido del
despertador para abrir los
ojos. La emoción de volver a
casa y la consternación de
dejar aquel lugar, que ya se
sentía tan propio, no
permitieron “pegar el ojo”
después de las 5 am, con lo
que la travesía empezaría
desde
muy
temprano.
Desde allí seguiría una
rutina de despedidas: “Adiós
habitación, adiós estación
Hace un año una primera foto de los jóvenes
del S-Bahn y adiós Köln”.
ingenieros colombianos en el aeropuerto de Frankfurt.
En el aeropuerto se dio un
Cómo hemos cambiado desde entonces!
espacio para el encuentro
de los 29 colombianos que un año atrás llegamos a Alemania tomando foto a
todos los carteles en alemán que se nos cruzaban por el camino, tan
entusiasmados y esperanzados de todo lo que se venía por delante. Al hablar de
las experiencias de este año y hacer un balance de la situación llegábamos a la
misma conclusión: cada esfuerzo valió la pena, cada meta se cumplió a cabalidad
y todo, absolutamente todo lo que debía haberse hecho en este año se hizo y el
crecimiento que vino con ello es tan grande que es difícil ver la vida con los
mismos ojos que hace un año.
El rol de turista, de huéspedes de un país maravilloso, de estudiantes de
intercambio, de practicantes cumpliendo un sueño, de embajadores de esta
Colombia querida, de amigos, de luchadores, de jóvenes independientes… todo
ello nos trajo una cantidad asombrosa de aportes como personas y como
profesionales. Aprendimos a sentir y a hacer sentir a través de nuestras vivencias
y a entender un poco cómo funciona la mente y el corazón alemán, pues nuestro
corazón, a fin de cuentas, terminó mutando un poco, y hoy late por el tricolor
colombiano y también por el alemán.
Once horas de vuelo
pasaron
rapidísimo:
pocos dormimos, todos
estábamos ansiosos por
el aterrizaje. Los últimos
quince
minutos
se
hicieron eternos y debo
decir que con cada
metro que descendía el
avión el corazón se
aceleraba más y más.
En esos quince minutos
vi pasar la experiencia
en Alemania ante mis
ojos
y
las
únicas
palabras que podrían
describirla
eran:
Una caja que encontré alguna vez en un mercado de las
maravilloso,
sublime,
pulgas en Erlangen se convirtió en el lugar donde guardo
increíble
y
un
gran
tesoros de esta maravillosa experiencia .
GRACIAS
ALEMANIA
por la oportunidad, por cada momento bueno o difícil que resultó constructivo, por
abrir tus puertas para hacernos sentir en casa y devolvernos hoy a nuestro país no
sólo con una maleta más cargada, sino con una perspectiva más amplia, con más
herramientas para construir país y con un corazón más maduro, más tolerante y
más consciente del mundo que
nos rodea.
Cada segundo la cara de mi
familia se hacía más nítida y al
salir del aeropuerto la emoción
fue inevitable: a mis papás no los
veía hace un año y a mi
hermano, mi persona favorita en
todo el mundo, hace año y
medio. El abrazo del reencuentro
es increíblemente cálido, las
lágrimas brotan de alegría y la
espera finalmente termina:
estamos de nuevo en casa.
Los primeros días no son fáciles
del todo, pero son el momento de
aventurarse a redescubrir
nuestras ciudades. El solo hecho
de escuchar español todo el día
resulta extraño y sacarle la mano
Horas antes de tomar nuestro vuelo fue la ocasión
a un bus es bastante gracioso. A
para tomarnos con Carol una última foto frente al
solo 12 horas del aterrizaje del
Kölner Dom
avión en Colombia empezamos
clases en nuestras universidades y retomar el ritmo (sumado al pequeño detalle,
en mi caso, que resulta de vivir 2600 metros más cerca de las estrellas) ha
resultado agotador.
A mis queridos jóvenes ingenieros 2011-2012 les agradezco por abrir su mundo,
su vida y sus experiencias para enriquecer a los demás y a los nuevos becarios
les deseo muchos éxitos. Agradezco a todos los lectores que desde Colombia o
Alemania me acompañaron en esta experiencia y, por supuesto, al DAAD por este
maravilloso aporte que le han hecho a nuestras vidas.
Así se cierra una etapa y comienza una nueva. El equipaje espiritual es mucho
más grande que el material y al llegar a Colombia con todo lo que hemos
aprendido y al mirar el camino que se abre ante nuestros ojos tras doce meses de
aprendizaje intensivo puedo decir que esta experiencia no termina: solo queda en
puntos suspensivos.
THE END J
La última foto de los jóvenes ingenieros 2011-2012 en el aeropuerto El Dorado. A
todos gracias y muchos éxitos!

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