capitulo iv. 1908-1926. los suburbios del siglo xx.
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capitulo iv. 1908-1926. los suburbios del siglo xx.
155 CAPITULO IV. 1908-1926. LOS SUBURBIOS DEL SIGLO XX. 156 En la ciudad durante el segundo y tercer decenio del siglo XX se produce un importante cambio de dirección en el proceso de ocupación y crecimiento de la ciudad. La racional acción urbanística de asentar los servicios que podían generar riesgos a la salud fuera del ámbito urbano, produciría al norte de la ciudad un nuevo polo de atracción suburbana: Bella Vista, suerte de vector cuyas fuerza determinó un nuevo impulso en el desarrollo de la Maracaibo del novecientos. Este fenómeno urbano del siglo XX, fue gestado desde los años finales del siglo XIX, en el marco de una realidad económica que se había diversificado ante el interés y la oportunidad que ven los locales de desarrollar una industria azucarera; la naciente iniciativa pronto se vinculó a los intereses del gobierno nacional, quien fijó su mirada en el rubro, brindándole a los locales el apoyo necesario para crear un empresariado capitalista nacional. El nuevo fenómeno económico acompañó el comercio mercantil cafetalero, que aún continuaba dominado por el elemento alemán. Por otra parte, los ingleses, neerlandeses y los mismos norteamericanos operaban con labores de exploración petrolera y de explotación de minas de asfalto en el país. De este modo, un escenario de nuevos intereses transnacionales se instaló en el Zulia, con el propósito de ir explorando progresivamente en búsqueda de oportunidades para desplazar el dominio germano de la economía local. Este proceso se realizó primero a través del azúcar y más tarde por vía del petróleo, hasta que finalmente la coyuntura internacional de la primera guerra mundial brindaría la oportunidad sobre todo a los norteamericanos- de instalarse definitivamente en la región. El siglo XX igualmente marca un importante cambio de la política nacional hacia el Zulia, superado el marco de hostilidades del régimen guzmancista. La ciudad comenzó a recibir durante los primeros decenios del siglo XX, las iniciales acciones del régimen rehabilitador del Juan Vicente Gómez. Estas acciones fueron determinantes en el carácter de las expansiones suburbanas del novecientos. 157 1. El Siglo XX. Una nueva realidad política y económica. En lo político, el siglo dio inicio a la hegemonía andina102 quien tuvo en el General Juan Vicente Gómez (1908-1935) su más destacado e influyente gobernante 103. La larga presencia del Benemérito en el poder se sustentó en la imperiosa superación del atraso del País; estado que cambiaría a través de la imposición del ―orden‖, como antídoto ante la anarquía y de solventar la ―necesidad humana‖ como única forma de alcanzar el progreso104. Estas ideas del positivismo nacional justificaron el pensamiento del ―gendarme necesario‖ que se levanta sobre los intereses particulares en función de los intereses colectivos. En la región el período que marcó el régimen ―Rehabilitador Nacional‖ fue muy inestable y cambiante en el marco del liderazgo regional105. En lo económico se había generado un clima de fluctuantes precios del café en los mercados internacionales y de un aumento en la demanda de los derivados del azúcar. Todo lo cual señala el inicio de un período de cambios desfavorables al dominio del sistema económico mercantil, controlado por los alemanes durante la segunda mitad del siglo XIX. Un nuevo marco económico se había comenzado a esbozar desde los años finales del siglo XIX. Rafael Cartay (1988) señala que "Entre 1898 y 1899 se 102 Se entiende por hegemonía andina el periodo de la historia de Venezuela que va desde el gobierno del General Cipriano Castro en 1899, tachirense, hasta el año de 1945 con la salida del poder del General Isaías Medina Angarita, igualmente tachirense. 103 Durante los veintisiete años que transcurren bajo su mandato, entre 1908 y 1935, se moldea un Estado diferente al decimonónico, se fragua una noción peculiar de autoridad, surge una manera disímil de producir y distribuir la riqueza y adquiere consistencia una sociedad nueva. Hechos que a juicio Pino Iturrieta (1993) son capitales en el fraguado de nuestra historia contemporánea. 104 Señala Tinoco (2007) que esta idea de progreso ya no sólo se centra en lo material como privó durante el período del guzmancismo, ahora se incorpora una idea de progreso integral que involucra lo intelectual, científico, filosófico, político, estético y cultural. Sin embargó, a pesar del petróleo, se mantuvo un pensamiento rezagado en la historia. Una suerte de ―positivismo anacrónico‖. 105 Señala Petit (2008) que ya entrado el siglo XX, la excesiva alterabilidad en el gobierno del estado Zulia, entre 1908 y 1925, dificultó realizar una eficaz acción de Obras Públicas. Durante los primeros dieciocho años se sucedieron siete presidentes de Estado: Gral. Guillermo Aranguren 1902-1907, Gral. Régulo Olivares 19071908, José Ignacio Lares 1908-1909. Dr. Alejandro Rivas Vázquez 1909, Dr. Leopoldo Sánchez, Gral. Gumersindo Méndez 1910-1914, Dr. José María García 1914-1918, Gral. Santos Matute Gómez 1921-1925. La mayoría de ellos andinos y rechazados por los maracaiberos (p. 20). 158 produce un fuerte desajuste económico originado en las fluctuaciones del comercio internacional, provocando una disminución tanto en los volúmenes exportados como en los precios del café, que era el renglón más significativo en el intercambio zuliano‖ (p. 257). A esto se suma el conflicto internacional de Venezuela, que generó en diciembre de 1902 el bloqueo de los puertos venezolanos por parte de las fuerzas navales de Alemania e Inglaterra, suceso que afectó a los residentes alemanes en Maracaibo106. No obstante, Espinola (2006) asevera que los indicadores del mercado local indican que ―a pesar de estos altibajos en la comercialización del café, las casas extranjeras, y especialmente las alemanas, continuaban con el control absoluto del comercio del puerto marabino‖ (p. 61). En el comercio de la ciudad existían hacia 1912-1913, dos estratos diferenciados: el comercio extranjero y el comercio nacional. El extranjero, con mayor número de representantes era dominado por el comercio alemán con 10 compañías; seguido del comercio italiano con 4 compañías y el holandés originario de Curazao con 4 compañías. El nacional, de importación y exportación, tenía un número de tres representantes. A este inventario el autor añade un listado de 10 comerciantes zulianos107 (Rivas, 1982, p. 76). A pesar de esta supremacía del comercio extranjero, desde finales del siglo XIX, en la región se había iniciado la instalación de un nuevo proceso económico de carácter agroindustrial: la industrialización de la caña de azúcar. En el cual se explotó la producción de caña que se transforma -a través de procesos industriales- en azúcar, que luego se comercializó en el mercado internacional. Este proceso fue liderado por una parte del colectivo empresarial zuliano. 106 Besson (1973) relata que en ese entonces era Presidente Constitucional del Estado Zulia, el General Guillermo Aranguren y el General Antonio Aranguren su secretario privado. Estos recibieron el 10 de diciembre de 1902 la orden del General Cipriano Castro (Presidente de la República) de "reducir a prisión a todos los alemanes residentes en Maracaibo, lo cual se ejecutó sin ninguna distinción"(p. 730). 107 Paris y Núñez, Julio Añez, Juan E. Paris, Eduardo Vargas, A. Cook, A. Dubuc, Numa P. León, Octavio Fernández, Rodolfo Romay, Simón Paris, Ball, Erasmo Urdaneta, Rubén Araujo Sosa, M. A. Belloso, O. Pinedo y Roger Luzardo. Señala Gertsl (1977) que a diferencia del comercio alemán, que a tendía el mercado internacional, los comerciantes locales efectuaban sus ventas casi exclusivamente en la Plaza de Maracaibo y en otras regiones del Estado (p. 76). 159 Aun cuando en Venezuela la producción de caña de azúcar fue progresiva, desde el siglo XVI, en la Cuenca del Lago de Maracaibo la producción y el comercio de la caña de azúcar datan del siglo XVII. En ambos contextos, sus derivados se destinaron al sostenimiento familiar y para surtir el mercado local. Pese a la antigüedad de su explotación sería, en el marco de la construcción del Estado Nacional del siglo XX, que se gestó un verdadero proyecto azucarero zuliano que al poco tiempo acompañaría al comercio germano de exportación. Con este proyecto azucarero, en primer lugar, se superó el antiguo sistema de exportación de materias primas, a través de la instalación de centrales procesadoras industriales, colocándose en el mercado internacional sus derivados. En segundo lugar, se estimuló el funcionamiento y crecimiento de las redes de poder económico del sector comercial liderado por los zulianos, a través del vinculo de compra de tecnología al mercado norteamericano y con el apoyo derivado del interés político nacional en este negocio; de este modo se avanzaba en el progreso del Estado Zulia. La participación de Juan Vicente Gómez como accionista en el negocio azucarero y el consecuente respaldo del gobierno nacional echarían las bases para acelerar la industrialización del azúcar y reafirmar el liderazgo de la región zuliana en este proceso económico de orden histórico (Rodríguez, 2005. pp. 16 y 17). Los primeros inversores azucareros zulianos que fundaron las compañías anónimas Unión Agrícola de Maracaibo (1909), Central Azucarero del Zulia (1912) y Central Azucarero Gran Vía (1917) no incorporaron capitales foráneos al negocio azucarero. Se encargaron de adquirir la maquinaria y los equipos para la formación de los centrales, suscribieron contratos con productores de caña y hacendados para obtener la materia prima y molerla en la industria, repartieron las ganancias, utilizaron la fuerza de trabajo criolla y extranjera libre, y colocaron el producto en el mercado local, regional, nacional e internacional. Un segundo grupo de inversores zulianos se asociaron originalmente con capitales norteamericanos y formaron en 1913 la compañía anónima Venezuela Sugar 160 Company o Central Venezuela108, la industria azucarera más extensa y productiva del occidente venezolano que superó en tecnología, molienda, escenarios cañales y producción de azúcares a sus competidoras (Rodríguez, 2005, p. 40). Lo cual es un indicador de la irrupción de los intereses norteamericanos en la región para el segundo decenio del siglo XX. En el período 1910-1920 se produce el auge de su exportación a los mercados internacionales. Indica Catalina Banko (citada por Rodríguez, 2005), que el azúcar no tuvo mayor significación como mercancía de exportación hasta 1914 cuando el Central Azucarero del Zulia inició la salida de esta especie agrícola elaborada en la hacienda "El Banco". Durante el período económico 1915-1919, el aumento de las exportaciones alcanzó su máximo auge de los años de la posguerra (p. 321). Esto permite establecer un vinculo entre el debilitamiento del dominio alemán sobre sus plazas comerciales, como consecuencia de la guerra y la oportuna instalación de las inversiones norteamericanas para progresivamente alcanzar un mayor dominio de estos mercados. Esta nueva realidad económica, asentada en el desarrollo agroindustrial ligado al capitalismo moderno109, a partir de 1909, modificó los modos y las relaciones de producción. La explotación industrial de este cultivo trajo como consecuencia la instalación de los centrales azucareros, colonias donde se concentraba la cadena productiva. Esto a su vez atrajo una importante inmigración para atender la zafra. En la segunda década del siglo XX, se mezcló la población del municipio Sucre del estado Zulia con ―portoriqueños, martiniqueños, trinitarios, andinos y, colombianos, entre otros, en su mayoría afrodescendientes‖ (Rodríguez, 2005, p. 188). El estudio de Rodríguez (2005) evidencia que desde la primera década del siglo XX en la región se asentaron enclaves de tipo azucarero. La Central y sus Batey 108 Venezuela Sugar Company fue la primera compañía en el estado Zulia en operar con capitales estadounidenses, zulianos y de otras regiones del país. La corporación propició la conformación de un empresariado nacional asociado a los capitales internacionales. Desde su fundación se domicilió en Estados Unidos y allí efectuaba sus asambleas y tomaba decisiones que beneficiarían a la compañía, cuyo objeto fundamental era la producción de azúcares de la mejor calidad para ofertarla en el mercado. (Rodríguez, 2005, p. 288). 109 Caracterizado, según Charadan (Citado por Rodríguez, 2005) por el monopolio y la exportación de capitales. 161 fueron escenario de penetración de nuevos modelos arquitectónicos provenientes de la cultura expansionista norteamericana (Ver Figura 43). Lo cual ciertamente se acompañó de una importante inmigración antillana en la región. Figura 43. Fotografía de la Central Venezuela. Casa de habitación de empleados. Villasmil, 1920, Foto 10. Si bien el empresariado criollo azucarero, vinculado con el elemento norteamericano, inicia un cambio que compite con la supremacía del dominio alemán en el comercio internacional marabino, este control se vio igualmente amenazado en estos años por la irrupción de otra actividad económica industrial: la explotación y exportación del petróleo por parte de ciudadanos ingleses, neerlandeses y estadounidenses. Desde la segunda mitad del siglo XIX Venezuela otorgó concesiones para la explotación de asfalto, así como para la exploración y explotación petrolera. Para 1878 se inició una incipiente explotación petrolera en el Estado Táchira lo que motivó el traslado, a través del Lago de Maracaibo, de una cabria importada desde los Estados Unidos en 1880 (Ver Figura 44), artilugio que luego fue transportado a lomo de mula hasta los Andes; de esta primera explotación andina se extraía kerosene para el consumo local. 162 Figura 44. Fotografía de una vieja cabría de madera en el Estado Zulia. Baptista, 1966, p.13 Para el siglo XX se otorgaron otra serie de concesiones, de las cuales dos comprendían Maracaibo, la otorgada en 1904 al empresario local Andrés Espina y la otorgada en 1907 a Antonio Aranguren, empresario caraqueño con vínculos familiares en la ciudad. El resto se otorgaron en Distritos y Estados foráneos, entre ellas destaca la otorgada en 1912 al Dr. Rafael Valladares, esta concesión ubicada en el Distrito Baralt, dio inicio a la instalación del primer campo petrolero de importancia en Mene Grande, fue el lugar del Zumaque 1. Las primeras empresas petroleras que operaron fueron: la Colon Development Company y la Venezuela Oil Concessions, dos organizaciones ligadas al interés neerlandés por sus vínculos a Shell; la Caribbean Petroleum Company subsidiaria de la General 163 Asphalt Company of Philadelphia y la North Venezuela Petroleum Company, ambas vinculadas a los intereses norteamericanos y la British Controlled Oilfields relacionada a los intereses británicos (Baptista, 1966, pp. 7-10). Lo que da muestra de la diversidad de intereses transnacionales que operaron en la región occidental venezolana durante los primeros años del siglo XX. El asiento en el país de una economía derivada de sistemas de explotación industrial de las materias primas, surge en el seno de la confrontación por el control económico y político de las regiones del continente por parte de alemanes y estadounidenses, que llegó a su punto más álgido al estallar en 1914 la Primera Guerra Mundial; esta conflagración bélica concluyó en un tratado de paz en 1918. Por ello Alemania, que aparentemente había perdido la guerra, se recuperó rápidamente y comenzó a disputar de nuevo en los diversos escenarios del continente y del mundo la primacía económica con EE.UU. En este contexto se manifestaron en Maracaibo y su área de influencia; las denominadas listas negras norteamericanas y británicas -denominadas así por la prensa de la época- lo que trajo como consecuencia la disminución de la importación de mercancías y de la exportación del café por parte de las firmas alemanas y el surgimiento de las casas comerciales italianas y criollas (Espínola Benítez, 2006). Sobre el período de afectación del comercio alemán por las ya conocidas listas negras, Gertsl (1977) señala dos fases: La primera se enmarca en el período de las listas redactadas por los gobiernos inglés y francés, quienes habían elaborado un inventario de firmas con quienes sus nacionales no debían negociar. En este período el efecto fue apenas poco más que una molestia, reflejándose sobre todo en cierta falta de personal, puesto que los jóvenes que venían destinados a trabajar en la plaza local fueron apresados por los ingleses. Más tarde, al incorporarse los Estados Unidos a la guerra en 1917, se inicia una segunda fase, cuando la lista de los norteamericanos incorporó no sólo las firmas alemanas, sino los nombres de empleados, amigos e intermediarios, lo que a juicio del autor ―se volvió un arma terrible‖, puesto que las fuentes de abastecimiento para los alemanes se fueron cerrando, teniendo que recurrir a la venta de las existencias 164 almacenadas para sobrevivir hasta 1919, cuando luego del armisticio entre aliados y alemanes, quedaron eliminadas estas listas (pp. 83y 84). El interés que tienen los norteamericanos en la plaza comercial marabina queda explicito en el informe que P. L. Bell110 dirige en 1922 al gobierno norteamericano, en este documento denominado: Venezuela a commercial and industrial handbook, se refiere de modo muy particular al atractivo comercial de la región marabina Exportadoras americanas interesadas en extender sus operaciones comerciales en el Distrito Maracaibo tendrían que considerar a este territorio como una ciudad comercial separada, dividida del resto de Venezuela. El desarrollo de la industria del petróleo y la de azúcar, así como los depósitos de carbón, en el futuro próximo le dará un valor adicional al distrito que no debe ser ignorado. El tráfico comercial estuvo controlado por las casas alemanas y todavía son muy fuertes. Ellos han hechos sus compras a Estados Unidos durante la guerra, mientras se obtiene el amnístico de las condiciones industriales alemanas. La participación de los Estados unidos en las Importaciones creció de 43 % en 1913 a 72% en 1916 y 84% en 1919. Sucursales han sido establecidas por los exportadores americanos para mantenerse cerca del mercado y relacionarse comercialmente en forma directa. Lo cual asegura la presente ventaja para el futuro (p. 232). En este marco de consolidación de una elite local emergente y de la instalación de nuevos intereses de orden agroindustrial y mineroexportadores, con los norteamericanos al frente, se produce progresivamente el debilitamiento del dominio alemán sobre el comercio marabino. Se define así entre las décadas de 1910 y 1920 un período que marca una coyuntura histórica, definida por la confluencia de diversas redes económicas transnacionales y nacionales en la región. En este lapso persistieron los intereses extranjeros alemanes y a la par se gestaron nuevos procesos comerciales internacionales por parte de los capitales locales y norteamericanos, quienes apoyados por políticas e intereses nacionales generaron un empresariado moderno vinculado al desarrollo industria y de dimensión capitalista. Esta coyuntura económica se vio igualmente reflejada en la ciudad, donde se fueron consolidando y produciendo nuevas expansiones suburbanas que se 110 Agente especial del Departamento de Comercio de los Estados Unidos de Norteamérica. 165 gestaron bajo esquemas y condiciones que responden a iniciativas gubernamentales y empresariales lideradas por los locales, bajo la sutil influencia de los interese norteamericanos. 2. Bella Vista: el suburbio de 1908. Maracaibo es una ciudad situada a nivel del mar, sobre su planicie costera se asentó el núcleo antiguo y los primeros suburbios. Pero existía otra planicie diferente, separada de la costera por una topografía accidentada 111,; una planicie que corre en dirección noroeste y que se destaca por su altura privilegiada, se trata de Bella Vista, ―que viene a estar en una especie de balcón aunque nunca sobrepasa los 50 metros.‖ (Perales Frigols, 1957, t.1, p. 155). Es sobre esta planicie que se extienden los suburbios del novecientos. Desde el punto de vista histórico y geográfico, Bella Vista viene a ser la playa que se extiende frente a la isla de Captan Chico. Se conoce que desde inicios del siglo XIX en las inmediaciones de esta playa se asentaba el lugar de La Hoyada, según se deduce del plano de 1823 elaborado por Ángel Laborde. Un documento de Juicios Verbales de 1831 menciona el ―pozo de La Hoyada‖. (Rincón y otros, 2009, p. 163). El término pozo significa a inicios del siglo XIX ―Agujero redondo muy profundo hasta más debaxo de la superficie del agua, revestido de fabrica a todo su alrededor, del que se saca agua para servicio de una casa, &tc‖ (Bails, 1802, p. 85), por lo que puede inferirse que el origen del caserío probablemente este asociado a la presencia de esta fuente de agua subterránea. En 1885, durante el gobierno guzmancista, bajo la dirección del ingeniero Gregorio Fidel Méndez se realizó la excavación para construir una hoya de filtración de un manantial para el 111 Determinada por la confluencia de diversas cañadas y una creciente altimetría de los niveles del suelo. 166 funcionamiento del acueducto de Maracaibo 112, seguramente aprovechando las condiciones preexistentes en el lugar. En 1889 se bendijo en sus inmediaciones la capilla del vecindario La Hoyada bajo la advocación de Nuestra Señora de las Mercedes. El lugar consta para 1894 de 285 vecinos y 39 casas de bahareques de las cuales 16 son de tejas. Cuenta además de la capilla con una gallera (Arocha, 1949, p. 65). Sin embargo, es importante aclarar que este proceso de dotación de servicios ubicados en las inmediaciones de La Hoyada, estuvo vinculado con otro proceso de inversiones realizado por la gestión gubernamental guzmancista en un sector aledaño al núcleo de la ciudad, se trata del sector oeste del Empedrado, lugar donde se construyó el Cementerio de Santa Lucía, inaugurado junto al templo homónimo en 1881, sector que desde los primeros años del siglo XX fue denominado ―Los Tres Pesos‖113. Es importante resaltar que estos lugares, donde se ejecutaron estas inversiones gubernamentales, aparecen conectados por un antiguo camino desde inicios del siglo XIX, como igualmente puede observarse en el plano de 1823 (Ver Figura 4), por lo que puede inferirse que la gestión guzmancista aprovecho las condiciones preexistentes en los antiguos caseríos y la presencia del antiguo camino para generar un primer intento de consolidación de los arrabales ubicados al norte de Maracaibo. A la acción gubernamental que se había iniciado en los antiguos arrabales de La Hoyada y El Empedrado en la década de 1880, se sumó en la década de 1890 una nueva acción de intervención en el lugar de Bella Vista, se trató de la instalación en las inmediaciones de La Hoyada del ―nuevo‖ Matadero y del Asilo de Enajenados. Estas acciones constructivas estuvieron vinculadas al interés del empresariado criollo local, según se infiere de la instalación y puesta en 112 113 Este acueducto fue denominado oficialmente: Acueducto Guzmán Blanco. Para el año 1894, Arocha (1949) no refiere la existencia de lugar, caserío o vecindario llamado, Las Mercedes, Bella Vista o Los Tres Pesos. En los Protocolos del Registro Principal de Maracaibo se hallo un documento de 1900 que refiere Los Tres Pesos como un lugar del ―caserío Bella Vista‖. Registro Principal de Maracaibo. Distrito Maracaibo, año 1900, tomo 1, protocolo primero, cuarto trimestre, N° 160, folio 68. 167 funcionamiento en 1891 del ferrocarril de Bella Vista114, cuyo dueño fue el criollo Andrés Espina. Este comerciante instaló una línea de transporte que constaba de cuatro locomotoras y diez vagones, algunos de los cuales estaban destinados al traslado de la carne beneficiada hasta el mercado ubicado en el núcleo de la ciudad, el artilugio industrial realizaba un recorrido que partía desde las inmediaciones de la cárcel en la calle Obispo Lazo, siguiendo en dirección norte con un leve giro al este, para encontrar el vecindario de la Hoyada y finalmente culminar, luego de otro giro hacia el este, sobre la playa de Bella Vista 115 (Ver Figura 45-46). Las particularidad de este proyecto ferrocarrilero de contener vagones especiales para el traslado de la carne y de establecer su estación final en la playa de Bella Vista, justo en el lugar donde se ubico el nuevo Matadero116, permiten inferir una conexión directa entre el traslado de la carnicería, antes ubicada en las inmediaciones del Pozo del Barro y los intereses de Andrés Espina. A la par se conoce que el día 3 de febrero de 1893 se celebro un contrato entre el Ejecutivo del Estado y la Compañía Anónima Alianza Industrial Pecuaria representada por el Sr. Federico Vargas, en dicho contrato se establece en una de sus clausulas ―La Compañía al vencimiento del presente contrato, esta tenida de entregar el matadero público y sus adherencias en las mismas condiciones en que hoy las recibe, salvo causas fortuitas y superiores causadas por el uso‖ (MOPEZ, ano 1893, T. 17, legajo 12). Esto permite inferir que luego de su construcción el Matadero Público de Bella Vista tuvo una administración de tipo privado regentada por comerciantes criollos. 114 Esta línea aparece representada en el Mapa del Estado Zulia de 1894. Impreso por Engraved & Printed. at G. W. & C. B. Colton & Co. 312 Broadway New York. 115 Según se desprende de la observación del trazado del ferrocarril dibujado en el Plano de la Carretera Rehabilitación, realizado por el Ingeniero Aurelio Beroes en 1917. Es probable que este recorrido siguiera el antiguo camino dibujado por Ángel Laborde en 1823. 116 Según Gertsl (1977) a las ―tres de la mañana salía desde el matadero por un ramal de la línea, cerca del final en Bella Vista, el ―tren de la carne‖, que al llegar al final de Obispo Lazo seguía por otro ramal hasta el mercado, trayendo toda la carne beneficiada, para su venta allí (p. 21). 168 Figura 45. Fotografía del ferrocarril en la parada de la playa de Bellavista. Morrison, 2007, p. s/p. Figura 46. Fotografía del ferrocarril de Bella Vista donde puede apreciarse la arquitectura del suburbio. Morrison, 2007, p. s/p. 169 Por último, se conoce que, el Asilo de Enajenados, vecino al matadero, se comenzó a edificar en 1890 en el Hato El Quemado por iniciativa de la firma comercial Minlos Breuer y C.A. construcción que se paralizó poco tiempo después. En 1904 el Presidente de Estado Regulo Olivares resuelve retomar las obras inconclusas y nombra una junta administradora y organizadora del Instituto de Enajenados presidida por Andrés Espina117, quien concluye el edificio, realizado por el ingeniero Aurelio Beroes, ese mismo año (Nucette, 2005) (Ver Figura 47). Figura 47. Fotografía del Manicomio de Bella Vista. 1906. El Cojo Ilustrado, 1906, p. 302. Señala Petit (2008) que la instalación de esta vía férrea se realizó en el marco de un proyecto de urbanización para lo cual se constituyó la Compañía Constructora de Casas en 1890. Esta iniciativa en manos de locales se encargaría de levantar casas y venderlas en condiciones ventajosas al comprador según se informaba en 117 Este empresario igualmente fue uno de los primeros en ser favorecidos con una concesión petrolera a inicios del siglo XX. 170 la prensa local. El periódico El Cronista publicó "Se avisa al público que instalada la Junta Promotora de la Compañía Anónima ―Constructora de Casas‖ se ha abierto la suscripción del capital por acciones de cuarenta bolívares, pagaderos por cuartas partes mensuales, tan luego como esté el capital" (Noviembre 9 de 1894), refrendaban la información Francisco Ochoa, Francisco Carias, Francisco Urdaneta, Julio Antonio Añez, Rafael Belloso Rincón, Germán del Gallego, personas notables de la intelectualidad y el comercio de Maracaibo. Estas circunstancias ponen en evidencia dos elementos de interés que asocian este proceso de desarrollo urbano generado en la alta planicie de Maracaibo con la forma en que se gestó el desarrollo urbano en el medio norteamericano. El primero tiene que ver con el sistema de transporte. La importancia de la construcción de los ferrocarriles en la economía del siglo XIX ha sido puesta de manifiesto repetidamente. Igualmente, los estudios económicos realizados desde fines del siglo XIX sobre la localización de las ciudades, reconocieron el papel del ferrocarril en el crecimiento urbano. Así, por ejemplo, en la obra de Charles H. Cooley The Theory of City Location (1894. Citado por Capel, 2007) el autor destacó explícitamente la importancia urbana que adquirieron los lugares que por razones de transbordo de mercancías se transformaron en puntos de encuentro de transporte, como, por ejemplo, los puntos de intersección entre el transporte por carretera, en ferrocarril y en barco. Su construcción movilizaba sobre estos puntos los recursos financieros y humanos desplazándolos para crear nuevas pautas de localización y competitividad. Tal es el caso de Bella Vista, caserío cuyo crecimiento estuvo cimentado sobre el encuentro de antiguos caminos como el que conducía al lugar de Salina Rica, el muelle del matadero y el ferrocarril que lo conectaba con la ciudad. El proyecto ferrocarrilero fue acompañado de un proyecto de construcción de casas a lo largo de la vía que recorría ―El ferro‖118. Señala Rivas (1982) que la estabilidad del ferrocarril se debía en gran parte a la fundación del pintoresco vecindario que se 118 Así se le denominó el ferrocarril en la prensa local (Bermúdez, 2001, p. 130). 171 había extendido a ambos extremos de la vía que salía desde la ciudad hacia el final en Bella Vista. Un caso similar al de Bella Vista ocurre posteriormente en Caracas, se trata de Los Chorros un suburbio que se originó como centro turístico, por el atractivo de sus parajes y sus cascadas; desde 1910, el lugar campestre se transformó en una urbanización promovida por Luis Schlageter, Eugenio Mendoza y Salvador Álvarez Michaud, los cuales conformaron una compañía constructora llamada Ávila, alentados por el inicio de la construcción de un tramo de ferrocarril que iría de Agua de Maíz hasta Los Dos Caminos (Mérola, 1986,132). La experiencia del ferrocarril urbano de Maracaibo estuvo vigente hasta 1916, momento en que se da inicio a la instalación del tranvía eléctrico en el suburbio. Este episodio del impacto del ferrocarril en el desarrollo urbano de Maracaibo ha sido desestimado tanto como experiencia moderna urbanizadora, como operación vinculada a los intereses comerciales norteamericanos, que como se mencionó, desde finales del siglo XIX evaluaban las posibilidades de hacerse del mercado comerciar de Maracaibo. En torno al impacto del ferrocarril en el desarrollo urbano, Sica (1981) establece que Mientras Europa y en los demás países de formación antigua los ferrocarriles penetraron el interior de una estructura económica y territorial preexistente, alterándola profundamente, en los Estados Unidos, la construcción de la red ferroviaria acompaña en gran parte a la construcción del tejido productivo y de asentamientos, conforme a la lógica común del desarrollo capitalista (p. 628). Esta aseveración realizada por Sica, sirve como punto de partida para entender que si bien el desarrollo de Bella Vista esta indudablemente vinculado al interés gubernamental por generar un polo de desarrollo de nuevos y modernos servicios urbanos hacia el norte de la ciudad, detrás de esta acción subyace el interés del comerciante criollo Andrés Espina, quien realiza una inversión apoyado en la instalación de un sistema de transporte de carácter industrial proveniente de negociaciones de compra de tecnología a los norteamericanos. El ferrocarril fue 172 comprado a la ―Baldwin Locomotiv Work‖ de Filadelfia119., ciudad con la que se establece a partir de ese momento un fuerte vínculo comercial, expresado en la compra de tecnología de transporte de tranvías para Maracaibo desde las décadas finales del siglo XIX. El segundo elemento que permite establecer una relación con la forma de entender el desarrollo del territorio y el medio urbano por parte de los norteamericanos, se establece por la forma en que operaron acciones gubernamentales y privadas durante su gestación. La instalación de un sistema de transporte que vinculó el núcleo urbano con el nuevo polo de desarrollo, y su acompañamiento con un proyecto de desarrollo de viviendas, igualmente fue seguido de otra serie de inversiones tanto gubernamentales como privadas. En 1894 se instalaron en predios cercanos al cementerio de Santa Lucía, en el lugar de Los Tres Pesos, los tanques del nuevo acueducto realizado por la Compañía Anónima Proveedora de Agua, cuyo principal accionista era Eduardo Lesseur. También se conocía como la Caja de Agua, el lugar donde se almacenaba en estanques -por medio de bombas- el líquido extraído del lago, que bajaba a la ciudad por gravedad. Estas inversiones explican el interés de incorporar el área de Los Tres Pesos dentro de los límites del poblado desde 1897, lo cual, sin duda, generó una plusvalía en las inversiones privadas realizadas con anterioridad a la demarcación de los mencionados límites. Las inversiones de capital privado terminaron de asegurar su rentabilidad con la decisión de ampliar los límites de la ciudad en 1908. La ciudad se extiende hacia el noroeste, según se desprende de los límites descritos en la Ordenanza de Terrenos Ejidos de 1908. Art. 5- Se consideran en poblado los terrenos comprendidos por la costa del Lago en la ciudad de Maracaibo y en los caseríos de El Milagro, Los Haticos y La Arreaga por una parte, y por la otra, una línea que partiendo de la playa de 119 La élite de Philadelphia había construido sus opulentos hogares vacacionales en las franjas externas que confinaban la ciudad. El carácter del área cambió con la llegada del ferrocarril en 1876, cuando muchas familias de la aristocracia de la ciudad comenzaron a descubrir la atracción de la vida suburbana y construyeron mansiones aquí, usando el ferrocarril para el transporte conveniente con la ciudad (Sica, 1981, p.643). 173 Bella Vista, 240 metros al Norte de la línea del tranvía viene paralelamente a dicha línea hasta encontrarse con la prolongación de la pared norte del cementerio de Santa Lucía al Oeste; de aquí tuerce hasta ganar el ángulo Noroeste de la cerca del señor F. W. Schloete, y se prolonga hasta encontrarse con otra línea que parte de un punto situado al Oeste de la última estación del Tranvía de Maracaibo; y a distancia de 200 metros, se extiende paralelamente al eje de dicha línea en toda la extensión de Los Haticos y La Arreaga (Concejo Municipal del Distrito Maracaibo, 1952, p. 81). Esta ampliación de los límites urbanos se acompañó de la publicación de un nuevo plano de la ciudad realizado por los norteamericanos, Morrison (2006) refiere la existencia de "Plan of the City of Maracaibo, Venezuela, May, 1908". Gran plano del gobierno norteamericano, basado en los mapas publicados en El Zulia Ilustrado (Maracaibo), donde se muestran las cuatro líneas del tranvía de tracción animal120. Desde 1908 el área que ocupó el recorrido del ferrocarril, desde el Cementerio de Santa Lucía hasta la playa de Bella Vista forman parte de la ciudad; ello incluye los vecindarios de La Hoyada y de Cotorrera. El 5 de mayo de 1911 el Gral. Gumersindo Méndez, Presidente del estado Zulia (1910-1914), decretó la instalación del servicio eléctrico en la Plaza de las Mercedes, igualmente decretó el 28 de diciembre del mismo año la construcción de un cementerio, justificado en ―el incremento que día a día adquiere el caserío Bella Vista, poseedor ya de una espaciosa capilla, de un manicomio y de un importante núcleo poblador‖ este decreto describe el vecindario como un lugar ocupado por ―personas pobres‖ a quienes el traslado de los cadáveres a los cementerios de la ciudad ocasionaba grandes gastos de dinero. Este cementerio no llegó a construirse puesto que tuvo fuerte oposición en el Concejo Municipal (Gaceta Oficial del Estado Zulia 19111912. Negrillas propias). Lo cual conduce a entender que sobre el antiguo caserío de La Hoyada se gestó desde finales del siglo XIX la idea de promover el desarrollo de un nuevo núcleo urbano por parte de las autoridades locales, proceso de crecimiento urbano que se desarrollaría apoyado en la iniciativa y con la inversión del interés privado. 120 Este plano no ha podido ser localizado. 174 Estas serie de acciones e inversiones permiten entender que estos servicios públicos fueron entregados a administraciones de tipo privado y que el desarrollo de viviendas fue pensado como forma de gestar un mercado inmobiliario de masas; por lo cual es posible inferir que en esta experiencia urbanizadora la acción gubernamental es la de un promotor que estimula el crecimiento urbano, y que más tarde delega el desarrollo definitivo del sector en manos de los intereses económicos de promotores privados. Es en esta forma de operar que puede establecerse una segunda relación con el modo en que se gesto el desarrollo del territorio y la ciudad norteamericana que como bien lo explica Sica se realizó conforme a la lógica común del desarrollo capitalista. En todo caso, la implementación de esta moderna forma de operar en el desarrollo urbano supuso un cambio en la orientación del crecimiento urbano, la Maracaibo que desde mediados del siglo XIX había establecido el sur como el curso natural de su desarrollo, ahora dirige el interés de su crecimiento hacia el norte de Maracaibo. Al culminar la segunda década del siglo XX, en el entorno de este nuevo eje se fue consolidado su carácter de garden suburb según se extrae de lo descrito por Juvenal Anzola (1913), abogado, periodista y articulista, que en ejercicio de funciones públicas en la capital de la República es enviado a mediados de 1913 al estado Táchira, por lo que realizó una escala en Maracaibo siguiendo la ruta a San Cristóbal121. Sobre su visita a Bella Vista, paseo que realizó en el ferrocarril, relata: Esta nueva población llamada Bella-Vista, tiene ya algunas calles laterales, pero la parte de uniforme población es la avenida por donde pasa el tranvía: es amplia hasta tener en algunos parajes 40 metros y a derecha e izquierda, sendas hileras de árboles principian a ofrecer protectora sombra, el tranvía asciende, pues, la Avenida; va alcanzando gradualmente mayores alturas, hasta coronar una meseta desde la cual se divisa toda la ciudad, el bello caserío de techos de palma de la Parroquia Santa Lucía, la Cárcel Pública espaciosa y de fuerte construcción, la Capilla de las Mercedes, alejada de la calle con entrada idealmente pintoresca, la estatua de la Libertad, la Caja de Agua, que recibe la enorme cantidad que poderosa maquinaria movida al vapor, le lleva desde el lago, y es distribuida por entubados en la ciudad para 121 Anzola realizó el recorrido Caracas-Curazao-Maracaibo-Encontrados-Colón-Lobatera-Táriba-San Cristóbal, dejando un pormenorizado relato de las ciudades visitadas durante este recorrido. 175 usos diarios del hogar. La potable se toma de los aljibes de lluvia o de fuentes lejanas. Las hermosas vistas que tanto nos deleitaron en Los Haticos, existen parecidas aquí y fuera de ellas, desde la altura, se domina el lago, sus riberas y la ciudad tendida a las faldas de la meseta (…) Son curiosos los nombres de las Quintas de esta Avenida: recuerdan los de Los Teques, Macuto, Caracas, Bordeaux, y así otros de lugares y poblaciones de la República y de ciudades del exterior. Las quintas preciosas de esta Avenida son numerosas, y algunas tienen en frente, a corta distancia del corredor exterior, árboles como los de Macuto, ricos en follaje y sabrosa frescura, vencedora del sol: veía una quinta y enfrente otra, y así marché largo tiempo pasando entre quintas y más quintas (…). El tranvía acelera la marcha, las Quintas escasean y al fin divisamos una pequeña calle, ya con casas regulares y más allá, árboles a la orilla del lago, el suelo sombreado, sólido y limpio, y a la sombra, bancos de madera, y a la derecha, algo distante, el Matadero y antes de él como a trescientos metros el Manicomio (1913, pp. 48-50). Esta descripción puede complementarse con detalles urbanos, extraídos de la lectura del Plano de la Carretera Rehabilitación, realizado por el ingeniero Aurelio Beroes en 1917, (Ver Figura 48) donde se muestra que la mencionada carretera seguiría el curso de la línea ferroviaria y uniría a Maracaibo con Bella Vista. Figura 48. Plano de la Carretera Rehabilitación. Indica el curso que debió seguir el ferrocarril y posteriormente el tranvía eléctrico para unir los núcleos de Los Tres Pesos, La Hoyada y Bella Vista. Este plano igualmente indica el lugar de Cementerio de Santa Lucía y del ―Estanque del Acueducto. Criollo, 1917, s/p. 176 En el plano se observa en el extremo sur, un tejido urbano irregular con una ocupación compacta de las manzanas, que da continuidad al tejido del núcleo urbano hasta llegar al lugar donde actualmente se ubica la Plaza Páez. Este tramo de la vía es la urbanizada por casas continuas con techos de paja de Santa Lucía. Un tejido y ocupación similar se observa en el extremo norte, en el entorno del Manicomio y el Matadero se puede observar un área de ocupación compacta del suelo, es el tramo de casas regulares descrito por Anzola, que aun puede observarse al final de Bella Vista. Estos dos sectores probablemente tenían esta morfología desde inicios del siglo XIX. Entre los dos extremos urbanos mencionados, se advierte una estructura parcelaria similar a la que presenta Los Haticos en el plano de 1889; es decir, un loteo que sigue el desarrollo del eje. En este caso los lotes son más estrechos y alargados en los Tres Pesos, mientras que hacia La Hoyada son más anchos y de menor longitud. Sobre estos lotes se ubican edificaciones aisladas. De igual modo pueden observarse, hacia el norte, dos incipientes ejes transversales que se extienden en dirección este, el de Las Mercedes y el de la actual calle Cecilio Acosta. Es probable que este ámbito –intermedio entre los antiguos núcleos- sea el correspondiente al desarrollado por la C. A. Constructora de Casas desde 1890. Esta característica observada en las parcelas ubicadas en Los Tres Pesos, pudo verificarse en un documento hallado en los Protocolos del Registro Principal de Maracaibo122. La descripción refiere la venta de una casa de campo ubicada en un lote rectangular con su frente de 16 metros en dirección norte-sur, ubicado hacia la vía del Tranvía quedando de por medio la Carretera Rehabilitación. La mayor longitud del terreno, de 45 metros, se ubica en dirección este-oeste, en correspondencia a lo observado en el plano. A pesar de pertenecer al poblado, desde 1908, la situación que revela la propia propaganda de gobierno, según se desprende de las fotografías contenidas en el Maracaibo Gráfico. Progresos de esta Ciudad durante el Período Constitucional 122 Registro Principal de Maracaibo. Distrito Maracaibo, año 1919, tomo 1, protocolo primero, primer trimestre, N° 282, folio 223 y 224. 177 del General José María García, publicado en 1917, la imagen suburbana de Bella Vista es muy similar a la encontrada en Los Haticos a finales del siglo XIX (Ver Figura 49). Se trata de una imagen urbana que exalta los valores naturales del campo. Figura 49. Fotografía del suburbio Bella Vista hacia 1917. Se observa el tendido eléctrico para el tranvía y la Carretera Rehabilitación en el Kilometro 3, en conjunto con el cercado de ―palo a pique‖ y los jardines remiten de las casa-quinta remiten a una imagen similar que la de Los Haticos decimonónicos pero evidentemente el ancho de la vía define otra escala urbana. Criollo, 1917, p. s/p. Un verdadero impulso modernizador en el suburbio y determinante en su consolidación lo realizó el empresariado local, cuando la Empresa Tranvía Eléctrico de Bella Vista colocó en funcionamiento la primera línea de tranvías verdaderamente eléctrica de la ciudad en 1917. La empresa tenía como principal accionista a Joshua Da Costa Gómez, quien compró los coches a la empresa norteamericana J. G. Brill Co. de Filadelfia. Es importante destacar que este empresario, de origen curazoleño, también abasteció de gabarras holandesas a la Venezuela Sugar Company (Rodríguez, 2005, p. 238) lo cual evidencia su relación 178 con los intereses norteamericanos. Morinson (2006) señala que el notable empresario de la ciudad igualmente fue el principal accionista de la Empresa Tranvías Eléctricos de Maracaibo, que operó desde 1920 entre Los Haticos y El Milagro y de la Empresa de Tracción y Fuerza Eléctrica que operó a partir de 1925 en Belloso y El Paraíso, las cuales estuvieron vinculadas a los intereses comerciales neerlandeses manejados desde Curazao. Este impulso al desarrollo, dado por un empresariado local vinculado a los intereses comerciales transnacionales, se acompañó de la inversión gubernamental. La consolidación de Bella Vista, como suburbio residencial estuvo muy vinculada a la gestión del gobierno de José M. García (1914-1918), según se desprende del Proyecto para la Construcción de la Carretera Rehabilitación realizado por el Ingeniero Aurelio Beroes en 1917, donde se muestra que el trazado que seguía el tranvía eléctrico de Bella Vista iría acompañado de la realización de una carretera de macadán petrolizado. Las fotografías de la Bella Vista de final de la década del veinte muestran diferencias importantes en la concepción del ámbito suburbano del novecientos, con respecto al decimonónico (Ver Figura 50). Se observa que su perfil de vía es más ancho que el de Los Haticos y El Milagro, llegando a alcanzar en algunos tramos hasta 40 metros, lo que indica que a diferencia de los suburbios costeros, en este lugar la conexión por tierra era la principal. Así lo demuestra el tendido eléctrico del tranvía, en servicio desde 1917 y la construcción de la Carretera Rehabilitación que ya estaba adelantada para ese año, preparándo la vía para el automóvil, que ya circulaba en la ciudad para entonces123. En el caso de Bella Vista el ámbito urbano fue determinado por el ordenado tendido eléctrico del tranvía y los cercados metálicos, más transparentes, más bajos y mejor confeccionados. De tal modo que durante el período 1917-1930 se produjo la consolidación definitiva del suburbio. 123 Respecto a la llegada del automóvil, Arrieta (1992) señalan que en 1912 se introducen los primeros vehículos de la marca norteamericana Ford a la ciudad y que para 1914 se otorgo el primer título de Chofer (p. A-9). 179 Figura 50. Fotografía del suburbio Bella Vista hacia 1929. Benet, 1929, p. 23. Sobre sus lotes desde inicios del siglo XX había comenzado a desarrollarse de modo desordenado, en el sentido de retiros y alineamiento a la calle, la versión criolla de la casa de campo, denominada como ―casa-quinta‖; el término ―Quinta‖ fue detectado por primera vez en la prensa, en un aviso de venta del diario Agencia Maracaibo de 1902, para denominar una propiedad sobre Bella Vista. Su significado según la Real Academia española es el de ―Casa de recreo en el campo, cuyos colonos solían pagar por renta la quinta parte de los frutos‖ (t. II, p. 1711). Para inicios del siglo XIX el Diccionario de Arquitectura Civil de Benito Bails define este término como ―Casería o sitio de recreo en el campo. Lo mismo que casa de placer, granja‖ (18, s/p). ―Villa‖ por su parte es ―casa de recreo situada aisladamente en el campo‖ (DRAE, t2, p. 2091). De esto es interesante resaltar que etimológicamente ambos términos devienen del latín clásico de donde se transfiere a la tradición castellana. En relación al empleo del término en la casa 180 suburbana, resulta de interés subrayar que Arturo Soria Mata124, publicó en 1886 el primer artículo referente a la imaginaria ―ciudad-lineal‖; entre los principios básicos que se establecen en este proyecto urbano se hace explicito que debe prevalecer la abundancia de zona verde, por lo que ―los edificios solo podrían ocupar una quinta parte del terreno‖ (Benévolo, 19, p.398. Negrillas propias). De esta condición de ocupación del suelo probablemente derive su aplicación a la casa aislada de los suburbios en la tradición castellana. En cuanto a la casa suburbana de Bella Vista, las imágenes fotográficas dan evidencia de la existencia de la casa de campo (Ver Figura 51-52), modelo que mantuvo en término generales las características observadas en las casas de Los Haticos. La diferencia más importante de esta casa de planicie con su antecesora de los suburbios costeros radica en que no presenta una relación directa con el lago, por lo tanto no tiene el doble acceso que caracterizaba la vivienda ubicada en la costa. Figura 51. Fotografía de la casa de campo del señor J. Leseur en Bella Vista. Colección Fototeca Arturo Lares Baralt. AHEZ. 124 Arturo Soria Mata urbanista español de finales del siglo XIX, conocido principalmente por su representación de la ―ciudad lineal‖ de Madrid, modelo que surge motivado por la congestión de las grandes metrópolis a raíz de la organización capitalista de la propiedad del suelo. El plan se fundamenta en líneas de comunicación, carreteras y ferrocarriles, y en los nudos, que pueden convertirse en centros urbanos, donde las viviendas se dispondrían en torno a vías de 40 metros de ancho y todas ellas deberían presentar las mismas facilidades de acceso. Detrás de ellas estaría la naturaleza. 181 Figura 52. Fotografía de casa de campo con porche y veranda de madera en Bella Vista. Colección Fototeca Arturo Lares Baralt. AHEZ. Figura 53. Fotografía de la casa-quinta de Bella Vista hacia 1929. Benet, 1929, p. 32. Para finales de la década de 1920 como se observó en la fotografía de 1929 en el lugar también se había establecido una casa más modesta: la casa-quinta, el modelo se estructuró compositivamente de modo similar al desarrollado en El 182 Milagro hacia 1920. La imagen permite observar las dos formas diferentes de resolver el techo del pabellón frontal: la techumbre que remata en alero y la resuelta con cuerpo ático, también se observó la incorporación de apliques decorativos en las fachadas (Ver Figura 53). Más allá del cambio nominal, en ellas es posible observar la superación de cercas rusticas improvisadas y aparecen las ―barandas‖ realizadas con barrotes y balaustres de madera trabajados con detalles elaborados. 3. Los primeros suburbios en la ciudad de 1915. La magnitud del crecimiento urbano marabino de los primeros años del siglo XX, puede establecerse con mayor precisión de la observación del Plano Topográfico de Maracaibo de 1915 (Ver Figura 54), esta fuente cartográfica elaborada por el Ing. Civil Aurelio Beroes, fue publicado en la Revista Actualidades, de la cual no ha sido posible precisar datos de tipo editorial. El plano indica que fue impreso por C. S. Hammond & Co. Nueva York 1915, el plano se acompaña de un croquis separado del sistema de tranvías. Esta fuente cartográfica es inédita en la historiografía urbana local. 183 Figura 54. Plano Topográfico de la Ciudad de Maracaibo de 1915. Revista Actualidades. Colección Mapoteca. Biblioteca Nacional. Caracas. 184 El croquis de la ciudad, denominado ―Maracaibo y los Alrededores‖ indica el recorrido de los tranvías existentes en 1915, del núcleo urbano parten tres líneas: la correspondiente a El Milagro que concluye en Cotorrera, la conducente a Bella Vista y la de Los Haticos que concluye en La Arriaga. Las Delicias se indica como un sector contiguo al núcleo urbano y no como una vía. En el plano de la ciudad de 1915, cuidadosamente dibujado por el Ing. Beroes, se enriquece con el cuadro de ―Referencias‖, donde se indican los lugares de interés y cuáles eran las calles de la ciudad. En este plano llama la atención que el suburbio de Bella Vista no se representó. En el extremo noreste de la ciudad, se indica el suburbio El Milagro. Lugar delimitado por una incipiente calle Pichincha al norte y la calle Belén al sur, esta última vía vincula El Milagro y Bella Vista en las inmediaciones del cementerio de Santa Lucía. La calle Belén señala el límite norte de El Empedrado y en ella se observa una ocupación urbana determinada por edificios apareados que delimitan el eje. El plano igualmente revela que la vía El Milagro es una extensión de la calle Nueva Venecia en ese momento. Sobre el sector norte se indica el inicio de Bella Vista, en el sector de los Tres Pesos, en el lugar se observa una estructura parcelaria de grandes lotes contentivos de pequeñas edificaciones aisladas y arboledas, lo cual indica que la avenida aún mantenía en 1915 su carácter de lugar campestre en la zona más inmediata al núcleo urbano. En este sector, la calle Belloso actúa como el borde norte urbanizado entre los Tres Pesos y Las Delicias. El cruce entre la vía que corre en dirección norte, desde el Nuevo Cementerio ―El Cuadrado‖ hasta su intersección con la calle Belloso, que corre a su vez de este a oeste, se indica como Las Delicias. En este sector se representa una incipiente conformación de manzanas, delimitadas por las vías mencionadas, en estas se organizan ordenadamente algunas edificaciones aisladas, que en dirección sur se extienden hasta el cementerio y en la dirección norte del cruce se extienden por unos 100 metros. La vía se prolonga hacia el norte unos 200 metros más, como un 185 camino discontinuo que finalmente es cerrado por algunas edificaciones aisladas, probablemente hatos. En Los Haticos, las edificaciones representadas cerca del núcleo urbano, en el área entre la Cañada Morillo y la punta de Chocolates, se observa un cambio importante del tamaño de los edificios, respecto a lo observado en el plano de 1889, que da cuenta del cambio de uso que comienza a afectar el sector. Hacia la Ranchería y la Arreaga, se mantiene la presencia de la vivienda aislada, lo que deja ver que permanece sin mayores cambios. Para el momento del levantamiento de este plano las áreas de la ciudad incluidas en él contaban con redes de alumbrado público, así desde 1911 Los Haticos, El Milagro, Las Delicias y los Tres Pesos fueron incluidas en el contrato de alumbrado firmado en 1911 entre la ―The Maracaibo Electric Light Company, representada por Joshua da Costa Gómez como primer Vicepresidente y Presidente y el General Gumersindo Méndez como Presidente del Estado Zulia. 4. Las Delicias: el Suburbio de 1918. El topónimo Las Delicias, a diferencia de Bella Vista, aparece mencionado desde finales del siglo XIX en los Protocolos del Registro Principal de Maracaibo. Un documento de 1896 refiere la venta de una casa de campo, ubicada en el ―lugar nombrado Avenida las Delicias‖125 lo cual testimonia la antigüedad del nombre dado a este lugar. Es probable que la designación de ―Avenida‖ esté relacionada con su conexión con el origen histórico de la vía, el antiguo camino que unía a San Francisco con Salina Rica, los sectores productivos más cercanos a la ciudad que tenían como punto intermedio el lugar de Juana de Ávila. 125 Registro Principal de Maracaibo. Distrito Maracaibo, ano 1896, tomo 1, protocolo primero al segundo, primer trimestre, N° 159, folio 119. Como antes se mencionó por avenida se entiende lo que encamina a algún edificio o población, a corta distancia. 186 Las Delicias es un suburbio colindante con el sector el Transito, área perteneciente al Saladillo, cuyo crecimiento se vinculó a los viejos cementerios de la primera mitad del siglo XIX. Esto explica porqué en el mapa de 1894 el antiguo camino no fuera representado, puesto que el espacio que lo separaba de la ciudad había sido ocupado e incorporado al desarrollo del núcleo urbano. Aclarado esto, puede establecerse que Las Delicias como eje suburbano se inicia en las inmediaciones del Nuevo Cementerio dirigiéndose hacia el norte, por lo tanto su origen está vinculado a la construcción del campo santo popularmente conocido como ―Cementerio El Cuadrado‖126, por su planta con forma de polígono cuadrado, iniciativa del empresariado local que concretó el primer servicio privado de este tipo en la ciudad. Su construcción y puesta en servicio aceleró la consolidación del noroeste del núcleo antiguo, proceso que se reforzó con la instalación de una tercera vía del tranvía de mulas que conectaba el núcleo urbano, a través de un recorrido por la calle Venezuela, con el barrio de Las Delicias y el Nuevo Cementerio a finales del siglo XIX, esta línea fue la primera en desaparecer (Gerstl, 1977, p. 21). A partir de estas inversiones, el antiguo camino se fue urbanizando unos 200 metros hacia el norte del cementerio. Según lo observado en el plano de 1915, la calle Belloso, que conecta en sentido este-oeste El Empedrado y Las Delicias, fue otro impulso para urbanizar la antigua avenida hacia el norte. El proceso de génesis de este suburbio se completa jurídicamente con su incorporación a la ciudad en la Ordenanza de Terrenos Ejidos de 1918, en la cual aún se mantiene la diferenciación de los terrenos ubicados fuera de poblado de los ubicados en poblado, los terrenos circunscritos a los límites de la ciudad son los siguientes: Art.5.- Se consideran en poblado los terrenos comprendidos por la costa del Lago en la ciudad de Maracaibo y en los Caseríos de El Milagro, Los Haticos y La Arriaga, por una parte, y por la otra, una línea que partiendo del muelle del puerto de Bella Vista, vaya hacia el oeste hasta encontrarse con otra línea que 126 El Acta de Creación de la Compañía Anónima Nuevo Cementerio y Junta Administradora del cementerio ―El Cuadrado‖ fue registrado en la Oficina Subalterna del Tercer Circuito de Registro del distrito Maracaibo del Estado Zulia el día 12 de Septiembre de 1890, bajo el N 12, Protocolo primero, Tomo II, Tercer trimestre. 187 parta con rumbo al Norte desde un punto que quede a quinientos metros del Puente del Manglar. Luego esta línea sigue paralelamente al enrielado del Tranvía de los Haticos y de La Arriaga y a distancia de quinientos metros (Concejo Municipal del Distrito Maracaibo, 1952, p. 98). La ampliación de los límites anteriores (1908) permiten a partir de 1918 la inclusión de Las Delicias y un amplio cuadrante al oeste de la Carretera Rehabilitación, como áreas dentro del poblado. De igual modo, la anterior descripción permite inferir las características de este nuevo ámbito suburbano. El término ―caserío‖ nos refiere a casas, es decir alude el carácter mayormente residencial de las áreas incorporadas. Así mismo, los hitos señalados en la demarcación de estos límites del poblado, tales como: el muelle del Puerto de Bella Vista, el Puente del Manglar y el enrielado del Tranvía de los Haticos nos refieren a estructuras cuya función es favorecer la comunicación con el núcleo urbano. De igual manera Quijano (2002) cita una correspondencia oficial de la Secretaria del Estado Zulia del año 1921 donde se señala, en relación a las nuevas construcciones desarrolladas en los barrios mencionados, el término ―acomodos aislados‖ lo que hace explícito que la forma de emplazamiento de los edificios es diferente a la apareada y contigua que caracterizó la realizada dentro del núcleo marabino (p. 224). Este proceso de incorporación de los terrenos de esta área a la ciudad, se sigue de un período de pocas inversiones y de lento desarrollo. Las Delicias fue el último eje en desarrollarse como suburbio y tuvo su consolidación hacia el final del primer cuarto del siglo XX. Un reportaje de El Globo, denominado El Zulia Moderno, reproducido por un diario local, deja establecido que no era precisamente el lugar de mayor desarrollo urbano. Como gala, como blasón, como timbre de orgullo, merecen especial mención en la capital zuliana, altiva i laboriosa, i con referencia a su engrandecimiento moderno, las reformas de sus pintorescos barrios. ―El Milagro‖ i ―Los Haticos‖ en donde la administración pública ha venido poniendo intenso interés. Lo mismo el amplio i hermoso paseo de ―Bella Vista‖ hoy favorito de las gentes bien de la urbe‖ (El Excélsior, jueves 18 de febrero de 1926). De este reportaje, realizado para resaltar la gestión del Presidente de Estado Isilio Febres Cordero (1925), llama la atención la omisión que se hace del sector Las 188 Delicias. El cual para consolidarse tuvo que esperar hasta la segunda mitad de la década de 1920, cuando fue edificado el nuevo Cementerio Municipal San José (1925) y se construyó el Garaje Municipal del Aseo Urbano(1927), ubicado al lado del Nuevo Cementerio (Ver Figura 55); este último construido durante la gestión de Vincencio Pérez Soto (Besson, 1973, t.VI, p. 862). Figura 55. Garaje Municipal del Aseo Urbano. Benet, 1929, p. 65. Según se extrae de un reportaje publicado en la Revista Elite (1927) la Empresa de Tracción y Fuerza Eléctrica puso en funcionamiento ―tres excelentes ramales‖ hacia el noroeste de la ciudad que partían desde la Plaza Baralt: La de la Calle Belloso, línea ―C‖, la de Las Delicias que llegaba a El Paraíso, línea ―D‖ y la de El Socorro, línea ―E‖, que también culminaba en El Paraíso generando un circuito al empalmar con el tramo de Las Delicias. El reportaje se acompaña de croquis denominado Maracaibo y sus Alrededores, que muestra el recorrido realizado por los diferentes tranvías; de su lectura puede establecerse que Las Delicias es todo el ámbito urbano circunscrito entre la Línea de Belloso, que recorría toda la calle Los Andes hasta su intercepción con la calle Belloso y el área delimitada por la Línea de Socorro que culminaba en El Paraíso. El desarrollo de Las Delicias estuvo muy vinculado con la creación del ensanche de 1927 y la promoción de la urbanización El Paraíso hacia 1930, por lo que puede establecerse que su consolidación como suburbio se realizó bajo la égida 189 de Vincencio Pérez Soto. Hacia 1929 (Ver Figura 56) la imagen urbana del lugar recuerda a la de Bella Vista en 1917, un ámbito de casas-quintas aisladas por bajos cercados de madera donde el tendido eléctrico para los tranvías y la paralela carretera de macadán petrolizado definen el carácter suburbano del lugar. El Plano de la Ciudad de Maracaibo de 1936 revela que esta avenida se consolidó en dos direcciones. Desde el sur se fue extendiendo su ocupación por viviendas hasta la calle Nueva Belloso. Y por el norte, desde el Cementerio San José (El Redondo), se fue densificando hacia el sur hasta la actual calle 79 (antes Dr. Quintero). El espacio intermedio entre las calles Nueva Belloso y Dr. Quintero está escasamente ocupado en 1936. De igual manera, también se observa que el sector extendía sus límites ocupados hacia la actual Av. 25 (Primero de Mayo). Figura 56. Fotografía de la avenida Las Delicias hacia 1929. Colección Fototeca Arturo Lares Baralt. AHEZ. 5. Origen y clasificación de los suburbios del novecientos. El ensayo suburbano costero realizado por el gremio mercantil extranjero, por demás exitoso, posteriormente tuvo su contraparte criolla en la alta planicie 190 ubicada hacia el norte del núcleo urbano. La necesidad de dotar a la ciudad de agua potable, que conduce al experimento del acueducto de La Hoyada, la necesidad de sacar del medio urbano, por medidas higienistas, el Matadero Público y el Asilo de Enajenados, generó un núcleo de edificios públicos hacia la playa de Bella Vista frente a Capitán Chico. Estas circunstancias fueron aprovechadas por el empresariado criollo local para promover en primer lugar, el servicio de transporte en ferrocarril para pobladores y usuarios de estos servicios, y en segundo lugar, promover el crecimiento urbano hacia la alta planicie. Más tarde, en el marco de la inestabilidad del mercado mercantil, del impulso al desarrollo de la industria azucarera regional y de la naciente y fructífera actividad petrolera, fueron incorporados dentro de los límites del poblado los ejes de Bella Vista y Las Delicias, en 1908 y 1918, respectivamente. Por lo que puede establecerse, que es a partir del decenio 1908-1918 que ambos crecimientos se pueden considerar, desde el punto de vista jurídico, como los nuevos suburbios del novecientos. Mientras que su consolidación definitiva se produjo en las décadas de 1920 y 1930 respectivamente, en el marco del auge poblacional petrolero. Los elementos que dieron origen a Bella Vista y Las Delicias son muy diferentes a los que explican el origen de los primeros suburbios costeros. En el desarrollo de ambos ejes subyace un primer intento de la elite comercial criolla y de las autoridades del entonces Distrito Maracaibo, por dirigir el crecimiento urbano hacia la alta planicie del noroeste marabino, aprovechando los caseríos y el camino consolidado desde tiempos anteriores al nacimiento de la República de Venezuela. En estos suburbios la vocación nunca fue la de un lugar de recreo, por lo contrario fueron visualizados como lugares para la expansión de los servicios urbanos y de residencias permanente. Desde el punto de vista histórico el crecimiento urbano de los suburbios lineales del siglo XIX se produjo a partir de un núcleo de origen que se extiende prolongando una estructura lineal que finalmente generó una conurbación suburbana. Mientras que los suburbios del siglo XX parten de dos núcleos en los 191 extremos de cada eje, que progresivamente se extendieron linealmente hasta encontrarse en un lugar intermedio. Otra diferencia importante con los suburbios costeros puede detectarse en quienes los ocupan. Los Protocolos del Registro Principal de Maracaibo, revelan un asentamiento mayoritario de apellidos criollos en estos dos ejes. Igualmente el archivo pone en evidencia una ocupación en base a una mezcla de estratos sociales en estos suburbios, corroborando lo indicado por Quijano (2002) quien establece que los habitantes que ocupaban estos ejes eran los ―pobladores de los caseríos, por un lado, y algunos componentes de la élite comercial y profesional de la ciudad que ya habían comenzado a emigrar hacia los suburbios‖ (p. 212). Una última diferencia con los suburbios del siglo XIX, consiste en que estos lugares fueron desarrollados a partir de una inversión de capitales públicos y privados realizados como ideas de promoción para atraer el ―desarrollo‖ de la ciudad hacia el norte. Esto es evidente, sobre todo en Bella Vista, donde la iniciativa se hizo acompañar de un proyecto de intervención para acondicionar urbanísticamente el desarrollo del eje con una carretera para el vehículo. En relación a esta diferencia Romero Luengo (1983) refiere ―Pero la mayoría de las familias residentes en esas zonas, como en la de Bella Vista y las otras que se iban formando, se movilizaban en los tranvías, y las de mejor posición económica, en sus coches‖ (p. 79). En este punto es importante señalar una observación de interés: Los Haticos y El Milagro, aún cuando se insertaron conjuntamente dentro de los límites del poblado, tuvieron un desarrollo y una consolidación desfasada. Es decir Los Haticos, fue muy anterior y de mayor interés para la población local, según datos arrojados por la abundante documentación de su desarrollo respecto al suburbio El Milagro. Un proceso similar se observó al comparar el desarrollo de Bella Vista y Las Delicias, la atención que se generó sobre el primer sector no fue similar en el segundo. El protagonismo que Los Haticos y Bella Vista tuvieron sobre los visitantes y locales, sin duda está muy relacionado con su condición de lugares para las elites; lo cual no fue análogo en El Milagro y Las Delicias. Ciertamente 192 estos últimos, fueron modelados con posterioridad por una emergente clase media y profesional, sobre todo en las Delicias, donde se replicó de modo más modesto la exitosa experiencia de los tres primeros suburbios. Entre los antiguos suburbios del siglo XIX y los desarrollados en el siglo XX, el distrito Maracaibo se configura axialmente. A partir del núcleo generado por el crecimiento compacto de la ciudad de origen, se desprenden en el lapso 18971930 cuatro crecimientos lineales –consolidados- que se extienden por las áreas menos accidentadas de su topografía: los primeros sobre las costas y los últimos sobre la alta planicie. En el interés de establecer una clasificación propia para los primeros suburbios de la ciudad, Bella Vista y Las Delicias son los primeros suburbios del novecientos, asentados en la alta planicie de Maracaibo, desarrollados, cada uno, a partir de dos núcleos extremos a partir de los cuales se extiende un crecimiento de geometría lineal; su consolidación está altamente vinculada al desarrollo del ferrocarril, los tranvías eléctricos y las carreteras de macadán petrolizado, lo cual indica que desde muy temprano se había considerado la incorporación del vehículo como nuevo sistema de desplazamiento urbano. Para mediados de la década de 1920, la idea de progreso pragmatista asumida por la hegemonía andina llego de manera sutil, desplazando poco a poco y lentamente el modelo francés guzmancista del progreso material. ―Así llegó el modo de vida americano, fundamentado en una idea de progreso distinta a la de Guzmán, y respondieron a otros intereses‖. (…) La nueva idea de progreso entro a Venezuela a través del estado Zulia, y de allí se difundió hacia el resto del país‖ (Tinoco, 2007, p. 250). En la ciudad como consecuencia del aumento poblacional, en las extensiones perpendiculares a Bella Vista, que se produjeron tanto hacia el este, generando el suburbio de Los Valles Fríos; como hacia el oeste, dando continuidad al desarrollo de las Veritas se asentó un considerable número de pobladores. Entre estos ejes, y dentro de los límites urbanos, comenzaría un proceso de ocupación del suelo que rellenaría lentamente sus espacios intersticiales, lo que finalmente consolidó 193 un primer ―ensanche‖ muy irregular por la topografía y la ausencia de planes (Sempere, 2001, p. 41A). En Maracaibo, a partir de entonces, se comienza a desarrollar el ―doble movimiento‖ que desde décadas atrás se mostraba en las grandes capitales latinoamericanas ―el abandono del centro por sectores de mayores ingresos y la formación de barrios populares en la periferia‖ que como señala Gutiérrez (1997), marca las líneas de expansión urbana (p. 257). 194 CAPITULO V. 1926-1945. ORIGEN Y CONSOLIDACIÓN DE LOS PRIMEROS SUBURBIOS POPULARES. 195 El lapso 1926-1945, determinó una coyuntura económica que articula el ocaso definitivo del sistema mercantil agroexportador con el inicio del sistema capitalista mineroexportador siendo éste un momento marcado por el ambiente de entre guerras y de la Segunda Guerra Mundial que signó la decadencia definitiva del protagonismo comercial de los europeos alemanes y da inicio a la implantación de los valores de la cultura norteamericana. En este contexto, el violento impacto de la recién nacida industria petrolera se había hecho sentir sobre la ciudad; con la instalación de esta actividad industrial en el decenio 1915-1925, por primera vez en Maracaibo se hacen visibles los síntomas de la degradación urbana y social propia de las ciudades industrializadas. Ante la contundente realidad urbana el Presidente del Zulia, Vincencio Pérez Soto, promovió la materialización de un ―moderno‖ proyecto de crecimiento urbano para la ciudad: El Ensanche de 1927. Este proyecto urbano determinó un impulso al desarrollo de un modelo de ciudad vinculado a las experiencias urbanas de las City Beautiful Movement que dieron origen a los suburbios norteamericanos. En el marco de esta coyuntura, en la ciudad se consolidaron los primeros suburbios populares; es decir, los vecindarios residenciales que se extendieron entre los suburbios lineales y crecieron a partir de ellos. Espacios que fueron el asentamiento de una emergente clase media-baja, integrada por trabajadores y obreros, que surgió como consecuencia del impacto industrial petrolero. Estos vecindarios que circunvalan al núcleo urbano de entonces, tuvieron en la antigua ciudad, su límite sur; mientras que hacia el noroeste, el espacio urbano definido por el proyecto del Ensanche de 1927 determinó el límite que circunscribió la extensión de una primera circunvalación suburbana. Este primer anillo de espacios residenciales integrados por los suburbios lineales y los intersticiales, cuya gestación y consolidación se produjo entre 1915 y 1945, constituye el primer medio suburbano local, en tanto, área adyacente al medio urbano y morfológicamente diferenciado de este. 196 El interés de este capítulo es establecer, a través del rastreo de las fuentes históricas, el origen y la consolidación de los primeros suburbios intersticiales de carácter popular, contenidos en el primer medio suburbano local. Dos de estos sectores son los de mayor interés histórico, por ser considerados hoy día el lugar de los barrios tradicionales de la ciudad y por contener dentro de sus límites la mayor cantidad de edificaciones residenciales suburbanas de carácter histórico: Los Valles Fríos y Las Veritas. Por otra parte, en este estudio se incluye el sector La Pomona por dos razones de interés; la primera, se relaciona con un fenómeno de tipo historiográfico: la ausencia de estudios de carácter histórico-urbano que aborden el estudio del desarrollo urbano del sur de la ciudad127, La segunda razón se desprende del importante número de residencias suburbanas de interés histórico concentradas en el lugar, donde todavía pueden observarse interesantes ejemplos de casas de campo, que permanecen en un buen estado de conservación. En este orden de ideas, es necesario precisar que este estudio se centró en los suburbios Los Valles Fríos, Las Veritas y La Pomona vecindarios aledaños al núcleo urbano, y gestados como consecuencia del crecimiento y expansión de los primeros suburbios lineales. 1. El Ensanchamiento de 1926. Decadencia y transformación de los primeros suburbios. Para el período 1925-1945 la influencia de la cultura inglesa y americana se hacía sentir en el comercio alemán. Mc Beth (1985) señala que ―La gran inmigración extrajera, sobre todo británica y norteamericana, por supuesto, había afectado en parte la apariencia y en algunos casos hasta el lenguaje de Maracaibo‖ (p. 538) 127 En la mayoría de los estudios urbanos el sur de la ciudad se trata de modo tangencial, centrando su atención en el suburbio de Los Haticos y en las urbanizaciones: Urdaneta (1943), proyectada por el arquitecto Carlos Raúl Villanueva y La Unidad Vecinal La Pomona (1949) proyectada por el arquitecto catalán Josep Luís Sert. 197 Impactando sobre todo el mercado, que se abría a toda clase de productos de fabricación norteamericana. Desde comienzos de la década del veinte, el whisky había comenzado a desplazar progresivamente la venta de brandy y el consumo de coñac, lo que generó una declinación de los pedidos fijos mensuales de las casas comerciales. Pronto los productos de la Quaker Oats Company y la gaseosa Coca-Cola serían muy demandados por parte del público consumidor. Como una novedad para el momento, en las casas de comercio se incorporaron por primera vez secretarias y mecanógrafas, para seguir el ejemplo de los petroleros (Gertsl, 1977, p. 153). Paralelamente se produce una competencia entre alemanes y estadounidenses por la mano de obra calificada, puesto que los jóvenes alemanes, empleados de las grandes casas mercantiles, eran atraídos con altos sueldos por las compañías petroleras (Espínola Benítez, 2006). Desde el punto de vista político, el país sigue regentado por Juan Vicente Gómez y en el Zulia se desarrollaría el período gubernamental de Vincencio Pérez Soto (1926-1936). Un período de fuerte adhesión a una ideología positivista de marcado pragmatismo proclamada por el gobierno central, que se manifestaría en la concreción de una infraestructura que solventase las necesidades de los ciudadanos, y de este modo consolidar un progreso material y cultural que condujera de modo definitivo a alcanzar el anhelado desarrollo moderno. En este contexto se irían transformando los antiguos suburbios y se terminaría de estructurar tanto El Ensanche como los primeros suburbios populares. Para 1925 el petróleo ocupaba el primer lugar entre los productos exportados por el país. Para 1926 la ciudad contaba con 88.589 habitantes, lo que indica un incremento del 68% de la población en un lapso de seis años, considerando que en el último censo poblacional de 1920, la ciudad contaba con 51.255 habitantes (Perales Frigols, 1957, p. 157). Este violento crecimiento estuvo integrado en gran medida por un importante número de inmigrantes atraídos por la vorágine petrolera. Sobre los inmigrantes que llegaron a la ciudad de entonces, debe destacarse que los petroleros le dieron preferencia a un considerable número de 198 trabajadores afrodescendientes, provenientes de las colonias británicas en las Antillas128, a razón de ser más disciplinados y sumisos. De la población nacional, llegó una significativa cantidad de mano de obra proveniente del oriente del país, dada que sus destrezas dentro del mar eran necesarias para extraer el petróleo del Lago, se trataba de gente que traía consigo la impronta cultural caribeña. La instalación de los petroleros también provocó la apropiación de servicios que transformaron rápidamente la vocación residencial de los primeros ejes suburbanos129. En tal sentido, Quijano (2002) explica que la necesidad de albergar a la población extranjera ocasionó que se habilitaran improvisados hoteles y pensiones. Algunos trabajadores pertenecientes al más alto staff alquilaban en grupo las mansiones existentes en El Milagro, Los Haticos y Bella Vista, (Ver Figura 57 y 58) lo que les posibilitaba disfrutar de los limitados lujos que ofrecía la nueva metrópoli petrolera. Los lugares de expansión urbana que se habían consolidado desde principio del Siglo XX, tales como Bella Vista, Delicias, El Milagro y Los Haticos, que albergaban principalmente a la élite comercial maracaibera, también fueron invadidos por las oficinas y residencias de los petroleros; además, al estar ubicados en las afueras, se convirtieron en el sitio propicio para la localización de bares y prostíbulos frecuentados por el personal de las compañías (Quijano 2002, p. 106). Este proceso inició el cambio del uso residencial en Los Haticos y Bella Vista, principalmente, y al mismo tiempo propicio el crecimiento de los primeros ejes suburbanos, los cuales se fueron extendiendo de modo perpendicular al eje inicial que los estructuró, de este modo nuevas vías fueron interconectando rápidamente los primeros suburbios lineales en diferentes lugares. Este espacio gestado por estas interconexiones, fue el lugar de asentamiento de los trabajadores y obreros que requería el negocio petrolero. 128 El cuadro denominado: Inmigración de los meses de abril, mayo y junio de 1926 elaborado por Quijano (2002) señala que para estos meses el ingreso de 500 súbditos británicos, siendo el grupo mayor, seguido de los norteamericanos con 236 (p. 84). 129 Ya desde 1922 la V.O.C. tenía "instaladas sus oficinas en la ciudad, así como también la Caribbean la cual se instaló en el Palacio Roncajollo en Los Haticos y ubicó además sus depósitos. La Lago alquiló, en un principio, una gran casa en Los Haticos, luego un palacete de Bella Vista, "en el faubourg aristocrático" de la ciudad, donde instalaron "a todo lujo" sus oficinas, también la Richmond Petroleum Co. y la Venezuela Sun LTD ocuparon los terrenos del sur de la ciudad, (…) otras se ubicaron en el sector de la Carretera Unión, como la Venezuela Atlantic, la California Petroleum y la Union Oil Co. (Quijano, 2002, p. 103). 199 Figura 57. Fotografía del Palacio Roncajolo, primera sede de la Caribbean Petroleum Company.Díaz, 2006, p.26. Figura 58. Fotografía de quinta ubicada en la Carretera Unión que sirvió de sede de las oficinas de The Lago petroleum. Elite, 1927. 200 Lejos de ser resuelta, la situación de caos fue fomentada por el propio ejecutivo regional. A juicio de Gerstl (1977) a los inicios de la explotación petrolera, el General Santos Matute Gómez, Presidente del Estado Zulia en el período comprendido entre 1921 y 1925, ―considero que la forma más práctica de hacer dinero, o la única, era fomentando los vicios. Así, poco después de su llegada comenzaban a funcionar varias casas de juego, fuertemente pechadas por él‖ (p.120). Todo lo cual contribuyó al aumento de los crímenes violentos, el cual era sorprendentemente alto; al punto que la propia policía estaba atemorizada. Maracaibo había dejado de ser el tranquilo pueblo que había permanecido inmutable por más de un siglo (Quijano, 2002, p. 106). Esta es la circunstancia y la realidad urbana de la Maracaibo que recibió en 1925 el corto período gubernamental del General Isilio Febres Cordero (Julio de 1925 a Junio de 1926). Esta gestión, -a juicio de Quijano (2002)-, se caracterizó más por una cantidad de decretos emitidos en corto tiempo que por la ejecución de obras de envergadura, su trabajo se concentró en obras de simple mantenimiento urbano. Fue Vincencio Pérez Soto, durante su lapso gubernamental de casi diez años en la Presidencia del Estado Zulia, quien daría frente a la nueva coyuntura petrolera de la región y materializaría los ideales positivistas de la consigna Rehabilitadora de Paz, Orden y Progreso, que fueron emblema del régimen gomecista. El reclamo y la crítica se formulaban desde diferentes espacios, tanto en la opinión pública como desde las compañías petroleras, Mc Beth (1985) reseña que los reportes sobre Maracaibo realizados desde los petroleros, la describen como ―una ciudad sucia, caliente, superpoblada, incomoda‖ (p. 543). Estas críticas fueron compartidas por Pérez Soto, quien en 1927, a un año de su llegada a la presidencia del Zulia, le dirigía una carta al Ministro de Obras Públicas, en la cual refería su diagnóstico sobre la ciudad. Al ensanche brusco e inesperado que la ciudad ha tenido en estos últimos tiempos, en Maracaibo ha quedado retrasada la labor oficial, necesitándose un gran esfuerzo i grandes recursos para realizar lo que hay suma premura de hacer, debido en primer término a las numerosas colonias extranjeras que aquí viven. Los edificios públicos están en ruinas, las principales avenidas sin 201 puentes, las calles sin pavimentación, en el verano son una gran polvoreda i en el invierno baches intransitables e infectos ("Obras Públicas", en Archivo Histórico del Zulia, 1927, T: 2, leg. 9. Citado por Quijano, 2002). Señala Quijano (2002), que la única manera que concebía Pérez Soto de encausar a la sociedad marabina rumbo a la causa nacional, era traduciendo los ideales positivistas del gobierno en obras tangibles; vale decir, ―acción‖ y ―pragmatismo‖. Esto comprendía motivar las mejoras a la ciudad a través de un coordinado y ambicioso plan de obras públicas. En tal virtud este gobierno encarece a ese honorable Concejo, la conveniencia del levantamiento del plano de la nueva Maracaibo, sin herir los legítimos intereses ya creados. Por su parte, el ejecutivo del Zulia prestara al Concejo su decidido apoyo, afín de que el plano de la nueva Maracaibo modele la ciudad moderna que surgirá al impulso cada vez más creciente del progreso de este importante estado (Citado por Quijano, 2002, p. 220. Negrillas propias). En un momento donde la anarquía desvanecía la esperanza de que la "nueva Maracaibo" fuera la ciudad progresista y moderna que habían imaginado las élites locales y el alto personal petrolero asentado en las afueras, estos grupos presionaron al gobierno a tomar las acciones necesarias para garantizar facilidades en el acceso, ordenar el crecimiento e incorporar los servicios urbanos. Por la incuria, por la falta de previsión municipal i social, la admirable zona de ensanche con que contaba nuestra ciudad querida para engendrar la Maracaibo futura, está ya pérdida. Continúas e allí edificando a la buena de Dios, sin sujeción a leyes de estética, de comodidad, de higiene, sin dejar sitio a las nuevas calles i plazas o dejándoselo tan angosto i ruin, que vamos en camino de que la nueva ciudad, sin plazas i sin anchas avenidas i con casas sin separación ni jardines entre sí a sus frentes, sea tan inhabitable, tan antihigiénica i tan bárbara como la antigua. (Illaramendí, 1920, julio 31, p. 11). Ante esta situación de cambios y descontrol urbano, la capacidad de gestión de Vincencio Pérez Soto130 logró materializar a través del ensanche, de ordenanzas y 130 En opinión de Otto Gerstl (1977) ―Hay que convenir que cumplió sus promesas: se le veía diariamente inspeccionando las obras en construcción, contuvo la oleada de robos, castigando a todo ladrón reincidente 202 de normas, el modelo de ciudad nueva y moderna imaginada por la élite, que también formaba parte de los organismos encargados de la toma de las decisiones. La ley, el decreto, y las reglamentaciones, fueron estudiados y redactados por los mismos grupos. Durante su gestión, en 1926, se sancionó una nueva Ordenanza sobre Terrenos Ejidos en la cual se dividía por primera vez, los terrenos del Distrito Maracaibo en tres zonas: la Zona Urbana, la Zona de Ensanchamiento de la ciudad y la Zona Rural131. De esta última disposición resulta de interés a efectos de la comprensión de la investigación, el empleo de los términos ―zona urbana‖ y ―zona de ensanchamiento‖, vocablos de importantes connotaciones urbanísticas que sugieren la presencia, o cuando menos, la asesoría de profesionales calificados para la generación de los instrumentos jurídicos y técnicos que materializarían la vieja aspiración de un verdadero ordenamiento de la ciudad. Situación que encaja con un panorama nacional donde desde 1925 se ha promulgado la Ley de Ejercicio de las Profesiones de Ingeniero, Arquitecto y Agrimensor132. Que establecía entre otras disposiciones, que el ejercicio de la construcción y diseño de edificaciones, era responsabilidad de aquellos que hubieran obtenido los títulos de las profesiones mencionadas y que para ejercer la profesión era necesario estar inscritos en el Colegio de Ingenieros, además se señalaba la necesaria presentación de los proyectos ante la Oficina de Sanidad para la revisión de los aspectos vinculados con higiene y ambiente133. con una serie, a veces respetable, de latigazos. Mandó cerrar los casinos y no se enriqueció con dinero extraído de la prostitución; en fin, hizo buena obra, eso sí, dentro de un régimen completamente autoritario o dictatorial‖ (p. 162). 131 Los terrenos que correspondan al distrito Maracaibo, se consideran divididos, para su mejor administración, en tres zonas que se denominan así: Zona Urbana, Zona de Ensanchamiento de la ciudad, y Zona Rural. La administración y aplicación de los terrenos de cada una de estas zonas, se regirán conforme a las disposiciones que para cada una paute especialmente esta ordenanza (Ordenanza sobre Terrenos Ejidos, 1926, Capítulo I. Disposiciones Generales, Art. 9). 132 En Diciembre del año 1925 el Gobierno Nacional reguló el ejercicio de los profesionales dedicados a la construcción y diseño de edificaciones al promulgar la Ley de Ejercicio de las Profesiones de Ingeniero, Arquitecto y Agrimensor. En el artículo 10 se determinaban las condiciones indispensables para toda obra que se pusiera al servicio público, ya que para los legisladores era una consideración importante alcanzar "el progreso artístico", estas condiciones eran la corrección, la eficiencia y la seguridad. 133 Se disponía que los planos debieran ser presentados en la Oficina de Sanidad, para asegurar la necesidad de cumplir las normas referidas a la higiene, normas que abarcaban cloacas, departamentos sanitarios, 203 Esta regulación se complementó con otras dos disposiciones de carácter jurídico. La referida a la creación de la Oficina de Catastro y las leyes correspondientes a este registro; que tal como deja establecido Quijano (2002) ―señalaban un énfasis importante por parte de la Municipalidad, en establecer con exactitud el registro catastral hacia el ensanche, con prioridad, incluso, sobre la Zona Urbana‖ (p. 234). Y la Ordenanza sobre Arquitectura Municipal i Ornato público del Distrito Maracaibo, de 1927. Donde se establecieron diversas normas de construcción de los edificios, según se ubicaran en la zona urbana o en la zona de ensanche. Momento a partir del cual se incorporó una normativa referente a la ciudad, según los lineamientos de cada zonificación mencionada. Esta última ordenanza se acompañó de un nuevo plano de la ciudad: el Plano de Maracaibo de 1927, la observación de este plano y su comparación con el Plano de la ciudad de Maracaibo de 1936134; permite inferir que, más que un levantamiento de la realidad urbana, es un croquis donde se plantea la implantación de una traza regular para el desarrollo del noroeste de la ciudad135. A partir de este discernimiento debe establecerse que es necesario diferenciar lo que la ordenanza determina como Zona de Ensanchamiento de lo que debe entenderse como el ―Proyecto de Ensanche‖; la zona de ensanchamiento es todo el perímetro que rodea la Zona Urbana y donde se establecen seis Secciones. Las 1, 2 y 6 serían las de mayor consolidación al momento de la promulgación de la ordenanza; mientras que las secciones 3, 4 y 5 son las reservadas a la promoción y consolidación de los nuevos desarrollos urbanos (Ver Figura 59). blindajes, iluminación, aeración, orientación de las calles y edificios y la ubicación de ventanas, puertas y patios. 134 Elaborado para el Ministerio de Obras Publicas por la Dirección de Cartografía Nacional. Realizado a partir de un vuelo realizado en febrero de 1936 y restituido con estereoplanígrafo entre septiembre y diciembre de ese mismo año. Ejemplar conservado en la Colección Mapoteca de la Biblioteca Nacional, Caracas. 135 Estos nuevos elementos son representados con líneas segmentadas. 204 Figura 59. Plano que muestra las diferentes secciones que se limitan en la Ordenanza de Terrenos Ejidos de 1926. Quijano, 2002, p.252. Sobre estas últimas secciones es donde se establece el proyecto de un trazado urbano, que en este trabajo denomina ―El Ensanche‖. En la sección 3 del ensanchamiento se propone el trazado de una nueva cuadricula, unas 60 manzanas organizadas en forma de ―L‖ invertida, siguiendo dos ejes: el norte de la Carretera Rehabilitación 136 (actual Bella Vista) hasta la carretera de El Paraíso (Actual calle 79), lugar donde posteriormente se asentarían las ―colonias petroleras‖137 (Ver Figura 60). 136 Para 1926 Maracaibo había crecido bastante, ―especialmente hacia Bella Vista, con quintas en líneas continuas a ambos lados de la vía del tranvía y luego también en las calles, que se iban trazando a una y dos cuadras de distancia detrás de la principal‖ (Gerstl, 1977, p.157). 137 Con este término se identifica el fenómeno en las fuentes escritas y cartográficas. 205 Figura 60. Detalle del Plano de Maracaibo de 1927, donde puede observarse la propuesta de cuadricula del Ensanche. Atencio, 2003, p.132. En la sección 4, por su parte se planteó un trazado más libre, partiendo de un esquema geométrico de orden orgánico, esta será la zona donde se implantó el Country Club, el Hipódromo, el Aeródromo y los desarrollos habitacionales privados que, en concordancia con la geometría observada en el plano de 1927, obedecerían a la ideología de la ―City Beatutiful Movement‖ de las ciudades norteamericanas (Ver Figura 61). Las personas que construyan en la Zona de Ensanchamiento de la Ciudad, harán que las construcciones tengan un aspecto elegante, guardando simetría con los ya existentes, y que, tanto ellas como sus respectivas verjas, se hagan de acuerdo con las disposiciones Municipales vigentes. (Ordenanza sobre Terrenos Ejidos, 1926, Capítulo III. De la Zona de Ensanchamiento, Art.18). En la Zona de Ensanchamiento de la Ciudad se esperaba la consolidación de una sofisticada y elegante arquitectura de jardines y verjas 206 Figura 61. Detalle del Plano de 1927. Puede observarse el tejido orgánico propuesto en el área que posteriormente se denominó El Paraíso. Atencio, 2003, p.132. De este modo, Maracaibo se inserta a fines del primer cuarto del siglo XX en un proceso de diseño de planes que ya se habían iniciado en las principales ciudades de América Latina. Su número aumentó rápidamente a partir de 1910, aproximadamente, coincidiendo con la organización de oficinas técnicas bajo el control directo del gobierno municipal o federal, aunque en algunos casos los planes fueron encargados por Comisiones de Planeamiento formadas por ciudadanos y representantes de las oficinas públicas (Hardoy, 1997, p. 268). En cuanto al término ―zona de ensanchamiento‖ su empleo hace suponer una vinculación con la idea urbanística del Ensanche español, en tanto forma de ordenación urbana ampliamente utilizado en el medio iberoamericano sobre todo en el siglo XIX. 207 En los ensanches se recoge esa voluntad de proyectar la totalidad de la fábrica urbana como si de un único edificio se tratara. Pero la comprensión de la ciudad y de sus elementos se racionaliza analíticamente, a través de una comprensión totalmente nueva del proceso de construcción de la ciudad, la sintonía con el nuevo contexto socioeconómico. Es el lúcido entender que la ciudad ha dejado, con las revolucionarias conmociones del maquinismo, de ser física secreción fósil de estructura sociales más profundas, y se han convertido en motor activo y protagonista de la dinámica económica. Y que la sobrecogedora avalancha de población y actividades que, acumulándose en eufóricas concentraciones rompía todo anterior orden urbano, iba a convertirse no sólo en característica principal sino en connatural componente de las ciudades del nuevo siglo (de Solá-Morales i Rubio, 1977, p. 106). En torno a esta forma de planificación urbana, Ignasi de Sóla Morales (1977) indica que el ensanche corresponde a un momento específico de la ciudad, sobre todo a la ciudad de la Europa meridional y de los Estados Unidos de América. El investigador especifica que entre las innovaciones definitorias de esta forma urbanística se encuentran las siguientes: Una nueva idea de ciudad donde los valores exaltados serían los de la nueva civilización maquinista, donde el progreso se identificaba a las formas económicas y jurídicas de la promoción liberal privada, y se distinguían claramente de los modos anteriores de hacer ciudad, en técnica y en higiene. Una nueva actitud metodológica que estriba, básicamente, en dirigir la proyectación urbana a la ordenación por sí sola, es decir, en distinguir en la construcción de la ciudad un momento previo de ordenación del suelo de las fases posteriores de urbanización y edificación. Aplicación de nuevos instrumentos, una ordenación basada en la conjunción del trazado de planos, más las ordenanzas. (p. 19). Tal como ha sido planteado, estos elementos definitorios del Ensanche coinciden y se concretan conjugadamente en la Maracaibo de 1927. Por lo que en el marco de una gestión pública signada por ideales positivistas, expresados en la tecnificación y profesionalización de la arquitectura, no se debe tomar como casual la asignación de este término en la Ordenanza. Pero igualmente, en este proyecto pueden establecerse diferencias marcadas con sus antecedentes europeos. Señala Sempere (2002) que a diferencia de los 208 ejemplos europeos, el ensanche de Maracaibo no se yuxtapone a la ciudad histórica con la intención de ordenar sus bordes y definirla formalmente, está separado de ésta por causas topográficas e hidrográficas. Igualmente señala que la ―ausencia de un proyecto concreto de formalización de la nueva ciudad, lo aproxima más al modelo estadounidense de implantación de la cuadricula en el territorio que al modelo europeo de proyecto de ciudad‖ (p. 61A). La característica particular de este proceso urbano es otra evidencia de la superposición de la tradición discursiva castellana a una realidad operativa determinada en ese momento por un influyente pragmatismo urbanístico norteamericano. 2. La Ordenanza sobre Arquitectura Municipal y Ornato Público del Distrito Maracaibo, de 1927. Arquitectura urbana y arquitectura suburbana. Pirela (2007) señala que en 1916 se publicaron las Ordenanzas sobre Arquitectura Civil, basadas en la corrección de las de 1890 que fueron revisadas en 1902 en la necesidad de higienizar la ciudad. Estas primeras ordenanzas del novecientos regularon los alineamientos en la manzana, las alturas de fachada, los grados de inclinación de las techumbres al tiempo que establecieron disposiciones para regular las proporciones y la decoración que debía seguirse en las ventanas y puertas. Según esta autora las disposiciones contenidas en ellas no son más que ―un reflejo de que en la ciudad todavía está vigente el sistema heredado de la colonia, y que son los derroteros de su traza y acomodo los que todavía rigen la conformación urbana (p. 92). Fue entonces en 1927 con la sanción de la Ordenanza sobre Arquitectura Municipal y Ornato Público del Distrito Maracaibo que por primera vez se establecen restricciones regulatorias diferenciadas para el medio urbano y el suburbano. Este importante documento regulador, debía aplicarse a todas las construcciones que se realizaren a partir de su puesta en vigencia, debiendo ser 209 utilizado tanto en los edificios que se levanten en terrenos sin construir, como en aquellos que se efectuaren para sustituir edificios demolidos. Las obras debían obtener los permisos de la Ingeniería Municipal y se exigía que estuviesen proyectadas por profesionales de la ingeniería, arquitectura o por maestros de obras, de carpintería y alarifes debidamente habilitados por la oficina mencionada. Esta disposición es otro indicador de la aceptación de una realidad dual que, aunque propiciaba la actuación y el ejercicio profesional, aceptaba su coexistencia con los oficios tradicionales, como la forma más accesible -y por tanto practica- de operar en la materialización de la nueva ciudad regulada. En cuanto a los usos, esta medida sólo prohíbe taxativamente la instalación de Curtiembres y Tenerías tanto en la Zona Urbana como en el Zona de Ensanchamiento de la ciudad, por colidir con las ―disposiciones de la Sanidad Nacional‖. Entre las disposiciones que reglamentan la arquitectura de Maracaibo para la Zona Urbana, es decir, aquella densamente edificada de la ciudad, se establece: Todos los edificios que formen cuadra deben mantener el alineamiento a la calle y seguir la altura de los demás; o sea, la reglamentaria de cinco metros, contándose esta altura desde el piso interior del edificio hasta la línea interior que forma la solera. El ancho de las casas que se construyan en la zona urbana debía ser mínimo de siete metros y podrá ocupar más de las siete octavas partes del área disponible, debiendo destinar el resto para patios y desahogos. Todo edificio en esquina deben conformar fachadas ochavadas. No se permitirá el funcionamiento ni montaje de aserraderos u otras empresas Industriales movidas a vapor dentro de la zona urbana. Entre las disposiciones que definen la morfología urbana de la Zona de Ensanchamiento, se establece: El ancho de las casas en la zona urbana debía ser mínimo de ocho metros, debían dejar un retiro de cuatro metros hacia la calle para arboledas y jardines 210 y debían ir separadas unas de otras por callejones de una anchura no menor de cuatro metros. En zonas urbanizadas los nuevos edificios debían conservar el alineamiento del primer edificio construido en la cuadra. Se prohíbe terminantemente la construcción de cercas de alambres con púas y de las llamadas de palo a pique. En la zona de ensanche, la municipalidad se reservaría las áreas que estime de necesidad pública para la edificación y levantamiento de plazas y jardines públicos. Las calles en esta zona no podrían tener menos de diez metros de ancho. Entre las disposiciones que reglamentan la arquitectura se establece: En las fachadas queda prohibida absolutamente la construcción de aleros hacia la vía pública, debiéndose hacer el coronamiento con cornisas, con o sin áticos. Así mismo, los aleros existentes deberían irse suprimiendo a medida que necesiten reparaciones. Las jambas y pilastras de los frentes deben quedar en el alineamiento general del edificio. Mientras que para las comisas, los entablamentos, los zócalos y ventanas se permite un vuelo de hasta diez centímetros. El vuelo de los balcones en los edificios de más de un piso no será más de cincuenta centímetros. Las ventanas que den hacia la calle deben hacerse ovaladas en sus ángulos esquineros y las de estilo antiguo se irán reemplazando a medida que se realicen reconstrucciones. El desagüe de los techos hacia la vía pública sólo podrá hacerse por medio de tubos incrustados en el muro de la fachada o adosados a él y queda prohibido desaguar los techos por grifos u otros ornamentos similares. Los frentes y laterales exteriores de los edificios no podrán pintarse de blanco. Este color sólo se usará en las jambas, molduras, adornos, etc. Esta disposición se refiere tanto a las pinturas al óleo como a los encalados. 211 Igualmente se prohíbe el uso de azulejos o cualesquiera otro adorno hecho de arcilla blanca para ornamenta las fachadas. Quedan terminantemente prohibidos los pisos de ladrillos y de cualquier otro material permeable y se establece que los pisos interiores de los edificios de una planta deben ser de mosaico o de cemento pulido. Estas disposiciones legales de 1927 regulan un ordenamiento arquitectónico diferenciado tanto para el medio urbano como para el medio suburbano, que de hecho ya había surgido espontáneamente desde el siglo XIX. A través de este instrumento jurídico se logró que los patrones morfológicos del suburbio no se adentraran en la zona urbana y que en el ensanchamiento se produjera una forma de urbanización más homogénea. Llama la atención que no se reglamentará de modo más severo en esta ordenanza las actividades o usos permitidos en cada ámbito; favoreciendo esta ausencia de reglamentación, el asentamiento de los enclaves petroleros y de los servicios vinculados a esta industria. La consecuencia fue la pérdida paulatina del carácter residencial dominante en los suburbios lineales. Sin embargo, la estricta regulación que se estableció sobre las fachadas, explica el nivel de uniformidad que alcanzó la arquitectura residencial urbana y la traslación de sus valores compositivos a la casa de los suburbios; lo cual permitió, a partir de ese momento, que la ciudad alcanzara una unidad morfológica en su arquitectura, la cual ha sido irrepetible. El modo en que se aplicó la ordenanza de 1926 hace de nuevo evidente una dualidad que refleja claramente la prefiguración de dos ciudades diferentes: la ciudad mercantil de herencia europea y la ciudad petrolera de origen norteamericano. La observación de la ciudad en la actualidad revela que en la realidad esta dualidad determinó dos formas diferentes de operar en el medio suburbano. Por un lado se opero en los ámbitos que se habían gestado y consolidado de modo previo a su sanción (Secciones 1, 2, 5 y 6 de la Zona de Ensanchamiento y en la Zona Urbana), donde se aplico con rigor. En estos ámbitos la arquitectura en general, pero en especial el modelo doméstico, 212 caracterizado evidencia un alto sentido de unidad compositiva y decorativa que permitió alcanzar a la ciudad una imagen urbana unitaria. Por otro lado, tal como se opero en las secciones 3 y 4 de la Zona de Ensanchamiento, ciertamente debe concordarse con lo planteado con Sempere, en lo referido a la ausencia de un proyecto de formalización para la cuadricula y la idea de una aproximación a la cultura urbanística estadounidense. Aun cuando la La Ordenanza sobre arquitectura municipal i ornato público del Distrito Maracaibo de 1927 si fue un mecanismo de control que intentó regular la morfología urbana, su énfasis regulatorio se centró, sobre todo, en los aspectos que determinan los aspectos constructivos y decorativos de la estética arquitectónica imperante; de allí su efectividad en el medio existente. Sin embargo, fue inoperante ante mayores escalas edilicias y ante los nuevos patrones morfológicos y estéticos que introdujeron en las colonias la emergente elite petrolera, lo que a la larga determinó el carácter heterogéneo de las áreas destinadas a los nuevos desarrollos de la Zona de Ensanchamiento. Es por esto que en el trazado geométrico de este proyecto, es posible visualizar la intención de establecer una red homogénea que se pueda extender hasta el infinito, que concretaría no sólo una voluntad de orden que facilita la subdivisión de las parcelas, sino que demuestra también esa fe en la capacidad de conquista de la naturaleza y de la expansión ilimitada de las ciudades como expresión de ―la absoluta fe en el futuro‖, principio fundamental del desarrollo de las ciudades norteamericanas. Lo cual testimonia que en la aplicación de la Ordenanza la municipalidad se reservó la discrecionalidad de aplicar el rigor del orden normativo al medio urbano y suburbano existente, mientras que en el Ensanche este control se relajó ante las reglas del liberalismo individualista, que limitó la aplicación de la norma a unas cuantas reglas esquemáticas, para de este modo operar en la nueva ciudad desde la ideología del laisser faire norteamericano. El resultado fue la conformación de dos núcleos urbanos: la ciudad de origen y la ―nueva ciudad‖, diferenciados por las 213 ordenanzas y alejados espacialmente tal como se proyectaba en el dibujo‖ (Quijano, 2004B, p. 57). En cuanto a la vivienda, los Protocolos del Registro Principal de Maracaibo permiten establecer que para 1926 en la ciudad se había establecido un modelo doméstico propio de casa-quinta suburbana: La Villa Marabina138, un tipo de vivienda generada a partir de la adición de pabellones que se alinean de modo contiguo, del frente hacia el patio, rodeadas de bajas barandas y cuya estética estuvo determinada por un ordenamiento de carácter clasicista, donde la coronación con áticos y la profusa ornamentación con apliques de cemento prefabricado, determinaron su imagen modernista del novecientos; al igual que en la casa urbana (Ver Figura 62). Sobre este modelo señala Pirela (2001) ―lo más destacado fue una nueva manera expresiva de ser el volumen de la casa, que ahora podía ser percibido con una gama de perspectivas. La variada geometría que conformaban los diferentes pabellones procuró el enriquecimiento del perfil urbano (p. 27). Los Protocolos del Registro Principal de Maracaibo igualmente develan, a partir de 1926, un aumento de casas con garajes y porches. Figura 62. Fotografías que muestran el modelo de casa-quinta denominada ―Villa Marabina‖. Archivo del proyecto de investigación La arquitectura doméstica Maracaibo (1870-1930). La vivienda por pabellones. CONDES-LHAUR. 2005. Este modelo doméstico suburbano se localiza actualmente en mayor cantidad sobre la ciudad, probablemente se convirtió en la solución más difundida por dos 138 Se emplea esta denominación en correspondencia con el origen histórico de la casa aislada la Villa Renacentista , con el carácter clásico que domina en su composición y con la denominación que se usó con frecuencia como nominación de estas casas. 214 razones: la primera es que la prensa local establece que para 1926 el mercado disponía, además de las tejas, fábricas para la ornamentación prefabricada de cemento -también denominada piedra artificial- fábricas de mosaicos, fábricas de barandas y cercados de madera y metálicos, así como pinturas en variedad de colores. Todo lo cual permitió materializar el contundente ordenamiento que impuso taxativamente La Ordenanza sobre Arquitectura Municipal de 1927. La segunda razón se fundamenta en la aplicación de esta ordenanza, la cual debió ser instrumentada con controles administrativos rigurosos de modo tal de garantizar el orden homogeneizador que debía imperar para alcanzar el progreso urbano de la ciudad. 3. 1927. El Ensanche y la nueva ciudad petrolera. Los enclaves petroleros se fueron asentando paulatinamente sobre los suburbios, primero en El Milagro a través de la Colonia de la Gulf (1927) y luego en Los Haticos, inicialmente con la Colonia Villalobos (1922) ubicada al sur del poniente y posteriormente con la Colonia Caribbean en Los Haticos (1928). Más tarde se fueron ubicando sobre el ensanche los enclaves de Shell, Bella Vista en 1930 y Shell Delicias en 1935139. Estas dos colonias se ubican superponiendo su tejido al desarrollado por la cuadricula del ensanche de 1927, dando continuidad y consolidando el patrón de damero propuesto en este proyecto urbano. Vemos también como la migración petrolera logró su espacio en el nuevo núcleo, con sus formas de vida y expresión urbana y arquitectónica que complacía a una población transitoria, que no echaba raíces y que venía a cumplir un fin determinado y delimitado en el tiempo. 139 Los terrenos del ensanche donde se localizaron las colonias Bellavista y Delicias fueron vendidos por particulares. Alfredo Bustamante, Elias Atencio París, Humberto Mazzei Bernotty, M. Corao, Sociedad Mercantil Miranda y Velutini, entre otros (Rodríguez y Quijano, 1999, p. 129). 215 La asepsia, la funcionalidad, el orden y la jerarquía se expresaban en el espacio de las colonias petroleras, vista como una arquitectura impersonal, repetitiva y austera, que denotaba la transitoriedad de sus moradores, así como su aislamiento del resto social al rodearse de cercas y controles (Quijano, 2004B, p.61). El nuevo fenómeno de las colonias petroleras se implantó de modo violento y exhibió nuevos patrones urbanos derivados de la urbanística norteamericana. La morfología urbana de estas colonias petroleras está relacionada con los modelos de suburbios derivados del movimiento denominado City Beautiful Movement, propuesta norteamericana de origen filantrópico desarrollada durante la primera mitad del siglo XIX, que nació de la preocupación por el acercamiento de la ciudad a la naturaleza. Su propósito fue el de impulsar el desarrollo de parques urbanos en las ciudades de la costa este de los Estados Unidos. Las primeras experiencias en la incorporación de parques urbanos a la ciudad norteamericana derivaron de la tradición anglosajona de crear cementerios urbanos ajardinados que adquieren el aspecto de grandes parques urbanos, incluso con lagos. Como ejemplos importantes pueden citarse el Cementerio Mount Auburn en Boston, el cementerio Greenwood en Nueva York y el cementerio Laurel Hill en Chicago, todos construidos antes de 1850. Esta reforma en los camposantos posteriormente fue seguido de un movimiento para fomentar el desarrollo de parques urbanos, que seguían los modelos ingleses, siendo uno de los más importantes ejemplos de este movimiento el Parque Central de Nueva York de 1856. Para 1853 el arquitecto norteamericano Alexander Jackson Davis crea el suburbio de Llewellyn Park en Nueva Jersey, que como su nombre lo indica se trata de un área residencial desarrollada de acuerdo a las pautas compositivas de sus antecesores, los grandes parques urbanos. Para Sica (1981) ―el primer suburbio residencial propiamente dicho, o sea nacido como especifica iniciativa empresarial, es probablemente el poblado residencial de Riverside de Chicago‖ (Ver Figura 63), construido en 1869 (t. 2, p. 661). De acuerdo a esto, los suburbios 216 ajardinados norteamericanos, al igual que en Europa, derivan de movimientos generados del ansia y la nostalgia por la naturaleza y se desarrollaron mucho antes de que Howard formulara su planteamiento de la Ciudad Jardín en 1898. Figura 63. Plano general de desarrollo urbano de Riverside de 1869. Sica, 1981, p.661. Por su parte el planteamiento de las Ciudades jardín del mañana de Ebenezer Howard, tiene relación con el desarrollo de ciudades nuevas cerca de las metrópolis con un tamaño definido y controlable, y una vida activa tanto urbana como rural. Este planteamiento pretendía crear un ámbito de vida intermedio entre lo que el teórico denominó el imán ciudad, que proporcionaría el empleo, el buen salario, el progreso; y el imán campo, que ofrecería mas confort ambiental, tranquilidad y belleza natural con menores precios en los terrenos. La ciudad jardín ofrecería los beneficios de ambos imanes juntos. Esta es una ciudad sin un verdadero centro urbano, de casas pequeñas y unifamiliares, que integra abundantes zonas verdes, pensada para la clase obrera, para hacerles sentir propietarios de en un entorno saludable. Durante las primeras décadas del siglo XX se construyeron muchas ciudades con estos planteamientos, 217 pero el modelo estaba tan lejos de lo que era realmente la ciudad industrial que terminaron por convertirse en pequeños pueblos, o siendo absorbidas por las grandes ciudades. Tal como lo establece Benevolo (1982) en todos estos movimientos priva (…) el concepto de vivienda unifamiliar con jardín, que es un poco la reducción de la tradición precedente, según la cultura victoriana en la segunda mitad del siglo, poniendo el acento, sin embargo, en la ―privacy‖, no en las relaciones sociales; un intento de sustraer la vida familiar a la promiscuidad y desorden de la metrópoli y de realizar –digámoslo así- el máximo de ruralización compatible con la vida ciudadana (p. 398). Es importante dejar establecido que tanto en las colonias petroleras como las primeras urbanizaciones privadas se opera, a juzgar por la forma en que se desarrolla la geometría que define la traza y el modo en que se desarrolla la morfología arquitectónica de estos ámbitos, desde la idea norteamericana decimonónica de la City Beautiful Movement. Dentro de este marco se pueden diferenciar dos patrones de asentamientos en las colonias, aquella asentada e inserta dentro de la cuadricula del Ensanche de 1927y en los territorios suburbanos consolidados que se ajustaron al patrón de la traza regular existente; donde sin embargo, se introducen de modo sutil dentro de las manzanas nuevas soluciones que cambian la morfología urbana, tal como el cul de sac en sus centros y la ubicación de edificios aislados enfrentados a las esquinas (Ver figura 64). 218 Figura 64. Plano de las colonias petroleras asentadas sobre la cuadricula del ensanche de 1927.Elaboración propia, 2010.140 Igualmente se establecieron algunas colonias que se ubicaron en aéreas no urbanizadas, como la colonia Bella Vista, La Lago y Richdmond, que plantearon esquemas de manzanas de carácter más orgánico y cuya geometría puede asociarse de modo más claro con los suburbios norteamericanos derivados del ―City Beautiful Movement‖ (Ver figura 65). 140 Elaborado sobre la base del Plano de Maracaibo de 1936. Ministerio de Obras Públicas, Dirección de Cartografía Nacional. Realizado a partir de un vuelo realizado en febrero de 1936 y restituido con estereoplanígrafo entre septiembre y diciembre de ese mismo año. Ejemplar conservado en la Colección Mapoteca de la Biblioteca Nacional, Caracas. 219 Figura 65. Plano de las colonias petroleras asentadas sobre áreas no urbanizadas.Elaboración propia, 2010.141 La arquitectura del enclave se caracterizó especialmente por exhibir nuevos patrones de adaptación climática, como las plataformas elevadas, las verandas techadas y los respiraderos de romanillas (Ver Figuras 66-67), igualmente legitimó el empleo de materiales como el asbesto, el zinc, la madera para los cerramientos y las tabiquerías de cartón para techos y paredes. 141 Elaborado sobre la base del Plano de Maracaibo de 1936. Ministerio de Obras Públicas, Dirección de Cartografía Nacional. Realizado a partir de un vuelo realizado en febrero de 1936 y restituido con estereoplanígrafo entre septiembre y diciembre de ese mismo año. Ejemplar conservado en la Colección Mapoteca de la Biblioteca Nacional, Caracas. 220 Figura 66. Fotografía de una colonia residencial petrolera en 1930. Baptista, 1966, p. 9. Figura 67. Fotografía de casa petrolera donde es posible observar las características descritas. Romero, 1997, p.40. El protagonismo de la influencia norteamericana se había instalado de modo definitivo en la ciudad para la década del treinta, según datos extraídos de la prensa local. El Diario Panorama desde 1931 publica una sección en inglés denominada: English Section What the Cable Tells Us, donde se publicaban 221 noticias diversas. Igualmente pudo observarse la publicación de avisos en los idiomas español e inglés (Ver Figura 68). Figura 68. Avisos de 1931 donde se oferta la venta de casa en Bella Vista, publicado en español e inglés. Maracaibo Grafico, 31 de diciembre de 1931, p. 18. Es el momento en que se generan las inversiones para el desarrollo urbano de los espacios que sirven para el ocio, consumo y tiempo libre. Maracaibo, ciudad populosa, moderna y culta, cultiva con ahínco todos los deportes. Prevalecen el tennis, el base-ball y el foot-ball. Las regatas se practican con frecuencia y a ello presta gran concurso la extensión y belleza del Lago. El golf tiene muchos adeptos en la poderosa colonia norteamericana formada principalmente por los empleados de las muchas Compañías petroleras allí radicada. En el Hipódromo de raro en raro se efectúan sensacionales carreras de caballos criollos. Maracaibo tiene la virtud de saber adaptar prontamente todas las innovaciones de la civilización contemporánea. Tiene la inteligencia de escoger lo bueno y útil que triunfa en Europa y Norte América. El Stand de Basse-Ball de Maracaibo es quizás el mejor de Venezuela, por la amplitud del diamante y la comodidad de sus tribunas. Todos los domingos hay reñidos desafíos de basse-ball que son presenciados por una numerosa concurrencia de la sociedad y el pueblo‖. (Elite, 1927, p. s/p. Negrillas propias). En este momento, los teatros Baralt, Metro, así como el Cine Landía, primera sala pensada exclusivamente para la proyección de filmes ubicado en Bella Vista, exhibieron durante toda esta década una oferta de cine preponderantemente norteamericano (Ver Figura 69). 222 Figura 69. Aviso de prensa donde se promocionan películas norteamericanas. Diario Panorama, 25 de mayo de 1935, p. 5. Las antiguas nominaciones de origen germano dadas a las casas de campo tales como: Hamburgo y Bremen, se acompañan en ese momento de nuevas nominaciones de origen norteamericano como Tacoma y Ditroit, que se emplearon para dar nombre a las modernistas casas-quintas, generando una interesante dualidad en la nominación de las edificaciones reflejo del impacto cultural 223 norteamericano en la nominación edilicia local, así vemos como el antiguo Bar Berlín de 1893 dio paso al moderno American Bar de la década de 1930. Con la instalación de las compañías petroleras hubo también un aumento del tráfico vehicular. En ese momento comenzó a adquirir popularidad el uso del automóvil como medio de transporte142. También aumentó la cantidad de autobuses, por de pronto deficientes en su limpieza y acomodo (Gertsl, 1977, p. 158). Sin embargo, fueron útiles para abastecer las necesidades del crecimiento de la población, puesto que las diferentes líneas del tranvía también colapsaban, su servicio se interrumpía frecuentemente por las fallas eléctricas y la mala condición de sus vagones. Paralelo al desarrollo del ensanche, avanzarían hacia el noroeste de Las Delicias los nuevos desarrollos inmobiliarios del momento: las urbanizaciones. Esquema de promoción del hábitat suburbano basado en la realización de un loteo que se oferta y donde el adquiriente fabrica la quinta de acuerdo a su gusto y posibilidades; para esta forma de urbanización de la ciudad parece haberse destinado el área 4 de la Zona de Ensanchamiento. Señala Gertsl (1977) que hacia 1926, ―Joshua da Costa Gómez concibió entonces la idea de una urbanización en terrenos ligeramente más altos, entre Bella Vista y la zona donde se construyó el primer campo de aviación, que para ese entonces, no existía, estas tierras las bautizó el exitoso empresario curazoleño como ―Paraíso‖ (p. 157). Un aviso publicitario en el Diario de Occidente señala "El Paraíso" está en la más cercana vecindad de la urbe marabina, con líneas de tranvía, teléfono y alumbrado eléctrico, agua potable, servicio de autobuses a ínfimo precio, al lado inmediato del corazón de la opulenta Bella Vista (Febrero 11 de 1930). 142 Otto Gerstl (1977) señala que a sus manos llego una copia fotostática de un recorte de El Universal del 7 de diciembre de 1912, en el cual aparece un telegrama del señor Miguel Ángel Quintero de Maracaibo dirigido al General Gómez, informándole que "Ayer (6-12-1912) transitaba con notable éxito por las calles de esta capital el primer automóvil, traído por mí etc. etc." (p.159). 224 Los límites de este desarrollo urbano fueron señalados en un documento asentado en los Libros de Autenticaciones del Tribunal de la ciudad de Maracaibo, bajo el Nº 323, folio del 184 al 186 de 1940143; Norte, terreno del Liceo Baralt o Universidad del Zulia y terreno de la Compañía Anónima San Luís; Sur, terreno del antiguo hipódromo Santa María i son hoy de la Compañía Anónima Santa María i casas i terrenos que son o fueron de los herederos de J. Da Costa Gómez; este, terrenos de la Compañía Anónima San Luís y oeste, terrenos del aeródromo grano de oro i terrenos que son o fueron de J. Da Costa Gómez. Más allá de precisar los límites reales del Paraíso, este documento revela que posteriormente al surgimiento de esta iniciativa urbanizadora se conformaron otras empresas similares, bajo la figura de Compañías Anónimas, tal es el caso de la C. A. Santa María y la C.A. San Luís (Ver Figura 70). Figura 70. Plano con los límites de los terrenos pertenecientes a las Compañías Anónimas que desarrollaron 144 las urbanizaciones El Paraíso, Santa María y Baralt. Elaboración propia, 2010. 143 Este documento de reconocimiento de propiedad sobre los terrenos de esta urbanizadora por parte de la Junta Municipal del Distrito Maracaibo, fue registrado en la Oficina Subalterna de Registro del Distrito Maracaibo, el día 27 de septiembre de 1940, tomo 3, protocolo primero al segundo, tercer trimestre, N° 287, folio 315. 225 Según puede observarse en el Plano de 1936, El Paraíso era la extensión hacia el oeste de la actual calle 79, conocida en ese tramo como ―Avenida El Paraíso‖, que atravesaba los terrenos del Country Club y culminaba en el palacete de Joshua Da Costa Gómez (Ver Figura 71). Igualmente puede leerse que en torno a esta residencia ya existían unas pocas manzanas que habían seguido el patrón orgánico propuesto en el plano de 1927; al sur de la importante residencia el desarrollo era incipiente y no se observan evidencias de un trazado geométrico que siguiera las pautas planteadas en 1927. Más allá de este edificio se ubicaba el Nuevo Hipódromo de Santa María y el Aeródromo de la ciudad. Figura 71. Fotografía del palacete de Joshua Da Costa Gómez. Colección Fototeca Arturo Lares Baralt. AHEZ. 144 Elaborado sobre la base del Plano de Maracaibo de 1936. Ministerio de Obras Públicas, Dirección de Cartografía Nacional. Realizado a partir de un vuelo realizado en febrero de 1936 y restituido con estereoplanígrafo entre septiembre y diciembre de ese mismo año. Ejemplar conservado en la Colección Mapoteca de la Biblioteca Nacional, Caracas. Montaje gráfico: Br. Paola de la Hoz. 226 La promoción de estas nuevas urbanizaciones se acompañó de otra que advertía las ventajas de adquirir los inmuebles a través de crédito. El sistema de créditos hipotecarios se promociona del siguiente modo: Adquiera un hogar. Hágase propietario. Con la suma que Ud. Está pagando mensualmente por el arrendamiento de la casa que habita i una pequeña cuota inicial, puede Ud. Cómodamente comprar una casa. No olvide que el alquiler de la casa es una deuda que Ud. Adquiere para toda su vida. Tenemos para venderle pagándolas con mucha comodidad, casas en la ciudad, quintas en Bella Vista, Los Haticos i las Delicias. Infórmese en la Proveedora de Agua, Departamento de Casas de Alquiler. (Panorama 18 de enero de 1934, p. 7). Así las compañías anónimas se dedicaron a la promoción de los desarrollos inmobiliarios y de otorgar sistemas de créditos hipotecarios a la manera de la cultura consumista, base del sistema económico norteamericano, y que rápidamente fue asimilada por el maracaibero de entonces. De acuerdo a lo expuesto puede inferirse que las secciones 3 y 4 del ensanchamiento de la ciudad fueron visualizadas y reservadas para el asentamiento de las nuevas clases medias y altas de la sociedad marabina, en compañía de los enclaves y servicios asociados al desarrollo petrolero que progresivamente se asentaron mayoritariamente en ellas. El Ensanche por fin materializó el nuevo espacio urbano diferente de la ciudad de origen, aquella de las amplias avenidas, las quintas aisladas por jardines y los servicios modernos como el aeródromo, es la ciudad acondicionada para recibir el vehículo. Fue el lugar de asentamiento de las clases medias y altas que, a la larga replicarían el modelo ajardinado característico de las ciudades medias norteamericanas. Donde se desarrollaría un hábitat urbano que coincide en sus características, con lo que Whittick denomina los Nuevos Suburbios. En cuanto al impacto del Ensanche en Bella Vista, es importante recordar que este eje estaba estructurado en función de unir dos vecindarios Los Tres Pesos y La Hoyada; por lo tanto su crecimiento se fue extendiendo sobre la vía del ferrocarril de modo simultaneo desde cada vecindario. Illaramendi (1919, enero 31) deja ver que el eje se había impactado por la anarquía urbana que caracterizó estos años; 227 así, la desordenada marea constructora sin método ni previsión llegó a Bella Vista, ―cubriendo el escaso ambiente disponible de construcciones apretujadas unas contra otras, sin seguir ningún plan i no dejando amplio sitio para las futuras calles‖ (p. 4). Es así que el Ensanche proyecta la cuadricula atravesando la vía entre La Hoyada y Los Tres Pesos, el espacio menos consolidado del eje, de tal modo de generar una estructura de manzanas que ordene el crecimiento intermedio entre ambos vecindarios. Para ese momento el mercado ya dispone de Cemento Portland, vigas doble ―T‖, cabillas y ―ribplex‖, así como material para impermeabilizar azoteas. Esto posibilitó construir sobre este espacio el primer modelo domestico local de corte académico: los palacetes. Señala Petit (2008) que, en su mayor parte, fueron construidas con la participación de arquitectos e ingenieros, entre los cuales destacan los nombres de Roveda, Porth, Hermes Romero Villalobos, Pedro José Rojas, León J Hoet, algunos de los cuales residían en Maracaibo a consecuencia de la explotación petrolera. Esta arquitectura realizada para los empresarios locales se mantuvo dentro los patrones estéticos del historicismo con importantes adiciones de las vanguardias premodernas como el Art Noveau y el Art Decó. Estas versiones de palacios fueron diseñadas y construidas por ingenieros con estructuras porticadas de hierro o concreto y techos de platabanda, se ubicaron de modo disperso en los viejos suburbios como Los Haticos y El Milagro. Pudiendo observarse una mayor concentración de este modelo suburbano en las áreas de influencia del ―Ensanche‖ y de los enclaves petroleros. En Bella Vista se concentraron en el tramo comprendido entre las actuales calles 79 y 72, área donde la cuadricula penetro la avenida prolongando la traza de manzanas cuadradas hacia el este de la vía y también proliferaron en la Carretera Unión y en el sector El Paraíso (Ver Figuras 72-73). 228 Figura 72. Fotografía del palacete de la familia Pardi en Bella Vista. Colección Fototeca Arturo Lares Baralt. AHEZ. Figura 73. Fotografía del palacete Cerro azul. Colección Fototeca Arturo Lares Baralt. AHEZ. 229 Petit (2008) califica las décadas del veinte y treinta como ―uno de los períodos coyunturales de más intensos cambios en el proceso histórico zuliano‖. Una etapa de gestación de la modernidad en nuestra ciudad, en la cual se reemplaza progresivamente el discurso clasicista y se introducen los elementos de la arquitectura moderna en Maracaibo. Paralelamente, según datos aportados por la prensa escrita, a partir de la década del treinta, se inicia en Maracaibo, un auge publicitario que muestra nuevos modelos de viviendas asociados a la imagen de la casa norteamericana y a la difusión de materiales como caballetes y techos de asbesto y de zinc, entablados de madera de machihembrado, bloques para paredes, planchas de cartón para paredes, así como los ―techos razos de cartón‖. Materiales que, sin duda, están asociados a los modelos implantados en los Centrales Azucareros y en los Campos Petroleros (Ver Figuras 74-76). Figura 74. Avisos de prensa donde se promociona la casa norteamericana. Diario Panorama, 23 de febrero de 1921, p. 6. 230 Figura 75. Avisos de prensa donde se promociona los valores estéticos de las viviendas norteamericanas. Diario Panorama, 13 de octubre de 1933, p. 4. Figura 76. Avisos de prensa donde puede observarse el modelo del ―balloon frame‖ tropical. Diario Panorama, 13 de junio de 1935, p. 8. 231 Para 1936 pueden ubicarse en la ciudad un significativo número de inmuebles que responden a una forma diferente de composición, una casa cuya fachada muestra un techo a dos aguas, y que adquiere como rasgo más distintivo la composición en hastial de su fachada frontal: La ―Quinta Victoriana Marabina‖, cuya morfología puede emparentarse con la estética pintoresquista del balloom frame de la cultura norteamericana, que introduce una ruptura importante con los patrones clásicos de composición simétrica que habían dominado la composición de la casa suburbana hasta entonces. El ballom frame fue un sistema constructivo prefabricado de piezas de madera para armar en sitio. Sin embargo, también fue un sistema proyectual basado en la difusión de modelos de viviendas por medio de catálogos. Par los climas cálidos y ambientes rurales se consideraban adecuados el estilo rustico o pintoresco, derivado de la tradición arquitectónica neogótica del período victoriano (Segre, 2003, p. 48). En rasgos generales, esta casa mantiene un patrón de composición de módulos contiguos y puede identificarse por mantener en su techo la estructura de pares, la caña brava y la teja plana, aunque también existen casos de techos de zinc, manteniendo los aleros de descarga a lo largo de las fachadas laterales y sus paredes pueden ser de bahareque o de adobones. Hacia el frente el acento decorativo que define su rasgo pintoresquista se establece a partir de una pieza de madera calada que corre a lo largo de la unión del alero y la pared así como la presencia de un respiradero de romanilla en su vértice, algunos de estos materiales y elementos compositivos están presentes en la casa de la colonia petrolera (Ver Figura 77). Es importante destacar que a partir de 1936 se detectó un incremento del número de casas construidas de paredes de madera y techos de zinc, son viviendas muy pequeñas que reflejan un carácter muy precario. Todo lo cual revela la penetración definitiva de la cultura norteamericana en la arquitectura local de los diferentes estratos sociales (Ver Figura 78). 232 Figura 77. Fotografías que muestran el modelo de casa-quinta victoriana Marabina. Archivo del proyecto de investigación La arquitectura doméstica Maracaibo (1870-1930). La vivienda por pabellones. CONDESLHAUR. 2005. Figura 78. Fotografías que muestran dos modelos de arquitectura domestica que muestran la influencia petrolera: la fotografía izquierda muestra una casa elevada en zancos con paredes de madera y techos de zinc. La fotografía izquierda muestra una casa elevada del suelo, con hastial frontal, techos de zinc y cielo raso en el porche. Archivo del proyecto de investigación La arquitectura doméstica Maracaibo (1870-1930). La vivienda por pabellones. CONDES-LHAUR. 2005. 233 4. Los primeros suburbios en la ciudad de 1936. En diciembre de 1935 se generó un nuevo panorama político con la muerte del Presidente Juan Vicente Gómez y el ascenso al poder del general Eleazar López Contreras, lo que pone fin a la gestión de Vincencio Pérez Soto en el estado Zulia. En este cambio del panorama político nacional el Ministerio de Obras Públicas, a través de la Dirección de Cartografía Nacional, elabora el Plano de Maracaibo de 1936, el cual se realizó con estereoplanígrafo entre septiembre y diciembre de 1936, a partir de un vuelo realizado en febrero de ese mismo año. Este plano permite la observación del crecimiento urbano de la Maracaibo de entonces y la demarcación de las primeras áreas suburbanas consolidadas; estos espacios pueden considerarse en l actualidad ámbitos de interés urbano-patrimonial. Como consecuencia de los cambios políticos se generan nuevas presiones en la opinión pública que prefiguran las condiciones a las que se debe aspirar en una ciudad moderna y cosmopolita como la nueva Maracaibo. Ante la promulgación del Decreto del Concejo Municipal para la reparación i ampliación de la carretera de Bella Vista, El Dr. T. Marzal Zárraga publica en el Diario Panorama un artículo denominado Renovar o Morir, en el cual se revela una perspectiva de los cambios operados en ese suburbio al tiempo que se permite realiza una propuesta de las aspiraciones en torno a su transformación. La avenida Bella Vista constituye para Maracaibo una de sus arterias de tráfico más importante, pudiendo decirse que por ella circulan en un encadenamiento ininterrumpido de los dos mil o más automóviles de la ciudad, ella es la única comunicación directa de la parte central o núcleo con el área densamente poblada de las nuevas urbanizaciones; es también la parte más pintoresca pues es allí donde se encuentran ubicadas las mejores residencias i las Terminales o colonias de las compañías petroleras; es donde la vista se solaza un poco con el verde esmeralda de los jardines i a donde acuden en son de paseo la población. (…) Ella debería ser diseñada siguiendo los mismos principios de las vías similares de las grandes ciudades; por ejemplo, podría ser de estilo Boulevard con vía doble i acera para peatones a los lados i línea de tranvía en el centro también rodeada por aceras o jardineras de grama (1936, marzo 08, p.7). 234 El relato evidencia un aumento poblacional, así como del tráfico automotor, en este sentido es importante destacar que un reportaje publicado en la Revista Elite. (1927) denominado: Plano General de los Tranvías Eléctricos, describe que éstos contaban con el servicio de autobuses para descongestionar las estaciones. Figura 79. Plano de Bella Vista en 1936 donde se señalan su ámbito de interés urbano-patrimonial. 145 Elaboración propia, 2010. 145 Elaborado sobre la base del Plano de Maracaibo de 1936. Ministerio de Obras Públicas, Dirección de Cartografía Nacional. Ejemplar conservado en la Colección Mapoteca de la Biblioteca Nacional, Caracas. Montaje gráfico: Br. Paola de la Hoz. 235 Figura 80. Fotografía de la avenida Bella Vista hacia finales de la década del treinta. Colección Fototeca Arturo Lares Baralt. AHEZ. Los antiguos suburbios costeros siguieron siendo el lugar de asentamiento preferido del elemento alemán. El relato de Julia Bornhorst (1993), refiere ―Nuestro querido lago era insuperable y cuando, con el tiempo se puso de moda Bella Vista, situada más alta y por ello más fresca, permanecimos con convicción y fidelidad en nuestro Hato Hamburgo‖ (p. 17). 236 Figura 81. Plano de Los Haticos en 1936 donde se señalan su ámbito de interés urbano-patrimonial. 146 Elaboración propia, 2010. 146 Elaborado sobre la base del Plano de Maracaibo de 1936. Ministerio de Obras Públicas, Dirección de Cartografía Nacional. Ejemplar conservado en la Colección Mapoteca de la Biblioteca Nacional, Caracas. Montaje gráfico: Br. Paola de la Hoz. 237 Figura 82. Plano de El Milagro en 1936 donde se señalan su ámbito de interés urbano-patrimonial. Elaboración propia, 2010.147 147 Elaborado sobre la base del Plano de Maracaibo de 1936. Ministerio de Obras Públicas, Dirección de Cartografía Nacional. Ejemplar conservado en la Colección Mapoteca de la Biblioteca Nacional, Caracas. Montaje gráfico: Br. Paola de la Hoz. 238 Figura 83. Fotografía de la avenida El Milagro hacia finales de la década del treinta. Álbum Pascual, 1933, p.18. Al mismo tiempo, en los suburbios de la alta planicie se continúo la dotación de nuevos servicios. Tal como lo revelan dos avisos de prensan publicados en el Diario Panorama, hacia 1938 se ―va a dar comienzo a la colocación de las tuberías para el servicio de gas en Maracaibo‖. Y se da inicio a su colocación ―en las Avenidas "Delicias", "14 de Febrero" i "Bella Vista" (Aviso publicado por el Concejo del Distrito Maracaibo, en Panorama, sábado 9 de julio de 1938. p. 4). Dos años más tarde, un aviso de la Dirección de Obras Públicas Nacionales en el Estado Zulia señala: ―Se participa al público y en especial a los habitantes de las avenidas Las Delicias y El Paraíso, que debido á trabajo de conexión de la tubería matriz con la Estación de Bombeo de la Red Alta de la ciudad, se hace necesario suspender por el día tres de octubre próximo, el servicio de agua‖ (Panorama, martes 01 de octubre de 1940, p. 6.). Con este cambio comenzarían a desaparecer los molinos de viento del paisaje urbano que lo caracterizaron desde finales del siglo XIX. 239 Figura 84. Plano de Las Delicias en 1936 donde se señalan su ámbito de interés urbano-patrimonial. 148 Elaboración propia, 2010. 148 Elaborado sobre la base del Plano de Maracaibo de 1936. Ministerio de Obras Públicas, Dirección de Cartografía Nacional. Ejemplar conservado en la Colección Mapoteca de la Biblioteca Nacional, Caracas. Montaje gráfico: Br. Paola de la Hoz. 240 Figura 85. Fotografía de la avenida Bella Vista hacia finales de la década del treinta. Álbum Pascual, 1933, p.64. Para 1945 se empezaron a ofertar la venta de casas fabricadas de adobones con techos machihembrados y de tejas, así como casas de concreto y platabanda, es a partir de ese momento cuando se inició una cancelación progresiva del modelo de la ―Villa Marabina‖. 5. Los intersticios urbanos. Origen de los viejos suburbios populares. Las secciones 1, 2 y 6 del mencionado proyecto de ensanchamiento urbano, en los cuales ya se había iniciado un proceso espontáneo de ocupación al momento de la promulgación de la ordenanza, y la zona 5 que se desarrolló posteriormente, fueron el asentamiento de los grupos medios y bajos, que en compañía de la conservadora y tradicional clase comercial extranjera, fueron los responsables de la construcción del ―hábitat tradicional-popular‖ que ocupó el espacio entre la ciudad vieja y el nuevo ensanche urbano. Este término Echeverría (1995) lo emplea para referirse a los denominados barrios tradicionales como El Saladillo y El Empedrado, y a los sectores como Veritas, Valle Fríos, Belloso, Primero de Mayo, Nueva Vía, ubicados hacia el norte y noroeste del núcleo originario. Un 241 segundo sector de hábitat popular-tradicional se extiende hacia el sur de la ciudad antigua, como zona de expansión de las actividades relacionadas con el lago, éstas son consideradas como el área, de influencia natural del sector Los Haticos: Corito (1914), La Pomona (1918), Cañada Honda (1918). Sobre las fechas de fundación de estos barrios, el autor señala que fueron extraídas de entrevistas a personas del lugar. El conjunto de los barrios señalados sirvieron de asiento a una clase media-baja compuesta de artesanos, funcionarios, pequeños comerciantes y a una clase asalariada constituida por los sectores obreros petroleros. Se trató de un crecimiento cuya consolidación, más que obedecer a un proyecto urbano, se produjo como consecuencia del impulso dado por el gobierno regional a la apertura de nuevas calles, el asfaltado de caminos existentes y la construcción de puentes. Documentar estos sectores ha sido una tarea difícil, ya que las fuentes que hacen referencia a su consolidación, son escasas. Por ello, gracias a los Protocolos del Archivo del Registro Principal de Maracaibo, fue reconstruida parte de la historia aquí narrada, la cual se referencia a partir de documentación de venta e hipotecas de viviendas, así como desde los datos extraídos de la prensa local. 5.1 El Suburbio Los Valles Fríos. Entre El Milagro y Bella Vista pueden distinguirse varios sectores, el primero y más antiguo está ubicado al norte y está integrado por Bella Vista, las Mercedes y Cotorrera, esta área suburbana fue analizada en el capitulo anterior. El segundo en antigüedad, se generó en las inmediaciones del norte del Empedrado: el suburbio Los Valles Fríos, cuya área histórica la determinan los siguientes límites: la Carretera Unión en dirección noreste, la calle Belén al sur y la avenida Bella Vista al este. El origen de Los Valles Fríos está vinculado a dos vecindarios que estuvieron circunscritos al ámbito que hoy ocupa este sector, y además, con estrecha 242 proximidad: el vecindario Belén y el vecindario El Mosquito149. Señala Pirela (2007) que al norte de santa Lucia se ubico la alfarería Los Tinajones que más tarde se llamó Belén, cuando perteneció al señor Armonio Molero (p.91). Según datos extraídos de lectura de los Protocolos del Registro Principal de Maracaibo el origen del suburbio está relacionado con la industria alfarera. Un documento de compra-venta fechado en 1897 indica que un inmueble ubicado en el lugar llamado ―El Mosquito‖ linda al este con la ―Alfarería Belen‖150. Esto coincide con lo planteado por Díaz (2005) quien comenta que ―Las "cuevas del humo" eran una pequeña parte de los Valles Fríos en donde estaban ubicados unos hornos de alfarería para la producción de ladrillos y tejas‖ (p. 29) (Ver Figura 85). Otro documento de compra-venta hallado señala ―el lugar nombrado el Mosquito, hoy los Valles Fríos‖151. De todo lo cual se infiere que este antiguo vecindario decimonónico es el lugar que da origen al popular sector consolidado y nombrado en el siglo XX como Los Valles Fríos; topónimo que fue hallado en los mencionados Protocolos desde 1932152. Igualmente se conoce que en este antiguo vecindario funcionó entre 1895 y 1904 el Asilo Provisional de Dementes, que se ubicó en la Quinta Belén por orden del Presidente de Estado Jesús Muñoz Tébar (Nucete, 2004, p.36) 149 Arocha (1949) refiere para el año de 1894 la existencia de los dos vecindarios la existencia del vecindario denominado Belén perteneciente a la Parroquia Santa Lucía, con 26 casas y 202 vecinos. Este autor igualmente señala la existencia de un vecindario más pequeño denominado El Mosquito, con 103 vecinos y 17 casas, ubicado en la Parroquia de Santa Lucía (p.115). 150 Registro Principal de Maracaibo. Distrito Maracaibo, ano 1897, tomo 2, protocolo primero, tercer trimestre, N° 87, folios 68 y 69. 151 Registro Principal de Maracaibo. Distrito Maracaibo, ano 1936, tomo 2, protocolo primero, cuarto trimestre, N° 209, folio 227. 152 Registro Principal de Maracaibo. Distrito Maracaibo, ano 1932, tomo 1, protocolo primero, primer trimestre, N° 122, folio 147. 243 Figura 86. Hornos de ladrillo en el Empedrado. El Cojo Ilustrado, 1900, p. 431. El vecindario Belén fue uno de los primeros en ir consolidando una estructura urbana de transición entre una ocupación compacta de edificios residenciales alineados a la calle y contiguos, donde eventualmente se insertan casas campo aisladas por jardines y patios, la mayor parte de estas edificaciones fueron construidas de bahareques y techadas de eneas. La consolidación del suburbio con casas de campo, construidas de tejas se produce entre 1915 y 1940, momento en que la zona adquiere el aspecto que lo caracterizaría como un sector popular de la ciudad. Otro indicador de su consolidación, es la pavimentación de las vías de su entorno; tal es el caso de la Carretera Unión y la calle Belén en 1921, calle Pichincha en 1922 y la calle 24 de julio en 1923. (Quijano, 2002). Según la revisión del Plano de la Ciudad de Maracaibo de 1936, para ese momento están consolidadas una serie de calles en el sentido norte-sur, las actuales avenidas 2B, 2C, 3A y 3C (calle San Luís). En sentido este-oeste, la Calle del Asilo de Mendigos (calle 85, antes avenida Falcón), se extendía hasta la Calle 24 de Julio y la Calle Pichincha (calle 86, antes de San Andrés) lo hacía entre la avenida Bella Vista y El Milagro. Puede afirmarse que en medio de las carreteras y calles que delimitan el sector y los caminos internos que se fueron estructurado en 244 ambas orientaciones, se concentra el mayor número de edificios ubicados en el suburbio, los cuales están aislados y siguen, sin mucho rigor, el curso de las calles. En el resto del sector se ubican otro tanto número de edificios aislados de diversos tamaños que se ordenaron según lo permita el curso de los caños y de la accidentada topografía (Ver Figura 87). Figura 87. Plano de Los Valles Fríos en 1936 donde se señalan su ámbito de interés urbano-patrimonial. Elaboración propia, 2010.153. El crecimiento noroeste del suburbio se apoyó en un principio en el impulso que se produce a partir de la consolidación de la carretera Rehabilitación, sobre todo en la vía paralela a esta, la calle ―Flor del Sur hoi San Martin‖ 154. Más tarde, en 1927, con la creación del ―Ensanche‖, se produce el crecimiento del área noreste, comprendida entre la Carretera Unión y la prolongación hacia el este de la carretera 19 de Diciembre (calle 77, 5 de Julio). , así lo reseña una nota de prensa 153 Elaborado sobre la base del Plano de Maracaibo de 1936. Ministerio de Obras Públicas, Dirección de Cartografía Nacional. Ejemplar conservado en la Colección Mapoteca de la Biblioteca Nacional, Caracas. Montaje gráfico: Br. Paola de la Hoz. 154 Registro Principal de Maracaibo. Distrito Maracaibo, ano 1921, tomo 1, protocolo primero, primer trimestre, N° 86, folio 65. 245 del Diario Panorama, donde se afirma que en 1939 este suburbio contaba con un servicio de autobuses (Panorama, octubre 17 de 1939, p. 5). Mientras que un documento de compra-venta ubicado en los Protocolos del Registro Principal de Maracaibo, indica que para 1946, existía servicio de autobús en los Cerros de Marín. Aunque se conoce que en el espacio intersticial entre El Milagro y Bella Vista también se desarrolló el lugar conocido como los Cerros de Marín, este lugar se originó y desarrolló vinculado a la extensión que la cuadricula del Ensanche de 1927 tiene hacia El Milagro. Este proceso de conexión entre ambas vías se originó y consolidó con posterioridad a 1945, según se observó en el Plano de Maracaibo de 1950155. 5.2 El Suburbio Las Veritas. Entre las avenidas Bella Vista y Las Delicias se fue consolidando un área suburbana compleja integrada por tres sectores: Los Tres Pesos, Las Veritas y Belloso. El sector los Tres Pesos es aquél comprendido entre la avenida Bella Vista, la avenida Falcón, la Cañada Nueva y la calle Belloso; el origen de este sector, se vincula al desarrollo de Bella Vista, área que fue analizada en el capitulo anterior. En el plano de 1936, las calles de la Imprenta, Santa Elena y Madariaga, que cruzan el sector en sentido este-oeste, todas conectadas con la avenida Bella Vista, definen una traza geométrica ordenada y regular. En este sector se observa la mayor densidad de ocupación del suelo, los edificios de mayor y evidente ordenamiento en la manzana y que además presentan una más clara alineación respecto a la calle. Es probable que por la antigüedad del sector y la regularidad 155 El plano al que se hace referencia se localizó en la Colección Mapoteca de la Biblioteca Nacional, Caracas. Aunque no tiene identificada la autoría, los datos de fichaje del plano señalan que fue elaborado por el Ministerio de Obras Públicas, a través de la dirección de Cartografía Nacional, en 1950. 246 de su traza esta área fuese desarrollada en el marco del proyecto de urbanización de la Compañía Constructora de Casas de 1890, que antes fue señalado. En cualquier caso, es el área que muestra la mayor consolidación urbana de todo este suburbio para 1936 y donde actualmente se ubican las viviendas históricas de mejor calidad estética y constructiva (Ver Figura 87). En el resto del sector se ubican edificios dispersos cuya organización la determinan los accidentes topográficos del sitio. Figura 88. Hato San Joaquín construido hacia 1907 en la esquina de la Carretera de Bella Vista y del Callejón del Asilo, sector Los Tres Pesos. Colección Fototeca Arturo Lares Baralt. AHEZ. En cuanto al sector Las Veritas, las referencias más antiguas del lugar datan de la primera mitad del siglo XIX. Estas se relacionan con el antiguo vecindario, del Pozo del Barro. Ubicado en las inmediaciones de la cañada homónima, que corría desde el norte y se adentraba en la ciudad en el cruce de la calle del Colegio Seminario (hoy calle 94, Carabobo) y la actual avenida 8 (Páez). En rededor de este cauce de agua se ubicó el empobrecido arrabal, probablemente consolidado en torno a la antigua Carnicería. Para el año de 1896 el topónimo ―Veritas‖ aparece en documentos de compraventa contenidos en los Protocolos del Registro Principal de Maracaibo y el lugar 247 es identificado como un caserío que es asiento de hatillos construidos de bahareques y techados de eneas, situación que fue cambiando muy lentamente, siendo en 1919 cuando el lugar se hace asiento mayoritario de casas de campo construidas de tejas. Esta revisión, igualmente permite establecer que las calles El Mosquito, Santa Teresa, General Celis y Belloso son antiguas e importantes conectoras de este sector con la avenida Las Delicias. Las Veritas, puede delimitarse hacia el este siguiendo el curso de la Cañada Nueva, que la separa del antiguo sector de los Tres Pesos, por el oeste el limite lo definió la calle Los Andes, por donde circuló desde 1927 el tranvía que cubría la línea de Belloso156 (Ver Figura 89). Las Veritas es la denominación más antigua de la calle que luego se denominó avenida Roosevelt y hoy día es la avenida 9-B, esta calle se extendió desde el núcleo que se gestó en torno a la antigua carnicería hacia el norte, hasta el cruce con la calle del Asilo de Mendigos (actual calle 85 antes Falcón) donde se ubicó desde 1922 el asilo de ancianos y huérfanos. Señala Díaz (2005) que El nombre proviene de las veras del camino, porque la zona veritera abarca un espacio como de setenta hectáreas de terreno erosivo que sólo permitía transitar por veredas que compartían las personas con los animales (…) Luego varias personas construyeron viviendas por allí dando lugar a la formación de una calle nueva: el "callejón del asilo (p. 27). Entre 1930 y 1936, donde antes se había desarrollado el antiguo arrabal del Pozo del Barro, se construyó un importante núcleo de servicios de salud. Señala Zawisza (1980) que en el marco del Centenario de la Muerte del Libertador celebrado en 1930, el General Vincencio Pérez Soto emite un decreto de ejecución de obras públicas entre las cuales se encuentran la construcción del Profiláctico Antivenéreo (Ver Figura 90), el Instituto Pro-Infancia, el Dispensario Profiláctico y el Dispensario Escolar, la construcción de todos estos edificios está 156 Un aviso de prensa publicado en Panorama en 1935 revela que la línea estaba funcionando para ese año (9 de abril de 1935, p. 7). 248 vinculada a la obra del ingeniero León Achiel Jerome Hoet y fueron concluidos durante la gestión de Pérez Soto. Figura 89. Plano de los vecindarios Los Tres Pesos, Las Veritas y Belloso en 1936. Elaboración propia, 2010.157 157 Elaborado sobre la base del Plano de Maracaibo de 1936. Ministerio de Obras Públicas, Dirección de Cartografía Nacional. Ejemplar conservado en la Colección Mapoteca de la Biblioteca Nacional, Caracas. Montaje gráfico: Br. Paola de la Hoz. 249 Figura 90. Dispensario profiláctico de Veritas. Colección Fototeca Arturo Lares Baralt. AHEZ. Este entorno ya se consideraba un sector de carácter popular, según se desprende de una nota de prensa sobre el Instituto Pro-Infancia, escrita por H. Curiel Ramírez y publicada en Panorama. En esta nota se hacen breves referencias al lugar de emplazamiento del Instituto, caracterizado como ―un barrio típico de hombres luchadores pertenecientes a esa masa informe y anónima, pero soberana de las ciudades‖ (1933, octubre 19, p. 19).Los Protocolos del Registro Principal de Maracaibo establecen que era el lugar de asentamiento de un importante número de ―dependientes del comercio‖. En cuanto al sector Belloso, el Plano de la Ciudad de Maracaibo de 1936 permite establecer que de la calle La Pascua hacia el sur, la mayor parte de las edificaciones se presentan conservando el carácter apareado característico del núcleo urbano y el sector norte es aún un incipiente caserío. En cuanto a la consolidación del lugar, en el plano es posible observar que en sentido este-oeste las calles Celis, Belloso y Nueva Belloso son las vías más consolidadas en los predios cercanos a Las Delicias. Esta observación permite establecer que este sector está limitado en el este por la calle Los Andes y en el oeste por una cañada sin identificar que lo separa del suburbio Las Delicias, mientras que la calle La Pascua determina el límite sur y la incipiente calle Nueva Belloso define el límite norte del sector. 250 El desarrollo de este sector se origina en su flanco sur, en el área comprendida entre el antiguo núcleo de la antigua Carnicería y el Nuevo Cementerio de Las Delicias; estas áreas fueron las primeras en consolidarse. Estas calles según lo señalado por Besson (1973) se pavimentaron con macadán petrolizado en 1927 (t. IV, p. 862). Desde la década de 1930 por influencia del desarrollo del Cementerio San José y del crecimiento de El Paraíso, se consolidó el noroeste del sector, hoy conocido como Belloso. Se produjo la extensión en sentido Norte-Sur de la calle Los Andes hasta la avenida Falcón y ésta se extendió hacia el oeste, hasta unirse a Las Delicias durante la primera mitad de la década de 1940. Según un informe de los gastos de obras públicas del municipio, publicado en el diario Panorama el 5 de febrero de 1941 durante ese año fiscal se realizaron trabajos en la calle Los Andes y la avenida Falcón (p. 5). Lo relatado por Régulo Díaz (2005) refiere que en el año 1947 el gobernador Felipe Hernández tendió la avenida Falcón utilizando el "callejón del asilo‖ (p. 27).Todo lo cual apunta a una consolidación definitiva del sector Belloso hacia mediados de la década de 1940. Según se desprende de los Protocolos del Registro Principal de Maracaibo, Las Veritas es un sector habitado mayoritariamente por una clase trabajadora empobrecida, rodeada en sus extremos este y oeste por una emergente clase media de trabajadores asalariados asentada en los Tres Pesos y Belloso. 5.3 El Suburbio La Pomona. Hacia el sur de la ciudad, en el norte de la alta meseta que bordea el eje costero Los Haticos, se fue desarrollando el vecindario La Pomona. Sin embargo, en contraste con el antiguo suburbio costero, son pocas las referencias halladas en torno al origen del sector. Según concluye Echeverría (1995) a partir de una serie de entrevistas realizadas a sus pobladores, el origen del mismo se ubica hacia los inicios de la década del veinte. 251 Es un ámbito residencial intersticial ubicado entre Los Haticos y el antiguo Camino de Sabaneta larga que conducía a Perijá. Este suburbio del sur de la ciudad, en contraste con los del norte, se consolidó tardíamente puesto que el desarrollo inmobiliario y de servicios fue dirigido hacia El Ensanche de 1927, donde se había generado una mayor concentración de población que favoreció la consolidación de los barrios ubicados en el noroeste. Es probable que el nombre del sector se origine en un antiguo hato del lugar. En la tradición grecolatina Pomona se corresponde con el nombre de la diosa romana de las frutas; pero también es el nombre de una importante ciudad agrícola situada al sureste del Condado de Los Ángeles (California, Estados Unidos), por lo que el topónimo está asociado a lugares campestres y de producción de frutas en la tradición norteamericana. Aunque es conocido el gusto maracaibero por el empleo de nombres provenientes de la tradición clásica grecolatina, lo cual podría explicar la denominación del lugar, también es cierto que desde 1919 los intereses petroleros ya estaban instalados en sus inmediaciones. La Caribbean Petroleum Company, integrada posteriormente al grupo Royal Dutch Shell, tuvo su primera sede en el Palacio Roncajolo, en Cerro Pelado los Haticos (González, 1989) lo que en primera instancia se reflejó en el asentamiento de la Colonia Villalobos al sur del Poniente y posteriormente la instalación de la Colonia Caribbean en la parte alta de Los Haticos en 1927, lo que generó la incorporación de nombres de lugares y ciudades de origen norteamericano para identificar zonas y edificaciones en la ciudad; lo cual igualmente puede explicar la selección de este nombre de Pomona para el lugar158. La referencia más antigua del lugar proviene de un documento de compra-venta de 1931, contenido en los Protocolos del Registro Principal de Maracaibo 159, que refiere la compra de un terreno en ―La Pomona‖ hacia el año de 1921; para esta 158 En un artículo de A. Rambano denominado ―La Democracia de la Cultura‖, publicado en primera plana del diario Panorama se hace mención del Pomona College como referente de educación y formación de la ―mente común‖ (1931, octubre 26, p. 1). 159 Registro Principal de Maracaibo. Distrito Maracaibo, ano 1931, tomo 2, protocolo primero, cuarto trimestre, N° 212, folio 203. 252 fecha, según lo relatado por Gertsl (1977) el personal extranjero que trabajó en las áreas petroleras asentadas al norte de Los Haticos tuvo que buscar alojamiento para sí y sus familias en las cercanías (p. 148), siendo esta la causa más probable del origen de este suburbio. Lo cual refuerza la tesis de la adopción del nombre por influencia norteamericana. En la prensa local de ese mismo año se publicó un aviso en el diario Panorama, en el que se publicita el alquiler a precio módico de la quinta Nazareth, ―en la Pomona, fresca, limpia, buena para temperar‖ (Octubre 26 de 1931, p. 7). Esta descripción de los valores ambientales del lugar se complementa con una exhaustiva descripción del vecindario que pudo extraerse de una carta dirigida por sus habitantes al Gobierno Regional en 1936, Importante vecindario al sur-este de la ciudad de Maracaibo, que como los otros populosos barrios, integran el gran conglomerado ciudadano de la Capital zuliana, está llamado a ser uno de los preferidos y habitados por sus excelentes condiciones para la vida y conservación de la salud, pues su posición, la más elevada quizá sobre el nivel del lago, brinda en todo momento la suave y deliciosa briza, tan pura, como anhelada en esta ardiente Costa del Coquibacoa, sin peligros de miasmas paludozas y mal sanas, por estar muy distante de las montañas, ciénagas y cañadas y su piso firme y excesivamente seco, nunca, ni en pleno invierno retiene charcas y humedales el agua que arrancan los molinos de sus profundos pozos, es excelente, abundante y pura, preferida en la ciudad como factor importante para la salud; la leche obtenida en el vecindario es doble, purísima y nutritiva; la hortaliza es abundante y fresca, porque se cultiva con esmero; la producción de aves de corral, huevos, cría de cabras y cochinos es fecunda y en condiciones higiénicas, así como la cacería, frutas y otros productos alimenticios; así mismo hay facilidades para la consecución de carbón, leña. Las casas de habitación, son muy regulares en su construcción la mayor parte techadas de tejas, confortables y cómodas; los habitantes del lugar, son pacíficos, laboriosos y hospitalarios; la vida es tranquila y modesta, con grandes economías, pues todo, desde los alquileres de vivienda, alimentos, hasta el agua, es extremadamente barata y fácil en la adquisición; los extensos terrenos de este elevado vecindario permiten una vasta ampliación del poblado y están muy inmediatos a la Urbe (Boletín del Acervo Histórico del Estado Zulia, 2004, p. 30). La descripción da cuenta de un lugar que permanece aislado de la ciudad y que se autoabastece, por lo que para 1936, en el vecindario persiste un modo de vida y costumbres relacionadas al medio rural. Es habitado por gente de modestos recursos, que ya residen en quintas construidas en bahareque y techadas de 253 tejas, y que además manifiestan un deseo de incorporarse, a través de mejores vías de comunicación, a los beneficios del medio urbano, del cual han sido segregados a pesar de las excelentes condiciones –frescura, limpieza y agua- que el lugar tiene para su explotación inmobiliaria. El plano de la ciudad de 1936 revela que el sector circunscribe sus límites a la vía de Sabaneta por el norte y la cañada El Cogollo por el sur. La zona de mayor densidad de ocupación se localiza hacia el límite con Los Haticos. Son por lo tanto el sector denominado El Poniente y el área en torno a las Colonia Villalobos y Caribbean, sectores adyacentes a Los Haticos, los lugares más antiguos y consolidados en las inmediaciones de este vecindario. En el centro geométrico del sector un incipiente camino comienza a estructurar la actual avenida 19C (La Pomona) desde donde puede observarse la bifurcación con la actual avenida 102 (Ver Figura 91). En su entorno se ubican una serie de edificios aislados que se ordenan siguiendo su sinuosa geometría lineal, siendo ésta la imagen urbana del suburbio para 1936. Figura 91. Plano de La Pomona en 1936 donde se señalan su ámbito de interés urbano-patrimonial. 160 Elaboración propia, 2010. 160 Elaborado sobre la base del Plano de Maracaibo de 1936. Ministerio de Obras Públicas, Dirección de Cartografía Nacional. Ejemplar conservado en la Colección Mapoteca de la Biblioteca Nacional, Caracas. Montaje gráfico: Br. Paola de la Hoz. 254 Como consecuencia de las demandas dirigidas al gobierno regional por parte de los vecinos del lugar, demandas que encontraron eco en la prensa local, el concejal Dr. Jesús Enrique Lossada solicita al Concejo del Distrito Maracaibo ―La necesaria incorporación de alumbrado público y la solicitud del trazado de una carretera construida de concreto o de macadán‖ (Panorama, 1 de Setiembre de 1937, p. 6). Meses más tarde el mismo Dr. Lossada, ahora en su carácter de Presidente del Concejo, ordena la instalación del alumbrado eléctrico en el caserío (Panorama, 19 de Noviembre de 1937, p. 1). Ese mismo año, se reseña el recorrido que realizaba un autobús entre este sector y la ciudad (Panorama, 13 de Abril de 1937, p.5). Ya hacia 1938 el lugar es descrito como un ―importante caserío, uno de los más frescos i saludables de la ciudad, el cual está tomando mejor aspecto i donde se ha intensificado el tráfico de manera palpable‖, por lo que se solicita a la Cámara Municipal aprovechar la colocación de los tubos del acueducto para iniciar el trazado de la carretera que está en estudio (Panorama, 20 de abril de 1938, p. 10). Por su parte, los Protocolos del Registro Principal de Maracaibo dan cuenta hacia el año de1945 de un notorio movimiento de transacciones de venta de inmuebles en este lugar. De todo lo expuesto se infiere que fue durante la gestión de Lossada, vecino del sur de la ciudad y en ese momento al frente a la administración del municipio marabino161, que se consolidó el suburbio La Pomona. Los Valles Fríos, Veritas, Belloso y La Pomona, se caracterizan por un tejido urbano irregular diferente al orden de alineamiento que impone la estructura de los ejes entre los cuales se emplazan; su estructura, más que a un orden geométrico, responde a su adaptación a unas condiciones de topografía e hidrografía muy accidentadas. Fueron el lugar de ocupación espontánea de las emergentes clases medias y obreras de la ciudad petrolera del siglo XIX. 161 El Dr. Jesús Enrique Lossada fue Concejal y luego presidente del Cámara Municipal de Maracaibo entre 1936 y 1938. Su familia emparentada con los von Jess, de origen alemán, residió desde inicios del siglo XX en la casa de campo que antes fue de los Gross, ubicada en la Ranchería (Naguel von Jess, 2007). 255 6. Origen y clasificación de los primeros suburbios populares. La realidad de1925 sobre el desarrollo de las cuatro extensiones suburbanas y su incipiente desarrollo intersticial era la de un crecimiento espontáneo, desordenado y carente de acondicionamiento urbano, debido entre otras cosas a la ausencia de servicios eficientes, la planificación de los espacios urbanos públicos y de una apropiada reglamentación de ordenación urbanística. La llegada del petróleo terminó por hacer colapsar el espontáneo y ya desordenado crecimiento que se había iniciado en la ciudad. El aumento explosivo de la población nacional y extranjera, el cual en un principio se fue concentrando en los ejes y en los embrionarios arrabales tradicionales, lo que generó en estos una importante demanda de vivienda. Con este proceso, la ciudad comienza a manifestar los síntomas de un fenómeno de crecimiento que ya ocurría desde tiempo atrás -sobre todo- en las ciudades capitales de Latinoamérica. Señala Hardoy (1997) Durante las primeras décadas de este siglo los trabajadores, la mayoría de ellos sin especialización alguna y remunerados con salarios bajos y discontinuos, se hacinaban con sus familias en los cuartos de casas antiguas, ya muy deterioradas, transformadas en viviendas colectivas o en los tugurios centrales construidos por empresarios privados y particulares alentados por su alta rentabilidad. Los obreros especializados y los empleados de comercio mejor remunerados podían acceder a uno de los lotes de las innumerables urbanizaciones promovidas por especuladores privados en los entonces barrios periféricos (p. 268). En este marco se gestaron y consolidaron los suburbios intersticiales marabinos que conformaron lo que Echeverría denominó el Hábitat Tradicional Popular. Si la consolidación de los ejes se produjo entre de 1897 y 1926, en un lapso de 30 años comprendidos entre su incorporación a los límites del poblado y su equipamiento con los tranvías eléctricos; la consolidación de los intersticios se produce en un lapso similar, entre 1915 y 1945, tomando como referencia la consolidación de sus primeras calles, la dotación de servicios y la instalación de sistemas de transporte público automotor. Este conjunto diverso de ejes, calles y caseríos tejidos de 256 modo fragmentario y discontinuo integran lo que pueden considerarse los viejos suburbios intersticiales de la ciudad. La consolidación de estos lugares estabilizó una primera periferia entorno al antiguo núcleo urbano. El descrito proceso de consolidación se realizó a través de la pavimentación de redes viales y de la dotación de los servicios de cloacas y de agua potable, así como de la introducción de los primeros autobuses como sistema de transporte público, lo que apoyó el funcionamiento de los tranvías eléctricos que recorrían sus límites. Entre 1926 y 1935 se asientan los enclaves petroleros dentro del perímetro de la ciudad, algunos en torno a los ejes otros adaptándose a la cuadricula y desarrollando el tejido urbano del ―Ensanche‖ propuesto en 1927, en estos se exhibió una nueva y aséptica forma de vida urbana y nuevos modelos residenciales suburbanos que exhiben a su vez diferentes formas de adaptación a los rigores climáticos de la ciudad. Casas elevadas del suelo por pilotes y plataformas, casas resueltas en hastial frontal con porches, verandas, ventanales neoclásicos y respiraderos de romanillas en sus vértices son constantes morfológicas en el modelo residencial prefabricado que exhiben las colonias. En cuanto a los materiales: los techos de láminas metálicas, las paredes de madera y los cielos rasos se presentan como los más novedosos. Un aspecto interesante y particular es el siguiente: desde 1932 en los Protocolos del Registro Principal de Maracaibo se hallaron evidencias de casas construidas de bahareques con techos de zinc o de hierro galvanizado y techadas de asbesto en Bella Vista. En Veritas y Los Haticos también existieron casas con piezas en zancas, casas con paredes de madera y casas con techos de láminas metálicas. Para 1936 se hallaron en los documentos casas con cielos rasos de cartón y son comunes las barandas de cemento. Algunos de estos elementos exhibidos en la arquitectura petrolera están presentes en los palacetes, modelo doméstico de corte académico, que durante ese mismo período se fueron construyendo sobre todo en Bella Vista, la Carretera Unión y el Paraíso. 257 Sobre los suburbios intersticiales se incorporaron las versiones modestas de la casas de campo de origen decimonónico o de la casa-quinta del novecientos, en ellas se presentan -aun cuando de modo minoritario- variantes del modelo residencial suburbano que muestran la influencia de la arquitectura residencial norteamericana, que desde la prensa de la década del veinte y más tarde desde lo que muestra la arquitectura residencial de los enclaves petroleros, se exhibe y vende a los marabinos como una nueva forma de adaptación climática y por ende de modernización. Estos lugares pueden clasificarse históricamente como suburbios del siglo XX, ya que en ellos se asentaron las emergentes clases trabajadoras y obreras asalariadas. Morfológicamente fueron determinados por una traza urbana de geometría irregular162, producto de una topografía accidentada que caracterizaba los espacios residuales entre los suburbios lineales; espacios que las elites no urbanizaron, de allí su nominación de intersticios. Su origen y consolidación se realizó a partir del desarrollo de las carreteras pavimentadas para el tránsito del vehículo como al sistema de transporte. Si los suburbios del siglo XIX dibujaron pálidamente la ciudad del futuro, tal como lo planteó Sempere, según Quijano (2002) fue, la élite criolla local de inicios del siglo XX quienes concibieron una idea de progreso basada en la construcción de una ciudad nueva y diferente a la existente, y su estructuración definitiva seria la base sobre la cual se asentaría, a juicio de esta autora, la ciudad moderna (p. 288). 162 Estas áreas están integradas por una serie de redes viales que se adecuaron a los accidentes topográficos e hidrográficos determinando un patrón geométrico casi natural u orgánico; en el cual, tal como demostró Pineda (2009) es posible encontrar patrones estructurales de composición fractal. En tal sentido, Salingaros (2005) afirma que la morfología de las ciudades de crecimiento espontaneo y aquellas no planificadas a lo largo de la historia y hasta los inicios del siglo XX fueron de estructura fractal. 258 CONCLUSIONES Las conclusiones finales de la tesis se presentan como reflexiones que agregan valor a las conclusiones parciales que se generaron al final de cada capítulo. Estas últimas se retoman en función de cubrir el objetivo general de la tesis que se plantea ―determinar el origen y la consolidación de los primeros suburbios‖. El proceso condujo a la determinación del origen y caracterización de cada uno de los primeros suburbios locales así como también a establecer las diferentes etapas que estructuraron el primer medio suburbano de Maracaibo. Las reflexiones que se suscitan a partir de cada una de las conclusiones parciales apuntan a esclarecer, no sólo al objeto en sí mismo, sino también las perspectivas de su abordaje como fenómeno; este ejercicio acomete aspectos de carácter teórico y metodológico que suman nuevos elementos para el estudio de la historia de la ciudad y la arquitectura de Maracaibo. En función de lo planteado se establece la siguiente temática: Fuentes cartográficas para el avance en la investigación histórica urbana, Globalización y modernidad en el medio suburbano local, Condiciones ambientales y segregación espacial urbana, Clasificación de los suburbios locales y finalmente, Casa y medio suburbano. Fuentes cartográficas para el avance en la investigación histórica urbana. El análisis histórico de la ciudad de Maracaibo, desde los años finales del siglo XVIII hasta la mitad del siglo XX, se hizo necesario para la determinación del origen del medio suburbano marabino. En principio, el análisis de este largo período pudo considerase innecesario dada la existencia de un cuerpo de conocimientos que había establecido que el suburbio fue un fenómeno local de finales del siglo XIX; sin embargo, la antigüedad que las fuentes atribuyen a los 259 lugares que la historiografía había clasificado como suburbios y la necesidad de determinar desde cuando operaron como tales, justificó una revisión de ciento cincuenta años de historia urbana. Período que en nuestra realidad histórica puede considerarse un enfoque de larga duración. Insistir en la indagación de los orígenes de estos lugares condujo a establecer sus antecedentes más antiguos, así como rastrear la cartografía inédita de los siglos XIX y XX, que permitió precisar tanto el momento en que se originaron los suburbios como entender el contexto histórico en el cual se produjo su consolidación. Es por esto que, asumir la larga duración para la comprensión del fenómeno suburbano, permitió dejar establecido un cuerpo estructural de conocimientos sobre el cual apoyar futuros estudios sobre la ciudad decimonónica y sobre los suburbios. En el crecimiento de la Maracaibo decimonónica, la cartografía nos permite establecer tres momentos de la ciudad que se vinculan a tres coyunturas históricas asociadas a la noción de modernidad: El primero asociado a la coyuntura de la guerra de independencia y de la naciente república que arroja una producción cartográfica que se utilizó como fuente para la identificación de los barrios y arrabales de inicios del siglo XIX. En la lectura e interpretación del plano de la Batalla Naval de Maracaibo de 1822 elaborado por Ángel Laborde, del plano de 1827 y el Proyecto para la Defensa de la Ciudad elaborados por Agustín Codazzi, se detectaron contradicciones que se deben aclarar para profundizar en la comprensión de ese momento. Por lo tanto se recomienda una revisión de fuentes de carácter militar del período para esclarecer el impacto urbano derivado del rol estratégico-militar de la ciudad de Maracaibo en el marco de la independencia. El segundo momento se relaciona con la coyuntura económica del auge del mercantilismo liberal de mediados del siglo XIX; fase en que se debe evaluar el crecimiento del área mercantil y portuaria, a la luz del impacto del proyecto para la defensa de la ciudad de 1827, y del Plano Topográfico de la Ciudad de Maracaibo 1859, elaborado por Gregorio Fidel Méndez. Este último era parte de una trilogía 260 que incluía el Plano Topográfico de Caracas de 1852 y el Plano Topográfico de Mérida de 1856. Este documento cartográfico no ha podido ser localizado en los archivos públicos de la ciudad y de la nación, por lo que se hace necesaria una revisión en los archivos y planotecas de lugares como Curazao, Colombia, San Tomás, Estados Unidos y Alemania, lugares de importante intercambio comercial con Maracaibo en ese momento. Estos dos momentos sólo se esbozaron en esta tesis, dado que fueron tratados como antecedentes de la gestación del medio suburbano, por lo que el rastreo y análisis exhaustivo de las fuentes cartográficas citadas permitirán reconstruir con mayor precisión el crecimiento y la consolidación de las áreas aledañas al antiguo núcleo de origen hispano. Y de este modo avanzar en la superación del carácter de reconstrucción hipotética que mantiene la historiografía urbana local. El tercer momento está referido al estudio del impacto de la industrialización sobre la ciudad, el impacto de los modernismos en la localidad y el nacimiento del medio suburbano. Estos elementos pudieron ser estudiados a profundidad en esta tesis a partir de los planos topográficos de la ciudad de Maracaibo de 1883 y de 1889. Momento desde del cual se cuenta con un importante número de documentos de carácter técnico y jurídico que permitieron la reconstrucción histórica del fenómeno en la realidad local. En cuanto al medio suburbano en particular, relacionar los datos aportados por los historiadores, los geógrafos y la documentación oficial con otras fuentes, como los relatos de los visitantes y residentes extranjeros, los Protocolos del Archivo del Registro Principal de Maracaibo y la prensa local, permitió superponer dos versiones complementarias de la ciudad, la versión estructurada por la cultura criolla de tradición hispana y la versión extranjera asentada en la tradición cultural germana y anglosajona. Así, es posible encontrar que términos como barrios, arrabales y suburbios, aunque de significados técnicos diferentes, se usan y aplican indistintamente en el discurso historiográfico de la ciudad de Maracaibo, siendo que las fuentes primarías consultadas establecen una discriminación marcada de unos términos u otros, según sea su origen discursivo castellano o 261 anglosajón. Este misma dualidad se presenta en referencia al empleo de los términos: hatos, casa de campo y quintas, edificaciones que ocupan mayoritariamente el medio suburbano. Los tres términos coexisten en la documentación jurídica local, sin embargo, su empleo esta innegablemente relacionado con el tipo de propietario, sea éste criollo o extranjero. Este trabajo permite establecer que en las fuentes técnicas y jurídicas se mantiene hasta la mitad del siglo XX, una tradición discursiva que emparenta las transformaciones de la ciudad con una terminología urbanística de tradición hispana. En contraste, en los relatos de los extranjeros, en los protocolos y la prensa local, afloran el uso de términos de origen indistinto para denominar las transformaciones urbanísticas que desde mediados del siglo XIX se fueron gestando para consolidar un medio suburbano a partir de una búsqueda de ―confort‖ ambiental, de dotación de servicios y de modestas comodidades. Estas intervenciones provenían mayormente de la cultura anglo-germana decimonónica y no de la cultura hispana como pudiera inferirse del uso de lenguaje empleado en las fuentes técnicas-urbanas y jurídicas. La confrontación entre los discursos de las fuentes no oficiales y las cotidianas permiten establecer cuatro tipologías arquitectónica diferenciadas: la casa de hato, la casa de campo, la casa-quinta y el palacete que muestran marcadas diferencias, sobre todo en la organización compositiva de las plantas y las fachadas, determinadas tanto por la dualidad criollo-extranjero como por la estratificación social de sus habitantes, hecho que contrasta con el uso indistinto de los términos para denominar la vivienda suburbana. Las negociaciones de la tecnología utilizada en el ferrocarril y los tranvías locales durante el período 1897-1945 evidencian una fuerte relación entre el desarrollo del transporte urbano y los intereses económicos norteamericanos. Esta situación generó la producción de documentos de carácter técnico para soportar dichos proyectos y negociaciones que son de interés en la producción del conocimiento de la historia urbana del período. Morinson (2007), refiere una serie de fuentes 262 documentales y de archivos cuya revisión y estudio es necesario realizar, tales como: El artículo denominado: Ten-Bench Open Cars for Maracaibo en Brill Magazine, publicado en Filadelfia en 1925, en el que se realiza la descripción del modelo de doble boogie que la fábrica Brill construyó para la Empresa de Tranvías Eléctricos y donde se ilustran sus dimensiones. El artículo llamado: Maracaibo Street Railways in U.S. Bureau of Foreign & Domestic Commerce, Publicado por Trade Promotion Series en 1927, que contiene un plano y una breve reseña histórica de los tres sistemas de tranvías eléctricos. El artículo: Venezuela: Tramways and Subsidiary Transportation Companies in U.S. Bureau of Foreign & Domestic Commerce, World Survey of Foreign Railways. Publicado en Washington en 1933, donde se describen datos financieros y de operación de las tres compañías de Maracaibo. Se determinó que la mayor parte de la cartografía marabina del novecientos, fue impresa en Nueva York. Así lo señala el Mapa del Estado Zulia de 1894, Impreso por Engraved & Printed. at G. W. & C. B. Colton & Co. 312 Broadway New York y el Plano de Maracaibo de 1915 impreso por C. S. Hammond & Co, en la ciudad mencionada. Igualmente pudo establecerse que se editó en Nueva York un plano de la ciudad denominado: Plan of the City of Maracaibo, de 1908, plano del gobierno norteamericano, basado en los mapas publicados en El Zulia Ilustrado (Maracaibo), donde se indican las cuatro líneas del tranvía de tracción animal. En el ámbito local del momento, el Diario Panorama 163 anuncia la venta del Plano de la Ciudad de Maracaibo para 1933-34. Todo lo cual permite inferir que la ciudad fue objeto de varios levantamientos y representaciones durante los tres primeros decenios del siglo XX. Estos planos probablemente se generaron ante la 163 Diario Panorama del jueves 7 de diciembre de 1933. Luis Ramírez Ochoa fue el agente exclusivo para su venta (p.5). Este mismo diario en su edición del martes 12 de diciembre de 1933, reseña que su dibujante el señor Dr. José Pérez González, envió un ejemplar al diario. Reseña su ―utilidad, después de los adelantos y ensanches de la ciudad durante los últimos años‖ (p. 8). 263 necesidad de orientar a la gran cantidad de población inmigrante que llegó a la ciudad de entonces. Por lo que es importante orientar esfuerzos de investigación que permitan acceder a estas fuentes. Figura 92. Aviso de prensa que anuncia la circulación del plano de la ciudad de Maracaibo para 1933-34. Panorama, 7 de diciembre de 1933, p. 5. Globalización y modernidad en el medio suburbano local. León y Riquelme (2003) señalan que ya en 1848 se había caracterizado la tendencia globalizadora surgida de la Segunda Revolución Industrial, cuyo mayor impacto puede situarse históricamente en el último tercio del siglo XIX. Gerardo del Cerro (1999), por su parte, establece que las tasas de crecimiento de las economías nacionales muestran una alta correlación especialmente en un período de intensa globalización, entre 1913 y 1927. La segunda mitad del siglo XIX coincide con el momento de consolidación de la economía mercantil local enmarcada en las políticas liberales de la naciente republica, y en la cual los decenios de 1910 y 1920 fueron cruciales en la integración de la nación venezolana en el escenario internacional, como uno de los principales productores petroleros del mundo; en este momento, Maracaibo asume su nuevo rol como capital petrolera del país. Al relacionar lo establecido por estos autores en el concierto global con el escenario económico y la realidad histórica nacional y local, pudo observarse la 264 coincidencia entre estas etapas de globalización con el florecimiento mercantil exportador y el minero exportador local, respectivamente. Pero sobre todo, resulta de gran interés que el segundo tercio del siglo XIX y los decenios de 1910 y 1920 coinciden con las fases detectadas de génesis y consolidación de los suburbios marabinos. De acuerdo a lo planteado puede considerarse la urbe marabina como uno de los ejemplos que han existido de ciudades que participaron activamente en un anterior proceso de globalización económica, sin ser necesariamente un caso de ciudad global. Por lo tanto, la estructura urbana de la ciudad de entonces, puede ser entendida como el resultado de acciones que favorecieron e inhibieron el impacto de las fuerzas globales, iniciándose con el mercantilismo internacional europeo y que continúa a lo largo del siglo XX con el pujante capitalismo norteamericano. En aceptación de esta realidad puede establecerse que el suburbio marabino al igual que su antecedente europeo se originó como una reacción de escape del medio urbano. Sin embargo, en el caso local no se trató de la huida de la metrópoli por las presiones de la sobrepoblación o de la degradación ambiental, producto del impacto industrial, por cuanto la ciudad era poco más que un pueblo a mediados del siglo XIX. Se trató de la salida de un minoritario grupo de extranjeros y criollos, que no encontraron en la atrasada ciudad preindustrial el confort ambiental, las condiciones de higiene y la dotación de servicios necesarios para establecer un modelo de vida urbano, que cubriera sus necesidades y los estándares de vida cívica europea; forma de vida que se desarrolló –en gran medida- como un gueto separado del resto de la urbe. Tampoco se trataron de espacios forjados por el capitalismo para el consumo del tiempo libre, como los lugares de veraneo o las lujosas ciudades de recreo o ciudades balnearios, que sí se generaron en el litoral caraqueño. Sin embargo, a pesar de las limitadas y modestas condiciones, en el espacio suburbano local se estableció una concepción moderna de vida que, al igual que en muchas naciones del mundo industrializado, estuvo vinculada a la nostalgia por la naturaleza. Expresión igualmente matizada por condiciones específicas de la localidad. 265 El impacto del modernismo fue procesado por una modesta elite comercial, que dependía en gran medida de la atención permanente de sus responsabilidades laborales con las casas de comercio que los contrataban y con un limitado poder de consumo. Pero que tempranamente fue capaz de producir sobre la costa lacustre un rústico y tecnificado medio suburbano costero que posibilitó un modesto, pero sofisticado sistema de vida para la elite local. Igualmente la cercana presencia del Lago sirvió de exótico escenario natural y tropical, para que la austera elite marabina tuviese un estilo de vida que permitiera, tanto la contemplación de la naturaleza, como el desarrollo de actividades deportivas y lúdicas en un ambiente separado del lugar del trabajo productivo. Figura 93. Fotografía de Julia Bornhorst a la orilla de su casa de campo Hamburgo. Bornhorst, 1993, p. 31. La nostalgia por el paisaje natural explícitamente manifestada en su apego a las costas del lago., se acompañó de la actitud moderna de búsqueda del confort que la tecnología y la industria podía ofrecer; así, los vaporcitos, los molinos de viento y los estanques metálicos elevados acompañaron el exuberante paisaje costero lacustre, las rústicas cercas de palo a pique y las pintorescas casas de campo, remozadas con adiciones como porches y verandas, estilizadas con decoraciones de estilo gingerbread. En los suburbios de la alta planicie tampoco privó una reacción de huída del medio urbano, como consecuencia de alguna incipiente degradación causada por la 266 actividad industrial. Por lo contrario, en su génesis subyace el deseo por fundar un moderno modelo de vida suburbano, a través de las posibilidades que ofrecía la implantación del ferrocarril, como medio de locomoción. En Bella Vista la instalación de este sistema de transporte se acompañó de la promoción de desarrollos habitacionales a lo largo de su recorrido, al estilo de las ciudades del oeste norteamericano. Fue más bien un producto de la iniciativa del empresariado criollo local, quien observó en la embrionaria clase media local, la posibilidad de generar un igualmente embrionario mercado inmobiliario. Este escenario suburbano tuvo que esperar el final del segundo decenio del siglo XX para ser objeto de la instalación del tranvía eléctrico y del asfaltado de las carreteras, tecnologías derivadas del moderno desarrollo industrial, para por fin alcanzar su consolidación. En relación a esto último, es importante establecer que si bien el desarrollo de los tranvías eléctricos se realizó de modo desfasado en relación a su incorporación en las metrópolis del mundo industrial, el desarrollo de las carreteras y la introducción del vehículo fueron implementos de nueva tecnologías que penetran y se masifican con relativa inmediatez. La imagen suburbana proyectada a través del ecléctico clasicismo de la casa-quinta del novecientos, suerte de interpretación local de la villa, en la cual permaneció el gusto por el ordenamiento tripartito y los valores compositivos basados en la simetría clasicista, acuñados desde el arcaico modelo hispano, contrastó con la elegante tecnología de los modelos Ford que ya circulaban en la Maracaibo de 1912. 267 Figura 94. Fotografía que muestra la imagen urbana del suburbio local hacia la década del treinta del siglo XX. Colección Fototeca Arturo Lares Baralt. AHEZ. El impacto de la instalación de la industria petrolera en la región, durante los decenios de 1910 y 1920, generó por primera vez condiciones de sobrepoblación y degradación social en la ciudad. Desde finales de 1920 la región y la ciudad fue escenario de un nuevo sistema de implantación los campos petroleros y los enclaves urbanos. En la ciudad de Maracaibo las colonias de los petroleros fueron un fenómeno que, desde el punto de vista espacial se caracterizó por asentar un territorio dentro de otro, con un patrón político, administrativo y morfológico diferente al de la ciudad que lo rodeó. Fue asiento de un grupo humano diferenciado, desde el étnico, lo ideológico y político, de la cultura marabina. De este modo el enclave, es clara representación de implantación urbana, diferente y ―aislada‖ del resto de la ciudad, dio continuidad al patrón de segregación sociocultural que se había iniciado en el siglo XIX en los suburbios costeros. Entre los decenios de 1920 y 1930, momento en el cual la penetración cultural norteamericana se hace más fuerte con la instalación de las colonias petroleras, la promoción de los nuevos modelos de vivienda, la irrupción de la cultura del cine y el aumento del parque automotor. Paradójicamente, en ese momento, la ciudad consolidó el modelo domestico urbano y suburbano que hoy se identifica como la 268 casa marabina tradicional164. Tras cincuenta años de ensayo, en el marco de la paz que fue capaz de imponer el régimen gomecista, se estabilizó como síntesis arquitectónicas de las experiencias decimonónicas, un modelo doméstico suburbano local. Este fenómeno de síntesis y estandarización tipológica se explica en una consolidada tradición constructiva que fue legitimada y legalizada con la aplicación rigurosa de la Ordenanza de Arquitectura Civil y Ornato Público de 1927, instrumento que recogió y determinó una prefiguración del carácter estético y compositivo del modelo. Igualmente el tipo y el volumen de los materiales disponibles en el mercado local, muchos de los cuales se determinaron de uso obligatorio en la ordenanza citada, sin duda esto incidió de modo determinante en la consolidación tipológica del modelo suburbano marabino. La estandarización de la arquitectura doméstica explica la imagen urbana unitaria que la ciudad fue capaz de alcanzar durante la autoritaria gestión de Vincencio Pérez Soto como presidente de Estado. Los cambios que la arquitectura doméstica suburbana evidencia y patentiza en fechas posteriores a 1936, luego de la muerte del General Gómez y de la salida de Pérez Soto, ratifican lo planteado. Es así que el medio suburbano marabino se gestó y se consolidó con una identidad propia, a partir de sumar una serie de experiencias provenientes de diferentes culturas; que igualmente respondieron a intereses internacionales, nacionales y locales de orden diverso. Estas experiencias urbanas tienen en común el ansia por establecerse en lugares con mejores condiciones de confort ambiental, el mantener el control de las condiciones de higiene y el acceso a servicios eficientes, aspiraciones de la modernidad que en el contexto local se realizaron por iniciativa individual o a través de la acción empresarial privada, conductas que igualmente están ligadas a los valores de la sociedad moderna. 164 Entiéndase por este modelo, aquel conformado por la organización de pabellones sucesivos, cuyas fachadas se estructuraron en función del ordenamiento tripartito, con portadas, ventanas de cajas exentas cornisamentos con cuerpo ático y uso de pinturas de color. 269 Estas acciones de carácter privado tardíamente eran seguidas de la acción gubernamental. Condiciones ambientales y segregación espacial urbana. Echeverría (1995) señala que es posterior al primer tercio del siglo XX que se puede hablar de marginalidad en un sentido estricto; por lo tanto esta condición no era atribuible a las expansiones suburbanas de inicios del siglo XX, no existía una verdadera exclusión, los sectores que sirven de asiento a la clase trabajadora ocupaban parte de una misma ciudad, no existía el fenómeno de la segregación social que tiene en el contexto urbano -como contraparte- la segregación espacial (p.12). Sin embargo, de acuerdo a lo anteriormente planteado, el presente estudio devela que a partir del segundo decenio del siglo XX, en la ciudad se hace evidente que la moderna estratificación social de clases se vio reflejada en una segregación espacial, determinada por las ventajas que el ambiente natural ofreció para alcanzar los estándares de comodidad que se planteó la sociedad local. Para los inicios de la década de 1920 en la ciudad puede observarse con claridad que hacia la costa se asentó la elite mercantil extranjera, quienes generaron tanto en el puerto como en las riveras vecinas un modelo de ciudad estrechamente vinculado a las ventajas que ofrecía vivir en el Lago. El criollo por su parte dirigió su interés hacia la alta planicie, lugar de asentamiento de un mayoritario número de pobladores dependientes del comercio y de la incipiente clase profesional que poco a poco fue asentándose en estos lugares del noroeste de la ciudad. Mientras que las clases integradas por los trabajadores domésticos, choferes, artesanos y la nueva clase obrera, vinculada al trabajo petrolero, tuvo que asentarse en los terrenos del poblado más desfavorecidos topográficamente. Lo cual permite establecer que, si bien los diversos estratos sociales ocuparon parte de un mismo medio urbano, dentro del mismo, cada estrato social ocupó y generó suburbios diferentes. 270 Ciertamente este estudio permite concluir que el espacio natural más privilegiado, por su clima y el paisaje, fue ocupado mayoritariamente por los comerciantes alemanes, su manifiesto apego a la rivera lacustre se acompañó igualmente de una marcada conciencia de elite que los segregó, en gran medida, del resto del conglomerado social local. Poco a poco el poder adquisitivo de este grupo desplazó a los antiguos ocupantes de las costas lacustres, lo que impidió que un grueso número de éstos, tuviera acceso al privilegio de vivir en ellas. Esto quizá sea una de las causas que explique, históricamente, el porqué el marabino se ha negado al desarrollo de espacios urbanos colectivos para el disfrute del Lago. Este trabajo pone en evidencia que una buena parte del colectivo fue segregado de su disfrute y presionado a entender la costa como un ámbito privado que es propiedad de otros, de los ricos y los extranjeros. A esto se suma que desde finales del siglo XIX, a la par, se privilegió la urbanización del norte de la ciudad, un fenómeno de ocupación, que desde lo histórico encuentra explicación en el marco de la pugna entre germanos y norteamericanos por el control del comercio local. Fue el cónsul norteamericano Eugene Plumacher (2003), quien primero vislumbró el potencial de desarrollo urbano de la zona norte, como una oposición al gueto alemán de Los Haticos: ―Pero les dije que estaba convencido que los suburbios del norte, y no del sur, sería los grandes distritos residenciales del futuro‖ (p. 186). Es igualmente al norte de la ciudad donde mayoritariamente se asentaron los campos petroleros. Si la ciudad se desarrolló hacia el noroeste fue por la confluencia de intereses locales, nacionales e internacionales que, conjugando adecuadamente oportunidades beneficiosas, gestaron las condiciones para el desarrollo de una ciudad petrolera con un núcleo propio y nuevo, diferente al gestado por la comunidad germana desde mediados del siglo XIX. Paulatinamente el prestigio de Los Haticos y del antiguo núcleo urbano menguó, como símbolo de la caída del antiguo régimen mercantil y poco a poco se fue transformando en un lugar de servicios industriales. Desde ese momento, el sur de la ciudad empezó a ser considerado como un hábitat de menor interés, tanto para 271 los petroleros, que lo transformaron en el lugar de sus servicios industriales como para los locales que prefirieron establecer las mejores urbanizaciones al noroeste de la ciudad. Este conjunto de acciones distrajeron al marabino de mirar como el lago se transformaba en industria y lo habituó a buscar otros rumbos para establecer su hábitat. Clasificación de los suburbios locales. Si bien la visión histórica de larga duración permitió establecer tres momentos para el estudio y la argumentación histórica de la ciudad de Maracaibo en el siglo XIX, la perspectiva que ofrece la particularidad del medio suburbano, en tanto fenómeno que se produce entre dos siglos, permite establecer espacial y temporalmente una clasificación general para su estudio. En primer lugar, desde la noción de ―medio urbano‖, entendido como ámbito general que contiene los suburbios, pueden establecerse dos categorías que definen a su vez dos períodos. El primer medio suburbano marabino. Es aquél gestado desde 1897 y cuya consolidación definitiva se realizó hacia 1945. Su ámbito espacial está circunscrito a las secciones 1, 2, 5 y 6 de la Zona de Ensanchamiento de 1926. Y está constituido por los primeros suburbios de la ciudad, originados en concordancia con la idea decimonónica del garden suburb. Fue el escenario de la casa de campo y la casa-quinta, ésta última en sus versiones clasicista y pintoresquista. El segundo medio suburbano marabino es aquél que se gestó desde 1926 y se consolidaría hacia 1960. En principio, Su ámbito de génesis espacial quedaría, circunscrito a las secciones 3 y 4 del Ensanchamiento de 1926. En su territorio se asentaron las nuevas urbanizaciones, pero igualmente fue establecimiento de las colonias y servicios de los petroleros, por lo que presenta un carácter funcional heterogéneo. En este nuevo medio suburbano es posible observar el impacto de las ideas del City Beautiful Movement y de la Ciudad-jardín del novecientos que, 272 como señala López (1994), a pesar de su diferencia con el modelo teórico de Howard, comparte el ansia por el ambiente natural, el distanciamiento del núcleo urbano, la recuperación de los valores del campo en el hábitat unifamiliar y el anhelo de crear comunidades de baja densidad. Este fue el lugar donde se asentó mayoritariamente el palacete suburbano y la casa-quinta premoderna y moderna. Este segundo ámbito suburbano fue apenas esbozado en este trabajo, por lo que deberá estudiarse en profundidad para establecer hasta qué punto se comportó como un nuevo núcleo urbano con su propia periferia suburbana. En cuanto al propósito de establecer una clasificación apropiada para los suburbios históricos locales, estos pueden discriminarse en dos tipos: los antiguos y los modernos. Siendo los ―Antiguos Suburbios‖ aquellos que se gestaron antes de 1926, en el marco del dominio del mercantilismo. Cuya consolidación se produce en una primera fase, en función de las embarcaciones como forma de transporte lacustre privado; en una segunda fase, ligado al ferrocarril y en una última fase, vinculado al sistema de transporte público de los tranvías eléctricos y de la temprana introducción del vehículo como forma de desplazamiento privado. En aras de una clasificación desde lo contemporáneo, se denominaran los ―Suburbios Premodernos‖ aquellos surgidos después de 1940, en el marco de la economía minero-exportadora petrolera. Su consolidación se produce en el marco del desarrollo de las urbanizaciones de tipo público y privado, del vehículo como el hegemónico sistema de transporte y de la premodernidad arquitectónica como la gran protagonista. En cuanto al carácter de los antiguos suburbios locales, éstos pueden ser clasificados desde el punto de vista histórico en dos tipos: los suburbios decimonónicos y los suburbios del novecientos. En cuanto a los primeros, fueron aquellos que se ubicaron en la costa lacustre, por lo que su gestación estuvo asociada a las embarcaciones privadas de sus residentes, desde mediados del siglo XIX se emplearon pequeñas barcazas de velas timoneadas por remos y desde la década de 1890 por vaporcitos, lo que facilitó la trasmutación del antiguo lugar de recreo a un densificado suburbio residencial. 273 Durante el siglo XX, fueron los tranvías -primero los de fuerza de sangre heredados del siglo XIX y luego de 1917 los tranvías eléctricos- los verdaderos impulsores de la consolidación de estos primeros crecimientos suburbanos en la planicie. Sin embargo, paralelamente a su puesta en servicio, las carreteras de macadán petrolizado formaban parte del paisaje suburbano. La pronta irrupción del automóvil aceleró la adecuación de la ciudad al nuevo sistema de transporte, por ese momento, privilegio de algunos pocos. Por su parte los primeros suburbios populares como Los Valles Fríos, Veritas, Belloso y La Pomona se gestaron en fechas posteriores a 1915, y se consolidaron entre 1926 y 1945, estabilizando una primera periferia en torno al antiguo núcleo urbano. Este proceso de consolidación se realizó a través de la pavimentación de redes viales y de la dotación de los servicios de cloacas y de agua potable, así como de la introducción de los primeros autobuses como sistema de transporte público, lo que apoyó el funcionamiento de los tranvías eléctricos que recorrían sus límites. Casa y medio suburbano. En cuanto a las consideraciones que desde el medio suburbano es pertinente establecer para el estudio de la casa. El contexto urbano impone contemplar en su estudio histórico-arquitectónico las etapas generales que marcan el desarrollo suburbano local, así como los referentes que inciden en su conformación, los cuales son diferentes en cada momento. Desde la perspectiva temporal, el estudio de la casa suburbana en nuestro medio debe establecerse desde mediados del siglo XIX, considerando la experiencia de la casa de hato como su antecedente local fundamental. Desde la perspectiva espacial, lo identificado como el ―primer medio suburbano‖ es el lugar indicado para levantar cualquier muestra para un estudio de la primera vivienda histórica suburbana. 274 Este extenso período de tiempo fue determinante en el carácter diverso de los tipos de vivienda desarrollados en el medio local. Diversidad que aún puede observarse en las áreas identificadas en este estudio. En este lapso a la casa suburbana se transfirió, desde la tradición hispana del hato, pasando por el discurso ecléctico de entre siglos, hasta las experiencias estéticas de las vanguardias premodernas165. En este contexto es importante considerar los diversos referentes que inciden en su conformación. Los cuales cambian en las cuatro diferentes fases que pueden inferirse desde la perspectiva histórico-urbana: La Fase I, está comprendida entre 1860-1900, período en el cual se produce la génesis del modelo suburbano; el interés deberá centrase en la ―casa de campo‖ de los suburbios costeros. El medio urbano nos refiere para el período dos variantes diferenciadas según su localización en el suburbio. La casa localizada al pie de la colina cuya estructura no se vincula al lago y la casa anclada a la orilla de lago, ésta última vinculada al elemento germano y a las operaciones de las casas de comercio bajo su dominio. Determinadas tanto por la presencia de la tradición constructiva del hato heredada del período hispano, como por las adaptaciones derivadas de la tradición del bungaló a la que aspiraban los inmigrantes extranjeros para acercar sus residencias a los niveles de confort ambiental del trópico. La Fase II, comprendida entre 1897 y 1926, momento en el cual se produce la asimilación y criollización del modelo, la atención deberá centrarse en el proceso de asimilación y adaptación de la casa suburbana por parte de la población trabajadora local de menores recursos. El interés, por tanto, es el desarrollo de la casa-quinta de los suburbios de la planicie y los intersticios. En su estudio se debe considerar las variantes o modelos diferenciados que los inmigrantes pudieron 165 Señala Petit (2008) que ―la arquitectura premoderna utilizó un nuevo discurso con componentes decorativos que mezclan desde el neocolonial, con variantes hispánicas y californianas, hasta los movimientos reformistas europeos como el ‗art nouveau‖ y el ―art decó‖, en los cuales los recursos tecnológicos importados favorecieron la creación de un repertorio estilístico y tipológico, especialmente en cines y comercios, que marcaría pauta en la transición del ―historicismo‖ a la ―modernidad‖.(p. 101). 275 haber introducido en este período. Para el estudio de su origen y difusión es importante analizar el lenguaje estético que la arquitectura comercial e industrial promocionó como arquetipo de modernización, el que la arquitectura religiosa proclamo como arquetipo de moralización y que las elites políticas y económicas utilizaron como símbolo de estatus. Desde la óptica urbana deben considerarse aspectos como el tratamiento hacia el espacio público, en especial los jardines exteriores y las barandas. La Fase III, se extiende desde 1926 hasta 1936, momento en el cual se produjo la popularización y estandarización del modelo suburbano que se denominó: ―Villa Marabina‖. Se entiende como la fase donde se generan las condiciones urbanísticas que presionan para que se uniformice la arquitectura doméstica local. En este momento el mercado ofrece los materiales y los componentes constructivos que posibilitan la materialización del modelo que hoy se identifica como la ―casa tradicional marabina‖, elementos que como demostró este estudio fueron impuestos desde la propia Ordenanza sobre Arquitectura Municipal i Ornato Público del Distrito Maracaibo. Esta reglamentación produjo una uniformidad de la arquitectura doméstica tanto del medio urbano como del suburbano. Paralelamente se introduce el ―Palacete‖ suburbano, el cual puede considerarse el primer modelo doméstico de corte académico que se produce en la ciudad. Su estudio debe enmarcarse en la llegada de profesionales de la ingeniería y la arquitectura que se establecen en Maracaibo como consecuencia de la irrupción de la economía petrolera. En este contexto y en el marco de un nuevo orden jurídico nacional y local que exige la profesionalización de la actividad constructiva debe estudiarse y explicarse este nuevo modelo doméstico suburbano. La Fase IV se establece entre 1936 y 1945. Fue un período de introducción de nuevas tipologías en el medio local, lo que a su vez generó un nuevo y diferente modelo doméstico suburbano: la casa con hastial frontal. En esta última fase, el interés debe centrarse en las transformaciones que se gestan en el modelo por la influencia norteamericana. La atención debe concentrarse en el impacto de la casa petrolera norteamericana, de los nuevos materiales y de los nuevos estándares de 276 higiene y confort, en la difusión del modelo en hastial y en la asimilación de los nuevos códigos estéticos. Finalmente, este trabajo también permite establecer que el lugar del Ensanche es el propicio para realizar los estudios de lo que puede entenderse como la segunda casa suburbana local, donde es importante considerar, tanto el impacto urbano de las primeras urbanizaciones como la concepción del Nacionalismo y la búsqueda Identidad Latinoamericana que imperó como base ideológica de la estética premoderna, durante las décadas de 1940-1950. 277 REFERENCIAS Documentación de archivo. Archivo Histórico del Estado Zulia. Memorias de Obras Públicas del Estado Zulia. 1870-1945. Archivo Histórico del Estado Zulia. Colección Fototeca Arturo Lares Baralt. Facultad de Arquitectura y Diseño de La Universidad del Zulia. (2000). 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