Competitividad académica

Transcripción

Competitividad académica
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Competitividad
académica,
no subsid~iar"---;;i'-----a-
I
I
l de servicios educativos es un mercado parecido a los demás, donde
los precios relatiVOS.distorsionan
las decisiones de los demandantes.
En Colombia son cada vez más los
estudiantes que deciden cursar posgrados
en el exterior, en respuesta a la percepción
de que los locales son relativamente caros.
Otro ejemplo de dichas distorsiones es lo
que tradicionalmente ocurre con algunas .
universidades públicas, que han sido la opción para muchos estudiantes de posgrado
por su menor precio.
En la Universidad Nacional, el incremento en la matrícula de posgrado ha venido
asociado con una disminución en el número de estudiantes que aplican a los mismos.
, La anterior es una situación preocupante,
porque de intensificarse, pone el riesgo la
capilaridad de la educación pública, que no
es más que la capacidad del Estado para garantizar la oferta de conocimiento de todo
tipo y a todos los niveles, generando externalidades positivas para la sociedad. Un
análisis ligero, que ya resuena entre algunos, es que el anterior fenómeno es un trivial cumplimiento de la ley de demanda,
por lo que la respuesta es evidente: reducir
elpreeio de los posgrados en las universidades públicas para conservar una alta demanda. Como veremos, lo anterior sería inequitativo e ineficiente.
En primer lugar, una eventual reducción
en el precio de las matrículas de posgrado a
costa de mayor gasto, lejos de ser una reivindicación social, es fiscalmente regresivo. Un subsidio a la educación superior de
pregrado no es comparable con uno para
posgrados. Las personas que aplican a subsidiosde posgrado son, por definición, profesionales con título de pregrado, que en
un país como Colombia suelen estar entre
el 250/0 de la población con mayores ingresos. Tomar dineros del erario público para
invertirlos en la población más rica es un
contrasentido, que viola los principios de
equidad que deben regir el gasto público.
En segunda medida, hay un tema de calidad y de autorregulacíón que rio es menor.
Poner los posgrados públicos al mismo costo de los privados es la herramienta más poderosa para controlar su calidad. Someter
en igualdad de condiciones a las universidades al escrutinio del demandante, garantiza que el criterio de diferenciación sea la calidad y no el precio. Lo anterior repercute
en mejores unidades de posgrado en nuestras universidades públicas.
En mi opinión, los posgrados de naturaleza pública no deberían desaparecer, pero
su subsistencia debería desligarse del paternalismo subsidiario del Gobierno y fundamentarse en su misma capacidad para hacerse elegir. Para ello, los posgrados públicos deben ser más compasivos con el mercado y competitivos en sus tiempos y calidades, con tal que la gente los elija por una razón distinta a ser más baratos. Solo así podremos alcanzar los niveles de calidad que
nos permitan competir con los posgrados
internacionales, cada vez más al alcance de
todos.
E
Jonathan Malagon [email protected]