1 El proceso de Bolonia en América Latina: Caso Chile Autor

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1 El proceso de Bolonia en América Latina: Caso Chile Autor
El proceso de Bolonia en América Latina: Caso Chile
Autor
Persona 1
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Patricia
Argüelles
Autor
Instituto de Investigación y Debate sobre la
Gobernanza, Chile.
Título del artículo:
Título del Cuaderno:
El proceso de Bolonia en América Latina: Caso Chile.
Pena-Vega, A. (coord.) El proceso de Bolonia en la
educación superior en América Latina. IRG.
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Fuentes secundarias
Cualitativo
2009
Investigación de escritorio
Español
Universidades chilenas
América del Sur
Descriptivo analítica
Proceso de Bolonia en Chile
http://www.institut-gouvernance.org/es/analyse/ficheanalyse-435.html
Cecilia Kaluf F.
Universidad Católica del Maule, Chile.
[email protected]
Octubre 2013.
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El proceso de Bolonia en América Latina: Caso Chile
En general existe una voluntad política por parte del Estado, viabilizada a través
de la Dirección de Educación Superior y del Programa de Mejoramiento de la
Calidad y la Equidad de la Educación Superior (MECESUP), para implementar los
procesos de renovación y flexibilidad curricular, movilidad e internacionalización de
las universidades. Sin embargo, las acciones implementadas desde estas
instituciones y que cuentan con apoyo financiero solo alcanzan a las universidades
pertenecientes al Consejo de Rectores de las Universidades Chilenas (CRUCH),
quedando fuera del proceso un gran número de instituciones. Lo que se espera es
que las universidades no participantes paulatinamente vayan asumiendo los
procesos por la misma necesidad interna del mercado. Al interior de las
universidades, los procesos de renovación curricular e implementación del sistema
de créditos van tomando matices propios. En las universidades en donde el
proceso fue implementado de manera jerárquica y sin discusión de los actores, los
procesos avanzan de manera lenta; por el contrario, las que implementaron
sesiones y grupos de reunión consolidaron más sus procesos, con apoyo de todos
los sectores.
Posterior a la reforma educativa de los años 80 que dio como resultado un sistema
de educación superior de mercado caracterizado por el crecimiento de
universidades privadas, hoy en día, se plantea la necesidad de una política de
educación superior que responda a las demandas del sector y una nueva
institucionalidad.
Se rescatan como aspectos positivos la aprobación y puesta en práctica de la Ley
de Aseguramiento de la Calidad en Educación Superior para normar la
acreditación de los programas de pregrado y postgrado. Se espera que, en los
próximos años, el proceso de acreditación sea absolutamente necesario sea cual
fuere el nivel de formación. En este aspecto, una tarea pendiente consiste en
mejorar los indicadores de evaluación. Respecto al Proceso de Bolonia, esta
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iniciativa fue evaluada por las autoridades del sector como un modelo a tomar
como referencia en la construcción de políticas vinculadas con la acreditación y la
movilidad. Si bien es cierto que no es el único modelo, es de particular interés por
las aspiraciones chilenas a devenir socio de la Organización para la Cooperación y
el Desarrollo Económicos (OCDE), lo que origina la necesidad de implementar
medidas que integren ambos sistemas, conforme con un modelo con
componentes afines a los fines propios del país.
En este sentido, el proceso de Bolonia a través del Proyecto Tuning complementó
y formalizó las acciones que, desde algunos años atrás, se venían desarrollando.
En el ámbito universitario, permitió el avance en la renovación curricular y brindó la
oportunidad de instalar o profundizar la definición del currículo por competencia. El
tema de la construcción de un espacio latinoamericano de integración, en Chile,
generó cierto nivel de resistencia por las diferencias académicas existentes entre
los países; la promoción de la internacionalización de la educación superior mostró
énfasis en los países europeos y norteamericanos como puntos claves. Se
manifestaron recelos respecto de la movilidad interna (inter universidades) debido
a la elevada segmentación del sistema. Debido a que el discurso que promociona
la internacionalización la presenta como una opción de competitividad y una
ventaja comparativa entre las universidades, ha generado que, en su totalidad, las
universidades cuenten con oficinas de relaciones internacionales como un plus en
su servicio y un elemento necesario para mantenerse en el mercado.
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