Revista para VER en la web

Transcripción

Revista para VER en la web
Revista gratuita para los seguidores del Tomb Raider | Número 1 | Mayo 2005
Nº 8 • Diciembre 2005 • Página 2
SUMARIO
Editorial
Editorial: Palabras mayores ................... 2
Palabras mayores
TRL al día: ¡Vuelve la joven Lara! ........... 3
Transcripción DVD Total Overdrose III .... 6
Tomb Raider Clásicos:
Tomb Raider III: Aventuras de Lara Croft
(Ana María y Storm 3000) ....................... 8
Relatos:
• El Sello Áureo VIII (Ana María) ....... 20
• Esperanza VIII (Nienna) .................. 26
• La tumba perdida de Alejandro
(Perico) ............................................ 32
Críticas de Cine:
Lara Croft: Tomb Raider (Perico) ........... 38
Web del mes: www.laracroftreborn.com
(SeRmOnGaR) ...................................... 41
Última Hora: El comienzo de TRL ........ 40
STAFF
Diseño y maquetación:
Tio Copu
Colaboradores:
Ana María
Mark
Nienna
Perico
SeRmOnGaR Storm 3000
Imagen de la portada cortesía
de Chris (Planet Lara)
Usuarios del Foro TR fans
www.tombraiderfans.com
www.trsaga.com
...y los que se quedan en el tintero
Esta revista la hacemos entre todos.
Si deseas colaborar manda un e-mail a
[email protected]
Todos los logos, marcas y opiniones vertidas son
propiedad de sus respectivos autores y/o propietarios.
Cada vez están las vacaciones de
navidad más cerca, y con ellas la
salida de nuestro esperado juego,
porque más cerca está el 2006.
Empiezan a bailar las fechas, que comenzaban con primavera de 2006,
después se ratificaba Febrero...
porteriormente mediados de marzo,
y ya vamos por el 1 de abril de
2006... total, a este paso nos metemos en la navidad del 2006, porque ¿acaso no sacan siempre los
Tomb Raiders por navidad? y viendo
que para estas fechas no les da tiempo... pues a lo mejor con suerte para
el 1 de abril nos dejan ver la demo...
esa gran incomprendida.
Lo cierto es que, fuera de gracias innecesarias, la fecha de salida
del juego está cada vez más próxima, y con ella comienzan a salir exclusivas en casi todas las revistas.
No habrá revista en la faz de la tierra que no hable del próximo lanzamiento de TRL en estos meses que
nos quedan, ya que es un acontecimiento mundial gracias a todos nosotros que lo esperamos con ansia,
y con ello comenzaremos a tener un
montón de noticias nuevas que leer,
como las que comentamos en este
número sobre el inicio del juego, o
sobre la vuelta de Lara de pequeña... empezamos a hablar con palabras mayores. ¡¡Disfrutadlo... y ho...
ho... ho... ¡¡Feliz navidad a todos!!
Un saludo a todos
Tio Copu
Nº 8 • Diciembre 2005 • Página 3
Últimas noticias aparecidas
en la revista alemana GameStar
¡Vuelve la Joven Lara!
• Información facilitada por SeRmOnGaR •
• Traducción por Mike •
El juego comienza con un nivel
tutorial, localizado en Bolivia, el juego nos muestra en primer lugar a
Lara escalando una roca, al más
puro estilo Tom Cruise en Misión Imposible 2. Una vez arriba tenemos
que saltar sobre repisas a una altura de vértigo, colgándose en repisas y rodando a través de grietas,
tomando instrucciones a través de
su comunicador.
Según la revista GameStar podremos jugar de nuevo con una Lara
más joven. Cuando Lara llegue a un
puente en suspensión derrumbado
recordará a una amiga que murió
debido a un enemigo que cortando
las cuerdas del puente, provocó el
derrumbe del mismo. Trataremos de
salvarla y tendremos que jugar un
nivel descendiendo la montaña buscándola, intentando dominar difíciles
desafíos a lo largo del descenso.
GameStar también menciona que
Lara estuvo hace algunos años en
un templo Inca en Perú con unos
amigos, uno de ellos cayó en un agujero quedando atrapado en un laberinto, desapareció y se le dio por
muerto. Ahora Lara vuelve en TRL
para concluir la búsqueda y encuentra partes un artefacto histórico
esparcido por todo el mundo.
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• Salvado automático. Esto sí que
es genial ¿verdad? El artículo también menciona que cada vez que
hagamos algo difícil, se guardará automáticamente. Así, cuando Lara muera empezaremos a
jugar justo después de la última
tarea difícil, evitando tener que
volver a realizar los mismos molestos saltos una y otra vez, con
lo que uno de los principales temores que teníamos la gente del
foro está resuelto, y podremos
cargar desde el guardado automático (tipo F.E.A.R.)
En el nuevo TR
dispondremos de
«tiempo bala»
• La linterna. Tendrá una batería y
podrá funcionar durante 2 minutos. Después de este tiempo, la
batería tendremos que recargarla
y mientras tanto dependeremos
de las bengalas.
• PDA. En esta ocasión Lara tendrá en su equipo un PDA para
obtener información extra.
• Localizaciones. Se confirman destinos como Perú, Bolivia, el Himalaya, Rusia y África.
• Nuevas habilidades. Destacan el
modo “tiempo bala” (con el que
ganará ventaja frente a tiroteos)
o disparar mientras esquiva.
Nº 8 • Diciembre 2005 • Página 5
• Acciones Interactivas. Como vimos en el trailer de hace algún
tiempo, en algunas situaciones
tendremos que pulsar botones en
el momento exacto para hacer
que Lara salte o quizá evitar una
muerte segura. Cada éxito o fracaso tendrá su propia animación.
También se menciona que en
cada nivel habrá una de estas situaciones interactivas.
• Todo al mismo tiempo. Eidos y
CD están trabajando en todos los
aspectos del juego al mismo tiempo... la historia, los gráficos, la
música y lo más importante, las
escenas cortas, así no tendremos que preocuparnos de esos
errores tontos que aparecían en
AOD, cuando ella despertaba con
sus gafas de sol puestas mientras que un par de segundos
atrás no las llevaba.
Nº 8 • Diciembre 2005 • Página 6
Mark continúa con...
Transcripción del DVD
extra de Tomb Raider
Legend
• Transcripción: Trinity34 • Traducción: Mark •
• Colaboradoras: Anacroft y LadyMC •
PARTE 3: MUNDOS DINÁMICOS
RILEY COOPER: En Tomb Raider
Legend vamos a responder viejas
preguntas y, a la vez, a plantear nuevas. El misterio más grande de este
juego... obtendremos una respuesta a... y te dejará satisfecho.
Mi nombre es Riley Cooper y soy
el Jefe de Diseño en Tomb Raider:
Legend. En Tomb Raider: Legend,
hemos optado por una experiencia
totalmente dinámica.
Dos de los aspectos que teníamos en mente y que ya hemos producido son la interactividad con el
entorno y la presentación estética.
Cuando juegues, la pantalla cobrará
vida, de modo que cuando estés en
la jungla, verás los pájaros volar, los
insectos revolotear alrededor, las
hojas de los árboles se moverán por
el viento, escucharás los sonidos de
otros animales, etc. Así que el entorno será totalmente real y creíble.
Estará vivo.
Gracias al sistema de físicas que
hemos implementado, podrás inte-
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ractuar completamente con el entorno y crear situaciones mucho más
reales, creíbles e inspiradoras que
no podrías conseguir en los anteriores Tomb Raiders. Las tumbas son
ahora mucho más vivas y reales que
nunca.
En resumen, hemos cogido todo
lo que hizo del juego un mito, nos
hemos centrado en ello y hemos
hecho todo lo posible por mejorarlo.
Así que si te gusta Tomb Raider por
el personaje de Lara Croft, por lo
que puede hacer, y por ser una cazatesoros que se embarca en cualquier misterio con elementos sobrenaturales, eso es exactamente lo
que vas a obtener al jugar a Tomb
Raider: Legend.
Transcripción por Mark
Nº 8 • Diciembre 2005 • Página 8
Ana María y Storm 3000 siguen con las
historias de la saga de nuestra querida Lara...
Tomb Raider Clásicos:
Tomb Raider III
• Imágenes por Ana María y Tio Copu •
Año 1000 a.C. Los Polinesios, en
su búsqueda por sobrevivir al frío clima de la Antártida, encontraron un
sector con microclima cálido no propicio del lugar formado por un oasis
volcánico. Buscando la razón de tan
curioso fenómeno, los Polinesios encontraron un material de origen desconocido forjando de él cuatro artefactos preciosos capaces de crear
emanaciones de calor. Viendo sus
escasas probabilidades de subsistir
al frío clima que los rodeaba e ignorando el origen y poder oculto de los
artefactos, decidieron colonizar el
lugar. Pronto construyeron una extraña ciudad a la que llamaron
Tinnos, y utilizaron los cuatro artefactos para subsistir.
El tiempo pasó y la vida se mantenía fértil y próspera gracias a las
emanaciones de calor del oasis volcánico. Pero llegado el nacimiento
del sexto patriarca, un inesperado
incidente ocurrió. El oasis volcánico
comenzó a emanar lava por doquier
y los Polinesios se vieron obligados
a abandonar inmediatamente la isla,
abandonando la ciudad, el meteorito y los artefactos. Y de esta manera, la ciudad quedó olvidada en el
tiempo y enterrada bajo el frío clima
de la Antártida donde no se volvió a
saber de ella por mucho tiempo.
••••••••••
Año 1834 d.C. Darwin llega a su
quinto año de travesía a bordo del
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H.M.S. Beagle, arribando a la isla
nevada y sin vida. Stephen Barr, uno
de los cinco tripulantes de abordo,
relata sus memorias en su diario
mientras ve pasar las insufribles jornadas de su viaje. Después de una
esperanzadora visión, los tripulantes,
emocionados, encuentran y desembarcan en la helada isla esperando
encontrar muestras de vida en ella.
Durante la expedición, no tardaron
en encontrar unas huellas (de lo que
parecía ser un lobo) que se dirigían
hacia una cueva subterránea. Los
cinco tripulantes se adentraron al lugar siguiendo las huellas que dejó la
criatura. Al perder el rastro, los tripulantes deciden seguir el único camino que queda.
Al llegar a puerto, sólo uno de
los tripulantes, Stephen, llega vivo.
El segundo de los tripulantes viajó a
las islas del Pacífico, donde encontró su muerte a manos de la mismísima tribu caníbal de los Polinesios,
creadores de las piedras. El tercero
murió en la India, cuando intentó
intercambiar la piedra por una mujer. El cuarto fue encarcelado por
borracho y alborotador, donde finalmente murió en la cárcel. Finalmente Stephen, cayendo presa de la
superstición, vende su artefacto en
Londres, considerando que las piedras provocaron la muerte de todos
sus compañeros.
Una fascinante expresión se dibujó en sus rostros al descubrir una
enorme caverna que escondía cuatro piedras preciosas. Ignorando la
importancia y el poder de las piedras, los cinco tripulantes tomaron
las piedras y se decidieron a partir.
Pero imprevistamente una silueta
misteriosa salta por los aires atacando en la garganta a uno de los
tripulantes, Paul Caulfield. Stephen,
obligado a acudir en su ayuda, intenta levantar a Paul del suelo. Un
duelo entre hombres y bestia provoca un derrumbe en el lugar. La bestia muere ensartada en una estalacmita. Inevitablemente, Paul también muere desangrado.
Año 1998 d.C. Día presente. La
compañía RX-Tech, especialista en
investigación de culturas ancestrales, se encuentra en la Antártida llevando a cabo una excavación a cargo del Dr. Mark Willard, obsesionado con encontrar las cuatro piedras
perdidas. El trabajo se vuelve muy
difícil, dado que los equipos de comunicación sufren constantemente
problemas de transmisión. Las maquinarias, que al parecer están dando fallos graves, logran encontrar un
Después de enterrar a Paul en el
lugar, los 4 tripulantes hacen la promesa de no decirle a Darwin lo ocurrido. Pronto vuelven a embarcar al
Beagle, llevando cada uno una piedra Infada consigo.
••••••••••
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material de origen desconocido bajo
la tierra. Colocando dinamita en determinadas zonas, los investigadores, sorprendidos, acaban por descubrir unas enormes figuras talladas
en piedra que rodean a toda una
zona específica y una tumba que
responde al nombre de Paul
Caulfield, muerto en 1834.
La India:
La Piedra Infada
Lara no sabía nada de esto cuando se hallaba en la zona noroeste
de la India, en busca de un objeto
sagrado conocido como la Piedra
Infada. Toda la información que poseía era que este objeto había sido
adorado por distintas tribus desde
los albores de la humanidad. Pero
en su periplo por aquellas zonas
próximas al nacimiento del Ganges
se encontró con que no era la única
que buscaba la Infada: también la
buscaba un explorador llamado Tony,
operario de la empresa RX-Tech, con
síntomas de padecer un grave desequilibrio mental.
En un principio Lara le subestimó, pero luego pudo comprobar que
fue un error, puesto que en el altar
donde debería haber encontrado la
Piedra Infada sólo estaban los dos
cadáveres agujereados de Randy y
Rory, compañeros del propio Tony,
que habían entrado en el templo
antes que él. La exploradora salió
inmediatamente, a tiempo para ver
cómo aquél huía en una balsa a través de las cristalinas aguas del río.
Se iniciaba una persecución a lo largo de la jungla (él en balsa, ella en
una moto quad) que los llevaría a
enfrentarse cara a cara.
Lara captó enseguida que jugaba
con desventaja, y pudo comprobar
in situ los poderes de aquella piedra, cuyo extremo afilado se había
hundido aquel loco en su corazón, y
que lejos de matarlo, le había proporcionado unos poderes excepcionales, con los cuales podían expulsar bolas de fuego. Pero aunque más
poderoso, Lara fue más astuta y lo
mató, recuperando la afilada Piedra
Infada después de que su portador
se desintegrara.
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A la salida de las Cuevas de Kaliya, donde finalmente había acorralado a su presa, Lara se encontró
con el doctor Mark Willard. Éste último le habló del meteorito y de sus
recientes investigaciones y descubrimientos. Le entregó el diario de
Stephen y le contó cómo habían hallado en una cueva helada de la Antártida cuatro artefactos. Sin embargo, los cuatro marineros que se
quedaron con cada uno de ellos, por
razones inexplicables, acabaron sufriendo una muerte espantosa y dejaron las tallas en cuatro zonas diferentes del mundo: la India, Londres,
Nevada y las islas del Pacífico Sur.
Puesto que ya ha recuperado una
de ellas, Willard sugiere a Lara que
podría hallar el resto y recuperarlos
todos. Por supuesto, ella no duda
en absoluto en aceptar este nuevo
reto.
Londres:
El Ojo de Isis
En la fría capital inglesa, su tierra natal, Lara tiene como objetivo
recuperar el artefacto que se encuentra allí, y empieza a investigar
por la zona del Támesis y la catedral
de St. Paul. Como era de esperar,
esta nueva talla está en posesión de
otra persona, y tras sufrir el ataque
e intento de asesinato por parte de
un mercenario, Lara lo reduce y le
obliga a hablar. Así averigua que el
actual poseedor del Ojo de Isis es
una mujer, una magnate dueña de
una línea de cosméticos llamada
Sophia Leigh.
Mientras se abre paso por los
túneles recónditos y abandonados
del metro londinense, Lara empieza
a ser perseguida y atacada por otros
extraños sujetos, con pinta de mendigos y la cara cubierta por máscaras de metales. Cuando su presencia acabe por hacerse impertinente, estos individuos (los Malditos) se
harán con ella y la arrastrarán (literalmente) hasta los pies de su líder,
Bob. Dialogando con él, Lara averigua que son un grupo de trabajadores contratados por Sophia Leigh
para hacer pruebas de cosméticos,
y que debido a estas pruebas han
acabado con el rostro desfigurado y
no les ha quedado otra opción que
ocultarse en el alcantarillado de la
ciudad. Lara, astuta como siempre,
acuerda un trato con ellos: les conseguirá un frasco de líquido embalsamador del Museo Egipcio, a cambio de que ellos la conduzcan hasta
Sophia. Lara sabe que no hay nada
normal en que unos cosméticos puedan desfigurar el rostro. Sólo una
sustancia realmente peligrosa puede estar haciéndolo, y eso refuerza
la teoría de Lara: Sophia tiene el
artefacto que busca.
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Tras conseguirles el frasco, los
enmascarados le abren el acceso a
las dependencias personales de
Sophia. La rubia magnate intenta
contemporizar con Lara, pero ante
la rotunda exigencia de la arqueóloga, le planta cara. Esta vez lo tendrá muy difícil para acabar con ella:
las armas no dañan en absoluto a
Sophia, que se halla protegida por
una esfera de energía mientras que
ella puede herirla con los rayos de
energía que despide el llamado Ojo
de Isis, engarzado en un bastón que
su contrincante esgrime. Sin embargo, de nuevo la astucia de Lara prevalecerá: atrayendo a Sophia sobre
una plancha de metal, conectará la
electricidad y acabará con ella. El Ojo
de Isis ya es suyo.
Nevada:
El Elemento 115
El siguiente objetivo de Lara es el
artefacto que se halla en Nevada.
Esto planteaba para ella problemas
añadidos: en esta amplia zona desértica de los Estados Unidos, era
probable y temible que se hallara en
la célebre Área 51, la base militar
oculta que según rumores contenía
restos de material alienígena y otros
secretos científicos vedados para el
resto del mundo. Pero Lara no había nacido para dejarse amedrentar.
Purgar secretismos era su trabajo.
En este lugar Lara se vería en
más de un apuro. Tras rondar los
alrededores de una cárcel donde los
presidiarios cumplían condena de
trabajos forzados, tuvo la mala fortuna de estrellarse con su vehículo
al tratar de superar una valla. Con
lo que al recuperar el conocimiento
se vio sola, desarmada y encerrada
en una celda. Claro que como no era
la primera vez que le pasaba, ¿por
qué asustarse? Iba a dar guerra
hasta que consiguiera salir. Acabó
montando un auténtico motín en la
cárcel: primero hizo saltar la alar-
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ma de su celda, y tras escabullirse
de los porrazos de su guardia, soltó
al resto de presos y los organizó de
modo que le sirvieran de escolta a
lo largo de aquel complejo de alta
seguridad. Lara era una líder nata y
con esta ayuda adicional pronto acabaron con todos los guardias y pudo
colarse en un camión que conducía
directamente al Área 51.
En esta zona, tan secreta como
prohibida, Lara fue armándose de
nuevo y desatando cabos. Las cosas que allí vio le demostraron que
los rumores acerca de aquel lugar
eran más auténticos de lo que había
supuesto. El artefacto le esperaba
al final de su largo camino, en un
OVNI, al parecer sirviendo de fuente
energética para la nave. Había demasiadas preguntas y ninguna respuesta para aquello, así que tras liquidar a quien intentó impedírselo,
Lara tomó el Elemento 115 y salió
de aquel lugar.
Islas del Pacífico Sur:
La Daga de Ora
Y por fin, el regreso a los orígenes. El último artefacto que Lara
debía recuperar se hallaba en manos de aquellos que lo habían tallado: una tribu primitiva ubicada en una
de las múltiples islas de Polinesia,
aquel paraíso tan recóndito como
inhóspito situado en la zona sur del
Océano Pacífico. En aquel lugar le
esperaba a Lara una experiencia
bastante más difícil que las anteriores, aunque lo peor estaba por
llegar.
La clara hostilidad de los nativos
no dejó a Lara otra opción que eliminarles. Sin embargo, el primer obstáculo lo halló en un pantano que
separaba el poblado costero de la
siguiente zona que quería explorar.
Por fortuna allí se encontró con un
comandante herido que le proporcionó un rudimentario mapa con el
que podía cruzar con seguridad las
aguas cenagosas. Este miembro de
la Armada Australiana le informó de
que sus hombres de hallaban dispersados por la zona, junto a su
carguero, que se había estrellado
recientemente. Él no podía acompañarla, estaba mutilado puesto que
le faltaba todo un trozo de pierna, y
no sabía qué tipo de criatura se la
había arrancado. Lara conocía las
costumbres de los nativos y sabía
que ningún antropófago haría eso,
así que empezó a sospechar que
otro tipo de criatura poblaba aquellos alrededores. Nada la había preparado para lo que le esperaba más
adelante.
Lo que la esperaba era ni más ni
menos que dinosaurios. No era la
primera vez que Lara se topaba con
ellos, pero no sucedía lo mismo con
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los soldados que andaban desperdigados por el lugar del accidente y
que eran presas del pánico y la desorientación. Los dinosaurios que
Lara hallara en uno de sus primeros viajes los suponía supervivientes
en un ecosistema apartado, pero no
estaba tan segura de que esta vez
fuera lo mismo.
Sacando de nuevo sus dotes de
líder, Lara acordó con los militares
encontrar al Comandante Bishop y
al Teniente Tuckerman, que habían
desaparecido en la selva, y que tenían unas llaves que era necesario
recuperar para poner en funcionamiento el carguero hundido en el
fango.
Lara se abrió camino a través de
la jungla, a veces ayudada por los
militares, hasta que encontró los dos
comandantes, ambos muertos: uno
devorado por velocirraptores y otro
en el mismísimo cubil de un tirano-
saurio. Fue en el último momento,
cuando ya debatían poner en funcionamiento el carguero, cuando sufrieron un ataque masivo de velocirraptores, como si algo maligno hubiera
espoleado a aquellas criaturas. Lara
corrió hacia un cañón de base y liquidó a los que pudo, pero por desgracia no sobrevivieron muchos militares, y ningún dinosaurio, de eso sí
que se encargó ella personalmente.
Al otro margen del río había un
templo cuya entrada estaba sellada.
Lara aprovechó que tenía aquel cañón entre las manos para volar la
pared y entrar a través de ella.
Llegó hasta una sala ritual con
una especie de tondo en el que aparecían esculpidos una serie de motivos que representaban hombres
huyendo de una catástrofe y una
especie de lagarto brillante entre
otros, y en el centro, una representación del meteorito cayendo. Había
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allí un nativo junto al altar, con el que
conversó y llegó a averiguar que el
artefacto que allí había lo habían robado del cuerpo de uno de los infortunados marineros del Beagle que
había llegado allí y que fue asesinado a manos de los nativos. También
supo que la presencia de aquel objeto había causado muertes y malformaciones en diversas generaciones
de nativos, y que el actual propietario del artefacto, el caudillo Puna, lo
guardaba con gran celo y no permitiría que nadie se lo robase... nada
que pudiera despertar la inquietud
de Lara, vamos.
Reencuentro
en la Antártida
La siguiente zona que tuvo que
cruzar, la garganta de Madubu, que
se estrechaba en torno a unos rápidos infernales, la cruzó con un kayak con el que más de una vez estuvo a punto de estrellarse contra las
afiladas rocas del desfiladero, pero
estaba bien entrenada y pudo llegar sin mayores daños hasta el templo del caudillo, que estaba plagado
de trampas y difíciles accesos. Pero
lo más difícil fue enfrentarse al jefe
de la tribu, que le esperaba reclinado solemnemente en su trono de
hueso.
Lara tenía que reunirse con
Willard en su base de las Minas RXTech, pero el recibimiento no iba a
ser el que esperaba. Todo empezó
con el mal aterrizaje del helicóptero, que prácticamente se estrelló
contra el suelo a causa de una ventisca. Luego ese suelo resultó ser
una placa de hielo que se quebró bajo
el peso del vehículo, y vino a hundirse en las gélidas aguas del polo, con
piloto y todo. Lara saltó del helicóptero a tiempo puesto que había dejado la puerta abierta para que su
cuerpo fuera acostumbrándose al
despiadado clima, y eso que iba bien
equipada para el frío.
Al parecer, la Daga de Ora, engarzada en el asiento, le capacitaba
para lanzar unos rayos de energía
que la hubieran fulminado al tocarla, pero Lara esquivó ágilmente todas sus embestidas y finalmente
acabó con él. Era la última talla que
debía recuperar. Ahora sólo tenía
que reencontrarse con el doctor
Willard en su base científica de RXTech, en la Antártida.
Sólo fue el comienzo de sus problemas. No se le dio recibimiento
alguno en la base, y hasta tuvo algún encontronazo con operarios que
al parecer la tomaron por una intrusa. Si eso ya descontentó a Lara,
acabó de convencerse de que algo
iba mal cuando encontró un horripilante cadáver tirado en medio de los
restos calcinados de una cafetería.
Al acercarse, algo que de cintura
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para arriba era humana y las extremidades eran tentáculos parecidos
a los de un pulpo se revolvió y empezó a escupir una sustancia amarillenta por la boca. Lara se apartó
bruscamente, pero la cosa ya estaba muerta. Y ella sólo tenía una teoría: mutación. Pero... ¿Por qué?
Todo esto le daba vueltas en la
cabeza cuando alcanzó una cabaña
en la que le esperaba Willard quien,
ajeno a su inquietud, comía alegremente una sopa de tomate. Lara le
manifestó su preocupación, ¿qué era
aquello que había encontrado? Y la
revelación fue aterradora.
Willard estaba haciendo experimentos con seres humanos. Según
sus teorías, Darwin se había equivocado en sus investigaciones y había
errado la línea evolutiva. Él, Mark
Willard, había descubierto la verdad,
y estaba dispuesto a usar el poder
mutante de los artefactos para crear
su propia línea evolutiva.
A medida que iba escuchando
el grandilocuente discurso del científico, Lara empezó a darse cuenta de que quizá no debería haber
recuperado los artefactos... no
para aquello. No para que un loco
los usara para hacer atrocidades
experimentales y crear nuevas especies. Los efectos de las mutaciones ya habían sido vistas in situ
por la propia Lara y no estaba nada
de acuerdo con que aquello fuera
adelante. Así que no dudó en manifestarle su oposición a que empleara los artefactos para aquello,
y cuando Willard, inquieto, trató de
echar mano a la maleta en la cual
Lara portaba las cuatro tallas, ella
se lo impidió.
El científico reaccionó con violencia. Al volcar la mesa sobre ella, una
de las aristas la golpeó en el rostro
y la hizo caer aturdida al suelo. Eso
le bastó para arrebatar a Lara la maleta y salir huyendo de la cabaña,
meterse rápidamente en el montacargas que descendía hasta las minas y activarlo. Pero Lara no se quedó atrás. Saltó sobre el montacargas y descendió con él.
Sin embargo, no iba a poder alcanzarle de momento. Se encontró
metida en un endiablado laberinto de
pasillos que la entretuvieron por algún rato. Hubiera sido más fácil dar
media vuelta y largarse, pero se sentía responsable y no iba a permitir
que nadie usara de sus esfuerzos
para hacer maldades.
Al abrirse camino por las minas
(tuvo que usar incluso una vagoneta
para los túneles) se encontró con
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otros especímenes medio humanos,
medio pulpos. La sustancia amarilla
resultó ser un gas tóxico que tuvo
que evitar a toda costa. Saltaba a la
vista que aquellas cosas eran el resultado de los experimentos de
Willard con sus propios operarios.
Lara estaba cada vez más asqueada. Hubo un momento en que creyó
que no podría seguir más adelante.
Se trataba de introducirse en las
gélidas aguas de una caverna interior para pasar a otro nivel de las
minas. Los operarios usaban una
escafandra de campana, pero ella
tuvo que mojarse y arriesgarse a
quedarse tiesa de una hipotermia.
Pero suerte nunca le había faltado y
así llegó a las puertas de lo que parecía ser una ciudad antiquísima.
Estaba en el umbral de la mítica
Tinnos.
La Ciudad Perdida
de Tinnos
Aquello sí era un pleno retorno a
los inicios. Lara caminó por las desoladas calles de lo que en su día
fue una ciudad pletórica de vida y de
cultura. Aquello destrozaba todas las
teorías que suponían a los polinesios
unos pueblos primitivos y atrasados.
Todo en aquella ciudad funcionaba
por extrañas energías magnéticas y
estaba habitada por criaturas que
en cierto modo le recordaban a las
recientes mutaciones realizadas por
Willard. Abriéndose camino por
aquel lugar, Lara pudo hacer más
averiguaciones sobre aquella cultura. Al final de aquel lugar se encontró con una gran caverna tallada
prácticamente asentada sobre un
lago de magma fundido. El lugar transitable era como un gran anillo de
piedra que rodeaba el lago. En el
centro había un gran pozo de lava, y
frente a él estaba el doctor Willard.
A Lara le bastó darle una ojeada
a todo el complejo para ver que el
científico había insertado cada artefacto en una especie de cueva a cada
lado del recinto, y en aquel momento vio al hombre alzar los brazos y
junto con ellos, una inmensa roca,
el meteorito, se alzó magnéticamente y quedó suspendido en la parte
superior de la caverna . En ese momento el hombre se giró hacia ella y
le dedicó una sonrisa sarcástica.
Acto seguido, se dejó caer de espaldas en el pozo. Lara ahogó un grito
y corrió hacia el lago. Pero no quedaba rastro del científico. Cuando ya
retrocedía, una criatura espantosa
surgió del magma, una abominable
araña inmensa con el rostro calcinado de Willard.
A la exploradora le quedó muy
poco tiempo para decidir qué podía
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hacer. Echó a correr, huyendo de los
rayos de energía que le disparaba
aquella cosa, y se encontró con la
primera caverna. Entonces dedujo
que si arrancaba los artefactos de
sus huecos y hacía caer de nuevo el
meteorito, cortaría la fuente que
servía de energía al nuevo Willard.
Disparó a la araña hasta que se
quedó inmóvil, arrancó el primer
artefacto de su nicho y volvió al círculo de piedra, justo a tiempo para
ver cómo su enemigo recobraba las
fuerzas. Era importante no despistarse y que no la pillara acorralada
dentro de las cuevas.
Cuatro veces lo inmovilizó, y cuatro veces entró en las cuevas para
recuperar los artefactos. Y entonces, tal como había previsto, el meteorito descendió y la última ráfaga
de metralla acabó con Willard.
Quedaba salir de allí cuanto antes. Lara escaló la caverna hasta
salir por su techo y se dirigió a toda
prisa hacia el helipuerto. Eliminó a
todos los operarios de la RX-Tech
que se lo impidieron. Una única idea
la obsesionaba: salir de allí, alejar
los artefactos de aquel lugar, evitar
que cayeran en otras manos. Corrió
hacia un helicóptero y mató a su piloto. Subió en él y levantó el vuelo. Todavía la siguieron otros helicópteros,
pero con una maniobra sumamente
arriesgada, los hizo colisionar y huyó
rápidamente, de vuelta a casa.
A partir de aquel momento, Lara
se prometió que nadie nunca volvería a tener acceso a aquellos peligrosos artefactos.
Hipótesis acerca de
los cuatro artefactos
Piedra Infada: Uno de los tripulantes de la embarcación H.M.S.
Beagle viajó a la India donde se dispuso a cambiar su artefacto (la Piedra Infada) por una mujer. Allí encontró su muerte y la tribu del templo se quedó con el artefacto. Este
artefacto contiene poderes que van
desde magnetismo hasta grandes
emanaciones de calor.
Elemento 115: El segundo de los
tripulantes de la embarcación
H.M.S. Beagle viajó a Estados Unidos, donde armó un gran escándalo
después de emborracharse y terminó en la cárcel donde finalmente encontró su muerte. Es probable que
su artefacto fuera recuperado por
el Ejercito de Estados Unidos, dado
su misterioso material y su inmensa
fuente de energía. En 1955, el ejército construyó una base ultrasecreta llamada Área 51, ubicada en un
campo de pruebas llamado Nellis,
en medio del desierto, en un lugar
llamado Groom Lake, a unos 255
kilómetros al norte de Las Vegas,
en Nevada. La base se ha mantenido en extremo secreto y su acceso
es casi imposible. La base ha sido
usada para experimentos genéticos
y para armamento militar altamente sofisticado, especulándose que la
base esconde naves intergalácticas
y seres extraterrestres. Cuando Lara
llega a este lugar subterráneo, lo que
encuentra es justamente el OVNI supuestamente estrellado en Roswell,
en el año 1947, y a sus cuatro tripulantes extraterrestres fallecidos.
Nº 8 • Diciembre 2005 • Página 19
En medio de todo este revelador
hallazgo, Lara descubre el Elemento 115. Un artefacto desconocido
capaz de enjaezar ondas gravitatorias (propulsión) y fuente de energía
y combustible. También, el artefacto es un gran receptor de estímulos
mentales, capaz de despertar la conciencia de la vida extraterrestre,
como Lara descubre cuando sube a
bordo del OVNI.
Daga de Ora: El tercero de los
tripulantes de la embarcación
H.M.S. Beagle viajó a las Islas del
Pacífico Sur, donde murió a manos
de la tribu caníbal de los Polinesios y
le arrebataron su artefacto: la Daga
de Ora. El patriarca oculto en el templo de Puna se hizo con este artefacto y colonizó una nueva especie
mutante que se ocultaba en las cataratas del Madubu George. El artefacto posee poderes que multiplican
y modifican organismos vivos, provocando una evolución sumamente
acelerada capaz de crear organismos mutantes.
Ojo de Isis: El cuarto tripulante
de la embarcación H.M.S. Beagle,
Stephen Barr, cayó presa de la superstición, pues la muerte repentina de todos sus compañeros se relacionaba de alguna manera con los
artefactos. Stephen decidió viajar a
Londres y vender inmediatamente su
artefacto al mejor postor. Muchos
años más tarde, el artefacto cayó
en manos de Sophia Leigh, una ambiciosa mujer, dueña de una compañía de cosméticos que somete a sus
empleados a experimentos ilegales.
Las mutaciones que sufrieron los
empleados de la compañía los obligó a subsistir en las catacumbas de
Londres, buscando el momento
oportuno para vengar su desdicha.
El Ojo de Isis es una fuente inagotable de energía que puede alterar
moléculas. Su mal uso puede traer
los más trágicos incidentes.
Nº 8 • Diciembre 2005 • Página 20
Relatos Tomb Raider
El Sello Áureo (VIII)
Por Ana María
• Imágenes Ana María y Tio Copu •
Lara se quedó inmóvil unos momentos, sopesando sus posibilidades. Luego, a una velocidad de vértigo, se giró, desenfundó las
armas y disparó a bocajarro.
Gunderson se arrojó al suelo y sus hombres (eran cinco) esquivaron las ráfagas, pero
al mismo tiempo se abalanzaron sobre ella
para reducirla. Ella, viéndose acorralada, saltó por encima de ellos, dio una voltereta en el
aire, aterrizó flexionada y salió disparada hacia la puerta.
– ¡Seguidla! –gritó Gunderson, sacando el
walkie-talkie– ¡Los del otro lado: la mujer
se dirige hacia vosotros!
Lara corrió a toda velocidad por el pasillo,
mientras las balas llovían a su alrededor y destrozaban mobiliario, jarrones
y espejos. Al llegar a las escaleras de caracol, se detuvo, jadeante, al oír al
otro grupo de mercenarios subir rápidamente hacia ella.
Acorralada de nuevo. Pero no vencida.
Volvió a la carrera sobre sus pasos y empuñó la ametralladora. Se encaró a los que
venían persiguiéndola y abrió fuego contra
ellos.
Esta vez cayeron dos.
Aprovechando la confusión, saltó por encima de los cadáveres y se perdió por otro
corredor.
–
¡Señor! –gritó uno de los mercenarios,
con la pierna herida– ¡Esto es un suicidio! ¡Si
no acabamos con ella nos diezmará!
Nº 8 • Diciembre 2005 • Página 21
– ¡Soltad de una vez las malditas granadas de gas! –dijo Gunderson por
toda respuesta.
Lara llegó, agotada, a otro salón. Rápidamente cerró la puerta, echó la
llave y, con una patada seca, la partió, dejando la mitad atascada en la
cerradura.
– Ahí tenéis para rato –jadeó, y sacó el mapa para localizarse.
Tenía que regresar a la sala del tapiz. Como fuera. No era estúpida y se
había dado cuenta de que los mercenarios le disparaban sin apuntar. Sólo
estaban incordiándola... «Karel me quiere viva».
Desechó el pensamiento y
se concentró en el mapa. Tendría que dar un buen rodeo
para regresar junto al tapiz. Y
a buen seguro que alguien
estaría esperándola.
De repente, notó que le
faltaba el aire y empezó a toser. Al mirar a su alrededor,
vio un ligero gas verde colándose por el bajo de la puerta.
Lo que faltaba. Y esto no
era el Louvre. No había respiradores esperándola en ningún armario de laboratorio.
Se apartó del gas y entró
en el siguiente salón. Aquel
maldito castillo era un laberinto de cámaras comunicadas.
– Un laberinto, no –murmuró mientras descendía las escaleras–. ¡Una
trampa!
••••••••••
La mente de Kurtis flotaba en el tiempo. De repente, se detuvo y enfocó
una escena.
El conde Vlad Tepes entró en la lujosa estancia del castillo. En un extremo de la habitación, había una bellísima mujer que tejía un tapiz con dedos
temblorosos... Un tapiz no. ¡El tapiz!
Kurtis reconoció a la mujer: era la misma que aparecía como Amazona
en la obra que estaba elaborando. Estaba embarazada.
Nº 8 • Diciembre 2005 • Página 22
El rostro de la mujer estaba congestionado de tanto llorar. Pero no era
tristeza lo que había en sus lágrimas.
Era rabia. Rabia e impotencia.
Drácula llegó a su lado y acarició
su sedosa cabellera rubia. La mujer
se estremeció.
– Loanna... –musitó él– Mi Amazona...
Ella se apartó, asqueada, y le clavó
la larga aguja en el brazo. Él, furioso,
la arrojó al suelo de una bofetada.
Loanna se levantó, muy digna, y le plantó cara con desafío.
– Eres un monstruo. ¿Sabes cómo te
llama tu gente? ¡Drakul! ¡El Demonio!
Vlad se encogió de hombros mientras se sacaba la aguja.
– Y hacen muy bien. Me temen y me
reverencian. Tú, en cambio, me desafías. En cuanto se te cumplan los
días, acabaré contigo.
– No tendrás tu maldita descendencia –juró ella–. Antes me suicidaré.
Drácula soltó una carcajada. Sus esbirros la vigilaban día y noche. Era
imposible que escapara a su fatídico destino.
– Haz lo que quieras –respondió–. Pero acaba este tapiz.
••••••••••
Lara entró de nuevo en la sala del tapiz... y lo que vio le cortó la respiración. Y no precisamente por el gas tóxico.
La hermosa tela estaba ardiendo.
– ¡No! –gritó, y se abalanzó sobre ella, que despedía un humo negro.
El malnacido de Gunderson había ordenado que la incendiaran para que
Lara no pudiese investigarla más. Y sin el tapiz, no había forma de encontrar la clave que les conduciría a la Verdadera Opción.
Las llamas consumían a toda velocidad el tejido.
Nº 8 • Diciembre 2005 • Página 23
Lara sabía que era inútil intentar sofocar el fuego, pero aún así arrancó
una cortina y empezó a azotar el foco de combustión.
Y entonces lo vio.
Tras los hilos quemados apareció algo. Era un compartimento secreto
hecho con forro de tela, que también había ardido, y revelaba un pequeño
cajón. Sin embargo, el cajón estaba vacío. No había nada dentro.
Tanto le sorprendió que no oyó a nadie acercarse por detrás.
Unas manos fuertes la agarraron por detrás. Se debatió, furiosa, y trató de coger las
armas, pero entonces otro par de manos le
arrebataron las pistolas y le arrancaron la ametralladora del hombro.
Lara giró las caderas y estampó una patada lateral en el vientre del mercenario que la
había desarmado. El desgraciado fue a caer
de lleno dentro del tapiz, y empezó a quemarse con él.
Gunderson seguía agarrándola. La presión
sobre sus brazos se hizo tan intensa que empezó a notar un cosquilleo. Se retorció como
una anguila, pero su captor, que era fuerte,
no la soltó.
– Quieta, fiera –le susurró el matón al oído–.
Eres un hueso duro de roer, ¿eh? Ahora te
usaré de cebo para atraer a tu amiguito.
••••••••••
La escena cambió de golpe, y Kurtis se encontró en la cámara de tortura, pero los instrumentos estaban nuevos, impecables, y había un prisionero colgado de la strappade.
Era el Lux Veritatis que aparecía en el tapiz.
Vlad Tepes, alias Drakul, contemplaba la escena como si estuviera viendo una danza de juglares. Estaba de buen humor y sonreía al ver el sufrimiento de su cautivo.
– Eres tozudo –decía el conde–. Y eso que has perdido. ¿Por qué te empeñas en callarte la Verdadera Opción? Tu orden está condenada.
– Alguien quedará –jadeó el prisionero–. Alguien que repare nuestros errores.
Nº 8 • Diciembre 2005 • Página 24
Vlad se rió. Sí, aún quedaban muchos Lux Veritatis,
pero él se encargaría de que
no quedara ni uno. Ni uno
solo.
– Dime de una vez cuál es
esa opción, o te haré
sufrir.
– Ya he sufrido bastante.
– Oh, aún sufrirás más.
Puedo prolongar tu suplicio indefinidamente, monje guerrero.
El condenado alzó la vista, y Kurtis hubiera jurado que lo estaba mirando
directamente a él. Pero eso no era posible. Él no estaba allí... al menos, no
de forma corpórea.
– En el centro de una gran esfera de posibilidades –recitó el monje, como
si fuera una lección aprendida– sólo una es la Verdadera. Quien la conozca será capaz de dar la vida o la muerte a cualquiera de los dos
rivales, Lux Veritatis o Nephilim, sin que el otro sucumba a causa de la
muerte de uno.
Desvió la mirada y la clavó en su torturador.
– Vosotros, Nephilim, la conocíais... pero os corrompisteis y la olvidasteis. Nosotros, en cambio, nunca la hemos sabido.
– Eso es mentira –escupió Val Drakul.
– Sólo un ángel podría saberlo –respondió el monje–. Nunca conocerás la
verdad, Drakul. Y por cada Lux Veritatis que aniquiles, un Nephilim morirá con él. Somos las dos caras de una misma moneda. Y cuando sólo
quede uno de ambos bandos... tendrán que depender el uno del otro.
Vlad se acercó furioso a él.
– Déjate de tonterías. He vencido. Tengo a la Amazona. Loanna es mía y
me proporcionará la descendencia que necesito. La Profecía se ha cumplido.
El torturado sonrió a través de sus labios cuarteados.
– Loanna... la has sometido, pero no es ella quien causará la destrucción
de su raza. Vendrá otra... otra a la que no podréis vencer... ella descubrirá la Verdadera Opción.... y el que estará junto a ella os destruirá.
••••••••••
Nº 8 • Diciembre 2005 • Página 25
Fue como un golpe. Un fogonazo. La mente de Kurtis retrocedió y entró
de nuevo en su cuerpo sin que él lo pudiera controlar. El impacto emocional
lo golpeó de lleno y lo tiró al suelo.
Aspiró varias bocanadas de aire, intentando calmar los desbocados
latidos de su corazón. Luego se levantó, chorreando limo, y salió de aquel
antro con pasos vacilantes.
Una fuerza ajena a él lo había expulsado de la visión. Alguien le había
impedido seguir.
Tenía que hablar con Lara. Aunque no le creyera. Era hora de confesarle la verdad acerca de él... y de ella misma.
Al salir del pozo, lo primero que oyó fueron disparos, ráfagas y un ponzoñoso gas filtrándose por el castillo. Se oían tiros, ráfaga de metrallas y
gritos.
– Maldito sea Gunderson –murmuró.
Todo estaba lleno de gas tóxico. Se vio obligado a agacharse y avanzar
más lentamente.
Y entonces oyó gritar a Lara. Un agudo y prolongado grito de dolor.
Continuará.......
Nº 8 • Diciembre 2005 • Página 26
Relatos Tomb Raider
Esperanza (VIII)
Por Nienna
• Imágenes por Tio Copu •
Capítulo 8: Un poco de suerte
Adrian había seguido las peticiones del Consejo, durante la mayoría de
su vida. Últimamente, la edad solo le había permitido aceptar aquellas que
no implicasen demasiados viajes. A pesar de ello, había completado la
mayoría con éxito. Sus órdenes eran bastante sencillas; esperar, observar
y ofrecer su ayuda, si ésta fuese necesaria. Así que, tras haber acabado su
tarea, se preparó para salir del viejo edificio.
Sin embargo, mientras caminaba hacia la salida, se fijó en que había
tres hombres de pié junto a ella. Su instinto le decía que nada bueno podía
venir de ellos, aunque no parecía que llevasen armas. Adrian se dirigió
entonces hacia una de las habitaciones laterales, pero tan pronto como
entró allí se dio cuenta de que había más hombres esperándole.
– Ya sabes porque estamos aquí –dijo uno de ellos, que parecía ser el
jefe–. ¿Alguna posibilidad de que nos digas lo que queremos saber?
Adrian sabía que perdería la vida si no aceptaba. Pero también sabía
que la habría perdido hacía bastante tiempo sino hubiese sido por la gente
a la que le pedían traicionar. Decidió permanecer en silencio.
Nº 8 • Diciembre 2005 • Página 27
– Como quieras –dijo el jefe, apuntándole con su arma a Adrian y disparando. Nadie pudo oírlo gracias al silenciador–. Vigilad todas las salidas
–ordenó, sin ni siquiera mirar al hombre desangrándose a sus pies.
••••••••••
Aun llovía bastante cuando IsisDeiyan llegó a Glastonbury. Miró hacia el
lugar donde Adrian debería estar esperándola, justo donde estaba la salida
de las cámaras subterráneas. Pero, en su lugar lo único que encontró fue
una furgoneta aparcada. Sino estaba allí fuera, tendría que estar dentro
del edificio. Y ella no iba a quedarse esperándolo bajo la lluvia. Sin embargo, tan pronto como llegó a la entrada, se dio cuenta de que estaba vigilada
por varios hombres. Eso quería decir que Adrian no había podido salir de
allí, bien por la vigilancia o porque le habían cogido. Deseando que fuese
por lo primero, cruzó la entrada y se quitó la capucha del abrigo, aunque
sabía que eso la descubriría. Habrían sospechado de ella igualmente, ya
que nadie necesita protegerse de la lluvia en edificios cerrados.
Anduvo por el edificio, vigilando cada movimiento de los hombres de la
entrada, sin aparentar que los había visto. Al poco rato, uno de ellos abandonó su posición y se dirigió hacia una de las habitaciones laterales. Ella le
siguió lentamente. Si habían cogido a Adrian, seguramente ese hombre le
llevaría hasta donde lo tenían. Estaba en lo cierto. Al acercarse, pudo ver el
cuerpo de Adrian en el suelo de una de las habitaciones. Entró sin pensárselo dos veces, sabiendo que posiblemente fuese una trampa. Se arrodilló
a su lado y examinó la herida. Aún estaba vivo, medio inconsciente. Sangraba bastante y supo al instante que no había nada que pudiese hacer por él.
– Por fin has llegado –consiguió decir Adrian–. Temía que no me encontrases aquí.
– Yo también. ¿Qué ha ocurrido?
– Todo ha ido bien –aquella era toda la información que obtendría acerca
del asunto.
– ¿Algo más que quieras contarme?
– Sí. Sabes que me muero. No quiero pasar por todo ese dolor.
Preguntándose cómo Adrian sabía aquello y sabiendo que no tenía alternativa, IsisDeiyan le puso los labios sobre la frente y esperó. Moriría pronto
y aquello aliviaría el dolor hasta entonces. Una vez hecho se giró hacia una
de las esquinas de la habitación.
– ¿Tenías pensado quedarte ahí mucho más? –preguntó, con cuidado
para no mostrar nada de toda la rabia que sentía en ese momento–. ¿O
ibas a esperar a que cruzase de nuevo la puerta para dispararme?
– Jamás te habría imaginado capaz de cosas como esa.
Nº 8 • Diciembre 2005 • Página 28
Así que después de todo, ella le había visto, apuntándole. ¿Por qué
había entrado en la habitación entonces?
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
Mi hermana debería habértelo advertido
Puede que no trabaje para ella.
Así que trabajas para el otro. Genial –respondió ella, sin ningún interés.
Ha decidido perdonarte la vida, por un tiempo al menos.
Me alegra oírlo.
¿No quieres saber por qué? –su indiferencia le estaba empezando a
molestar–. Tienes algo que quiere –dijo extendiendo la mano.
No confío en los intermediarios. ¿Algo más?
En realidad sí. Estamos buscando a alguien más. ¿Dónde están?
¿Cómo podría saberlo? Acabo de llegar.
No bromees conmigo, niña –dijo, agarrándole del brazo.
Yo no haría eso –respondió ella, tranquilamente.
La amenaza le sorprendió. No había llegado a pensar que la mujer podía
ser un peligro, pero la soltó igualmente.
– Vendrás con nosotros. ¡Muévete!
••••••••••
La luz que llegaba del exterior era suficiente para guiar a Lara y Kurtis a
través del estrecho pasillo. El ruido de la lluvia había parado finalmente,
pero el suelo aún estaba mojado, haciéndolo resbaladizo. “Seguramente el
mayor peligro en este lugar; no caerse al suelo.” Pensó Lara, al llegar a la
salida, una pequeña ventana, medio-cubierta por la hiedra. Ambos salieron
del lugar y miraron a su alrededor. Lo primero que vieron fue un furgón
aparcado justo delante de ellos.
– Tenemos problemas –dijo Kurtis mirando el vehículo–. Este es el tipo de
furgón que Gunderson usaría. Tiene que estar por aquí cerca.
– Deben saber que la salida esta aquí –dijo Lara sacando sus pistolas. Sin
embargo, no vio a nadie cerca.
– ¿A dónde han ido? –preguntó Kurtis un poco después.
– Si no sabían que la salida era esta y no están por aquí fuera deben de
haber ido dentro –respondió Lara.
– Entonces propongo que salgamos de aquí antes de que vuelvan –dijo
Kurtis, empezando a andar.
– ¡Espera!
Lara le agarró del brazo e hizo que ambos volviesen a esconderse detrás del furgón. Señaló a la entrada del edificio, desde donde los hombres
Nº 8 • Diciembre 2005 • Página 29
de Gunderson venían. El propio Gunderson los estaba dirigiendo, reteniendo a una mujer a punta de pistola.
– Podremos pillarles por sorpresa, si nos quedamos aquí. Con un poco de
suerte saldremos de esta con vida –dijo Kurtis examinando su Boran-X.
– Con un poco de suerte yo saldré de esta... –le corrigió Lara con una
sonrisa–. A ti te necesitan vivo, ¿recuerdas?
– No veo porqué. No tengo ni la más ligera idea de dónde puede estar la
llave.
– Simplemente no les digas eso.
Ambos dejaron de hablar tan pronto como oyeron las pisadas. Si querían sorprenderles mejor dejar aquella conversación para otro momento. Y
en pocos segundos los hombres estarían lo suficientemente cerca. Les
oyeron abrir las puertas del vehículo y esperaron hasta el momento adecuado de actuar. Las puertas volvieron a cerrarse pero ninguno de los
hombres había entrado en el furgón.
– Quedaos aquí y vigiladla, mientras registramos el terreno –ordenó Gunderson a dos de los hombres, antes de volver a abandonar el lugar.
Lara y Kurtis intercambiaron miradas sorprendidas. Era cierto que Gunderson no tenía ni idea de que la salida estaba allí. En primer lugar, había
creído que estarían en
el interior, pero al no
encontrarles, simplemente había supuesto que estarían en el
exterior. Suposición
correcta, pero que llegaba tarde. Dejando
el furgón sin apenas
vigilancia, acababa de
facilitarles su ruta de
escape. Sería sencillo
deshacerse de los dos
hombres y escapar
con el furgón. Lara rodeó el vehículo hasta
que pudo apuntar a
uno de los hombres.
Entonces, simplemente salió de su escondite y disparó. Antes
de que el otro pudie-
Nº 8 • Diciembre 2005 • Página 30
se registrar lo que estaba ocurriendo, fue alcanzado por otra bala. Esta vez
viniendo de la Boran-X de Kurtis. Lara subió rápidamente al asiento del
conductor. El resto de los hombres, además de la mitad de los turistas,
tenían que haber oído el ruido y aparecerían en cualquier momento. Los
muy idiotas habían dejado las llaves dentro, así que esperó hasta que Kurtis subió al otro asiento y arrancó el coche. Empezó a conducir hacía la
carretera.
••••••••••
Marten Gunderson apenas tuvo tiempo para entender lo que estaba
ocurriendo. Primero, oyeron dos disparos, pero, aunque inmediatamente
fueron corriendo hasta donde habían dejado el vehículo, lo único que pudieron hacer fue disparar contra su propio furgón en un intento de evitar que
huyese. Pero el mismo cuidado que empleaba en hacer que sus vehículos
fuesen los más resistentes, se había volvió en contra suya.
Se arrodilló al lado de los cuerpos de sus dos hombres. Ambos habían
sido alcanzados por balas, así que no podía haber sido obra de su prisionera, sino de algún otro. Y entonces lo vio. Una trampilla con forma de
ventana, justo detrás del lugar donde la furgoneta había estado aparcada.
Si hubiese tenido más cuidado, ahora estaría sentado en el furgón con tres
prisioneros.
Si Karel llegaba a saber que algo así había ocurrido, seguro que le
mataba por su incompetencia. Sin embargo, no estaba allí en aquel momento y no había ninguna razón para informarle del asunto. Y ninguno de
sus hombres se atrevería a decir nada en su contra. Así que no había
razón para preocuparse. Todavía tenía mucho tiempo para corregir el
error.
••••••••••
Nº 8 • Diciembre 2005 • Página 31
– ¿Y a dónde vamos ahora? –preguntó Kurtis, mientras Lara conducía el
recién adquirido vehículo.
– Conduciremos hasta que encontremos un lugar seguro para pasar la
noche y después tu decidirás a donde vamos.
– ¿Yo?
– Tienes que saber algo.
– Lara, dejé la orden antes de acabar mi entrenamiento. ¡No sé nada
sobre las llaves!
Ambos estuvieron en silencio durante un rato, sin saber qué más decir
hasta que escucharon un sonido de golpes que venía de detrás de ellos.
Con las prisas de la huida, se habían olvidado del otro pasajero. Kurtis
abrió la ventanilla que comunicaba los asientos delanteros con la parte
trasera del furgón. La misma mujer que les había ayudado hacia tan solo
un par de días les miraba ahora.
–
–
–
–
–
–
–
Gracias –dijo simplemente.
¿Qué estabas haciendo ahí? –preguntó Lara.
He encontrado información interesante.
¿Por eso te cogieron?
Supongo que si. Es información de primera mano.
¿Información de primera mano?
Tengo el diario de la mujer que escondió las
llaves. –Kurtis y Lara intercambiaron miradas sorprendidos–. Era mi hermana –añadió como explicación–. Eso os lo explicaré
luego. Primero, os llevaré hasta un lugar
seguro.
– Sólo una pregunta –dijo Lara–. La mujer de las pinturas era tu hermana,
¿verdad?
– Si.
– Y la gente que vigilaba la llave..., la
olvidaron sólo para evitar que fuese
robada.
IsisDeiyan solo asintió y sonrió.
– Kurtis, me debes un viaje en tu moto
–dijo Lara sonriéndole.
Continuará.......
Nº 8 • Diciembre 2005 • Página 32
Relatos Tomb Raider
La tumba perdida
de Alejandro (IV)
Por Perico
• Imágenes por Tio Copu •
Caía la medianoche en Venecia. Me dirigía corriendo, por entre las sombras, hacia las afueras de la ciudad. Allí, hacía sólo unas horas, nos había
dejado el jet privado de James cuando llegamos, y allí me había citado
Malena en el mensaje que me había enviado. Para mayor seguridad, había
escrito las letras al revés. En cuanto me di cuenta, pude leer: “No vengas
a la plaza. Está atestada de poli y ahora eres la mujer más buscada del
país. Quedamos a medianoche donde está el jet privado de James, y hablaremos. Tranquila, James está bien. No faltes”. En poco tiempo, gracias a
mi habilidad para moverme en sigilo, alcancé el punto de encuentro. Allí
estaba Malena.
– ¡Lara! –dijo, en tono bajo–. Me tenías preocupada. La noticia del tiroteo
y la persecución por los canales ha salido en todos los informativos de la
noche.
– Ya me lo suponía.
– ¡Ha salido hasta por la BBC! E incluso un videoaficionado
te ha grabado mientras matabas a uno de los mercenarios en la Plaza. ¡Toda la policía italiana te está buscando!
Nº 8 • Diciembre 2005 • Página 33
– También me lo suponía. ¿No has hablado con ellos?
– Sí, sí. Ya saben que tú no has matado a los carabinieri, hay testigos que
lo confirman. Pero tienes que presentarte en comisaría para dar explicaciones. Esto es serio.
Me quedé pensativa durante unos instantes.
– Para dar explicaciones, hay que averiguar antes algo más de esta historia. Esto se está tornando más peligroso de lo que parecía…
– ¿Quiénes eran esos tipos? ¿Qué querían de nosotros?
– Querían el anillo que conseguí en la Torre de San Marcos.
Metí la mano en la mochila y extraje el anillo. Lo puse a la luz de una
farola cercana, y ambas nos quedamos mirándolo, embobadas por su belleza. La joya que tenía incrustada brillaba como si fuese nueva, aunque
posiblemente tuviese más de 2000 años.
– No hay duda, Lara. Éste es el Anillo Real de Alejandro Magno. Desde
que salió la teoría de que su cuerpo podría estar en Venecia, me he
documentado muchísimo sobre Alejandro. Y no hay duda de que éste
era su anillo. Tal y como se describe en los textos antiguos, y teniendo
en cuenta la época, todo encaja. Éste es.
– Es bueno saberlo. Sin embargo, es lógico que querían el anillo por algo
más que por su valor económico.
– ¿Crees que este anillo es la clave para
llegar hasta la tumba de Alejandro?
– Puede ser. Lo que es seguro es
que esa Orden, según me confesó uno de los mercenarios,
quiere encontrar la tumba a
toda costa. Dicen que es
algo que les pertenece y
que lo conseguirán cueste lo que cueste.
– ¿Eso te dijo? Qué horror.
¿Qué Orden crees que
puede ser?
– No sé. Son egipcios, eso
seguro. Su acento los delataba.
De repente, me acordé del
manuscrito que encontramos
James y yo junto al anillo.
Nº 8 • Diciembre 2005 • Página 34
– Esto quizá nos saque de dudas. Es italiano antiguo: a ver si puedes
echarle un ojo.
– Claro… –se dispuso a leerlo.
– Pero espera, antes dime: ¿cómo está James?
Malena alzó la vista del pergamino y me puso la mano en el hombro.
– No te preocupes. Es una herida superficial y parece que no reviste
gravedad. Sin embargo, tiene que estar ingresado unos días. Está en el
Hospital General de la ciudad.
– Ojalá pudiese ir a verle. No sabes, Malena, lo culpable que me siento
por lo que ha pasado. Ambos tenemos la misma pasión por la historia y
por la arqueología, pero él nunca ha cogido una pistola ni mucho menos
ha matado a nadie. Ésta no es su forma de actuar. Y yo, le obligué a
venirse conmigo. Y ahora le han disparado…
Bajé la cabeza. Soy una mujer muy fuerte, pero en ese momento sentí
ganas de llorar. Luego ganas de mandarlo todo a la mierda, entregarme a
la policía y olvidarme de todo este asunto. Pero no hice nada de todo eso.
Mi sentido de la justicia siempre me ayuda en esos instantes de incertidumbre. Si había gente matando por conseguir encontrar el cuerpo de
Alejandro, si había gente dispuesta a quitar vidas por dar con esa tumba…
es que algo más grave yacía detrás de todo este asunto. Debía de impedir
a toda costa que esa dichosa Orden consiguiese su objetivo.
– No te vengas abajo ahora, Lara. Pudo haber sido peor. Podían haberlo
matado, y sin embargo sólo tiene una herida leve. Pero ahora, lo que
debes hacer es ir a comisaría y…
Nº 8 • Diciembre 2005 • Página 35
– ¡No!
Malena se sorprendió.
– Mientras esté perdiendo el tiempo con la policía, esa maldita Orden
podrá seguir haciendo de las suyas. Además, no han conseguido el
anillo por lo que volverán a por él. Debemos aprovechar que tenemos
ventaja para intentar encontrar la tumba antes que ellos.
Malena movía la cabeza de derecha a izquierda, resignada.
– Eres incorregible. Te entiendo, créeme, pero si quieres ser una fugitiva
de la ley, tú misma.
– No sería la primera vez, de todas formas –sonreí–. De momento, intenta traducirme el pergamino. Voy a preparar las cosas para el viaje.
Suerte que en el jet traje a escondidas de James un poco más de
armamento por si lo necesitábamos. Y lo voy a necesitar.
– Lo vamos a necesitar –dijo Malena, firmemente–. Yo me voy contigo.
– ¿Cómo que te vienes? –exclamé sorprendida–. ¿Estás loca? Esto es
muy peligroso. Además, si vienes conmigo, serás cómplice de mi huida.
No quiero que…
– No hay más que hablar. Estoy contigo en esto. Además…
Se sonrojó un poco.
– Venga, dilo. ¿Cuál es el verdadero motivo?
– Está bien… Si descubres la tumba de Alejandro… yo… Yo quiero estar
ahí…
Emití una carcajada.
– ¿Así que es eso, eh? ¡Aflora tu vena descubridora!
Malena asintió, aún algo sonrojada.
– En ese caso, no perdamos más tiempo. Móntate y mientras yo piloto, tú
me traduces ese dichoso manuscrito.
– Pero, ¿cuál es nuestro destino?
Sonreí.
– Tesalónica, Grecia.
– ¿Tesalónica?
– Era el siguiente destino de los mercenarios, y quiero averiguar por qué.
Y espero que ese manuscrito nos depeje la duda. ¡Sube!
El Mediterráneo se alzaba bajo nuestros pies, mientras el jet surcaba
los cielos rumbo hacia Grecia. Era todavía de noche, pero las luces de los
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pueblos costeros nos iluminaban el trayecto. Tenía gran experiencia como
piloto, así que, con ayuda de un mapa y una brújula para orientarme, calculé que no tardaríamos muchas horas en alcanzar la ciudad griega. Esperaba poder hacerlo antes del amanecer.
– ¿Cómo va la traducción?
– Está casi lista. Y creo que vamos bien, porque nombran Tesalónica
varias veces.
– Eso es buena señal. Quizá sea allí donde está realmente la tumba de
Alejandro.
– Es posible…
Malena permaneció leyendo unos segundos más.
– Creo que ya está. Te leo, dice:
Al Gran Maestre del Ilustrísimo Gremio de Comerciantes de Venecia:
Esta carta tiene como principal objeto comunicarle que la misión ha
tenido éxito, pero se han sufrido contratiempos. Cuando ya habíamos conseguido corromper al Gobierno local de Alejandría para firmar un trato
secreto con el fin de hacernos con la tumba del gran Alejandro el Magno
de Macedonia, que se escondía en una de los habitáculos del Palacio
Real, los Hashshashin nos interceptaron.
Como usted sabe, los Hashshashín son una secta extremista árabe muy
peligrosa. Son enemigos de los Cruzados y de todo lo occidental, y están
en contra de que los comerciantes hagamos intercambios con sus países.
Los Hashshashín se enteraron de este acuerdo justo antes de embarcar e
intentaron impedir que zarpáramos. No lo consiguieron, pero ahora es
menester que llevemos la tumba a otro asentamiento. Venecia ya no es
lugar seguro para ello; incluso podrían declarar la guerra contra nuestra
ciudad, si la llevamos hasta allí.
El Consejo de la Misión y yo hemos decidido que la trasladaremos a
una de nuestras aliadas en Grecia, a la ciudad de Tesalónica, en el Imperio Bizantino. En concreto, a la Torre Blanca. Les será difícil sospechar
que la escondemos allí.
Le envío, junto a esta carta, el Anillo Real de Alejandro, que se escondía en la tumba, como prueba de que la tenemos. La belleza del sepulcro y
los tesoros que en él se guardan son de un valor histórico y económico
inculable. Espero noticias suyas desde Tesalónica.
Firma: Giovanni Rensi, Comerciante Jefe de la Misión
P.D.- Tenga mucha cuidado con los Hashshashín, ahora que son nuestros enemigos declarados. Y es que, como usted sabe, esta secta se caracteriza por las muertes, sangrientas, a discrección y en público, que
perpetra a sus oponentes.
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– Buen trabajo, Malena –comenté.
Nos quedamos las dos un rato pensativas.
– Así que, según esta carta, la tumba estaría escondida en la Torre Blanca, en Tesalónica –comentó Malena–. Pero, si estos mercenarios de la
Orden ya lo sabían (porque tenían billetes de avión con destino hacia allí)
¿Para qué ir antes a Venecia a por el anillo?
– Hay algo que me preocupa más que eso, mi querida amiga –respondí–.
Que los Hashshashín estén metidos en esta historia. ¿Conoces la turbia
fama de esa antigua secta? Prácticamente eran los terroristas de esa
época. Formaban una secta religiosa extremista que mataba a sus adversarios usando el equivalente a los terroristas suicidas actuales, perpetrando masacres a plena luz del día. De hecho, de la palabra
Hashshashín proviene nuestra palabra “asesino”.
– Sí, cierto, me sé la historia. Pero, ¿por qué dices que te preocupa?
Aunque hoy existan otros grupos extremistas que actúan de forma semejante, afortunadamente esa secta ya se extinguió hace mucho tiempo.
– Empiezo a no estar tan segura… El mercenario me dijo: “Sólo queremos
recuperar lo que es nuestro”.
– ¿Qué quieres decir? –preguntó Malena, intrigada.
– ¿Y si esa orden es descendiente de los Hashshashín?
– Estás loca. ¿Cómo es eso posible?
– Tengo dos pruebas –añadí rápidamente–. Casi se me había olvidado.
Saqué la cartera que le había robado al mercenario en Venecia. Aparte
de los billetes de avión, había dos indicios interesantes: una tarjeta en la
que ponía escrito “Alamut Club” y una bolsa con marihuana. Se las mostré
a Malena.
– Una carné de un club y una bolsa con “hierba”. ¿Qué tiene esto de
especial?
– ¿No encuentras las coincidencias? Piensa, piensa…
¡Intenta dar una explicación a lo que se refiere Lara! Quizá tengas que
investigar… La solución, en el próximo capítulo.
Para debatir sobre el enigma de este mes y opinar sobre el relato,
dirígete al hilo de La tumba perdida de Alejandro en el foro:
http://www.tombraiderfans.com/showthread.php?t=1917
Nº 8 • Diciembre 2005 • Página 38
Cine Tomb Raider
Tomb Raider:
del píxel al celuloide
Por Perico
• Imágenes por Perico •
Desde que se anunció que Lara
Croft, la sexy protagonista de uno
de los videojuegos más exitosos y
aclamados de los 90, Tomb Raider,
daría su salto a la gran pantalla, todos al instante se hicieron la misma
pregunta: ¿Qué actriz será la escogida para encarnar a la arqueóloga
británica? Corrieron desde entonces
auténticos ríos de tinta en prensa,
en Internet… Los jugones, y los no
tan jugones, hacían sus apuestas:
Sandra Bullock, Demi Moore, Liz
Hurley, Jennifer López, Catherine ZJones, y muchas más. Los rumores
se propagaron aquí y allá, pero la
productora de la película (un importante estudio de Hollywood, Paramount Pictures) no soltaba prenda.
Mientras tanto, algunas de las actrices más cotizadas luchaban por
conseguir el papel.
Y de entre todo esta humareda
de habladurías, surge ella: Angelina.
Acababa de ganar el Óscar y estaba
en el punto de mira: los que la habían visto se preguntaban cómo una
mujer podía aunar sensualidad y
dotes interpretativas de esa manera. Paramount dio al clavo al contratarla: habían encontrado la pieza
clave del puzzle. Pero ahora quedaba lo más importante: montar ese
puzzle: rodar.
El equipo ya estaba formado: era
británico en su mayoría. Simon West
en la dirección, Daniel Craig –que el
año que viene se convertirá por cierto en el nuevo James Bond- como
compañero de Lara y Iain Glen como
el villano. Además, Jon Voight, el
padre de Angelina, es fichado para
el papel de la arqueóloga.
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El equipo viajó por todo el mundo
para encontrar los lugares ideales
en los que ambientar la trama: Islandia (que simulaba ser Siberia),
Camboya (donde Hollywood rodaba
su primera película en su historia) y,
por supuesto, Londres. Allí, en los
estudios Pinewood, donde habitualmente se ruedan las pelis de Bond,
construyeron los tres escenarios clave del film: la mansión de Lara y dos
gigantescos templos.
El rodaje fue duro y caro. Duro
por las numerosas escenas de acción, que requerían cientos de extras, y especialistas para filmar aquellas secuencias de acrobacias a las
que Angelina no podía –o no se le
permitía– hacer frente. En cualquier
caso, la actriz se había puesto en
forma: se había pasado los tres
meses anteriores entrenando con la
Marina inglesa, practicando yoga, sin
fumar ni beber un gota de alcohol, y
aprendiendo artes marciales.
Y fue, como decimos, un rodaje
caro: 115 millones de dólares costó terminar la película y añadirle posteriormente los efectos digitales.
Toda una superproducción. La pregunta ahora era: ¿conseguiría gustar a los fans y a la audiencia en
general? Lo que para los productores se traduce en: ¿recaudará lo
suficiente para darnos beneficio, después del enorme desembolso que ha
supuesto para el estudio? La respuesta: un rotundo sí: en todo el
mundo recaudó la nada desdeñable
cifra de 274 millones de dólares, 47
de los cuáles sólo durante el fin de
semana de su estreno en EE.UU.
Batió un récord: en su momento fue
la película protagonizada por una
mujer más taquillera de la historia.
Cuando todos el público, en general, y todos los fans, en particular, pudieron ver la película, las opiniones fueron algo divergentes. A
uno les gustó mucho, a otros les
defraudó. Unos se quedaron atónitos ante la gran ambientación conseguida, los decorados, las coreográficas secuencias de acción, incluso los enigmas; parecía que la esencia del videojuego había quedado intacta en su versión cinematográfica. Otros, sin embargo, quedaron
defraudados ante el argumento, ante
ese guión pobre, flojo, con unos per-
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sonajes mal perfilados, una narración torpe y unos diálogos mejorables. Sin embargo, sí hubo unanimidad ante una cosa: Angelina Jolie.
Excelente como Lara Croft.
Angelina fue el gran descubrimiento de la película. Y es que, en
su paso del píxel al celuloide, Tomb
Raider, la película, supuso para
Angelina lo que Tomb Raider, el
videojuego, supuso para Lara: un
salto inmediato al estrellato, en el
que ambas permanecen desde entonces.
Aún con sus fallos, que los tiene,
Lara Croft Tomb Raider significó un
punto y aparte para Angelina, y un
punto y aparte para la saga. Aunque el videojuego ya tenía mucha
fama, desde la película, Tomb Raider es conocido por todo el mundo.
La saga entró tras la película, además, en su segunda etapa. Aquella
en la que la franquicia es de total
dominio público y que accede a casi
todos los sectores de la población:
prueba de ello es que la saga “adopta” como rótulo oficial el de la película. Fruto de ello es la secuela, los
cómics, los libros, los videojuegos
portátiles y la sexta entrega de la
saga, The Angel of Darkness.
Tomb Raider Legend supondrá,
si tiene la calidad y el éxito esperados, un salto a una tercera etapa.
Una vuelta a los orígenes de la saga,
pero adaptándose a los nuevos tiempos. ¿Dará esto pie a más películas? Sólo el tiempo lo dirá.
Nº 8 • Diciembre 2005 • Página 41
En esta ocasión analizamos una Web italiana,
su nombre es www.laracroftreborn.com,
donde sin lugar a dudas descubriremos
porqué es la Web del mes.
Análisis de la Web del mes
por SeRmOnGaR
(www.croftgeneration.com)
Como es lógico,
se puede ver un
nuevo diseño acorde con las navidades. Cabe destacar su buena organización en contenidos y limpieza, lo
cual se hace mucho más fácil su
navegación. Como
es muy común en
todas las webs,
podemos encontrar tres columnas,
en la central nada más acceder, nos
encontramos con la últimas noticias
y actualizaciones de la Web, en especial todas esas noticias sobre TR
Legend que poco a poco se van dejando ver.
Debido al extensísimo contenido,
esta vez el menú está repartido entre las columnas izquierda y derecha, quedando dividido a un lado las
secciones propias de la Web como
la portada, Noticias archivadas,
email de contacto, información sobre las personas que trabajan en la
Web, el foro, un libro de visitas, chat,
encuestas, sección descargas, Intercambio de banners, links e información de todo tipo sobre Los Tomb
Raider 1 hasta el
AOD. A continuación os detallo algunas secciones
interesantes. Comenzamos por el
menú de la izquierda:
•
•
•
•
•
• Historia
de
LCR: donde nos
relata el transcurso de la
Web, evolución
de diseños, etc.
Concurso TR: podemos pasar el
rato rellenando respuestas de un
concurso para demostrar que somos un gran fan de TR.
Libros: se nos muestra todo tipo
de información sobre los 3 libros
actuales.
Zona Fan: donde encontraremos
montajes de todo tipo hecho por
fans, como tú y yo.
Relatos Fan: muchas historias
escritas por fans con la misma
característica, evidentemente…
Tomb Raider.
Entrevistas: Entrevistas a personas imprescindibles para que TR
siga existiendo, encontraremos
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•
•
•
•
dicho material realizado a personas como: Jeremy Heath Smith,
Toby Gard y Riley Cooper, entre
otros.
Recompensas: Aquí aparecen las
recompensas que recibió la Web
a lo largo del tiempo.
Pasatiempos: Donde podemos
acceder a mini juegos relacionados con TR para pasar el rato.
A partir de aquí vienen secciones
más importantes que abarcan el
mundo TR:
Lara Croft: Accede a esta sección para informarte todo acerca de Lara Croft, podrás encontrar sub-secciones como: Carta
de identidad (donde aparecen todos sus datos personales), autobiografía, sección de comics oficiales, breve descripción y fotos
sobre Lara cuando era niña,
mucha información y filmografía
de Angelina Jolie, vestuario que
aparecen en los juegos, álbum de
fotos de la mansión Croft, galería de fotos de Lara, y por último, ficha y fotos de las modelos
que encarnaron a Lara Croft todos estos años.
Tomb Raider 1 al AOD: Todas las
sub-secciones para cada juego sigue un patrón:
-
-
-
-
-
-
-
-
-
Información: ficha técnica, carátula e información de dicho
juego.
Historia: Acerca de la trama
del juego.
Armas: Imágenes sobre las armas aparecidas en el juego.
Items y artefactos: todos están acompañados con su respectivo dibujo para identificarlo.
Personajes: Aparece una miniatura del personaje y una
breve descripción de su biografía.
Artwork: Podemos visualizar
renders de nuestra Lara, correspondientes a cada juego.
Screenshots: capturas de pantallas de los niveles más representativos del juego.
Wallpapers: Más fondos de
escritorio relacionado con dicho juego.
LCR Wallpapers: Fondos de
escritorios personalizados por
los webmaster de la Web.
Banda Sonora: Donde se puede descargar aquellos temas
que aparecen en el juego.
Descargas: Podrás descargarte desde utilidades para
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visualizar animaciones, hacerlo funcionar en XP, demos, parches, etc
- Asistencia: Donde encontrarás trucos y soluciones de
cada juego, para aquellas situaciones en las que no puedas continuar.
En la columna de la derecha y
para concluir, encontraremos el ya
conocidísimo y útil tagboard, un link
para reservar TR Legend, y la continuación del menú, que pasamos a
detallar:
rio acerca de juegos de TR aparecidos en Ngage, juegos java
para móvil, game boy y game boy
advance.
• Otras secciones: Aquí aparecen
el resto de secciones que no encuadran en las anteriores comentadas, tales como: figuras de acción, los parques de atracciones
The Ride, Skins para el programa de música Winamp, juegos
de mesa, carcasas de móvil, el
DVD Bonus de TR AOD, y el documental Lethal and Loaded.
• Tomb Raider 7: Viene en el mismo estilo que los anteriores, con
secciones apagadas debido a la
falta de información al respecto.
• Tomb Raiders Gold: Donde encontraremos información, soluciones, partidas guardadas, trucos y screenshots de cada expansión.
• Películas TR: Información de la
película, su trama, el casting,
nombre de las canciones de la
banda sonora, Concept art, imágenes del rodaje, fondos de escritorio y el “cómo se hizo”.
• Editor de niveles: contiene todo
lo necesario para experimentar
con la creación de niveles no oficiales; la sección niveles de fans
está desactivada temporalmente,
pero puedes acceder a información tal como tutoriales, texturas,
trajes para Lara, objetos, herramientas varias, etc.
• Otros Tomb Raiders: en esta sección aparece información,
screenshots y fondos de escrito-
En conclusión, Lara Croft Reborn
es una Web italiana que trata sobre
el mundo de Tomb Raider, reuniendo toda su dimensión, tan solo hace
falta investigar un poco para darse
cuenta de lo que el fenómeno Tomb
Raider ha crecido todos estos años.
La Web presenta una gran calidad
en contenido, claridad
y limpieza, a la
vez que se
mantiene
muy bien actualizada con
todas las novedades que
van ocurriendo.
El comienzo de TRL
En TRForums, Undertaker presenta esta información
que aparece en la revista PC Gamer, acerca del principio
del juego:
• El nivel de apertura se llama «Flashback» (recuerdo).
Lara vuelve a visitar un área en Perú donde algo muy
malo le sucedió en el pasado.
• Ella va a ese lugar para conocer a Anaya cuando un
grupo de maleantes saltan desde un camión y emboscan
a Lara.
• La tumba que Lara visita para obtener el artefacto se
llama la «Tumba de las Reinas».
• Cuando Lara obtiene el artefacto, es emboscada de
nuevo y pelea contra todos para escapar de allí.
• Anaya es secuestrada.
• Lara persigue a los secuestradores usando su motocicleta en una completa escena de persecución con disparos y todo.
Bueno,eso es todo....La verdad que es lo mas!
Información facilitada por SeRmOnGaR
Traducido por Evan Croft

Documentos relacionados