JUAN GIL

Transcripción

JUAN GIL
Pontibas et fluviis, muris phorisque decora,
Vrbibus est aliis regni prelata Zamora.
DE PRAECONIIS CIVITATIS NUMANTINAE
1. PRIMERAS FUNDACIONES FRANCISCANAS
EN LA PROVINCIA DE SANTIAGO
Los franciscanos llegan a España a principios del s. XIII. San Francisco presidió un Capítulo celebrado en
1219, donde se acordó enviar a los reinos de la Península a cien religiosos bajo la tutela de Fray Juan
Parente1, quien en 1227 fue nombrado Ministro General de la Orden, y a éste siguió en el cargo el Beato
Alberto de Pisa. Hay pocos datos documentales de los primeros tiempos de los Franciscanos en la
Península, pero lo cierto es que ya en 12322 tenían unos 70 conventos. Este número propició una división
territorial de la Provincia única de España en tres: Castilla, Aragón y Santiago.
La Provincia de Santiago abarcaba Galicia, Asturias, León, parte de Valladolid, Extremadura y Portugal
hasta la frontera con el Tajo, es decir un vasto terrritorio, por lo que la Provincia a su vez se dividía en
Custodias, y éstas agrupaban los conventos más cercanos territorialmente.
Los monarcas iniciaron una relación provechosa con la Orden. Doña Berenguela, madre de Fernando III,
fue la fundadora del convento de los Franciscanos en Valladolid3, y su hijo Fernando III, se rodeará de la
compañía de Fray Lope Fernández y Fray Pedro Gallego, obispos más tarde de Marruecos y Cartagena.
Estos testimonios nos dan cuenta de la buena acogida que tendrán los franciscanos en el círculo de la realeza, desde bien pronto. Acogida y tal vez influencia, pues haciendo una panorámica de los reinados de
Fernando III, Alfonso X y Sancho IV, vemos en qué medida la cultura de la época está íntimamente ligada
a figuras de frailes franciscanos, que fueron sin lugar a dudas de las personas más cultas e influyentes de
la época, como Pedro Gallego4, autor del Liber de animalibus, De Astronomia, De regitiua domus, que han
llegado hasta nosotros, y que fue nombrado Obispo de Cartagena por Alfonso X.
1. Chronica XXIV Generalium, AF III, 10, 14. P. Atanasio López, O. F. M., La Provincia de España de los Frailes Menores, 1915, pp. 15-33. Viaje de San Francisco por España, Madrid, 1927,
p.32. Manuel de Castro, O. F. M., “Estudio preliminar”, De praeconiis, pp. XXXV-XXVI
2. En este año se celebra un Capítulo auspiciado por Fray Juan de Piancarpino, en Soria, vid. Manuel de Castro, De praeconiis Hispanie, ed. y estudio preliminar. Madrid, 1955., pp. XXXVIXXXVII.
3. Wadding, Annales Minorum, 1252, n. IV.
4. Petri Galleci Opera omnia que stant: De astrononmia.Liber de animalibus. De regitiua domus. Ed. José Martínez Gázquez, Florencia, 2000.
2. JUAN GIL
DE
ZAMORA
Contemporáneo5 de Pedro Gallego, aunque algo más joven, fue Juan Gil de Zamora.
Sobre Juan Gil suele decirse6 dice habitualmente que era noble, aunque esta afirmación no lo corrobora
documento alguno. Un dato seguro, en cambio, nos lo proporciona el mismo autor:
Nunc autem de civitate nostra Zamorensi, non ad studium sed ad solacium, libellum primum vobis, ut scivi et
potui, compilavi; ut discatis quantis eam Deus gloriosus et sublimis preconiis extulit; a quantis periculis eripuerit; quam fidelis suis principibus extiterit; et qualiter ipsam pene destructam respexerit Deus altissimus et eternus, in cuius manu omnium potestates, et omnium iura regnorum. Ingratus quippe apud Deum et homines
merito iudicarer, nisi preconiis veritatis atollerem viros gloriosos et parentes nostros in generationibus suis, et
ipsamque nos genuit civitatem.7
(Al Infante Don Sancho) Ciertamente, ahora he escrito para vos un primer librito sobre nuestra ciudad, Zamora.
Lo compuse lo mejor que supe y pude, no como objeto de estudio, sino para vuestro solaz. Que aprendáis con
cuántas y cuán sublimes bondades Dios glorioso la distinguió, de cuántos peligros la salvó, cuán fiel se mantuvo a sus gobernantes, y cómo la protegió casi al borde de la destrucción Dios altísimo y eterno, en cuya mano
está toda potestad y los derechos de todos los reinos. Sería tenido como un ingrato por Dios y por los hombres,
si no exaltase con el pregón de la verdad a los gloriosos varones y a nuestros antepasados, en las sucesivas generaciones, y a la propia ciudad que nos crió.
La fecha de su nacimiento puede datarse en el reinado de Fernando III. Gil González Dávila nos da una
cronología8 bastante temprana:
Fray Juan Gil de Zamora de la Orden de San Francisco. Fue primero secretario del Rey Don Fernando el Santo.
Opina, por el contrario, Manuel de Castro9 que esto no es posible, y que nació “hacia el año 1241”, según
la anotación hecha por Fray Juan Muñoz de la Cueva10:
Del archivo de la dignidad episcopal saqué una vida de la Santa [Marina] escrita por el predicador Juan de Sarria
(…) el cual se funda en lo que de la Santa escribió el P. Fr. Egidio de Zamora, y hoy se guarda en pergaminos
antiguos en la librería del convento de esa ciudad [Zamora]. Floreció este religioso en el reynado de don
pag. 3
5. A. Pelzer, “Un traducteur inconnu: Pierre Gallego, franciscain et premier évêque de Carthagène”, Miscellanea F. Ehrle, Roma, 1924, 407-456. Esta publicación nos proporciona una noticia sobre la relación entre Juan Gil y Pedro Gallego: “La carrière de ce personnage (P. Gallego), nous est connue grâce a Jean Gilles de Zamora “Iohannes Aegidius Zamorensis”, un autre
franciscain, confesseur d´Alphonse et precepteur de Sanche IV le Brave, qui a laissé nombre d’ ouvrages la plupart inédits et trop peu remarqués”. (p. 408) Igualmente en la nota 1 de
la misma página (408) Pelzer nos amplia la información sobre Juan Gil, dando no sólo información bibliográfica sobre estudios que tienen como objeto a Juan Gil, sino que también nos
proporciona información respecto al ms. 934 de la Historia Naturalis de Berlín, y el ms. 1404 del fondo de los duques de Urbino, que contiene el Contra Venena. En la nota 1 de la página 409, nos incluye la noticia que da Juan Gil sobre P. Gallego, recogida por el P. Atanasio López, La provincia de España de los frailes minores. Apuntes histórico-críticos sobre los orígenes de la Orden Franciscana en España, Santiago 1915, pp. 171 y ss.
6. M. de Castro, op. cit, pp. XLIII y ss.
7. De praeconiis ciuitatis Numantine, ed. de F. Fita, BRAH, t. 5, 1884
8. Teatro eclesiástico, Madird, 1647, t. II, p. 390.
9. Op. cit. p. XLIII
10. Noticias históricas de la Santa Iglesia Cathedral de Orense, Madrid, 1727, p. 27.
Fernando el Tercero.
Castro afirma que de haber sido secretario de Fernando III, algo nos hubiese dicho Juan Gil al respecto en
la biografía que sobre él escribió11. Ciertamente, la afirmación de Castro es coherente, ya que Juan Gil
acostumbra a contextualizar siempre su obra. Sea como fuere, el caso es que en los primeros documentos
vemos a Fray Juan Gil habiendo entrado a profesar en el Convento de Zamora, que hubo de ser fundado
en el año 1246. A su fundación, ocupaba un emplazamiento distinto al que luego fue trasladado junto al
llamado Puente de Piedra, a la orilla del río Duero. Leemos en los Annales Minores12:
In urbe Zamorae Castellae ueteris nobilissima, saluberrimo aëre, adlabente Durio flumine amoenissima, translati hoc anno Fratres ab Eremitorio sanctae Catharinae, quod anno MCCXLVI occuparunt, ad aliud beatae Mariae
de Miraculis proximum, p. LX distans, ad fluminis ripam ex opposita ciuitatis parte iuxta pontem.
En la muy noble ciudad de Zamora, en Castilla la Vieja, de aire muy agradable, en la fértil ribera del río Duero,
se trasladaron los Hermanos este año ( 1260) desde el Eremitorio de Santa Catalina, que habían ocupado desde
el año 1246, hasta otro cercano a Santa María del Milagro, a sesenta pasos, a la orilla del río, junto al puente, al
otro lado de la ciudad.
El propio Juan Gil en el explicit a varias de sus obras nos dice que el convento se encuentra apud
Zamoram, entendemos así que el convento en el que se encontraba era aquel del que hoy sólo quedan
unos cuantos restos, reaprovechados en la actualidad, como sede de la Fundación Hispano-Lusa Rei Afonso
Henriques.
Puede ser que por la misma época del traslado del Convento, en 1260, ingresara en la Orden Juan Gil. Su
primera aparición en relación con su actividad como franciscano está relacionada con las Leyendas en
honor a los santos, género literario que florecía en toda Europa, nos referimos a la Vita Sti. Isidori agricola, que pudo haber escrito durante su estancia en Madrid, al iniciar su carrera clerical13. Esta Vita formaría parte de una de sus obras menos conocidas14, cuya temática es semejante a las de Rodrigo de Cerrato15
y de Bernardo de Brihuega16, autores también importantes y en la actualidad muy poco estudiados17 .
En relación a las Leyendas, hemos de destacar aquella que hace referencia a San Ildefonso, que él mismo
glosó también en cinco redacciones diferentes, dos en el Liber Mariae18 y además en otras tres: una mencionada en el De Praeconiis Hispanie19, donde se aprecia un tono más cronístico-legendario, que también
caracteriza la versión que aparece en las Legendae Sanctorum, y una quinta, la más completa20:
11.P. Fidel Fita, “Biografías de San Fernando y de Alfonso el Sabio por Gil de Zamora”, BRAH, 5, 1884, pp. 308 y ss.
12.Wadding, Annales Minores, 1260.
13.Sin embargo, hay quienes interpretan que la Vita Sti. Isidori agricolae no fue escrita por Juan Gil sino por Juan Diácono. Véase: “Leyenda de San Isidro”, ed. F. Fita, BRAH, 7, 1885, pp.
54-144.
14. Legenda Sanctorum et Festivitatum Alliarum de Quibus Ecclesia Sollempnizat: MS London, British Library Add. 41070 ff. 1-465v y aún no ha sido editada.
15.F. Fita, “El libro del Cerratensed” BRAH, t. 13, Año 1888, pp.226-237. F. Villamil Fernandez, Rodrigo de Cerrato. Vitas Sanctorum. Estudio y Edicion. Santiago de Compostela, 1992. Tesis
Doctoral.
16.Manuel C. Díaz y Díaz, "La Obra de Bernardo de Brihuega, colaborador de Alfonso X". Strenae. Estudios de Filología e Historia dedicados al profesor Manuel García Blanco. Acta
Salmanticensia, Filosofía y Letras, 16. Salamanca: Universidad de Salamanca, 1962. pp. 145-61.
17.Como visión de conjunto vid. J. Pérez-Embid Wamba, Hagiología y sociedad en la España medieval. Castilla y León (Siglos XI-XIII), Huelva, Universidad de Huelva, 2002. Con capítulos
dedicados al Cerratense, a Brihuega y al propio Juan Gil.
18.C. Ferrero Hernández, “La obra latina de Juan Gil de Zamora. Su relación con la literatura contemporánea peninsular”. Congreso Internacional de Latín Medieva. Lisboa, noviembre 2005
(actas en prensa).
19.Castro, op. cit.. C. Ferrero Hernández, “La percepción de los musulamanes en el De praeconiis Hisapniae de Juan Gil de Zamora”, EVPHROSYNE·
20.Nicolás Antonio, en Bibli. Vet. Lib. I, cap. I. La leyenda estaría inserta en la obra Liber illustrium personarum, aunque en realidad aparece en De historia ciuili et canonica. “Traslación
Aldefonsi Beatissimi, uiri praeclarissimi, Doctoris egregii et Archiepiscopi Toletani translationem, seu inuentionem, qua Zamoram translate fuerunt ipsius sacre corporis reliquie et ibidem inuente, preconiorum titulum
attollentes, seriem translationis et modum adinuentionis annotabimus diligenter in memoriam futurorum.
Con el ánimo de exaltar el traslado y hallazgo de las sagradas reliquias del cuerpo del muy santo Ildefonso, muy
preclaro varón, egregio doctor y arzobispo toledano, cómo fueron llevadas a Zamora y allí encontradas, vamos
a escribir detalladamente la peripecia de su traslado y el modo de su hallazgo para que quede en la memoria
de las generaciones venideras.
Por haber sido el cronista del santo, a fin de que los hombres venideros conocieran sus milagros, más dignos de ser escritos que las hazañas de los hombres, sin duda, por este motivo, es incorporado como un
personaje destacado en el retablo21 que se conserva en la Catedral de Zamora, retablo en el que se nos
narra cómo Don Suero el obispo de Zamora presenta a la ciudad las reliquias del santo y ante ellas los
tullidos, los ciegos, los poseídos, los sordos, todos aquellos que acuden al umbral del templo, sanan milagrosamente:
Alia juvencula de Cubielos a demonio erat obsessa. Cumque sibi fuisset oblata quedam cartula contra humani
generis inimicum, furatus fuit sibi diabolus ipsam cartam. Obsessa ergo iterum a demonio, testificatus fuit diabolus coram multis quod ipsam non dimiteret, donec Beati Aldefonsi limina visitaret.
Otra muchacha de Cubillos estaba siendo asediada por el demonio. Tenía consigo una hostia como protección
contra el enemigo del género humano, pero el diablo se la robó. Y así, el diabló volvió a atormentarla, llegando a declarar públicamente que no la soltaría hasta tanto visitara la morada de San Ildefonso.
Lo más destacado de esta crónica es cómo el autor va dando la filiación, el pueblo o barrio de donde procede aquel en el que obró el milagro de Ildefonso, así acerca, certifica y corrobora la maravilla y el prodigio. En el ejemplo anterior, una muchacha de Cubillos, asediada por el demonio, quien por escrito le da
fe de su asedio hasta que se acerque al templo de Ildefonso. En el caso siguiente, Eufemia, una mujer de
San Lázaro, que se ha quedado sorda, se acerca a las reliquias del santo, para ponerle una vela, y al pronunciar el obispo: “Arriba los corazones”, recuperó la salud, celebrandólo todos los asistentes congregados en la iglesia.
Quedam mulier Zamorensis, Eufemia nomine, de Popula S. Lazari passa fuerat per octo menses aurium surdi-
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e invención del cuerpo de San Ildefonso”, ed. F. Fita, BRAH 6, 1885, pp. 379- 409. Sobre este mismo tema vid. Ch. Faulhaber, “ San Ildefonso de Toledo y Juan Gil”, Revista Española de
Teología, XXXIX-XL, 1978, pp. 311-315.
tatem. Cumque causa recuperande sanitatis locum adiisset ubi sunt reliquie Beatissimi Aldefonsi, Domino
Sugerio Episcopo ibidem solemnia celebrante.
Una mujer de Zamora, de nombre Eufemia, del arrabal de San Lázaro, llevaba ocho meses sufriendo de sordera. A fin de recuperar la salud, había acudido al lugar donde están las reliquias del muy santo Ildefonso, allí
mismo estaba el Obispo don suero celebrando misa solemne.
Según la referencia siguiente de otra de sus obras, Dictaminis Epithalamium22, hemos de pensar que estudió en Salamanca:
P. suo amico intimo socio Salamantice studium frecuentati, frater Iohannes, eius amicus fidelissimus sub fratrum minorum habitu seruiens.
A P. Amigo íntimo y compañero, con quien frecuenté la Universidad en Salamanca, de Fray Juan , su muy fiel
amigo, que profesa en el hábito de los hermanos menores.
El provincial de la Orden en 1280, Fray Pelayo, preocupado por la formación de los religiosos dio gran
impulsó al estudio23, y patrocinó la difusión de la predicación entre las clases populares en contra de los
musulmanes24. Él mismo fue quien reivindicó el derecho a enviar estudiantes a París, en el Capítulo celebrado en 1272:
Mittendi pro lectoribus Parisius pro custodias eligantur, et eisdem debeant de propriis custodibus prouideri,
nisi cuilibet nationi in suis custodiis de eorum prouisione utilius aliter uideatur.
Cada custodia ha de elegir lectores para que sean enviados a París, y deben ser provistos por sus propias custodias, a no ser que parezca, a cada nación, que pueden hacer provisión de ellos de otra manera más útil.
Dice Manuel de Castro25:
Sospecho que debió de ser, entonces, hacia el año 1272 ó 1273, cuando los Superiores de la Custodia de Zamora
acordaron que Fray Juan Gil fuera a estudiar a París, precisamente en un momento en que San Buenaventura,
General de la Orden hasta 1274, luchaba denodadamente contra el averroísmo en aquella Universidad.
Estas citas vienen a glosarnos la inquietud intelectual de los miembros de la Orden, inquietud que se nos
21.En la Catedral de la ciudad de Zamora se encuentra un hermoso retablo de Fernando Gallego, se trata de un óleo sobre tabla ( 1475-1480) en el que se narra la vida de San Ildefonso,
aderezado de referencias a otros santos e imágenes de la Hª Sagrada. En la tablilla 3ª de la segunda fila se nos plasma cómo son halladas las reliquias del santo y cómo las recibe el Obispo
de Zamora, D. Suero, rodeado de autoridades. Tras el Obispo, casi en el centro de la tablilla, un fraile muy joven asiste a la escena, el pintor le ha dotado de una expresión de paz que
contrasta vivamente con la del sacerdote que vemos a su derecha, que presenta una mueca de contrariedad, con los párpados entrecerrados, mientras que los ojos del joven fraile aparecen abiertos e inocentes.
corrobora a partir de las siguientes palabras de Luis Gª Ballester:
La reciente publicación26 de un importante documento depositado hoy en la Biblioteca Vaticana (Vat. Lat. 659,
fol. 1r), fechado en los años 20 y 30 del s. XIII y redactado en Santiago de Compostela, nos permite replantear
los orígenes de la tradición de los estudios sobre la naturaleza en los reinos hispánicos (Galicia, Reino de León,
Corona de Castilla), insertándolos en la atención que miembros de las recién fundadas órdenes franciscana y
dominica demostraron hacia el estudio de la naturaleza (...) El citado documento, no estudiado hasta ahora
desde la historia de la ciencia, no sólo confirma el protagonismo de franciscanos y dominicos gallegos en esta
hazaña intelectual, sino que nos permite detectar las raíces hispánicas de la actividad científica llevada a cabo
por miembros de estas órdenes en la Corona de Castilla durante la segunda mitad del s. XIII (...) Pedro Gallego
(...) en los territorios fronterizos de Murcia, durante los años 50-70, y la llevada a cabo hacia 1280 por Juan Gil
en el Studium franciscano de Zamora, que se materializó en su Historia Naturalis..(...)27
Los franciscanos hispanos, igual que en el resto de Europa, aparecen ávidos de conocimiento, sobre cuestiones diversas siempre relacionadas con el estudio del hombre: el tiempo, el espacio, la generación, la
enfermedad. El mencionado documento nos señala que ya desde muy pronto en Santiago, como en Oxford
o en París, hubo una gran preocupación en torno a temas similares, aunque enfocados de forma diversa.
El viaje de estudios que realiza Juan Gil a París es valorado de forma diferente por Castro y por Gª
Ballester: el primero hace hincapié en que, por la misma época que el zamorense realiza sus estudios, San
Buenaventura derrolla su predicación antiaverroísta; el segundo resalta, en cambio, que gracias a este viaje
Juan Gil entra en contacto con la ciencia, ya que la corona de Castilla se hallaba entonces en grave penuria intelectual. Estas diferencias, por parte de los autores mencionados, provienen de la perspectiva intelectual de cada uno, ya que mientras que Castro se ocupa del campo teológico, los editores de la Historia
Naturalis se ocupan de las res naturae. Las bases del conocimiento científico ya se hallan presentes en la
Provincia de Santiago, sin embargo, el enviar a los jóvenes Franciscanos más destacados a París, o a
Oxford28, forma parte de la propia formación de los predicadores, para recibir el magisterio de los más
prestigiosos miembros de la Orden. Esa doble perspectiva mencionada: el aprendizaje de la nueva ciencia
y la profundización en el arte de la predicación quedan evidentes en la obra de Juan Gil a la luz de la lectura de algunos pasajes que ha realizado J. Martínez Gázquez29, donde se observa la incardinación del discurso del exemplum moralizador a partir del material científico.
En París, Juan Gil desarrolla su actividad durante cuatro años, profundizando, seguramente, en las nuevas
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22.Editado por Ch. Faullhaber, Pisa, 1978.
23.Vid. J. T. Pastor García, “Juan Gil de Zamora en la filosofía española en Castilla y León”, Répertoire biibliographique de la philosophie, 50, 1998, p. 63.
24.P. Atanasio López, Primicias franciscanas de España. Documentos pontificios y episcopales. La Cruz, 1911: Idem, “Cruzada contra los sarracenos en el reino de Castilla predicada por los
Orden Franciscanos de la Provincia de Santiago”, AIA 9 (1918) 321-327.
25. Op. cit., p. LXIII
26.El documento mencionado fue publicado por el P. M. de Castro, “La biblioteca de los franciscanos de Val de Dios, de Santiago ( 1222-1230)”, AIA, 53, 1993, pp. 151-162.
corrientes intelectuales. Posiblemente, una vez obtenido su doctorado, viajara al norte de Italia30, y también debió pasar una temporada en Tours, dato que nos aporta una carta del provincial de Tours en la que
le otorga permiso para viajar a París31.
Juan Gil formó parte de la élite Franciscana europea, merced a sus estudios y a las relaciones que debió
entablar por entonces. Nos lo corrobora la dedicatoria de la propia obra Contra Venena32 a Fray Raimundo
de Godefroid, que fue General de la Orden Franciscana entre 1289 y 1295, y por los términos que emplea
para referirse a él, con entrañable afecto, en virtud ex antigua familiaritate:
Ad uenerabilem patrem fratrem Raymundum, generalem ministrum ex parte fratris Iohannis Egidii.
Quoniam uita uestra quam a longis temporibus totis amplector uisceribus sicut nouit almifluus ac dulcifluus
Dei Filius Ihesus Christus toti mundo est necessaria et salutifera, idcirco ad eius custodiam, cum diuino adiutorio, mitto uobis libellum contra uenenosa communia et uenena mortifera.
Al venerable padre, Fray Raimundo, ministro general, de parte de Fray Juan Gil.
Puesto .que vuestra vida, desde largo tiempo atrás, vuestra vida aprecio con todo el corazón, (comolo sabe muy
bien sabe aquel que es fuente de vida y dulzura, el hijo de Dios, Jesucristo) y es digna de ser vivida con salud,
pues a todos nos es necesaria; precisamente como salvaguarda de ella, con la ayuda divina, os envío este escrito contra tósigosvenenos comunes y p y pociones mortales.
Otra de sus obras Ars dictandi está dedicada a otro importante franciscano, Fray Felipe de Perusa, obispo
de Fiésole desde 1282 hasta 1298. A éste, posiblemente, lo conoció en París, o bien en su viaje a Italia.
Tanto el Contra Venena como el Ars Dictandi y el Ars Musica, contienen la expresión: Lector fratrum minorum apud Zamoram, lo cual nos indicaría que el zamorano ya ejerce el encargo de maestro de jóvenes
franciscanos en su convento. Cargo que, junto con el de prior, eran los primeros que debían tener todos
los conventos franciscanos, e incluso si por cualquier circunstancia se quedaran sin él, los jóvenes habían
de ser enviados a otro convento cercano para seguir con sus estudios.
Juan Gil aparece también, como prestioso doctor, dedicado a otras tareas, como nos indica el siguiente
documento, que trata sobre el pacto realizado entre la nobleza y la burguesía zamorana34, y del que
Fernández Duro35 da noticia,
…e seyendo yo [el Infante don Sancho] en Çamora así en la vylla de Çamora como en su derredor, e avydo mio
conseyo con el dean de Seuvylla e con el Maestre de Alcantara…e con frey Iohan Gil doctor de los frayres descalços de Çamora.
27.Luis Gª Ballester, “Naturaleza y ciencia en la Castilla del s. XIII. Los orígenes de una tradición : Los studia franciscano y dominico de Santiago de Compostela (1222-1230)”, Arbor, AbrilMayo, 1996, pp.69-125, p. 73. Sobre el estado de la ciencia médica, en particular y de forma más específica si ésta ciencia se desarrolló en Castilla en el s. XIII, la época de J. Gil, vid: L.
Gª Ballester, “Medical Science in Thhierteenth- Century Castille: Problems and prospects", Bull. Hist. Med. 1987, 61, pp. 183-202.
28.Cuenta el propio Roger Bacon una anécdota que le acaeció mientras explicaba a Aristóteles, pues al comentar él mismo que alguna expresión de las Vegetalia era árabe, unos estudiantes españoles le dijeron que aquello no era árabe sino español. R. Bacon, Opera quaedam hactenus inedita, Ed. Brewer, Londres, 1859, pp. 91 y 467.
29.J. Martínez Gázquez, “La moralización de las piedras preciosas en la Historia Naturalis de Juan Gil de Zamora” Faventia 20/2, 1998, pp. 177-186. Y “La moralización de los animales en
Juan Gil de Zamora” Micrologus, VIII, i, Il Mondo animale, Firenze, 2000, pp. 237-259.
30.Viaje que ratificaremos más adelante, merced a la similtud de contenido en un par de leyendas marianas que debió tomar de un autor también franciscano, Bartolomé de Trento (1250)
31.M. de Castro, De praeconiis…., p. LIV.
32.C. Ferrero Hernández, Liber contra Venena et Animalia Venenosa. Bellaterra, 2002.
Dato que nos indica que, a partir de 1278, de regreso a tierras hispanas, ya formaba parte del círculo de
la corte, como scriptor de Alfonso X,
Serenissimo suo domino Aldefonso, diuina prouidentia illustri regi Castellae, Legionis et Vandaliae, humillimus
scriptor suus, Frater Joannes Egidii, Fratrum, Minorum apud Zamoram doctor insufficiens, regni terreni gubernaculum meritorium et aeterni brauium, remuneratorium.36
Al serenísimo señor, Alfonso, , ilustre rey de Castilla, de León y de Andalucía, por la divina providencia, meritorio timón del reino terreno y remunerador del premio del reino eterno, de su humilde secretario, Fray Juan
Gil, de los Hermanos Franciscanos del convento de Zamora, doctor poco ilustrado.
y como maestro y consejero del futuro Sancho IV37:
Nunc autem de ciuitate nostra Zamorensi, non ad studium sed ad solacium, libellum primum uobis <Sancio>
ut sciui et potui, compilaui.38
(Al Infante Don Sancho) Ciertamente, ahora he escrito para vos un primer librito sobre nuestra ciudad, Zamora.
Lo compuse lo mejor que supe y pude, no como objeto de estudio, sino para vuestro solaz.
Serenissimo domino eno Infanti Sancio Illustrissimi Aldefonsi Regis Legionis et Castelle, Toleti et Vandalie,
maiori filio et heredi, et Hispanie potentissimo adeptori, Humilimus scriptor suus frater Johannes egidii fratrum minorum apud Çamoram doctor indignus, diu et feliciter uiuere, prospere procedere et regnare.39
Al serenísimo señor, al Infante Sancho, hijo mayor y heredero del Ilustrísimo Alfonso, rey de León, de Castilla,
de Toledo y de Andalucía, poderosísimo benefactor de Hispania, su muy humilde secretario, Fray Juan Gil de
los Hermanos Franciscanos del convento de Zamora, doctor indigno, que viva felizmente, y que gobierne y reine
con prosperidad.
Ocupó, más tarde, cargos importantes dentro de la orden, como Custodio de la circunscripción de Zamora
y posteriormente como Ministro Provincial de la Provincia de Santiago (1300). Probablemente, vivió hasta
los ochenta años.
Es incuestionable la participaciön de Juan Gil en el proyecto cultural de Alfonso X al que elogía como rey
y como impulsor de la tarea de traducir in linguam maternam todo tipo de escritos, de temática humana
y divina, para que fuesen comprensibles y asequibles a todos, pues el latín se había convertido en una len-
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34.Sobre pactos versa también la siguiente cita del De Pareconiis Numantine, Ed. de F. Fita, “Dos libros inéditos de Juan Gil de Zamora”, BRAH, t. 5, 1884:
Prefata vero civitas propter pacem et concordiam inter se mutuo componendam de consensu comuni taliter ordinarunt ut burgenses reciperent milites et vasallos, et milites burgenses
reciperent versa vice, quod et factum est; et hoc ipsum quod dictum est, homagio mutuo confirmarunt. Addiderunt insuper ad uberiorem concordiam conservandam ut siquis miles aut
burgensis aut alius qualiscunque civis concivem suum capite vel facie pugno seu manu tangende dehonestaret, ad sustinendum dehonestationem consimilem et vituperium in pleno consilio fieret obligatus, et quilibet Nobilis et innobilis iuxta illatum dedecus iustum pondus reciperet talionis.
35.Cesáreo Fernández Duro, Memorias Históricas de la ciudad de Zamora, su provincia y obispado. T. I, Madrid 1882, p. 469.
36.Dedicatoria del Officium Almilfluae Virginis. Ed. de F. Fita, “Poesías inéditas de Gil de Zamora”, BRAH, t. 6, 1885.
37.“Las ideas políticas y la formación del príncipe en el De praeconiis Hispanie de Fray Juan Gil de Zamora”, Hispania, 22, 1962, pp. 507-541. C. Ferrero Hernández, “La educación del príncipe Sancho en el De praeconiis Hispaniae de Juan Gil de Zamora”. I Francescani e la política (ss. XIII- XVII), Palermo, 2002.
Según Amador de los Ríos bien pudo ser que la Historia Naturalis de fray Juan Gil fuera la fuente para la obra de Sancho IV Lucidario, sobre todo en lo que respecta a los tratados sobre
los animales; en Historia Crítica de la Literatura Española, Madrid 1863, II, p. 32. En este mismo sentido se pronuncian Tomás y Joaquim Carreras Artau, Història de la Filosofia Espanyola,
Barcelona- Girona, 2001, vol. I, pp. 28-31.
38. De Praeconiis ciuitatis Numantine, Ed. de F. Fita, “Dos libros inéditos de Juan Gil de Zamora”, BRAH, t. 5, 1884.
gua oscura, cargada de figura secreta incluso para los sabios:
Adeo quoque animum suum transtulit ad inuestigandas et perscrutandas mundanas scientias et diuinas, quod
omnes fere scripturas triuiales et quadriuiales, canonicas et ciuiles, scripturas quoque theologicas seu diuinas
transferri fecit in linguam maternam, ita et omnes possent euidentissime intueri et intelligere quoquomodo illa,
que sub lingue latine phaleris et figura tecta et secreta, etiam ipsis sapientibus, uidebantur.40
Hasta tal punto Además inclinó su ánimo a investigar y a escrutar las ciencias humanas y divinas, que hizo traducir a la en lengua materna casi todos los tratados sobre el trivium y el quadrivium, los canónicos y civiles, y
también las escrituras teológicas y divinas, de manera que todos pudieran estudiar claramente y entender profundamente aquella ciencia que, por sus ornamentos y figuras retóricas en lengua latina, se mostraba secreta
e indescifrable incluso a los ojos de los sabios.
En el conflicto por la primogenitura surgido entre Alfonso X y su hijo Sancho a la muerte del heredero
Fernando, y ante las pretensiones de los Infantes de la Cerda, los hijos de Fernando, Castro ha sugerido
que Juan Gil debió haberse mantenido en calidad de hombre fiel a Alfonso X, su señor.
Sin embargo, si leemos detenidamente la Meditatio prohemialis del De praeconiis Hispaniae, observamos
que aunque el propio autor no menciona en su obra este desencuentro, en la dedicatoria de la obra, acabada el mismo año en que Sancho convoca a Cortes en Valladolid (1282), y cuando se enfrenta directamente con Alfonso, Juan Gil lo denomina “hijo mayor y heredero” así como también le transmite el deseo
ferviente de: “Larga vida, próspero reinado”.
Elocuente dedicatoria, teniendo en cuenta además que los franciscanos en el conflicto sucesorio apoyaron
siempre a Alfonso, a cuya muerte (1284) Sancho asume el gobierno. Incluso, a lo largo de los distintos tratados de la obra, encontramos menciones y referencias que sirven como loa a la figura del príncipe, desde
el paralelismo que llega a establecer entre Alejandro y Sancho, y por consiguiente entre Aristóteles y él
mismo. En el último tratado realiza una glosa y elogio del nombre de Sancho, haciendo una glosa etimológica del mismo: Sancius, sabio.
En las obras que parecen posteriores a la muerte de Sancho ya no hay referencias a la actividad de Juan
Gil en el círculo real. La prematura muerte de Sancho IV41 supuso toda una maraña de intrigas por el conflicto sucesorio, cuyo eco perduró y enturbió el período de la regencia de Doña María de Molina42. Tal vez
alude a esos conflictos, tanto políticos como personales, cuando pronuncia las siguientes palabras:
(...) omnes emuli mei, qui nichil aliud nouerunt quam contra studiosos homines oblatrare...43
39. De Praeconiis Hispaniae, Ed. de F. Fita, “Dos libros inéditos de Juan Gil de Zamora”, BRAH, t. 5, 1884.
40.F. FITA, “Biografías de San Fernando y de Alfonso el Sabio”, BRAH, 5, 1884, 308- 328 (p. 321)
(...) todos mis detractores desconocen cualquier cosa que no sea proferir ladridos contra los hombres de ciencia.
Mis detractores, viene a decir, no cesan de proferir ladridos contra los hombres de ciencia. Palabras teñidas de una amargura que no nos deja indiferentes.
Su ancianidad44 le otorgó buena salud pero le privó de su memoria:
Fertur de quodam uiro sapienti ualde ordinis minorum, qui et libros multos edidit, et fuit in territorio
Numantino, sicilicet, Zamorensi, dictusque est Ioannes Aegidius Zamorensis, qui ad tantam senectutem peruenit, ut licet corpore sanus esset, in quantum aetas illa permittebat, litteras tamen ut dicitur oblitus est.
Se tiene noticia de un hombre bastante sabio, de la orden de los Hermanos Menores, que escribió muchos
libros, vivió en la ciudad de Numancia, es decir, Zamora, se llamaba Juan Gil de Zamora, y llegó a tan anciano,
que, aunque su cuerpo se mantenía tan sano como la edad le permitía, sin embargo se había olvidado de sus
escritos.
Pedro Gallego y Juan Gil aparecen como los últimos testimonios de la preocupación intelectual que hubo
en la provincia de Santiago, en la Edad Media.
pag. 11
41.Díaz y Díaz, M.C., “Tres compiladores latinos en el ambiente de Sancho IV”, Actas del Congreso Internacional “La Literatura en la época de Sancho IV”. Alcalá de Henares 1996, pp. 3552.
42.Para el período histórico vid. especialmente: I. Gabriois de Ballesteros, Historia del reinado de Sancho IV de Castilla, 2v Madrid, 1922. En general, sobre una visión de conjunto, es muy
ilustrativa la obra:
E. Jaffe - H. Finke, “La dispensa de matrimonio falsificada para el rey Sancho IV y María de Molina”, AHDE 3, 1927, nos ponen en situación sobre la difícil situación en que se halló Mª de Molina.
43. Liber de Animalibus. Hist. Natural, op. cit. p. 1558.
44.Alfonso de Madrigal, Comentarium in librum III Regum, cap. III, q. XI, p. 57, Venecia, 1615.
3. LA OBRA
DE
JUAN GIL
La obra de Juan Gil ha sido estudiada, a veces, de manera precipitada, originando información confusa,
por lo que a veces la obra del zamorense aparece como errática.
Ciertamente hay una mala información sobre el total de su obra, cuya magnitud desconocemos. Fue muy
importante y también numerosa, y sobre ella se ha propagado una cierta leyenda, la leyenda de los Egidios,
tal vez la totalidad de su obra, que pudo haberse perdido, y que se fundamenta en la noticia que nos proporciona Wadding45:
(…) Ioannes Aegidius Zamorensis, uir apprime doctus, qui sex ingentibus tomis uniuersam historiae molem
sub hoc titulo: Historia naturalis, ecclesiastica et ciuilis, candide et solide complexus est ordine alphabetico,
ubi nihil praeterisse uisus est.
(...) Juan Gil de Zamora, hombre muy sabio, que en seis ingentes volúmenes escribió toda la historia universal
bajo este título: Historia Natural, eclesiástica y civil, brillante y sólidamente trabado en orden alfabético, donde
no parece faltar nada.
Según Wadding tendríamos que añadir otra gran obra más de Juan Gil, además de la Historia Naturalis:
His addidit alium tomum, cui nomen dedit: Archiuum omnium scripturarum, ubi quidquid est eruditionis
ecclesticae ad praecipua capita reduxit.
.A éstos añadió otro volumen, que tituló: Archivo de todas las escrituras, donde resumió la erudición eclesiástica a los capítulos más importantes.
Años más tarde Antonio de Melisano da testiminio de que allí seguían cuando visitó el lugar, aunque algunos manuscritos ya se hallaban muy deteriorados. Deterioro ya constatado por Wadding. Antonio de
Morales vio también los manuscritos y afirma que se trataba de siete volúmenes. Cirot46 dice que cuando
Morel-Fatio se interesó por tales obras, en 1880, sólo pudo averiguar que:
Al ser expulsados los frailes en 1834 los volúmenes que habían estado en la biblioteca de los franciscanos permanecieron depositados diez años en casas privadas , donde cada cual tenía posibilidades de coger lo que le
viniera en gana; muchos fueron vendidos y otros fueron a parar al Instituto y otros se asignaron al Seminario.
45.Wadding, Annales Minorum, 1260:
46.G. Cirot, De operibus historicis Johannis Aegidii Zamorensis, Burdeos 1913
En éste, como no había biblioteca sino un inmenso montón de libros sin orden alguno, aunque solicitó le dejasen buscar los egidios no se lo permitieron y ante su ofrecimiento para ordenar aquello que llamaban biblioteca se le respondió que “ellos mismos pensaban hacerlo”.
En el ms. 2763 de la Biblioteca Nacional. de Madrid, aparece la siguiente anotación, al inicio47:
Las obras de Fray Juan Gil de Zamora, célebre franciscano, se hallan en siete tomos o volúmenes de pergamino, de a media piel a modo de libros de Coro con los mismos herrajes y encuadernaciones. De estos siete volúmenes (que se guardan en la librería de los PP: Franciscanos de la ciudad de Zamora) hubo un P. curioso, llamado Miguel Ordóñez, que se dedicó a hacer una copia de ellos, en 1707.
La anotación concluye diciendo:
Otras obras escribió este autor según él mismo expresa varias veces: Historia naturalis. (…) De aetatibus.
(…)De uiris illustribus (…). De astrologia (…). Historia ecclesiastica, etc. Pero nada de esto debe causar confusión, porque todo lo más creo que está incluído en este volumen, pues la Historia Natural, Eclesiástica, Moral
y Civil consta por el autor que se incluye en el libro intitulado Archivo o Armario. (…)Lo que cita De Aetatibus
es uno de los títulos del Armarium, y lo mismo lo que cita de Astrología. (…) Escribió también De speculationibus Prelatorum, pero como falta por entero la letra S del Armarium se puede resumir que estuviese en algún
título al modo de lo antecedente. (…) Don Nicolás Antonio en la Bibli. Vet. Lib. 11, cap. 1, puso otras muchas
obras de este autor, pero en todas o en las más dudando.
¿Por qué tantas repeticiones y anotaciones? Creemos que Juan Gil intentó no sólo emular las Enciclopedias
europeas, sino que debió de albergar el proyecto de compilar la más grande de todas organizándola alfabéticamente, por lo que, manejando fichas sobre distintas materias, hizo redacciones diversas que aparecen en tratados distintos, para ilustrar tal o cual punto, a modo de hipervínculo moderno.
Un catálogo de las obras escritas por Juan Gil, podría ser el siguiente, acompañado de las ediciones y traducciones que se han realizado:
Legendae Sanctorum, sin editar y del que sólo conocemos un manuscrito que se encuentra en Londres.48
Liber Mariae, (o Liber Ihesu et Mariae) cuyo apéndice, Officium Almifluae Virginis, encargo de Alfonso X, contiene un oficio en honor a la Virgen (Relacionado temáticamente con las Cantigas del rey Sabio, como veremos
más adelante). Liber de Maria/ Officium Almiflue Virginis, F. Fita, in: Monumentos antiguos de la Iglesia com-
postelana. Madrid, 1882, pp. 158-183. F: Fita, “Liber illustrium personarum (fragmenta”).en BRAH. 5, 1884, pp.
pag. 13
47.P. M. de Castro, “Estudio pr.” De praeconiis…, CXII.
48.British Library Add. 41070 ff. 1-465v , s. XIII.
308-319; 6 1885, pp. 60-71, 381-429; 7 1885, pp. 54-144; 13 1888, pp. 187-225 (Legendae ex Libro de Maria).
M. R. Vilchez, ‘El ‘Liber Mariae’ de Gill de Zamora’, Eidos 1, 1954, pp. 9-43. “Carmen super Maria Virgine”, ed.
en: Hymne de la Vierge dans Poésie latine chrétienne du Moyen Age, IIIè-XVè siècles, textes recueillis, traduits
et commentés par H. Spitzmüller. Paris, 1971, pp. 957-963.
Liber de miraculis almifluae Virginis. (Un título que posiblemente no sea sino otra forma de intitular el Liber
Mariae).
Prosodion, o Prosologoion. Editado por L. Alonso López: El Prosodion de I. Aegidii Zamorensis. Un tratado gramatical hispano-latino inédito del s. XIII, presentada en la UAB, el 17 de Octubre de 1977
Ars Dictandi. C. Cenci, ed. “Il vademecum di un dotto francescano della prima metà del s. XIV, con formulari
de lettere” Studii Francescani 94, 1997, pp. 427-477
Sermones. F. Lillo, Juan Gil de Zamora: sermonario inédito. Introducción, edición y comentario de siete de sus
sermones. Memoria de licenciatura inédita. Universidad de Salamanca 1993.
Liber Dictaminis Epithalamium. Ch. Faulhaber, Juan Gil de Zamora. Dictaminis epithalamium. Edición y estudio. Los Angeles-London, 1972.
Liber illustrium personarum. Gil de Zamora. Maremagnum de Escrituras. Dict. Epithalamium, Libro de las personas ilustres, Formación del príncipe, Trad. y comentarios J. L. Martín, Zamora, 1995.
De Praeconiis ciuitatis Numantinae. Editada por F. Fita, en BRAH 5, , 1884, pp. 131-200, según el ms. A 189, de
la Biblioteca de la Real Academia de la Historia de Madrid.
De praeconiis Hispaniae. De praeconiis Hispanie, ed. y estudio preliminar de M. de Castro, Madrid, 1955. De
preconiis Hispaniae, o educación del príncipe, trad. y estudio de J.L. Martín y J. Costas, Zamora 1996..Alabanza
de España de Juan Gil de Zamora, Ed. trad. y not. de J. L. Martín, Zamora, 1995.
Ars musica. M. Gerbert, Scriptores ecclesiastici de musica, II, Typis San-Blasianis 1784, 370-93. Johannes
Aegidius de Zamora: Ars Musica. Ed. M. Robert-Tissot, “Corpus Scriptorum de Musica” (XX) American Institut
of Musicology 1974.
De Trifaria medicina.49 De la que tenemos noticia a través del propio autor: Secunda est ut confortetur cor sicut
per diamargariton et per ceteras medicinas cordiales, ut dicitur in egritudine cordis, in libro nostro De trifaria
medicina. (Vid. nuestra edición de Liber contra Venena, “De argento uiuo”, 436-437).
Historia Naturalis. A. Domínguez y L. Gª Ballester, Historia Naturalis, Salamanca, 1994. Edición y traducción. 3
vol. (Incluye la edición y traducción del Liber de Animalibus)
Contra venena et animalia venenosa. M. de Castro, AIA, 1976. C. Ferrero Hernández, Iohannis Aegidii
Zamorensis Liber contra Venena et Animalia Venenosa. Edición y traducción. Bellaterra, 2002.
La cronología de todas estas obras ha sido establecida a veces de forma harto precipitada. Y aunque no
resulta fácil establecer una segura, creemos que algunas deberían se revisadas. Pues, es posible que iniciase sus escritos antes de su viaje de estudios a París, pero también se nos hace evidente que a partir de ese
viaje Juan Gil lee materiales que están ya circulando desde hace años por Europa; nos referimos, sobre
todo, a las Enciclopedias, especialmente la del franciscano Bartolomé Ánglico, De proprietatibus rerum,
y la de del dominico Vincent de Beauvais, Speculum Quadruplex, que influirán de una manera decisiva en
la obra del zamorense, sin menoscabo de otras lecturas propiamente hispanas que le servirán para elaborar los materiales de su obra de carácter histórico, como son las de Rodrigo Jiménez de Rada y de Lucas
de Tuy.
En conclusión, es posible que la mayoría de sus obras fueran realizadas entre 1278 y 1295, ya que se titula en ellas con el grado de Doctor. Así se denomina en el proemio del Ars Musica, cuya datación actual
(1270) habría de ser revisada.
Su obra Liber Contra Venena ofrece una datación más segura (entre 1289 y 1295) por la dedicatoria que
dirige a Raimundo de Godefroid, quien ocupó el Ministerio general entre esos años. Si, además, tenemos
en cuenta que en esta obra hace bastantes referencias la Historia Naturalis (y no ad inuicem), la fecha de
composición de esta última habría de ser adelantada, al menos un año, y situar Contra Venena al final del
mandato de Raimundo, posiblemente.
pag. 15
49.Sobre el concepto de Trifaria medicina véase: J. Martínez Gázquez, “Isidoro y la medicina en los enciclopedistas hispanos: D. Gundisalvo y Juan Gil de Zamora”, Isidorus Medicus, Isidoro
y los textos de medicina. La Coruña, 2005. También sobre los tratados médicos y Juan Gil: L. Gª Balleser, La búsqueda de la salud. Sanadores y enfermos en la España Medieval. Barcelona,
2001. pp. 276- 287.
4. EL LIBER
MARIAE
4.1 LA TRADICIÓN MARIANA EN EL S. XIII
Mientras que la Península Ibérica seguía sumida en conflictos territoriales, en Europa, en el s. XII se produce un Renacimiento cultural que origina un rico material literario, como consecuencia del engrandecimiento y consolidación de las ciudades. Los nobles y los reyes protegen a escritores, músicos y pintores.
Paralelamente van floreciendo las escuelas y universidades, ampliándose así cada vez más el número posible de lectores, lo que coincidirá con el desarrollo de las literaturas en lengua vulgar. A esto se añade la
expansión de los monjes de Cluny primero y de dominicos y franciscanos, después, quienes influirán de
manera decisiva en la expansión y en la “unificación” cultural europea. En la Península estos mismos monjes realizan con sus fundaciones una verdadera demarcación territorial respecto al mundo musulmán. A
lo que se añade el interés por enviar a los centros de estudio europeos a los jóvenes monjes, quienes de
regreso a su convento, como Juan Gil, traerán la impronta europea y propiciarán la circulación de textos
y temas que acabarán influyendo de manera decisiva en las obras posteriores.
Una de las temáticas más difundidas ya desde el s. XII es la exaltación mariana, que confluye en una riquísima colección de milagros producida a lo largo de todo el s. XIII, con abundantes redacciones en latín y
en lenguas vulgares. En la España se conservan las obras de Berceo, Rodrigo de Cerrato, Alfonso X y Juan
Gil de Zamora.
Desde el punto de vista literario, la exaltación a María se inicia con la obra de Gregorio de Tours, Liber
Miraculorum y con de Ildefonso de Toledo, al que la leyenda le atribuye la instauración de la fiesta de la
Anunciación:
Vnde legitur inter eius miracula quod matrem Ihesu beatus Aldefonsus alcius pro collatis sibi beneficiis honorare constituit ut sollempniter in Hyspania festum annunciationis, singulis annis, VIIIº die ante festum natalis
domini celebraretur.50
Donde se lee, entre susotros milagros, que San Ildefonso para dar la mayor honra a la madre de Jesús, por los
beneficios con los que lo había distinguido, instituyó que en Hispania se celebarase de manera solemne, cada
año, la fiesta de la Anunciación, el octavo día antes del día de Natividad del Señor.
50.F. Fita, “Cincuenta leyendas por Gil de Zamora combinadas con las Cantigas de Alfonso el Sabio” BRAH, 7, 1885, 54- 141 (pp. 54-55)
51.Obras completas de San Bernardo, BAC, Madrid, 1984, II.
Bernardo de Claravall, en sus Homilías51 y, como consecuencia, los monjes de Cluny propagan el culto y
los textos marianos, que suponen una verdadera revolución porque si los textos hagiográficos anteriores
tenían como tema casi único la figura de santos varones, mártires o reyes, la figura femenina de María
aportará unas connotaciones especiales y provocará el desarrollo de una nueva estética en el discurso literario. María y su hijo representan una nueva manera de entender los principios teológicos, en la que la
fuerza y a la vez la dulzura de la madre de Jesús la convertirá en madre de toda la humanidad. La
Anunciación de María supone el gran misterio de la cristiandad, que es la Encarnación del hijo de Dios
como hombre para redimir a la humanidad. Así María es la verdadera madre y no Eva, su contrafigura, dice
Alfonso X en la Cantiga CCCXX:
O ben que perdeu Eua,
a nossa madr' antiga,
cobrou Santa Mar’a
œ foi de Deus amiga..
Y Juan Gil en el OfficiumAlmilfluae Virginis:52
O si Eva illud Ave
Reperisset, per quod Ave
Facta est salvatio!
Ay, si Eva aquel Ave
Hubiese encontrado, por aquel Ave
Nos hubiésemos salvado.
4.2 LAS CANTIGAS Y EL LIBER MARIAE
En la Biografía de Alfonso el Sabio dice Juan Gil53:
More quoque Davitico etiam, ad praeconium Virginis gloriose multas et perpulchras composuit cantinelas, sonis
conuenientibus et proportionibus musicis modulatas.
También al modo de David, como encomio a la Virgen Gloriosa, compuso muchas y bellas canciones, acorda-
pag. 17
52. Oratio III, vv. 232- 234
53.F. Fita ( 1884) p. 321.
54.F. Fita, (1885) p. 379.
das a los sones y moduladas según las proporciones musicales.
Así, cual un nuevo David, nos es presentado el rey por su scriptor, quien siguiendo sus indicaciones escribió la composición lírica que conocemos como el Officium Almilfluae Virginis54:
Serenissimo suo domino Aldefonso, (...) Officium almifuae matris almae regis Iesu altissimi, pro cujus ordinatione deuote uestra Serenitas mihi scripsit, uestrae mitto magnificentiae per praesentem portitorem; scientes
quod, si omnes artus meos in linguam conuerterem, et omnium sapientium facundiam haberem in tam praeclarissimae Virginis praeconium, nihil esset. Obtemperaui siquidem praecepto Principis, sed non consummaui
praeconia Virginis.
A su Serenísimo Señor, Alfonso. (...) Por el presente correo os envío aquel Oficio, cuyo encargo, movido por la
devoción, me encomendó Vuestra Serenidad, en honor a la fuente de vida, a la madre de Jesús, rey de los cielos. Sabed que aunque todas mis facultades se convirtieran en lengua, y aunque tuviera el don de la palabra de
todos los sabios para hacer la loanza de la tan preclara Virgen, sería inútil. Y si Hhe obedecido el mandato del
Príncipe, sin embargo no he sido capaz de escribir todas las alabanzas a la Virgen.
La devoción mariana de Alfonso queda también patente en su testamento:
Otrosi mandamos que todos los libros de los Cantares de loor de Santa María sean todos en aquella iglesia do
nuestro cuerpo se enterrare, e que las fagan cantar en las fiestas de Santa María55
La estrecha relación que se manifiesta entre el rey y el franciscano, así como la coincidencia temática de
los milagros de las Cantigas y del Liber, ha llevado a muchos estudiosos a plantear que la obra del rey
depende de manera muy directa de la del franciscano.
El asunto no es fácil, pero deberían considerarse los siguientes aspectos:
a.- La obra del franciscano es posterior a las primeras redacciones de las poemas alfonsinos.
b.-En las Cantigas aparecen milagros y motivos que no aparecen en el Liber Mariae.
Si volvemos a retomar lo que antes se comentaba sobre la circulación en Europa del tema mariano, y que
Juan Gil viajó por Francia e Italia, que conoció, y seguramente trajo a Castilla, numeroso material de los
enciclopedistas, y que en otras obras suyas utiliza esas mismas enciclopedias como fuente, ahí encontra-
55.Citado por Antonio G. Solalinde, en Antología de Alfonso X el Sabio, Madrid, Espasa-Calpe, 1984, p. 236.
ríamos el nexo de sus milagros con los que aparecen en otros autores.
Hemos hallado coincidencias exactas entre Juan Gil y Vincent de Beauvais, con Hugo de Farsito, así como
también con alguno de los milagros del ms. Thot 128 de Copenhage, que parece haber sido muy similar a
la fuente usada por Gonzalo de Berceo. Además entre los milagros incluye uno que sólo aparece, entre el
material que se conoce, en un autor franciscano, Bartolomé de Trento(1250), se trata del milagro acaecido en la iglesia de Aracoeli en Roma, que custodian los franciscanos.
Por su parte, las Cantigas toman la misma temática que las 84 composiciones legendarias de Juan Gil, pero
la obra también bebe en otras fuentes. ¿De dónde provienen? Tal vez, por un lado del rico material que
circula por Europa, por otra, de la tradición hispana anterior, por ejemplo de Rodrigo de Cerrato, autor
de Vita Christi et Mariae, y, por último, posiblemente del material que va elaborándose siguiendo los cánones del género a medida que, avanzando la frontera con los musulmanes, van estableciéndose y difundiéndose leyendas milagrosas que acontecen en los lugares que han sido reinstaurados a la fe cristiana, y por
consiguiente al culto mariano.
Tal vez la existencia de un hipotético Mariale Magnu56 hubiera sido la fuente común a toda la tradición
que se desarrolla tanto en latín como en lenguas vernáculas. Sin embargo, ese manuscrito ideal aún no se
concoce, y aunque existen algunos manuscritos franceses que reciben ese nombre, sin embargo, las
Cantigas57 son, hasta hoy, la colección más importante de todas las obras marianas que se conocen tanto
en latín como en lenguas vernáculas.
4.3 EL CONTENIDO DEL LIBER MARIAE
Conocemos el Liber Mariae gracias a un manuscrito del s. XIV de la Biblioteca Nacional de Madrid. La obra,
de la que no se conserva58 el incipit ni al dedicatoria, contiene un apéndice con incipit y explicit propio,
se trata del Officium Almilfluae Virginis. Debió ser compuesto después de 1278.
Fidel Fita transcribió el texto del oficio, así como el índice del Liber, cuyo plan no es un Mariale al uso,
sólamente, sino un verdadero tratado teológico sobre los principios de la fe cristiana, en el que va insertando las leyendas milagrosas a modo de ejemplo:
Así vemos la estructura de los diferentes apartados:
I.
Qualiter Virgo almiflua fuit diuersis oraculis reuelata
pag. 19
II.
Qualiter Virgo almiflua fuit a patriarchis praefigurata.
III.
Qualiter Virgo almiflua fuit a prophetis praenunciata.
IV.
Qualiter Virgo almiflua fuit concepta
V.
Qualiter Virgo almiflua fuit sanctificata.
VI.
De natiuitate almifluae Matris. (Tiene cinco capítulos)
VII.
De annunciatione almifluae matris Christi.(Contiene catorce capítulos; el penúltimo con dos y el último con
nueve leyendas).
VIII. De parturitione almifluae matris Christi.
IX.
X.
De purificatione Virginis et Filii ejus oblatione. (Tres leyendas).
De fuga mellifluae matris Christi cum dulcifluo nato suo in Aegyptum; et ipsius amissione et indicatione Filii,
quaestione, iuuentione.
XI.
De Matris ad Filium multiplici compassione.
XII.
De Matris recommendatione, quam moerenti discipulo commendauit.
XIII. De conuersatione almifluae Virginis post Filii sui resurrectionem et assumptionem, in coelum.
XIV. De almifluae Virginis dormitione, et ipsius in coelum assumptione et annorum uitae suae, computatione.
XV.
De multorum praedicabilium ordinatione in Virginis assumptione. (Dos milagros.)
XVI. De multorum miraculorum patratione per Virginis intercessionem. (Se divide en 6 capítulos)
1. De liberatis a faucibus mortis. (Once leyendas.)
2. De liberatis ab aquis. (Tres leyendas).
3. De liberatis a captiuitate. (Dos leyendas.)
4.De liberatis a diuersis aegritudinibus. (Veinte leyendas).
5. De multis curialitatibus, quas amicis suis exhibuit alma Virgo. (Diez y ocho leyendas).
beri.
6. De imaginibus ipsa in repraesentantibus,quibus uoluit altissimus eius Filius unigenitas reuerentiam exhi(Nueve leyendas).
XVII. De uirginum et uiduarum exhortatione ad imitationem Virginis.
XVIII. De meditationibus et orationibus almifluae Virginis et Filii eius secundum numerum(XXIII) et ordinem litterarum
alphabeti.
APÉNDICE. Officium Almifluae Virginis, quod composuit Frater Joannes Egidii apud Zamoram ad preces et instan-
56. J. W. Marchand, “Vincent de Beauvais, Gil de Zamora et le Mariale Magnum”, Encyclopédies Médiévales. (Eds.) B. Baillaud, J. DE Gramnont et D. Hüe. Presses Universitaires & Association
Diderot 2004 pour la version en ligne, 101- 115..
57.
Remitimos al proyecto digital: The Oxford Cantigas de Santa Maria database / Collections ( http://csm.mml.ox.ac.uk Mayo de 2005) sobre las Cantiga.s realizado en la
Universidad de Oxford, con una base de datos que incluye las numerosas obras que presentan la misma temática que las Cantigas, y que se produjeron a lo largo de los ss. XII y XIII en
Europa. Entre los autores y obras incluidos se encuentra la referencia a Juan Gil, a su obra el Liber Mariae, en concreto a la edición que hizo Fidel Fita, a finales del s.XIX, sobre el legendario mariano, establecido en dos series sucesivas, una primera de cincuenta leyendas y otra posterior de treinta, que tienen como particularidad la correspondencia temática con la obra
alfonsí.
58.BRAH, t. 6, 1885, pp. 379- 409. Es interesante reseñar el estado del manuscrito, mutilado según Fita por algún personaje en exceso escrupuloso e ignorante.
59.Oratio XXIII, vv. 43- 57.
pag. 21
tiam illustrisimi Aldefonsi regis Legionis et Castellae.
El Officium, a su vez, se compone de tres partes
1.-El Oficio propiamente dicho, compuesto por 321 versos que se distribuyen en :
Prólogo
Maitines
Nocturno I
Nocturno II
Laudes (Que a su vez contiene un himno y el Cántico de Zacarías.)
2.-Oratio XXII, incipiens ab hac littera Y, Ymago. 150 versos.
3.-Oratio XXIII, incipiens ab hac littera Z, Zelatrix. 295 versos.
En estas dos últimas partes encontramos la referencia al orden alfabético, incipiens ab hac littera Y,
Ymago, incipiens ab hac littera Z, Zelatrix. Lo que sin duda nos remite a nuestras propias palabras anteriores: Juan Gil tiene la intención de realizar una magna enciclopedia que contenga todo el saber, sobre
lo divino y lo humano, y en ese sentido debe entenderse su obra, que, por desgracia, nos ha llegado incompleta, pero de la que tenemos excelentes muestras tanto en el campo médico, como histórico, teológico y
poético, cuyo brillo ha arrancado elogios a todos los que a sus palabras se asoman.
De su poesía destacamos las siguientes estrofas59 en las que Juan Gil realiza una alabanza a Maria usando,
como buen naturalista, flores y frutos, los más salutíferos, los más bellos, para simbolizar, la sencillez, la
bondad, la belleza y la perfección de Maria:
Tuber rubi, rubens rosa,
Violarum gratiosa,
Acanthus et lilium.
Tu myrtetum, oliuetum,
Tu lauretum et rosetum,
Flos campi conuallium.
Nardus, myrrha, thus, pigmentum,
Cinnamomum, calamentum,
Crocus, muscus, fistula;
Storax, stacte et amomum,
pag. 25
Nux, resina, replens domum
Aromatum cellula.
Mel dulcoris, flos odoris,
Fons stuporis, pons laboris,
Incorrupta balsamus.
Cándida Ferrero Hernández
Zamora, marzo de 2006

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