Caso Cisarro: Transformación en delincuente.

Transcripción

Caso Cisarro: Transformación en delincuente.
Caso Cisarro: Transformación en delincuente.
- Nombre: Susana Andrea Ramos Núñez.
- Asignatura: Psicología social
- Docente: Claudio Acuña.
- Institución: Universidad Católica Raúl Silva Henríquez.
- Resumen: El presente ensayo pretende estudiar el caso del menor Cristóbal, también
conocido como “Cisarro”, quien ha protagonizado, a pesar de su corta edad, una serie
de actos delictivos; siendo por lo mismo estudiado su caso desde distintas perspectivas,
sin embargo aquí se pretende darle una visión psicosocial a la serie de acontecimientos
que lo han ido catalogando como un pequeño delincuente.
Últimamente y de modo masivo, se ha mostrado en distintos medios de comunicación,
la historia de diferentes menores de edad, en su mayoría varones, que han
protagonizado diversos actos delictivos. Aunque estos hechos vienen haciendo noticia
desde hace mucho tiempo, actualmente se muestran como las actitudes de estos
menores y la visión que la sociedad tiene de ellos ha ido cambiando, por lo general este
tipo de noticias tiende a relacionarse con jóvenes mayores de edad, quienes a pesar de
sus delitos quedan en libertad sin pagar el daño hecho a terceros o simplemente
cumplen penas que no conforman a los afectados. Pero ahora no se trata de jóvenes a
los cuales se les aplica una pena, sino que de menores de edad que rompen con el
orden social y con sus normas, y que a pesar de cometer una gran cantidad de delitos,
sus culpas solo logran ser pagadas con una detención temporal, ya que otro tipo de
procesamientos, como la ley de responsabilidad penal adolescente, no están
contempladas dentro de este rango de edad.
Es así como de modo casi representativo, surge dentro de este grupo de menores la
imagen de un icono, que ha sido caso de estudio desde diversas perspectivas teóricas,
por lo cual resulta importante darle otra mirada de estudio a este tema, y que tiene a
todos los medios de comunicación atento de todos sus movimientos, surge así la
historia del infante “Cisarro”, denominado así por su incapacidad de pronunciar la
palabra cigarro cuando era solo un niño, su verdadero nombre ha sido expuesto a los
medios, por lo mismo también se le conoce como Cristóbal, un niño de tan solo diez
años que a su corta vida ya ha sido detenido diecisiete veces por robo con mano
armada en casas o hurto de tiendas. Con una historia familiar, que deja mucho de que
hablar, Cristóbal, adicto a la pasta base de cocaína y al alcohol, vive en Peñalolén
juntos con su madre y sus diez hermanos, cinco de los cuales presentan antecedentes
penales por robo, la madre registra además antecedentes de maltrato y abuso sexual
cuando era niña y actualmente vive con una adicción a las drogas, mientras que el
padre no mantiene contacto con su familia y solo se sabe que vive como guardia de
seguridad.1 Este es el círculo al cual ha estado sometido el menor durante sus cortos
diez años de vida y ha tenido que aprender de él, lo que otros niños jamás han
aprendido de su familia, que es la principal fuente formadora y educadora, a sí mismo el
1
El ciudano. (Fecha de acceso: 2009, 24 de agosto). Cisarro: Cómo un niño de 10 años tensiona el Estado
asistencial. [En red]. (Fecha de trabajo original: 2009). Disponible en:
http://www.elciudadano.cl/2009/08/05/cisarro-como-un-nino-de-10-anos-tensiona-el-estado-asistencial/
tipo de relaciones que mantiene el niño, solo ha sido conocido por el papel que jugaron,
seis de sus amigos, todos menores de edad, en ayudarlo a huir del Centro de Tránsito y
Diagnóstico (CTD) del Sename, acto que se llevó a cabo durante la tarde del sábado 02
de agosto del 2009 y en donde toda la banda de menores, ingresó a las dependencias
de la institución por una muralla trasera del lugar, dándose luego a la fuga en un taxi
colectivo.2
Con esta información queda esclarecido, que el ambiente en el cual se desenvuelve el
menor presenta graves evidencias de desintegración familiar, quienes debido a la
pobreza o la ignorancia, se han visto como muchas otras familias, carentes de
oportunidades, teniendo un grave efecto en los menores, los cuales también ven en
cierta forma frustradas sus vidas, al vivir día a día en una sociedad que exige cada vez
más, sobretodo a lo padres, que no logran satisfacer todos los deseos o necesidades
de sus hijos. Son los mismos medios de comunicación quienes se encargan de difundir
mensajes que incitan al menor a consumir ciertos productos y de ciertas marcas, sin
embargo las formas de responder de los sujetos frente a los comerciales y la publicidad
está determinada por el nivel de desarrollo que ha alcanzado; según Roedder (1981,
citado en Antonijevic, 1994) existirían tres etapas en el desarrollo de habilidades de
procesamiento de información frente a la publicidad: estratégico, guiado y limitado,
dentro de estos dos últimos último se encuentran aquellos menores de hasta trece años
de edad, quienes “necesitan apoyo externo para utilizarla, y en el caso de los limitados,
no tienen ni la información suficiente ni las posibilidades de utilizarla cuando se
requiere” (Roedder, 1981, citado en Antonijevis, 1994, p. 72). Es dentro de esta
categoría, que se encuentra el menor Cisarro, quien por su corta edad se ve totalmente
expuesto al efecto persuasivo de los medios de comunicación y como se ha mostrado,
en ciertas fotografías de él se ha hecho partícipe de este consumismo, luciendo ropas
de marcas caras, que son actualmente las más utilizadas dentro de los grupos
juveniles.
Viendo de este ángulo la vida de Cristóbal, se demuestra que el contexto en el cual se
desarrolla, es un ambiente delictivo y de modo mas macro, siendo casi paradójico, es la
misma sociedad quién lo incita a consumir más y más sin tener los medios necesarios
para poder hacerlo, ante lo cual se pueden tomar distintas salidas y una de esa es el
robo. Por lo mismo este niño, no puede ser estudiado como un individuo a parte de la
sociedad en la cual vive, si no como un producto de esta sociedad actual llena de
consumismo, desigualdad y demanda; dentro de este niño y de todos los individuos
habita una sociedad, la de sus personajes imaginarios o reales, la de sus amigos y
enemigos, la de los hermanos y padres con quienes nutre un diálogo y con los cuales
llega incluso a sostener relaciones (Moscovici, 1985). Por lo mismo si se quiere
entender qué lleva al menor Cristóbal ha convertirse en un potencial delincuente, se
debe tener una visión psicosocial, la cual según Moscovici (1985) relaciona tres
términos, sujeto individual - sujeto social – objeto (ego-alter-objeto), esta relación puede
ser de interacción, produciendo modificaciones en el pensamiento y comportamiento del
2
La tercera.com. (Fecha de acceso: 2009, 31 de agosto). Recapturan al “Cisarro” tras escapar desde centro del
Sename en Peñalolén [En red]. (Fecha de trabajo original: 2009). Disponible en:
http://latercera.com/contenido/653_163677_9.shtml
“ego”, Cristóbal, debido a la facilitación social que le hace preferir o aprehender ciertas
respuestas, o debido a la influencia social ante la cual él se ve sometido a la presión de
un grupo a adoptar ciertas conductas.
Bajo esta perspectiva de la psicología social, se lograría entender cuáles son los
factores que juegan un papel importante dentro de la elección que ha hecho este niño
en seguir el camino de la delincuencia, por un lado se encuentra su medio más cercano
familia y amigos, que viven sumidos en la pobreza y que han seguido ya el camino del
robo y la drogadicción, y por otro lado la sociedad en la cual se desenvuelva, que
demanda a sus sujetos a consumir ciertos productos y utilizar tales marcas,
influenciando principalmente a los menores. Esta contrariedad, solo deja una vía en la
vida de Cristóbal y es la elección de seguir la vida de sus pares y cercanos, pudiendo
de este modo conseguir todo aquello que sus padres no le han podido otorgar,
terminando de este modo con su frustración.
Si solo se estudiara desde una perspectiva psicológica o sociológica, la transformación
de un niño a ser un futuro delincuente, solo existiría una visión binaria de los hechos; ya
que desde la psicología existe una separación entre sujeto y objeto, mientras que en la
sociología el sujeto no se reconoce ya como un individuo, si no que como una
colectividad (Moscovici,1985). De este modo, estudiar a Cristóbal, desde la psicología,
como algo a parte del resto de su ambiente, le adjudica a él todas las responsabilidades
y razones que le permiten transformarse en un delincuente, sin existir así una
determinación externa que pueda también jugar un rol partícipe dentro de su decisión;
como es el caso del capítulo de “Doctor House, Aceptación”, donde la explicación de los
actos delictivos del hombre quedaban bajo una argumentación biológica, debido a la
alta producción de adrenalina y su incapacidad biológica de controlarse ante fuertes
emociones, volviéndose irracional su actuar y cometiendo así una serie de asesinatos
no premeditados. Por otro lado, estudiarlo desde la sociología, implica entenderlo a él
como una colectividad, adjudicando así toda la responsabilidad a su medio social y a
las exigencias que este le da, de este modo sería el medio quién motiva a Cisarro o al
personaje de Doctor House, a convertirse en próximos delincuentes y asesinos,
respectivamente, al ser “la sociedad, en efecto, quien preexiste al individuo, que está
impregnado, formado, dominado por ella” (Maisonneuve, 1991, p. 9).
Por lo mismo, se debe hacer una síntesis de estas dos perspectivas para estudiar la
transformación de un delincuente desde la mirada de la psicología social, lo que
interesa principalmente, según Maisonneuve (1991) es establecer cómo cada sujeto se
adapta a las normas colectivas, cómo se integra en los medios que lo rodean, qué rol
desempeña allí y qué representación se forma él del rol que asume; es decir, cómo
Cristóbal ha ido adaptándose a la sociedad con sus exigencias y como se mencionaba
con anterioridad de qué modo ha sabido llevar su frustración al no ver cumplidos todas
sus necesidades, principalmente bienes materiales que es lo que más se incitan a
consumir en los medios de comunicación. De este modo el menor va constituyendo su
identidad dentro de la cual incide la sociedad, sin esta la persona no logra conformarse
en su totalidad, por lo mismo para este niño es esencial que exista un grupo cercano
que le sirva como soporte y del cual obtener modelos que le permitan constituirse e
incluso imitar ciertas expectativas o deseos de estos otros, así como lo señala Mead
(1909, citado en Páez y Blanco, 1996, p. 66) «siempre han de existir otros sí mismos
para que el de uno mismo exista». En el caso de Cisarro, quienes lo rodean y ayudan
en su construcción de identidad, son personas que tomaron otros caminos que el
común de las familias y amigos, sus hermanos también han sido detenidos, sus dos
hermanos menores de siete y cinco años, permanecen en una guardería estatal por
antecedentes de violencia intra familiar, su madre presente además un historial de
adicción a las drogas y sus pares, quienes lo ayudaron a escapar de la institución del
Sename, conforman una banda de delincuentes todos menores de edad, por lo mismo
no se puede esperar mucho de Cristóbal, ya que su vida ha sido tan solo el reflejo de
quienes lo rodean diariamente.
Al igual que el personaje de Doctor House, no solo podemos encontrar un responsable
de los actos delictivos de él y de Cristóbal, no es solo responsabilidad debido a una falla
genética o debido a su decisión personal, como tampoco es culpable la sociedad, que
lo incita a satisfacer sus necesidades, de venganza o consumismo, por medio de la
violencia y el robo. No se le puede dar más peso a ninguna de estas dos opciones, las
razones que llevan a un hombre o un niño a convertirse en un futuro asesino o
delincuente, son una mezcla de ambos aspectos, ya sea individual como colectivo,
ambos aprendieron de la sociedad, pero siempre bajo una decisión personal. El
beneficio que entrega el estudio de la psicología social, respecto al caso de este menor,
es que además de no adjudicarle mayor peso, a ninguna de las dos visiones ya sea
psicológica o sociológica, es que no intenta establecer una verdad absoluta, sino que la
visión será dada dependiendo del paradigma de estudio, analizando la conducta social
como un todo y como una manifestación del sujeto. Este estudio, permite además
entregar diferentes modelos de “ser humano”, en donde cada paradigma tiene su propio
ejemplo el cual actúa de distintos modos dependiendo de la naturaleza de la interacción
social, estos paradigmas permiten entender a Cristóbal, desde las distintas relaciones
que establece, ya sea porque sus acciones se ven movidas por las interacciones
(Psicoanálisis Social), porque es un ser humano autónomo y propositivo
(Sociocognotivismo), porque reacciona a estímulos externos (Conductismo social), es
conciente de sí mismo (Interaccionismo Simbólico), es reproductor de las relaciones
sociales (Psicología Marxista) o es potenciador de sí mismo y de los demás
(Humanismo Psicosocial) (Munné, 2008); con esto se da cuenta de que el modo de
actuar (“Modo de ser”) de este menor, y transformarse en un futuro delincuente puede
estar mediado por distintos factores que mezclan la acción autónoma, conciente y
potenciadora de un sí mismo y la acción ante los estímulos externos de las relaciones
sociales.
Siguiendo así la línea de la psicología social y el modo de entender los distintos modos
de ser humano, permite además entender el propósito general del actuar de Cisarro
desde un modo más acabado, sin dejar de lado ninguno de los factores que juegan un
papel importante dentro de ésta, es así como sus dos metaparadigmas, interaccionismo
psicosocial y personalismo psicosocial, permiten unir ciertas visiones de mundo de los
distintos paradigmas, entregando así una concepción y conocimiento claro del hombre,
por un lado el interaccionismo psicosocial entrega una descripción de la realidad a partir
de las partes que lo conforman centrándose principalmente en las interacciones y por
otro lado el personalismo psicosocial, se preocupa de estudiar al individuo en su
contexto, centrándose en los interactuantes (Munné, 2008). De este modo ni la
sociedad ni el individuo quedan separados, sino que influyen ambos en el modo de
aprehensión y comprensión de la realidad y actos delictivos de Cristóbal, que construye
su realidad bajo las relaciones que establece con otros individuos, acudiendo muchas
veces a la imitación y sugestión humana (Tarde, 1903, citado en Munné, 2008), como
sucedería con este niño que ha decidido seguir los pasos del resto de sus hermanos y
mantener ciertas adicciones a la droga como su madre, que él vea día a día estos
actos, como si fueran algo normal dentro de todas las familias de cierta forma lo obliga
a actuar como el resto y a encontrar amigos, que compartan su mismo actuar sin que
sea juzgado por esto, ni por su familia y que le brinden el apoyo necesario cuando se
requiera. Según Lewin (1936, citado en Munné, 2008) la importancia de esto, se
encuentra además en la motivación que presentaría Cristóbal para imitar una conducta
que se da en función de las interacciones entre él y su medio lleno de patrones
delictivos a imitar, lo cual lo influye no solo en su conducta, sino que también en la
percepción de este, generando de este modo que él no solo actúe como un delincuente,
realizando robos en casas o asaltos, si no que también se forme una percepción errada
de cómo lograr conseguir algo en la vida, llegando a creer incluso que el robo es una
alternativa viable o incluso normal ante esto.
De este modo, solo cabe mencionar que la transformación o el camino que toma hoy
Cristóbal y decida tomar para el resto de su vida, pudiendo ser la de un delincuente,
está en las manos de muchas personas y no solo es su plena responsabilidad, ya que
el rol que juegan sus modelos más cercanos, son los que podrían generar un cambio
satisfactorio en el menor. Aun le queda mucho por vivir y existen posibilidades de
cambiar esta vida de delincuente que esta llevando, por una vida de un niño normal de
tan solo diez años de edad, es trabajo de mucho lograr esto, porque como ya se ha
expuesto el ser de cada uno, solo se logra conformar en la medida que exista otro ser,
que influye en la auto-construcción de cada individuo.
Universidad Católica Raúl Silva Henríquez.
Jueves 03 de septiembre, 2009
Bibliografía
Antonijevic, N. (1994). Efecto de la Televisión en el desarrollo psicológico. En
Devilat, M. Y Keith, X. (1994). La televisión, el niño y el adolescente. Sociedad de
Psiquiatría, Neurología de la Infancia y Adolescencia. Santiago de Chile: Editorial
Cochrane.
Maisonneuve, J. (1991). Psicología social. México: Editorial Paidós.
Moscovici, S. (1985). El campo de la psicología social. Barcelona: Editorial Paidós.
Munné, F. (2008). La psicología social como ciencia teórica. Barcelona: Catedrático
Emérito de la Universidad de Barcelona.
Páez, D. y Blanco, A. (1996). La Teoría sociocultural y la Psicología social actual.
Madrid: Fundación Infancia y Aprendizaje.

Documentos relacionados