Rimini - Emilia Romagna Tourism

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Rimini - Emilia Romagna Tourism
Dónde estamos
Lugares visitables e itinerarios
Trento
Bellaria
Igea Marina
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Helsinki
Oslo
Stoccolma
Dublino
Santarcangelo
di Romagna
Torriana
Verucchio
Riccione
Talamello
Novafeltria
Sant’Agata Feltria
Coriano
Repubblica
Misano Adriatico
di San Marino
Montescudo
Cattolica
Montecolombo
San Clemente
fiume Conca
San Giovanni
Gemmano
Morciano
in Marignano
di Romagna
San Leo
Maiolo
Pennabilli
Casteldelci
Montefiore Conca
AR
Varsavia
Amsterdam
Bruxelles
Berlino
Praga
Vienna
Parigi Monaco
Budapest
Milano
Bucarest
Rimini
Madrid
Roma
Londra
Rimini
Poggio Berni
Mondaino
Milano
Algeri
Tunisi
Genova
Mosca
Firenze
Perugia
Kijev
Roma
-
-
Bari
Cagliari
Catanzaro
Ankara
Palermo
Atene
Montegridolfo
Ferrara
Reggio Emilia
-
Rimini
Ancona
Napoli
Parma
-
Ravenna
Piacenza
Saludecio
fiume Marecchia
Bellaria Igea Marina
Museo “La Casa Roja” de Alfredo Panzini
Torre sarracena
Tractores de época
Casteldelci
Casa Museo S. Colarieti
Cattolica
Museo de la Reina
Gemmano
Museo Naturalista de la Reserva
Natural Orientada de Onferno
Maiolo
Museo del Pan
Mondaino
Museo Paleontológico
Museo de las Mayólicas
Montegridolfo
Museo de la Línea Gótica
Montescudo
Museo Etnográfico de Valliano
Museo de la Línea Gótica Oriental de Trarivi
Novafeltria
Museo Histórico Minero Sulphur
Pennabilli
Museo extendido Los Lugares del Alma
Museo El Mundo de Tonino Guerra
Mateureka Museo del Cálculo
Museo Naturalista del Parque
del Sasso Simone e Simoncello
Museo Diocesano de Montefeltro “A. Bergamaschi”
Poggio Berni
Museo Molino Sapignoli
Venezia
Bologna
Riccione
Museo del Territorio
Galería de Arte Moderno y Contemporáneo Villa Franceschi
Rímini
Museo de la Ciudad
Museo Fellini
Museo de las Miradas
Museo de la Aviación
Museo de la Pesca Menor y de las Conchas
Museo Nacional de la Motocicleta
Saludecio
Museo al aire libre de los Murales
Museo de Saludecio y del Beato Amato
Museo del Risorgimento
San Leo
Museo de la Fortaleza
Museo de Arte Sacro
Sant’Agata Feltria
Teatro Histórico Angelo Mariani
Museo Fortaleza Fregoso
Museo del Arte Rural
Santarcangelo di Romagna
MUSAS Museo Histórico Arqueológico
Museo del botón
MET Museo de los Usos y Costumbres
de la Gente de Romaña
Talamello
Museo Pinacoteca Gualtieri “El Esplendor de lo Real”
Verucchio
Museo Cívico Arqueológico
República de San Marino
Colección Maranello Rosso
Modena
Bologna
Ravenna
Forlì
Cesena
Rimini
San Marino
Principales distancias kilométricas
Ámsterdam, 1.405 km
Madrid, 1856
Bolonia, 121 km
Berlín, 1.535 km
Múnich, 680 km
Florencia, 178 km
Bruselas, 1.262 km
París, 1.226 km
Milán 330 km
Budapest, 1.065 km
Praga, 1.089 km
Nápoles, 586 km
Copenhague, 1.770 km
Estocolmo, 2303
Roma, 343 km
Fráncfort, 1.043 km
Viena, 887 km
Turín, 493 km
Londres, 1.684 km
Zúrich, 645 km
Venecia, 235 km
Riviera di Rimini
Travel Notes
Provincia di Rimini
Assessorato al Turismo
Assessorato alla Cultura
Museos de la provincia de Rímini
arte, historia y cultura
Riviera di Rimini Travel Notes
colección de textos turísticos
coordinada por
Provincia de Rimini
Consejería de Turismo
Dirigente Symon Buda
en colaboración con
Consejería de Cultura
de la Provincia de Rímini
Textos
Rita Giannini
Redacción
Marino Campana
Oficina de prensa
y comunicación
Cora Balestrieri
Fotografías cedidas por
el Archivo fotográfico
de la Provincia de Rímini
Nuestro agradecimiento
a los fotógrafos
L. Bottaro, P. Bove,
S. Di Bartolo, L. Fabbrini,
Fotopress Novafeltria,
G. Fuggiano, R. Gallini,
D. Gasperoni, R. Giannini,
Istituto Musei Comunali
Santarcangelo di R.,
L. Liuzzi, M. Lorenzi,
Martinini, R. Masi,
G. Mazzanti, M. Migliorini,
T. Mosconi, Museo Civico
Archeologico Verucchio,
P.L. Nucci, PH Paritani,
D. Piras, V. Raggi,
G. Razzaboni, D. Ronchi,
E. Salvatori, R. Urbinati
Diseño gráfico
Relè - Tassinari/Vetta
(Leonardo Sonnoli,
Igor Bevilacqua)
coordinación
Michela Fabbri
Foto de la cubierta
Detalle del retablo “Virgen
con el Niño y dos santos”
de Benedetto Coda, conservada
en el Museo de la Ciudad, Rímini.
Al lado, Fuente “El prado
sumergido”, Santarcangelo
di Romagna, uno de los Lugares
del Alma de Tonino Guerra.
Traducción
Xavier Pons Roca
Link-up, Rímini
Compaginación
Litoincisa87, Rimini
(Licia Romani)
Impresión
Pazzini Stampatore Editore,
Villa Verucchio
Primera edición 2011
Museos de la provincia
de Rímini es una publicación
turístico-cultural de difusión
gratuita
7
Introducción Patrimonio monumental y artístico
11
Capítulo 1 Las huellas del territorio
Naturaleza
Arqueología
Historia
Espiritualidad y sacralidad
Antropología y tecnología
Mundo moderno
Contemporaneidad
25
Capítulo 2 El litoral riminés
Rímini
Museo de la Ciudad y “Domus del Cirujano”
Museo Fellini
Museo de las Miradas
Museo de la Aviación
Museo de la Pequeña Menor y de las Conchas
Riccione
Museo del Territorio
Galería de Arte Moderno y Contemporáneo Villa Franceschi
Cattolica
Museo de la Reina
Bellaria
Museo “La Casa Roja de Alfredo Panzini”
51
Capítulo 3 Malatesta & Montefeltro
Santarcangelo di Romagna
MUSAS Museo Histórico Arqueológico
MET Museo de los Usos y Costumbres de la Gente de Romaña
Poggio Berni
Museo Molino Sapignoli
Verucchio
Museo Cívico Arqueológico
San Leo
Museo Cívico de la Fortaleza
Museo de Arte Sacro
Maiolo
Museo del Pan
Novafeltria
Sulphur Museo Histórico Minero
Talamello
Museo Pinacoteca Gualtieri “El Esplendor de lo Real”4
Sant’Agata Feltria
Teatro Angelo Mariani
Museo Fortaleza Fregoso
Museo del Arte Rural
Pennabilli
Los Lugares del Alma
El Mundo de Tonino Guerra
Mateureka Museo del Cálculo
Museo Naturalista del Parque Natural Sasso Simone e Simoncello
Museo Diocesano de Montefeltro “A. Bergamaschi”
Casteldelci
Casa Museo “S. Colarieti” - Museo Arqueológico “Uguccione della Faggiola”
Montescudo
Museo Etnográfico de Valliano
Museo de la Línea Gótica Oriental de Trarivi
Gemmano
Museo Naturalista de la Reserva Natural Orientada de Onferno
Mondaino
Museos de Mondaino
Saludecio
Museo de Saludecio y del Beato Amato
Montegridolfo
Museo de la Línea Gótica
107
Capítulo 4 Colecciones y otros museos
Rímini, Museo Nacional de la Motocicleta
Rímini, Museo de Scolca
Rímini, Museo Misionario del Santuario de la Virgen de las Gracias
Bellaria, Torre sarracena
Bellaria, “Colección Massaroni” Tractores de época
Santarcangelo, Museo del botón
Torriana, Museo textil “Hilo de Penélope... Hilo del mundo”
Torriana, Observatorio Naturalista Valmarecchia
Saludecio, Murales
Saludecio, Museo del Risorgimento
Coriano, Museo Elisabettiano
Coriano, Antiquarium
Montefiore Conca, Los colores de Montefiore
San Marino, Museo Maranello Rosso
116
Para más información:
bibliografía mínima
Antes de salir visítanos
www.riviera.rimini.it
5
INTRODUCCIÓN
PATRIMONIO
MONUMENTAL
Y ARTÍSTICO
El patrimonio monumental y artístico de la provincia de Rímini es
tan rico que se cuenta entre las maravillas de Italia. La naturaleza también pone
mucho de su parte: ríos y torrentes que brindan amplias extensiones de cantos
e íntimas playitas con vegetación espontánea donde se descubre “la infancia
del mundo”, como escribió el poeta Tonino Guerra. Y campos y bosques que
se encaraman a las colinas y montañas haciéndose empinados, es cierto, pero
también mostrándose generosos en ofrecer productos, como trufas y setas, que
adornan y perfuman la cocina autóctona y en las ferias de temporada se brindan
en cantidad y calidad. Habitada desde la prehistoria esta tierra es también meta
desde la antigüedad de numerosos hombres ilustres, desde Dante Alighieri a
San Francisco. Todo el territorio riminés conserva le huellas de estos aspectos
históricos, culturales, naturalistas que se encuentran en los muchos museos que
se pueden encontrar desde la costa hasta las colinas. Los que figuran en esta
guía forman parte del sistema de museos de la Provincia de Rímini y el Alto Valle
del Marecchia. Al final del itinerario se da cuenta de interesantes lugares y ámbitos que enriquecen el ya de por sí vasto panorama de oportunidades.
Un itinerario que, aunque breve en las distancias, lo cual es bueno
para el turista, que no se cansa en los desplazamientos, está lleno de joyas preciosas, sorprendentes, siempre vinculadas al territorio, a su historia, a su gente.
Así es como hay que interpretarlos, entenderlos y disfrutar de ellos, en relación
con los sitios de los que conservan y custodian la memoria y expresiones, este es
su valor añadido, una autenticidad y carácter genuino que los convierte en únicos.
A pesar de este estrecho vínculo con los lugares, se puede hablar
de arte mayor desde la antigüedad hasta nuestros días. No hay más que pensar
en las realizaciones del período etrusco-villanoviano, dignos de verse los hallazgos, las joyas y el ámbar que se exhiben en el Museo Cívico Arqueológico de
Verucchio, y los de la edad romana que se exponen en el Museo de la Ciudad
de Rímini, y en la contigua Domus del Cirujano. Siglo tras siglo han ido quedando
ante nuestra vista ejemplares excepcionales. Entre estos las obras maestras de la
que fue definida como la Escuela del siglo XIV riminés, nacida tras el paso y la estancia de Giotto, que aquí, en torno al 1303 pintó un ciclo de frescos, que se perdió, en la iglesia de San Francisco, en Rímini y el precioso Crucifijo aún existente.
El Renacimiento aquí tiene su primer edificio sacro, el Templo Malatestiano que,
en su interior conserva un extraordinario fresco de Piero della Francesca. El siglo
XVII y el siglo de las Luces han dejado obras de inestimable valor, como las telas
que se encuentran en varios museos, desde el gran Guido Cagnacci, discípulo
de Carracci y amigo de Guercino, y las imponentes iglesias Colegiatas barrocas.
Arte mayor que tiene continuidad en la edad moderna y contemporánea. Entre los
artistas que aquí han nacido o han decidido vivir, Federico Fellini, el cineasta más
famoso del mundo, al que está dedicado el Museo Fellini de Rímini, y su guio-
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nista y amigo, el poeta Tonino Guerra, de Santarcangelo di Romagna que ahora
vive en Pennabilli: en ambos lugares se puede disfrutar de itinerarios marcados
por su arte. El Museo extendido Los Lugares del Alma y fuentes, parques,
jardines, instalaciones que reproducen su estilo expresivo y evocan su poesía. En
Pennabilli tiene su sede asimismo el Museo denominado El mundo de Tonino Guerra. En Talamello, localidad de la que es oriunda su madre, Ferdinando
Gualtieri, pintor que en París ha alcanzado la fama internacional y que lo define
como el maestro del esplendor de lo real, ha dejado una importante muestra de
sus obras, que se pueden contemplar en el Museo Pinacoteca Gualtieri. En
Riccione el arte contemporánea se exhibe en la Galería Villa Franceschi. En
Santarcangelo di Romagna, ciudad sin par en el número de personajes ilustres en
todos los campos del arte que ha engendrado, dos museos, el MET y el MUSAS, narran de modo excepcional su historia y acontecimientos. También hombres píos, que después han sido proclamados Beatos, están vivos en la memoria
colectiva gracias a los museos a ellos dedicados, como ocurre con el Museo de
Saludecio y del Beato Amato. Lo mismo sucede con personajes más ambiguos, como Cagliostro, que da nombre al Museo Cívico de la Fortaleza de
San Leo, proyectada por el gran arquitecto sienés Francesco di Giorgio Martini,
donde el controvertido conde siciliano murió tras años de reclusión. Y cuando
no es una figura clave la que da al museo su razón de ser, lo son las gentes, con
sus tradiciones y costumbres. Es el caso de los Museos de Santarcangelo, de
Valliano di Montescudo y di Sant’Agata Feltria. Los hay para todos los gustos,
incluso para los amantes de la aeronáutica y los aviones, que pueden pasarlo en
grande en el Museo de la Aviación de Rímini y de los coches de carreras y
de colección que se exhiben en San Marino, en el Museo Maranello Rosso.
También mundos lejanos, Sudamérica, África y Oceanía, tienen aquí un digno
homenaje con una prestigiosa colección expuesta en el Museo de las Miradas
de Rímini. Y entre las curiosidades un museo extendido, el Museo del Pan, en
Maiolo. Dedicados al mar, el Museo de la Pesca Menor y de las Conchas,
en Viserbella di Rimini y el Museo de la Reina, en Cattolica, que ofrece también una importante sección arqueológica. Para los más jóvenes, y los no tan
jóvenes, no digno de visita Mateureka Museo del Cálculo de Pennabilli y el
Sulphur Museo Histórico Minero de las minas de Perticara di Novafeltria.
En estos parajes del Sur de Romaña, tierra abierta y hospitalaria,
las huellas del tiempo y la historia se mantienen vivas gracias al esfuerzo de su
gente y sus estudiosos y vale la pena buscarlos por el alimento que saben dar. El
territorio riminés debe a su ubicación geográfica una historia tan densa y compleja
que deja huellas muy significativas. Fue tierra de tránsito y comercio desde tiempos remotos, gracias al tráfico marítimo con los pueblos del Adriático y del Oriente mediterráneo, y después terrestre al convertirse en punto de partida de las más
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grandes e importantes vías consulares romanas, después de que Roma ampliara,
precisamente a partir de Rímini, sus dominios hacia el Norte. Y desde el Norte
llegaron las hordas de los bárbaros lanzados a la conquista de Italia, en lucha
contra los “romanos” de Bizancio, y después los Longobardos y los emperadores
alemanes que pretendían reafirmar sus derechos en conflicto con los del papa. Y
más tarde las compañías de ventura, en busca de un establecimiento definitivo,
que habían de dejar la herencia de dos grandes enemigos, condotieros y líderes
que representaban a dos familias rivales, dos Señorías nacidas aquí, en los Valles
Altos del Marecchia y del Conca, los Malatesta y los Montefeltro. Estos últimos
precisamente en San Leo tomaron su nombre. También en el siglo XX estos parajes fueron escenario bélico, por hallarse comprendidos en el extremo de la línea
gótica, donde tuvieron lugar las últimas grandes batallas de la “campaña de Italia”.
Dan testimonio de ello dos museos, sitos en Montegridolfo y en Montescudo.
Esta guía es un rápido excursus a través de mundos de belleza y de
curiosidades. Para facilidad del turista se ha decidido ordenarla por localidades,
de modo que se pueda elegir el itinerario a seguir en función del lugar donde
se esté. Por tanto en el primer grupo se recogen los museos que se hallan en
la Riviera, en el litoral riminés, en el segundo las perlas de la Señoría de los
Malatesta y los Montefeltro subdivididas por valles, el del Marecchia y el del Conca. El último capítulo está dedicado a otros museos, colecciones, exposiciones,
muestras permanentes y museos en construcción.
¡Buen viaje y feliz visita!
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CAPÍTULO 1
LAS HUELLAS
DEL
TERRITORIO
Naturaleza
Los museos naturalistas de la Provincia de Rímini están indisolublemente ligados al lugar de pertenencia: zonas verdes, estribaciones y áreas
protegidas.
El Museo Naturalista de la Reserva Orientada de Onferno situado
en Gemmano está vinculado a las homónimas singulares grutas y a su formación y conformación; el de Pennabilli, el Museo Naturalista del Parque del Sasso Simone e Simoncello hace referencia al Parque Natural, su historia y características fauna y flora.
También dedicada a la formación y conformación del territorio, la
Sección Paleontológica de los Museos de Mondaino, que narra los extraordinarios
acontecimientos de hace millones de años, cuando el área era un gran lago salado.
Referencias a estos temas pueden encontrarse en los museos arqueológicos. Entre ellos el Museo del Territorio de Riccione, que ilustra la historia
y la situación geológica local presentando rocas, minerales y fósiles.
Y también el Sulphur Museo Histórico Minero de Perticara di Novafeltria, que aun estando dedicado a la extracción del azufre, presenta una amplia colección de rocas y minerales.
Numerosos materiales paleontológicos entre los que destaca una
interesante colección de fósiles del Marecchia, se conservan en el Museo de la
Ciudad de Rímini.
Una significativa muestra de conchas del Mediterráneo se exhibe
en el Museo de la Pesca Menor y de las Conchas de Viserbella, en Rímini, y una
amplia colección se encuentra en la Torre sarracena de Bellaria.
En el territorio provincial hay varias Reservas naturales y múltiples Centros naturalistas que ofrecen la oportunidad de observar y estudiar la
naturaleza marina y la de las colinas. Desarrollan una intensa labor de educación
medioambiental, por lo que centran su actividad sobre todo en las escuelas. Se
reparten por la costa y las colinas. En lo que respecta a la parte central del valle
del Marecchia el Observatorio Naturalista Valmarecchia está situado en el Oasis
de protección de la fauna de Torriana-Montebello, sede separada del Centro de
educación medioambiental del WWF de Rímini, en el Oasis Natural de Ca’ Brigida, en Verucchio, el Centro de visitas del Parque Natural del Sasso Simone e
Simoncello se halla en Pennabilli, en el museo; en lo que concierne al valle del
Conca la Reserva Natural Orientada de Onferno se encuentra en el municipio
de Gemmano y su eje es el museo. En la costa hay que destacar la Fundación
Cetácea de Riccione (www.fondazionecetacea.org) y el Acuario de Cattolica, el
mayor del Adriático (www.acquariodicattolica.it).
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En la parte superior
Gemmano, Reserva
Natural Orientada de
Onferno.
En la parte inferior,
a la izquierda
Reconstrucción de
esqueleto de bisonte
del Pleistoceno (Bison
priscus) hallado en el
torrente Conca.
En la parte inferior,
a la derecha
Riccione, Museo del
Territorio, estatuilla
figulina, siglo I a.C
Arqueología
El hombre puebla el territorio riminés desde la edad paleolítica, esto
es, desde hace más de doscientos mil años. Por todas partes se encuentran huellas
suyas, que resultan monumentales en la época romana. Los museos arqueológicos
y las secciones especializadas en museos generales dan testimonio de su riqueza.
Rímini alberga el museo arqueológico más antiguo de la zona, hoy
denominado Museo de la Ciudad, fundado gracias a la pasión y a la competencia de
un estudioso natural de estas tierras, Luigi Tonini, historiador de reconocido prestigio. A él se debe la formación, en 1871, de la Galería Arqueológica de Rímini, que
es el primer verdadero museo de todo el territorio, porque, procedentes de todo
el territorio, desde la cuenca del Uso hasta el valle del Conca, en el mismo se han
recogido los hallazgos y manufacturas de la prehistoria y de la historia antigua y
también porque durante más de un siglo ha sido un auténtico centro propulsor de
investigaciones y estudios arqueológicos. Hasta un siglo más tarde no han ido surgiendo los demás museos de la provincia, todos ellos con sus respectivas secciones
arqueológicas en las que se conservan manufacturas vinculadas a circunscripciones
geográficas limitadas y se desarrollan y profundizan temas particulares. El primero
de todos, el precioso Museo Cívico Arqueológico de Verucchio, que da información sobre una de las comunidades más antiguas e importantes, la villanovianaveruquesa, anterior a la civilización etrusca. En Santarcangelo, el elegante Museo
Histórico Arqueológico MUSAS, exhibe la producción de alfarería, mientras que la
sección arqueológica del Museo de la Reina de Cattolica da cuenta de los hechos
relacionados con las grandes vías consulares romanas. En Riccione, el Museo del
Territorio presenta huellas que arrancan del paleolítico inferior y llegan hasta la colonización romana. En Valle Alto del Marecchia, en la verde Casteldelci, la Casa Museo “S. Colarieti” - Museo Arqueológico “Uguccione della Faggiola” posa su mirada
sobre un mundo floreciente que empieza en la Prehistoria, no olvida la edad romana, testimoniada por una rica serie de monedas y objetos de cerámica provenientes
de viviendas rurales y llega a la Edad Media. Colecciones de piezas arqueológicas
se custodian también fuera de los museos, como en las bibliotecas municipales
de San Giovanni in Marignano y de Morciano. Además, en Rímini pueden
contemplarse restos de domus con pavimentos de mosaico museizados in situ, en
la Via Sigismondo, junto a la Cámara de Comercio, y en la Via IV Novembre, cerca
de la Prefectura. Y la mayor y más importante de todas: la Domus del Cirujano.
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Rímini, Museo de la
Ciudad. Ghirlandaio,
retablo con los santos
Vicente Ferrer,
Sebastián, Roque y
los componentes de la
familia de Pandolfo IV
Malatesta.
Historia
La Edad Media en el área Sur de Romaña ha tenido su momento
de gloria con la llegada al poder de las familias Malatesta y Montefeltro. Desde
el punto de vista artístico, la excelencia es representada por la prolífica actividad
de la Escuela Riminesa del siglo XIV, nacida con Giotto y después lanzada a una
extraordinaria trayectoria independiente.
El Renacimiento le ha dejado a Rímini en el Templo Malatestiano uno de sus productos más precoces, complejos y espléndidos, debido precisamente a la Señoría de los Malatesta, que durante los siglos XIV y XV de su
dominio construyó o reconstruyó casi todas las fortalezas que todavía dominan
las colinas riminesas y, en parte, las del Montefeltro romañés, constituyendo al
mismo tiempo una corte capaz de competir con las de la Italia de la época. Rímini era la capital del estado malatestiano y el Museo de la Ciudad de Rímini
posee excepcionales testimonios de aquel tiempo, junto con obras maestras de
grandes artistas, entre ellos algunos locales, como Cagnacci (de Santarcangelo
di Romagna), Centino (de Cento, Ferrara) y Guercino y Cantarini, de la escuela
boloñesa.
En la zona la cultura boloñesa fue la protagonista del arte de los
siglos XVII al XIX, pero la vitalidad del territorio en estos siglos se hace patente
sobre todo con algunas nuevas disposiciones urbanísticas y la construcción de
edificios, sobre todo iglesias y teatros, abundantes en el territorio.
El siglo XVII, como la Edad Media, ha proporcionado a los museos
de la provincia mucho material artístico, a través del cual se puede reconstruir el
ambiente cultural y recorrer la rica historia del territorio. El museo más dotado y
completo es el riminés, pero no le va a la zaga el de Santarcangelo, el histórico
y arqueológico, MUSAS, custodia verdaderas joyas medievales y renacentistas,
mientras que el de Saludecio ofrece importantes obras pictóricas del siglo XVII
y hermosos objetos decorativos eclesiásticos del siglo siguiente. Los dos museos
de San Leo representan un extraordinario testimonio del Arte Sacro del período paleocristiano y los siglos siguientes, el primero, y del arte de la guerra y la
defensa, el segundo, ubicado en la Fortaleza. Como también el Museo Fortaleza
Fregoso de Sant’Agata Feltria. En Pennabilli, el Museo Diocesano custodia
el arte sacro de varios siglos, con un patrimonio muy rico y significativo, pues
contiene obras provenientes de toda la Diócesis de San Marino y Montefeltro.
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Muy interesante la exposición de las Mayólicas de Mondaino (siglos XIV-XVII),
constituida gracias al hallazgo en el lugar de fragmentos de cerámica de producción autóctona, que ha confirmado la existencia de importantes hornos, y la recogida de piezas de cerámica medievales y renacentistas expuesta en Rímini en
la sede de la administración de la Provincia de Rímini, que se encuentra en la
zona del antiguo Hospital de la Misericordia, del que proceden las piezas. Digna
de visita también la exposición permanente de los hallazgos de las excavaciones
sita en la Fortaleza de Montefiore Conca. Allí puede admirarse la extraordinaria producción cerámica, en gran parte malatestiana (siglos XIV-XVII) procedente
del castillo: decenas de jarras, copas y jofainas decoradas con retratos y ribetes,
letras góticas y festones, motivos geométricos y simbólicos.
Espiritualidad y sacralidad
Una amplia parte de la historia local rezuma sacralidad y misterio.
Desde la antigüedad hasta nuestros días el hombre se ha medido con la espiritualidad y la religiosidad pero también ha mantenido un vínculo ancestral con la tierra
y sus leyes, a veces inexplicables y, por consiguiente, consideradas misteriosas. Es
en este contexto donde hay que colocar los ritos, las funciones mágicas, el culto
de los antepasados.
El Museo de la Ciudad de Rímini pone de relieve, a través de muchas piezas, la religiosidad, sobre todo privada, de las familias romanas, demostrando que aquí han tenido cierto éxito los cultos dionisíacos, con Dioniso, Eros,
Príapo y Sileno, de los que se han encontrado imágenes.
La Edad Media también ha dejado huellas en este ámbito, sobre
todo a través de manufacturas que tienen que ver con Sigismondo Malatesta y su
Templo, lleno de evocaciones filosóficas y espirituales, de las que el Museo de la
Ciudad brinda muestras elocuentes.
La veneración de beatos, santos y mártires dio lugar a obras importantes y la devoción popular por sus hombres píos dio origen a iglesias repletas de
exvotos. El fenómeno se vio reforzado cuando los beatos, santos y mártires fueron
proclamados tales por la Iglesia. Es el caso del Beato Amato que en Saludecio
da vida a una magnífica y elegante Iglesia parroquial y a la adyacente Sacristía. El
conjunto se denomina Museo de Saludecio y del Beato Amato. En el mismo se conservan grandes y preciosas obras de arte que llevan la firma de Cagnacci, Centino
y otros artistas que rinden homenaje a Santos y Profetas, y también innumerables
vestigios del Beato de Saludecio, venerados por fieles y peregrinos. El Museo contiene una gran cantidad de exvotos “históricos”, como el Museo Etnográfico de Valliano, en Montescudo, que forma un único conjunto con la iglesia de Santa María
del Socorro, donde se conservan exvotos, frescos del siglo XV, en parte votivos, un
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venerado simulacro de la Virgen del Rosario y telas de los siglos XVI y XVII.
El Museo de Arte Sacro de San Leo custodia manufacturas pertenecientes al culto vinculados a la profunda devoción de las gentes, que van del
siglo VIII al XVIII, realizadas para altares y aposentos de conventos, en muchos
casos creados con ocasión de acontecimientos especiales de la historia local y
profundamente ligados a los lugares de procedencia. El museo se presenta como
un espejo del territorio y como imagen de la historia y los sitios, de la ciudad de San
Leo y su condado. Entre las varias obras destaca un crucifijo del siglo XIV, tablas
de los siglos XIV y XV y un retablo de madera proveniente del convento franciscano
de Sant’Igne que, con sus refinadas tallas y pinturas, constituye una de las piezas
más singulares del Renacimiento del Montefeltro. El período más representado es
el siglo XVII, con numerosas obras pictóricas, debidas en gran parte a las disposiciones litúrgicas del Concilio de Trento, que dictaban la renovación de los edificios
eclesiásticos tanto en la decoración como en las imágenes.
Se trata también de arte ligado al culto y la religiosidad de los señores y las gentes en el caso del Museo Diocesano de Montefeltro A. Bergamaschi, en
Pennabilli. Un enorme espacio museal creado para albergar obras procedentes
del territorio de la Diócesis, fragmentos de historias, testimonios de fe ante todo,
objetos que hablan de una estrecha relación entre Dios y el hombre. En el museo
se recogen obras de artistas como Benedetto Coda, Catarino di Marco de Venecia,
Giovan Francesco da de RiminiRímini, Guido Cagnacci, Nicolò Berrettoni, Carlo
Cignani, Giovanni Francesco Guerrieri y exponentes de las escuelas romana, romañesa y de Casteldurante. Pueden contemplarse asimismo una gran colección de
objetos litúrgicos y paramentos sacros, esculturas, mayólicas, platería. A la Virgen
milagrosa, portadora de paz para Pennabilli, se le dedica una sección especial. Museo concebido como espacio in itinere, continuamente enriquecido y reordenado.
Antropología y tecnología
Se ha prestado una gran atención a la tierra de pertenencia y sus
costumbres y tradiciones dando inicio a varios museos diseminados por el territorio
provincial. Cultura popular, vida cotidiana, trabajo, desarrollo tecnológico son los temas acometidos con rigor científico a la vez que con extraordinario atractivo. Cuatro
museos los dedicados al mundo agrícola: el MET de Santarcangelo, el primero en
ser fundado, punto de referencia para los demás, que se ocupa del territorio agrícola
de buena parte de Romaña, el Etnográfico de Valliano, en Montescudo, el del
Arte Rural, en Sant’Agata Feltria, y el museo extendido del Pan, en Maiolo.
Dos hablan del mundo marinero: el Museo de la Reina, en Cattolica, y el de la Pesca Menor y de las Conchas, en Viserbella di Rimini. El Sulphur Museo Histórico
Minero, en Perticara di Novafeltria, permite entrar en las vísceras de la tierra y
17
18
En la parte superior
Santarcangelo, MET
Museo de los Usos
y Costumbres de la
Gente de Romaña,
Sección textil.
En la parte inferior
Cattolica, Museo
de la Reina, ánforas
romanas halladas en
el mar.
recorre fielmente las etapas de la actividad en la mina precisamente en los sugestivos
lugares donde esta se encontraba. Otro museo, en Torriana, ofrece la ocasión de
revivir, incluso mediante talleres, el arte textil, tal como su propio nombre indica. Y
para saberlo todo del arte de la molienda qué mejor que visitar el Molino Sapignoli,
en Poggio Berni, restaurado y en perfecto funcionamiento.
A través de estos espacios expositivos se entra en un universo a menudo desconocido a pesar de no encontrarse tan lejos en el tiempo. Se trata de ámbitos sociales, culturales, tecnológicos y laborales desaparecidos. Contemplar desde
cerca los escenarios reales o reconstruidos es una manera fascinante de experimentar en primera persona el sentido de los gestos y los quehaceres cotidianos, de
las creencias y los usos que hasta hace treinta años pertenecían todavía a nuestros
abuelos, antes de que la modernidad los reemplazara. Un mundo que en el territorio
riminés, sobre todo en el litoral, ha sido rápidamente modificado por los bruscos
cambios que el rápido desarrollo de la “industria del sol y playa” ha traído consigo.
El turismo indirectamente ha afectado también el territorio agrícola,
provocando en la posguerra europea una emigración del interior a la costa y a la capital de provincia, dejando el campo casi despoblado. Es por ello por lo que la zona
de las colinas y la montaña, sobre todo, se ha mantenido íntegra: de este modo puede
ofrecernos hoy toda su belleza y autenticidad. Burgos, casas diseminadas, molinos,
talleres documentan los ámbitos en los que se inspiran los museos etnográficos. No
hay más que visitar los hornos que constituyen el Museo del Pan de Maiolo.
Muy curioso el Museo del Botón de Santarcangelo di Romagna,
que repasa la historia de este singular objeto desde el siglo XVIII hasta hoy, atravesando gustos y modas.
Un extraordinario museo etnográfico, referido a mundos y civilizaciones lejanos (África, Oceanía, Oriente y América), es el Museo de las Miradas, en
Covignano di Rimini.
Mundo moderno
El arte y la historia moderna se hallan bien representados en los
museos del territorio. En este caso también resulta aconsejable emprender un
recorrido temático.
En Rímini el Museo de la Ciudad alberga obras maestras de Cantarini, de Guercino, así como de Guido Cagnacci y Centino. Son también del siglo
19
En la parte superior
Rímini, Museo de las
Miradas, Colecciones
Etnográficas.
En la parte inferior
Riccione, Galería
de Arte Moderno y
Contemporáneo Villa
Franceschi, una obra
de Enrico Baj.
En la página siguiente:
En la parte superior,
Pennabilli, El Mundo
de Tonino Guerra,
detalle de una obra del
maestro.
En la parte inferior,
Talamello, Museo
Pinacoteca Gualtieri,
detalle de una pintura
del artista.
XVII los tapices tejidos en el taller de Michiel Wauters, en Amberes. En las salas
de los tapices se expone también una colección de cerámicas, en gran parte procedentes de talleres locales, fechadas en los siglos que van del XIV al XIX. Toda
una sala está dedicada a los bodegones, con pinturas de los siglos XVII y XVIII y
con frescos de Bigari extraídos de la iglesia conocida como de Sant’Agostino. Del
siglo XIX conserva obras de artistas locales.
En Santarcangelo di Romagna el MUSAS Museo Histórico Arqueológico tiene una sección dedicada al arte moderno, con obras como una
tabla pintada por Luca Longhi en 1531 y un cuadro de Cagnacci, nacido en Santarcangelo en el 1601. Una sala está dedicada al Papa Clemente XIV, también natural
de Santarcangelo (1705).
En el Museo de Saludecio y del Beato Amato, en Saludecio, brillan obras maestras de Cagnacci y Centino.
En el Museo Diocesano de Montefeltro “A. Bergamaschi”, en Pennabilli, se conservan obras de inestimable valor.
El Mateureka Museo del Cálculo de Pennabilli debe incluirse en
este apartado, pues presenta herramientas, ideas y conceptos de una de las más
fascinantes aventuras del pensamiento humano. En el mismo se hallan expuestos
cientos de objetos, originales y preciosos, que ayudan a repasar la historia de la
matemática. Si es verdad que se pueden admirar piezas milenarias, no lo es menos que también se pueden admirar reglas, ábacos, reglas deslizantes de cálculo
y calculadoras que remiten, como el espíritu con que se planteó su estructuración, a estudios ilustrados y modernos.
En San Leo se encuentra el Museo Cívico de la Fortaleza, extraordinaria construcción ideada por Francesco di Giorgio Martini, indisolublemente
ligada a la figura de Cagliostro, alquimista, curandero, masón creador del rito
egipcio, que viviera en el siglo de las luces, condenado por herejía por la Iglesia,
que lo tuvo preso en la capital de Montefeltro hasta el fin de sus días.
El Museo Teatro Mariani de Sant’Agata Feltria también se puede colocar dentro de este itinerario, pues es uno de los más antiguos teatros
hechos por entero de madera que existen en Italia, construido en 1605.
21
Contemporaneidad
La historia del arte de la provincia de Rímini, también en los siglos
XIX y XX, ha estado llena de importantes acontecimientos en la producción artística, de modo que ha dado lugar a la creación de varios museos.
En Riccione, la Galería de Arte Moderno y Contemporáneo Villa
Franceschi acoge obras de grandes artistas del siglo XX. En Rímini, el Museo de
la Ciudad presenta salas dedicadas a René Gruau, el polifacético pintor y artista
riminés Renato Zavagli Ricciardelli (1909-2004). En Rímini, su ciudad natal, no
podía faltar un museo dedicado al cineasta Federico Fellini, ubicado en la sede
de la Fundación que lleva su nombre.
En el interior El Mundo de Tonino Guerra y Los Lugares del Alma,
en Pennabilli y en el Valle del Marecchia relatan la trayectoria artística de
este poeta y guionista, escritor y pintor, artista ecléctico, que tanto colaboró con
Fellini y con el que ganó el Oscar por la película Amarcord.
Otro artista en activo es Fernando Gualtieri, que ha querido a
Talamello muchas de sus obras, expuestas en el Museo Pinacoteca que lleva
su nombre.
Núcleos de obras de arte contemporáneo de interés existen en
varios municipios del territorio, entre ellos Verucchio y Santarcangelo, por ahora
a la espera de las sedes oportunas.
Otros materiales del período contemporáneo se exhiben en el
Museo de la Aviación de Rímini, con aviones originales y materiales de este
campo, y en el Museo Maranello Rosso, en la República de San Marino, dedicado a los Ferrari y a su creador.
Una triste contemporaneidad es representada por la segunda guerra mundial, que aquí, con el paso de la Línea Gótica, dejó imponentes signos
de destrucción. La reconstrucción fue apresurada y tumultuosa, de modo que
las ruinas se borraron enseguida, a excepción de la vistosa marca en el decimonónico Teatro municipal de Rímini “Amintore Galli”. Los hechos ligados al paso
de la Línea Gótica, en la que combatieron con crudeza las tropas alemanas y
las aliadas fueron tan determinantes que requieren un tributo de la memoria. En
Trarivi di Montescudo, junto a la iglesia de la Pace se erigió el Museo de la
Línea Gótica Oriental y en Montegridolfo el Museo de la Línea Gótica, sito en
un bunker reconstruido a los pies del castillo medieval.
La Sección de Historia Contemporánea del Museo de Casteldelci,
ubicada en el piso superior de la Escuela Primaria “Maria Gabrielli”, presenta objetos, imágenes y documentos relativos a los acontecimientos históricos locales
ligados a la segunda guerra mundial: este lugar, en 1944, fue escenario de una
tremenda masacre de civiles inermes a manos de nazis y fascistas.
22
23
CAPÍTULO 2
EL LITORAL
RIMINÉS
Rímini
Museo de la Ciudad y “Domus del Cirujano”
Sección arqueológica
Es el museo más rico del territorio en lo que atañe a la arqueología,
con una nueva ala arqueológica emplazada en el sugestivo escenario de los antiguos sótanos del Colegio de los Jesuitas, que después se transformara en Hospital,
del 1797 al 1977. El itinerario expositivo, complejo y extraordinario, repasa la historia
de Rímini y alrededores y permite recorrer, a través de las huellas dejadas por
sus habitantes y monumentos, el largo camino del hombre en el territorio riminés
desde la Prehistoria hasta el final del período Clásico Tardío. Son unos 2.000 los
metros cuadrados totales de superficie y más de cuarenta las salas de exposición.
Miles, las piezas, que van de la prehistoria al imperio romano tardío y documentan
la población y civilización de toda la zona. Casi todo el patrimonio del museo es de
origen local, pero su interés no es meramente local. En efecto, se trata de un museo
muy antiguo, fundado como “Galería Arqueológica” por el historiador Luigi Tonini
en 1871-72, cuando en el mismo se mostraban piezas del territorio comprendido
entre el Rubicone y el Conca. Interesante el lapidario romano, con inscripciones
datables entre el siglo I a.C. y el siglo V d.C., documenta las formas de la comunicación epigráfica de la Rímini romana e informa sobre muchos aspectos de la vida
pública y privada. Desde la época republicana de Roma la ciudad, fundada en el
268 a.C. como colonia de derecho latino y promovida a la categoría de municipio
hacia el 90 a.C., desempeñó un papel verdaderamente importante tanto desde el
punto de vista comercial como en los aspectos militar y político. Esta relevancia
le fue plenamente reconocida en los tiempos de Augusto, tal como documentan
claramente, por otra parte, dos famosos monumentos, conocidos por su carácter
imponente y su belleza: el arco de Augusto (27 a.C.) y el puente llamado de Tiberio
(14 - 21 d.C.), que los rimineses siempre han considerado emblemáticos, hasta el
punto de que los muestran representados en el escudo de la ciudad. En cuanto a
los edificios civiles de la población, su riqueza queda bien testimoniada sobre todo
por los muchos y extraordinarios pavimentos musivos, en su mayoría pertenecientes a la época imperial, recogidos en el museo. De los siglos II y III después de
Cristo, la plena edad imperial, se exponen hallazgos como vajilla de cerámica y de
bronce, monedas, pinturas murales y mosaicos, estatuas de mármol y estatuillas de
bronce, fragmentos arquitectónicos y escultóricos, que ofrecen interesantes testimonios sobre la vida de la ciudad y sus actividades. Hacen referencia al anfiteatro,
construido junto al puerto, a los cultos de la edad imperial; a la relación de la ciudad con el mar; y, sobre todo, a algunas espléndidas domus, como la de Palazzo
Diotallevi, caracterizada por una gran mosaico pavimental en cuyo centro se representa la figura de Hércules (mediados del siglo II d.C.); o como la denominada “del
25
En la parte superior
Rimini, Museo de la
Ciudad, detalle del
mosaico del palacio
Diotallevi.
En la parte inferior
Rimini, complejo
arqueológico de la
Domus del Cirujano.
cirujano” (siglos II - III d.C.), en la época cercana al mar, un verdadero complejo
arqueológico cuya reciente excavación ha devuelto a la luz, entre otros materiales,
un excepcional conjunto instrumental quirúrgico-farmacéutico de más de 150 piezas restaurado por entero y expuesto. En el museo se han reconstruido, con objeto
didáctico, el ambulatorio y el cubículo del médico que ejercía su profesión y vivía
en esta casa, probablemente destruida por un incendio durante una de las primeras
correrías de los bárbaros (a mediados del siglo III d.C.).
“Domus del Cirujano”
Los restos de la domus del cirujano se hallan en la Piazza Ferrari,
en las inmediaciones del Museo, adecuadamente protegidos por una estructura
especialmente dispuesta. Resultan perfectamente visibles recorriendo el itinerario interno las varias dependencias: la pequeña entrada, que introducía en un
distribuidor y un pasillo interior. A un lado se abría un jardín, mientras que en el
otro costado había varias estancias delimitadas por paredes. Los aposentos residenciales, decorados con frescos polícromos y pavimentos musivos con motivos
geométricos y figuras, comprendían un comedor (triclinium), un dormitorio (cubiculum) y dos salas de estar, la primera de ellas adornada con un notable mosaico
que representaba a Orfeo entre los animales. En una ubicación más apartada
varias habitaciones de servicio, como un cuarto con calefacción (ipocausto), una
letrina y, en el piso superior, cocina y despensa. El repentino derrumbe permitió
la conservación de la decoración y los objetos ornamentales domésticos, hallados entre los cascotes en el suelo de la casa. Entre los muchos sorprendentes
restos -como frescos polícromos y techos pintados en forma de artesonado, un
refinado cuadro de pasta vítrea, una jofaina de mármol, fragmentos de estatuas,
vajilla, candiles- destaca el rico instrumental quirúrgico y farmacológico, que da
testimonio de la profesión ejercida por el último propietario: sin duda un médico
de gran experiencia y habilidad que, como ocurría a menudo, debió formarse en
ambientes culturales helénicos y debió llegar a Ariminum procedente del este. El
origen oriental del personaje, que se intuye también por su adscripción a los ideales epicúreos, se ve claramente confirmada por las leyendas escritas en griego
que hizo grabar en dos recipientes para la conservación de hierbas medicinales
encontrados en la taberna medica, y por su mismo nombre, con toda probabilidad
Eutyches, según reza el esgrafiado practicado en una pared por un paciente desde
27
En la parte superior
Rimini, complejo
arqueológico de la
Domus del Cirujano,
mosaico de Orfeo
en la taberna
medica (detalle).
En la parte inferior
Rimini, Museo de
la Ciudad, imagen
de la sala de los
tapices del siglo XVII.
la cama del cubiculum. El detalle de que el instrumental quirúrgico hallado en la
domus no contenga herramientas ginecológicas y resulte en gran parte destinado
a intervenciones sobre traumas óseos e incluya un peculiar instrumento, utilizado
únicamente para extraer puntas de flecha de las carnes, parece indicar una experiencia profesional acumulada en el ejército, quizás en uno de aquellos valetudinaria militares diseminados cerca de las fronteras del imperio que representaban las
únicas estructuras sanitarias del mundo romano asimilables a nuestros hospitales.
Sección histórico-artística
En el mismo edificio, palacio del siglo XVIII que fuera el Colegio riminés de los Jesuitas (y después Hospital Civil de la ciudad) se hallan dispuestas
las secciones medieval y moderna con la concentración de obras más grande e
importante de la Provincia y una de las más importantes de la Región. Aquí se hallan
reunidas pinturas y esculturas, cerámicas y medallas, inscripciones y fragmentos
arquitectónicos procedentes de la ciudad y su entorno. En la sala conocida como
“del Juicio” puede contemplarse un gran fresco del siglo XIV en el que se representa
el Juicio Universal que proviene de la iglesia agustiniana de San Juan Evangelista.
Es una de una de las obras más antiguas (1310 aprox.) e importantes de la escuela
riminesa del siglo XIV, activa en la primera mitad de aquel siglo en toda la EmiliaRomaña, las Marcas y el Véneto. Influenciada y en cierto sentido formada por el
ejemplo de Giotto, que a finales del siglo XIII había trabajado en Rímini para los
Franciscanos (en el “Templo malatestiano” existe aún un soberbio Crucifijo que es
obra suya), que produjo obras excelentes hoy dispersas en los principales museos
del mundo. El Museo riminés posee obras de Giovanni, de Giuliano y Pietro da
Rimini, los tres mayores pintores de la “escuela”, cuyo desarrollo coincidiera con
el ascenso al poder de los Malatesta, la familia que desde principios del siglo XIV
hasta finales del siglo XV ejerció su señoría sobre la ciudad y extendió sus dominios
a las Marcas y buena parte de la Romaña. Muchos de los escudos e inscripciones
en piedra existentes hacen referencia a esta familia y en especial a Sigismondo Pandolfo Malatesta (1417 - 1468), al que se deben Castel Sismondo y el célebre Templo
malatestiano. Aquí se conserva casi completa la serie de medallas malatestianas
fundidas para Sigismondo por Pisanello y por Matteo de’ Pasti, serie que constituye
una de las obras maestras máximas de este arte inventado en el Renacimiento, y un
Joven portaestandarte de Agostino di Duccio, proveniente del Templo malatestiano,
28
Rímini, Museo
de la Ciudad.
En la parte superior,
Giuliano da Rimini,
políptico de la
Coronación de la
Virgen, 1315 aprox.
En la parte inferior,
Giovanni Bellini,
Piedad, 1470 aprox.
como la tabla con la Piedad pintada por Giovanni Bellini en torno al 1470, considerada la joya del museo. A la familia de un nieto de Sigismondo, Pandolfo IV, último de
los señores de Rímini, se debe, en cambio, el encargo a Domenico Ghirlandaio del
gran retablo en el que se representa a los santos Vicente, Roque y Sebastián venerados por los personajes de la familia Malatesta. En el siglo XVI Rímini perdió gran
parte de su prestigio y perteneció a Valentino y a los Venecianos antes de quedar
bajo el dominio directo del Estado de la Iglesia (1509). Sin embargo también el siglo
XVI vio la realización de algunas importantes obras arquitectónicas y urbanísticas
y la llegada de obras maestras debidas a Giorgio Vasari (en la abadía de Scolca y
en San Francesco, 1547 y 1548) y a Paolo Veronese (en la iglesia de San Giuliano,
1587-1588), así como a buenos artistas menores, de los que el Museo expone varias
obras. El siglo XVII registró una notable importación de obras de arte del Veneto
Véneto (como dos estupendos cuadros de Francesco Maffei) y de Bolonia (como
algunas obras maestras de Simone Cantarini y de Guercino) ahora conservadas
en el museo. Fue también el siglo que la actividad de dos grandes pintores locales:
Guido Cagnacci (1601 - 1663) y Giovan Francesco Nagli, llamado Centino (aprox.
1605 - 1675). Del primero el museo posee obras muy sugestivas (como el San Antonio Abad, La vocación de san Mateo, una Cleopatra y un hermosísimo Retrato de
monje médico; del segundo algunas telas y retablos muy representativos de su estilo
sobrio y devoto. Al siglo XVII pertenece una excepcional serie de tapices que ilustran el tema de las Historias de Semíramis, tejidos en el taller de Michiel Wauters,
en Amberes. En las salas de los tapices se expone una colección de 54 cerámicas
en su mayoría procedentes de fábricas locales y datables entre los siglos XIV y XIX.
Existe toda una sala dedicada a los bodegones, con pinturas de los siglos XVII y
XVIII entre las que destacan las del fraile pintor riminés Nicola Levoli (1729 - 1801)
y del faentino Giovanni Rivalta (1756 - 1832). El siglo XVIII nos ha dejado muchas
obras de artistas boloñeses y rimineses: entre ellas merecen ser destacados cuatro
frescos con Ángeles músicos de Vittorio M. Bigari (1722), retirados de la bóveda del
presbiterio de la iglesia de San Juan Evangelista, llamada de San Agustín. Del siglo
XIX el Museo conserva obras del pintor Guglielmo Bilancioni, del escultor Romeo
Pazzini y de algún otro artista local. Del siglo XX cabe destacar las obras gráficas
y carteles del célebre René Grau, nombre artístico del riminés Renato Zavagli Ricciardelli (1909 - 2004).
31
Museo della Città
via L. Tonini, 1 - centro storico - Rimini
tel. 0541 21482 - 0541 704421
[email protected]
www.museicomunalirimini.it
Rímini,
Museo Fellini,
detalles de montajes
expositivos.
Rímini
Museo Fellini
El museo Fellini, fundado para honrar y recordar al cineasta más
amado y conocido del mundo, Federico Fellini, conserva materiales y obras relativas al gran maestro y expone temporal y cíclicamente parte del patrimonio
documental de la contigua Fundación Fellini. Se trata de películas, escritos y
dibujos del director, fotografías de escena, documentos fotográficos y gráficos,
bocetos escenográficos, vestuario, premios, etc. relacionados con el director riminés. En los últimos años ha albergado exposiciones muy sugestivas y apreciadas, entre las que cabe recordar por lo menos las siguientes: “Otto e mezzo, el
viaje de Fellini” (2003), con fotografías de Gideon Bachmann, “Giulietta, retrato
de una actriz” (2004), “El cine de papel. La herencia de Fellini en exposición”
(2004), “Fellini y sus películas en los dibujos de la colección Renzi” (2004),
“Amarcord. Fantástica Rímini” (2005), “El arte de Fellini en la colección Gèleng
y en los vestidos de D. Donati” (2005), “Tazio Secchiaroli. G. Mastorna, obra
incompleta” (2006). El archivo de la Fundación se enriquece continuamente con
documentos gráficos y fotográficos, cintas y libros, objetos varios. En el 2006
adquirió un célebre autógrafo felliniano, el “Libro de los sueños”, que contiene
la documentación, perteneciente a un período de veinte años, de la producción
onírica del director, ilustrada por él mismo con textos y dibujos. Parte del material
de la Fundación ha sido exhibido en varias exposiciones organizadas en Italia y
el extranjero (Seattle, Nueva York, Estocolmo, Oslo, Barcelona, Copenhague,
Varsovia, etc.).
Museo Fellini
via Nigra, 26 - Rimini
tel. 0541 50085 - 0541 50303 fax 0541 57378
[email protected]
www.federicofellini.it
32
34
Rímini, Museo de las
Miradas, Colecciones
Etnográficas, imagen
de una de las salas y
detalle de una pieza
que se conserva en
la Sala América.
Rímini
Museo de las Miradas
Es uno de los museos más interesantes, no sólo de Italia, por la
belleza y rareza de las piezas que alberga. Ha heredado el material etnográfico
del Museo de las Artes Primitivas - Colección “Dinz Rialto”, fundado por el viajero
y explorador paduano Delfino Dinz Rialto en 1972. Dicho museo, adquirido por el
Ayuntamiento de Rímini entre 1975 y 1979, ha tenido varias sedes y ha ampliado
su patrimonio con otras colecciones (de Ugo Canepa de Biella, de Bruno Fusconi
de Cesena, de los Frailes Menores Conventuales de Rímini). En diciembre de
2005 fue reestructurado con una nueva mirada, como reza su mismo nombre, que
tiene en cuenta las inevitables lagunas, a pesar de su riqueza, de la documentación disponible constituida por varios miles de piezas y se centra principalmente
en cómo el hombre occidental ha mirado a las culturas extraeuropeas. Con el
descubrimiento de América y las demás tierras lejanas su mirada ha ido siendo
diferente cada vez: miradas a veces escandalizadas y desconcertadas, sorprendidas y curiosas, maravilladas y estetizantes. En estas actitudes centra su atención
el museo invitando a una reflexión “histórica” de corte moderno, que puede ayudar a comprender de manera fiel el mundo de los “demás”, de las “civilizaciones
distintas”, antes tan lejanas y ahora tan presentes en nuestro propio ámbito. Por
ello hemos juzgado oportuno incluir este museo en el capítulo referente al mundo
moderno, más que en aquel dedicado a la etnografía.
En las diez salas del museo -sito en una construcción del siglo
XVIII, especialmente restaurada para alojar el complejo expositivo, que albergaba el Museo Misionario de las Gracias, delante del Santuario de la Virgen de
las Gracias, en la colina de Covignano- se hallan presentes objetos procedentes
de China, Oceanía, África y América. Destacan una refinada pintura china (siglo
XVII), fetiches y máscaras africanos, obras mayas y tejidos de la América precolombina. La planta baja está destinada a exposiciones temporales.
35
Museo degli Sguardi
Villa Alvarado, via delle Grazie, 12
Covignano di Rimini
tel. 0541 751224 - 0541 704421
0541 704426 fax 0541 704410
[email protected]
www.museicomunalirimini.it
En la parte superior
Rímini, Museo de
la Aviación. Imagen
panorámica.
En la parte inferior
Viserbella di Rimini,
Museo de la Pesca
Menor y
de las Conchas.
Herramientas de pesca
menor costera.
Rímini
Museo de la Aviación
El Parque temático de la Aviación fue inaugurado en 1995, en una
superficie emplazada en la zona de colinas de más de 100.000 m2 de exposición,
con más de 50 modelos en exhibición. A lo largo de los años además de la conservación de los modelos que han marcado la historia de la aeronáutica, se ha
desarrollado como centro cultural promoviendo congresos, debates y eventos. La
primera estructura que se encuentra en el parque es el Museo de la Aviación.
El moderno pabellón que alberga las salas está realizado con materiales tecnológicamente avanzados y se erige en dos pisos. En el mismo se exponen piezas raras y
únicas: desde los uniformes y monos de vuelo usados por pilotos y especialistas a
principios del siglo XX hasta los de los pilotos de las Flechas Tricolores de la aviación italiana, los F-104 y los Tornado. Documentando su procedencia, se pueden
contemplar las fotos que testimonian los acaecimientos de los militares que los
vistieron. En la magnífica cámara subterránea se conservan cientos de condecoraciones, medallas y títulos, muchos de los cuales conferidos a grandes personajes,
como Gabriele d’Annunzio, Aldo Finzi, Benito Mussolini, Italo Balbo, etc. Además
de todo este material rigurosamente original, de las avionetas irremediablemente
perdidas se conservan fotos o se han reconstruido maquetas en escala. También
gracias al excelente trabajo de los maquetistas puede contemplarse un gran diorama que representa las fases más importantes (despegue y amaraje) de las famosas
Siai SM 55, las avionetas que tanta gloria dieron a la Italia de los años 30 del siglo
XX al efectuar con éxito la arriesgada travesía transatlántica que, partiendo de
Orbetello vía Irlanda, Islandia, Polo Norte y Canadá terminó en el Lago Michigan,
cerca de Chicago. En el exterior se pueden admirar, diseminadas por el parque,
históricas avionetas y baterías antiaéreas, así como motores de aviación, desde los
motores en línea, a los radiales, los bóxer (para helicóptero) y diversos tipos de
turbinas. Completan la exposición varios vehículos de servicio, desde los radares
móviles hasta los camiones antiincendio o los proveedores de oxígeno.
Museo dell’Aviazione
via S. Aquilina, 58
Superstrada Rimini-San Marino
Km. 8.500 - Rimini
tel. 0541 756696 fax 0541 905148
[email protected]
www.museoaviazione.com
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Viserbella di Rimini
Museo de la Pesca Menor y de las Conchas
Este espacio museal lleno de recuerdos de lo más sugestivos pretende ser un homenaje al mar y a la vida de los pescadores. Nació gracias a la
voluntad de algunos hombres de mar que no querían que se olvide la actividad de
la pesca tal como se desempeñaba hasta hace escasos decenios. Con pasión y
esfuerzo en primer lugar fundaron una asociación cultural denominada E scaion
(término dialectal que designa un instrumento de hierro para la pesca de las almejas) y después crearon el museo. En el mismo se muestran barcas y partes de
ellas, herramientas de pesca y herramientas propias de los astilleros, elementos
para armar las barcas, objetos de uso cotidiano, maquetas, fotografías y filmaciones, es decir, todo lo que puede ayudar a mantener viva la memoria de un mundo
hoy desaparecido y de la vieja comunidad local, cuya subsistencia, casi desde la
última guerra hasta la llegada del fenómeno del turismo, se confiaba en buena
parte a la pesca costera menor. Los espacios del antiguo edificio de la escuela
que alberga el copioso y variado material recogido limitan la exposición. El viaje
por su interior resulta fascinante sobre todo gracias a la voz y el testimonio vivo
de los voluntarios que se encargan de la gestión del museo, y que, de manera prodigiosa, devuelven la vida a aquellos objetos con narraciones apasionadas y recuerdos personales de vida real y palpable. El museo, instituido en 1999, con una
identidad bien definida, está, como suele decirse, “en vías de realización” y sigue
enriqueciéndose con objetos y testimonios. Una sección importante del museo
está constituida por una gran colección de conchas (del señor Andrea Capici, de
Ancona). Se trata de una colección que cuenta con más de ocho mil ejemplares,
algunos de ellos verdaderamente raros, e incluye muchas especies de conchas
de toda la cuenca del Mediterráneo. La clasificación de las conchas se debe al
Instituto de Zoología de la Universidad de Bolonia. Gracias a su autoridad, la
colección se ha convertido en una significativa referencia para apasionados y
estudiosos. Fuera del Museo se pueden contemplar varias embarcaciones típicas
de la zona: una “battana”, un “battanino”, un “beccaccino” y los tradicionales
patines, prácticamente desaparecidos.
Desde 2010 el museo cuenta asimismo con una interesante y curiosa colección de fósiles.
Museo della Piccola Pesca
e delle Conchiglie
via Minguzzi, 7 - Viserbella di Rimini
tel. 0541 721060 - 0541 722185
fax 0541 721060
[email protected]
www.escaion.it
38
Riccione
Museo del Territorio
Este museo proporciona elementos esenciales para el conocimiento de la evolución de todo el territorio riminés y, en particular, del Valle
del Conca, en cuyo margen septentrional se encuentra Riccione. Se formó en
la biblioteca en la década de los sesenta del siglo XX, gracias a la labor de un
grupo de aficionados, y halló su emplazamiento definitivo en 1990 dentro de
la estructura polivalente del “Centro della Pesa”, con un montaje moderno de
claridad didáctica ejemplar.
Está estructurado en seis sectores, que contienen interesantes
hallazgos paleontológicos y arqueológicos. Una sección ilustra la situación
geológica local por medio de gráficos y maquetas, describe la complicada
historia geológica y explica la actual conformación del territorio, modelado
hace decenas de millones de años por la superposición de rocas emergidas
del fondo marino y su deslizamiento sobre las arcillas, por sus fracturas y por
el recorrido móvil de los ríos que erosionaron y moldearon la desigual superficie de las tierras emergidas.
Muestras de rocas, de minerales y de fósiles animales y vegetales documentan miles de años de evolución hasta la aparición de grandes
mamíferos como el elefante o el mamut, del que se han encontrado algunos
enormes molares y el fragmento de un colmillo, el bisonte prehistórico, del
que se han hallado una porción de cráneo, una mandíbula y varios huesos que
han permitido la reconstrucción de un semiesqueleto, el ciervo gigante y otros
animales menores (oso, rinoceronte, castor, rata, etc.).
Un diorama reconstruye el entorno del valle del Conca tal como
debía ser en un período comprendido entre hace 200.000 y 100.000 años,
caracterizado por un gran lago y una serie de pantanos, pero ya poblado por
el hombre desde mucho tiempo atrás.
Investigaciones arqueológicas, de superficie, sobre todo, y hallazgos casuales han permitido documentar las primeras huellas del hombre
en el territorio desde el “paleolítico inferior”: cantos a los que al principio se
daba forma de manera muy rudimentaria, más tarde tallados con cierta habilidad atestiguan la presencia humana en un entorno que debía ser muy distinto
del actual, con espejos de agua, pantanos y una exuberante vegetación salvaje. El museo expone una buena serie de hallazgos líticos del paleolítico y el
neolítico procedentes de muchos lugares del valle (municipios de Riccione,
Misano, Morciano y Montefiore).
Al neolítico, el eneolítico, la edad del cobre y a las edades de
bronce y de hierro está dedicada la quinta sección del museo, con hallazgos
39
40
Riccione, Museo
del Territorio.
En la parte superior,
jarrón ático de figuras
rojas con lechuza.
En la parte inferior,
a la izquierda tumba en
forma de pocillo del
área sepulcral de la Via
Flaminia (siglo I d.C.).
En la parte inferior, a la
derecha fragmento de
ánfora, vasijas, vasos
lacrimatorios, candiles
de la propia necrópolis.
líticos, metálicos y cerámicos como hachas, puñales, azadas, puntas de flechas, agujas y vajilla.
Entre los hallazgos del período siguiente destacan por su rareza
algunos fragmentos de cerámica griega del siglo V procedentes de Morciano
y de Misano, que atestiguan contactos con Grecia. Los hallazgos provenientes
de una tumba gala del siglo III a.C. encontrada en Misano dan prueba de una
supervivencia cultural céltica en un período en el que la romanización del
territorio estaba consolidada.
La sección dedicada a la conquista y la colonización romana del
territorio expone testimonios cuya datación corresponde a los siglos que van
del III a.C. al III d.C. cuando los romanos, tras la fundación de la colonia de
Ariminum (268 a.C.) y la asignación del territorio a los colonos, fueron capaces de imponerse definitivamente sobre los galos. Al tratarse de una zona de
frontera, que muy pronto estuvo bien comunicada gracias a la via Flaminia
(220 a.C.), que conectaba Rímini con Roma, vio surgir, dispersas, las casas
de los colonos, granjas y villas rústicas, construcciones todas ellas de las que
se han hallado huellas en unos cincuenta sitios arqueológicos, de los cuales
provienen los materiales aquí expuestos, como fragmentos de vasijas, partes
de pavimentos de terracota y de mosaico, restos de estucos pintados y tejas
marcadas, fabricadas, junto con otras manufacturas, en los numerosos hornos, pequeños y medios, que aquí se han encontrado.
El núcleo habitado más significativo de la zona estaba en la
localidad de San Lorenzo in Strada, donde se han hallado viviendas y
actividades productivas (cuyos restos se conservan in situ), así como una
necrópolis, un horno y un edificio sacro.
41
Museo del Territorio
Centro Culturale della Pesa
via Lazio, 10 - Riccione
tel. 0541 600113
[email protected]
www.comune.riccione.rn.it
Riccione, Galería
de Arte Moderno
y Contemporáneo
Villa Franceschi.
En la parte superior vista
exterior de la villa.
En la parte inferior detalle
de una sala.
Riccione
Galería de Arte Moderno y Contemporáneo Villa Franceschi
De notable interés para el conocimiento del arte contemporáneo
italiano, este museo se halla emplazado en una de las villas históricas más
hermosas de Riccione. Inaugurado en 2005, alberga un itinerario permanente,
formado por dos núcleos de obras muy significativas, que se alterna, en determinados períodos del año, con exposiciones temporales, de carácter nacional
y no nacional, siempre dedicadas a artistas contemporáneos. El primer grupo
de obras, más de 250 en total entre pictóricas y gráficas, propiedad del Ayuntamiento de Riccione, se conformó en estrecho vínculo con la historia turística
de la ciudad y está constituido por cuadros adquiridos gracias a exposiciones,
compras y a los importantes premios de pintura, patrocinados entre 1947 y 1955
por la empresa Azienda di Soggiorno, que entonces ofrecía a los turistas exposiciones de consolidados autores del siglos XX.
A este grupo pertenece la donación del pintor de Forlì Maceo
Casadei, asiduo y entusiasta visitante de Riccione.
El segundo núcleo, propiedad de la Región Emilia-Romaña, se
halla en depósito desde 1998 y está compuesto por 59 obras adquiridas en 1973
(tras la exposición celebrada en Bolonia dos años antes en apoyo a la fundación
que lleva el nombre del escritor Gaetano Arcangeli). Son representativas de las
tendencias artísticas de la Italia de la segundo posguerra y del círculo artístico
boloñés, especialmente vivo en aquellos años, gracias a la férvida actividad de
la familia Arcangeli, punto de referencia para todo aquel que estuviese interesado en la aventura estética. Testimonian las principales corrientes artísticas
nacionales: la del realismo y la informal, así como la denominada “último naturalismo”, constituida por los pintores situados a caballo entre la idea de realismo y el concepto de arte abstracto, conectados con el pasado pero resueltos
a mirar adelante.
El itinerario expositivo permanente comprende unas 50 obras del
patrimonio municipal y de la administración regional. Se exponen, entre otros,
trabajos de Alberto Burri, Enrico Baj, Mattia Moreni, Mario Schifano, Pompilio
Mandelli, Alberto Sughi, Concetto Pozzati, Vincenzo Satta, Virgilio Guidi, Renato Birolli, Ennio Morlotti, Maceo Casadei, Bruno Ceccobelli y Gian Marco
Montesano. Los acoge la villa propiedad de la familia boloñesa Franceschi,
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que pasó a formar parte de los bienes del Municipio de Riccione en 1953, por
voluntad testamentaria de la señora Clementina Zugno, viuda de Franceschi.
El edificio, muy elegante, gracias al cuidado en los detalles y la
armonía del conjunto, fue restaurado pensando en el nuevo uso que iba a dársele, si bien respetando rigurosamente su estructura y original, elocuente ejemplo
tipológico de la casa de veraneo característica de la Riccione de principios del
siglo XX, conforme al modelo del eclecticismo entonces tan en boga en Europa.
De estilo liberty, restaurada según criterios filológicos, no se configura como un mero espacio expositivo, sino que busca complementarse con
los objetos que en ella se exhiben. Su valor histórico, testimonio de un período
de gran importancia en la formación de la identidad de la ciudad, no permitiría
reducirla a simple escenario expositivo. En la villa se conservan decoraciones
originales y cuadros que evocan el gusto “fin de siècle”.
Entre las piezas más preciadas el Proyecto de perspectiva para
el patio de Palazzo Banzi, en Bolonia, realizado en 1757 por el conocido pintor
Mauro Tesi, que representa un raro documento de la tradición escenográfica
del siglo XVIII.
Entre las obras pictóricas, además, cabe señalar una gran tela
del boloñés Raffaele Faccioli que representa un paisaje con Excursión en barca
y tres Retratos del imolés Amleto Montevecchi realizados a principios de los
años 30.
Galleria d’Arte Moderna e Contemporanea
Villa Franceschi
via Gorizia, 2 - Riccione
tel. 0541 693534
[email protected]
www.villafranceschi.it
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Cattolica
Museo de la Reina
Es un museo de nueva creación, muy bien equipado y presentado
con un elocuente y didáctico conjunto de explicaciones. En su sección arqueológica informa sobre el papel desempeñado por la ciudad de Cattolica en
la época romana, al hallarse al borde de la Via Flaminia y exactamente a medio
camino entre Rímini y Pesaro, constituyendo un pequeño núcleo habitado que
surgió en torno a una especie de “estación de postas” preparada para albergar
a los viajeros y para el cambio y el alojamiento de los caballos, una mansio.
La hipótesis resulta muy sugestiva, incluso pensando en la historia reciente de
Cattolica, definida desde el siglo XVI como “pueblo de tabernas para viandantes” (Leandro Alberti). Los materiales extraídos en las excavaciones del año
1966 y en varias fases en los años sucesivos, se hallan reunidos aquí, donde se
ilustran asimismo las propias excavaciones.
Se abre con las necesarias consideraciones acerca de la Flaminia
romana y la organización y la tipología de la mansio, De gran interés resulta
la rigurosa exposición, respetando plenamente los estratos arqueológicos, del
material proveniente de un pozo romano explorado en 1997 y 1998 en el área de
la plaza del mercado, que ofrece un vasto conjunto de utensilios de cerámica
datables entre los siglos I a.C. y IX d.C., así como algunas monedas.
Existe un espacio dedicado a la domus, de la que se ilustran, además de su distribución planimétrica, los sistemas y materiales constructivos, la
decoración y el mobiliario, a la vida cotidiana, al cuidado de la persona y a los
intercambios comerciales. Cabe destacar las colecciones de candiles y ánforas.
Recientemente la Sección Arqueológica se ha visto enriquecida
con materiales cerámicos (ánforas grecoitálicas, morteros, grandes vasijas
para la despensa, tejas, terracotas) hallados durante las excavaciones de la
nueva Dársena (2004) que dan testimonio de un atraque del siglo III a.C. al
servicio del territorio agrícola.
El museo da noticia asimismo de la historia más próxima de
Cattolica, desde la “leyenda de la ciudad hundida” hasta la fundación del burgo
moderno (1271), desde el origen del nombre actual de la localidad hasta las
galerías subterráneas existentes bajo el pueblo.
Recientemente se ha incorporado una interesante estela daunia
(fechada en el siglo VI a.C. de origen apulio), que curiosamente llegó a Cattolica. En el lugar del hallazgo, la excavación devolvió a la luz un asentamiento
de la edad de bronce antigua (2000-1700 a.C. aprox.) de extraordinario interés,
pues a pesar de ser uno de los pocos yacimientos de este período que se conocen en Romaña, está muy bien articulado.
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Cattolica, Museo
de la Reina.
En la parte superior
Sección Arqueológica.
En la parte inferior
Sección de la
Marinería, modelos de
barcas del Adriático.
El piso superior del edificio, antiguo Hospital de los peregrinos,
fundado en 1584 y reconstruido en los años 30 del siglo XX, está dedicado a la
marinería adriática y se ocupa de la vida se ocupa de la vida marina y marinera, haciendo especial referencia al pueblo de Cattolica. Su origen se sitúa en
1985, con una exposición, Barcas y gente del Adriático: 1400-1900, organizada
por el Centro Cultural Polivalente de Cattolica y por el Instituto de Bienes Culturales de Emilia-Romaña.
Al primer núcleo instalado en el centro Cultural Polivalente se
fueron sumando, con el paso de los años, nuevos hallazgos, documentos iconográficos y materiales varios, como fotografías y esquemas gráficos, maquetas
grandes y pequeñas, instrumentos, partes de embarcaciones y herramientas.
De las salas que componen esta sección, una está dedicada a
ilustrar la historia del puerto de Cattolica, que a pesar de la antigua tradición
pesquera local, fue construido en fecha tardía, en 1853, pues dicha construcción tuvo que salvar la pertinaz resistencia de Rímini, bajo cuya circunscripción
se hallaba Cattolica, que temía la competencia de un puerto tan cercano.
Las demás están dedicadas a las barcas adriáticas y a su diseño
y construcción, así como al conjunto de equipos y herramientas de los astilleros
y de las propias barcas.
Se ilustran asimismo los varios métodos de pesca con los instrumentos al uso hasta la época de la motorización, y también a los problemas
ligados a la pesca y al comercio, a la vida de los marineros y de sus mujeres,
a su religiosidad y vida social, siempre prestando una especial atención a la
historia y la realidad locales.
Museo della Regina
via Pascoli, 23 - Cattolica
tel. 0541 966577 fax 0541 967803
[email protected]
www.cattolica.net
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Bellaria Igea Marina,
“La Casa Roja de
Alfredo Panzini”.
Interior y exterior
del museo.
Bellaria Igea Marina
Museo “La Casa Roja de Alfredo Panzini”
La Casa Roja se yergue sobre una duna de arena, y desde sus ventanas antaño se veían el mar y las colinas de Romaña. Hoy se encuentra entre las vías
del tren y el parque, y a su lado tiene construcciones sin solución de continuidad. El
mar no está lejos, pero ha dejado de verse. Se trata de la villa, comprada en 1909,
donde el escritor Alfredo Panzini (Senigallia 1863 - Roma 1939) transcurrió con su
familia buena parte de sus años, sobre todo en verano, convirtiéndose en lugar de
encuentro para los amigos y literatos y para él en punto de observación privilegiado
de aquel mundo rural que confluyó en su narrativa. Quedó largo tiempo en desuso
hasta que, tras una excelente restauración y un extraordinario montaje, se abriera al
público en 2007. Las estancias habitadas por el escritor, pues, han vuelto a la vida.
La entrada acoge al visitante con velas que reproducen palabras autografiadas que
soplan vientos hacia el mar de la memoria. Ahí está la famosa bicicleta -la austera
Opel- de La Linterna de Diógenes y de las excursiones al campo. En el piso superior
se encuentra el dormitorio con sus mesillas de noche, el armario y las butacas. El
baño es digno de verse por su refinada recreación. Y ahí está también el despacho,
hoy espacio expositivo, con la mesa de cajones y un montón de manuscritos. La casa
misma es un museo, pues en sus cuatro lados muestra restos de cerámicas engastadas que llevan los títulos de las principales obras de Panzini. En la parte que da a la
vía del tren estaba el pozo y, siguiendo por un camino, se llega al anexo para los huéspedes denominado “el pensadero”. Un parque-jardín con vegetación mediterránea
la rodea todavía, mientras que al otro lado del foso se hallan las propiedades (hoy
restauradas y parte del museo) que albergaban la finca con la casa de campo del
aparcero Finotti, los establos y la cochera para la calesa que constituían la finca. En
la planta baja el comedor y la sala de estar, con un mueble que escondía un pequeño
montacargas para las viandas, que se subían desde la cocina situada en el sótano.
Techos y paredes presentan motivos decorativos “en seco” de estilo liberty en los que
domina la leyenda “stracci” (“trapos”) por voluntad del escritor.
Museo “La Casa Rossa di Alfredo Panzini”
via Pisino, 1 - Bellaria Igea Marina
tel. 0541 343746 - 0541 343747
fax 0541 345844
[email protected]
www.comune.bellaria-igea-marina.rn.it
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CAPÍTULO 3
MALATESTA &
MONTEFELTRO
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Santarcangelo di Romagna
MUSAS Museo Histórico Arqueológico
Dedicado a la arqueología y al arte del territorio de Santarcangelo, se extiende a lo largo y ancho de las cinco plantas de Palazzo Cenci, situado
en la parte alta del centro histórico.
La Sección arqueológica está dedicada en buena parte a la actividad de los hornos romanos, que tuvo una gran importancia en esta zona,
favorecida por la abundancia de arcilla y madera. Los hornos hallados sugieren
una organización artesanal y laboral notablemente evolucionada, casi un “polo
industrial” o un “centro de artesanado” especializado.
Por ello el museo muestra una gran maqueta de horno que sirve
de modelo ejemplar de un tipo de construcción repetido a lo largo de los siglos
de manera prácticamente inalterada y expone en las vitrinas los objetos de
muestra más significativos de la producción local, que incluye conchas, ánforas,
vasijas y candiles.
La industria alfarera de Santarcangelo, según parece, estaba especialmente bien organizada en conexión con la producción local de cereales
y sobre todo de vino, sin duda abundante en la parte llana y de colinas del bajo
valle del Marecchia, intensamente cultivado y salpicado, aquí y allá, de villas
rústicas.
De estas últimas provienen varios objetos expuestos, relacionados con la vida cotidiana, la casa, la religiosidad y el culto de los difuntos.
estaba habitado y cultivado mucho antes de la colonización romana. En efecto,
de una población humana bastante más antigua nos hablan los numerosos hallazgos, reunidos según su procedencia y cronología, que se exponen en una
salita dedicada a la Prehistoria y la Protohistoria.
La visita del museo sigue en el piso superior con la Sección dedicada a la Edad Media y a la historia de la Edad Moderna. La Santarcangelo
medieval y moderna surgió sobre el cerro de Júpiter, junto a una fortificación
documentada desde el siglo XII y potenciada por los Malatesta, que como vicarios del papa ejercieron su señoría sobre el pueblo durante largo tiempo.
Una maqueta de la ciudad nos presenta la Santarcangelo actual,
mientras que unos paneles ilustran su desarrollo y su territorio, y otros presentan brevemente sus monumentos más relevantes: la Parroquia del siglo VI aún
existente, la fortaleza malatestiana y las misteriosas y pintorescas grutas de
toba que horadan el cerro.
Numerosas obras de arte y objetos de procedencia local, algunos
de gran valor, adornan las paredes de la sección. De la destruida iglesia de San
Francisco, un gran edificio gótico que se erigía en la actual Piazza Ganganelli
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Santarcangelo di
Romagna,
MET Museo Histórico
Arqueológico.
En la parte superior
Jacobello di Bonomo,
Políptico (1385).
En la parte inferior,
a la izquierda candiles
figulinos.
En la parte inferior,
a la derecha bronce
de Arpócrates, siglo
II d.C.
provienen las dos obras maestras pictóricas del museo: el políptico firmado
por el veneciano Jacobello di Bonomo y fechado en 1385, perfectamente conservado en su hermosa estructura de madera, y la tabla con la Virgen con el
Niño entre San Francisco y San Jorge pintada por el artista de Ravenna Luca
Longhi en 1531 por encargo de Antonello Zampeschi, que durante algunos años
fue feudatario de Santarcangelo, representado en actitud devota a los pies de
la Virgen.
La sala del siglo XVII nos presenta entre otras un cuadro juvenil
de Guido Cagnacci, nacido en Santarcangelo en 1601 y muerto en Viena en
1663, que representa a la Virgen con el Niño.
Sigue la sala dedicada al papa Ganganelli, Clemente XIV, nacido
en Santarcangelo en 1705: en la misma figuran retratos y donaciones enviados
por él a los Conventuales, entre los que cabe destacar un hermoso cáliz de
plata dorada, la maqueta original del arco erigido en su honor y la de la plaza
-no realizada- que debía acogerlo, proyectada, como el arco, por el arquitecto
de la cámara pontificia, Cosimo Morelli, en 1777.
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MUSAS Museo Storico Archeologico
via Della Costa, 26
Santarcangelo di Romagna
tel. 0541 625212 - 0541 624703
fax 0541 625212
[email protected]
www.metweb.org
Santarcangelo di
Romagna, MET
Museo de los Usos
y Costumbres de la
Gente de Romaña.
En la parte superior, la
pared de las “caveje”.
En la parte inferior, a la
izquierda, una sala
del Museo.
En la parte inferior, a la
derecha, San Antonio
Abad, detalle de una
manta para bueyes.
Santarcangelo di Romagna
MET Museo de los Usos y Costumbres de la Gente de Romaña
Es uno de los museos etnográficos más importantes de la región,
premiado con galardones y distinciones por su disposición, su intensa actividad
didáctica y sus talleres de formación. Fue uno de los primeros que se fundaron
en el territorio, en 1971, tomando como línea maestra el rigor científico y una
notable atención hacia el mundo de la escuela y la enseñanza, hasta el punto de
ser tomado como guía por otros espacios museales dedicados a la etnografía y
la antropología en general. En 2001 el MET celebró sus treinta años de historia,
una historia que empezó, pues, en 1971, cuando se llevó a la práctica la idea de
levantar un museo dedicado a la identidad cultural y las tradiciones populares.
Fue creado en uno de los territorios más significativos para el trabajo agrícola y para el universo en que este estaba contextualizado, en el que
desempeñaban un papel importantísimo las ferias (hoy día sigue siendo una de
las principales de la región), los mercados, las fiestas, las tradiciones y los ritos.
Y la razón que lo vio nacer deriva de la necesidad de no perder la que antaño representaba el núcleo cultural, económico y social de Romaña. Recoge y conserva
los testimonios de la gente de Romaña, y en particular de la Romaña de Rímini
y Cesena. Fue inaugurado en 1981, tras una labor de diez años de investigación y
preparación, en un edificio, construido en 1924 como matadero municipal y con
el tiempo se ha ido enriqueciendo con nuevas adquisiciones y nuevos elementos
de atracción. Expone objetos y herramientas ligados a la vida popular y al mundo
del trabajo, en particular a la agricultura y al artesanado, ordenados y conectados
para permitir la recuperación de una memoria y una historia de actividades y gestos (materiales y simbólicos) y de saberes tradicionales que corremos el riesgo
de dejar caer en el olvido. Está dividido en diez secciones, que aluden al trabajo
de la tierra, al ciclo del grano, a la molienda, al tejido y la decoración de telas,
la elaboración del vino, la casa rural y algunos oficios artesanales, como el de la
fabricación de planchas para hacer “piadina”, el oficio de zapatero remendón, el
de herrero y el de herrador. Especialmente atractiva la colección de un centenar
de “caveje” de varias épocas (de los siglos XVI al XX): la “caveja” es una clavija
de hierro forjado, a menudo finamente trabajado y decorado, que tenía la función
de bloquear el yugo de los bueyes al timón del carro; en Romaña tenía uno o dos
anillos, que tintinean con el movimiento, insertados en su parte superior, denomi-
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Santarcangelo di
Romagna, MET
Museo de los Usos
y Costumbres de la
Gente de Romaña.
En la parte superior,
sala expositiva de la
Sección sobre el arte
de la molienda.
En la parte inferior, una
sala de la Sección
sobre la labranza de
la tierra.
nada “pagella”, adornada con orificios, a menudo de elegante factura.
La variedad y los tipos de materiales expuestos es muy amplia y
diversa: objetos y herramientas de pequeñas o modestas dimensiones, desde la
pala hasta el arado, del telar a los títeres (de estos se exhibe una colección extraordinariamente interesante), grandes carros de diferentes clases e imponentes
máquinas agrícolas que dan idea del duro trabajo de los campesinos, incluso
cuando se introdujeron las primeras máquinas.
Elementos didácticos y fotografías, maquetas y esquemas gráficos
acompañan al visitante en su recorrido y le ayudan a captar la función y el significado de los objetos expuestos.
Una buena biblioteca especializada y un rico archivo con importantes fondos fotográficos completan el museo, que posee amplios espacios abiertos
para actividades de espectáculo, en especial de títeres tradicionales, y talleres
didácticos, que se cuidan de manera particular. Parte integrante del museo es el
Centro Etnográfico para la Investigación y la Documentación (C.E.R.D.), fundado
en 1985 para la promoción y la coordinación de las actividades de investigación,
estudio y documentación científica del museo: secciones importantes del centro
son la biblioteca especializada “Paolo Toschi”, los archivos y los fondos fotográficos.
MET Museo degli Usi e Costumi
della Gente di Romagna
via Montevecchi, 41
Santarcangelo di Romagna
tel. 0541 326206 - 0541 624703
fax 0541 622074
[email protected]
www.metweb.org
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Poggio Berni,
Museo “Molino
Sapignoli”.
En la parte superior,
una vista del exterior.
En la parte inferior, la sala
de molienda.
Poggio Berni
Museo Molino Sapignoli
El Museo Molino Sapignoli es un lugar que sin duda hay que visitar.
Está emplazado en un sitio de lo más agradable. En la parte exterior tiene un área
de más de 5.000 metros cuadrados de parque; en le interior muestra tal cual las
dependencias que se dedicaban a la molienda. En la planta baja recibe a los visitantes con la espléndida sala de la molienda, de unos 50 metros cuadrados, que
sigue en condiciones de transformar el grano en harina. Contemplarla resulta de
lo más emocionante. En los locales restaurados del taller se respira el ambiente
de antaño, pues todo nos habla del trabajo y el ingenio del arte de la molienda
en sentido amplio. Allí se describe el sistema de molinos del Valle del Marecchia
mediante paneles expositivos, vídeos con entrevistas y filmaciones del paisaje,
así como con objetos auténticos. Lugar productivo por excelencia, el molino en
la tradición popular representaba también el lugar del misterio. Por esta razón
el museo nació con el objeto de dar a conocer el patrimonio etnográfico de la
tradición de la molienda, suscitar una reflexión acerca de esa experiencia laboral
y existencial y sacar a la luz el pasado del territorio de Poggio Berni, que fuera el
granero de los Malatesta. Se trata de un complejo cultural completo, porque en
el primer piso se encuentra la biblioteca municipal “Pio Campidelli” y junto al museo situado en la planta baja, en el área exterior, puede verse el Foso “Viserba”,
perfectamente conservado; este canal siempre alimentó el Molino Sapignoli, y
muchos otros, a lo largo del Marecchia. Siendo fundado para constituir un espacio vivo, el museo prevé la organización de talleres para las escuelas: “El molino
hablante, moler y contar” es el taller con el que se da a conocer el territorio,
mientras que “El ciclo del pan” y “El Molino y los duendecillos” son otros dos
talleres narrativos.
Museo “Mulino Sapignoli”
via Santarcangiolese, 4631 - Poggio Berni
tel. 0541 629701
[email protected]
[email protected]
www.comune.poggio-berni.rn.it
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Verucchio, Museo
Cívico Arqueológico.
En la parte superior,
trípode de bronce de
la Necrópolis Lippi.
En la parte inferior,
lámina de oro y
vasija de bronce de
la Necrópolis Lippi.
Verucchio
Museo Cívico Arqueológico
Es un museo extraordinario por la riqueza, belleza, rareza, originalidad y valor histórico-arqueológico de lo que expone. Se trata de testimonios
correspondientes a una floreciente y refinada civilización que hoy se conoce
como villanoviano-veruquesa, por las características autóctonas de las piezas aquí halladas. Hablamos de una población, ubicada en el área de Verucchio
durante la edad de hierro, en un lapso de tiempo que va de los siglos IX a VII
a.C., misteriosa y fascinante. Fue definida Villanoviana desde finales del siglo
XIX, cuando los hallazgos pertenecientes a la misma fueron relacionados con
los encontrados en 1858 en Villanova di Bologna. Ya en el siglo XVII se suscitó
cierta curiosidad por los restos “antiquísimos” que afloraban en los alrededores
del núcleo habitado de Verucchio, después incorporados a colecciones de los
siglos XVIII y XIX.
Sólo a fines del siglo XIX (1893) se llevaron a cabo las primeras
excavaciones sistemáticas que condujeron al descubrimiento de numerosas
tumbas que contenían ricos ajuares de maravilloso ámbar, oro, plata y preciosos ajuares funerarios. Las excavaciones fueron retomadas repetidas veces el
siglo pasado, y no se pueden dar por terminadas todavía.
Son varias las zonas de sepulcros descubiertas en las laderas y
a los pies del collado sobre el que se yergue la localidad de Verucchio, donde
se han excavado más de quinientas tumbas que han proporcionado riquísimos
ajuares funerarios, con piezas de extraordinaria rareza y belleza. Una selección de estos materiales se conserva y expone en el museo, inaugurado en
1985 y reformado en 1995 gracias al esfuerzo conjunto de la Superintendencia
Arqueológica de Emilia y de la Administración municipal de Verucchio, en una
colaboración regulada a partir de 1993 por medio de un acuerdo entre el Ministerio y el Ayuntamiento. La cultura villanoviana es la expresión de una población
-probablemente de origen etrusco o fuertemente influenciada por los Etruscosque en el siglo IX se estableció en la colina (296 m) del valle del Marecchia,
la estribación más cercana al litoral, un lugar de fácil defensa situado a los
márgenes de la ruta que llevaba a la Toscana a través del paso de Viamaggio.
Eran las rutas de los mercaderes del ámbar procedentes del Báltico, que comerciaban con los centros costeros del Adriático y del Egeo. El pun-
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Verucchio, Museo
Cívico Arqueológico.
Trono de madera y
bocado de caballo de
hierro y bronce de la
Necrópolis Lippi.
to exacto donde se ubicaba el asentamiento se desconoce todavía, si bien se
han descubierto restos de cabañas, y otros vestigios, en algunas áreas. Son conocidos los sepulcros y, gracias a los ajuares fúnebres, podemos tener una idea
de la vida de esta antigua población, cuya economía se basaba en la agricultura,
el artesanado y el comercio, y que dominaba el territorio comprendido entre
los ríos Conca y Uso, hasta el mar. El rito funerario característico de la cultura
villanoviana es el de la incineración. Las tumbas suelen estar constituidas por
pequeños pocillos que contienen un osario de terracota de forma bicónica (a
menudo ricamente ornamentado) cerrado por un cuenco vuelto del revés, o por
unos pocillos en los que el osario va acompañado de una concha con el ajuar
fúnebre, o bien, finalmente, por unas fosas rectangulares que contienen en una
gran caja la urna cineraria envuelta en un manto, así como vasijas, muebles, objetos de uso, armas y tejidos. El museo ocupa una de las estructuras más interesantes y panorámicas, un antiguo convento agustiniano del siglo XVII, contiguo
a la iglesia. La sala “de los antepasados” contiene una serie de ajuares tumbales
de los siglos IX y VIII a.C. provenientes en buena parte del “Campo del Tesoro”,
la más antigua de las necrópolis de Verucchio, con tumbas masculinas y femeninas muy ricas: en ellas destacan fíbulas de bronce y ámbar, collares (algunos
de oro), discos de huso y carretes de hilo, y vasijas de cerámica.
En las salas “de los armados” se exhiben principalmente tumbas
de guerreros en cuyos ajuares aparecen bocados de caballo, espadas, puntas
de lanza, hachas, cuchillos, así como objetos ornamentales y vajillas de cerámica o de bronce. Extraordinariamente originales y curiosas algunas preciosas
piezas de tejido procedentes de sepulturas diversas, entre las que destaca un
gran manto semicircular de hilado de lana, custodiadas en la sala “del manto”.
“El de Verucchio es el único caso de la Italia protohistórica en que se han encontrado prendas conservadas poco menos que íntegras de las que sea posible
reconocer la forma, la materia empleada para el hilado y los tintes, y las técnicas
de tejido.” (P. von Eles). Entre los espléndidos hallazgos expuestos hay herramientas para el hilado y el tejido, tumbas femeninas con osarios revestidos por
entero de tejido, collares, vasijas de banquete, bolsas de fibras vegetales, etc.
Destaca por encima del resto un trono de madera muy bien conservado, con
tachuelas de bronce y con grabados en los que se representaban escenas de
la vida cotidiana.
En la sala “del trono”, dominada por una gran vitrina que contie-
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ne la tumba 89 de la necrópolis Lippi (situada bajo la fortaleza malatestiana)
excavada en 1972, destaca una gran caja de madera que contiene un ajuar muy
rico, con ropas, armas (destacables los dos yelmos, uno con una alta cresta de
bronce y el otro con una cresta de cerdas), agujas de bronce, plata y oro, y objetos de madera. Era precisamente sobre la tapa de la caja donde descansaba
el trono de madera. La tumba debió pertenecer a “uno de los más importantes
miembros de la aristocracia de Verucchio, un hombre que desempeñaba algún
rol complejo en su comunidad, un guerrero investido de responsabilidades que
iban más allá de la simple esfera militar y se extendían a los ámbitos social y
religioso” (P. von Eles) que probablemente vivió a finales del siglo VIII a.C.
A ese mismo período se remonta una tumba femenina, descubierta en la misma zona también en 1972 (tumba 47), perteneciente a una mujer de
rango elevado, como demuestran la cantidad y calidad de fíbulas de ámbar y la
belleza de los tejidos. La riqueza del ajuar y el hecho de que la urna cineraria
sea de bronce y no, como es más común, de terracota, abonan tal hipótesis.
Otro espacio del museo se dedica al área sacra localizada en
la meseta conocida como Pian del Monte, parcialmente excavada en 1963 y
en 1971, en la que existe un pozo del que provienen materiales cerámicos y de
bronce datables entre los siglos XIII y V a.C., entre los cuales cabe destacar
fragmentos de pequeñas esculturas broncíneas de alta calidad y de factura
etrusca.
De una zona próxima a este pozo proviene, además, un grupo de
escudos de bronce, tres de los cuales reconstruidos, que estaban colocados
uno encima del otro. Las excavaciones regulares en las laderas del cerro de
Verucchio prosiguen (en el sepulcro de debajo de la fortaleza, desde 2005) y
continúan asimismo los trabajos de clasificación y estudio del abundante material que ha ido viendo la luz. El museo, por este motivo, sigue en continua
evolución para albergar y dar el justo valor a todos estos hallazgos con jornadas
de estudio, conferencias y muestras temáticas de enorme interés.
Está prevista la realización de un parque arqueológico junto al
museo y las excavaciones, con un recorrido que guiará a los visitantes por las
tumbas más importantes, donde se establecerá un itinerario didáctico que se
servirá de la más moderna tecnología multimedia. En los terrenos adyacentes a
la antigua necrópolis se podrá contemplar un pequeño poblado villanoviano con
su viña (en las tumbas se han hallado pepitas de uva en gran cantidad), para
testimoniar la más antigua producción vitivinícola local.
Museo Civico Archeologico
via Sant’Agostino - Verucchio
tel. 0541 670222 - 0541 670280
fax 0541 673266 - 0541 679570
[email protected]
www.comunediverucchio.it
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San Leo
Museo Cívico de la Fortaleza
Uno de los sitios más cantados por los poetas, Dante Alighieri en
primer lugar, y más utilizados escenográficamente para el rodaje de películas
y documentales, se alza sobre Montefeltro, con una majestuosidad y elegancia
sin par. Es el magnífico castillo de San Leo, la antigua Mons Feretrius, que ha
dado nombre a la comarca y sus señores, los Montefeltro. Hoy día es un museo,
además de representar un importante ejemplo de arquitectura militar de ataque
y defensa. El monte de San Leo, por su posición dominante y peculiar conformación geográfica, caracterizada por paredes abruptas y perpendiculares al
suelo, siempre ha constituido una fortaleza natural. Los romanos, conscientes
de ello, allí construyeron una primera fortificación que durante la Edad Media
se disputaron bizantinos, godos, longobardos y francos y fue la sede del emperador Berengario II en el breve tiempo en que San Leo fue capital de Italia.
A mediados del siglo XI el fuerte pasó bajo el dominio de los condes de Montecopiolo, que se convirtieron en señores de San Leo, cambiando
su título por el de condes, y después duques, de Montefeltro, por el antiguo
nombre de la ciudad, entonces llamada precisamente Montefeltro. A partir de
la segunda mitad del siglo XIV el castillo fue conquistado por los Malatesta, que
a lo largo de unos cien años se alternaron en su dominio con los Montefeltro,
utilizando, además de las armas, estratagemas y engaños.
En 1441 Federico de Montefeltro, protagonista de las vicisitudes
de San Leo, confió al gran arquitecto e ingeniero sienés Francesco di Giorgio Martini el cometido de rediseñar la fortaleza y prepararla para las nuevas exigencias bélicas, como la llegada de las armas de fuego, que requerían
innovaciones fundamentales imposibles de aplicar en la originaria estructura
medieval.
La nueva estructura preveía una respuesta al fuego con una contraofensiva dinámica que garantizaba direcciones de tiro cruzadas. Por este
motivo los lados del castillo fueron dotados de artillería y las vías de acceso
protegidas con puestos militares de destacamento.
En 1502 la Fortaleza fue conquistada por Cesare Borgia, el Valentino, pero después de un año volvió a las manos de los Montefeltro y en 1527
pasó a las de los Della Rovere.
En 1631, cuando el Ducado de Urbino volvió bajo el dominio directo del Estado Pontificio, fue adaptada como cárcel. En sus celdas, construidas en los originarios alojamientos militares, en la época de los movimientos
revolucionarios de Romaña fueron encarcelados numerosos patriotas del Risorgimento, el más famoso de ellos Felice Orsini. Sin embargo el recluso
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San Leo, Museo Cívico
de la Fortaleza.
En la parte superior, vista
exterior.
En la parte inferior, a la
izquierda, colección de
armas, armaduras y
lanzas.
En la parte inferior, a la
derecha, la celda en la
que fue encarcelado el
Conde de Cagliostro.
más conocido, cuyo nombre está vinculado para siempre la Fortaleza de San
Leo, es el Conde de Cagliostro, Giuseppe Balsamo da Palermo, fascinante
y misterioso aventurero, masón y alquimista del siglo XVIII. Aquí permaneció
encarcelado durante más de cuatro años hasta su muerte.
Su celda, denominada “el pocillo”, una de las más visitadas del
mundo, hoy sigue siendo testimonio del trato que se infligía a quien era juzgado
hereje: no había puerta, la comida se bajaba desde arriba a través de una pequeña abertura y desde la única ventana, enrejada con tres barrotes, el preso
se veía obligado a contemplar las dos iglesias de San Leo.
La Fortaleza, restaurada por Valadier, tras los desastrosos terremotos de finales del siglo XVIII, siguió siendo utilizada como cárcel incluso
después de la unificación de Italia, hasta 1906. A continuación, de 1911 a 1916,
albergó una compañía militar.
Actualmente, eliminadas las estructuras decimonónicas que la
cubrían y devuelta a sus elegantes líneas renacentistas, es uno de los más celebrados ejemplos de arte militar y acoge en sus salas una considerable colección de armas y varias exposiciones.
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Museo Civico della Fortezza
via Battaglione Cacciatori - San Leo
tel. 0541 916306
(n. verde gratuito dall’Italia 800 553800)
fax 0541 926973
[email protected]
www.san-leo.it
San Leo, Museo de
Arte Sacro.
Exterior del Museo y
Sala de los retablos
pintados.
San Leo
Museo de Arte Sacro
Se desarrolla en la planta noble del elegante Palazzo Mediceo,
edificado entre 1517 y 1523 tras la conquista de la ciudad por parte de los Medici.
Fundada en 1996 por voluntad del arzobispado de San MarinoMontefeltro y la administración municipal tras un acuerdo con la Curia, la exposición museal conserva manufacturas de arte sacro de los siglos VIII a XVIII,
realizadas para iglesias y conventos, a menudo ligadas a acontecimientos especiales de la historia local y profundamente vinculadas a los respectivos lugares
de procedencia. El motivo principal que llevó a fundar el museo fue recoger,
proteger, conservar y exponer importantes obras de arte del territorio de San
Leo provenientes de edificios de culto que no podían seguir garantizando su
conservación.
Son, por tanto, reflejo del territorio, cuya historia ilustran. El Lapidario acoge antiguas piezas esculturales de la ciudad (de los siglos VIII al XIII),
entre las que destacan por importancia los restos de los tres arcos de piedra
caliza, ricamente decorados, que componían el tabernáculo de la catedral de
la alta Edad Media.
En la sala de los retablos pintados se exhiben ejemplos de los
comienzos de la historia pictórica del territorio, como el de la Virgen de la manzana de Catarino di Marco de Venecia (1375 aprox.), la de Luca Frosino, Virgen
con el Niño (1487-1493) y el precioso crucifijo de madera del 1205 proveniente
de la catedral. La sala del tabernáculo toma el nombre de la gran obra de madera, procedente del convento franciscano de Sant’Igne que, con sus refinadas
tallas y pinturas, constituye una de las manufacturas más singulares del Renacimiento en Montefeltro.
La tercera sala está dedicada al siglo XVII, con obras como Santa
Rita da Cascia de Giovan Francesco Guerrieri (1636) y la Deposición de Giovan
Francesco Barbieri (siglo XVII). La sala de los paramentos de escayola presenta revestimientos litúrgicos para altares.
Museo di Arte Sacra
piazza Dante Alighieri, 14 - San Leo
tel. 0541 916306
(n. verde gratuito dall’Italia 800 553800)
fax 0541 926973
[email protected]
www.san-leo.it
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Maiolo.
En la parte superior,
Fiesta del Pan de
Maiolo.
En la parte inferior, uno
de los típicos hornos.
Maiolo
Museo del Pan
Es un peculiar e interesante museo extendido, constituido por el
territorio de Maiolo, definido por la Unión Europea “zona BioItaly” por su valor
geológico, medioambiental, floral y, sobre todo, por sus numerosos hornos: más
de cincuenta, utilizados para cocer el característico pan local y los productos
típicos ligados al mismo.
Muchos de ellos todavía se utilizan y vuelven a funcionar perfectamente cuando se celebra la Fiesta del pan en junio. Gran parte de los hornos
existen desde principios del siglo XIX, si bien algunos son más antiguos. En varios
casos son propiedad de la misma familia desde hace diversas generaciones. Se
sitúan junto a un anexo a la casa rural o a la propia vivienda, en la mayoría de
casos bajo el porche, pero también pueden encontrarse completamente aislados.
Una de sus principales características es que servían a varios núcleos familiares,
a menudo con vínculos parentales y, en cualquier caso, reunidos en un conglomerado de viviendas al que han dado nombre.
Su papel, ligado a la necesidad primaria de la cocción (no sólo de
pan) era también el de constituir un momento de contacto social irreemplazable,
una oportunidad de encuentro de varios núcleos familiares. Las implicaciones
sociales eran múltiples: los estudios etnográficos sobre la fabricación del pan son
muy interesantes. A las barras se les daban formas peculiares y se les trazaban
signos vinculados a simbologías arcaicas. También se producían galletas para los
niños que llevaban el ganado a los pastos.
El horno, desde el punto de vista estructural, está constituido por
la cámara de cocción, de ladrillo, mientras que la parte exterior está hecha de
piedra, como la caliza margosa. A menudo su aspecto estético está muy cuidado.
Vale la pena ir a Maiolo en junio para verlos en pleno funcionamiento durante la
fiesta.
Museo del Pane
Case contadine disseminate nel territorio
Municipio - via Capoluogo, 2 - Maiolo
tel. 0541 920012 fax 0541 922777
[email protected]
www.comunemaiolo.it
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Novafeltria, Sulphur
Museo Histórico
Minero de Perticara.
Dos salas del museo.
Perticara di Novafeltria
Sulphur Museo Histórico Minero
Es el museo más emocionante y conmovedor de la provincia de Rímini.
Su fuerza evocativa es tan poderosa y tan real el contacto con el mundo de la mina
que jamás deja indiferente al visitante. Fue inaugurado en enero de 1970, gracias al
esfuerzo de la oficina de turismo del lugar, que satisfizo los deseos de los mineros
de que se conservara viva la memoria de su labor. El Museo Histórico Minero nació
con el objeto de dar testimonio de la actividad de extracción del azufre de la mina de
Perticara. Desde 1980 al museo se sumó la idea de un proyecto que constituye uno
de los primeros ejemplos de arqueología industrial surgidos en Italia, proponiéndose
dar valor a los numerosos ejemplos de cultura material aún presentes en el territorio.
Todo ello para sacar a la luz y contar una historia común a todo el pueblo europeo y
que está desapareciendo de la memoria colectiva. Tras la restauración de los edificios
de la antigua cantera de azufre, il Certino, construidos por la empresa Montecatini a
partir del 1917, en el período de máxima actividad productiva de la mina, en 2002 se
concretó el nuevo proyecto museográfico. Así el rico patrimonio de piezas halladas ha
encontrado su ubicación en sus ámbitos de origen. Estos surgen junto al pozo Vittoria, antigua conexión con la inmensa ciudad subterránea. Las salas, construidas de
acuerdo con una sabia disposición escenográfica de los espacios, resultan de los más
sugestivas y didácticas. El itinerario describe las varias fases de trabajo en la mina,
desde la extracción hasta la fusión del azufre. El recorrido culmina en La mina, fiel y
realista reconstrucción, inaugurada en octubre de 2005, de un recorrido subterráneo.
Gracias a este recorrido la vista se convierte en una experiencia extraordinaria que
hace revivir el trabajo de miles hombres encerrados en las profundidades de la tierra.
El Itinerario del azufre y los Talleres ilustran la tarea cotidiana de los mineros a través
de las herramientas que se empleaban en la mina, entre las que destaca una serie
completa de linternas y un rico patrimonio de documentos, dibujos, fotografías y filmaciones de la época. El museo alberga asimismo secciones de profundización temática
entre las que destaca una amplia Colección de rocas y minerales y una apreciable
Colección de antiguos instrumentos científicos para la toma de medidas topográficas
y atmosféricas, como brújulas, grafómetros, inclinómetros, teodolitos, anemómetros,
estaciones totales.
Sulphur Museo Storico Minerario
via Montecchio, 20 - Perticara di Novafeltria
tel/fax 0541 927576
[email protected]
www.museialtavalmarecchia.it
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Talamello, Museo
Pinacoteca Gualtieri.
Una de las salas
expositivas y detalle
de la pintura al óleo
“Una noche en casa de
Lasserre”.
Talamello
Museo Pinacoteca Gualtieri “El Esplendor de lo Real”
Es uno de los museos de arte contemporáneo de la provincia, situado en el valle del Marecchia, en uno de sus burgos medievales. Inaugurado
por la administración municipal en septiembre de 2002, en los locales del antiguo teatro Amintore Galli, antes iglesia medieval de San Antonio Abad, el Museopinacoteca Gualtieri “El Esplendor de lo Real” reúne más de 40 obras donadas al
ayuntamiento entre los años 2000 y 2008 por Fernando Gualtieri, artista de fama
internacional, originario de Talamello, conocido, además de en Europa y América,
también en China y Japón, y valorado por la crítica como el maestro del esplendor
de lo real, por su capacidad de pintar ateniéndose a la realidad, a la que confiere
brillo y una atmósfera mágica. “Gualtieri nos da una hermosa y radiante sorpresa,
dedica su arte a pintar todos los objetos: bodegones, retratos, composiciones”. Son
las palabras con las que Georges Duhamel, crítico de la Academia Francesa, se
expresa para referirse a su talento pictórico.
Caracterizado por su personalísimo y sugestivo estilo, es un insólito
catalizador de luz, pinta lo visible y lo invisible, lo real y lo irreal, en una cascada
de colores y luz. Precisamente la luz y el brillo son para Gualtieri los elementos
esenciales para reproducir con veracidad el “esplendor de lo real”, definido así por
el propio pintor: “es darle valor al ser amado ennobleciéndolo con la luz adecuada.
Es ir a lo esencial, al alma del individuo. Es, también, ser “pescador de luna”, captar el reflejo imperceptible del otro, su evanescencia y su permanencia”.
Las obras expuestas son cuadros al óleo sobre tela tanto de formato
pequeño como de grandes dimensiones, como El último rugido (200 x 400 cm),
el bodegón Brocado persa o los cuadros Sinfonía de cristal, El juego de la muerte
y Una noche en casa de Lasserre. También pueden admirarse retratos al óleo y a
lápiz, entre los que destaca un Autorretrato del artista, paisajes sicilianos, canadienses y parisinos.
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Museo Pinacoteca Gualtieri
“Lo Splendore del Reale”
via Saffi, 34 - Talamello
tel. 0541 922893
[email protected]
www.gualtierimuseum.com
Sant’Agata Feltria. En
la parte superior, Teatro
Angelo Mariani, platea
y palcos.
En la parte inferior, a
la izquierda, Museo
Fortaleza Fregoso,
vista exterior.
En la parte inferior, a la
derecha, Museo del Arte
Rurales, interior.
Sant’Agata Feltria
Teatro Angelo Mariani
Es un teatro-museo, intacto en su estructura originaria, de indiscutible encanto. El Teatro Angelo Mariani, de madera por entero, es uno de los más
antiguos de Italia. La atmósfera fascinante que se respira en el mismo impresionó al
actor y director Vittorio Gassman, que en 1992 aquí leyó la Divina Comedia, y que
hizo muchísimo para impulsar su restauración.
Fue construido dentro de un edificio, denominado “Palazzone” o “Palazzo della Ragione” (en cuyos pisos superiores se está montando el Museo Arqueológico de Sant’Agata Feltria), levantado en 1605 por voluntad de Orazio Fregoso,
conde del antiguo Rectorado de Sant’Agata Feltria, para albergar oficinas públicas
y a la juventud de Sant’Agata. La cávea presenta forma de “U” alargada, con tres
pisos de quince palcos cada uno, a los que se accede a través de estrechos pasillos.
En 1723, por obra de la sociedad Condomini, empezó la edificación
del primer piso de palcos, terminado entre el 1743 y el 1753 por Giovanni Vannucci,
que realizó también el segundo y el tercer piso. La entrada se construyó eliminando el cuarto palco del primer piso: una solución original, pues por tradición suele
situarse en lado contrario al del escenario. Los balcones del segundo y el tercer
piso, que representan sedas y encajes, están decorados al temple, mientras que los
nueve medallones con las efigies de célebres personajes de la música y el teatro
o pertenecientes a la historia local están pintados al óleo. Con el tiempo el teatro
fue convirtiéndose en un lugar cada vez más refinado y culto, privilegio de la nueva
y rica burguesía local. En 1838 se formó una sociedad, después denominada Academia Filarmónica, que en abril de 1841 trajo a Sant’Agata Feltria a Angelo Mariani,
maestro de música llamado a convertirse en uno de los directores de orquesta que
mejor interpretó las óperas de Verdi, amigo suyo. Y fu precisamente con la presentación del Rigoletto de Verdi, el 8 de septiembre de 1922, cuando el teatro alcanzó
el ápice de su fama. Para la ocasión, la música fue ejecutada por una parte de la
orquesta del teatro La Scala de Milán. En la posguerra el teatro, que desde 1872
llevaba el nombre de Mariani, fue cayendo en una inexorable decadencia. En 1986
la sociedad Condomini cedió la propiedad de los palcos al ayuntamiento, que inició
las obras de restauración concluidas en 2002.
Teatro Angelo Mariani
piazza Garibaldi, 1 - Sant’Agata Feltria
tel. 338 9213702
[email protected]
www.teatromariani.it
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Sant’Agata Feltria
Museo Fortaleza Fregoso
Su imagen remite a la iconografía clásica de los castillos de los
cuentos. Elegante y principesca, la fortaleza se yergue solitaria junto al despeñadero natural del Sasso del Lupo, uno de los numerosos macizos calizos que caracterizan el paisaje de Montefeltro. El lugar era conocido también como Pietra Anellaria,
antiguo nombre de Sant’Agata Feltria, que designaba al grupo de casas construidas
en el peñón de piedra arenisca (en italiano “arenaria”, de ahí el nombre “anellaria”),
separadas del burgo propiamente dicho. La fortaleza se construyó en torno al año
1000 por orden del conde Raniero Cavalca de Bertinoro y, por su emplazamiento
fronterizo, tomó gran importancia estratégica, convirtiéndose, junto a las de San
Leo y Maiolo, en las cimas más avanzadas del sistema defensivo septentrional del
Ducado de Urbino.
El edificio primitivo sufrió sus primeras transformaciones radicales
en el siglo XV por iniciativa de Federico de Montefeltro, que confió las obras de
remodelación de los castillos de sus dominios, como este, al célebre arquitecto
militar Francesco di Giorgio Martini.
Las intervenciones arquitectónicas transformaron el baluarte bélico
en una morada principesca para la hija de Federico, Gentile Feltria, que fue desposada con el noble Agostino Giovanni Fregoso, entregándole como dote el territorio
de Sant’Agata. Con la llegada de los Fregoso en 1506, la fortaleza fue ampliada y
embellecida con nuevas construcciones y obras de arte, como los hermosos techos
artesonados del primer piso, las monumentales chimeneas renacentistas, la capilla
hexagonal con frescos del siglo XVI, las cinco lunetas y las aristas del techo.
Bajo el edificio se excavaron sótanos en los que se puede ver un
antiguo establo, mientras que en el primer piso se pueden contemplar los graneros.
En los dos últimos siglos el castillo se ha destinado a convento de los
Frailes Menores Conventuales, después a edificio para la enseñanza secundaria, y
más tarde a prisión, juzgados y vivienda civil.
Hoy en día se puede visitar y brinda la oportunidad de realizar un
interesante viaje por la historia medieval y del Renacimiento.
Museo Rocca Fregoso
viale Lucrezia Vitelli, Sant’Agata Feltria
tel. 0541 929613
[email protected]
www.museialtavalmarecchia.it
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Sant’Agata Feltria
Museo del Arte Rural
Se encuentra en el convento del siglo XVI de San Jerónimo que
se alza majestuoso sobre un cerro situado junto a la iglesia de la Beata Virgen
de las Gracias, con la que forma un cuerpo único. Custodia, entre otras obras,
una pintura de gran valor: el retablo de la Virgen con el Niño y los santos Jerónimo,
Cristina, Francisco y Antonio de Padua realizado por Pietro Berettini de Cortona
para el altar de la iglesia, por encargo de los Fregoso, señores del lugar. Otra
importante obra, el retablo de Pedro Berruguete, Cristo difunto sostenido por dos
ángeles, en cambio, fue requisada en el período napoleónico y transportada a la
Galería de Brera en 1809, donde se encuentra todavía. Erigido en 1560, el convento de San Jerónimo se utiliza como sede del museo desde 2005, tras una prolongada intervención de restauración y adecuación de los espacios. Fundado gracias
a la iniciativa de un grupo de ciudadanos deseosos de redescubrir sus orígenes, el
museo consta de partes: la dedicada al arte sacro, que reúne objetos decorativos y
paramentos de gran valor artístico, procedentes de la iglesia y el convento de San
Jerónimo; y la que se ocupa del arte rural, que tiene fines sociales y educativos y
se propone dar continuidad a las enseñanzas del padre Olinto Marella, cuya causa
de beatificación se halla en curso actualmente, que en los años 1950-1970 acogió
en el antiguo convento a huérfanos, personas con discapacidades y desheredados. Junto a la exposición de manufacturas realizadas por el artesanado local, el
museo alberga, en efecto, verdaderas salas-taller donde todas las personas interesadas, en especial personas con discapacidades, pueden adquirir habilidades
manuales y aprender los antiguos oficios rurales, transmitidos por los ancianos
del lugar. Se enseñan oficios como la ebanistería para la restauración de muebles
de arte pobre, la tejedura realizada con telares y otros instrumentos tradicionales, la decoración y la realización de estampas empleando moldes de madera y
colores naturales. Además, gracias a la actividad de la asociación de voluntarios
que gestiona los locales y tiene abierto el museo, se pueden aprender las artes
para la elaboración de cestos, vajilla y hierro forjado. Existe asimismo un archivobiblioteca perteneciente a la escuela de encuadernación y fabricación de papel
con productos naturales.
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Museo delle Arti Rurali
via San Girolamo c/o Convento
Sant’Agata Feltria
tel/fax 0541 929719
[email protected]
www.ilgiardinodellasperanza.org
Pennabilli, Museo
extendido Los Lugares
del Alma.
En la parte superior,
El huerto de las frutas
olvidadas y, en primer
plano, el Arco de las
fábulas.
En la parte inferior,
El refugio de
las Vírgenes
abandonadas.
Pennabilli
Los Lugares del Alma
El museo extendido Los lugares del Alma, ideados por el poeta, guionista, pintor y artista total Tonino Guerra, se desarrolla por el centro histórico de Pennabilli y por el Valle Alto del Marecchia. Está estructurado en siete montajes unidos por
el objetivo común de estimular el alma y la fantasía del visitante. Análogos montajes,
también definidos por Guerra Lugares del Alma, pueden visitarse en su ciudad natal,
Santarcangelo di Romagna, y en otros sitios del valle.
Las teselas que componen el original y fantasioso mosaico del Alto
Valle son: El huerto de los frutos olvidados, primero de los singulares museos ideados
por el maestro, “un museo de los sabores”, según su propia definición, que recoge
especies desaparecidas de árboles frutales y arbustos romañeses, así como múltiples
obras de arte realizadas por artistas colaboradores suyos; La ruta de los relojes de
sol, que recorriendo el centro histórico de Pennabilli lo embellece con siete relojes
de sol que representan famosas obras pictóricas “para no olvidar que el tiempo se
mide con la luz”; El jardín petrificado, en la circunscripción de Bascio, a los pies de la
torre milenaria, que alberga siete alfombras de cerámica, obra del escultor riminés Gio
Urbinati, que parecen posadas por el viento, dedicadas a otros tantos personajes históricos que nacieron o pasaron por el valle del Marecchia, como Dante, Giotto, Pound
y Uguccione “para no olvidar la historia”; El ángel con bigote, una obra multimedia sita
en la iglesia de los Caídos, denominada “Museo con un cuadro solamente”, en la que,
junto a la poesía, puede contemplarse la tela realizada por el artista milanés -romañés
de adopción- Luigi Poiaghi, que representa de este modo varios objetos y personajes,
cuyas voces grabadas pueden escucharse; El santuario de los pensamientos, un jardín
para la meditación y el diálogo interior, “un jardín zen para los pensamientos buenos y
malos”, con esculturas de piedra de estilo oriental ideadas y dibujadas por Guerra; El
refugio de las Vírgenes abandonadas, una colección de imágenes sacras pintadas por
artistas romañeses llamados por el poeta, inspiradas en las vírgenes desaparecidas
que adornaban las hornacinas levantadas en los cruces de caminos; La Virgen del rectángulo de nieve, una iglesia situada en medio del bosque en la aldea de Ca’ Romano,
edificada, se dice, en un lugar indicado por un signo divino.
I Luoghi dell’Anima
Pennabilli, Torre di Bascio, Ca’ Romano
tel/fax 0541 928846
[email protected]
www.toninoguerra.org
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Pennabilli,
Museo El Mundo
de Tonino Guerra,
interior.
Pennabilli
El Mundo de Tonino Guerra
Es un lugar tan sugestivo que capta la atención y deja sin aliento
por su singular belleza y su carácter único. Es el museo dedicado a las obras del
maestro, poeta y guionista, escritor y pintor, artista total, Tonino Guerra, nacido en
Santarcangelo di Romagna y residente en Pennabilli. Se trata de cuadros, objetos, esculturas, cerámicas, muebles -o mejor dicho “mueblachos”, como los llama
el artista- y bosquejos de fuentes colocados en parques, montajes e instalaciones
realizados en Romaña y fuera de Romaña, fotografías, etc. que tienen que ver directamente con Guerra o que le han sido donados por artistas amigos provenientes del
mundo entero, sobre todo de Rusia, que es para él una segunda patria, muy amada
y fuente de inspiración de sus obras. Se trata de un espacio museal, sí, pero sin
duda supera la idea misma de museo, pues se propone como un lugar vivo en el que
reunirse, debatir, trabajar.
No en vano el edificio es la sede de la Asociación cultural que lleva
su nombre, instituida en 2005 por iniciativa de las entidades fundadoras: las administraciones provinciales de Rímini y Pesaro-Urbino, los ayuntamientos de Pennabilli y Santarcangelo di Romagna y la Comunidad de Montaña del Alto Valle del
Marecchia. La Asociación cultural Tonino Guerra se creó para salvaguardar y dar
valor a la obra artística del maestro tanto en Italia como en el extranjero y promover
su cultura poética y cinematográfica. La sede de Via dei Fossi coincide con la del
museo y se encuentra en los sótanos del Oratorio de Santa María de la Misericordia, del siglo XIV.
Es también el espacio en que el poeta presenta sus obras, imparte
clases y se da cita con el público y los estudiantes. Además, gracias al archivo, la
videoteca, que custodia todas sus películas y documentales, muchos de los cuales
sólo pueden encontrarse aquí, el archivo fotográfico y la biblioteca dispuestos en su
interior, se propone como sitio de estudio de su obra y del contexto en que nació y
se desarrolló. Es fácil, visitando el museo (que se encuentra muy cerca de su vivienda de Pennabilli, llamada “la casa de los almendros”), cruzarse con él y conseguir
un autógrafo. Una oportunidad que bien vale la pena aprovechar en un territorio de
por sí lleno de peculiaridades.
Il Mondo di Tonino Guerra
via dei Fossi, 4 - Pennabilli
tel/fax 0541 928846
[email protected]
www.associazionetoninoguerra.org
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Pennabilli.
Mateureka Museo
del Cálculo.
Instrumentos de
medición y detalle de
la sala dedicada a la
música.
Pennabilli
Mateureka Museo del Cálculo
Un sitio interesante, curioso, original, con un gran valor didáctico,
muy atractivo para toda suerte de público. El Mateureka - Museo del Cálculo,
ex Museo de Informática e Historia del Cálculo, presenta instrumentos, ideas,
conceptos de una de las más fascinantes aventuras del pensamiento humano.
Expone cientos de objetos, originales y preciosos, que ayudan a
repasar la historia del cálculo y la matemática. Se pueden admirar un cono de
fundación y tablillas sumerias de 4500 años, restos arqueológicos egipcios del
1000 a.C., lápidas romanas e inscripciones etruscas, ábacos, suan pan chinos,
soroban japoneses, schoty rusos, un astrolabio, una tabla medieval para contar,
quipus incas y chimpús peruanos, la Summa y la Divina Proportione de Luca
Pacioli, cilindros y bastones de Napier, compases de proporción, la Pascalina
(reconstrucción), reglas y nomogramas, aritmómetros, calculadoras mecánicas, electromecánicas, electrónicas y programables, y ordenadores.
Además de las salas de exposición hay numerosas salas-laboratorio
en las que se experimentan los conceptos e ideas de la matemática. Todo ello con
la intención de transmitir no sólo conocimientos sino, sobre todo, emociones.
En efecto, se pueden observar el infinito y el cero, manejar el teorema de Pitágoras, sumergirse en un emocionante viaje dentro de un fractual,
jugar con los números primos y el número pi o dejarse conquistar por el encanto
de la proporción áurea, que embellece todo lo que la rodea, e ir descubriendo
así que las matemáticas son la base de la informática, de internet, de la realidad virtual, de la robótica… En fin, que las matemáticas están en nuestra vida
diaria. Son fundamentales, asimismo, las actividades culturales (exposiciones
temporales, congresos, debates, publicaciones, etc.) que el museo organiza
todos los años para lograr que las visitas resulten siempre distintas y siempre
satisfactorias, actividades que hacen del Mateureka uno de los motores de la
cultura científica más significativos y dinámicos del territorio.
Mateureka Museo del Calcolo
piazza Garibaldi, 1 - Pennabilli
tel/fax 0541 928659
[email protected]
www.mateureka.it
www.mathmuseum.eu
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Pennabilli.
En la parte superior,
Museo Naturalista del
Parque Natural Sasso
Simone e Simoncello.
El lobo de los
Apeninos.
En la parte inferior,
Museo Diocesano
de Montefeltro
“A. Bergamaschi”.
A la izquierda, escultura
de madera que
antiguamente se
llevaba en procesión.
A la derecha, Guido
Cagnacci, San Roque.
Pennabilli
Museo Naturalista
del Parque Natural Sasso Simone e Simoncello
Para los amantes de la naturaleza es un espacio de gran interés,
porque ilustra las características de una de las zonas naturalistas más hermosas
de Italia, la comprendida dentro del Parque interregional del Sasso Simone e
Simoncello.
Se trata de un parque de 4847 hectáreas, repartidas entre las
provincias de Rímini y Pesaro-Urbino, que ofrece uno de los robledales más
extensos de Italia y dos mesas que parecen “sacadas” de los parques del Colorado. El Museo Naturalista fue inaugurado en 2004 por el Ente Parque Natural
del Sasso Simone e Simoncello, en colaboración con el ayuntamiento de Pennabilli, como estructura habilitada para la recepción de visitas.
Se encuentra en el antiguo matadero municipal, reformado, y propone una exposición escenográfica permanente de dioramas que presentan las
principales especies animales del parque en su hábitat natural, fielmente reconstruido. Son numerosos los animales disecados que se exponen, entre ellos
diversas especies de aves locales, como rapaces nocturnas y diurnas: lechuzas,
mochuelos, búhos comunes, autillos y muchos otros.
Merecen ser destacados un ejemplar de gato montés europeo,
fruto de un raro hallazgo dentro del parque en 2002, y un lobo de los apeninos.
El museo tiene fines didácticos principalmente: está dotado de
un aula polivalente con pupitres multimedia ideales para la realización de talleres didácticos, proyecciones, seminarios y conferencias, así como trabajos de
investigación y estudio. Es un espacio vivo que se adapta a las necesidades de
estudiantes y profesores. Además se organizan talleres y excursiones guiadas,
incluso nocturnas, que valen mucho la pena.
Museo Naturalistico
del Parco Naturale Sasso Simone e Simoncello
via dei Tigli, 5/a - Pennabilli
tel/fax 0541 928047
[email protected]
www.parcosimone.it
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Pennabilli
Museo Diocesano de Montefeltro “A. Bergamaschi”
Tras unas prolongadas y radicales obras de reforma del edificio
que lo alberga, Palazzo Bocchi en 2010 fue abierto de nuevo al público. Nuevos
espacios para una nueva concepción expositiva, para materiales de gran valor,
sobre todo para la comunidad a la que pertenecen.
Quince salas, además de muchos espacios conseguidos utilizando los amplios pasillos, en tres plantas que acogen las obras de arte, en gran
parte religiosas, recogidas, conservadas y restauradas por la Diócesis de San
Marino-Montefeltro.
Se trata de muebles, telas, retablos, marcos, cerámicas, copas
sagradas, relicarios, que componen una preciosa colección reunida por voluntad del obispo Antonio Bergamaschi, que en 1962 intuyó la necesidad de agrupar las numerosa obras artísticas de la diócesis a menudo víctimas de la desidia
o de saqueos, sobre todo en las iglesias y capillas más lejanas y aisladas.
Un signo de previsión orientado a recuperar los elementos fundamentales de una cultura popular, testimonios de fe que nos hablan sobre la
relación entre Dios y el hombre.
El Museo Diocesano conserva obras de artistas como Benedetto
Coda, Catarino di Marco de Venecia, Giovan Francesco de Rímini, Guido Cagnacci, Nicolò Berrettoni, Carlo Cignani, Giovanni Francesco Guerrieri de Fossombrone y exponentes de las escuela romana, de Casteldurante y romañesa,
aún no colocadas todas ellas en las salas preparadas hasta ahora.
Alberga asimismo una gran colección de objetos litúrgicos y paramentos sacros, esculturas, mayólicas y platas.
Todo se expone en un montaje original, sin acotaciones ni información histórico-artística, pues el museo no tiene una intención documental
sino que más bien se atiene a las palabras de Juan Pablo II: “Los museos eclesiásticos no son depósitos de piezas inanimadas sino perennemente vivas, que
transmiten a lo largo del tiempo el genio y la espiritualidad de la comunidad de
los creyentes”.
Como escribió el obispo de San Marino y Montefeltro Luigi Negri:
“El siervo de la gleba, apunta Henry Daniel Rops, completamente analfabeto y
por tanto incapaz de comprender el idioma de la liturgia, al entrar en las catedrales góticas se quitaba respetuosamente el sombrero y miraba las vidrieras, la
Biblia de los pobres. Sólo así disfrutaba de aquella belleza que lo enraizaba en
el misterio de la encarnación y la redención de manera cada vez más consciente.
Tanto si se trataba de Giotto como de Dante Alighieri, la grandeza se la hacía
suya: no por asegurarse la posesión de dinero, sino porque la Iglesia, como cada
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uno de nosotros (según la extraordinaria enseñanza de San Francisco, durante
siglos muy presente en esta diócesis), lo posee todo sin poseer nada. Esto vale
incluso con respecto al pasado, que de lo contrario dejaríamos atrás: el pueblo
vive recuperando su identidad dentro de la experiencia de comunión con el Señor
y con los hermanos. Es mucho más que materia que estudiar y comprender con
rigor filológico y metodológico”.
Traducida en el montaje esta idea ha estructurado la conexión de
los objetos del museo con la razón por la que fueron creados a lo largo de los
siglos: alcanzar una comprensión del sentido de la vida religiosa en el territorio
de las diócesis y extraer las implicaciones pastorales, culturales y de devoción
que la colección testimonia.
Es, por consiguiente, el significado primigenio de los materiales
que han vivido en las iglesias el que se quiere recuperar aquí, y por tanto las
historias que sobre ellos se han depositado y han modificado sus condiciones
vitales y su destino. Por este motivo la exposición es flexible y de las más de mil
piezas, conservadas en la colección diocesana, por ahora se exponen las más
significativas: unas veinticinco pinturas, unas diez esculturas y una selección de
copas, cerámicas y paramentos, mayólicas y platas.
El museo irá incorporando gradualmente nuevas obras, una vez
terminado el proceso de restauración o limpieza y la preparación de las salas restantes. A este respecto el Director de los Museos Vaticanos, Antonio
Paolucci, declaró: “Admiramos este museo diocesano, que deberá ser ultimado
con piezas que esperan su restauración y una ubicación: un sinfín de restos de
un enorme naufragio que en este momento no comprendemos todavía, como no
comprendemos qué le ha ocurrido a este mundo que se ha tornado árido. Pero lo
cierto es que la iglesia custodia la piedad y la memoria, lo que no es poco, piedad
por los hermanos cansados, memoria por los hermanos que nos dejaron”.
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Museo Diocesano del Montefeltro
“A. Bergamaschi”
piazza Sant’Agostino - Pennabilli
tel/fax 0541 913750
[email protected]
www.museo-diocesano-montefeltro.it
Casteldelci, Casa
Museo “S. Colarieti”,
Museo arqueológico
“Uguccione della
Faggiola”.
En la parte superior,
sección arqueológica.
En la parte inferior, la
casa arcaica con
chimenea y horno.
Casteldelci
Casa Museo “S.Colarieti”
Museo arqueológico “Uguccione della Faggiola”
Una verdadera casa-museo, intacta en su estructura del siglo XVI, con
su magnífico hogar y su horno, situada en el centro histórico, al que da vida y “lleva”
visitas. Fue inaugurada en el 2000, para salvaguardar la antigua construcción y dar
una ubicación a los restos hallados en el lugar. Casteldelci, en efecto, tiene una historia muy antigua y rica.
La casa alberga el museo arqueológico “Uguccione della Faggiola”
que expone los testimonios más significativos del territorio, desde la Prehistoria hasta
el Renacimiento. La colección está organizada de acuerdo con una lectura histórica
en orden cronológico. Los primeros aparadores muestran restos que van de la Prehistoria a la Edad de Hierro y materiales hallados en las excavaciones de las necrópolis locales de Pescaia y Calanco. Estos, junto con algunas tumbas reconstruidas,
conforman una importante sección que acoge incensarios, ollas, jofainas y ajuares
funerarios. La exposición prosigue con restos de la edad romana, con una rica serie de
monedas y cerámicas provenientes de las construcciones rurales diseminadas principalmente por el valle del Senatello: fragmentos de vasijas, copas, ánforas, vasos, llaves, fíbulas, objetos de bronce y de plomo. La sección medieval alberga restos de los
siglos XI al XIV, de cerámica y metal: puntas de flecha y ballesta, una pequeña hoz, un
estilete de hierro, fragmentos de jarrones y jarras. Interesantes las piezas incorporadas con el nuevo montaje, pertenecientes a los arreos de caballería, a la esfera militar
y a las labores de un presunto falsificador, con un molde para fundir y círculos para
acuñar monedas, que desempeñaba su actividad en el Castillo della Faggiola Nuova,
edificado entre finales del siglo XIII y el siglo XV, en el momento del apogeo político
de los Señores della Faggiola, cuyo exponente más conocido es Uguccione, amigo y
anfitrión de Dante Alighieri, que lo vio como el personaje que había de unificar Italia.
La sección de Historia Contemporánea, que da cuenta de una de las
masacres perpetradas por nazis y fascistas más feroces de Romaña, la de Fragheto,
así como de las matanzas de Ponte Otto Martiri y de Gattara, se encuentra en la
planta superior de la escuela de enseñanza primaria de Casteldelci “Maria Gabrielli”.
Casa Museo “S. Colarieti”
Museo Archeologico “Uguccione della Faggiola”
via Roma, 16/a - Casteldelci
tel. 0541 915423 - 366 6539723 fax 0541 925300
[email protected]
www.prolococasteldelci.it - www.comune.casteldelci.rn.it
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Montescudo,
Museo Etnográfico
de Valliano.
En la parte superior, ex voto
dedicado a la Virgen del
Rosario, en la iglesia
contigua al Museo.
En la parte inferior, a la
izquierda, imagen del
museo: en primer
plano, artesa para la
conservación de la
harina.
En la parte inferior, a la
derecha, frescos del siglo
XV en el presbiterio de
la iglesia.
Montescudo
Museo Etnográfico de Valliano
Es pequeño pero precioso y cautivador. No en vano ha merecido el reconocimiento regional de museo de calidad. Rinde homenaje a la vida de los campesinos, a su cotidianidad, a la dura labor en los campos y casas de labranza. Está ubicado en la antigua casa parroquial emplazada junto a la antigua e interesante iglesia,
que fuera parroquial, dedicada a Santa María del Socorro, conocida como santuario
de Valliano. La exposición debe su origen a las experiencias didácticas de un grupo
de profesores de la escuela primaria de Montescudo, coordinadas por el profesor
Gino Valeriani, iniciadas en los años setenta y con la colaboración de los habitantes
estimulada por tales experiencias. El material recogido proviene en su totalidad del
territorio y ha sido dispuesto prestando una atención especial al papel fundamental
de la casa en el mundo campesino y a las varias actividades que se desarrollaban en
la misma o a su alrededor. Hay que destacar la amplia área expositiva exterior y el
taller didáctico de restauración “Il Calesse” promovido e impulsado por el Instituto
para los Bienes Culturales de la administración regional de Emilia-Romaña, que desempeña funciones de recuperación y mantenimiento in situ de objetos y herramientas
de distinta naturaleza, en su mayoría de considerables dimensiones, pertenecientes
al patrimonio etnográfico del museo, proyecto piloto en Emilia-Romaña.
El museo se subdivide por secciones y está dotado de un completo
aparato de acotaciones que ha sido especialmente cuidado con fines didácticos y
para constituir una verdadera oportunidad para las escuelas de toda clase y nivel. La
variedad de objetos auténticos y bien conservados y de fotografías es muy grande.
Los temas principales se ocupan de la vida en la casa rural y se refieren a las relaciones entre familiares, a la alimentación, el hilado y la tejedura, la matanza del cerdo,
el vino y la bodega, los juguetes y los oficios artesanales, como el del alfarero y el
carpintero.
El museo está adosado a la iglesia-santuario de Santa María del Socorro, del siglo XV, claro testimonio de la religiosidad campesina y popular y, en
particular, de la devoción mariana. El santuario conserva notables frescos del siglo
XV, de los mejor conservados y más hermosos del período malatestiano, un venerado
simulacro de la Virgen, telas de los siglos XVI y XVII e innumerables exvotos.
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Museo Etnografico di Valliano
via Valliano, 23 - Montescudo
tel. 0541 864010 fax 0541 984455
[email protected]
www.comune.montescudo.rn.it
Montescudo,
Museo de la Línea
Gótica Oriental de
Trarivi.
Montescudo
Museo de la Línea Gótica Oriental de Trarivi
Insólito y conmovedor este amplio espacio museal, ahora en fase
de montaje, compuesto por una iglesia y su casa parroquial. Se trata de la iglesia
de San Pedro de Trarivi, en Montescudo, construida en la Alta Edad Media. Durante la segunda guerra mundial se encontraba en plena Línea Gótica Oriental,
escenario en agosto y septiembre de 1944 del cruento combate entre las tropas
inglesas que avanzaban desde el sur de Italia y las tropas alemanas, en retirada,
defendían los puntos de acceso a la Italia septentrional. La iglesia, o mejor dicho
sus ruinas, hoy se conoce como Iglesia de la Paz y, junto con la casa parroquial
adyacente, se ha convertido en lugar de la memoria en el que se pueden repasar,
gracias a una abundante documentación fotográfica, los dramáticos hechos que
aquí se vivieron entre el 25 de agosto y el 29 de septiembre de 1944. La iglesia
medieval de San Pedro “inter rivos” era una Abadía Benedictina del siglo IX,
construida donde existía un templo pagano, del que quedan los cimientos en
forma de semicírculo. En el año 1775 fue transformada en la iglesia barroca que
las terribles batallas del 1944 destruyeron casi por completo. Sin embargo bajo
las ruinas se halló casi intacta la sólida construcción medieval compuesta de
guijarros, ladrillos colocados en forma de espina de pez, sillares en las puertas
y las esquinas.
Al visitante que sube al cerro de Trarivi todo le habla de guerra
y desolación: el cielo abierto en el sitio que ocupaba la bóveda de cañón, los
altares destrozados, la cruz hecha con dos vigas del techo derrumbado, el altar
erigido con dos piedras tomadas de entre los cascotes. En los locales adyacentes
se ubica el Museo de la Línea Gótica Oriental, que recoge una amplia colección
de restos bélicos y fotografías realizadas, sobre todo por los soldados-fotógrafos
ingleses, en el campo de batalla. Ilustran las cuatro semanas de feroz lucha por
la conquista de Rímini. Los excombatientes de los dos bandos en determinados
períodos se dan cita aquí para recordar y conmemorar a las víctimas.
Museo della Linea Gotica Orientale di Trarivi
Chiesa della Pace
via Cà Bartolino - Trarivi di Montescudo
tel. 0541 864010 fax 0541 984455
[email protected]
www.comune.montescudo.rn.it
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Gemmano,
Museo Naturalista de
la Reserva Natural
Orientada de Onferno.
En la parte superior, visita
guiada a las grutas.
En la parte inferior, a
la izquierda, interior,
detalle de un panel
que ilustra el ambiente
natural de la edad
mesiniana de hace seis
millones de años.
En la parte inferior, a
la derecha, ejemplar
de una especie de
murciélago que vive
en las grutas.
Gemmano
Museo Naturalista de la Reserva Natural Orientada de Onferno
A la historia de estas tierras y a su conformación está dedicado el museo, instituido en 1995 por el ayuntamiento de Gemmano en la Reserva Natural Orientada de Onferno, una superficie de 274 hectáreas de gran belleza e interés paisajístico
y naturalista, con una conocida gruta natural de más de 700 metros, habitada por
una colonia de murciélagos más numerosa que la población del municipio. La gruta,
que lleva el mismo nombre que la localidad, en tiempos pasados se llamaba “Inferno”
(es decir, “infierno”) y varios estudiosos afirman que la atribución de este nombre se
debe a Dante Alighieri. El edificio que alberga el museo es la vieja ermita dedicada a
Santa Colomba, documentada desde 1136, que sufrió daños durante la última guerra y
que después fue restaurada y reestructurada. El museo exhibe una serie de muestras
de diversos tipos de roca, sobre todo de yeso, frecuente en esta zona, gráficos muy
elocuentes y una gran maqueta de una molécula de yeso, ampliada unas 3500 veces.
Este extraordinario interés por el yeso se debe a que el Castillo de Onferno, que dio
origen en la Edad Media a la pequeña localidad en la que está sito el museo, surge
precisamente sobre un gran banco de yeso. En el mismo las aguas de un torrente
subterráneo, en miles de años, fueron excavando una gruta, explorada y detectada
científicamente en 1916. De la gruta, situada bajo el castillo y el museo, se muestra una
gran maqueta, realizada basándose en los estudios y exploraciones efectuados en los
años sesenta. Claramente relacionadas con la caverna, se desarrollan dos secciones:
una dedicada a la espeleología y otra a los quirópteros, es decir, los murciélagos, que,
con una colonia de unos 6.000 ejemplares, habitan la gruta. También se dedica amplio
espacio a ilustrar la flora y la fauna de la zona, con aparadores, paneles didácticos,
puntos multimedia y un diorama que muestra las especias de anfibios, reptiles y mamíferos que hoy día siguen poblando la comarca. Otra sección está dedicada a las aves
que aquí nidifican, sobre todo paseriformes y rapaces diurnas. Una parte del museo
fue reformada en 2010. También ha sido inaugurado recientemente el nuevo Museo
Multimedia Polifuncional de Onferno, concebido como espacio temático dedicado al
archivo y la exposición virtual de contenidos culturales. Se recomienda la visita al
museo y la reserva, que hay que llevar a cabo en compañía de personal autorizado,
preparado y especializado.
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Museo Naturalistico
della Riserva Naturale Orientata di Onferno
via Castello, 83 - Onferno di Gemmano
tel/fax 0541 984694
[email protected]
www.grottedionferno.com
Museos de Mondaino.
En la parte superior,
Sección aleontológica,
restos fósiles de un pez
de hace seis millones
de años.
En la parte inferior,
Sección de las
mayólicas, a la izquierda,
reconstrucción de una
mesa puesta según los
usos del siglo XV.
A la derecha, detalle
de las mayólicas del
siglo XV realizadas en
Mondaino.
Mondaino
Museos de Mondaino
Sección paleontológica. Dentro de la fortaleza malatestiana, espléndido marco arquitectónico y escenario de famosos acaecimientos históricos
en el siglo XV, tiene su sede la sección paleontológica de los Museos de Mondaino. Expone una importante colección de fósiles terrestres y marinos provenientes
de las formaciones miocénicas (hace unos 6 millones de años) denominadas trípolis. Se trata de fósiles de peces (ictiolitos), hojas (fitolitos), testimonios de la
fauna aviaria encerrados en esta formación geológica sedimentaria, de naturaleza
harinosa y laminar, originada por microorganismos de naturaleza silícea. A lo largo
del recorrido por el museo se pueden contemplar reconstrucciones y dioramas de
aquel antiguo paisaje enmarcadas en un contexto geológico más amplio, relativo
al mismo cuadro regional.
Sección de las mayólicas. Hallazgos casuales, exámenes arqueológicos efectuados a lo largo de la muralla, en la estructura de la fortaleza
malatestiana y el estudio de los restos cerámicos encontrados en las laderas de
la aldea documentan en Mondaino una rica producción cerámica a partir del siglo
XV. Esta antigua tradición del arte de la alfarería se puede admirar en la sección
de las mayólicas de los Museos de Mondaino. En su interior esta producción está
bien documentada gracias a una rica exposición de restos, la reconstrucción de un
taller artesanal, la reproducción de los sonidos y la música y de una mesa puesta de
acuerdo con los gustos del siglo XV. La atención del visitante se verá atraída por el
ambiente generado por la propia exposición, devolviéndole de este modo a Mondaino el papel fundamental que le corresponde en la historia de la cerámica italiana.
Torre de la puerta. Situada en la entrada del pueblo, es parte
integrante de los Museos de Mondaino, como lo era de la vida de la fortaleza en el
siglo XV. En su interior se puede contemplar una fiel reconstrucción de un cuerpo
de guardia de la época.
Musei di Mondaino
Sezione paleontologica
piazza Maggiore, 1 - Mondaino
Sezione delle maioliche
via Secondaria Levante
tel. 0541 981674 fax 0541 982060
[email protected]
www.mondaino.com
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Saludecio,
Museo de Saludecio y
del Beato Amato.
En la parte superior, sala
del Beato Amato.
En la parte inferior, a
la izquierda, Guido
Cagnacci, La procesión
del Santísimo
Sacramento (1628).
En la parte inferior, a
la derecha, escudo de
Saludecio bordado en
un paramento litúrgico
de la Compañía del
Beato Amato.
Saludecio
Museo de Saludecio y del Beato Amato
Es de gran interés por la calidad y la clase de obras que contiene y
porque representa un ejemplo de extraordinaria devoción popular para con el Beato Amato Ronconi, natural de Saludecio. Las obras proceden del territorio municipal y en buena parte son propiedad de la adyacente iglesia parroquial, consagrada
a San Blas, y del ayuntamiento de Saludecio. A través de un vestíbulo, en el que se
exhiben varios hallazgos arqueológicos, se accede a una sala en la que se exponen
pinturas, estatuas, relicarios, enseres litúrgicos, faroles y báculos pastorales provenientes de la iglesia parroquial y de las antiguas hermandades laicas, que son
prueba de la religiosidad de la zona y transmiten la gran importancia del pueblo en
el valle del Conca durante los siglos XVII y XVIII. Son de gran valor los cálices de
plata y, sobre todo las pinturas, entre las que cabe destacar varias obras maestras:
el San Sixto papa y La procesión del Santísimo Sacramento de Guido Cagnacci
(1628), los Santos Antonio Abad y Antonio de Padua de Giovan Francesco Nagli,
más conocido como Centino (1650 aprox.) y El degüello de San Juan Bautista de
Claudio Ridolfi (1630 aprox.). La segunda sala está dedicada por entero al culto
del protector del pueblo, el Beato Amato (siglo XIII), cuyo cuerpo se venera en la
capilla situada en la parte derecha de la iglesia parroquial. La sala contiene también platas de los siglos XVII y XVIII, casi todas de fabricación romana, y un buen
número de exvotos “históricos”.
La iglesia forma parte del museo y la cripta es un bonito semisótano
en el que se muestran antiguos paramentos litúrgicos, estatuas de devoción fabricadas en Faenza y diversas pinturas. El ornamento en relieve de yeso sujetado por
ángeles del altar mayor de la cripta es obra del escultor riminés Antonio Trentanove, que entre el 1798 y el 1800 modeló todos los estucos de la iglesia. Esta última
es obra del arquitecto de Cesena Giuseppe Achilli y fue construida entre el 1794 y
el 1803. En su interior también hay obras de arte importantes, como el Martirio de
San Blas, obra documentada por el fraile menor Atanasio de Coriano (1800) y la
Virgen de la Misericordia de Claudio Ridolfi (1620 aprox.). Recientemente también
se ha agregado al museo, con exposición de paramentos sacros, la iglesia de los
Jerónimos, situada en la parte más alta del burgo.
Museo di Saludecio e del Beato Amato
piazza Beato Amato, 2 - Saludecio
tel. 0541 982100
[email protected]
www.comunesaludecio.it
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Montegridolfo,
Museo de la Línea
Gótica.
En la parte superior, pieza
de artillería alemana.
En la parte inferior, a
la izquierda, armas
alemanas, inglesas e
italianas empleadas
durante la segunda
guerra mundial.
En la parte inferior, a la
derecha, cajas metálicas
y botes para cigarrillos
y leche condensada.
Montegridolfo
Museo de la Línea Gótica
Está situado en un local de cemento armado, en gran parte subterráneo, especialmente construido en 1990 fuera de las murallas del castillo a imitación
de los fortines de guerra, los denominados “bunkers”.
Ideado por el Ayuntamiento de Montegridolfo en 1985, fue realizado
en 2002 para no olvidar las feroces batallas de la segunda guerra mundial que
aquí, en plena la Línea Gótica, se libraron. Desde el sendero que lleva al museo se
pueden ver el valle del Foglia y las colinas riminesas, escenario en 1944 de furiosos
combates entre las tropas aliadas y las alemanas apostadas en la reforzada “Línea
Gótica”, nombre con el que la designó Hitler. La rotura de la línea y la conquista
de Montegridolfo se produjeron el 31 de agosto de 1944. El museo cuenta con una
sección dedicada a los recuerdos de guerra y a las armas empleadas en el conflicto, y otra, riquísima, reservada a la propaganda bélica y a la prensa del período
1943-1945. Posee un buen fondo de fotografías relacionadas con hechos de guerra
acaecidos en el territorio de Montegridolfo, así como filmaciones y vídeos. Toda la
población de la zona ha colaborado en el acopio de los recuerdos, mientras que las
maquetas de armas provienen de la colección “Amicizia” y el material de prensa de
la colección de Terzo Maffei.
El museo se propone mantener viva la memoria de los acontecimientos de la segunda guerra mundial y del paso del frente por el territorio de
Montegridolfo, que junto con la cercana Gemmano fue uno de los últimos bastiones
orientales de la Línea Gótica, y reconstruir las terribles condiciones de vida de
militares y civiles en el período bélico.
El museo ofrece, a través de clases, talleres y visitas guiadas, un
buen servicio didáctico para las escuelas. Se organizan visitas, saliendo desde aquí
en compañía de guías especializados, para ver uno de los once refugios excavados
por la población civil en 1944 para protegerse de la batalla.
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Museo della Linea dei Goti
via Roma, 2 - Montegridolfo
tel. 0541 855054 - 0541 855320
fax 0541 855042
[email protected]
www.museolineadeigoti.it
CAPÍTULO 4
COLECCIONES Y
OTROS MUSEOS
104
Entre historia y curiosidad
Quienes, llevados por la curiosidad, deseen regalarse un itinerario independiente entre espacios de exposición de los más diversos tipos, pueden seguir
el recorrido que proponemos a continuación. Va del mar a la montaña y presenta
etapas constituidas por museos, colecciones, exposiciones permanentes y museos
en construcción que todavía no forman parte de los circuitos institucionales, es decir,
de la red de museos a las que pertenecen los que han terminado los trámites de
constitución institucionales y que se benefician de un programa de fomento y promoción común. Esto no significa que no sean interesantes. Es más, en este aspecto
sin duda no van a decepcionarles.
Empecemos por Rímini y el Museo Nacional de la Motocicleta. Es uno de los museos más originales de Italia y se ha convertido desde hace
tiempo en un punto de referencia para motociclistas italianos y extranjeros. Ofrece
un itinerario entre los vehículos de dos ruedas, expuestos en dos edificios con amplias salas ordenadas cronológicamente por áreas temáticas, constituido por unas
250 piezas, dispuestas de manera orgánica para ilustrar la historia de la motocicleta desde el siglo XIX hasta los años 80 del siglo XX, con “representantes” de nada
menos que sesenta fábricas italianas y extranjeras. El recorrido histórico comienza
con la época de los pioneros y, por consiguiente, con la primera motocicleta: la
francesa Werner. Siguen las italianas Frera y Stucchi. En el período de las dos guerras destacan los fabulosos modelos de las motos Guzzi, tanto de calle como de
competición. Además, en el museo se halla presente un espacio dedicado exclusivamente a los sidecars, que representan un importante paso adelante en la historia
del transporte familiar. Las protagonistas extranjeras presentes en el museo son:
las motos inglesas Norton, Sunbeam, Rudge y Scott; las estadounidenses Harley
Davidson, Indian y la extraordinaria Henderson de cuatro cilindros. En el ámbito
deportivo se pueden admirar marcas como Aermacchi, Bimota, Linto, Yamaha y
Honda. No faltan tampoco los scooters, como la Lambretta y la Vespa y otros raros
modelos como Ducati, Cruiser y Piatti. ¡Vamos, que hay para todos los gustos!
(Via Casalecchio, 58/N tel. 0541 731096 www.museomotociclo.it).
También en Rímini se encuentra el Museo de Scolca, un museo
de arte sacra ubicado en la abadía de Santa Maria Annunziata Nuova, en Covignano. Fruto de una labor de restauración de más de diez años, custodia un tesoro
de la cultura y el arte riminés, el de la antigua abadía olivetana situada en el collado de Covignano, Santa Maria Annunziata Nuova de Scolca (palabra que significa
“venganza”), hoy sede de la parroquia de San Fortunato. La riqueza del conjunto
-que comprende también la iglesia que ordenara edificar Carlo Malatesta en 1418,
cuando, por su posición elevada, la abadía era considerada un puesto de vigía, el
seminario episcopal y la biblioteca diocesana- es tal que se puede definir como uno
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En la parte superior,
Rímini, Museo
Nacional de la
Motocicleta.
En la parte inferior,
Bellaria Igea Marina,
la Torre sarracena
con su colección de
Conchas.
de los lugares de arte e historia más importantes de la provincia de Rímini. El museo
ocupa los locales que se encuentran debajo de la rectoría, en las grutas de toba del
cerro de Covignano, antiguamente empleadas como servicios para la abadía. Las
cuatro habitaciones, cada una de un color diferente, albergan testimonios de relieve,
como la campana original del siglo XV, antiguos paramentos y prendas litúrgicas,
objetos pertenecientes a los monjes olivetanos, plata, pergaminos, manuscritos de
los siglos XV al XVII y pinturas. Entre las piezas más importantes cabe destacar la
página miniada de un coral del siglo XV, única muestra superviviente de los cantos
religiosos de los monjes tras el paso devastador de las tropas napoleónicas. Cada
una de las estancias representa una época histórica: el siglo XV, el XVII, el XVIII, y la
última, dedicada al culto popular (Via Covignano, 152 tel. 0541 751761).
En Rímini, en el cerro de Covignano, en uno de los lugares más
sugestivos, surgen los antiguos santuario y convento de la Virgen de las Gracias. Los franciscanos aquí crearon el Museo Misionario del Santuario de
la Virgen de las Gracias, que contiene testimonios y restos de la presencia
de los franciscanos romañeses en varias partes del mundo. Se trata de restos
precolombinos y de piezas provenientes de todos los continentes. A esta belleza
se une la rareza de las obras de arte moderno, de escultores y pintores de notable
fama, platos franceses de la época napoleónica, cerámicas de Faenza y cristales
de Murano (Via delle Grazie, 10 tel. 0541 751061).
En Bellaria Igea Marina merece ser visitada la Torre sarracena, que aloja en su interior una bonita Colección de conchas. Se trata de
una excelente serie de conchas, moluscos, esqueletos de organismos marinos,
madreporarios, equinodermos, crustáceos, caparazones de tortugas y, entre los
ejemplares más interesantes, nautilos del Océano Índico, tritónidos, ostras perlíferas y las peculiares navecillas utilizadas para incubar los huevos. La colección
se encuentra en las plantas superiores de la torre, edificada en 1673 por los Estados Pontificios, que la introdujeron en el plan de defensa de la costa. De las
seis existentes antiguamente es la única que ha conservado las características
originales, estructurada en tres pisos cubiertos con bóvedas y con una escalera
de caracol interior. Las incursiones y correrías -de los piratas turcos sobre todoobligaron al papa a ordenar la construcción de torres fortificadas desde Gabicce
hasta Bellaria. En su interior se apostaba una guarnición de cinco soldados y un
comandante armados con arcabuces, espingardas, pólvora y mechas. En cuanto
oían el tañido de la campana, los habitantes se refugiaban en ella para organizar
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En la parte superior,
Bellaria Igea Marina,
Colección “Massaroni”
de Tractores de época.
En la parte inferior,
Santarcangelo di
Romagna, Museo
del Botón.
la defensa. Con el tiempo la función de las torres se transformó en la de vigilancia
del contrabando y de alojamiento en cuarentena de las personas procedentes del
mar que se sospechaba podían padecer enfermedades contagiosas (Via Torre, 75
tel. 0541 343746 www.comune.bellaria-igea-marina.rn.it).
Completamente distinta, también en Bellaria Igea Marina, la Colección “Massaroni” Tractores de época. Está dedicada a la memoria del campo y las labores vinculadas al mismo, que una familia del lugar ha querido compartir
con el público. De su afición nació esta exposición de materiales sui generis, pero
sin duda de interés social, histórico y antropológico. Llama la atención porque lo
que muestra forma parte de un mundo en parte desaparecido, y lo que más impacta
es que todo funciona perfectamente. Se trata de un auténtico tesoro de tractores
con ruidosos motores, ruedas de hierro o goma u orugas, algunos de los cuales hoy
son piezas verdaderamente raras. La primera pieza de la colección, emplazada en
lugar bien destacado, es una caldera, con su larga chimenea, de principios del siglo
XX, obviamente en perfecto estado de funcionamiento. Hay tractores centenarios,
de marcas muy conocidas en su momento. Se puede afirmar sin temor a mentir que
se trata de la colección más importante existente en Italia, de un único propietario,
de tractores de época en funcionamiento. La visita puede realizarse previo acuerdo
telefónico con la familia Massaroni (Via Belvedere, 60 tel. 0541 345661).
A pocos kilómetros se encuentra de Bellaria está Santarcangelo
di Romagna, donde nos espera el Museo del botón, primero y único en Italia.
Está ordenado de manera cronológica, desde el siglo XVIII hasta nuestros días.
Se subdivide en tres áreas, dentro de las cuales se presenta la historia del botón.
Se trata de unos pequeños accesorios, aunque grandes por su significado, que un
coleccionista ha salvado del polvo del tiempo y ha conservado y catalogado minuciosamente con una refinada creatividad, para ofrecer un maravilloso espectáculo
de color. Se exhiben botones de los siglos XVIII y XIX, realizados con materiales nobles para ostentar la riqueza y el poder de sus propietarios, entre los que destacan
figuras de reinas y personajes famosos. Los materiales con los que están fabricados
son más de cincuenta. En ocho casos se arranca de la materia prima para llegar
hasta el botón acabado, de modo que se pueda observar y conocer la técnica de
producción de un botón. Original la historia social, económica, política y de costumbres del siglo XX narrada a través de la simbología de los botones, “porque
-remarca el fundador- cuando en la calle se dan acontecimientos que afectan a la
mayoría de la gente, los estilistas los representan con su particular simbología en el
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En la parte superior,
Torriana, Museo
Taller Textil “Hilo de
Penélope... Hilo del
mundo”, un telar.
En la parte inferior,
Saludecio, Museo
extendido de los
Murales dedicado a los
inventos del siglo XIX.
botón, que de esta manera se convierte en un hito de nuestra historia y en testimonio
de dicho acontecimiento”. El botón es la memoria de la historia, y de botones está
lleno el museo de Santarcangelo. Cuenta, además, con una completa biblioteca que
explora y nos introduce en este fantástico mundo. El importante material didáctico
aquí reunido ha permitido a varios estudiantes presentarse a exámenes y redactar
tesis universitarias consiguiendo la máxima nota. Además esta sección-apéndice
documenta una larga serie de anécdotas que dejan bien claro que el botón no sólo
abre y cierra dos bordes de ropa, sino que abre y cierra también la intimidad de las
personas. El museo existe gracias al entusiasmo de Giorgio Gallavotti, propietario
de una histórica mercería de Santarcangelo, que los conserva ordenados y cosidos
en paneles, enmarcados de forma homogénea y subdivididos por décadas. Y así ha
acabado por encontrarse con un hermoso patrimonio de arte, historia y cultura. En
1991 expuso una parte de este patrimonio. El interés suscitado fue tan grande que
“no tuvo más remedio” que abrir el Museo del Botón, que hoy día suma récords y
récords de visitantes (Via della Costa, 11 tel. IAT 0541 624270 tel. móvil 339 3483150
http://bottone.art-italy.net).
En Torriana merece la pena ver el Museo Taller Textil “Hilo
de Penélope... Hilo del mundo”. Su objeto es ilustrar las técnicas y combinaciones de un arte antiguo y fascinante practicado en el Valle del Marecchia desde
la antigüedad. Fue inaugurado en 2007, cuando en Torriana se instituyó un curso
nocturno de tejedura artesanal. El mérito hay que dárselo a la Escuela primaria
“Giulio Turci”, a la Administración municipal y a algunos ciudadanos que se prestaron generosamente a colaborar en pro de la comunidad para que no se pierda
la memoria de los oficios antiguos. La historia de la tejedura ha seguido paso a
paso la de la humanidad. Los primeros telares aparecieron en el neolítico: eran
instrumentos muy sencillos, poco más de un armazón rectangular hecho con ramas o palos de madera. En la Edad Media el telar vertical siguió siendo utilizado
para confeccionar tapices, y en 1250 por primera vez fue dotado de un pedal. La
fabricación de los telares fue haciéndose cada vez más sofisticada, hasta permitir
en el Renacimiento la producción de manufacturas complejas y refinadas. La tejedura se convirtió en un arte, floreció la realización de tejidos preciados como el
raso, el brocado, el damasco y el terciopelo. En 1787 por vez primera se empleó
el motor de vapor para imprimirle movimiento al telar: nació así el telar mecánico.
La intención del museo-taller no es otra que mantener viva la memoria a través
del trabajo paciente de quienes participan en los talleres. Se trata, pues, de un
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En la parte superior,
Saludecio, Exposición
permanente dedicada
a Giuseppe Garibaldi,
futuro Museo del
Risorgimento.
En la parte inferior,
San Marino, Museo
Maranello Rosso.
“museo viviente” que se propone conservar el saber de un arte que hoy puede
convertirse asimismo en un importante vehículo de cohesión social e integración
cultural (Via Roma, 102 tel. 0541 675220 www.comune.torriana.rn.it).
En Montebello, dentro del municipio de Torriana, situado en el
interior del Oasis de Protección de la fauna, se encuentra el Observatorio Naturalista Valmarecchia. Ofrece la posibilidad de descubrir la belleza natural del
Valle del Marecchia, caracterizada por la presencia de rocas calizas y hendiduras,
vegetación de bosques mixtos, fauna con numerosas especies de interés naturalista.
Entre estas el milano negro, el gavilán, el aguilucho cenizo, el puerco espín, el corzo,
el zorro, el jabalí. El museo, en su planta baja, propone una sala naturalista en la que
se muestran diversos entornos que pueden encontrarse en el Valle del Marecchia.
Hay, además, un gran acuario-terrario en el que se pueden contemplar las especies
vegetales y animales que pueblan las aguas del Marecchia, y no faltan espacios dedicados a la vegetación del valle y a los animales. El primer piso presenta maquetas,
materiales de geología y restos fósiles. Completan el museo un aula didáctica, una
sala de conferencias y una biblioteca temática. En el área exterior hay un anfiteatro,
un sendero preparado para personas con discapacidades e invidentes y un área
equipada. El Observatorio organiza visitas guiadas y excursiones (Via Scanzano, 4
tel. 0541 675629 www.atlantide.net/osservatoriovalmarecchia).
Desde el Valle del Marecchia les sugerimos que se desplacen al
Valle del Conca para visitar Saludecio. Aquí la tradición de los murales se
convierte en un interesante pretexto para pasearse por el elegante centro histórico. Se trata de un multicolor y original recorrido artístico al aire libre, de un
museo extendido que puede contemplarse por callejas y plazoletas en el que se
muestran los inventos del siglo XIX. Este es, en efecto, el tema de los murales de
Saludecio, en sintonía con la fiesta local denominada ‘800 Festival. Las imágenes
figurativas se refieren al cine, la fotografía, el teléfono, la radio, la bombilla, así
como a elementos más curiosos y especiales, como el cómic, la ecología, la cuchilla y el papel higiénico, sin olvidarse de marcas de productos conocidos en el
mundo entero, como Levi’s, Coca Cola, Violetta di Parma, Borsalino. La tradición
de los murales de Saludecio nació en 1991, con ocasión de la IX edición de ‘800
Festival. Aquel año, además, comenzó la colaboración con AR.PER.C. (Arte Per
Comunicare, “Arte para comunicar”), la Asociación Cultural Artística y Ambientalista de Castellabate (Salerno) que se encarga de proyectar y llevar a cabo el
festival (tel. 0541 869719 www.murales.ottocentofestivalsaludecio.it).
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En Saludecio nos aguarda otra sorpresa: la Exposición Permanente,
futuro Museo del Risorgimento, dedicada a Giuseppe Garibaldi, todo un mito
que redescubrir. Nacida en 2007, presenta la “Colección Ottaviani”, que se exhibe
en los locales de la que fuera cárcel del distrito jurídico, en una antigua ala de la
casa consistorial. Presenta piezas originales de todo tipo, unas mil en total: uniformes, edictos, libros, postales, sellos, monedas, etc., relacionados con el “héroe de
los dos mundos” y su vida. El espacio está en perfecta sintonía con la tradición decimonónica de Saludecio que, por medio de ‘800 Festival, ha dado valor a su historia
y sus monumentos arquitectónicos, erigidos justamente en la segunda mitad del
siglo XIX, cuando fue sede de la partida judicial y “capital” del Valle del río Conca.
La memoria y la microhistoria locales, además, están estrechamente vinculadas a
los episodios del Risorgimento, puesto que muchos ciudadanos de Saludecio, enrolados precisamente en un batallón de Garibaldi, los vivieron en primera persona
(Piazza Beato Amato Ronconi, 1 tel. 0541 869719 www.comunesaludecio.it).
En Coriano, el Museo Elisabettiano está dedicado a la Beata
Elisabetta Renzi, fundadora del instituto “Maestre Pie dell’Addolorata”, sito en el
monasterio contiguo, casa madre de la orden constituida en 1839 por Sor Elisabetta. Dio vida a esta nueva orden religiosa centrándola en la educación juvenil
femenina. Junto al monasterio se encuentra la iglesia en la que reposan los restos
de la Beata. El museo expone trabajos de tejedura y bordado realizados década
tras década por las muchachas que se formaron en el instituto. También recoge
documentos y objetos pertenecientes al mismo. Algunas de las manufacturas,
hechas con oro y plata, resultan de valiosa y hermosa factura (Via Malatesta, 4
tel. 0541 657121 www.comune.coriano.rn.it www.prolocoriano.it).
El Antiquarium de Coriano se encuentra en la hospedería del
castillo malatestiano. Recoge objetos de cerámica, de vidrio y fragmentos de armas
hallados en las campañas de excavación realizadas dentro y en torno al castillo, así
como durante las labores de restauración. La construcción del castillo está fechada
en el siglo XIV aproximadamente. El Castrum Coriliani fue cedido en 1356 por su
propietario de entonces, la Curia de Ravenna, a los Malatesta, señores de Rímini,
y su reforma, concretamente, se llevó a cabo por orden de Sigismondo Pandolfo
Malatesta. Bajo el control de los Venecianos entre 1504 y 1509, después fue anexionado por los Estados de la Iglesia. Donado por el papa Clemente VII a los Sassatelli de Imola, estos lo poseyeron del 1528 al 1580 y su escudo permanece todavía
engarzado sobre la puerta de acceso. Una vez terminada su función de vigilancia
del territorio y de abrigo-refugio, el edificio fue cayendo en una lenta pero constante degradación, agravada por los serios daños sufridos durante la segunda guerra mundial. En las últimas décadas ha sido objeto de importantes intervenciones
de restauración y reparación. Notable la nevera, una de las mayores de Romaña
(Via Malatesta tel. 0541 656255 www.comune.coriano.rn.it www.prolocoriano.it).
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En Montefiore Conca Los colores de Montefiore es una importante exposición permanente, sita en el Castillo malatestiano, dedicada a los
resultados de las exploraciones arqueológicas realizadas en su interior del 2006
al 2008. Se puede admirar parte de la producción cerámica malatestiana procedente en su mayoría del propio Castillo: decenas de jarras, copas y jofainas decoradas con retratos y cartuchos, letras góticas y festones, motivos geométricos y
simbólicos. Los colores son el azul, el amarillo, el ocre, el verde cobre y el pardo
manganeso, los mismos del magnífico paisaje que desde aquí se contempla. La
mayor parte de las piezas expuestas corresponde a producciones romañesas,
mientras que son más bien raros los hallazgos provenientes de Las Marcas y de la
provincia de Ferrara. Los cristales, en cambio, son en su mayoría de producción
veneciana (Via Roma tel. 0541 980179 www.comune.montefiore-conca.rn.it).
Dejamos la provincia riminesa para rendir homenaje a la cercana
República de San Marino, incluida en el tejido turístico de nuestra área geográfica. En la localidad de Falciano los aficionados al mundo del motor pueden
admirar dos mitos de las cuatro ruedas, los Ferrari y los Abarth, en el Museo Maranello Rosso. Por su peculiaridad y carácter único, el museo es protagonista
del proyecto Motor Valley, la comarca del motor en Emilia-Romaña. La Colección
Maranello Rosso expone los 25 vehículos Ferrari más significativos, subdivididos
en automóviles de competición, de calle, prototipos y Fórmula Uno. En este ámbito hay un área dedicada por entero a su creador, Enzo Ferrari, a través de documentos, fotos inéditas y filmaciones. “Mirando atrás desde la cima del Monte
vuelvo a ver la multitud de rostros y nombres que ha acompañado mi camino”.
Con estas palabras Ferrari trazaba una hermosa imagen del emocionante recorrido del Maranello Rosso nacido a los pies del monte Titano de San Marino. En
la sección Abarth se muestran 40 vehículos proyectados por un genio italiano del
diseño automovilístico deportivo, Carlo Abarth. Se trata de automóviles Turismo,
GT, Sport, Rally y Fórmula: lo mejor de la producción que lleva la marca del escorpión y del talento de Carlo Abarth. Está acreditado como el Museo Abarth mayor
del mundo (Strada dei Censiti, 21 tel. 0549 970614 www.maranellorosso.com).
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Para más información:
bibliografía mínima
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119
120
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