uso de residuos de construccion y demolicion cuando contienen

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uso de residuos de construccion y demolicion cuando contienen
II Simposio Iberoamericano de Ingeniería de Residuos
Barranquilla, 24 y 25 de septiembre de 2009.
USO DE RESIDUOS DE CONSTRUCCION Y DEMOLICION
CUANDO CONTIENEN SUSTANCIAS PELIGROSAS
Quaranta, N. *+, Caligaris, M., López, H. y Unsen, M.
Grupo de Estudios Ambientales – Facultad Regional San Nicolás – Universidad Tecnológica Nacional.
Colón 332, San Nicolás – Argentina
+
Investigador CIC
Resumen
Los residuos procedentes de la construcción o demolición están compuestos en un gran
porcentaje de materiales inertes. Una proporción muy pequeña de los RCD contiene
sustancias que hacen que se clasifiquen como peligrosos.
Por otro lado, en la fabricación de diversos productos que se utilizan en construcción se
emplean muchas sustancias peligrosas. En la mayoría de los casos estos materiales son
relativamente seguros mientras se usan pero se convierten en un riesgo cuando se rompen,
se derraman o son liberados de alguna manera.
Existe otro grupo de residuos que no son tóxicos en sí mismos, pero que pueden reaccionar
o sufrir transformaciones en las que se produzcan compuestos tóxicos, por ejemplo maderas
tratadas, que pueden desprender gases tóxicos al valorizarlas energéticamente, o algunos
plásticos no valorizables.
En este estudio se trata de establecer para el caso de obras de demolición o reforma, un
esquema de trabajo que contemple la posibilidad de presencia de sustancias peligrosas en
los RCD, organizado en diversas etapas de: i) retirada selectiva, evitando la mezcla con
residuos no peligrosos, ii) caracterización de las sustancias peligrosas contenidas en los
RCD, iii) evaluación de la posibilidad de reutilización o reciclado del material analizado y iv)
tratamiento adecuado ya sea para su reutilización o para su disposición final segura.
Palabras clave: residuos peligrosos, demolición, sustancias tóxicas
1. Introducción
Las obras de demolición, reparación o reforma de edificios ubicadas en entorno urbano, se
caracterizan por la generación de un volumen importante de residuos, los que generalmente
se conocen como “escombros”. Dichos residuos forman la categoría denominada residuos
de construcción y demolición (RCD). El problema ambiental que plantean los RCD se deriva
no sólo del creciente volumen de su generación, que supera algunas veces al de los
residuos de origen doméstico, sino de su tratamiento.
Se han propuesto distintas alternativas para reutilizar los RCD, transformándolos en materia
prima de la misma industria de la construcción civil, por ejemplo, para sustituir un porcentaje
de los materiales utilizados en hormigones [1–10]. Se han estudiado, además, modelos de
gestión de los RCD [11, 12], incluyendo el análisis del ciclo de vida de los edificios [13], y
nuevos procedimientos para su separación selectiva y reutilización [14].
Un alto porcentaje de los residuos procedentes de la construcción o demolición de los
edificios es inerte. Sin embargo, una pequeña proporción de los mismos contiene residuos
peligrosos. Si se tienen en cuenta sus principales características y los probables
*
Correspondencia: [email protected]
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contaminantes peligrosos que pueden contener, se pueden mencionar las propiedades
establecidas por la EPA (Environmental Protection Agency) cuando se focaliza en
construcción y demolición. Así, un residuo debe considerarse peligroso si exhibe alguna de
las siguientes características:
Inflamabilidad. Los residuos inflamables provocan incendios bajo ciertas condiciones
o son combustibles espontáneamente, y tienen un punto de inflamación menor que 60°C. Un
ejemplo son los solventes agotados.
Corrosividad. Los residuos corrosivos son ácidos o bases capaces de atacar los
contenedores metálicos como tanques de almacenamiento, tambores o barriles. Los RCD
no contienen, en general, residuos corrosivos.
Reactividad. Los residuos reactivos son inestables bajo condiciones normales.
Pueden causar explosiones, humos tóxicos, gases, o vapores cuando se mezclan con agua.
Los RCD no contienen, en general, residuos reactivos.
Toxicidad. Los residuos tóxicos son dañinos o fatales cuando son ingeridos o
absorbidos. Cuando los residuos tóxicos se disponen en tierra, los líquidos contaminados
pueden filtrarse y contaminar el agua subterránea. En los RCD se encuentran materiales
residuales con estas características, por ejemplo, asfaltos y breas, y cañerías de plomo.
Los denominados residuos inertes pueden tener distintas procedencias: las excavaciones y
los movimientos de tierra, los originados en carreteras e infraestructuras, mezcla de los
escombros de construcción o demolición de edificios y los rechazos o roturas de la
fabricación de piezas y elementos de construcción.
Se consideran residuos peligrosos aquellos que contienen sustancias peligrosas en las
mezclas o fracciones separadas de escombros de construcción y demolición (incluida la
tierra excavada de zonas contaminadas). Sólo se considerarán residuos peligrosos una
pequeña parte de los RCD, constituida por materiales, mezclas, lodos de drenaje, tierras o
piedras que estén contaminados con sustancias peligrosas o que contengan sustancias
tales como mercurio, plomo, compuestos fenil-policlorados o polibromados, asbesto, etc.
Entre los residuos peligrosos que se encuentran en los RCD, pueden mencionarse más
específicamente: residuos de pinturas, barnices, solventes, selladores, resinas, adhesivos,
lubricantes y masillas, contenedores que almacenaron los productos anteriores, maderas
tratadas, incluyendo muebles viejos, tirantes, o pisos, y postes de electricidad, artículos que
contienen asbesto como, por ejemplo, algunos tipos de baldosas antiguas o aislantes,
pinturas con contenidos de plomo o soldaduras con plomo, productos que contienen
mercurio y otros artículos que tengan componentes peligrosos que no puedan separarse.
El impacto ambiental que produce depositar estos residuos peligrosos junto con los inertes
en vertederos sin protección, ha sido estudiado por Roussat y colaboradores, determinando
qué contaminantes pueden transportarse al suelo o al agua [15].
En este trabajo se trata de establecer para el caso de obras de demolición, reparación o
reforma, partiendo de un inventario de residuos peligrosos, un esquema de trabajo, que
contemple las diferentes etapas de: i) retirada selectiva, evitando su mezcla con residuos no
peligrosos, ii) caracterización de las sustancias peligrosas contenidas en los RCD, iii)
evaluación de la posibilidad de reutilización o reciclado del material analizado y iv)
tratamiento adecuado ya sea para su reutilización o para su disposición final segura. El
inventario de residuos peligrosos que se utilizará para establecer este esquema
metodológico fue presentado en un trabajo anterior [16].
Este trabajo se llevó a cabo dentro del proyecto PROCQMA, proyecto de reciclado de
residuos para las obras civiles, desde la química, los materiales y el medio ambiente, de la
Universidad Tecnológica Nacional [17]. Este proyecto integrador pretende establecer una
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clara identificación de los RCD y los residuos de proceso (RP) en las diferentes regiones de
Argentina y establecer criterios específicos de factibilidad de reutilización de los mismos en
la construcción. El análisis de factibilidad se basa en el conocimiento del mapa nacional de
los RCD y RP y de la caracterización avanzada de los mismos desde el punto de vista
tecnológico. El objetivo final es generar un pliego de especificaciones técnicas de uso de
RCD y RP en la construcción fijando nuevos criterios y estrategias de control de calidad.
Para mejorar el sistema de clasificación y simplificar las disposiciones existentes, se ha
establecido una tipología de residuos que constituye el “Catálogo de Residuos PROCQMA”.
Es una lista ordenada y no exhaustiva de residuos, que será revisada periódicamente y,
cuando sea necesario, modificada con ajustes de procedimientos que contemplen la
generación de nuevos residuos.
La parte I de este catálogo incluye los RCD, y establece la clasificación de los mismos en
reutilizables, reciclables en obra y reciclables fuera de obra.
i)
Los RCD reutilizables están constituidos por todos aquellos materiales que pueden
usarse nuevamente tal como se retiran de la obra, con simples tratamientos de
limpieza o recuperación, y para similar prestación de servicio, por ejemplo, puertas,
ventanas, chapas enteras, perfiles de hierro, etc. Éstos no se incluyen en el catálogo.
ii) Los RCD reciclables en obra son los que se pueden procesar y acondicionar en la
obra, con potencialidad de volverlos a utilizar en la misma construcción. Por ejemplo:
hormigones, mampostería, tejas, mezclas asfálticas, etc.
iii) Los RCD reciclables fuera de obra son aquellos que por sus características pueden
ser reciclados en instalaciones específicas, principalmente por su valor de recupero y
por el interés puesto de manifiesto por agentes o empresas de reciclo. Estos
residuos son, por ejemplo, maderas, plásticos, metales, etc.
La gran mayoría de los RCD que pueden resultar potencialmente peligrosos por sus
características, y que presentan alguna posibilidad de recupero se encuentra dentro de la
tipología de reciclables fuera de obra.
La figura 1 muestra fotografías que ilustran la separación en obra según esta clasificación.
El PROCQMA ha generado también una guía para desarrollar prácticas sustentables en las
obras civiles. Esta guía tiene la intención de promover la sensibilización y facilitar la
comprensión de los impactos medioambientales derivados de actividades relacionadas con
el sector de la construcción civil, tanto edificios como obras viales. Para facilitar su manejo,
la guía está organizada según las distintas fases a desarrollar en el proceso de
construcción: etapa de proyecto, etapa constructiva y etapa de uso. También se analiza la
etapa de demolición o triturado. En cada una de esas fases se contemplan aspectos claves
en los que se han planteado algunas sugerencias orientadas a lograr mejoras ambientales.
En el caso de obras de demolición, reparación o reforma, se debe establecer la obligación
de hacer un inventario de los residuos peligrosos que se generarán, previendo su retirada
selectiva, evitando su mezcla con residuos no peligrosos y definiendo adecuadamente si su
destino será la reutilización, el reciclado o la disposición final segura.
El objetivo final y más ambicioso de este proyecto integrador es lograr que el Pliego de
Especificaciones Técnicas que está en estos momentos en etapa de revisión final, sea
analizado por las autoridades nacionales pertinentes y finalmente difundido y aplicado a las
actividades involucradas dentro de la industria de construcción nacional.
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(a) RCD reutilizables
(b) RCD reciclables en obra
(c) RCD reciclables fuera de obra
Figura 1: Clasificación de RCD teniendo en cuenta su modo y lugar de reuso o recicle.
2. Demolición o trituración selectiva
La guía para desarrollar prácticas sustentables en las obras civiles cuenta con las
herramientas de concientización del Pliego de Especificaciones Técnicas del PROCQMA
para todo tipo de obra. En ella se define la demolición selectiva como la que resulta del
empleo de técnicas que tienen como resultado un mayor cuidado ambiental y la posibilidad
de reutilizar materiales, elementos e instalaciones.
El proceso de demolición se organiza de forma inversa al de construcción, en las siguientes
fases: retiro de los desechos y los elementos de decoración no fijos, desmantelamiento
ordenado de carpinterías, aparatos sanitarios e instalaciones de calefacción, climatización,
plomería, electricidad, etc., elementos exteriores, falsos techos y revestimientos
recuperables, desmontado de tejados, cubiertas y divisiones interiores, demolición
controlada de la estructura por corte de los distintos elementos.
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Se deben separar correctamente los residuos y almacenarlos en contenedores adecuados,
constituidos por materiales que no sean afectados por el residuo y resistentes a la
manipulación. Estos contenedores se deben identificar con una etiqueta y deben colocarse
en una zona bien ventilada y a cubierto del sol y la lluvia, como así también separados de
focos de calor o llamas, y de manera que no estén juntos productos que puedan reaccionar
entre sí. Se debe dar de alta los residuos en un registro.
En el traslado al exterior, tanto los residuos peligrosos como los envases y los materiales
contaminados con estos productos deben ser entregados para ser tratados por gestores
autorizados. Se deben tratar como peligrosos, entre otros, a los productos de soldadura,
selladores a base de betún y amianto, protectores como creosota, germicidas, antioxidantes,
pinturas y barnices, otros productos químicos (anticorrosivos, secantes, fungicidas,
insecticidas, disolventes, ácidos, abrasivos, detergentes, etc.).
3. Principales contaminantes peligrosos presentes en los RCD
3.1 Aluminio
El aluminio es un metal blanco plateado luego de su purificación a partir de los minerales de
bauxita y criolita. Su resistencia mecánica, ligereza en peso, y resistencia a la corrosión, lo
hacen adecuado para una amplia variedad de aplicaciones, entre las que se puede
mencionar como importante en relación a su presencia en los RCD, su utilidad para la
fabricación de aberturas y cerramientos en la industria de la construcción.
El daño al ser humano más común de este contaminante se produce por la exposición al
polvo de aluminio. Esto causa una enfermedad pulmonar llamada fibrosis, que consiste en el
engrosamiento y formación de cicatrices en el tejido pulmonar en contacto con las
partículas. Puede favorecer la aparición de enfermedades respiratorias del tipo del enfisema,
y de enfermedades renales a modo de intoxicación.
3.2 Arsénico
La toxicidad del arsénico, elemento químico presente en la naturaleza, depende de su forma
de combinación, siendo el inorgánico más tóxico que el orgánico. Los efectos más dañinos
para la población provocados por la exposición son el cáncer pulmonar por inhalación y el
cáncer de piel por ingestión. La EPA lo coloca entre los cuatro elementos químicos con
mayor potencialidad para producir cáncer, de un total de 54 clasificados.
En los RCD, puede encontrarse este elemento en el arseniato de cobre cromatado (ACC)
que se ha venido utilizando para proteger la madera usada en la construcción desde los
años 70. Actualmente, el ACC ha dejado de utilizarse debido a los posibles problemas de
salud ocasionados por su contacto, y a la disponibilidad de preservadores de la madera que
no contienen arsénico. Sin embargo, por su prolongada vida útil, las maderas tratadas con
ACC pueden ser parte de los RCD por muchos años más.
3.3 Asbesto
Este material está constituido por diversos compuestos minerales de origen natural, en
forma de fibras pequeñas, que por sus características aerodinámicas tienen la particularidad
de quedar suspendidas en el aire durante mucho tiempo recorriendo grandes distancias.
El contacto con las personas se produce por inhalación quedando estas fibras retenidas en
pulmón, instaladas en garganta o derivadas al aparato digestivo. Puede causar desarrollo de
cáncer pulmonar o intestinal, siendo la afección más común la asbestosis, definida como
fibrosis de pulmones y membranas envolventes.
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Los materiales con contenidos de asbesto se usaban ampliamente en las construcciones,
como aislantes o por ser resistentes al fuego. Se encuentra asbesto en las losetas y
recubrimientos vinílicos para pisos, en compuestos para reparación y pinturas texturadas, en
ciertos materiales para techos, en aislantes para estufas y hornos, en materiales aislantes
de tuberías, paredes y techos, en ciertas tejas y terminaciones de techos y paredes.
3.4 Asfalto
El asfalto es una sustancia de color pardo a negro, de olor fuerte muy particular. Según la
temperatura y la composición química puede presentarse como un material viscoso o sólido.
Está compuesto por numerosos hidrocarburos pesados y ligeros. Se encuentra en el
ambiente por su uso generalizado como pavimento, recubrimiento de techos y tuberías, y
componente de adhesivos y aislantes industriales.
Su mayor grado de toxicidad se da cuando este material se trabaja en caliente, ya que emite
muchos productos potencialmente peligrosos (hidrocarburos aromáticos ligeros). Las
experiencias en laboratorio con animales han demostrado que por contacto persistente a
nivel piel puede provocar cáncer, y que la exposición prolongada a sus vapores puede
ocasionar problemas respiratorios.
Dentro de los RCD, se encuentra una importante cantidad de descartes que contienen
asfalto. Puede observarse en desmantelamiento de techos, como recubrimientos protectores
debajo de paneles murales, en tuberías e instalaciones eléctricas, etc.
3.5 BPC (bifenilos policlorados) y BPB (bifenilos polibromados)
Los BPC son una serie de compuestos que contienen un número variable de átomos de
cloro en su composición, con toxicidades que varían según el número de éstos y la posición
en la estructura molecular. Las fórmulas comerciales contienen entre 40 y 70 compuestos de
este tipo. Los bifenilos polibromados (BPB) difieren de los BPC en que se unen átomos de
bromo en la estructura básica. Comparten una baja inflamabilidad y aplicaciones similares.
Por ser poco inflamables, se utilizaron ampliamente para aislar y enfriar componentes
eléctricos, tales como transformadores y capacitores, aunque en estos productos pueden
contenerse sin riesgo de flujo al ambiente. Sin embargo sí existe una gran difusión ambiental
por su uso en plastificantes, tintes, colorantes, adhesivos, y protectores de maderas.
Todos estos compuestos en general se consideran altamente tóxicos. Su aspecto físico es
variable pudiendo presentarse como líquidos oleosos, sólidos cristalinos, o resinas duras no
cristalinas. No son solubles en agua, y son muy resistentes a la degradación por luz o calor,
aunque algunos de ellos reaccionan con luz ultravioleta produciendo nuevos compuestos
más tóxicos aún que los originales.
3.6 Cadmio
El cadmio, metal de color plateado resistente a la corrosión, se utiliza desde hace más de 50
años en una serie de productos y procesos industriales, tales como galvanizado de
productos metálicos, pigmentos en pinturas y plásticos, baterías recargables, conservador
de plásticos, aleaciones y soldaduras especiales, barnices y pinturas.
Son diversas las fuentes posibles de cadmio con las que las personas pueden estar en
contacto, tales como procesos de combustión, fertilizantes, tabaco, etc. En los RCD, pueden
encontrarse presentes en productos plásticos, productos pintados, y baterías Ni-Cd.
La toxicidad en humanos se relaciona con el desarrollo de enfermedades pulmonares,
cardíacas, renales y hepáticas, mediante las vías de inhalación e ingestión.
3.7 CFC (Clorofluorocarbonos)
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Estos compuestos han sido ampliamente utilizados como agentes de enfriamiento, debido a
su baja toxicidad, baja combustibilidad, gran estabilidad química y bajo costo. Un uso
posterior los ubica como solventes y propulsores aerosoles en la fabricación de espumas.
Estos compuestos son considerados de baja toxicidad directa para el ser humano, aunque
en exposiciones prolongadas se han detectado situaciones de depresión del sistema
nervioso, palpitaciones y afecciones a nivel de embarazo. Los problemas reconocidos son
principalmente de índole ambiental ya que los CFC ocasionan un lento deterioro de la capa
de ozono, con lo que disminuye la capacidad de protección de la capa atmosférica contra la
radiación ultravioleta.
Para el caso particular de los RCD, estos compuestos pueden encontrarse en paneles y
paredes de espumas aislantes. Muchas de ellas, son fabricadas con CFC, y gran parte de
estas sustancias quedan atrapadas en las burbujas de la espuma, lo que precisamente le da
las magníficas propiedades aislantes a estos productos.
3.8 Creosota
La creosota es un líquido oleoso, denso, combustible, de color pardo y característico olor
penetrante. Es una mezcla de substancias químicas que se obtienen de la destilación del
alquitrán de madera o carbón cuya composición varía según la fuente (puede contener
cantidades variables de fenol, cresoles, creosoles, derivados del benceno, etc.)
Su utilidad principal es como conservante de maderas, por su acción impermeabilizante,
antiséptica, desinfectante, germicida y de protección a la intemperie. Su uso más difundido
es en durmientes de ferrocarriles y postes de alumbrado, aunque también se encuentra en
maderas para construcción (techos, cercas, enchapados, etc.).
La toxicidad en humanos se produce por contacto directo con el líquido o por aspiración de
los vapores. Puede provocar quemaduras progresivas, ulceración de la piel, lesiones
oculares y como efectos sistemáticos agudos se incluyen dolor de cabeza, vómitos y
dificultades respiratorias. La EPA lo clasifica como un posible agente carcinógeno.
Debido al tipo de productos que pueden contener creosota, y a que su uso no está regulado
aún, pueden encontrarse importantes cantidades de estos compuestos, fundamentalmente
en maderas de cercas, durmientes y tirantes de techos.
3.9 Fibras minerales (diferentes al asbesto)
Las fibras minerales, comúnmente llamadas fibra de vidrio, lana de vidrio, lana de roca o
polvos minerales, se utilizan principalmente en materiales aislantes térmicos en edificios.
Consisten generalmente de rollos de fibras de diferentes longitudes pegadas a un material
denso grueso de tipo papel o tela. Aglutinadas con resina se usan como estructuras rígidas.
Estos materiales no implican riesgos en sí, salvo cuando quedan expuestos con la
posibilidad de que las fibras sueltas tomen contacto con la piel o puedan ser inhaladas por
las personas. En estos casos pueden producir irritación o comezón en piel y ojos, y
dificultades respiratorias.
La presencia de fibras minerales en los RCD debe detectarse al tiempo de descartar que se
trate de materiales de asbesto, fibras minerales con mucha mayor toxicidad como se ha
explicado anteriormente.
3.10 Mercurio
El mercurio posee características particulares que lo hacen interesante para su uso en
numerosos dispositivos, es líquido a temperatura ambiente, denso y conductor de la
electricidad. Es conocida la nocividad de este metal, de sus vapores y de la mayoría de sus
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compuestos, que pueden ser fatales para cualquier forma de vida. Algunos compuestos
inorgánicos que lo contienen son usados en pinturas como agentes antimoho, y si bien no
son tóxicos en esta forma, pueden ser convertidos por acción de ciertas bacterias a la forma
de metilato de mercurio. Este compuesto puede ser transportado en agua acumulándose en
peces y siendo absorbido fácilmente por el ser humano mediante el consumo de pescado.
Numerosos son los elementos con mercurio comúnmente presentes en los RCD: lámparas
fluorescentes, de vapor de mercurio, de alta presión de sodio y de neón, detectores de
humo, sistemas de iluminación de emergencia, barómetros, tubos de rayos catódicos,
termostatos y termómetros, etc.
3.11 Plomo
El plomo es uno de los seis contaminantes principales sobre los que la EPA ha impuesto
regulaciones en aire, agua y suelo debido a su toxicidad. Este metal se comporta en el
organismo de manera similar al calcio, acumulándose en los huesos.
En la industria de la construcción, fue básicamente muy utilizado en tubos y uniones para
transporte y distribución de agua, tanto en sistemas industriales como en construcciones
domésticas. Además tuvo un uso difundido como base de pigmentos en pinturas. Las
pinturas con plomo ya no se utilizan, pero muchos edificios antiguos tienen estas pinturas en
sus paredes, ventanas o puertas. Además de ser peligrosos para quienes trabajen en la
demolición, los escombros que contienen estas pinturas pueden dirigirse al suelo y
potencialmente contaminar el agua. Se han realizado estudios a fin de cuantificar la cantidad
de plomo en el polvo de obras de demolición, con el objetivo de estimar la exposición de las
personas que viven en las cercanías [18–19]. Los lixiviados de escombros con pinturas de
plomo en vertederos también han sido analizados [20].
Los RCD que se generan hoy día en la demolición de obras provienen de productos que
fueron fabricados hace muchos años. El plomo puede ser encontrado en ellos en descartes
de cañerías, tubos y uniones con plomo utilizados en la distribución de agua, y en
escombros con pinturas a base de plomo, entre otros.
4. Factibilidad de reutilización o reciclado y tratamiento adecuado
4.1 Aluminio
Los productos de aluminio pueden ser reutilizados sin mayores riesgos, con fines similares a
los de su origen. Los procedimientos de reuso deben considerar medidas de seguridad en
las etapas de corte y pulido ya que generan polvos finos que como se ha expresado resultan
peligrosos para la salud.
4.2 Arsénico
Existe una preocupación creciente por la disposición de maderas tratadas con conservantes
sobre la base de Cr, Cu y As, debido a las altas concentraciones de contaminantes
inorgánicos tóxicos presentes y a los grandes volúmenes de desechos de madera que se
generan actualmente. En muchos países, incluidos los Estados Unidos, las maderas
tratadas con arseniato de cobre cromatado y otros conservantes a base de Cu están
exentas de la designación de peligrosas, independientemente de sus características. Así los
métodos comunes para tratar con este tipo de residuos son la combustión y la disposición
en los vertederos. Estas prácticas de gestión de residuos pueden resultar en contaminación
ambiental con contaminantes tóxicos. Una alternativa para abordar este problema es la
extracción química junto con la biolixiviación con hongos [21].
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Los descartes de madera tratadas con arseniato de cobre cromatado pueden ser utilizados
nuevamente si se les retiran los recubrimientos superficiales y se realizan nuevos
tratamientos de protección. Se requieren cuidados especiales durante el proceso de
recuperación de la madera base, tendientes a la protección del trabajador respecto de los
solventes utilizados y los polvos finos generados durante el proceso. Luego se requiere la
disposición de manera segura de los residuos generados tales como pinturas, lacas,
aserrines, etc., que contienen el arsénico en forma de ACC, como contaminante principal.
4.3 Asbesto
La EPA, organismo encargado en Estados Unidos de reglamentar el uso de asbesto en el
ambiente y productos manufacturados, ha prohibido el empleo de estos compuestos en
productos nuevos, colocándolo entre los primeros en la lista de contaminantes peligrosos del
aire. Lo mismo sucede en Japón y la mayoría de los países europeos. Sin embargo una
gran cantidad de materiales que contienen asbesto existe aún en diversas construcciones.
Por ello también deben establecerse los lineamientos para su eliminación a medida que se
producen demoliciones, determinándose su no reutilización.
La disposición en vertederos nunca disminuye la peligrosidad de este residuo. En Japón, por
ejemplo, el tratamiento de fusión (T>1000ºC) es el único método permitido como un
tratamiento intermedio, pero se han propuesto métodos alternativos para descomponer los
asbestos a menores temperaturas [22].
4.4 Asfalto
En el caso de que el asfalto descartado tenga su origen en pavimentos, es ya habitual la
reutilización para igual servicio, esto es en la construcción de nuevas vías o reparación de
las existentes, mediante la trituración y molienda a temperatura ambiente y su incorporación
a mezclas frescas en el lugar de obra. Las máquinas industriales de repavimentado de
última generación aprovechan estos materiales incorporándolos de manera automática.
El resuso o reciclado de residuos que contengan asfalto de cualquier aplicación de origen,
debe realizarse por molienda a temperatura ambiente, y adición a otros materiales inertes.
Debe evitarse la exposición de estos descartes a temperaturas elevadas que provoquen la
liberación de hidrocarburos al ambiente. Debe prevenirse también, la emisión de partículas
finas al ambiente durante los procesos de trituración y molienda, en cuyo caso es
considerado como un contaminante del aire en forma de material particulado.
4.5 BPC y BPB
En el caso de encontrarse entre los RCD productos como transformadores por ejemplo, que
contienen BPC y BPB, debe prevenirse su derrame, y deben ser dispuestos de manera
segura, aunque se recomienda como método efectivo para su eliminación, la incineración a
altas temperaturas (1100ºC a 1700ºC), con exceso de oxígeno, con lo que puede lograrse
su destrucción completa. Sin embargo, pueden formarse durante este proceso algunos
subproductos muy tóxicos como dioxinas y furanos, que deben ser retenidos por filtros
químicos. Por ello, también deben tratarse posteriormente las cenizas aéreas y
sedimentables, que queden en los filtros y chimeneas que extraen dichos compuestos.
Un estudio reciente realizado en Noruega sugiere que la pintura de estructuras construidas
durante el período 1950-1970 puede ser la fuente más importante de BPC en el ambiente
urbano [23]. Con el fin de identificar con seguridad los materiales de construcción que
contienen BPC se debe analizar una serie de muestras de materiales como pintura, mortero,
yeso y sellantes, antes de la renovación o demolición de un edificio.
4.6 Cadmio
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Se recomienda durante los procesos de demolición y separación fraccionada de los RCD, la
identificación y selección de los productos que contienen este elemento, y se sugiere como
procedimiento la incineración controlada con método de control de emisiones. En el caso
particular de las baterías Ni-Cd se dispone de procedimientos para el reciclaje y
recuperación de los metales.
4.7 CFC
En un estudio reciente realizado en los Estados Unidos se estima que aproximadamente
6000 toneladas por año de residuos de espumas aislantes de RCD son dispuestos en
vertederos en California. Esto equivale a 600 toneladas de CFC [24].
Estos productos con CFC en su interior pueden ser reutilizados para igual fin aislante,
siendo importante durante el proceso de desmantelado y acondicionamiento mantener las
estructuras de espuma intactas, y someterlas al menor número de cortes posible. Si se diera
la necesidad de molienda de estos materiales, se recomiendan cámaras de extracción con
retención de gases y del material particulado fino que se genere en dicho procedimiento.
4.8 Creosota
En el caso de definir la reutilización de las maderas tratadas con creosota se recomiendan al
menos dos tratamientos de protección superficial, tales como recubrimientos con selladores
y barnices o lacas, que no permitan el contacto directo posterior en uso. Asimismo se indica
en estos casos que no se quemen maderas tratadas con creosota, con el fin de su
aprovechamiento energético, debido a que los gases que se desprenden de dicho proceso
de combustión, resultan sumamente irritantes y perjudiciales para la salud y el ambiente.
4.9 Fibras minerales (diferentes al asbesto)
Pueden reutilizarse las fibras minerales presentes en los RCD con extremo cuidado en la
manipulación de los mismos, y en el caso de poder asegurar que su reutilización sea
segura, sin presencia de polvillo o fibras microscópicas en el ambiente resultante. Deben
usarse máscaras y guantes durante su extracción y adecuación para reuso. Las fibras
minerales por sí mismas no están reglamentadas, por lo que los niveles de riesgo son los
existentes para material particulado.
4.10 Mercurio
Si bien son numerosos los elementos que contienen mercurio dentro de los RCD, la mayoría
de ellos pueden ser fácilmente detectados y seleccionados. Se recomienda recuperar estos
elementos no sólo porque previene la contaminación del suelo y del agua cercanos a la
demolición, sino para evitar que sean enviados a rellenos en condiciones no controladas. Es
importante que los elementos con mercurio sean aislados y enviados a instalaciones
adecuadas de tratamiento o recuperación, o a lugares de disposición apropiadas.
4.11 Plomo
No se recomienda la reutilización de cañerías de plomo en la distribución de agua. Su
disposición debe realizarse con los cuidados necesarios para evitar el contacto con agua
que pueda llevar el plomo hacia suelos y aguas subterráneas.
Aquellos elementos reutilizables que tengan pintura de plomo deben ser tratados según: i) si
la pintura original está intacta, deben recubrirse las superficies con pinturas o barnices sin
plomo antes de su reciclado, y ii) si la pintura original debe ser removida, debe tenerse
especial cuidado con el desgaste o retirado de la misma ya que pueden formarse partículas
respirables con contenidos de plomo importantes.
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Se recomienda a quienes trabajen con residuos que contengan pinturas con plomo, proteger
su salud, siguiendo ciertas pautas: recolectar las virutas, partículas, polvo y mampostería
con pintura en bolsas plásticas o contenedores adecuados (cubiertos) hasta su disposición
final segura, no fumar, comer o beber en ambientes donde se trabaja con pinturas con
plomo, y no seguir usando la ropa que ha sido cubierta con polvo de estas pinturas.
5. Conclusiones
Los RCD, compuestos mayoritariamente por productos de mampostería, maderas, asfalto,
yeso, metales, plásticos y aislaciones, se han considerado tradicionalmente como inertes.
En la actualidad algunos RCD que se presumían inertes son considerados residuos
peligrosos o con riesgo potencial, y sólo en algunos casos los requerimientos para su
remoción y manejo están regulados.
En el corto plazo, es importante que aún en el caso de que la remoción de los residuos
provenientes de actividades de construcción y/o demolición, así como la factibilidad de
reutilización o disposición de los mismos, no estén reguladas, se genere conciencia y
compromiso en constructores y propietarios para que se tenga en cuenta la posibilidad de
encontrar entre dichos RCD, presencia de sustancias peligrosas, y se disponga de las
herramientas técnicas que permitan su reciclado, reutilización o disposición segura.
En el mediano y largo plazo, la regulación mediante un pliego de especificaciones técnicas
dirigido a los actores involucrados en las actividades de C&D, parece ser el camino más
apropiado para lograr máxima seguridad en el manejo de RCD cuando contienen sustancias
peligrosas. Este pliego deberá contener un catálogo de residuos potencialmente peligrosos,
los pasos para una retirada selectiva que evite la mezcla con residuos no peligrosos,
técnicas sencillas de caracterización de las sustancias peligrosas contenidas en los RCD,
procesos factibles de reutilización o reciclado del material analizado, y tratamiento adecuado
previo a una disposición final segura llegado el caso.
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