LA MENTE HUMANA: POTENCIAL Y SECRETOS La mente es el
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LA MENTE HUMANA: POTENCIAL Y SECRETOS La mente es el
LA MENTE HUMANA: POTENCIAL Y SECRETOS La mente es el resultado del combinado o interacción entre el espíritu invisible, procedente de Dios, y el cerebro. La identidad y la conciencia son de género espiritual, sujeto a la dimensión infinita, eterna y absoluta, mientras que el cerebro, como unidad de proceso, es físico, sujeto al ámbito tiempo-espacio. En condiciones normales, el espíritu ha de manifestarse a través de la función del cerebro. Sin embargo, en condiciones paranormales, el espíritu parece actuar directamente, sin el médium del cerebro. Por ejemplo, en Éxodo 20, vs 15, está dicho: o “…y todo el pueblo vieron los ruidos…”. ¿Cómo se pueden ver los ruidos? A mi entender, la comunicación fue en la dimensión paranormal o espiritual entre el espíritu de Dios y el del humano. Aparentemente, este “ver” no se realiza a través del sentido visual sino que significa percibir en el espíritu de conciencia, lo que los hindúes llaman el ojo de Shiva, el cual percibe conocimiento verdadero. La comunicación espiritual no se debe de confundir con la transmisión de pensamientos o telepatía, la cual luce ser una facultad oculta del cerebro. Lo espiritual no tiene representación en la dimensión tiempo-espacio. Ni es energía ni es vibración en forma de onda. Es esencia pura sin representación en el ámbito físico. Esta esencia pura es la que existía antes de la creación del universo. Cuando se produjo el Big Bang, salió de esta fuerza espiritual, no de la nada. El mundo científico se refiere a la nada porque no es observable por no es físico. Más justo sería referirse a esta esencia pura espiritual como a la fuente del todo existente, habido y por haber. El cerebro humano es el instrumento más perfecto que se conoce hasta ahora en el universo. Su capacidad luce ilimitada, en virtud de que puede generar pensamientos originales, en función de que forma equipo con el espíritu divino que Dios puso en el humano con características infinitas, eternas y absolutas. Tanto es así que los científicos ya son capaces de comprender muchos de los procesos inherentes al supercomplejo funcionamiento del universo. La mente consiste de identidad propia o persona consciente (racional) y del subconsciente (intuitivo) o memoria genética heredada de la cadena familiar. Su verdadero potencial es enormemente superior al uso que se hace de ella hoy. Dentro del potencial hay que considerar también su capacidad para conectar con la fuente infinita espiritual creadora o Dios, cuando Dios lo permite. Entre el espíritu y el cerebro suele existir conflicto cuando se genera una dicotomía en el ser, en virtud de que el ego desea y reclama la satisfacción de los sentidos físicos mientras que el espíritu ambiciona dignidad y pureza. De ahí que se produzca la fragmentación del ser y la desconexión con Dios y con todo lo demás (egocentrismo). Sin embargo, cuando el ser atiende al espíritu más que a la carne, se viabiliza la conexión con Dios, con el prójimo y con el universo, lo cual produce el estado de bienaventuranza o de armonía del ser. Esto es difícilmente alcanzable porque, inicialmente, la carne sufre las consecuencias de ello y tiende a rebelarse una y otra vez hasta que se produce la comprensión cabal, la cual neutraliza los asaltos intempestivos y caprichosos de los deseos del ego. La comprensión cabal es consecuencia del proceso de comunión con Dios a través de la reflexión en estado de paz profunda en silencio meditativo, método este el cual disipa la energía negativa concentrada a raíz del deseo. Cuando se disipa la energía producto del deseo, el cerebro se o “percepción pura espiritual”, sin encuentra en condición de interferencias emocionales. En definitiva, la comunión con Dios y la reflexión, producto de la meditación, conducen hacia la comprensión y la comprensión lleva a la liberación del ego y a la expansión de los límites de la conciencia. Entonces, el ser es capaz de percibir lo que es con mayor objetividad, es decir, sin interferencias. .