TESIS BARBARA CORREA - Facultad de Odontología

Transcripción

TESIS BARBARA CORREA - Facultad de Odontología
“Permanencia de selladores a base de resina y de ionómero
de vidrio de alta viscosidad, en pacientes pediátricos con
Síndrome de Down.”
PARA OBTENER EL TÍTULO DE MAESTRÍA EN ESTOMATOLOGÍA PEDIÁTRICA
PRESENTA:
BÁRBARA ALEJANDRA CORREA SANTACRUZ
DIRECTOR DE TESIS:
DRA. LETICIA MELÉNDEZ PINEDA
ASESOR EXTERNO
DR. JORGE ALFONSO JIMENEZ CASTRO
CHIHUAHUA, CHIH. MAYO DEL 2012
DIRECTORIO ADMINISTRACIÓN 2010-2016
M.C. JESÚS ENRIQUE SEAÑEZ SÁENZ
Rector
M.D. SAÚL ARNULFO MARTÍNEZ CAMPOS
Secretario General
DR. ALEJANDRO CHÁVEZ GUERRERO
Director Académico
M.C. JAVIER MARTÍNEZ NEVAREZ
Director de Investigación y posgrado
DR. GUSTAVO ALATORRE VALLARINO
Director
DRA. MARTINA MARGARITA NEVAREZ RASCÓN
Secretaria de Investigación y Posgrado
DR. JULIO VILLEGAS HAM
Coordinador de Posgrado
AGRADECIMIENTOS.
Agradezco infinitamente a Dios por ponerme en mi vida a personas tan maravillosas,
que sin ellos no podría ser posible este logro tan preciado para mi.
Este logro se lo dedico a mis padres, que en las buenas y en las malas han estado a mi
lado, depositando su confianza, amor y comprensión.
A mi mamá, que ha vivido conmigo mis lágrimas, sonrisas y desvelos de muchos días.
Ha sido mi mejor amiga y compañera de momentos alegres pero también difíciles, e
impulsándome a ser una persona mejor cada día.
A mi papá, que siempre me ha apoyado en mis sueños y ha hecho todo lo posible para
hacerlos realidad. Gracias a él he sabido el valor de la responsabilidad, del
compromiso, de hacer las cosas correctamente.
A mi abuelito, que aunque ya no está presente físicamente, siempre fue mi cómplice,
mi ángel, rescatándome con su sentido del humor, y que desde del cielo me sigue
cuidando y guiando.
A mis hermanos Jaime y Brenda por ser un ejemplo a seguir de superación y de éxito,
dándome consejos y también uno que otro regaño. Dios no me pudo dar mejor familia
de la que tengo.
A la Dra. Leticia Meléndez Pineda por brindarme su amistad, cariño, conocimientos,
pero sobre todo por ser un gran ser humano.
Al Dr. Jorge Calleros Macias por amistad y participación en este proyecto.
A la Facultad de Odontología de la Universidad Autónoma de Chihuahua, representada
por su Director, Dr. Gustavo Alatorre Vallarino.
Al Dr. Julio Villegas Ham y a la Dra. Martina Nevárez Rascón, Coordinador del
Programa del Posgrado en Estomatología Pediátrica y Secretaria de Investigación.
A mis Profesores por su tiempo, por su apoyo, así como por la sabiduría que me
transmitieron en el desarrollo de mi formación profesional: Dra. Nidia Hinojos V., Dra.
Dalinda Inda C., Dr. Ramiro Morales R., Dr. Gilberto Sáenz G., Dr. Jorge Medina L.,
Dra. Rosaura Pacheco S., Dra. Norma Domínguez T., Dra. Rosalía Muñoz C., Dra.
Margarita Aguilar R., Dr. Luis Osbaldo Montes Ch., Dr. Humberto Monreal y Dr. Adolfo
González A., Dr Marvin Estrada, Dr Guillermo Martínez M.
Al Dr. Jorge Alfonso Jiménez Castro por su colaboración en este proyecto.
A mis compañeras de posgrado y colegas: Dra. Karen Acosta, Dra. Juanita González,
Dra. América Lara, Dra. Laura Carlos y Dra. Giovanna Pedroni por ser mis amigas en
todo momento y hermanas del corazón.
A Miriam Salgado, Adriana Gutiérrez y Lisbeth Bejarano por el apoyo y cariño que me
brindaron y sobre todo, esos momentos de alegría que convivimos.
A Rosa Alba Rodriguez Realyvázquez directora del Instituto Down de Chihuahua A.C,
por abrirnos las puertas del instituto, por su aceptación y confianza.
Esta tesis fue realizada gracias al apoyo económico otorgado por CONACYT (Consejo
Nacional de Ciencia y Tecnología), registro CVU #348434 y # de becario 241196
INDICE
1. INTRODUCCIÓN……………………………………………………….1
2. MARCO TEÓRICO……………………………………………………..2
3. JUSTIFICACIÓN………………………………………………………..25
4. OBJETIVOS………….…………………………………………………26
5. MATERIAL Y MÉTODOS……………………………………………..28
6. RESULTADOS…………………………………………………………36
7. DISCUSIÓN……………………………………………………………..46
8. CONCLUSIÓN…………………………………………………………..47
9. BIBLIOGRAFÍA………………………………………………………….49
10. ANEXOS…………………………………………………………………60
RESUMEN.
El objetivo de este estudio fue comparar la permanencia de dos diferentes selladores
de fosetas y fisuras en primeros molares de pacientes de 8 a 12 años de edad con
síndrome de Down. Los molares se dividieron en 6 superficies para medir la
permanencia del material. La evaluación fue observacional y apoyada por fotografías
intraorales una vez por semana.
Las revisiones fueron
durante
16 semanas
consecutivas y a los 7 meses. Se realizaron tratamientos preventivos en 41 con
selladores de fosetas y fisuras a base de resina y en 42 con ionómero de vidrio de alta
viscosidad, en el período de mayo del 2011 a diciembre del 2011, en el Instituto Down
A.C de la ciudad de Chihuahua, Chih, México. En los pacientes que mostraron
desgaste del material, se promediaron las superficies que permanecieron a través de
las primeras 16 semanas, resultados que se graficaron mediante barras agrupadas.
Estos datos se sometieron a una prueba T para muestras independientes con la
finalidad de detectar la significancia en la diferencia de los promedios. El paquete
estadístico utilizado fue SPSS versión 15. Se encontró el 95% de permanencia del
sellador a base de resina a los 3 meses y el 90% a los 7 meses, mientras que el 76%
de permanencia del sellador de ionómero de vidrio de alta viscosidad a los 3 meses y el
71% a los 7 meses. Con este estudio se pretende mostrar cual sellador tiene mayor
tiempo de permanencia en los pacientes pediátricos con síndrome de Down y enfatizar
que este grupo de pacientes se tienen que atender a edad temprana y de forma
multidisciplinaria.
Palabras clave: sellador, permanencia, pediátrico, síndrome, Down.
ABSTRACT.
The objetive of this study was to compare the retention of two different pit and fissure
sealants on first molars of patients 8 to 12 years old with Down syndrome. Molars were
divided into 6 surfaces to measure the permanence of the material. The evaluation was
supported by observational and intraoral photographs once a week. The revisions were
for 16 consecutive weeks and 7 months. Preventive treatments were performed in 41
with pit and fissure sealants with resin and glass ionomer 42 with high viscosity, in the
period May 2011 to December 2011, at the Institute Down AC Chihuahua City,
Chihuahua, Mexico. In the patients who wear material, averaged surfaces remained
through the first 16 weeks, results were plotted using clustered bar. These data were
subjected to a t-test for independent samples in order to detect the significance of the
difference of averages. The statistical package used was SPSS version 15. We found
95% retention of resin-based sealer at 3 months and 90% at 7 months, while 76%
retention of glass ionomer sealant with high viscosity at 3 months and 71% at 7 months.
This study aims to show that sealant has a greater length of stay in pediatric patients
with Down syndrome and emphasize that these patients have to meet early and in a
multidisciplinary manner.
Keywords: sealant, stay, pediatric syndrome, Down.
1. INTRODUCCIÓN.
La salud bucal es un componente fundamental de la salud de un individuo, que es una
expresión de la vida que involucra procesos donde se conjugan aspectos biológicos,
sociales, históricos, de género, económicos y culturales. Entre las principales
enfermedades que afectan la salud de la cavidad bucal encontramos a la caries
dental.1 La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha definido a la caries dental
como
un
proceso
localizado
de
origen
multifactorial
caracterizado
por
el
reblandecimiento del tejido duro del diente que evoluciona hasta formar una cavidad; si
no se atiende oportunamente afecta la salud general y la calidad de vida. El perfil
epidemiológico de la caries está cambiando a nivel mundial. En estados Unidos, en
edad escolar se ha reducido en un 50% en los últimos 20 años, de acuerdo a la Base
de Datos de Salud Oral de la OMS en 1979, el índice de caries era de 3 órganos
dentarios afectados en niños de 12 años en un 50% de 173 países; mientras que en el
2000 era el 68% de 187 países. En México, la caries dental es considerada como un
problema de salud pública. Estudios recientes muestran que en algunas regiones del
país se ha alcanzado la meta propuesta por la OMS de menos de 3 lesiones cariosas a
los 12 años. Sin embargo, se mantiene una alta prevalencia y sigue siendo una de las
principales causas de demanda en los servicios de salud.3 Una de las medidas
preventivas que han tenido más impacto en Odontología son los selladores de fosetas
y fisuras, que han demostrado disminuir la aparición de lesiones cariosas. En estudios
realizados a ocho y diez años, se reafirmó la efectividad clínica, al haberse encontrado
el 80% de retención completa del material sin presencia de caries y que a los diez años
solo el 6% de los molares inicialmente sellados presentaban lesiones cariosas o
restauraciones.1 En este estudio se pretende observar cual es la permanencia de los
selladores de fosetas y fisuras en un grupo de pacientes pediátricos son síndrome de
Down, dado que las condiciones orales son diferentes a los niños que no presentan
este síndrome y además hay poca información en esta población que demanda mayor
atención, ya que dependen en su mayoría de sus padres para realizar la higiene dental
y presentan características anatómicas que podrían favorecer la aparición de lesiones
cariosas.
2. MARCO TERICO.
Las causas de la caries según Barrancos Mooney, J: 1999 son: las bacterias como
Streptococcus Mutans que producen polisacáridos extracelulares a partir de sacarosa,
realizan
adhesión,
agregación
y
coagregación,
metabolizan
polisacáridos
intracelulares, producen dextranasas y fructanasas, tienen poder acidógeno, acidófilo y
acidúrico, metabolizan azúcares a ácidos lácticos y otros ácidos orgánicos, efecto post
– pH corto, es el microorganismo más rápido en la placa y el que también provoca un
pH crítico de desmineralización del esmalte. Los Lactobacillus son bacilos anaeróbicos
Gram positivo, representantes de la flora normal de vagina, tracto intestinal y cavidad
oral, donde se asocia a la caries dental. Se caracterizan por su poder acidogéno,
acidófilo y acidúrico. Algunas cepas sintetizan polisacáridos extra e intracelulares a
partir de la sacarosa, tienen
escasa actividad proteolítica, poca afinidad por la
superficie de los dientes, son los primeros microorganismos que se presentan en el
proceso carioso en la dentina. Los Actinomyces son bacilos anaeróbicos gram positivo,
de crecimiento filamentoso, se pueden ver involucrados en enfermedades bacterianas
crónicas de mandíbula, tórax o abdomen. Se cree que el Actinomyces naeslundii está
involucrado en el proceso carioso y en la enfermedad periodontal. Se caracteriza por su
poder acidógeno, produce polisacáridos intra y extracelulares a partir de sacarosa,
tiene poder de adherencia y coagregación, es predominante en las placas de lesiones
radiculares.6 El Mecanismo de la producción de la caries, se produce a partir de la
actividad de la placa microbiana que produce ácidos orgánicos y la disolución de éstos
origina iones hidrogeno (H+). Inicialmente los iones H+ son neutralizados por los buffer
de la placa y la saliva, pero cuando el pH continúa bajando se produce el consumo de
la capacidad buffer. La continua producción de H+ produce la reacción entre éstos y los
iones fosfatos e hidrófilos, formando así fosfatos ácidos y agua.7 Una vez producida la
depleción de los iones componentes, el pH puede caer a un pH crítico de 5,5 donde la
fase acuosa del líquido de la placa se hiposatura en iones componentes de la
hidroxiapatita carbonatada. La caries incipiente es totalmente reversible. Podemos
revertir ese proceso de desmineralización, terapéuticamente o inclusive el organismo
solo tiende a remineralizar esa zona por la acción de la saliva, que contiene elementos
cálcicos y minerales.8-10 Las capas de la lesión cariosa se dividen en: la
zona
superficial donde hay pérdida de minerales del 5%, cuerpo de la lesión, la pérdida de
minerales es de 18-50%, esto ocurre cuando la caries es activa o aguda en vías de
desmineralización y hay crecimiento de esta zona. Y por último la zona obscura donde
hay mayor pérdida de minerales. Cuando la caries incipiente está en vías de regresión
o remineralización va a crecer esta zona a expensas del cuerpo de la lesión. La zona
translúcida representa el avance de la lesión, va a estar presente en la lesión activa,
pérdida de minerales de 1-1.5%.11-15 La adición de iones de flúor en la superficie sobre
la lesión, favorece la remineralización y ayuda a mantener la integridad de la zona. Esto
a su vez actúa como un freno en el progreso de la lesión. Estos factores deben ser
tomados en cuenta por el odontólogo interesado en la prevención, y así poder frenar
las lesiones cariosas.13,16
Los niños con necesidades especiales son los que están en mayor riesgo de problemas
crónicos físicos, de desarrollo, de comportamiento y emocionales que requieren
servicios relacionados de salud de un tipo o cantidad adicional a la requerida por los
niños generalmente.17 Al discutir los diferentes tipos de trastornos que categorizan a los
pacientes con necesidades especiales, el dentista entenderá el trastorno y las
consideraciones dentales para proveer el tratamiento dental para el tipo específico de
pacientes.18,19 Por definición, un individuo con necesidades especiales es básicamente
alguien que, debido a su condición médica o dificultades de desarrollo, requiere de
mayor cuidado comparado a los demás. Los odontólogos generales y especialistas en
las diferentes ramas de la Odontología, tienen la responsabilidad de tratar a pacientes
con necesidades especiales.18 Según la Academia Americana de Odontología
Pediátrica (AAPD), la prestación de servicios de atención bucodental para los niños
con necesidades especiales de salud requieren de conocimientos especializados, una
mayor conciencia, atención y manejo del paciente.20 Los servidores de salud pueden
empezar a motivarse y a crear una práctica orientada a atender a personas con
discapacidades a través de la aplicación de una filosofía de práctica. Esta filosofía de
práctica se adquiere una vez que el dentista tiene una comprensión clara de las áreas
donde puede haber obstáculos para el acceso a la atención de la salud. Prácticas
dentales requieren ser accesibles en su arquitectura con el personal competente que
se comunica efectivamente con el paciente con discapacidades mentales y físicas.21-23
Un grupo de pacientes con necesidades especiales que requieren de una atención
odontológica especializada son los que padecen síndrome de Down (SD) que es un
trastorno genético causado por la presencia de una copia extra del cromosoma 21,
caracterizado por un grado variable de retraso mental y fenotipo reconocible. Es la
causa más frecuente de discapacidad psíquica congénita. Entre el 35 y el 45% de los
niños con SD padecen algún tipo de cardiopatía susceptible de control cardiológico o
corrección quirúrgica. La alteración más común
son los defectos de la pared
auriculoventricular. Las manifestaciones orales en estas personas se caracteriza por
un maxilar pequeño, y mesial a la base del cráneo, la lengua puede aparecer protruída,
haciendo que la boca se mantenga abierta, lengua fisurada en un 50% de los casos, un
pobre control de la neuromusculatura orofacial, microdoncia, problemas periodontales,
susceptibilidad a caries causada por xerostomía, alta incidencia de gingivitis ulcero
necrozante aguda (GUNA) en un 30%.24 Se han realizado varios estudios de la
incidencia y prevalencia de caries dental en pacientes con SD, en países como Perú en
2005 donde compararon niños de 3 a 6 años de edad con y SD (42 niños con SD y 50
niños sin SD) utilizando el análisis divariado. Para el diagnóstico de experiencia de
caries dental se utilizó en índice ceod. Los niños con SD
presentaron mayor
experiencia de caries dental (ceod=4,36) que los niños sin SD (ceod=1,76). Los niños
sin este síndrome presentaron menor prevalencia de caries dental en un 42% a
diferencia de los niños con SD quienes estuvieron afectados en casi el 70%.25 En
Venezuela en 2006 se seleccionaron personas de 3 a 18 años de edad con SD. EL
CPOD fue de 5,5 y el ceo fue de 3,6. El 51,4% presentaron maloclusión clase III. El
86,7 % mostró algún tipo de alteración en el sector posterior. El índice de placa dental
fue de 2,6 y el gingival de 3,7. Concluyeron que existen deficientes condiciones de
salud bucal de los niños y adolescentes de ese estudio, reafirmándose la urgencia de
diseñar y ejecutar programas de atención odontológica integral para pacientes
discapacitados.26 Shapira y Stabholz A, realizaron en 1991, un estudio longitudinal de
30 meses en los que analizaron a 20 niños con SD (9 hombres y 11 mujeres) de grupo
etario entre 8 y 13 años (media de 11). Les fue controlada la placa bacteriana y
subsecuente prevención de problemas periodontales y a los cuales se les aplicó
selladores de fosetas y fisuras, soluciones de fluoruros para prevenir la caries dental.
Los índices de placa y el porcentaje
de sangrado gingival disminuyeron
significativamente (P< 0.01) después de la aplicación del programa preventivo de salud
oral. La experiencia de caries disminuyó de 1-35 a 1-05 superficies por niño. El uso de
selladores probó un 100 % de efectividad.27 Se concluye que si el esfuerzo de los
niños es integrado con los de un odontólogo y una higienista dental adecuadamente
motivados, dentro de un programa preventivo de salud oral bien planeado, se puede
lograr altos niveles de éxito en la prevención de enfermedades dentales en poblaciones
jóvenes con SD. En un estudio realizado en Nigeria en el 2007, por Folakemi
Oredugba, se analizaron 86 pacientes: 43 con SD y 43 sin SD. Los grupos de edad
fueron de menos 6 años, 6-10 años, 11-15 años, 16-20 años y 20 años. Hubo 41
mujeres y 45 hombres. Un total de treinta individuos del grupo control (70%), tuvieron
una buena higiene oral, en comparación con 10 individuos del grupo de SD (23%),
mientras que 3 de los controles (7%) y 17 del grupo de SD (40%) tenían mala higiene
bucal.28 En los grupos de edad más bajo de 6 años y 6-10 años, la higiene bucal fue
similar, pero en los grupos de edad de 11-15, 16-20 años y 20 años , la higiene bucal
fue mejor en los controles que en el grupo de SD. Veintisiete individuos del grupo de
SD (63%), presentaban agenesia dental. Los órganos dentarios que estaban ausentes
con mayor frecuencia fueron
los incisivos laterales superiores izquierdos y los
segundos premolares derechos superiores. La Maloclusión de clase I se observó en 22
individuos con SD (51%) y 41 de los controles (95%) mientras que la Clase III se
observó en 20 del grupo con SD (47%) y 2 (5 %) de control. Otros trastornos orales se
encuentran en el grupo con SD con apiñamiento en el 33%, la gingivitis en un 49%,
gingivitis ulceronecrozante aguda (GUNA) en un 5 %, el incisivo lateral en forma de
clavija en el 14%, e hipoplasia del esmalte en el 12%. Treinta y tres de los sujetos en
el grupo con SD (76%) requieren profilaxis oral, en comparación con trece (31 %) de
los controles. El grupo con SD requieren de tratamiento de ortodoncia. Pirela y cols.
realizaron un estudio en
Venezuela en 1999. Este estudio tenía como propósito
identificar la patología bucal prevalente en 65 niños con SD de 3 a 14 años de edad. Se
determinó que la caries dental, la gingivitis, maloclusión, queilitis y hábitos bucales
perjudiciales como bruxismo, son patologías que afectan a la generalidad de los
individuos que integraron la muestra. Asimismo, se identificaron las enfermedades
buco-dentales, destacando la elevada prevalencia de caries dental, superior a la
reportada en la literatura especializada. Se concluyó recomendando algunas acciones
que pueden contribuir a modificar la situación de salud bucal de estos grupos. La
patología bucal más prevalente que se diagnosticó fue caries dental. En relación al
número de dientes cariados, el promedio más elevado, un mínimo de tres dientes
atacados por caries, que correspondió a la edad de 7 a 10 años de edad. A los 14
años, el 71,43% de la población estudiada tiene o ha tenido caries dental. La
obturación de los dientes cariados, no es un tratamiento rutinario, sólo el 21,05%
recibió éste tipo de atención odontológica. Las características de la encía: color y
consistencia, aparecieron alteradas en el 35,34 y 32,33% de los casos. Otra patología
diagnosticada fue la presencia en 17 niños, de exudado sanguinolento. A partir de los
siete años, aumenta el número de individuos con alteraciones en las características de
las encías. La agenesia dental se identificó en 14 de los individuos de la muestra. Se
reconoció hipoplasia del esmalte en el 27,07% de los niños estudiados.29 En el 2008 en
Francia Hennequin y cols. realizaron un estudio transversal donde se describen los
problemas de salud bucodental en una muestra de niños con SD en comparación con
sus hermanos. Los datos fueron recolectados mediante la evaluación oral. Los padres
respondieron a un cuestionario de forma anónima para su hijo con SD y para los
hermanos más cercanos en edad. La muestra fue de 204 individuos con SD (103
hombres, 101 mujeres, con una media de 9,6 años de edad) y 161 de sus hermanos
(80 varones y 81 mujeres con una edad media de 11,8 años). Hubo una mayor
frecuencia de problemas de salud oral en aquellos con SD con respecto a la función,
los signos clínicos, discapacidad y desarrollo. La presencia de sangrado de las encías,
respiración oral y la protrusión de la lengua está presente en los individuos con SD. La
higiene bucal de los individuos con SD en comparación con sus hermanos se observó
mayor deficiencia.30 En la india se realizó un estudio en el 2007 por Sharath y cols. en
el cual, el propósito fue determinar la prevalencia de la caries y las necesidades de
tratamiento de niños con SD. Fueron 130 adolescentes examinados de 15 años de
edad. Había 57 hombres y 45 mujeres en la muestra total del estudio. El 29% de la
muestra total de individuos con SD se encontró libre de caries. El tratamiento de
extracción dental fue necesario en 38 niños, obturaciones en 26 niños en dientes
primarios y permanentes. El 99 % de los casos se realizó
profilaxis dental.
Contrariamente a las conclusiones de estudios anteriores, el porcentaje de caries fue
menor en estos sujetos. Sin embargo, las necesidades básicas de prevención como
profilaxis dental, selladores, así como restauraciones y extracciones siguen siendo los
mismos y pueden ser cumplidos exitosamente.31
La prevención se define como todas aquellas enseñanzas y actuaciones que tienen
como fin conservar y proteger el máximo grado de salud posible.32 Consideramos que
la prevención primaria son aquellas medidas que llevamos a cabo para evitar la
aparición de la enfermedad, interviniendo sobre los factores de riesgo y potenciando los
factores de protección y prevención de la salud.32 Las medidas vigentes de prevención
de la caries dental siguen siendo instrucción de higiene, reemplazo dietético, uso
apropiado de fluoruros, odontología mínima invasiva, uso de antimicrobianos
específicos, refuerzo de la acción salival.33 El tratamiento de la lesión incipiente se
puede realizar a base de dos técnicas, la odontoterapia no invasiva y la intervención
mínima odontológica.34 La odontoterapia no invasiva como su nombre lo indica, nos va
a enfocar a todas aquellas acciones que no impliquen medidas invasivas en el diente,
como educación del paciente, recomendar la remineralización de los tejidos que están
afectados, el uso de farmacología antibacteriana y todos los tratamientos sin
preparación cavitaria como son algunas lesiones cervicales por la pérdida de tejido
dentario, en que no necesitamos hacer ninguna obturación, sino que adherimos
material
cuando
es
preciso.33,35
Cuando
hablamos
de
mínima
intervención
odontológica, nos referimos exactamente a eso, por ejemplo: a la acción de los
selladores que requieren tan solo desmineralizar la zona de fisuras, la abrasión que se
realiza por el láser o aire, el uso de ozono, una técnica que se llama fisurotomía o la
técnica de retroversión preventiva con resina (RPR), entre otros.14 La educación se fija
en el control de la dieta, la higiene y el cuidado de la placa bacteriana; la
remineralización se basa, principalmente, en el uso de fluoración terapéutica, el empleo
de antibacterianos como agentes aniónicos, catiónicos, no iónicos, enzimas.36 La
adición de iones de flúor en la superficie sobre la lesión, favorece la remineralización y
ayuda a mantener la integridad de la zona. Esto a su vez actúa como un freno en el
progreso de la lesión.8 Una de las medidas de prevención que más impacto ha tenido
desde su aparición han sido los selladores de fosetas y fisuras, que se aplican y
retienen mecánicamente a la superficie grabada del esmalte, con lo cual quedan
sellados y aislados los defectos anatómicos del diente del medio ambiente bucal.19 Esta
acción se realiza para prevenir la aparición de lesiones cariosas a edades tempranas,
al poco tiempo de que erupcionan los órganos dentarios.37 Algunos autores han
estudiado los cementos de ionómero de vidrio utilizados como selladores de fosetas y
fisuras demostrando que son efectivos para la reducción de incidencia de caries
oclusal.38,39 Las propiedades anticariogénicas de los cementos de ionómero de vidrio
ligadas a la liberación de flúor han sido ampliamente publicadas por distintos autores;
éstas amplían la gama de posibilidades terapéuticas contra la caries.19,40 Ya en el siglo
XVII Hunter pensó que el bloqueo físico de fosetas y fisuras o pequeñas lesiones
cariosas, podía retrasar o evitar la caries.41 En el siglo pasado Bowen y Buonocore
empezaron a utilizar materiales con potencial adhesivo como sellador.42 Buonocore en
1955 propuso la técnica de acondicionamiento ácido como un método confiable para
aumentar la adhesividad de las resinas acrílicas a las superficies dentales, utilizando
ácido fosfórico al 85% para grabar el esmalte y mediante el uso de un polímero
colocado en la superficie grabada y posteriormente la colocación de un sellador con el
objetivo de resistir la caries en las superficies oclusales de dientes posteriores; utilizó el
metil- 2- cianoacrilato, pero no se llegó a comercializar.43 A partir de 1962, Bowen
empezó a desarrollar un nuevo material como sellador de fisuras. Este material es una
resina cuyo principal componente es el Bisfenol A Glicidil Metacrilato (Bis-GMA).44 En
1967, Cueto y Buonocore mostraron la efectividad de estas resinas en la prevención de
caries oclusal. El desarrollo de selladores ha evolucionado desde los selladores de
primera generación que eran activados con luz ultravioleta, a los de segunda y tercera
generación de selladores autopolimerizables y activados con luz visible, hasta la cuarta
generación, que contiene fluoruro.45 Los principales requisitos que deben tener los
selladores son los siguientes: adhesión al esmalte por periodos prolongados, aplicación
clínica sencilla, inofensivos para los tejidos bucales, fluidez, sin dificultad que permita la
penetración por capilaridad en las fisuras estrechas, rápida polimerización y baja
solubilidad en los fluidos orales.19,38,40 El Bis-GMA reúne todas estas características y
es el componente fundamental de los selladores oclusales. El grabado ácido o
acondicionamiento de la superficie dentaria con una solución de ácido fosfórico, crea
múltiples porosidades pequeñas en el esmalte y al mismo tiempo, ensancha las estrías
de Retzius creando pequeñas penetraciones digitiformes entre los prismas del esmalte.
Cuando se agrandan los poros con el grabado ácido, el monómero de resina penetra
varios micrómetros en el esmalte y allí polimeriza; de esta forma se crea una barrera
entre sellador y esmalte que provee una fuerte retención. 46-47 Se considera que la
protección contra la caries es del 100% en surcos y fisuras de dientes que permanecen
completamente sellados. La efectividad se incrementa si el sellador perdido total o
parcialmente, es repuesto mediante períodos de control. En estos períodos los
selladores se vuelven a aplicar en un 5%-20%, de esta forma se reduce la caries en un
90%-95%.48 En la mayoría de los estudios realizados los porcentajes de retención que
se presentan son muy disparejos, pero la mayoría, están en torno al 90% después de
un año de seguimiento y del 60-70%, tras un período de seguimiento de 7 años. 49 La
pérdida del sellador se produce principalmente en los 6 primeros meses. La mayoría de
estos fracasos se deben a errores en la técnica de aplicación, generalmente debido a la
contaminación salival del esmalte previamente grabado, por lo que es imprescindible
seguir minuciosamente todos los pasos.50 Pasado este tiempo la pérdida del sellador
se puede deber al desgaste oclusal o a un fracaso marginal. La duración del sellado no
se ve influenciada por el tipo de sellador. Influyen tanto la posición del diente en la
boca, como la habilidad del operador y el estado de la erupción de los dientes. La edad
del paciente también influye en la retención del sellador, ya que en niños pequeños hay
más dificultad de mantener el campo seco.51 La forma de las fisuras también puede
influir, la forma de Y es la más retentiva. La colocación del sellador debe colocarse por
un único especialista. La duración del mismo se calcula entre 10 y 15 años. 52 En los
programas preventivos está establecido que deben sellarse los primeros y segundos
molares permanentes. El sellado de los molares temporales, especialmente de los
segundos, debe contemplarse exclusivamente en caso de riesgo de caries elevado y
no de manera sistemática. En caso de alto riesgo deben sellarse premolares
permanentes.53 Los requisitos previos para sellar un órgano dentario son que las
superficies proximales deben estar sanas o con lesión incipiente, que el diente pueda
aislarse adecuadamente, llevar erupcionados menos de cuatro años,
aunque hay
autores que afirman que la tasa de caries en primeros molares permanentes
permanece constante hasta 10 años después de la erupción. 54 Los selladores deben
colocarse lo más precozmente posible, tan pronto como el estadio de erupción lo
permita. En niños de alto riesgo de caries, los selladores pueden colocarse en molares
parcialmente erupcionados. En los demás casos el diente puede sellarse cuando ha
alcanzado el estadio 3 de erupción de Dennison.55 Siguiendo las recomendaciones de
la Sociedad Británica de Odontología Pediátrica, se recomienda el sellado en niños con
necesidades especiales, con compromiso médico, minusvalías físicas o psíquicas y
niños socialmente marginados, con caries en dentición temporal (un cod elevado es
indicativo), niños con caries oclusal en un primer molar permanente, deben recibir
selladores en los restantes primeros molares permanentes sanos, también deben ser
sellados
los
segundos
molares
permanentes
tan
pronto
como
erupcionen
suficientemente. También se considera que deben sellarse los molares permanentes,
aunque no pertenezcan a niños de los anteriores grupos de riesgo manifiesto de
caries.56 La primera prioridad para los programas preventivos es el sellado de primeros
molares permanentes en pacientes de 6-8 años y sellado de los segundos molares
permanentes en el grupo de 11-13 años. La segunda prioridad es el sellado de los
premolares y molares temporales solamente en pacientes de alto riesgo de caries. 53
Se han realizado varios estudios de la prevalencia de los selladores, Sterritt y Frew en
1988, hicieron una evaluación de un programa clínico de selladores, llevado a cabo en
Suecia, con el objetivo de describir el impacto de dicho programa, en la experiencia de
caries dental, tras 2 años de la puesta en marcha del mismo. Alrededor de 15,000
niños participaron cada año en el programa de sellado, más de 75,000 dientes fueron
sellados en el primer año. Los índices de retención de selladores al año tuvieron un
valor del 94%.57 En 1988, Wendt y Göran evaluaron el sellado de fisuras de dientes
permanentes en 250 niños de 6 a 9 años de edad, durante un periodo de seguimiento
de 10 años en Suecia.
El 98% de los selladores de fisuras mostraron retención
completa al año. Tras 8 años, el 80% de las fisuras selladas, mostraban una retención
total del sellado y no se observaban caries. El 16% de las superficies oclusales
selladas, mostraban retención parcial, libre de caries. A los 10 años, sólo el 5,7% de las
superficies oclusales selladas mostraron caries o restauraciones.58 En 1989, Amid y
cols. hicieron un estudio en Escocia, en 200 niños de 5 a 14 años para estimar la
retención de selladores después de 3 años. Alrededor del
79% de los selladores
aplicados, seguían retenidos 3 años después de su colocación.59 Bottai en 1989,
realizó un estudio sobre la supervivencia de selladores de fisuras, después de 9 años
de aplicación, en una población italiana de 170 pacientes de 6 a 16 años. Se hicieron
dos controles, uno a los 3 años y otro a los 9 años de la aplicación de los selladores.
En la revisión de los 3 años, presentaban una pérdida total un 2,84% de los selladores
aplicados y a los 9 años de la aplicación de los mismos un 27%. 60 En 1989, Faine e
Isman
revisaron el programa de tratamiento, diagnóstico y supervisión periódica
temprana, realizado en el estado de Washington. Un total de 39,687 niños de entre 6 y
14 años, realizaron al menos 1 visita al dentista en este periodo; de éstos, 6,814 es
decir, el 17,2% recibieron selladores en los primeros y segundos molares. En el primer
año se sellaron 19,590 dientes y en el segundo 21,685. La media de dientes sellados
por niño, se mantuvo relativamente constante en 3,16 dientes en el primer año y 3,18
dientes en el segundo año.61 En 1989, Kythy & Ashton hicieron un estudio centrado en
la erupción de primeros y segundos molares permanentes, en el desarrollo de una
estrategia, para colocar selladores oclusales en un programa escolar, en Ohio. De un
total de 4055 escolares, realizaron análisis a 2215 niños pertenecientes a primero y
tercer año y a 2840 pertenecientes a sexto y octavo. El 57% de los niños de primer
curso tenían todos los primeros molares lo suficientemente erupcionados, para poder
colocarles los selladores en la superficie oclusal. Igualmente el 23,6% de los de sexto
año
tenían una exposición suficiente del segundo molar. Dedujeron que, por el
aumento de los primeros molares completamente erupcionados entre los cursos 1º y
2º, se podía hallar un argumento para iniciar el programa de sellado al comienzo del 2º
curso.62 En 1989, Stephen y cols. realizaron un estudio, con una duración de 3 años,
sobre la prevalencia de selladores
en Escocia. Se les realizó tratamiento con
selladores a 2317 adolescentes de 15 años. Al año después de realizar el examen
base, el 14% de los selladores estaban ausentes y esta proporción aumentaba hasta el
26% a los 3 años.63 En 1990, Heidmann y cols.64 hicieron un estudio con 646 niños de
12 años de edad. Se mostró una retención completa de 88.7% a los 6 y 7 años de
haberse colocado.64 Mano Azul en 1990, hizo un estudio de seguimiento de selladores
dentales durante cinco años. El tamaño muestral fue de 580 niños, de edades
comprendidas entre 12 y 13 años. Se aplicaron un total de 3480 selladores en niños de
Lisboa. Se mostró una retención del 88,7% a los 6-7 años. Tras 5 años de seguimiento,
el 96,8% de los dientes sellados se mantenían íntegros y el 3,2% presentaron caries
oclusales.65 En 1990, Romcke y cols. hicieron un estudio sobre la retención y
mantenimiento de selladores de fisuras, durante 10 años en Prince Edward Island. Se
sellaron 8,340 primeros molares permanentes. La retención completa del sellador, a los
10 años del estudio, fue del 89%. Un año después de su aplicación, el 6% de los
selladores necesitaron resellado de mantenimiento.66 En 1991, Ekstrand y cols. hicieron
un estudio sobre el uso de selladores en el servicio de salud dental infantil de
Dinamarca. Se les envió un cuestionario a 205 jefes del Servicio de Salud Dental
Infantil de Dinamarca (SDDI), que cubría al 90% de los niños daneses. El 33% de los
odontólogos del SDDI, afirmaban que los selladores eran aplicados de forma rutinaria
en niños de 8 a 13 años de edad, el 43% de los odontólogos de SDDI los usaban en el
30%-80% de los niños y el 15% de los mismos, usaban selladores en menos del 10%
de los niños de entre 8 y 13 años de edad. Por el contrario, sólo el 5% de los
odontólogos que trabajaban en clínicas privadas, afirmaban que usaban el método de
sellado en todos los niños, el 22% lo aplicaban al 30%-80% de los niños, mientras que
más de un tercio de éstos usaban selladores en menos de un 10% de los niños de
entre 8 y 13 años. A pesar de esta diferencia significativa en el uso de selladores entre
los odontólogos del SDDI y los de práctica privada, no fue posible encontrar diferencias
ni en la prevalencia de caries, ni en la incidencia de obturaciones oclusales.67 En 1991,
Mertz-Fairhurst y cols. realizaron un estudio clínico, para determinar la viabilidad de
usar restauraciones de composite selladas para detener la caries y evaluaban también
si el sellador se adhería a las restauraciones a base de resina. De un total de 753
pacientes se seleccionaron 123 para el estudio. Constataron, que los suplementos de
selladores y fluoruros conjuntamente y por separado tenían el potencial de eliminar la
caries. Los selladores y las restauraciones selladas, parecía que detenían la caries y se
deberían considerar como agentes terapéuticos y no como agentes preventivos frente a
la caries. También los selladores, combinados con las restauraciones posteriores de
resina, podían mantener el diente más intacto, en relación con la preparación de la
cavidad, protección de márgenes de la restauración y protección frente a la caries
recurrente. Decían estos autores, que existían numerosos motivos para sellar todas las
restauraciones clase I.68 En 1993, Feigal y cols. hicieron un estudio en Minnesota de
dos años de duración, donde se compararon los selladores que habían sido
contaminados a propósito con saliva; la mitad de ellos recibieron el sellador clínico y la
otra mitad recibieron una capa intermedia de agente de adhesión seguido del sellador.
Constataban, que los selladores colocados sobre el esmalte grabado, enjuagado,
secado y contaminado a continuación con saliva durante 10 segundos, antes de la
colocación de los mismos, se mantenían durante 2 años si se les colocaba una capa de
adhesivo; si no se colocaba esta capa los selladores se perdían en el plazo de una
semana. El índice de retención a los dos años del tratamiento con adhesivo y sellador,
es comparable al del sellador solo colocado sobre el esmalte seco.69 Weirtramb y cols.
en 1993, realizaron un análisis retrospectivo, de la efectividad en el uso de selladores
en primeros molares permanentes en un Centro de Salud Infantil en Michigan. Al
comparar los niños que recibieron algún sellador, con los que no habían recibido, no
demostró que el proporcionar sellador fuese una buena inversión a corto plazo, sin
embargo, con el paso del tiempo esta observación se modificaba. Constataban, que
cuanto menor era la incidencia de caries en la comunidad, era posible que los
selladores fueran menos efectivos en los costos con el uso regular.70
En 1994,
Chestnutt e y cols. hicieron un estudio sobre la prevalencia y efectividad de los
selladores de fisuras en los adolescentes escoceses entre los años 1988 y 1992. La
prevalencia de los selladores de fisuras en 1988-89 (37,2%), era más del doble de la
cifra registrada en una población similar a la investigada en 1986; en 1992 alrededor de
6 de cada 10 sujetos examinados mostraban selladores colocados; por lo tanto,
resultaba aparente que la prevalencia de los selladores de fisuras en Escocia había
aumentado de forma importante en los últimos años.71 En 1994, Cooney y Hardwick
evaluaron un programa piloto de sellado de fisuras en Manitova; empezó en 1989 y
duró dos años. Este hecho tuvo como consecuencia un total del 85% (196 selladores)
completamente presentes, un 13% (30 selladores) parcialmente presentes y un 2% (6
selladores) fallaron.72 En 1997, Brearley y cols. hicieron un estudio para evaluar los
selladores colocados en escolares de Victoria, durante el periodo comprendido entre
1989 y 1994. A los cinco años de su aplicación, un total del 56% de los selladores
estaban retenidos.73 Hassall y cols. en 1999 hicieron un estudio sobre la prevalencia
de selladores, en el servicio dental general en Inglaterra, en el periodo comprendido
entre 1989 y 1994. Estudiaron la prevalencia de selladores en las tres áreas y
observaron un aumento en la misma; pero particularmente en Doncaster, fue del 13%
en 1989 y del 50% en 1994. En Hereford, la prevalencia de selladores era del 25% en
1989 y del 47% en 1994. En Wycombe se incrementó de un 16% en 1989 a un 30% en
1994.74 En 1993, Llodra y cols. examinaron en España mediante metaanálisis, los
factores que influían en la efectividad de los selladores. En la mayoría de los estudios,
los selladores eran aplicados por el odontólogo; afirmaban que éstos, solos o con
ayuda, obtenían mejores estimaciones. El 71% de lesiones cariosas de sujetos tratados
con selladores de fisuras autopolimerizables, fueron evitadas por el uso del sellador.
En términos generales, los selladores autopolimerizados eran claramente más efectivos
que los productos polimerizados activados por luz, un 36% frente a un 45,92%.
Hallaron que la efectividad total era del 71,4% en los estudios sobre selladores
autopolimerizables; cifra significativamente superior a la encontrada en resinas
fotopolimerizables. Una posible explicación a estas diferencias, podría hallarse en la
baja retención de esta primera generación de selladores, probablemente debido a
problemas con los aparatos ultravioleta (que a menudo se rompían y eran frágiles) y al
error en la técnica de aislamiento. Documentaron un aumento significativo en la
efectividad, cuando el sellador se colocaba periódicamente. Se halló que los selladores
eran más efectivos en comunidades con suministro de agua fluorada (82,69% frente al
71,28%).75 En 1995 Bravo y cols. realizaron un estudio para comparar, en términos
económicos, dos programas preventivos de la caries en primeros molares
permanentes, selladores y barniz de flúor en escolares de 6 a 8 años de edad.
Explicaban en su estudio, que a pesar de que inicialmente, por los tiempos de trabajo,
el programa sellador era más caro, el costo acumulado hasta el final del mismo era
similar en los dos programas. Al comparar la efectividad del sellador frente al barniz, se
observó un mejor comportamiento del primero. Estimaban que los selladores eran el
doble de efectivos que el barniz.76 En 1999 Bravo y cols. realizaron un estudio
comparando la efectividad del sellador fotopolimerizable y el barniz de fluoruro en la
prevención de la caries oclusal. La efectividad del barniz fue del 37,7% y la del sellador
del 76,8%. En cuanto a las superficies oclusales libres de caries se salvaron el 17% de
las superficies tratadas con barniz y el 34,7% de las tratadas con sellador. El sellador
salvaba 17,7 superficies más por cada 100 molares tratados, que el barniz. La cifra de
retención del sellador fue de 84,5% a los dos años. 77 Bravo y cols. en 1996 estudiaron
la influencia del índice cod en el éxito de selladores, analizando la supervivencia de
éstos en 48 meses. Cuanto mayor era el cod, mayor era el riesgo de error de sellado.
Concluían el estudio diciendo, que el índice cod, podría proporcionar un indicador fácil
y barato para seleccionar a aquellos niños que reciben nuevos exámenes con menor
frecuencia, por lo que se reducirían los costos del programa.78 En 1996, Bravo y cols.
hicieron un estudio comparativo sobre la efectividad del sellador de fisuras y barniz de
flúor en distintas superficies dentarias durante 48 meses. Las reducciones absoluta y
porcentual de caries, de cada técnica frente al grupo control fueron estadísticamente
significativas, tanto para superficies fisuradas como no fisuradas. Compararon el
sellador con el barniz y observaron un mejor comportamiento del primero, sólo en
superficies fisuradas. Los resultados del presente estudio indicaban que los selladores
podrían proteger de modo indirecto, las superficies no fisuradas. Con respecto a los
controles, el sellador ofrecía un 61% y un 60% de reducción de caries en superficies
fisuradas y no fisuradas respectivamente; las cifras para el barniz fueron del 36% y
61%.79 En 1996, García Goday y cols. realizaron un estudio sobre la efectividad de los
selladores de fisuras colocados a cuatro manos, en molares permanentes, durante un
año. En la revisión del año, el porcentaje de retención completa fue del 98,9%. 80 En
1997 Baca y cols. realizaron un estudio sobre la reducción de caries en superficies no
fisuradas, analizando un programa escolar de selladores de fisuras. Encontraron
diferencias de caries estadísticamente significativas, tanto en superficies fisuradas
como no fisuradas de primeros molares permanentes. Concluían exponiendo que los
selladores de fisuras protegían no sólo las superficies fisuradas, sino también,
indirectamente, las superficies no fisuradas de primeros molares permanentes.81 En
1997, Bravo y cols. realizaron un estudio para determinar los efectos separados de
selladores y barnices de fluoruro, en la caries dental de superficies con fisuras y sin
fisuras de primeros molares permanentes. Encontraron diferencias, estadísticamente
significativas en los incrementos de reducción de caries entre los grupos, para
superficies con y sin fisuras. En cuanto a la reducción de caries, lo selladores
obtuvieron una reducción del 68% y 87% de las superficies con y sin fisuras
respectivamente. Las cifras correspondientes para el barniz fueron del 38% y del 66%.
Comentaban, que la protección del sellador observada para superficies sin fisura podía
ser indirecta, es decir, derivada de la reducción en la caries con fisura. Los selladores
podían prevenir bien el desarrollo de la caries primaria en superficies sin fisura, o la
progresión de caries de superficies con fisuras o sin fisuras, aunque la última
posibilidad no podía establecerse. Una explicación de estos hallazgos podía ser el
efecto Huwthorne: los niños en el grupo sellado, podrían haber estado más motivados
en cuanto a los cuidados propios, debido a que presentaban signos visibles de
cuidados dentales.82 En 1998, González y cols. realizaron un estudio con el objetivo de
analizar la reducción de caries en superficies fisuradas y no fisuradas de primeros
molares permanentes, así como en dentición temporal, en un programa de selladores
de fisuras. Comentaban en su trabajo, que la protección en dientes temporales, podría
situarse en la misma línea que la reducción de caries en superficies no fisuradas de
primeros molares permanentes; es decir, los selladores de fisuras producían una
disminución de los índices de caries de primeros molares permanentes y por tanto
reducían el número de lesiones de caries abiertas e infectadas, las cuales eran un
reservorio de microorganismos cariogénicos relacionados con el riesgo de caries que
afectaba a toda la dentición.83 En 1999, García y Serrano observaron la retención total
(RT), la pérdida parcial (PP) y la pérdida total (PT) de los selladores a los 5 años, en los
molares 16, 26, 36 y 46 en niños de Madrid España. Aplicaron 287 selladores; de ellos
a los 5 años, el 9,4% sufrieron PP, el 24,4% sufrieron PT.84 Eustaquio y cols. en el
2000, hicieron un estudio sobre el efecto preventivo de selladores de fosas y fisuras,
evaluando los resultados a tres años de la aplicación de los mismos, en Valencia
España. En el examen realizado a los seis meses, la tasa global de retención total para
los molares permanentes fue del 94%. El porcentaje de retención total para los cuatro
primeros molares permanentes, a los doce y a los dieciocho meses, fue del 92% y
82,4% respectivamente. A los treinta meses, la retención total se situó entre el 82,7% y
el 91,2%.85 En 2001, Facal y cols. hicieron un estudio sobre retención de selladores
relacionándola a la vez con la higiene oral del paciente, durante un periodo de 24
meses. Se aplicaron selladores a 41 pacientes pediátricos en los primeros molares
permanentes, de tal forma que resultó un total de 164 molares sellados. A los seis
meses hubo una retención total de 158 selladores. A los doce meses la retención fue
de 150 selladores. A los dieciocho meses la retención era de 146 selladores y a los 24
meses obtuvieron una retención de 138 selladores.86 Prados y cols. en 2002 hicieron
un estudio sobre la efectividad de selladores de fisuras más barniz de flúor en distintas
superficies dentarias a 24 meses, en Granada España. La muestra estaba conformada
por cuatro grupos de escolares de 6-7 años de edad: sellador, sellador más flúor, flúor
y control. Concluyeron estos autores que el sellador solo no producía reducción
significativa de caries en superficies no fisuradas ni tampoco el barniz solo en
superficies fisuradas. La combinación de sellador de fisuras más barniz de flúor
permitió una mayor protección en superficies no fisuradas de los primeros molares
permanentes, que el sellador solo (76,9% de reducción de caries).87 Tapias y cols. en
2002 evaluaron la efectividad de los selladores de fisuras en una población infantil con
alto riesgo de presentar caries. Definieron tres grupos de niños en función de la
intervención a la que fueron sometidos: grupo I, constituido por escolares incluidos en
el programa preventivo a los que se les aplicaron selladores oclusales en el primer
molar permanente; grupo II, formado por escolares que fueron incluidos en el programa
preventivo y a los que no se les aplicaron selladores y grupo III, compuesto por
escolares que no fueron incluidos en el programa preventivo. Concluyeron estos
autores que los selladores oclusales aplicados en primeros molares permanentes en
niños con alto riesgo de presentar caries, demostraban ser efectivos. También
dedujeron que los selladores oclusales se deberían ofertar a todos los escolares, no
sólo a los de alto riesgo. Vieron como transcurridos 2,5 años de la intervención, los
escolares sin programa preventivo de salud bucodental ni selladores oclusales tenían
un riesgo 2,57 veces mayor de presentar caries. Existen estudios que documentan los
datos para la retención de los selladores con base de resina. Los estudios informaron la
retención de diferentes maneras.88 En 1995, un estudio informó sólo el porcentaje de
selladores intactos y un estudio por pares de dientes.89,90 Dos estudios informaron
sobre la retención en cuatro niveles: sellador completamente retenido, parcialmente
retenido, perdido, superficie cariada u obturada.91,92 Otros estudios usaron tres niveles
para clasificar la retención: completamente retenido, parcialmente retenido o perdido.
La retención disminuyó con el tiempo. A los 12 meses de seguimiento los selladores de
resina se retuvieron completamente en el 79% y el 92% de los casos.92-94 La retención
correspondiente a los 24 y 36 meses para los selladores de resina varió de un 71% a
un 85% y de un 61% a un 80% de los casos. Un estudio indicó retención completa en
el 52% de los casos a los 48 meses de seguimiento y un estudio retención completa
del 72% a los 54 meses de seguimiento.89,92,93,95,96 En un estudio que comparaba el
sellador de resina con ionómero de vidrio, a los 44 meses de seguimiento la retención
de ambos tipos de sellador fue deficiente; se consideró que casi dos tercios de los
participantes habían perdido ambos selladores. Tres estudios proporcionaron datos
para la retención de selladores de ionómero de vidrio.89,90,97 A los 24 meses de
seguimiento
declaró
< 1% de retención para selladores de ionómero de vidrio y
retención completa en el 9% y retención parcial en el 9% de casos. 89,97 A 36 meses de
seguimiento, la retención completa era del 3% y la retención parcial el 7% .97
3. JUSTIFICACIÓN
Los pacientes pediátricos con síndrome de Down tienen características orales propias
como la hipoplasia maxilar, paladar estrecho, forma de arco en U, apiñamiento dental,
falta de espacio de las arcadas superior e inferior, hipotonía muscular, lengua protruida,
malposiciónes dentarias, xerostomía; hacen que sean más susceptibles a problemas
gingivales y dentales como lesiones cariosas, además se requiere de un manejo
especializado para este grupo de pacientes. El
odontopediatra tiene como
responsabilidad facilitar medidas preventivas que puedan mejorar la calidad de vida de
los pacientes con necesidades especiales, ya que por su condición no pueden realizar
de forma autónoma la higiene y dependen de sus padres o tutores para llevar a cabo
este procedimiento. Es por ello que se hace necesario incluir protocolos de
investigación para validar que los materiales dentales preventivos, sean efectivos en
pacientes con necesidades especiales. Es fundamental la aplicación a estos pacientes
de tratamientos preventivos como selladores de fosetas y fisuras
para evitar la
aparición de lesiones cariosas y dar a conocer la efectividad de ellos, para poder
seleccionar el mejor material que nos ayude a la conservación de la salud bucal de los
pacientes con síndrome de Down. Existen diversos estudios sobre la permanencia de
selladores de fosetas y fisuras, pero no en niños con síndrome de Down.
4. OBJETIVOS
Comparar la permanencia de dos diferentes selladores de fosetas y fisuras en primeros
molares de pacientes pediátricos con síndrome de Down.
4.1 Objetivo específico
Medir la permanencia de dos diferentes selladores de fosetas y fisuras, por superficies
de la cara oclusal en los primeros molares.
4.2 Objetivo específico
Relacionar pH con la permanencia de dos diferentes selladores de fosetas y fisuras en
pacientes pediátricos con síndrome de Down.
4.3 Objetivo específico
Comparar la permanencia de los dos diferentes selladores en dos periodos de tiempo:
a los 3 y 7 meses después de su aplicación.
Diseño de la investigación.
Estudio comparativo, clínico y longitudinal
Criterios de inclusión.

Pacientes con síndrome de Down

Pacientes de 8 a 12 años de edad

Dientes con anatomía normal

Dientes vitales

Dientes totalmente erupcionados
Criterios de exclusión

Presencia de bruxismo

Presencia de restauraciones

Presencia de lesión cariosa

Malformaciones dentales

Molares con fracturas
Variables independientes
Ph salival
Tipo de sellador con dos niveles: sellador a base de resina, y de ionómero de vidrio de
alta viscosidad.
Periodo de tiempo después de la aplicación del sellador con dos niveles.
Variables dependientes
Permanencia de los selladores
aplicado.
por
superficies de la cara oclusal
del sellador
5. MATERIAL Y MÉTODOS
1. Exploradores marca TBS (figura 1).
2. Espejos marca TBS (figura 1).
3. Pinzas de curación marca TBS (figura 1).
4. Cucharillas de dentina marca hu-friedy (figura 1).
5. Abrebocas tipo KK (figura 1).
6. Pieza de baja velocidad marca MTI (figura 1).
7. Contraángulo marca VJR (figura 1).
8. Cepillos de profilaxis
9. Godete (figura 1).
10. Rollos de algodón (figura 1).
11. Torundas de algodón (figura 1).
12. Gasas (figura 1).
13. Anestesia tópica marca Topicaína (figura 1).
14. Espejos intraorales (figura 2).
15. Tiras Ph-Fix 0-14 marca fermont (figura 2).
16. Perforadora marca TBS (figura 3).
17. Portagrapas marca hu-friedy (figura 4).
18. Arcos de Young (figura 5).
19. Grapas marca hu-friedy (figura 6).
20. Diques de Hule marca nictone (figura 7).
21. Guantes marca ambiderm xch (figura 8).
22. Cubrebocas marca ESPE 3m (figura 9).
23. Baberos (figura 10).
24. Eyectores marca first class (figura 11).
25. Caimanes (figura 12).
26. Lentes para paciente (figura 13).
27. Lentes para operador (figura 13).
28. Hilo dental marca oral-B (figura 14).
29. Hipocolorito al 5.25% Aplicadores de selladores para el sellador de resina (figura
15).
30. Aplicadores de selladores (figura 16).
31. Sellador a base de resina ultraseal XT plus marca ultradent (figura 17).
32. Ácido fosfórico al 35% ultra-etch marca ultradent (figura 17).
33. Secante marca ultradent (figura 17).
34. Sellador de ionómero de vidrio de alta viscosidad
marca GC Fuji Triage en
cápsulas (figura 18).
35. Pistola dosificadora para sellador de ionómero de vidrio GC Fuji Triage (figura 18).
36. Lámpara de fotocurado marca Dentsply QHL75 (figura 19).
37. Amalgamador marca ultramat 2 Gnatus (figura 20).
38. Cámara profesional marca nikon coolplix L110 12.1 megapixeles 15X zoom (figura
21).
Se seleccionaron 21 pacientes con síndrome de down de 8 a 12 años de edad. La
muestra del estudio fueron 83 molares en los 21 pacientes. A cada paciente se le
realizó historia clínica según protocolo de clínica de admisión (anexo 1). Posteriormente
los padres de familia leyeron y firmaron una carta de consentimiento informado
aceptando que el paciente estuviera incluido en este estudio (anexo 2).
Pruebas iniciales.
En la primera visita se tomaron fotografías intraorales y extraorales iniciales con
cámara profesional marca nikon coolplix L110 12.1 megapixeles 15X zoom. Se realizó
la toma de Ph salival con tiras Ph-Fix 0-14 marca fermont dos horas después de haber
realizado el cepillado dental.
Formación de grupos para asignación de selladores.
A cada paciente se le aplicó de forma cruzada dos tipos de selladores en los cuatro
primeros molares permanentes. Se aplicó sellador a base de resina en primer molar
superior derecho (16) y en primer molar inferior izquierdo (36). Después se aplicó
sellador se ionómero de vidrio de alta viscosidad en primer molar superior izquierdo
(26) y en primer molar inferior derecho (46), se les aplicó el sellador de ionómero de
vidrio de alta viscosidad.
Colocación de sellador de ionómero de vidrio.
Se colocó anestesia tópica interpapilar. Se utilizó aislado absoluto con dique de hule y
grapa número 14. Se retiró materia orgánica con cepillo de profilaxis y pieza de baja
velocidad marca MTI y contraángulo marca VJR. Se realizó profilaxis antiséptica con
una torunda de algodón e hipoclorito al 5.25% por 60 segundos, lavado con agua a
presión por 10 segundos. Se aplicó el acondicionador de cavidad por diez segundos,
posteriormente se secó con aire pero sin desecar. Se mezcló la cápsula marca GC Fuji
Triage en el amalgamador marca ultramat 2 Gnatus por 10 segundos, se colocó en la
jeringa dosificadora marca GC Fuji Triage y posteriormente se aplicó con la técnica
digital en el molar seleccionado.Se colocó en el primer molar superior izquierdo y
primer molar inferior derecho.
Colocación del sellador a base de resina.
Se colocó anestesia tópica interpapilar.Se utilizó aislado absoluto con dique de hule y
grapa número 14. Se retiró materia orgánica con cepillo de profilaxis y pieza de baja
velocidad marca MTI y contraángulo marca VJR. Se realizó profilaxis antiséptica con
una torunda de algodón e hipoclorito al 5.25% por 60 segundos, se lavó con agua a
presión por 10 segundos. Se colocó ácido fosfórico al 35% ultra-etch marca ultradent
se dejó 30 segundos, se lavó por un 60 segundos, se colocó secante marca ultradent y
posteriormente se llevó a cabo la colocación del sellador a base de resina ultraseal XT
plus marca ultradent con un aplicador, se retiraron excesos, se fotocuró con lámpara
de luz halógena marca Dentsply QHL 75 con intensidad de 450 nanómetros de longitud
(nn) por 40 segundos. Se revisó la cobertura de las fosetas y fisuras del molar. El
sellador se colocó en el primer molar superior derecho (16) y primer molar inferior
izquierdo (36). Una vez terminado el procedimiento de colocación se tomaron
fotografías intraorales.
Evaluación después de la colocación de los selladores.
La evaluación de la retención de los selladores se realizó de la siguiente manera: los
primeros molares superiores e inferiores según su anatomía, se dividieron en seis
superficies. Una vez por semana se realizó la evaluación visual, para determinar la
permanencia del material aplicado, se tomó fotografía intraoral para identificar las
superficies y la cobertura del material. Se realizaron revisiones durante 16 semanas
consecutivas y a los 7 meses
Figura 1. Vista oclusal del primer molar superior permanente
a. Surco central (rojo)
b. Surco palatino (naranja)
c. Surco palatino oclusal (negro)
d. Surco vestibular (morado)
e. Cresta marginal y Surco mesial (azul)
f.
Cresta marginal y Surco distal (verde)
Figura 2. Vista oclusal del primer molar inferior permanente
a.
Surco principal (rojo)
b.
Cresta marginal mesial y vertiente mesio-vestibular (verde)
c.
Cresta marginal distal y vertiente disto-oclusal (azul)
d.
Surco lingual oclusal (naranja)
e.
Surco vestibular mesial (morado)
f.
Surco vestibular distal (rosa)
Análisis estadístico.
Se realizó un análisis estadístico de la superficie de permanencia del sellador en dos
periodos de tiempo (a los 3 y 7 meses), separando a los pacientes que tuvieron
permanencia completa del material y aquellos que sufrieron desgaste del mismo. Se
compararon los porcentajes de las muestras con permanencia completa del sellador
utilizando una prueba de Chi cuadrado. En los pacientes que mostraron desgaste del
material, se promediaron las superficies que permanecieron a través de las primeras
16 semanas y los resultados se graficaron mediante barras agrupadas. Estos datos se
sometieron a una prueba T para muestras independientes con la finalidad de detectar
la significancia en la diferencia de los promedios. El paquete estadístico utilizado fue
SPSS versión 15.
.
7. RESULTADOS
El total de la muestra fue de 83 molares en 21 pacientes que integraron este estudio,
repartidos en 42 dientes con recubrimiento de sellador de ionómero de vidrio y 41 con
sellador de resina (tabla 1).
Tabla 1. Tipos de sellador de fosetas y fisuras.
Sellador de ionómero
N
Válidos
Perdidos
Sellador de resina
N
42
0
Válidos
41
Perdidos
0
Total
83
De los molares tratados con los diferentes tipos de material se realizó una evaluación a
los 3 meses. De los 42 molares tratados con sellador de ionómero de vidrio, 10 de los
molares mostraron pérdida, mientras que de los 41 molares tratados con sellador a
base de resina, solo 2 mostraron pérdida, que corresponde al 5 % de este grupo (tabla
2).
Tabla 2. Pérdida inicial en los dos tipos de sellador a los 3 meses
Desgaste
No
Si
Total
Material
sellador de
sellador de
ionómero
resina
32
39
Total
71
10
2
12
42
41
83
Se muestra la pérdida inicial en la semana 11, los molares sellados con ionómero de
vidrio, 2 molares mostraron pérdida, 4 molares mostraron pérdida en la semana 13,
igualmente 4 molares en la semana 14. De los molares sellados con sellador a base de
resina, 1 molar mostró pérdida en la semana 14, igualmente 1 molar en la semana 15
(gráfica 1).
Gráfica 1. Número de molares que mostraron desgaste por material a la semana 15.
Transcurridos 7 meses, de los 42 molares tratados con sellador de ionómero de vidrio
la suma total de molares con pérdida del material fueron 12 molares y de los 41
molares tratados con resina, 4 molares presentaron pérdida del material (tabla 3).
Tabla 3. Pérdida final por tipo de material
material
sellador de
sellador de
ionómero
resina
Desgaste
Total
No
30
37
67
Si
12
4
16
42
41
83
Total
De los molares tratados con sellador de ionómero de vidrio que mostraron pérdida, la
permanencia del material de 4 (N=6) superficies fueron 2 (N=42) molares, de
permanencia del material en 5 (N=6) superficies, fueron 8 (N=42) molares y 6 (N=6)
superficies en 32 (N=42) molares. De los molares tratados con sellador a base de
resina que mostraron pérdida, la permanencia del material fue en 3 (N=6) superficies
fue en 1 (N=41) molar, así como en 5 (N=6) superficies en 1 (N=41) y 6 (N=6) en 39
(N=41) molares (tabla 4).
Tabla 4. Número de molares que muestran las superficies de permanencia a los 3 meses por material.
Permanencia del sellador a los 3 meses
3
Material
Total
4
5
6
Total
Sellador de ionómero
0
2
8
32
42
Sellador de resina
1
0
1
39
41
1
2
9
71
83
Se realiza una prueba T independiente, en la cual muestra que no hay diferencia
P=.569 en el número promedio de superficies que muestran la permanencia de los dos
materiales (tabla 5).
Tabla 5. Prueba T independiente que muestra diferencia de las superficies
Prueba de
Levene para la
igualdad de
varianzas
F
porcentaje de
permanencia
del selladora los
3 meses
Se han
asumido
varianzas
iguales
No se han
asumido
varianzas
iguales
13.380
Sig.
.004
Prueba T para la igualdad de medias
t
gl
95% Intervalo
de confianza
para la
diferencia
Sig.
(bilateral)
Diferen
cia de
medias
Error típ.
de la
diferenci
a
Superi
or
Inferior
1.721
10
.116
.800
.465
-.236
1.836
.793
1.036
.569
.800
1.009
11.017
12.617
La permanencia a los 7 meses, del sellador de ionómero de vidrio fue de 4 (N=6)
superficies en 2 (N=42) molares, 5 (N=6) superficies en 10 molares (N=42) y 6 (N=6)
superficies en 30 (N=42) molares. De los molares tratados con sellador a base de
resina, la permanencia final del sellador a los 7 meses, fue de 3 (N=6) superficies en 1
(N=41) molar, de 5 (N=6) superficies en 3 (N=41) molares y 6 (N=6) superficies en 37
(N=41) molares (tabla 6).
Tabla 6. Número de molares que muestran las superficies de permanencia a los 7 meses por material
Permanencia de sellador a los 7 meses
3
Material
Total
4
5
6
Total
Sellador de ionómero
0
2
10
30
42
Sellador de resina
1
0
3
37
41
1
2
13
67
83
Se realiza una prueba T independiente, en la cual muestra que no hay diferencia
P=.558 en el número promedio de superficies que muestran la permanencia de los dos
materiales (tabla 7).
Tabla 7. Prueba T independiente que muestra la diferencia de las superficies con permanencia a los 7 meses de los
dos tipos de selladores.
Prueba de
Levene para la
igualdad de
varianzas
Prueba T para la igualdad de medias
95% Intervalo
de confianza
para la
Error típ.
diferencia
Diferen
de la
Sig.
cia de
diferenci Superi
F
Sig.
t
gl
(bilateral) medias
a
or
Inferior
porcentaje de
Se han
permanencia de
asumido
6.283
.025
1.000
14
.334
.333
.333
-.382
1.048
sellador a los 7
varianzas
meses
iguales
No se han
asumido
.650
3.308
.558
.333
.512 -1.215
1.882
varianzas
iguales
Se realizó la prueba de Chi-cuadrado, en donde se muestra que si hubo significancia
estadística P=.014 en el porcentaje de los molares que no presentaron pérdida entre
los dos selladores (tabla 8).
Tabla 8. Prueba de Chi-cuadrado mostrando significancia en los molares que no presentaron desgaste
Chi-cuadrado de Pearson
Corrección por
continuidad(a)
Razón de verosimilitudes
1
Sig. asintótica
(bilateral)
.014
4.579
1
.032
6.501
1
.011
Valor
6.012(b)
gl
Estadístico exacto de
Fisher
Asociación lineal por lineal
N de casos válidos
Sig. exacta
(bilateral)
.026
5.940
83
1
.015
Sig. exacta
(unilateral)
.014
Se muestra la frecuencia de molares con y sin pérdida por tipo de material,
molares sellados con ionómero de vidrio no mostraron
32
pérdida y 10 si mostraron
pérdida. De los molares sellados a base de resina, 39 molares no presentaron pérdida
y solamente 2 si presentaron pérdida (gráfica 2).
Gráfica 2. Frecuencias de molares con desgaste y sin desgaste por material a los 3 meses.
La frecuencia de molares que mostraron cambios en el ionómero de vidrio en el
período de 3 meses, fueron 10 molares, mientras que 2 mostraron cambios hasta los 7
meses. De los molares sellados con resina, 2 molares mostraron cambios a los 3
meses en el material y 2 tuvieron cambios a los 7 meses (gráfica 3).
Gráfica 3. Frecuencias de molares que mostraron cambios en el material.
Se observa que los dientes sellados con ionómero de vidrio mostraron un pH de 6.43
en 30 dientes que mantuvieron permanencia total, mientras que los que si tuvieron
cambios a los 3 meses presentaron un pH promedio de 6.50 que fueron 10 molares y 2
molares que presentaron cambios a los 7 meses el pH fue de 6.20. En los molares
sellados con resina, el pH fue de 6.35 de 37 molares que mostraron total permanencia,
mientras que 2 molares que presentaron cambios a los 3 meses, tuvieron un pH de 7. 0
y 2 molares que presentaron cambios a los 7 meses tuvieron un pH de 6.5 (tabla 9).
Tabla 9. Relación de pH con permanencia del material a los 3 y 7 meses.
Cambios a los 3 y
Material
7 meses
Media
N
Sellador de ionómero
Total permanencia
6.43
30
Sellador de resina
Desv. típ.
.504
Cambios a los 3
meses
6.50
10
.707
Cambios a los 7
meses
6.20
2
.422
Total
6.38
42
.492
Total permanencia
6.35
37
.484
Cambios a los 3
meses
7.00
2
.000
Cambio a los 7
meses
6.50
2
.707
Total
6.39
41
.494
8. DISCUSIÓN.
La muestra se dividió en dos grupos homogéneos (tabla 1). De los molares tratados
con el sellador a base de resina, presentaron un porcentaje de permanencia del 95% a
los 3 meses y el 76% mostró permanencia de los molares sellados con ionómero de
vidrio (tabla 2). El sellador de ionómero de vidrio tiene propiedades antimicrobianas y
liberación de flúor, pero tiene afinidad por el agua (hidrofilicos), lo cual fue notorio en
este estudio ya que el ionómero de vidrio presentó pérdida más rápido y en mayor
proporción que el sellador de resina (gráfica 1).98,99 Los resultados de este estudio
demuestran el 90% de permanencia total a los 7 meses en los molares sellados con
resina, y el 71% de permanencia en los molares sellados con ionómero de vidrio. Estos
datos coinciden con los hallazgos de Eustaquio y cols. que publicaron resultados a los
6 meses de la aplicación de selladores en molares permanentes, la tasa global de
retención total fue del 94%, a los doce y a los dieciocho meses, fue del 92% y 82,4%
respectivamente. Otros autores como Sterritt y Frew demostraron índices de retención
de los selladores a un año en un 94%. Este estudio confirma los resultados publicados
por estos autores, cuyos trabajos se diferencian en que se llevaron a cabo en pacientes
sin síndrome de Down.
57,85
El sellador de resina tuvo una mayor permanencia con un
95% a los 3 meses por superficie de la cara oclusal de los molares, en comparación
con un 76% del ionómero de vidrio, ya que en 1 molar tratado con resina y en 8
molares tratados con ionómero de vidrio se perdió una superficie (tabla 4).
Demostrando con la prueba T independente que no hay diferencia en el número
promedio de superficies en que permanecieron los dos selladores a los 3 meses (tabla
5). A los 7 meses el sellador que tuvo mayor permanencia por superficie de la cara
oclusal de los molares, fue el sellador de resina, con un 90% de permanencia en
comparación con un 71% del ionómero de vidrio, ya que en 3 molares tratados con
resina y en 10 molares tratados con ionómero
se perdió una superficie (tabla 6).
Demostrando con una prueba T independente que no hay diferencia en el número
promedio de superficies en que permanecieron los dos selladores (tabla 7). El sellador
a base de resina tuvo mayor número de molares con permanencia total (gráfica 2). En
los dos selladores los cambios a los 7 meses fueron iguales en el número de molares
(gráfica 3). El pH fue mayor numéricamente en los molares que mostraron cambios a
los 3 meses en los dos tipos de selladores (tabla 9).
9. CONCLUSIÓN.
1. El sellador a base de resina mostró mayor permanencia con el 90%, después de 7
meses de su aplicación, en comparación con un 71% de permanencia del sellador de
ionómero de vidrio.
2. El sellador de ionómero de vidrio mostró una mayor pérdida inicial de 24% a los 3
meses, comparado con el 5% de pérdida del sellador a base de resina.
3. La media de pH fue numéricamente mayor en los dos tipos de selladores en los que
presentaron pérdida a los 3 meses, en comparación de los que tuvieron pérdida hasta
los 7 meses, sin ser estadísticamente significativo.
4. En este estudio concluimos que la permanencia de los selladores de fosetas y
fisuras es igual a los resultados de otros estudios en niños sin síndrome de Down.
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11. ANEXOS
11.1 Historia clínica
Maestría en Estomatología Pediátrica
Facultad de Odontología
U.A.CH.
HISTORIA CLÍNICA
1. Ficha de Identificación
Nombre.
_____________________fecha _______________________
Fecha de nacimiento__________________________
Lugar de nacimiento __________________________
Edad.__________________
Sexo. __________________
No. De hermanos_________
Lugar q ocupa.____________
2. Motivo de la consulta.
3. Antecedentes.
Antecedentes heredofamiliares.
Antecedentes personales no patológicos.
Antecedentes personales patológicos.
Antecedentes prenatales.
Antecedentes perinatales.
Antecedentes posnatales
4. Padecimiento actual.
5. Examen extraoral
Tipo de cráneo
Tipo de cara.
Perfil.
Simetría facial
Línea media
Clase molar
Clase canina
Mordida cruzada
Overbite
Overjet
Mordida abierta
Malposición
Diastema
Pérdida prematura
6. EXAMEN INTRAORAL
7. Diagnóstico y pronostico
8. Plan de tratamiento odontológico
11.2 Consentimiento informado.
UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE CHIHUAHUA. FACULTAD DE ODONTOLOGÍA
MAESTRÍA EN ESTOMATOLOGÍA PEDIÁTRICA
Yo, ____________________________________________declaro libre y voluntariamente que acepto
que mi hijo(a)_____________________________________________participe en el estudio de
investigación que se lleva a cabo por parte de la Facultad de Odontología de la Universidad Autónoma
de Chihuahua, y cuyo objetivo es determinar la retención del sellador de ionómero de vidrio de alta
viscosidad en comparación con sellador a base de resina. Acepto que a mi hijo (a) se le realizarán los
siguientes procedimientos:
1.- Historia clínica según protocolo de admisión
2.- Toma de fotografías intraorales, extraorales.
3. Medir el ph salival
4. Uso de anestesia dental tópica y lidocaína con epinefrina
5. Uso de dique de hule como aislado absoluto
6. Grapas dentales
7. Aplicación de sellador de ionómero de vidrio de alta viscosidad en dos órganos dentarios (primeros
molares permanentes)
8. Aplicación de sellador a base de resina en dos órganos dentarios (primeros molares permanentes)
Los procedimientos mencionados no representan riesgo para el niño
ya que se trata de
procedimientos dentales no invasivos. Las revisiones serán realizadas de manera cuidadosa.
Doy mi autorización para que se le realicen los procedimientos preventivos dentales correspondientes y
los datos obtenidos, puedan ser publicados y/o difundidos en donde se estime conveniente, manteniendo
en forma anónima los datos de identificación personal de mi hijo (a).
DATOS DE LA MADRE Y/O PADRE
Nombre_______________________
DATOS DEL TESTIGO
Nombre____________________________
Dirección______________________
Dirección___________________________
Tel.__________________________
Tel.____________________________
FIRMA
FIRMA
Figura 1. Espejo, explorador, pinza de curación marca TBS,
cucharilla de dentina marca hu-friedy, pieza de baja marca
MTI, contraángulo marca VJR, abreboca tipo KK,
anestesia tópica marca topicaína, rollos de
algodón, torundas de algodón, gasas.
Figura 2. Espejo intraoral y tiras Ph-Fix 0-14 marca fermont
Figura 3. Perforadora marca TBS
Figura 4. Portagrapas marca hu-friedy
Figura 5. Arcos de Young
Figura 6. Grapas marca hu-friedy
Figura 7. Diques de hule
Figura 8. Guantes marca ambiderm xch
Figura 9. Cubrebocas marca ESPE 3m
Figura 10. Baberos
Figura 11. Eyectores marca first class
Figura 12. Caimanes
Figura 13. Lentes para operador y paciente
Figura 14. Hilo dental marca oral-B
Figura 15. Hipoclorito al 5.25% marca cloralex
Figura 16. Aplicadores de selladores.
Figura 17. Ácido fosfórico al 35% ultra-etch,
sellador ultraseal XT, secante marca ultradent
Figura 18. Sellador de ionómero de vidrio
marca GC fuji Triage en capsulas, pistola dosificadora
Figura 19. Lámpara de fotocurado marca Dentsply QHL 75
Figura 20. Amalgamador marca ultramat 2 Gnatus
Figura 21. Cámara profesional marca nikon
Coolplix L110 12.1 mexapixeles 15X zoom

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