El museo derriba barreras y acerca culturas
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El museo derriba barreras y acerca culturas
Be in arte sofía weil de speroni “El museo derriba barreras y acerca culturas” La vicepresidenta de la Federación Mundial de Amigos de Museos para Sudamérica asegura que todo esfuerzo invertido en lo cultural vuelve incrementado a la sociedad, y sueña con un mundo en el que todos los países tengan a sus asociaciones de amigos en red. Texto: Vicky Guazzone di Passalacqua Fotos: Sophie Starzenski S uele decirse que detrás de todo gran hombre hay una gran mujer. Si traspoláramos esa frase al mundo de las instituciones culturales, podemos asegurar que detrás de todo gran museo hay una gran asociación de amigos. Así lo entendió hace mucho Sofía Weil de Speroni, hoy vicepresidenta de la Federación Mundial de Amigos de Museos para Sudámerica. Sin ser estrictamente una artista, siempre estuvo interesada en el arte, y comenzó su camino cultural haciendo amistad con el Museo Nacio- 148 / nal de Bellas Artes. Tras tomar algunos cursos allí, intercambiar experiencias con otros socios e ir adquiriendo cada vez más conocimiento de aquel mundo, la inauguración del MALBA (Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires) le abrió la posibilidad de ser miembro fundador de su Asociación de Amigos. Allí entró de veras en contacto con los distintos objetivos y formas de acción y colaboración que tienen estas asociaciones, y no pasó mucho hasta que llegó a trabajar con FADAM, la Federación Argentina de Amigos de Museos. Tras participar en cargos directivos de la entidad y llegar hasta la vicepresidencia, Sofía fue postulada para un lugar mayor. “Hasta abril de este año, Nelly Arrieta de Blaquier era la vicepresidenta de la Federación Mundial de Amigos para Sudamérica. Pero cuando se retiró, FADAM decidió proponerme como candidata”, relata ella. Efectivamente electa, desde entonces se dedica al ambicioso objetivo de desarrollar federaciones en otros países. “En América del Sur, los únicos que tienen la propia son Argentina, Chile y Brasil”, apunta. Su base de operaciones, sin embargo, sigue siendo las oficinas de FADAM, en una bellísima casa antigua de San Telmo. Allí recibió a BeGlam, taza de café en mano y sonrisa imborrable, para la siguiente entrevista. ¿El objetivo mayor es abrir una federación de amigos de museos en cada país? Exacto. Porque cuantos más nos sumemos a esta red internacional, más vamos a poder colaborar con el museo, que a la vez ayuda a la comunidad. Porque entendemos como museo un espacio abierto de debate, reflexión y educación. ¿Y cuál sería concretamente el rol de las asociaciones de amigos? Ser el puente. Tenemos que decirle a nuestra comunidad qué museo es importante, cuál guarda la memoria, cuál permite el debate, cuál integra. El museo derriba barreras y acerca culturas. Pero los amigos somos los que tenemos que vender esa imagen. Para eso, debemos tener una buena relación con el director, conocer sus objetivos, y en base a eso elaborar nuestros programas de acción. Si, por ejemplo, el director quiere dar a conocer el museo, nosotros organizamos eventos, invitamos gente, hacemos difusión. ¿Inciden también en los contenidos? No. Podemos decir que hay un tema candente o pasar contactos de muestras que salen por el mundo, pero solo somos el nexo. Yo soy como un turista profesional, porque entro al museo y sé lo que pretendo ver. Y no voy a juzgar al director, pero le puedo dar consejos o conseguir contactos para mejorar lo existente. ¿Y cuáles son los objetivos nacionales de FADAM? Tener asociaciones de amigos federadas en todo el país. Todavía no las hay en Misiones, Catamarca, La Rioja… Las provincias más pobres son las más difíciles, porque sus museos son los que se han quedado más en el tiempo. Darnos a conocer también, porque es una asociación civil que ya tiene 30 años, pero que no está muy presente en el ámbito cotidiano. Y fortalecer los lazos con nuestros asociados y captar nuevos voluntarios. Este año, por suerte, se sumaron tres jóvenes con mucho entusiasmo. Pareciera que hay más interés de la juventud en el arte, ¿verdad? Más allá de eso, creo que hoy el museo está de moda. Entonces todo es un museo en potencia, para bien o para mal. En Estados Unidos, un estudio diagnosticó que por cada dólar que se invierte en el museo, cuatro se vuelcan a la comunidad. Y creo que la sociedad argentina y muchos gobiernos nacionales, provinciales y municipales también lo entendieron así. La cultura trae turismo y trae divisa. Y es matemático: cuando hay un director y una Asociación de Amigos que trabaja en conjunto, el museo brilla. ¿Dirías que ese despertar también puede apreciarse en Uruguay? Vi poco de la situación uruguaya, pero creo que se trabaja muy bien. El Museo Zorrilla trabaja muy bien, han hecho un anexo nuevo que suma mucho y es un gran logro, el Museo Figari me parece espectacular, el Ralli y el Torres García siempre me parecieron muy buenos. Por eso, tenemos mucho entusiasmo en que formen su propia federación. Y dados los cambios positivos que se vienen dando en la economía, es muy probable que dentro de poco la tengan, conformada en principio por los amigos del Zorrilla, del Figari y de la Fundación Gurvich. ¡Es el momento de crecer para América del Sur! ¿Por qué te parece que el arte latinoamericano está tan en boga? En principio, la globalización ha permitido que el arte contemporáneo, que es lo que hoy se colecciona, esté al alcance de todos. Entonces da lo mismo comprar un artista alemán que uno uruguayo. Luego, los precios aún son accesibles. Y finalmente está el tema de las ferias de arte, que han hecho mucho por la difusión. Creo que debe resaltarse, además, el caso de Patricia Phelps de Cisneros, una latinoamericana con un gran espíritu filantrópico, que puso en la agenda del MoMA el arte latino. En mayo pasado, ArteBA y la Universidad Di Tella dictaron unos cursos dentro del área de “Colegio Libre” de la UTDT, para los que vino a Buenos Aires la curadora de la colección de Patricia bajo el título “El rol social del coleccionista”. La base de la discusión era que las colecciones ya no pueden ser cerradas, sino que deben ser brindadas al público, para generar debate, investigación y publicación. Eso es justamente lo que hizo Phelps, y lo que hace que el arte en general continúe creciendo y sorprendiendo. Y eso es lo que a mí me interesa. No soy curadora ni sé tanto del tema, pero me metí en este mundo porque creo que el arte transforma. sumar, pero también restaurar Desde hace 20 años, dentro de FADAM funciona el taller de restauración y conservación de obras sobre papel. Dado que casi ningún museo posee fondos para este tipo de procesos, es una de las patas más requeridas de la ONG. En cada caso, tras un análisis específico se elaboran planes de acción y los tratamientos a desarrollar. Y además de ofrecer este conocimiento, FADAM brinda cursos para capacitar al personal del museo, permitiendo que en el futuro sean ellos mismos los que se ocupen del proceso. “Hoy la tendencia es de mínima intervención, se trabaja simplemente en la preservación”, ilustra Sofía. El servicio se presta no solo a instituciones públicas, sino también a colecciones privadas. SOFÍA, ADMIRANDO EL TRABAJO DEL TALLER DE RESTAURACIÓN Y CONSERVACIÓN DE OBRAS SOBRE PAPEL. NOVIEMBRE 2012 / 149