Los Proverbios de Salomón

Transcripción

Los Proverbios de Salomón
Los Proverbios de Salomón
INTRODUCCION
Mishlé Shelomó
• Este es el título en la versión original hebrea en
el que se alude tanto al contenido del libro como
a su paternidad literaria.
• Este constructo plural deriva del vocablo singular
Mashal, que es en realidad “un nombre colectivo
para referirse a dicho, proverbio, canción de
burla, profecía, parábola, salmo y alocución.”
(Frans van Deursen, “Proverbios”, p.18)
• Salomón escribió más de 3000 proverbios (1 Re.
4:32), producto de su sabiduría.
La Sabiduría de Salomón
• La sabiduría que Salomón recibió fue una gracia
divina que lo constituyó en el hombre más sabio
del mundo y le fue concedida en respuesta a su
propia petición cuando Dios, apareciéndosele en
sueños ofreció darle todo cuanto le pidiese.
• “Pídeme lo que quieras”, le dijo Dios, y Salomón,
reconociendo sus limitaciones, rogó al Señor que
le concediese “discernimiento para gobernar” y
para “distinguir entre el bien y el mal” (1 Re. 3).
Propósito
(1:2-6)
2
para adquirir sabiduría y disciplina;
para discernir palabras de inteligencia;
3
para recibir la corrección que dan la prudencia,
la rectitud, la justicia y la equidad;
4
para infundir sagacidad en los inexpertos,
conocimiento y discreción en los jóvenes.
5
Escuche esto el sabio, y aumente su saber;
reciba dirección el entendido,
6
para discernir el proverbio y la parábola,
los dichos de los sabios y sus enigmas.
Breve Reseña
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Introducción y propósito (1:1-7)
Discursos de un padre a un hijo (1:8 al 9:18)
Proverbios de Salomón (10:1 al 22:16)
Dichos de los Sabios (22:17 al 24:34)
Proverbios de Salomón copiados por los escribas
del Rey Ezequías (25:1 al 29:27)
• Postludio escrito por Agur (30:1-33) y el rey
Lemuel (31:1-31).
“El temor reverente al Señor
es el principio de la sabiduría...”
Proverbios 1:7a
La Fuente de la Sabiduría
• La sabiduría de la que se habla en estos versos
no es aquella que proviene de la adquisición del
conocimiento o de la experiencia de la vida.
• La fuente de esta sabiduría es Dios mismo, y se
la obtiene por medio del temor reverente que se
expresa de manera práctica en la vida diaria.
• El hombre sabio es el que tiene el conocimiento
requerido y la capacidad necesaria para tomar las
decisiones apropiadas en el momento oportuno.
“... el que me obedezca vivirá tranquilo,
sosegado y sin temor del mal.”
Proverbios 1:33
“Porque el Señor da la sabiduría;
conocimiento y ciencia brotan de
sus labios.”
Proverbios 2:6
Capítulo 3
Proverbios 3
5
6
7
8
9
Confía en el Señor de todo corazón,
y no en tu propia inteligencia.
Reconócelo en todos tus caminos,
y él allanará tus sendas.
No seas sabio en tu propia opinión;
más bien, teme al Señor y huye del mal.
Esto infundirá salud a tu cuerpo
y fortalecerá tu ser.
Honra al Señor con tus riquezas
y con los primeros frutos de tus cosechas.
Confía en el Señor …
• El verbo aquí empleado está en su forma activa
imperativa. El consejo que se nos brinda no es
opcional, sino un mandato.
• El mandato no consiste solamente en creer en el
Señor, sino en hacerlo con todo el corazón.
• ¿Cómo descartar el error de no estar haciendo lo
contrario? Debemos discernir que no nos estemos
basando en nuestros propios razonamientos en la
forma cómo enfrentamos la vida (‘No seas sabio
en tu propia opinión’).
Reconócelo en todos tus caminos
• Uno de los reyes más perversos de la historia del
pueblo hebreo fue Manasés, quien ascendió al
trono con tan solo doce años cerca del 687 a.C.
• Él saturó la nación con toda forma de adoración
idolátrica y prácticas profanas, llegando incluso a
sacrificar a su primogénito en el valle de Hinom,
ofreciéndolo en holocausto a su dios (2 Cr. 33).
• A pesar de la advertencia divina, su obstinación
hizo que fuera llevado en cautiverio a Babilonia
sujeto con garfios y cadenas de bronce (v.10-11)
... y Él enderezará tus veredas
• De acuerdo con la costumbre asiria, los reyes
capturados eran conducidos a Nínive, la ciudad
capital del imperio, como bestias. Les era puesto
un gancho les atravesaba la nariz o los labios, y
luego eran puestos a trabajar como esclavos.
• En tal condición, Manasés oró al Señor:
– “Estando en tal aflicción, imploró al Señor, Dios de
sus antepasados, y se humilló profundamente ante
él. Oró al Señor, y él escuchó sus súplicas y le
permitió regresar a Jerusalén y volver a reinar. Así
Manasés reconoció que sólo el Señor es Dios.”
(2 Cr. 33:12-13)
¡Honra al Señor con tus bienes!
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“Honra al Señor con tus riquezas y con los
primeros frutos de tus cosechas.”
Las instrucciones de Dios para su pueblo en
cuanto a las ofrendas y diezmos no son asunto
de una supuesta imposición sectaria ni tampoco
de vigencia anacrónica (cp. Núm. 26; Mt.
23:23; 1 Cor. 16:2; 2 Cor. 9:7).
¿Cómo podemos decir que reconocemos a Dios
como Señor si ignoramos que somos objeto de
sus bendiciones materiales?
Malaquías 3:6-10
“Yo, el Señor, no cambio. Por eso ustedes, descendientes de
Jacob, no han sido exterminados. Desde la época de sus
antepasados se han apartado de mis preceptos y no los han
guardado. Vuélvanse a mí, y yo me volveré a ustedes —dice
el Señor Todopoderoso—.
»Pero ustedes replican: "¿En qué sentido tenemos que
volvernos?" ¿Acaso roba el hombre a Dios? ¡Ustedes me
están robando!
»Y todavía preguntan: "¿En qué te robamos?"
»En los diezmos y en las ofrendas. Ustedes —la nación
entera— están bajo gran maldición, pues es a mí a quien
están robando.
»Traigan íntegro el diezmo para los fondos del templo, y así
habrá alimento en mi casa. Pruébenme en esto —dice el
Señor Todopoderoso—, y vean si no abro las compuertas del
cielo y derramo sobre ustedes bendición hasta que
sobreabunde.”
Larga vida y prosperidad
•
“Hijo mío, no te olvides de mis enseñanzas;
más bien, guarda en tu corazón mis
mandamientos.
2 Porque prolongarán tu vida muchos años
y te traerán prosperidad.”
• 8 “Esto infundirá salud a tu cuerpo
y fortalecerá tu ser.”
• El bienestar del que se habla en estos versos está
relacionado primeramente con el shalom de Dios,
así como la longevidad con la gracia de poder ver
esta bendición en la descendencia inmediata.
1
Salmo 128
“Dichosos todos los que temen al Señor,
los que van por sus caminos.
Lo que ganes con tus manos, eso comerás;
gozarás de dicha y prosperidad.
En el seno de tu hogar,
tu esposa será como vid llena de uvas;
alrededor de tu mesa,
tus hijos serán como vástagos de olivo.
Tales son las bendiciones
de los que temen al Señor.
Que el Señor te bendiga desde Sión,
y veas la prosperidad de Jerusalén
todos los días de tu vida.
Que vivas para ver a los hijos de tus hijos.
¡Que haya paz en Israel!
"No seas sabio en tu propia opinión;
más bien, teme al Señor y huye del mal."
Proverbios 3:7
IACYM – San Borja
enero 2010

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