Untitled - Teatro y Circo

Transcripción

Untitled - Teatro y Circo
Ministra de Cultura
Mariana Garcés Córdoba
Viceministra de Cultura
María Claudia López Sorzano
Secretario General
Enzo Rafael Ariza Ayala
Directora de Artes
Guiomar Acevedo Gómez
Asesora Área de Teatro y Circo
Hanna Paola Cuenca Hernández
Equipo Área de Teatro y Circo
Nathalia Contreras Álvarez
Miguel Ángel Pazos Galindo
Julia Gauch
Coordinación Editorial
Nathalia Contreras Álvarez
Fotografías
MAURICIO URIBE GONZáLES (portada)
Archivo de autores
Diseño editorial
Jessica Acosta Molina
Corrección de estilo
Jimena Londoño
Impresión y acabados
Imprenta Nacional de Colombia
Primera edición, 2014
Bogotá D.C, Colombia
ISBN: xxxxxxxxxxxx
© Ministerio de Cultura de Colombia
Dirección de Artes
Área de Teatro y Circo
Programa Nacional de Estímulos
©José Domingo Garzón Garzón
©Arley Ospina Navas
©Engelberth Javier Gámez Alfonso
©Nelson Ramiro Reinoso Fonseca
©Genny Cuervo
Derechos reservados. Material impreso de distribución gratuita con fines didácticos y culturales. Queda
estrictamente prohibida su reproducción total o parcial con ánimo de lucro, por cualquier sistema o método
electrónico sin la autorización expresa para ello.
IMPRESO Y HECHO EN COLOMBIA * PRINTED AND MADE IN COLOMBIA
(de la palabra a la escena)
BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
— contenido —
p/7
Presentación
p/9
Usted no sabe quién soy yo
Juegos de espejos
José Domingo Garzón Garzón
p/55
Relativity
Fracturas del desvanecimiento
Arley Ospina Navas
p/107
Hevea
Javier Gámez Alfonso
p/191
“Alguien… ¡Llegó!”
Nelson Ramiro Reinoso Fonseca
p/229
Yagé ®
Geodrama amazónico
Genny Cuervo
— presentación —
Lorem ipsum dolor sit amet, consectetur adipiscing elit. Fusce
vel vestibulum purus. Nulla placerat nisi id augue molestie, vitae venenatis turpis iaculis. Maecenas sollicitudin non felis vitae sagittis. In
hendrerit elit ac augue gravida volutpat. Aenean metus enim, convallis sit amet tristique a, porta et nibh. Curabitur eget ligula metus.
Ut tincidunt ante eu ligula convallis pharetra a fermentum ante. Morbi nisl nisi, aliquet non ex nec, efficitur pretium leo. Sed nec justo
fermentum, consectetur velit quis, egestas turpis. Curabitur ornare
commodo arcu a imperdiet. Cras laoreet fermentum est, eget tempor est molestie vitae.
Nulla volutpat orci id arcu feugiat, quis gravida libero vulputate.
Aliquam accumsan sem eget augue dapibus, sit amet dictum leo
imperdiet. Integer posuere justo sit amet porta auctor. Nunc eleifend auctor ligula, eu consectetur nibh pharetra in. Morbi nec diam
auctor, vestibulum lacus at, euismod nulla. Integer eget rhoncus
sapien. Vivamus euismod neque vitae mi vulputate, non fringilla ex
hendrerit.
Cum sociis natoque penatibus et magnis dis parturient montes,
nascetur ridiculus mus. Nulla facilisi. Praesent accumsan, nibh accumsan condimentum condimentum, massa lectus vestibulum arcu,
sed dapibus velit risus sit amet purus. Aliquam nec luctus erat. Donec vel dictum dui. Ut mattis purus pharetra, ornare erat a, consequat
felis. Aliquam erat volutpat. Nunc sed mattis diam, at mattis nibh.
-7 -
— Usted no sabe quién soy yo —
Juegos de espejos
//José Domingo Garzón
• José Domingo Garzón •
(Chocontá, Cundinamarca, 1961) Pedagogo, autor y director teatral. Do-
cente asociado, Facultad de Bellas Artes, Universidad Pedagógica Nacional.
Maestro en Arte Dramático, Magíster en Escrituras Creativas de la Universidad
Nacional de Colombia. Perteneció a la planta de directores del Teatro Libre de
Bogotá, Director de la Fundación Índice Teatro, creador y director del Proyecto
Pirámide, Director invitado, teatro Matacandelas, de Medellín. Miembro funda-
dor de la Escuela de formación de actores del Teatro Libre. Co-autor de la Licenciatura en Artes Escénicas de la Universidad Pedagógica Nacional.
Fue Director creativo de TXT Publicidad, Gerente de Arte Dramático del
IDCT. En la Universidad Pedagógica Nacional ha sido Decano de la Facultad de
Bellas Artes, Vicerrector de gestión universitaria y Rector (e). Como dramaturgo,
es autor de catorce obras teatrales, la mayoría ellas escenificadas.
Premio Teatro para el Nuevo Milenio, año 2000, por la obra “Quien dijo
miedo”; Premio Nacional de Cultura, Ministerio de Cultura en 2005, en Direc-
ción a montaje teatral, por la obra “La procesión va por dentro”; Premio Na-
- 11 -
cional de Cultura- Dramaturgia- de la Universidad de Antioquia en 2006, por
la obra “Emisiones de medianoche”; Tesis laureada, maestría en escrituras
creativas, Universidad Nacional, 2009, por la obra “El mediumuerto”; Beca de
creación dramatúrgica Iberescena 2009, por la obra “Ella, artículo femenino”;
Beca distrital a directores con trayectoria, OFB 2009, por la obra “Emisiones de
medianoche”; Beca coproducción Teatro matacandelas-Festival iberoamerica-
no de teatro, por la obra “El mediumuerto”, 2010; Beca nacional de creación en
dramaturgia, 2013, por la obra “Usted no sabe quién soy yo”.
[email protected]
- 12 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
El mundo real es mucho más pequeño que el
mundo de la imaginación.
Nietzsche
Dramatis personae
Huérfano Méndez: literato, psicópata, amante
Lucila Vigilia: esposa, compañera, agónica
Coro de espíritus: que también son servidores de escena
y figurantes, entre los cuales vemos a los doce finados.
- 13 -
• Primera parte: Atalaya •
Escena que se desarrolla entre él y ella. Él dedicado a la amada
inerte. Ella, acostada, sin remedio.
El escenario es un cuarto prolijo en decoraciones cariñosas de
mujer-niña. Felpas, fucsias. Al centro, una cama como de hospital.
Ella, LUCILA VIGILIA, está tendida, atiborrada de tubos y sondas que
la mantienen con vida. Al lado de la cama, un sillón de cuero brilloso. A intervalos, se escuchan quejidos y gemidos, como lamentos
apagados de la paciente, aunque ella no se inmute. Pregrabados
mezclados con los motores y los bip bip de las máquinas de sobrevivencia. Una melodía lejana y evocadora.
El hombre enciende un cigarrillo y se sienta en el lustroso sofá.
Huérfano méndez: Te gusta el cigarrillo, te gusta el olor de humo
del cigarrillo. A mí, en cambio, no me gusta lo uno ni lo otro, pero lo
hago por ti. De pronto no me oyes, (alza la cabeza, a los interlocutores) pero de pronto si me respira y por eso trato de levantarla en
las mañanas con esto, como si fuera un café, es el desayuno, ahora
que no puede compartir nada de lo que hace una persona normal
cuando se levanta. Una persona normal, como tantísimas que… (Se
detiene, se silencia, va y observa por la ventana. Después de una larga pausa, le comenta…) El mundo se está llenando de evangélicos y de maricas. Ese será el fin del mundo, esa será la gran guerra
mundial, porque coparán todos los campos y los lugares del poder,
ahora mismo son ejércitos apenas visibles, hormigas disciplinadas
que carcomen por dentro… tardarán un par de centurias en dar la
batalla del exterminio. Avanzan sus ejércitos de manera secreta y soterrada… (Otra pausa larga, otra ida, otro paseo por el vacío, otra
idea suelta después de confrontar la ventana) Si no fuésemos comestibles y biodegradables, el orden del mundo no tendría sentido,
algunos depredadores permaneceríamos eternos. Aquel perro que
abre las bolsas de la basura y rescata su ración, no hace otra cosa
- 14 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
que contribuir al ciclo. Todo quedará comprimido en su sangre y
en sus músculos y huesos, hasta que él mismo, nosotros mismos,
quedemos convertidos en bocados de los que continuarán con este
tránsito… (Vuelve a ella) Hoy no voy a salir a la calle. Los capítulos
que ayer no había trabajado por falta de inspiración, digamos, aunque ya tenía armados los cuentos, los detalles, todavía faltan tres
para completar la docena. Los revisa el profesor Díaz… Buenos
días, profesor Díaz. Tremendo, eso está quedando tremendo ¿No te
parece? He avanzado mucho en el aspecto descriptivo. Eso le gusta
a los lectores, la abundancia de los detalles, todos los tonos del rojo,
el pantone... Y es cierto, cuando uno aguza la mirada sobre el detalle, el trazo minúsculo, el calado, parece que los relatos cobraran
más vida… por decirlo así.
Apaga el cigarrillo. Huérfano Méndez se repliega sobre la cabecera. Contempla triste. La luz se va cerrando sobre el rostro compungido de él, y una tez deforme que es lo que queda de ella, un bulto
informe. Disolvencia. Foco abre sobre una ventana vacía.
Huérfano méndez: (Lee pregrabado grave, intenso. Imágenes me-
talizadas) “Ya es de mañana. La ciudad es metálica, hermosamente
triste como los ojos llorosos y todo parece lavado con lágrimas porque desde hace tres días una llovizna constante, de esa que llaman
pertinaz, cae constante y monótona sobre los tejados, más de color
naranja; lustra el pavimento, despliega las sombrillas, enjabona el
polvo hasta volverlo lodo y convierte en vaho el aire tibio de las habitaciones, dejando opacas las ventanas, guardando el calor que por
fuera no es más que una evocación, un recuerdo, ahora que toca
salir al mundo y los elementos, ir hacia el trabajo, desplazarse en
medio de esa cortina infinita de gotas y pensar que sería muy bueno
que eso se diera en un día domingo de mañana, para quedarse con
la cara de costado sobre la almohada desgastada, haciendo cuentas
alegres, pensando cómo salir de esta, en fin, dejando que el silencio
de toda la mañana dominguera se fuera poblando él solito de los
- 15 -
ruidos lejanos, de las voces de los vecinos que instruyen y destruyen
cuando se riegan en regaños inoportunos y humillantes contra los
hijos que algo debieron hacer de mal, o bien, para ser destinatarios
de la retahíla, del rencor asesino con el que mamá hostiga, maldiciones que se reprodujeron de los vientres maldecidos. (Alternadas,
sobre pequeñas pantallas diseminadas en la escena, las imágenes
que describe la lectura. Son fogonazos cortos) Y las músicas: salsa,
timbales, cobres, pianos como golpeados por alguien que baila, un
enanito con zapatos de charol blanco y negro que salta jugando a
pisar con las puntas las blancas y con los tacones las negras que por
allá, en las regiones de su infancia y de su primera juventud apenas
sí se oían, pero que aquí, en el hotelito de paso, vienen de todas partes siguiendo el llamado de la nueva naturaleza, que es la ciudad,
se oye, se oye la salsa con ese, con esos frenesís de instrumentos,
de cargas electrizantes, zafras, alargados de metales, de palos y cueros… de teclas negras y blancas… por los enanos saltarines… Que
se oiga la salsa y que también se sienta el olor a desayuno de los domingos y que el recuerdo, (Foco de nuevo sobre la indefensa agónica, se cierra sobre el rostro entubado) por momentos, se pegue
su escapadita hacia los desayunos de cuando él y ella coincidían
en la mesa, cosa que entonces parecía normal y no hacía parte de
ninguna nostalgia en particular, solamente, sola y simplemente porque entonces no había llegado el pasado, no se sentía ni se tenía la
noción del pasado ni de lo pasado, sino que era estar ahí, no como
ahora que eso, en la soledad de estar solo, es un recuerdo que lacera y desconcierta. Hoy por la mañana, en este día de páramo que
se advierte por las rendijas de la cortina de grandes flores verdes, la
nostalgia es un retruécano, un juego extraño, porque siente nostalgia de cuando siente nostalgia”. (Dobla las hojas, oscuridad).
- 16 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
Apéndice interpretativo de carácter musical
Aires, sureños, quizá tangueros, que son melodías apetecidas
por el escritor Huérfano Méndez, para matizar sus melancolías tendenciosas. Partitura higiénica de armas de muerte. Traducción: limpia navaja, cuchillos, un hacha, sogas, cintas. Navajas afilan cuchillos y viceversa. Cuchillos cortan sogas y cintas. También polvillos de
pócimas, raticidas. Instrumental dispuesto en mesa de exposición,
todo aquello que es de advertencia letal, no apto para juegos de
niños. Huérfano Méndez canta, afila, aceita, acicala, lustra.
Huérfano méndez: Usted no sabe quién soy yo
Usted no sabe cuántos pecados tengo
sin confesar
sin confiscar
Usted no sabe qué misterios
ni que miserias están detrás de estos ojos negros y ladinos
míos
Usted no sabe lo que le espera
Usted no sabe qué conjeturas me mueve usted
Usted no sabe lo que su cita me suscita
Usted no sabe qué hago con las palabras
y cómo las convierto, como
por arte de magia, en crepúsculos,
en finitos finales.
Usted no sabe que me agazapo, que lo acecho, que lo huelo antes
del salto
de la estocada.
Felino.
- 17 -
Usted nunca supo cómo le llegó aquel,
su fin.
Yo no supe quién soy yo
hasta que sucedió aquello
aquello que me descentró
pero me centró
me hizo ver quién era yo, autentica
y realmente
Tiempo pasado
Tiempo futuro
Usted ya sabe qué fui yo para usted
Pero ¿de qué le sirvió?
- 18 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
• Segunda parte: La sonata de esos espectros •
Escena que se desarrolla entre él, y esos, sus víctimas.
Atmosfera onírica. Doce cuerpos danzan descolgados, desmembrados, dislocados. La danza tiene mucho de festivo, los espectros cantan, algunos afinados, otros desafinados. Todos suspendidos
de lazos a la tramoya, a dos metros sobre el nivel del piso. Abajo, el
victimario.
Nn hombre amerindio de avanzada edad: Tengo una pregunta
para usted:
¿Por qué yo?
Y no solo pregunto yo
Por qué yo
Pregunta una madre
Pregunta una hija
Pregunta una amiga
Pregunta un amigo
¿Por qué él, es decir yo?
Nn mujer mongoloide: ¿Y yo?
Hombre magro: Sabemos lo que dice,
Sabemos aquello de los depredadores y todo eso
Sabemos de los riesgos de la vida
Pero ¿por qué yo?
¿Por qué no el que iba antes,
o el que iba después?
Nn mujer caucásica: ¿Dónde está escrito?
¿Quién escribió?
¿Por qué yo
y yo
y por qué otra vez yo?
- 19 -
Nn hombre etiópico: No baste decir que no hice mal a nadie,
Bueno alcancé a estrenar los sentimientos de odio,
había que hacerlo,
todos lo traemos encima,
es parte de nuestro equipaje,
pero no pasó a mayores.
Nn hombre caucásico: Si odié
Y engañé
y me torcí
y saqué provecho
¿Quién no?
¿Por qué moralizar?
Eneenes todos: Y si todos hemos hecho eso,
incluso los que se dicen santos,
incluso los buenos hombres,
¿por qué me tenía que tocar a mí?
¿Por qué partirme el rayo del falso juramento?
Nn hombre etíope etiópico: Y a mí, insisto.
Unos y otros eneenes: - Y yo también
- ¿Qué pitos toqué?
- Si he tratado de pasar de agache
- Si escupía para mis adentros
- Si me ponía discreto en medio de la multitud
- ¿Si nunca arrojé la primera, ni la otra, ni la última piedra?, acaso
guijarros.
- ¿Por qué a mí, si no hice más que lo que otros hacen?
- ¿Por qué este súbito privilegio, esta elección?
- ¿Este premio siniestro?
- 20 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
- ¿Por qué yo?, si lo único que hice fue no hacer nada, nada que me
pusiera en línea de fuego.
- Y cuando todo parecía controlado, llegó el sin control, llegó el fin,
llegó el apágalo, apágalo, el fin hado…
Huérfano méndez: (Tenor operático) Qué preguntas necias, bio-
grafías en blanco,
Patria de la muerte, comercio fratricida, allí donde nos acostumbramos al olor a chamusquina, a los calderos y a los hornos encendidos
para recibir los restos de tantos transeúntes, allí mismo supimos que,
ya que va a ser impune quitar unas cuantas hojas de este frondoso
árbol. ¿Qué es una hoja más o menos? ¡Transeúntes!
Llamas de vela a la tempestad
espumas, hielos sobre tibiezas,
¿Qué preguntas son esas? ¿Dónde la réplica, si no en la épica?
¿Pregunta el ave cazadora, cuando es cazada?
¿Indaga el agua que va a ser bebida?
¿Interpela el día al ocaso?
¡Inminencia, destino, final!
Hoy son desecho, como ayer semilla,
ley inexorable de lo que se evapora, que tuvo que hacerse cuerpo
para luego sustancia volátil.
Y yo, apenas, agente, apenas víctima.
Yo tuve que ser redomado, consumado Caín para que mis Abeles
fuesen gramo de poesía vertido al océano de un libro, convertidos
acaso en un versículo elaborado sutilmente. Así es, mientras ustedes
retumban sus pueriles agonías, mis lectores pasan por sus ademanes agónicos y los consumen. Consumen cenizas, adictos como son
- 21 -
al drama, a la escabrosa condición del agónico, del agonizante: cotejan su propia muerte. Y yo, también soy víctima de una injusticia
fundamental, condenado a una agonía larga y dolorosa, cosa que
a ustedes no se les ha infringido…. En ese sentido, es, lo nuestro, lo
que ustedes ofrecen, de acuerdo, no por propia voluntad, como un
diario de viaje antiguo, y en vez de paisajes y de floras, lo que vemos
son estertores, floridas contracciones de músculos, espasmos, agonías: frescos pictóricos en donde el relieve de los tendones en su
esfuerzo final, capital, templan antes de la distensión final, antes de
lo magro, fofo, distante…. Yo, Wallace Souza, mis lectores, mis cómplices, mis confidentes, yo, Maurilio Gutiérrez, les ofrezco de todo
corazón estas pequeñas palabras… Y se regodean de su infortunio.
Chillan, aúllan, gruñen se sacuden en sus lianas los espectros
rimbombantes. Pasa, liviana por el frente de la escena, la espectral,
pálida figura de Lucila Vigilia, ataviada con máscara de soldadura,
provista del correspondiente cable y pinzas con electrodos, que conecta al equipo. Suelda Lucila Vigilia laminillas horizontales metálicas, que forman una berma de crucecillas.
Lucila vigilia: Ay amor que presumes, ay amor, qué presumes…
Huérfano méndez: (Sobre el estrépito de las intensas luces de la
soldadura) Érase un hombre sabio, que supo que su savia sabía…
malditas palabras, condenadas palabras… Yo me humillo, me postro y me defiendo, la culpa no es mía, fue culpa de las palabras,
de los alfabetos. Ustedes ¿poco consuelo si saben que los he conmutado por una palabra, por un gesto, por una descripción? Poco
consuelo si se llegaran a reconocer magníficos, vestidos de gala, de
etiqueta, encriptados en aquellos calambures. Sépanlo, dejaron de
ser como gatos que solo saben decir miau, descifrar miau; o como
perros con su guau y pollos con sus píos… ¿por qué?… cosa que no
podrían despejar, más allá de esos limitados encierros… el mundo
está hecho de palabras: la arquitectura, por ejemplo, es palabra: la
palabra nos salvó del miau y del guau y del pío, es decir no a todos, a
- 22 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
ustedes. Ustedes han quedado a salvo, sus sacrificios dignos y todo
eso, valieron la pena para componer páginas, poesía, drama, ejemplos a seguir… sí, por supuesto, ustedes no son ustedes, ustedes no
aparecen allí con sus nombres y apellidos, pero por efecto de un
plan divino, de un plan telúrico, son la materia que habita cuentos
y mis relatos…. Lucila, Lucila, no te vayas aún. Son doce cuchilladas,
son solo doce, y después, después veremos….
Sale el enajenado Huérfano Méndez, hacha en mano. Luz tenue,
azulosa. Acordes melancólicos de guitarra solitaria. Una voz entona
unas décimas elementales…
Aquí me ven ya colgar
De cualquier parte del cuerpo
Como res en canal
Condenada por cuatrero
Que no vivía feliz
Ni tampoco desgraciado
Es cosa que hoy anuncio
Al viento y al campo nublado
No me bastó no meterme
A donde no me habían llamado
Porque tarde que temprano
Sin estar uno avisado
Le llega la franca
Con sus filos afilados
Y se lo lleva tantito,
tantito al reino de al lado.
Oscuridad
- 23 -
Huérfano méndez: (En pantalla, primerísimo plano. Acota)
Glosa: Las alocuciones de los personajes se refieran a su condición
de asesinados, reprochan al asesino haber eternizado su condición
de anónimos, muertes intrascendentes, sin siquiera la esperanza de
una discreta venganza, en forma de justicia. Sabemos que, como
regla común, todos fueron ultimados, pero sus decesos pasaron por
ser accidentes, descuidos, causas naturales, nada que haya producido un escozor. Muertes de semovientes, de animales de pastoreo.
En cumplimiento de las sentencias proferidas por el azar, hay malas
palabras, que no vale la pena vocear, hay patadas de ahogado que
para qué atisbar. Eso se relatará en detalle, ficción a la venta, en mi
nuevo libro “Marte es Doce”.
- 24 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
• Tercera parte: Móviles inmóviles •
Secuencia de tres cortos cuadros en los que fisgoneamos algo
de las (tres) víctimas.
Un trípode, una cámara que enfoca en plano italiano el rostro
del sujetado, de espaldas al auditorio. La imagen se amplifica en una
pantalla.
Huérfano méndez: (Hacha en mano, a manera de bastón de
abuelo. Lo mira fijo. El apresado está amarrado a una silla. Tiene una
grotesca cinta alrededor del óvalo facial, como un dolido de muela
de esos antiguos. En sus ojos ha depositado todos sus demás sentidos) ¿Lo puedo llamar señor Sal Azar? El azar, el azar es el verdadero dios. Si hubiese que edificar templos, crear cultos, rendirse a los
definitorios, no habría que crearse un dios con un nuevo nombre,
habría que erigir como deidad superior, al Dios Azar. El azar, la casualidad, es nuestra madre, nuestro padre, la mezcla de todas las
posibilidades y las oportunidades, que nos han dado la vida y, como
es su caso ahora mismo, su muerte, porque ¿quién lo iba a creer,
quién iba a pensar que se tendría que dar un absoluto concurso de
circunstancias para que usted y yo nos encontráramos en este momento tan decisivo? Así es, señor Sal Azar. Aunque, sí, más decisivo
en todo término para usted, que para mi ¿cuántos años tiene? ¿Sin
cuenta? Habrá usted recorrido muchos lugares del mundo, muchos
azares lo llevaron, por ejemplo, a conocer a su esposa, porque tiene
esposa, y ha tenido hijos ¿si sabe que es el azar el que le da la oportunidad a uno de sus millones y millones de espermatozoides, miles
de millones producidos, para engendrar un hijo u otro, cualquiera?… El azar, que fue cuando usted mismo, esperma agazapado, se
ganó esa competencia definitiva, esa maratón… pues bien, ese dios
del que hablamos profusamente creó una serie de circunstancias,
una cadena de actos felices y tristes, pero en todo caso fortuitos,
para que ahora estemos en este momento. Verá, yo no tengo tantos
años como usted, pero así como nos pudimos cruzar indiferentes,
- 25 -
un día cualquiera por la calle, resulta que hoy un conjunto, una conjunción fatal nos puso a usted como víctima y a mí como victimario.
Como bien lo dijera antes, sí, pudo haber sido cualquiera, el que
pasó antes, el que pasó después, pero fue el azar. Yo, por ejemplo,
tengo un problema con el azar, el azar me quita lo que más quiero,
lo único que quiero, que quise. Para usted, el azar asesino se disfrazó
de este servidor. En cambio, para mí, el azar se disfrazó de esclerosis
múltiple y me atacó no a mí, sino a ella. ¿Sabe qué es la esclerosis?
Es cuando las propias células inmunitarias de uno, atacan su propio
cuerpo, fuego amigo. Rara y curiosa enfermedad… y más raro, cuando se complica con una falla renal, uremia, un estado comatoso…
en fin, ¿en qué íbamos? Ah, sí… y en vano puedo quejarme, entonces prefiero proferir actos, como decirlo, de rebeldía, contra el azar
mismo, condenando por el azar a otros, a otros, para que otros sientan lo que el azar hace conmigo. ¿Intrincado?, no, es más bien un
desahogo sordo, así como cuando uno se va a lo alto de una montaña y tira piedras y gritos, así como en aquella paradoja del árbol que
se cae en el bosque y nadie lo escucha… Bueno, en este caso, usted
me oye, usted maniatado y pieatado; usted con esos ojazos negros
que me ve, como la última cosa en el mundo pletórico que le corresponde ver y oír antes de ser ultimado, para significarle, en todo
caso, que no, que no es simplemente un acto de la irracionalidad
despojar de la vida a un semejante, ¿se fija de cuanto puede estar
rodeado un acto repetido, repetido hasta la saciedad? Un crimen
más o menos, pero congratúlese usted, que ha tenido el privilegio
de saber el motivo, la causa de su castigo divino, por el azar, por
la casualidad, una especie de tragedia de los tiempos modernos,
donde la perdición del héroe no es la soberbia, ni la estupidez, sino
el azar, la pura y mera casualidad, entonces usted considérelo como
un accidente, como un resbalón, como la caída del piano, como
estar en el momento inapropiado en el lugar ídem. ¿Ah?
Se pone en pie el hombre del hacha, fuera luces.
- 26 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
Suenan golpes secos, de carnicería en faena. No, no hay ningún
gemido. En la pantalla, sobre los ojos que se cierran, letreros tipo
comic: ¡Craw! ¡Spum! ¡Bmuuug! Apaga pantalla, oscuridad.
Desde la oscuridad, suena la voz de Huérfano Méndez, que deletrea casi…
Voz off, Huérfano Méndez: Se lo voy a contar despacio. Pero sepa
que es un secreto que nadie debe conocer. Usted y yo nos lo llevaremos a la tumba, quizá no al mismo tiempo, pero sí, es un secreto.
Abre escenario vacío. Una luz cenital y otro potente foco que
rompe el oscuro de izquierda a derecha. Una cruz lumínica. Un hombre anciano, enjuto, semidesnudo. Un recipiente de vidrio mediano, a medio llenar. Chorrillo y después goteo incontinente de agua.
El anciano sostiene una piedra alzada en la mano izquierda. Parece
desorientado, perplejo. Desde la penumbra…
Huérfano méndez: Resúmalo de esta manera. Hay una foto, o más
bien una foto fija de un señor anciano que se para junto a un montículo de arena y comienza a orinar ¿Setenta, ochenta o más años
tiene el señor? Bueno, en el libro de la vida, nos pusimos una cita. Él
se demoró esos años en llegar al lugar. Por supuesto, yo, el creador,
mucho menos, pero ahora lo veo allá parado, arrugado, enjuto y no,
no me molesta, finalmente, que haya llegado sucio y desaliñado a
la cita, ni que se haya sacado su… garabato para gotearlo sobre el
montículo. (Una piedra boluda rueda desde Huérfano, hasta cerca
del arrugado) Lo que sentí de pronto, era que esa era la señal, la
señal de punto final. No sé que habrá hecho desde su nacimiento
hace ochenta años, no sabré si tuvo familia, nietos, si era huraño, si
fue confiable, si timó a alguien, no sé ni sabré quién lo llorará, su
absoluto anonimato me seduce, me encanta, me hechiza pero más
por cualquier otra cosa, que por haberle cumplido esta cita, imagínense, ochenta años para llegar a ella, y yo, cumplido, yo aquí alerta,
- 27 -
esperándolo sin saber. (Otra piedra blanca, boluda, rueda desde el
costado izquierdo) Solo cuando me le quedé mirando allá, casi encogido él, triste él, solitario él, con ese traje ajado, con esos zapatos
también gastados y nevados en las puntas, me dije que él era un
elegido. Si, la cita a ciegas entre dos elegidos, yo y él… sí, entre cientos, quizá entre miles y millones, era un elegido para abrazar con el
largo y filoso extremo de mi guadaña… literalmente, es un literario
decir... Ya solo lo dejé avanzar por el camino que serpenteaba a su
casa, probablemente en una de esas fincas tan... tan básicas. (Tercera
piedra boluda rueda al centro, desde derecha) Y en un codo, con
esta piedra, me le fui encima. Fue fácil, fue un elegido. Le falló el
ángel de la guarda. Ya viéndolo de cerca, las canas desordenadas
flotando en esa sopa roja y espesa, mugrienta, los ojos con ese manto amarilloso como de luz mortecina, de donde el brillo se iba, fue
más fácil pensarle la voz, el carácter… ¿Cómo es que llega uno a
esta cima de la vida con tan poco merecimiento? Y entonces no
tengo más remedio que pensar en la lenta y miserable agonía de
los seres que uno ama. Del ser que uno ama. Y la vida dispensando
primaveras a puros inviernos como estos…
Nn hombre amerindio de avanzada edad: Qué me costó llegar
hasta aquí. Si yo ni siquiera lo había visto. Menos mal que usted es
muy formal. Yo siempre quise conocer a gentes formales, porque de
lo que uno se rodea es de gentes toscas. Yo le agradezco señor, que
me haya salido al paso y que me haya aliviado el trance, al fin y al
cabo ya lo deseaba porque no tenía muchas fuerzas que digamos.
Y uno solo, sin nadie que se conduela, usted ha sido oportuno y
atinado, señor.
Huérfano méndez: Con mucho gusto señor. Vine de Bogotá, la ca-
pital, justo para esto, apenas para esto y me alegro sinceramente de
su alegría. Permítame lo acomodo aquí, a la vera del camino, para
que conversemos un poco, para que me cuente, no sé, lo que se le
ocurra. No, mejor no le quito ese camino rojo que se le hace por la
- 28 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
frente, le confiere dignidad y respeto. Ahora, esa piedra… Sí, es la
costumbre, yo me la llevo para la colección, porque, usted sabe, son
como suvenires que uno guarda por lo especial de los momentos.
Disolvencia. Bajo luces azules (tono de azul absoluto) que contrasta con un foco ámbar que ilustra a Huérfano Méndez, chapotea,
angustiada en el ahogo, una gruesa mujer desnuda, con unos muy
largos cabellos. Pausa el chapoteo.
Nn mujer caucásica: Señor, déjeme ir, no lo haga por mí, hágalo
por usted. Pero no apelo a su conciencia, que ese no es argumento
para usted. Hágalo por el miedo, por sus miedos pasados y futuros,
que esta desgracia que me infringe con lo dolorosa que es, puede
volverse contra usted mañana. Témale, usted sabe que caza y acorrala,
para ponerse por delante del miedo. Usted se siente, se sienta donde
estoy yo, y se vanagloria de que al tomar la delantera, usted no va a
padecer este padecimiento, este miedo, este susto ante lo inevitable.
Señor, yo solo apelo a su instinto, a su miedo, para este recurso de súplica vana y tardía. Porque sé que si apelo a la familia, a los hijos, usted,
con toda razón, va a decir que es un argumento muy chimbo y muy
superficial: no es un reto para usted, es propio de gentes medrosas
y huidizas. Mientras que si encuentra una voz que parece ser la de su
nocturno, entonces es posible, si, que usted deje pasar por alto esta
prenda, este trofeo que soy yo, y como a los toros bravíos, usted me
dispense una suerte de perdón, que no es más que un indulto a sí
mismo. (Comienza a sumergirse, hasta el ahogo) Ahora bien, si quiere,
proceda con su crimen, valido de las argucias cobardes de quienes
no enfrentan con altivez, con decoro, con hombría, con honra, sus
demonios que les atenazan sus cobardías….
Los cabellos que sostiene Huérfano Méndez en su mano, los
que peina con los dedos, el trofeo, son cobrizos.
- 29 -
Huérfano méndez: Son sus cabellos hilos de bronce que danzan
ahora suavemente sobre la superficie del agua de este lago solitario
donde la traje a descansar. Hoy que es lunes en la mañana, no hay
turistas que vengan a retratarse, hoy todos están, los turistas, en fila y
disciplinados en sus cubículos. Hoy la naturaleza vuelve a ser, como
en cualquier día excepto los fines de semana, un coto de caza. Hoy
estuve de carecía. Prefiero quedarme las horas mirando esta danza
cetrina, que dado a la fuga, en este paraje cierto que nos distancia
del mundo hosco. Todo a su alrededor es calmo. El mundo no se ha
inmutado tampoco con su pérdida, el mundo está acostumbrado a
este incesante ir y venir. La vida y la muerte no son más que incidentes comunes y repetidos en un bosque… ¿por qué somos nosotros
los que le agregamos toda esa parafernalia? Es bella la imagen, ella
es bella ahí tendida, flotando como si el agua fuese aire, como si
fuese un alma suspendida en el aire, en el éter y no un cuerpo relajado, bocabajo, que se deja mecer por las corrientes cristalinas. Es un
paisaje idílico, como para estar con ella aquí, Lucila Vigilia, para que
estuviésemos viendo un ancho loto que se mueve tan leve, mecido
por este viento fresco…
Oscuridad. Acordes espaciados de piano. Foco sobre Lucila Vigilia, en plano alto, al fondo de la escena, por allá en el cielo. Desde
su Olimpo, Lucila Vigilia hace señales, convida.
- 30 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
• Cuarta parte: idyllĭum (poema breve) •
En donde marido y mujer evocan un pasado ingenuo
Huérfano méndez: (Foco cerrado, desde primer plano. Se ha di-
suelto la imagen de Lucila Vigilia). ¿Quiere ver cómo empezó todo?
Así empezó esta fábula que se mezcla con la realidad, así comenzamos, yo y ella, con nuestras modestias y nuestros engaños. La horrible realidad superando la modesta literatura. Ahora, hoy, aquí, heme
aquí, cuando ya logré ser un hombre de éxito, ahora que la realidad
es fuente de relatos, fuente inagotable. Hacía falta aprender a leer
en los pliegos de los gestos, de las respiraciones. Antes, antes no
podíamos ver qué más había en el fondo… en el fondo, es curiosa
la manía de los escritores por el fondo, por la forma del fondo y esas
cosas. Comprendo muy tarde que la banalidad es hija de la falta de
vida, de la carencia absoluta de la realidad. Intenté ser, intentamos
ser escritores de fábulas ingenuas e inocentes, en un mundo que
desprecia la fábula y la inocencia, pero que aprecia el sangriento
horror del drama pasional, la locura irracional del asesino, el látigo, el
fuste; que quiere ver todo teñido de sangre, y ahí, cuando ella pasó
por aquello, cuando de esa cara y de ese gesto frágil y volátil tuve
que pasar a la acción, mis relatos se volvieron vividos y, descriptivos,
descarnados, fuertes y brutales… Pero aquello que me validó, que
me catapultó, era crónica, no era ficción, era el relato minucioso del
sufrimiento, de las horas en las que acompañé aquellas agonías que
luego vertí profusamente al paladar de los devoradores de muerte… Pero antes, todo empezó como juego de niños…
Huérfano Méndez acompaña a Lucila Vigilia, su cónyuge hermosa y vaporosa, hasta el cielo. En medio de nubes y algodones, se
instalan en lo alto, observan su idílico mundo conformarse. Ayudantes de escena acomodan escenario, hasta parecer un apartamento
típico de jóvenes universitarios.
- 31 -
Lucila vigilia: Era un juego de niños.
Huérfano méndez: Visto en la distancia, sí. Pugnábamos, discurría-
mos. La literatura pura y simple nos congregaba, nos interrogaba,
nos ponía trampas…
Lucila vigilia: Era un mundo más discreto, es cierto.
Huérfano méndez: Todavía no éramos lo que nos volvió la vida.
Partículas de un drama que no sospechábamos… No, solo éramos
dos buscando pretextos para reinventar la novela, cortazares en ebullición, con nuestros modelos para armar…
Lucila vigilia: “Lo que me gusta de tu cuerpo es el sexo, lo que
me gusta de tu sexo es la boca. Lo que me gusta de tu boca es la
lengua”.
Huérfano méndez: “Lo que me gusta de tu lengua es la palabra…”
así escribía Cortázar.
Lucila vigilia: No, no sospechábamos. Mi organismo, entonces,
incubaba ese maligno, esa salinidad…
Huérfano méndez: Ni yo podría haber pensado cómo traspasar la
puerta y convertir el límite en un homenaje.
Lucila vigilia: Todos los límites pasados.
Huérfano méndez: ¿Te acuerdas? La escribimos a cuatro manos.
Lucila vigilia: Era una catarsis.
Huérfano méndez: ¿Recuerdas? Los amigos venían, lo disfru-
taron…
- 32 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
Lucila vigilia: Teníamos amigos, cómplices.
Huérfano méndez: Era en serio, era en broma, nunca supieron lo
que de realidad tenía, no pudieron saber qué era ficción, qué era
realidad… Cuántos gramos tenía cada porción.
Lucila vigilia: Después del diagnóstico, de la sangre corrupta,
todo giró en torno a eso.
Huérfano méndez: Todo.
Lucila vigilia: Hasta que ese todo se hizo irremediable.
Huérfano méndez: Y entonces te apagaste.
Lucila vigilia: Nos apagamos. Ya casi está todo listo, falta acomodar a los doce voluntarios. Deben ser doce, al azar.
Huérfano méndez:: Mis luego, también, doce apóstoles del azar.
Lucila vigilia: Es la última voluntad del condenado, la despedida
antes del viaje sin retorno. Vamos a repetir esa escena que escribimos juntos, lo último que hicimos antes de la oscuridad, aquello
que empezó a liberarnos… El libreto…
Huérfano méndez: ¿Lees las acotaciones?
Lucila vigilia: (Mientras lee, Huérfano Méndez va a la planta baja,
a ponerse en situación) Escena única. No es en un teatro ni en un
espacio escénico de representación. Es en una sala-estudio-comedor de una casa o apartamento, lo suficientemente grande como
para albergar a unos diez o doce “invitados”. Hay una mesa. Sobre
ella, en el centro, una máquina de escribir viejita, tipo Rémington, de
esas que se usan ahora para decorar salas de hogares afectos a las
- 33 -
antigüedades de mercado de pulgas... Ah, me olvidaba: del rodillo
de la Rémington debe salir media hoja azul que parece flamear, cual
masculina bandera, estratégica ella. Habrá un sofá, o dos, suficientes
cojines regados por el ámbito; de pronto una mecedora, ¿por qué
no una hamaca? Por el piso, libros en abundancia, como al descuido; recortes, diccionarios, y si los hay de varios idiomas de estirpe romance, mejor; y papeles, muchos, muchos papeles desperdigados,
de color rosado y azul. Como dos conferencistas de artes esperando
quórum para iniciar su disertación, Huérfano Méndez y Lucila Vigilia
lucen pacientes, esperando a que los invitados-espectadores, todos,
estén sentados en el sitio que encuentren. Es obvio que Huérfano
Méndez ha sacado de su ropero el traje adecuado para la situación:
saco azul oscuro, camisa azul claro, corbata azul, chaleco vino tinto
con rombos verdes... Lucila Vigilia, por su parte, luce un elegante
y ancho vestido hindú, pintado con arabescos y enormes flores
que deben ser, cómo no, silvestres. Él, en la mesa. Ella, al extremo
contario, en el piso, sobre un cojín.
Huérfano méndez: (Lucila Vigilia aprovecha para bajar del cielo y
ponerse en situación) Escuchen bien, yo soy un hombre casado que
sufre esa enfermedad que denominan incompatibilidad de caracteres. Y podría sobrellevarla de no ser porque mis relaciones humanas
con mi cónyuge se han vuelto extremadamente complicadas, tan
complicadas, que debemos redactar ahora los diálogos que por
necesidad sostenemos en el hogar, en las horas usuales en las que
uno habla con la mujer, bien sea al almuerzo, sea a la cena, antes de
sentarnos a ver la televisión...
Lucila vigilia: Y es que, para nuestra desgracia tenaz, nos ha des-
truido el matrimonio no la infidelidad manifiesta de alguno de los
cónyuges...
Huérfano méndez: Ni la sospecha...
- 34 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
Lucila vigilia: Ni la impotencia, la frigidez o cualquier trastorno de
esos tenaces, derivado de las ejecutorias o los escarceos de la actividad afectiva, cuando no reproductiva, que nos caracteriza como
género...
Huérfano méndez: Es cierto. A lo nuestro lo terminó justamente lo
que en un principio nos unió.
Lucila vigilia: (Triste) La literatura.
Huérfano méndez: (Más triste) La literatura.
Lucila vigilia: (Todavía más triste) La literatura.
Huérfano méndez: (Ya menos triste) Y si ahora ustedes nos ven aquí
tranquilos, sosegados y sobre todo juntos, respirando del mismo
aire, se debe a que por mutua conveniencia, antes de precipitarnos
en el voraz abismo del divorcio o la separación definitiva de cuerpos
y bienes, hemos decidido hacer una especie de manifiesto a cuatro
manos...
Lucila vigilia:Para salvarnos y salvarla a ella, a la madre Literatura.
Un acto emotivo y literario que aborde de manera frentera nuestra
tenacísima incompatibilidad.
Huérfano méndez: Manifiesto que, por otra parte, se vuelva carr-
rne, vvvvísceras, rrrrealidad, arrrte dramático no convencional, presencialiddddad… Y que nos dé el renombre, la fama y el prestigio
que nuestra vocación literaria individual, objetivamente, nos ha negado tozudamente, una y otra vez, una y otra vez...
Lucila vigilia: Pese a los tenaces manuscritos que, es decir, de-
scriben ¿sí?, circundan, acarician, acometen, asaltan y vislumbran las
- 35 -
muchas ideas y temáticas que nos han… rondado ¿sí? y dado vueltas en la cabeza...
Huérfano méndez: ...Sin llegar a los dedos que digitan en el com-
putador, que torne ideas y especulaciones en poéticas alusiones,
mediante la enigmática alquimia de la creación, para la admiración...
Lucila vigilia: ...Ni a volverse el hijo de la entraña del alma, el aroma vital...
Huérfano méndez: ...que convierta las resmas de papel azul que
se traga mi máquina de escribir en…
Lucila vigilia: Porque, créannos ustedes, hemos ensayado todos
los métodos posibles...
Huérfano méndez: ...Para salvar nuestra vocación literaria...
Lucila vigilia: ...Y nuestra unión marital.
Huérfano méndez: Y, quizá, haya sido ese el problema.
Lucila vigilia: No empieces de nuevo, Huérfano Méndez.
Huérfano méndez: Si lo que trato es de terminar de una vez, Lucila
Vigilia, pero para salir con la cabeza en alto, digno. Digo que quizá
esa haya sido la cosa, porque uno no puede atender dos cosas esenciales en la vida, y menos al tiempo. Eso lo hemos aprendido de
grandes novelistas que, una de dos, o terminaron con sus carreras
para sobrevivir a su matrimonio, o viceversa.
Lucila vigilia: Por favor, a ver, no nos desviemos, si eso ya lo discu-
timos de sobra...
- 36 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
Huérfano méndez: Lo sé. Fíjense. Hemos ensayado cuanto truco
se ha podido. Durante dos meses, al principio de la crisis, la absolví a
ella de ejecutar las tareas propias de la mano femenina en el hogar...
Lucila vigilia: ¿Por qué dices “propias de la mano femenina”? Me
parece increíble y tenaz que a estas alturas, en pleno siglo veintiuna,
cuando el discurso de género… en fin… te dirijas en términos tan
des obligantes a… a eso.
Clava su mirada en ella, tratando de aplacarse
Huérfano méndez: Mira. Dialogamos no sé cuánto tiempo con el
objeto de acordar esta, que quizá sea la última oportunidad de salvarnos, y ahora, aquí, en presencia de la concurrencia, aprovechas
cualquier pretexto, insulso para soliviantarte...
Lucila vigilia: ¿Solivian qué? ¿Es que acaso me tienes sometida,
majadero?
Huérfano méndez: ¿Quién dijo que ese Ad Verbum significa eso?
¡Ignorante!
Busca aceleradamente en el diccionario casi descuadernado. Jubilosa:
Lucila vigilia: ¡Sietemesino baboso! ¡Sátrapa! ¡En primer lugar, So-
liviantar no es un adverbio, es un verbo transitivo!
Huérfano méndez: Sorda… No he dicho adverbio. Lávate esos oídos cuando hables de cualquier cosa con un hombre culto. “Ad Verbum” significa, en buen romance, “De Verbos”, es decir, tratado de
los verbos y, en consecuencia, como figura retórica, se desprende
que sí, es verbo. ¿Ves?, por tu mediocre manipulación de la gramática castellana y de la malaintencionada actitud a la escucha, es que
- 37 -
no has podido construir una frase con algún sentido concreto, sino
puras abstracciones, retórica de mochila, metáforas de drogadicta...
Lucila vigilia: Infeliz, taimado, machorromo… Si este diccionario
no fuese sagrado para mí, dedicado por el mismísimo Carlos Castaneda, te lapidaría esa esfinge rocosa que harto que me advirtieron
mis seres queridos, no podría esconder otra cosa que a un inhibido
y solapado. Tu nula autoestima explica que no hayas podido tener
narciso y por eso no te miras al espejo y por eso no te conoces, y
como no te conoces a ti mismo, lo cosificas todo, creyendo que un
ladrillo tienen más alma que cualquiera de nosotros, lo cual, por otra
parte, será cierto, pero sólo en tu caso. ¡Animista! La mediocridad de
tus escritos no alcanza, lo has visto, ni para darle siquiera un soplo de
mínima vida a eso que sí puede tenerla: un libro.
Huérfano méndez: Parásito en ejercicio, ¿de dónde sacas lo de animista? ¿Así que vives esculcando en mis cajones para plagiar lo que
son simples ideas y experimentos de narrativa alternativa?
Lucila vigilia: Pero si dejaste esos manuscritos adrede, a mi paso,
para que yo me tomara el trabajo de ojearlos y darte mi concepto.
Como si no conociera tus sucias manías. ¡Tramposo! (A los invitados)
Un día, un día llegó aquí, feliz el infeliz, trayendo un libro nuevo, una
novela que, según él, hacía furor en las estanterías. Me lo dio para
que lo leyera a ver qué me parecía. A la primera sílaba supe que era
suyo y no sé cuánto se gastó mandando a imprimir esa porquería...
Huérfano méndez: Cuando uno tiene un rabo de paja tan ostento-
so como el que tienes, lo mejor es no atizar la candela. No creo que
quedes muy bien parada aquí, con más de una de esas escépticas
feministas de tu degeneración, cuando sepan que una vez, después
de no sé cuántos meses de misterio y salidas furtivas, te pesqué en
misa, en plena oración, y luego te vi prendiendo cirios a la santísima
virgen de yo no sé qué, para que te favoreciera la inspiración. El vil
- 38 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
instinto de subyugación femenil te llama a voces, y lo peor es que
no podrías ser una buena ama de casa, aunque quisieras. ¡Has abandonado tu condición, mujer! ¡Pero la sangre y la tradición atávica
llaman!
Lucila vigilia: ¿Atávica? Tenaz, miren quién habla. ¡Saurio apolíneo!
Huérfano méndez: ¡Dionisíaca, desenfrenada!
Lucila vigilia: ¡Mustio! ¡Árido! ¡Erial! ¡Yermo!
Huérfano méndez: ¡Paria! ¡Descastada, descartada, descascarada!
Lucila vigilia: ¡Carbunco!
Huérfano méndez: ¡Cara de sieso!
Lucila vigilia: ¡No soporto tu egoísmo!
Huérfano méndez: ¡Ni yo este karma!
Lucila vigilia: ¿Sabes qué nos diferencia en el hondo fondo? Un
problema de sangre. Tus escritos y tus acciones coinciden en que
destilan agua destilada en vez de sangre.
Huérfano méndez: Cacófona. Así como habla escribe, ergo cacó-
grafa.
Lucila vigilia: Átono.
Huérfano méndez: Como si yo no tuviera motivos de sobra para
quejarme de tu incompetencia culinaria que (A un invitado cualquiera, bajando el volumen, pero imperativo) ¡Un día!, (A Ella) y espero
lo recuerdes, (Al invitado) cortó de un tajo aquel estado de ena-
- 39 -
jenación poética, de devastadora inspiración que me asediaba, (A
ella) cuando me serviste, no sé si por pura envidia, (Al invitado)
aquel puré, aquel (Se atraganta con la palabra) mmmasacote que
más bien parecía preparado por una de esas pitonisas de la tragedia
escocesa, (A ella) que no te cansas de sostener como tus heroínas!
Silencio.
Lucila vigilia: ¡No me mires así!
Huérfano méndez: Sí.
Lucila vigilia: Pues te vas a joder...
Huérfano méndez: No.
Lucila vigilia: No insistas, deja de mirarme así...
Huérfano méndez: No.
Lucila vigilia: No lo voy a hacer...
Huérfano méndez: Te conozco, estás a punto...
Lucila vigilia: Me resisto.
Huérfano méndez: Ya casi.
Lucila vigilia: N.....no...
Huérfano méndez: (Triunfante) ¡Ya! Has llorado ¡Has llorado de
nuevo!
Lucila vigilia: Eres... un... canalla... Sniff…
- 40 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
Huérfano Méndez ríe aparatosamente mientas Lucila Vigilia,
toda humillada, se arrastra por el piso recogiendo algunas de las
arrugadas hojas rosadas de sus manuscritos.
Como ad-portas de clímax orgiástico, Huérfano Méndez se abalanza sobre Lucila Vigilia. Se besan y acarician brutalmente. Un minuto… Sí, solo un minuto después, Huérfano Méndez, ya calmado,
elige al azar un par de sus arrugados manuscritos azules.
Con decisión, mientras alisa el azul papel, Huérfano Méndez se
adelanta hacia la mesa, se sube en ella y, todo solemne y envarado,
lee su papel recién planchado:
Huérfano méndez: Comillas: “Eres más sensible que un cenicero,
coma, abre interrogación ¿te fijas cómo los ceniceros viven quebrándose? Cierra interrogación, punto. Los ceniceros no son como las
copas de cristal, coma, que se rompen y se reemplazan por otra de
repuesto que siempre hay en el estante; punto y coma, ni como los
platos de las vajillas, coma, que al fin y al cabo nacieron para romperse, coma, ni como las cosas que se le caen accidentalmente a uno
de las manos, coma, como ciertos electrodomésticos que, coma,
dicho sea de paso, coma, por su carácter mecánico, coma, no dejan
de ser más que unas máquinas. Punto seguido. No, coma, un cenicero es irreemplazable, coma, porque se vuelve un compañero fiel
como un perro, coma, y marca hasta rebosar, coma, los colmos: dos
puntos, el del enamorado que ansía la llegada de su ser amado,
coma, el del despreciado, coma, el del escritor empedernido...”
puntos suspensivos, cierra comillas.
Lucila vigilia: Su papelito rosado. Se arrodilla en un grueso cojín.
Ritual de velas y de inciensos.
Ceremonioso, Huérfano Méndez se apea de la mesa y avanza
hasta el centro de la sala-comedor-estudio. Extiende su mano a Lucila Vigilia, quien se incorpora toda tímida. Los dos, tomados de la
- 41 -
mano, hacen venias, giros, venias, giran. Después, se funden en un
beso apasionado.
Huérfano méndez: Ustedes nos disculparán y sabrán comprender
el que esto nos excite, pero como se habrán dado cuenta, ha sido
un pretexto para que al fin lográsemos una pequeña catarsis que nos
permitiera, sin ruborizarnos, sacar a la luz pública, por primera vez, una
pequeña selección natural de nuestros mejores manuscritos...
Lucila vigilia: Labrados palabra a palabra, tallados con la paciencia
de un monje.
Huérfano méndez:Les agradecemos su atención que permitirá,
pese a nuestra incompatibilidad de caracteres, darle un respiro a las
dos únicas cosas que queremos en la vida...
Lucila vigilia: Conservar nuestro matrimonio...
Huérfano méndez: Y fortalecer nuestra vocación literaria. Este es
el fin.
Cierra foco, cierra luz sobre la humanidad en transición de Huérfano Méndez, ahora que los servidores de escena se disponen a
cambiar el decorado, y a tornar a los fucsias, al embalsamamiento
en vida de Lucila Vigilia, que es despojada de sus atavíos de reminiscencia celestial, para dar paso a la túnica afligida, vergonzosa, triste,
de enferma terminal.
Huérfano Méndez, aún con los anticuados atavíos del aspirante
a escritor neorromántico, sigue con la mirada la conversión de la escena, el repliegue de los decorados, la conmutación a lienzos amarillosos, mortuorios… Un servidor de escena agita levemente eucaliptos, inciensos, humos olorosos y purificadores.
- 42 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
• Quinta parte: Ser vil •
Disquisiciones y soliloquios del hombre frente a su oscuro ser
Huérfano méndez: (Tenso) Ahora, en esta perspectiva de la nostal-
gia, solo soy un fantasma que se ve a sí mismo en otros fantasmas,
un espectro de la propia derrota... Una malograda esperanza de resarcir el mundo, un miembro amputado brutalmente, un gesto fiero
y zafio… Hummm, el campo… el campo emana recuerdos, te vas
por el campo y no ves lo que ves, ves lo que viste en la sombra de tu
infancia. El humo azuloso que escapa de todos los poros de aquella
casa, trae el olor de tantas cosas liberadas por el amor del fuego, el
fuego desata los olores que me impregnan, me hacen apretar con
fuerza el mango del cuchillo de la venganza, de la vergüenza... (In
Crescendo) el asesino: suenan, suenan y resuenan las músicas lejanas de tambores de guerra, sí, hay una luna terrorífica, blanca por
encima de mí. Si levanto la daga que chorrea al cielo, gotas espesas
y tibias aun ruedan como lágrimas, abriendo ojos en todo mi rostro,
ojos nuevos que solamente saben llorar en rojo y fétido. Ante mí,
debajo de mí, está ella, una que veía muerta y que ahora empiezo a
añorar viva... El crujido de la puerta es incesante. Ella ha comenzado
a hablar por todas las bocas que tiene el mundo, el ladrido lejano e
incesante del perro, de los perros, escuchen... ¡Aaay! ¿Qué es este
laberinto al que he llegado, donde todo es sobresalto y antes era
ansiedad...? Y esta, vulgar arma, desalmada arma… ¡¿Qué, cómo,
cuándo llegaste a esta mano indócil... preparada para obedecerte y
para inmiscuirme en sus tratos!? ¡Vuélvete mano y puñal maldito hacia mí! Pero no, buscaba la pena definitiva, el sufrimiento irrefrenable
y definitivo, era eso lo que buscaba yo, con todo y Lucila, luz ida...
Luz negra, opaca, ensombrecedora y ensombrecida, qué trampa
me has puesto para esta cita, si tú, claro, tú, víctima, para las víctimas
todos los perdones, todas las ofrendas, todos los parabienes, para
el otro, el causante de su muerta inmortalidad, la muerte en vida,
el desprecio, el escupitajo, el asco, pero tú, ahí, inocente, blasfema
contra este verdugo incierto... ¿Que por qué lo hice, señor juez?,
- 43 -
señores de la prensa, lo hice sin saber por qué, porque me nació,
porque el deseo de la muerte nació conmigo, porque así como sus
ojos fueron negros, digno juez, los míos no, fueron mansos, manso
padre, manso para ti, padre, manso del todo... (Huérfano Méndez se
hace campo en la cama de hospital, lecho mortal de Lucila Vigilia)
Tendría que haber nacido completo, completo como todos los que
nacen con sus respectivos ojos y boca y nariz, sí con todo eso nací y
todos creyeron que yo había nacido completo, pero que va, algo me
hizo falta y algo me sobró como para saber que por qué yo quería
apachurrarla desde que éramos chicos, pero se dolía, y todas las
criaturas que quería despanzurrar también gritaban, pero no sentía
nada si me lastimaba la mano, el pie, si metía las manos a la candela
hasta que empezaba a oler achicharrado, a mí no me dolía, pero a
todos, todo les dolía, tenía que haber nacido completo, completo...
Sí, porque como ustedes pueden apreciar, estoy completo, completo de para afuera, pero de para adentro me falta, soy minusválido de
para adentro, no tengo manos adentro para defenderme, me cuesta andar de para adentro, porque no tengo por así decirlo eso que
ustedes, los que están completos, llaman mecanismos autónomos
de locomoción, eso es lo que, pues, alguien me diagnosticó: usted
se ve bien por fuera, pero por dentro está incompleto, por eso no
siente, por eso le dan los arrebatos, esos que chamuscan y después
le empezaron a dar los arrebatos de rencor contra los que sentían,
las criaturas que chillaban y aúllan y se desorbitaban mirándolo a
los ojos, como preguntándole porque los acogotaba largo y cruel y
usted, que no les rehuía la mirada a esas criaturas, ya estaba preparado para acuchillar a Lucila, Lucila bonita desde chiquitita, (Lo hace,
acuchilla frenético sobre el catre) hasta ahora que ya se le había ido
de la cercanía, que se había casado hace tan poquitico, una semana
apenas, Lucila que se iba para Ibagué con el marido reciente. Lucila
usted no se me va, y no se me va porque no se puede ir, porque
usted es o era la única que me entendía, porque de hecho usted era
como yo y hasta peor que yo, con esa carita de yo no fui, usted era
todavía más minusválida por dentro, porque usted misma, incluso
- 44 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
ya había coronado persona, no me diga que me acuerde porque
si me acuerdo, porque usted me quiso llevar para ver que no era
nada distinto como se asustaba y se ponía pálido, una persona que
un animal ante la inminencia, un animal como digamos el gato que
se le perdió a su mama y que tanto buscaron, sobre todo usted,
que lloraba y gemía por su gato pobrecito, perdido, mientras que se
sonreía chiquito cuando yo la iba a ver, asombrado de como lo hacía
y jurándome que llegado el momento y el caso, yo también haría así,
solo que yo como no tenía gato... Amusia, eso tiene usted me dijeron la primera vez que un médico creyó que algo no andaba bien,
amusia... Amusia, sin música… sin musa… (Se levanta del catre, se
compone, se apacigua) No fue la tal esclerosis múltiple… Si buscas
resultados distintos, no hagas lo mismo, decía Einstein. Qué bueno
saber que hay gente que ha pensado lo que uno también piensa.
No importa que lo hayan dicho mucho antes, pero en el fondo es lo
mismo que yo hubiera dicho, si hubiese tenido la oportunidad de
decirlo, si, por ejemplo, mis padres me hubiesen, hubieran, habrían
dado esa oportunidad que a mí me negaron por ser el hermano
mayor y en cambio a mis hermanos menores, mejor dicho mejores,
tomen lo que quieran, dispongan, manden. ¿Sí? Todas las versiones
del infierno me comprometen, soy un asesino… He visto a hombres
que me miran con los ojos pálidos y después que he querido ver
qué queda de esos ojos y veo es que la palidez sigue pero opaca y
sin brillo. (Se va a primer plano, confesional, se sienta en el piso, coloquial diserta) También me he sentado para hablar con los condenados, como si fuéramos amigos, para que me contaran qué cosas
de la vida le parecían las más atronadoras, lo he hecho dando, claro
está, la falsa y tibia sensación del perdón, de la amnistía. Y me han
dicho algunos, ya sin los tremores de la amenaza, que lo más bueno
de la vida no son las grandes cosas ni las grandes celebraciones ni
las grandes conquistas, ni las primeras veces, sino cosas, las chicas y
despreciables de cada día: eso, quedarse una hora mirando cómo
las hormigas se repiten en su trasegar… echar una piedra dentro
de un vaso de gaseosa colombiana, para que la espuma irritada se
- 45 -
desborde, desenvolver una fruta que llega por el dulce olor primero
adentro de los sentidos, un amanecer… en fin. (Servidores sacan la
cama mortuoria) Y me he visto a mí mismo en esos relatos, copiado
y suplantado y después pienso que fue mejor que se muriera, sin
darse cuenta, con esos recuerdos y esas emociones genuinas dentro de la boca, antes de que se le llene de tierra y de humedad y no
lo vuelvan a encontrar nunca. No hace falta otro que se repita en la
ingenua repetición de las mismas cosas triviales, conmigo basta.
- 46 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
• Sexta parte: Juicios de valor •
Un gran jurado a deliberar en la escena; entran rigurosamente
ataviados con trajes togados, los muñecones.
Huérfano méndez: Vehemente, cito y convoco al tribunal de los
asesinos, conformado por expertos, es decir, asesinos. Altísimo
y dignísimo tribunal, ¿no es cierto que nosotros, los aquí presentes, hemos sido a lo largo de la historia, los carroñeros del mundo?
¿Qué sería del mundo sin los carroñeros? Ved el mundo cómo él
mismo ha dispuesto que todos cumplamos un pedazo de nuestra
misión sobre la tierra. Somos asesinos porque el mundo precisa de
los asesinos, no por afición, sino porque no nos pusieron el tornillo
de la cordura ni de la piedad ni de la compasión, sino que somos
esquizoides, tenemos unas tejas corridas, por donde se nos entra a
cántaros el agua de la aberración, o el sol de la insania…. Creemos
que nos persiguen los fantasmas que habitan los cielos y las tierras,
los malignos espíritus de las selvas, los enjutos, los descarnados… y
claro, matamos en legítima defensa, pero eso no lo entienden los
condenados condenadores que nos condenan. Y si no es así, qué
culpa nos caben los intersticios de la mente, las caries del cerebro,
las debilidades de la razón… Si hubiera cómo reponer el tornillo, no
tendrían que llenar cárceles y cementerios en este juego del azar. Hay
misiones que vienen a cumplir los hombres, en esta lotería del azar,
los hay que nacen bendecidos, para hacer brillar y resplandecer, hay
otros que tuvimos que aceptar los trabajos de la oscuridad. Pertenecemos a la odiada, proscrita, deleznable cofradía de los carroñeros,
somos los necesarios portadores de la sombra, quienes debemos
nutrir los arcanos del inframundo… Y sin embargo, somos bestias,
bestias segadoras, que aplicamos nuestro tajante juicio y liberamos
al mundo de tanta escoria. ¡Vosotros, los condenados y ejecutados,
sois escoria, sois carne de muerte! Acusadme, mis verdugos, ved
el tamaño y la calaña de mis infamias, pero al hacerme juicio a mí,
hacéis juicio al Señor a quien prodigáis obediencia, ese que todo
- 47 -
lo puede y que todo lo hace, ese que me hizo ser así. ¿Que quito
vidas? ¿Que el señor es el único que tiene esa potestad? Y quién es
ese señor nebuloso y de átomos, ese figurín avejentado al que asignáis tal poder, el poder de la vida y de la muerte. Matar, finalmente,
es un caso normal para la naturaleza, un acto pueril y cotidiano, solo
vosotros, hombres viles y hombres engreídos, lo tomáis como un
acto catastrófico. Al empuñar un arma homicida, solo estáis ayudando a la naturaleza a ejercitar su acto citadino.
La comparsa se despoja de las adustas togas. Emergen disfrazados.
Huérfano méndez: En la decadente frivolidad del disfraz que ba-
naliza la muerte, los doce de la comparsa de los asesinados buscan
justicia y por ello no tocarán las puertas de los tribunales, sino que
comparecen ante la estrella del periodismo televisivo, hecha a pulso, sobre las pilas de cadáveres y de desgracias narradas en la gran
pantalla, para mantener atizada la llama del miedo a lo incierto, a lo
que nos podría pasar a nosotros en cualquier vericueto, a la vuelta
de la esquina, en el hogar mismo, que está probado que no hay sitio
seguro en ninguna parte, y el azar y el crimen te pueden tomar por
sorpresa en el sitio menos pensado, razón por la cual, mientras nos
llega el turno, esta reportería nos muestra los múltiples turnos que
ya han pasado a personas tan… tan buenas y tan ingenuas… ojalá
esto no me pase a mí ni a ti, dice y repite siempre nuestra gloria
mediática, micrófono en mano, moralina a flor de piel, oportunidad
para encontrar lo escabroso dentro de un relato… Estudio de televisión, sin más preámbulos.
El fantoche presentador: Excúsemen, yo solo soy una figura pú-
blica, no soy un experto en el tema, ni en ese, ni en ningún otro
tema en sí. Entiendo eso, de que me estén contando que han sido
asesinados en serie, por ese prestigioso autor de libros policíacos,
que con sus descarnadas descripciones se ha ganado un muy me-
- 48 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
recido lugar en los anales del consumo de libros bibliográficos, al
relatar con un lenguaje llano y liso, al describir los asesinatos de personas o personajes que le han inspirado el crudo retrato de una
sociedad decadente, morbosa, ávida del morbo que da la sangre,
una sociedad coagulada o, como con una costra, más bien, con un
callo áspero y rudo… comprendo que ustedes no sepan quién es
él, que se aproximen como fanáticos a este prestigioso noticiero a
confirmar que aquellos relatos descarnados, consignados en el libro
“marte es doce”, son reales y ustedes son las víctimas. Confieso que
no leí los relatos, pero me los contaron, y dicen que ustedes, mmm,
sí se parecen asombrosamente a los relatados, pero no tengo más
evidencias que ustedes mismos. (Pasea por el medio de ellos) Ustedes ni siquiera aparecen en registros de desaparecidos, ustedes,
según hemos averiguado, murieron de causas naturales, o simplemente dejaron de existir. No hay rastro de escándalo, ustedes vivieron como nacieron, silvestres… sí, sí existieron pero, como les digo,
según las fuentes periodísticas consultadas, no hay nada destacable
acerca de sus prematuros y, seguramente, accidentados finales… Y
bueno, excúsemen, pero ustedes parecen más bien una comparsa
extemporánea del Halloween, ¿a quienes quieren engañar con esas
historias? Hablamos de una ficción, sofisticada quizá sí, pero un reputado hombre de letras no se va a inventar… sí, confieso que al leer
la historia de usted, apreciada señora, que dice haberla vivido, los
vejámenes de… podré, podría… pero es pura literatura, pura ficción,
irrealidad.
- 49 -
• Séptima parte: tiempo después •
El sujeto desnudo, el sujeto que se desdobla múltiple,
se ensaya genuino
Sofá lustroso, bermellón, control remoto en la mano, canalea…
Desnudo, solo porta una grotesca máscara de viejo.
Huérfano méndez: ¿Dónde estás ahora, Lucila Vigilia, que aunque
quiera creer que me oyes, ni me oyes, ni me sigues, ni me das esperanza? Te perdí mucho antes que cualquier accidente, te desterré, o
mejor, me desterraron de tu lado, cuando todo estaba previsto para
pasar de incógnito por el incógnito mundo. Hace tanto tiempo que
no estás… Hoy ya estoy obeso, ya envejecí, ya pienso con más frecuencia en la muerte, en que la muerte está al final de un paso, pero
te requerí cuando aun estaba esbelto y bello, cuando mi cabello era
abundante y orgulloso, cuando la piel de mis manos no dejaba a la
vista las nervaduras ni los ojos color café que manchan la piel se van
agrandando, ni las huellas se hacen cansadas. Cuando te dejé, dejé
todo lo que había asociado a tu ser y a tu figura. No volví a escribir,
tampoco a matar, tampoco a la crueldad. Ahora solo me empecino
en el anonimato, soy un transeúnte más que deambula las urbes y
los campos, ya mi mano no está agazapada, solapada. Como dejar
de fumar, dejé el vicio frenético de saborear las agonías, pensando
que con ellas y en ellas me desquitaba de ti, de la injusticia que me
apartó de ti… Te busqué, me quedé sin escapatoria. A medida que
la muerte se hace una certeza, vuelvo a pensar en lo difuso de tu
cuerpo, en lo difuso de mi propio cuerpo y en los caminos amplios
y abiertos, de los senderos que señalaron mi desvío para nunca más
ni en esta ni en ninguna vida volverte a encontrar. Aunque no creas,
siempre me digo también que mejor, que hubiera sido peor encontrarte una mañana como la de hoy, junto a mí, que te levantaras y
que te desengañaras de mi o yo de ti o juntos a tiempos diversos, y
habernos envenenado las vidas y las almas pensando que quizá por
culpa mía…
- 50 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
• Octava parte: Orfeo desciende •
Éxtasis de la carne yerta, el viaje, la eternidad
Ahora, frente al sofá del decrépito, una, dos, tres, seis mujeres
semidesnudas, apenas cubiertas por vaporosos velos, con máscaras
de muñeca con el rostro de Lucila Vigilia, danzan órficas, paganas,
elementales, cíclicas, al ritmo de cítaras y de otras cuerdas pulsadas.
Vago erotismo…
Huérfano méndez: Náufrago, naufrago en el océano salado
de tu piel sudorosa. Trago esa agua, me sacio hasta la gula y vuelvo
a lamer más de esa sopa espesa que se escapa por tus poros y me
parece estar perdido y abandonado de la dicha en el centro de un
océano que es del color de tu piel, lo adivino en la oscuridad, y me
aferro con todas mis fuerzas a los promontorios de esa balsa, barco
de flotación, tabla que es al tiempo océano y ahora soy pez atrapado en un anzuelo que es la lengua de tu boca, que me apresa, y yo,
pez, me sacudo, trato de liberarme, pero de mí, trato de entrar por
el cabo de ese anzuelo hasta la materia que eres, balsa, océano,
tabla anzuelo… (Un chasquido. Se hace nítida la figura de un hombre semidesnudo, fauno, ojos tapados, boca amordazada, sombrero
negro con una flor amarilla, se incorpora a la danza que se arrebata)
hace calor en el aire, hace calor en mi cuerpo, hace calor en tu cuerpo. El mundo es una bola roja de calor y ahí respiro, respiro, respiro
el aire caliente que sale de tu aliento y el que sale de ahí, de la raíz de
tu larga cabellera, larga, larga, olor que se va como corriendo pelo
abajo, o pelo arriba, como ahora que tomo la cascada de tu pelo y
la elevo a los cielos santos, para ofrendar un trofeo, una victoria y los
olores de las flores que ahora están debajo de tu piel, se escapan
cascada arriba, y apenas puedo atrapar algunos, antes de soltar la
cascada que vuelve negra y mansa a quedarse sobre la piel de tu
espalda. Algunos podrán decir que esas son caricias, pero no, para
mí no es la caricia, para mí es el arreglo, la puesta a punto, la escultura de este cuerpo soso que es corpus gloriosus en tus manos. Ya
- 51 -
veo la muerte de nuevo, estás muerta Lucila Vigilia, porque no hay
dos. (A piso, los cuerpos femeninos en semicírculo, sus máscaras de
muñeca desprendidas de los rostros, alzadas. El hombre fauno-galán
al centro, su cuerpo trabado en un gesto indefenso) Terminaste en
manos de otro sicópata. Es un amado. ¿Por qué tiembla usted? No,
no lo voy a matar. Es simplemente que estoy haciendo, ¿sabe? una
investigación académica sobre el miedo, es una tesis y hay cosas
que no se leen en los libros, que hay que investigar, que hay que
probar, para que se sepa qué hay desde antes del dolor, durante y
después del dolor. Verá usted, cuando a uno le tuercen el camino
de la alegría, y lo dejan a las buenas o a las malas, eso es irresistible.
Cómo no, yo comprendo, lo comprendo bien, después hablaremos
del mal. De la originalidad, de Einstein. No creo que le importe que
compartamos nuestras tristezas y nuestras delicias. Seguramente
este cuarto le parece oscuro y miedoso, pero mire, hay situaciones
peores, donde los así llamados secuestrados permanecen las horas
de los días encerrados sin luz ni sol, en cambio, no creo que usted pueda quejarse del trato. No es malo, aunque debo reconocer
que para nadie es bueno estar en esta situación, así, atado y a veces
amordazado, y ser el número doce, y saber el secreto y saber, usted
sí, quién soy yo. Usted sí sabe quién soy yo. Pero ahí tienen la televisión, tiene revistas, tiene también libros. No se asuste por las manchas de sangre en el piso, no es nada más que una que otra corta
lucha, una lucha desigual, claro está. Yo le haré preguntas y usted de
pronto me responde, pero no se ponga miedoso, más bien, escúcheme, quiero que me escuche atentamente lo que le tengo que
decir, narrar, contar, de aquella vez cuando una mujer, esta mujer
que yace, a usted también parece que le enternece el asunto de las
mujeres, de los amores perdidos… ya lo sé. ¿Estamos listos?
- 52 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
• Novena parte: Una escena pánica •
Epílogo misterioso de una familia en la orfandad
Trátase de la escena en la que vemos un sofá de casa. Tres personajes sentados, una mujer a un lado, un niño inexpresivo en el otro
extremo, un hombre de negro con un ramo de flores en el centro,
hierático, inexpresivo. La mujer contiene su angustia, aprieta un pañuelo en rollo, como recién exprimido, que sostiene en sus manos.
Su gesto es trágico en suma, dolido, al punto de la lágrima.
Mujer: Si yo hubiera sabido que ese día iba a desaparecer, ese día
le hubiera prometido todo lo que nunca le prometí, para se quedara
conmigo.
Hombre: Mientras pasaba el peligro.
Mujer: O al menos, lo hubiese distraído cinco minutos, para que
no se hubiera topado con el accidente. O lo hubiera apurado cinco
minutos, antes de que sucediera. Qué no hubiera hecho para que
no se me fuera.
Hombre: (lírico) Para mantenerme a flote en este espeso mar de la
vida, en esta sopa de fuego que se alimenta de las rendijas, de las
grietas que deja una leve impericia, un incidente, una ligereza.
Mujer: Si yo hubiera sabido, incluso, si no hubiera habido forma de
evitarlo, para acariciar el arrepentimiento, me hubiera atrevido a decir, a
preguntar, a comentar todo eso que quedó aplazado hasta mañana…
*
FIN
*
- 53 -
Relativity
Fracturas del desvanecimiento
//arley ospina navas
- 55 -
• Arley Ospina Navas •
Bogotá, 1975. Magíster en Escrituras Creativas con énfasis en dramaturgia
de la Universidad Nacional de Colombia y maestro en Artes Escénicas con énfasis en dirección de la Academia Superior de Artes de Bogotá- ASAB. Director
y fundador de la Corporación Dogmateatro enfocada a la creación e investigación del teatro físico y de la imagen.
Ha dirigido obras de su autoría y de diferentes dramaturgos de la escena
mundial, entre ellas: Guerra y paz (1998) adaptación del cuento de Mario Bene-
detti; Las convulsiones (2000) de Luís Vargas Tejada; Las criadas (2001) de Jean
Genet; Días felices (2002) de Samuel Beckett; Fando y Lis (2008) de Fernando
Arrabal; ¿Esto es Medea? Grotesco en rojo y blanco (2010) experimento escénico de su autoría; Keroma (2011) de su autoría; proyectos de investigación
Universidad el Bosque: Lúcido (2011) de Rafael Spregelburd; De-vejeces y otras
estaciones (2012) creación colectiva. En el 2013 realiza el montaje Infierno de
Víctor Viviescas con estudiantes de cuarto año de artes Escénicas de la ASAB.
- 57 -
Es autor de las ponencias: “Coqueteando con el teatro post-dramático,
avatares de un proceso creativo” y “Hacia una crisis en la representación” pre-
sentadas en el segundo y tercer Encuentro de Investigación en Artes Escénicas,
Manizales; y publicadas en Revista Colombiana de las Artes Escénicas, Universidad de Caldas.
En el año 2010 recibe el Primer puesto del concurso distrital de drama-
turgia IDARTES Bogotá con la obra: “Dios No juega a los dados, posibilidades
dramáticas”.
Actualmente es docente del programa de Artes Escénicas de la Universi-
dad Distrital Francisco José de Caldas - Facultad de Artes ASAB; y de la Universidad el Bosque en el programa de Arte Dramático.
Su actividad investigativa está enfocada al estudio de la creación escénica
a partir de las estructuras y dinámicas del arte en la contemporaneidad, inda-
gaciones que han llevado a la conformación con estudiantes de la ASAB de los
semilleros: Investigación en dramaturgia y teatro físico y de imagen.
- 58 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
“Arde Roma,
instantes antes dormía nuestro albacea”
Personajes
Lázaro o el hombre del piso 23
La mujer de los objetos extraviados
La chica con morral y audífonos
El conferencista de cabello blanco cenizo
La mujer de pelo corto y minifalda
El joven de lentes Ray-Ban
El policía de la pierna amputada
La esposa del policía de la pierna amputada
Los anatomistas: hombres uno y dos
El hombre del perro
La pareja del árbol de la melancolía: Ana y Miguel
El niño del árbol de la melancolía
La madre de la chica con morral y audífonos
Un perro
- 59 -
•1•
La mujer de los objetos extraviados: No, no, no… Jamás he robado,
eso ni pensarlo, recojo lo que la gente deja por ahí, abandonado. Las
personas olvidan a menudo el valor, la importancia de las cosas. No, no
es lo material a lo que me refiero. Es aquella cosa invisible, impalpable, que encierran los objetos en sí; infinidad de historias sin concluir…
Fragmentos de vidas que no alcanzan a realizarse.
¡Robar!, de ningún modo. Pero cuando estás al lado de alguien
que deja en la silla de una cafetería una chaqueta, por ejemplo. ¿Por
qué decirle que la recoja? Quizás la extrañeza al no encontrarla le
hará prestar más atención la próxima vez. Estar atento. Y tú. ¿Qué
necesidad tienes de cambiar el rumbo de las cosas?
Si ha quedado allí la recoges y almacenas, la depositas cuidadosamente entre tus cosas, en tus cuartos de alojamiento temporal. Esperarás pacientemente a que algún día esa persona llegue a tu casa y diga:
-Señora, he esperado tanto encontrarla…
No a mí… Lógico. Ha encontrado su pertenencia extraviada; de
seguro ya nunca volverá a dejarla abandonada. Por fin ha cobrado
el valor que se merece.
La humanidad se consume entre el descuido y el abandono.
Cada día que pasa las personas van dejando parte de ellas en
las esquinas, en los bares, en las escuelas, en los edificios; estanterías
del olvido.
Generalmente paso el día recorriendo supermercados, visitando oficinas, estacionándome en los baños de centros comerciales,
luchando contra el olvido en la hierba de los parques: rastreando
objetos huérfanos en la infinitud de las calles.
¿Se imaginan la cantidad de cosas que podemos encontrarnos si nos lo proponemos? Sólo es darnos cuenta de su existencia
abandonada. En casa tengo millares de objetos extraviados… No se
imaginan la cantidad…
No, no es la materialidad de las cosas… Es lo que contiene de
cada uno, lo que se impregna de nosotros en ellas. Contenedor de
- 60 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
existencias. Todo objeto adquiere la forma, el carácter, la esencia de
su dueño… Energías que no se disipan jamás.
A mí me gusta sentir esto y no está mal.
Cada una de las cosas que guardo conserva miles de historias,
infinitos secretos que desconocemos… O que vamos olvidando por
el afán del mañana.
Historias que no vemos, recuerdos que no sentimos, imaginaciones castradas, estériles renuncias al pasado.
Yo jamás he perdido nada, ni mío, ni aquello que he guardado
en casa durante años. Siempre estoy atenta a todo, ese es mi secreto; a veces para no olvidar anoto detalladamente en un cuadernillo
amarillo lo que sale de casa:
Hoy llevas puesto el vestido que te regaló tu esposo cuando
cumpliste sesenta años, color verde, botones dorados; bolso de
mano color marrón, zapatos negros de taco bajo…Prendedor azul…
Mariposa del recuerdo…
Imagínate que un día estés caminando y alguien grita:
-¡Hey señora, olvidó vestirse esta mañana!
Qué horror… Es como si empezaras a dejar de existir… Por eso
lo hago, la gente a veces necesita alguien que les ayude a acordarse de su existencia. Y pues bueno, de eso me he encargado yo. Al
recordar algo que ya no está, vuelven a sentirse vivos, o eso creo yo.
Pueden imaginar que estoy loca o algo así, da igual.
También guardo “devoluciones”. Sobre todo monedas. Las monedas siempre están en movimiento, pasan de mano en mano, como
el viento sobre nuestras cabezas. Miles y miles de monedas recorriendo la ciudad de mano en mano, como en una carrera de postas.
Figúrate que hoy vas al supermercado, has hecho las compras,
estás en la caja esperando recibir el cambio después de haber pagado: la cajera te entrega un billete y tres monedas…
¡Cuántas historias vividas en cada una de esas monedas! ¡Cuántos seres han dejado un poco de ellos en ese trozo de papel que
hoy está en tus manos!
- 61 -
Ese papelito al que no prestas atención pudo pertenecer quizás
a hermanitas de la caridad, a niños enfermos, a mujeres depresivas, a
asesinos psicópatas, a personas que ahora estarán muertas, a jóvenes
en estado terminal, a obreros desesperados, a banqueros en quiebra…
Imagina cuán cantidad de historias ignoradas, de situaciones
desconocidas: desamores, pérdidas, crímenes pasionales o crímenes sin sentido, actos de dolor, momentos de traición, instantes de
felicidad…
Sí, mi casa es un libro abierto de fábulas, quimeras… instantes…
ilusiones...
Hace apenas tres días me encontraba frente a un restaurante
muy lujoso, tres hombres vestidos elegantemente habían terminado
su cena y pagado al mesero la cuenta. Cuando salían del lugar, uno
de ellos dejó al lado de la silla un bastón… ¡El hombre cojeaba y
como si nada! Ni él ni sus amigos se percataron de la ausencia. Yo
contuve la risa y esperé a que se alejaran, el pobre tipo tratando de
ir al lado de los otros. Cuando desaparecieron me acerqué, tomé el
bastón tranquilamente, como si me perteneciera y empecé a alejarme… El mesero me miraba con curiosidad, yo caminaba como si
me doliera la cadera, el chico quedó convencido… Ya ni recordaría
que en esa mesa yo no estaba sentada… O por lo menos eso creo…
La gente olvida con facilidad.
Ya he dejado el bastón en casa, a la espera de que algún día
vendrá su dueño a recogerlo.
Suelo acompañar mi soledad de mis pequeñas y hermosas adquisiciones, de mis depósitos temporales…
Sí, me da seguridad… La tranquilidad de saber que aún estás
viva…
Al final nada es de nadie… Todo es prestado por un breve
tiempo…
La mujer de los objetos perdidos ha dejado de hablar, sus manos arrugadas palpan minuciosamente las superficies de cada uno
de sus tesoros.
- 62 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
•2•
Lista de objetos en casa de la mujer
de los objetos extraviados
- Fotografías de todos los tamaños.
- Carnets de universidades y colegios.
- Documentos de identificación.
- Velitas de cumpleaños.
- Aretes de innumerables diseños, generalmente impares.
- Muñequitos de plástico sin sus extremidades, patos de goma; caballitos de madera.
- Labiales medio acabados, espejitos de cartera, delineadores.
- Bolígrafos, marcadores, lápices, colores; borradores mordisqueados.
- Cartas de todo tipo. Muchas cartas de amor; olvidadas por amantes en las estaciones…
- Dentaduras postizas, dientecitos para el ratón Pérez.
- Botellas de vidrio, pulseritas de metal.
- Balones chicos y gigantes, carritos de plástico.
- Gafas, generalmente sin un lente. Algunas de ellas quebradas.
¿Empañadas?
- Pañuelos, bufandas, chaquetas, sombreros.
- Paraguas, carteras, billeteras.
- Postales.
- Collares multicolores.
- Corchos de botellas de vino.
- Promociones de supermercado, facturas sin pagar.
- Viejos periódicos amarillentos.
- Revistas. Tres de ellas son de porno.
- Frascos de perfumes inacabados.
- Calendarios de años anteriores. ¿Futuro?
- Pisapapeles.
- Botellitas de licor.
- 63 -
Hoy:
- Un morral con cosas de chicas…
- Un guijarro blanco…
- Un libro, título: 2666...
- Un diario color rojo…
- 64 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
•3•
Anotaciones en el diario de Lázaro
Tres y treinta y siete. Madrugada. No abres los párpados, pero
sabes que estás despierto. Ves la luz que se filtra a través de las persianas de la ventana. Intentas decir algo a quien está tendido a tu
lado. Nada, ni una sola palabra puedes emitir. Un único sonido angustiante expulsas por tu boca.
Sonido semejante al chillido de una rata. ¿Cómo describes el
sonido de una rata? IUHHHHHHH… IUHHHHHHH….
Metes la mano derecha en tu boca, lengua no. ¿Dónde está
tu lengua? Antes estaba. ¿Dónde has olvidado tu lengua? Todo tu
cuerpo acuoso, empapado; tu piel transpirando, líquido pegajoso
escurre por la dermis.
Tu organismo: órganos que se volatilizan, manchón dudoso esparcido en un lienzo inmaculado. Cicatrices, heridas, garganta que
se rompe, huesos quebrados… Paf… Paf… Crush… Periferias… Poros dilatados, poros abiertos al máximo; pelos en todo el centro de
los orificios de la piel. ¿Pelos?
Gritar. Maldito chillido de rata. IUHHHHHHH….
Ahora, párpados abiertos exageradamente. ¿Tus piernas? No
están, las sientes pero no están. ¿Las ves? ¿Dónde han quedado mis
piernas? Tratas de recordar. Ya las han troceado. Ni piernas, ni lengua; dientes arrancados de las encías se amontonan en el fondo del
paladar húmedo. Licuefacción. No sabes qué hacer. No entiendes
nada. ¿Moverte? Gritar no vale la pena. ¿Cómo? Hacer un intento…
IUHHHHH…
Mierda, en serio que necesitas ayuda en este instante. Tu mano
izquierda busca desesperadamente despertar a la mujer que duerme a tu lado. Vaya lío. Sacudir a la mujer. Estrujas sus carnes. Remueves su humanidad. Nada. Sueño profundo. Espera… Breves movimientos de ella; sus brazos que se alargan. Salvación. ¿Qué hace?
Señal negativa. Se voltea dándote la espalda, dormir placentero y
profundo. Oscuridad. No más. Sábanas empapadas de sudor, un
- 65 -
mar de sal; tu sal, tu sudor. No más. Párpados abiertos al máximo,
párpados contraídos al máximo. Abiertos… Contraídos… Abiertos… Contraídos… Indefinible operación cíclica.
Sonido del despertador. Sonido del despertador. Abrir los parpados. Despertar.
¿Pero acaso no he estado despierto? ¿Aún no? ¿Cuándo entonces? Transitar.
Mala noche. Despertar. Sacudes tus piernas, agitas tu lengua.
Ya. Sonríes. Día de golf.
-*Hoy no has gritado. Te levantas en medio de la oscuridad. ¿O ya
estabas erguido, de pie? No preguntar. Sólo no preguntar.
Caminar lento y pausadamente. Inmovilidad angustiante. Contención del movimiento. Premisa: no hacer ruido y no derribar nada
cuando te muevas, tranquilidad al caminar. Ella duerme, sueño placentero y profundo. Te conduces en medio de los objetos de la habitación. No los ves, los presientes. Sombras transformadas en objetos. ¿Están ahí? Aprendes la cotidianidad. La mesa de noche con
el despertador, dos libros deshojados, el cenicero con unas cuantas
colillas de cigarrillos marca Lucky. ¿Lucky? L-u-c-k-y… Afortunado…
Las pastillas contra el insomnio, solo quedan unas cuantas; mañana ir a la farmacia, comprar la fórmula. La receta, diría gran papá,
señor padre Lázaro. Breve quejido de ella. ¡No hagas ningún movimiento!
SHHHH…. Silencio, estatismo total. Inmovilidad. Ella se agita…
SHHHHH… No te muevas.
¿Qué lleva puesto? Ropa interior color rojo, nada más. Bajo las
sábanas con su sostén y calzón rojo. Excitación. Sangre torrencial en
las venas. Su garganta es frágil, delicada… No, no, no. Prosigo mi
camino al baño. Tropiezo, me he enredado con mi ropa tirada en el
suelo. Una maraña de tela enredada en mis pies. Raíces de nylon e
- 66 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
hilo. Mi cuerpo se hunde poco a poco entre ellas. Silencio. Suena el
despertador.
¿Aún tengo oídos en mi cabeza?
Ella extiende el brazo y apaga el martirizante sonido. Estoy a su
lado, en la cama. Sudo. Cuerpo contraído. ¿Y mis piernas? Palpo…
Afortunado…
¿Vuelvo a levantarme o ya estoy de pie? Oficina.
-*Estoy en medio de la habitación. Oscuridad, más oscuro que lo
habitual. Desnudo. Siento frío. Ponerse pijama al ir a la cama. Tropiezo con mi ropa dispersa en el suelo. No tirar la ropa al suelo.
¿Por qué estoy en medio de la habitación? Ya. Vejiga a reventar.
Deseos de ir vaciarla. No tomar agua antes de ir a la cama. Apresuro
mi paso. Cuanto puedo.
A tientas logro llegar al cuarto de baño, abro lentamente la
puerta, chirrea; no enciendo la luz, no despertarla.
Tantear las formas en la negrura… Paredes lisas con baldosines,
lavamanos a tu izquierda, toalla sucia colgando en la pared, inodoro.
Levanto la tapa, intento orinar, no puedo. Presiono con fuerza mi estómago, nada, el líquido se resiste a abandonar mi cuerpo, entrañas
que arden…
Busco mi pene con la mano derecha, no lo encuentro.
Mi pene ha desaparecido.
Grito. IUHHHHH… ¡Maldito chillido de rata!
Enciendo la luz, necesidad de ver mi rostro en el espejo. Oscuridad, cero luces; negro absoluto. Las cuencas de los ojos vacías,
meto mis dedos en ellas: profundidad; gesto de horror en mi rostro.
Munch.
Grito más fuerte… IUHHHHH…
Maldito chillido de rata.
Ella me tranquiliza con su mano, se aprieta contra mi cuerpo.
– Shhhh… solo sueñas, respira profundo.
- 67 -
Suena el despertador. Lo estrello contra la pared. Salto de ella
en la cama.
Respirar profundo. Respirar profundo.
¿Afortunado?
-*La sensación de desaparecer, de difuminarme, diluirme sin más.
Dos noches sin cerrar los malditos párpados. Tengo sueño, párpados pesados, ojos vidriosos: ¿Cuencas vacías? No, aún no… Ácido
que maltrata el globo ocular. Hiere, quema.
Tres y treinta y siete minutos. Tic, tac… Tic, tac…
He fumado más de diez cigarrillos, uno tras otro; con el que
se acaba, encender uno nuevo. Malo para los pulmones. ¿Pero qué
pulmones? ¿En verdad existen? Doce cigarrillos en total. He logrado trescientos treinta y tres círculos perfectos de humo.
¿Cómo hacen corazones con el humo del cigarrillo? Solo se ve
en las películas. No creas todo lo que ves en la tele.
Intento leer un pequeño libro que me ha regalado ella meses
atrás. ¿Ella? ¿La señora chiflada? No, Helena, la mujer que duerme a
mi lado; mi mujer. Ya sabes, contén la risa.
El libro no lleva título alguno, podría llamarse de cualquier manera o quizás de ninguna.
Página 37: “Aquella noche íbamos a una… d, r, d, g, h, i, s, o,
a, z, t, l, q, r, u…” Las letras bailan desordenadamente en la página
amarillenta. El baile de San Vito. Intento reorganizar las letras, crear
palabras, deducir frases… Fracaso absoluto. Cierro el libro.
Jugar con el cigarrillo en mi mano, darle vueltas entre los dedos
sin quemarme… Ahhhh, me quemo.
Sonrío… Aún presencia de manos, vejigas en los dedos; por lo
menos eso.
Mierda, se me ha olvidado comprar las pastillas. ¿La memoria
también se extravía? Apuntar para no olvidar. Como la señora chiflada…
- 68 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
Abro el frasco: queda una. Salvación. Introduzco la pastilla en mi
boca, tragársela solo con saliva. Sabor amargo…
Algo extraño en tu garganta…
El recuerdo de su cuello entre… No, no, no…
Deseos de vomitar. No, sábanas blancas.
Acostumbrarse a la palidez nocturna.
Nuevo cigarrillo, no más círculos ni corazones de humo. Acariciar la realidad.
¿Y mi corazón? Ahí debe estar, sino cero palpitaciones… Corroboro… Sí, está, aún no ha desaparecido.
Ella se revuelve entre las cobijas.
Estrangula con sus piernas la almohada…
No… Borrar de mi mente aquello…
El cigarrillo… se ha extinguido el cigarrillo. Las yemas de los dedos con llagas, úlceras carbonizadas, cauterizadas. No siento dolor
alguno. Buscar qué hacer.
El sexo no debe ser traumático. Buscar sus senos. ¿Dónde están?
Enciendo la luz, adiós sábanas de su cuerpo.
“Aquella noche íbamos a una…”
Todo su cuerpo desmembrado, los órganos invertidos. Ella deshabitada. Repulsión del organismo. Étant donnés…
Cuerpo despedazado y ni rastro de sangre. Todo limpio. Le han
extraído toda la sangre. Succión del líquido. Buscar su rostro. Preguntar qué ha sucedido. Hallo su cabeza a los pies de la cama.
Maraña de vellos. ¿Vellos? Maraña de pelos.
Sus ojos… cristalinos arrugados, fragmentados; mirada inerte.
En su boca una sonrisa prolongada, pronunciada de oreja a oreja;
estación de gesto repulsivo, un corte fino de navaja.
Deseos de vomitar. Abro la ventana, respiro. Por fin vomitar. Repugnancia en caída vertical. Líquido cae al vacío…
Levanto su cabeza y la arrojo a la calle. Un golpe seco seguido
de un grito. Grito de humano. No es el mío.
Siento frío. Palpo mi cuerpo, todo en su lugar, solo un sudor frío,
frialdad de la muerte. Lloro.
- 69 -
Suena el despertador. Abro los párpados. Ella me aprieta fuertemente. Afortunado.
Lloro en silencio. Prendo un cigarrillo. No volver a dormir.
Imágenes clavadas en tu cabeza. Taladrar incesante… Tu cuerpo
diluido…
Paf… cric… crac… zas… pop… un crujido, un cuerpo fracturándose en el pavimento.
Una explosión de órganos. Una descarga de vómito. La cabeza
rueda cuesta abajo en el asfalto.
Esperar el sonido del despertador. ¿No sucedió hace un instante? Mierda.
- 70 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
•4•
El hombre del piso 23
Lázaro Quintero. Ingeniero de sistemas graduado con honores
de la universidad, tesis laureada, próximo a doctorarse. 32 años cumplidos. Salud perfecta. Esporádicos dolores de cabeza. Complexión
atlética. Los domingos en la tarde tenis y golf con sus amigos. Últimamente solo con el director de la compañía. Excelentes relaciones
con los demás, buen trato social; conversación exquisita. Amante
del arte y de las exposiciones, a las cuales acude con su esposa, el
director y la esposa de este. Futuro exitoso y prometedor.
Familia: Esposa joven, su nombre: Helena. Apasionada de la litera-
tura, siente una extraña obsesión por la novela negra y la poesía de
corte erótico. La conoce antes de terminar la universidad, ella estudiaba filosofía en la facultad de humanidades.
Una tarde la lleva a su apartamento con el pretexto de enseñarle unos libros de un escritor premiado en los últimos meses. Claro
que ella ya conocía al escritor, ha leído toda su obra. Sin embargo
acepta la invitación de Lázaro. ¿A qué va entonces al apartamento
del ingeniero?
Él le parece un tipo simpático, aunque a veces un poco extraño;
raro, dirá a su madre. Esa misma tarde hacen el amor al lado de la
chimenea después de tomar varias botellas de vino. Vino de la mejor marca. La ocasión lo amerita. Se emborrachan a la cuarta botella.
Sus cuerpos yacen sudorosos, desnudos sobre la alfombra.
Helena ahora ve los triunfos de su esposo como propios, al fin y
al cabo ha estado junto a él. ¿O no?
Regularmente Lázaro se encuentra con otras mujeres. Nada
que temer, relaciones sexuales sin compromiso amoroso. Con ellas
usa preservativos. Con Helena no. Un hijo.
Hogar: Apartamento estrato siete, 220 metros cuadrados, balcón
con vista a los cerros en la parte anterior, balcón con panorámica
- 71 -
completa a la ciudad en la parte posterior; grandes ventanales de
vidrio reforzado. Salas de estar, salas de descanso, cuatro habitaciones amplias y confortables; habitación principal remodelada al
gusto de su esposa. Aire acondicionado y sistema de calefacción.
Atardeceres espectaculares desde el piso 23.
El hombre del piso 23 mira el techo de la habitación, sus ojos
clavados, aferrados a la inmensidad del blanco; teme que desaparezcan en cualquier momento… como su lengua… como sus extremidades…
Su cuerpo segundo a segundo se ha convertido en un vago e
indefinido recuerdo… ¿Recuerdo de qué? Una imprecisión abominable…
Su mujer aún duerme, en unas cuantas horas ella asistirá a una
conferencia programada por la facultad. Ella necesita ocupar el tiempo en algo diferente a su esposo, a su hijo, a su hogar. Sentir que es
real, aún representa algo más.
Hoy es domingo. Día de sueños, día de descanso, día de encuentros y desencuentros.
Lázaro: Siete de la mañana. Te levantas sin hacer ruido, te pones el
pijama que has dejado tirado la noche anterior al lado de la cama.
Aseguras la ventana; anoche ha quedado un poco abierta, vas al
baño, miras tu boca en el espejo, todo, absolutamente todo está
ahí… Y sin embargo esa sensación de pérdida.
Te diriges a la sala, te recuestas en el sofá, enciendes el televisor.
En la pantalla una presentadora con gesto absurdo, desproporcionado, perfecto diseño de sonrisa igual al de todos.
¿Y mis dientes? ¿Aún queda algo de ellos?
Lázaro introduce una mano en su boca para afirmar la existencia
de sus desordenados molares… Un hilillo de sangre desciende por
la palma de la mano…
- 72 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
•5•
Noticias matutinas
Accidentes de automovilistas ebrios: siete muertos y cuatro heridos de gravedad, un niño en estado de coma cerebral.
Robo en sucursal bancaria, el vigilante baleado, la cajera del cubículo cuatro raptada, se desconoce su paradero.
Entrevista a un conferencista: hombre de cabello blanco cenizo.
La conferencia está programada para la tarde.
-Helena me habló de ella. ¿De qué trataba? Ella asistirá.
Tres chicos de excursión desaparecidos, uno de ellos menor de
edad, sus padres responsabilizan a los otros dos, búsqueda inmediata.
EE.UU. niega espionaje internacional.
Una mujer da a luz a las afueras de un hospital, presencia de la
defensoría del pueblo.
La crisis económica toca fondo en Europa.
Programación de partidos de fútbol para hoy.
Nueva masacre en un municipio del país, se desconoce el grupo armado responsable: catorce muertos, siete de ellos menores
de edad.
Manifestaciones en contra del aborto.
Manifestaciones a favor del aborto.
Propagandas
Crema dental para dientes ultra sensibles. Máxima protección
contra la caries.
Viaje a Cancún para dos, todo incluido, cincuenta por ciento de
descuento.
Pañales desechables que se ajustan perfectamente al cuerpo
del bebé.
Comida para perros.
-No tengo perro
Perfume Obsesión
- 73 -
Comida para gatos.
-Tampoco tengo gato
Hamburguesas McDonald´s.
-Comida chatarra…
Lázaro ha perdido el gusto por la noticias, al final todas le parecen igual; solo cambian las cifras y los implicados. Juguetea con el
control remoto entre sus manos alteradas, necesita la seguridad de
sentir que todo en él permanece; sus dedos presionan con rabia los
números al azar:
- 74 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
•6•
Canal 37. Hard Sex:
Miembros erguidos… Gruesas vergas en bandejas de plata…
Los trozos venosos a explotar… Carne negra y abultada… Manos ansiosas buscan los miembros… Resuellos… Estertores… Tetas como
globos de feria… Un seno hundiéndose en una vagina… CLAP,
CLAP, CLAP… Una verga restregándose entre tetas agigantadas…
CLAP, CLAP, CLAP… Pezones como lanzas… Cataratas de saliva…
Gritos agudos… Piernas en posiciones demenciales… Cuerpos absurdos… Desproporción de la carne… Huevas balanceándose de
atrás hacia adelante… De adelante hacia atrás… Tempestades de leche… Manantiales de semen… Secreciones que inundan el culo…
Órganos dilatados… Músculos contraídos… Jadeos en bocas desencajadas… Dos vergas atropellando culo y vagina al tiempo… Ojos
desorbitados… Penetraciones al azar… Glúteos enquistados por
el golpe de las vergas… Por el hundimiento inhumano del pedazo de carne… CLAP, CLAP, CLAP… CLAP, CLAP, CLAP… Sensación
de vómito… El ojo del culo como un agujero infinito… Golpes…
Un brazo introducido hasta la profundidad del ano… Los anillos dilatados… La mierda en el brazo musculoso… CLAP, CLAP, CLAP…
Vulvas multiorgásmicas… Clítoris alargados… Temblores de la carne… Explosiones de semen… Chorros de líquido seminal bañando
la piel… Esperma en la boca… Semen en la cara… Esperma en el
cabello… Semen en los ojos… Esperma en los pechos agitados…
CLAP, CLAP, CLAP… CLAP… CLAP…CLAP… Carnicería humana…
CLAP… CLAP… CLAP… Carnicería humana… CLAP, CLAP, CLAP…
Carnicería humana… CLAP, CLAP, CLAP. Trozos de carne en exhibición…
Permanecer… No cerrar los ojos… Permanecer… Permanecer...
Lázaro cambia de canal. Las imágenes se acumulan caóticamente en su cabeza, se sobreponen vertiginosamente como dardos
que atraviesan sus agotados ojos…
En el televisor una película va a empezar…
- 75 -
•7•
La velada de los anatomistas
- Una joven de 17 años camina por un parque, sus pies golpean
las piedras que encuentra a su paso. En sus oídos unos audífonos gigantes. Sus manos agarran las amarraderas de su morral de color azul.
- Los anatomistas parados en unas escalinatas siguen a la joven
con la mirada. El anatomista uno la mira con deseo. La joven le hace
un gesto obsceno con la mano.
- Un viejo sentado en una banca del parque da de comer pedazos de pan a un perro.
- El anatomista dos camina en dirección a la joven. Ella acelera
el paso al percatarse de la proximidad del hombre.
- El anatomista uno saca del bolsillo de su blazer un pañuelo y lo
humedece con un líquido. Sigue a su compañero.
- El viejo ve cómo los hombres se van aproximando a la joven.
No hace nada para evitarlo, se sumerge en la lectura de un libro. El
perro ladra, el viejo intenta calmar al animal.
- La joven intenta correr, le cierra el paso el anatomista dos. Ella
retrocede dos pasos. A su espalda, el anatomista uno le pone el pañuelo en el rostro.
- Primer plano del rostro de ella.
- Plano general de la joven que se desvanece en los brazos de
los anatomistas.
- La portezuela de una camioneta que se cierra.
- El anatomista dos conduciendo mientras mira por el retrovisor
de la camioneta.
- El viejo deja de leer, se levanta, se lleva la mano al pecho.
- Primer plano al rostro crispado del viejo.
- Primer plano al perro.
- Una mujer de vestido verde recoge un morral azul encontrado
en el parque.
- El perro al lado del cuerpo sin vida del viejo, en las manos del
viejo, un libro.
- 76 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
- Acercamiento a la ilustración en la portada del libro: una mujer
amarrada en una silla en el desierto. 2666 de Roberto Bolaño.
- Primer plano de los ojos del perro.
- La mujer de vestido verde recoge el libro y se aleja. Hace caso
omiso al cuerpo sin vida del viejo. El perro bate su cola.
-La mujer en su casa leyendo una libreta de color rojo, en una
mesa el libro 2666; en una pared cuelga un morral azul…
- 77 -
•8•
En el cuarto frío
Varias estanterías de acero inoxidable de distintos tamaños. En
algunas de ellas sobresalen los pies de cadáveres. Al lado derecho
dos refrigeradores. Las paredes y pisos del lugar están recubiertos
por azulejos, en el piso un sistema de desagüe anti-retorno. Ilustraciones de córneas, huesos, riñones, corazones, pulmones, médulas
óseas, hígados y páncreas inundan por doquier el lugar. Iluminación
eléctrica blanca. Al lado izquierdo un mueble metálico con varios cajones que sirven para guardar los materiales y utensilios utilizados
durante las disecciones; en la parte superior del mueble una gran
plancha, sobre ésta el cuerpo desnudo de la joven. El anatomista
uno se encuentra sentado, lee un papel. El anatomista dos mira por
una ventana mientras juguetea con un escalpelo que tiene en sus
manos.
Anatomista uno: Corazón… ciento diecinueve mil dólares…
Hígado… ciento cincuenta y siete mil dólares….
Artería coronaria… mil quinientos dólares….
Una mano… mil quinientos dólares… dos manos, tres mil…
Intestino… dos mil quinientos diecinueve…
Pulgada cuadrada de piel… diez dólares…
Globos oculares… mil quinientos dólares…
Ciento cincuenta mil dólares por un riñón…
Hígado… ciento veinte mil…
Córneas… cuarenta mil…
¿Te das cuenta cuánto valemos por pedazos? A ver qué podemos sacar de esta.
El anatomista uno se levanta, se acerca al cuerpo de la joven, la
manosea en los muslos.
Anatomista dos: Déjala quieta.
- 78 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
Anatomista uno: ¿Cómo?
Anatomista dos: Te vi por el retrovisor de la camioneta. La chica aún
estaba consciente. Es asqueroso.
Anatomista uno: ¿Y ahora? ¿Habría alguna diferencia si me la co-
miera ahora?
El anatomista uno se baja la bragueta del pantalón y le abre las
piernas a la joven. El anatomista dos se aproxima amenazante sobre
su compañero con el escalpelo en alto. El anatomista uno se protege
interponiendo entre él y su compañero la plancha metálica. Un brazo
de la joven cuelga.
Anatomista dos: Esto es un negocio. No quiero involucrarme en tus
aberraciones sexuales. Es casi una niña. Repito, es asqueroso.
Anatomista uno: No lo tomes como algo personal. Solamente que-
ría divertirme un rato con ella. Tú no sabes si le ha gustado. Las niñas,
como tú las llamas, hoy en día conocen de eso más de lo que imaginamos. Y esta no tenía cara de ser la excepción.
El anatomista uno se acerca a su compañero y le quita con cuidado el escalpelo que tiene en su mano. Mira sonriente a la joven
y le hace una incisión desde la base del cuello hasta la entrepierna;
luego con las dos manos le levanta los senos por dentro.
Anatomista uno: ¿Ves? Hasta se ha excitado la muchachita. El ana-
tomista dos desvía la mirada. Trae los utensilios de cocina antes de
que se eche a perder toda esta carne.
Anatomista dos: ¿A veces no sientes remordimiento cuando hablas
de esa manera?
- 79 -
El anatomista dos sale en silencio. El anatomista uno comienza a
retirar con frialdad la piel del pecho del cadáver de la joven dejando
visible todo el tejido subcutáneo. Regresa el anatomista dos con una
mesa de rodachines, en ella trae los elementos para la disección, algunos frascos y neveras de refrigeración pequeñas.
Anatomista uno: Hoy te toca pelarla.
Anatomista dos: No puedo hacerlo.
Anatomista uno: ¿Te ha atacado la sensibilidad? Apresúrate. Esta
noche te dejo solo con el paquete. Quiero llegar a casa temprano,
mi mujer está de cumpleaños. Se lo haré hasta el amanecer.
Anatomista dos: ¿No sientes repulsión cuando te montas sobre tu
mujer con ese olor a muerte en tu cuerpo?
Anatomista uno: Cuando convives tanto tiempo con estos se te ol-
vida su olor. Llega a convertirse en algo exquisito, tal vez afrodisiaco.
Adelante, en tus manos encomiendo este bello cuerpo. Cuando termines, botas lo que quede de tu santa niña donde la encontramos.
El anatomista uno sale del cuarto. El anatomista dos contempla
el cuerpo abierto de la joven durante un largo tiempo. Se escucha el
ladrar de un perro a lo lejos.
Anatomista dos: A veces quisiera ser un perro.
El anatomista dos cubre el cuerpo de la joven con una manta. Se
desnuda, se acuesta al lado de ella, la abraza. Llora. Ahora su nombre
es Miguel y la mujer a su lado se llama Ana. Duermen. Los objetos y
espacios descritos anteriormente se transforman. Pinturas de trazos
imprecisos, difusos. Ana lanza un grito aterrador, Miguel trata de tranquilizarla. A lo lejos los ladridos del perro.
- 80 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
Miguel: ¿Qué sucede?
Ana: Sales a la tienda a comprar lo del desayuno y no vuelves jamás.
Has sido raptada por unos hombres que te llevan a un parque y te
trozan en pedazos. Es de día, la gente juega con sus niños y comen
helados. Tratas de pedir ayuda y nadie presta atención, todos se ríen
de ti. Uno de los hombres cobra por verte. A lo lejos un niño sobre
las ramas de un árbol te indica con las manos que no debes gritar,
que no te resistas. Uno de los hombres llena tu boca con excrementos, ya no puedes respirar, el hombre mete y mete con más fuerza
la mierda en tu boca. La gente aplaude, te lanzan piedras, los niños
se acercan y te golpean. Cuando ya no resistes más, tu estómago
explota, la mierda se expande por todo el parque y la gente huye
despavorida. Todos gritan:
-¡Has acabado la diversión! ¡Mañana no tendremos nada en el
noticiero!
No comprendes nada de lo que escuchas.
Cuando todos se han marchado, tratas de levantarte, de ponerte en pie; no puedes, por más que lo intentes no puedes, estás
allí sin poder moverte. Quieres correr a casa y contar lo que te han
hecho, no puedes hacerlo. Esfuerzo inútil. Vuelves a ver al niño, ya
no está en el árbol, juega a la rayuela, le suplicas que te ayude, que
puede venir contigo a casa, que en casa ya no habrá peligro. El niño
viene a ti con las manos en su espalda, se ve triste, su vestido teñido
en rojo. Cuando está frente a ti se acerca a tu oído y en voz baja dice:
-Silencio, hoy jugaremos los dos.
Quieres estar en casa, olvidar toda esa gente. Los tipos al lado
de la tienda. Necesitas alguien que te abrace.
El niño te mira a los ojos y saca de su espalda un espejo y lo
pone enfrente de ti.
Ves tu cuerpo disperso en la hierba del parque, desmembrado,
los órganos separados. Lloras y sabes que jamás volverás a casa.
El niño jugaba a la rayuela entre mis miembros abandonados.
Me mira, sonríe y dice:
- 81 -
-¿Quieres venir conmigo al cielo?
Solo aciertas a gritar.
Miguel: Olvida eso, debemos estar en el consultorio en una hora.
Ana: Claro que sí Miguel, hoy es día de terapia, más de un año yen-
do a esa mierda de terapia. No te preocupes, debemos estar en el
consultorio en una hora, no llegaremos tarde por mi culpa. Allá estaremos cumplidamente y le contarás al psiquiatra de mis sueños, de
mis angustias, de mi sufrimiento. Él te alargará una fórmula médica
con las medicinas que debo tomar.
Hoy es día de terapia Mi… amor…
Ana se levanta de la cama y se viste como una autómata, silba
una canción infantil, Miguel la observa mientras enciende un cigarrillo. Ana toma las llaves de la casa y se dispone a salir.
Miguel: Adónde vas
Ana: Al parque. No te preocupes por mí, desde hoy me acompaña
el niño del árbol.
Miguel no sabe qué hacer, qué decirle a su esposa, a veces él
tampoco lo soporta, el dolor que se presenta en su soledad; delante de ella no podría. La impotencia se ha acrecentado con el paso
del tiempo. La observa en el umbral de la puerta, es una mujer vieja
y agotada. Ana cierra la puerta de un golpe seco y fuerte. Miguel
apaga el cigarrillo, enciende el televisor. ¿NO ESTABA ENCENDIDO
MINUTOS ATRÁS?
Ya no es Miguel, es el policía de la pierna amputada. Su esposa
regresa del baño, se mete en la cama sin mayor premura.
- 82 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
•9•
El policia de la pierna amputada: Domingo: día de descanso. Ma-
ñana: nuevamente uniforme, estación, llenar informes, escuchar
atento y anotar, escuchar atento y anotar, multitud de informes. Estás en casa recostado en la cama viendo la tele, piernas relajadas,
tu mujer a tu lado, las noticias se suceden en el televisor de manera
continua y desesperante, te bombardean sin piedad alguna. Flashes, voces, presentadora con sonrisa en los labios: un gran escote.
Hora de las noticias de último minuto. Doce y treinta. Accidente de
automovilistas ebrios: tres muertos y dos heridos de gravedad; los
carros han quedado como acordeones. Robo en el banco central: el
guardia de seguridad baleado, a la cajera del cubículo cuatro se la
han llevado raptada; su cuerpo abandonado en la carretera oriental.
En el set: un hombre de cabello blanco cenizo responde a las preguntas de la presentadora, conferencia sobre no sé qué mierda. Tres
chicos de excursión continúan desaparecidos, búsqueda inmediata.
Políticos implicados en casos de corrupción: los hombres sonríen
mientras sus abogados dan declaraciones ante las cámaras. Una
mujer da a luz a las afueras de un hospital: el bebé ha muerto, la
defensoría del pueblo establecerá una demanda contra las directivas del hospital. Resultados de partidos de fútbol. Violencia entre
hinchas enardecidos, barras bravas destruyen la ciudad. Nueva masacre en un municipio costero: catorce muertos, entre ellos tres menores de edad, todos los cuerpos tirados en una cancha de fútbol.
Manifestaciones en contra del aborto, manifestaciones a favor del
aborto, una gresca entre los manifestantes, chorros de agua y gases
lacrimógenos; los manifestantes se dispersan, treinta y dos detenidos, mujeres con los pechos al aire, jóvenes encapuchados, viejas
desmayadas, cargos por disturbios en área pública, Bostezo: día de
descanso, domingo. Mañana nuevamente uniforme, estación, llenar informes, escuchar y anotar en el informe. Si pudiera dejar este
maldito trabajo. Anuncios publicitarios: crema dental para dientes
ultra sensibles, viaje a Cancún para dos, todo incluido, cincuenta por
- 83 -
ciento de descuento. Pañales para el bebé, seguridad a la hora de
retener los líquidos, un bebé regordete sonríe mientras su madre lo
alza en brazos. Comida para perros, cachorros corriendo entre los
árboles. Comida para gatos en lata, como el atún. Irme de vacaciones solo, olvidar las obligaciones, respirar por una vez en tu vida; no
ponerse a diario ese uniforme, no es posible, las deudas apremian,
esperar la pensión. Suena el teléfono, timbre uno, dos, no contestar,
tres, cuatro, no contestar, hundir la cabeza, olvidarse del mundo, cinco veces el timbre, almohada en la cabeza, maldito trabajo.
La mujer del policía: Contesta el teléfono de una buena vez, no
puedo dormir.
El policia de la pierna amputada: La miro en su insignificancia. Yo
también deseo descansar, es mi día libre. Abandonar esta vida miserable, olvidarme también de ella, de todos. Renunciar a esta mierda
de trabajo. ¿Aló?
La mujer se voltea en la cama y sigue durmiendo, no le ha prestado atención. Él escucha con preocupación, apunta algunos datos
en su agenda. En su rostro un gesto de repugnancia. Volver al trabajo, adiós día domingo. Un caso de máxima gravedad. Una joven encontrada muerta en el parque, se desconoce el nombre, se desconocen los móviles, se desconocen los agresores. Edad: entre quince y
veinte años. Unos audífonos abandonados. El policía cuelga, suspira.
Se viste tan rápido como puede, cuanto le permite la ausencia de su
pierna. Se acerca a su mujer, le da un beso en la frente, ella hace un
gesto de disgusto.
La mujer del policía: Apaga ese televisor, no me gusta escuchar
ruidos mientras duermo. Necesito tranquilidad.
El policia de la pierna amputada: Apago el televisor. A ella le moles-
ta el ruido ¿Y a quién diablos le preocupa lo que a mí me disgusta?
- 84 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
Han llamado de la estación. Un cuerpo abandonado en el parque,
despedazado. Una mujer despellejada. Vaciada por dentro.
La mujer del policía: Al regreso trae leche, huevos y pan.
El policia de la pierna amputada: Claro que sí. Leche, huevos y pan.
El policía de la pierna amputada sale, adiós a su mujer, adiós al
televisor del día domingo.
- 85 -
• 10 •
Hoy Lázaro se ha levantado con una extraña ligereza en su cuerpo, una sensación de vacío, un estado de ausencia total. ¿Qué pasa
por la mente de Lázaro? Miremos. Lázaro se ha aproximado demasiado al borde del balcón de su apartamento que colinda con el
parque central. En sus manos lleva un pequeño diario color rojo,
nada interesante, un cuaderno como muchos otros. Hoy Lázaro, por
primera vez en su vida, se permite no mirar al horizonte, su mirada
ahora dirigida perpendicularmente a la calle.
Abajo:
- Un parque con árboles aquí y allá, nada especial: Eucaliptos,
abedules, pinos, acacias de varios orígenes, dos o tres cedros…
- Una pareja contempla un viejo árbol, un sauce llorón…
- Cuatro jardines, flores de distintas especies…
- Un hombre sentado en una banca del parque leyendo algún
libro. A su lado un perro bate la cola.
- Una chica escucha música en su reproductor portátil.
- Una mujer recoge un paraguas color negro abandonado en
una banca del parque.
- Un policía renquea, va con la cabeza gacha.
- Dos hombres recostados en un árbol fuman cigarros.
- Asfalto y cemento, líneas de color amarillo.
- La mujer lleva en las manos un carrito abandonado por un
niño.
- Calles y carreras: diagonales y transversales.
- Niños que juegan en el parque mientras sus padres descansan
en la hierba.
- Una rayuela envejecida por el paso del tiempo…
Lázaro apoya las manos en la baranda del balcón, su mirada soportada, prolongada, enterrada en el asfalto…
- 86 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
• 11 •
La chica del morral azul
Ella camina pensativa, en sus oídos lleva unos grandes auriculares. Regalo de Pedro, su novio.
“Stairway to Heaven.”
Cuando caminas te entra ese afán de recordar, de no dejar que
te olviden. La soledad es una intensidad de silencio.
Unos instantes antes tomaba unas cervezas con el mejor amigo
de su novio.
Puerco.
Árboles, bancas, asfalto, escaleras, tierra húmeda de noche anterior, edificios con gente en sus apartamentos, flores, muchas flores
y ni un jardinero.
Un hombre asomado en el balcón de un gran apartamento.
Vida exitosa.
Parque céntrico de una ciudad. ¿Pero qué ciudad? ¿Qué parque?
¿Qué árboles? ¿Importa? Escenografía de cartón, inanimada, como la
gente a su alrededor, ni un momento de encuentro, o ella no lo sabe.
Parque céntrico de una ciudad. ¿Pero qué ciudad? ¿Qué parque? ¿Qué árboles?
Está sola. Camina en su soledad. Gente extraña, desconocida,
ningún vínculo, ninguna relación con ella.
¿Y si lo intentara? No. Perderme, hundirme en la música. Puerco.
Unas cervezas y ya está.
Stairway to heaven. Led Zeppelin.
Escalera al cielo.
“There’s a lady who’s sure all that glitters is gold And she’s buying a stairway to heaven
When she gets there she knows, if the stores are all closed With
a word she can get what she came for. Ooh, ooh, and she’s buying a stairway to heaven...” - 87 -
Piensan que te tomas tres cervezas con ellos y has caído, que
lo demás solo es abrir las piernas y que ellos te entierren su gran
aparato, su máquina lanza esperma. A Pedro le hubiera gustado verme, así, plantándole un puño en el ojo al miserable de Mateo. Se
lo tenía merecido, metiéndole mano a la novia de su mejor amigo.
Mejor amigo. Para qué contárselo, luego van y se pelean de por
vida. Ahí sí estaría buena, los dos con la cara reventada. Mejor dejar
así… todo cool…
Camina con las manos metidas en los bolsillos de su jeans agujereado en las rodillas. Se imagina el ojo morado de Mateo. A Pedro
jugando a lo mismo con sus amigas, a Pedro cuando hace el amor
con ella. A Pedro y Mateo metidos en la cama. Sonríe. Su imaginación vuela a la par de sus deseos. Mateo dentro de ella. Al final no
sería tan mala idea, Pedro no tendría por qué enterarse. ¿Llamar a
Mateo? ¿Decirle que lo siente? ¿Que no ha sido nada grave? ¿Que
se asustó pero que ella también quisiera? ¿Qué quiere realmente?
Escalera al cielo… cool…
“How everything still turns to gold. And if you listen very hard The tune will come to you at last. When all are one and one is all To be a rock and not to roll. And she’s buying a stairway to heaven…”
La chica del morral sonríe, apaga su reproductor musical, algo
de contacto con la gente, saber que se está vivo, alejarse de la soledad. El último contacto que tuvo hoy fue la mano de Mateo en su
entrepierna queriendo palpar su sexo. No, en realidad fue su puño
derecho en el ojo del amigo de su novio. Un golpe pleno.
Sales a correr, escuchas su voz, sus gritos diciendo:
- ¡Lo siento, yo creí que!…
- 88 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
Puerco imbécil de verga ansiosa. Que se jodan los dos, Pedro y
su amigo del alma.
La sensación de que alguien me mira. Volteo. Dos hombres.
Aprieto mi morral contra el pecho. Uno de ellos frente a mí. Me cierra el paso. Retrocedo. Un pañuelo en mi rostro. Sentir que se te
quema la boca. Ardor en la nariz. Mis párpados se cierran. “Stairway
to heaven”
Abro los ojos, estoy tirada al interior de un vehículo. Pantalón a
la altura de las rodillas. Un hombre encima de mí. No puedo moverme, intento cerrar las piernas y no puedo. Sensación de angustia. El
hombre jadea. Su aparato que me golpea una y otra vez. Se derrama dentro. Líquido caliente y espeso en tu sexo.
Asco.
Cierro los ojos. Trato de no estar, de no escuchar. Escucho:
- Estuviste muy bien, así, quietecita.
La pelvis que duele. Todo el cuerpo que duele a pesar de que
no puedo moverme.
Tus órganos en desorden.
Silencio.
Ya no estás.
“Stairway to heaven.”
- 89 -
• 12 •
El conferencista de cabello blanco cenizo
Auditorio repleto, voces, murmullos en todos lados, sonidos de
celular, gente que va y viene buscando dónde acomodarse, una pareja de jóvenes se besan apasionadamente, un hombre se ha quedado dormido en la silla: la cabeza en constante balanceo, péndulo
inestable. Carteles publicitarios, cámaras de video, cámaras fotográficas, centellear de flashes a cada segundo, botellas de agua en las
manos de los asistentes: medio-llenas, enteras, vacías; otras tiradas
en el piso. Una mujer cruza la pierna, en su escarapela un nombre:
Helena. A su lado un joven con lentes Ray- Ban observa complacido
la abertura en su minifalda; la mujer le deja ver un poco más mientras anota en su libreta las palabras: “TE AMO”. Helena sonríe, el joven alarga un brazo y discretamente le aprieta la mano. ¿Y LÁZARO?
¿Y LA CONFERENCIA? Helena sabe de los affaires de Lázaro ¿POR
QUÉ NO HABRÍA ELLA DE HACER LO MISMO? Abandonarse en
otros brazos. Saciar su necesidad. Apetitos de la carne. Disfrutar.
El conferencista de cabello blanco cenizo de pie, de espaldas
al auditorio; es un hombre de 1.80 metros de estatura, espalda encorvada, hombros anchos y hundidos, contextura delgada, mirada
lejana, sus pensamientos perdidos en añoranzas, quizás su país natal, una historia perdida, una historia sin definir: nulidad del ahora.
Mira el reloj colgado en la pared, en cinco minutos voltear el
cuerpo y empezar, ver caras ansiosas, miradas expectantes… postergación del encuentro…
-Manada de imbéciles. Piensa.
En su mano temblorosa un cigarrillo a medio empezar. Volutas
de humo se pierden en lo alto. Su vida tan etérea como el humo del
cigarro.
En la mesita de metal varios libros con el lomo viejo, un lápiz, un
micrófono. Una jarra con agua. Un vaso con la marca de sus dedos.
En su cilíndrica transparencia han quedado sus huellas.
Vamos agotándonos en las cosas.
- 90 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
Una chica con audífonos cruza frente a él, la ve a través de los
vidrios del ventanal. Él sonríe, ella dibuja un gesto obsceno con su
mano. Él sonríe nuevamente. Ella también. Juventud. Unos hombres
se acercan a la chica.
Empezar la conferencia. Piensa.
- 91 -
• 13 •
Algunas anotaciones de la mujer de pelo corto y minifalda escuchadas en la conferencia:
Fustigar Cuerpos desnudos Pieles sucias Mi piel en su piel
Sin órganos Cuerpo esquizofrénico Esquizofrenia delirante Sus
manos sujetando mis caderas
Acabar con el juicio de Dios
Obturar la boca y la nariz Asfixiarme en su boca Anos comprimidos
El pecho de él agitado La lozanía de su cuerpo desnudo
Uréter
Estómago Estómago vacío
Tripas Cuerpo
desorganizado
Corpus y socius Nuestros cuerpos que
se trasgreden
Sádico
Mis uñas desgarrando su espalda
La hetaira que se deja hacer
Vámonos ya
Su bailarina
No espera un poco más
Ventilación Orificios cocidos por su
pequeñez
P-u-t-a
Su ansiedad
Mi ansiedad
Agujero de ventilación Defecación Tragar y defecar
El mismo orificio Visión cutánea El ojo de Dios
Ondas doloríficas Drogadictos Paranoicos El no olerá mi cuerpo
intensidades
El intestino que expulsa la porquería Elástico
de ojal
Derramarme entre sus piernas
Sus muslos hieráticos
Masoquista
Sufrimiento Succionar Suprimir su lengua
Embridar Quiero que me embrides como a una yegua Como a tu yegua
Atar encerrar la verga
c-a-r-e-n-c-i-a El hígado que vuelve
amarilla la piel
Ideal Trascendencia
Flujos
mesetas Nuestros cuerpos como explanadas
CONTINUUM… CONTINUUM…”
- 92 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
• 14 •
La mujer de pelo corto y minifalda hace tiempo ha dejado de
escribir en su libreta de apuntes, se ha largado a una habitación de
hotel con el joven de lentes Ray- Ban. Sus cuerpos extasiados yacen el uno al lado del otro. Parte de ella en él, partes de él en ella.
Ella guarda silencio mientras en su mano se consume un cigarrillo.
Piensa en la vida como el humo danzarín que juguetea en el aire. Su
cuerpo que se consume al igual que el cigarro.
DOMINGO: DÍA DE DESCANSO, DÍA DE PLACER, DÍA DE ENCUENTROS.
En la sala de conferencias una hoja rasgada ha quedado olvidada en un asiento, en ella con grafía alegre y temblorosa las palabras:
“TE AMO”. El viento la eleva bruscamente.
A esta hora el auditorio se encuentra deshabitado, solo unos
cuantos oyentes se han quedado, a nadie le importa esto de los
cuerpos deshabitados, desposeídos de sus órganos. Los pocos que
quedan esperan que el conferencista termine pronto su perorata.
Manada de imbéciles, se repite el hombre. Mientras habla, su mirada ha quedado comprometida, perdida en un cuadro de un metro
por ochenta ubicado al lado de un reloj de pared. Título del lienzo:
“El Árbol de la Melancolía”, el conferencista intenta imaginar la historia sin concluir de la pareja que habita la tela monocromática.
- 93 -
• 15•
Descripción del cuadro “el árbol de la melancolía”
En el centro del cuadro una pareja: hombre y mujer tomados de
la cintura, de pie, estáticos, marmóreos, eclipsados. Contemplan un
viejo sauce llorón que ocupa todo el fondo de la imagen. Pareciese
que han estado allí eternamente. ¿Qué esperan? ¿Qué les impide
simplemente alejarse? El árbol se proyecta hacia el frente como alargando sus ramas hacia la pareja, una tentativa a seguirlo, a adentrarse en él. Alrededor del árbol unas cuantas hojas caídas, hojas abandonadas por el tiempo y por el descuido: hojas marchitas. Un tronco
fuerte, macizo, de innumerables arrugas, en su corteza deja entrever
el paso del tiempo en el sauce. La monocromía del cuadro invita al
espectador a sumergirse en la tristeza de sus personajes. A fusionarse en ellos. No vemos sus rostros, solo sus espaldas cansadas, la de
la mujer un tanto más abandonada, más desvalida, más miserable.
El hombre intenta sostenerla con fuerza, un brazo circunda su cintura. Al lado derecho del árbol se atisba un fragmento de una rayuela
hecha con piedrecillas recogidas del lugar. En el tronco del árbol se
alcanza a leer una pequeña inscripción de trazo infantil: “DESMAI1”
1 DESMAI: Palabra catalana utilizada para identificar el árbol sauce llorón, también
significa desmayo.
- 94 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
• 16 •
La pareja del árbol de la melancolía
Miguel: Ya no volverá. Las ausencias se extinguen con el olvido.
Ana: ¿Sabías que cuando niña yo también jugaba a la rayuela? Me
gustaba pensar que el cielo estaba a mis pies y que lanzado una
piedra, como por arte de magia, llegaba hasta él sin ningún esfuerzo. Lanzas una piedrita y ya: estás allí. Ahora lo veo tan lejano, tan
imposible de alcanzar.
Miguel: Nos consumimos en este infierno que es real. Ningún testi-
go, ninguna huella, nada. La tierra que se abre y se traga todo alrededor. Nada, nada más que… ¿Por qué no dejamos esto ya?
Ana: Antiguamente los celtas plantaban un árbol como este para
mantener vivos en la memoria a sus desaparecidos, inclinaban sus
ramas hacia la tierra como señal de que se reencontrarían algún día.
Miguel: En las noches he pensado en arrancar este maldito árbol.
Su presencia es insoportable.
Ana: Él va a aparecer, en sueños me dice que tenemos que venir a
esperarlo, que no tarda en regresar, que se ha entretenido jugando
con los ángeles pero que regresará. Si lo cortas, él ya no sabrá a
dónde llegar.
Miguel: Es tarde. Hoy tenemos cita con el psiquiatra.
Ana: Claro que sí Miguel… día de recoger mi medicina…
Ella toma una piedrita de la rayuela abandonada mientras se repite en silencio: “DESMAI” “DESMAI”, sonríe, a su lado, cogida de su
frágil mano va el niño del sauce llorón. Miguel le sigue… Les sigue…
- 95 -
• 17 •
El conferencista de cabello cenizo ha concluido su charla. En la
sala se escuchan unos cuantos aplausos apagados y sin vitalidad. Sus
palabras ya se han olvidado. Las palabras que carecen de cuerpo,
las palabras que se anulan, los sonidos que se aniquilan en su frágil
inmaterialidad. Desvía su abatida mirada del lienzo que cuelga en la
pared, ya otros se hundirán en su indecible ensoñación. Cierra sus
viejos libros, los levanta y acomoda en su maletín.
Mañana otro país, otra ciudad, otras calles, otra gente, otro apagado auditorio; nuevas palabras por decir, nuevos cigarrillos en su
boca, nuevos y desconocidos lienzos qué habitar mientras intenta
olvidar.
Se agacha y recoge la hoja rasgada. Lee:
“TE AMO”
Cinco grafos, nada de sonoridad, las palabras que se tornan vacías. Estruja el papel entre sus manos y lo arroja desde la distancia a
una cesta de basura. El papel cae fuera. Fracaso.
Desaparecer de una vez por todas.
- 96 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
• 18 •
El hombre del perro: Te sientas en un banco en el parque, quie-
res tranquilidad, soledad. Tu perro fiel a tu lado. Abres el libro en
la página 443. Editorial Anagrama. Capítulo cuarto: La parte de los
crímenes. Una vieja pasa cerca a ti, te mira, tú le sonríes, no hagas
caso, concéntrate en la lectura, lees:
“La muerta apareció en un pequeño descampado en la Colonia Las Flores. Vestía camiseta blanca de manga larga y falda color
amarillo hasta las rodillas, de una talla superior”. ¿Por qué una talla
superior? Licencias del escritor.
Me pregunto qué puede hacer un policía sin una pierna, da
gracia imaginarlo tratando de correr detrás de unos delincuentes.
No te desconcentres, sigue leyendo, déjalo al azar ¿Probabilidad?
Página 448: “La mujer se llamaba Isabel Cancino, más conocida
por Elizabeth, y se dedicaba a la prostitución. Los golpes recibidos le
habían destrozado el bazo. La policía achacó el crimen a uno o varios
clientes descontentos”.
Podría ser, no siempre queda uno satisfecho. El cliente siempre
tiene la razón.
Una chica paseando entre los árboles, jeans agujereados en las
rodillas, un morral azul algo desteñido, audífonos en sus oídos, dos
hombres detrás de ella; no mires, mejor quedarse callado, hacer
como que no están, como que tú no estás. Repítete: no te metas en
lo que no te importa.
Página 466. “En junio murió Emilia Mena Mena. Su cuerpo se
encontró en el basurero clandestino cercano a la calle Yucatecos, en
dirección a la fábrica de ladrillos Hermanos Corinto”. ¿Corinto? “En
el informe forense se indica que fue violada, acuchillada y quemada, sin especificar si la causa de la muerte fueron las cuchilladas o
las quemaduras, y sin especificar tampoco si en el momento de las
quemaduras Emilia Mena Mena ya estaba muerta. En el basurero
donde fue encontrada se declaraban constantes incendios, la mayoría voluntarios, otros fortuitos, por lo que no se podía descartar que
- 97 -
las calcinaciones de su cuerpo fueran debidas a un fuego de estas
características y no a la voluntad del homicida”.
Te preguntas cuál fue entonces “la voluntad” del homicida, la intención del asesinato. Cierras el libro. La chica del morral ha desaparecido, los hombres también. ¿Qué le habrá pasado? Mejor olvidar
y no meter las narices en donde no te llaman, no es tu problema.
Un golpe seco sacude la tranquilidad del lugar, gritos, cabezas
asomadas en las ventanas de los edificios, gestos descompuestos.
Transeúntes que corren a ver qué ha sucedido. Espectáculo. Un hombre se ha lanzado por el balcón. El perro ladra.
¿Para qué Bolaño? Mirar el espectáculo. Correr como todos a
observar. Me detengo, un dolor agudo en el pecho me impide caminar. El libro cae de mis manos.
- 98 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
• 19 •
La madre de la chica de morral azul y audífonos:
3. Enciendes la radio. Su canción favorita. Stairway to Heaven.
Subes el volumen para que ella escuche. Sonríes.
7. Has servido la comida como todos los días, esperas su llegada. Al día siguiente la comida intacta, se ha enfriado. Recoges y
limpias todo en silencio.
21. Cinco y cuarenta cinco. Te levantas, preparas sus cosas: uniforme, maleta, sus zapatos rojos lustrados, le preparas el desayuno,
pan con mantequilla, chocolate. A ella le gusta el queso en el chocolate caliente, lo haces. Seis y media. Miras por la ventana y pasa el
autobús del colegio, ella no ha subido.
99. Hoy te has quedado dormida en su cama, no quieres estar
sola, la almohada de ella lisa, fría, indolente.
16. Te detienes un momento antes de entrar a casa. Sientes
ruidos en el interior. Sonríes. Esta tarde ha llegado más temprano
que de costumbre. Abres la cerradura, entras. Has dejado la ventana
abierta en la mañana. Nuevamente la espera.
6. Has escuchado su voz, la buscas en todas las habitaciones, en
el cuarto, en la cocina. Te asomas a la ventana: una chica pasea con
su novio. No es ella.
47. En la tienda el dueño me pregunta cómo va todo, le contesto que bien, me dice que lo siente mucho, no comprendo. Pago y
me voy en silencio. El dueño me mira con compasión.
1. Los recuerdos jamás se envejecen.
17. Hoy es su cumpleaños. Estoy frente a la torta de chocolate,
su favorita. Observo los números en la velita… Se extingue. Recojo
y limpio todo en silencio. 83. Aún recuerdas con claridad la última
vez que la viste.
43. Suena el despertador, vas a su habitación, hora de levantarse, la cama tendida, impecable, ella no está.
11. Ayer he recibido una llamada, contesto, falsa alarma.
- 99 -
12. A veces voy al parque, ya no tanto como antes, en mi mano
conservo su fotografía, se ha vejado un poco.
1. Los recuerdos jamás envejecen.
- 100 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
• 20•
Los recuerdos no envejecen, se estacionan en tu mente y quedan grabados, inmutables. ¿Y el cuerpo? Sí, el cuerpo sí envejece,
se empobrece…
DESMAIS… DESMAIS…
HOY ES DOMINGO. DÍA DE SUEÑOS, DÍA DE DESCANSO,
DÍA DE ENCUENTROS Y DESENCUENTROS.
El policía de la pierna amputada levanta el auricular, con su
mano derecha marca un número mientras contempla la fotografía
de una chica.
- ¿Señora Martínez?
- ¿Sí?
- Señora, hemos encontrado el cuerpo de una mujer en el parque, posiblemente se trate de su hija.
- ¿Está bien? ¿Dónde ha estado? Dígale que no quiero que
vuelva a salir de casa, que tiene que ponerse al día con las tareas…
- Señora…
- ¿Sí?
- Encontramos los restos de una mujer esparcidos en el parque… su cuerpo estaba vaciado…Necesitamos que usted se haga
presente para confirmar que se trata de su hija… Escúcheme… No
está viva… Lo siento mucho…
El policía de la pierna amputada dejó de escuchar a la mujer del
otro lado de la línea… Cuelga. DESMAIS… DESMAIS…
La mujer camina silenciosa por entre la gente, sus pensamientos
intentan recordar la imagen de su... Inútil… La memoria se agota
cuando ya no hay posibilidad de esperanza. De su mano cae al piso
la fotografía de la hija. Camina sin rumbo fijo, sin dirección precisa.
Desaparece en la lejanía. La mujer de los objetos extraviados levanta
la fotografía, sonríe.
- 101 -
El policía de la pierna amputada hoy regresará a casa con leche,
huevos y pan; recordará el momento en que perdió su pierna, se dirá
que no es cierto, que todo debe ser un mal sueño, que su pierna está
allí. Caminará por las calles diciéndose a sí mismo que la vida no vale
nada en esta puta ciudad. En casa su esposa aún duerme.
- 102 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
• 21 •
El árbol de la melancolía
En su mano el guijarro… lo lanza… cierra los ojos… ya está…
¡Mamá, ha caído en el cielo!... La madre voltea a mirarlo sin prestarle atención… distraída en su conversación… - Ahora no, tesoro;
ahora no… Busca al padre… duerme recostado en la hierba… El
pequeño salta… buscando el premio supremo… Sus pequeñas
piernas apenas logran aguantar el peso de su cuerpo…. lo suficiente para salvarse de caer… para no traspasar las fronteras de cada
cuadro de la rayuela… Sus piernas morenas vacilan en cada brinco
que da…1…2… su cabello negro juguetea con el viento… cuidado
caes… 3… apoya sus tiernos pies en el centro… en el lugar seguro…
4… 5… la pantaloneta apenas alcanza a proteger sus rodillas…6…
casi cae… respira aliviado… su aliento a inocencia…7 y 8… llega al
reino celestial… ¿Dónde ha caído el guijarro?… ¿La piedrita blanquecina?… y entonces… frente a él un inmenso árbol… con sus vivaces ojos lo mira sorprendido… con admiración… de abajo hacia
arriba… en todo su esplendor… en el tronco del árbol descubre
el guijarro… el pequeño duda… tranquilo… del árbol caen hojas
que acarician el cuerpo tembloroso por el frío… tranquilo… él… el
niño intenta alejarse del árbol… la tierra se abre… él tambalea…
su cuerpo tembloroso no acierta a reaccionar… las raíces rodean
sus pies… PLOC… PLOC… PLOC… sus zapatos han desaparecido
entre la espesura… su cuerpo indefenso y sin fuerzas ha sucumbido
a las ramificaciones que la aprisionan… CLAP… CLAP… CLAP… en
su cuello serpentea un collar de espigas que lo hieren… un grito sin
respuesta… un grito aprisionado entre… no… IUHHH… SOLO EL
SONIDO DE UNA INDEFENSA RATA… IUHHH… SOLO EL SONIDO DE UNA INDEFENSA RATA… ya no está…
- 103 -
• 22 •
1… Lázaro aún recuerda la fragilidad del cuello del pequeño…
2… La indolencia en su rostro frío…
3… Los ojos suplicantes del niño… sus sollozos apagados…
4… En su cabeza retumba el lento crujir de la garganta…
5… Los estertores en su diminuto pecho…
6… Lázaro cierra los ojos… Muerde su lengua…
7… Lázaro suspende una pierna en el vacio…
8… El niño sentado en el árbol extiende su manito y lleva
a Lázaro…
Lázaro cae…
- 104 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
• 23 •
Una historia extraviada
Un perro pasea errante por las calles de la ciudad, su hocico
busca entre las canecas de basura algo que comer…
Ningún amo que seguir, ningún zapato que perseguir, ninguna
cola por batir.
*
FIN
*
- 105 -
Hevea
//Javier Gámez Alfonso
- 107 -
- 108 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
• Javier Gámez Alfonso •
JAVIER GÁMEZ ALFONSO es titiritero y dramaturgo. Estudió filosofía en
la Universidad Nacional de Colombia y es magíster en escrituras creativas de la
misma universidad. Ha escrito a la fecha tres textos dramáticos y ha llevado a
la escena varias obras para teatro de muñecos, destacándose De la Tierra a la
Luna, adaptación de la novela de Julio Verne. Dirige actualmente LOS ANIMISTAS, su compañía de títeres.
- 109 -
A Helena, Katerinn, Eva y Ana María:
los cuatro postes de esta maloca.
La historia se escribe después de las catástrofes.
B. Brecht
Sólo se debe contar lo que se va a hacer.
¿Para qué contar historias que no se van a ver?
Abuelo Witoto Belisario Jichamón
¡Y lo que hizo mi mano contra los árboles
puede hacerlo contra los hombres!
J. E. Rivera
Personajes
El Agente, un detective
John, un ex-esclavo negro de Barbados
Ana maría, una dama de la alta sociedad de Iquitos
Yaroka, un capitán witoto
Richard, un botánico
Eugéne, un explorador
Rey de castro, un cónsul
Macedo, un jefe cauchero
Don julio, gran jefe cauchero
Perú, un indígena witoto
Arizmendi, un periodista
Iracema, consorte de Yaroka
Paredes, un tinterillo
Otelo, un gran danés de peluche
- 110 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
•1•
Apaporis, Vaupés, 1948. RICHARD en su campamento en medio de la selva. Registra su voz usando una grabadora de cinta magnetofónica.
Richard: Es raro encontrar hoy día árboles que demuestren cica-
trices del machadinho, esa hachita que usaban hace años en los
siringales para picar y que siempre les deja a los cauchos heridas
profundas. Esos árboles que tienen tanto cuento, que han visto tanto. (Pausa). La hipertrofia les dejó todos esos nudos y protuberancias
que ahora tienen. (Pausa). Fueron muchos los árboles sangrados.
Ruido de engranajes, golpes de hacha, cadenas, cuerdas que se
tensan. Un disparo. JOHN, en un espacio paralelo al de RICHARD,
le enseña a disparar un fusil Winchester al capitán YAROKA. Durante
esta acción, RICHARD sigue grabando.
Richard: Hevea rigidifolia / de poca altura / hojas gruesas / no da
caucho
Otro disparo.
Richard: Hevea pauciflora / coriácea / creciendo en las faldas de
cerros graníticos
Otro disparo. Euforia de JOHN y de YAROKA.
Richard: Hevea mycrophylla / la más curiosa de las Heveas / creces
en terrenos anegados / das una leche aguada con escaso caucho /
sin valor económico / de inmenso interés científico / la forma de tu
fruto es rara, rarísima / rara, raríiiiisima / (susurrando) rara, raríiiiiiiiiiiiiiiiiisima
- 111 -
Un disparo.
Richard: Tu fruto no abre explosivamente / ¿Por qué?
JOHN observa a YAROKA en el momento de cargar el wínchester. RICHARD también lo observa. Sigue grabando su voz.
Richard: Hevea guianensis variedad lutea / el corpulento / con tus
hojas bien paradas / tu látex color amarillo crema / tu caucho de
tercera calidad / de tercera calidad / tercera
YAROKA apunta a un blanco. JOHN observa alternativamente al
blanco elegido y al capitán, escopeta en mano.
Richard: Hevea benthamiana / la de leche blanca / la de hojitas re-
clinadas / la de caucho de baja calidad
Estruendo. YAROKA se cae de espaldas por la fuerza del disparo.
Carcajadas de JOHN y del capitán.
Richard: Hevea nítida / enana entre las siringas / te llaman ‘siringa
pegajosa’ / vives sobre los cerritos areniscos / eres la más primitiva
de todas las Heveas / te descubrí en los cerros del alto río Apaporis
en 1943 / ya no te acuerdas / luego te encontré en el río Kuduyarí /
y en San José del Guaviare
RICHARD detiene la grabación. Desaparece el espacio paralelo
y con él YAROKA y JOHN. Risas en off de estos dos. RICHARD rebobina y escucha varias veces: rara, rarísima / rara, raríiiiisima / rara,
raríiiiiiiiiiiiiiiiiisima
- 112 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
•2•
Iquitos, 1913. Música: jazz estilo dixieland. El AGENTE registra el
escenario con la mirada, descarga su valija. Sonidos de gentes ycopas, ambiente de bar. El AGENTE pide un trago. Se le acerca JOHN,
vestido de mesero.
John: Buen día.
Agente: Buen día.
John: Qué calor.
Agente: Bastante.
John: ¿A quién busca, amigo?
Agente: ¿Qué?
John: ¿A quién busca?
Agente: ¿Yo?
John: No se haga. Tiene cara de buscar a alguien.
Agente: Busco a Silvino, el padre de la cinematografía amazónica.
John: Ah, ya. (Pausa). Mala suerte. Él no está aquí, en Iquitos. Parece
que ha ido a París.
Agente: ¿Está seguro?
John: ¿De qué? ¿De si está o no está aquí en Iquitos o de si se ha
ido o no a París?
- 113 -
Agente: De si está aquí en Iquitos.
John: No está.
Agente: ¿Seguro?
John: Seguro.
Agente: ¿Por qué habría de creerle?
John: ¿No me cree? (Pausa). Confórmese con saber que Silvino no
va a aparecer en ningún momento. Es una lástima, porque es un
gran personaje. Supongo que es por eso que no va a aparecer. Tiene demasiado peso, demasiada historia. Es mejor que siga en los
estudios Pathé, o dondequiera que esté. Según me han dicho mis
fuentes, intenta crear una película resistente al clima de la selva.
Agente: ¿Cómo es eso?
John: El nitrato de las películas que se ha usado hasta ahora, resulta
muy peligroso. Se queman muy fácil y ni toda el agua del Ucayali
sirve para apagarlas. Venga. (Pega la cabeza del agente a la suya y le
habla en secreto). Diacetato de celulosa.
Agente: ¡Celuloide!
John: Shhh.
Agente: ¿Y de dónde saca el dinero?
John: ¿Está seguro que quiere saber eso?
Agente: Es sólo una pregunta.
John: No es cualquier pregunta.
- 114 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
Agente: Déjelo de ese modo.
John: Yo puedo responder a esa pregunta, si quiere.
Agente: No, no quiero.
John: Muy bien. Siendo así, debería seguirme.
Agente: ¿Adónde?
John: Ya que no está Silvino, puede hablar con su mujer.
Agente: ¿De qué puedo hablar con ella?
John: De muchas cosas. (Pausa). No es fea.
Agente: ¿Qué?
John: ¿Se lo repito?
Agente: ¿Dónde vive?
John: En varias partes: en la Casa Morey, en la Casa Fitzcarrald, en
la Casa de Fierro...
Agente: Pues andando.
John: No tan rápido. No vaya usted a llegar con las manos vacías. Da
pena con la donna.
JOHN sale y regresa con una botella de cachaça.
John: Esto se va a poner bueno.
- 115 -
Agente: ¿A qué se refiere?
John: A esto, el aquí y el ahora, el hic et nunc, como dicen los doctos.
Agente: Tengo algo más para ella.
El AGENTE saca de su valija un disco de acetato. JOHN lo toma.
John: Lee). Gaetano Donizetti, ‘Elíxir de Amor’. Con esto queda us-
ted como un príncipe. No, como un príncipe no, como un barón.
Agente: ¿Usted cree?
John: Claro.
Agente: Lo traía para Silvino.
John: Nadie sabe para quién trabaja. Menos aquí, en el Reino del
Caucho. (Regresa el disco al agente). ¿Nos vamos, señor…?
Agente: Agente.
John: ¿Agente qué?
Agente: Agente.
Silencio.
John: Pues vamos, señor agente. Le ayudo con la maleta.
Agente: Gracias, señor…
John: John.
- 116 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
Agente: ¿John? ¿John qué?
John: John.
Silencio. Se observan, JOHN sonríe. Salen de escena. YAROKA,
con un wínchester cruzado a la espalda, entra a escena. Revisa la carga del fusil. Va tras ellos.
- 117 -
•3•
El interior de un estudio radial. REY DE CASTRO y ARIZMENDI hablan delante de bocinas unidas por cables a un antiguo radiotransmisor.
Arizmendi: Hoy nos acompaña el emérito cónsul del Perú en Ma-
naos, señor Rey de Castro. Loreto y sus alrededores le escuchan.
Rey de castro: Les deseo a todos gran felicidad.
Arizmendi: El tema que nos ocupa: las exploraciones de un ingenie-
ro de la Sociedad Geográfica Francesa, y por supuesto, la publicación póstuma de su libro En el Putumayo y sus afluentes.
Rey de castro: Bien, deseo puntualizar.
Arizmendi: Puntualice, por favor.
Rey de castro: Deseo ser conciso, específico. Deseo ser faro, hito,
luz de bengala para aquellos que se puedan hallar perdidos en una
floresta de confusión y absurdo.
Arizmendi: Ilumínenos.
Blackout sobre el estudio radial. Se ilumina un nuevo espacio en
el que JOHN, sentado en el suelo, sintoniza una vieja radio y escucha. Acaricia a OTELO.
Rey de castro: El señor Eugéne ha recorrido una considerable ex-
tensión del territorio que ocupan don Julio y sus socios, y las páginas
consagradas a sus viajes nos permiten apreciar la acción diligente y
eficaz…
- 118 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
Interferencia radial. JOHN va a la penumbra. Regresa con una
bolsa de la que extrae tzantzas o cabezas reducidas. Las observa.
Sintoniza la radio.
Arizmendi: Tengo entendido que desde el año 1896 don Julio y sus…
Interferencia radial. JOHN deja las cabezas y se embelesa acariciando al perro. Da un golpe a la radio.
Arizmendi: …las siguientes cifras de exportación de gomas proce-
dentes de las casas referidas por nuestro egregio invitado, y que se
ha servido proporcionarnos la Aduana de Iquitos.
JOHN deja al perro y va metiendo lentamente las cabezas en la
bolsa.
Arizmendi: 1907 = 401.676 kilos, 1909 = 543.499 kilos, 1911 =
770.594 kilos, 1913 = 944.897 kilos. Para un total de 2’660.666 kilos.
Rey de castro: Mire, amigo periodista: las cifras ya son grandes, ya
pueden hablar por sí mismas.
JOHN esgrime un hueso que acerca y aleja del hocico del perro.
Lo lanza lejos, levanta al perro y lo anima, haciendo que busque el
hueso.
Arizmendi: Los cálculos sobre el número de indios existentes en el
Putumayo varían algo, pero déjeme preguntarle, doctor: ¿la cifra de
cincuenta mil no es aventurada? Hay mucha oscuridad sobre este
asunto.
Blackout sobre JOHN. El espacio radial se ilumina.
Rey de castro: La cifra es bastante exacta. Y la buena noticia: ahora
todos esos indios, que significaban un serio peligro para las indus-
- 119 -
trias nacionales de nuestro oriente, van convirtiéndose, merced a la
acción civilizadora de la casa de don Julio, en elementos de trabajo
y factores de riqueza pública.
Arizmendi: Pues todos esperamos que las noticias e impresiones
recogidas por don Eugenio, sirvan de poderoso estímulo para la
apertura económica de nuestra región. ¿Desea agregar algo más?
Rey de castro: Quiero terminar enfatizando lo siguiente: los estu-
dios del señor Eugéne han de tener, indudablemente, fuerza probatoria en cualesquier circunstancia en que sea preciso atestiguar
cómo las energías peruanas se han ejercitado en estas zonas.
Arizmendi: Creo que ha quedado todo bastante claro. Esperamos
que así lo consideren también nuestros radioescuchas.
Música de transición1*.
VOZ RADIAL: Transmitiendo desde Iquitos, en el corazón de las ti-
nieblas, usted escucha Fitzcarradio.
Nuevamente la música de transición.
1 * Fragmento del inicio del aria Una furtiva lágrima, de la ópera Elíxir de amor de
Donizetti, en la versión de Enrico Caruso.
- 120 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
•4•
Iquitos. El AGENTE saca su libreta y aborda a JOHN.
Agente: ¿Le puedo hacer unas preguntas?
John: Puede.
Agente: Bien. Empecemos por saber cuándo llegó usted al Putumayo.
John: En 1900.
Agente: ¿A qué vino?
John: Vine aquí huyendo de Barbados. Huí de la esclavitud.
Agente: ¿Y cómo…?
John: Encontré un tambor. (Pausa). Un yembé. ¿Por qué es importante que sea un yembé? Porque no hay yembés en Barbados. En Barbados no hay casi nada. No hay algo digno de ser recordado. Barbados.
El nombre es feo. En la oficina de… En una oficina había un mapa
antiguo. Ahí, pequeñita, estaba la isla de Barbados. Sé leer. Y leí: Insulae Canibalium. (Pausa). Barbados. Aquí en la selva el que tiene barba
tiene pacto con el demonio. Usted no lleva barba, eso le da un aire de
gente de confianza. Ni siquiera bigote se deja usted. ¿Por qué no se
deja ni siquiera el bigote, agente? ¿Quiere verse más joven?
Agente: Tal vez.
JOHN ensaya un ritmo acompasado sobre sus muslos.
John: ¿Toca usted el tambor, agente?
Agente: No.
- 121 -
John: Yo sé. Es una de esas preguntas. Yo sí. Al mío pude quitarle
el embrujo. Gente que tiene el color de mi piel ha querido que en
el tambor habite un dios. Yo lo saqué de ahí. Ahora simplemente
suena, ya no dice nada. Es mejor así, ya estaba hablando mucho,
¿me entiende?
JOHN toca de nuevo sobre sus muslos. El AGENTE toma nota y
lo mira, expectante.
John: Yo sabía que usted iba a venir. Primero vino el señor Harden-
burg, el ingeniero. Supo cosas, tomó unas fotografías. Gracias a él
éramos el foco de atención del mundo, por fin pasaba algo por
aquí, la selva dejaba ver quiénes eran los caníbales. Luego vino el
francés, Eugéne, con su perro para arriba y para abajo. Nunca salió
de la selva. ¿Se lo comieron los caníbales? (Ríe a carcajadas). Luego
vino el cónsul británico, escribió su famoso informe. En seguida llegó el otro, Whiffen. ¡Qué señor! Traía un libro muy bonito.
Agente: ¿Qué libro?
Lanza un golpe seco sobre sus muslos.
John: Es un cliché. Tambor, negro, África. ¡Denle un tambor a ese
negro!
Otro golpe seco.
John: Somos fruto de un delirio. Eso somos los que somos como yo
soy. Por ejemplo, el animismo. Un tambor… El mío ya no tiene el ánima que lo habitó. Esa ánima retornó, navegó, está en Bamako, esperando a que todos nos matemos. Un acto de misericordia, ¿no cree?
JOHN se ríe. Toca sobre sus muslos sin un ritmo aparente.
- 122 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
John: Soy un carroñero extraño. No me gusta la carne descompues-
ta. No me gusta, pero siempre llego a los lugares donde abundan
los cadáveres. (Pausa). Sé matar pero no he matado a nadie. Enseño
a matar. Soy profesor de muerte. (Pausa). Dicen que es algo que
no se aprende. Estoy en contra de esa apreciación. (Pausa). ¿Quiere
aprender?
JOHN le entrega un machete y sale de escena. El AGENTE guarda su libreta. Mira el machete. Se lo amarra al cinto. El sonido de un
trueno lejano.
- 123 -
•5•
Iquitos. Una habitación. ANA MARÍA entra exaltada. Mira a todas
partes, se esconde. JOHN entra corriendo. ANA MARÍA se tapa la
boca, contiene la risa.
John: Shhh. (Silencio). Ese ruido en los oídos, ¿lo escuchó? Como
en el alto Napo. Río arriba está Pañacocha y en su centro, el silencio.
Ahí está el centro del mundo, el axis mundi decía un capuchino.
El axis mundi. Ahí no hay sonido. No hay espacio. Es por la niebla.
(Pausa). ¿Ana María?
Ana maría: (Saliendo de su escondite). La niebla, John.
John: Baja de los Andes, inunda la laguna. (Toma la cabeza de ANA
con suavidad. La dirige a varios puntos). Mire a la orilla que sea: sólo
está el monte y su reflejo en el agua. No hay arriba, no hay abajo.
Ana maría: Axis mundi.
John: ¿Quiere ir, madame?
ANA sale y regresa con un cinematógrafo. Lo ubica frente a
JOHN y corre a sus brazos. Cae en cuenta que debe darle manivela
para que funcione. Corre hacia el cinematógrafo pero finalmente desiste y vuelve con JOHN, quien adopta una postura señorial.
John: ¡Ação!
Ana maría: (Abrazándolo). Llévame contigo.
John: (Afectando la voz). ¿Te has portado bien, hija mía?
Ana maría: Sim, meu pai.
- 124 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
John: Tendrás que olvidar todo lo que veas, mi niña.
Ana maría: Eu vou esquecer tudo, pai.
John: Prepara tus maletas.
Ana maría: Não vou levar.
John: Tu neceser.
Ana maría: Não quero, não.
John: Tá bom, filha.
Ana maría: ¿Me vas a proteger?
John: John irá contigo. (Mira a un costado). ¿No es cierto, John?
(Salta a un lado). Será un placer, don Julio.
Ana maría: ¿No me violará? (Se acerca a John, lo abraza. Frota su-
tilmente su sexo en el sexo de John). ¿No me comerá? (Le muerde
la quijada y se aparta). Lo dijo el general Uribe: todos por aquí son
unos antropófagos.
John: Vamos a civilizarlos.
Ana maría: (Lanzándose a los brazos de John). ¡No les hagas daño!
John: Sólo un poco.
Ana maría: ¿Un poquito?
John: Un poquito. (Salta a un lado). Cuento con usted, John. (Salta a su
punto inicial). Don Julio, su hija no puede quedar en mejores manos.
- 125 -
Un disparo. A JOHN le duele una pantorrilla. Se sienta en el suelo. Entra REY DE CASTRO.
Rey de castro: ¿Le hizo daño?
Ana maría: Un poquito.
ANA MARÍA corre hacia el cinematógrafo. Lo mira.
Ana maría: Não tem filme.
Rey de castro: Pervertido. (Le da un puntapié a John). ¡Párese!
JOHN obedece.
Ana maría: Íbamos al axis mundi. (Se acerca a Rey de Castro). Fica
longe, muito longe.
ANA MARÍA toma un hueso en V del interior del saco de JOHN.
De su pecho extrae una bolsa de rapé. Mete un poco en el hueso. Va
hacia REY DE CASTRO y busca insertar un extremo del hueso en una
de sus fosas nasales, sosteniendo el otro extremo con la boca. REY
DE CASTRO la esquiva.
Rey de castro: ¿Y su esposo, Ana?
Ana maría: No va a aparecer.
Rey de castro: No esté tan segura.
Ana maría: Se supone que está en París.
Rey de castro: ¿Se supone?
- 126 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
Ana maría: Sí.
Rey de castro: ¿Y qué se supone que hace allá, madame?
Ana maría: No me diga madame, por favor. Sólo hay una persona
que lo puede hacer.
Rey de castro: Su esposo, supongo.
JOHN y ANA se ríen. REY DE CASTRO clava su mirada sobre
JOHN, quien se aparta cojeando y escucha el sonido de un machete
que pasa por la piedra de afilar.
Rey de castro: Ana María…
John: ¿Oyeron?
Ana maría: Que coisa?
Rey de castro: Ana…
John: No sé.
Rey de castro: (A John). ¡Cállese!
John: La cuarta palabra.
Rey de castro: ¿Qué?
Otra vez, el sonido aquel.
John: Ahí está.
Ana maría: ¿Dónde?
- 127 -
Rey de castro: ¡Silencio!
John: La segunda palabra.
Rey de castro: ¿Ah?
Ana maría: ¿Dónde?
John: En París.
Ana maría: (Impostando una voz masculina). ¿Y qué se supone que
hace allá?
John: Experimentos.
Rey de castro: ¿Qué experimentos?
Ana maría: Estudia las apariciones y las desapariciones. Como en las
películas de Méliès.
ANA MARÍA va hacia JOHN y sopla rapé en su nariz. JOHN hace
lo propio con ella y luego va a la penumbra.
Rey de castro: Espero que sus experimentos funcionen pues más le
valdría al señor Silvino aparecer aquí cuanto antes. Le convendría ver
la clase de experimentos a los que se somete su adorada esposa.
Ana maría: Señor cónsul, si desea puede verificar la lista de invitados. Se dará cuenta que su nombre no aparece.
JOHN entra con una larga tira de celuloide. La mira al trasluz
junto con ANA, quien le indica dos puntos. JOHN corta. ANA toma el
trozo cortado y se lo alcanza a REY DE CASTRO.
- 128 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
Rey de castro: ¿Y esto?
Ana maría: Hay que revelarlo.
ANA MARÍA y JOHN salen riendo y cargando el cinematógrafo.
REY DE CASTRO se queda mirando el trozo de película.
- 129 -
•6•
Sala de interrogatorio. PERÚ se sienta en una butaca. Entran detrás de él PAREDES y luego el AGENTE. PAREDES se ubica en un
rincón y, sobre una mesa, descarga una máquina de escribir.
Agente: ¿Paredes?
Paredes: Listo.
Agente: Hable, por favor.
Perú: Mi nombre es Perú.
Risas de PAREDES que no puede teclear. El AGENTE voltea a
verlo y lo acobarda. Teclea. Risas de PERÚ.
Agente: Siga, Perú.
Perú: No sé cuántos años tengo.
Paredes: (Sin dejar de teclear). Poco más o menos dieciocho años.
Perú: Nací a la orilla de la quebrada Mesay, en el Caquetá, mire: soy
witoto.
Paredes: (Dejando de teclear y encendiendo un cigarrillo). Es una
persona de regular inteligencia y, según me contaron en la empresa
(se levanta de su silla, va hacia PERÚ), ha aprendido con facilidad
los trabajos que se le han puesto. (Pone una mano sobre el hombro
de PERÚ). Siempre se le ha notado el gusto de vivir al lado de los
blancos.
- 130 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
El AGENTE clava su mirada sobre PAREDES. Lo intimida. El abogado va mansamente hacia su mesa y se dispone a teclear. El AGENTE pide a PERÚ que continúe, con un leve movimiento de cabeza.
Perú: Mi gente y yo trabajamos con la Casa Julio César y Hermanos.
Sacamos caucho, lo llevamos a La Chorrera. Pagaban nada. ¿Pagaban? No. Por un chorizo grande, de esos que carga hombre bien
grueso, daban un cuchillo, ¡un cuchillito! Pegaba por todo, esa gente. Daban rejo, echaban al suelo, ¡tan, tan, tan! Amarraban a cuatro
estacas, ¡tan, tan! A un árbol, ¡tan, tan, tan! A una viga de la casa
amarraban y… ya sabe. Después echaban aguasal caliente en las
heridas. A mí, a Perú, castigaron así muchas veces.
El AGENTE examina el cuerpo del declarante, ve las múltiples y
profundas cicatrices en la espalda, las nalgas, las piernas.
Agente: Vístase, Perú.
Perú: (Vistiéndose). Yo vi a Macedo matar a uno de mi gente, a Ruire.
Blancos no vi matar, pero sí mataron. A mi gente cortaban las orejas
y metían en la boca. (Pausa). ¿Y para qué?
PERÚ arrebata el machete al AGENTE y con un movimiento de
cabeza le pide que se marche. El AGENTE obedece. PERÚ se acerca
a PAREDES. Mira con curiosidad la máquina de escribir. Sonríe. Levanta el machete muy despacio. Blackout. Sonido de árbol que cae.
- 131 -
•7•
Iquitos. El interior de una casa. ANA MARÍA camina y se sienta en
una banca. El AGENTE se acerca, le entrega el disco y la botella de
cachaça. ANA le agradece con una ligera venia.
Agente: ¿Español?
Ana maría: Un poco.
Agente: Así que usted es Ana María.
Ana maría: (Ligera venia). Prazer, agente.
Agente: El placer es mío. Me dicen que es además la…
Ana maría: La hija de don Julio.
Agente: Exacto.
Un silencio incómodo para el AGENTE, quien trata de observar
con atención algún punto del espacio.
Ana maría: ¿E suas pesquisas, agente?
Agente: Al borde del hastío.
Ana maría: Do tédio.
Agente: Tedio, sí.
Otro silencio. Cruce de miradas. ANA MARÍA la sostiene, el
AGENTE también, pero finalmente cede. Vuelve a su punto en el espacio.
- 132 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
Ana maría: O que aconteceu com o cachorro?
Agente: ¿El perro?
Ana maría: El perro, sim.
Agente: Otelo, el perro de Eugéne… Todos tienen que ver con ese
perro.
Ana maría: É muito lindo.
Agente: Sí. Un bello ejemplar. Grande…
Ana maría: Muito grande.
Agente: Un gran danés.
Ana maría: Gran danés.
Agente: ¿Sabe cómo se dice en inglés?
Ana maría: Não.
Agente: Great dane.
Ana maría: Great dane.
Agente: Así es. ¿Y en portugués?
Ana maría: Dogue alemão.
ANA MARÍA sonríe. El AGENTE esboza una sonrisa. Busca su
punto, no lo encuentra.
- 133 -
Agente: Bien, creo que…
Ana maría: No es tarde, agente. Pero tiene que viajar, ¿no?
Agente: Sí, yo…
Ana maría: No se va a dar por vencido, ¿o sí?
Agente: Bueno, yo… No, todavía no.
Ana maría: Há muito trabalho a fazer!
Agente: ¿Usted conoció a…?
Ana maría: Sim.
Agente: ¿Cómo era?
Ana maría: Muito louco! Quería volverse indio. Y quería que su perro
también fuera indio, y toda la gente que conocía tenía que volverse
india. Quería que yo fuera india. (Pausa). Um dia ele foi a procurar
para mim um traje indiano.
Agente: ¿Y?
Ana maría: Me vestí para él. Tomó una fotografía pero nunca la vi.
Quiero verla, algún día. (Pausa). Tal vez si usted, agente, puede encontrarle, no sé… Tal vez podría…
Agente: Ver si…
Ana maría: Eu sei que é uma petição esquisita.
- 134 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
Agente: No, no, de ninguna manera. Le garantizo que si encuentro
a Eugéne…
Ruidos externos. El AGENTE se sobresalta.
Agente: Puede ser…
Ana maría: Meu pai? Não. Ele nunca…
El ladrido de un perro.
Agente & ana maría: ¡Otelo!
Sonríen.
Agente: Le aseguro, Ana, que Eugéne debe tener en su poder esa
fotografía. Y si la llevó con él a su viaje, seguramente la mantendrá en
un buen lugar. (Pausa). Yo lo haría.
Ana maría: Que coisa?
Agente: Bueno, es decir… Yo guardaría muy bien…
Ana maría: Onde, exatamente?
Agente: ¿Cómo?
Nuevo ladrido.
Ana maría: Não é Otelo. É meu cachorro, Titã.
Otro ladrido.
Agente: Bueno, creo que…
- 135 -
Ana maría: No se vaya, agente.
Silencio.
Ana maría: Quiero mostrarle algo.
ANA MARÍA se levanta y sale de escena. Se demora. El AGENTE
se levanta y camina torpemente por el lugar. Encuentra su punto en
el espacio y observa. Vuelve a sentarse. ANA MARÍA regresa vestida
con un traje ceremonial indígena que deja ver su cuerpo. Y de qué
manera. El AGENTE se queda perplejo. Su mirada oscila entre la mujer y su punto en el espacio.
Ana maría: ¿Y? (Pausa). Mejor que una fotografía, ¿no cree?
- 136 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
•8•
El interior del estudio radial. REY DE CASTRO y ARIZMENDI hablan
delante de bocinas unidas por cables a un antiguo radiotransmisor.
Rey de castro: …claro, para la fabricación de neumáticos, el neuma
del indígena es extraído con el objeto de inflar las ruedas que sostienen la economía mundial.
Arizmendi: El neuma del indígena… Si mal no estoy, el neuma refie-
re habitualmente a algo inmaterial.
Rey de castro: Sí, claro, a eso voy. Un ser inmaterial. La materia siem-
pre ha sido un gran problema para las operaciones de la empresa
de don Julio. Por eso es preciso extraer el neuma del empleado. Lo
otro se arroja al río, las criaturas subacuáticas se encargan de procesar esa materia, con una notable ventaja en la producción y es que a
ellas tampoco es preciso tranzarlas con papel moneda.
Arizmendi: Interesante.
Rey de castro: El empleado entrega el neuma a cambio de su cuerpo. Posteriormente dicho neuma viaja en barco hacia su vulcanización.
Arizmendi: ¿Y después?
Rey de castro: El hallazgo casual de Dunlop hace el resto.
Arizmendi: Se refiere al neumático, ¿no?
Rey de castro: Así es. El neuma se materializa, se hace neumático,
para dar cabida a su ser inmaterial: el Nuevo Neuma, insuflado por
bombas de aire que ayudan…
- 137 -
Arizmendi: …a sostener la economía mundial.
Rey de castro: Usted lo ha dicho.
Arizmendi: Creo que ha quedado bastante claro. Esperamos que
así lo consideren también nuestros radioescuchas. Agradecemos la
visita de nuestro invitado.
Música de transición.
Voz radial: Transmitiendo desde Iquitos, en el corazón de las tinie-
blas, usted escucha Fitzcarradio.
Nuevamente la música de transición.
- 138 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
•9•
Putumayo. Aparece JOHN, acompañado del AGENTE. YAROKA
afila un machete.
Yaroka: ¿Y este?
John: Quiere cooperar.
Yaroka: ¿Ah sí? (Pausa). ¿Sabe disparar?
John: No muy bien.
Yaroka: ¿Sabe andar el monte?
John: No.
Yaroka: ¿Sabe cazar danta?
John: Pues…
Yaroka: ¿Sabe hacer baile? ¿Sabe curar?
John: Él…
Yaroka: ¿Sabe matar y comer del muerto?
Silencio.
Agente: Quiero ayudarle.
Yaroka: ¿Para qué?
Agente: Mire, capitán Yaroka: si nosotros…
- 139 -
YAROKA esgrime el machete.
Yaroka: ¿Nosotros? A ver: ¿quiénes somos nosotros? Dígame: ¿qué
significa para usted ‘nosotros’? Quiero escucharlo.
Silencio.
Yaroka: Usted no es un ‘nosotros’. Yo no soy un usted. Entonces,
¿qué quiere? ¿Qué está haciendo aquí?
Agente: Quiero ayudar a cambiar la historia.
Yaroka: Eso déjemelo a mí. No hay nada que usted pueda hacer.
(Pausa). Váyase.
Silencio.
John: Quiere hacer una película.
Yaroka: ¿Qué?
John: Es… Es como una fotografía pero… (Pausa). Es como… mu-
chas fotografías, todas juntas, moviéndose.
YAROKA mira a JOHN y al AGENTE con desconfianza. Sigue afilando.
Agente: Voy a capturar todos sus pasos. Su gesta va a ser conocida
por todos. (Pausa). Quiero que todos sepan qué fue lo que realmente va a pasar.
JOHN suelta la risa. Va a la penumbra y regresa con el cinematógrafo.
- 140 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
Agente: Esta es mi arma, capitán.
Yaroka: (Observando). ¿Cómo funciona?
Agente: No sé. A eso vine aquí, a aprender.
Yaroka: ¿Puede matar?
Agente: Puede, sí. Pero es más útil para revivir.
YAROKA se lleva a JOHN a un lado. Conversan, discuten, sonríen, se golpean los brazos en son de juego. YAROKA se acerca amenazante, machete en mano, hacia el AGENTE.
Yaroka: El acto de matar lo cambia todo.
Agente: Cuente conmigo.
John: Podemos construir juntos una fantasía homicida.
YAROKA toma el cinematógrafo en sus manos.
Yaroka: Nadie habló de esto. No escuché, de pronto. No estuve
atento. Jitoma el Sol inventó la arena para chupar el agua del Diluvio. ¿Y esto? ¿Para qué sirve este invento? ¿Para chupar el agua de
la mentira?
Agente: Es un invento para hacer inventos.
Yaroka: Si el blanco lo trae hay que usarlo en su contra. ¡A trabajar!
Regresa el cinematógrafo al AGENTE y le echa el brazo. Va hacia
JOHN y le echa el otro brazo.
- 141 -
Yaroka: ¿Quién quiebra huesos hoy en día? ¿Hay que seguir espe-
rando? Atravieso un lago de leche, destruyo mi casa de iniciado, me
como al pez prohibido. Me dejo tragar por la culebra, guardo en mi
mochila dientes filosos para rasgar su carne de adentro hacia afuera,
para liberar a los muertos en vida. ¡Soy palabra-obra!
Blackout. Sonidos de flashes de cámaras, cinematógrafo en acción, machete que se afila.
- 142 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
• 10 •
Putumayo. ANA MARÍA camina. El AGENTE la alcanza. Caminan
juntos. Miran hacia arriba.
Ana maría: O universo não passa de um grande vazio povoado de
estrelas.
Se acuestan boca arriba.
Ana maría: Desde a aurora dos tempos o cosmos tem ciclos que
não falham: dias, estações, fases da Lua.
Agente: Los witotos saben que Luna y Sol son hermanos. Pero Luna no
es una figura femenina, es masculina. ¿Sabes por qué tiene manchas?
Ana maría: Não.
Agente: Porque quiso amar a la mujer de su hermano. La encontró
un día bañándose en una cachoeira y se apasionó. Aprovechó que
su hermano se iba. Buscó a la mujer, se metió en su hamaca y… Ella
ya sabía lo que quería Luna, mais ela tinha o período, as regras…
Ana maría: Sim, sim, as regras, eu compreendo.
Agente: Entonces esperó a que Luna se acercara. Y mientras la be-
saba, ella se llevó la mano a la vagina y así, con la mano ensangrentada, untó la cara de Luna sin que se diera cuenta. Luego lo separó
dulcemente. Luna comprendió que esa noche no podría hacer el
amor con ella pero, tal vez, la noche próxima… (Pausa). Sol regresó,
su mujer le contó lo que había pasado. Luna quiso negarlo pero la
evidencia saltaba a la vista. Desde ese día y para siempre tiene todas
esas manchas en la cara, la marca de la lujuria.
- 143 -
Ana maría: A marca do desamor.
Agente: Y también desde ese día Sol lo persigue sin poder alcanzar-
lo. A veces, en el cielo…
Ana maría: Lua e Sol ficam juntos.
Agente: Sol no lo puede alcanzar. Su hermano es más rápido.
Pausa.
Ana maría: Você esqueceu um acontecimiento excepcional.
Agente: ¿Ah, sí? ¿Cuál?
Ana maría: Os eclipses.
Agente: ¿Qué pasará en un eclipse de sol?
Ana maría: O irmão apaixonado…
Agente: …cubre al hermano mancillado.
Ana maría: É um desafio efêmero.
Agente: Pero… en un eclipse de luna…
Ana maría: …a Terra encobre ao amante.
Agente: Es ella la que se interpone, es la esposa que se deleita en
medio del conflicto.
Ana maría: E depóis ela ruboriza-se.
- 144 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
Silencio. El AGENTE se sienta y observa a ANA MARÍA, quien no
deja de mirar al cielo.
Ana maría: ¿Qué quiere, agente?
Agente: Quiero hacer una película.
Silencio. El AGENTE se acuesta de nuevo.
Ana maría: O céu é uma tenda aberta acima da terra.
Agente: Cuando niño pensaba que el cielo estaba lleno de huecos
que sólo se veían de noche. Mientras aquí adentro oscurecía, pensaba que allá afuera se encendía una luz poderosa. Por eso se podían
ver todos esos huecos en el cielo.
Ana maría: Minha mãe contaba para mim que o céu era a carapaça
de uma tartaruga.
Silencio.
Agente: El cielo es el caparazón de una tortuga. Me gusta esa imagen.
Ana maría: As imagens antigas colocadas no céu testemunham
um interesse, agente, uma preocupação. Quando os homens eran
caçadores viam ali cães, ursos e caçadores. Os navegadores europeus colocaram no céu telescópios, bússolas e popas de navios.
Pausa.
Agente: Yo veo mi película.
Ana maría: Yo sé, agente. La constelación entre la Ursa Menor y la
Ursa Maior no es para usted un dragón, é um cinematógrafo.
- 145 -
Silencio.
Ana maría: Venga conmigo.
Se levantan.
Ana maría: A estrela Polar é a referencia de todos os errantes da
terra, do mar e do céu. Não pare de olhar para mim.
ANA camina y sale de escena. El AGENTE la sigue.
- 146 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
• 11 •
Putumayo. Entra EUGÉNE cargando a OTELO. Se topa con JOHN.
John: Parece que su desaparición nunca va a quedar del todo clara.
Eugéne: ¿Sabe algo de Ana María?
John: Le manda un regalo.
JOHN se acerca a EUGÉNE y lo besa larga y lentamente.
Eugéne: Dígale que muchas gracias, John. (Pausa). Ah, yo también
tengo algo para ella.
Deja a OTELO en el suelo. Le entrega a JOHN un libro. Una foto
cae de él sin que EUGÉNE se percate. JOHN la esconde rápidamente entre su camisa.
Eugéne: Sigo en mi rol de alma en pena. No voy a ser muy influyen-
te, lo sé, pero voy a intentar convertirme en un personaje de grata
recordación.
Vuelve a tomar a OTELO. Le hace cariños.
Eugéne: (Cantando). Sans toi ma vie / est une tragédie.
John: Ojalá aparezca usted de nuevo por ahí.
Eugéne: Voy a hacer todo lo posible. Adieu, Monsieur Caníbal.
Un abrazo fuerte. Se escucha el chillido agudo de un perro. Los
dos se sobresaltan y se separan. Sonríen. EUGÉNE sale acariciando a
su perro, JOHN sale observando la foto con gran placer.
- 147 -
• 12 •
Iquitos. El interior de una casa. ANA MARÍA acaricia las manos
del AGENTE.
Ana maría: Não estás fazendo as perguntas que tens que fazer.
Agente: ¿Cuáles son?
Ana maría: Não perguntes. Deixa que falem. (Pausa). Que hablen,
que digan lo que quieran.
JOHN entra con un wínchester colgado a la espalda. Le entrega
la foto al AGENTE sin que ANA se dé cuenta. El AGENTE la mira y se
la entrega a ANA MARÍA. Ella la toma, la mira y, encantada, lo besa en
los labios. JOHN sonríe.
John: Todos tenemos algo que decir. Usted, agente, ¿qué tiene que
decir?
Agente: ¿Yo?
JOHN empuja el cinematógrafo y lo deja al lado del AGENTE.
John: Díganos qué tenemos que hacer. (ANA se acerca a JOHN y le
echa el brazo). Estamos listos.
Agente: No sé… Ni siquiera sé cómo funciona esto.
John: Yo tampoco.
Ana maría: Eu sei.
Opera el cinematógrafo accionando la manivela.
- 148 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
Ana maría: Fica alí.
Agente: ¿Dónde?
Ana maría: Em frente ao cinematógrafo.
John: Es mejor que haga lo que le dice, agente.
Agente: ¿Qué?
Se lleva el wínchester a las manos.
John: Ya oyó.
ANA MARÍA sonríe, se muestra ansiosa.
Ana maría: ¡Ação!
Agente: ¿Qué?
John: (Apuntando con el fusil). Tiro al blanco, así se tiene que llamar
su película.
Agente: ¿Qué?
John: Ajá, aquí tenemos uno.
Rodea al agente.
Agente: ¿Está cargada?
John: ¿Está cargada? ¿Qué pregunta es esa, don Julio?
ANA ríe a carcajadas.
- 149 -
John: De rodillas, barón.
Agente: ¿Barón?
John: ¡De rodillas, dije! (Apunta a la cabeza). Por fin: así lo quería ver.
El AGENTE mira a ANA MARÍA. Se arrodilla.
John: No pasarán por alto en esta tierra tantos crímenes cometidos.
Soy su némesis, Julito. ¡Le llegó la hora!
Agente: Déjeme explicarle.
John: No hay nada que explicar. Todo está claro. Yo no vine a pedirle
explicaciones. Vine a devolverle las atenciones que ha tenido con mi
gente.
Agente: ¿Quién es usted?
John: Soy Yaroka.
Agente: ¿Cómo? (Trata de contener la risa). Pensé que había muerto.
John: Parece que no ha sido suficiente. Pero yo sé cómo tratar con
los de su clase, yo sé cómo tratar con los hijos de Muinájema. ¡Tengo
el hacha! Tengo el poder de revertir las armas del enemigo. ¡Tengo
el poder del cuarzo! ¡El poder del rayo! ¡Soy el espejo!
Se prepara a disparar.
Ana maría: (Entrando a escena). ¡Não! (Abraza con dulzura al agen-
te). ¡Pai!
John: No se meta en esto, señorita.
- 150 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
ANA MARÍA se lanza sobre JOHN. Forcejean. Caen al suelo.
JOHN la manosea, ANA se deja hacer, complacida. El AGENTE toma
el wínchester, se levanta y apunta a JOHN.
Agente: ¡Suéltela, negro asqueroso!
Silencio. ANA MARÍA y JOHN se ríen de lo lindo. ANA va al cinematógrafo.
John: ¿Y?
Ana maría: Não tem filme.
John: ¿Cómo?
Nuevas risas de ANA.
John: Está bien como ensayo. (Al agente). Hay que seguir practi-
cando. (Va por el wínchester, lo toma). Es como disparar. Hay que
practicar, agente. (Apunta a cualquier parte). ¿Quiere aprender?
Silencio.
Ana maría: ¿Conoce el fusil de Marey, agente?
Agente: No, madame.
ANA voltea a mirar a JOHN. Silencio. JOHN saca del interior de
su camisa un hueso en forma de V. Llena uno de los orificios con rapé.
Ana maría: Silvino tenía uno. Eugéne lo tomó prestado un día. (Aga-
rra el wínchester). Él apuntaba, puxava o gatilho e tu-tu-tu-tu… Depois ele fazia aparecer uma imagem maravilhosa: muitas imagens
- 151 -
em uma só. Ele tirou para mim uma dessas fotos. Eu caminhava…
lembro de ter um vestido branco… caminhava divagarinho…
Le entrega el arma a JOHN.
Ana maría: (A John). ¿Quieres ver la foto?
JOHN y el AGENTE se miran.
John: Será un placer, madame.
ANA besa a JOHN en la mejilla. Ruidos externos. JOHN aprieta
el wínchester. Se asoma hacia el público. ANA lo ve hacerlo. JOHN
fija un punto. Baja el arma. ANA pone la foto delante de sus ojos.
John: ¿Cómo?
Agente: (Se acerca). A ver… (Se sorprende. Mira a Ana, mira la foto,
mira a Ana). Está usted…
John: Está viva, madame. Se está usted moviendo, Ana María.
Ana maría: Sim. Não é bela?
John: Belíssima!
Se la pasa al AGENTE, quien se abandona a esa contemplación.
JOHN sopla rapé en la nariz de ANA MARÍA, luego ella sopla en la
nariz de JOHN. El AGENTE se sienta en el suelo. ANA y JOHN lo imitan. JOHN acerca al AGENTE el hueso en V. ANA MARÍA le enseña el
modo de operarlo. Sopla en la nariz del AGENTE.
En un espacio paralelo YAROKA afila un machete deslizándolo
sobre una piedra. Mientras tanto JOHN, ANA y el AGENTE se sirven
tragos y juegan otra vez con el cinematógrafo. JOHN se separa del
- 152 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
grupo. ANA y el AGENTE bailan. JOHN lleva el fusil hacia el público,
en acecho. YAROKA deja de afilar y su espacio desaparece.
John: Disparo un recuerdo, ¡pam!: que a Faga, un muchacho de los
que cuidaban, lo picaron a machete en su hamaca por el atroz delito
de dormirse.
Ana maría: ¿Ya te vas a ir, John?
John: ¡Pam! Recuerdo a Michael Poppe, reductor de cabezas.
Ana maría: No voy a escuchar esta vez.
Se tapa los oídos. JOHN la abraza.
John: Sanguinario, una hiena, comía y dormía al pie de los canastos
de cabezas descompuestas. (Soba la cabeza de Ana con ternura).
Les compraba a los gerentes las cabezas de las víctimas y… mediante procesos que ignoramos… hacía tzantzas.
Agente: Tzantzas. (Inhala rapé poniéndolo en el borde de su mano).
Sé de dos indígenas cuyos cráneos fueron convertidos en tzantzas:
Dekago y Kakié. Eran muinanes… o andoques.
John: (Uniendo su frente a la de Ana). Dicen que a Poppe, a su tur-
no, le redujeron la cabeza. La vendieron en una lancha. ¡Fue a parar
a un museo de Londres! Díganme ustedes: ¡tzantzas monas!
JOHN sopla rapé en la nariz de ANA y luego en la del AGENTE.
Cada cual en su cabeza, un buen rato.
Agente: ¿Dónde aprendió castellano?
- 153 -
John: El padre Francisco. Él me enseñó. Vio que me movía bien, que
tenía trato con los caucheros, con los witotos. (Pausa). La primera palabra que aprendí fue ‘No’. La segunda fue ‘Silencio’. La tercera fue
‘Culo’. La cuarta, ‘Cállese’. La quinta, ‘Soledad’.
JOHN se acerca a ANA MARÍA andando en cuatro patas. La
abraza, le recuesta la cabeza en sus piernas, acaricia su cabello. Luego de un rato ANA se queda dormida.
YAROKA silba una melodía desde su espacio paralelo. JOHN le
hace una seña al AGENTE y deja caer suavemente al suelo la cabeza
de ANA. Cruzan al lugar donde los espera el capitán y el espacio en
el que se encuentra ANA desaparece. YAROKA reparte mambe, todos mambean. Se sientan en bancos amazónicos. Silencio.
Yaroka: Yo capturé esa palabra.
Agente & john: (La boca llena de mambe). Jmmm.
Yaroka: Yo la agarré, estaba flotando en el aire, era verde.
Agente & john: Jmmm.
Yaroka: Era un polvo verde finito flotando en el aire, una palabra
amarga como el ambil…
Agente & john: Jmmm.
Yaroka: Una palabra de odio… de venganza…
Agente & john: Jmmm.
Yaroka: Una palabra fuerte. (Pausa). Palabra de guerra. (Pausa). Pa-
labra de muerte.
Silencio.
- 154 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
Yaroka: Entonces yo vi, yo me vi, yo estaba ahí, bailando, hacien-
do Baile de Guerra, contando la historia de la guerra, la historia del
enemigo, la historia de la muerte, pero todavía esa historia yo no la
había contado, yo todavía no hacía Baile.
Agente & john: Jmmm.
Yaroka: Yo estaba ahí nomás, mirando, mirando, despacio, tranqui-
lo… Me estaban mostrando…
Agente & john: Jmmm.
Yaroka: Ya ahí yo me estaba enterando de lo que tocaba hacer, ya
ahí yo estaba recibiendo esa palabra… Esa palabra que dejaron botada, que no se hizo obra… Que no quedó en nada…
Agente & john: Jmmm.
Yaroka: Esa palabra ellos creyeron que se iba a ir así y ya… Pero
no… yo la agarré.
Agente & john: Jmmm.
Yaroka: Con un canto yo la fui agarrando, la fui metiendo en mi
canasto de historias, ahí se quedó esa hoja… Esa hojita… Ellos
creían… Ellos creían que no iba a pasar nada, pero no fue así. Miren.
Yo ya estoy volviendo esa palabra mi asunto de poder… Yo agarro,
estoy pendiente de lo que dejan botado y ¡suaz! Ahí mismo agarro
eso y lo guardo en el canasto, para cuando sea el momento. Para
cuando coja fuerza.
Agente & john: Jmmm.
Yaroka: Y ahora es el momento. Tiene fuerza.
- 155 -
Agente & john: Jmmm.
Yaroka: Esa palabra que yo agarré se las estoy entregando a ustedes. ¡Agarren esta palabra, no la suelten! ¡Esta es palabra poderosa,
esta es Palabra de Fuerza!
Agente & john: Jmmm.
Yaroka: No la dejen por ahí botada, no la dejen. Viene otro más vivo
y… No la suelten.
YAROKA toca una maraca y entona un canto íntimo, susurrado,
casi inaudible. Sonidos: un hacha tumbando un árbol, el llanto de un
niño, el silbato de un barco. Luego, sólo el agua rebotando en una
canoa, el sonido de un remo, la selva.
En algún lugar del escenario, a través de una proyección, de un
cartel, de cualquier otro recurso, aparece la siguiente lista:
DON JULIO
MACEDO
LOS JEFES DE SECCIÓN
LOS SUPERVISORES
LOS BARBADENSES
LOS MUCHACHOS
YAROKA reparte mambe de nuevo. Todos mambean.
John: Para llegar a don Julio se necesita, uno: liquidar a los muchachos
de confianza, indios peligrosos, entrenados desde niños para matar a
su propia gente. (A Yaroka). Usted verá cómo va a hacer con ellos.
Yaroka: Jmmm.
John: Dos: eliminar a los barbadenses, asesinos negros obligados a
ejercer el terror sobre los indios. A esos déjelos en mis manos.
- 156 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
Yaroka & agente: Jmmm, jmmm.
John: Tres: exterminar a los supervisores, tipos que van a darlo todo
por estar en un mejor puesto.
Yaroka & agente: Jmmm, jmmm.
John: Son gente de lo peor, odian al indio, lo ven como a un animal.
Ya veremos cómo le vamos a hacer.
Yaroka & agente: Jmmm, jmmm.
John: Cuatro: borrar del mapa a los jefes de sección. Esos son pieza
clave en la pirámide. Si logramos darles duros golpes, van a correr a
esconderse en las faldas de Macedo, nuestro objetivo número cinco, a quien vamos a desollar.
Yaroka & agente: Jmmm, jmmm.
John: Llegados al nivel máximo, ya verá usted cómo hace para dar
el golpe de gracia al gran jefe. A ese hay que extirparlo de la faz de
la tierra.
YAROKA se levanta y trae pintura roja. Entre los tres se pintan.
Pintan lo que se les ocurre en la cara del otro. Sonríen, se divierten.
Terminan, se levantan, cruzan sus brazos unos con otros y van hacia
adelante. Se detienen, posan. Se miran unos a otros, sonríen, hacen
una venia. De repente, una serie de disparos de fusil. Los tres hombres se quedan quietos. Blackout.
- 157 -
• 13 •
MACEDO ubica en el escenario un teatrino de títeres de guante.
Llega DON JULIO, en traje de gala. MACEDO se mete dentro del
teatrino.
Don julio: Señoras y señores: hemos traído a esta región los más
elevados ideales de progreso y civilización de los que se tenga noticia en nuestra historia. Hemos conseguido en un decenio que estos antropófagos no se devoren entre sí y que cada vez con menos
frecuencia cometan actos salvajes, dignos de culturas que creíamos
extintas. Como premio por su ingreso a la comunidad civilizada y
agradeciendo su valiosa contribución a esta ejemplar empresa, hemos traído a ustedes una de las más finas manifestaciones de nuestra cultura. (Pausa). Bienvenidos.
Música de vodevil. DON JULIO se vuelve a ocultar tras el teatrino. Se abre un telón rojo. Un títere cauchero levanta a un muñeco de
trapo que representa a un indígena. Otro títere, hombre negro, ubica
un cepo en el que el títere cauchero mete, de manos, pies y cabeza,
a su muñeco de trapo. (Risas grabadas). Los pies no encajan en el
estrecho agujero, debe ejercer presión y así lo hace, pero uno de los
pies se desprende del cuerpo. (Risas). Trata de colocarlo otra vez en
su sitio, sin éxito. Insiste hasta que lo deja. (Risas). Toma entonces un
azote y lanza latigazos a su víctima. Tras un silbido, aparece un perro
que se ceba en lo que queda del indígena. (Risas). Perro y amo hacen una venia y salen de escena. (Aplausos). Se cierra el telón.
Se abre el telón. El títere cauchero trae consigo a otro muñeco
indígena, ricamente ataviado. Le retira con sorna su corona de plumas y su traje ceremonial, hasta dejarlo desnudo. (Risas). Lo ata a
un palo ubicado en el centro del teatrino. Riega sobre él un líquido.
El muñeco indígena se estremece. (Risas). El cauchero enciende un
fósforo y quema al muñeco. Tras otro silbido aparece el perro, que
- 158 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
se ceba de nuevo sobre el muñeco ennegrecido. (Risas). Hacen una
nueva venia perro y amo. (Aplausos). Se cierra el telón.
Se abre el telón. El títere cauchero se pavonea por el escenario.
Un títere indígena carga un gran ‘chorizo’ de caucho y lo deja caer
a los pies de su patrón quien, ayudado por una báscula, lo pesa.
Observa el peso y se indigna, amenazando al indígena e indicando
que es muy poco. Lo toma y corta una de sus manos. (Risas). La pone
en la báscula y comprueba el peso. Falta más. Corta la otra mano.
Comprueba: aún falta. (Risas). Corta una pierna. Falta. (Risas). La otra
pierna. Falta. (Risas). Corta la cabeza, la pone en la báscula. Indica al
público que ahora sí es suficiente. (Risas). Un nuevo silbido y aparece
el perro, que persigue al tronco que rueda sobre el teatrino, tratando
infructuosamente de huir, hasta que es atrapado y devorado. (Carcajadas). Perro y amo hacen una venia y salen de escena. (Aplausos
eufóricos). Se cierra el telón.
- 159 -
• 14 •
El AGENTE enciende una luz cenital de interrogatorio e instala una
silla debajo de esta. REY DE CASTRO aparece. Entablan una conversación que no escuchamos. Así un tiempo. Entra JOHN, merodea por
ahí, se acerca al AGENTE y le propina un jolivudense golpe en la nuca.
Lo sienta en una silla de espalda al público. Regresa a la penumbra.
Rey De Castro: Hable, agente. (Pausa). Quiero nombres.
Silencio.
Rey De Castro: ¿Y bien?
Agente: Kïonama, gente de garza, muerto a bala en el camino de
Sur. Chingamui, asesinado al fuego, torturado con hierros candentes. Monáyegai, gente de cielo. Janunï. Caïmeratofe, gente de borugo. Komïnïcïdo. Cuégamui. Igïturi. Darokï. Dïrïma. Renïcue, gente
de hormiga subterránea, incinerado vivo en La Chorrera. Monaïdico,
de los Bofáisaï, gente de mechero de palo, encadenado, lo botaron
al río mientras un verdugo con una rama le hundía la cabeza. Esto
pasó en Occidente, en la cultura occidental. Juzíñaibïkï, gente de
gallinazo, muerto en el cepo. Corifeo, muerto en Atenas. Joréranï,
balazo en el corazón. Janájega. Ife, gran cacique witoto, cien azotes
brutales. Nóikoma, ahogado en Oriente con muchos otros, cuando se abrió en dos el batelón del vapor Águila. Daniel, cortado a
machete en Villarrica, por Los Alpes. Éramos amigos. Su cuerpo envuelto en tela blanca, no lo olvido. Juyónerai, gente de guara, murió
clavado a un palo en Chorrera. Jutïruido, gente de pájaro mochilero, clavado en un palo de pies y manos, de pies y manos. No lo vi,
me contaron. Jutïruido, de la gente de pájaro mochilero. Kuegábiraï,
witoto bue de los Jéiaï, muerto en Sur, muchos azotes. Fidel murió
baleado. Fidel. Su cuerpo agujereado, su cuerpo heroico, su cuerpo
trémulo, su sonrisa, la mano arriba, un revólver Máuser en la mano,
- 160 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
como si animara a un títere, a un títere de guiñol, el revólver yerto
como un títere inanimado, preñado de balas, glacial, dormido en el
intento. Fidel, su cara ornada con sangre y risa. (Pausa). Yaizï, capitán
de los Monánizaï, quemado en una maloca atrincherada con caucho para que no entraran las balas, pasó en Atenas. Tafírigï, capitán
de los Bofáisaï, quemado en esa maloca, saudosa maloca / maloca
querida. (Pausa). Capitán Yaroka.
Rey De Castro: Logró fugarse, si nos atenemos a su informe. (John
trae el cinematógrafo). Logró fugarse y se escondió en territorio bora.
REY DE CASTRO inspecciona el cinematógrafo.
Rey De Castro: No tiene película.
Agente: Ya nada puede ser revelado.
REY DE CASTRO arroja el cinematógrafo al suelo. JOHN sonríe
burlón desde la penumbra.
Rey De Castro: ¡Shhh!
En un espacio alterno, YAROKA afila su machete contra una piedra. REY DE CASTRO escucha, trata de ubicar el origen del sonido.
No lo consigue. JOHN sonríe desde la penumbra. El afilar continúa.
Rey De Castro: ¡Shhh!
Agente: Prepara una totumada de ambil y coca… (El AGENTE silba
la melodía de Yaroka). Llama a los jefes vecinos.
En otro espacio alterno aparece PERÚ, machete en mano.
Agente: Hable, por favor.
- 161 -
Perú: Mi nombre es Perú.
Risas de JOHN desde la penumbra.
Rey De Castro: ¡Shhh!
Risas de PERÚ. REY DE CASTRO trata de ubicar el origen de esa
risa. No lo consigue.
Agente: Adelante, Perú.
REY DE CASTRO mira al AGENTE como si fuera un médium en
mitad de un trance. En el espacio alterno habla PERÚ.
Perú: En la sabana la gente quiere hacer la guerra contra peruanos,
colombianos, brasileros, ¡contra todos, pues! Ya se reunieron muinanes, nonuyas, resigueros y andoques. Los reunió un capitán que
había sido muchacho, que sabe hablar castellano mejor que todos.
La palabra de él es pesada. Él reunió a los witotos, a los boras, a los
muinanes. Acabó con todos los muchachos y pintó de rojo el cielo.
Acabó con todos los jefes de sección y a todos les cortó la cabeza.
‘Voy a cortar la cabeza a los supervisores’, así dijo. (Pausa). ¡Ya las cortó! (Pausa). La palabra de él tiene fuerza.
PERÚ se esfuma, al igual que su espacio alterno.
Agente: (A Rey de Castro). Cuando hagamos la película…
Rey De Castro: ¿Ah?
Entra JOHN, sonriendo. Levanta al AGENTE de su silla e invita
a REY DE CASTRO a sentarse. El hombre, intimidado, obedece. El
AGENTE apoya una mano en el respaldo de la silla, se ubica de espaldas, mientras JOHN se ubica de frente.
- 162 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
Agente: ¡Acción!
John: ¡Quiero que acabemos con este régimen!
Un disparo. REY DE CASTRO se estremece. El espacio alterno de
YAROKA vuelve a aparecer. Deja de afilar y sonríe, tratando de ubicar
el lugar de donde proviene la voz de JOHN. Juega con el machete,
blandiéndolo contra enemigos invisibles. Su espacio desparece.
John: Chupemos este ambil, mambiemos esta coca, tomemos esta
caguana y busquemos nuestra libertad!
Agente: Yaroka preparó una tonelada de ambil y la repartió por to-
das partes. Les dijo:
John: Los blancos mataron a mi hijo, a sus hijos, ¡y los siguen matan-
do! (Pausa). Mataron a mi gente, mataron a Jitoma y a Fizido Kechatoma. ¿Qué esperamos? ¡Vamos a matarlos!
REY DE CASTRO se altera, se levanta de la silla y forcejea con el
AGENTE. Logra darle un golpe y huye. JOHN se ríe y acaricia el lugar
en el que el AGENTE fue golpeado.
- 163 -
• 15 •
YAROKA hace cortes transversales a un tronco de caucho con un
machete. Brota la siringa.
En otro espacio paralelo, REY DE CASTRO, furioso, atraviesa el
escenario arrastrando a IRACEMA, vestida con elegancia a la usanza
de la belle époque.
En el primer espacio, YAROKA saca una llanta de automóvil de
un molde.
En el otro espacio la mujer forcejea con REY DE CASTRO.
En el espacio inicial, YAROKA ensambla la rueda a un Ford modelo T.
En el otro espacio IRACEMA se libera de REY DE CASTRO y corre.
Yaroka: ¡Iracema!
Blackout. Sonido: el choque de un automóvil. La luz regresa, una
rueda de automóvil cruza el escenario. YAROKA entra lentamente a
escena en sentido contrario a la rueda, con la cabeza de REY DE
CASTRO en una mano y el machete en la otra.
JOHN y el AGENTE entran a escena, detrás del capitán. JOHN
canta, el AGENTE toca un caxixi y lo acompaña en el coro.
John:
Iracema, eu nunca mais que te vi
Iracema, meu grande amor, foi embora
Chorei, eu chorei de dor porque
Iracema, meu grande amor foi você.
Iracema, eu sempre dizia
Cuidado ao travessar essas ruas
Eu falava, mas você não me escutava não
Iracema, você travessou contra mão
- 164 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
CORO
E hoje ela vive lá no céu
E ela vive bem juntinho de nosso Senhor
De lembrança guardo somente suas meias e seus sapatos
Iracema, eu perdi o seu retrato.
Lara, laralaralarara
Iracema, meu grande amor foi você.
Lara, laralaralarara
Iracema, meu grande amor foi você2.
Blackout.
2 Iracema, canción de Adoniran Barbosa.
- 165 -
• 16 •
DON JULIO está sentado en una silla. Una luz cenital de interrogatorio. Espera, mira impaciente a todos lados. El AGENTE aparece.
Agente: Le pregunto, don Julio, si usted admite la evidencia de las
atrocidades cometidas por su empresa en contra de la población
indígena y campesina del Putumayo.
Don julio: Las admito en gran parte, pero también tengo que decir
que hay mucha exageración en todo lo que se dice.
Agente: ¿Está usted de acuerdo en que los hechos de estas atroci-
dades han sido ampliamente documentados?
Don julio: Sí.
Agente: ¿Menciono como ejemplo los informes de Hardenburg,
Saldaña, Whiffen, Robuchon, Casement, Valcárcel…?
Don julio: Sí.
Agente: ¿Y el reporte de este servidor, es controvertido por usted?
Don julio: No. Solamente tengo que repetir que hay exageraciones
en todo esto.
Agente: Pero su principal argumento es que usted no conocía ni
estaba en posición de conocer. ¿Es correcto?
Don julio: Sí.
- 166 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
Agente: Hemos tenido ante nosotros testigos que han mantenido la
posición de que usted sí sabía y que usted estaba en una posición
en que debía saber.
Don julio: Pero estos testigos no dicen cómo podía yo tener co-
nocimiento. Solamente recibía publicaciones. Naturalmente, esas
publicaciones las conocí tardíamente.
Agente: ¿Sueña usted con sus víctimas?
Yaroka: (En off, amplificado por un altavoz). Solamente cuando es-
toy despierto.
DON JULIO trata de ubicar el origen de la voz.
Agente: Hasta una fecha tardía fueron enviadas cartas a su oficina
en Londres, usando términos acerca de la ‘conquista’ de los indios.
Quiero una explicación sobre...
El AGENTE sigue conversando pero su voz no se escucha. Cede
ante el ruido de engranajes, golpes de hacha, de cadenas, de cuerdas que se tensan. YAROKA, con el machete en la mano, aparece en
un espacio alterno. Los ruidos terminan.
Agente: …ciertas sumas de dinero gastadas en el Putumayo repre-
sentan un capital efectivo invertido en ‘conquistar’, o más propiamente, en someter a los indios. El original en español de esta carta
está archivado entre los documentos de su Compañía. ¿Podría usted explicar?
Don julio: Me voy a permitir hacer una explicación sobre eso.
DON JULIO se levanta, saca un par de títeres de su traje y los
anima delante del AGENTE. Sus voces no se escuchan.
- 167 -
Yaroka: Sé que pagaré por esto, sé que comer el pez antes de tiem-
po va a traer desgracias, sé que haber matado, sé que haber renegado, sé que haber gritado, sé que haber echado mano de la brujería… ¿Qué es ser brujo? ¿En qué me convertí? ¿Soy ahora el horror
encarnado, el caníbal, el brujo, el asesino? (Pausa). Soy todo lo que
más temen: un indio ilustrado, el indio ilustrado que quiere devolver
atenciones con toda la fuerza de su brazo. Soy el rayo, eso lo saben,
soy el árbol poderoso, el gusano, el espejo, el hijo indeseado. Nadie
podrá contra mí: sólo ellos, los Hermanos Sol. Sólo ellos, y a ellos los
espero, pues al darme muerte harán un gran honor a mi causa y el
mito se cerrará de manera esplendente.
JOHN aparece y se sienta al lado de YAROKA. Observan a DON
JULIO y al AGENTE. DON JULIO va guardando los títeres nuevamente en su traje.
Don julio: …porque esa palabra ‘conquistar’ que, según me han
dicho, en inglés suena muy fuerte, nosotros la usamos en español
como ‘atraer’ a una persona. Conquistar sus simpatías.
John: ¡No se haga el pendejo, viejo cacorro!
DON JULIO trata de ubicar el origen de esa voz. YAROKA y
JOHN se ríen.
Agente: Usted afirma que los indios se volvieron más civilizados y
que un sistema de intercambio de caucho fue establecido. ¿Son
ellos en este momento, nativos salvajes?
Don julio: Tienen vestidos, tienen herramientas, tienen armas, tienen
cuanto piden. Pero les gusta más estar desnudos. Es su costumbre.
Agente: ¿No quiere decir usted, cuando afirma que se han vuelto
más civilizados, que ellos se volvieron influenciables a las flagelacio-
- 168 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
nes, las torturas, los asesinatos, que se volvieron, ¿cómo es que usted dice? (lee), ah, sí: ‘más débiles de espíritu’?
Don julio: No, señor. Entiendo que son hombres, más hombres.
Que ya no se comen los unos a los otros; que no se hacen la guerra
entre sí; que tienen todo lo que necesitan…
JOHN le lanza a DON JULIO una semilla que le pega en la cabeza. El gran jefe se levanta indignado y trata de ubicar el lugar de
donde provino el proyectil. El AGENTE, con un gesto, le pide que se
siente. DON JULIO no le hace caso.
Agente: En el Memorándum Nº 17 publicado por esta Compañía,
usted dice que hay una abundancia de fuerza de trabajo, de lo cual
podemos inferir que en el río Putumayo los indios son naturalmente
sumisos, y ocho o diez personas ‘civilizadas’ pueden controlar a trescientos o cuatrocientos de ellos.
Don julio: Sí, señor.
Agente: ¿Ese control se llevaba a cabo por medio de los rifles Win-
chester?
Don julio: Para hacerse respetar, es necesario que cada empleado
tenga un arma. En diversas ocasiones, cuando los empleados se han
ido aisladamente, han sido atacados y devorados. Eso se ve en el
libro de Eugéne, en el libro de Whiffen, en varias obras.
John: ¡Pura mierda!
DON JULIO se sienta, mira a todos lados.
Agente: ¿Esto ocurrió porque los indios se resistían a sus autode-
fensas?
- 169 -
Don julio: Desde la dominación española, hace más de trescientos
años, estos indios han resistido de esa manera.
Agente: ¿Daban ustedes rifles Winchester a los indios?
Don julio: Algunos los tenían, pero no todos.
Agente: ¿Los ha dado usted?
Don julio: Los empleados los dan, yo no. (Pausa). Cuando un indio
se acerca a un blanco con caucho, se le da todo lo que se puede: se
les dan hachas, escopetas, rifles Winchester.
Agente: ¿Reciben los ‘indios salvajes’ rifles Winchester?
Don julio: A los indios en que no se tenía confianza, naturalmente
que no se les daban. Salvajes son todos ellos; pero a los más civilizados se les dan rifles. Hace unos cinco, seis o siete años no se daba
armas a ningún indio, porque era peligroso; pero ahora pueden tener armas.
Agente: ¿Ha oído alguna vez de Cortés o de Pizarro?
Don julio: Sí, pero ese no es el sistema aquí. El sistema nuestro es
llevarles mercaderías, armas y negociar con ellos.
Entra PERÚ con un rejo. YAROKA y JOHN se levantan y salen de
escena. Su espacio desaparece.
Perú: Vengo a hacer negocios con usted, don Julio.
El AGENTE mira su reloj de bolsillo, se despide de PERÚ y sale
de escena. PERÚ azota a DON JULIO quien trata de cubrirse. Lo saca
de escena a punta de rejo. Blackout.
- 170 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
• 17 •
Iquitos. El interior de una casa. ANA MARÍA viste elegantemente,
lleva un libro en la mano. A su lado, OTELO, estático, indiferente. El
AGENTE acciona el cinematógrafo. ANA finge estar consumida en la
lectura. Mira hacia el cinematógrafo y se quita el vestido. Su cuerpo
desnudo está bellamente pintado a la usanza indígena. El AGENTE
no deja de dar manivela al cinematógrafo. ANA va hacia OTELO, lo
acaricia, ensaya diferentes posiciones junto con el inmenso perro de
peluche. Toma el hueso en V y sopla rapé en la nariz de OTELO.
Luego inhala un poco. Va hacia el AGENTE, sopla rapé en su nariz, la
filmación se detiene.
Ana maría: ¿Se puede aparecer y desaparecer? ¿Es tan fácil como
se ve en las películas? Usted apareció de la nada y ahora veo que
se desvanece. (Pausa). Yo me quedo, yo siempre me quedo, nunca
puedo simplemente desaparecer.
Agente: ¿Para qué?
La abraza.
Ana maría: Eugéne aparece y desaparece cuando quiere, en el mo-
mento menos esperado. Y Silvino nunca...
El AGENTE besa a ANA MARÍA.
Ana maría: Luna, escucha: mi marca es indeleble.
Agente: No me importa.
Ana maría: Sol te está mirando, es casi de día. ¿No vas a correr?
Agente: Ana María…
- 171 -
Se acuestan, se besan, se acarician. JOHN aparece y observa
guardando distancia, toma cuidadosamente el cinematógrafo y le
da manivela. El AGENTE se sobresalta pero ANA MARÍA se encarga
de capturar de nuevo su atención. Separa suavemente a su amante y
se sienta sobre él, a horcajadas.
Ana maría: Caníbal.
Agente: ¿Ah?
Ana maría: Me mordiste.
Agente: No, yo…
Ana maría: Eres un caníbal.
Silencio.
Ana maría: ¿Sabes lo que hago con los caníbales?
Toma al agente del cuello. JOHN sigue filmando.
Ana maría: ¿Sabes?
Agente: No.
Ana maría: soy buena hija, sigo el ejemplo de mi padre.
Aprieta el cuello del AGENTE.
Agente: Ana…
ANA MARÍA se ensaña, el AGENTE la empuja. Risas de JOHN.
El AGENTE se levanta y amaga con irse. ANA lo detiene y lo besa.
- 172 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
JOHN deja el cinematógrafo y va hacia la penumbra. Regresa con
un costal. ANA y JOHN examinan su contenido: tzantzas o cabezas
reducidas.
Ana maría: Falta una.
John: La más pesada. (Pausa). Esa vale lo que valen todas estas.
Ana maría: Al agente). No. No vale nada. Nadie puede poner precio
a esa cabeza.
Suena un maguaré. JOHN y el AGENTE se observan, entienden
que deben irse. El AGENTE toma entre manos el cinematógrafo.
ANA MARÍA los despide. Salen corriendo de escena. ANA cierra el
costal. Blackout.
- 173 -
• 18 •
Putumayo. YAROKA de espalda. JOHN y el AGENTE entran corriendo a escena.
Yaroka: John, traiga al sujeto.
JOHN trae a MACEDO, lo sienta en un taburete.
Yaroka: Conque usted es el de los títeres.
Macedo: Yo…
YAROKA levanta su machete.
Macedo: ¡No!
Yaroka: Hay pocas ocasiones para descargar la ira. (Baja el machete). Hay que aprovechar. La ira descargada es un remanso, una comunión necesaria para poder avanzar, para seguir con paso cierto y
abrir el camino a quienes vienen atrás: nuestros hijos, nuestras familias. Hay que poner las cosas otra vez en su lugar. (Pausa). ¿Últimas
palabras, señor titiritero?
Macedo: Sí.
Yaroka: Adelante.
Macedo: La mente primitiva no tiene la capacidad de diferenciar en-
tre lo sobrenatural y la realidad. Se limita a utilizar un seudosistema
de cooperación mística con el que pretende manipular el mundo.
La mente primitiva no tiene problemas, no tiene contradicciones,
no especula, carece de lógica. La muerte y la tortura les han llegado
como un castigo divino, la muerte es merecida, es necesaria, así lo
- 174 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
han entendido. Hable con cualquiera y verá. Pero para qué, si al final
eso ustedes nunca lo van a entender.
Yaroka: (Mirando el machete). No me diga.
JOHN hace zumbar un rejo. El AGENTE acciona el cinematógrafo.
Macedo: Siempre afirmaré que una de las características mentales
de los salvajes viene a ser la falta de atención y de interés por las causas. Cuando una causa no es evidente, ustedes no se preocupan por
buscarla activamente, sino que explican el suceso en cuestión aludiendo a poderes místicos. Los agentes causales terminan siendo
fuerzas ocultas, para las que no cuentan ni las condiciones lógicas,
ni las de orden espacio-temporal, que son la base de las representaciones del individuo civilizado. Y le aseguro que si uno, sólo uno de
ustedes me hubiera dado razones lógicas ante cualquier situación,
la que sea, yo lo habría perdonado. Pero no, finalmente hemos sido
para ustedes un premio, una bienaventuranza.
Yaroka: Pues aquí está su lógica, aquí le tengo su bienaventuranza,
malparido.
YAROKA hace un gesto a JOHN quien se lanza contra MACEDO
y lo azota. El AGENTE sigue girando la manivela del cinematógrafo
y observa con atención a JOHN en su quehacer. MACEDO grita y se
ríe mientras recibe los azotes. YAROKA entona un canto solemne y
toca imaginariamente el maguaré. Su sonido retumba en la escena.
Yaroka: Pido permiso al Dueño de la Muerte, pido permiso al Dueño
de Nuestras Cabezas. Pido permiso al Dueño de la Sangre, al Dueño
de la Violencia. Pido permiso al Dueño del Rayo, al Dueño del Trueno,
al Dueño del Espejo, al Dueño del Canto, al Dueño de la Guerra. Pido
permiso al Dueño de la Sangre y lo ofrendo. Pido permiso al Dueño
de la Historia. Pido permiso al Dueño de la Historia porque la estoy
- 175 -
retorciendo, porque la estoy matando, porque la estoy descubriendo,
porque tengo sed, tengo hambre, tengo sueño, tengo el brazo tenso,
la garganta seca, el oído atento, la cabeza llena de visiones, los ojos
puestos en la presa. La danta de la enfermedad come peste en el
salado del blanco. Es el momento. Denme la orden, denme fuerza,
Dueños. Estoy que me reviento, denme fuerza. ¡Fuerza!
JOHN empuja a MACEDO hacia la penumbra. YAROKA va detrás. Deja de sonar el maguaré.
John: (En off). ¡Corten!
El AGENTE deja de operar el cinematógrafo. Suena un machetazo certero. JOHN regresa con la cabeza de MACEDO. YAROKA
vuelve también.
Yaroka: (Tomando la cabeza). Ahora estamos iguales, en el mismo
nivel. Ahora podemos entendernos.
Silencio.
John: ¿Qué hago con el resto?
Yaroka: Está haciendo hambre…
John: (Al agente). ¿Vamos a comer?
Agente: ¿Qué?
Yaroka: Cómo que qué.
John: Ya sabe…
Agente: No, yo… ustedes saben que yo…
- 176 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
Yaroka: ¿Qué?
Agente: Sí, yo no…
John: No se vaya a poner remilgoso, agente.
Yaroka: No se haga de rogar.
John: Camine.
Agente: No, gracias, no tengo hambre. Vayan ustedes.
Yaroka: Hasta que uno no prueba no puede decir si es bueno o no.
John: Hay que probar de todo en esta vida, agente.
Yaroka: Hágale, no sea creído.
Agente: No sé, es que…
John: Ya nos metimos en esto, hay que llegar a las últimas consecuencias.
Agente: Pero…
Yaroka: Nada de peros. No le haga el feo a la comida.
John: No vaya a despreciar al anfitrión.
El AGENTE carga el cinematógrafo hacia la penumbra, mira hacia
atrás, sale de escena. YAROKA y JOHN se ríen a sus espaldas. JOHN
saca una servilleta de tela y la amarra al cuello de YAROKA quien hace
lo propio con su compañero. Salen de escena. Música de restaurante.
Sonidos de fieras, gallinazos, copas que se entrechocan, fuego, risas
cortesanas, cubiertos, platos, agua en ebullición.
- 177 -
• 19 •
JOHN entra y se viste en escena con elegancia. Se pavonea un
rato. Busca una pose. La encuentra.
John: ¡Un caballo! Así grita. Y aparece un caballo. Monta sobre su
lomo el capitán Yaroka. ¿Un caballo en la selva? Un caballo en la
selva. Blande su machete, su rayo, y se va por el monte cortando
cabezas de caucheros.
YAROKA aparece portando un manojo de cabezas mestizas y
europeas.
Yaroka: Pronuncio la oración de la nada pero todo es vacío. Como
mi Padre, yo busco aquello que es nuestra vida, yo busco el comienzo de la historia, pero sólo hay un vacío. Intento, como mi Padre,
palpar el fondo de la nada. Intento atar el fondo de la nada con la
ayuda de un hilo soñado, pero todo es vacío.
John: Luego entra a las cuevas y ofrenda el botín a Juzíñamui, el
dios devorador que pinta el cielo de rojo sangre y se las come todas.
YAROKA arroja las cabezas a un foso.
Yaroka: Quisiera que hubieran visto morir a todos estos hijueputas.
Les doy apenas esta muestra. Esperen próximamente la película. Ahí
sí que voy a ser explícito.
JOHN le acerca un banco amazónico. YAROKA se sienta.
Yaroka: Ahora tengo que decir las palabras verdaderas. Pero, ¿qué
digo? No tengo donde guindar mi hamaca, no hay lugar para dormir. He matado al sueño, como cierto amigo.
- 178 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
Mambea en silencio. Entra a escena el AGENTE con las ropas ensangrentadas, con un machete en la mano, cansado. JOHN le acerca
un banco y trae uno para él. Se sientan a mambear. Cada uno en su
cabeza, así un buen rato.
Agente: Lo mejor es olvidar…
John: Jmmm…
Agente: Dejar tapado… en lo posible… todo esto.
Yaroka: Estamos aprendiendo.
John: ¿A qué?
Yaroka: A no dejar cabos sueltos.
YAROKA se levanta y hace como si tocara. El maguaré suena. Los
demás lo escuchan por un rato. JOHN sigue el ritmo con movimiento de manos y cabeza. El AGENTE se empieza a sentir mal. Clava la
cabeza entre sus piernas y tiene náuseas. Sin embargo, permanece
en su banco.
Agente: ¿Qué fue lo que acabamos de hacer?
John: Ya no más caucheros, ya no más barones, ya no más Zumae-
tas, Fitzcarraldos, Aranas. ¡Vamos por los presidentes!
El AGENTE se muestra más recuperado. Se levanta y habla con
fuerza.
Agente: Ya viene cantando la Civilización Pintoresca.
- 179 -
John: (Levantándose). Es verdad, miren: allá viene el folclor tocando
pandereta. ¡Qué belleza, miren! Allá en la plaza los turistas compran
cabezas.
Agente: Gruesos volúmenes en las bibliotecas.
John: Las fotos muestran bellezas indígenas.
Agente: Desnudas, pintadas, exhibidas.
John: Allá están repartiendo escopetas.
Agente: Se están abriendo muchas tiendas.
John: El arte indígena se cotiza muy bien.
Agente: ¡Lo están metiendo en una bolsa!
John: Huele a novedad, huele a níquel, huele a compra.
Agente: Huele a perfume, a lino, huele a colonia.
John: Huele a perfume, huele a lino fino y a colonia.
Agente: Huele a cuero de onza.
John: Huele, sí señor. ¡Huele a puro cuero de onza!
Agente: ¡Huele a cuero de tigre mariposa!
John: ¡Sí señor! ¡Sí, huele a cuero! ¡Huele a puro y mero cuero de
tigre mariposa!
- 180 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
El AGENTE se pone peor. En cuatro patas, sale de escena. Sonidos: alguien vomita, una sirena de ambulancia, tiros de escopeta,
rugido de jaguar.
Agente: (En off). A rejo de danta.
John: A puro rejo.
Agente: (En off). A indio viejo, a huesos…
John: Alguien baila.
YAROKA deja de tocar el maguaré imaginario. El AGENTE regresa, discreto. Junto con JOHN, dirigen la mirada al capitán y guardan
un silencio ceremonial.
Yaroka: (El machete en alto). Esta mano hará con el hombre lo mis-
mo que hizo con el árbol.
Sale de escena. Se escucha un machetazo certero. JOHN pone
cara de satisfacción. El AGENTE se lleva las manos a la cara.
Ana maría: En off). ¡Meu pai! ¡Meu pai!
Entra a escena YAROKA seguido de ANA MARÍA, quien sostiene
la cabeza de DON JULIO en la mano.
John: ¿Pesa?
Ana maría: Pensei a mesma coisa. Mais não.
Agente: Madame: reciba mis sinceras condolencias.
- 181 -
Ana maría: Mi padre siempre decía / ‘hija mía, ten cuidado / cuando
pienso en el futuro / nunca olvido mi pasado’3.
Yaroka: Mi gente no conoce la venganza. Estamos aprendiendo. Y
creo, amigos míos, que vamos por el buen camino.
YAROKA toma la cabeza de manos de ANA. La levanta como un
trofeo, la mira un rato y se la arroja a JOHN.
Yaroka: Demasiado grande, ¿no le parece?
John: Ya mismo se la reduzco, patrón.
JOHN sale de escena. YAROKA alza el machete. Lo esgrime contra el AGENTE.
Yaroka: Usted. (Pausa). Usted es usted, siempre será usted. Por más
esfuerzos que haga, jamás será nosotros. Así tiene que ser. (Pausa).
Se acabó la película, al menos para usted. (Ana va hacia el agente).
Nosotros nos quedamos, madame.
El AGENTE se despide de ANA con un tímido movimiento de
la mano, ella va hacia él, lo besa en la mejilla. El AGENTE obedece y
sale de escena. Música épica. YAROKA abraza a ANA MARÍA, le da un
beso de película, se la lleva. JOHN entra riendo, cargando el costal y
sosteniendo en una mano la cabeza reducida de DON JULIO.
John: Allá viene el folclor tocando pandereta. En la plaza los turistas
compran cabezas.
3 Versos de la canción Dança da solidão de Paulinho Da Viola.
- 182 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
Mete la cabeza en el costal. Sale de escena con el costal al hombro. Blackout. La música cede ante sonidos de plaza de mercado,
gentes que anuncian productos, gran movimiento, algarabía.
- 183 -
• 20•
En la cubierta de un vapor, el AGENTE mira por la borda. EUGÉNE
aparece abrazando a OTELO. Amo y mascota están bastante sucios.
Agente: De regreso, en este behemot de hojalata y madera podrida…
Eugéne: …cantando en silencio. El río Putumayo se desliza también
silente, y a veces murmura un canto olvidado.
Agente: Nombres.
Eugéne: Cara-Paraná / Igara-Paraná.
Agente: (Escribiendo en su agenda). Cara-Paraná / Igara-Paraná.
Eugéne: Suenan bonito.
Agente: Esa es una excelente afirmación, Eugéne.
JOHN salta a escena, vestido de mesero y con un wínchester
colgado a la espalda.
Agente: ¿Gosta de cachaça?
Eugéne: Com certeza!
John: Cachaça não é agua, não!
JOHN alista unas copas. Los tres hombres brindan y beben.
JOHN se queda ahí, inclinado, mirándolos seducido y con una risa
fingida, cercana a una mueca.
- 184 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
Eugéne: Una vez, saliendo del bosque, se me acercó una belleza
witota. Yo le dije: ¿cómo te llamas? Qué linda era. Me dijo: Riacuriño,
y se detuvo. Era un tipo bello de india, de cuerpo bien proporcionado, de formas vigorosas. La veo: llevaba derecha la cabeza con
un aire de nobleza. Se dejó fotografiar con muy buena voluntad,
le pagué con un collar de cuentas de colores. (Pausa). Ahora estoy
solo, ¡quiero india!
Acaricia a su perro de peluche y lo cuchichea.
John: Si me permiten, les digo que tener a todos estos turistas…
Agente: ¿Cómo dijo?
John: Turistas.
El agente anota en su agenda.
John: Tener a todos estos turistas en mi línea de visión, con su lingua
franca… No vuelvan, no vengan por aquí si no es a explotar al indio.
Al menos así estamos seguros, sabemos a qué vienen y los vamos
a estar esperando. (Levanta el wínchester con una mano). Pero no
vengan con el cuento de salvar la selva. ¡No jodan con eso! ¡Salud!
Los tres beben.
John: El canto del agua, de las aves, de los insectos, ¡de las Heveas!
Yo sólo escucho el rumor sordo y continuo de un motor que usurpó
su lugar al corazón de la selva. No vengan por aquí si no es a acabar
con todo.
JOHN le apunta a EUGÉNE y el AGENTE le hace bajar el arma.
Beben. Se asoman a la borda.
- 185 -
Eugéne: ¿Saben, amigos míos? Se duerme tan bien aquí. Uno no
podría experimentar en otra parte este gran silencio, roto solamente
por el zumbido de un insecto o el hálito ligero del viento entre las
hojas de palma.
John: Ya empezó.
Eugéne: Noches sublimes inundadas a menudo por los rayos de la luna
que transforma todo en un decorado mágico y misterioso. ¿Qué hay
más bello en esta vida cuando uno ha sabido apreciar su encanto?
John: ¿Tener un perro?
Eugéne: La impresión es tan fuerte que apenas de regreso en el
mundo civilizado uno aspira a volver lo más pronto posible.
John: Considere la próxima vez un viaje sin retorno. Y hablando de
aspirar… (Saca su hueso en V). ¿Alguien quiere?
EUGÉNE acerca su nariz al hueso, con elegancia. JOHN le sopla
rapé. Luego le ofrece al AGENTE pero éste se niega.
Eugéne: Ahora navego. ¡Soy el hombre que navega! ¡Soy el Ulises
amazónico!
John: (Al agente). ¿Se da cuenta? El turismo es asqueroso.
Agente: (Anotando en su agenda). Tu-ris-mo. Gracias a usted, querido John, nuestra lengua cuenta ahora con dos nuevas palabras:
turista y turismo.
John: No vaya a empezar con eso, agente. A lo que voy es a que
el turismo es... Mire: encuentran el tesoro, yo soy el tesoro. Usted
no. Yo, los indios, el baile, el baile, ¡el baile! ¿Quieren verme bailar?
- 186 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
¿Quieren que toque el tambó? Ah, y el canibalismo. ¿Qué me dice
del canibalismo? Pagarían para que nos comamos los unos a los
otros. (Bebe y pasa la botella al agente). Luego se hacen los héroes,
son conversos, son chamanes, son un dechado de altruismo. (Pausa). Después de comer, ¡que venga la poesía!
EUGÉNE discute con el perro. JOHN y el AGENTE lo ven hacerlo. EUGÉNE levanta a OTELO y, de golpe, lo lanza por la borda.
JOHN estalla en carcajadas.
Agente: Monsieur…
John: Déjelo.
Los tres miran hacia abajo. Se rotan la botella. Un buen rato así.
Eugéne: Una de las cosas que más intrigaron mi curiosidad por este
viaje, fue una historia que me contó un amigo francés que estuvo aquí
en el Putumayo, y también en el Vaupés. Me dijo: Eugéne, no tienen
pelo. ¿Qué? Que no tienen pelo. ¿Cómo así? Pues así: no tienen.
Agente: ¿A qué se refiere, Monsieur?
EUGÉNE levanta el dedo índice y luego lo dirige a sus genitales.
JOHN sonríe.
Eugéne: Yo tenía que venir a investigar, amigos. Apenas llegué por
aquí monté a la primera india, era linda, las tetitas duras, no como
otras, con esas tetas escurridas como frutos marchitos.
Se rotan la botella.
Eugéne: Mientras se lo metía, yo le iba mirando la vagina, ¡era una
belleza! Se lo saqué y le dije como un niño: no tienes pelo, india, no
- 187 -
tienes pelo. ¿Y saben qué me dijo? (Pausa). Me dijo: pa’ qué quere
pelo, ahí ta hueco, meta.
JOHN estalla de risa. El AGENTE adopta un aire reflexivo y triste. EUGÉNE y JOHN se soplan rapé mutuamente. Nueva ronda de
cachaça.
John: (Riendo). Pa qué quere pelo…
Eugéne: Así me dijo… (Pausa). Todos estos indios están ansiosos por
recuperar su perdida libertad. (Pausa). ¿Y saben qué? Piensan que
los blancos, que llegamos a sus dominios buscando plantas valiosas, nos vamos a ir cuando ya no quede ni una.
EUGÉNE se toma un trago, le pasa la botella a JOHN, mira hacia
abajo y se lanza también por la borda. El AGENTE y JOHN miran y,
por un buen rato, siguen la posible trayectoria de perro y amo. Entretanto, otras rondas de cachaça.
John: ¡Por Eugéne, amante de las novelas de Julio Verne, un hom-
bre que soñaba con viajes extraordinarios y descubrimientos asombrosos!
Agente: ¡Salud!
John: ¡Por Eugéne, a quien de tanto hablar los dialectos bárbaros
de estas regiones, se le enredaron las reglas de la retórica francesa y
mancilló la pureza de tan elevada lengua!
Agente: ¡Salud!
John: (Saca un libro de su chaqueta). Leemos en su bienintencionado volumen intitulado En el Putumayo y sus afluentes, que los indios
witotos tenían, comillas, el miembro pequeño y con una tendencia
- 188 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
a estar siempre cubierto por el prepucio, el cual es muy largo y cubre todo el glande. Cierro comillas. ¡Por Eugéne, el maricón! ¡Por su
apetito, grande como su sed de exploración!
Silencio. El AGENTE toma el libro, lee en una página escogida
al azar.
Agente: ‘La producción aumenta a medida que las tribus salvajes se
someten al trabajo de explotación’. (Pasa a otra página). ‘Esta casa
grande, con su forma circular y su techumbre en punta, tenía un parecido notable a un circo de feria’. (John le acerca la botella. El agente se echa un trago. Busca otra página). ‘Las fotografías fueron fáciles
de tomar’. (Otra página). ‘El punto es sumamente pintoresco pero,
¿cuál no sería su belleza antes de ser profanado?’
JOHN toma ahora el libro. Busca también al azar.
John: Mi perro danés, Otelo, llevaba por su propia cuenta el car-
go de guardián de la expedición’. ¿Sí oyó? ¡Guardián de la expedición! (Busca de nuevo). ‘Era del todo inútil querer pasar la noche en
aquella casa alejada, dos hombres solos y sin armas’. (Una más). ‘Ha
comenzado el baile, baile infernal, donde tiembla la tierra bajo las
patadas de los indios’.
Tira el libro por la borda. El AGENTE se acerca. Juntos siguen
con la mirada su posible trayectoria. Lento blackout. Sonidos: un
motor, el agua pegando contra las cuadernas del vapor.
- 189 -
• 21 •
RICHARD, en el campamento, escucha su voz grabada.
Richard: Hevea brasiliensis / ‘siringa fina’ / creces en todo el trapecio
/ la más herida de todas / la más sufrida
Detiene la reproducción. Se escucha el goteo continuo de un
líquido. Toma el micrófono y activa su grabadora.
Richard: En esta selva sólo hay un libro. Y en ese libro alguien dice:
‘¡Yo he sido cauchero, yo soy cauchero! Viví entre fangosos rebalses,
en la soledad de las montañas, con mi cuadrilla de hombres palúdicos, picando la corteza de unos árboles que tienen sangre blanca,
como los dioses’.
Sin soltar el micrófono, saca de su mochila un árbol de hevea en
miniatura.
Richard: Si lo vieran. Un amigo me ha traído hasta aquí, hasta el
Apaporis, un regalo. Es un árbol, es una Hevea brasiliensis hecha con
su propia sangre. (Pausa). Es la prueba reina de mi teoría: todos los
árboles serán de caucho.
Deja el árbol en el suelo. Rebobina y escucha varias veces la última frase: todos los árboles serán de caucho. Detiene la grabación.
Blackout.
*
FIN
*
- 190 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
Alguien ¡Llegó!
//Nelson Ramiro Reinoso Fonseca
• Nelson Ramiro Reinoso Fonseca •
Soy un escritor y dramaturgo boyacense que ha intercalado la creación
artística junto con la formación en diferentes disciplinas humanísticas como
en mi formación de Ciencias de la Educación de la Universidad De La Salle
de Bogotá; de Lic. En Psicopedagogía con Énfasis en Asesoría Educativa de
la U.P.T.C., de Tunja y como Filósofo egresado de la Universidad de Antioquia.
Cada una de estas disciplinas me ha ofrecido diferentes espacios en los que he
podido alternar tanto como catedrático de Literatura y Filosofía como Dramaturgo, compartiendo varias de mis creaciones, como por ejemplo “Cada tiesto
con su arepa”, “El festín de los idiotas”, “Las purísimas”, entre otras, que han tenido un fuerte impacto positivo en las diferentes comunidades en que se han
presentado (escribiéndolas, actuándolas y dirigiéndolas simultáneamente). En
cada una de ellas me he preocupado por hacer del arte de la dramaturgia una
serie de propuestas que respondan a una poética específica y no convencional,
pero siempre matizadas por la reflexión sobre el poder, la muerte y la trascen-
dencia humana. Aún sigo escribiendo, arriesgando en la creación literaria –tanto
en la dramaturgia como en la narrativa- desde la mirada local, pero desde un
enfoque global, dentro de un tiempo que busca deslindarse de la mirada de lo
inmediato, como por ejemplo sucede en mi obra “Alguien… ¡Llegó!”.
- 193 -
Personajes
Es indispensable que todos los personajes (menos Alguien) se
perciban como marionetas vivientes para denotar y connotar la carencia de humanidad; además, utilizarán un maquillaje elaborado
y grotesco para resaltar lo escabroso de sus gestos y siguiendo la
vestimenta que se propone para cada uno de ellos en la siguiente
descripción; excepto por el último personaje (Alguien), quien estará
libre en sus movimientos, más al natural y con un maquillaje menos
acentuado, pero que exprese frescura y libertad:
Freakasso: Posa de artista. Viste esmoquin chillón, de colores
fuertes. Lleva una cámara fotográfica de instantáneas y un marco de
cuadro sin lienzo.
Kansino: Viejo calvo, cínico y decadente; presume de filosofía;
lleva anteojos oscuros y, a la fuerza, viste una bata negra que lo cubre del cuello a los pies y que comparte con su hermano siamés.
Graciano: Hermano siamés de Kansino. Igual de viejo y calvo,
pero malicioso y retrógrado que gusta del sadismo; es un dogmático apostólico. Misma bata, pero no usa anteojos sino una mitra
con una antena adosada y un báculo que de vez en cuando utiliza.
(Tanto él como su hermano cargan un gran costal viejo).
Alguien: De aspecto andrógino y aire infantil, pero de ademanes rudos. Es descuidado al hablar, pero directo, mordaz y folclórico.
No lleva ropa, usa aretes coloridos, tiene pintado todo el cuerpo al
estilo de los indígenas emberas y usa un gran tatuaje en la espalda
que, en letras amarillo limón, dice: ¡SEA CUALSEA!, sobre un corazón pintado de rojo intenso; también lleva puestas unas botas de
obrero y una ruana de cinto.
- 194 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
•
PARAJE incierto nocturno. Hay claridad pero no hay luna; una
espesa capa de niebla cubre todo el suelo.
En el proscenio, en el centro, sentados sobre un costal viejo y
sucio, los siameses Graciano-Kansino. Graciano trata de espantar la
neblina con el báculo. Kansino bosteza.
Junto a ellos, a la izquierda, una mitra con una antena adosada
permanece sobre el proscenio.
A la derecha, junto a ellos, Freakasso sentado de espaldas en
su sillón, levanta un marco de cuadro sin lienzo. Lo baja, lo sube, lo
baja, lo sube, lo baja. Se incorpora; da la vuelta al marco, lo gira y lo
vuelve a girar.
Furiosos, Kansino-Graciano, observan a Freakasso. Él los mira a
través del marco; levanta los hombros, tira el marco sobre la silla. Se
dirige de puntillas, con paso amanerado, a tres pasos del borde del
proscenio. Permanece inmóvil un instante; se agacha, se pone de
pie, encoge los hombros. Pausa. Intenta soplar la espesa neblina,
intenta nuevamente con las manos, muy delicadamente. Cruza los
brazos, encoge los hombros. Se mira las uñas.
Kansino-Graciano lo siguen, furiosos, con la mirada. Freakasso va
a situarse frente a ellos. Paso amanerado y seguro. Saca una baraja
imaginaria.
Freakasso: ¿Cartas?
Kansino-graciano: (furiosos): ¡Aquí NADIE es-cri-be!
Freakasso: (ensimismado): ¡Nai…pes!
Kansino: (enarca las cejas): ¿Y qué apuestas?
Freakasso: ¡No será el culo!
- 195 -
Graciano: (con tristeza): Ha tiempo que lo perdiste. (Pausa.)
Kansino: ¡Qué tiempos… ya nada inspiras!
Freakasso: … ¿Y tú sí? (Pausa.) Además, si el caballero no conoció
mi plumero, ¿qué polvo pudo haber allí?
Graciano: (mira a Kansino): A mí ni me mires. (Pausa.)
Kansino-graciano-Freakasso: (el uno al otro, con monotonía):
¡¿Qué apuestas?! (Pausa.) ¿Qué apostamos? (mirándose entre sí,
con alegría) ¿QUÉ a-pos-TAMOS… -AMOS? ¿AMOS?
(Pausa.)
Freakasso: (señala el costal): Eso. (Pausa.)
Kansino: Lo haría si hubiera…
Graciano: (corrigiéndolo): … si tuvieses.
Kansino: (colérico): Si tú vieses. Si TÚ VIESES. Claro. Siempre tú.
Pero resulta que (con tono filosófico) si hubiese algo mejor que vivir
como un noble Kant…
Graciano: (cortante y rabioso): ¡Perro estúpido! Eso eres Kansino.
Apostarías tu podrida almita al mismísimo Satanás si…
Kansino: (cortante, con sorna): … ¿existiese?
Freakasso: (melindroso): Ese; eses, ¿heces? (Risa breve. Pausa. Risa
breve.)
Graciano: (ofendido): ¿De qué putas te ríes?
- 196 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
Freakasso: (desinteresado): Pensaba.
Kansino-graciano: (asombrados): ¿Pen-sa-bas?!!
Freakasso: Bueno…pensar, pensar…, lo que se dice pensar. No.
Más bien… (Incrédulo) Creía. (Pausa.)
Graciano: (malicioso): ¡Creías!
Kansino: (risa breve): Creías.
Graciano: (con desdén): ¿En qué? ¡Dilo! (con lascivia toma el báculo e intenta acariciar la entrepierna de Freakasso) ¿En qué? Hijito,
con confianza.
(Freakasso da la vuelta y se dirige al sillón; se sienta; toma la cámara fotográfica de instantáneas y se toma una foto poniendo sonrisa de estúpido. Luego, ensimismado, mira el marco del cuadro.)
Kansino: (risa breve): Yo sé. (Risa breve. Pausa. Risa breve.) Sé en qué
creías… en la “antenita”. (Risa breve. Graciano se tantea la cabeza
como buscándola.) No en esa. En ésta. (Se coge la entrepierna.)
Graciano: (refunfuñando, le quita la mano): Maricón.
Kansino: (con burla): Freakasso, te llaman.
Freakasso: (ensimismado en el marco vacío): Los maricomprendo,
pero estoy ocupado.
(Kansino y Graciano se miran, extrañados. Pausa.)
Kansino: ¿En qué?
- 197 -
Graciano: (a Freakasso, imponente): ¡Trae MI mitra!
(Pausa.)
Freakasso: (ensimismado): No quiero. (Pausa.)
Kansino-graciano: ¿Por qué?
Freakasso: (ilusionado): ¿La vas a apostar?
Kansino: (impaciente): Sí, apuéstala, apuéstala, ¿síiiiiiiii?
Graciano: (furioso): ¡Apuéstala! ¡Apuéstala! No falta sino que esa per-
ra de la Verdad que está ALLÁ MO-RI-BUN-DA (dirigiendo el báculo al
sitio donde supuestamente yace la Verdad, al frente de ellos, al borde
del proscenio), al borde del precipicio, se levante y me diga…
Kansino-Freakasso: (irritados): ¡APUÉSTALA!
Graciano: No. (Pausa. Tras reflexionar, con tono conciliador.) Mejor
apostemos otra cosa.
(Se pasean de un lado al otro del proscenio; cuando se ubican
al lado contrario del lugar donde se encontraban, corren nerviosos
volviendo a su sitio.)
Freakasso: (tras reflexionar): Apostemos el MUNDO.
Kansino: (tras reflexionar): Inmundo. Ese ya lo tenemos. (Risa breve.
Pausa.)
Graciano: (maquiavélico): Divirtámonos. Apostemos por esas piltra-
fas humanas.
Kansino: (con desdén): Son muy predecibles.
- 198 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
Freakasso: (con desgano): Son pedacitos de incertidumbre…
Kansino: (con desdén): Pero, ¿por qué apostar por esas cosas que
son menos que nada?
Graciano: (tras reflexionar): Sí, no son tan eternos. (Animado.) Pero,
¡¡¿y qué?!! Siempre les quedan las ganas de tener… esperanza.
(Los tres se ríen sin emitir ningún sonido. Pausa. Vuelven a reír.)
Freakasso: (animado): Sí, divirtámonos…
(Los tres miran la neblina como buscando algo, se rascan la cabeza.)
Kansino: ¿Tú ves alguno?
Graciano: Mucha gente…, (risa breve.) Sólo indignados.
Freakasso: (desilusionado): Ni un solo humano.
Kansino: Natural.
Graciano: (conforme): Provechoso.
(Pausa.)
Freakasso: Va a llover…
Graciano: (con sorna): Tonto. No se dice va-a-llover; se dice ¡voy-a-ver!
Freakasso: (exasperado): Entonces, denme algo. (Se ubica cerca de
la Verdad.) Tendrá hambre.
- 199 -
Graciano: (fastidiado): ¡Pues no dramatices! ¡Pregúntale!
Kansino: (despreocupado): La infeliz ya no habla. (Pausa.)
Graciano: No hace falta.
(Freakasso se agacha, se incorpora; voltea, los mira, hace gestos;
se agacha de nuevo, se incorpora, se agacha.)
Freakasso: ¡Ni se mueve! (Se queda inmóvil. Pausa.)
Graciano: (excitado): Uno lo ve y se le para el infierno.
Kansino: (indiferente): Es adorable, ¿no crees?
Graciano: (más excitado): Sí, ¡es violable!
Kansino: (con lasitud): Adorable.
Graciano: (irritado): ¡Es lo mismo! (Pausa.) ¡Freakasso!
Freakasso: (despacio se incorpora, menea la cabeza): Igual, tiene
hambre. No hay duda. La Verdad está hambrienta. (Grita desesperado) ¡Kansino!
Kansino: (indiferente): ¿Síii?
Graciano: ¡Ven acá! (furioso) Aquí los únicos que actúan son los
humanos y son desastrosos porque sólo se la pasan ensayando el
papel que no les corresponde. (Con gesto digno.) Nosotros no. Estamos construidos en contra de la realidad.
Kansino: (escandalizado): ¡Pero si yo estoy acá!
- 200 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
Graciano: (refunfuña): Tú no, Freakasso.
(Pausa.)
Freakasso: (se vuelve, caminando muy amanerado): Le toca.
Kansino-graciano: (desconcertados): ¿A quién?
Freakasso: No sé… supongo que… que (los mira con gesto inquisi-
tivo)… en fin. Da lo mismo. (Permanece inmóvil un momento.)
(Pausa.)
Kansino-graciano: (se apartan, se vuelven con rabia el uno hacia el
otro, tono orgulloso): ¡Ni lo pienses!
Freakasso: Entonces, ¡pienso! (Risita breve. Risita nerviosa.) Está
bien, sólo decía…
(Kansino y Graciano lo miran extrañados.)
Freakasso: (risita nerviosa. Carraspea. Risa breve. Serio): Es decir, (ca-
rraspea; tono precavido) nosotros podemos…
Graciano: (gesto despreciativo): ¡Conjúgalo!
Kansino: (emocionado): ¿Yo puedo?
Freakasso: (asombrado): ¡¿Tú puedes?!
Graciano: (escandalizado): ¡Nooo, imbéciles! (Gesto de falsa humil-
dad.) Lo siento. (Carraspea varias veces; pone voz de erudito, tono
prepotente.) Así no se conjuga. Es: Yo PODO, del verbo PO-DAR, (a
Kansino) tú PUDIERAS, (a Freakasso) él PUDIESE, nosotros… (Espe-
- 201 -
rando que ellos completen; con énfasis), nosotros… PO-DE-MOS;
(tono eclesial.) Del sacro-santo verbo: ¡PODER!
Freakasso: ¡Joder!
Kansino: No es sinónimo.
(Pausa.)
Graciano: (tras reflexionar): ¡Da igual! (Con tono ceremonioso.) De
no ser por NOSOTROS (con indignación señala el lugar donde yace,
entre la espesa niebla, la Verdad), esa perra inmunda de la Verdad,
(se incorpora con Kansino mientras agarran el costal con gesto de
avaricia), esa putita de feria que este mundo idolatra (tono normal);
lo digo, hermanitos, con toda humildad, (gesto de odio, tono iracundo); esa loca desquiciada, ¡ah tiempo que nos hubiera matado
de hambre!
Kansino: (con lasitud): Nos hubiese.
Freakasso: Da lo mismo. Somos una celebridad desconocida y ten-
go hambre.
(Kansino saca rápidamente un alimento del costal y lo pone en
su boca; lo agarra entre los dientes gruñendo, sin soltarlo.)
Graciano: (forcejea sin soltar el costal): ¡Suelta perro inmundo! Pare-
ces un patético pitbull rabioso…
Freakasso: (se cruza de brazos; sardónico): Por favor, más respeto
por favor con los pitbull, por favor.
Kansino: (forcejea, sin soltar, entre dientes): ¡Defiendo lo que está
en los límites de la razón!
- 202 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
Graciano: (forcejea, colérico): ¿Límites? ¡Serán los de tus débiles in-
tuiciones caninas! (Con sarcasmo.) ¡Límites! ¿Dónde está el límite?
¡Eres capaz de dejarnos morir de hambre, pero no puedes matar a
nadie!
(Sigue el forcejeo; palabras confusas; gruñidos. Freakasso aprovecha para tomar fotos desde diferentes ángulos, guardando las instantáneas. Sigue el forcejeo; se detienen abruptamente. Freakasso
deja de tomar fotos. Sin soltar el costal, Graciano deja de intentar quitarle el alimento a Kansino; esculca entre el costal, saca otro alimento
del fondo, hace como si lo lanzara lejos; toma el báculo y señala un
punto indeterminado del proscenio.)
Graciano: ¡Ucha, ucha, ucha, ucha, perrito! Mira, allí está un huesú-
meno, un sabroso noúmeno. (Con énfasis.) Mira, perrito, tu cosita
en sí, ¡está allí! (Kansino, tragándose de un solo bocado el alimento,
intenta ir. Tono airoso y prepotente de Graciano) ¡A dónde crees que
vas, perro estúpido! (Indicando un lugar con el báculo.) Ese, ESE
lugar me pertenece.
(Kansino mira resignado a Freakasso, quien ha observado el lugar; éste, tanteando, se acerca curioso. Se agacha, se incorpora, los
mira; vuelve y se agacha, se incorpora, se queda mirándolos.)
Freakasso: (asombrado): ¡Evidentemente!
Kansino-graciano: (furiosos): ¡QUÉ!
Freakasso: (desenfadado): Aquí no hay nada.
Kansino: (con rencor): Lo percibí. Mis intuiciones nunca engañan. Ya
sabía yo que allí no podría haber NADA…
Graciano: (cortante, irónico): Luego, hay algo.
- 203 -
Kansino: (irritado): ¡NADA!
Graciano: (irónico): Eso, ¿te parece poco?
(Pausa.)
Kansino: (tras reflexionar): Qué conveniente suena todo cuando se
sabe tan poco.
(Pausa.)
Freakasso: (bosteza): La cuestión es de hambre.
(Pausa.)
Kansino-graciano-Freakasso: Comamos.
(Recelosos, Kansino y Graciano, revuelven el costal buscando
qué comer; Freakasso bosteza impaciente esperando su ración.)
Graciano: (saca del costal, con aire digno, un alimento y se lo da a
Freakasso, mientras Kansino sigue buscando, receloso, algo para él):
Toma. (Con la punta de los dedos.) Un poco de Tradición.
Freakasso: (con asco): ¡Uff! ¡Huácala! (Tapándose la nariz.) Está muy
rancia, como podrida, ¿no tienes algo mejorcito para mí?
Graciano: (gesto despreciativo): No seas tonto; no es para ti. Lléva-
selo a esa moribunda. (Con tono benevolente y humilde.) Que no se
diga que no soy en extremo caritativo con la pobre Verdad, ¿cierto?
(Freakasso toma el alimento, se lo lleva a la Verdad; a medio camino, para. Tantea el lugar con los pies, luego con las manos. Da la
espalda a Kansino y a Graciano. Se incorpora, se agacha. Se incorpora
- 204 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
de nuevo, mira el alimento con asco; poco a poco, lo huele, se lame
los labios con placer. Lo parte por la mitad; se agacha; melindroso,
hace como si le diera el alimento a la Verdad, pero furtivamente lo
esconde entre su esmoquin mientras se come, de un bocado, la otra
mitad. Kansino-Graciano lo miran curiosos.)
Freakasso: (incorporándose, regresa): Tengo hambre.
Kansino-graciano: ¿Eso dijo?
Freakasso: No.
Kansino: ¿Entonces?
Freakasso: No dijo nada.
Graciano: (indignado): ¡Desagradecida!
Kansino-graciano: ¡Tengo hambre!
Graciano: (irritado): ¡Yo también! (Revuelve el costal con Kansino.) A
ver, a ver…, no hay qué haber, pero, a ver…, qué tenemos…. ¡Ah, sí!
Mira, un poco de Certeza.
Freakasso: (desanimado): ¿No tienes un poquito de Imaginación?
Graciano: No.
Freakasso: (insistente): De… ¿Esperanza?
Graciano: (ofendido): ¡Qué necio eres! ¿Acaso no viste que este
perro estúpido se la tragó?
Kansino: (humilde): Perdón. (Eructa.) Tengo hambre.
- 205 -
Freakasso: (coqueto): Y… ¿si me dieras un poquito de Fe?
Graciano: (irónico): ¡Ni lo sueñes! Te caería muy pesado, hijito de mi
corazón. No es nada personal, pero ese exquisito alimento es sólo
para mí.
Freakasso: (insistente): Entonces, ¡dame un poco de sabrosa Razón!
Kansino: (con avaricia): ¡Jamás! Ese alimento me pertenece por na-
turaleza.
Freakasso: (igual): Entonces…
Kansino-graciano: (con sorna): ¡Un poco de deliciosa Certeza! (Ri-
sita breve. Pausa.)
Freakasso: (quejumbroso): Pero es que me cae muy mal… ¡Me da
estreñimiento creativo!
Kansino: (tono paternal): Pero te hace fuerte…
Graciano: (tono orgulloso): … y poderoso…
Kansino-graciano: (prepotentes): ¡Como nosotros!
(Pausa. Freakasso toma el alimento de mala gana, lo come trocito a trocito, en la silla. Taciturno, contempla su cámara fotográfica;
se toma varias fotos a sí mismo, hace gesto de colérico, melancólico, alegre, aburrido, triste. Deja la cámara fotográfica. Toma el marco
de cuadro vacío, lo mira sonriente; queda estático. Mientras, Kansino-Graciano discuten entre sí.)
Kansino: (irascible): ¡A mí me toca más Certeza que a ti!
- 206 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
Graciano: (escandalizado): ¡Necedad de necedades!
Kansino: (irritado): ¿Sabes de qué estás tan falto? (Señala su cabe-
za.) ¡De lo que tanto rechazas!
Graciano: (iracundo): Mira, si no tienes sesos, cállate y échate a un
lado, pero no estorbes, ¡deja MIS alimentos en paz!
Kansino: (ofuscado): ¡Qué interesante! Como si… (Cree escuchar
ruidos. Suena un trueno que sólo él puede escuchar; medroso)…
como si… ¿escuchaste?
Graciano: (gesto despreciativo): Claro que oí. La ironía no es tu fuer-
te. A los filosobobos se les olvidó trabajar la inventiva porque ya no
tienen; o… (Maquiavélico) ¡La tienen atrofiada!
Kansino: (ofendido): ¡Envidioso! Tenemos varios filósofos excelen-
tes a quienes lo único que les hace falta es…
Graciano: (gesto despreciativo): Pensar, ¡obvio!
Kansino: (encarándolo): ¡Mira quién lo dice! ¡Los dos somos bastardos!
Graciano: (con sorna): En mi caso, un fallo de nacimiento, hermanito; en el tuyo, uno de carácter.
Kansino: (afligido, mira a Freakasso; luego, al lugar donde yace la
Verdad): ¡Qué dolor de madre: tres hijas, TRES HIJAS y las cuatro
putas!
(Pausa. Se miran entre sí con amargura; furiosos agarran el costal
para sí al mismo tiempo.)
- 207 -
Kansino-graciano: ¡Suelta el costal! (Señalándose a sí mismos.)
MI… ¡costal! (Forcejean.) ¡SUÉL-TA-LOOO! (Al mismo tiempo lo
sueltan, se cruzan los brazos; resignados.) ¡Inútil!
(Pausa. Freakasso se incorpora lentamente de la silla, se dirige
hacia Graciano-Kansino sosteniendo el marco del cuadro vacío frente
a sus rostros; serio, mirada vaga.)
Freakasso: Ya es tarde. (Mirando el vacío del marco del cuadro.)
¡Quiero mi felicidad!
(Pausa. Graciano-Kansino se miran. Risita breve. Revuelven rápido el costal y se llenan la boca de comida; atragantados, observan a
Freakasso.)
Freakasso: (mirada vaga, sostiene el marco del cuadro vacío hacien-
do gestos): Ja, je, ji, jo, ju. ¡Ji! ¡Pobre de ti! Jo. Eres viejo, ¡jo! Cansado por problemas que ¡Ja, ja! Jamás deberían, ¡je! Haberte, ¡jo, jo,
jo! Jodido. (Risita breve.) Estás medio loco y eres medio tonto. ¡Jo!
(Con pereza.) Jo, jo, jo. (Kansino-Graciano continúan atragantándose
mientras observan a Freakasso con dureza.) Eres una ruina, ¡ja! Un
fracaso, ¡jo! (Animado.) Como lo es casi todo el mundo. Jo. (Risita
breve.) Jo, jo, jooo…
Kansino: (gesto despreciativo): No te quejes.
Graciano: (con frialdad): No cuestiones tu felicidad. (Con desdén.)
Así que quita ya tu cuadrito y…
Kansino: (animado): ¡Muéstranos las fotos que nos tomaste!
Freakasso: Sólo soy un espejo. (Baja el marco del rostro; corre presu-
roso al sillón; vuelve, regresa. Se detiene. Ansioso, busca entre sus ro-
- 208 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
pas, saca varias fotos en blanco; las examina de cerca, de lejos; vuelve
presuroso al centro del proscenio.) ¡Sí! Aquí están. (Las muestra.)
Graciano: (molesto): ¡¿Qué es eso?!
Freakasso: (con vivacidad): ¡Es arte! (Carraspea, presuntuoso.) Es mi
nueva propuesta estética…
Kansino: (emocionado): ¡Conceptual! Muy conceptual.
Freakasso: (orgulloso): No.
Graciano: (irónico): Previsible. El manejo de los conceptos, la tarea
conceptual, es una disciplina… (Se corrige.) ¡Qué digo disciplina!
(Con prepotencia.) Es una ciencia altamente intelectual, académica,
que únicamente le corresponde…
Kansino: (con avidez): ¡A mí! ¡Sólo a mí! (Orgulloso.) ¿Por qué? Por-
que… (Con tono humilde.) Soy el único, el capaz, de adentrarme…
(Carraspea; tono elegíaco.)… en los áridos terrenos, en los inaccesibles desiertos de la filosofía donde reposan los conceptos…
Freakasso: (con burla): ¡De razón! (Risita breve.) Por andar entre de-
siertos, se acostumbraron a tratar únicamente con ¡espejismos! (Risa
breve. Pausa. Risita más breve.)
Kansino-graciano: (furiosos): Más bien, ¡pinta!
(Freakasso, con paso amanerado, va al sillón; lo acerca al centro
del proscenio. Pone el marco del cuadro vacío encima del sillón. Se
baja los pantalones. Pinta defecando.)
Graciano: (con asco): ¡¿Qué haces?!
- 209 -
Freakasso: (despreocupado): Pinto. Soy artista.
Kansino: (curioso): Y, ¿qué estética es esa?
Freakasso: (arrogante): A…
Kansino: (triunfal): … Conceptual.
Freakasso: (igual): Si.
Graciano: (con asco): Y, ¿qué pintas?
Freakasso: (igual): Una obra de arte.
Graciano: Claro. Pero, ¿qué pintas?
Freakasso: (igual): Esperen… (Mueve el trasero sobre el vacío del
marco.) Ya… ya casi… (Hace fuerza)… casi termino. ¡Listo! (Se incorpora, se sube los pantalones; con orgullo, muestra el cuadro.) ¡Voilá!
(Kansino-Graciano se acercan un poco; lo escudriñan, hacen
gestos.)
Kansino: (emocionado): ¡Qué cara! ¡Qué gesto!
Graciano: (con asco): ¡¿Qué carajo es esto?!
Freakasso: (presuntuoso, tono orgulloso): Es arte. Se llama: “Retrato
Familiar”.
Kansino: (triunfal): ¡Muy conceptual!
Freakasso: (arrogante): No. De ninguna manera. Mi arte es: A-CON-
CEP-TUAL.
- 210 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
Kansino: (igual): Brillante.
Graciano: (escandalizado): ¿Brillante? ¡Qué horror! Que yo sepa, la
simple contemplación de este adefesio no produce ninguna satisfacción.
Kansino: (con burla): Es natural. Eres malísimo para el arte conceptual.
Graciano: (tono desaprensivo): No es eso. Donde hay mierda, ¡sue-
lo ver mierda!
Freakasso: (tono orgulloso): ¡Aconceptual!
(Pausa.)
Kansino: (nervioso, cree escuchar un trueno y ruidos): ¿Escuchan?
Graciano:(bosteza): Siii. Un inmenso ruido cuando abres la jetaza.
Freakasso: (con asco): ¡Uff! (Tapándose la nariz.) ¡Pedorros!
Graciano: Apuesto a que lo que escuchaste sonó como… (Irónico),
como un trueno, ¿cierto Kansino?
Kansino: (ansioso): Sí, sí. ¿Cómo lo sabes?
Graciano: (asquiento): ¡Pedorro infeliz! ¿Y todavía lo preguntas? ¡Cínico cagón!
Freakasso: (igual): ¡Asquerosos!
Kansino: (ofendido): ¡Ja! Como si ustedes cagaran flores.
- 211 -
Freakasso: (igual): Flores no, ¡pero tampoco es que nos estemos pu-
driendo! (Con ganas de vomitar.) ¡Uff! (Se airea rápidamente.) Este
olor pestilente me recuerda el aliento tan podrido que tiene la vida.
Kansino-graciano-freakasso: ¡Huele cada vez peor!
(Pausa. Discuten y pelean entre sí. Palabras confusas. El hedor insoportable los doblega. Kansino tapa la nariz a Graciano y viceversa;
Freakasso, melindroso, se sigue cubriendo la nariz.)
Graciano: (escandalizado): Este mundo está podrido del pasado.
(Pausa.)
Kansino: (tras reflexionar): Si. No es capaz de recordar el futuro.
Freakasso: (melindroso, olisquea el aire): ¡Huele a patético populacho!
Graciano: (con repugnancia): Deja de husmear como un tonto perro.
(Pausa. Los tres olisquean el aire con fastidio. Al tiempo, lentamente, se agachan; avanzan tanteando entre la espesa neblina, a
la derecha del proscenio. Se incorporan, gesto de desconcierto.
Vuelven al centro, con paso rígido y vacilante. Se miran, levantan los
hombros, los dejan caer; se inclinan un poco hacia adelante mientras avanzan por el proscenio hasta el borde, a la izquierda. Paran. Se
incorporan desconcertados, menean la cabeza. Regresan al centro,
cabizbajos. Levantan la cabeza; gesto de asco, mirando hacia el público señalan el frente del proscenio. Al tiempo, con cautela y muy
lentamente, avanzan hasta un paso antes donde, suponen, yace la
Verdad. Paran. Se incorporan. Kansino se tapa los ojos; Graciano, los
oídos; Freakasso, la nariz. Se destapan al mismo tiempo. Pausa.)
Graciano: (se agacha un poco. Risita breve. Se incorpora. Respira
profundamente. Carraspea, risa maquiavélica): ¡Ha muerto!
- 212 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
(Kansino y Freakasso se miran con gesto aterrado, la boca abierta.)
Graciano: (tono solemne): Yo, Gra…
Kansino: (contrariado): ¿Sí?
Freakasso: (igual): Ah, ¡no!
Graciano: (exasperado): ¡Silencio! (Carraspea, solemne.) Yo, Gra-
ciano, (tono humilde) soy el Camino, (con énfasis y prepotencia) la
VERDAD y la…
Kansino: (con desenfado): ¡Risa!
Freakasso: (con tristeza): ¿Y la risa?
Graciano: (con frialdad): Sólo está muerta. La Verdad. Nada más.
(Pausa.)
Freakasso: (asustado): ¡Oh! Y ahora, ¿quién podrá reemplazarla?
Kansino: (angustiado): ¡En qué seres más horribles se convertirán
esas inconscientes criaturas humanas!
(Pausa.)
Graciano: (despectivo): Burlarse de ellos no está bien.
Kansino: (sonrisa maquiavélica): Tomarlos en serio, tampoco. (Risita
breve. Pausa.)
Freakasso: (trágico): Somos accidentales. Nos cansamos rápido
cuando no mentimos.
- 213 -
(Pausa. Los tres ríen intensamente sin emitir sonido alguno. Paran. Gesto serio.)
Kansino-freakasso: ¿Y la humanidad?
(Pausa.)
Graciano: (tras reflexionar): ¡La humanidad! (Con dureza.) ¿Cuál hu-
manidad? Si tan solo es una mezquina masa enferma. (Arrogante.)
¡Que agradezcan! (Tono triunfal.) Somos los únicos interesados en
algo que a nadie interesa (voluptuoso), y nuestro régimen es una
ley que se nutre de todas las bajezas posibles. (Solemne.) Así que…
(Con súbita alegría perversa.) ¡A violar y a culiar a la difunta de la Verdad, que tiene un trasero sin estrenar!
Freakasso: Momento. (Con tono precavido.) Pero, después habrá
que enterrarla y reemplazarla…
Kansino-graciano: ¡Obvio!
Freakasso: Pero, ¿cómo?
Kansino: Fácil. Tú eres el artista.
Freakasso: (sin entender): Si… ¿Y?
Graciano: (señalando el costal): ¡¡¿Y qué es lo que te damos de
tragar?!!
Freakasso: (con asco): Oh, ¡no!
Kansino: Sí, ¡puras Certezas!
Freakasso: (igual): Si... ¿Y?
- 214 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
Graciano: (impaciente): Pues, ¡pinta cualquier Certeza!
Kansino: Y dibújala sonriente, con un aire de verosimilitud, como a
la difunta Verdad.
Freakasso: Últimamente no sonreía.
Graciano: (exasperado): Pues, ¡dibújale cualquier mueca!
Freakasso: (emocionado): Podría ser… ¿Aconceptual?
Kansino: Lo que quieras.
Graciano: (corrigiendo): Lo importante es que se parezca a la Ver-
dad; (con perversidad) que sea creíble. (Con lujuria.) Si está desnuda, mejor. Tú me entiendes, ¿no?
Freakasso: (decidido): De acuerdo, pero antes habrá que enterrarla.
Graciano: (animado): Kansino, ayúdame con las piernas que
Freakasso puede con los brazos.
(Graciano tantea con el báculo buscando las piernas entre la espesa niebla. Kansino, igual, con sus brazos. Freakasso, igual; pero no
encuentran el cadáver. Vuelven a intentarlo; se agachan, se incorporan, se miran, se rascan la cabeza. Nada. En vano. No hay difunta.)
Kansino: (asombrado): ¿Y ahora? (Se tapa la nariz.) ¡Esto hiede cada
vez peor!
Graciano: (alarmado): ¡No puede ser! (Señala toda la espesa niebla
que los rodea; gesto y voz trágicos) La difunta Verdad se difuminó
entre la niebla.
- 215 -
Freakasso: (levanta la mirada hacia el público; olisquea el aire excita-
do): ¡Se está difundiendo! La difunta, se está difuminando.
Graciano: (igual): ¡Lo que nos faltaba! (A Kansino.) Haz algo, ¡estúpido!
Kansino: (con seriedad): Freakasso, mete toda la niebla entre el cos-
tal. Apúrate. (Freakasso hace caso.)
Graciano: (furioso): ¡¿Qué haces?!
Kansino: Acaso, ¿no me dijiste que hiciera algo? (Pausa breve.) Es-
túpido.
Graciano: (igual): Tras de cínico, ¡bruto! (Señalando hacia el públi-
co.) Acaso no ves que las narices del mundo, (con énfasis) ¡¿pueden
percibir esta hediondez?!
Kansino: (despreocupado): Para lo que les importa.
Freakasso: ¡Hay que distraerlos! (Pausa.) Digo. Es lo único por lo
que se interesan.
(Pausa.)
Kansino: (tras reflexionar): ¿Por qué no?
Graciano: (tras reflexionar): Si, ¿por qué no? A ver Freakasso, (con
frenesí.) Canta, canta. Por estos días a los poetas siempre les creen,
¡aunque no sepan ni un culo de poesía!
Kansino: (colérico): ¡Ni lo intentes! (Advirtiendo.) Siempre quieren
decir cosas peores que las que hay entre nosotros.
Graciano: ¡Por eso!
- 216 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
Kansino: (igual): De ningún modo.
Freakasso: ¿Por qué?
Kansino: (igual): Lo poético me parece muy incierto.
Freakasso: ¿Por qué?
Kansino: Porque al mundo siempre le parece que lo poético es la
poesía y…
Freakasso: … ¡Viceversa!
Kansino: (exasperado): La naturaleza es la única poesía y…
Freakasso: … ¡Viceversa!
Graciano: (emocionado): No hagas caso, Freakasso. ¡Canta! Que
los poetas utilizan la verdad que estos inútiles filósofos no pueden.
Freakasso: (con orgullo): ¿Y a qué le canto? ¿Al Amor?
Kansino: (molesto): ¡Nooo! El Amor es un simple deseo agenciado
por intereses privados.
(Pausa.)
Freakasso: … ¿Al Hombre?
Graciano: No. Ese es tan sólo un soplo absurdo del podrido fruto ser.
(Pausa.)
- 217 -
Freakasso: (tras reflexionar): Entonces… (Con tono romántico.) ¡Al
Campo! ¡A la Naturaleza!, y…
Kansino-graciano: (desesperados): ¡Sé original!
Kansino: (con burla): Exacto. Cántale a los edificios, por ejemplo. O
a lo que hay dentro.
Graciano: Muy pertinente. (Con éxtasis.) Sí, cántale a esas ovejitas
que viven en sus edificios. (Tono dictatorial.) ¡Pero hazlo en verso!
(Con arrogancia.) Que no se diga que no nos nutrimos de exquisita
Tradición.
Freakasso: (carraspea; declama):
¿Qué son esos insolentes edificios
En tu bóveda orgullosa?
Ardid humano que ostenta
Un simple espejismo macabro
Transformado en ladrillos.
(Con emoción.)
¡Edificios insolentes!
Envolventes artificios
Donde habitan con sus vicios,
¡Apretujos!, de las gentes.
(Taciturno.)
Maquillados con granito y arena,
La cal, en su cutis de cemento,
Birla la tez tan serena
Que levanta el firmamento…
(Fatídico.)
- 218 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
Meros arambeles de hombre
Que corre con pies de asfalto;
Sólo un cotejo de nubes,
Arcilla de agua y de viento,
(Inspirado.)
Moja sus zafios ojos,
Ventanales que atisban sordos
Una miríada de ecos
Que sólo escupen las urbes.
(Tono expectante.)
Exenta, la oscuridad sigilosa
Se cierne como un descalabro
Sobre la multitud desierta
De seres que mudan sus ruidos…
(Con emoción.)
¡Insolentes edificios!
Artificios envolventes
Con sus vicios donde habitan,
De las gentes, ¡Apretujos!
(Pausa.)
Kansino: (asqueado): ¡Qué pestilencia!
Freakasso: (iracundo): Pues, si no te gusta, hazlo tú, o recoge ésta
neblina con tu pútrido costal a ver qué cantas. (Airado.) ¡Como si la
verdadera ficción no fuera una gracia!
- 219 -
Kansino: (igual):… Sólo sé decir palabras.
Freakasso: (igual): Exacto. ¿Cuándo citarás las tuyas?
(Pausa.)
Graciano: (a Freakasso): ¡Arrodíllate!
(Freakasso, de mala gana, se arrodilla; junta las manos en actitud de oración. Kansino-Graciano hacen lo mismo; se miran entre sí;
levantan la mirada al cielo mientras intentan meter la espesa niebla
entre el costal. Paran. Todos cantan.)
¡Ay, que jedor!, qué olor, ¡qué porquería!
Se nos murió, ¡ninguna falta hacía!
A la Verdad, ¡ya nadie la quería!
Y de sus pechos, ¡ya no hay leche y miel!
¡Sólo carroña para el hombre fiel!
Cual esperpentos, ¡seamos siempre cruel!
¡Sólo carroña para el hombre fiel!
(Risa burlona. Pausa.)
Freakasso: : Seamos auténticos. Hagámosle un entierro a la anti-
gua: ¡Simbólico!
Graciano: (gesto despreciativo): ¡A callar! (Con solemnidad.) Me-
jor… (Alza los ojos, junta las manos; cierra los ojos, alza los brazos,
abre los ojos; a Freakasso.) ¡Mi mitra! (Freakasso se incorpora, mientras Kansino-Graciano permanecen de rodillas, trae la mitra y se la
alcanza a Graciano.) Pónmela. No. (Rapándosela a Freakasso.) Aún
eres un pagano indefinido. (Toma la mitra; le estira la antena adosada, mientras, Freakasso vuelve a su sitio, se pone de rodillas. Acomoda con rigidez la mitra en la cabeza; la mueve como buscando
- 220 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
señal; tono solemne.) Silencio. (Pausa. Freakasso y Kansino están expectantes. Graciano sigue buscando señal; mueve la cabeza arriba,
abajo, a los lados, la sube. Se quita la mitra. Sacude la antena. Vuelve
a ponerse la mitra. Mira al frente, taciturno.) ¿Dónde estás?
(Pausa.)
Kansino-freakasso: (expectantes): … ¿Y? ¿Qué dice Él?
(Pausa.)
Graciano: Ni modos. (Carraspea.) Se ha perdido. (Tono solemne.)
En este momento todos lo buscan al mismo tiempo desde todas
partes. (Desconsolado.) Y no alcanzo a coger señal. (Los mira con
desdén.) Hay mucho ruido.
(Pausa.)
Kansino: (pensativo): Graciano, respóndenos de una vez por todas,
¿existe realmente Dios?
Graciano: (vacilante): Bueno…, este… Es decir…, sinceramente…
No tengo respuesta.
Freakasso: (curioso): ¿Por qué no respondes?
Graciano: (gesto despreciativo): Porque la pregunta de este necio
no tiene respuesta.
Freakasso: (escandalizado): ¡O sea que eres ateo!
Graciano: (orgulloso): Claro que no. Ese es un lujo que sólo se pue-
de dar Dios.
- 221 -
(Pausa.)
Freakasso: (intrigado): ¿Entonces?
Graciano: (con prepotencia): Sucede que un vulgar y cínico ateo
(señala con desprecio a Kansino) como este, comete el error de negar algo de lo que aún no puede decirse nada.
(Pausa.)
Kansino: (despreocupado): Y el teísta Graciano comete el error de
afirmarlo.
(Súbitamente, mientras permanecen arrodillados, una voz con
tono triunfal los interrumpe.)
Alguien: ¡Llegó!
(Hay confusión absurda y estúpida entre ellos. Graciano alza las
manos al cielo; Kansino, las junta piadosamente mirando al frente.
Freakasso abre los ojos incrédulo.)
Graciano: (con éxtasis): … Y el Verbo…
Kansino: (con fanatismo): ¡Oh, divina Cosa en sí! ¡Sagrado Noúmeno!
Kansino-graciano: (extasiados): ¡Apareció entre nosotros!
Freakasso: (con burla): Poderoso: ¡Aconceptualízate! (Risa breve.)
(Entra Alguien sin que los tres se den cuenta. Permanecen de
rodillas dándole la espalda; hilarantes gestos vanos con rumores de
inútiles palabras ininteligibles. Silencio. Cuchichean muy bajito, callándose mutuamente. Ponen las manos en las orejas tratando de
- 222 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
escuchar mejor. Permanecen quietos. Indiferente, Alguien pone una
de sus manos en el hombro de Kansino, insistiendo.)
Alguien: ¡Llegó!
(Kansino-Graciano y Freakasso, a la vez, rumoran entre sí.)
Kansino: (nervioso): ¿Lo oíste?
Graciano: (emocionado): ¡Shíss! Claro que lo oí, ¡Siempre lo oigo!
Kansino: (igual): Pero, nunca lo habías sentido o ¡experimentado!
Alguien: ¡Llegó!
(Los tres se voltean asombrados. Se incorporan. Rumoran entre
sí. Desilusionados, lo rodean con actitud amenazante. Alguien insiste.)
Alguien: ¡Llegó!
Freakasso: (displicente): Encantado.
Alguien:¡Desencantado! ¡Llegó! ¡Llegó! ¡Llegó!
(Los tres acosan con preguntas a Alguien.)
Graciano: (desconfiado): Y tú, ¿en quién crees?
Kansino: (amenazador): ¿Qué piensas?
Freakasso: (despectivo): ¿Qué creas?
(Indiferente, Alguien insiste.)
- 223 -
Alguien: ¡Llegó!
(Pausa. Los tres lo miran con hostilidad. Kansino intenta someterlo, pero Alguien es más ágil y se mueve insistiendo.)
Alguien: ¡Llegó! ¡Llegó! ¡Llegó!
(Graciano lo mira con lujuria; excitado, se le acerca e intenta violarlo con el báculo.)
Graciano: (cantando):
Naranja dulce, limón partido
¡Dame un besito, niño querido!
Alguien: No sea hijueputa, ¡gran desGraciano!
Que ese bacúlo es pal careculo
¡De don Kansino!
(Freakasso se excita y toma fotos. Mientras, Alguien los reta a una
apuesta sin naipes.)
Alguien: Apuesto glosas hermosas, por ese costal de ayer, a quien
sepa responderme, sin naipes ni desaires, ¿cuál es el animal astuto
que sus sapiensas no han logrado conocer?
(Mientras, Kansino-Graciano le observan con sonrisa ignorante, Alguien les quita el costal. Graciano se vuelve mudo y sólo hace gestos
hilarantes intentando comunicarse. Kansino se vuelve tartamudo.)
Kansino: ¡Fr… Fr… Frea… Freak… Freak… K, K… K-K… Kass… Kass…
Kasso!
(Freakasso se vuelve trovador parlanchín.)
- 224 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
Freakasso: ¡Calla, calla mi Kansino!
Que Graciano está celoso;
De hacer el oso me encargo
¡Espantando a este chismoso! (A Alguien, amenazante.)
Creer, ¡dime qué crees!
¿Que pensar es de filosos?;
Si reflexionar no sabes,
¡Populacho andrajoso!
¿Artista? ¡Tampoco eres!,
¡Si no sabes de conceptos!
A puro inculto me hueles
¡Tonto raro de ocasión!
Sólo sabes decir: ¡Llegó!
… ¡Hasta humano me pareces!
(Alguien les canta con ritmo de joropo llanero. Música de fondo.)
Alguien: ¡Aaaaaaaaaaaay! Asómensos ¡Zafios mostrencos!
¡Llegó el fin de los comienzos!
Que lo que mis lumbres vieron,
Voy a cantarles dueñores
Cuando el cerebro y el ñervio de Cautivos Soquenfermos,
¡Avispate Culituerto!,
Planchó la jeta a desmanes:
Era un fortín ascademicista de unos tontos boderosos,
Que venía causando estragos;
Asestó tan fiero golpe,
¡Que nos hizo estremecer por años!
¡Aaaaaaaaaaaay! Llegó, luego, luego, luego,
A todos estos boquituertos,
Que se pusieran las ropas de los culos que jodieron,
En combate por Folclores,
Donde los nuestros vencieron,
Sin certeza y con razón,
- 225 -
En la puja verso a menso,
Que al filóflojo kantsón
¡Le hizo estremecer sus sabios!
¡Aaaaaaaaaaaay! Mandó y a todos llegó
A estos tontos dizque doctos,
Que se pusieran los huesos de los hombres que ruñeron,
Con pereza y sin pudor,
En la puja verso a menso,
Que al brazo populachón,
¡No lo tuerce un desGraciano!
¡Aaaaaaaaaaaay! Como un Alguien que llegó
Sin hacer caso de esta peste,
Entrando al paraje gruñó:
¡Soy quien llegó y ha llegado!
Ahuequen doctos cobardes,
Si son sabios verdaderos,
Pues ya no van a fungir
Mintiendo lo que supieron:
¡La Verdad es folclor popular!
No jarte, pensar ni Femaldad,
¡De un pelele cruel mostrenco!
(Pausa. Graciano le quita la cámara fotográfica a Freakasso
que está pasmado, boca abierta, mirando a Alguien; le toma fotos.
Freakasso no se mueve. Alguien les da la espalda insistiendo que
¡Llegó!, mientras señala al público y, luego, a varias direcciones del
proscenio. Freakasso, extasiado, se arrodilla en adoración contemplando la espalda de Alguien. Kansino y Graciano intentan arrebatarle el costal a Alguien; pero éste juega con el costal, les da costalazos,
desocupándolo. Mientras, la espesa niebla se desvanece. Kansino,
Graciano y Freakasso, anonadados, recuperan su habla normal. Se
miran. Miran el suelo. Contemplan todo el proscenio.)
- 226 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
Graciano-freakasso: Caminábamos por el techo de la mierda.
Kansino: Contemplando las estrellas; hasta que…
Alguien: ¡Llegó!
Kansino-graciano-freakasso: (irritados): ¡¿QUIÉN?!
Alguien: (cantando y bailando): ¡Llegó! ¡Llegó, llegó, llegó, llegó!
¡Llegó! ¡Llegó! ¡Llegó! (Arroja el costal al extremo derecho del proscenio. Sigue bailando y cantando.)
(Pausa.)
Graciano: (trágico, mirada perdida): Abrir los ojos y sentir que nos
sacuden con su curiosidad, con su hastío, con sus reproches… Con
todo lo que les asoma a la piel y tienen a mano.
Kansino: (afligido): Tal vez no están muy interesados en lo que viven,
tal vez sí. (Pensativo.) Lo único cierto es que se traen entre manos
cosas muy disímiles de lo que podemos pensar o creer de ellos.
Graciano: (esperanzado): Pero ahí están; casi que ofreciéndosenos
una vez más a pesar de la repulsa o resistencia que les genere.
Kansino: (melancólico): No son los únicos. A nosotros como a ellos,
también nos une el desencuentro.
Freakasso: (resignado): ¡Qué le vamos a hacer! (Presuroso, se apo-
dera del costal) A falta de dulce Esperanza…
Alguien: ¡Llegó! (Sale del escenario cantando y bailando.) ¡Llegó!
¡Llegó! ¡Llegó!
- 227 -
(Pausa. Freakasso sale del escenario remedándolo. Pausa. Kansino-Graciano se miran coléricos; se incorporan; Graciano toma el báculo y se pone la mitra. Salen del escenario muy despacio, solemnes
y con aire de dignidad. Escenario vacío.)
*
cae el telón
*
- 228 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
Yagé ®
Geodrama amazónico
//Genny Cuervo
• Genny cuervo •
Actriz, directora y dramaturga. Licenciada en Arte Dramático de la Univer-
sidad del Valle y Magister en Dramaturgia del Instituto Universitario del Arte
(IUNA) de Buenos Aires –Argentina.
Directora de LABORACTORES, laboratorio creativo, donde investiga la
puesta en escena y desarrollo de sus propuestas dramatúrgicas. Lidera el pro-
yecto LEEE Laboratorio Escuela de Escritura Escénica, impulsando la práctica y
reflexión en torno a la escritura escénica, vinculando a artistas y jóvenes creadores interesados en la investigación dramatúrgica en la ciudad de Cali.
Ha sido una artista becada por el Ministerio de Cultura de Colombia con
la Beca de dramaturgia 2013 y por la Alcaldía de Cali con la Beca de creación.
Becada por el programa Iberescena Beca de dramaturgia en residencia 2014 y
con la beca Pasantías teatrales internacionales del Ministerio de cultura 2014.
Es docente del programa de Lic. En Arte dramático de la Universidad del
Valle, donde imparte seminarios sobre teoría teatral.
- 231 -
A mi hija RIO.
- 232 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
• Verde Amazónico •
Elsa: Abrí el mapa. Identifiqué la tierra materna. La mancha verde
en el rincón del país. Decidí mi ruta. Delimité mi territorio. Amazonas. Hice mi propio mapa. El único color que necesité para colorear
este mapa fue el verde. Un verde intenso que me incendió los ojos.
Desde entonces sólo veo verde. Corrí las enredaderas que lo cubren
todo. Vi debajo de la maraña enredada el olor húmedo de la vida. El
zumbido de la creación.
Traigo una carta. La carta que mi mamá no alcanzó a enviar.
Una carta para su única amiga. Espero ser bien recibida. Todo está
como ella me lo contaba. No voy a conocer a mi madre hasta que
no conozca esta tierra.
Polo: ¿Para dónde va? ¿Necesita hotel?
Elsa: Me asustó.
Polo: Perdón ¿Necesita hotel?
Elsa: No gracias.
Polo: ¿Para dónde va?
Elsa: Para la casa de Pastora.
Polo: ¿Pastora? Por aquí hay muchas Pastoras.
Elsa: No sé el apellido.
Polo: ¿Cuál de todas será?
Elsa: Ella es la esposa de un taita.
- 233 -
Polo: ¡Ah!, Doña Pastora. ¿Quiere que la lleve?
Elsa: No gracias. ¿Por dónde es?
Polo: No le dé miedo. Si quiere saco mi moto y la llevo.
Elsa: ¿Es muy lejos?
Polo: De esa calle para arriba…Unos diez minutos. Espere voy por
la moto.
Elsa: No, tranquilo. Prefiero caminar.
Polo: Yo soy conocido de doña Pastora. No le dé miedo.
Elsa: Prefiero caminar. Tengo las piernas entumidas por el viaje.
Polo: Si necesita alguien que le muestre todo esto, estoy a su servi-
cio. ¿Cuánto tiempo va a quedarse?
Elsa: No sé. Varios días.
Polo: ¿Y doña Pastora la está esperando? Porque ella nunca está en
la casa.
Elsa: ¿Y cómo es la casa de ella?
Polo: Una casita blanca, al lado derecho, después de un cultivo de
yuca, ¿Conoce la yuca?
Al ladito va a ver la casa. Por ahí va preguntando.
Elsa: Bueno, gracias.
- 234 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
Polo: Polo, a sus órdenes. Promotor turístico. Servicio de guía. ¿Us-
ted es estudiante cierto?
Elsa: Si.
Polo: ¿Le ayudo con la maleta?
Elsa: No tranquilo.
Polo: ¿Usted es extranjera cierto? ¿Estudiante? Se le nota que es
estudiada. Por aquí viene mucho universitario con ganas de conocer
la selva. ¿Usted que estudia?
Elsa: Botánica.
Polo: ¿Y eso qué es?
Elsa: Estudio las plantas.
Polo: ¡No! Entonces aquí se va a volver loca. Aquí hay matas por
todo lado. Si quiere mañana le hago un recorrido selva adentro. Yo
soy el que pasea a los doctores cuando vienen a estudiar la zona. Lo
que esté buscando me dice y yo le cuadro todo el paseo.
Elsa: Primero quiero llegar.
Polo: Claro, claro. Llegue. Bienvenida ¿Seguro que no quiere que
la lleve?
Elsa: No, tranquilo.
Polo: Polo. No se olvide. Aquí me encuentra cuando quiera. Polo.
¿Usted cómo se llama?
- 235 -
Elsa: Elsa.
Polo: Un gusto Elsa. Por aquí la espero. Y para lo que necesite. Vaya
con cuidado. Con los ojitos bien abiertos.
Elsa: ¿Es peligroso?
Polo: No, tranquila. Por acá no pasa nada. Pero hay que ir despier-
to…Adiosito. Están los angelitos visitando la selva. Habrá que recibirlos con los brazos abiertos.
- 236 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
• Loros de muchas lenguas •
Carlos: Buscadores, buscadores, buscadores. Patentando todo lo
que se atraviese, explotando todo, todo explotado. Y nosotros, quemándonos en medio de la explosión. Diez años después nos enteramos del que el Yagé tiene dueño, Patente 5752, concedida en
1986. La Oficina de Patentes de Estados Unidos concede la patente
sobre la variedad de “Baniste Da-Vine”, a un doctor que se llevó una
muestra regalada por un abuelo del Ecuador. A cambio del bejuco, ¿adivinen que recibió el abuelo? Una cajetilla de Marlboro. El
dueño de la patente tiene un laboratorio farmacéutico. Me imagino
nuestra planta sagrada vendida en frasquitos. Ellos nos creen monos
bailarines. Pero también somos loros de muchas lenguas. Somos
jaguares que sacamos las garras para asustar a la presa. Las plantas
no tienen dueño. Las plantas tienen amigos. Los que hablamos con
ellas, los que las sembramos, los que vamos a defenderlas.
- 237 -
• Tecnicismos •
Pastora: Eso es ilegal ¿cierto?
Francelina: Son cosas técnicas, Pastora. Se plantó el bejuco en
Estados Unidos, se obtuvo una variedad diferente, porque las flores
son de otro color, y lo patentaron…
Pastora: Pues claro que tiene un color diferente…Si es Yagé gringo.
Carlos: Un insulto.
Francelina: Pero, aquí dice que las Organización de Indígenas de
la Amazonía va a solicitar la anulación.
Domingo: Lo único que tienen que decirle a ese presidente, es
que el Yagé hace parte de nuestra gente desde hace muchos siglos
y nosotros curamos con él, ¡Curamos! No drogamos a nadie, ¡Curamos! Es nuestra medicina. Eso es lo que tienen que decir, y con
eso es suficiente.
Carlos: Eso es lo que menos les importa, Domingo.
Francelina: Parece que hay muchos proyectos en la Amazonía…
Pastora: Para eso la necesitamos a usted.
Francelina: ¿Para qué?
Pastora: Necesitamos asesoría, nos quieren quitar todo. Quieren
patentar todo. Por un papelito de esos, el día de mañana nos toca
pagar o escondernos para tomar remedio. La misma historia ya la
hemos visto con muchas cosas. No quieren dejarnos nada. Nada.
- 238 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
Francelina: Pero yo de patentes de no sé nada…
Pastora: Pero sabe de leyes. Nosotros tenemos derecho a prote-
gernos ¿cierto? El alcalde está esperando un proyecto grande. Dicen que vienen a comprar tierras. Y Carlos escuchó que vienen a
sembrar plantas medicinales. Para eso necesitan mucha tierra Francelina. Necesitamos que usted nos ayude a frenarlo legalmente.
Domingo: Donde se den cuenta que toda planta de la selva sirve
para curar una cosa diferente, van a venir a patentar la selva entera.
Carlos: Y sacar todo lo que está debajo de la selva también.
Pastora: No lo vamos a permitir. Van a escribir cartas de todas par-
tes. Toda la gente está enojada. Le vamos a quitar la patente a la
farmacéutica esa. Y no nos vamos a dejar robar el conocimiento, ni
a venderlo por una cajetilla de cigarrillos. Ya no más…
Carlos: Menos mal la empresa esa, sólo nos lleva diez años de ven-
taja ¿no?
Domingo: Por eso los taitas van a ir hablar con el presidente. Ya
tienen todo listo para el viaje.
Carlos: Me imagino a los taitas en Estados Unidos. Ojalá se lleven
varias plantas y las patenten antes de que se nos adelanten.
Pastora: Si les alquilan unos tres aviones, mandamos la selva ente-
ra, pero con espíritus y todo.
Carlos: Que se lleven todos los espíritus que quieran. Aproveche-
mos que por ahora no les piden visa.
- 239 -
Pastora: Se le salen los ojos con estas tierras, Francelina. La ley
tiene que ayudarnos ¿cierto? Por eso la estábamos esperando. Yo
no veía la hora de que volviera convertida en toda una abogada.
Necesitamos usar sus medios, o si no, el daño que le van a hacer a
esta tierra es muy grande. Y este es el mejor ejemplo, si se atreven a
patentar nuestra planta sagrada, ¿qué vamos a esperar? ¿Qué dice?
¿Nos va a ayudar?
Francelina: Usted sabe que estoy en el proyecto con las madres…
Pastora: Y puede continuarlo. Pero ayúdenos a pensar cómo dete-
ner el proyecto del alcalde, ese señor…
Francelina: Yo apenas estoy volviendo. Todavía no sé cómo están
las cosas…
Carlos: Como siempre…y peor.
Francelina: ¿Pero, yo qué puedo hacer?
Pastora: Asesorarnos. ¿Esas leyes que estudió sirven para algo o no?
Carlos: Sirven para mucho…pero no sirven para todos.
Francelina: Sirven para todos.
Carlos: Veremos.
Pastora: Veremos. Necesitamos que esté con nosotros. Vamos a
mover a la gente. Vamos a vigilar lo que planean por acá…y usted
nos va a decir cómo podemos reclamar lo que es nuestro.
- 240 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
Carlos: Hay que cuidarse más de la gente que llega con sus cua-
dernos y sus aparatos a extraernos información. A comerse lo que
sabemos. Como la universitaria que tienen ustedes en la casa.
Pastora: Ella es otra cosa, ella también es de aquí.
Carlos: La mamá nos borró. Se olvidó de este pueblo.
Pastora: ¿Usted que sabe? Esa mujer nunca dejó de pensar en
nosotros. Por algo está aquí la hija. Por algo, mijo.
Carlos: Tenemos que sacar a toda la gente extraña que esté por acá.
Francelina: Hay que ser muy diplomáticos.
Carlos: La diplomacia se la dejo a usted. La gente tiene que enten-
der que no se puede recibir a todo el mundo como hermanos. Se
están aprovechando. Hay que ponerse duros. Lo mejor es no recibir
bien a nadie.
Francelina: Hay que ser muy delicados.
Pastora: Pero si es bueno que nos cuidemos más.
Domingo: Ya sabemos lo que se viene.
Pastora: Yo voy organizar a las mujeres para que no le cocinen, ni
hospeden a nadie.
Carlos: Eso, eso. Que se les haga más difícil instalarse aquí.
Francelina: Yo les aconsejo hacerlo todo por la vía legal.
- 241 -
Pastora: Claro mija. Nosotros no somos delincuentes. Por eso la
estamos buscando. Usted nos va ayudar con eso... ¿cierto?
Francelina: No sé. Primero tengo que estudiar el proyecto. Ver si
están violando alguna ley…
Carlos: Están ofreciendo tierras que son resguardos. Que son re-
servas…
Francelina: Eso se puede alegar. Nadie puede…
Pastora: Por eso. Necesitamos que alegue con nosotros.
Domingo: A nosotros solos no nos escuchan.
Carlos: Con alegatos no se consigue nada. Tenemos que mostrar-
les que no están en la tierra de nadie.
Pastora: Francelina sabe de eso, Carlos. Deje que ella mueva sus
hilos y nosotros movemos los nuestros. ¿Usted puede ir mañana a la
reunión con el cabildo?
Francelina: ¿Mañana?
Domingo: Mañana se pacta lo que hablamos aquí. Y la presenta-
mos como nuestra nueva abogada.
Carlos: ¿Ya le contaron que el último abogado salió corriendo?
Pastora: Porque no era de aquí. Se asustaba fácil.
Domingo: Y le tocó una pelea dura con la carretera.
- 242 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
Carlos: Pelea perdida.
Pastora: Francelina sabe para qué sabe, lo que sabe. ¿Cierto mija?
Carlos: Y si no tranquila. Salen buses todos los días desde las 5 de
la mañana. Si se enreda mucho…
Pastora: Ya, Carlos. No hay que probar nada. Ella está con nosotros.
Voy a reunirme con las mujeres.
Carlos: Quería asegurarme de que no va a irse en el bus de la
madrugada.
Pastora: Bueno, nos vemos mañana en la sede comunal.
Francelina: ¿A qué hora?
Pastora: A las nueve.
Domingo: Gracias, Francelina. Pásese por la casa y conoce a Elsa.
Ella nos va ayudar mucho; ella está haciendo la tesis sobre las plantas medicinales.
Domingo: Hasta mañanita.
Francelina: Hasta mañana.
- 243 -
• Llegan turistas (maletas) •
Polo carga las maletas de los turistas. Busca un lugar donde dejarlas. Las mujeres le cierran el paso (delantales que se convierten en
dioses). Finalmenete instala a los turistas en su casa.
- 244 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
• Registros de prensa •
Carlos: Llevaron las cartas. Viajaron los taitas. Cantamos en
la Casa Blanca. En el noticiero le dieron a la noticia minuto y medio. Nunca volvieron a decir nada. Los periódicos dijeron algunas
cosas. Y de las quinientas palabras que nos dieron, cuatrocientas
fueron utilizadas para confundir y combinar los testimonios. Las
otras cien eran conectores y adjetivos que no lograron rescatar a la
verdad de la tinta malgastada por los periodistas. La presencia de
los taitas en Washington fue publicada en los periódicos como una
nueva moda, como si dieran la noticia de un desfile. Las plumas y
los collares de nuestros mensajeros llamaron más la atención que
nuestros reclamos. Sólo les interesó la exótica visita de dos indígenas del Amazonas en Gringolandia. Les ayudamos a vender más
periódicos. No escribieron nuestras palabras. No escribieron nuestros cantos. Nuestros cantos siempre les han causado gracia. Pero
si entendieran lo que cantamos, si nos entendieran, no les quedaría
espacio en sus periódicos donde no quisieran hablar de nosotros.
El presidente gringo fingió escuchar a nuestro abuelo. Nosotros entendemos sus burlas y no esperamos soluciones desde su palacio.
Hicimos nuestro comunicado. No queremos más buscadores en la
Amazonía. No queremos extranjeros que se lleven nuestro conocimiento. No son bienvenidos.
- 245 -
• Caballo de acero •
La motocicleta de polo resuena en los caminos de la selva. Los
pájaros huyen espantados. El perro (el taita), ladra al visitante.
Pastora: Ahí viene el loco ese. ¿Usted lo está esperando?
Domingo: Viene a pedir algo.
Pastora: Si, viene a pedir ceremonias para sus turistas, dígale que
no. El taita no quiere darle remedio a cualquiera.
Domingo: A mí no me ha dicho nada.
Pastora: Escuche Domingo, ese animal va a desterrarme todo los
animales de la chagra. Dígale que aquí no vuelva, si es que ya no le
sirven las patas.
El sonido del motor es más intenso. Polo la apaga y deciende
de ella.
Polo: Buenas.
Pastora: Que es su bulla, Polo.
Polo: Yo no. Es mi caballito de acero.
Pastora: Pues su acero nos va dejar la chagra sin pájaros.
Polo: Eso se acostumbran. ¿Usted cree que en la ciudad no hay
pájaros?
Pastora: Pájaros sordos.
- 246 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
Polo: ¿El taita no está?
Pastora: ¿Quién lo busca?
Polo: Yo.
Pastora: No está.
Polo: ¿Va estar largo el viaje?
Pastora: ¿Quién pregunta?
Polo: Yo.
Pastora: No sé.
Domingo: ¿Qué hace, Polo?
Polo: Voltiando selva arriba y selva abajo.
Pastora: ¿Y no se marea?
Polo: Andaba buscándoles acomodo a los doctores que llegaron
de Bogotá.
Pastora: ¿Más doctores? ¿Usted no leyó el comunicado?
Domingo: ¿Y dónde se quedaron?
Polo: Nadie quiso hospedarlos. Dizque los espíritus les prohibieron
darle posada a extranjeros. No pude convencer a la gente de que
Bogotá queda en el mismo país que nosotros. Me tocó acomodarlos en mi casa.
- 247 -
Pastora: Claro, para ayudarles a repartirse la tierra entre los gringos
esos.
Polo: Ellos no son gringos, vienen de Bogotá. Bogotá está en el mis-
mo país que nosotros, ¿Cómo les hago entender? ¿Domingo, usted
qué sabe del mensaje de los espíritus que anda contando la gente?
Pastora: Eso mismo, que no podemos seguir recibiendo a la gente
que viene con malas ideas.
Polo: Pero no se puede culpar a todos por lo que hizo un doctor
loco. Esa gente viene a ayudarnos, quieren hacer un…
Pastora: No van a darnos nada que no tengamos.
Polo: No tenemos nada…cualquier cosa que nos den.
Pastora: Nada que no podamos conseguir solos…si nos dejaran.
Polo: No podemos sacarlos de aquí, ellos también son colombianos, si quieren seguir acá…
Pastora: No son bienvenidos.
Polo: Usted fue la que enredo a las mujeres ¿no?
Pastora: Las desenredé mijo, las desenredé.
Polo: Yo entiendo que saquen a la gente de la patente. Pero la
gente que yo traigo…
Pastora: La gente que usted trae, ni siquiera la conoce.
- 248 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
Polo: Son recomendados del alcalde…
Pastora: ¡Imagínese!
Polo: Yo sólo quiero hacer turismo, yo pienso en la comunidad…
Pastora: Usted piensa en sus cositas de acero…
Polo: Cosas para todos. La gente no vive de historias, Doña Pas-
tora. Estos doctores traen un proyecto grande, hay trabajo para
mucha gente.
Pastora: Mi mamá me contaba que en la época del petróleo los
doctores no se sacaban las promesas de la boca. Lo único que les
construyeron fue un cementerio. ¿Y adivine a quienes metieron ahí?
Polo: Esta es otra gente, otra época. Domingo, hable con la gente.
Usted es hijo del taita, a usted van a escucharlo, mis doctores sólo
quieren hacer turismo.
Domingo: El problema es que el invitado se vuelve el dueño de la
casa y termina sacando a los que le dieron posada.
Pastora: Nos quieren dejar sin nada, Polo. ¿Usted no ve?
Polo: ¿Qué nos van a quitar? Aquí sólo hay polvo y matas.
Pastora: Si uno se acercan mucho a la hoja, no alcanza a ver el ár-
bol. Pero si uno se aleja un poquito, ve el árbol completo. Mande a
sus turistas para otro paseo, aquí no son bien recibidos.
Polo: Pues al alcalde no le gustan nada esas cosas. Ustedes se están
buscando problemas.
- 249 -
Pastora: Pues cuando una busca…
Polo: No se crean que porque tienen una amiga abogada, ya pue-
den hacer lo que quieran. Que porque el presidente gringo recibió
al abuelo, ya son sus protegidos. El alcalde se está calentando, a
nadie le gusta que le traten mal a los amigos. Y usted sabe que él
nunca dice nada. Cuando uno tiene tantos brazos para qué se pone
a pedir favores. Él va cogiendo y quitando lo que necesite…
Pastora: Y para qué va a hablar si tiene sus loritos amaestrados. Mire
lorito, dígale a su patroncito, que no está tratando con mareaditos
aferrados al único palo que conocen. Que no queremos más gente
chupándose esta tierra.
Polo: ¿Y su protegida? La universitaria ¿A ella también la van a sacar?
Pastora: Ella está estudiando sin ninguna ambición.
Polo: Ella si es extranjera.
Pastora: También tiene raíces nuestras. No se le olvide.
Polo: La que se olvidó fue la mamá, cuando se fue con el gringo.
Pastora: Le tocó irse mijo, usted sabe.
Polo: Por mí que se quede. Pero si sacan a unos…Mis turistas tam-
bién vienen a estudiar, a conocernos.
Pastora: Como a monitos de laboratorio.
Polo: Vamos a ver cuánto aguanta la gente. Estos llegan con maletas llenitas. Cositas para todo el mundo ¿Usted cree que la gente
se va aguantar?
- 250 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
Pastora: Veremos.
Polo: Veremos. Domingo, los turistas quieren tomar remedio.
Pastora: ¡Y con eso se volvieron santos! No hay remedio para
desperdiciar.
Domingo: No, eso está bien, que vengan.
Polo: ¿El taita está para el sábado?
Pastora: ¿Quién pregunta?
Domingo: El sábado estoy yo.
Pastora: Domingo, acuérdese lo que le dije.
Domingo: ¿Usted también va a tomar?
Polo: ¿Yo? Yo hace rato que no tomo.
Pastora: ¿Por qué será?
Polo: Si usted quiere que tome, tomo.
Domingo: No hermanito, si usted quiere curarse, tome.
Pastora: Para eso si vamos a necesitar mucho remedio.
Polo: Para el sábado, entonces.
- 251 -
• El comunicado •
En la tienda de tejidos de carlos.
Francelina: Escribieron de la ONG…
Carlos: También le tengo noticias. La quieren entrevistar en la
emisora.
Francelina: Están pensado en quitarle el apoyo al cabildo.
Carlos: Se volvió famosa.
Francelina: ¿Por qué lanzaron ese comunicado sin avisarme? Sin
ese patrocinio todo se queda en el aire.
Carlos: A usted le convienen volverse famosa. Aquí hay muchos
líos con la justicia. Le va llover trabajo.
Francelina: Los investigadores dicen que los amenazaron de
muerte. Están acusándonos de terrorismo. ¡Terrorismo! Usted sabe
lo que nos podemos ganar con esa palabrita.
Carlos: ¿Y es que uno no tiene derecho a decidir quien visita la
casa de uno?
Francelina: Nosotros no podemos amenazar de muerte a nadie.
Carlos: Nosotros no estamos amenazando. Estamos solicitando.
Por cada uno de ellos que este por aquí, nos estamos arriesgando
a otra patente de esas. ¿O que sigan pensando que esta tierra no la
cuida nadie?
- 252 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
Francelina: Pero no es la forma.
Carlos: Con su diplomacia se nos va el siglo sacando a los ladrones.
Francelina: Es justo lo que necesitan, que el mundo nos vea como
unos asesinos, justo lo que necesitan…La comunidad internacional
está de nuestro de lado, para que…
Carlos: La comunidad internacional. ¿Quiénes son? ¿Dónde están?
¿Qué hacen? Indignarse por nosotros, compadecerse y ¿qué más?
¿Qué pueden hacer? Eso es una frasecita inventada. “La comunidad
internacional”, una mentirita para hacernos sentir acompañados.
Francelina: Pueden ayudar…
Carlos: A nada, a nada. Nosotros somos los que estamos aquí. No-
sotros somos los que debemos…
Francelina: ¿Nosotros? ¿Nosotros quienes, Carlos? Usted y la
poca gente que se ponen de acuerdo ¿Nosotros quienes, Carlos?
Si ellos llegan aquí mostrando sus billetes y a la mayoría se les borra
la memoria. ¿Y si no se van, qué va hacer?
Carlos: Nosotros tenemos nuestra justicia.
Francelina: Eso, que tengan todo justificado para venir a rescatar
al pulmón del mundo.
Carlos: O esperar a que patenten la selva entera.
Francelina: Una pared débil no puede defender una avalancha,
Carlos. Y esa avalancha es inevitable. Van a venir como sea. Pagando, engañando o matando, como sea. Lo único que puede detener
- 253 -
esa avalancha es una pared fuerte. Pero la pared está débil Carlos,
los ladrillos están huecos. Ese nosotros se va borrar tan rápido como
digan… ¿Cuánto?
Carlos: ¿Y cómo se construye un muro Francelina?
Francelina: No sé. Tiene que haber otra forma.
Carlos: Cuando la descubra me la enseña. ¿Qué se sabe de la anu-
lación?
Francelina: No han dado respuesta.
Carlos: ¿Y cuánto tiempo será?
Francelina: Pueden demorarse lo que quieran.
Carlos: Y están convencidos de eso. De que hacen lo que quieran,
deciden lo que quieran y van donde quieran. Y quién les pone el
freno ¿Quién? Si todo el mundo se siente como un ladrillo hueco.
Carlos: ¿Cuándo va a ir a la emisora? Se volvió famosa. La gente la
escucha. No es hora de tener miedo.
Francelina: ¡Ay! Carlos. Mi miedo no tiene hora. Este miedo lo
siento todo el tiempo.
- 254 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
• Bolsa de empleo •
Polo: Pago recompensa a quien me devuelva la llanta de la moto.
Pago un almuerzo, al precio de dos. Pago alojamiento para un mes,
al precio de dos meses. Pago carro que transporte turistas de la mañana a la mañana. Pago amigas como novias para mis clientes. Doy
más empleo que el cabildo y todas las ONG juntas. Después no digan que dios no les envía trabajo. Ahora sí vamos a agradecer haber
nacido en estas tierras. Estos turistas si vienen bien acompañados.
Estos vienen pisando con patas grandes. Caballitos de acero para
todo el mundo. Pago recompensa a quien me devuelva la llanta de
mi moto. Le compran la tierra que no le produce. Le compran lo que
tenga sembrado. Le sacan lo que no sabe que tiene debajo de los
pies. Ustedes deciden si siguen creyendo en espíritus o les abren
los brazos a los ángeles que aquí les traigo. Ustedes deciden. Pero
después no digan que Dios se olvidó de nosotros.
La llanta de la moto rueda hacia polo. Una mano pide su recompensa. Polo paga lo prometido. La mano pide más. La mano danza
pidiendo más, su cuerpo se ensancha mientras recibe lo que pide.
- 255 -
• Delantales •
Las mujeres preparan la casa para la ceremonia. De sus delantales salen sonidos, olores y formas. Una danza donde los delantales
se convierten en mascaras. Mascaras de animales. Dioses con formas
de animales.
- 256 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
• Ceremonia •
Los cuerpos de los “turistas” sufren el regaño del yagé, las visiones parecen atormentarlos a todos. En las visiones de polo pastora
aparece transformada en un ser de forma y voz sobrenatural.
Pastora: Estás pudriendo la tierra que te da la vida. Bájese los
pantalones.
Polo: No. Pastora, usted no.
Pastora: Te ganaste tus nalgadas. Usted trajo al doctor ese.
Polo: Ese tipo no lo conocí, ese, ese llegó a otro país, a ese no lo
traje yo.
Pastora: Esta es por la vergüenza que nos causas todos los días.
¡Quema la ortiga!
Polo: Me arde, me arde.
La risa de la doña es seguida por todos los habitantes de la selva.
Polo: No siento mi sentadero. Necesito agua.
Pastora: Vaya pida agua a las tierras de acero que tanto te gustan.
Polo: Me arde mi sentadera. Se me está subiendo esta vaina por
toda la espalda. (UNA VISIÓN) ¿Qué es eso? ¿Qué es eso?
Pastora: ¿Por qué se asusta tanto? Eso es usted mismo, Polo. Usted
mismo... ¡Qué feo!
- 257 -
Polo: No, yo no soy eso. No, eso es muy feo, no por favor. Pastora
aléjelo, aléjelo. No más, no más. No más, no más. No más.
Los cantos empiezan a relajarlo todo. Las vibraciones ayudan a que
todos los tomadores descancen de sus visiones.
Elsa: Sentía mi cabeza como una pantalla… y las imágenes se ar-
maban como si fueran un tejido de chaquiras. Como las células en
los tejidos cuando se miran por el microscopio, así. Veía una selva
verde, un verde que alumbraba. Había ranitas que aparecían entre
las hojas y se reían conmigo. Había serpientes, serpientes de colores
que se volvían bejucos. Los sonidos transformaban los colores de
las cosas, vi los colores de cada voz, de cada melodía. Después empecé a escuchar una voz, algo me decía que era la voz de la planta,
alguien que me hablaba sobre su significado. Cosas que no puedo
repetir. Pero que entendía, algo de mí las entendía.
Miraba a la tierra respirar conmigo y sentía que me empujaba los
pies. Vi un grupo de hombres que hablaban y sus palabras eran
colores, colores rojos y verdes que me empezaron a pintar el cuerpo. No podía dejar de reír. La sonrisa era como una mueca que no
podía quitarme. En un momento me pregunte ¿Qué esto? Y fue
como si…como si la selva hubiera nacido en mis pupilas.
- 258 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
• Soldados •
Llegan camiones con soldados. Las maletas verdes desfilan por
el pueblo.
- 259 -
• Lecciones de botánica •
En la chagra del taita.
Elsa: No he podido escribir ni una página de la tesis. Todas las
teorías me parecen ingenuas. Yo he pasado mucho tiempo en un
laboratorio. Tengo la marca de microscopio alrededor de mi ojo.
Llevo quince días aquí y creo que he desperdiciado mi tiempo y que
esta marca es inútil. ¿Cómo? ¿Cómo? Entre más camino por la selva, menos entiendo. ¿Cómo pudieron combinar dos plantas que se
complementan tan bien? Las triptaminas de la chagropanga sin los
inhibidores de los beta-carbolíneos del Yagé no nos harían ningún
efecto. ¿Cómo pudieron saberlo sin llenarse de moho en los laboratorios? Los he visto curar con cantos, con aguas de yerbas. ¿Cómo,
Domingo? Explíqueme. ¿Cómo?
Domingo: Yo conozco una historia. Mi papá cuenta que los hom-
bres soñaron con los dioses. Y los dioses les pidieron que caminaran por la selva y encontraran una planta que podía curar todas las
enfermedades. Caminaron en la selva hasta quedarse sin fuerzas y
caminaron un poco más. Allí escucharon una voz que les decía: -Yo
soy lo que están buscando - Y vieron que la voz venía de un bejuco
grandote enredado en un árbol. Los hombres tenían hambre y la
voz les pidió que comieran de ella. Los hombres comieron del bejuco y tuvieron visiones donde la planta les enseñaba quién era y
como curaría a su gente.
Mi mamá cuenta otra historia. Cuenta que los otros hombres siguieron a los animales, para aprender de ellos qué comer y qué no. Un
día vieron a los tigres arañar un bejuco y comer después las hojas
de una planta. Despuesito los tigres se acostaron y daban vueltas en
sueños fuertes, fuertes. Los hombres imitaron a los tigres y el bejuco
les contó quien era y cómo podía ayudar a sus gentes.
- 260 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
Los taita amigos del alto Amazonas, cuentan que los hombres viajan
en la canoa Anaconda y en esta canoa les fueron dadas todas las
medicinas para cuidar el cuerpo. Para ellos la vida es un mareo y las
plantas nos marean para enseñarnos a movernos mejor en esta vida.
Yo no sé de beta-cosas, ni de tritap-eso, pero usted no ha perdido
el tiempo y sus microscopios también son mágicos. Como todo.
Como todo.
- 261 -
• Papelitos •
Las manos de hombres sin rostro llevan papelitos hasta la casa
de francelina. Lluvia de papeles sobre la casa de francelina.
- 262 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
• Recorrido turistico •
Polo: Esta tierra se compra fácil. Si les sirven digan no más, y cua-
dramos un encuentro con el abuelito. Se le ofrece algo bueno…
algo que le haga olvidar sus cuentos. Esta quebrada pertenece a
esta finca, y esta quebrada le da el agua al acueducto. ¿Ya van entendiendo? El alcalde sabe cómo hace sus cosas. ¿Ya van entendiendo?
Que cuentos de “reserva”. Ustedes digan no más. Y sobre todo díganme ¿Cuánto? ¿Cuánto? Porque eso aquí, lo define todo.
- 263 -
• Reserva •
Pastora y carlos deshacen las marcas de un terreno.
Carlos: El abuelos les va a vender.
Pastora: Esto no se puede vender.
Carlos: Está negociado. El abuelo va estar feliz de irse con los hijos.
Pastora: Francelina ya presentó la demanda de las reservas. Si el
consejo no nos atiende, nos vamos para Bogotá, ella dice…
Carlos: Y esperar años a que digan algo. Y mientras tanto nos sacan
todo…y nos mandan a volar…
Pastora: No pueden hacerlo.
Carlos: Llegó un camión de soldados.
Pastora: ¿Y es que los soldados son de ellos?
Carlos: Son de quienes los compran...
Pastora: Francelina dice…
Carlos: Dice cosas ciertas, pero irreales. Si traen armas… Solos no
vamos a poder.
Pastora: Tampoco nos vamos a marear. Hay cosas que no pode-
mos hacer. Muchos de esos soldados son gente nuestra.
Carlos: Por eso las hormigas no pelean con el oso.
- 264 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
Pastora: Pero se quedan dónde quieren y sólo las sacan aplastadas.
La gente se está moviendo, escuchan la emisora, van a las reuniones.
Carlos: Y después aceptan los trabajos que les ofrecen.
Pastora: No todos.
Carlos: Cada día hacen más contratos.
Pastora: Pero no como antes. Le estamos enredando el camino.
Los estamos cansando.
Carlos: Y los papelitos vuelan por las calles. ¿Cuándo cree que se
va a ir Francelina?
Pastora: No va a irse.
Carlos: Es mejor que se vaya. Le tienen la casa como una papelera.
Pastora: La necesitamos.
Carlos: Sirve más lejos que…
Pastora: Otra vez solos…
Carlos: Y cada día más.
- 265 -
• Amenazas •
Francelina: Mi abuela me contaba que cogió la maleta y empezó
a llenarla de ropa. No pensaba irse, no quería irse, pero la habían
echado tantas veces que finalmente se iría. Yo tampoco pienso
irme. Pero estudié la profesión incorrecta, en la tierra incorrecta. La
justicia es una idea que no ha echado raíces en nuestra tierra. Ninguna ley cabe en este territorio. Aquí gobierna la lógica del pesticida que quiere dejarlo todo limpio. Esta es la defensa suicida del
bando perdedor. Si, siento vergüenza pero no es un antídoto. Me
faltan lecciones de historia para reírme de los papelitos bombas. La
vergüenza no me hace desempacar la maleta. Mi abuela comprobó
cuando huía, que empacar la maleta había sido buena idea.
- 266 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
• Intento de caza •
Polo: Yo les hablé de usted. Ellos quieren a alguien que conozca el
territorio. Que se la lleve bien con la gente y que sepa de plantas.
Ellos piensan hacer remedios con lo que siembren aquí. Yo pensé
en usted. Usted sabe que no es cualquier empresa. No son cualquier aparecido. Están hablando de un contrato con todas, si usted
quiere mañana.
Elsa: No quiero.
Polo: ¿No quiere?
Elsa: No me interesa.
Polo: Primero escuche la oferta. Si quiere mañana.
Elsa: No quiero.
Polo: El doctor quiere hablar con usted.
Elsa: Estoy huyendo de los doctores.
Polo: Estamos hablando de gente importante.
Elsa: Me está tapando la luz.
Polo: Perdón. A usted la quiere la gente…
Elsa: Y no quiero que me dejen de querer.
Polo: Es una buena oportunidad.
- 267 -
Elsa: Me imagino.
Polo: ¿Usted no cree que esta tierra se merece algo mejor? ¿No
tenemos derecho a tener un país como los de ustedes?
Elsa: Usted no sabe lo que quiere.
Polo: Si sé, si sé. Usted no es la que ha crecido chupándose el polvo
de esta carretera toda la vida.
Elsa: Hay cosas peores que el polvo.
Polo: También conozco cosas peores. Pero esto va a cambiar mu-
cho. A este pueblo le echaron el ojo para algo grande. Hay dinero
para todo el mundo. Para usted también.
Elsa: No me interesa el dinero.
Polo: Porque lo ha tenido siempre. Coopere. No se ponga del ban-
do equivocado.
Elsa: Los bandos son de las guerras.
Polo: ¿Y de que estamos hablando? Piénselo. Yo le digo al doctor
que usted está pensándolo.
Elsa: Tengo mi cabeza ocupada.
Polo: ¿En sus maticas?
Elsa: No me tape la luz.
- 268 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
Polo: Bueno. Es mejor que no le cuente a Domingo ni a Pastora.
Ellos se están metiendo con los que no son.
Elsa: Ellos saben cuidarse.
Polo: No todo se cura con maticas.
Elsa: No me mueva la hamaca.
Polo: Perdón. Vuelvo a ver que ha pensado.
Elsa: No va a escuchar nada diferente.
Polo: No me diga eso, ojitos. No me diga eso, que pesar. Piénselo.
No decida a la loca. Piénselo de verdad. Cuídeme esos ojos.
Elsa: ¿De usted?
Polo: ¡Ay! ojitos. Ojitos que no saben dónde mirar.
- 269 -
• Celebración •
Musica, baile, celebración en el cabildo. Carlos interrumpe la
fiesta.
Carlos: ¿Qué celebran? ¿Qué celebran? La patente fue anulada
porque otros científicos ya habían hablado de ella. No les importó
que fuera una planta sagrada. Vamos a ver cuánto se demoran en
volver a dar otra patente. El mensaje es muy claro. Para ellos somos
monos aullando en una selva llena de paludismo. Cuando decimos
que no queremos más extraños en esta tierra, empieza el desfile de
máquinas. Saben que somos incapaces de jugar feo, que la gente
no aguanta. Vayan a la alcaldía y miren los planos de sus proyectos.
Ni su casa, ni la mía están en esos planos. ¿Y quién se acuerda de
lo que cree? Están ahogando a la gente en papelitos. Los buses
salen llenitos, tempranito a la madrugada, la gente se va con lo que
le cabe en una maleta. Están montando una base militar ¿Cómo
vamos a enfrentar eso? ¿Qué vamos a hacer?
Si el guacamayo quiere ser libre, tiene que quitarse todas las plumas
y volar pálido. Pálido y sin miedo. O lleno de plumas escondiendo
sus colores. El guacamayo sabe que lo que lo hace bello es lo mismo que lo hace sufrir. A veces desea ser una paloma de iglesia. Yo a
veces deseo vivir en un desierto.
Pastora: El desierto está lleno de petróleo. No es diferente en nin-
gún lugar, mijo. En ningún lugar.
- 270 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
• El ataque •
Polo: ¿Y el taita?
Elsa: No ha vuelto.
Polo: ¿Y Domingo?
Elsa: En la chagra.
Polo: ¿La dejó solita?
Elsa: Con el perro.
Polo: ¿Y Pastora, dónde anda?
Elsa: En la reunión con las líderes.
Polo: Esa Pastora si alborota. ¿No?
Elsa: No moleste.
Polo: Tiene esas manos frías.
Elsa: Déjeme, Polo. ¿Qué le pasa?
Polo: ¿Vengo por mi respuesta?
Elsa: ¿Cuál respuesta? ¡Domingo!
Polo: A Domingo y a la Doña los vi en el pueblo. ¿Ya me tiene mi
respuesta?
- 271 -
Elsa: Váyase.
Polo: Mire, tóqueme, tóqueme el corazón, mire, mire como se me
puso por correr tan rápido.
Elsa: Suélteme.
Polo: Me hizo sudar. Mire me hizo sudar. Salí corriendo para acá
apenas los vi en el pueblo. Me imaginé que estaba solita. ¿Por qué
no está celebrando? ¿Por qué no celebra si usted les ayuda tanto?
Están convencidos de que ganaron algo. Ganaron problemas.
Elsa: Dígaselo a ellos.
Polo: Estoy sudando. Me deja limpiar con su vestido. ..
Elsa: ¡Suélteme!
Polo: Estamos en la selva, Elsita. El rio se traga los gritos. ¿Qué
huele tan rico? ¿Su florecita?
Elsa: Quítese.
Polo: ¡Déjeme ver su florecita! ¡Déjeme verla! A mí también me
gusta descubrir florecitas.
Elsa: ¡Déjeme Polo!
Polo está sobre elsa. El perro (el taita en un perro), enfurecido,
se enfrenta a polo. Con un ladrido de diez perros, amenaza con lanzarse sobre él.
Polo: Tranquilo. Tranquilo.
- 272 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
Elsa: Reacciona a un grito.
Polo: ¿De dónde salió esta chanda?
Elsa: ¿De dónde cree? Mírele los ojos.
Polo: Sólo quería que nos conociéramos más. Dejemos así por
hoy. No se puede andar con un perro por todo lado. Gracias ojitos.
Elsa: Estos ojos no quieren volver a verlo.
Polo: Se quedó en la orilla equivocada, por ese lado nos vamos a
llevar todo.
El perro ladra. Polo sale.
- 273 -
• Papelitos •
Llueven papelitos en la casa de carlos y francelina. Las casas son
una papelera.
- 274 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
• El tejido •
Las mujeres se reunen alrededor del tejido de la doña. Van cruzando los hilos.
Francelina: Dijo que en esta casa intentaron matarlo. Dice que
amenazaron a los doctores…
Pastora: Rojo.
Francelina: Que desde el cabildo atentamos contra los turistas. La
ONG va retener los aportes. Dicen que no están seguros de la inversión del dinero, que no quieren su nombre en enredos violentos. En
fin. Movieron todo para quitarnos eso. ¿Adivine quien terminó de
dar el toque final? El alcalde mandó una carta denunciando anormalidades.
Pastora: Detrás de eso está el miedo mija, eso es bueno.
Elsa: Yo me siento culpable.
Pastora: No. Por este hueco. Eso lo están moviendo desde arriba.
Por pelear esa patente, porque nos metimos con sus doctores y
porque se les puso más difícil sus enredos por acá.
Elsa: Polo está detrás de esa carta.
Pastora: Polo es un bobo que se mete al horno y el mismo cierra
la puerta. Pero vamos a recordarle su historia, vamos a sacudirlo por
dentro, por las tripas. Azul.
Elsa: ¿Cómo así por las tripas?
Pastora: Apriete. El animal que no puede comer, sueña con morirse.
- 275 -
Elsa: No entiendo.
Pastora: En esta chagra tenemos mucha planta que cura. Más
rojo. Pero también sabemos cómo se puede usar la planta para
corregir a los maliciosos.
Elsa: ¿Más?
Pastora: Más templadito.
Pastora: Vamos a darle una sacudida para que se ubique. Aquí es
que le da la vueltica pal nudo. Mire cómo va quedando de lindo
el tejido. Pero depende de él. Si se pone de terco o pide ayuda.
Francelina, no se preocupe. No es la primera vez que nos mueven
el palo, mija. Y como sea volvemos a plantarlo. Usted tranquila, que
esos juegos se pierden cuando uno se olvida de que está jugando.
Francelina: Pero mientras tanto hay que frenar todo. Mejor voy
para la emisora.
Pastora: Oiga Francelina, usted si está hablando bonito en esa
emisora.
Francelina: ¿Si?
Pastora: Muy bueno que sirvan de algo esos aparatos. Que no ha-
blan sino basura por ahí.
Francelina: ¿Será que si sirve?
Pastora: Claro mija, sirve. Lo que pasa es que eso es como la siem-
bra. La semilla se toma su tiempo. Pero claro que sirve.
- 276 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
Elsa: Nosotras no nos perdemos un programa. Tiene admiradoras.
Francelina: Y enemigos.
Pastora: No hay un día en que la muerte no nos lleve de la mano.
¿Entonces, porqué el miedo?
- 277 -
• Proyectos •
Polo celebra con sus turistas.
Polo: Ya embolataron la demanda en Bogotá. Esa denuncia no la
va a ver nadie. Y la abogada ya tiene lista la maleta. Los que quedan
son duros. Pero yo no he visto el primer hierro que no se ablande
con candela. ¡Otras yuquitas!
El plato rueda por las manos de las mujeres. De los delantales
salen conjuros. El plato llega a la mesa de polo.
- 278 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
• El regaño •
En el negocio “turístico” de polo.
Pastora: No estés mandando gente para ceremonia. El remedio
no es para todo el mundo.
Polo: Esta bien, Pastora. Está bien. Por aquí hay muchos taitas.
Pastora: Y si no te los inventas.
Polo: Es un servicio de mi negocio.
Pastora: ¿Y qué negocio tiene usted?
Pedro: El negocio de turismo. La gente tiene derecho de conocer
la selva.
Pastora: ¿Turistas? ¿Uniformados y con corbata?
Polo: ¿Por qué no se pelea con las autoridades? ¿Por qué le recla-
ma a un pobre inocente como yo?
Pastora: Con ellos también nos estamos arreglando. Pero usted no
es ningún inocente, usted sabe lo que está haciendo. Usted es un
mal ejemplo. Un desmemoriado. Más culpable de lo que cree. Por
la chagra no te quiero volver a ver. Vas a dejar tranquila a Elsa.
Polo: ¿Yo les he hecho algo a ustedes, doña Pastora? ¿Usted por
qué compra peleas? Yo a Elsa no le hice nada. Ella es la que me persigue desde que llegó. ¿Por qué le da miedo que la gente decida?
Si el cabildo los deja viendo un chispero. ¿Por qué no se le pueden
ofrecer cosas serias? Que cada quien decida sus cosas. La gente
- 279 -
está contenta con el trabajo y las cositas que les están ofreciendo.
Nosotros no nos alimentamos de planticas, ni le sacamos billetes a
la medicina como ustedes.
Pastora: Nosotros curamos. Curamos. ¿Ya se le olvido el castigo
que dio el remedio?
Polo: Yo no puedo vivir pensando en espíritus. Nadie puede.
Pastora: Yo a vos te creía vivo. A usted le van a dar una lección. O
reconoce lo que está haciendo o se pierde.
Polo: Eso es maldad Pastora.
Pastora: No, mijo eso es justicia. Ya te hemos dado muchas opor-
tunidades.
Polo: La casa de ustedes está atravesada.
Pastora: RISAS.
Polo: Yo vi un mapa de los proyectos y su casa no se ve en el futuro
de este pueblo. Les van a pagar bien, al que quiera comprar.
Pastora: RISAS.
Polo: Yo hasta ahora los he estado defendiendo.
Pastora: RISAS.
Polo: Yo sé que el taita va a entender las cosas.
Pastora: RISAS
- 280 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
Polo: Con lo que usted sabe de medicinas puede trabajar con ellos.
Ellos quieren hacer remedios con todo este monte.
Pastora: RISAS
Polo: Pero remedios elegantes. Nada de agüitas y canticos. Medici-
na de médicos. En frasquitos y cajitas bien bonitas. Ustedes pueden
ayudar. Están pagando bien. Mire que hay curanderos que están
charlando con los doctores. ¿Qué se pierde?
Pastora: RISAS
Polo: Uno no arriesga la vida por un pedazo de monte.
Pastora: RISAS.
Polo: No se convenza porque anularon esa patente. Patentes es
lo que se viene.
Pastora: RISAS
Polo: Yo a usted la creía viva.
Pastora: RISAS
Polo: Nadie va a pararnos. Nadie. Ahora si vamos agradecer haber
nacido en esta tierra.
Pastora: RISAS
Polo: Ríase lo que quiera.
Pastora: RISAS
- 281 -
Polo: Yo ya me cansé de ayudarlos.
Pastora: RISAS
Polo: Ríase lo que quiera.
Pastora: ¿Estaba rico el almuerzo donde “La sabrosita”?
Polo: ¿Cuál almuerzo?
Pastora: El que se comió hoy. ¿Estaba rico?
Polo: Si muy rico.
Pastora: Me alegro que le haya gustado mijo. Yo mismo lo preparé.
Le hice la carnita como le gusta desde chiquito ¿se acuerda? Yo sabía que eso si se lo comía todo. Me alegro que le gustara.
Polo: SILENCIO.
Pastora: RISAS.
Polo: Pastora eso es maldad.
Pastora: No mijo eso es justicia. La hormiga chiquita es tan culpa-
ble como la hormiga reina. Todos se comieron la planta. Pero la reina
sin obreras no hubiera podido.
- 282 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
• Polvo de estrellas •
Domingo y su perro.
Domingo: ¿De dónde sacó ese papel? ¿De dónde sacó eso? ¡Ah!
El papelito. Mira que chistosa pintaron a mi mamá. Mi mamá no
cabe en un ataúd de estos. Mejor no se lo mostremos porque donde vea que la pintaron gorda, explota. No le de miedo. Tranquilo.
No se puede poner así por un papelito. Usted es bien bravo. El taita
está por llegar. Eso ¿Por qué va a sentir miedo? Mire esa estrella,
está explotando, está llena de fuego. Y aun así existe. Cuando tenga
miedo, mire para arriba, mire los fuegos en el cielo. Vamos a estar
tranquilos cuando volvamos a ser soplo de estrellas. Mientras tanto,
aquí seguimos. Y ya sabemos lo que se viene. ¿Cuál es el miedo?
- 283 -
• Gases de volcán •
Polo: No, no me nombre comida. No, esto no lo curan en un hospi-
tal. Estos son males que le mandan a uno. Perdón. Por aquí la gente
se muere de eso. Hoy no voy a poder acompañarlos. Yo le mando a
mi primo que conoce la zona. Perdón. Tranquilos esta todo seguro.
Esperen a mi primo aquí. Perdón. Mañana sigo haciéndoles el recorrido. Perdón. No, no se preocupe, voy a buscar a un amigo que me
quite esto. Él vive selva adentro caminando largo. Perdón. Mi primo
ya sabe qué hacer. Pídanle lo que quieran. No se preocupen que yo
vuelvo. Yo vuelvo.
- 284 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
• Amenazas (huida) •
Francelina: Nuestra historia tiene algunos suicidas. Algunos prefi-
rieron lanzarse al rio. Otros pelearon hasta que fueron atravesados.
Nuestra historia está llena de desertores. La certeza nos les alcanzó.
No pudieron convencerse de un destino divino, en un mundo donde los dioses se espantaron. Los suicidas han sido recordados por la
historia. Los desertores han sido olvidados. Los desertores contamos
con el anonimato que nos da la historia. No se puede vivir un día
marcado con un papelito madrugador. La maleta corre el riesgo de
perder su dueña. La dueña no pertenece a los suicidas. La dueña es
un ladrillo al que le falta fuego para aguantar la avalancha. La maleta
debe irse, la dueña debe ser arrastrada con ella.
La maleta arrastra a Francelina.
- 285 -
• Letras •
Carlos: Ahórrese la tinta. Puede decir lo que quiera y da lo mismo.
Elsa: Para mí no.
Carlos: ¿Por qué se mete en enredos ajenos?
Elsa: También tengo hilos en este enredo.
Carlos: Mire ese montoncito de papelitos. Están llenos de dibujitos
de crucecitas y ataúdes. Francelina salió asustada. Le tocó duro para
estudiar. ¿Quién va querer morirse estando recién graduada? Le dio
pena despedirse. Me dejo un papelito. Ese si está lleno de disculpas. Quiero ahorrarle la vergüenza. Ahórrese la tinta.
Elsa: Mi mamá se fue, y nunca se fue. No quiero deberme nada
que no pueda pagarme. Ahórrese las advertencias. Es la primera vez
que quiero defender algo. Déjeme acompañarlo. Van a volver a solicitar la patente.
Carlos: Y se la van a volver a dar. Y van a seguir patentando. Y un
día, sólo ellos van a poder sembrar.
Elsa: Yo no voy a irme. Toda mi vida he pensado este lugar como
un cuento. A mi mamá le alumbraban los ojos cuando me hablaba
de esta selva. A mi papá le alumbraban los ojos cuando me hablaba
de las medicinas que da esta tierra. Toda mi vida ha sido una excusa
para llegar aquí. Mi tesis, las plantas. Todos han sido puentes que
me ayudaron a llegar. No pienso irme. No tengo puentes de regreso. Vengo de allá y padezco su enfermedad. No tengo fe en sus caminos. Si no puedo construir desde acá, prefiero no construir nada.
- 286 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
Carlos: Yo no creo en las letras. No creo que las lea quienes nece-
sitamos.
Elsa: Pero pueden incomodar y hacer ruido. Vamos a necesitar mu-
cha tinta. Venga de donde venga. Necesitamos un coro que suene
duro. No importa que al principio suene desafinado. Poco a poco
nos vamos entonando. Las voces no tienen piel, las voces tienen tonos. Y cuando se escuchan entre ellas, aprenden a cantar una misma
melodía.
Carlos: Usted no habla como científica.
Elsa: De pronto no lo soy. Soy una excusa literaria.
Carlos: ¿Una excusa literaria?
Elsa: Una literatura con una buena excusa. Nunca antes quise ha-
blar de nada.
Carlos: Puede ser bueno que eso se escriba. Que tengamos pape-
litos que compitan con sus papelitos. Puede ser bueno. Que la cosa
no sea tan fugaz como la existencia de este cuerpo. No se pueden
perseguir todas las letras. Algunas pueden salir lejos. Buscar oídos
atentos. Hacer lo que nosotros no podemos. Ya estamos sepultados hasta el cuello, nos queda la cabeza, hay que hacer algo con
ella. Hasta que nos llegue la última palada de tierra. O hasta que
salga de ella un rugido tan grande que nos desentierre. Palabras de
los abuelos. Ellos sí que son literatura.
Los papeles caen sobre carlos. Uno de ellos cae lentamente hasta
penetrar en su cabeza. Carlos cae. Ha vuelto a ser soplo de estrellas.
- 287 -
• El arbol que camina •
La selva oscura confunde el caminar de polo. Su voz se divide en
un dialogo desesperado consigo mismo.
Polo: Había un camino. Había un camino. Había un camino. Por
aquí, había un tronco un pedazo de tronco por donde pasábamos.
Silencio. ¡Silencio! ¿Cómo se apaga el silencio de la noche? ¿Este
árbol? Este árbol no…Este árbol no estaba aquí. No. No te puedes
perder en un camino conocido. En la noche crecen árboles que en
el día no existen. Las ceibas caminan. Me persiguen.
-Aquel que no conoce su historia es un muñeco que mueve el viento
que más sople.
-Conozco esta selva.
-No puedes perderte.
-¿A dónde vas?
-Estoy perdido.
-Estoy seco.
-Todo se pudre adentro.
-Polo, estás perdido.
-Puedes parar, puedes dejar de huir. Regresa. Desenreda lo que ayudaste a enredar.
-No sé cómo. No sé cómo regresar.
-Estas perdido.
-Mareado.
-No sé.
-¿Recuerdas las historias? Las historias que te adoptaron, las que te
dieron alimento?-No recuerdo, No recuerdo. Ya no puedo.
-Polo, otro perdido, otro que no se sabe cómo, otro que no se sabe
para dónde, otro que no se sabe por qué. Otro que vieron caminar
selva adentro. Otro que vieron entrar. Otro que nunca vieron salir.
Otro que aparecerá en sus huesos. Otro que no buscarán más de
- 288 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013
tres días. Otro que devolvió a la tierra el cuerpo mal usado. Otro
Polo, otro perdido, otro soplo, otra semilla que no supo ser árbol.
- 289 -
• Mareo •
Pastora: Quisieran mandarnos a vivir a las estrellas. Porque somos
un ejemplo, un buen ejemplo. Somos una batallita ganada desde
adentro. Desde la magia mareada. La magia que no encuentra dónde sembrarse.
Domingo: Sabemos lo que se viene. ¿Por qué el miedo?
Musica para la tierra, inspirada en el cielo.
Espera.
- 290 - (de la palabra a la escena) BECAS DE Dramaturgia TEATRAL // 2013

Documentos relacionados