I MaratoNet de Relatos en Red - Asociación de Vecinos El Espinillo
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I MaratoNet de Relatos en Red - Asociación de Vecinos El Espinillo
I MARATONET DE RELATOS DE VILLAVERDE 2004 ORGANIZADO POR LA ASOCIACIÓN DE VECINOS DE EL ESPINILLO En la ciudad subterránea de VillaVerde Autores del relato: Ernesto Rodríguez Muñoz, Santiago Portela García-Miguel, Juan Antonio Narváez Gómez, Miguel Ángel Pulido Molina, María Paz Magán Bronchalo, Letcer Julio Ginocchio Rossel, Roberto Carlos Benítez de Lucas, y Francisco Ruiz Fernández Fotografías de Marina Isabel Lamparero Prado Revisión técnica de Ana González Ribot Asociación de Vecinos de El Espinillo C/ Consenso 15, 28041 Madrid www.espinillo.org [email protected] EDICIÓN PATROCINADA POR LA ASOCIACIÓN DE VECINOS DE EL ESPINILLO Y POR EL ÁREA DE GOBIERNO DE ECONOMÍA Y PARTICIPACIÓN CIUDADANA DEL AYUNTAMIENTO DE MADRID Ilustración de portada: La Dama del Manzanares, de Manolo Valdés Reservados todos los derechos Copyright © 2004, los autores Edita: Asociación de Vecinos de El Espinillo C/ Consenso 15, 28041 Madrid www.espinillo.org [email protected] Primera edición: octubre 2004 ISBN: 84-609-2775-X Depósito Legal: M-44268-2004 Hecho en España Querido lector, En la ciudad subterránea de VillaVerde es un relato policial convencional: tiene sus personajes, unidad de tiempo y acción, desarrollo y desenlace, etc. Lo que no tiene nada de convencional es cómo es posible que haya visto la luz. Este relato es el resultado de la 1ª Maratonet de VillaVerde, que consistió en una redacción libre y contributiva, a través de Internet, a lo largo de la segunda quincena de Mayo de 2004. Unos voluntarios revisaban la coherencia y corrección del texto. Una decena de participantes se engancharon y llevaron la historia hasta el final, escribiendo de noche y de madrugada. En la edición del texto se ha separado cada contribución por esta marca: La primera frase fue propuesta por el novelista madrileño Lorenzo Silva: “Nunca imaginó que vería a su hija así”. Sin su contribución el relato no hubiera sido el mismo. El soporte informático fue creado por el Dream Team Aespinillus. La corrección ha sido de Ana González Ribot, filóloga experta de la Biblioteca Nacional. Las espléndidas fotografías son de Marina Isabel Lamparero Prado. También tuvimos la valiosa colaboración de la Biblioteca Pública María Moliner. Toda la iniciativa y el entusiasmo, la locura y el esfuerzo para llevar esta edición a buen puerto, se le deben a la Asociación de Vecinos de El Espinillo. El mayor mérito es de los autores Dogo, Amapola, Mar, Txisco, Tomi, Letcer, Ernesto, Espinete, Charo, Roberto y Miguel. Asociación de Vecinos de El Espinillo. VillaVerde, Madrid. Verano de 2004 En la ciudad subterránea de VillaVerde Dogo, Amapola, Mar, Txisco, Tomi, Letcer, Ernesto, Espinete, Charo, Roberto y Miguel, vecinos de VillaVerde I MaratoNet de Relatos en Red VillaVerde 2004 Primera Jornada Escultura de Manuel Valdés La Cabeza de Ariadna en el Parque Lineal del Manzanares. Se había convertido en una regla no escrita. Unos hábitos que hacían que ese día fuera para Raquel el más esperado de la semana, el neutralizador de las tensiones y avatares cotidianos. Cada domingo se levantaba muy temprano y llamaba a su amiga Gema, para ver si estaba preparada, cosa que invariablemente ocurría. Treinta minutos más tarde se veían en la rotonda junto al parque, tras haber recogido sus bicicletas. Se saludaban con calma, alegremente, se dirigían, como movidas por una fuerza exterior, a la entrada del parque y empezaban a pedalear. En esos primeros minutos apenas hablaban. Sólo interactuaban con el aire, que a esas horas AAVV El Espinillo 11 www.espinillo.org I MaratoNet de Relatos en Red VillaVerde 2004 tempranas de la mañana solía Refrescaba sus cuerpos y sus mentes. refrescar. Efectuaban en sus bicicletas un recorrido de unos 30 minutos. De la entrada del parque, junto al río Manzanares, se dirigían hacia el sur. Observaban el cielo, azul unos días, grisáceo otros, junto a las nuevas viviendas de Nuevo Rosales. Después, cuando el camino finalizaba, daban media vuelta, volviendo por sus propios pasos, rebasando el lugar de inicio, continuando en la orilla del río hasta finalizar el recorrido a los pies de Ariadna. Ariadna era la gran escultura que gobernaba el parque, en un promontorio que ellas subían con dificultad en sus bicis. Sabían que tras alcanzar la cumbre, les esperaba una maravillosa sensación de libertad, de paz, de tranquilidad. En ese lugar, en la cumbre del paseo, en la cumbre de la semana, momento en el que se volvían a sentir ellas mismas, es como si les abandonara la intervención externa que las había llevado hasta allí y se convertían realmente en las dueñas de sus actos, que hasta ahora únicamente seguían el programa establecido. Solían hablar, reír, .... pero ese domingo Raquel se sentía excepcionalmente inquieta Convenció a Gema para ir a la Biblioteca del distrito que se encontraba en VillaVerde Alto. En ella podría investigar, con la ayuda de su amigo Paco, lo que le pasaba por la cabeza. Y lo saludarían, ya que hacía mucho tiempo que no se veían. AAVV El Espinillo 12 www.espinillo.org I MaratoNet de Relatos en Red VillaVerde 2004 Así pues, cogieron sus vehículos y en unos minutos llegaron a la biblioteca, que por ser tiempo de exámenes de los estudiantes estaba abierta los domingos. La biblioteca estaba excelentemente dotada tanto de volúmenes como de ordenadores con Internet, y ambas cosas eran exactamente lo que necesitaban. No estaban siendo buenos días. Nunca imaginó que vería a su hija así. Dos semanas atrás había sorprendido a Lucía en las escaleras de la biblioteca, compartiendo un porro con un muchacho de chupa de cuero que solía atronar la calle con el escape trucado de su motocicleta. Raquel no había podido evitar detenerse, estupefacta. Lucía la saludó con una risa entre idiota e insolente, levantando el petardo como un trofeo. - Hola, mamita. - Ya hablaremos - acertó a espetar Raquel. Esa noche hablaron, gritaron e intercambiaron un par de bofetadas. Lucía cogió una bolsa de deportes y dio un portazo. No volvió esa noche, ni la siguiente. Raquel no AAVV El Espinillo 13 www.espinillo.org I MaratoNet de Relatos en Red VillaVerde 2004 se inquietó, en su barrio - pueblo todo se sabía. Lucía no se alejaba ni tres manzanas para dormir en brazos de su amigo motero. Al cabo de tres días Lucía no había vuelto a casa y Raquel comenzó a ponerse nerviosa. Pensaba que no debería haber perdido los nervios y le dolía en el alma la bofetada que le había dado. Aun sonaba en sus oídos el portazo. - Buenos días mamá ¿te pasa algo?, preguntó Juan. - No hijo, pensaba en tu hermana, ya han pasado tres días y no ha llamado. ¿Sabes tú algo de ella? - No, no se nada. Pero no te preocupes, volverá, no creo que esté en ningún sitio mejor que aquí. Sólo quiere hacerse la mayor. - Seguro, pero cuando vayas al instituto pregunta a alguna de sus amigas si saben dónde está. Sólo por quedarnos más tranquilos. - Desayuna y date prisa que ya llegas tarde, dijo Raquel a Juan. Cuando Juan salió de casa, Raquel seguía ensimismada en sus pensamientos, y comenzó a recordar cómo llegaron al barrio. Juan Ángel y ella siempre habían soñado con vivir en una zona AAVV El Espinillo 14 www.espinillo.org I MaratoNet de Relatos en Red VillaVerde 2004 tranquila, lejana del bullicio del centro de Madrid pero con buena comunicación para no tardar mucho en ir al trabajo. Un sitio dónde hubiera parques, colegios, institutos y lo más difícil, una casa confortable y que pudieran ir pagando. En fin, lo que desea cualquier pareja que comienza una vida juntos. Y así llegaron a El Espinillo, un barrio del Distrito de VillaVerde, donde se encontraban como en familia, porque desde el principio los vecinos que llevaban más tiempo viviendo les ayudaron a conocerlo. Raquel por todos los medios intentaba que Lucía se apartara del motero, que a diferencia de ella, era mayor de edad y que además ejercía sobre ella bastante influencia, y volviera con la pandilla de siempre. Quería que de momento no se comprometiera con nadie, tiempo habría, que sacara los estudios adelante para hacer una carrera, esta había sido siempre su ilusión, ya que ella no pudo estudiar porque al ser la mayor tuvo que atender a sus hermanos y eran otros tiempos más difíciles para la mujer. AAVV El Espinillo 15 www.espinillo.org I MaratoNet de Relatos en Red VillaVerde 2004 Sin embargo, ni la madre ni el hermano imaginaban la auténtica razón de que Lucía estuviera con César, el motero. Su aspecto rebelde y agresivo sólo eran simple detalles. Al fin y al cabo, en el barrio había decenas de chicos como él, macarras cuyo número se multiplicaba los fines de semana, atraídos por la enorme discoteca de efímero nombre. El chico no se diferenciaba de los demás: pelo castaño rapado y agresivos ojos oscuros, pesada cadena robada de oro, enorme sello de igual metal luciendo en su anular derecho, ropa ajustada bajo la que vibraban músculos moldeados en gimnasio. Otro más. Pero no simplemente otro más: él constituía la llave para entrar a un mundo que Lucía ansiaba conocer. Le había conocido en una de las macrofiestas que se organizaban a menudo en la sala (por aquel entonces llamada ‘Attica’). Su amiga María les presentó y, durante un par de horas, no intercambiaron casi ni una palabra. El la miraba con esos ojos de lobo típicos de un adolescente vividor; ella no le prestaba atención, limitándose a ondear su cuerpo al ritmo de la música mientras miraba cómo, dos pisos más abajo, la gente imploraba el megatrón. En un momento dado llegó un amigo de Cesar –de hecho parecían clones– y le gritó algo al oído. Éste, a causa del volumen estruendoso de la música, pareció no escucharle bien, por lo que le pidió al clon que repitiera lo dicho. Lucía no prestaba atención, pero justo en ese momento un tema acababa y el Dj optó por bajar el volumen para decir algo. De AAVV El Espinillo 16 www.espinillo.org I MaratoNet de Relatos en Red VillaVerde 2004 esa manera pudo escuchar la última parte de lo que le decían a Cesar. –...bajar a los túneles. Si Lolo no falla, conseguirá una llave en un mes, como mucho. Aquello le hizo acercarse, intrigada. Los túneles desde siempre la habían atraído. En el barrio, en diversas zonas, como por ejemplo la calle de Heliófilo, había rejillas de las que surgía un constante rumor de maquinaria. Había trampillas similares en el paseo Alberto Palacios, así como en otros lugares. Jamás se había atrevido a preguntar acerca de ellos, limitándose a dejar que la intriga le carcomiera con lentitud. No lo pudo evitar. Se acercó a César y a su amigo y preguntó: –Perdonad, pero, ¿habláis de los túneles de Alberto Palacios? Los dos la miraron en silencio, de arriba abajo, y luego se intercambiaron un guiño cómplice. –Sí, de eso hablábamos. –¿Y qué vais a hacer? He oído algo de una llave... César lanzó una nueva mirada a su amigo. Una sonrisa empezaba a dibujarse en su rostro. –Así es. Un amigo que trabaja en Aceralia dice que puede conseguir una con la que acceder a los túneles. En cuanto la tengamos bajaremos a ver qué hay en ellos –dejó la frase colgada en el aire, como dudando de si continuar. Tras el pequeño discurso del dj la música volvía retumbar. César AAVV El Espinillo 17 www.espinillo.org I MaratoNet de Relatos en Red VillaVerde 2004 alzó la voz, hasta gritar. La posible duda que antes tuviera se había disipado–. ¿Te apuntas? Lucía sintió su corazón acelerarse. Lo que desde hace años deseaba, bajar a los túneles, estaba más cerca que nunca. Al ingresar en el instituto aquella leyenda urbana había simbolizado, de alguna manera, su repentino vislumbre de misterios, libertades y peligros que esperan ocultos en el subsuelo a que uno se atreva a descubrirlos. Mientras tanto, la madre de Lucía no paraba de preguntar por su hija, en todos los sitios por donde solía ir. En todos la respuesta era la misma, hacía tres días que no la habían visto. Sólo le faltaba uno: el Conservatorio de El Espinillo. Lucia no solía faltar. Le gustaba mucho la música, y le encantaba tocar el piano. Esa tarde tenía clase y Raquel probo suerte, a ver si la podía ver, para perdonarla y lamentar el incidente, y pedirle que volviera a casa, que no se volvería a entrometer en su vida privada si ella no se lo pedía. Aunque seguía con la idea de separarla del motero, pero por otras vías más sutiles. De camino al conservatorio se encontró con Elena, la compañera de su hija. AAVV El Espinillo 18 www.espinillo.org I MaratoNet de Relatos en Red VillaVerde 2004 - ¡Hola Elena! ¿has visto a Lucía? - No, no la he visto, esperaba verla ahora en clase ¿Por qué? - No, por nada. Quería decirle una cosa. - Si quieres se la digo yo, si la veo. - No te preocupes, si no la veo ahora, luego la llamaré, dile, eso sí, que encienda el móvil que lo debe de llevar apagado. - ¡ Vale!. ¿ Te ha dicho que hoy a lo mejor viene tarde? - No, ¿ Y eso? - Es que hoy es mi cumpleaños, cumplo 19, y quería celebrar una fiesta con los amigos, y a lo mejor luego nos vamos a bailar. Lucía me dijo el sábado que se apuntaba. - ¡Felicidades Elena!. Por mí no hay problema, pero llegad pronto a casa. Ya sabéis que no me gusta que lleguéis después de las 12. Dile que me llame que le tengo que decir una cosa muy importante. - Vale, se lo diré y gracias. - Hasta luego y que lo paséis bien. Raquel se quedó esperando a las puertas del conservatorio, a ver si aparecía por allí su hija, pero no hubo suerte. ¿Dónde estaría? ¿ Por qué la huida de casa, de repente? ¿ Quién era ese AAVV El Espinillo 19 www.espinillo.org I MaratoNet de Relatos en Red VillaVerde 2004 motero, de aspecto algo macarra?. Tenía muchas preguntas sobre su cabeza y pocas respuestas. Raquel se temía que algo así pudiera suceder, pero ¿tan pronto? ¿había sido una mala madre?, se preguntaba una y otra vez. Atender a sus dos hijos compatibilizándolo con un trabajo a turno partido era una tarea ardua, pero se sentía satisfecha de la educación que les había dado a sus dos hijos aunque reconocía que sin la ayuda de su madre no hubiera sido tan “fácil”. Locuras de un adolescente pensaba, si, quizás los 18 años de Lucía eran una edad complicada, ya te sientes un adulto pero la rebeldía propia de esa edad lleva a cometer tonterías, se decía, y claro por qué no decirlo esas nuevas compañías .... No era un buen año para Lucia, sus notas lo reflejaban. No se podía decir que fueran malas pero no era lo habitual, sólo aprobados, todo lo contrario que las clases de piano, Bach, Beethoven, Mozart eran sus autores predilectos. Pero “El amor brujo” de Manuel de Falla la ensimismaba, era sentir, como ella decía, “las esencias del embrujo nocturno andaluz”. Quizás rememorando esas vacaciones inolvidables en el sur. AAVV El Espinillo 20 www.espinillo.org I MaratoNet de Relatos en Red VillaVerde 2004 Mientras Raquel mantenía esta conversación, un muchacho con los pantalones arremangados y una mochila negra aparcó su bicicleta en la puerta de la comisaría de la calle Pan y Toros. Extrajo un aparatoso candado de la mochila y sujetó la bicicleta al vallado del parterre. Luego extrajo una cadena y otro candado y repitió la operación. Por último destornilló el eje de la rueda delantera y se lo metió en el bolsillo. Se acercó a la ventanilla de denuncias. - He encontrado un bolso, ¿Se entregan aquí los objetos perdidos? Ofreció al funcionario un bolso de lana de colores. El funcionario asintió y extendieron el contenido del bolso sobre una bandeja: un cuaderno en blanco, una cámara de fotos de usar y tirar, un monedero con calderilla, un teléfono móvil. - Lo encontré en el Paseo de Talleres hace cinco minutos, debajo de un coche. En ese momento el teléfono sonó. El funcionario y el chico se miraron, perplejos. El muchacho contestó. - Diga - ¿ Lucía ? AAVV El Espinillo 21 www.espinillo.org I MaratoNet de Relatos en Red VillaVerde 2004 A Raquel, que al finalizar la conversación con Elena le dio súbitamente el impulso de marcar el número de teléfono de Lucía, sin pensar, sin que el cerebro hubiera intervenido en esa decisión, como un impulso directo de la circulación sanguínea, estuvo a punto de paralizársele el corazón al escuchar una voz, masculina para más INRI, al otro lado de la línea. - Devuélveme a mi hija, donde está mi hija, Lucía, ¿dónde está mi hija? Por Dios, .... - Señora, por favor, no se quien es su hija. ¿qué le ocurre? Tranquilícese. La voz del muchacho, sólida y potente, produjo una inesperada credibilidad a la desesperada madre. Haciendo un gran esfuerzo momentáneo, apretó los puños, activó su cerebro y continuó la conversación - Perdóname. Este es el número de teléfono de Lucía, mi hija, que está desaparecida y no se donde se encuentra. ¿Está contigo? El muchacho entendió instantáneamente la situación de ansiedad de su interlocutora telefónica. - No se nada de eso, señora. Estoy en la comisaría de policía de la Ciudad de Los Ángeles, en VillaVerde, en Madrid. He encontrado este AAVV El Espinillo 22 www.espinillo.org I MaratoNet de Relatos en Red VillaVerde 2004 teléfono entre otras pertenencias, quizás todas de a su hija .... o no, no lo se .... - Estoy muy cerca de allí .... gracias a Dios .... Estoy allí en unos minutos, por favor no te vayas de allí, eres mi esperanza, no te vayas. - No se preocupe señora, aquí estoy. De aquí no me muevo. Raquel colgó el teléfono y, no pudiendo soportar la tensión del momento, echó a llorar. Rompió a llorar. En 5 minutos estaba en la comisaría. La meteorología, en sus arbitrariedades primaverales, había dictaminado que ese día el sol brillara con fuerza en el cielo. Juan Ángel llegó más tarde con el corazón en la boca tras escuchar las palabras y sollozos entrecortados de Raquel. Se abrazaron, lloraron, se sentaron y levantaron, y se volvieron a abrazar, mientras un policía impertérrito les tomaba declaración. Curiosamente la escena se repitió a escasos metros de ellos, donde un hombre y una mujer de mediana edad definían, entre súbitos gritos y silencios prolongados, el aspecto de un chico cuyas características coincidían con las de César. -¡Que le ha hecho a mi hija! - Gritó Juan Ángel abalanzándose sobre la pareja asombrada. AAVV El Espinillo 23 www.espinillo.org I MaratoNet de Relatos en Red VillaVerde 2004 –Cesar es mi sobrino –respondió el hombre, tajante–. Juan Ángel acercó su cara, roja de ira e indignación, a la del hombre. Al mismo tiempo, por el rabillo del ojo, vio cómo un policía se movía nervioso, atento a una posible agresión. ‘Tranquilízate, Juanan, calma’, musitó para sí. Respiró hondo y se apartó un poco del hombre. Éste poseía una complexión robusta y brazos poderosos, si bien su pequeña estatura y la prominente barriga hacían del conjunto algo un poco cómico. –¿Quién es usted? –espetó el hombre. Juan Ángel se lo explicó, todavía preso de los nervios. –Así que usted es el padre de la novia de César... Raquel lanzó una mirada furibunda al hombre, pero no se atrevió a replicar. Novios, son novios. La idea, más que molestarla, la ofendía. Mi pobre hija, junto a ese desgraciado. –Yo se tanto como ustedes, o menos –dijo Antonio, el tío de César–. Al fin y al cabo mi sobrino, aparte de vivir con nosotros, poco más hace. No lo puedo llamar ‘mala hierba’, pero tampoco precisamente ‘sociable’. Sabemos más por Manuel que por el propio César. AAVV El Espinillo 24 www.espinillo.org I MaratoNet de Relatos en Red VillaVerde 2004 Antonio no se atrevía a decir más: Manuel, Lolo, era quien les había avisado de que debían ir a la comisaría: –Algo ha pasado –les dijo por teléfono con voz temblorosa–. Id a la comisaría. De seguido, sin decir nada más, colgó. No dijo que él era quien había tirado el bolso bajo el coche. Raquel se acordó de las palabras de Elena, y su desesperación buscó el teléfono de la amiga su hija. Por suerte Juan, que iba al colegio Elena, era amigo de su hermano y sabía teléfono de su casa. en de de el Raquel logró hablar con Elena, y esta vez sí, le contó toda la verdad de lo sucedido. Elena se imaginaba algo, porque conocía a Cesar y sus locuras, como la de descubrir los túneles de VillaVerde y otras tonterías (para ella), pero de las que le había hablado Lucía con cierta excitación. César había dejado los estudios con 16 años y se había dedicado a vaguear sin ton ni son. Lo único que le llamaba la atención era el riesgo, y en cuanto pudo, con sus primeros ahorros se compró una moto. Otra de sus aficiones con cierto riesgo, era sembrar de grafitis todo lo que pudiera, trenes, metros - se manejaba muy bien por los AAVV El Espinillo 25 www.espinillo.org I MaratoNet de Relatos en Red VillaVerde 2004 túneles, y le apasionaba la oscuridad etc. Esto ya le había acarreado disgustos pues había sido detenido en ocasiones, aunque se había librado de noche en la cárcel (todavía). -, puentes bastantes un par de pasar una Por el contrario Lucia, era una chica culta, estudiosa y ... apasionada, ¿habría sido éste el motivo por el que formara tan extraña pareja?. Los padres intentaron establecer un plan. Por una parte ellos investigarían sobre los túneles y sus entradas, si es que existían. Por otro lado Juan, junto a Elena y su hermano Ramón, irían a la discoteca donde habían quedado para celebrar el cumpleaños de Elena ¿Aparecerían Lucia y César?. AAVV El Espinillo 26 www.espinillo.org I MaratoNet de Relatos en Red VillaVerde 2004 Segunda Jornada Conservatorio superior de Música y Danza El Espinillo Lucía lloraba en la oscuridad. Era un llanto contenido, sordo, pues apretaba con fuerza los labios y se cubría la nariz con la manga para evitar que se oyeran sus hipidos. Esto no evitaba que abriera mucho la boca, hasta el punto de causarse dolor, e incluso que agradeciera ese dolor por la distracción que aportaba a sus espantados pensamientos. Escudriñaba la negrura con agitados vaivenes de los ojos en sus órbitas, y, de tanto en tanto, contenía la respiración y maldecía el furioso latido de la circulación en sus oídos, que le impedía detectar el más leve roce en el pasaje que no fuera el rítmico goteo en los charcos o el lejano traqueteo de los camiones sobre las juntas de dilatación de la autopista. AAVV El Espinillo 27 www.espinillo.org I MaratoNet de Relatos en Red VillaVerde 2004 Apretaba en la mano su móvil, o lo que creyó que era su móvil hasta que, estupefacta, detectó en aquel objeto la forma de una navaja con resorte. A pesar del estupor que nublaba su razón como en una pesadilla, reconoció el olor y el sabor de las manchas del objeto, y vagamente lo relacionaba con aquellas que iba descubriendo, o redescubriendo, sobre distintas partes de su ropa y de su cuerpo. Y la punzante, insolente presencia de aquel ingenioso instrumento de agresión, aún en lo oscuro, fue el destello que guió su razón a puerto, aunque fuera un puerto de angustia y dolor. Pero por fin en la orilla de la cordura. Por eso Lucía rompió a llorar y por eso contenía desesperada el sonido de su llanto, pues recordaba perfectamente lo ocurrido en las últimas horas y comprendía que el más leve sonido que emitiera podía conllevar su regreso a la infernal pesadilla. AAVV El Espinillo 28 www.espinillo.org I MaratoNet de Relatos en Red VillaVerde 2004 El plan se puso en marcha del modo establecido. Elena fue a celebrar su cumpleaños al lugar acostumbrado. Era un pub-discoteca, “Zoom”, que les gustaba especialmente. Estaba decorada de un modo muy agradable y era inusualmente espaciosa para lo habitual en estos recintos. Contaban además con otra inestimable, decisiva, ventaja: conocían al dueño del local, Mario, que era vecino de ellos de siempre. Mario tenía un don especial para la atracción de clientes a su negocio, siempre tenía la expresión, la frase adecuada, la invitación en el momento idóneo para hacer que uno se sintiera bien. El ánimo de Elena estaba muy bajo, pero tenía que sobreponerse para investigar, silenciosamente, ayudada por su hermano y el hermano de Lucía, las extrañas circunstancias que estaban aconteciendo a su gran amiga. Haría cualquier cosa por ella. Tenía, sin embargo, una corazonada triste. En su fuero interno sabía con certeza que esa noche no aparecería, que la terquedad de su amiga por la oscuridad de las vías la había conducido probablemente demasiado lejos. AAVV El Espinillo 29 www.espinillo.org I MaratoNet de Relatos en Red VillaVerde 2004 Raquel y su marido lograron averiguar la existencia de los túneles. Túneles lejanos en el tiempo, que nos trasladan a otra época, a los duros años de la Guerra Civil española, años en los que sobrevivir era lo único que importaba. Madrid se convirtió en el principal objetivo militar de las tropas franquistas, y VillaVerde era la antesala de Madrid. Sus habitantes excavaron túneles que llegaban hasta el río Manzanares, lo que les daba cierta autonomía, gracias al agua de que disponían, para mantenerse refugiados sin ser descubiertos. En esos túneles crearon viviendas enteras, con compartimentos para dormir, para comer, así como lugares públicos para sus necesidades más básicas. Incluso habían construido una iglesia subterránea, decorada con pinturas sobre la roca. Esas estructuras aún se mantiene intactas, aunque desconocidas para la gran mayoría de sus actuales habitantes. Pero no para Lucía, que empezaba a conocerlas, aunque muy a su pesar. Muchas veces pensaba “si pudiera volver atrás, sólo tres días, nada de esto habría ocurrido”. Pero la realidad era que se encontraba sola, sola con una navaja que contenía restos de sangre. Todo había sucedido muy rápido, y no recordaba bien los detalles. No sabía que hacer, si pedir ayuda a sus padres, salir y contarlo todo ... pero ¿qué sería de ella y de AAVV El Espinillo 30 www.espinillo.org I MaratoNet de Relatos en Red VillaVerde 2004 su familia?. No, de momento no podía arriesgarse a salir ¿quién lo podría entender? ¿ quién la podría ayudar sin resultar damnificado? tenía que pensar. De repente se acordó de que hoy tenía una cita con su amiga Elena. Pero aún era demasiado pronto para salir, estaba muy confusa. Elena, Juan y Ramón ya estaban en la discoteca, y, gracias a Mario, supieron también de la existencia de los túneles y de que alguien tenía una llave de la única puerta de entrada. Había que moverse rápido y encontrar a ese misterioso personaje. Hacía ya tres días que no sabían nada de Lucía y, lo que tenían claro, es que debía estar en apuros. César seguía sin aparecer, y el bolso de Lucía estaba en comisaría, había que ir atando cabos. Y lo más sensato parecía descubrir cuanto antes la puerta de entrada. Elena recordó unas palabras de Lucía: “un amigo de César que se llama Lolo, tiene una copia de la llave que da acceso a los túneles”. Lolo ¿quien era?. Empezaron a preguntar en la discoteca a ver si averiguaban algo. Poco a poco fueron llegando todos los amigos a “Zoom”. Estaban alegres, festejar un cumpleaños AAVV El Espinillo 31 www.espinillo.org I MaratoNet de Relatos en Red VillaVerde 2004 era algo que siempre les animaba mucho por los regalos y porque no dejaban de gastarle bromas a Elena con eso de la edad. Elena, aunque atenta con todos sus amigos, estaba un poco nerviosa e impaciente, ignoraba si vendría o no María, porque sabía que era el lazo de unión entre Lucía y César, ella les había presentado. Bailó un poco y empezó a preguntar entre los amigos si habían visto a Lucía, porque desde que hablaron para quedar en “Zoom” no había vuelto a verse. Lucía no había ido estos últimos días al Conservatorio y aún no había llegado. Nadie sabía nada de ella y no la habían visto. Elena no dejaba de mirar hacia la puerta deseaba que aparecieran María o Lucía. Al cabo de media hora vio que entraba María, el corazón le dio un vuelco y se fue hacia ella. Seguro que sabe algo, pensó. Se besaron y María la felicitó pero Elena estaba tan impaciente que la preguntó muy nerviosa: - ¿Sabes algo de Lucía?. María se sobresaltó, no era normal el tono de la pregunta. Negó con la cabeza y preguntó si pasaba algo. A Elena se le saltaban las lágrimas, su esperanzaba era que María supiese dónde estaba su amiga. Se la llevó aparte y le contó lo que la madre de Lucía le había dicho y lo que pasó en la comisaría. AAVV El Espinillo 32 www.espinillo.org I MaratoNet de Relatos en Red VillaVerde 2004 María no podía dar crédito a lo que le estaban diciendo. - La última vez que la vi fue en “Attica” la semana pasada, (le dijo a Elena) recuerdo que estuvo hablando con César y otro amigo de él, que no se como se llama pero que siempre anda por ahí.. A la salida estaba muy excitada, me dijo, que si todo salía bien, iba a ir con César a un sitio por el que tenía mucha curiosidad, pero que todo dependía de Lolo. - No me gusta esta historia le dijo Elena, me estoy preocupando de verdad, lleva ya muchos días sin dar señales. - Es raro, sí, pero ¿cómo ha perdido el bolso…? - Y qué, dijo Elena casi enfadada, podría haber ido a su casa, podría llamar desde una cabina, pero no sabemos nada de nada. Su familia está muy angustiada y se están poniendo muy nerviosos. ¿Qué podríamos hacer?. - ¿Lo saben los demás?. - No, dijo Elena, esperaba que tú me aclararas algo. - Pues lo único que se me ocurre es que deberíamos decírselo a todos e irnos a “Attica”, quizás esté allí Lolo, el chico con el que estuvo hablando César o alguno de sus amigos, seguro que nos aclaran algo. Lolo seguro que algo sabe. - De acuerdo, vamos a contárselo a los demás. AAVV El Espinillo 33 www.espinillo.org I MaratoNet de Relatos en Red VillaVerde 2004 Los recuerdos de aquella noche continuamente por la mente de Lucía. pasaban La semana anterior en la reinauguración de la discoteca “Ática” se dieron cita Abel The Kid y Dj Nano. Abel por cierto, demostró por qué tiene el mejor “scratch” de España en cuanto a dj’s del mundo progressive se refiere. Fue una noche apasionante, los dj’s se marcaron una sesión que hizo bailar a todo el mundo durante toda la noche. Temas tranceros con alguna base techno. En definitiva, el sonido que se lleva actualmente. Era una noche importante para Lucía ,18 años, sentir y vivir el mundo de la noche era excitante aunque a ella no le atrajera demasiado el bakalao pero, en fin, había que estar a la ultima. En la sala se puso todo el mundo a dar botes como locos con los “subidones”. La pista entera con los brazos arriba, Lucía, César y los demás también, las gogos en la barra americana, el megatron a todo gas y el sonido ....a toda pastilla. Pastillas que, en dos ocasiones, le ofrecieron a Lucia y que ella amablemente rechazo. El marketing las bautiza con nombres simpáticos, cómo si se tratara de sustancias inofensivas: Adán, picapiedra, pitufos, torpedo, taxi, popeye, éxtasis... Aunque la misión de estas drogas diseño, como se las conoce genéricamente, AAVV El Espinillo 34 www.espinillo.org I MaratoNet de Relatos en Red VillaVerde 2004 es conseguir que el cuerpo aguante las noches del fin de semana en plena forma. Provocan en el consumidor un estado de euforia que reduce radicalmente las sensaciones de cansancio, sueño, hambre y sed. Su efecto se nota en pocos minutos, quizás por eso César pudo bailar durante horas sin parar, y su carácter hostil mutó en una personalidad más comunicativa y extrovertida. ¿Qué hacía en ese túnel?, se preguntaba... En realidad no fue muy difícil dar con el paradero de Lolo. Al llegar a la discoteca “Ática”, y preguntar por él al portero, éste les dijo que el bibliotecario de VillaVerde se llamaba así, y que solía acudir todas las noches por allí. Una vez dentro de la discoteca le localizaron. Juan y Elena no pudieron contenerse y se abalanzaron sobre él. Le bombardearon a preguntas. Le preguntaron por AAVV El Espinillo 35 www.espinillo.org I MaratoNet de Relatos en Red VillaVerde 2004 Lucía, por César, por Elena, dónde estaban, cuándo fue la última vez que les vio, si tenía una llave de un túnel. Todo les salía atropelladamente. En un primer momento Lolo se asustó, al verse rodeado de tanta gente. Cuando se serenaron un poco los ánimos, empezó a contarles todo lo que sabía. La historia comienza con la construcción de la biblioteca de VillaVerde. En el sótano, dónde se encuentran los depósitos, los obreros encontraron un túnel. En aquel momento nadie le dio excesiva importancia, y acabó tapiado con una pequeña pared de ladrillo. Lolo lo supo en una de sus visitas de inspección cuando construían la biblioteca. Con el paso del tiempo, cada vez que bajaba al depósito en busca de algún libro, se topaba con aquel muro, que poco a poco fue haciéndose un hueco en su imaginación. Un día, después de cerrar la biblioteca, y cuando ya se había ido todo el mundo, decidió derribar ese muro. Su sorpresa fue, que después de un largo corredor, había una puerta, una puerta de hierro macizo, con una pequeña cerradura. Durante un tiempo, intentó olvidarse de aquella puerta. Pero un día, uno de los usuarios habituales de la biblioteca, de avanzada edad, y que solía acudir a leer los periódicos, le contó que él conocía uno de los secretos de VillaVerde, de otro VillaVerde. Lolo no sabía de qué le estaba hablando, pero decidió hacerse amigo de aquel hombre. Aquello le AAVV El Espinillo 36 www.espinillo.org I MaratoNet de Relatos en Red VillaVerde 2004 había vuelto a despertar la curiosidad sobre la puerta. Un día el usuario le contó que existía una ciudad desconocida para casi todos, una ciudad que incluso albergaba riquezas. ¡Una ciudad subterránea! Aquellas palabras inquietaron sobremanera a Lolo. ¿Sería la puerta que él había descubierto hace tiempo?. En cualquier caso, desde entonces no se había podido separar de aquel hombre. Éste le confesó que él era el heredero de la llave de la ciudad. La única llave que existía. Pasado un tiempo, el hombre accedió a enseñar a Lolo la llave y desvelarle el secreto. Lolo le contó que él sabía llegar a una puerta subterránea que había descubierto, y juntos bajaron y comprobaron que aún seguía valiendo. Pero el acceso que había descubierto Lolo no era el único, había otras dos puertas más. Pero de momento él no sabía nada más. Sólo que al abrir la puerta y entrar, pudo descubrir algo que le impactó mucho. Algo que le cautivó. Siguiendo uno de los corredores, se encontró de pronto con un aljibe, pero no un pequeño aljibe, o un aljibe como los que él recordaba haber visto en muchos castillos españoles. Era un aljibe descomunal, lleno de columnas, al que se podía acceder bajando unas escaleras. Con su pequeña linterna, no alcanzaba a ver el final del mismo, aquella sucesión de columnas le recordaba a la mezquita de Córdoba. AAVV El Espinillo 37 www.espinillo.org I MaratoNet de Relatos en Red VillaVerde 2004 Pero ¿quién y cuándo pudieron haber hecho esto? y ¿Por qué?. Respecto a Cesar y a Lucía contestó que hacía dos días que no los había visto. Desde que consiguió una copia de la llave de la puerta y les acompañó hasta ella. Ellos le rogaron que no dijera a nadie que habían estado allí. Cosa que había cumplido hasta ese momento, y a la que no dio mayor importancia. Pero ahora se daba cuenta de que su amigo se había atrevido a mucho más dentro de la ciudad subterránea. Lolo nunca se había alejado más de 50 metros de la puerta, aquel lugar le imponía un respeto casi terrorífico, sobre todo después de que un día, él y su extraño amigo oyeran unos ruidos de voces y golpes dentro. Elena, Juan y los demás no se podían creer lo que acababan de escuchar, parecía una historia de las Mil y una noches. Si de verdad existía, habría que intentar entrar e investigar, pero... ¿no sería mejor que fuera la policía?. Aunque si Lucía se había metido en un lío, quizás seria preferible no hacerlo oficial ... por lo menos de momento. Los amigos se reunieron e intentaron calmarse, la historia les había puesto muy nerviosos. Juan llamó a sus padres, y les contó lo que acababa de escuchar. AAVV El Espinillo 38 www.espinillo.org I MaratoNet de Relatos en Red VillaVerde 2004 Apareció abriendo la puerta sin apenas fuerzas, con el pelo ensangrentado y lágrimas en los ojos. Dejó caer la navaja al suelo. Luego cayó ella a plomo. AAVV El Espinillo 39 www.espinillo.org I MaratoNet de Relatos en Red VillaVerde 2004 AAVV El Espinillo 40 www.espinillo.org I MaratoNet de Relatos en Red VillaVerde 2004 Tercera Jornada Centro de Salud El Espinillo En su caída todo fueron sombras y oscuridad. Cerró los ojos, mientras por su mente desfilaban las imágenes que no mucho tiempo atrás habían poblado las retinas de sus ojos. Volvió a ver los túneles, las paredes de piedra tallada, los hilos de agua que corrían por sus pasillos buscando una salida que les condujera a la luz, tal y como Lucía se esforzaba en encontrar. Volvió a su mente la imagen de las rendijas por las que se colaban pequeños fragmentos de luz, acompañados por los sonidos de la calle, de conversaciones de personas anónimas que transitaban no muchos metros por encima de ella, ajenos a la realidad que se escondía bajo sus pies. Ahora pudo volver a recordar el olor a húmedo que impregnaba cada una de las estancias que recorrió en silencio, arrastrando los pies, con la sensación de que su alma se le había escapado como el humo entre los dedos. Sentía, inconsciente, la rugosidad del suelo donde había AAVV El Espinillo 41 www.espinillo.org I MaratoNet de Relatos en Red VillaVerde 2004 caído desmayada y revivía una y otra vez pequeños fragmentos de unos sucesos que hacía horas había vivido... el clic de la navaja al abrirse, el frío del metal al rozar su piel, el contraste de la sangre caliente, sus ropas mojadas por aquel líquido vital.... VillaVerde vivía ajeno a estos sucesos, acostumbrados sus habitantes a sufrir la vida dura que llevan los que se sienten en tierra de nadie, desprotegidos, abandonados a su suerte por administraciones que, hacía justo el mes que viene 50 años, les habían condenado a llevar una existencia complicada, entre delincuencia, poco interés en la solución de sus problemas, paro, suciedad, desarraigo... Sí, desde que VillaVerde no era un pueblo independiente, muchas cosas habían ido a peor para todos los vecinos. Antonio, el tío de César, no entendía nada. Era una persona tranquila, un hombre hecho a si mismo. Procedente de Extremadura, de Almendralejo, su infancia se desarrolló entre las borracheras de su padre, los llantos de su madre ... la calle, los tirachinas. Desde pequeño tuvo la obligación de cuidar de su madre, desarrolló un instinto de supervivencia y capacidad para aguantar, adaptarse y responder adecuadamente. Con 17 años, el pueblo se revolucionó: abrían la fábrica de Renault en Madrid, en el lejano y “gran” AAVV El Espinillo 42 www.espinillo.org I MaratoNet de Relatos en Red VillaVerde 2004 Madrid, en VillaVerde. Junto con varios amigos se fue a trabajar a ella. Su capacidad de adaptación y trabajo le permitía manejar con gran solvencia su puesto de electricista en la fábrica. Pronto fue respetado, por su buen talante y mejor trabajo, por sus jefes y compañeros, y también por sus vecinos de La Ciudad de Los Ángeles, a la que se trasladó su madre tras la muerte de su padre en el pueblo. Allí había hecho su vida, un hogar, con Soledad, su mujer andaluza. Le daba alegría pasear por su barrio, canturreando cada una de las zarzuelas que daban nombre a las calles por las que pasaba. Gigantes y Cabezudos, La del Manojo de Rosas, Pan y toros, La verbena de la Paloma. Llevaban una temporada los dos algo inquietos con el que parecía más que probable cierre de la fábrica, en la que había alcanzado una posición desahogada, sólo enturbiada por los turnos –hoy noche, pasado mañana tarde-, a los que ni él ni su familia se habían terminado de acostumbrar. “¿Cómo van a cerrar esta fábrica”, se decía, “con sus más de 600 trabajadores?”. Su hermano, el padre de César, había sido el vivo ejemplo de que los mismos orígenes de las personas no condicionan su evolución, de que el carácter de cada individuo también influye decisivamente. Mala vida, que había heredado, “de tal palo tal astilla”, su hijo César. Al morir su hermano, se hizo cargo del niño, que en ese momento tenía 13 años. Confiaba en su capacidad para enderezarlo y, ¡que narices!, era su sobrino, AAVV El Espinillo 43 www.espinillo.org I MaratoNet de Relatos en Red VillaVerde 2004 el hijo de su hermano. César lo respetaba y, a su modo, lo quería. Sin embargo, no pensaba que el joven sobrino le pondría en una situación como la que, él y su esposa, estaban viviendo en ese momento. Juan ya en su casa ,empezó a contar la historia y poco a poco la conversación fue tornándose un poco académica pero a su vez interesante. No sabia que VillaVerde, El Espinillo, albergarse en sus entrañas tanta historia - ¡Anda Espinillo! espetó Horacio amigo argentino de la familia, en mi país es un árbol de unos dos metros de altura, más bien un arbusto. Su madera se usa principalmente para fabricar carbón y como leña. Aunque hay gente que cuece la corteza y sobre todo la llamada “manito del espinillo”, resina que asoma en los troncos ya antiguos, que es muy cicatrizante, buena para la piel y seca y cura quemaduras y alivia el dolor producido por ellas. En infusión, endulzado con miel es depurativo, y antirreumático. Y esta muy bueno, terminó. - Si, si, decía Juan, pero él quería centrarse en el túnel, en el aljibe. ¿Qué es eso? preguntó a su padre AAVV El Espinillo 44 www.espinillo.org I MaratoNet de Relatos en Red VillaVerde 2004 - Es como un deposito de agua para recoger agua de lluvia, subterránea por lo general. - Y ¿eso esta en VillaVerde?, preguntó Juan. - Je, je ; en VillaVerde se han encontrado hasta restos arqueológicos de época romana—dijo su padre—Antes de construirse el polideportivo de El Espinillo, hubo una intervención arqueológica y se hallaron estructuras y materiales realizados en el entorno de la villa romana de VillaVerde. Ésta villa data del siglo I D.C. y su destrucción y edificación de la superior corresponden posiblemente al siglo II o principios del III. - Increíble, pensaba Juan, pero volvió a su mente Lucia. ¿Dónde estaría? Una ráfaga de aire con cierto olor extraño despejó la mente de Lucía. De repente parecía más consciente de dónde estaba. Aunque seguía sin recordar claramente lo que le había pasado apenas un par de horas antes, sabía perfectamente lo que hacía allí. Rápidamente siguió el pasillo por el que recordaba haber pasado antes, no sin sorprenderse de nuevo por todo lo que había. Muros totalmente lisos y fríos. En la oscuridad le parecía mármol. En ese pasillo la luz apenas llegaba de las rejillas de la estancia anterior. AAVV El Espinillo 45 www.espinillo.org I MaratoNet de Relatos en Red VillaVerde 2004 Grandes grabados en relieve parecían vislumbrarse en el techo, aunque no se llegaba a ver qué era lo que se representaba. Sus pasos no se oían, esa era su intención. No le apetecía volver a usar aquella navaja que le dejó Cesar. Lo único a lo que podía aferrarse en esos momentos. Ya estaba al final del pasillo, veía una gran plaza. ¡La plaza de VillaVerde! ¡la de Internet!, recordaba Lucia en un intento de poner algo de humor en lo que estaba viviendo. Unos pasos apresurados que venían hacia ella, junto a un gran murmullo, se oían de una de las calles que daban a esa plaza. AAVV El Espinillo 46 www.espinillo.org I MaratoNet de Relatos en Red VillaVerde 2004 Lucía empezó a correr, no quería volver a pasar otra vez por lo mismo. Pero no terminaba de encontrar la salida. Mientras intentaba huir volvía a su mente lo que allí le había ocurrido. Hacía tres días ella y César habían quedado en abrir la puerta y descubrir lo que había detrás de ella. Ese mundo oscuro y excitante que tanto había llamado la atención de Lucía. Se había imaginado mil cosas, pero ahora podía averiguarlo. Al principio fue un descubrimiento, primero aquel aljibe que era como una “catedral”, impresionante, luego todos esos corredores, con grandes galerías o “salones”, las pinturas, incluso aún se podían encontrar utensilios de una vida doméstica. Al principio, todo le pareció fascinante, superior a lo que ella había imaginado. Pero después, sí después, todo había sucedido demasiado rápido. El primer día recordó cómo acabaron durmiendo en un pequeño habitáculo excavado en la roca, que disponía de las medidas de una cama de matrimonio, ideal para el saco de dormir de César. La temperatura era idónea, sorprendentemente no hacía frío, ni humedad. El segundo día, siguieron descubriendo lugares, pero ... allí empezó todo. Al fondo de uno de los corredores oyeron voces y ruidos. Quizás la prudencia les indicaba que no se AAVV El Espinillo 47 www.espinillo.org I MaratoNet de Relatos en Red VillaVerde 2004 debían acercar, pero si habían llegado hasta allí no era precisamente por su prudencia. Fieles a su afán por descubrir cosas nuevas ... ocurrió todo. Cuando se acercaron vieron a un montón de gente tirada en el suelo, había también muchos niños, y de pie, como vigilándoles vieron a algunos hombres. Trataron de esconderse, pero alguien les alcanzó por detrás, César logró zafarse de él, y empezaron a correr. Más tarde les alcanzaron otros dos hombres. Pelearon, ella estaba detrás de César, pero éste cayó al suelo y algo le entró en el cuerpo, algo que no sabría definir ya que no notó dolor. Ellos pensaron que si no había muerto, moriría desangrada o eso era lo que ella se imaginaba, no se acordaba de nada más, no sabía qué hacía allí corriendo con esa navaja en la mano, y a quién agradecer que sólo tuviera un rasguño, quizás a esa imagen de Cristo que descubrieron en la iglesia subterránea. Y de César, de César no sabía nada. ¿Estaría muerto? ¿se lo habrían llevado vivo?. Tenía que encontrar la salida, si la volvían a encontrar, y eran los mismos, esta vez seguro que no saldría viva de allí, no cometerían dos veces el mismo error. Cuando entraron en la ciudad, intentaron llevar un método ingenioso de marcas en las esquinas con referencias numéricas para no perder nunca la pista de la salida. Ella conocía muy bien la AAVV El Espinillo 48 www.espinillo.org I MaratoNet de Relatos en Red VillaVerde 2004 historia de Ariadna y su hilo de la vida que salvó a Teseo de morir en el laberinto. Lucía tenía en todo momento referencia de cuál era la salida. Pero no entonces, estaba desconcertada, buscaba las marcas con los números que ella misma había hecho hacía poco. Pero ¿donde estaba?, ¿cuanto tiempo había pasado desde que cayó al suelo?. No recordaba nada, solo quería salir y ponerse en manos de Raquel, su madre, de su padre y de Juanillo, su hermano pequeño, quería volver a verlos, quería pedir perdón. Quería tener una segunda oportunidad. De repente encontró una puerta, intentó abrirla y ... salía, salía hacía la calle, no se lo podía creer, pero ya no podía más, estaba agotada. Al salir, en un último esfuerzo, se dio cuenta que estaba enfrente de la discoteca “Ática”, donde había empezado todo. Allí estaría Lolo, la ayudaría seguro. Entró en la discoteca, dio unos pasos y vio a su hermano Juan y a su amiga Elena, quiso ir hacía ellos, abrazarles, llorar ... pero cayó desplomada en el suelo. Juan y Ramón la cogieron en brazos y se la llevaron al coche de Elena, que estaba a punto de arrancar. Salió derrapando directamente al hospital “Doce de Octubre”. Mientras Juan la besaba y la abrazaba, Ramón llamó a los padres de Lucía y les avisó de que la acababan de encontrar y que estaba bien, pero que la llevaban al hospital para que la examinaran porque parecía muy cansada. Todo ello en un intento de tranquilizar a Raquel. AAVV El Espinillo 49 www.espinillo.org I MaratoNet de Relatos en Red VillaVerde 2004 Habían pasado casi 30 horas y Lucía seguía durmiendo en la habitación 744 del hospital. Le habían suministrado suero, y estaba ya a salvo, pues sus heridas habían sido leves, únicamente la pérdida de sangre y el agotamiento, habían puesto en riesgo su vida. Raquel seguía esperando al lado de su niña, de la que no se había separado ni cinco minutos, no podía. Mientras todo esto sucedía en el hospital, la extraña historia de Lucía y César corría de boca en boca por VillaVerde, aumentando y distorsionando la historia. AAVV El Espinillo 50 www.espinillo.org I MaratoNet de Relatos en Red VillaVerde 2004 Cuarta Jornada Chimenea de los hornos de cerámica ‘La Norah’ de VillaVerde Había perdido la noción del tiempo, César no sabía cuánto tiempo llevaba en ese laberinto. No acertaba a encontrar las marcas que habían dejado para regresar. El miedo y el cansancio no le dejaban pensar con claridad. Había conseguido que Lucía pudiera escapar. Afortunadamente le dio tiempo a darle una navaja para que se pudiera defender, estaba seguro que había salido de allí, era una chica muy lista y decidida. Si pudiera dormir un poco, seguro que lo vería todo más AAVV El Espinillo 51 www.espinillo.org I MaratoNet de Relatos en Red VillaVerde 2004 claro - pensaba. Pero enseguida, la alerta del subconsciente le decía que tenía que estar atento: había conseguido escapar de sus captores y sabía que le podían encontrar, ellos conocían los túneles y él no. Sí, Lucía avisará a Lolo y vendrán a buscarme, pensaba. No tardarán. No quería, no podía pensar de otra manera. La Chimenea, es lo que su nombre indica, la chimenea de una antigua fábrica de ladrillos que existió en el barrio de San Cristóbal de los Ángeles. Es un edificio emblemático de este barrio, porque se ve desde muy lejos, porque está a la vera de la antigua carretera de Andalucía y porque es el inicio de este barrio del Distrito de VillaVerde. Este barrio comenzó a poblarse con los trabajadores de esta fábrica, cuyo nombre era “Nora”. Esta empresa hizo viviendas para ellos y más tarde, a finales de los años cincuenta y principios de los sesenta se comenzaron a edificar los bloques que hoy conforman San Cristóbal. La mayor parte de ellos se hicieron según el Plan de Desarrollo de los Poblados Dirigidos del Ministerio de la Vivienda, y que, en su mayor parte, ofertaban a las empresas públicas y grandes sociedades de entonces. Por lo tanto, es un barrio de trabajadores, de inmigrantes de otras regiones de España. De ahí que el Distrito sea tan solidario y tenga tan importantes lazos de vecindad porque, cuando se creó, la mayor parte de sus vecinos no AAVV El Espinillo 52 www.espinillo.org I MaratoNet de Relatos en Red VillaVerde 2004 tenían familia en Madrid, su familia era el vecino de lado. Néstor llegó a San Cristóbal después de haber sido desalojado de diferentes edificios en ruinas del centro de Madrid. No era una persona conflictiva y no quería problemas con la policía. El había venido de otro país y sólo pretendía mejorar su vida. Era honrado y trabajador, pero no tenía su documentación en regla y no quería volver a su tierra con las manos vacías. Néstor era conocido en San Cristóbal porque acudía a diario al mercado municipal. Se ofrecía a los fruteros para descargar las furgonetas de fruta, les ayudaba a la limpieza del mercado al final de la tarde y a cambio le daban algo de comida. Poco a poco fue ganando la confianza de ellos y algunos le daban algo de dinero. Algún día seguro que me darán un trabajo, pensaba. Hizo especial amistad con el dependiente de la reparación de calzado, donde también se hacían llaves, y, entre charla y charla, había aprendido a poner filis, tapas y tacones. Pensaba que se podría dedicar a ello y así conseguir sus codiciados papeles. Una noche de intensa lluvia, se paró al lado de la “Chimenea” pensando en cobijarse. Allí había una pequeña puerta, sin pensarlo y sin saber por qué, la empujó y se encontró en un pequeño habitáculo, oscuro, pero que le sirvió de refugio hasta que amainó la lluvia. De camino a la vieja fábrica de Boetticher pensó que al día siguiente con la luz del día volvería a la Chimenea, quizás se podría ir a dormir allí y evitar los conflictos que AAVV El Espinillo 53 www.espinillo.org I MaratoNet de Relatos en Red VillaVerde 2004 comenzaban a ser cada vez mayores en la abandonada fábrica. La noche fue intranquila para él, no concilió bien el sueño pensando en que quizás había encontrado un sitio donde tener más intimidad y más cerca de donde el pretendía comenzar a trabajar. Así, al amanecer, no dudó en dirigirse al nuevo lugar descubierto. Por primera vez se fijó en lo alta que era la chimenea, lo esbelta y vió que en lo alto había un nido, y así era, allí anidan las cigüeñas. Volvió a empujar la puerta y la dejó abierta para que entrara algo de luz. Fue entonces cuando vio que en el suelo había una gran rejilla, la levantó, y bajó los peldaños de hierro que había, llegando a una especie de plaza de donde salía lo que parecía un túnel. Después de andar unos pasos volvió atrás estaba demasiado oscuro, - Ya volveré por la tarde, y con una linterna quizás encuentre un buen sitio para vivir. Fue un día muy intenso para Néstor, el zapatero le había hecho una oferta de trabajo. Le ofrecía dedicarse a la reparación del calzado y así, él podría trabajar en la copia de llaves, ya que se estaba construyendo mucho por la zona. Estaba feliz, por fin iba a tener un trabajo, además, no pensaba dejar de seguir colaborando habitualmente en el mercado, así podría comprar herramientas. Como algunos le daban comida, con el dinero que conseguía compró la linterna y, ya de noche AAVV El Espinillo 54 www.espinillo.org I MaratoNet de Relatos en Red VillaVerde 2004 cerrada, cuando no había nadie por la zona volvió a entrar en la Chimenea. No lo podía creer, aquello era un gran corredor, excavado muy abajo y bien sujeto, no parecía que pudiera hundirse. Decidido lo siguió, era recto, ancho y tenía soportes en las paredes, supuso que eran donde antaño se colocaban unas teas para alumbrar ese corredor. Era largo y parecía no tener fin. Creyó que había andado como unos dos kilómetros cuando llegó a una pequeña plazoleta donde había varias bifurcaciones. Fue por una de ellas y comprobó que había diferentes compartimentos, parecía que había estado habitado antes. La excitación que sentía era enorme, estaba convencido, se iría a vivir allí, era un lugar seguro, un buen refugio. De momento, no diría nada a ninguno de sus amigos. Volvió a desandar el camino hecho que esta vez se le hizo más corto. Estaba cansado había sido un día muy largo. Pero, sin duda, volvería al día siguiente, ya con la intención de quedarse allí. Habían pasado dos semanas desde el trágico episodio de Lucía y César, y seguía sin saberse nada de éste. En este tiempo habían sucedido muchas cosas. Lucía se fue recuperando poco a poco de sus heridas, y estaba en casa, de la que no había AAVV El Espinillo 55 www.espinillo.org I MaratoNet de Relatos en Red VillaVerde 2004 vuelto a salir en todos esos días. Se había dedicado con pasión a tocar el piano, a componer, ayudado por su hermano Juan, que era un gran trompetista. Sólo accedía a que la visitaran Elena y Ramón. No quería ver a nadie más. No podría soportarlo, preguntas y más preguntas, estaba harta. Después de contarle su historia a la policía, había estado casi 24 horas seguidas contestando preguntas. La policía se había hecho cargo de la investigación, pero de momento sin resultado alguno sobre César, ni vivo, ni muerto. Lo único que habían logrado esclarecer es que se trataba de una mafia de tráfico de emigrantes, y tráfico de niños. Seguían sobre la pista, y cualquier día cerrarían el círculo, y caerían, seguro, pero de momento no había habido detenciones. Como era de imaginar, después del incidente habían desaparecido, no había rastro de persona alguna, excepto de Néstor, pero de momento Néstor no era ningún problema, era sólo un emigrante sin papeles, y ya habría tiempo de ponerle en su sitio más adelante. Lo que sí encontró la policía fueron múltiples pruebas y huellas, aunque ninguna de estas huellas pertenecían a nadie, de momento. La expectación en VillaVerde era máxima, todo el mundo hablaba de la ciudad subterránea. La prensa nacional e incluso la internacional se habían hecho eco de la noticia. La Junta Municipal del Distrito, estaba AAVV El Espinillo 56 www.espinillo.org I MaratoNet de Relatos en Red VillaVerde 2004 pensando en habilitar alguna ruta turística por la ciudad oscura, aunque ello aún llevaría mucho tiempo. De momento permanecía cerrada, ya que continuaban las investigaciones policiales. Eso sí al acecho andaban arqueólogos, paleontólogos, historiadores, medios de comunicación, políticos etc. Raquel ese domingo, después de su paseo en bici, no podía más y había acudido a la Biblioteca, allí investigaría todo lo que pudiera relacionado con el pasado de VillaVerde. Quería encontrar algo sobre la ciudad subterránea, algo que le ayudara a entender su existencia. Su amigo Paco la ayudaría. Pero ella sabía que Paco era colega de Lolo, y éste había sido la causa de que su pequeña Lucía hubiera estado a punto de morir. Quería saber más detalles, quería, en realidad ... entrar en la ciudad subterránea. Lolo había sido presa de su estupidez y falta de personalidad. Sin darse cuenta, había ido dando a los traficantes –inicialmente (hacia él) disfrazados de corderitos- todas las claves de la ciudad subterránea para que fueran organizando su mafiosa red. Sabían qué necesitaban para conseguir cualquier cosa de ese hombre: la AAVV El Espinillo 57 www.espinillo.org I MaratoNet de Relatos en Red VillaVerde 2004 pérdida de control, el éxtasis que provocaba la ingestión de pastillas en esa discoteca nocturna. En varias noches de “amistad” y locura Sergan, el más sanguinario y frío de la banda, había logrado de él toda la información que necesitaba. De un modo muy fácil, inesperadamente fácil. El siguiente paso, tan simple, como anteriores, fue conseguir de él la llave. los César y su amigo clon estaban haciendo con Lolo, unas gestiones parecidas a las que estaban efectuando los mafiosos. Con el mismo resultado utilizando los mismos medios. Las llaves fueron entregadas a ambos el mismo día, en el mismo lugar, en el día en el que Lolo viajó y viajó más que nunca con sus inseparables y pequeñas compañeras. Cuando Sergan obtuvo la llave de la ciudad de los túneles se quitó el disfraz. Amenazó a Lolo con la muerte si alguien se enteraba de la existencia de esos túneles ocultos. Esa sería su ciudad y también su secreto, el secreto de los dos. Y pagaría con su vida la violación del mismo. Pero dos a esas horas ya no eran dos, ni siquiera tres. César, su amigo clon y Lucía formaban parte del preciado secreto. Cuando Lolo volvió de su viaje nocturno, cuando al día siguiente se dio una ducha fría, estupefacción y la angustia se apoderaron de él. AAVV El Espinillo 58 www.espinillo.org I MaratoNet de Relatos en Red VillaVerde 2004 Quinta Jornada Fuente de la Felicidad, del escultor Félix Rubio La angustia de Lolo se convirtió en una sensación de pánico insoportable cuando vio a Sergan en la biblioteca. Varios días antes había entregado sendas llaves a él y a César y había recibido la mortal amenaza de, hasta ese momento, su disfrazado amigo. Se acercó sonriente, como si nada ocurriera, emplazándole a “una charlita” cuando saliera de la Biblioteca. Lo estaría esperando junto al edificio de la Junta Municipal. El resto del día fue verdaderamente insoportable para Lolo. No podía contar a nadie su terror. Fue varias veces al servicio a vomitar y aguantó como AAVV El Espinillo 59 www.espinillo.org I MaratoNet de Relatos en Red VillaVerde 2004 pudo el tétrico tic-tac del tiempo. Pensó en no acudir a la cita. Pensó en ir a la policía. Pensó en evitar el final que le esperaba ese mismo día, infligiéndose él mismo una muerte indolora y rápida. Pero ninguno de esos pensamientos desesperados cristalizó en su mente y a la hora convenida estaba junto al edificio de la Junta Municipal. Allí estaba Sergan. Ahora no sonreía. Tenía en su mano un bolso. Lo llevó a empujones a un callejón estrecho. Le puso una navaja en el cuello y le preguntó agresivamente quienes eran los que habían estado en los túneles el día anterior: un chico y una chica. Lolo le juró que no lo sabía, pero su sanguinario ex-amigo no le creyó y le propinó un profundo corte con la navaja en la cara. Le dio el bolso que se le había caído a la chica en su apresurada huida y le dijo que no habría más oportunidades: al menor problema que encontraran a partir de ese momento, ejecutaría su amenaza de matarlo. Lolo se quedó desangrado y llorando en el suelo. La sangre brotaba a borbotones del corte de su cara. Con un pañuelo intentó taparse un poco para pasar desapercibido, cosa que era realmente difícil. En el Paseo de Talleres, arrojó el bolso de Lucía debajo de un coche. Recordó que tenía el teléfono de César, recogido en una de las noches de alucinación. Llamó y le dijo a su tío que fuera a comisaría, colgando posteriormente sin mencionar más detalles. AAVV El Espinillo 60 www.espinillo.org I MaratoNet de Relatos en Red VillaVerde 2004 Raquel sabía que Lucía seguía estando en peligro, no lo quería comentar con nadie, pero le estaba mortificando. No sabía qué hacer, quizás si pudiera hablar con César, que imaginaba responsable de todo lo ocurrido, o con alguien de la trama se calmaría. Pero que tontería, a ella nadie le haría caso. Lucía, en su interior, sabía que no podía salir a la calle, no de momento. Su hermano Juan y su padre, estaban en contacto permanente con la policía sobre el avance de las investigaciones, aunque no comentaban nada en casa para no alarmar más a las mujeres. César, tenía noticia de lo que iba a ocurrir en el interior de la ciudad, ya que conocía a Sergan y su mafia, y también Lolo le había contado que le iba a dar otra llave a Sergan. En su atrevimiento, César había planeado chantajear a Sergan a cambio de no decir nada, a menos que le dejara entrar en el negocio. Pero no era esa la intención de Sergan y los suyos. Todo le había salido mal a César, y ahora estaba detenido por los mafiosos, herido, y no sabía nada de Lucía, lo único bueno que le había ocurrido últimamente en su vida. Todos sus planes hechos trizas. Sergan tenía pensado para él una larga ausencia, lo enviaría como mano de obra a unas minas de diamante, de su propiedad, que se acababa de comprar en Botswana. ¡Quien sabe, a AAVV El Espinillo 61 www.espinillo.org I MaratoNet de Relatos en Red VillaVerde 2004 lo mejor no lo soporta!, pensaba. Y probablemente no volvería vivo. Pero no lo iba a matar, había que sacarle el jugo que pudiera, total aquí nadie lo iba a echar de menos, quizás un poco su tío, pero a lo mejor hasta le daría las gracias. Sergan seguía intranquilo, se había librado de la policía y tenía a Lolo y César controlados, pero ya no podía seguir utilizando la ciudad subterránea, por lo menos hasta que se calmaran las cosas. Además había una persona que quizás lo hubiera visto, una chica. Hasta que no la eliminara, no podría volver al negocio. Lucía no había confesado a nadie los rasgos de ningún individuo de los que vio en el túnel. Pero no se le iba la imagen de uno de ellos. Mientras César peleaba con dos matones, antes de caer herido, detrás de ellos, impasible, había otro hombre, rubio, alto. Su cara le sonaba de algo, pero no sabía de qué. Era una imagen que no se le iba de la cabeza, él estaba allí, sonriente, esperando, sabía que si salía a la calle y se cruzaban se reconocerían inmediatamente, y, lo que es peor, sabía que la estaba buscando porque era un obstáculo. Lucía no sabía nada de César y eso le preocupaba mucho. Sólo había permitido que fuera a visitarla su amiga Elena, no quería ver a nadie, pero a la vez, ansiaba que alguien le dijera algo de su amigo de aventuras. Elena le había AAVV El Espinillo 62 www.espinillo.org I MaratoNet de Relatos en Red VillaVerde 2004 dicho que no sabía nada de él, aunque el tema había tomado una gran relevancia y había salido en las noticias. Por fin, una tarde que fue Elena a verla le preguntó directamente por César. Como en otras ocasiones, Elena no sabía nada. Entonces sí se atrevió: - Elena, voy a pedirte un favor, no puedo más y necesito saber qué ha pasado con César, dime la verdad, si la sabes. - No se nada Lucía, nadie dice nada. Sólo hay rumores y cotilleos, la policía no dice nada y yo tampoco se más. - Entonces, ¿podrías ir a la biblioteca y preguntar a Lolo por él?. Seguro que sabe algo, le conoce y conoce a mucha gente con la que contactaba César en la discoteca. - Lucía, me da un poco de miedo. La policía está investigando. Sola no me atrevo a ir, dijo Elena. Lo único que puedo hacer es ir con tu hermano y con María, que conoce a Lolo mejor que yo. Lucía no quería involucrar a su familia. Conociendo a sus padres, seguro que ya estaban indagando por su cuenta. Ella sólo quería saber si César estaba bien, se negaba a ponerse en lo peor, por eso le dijo a Elena: - Quizás sea mejor que vayas con María, mi hermano es pequeño y lo único que puedo conseguir es que mi madre se enfade. Prefiero que no sepan nada de esto. Además, María conoce a mucha gente de VillaVerde Alto, porque va mucho por la biblioteca y por “Attica”. Sí mejor que vayas AAVV El Espinillo 63 www.espinillo.org I MaratoNet de Relatos en Red VillaVerde 2004 sola con María, pero sin arriesgaros. pregunta si ya ha aparecido César. Sólo Cuando llegó a casa, Elena llamó por teléfono a María y le comentó lo que Lucía le había pedido. María no puso ninguna pega, ella la acompañaría. Lo cierto es que ya le podía la curiosidad. Quedaron en ir al día siguiente a la biblioteca, después de salir de clase. Así no levantarían sospechas de nadie. Cuando llegaron al día siguiente a la Biblioteca, Lolo no tenía buen aspecto, estaba nervioso y se dieron cuenta que las eludía. En un momento que no había nadie en el mostrador se acercaron a él y le preguntaron directamente si se sabía algo de César. Él les dijo que no y que le esperaran al cierre, pero no en la puerta de la Biblioteca, les pidió que le esperaran en las paradas del autobús que están en frente de la estación de tren de Alcocer. Así lo hicieron. Una vez juntos, pasaron a la cafetería que está al lado y Lolo les empezó a contar su historia. Como ya sabrían ellas, les contó la existencia de una puerta en la biblioteca que daba a una pequeña ciudad subterránea. Él había presumido de haberla encontrado y dijo que tenía la llave de acceso. Se sentía el rey de la ciudad subterránea y para llamar la atención en la discoteca, presumía ante sus amigos de que tendría un sitio para vivir, sin costarle nada, sin tener que pagar a los especuladores. Un sitio donde no tendría que preocuparse de los vecinos, porque podría tener la AAVV El Espinillo 64 www.espinillo.org I MaratoNet de Relatos en Red VillaVerde 2004 música tan alta como quisiera, porque podría llevar a mucha gente y celebrar las fiestas que quisiera, donde podría guardar sin que le descubrieran la hierba que se fumaba y las pastillas que compraba. En fin, era el gallo del corral, porque tenía a todos encandilados con su palabrería. Además, como era el bibliotecario, nadie dudaba de lo que decía. Así fue como se enteraron César y Sergan de la existencia de esta ciudad. Al primero le interesó porque eran un aventurero nato y el riesgo y lo desconocido le atraían. Al segundo, le interesó porque tenía otros proyectos en la cabeza, y si era verdad lo de la ciudad, le vendría muy bien saber cómo llegar a ella. Esas fueron las razones por las que se hicieron tan amigos de él, ahora se daba cuenta. Se paró unos instantes en su relato, y Elena impaciente como estaba, no esperó más y le preguntó si sabía algo de César o no. - No, no se nada y estoy tan asustado qué no se que hacer, le contestó. He quedado aquí con vosotras porque estoy amenazado. Sergan me ha dicho que me matará si revelo algo de los túneles, pero no puedo más. Sólo os diré que el hombre que me contó parte de la historia de estos túneles me dijo que había dos puertas más. Eso no lo sabe Sergan, no llegué a decírselo a nadie, menos mal - suspiró -, ni siquiera se lo he dicho a la policía. Os diré que una de ellas está en San Cristóbal, en la Chimenea, la otra por donde debió salir Lucía. Y ya no os quiero contar nada más porque no quiero que me relacionen con vosotras, AAVV El Espinillo 65 www.espinillo.org I MaratoNet de Relatos en Red VillaVerde 2004 podría ser peligroso. Llevo sin salir de casa desde el día que llegó Lucía a la discoteca. Lo estoy pasando fatal, tengo muchos nervios y calambres. Elena y María se miraron y le dijeron, que no se preocupara que ellas no dirían nada y que seguro que no tardaría en salir de allí César, si había otras salidas él las encontraría. María le dejó su teléfono para que las llamara en cuanto supiera algo y poder tranquilizar a Lucía. Se despidieron, y las chicas se fueron con toda rapidez a casa, por suerte, estaban al lado de la parada del autobús. Al comienzo del trayecto fueron calladas pero cuando llegaron a su parada y se quedaron solas, fue cuando empezaron a calmarse, se dieron cuenta de que estaban tensas. Lolo las había puesto nerviosas con su historia. Se les planteaba una duda, ¿le decían a Lucía lo de la existencia de otra puerta?. ¿Se lo decían a la policía?. Quedaron en hablar al día siguiente y tomar una decisión, por la mañana lo verían con más claridad. César estaba recluido en un zulo, pequeñísimo y oscuro. Llevaba la vida de lo que era, un secuestrado. Desde que fue retenido en el túnel, tras ser apuñalado por un hombre, no había visto a nadie, ni a sus raptores ni al resto del mundo. Ellos no eran agresivos con él, le daban de comer AAVV El Espinillo 66 www.espinillo.org I MaratoNet de Relatos en Red VillaVerde 2004 y le permitían salir para hacer sus necesidades. El zulo estaba situado en el poblado de El Salobral. No sabía cuántos días llevaba allí. Estaba, tras recuperarse de las heridas que le habían infligido sus raptores, relativamente calmado. No temía a la muerte. Su espíritu aventurero y agresivo era superior al miedo. Normalmente había dos hombres fuera del zulo, les oía hablar a menudo en un idioma que debía ser del Este de Europa. Reconocía claramente sus voces y casi sus respiraciones. Un día concluyó que uno de ellos no estaba. Seguía teniendo su cadena de oro, que por la parte menos visible tenía una punta muy afilada, que a todas luces había pasado inadvertida a sus raptores. Pidió que le abrieran la puerta para hacer sus necesidades, efectuó la operación consuetudinariamente. Abrió la puerta lentamente, observó que su centinela estaba un poquito despistado, y con la parte afiladísima de su cadena le hizo una profunda incisión en la pierna. Sabía que eso le daba más o menos un minuto para buscar la salida de ese lugar que desconocía, y que de no encontrarla moriría. Salió corriendo, observó unas diminutas escaleras de caracol y las subió. Tras esas escaleras sólo vio una ventana y, con la prudencia que da la locura y la desesperación, se tiró por ella, sin saber qué habría al otro lado. Entre coches quemados salió corriendo, no sabía dónde. Por suerte al poco tiempo reconoció dónde estaba y fue capaz de orientar su vertiginosa carrera. No podía ir a casa de su tío, ni de Lucía, ni por supuesto a la ciudad subterránea. ..... ¿la ciudad AAVV El Espinillo 67 www.espinillo.org I MaratoNet de Relatos en Red VillaVerde 2004 subterránea? .... ¡la ciudad subterránea! Sintió que ahí estaría más protegido que en ningún sitio. O quizás su curiosidad obstinada y amante del riesgo extremo no había quedado saciada. En el breve instante en que duró esta reflexión, seguía corriendo sin parar, escuchó disparos a sus espaldas. No era solamente un hombre, su raptor, el que le perseguía, sino tres hombres armados. Los primeros rayos del alba , de un amanecer que no pudo observar, hicieron acto de presencia. Los perseguidores no paraban de disparar. La carrera era a una gran velocidad. César era físicamente fortísimo pero parecía que sus desgraciados perseguidores no lo eran menos. César cruzó la Avda. de Andalucía y siguió por la Gran Vía de VillaVerde. Nadie se cruzaba en su camino. Un disparo furtivo impactó en su pierna derecha y cayó al suelo. En su caída sólo pudo ver cómo, en la lejanía, un hombre se acercaba. Cuando despertó pensó que, a pesar del dolor terrible que le congelaba la pierna, todo había terminado bien. La presencia de los dos policías nacionales que le custodiaban le hizo pensar fugazmente que el disparo había sido realizado AAVV El Espinillo 68 www.espinillo.org I MaratoNet de Relatos en Red VillaVerde 2004 por error por algún agente que seguía la pista de sus raptores. Al recuperar la plena consciencia y lucidez de mente, le inquietó que estuvieran en el último piso de un edificio en construcción. Reconoció las vistas al río Manzanares y el fuerte olor a carne podrida quemada, por lo que pensó que seguramente estuvieran en Nuevo Rosales, ya que tras el río existía una incineradora de carne. Creía percibir en el extremo de lo que alcanzaba a ver por la ventana una estructura de ladrillo familiar. Apartó la sábana y se bajó de la cama. El dolor subió como un calambrazo, invadió su pelvis y su columna vertebral, y le oprimió la cabeza como en un puño. Jadeando se tumbó como pudo, y una ola roja nubló su entendimiento. AAVV El Espinillo 69 www.espinillo.org I MaratoNet de Relatos en Red VillaVerde 2004 AAVV El Espinillo 70 www.espinillo.org I MaratoNet de Relatos en Red VillaVerde 2004 Sexta Jornada Biblioteca Pública María Moliner Lolo se limpió como pudo la herida que le produjo el corte en la cara. Contó a todos que había tenido un extraño accidente en casa, y qué un cuchillo de cortar jamón había tomado vida propia y en vez de cortar la jugosa pieza jamonera, arbitrariamente, había decidido ir a parar a su rostro con las evidentes consecuencias. Cuando Elena, el día de su cumpleaños, ya extremadamente preocupada, le contó todo acerca de que Lucía y César no aparecían, tras haber entrado con la llave que él les había facilitado en la ciudad subterránea, Lolo no tuvo ni tiempo para reaccionar, al momento apareció Lucía desfondada por la puerta de la discoteca, les dedicó una sonrisa de alivio, les dijo que no sabía nada de César y cayó. Lolo salió de su estado de pánico y aletargamiento. Pensó, en el momento de lucidez AAVV El Espinillo 71 www.espinillo.org I MaratoNet de Relatos en Red VillaVerde 2004 real , no artificial, que él era el culpable de todo aquello y que, aunque se jugara la vida, tenía que empeñarse en buscar a César. Sin duda, pensó, debe estar retenido por Sergan y su banda. Pero no sabía por donde empezar su búsqueda. Entendió que la situación era crítica y que debía contar todo lo que sabía a la policía. Tardó dos días en vencer el miedo pero lo hizo. Cuando Lucía se despertaba de su largo sueño en el 12 de Octubre y los medios empezaban a dar eco a la historia de la ciudad subterránea, acudió a la comisaría de la calle Pan y Toros y contó todo lo que sabía. Requeridos por los policías, en un ambiente de discreción que favoreciera la investigación, acudieron Raquel, Juan Ángel y Antonio, el tío de César, y entre todos fueron verificando versiones. Lolo aportó una precisa descripción de Sergan, que era el único de los mafiosos que él conocía, y que él imaginaba que conocía el paradero del desaparecido. El dispositivo se montó con la mayor discreción posible. Muchos hombres de paisano patrullarían a todas horas las calles del distrito porque se pensaba que no debían estar muy lejos. Pasaron días y no había mejores pistas. Un día, justo al amanecer, uno de los agentes de paisano divisó a lo lejos a un joven corriendo, un ruido de arma de fuego, el joven cayendo y unos hombres, uno de los cuales respondía a la descripción de Sergan, acercándose a él. Llamó a varias unidades, ¡iban a pillar a la banda mafiosa y a recuperar la libertad del desaparecido! AAVV El Espinillo 72 www.espinillo.org I MaratoNet de Relatos en Red VillaVerde 2004 Las unidades acudieron inmediatamente. Sergan agarró a César, cogió un coche que estaba aparcado en el taller (concesionario de Renault que hay justamente bajo la confluencia de la Avda. de Andalucía con la Gran Vía de VillaVerde) y, dejando allí a sus compañeros, salió a toda prisa. Robar coches no era un obstáculo para él. Sus compañeros fueron inmediatamente retenidos y comenzó una vertiginosa persecución. Sergan tomó el camino de la Avda. de Andalucía en dirección al centro de Madrid, después la carretera VillaVerde a Vallecas, que cruzó a toda velocidad. Detrás le seguían la pista dos coches de policía, con las sirenas puestas. El estruendo despertó a muchos vecinos de los pisos de la antigua Ateínsa, la zona en la que RENFE construía sus locomotoras y vagones de trenes, que había dejado paso a una zona de pisos. Al llegar al edificio de oficinas conocido como Novosur, giró a la derecha, por la Avenida de Los Rosales. Un tercer coche de policía había salido de la comisaría y, pasando el centro comercial, había cruzado San Fermín, atravesando la rotonda del edificio Novosur, y se encontraba camuflado un kilómetro más adelante, ya inmerso en el barrio de Nuevo Rosales. Cuando los policías ocupantes de este coche reconocieron el vehículo en el que Sergan estaba realizando su veloz huida, le cortaron el paso de improviso. Sergan dio un gran volantazo y su coche robado quedó volcado en la calle. Inmediatamente el coche fue asaltado por los policías. AAVV El Espinillo 73 www.espinillo.org I MaratoNet de Relatos en Red VillaVerde 2004 Lucía se estaba preparando para el próximo concierto de piano. Estaba ya en grado superior y sólo le quedaban dos años para terminar la carrera. Llevaba más de diez años estudiando en el Conservatorio de El Espinillo. Estudiaba junto a Elena, las dos habían sido compañeras desde 2º de Grado Elemental, y eran íntimas amigas. Para preparar el concierto, su profesora, Esther, había accedido a ir a su casa a practicar con el piano de Lucía, que aunque no era un piano de cola como el que solían usar en el conservatorio, sí era un buen piano. Juan Ángel y Raquel se lo habían comprado con mucho esfuerzo, pero con toda la ilusión del mundo. Esther era muy rigurosa, pero ahora lo que más le preocupaba era la salud de su alumna, casi como su hija después de tantos años. AAVV El Espinillo 74 www.espinillo.org I MaratoNet de Relatos en Red VillaVerde 2004 El programa del concierto era muy atractivo para el público, ya que iban a tocar, “Arabesco” y “Claro de Luna” de Debussy ; el “Preludio op. 2815” de Chopin, y el “Vals op. 69-1, el adiós” también de Chopin. Este último no le hacía ninguna gracia, pues el título la retrotraía a los sucesos de hace quince días que no se le borraban de su pensamiento. Elena se había ofrecido a tocarlo ella y cambiarlo por alguno de su repertorio, pero quedaban pocos días y ya no podía prepararlo. Ese día sería el primero que volvería a salir de casa. Y aunque ya no solía ponerse nerviosa antes de un concierto, ante éste tenía una ansiedad y angustia terribles. Para colmo en ese concierto iba a estar el auditorio repleto, había mucha gente que quería mostrarle su cariño, y otros que tenían mucha curiosidad por verla de nuevo, y algún medio de comunicación había anunciado su presencia. Para ella sería nuevo, pues en los conciertos que solían dar, como mucho había media entrada. Esto no le importaba tanto, pero ¿habría alguien de los que ella se imaginaba que podían aún perseguirla?. Lucía estaba muy contenta, pues su amiga Beatriz, volvía de Viena, donde había estado becada, mejorando y tocando su guitarra clásica durante el último año. Juntas tenían muchos sueños y proyectos. Lucía había empezado este año a estudiar la carrera de Geológicas, pero le había resultado muy difícil compatibilizarlo, y con los últimos AAVV El Espinillo 75 www.espinillo.org I MaratoNet de Relatos en Red VillaVerde 2004 sucesos, la había abandonado de momento, quizás el año próximo volvería a intentarlo. Eso sí, tenía una experiencia geológica inigualable, había hablado con muchos compañeros por teléfono sobre la ciudad subterránea y su formación, y tenía muchas ganas de ver a algunos de sus profesores, pero ... sería el año siguiente. Elena quería que este año, después del concierto, se fuera con ella a Mallorca a pasar todo el verano. Sus padres tenían una casa en la costa norte, y lo podían pasar genial. Aprovechando que volvía Beatriz, podían estar otra vez las tres juntas. A Lucía le gustaba mucho la idea. Pero mientras no supiera nada de la detención de todas las personas que allí vio, y sobre todo que la vieron a ella, y volviera a ver a César con vida, no estaba preparada para salir a ningún sitio. Respecto a César ya había llegado a la conclusión de que no volvería a salir con él. Pero tenía que verle, tenía que hablar con él, tenía que saber que estaba bien. Juan fue el primero que se enteró de la detención de Sergan. Rápidamente se puso en contacto con su madre, que estaba en la biblioteca, y le pidió que fuera a casa lo más pronto posible. Juan salió corriendo hacia su casa, estaba eufórico, tenía que contárselo a su hermana. Esto podría poner fin a la pesadilla. AAVV El Espinillo 76 www.espinillo.org I MaratoNet de Relatos en Red VillaVerde 2004 Llegó casi a la vez que Raquel, que había salido de la biblioteca enseguida, y por supuesto sin poder entrar en la ciudad. Una vez que estuvieron todos reunidos, Juan les habló de lo que se acababa de enterar: - He estado en la comisaría, y me han dicho que acababan de detener a Sergan, el cabecilla de la mafia que actuaba por aquí, y, con él, a gran parte de sus secuaces, desmantelando la estructura que poseían. Lucía estaba emocionada, pero no podía esperar más y le preguntó a su hermano: - ¿Cómo era ese tal Sergan? - Pues no lo se muy bien, pero me han dicho que era de un país del Este, y creo que era alto y rubio. Lucía empezó a llorar, sería él seguro, no podía dejar de llorar. Raquel se acercó a ella y la abrazó ... todos se abrazaron y los más lloraron junto a Lucia. Juan, sobreponiéndose, les dijo que eso no era lo único que sabía, que había más. Todos le miraron expectantes y les dijo: -También han encontrado a César, está herido, pero no es nada grave. A Lucía, en ese momento, le dio un vuelco el corazón y le dijo a su madre que tenía que verlo, que quería salir a la calle. Raquel decidió acompañarla. AAVV El Espinillo 77 www.espinillo.org I MaratoNet de Relatos en Red VillaVerde 2004 Juan les comunicó que estaba en el “12 de Octubre”, así que salieron inmediatamente hacia allí. Cuando llegó a la habitación donde estaba César y vio que, efectivamente, estaba bien, le abrazó, le besó, y habló, habló sin parar. Tenían tantas cosas que decirse, tanto que sacar fuera, que ese día fue como una liberación total para Lucía. Al poco llegó a la habitación del hospital, su tío Antonio, y más tarde Lolo, Elena y María. Cuando los vieron allí a los dos, todos lo celebraron. Al día siguiente, Lucía y Elena siguieron preparando el concierto en el conservatorio, con Esther. Esa misma tarde era la cita. VillaVerde estaba en ebullición, la gente hablaba y no paraba de todo lo que había ocurrido en los últimos quince días. Y todos sabían que esa tarde tocaba Lucía en el auditorio del conservatorio. Cuando llegó la hora del concierto había tanta gente, que más de la mitad se tuvieron que quedar fuera. En el auditorio había gente hasta por las escaleras. Nadie quería perderse a una de sus vecinas que había sufrido tanto y que tocaba maravillosamente. Era un orgullo para VillaVerde que, como muchos otros jóvenes, lo habían convertido en uno de los lugares más dinámicos, brillantes y pujantes de Madrid. El presentador anunció el nombre de Lucía. En ese momento se levantó todo el auditorio y se puso a aplaudir, aplaudió durante más de diez minutos. Elena, Ester, Raquel, Juan y sus amigos AAVV El Espinillo 78 www.espinillo.org I MaratoNet de Relatos en Red VillaVerde 2004 más cercanos estaban emocionados. Lucía apareció, y con una reverencia, quiso dar las gracias a todos. A continuación se puso a hacer lo que mejor sabía, tocar el piano como un ángel. Lucía agradeció a todo el mundo los aplausos finales y dio las gracias muy especialmente a sus padres, a su querido hermano Juan, a su amiga Elena, a María, a toda la gente de VillaVerde y a la policía del distrito. Una vez finalizado el concierto, inolvidable para ella y para todos sus vecinos, se fue con sus amigas a tomar algo. Volvió a la calle, a disfrutar, a reír. La vida comenzaba de nuevo para Lucía. Elena sabía que les esperaba por delante un verano maravilloso en Mallorca, junto a sus amigas. Esa sería la mejor forma de olvidar todo aquello, y de que Lucía se olvidase de César y siguiesen rumbos distintos. Después de todos estos acontecimientos y sabiendo que sus amigos se encontraban bien, Elena y María, decidieron contar a Raquel la existencia de la puerta de la Chimenea. AAVV El Espinillo 79 www.espinillo.org I MaratoNet de Relatos en Red VillaVerde 2004 Raquel se lo agradeció y para no remover el tema más, puesto que todo estaba saliendo bien, las tranquilizó diciendo que seguro que eso ya lo sabía la policía. Raquel, que es una mujer a la que no le gusta dejar las cosas a medias y con una gran interés por la historia y costumbres españolas, así como por todo lo que acontece de donde vive, sentía verdadera curiosidad por conocer la ciudad subterránea. No le había dado tiempo a hablar profundamente con su amigo Paco, a eso había ido a la Biblioteca el día que detuvieron a Sergan y apareció César. Pero no pensaba dejar las cosas así, pensaba ponerse en contacto con todos los que habían conseguido entrar en ella, policía, investigadores, arqueólogos. Ella tenía pensado, si la aceptaban, colaborar en lo que fuera, en la investigación, buscando datos, antecedentes, contactando con personas mayores de VillaVerde que hubieran oído algo. Tenía buenos contactos en las Asociaciones de Vecinos y era muy querida en el Centro de Mayores Miguel Delibes. Raquel estaba feliz, se le abría un mundo fascinante, no pudo realizar estudios superiores pero era una mujer con mucha cultura, le gustaba leer y sobre todo le gustaba aprender, seguro que aceptarían su colaboración. Sin más, quedó con Gema y sus amigos para comentarles la decisión que acababa de tomar. Ellos, conociéndola y sabedores de su capacidad, la felicitaron por su decisión AAVV El Espinillo 80 www.espinillo.org I MaratoNet de Relatos en Red VillaVerde 2004 - Es una oportunidad desaprovechar, le dijeron. que no debes Pero no dudes en contarnos los descubrimientos que hagas, es más, deberías escribirlo, aunque sólo sea como diario, le dijo Paco. - Eso haré, no os quede duda, les contestó ella. ¡Comienza una vida nueva para mí!. Brindaron por ello. AAVV El Espinillo 81 www.espinillo.org I MaratoNet de Relatos en Red VillaVerde 2004 AAVV El Espinillo 82 www.espinillo.org I MaratoNet de Relatos en Red VillaVerde 2004 Epílogo Pasó el verano. Nada había alterado la tranquilidad de la familia. Lucía volvía a sonreir con fuerza, como solía hacer antes de que ocurrieran los ya famosísimos acontecimientos. Había sido capaz de reflexionar en los para ella largos meses de verano, apoyada por sus padres, sobre las consecuencias, ventajas, inconvenientes de su carácter tan pasional y vehemente, tan ilusionable, buscador de alicientes, de elementos dinamizadores de su vida. No podía estar quieta. No quería parar. Volvieron también para Raquel las rutinas, tanto las inhibidoras, las que la vida diaria dictaminaba que había que realizar con o la AAVV El Espinillo 83 www.espinillo.org I MaratoNet de Relatos en Red VillaVerde 2004 mayoría de las veces sin el agrado de ella, como las vitalizadoras, como era la de su paseo en bicicleta dominical con su amiga Gema y posterior subida y relajación en la cumbre de Ariadna, en el Parque Lineal. Raquel le hablaba a Gema de ese carácter indomable de Lucía. Le gustaba y le preocupaba. Ella se había esforzado en educarla de modo que tuviera los ojos siempre abiertos, que fuera crítica, buscara las claves de las cosas, llegara hasta el fondo de ellas. También de modo que apreciara la cultura, el arte, el camino del esfuerzo para conseguir alcanzar nuevas cotas. Pero claro, inevitablemente, esa cara llevaba una cruz, no podía limitarle en qué cosas quería que tuviera curiosidad e ilusión y en cuales no. Y su excitación hacia los túneles, su pasionalidad, su emotividad, le hacían provocarse a si misma y a su familia quebraderos de cabeza tan grandes como los que habían acontecido en las famosas semanas que ya quería olvidar. Gema escuchaba atentamente, asintiendo en muchas de ellas, las palabras de Raquel. Ella y su marido sentían esa misma pasión, ese corazón caliente. No llevaban mucho tiempo en su barrio, El Espinillo, apenas algo más de un año y medio, desde aquel mes de Agosto en que le dieron el piso. Habían descubierto la gran ilusión de amueblarlo, el entusiasmo de hacer buenos amigos entre la vecindad, con compartición casi AAVV El Espinillo 84 www.espinillo.org I MaratoNet de Relatos en Red VillaVerde 2004 plena de aficiones y modos. Se habían acercado a la Asociación de Vecinos, sintiendo que las personas que allí estaban merecían la pena y se preocupaban de verdad, desde hacía años, por el desarrollo de su barrio. De hecho, allí había conocido a Raquel. Su marido, Andrés, se enganchó pasionalmente del proyecto de comunicación por internet que había en el barrio, pudiendo así dar rienda suelta a sus pensamientos, ilusiones, emociones. El barrio tenía limitaciones y carencias, pero crecía, mejoraba en sus comunicaciones, en sus zonas verdes, en su dotación deportiva. Aunque había muchas cosas por las que merecía la pena seguir luchando. Y ahí estaban ellos, junto con todos sus vecinos, para hacer que eso sólo fuera el principio y que todo fuera hacia adelante. Raquel y Gema se abrazaron. Después, se relajaron en silencio mirando a Madrid, desde el lugar privilegiado en el que se encontraban. Ariadna las protegía. FIN AAVV El Espinillo 85 www.espinillo.org I MaratoNet de Relatos en Red VillaVerde 2004 AAVV El Espinillo 86 www.espinillo.org Apéndice La ciudad subterránea es el resultado de la 1ª MaratoNet de VillaVerde, que consistió en una redacción libre y contributiva, a través de Internet, a lo largo de la segunda quincena de Mayo de 2004. La AAVV El Espinillo ha descubierto el enorme potencial que internet ofrece para articular la vida vecinal. Desde 2001 mantiene un foro al que se conectan todos los vecinos generando miles de páginas de intercambio de opiniones, avisos y ideas de todo tipo, desde la compraventa de enseres y la coordinación de actividades culturales hasta la opinión política y la creación de un servicio de información de emergencia durante la crisis del 11M. AAVV El Espinillo 87 La MaratoNet ofrecía un foro contributivo, un foro de comentarios simultáneos, grabaciones en MP3 de los capítulos a medida que se iban entregando, y la última versión maquetada en PDF. La participación era completamente libre y anónima. www.espinillo.org AAVV El Espinillo 88 www.espinillo.org En la ciudad subterránea de VillaVerde SUMARIO QUERIDO LECTOR 7 PRIMERA JORNADA 11 SEGUNDA JORNADA 27 TERCERA JORNADA 41 CUARTA JORNADA 51 QUINTA JORNADA 59 SEXTA JORNADA 71 EPÍLOGO 83 APÉNDICE 87 www.espinillo.org Agradecimientos a BIBLIOTECA PÚBLICA MARÍA MOLINER 2004 fue el año de la terrible desgracia del atentado contra los trenes de Atocha, en el que murieron asesinadas 190 personas, casi todas vecinos del sur de Madrid. A ellos dedicamos nuestro esfuerzo y toda la ilusión con que intentamos promover barrios más solidarios, más participativos, y en definitiva más humanos.