podían percibirse de manera subjetiva (Kant)
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podían percibirse de manera subjetiva (Kant)
podían percibirse de manera subjetiva (Kant), pero a difícil que es afirmar su finitud o su infinitud. Incluso Einstein niega la finitud del espacio y sugiere la negación de la infinitud del Universo. Al Universo Euclides-eano en cuya geometría dos rayos de luz proyectados en líneas paralelas jamás se encontrarían, le aparece la teoría general de la relatividad de Einstein de los cuerpos del Universo con su respectivo campo gravitacional dependiendo de su masa y de su velocidad y de una geometría en la que no existen líneas rectas sino líneas curvas. Merced a esta teoría del campo gravitacional determinando una estructura geométrica del Universo en la que sólo existen grandes círculos, Einstein concibió la forma tetradimensional (espacio-tiempo) del Universo. Pero la existencia del espacio curvo surgido de la teoría de la relatividad se ha interpretado como que Einstein hubiera admitido la finitud del Universo, ya que lo finito sería ese sitio curvo donde se encuentran materia y energía. También se ha interpretado que el Espacio y el Tiempo serían, según Einstein, construcciones conceptuales a las cuales no se les puede conceder existencia absoluta de por sí, puesto que son sólo entidades no intuibles, que sólo podríamos comprender mediante los sistemas de coordenadas. Afirma Stephen W. Hawking que así como las leyes de Newton del movimiento acabaron con la idea de una espacio absoluto, puesto que no había una posición absoluta en el espacio, de igual manera Einstein invalidó aquellos conceptos del reposo absoluto representado por el éter y de un tiempo absoluto único o universal que todos los relojes deberían medir, puesto que cada individuo posee su propia medida personal del tiempo, dependiendo de dónde esté y del sentido en que se mueva. Ahora se parte de un Espacio y un Tiempo no absolutos, como si el Espacio y el Tiempo fuesen ideas con coherencia matemática o construcciones intelectuales comprensibles sólo mediante relaciones y sistemas de coordenadas, en las que el Espacio y el Tiempo sólo podrían separarse de los objetos y de los procesos físicos por abstracción, mediante operaciones intelectuales. A partir de la teoría del espacio-tiempo tetradimensional se esclarece que la realidad es como una especie de matriz “espacio-temporal”, en la que la “sustancia” dejaría de ser característica exclusiva del espacio, siéndolo también del tiempo. Incluso esta novedad teórica de la tetradimensionalidad de la realidad está siendo 90 sometida a reevaluación, mediante las evidencias teóricas explicadas por la Teoría de las Cuerdas y la todavía más revolucionaria Teoría de la Membrana M. La “teoría de las cuerdas”, cuya alegoría es una “cuerda” puesta en intensa vibración generando más de las tres dimensiones percibidas normalmente por nuestros sentidos, habla de diez (10) dimensiones, es decir, nueve (9) dimensiones espaciales más la dimensión del Tiempo. La “teoría de la membrana M” explica que nuestro universo es un tapete membrana en el que estaríamos en pleno uso de nuestras leyes universales. En esta teoría, la explicación del Universo se haría mediante una ecuación gravitatoria que estaría dando cuenta de la realidad cuya forma sería la de una “membrana” conformada por dimensiones tan microscópicas que serían como una materia no estable de espacios vacíos o realidades paralelas, pero cuya existencia real se manifiesta en forma de partículas, fuerzas, electricidad, energía y antimateria. La Teoría “M” recoge y cuantifica todas las dimensiones de la realidad, tanto las tres del volumen percibidas directamente por nuestros sentidos (largo, ancho y alto), la del Tiempo, la del “espacio-tiempo” y las que físicamente no estamos en condiciones de percibir de manera directa, estableciendo que una dimensión como la 11a. mediría un poco menos de la diezmillonésima parte de un milímetro, por ejemplo. Esta idea de la existencia de múltiples dimensiones o múltiples universos, cada uno con sus propias estructuras geométricas y leyes físicas donde la misma forma de realidad hubiese llegado a deformarse en “cuerdas” o “membranas” es una idea coherente o plausible en las matemáticas, pero que tal vez nunca podríamos experimentarla. De ahí que sea tan fácil negar la validez de la Teoría de las Cuerdas y de la Teoría M, como tan fácil es negar su invalidez, siendo que ya se le conoce como “la teoría del Todo”. El físico usamericano Ed Witten, padre de esta teoría, en un gesto de humildad tan característico de los verdaderos pensadores nos dice que aún no está seguro sobre cómo seguir avanzando en los desarrollos de su teoría, de la misma manera que aún nadie ha podido experimentar su veracidad o falsedad. No vaya a ser que estemos en discusiones como la del éter, la cuadratura del círculo, el sexo de los ángeles, etc. Otros ven implícita la teoría de las “cuerdas” en las de la “relatividad” y la “mecánica cuántica”, adjudicándole la propiedad de haberse El Gran Concilio