Maquetación 1 - Seminario Mayor de Córdoba

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Maquetación 1 - Seminario Mayor de Córdoba
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Arquidiócesis
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“Discípulos misioneros,
acortando distancias, compartimos
la alegría de seguir a Jesús”
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Córdoba
Nuestra Señora de Loreto
Dos experiencias
para agradecer
La pastoral
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Boletín Lauretano.
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Boletín Lauretano
48
Sumario
Editorial: La alegría hecha palabra… ............................................Pág. 5
Presentación
El Seminario: Comunidad Abierta y Misionera. ......................Pág. 6
Dos experiencias para agradecer y para avivar la esperanza. ...Pág. 9
Boletín Lauretano 2008
La alegría en el camino…
Año XCIII - Nº 67 - Diciembre 2008
Seminario Mayor de Córdoba
Nuestra Señora de Loreto
Arquidiócesis de Córdoba. Argentina
Hipólito Yrigoyen 64 - X5000JHN
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Tema-eje formativo 2008. ......................................................Pág. 13
¿Cuál es mi único Bien? ........................................................Pág. 15
Nuestras Miradas. Etapas formativas. .................................... Pág. 16
Proyecto Formativo, Proceso de adecuación. ..........................Pág. 26
Casa San Pablo:“…para que estuvieran con él…”. .................Pág. 28
La alegría en el encuentro…
Realización:
Comunidad del Seminario
Equipo Animador
Pablo Márquez
Pablo Viola
P. Daniel Ferreira
Recursos Económicos
Federico Ridissi
José María Molina
Rodrigo Longo
Arte y Diagramación
Memoria de un Encuentro compartido. .................................Pág. 30
Lo hemos dejado todo y te hemos seguido. ...........................Pág. 32
La alegría compartida…
La Pastoral vocacional ............................................................Pág. 34
Expocarisma 2008:
“Diversidad de Rostros en la Iglesia comunión”. ....................Pág. 36
“Vengan y lo verán”. Campamento Vocacional 2008..............Pág. 38
Creemos en el Dios que ama a los Jóvenes. ...........................Pág. 40
Pedro Ardiles
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Studium Theologicum
Sobre la agregación y la Licenciatura en Teología ...................Pág. 42
EDITORIAL
La alegría hecha palabra…
La alegría vivida…
“Crónica de un año anunciador” ..........................................Pág. 46
Misiones de Verano 2007/08 .................................................Pág. 49
Misión de enero 2008 “Monte del rosario”. ..........................Pág. 50
Convivencia de Verano en Los Molinos. .................................Pág. 52
¿Evangelización vs. Dinero? ...................................................Pág. 54
Ejercicios Espirituales: “Jesús llamó a los que Él quiso…”. .......Pág. 56
Ser acompañado para poder acompañar. ..............................Pág. 58
Nuestra casa de Vélez Sarsfield cumple 100 años...................Pág. 60
Formación Permanente. ........................................................Pág. 62
Gracias Señor… ....................................................................Pág. 64
Bienvenidas - Despedida. .......................................................Pág. 66
Amigos del Seminario Mayor de Córdoba. .............................Pág. 67
La novena a “Nuestra Señora de Loreto”...............................Pág. 68
La alegría hecha testimonio…
100 años haciendo visible el amor misericordioso del Padre....Pág. 70
Breve semblanza del Padre Bordagaray. .................................Pág. 72
Traslados de los restos de Mons. Bordagaray..........................Pág. 73
“Navega mar adentro y echen las redes…” ...........................Pág. 74
Ordenaciones, Acolitado, Lectorado y Admisiones. ................Pág. 76
Aniversarios Sacerdotales. .....................................................Pág. 77
Comunidad del Seminario ........................................................Pág. 78
Cumpleaños ...............................................................................Pág. 82
Datos Studium Theologicum ....................................................Pág. 83
Agradecimientos ......................................................................Pág. 85
Es una alegría, para nosotros, que hoy tengas
entre tus manos el Boletín Lauretano de este año
2008. Queremos invitarte a entrar en este pequeño instrumento gráfico. Su finalidad es expresar, en forma de “memoria agradecida”, la
obra que Dios ha realizado en provecho de
nuestra comunidad del Seminario y para bien de
nuestra Iglesia que peregrina en Córdoba.
Sabemos que Dios está presente en nuestra
historia de un modo providente. Por eso, detrás
de nuestro itinerario formativo, - en las tareas, actividades, servicios que realizamos como “comunidad educativa en camino”-, reconocemos la
acción del Padre en nosotros; descubrimos su
amor misericordioso, que va suscitando en nuestra vida aquellas cosas que sirven para nuestro crecimiento como discípulos misioneros de su Hijo.
Amigo lector, este Boletín no es una simple
crónica de lo sucedido durante el año. Es contemplación hecha oración en la pluma de todos
los que hemos escrito en los distintos artículos.
Esto se expresa en el recurso a la Palabra de
Dios, en las citas del Magisterio, en la insistencia
permanente de utilizar como recurso estilístico
el “Gracias Señor…”; esto no es casual, esto es
una realidad que hoy te invitamos a compartir
con nosotros.
A esta edición 2008, la hemos querido estructurar en segmentos, que expresan los distintos modos en que experimentamos la alegría
que nos propusimos vivir desde nuestro tema
eje. Estos son: … en el camino, todo lo referido
al Proyecto Formativo; … en el encuentro, lo
que estamos transitando como Región Centro;
… compartida, las distintas iniciativas que se
han realizado en la dimensión vocacional; … vivida, aquellos acontecimientos que Dios ha suscitado en nuestro año y que nos alegran en el
discipulado; y … hecha testimonio, donde relatamos a personas y hechos que nos dieron alegría.
Ojalá este compartir despierte en vos lo mismo que el Espíritu Santo provocó en Isabel al ver
la obra admirable de Dios en María, y de este
modo, te unas a nosotros, para que juntos demos cumplimiento a esa invitación que nos hiciera el apóstol Pablo: “Alégrense siempre en el
Señor, vuelvo a insistir, alégrense” (Fil. 4,4).
Que María, causa de nuestra alegría, te
acompañe.
Equipo Animador
PRESENTACION
El Seminario: Comunidad
abierta y misionera
P. Félix Daniel Blanco
Vivir y promover una espiritualidad de comunión y participación,
proponiéndola como principio educativo en todos los lugares donde
se forma el hombre y el cristiano...
Aparecida, 368
Con el corazón agradecido a Dios y a los hermanos, advertimos que la vida de nuestro Seminario Mayor durante este año 2008 estuvo
caracterizada por la puesta en práctica del lema
pastoral de la Arquidiócesis: “Con Jesús salimos, acortamos distancias, nos encontramos”. Lo hicimos en fidelidad al Proyecto Formativo, que el año pasado presentamos a la comunidad arquidiocesana, según las orientaciones, los criterios y el espíritu de Navega Mar
Adentro, el Documento de la V Conferencia de
Aparecida (2007), y el Plan Pastoral Arquidiocesano de Córdoba.
Salimos al encuentro de los jóvenes, chicas
y muchachos, de Córdoba, mediante múltiples
iniciativas que nos permitieron acortar distancias
con ellos, encontrarnos y sentirnos cercanos y
compañeros de camino. Recordamos con mucha
alegría, por ej., el campamento vocacional de
enero, las misiones, los encuentros de oración,
los cursos de formación pastoral, los encuentros
informales... Hemos abierto las puertas del Seminario -Los Molinos, la “casa grande”, la casa
San Pablo- y se nos llenó de rostros jóvenes, de
su alegre vitalidad y de sus inquietudes.
En el encuentro comprendimos que “nos necesitamos”; que nos enriquecemos cuando nos
comunicamos, cuando nos escuchamos, nos
aceptamos, proyectamos y hacemos juntos. Las
experiencias vividas fueron tan positivas que estamos llenos de ganas de continuarlas, mejorando las propuestas.
Hemos descubierto que los jóvenes de Córdoba buscan a Jesús, y que si nosotros lo hacemos también, humilde y sinceramente, en Él, en
Jesús, las distancias se acortan y se produce el
encuentro. Queremos “tener y mantener una
mirada sobre los jóvenes actuales como la de
Jesús (cfr. Mc 10,21): una mirada llena de amor
por cada persona con su singularidad, realista y
respetuosa y, al mismo tiempo, confiada en sus
posibilidades de bien, decididamente esperanzada” (Proyecto Formativo, p. 19). Queremos
salir a su encuentro, acortar las distancias escuchándolos, aceptándolos, valorándolos, sentirlos
hermanos y ayudarnos mutuamente a realizar el
sueño de un futuro mejor para nuestra Patria,
para nuestra Iglesia, para que el Reino se mani-
Boletín Lauretano
6
fieste en nuestro tiempo, como ofrecimiento de
“vida plena para todos” (Apa. 361).
Salimos, acortamos distancias y vivimos el
gozo del encuentro con los diversos miembros del Pueblo de Dios, laicos, varones y mujeres que viven y testimonian su bautismo en el
mundo, religiosos y religiosas, miembros de institutos seculares, compartiendo con ellos espacios de misión, formación, oración, estudio, celebración... Sabemos “que la Iglesia como tal es
el sujeto comunitario que tiene la gracia y la responsabilidad de acompañar a cuantos el Señor
llama a ser sus ministros en el sacerdocio” (PDV
65). Por eso, nos alegramos muchísimo con las
variadas instancias que nos permitieron encontrarnos trabajando codo a codo por el Reino con
tantos hermanos y hermanas, como por ejemplo, la Formación Pastoral Práctica, el taller de
un fin de semana sobre el Plan Compartir, el
curso de Animadores Juveniles según el método
experiencial, el programa de formación de Pastoral de la Salud, las Conferencias y las Cátedras
abiertas; encuentros fraternos y festivos, por diversos motivos; por ejemplo, con ocasión del
traslado de los restos de Mons. Bordagaray, o en
oportunidad de las novenas patronales parroquiales; o para celebrar los cien años del edificio
que nos alberga, o el jubileo de la llegada de las
Hermanas de la Virgen Niña a la Argentina.
Fue como palpar la corresponsabilidad eclesial en la misión evangelizadora, la animación
vocacional y el acompañamiento formativo de
los futuros pastores. Estamos convencidos de
que “la misión compartida reclama la formación
compartida” (Proyecto Formativo, p.109).
Como dice el Documento de Aparecida “la conversión pastoral requiere que las comunidades
eclesiales sean comunidades de discípulos misioneros en torno a Jesucristo, Maestro y Pastor.
De allí, nace la actitud de apertura, de diálogo y
disponibilidad para promover la corresponsabilidad y participación efectiva de todos los fieles
en la vida de las comunidades cristianas.
Hoy, más que nunca, el testimonio de comunión
eclesial y la santidad son una urgencia pastoral”
(Apa. 368). Estamos muy agradecidos a Dios y a
los hermanos por las hermosas experiencias de
comunión fraterna, solidaria y misionera que pudimos disfrutar en este año 2008.
También agradecemos las ocasiones de acortar distancias y encontrarnos con los hermanos
de otras denominaciones cristianas, con espíritu ecuménico, como respuesta a la oración
de Jesús que pide la unidad de todos sus discípulos; y con representantes de otras confesiones religiosas, en la afirmación de los valores
fundamentales de la dignidad de todas las personas, los derechos humanos y la paz.
Nos sentimos alentados a seguir adelante por
este camino, con renovado entusiasmo y creatividad pastoral.
Bajo el mismo signo de la comunión, en este
año hemos perseverado en el diálogo, iniciado
hace ya un tiempo, con los diversos institutos
de formación teológica presentes en nuestra
ciudad, en orden a la constitución de una instancia superior de estudios en teología. Las perspectivas que se nos presentan son alentadoras y
Boletín Lauretano
7
PRESENTACIÓN
nos desafían a continuar trabajando juntos.
Otra hermosa manifestación de distancias
que se acortan y encuentros que se producen
fue y es la animación vocacional arquidiocesana. A instancias de nuestro obispo Carlos José
Ñáñez, un grupo de sacerdotes, consagrados,
consagradas y laicos, nos reunimos regularmente en el Seminario y hemos formado un equipo
de trabajo en común, con la finalidad de animar
la pastoral vocacional. Procuramos hacerlo en
sintonía con el Plan Pastoral de nuestra Iglesia
local, en espíritu de comunión y participación,
siguiendo las indicaciones del Documento de
Aparecida (cf. n. 314ss).
Juntos hemos logrado dar un renovado y
fuerte impulso al anuncio del evangelio de la vocación, que nos llena de esperanza. Consideramos que el secreto de la fecundidad de esta
animación vocacional radica en que brota de
una intensificación en nuestras comunidades de
la oración por las vocaciones; también, en que
procura ser expresión concreta de la espiritualidad de la comunión, en que intenta involucrar y
comprometer corresponsablemente en ella a los
diversos miembros del Pueblo de Dios, y en que
procura alentar en clave vocacional la pastoral
ordinaria, dentro de la pastoral de conjunto que
está llevando adelante nuestra Arquidiócesis.
Juntos llevamos adelante la Jornada de Oración por las Vocaciones, organizamos Encuentros de Oración Comunitaria en torno a la
Palabra de Dios para jóvenes, la “Expocarisma
2008”, con el lema “Diversidad de rostros en la
Iglesia comunión”. En todo esto quisimos reflejar la eclesiología de comunión del Concilio Va-
ticano II y, por lo tanto, las variadas vocaciones
y formas de vida cristiana, los diferentes carismas y servicios con que el Espíritu Santo ha bendecido a nuestra Iglesia de Córdoba y que es
una nota que la caracteriza. Trabajando en comunión hemos podido valorar y proponer, con
convicción y entusiasmo, los diversos caminos
vocacionales que el Espíritu ofrece a los cristianos, discípulos misioneros de Jesucristo, para la
Vida del mundo.
Así, entre todos, vamos poniendo en práctica
y perfeccionando cada día nuestro Proyecto Formativo, formando pastores para Córdoba en
este tiempo, que sean ante todo “discípulos de
Jesús, servidores del Reino”. Con alegría comprobamos que nuestro Seminario, que quiere
ser “casa y escuela de comunión” está viviendo
un nuevo dinamismo pastoral y un intenso ardor
evangelizador, con la fuerza del Espíritu que nos
impulsa a la misión, con esperanza. Dentro de
este marco eclesial de comunión misionera se
inscribe, también, la partida y los estudios del
P. Martín Carranza en Roma. Agradecemos el
afecto, la confianza y la guía pastoral de nuestro
obispo, Mons. Carlos Ñáñez, y el apoyo y la colaboración de los vicarios episcopales. También
hemos sentido y agradecemos el cariño y el
apoyo de muchos sacerdotes, comunidades parroquiales, religiosas y religiosos, de nuestras familias y de tantos otros hermanos, con los que
compartimos el camino.
A la Virgen María, nuestra Señora de Loreto, le
pedimos que siga sosteniéndonos y alentándonos en la fidelidad al Espíritu, “Protagonista de
la formación sacerdotal” (cfr. PDV 69).
Boletín Lauretano
8
Dos experiencias
para agradecer y
para avivar la esperanza.
Carlos José Ñáñez
Arzobispo de Córdoba
Los encargados de la publicación del “Boletín
Lauretano” me han invitado a brindar alguna
contribución “en clave de experiencia vivida, haciendo memoria agradecida”. Para responder a
esa invitación, me siento impulsado a compartir
y a agradecer, por una parte, lo que significó
para mí el haber participado en mayo del año
pasado en la Quinta Conferencia General del
Episcopado de Latinoamérica y El Caribe, en la
ciudad de Aparecida, y, por otra parte, la experiencia de celebración de este año de la Jornada
Mundial de Oración por las Vocaciones de especial consagración a Dios.
Al recordar el acontecimiento de Aparecida,
revive con fuerza en mí la alegría de haber percibido, en la fe, en ese ámbito la presencia del
Señor que está con nosotros “hasta el fin de los
tiempos” y que nos ilumina y nos enciende con
su Espíritu, la alegría de haber constatado una
vez más la compañía discreta y eficaz de María
Santísima, junto a cuyo santuario estábamos, el
consuelo de la presencia del pueblo de Dios,
sencillo, piadoso y fiel, que nos recordaba permanentemente el sentido de nuestro servicio y
de nuestra tarea como pastores.
La Quinta Conferencia fue sin duda mucho
más que un documento. Pero el documento
final, aun con sus límites, es un reflejo notable
de la gracia que el Señor nos ofreció y continúa
ofreciendo a nuestro Continente. Esa gracia me
parece encontrarla resumida, por así decir, en
esa afirmación feliz que leemos en el párrafo
final del número 29 del documento: “Conocer a
Jesús es el mejor regalo que puede recibir cualquier persona; haberlo encontrado nosotros es
lo mejor que nos ha ocurrido en la vida, y darlo
a conocer con nuestra palabra y obras es nuestro gozo”.
El texto comienza con una afirmación que
podríamos denominar de principio: “Conocer a
Jesús es el mejor regalo que puede recibir cualquier persona”. Se trata de una convicción que
sustenta toda la propuesta de la nueva evangelización a la que el Papa Juan Pablo II nos invitó,
invitación que el Papa Benedicto XVI reafirmó y
renovó.
El párrafo continúa con un testimonio interpelante: “haberlo encontrado nosotros es lo mejor que nos ha ocurrido en la vida”.
Interpelante porque en seguida hace surgir en
Boletín Lauretano
9
cada uno la pregunta: ¿realmente es así?
¿Puedo testimoniar sin dudar que esto es verdad
en mi vida? ¡Ojalá que sí, y que cada vez sea con
mayor intensidad!
Finalmente la consecuencia de lo anterior:
“darlo a conocer con nuestra palabra y obras es
nuestro gozo”. El encuentro con Jesús, con su
evangelio, es un tesoro para compartir.
El mismo Señor nos impulsa a hacerlo y a hacerlo con alegría, como fascinados por su bon-
dad y belleza, que es lo que en definitiva impacta y convence.
Junto a la experiencia de Aparecida, y en conexión con ella, quiero recordar la de la participación en la celebración de la Jornada Mundial
de Oración por las Vocaciones, en el colegio
“Gabriel Taborin” el cuarto domingo de Pascua
de este año.
Dos experiencias íntimamente relacionadas
porque para hablar de vocación de especial consagración a Dios es preciso hacerlo desde el testimonio personal convencido y alegre.
Me parece que esto se verificó en la jornada en
nuestra Arquidiócesis.
Boletín Lauretano
10
La seriedad de los testimonios que algunos
brindaron, la alegría de los participantes, la oración de toda la asamblea, la presencia destacada
de tantos jóvenes, chicos y chicas,
que en el Seminario Mayor y en los
distintos postulantados y noviciados
vienen recorriendo un camino de formación, fue todo un mensaje de esperanza que ha tenido continuidad
en la reciente “Expocarisma”, realizada en el mes de octubre de este
año en el Seminario Mayor.
Un mensaje de esperanza que es
por de más importante en momentos en que el número de quienes aspiran a una dedicación total al
Señor y a su Iglesia en el ministerio sacerdotal y
en las distintas formas de vida consagrada ha
disminuido considerablemente.
Boletín Lauretano
11
LA ALEGRÍA EN EL CAMINO...
Tema-eje formativo 2008
“Discípulos misioneros, acortando
distancias, compartimos la alegría
de seguir a Jesús”
P. Felix Daniel Blanco
Una esperanza porque, aunque esa disminución es algo que nos preocupa y nos duele, no es,
sin embargo, una realidad que sea fatalmente irreversible. La gracia de Dios, la oración constante,
el testimonio convencido y alegre y la propuesta
respetuosa y efectiva de la vocación pueden ayudar a modificar la situación.
La Iglesia en su Magisterio nos invita a confiar
en Dios nuestro Señor que es el autor de toda
vocación; y al mismo tiempo nos invita a que
todos asumamos la parte de la tarea que nos corresponde en la animación de las vocaciones de
especial consagración a Dios.
A los pastores nos cabe en ello una responsabilidad del todo especial.
Yo quiero poner esta preocupación, el anhelo
de un mayor número de candidatos al sacerdocio y a la vida consagrada, y la oración confiada
de toda la comunidad arquidiocesana en las
manos de María Santísima, encomendándole
que nos obtenga la gracia de ser discípulos y misioneros alegres del Señor y que todos sepamos
ser instrumentos aptos para que el llamado llegue a quienes el mismo Señor quiera convocar.
Boletín Lauretano
12
El tema-eje formativo “Discípulos misioneros, acortando distancias, compartimos la
alegría de seguir a Jesús”, fue elegido para
este año 2008 porque expresa lo que sentimos
muy profundamente, en nuestros corazones,
formadores y seminaristas: la alegría de habernos
encontrado con Jesucristo y la necesidad incontenible de compartir esta experiencia con todos
los hermanos. Se inscribe claramente dentro de la
dinámica que estamos viviendo en nuestra Iglesia
local de Córdoba, y hace suyo lo que el Espíritu
Santo va suscitando en el marco más amplio de
América Latina, mediante el acontecimiento y el
documento de la V Conferencia del Episcopado
Latinoamericano en Aparecida.
¡Así son las cosas! El encuentro personal
con Jesucristo vivo está en la raíz de la historia
de cada uno de nosotros y nos marcó decisivamente. En algún momento, que agradecidamente guardamos en nuestra memoria, la mirada de Jesús, llena de amor, tocó nuestros corazones y nos cambió la vida. Nos hizo descubrirnos amados incondicionalmente por Dios,
nuestro Padre, inmensamente dichosos por ser
sus hijos. La felicidad del encuentro con Jesús
vivo le dio sentido a nuestras vidas y, abriéndonos a Dios como nuestro Padre y a los demás
hombres como a nuestros hermanos, nos liberó de la conciencia aislada, que impide la comunión y frustra la fecundidad de la vida.
Desde entonces supimos que no podíamos ya
vivir para nosotros mismos, sino para Aquél
que dio su vida por nosotros y para servir a su
Reino, en la persona de los hermanos, de todos
los hermanos sin exclusiones, desde su opción
preferencial por los pobres. Por eso nuestro
Proyecto Formativo lleva por nombre propio:
“Discípulos de Jesús, servidores del Reino”.
Es lo que nos sentimos llamados a ser; es lo
que, conscientes de nuestras limitaciones y de
la fuerza de la gracia de Dios, queremos vivir.
Discípulos de Jesús, felices de serlo, no podemos menos que compartir este gozo. Es una
exigencia interior: anunciar la Buena Noticia al
mundo. Sentimos la necesidad de acercarnos
a todos, la urgencia de “acortar distancias”
con los hermanos, para “compartir la alegría”
del Evangelio. El encuentro con Jesús nos abre
Boletín Lauretano
13
LA ALEGRÍA EN EL CAMINO...
y nos impulsa a la misión. Recibir el Evangelio
nos hace evangelizadores. La Vida recibida
como don y gracia no se puede esconder: se
irradia, se comparte, se comunica.
Y al hacerlo, nos hemos sentido profundamente enriquecidos.
¡Es verdad, “la vida se acrecienta dándola”!1.
¿Y cómo se vivió este tema-eje formativo
durante el año? Es difícil decirlo en pocas palabras. Ciertamente fue el espíritu que animó
la vida cotidiana de nuestra comunidad. En lo
pequeño, en lo diario: el ritmo comunitario, la
oración, el estudio, la pastoral.... Y que también motivó otras iniciativas, como el campamento vocacional, el taller sobre el Plan
Compartir, el curso de animación juvenil según
el método experiencial, los encuentros de oración con jóvenes, la Expocarisma... ¡Tenemos
tanto para agradecer! ¡Gracias, Señor Jesús,
por habernos llamado a ser tus discípulos!
¡Gracias porque nos has permitido acortar distancias y encontrarnos con tantos hermanos!
Gracias por haber podido compartir la alegría
de lo mejor que nos pasó en la vida: ¡Haberte
encontrado!
¿Cuál es mi único Bien?
Rubén Parada
¡Increíblemente ya son casi dos años que estoy trabajando en nuestro querido Seminario Mayor de Córdoba Nuestra Señora de Loreto!
Para mí ha sido una bendición y una gran alegría
haber sido llamado a prestar este servicio a la Iglesia,
pudiendo así volcar algo de la experiencia que Dios
me ha regalado en estos años en la profesión de la
Administración.
Entré casi simultáneamente con la publicación del
Proyecto Formativo. En éste encontré también hacia
mí un llamado, en lo referente a lo administrativo
como parte de la formación humana, a impregnar
toda tarea del Seminario del “cultivo atento en la libertad responsable”1; y del “aprender a interesarse
por aquéllos con quienes se convive y a ser sensibles
ante las necesidades de los demás”2.
Leí sobre la relación con los bienes, que el Carisma
franciscano, ante las situaciones históricas en las que
surgió, aportó una relativización de la valoración de
los bienes materiales con la pobreza, indicando un
“más allá” trascendente. Aún ahora permanece la
idea de que no sea justo aspirar a los bienes terrenales
por esa razón, y entonces, ¿con qué medios responderemos que cada uno de nosotros “haga suya la opción de Jesús por los pobres, débiles y sufrientes”3?
El Carisma de la unidad, en el cual Dios me ha llamado a seguirlo, subraya la comunión de los bienes
indicando un “más allá” que está también en medio
de la comunidad, que hace bella a la Iglesia con la
comunión, con el dar, la gratuidad que caracteriza el
Ágape de nuestras relaciones, que integra esa “sal”,
esa “levadura” de la que habla el Evangelio y que incrementa esa belleza revelada que tenemos para
aportar a la humanidad. Ese bien mayor de la comunión, en el caso hipotético de un mundo sin pobres,
seguiría siendo válido, ya que, el que no comparte se
empobrece y el donar siempre será enriquecimiento
hasta la plena reciprocidad.
Así, desde mi tarea administrativa, aceptando el
desafío de acompañar, en lo relativo a la relación con
los bienes, trato de que sea siempre más bello este
Seminario: semillero de un nuevo florecer de Vida, con
el “desarrollo de personalidades armónicas”, “que
estén verdaderamente a la altura de estos tiempos, capaces de evangelizar al mundo de hoy” (PDV 10a)
1
1
Apa. 549.
Boletín Lauretano
14
SEMINARIO MAYOR “NUESTRA SEÑORA DE LORETO”,
Discípulos de Jesús, servidores del Reino. Formar pastores
para Córdoba en nuestro tiempo. Proyecto Formativo.
UCC. 2007, p. 11.
2
Ibíd., p. 34.
3
Ibíd., p. 28.
Boletín Lauretano
15
LA ALEGRÍA EN EL CAMINO...
“Nuestras Miradas”
Testimonios de seminaristas sobre la experiencia vivida
del Proyecto Formativo
En la edición pasada, contábamos algunos testimonios de cómo “ardía nuestro corazón” en
cada una de las etapas formativas, ya que con gran alegría celebrábamos la presentación del Proyecto
Formativo a la comunidad arquidiocesana.
Este año, nos parece importarte seguir festejando aquel acontecimiento tan significativo para nosotros.
Por tanto, queremos compartir los ecos de aquella alegría que se trasluce en lo cotidiano de nuestro andar.
Así podremos decir juntos: “Tú nos alegras, Señor con tus acciones, cantaremos jubilosos por la obra
de tus manos. ¡Qué grandes son tus obras, Señor, qué profundos tus designios! (cfr. Salmo 92, 5-6)
Mi primer año
“…los llamó para que estuvieran con él
y para enviarlos a predicar” (Mc 3,13)
Fernando Lazarte
Etapa del comienzo del seguimiento en una comunidad discipular
Jesús llamó a los apóstoles para que estuvieran con él y para enviarlos a predicar.
En este tiempo, también me sentí incluido a responde el llamado, aunque la respuesta implicare, renuncia y la decisión de partir hacia otros
rumbos.
Hoy, ya arraigado a estas tierras, quiero compartir sobre mi familia, mis raíces y la experiencia
en este primer año del Seminario.
Creo que hablar de ello, es hablar de mi Tucumán querida, es hablar de la tierra de los cañaverales, que con su matices verdes, dan vida y
trabajo a los habitantes de los diversos pue-
blos… es hablar también de sol radiante que a
diario nos hace buscar la sombra de una morera
para poder respirar un poco de aire fresco. Es recordar la piedad que por allí se vive de modo
profundo, como es típico en los pueblos del
norte; los rezos y bailes en torno a una novena,
esperada con ansias. En el marco de la religiosidad popular el documento de Aparecida lo menciona bellísimamente: “El Santo Padre destacó
la ‘rica y profunda religiosidad popular, en la cual
aparece el alma de los pueblos latinoamericano’,
y la presentó como ‘el precioso tesoro de la Iglesia católica en América Latina’. Invitó a promo-
Boletín Lauretano
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verla y a protegerla… porque su piedad ‘refleja
una sed de Dios que solamente los pobres y sencillos pueden conocer’” (258).
Hablo con alegría de estos lugares donde
crecí y aprendí a amar la vida junto a mi familia;
quizás pobre en lo material, pero luchadora, cariñosa y hospitalaria, nostálgica y dispuesta a dejarme partir, a pesar de algún “dolorcito” de
mamá, cuando a los 19 años decidí venirme a
Córdoba en búsqueda de sueños y promesas
que Dios tenía y tiene para mí.
Hoy a mis 27 años, veo que Dios me empieza
a llevar por otro lado: es que Jesús, el Maestro,
me invita a caminar por estas tierras. Donde me
conquistaron el corazón, las promesas de Dios
se hicieron, providencia, caricia y cariño en esta
Iglesia que me abre sus puertas generosas y hospitalarias, en la que me siento invitado a vivir
una experiencia profunda de encuentro con
Jesús, en una comunidad en la que encuentro, a
diario, “mojones de reino”.
La experiencia que he vivido en el Seminario,
con toda la comunidad y especialmente con los
chicos del primer año de la Etapa de la verificación y decisión por la propia vocación, me permitió saborear de otro modo mi rol de bautizado, como discípulo misionero.
Me doy cuenta que todo es muy reciente y
que llevo poco tiempo aquí, pero durante el
transcurso del año he podido sentirme involucrado vital y personalmente en la Etapa del comienzo del seguimiento en una comunidad
discipular: vitalmente, porque siento que tiene
que ver con sueños y expectativas que traigo en
el corazón aún desde antes de entrar al Seminario; personalmente, porque me parece que en
este tiempo he podido poner en juego diferentes aspectos de mi personalidad en cuanto a lo
formativo, espiritual, pastoral y comunitario. Me
parece, además, que la experiencia me conecta
con lo que, humildemente, voy discerniendo,
con ayuda principalmente de mi formador, el
P. Marcos Bustos, como un “llamado personal”.
Me encomiendo a mi madre, la Santísima Virgen María, madre de la Iglesia, y pongo en ella
mi vida, mi camino y mi ser.
Fernando Lazarte
y P. Marco Bustos
LA ALEGRÍA EN EL CAMINO
Rodrigo Longo, P. Martín Bastos,
Leandro Arias, Maximiliano Arévalo
y Ruben Carrizo.
La alegría de un triple encuentro.
Pablo Márquez
Etapa de la verificación y la decisión por la propia vocación.
En esta oportunidad, tengo el “regalo” de
poder compartir mi experiencia en la etapa formativa de la verificación y decisión por la propia
vocación, y representar a mis compañeros de camino. Hermoso desafío que me invita a involucrarme e involucrarlos en el relato.
¿Qué podría decir de estos 3 años de formación en la Etapa? Digo, han sido y son un tiempo
“privilegiado” de un triple encuentro: con uno
mismo, con los otros y con Dios.
Desde el proceso formativo, cada uno de nosotros va reconciliándose con la propia historia,
sanando heridas, purificando motivaciones del
seguimiento y ganando libertad para poder responder fielmente al llamado de Jesús.
Según mi experiencia -y en consonancia con
la de los que nos estamos formando en esta
etapa-, confirmo el anhelo de vivir lo que, admirablemente, nos propone el documento de Aparecida, en lo referente al proceso formativo en
los Seminarios: el cuidado por un clima de sana
libertad y de responsabilidad personal, para que
la opción por la vida y ministerio sacerdotal madure y se apoye en motivaciones verdaderas y
auténticas, libres y personales (cfr. Apa. 322).
Pero como dije, existe otro encuentro: con los
demás. En la vida comunitaria, con sus riquezas y
exigencias, desde el diálogo, el servicio y la valoración de los dones de cada hermano, dejándonos
interpelar por ellos, vamos tomando conciencia de
que no estamos solos en este camino.
Pablo Marquez, José María Molina,
Nicolás Pedernera y P. Daniel Ferreira.
Marcos Nicolodi,P. Martín Carranza,Federico Ridissi,
Hernan Ceballos y Diego Lopez.
Al mismo tiempo, se da un tercer encuentro,
que constituye la razón de nuestra permanencia
en el Seminario. En la medida en que nos encontramos verdaderamente con Jesús, desde la
Palabra, la oración y en cada Eucaristía, crecemos en la amistad con él. Y es a partir de esta
amistad, que nos sentimos confortados y confirmados en la misión a la que él nos invita.
Me vuelven a pasar por el corazón aquellas palabras que un día me dijo al oído y por la que
decidí dejar todo: «No temas, de ahora en adelante serás pescador de hombres» (Lc. 5,10).
Por tanto, es la experiencia de este triple encuentro causa de alegría. Es entusiasmo que nos
Boletín Lauretano
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lleva a querer compartir con los demás porque
«no podemos callar lo que hemos visto y oído»
(Hech. 4,20). Y son aquella alegría y este entusiasmo los que se expresan en lo pequeño de
cada día, entre nosotros: en el compartir gratuito, las celebraciones litúrgicas, los encuentros
con la Palabra comunitarios, las entrevistas formativas, los servicios en la “casa grande del cen-
tro”, el deporte de cada semana; en las parroquias donde realizamos nuestra pastoral cada
sábado, y en el encuentro con nuestras familias
y amigos.
Sabiéndome “alcanzado por Cristo Jesús” y
discerniendo la invitación a ser su discípulo junto
a otros, sólo me queda por decir: ¡Gracias,
Señor, por tanto amor!
Boletín Lauretano
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LA ALEGRÍA EN EL CAMINO...
Diego Bastos, Pablo ardiles, Javier
Verdenelli, Pablo viola, Emanuel Zambrano
y P. Daniel Ferreira.
La experiencia de compartir
el llamado en comunidad.
Javier Verdenelli
Etapa de la identificación con la vocación apostólica
Mi experiencia en la etapa de la progresiva
identificación con la vocación apostólica tiene
como característica distintiva –entre otras– la
convivencia en la Casa San Pablo en el ámbito
de la parroquia Nuestra Señora de los Dolores.
Durante estos dos años, buscando seguir a
Jesús, me he sentido llamado a vivir esta experiencia con algunas notas que me gustaría compartir:
1) ser una comunidad apostólica es una opción:
no sólo por vivir juntos en una misma casa llegamos a ser comunidad. Esto es sobre todo una
opción por la cual cada uno, en el seguimiento
cotidiano de Jesús, se va encontrando con los
otros a quienes el Señor también ha llamado.
Encontrarse, que muchas veces es “desencontrase” pero muchas más es compartir las experiencias y acortar las distancias entre nosotros,
queriendo proyectar lo que vivimos hacia la comunidad parroquial. Durante estos dos años, he
ido descubriendo las riquezas y los dones que
Dios pone en cada uno para ser compartidos
con los demás, desde quien sabe hacer de cocinar hasta la preparación de las misas, la paciencia cuando a alguien no le salían las cosas del
todo bien y la compañía en los momentos difíciles que podíamos estar viviendo. Cada uno
aporta lo suyo para ganancia de todos, y cada
uno se queda con lo que mejor que tenemos
para dar, buscando y haciendo que Jesús sea el
centro de nuestra vida en comunidad.
2) la necesidad de compartir un camino pastoral
juntos: estar en el ámbito de una parroquia también nos ayuda a ir conociendo a los agentes
pastorales y poder compartir con ellos las tareas
de los diferentes grupos y a su vez poder ir entablando un camino pastoral común. Así es
como los sábados por la mañana, bien temprano, nos tomábamos el tiempo para compartir
el caminar personal en las tareas pastorales,
nuestras experiencias y cómo resonaban en cada
uno. Yo estuve participando en catequesis de
comunión y en los grupos de jóvenes. De lo primero me queda la posibilidad de compartir con
los papás de los niños un camino de crecimiento
en la fe en el cual se entremezclan las dificultades y contrariedades de la vida y las de nuestro
mundo contemporáneo, con las alegrías sencillas en las que manifiesta Dios todos los días en
cada casa, en cada lucha. Con ellos y desde sus
cuestionamientos hemos ido reconociendo las
huellas de Jesús en este caminar de a poco pero
sin detenernos. Con ellos también pude valorar
aún más la vocación al matrimonio y la necesidad de familias en las cuales Jesús se haga pre-
Boletín Lauretano
20
sente para poder caminar en valores y profundizar los vínculos haciendo más real el mandamiento del amor. Con los jóvenes el camino fue
entre marchas y contramarchas trabajando en la
dirección que nos invita el camino pastoral arquidiocesano de ir hacia donde ellos están. Esto
significó para mí acercarme lentamente y armarme de paciencia para poder conocerlos,
comprenderlos y hacerme amigo.
3) llamados para la misión: una nota que tiene
para mí un valor muy singular porque sin dudas
el hacer opciones desde lo que uno quiere hacia
lo que Jesús nos llama, nos invita a salir de nosotros mismos y a caminar poniéndonos al servicio del Reino. Así es como la imagen de Jesús
Buen Pastor se me fue haciendo cada vez más
cercana: en los curas con los cuales hemos podido compartir; desde el acompañamiento de
procesos grupales e individuales; y desde una
confrontación y búsqueda en su Palabra de los
caminos y respuestas que las tareas pastorales
requerían. Es, sin duda, una realidad de discernimiento que me descubro llamado a practicar
constantemente y que, a la vez, me identifica
más con Aquél que se hace samaritano y busca
a la oveja perdida porque quiere que nadie se
pierda, nadie quede sin anuncio.
Podemos ver el proceso en los
pasos concretos –admisión, lectorado– que muestran un mayor
compromiso en mi proceso vocacional y que me van direccionando hacia un camino que se
proyecta desde el seminario pero
que lo incluye y al que nada lo
puede suplir. Estos dos años en la Casa San
Pablo he podido crecer en la capacidad para
poder hacerme cargo de responsabilidades de
diferentes características que incluyen a otros, a
llevar mis tiempos, a actuar con autonomía y a
crecer en disponibilidad, pero sobre todo darme
cuenta que en este camino Jesús se hace el Otro
para confrontarnos y poner nuestra confianza.
Para sintetizar mi experiencia en la etapa y a la
vez unirlo con la vida de nuestros pueblos les
propongo esta frase de Aparecida:
“Cuando crece la conciencia de pertenencia a
Cristo, en razón de la gratitud y alegría que produce, crece también el ímpetu de comunicar a
todos el don de ese encuentro. La misión no se
limita a un programa o proyecto, sino que es
compartir la experiencia del acontecimiento del
encuentro con Cristo, testimoniarlo y anunciarlo
de persona a persona, de comunidad a comunidad, y de la Iglesia a todos los confines del
mundo (cf. Hch 1, 8).”(AP 145)
Mí deseo es que en lo de todos los días, me
recuerde siempre Jesús, decir Padre nuestro encontrándome entre mis hermanos.
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LA ALEGRÍA EN EL CAMINO...
“…el mismo Jesús se acercó
y siguió caminando con ellos”
(Lc 24,15).
Sergio Colmenares
Etapa de la definitiva y total consagración a Dios en el ministerio apostólico
Me han pedido que cuente la experiencia de
estar en la “etapa de la definitiva y total consagración a Dios en el ministerio apostólico (primer
momento)”. Etapa que junto a Claudio estamos
transitando. Tratar de encerrar en pocas palabras
tan maravillosa experiencia es un gran desafío,
pero lo intentaré.
Esta etapa es una prolongación de lo que
hemos ido descubriendo y trabajando en nuestro camino formativo de las etapas anteriores.
Es un tiempo para seguir caminando hacia la
consagración, libre y gozosa, de nuestras vidas al
Señor. Es un camino marcado por el discernimiento de la voluntad de Dios sobre nuestra
vida, de la respuesta amorosa que le queremos
dar y de la entrega cotidiana y fiel del anuncio
del Reino. Es seguir formando el corazón de pastor que el Señor nos quiere regalar.
Me atrevo a imaginar esta etapa como el camino que hicieron los discípulos de Emaús con
Jesús: es Él quien se pone a nuestro lado y va de
camino, abriendo su corazón para que arda el
nuestro. Este ardor lo sentimos junto a una comunidad parroquial (San José y San Juan Bautista), viviendo sus alegrías y tristezas, sus éxitos
y fracasos; compartiendo la fraternidad en la
convivencia de todos los días con el sacerdote
con el que vivimos (P. Eduardo, P. Juan Carlos),
integrando nuestras riquezas y limitaciones; palpitando con la parroquia, con la realidad que
nuestro país y el mundo viven, con la Iglesia;
compartiendo la alegría de seguir a Jesús.
Este caminar junto a Él es dejarnos sorprender
por aquellas situaciones de la vida que nos
toman de improvisto, es disfrutar de los encuentros de oración con la Palabra, de los retiros
mensuales, de los días de convivencias, de los
distintos espacios en donde como comunidad
del Seminario nos reunimos, del acompañamiento formativo por parte del P. Daniel Blanco,
de los ejercicios espirituales de septiembre, de
las clases, de los momentos de encuentro con
los distintos agentes pastorales, de las reuniones, de las fiestas patronales, de las visitas a los
hogares, del acompañamiento espiritual, de encuentros gratuitos, y tantos otros lugares y momentos donde Jesús amorosamente se empecina en caminar a nuestro lado. Continuar la formación inicial insertos en una comunidad parroquial nos ayuda a crecer mucho en “norma-
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Sergio Colmenares, Marcelo Renardi, Claudio Molina, Pablo Pires, Rubén Campos y P. Daniel Blanco
lidad” y realismo y a descubrir aquellos desafíos
y dificultades que en el camino se nos presentan
para el anuncio del Reino.
Como dije al principio encerrar en pocas palabras esta experiencia es un gran desafío, soy
consiente de que quedan muchos momentos y
experiencias muy enriquecedoras por contar.
Sólo he mostrado algunas pinceladas de nuestro
camino formativo.
Para ir concluyendo, quisiera compartir con
ustedes una Alegría: estoy convencido de que
este camino que como comunidad del Seminario, y de toda la Iglesia en Córdoba, estamos
transitando es un nuevo soplo del Espíritu Santo,
un soplo que trae vientos nuevos a nuestra historia. Un soplo que nos hace ser participes activos de nuestro tiempo y testigos comprometidos
con la sociedad. Un soplo que nos hace tener
una mirada respetuosa del ayer, una mirada
comprometida del hoy y una mirada esperanzadora del mañana.
Le doy gracias a Dios por esta experiencia de
amor y por la gente que pone a nuestro lado
para que sean instrumentos de su gracia, por la
simpleza con que nos muestran la vida y nos
ayudan a crecer. Gente que, como el Señor, camina con nosotros.
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LA ALEGRÍA EN EL CAMINO...
“Señor, ¿a quién iré?
Tú me has mostrado la vida
verdadera”
Daniel Juncos
y Jóvenes de la
“Facenda
de la Esperanza”
Jorge Daniel Juncos
Experiencia Formativa Particular
A lo largo de mi camino como discípulo de
Jesús, importantes experiencias he vivido.
Y agradeciendo al Señor por todas ellas, este
año 2008 ha sido en mi vida una gran experiencia, muy significativa, sobre todo para la vocación que Jesús me regala.
Durante los primeros meses del año, Jesús
me dio la oportunidad de compartir mi vida en
la Fazenda de la Esperanza (Las Canteras).
Al lado de jóvenes que sufren el flagelo de la
adicción a la droga y al alcohol, aprendí, antes
que nada, que soy un humilde discípulo de Jesús
que, me ama y me abraza aún conociendo mis
debilidades.
En ese tiempo, fueron intensos los momentos
en los que experimenté el dolor por las historias
de vida que Jesús colocaba en mi corazón. Estas
historias tenían rostros y nombres que se concretaban en los chicos de la fazenda, hermanos
“muy heridos” en su vida pero con un entusiasmo firme en cambiar y poner todo en manos
de Jesús. Con estos sentimientos, el Señor me
dio la gracia de poder compartir mi vida con
estos hermanos simplemente estando al lado de
ellos, acompañándolos, orando con ellos, escu-
chándolos sin muchas palabras de mi parte,
pero cercano a ellos. Esto me tocó profundamente ya que iba enriqueciendo y ampliando los
horizontes de mi vocación.
En esta clave, me sentí muy necesitado de
Jesús: ¿qué podría decir yo frente a las historias
de vida de los chicos? ¿… y cómo podría encarar
mi vida con otras vivencias que se me presentaban día a día? La respuesta a estos interrogantes
y a otros más la encontré en mi oración. Sólo con
la ayuda de Jesús podía vivir fielmente a su voz.
En este ámbito, otra riqueza muy grande fue
también el espíritu de servicio que Jesús fue colocando fielmente en mí. Sentía una alegría profunda sirviendo a estos jóvenes, trabajando junto a ellos. Y en estos momentos, precisamente,
se actualizaba en mi vida ese lavado de pies que
Jesús realizó a sus apóstoles. (Cf. Jn. 13, 1-15).
Luego de tres meses profundos en la fazenda,
Jesús me invitó a continuar mi experiencia en la
parroquia Nuestra Señora de la Merced de Sebastián Elcano. A 180 Km. al noreste de la ciudad de Córdoba continué aprendiendo de la
sencillez de mis hermanos del norte.
Boletín Lauretano
24
En una tierra calurosa, de malos caminos y de escaso transporte, la riqueza de compartir
la Eucaristía, la vida y nuestro
camino cristiano con hermanos cercanos, cordiales, me
continuaba fortaleciendo como discípulo de Jesús.
De esta manera, todo este
tiempo continúa siendo muy
valioso para mí porque Jesús
me permite descubrir cotidianamente las dificultades y también las riquezas propias de alguien
que busca entregar toda su vida por Jesús y para
otros hermanos. Aquí he descubierto el eje de
mi vida (que Jesús me lo mostró en la fazenda y
en la parroquia): “Quiero, Señor, vivir para vos y
ser de los demás” como lo expresa una canción.
Sabiendo que el Señor me mostrará otras vivencias valiosas en mi camino, le digo como
Pedro: “Señor, ¿a quién iré?”.
Él me ha mostrado, a lo largo de estos años, que
entregando mi vida día a día y hasta en las pequeñas cosas soy discípulo, soy hermano y descubro además que en este Espíritu está el alimento para mi vida.
Con la ayuda de Jesús continúo este camino
para que él me vaya moldeando siempre más
con sus sentimientos, sus actitudes, en fin con
toda su vida.
Boletín Lauretano
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LA ALEGRÍA EN EL CAMINO...
Proyecto Formativo,
Proceso de adecuación
“La realidad actual nos exige mayor atención a los proyectos
Aparecida 318
formativos de los Seminarios…”
P. Marco Bustos
A comienzo del año pasado, nuestro Arzobispo Mons. Carlos Ñáñez, presentaba el Proyecto Formativo del Seminario: «Discípulos de
Jesús, Servidores del Reino»1. En aquella ocasión
dábamos gracias a Dios por la concreción de la
elaboración de nuestro proyecto, fruto del trabajo de muchos, que intentando escuchar su
voz deseamos responder a la invitación de formar pastores para Córdoba en nuestro tiempo.
Si bien el PF fue “delineado teóricamente al
tiempo de su implementación práctica”2, el
texto presentado nos permite contar con un
marco referencial importante para la tarea formativa. Nos ayuda a precisar (a formadores y seminaristas) las adecuadas intervenciones en los
procesos formativos. También reconocíamos, al
momento de redactarlo, que este instrumento
pedagógico se proponía “abierto a ulteriores
adecuaciones y nuevas formulaciones”3.
Así continuamos el trabajo de reflexión. Precisamente podemos reconocer este mismo ejercicio como parte del proyecto y como una de las
principales riquezas que aporta. Reflexión que
quiere ser discernimiento, es decir, escucha
atenta de los caminos del Espíritu para responder a la realidad desde el corazón de Dios.
Nos pareció bueno repasar los distintos ámbitos o dimensiones de la formación para preguntarnos por su adecuación con el PF.
Hablamos aquí de una adecuación práctica, es
decir del repaso de la vida del Seminario, para
confrontarla con las orientaciones fundamentales del PF. Es así que este año, comenzamos a
conversar sobre el Itinerario de la Formación Espiritual en las distintas etapas de la formación
inicial del Seminario. Lo primero fue repasar el
“catálogo” de las intervenciones formativas actuales en esta dimensión, reconociendo las valiosas mediaciones existentes y animándonos a
expresar desafíos, aspectos por trabajar.
El paso siguiente fue mirar nuevamente las
distintas etapas formativas tal como nos la presenta el proyecto, tratando de extraer las principales notas o núcleos de cada una en lo referido
a la formación de la dimensión espiritual. Este
repaso nos ayudó a redescubrir una vez más la
pedagogía de Jesús que conduce, con paciencia
y constancia, a aquéllos a quienes llama a ser
Boletín Lauretano
26
pastores, para formar sus corazones de modo
que, reproduciendo sus sentimientos, sean también apóstoles de la Buena Noticia para los hombres y mujeres de nuestro tiempo. Nos hemos
preguntado, por ejemplo, qué íconos o referencias bíblicas serían más apropiadas o significativas para cada etapa; qué modalidades y temáticas convendría mejor para trabajar en los distintos retiros que tenemos durante el año; los
distintos textos de lectura espiritual oportunos
para cada tramo del camino formativo; cómo
debe ser la oración, y qué formas deben caracterizar cada etapa; si se pueden acentuar distintos aspectos de la vida eucarística según cada
tramo de la formación; las notas de la formación
para la vida litúrgica en cada fase formativa; si es
posible realizar una recuperación de la conciencia
sacramental más propia para cada etapa.
También otros temas: La religiosidad popular, en
cada etapa; la presencia de la Virgen y los
santos; la imagen de Dios; el discernimiento
espiritual, etc.
Compartiendo estas inquietudes con
el Obispo y su consejo espiscopal, surge
nuevamente la conciencia de que este
camino de discernimiento/adecuación se
vería enriquecido con los aportes de hermanos capacitados en algunas áreas, por caso
Biblia, Liturgia, Espiritualidad, etc. La experiencia
nos ha enseñado que compartiendo los caminos
y las búsquedas, el Señor nos regala la posibilidad de comunicar los dones como miembros del
cuerpo, de la Iglesia.
De hecho, La formulación del PF fue posible gracias a un camino de amplia consulta y recepción
de los aportes de muchos, que se fueron plasmando en la redacción que hoy apreciamos.
Nos alienta en este camino el reconocimiento de
que la formación de los futuros pastores del
pueblo de Dios es responsabilidad y tarea de
toda la Iglesia.
Es por eso que nos encontramos en la etapa
de una nueva ronda de consultas para adecuar
y enriquecer el itinerario de la formación en la
dimensión espiritual.
Pedimos a María, Nuestra Madre de Loreto,
nos acompañe en el camino de escuchar con
claridad la voz de Dios, por su intercesión nos
conceda guardarla en el corazón como ella
hacía, y nos ponga en marcha cada día para
compartir la alegría de seguir a
Jesús.
1
En adelante lo llamaré PF
2
PF, pág. 21
3
Ibídem
Boletín Lauretano
27
LA ALEGRÍA EN EL CAMINO...
“… para que estuvieran con él,
y para enviarlos a predicar…”
(Mc. 3, 14)
P. Daniel Ferreira
Al comenzar, hace ya algunos años, la
tarea de formular el Proyecto Formativo del
Seminario de Córdoba, la Exhortación Apostólica “Pastores Dabo Vobis” nos daba, en
esta frase evangélica, una orientación importante: nuestra comunidad formativa sería más
fecunda, en la medida que tomara como modelo la experiencia de Jesús con sus apóstoles1. La Asamblea General del Episcopado
Latinoamericano en Aparecida nos lo reafirmó
poco después2.
Guiados por este icono evangélico, elaboramos los objetivos y los medios de cada
etapa, con el deseo de ser fieles a Jesús y a su
Iglesia, que nos confiaban esta misión. Fue
nuestro propósito procurar que el plan, en
todas las etapas, hiciera posible esta experiencia, para quienes se formaran en nuestra casa.
Simultáneamente, cada
etapa busca cumplir con
este propósito de una manera diversa, de acuerdo a
los pasos planteados en el
proceso de formación.
Atentos a esto, discernimos
que era conveniente distin-
guir, de manera clara, las particularidades de
cada fase del itinerario.
La casa San Pablo, de Bº Marqués de Sobremonte, tiene también este objetivo. Allí se
forman quienes han decidido seguir a Jesús
en el ministerio presbiteral, porque han discernido que el Señor los llama, han recibido
de la Iglesia la confirmación de esta decisión,
y se preparan a recibir la admisión.
Configurada así, la experiencia que vivimos
en la comunidad es intensa y profunda.
Los vínculos que establecemos, tanto a nivel
formativo, como a nivel humano, nos comprometen más hondamente. Las relaciones
entre quienes vivimos allí, son más cercanas,
las mutuas referencias nos piden constante
apertura del corazón. Compartimos el es-
fuerzo y la alegría de formar una comunidad
en torno a Jesús; discernimos juntos los valores y las actitudes que expresan nuestra decisión de seguirlo; profundizamos nuestra disposición al servicio cotidiano y discreto; aprendemos a responder al Señor, de manera más
libre y responsable; buscamos una vida de
oración comunitaria y personal que sepa dar
espacio a la vida y sus exigencias; y otros modos de formarnos para la vida ministerial.
También en esto, el documento de Aparecida
nos dio una luz3. Vivimos así algunos aspectos
de la experiencia de estar con el Maestro, reunidos en torno a él. Y al mismo tiempo, nos sentimos testigos del Señor, anunciándonos cada
día entre nosotros, que él nos ama y nos llama.
Por otra parte, la casa está ubicada en un
barrio, cerca de la parroquia, a la cual los
miembros de la comunidad San Pablo, especialmente los seminaristas, se suman.
Ellos asumen diversas actividades apostólicas,
acompañan grupos y actividades parroquiales,
en diálogo cercano con el párroco; desde la
participación en esa comunidad, se involucran
más directamente en el proceso diocesano:
toman parte en el consejo pastoral zonal y colaboran en la implementación del plan en la
parroquia; comparten la Eucaristía, la adoración eucarística y las vísperas, algunos días de
la semana. Viven la experiencia de ser enviados a evangelizar, a anunciar la Buena Noticia,
a hacer presente el Reino con sus gestos y actitudes. Pero no sólo van como servidores;
Jesús les muestra Su Rostro, se encuentra con
ellos en los rostros y las vidas de cada persona
de la comunidad, los enriquece, les anuncia,
también a ellos, la misma Buena Noticia que
fueron a comunicar, encuentran el Reino viviendo en gestos y actitudes de hombres, mujeres, jóvenes, niños, ancianos, creyentes todos en el mismo Señor.
Demos gracias al Señor, porque su providencia nos ha permitido contar con la ayuda
de hermanos distantes y cercanos a la vez,
para completar las obras de ampliación de la
casa. Eran obras necesarias para que la experiencia se diera en mejores condiciones. Y,
sobre todo, demos gracias al Señor, que constantemente nos anima a navegar mar adentro, afrontando el riesgo, pero confiados en
que él hará fecundos nuestros esfuerzos; porque lo hacemos en su nombre, con el corazón
atento a su Palabra, dispuestos a seguir en camino, con la certeza de que la vida no está en
la seguridad quieta de la costa, sino en la salida constante hacia nuevas orillas a las que él
mismo nos envíe.
1
Cf. PDV 2d.
2
Cf. Ap. 316.
3
Cf. Ap. 324.
Boletín Lauretano
29
LA ALEGRÍA EN EL ENCUENTRO...
Memoria de
un Encuentro compartido
Darío L. M. Manero
Seminarista del tercer año de teología - Diócesis de Villa María
El lunes 25 de agosto nos reunimos todos los
seminaristas teólogos (de 4to a 7mo año) de la
provincia de Córdoba en la casa de verano que
el Seminario de Córdoba tiene en Los Molinos.
En el encuentro participamos los seminaristas
de la Arquidiócesis de Córdoba, de la Prelatura de
Deán Funes, y las Diócesis de San Francisco, Villa
María y Río Cuarto.
Y también lo hicieron los formadores de los Seminarios Mayores Nuestra Señora de Loreto (Córdoba) y Jesús Buen Pastor (Río Cuarto), y el Rector
del Seminario Menor Nuestra Señora del Rosario
del Milagro (Córdoba).
Durante la mañana, reflexionamos sobre el
tema “La Palabra de Dios y la formación pastoral
para el compromiso de los cristianos en la vida
pública”, compartimos la Celebración de la Eucaristía, el almuerzo, caminatas, recreación, y terminamos la jornada con la oración de Vísperas.
Es un gran regalo de Dios y una hermosa iniciativa de los Obispos de la Región Centro, con la colaboración de nuestros formadores, tener la oportunidad de compartir este tipo de encuentros.
La experiencia vivida que permanece es la de
una vivencia real y encarnada de la comunión.
Tengo recuerdos de sentir, años atrás, cómo ha-
Boletín Lauretano
30
blábamos de la comunión casi en forma de un
sueño. La diversidad de criterios, de realidades
eclesiales y de “etapas pastorales” se me aparecían como amenazantes en los primeros años de
formación. Sin embargo, todos descubrimos que
la Comunión entre nosotros es un verdadero
don de Dios Comunidad, que no anula nuestras
diferencias, sino que las aúna, e incluso Él mismo
las origina. San Pablo enseñaba esto mismo
cuando decía que los dones que recibimos son
diversos, pero el que los concede es un mismo
Espíritu (1Cor. 12,4)
En este mismo sentido me parece que la vivencia de la fraternidad no sólo la proyectamos
como futuros sacerdotes, sino que la comenzamos a vivir desde ahora, con estas iniciativas
concretas de comunión, de las cuales esperamos
sean una oportunidad para responder a las necesidades de nuestra Iglesia peregrina en la provincia de Córdoba. De hecho, nos enseñan los
Obispos argentinos que los cristianos aceptamos
vivir en fraternidad cuando oramos juntos, dialogamos, trabajamos, compartimos fraternalmente y planificamos. Esta espiritualidad de
comunión nos permite valorarnos unos a otros
de corazón y apreciar la riqueza de la unidad en
la diversidad de vocaciones, carismas y ministerios (NMA 13).
Por eso, para concluir, creo necesario que
demos gracias a Dios por permitirnos escuchar
su invitación a vivir y a trabajar unidos, cantando
con el mismo espíritu de María ¡El Señor ha
hecho grandes cosas por nosotros y estamos
alegres! (Sal. 126,3) Y como discípulos misioneros decimos que encontrarlo a Jesús en los hermanos y darlo a conocer con nuestras palabras
y con nuestras obras es lo mejor que nos puede
pasar en la vida!
Boletín Lauretano
31
LA ALEGRÍA EN EL ENCUENTRO
«Pedro le dijo: “Tú sabes que nosotros lo
hemos dejado todo y te hemos seguido”
Jesús les dijo: “Les aseguro que el que haya dejado casa, mujer, hermanos, padres o hijos, por
el Reino de Dios, recibirá mucho más en este
mundo; y recibirá la Vida Eterna”» (Lc.18, 28-30)
Con alegría, me animo a decir que vale la
pena dejarlo todo y seguirlo.
Son verdaderas las palabras
del Maestro, cuando nos
promete el ciento por uno.
ANIMATE!!!
A lo largo de estos años he podido experimentar con mucha fuerza lo real de estas palabras de Jesús, me ha sorprendido, y me ha
hecho testigo de su presencia en la vida de muchos hermanos que me fue regalando a lo largo
de este camino de seguimiento.
En el corazón y en mi memoria trato de guardar rostros, historias, padres, madres, hermanos y
amigos que me ha ido regalando; acontecimientos de gracia, encuentros y momentos en los que
he podido experimentar su presencia real.
Hoy, quiero compartir con ustedes uno de
estos momentos que el Señor me permitió disfrutar: el Encuentro Regional de Seminaristas Filósofos, en Las Peñas.
Este año, el 28 de abril, nuestros hermanos
seminaristas del Seminario Mayor “Jesús Buen
Pastor”, de Río IV, nos recibieron en su casa con
los brazos y el corazón abiertos para compartir
un día en la presencia de Jesús. En ese día reflexionamos acerca de ‘La Formación Pastoral para
el compromiso de los cristianos en la Vida Pública’, a partir de la lectura de algunos puntos
del documento de Aparecida, para elaborar al-
Lo hemos dejado todo
y te hemos seguido.
gunas propuestas para la formación en nuestros
seminarios. Luego compartimos el almuerzo,
una tarde de juego y caminata, para concluir con
la Eucaristía.
Para nosotros, el encuentro entre hermanos
es necesario e importante en el camino del discipulado, ya que nos permite disfrutar de la presencia viva de Jesús, quien se hace presente
cuando dos o más se reúnen en su nombre. Esta
fue la experiencia vivida, mañana de trabajo, de
compartir fraterno, de encuentros, de mates y
juegos. Experiencia de Iglesia comunión.
Como futuros pastores debemos ir forjando
y cultivando la fraternidad presbiteral, acrecentar
vínculos que nos permitan tener un sólo corazón
en Cristo, Cabeza y Pastor, para fortalecernos y
apoyarnos en el exigente compromiso de ser discípulos en la sociedad de hoy. Es por ello que valoro mucho estos espacios que el Señor nos
regala, para crecer en fraternidad con aquellos
hermanos que se están formando para ser pastores de las Iglesias hermanas de la provincia de
Córdoba. Fraternidad que se vive y se siente en
el encuentro con el otro, compartiendo experiencias, la vida misma, un mate, una Palabra,
compartiendo la alegría del seguimiento.
Doy gracias a Dios porque nos permite acortar distancias, y proporciona los medios para el
encuentro; doy gracias a Dios por nuestros hermanos seminaristas de las otras diócesis que nos
recibieron cordialmente. Doy gracias al Señor
porque no me ha fallado, y me sigue regalando
hermanos, amigos, padres y madres; porque me
permite conocer rostros concretos de jóvenes de
otras diócesis que responden con generosidad y
alegría al llamado que Jesús les hace.
Hemos conocido su Nombre, hemos sido invitados a ser uno en el amor del Padre manifestado en Cristo, hemos sido constituidos hermanos, discípulos misioneros para que el mundo
crea. Ojalá podamos dejarlo todo y seguirlo,
para ganar la Vida que el Señor nos ofrece.
Sigamos rezando entonces por aquellos jóvenes
que todavía no se animan a entregarse, y también por los que intentamos responderle, para
que seamos testigos en nuestras Iglesias particulares, de lo mejor que nos pasó en la vida:
¡Jesucristo, el Señor!
Boletín Lauretano
Maximiliano Arévalo
33
LA ALEGRÍA COMPARTIDA...
“La Pastoral
vocacional
es fruto de una sólida pastoral
de conjunto…”
Aparecida 314
tes en la Iglesia local de Córdoba, para dar a conocer la riqueza de dones, carismas, vocaciones,
servicios y pastorales. Se vivió un clima de mucha
alegría, fraternidad, cooperación, disponibilidad,
servicio, oración, propio de quien vive la libertad
de los Hijos de Dios.
Nos queda sólo bendecir y dar gracias a Dios
que con su paso entre nosotros nos ha sorprendido
con la abundancia de su amor y nos encomendamos a nuestra Madre, Nuestra Señora del Rosario
del Milagro de Córdoba, para que nos continúe
acompañando en este caminar en comunión.
Hnas. Salesias
Los obispos en Aparecida nos invitan a promover y coordinar diversas iniciativas vocacionales
para crear una mejor sensibilidad y receptividad
ante el llamado del Señor (cfr. Apa. 314).
Al comenzar este año, algunos miembros de
la Iglesia que peregrina en Córdoba, con gran
entusiasmo y apertura atenta a la acción del Espíritu, convocaron a la Vida Consagrada para recorrer unidos la tarea de organizar y animar la
Jornada de Oración por las Vocaciones de especial consagración, junto a nuestro obispo Carlos
José Ñáñez. Esto implicó sumar iniciativas, fuerzas y, sobre todo, brindar el carisma que cada
uno ha recibido para el servicio de la Iglesia. Fue
una experiencia muy rica, donde reinó un espíritu fraterno y eclesial, en sintonía con el lema
pastoral: “Con Jesús salimos, acortamos distancias, nos encontramos”. Fuimos acortando distancias con los jóvenes y, junto a ellos, con otras
personas que encontramos al salir a los hospitales y terminal de ómnibus.
Con la presencia de Jesús “Buen Pastor”
entre nosotros se gestaba el deseo de continuar
caminando juntos, en esto de ser discípulos y
misioneros en comunión. Para ello se realizó el
encuentro de Oración para jóvenes; en esta
oportunidad el encuentro de la Samaritana con
Jesús fue quien nos iluminó y ayudó a entrar en
intimidad con él y a identificar las diferentes situaciones de hoy que gritan la sed de Dios. Nos
dejaron algunas resonancias como éstas: “muchas gracias por este espacio”; “que se sigan
haciendo encuentros de este tipo”; “me encantó el encuentro, el lugar, la buena onda y
gracias por todo”.
Nos embarcamos en un nuevo empeño: el
preparar la Expocarisma 2008 con el fin de vivir
y reflejar el lema “Diversidad de rostros en la
Iglesia Comunión”. Por eso se invitó a participar
a diversas congregaciones religiosas, institutos
seculares, movimientos, seminario diocesano, diversas pastorales, centros y asociaciones presen-
Boletín Lauretano
34
Boletín Lauretano
35
LA ALEGRÍA COMPARTIDA...
Expocarisma 2008:
“Diversidad de Rostros en
la Iglesia comunión”
Marcos Nicolodi
“Porque así como en un solo cuerpo tenemos muchos miembros con diversas funciones, también todos nosotros formamos un
solo cuerpo en Cristo, y en lo que respecta a
cada uno, somos miembros los unos de los
otros. Conforme a la gracia que Dios nos ha
dado, todos tenemos aptitudes diferentes.”
(Rom 12, 4-6)
Estas palabras del Apóstol San pablo dirigidas a los romanos, donde los exhorta a
poner los carismas al servicio de la comunidad
y utiliza la figura de un cuerpo para representar a la Iglesia de Cristo, expresan lo vivido en
estos días de la Expocarisma.
Ésta fue una expresión auténtica de la Iglesia comunión, en la cual pudimos disfrutar de
un clima de fraternidad, de comunión, de alegría, de unión y de cercanía, donde la presencia del Espíritu Santo se pudo sentir entre
todos los que, de una forma u otra, nos hicimos partícipes de esta fiesta.
Se superaron ampliamente las expectativas
en cuanto a concurrencia y participación de
las personas que visitaron los distintos stands,
donde los diferentes movimientos de laicos,
congregaciones religiosas, expresiones de vida
consagrada y comisiones pastorales, nos daban a conocer sus carismas y nos contaban en
qué consiste su servicio en la Iglesia.
Unas de las cosas más significativas fue la
presencia mayoritaria de jóvenes entre los visitantes.
En el marco del plan pastoral que se está
llevando a cabo en nuestra diócesis, la prioridad en este año es el acercamiento a los jóvenes, tratando de hacerlos participes de la
buena noticia del Evangelio. Esta experiencia
de encuentro con los diferentes dones y carismas de nuestra Iglesia, contribuyó a contagiarles la alegría de seguir a Jesús vivo y
presente en medio nuestro.
Así también la presencia de nuestro obispo
Carlos José Náñez, en el cierre del evento, nos
confirmó que ésta fue una verdadera manifestación del pueblo de Dios reunido en torno
a Cristo, único pastor y guía del rebaño.
Para nuestra comunidad del Seminario
también fue muy significativo todo lo vivido
en esta Expocarisma ya que nos vimos gratamente invadidos por diferentes hermanos que
Boletín Lauretano
36
forman parte de este pueblo de Dios, para el
cual nos estamos formando y al cual queremos servir desde nuestro carisma. Una de las
cosas que nos proponíamos en este año como
Seminario era abrir las puertas de nuestra casa
para poder compartir, desde nuestra experiencia y sobre todo a los jóvenes, que “conocer
a Jesús es lo mejor que nos pasó en la vida”.
Que el Dios de la misericordia, Nuestro Padre
del cielo, mantenga viva en nuestros corazones
la llama de su Espíritu que ha encendido en
estos días y nos dé la gracia de sentirnos parte
de este cuerpo que es la Iglesia.
Boletín Lauretano
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LA ALEGRÍA COMPARTIDA...
“Vengan y lo verán”
Campamento Vocacional 2008
Sergio Colmenares
“Maestro, ¿donde vives?... Vengan y lo verán”
(Jn 1,38-39). Esta invitación del Maestro fue la
compañía durante el campamento vocacional de
enero. Compartir la alegría de seguir a Jesús en la
vocación sacerdotal fue el espíritu que nos animó
a realizar esos días de convivencia. Con la confianza puesta en el Padre y sabiéndonos discípulos
suyo, que quieren compartir este llamado a otros
jóvenes, emprendimos esa tarea maravillosa.
Motivados por el entusiasmo de anunciar la
Palabra de Dios y por la animación vocacional en
la diócesis realizamos el Campamento Vocacional 2008, del 31 de enero al 3 de febrero.
Como creyentes nos sentimos interpelados a
proponer este espacio desde el seminario para
que los jóvenes puedan plantearse su vocación
cristiana.
¡Dios no deja de sorprendernos! Ocho jóvenes se animaron y quisieron compartir con nosotros esta experiencia. Provenientes de distintas
parroquias y capillas de la ciudad y del interior,
algunos sin experiencia de comunidad, otros trabajando activamente en la pastoral de la parroquia, estudiantes y trabajadores, de diferentes
edades. Cada uno con una realidad distinta y
con una historia rica que estaban deseosos de
compartir.
Boletín Lauretano
Esto demuestra el amor único y particular
que tiene el Padre por cada uno de sus hijos. El
amor que siente por cada joven, que no espera
que lo busquen, sino que se acerca de distintas
maneras y aunque estemos lejos se conmueve
de nosotros, sale a nuestro encuentro, nos
abraza y nos besa. Este Padre que “acorta las
distancias” con sus hijos y que sigue llamando a
distintas personas, como lo hizo con Pedro,
Mateo, Juan y tanto más que a lo largo de la
historia ha invitado a seguirlo.
Fueron cuatro días en la Casa de Nazareth,
Los Molinos, donde pudimos hacer experiencia
de comunidad discipular que vive la fraternidad.
Entre mates, charlas, silencio, oración, descanso,
río, diversión, temas, celebraciones, desierto
compartimos la alegría de seguir a Jesucristo.
¡Qué más queda por decir sino Gracias!
Gracias, Señor, porque no dejas de llamar a
jóvenes para que abracen la opción de consagrar su vida al Reino. Porque sigues invitando a
ser discípulos tuyos, a que se animen a dar su
vida por amor. Porque no dejas de salir al encuentro de aquéllos que son llamados a ser
“pescadores de hombres” y abandonan todo
38
por seguirte. Y sobre todo, gracias, Señor, por
utilizarnos como instrumentos en esta tarea maravillosa.
Gracias, Señor, porque este campamento ha
sido para nosotros, comunidad del Seminario,
un espacio donde pudimos vivir la fraternidad,
la gratuidad, la recreación y, sobre todo, la alegría de ser discípulos tuyos y pudimos compartirlo con otros hermanos.
Gracias, Señor, porque, como Seminario, no estamos aislados de nuestra realidad eclesial, nos
preocupa la falta de vocaciones en la Iglesia; y
porque nos invitas a dar testimonio de tu presencia con nuestras vidas, suscitando en nosotros el
deseo de animar las vocaciones sacerdotales.
Gracias por Kika, Negrita y Pelado, agentes
pastorales de la Parroquia Ntra. Sra. de los Dolores de Bº Marques de Sobremonte, porque
con sus gestos paternales y maternales supieron
manifestar tu amor desde el servicio desinteresado de la cocina.
Muchos son los momentos y las vivencias que
quedan en nuestra memoria y nuestro corazón.
Momentos de alegría, de gozo, de dicha, de acción de gracias porque realmente pudimos
hacer experiencia y estar cerca de Aquel que nos
dijo: “Vengan y lo Verán”.
El fútbol, el básquet, nuestras pastorales, la
ida a nuestras familias y comunidades, la jornada
de oración por las vocaciones y la música, el
campamento vocacional de verano, los encuentros en torno a la Palabra, los días de expocarisma, la formación pastoral práctica (particularmente el curso para animadores juveniles) y
tantos otros, fueron espacios privilegiados, en
los que compartimos con alegría el dinamismo
de una vida inquieta y joven, llena de deseos,
búsquedas y anhelos.
Creemos en el Dios
que ama a los Jóvenes.
Leandro Arias
Haciendo memoria de este año, descubrimos
cantidad de rostros con los que hemos compartido instancias muy significativas de la vida de
nuestro Seminario.
Desde la oración, el discernimiento comunitario y el encuentro con la Palabra, identificamos
el deseo interior de querer sintonizar con la vida
que surge de Aquél que comunicó la suya, en el
Espíritu que anima a su Iglesia.
Constatamos con alegría que el mensaje de
nuestros obispos en Aparecida, expresa y alienta
el camino que venimos transitando como diócesis, haciendo resonar con firmeza las notas esenciales del acorde que nos identifica. Con ellos,
vibra armónicamente nuestro horizonte formativo, que se quiere hacer eco de la vida joven en
su variedad y pluralidad. Es así como en la trama
de nuestra vida, descubrimos la llamada amorosa
de Dios a abrir nuestro corazón para encontrarnos con el rostro más joven de nuestro pueblo.
Discípulos-misioneros, nos encaminamos a la
aventura de un amor que quiere comunicar su
vida y recibir en su seno a muchos hermanos
nuestros. Fue así como acortando distancias, compartimos con ellos la alegría de seguir a Jesús.
Es muy lindo pensar en estos jóvenes con los
que hemos compartido, que quieren responder
con fidelidad al llamado recibido por Jesús,
nuestro Maestro, en cada uno de sus espacios
vitales: trabajo, estudio, familias, comunidades,
parroquias... ámbitos que van siendo parte de
nuestra vida.
Estrechando vínculos compartimos la identidad y vida que nos une. Así fue como nuestra
Casa, siendo centro de encuentro para muchas
de estas instancias, se llenaba de vida, al tiempo
que nuestros corazones se gozaban por cada
presencia.
Reconfortados por el amor de Jesús Pastor,
comprendemos y asumimos nuestra Casa del Seminario, como un ámbito en el cual se comunica
y crece la expresión de esta vida. Una vida que
desborda nuestros esquemas y estructuras. Ella
misma nos interpela y exhorta a asumir con creatividad un renovado anuncio. Resuena la voz de
Jesús que nos dice: “También tengo otras ovejas
que no son de este redil; también a esas las
tengo que conducir y escucharán mi voz y habrá
un solo rebaño y un solo Pastor.” (Jn 10, 16)
Siendo sus jóvenes ovejas, reconocemos el
timbre suave y tenaz de su voz que nos convoca.
Abrazando este inmenso regalo, nuestros corazones hacen fiesta y se abren en dos dejando verter nuestra mayor riqueza: la vida que viene de
Dios, el amor que el Padre nos tiene en el Hijo...
“El Padre me ama porque Yo doy mi vida para
recobrarla.” (Jn 10, 17). El Padre nos mira y nos
ama, ama a los jóvenes... nos recibe. Mira con
bondad nuestra fragilidad y sonríe cuando con
sencillez, disfrutamos espontáneamente de estos momentos.
Nuestra Casa quiere ser el reflejo del latir
mismo de nuestro corazón. Interioridades que
esconden una vitalidad única cuando se abre a
las puertas del encuentro: ...si vieran cuánto se
ensanchan y lo silenciosos que se vuelven
cuando el Señor susurra su Palabra... lo cálidos
que se sienten cuando los brazos de Jesús Buen
Pastor los cobijan... lo intenso y dinámico que
aparecen cuando nos reconocemos hermanos...
¡vengan y vean lo pequeño que se hacen,
cuando saliendo de sus encierros inventan estilos nuevos de acogida!
Gracias Jesús, amigo nuestro, por estos encuentros, en los que cada uno y a su modo comunica con alegría la expresión de tu Vida.
Boletín Lauretano
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STUDIUM THEOLOGICUM
Sobre la agregación
y la Licenciatura en Teología
blicación del Seminario Mayor de Córdoba, que
se suma a la del Proyecto educativo.
P. Guillermo Rosolino
Estimados amigos/as, en esta cita anual que nos
permite el Boletín Lauretano hemos ido compartiendo los pasos que en estos últimos años viene
realizando el Studium Theologicum del Seminario Mayor de Córdoba. En esta ocasión tenemos
noticias frescas y esperanzas renovadas; el día
15 de octubre de 2008, el Consejo Académico
de la Facultad de Teología de la UCA aprobó por
unanimidad el Proyecto de Agregación del Studium Theologícum a dicha Facultad. Se trataba
de una instancia clave, aunque no la definitiva.
Todavía hay que esperar la resolución que tome
el Consejo de la UCA, la aprobación del Card.
Jorge Mario Bergoglio y de la Comisión permanente del Espiscopado y, finalmente, el placet de
la Congregación para la Educación Católica.
En estos últimos años hemos trabajado intensamente para alcanzar las condiciones requeridas por las Normas para la Agregación de un
Instituto; esto significó, entre muchas otras
cosas, involucrar progresivamente a Doctores en
Teología para que se sumen al equipo docente
del Instituto. Desde el año 2005 se ha seguido
una política firme en ese sentido; este año,
hemos conseguido contar con 15 Doctores en
Teología, además de los cordobeses, los provenientes tanto de la zona centro-cuyo y noroeste
del país, como de Buenos Aires y de La Plata. De
esta manera hemos superado el número exigido
por las Normas de 12 Doctores en Teología, con
especialidades en distintas disciplinas teológicas:
biblia, patrología, dogmática, fundamental,
moral, pastoral, derecho canónico, liturgia.
cultades católicas de Teología del país están en
Devoto y San Miguel. Por este motivo, el Instituto
del Seminario Mayor de Córdoba pretende ofrecer un servicio no sólo a la Arquidiócesis sino a
toda la región.
También compartimos con gozo que se
hemos dado algunos pasos fundamentales en la
modernización de la Biblioteca. Este año se ha
concluido el trabajo grueso de digitalización del
catálogo, y se ha adquirido un nuevo software
de gestión integral de la Biblioteca, que permite
la consulta on line del catálogo. Felicitamos a las
dos bibliotecarias que realizan su tarea como
mucho profesionalismo, y han acompañado con
todo su empeño estas transformaciones.
A partir de febrero de 2009 tendremos información más precisa sobre la posible apertura del
ciclo de Licenciatura, estimado inicialmente para
el segundo semestre; y esperamos contar con
un buen número de interesados/as en esta
oferta. Desde ya, confiamos a sus oraciones este
Proyecto de agregación y las instancias que quedan por cumplir.
Pasar a la condición de Instituto Agregado a
la Facultad de Teología conlleva un doble beneficio; en primer lugar, la posibilidad de cursar en
Córdoba la Licenciatura en Teología, con especialidad en Teología Fundamental; en segundo
lugar, la posibilidad de abrir a religiosas, laicos y
laicas el ciclo institucional para acceder al Bachillerato en Teología y, por supuesto, también a la
Licenciatura. En caso de concretarse la agregación, el Studium del Seminario Mayor pasaría a
ser el primer Instituto Agregado a la Facultad, y
Córdoba la primera ciudad del interior en la que
se podría cursar la Licenciatura en Teología. Vale
la pena recordar que actualmente las únicas Fa-
Boletín Lauretano
42
En el mismo sentido de ir fortaleciendo las condiciones académicas del equipo docente es que
han comenzado a realizarse las Jornadas interdisciplinares y, como fruto de ellas, una publicación anual con las características de una obra
colectiva. El año pasado se publicó: G. Rosolino
(Ed.), Teologías en diálogo. Urgencia y exigencia
de un cambio epocal, EDUC, Córdoba 2007,
320 p. Este año, también a través de la Editorial
de la UCC, se ha publicado la obra Memoria y
olvidos en un cambio epocal. Su implicancia
para las teologías en diálogo, EDUCC, Córdoba
2008, 248 p., cuyos editores son Roberto Giardino y Santiago Castello. Esta es la segunda puBoletín Lauretano
43
“Discípulos de Jesús,
Servidores del Reino”
LA ALEGRÍA VIVIDA...
Samaritana (cf. Jn. 4, 1-24), y en cuatro sábados
del año les regalamos a nuestros “amigos del Seminario” unas tardes de retiro para que descubriéramos cuánto nos ama Dios. Y como la casa
es grande y el corazón también, la llenamos de
gente y éste se nos desbordó de gozo en la Expocarisma 2008, donde pudimos compartir los muchos y variados carismas que tenemos en la
Arquidiócesis de Córdoba.
“Crónica de un año
anunciador”
Pero el Seminario no es sólo el edificio que
aloja y alojó a tantos y que este año conmemora
los 100 años de su construcción; son las rocas
vivas que salimos y las que nos reciben para que
acortemos distancias en las distintas parroquias.
El Seminario también son nuestros padres y madres, hermanos y hermanas, familiares y amigos,
compañeros y fieles que nos formaron y acompañan día a día, sobre todo cuando los juntamos a todos para que compartamos una misma
mesa de hermanos: el día de la familia en Los
Molinos, el locro del 9 de julio, y la celebración
de acción de gracias a fin de año junto a nuestras familias.
Hernán Ariel Ceballos
La verdad es que sería redundante si me detengo a comentarte todo lo que pasó este año,
porque de eso se trata este boletín, de compartirte dónde latió nuestro corazón. Pero recuerdo
que a fines de enero, cuando venía de mi casa
natal para comenzar con la primera actividad del
año me preguntaba: ¿Qué será de nosotros este
año? Y, ni lerda ni perezosa, me llegó esta larga
respuesta que se fue escribiendo en el Corazón.
En el camino se me aparecieron unos hermanos, que me fueron interpretando las escrituras
a lo largo de todo el Campamento vocacional
en la Casa de Nazaret en los Molinos. Allí, entre
mates y bostezos, entre risas y rezos, entre el río
y la capilla, entre hermanos y silencios fuimos
juntos comprendiendo dónde vivía el Maestro.
Cuando los chicos del campamento se fueron,
nosotros permanecimos en la casa conviviendo y
rezando. Y destaco esto último porque, con la
ayuda del Espíritu Santo, escuchamos las pláticas
que el Padre Martín Carranza nos regaló, para
ayudarnos a rezar en el comienzo. Y como todos
saben, cuando un amigo se va… sigue conectándose por e-mail, en este caso desde Roma,
donde está estudiando para enriquecer la formación de los sacerdotes de esta diócesis.
Como todos los años esta familia tiene nuevos
hermanos y no puedo dejar de mencionar el ingreso del Padre Martín Bastos y del introductorio
“personificado” en Fernando Lazarte. En marzo
volvimos a clases y a la vida cotidiana que, este
año, tuvo la característica de no ser rutinaria,
porque así como la ciudad de Córdoba está atravesada por el Suquía, así nos atravesó el objetivo
de “compartir la alegría de seguir a Jesús”. Y
compartir a Jesús es anunciarlo, no subiéndonos
a los techos, sino sentándonos a escucharlo en
todo momento.
Y si hay algo que realmente fue anunciador, fue
que descubrimos lo que más alegría nos daba:
Boletín Lauretano
46
encontrarnos con los hermanos en torno a la Palabra de Dios. Y eso es lo que decidimos compartir con los jóvenes de la diócesis a los que salimos
a invitar para que vengan a nuestra casa. Juntos
invocamos al Escritor de la Palabra y, sentados en
torno a Él, fuimos escuchando cómo nos hablaba.
Fueron dos noches de oración en las que aproximadamente cien jóvenes nos encontramos entre
nosotros y con la Palabra. También nos juntamos
una tarde de domingo para revivir lo que vivió la
Quiero comentarles también que entre los
muchos que vivieron entre estas paredes, este
año conocí al padre Borda. Y digo bien: lo conocí. Porque el día que trasladamos sus restos a
la casa de Los Molinos, lo conocí por lo que de
él se dice: desbordaba de alegría y bordeaba la
santidad.
Otra cosa que marcó un antes y un después
en nuestra formación fue la convivencia del Plan
Compartir. En ella, dos laicos de la Provincia de
Buenos Aires, nos ayudaron a compartir los
dones en lo cotidiano para que, sintiéndonos
Boletín Lauretano
47
LA ALEGRÍA VIVIDA...
todos parte de un mismo hogar, poco a poco,
vivamos una experiencia de comunión de bienes
para los tiempos que corren.
Y como si todo esto fuera poco, cada año recibimos dos regalos grandiosos, uno al comenzar y el otro casi al finalizar: Vivimos la Pascua
de Jesús y nos encontramos con él Resucitado
en una semana de Ejercicios Espirituales.
También quiero destacar algo que de a poco
se está haciendo más cotidiano: los momentos
de gratuidad en los que, ya sea juntándonos en
un pieza, viendo una película, tomando unos
mates, compartiendo un brindis, o simplemente
hablando en la sobremesa, compartimos la alegría de seguir a Jesús en este camino. Por estos
LA ALEGRÍA VIVIDA...
Misiones de verano 2007/08
Discípulos misioneros para su pueblo
Misiones…
y por todos los momentos vividos que están impresos en este boletín… ni lerda ni perezosa me
llegó esta larga respuesta que, se fue escribiendo en el Corazón de la Diócesis, esta crónica
de un año anunciador del Seminario Mayor de
Córdoba.
Lugares donde fuimos…
“…Discipulado y misión son como las dos caras de
una misma medalla: cuando el discípulo está enamorado de Cristo, no puede dejar de anunciar al mundo
que sólo él nos salva (Hch 4,12). En efecto, el discípulo
sabe que sin Cristo no hay luz, no hay esperanza, no
hay amor, no hay futuro.” (Apa. DI)
El 2007 ha sido un año de mucha gracia para nuestra comunidad del Seminario. De un modo especial
hemos experimentado la presencia de Jesús Resucitado
y la acción de su Espíritu, que nos ha permitido ir discerniendo los caminos por los cuales nos invitaba a transitar. Gozosos por descubrirnos comunidad discipular en
profunda comunión con la V Conferencia General del
Episcopado Latinoamericano y del Caribe -celebrado en
Aparecida- y con el Camino Diocesano realizado como
Iglesia que peregrina en Córdoba, nos sentíamos cada
vez más invitados a seguir haciendo vida el soplo del Espíritu que nos impulsaba, una vez más, a continuar saliendo de nosotros mismos al encuentro de nuestros
hermanos.
Preparación…
Inspirados en el tema eje, “Discípulos de Jesús,
desde su Palabra, salimos al encuentro de nuestros hermanos” , se formó el equipo encargado de animar y organizar la misión.
La colaboración generosa y desinteresada de tantas
personas que el Señor puso en nuestro camino, nos permitió juntar los fondos que solventarían los gastos propios para la misión. Una vez más, experimentábamos la
alegría de reconocernos Iglesia, partes de un mismo
cuerpo, en donde esta tarea es de todos, y entre todos
la hacemos posible de diferentes modos: oración, colaboración, presencia.
Los dos primeros años de la formación integrados
por Diego, Fede, Hernan, Marcos, Maxi, Leandro,
Rubén y Rodrigo, realizaron su misión en Salsipuedes,
acompañando por tercera año consecutivo a la Comunidad de “Nuestra Señora del Rosario”; José María,
hizo lo propio en Tinoco, junto a la comunidad de San
Jerónimo; Pablo Viola y Sergio, en Monte del Rosario,
con el grupo misionero de Juan Pablo II (Barrio Marques
de Sobremonte); Diego Bastos Magi en la Quebrada
con el Grupo Ntra. Sra. Lujan y San Fermín; Javier y
Claudio, acompañaron a la comunidad de Ntra. Sra. Del
Carmen de Carlos Paz en Los Gigantes; y Emmanuel,
Pablo Ardiles y quien escribe, en el Manzano (Agua de
Oro), junto al grupo misionero de la parroquia del Espíritu Santo.
Experiencia…
“Bendecimos a Dios con ánimo agradecido, porque
nos ha llamado a ser instrumentos de su Reino de amor
y de vida, de justicia y de paz”(Apa 24) El trabajo junto
a las distintas comunidades significó todo un desafío a
afrontar. Pero Dios nos sorprendió una vez más, y no se
dejó ganar en generosidad. Fue así que juntos -seminaristas y laicos- experimentamos no sólo la alegría de
compartir y anunciar a Jesús vivo y presente en medio
nuestro, sino que nos permitió hacer la experiencia de
sabernos - nosotros mismos- misionado por El.
Gracias Señor por tantos dones recibidos; Gracias
Señor por enviarnos a anunciar tu Palabra; Gracias
Señor por llamarnos a ser, discípulos misioneros para tu
pueblo.
Boletín Lauretano
Nicolás Pedernera.
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LA ALEGRÍA VIVIDA...
Misión de enero 2008
“Monte del Rosario”
Grupo misionero “Juan Pablo ll”
Parroquia Nuestra señora de los Dolores
Su entrega generosa, su elección de vida y su
alegría, nos contagiaron su amor a Jesús, impulsándonos a seguir creciendo en este camino misionero, desde la experiencia comunitaria de fe.
Es de esta forma que, como cristianos, nos sentimos llamados por Dios a hacer crecer en cada
uno, este carisma misionero de la Iglesia que camina, acortando distancias y buscando el encuentro con el hermano.
Sintiéndonos muy bendecidos, valoramos la
vocación sacerdotal que han recibido del Señor
Jesús. Conocemos que no es sencilla esta en-
La misión vivida en enero de este año en el
pueblo de Monte del Rosario (Parroquia de
Obispo Trejo), nos sorprendió a medida que fueron pasando los días. La presencia de Dios se fue
dando a conocer a través de distintos signos y
acontecimientos tanto en la gente del lugar,
como en el grupo misionero.
Fue significativa, ya que, como comunidad
cristiana, que empezaba a dar sus pasos en este
camino, nos sentimos muy acompañados por algunos seminaristas. Providencialmente compartieron con nosotros, no sólo cada momento de
la misión, sino también nos brindaron sus consejos y orientación ante cualquier inquietud que
se nos presentó durante esos ocho días.
Sentimos, realmente su compañía, disponibilidad, apoyo y testimonio de fe ayudándonos a
reconocer a Cristo vivo junto a nosotros.
Fueron en un primer momento personas que
conocimos, a quienes luego los sentimos como
hermanos en la fe y en quienes llegamos a encontrar verdaderos amigos que nos regaló el
Señor.
Boletín Lauretano
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trega, ya que como personas, los seminaristas,
sienten, sufren, luchan al igual que nosotros, los
obstáculos de este camino. Rezamos para que
el Señor y nuestra Madre los bendigan, protejan
y acompañen a lo largo de sus pasos, que esperamos sean firmes. Confiando que, cuando sus
fuerzas disminuyan, va a ser el Señor quien las
renueve.
Sabiendo que la misión no termina, sino que
continúa en nuestra familia, en el trabajo, en el
estudio y sobre todo en nuestra comunidad del
Marqués de Sobremonte, a la cual regresamos
con una experiencia de Dios vivida, y teniendo
en cuenta que es el Espíritu Santo quien obra en
nosotros y nos anima a brindar el amor del
Señor a otros... Muchas gracias!!!
LA ALEGRÍA VIVIDA...
Convivencia de verano
en Los Molinos
Diego Bastos Magi
Al iniciar este año volvimos a encontrarnos en la casa de Nazaret, en los Molinos, y
una vez más pudimos compartir la alegría de
ser llamados a seguir a Jesús, juntos.
Es siempre un tiempo especial para volver
a sentir la compañía de unos para con los
otros y reflexionar sobre las experiencias vividas durante las vacaciones. Para nosotros éste
es un tiempo para volver a ponernos en marcha con las actividades de la vida cotidiana y
comunitaria; pero ante todo es un tiempo
para reencontrarnos como comunidad de discípulos de Jesucristo, que, como a los primeros discípulos, nos invita a ir con Él a un lugar
tranquilo (Cf. Lc. 9,11).
Pero en los días que estuvimos en los Molinos no compartimos sólo entre nosotros;
gracias a Dios pudimos recibir a nuestras familias y disfrutar un día con ellos, así como
pudimos alegrarnos también el día en el que
los sacerdotes compartieron entre ellos y con
nosotros el gozo de ser servidores de Dios
para su pueblo.
Este año volvimos a celebrar la fiesta de
Nuestra Señora de Lourdes; durante la mañana fuimos al santuario de la Virgen en Alta
Gracia como peregrinos y también como servidores, acercándoles a aquellos caminantes
que venían de más lejos un poco de mate cocido para que recuperaran las fuerzas. Por la
tarde, en la comunidad de Los Molinos, festejamos las fiestas patronales de la capilla del
seminario; después de la tradicional misa y
procesión hasta la gruta, guitarreada y me-
Boletín Lauretano
52
rienda de por medio, compartimos con la
gente del pueblo que año a año nos recibe.
Estas son algunas de las actividades que
realizamos este año allá; ninguna de ellas tendría sentido si olvidamos que son signos del
amor de Dios que nos invita a detenernos y
encontrarnos con Él.
Nuestra casa en Los Molinos, es la casa de
Nazaret especialmente porque allí vamos descubriéndonos hijos muy amados del Padre, es
en ella donde recordamos que son nuestros
hermanos quienes nos dicen, como Juan a
Simón Pedro, “Es el Señor” (Jn. 21,7).
Es en la casa de Nazaret donde Jesús
aprendió de María tantas cosas, es en ella
donde nosotros aprendemos a amar cada vez
más a la Madre de Dios, donde ella nos espera
con los brazos abiertos y nos repite siempre
“hagan todo lo que Él les diga” (Jn, 2,5).
Año a año, las actividades que realizamos
en el tiempo que compartimos en Los Moli-
nos, han cambiado y seguirán haciéndolo,
pero no perdemos de vista que ese tiempo y
ese lugar es mucho más que unas vacaciones
compartidas, es mucho más que un encuentro fraterno; es el tiempo en el que se nos recuerda con más fuerza y claridad que somos
miembros de la Iglesia peregrina que tiene la
alegría de ver el rostro del Resucitado para
anunciarla a todo el mundo, que somos instrumentos del amor de Dios; en esta casa
aprendemos a llenarnos de él para que nos
desborde y amemos a todos como el Padre
nos ama.
LA ALEGRÍA VIVIDA...
¿Evangelización vs. Dinero?
José María Molina
“Aunque repartiera todos mis bienes para alimentar a los pobres […] si no tengo amor, no me sirve
para nada”. (Cf. 1 Cor. 13,3)
Los días 5 y 6 de abril de este año, dentro del espacio de la formación pastoral práctica que recibimos
los seminaristas, se realizó un encuentro de formación
con el equipo de Plan Compartir, que depende del
Consejo de Asuntos Económicos de la Conferencia
Episcopal Argentina. Este espacio de formación promueve en los seminaristas, la capacitación en la práctica pastoral para las distintas actividades y, situaciones de la vida concreta, que deberemos afrontar en
las parroquias y en el ministerio sacerdotal en general.
Este año dicha formación estuvo orientada a la pastoral de comunión y servicio dentro de un tema específico: el Consejo Parroquial de Asuntos Económicos, en
sus obligaciones y responsabilidades.
En este contexto, y a iniciativa de nuestro obispo,
se propuso la realización de una jornada abierta para
seminaristas y laicos que forman los consejos económicos de las distintas parroquias de nuestra diócesis.
El Plan Compartir, tiene por objetivo “lograr el sostenimiento integral y permanente de la obra evangelizadora de la Iglesia, creciendo en el compartir de
nuestro tiempo, talentos, dinero y renovando la cultura de gestión”. Esta propuesta se estructura principalmente en la comunión que debe existir en nuestra
Iglesia adhiriendo a una nueva mirada y a elementos
que hacen al patrimonio eclesial, frente a los nuevos
desafíos de una administración para la pastoral de
nuestras parroquias.
Durante la jornada, las exposiciones estuvieron a
cargo de dos miembros del quipo Patricio Gali y Mar-
celo Albelo, que supieron mantenernos atentos e interesados en el proyecto.
“Ninguno padecía necesidad […] porque todos los
que poseían tierras o casas las vendían […] para que
se distribuyera a cada uno según sus necesidades”.
(Cf. Hch. 4,34-35)
Cuando decimos asuntos económicos, inmediatamente pensamos en la dimensión técnica del dinero: asiento de ingresos y egresos en los libros,
pagos, saldos, cuentas bancarias, etc. El Plan Compartir, nos invitó a expandir el concepto de economía
hacia una espiritualidad de comunión y una evangelización de los bienes. Aprendimos en esta nueva perspectiva a reconocer, ligada a la necesidad de bienes y
fondos para la tarea evangelizadora, la importancia que
tienen las personas en la vida de la Iglesia, y cada una
de ellas con sus talentos y carismas que ofrecen, cotidianamente, en cada una de nuestras comunidades.
La Iglesia en Argentina a través del documento Navega Mar Adentro de la Conferencia Episcopal, se
hace eco de esta propuesta y, reflexionando sobre la
necesidad de una mayor comunión, nos dice: «Algunas [=Iglesias particulares y comunidades cristianas]
han comenzado la implementación del plan Compartir, que implica una profunda catequesis, para suscitar
la participación y generosidad de muchos en el dar
tiempo, talentos y dinero. Aquí encontramos un precioso signo de esperanza» (Cf. NMA 48).
Para nuestro Seminario el «compartir» la jornada
que hemos vivido, nos ha dejado la certeza del paso
del Espíritu Santo, en la variedad de momentos y en la
riqueza de dones; principalmente y, como veníamos comentando, el desafío alentador en nuestra formación
Boletín Lauretano
54
de mirar a la tarea de recaudar fondos y bienes, necesarios para el sostenimiento de la actividad discipularmisionera de cada comunidad; como un apostolado de
cara a la acción pastoral de cada parroquia.
“…que el Seminario sea un espacio propicio a las relaciones fraternas, en un clima de normalidad y sencillez, cultivando la espiritualidad de comunión como
eje de la vida que en él se desarrolla…” (Cf. Proyecto
formativo p.16)
Compartir la formación con nuestros hermanos de
las distintas comunidades, aparte de ser un regalo de
fraternidad, nos sitúa en la dinámica de seguir buscando espacios que integren, cada vez más, a las personas que comparten nuestra pasión por la evangelización, dentro de nuestra familia del Seminario.
Junto a la formación, seminaristas y agentes de los
consejos, compartimos con alegría los momentos de gratuidad vividos en las cenas y almuerzos, donde los diálo-
gos y encuentros fraternos no se hacían esperar, mientras
que generaban un clima de verdadera Iglesia familia que
es “casa y escuela de comunión” (Cf. NMI 43)
La vivencia de la formación de los miembros de los
consejos junto a nosotros, seminaristas, nos hizo valorar y sintonizar más aún con el plan pastoral diocesano “Con Jesús salimos, acortamos distancias, nos
encontramos”.
Valoramos con fervor y entusiasmo, que con instancias así propuestas de formación conjunta, la Iglesia en Córdoba para el futuro podrá emprender
caminos de proyectos y trabajos en los que, sacerdotes y laicos, hablando un mismo lenguaje y teniendo
una formación que se articula desde la diversidad de
cada carisma y formas de
vida, vayamos enriqueciéndonos en caminos más plenos de comunión y trabajo
en miras a una mejor pastoral de anuncio y evangelización especialmente con el
testimonio.
LA ALEGRÍA VIVIDA...
Ejercicios espirituales
“Jesús llamó a los que Él quiso, para que
estuvieran con Él y para enviarlos a predicar”
Claudio Molina
Una Alegría:
Este año, parte de nuestro tema eje nos invitó a “compartir la alegría de seguir a Jesús”; mi tarea en este
artículo es compartir con ustedes la alegría que significa para nosotros “estar con Jesús”.
Durante todo el año hacemos esta experiencia
pero es en los días de los Ejercicios Espirituales
cuando se da con mayor fuerza este encuentro.
En ese tiempo que nos tomamos para estar con
Él, el amor de Padre que se nos ha comunicado en
Jesús, se nos hace más palpable gracias a la obra del
Espíritu Santo en nosotros. Él nos anima y ayuda a
hacer la experiencia de oración y de encuentro con el
Dios de la Vida que un día nos llamó y que se nos
sigue comunicando.
Un Tiempo Para Estar con Él:
Nuestro proyecto formativo quiere reflejar aquella
frase del Evangelio de Marcos que expresa la expe-
(Mc. 3,14).
riencia de los primeros discípulos del Señor que formaron la comunidad en torno a él y que día a día, en
lo cotidiano de la existencia iban descubriendo la alegría de estar a los pies del Maestro y, a la vez, la urgencia y la necesidad del anuncio.
Así el tiempo de los Ejercicios Espirituales es un
tiempo de oración, un tiempo exclusivo para estar con
Él, para profundizar en la historia de amor que el
Padre, el Hijo y el Espíritu Santo nos van haciendo vivir;
y cómo nosotros vamos dejando que nuestro corazón
se vaya haciendo más parecido al de Jesús, Buen Pastor, y sus sentimientos vayan habitando en nosotros.
Son días de silencio, de descanso, de oración, y
sobre todo, y esto es lo que vale, son días de reparación, de definición, de consuelo y de mucha gracia
que el Señor nos regala. Allí sentimos cómo Él trabaja
la arcilla de nuestras vidas en el taller del alfarero,
cómo se amasa nuestro corazón para hacerse pan
que se compartirá entre muchos hermanos. Allí se da
una historia de amor, profunda, gozosa y sencilla.
Un Tiempo para Compartir:
Los Ejercicios Espirituales de septiembre son también
un tiempo para compartir. Es en ese tiempo de silencio y oración donde vivimos una profunda comunión
con el hermano que está a nuestro lado. Comunión
que no es de palabras, sino de compartir la oración,
la certeza de que Dios se acerca a cada uno y habla
al corazón, de que Él quiere decirnos algo a cada uno
en particular y a todos a la vez, de que es la comunidad del Seminario -los seminaristas, los curas y el que
nos guía en la oración- un espacio en el que el Dios
de la Vida se hace presente.
Compartir este tiempo entre los seminaristas es
compartir nuestras búsquedas, nuestros anhelos, las
decisiones que vamos tomando desde la oración y el
silencio, es allí donde podemos reconocer el misterio
que Dios hace en cada uno, ese Dios que nos ha seducido a cada uno y nos ha elegido para una misión:
ser “discípulos de Jesús y servidores del Reino”.
Pero este compartir no se agota allí, no es sólo
entre nosotros; desde la oración y el silencio, compartimos esos días con nuestras familias, amigos, las comunidades que nos acompañan en nuestra forma-
ción, y todos los que rezan por nosotros. Esto hace que
sea para nosotros también una experiencia eclesial.
Los Ejercicios Espirituales recogen a tanta gente y
la ponen en oración; cada seminarista, cada historia
en estos días pasa ante la mirada de Dios de modo
que en la persona de cada uno de nosotros muchos
comparten este espacio de oración y de escucha de
la Voluntad de Dios.
Es la vida cotidiana, en regreso a nuestras comunidades, a la vida del seminario, el lugar en el que
Dios muestra todo lo que ha hecho en nosotros para
que su Reino se siga haciendo presente cada día.
Este año, particularmente, ayudados por el Padre
Pedro Torres y por el Padre Horacio Álvarez, el Señor
nos volvió a regalar esta experiencia de sabernos
amados incondicionalmente por Él. El gozo de haber
rezado una vez más juntos, y esta vez acompañados
por curas cordobeses, nos permitió renovar en el corazón la alegría de seguir a Jesús y mostrarlo a nuestros hermanos.
LA ALEGRÍA VIVIDA...
Escuela de Formadores
Ser acompañado
para poder acompañar
P. Marco Bustos
“Al llegar a ese lugar, Jesús miró hacia arriba y le dijo: Zaqueo, baja pronto,
porque hoy tengo que alojarme en tu casa” (Lc 19,5)
Alguno puede pensar que al elegir este versículo,
pueda existir alguna inconsciente asociación/identificación con la figura de Zaqueo (ambos pertenecemos al club de los que no derrochamos
altura). Algo puede haber… Pero lo cierto es que el
Evangelio que vivió este hombre aquel día, vuelve a
producirse, a actualizarse cada vez que se origina el
encuentro salvífico, cada vez que el Señor pasa, mira
y llama a cualquier hombre y mujer. Y reconozco que
muchas veces el Señor ha pasado, me ha mirado y
llamado. Ciertamente el llamado a la vida, el regalo
de la fe y la vocación sacerdotal son los llamados fundamentales que reconozco y agradezco. Pero también percibo cómo el Señor continúa pasando e
invitándome, en cada tramo de mi vida, a “bajar
pronto” porque quiere alojarse en mi casa. Precisamente la invitación a formar parte del equipo de formadores del Seminario, significó para mí un “nuevo
llamado”, una renovada invitación del Señor a dejarlo entrar más hondamente en mi vida. Bien sabemos que por “casa” podemos considerar no sólo el
espacio físico habitacional, sino también, y sobre
todo, el ámbito vital, de intimidad y encuentro que
existe en las personas. Para Zaqueo, dejar que Jesús
se alojara en su casa significaba darle permiso a que
ingrese en su vida, en su historia, dejarse conocer y
mirar más profundamente por el Señor. Era dejar de
mirar “desde arriba” para contemplar a Jesús que
camina a su lado, que lo acompaña y le regala su
amistad. El que había “bajado del cielo” lo invitaba
a bajar, a emprender un camino de retorno a sí mismo, a reencontrarse con la verdad de su historia para
dejarse tomar por la Verdad que lo llamaba. Y este
camino de retorno a casa lo realiza acompañado y
conducido por quien sabe de descensos: Jesús de
Nazaret.
¿Cómo se conjuga este icono de salvación con la
experiencia de la Escuela de Formadores? Sucede
que a poco de incorporarme a la tarea en el Seminario, pude percibir que (más allá de la desorientación
inicial común a cualquier cambio) tendría que aprender un conjunto de elementos propios y útiles para
desarrollar esta pastoral nueva para mí. Recuerdo las
primeras reuniones de formadores, los encuentros
personales con los seminaristas y las demás situaciones de la vida de la comunidad como un “nuevo
curso”, una nueva ocasión de aprendizaje.
Y motivado por la experiencia de los demás formadores, surge en mí el deseo de realizar la Escuela para
Formadores “María Madre de los Consagrados”.
Boletín Lauretano
58
La experiencia fundamental de la Escuela radica
en la oportunidad y el ejercicio de dejarse acompañar
sistemáticamente por un hermano, realizando un
proceso de “descenso” hasta lo más profundo, para
poder aprender a configurar una mejor respuesta al
Señor, más libre, en concordancia con el don de la
vocación recibida.
A los sacerdotes, y a los consagrados en general,
suele ocurrirnos que aprendemos rápido los “cursos
de pastores” pero nos cuesta aprender los “cursos
de ovejas”. Es decir, somos quienes acompañamos,
guiamos, indicamos el camino, decimos a los demás
que “bajen porque Jesús quiere alojarse en sus
casas”, pero no nos resulta tan fácil dejarnos guiar y
acompañar por otros. Y la experiencia dice que el
servicio de acompañar a otros aumenta cualitativamente cuando somos capaces de realizar el ejercicio
de dejarnos acompañar, enseñar, conducir por otros.
No se trata de una actitud meramente pasiva, sino
profundamente comprometida y activa, aprendiendo
a leer la propia vida y los acontecimientos en un
marco más amplio, aceptando los propios límites y
valorando los propios dones, trabajando en sí mismo
para que la Gracia encuentre una naturaleza más
dispuesta a su acción.
Los tres años de la Escuela de Formadores han
sido para mí, como aquella experiencia de Zaqueo,
mejor, como el camino que tuvo que realizar desde
el sicómoro hasta la casa, aquella donde quería alojarse el Señor. Cada paso de Zaqueo hasta su casa
habrá ido revelándole poco a poco lo que en ella
había, su mundo, su historia, su vida. Esa casa que
tal vez habrá heredado en parte de su familia, con
sus tradiciones, y habrá construido él mismo con las
decisiones propias. Y esto fue posible porque se
animó a bajar hasta sí mismo acompañado por el
Señor. Así también el camino de la Escuela ha significado la posibilidad de mirar un poco más “casa
adentro”, para reconocer los trazos más fuertes en
mi vida, y para experimentar el gozo de escuchar
nuevamente: “quiero alojarme en tu casa”.
Que el Señor nos conceda siempre escuchar su
invitación.
LA ALEGRÍA VIVIDA...
guió. Tus muros vieron tiempos nuevos: la violencia en el mundo, el Concilio, los desencuentros de nuestra Patria, las nuevas búsquedas, nuevos proyectos formativos y una
hermana tuya: la Casa San Pablo, tan soñada
y rezada como vos.
Tus pasillos contemplaron a un Brochero
viejito que anhelaba pastores para sus serranos, a Luque comprometido tenazmente con
la obra. Lo vieron a Angelelli y a Borda soñando junto con todo el presbiterio los tiempos de Concilio.
Tu corazón latió fuerte en las épocas de
“vacas flacas” y apasionado en las primaveras
eclesiales. Viste a Juan Pablo II saludar a tus
habitantes. Acunaste a santos anónimos, silenciosos y comprometidos.
Quienes vemos hoy tus muros
estamos invitados a revitalizarnos con tu historia.
Así naciste casa de Loreto, soñada, acunada en las manos
de esta Iglesia de Córdoba.
Descubrir
lo que guardan tus muros…
Nuestra casa de Vélez Sarsfield cumple 100 años.
Pablo Ardiles
Todos los aniversarios nos invitan a hacer
memoria y éste en particular nos interpela.
¿Qué hay detrás de vos, casa de Loreto? Quienes se te acercan ven una sólida estructura,
pareciera que inquebrantable, una fachada austera, imponente el grueso de tus muros… Este
cumpleaños es una invitación a descubrirte,
querida casa de Loreto, soñada eclesialmente.
Sos el fruto de proyectos pastorales, de pasión apostólica.
Tu nacimiento estuvo marcado por un cambio
de época.
Nuestra Iglesia de Córdoba contemplaba el
enfrentamiento y las incomprensiones de tiempos difíciles. La vieja casa se iba cayendo de a
pedazos, casi se diría que estaba en ruinas.
Los seminaristas y sus superiores peregrinando, en edificios prestados un tiempo, en Los
Molinos otro tanto.
Y un país que iba naciendo y que la Iglesia
no quería abandonar. No quería desentenderse de él.
Quería servirlo, quería anunciarle a Cristo.
¿Cómo hacerlo?
Había que pensar en esos tiempos nuevos
pero cómo hacerlo si aquellos parecían tan
heridos, acechantes…
Pero había que volver la mirada a Cristo, él
hace nuevas todas las cosas.
Había que confiarse a su Corazón que siempre late, sobre todo en tiempos de crisis.
Fue entonces que el Obispo Toro, como
buen pastor, supo hacer de este desafío el camino de toda una diócesis.
Una nueva casa para el Seminario era mucho
más que hacer cálculos de obra.
Al pensar en ella, se pensaba en los sacerdotes para un nuevo tiempo. Y fue la Iglesia
toda en Córdoba que dijo: pidamos al Señor
pastores que sean “hombres comprometidos
con la Fe, la Esperanza y la Caridad, capaces
de animar la consolidación de este país”1
nuevo que estaba alumbrándose.
El desafío de una nueva casa era enorme.
¿Cómo construir sin siquiera terreno? ¿Cómo
pensar en seguir la obra sin fondos económicos?
“Si el Señor no construye la obra en vano se
cansan los albañiles”… (Sal. 127, 1).
La Iglesia toda en Córdoba asumió el desafío: manos para alzar muros, ahorros para
comprar materiales, donación de estipendios.
Esta casa era el sueño y el anhelo de todos.
Era inevitable pensar que era el Señor mismo
que iba construyendo con su pueblo un tiempo
nuevo, del cual esta casa sería un hito.
Pero tu historia, no terminó ahí, sino que si-
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1
Manera, Lidia E.- Villalba, Mirta, N; La Historia
del Seminario Conciliar de Nuestra Señora de Loreto como Casa de Altos Estudios
(1889-1910); Pag. 34.
Boletín Lauretano
61
LA ALEGRÍA VIVIDA...
Formación Permanente
P. Horacio Álvarez
Vicario General
La partida del Padre Martín para realizar estudios de Psicología en la Universidad gregoriana de Roma se inscribe en un contexto diocesano amplio, que tiene que ver con el Seminario y los seminaristas, y también con una de las
necesidades más reiteradas en nuestro proceso
pastoral de estos años: encontrar los caminos
para una formación permanente de todos los
bautizados – particularmente los agentes pastorales (entre ellos los sacerdotes) – que, asumiendo toda la riqueza de las experiencias del
pasado, responda con creatividad a la realidad
actual y nos proyecte al futuro.
Esa formación ha sido adjetivada de muchas
maneras: debe ser permanente, integral, vital y
doctrinal, recogiendo lo mejor de la tradición
cristiana y abierta a las ciencias humanas, para la
acción y en la acción, etc.
Pensando precisamente en esto, que es uno de
los procesos fundamentales que deberemos llevar
adelante en nuestro itinerario pastoral, en estos
últimos años algunos sacerdotes de la Diócesis se
han capacitado realizando estudios bíblicos, dogmáticos, morales, canónicos, pedagógicos, etc. en
la mayoría de los casos accediendo a licenciaturas,
algunos de ellos al doctorado.
En el campo de la Psicología hemos contado
siempre con la valiosísima colaboración de profesionales laicos y consagrados, tanto en el Se-
minario como en el acompañamiento y tratamiento de sacerdotes que lo necesitasen. También algunos sacerdotes seculares hicieron
estudios superiores de Psicología en la Universidad o distintos cursos para capacitarse motivados por sus búsquedas personales o por los
requerimientos de su tarea formativa.
Ésta es la primera vez que un sacerdote de la
Arquidiócesis va a la Facultad de Psicología de la
Universidad Gregoriana, que tiene un gran prestigio por su seriedad y por articulación de sus
propuestas con una visión cristiana integral del
hombre y de la espiritualidad.
Creo que es un paso importante para nuestra
Iglesia Local porque como señalaban las Directrices sobre la preparación de los formadores del
Seminario «para no engañarse ni engañar a
nadie sobre su presunta consistencia y madurez,
no basta “el sentido común”, sino que es menester la mirada atenta y afinada por un profundo y acendrado conocimiento de las ciencias
humanas para ir más allá de las apariencias y del
nivel superficial de las motivaciones y comportamientos y ayudar a las personas a conocerse
en profundidad, a aceptarse con serenidad, a
corregirse y madurar partiendo de las raíces reales, no de ilusiones, y desde el “corazón” de su
personalidad» (57) 1.
Este mismo documento deja en claro «Que la
Boletín Lauretano
62
pedagogía cristiana no subestima ni absolutiza
la aportación de las ciencias humanas” porque lo
que se busca es “una deseable síntesis entre la
experiencia educativa de la Iglesia, madurada a
la luz de la fe, las experiencias del pasado, el
ejemplo de los santos y los resultados bien discernidos de las ciencias del hombre» (58).
La capacitación específica del P. Martín en
este campo será una contribución para enriquecer la formación inicial en el Seminario y la formación posterior de todos los sacerdotes en la
Diócesis, que en el discernimiento realizado en
estos últimos años hemos identificado como
uno de nuestros problemas fundamentales: La
necesidad de una mayor madurez humana
(afectiva y solidaria) y espiritual (vida evangélica
e intimidad con el Señor).
Lo encomendamos al Señor para que pueda
vivir esta experiencia intensamente y nos encomendamos todos a Él para que nos haga “pastores según su corazón”.
1
CONGREGACIÓN PARA LA EDUCACIÓN CATÓLICA,
“Directrices sobre la preparación de los formadores del
Seminario”, 1993.
Boletín Lauretano
63
LA ALEGRÍA VIVIDA...
Gracias Señor…
P. Martín Carranza
Si bien los creyentes estamos llamados a tener siempre un corazón agradecido, cada vez que termina una
etapa de nuestra vida e inicia otra nos toca vivir un
“tiempo especialmente oportuno” para esta actitud… y
así me siento en este momento, en que, luego de seis
años y medio de servicio como formador en nuestro Seminario, se me encomienda partir hacia Roma por unos
años para profundizar mi formación y capacitación.
Recuerdo como si fuera ayer el día en que nuestro
Obispo me pidió incorporarme al nuevo equipo de formadores: los miedos, sueños y esperanzas, el dolor de la
partida de la parroquia, y tantos sentimientos encontrados que querían ser amasados en la fe. Hoy, miro todos
estos años transcurridos como un puente asentado entre
aquel ‘Sí’ y el ‘Sí’ que hoy doy en esta nueva peregrinación; y en esta mirada no puedo menos que decir honestamente y desde adentro: “gracias Señor”; y cantar con
María… ‘Mi alma proclama la grandeza del Señor…’.
- Gracias Señor por este tiempo apasionante de nuestra Iglesia en Córdoba, por sus búsquedas compartidas,
por su discernimiento confiado y abierto a escuchar tu
voz aún en los más pequeños; gracias por el rostro de
iglesia al que nos llamas, por el Plan Pastoral, por la presencia sabia y paternal del Obispo, por respirar el aire
fresco de una Iglesia más discipular y misionera.
- Gracias Señor por esta etapa de renovación seria
y paulatina que vive nuestro Seminario… por los que la
hicieron posible antes, durante y los que la continuarán
después. Siento el gozo de haber sido testigo y protagonista en este camino de plasmar y encarnar el actual Proyecto Formativo: para formar los pastores que la gente
de nuestra Córdoba hoy necesita, verdaderos y alegres
discípulos de Jesús, servidores de su Reino.
- Gracias por los sacerdotes del equipo de formadores. En ellos encontré verdaderos hermanos y amigos,
compañeros de búsquedas, de lucha en las tormentas,
de sueños y dolores compartidos. Gracias por su testi-
monio, su comprensión, su generosidad y su cariño.
Gracias por sus vidas sacerdotales siempre abiertas a
tu querer.
- Gracias por cada uno de los seminaristas que confiaste a mi ministerio pastoral; por el testimonio de sus
vidas entregadas, por sus deseos de crecer, por los momentos de la vida cotidiana con ellos vividos, porque
me fuiste enseñando a ser un padre para ellos y con
ellos un discípulo.
- Gracias Señor por el testimonio de servicio y caridad de las Hermanas de la Virgen Niña; en ellas, me
has mostrado la fidelidad y perseverancia, y la humildad hecha servicio. Gracias por todas las personas que
prestan servicio en nuestra casa y en el Instituto… sé
que no es lugar para nombrar a todos pero es por cada
uno mi gratitud y mi cariño.
- Gracias por tantas instancias de trabajo y formación vividas en comunión a lo largo de estos años: por
los encuentros con formadores de los otros seminarios,
por los vividos en nuestra Región Centro, por las Jornadas Pastorales, los equipos de trabajo con tantos laicos y laicas que colaboraron en diversas instancias a lo
largo del camino; gracias por la formación y capacitación recibidas en la Escuela de Formadores, y por el regalo inmenso de la fraternidad sacerdotal.
- Gracias por los momentos de dolor y desencuentro, por haber sufrido con otros también la incomprensión, la frialdad o el desprecio, porque siempre éste ha
sido el sello que ha marcado las obras en las que tu Espíritu ha sido protagonista.
- Gracias también por tantas veces que debí pedirte
y pedir perdón. Por mis múltiples límites que me obligan a recordarme polvo, uno más entre tantos, llamado sólo a servir, con la confianza puesta no en las
propias fuerzas sino en tu fidelidad.
Así, con el corazón agradecido como el de María, le
encomiendo a ella, la Madre, este nuevo tiempo, rogando que sea de gracia y bendición para nuestra Iglesia.
Gracias, Martín.
El Señor te trajo a nuestra comunidad, y el
Señor te lleva ahora a otra misión. Damos gracias
a Dios por tu presencia entre nosotros, por tu entrega generosa cada día, por tu constante actitud
fraterna, por la seriedad de tus búsquedas, por
tantos momentos compartidos. Y damos gracias
a Dios por tu respuesta fiel, cargada de renuncia,
que has dado en este tiempo nuevo para vos.
Pedimos al Señor de la historia y de cada una de
nuestras historias, que te siga acompañando, y te
sostenga en la confianza. Te acompañamos desde
la Eucaristía de cada día, haciendo de nuestra propia fidelidad un modo de permanecer unidos a
vos en el Amor de Jesús.
Boletín Lauretano
¡Gracias, Martín!
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LA ALEGRÍA VIVIDA...
LA ALEGRÍA VIVIDA..
Bienvenido P. Martín Bastos
Amigos del Seminario Mayor
de Córdoba
Dejaste tu querida comunidad de Nuestra Señora del
Rosario, de Tanti, para sumarte al camino del Seminario, la
casa que te vio crecer en tu corazón sacerdotal, y que te
recibe otra vez, para compartir con otros la alegría de seguir a Jesús. Te agradecemos tu generosidad y tu disponibilidad, y damos gracias a Dios por tu sacerdocio, vivido
ahora entre nosotros, como un regalo que nos enriquece.
Pedimos a María de Loreto que te bendiga, te acompañe
y te fortalezca con su testimonio de discípula y su cariño
de Madre.
¡Gracias, Martín!
¡Bienvenida!
La hna. María Haydée Canale (de la Virgen Niña), se encuentra viviendo desde principio de año en la casa de las
hermanas. Está cursando los estudios del 2º año de la carrera de Fonoaudiología; además presta el servicio de
apoyo escolar en Bº K8 de nuestra ciudad.
Te damos la bienvenida y le pedimos a Dios que te acompañe en este tiempo.
Despedida Mariana
Queremos agradecer y encomendar a Dios el paso de
Mariana Di Raimondo por nuestra comunidad.
Nos estuvo acompañando en el área de comunicación institucional y de recepción. La encomendamos al Señor en
esta nueva etapa de su vida, para que él haga fructificar
sus dones y talentos.
Boletín Lauretano
66
Itala Cima de Navarro Alba y María Marta del Campillo
en nombre de los Amigos del Seminario.
Amigo-ga (del latín. amicus): que tiene amistad,
y esto significa afecto entre personas puras y desinteresadas que nacen y se fortalecen con el trato. Verdaderamente este es el anhelo que tenemos los
“Amigos” del Seminario Mayor de Córdoba.
Sabemos que junto a María, “El Libro de Oro” de
los cristianos, encontraremos nuestras propias defensas espirituales. Venimos a encontrar la Paz, buscando siempre una cultura cristiana, arraigada a los
valores del Evangelio; por eso aquí es bueno estarse;
se está como en el Paraíso, pues el Espíritu Santo ha
establecido su morada y, en cada exposición del Santísimo que solemos tener los días sábados en nuestros encuentros, nos fortalecemos sabiendo que
siempre Él, junto a María, va llenando nuestros corazones de buenas intenciones, sabiduría y mucho
amor al prójimo.
Nuestro deseo seguramente apunta a acortar distancias, saliendo y encontrándonos con nuestros hermanos más necesitados.
En este año, nosotros, los amigos del Seminario,
vamos cumpliendo los 5 años de vida y, como queremos que el sol salga para todos, los invitamos a sumarse a nuestra comunidad para que podamos
formar cada día Hombres Nuevos, para una Patria
Nueva, donde reine el fuego de la Caridad.
Nos sentimos muy agradecidos con los Padres Carlos Ponza, Daniel Blanco, Daniel Ferreira, Martín Carranza y Marco Bustos, por los ricos aportes que nos
dan y su permanente compañía en los encuentros.
También agradecemos a las Hermanas: Josefina,
Antonia, Romilda y Haydee, quienes con su entrega
humilde, silenciosa y sencilla están siempre presente.
Ahora bien, pidámosle al Espíritu Santo, que crezcamos en número y, podamos cada día discernir y
fortalecer todos juntos, el amor a Dios y al prójimo.
Nos queda preguntarnos ¿Cómo llevamos a la práctica, lo que meditamos en cada encuentro? ¿Qué obra
hacemos como fruto del conocimiento de la Palabra?
Boletín Lauretano
67
LA ALEGRÍA VIVIDA..
Otras características tuvo la novena del año
2007. Si bien se mantuvo en el espíritu que nos
mueve cada año a honrar a nuestra Madre, quisimos vivir mejor el lema pastoral que propuso
nuestro Padre Obispo a toda la diócesis para ese
año: “Con Jesús salimos, confiamos, nos valoramos”. Por este motivo algunos días “salimos”
hacia las parroquias donde se encontraban viviendo los seminaristas del ETM I1. En la Parroquia “María Madre del Redentor y de los Santos
Juan y Pablo”, rezamos por “Las Vocaciones”, y
en la Parroquia “San Juan Bautista” por “Las comunidades parroquiales”. También celebramos
en la Capilla de las hermanas de la “Virgen Niña”
con intención particular por “Las misiones”.
Los restantes días permanecimos en casa rezando fraternalmente, y en uno de ellos oramos
y compartimos con miembros de la Pastoral Penitenciaria.
Es un tiempo propicio para estar más cercanos a María, para agradecerle todos los dones
recibidos en el año que acaba y también para
suplicarle que continúe acompañándonos a quienes buscamos incesantemente a Jesús junto a
Ella, que deseamos verlo, escucharle, hablarle,
seguirle..., ser “Discípulos de Jesús servidores del
Reino”2.
La novena a
“Nuestra Señora de Loreto”
“Tu Madre y tus hermanos están fuera y quieren verte”
(Lc. 8,20)
Rodrigo Longo
Nuestro querido Seminario Mayor de Córdoba está entregado al cuidado y a la maternal y
delicada guía de María Santísima, bajo la advocación de “Nuestra Señora de Loreto”.
Este título, de entre muchos otros que tiene
Nuestra querida Madre, nos recuerda lo que una
piadosa tradición transmite acerca del traslado,
por parte de los ángeles de Dios, del humilde
hogar que habitaron Jesús, María y José en Nazaret (Israel), hasta Loreto (Italia).
Sintiéndonos profundamente agradecidos
con la “Madre de nuestro Seminario”, como lo
fue en su casa de Nazaret, la honramos todos
los años, especialmente en su Fiesta del 10 de
diciembre, fecha en que se la festeja universalmente como “Nuestra Señora de Loreto”.
Nueve días antes, el primero de diciembre,
que coincide con la dedicación de nuestro Templo, empezamos los festejos. Lo hacemos rezando de manera más solemne las Laudes, el
Rosario y sobre todo la Santa Misa. La novena
concluye el 10 con la Celebración de la Eucaristía, en la que participan, además de la Comunidad del Seminario, ex alumnos – ahora sacerdotes, en ésta o en otras diócesis –, religiosos,
profesores, familiares, bienhechores y todos
aquellos que desean compartir nuestra alegría.
En los dos últimos años la novena tuvo ciertos
matices, acorde a los acontecimientos nuevos
que se iban sucediendo en medio nuestro.
En este sentido, en el año 2006 cada día rezamos con una intención central. El primero lo dedicamos a orar por “las misiones”, junto a miembros de la “Comisión Arquidiocesana de Misiones”, compartiendo posteriormente un desayuno fraterno. Al día siguiente rezamos por la
“comunidad eclesial”, con la particularidad que
lo hicimos en medio de un viaje a Villa María,
cuando íbamos a participar de la asunción de
Monseñor Rovai, como obispo de esa diócesis.
En los días sucesivos oramos por “las parroquias”; por “los niños”; por la institución “Cáritas”; por “la familia”; por “los jóvenes”; por
la “Pastoral de la salud”; y finalmente por “las
vocaciones sacerdotales”.
En las diferentes jornadas estuvimos acompañados por personas representativas de esas intenciones, así compartieron con nosotros: miembros de comisiones, nuestras familias, agentes
pastorales, niños que viven en el “Hogar del
padre Aguilera”, jóvenes de parroquias, y distintos laicos, religiosas y sacerdotes
1
Con las siglas ETM I nos referimos a la Etapa de transición al ministerio apostólico I
2
SEMINARIO MAYOR “NUESTRA SEÑORA DE LORETO”, Discípulos de Jesús, servidores del Reino. Formar pastores para
Córdoba en nuestro tiempo. Proyecto Formativo. UCC. 2007
Boletín Lauretano
68
Boletín Lauretano
69
LA ALEGRÍA HECHA TESTIMONIO...
Desde la Caridad Discípulas
Misioneras: 100 años haciendo visible
el amor misericordioso del Padre
“...al pasar junto a él, lo vió y se conmovió. Entonces se acercó y vendó
sus heridas...”
(Cfr. Lc. 10. 33-34)
Rubén Carrizo
Muchas veces cuando se nos invita a escribir
sobre una persona o personas, un acontecimiento,
una institución o sobre los hechos cotidianos, nos
puede resultar fácil o difícil, raro pero cierto ¿no?
Resulta fácil si nos proponemos sólo contar, informar y nada más, pero cuando sobre quienes tenemos que escribir son parte de nuestra familia,
cuando hay mucho para agradecer en el corazón,
cuando forman parte de nuestra historia personal y
de la de varias generaciones, pero sobre todo forman parte de la historia de la Iglesia, el desafío es
mayor pero hermoso, porque invita a pasar por el
corazón todos los momentos vividos, a buscar los
recuerdos y revivir historias que han quedado atesoradas en el corazón de muchos y muchas; es así
que las mismas son muy variadas y muy ricas.
La invitación a escribir sobre el año jubilar de las
“hermanitas del Seminario”, como cariñosamente
fueron llamadas, y quizás aún hoy las llaman, es un
gran desafío pero hermoso. Como saben, 100 años
de presencia amorosa y donada en la Argentina da
para escribir mucho; por eso es bueno empezar por
el principio: el Instituto de las Hermanas de la Caridad de las Santas María Bartolomé Capitano y Vicenta Gerosa, llamadas Hermanas de la Virgen Niña
fue fundado en Lóvere (Bérgamo-Italia) el 21 de
Noviembre de 1832 por dichas Santas.
Este Instituto nació en respuesta a las necesida-
des de un momento histórico, que anunciaba profundos cambios sociales, culturales, y económicos.
Desde entonces las hermanas enriquecen a nuestra
Iglesia con el carisma de la CARIDAD a imitación de
Jesús Redentor; se hacen signo abriéndose a la compasión por las situaciones de miseria humana, sirviendo a los hermanos en sus necesidades materiales
y espirituales.
Es así que las hermanas, reciben hacia el 1900
la invitación de Mons. Locatelli para fundar en Argentina, y el Papa Pío X bendice a las primeras misioneras que llegan a nuestro país el 18 de Abril de
1909; los comienzos fueron duros pero vividos con
dedicación y amor a los niños huérfanos, a Jesús y
a su vocación misionera.
Boletín Lauretano
70
En 1912 nace una nueva comunidad, Villa del Parque, de la cual parten hermanas para otros países
de América, hacia el interior del país, hacia hospitales, escuelas, hogares y seminarios.
Es acá donde entramos nosotros en esta historia,
que comienza con un pedido de Mons. Lafitte Arzobispo de Córdoba: religiosas para atender a los seminaristas del Seminario Mayor Nuestra Señora de
Loreto (empresa nada fácil tanto ayer como hoy).
Gracias a la respuesta generosa de Sor Lorenzina
Bernasconi llegan a nuestra casa las hijas de Bartolomea y Vicenta en 1930, y así lo testimonian el Boletín
Eclesiástico y el Boletín Lauretano de la época:
“En la casa que contigua al Seminario se les ha
preparado al efecto, han quedado instaladas las
R.R. Hermanas de la Caridad de la Virgen Niña...Su
misión atender a la alimentación de los seminaristas...El Boletín Eclesiástico felicita al Seminario por
tan bella adquisición” 1
“Nuestro querido Seminario, que tanto tiene que
agradecer al Dios de las Bondades infinitas, ha aumentado este año su ya inmensa deuda,... se ha levantado adyacente a nuestra querida “Casa de
Loreto” un cómodo edificio, y se han instalado en
él algunas Hermanas de la benemérita “Congregación de la Virgen Niña”...esta bendita Casa de Loreto no puede dejar de estar agradecida a estas
santas representantes de esa Congregación Modelo...” 2
Una vez instaladas en su nueva casa fue cuestión
de poco tiempo para que las hermanas con su luz
de amor y caridad no sólo se
abocaran al seminario, sino
que surgieran la catequesis,
la academia de labores, el
cine y tantas obras que mostraron y muestran el rostro
de Jesús a través de la entrega de “las hermanitas del
seminario”. Por esto y
mucho más que damos Gracias a Dios por estos 100 años en Argentina y por
sus 78 años formando parte de nuestra familia del
seminario; nos hacemos eco de las palabras de
nuestro Papa Benedicto XVI:
“Con generosidad, e incluso con heroísmo, seguid
trabajando para que en la sociedad reine el amor, la
justicia, la bondad, el servicio y la solidaridad, según
el carisma de vuestros fundadores. Abrazad con profunda alegría vuestra consagración, que es medio de
santificación para vosotros y de redención para vuestros hermanos.” 3
1
Boletín Eclesiástico de la Arquidiócesis de Córdoba,1930
Boletín Lauretano ,Nº 18, 1930
3
S. S. Benedicto XVI, Discurso de la Sesión Inaugural de Trabajos
de la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y
del Caribe, Salón de Conferencias, Santuario de Aparecida, Brasil,
Domingo 13 de Mayo de 2007
2
Boletín Lauretano
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LA ALEGRÍA HECHA TESTIMONIO...
Traslado de los restos del Padre Bordagaray
Breve semblanza del
Padre Bordagaray
Federico Ridissi
Omar J. M. Candela
Este acontecimiento del traslado de los restos de
Monseñor Eladio Pedro Bordagaray, al lugar que
siempre deseó, la capilla del Seminario de los Molinos, es una oportunidad para recordar algunos aspectos de su vida.
Me parece que lo primero que hay que destacar
es lo que marcó su vida. Cuando joven estudiante,
en la Facultad de Derecho de la UNC, se produce
aquello que lo ha de marcar para el resto de su
existencia: el ENCUENTRO personal con Jesucristo,
al que frecuentemente hacía referencia. Ese encuentro lo dio vuelta como una media, expresión
que le gustaba usar, para significar lo importante y
maravilloso que es el cambio de rumbo en la vida,
encontrándole sentido verdadero a todo el quehacer del hombre.
Quienes tuvimos la gracia de conocerlo y compartir con él tantos momentos de nuestras vidas,
podemos afirmar lo que significa vivir el servicio
como una actitud de amor y desprendimiento. Él
no lo hizo como una declamación sino como una
actitud permanente; a la vida vale la pena “quemarla” en el servicio y entrega a los demás, era una
expresión frecuente en él.
Quisiera resaltar su actitud de pastor que cuida
y guía por el mejor camino. En años difíciles y con
muchos jóvenes inquietos por producir cambios,
nos ayudó a obrar jugándonos, él junto a nosotros.
Podemos recordar con cariño y respeto su figura
sacerdotal: consejero, siempre dispuesto a escuchar, no importaba la hora o el lugar; una disponibilidad al servicio y ayuda para descubrir lo mejor
sin imponer su criterio sino ayudando a que, libremente, se descubriera el quehacer. Siempre nos
motivaba con aquella frase que nos repetía: “no te
conformes con ser bueno, se santo”. Eso sólo se
puede lograr a partir del encuentro personal con
Jesucristo.
Esto, y tantas otras facetas del “Padre Borda”,
hay que remarcarlo en el contexto de la inmensa
valoración y respeto que tenía por el laico. Nos
ayudó a asumir el compromiso de un testimonio de
vida en todo tiempo y lugar; todo ello vivido en un
gran amor a la Iglesia y fidelidad al Papa y al Obispo,
como él supo vivirlo y testimoniarlo sin doblez.
Por todo ello, y muchas cosas más que uno podría decir, reitero mis muchas gracias al Señor por
habernos dado la posibilidad de conocer a un pastor con un corazón semejante al suyo.
Boletín Lauretano
72
El lunes 4 de agosto, día del párroco, trasladamos
los restos de Monseñor Pedro Eladio Bordagaray a la
capilla de la Casa de Nazaret en los Molinos. Por la
mañana nos reunimos en la Iglesia Catedral para rezarle un responso, ya que sus restos estaban en la
cripta de la misma. El mismo fue celebrado por el
Padre Horacio Álvarez, Vicario General de la Arquidiócesis. Antes de comenzar, nos predispusimos rezando el rosario pidiendo por su eterno descanso.
Asistieron muchas personas, entre los cuales se encontraban parientes, sobrinos y primos, de Entre Ríos
(de donde era oriundo el Padre Borda).
Repartimos unos recordatorios: una sencilla tarjeta
con su foto, su nombre y una cita bíblica. “Para mí la
vida es Cristo, y la muerte, una ganancia” (Fil. 2,21).
Y al dorso estaba una frase que Borda siempre decía:
“No te conformes con ser bueno, se santo”.
Terminado el responso, partimos hacia Los Molinos,
para celebrar la misa y dejar sus restos en el lugar que
él deseaba. A las 11:00 hs comenzó la Misa presidida
Mons. Carlos Ñáñez. El padre Carlos, en la
homilía, lo recordó con anécdotas y cosas
que habían compartido a lo largo de su camino sacerdotal. Luego, colocamos sus restos en el ingreso a la capilla, y se descubrió
una placa conmemorativa.
Al finalizar pasamos al comedor de la
casa para el almuerzo. Allí proyectamos un
audiovisual, sobre el padre Borda, donde se
contó su vida y en donde pudimos ver partes de una entrevista que se le hizo en televisión. Fue emocionante vislumbrar la obra
de Dios en su vida y como fue respondiendo
al llamado de Dios en su corazón; también
la vida de entrega que tuvo al servicio de los hermanos, en nuestra Arquidiócesis y, particularmente, en
nuestro Seminario. Después compartimos el almuerzo con muchos sacerdotes que lo querían, los
familiares que habían podido participar, laicos y los
seminaristas.
Cuando el almuerzo estaba concluyendo, el padre
Kelo Giaccaglia, también lo recordó con unas palabras sencillas y espontáneas. Se sumó una sobrina,
que agradeció el cariño con el que se lo había tratado
a Borda durante su vida en Córdoba. Expresó que sus
hermanos y sobrinos siempre lo vieron contento en
Córdoba y contenido. Esto se vio manifestado a lo
largo de todo el día.
Este acontecimiento cumpliendo la voluntad del
Padre Borda fue un modo de agradecerle el ejemplo
que nos dejó como sacerdote y pastor del pueblo de
Córdoba. Aún hoy, los sacerdotes que compartieron la
vida con él nos hablan de sus gestos, sus palabras y su
vida que fueron tan significativos para sus caminos.
Boletín Lauretano
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LA ALEGRÍA HECHA TESTIMONIO...
“Navega mar adentro y echen
las redes…”
(Lc. 5, 4)
P. Adrián Pablo Castagnoviz
La Pascua de este año pintaba ser distinta. Y
pucha si lo fue, la primera como CURA. Encima se
celebró antes, así que el comienzo del año fue un
poquito agitado. Preparaciones, encuentros, retiro, pero todo nos iba llevando a ese día tan esperado: viernes 14 marzo. Al otro día, entre
primeras misas, comenzaba la Pascua, empezaba
un nuevo momento de mi vida como sacerdote…
Si tuviera que remarcar lo que más he sentido en este poco tiempo de ordenado sería: la
ALEGRÍA…
Alegría al recordar cuando Jesús saltó el mar
de mis dudas y miedos, y subiendo a mi vida me
hizo gustar la salvación y el desafío de ser su discípulo. Fue muy bueno descubrir que siempre
había estado, simplemente esperaba el momen-
Boletín Lauretano
74
to oportuno. ¡Y acertó! Mi corazón se rindió
ante tanto amor que me levantaba de mi pecado y me regalaba una vida nueva, más libre,
como hijo de Dios…
Alegría al encontrarme con otros que estaban
en las mismas que yo: habían sido cautivados
por Jesús. Nos encontramos en el camino del
Seminario, compartiendo los sueños, las expectativas y desafíos que genera el encuentro con el
Señor, la alegría de descubrirlo cerca y de ver lo
que iba produciendo en nosotros. Muchos tomaron caminos diferentes, pero Jesús nos sigue
uniendo en la amistad. Me ordené con Martín,
Roberto y Hugo, los cuatro con el corazón hinchado por la felicidad agarramos las redes y salimos a navegar siguiendo a ése que nos había
y nos seguirá cambiando la vida…
Alegría de ser recibido y alentado por los
curas de nuestra diócesis y por otros, a los que
nos une el ministerio. Han sido y son muy importantes aquellos que antes que yo se han animado a ser sacerdotes porque con sus palabras,
su ejemplo, sus alegrías, desafíos y tristezas me
van enseñando que es posible ser fiel y ser feliz
en este ministerio.
Alegría de estar en la comunidad San Juan
Evangelista, que me recibió como seminarista,
me acompañó hasta la ordenación y hoy me
permite caminar como cura. Ella ha hecho posible que mi corazón empezara a descubrir a
Jesús caminando por las calles, en los hogares,
en los templos; su mirada y su llamado a acortar
distancias entre nosotros, para que haya lugar
para todos. La comunidad me contagia a cada
momento la verdadera felicidad, la que tiene su
origen en el amor de Dios y que traspasa toda la
vida, fortaleciéndola, incluso en los momentos
más difíciles y oscuros, porque cuando el Señor
está, siempre hay esperanza…
Gracias a mi familia, que me bancó y apoyó
en cada cosa, que continúa apoyándome y me
permite seguir las huellas de Jesús; a mis amigos, que siempre están; al Seminario, que con
mucha paciencia siempre me dio una oportunidad para poder ir cambiando el corazón y descubriendo el rostro de Dios; a la comunidad de
Despeñaderos y en las que estuve, al Obispo y a
los curas por su cercanía y ejemplo; a Martín,
Roberto y Hugo, por su compañía y su confianza; gracias a todos ellos porque hacen posible mi encuentro con el Señor y que me siga
animando a tirar las redes…
Boletín Lauretano
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LA ALEGRÍA HECHA TESTIMONIO...
Ordenaciones,
Acolitados, Lectorados y Admisiones
«Los jóvenes son sensibles a descubrir su vocación a ser amigos y discípulos de Cristo. Están llamados
a ser “centinelas del mañana”, comprometiéndose en la renovación del mundo a la luz del Plan de Dios.
No temen el sacrificio ni la entrega de la propia vida, pero sí una vida sin sentido. Por su generosidad, están
llamados a servir a sus hermanos, especialmente a los más necesitados con todo su tiempo y vida (…)
En su búsqueda del sentido de la vida, son capaces y sensibles para descubrir el llamado particular que el
Señor Jesús les hace. Como discípulos misioneros, las nuevas generaciones están llamadas a transmitir a
sus hermanos jóvenes sin distinción alguna, la corriente de vida que viene de Cristo, y a compartirla en
comunidad construyendo la Iglesia y la sociedad.» Aparecida 443
Admisiones
Pablo Ardiles, Pablo Viola y Emmanuel Zambrano
fueron admitidos como candidatos al orden
sagrado. La celebración fue el 13 de abril,
en el marco de la Jornada mundial de Oración
por las Vocaciones,
en el Colegio Gabriel Taborín, Córdoba.
Ordenaciones sacerdotales
Adrián Castagnoviz, Martín Cervato,
Roberto Ortín, Hugo Villagra fueron
ordenados sacerdotes el 14 de marzo
en el Estadio Corazón de María, Córdoba.
Ordenaciones diaconales
Marcelo Renardi fue ordenado diácono
el 17 de noviembre en la Parroquia María
Madre del Redentor y de los Santos Juan
y Pablo, Bº Urca, Córdoba.
Diócesis de Cruz del Eje:
Acolitado
Sergio Colmenares y Claudio Molina
recibieron el ministerio del acolitado
el 31 de octubre en la Capilla del Seminario
Mayor.
Acolitado
Rubén Campos recibió el ministerio del
acolitado el 13 de abril en la Iglesia
Catedral, Parroquia Ntra. Sra. del Carmen,
Cruz del Eje.
Lectorado:
Pablo Ardiles, Diego Bastos Magi y
Javier Verdenelli recibieron el ministerio
del lectorado el 31 de octubre
en la Capilla del Seminario Mayor.
Aniversarios Sacerdotales
«Valoramos y agradecemos con gozo que la inmensa mayoría de los presbíteros vivan su ministerio con fidelidad y sean modelo para los demás, que saquen tiempo para su formación permanente, que cultiven una vida espiritual que estimula a los demás presbíteros, centrada en la
escucha de la Palabra de Dios y en la celebración diaria de la Eucaristía: “¡Mi Misa es mi vida y
mi vida es una Misa prolongada!”(Beato Alberto Hurtado)»
Aparecida 191
Bodas de Plata Episcopales
Miani, Elmer Osmar (Córdoba) 12- XII -1983
Rey, Rafael (Mendoza) 3 - VII -1983
Yegros Estigarribia, Celso (Paraguay) 29 - V -1983
Bodas de Oro Sacerdotales
Camilloni, Calixto Adolfo (Córdoba) 0 - IX -1958
González, Pedro Donato (San Francisco) 20 - IX-1958
Miani, Elmer Osmar (Córdoba) 20 - IX- 958
Rey, Rafael (Mendoza) 20- X -1958
Sánchez García, César (Córdoba) 31- V -1958
Bodas de Plata sacerdotales
Arroyo, Norberto Isaac (Córdoba) 8 - XII -1983
Astudillo, Miguel Ángel (Río Cuarto) 10 - XII -1983
Báez, Roberto Oscar de San Antonio (Río Cuarto) 10 - XII -1983
Bustamante, Alberto Agustín (Córdoba) 8 - XII -1983
Cuenca Revuelta, Marcelo Alejandro (Córdoba) 8 - XII -1983
Jofré Giraudo, Samuel (Córdoba) 8 - XII -1983
Mateo, Marcelo Oscar (Santa Fe) 12 - XII - 1983
Palacios, Francisco José (Córdoba) 8 - XII - 1983
Russo Granero, Miguel Ángel (San Luis) 8 - XII -1983
Sepúlveda, Iván Patricio (Mendoza) 22 - XII -1983
Silvetti, Héctor E. Pablo (Río Cuarto) 10 - XII -1983
Stoffel, Edgar Gabriel (Santa Fe)12 - XII -1983
Partieron a la Casa del Padre
Regueiro, Miguel Ángel 1- IV - 2008
Scadutto, Félix Benito 7- XI - 2008
Boletín Lauretano
76
Boletín Lauretano
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COMUNIDAD DEL SEMINARIO
I. RESIDENTES EN LA CASA
DE HIPÓLITO YRIGOYEN 64
Etapa del comienzo del seguimiento
en una comunidad discipular
PRIMERO DE FILOSOFÍA (Año Introductorio)
Carlos Fernando Lazarte
Dirección: Kermes 154, León Rouges, Montero
(Tucumán).
Parroquia de Origen:Ntra. Señora del Rosario,
Montero (Tucumán).
Celular: 0351- 156751225
Correo-e: [email protected]
Fecha de nacimiento: 17/II/82
Pastoral: Parroquia Visitación de Ntra. Señora
y San Alfonso María de Ligorio, B° Argüello,
Córdoba.
Formador de la etapa: Padre Marco Bustos
Etapa de la verificación y la decisión
por la propia vocación
Diego Casimiro López
Leandro Javier Arias
Dirección: La Rioja 879, Bº Centro, Córdoba.
Parroquia de Origen: Santísima Trinidad.
Celular: 0351- 153344985
Correo-e: [email protected]
Fecha de Nacimiento: 16/XI/79
Dirección: Deán Funes 240 PB, Río Ceballos.
Parroquia de Origen: Ntra. Señora de los Dolores.
Teléfono: 03543-452929
Celular: 03543- 15623026
Correo-e: [email protected]
Fecha de Nacimiento: 7/IV/82
Pastoral: Parroquia Visitación de Ntra. Señora
y San Alfonso María de Ligorio, B° Argüello,
Córdoba.
Marcos Fabián Nicolodi
Dirección: Ramón Mestre 256, Colonia Tirolesa.
Parroquia de Origen: Nuestra Señora deLuján.
Celular: 0351- 153475082
Correo-e: [email protected]
Fecha de Nacimiento: 19/I/83
Federico Ridissi
Dirección: Libertad 1055, Jesús María.
Parroquia de Origen: Jesús y María.
Celular: 0351- 153457249
Coreo-e: [email protected]
Fecha de Nacimiento: 01/V/88
Pastoral: Parroquia Señor del Milagro
y Virgen del Milagro, B° Ayacucho, Córdoba
y Parroquia Nuestra Señora de Luján
y San Fermín, B° Sargento Cabral, Córdoba.
SEGUNDO DE FILOSOFÍA
TERCERO DE FILOSOFÍA
Hernán Ariel Ceballos
Maximiliano Alejandro Arévalo
Dirección: Av. Los sauces 4051, Talleres Sur,
Córdoba.
Parroquia de Origen: Nuestra Señora de la
Medalla Milagrosa.
Teléfono: 0351- 4573138
Celular: 0351- 152008955
Correo-e: [email protected]
Fecha de Nacimiento: 04/II/83
Dirección:12 de Octubre 3341, B° Alto Alberdi,
Córdoba.
Parroquia de Origen: San Jerónimo.
Celular: 0351-156295324
Correo-e: [email protected]
Fecha de Nacimiento: 21/VI/88
Pastoral: Parroquia Nuestra Señora del Trabajo,
Bº Villa El Liberdador, Córdoba
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PRIMERO DE TEOLOGÍA
Rubén Darío Carrizo
Dirección: Galicia 2981, B° Colón, Córdoba.
Parroquia de Origen: Centro Manresa,
Compañía de Jesús.
Celular: 0351-156557942
Correo-e: [email protected]
Fecha de Nacimiento: 27/I/79
Pastoral: Parroquia Ntra. Señora de los Dolores,
Río Ceballos.
Carlos Rodrigo Longo
Dirección: Sucre 281, 11‘A’, B° Centro, Córdoba.
Parroquia de Origen: Ntra. Señora de la Asunción.
Teléfono: 0351-4242595
Correo-e: [email protected]
Fecha de Nacimiento: 30/IX/75
Pastoral: Parroquia Jesucristo Salvador del Mundo,
Bº Comercal, Córdoba.
Formador de los dos primeros años
de la etapa: P. Martín Bastos Magi
Pablo José Márquez
Dirección: Martiniano Scieppaquercia 2650,
B° Los Cerveceros, Córdoba.
Parroquia de Origen: Ascensión del Señor.
Teléfono: 0351-4646943
Celular: 0351-155329636
Correo-e: [email protected]
Fecha de Nacimiento: 21/II/84
Pastoral: Parroquia Nuestra Señora del Trabajo,
Bº Villa El Libertador, Córdoba.
José María Molina
Dirección: Hipólito Irigoyen 1027, Río Segundo.
Parroquia de Origen: Nuestra Señora de Lourdes.
Teléfono: 03572-422242
Celular: 0351- 152277537
Correo-e: [email protected]
Fecha de Nacimiento: 6/XII/80
Pastoral: Parroquia San Jerónimo, Bº Alberdi,
Córdoba.
Nicolás Omar Jorge Pedernera Peralta
Dirección: Juan Cavero 187, B° Bajada de Piedra,
Córdoba.
Parroquia de Origen: San Ramón Nonato.
Teléfono: 0351-4527258
Celular: 0351-155940110
Correo-e: [email protected]
Fecha de Nacimiento: 15/X/80
Pastoral: Parroquia Jesucristo Salvador del Mundo,
Bº Comercial, Córdoba.
Formador del último año de la etapa:
Padre Daniel Ferreira
Boletín Lauretano
79
Diego Bastos Magi
II. RESIDENTES
EN LA COMUNIDAD SAN PABLO.
Pablo de Guzmán 615 esq. Alonso de Ubeda.
B° Marqués de Sobremonte, Córdoba.
Tel.: 0351-4768501
Etapa de la progresiva identificación
con la vocación apostólica
Dirección: Juan B. Justo esq. Suquía s/n,
Cosquín.
Parroquia de Origen: Ntra. Señora del Rosario
del Milagro.
Teléfono: 03541-453159
Celular: 03541-15567307
Correo-e: [email protected]
Fecha de Nacimiento: 27/XII/81
Norberto Javier Verdenelli
SEGUNDO DE TEOLOGÍA
Pablo Cesar Viola
Dirección: Nicolás Avellaneda, Bº Alta Córdoba,
Córdoba.
Parroquia de Origen: Parroquia Señor del Milagro
y Virgen del Milagro, B° Ayacucho, Córdoba
Celular: 0351-153428300
Correo-e: [email protected]
Fecha de Nacimiento: 11/VII/79
Dirección: Tristan Narvaja 1893, B° San Vicente,
Córdoba.
Parroquia de Origen: Inmaculada Concepción.
Teléfono: 0351-4554067
Celular: 0351-153268097
Correo-e: [email protected]
Fecha de Nacimiento: 4/XI/80
Pastoral: Parroquia Ntra. Señora de los Dolores,
Bº Marqués de Sobremonte, Córdoba.
Formador de la etapa: Padre Daniel Ferreira
Emmanuel Darío Zambrano
Dirección: Remedios de Escalada 610,
Río Ceballos.
Parroquia de Origen: Ntra. Señora de los Dolores.
Teléfono: 03543-452270
Celular: 03543-15517171
Correo-e: [email protected]
Fecha de Nacimiento: 23/VIII/79
III. RESIDENTES EN PARROQUIA
Etapa de transición al ministerio
apostólico I
CUARTO DE TEOLOGÍA
TERCERO DE TEOLOGÍA
Pablo Rodrigo Ardiles
Dirección: Tomás de Irobi 805,
B° Marqués de Sobremonte, Córdoba.
Parroquia de Origen: Ntra. Señora de los Dolores.
Teléfono: 0351-4762662
Celular: 0351-153293675
Correo-e: [email protected]
Fecha de Nacimiento: 18/XI/74
Sergio David Colmenares
Dirección: San Martín esq. Gral. Roca 303, Toledo.
Capilla de Origen: Ntra. Sra. del Perpetuo Socorro
Teléfono: 0351-4905201
Celular: 0351-155958149
Correo-e: [email protected]
Fecha de Nacimiento: 11/X/79
Reside en la Parroquia San José, Villa Carlos Paz.
Boletín Lauretano
80
Claudio René Molina
Dirección: Rivadavia 772, Obispo Trejo.
Parroquia de Origen: San Antonio de Padua
Teléfono: 03575-497076
Celular: 0351-156416734
Correo-e: [email protected]
Fecha de Nacimiento: 4/IV/76
Reside en la Parroquia San Juan Bautista, Córdoba.
Formador de la etapa: Padre Daniel Blanco
Marcelo Gustavo Renardi
Dirección: Cándido Galvan 672, B° Residencial
América, Córdoba.
Parroquia de Origen: Parroquia Señor del Milagro
y Virgen del Milagro, Córdoba.
Teléfono: 0351-4789384
Celular: 0351-153925024
Correo-e: [email protected]
Fecha de Nacimiento: 19/IX/73
Reside en la Parroquia Maria Madre del Redentor
y de los Santos Juan y Pablo, Córdoba.
Formador de la etapa: Padre Daniel Blanco
Etapa de transición al ministerio
apostólico II
Rubén Darío Campos
Dirección: Bartolomé Jaime s/n, La Cumbre.
Parroquia de Origen: Nuestra Señora del Carmen
Diócesis de Cruz del Eje.
Celular: 03548-15404076
Correo-e: [email protected]
Fecha de Nacimiento: 8/I/75
Reside en la Parroquia Ntra. Señora de los Dolores,
Córdoba
Pablo Sebastián Pires Genta
Dirección: Esmeralda 4860, B° Villa Adela,
Córdoba.
Parroquia de Origen: Nuestra Señora de Fátima.
Teléfono: 0351-4651292
Celular: 0351-155090874
Correo-e: [email protected]
Fecha de Nacimiento: 1/III/77
Reside en la Parroquia Nuestra Señora del Rosario,
La Calera.
Seminaristas en experiencia
formativa especial
Jorge Daniel Juncos
Dirección: Falucho esq. R.Vivas 1001,
Deán Funes.
Parroquia de Origen: Ntra Señora del Carmen
Prelatura de Deán Funes.
Teléfono: 03521-421558
Celular: 03521-15410704
Correo-e: [email protected]
Fecha de Nacimiento: 20/IV/85
Reside en la Parroquia Ntra. Señora del Carmen,
Sebastián Elcano
Formador de la etapa: Padre Daniel Ferreira
Boletín Lauretano
81
Instituto Nuestra Señora de Loreto
Studium Theologicum
Comunidad de las
Hermanas de la Virgen Niña
Comunidad sacerdotal
Padre Daniel Blanco
Rector
Fecha de Nacimiento: 4/XI/56
Fecha de Ordenación: 4/XII/84
Correo-e:
[email protected]
Padre Martín Bastos Magi
Formador
Fecha de Nacimiento:15/III/76
Fecha de Ordenación:11/III/2002
Correo-e:
[email protected]
Hna. Antonia Bernardis
(Superiora)
Hna. Josefina Yacuzzi
Hna. Romilda Vicentín
Hna. María Haydée Canale
Marco Anselmo Bustos
Director Espiritual – Formador
Ecónomo
Fecha de Nacimiento:17/XI/71
Fecha de Ordenación:20/XII/99
Correo-e:
[email protected]
Padre Martín Carranza
Formador
Fecha de Nacimiento: 19/V/72
Fecha de Ordenación: 15/XII/97
Correo-e:
[email protected]
Personal de la Casa
Padre Daniel Ferreira
Formador
Fecha de Nacimiento:19/XI/64
Fecha de Ordenación:23/III/95
Correo-e: [email protected]
Padre Andrés José Brida
Residente
Fecha de Nacimiento: 21/X/34
Fecha de Ordenación: 2/IV/60
Correo-e:
[email protected]
Álvarez, Estela
Domínguez, Ariel
Fernández, Sandra
Gomez, Mirta
Krobat, Fautino
Lenoch, Mabel
Parada, Rubén
Ramos, Gabriel
Director de estudios: Pbro. Dr. Guillermo Rosolino
Representante Legal: Pbro. Daniel Ferreira.
Secretaría de estudio: Cristina Cantarano; Lic. Sebastián Suárez
AREA DE FILOSOFÍA
Dra. Juárez, Marina
Dr. Yacuzzi, Nemesio.
Doctoranda Audisio, Irene.
Doctoranda Giordano, Cecilia.
Doctorando Stauber, Juan Carlos.
Pbro. Lic. Brida, Andrés.
Pbro. Lic. Castello, Santiago.
Pbro. Lic. Omar Ruz, Matías.
Lic. González, Adriana.
Lic. Wiersma, Gladis.
Prof. Tiraboschi, Victorio.
ÁREA DE TEOLOGÍA
Cumpleaños
Enero
5. Isabel Mendoza
6. Estela Álvarez
8. Rubén Campos
12. Beatriz Álvarez
19. Marcos Nicolodi
21. Hna. Romilda Vicentín
26. Mariana Di Raimondo
27. Mirta Gómez
27. Rubén Carrizo
29. Faustino Krobat
Febrero
4. Hernán Ceballos
6. Rubén Parada
17. Fernando Lazarte
21. Pablo Márquez
Marzo
1. Pablo Pires
15. P. Martin Bastos
16. Hna. Josefina Yacuzzi
Abril
4. Claudio Molina
7. Leandro Árias
20. Daniel Juncos
Mayo
1. Federico Ridissi
13. Hna. María Haydee Canale
19. P. Martín Carranza
20. Hna. Antonia Bernardis
Boletín Lauretano
Junio
21. Maximiliano Arévalo
25. Sandra Fernández
Julio
4. Sebastián Suárez
9. Gabriel Ramos
11. Pablo Viola
Agosto
9. Mons. Carlos Ñáñez
20. P. Guillermo Rosolino
23. Emmanuel Zambrano
Septiembre
19. Marcelo Renardi
25. Cristina Cantarano
30. Rodrigo Longo
82
Octubre
11. Sergio Colmenares
15. Nicolás Pedernera
16. Mabel Lenoch
21. P. Andrés Brida
Noviembre
4. Javier Verdenelli
4. P. Daniel Blanco
4. Ariel Domínguez
16. Diego López
17. P. Marco Bustos
18. Pablo Ardiles
19. P. Daniel Ferreira
Diciembre
6. José María Molina
27. Diego Bastos Magi
Sagrada Escritura:
Pbro. Dr. Horacio Lona
Dra. Talamé, Verónica.
Pbro. Dr. Ruiz, Eleuterio.
Pbro. Lic. Arroyo, Norberto.
Pbro. Licenciando Alvarez, Roberto
Pío.
Teología Fundamental:
Pbro. Dr. Rosolino, Guillermo.
Pbro. Dr. Trejo, Marcelo.
Pbro. Dr. Prémoli, Federico.
Hna. Lic. Castellaro, María Inés.
Teología Dogmática:
Pbro. Dr. Fidalgo, Antonio.
Pbro. Dr. Florio, Lucio.
Pbro. Dr. González, Marcelo.
Pbro. Dr. Pagano, Pablo.
Pbro. Dr. Rosolino, Guillermo.
Pbro. Dr. Trejo, Marcelo.
Pbro. Lic. Giardino, Roberto.
Pbro. Lic. Omar Ruz, Matías.
Pbro. Lic. Torres, Pedro.
Pbro. Lic. Ribone, Juan José.
Teología Moral:
Pbro. Dr. Alejandro Llorente
Pbro. Lic. Blanco, Daniel.
Hna. Lic. Bertetich, María.
Patrología e Historia de la Iglesia:
Pbro. Dr. Hernán Giudice.
Pbro. Lic. Ponza, Carlos.
Pbro. Lic. Saravia, Horacio.
.
Teología Espiritual:
Pbro. Lic. Blanco, Daniel.
Pbro. Lic. Ponza, Carlos.
Teología Pastoral:
Pbro. Dr. González, Marcelo.
Pbro. Dr. Liberti, Luis.
Hna. Lic. Castellaro, María Inés.
Lic. Sánchez, Azucena.
Boletín Lauretano
83
Pbro. Bach. Gómez, Walter.
Pbro. Bach. Nasif, Pablo.
Liturgia:
Pbro. Dr. Pablo Pagano.
Pbro. Lic. Giardino, Roberto.
Pbro. García, Marcos.
Derecho Canónico:
Pbro. Dr. Nelson Dellaferrera
Pbro. Lic. Simón, Dante
ÁREA DE LENGUAS Y LITERATURA
Dra. Cecilia Avenatti
Dr. Cornavaca, Ramón.
Dr. Villagra, Pedro.
Lic. Ferrer, Elisa.
ÁREA DE PEDAGOGÍA
Dr. Bambozzi, Enrique
Mgter. Luchesse, Marcela.
Lic. Chiavaro Sandra
Lic. Josid, Edith.
Pbro. Bach. Daniel Ferreira
ÁREA DE ARTE SACRO
Arq. Demarchi, Omar.
Prof. Piscitelli, Virginia.
Alumnos externos
PRIMER AÑO DE FILOSOFIA
BARBA, Leandro Nicolás
Padres Escolapios
CORTEZ, Hugo Andrés
Frailes Carmelitas Descalzos
TERCER AÑO DE FILOSOFÍA
MERCADO, Juan Francisco
Laico
PRIMER AÑO DE TEOLOGÍA
GOMEZ, Pedro Alejandro
Padres Escolapios
IBARGUREN, Joaquín
Frailes Carmelitas Descalzos
RAMOA, Elías Juan Pablo
Operario Diocesano
RIVERA, Gabriel Alejandro
Laico
SCHEFFER, Francisco José
Frailes Carmelitas Descalzos
BERTINI, Mario Adrián
Laico
CUCOTTI, Javier Ones
Frailes Carmelitas Descalzos
HERRERA, Juan Pablo
Laico
CICLO DE TEOLOGÍA
BIENEDELL, Jorge Rubén
Movimiento de la Palabra de Dios
SEGUNDO AÑO DE FILOSOFÍA
ACOSTA, Fernando Ariel
Frailes Carmelitas Descalzos
BARRAZA, Franco Sebastián
Padres Escolapios
DELFINO, Ulises Matías
Frailes Carmelitas Descalzos
GALVÁN, Mario Rubén
Padres Escolapios
PERALTA, Luis César
Movimiento de la Palabra de Dios
SERPEZ, Guillermo
Padres Escolapios
CEVOLI, David
Frailes Carmelitas Descalzos
DOMINGUEZ, Rodrigo Marcial
Misioneros de San Juan
Boletín Lauretano
84

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